El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Sonreí cuando Eltrant siguió la corriente a Wood y dijo que éramos sus lugartenientes, Wood también sonrió, Jajaja, sí que iba mal la pobre, seguro que un general no habría aparecido curada en alcohol en ese antro de mala muerte donde nos encontramos.
Al poco llegamos cera de una gran casa, nadie me había mencionado que el Timmy, o Tommy o como fuera, no andaba falto de Aeros; tres pisos, acabado ornamental, madera de roble, si, no estaría mal un sitio así para jubilarse.
Eltrant confirmó que ya estaba recuperado de la herida que había mencionado Wood, le devolví la sonrisa, sin embargo le agradeció por lo de Ulmer y Wood le respondió algo de sangre y morder, ¿Qué demonios seria Ulmer y que habría pasado allí?, lo cierto era que me estaba comiendo la curiosidad, pero tampoco quería preguntar, no creo que fuera cortés, habrían trabajado juntos antes o algo así, si, eso era, cada uno tiene su pasado, sus aventuras y sus desventuras, sonreí.
En ese instante, una mujer salió de la casa y Eltrant rápidamente se escondió tras un arbusto, indicándonos que le imitásemos, miré hacia los lados, Wood se descubrió y se dio la vuelta para disimular, corrí con Eltrant, no cabíamos mucho más en el seto, así que me arrojé al suelo tras el seto y me coloque unas flores sobre la cabeza, el disfraz perfecto, sonreí, al menos estaba bastante oscuro y así no relucirían mis hebillas.
Parecía que esa era efectivamente la mujer, con un leve gesto Eltrant me indicó que fuera.
-Perfecto, voy para allá- le sonreí poniéndome de pie y sacudiéndome las hojas del peto.
-Gra..gracias- sonreí agradecido aunque preocupado a Wood ante sus palabras de ánimo ¿lo de descuartizar iría en serio?
Me alejé a buen paso y les hice un gesto con la mano de que la cosa iría bien, no las tenía todas conmigo, pero al fin y al cabo, estarían cubriéndome, nah seguro que todo iba a ir bien.
Me acerqué disimulando hacia la mujer como si estuviera dando un paseo, iba con una capa de color amarillo y por sus andares diría que bastante nerviosa, me acerqué más y me fijé en su aspecto, lo cierto es que era guapa, tez fina, ojos azules, con esa carita no podía ser mala.
Cuando estaba casi a su lado trague saliva y decidí poner a prueba mi labia.
-E..ey…pe..perdone señora…señorita- sonreí –No..no pretendía asustarla...verá acabo de llegar a la ciudad..y..y no conozco esto..jaja..creo..creo que me he perdido- me rasque la cabeza sin dejar de sonreír –Estaba buscando la..la calle de los panaderos, ¿Sabe..sabe usted donde esta? ¿Po..podría indicarme?- aguardé unos instantes –Oh..oh..pero perdone..¿está..? ¿se..se encuentra bien?..pa..parece preocupada ¿necesita…necesita ayuda?- la dije con una mirada de sinceridad que habría derretido hasta la roca más dura.
Al poco llegamos cera de una gran casa, nadie me había mencionado que el Timmy, o Tommy o como fuera, no andaba falto de Aeros; tres pisos, acabado ornamental, madera de roble, si, no estaría mal un sitio así para jubilarse.
Eltrant confirmó que ya estaba recuperado de la herida que había mencionado Wood, le devolví la sonrisa, sin embargo le agradeció por lo de Ulmer y Wood le respondió algo de sangre y morder, ¿Qué demonios seria Ulmer y que habría pasado allí?, lo cierto era que me estaba comiendo la curiosidad, pero tampoco quería preguntar, no creo que fuera cortés, habrían trabajado juntos antes o algo así, si, eso era, cada uno tiene su pasado, sus aventuras y sus desventuras, sonreí.
En ese instante, una mujer salió de la casa y Eltrant rápidamente se escondió tras un arbusto, indicándonos que le imitásemos, miré hacia los lados, Wood se descubrió y se dio la vuelta para disimular, corrí con Eltrant, no cabíamos mucho más en el seto, así que me arrojé al suelo tras el seto y me coloque unas flores sobre la cabeza, el disfraz perfecto, sonreí, al menos estaba bastante oscuro y así no relucirían mis hebillas.
Parecía que esa era efectivamente la mujer, con un leve gesto Eltrant me indicó que fuera.
-Perfecto, voy para allá- le sonreí poniéndome de pie y sacudiéndome las hojas del peto.
-Gra..gracias- sonreí agradecido aunque preocupado a Wood ante sus palabras de ánimo ¿lo de descuartizar iría en serio?
Me alejé a buen paso y les hice un gesto con la mano de que la cosa iría bien, no las tenía todas conmigo, pero al fin y al cabo, estarían cubriéndome, nah seguro que todo iba a ir bien.
Me acerqué disimulando hacia la mujer como si estuviera dando un paseo, iba con una capa de color amarillo y por sus andares diría que bastante nerviosa, me acerqué más y me fijé en su aspecto, lo cierto es que era guapa, tez fina, ojos azules, con esa carita no podía ser mala.
Cuando estaba casi a su lado trague saliva y decidí poner a prueba mi labia.
-E..ey…pe..perdone señora…señorita- sonreí –No..no pretendía asustarla...verá acabo de llegar a la ciudad..y..y no conozco esto..jaja..creo..creo que me he perdido- me rasque la cabeza sin dejar de sonreír –Estaba buscando la..la calle de los panaderos, ¿Sabe..sabe usted donde esta? ¿Po..podría indicarme?- aguardé unos instantes –Oh..oh..pero perdone..¿está..? ¿se..se encuentra bien?..pa..parece preocupada ¿necesita…necesita ayuda?- la dije con una mirada de sinceridad que habría derretido hasta la roca más dura.
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
La mujer arqueó una ceja y miró a Schott –“¿Calle… de los panaderos?” – Después repasó de arriba abajo al herrero y esbozó una ligera sonrisa. –“Sí…” – Contestó – “Sí que podrías ayudarme muchacho” – Dijo colocándose tras él y dando pequeños golpes en el escudo de Schott. –“Quiero que seas mi escudo” – Le dijo dedicando su mejor sonrisa a Schott –“Acompáñame”
Eltrant miraba desde la distancia a la mujer a su compañero, pero no podía oír nada, Wood a su lado le pregunto lo que hacer. Se atusó la barba y se preguntó qué haría Demian en esa situación –“Esperar y observar” – Le dijo a Wood –“Si queremos sacar algo en claro tenemos que averiguar que trama esa mujer y por lo que parece… Schott le ha caído en gracia”
Desde donde estaban no podían interpretar gran cosa de lo que estaba pasando, pero lo suficiente como para saber que la mujer le había encontrado una utilidad al pelirrojo, porque tras indicarle con la mano que le siguiese comenzó a andar calle abajo.
Eltrant se volvió hacia Wood –“Tenemos que seguirles de cerca, pero sin que nos detecten ¿Alguna idea?” – El mercenario estaba acostumbrado a ser alguien que pasaba desapercibido en los sitios, pero si se acercaba un poco la mujer le reconocería.
Miró de nuevo la casa –“¿Qué crees que ha venido a buscar?” – Le preguntó entonces a Wood sin dejarle tiempo a responder a la pregunta anterior, según le había comentado el padre, Kenneth, se estaban hospedando en una posada mientras terminaban de arreglar la casa, la cual había quedado destrozada después de que secuestraran al muchacho.
Sin tiempo que perder salió de su escondrijo para no perder de vista a la mujer, quien se alejaba cada vez más. –“No podemos perder de vista a Schott, vamos” – Ya improvisarían algo, si querían estar pendientes de lo que pasase no podían esperar a buscar unos disfraces.
-"¿Como te llamas querido?" - Preguntó la mujer a Schott -"Espero que no te moleste que te importune con mis asuntos" - dijo a continuación, dedicándole la misma sonrisa que antes -"Mi destino esta solo a un par de calles de aquí, tengo que reunirme... con unos amigos" - Dijo ahora un poco cabizbaja.
Eltrant vigiló desde la distancia tanto a la mujer como a Schott, quienes parecían estar teniendo una conversación agradable, le pareció raro, el apenas había podido intercambiar unas palabras con la mujer sin que esta estallase en gritos y en improperios hacia su persona, por otro lado antes tampoco estaba tratando de pasar desapercibida bajo una capa amarilla, así no le dio muchas más vueltas a aquel repentino cambio de personalidad y lo achacó a esto.
Eltrant miraba desde la distancia a la mujer a su compañero, pero no podía oír nada, Wood a su lado le pregunto lo que hacer. Se atusó la barba y se preguntó qué haría Demian en esa situación –“Esperar y observar” – Le dijo a Wood –“Si queremos sacar algo en claro tenemos que averiguar que trama esa mujer y por lo que parece… Schott le ha caído en gracia”
Desde donde estaban no podían interpretar gran cosa de lo que estaba pasando, pero lo suficiente como para saber que la mujer le había encontrado una utilidad al pelirrojo, porque tras indicarle con la mano que le siguiese comenzó a andar calle abajo.
Eltrant se volvió hacia Wood –“Tenemos que seguirles de cerca, pero sin que nos detecten ¿Alguna idea?” – El mercenario estaba acostumbrado a ser alguien que pasaba desapercibido en los sitios, pero si se acercaba un poco la mujer le reconocería.
Miró de nuevo la casa –“¿Qué crees que ha venido a buscar?” – Le preguntó entonces a Wood sin dejarle tiempo a responder a la pregunta anterior, según le había comentado el padre, Kenneth, se estaban hospedando en una posada mientras terminaban de arreglar la casa, la cual había quedado destrozada después de que secuestraran al muchacho.
Sin tiempo que perder salió de su escondrijo para no perder de vista a la mujer, quien se alejaba cada vez más. –“No podemos perder de vista a Schott, vamos” – Ya improvisarían algo, si querían estar pendientes de lo que pasase no podían esperar a buscar unos disfraces.
-"¿Como te llamas querido?" - Preguntó la mujer a Schott -"Espero que no te moleste que te importune con mis asuntos" - dijo a continuación, dedicándole la misma sonrisa que antes -"Mi destino esta solo a un par de calles de aquí, tengo que reunirme... con unos amigos" - Dijo ahora un poco cabizbaja.
Eltrant vigiló desde la distancia tanto a la mujer como a Schott, quienes parecían estar teniendo una conversación agradable, le pareció raro, el apenas había podido intercambiar unas palabras con la mujer sin que esta estallase en gritos y en improperios hacia su persona, por otro lado antes tampoco estaba tratando de pasar desapercibida bajo una capa amarilla, así no le dio muchas más vueltas a aquel repentino cambio de personalidad y lo achacó a esto.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Por primera vez hubiera jurado ver a Schott algo indeciso, sabía que yo me veía terrible en una armadura, o sea, terriblemente bien, pero quizás y me creyó un poco más al verla tan reluciente. O tal vez, sólo tal vez estaba nerviosillo porque le costaba hablar con mujeres y como yo no era un buen ejemplar… eso lo explicaba mejor. Aunque no me molesté demasiado en buscar más interpretaciones del asunto, escuché a Tale y asentí una sola vez. De acuerdo dije con una sonrisa entre burlona y medio macabra ante el comentario subsiguiente.
No ideas, suelo hacerme ver le dije con total sinceridad. Cuando tenía un encargo dejaba que mis presas me temieran, que me vieran muy bien y se llevaran mi imagen al otro mundo. Para el resto, solo era una borracha más, o una mujerzuela, o lo que fuere, no me importaba. Eso de poder tener una apariencia completamente distinta a la que tuviste un momento atrás te da esa ventaja. De lo contrario, también era buena para escabullirme en las sombras, pero esa idea no era buena mientras intentabas no perder de vista a alguien. No… definitivamente no se me ocurría nada.
Volví a echarme la capa encima mientras comenzábamos a caminar. Quién sabe, pero ya lo averiguaremos. También pudo haber venido a dejar algo, ¿no crees? la dama no solamente ahora actuaba con mucho más tiento, sino que parecía no llevar ningún bulto, no al menos a la vista. En caso de emergencia, te autorizo a que pretendas ser mi amante mis palabras eran directas y no pestañee al decirlas Aunque será raro, mucha gente suele confundirme con un hombre a la distancia, esta vez torcí los labios y sonreí. Ese par parece estar congeniando bien. Me pregunto hasta dónde llegaremos… comenté volviendo a arrebujarme en la capa. El dolor de cabeza que había recedido momentos atrás ahora volvía con mas fuerza, tanta que me impedía moverme en una línea recta decente.
No ideas, suelo hacerme ver le dije con total sinceridad. Cuando tenía un encargo dejaba que mis presas me temieran, que me vieran muy bien y se llevaran mi imagen al otro mundo. Para el resto, solo era una borracha más, o una mujerzuela, o lo que fuere, no me importaba. Eso de poder tener una apariencia completamente distinta a la que tuviste un momento atrás te da esa ventaja. De lo contrario, también era buena para escabullirme en las sombras, pero esa idea no era buena mientras intentabas no perder de vista a alguien. No… definitivamente no se me ocurría nada.
Volví a echarme la capa encima mientras comenzábamos a caminar. Quién sabe, pero ya lo averiguaremos. También pudo haber venido a dejar algo, ¿no crees? la dama no solamente ahora actuaba con mucho más tiento, sino que parecía no llevar ningún bulto, no al menos a la vista. En caso de emergencia, te autorizo a que pretendas ser mi amante mis palabras eran directas y no pestañee al decirlas Aunque será raro, mucha gente suele confundirme con un hombre a la distancia, esta vez torcí los labios y sonreí. Ese par parece estar congeniando bien. Me pregunto hasta dónde llegaremos… comenté volviendo a arrebujarme en la capa. El dolor de cabeza que había recedido momentos atrás ahora volvía con mas fuerza, tanta que me impedía moverme en una línea recta decente.
Woodpecker
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Parece que el plan funcionó, la mujer aceptó sonriente mi ayuda y me pidió que fuera su escudo.
-Por supuesto Milady- sonreí ante su sonrisa –No son horas para que una mujer sola ande por estos lares, la acompañaré con gusto- dije convencido, lo cierto es que la mujer parecía un encanto, de no ser por la trama oscura de la que hablaban Eltrant y Wood no habría sospechado nada, la miré de cerca, no parecía llevar nada sospechoso, aunque podría llevar algo poco voluminoso bajo esa capa.
Avanzamos a buen ritmo calle abajo, lancé una disimulada mirada hacia atrás a ver si veía a mi escolta, pero no distinguí nada, supuse que eso era bueno ¿no? ese era el plan, porque estaban allí ¿verdad?
La amable mujer me preguntó por mi nombre -Ah es verdad, que descortés, permíteme que me presente- sonreí con mis mejores modales –Mi nombre es Scott, ¿y vos?- pregunte con una sonrisa.
Tal vez sonase algo remilgado, pero había aprendido las buenas formas leyendo libros y tratando con personas de alta cuna, que solían dejar las mejores propinas.
-Por supuesto que no me inoportuna, iba sin prisa, así que ahora puedo gozar de una grata compañía- sonreí, la mujer me indicó que iba a reunirse con unos amigos dos calles más allá, aunque no lo dijo tan sonriente como antes.
-Estupendo pues- agregué, lo cierto es que la mujer me estaba cayendo simpática, aunque claro, tal vez fuera eso lo que pretendía ella, de cualquier manera disfruté del paseo sin pensar demasiado en quienes serían esos “amigos suyos”
-Por supuesto Milady- sonreí ante su sonrisa –No son horas para que una mujer sola ande por estos lares, la acompañaré con gusto- dije convencido, lo cierto es que la mujer parecía un encanto, de no ser por la trama oscura de la que hablaban Eltrant y Wood no habría sospechado nada, la miré de cerca, no parecía llevar nada sospechoso, aunque podría llevar algo poco voluminoso bajo esa capa.
Avanzamos a buen ritmo calle abajo, lancé una disimulada mirada hacia atrás a ver si veía a mi escolta, pero no distinguí nada, supuse que eso era bueno ¿no? ese era el plan, porque estaban allí ¿verdad?
La amable mujer me preguntó por mi nombre -Ah es verdad, que descortés, permíteme que me presente- sonreí con mis mejores modales –Mi nombre es Scott, ¿y vos?- pregunte con una sonrisa.
Tal vez sonase algo remilgado, pero había aprendido las buenas formas leyendo libros y tratando con personas de alta cuna, que solían dejar las mejores propinas.
-Por supuesto que no me inoportuna, iba sin prisa, así que ahora puedo gozar de una grata compañía- sonreí, la mujer me indicó que iba a reunirse con unos amigos dos calles más allá, aunque no lo dijo tan sonriente como antes.
-Estupendo pues- agregué, lo cierto es que la mujer me estaba cayendo simpática, aunque claro, tal vez fuera eso lo que pretendía ella, de cualquier manera disfruté del paseo sin pensar demasiado en quienes serían esos “amigos suyos”
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
-“Elizabeth Elroy” – Contestó la mujer a Schott –“Ya no falta mucho, sígueme”
Por lo pronto no parecía haber ningún tipo de problema, Schott avanzaba calle abajo acompañando a la mujer, quien por algún motivo parecía haberse olvidado de lo que estuviese haciendo en el interior de su hogar.
