[Cerrado] Un encuentro "catrasgofico" (Libre, 4/4)

El brujo se centro en el rey trasgo, andando lentamente mientras evitaba los cepos. Magia terrestre... lo que daría por volar. ¿Como funcionaba? ¿La magia seguía su curso hasta encontrar algo o surgía en un lugar predefinido? Cuando volvió a clavar el bastón, inmediatamente salto a un lado, casi estampándose contra ese estúpido jinete de lobo.

Como suponía, las agujas de tierra salieron donde había estado el, hacer un plan era perder el tiempo. Geralt se lanzo a la carrera, dando giros bruscos cada vez que ese idiota clavaba el bastón, sin fijarse en que tal les iba a Wernack, Chimar o Schott, ni siquiera en el virote que paso peligrosamente cerca procedente de la elfa. Cuando finalmente llego a su altura, bueno, más bien a su posición, puesto que el tipo era bajito, oso bloquear su espada con el bastón.

Eres jodidamente feo... bloqueo otro taje, y uno más... puto bicho. Opto por la opción segura y le incendio la cara, haciendo que soltara el arma y se llevara las manos a la zona afectada, solo para caer con el cuello rajado.

Vamos a ver... ¿como funcionas? Vio un cadáver de trasgo, visualizo las estacas y clavo el bastón. El arma brillo con un resplandor verdusco y estallo en pedazos, derribandolo. ¿Se había quedado sin cargas? ¿AHORA? En fin... todos habían acabado, no debía quedar ningún bichejo allí dentro.


Efectivamente, la cueva estaba a rebosar de los restos de anteriores saqueos. Armas, fruta, grano, y los sacos con especias que buscaban, aunque algunos parecían estar bastante vacíos. Ahora solo tenían que volver tranquilamente y entregar la mercancía...

Spoiler:

Uno a uno, todos los enemigos cayeron sin bajas de nuestra parte, ni siquiera heridas graves, lo que hacía que las pociones resultasen más bien innecesarias. -Ha estado chupado, eh...- comenté. Tantas medidas para solo unos pocos trasgos... suspiré. -No ha sido nada comparado con ese dragón.- sonreí, tomando el colgante con el colmillo. 
-Venga, os contaré la historia, ya que Geralt no me cree. Fue cerca del gran lago, por la zona este, junto al bosque de los licántropos. Me encontré con un par de personas que habían acampado, y, tras hablar un poco, de la nada apareció una especie de vaca demonio. Soltó un rugido potentisimo, y desapareció como si nada. Pero antes de que pudiesemos siquiera preguntarnos que demonios era eso, una mujer apareció en mitad de la hoguera y nos lanzó unas esferas luminosas. Conseguí esquivarlas, pero por los gritos de los demás, no eran nada agradables. Entre todos, pudimos matar a la mujer, que se derritió en el suelo. Sin embargo, poco después, volvió a aparecer, e invocó a un dragón.


El dragón era enorme, de unos cuatro metros, el doble que la mayoría de hombres dragón, pero este no era inteligente. Sin embargo, era mucho más peligroso, y en vez de escupir fuego, su aliento petrificaba todo lo que tocaba. Usando a uno de los que me ayudaban como lanzadera, salté hacia el cuello del lagarto y escalé hasta llegar a su cabeza. Le hundí mi espada en el craneo, y murió con un horrible rugido. Conseguí arrancarle un colmillo antes de que se petrificase por completo. Esa noche, mi espada se quedó dentro de esa estatua, pero supongo que es la mejor manera de perder una.


Contando la historia me había librado de ir a cargar con la mercancía, lo cual tampoco estaba de más. El viaje de vuelta a Lunargenta iba a ser bastante tranquilo, y podría responder las preguntas que el resto tuviese sobre el lagarto.

Todo quedó tranquilo cuando el último de aquellos extraños líderes trasgos exhaló su último aliento pues no quedaban enemigos en el claro ni parecía que quedasen tampoco en la cueva. El éxito había sido rotundo y salvo Schott nadie había necesitado ni siquiera recurrir a las pociones de curación. Acababan de prestar un gran servicio y ya solo quedaba recuperar la mercancía de su contrato y volver a la ciudad con el tal Vanderburguer para recibir la justa recompensa por un trabajo bien hecho. Níniel avanzó hacia la cueva dándole a Chimar un suave toquecito en el hombro para que se despertara y ayudara a prepararlo todo para el regreso.

Tras un pequeño y angosto túnel sin iluminación alguna el cubil de los trasgos se ensenchaba hasta desembocar una caverna natural bastante amplia y cuyo techo de roca se encontraba a varios metros sobre su cabeza acabando en una serie de aperturas que dejaban entrar la luz del sol y de paso el aire fresco, aunque a pesar de ello el lugar olía tan fuerte que hacia hasta llorar a la joven peliblanca. No era para menos, no solo aquellas criaturitas insidiosas vivían allí, a judgar por la disposición de los objetos también comían y hacían sus necesidades...Realmente asqueroso, iba a necesitar un buen baño perfumado solo por estar cerca de tal infecto lugar. Pronto dieron con los sacos de especias que buscaban entre lo que parecía el botín de varios ataques mas de aquellos trasgos a las caravanas, comida podrida, utensilios de labranza, muebles...Nada de mucho valor aunque quizá pudieran conseguir algunas monedas extra vendiendo algunas de aquellas cosas, al menos las que pudieran cargar.

