Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
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Los chillidos extremadamente agudos de la negra ave envuelta con la capa, acompañaban sus intentos desesperados por liberarse del fuerte agarre. Pico y garras rasgaban aleatoriamente la tela, alcanzando una que otra vez la piel de Colm, que se inmutaba. Cualquier otro ser vivo cercano parecía huir u ocultarse de ellos. En breve estarían lo suficientemente lejos de la chica de antes para soltarlo.
Ligeramente cansado de contenerlo susurra sin mirarlo. – Vamos… si sigues moviéndote tanto, tendré que apretarte más fuerte. Ninguno de los dos quiere eso. Solo quédate quieto un momento, pronto te dejaré. Además, ¿a qué vino lo antes? El árbol, atacar a Nessa, eso no está bien… aunque lo del árbol fue gracioso. Ojala pudieras decírmelo. – Súbitamente arremete con fuerza. – ¡Ey! ¡Ey! ¡Aquí te quedas! ¿Para donde crees que vas? – Suspira decepcionado. Creía que lograría hacerlo entender. – Bien, no queda de otra, vamos a amarrarte. Mmm… eso de ahí debe servir. – Camina rápidamente a pasos cortos y se agacha entre las múltiples raíces de un arbusto, mientras empuja a la presa contra el pecho con un solo brazo. Lleva su mano a la espalda y coge el hacha. Pisa una larga tira de la planta y la corta de un golpe. – Esto bastará… –
Se sienta en el piso y con las piernas mantiene al animal, a la vez que amarra sus patas firmemente. En esa ocasión se da cuenta del daño que ha sufrido y ríe mentalmente. Diversas gotitas de sangre brotan de las diminutas aberturas. Después de terminar, lo sujeta con ambas manos y lo mira a los ojos, como si fuera a regañar a un niño y mostrándole las heridas dice. – Si eso haces con solo rozar… joder… te cambio por mi cuchillo. Te doy comida y todo. Mira, ya estas hecho. – Extrañado ve una rara cicatriz en la cabecita del bichito peligroso. – ¿Cómo te hiciste eso...? – Un sonido fuerte y sordo se escucha detrás, considerablemente próximo. Ambos se sorprende y quedan inmóviles.
Ligeramente cansado de contenerlo susurra sin mirarlo. – Vamos… si sigues moviéndote tanto, tendré que apretarte más fuerte. Ninguno de los dos quiere eso. Solo quédate quieto un momento, pronto te dejaré. Además, ¿a qué vino lo antes? El árbol, atacar a Nessa, eso no está bien… aunque lo del árbol fue gracioso. Ojala pudieras decírmelo. – Súbitamente arremete con fuerza. – ¡Ey! ¡Ey! ¡Aquí te quedas! ¿Para donde crees que vas? – Suspira decepcionado. Creía que lograría hacerlo entender. – Bien, no queda de otra, vamos a amarrarte. Mmm… eso de ahí debe servir. – Camina rápidamente a pasos cortos y se agacha entre las múltiples raíces de un arbusto, mientras empuja a la presa contra el pecho con un solo brazo. Lleva su mano a la espalda y coge el hacha. Pisa una larga tira de la planta y la corta de un golpe. – Esto bastará… –
Se sienta en el piso y con las piernas mantiene al animal, a la vez que amarra sus patas firmemente. En esa ocasión se da cuenta del daño que ha sufrido y ríe mentalmente. Diversas gotitas de sangre brotan de las diminutas aberturas. Después de terminar, lo sujeta con ambas manos y lo mira a los ojos, como si fuera a regañar a un niño y mostrándole las heridas dice. – Si eso haces con solo rozar… joder… te cambio por mi cuchillo. Te doy comida y todo. Mira, ya estas hecho. – Extrañado ve una rara cicatriz en la cabecita del bichito peligroso. – ¿Cómo te hiciste eso...? – Un sonido fuerte y sordo se escucha detrás, considerablemente próximo. Ambos se sorprende y quedan inmóviles.
Última edición por Colm el Dom Dic 20 2015, 17:16, editado 2 veces
Colm
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De Ulmer a Lunargenta… un viaje largo y casi aburrido por la rutina, claro, de no ser por el repelús que sentía tanto por elfos como por bio-cibernéticos. Me encontraba viajando en mi forma feral, tenía que dejarle algún descanso a Bravía que me seguía de cerca a través del denso bosque. La lección de la forma no había sido aleatoria, sino cuidadosamente premeditada: siendo humana mi olfato se reducía a la mitad y no tenía muchas oportunidades de detectar a un elfo antes que él a mí, cualquier cosa por poder esquivarles, y la forma bípeda simplemente era incómoda para moverme a la velocidad que deseaba.
No detuvimos a la orilla de un delgado curso de agua, a unos metros había un pequeño claro donde aproveché para estirarme y pegar una pequeña siesta mientras mis dos mascotas, compañeros mejor dicho, se alimentaban y descansaban. La grama era alta y corría una suave brisa fresca, los únicos sonidos eran los del roce del follaje y los pájaros entonando sus melodías. Pero aquel pequeño remanso, mi templo a la paz fue pisoteado y violentado por el quejido lastimero de algún animal que parecía luchar para salir de alguna trampa. Suspiré, levanté el hocico instintivamente para localizar a lo que supuse eran cazadores.
Tenía que verlo, tenía que ser testigo de cómo los elfos le daban una zurra a quién fuese que se hubiera atrevido a pisar sus tierras para cazar. Era una apuesta y el azar podía no estar de mi parte, pero valía la pena el arriesgarse si con eso pasaba un buen rato riéndome de algún pobre tonto que dejaba que su presa hiciese tanto alboroto. “Esto va a ser divertido” prensé y dando una ojeada tanto a yegua como halcón para cerciorarme de que estuviesen bien, partí bosque adentro. No tardé más de alrededor de media hora en dar con el rastro. “Humanos” pensé al olfatear el lugar por donde había pasado, el descubrimiento no me sorprendía en lo más mínimo, de hecho, era de esperarse.
Los agudos gritos de la presa que llevaba eran ya tan fuertes que adivinaba no estaba demasiado lejos. Continué el camino sigilosamente, agazapada entre la maleza. Pronto divisé a lo que catalogué como un cazador o guerrero, estaba muy bien ataviado, era alto, mucho para ser un simple humano. De no ser porque estaba oliéndolo hubiera supuesto que era un elfo dada su figura. Se encontraba de espaldas, atando al animal que llevaba, parecía hablarle. Aunque intenté ver cuál era el ser desgraciado que me había atraído hacia allí, no pude ya que ambos se movían casi en sincronía, parecía un juego macabro del vil destino para que yo me mantuviera ignorante.