-“De acuerdo” – Contestó Eltrant a la idea de Wood –“…Espera ¿Qué?” – Dijo cuándo pensó mínimamente a lo que había accedido. No hizo ningún comentario más, el tiempo escaseaba y no podían permitirse perder de vista a Schott.
La mujer continuó avanzando por las calles, custodiada por su nuevo aliado, sin prisa pero sin pausa. –“¿Wood?” – Preguntó en un susurro cuando la mujer comenzó a andar en zig-zag, Eltrant frunció el ceño, o estaba más enferma de lo que admitía, o el alcohol tenía un impacto más fuerte en ella del que nadie se habría imaginado.
Rápidamente se acercó hasta ella y la agarró evitando que se cayese –“¿Te encuentras bien?” – le pregunto mientras se aseguraba de que iba en línea recta de nuevo. Continuó sujetando a Wood durante el resto del trayecto y aunque ahora sí que percibió mirada de algún que otro transeúnte, trató de ignorarlos.
Continuaron de esta forma hasta que el mercenario vio como Eliza se paraba frente a lo que parecía ser un gran almacén –“¿Por qué no me sorprende?” – Susurró el mercenario para sí mientras liberando ahora a Wood se agachó para ver lo que sucedida.
La mujer abrió la puerta y se perdió dentro del edificio dejando a Schott esperando fuera –“¿Qué hacemos?” – Le preguntó a Wood deseando que ahora fuese capaz de mantener el equilibrio –“¿Nos acercamos o dejamos que Schott decida que hacer?"
Por lo pronto no parecía haber ningún tipo de problema, Schott avanzaba calle abajo acompañando a la mujer, quien por algún motivo parecía haberse olvidado de lo que estuviese haciendo en el interior de su hogar.
-“De acuerdo” – Contestó Eltrant a la idea de Wood –“…Espera ¿Qué?” – Dijo cuándo pensó mínimamente a lo que había accedido. No hizo ningún comentario más, el tiempo escaseaba y no podían permitirse perder de vista a Schott.
La mujer continuó avanzando por las calles, custodiada por su nuevo aliado, sin prisa pero sin pausa. –“¿Wood?” – Preguntó en un susurro cuando la mujer comenzó a andar en zig-zag, Eltrant frunció el ceño, o estaba más enferma de lo que admitía, o el alcohol tenía un impacto más fuerte en ella del que nadie se habría imaginado.
Rápidamente se acercó hasta ella y la agarró evitando que se cayese –“¿Te encuentras bien?” – le pregunto mientras se aseguraba de que iba en línea recta de nuevo. Continuó sujetando a Wood durante el resto del trayecto y aunque ahora sí que percibió mirada de algún que otro transeúnte, trató de ignorarlos.
Continuaron de esta forma hasta que el mercenario vio como Eliza se paraba frente a lo que parecía ser un gran almacén –“¿Por qué no me sorprende?” – Susurró el mercenario para sí mientras liberando ahora a Wood se agachó para ver lo que sucedida.
La mujer abrió la puerta y se perdió dentro del edificio dejando a Schott esperando fuera –“¿Qué hacemos?” – Le preguntó a Wood deseando que ahora fuese capaz de mantener el equilibrio –“¿Nos acercamos o dejamos que Schott decida que hacer?"
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Ese Tale tenía un efecto retardado más retardado que el usual en otros humanos; comencé a reírme pero recordé que teníamos que ser discretos por lo que bajé el tono y junto a la risa vino tos, era una especie de círculo vicioso en el que me reía, tenía tos, paraba y volvía a continuar todo lo anterior. Por su parte, el humano había creído prudente ayudarme a mover mis vetustos huesos luego de preguntar con bastante interés si me encontraba bien. Me sentía como uno de esos perros viejos aburridos y cansados, di vuelta mis ojos en señal de negación; podía estar riéndome pero por dentro me sentía como un pedazo de bilis viviente. Arrastraba mis pies de vez en cuando, pero la ayuda de aquél hombre fue absolutamente valorada. Su cercanía me hizo olvidar por unos instantes sobre el dolor que me aquejaba e incluso lo que estábamos haciendo. Ese Tale… su esencia me recordaba a mi padre…
Cuando nos separamos me costó un poco tomar equilibrio, al parecer me había vuelto una lycan humano dependiente. Fruncí el ceño, no me gustaba nada que estuviéramos frente a ese tipo de lugar. Negué con la cabeza y me puse una mano en la frente masajeando, nuevamente el dolor había recedido. Podríamos acercarnos un poco. Supongo que si me tiro al suelo contra un muro cercano en mi estado creerán que soy una borracha más. mi afirmación tenía una nota de pregunta al final; después de todo éramos un equipo. Levanté mi nariz al sentir el olor característico de un aljibe no muy lejos. Este es un lugar transitado después de todo agregué, caminando directamente hacia la fuente de agua. Me relamí los labios, los sentía secos y de pronto demasiados deseos se saciarme con su frescura, pero todo lo que brilla no es oro ni aeros no.
Al parecer frente al dichoso pozo estaba un tipo de mala muerte cobrando peaje. Me detuve en seco y miré a Tale ¿Qué te parece? pregunté arqueando una ceja. Ese tipo, grande, musculoso y de mal porte estaba en mi camino por dos razones, la primera, para calmar la curda, la segunda porque estaba entre nosotros y el almacén. De no haber estado metida en la armadura probablemente me hubiera remangado preparándome para darle vuelta de afuera para adentro. Miré a Tale, luego al almacén donde se habían perdido Schott y la mujer y finalmente al pozo con el tipo ese allí. Confío en Schott… pero parecía nervioso dije intercambiando mi peso entre las piernas por cierta ansiedad que no sabía de donde venía. Quería ir y partirle el hocico a ese hombre, pero había algo en el que no me gustaba y si hacía eso probablemente llamaría demasiado la atención. Apreté los labios y cerré los puños, esperaba una orden, solo una palabra para atacar y no tener que pensar en más nada.
Cuando nos separamos me costó un poco tomar equilibrio, al parecer me había vuelto una lycan humano dependiente. Fruncí el ceño, no me gustaba nada que estuviéramos frente a ese tipo de lugar. Negué con la cabeza y me puse una mano en la frente masajeando, nuevamente el dolor había recedido. Podríamos acercarnos un poco. Supongo que si me tiro al suelo contra un muro cercano en mi estado creerán que soy una borracha más. mi afirmación tenía una nota de pregunta al final; después de todo éramos un equipo. Levanté mi nariz al sentir el olor característico de un aljibe no muy lejos. Este es un lugar transitado después de todo agregué, caminando directamente hacia la fuente de agua. Me relamí los labios, los sentía secos y de pronto demasiados deseos se saciarme con su frescura, pero todo lo que brilla no es oro ni aeros no.
Al parecer frente al dichoso pozo estaba un tipo de mala muerte cobrando peaje. Me detuve en seco y miré a Tale ¿Qué te parece? pregunté arqueando una ceja. Ese tipo, grande, musculoso y de mal porte estaba en mi camino por dos razones, la primera, para calmar la curda, la segunda porque estaba entre nosotros y el almacén. De no haber estado metida en la armadura probablemente me hubiera remangado preparándome para darle vuelta de afuera para adentro. Miré a Tale, luego al almacén donde se habían perdido Schott y la mujer y finalmente al pozo con el tipo ese allí. Confío en Schott… pero parecía nervioso dije intercambiando mi peso entre las piernas por cierta ansiedad que no sabía de donde venía. Quería ir y partirle el hocico a ese hombre, pero había algo en el que no me gustaba y si hacía eso probablemente llamaría demasiado la atención. Apreté los labios y cerré los puños, esperaba una orden, solo una palabra para atacar y no tener que pensar en más nada.
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Sonreí cuando la mujer me dijo su nombre, Elisabeth, lo cierto es que sonaba muy bien, seguimos avanzando calle abajo, no debíamos estar lejos, cuando volví a mirar para atrás tampoco vi a mis refuerzos, supongo que el arte de la ocultación se les daba bien, seguro que yo ya hubiese tirado un par de macetas al avanzar a escondidas.
Pensé un momento en quienes podían ser esos amigos, tal vez fueran los que tuvieran a su hijo e iba a pagarles el rescate, o mercenarios contratados como nosotros para ayudarla, o algo peor que lo anterior, trague saliva y seguí con ella como si nada.
Por fin llegamos al lugar de destino, un viejo almacén bastante grande, Elisabeth abrió la puerta y se perdió en el interior, yo me quedé fuera esperando, me quedé unos instantes sin saber qué hacer, ¿entraba solo? Podía ser peligroso ¿esperaba a Wood y Eltrant?, no los veía por ninguna parte.
Me apoyé en la puerta, lo cierto era que aún estaba un poco mareado, pero nada que no se pasase con una buena siesta, eché otro vistazo a la calle, nada, gente corriente pasando, un tipo junto a un pozo, una señora tendiendo la ropa, nada inusual, aunque no veía a mi equipo, finalmente me decidí a entrar, si había fiesta no quería perdérmela.
Abrí la puerta y entré sin dilación en el interior.
-Emm..ey ¿dónde…? ¿Alguien sabe dónde está el servicio?- dije con tono inocente ante mi repentina entrada.
Pensé un momento en quienes podían ser esos amigos, tal vez fueran los que tuvieran a su hijo e iba a pagarles el rescate, o mercenarios contratados como nosotros para ayudarla, o algo peor que lo anterior, trague saliva y seguí con ella como si nada.
Por fin llegamos al lugar de destino, un viejo almacén bastante grande, Elisabeth abrió la puerta y se perdió en el interior, yo me quedé fuera esperando, me quedé unos instantes sin saber qué hacer, ¿entraba solo? Podía ser peligroso ¿esperaba a Wood y Eltrant?, no los veía por ninguna parte.
Me apoyé en la puerta, lo cierto era que aún estaba un poco mareado, pero nada que no se pasase con una buena siesta, eché otro vistazo a la calle, nada, gente corriente pasando, un tipo junto a un pozo, una señora tendiendo la ropa, nada inusual, aunque no veía a mi equipo, finalmente me decidí a entrar, si había fiesta no quería perdérmela.
Abrí la puerta y entré sin dilación en el interior.
-Emm..ey ¿dónde…? ¿Alguien sabe dónde está el servicio?- dije con tono inocente ante mi repentina entrada.
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Wood parecía encontrarse mejor, otra vez. A pesar de ello Eltrant no descartaba que en unos minutos volviese a tener problemas para mantener el equilibrio, la mujer se encontraba en una extraña espiral en la que podía estar perfectamente durante unos minutos, para momentos después volver a tener problemas para caminar en línea recta. No la culpaba a pesar de todo, no tenía aspecto de estar disfrutando aquella curiosa mezcla entre resaca y enfermedad.
Su compañera miraba ahora con cara de pocos amigos a un tipo de aspecto bastante amenazador que se encontraba frente a una fuente, la cual por caprichos del destino se encontraba entre ellos y el almacén. –“No, Wood” – Dijo agarrándola por el brazo –“Tenemos que ayudar a Schott, no montar una escena” – A pesar de todo aquel hombre tenía algo extraño, estaba claro que no estaba simplemente disfrutando de las vistas, si iban a acercarse al almacén tenían que pasar sobre aquella mole, ya fuese dejándola fuera de combate o pasando a hurtadillas.
***
Elizabeth miró perpleja como su nuevo acompañante entraba tras ella, no, aquello no iba bien, para empezar no tenía que haber entrado, se tenía que quedar fuera, tenía que ser su escudo, ayudarla si todo iba mal, aunque claro, tampoco le había dicho nada, pero esperaba que el muchacho fuese lo suficientemente listo como para no entrar en un tétrico almacén detrás de una mujer que acababa de conocer.
–“¿Quién es este? Se suponía que tenías que venir sola Eliza…” – Una melodiosa pero firme voz resonó en el edificio. Elizabeth se volvió hacia quien había hablado tratando de explicarse, para encontrarse con que todos los presentes habían desenvainado ya sus respectivas armas y una mujer de tez oscura, armada con un enorme mandoble los encabezaba. –“¡Él es solo mi guardaespaldas!” – Dijo Elizabeth tratando de hacerse oír sobre los murmullos de los presentes – “Perfecto entonces, vamos a ver si está hecho para ese trabajo” – Dijo la mujer del parche en el ojo mientras apuntaba con su arma al pelirrojo. –“Acabad con él”
Antes de que la de la capa amarilla pudiese decir una palabra más dos de los secuaces de la mujer del parche se lanzaron a por Schott –“¡Detenlos Aya!” – Gritó Eliza.
***
Un estruendo procedente del interior del edificio alertó a Eltrant, algo estaba sucediendo ahí adentro y estaba seguro de que no estaban teniendo precisamente una conversación agradable. El musculoso que estaba custodiando la fuente también lo notó, porque frunció el ceño y se giró hacia el almacén mientras agarraba el pomo de la espada que llevaba atada al cinto.
Eltrant frunció el ceño y chasqueando la lengua empezó a correr hacia el tipo de la fuente a quien placó antes de que pudiese desenvainar su arma, ambos cayeron estrepitosamente a pocos metros de la fuente provocando que los transeúntes presentes se girasen a ver que estaba sucediendo –“¡Wood!” – Gritó mientras golpeaba repetidamente la cara del gigante –“¡Ayuda a Schott!”
Aun contando con el factor sorpresa de su parte, el tipo al que había placado se levantó sin esfuerzo alguno y como si los golpes que había recibido en la cara no hubiesen sucedido nunca lanzó a Eltrant por los aires – "¡¿Y Tú quién eres?!” – Gritó mientras se lanzaba contra Eltrant que yacía en el suelo a pocos metros de la fuente tratando de recomponerse por el golpe.
Cuando Eltrant se percató de esto rodó en un vano intento de zafarse de las manazas de su contrincante quien anticipándose a aquella singular huida agarró una de las piernas del muchacho y lo arrastró por el suelo en dirección a la fuente –“¡No, no, no, no!”- Exclamó Eltrant mientras trataba de agarrarse a cualquier objeto que estuviese a su alcance.
Una vez frente al agua y sin pensárselo dos veces introdujo la cabeza del mercenario en la fuente asegurándose de que este se movía lo menos posible, Eltrant sintió de golpe como la gélida agua nublaba sus sentidos y comenzó a patalear y a moverse intentado escapar.
No consiguió nada, aquel tipo era como yunque, por más que le golpeaba y se movía no podía quitárselo de encima, sin muchas más opciones, su mano se cerró en torno a una de las piedras que descansaban en el fondo de la fuente, lo suficientemente afilada como para serle de ayuda, se la clavó en el brazo a aquel tipo quien le soltó inmediatamente con un alarido.
Eltrant salió del agua seguidamente y después de toser varias veces cogió una larga bocanada de aire. Dejo caer la afilada piedra a un lado la cual también le había hecho un largo corte en la mano y desenvainó su arma rápidamente para acometer contra el gigante quien había desenvainado la suya propia y se preparaba para acabar con el mercenario.
Ambas armas chocaron por un instante de manera que Eltrant se vio obligado a retroceder, la fuerza bruta de aquel tipo le bastaba para inclinar la balanza a su favor, Eltrant frunció el ceño y aprovechando que era más ágil que su contrincante se las ingenió para evitar sus espadazos y clavar su espada en una de las piernas su rival, quien después de dejar escapar un leve gemido de dolor y caer de rodillas trató de levantarse de nuevo y seguir luchando, anticipándose a esto Eltrant aprovechó aquella oportunidad y plantó el envés de su espada en la cara de aquel tipo, haciendo que este se desplomase en el suelo, inerte.
Jadeando miró unos segundos a quien había estado a punto de matarle, seguía vivo, o al menos eso esperaba, los pocos viandantes que habían visto aquello se habían marchado corriendo, probablemente para llamar a la guardia, no quería pasar más tiempo en una mazmorra.
Aun empapado se volvió hacia el almacén, no sabía cómo estaban las cosas ahí adentro, pero tenía que darse prisa.
Su compañera miraba ahora con cara de pocos amigos a un tipo de aspecto bastante amenazador que se encontraba frente a una fuente, la cual por caprichos del destino se encontraba entre ellos y el almacén. –“No, Wood” – Dijo agarrándola por el brazo –“Tenemos que ayudar a Schott, no montar una escena” – A pesar de todo aquel hombre tenía algo extraño, estaba claro que no estaba simplemente disfrutando de las vistas, si iban a acercarse al almacén tenían que pasar sobre aquella mole, ya fuese dejándola fuera de combate o pasando a hurtadillas.
***
Elizabeth miró perpleja como su nuevo acompañante entraba tras ella, no, aquello no iba bien, para empezar no tenía que haber entrado, se tenía que quedar fuera, tenía que ser su escudo, ayudarla si todo iba mal, aunque claro, tampoco le había dicho nada, pero esperaba que el muchacho fuese lo suficientemente listo como para no entrar en un tétrico almacén detrás de una mujer que acababa de conocer.