Cargaron los sacos y cuanto pudieron de valor de allí, lo cual, debido a que no contaban con mas que un caballo y a la falta de interés del más fuerte del grupo por recuperar nada del lugar de su victoria, no fue tarea sencilla. Al final pudieron emprender el viaje de vuelta mientras el perro continuaba contando la historia de cómo había luchado contra vacas demonio, brujas y dragones. La historia hubiese sido interesante si Wernack tuviera el don de contar hazañas como aquella de buen modo, pero no era el caso.
Además Níniel, si bien no dudaba de las dotes de guerrero del hombre-bestia, si que tenía sus dudas sobre su narración, compartidas por sus compañeros.

-¿Entonces era un dragón o un hombre dragón loco y grande?. Parece más bien uno de los segundos afectado por alguna clase de maldición.- Níniel quería dejar ese punto claro pues los dragones eran criaturas veneradas por ella y su clan, la mera idea de que un hombre-perro pudiera ni tan siquiera acercarse a dragón sin su consentimiento era risible y hasta blasfema. -Lo cual es toda una hazaña en si misma, una que deberías aprender a contar mejor si quieres que corra la bebida gratis en las tabernas, podría ayudarte con eso-
El camino hasta la ciudad les llevaría un buen rato, sería un buen modo de pasarlo.

Cuando me quise dar cuenta, todo había acabado, Geralt había acabado con el último jefe trasgo y Wernack volvía triunfante del bosque, lo habíamos logrado.
-Sí..bueno..yo no diría fácil Jajaja, pero ha estado bien si- sonreí sacudiendo mi escudo que goteaba sangre, sangre de trasgo.

Con el camino despejado nos dirigimos a la famosa cueva del tesoro donde se suponía que nos aguardaban grandes riquezas, pero lo primero que nos dio la bienvenida fue un terrible hedor.
-Bua…pero que…ugggg- dije llevándome las manos a la nariz, el olor era indescriptible, bueno, sí que lo puedo describir, era horrible.
-Agg…este es sin duda el peor sitio en el que he estado..bueno no, el segundo…pero creo que voy a….- por suerte logré agarrar rápidamente un yelmo oxidado que había en el suelo, le di la vuelta dejando caer una vieja calavera y vomité profusamente dentro.
-Aggg..aggg..creo que... ya estoy mejor…este…este botín mejor que lo dejo aquí- dije lanzando el mancillado casco a un rincón.

En el interior de la cueva estaban la famosa mercancía que habíamos venido a buscar en un origen, unos pesados sacos de una extraña sustancia.
-Emmm ¿alguien sabe que es esto? Es una especia muy rara- pregunté en alto cargando un par.

Chimar rondaba medio dormido y tropezó un par de veces conmigo, tal vez estuviera tan kaput que no olía el terrible hedor de la cueva, suerte para él.
Apenas había más de valor, botines cutres de pobres viajeros, cogí un par de ligeros collares, la plata no era buena, pero si lo fundía algo podía sacar, al menos para dormir un par de noches bajo techo.

Tras coger todo nos pusimos en marcha tal y como habíamos venido, aunque dirá que ahora llevábamos más peso.
-Oye un momento, ¿no deberíamos  recoger ese desastre y tal?- dije señalando la putrefacta explanada de trasgos muertos –Es decir, alguna trampa podía no haberse activado y alguien podía resultar herido..¿no?...meh déjalo- suspire volviendo a la fila, estaba muy cansado, y seguro que nadie se acercaba a un claro con decenas de monstruos descomponiéndose, al menos no alguien muy listo.

En el camino Wernack nos contó por fin la ya famosa historia de cómo acabó con un dragón, que escuché atentamente,
-Espera espera, ¿una vaca demonio y una mujer que lanza esferas asesinas que se derrite y luego resucita para invocar dragones?- pregunte sonriendo –Nonono, está bien, continua, solo era para aclararme yo, sigue- sonreí, de hecho no era lo más raro que había escuchado.

A la historia no le faltaba epicidad, por lo visto el dragón petrificaba con su aliento, pero el valiente Wernack consiguió acabar con él.
-Vaya Wernack, es una buena historia si- comenté –Y..y ¿cómo era de fiero?…¿y cuál era su color? ¿Y cómo era de dura su piel?- las preguntas se me agolpaban en la cabeza, nunca había visto un dragón más que en dibujos y en los libros debía de ser fantástico, sin embrago dejé las preguntas porque estaba pareciendo un niño, y de hecho, el único niño el grupo solo había mascullado incredulidad desde su camita en la balista.

-Vaya, ahora solo necesitas a alguien que cante tu noble gesta, tengo que aprender a tocar el laúd, todo suena mejor con laúd, aunque primero necesito un laúd jajaja- reí, no sonaba mal eso de tocar, aunque creo que canto a horrores, pero me apetecía y el viaje era largo así que saqué la pala e hice como que tocaba canturreando.

(Rima)
Pi piririri pi pi pi
Pi pi piriri
Pi pi piriro
Pipipiri pipipiri pipipi pi pi po
pipiririri pipi piripo

“Esta es la historia de Wernack
El solo logró
Matar un dragón
Era grande, era fuerte, era todo un bribón
Pero dejemos de hablar del dragón
Wernack alzó su espada
Y muy grácil saltó
Y al dragón escaló
Era fiero, era duro, era todo un señor
Pero dejemos de hablar del dragón
Tras un intenso combate
Wernack se alzó
Y al dragón mató
Era todo un campeón”

-Jajajajaja- reí , sin duda la canción era horrible, la rima pésima y además yo no sabía cantar, pero que demonios, habíamos sobrevivido a un encuentro con mil trasgos, esto había que celebrarlo.

Recompensas:

+ 3 puntos: Chimar (carpintería), Schott (herrería), Geralt (conocimiento antiguo con énfasis en bestias)

+2 puntos: Niniel (alquimista) y Wernack (arcanos)



No olviden pedir la recompensa en los apartados correspondientes.