Estaba tan absorta husmeando a ese par, tratando de comprender lo que veía que no sentí cuando Furia se acercó a mí y no solo eso, sino que además me pisó la cola con una de sus manos. Apreté mis dientes y pegué un salto tan alto que la yegua reculó de inmediato y el halcón voló a la cima de un árbol cercano. Por mi parte me di contra el tronco más cercano produciendo un sonido seco y fuerte que hizo eco en el resto del bosque. Perfecto dije para mis fueros internos entre varias sartas de incoherencias e improperios.
Mi escondite había sido revelado y al parecer había sido demasiado evidente ya que toda la riña entre humano y animal se había detenido. Intentar lamerme la cola era una tarea imposible, por lo que con un gruñido en el fondo de la garganta me dejé ver a una distancia prudente. Miré con curiosidad por un largo rato y cuando estuve segura de que no corría peligro decidí volver a mi forma humana.
Tch, había olvidado que estaba desnuda dije cuando sentí el fresco sobre mi piel. Si me permites agregué volviéndome hacia atrás mientras le gesticulaba a la yegua que se acercaba tímida tras de mí. En su lomo las alforjas donde había dejado mis bultos para el viaje.
__________________
Off: Perdón, esto me quedó super super largo >o<
No detuvimos a la orilla de un delgado curso de agua, a unos metros había un pequeño claro donde aproveché para estirarme y pegar una pequeña siesta mientras mis dos mascotas, compañeros mejor dicho, se alimentaban y descansaban. La grama era alta y corría una suave brisa fresca, los únicos sonidos eran los del roce del follaje y los pájaros entonando sus melodías. Pero aquel pequeño remanso, mi templo a la paz fue pisoteado y violentado por el quejido lastimero de algún animal que parecía luchar para salir de alguna trampa. Suspiré, levanté el hocico instintivamente para localizar a lo que supuse eran cazadores.
Tenía que verlo, tenía que ser testigo de cómo los elfos le daban una zurra a quién fuese que se hubiera atrevido a pisar sus tierras para cazar. Era una apuesta y el azar podía no estar de mi parte, pero valía la pena el arriesgarse si con eso pasaba un buen rato riéndome de algún pobre tonto que dejaba que su presa hiciese tanto alboroto. “Esto va a ser divertido” prensé y dando una ojeada tanto a yegua como halcón para cerciorarme de que estuviesen bien, partí bosque adentro. No tardé más de alrededor de media hora en dar con el rastro. “Humanos” pensé al olfatear el lugar por donde había pasado, el descubrimiento no me sorprendía en lo más mínimo, de hecho, era de esperarse.
Los agudos gritos de la presa que llevaba eran ya tan fuertes que adivinaba no estaba demasiado lejos. Continué el camino sigilosamente, agazapada entre la maleza. Pronto divisé a lo que catalogué como un cazador o guerrero, estaba muy bien ataviado, era alto, mucho para ser un simple humano. De no ser porque estaba oliéndolo hubiera supuesto que era un elfo dada su figura. Se encontraba de espaldas, atando al animal que llevaba, parecía hablarle. Aunque intenté ver cuál era el ser desgraciado que me había atraído hacia allí, no pude ya que ambos se movían casi en sincronía, parecía un juego macabro del vil destino para que yo me mantuviera ignorante.
Estaba tan absorta husmeando a ese par, tratando de comprender lo que veía que no sentí cuando Furia se acercó a mí y no solo eso, sino que además me pisó la cola con una de sus manos. Apreté mis dientes y pegué un salto tan alto que la yegua reculó de inmediato y el halcón voló a la cima de un árbol cercano. Por mi parte me di contra el tronco más cercano produciendo un sonido seco y fuerte que hizo eco en el resto del bosque. Perfecto dije para mis fueros internos entre varias sartas de incoherencias e improperios.
Mi escondite había sido revelado y al parecer había sido demasiado evidente ya que toda la riña entre humano y animal se había detenido. Intentar lamerme la cola era una tarea imposible, por lo que con un gruñido en el fondo de la garganta me dejé ver a una distancia prudente. Miré con curiosidad por un largo rato y cuando estuve segura de que no corría peligro decidí volver a mi forma humana.
Tch, había olvidado que estaba desnuda dije cuando sentí el fresco sobre mi piel. Si me permites agregué volviéndome hacia atrás mientras le gesticulaba a la yegua que se acercaba tímida tras de mí. En su lomo las alforjas donde había dejado mis bultos para el viaje.
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
Ambos, hombre y animal, habían recurrido a intentar identificar que rayos causó el ruido, antes de actuar. Destacaba en medio del alboroto el relincho de un caballo y al menos el movimiento de una criatura adicional. Entre muchos pensamientos se encontraba el cuanto llevarían ahí. Casualidad o trampa. La posición era una desventaja notable, lo sabía. Obtener una mejor ubicación y postura resultaba primordial. Rápidamente, rueda adelante, consiguiendo ver una figura grande y peluda. Sintió miedo enseguida. Esa cosa lo partiría en dos sin pestañear. Apenas volver a quedar acuclillado, deslizó los pies de modo que girara el cuerpo 180°.
Reanalizó la situación mientras mantenía a raya los latidos del corazón y sostenía a la gran ave frente a su pecho. Cualquiera intuiría que la usaría como arma o algo así. Un hombre-lobo… cruzaba la mirada con la suya… desconocía si jugaba con la presa o que. Esos bichos siempre tienen mala cara. La tensión y la ansiedad aumentaron exponencialmente por la quietud reinante. Incluso preferiría ser atacado a aguardar así más. Al menos sabría cómo reaccionar. Finalmente la bestia desistió y sorpresivamente empezó a transformarse en humano. Cosa muy requeté muy sospechosa y extraña.
Por suerte evitó sufrir un trauma al observar aquello gracias a la ayuda de Niziare. La percepción del tiempo decreció enormemente, dada la gran atención en cada detalle del evento. Aun así, retrocedió un par de pasos. Pronto se dejaba al descubierto una piel pálida y visiblemente suave. Inevitablemente dada la coincidencia preguntó en su interior. – ¿Todos la tienen tan bella? – Hasta formados los senos, descartó la seguridad de su sexo masculino. Y cuando asomó su zona intima, no cabía duda ya. Una buena vista la verdad. Salvo por sus inquietantes ojos. De resto, ahora el dominio de fuerza parecía invertido.