–“¿Quién es este? Se suponía que tenías que venir sola Eliza…” – Una melodiosa pero firme voz resonó en el edificio. Elizabeth se volvió hacia quien había hablado tratando de explicarse, para encontrarse con que todos los presentes habían desenvainado ya sus respectivas armas y una mujer de tez oscura, armada con un enorme mandoble los encabezaba. –“¡Él es solo mi guardaespaldas!” – Dijo Elizabeth tratando de hacerse oír sobre los murmullos de los presentes – “Perfecto entonces, vamos a ver si está hecho para ese trabajo” – Dijo la mujer del parche en el ojo mientras apuntaba con su arma al pelirrojo. –“Acabad con él”
Antes de que la de la capa amarilla pudiese decir una palabra más dos de los secuaces de la mujer del parche se lanzaron a por Schott –“¡Detenlos Aya!” – Gritó Eliza.
***
Un estruendo procedente del interior del edificio alertó a Eltrant, algo estaba sucediendo ahí adentro y estaba seguro de que no estaban teniendo precisamente una conversación agradable. El musculoso que estaba custodiando la fuente también lo notó, porque frunció el ceño y se giró hacia el almacén mientras agarraba el pomo de la espada que llevaba atada al cinto.
Eltrant frunció el ceño y chasqueando la lengua empezó a correr hacia el tipo de la fuente a quien placó antes de que pudiese desenvainar su arma, ambos cayeron estrepitosamente a pocos metros de la fuente provocando que los transeúntes presentes se girasen a ver que estaba sucediendo –“¡Wood!” – Gritó mientras golpeaba repetidamente la cara del gigante –“¡Ayuda a Schott!”
Aun contando con el factor sorpresa de su parte, el tipo al que había placado se levantó sin esfuerzo alguno y como si los golpes que había recibido en la cara no hubiesen sucedido nunca lanzó a Eltrant por los aires – "¡¿Y Tú quién eres?!” – Gritó mientras se lanzaba contra Eltrant que yacía en el suelo a pocos metros de la fuente tratando de recomponerse por el golpe.
Cuando Eltrant se percató de esto rodó en un vano intento de zafarse de las manazas de su contrincante quien anticipándose a aquella singular huida agarró una de las piernas del muchacho y lo arrastró por el suelo en dirección a la fuente –“¡No, no, no, no!”- Exclamó Eltrant mientras trataba de agarrarse a cualquier objeto que estuviese a su alcance.
Una vez frente al agua y sin pensárselo dos veces introdujo la cabeza del mercenario en la fuente asegurándose de que este se movía lo menos posible, Eltrant sintió de golpe como la gélida agua nublaba sus sentidos y comenzó a patalear y a moverse intentado escapar.
No consiguió nada, aquel tipo era como yunque, por más que le golpeaba y se movía no podía quitárselo de encima, sin muchas más opciones, su mano se cerró en torno a una de las piedras que descansaban en el fondo de la fuente, lo suficientemente afilada como para serle de ayuda, se la clavó en el brazo a aquel tipo quien le soltó inmediatamente con un alarido.
Eltrant salió del agua seguidamente y después de toser varias veces cogió una larga bocanada de aire. Dejo caer la afilada piedra a un lado la cual también le había hecho un largo corte en la mano y desenvainó su arma rápidamente para acometer contra el gigante quien había desenvainado la suya propia y se preparaba para acabar con el mercenario.
Ambas armas chocaron por un instante de manera que Eltrant se vio obligado a retroceder, la fuerza bruta de aquel tipo le bastaba para inclinar la balanza a su favor, Eltrant frunció el ceño y aprovechando que era más ágil que su contrincante se las ingenió para evitar sus espadazos y clavar su espada en una de las piernas su rival, quien después de dejar escapar un leve gemido de dolor y caer de rodillas trató de levantarse de nuevo y seguir luchando, anticipándose a esto Eltrant aprovechó aquella oportunidad y plantó el envés de su espada en la cara de aquel tipo, haciendo que este se desplomase en el suelo, inerte.
Jadeando miró unos segundos a quien había estado a punto de matarle, seguía vivo, o al menos eso esperaba, los pocos viandantes que habían visto aquello se habían marchado corriendo, probablemente para llamar a la guardia, no quería pasar más tiempo en una mazmorra.
Aun empapado se volvió hacia el almacén, no sabía cómo estaban las cosas ahí adentro, pero tenía que darse prisa.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Arrugué la nariz como signo de comprensión ante el mensaje de Tale, miré dos veces su mano sobre mi brazo pensando seriamente en darle su buen zapecito por tomarse esa libertad, pero luego le sonreí, probablemente si no hubiera actuado él así yo ya estaría en lucha. Estaría, sí, si unos ruidos extremadamente sospechosos no hubieran provenido de donde se habían perdido tanto Schott como la mujer. Automáticamente miré al tipo del pozo, él estaba mucho más metido en eso que nosotros mismos al parecer, pero antes de que pudiera terminar de reaccionar, el humano ya iba a media carrera dando órdenes y noqueando en el suelo al enemigo.
Chiflé largo y profundo No me gustaría estar en sus zapatos comenté para mí misma mientras observaba como Tale le daba repetidos golpes al caído. Una técnica decente para ser un humano flaco aseveré asintiendo felizmente con la cabeza. Más que enferma ahora me sentía eufórica y ese avance de adrenalina solo iba hacia una dirección, pelea, babas, raspones y sangre, mucha sangre.
Mis débiles piernas humanas no eran lo suficientemente rápidas ni fuertes. Aquellos brazos enclenques no me daban el vuelo necesario para tomar impulso y velocidad y el tonto corazón… ese parecía no caber dentro de mi pecho que se expandía y contraía de formas poco naturales mientras aquellos pulmones no lograban apaciguar la sed de aire en todo mi cuerpo. Podía sentirlo, podía olerlo en el aire, era el momento de entrar en calor, la calma antes de la tormenta, una tormenta a la que estaba deseosa de entrar. Pude sentirlo, desde mis entrañas surgía aquél calor abrasador, el temblor tan conocido y aquella leve sensación de entre ardor sobre la piel, el deseo y la completitud. Finalmente el placer…
Los pelos de mi cuerpo se erizaron con la más suave brisa mientras volvía a retomar la carrera, ahora con mayor velocidad y dinamismo. Podía sentir, con mis sentidos más agudizados que allí dentro habían problemas, el sonido característicos de las armas saliendo de sus vainas y la tensión… parecía emanar como una burbuja-barrera desde dentro de aquél hermético lugar. Di una última mirada hacia el pozo, en donde Tale parecía estar teniendo ciertos apuros, pero esa pelea era uno contra uno y aquél mercenario no me preocupaba demasiado, intuí que se las arreglaría de una forma u otra mientras que el herrero Schott era un tema totalmente distinto. La emoción estaba tras aquella puerta misteriosa cerrada, estaba convencida de ello, cada poro de mi cuerpo podía afirmármelo.
Localicé toda la fuerza que traía en mi hombro y le di un pechón a la puerta que casi me hizo caer de hocico contra el suelo de no haber sido porque choqué contra algo suave y blando. Esa maldita abertura me había engañado con un juego de sombras que no me permitió discernir que estaba apenas cerrada –o abierta como quiera vérsele- Miré a los alrededores, esperando ser atacada inmediatamente, aunque la batalla se había hecho esperar; sin dudas había interrumpido algo importante, ya que muchos me miraban con cara entre asombrada y desconcertada con armas medio blandidas. Sentí el olor de Schott pero no lo vi a primera vista, quería gritar para llamarle, pero intentar hacerlo en mi forma bestial sería una tomada de pelo. Desenfundé mi hacha larga y me preparé para comenzar a repartir…
__________________________
Off: Ya que no quise metarrolear y predecidir lo que había pasado contigo Schott, decidí no verte al entrar que pudo haber ocurrido porque estabas en medio de la lucha, porque caí encima tuyo o porque no quedaste en mi rango de visión, o lo que se te ocurra ^^
Chiflé largo y profundo No me gustaría estar en sus zapatos comenté para mí misma mientras observaba como Tale le daba repetidos golpes al caído. Una técnica decente para ser un humano flaco aseveré asintiendo felizmente con la cabeza. Más que enferma ahora me sentía eufórica y ese avance de adrenalina solo iba hacia una dirección, pelea, babas, raspones y sangre, mucha sangre.
Mis débiles piernas humanas no eran lo suficientemente rápidas ni fuertes. Aquellos brazos enclenques no me daban el vuelo necesario para tomar impulso y velocidad y el tonto corazón… ese parecía no caber dentro de mi pecho que se expandía y contraía de formas poco naturales mientras aquellos pulmones no lograban apaciguar la sed de aire en todo mi cuerpo. Podía sentirlo, podía olerlo en el aire, era el momento de entrar en calor, la calma antes de la tormenta, una tormenta a la que estaba deseosa de entrar. Pude sentirlo, desde mis entrañas surgía aquél calor abrasador, el temblor tan conocido y aquella leve sensación de entre ardor sobre la piel, el deseo y la completitud. Finalmente el placer…
Los pelos de mi cuerpo se erizaron con la más suave brisa mientras volvía a retomar la carrera, ahora con mayor velocidad y dinamismo. Podía sentir, con mis sentidos más agudizados que allí dentro habían problemas, el sonido característicos de las armas saliendo de sus vainas y la tensión… parecía emanar como una burbuja-barrera desde dentro de aquél hermético lugar. Di una última mirada hacia el pozo, en donde Tale parecía estar teniendo ciertos apuros, pero esa pelea era uno contra uno y aquél mercenario no me preocupaba demasiado, intuí que se las arreglaría de una forma u otra mientras que el herrero Schott era un tema totalmente distinto. La emoción estaba tras aquella puerta misteriosa cerrada, estaba convencida de ello, cada poro de mi cuerpo podía afirmármelo.
Localicé toda la fuerza que traía en mi hombro y le di un pechón a la puerta que casi me hizo caer de hocico contra el suelo de no haber sido porque choqué contra algo suave y blando. Esa maldita abertura me había engañado con un juego de sombras que no me permitió discernir que estaba apenas cerrada –o abierta como quiera vérsele- Miré a los alrededores, esperando ser atacada inmediatamente, aunque la batalla se había hecho esperar; sin dudas había interrumpido algo importante, ya que muchos me miraban con cara entre asombrada y desconcertada con armas medio blandidas. Sentí el olor de Schott pero no lo vi a primera vista, quería gritar para llamarle, pero intentar hacerlo en mi forma bestial sería una tomada de pelo. Desenfundé mi hacha larga y me preparé para comenzar a repartir…
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Off: Ya que no quise metarrolear y predecidir lo que había pasado contigo Schott, decidí no verte al entrar que pudo haber ocurrido porque estabas en medio de la lucha, porque caí encima tuyo o porque no quedaste en mi rango de visión, o lo que se te ocurra ^^
Woodpecker
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
“Mierda, creo que no debería haber entrado” fue lo primero que pensé ante el recibimiento que me aguardaba en el interior, en un primer vistazo pude ver como un buen puñado de matones armados estaban dentro del sombrío almacén, y no parecía gustarles demasiado mi presencia, todos iban armados, daban miedo y en especial la que parecía ser la jefa, que llevaba un mandoble enorme, no había muchas veces donde me hubieran apuntado con tantas armas, bueno si, alguna que otra, pero eso era otra historia.
Con cara de “la he liado” pude ver que Elisabeth me miraba perpleja -Oh, oh, mierda lo…lo siento…no pretendía…no sabía… no me dijiste nada y creí… creí que necesitarías ayuda…yo…- traté de disculparme torpemente ante Elizabeth, lo cierto era que me sentía fatal, creo que la había aguado lo que tuviese preparado, mierda, debí haberme quedado fuera esperando, pero no sé qué hubiera hecho otro en mi lugar ¿Dejarla que entre desprotegida en un sucio almacén? si de verdad era su escolta no podía dejarla entrar ahí sola.
Pero todos estos pensamientos se vieron cortados cuando la jefa de los matones decidió acabar conmigo -Nonono… verá que yo soy solo…- no pude decir más, dos enormes mercenarios armados se lanzaron a por mí, apenas tuve tiempo de sacar el escudo y de parar el primer espadazo, que iba directo a la cara, con una velocidad que me resultaba increíble hasta a mí, supongo que los reflejos se agudizan en momentos de necesidad, y no había más necesidad que evitar que dejen sin cara. Noté como el impacto hacía saltar chispas y me hizo retroceder medio metro arrasando los pies por el sucio suelo, ojala pudiera ver la cara del tipo que supongo no se esperaba fallar ese tajo.
Sin embargo mi euforia duró poco, su compañero, aún fresco me lanzó otra estocada, que también pude parar, aunque me hizo golpearme la espalda con una columna –Tranquila Elizabeth yo te protegeré- grite galán aunque estúpidamente, estaba claro que el único que necesitaba ayuda de allí era yo.
Mierda, no había acordado con Eltrant y Wood ninguna clave secreta en caso de que necesitase auxilio, habría estado bien.
Los dos mercenarios, sorprendidos de mi defensa, aunque seguros de su victoria continuaron lanzándome golpes, que yo iba parando con gran dificultad –Oye por favor chicos….(golpe)….a ver si os voy a tener que hacer daño…(golpe)…que os arreo con el martillo….(golpe)…que yo soy muy peligroso eh...(golpe) éstos inútiles intentos de asustar, no tuvieron ningún efecto (como era de esperar) en mis oponentes, que se estaban empezando a cabrear ante mis escurridizos desvíos.
Uno del los brutos cargó un golpe que tuve tiempo justo de esquivar colocándome tras una columna de madera, el golpe fue tal que casi parte la viga en dos.
-Oye parad, a ver si os vais a lastimar- solté entre, fue una decisión estúpida, porque el que ya había logrado desencajar la espada de la columna me dio tal mandoblazo que me tiró al suelo de culo por el golpe.
-Agggg, ¿pero estos no eran amigos tuyos?- grité mientras seguía parando porrazos desde el suelo arrastrándome hacia la pared –Ey…(golpe)…podemos hablarlo...(golpe)…que yo solo pasaba por aquí…(golpe)….oye en serio, que me vais a hacer daño...(golpe)- ese último golpe quebró mi defensa y me hizo descubrirme, vi como el mercenario sonreía mientras levantaba la espada dispuesta a rematarme, sin embargo en un increíble cruce de acontecimientos, algo reventó la puerta de un sonoro golpe, el mercenario giró la cabeza inconscientemente ante la sorpresa, no esperé ni un segundo más, aprovechando la momentánea interrupción me puse de pie y le propiné un fuerte golpe en la cabeza con la cara del escudo, el tipo no tuvo tiempo más que de girarse lo justo para que el escudo de seguro le rompiese la nariz y lo tirase al suelo.
-Ajá, ¿Quién es el siguiente?- dije de manera claramente estúpida ante la situación, desenfundando mi pala de la espalda, salí entonces de detrás de la columna donde me habían arrinconado y miré a lo que había reventado la puerta, y por lo tanto salvado mi pellejo, sin embrago, lo que vi me dejó de piedra, era un especie de enorme perro lobo gigante gris, que iba a dos patas, con armadura y llevaba una gran hacha larga, era un licántropo, sin duda, no había visto muchos a lo largo de mi vida, pues aún no había tenido la oportunidad de alejarme demasiado de la Península de Verisar, pero la imagen era increíble, solo me quedaba esperar en que estuviese de mi lado, o estaba bien jodido, es decir, más de lo que ya estaba.
Con cara de “la he liado” pude ver que Elisabeth me miraba perpleja -Oh, oh, mierda lo…lo siento…no pretendía…no sabía… no me dijiste nada y creí… creí que necesitarías ayuda…yo…- traté de disculparme torpemente ante Elizabeth, lo cierto era que me sentía fatal, creo que la había aguado lo que tuviese preparado, mierda, debí haberme quedado fuera esperando, pero no sé qué hubiera hecho otro en mi lugar ¿Dejarla que entre desprotegida en un sucio almacén? si de verdad era su escolta no podía dejarla entrar ahí sola.
Pero todos estos pensamientos se vieron cortados cuando la jefa de los matones decidió acabar conmigo -Nonono… verá que yo soy solo…- no pude decir más, dos enormes mercenarios armados se lanzaron a por mí, apenas tuve tiempo de sacar el escudo y de parar el primer espadazo, que iba directo a la cara, con una velocidad que me resultaba increíble hasta a mí, supongo que los reflejos se agudizan en momentos de necesidad, y no había más necesidad que evitar que dejen sin cara. Noté como el impacto hacía saltar chispas y me hizo retroceder medio metro arrasando los pies por el sucio suelo, ojala pudiera ver la cara del tipo que supongo no se esperaba fallar ese tajo.
Sin embargo mi euforia duró poco, su compañero, aún fresco me lanzó otra estocada, que también pude parar, aunque me hizo golpearme la espalda con una columna –Tranquila Elizabeth yo te protegeré- grite galán aunque estúpidamente, estaba claro que el único que necesitaba ayuda de allí era yo.
Mierda, no había acordado con Eltrant y Wood ninguna clave secreta en caso de que necesitase auxilio, habría estado bien.