El descontento de su desnudes era substancial. Una buena oportunidad para evaluar su carácter o descubrir una posible farsa. Levantándose concienzudamente e inmovilizando a [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] con el brazo izquierdo, comentó altivo. – ¿Y si no quiero…? – Persistiendo el rostro inexpresivo. Precedentemente a cualquier manifestación en respuesta (de Wood), agrega secamente. – Broma. – Previendo una reacción agresiva prepara una técnica infalible en tales casos, sin empuñar ningún arma. O por si lo contrario, es una amigable. Pues… ¿un cumplido?
Reanalizó la situación mientras mantenía a raya los latidos del corazón y sostenía a la gran ave frente a su pecho. Cualquiera intuiría que la usaría como arma o algo así. Un hombre-lobo… cruzaba la mirada con la suya… desconocía si jugaba con la presa o que. Esos bichos siempre tienen mala cara. La tensión y la ansiedad aumentaron exponencialmente por la quietud reinante. Incluso preferiría ser atacado a aguardar así más. Al menos sabría cómo reaccionar. Finalmente la bestia desistió y sorpresivamente empezó a transformarse en humano. Cosa muy requeté muy sospechosa y extraña.
Por suerte evitó sufrir un trauma al observar aquello gracias a la ayuda de Niziare. La percepción del tiempo decreció enormemente, dada la gran atención en cada detalle del evento. Aun así, retrocedió un par de pasos. Pronto se dejaba al descubierto una piel pálida y visiblemente suave. Inevitablemente dada la coincidencia preguntó en su interior. – ¿Todos la tienen tan bella? – Hasta formados los senos, descartó la seguridad de su sexo masculino. Y cuando asomó su zona intima, no cabía duda ya. Una buena vista la verdad. Salvo por sus inquietantes ojos. De resto, ahora el dominio de fuerza parecía invertido.
El descontento de su desnudes era substancial. Una buena oportunidad para evaluar su carácter o descubrir una posible farsa. Levantándose concienzudamente e inmovilizando a [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] con el brazo izquierdo, comentó altivo. – ¿Y si no quiero…? – Persistiendo el rostro inexpresivo. Precedentemente a cualquier manifestación en respuesta (de Wood), agrega secamente. – Broma. – Previendo una reacción agresiva prepara una técnica infalible en tales casos, sin empuñar ningún arma. O por si lo contrario, es una amigable. Pues… ¿un cumplido?
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En otra lugar, alejados de el mágico encuentro de los “blanquitos” (Colm y Wood). Un grupo de cazadores furtivos corrían en dirección a ellos, guiados por un lobo, que seguía el origen del chillido del ave. Aún muy lejos. Al mando, un fornido y barbudo enano, con predilección por las mujeres blancas y pelirrojas o en su defecto, de cabello plateado bañado en sangre. (ok no .-. lo subrayado no cuenta).---------------------
Off: No te preocupes, asi aprendo más.
Colm
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
Tenía una mano sobre la abertura de la alforja cuando escuché su grave voz “¿Y si no quiero?” había preguntado. Comencé a girar mi cabeza lentamente imitando a un búho, tenía la ceja derecha alzada y cara de pocos amigos. Pero antes de que hubiese alguna otra reacción agregó “ Broma”. Entonces le eché una sonrisa fugaz negando con la cabeza. En su brazo un gran ave, de las que cazan y no viceversa. Los ruidos habían cesado, como por algún acto de magia. Pronto encontré mi vestido de tela, lo único medio decente que llevaba por esos días. Tal vez al llegar a la ciudad humana buscara algo un poco más actualizado, aunque no estaba tan segura, seguía ahorrando.
La parte buena de usar un ridículo vestido era la sencillez a la hora de ponérselo. Prácticamente estaba diseñado a prueba de degradados físicos a la hora de hacer cosas con detalle y cuidado. Terminado el pequeño ritual, levanté la cabeza. Ya ya, muy bromista. ¿Disfrutaste de la vista, cazador? pregunté comenzando a tentarme de la risa. ¿Qué haces en tierras de elfos con un animal tan problemático? cuestioné. Pude olfatear a Chy cerca antes de localizarlo con la vista. Extendí mi diestra y éste halló rápidamente su lugar en mi mano. Llegué hasta aquí por todo el alboroto y ahora no hay nada suspiré y crucé mis brazos sobre el pecho.
¿No temes que los elfos te den una lección por estar en sus tierras? inquirí entrecerrando los ojos, como buscado la trampa en su fachada. Debía de tener mucha confianza en sí mismo si se mantenía tan tranquilo. Me dicen Wood. Finalicé, acortando la mitad de la distancia entre él y yo, tendiendo mi mano en señal de saludo. Mis acompañantes son Furia y Chy agregué al final, señalándoles de acuerdo a su respectivo nombre.
La parte buena de usar un ridículo vestido era la sencillez a la hora de ponérselo. Prácticamente estaba diseñado a prueba de degradados físicos a la hora de hacer cosas con detalle y cuidado. Terminado el pequeño ritual, levanté la cabeza. Ya ya, muy bromista. ¿Disfrutaste de la vista, cazador? pregunté comenzando a tentarme de la risa. ¿Qué haces en tierras de elfos con un animal tan problemático? cuestioné. Pude olfatear a Chy cerca antes de localizarlo con la vista. Extendí mi diestra y éste halló rápidamente su lugar en mi mano. Llegué hasta aquí por todo el alboroto y ahora no hay nada suspiré y crucé mis brazos sobre el pecho.
¿No temes que los elfos te den una lección por estar en sus tierras? inquirí entrecerrando los ojos, como buscado la trampa en su fachada. Debía de tener mucha confianza en sí mismo si se mantenía tan tranquilo. Me dicen Wood. Finalicé, acortando la mitad de la distancia entre él y yo, tendiendo mi mano en señal de saludo. Mis acompañantes son Furia y Chy agregué al final, señalándoles de acuerdo a su respectivo nombre.
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
A veces se cuestiona el atrevimiento a realizar ciertas cosas. Quizás sea el aburrimiento de la vida que le permite arriesgar tanto en una tontería, o tal vez, simplemente, quiere morir. Para suerte/desgracia, la muchacha reaccionó favorablemente, ante la burla de la situación. Sobre todo teniendo en cuenta, la raza poco temperamental a la que pertenece. Eso derivó en un ligero gustito hacia su persona, también influenció la cara graciosa cuando volteó. A lo que cuya respuesta fue arquear la ceja, imitándola, pero sin cara graciosa. Eso era inimitable.
Mientras Wood hurgaba en la carga y vestía. Fijó la mirada en el caballo negro. Y aunque ya era mucho que no se lo haya comido, interesantemente se percibía relajada con la cercanía de la dueña, una depredadora. Si, también ojeó el blanco trasero en frente. A pesar del despreocupado encuentro (sarcasmo), el ave blanca deja de hacerse la morida y dada la imposibilidad de escapar, observa, esperando.
La fina piel esconde su brillo bajo la tela marrón. Eleva el rostro y en tono bromista, o a lo mejor, coqueto dice. – Ya ya, muy bromista. ¿Disfrutaste de la vista, cazador? – A lo que respondió rápidamente indiferente, después de llegar a la conclusión del mal momento del chiste estando ella desnuda. – Prefiero tu forma animal. Menos complicada. – Seguido de un breve silencio incómodo. Como intentando abandonarlo continua. – ¿Qué haces en tierras de elfos con un animal tan problemático? – Meditando la réplica, nota su cambio de lenguaje corporal y la retrasa unos segundos (la réplica). Hizo bien, pues de la nada surgió un halcón directo a la mano de la joven. (¿Su marido?). – Bonitos animales llevas contigo, incluyendo tu otro yo. Y lo lamento por arruinar el deseo de vernos, pero es una función privada… – Disimuladamente mira a su ahora supuesto compañero. – Hay más que temer a aquí que los elfos, jovencita… – Y lo decía por una razón.
– Mira, no soy un cazador. Pertenezco aqui. Mmm… Wood. Interesante nombre. – A Chy y Furia, les dedica una leve reverencia. – Se ve que te quieren. – Comenta ya juntos. Estrecha su mano e inclina ligeramente el cuerpo para susurrarle. – Es una calamidad que a ellos no. – Se separa y señala el punto donde anteriormente la encontró, al inicio. El tronco golpeado, en realidad era un [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y estaba despertando. Suspiró y le dio unas palmaditas en la espalda.
Por andar de chistosito, se distrajo y escapó Wolt volando con las patas amarradas, empujándolo a un costado en el proceso. Con salpiques de tristeza dijo. – No vuelvas. – De reojo poso la vista en la inocente chica y expresa la preocupación por un ataque. – Esa ave, nos ha atacado a una chica y a mí. Ten cuidado, tal vez lo haga de nuevo. Por cierto, suerte con el Driope. – Luchar contra él, le valdría una buena exiliada de Sandorai y su comunidad. – Ah, soy Colm. – Concluye, marchándo tranquilamente en sentido contrario.
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Off: Wood, creó hice algunas cosas indebidas (como darle color a tu vestimenta), cualquier cosa dime y lo cambio.
Mientras Wood hurgaba en la carga y vestía. Fijó la mirada en el caballo negro. Y aunque ya era mucho que no se lo haya comido, interesantemente se percibía relajada con la cercanía de la dueña, una depredadora. Si, también ojeó el blanco trasero en frente. A pesar del despreocupado encuentro (sarcasmo), el ave blanca deja de hacerse la morida y dada la imposibilidad de escapar, observa, esperando.
La fina piel esconde su brillo bajo la tela marrón. Eleva el rostro y en tono bromista, o a lo mejor, coqueto dice. – Ya ya, muy bromista. ¿Disfrutaste de la vista, cazador? – A lo que respondió rápidamente indiferente, después de llegar a la conclusión del mal momento del chiste estando ella desnuda. – Prefiero tu forma animal. Menos complicada. – Seguido de un breve silencio incómodo. Como intentando abandonarlo continua. – ¿Qué haces en tierras de elfos con un animal tan problemático? – Meditando la réplica, nota su cambio de lenguaje corporal y la retrasa unos segundos (la réplica). Hizo bien, pues de la nada surgió un halcón directo a la mano de la joven. (¿Su marido?). – Bonitos animales llevas contigo, incluyendo tu otro yo. Y lo lamento por arruinar el deseo de vernos, pero es una función privada… – Disimuladamente mira a su ahora supuesto compañero. – Hay más que temer a aquí que los elfos, jovencita… – Y lo decía por una razón.
– Mira, no soy un cazador. Pertenezco aqui. Mmm… Wood. Interesante nombre. – A Chy y Furia, les dedica una leve reverencia. – Se ve que te quieren. – Comenta ya juntos. Estrecha su mano e inclina ligeramente el cuerpo para susurrarle. – Es una calamidad que a ellos no. – Se separa y señala el punto donde anteriormente la encontró, al inicio. El tronco golpeado, en realidad era un [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y estaba despertando. Suspiró y le dio unas palmaditas en la espalda.
Por andar de chistosito, se distrajo y escapó Wolt volando con las patas amarradas, empujándolo a un costado en el proceso. Con salpiques de tristeza dijo. – No vuelvas. – De reojo poso la vista en la inocente chica y expresa la preocupación por un ataque. – Esa ave, nos ha atacado a una chica y a mí. Ten cuidado, tal vez lo haga de nuevo. Por cierto, suerte con el Driope. – Luchar contra él, le valdría una buena exiliada de Sandorai y su comunidad. – Ah, soy Colm. – Concluye, marchándo tranquilamente en sentido contrario.
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
Esa era una de las pocas ocasiones en las que me sentía consciente de mí misma y no sabía que expresión poner. El humano me caía bien, y eso era raro. Extrañada por mis propios sentimientos o más bien “presentimientos” le observé como si fuese un animal venenoso y extremadamente peligroso. Sus respuestas no eran las esperadas, tenía un deje irónico en cada una de sus palabras y si mi intuición no fallaba parecía no esconder las cosas. Un tipo de lo menos normal que pudiese conocer. Con mucha altura, no literalmente claro -aunque era del tipo que me gustaba- me hizo ver que no era mi asunto lo que él hacía en ese lugar. Entrecerré los ojos y le observé con cara de pocos amigos. Si no hubiese alabado a mis amigos, él se habría metido en un pequeño problema ya que las palabras “rencor” y “vengativa” solían aplicarse a mi comportamiento. Sólo por aquellos comentarios positivos se estaba ganando mi perdón y favoritismo en una sola acción.