Los dos mercenarios, sorprendidos de mi defensa, aunque seguros de su victoria continuaron lanzándome golpes, que yo iba parando con gran dificultad –Oye por favor chicos….(golpe)….a ver si os voy a tener que hacer daño…(golpe)…que os arreo con el martillo….(golpe)…que yo soy muy peligroso eh...(golpe) éstos inútiles intentos de asustar, no tuvieron ningún efecto (como era de esperar) en mis oponentes, que se estaban empezando a cabrear ante mis escurridizos desvíos.
Uno del los brutos cargó un golpe que tuve tiempo justo de esquivar colocándome tras una columna de madera, el golpe fue tal que casi parte la viga en dos.
-Oye parad, a ver si os vais a lastimar- solté entre, fue una decisión estúpida, porque el que ya había logrado desencajar la espada de la columna me dio tal mandoblazo que me tiró al suelo de culo por el golpe.
-Agggg, ¿pero estos no eran amigos tuyos?- grité mientras seguía parando porrazos desde el suelo arrastrándome hacia la pared –Ey…(golpe)…podemos hablarlo...(golpe)…que yo solo pasaba por aquí…(golpe)….oye en serio, que me vais a hacer daño...(golpe)- ese último golpe quebró mi defensa y me hizo descubrirme, vi como el mercenario sonreía mientras levantaba la espada dispuesta a rematarme, sin embargo en un increíble cruce de acontecimientos, algo reventó la puerta de un sonoro golpe, el mercenario giró la cabeza inconscientemente ante la sorpresa, no esperé ni un segundo más, aprovechando la momentánea interrupción me puse de pie y le propiné un fuerte golpe en la cabeza con la cara del escudo, el tipo no tuvo tiempo más que de girarse lo justo para que el escudo de seguro le rompiese la nariz y lo tirase al suelo.
-Ajá, ¿Quién es el siguiente?- dije de manera claramente estúpida ante la situación, desenfundando mi pala de la espalda, salí entonces de detrás de la columna donde me habían arrinconado y miré a lo que había reventado la puerta, y por lo tanto salvado mi pellejo, sin embrago, lo que vi me dejó de piedra, era un especie de enorme perro lobo gigante gris, que iba a dos patas, con armadura y llevaba una gran hacha larga, era un licántropo, sin duda, no había visto muchos a lo largo de mi vida, pues aún no había tenido la oportunidad de alejarme demasiado de la Península de Verisar, pero la imagen era increíble, solo me quedaba esperar en que estuviese de mi lado, o estaba bien jodido, es decir, más de lo que ya estaba.
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Lo que fuese que estuviese pasando en el interior del almacén no había acabado, el característico sonido del metal entrechocando entre si era perfectamente audible desde dónde se encontraba.
Tragó saliva e inspiró hondo preparándose para entrar, la suave brisa que corría se le antojaba gélida por culpa del agua que empapaba sus ropajes, como de costumbre, le dolía el brazo derecho echó una última mirada al gigante que acababa de derrotar y tras asegurarse de que no se iba a levantar para atacarle por la espalda se encaminó hacia la entrada del almacén todo lo rápido que sus piernas le permitían.
Una vez llegó a la entrada lo primero que advirtió es que algo había hecho estallar los goznes de la puerta, lo segundo, que ese algo blandía un hacha enorme y estaba luchando a solas contra un pequeño ejército de individuos, frunció el ceño, lo llevaba intuyendo desde que estuvo en Ulmer, pero ahora sabia con total certeza de que Wood era una licántropo, quizás incluso hubiese dicho la verdad y fuese una general allí después de todo.
Sin tiempo para pensar más se lanzó a ayudar a sus compañeros, Schott no estaba muy lejos de él, junto a la mujer de la capa amarilla, quien se había escondido detrás del herrero, armad. Ahora que Eltrant la veía más de cerca estaba claro que era Elizabeth.
-“¡Jefa!” – Gritó uno de los presentes cuando vio llegar al mercenario –“¡Otro más!” – La mujer que blandía la enorme espada miró al recién llegado y frunció el ceño – “¿¡A cuántos más piensas invitar Eliza?!” – Gritó a la mujer que se había refugiado tras el pelirrojo–“Pues ya sabéis que hacer, yo me encargo de la bestia” – Dijo agarrando el espadón con ambas manos y girándose hacia Wood.
Sin tiempo para pensar un plan de ataque Eltrant se vio forzado a defenderse de uno de los lacayos de aquella mujer que, tan pronto como su jefa hubo acabado de hablar, se lanzó a por él.
Eltrant desvió la espada de este individuo fácilmente con la suya propia y le golpeó en la cara con la extremidad que tenía libre quitándoselo de encima durante unos segundos, para justo después parar el ataque de otro de los secuaces a quien después de evitar varias estocadas plantó la espada en mitad del torso.
Un tercer atacante pilló al mercenario desprevenido consiguiendo acertarle la altura del omoplato de donde enseguida comenzó a sangrar, Eltrant apretó los dientes y girándose con la espada en alto embistió a aquel tipo con toda su fuerza quien se vio obligado a retroceder ante el ataque.
¿Cuántos había? Eltrant trató de repasar el almacén con la mirada varias veces, pero no conseguía concretar exactamente el número de enemigos, más de diez, al menos.
No pudo hacer nada cuando un cuarto enemigo saltó de la nada y le plató su bota en la cara, momento en el cual Eltrant rodó por el suelo para levantarse inmediatamente después y sin pensárselo dos veces atravesar de mitad a mitad al tipo que tenía más cerca, quien casualmente era el que había tratado de atacarle en un principio.
-“¿De verdad creías que alguien como tu podía acabar conmigo?” – Eltrant se giró hacia aquella voz que extrañamente le era familiar para encontrarse con el gigante a quien había abatido momentos con la cara manchada de sangre y armado de nuevo con el enorme espadón que portaba – “¡Schott!” – Gritó cuando supo que estaba muy lejos de poder evitar el próximo ataque que le lanzara aquella bestia.
Tragó saliva e inspiró hondo preparándose para entrar, la suave brisa que corría se le antojaba gélida por culpa del agua que empapaba sus ropajes, como de costumbre, le dolía el brazo derecho echó una última mirada al gigante que acababa de derrotar y tras asegurarse de que no se iba a levantar para atacarle por la espalda se encaminó hacia la entrada del almacén todo lo rápido que sus piernas le permitían.
Una vez llegó a la entrada lo primero que advirtió es que algo había hecho estallar los goznes de la puerta, lo segundo, que ese algo blandía un hacha enorme y estaba luchando a solas contra un pequeño ejército de individuos, frunció el ceño, lo llevaba intuyendo desde que estuvo en Ulmer, pero ahora sabia con total certeza de que Wood era una licántropo, quizás incluso hubiese dicho la verdad y fuese una general allí después de todo.
Sin tiempo para pensar más se lanzó a ayudar a sus compañeros, Schott no estaba muy lejos de él, junto a la mujer de la capa amarilla, quien se había escondido detrás del herrero, armad. Ahora que Eltrant la veía más de cerca estaba claro que era Elizabeth.
-“¡Jefa!” – Gritó uno de los presentes cuando vio llegar al mercenario –“¡Otro más!” – La mujer que blandía la enorme espada miró al recién llegado y frunció el ceño – “¿¡A cuántos más piensas invitar Eliza?!” – Gritó a la mujer que se había refugiado tras el pelirrojo–“Pues ya sabéis que hacer, yo me encargo de la bestia” – Dijo agarrando el espadón con ambas manos y girándose hacia Wood.
Sin tiempo para pensar un plan de ataque Eltrant se vio forzado a defenderse de uno de los lacayos de aquella mujer que, tan pronto como su jefa hubo acabado de hablar, se lanzó a por él.
Eltrant desvió la espada de este individuo fácilmente con la suya propia y le golpeó en la cara con la extremidad que tenía libre quitándoselo de encima durante unos segundos, para justo después parar el ataque de otro de los secuaces a quien después de evitar varias estocadas plantó la espada en mitad del torso.
Un tercer atacante pilló al mercenario desprevenido consiguiendo acertarle la altura del omoplato de donde enseguida comenzó a sangrar, Eltrant apretó los dientes y girándose con la espada en alto embistió a aquel tipo con toda su fuerza quien se vio obligado a retroceder ante el ataque.
¿Cuántos había? Eltrant trató de repasar el almacén con la mirada varias veces, pero no conseguía concretar exactamente el número de enemigos, más de diez, al menos.
No pudo hacer nada cuando un cuarto enemigo saltó de la nada y le plató su bota en la cara, momento en el cual Eltrant rodó por el suelo para levantarse inmediatamente después y sin pensárselo dos veces atravesar de mitad a mitad al tipo que tenía más cerca, quien casualmente era el que había tratado de atacarle en un principio.
-“¿De verdad creías que alguien como tu podía acabar conmigo?” – Eltrant se giró hacia aquella voz que extrañamente le era familiar para encontrarse con el gigante a quien había abatido momentos con la cara manchada de sangre y armado de nuevo con el enorme espadón que portaba – “¡Schott!” – Gritó cuando supo que estaba muy lejos de poder evitar el próximo ataque que le lanzara aquella bestia.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Aquél súbito silencio fue interrumpido por una voz sumamente conocida que me causó una risa poco menos que incontrolable. Mis carcajadas resonaban como una especie de aullido de un perro moribundo mientras mostraba mis dientes sin poder contener la tensión en mis labios. Ese Schott… quedó tan quieto al verme que un monumento sería un calificativo corto, incluso presentí que la tez de su piel bajó un grado, aunque a la distancia y la penumbra no podría estar segura. Asentí con la cabeza en señal de reconocimiento y comencé a arremeter contra el primero que dio un paso al frente.
El hacha larga le atravesó el hombro al primer incauto que intentó ir por mí como si de una lanza se tratase, mientras que al siguiente le pegué en la cabeza con la cara del arma para noquearlo en el suelo. A ambos le sacaba un buen de ventaja en cuanto a corpulencia se trata, sin embargo, sus compañeritos pronto se reunieron para atacarme, recordándome de alguna forma a los pequeños goblins ilidinenses que fueron bichos difíciles dematar apalear… Sin embargo estos eran humanos y grandes. Si comenzaba a matarlos se podrían desatar problemas por todos lados, políticos y no tan políticos o en mejores palabras, la cagaría con Nana en Ulmer, dejando muy mal a los licátropos honrados que querían salir adelante y también me darían un escarmiento en el gremio de asesinos por estar llamando la atención metida en escaramuzas que no son de interés para la agrupación.
Era difícil no matarles, refrenarme y no morderles sus cuellos hasta desgarrar su carne con mis afilados colmillos. Sus pieles sucias, rasposas, mal olientes y sudadas no eran más fuertes por pertenecer a mercenarios mal pagos, sino todo lo contrario, se veían tan frágiles y delicados como el beso de una doncella… Uf… uffff… resoplaba una y otra vez a través de mi hocico que ya estaba manchado con algunas perlas de sangre. No matarles no significaba no herirles… ¡Tenía que controlarme o acabaría haciendo un desastre!.
Finalmente estaba rodeada. Aunque había hecho retroceder a unos cuantos; no solo con el hacha larga, sino con sus golpes, patadas y puñetazos, sino también con mi apariencia. Y finalmente aquella magnífica armadura. Si bien no era a prueba de todo, varios de los golpes que intentaron darme no fueron más que caricias sobre mi lustrosa defensa. Grrraaaauuuuuu aullé en un momento de euforia en el que me habían tomado de los brazos y se apartaban mientras un mercenario de mi porte cargaba contra mí espada en mano con un grito de guerra.
¡Por los pelos! Por los pelos de mi cola que me salvé de que ese infeliz rebanara mi hocico y todo lo que se interpusiera entre él y mi canino ombligo. De alguna forma fui capaz de zafar mi brazo izquierdo –que ya había sido desarmado por alguien indeterminado- e interpuse a uno de los mercenarios anónimos ante el que venía a la carga. Ese al ver lo que pasaba, apenas tuvo tiempo de desviar su ataque que logró mellar mi armadura. Ahora si estaba cabreada, muy cabreada. Cerré mis puños y dejé que la bestia dentro de mí tomara el control, no me molestaba demasiado en esquivar los ataques, sino en darle caña a todos los que pudiera, aunque era difícil ya que parecían reproducirse como las malditas moscas que intentas tragarte en los días de calor.
Un hilo de baba corría a través de mi cuello cuando aquellos bastardos decidieron alejarse para dejar pasar a la orgullosa líder. No era más que una humana de tez oscura que se pavoneaba con un cuerpo de prostituta y con un arma más grande que sus brazos. Su olor, su presencia, su voz y aquél ojo que lo veía todo me causaban repulsión. Era muy tarde para intentar buscar mi hacha y no pretendía que los humanos me ayudaran. Era un general, una asesina, pero por sobre todo eso, era una bestia con ganas de asesinar, un monstruo enviciado que quería la cabeza de esa mujer y quizás luego la de la que nos había metido en todo eso “Zorras” pensé mientras desenfundaba el cuchillo y la otra hacha. Me paré en posición de defensa en espera de su ataque, después de todo, tenía que disfrutarlo mientras durara. Le mostré una sonrisa canina despreocupada, lo que pareció encender su instinto de lucha más de lo que esperaba. Lo tenía, esa mujer acabaría pronto con su propia vida.
El hacha larga le atravesó el hombro al primer incauto que intentó ir por mí como si de una lanza se tratase, mientras que al siguiente le pegué en la cabeza con la cara del arma para noquearlo en el suelo. A ambos le sacaba un buen de ventaja en cuanto a corpulencia se trata, sin embargo, sus compañeritos pronto se reunieron para atacarme, recordándome de alguna forma a los pequeños goblins ilidinenses que fueron bichos difíciles de
Era difícil no matarles, refrenarme y no morderles sus cuellos hasta desgarrar su carne con mis afilados colmillos. Sus pieles sucias, rasposas, mal olientes y sudadas no eran más fuertes por pertenecer a mercenarios mal pagos, sino todo lo contrario, se veían tan frágiles y delicados como el beso de una doncella… Uf… uffff… resoplaba una y otra vez a través de mi hocico que ya estaba manchado con algunas perlas de sangre. No matarles no significaba no herirles… ¡Tenía que controlarme o acabaría haciendo un desastre!.
Finalmente estaba rodeada. Aunque había hecho retroceder a unos cuantos; no solo con el hacha larga, sino con sus golpes, patadas y puñetazos, sino también con mi apariencia. Y finalmente aquella magnífica armadura. Si bien no era a prueba de todo, varios de los golpes que intentaron darme no fueron más que caricias sobre mi lustrosa defensa. Grrraaaauuuuuu aullé en un momento de euforia en el que me habían tomado de los brazos y se apartaban mientras un mercenario de mi porte cargaba contra mí espada en mano con un grito de guerra.
¡Por los pelos! Por los pelos de mi cola que me salvé de que ese infeliz rebanara mi hocico y todo lo que se interpusiera entre él y mi canino ombligo. De alguna forma fui capaz de zafar mi brazo izquierdo –que ya había sido desarmado por alguien indeterminado- e interpuse a uno de los mercenarios anónimos ante el que venía a la carga. Ese al ver lo que pasaba, apenas tuvo tiempo de desviar su ataque que logró mellar mi armadura. Ahora si estaba cabreada, muy cabreada. Cerré mis puños y dejé que la bestia dentro de mí tomara el control, no me molestaba demasiado en esquivar los ataques, sino en darle caña a todos los que pudiera, aunque era difícil ya que parecían reproducirse como las malditas moscas que intentas tragarte en los días de calor.
Un hilo de baba corría a través de mi cuello cuando aquellos bastardos decidieron alejarse para dejar pasar a la orgullosa líder. No era más que una humana de tez oscura que se pavoneaba con un cuerpo de prostituta y con un arma más grande que sus brazos. Su olor, su presencia, su voz y aquél ojo que lo veía todo me causaban repulsión. Era muy tarde para intentar buscar mi hacha y no pretendía que los humanos me ayudaran. Era un general, una asesina, pero por sobre todo eso, era una bestia con ganas de asesinar, un monstruo enviciado que quería la cabeza de esa mujer y quizás luego la de la que nos había metido en todo eso “Zorras” pensé mientras desenfundaba el cuchillo y la otra hacha. Me paré en posición de defensa en espera de su ataque, después de todo, tenía que disfrutarlo mientras durara. Le mostré una sonrisa canina despreocupada, lo que pareció encender su instinto de lucha más de lo que esperaba. Lo tenía, esa mujer acabaría pronto con su propia vida.
Woodpecker
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Notaba como mi corazón palpitaba, tenía la adrenalina a tope, lo que en verdad era una suerte, porque debía de estar bien magullado y de otra manera me iba a costar muchísimo moverme, vi como el licántropo me asentía débilmente, y entonces lo entendí, ¡Era Wood!, claro, debí haberlo sospechado desde el principio, su técnica, sus extraños comentarios, y el pelo, era del mismo color, todo encajaba.
Sonreí ampliamente al saber que contaba con un nuevo y poderosísimo aliando, ahora el combate ya estaba algo más equilibrado, bueno, más de una docena contra dos, bueno, uno y medio, la cosa tampoco pintaba demasiado bien, aunque seguro que Wood valía por doce, espero.
Sin más dilación, Wood comenzó a repartir golpes a diestro y siniestro, pero no pude ver más, en lo que había estado inmóvil un mercenario vino por detrás y arremetió contra mi espalda, tuve tiempo justo de girarme y parar el golpe, ¿es que no se iban a cansar nunca?
Miré para atrás, Elisabeth se había refugiado detrás mío –No se preocupe Milady, yo la protegeré- dije sonriendo, aunque no se quién de los dos se creería menos esa afirmación.
Entonces otra nueva sorpresa, Eltrant entró en escena atravesando el agujero que había abierto Wood y plantándole cara a varios mercenarios –Ey Eltrant- grité –Bienvenido a la fiesta Jajaja- reí quitándole hierro al asunto, hierro como el de la espada que estuvo a punto de cortarme la pierna de no haber tenido las rodilleras.
Inmediatamente Eltrant empezó a repartir también golpes a los mercenarios con una técnica bastante decente, no pude seguir mirándole porque yo ya tenía mis propios problemas, metamorfoseados en tres tíos con espada que no cesaban de darme golpes, no me gustaría ser yo mismo mañana, si es que salía de esta.
Uno me propinó una patada en el escudo que me hizo caer sobre una caja que se rompió en mi espalda dolorosamente, entonces oí un gritó entre el jaleo, Eltrant me estaba llamando, miré hacia donde estaba el, un tipo enorme que no había visto hasta ahora estaba a punto de ensartarle con una espada de su misma proporción.
-¡Eltrant!- grité sin saber bien que hacer, entonces lo vi claro, un fugaz pensamiento cruzó mi cabeza y no me lo pensé dos veces, saqué mi martillo del cinturón, apunté y lo lancé hacia la cabeza del tipo como si de un hacha arrojadiza se tratase, sorprendentemente acerté, el martillo cruzó la sala girando sobre sí mismo para impactar con un horrible golpe en la nuca del gigante que no se lo esperaba.
-Jajá, diana- exclamé aun incrédulo de lo que acababa de hacer, espero que no tuviese que repetirlo, porque dudo que me saliera de nuevo.
Nuevamente mi júbilo duró poco, otro espadazo directo al pecho estuvo a punto de tumbarme, rodé sobre mí mismo y me situé tras una viga.
Cuando me giré vi que Wood seguía luchando, aunque parecía que no pretendía matar a los mercenarios, para ser un licántropo esperaba mucho mayor estropicio, yo la verdad no me había planteado siquiera ese dilema, digamos que cuando las espadas silban sobre tu cabeza te preocupa bastante poco adonde dirigir tus golpes.
-¿Eso es un arma?- rio un mercenario viendo la pala que había desenfundado antes.
-No, es una pala, pero veras que bien sienta- dije dándole un derechazo en toda la cara con la pala, puede que no cortase, pero los dientes saltaban con ella que daba gusto.
Tras ese sorprendente golpe me vi arrinconado junto a la columna dañada, me rodeaban tres mercenarios y mi escudo no cubría tanto espacio.
-Estas acabado chaval, desearías haber traído una espada- gritó uno preparando su ataque.
Tenía que pensar rápido, mi vida dependía de ello, bueno, ¿y cuando no?, por suerte, cuando mi espalda se apoyó con la viga lo vi claro.
-¡Y tu un casco idiota!- grité dándole un golpe a la dañada columna con el escudo, ya tenía un feo tajo debido a un ataque fallido anterior, así que, con un feo crujido, se partió en dos liberando su carga.
Rodé hacia atrás y me cubrí la cabeza con el escudo mientras una enorme viga del techo y numerosos escombros se caían encima de los tres mercenarios no haciéndoles ningún bien.
-Uf, por que poco- dije sonriendo mirando el agujero que había quedado en el techo mientras me sacudía el polvo de encima.
Vi que Wood se estaba preparando para un combate con la líder de los mercenarios, no sabía cuál de las dos daba más miedo, bueno en verdad si, el lobo enorme con un hacha, tampoco era tan difícil.
-Está bien, tu encárgate de uno solo y Eltrant y yo de los otros diez- dije sonriendo ironico sin muchas esperanzas de que me oyese mientras esquivaba otro golpe con el escudo, la cosa estaba realmente fea, quién iba a imaginar que había toda una panda de mercenarios armados en un cutre almacén, si yo solo quería una copa.
Sonreí ampliamente al saber que contaba con un nuevo y poderosísimo aliando, ahora el combate ya estaba algo más equilibrado, bueno, más de una docena contra dos, bueno, uno y medio, la cosa tampoco pintaba demasiado bien, aunque seguro que Wood valía por doce, espero.
Sin más dilación, Wood comenzó a repartir golpes a diestro y siniestro, pero no pude ver más, en lo que había estado inmóvil un mercenario vino por detrás y arremetió contra mi espalda, tuve tiempo justo de girarme y parar el golpe, ¿es que no se iban a cansar nunca?
Miré para atrás, Elisabeth se había refugiado detrás mío –No se preocupe Milady, yo la protegeré- dije sonriendo, aunque no se quién de los dos se creería menos esa afirmación.
Entonces otra nueva sorpresa, Eltrant entró en escena atravesando el agujero que había abierto Wood y plantándole cara a varios mercenarios –Ey Eltrant- grité –Bienvenido a la fiesta Jajaja- reí quitándole hierro al asunto, hierro como el de la espada que estuvo a punto de cortarme la pierna de no haber tenido las rodilleras.
Inmediatamente Eltrant empezó a repartir también golpes a los mercenarios con una técnica bastante decente, no pude seguir mirándole porque yo ya tenía mis propios problemas, metamorfoseados en tres tíos con espada que no cesaban de darme golpes, no me gustaría ser yo mismo mañana, si es que salía de esta.
Uno me propinó una patada en el escudo que me hizo caer sobre una caja que se rompió en mi espalda dolorosamente, entonces oí un gritó entre el jaleo, Eltrant me estaba llamando, miré hacia donde estaba el, un tipo enorme que no había visto hasta ahora estaba a punto de ensartarle con una espada de su misma proporción.
-¡Eltrant!- grité sin saber bien que hacer, entonces lo vi claro, un fugaz pensamiento cruzó mi cabeza y no me lo pensé dos veces, saqué mi martillo del cinturón, apunté y lo lancé hacia la cabeza del tipo como si de un hacha arrojadiza se tratase, sorprendentemente acerté, el martillo cruzó la sala girando sobre sí mismo para impactar con un horrible golpe en la nuca del gigante que no se lo esperaba.
-Jajá, diana- exclamé aun incrédulo de lo que acababa de hacer, espero que no tuviese que repetirlo, porque dudo que me saliera de nuevo.
Nuevamente mi júbilo duró poco, otro espadazo directo al pecho estuvo a punto de tumbarme, rodé sobre mí mismo y me situé tras una viga.
Cuando me giré vi que Wood seguía luchando, aunque parecía que no pretendía matar a los mercenarios, para ser un licántropo esperaba mucho mayor estropicio, yo la verdad no me había planteado siquiera ese dilema, digamos que cuando las espadas silban sobre tu cabeza te preocupa bastante poco adonde dirigir tus golpes.
-¿Eso es un arma?- rio un mercenario viendo la pala que había desenfundado antes.
-No, es una pala, pero veras que bien sienta- dije dándole un derechazo en toda la cara con la pala, puede que no cortase, pero los dientes saltaban con ella que daba gusto.
Tras ese sorprendente golpe me vi arrinconado junto a la columna dañada, me rodeaban tres mercenarios y mi escudo no cubría tanto espacio.
-Estas acabado chaval, desearías haber traído una espada- gritó uno preparando su ataque.
Tenía que pensar rápido, mi vida dependía de ello, bueno, ¿y cuando no?, por suerte, cuando mi espalda se apoyó con la viga lo vi claro.
-¡Y tu un casco idiota!- grité dándole un golpe a la dañada columna con el escudo, ya tenía un feo tajo debido a un ataque fallido anterior, así que, con un feo crujido, se partió en dos liberando su carga.
Rodé hacia atrás y me cubrí la cabeza con el escudo mientras una enorme viga del techo y numerosos escombros se caían encima de los tres mercenarios no haciéndoles ningún bien.
-Uf, por que poco- dije sonriendo mirando el agujero que había quedado en el techo mientras me sacudía el polvo de encima.
Vi que Wood se estaba preparando para un combate con la líder de los mercenarios, no sabía cuál de las dos daba más miedo, bueno en verdad si, el lobo enorme con un hacha, tampoco era tan difícil.
-Está bien, tu encárgate de uno solo y Eltrant y yo de los otros diez- dije sonriendo ironico sin muchas esperanzas de que me oyese mientras esquivaba otro golpe con el escudo, la cosa estaba realmente fea, quién iba a imaginar que había toda una panda de mercenarios armados en un cutre almacén, si yo solo quería una copa.
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
El pesado martillo impactó contra la nuca del gigante, quien se llevó la mano a la zona dónde había sido golpeado, miró a Eltrant y después tras poner los ojos en blanco por unos segundos, se desplomó cuan largo era. –“¡Buena puntería herrero!” –Gritó mientras se defendía de otro de los mercenarios y contraatacaba tan pronto como hubo parado la estocada.
Aunque se estuviese defendiendo medianamente bien le estaba costando mantener el tipo, dejando a un lado que estaban en desventaja por tres a uno, aquellos tipos habían recibido entrenamiento, no bueno, ni eficaz, pero trabajaban en equipo y sabían usar las armas que llevaban.
Un fuerte estruendo seguido de varios chillidos hizo que Eltrant se volviese hacia dónde estaba el pelirrojo, quien armado con una pala se las había ingeniado para hacer caer sobre varios de sus atacantes parte del techo. –“¿Cómo…?” – Empezó a decir justo cuando una espada pasó tan cerca de su cabeza que podría haberle afeitad la cara, dando varios pasos hacia atrás evitó que esa misma arma le decapitase y golpeó en el pecho al mercenario que le había atacado. Por suerte para aquel tipo su espada estaba lo suficientemente roma como para solo ocasionar cortes poco profundos, no moriría, pero probablemente no querría levantarse en un buen rato.
***
Aya miró a la bestia que tenía ante ella mientras jadeaba, era buena, mucho, no era un licántropo del montón.
Frunció el ceño, la mera presencia de aquella cosa estaba haciendo que sus hombres perdiesen la moral y el poco sentido del deber que les quedaba, estaba claro que si continuaba aquello iba a salir muy mal parada, eso le pasaba por contratar a la poca chusma de las tabernas Lunargenta, en Dundarak nunca hubiese pasado aquello.
Por otro lado, no se había hecho con el poder de una compañía de mercenarios amilanándose ante cualquier licántropo que se le presentase frente a ella, el parche que cubría su ojo derecho era una prueba de ello. Siguió observando los movimientos del licántropo tratando de buscar una apertura sin conseguir nada, gráciles pero cargados de ira, el rostro lobuno repleto de rabia babeando por morder la carne que cubría sus huesos, sí, había peleado con más como aquel.
Miró a su alrededor, el “guardaespaldas” de Eliza se las había apañado para quitarse de en medio a varios de sus hombre sin ni siquiera llevar una espada y el otro que había llegado… no peleaba mal, para tener pinta de no haber comido en varios días.
No, no tenía buena pinta -“Un buen comandante sabe cuándo retirarse” – Dijo en voz alta para que todos sus hombres la oyesen, estos inmediatamente y sin pensárselo dos veces empezaron a correr hacia las salidas más próximas dejando atrás a los aliados y las armas caídas.
Frunciendo el ceño, y agarrando el mandoble con una mano lo lanzó en dirección a la mujer de la capa amarilla, el arma voló por la habitación y se clavó en una caja de madera a pocos metros de la cabeza de la mujer –“Tú ganas Elizabeth, otra vez” – dijo para después volverse hacia el licántropo - “Buena pelea lobo, estaré encantada de repetirla en otra ocasión y acabarla” - y sonriendo enigmáticamente a quien le había vencido lanzar una pequeña bola al suelo, que tras emitir una luz cegadora inundó el almacén de un gas rojizo que dificultaba la visión de todos los presentes.
***
Eltrant rodaba por el suelo mientras forcejeaba con uno de los mercenarios del almacén cuando se vio envuelto de pronto en una nube de gas de color carmesí.
Debido a lo súbito de la situación y a que no tenía tiempo para aguantar la respiración parte de ese gas entró en sus pulmones haciéndole toser repetidamente, algo que le hizo perder la concentración por unos instantes, cosa que su enemigo percibió pues segundos después recibió un derechazo del tipo al que había placado en la cara, el cual lejos de quedarse a pelear tras zafarse del agarre de Eltrant se perdió en la neblina en un abrir y cerrar de ojos.
Minutos después la nube de humo se había disipado y los únicos que quedaban en el almacén eran varios tipos inconscientes y ellos. Tras levantarse del suelo se volvió hacia Schott y después limpiarse la sangre que manaba de su nariz con la manga de la camisa le sonrió –“Supongo que no tendrás suelto para unas copas… no me vendría mal una ahora mismo” – Dicho esto miró a la mujer envuelta en la capa amarilla, que seguía tras el herrero, quien evitó la mirada del mercenario.
En ese instante fuertes golpes, secos y constantes empezaron a salir del interior de la caja en la que estaba clavado el mandoble que la líder de los mercenarios había lanzado momentos atrás.
Aunque se estuviese defendiendo medianamente bien le estaba costando mantener el tipo, dejando a un lado que estaban en desventaja por tres a uno, aquellos tipos habían recibido entrenamiento, no bueno, ni eficaz, pero trabajaban en equipo y sabían usar las armas que llevaban.
Un fuerte estruendo seguido de varios chillidos hizo que Eltrant se volviese hacia dónde estaba el pelirrojo, quien armado con una pala se las había ingeniado para hacer caer sobre varios de sus atacantes parte del techo. –“¿Cómo…?” – Empezó a decir justo cuando una espada pasó tan cerca de su cabeza que podría haberle afeitad la cara, dando varios pasos hacia atrás evitó que esa misma arma le decapitase y golpeó en el pecho al mercenario que le había atacado. Por suerte para aquel tipo su espada estaba lo suficientemente roma como para solo ocasionar cortes poco profundos, no moriría, pero probablemente no querría levantarse en un buen rato.
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Aya miró a la bestia que tenía ante ella mientras jadeaba, era buena, mucho, no era un licántropo del montón.
Frunció el ceño, la mera presencia de aquella cosa estaba haciendo que sus hombres perdiesen la moral y el poco sentido del deber que les quedaba, estaba claro que si continuaba aquello iba a salir muy mal parada, eso le pasaba por contratar a la poca chusma de las tabernas Lunargenta, en Dundarak nunca hubiese pasado aquello.
Por otro lado, no se había hecho con el poder de una compañía de mercenarios amilanándose ante cualquier licántropo que se le presentase frente a ella, el parche que cubría su ojo derecho era una prueba de ello. Siguió observando los movimientos del licántropo tratando de buscar una apertura sin conseguir nada, gráciles pero cargados de ira, el rostro lobuno repleto de rabia babeando por morder la carne que cubría sus huesos, sí, había peleado con más como aquel.
Miró a su alrededor, el “guardaespaldas” de Eliza se las había apañado para quitarse de en medio a varios de sus hombre sin ni siquiera llevar una espada y el otro que había llegado… no peleaba mal, para tener pinta de no haber comido en varios días.
No, no tenía buena pinta -“Un buen comandante sabe cuándo retirarse” – Dijo en voz alta para que todos sus hombres la oyesen, estos inmediatamente y sin pensárselo dos veces empezaron a correr hacia las salidas más próximas dejando atrás a los aliados y las armas caídas.
Frunciendo el ceño, y agarrando el mandoble con una mano lo lanzó en dirección a la mujer de la capa amarilla, el arma voló por la habitación y se clavó en una caja de madera a pocos metros de la cabeza de la mujer –“Tú ganas Elizabeth, otra vez” – dijo para después volverse hacia el licántropo - “Buena pelea lobo, estaré encantada de repetirla en otra ocasión y acabarla” - y sonriendo enigmáticamente a quien le había vencido lanzar una pequeña bola al suelo, que tras emitir una luz cegadora inundó el almacén de un gas rojizo que dificultaba la visión de todos los presentes.
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Eltrant rodaba por el suelo mientras forcejeaba con uno de los mercenarios del almacén cuando se vio envuelto de pronto en una nube de gas de color carmesí.
Debido a lo súbito de la situación y a que no tenía tiempo para aguantar la respiración parte de ese gas entró en sus pulmones haciéndole toser repetidamente, algo que le hizo perder la concentración por unos instantes, cosa que su enemigo percibió pues segundos después recibió un derechazo del tipo al que había placado en la cara, el cual lejos de quedarse a pelear tras zafarse del agarre de Eltrant se perdió en la neblina en un abrir y cerrar de ojos.
Minutos después la nube de humo se había disipado y los únicos que quedaban en el almacén eran varios tipos inconscientes y ellos. Tras levantarse del suelo se volvió hacia Schott y después limpiarse la sangre que manaba de su nariz con la manga de la camisa le sonrió –“Supongo que no tendrás suelto para unas copas… no me vendría mal una ahora mismo” – Dicho esto miró a la mujer envuelta en la capa amarilla, que seguía tras el herrero, quien evitó la mirada del mercenario.