Jovencita… mascullé la palabra, como mordiéndola para ver a qué sabía en el contexto que la dijo. Sonreí. El muy torpe creía que era una especie de mocosa lycan escapada de casa, estaba casi segura de eso. Era la primera vez que alguien me llamaba de esa manera y aunque por un lado me sentía bastante halagada –vamos, que era el mejor piropo que me habían dicho nunca- me pateaba un poco porque tenía la idea de que me creía una cachorra inexpediente. Bueno… tampoco era como que no le hubiese dado razones para aquello. Trataría de buscar alguna forma de demostrarle que esa no era la forma en la que me gustaba ser catalogada. De lo contrario se me ocurría crear una muy buena situación. Degusté esa idea, sabía como una comida exótica y muy rara. Tal vez… susurré acariciando al halcón y llevándolo a mi rostro para hacerle cariños con mi nariz mientras le olfateaba.
Me quedé petrificada unos momentos observando el punto que él señaló. Al principio no sabía qué señalaba pero luego me di cuenta y quise haber podido evadir esa realidad. Sentí sus palmaditas en mi espalda Eres valiente y atrevido para tanto le solté en un hilo de voz mientras veía como el ave se marchaba. Escuché su explicación y asentí una vez mientras me mordía el labio inferior pensando en cosas de chicas y entre chicas. Te pones amigable con un licántropo y le haces ver como un cachorro, ¿estás listo para las consecuencias? pregunté. Sus palabras aún no habían terminado de hundirse en mi consciencia. Cuando le vi marchar todas las fichas cayeron juntas de repente.
Maldito humano, me las vas a pagar… dije entre dientes, pero con una gran sonrisa mientras negaba con la cabeza y me apresuraba a retribuir el hacha de dos manos de mi montura. A casa le susurré a la yegua antes de darle un suave golpe en los ijares que la despidió a la velocidad del rayo por entre las malezas del bosque. Convertirme a mi forma lobuna me haría generar un gasto extra de energía, pero esos estúpidos troncos malosos eran un dolor en el trasero si se cabreaban y por lo que veía, ese no era de los más mansos. Dame todo lo que tienes, te haré astillas amenacé transformándome a mi forma bípeda. Apenas si tuve un par de segundos de ventaja para esquivar la primera embestida de aquél ser de la naturaleza.
Aullé fuertemente y sacudí mi cabeza con la lengua hacia un lado al tiempo que agitaba el hacha y la movía entre mis manos para entrar en calor. Sería un enfrentamiento duro y planeaba plantarle cara hasta que desistiera, aunque salir pitando también era una opción si el muy maldito se ponía terco. Esas cosas había que tratarlas con respeto después de todo.
Jovencita… mascullé la palabra, como mordiéndola para ver a qué sabía en el contexto que la dijo. Sonreí. El muy torpe creía que era una especie de mocosa lycan escapada de casa, estaba casi segura de eso. Era la primera vez que alguien me llamaba de esa manera y aunque por un lado me sentía bastante halagada –vamos, que era el mejor piropo que me habían dicho nunca- me pateaba un poco porque tenía la idea de que me creía una cachorra inexpediente. Bueno… tampoco era como que no le hubiese dado razones para aquello. Trataría de buscar alguna forma de demostrarle que esa no era la forma en la que me gustaba ser catalogada. De lo contrario se me ocurría crear una muy buena situación. Degusté esa idea, sabía como una comida exótica y muy rara. Tal vez… susurré acariciando al halcón y llevándolo a mi rostro para hacerle cariños con mi nariz mientras le olfateaba.
Me quedé petrificada unos momentos observando el punto que él señaló. Al principio no sabía qué señalaba pero luego me di cuenta y quise haber podido evadir esa realidad. Sentí sus palmaditas en mi espalda Eres valiente y atrevido para tanto le solté en un hilo de voz mientras veía como el ave se marchaba. Escuché su explicación y asentí una vez mientras me mordía el labio inferior pensando en cosas de chicas y entre chicas. Te pones amigable con un licántropo y le haces ver como un cachorro, ¿estás listo para las consecuencias? pregunté. Sus palabras aún no habían terminado de hundirse en mi consciencia. Cuando le vi marchar todas las fichas cayeron juntas de repente.
Maldito humano, me las vas a pagar… dije entre dientes, pero con una gran sonrisa mientras negaba con la cabeza y me apresuraba a retribuir el hacha de dos manos de mi montura. A casa le susurré a la yegua antes de darle un suave golpe en los ijares que la despidió a la velocidad del rayo por entre las malezas del bosque. Convertirme a mi forma lobuna me haría generar un gasto extra de energía, pero esos estúpidos troncos malosos eran un dolor en el trasero si se cabreaban y por lo que veía, ese no era de los más mansos. Dame todo lo que tienes, te haré astillas amenacé transformándome a mi forma bípeda. Apenas si tuve un par de segundos de ventaja para esquivar la primera embestida de aquél ser de la naturaleza.
Aullé fuertemente y sacudí mi cabeza con la lengua hacia un lado al tiempo que agitaba el hacha y la movía entre mis manos para entrar en calor. Sería un enfrentamiento duro y planeaba plantarle cara hasta que desistiera, aunque salir pitando también era una opción si el muy maldito se ponía terco. Esas cosas había que tratarlas con respeto después de todo.
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
No sabía que cruzaba por su mente como para darle la espalda a una desconocida de apariencia peligrosa. Especialmente teniendo en cuenta su reacción en el acto de hace un rato. Bastante sospechosa. Demasiado tranquila y poco temperamental para lo que debería, aunque podía percibir algo similar a la antipatía. – ¿Evalúas a tu presa? – Eso originaba unas ganas por hostigarla hasta ver su verdadero ser, pero sabiendo lo extremo de esas ideas, limitaría sus acciones a la observación, hasta obtener un motivo y realizar lo que competiese al asunto. Igual, no tenía planes para hoy o eso recuerda.