En ese instante fuertes golpes, secos y constantes empezaron a salir del interior de la caja en la que estaba clavado el mandoble que la líder de los mercenarios había lanzado momentos atrás.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Cerré mis ojos, podía sentir cómo mi respiración se volvía pesada mientras exageradamente podía escuchar cada sonido producido dentro del recinto. Nada mal dije en medio de una breve pausa. La guerrera había resultado mucho mejor de lo que esperaba para una humana con un solo ojo. Una vista aguda, reflejos de gato, increíble agilidad para una raza tan pobre en el arte de la lucha y por sobre todo, muy fina en los puntos que elegía. No daba puntada sin hilo, pero esta vieja licántropo tampoco se cocinaba en un hervor y no tenía ningún recordatorio de falla porque nunca la había tenido y por ello me sentía ciertamente con una ventaja de superioridad que en un momento definió uno de los muchos encuentros.
Ataques rápidos, breves, testantes. Ella buscaba mi punto débil como yo el de ella, aunque debo confesar que sus hábitos eran más pulidos y limpios que los míos, a esas alturas quería agarrarle de cualquier parte para despedazarla, mientras ella como una grácil bailarina esquivaba mis absurdos ataques. Huuuuffff… hufff pero por sobre aquello pude escuchar claramente al humano Schott quejarse. Ganas no me faltaron de cederle mi lugar con esa… buena luchadora. No estaba dispuesta a darle más reconocimiento que ese, después de todo seguía viva tras el imparable poder de mi hacha corta. Sonreí mostrándole mis dientes lanzándome como una saeta directo a su estómago, de haber tenido mi hacha larga me hubiera complacido picarla un poco mucho.
Esta vez ella desvió mi avance con algo de trabajo, al fin estaba comenzando a entender su estrategia y claro, su resistencia tampoco sería eterna. Sólo debía mantener mi paso… claro si podía. Con un movimiento violento y sorpresivo se giró para rematarme un golpe con su mandoble que desvié a duras penas con el cuchillo produciendo un fuertísimo sonido metálico que me desconcentró por unos instantes, momento que aprovechó para darme en la cabeza con el revés de su arma. Arggg gruñí como la bestia herida que era, más ella sonrió y retrocedió. Al fin se había apuntado su punto y estaba lista para retirarse, pude comprenderlo por el brillo malicioso de su único y feo ojo.
Dio unos pasos atrás y me quedé en mi lugar, pensativa y mirándola de reojo mientras me llevaba una mano involuntariamente a la herida que me sangraba. “Maldita” pensé, y esta vez estaba casi segura de que eso dejaría marca, ya que me había golpeado sobre una vieja herida que siempre había cicatrizado mal, aunque no era visible a simple vista. La primera que me hicieron en aquél terrible laboratorio abandonado. Apreté los dientes al traer aquellos oscuros recuerdos a mi mente, esa vez fue una de las pocas en las que en realidad había pasado miedo, más una bomba de humo me trajo rápidamente a la realidad. “Pero ¿qué?” pensé al ver desaparecer varias siluetas. Balf me limité a responderle a la muy malosa, completamente consciente de que ella escaparía y que yo no podría hacer nada para remediarlo. Claro… excepto enviarle a medio gremio para que termine con sus actividades. Reí para mis fueros internos mientras caía al suelo exhausta y nuevamente con la nariz tapada, pero esta vez por aquél extraño humo.
¿Sueltos? pregunté tomando mi brazo izquierdo que súbitamente había comenzado a doler. Probablemente me habían golpeado sin que me diera cuenta y ahora comenzaba a pasarme factura. Ahora caminaba erguida hacia mis compañeros, buscando con la vista el hacha larga que algún idiotillo me había quitado. El resto de las armas pulcramente guardado en su lugar. Creo que la “señora” comencé a decir, haciendo mucho hincapié en la última palabra Tendrá para pagarnos varios de esos y también podrá explicarnos qué hay allí dentro terminé de decir, dándole un golpecito de reconocimiento a ambos humanos.
Sentí una mirada tras mi espalda y me giré con cierta precaución solo para encontrar a Chy posado sobre mi hacha. Encaminé hacia su locación mientras el ave se acercó a mi para picarme la sangre que había comenzado a coagularse de mi ojo. Te extrañe le dije empujándole suavemente la cabeza y manteniendo un ojo en nuestra contratista y lo que sucedía. Tomé el hacha y me giré para observar con toda mi atención lo que estaba ocurriendo.
Ataques rápidos, breves, testantes. Ella buscaba mi punto débil como yo el de ella, aunque debo confesar que sus hábitos eran más pulidos y limpios que los míos, a esas alturas quería agarrarle de cualquier parte para despedazarla, mientras ella como una grácil bailarina esquivaba mis absurdos ataques. Huuuuffff… hufff pero por sobre aquello pude escuchar claramente al humano Schott quejarse. Ganas no me faltaron de cederle mi lugar con esa… buena luchadora. No estaba dispuesta a darle más reconocimiento que ese, después de todo seguía viva tras el imparable poder de mi hacha corta. Sonreí mostrándole mis dientes lanzándome como una saeta directo a su estómago, de haber tenido mi hacha larga me hubiera complacido picarla un poco mucho.
Esta vez ella desvió mi avance con algo de trabajo, al fin estaba comenzando a entender su estrategia y claro, su resistencia tampoco sería eterna. Sólo debía mantener mi paso… claro si podía. Con un movimiento violento y sorpresivo se giró para rematarme un golpe con su mandoble que desvié a duras penas con el cuchillo produciendo un fuertísimo sonido metálico que me desconcentró por unos instantes, momento que aprovechó para darme en la cabeza con el revés de su arma. Arggg gruñí como la bestia herida que era, más ella sonrió y retrocedió. Al fin se había apuntado su punto y estaba lista para retirarse, pude comprenderlo por el brillo malicioso de su único y feo ojo.
Dio unos pasos atrás y me quedé en mi lugar, pensativa y mirándola de reojo mientras me llevaba una mano involuntariamente a la herida que me sangraba. “Maldita” pensé, y esta vez estaba casi segura de que eso dejaría marca, ya que me había golpeado sobre una vieja herida que siempre había cicatrizado mal, aunque no era visible a simple vista. La primera que me hicieron en aquél terrible laboratorio abandonado. Apreté los dientes al traer aquellos oscuros recuerdos a mi mente, esa vez fue una de las pocas en las que en realidad había pasado miedo, más una bomba de humo me trajo rápidamente a la realidad. “Pero ¿qué?” pensé al ver desaparecer varias siluetas. Balf me limité a responderle a la muy malosa, completamente consciente de que ella escaparía y que yo no podría hacer nada para remediarlo. Claro… excepto enviarle a medio gremio para que termine con sus actividades. Reí para mis fueros internos mientras caía al suelo exhausta y nuevamente con la nariz tapada, pero esta vez por aquél extraño humo.
¿Sueltos? pregunté tomando mi brazo izquierdo que súbitamente había comenzado a doler. Probablemente me habían golpeado sin que me diera cuenta y ahora comenzaba a pasarme factura. Ahora caminaba erguida hacia mis compañeros, buscando con la vista el hacha larga que algún idiotillo me había quitado. El resto de las armas pulcramente guardado en su lugar. Creo que la “señora” comencé a decir, haciendo mucho hincapié en la última palabra Tendrá para pagarnos varios de esos y también podrá explicarnos qué hay allí dentro terminé de decir, dándole un golpecito de reconocimiento a ambos humanos.
Sentí una mirada tras mi espalda y me giré con cierta precaución solo para encontrar a Chy posado sobre mi hacha. Encaminé hacia su locación mientras el ave se acercó a mi para picarme la sangre que había comenzado a coagularse de mi ojo. Te extrañe le dije empujándole suavemente la cabeza y manteniendo un ojo en nuestra contratista y lo que sucedía. Tomé el hacha y me giré para observar con toda mi atención lo que estaba ocurriendo.
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Guiñé el ojo a Eltrant cuando me felicitó por el lanzamiento, realmente había tenido muchísima suerte.
Wood y la líder seguían peleando ferozmente, pero pese a los rápidos vistazos que lograba echar, no sabría decir quién iba ganando.
Yo por mi parte tenía mis propios problemas, no sé por qué, pero los mercenarios pensaban que el joven herrero desarmado era el blanco más fácil, y no les faltaba razón.
Uno tras otro iba esquivando los golpes que me lanzaban mis oponentes, sin estilo, pero con efectividad.
En lo que estaba defendiéndome, un fuerte ruido sonó en la habitación y un humo rojo comenzó a inundar el reciento, antes de que pudiera darme cuenta tosía como un descosido y no podía ver nada.
-No huyáis, cobardes, no podéis golpear lo que no podéis ver- gritaba frotándome los ojos en vano con una mano mientras agitaba mi pala como un loco con la otra, no sé muy bien cómo, pero creo que logré dar a alguien a juzgar por el grito, que me cayó encima, trastabillé y caí sobre algo duro de madrea que se rompió bajo mí.
-Aaaa…uuuuu…Aaaa- me quedé unos instantes gimiendo y pataleando mientras el humo se disipaba sin poder moverme por el enorme tipo inconsciente o muerto que tenía encima.
Al poco el humo se desvaneció y logré levantarme con muchas dificultades arrojando el tipo a un lado, estaba hecho polvo, ya verás mañana, pero estaba vivo, y eso era lo que contaba, y parecía que Eltrant y Wood también estaban de un cacho.
-Wow, no ha estado mal eh jejeje- dije escupiendo algo de sangre –Pero casi que no lo repetimos eh Jajaja- dije estirándome y poniéndome una venda en la cabeza por donde estaba sangrando un poco.
Eltrant se acercó y me preguntó por unas copas. –Pues a decir verdad…- dije volteando un cuerpo y sacándole una pequeña bolsa del bolsillo -…creo que invita la casa- sonreí agitando la bolsa, era una miseria, pero para una jarrilla de algo sí que nos daría.
-Ey Wood- tosí –has estado genial ahí atrás- la felicité sonriente, lo cierto es que era verdad, me habría gustado poder ver el combate tranquilamente un licántropo en acción no se ve todos los días.
-Tú también has estado genial Eltrant- le felicité con una palmada en el hombro –A juzgar por tu espada, pensaba que no sabrías manejarla, pero me equivocaba Jajaja- bromeé.
Llegó por fin el turno de las explicaciones de Elisabeth, uno no entraba en peleas colosales así porque si, bueno, en verdad sí, pero trataba de evitarlas.
-¿Ey, alguno está herido?- dije preguntando lo evidente, fijo que sí, solo esperaba que de poca gravedad.
Entonces unos golpes sonaron en una caja del almacén, ahí dentro había algo, y vivo, busqué mi martillo del suelo, lo limpié un poco, pues estaba manchado de sangre, y se lo tendí a Eltrant para que pudiera abrir la caja con facilidad -¿Quieres hacer los honores?- sonreí mientras miraba con cautela la caja para cubrirle en caso de que algo hostil saliera de allí.
Wood y la líder seguían peleando ferozmente, pero pese a los rápidos vistazos que lograba echar, no sabría decir quién iba ganando.
Yo por mi parte tenía mis propios problemas, no sé por qué, pero los mercenarios pensaban que el joven herrero desarmado era el blanco más fácil, y no les faltaba razón.
Uno tras otro iba esquivando los golpes que me lanzaban mis oponentes, sin estilo, pero con efectividad.
En lo que estaba defendiéndome, un fuerte ruido sonó en la habitación y un humo rojo comenzó a inundar el reciento, antes de que pudiera darme cuenta tosía como un descosido y no podía ver nada.
-No huyáis, cobardes, no podéis golpear lo que no podéis ver- gritaba frotándome los ojos en vano con una mano mientras agitaba mi pala como un loco con la otra, no sé muy bien cómo, pero creo que logré dar a alguien a juzgar por el grito, que me cayó encima, trastabillé y caí sobre algo duro de madrea que se rompió bajo mí.
-Aaaa…uuuuu…Aaaa- me quedé unos instantes gimiendo y pataleando mientras el humo se disipaba sin poder moverme por el enorme tipo inconsciente o muerto que tenía encima.
Al poco el humo se desvaneció y logré levantarme con muchas dificultades arrojando el tipo a un lado, estaba hecho polvo, ya verás mañana, pero estaba vivo, y eso era lo que contaba, y parecía que Eltrant y Wood también estaban de un cacho.
-Wow, no ha estado mal eh jejeje- dije escupiendo algo de sangre –Pero casi que no lo repetimos eh Jajaja- dije estirándome y poniéndome una venda en la cabeza por donde estaba sangrando un poco.
Eltrant se acercó y me preguntó por unas copas. –Pues a decir verdad…- dije volteando un cuerpo y sacándole una pequeña bolsa del bolsillo -…creo que invita la casa- sonreí agitando la bolsa, era una miseria, pero para una jarrilla de algo sí que nos daría.
-Ey Wood- tosí –has estado genial ahí atrás- la felicité sonriente, lo cierto es que era verdad, me habría gustado poder ver el combate tranquilamente un licántropo en acción no se ve todos los días.
-Tú también has estado genial Eltrant- le felicité con una palmada en el hombro –A juzgar por tu espada, pensaba que no sabrías manejarla, pero me equivocaba Jajaja- bromeé.
Llegó por fin el turno de las explicaciones de Elisabeth, uno no entraba en peleas colosales así porque si, bueno, en verdad sí, pero trataba de evitarlas.
-¿Ey, alguno está herido?- dije preguntando lo evidente, fijo que sí, solo esperaba que de poca gravedad.
Entonces unos golpes sonaron en una caja del almacén, ahí dentro había algo, y vivo, busqué mi martillo del suelo, lo limpié un poco, pues estaba manchado de sangre, y se lo tendí a Eltrant para que pudiera abrir la caja con facilidad -¿Quieres hacer los honores?- sonreí mientras miraba con cautela la caja para cubrirle en caso de que algo hostil saliera de allí.
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Eltrant tomó el martillo que su compañero le ofrecía y se giró hacia la caja de la que salían los sonidos. El martillo pesaba más de lo que parecía a simple vista, estaba claro que la herramienta estaba lejos de ser el utensilio inofensivo que aparentaba. –“Échate a un lado” – le dijo a Eliza, quien estaba frente a la caja mirando fijamente al suelo.
Eltrant se colocó el martillo en el cinturón un momento y agarrando el mandoble que seguía clavado en la caja dio un fuerte tirón de él para extraerlo, una vez tuvo el arma en la mano la dejó caer en el suelo al instante.
Usando el martillo a modo de palanca, introdujo la cabeza del mismo en una de las ranuras laterales de la caja y como había hecho momentos antes con la espada tiró con fuerza, un sonoro crack le indicó que la tabla frontal de la misma se había descolgado, los golpes cesaron en el mismo instante en el cual la plancha se desprendió. –“Echadme una mano” – Dijo a sus compañeros mientras retiraba la tapa.
Eltrant arqueó una ceja cuando un niño salió tambaleándose del interior y se desplomó frente a los presentes. El estado de su ropa decía que llevaba ahí adentro más tiempo del que a cualquier persona le hubiese gustado, por no hablar de la palidez casi enfermiza que poseía, sin embargo estaba vivo, respiraba. Elizabeth se agachó junto al crio y lo abrazó en el mismo momento en el que lo vio, Eltrant le devolvió el martillo a Schott y se cruzó de brazos, esperando que Eliza dijese algo.
La mujer, con los ojos enjugados en lágrimas miró a los presentes y después de balbucear algo incomprensible se giró hacia el niño –“Todo esto… tiene una explicación” – Dijo pasándole la mano por la frente al muchacho –“Espero que sea buena” – Contestó Eltrant recogiendo su espada del suelo y envainándola.
La mujer se giró hacia el hombre y le sonrió amargamente – “Tienes suerte de no tener nadie por quien preocuparte, mercenario” – Eltrant obvió la clara connotación despectiva que había hecho Eliza de la palabra mercenario y siguió mirando a la mujer que le había contratado. –“… ¿Queréis oír la explicación larga o la corta?” – Preguntó sin soltar al niño, agachada junto a él –“La verdad” –Añadió Eltrant de nuevo, la mujer le dirigió una mirada de odio y después se giró hacia Schott y Wood –“Kenneth… mi marido, es mercader, tenemos una flota pequeña de barcos, pero nos da para vivir… siempre ha ido bien, lo suficiente como para no tener problemas”- Comenzó a hablar sin dejar de acariciar la frente del muchacho –“… Un día unos contrabandistas se fijaron en nuestro negocio” – La mujer reprimió un sollozo –“Y se apropiaron de todo…”
Eltrant comenzaba a entender todo lo ocurrido, no dejaba de ser el típico caso de un ajuste de cuentas, nada que no hubiese visto con anterioridad.
–“Fue entonces cuando Kenneth contrató a…” – Señaló a los mercenarios inconscientes en el suelo –“Para que se ocupasen de ellos… y lo hicieron… pero la suma que nos pedían por la ayuda estaba simplemente fuera de nuestro alcance, así que se llevaron a nuestro Thomas” – Miró con cariño al niño que tenía entre sus brazos y tomó aire antes de continuar hablando –“Al poco de contactaros a vosotros dos" - Miró a Wood y a Eltrantt - "… Aya… la del parche en el ojo, se puso en contacto conmigo, se las había apañado para quitarle a Thomas a su jefe y por una suma de dinero bastante más modesta nos lo devolvería” – Les enseñó a los presentes un pequeño cofre que guardaba bajo la capa –“Y… eso es todo, supongo” - “¿Y la nota? ¿Y la escena que estabais montando en mitad de la calle?” – Preguntó Eltrant frunciendo el ceño –“Me gustaría ver como reaccionarias tú cuando pierdes prácticamente toda tu fortuna intentando mantener a tu hijo a salvo y fracasar, mercenario” – Contestó – “¿La nota?... la escribió Kenneth, no quería que… que la guardia descubriese que habíamos empleado mercenarios para librarnos de contrabandistas…”
Eltrant se giró y suspirando se pasó la mano por la cara, aquello era bastante más complejo de lo que parecía en un principio, pero al menos habían encontrado al muchacho, menos era nada.
En ese momento se dio cuenta de que todo estaba extrañamente en silencio, quizás demasiado, habían peleado en el interior de un almacén en el cual incluso se había desprendido parte del techo, por no hablar del numerito de la fuente que había protagonizado antes de entrar allí ¿Dónde estaban los curiosos? ¿Dónde estaba la guardia?
Eltrant se colocó el martillo en el cinturón un momento y agarrando el mandoble que seguía clavado en la caja dio un fuerte tirón de él para extraerlo, una vez tuvo el arma en la mano la dejó caer en el suelo al instante.
Usando el martillo a modo de palanca, introdujo la cabeza del mismo en una de las ranuras laterales de la caja y como había hecho momentos antes con la espada tiró con fuerza, un sonoro crack le indicó que la tabla frontal de la misma se había descolgado, los golpes cesaron en el mismo instante en el cual la plancha se desprendió. –“Echadme una mano” – Dijo a sus compañeros mientras retiraba la tapa.
Eltrant arqueó una ceja cuando un niño salió tambaleándose del interior y se desplomó frente a los presentes. El estado de su ropa decía que llevaba ahí adentro más tiempo del que a cualquier persona le hubiese gustado, por no hablar de la palidez casi enfermiza que poseía, sin embargo estaba vivo, respiraba. Elizabeth se agachó junto al crio y lo abrazó en el mismo momento en el que lo vio, Eltrant le devolvió el martillo a Schott y se cruzó de brazos, esperando que Eliza dijese algo.
La mujer, con los ojos enjugados en lágrimas miró a los presentes y después de balbucear algo incomprensible se giró hacia el niño –“Todo esto… tiene una explicación” – Dijo pasándole la mano por la frente al muchacho –“Espero que sea buena” – Contestó Eltrant recogiendo su espada del suelo y envainándola.
La mujer se giró hacia el hombre y le sonrió amargamente – “Tienes suerte de no tener nadie por quien preocuparte, mercenario” – Eltrant obvió la clara connotación despectiva que había hecho Eliza de la palabra mercenario y siguió mirando a la mujer que le había contratado. –“… ¿Queréis oír la explicación larga o la corta?” – Preguntó sin soltar al niño, agachada junto a él –“La verdad” –Añadió Eltrant de nuevo, la mujer le dirigió una mirada de odio y después se giró hacia Schott y Wood –“Kenneth… mi marido, es mercader, tenemos una flota pequeña de barcos, pero nos da para vivir… siempre ha ido bien, lo suficiente como para no tener problemas”- Comenzó a hablar sin dejar de acariciar la frente del muchacho –“… Un día unos contrabandistas se fijaron en nuestro negocio” – La mujer reprimió un sollozo –“Y se apropiaron de todo…”
Eltrant comenzaba a entender todo lo ocurrido, no dejaba de ser el típico caso de un ajuste de cuentas, nada que no hubiese visto con anterioridad.
–“Fue entonces cuando Kenneth contrató a…” – Señaló a los mercenarios inconscientes en el suelo –“Para que se ocupasen de ellos… y lo hicieron… pero la suma que nos pedían por la ayuda estaba simplemente fuera de nuestro alcance, así que se llevaron a nuestro Thomas” – Miró con cariño al niño que tenía entre sus brazos y tomó aire antes de continuar hablando –“Al poco de contactaros a vosotros dos" - Miró a Wood y a Eltrantt - "… Aya… la del parche en el ojo, se puso en contacto conmigo, se las había apañado para quitarle a Thomas a su jefe y por una suma de dinero bastante más modesta nos lo devolvería” – Les enseñó a los presentes un pequeño cofre que guardaba bajo la capa –“Y… eso es todo, supongo” - “¿Y la nota? ¿Y la escena que estabais montando en mitad de la calle?” – Preguntó Eltrant frunciendo el ceño –“Me gustaría ver como reaccionarias tú cuando pierdes prácticamente toda tu fortuna intentando mantener a tu hijo a salvo y fracasar, mercenario” – Contestó – “¿La nota?... la escribió Kenneth, no quería que… que la guardia descubriese que habíamos empleado mercenarios para librarnos de contrabandistas…”
Eltrant se giró y suspirando se pasó la mano por la cara, aquello era bastante más complejo de lo que parecía en un principio, pero al menos habían encontrado al muchacho, menos era nada.
En ese momento se dio cuenta de que todo estaba extrañamente en silencio, quizás demasiado, habían peleado en el interior de un almacén en el cual incluso se había desprendido parte del techo, por no hablar del numerito de la fuente que había protagonizado antes de entrar allí ¿Dónde estaban los curiosos? ¿Dónde estaba la guardia?
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Las maniobras de Tale no eran malas, aunque si trabajosas y lentas. Cuando nos pidió que le echáramos una mano dejé mi reencuentro con el halcón y me acerqué, aunque no estaba segura de lo que debía hacer exactamente. No entendía por qué tanto cuidado con una estúpida caja de madera, yo ya la hubiese perforado con mis hachas hasta convertirla en un montículo de aserrín o astillas. Respiré profundamente entre molesta y adolorida mientras ayudaba a hacer palanca y metía mano en donde encontraba conveniente. Eh Schott, ¿no tienes algo de venda para este ojo? La verdad que me trae molesta. pregunté después de corroborar que allí dentro estaba el objeto de nuestra pelea. “Típico” había pensado, restándole importancia al asunto.
Los humanos nunca cuidan bien de nada y son especialmente terribles con sus crías dije ahora mirando al chiquillo que ciertamente había visto mejores días. La explicación de su madre me importaba poco, en ese momento hubiera sido capaz de sacárselo de entre sus brazos para llevarlo a un lugar mejor y darle una buena vida. Pero hacer eso estaba mal y alguien me regañaría, ni siquiera debía estar allí en ese momento, por lo que guardé silencio mientras esa mujer horrible contaba con sus palabras su versión de los hechos.
Todo muy lindo, pero ¿dónde entramos Eltrant y yo? pregunté dando un paso al frente y sacándole el niño de entre sus brazos para agacharme y verle mejor. Al principio ella se tensó y quiso retribuirlo, pero solo bastó una mirada seria para que se retractara y se cruzara de brazos. ¿Estás bien? le pregunté al chico mirando sus ojos, claros como en su familia y su pelo entre rubio y colorado, un buen espécimen. El chico con más naturalidad de la que esperaba asintió con su cabeza Soy un caballero valiente dijo él e intercambiamos unas sonrisas, sabía que él y Blackuart harían un muy buen equipo si se conocieran.
Me erguí y devolví al chico mientras la mujer me veía con mala cara sin parecer reconocerme. ¿Me dices que ahora abundan los licántropos mercenarios y que todos están bajo vuestro servicio para que no me reconozcáis mi señora? pregunté en un tono entre formal e informal, al igual que mis palabras. Era muy mala con eso de expresarme verbalmente, prefería hacerlo a puños. ¿Por qué contratar más personas, qué más sucede? pregunté dando un amenazador paso al frente.
Miré a Tale y a Schott Algo no huele bien dije intercambiando por apenas unos segundos mi atención. Lo dicho, algo no estaba bien y no era el sentido metafórico de la palabra. Podía sentirlo, fuera se cocinaba algo, estaba segura.
Los humanos nunca cuidan bien de nada y son especialmente terribles con sus crías dije ahora mirando al chiquillo que ciertamente había visto mejores días. La explicación de su madre me importaba poco, en ese momento hubiera sido capaz de sacárselo de entre sus brazos para llevarlo a un lugar mejor y darle una buena vida. Pero hacer eso estaba mal y alguien me regañaría, ni siquiera debía estar allí en ese momento, por lo que guardé silencio mientras esa mujer horrible contaba con sus palabras su versión de los hechos.
Todo muy lindo, pero ¿dónde entramos Eltrant y yo? pregunté dando un paso al frente y sacándole el niño de entre sus brazos para agacharme y verle mejor. Al principio ella se tensó y quiso retribuirlo, pero solo bastó una mirada seria para que se retractara y se cruzara de brazos. ¿Estás bien? le pregunté al chico mirando sus ojos, claros como en su familia y su pelo entre rubio y colorado, un buen espécimen. El chico con más naturalidad de la que esperaba asintió con su cabeza Soy un caballero valiente dijo él e intercambiamos unas sonrisas, sabía que él y Blackuart harían un muy buen equipo si se conocieran.
Me erguí y devolví al chico mientras la mujer me veía con mala cara sin parecer reconocerme. ¿Me dices que ahora abundan los licántropos mercenarios y que todos están bajo vuestro servicio para que no me reconozcáis mi señora? pregunté en un tono entre formal e informal, al igual que mis palabras. Era muy mala con eso de expresarme verbalmente, prefería hacerlo a puños. ¿Por qué contratar más personas, qué más sucede? pregunté dando un amenazador paso al frente.
Miré a Tale y a Schott Algo no huele bien dije intercambiando por apenas unos segundos mi atención. Lo dicho, algo no estaba bien y no era el sentido metafórico de la palabra. Podía sentirlo, fuera se cocinaba algo, estaba segura.
Woodpecker
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Eltrant recogió el martillo y comenzó a abrir la caja con cuidado, corrí a ayudarle a quitar la tapa cuando lo pidió y lo que había dentro me dejó anonadado, era el crio, el que andábamos buscando, estaba hecho polvo ¿Cuánto tiempo llevaría ahí metido? menos mal que esa no era una de las cajas que me cargué por accidente.
En ese momento Wood me pidió una venda –Emm si, una venda para…aaaa- me quedé algo horrorizado al ver como tenía el ojo, lo cierto era que la sangre me daba bastante grima –Eeee.siii..creo que tengo algo…- dije rebuscando entre los bolsillos hasta sacar un viejo trapo –Aquí tienes, siento que no esté limpio jajaja- sonreí débilmente.
Elisabeth corrió a abrazar al niño, asentí agradecido cuando Eltrant me devolvió el martillo que guardé de nuevo en el cinto, la mujer, entre lágrimas nos prometió una explicación.
-Soy todo oídos- sonreí cauto, luego preguntó si queríamos la explicación larga o la corta, pensé un momento, me dolian a rabiar las extremidades, veía doble, me habían zumbado bien antes, “la corta” pensé sonriendo, pero no dije nada, la mujer se giró hacia nosotros y nos contó su historia, que sonaba bastante convincente, aunque lo cierto es que era bastante confusa, o al menos así me lo parecía en mi estado.
Cuando acabó me froté la cabeza, lo cierto es que la habíamos liado bastante –Bueno pero al final todo ha ido bien ¿no?, tú tienes a tu hijo y todos contentos, ademas no ha habido heridos, bueno tal vez los hubo sí, pero… no los conocíamos… así que todo perfecto- sonreí tratando de quitarle hierro al asunto.
Wood cogió al niño y confirmó que estaba bien, sonreí ante tan tierna escena, que sería aún mejor si el niño no estuviera hecho polvo, no estuviéramos todos heridos y no hubiera tantos cuerpos por el suelo.
Sin embrago a mis compañeros les parecía que algo no iba bien, miré a mi alrededor, no vi nada en especial, aparte del desorden claro, lo cierto es que había mucho silencio, tal vez demasiado, pero creo que mis escasas facultades intuitivas se habían visto mermadas a base de palos, así que no podía estar seguro de nada.
-E..Emmm…si…voy a ver... a ver que se cuece fuera- dije asomándo la cabeza con cuidado por el hueco que había hecho Wood al entrar.
En ese momento Wood me pidió una venda –Emm si, una venda para…aaaa- me quedé algo horrorizado al ver como tenía el ojo, lo cierto era que la sangre me daba bastante grima –Eeee.siii..creo que tengo algo…- dije rebuscando entre los bolsillos hasta sacar un viejo trapo –Aquí tienes, siento que no esté limpio jajaja- sonreí débilmente.
Elisabeth corrió a abrazar al niño, asentí agradecido cuando Eltrant me devolvió el martillo que guardé de nuevo en el cinto, la mujer, entre lágrimas nos prometió una explicación.
-Soy todo oídos- sonreí cauto, luego preguntó si queríamos la explicación larga o la corta, pensé un momento, me dolian a rabiar las extremidades, veía doble, me habían zumbado bien antes, “la corta” pensé sonriendo, pero no dije nada, la mujer se giró hacia nosotros y nos contó su historia, que sonaba bastante convincente, aunque lo cierto es que era bastante confusa, o al menos así me lo parecía en mi estado.
Cuando acabó me froté la cabeza, lo cierto es que la habíamos liado bastante –Bueno pero al final todo ha ido bien ¿no?, tú tienes a tu hijo y todos contentos, ademas no ha habido heridos, bueno tal vez los hubo sí, pero… no los conocíamos… así que todo perfecto- sonreí tratando de quitarle hierro al asunto.
Wood cogió al niño y confirmó que estaba bien, sonreí ante tan tierna escena, que sería aún mejor si el niño no estuviera hecho polvo, no estuviéramos todos heridos y no hubiera tantos cuerpos por el suelo.
Sin embrago a mis compañeros les parecía que algo no iba bien, miré a mi alrededor, no vi nada en especial, aparte del desorden claro, lo cierto es que había mucho silencio, tal vez demasiado, pero creo que mis escasas facultades intuitivas se habían visto mermadas a base de palos, así que no podía estar seguro de nada.
-E..Emmm…si…voy a ver... a ver que se cuece fuera- dije asomándo la cabeza con cuidado por el hueco que había hecho Wood al entrar.
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Wood no parecía estar del todo convencida por la explicación de la mujer, era lógico, había muchos cabos sueltos y los Elroy habían actuado en la gran parte de ocasiones de forma incoherente, él tampoco terminaba de encontrar sentido a algunas cosas, pero habían encontrado al crio, así que el trabajo se había terminado.
Schott por otro lado parecía estar bastante conforme con el resultado de todo aquello, era lógico a él ni siquiera le había contratado como tal incluso podría decirse que a Eliza le caía bien el herrero.
Eltrant siguió al herrero y junto a él se asomó por lo que antes de que Wood decidiese que los picaportes estaban sobrevalorados era una puerta, para cautelosamente ojear el exterior. A pocos metros de la entrada, frente a la fuente en la que había estado a punto de perder la vida, un gran número de personas armadas esperaba pacientemente a que los individuos del interior del almacén saliesen del mismo. No eran mercenarios, sus armaduras, su porte… eran miembros de la guardia.
–“¡Malhechores!” – Una rígida y profunda voz habló a los presentes –“Estáis rodeados por la guardia de Lunargenta, salid inmediatamente o entraremos a por vosotros” – Eltrant se giró hacia sus compañeros y se encogió de hombros –“Espero que alguno de vosotros tenga alguna idea brillante, porque no me apetece pasar el resto de mi vida en un calabozo”
Tras ellos, Elizabeth tomó aire y después de limpiarse las lagrimas con la capa, sin soltar la mano de su hijo se levantó y se dirigió hacia la puerta –“Me has preguntado que pintabais tú y el mercenario en todo esto” – Le dijo a Wood fríamente cuando pasó junto a ella –“No creas que te he olvidado, licántropo” – Se paró y la miró fijamente –“¿Tú no harías todo lo que estuviese en tu mano para salvar a los tuyos?” – Dirigió ahora su mirada hacia Eltrant –“Si eso significa contratar a más mercenarios y dejar que se maten entre ellos, que así sea” – Se agachó junto a Thomas y le abrazó – “… Al final no ha salido tan mal”
Antes de salir del almacén se paró frente a Schott y le dio un beso en la mejilla –“Siento haberte metido en todo esto, escudo” – Le sonrió y dejó a los tres dentro del almacén.
Eltrant levantó una ceja cuando vio como Eliza sonreía a Schott y se cruzó de brazos –“Es tú trabajo ¿Verdad?” – Le dijo a su compañero en cuanto esta hubo abandonado el lugar–“No hay otro motivo, tiene que ser por que eres herrero” – Dijo totalmente convencido y se giró hacia Wood –“¿Cómo lo hace? Qué este caiga bien a todo el mundo no puede ser…” – Fue interrumpido ahora por la voz de Elizabeth, que desde el exterior hablaba con los guardias.
-“Las tres personas que quedan dentro intactas están bajo mi protección, yo y mi marido les empleamos para encontrar a los secuestradores de mi hijo, todo lo que han hecho es nuestra responsabilidad”
El mercenario no se esperaba eso, aquello solo traería más problemas a los Elroy con la justicia, los mismos que habían estado tratando de evitar cuando se inventaron aquella nota de secuestro falsa.