Si ella lo atacaba, empezaría la lucha contra el ente con desventaja en la iniciativa, seguramente. La marcha desprendía un aire de ligereza e inocencia. Largas zancadas, pausadas y relativamente rítmicas, sonaban contra el suelo armoniosamente. Y cuando la escuchó maldecirlo… (juraría ver una sonrisa sutil en ese rostro suyo). Las palabras de aquella chica, trasmitían jocosidad en mayor cantidad a agresividad, después de todo, si fuera verdad, ya sería un cadáver.
La carrera repentina de la yegua lo sacó de onda y ahí se dejó de pavoneo. Mejor desaparecer. Echó un vistazo atrás. Otra vez su forma “natural”, imponente, deshizo el aspecto ligeramente frágil anterior. Si, también regresó el sentimiento de miedo. El ataque de la criatura esquivado con suma facilidad, y ella, disfrutaba. Si se quedó a luchar, era de asumir una gran habilidad o falta de cerebro.
Aceleró el paso paulatinamente, convirtiéndolo finalmente en una carrera. Atravesó unos arbustos y cuando juzgó conveniente, un poco alejado, fue de frente a un árbol. Colocó un pie primero, seguido el otro y brinco a una rama, yaciendo colgado con las manos. Trepó a lo alto, examinó el terreno y la posición de cada elemento; Chy, Furia, Wood y el Dríope, principalmente, aunque del mismo modo, buscó a la fea ave.
Atrincherándose y adoptando una postura confortable, pensaba en la terrible idea de que uno de los dos acabara muerto, por culpa de su jueguecito. No permitiría una nueva ocasión para un fallo. Liberó el arco de su cuerpo y probó con un dedo la tensión de la cuerda. Lo empuñó con la mano derecha y lo cargó con dos flechas unidas por una cadena pequeña. Así los detendría. Alzó el arco y amenazó a la distancia (apuntó) al par de combatientes. – Muy bien, veamos de que eres capaz de hacer. –
Si ella lo atacaba, empezaría la lucha contra el ente con desventaja en la iniciativa, seguramente. La marcha desprendía un aire de ligereza e inocencia. Largas zancadas, pausadas y relativamente rítmicas, sonaban contra el suelo armoniosamente. Y cuando la escuchó maldecirlo… (juraría ver una sonrisa sutil en ese rostro suyo). Las palabras de aquella chica, trasmitían jocosidad en mayor cantidad a agresividad, después de todo, si fuera verdad, ya sería un cadáver.
La carrera repentina de la yegua lo sacó de onda y ahí se dejó de pavoneo. Mejor desaparecer. Echó un vistazo atrás. Otra vez su forma “natural”, imponente, deshizo el aspecto ligeramente frágil anterior. Si, también regresó el sentimiento de miedo. El ataque de la criatura esquivado con suma facilidad, y ella, disfrutaba. Si se quedó a luchar, era de asumir una gran habilidad o falta de cerebro.
Aceleró el paso paulatinamente, convirtiéndolo finalmente en una carrera. Atravesó unos arbustos y cuando juzgó conveniente, un poco alejado, fue de frente a un árbol. Colocó un pie primero, seguido el otro y brinco a una rama, yaciendo colgado con las manos. Trepó a lo alto, examinó el terreno y la posición de cada elemento; Chy, Furia, Wood y el Dríope, principalmente, aunque del mismo modo, buscó a la fea ave.
Atrincherándose y adoptando una postura confortable, pensaba en la terrible idea de que uno de los dos acabara muerto, por culpa de su jueguecito. No permitiría una nueva ocasión para un fallo. Liberó el arco de su cuerpo y probó con un dedo la tensión de la cuerda. Lo empuñó con la mano derecha y lo cargó con dos flechas unidas por una cadena pequeña. Así los detendría. Alzó el arco y amenazó a la distancia (apuntó) al par de combatientes. – Muy bien, veamos de que eres capaz de hacer. –
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
El dríope y yo habíamos terminado a las manos luego de que él evadiera varios de mis ataques con el hacha. El muy maldito era demasiado rápido para ese cuerpo suyo como para usar mi arma, por lo que me vi obligada a dejarla de lado y atacar con garras y dientes. Él no se quedaba atrás, además de que contaba con esa coraza natural suya. Parecía estar hecho de odio puro mientras me miraba cara a cara con esos ojos negros y profundos totalmente encolerizado.
De alguna parte de su pecho brotaba un grito desgarrador y furioso acompañado de una especie de aliento frío, potente. No pensaba dejarme intimidar por una nimiedad como aquella, por lo que alcé mi voz en un gruñido que hizo eco en lo profundo del bosque. Nos habíamos tomado de las manos, luchando con todo nuestro cuerpo para ganarle al rival un céntimo de terreno. Clavé mis pies en el suelo, su fuerza era avasalladora, su pose territorial. La fuerza parecía brotar de cada una de sus astillas o lo que fuera que le conformaba.
Estaba comenzando a perder terreno, no podía detener su avance y la fuerza me fallaba. Él parecía no cansarse, lo que a la larga le daba la ventaja. Aprovechando mi posición, me hice algo para adelante y comencé a tirar mordiscos. La pequeña estrategia había comenzado a dar resultado, la bestia sólo pensaba en una cosa por vez, le había tomado desprevenido, pero aquella carta no duró mucho. Comenzaba a preguntarme si los dríopes eran capaces de sentir dolor. Mis garras le había arrancado más que unos pocos alaridos en comparación con toda la madera que le faltaba en sus brazos y por más que reculó un poco al principio terminé por atribuírselo a la sorpresa más que al temor de ser herido.
En uno de mis avances en los que nuestros pesos se balanceaban al punto de hacernos perder el equilibrio, pude clavar mis colmillos en su cuello o bueno… su homólogo. El hecho de que no tuviera dientes para defenderse era una gran ventaja. Con lo que no contaba era que su cuerpo liberase una resina pegajosa que parecía succionar mis colmillos. “Hijo de tu… pensé sin saber cómo deshacerme de todo eso. Tenía el presentimiento de que esa cosa me iba a romper más de lo que podría soportar. Cerré mis ojos y me olvidé de la lucha, quería escapar, forcejeaba para hacerlo. Me arrastró un par de metros, perdí el equilibrio y mis piernas se enredaron entre sus pies. Caímos y en ese momento pude zafarme.
Me estaba levantando para retribuir el hacha y terminar con el muy bastardo cuando una flecha pasó silbando mi costado y se enterró en alguna parte no reconocida del cuerpo de la bestia. Creo que esa es la señal pensé con cierta ironía. Aquella saeta había pasado rosando mis costillas. De haberme movido un poco más a la derecha habría terminado con eso clavado en mi carne. El humano no estaba bromeando, al parecer no le importaba qué bestia saliera herida sino mandar su puto mensaje. Un hombre con carácter.
La distracción surtió efecto, mientras la cosa se levantaba con algo de trabajo yo me ocupaba de rastrear al “no cazador”. No me volví para ver si era seguida, solo salté de lado a lado hasta dar con su aroma y pronto estuve colgada cara a cara con él. Las babas bajaban por los costados de mi boca y caían al vacío. “Hola” pensé viendo sus ojos con intensidad. “Ahora pagas” agregué a mi fuero interno con la cabeza de lado y una nueva sonrisa lobuna. Mi lengua a un lado.
De alguna parte de su pecho brotaba un grito desgarrador y furioso acompañado de una especie de aliento frío, potente. No pensaba dejarme intimidar por una nimiedad como aquella, por lo que alcé mi voz en un gruñido que hizo eco en lo profundo del bosque. Nos habíamos tomado de las manos, luchando con todo nuestro cuerpo para ganarle al rival un céntimo de terreno. Clavé mis pies en el suelo, su fuerza era avasalladora, su pose territorial. La fuerza parecía brotar de cada una de sus astillas o lo que fuera que le conformaba.
Estaba comenzando a perder terreno, no podía detener su avance y la fuerza me fallaba. Él parecía no cansarse, lo que a la larga le daba la ventaja. Aprovechando mi posición, me hice algo para adelante y comencé a tirar mordiscos. La pequeña estrategia había comenzado a dar resultado, la bestia sólo pensaba en una cosa por vez, le había tomado desprevenido, pero aquella carta no duró mucho. Comenzaba a preguntarme si los dríopes eran capaces de sentir dolor. Mis garras le había arrancado más que unos pocos alaridos en comparación con toda la madera que le faltaba en sus brazos y por más que reculó un poco al principio terminé por atribuírselo a la sorpresa más que al temor de ser herido.
En uno de mis avances en los que nuestros pesos se balanceaban al punto de hacernos perder el equilibrio, pude clavar mis colmillos en su cuello o bueno… su homólogo. El hecho de que no tuviera dientes para defenderse era una gran ventaja. Con lo que no contaba era que su cuerpo liberase una resina pegajosa que parecía succionar mis colmillos. “Hijo de tu… pensé sin saber cómo deshacerme de todo eso. Tenía el presentimiento de que esa cosa me iba a romper más de lo que podría soportar. Cerré mis ojos y me olvidé de la lucha, quería escapar, forcejeaba para hacerlo. Me arrastró un par de metros, perdí el equilibrio y mis piernas se enredaron entre sus pies. Caímos y en ese momento pude zafarme.
Me estaba levantando para retribuir el hacha y terminar con el muy bastardo cuando una flecha pasó silbando mi costado y se enterró en alguna parte no reconocida del cuerpo de la bestia. Creo que esa es la señal pensé con cierta ironía. Aquella saeta había pasado rosando mis costillas. De haberme movido un poco más a la derecha habría terminado con eso clavado en mi carne. El humano no estaba bromeando, al parecer no le importaba qué bestia saliera herida sino mandar su puto mensaje. Un hombre con carácter.
La distracción surtió efecto, mientras la cosa se levantaba con algo de trabajo yo me ocupaba de rastrear al “no cazador”. No me volví para ver si era seguida, solo salté de lado a lado hasta dar con su aroma y pronto estuve colgada cara a cara con él. Las babas bajaban por los costados de mi boca y caían al vacío. “Hola” pensé viendo sus ojos con intensidad. “Ahora pagas” agregué a mi fuero interno con la cabeza de lado y una nueva sonrisa lobuna. Mi lengua a un lado.
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Ejercía una respiración abdominal, torácica y clavicular; lánguida y profunda, evitando la mayor parte del titubeo por sostener el arco. Evaluaba el desarrollo de la lucha. A primera instancia, las cartas estaban de lado de la muchacha, con su agilidad superior. Teniendo en cuenta esto, la seguía con la punta de la flecha oculta en las sombras y un pensamiento. – Tranquila, no dolerá. –
Contrariamente a su código de “luchar solo trae problemas”, se emocionaba con los gruñidos, el sonido las patas deslizándose sobre la tierra, la fiereza emanada por ambas bellezas de la naturaleza. Y hubo ocurrido el enfrentamiento de rugidos, una conmovedora imagen apreciable exclusivamente por un amante de los seres de esta tierra. De lo contrario infundirían un terror tal, semejante a tu madre llegando a casa y tú no has hecho lo que pidió. Horror puro y desenfrenado.
Inesperadamente, la chiquilla va perdiendo terreno. ¿Se estaba agotando? Transformarse si tenía sus desventajas. – Interesante. – En el otro extremo, una habilidad desconocida presentó el Dríope. – Necesito una muestra de eso. – Inmerso en cada detalle y hasta realizando predicciones. Eran sus conejillos de indias. Por unos instantes el tiempo paró y chocó con el panorama general de las cosas… no se percató de la inminente derrota de la domadora y del daño sufrido del contrincante, que literalmente se desmoronaba a trozos.
Soltó la cuerda y los proyectiles salieron despedido con especial potencia tras prepararse con tanta antelación. En la trayectoria, la cadena de unión se enredó con los giros de la saeta y las colocó juntas, engendrando una especie de flecha más grande, desviando la dirección ligeramente y destrozando la intención original. Palideció cuando impactó de lleno el cuerpo del ser del bosque. – ¡No! ¡No…! – Gritaba en su interior, mientras visiblemente temblaba y se hiperventilaba del miedo.
Guindó al cuello fugazmente el instrumento del accidente (bow) y sin mucho pensar saltaba rama por rama para bajar, entre rezos y maldiciones, hasta sentir un ‘’temblor’’ en una. Agachado y de puntas, alzó la mirada lentamente, dando con el inolvidable rostro de la loba derrotada. Advirtiendo la amenaza aguardó su movimiento, el primer ataque. No tuvo que esperar mucho, pues la rama donde reposaban se resquebró precipitándolos contra las brozas bajo esta.