Eltrant se asomó de nuevo por el hueco de la puerta, solo había que esperar la reacción de la guardia.
Schott por otro lado parecía estar bastante conforme con el resultado de todo aquello, era lógico a él ni siquiera le había contratado como tal incluso podría decirse que a Eliza le caía bien el herrero.
Eltrant siguió al herrero y junto a él se asomó por lo que antes de que Wood decidiese que los picaportes estaban sobrevalorados era una puerta, para cautelosamente ojear el exterior. A pocos metros de la entrada, frente a la fuente en la que había estado a punto de perder la vida, un gran número de personas armadas esperaba pacientemente a que los individuos del interior del almacén saliesen del mismo. No eran mercenarios, sus armaduras, su porte… eran miembros de la guardia.
–“¡Malhechores!” – Una rígida y profunda voz habló a los presentes –“Estáis rodeados por la guardia de Lunargenta, salid inmediatamente o entraremos a por vosotros” – Eltrant se giró hacia sus compañeros y se encogió de hombros –“Espero que alguno de vosotros tenga alguna idea brillante, porque no me apetece pasar el resto de mi vida en un calabozo”
Tras ellos, Elizabeth tomó aire y después de limpiarse las lagrimas con la capa, sin soltar la mano de su hijo se levantó y se dirigió hacia la puerta –“Me has preguntado que pintabais tú y el mercenario en todo esto” – Le dijo a Wood fríamente cuando pasó junto a ella –“No creas que te he olvidado, licántropo” – Se paró y la miró fijamente –“¿Tú no harías todo lo que estuviese en tu mano para salvar a los tuyos?” – Dirigió ahora su mirada hacia Eltrant –“Si eso significa contratar a más mercenarios y dejar que se maten entre ellos, que así sea” – Se agachó junto a Thomas y le abrazó – “… Al final no ha salido tan mal”
Antes de salir del almacén se paró frente a Schott y le dio un beso en la mejilla –“Siento haberte metido en todo esto, escudo” – Le sonrió y dejó a los tres dentro del almacén.
Eltrant levantó una ceja cuando vio como Eliza sonreía a Schott y se cruzó de brazos –“Es tú trabajo ¿Verdad?” – Le dijo a su compañero en cuanto esta hubo abandonado el lugar–“No hay otro motivo, tiene que ser por que eres herrero” – Dijo totalmente convencido y se giró hacia Wood –“¿Cómo lo hace? Qué este caiga bien a todo el mundo no puede ser…” – Fue interrumpido ahora por la voz de Elizabeth, que desde el exterior hablaba con los guardias.
-“Las tres personas que quedan dentro intactas están bajo mi protección, yo y mi marido les empleamos para encontrar a los secuestradores de mi hijo, todo lo que han hecho es nuestra responsabilidad”
El mercenario no se esperaba eso, aquello solo traería más problemas a los Elroy con la justicia, los mismos que habían estado tratando de evitar cuando se inventaron aquella nota de secuestro falsa.
Eltrant se asomó de nuevo por el hueco de la puerta, solo había que esperar la reacción de la guardia.
Eltrant Tale
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Cuando estuve segura de que la sangre dejó de salir retiré el paño que amablemente me había tendido Schott y me sonreí encogiéndome de hombros cuando Eltrant se puso a hacer comentarios chistosos sobre el joven humano. “Ni qué hacerle, a eso se le llama carisma” pensé alegre. Volviendo desde el agujero de la puerta que yo misma había creado, me sentía bastante orgullosa de mi trabajo con los goznes…Después de haber quemado tanta energía no me quedaban rastros de la resaca y del resfrío solo un leve goteo en la nariz. La mujer malosa dijo unas palabras con tono enojado y dudé de sus oscuros motivos cuando pasó a través de nosotros con rumbo a la salida.
Al fin dije dando rienda suelta por fin a mi desfachatez. Respiré profundamente y estiré mis brazos cuan largos eran. No se que le viste Schooty lindo, pero para mi esa mujer más que dama viene de las mismas Islas Esperaba que mi ironía no fuera comprendida más que por el mercenario, aunque era un muy doble sentido para las brujas de Beltrexus, exceptuando a Elen, naturalmente. Pensaba devolverte esto herrero, pero mejor lo hago cuando tenga menos sangre y mugre. Supongo que podrás encontrarme fácilmente por mis detallados y manuales trabajos sonreí de medio lado, del bueno, porque del otro hacer cualquier expresión me dolía en el ojo.
Tale, he comprobado que en ti los humanos de nuestro entorno tienen alguna esperanza. Busca una buena humana para tener tus cachorros y asegúrate de cuidarlos o vendrá el lobo a buscarlos dije muy tentada de carcajearme. Y no creas que he olvidado tu caballo. añadí encaminando hacia la puerta. Cuando estén por Ulmer, háganmelo saber me di media vuelta esperando que siguieran mis pasos. Oh, vamos, el jefe no les encerrará ya he trabajado para él escoltando algún que otro prisionero y apuesto estos viejos pelos a que “creerá en la palabra de la mujer” había señalado mi cabeza cuando hice referencia a mi cabellera platinada mientras que no pude evitar las comillas cuando hablé de la palabra.
Vamos muchachos, las tabernas nos esperan.
Al fin dije dando rienda suelta por fin a mi desfachatez. Respiré profundamente y estiré mis brazos cuan largos eran. No se que le viste Schooty lindo, pero para mi esa mujer más que dama viene de las mismas Islas Esperaba que mi ironía no fuera comprendida más que por el mercenario, aunque era un muy doble sentido para las brujas de Beltrexus, exceptuando a Elen, naturalmente. Pensaba devolverte esto herrero, pero mejor lo hago cuando tenga menos sangre y mugre. Supongo que podrás encontrarme fácilmente por mis detallados y manuales trabajos sonreí de medio lado, del bueno, porque del otro hacer cualquier expresión me dolía en el ojo.
Tale, he comprobado que en ti los humanos de nuestro entorno tienen alguna esperanza. Busca una buena humana para tener tus cachorros y asegúrate de cuidarlos o vendrá el lobo a buscarlos dije muy tentada de carcajearme. Y no creas que he olvidado tu caballo. añadí encaminando hacia la puerta. Cuando estén por Ulmer, háganmelo saber me di media vuelta esperando que siguieran mis pasos. Oh, vamos, el jefe no les encerrará ya he trabajado para él escoltando algún que otro prisionero y apuesto estos viejos pelos a que “creerá en la palabra de la mujer” había señalado mi cabeza cuando hice referencia a mi cabellera platinada mientras que no pude evitar las comillas cuando hablé de la palabra.
Vamos muchachos, las tabernas nos esperan.
Supongo que esta es la despedida. Lo he disfrutado mucho >o< espero que se vuelva a repetir en algún momento muchachos >w<
Woodpecker
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Eltrant se acercó conmigo al agujero que había hecho Wood en la puerta, y lo que vimos me dejó de piedra, era la guardia, la guardia de Lunargenta, decenas de ellos, armados y esperando para detenernos, gritaron que nos rindiéramos, que estábamos rodeados.
-¡Oh mierda, oh mierda, agua agua, que es la guardia!- grité alarmado escondiéndome dentro y dando vueltas buscando alguna otra posible salida al almacén, por desgracia estaba todo cerrado.
-Corred…esconded las armas, no, los cadáveres, tiradlos por ahí, no, mejor, fingid estar muertos- gritaba pensando en voz alta maneras absurdas de salir del lio.
Sin embrago, Elisabeth parecía tener algún plan, se levantó y se dirigió hacia la puerta, no oí lo que dijo, pero al pasar a mi lado me dio un beso en la mejilla que me pilló totalmente por sorpresa.
-Eh…oh…oh…u…un placer Milady- dije completamente rojo según salía.
Eltrant parecía sorprendido por la escena, reí, yo también lo estaba.
-Que va tío- sonreí a Eltrant –Yo tampoco me lo explico- reí –Normalmente suelo parecerme más a ese tipo- dije señalando a un mercenario herido que se movía débilmente mascullando bajo una viga.
Entonces Elisabeth habló a la guardia, asumió la culpa de lo sucedido y afirmó que nos había contratado, muy noble por su parte, a nosotros eso nos absolvía, pero ella iba a tener serios problemas, eso si la guardia se creía esta historia.
-Ves que maja, y a vosotros que os caía mal- sonreí irónico a mis compañeros.
Tras esto Wood prometió devolverme el trapo sucio que la habia dado.
-Nono, por favor, puedes quedártelo- sonreí lamentando que el recuerdo de mi fuera tan solo un sucio trapo, además, con eso de los trabajos manuales ¿Se referiría a la somanta de palos que había repartido minutos antes?, si era asi, no me resultaría dificil volver a seguir su rastro.
Seguí a Wood mientras se dirigía a la salida, lo cierto es que me había caído muy bien.
-Oye Eltrant…una pregunta…¿qué es Ulmer?- dije susurrándole riendo sonriendo tras el comentario de Wood.
Wood estaba segura de que la guardia no nos encerraría, por lo visto tenía contactos en la guardia, mejor que mejor, la seguí ya más tranquilo, por lo visto sabía lo que se decía al fin y al cabo.
Finalmente parecía animarnos a continuar la noche de fiesta.
-Estupendo chicos, vamos a quemar Lunargenta jajaja- reí -Habeis estado geniales, Wood, eres un crack, no se ven muchos licantropos, pero cuando te cruzas con uno...ou yeah- dije felicitando a Wood con una amistosa palmada en el hobro.
-Y tu Eltrant, ha sido un placer, eres un buen tipo, un honor luchar a tu lado, espero que te vayan bien las cosas- le dije amistosamente a Eltrant
-Vamos allá, la noche es joven y nosotros también- dije sonriente colocandome a un lado de Wood y haciendo botar la bolsa de monedas que el mercenario ese ya no iba a necesitar.
-Y vamonos rapido, antes de que este almacén se nos venga encima jajaja- dije riendome, pero en el fondo preocupado, a judgar por como crujían las vigas, la columna que habia partido antes debía de ser importante.
Chicos, realmente ha sido un honor rolear con vosotros, era mi primer rol aquí y siento si no ha sido demasiado bueno, lo hice lo mejor que pude, realmente ustedes escriben genial, en serio, enhorabuena, me lo he pasado estupendamente
-¡Oh mierda, oh mierda, agua agua, que es la guardia!- grité alarmado escondiéndome dentro y dando vueltas buscando alguna otra posible salida al almacén, por desgracia estaba todo cerrado.
-Corred…esconded las armas, no, los cadáveres, tiradlos por ahí, no, mejor, fingid estar muertos- gritaba pensando en voz alta maneras absurdas de salir del lio.
Sin embrago, Elisabeth parecía tener algún plan, se levantó y se dirigió hacia la puerta, no oí lo que dijo, pero al pasar a mi lado me dio un beso en la mejilla que me pilló totalmente por sorpresa.
-Eh…oh…oh…u…un placer Milady- dije completamente rojo según salía.
Eltrant parecía sorprendido por la escena, reí, yo también lo estaba.
-Que va tío- sonreí a Eltrant –Yo tampoco me lo explico- reí –Normalmente suelo parecerme más a ese tipo- dije señalando a un mercenario herido que se movía débilmente mascullando bajo una viga.
Entonces Elisabeth habló a la guardia, asumió la culpa de lo sucedido y afirmó que nos había contratado, muy noble por su parte, a nosotros eso nos absolvía, pero ella iba a tener serios problemas, eso si la guardia se creía esta historia.
-Ves que maja, y a vosotros que os caía mal- sonreí irónico a mis compañeros.
Tras esto Wood prometió devolverme el trapo sucio que la habia dado.
-Nono, por favor, puedes quedártelo- sonreí lamentando que el recuerdo de mi fuera tan solo un sucio trapo, además, con eso de los trabajos manuales ¿Se referiría a la somanta de palos que había repartido minutos antes?, si era asi, no me resultaría dificil volver a seguir su rastro.
Seguí a Wood mientras se dirigía a la salida, lo cierto es que me había caído muy bien.
-Oye Eltrant…una pregunta…¿qué es Ulmer?- dije susurrándole riendo sonriendo tras el comentario de Wood.
Wood estaba segura de que la guardia no nos encerraría, por lo visto tenía contactos en la guardia, mejor que mejor, la seguí ya más tranquilo, por lo visto sabía lo que se decía al fin y al cabo.
Finalmente parecía animarnos a continuar la noche de fiesta.
-Estupendo chicos, vamos a quemar Lunargenta jajaja- reí -Habeis estado geniales, Wood, eres un crack, no se ven muchos licantropos, pero cuando te cruzas con uno...ou yeah- dije felicitando a Wood con una amistosa palmada en el hobro.
-Y tu Eltrant, ha sido un placer, eres un buen tipo, un honor luchar a tu lado, espero que te vayan bien las cosas- le dije amistosamente a Eltrant
-Vamos allá, la noche es joven y nosotros también- dije sonriente colocandome a un lado de Wood y haciendo botar la bolsa de monedas que el mercenario ese ya no iba a necesitar.
-Y vamonos rapido, antes de que este almacén se nos venga encima jajaja- dije riendome, pero en el fondo preocupado, a judgar por como crujían las vigas, la columna que habia partido antes debía de ser importante.
Chicos, realmente ha sido un honor rolear con vosotros, era mi primer rol aquí y siento si no ha sido demasiado bueno, lo hice lo mejor que pude, realmente ustedes escriben genial, en serio, enhorabuena, me lo he pasado estupendamente
Schott
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Re: El Secuestro [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Eltrant contempló como la guardia se llevaba tanto a la madre como al muchacho, dejando atrás a unos pocos integrantes de esta. Probablemente los guardas que se quedaban atrás terminarían de interrogar a los testigos y arrestarían a los mercenarios que quedaban en el interior del edificio.
Volvió a girarse hacia sus compañeros, quienes como él, parecían haberse alegrado al oir las palabras de Elizabeth.
-“Lo que tú digas…” – Le dijo a Wood sonriendo cuando le habló de que buscase una mujer con la que tener hijos. Una familia… aún faltaba mucho tiempo para eso y esperaba que siguiese siendo así. –“Ambos sabemos que aquí el herrero es quien se lleva todas las humanas” – Eltrant bromeó y como hacían sus compañeros, se dirigió hacia la salida. –“Y Mohr esta tan nervioso como siempre, ese caballo no quiere parar nunca” – Rió ante esto y se encogió de hombros.
Wood mencionó que tenía contactos en la guardia, por lo que incluso si Elizabeth no hubiese admitido haberles contratado no habrían tenido muchos problemas con todo ese asunto, se estaba empezando a creer que realmente aquella mujer tenía un cargo importante en el hogar de los licántropos, lo cual no estaba seguro de si era tranquilizador, o al contrario, daba bastante miedo.
-“¿Ulmer?” – Preguntó un poco incrédulo a Schott- “Es la ciudad principal de los licántropos, al norte de aquí, no muy al norte, pero lo suficientemente lejos como para pensarte el viaje” – Le dijo sonriendo –“Un buen lugar, te gustaría”
Sonrió ante la idea de descansar un poco e irse a tomar algo a alguna taberna y tras echar un último vistazo a lo que quedaba del almacén asintió a las sugerencias de sus compañeros les siguió –“Lo que no me termina de quedar claro…” – Dijo a Schott mientras se ponía junto a Wood –“… Es como has sido capaz de derribar un pilar con una pala”
----Volvió a girarse hacia sus compañeros, quienes como él, parecían haberse alegrado al oir las palabras de Elizabeth.
-“Lo que tú digas…” – Le dijo a Wood sonriendo cuando le habló de que buscase una mujer con la que tener hijos. Una familia… aún faltaba mucho tiempo para eso y esperaba que siguiese siendo así. –“Ambos sabemos que aquí el herrero es quien se lleva todas las humanas” – Eltrant bromeó y como hacían sus compañeros, se dirigió hacia la salida. –“Y Mohr esta tan nervioso como siempre, ese caballo no quiere parar nunca” – Rió ante esto y se encogió de hombros.
Wood mencionó que tenía contactos en la guardia, por lo que incluso si Elizabeth no hubiese admitido haberles contratado no habrían tenido muchos problemas con todo ese asunto, se estaba empezando a creer que realmente aquella mujer tenía un cargo importante en el hogar de los licántropos, lo cual no estaba seguro de si era tranquilizador, o al contrario, daba bastante miedo.
-“¿Ulmer?” – Preguntó un poco incrédulo a Schott- “Es la ciudad principal de los licántropos, al norte de aquí, no muy al norte, pero lo suficientemente lejos como para pensarte el viaje” – Le dijo sonriendo –“Un buen lugar, te gustaría”
Sonrió ante la idea de descansar un poco e irse a tomar algo a alguna taberna y tras echar un último vistazo a lo que quedaba del almacén asintió a las sugerencias de sus compañeros les siguió –“Lo que no me termina de quedar claro…” – Dijo a Schott mientras se ponía junto a Wood –“… Es como has sido capaz de derribar un pilar con una pala”
He disfrutado mucho con este rol :'D si os apetece hacer otro en alguna otra ocasion solo mandadme un mp
Eltrant Tale
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