Exponiendo la agilidad característica de un artista o similar, mantiene el equilibrio lo suficientemente bien y elude al hecho de estrellar su cabeza o dislocarse un hueso. No obstante la espalda soportó todo el daño. Atontado, apoya una mano en la superficie esponjosa donde se estreyó, pretendiendo sentarse. – ¡Dia de las ramas caídas?! – Expresó mentalmente entre quejidos. – Al menos antes caí sobre agua. – Lo decía por el tremendo daño causado por la hachuela en su zona lumbar. Abruptamente giró la cabeza orientándola al paradero del bicho de madera. No resolvía vislumbrar su espectral figura, estimando lo peor. Por ahora, tendría que lidiar primero con la chavalita. – ¡Ella! ¡¿Dónde está ella?! – Sabiéndose en peligro, apela a la camaradería, soltando al aire y desconociendo su ubicación. – ¿Estas bien? Eso fue peligroso –
_____________________________________________
Off: Por si acaso, doy por sentado que el árbol mide 5m o más.
Contrariamente a su código de “luchar solo trae problemas”, se emocionaba con los gruñidos, el sonido las patas deslizándose sobre la tierra, la fiereza emanada por ambas bellezas de la naturaleza. Y hubo ocurrido el enfrentamiento de rugidos, una conmovedora imagen apreciable exclusivamente por un amante de los seres de esta tierra. De lo contrario infundirían un terror tal, semejante a tu madre llegando a casa y tú no has hecho lo que pidió. Horror puro y desenfrenado.
Inesperadamente, la chiquilla va perdiendo terreno. ¿Se estaba agotando? Transformarse si tenía sus desventajas. – Interesante. – En el otro extremo, una habilidad desconocida presentó el Dríope. – Necesito una muestra de eso. – Inmerso en cada detalle y hasta realizando predicciones. Eran sus conejillos de indias. Por unos instantes el tiempo paró y chocó con el panorama general de las cosas… no se percató de la inminente derrota de la domadora y del daño sufrido del contrincante, que literalmente se desmoronaba a trozos.
Soltó la cuerda y los proyectiles salieron despedido con especial potencia tras prepararse con tanta antelación. En la trayectoria, la cadena de unión se enredó con los giros de la saeta y las colocó juntas, engendrando una especie de flecha más grande, desviando la dirección ligeramente y destrozando la intención original. Palideció cuando impactó de lleno el cuerpo del ser del bosque. – ¡No! ¡No…! – Gritaba en su interior, mientras visiblemente temblaba y se hiperventilaba del miedo.
Guindó al cuello fugazmente el instrumento del accidente (bow) y sin mucho pensar saltaba rama por rama para bajar, entre rezos y maldiciones, hasta sentir un ‘’temblor’’ en una. Agachado y de puntas, alzó la mirada lentamente, dando con el inolvidable rostro de la loba derrotada. Advirtiendo la amenaza aguardó su movimiento, el primer ataque. No tuvo que esperar mucho, pues la rama donde reposaban se resquebró precipitándolos contra las brozas bajo esta.
Exponiendo la agilidad característica de un artista o similar, mantiene el equilibrio lo suficientemente bien y elude al hecho de estrellar su cabeza o dislocarse un hueso. No obstante la espalda soportó todo el daño. Atontado, apoya una mano en la superficie esponjosa donde se estreyó, pretendiendo sentarse. – ¡Dia de las ramas caídas?! – Expresó mentalmente entre quejidos. – Al menos antes caí sobre agua. – Lo decía por el tremendo daño causado por la hachuela en su zona lumbar. Abruptamente giró la cabeza orientándola al paradero del bicho de madera. No resolvía vislumbrar su espectral figura, estimando lo peor. Por ahora, tendría que lidiar primero con la chavalita. – ¡Ella! ¡¿Dónde está ella?! – Sabiéndose en peligro, apela a la camaradería, soltando al aire y desconociendo su ubicación. – ¿Estas bien? Eso fue peligroso –
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Off: Por si acaso, doy por sentado que el árbol mide 5m o más.
Última edición por Colm el Dom Dic 06 2015, 15:06, editado 3 veces
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=Haber sido prácticamente apaleada por el equipo dríope-humano parecía no haber sido suficiente, aparentemente no solamente los elfos y yo no nos llevábamos del todo bien, sino que además su maldito bosque me odiaba. De lo contrario ¿cómo podría explicarse que una rama como aquella se rompiera? Es decir, yo estaba pesada, podía llegar a admitirlo… pero no como para que medio árbol cayese. La única explicación que había era que el humano fuese más pesado de lo que aparentaba. Estaba atontada, magullada y bastante enojada con toda la situación. Comenzaba a pensar que ese hombre era el amuleto de la mala suerte en versión carne con patas o peor, toda una caja tamaño gigante repleta de ellos. ¿Cuánto más podría ocurrir?
Me incorporé y trastabillé, teniendo que hacer uso de un árbol cercano como tutor. Me sacudí quitando la mayoría de las hojas que me cubrían en el acto. Con ese demente a mi lado y lo que eso representaba, ni de broma que volvía a mi forma humana. Estaba cansada, hambrienta y adolorida. Con la caída había apoyado la mayor parte del peso sobre mis pies, pero aterricé en un lugar que no era precisamente un campo de flores y para colmo unas ramas secundarias me habían caído encima, haciendo tarta de Wood contra el suelo. Había terminado comiendo la tierra que el estúpido monstruo no me había hecho tragar, pero aún peor, porque todavía me quedaban algunos restos de su resina en mi boca, haciendo que tuviera un pegote con gusto a… cosas que no quisiera siquiera pensar.
¡¿Qué si estoy bien?! pensé dejando brotar un gruñido feroz de mi garganta. Él parecía bastante indemne pese a ser una criatura de naturaleza frágil. Tomé aire y me hice hacia adelante, apoyando el peso sobre la pierna buena, la izquierda. Yo había quedado a su espalda, por lo que no fue raro que no me viese al momento de lanzar sus preguntas al aire. Eso, o había quedado tonto. La mitad de mi cuerpo se hizo visible sobre su hombro. Sólo me permití aquello porque juzgué que con todo lo ocurrido no sería capaz de tener una reacción peligrosa para mí, al menos no al nivel físico. Volví a gruñirle, esta vez de una forma más moderada sólo para que él me escuchara. Procuré verle el rostro por un largo rato, estaba evaluando la situación. ¿Iba por su cuello o me retiraba?¿habría otra opción? El hecho de no tener la facultad de hablar no era muy positivo en ese momento… pero no tener la fórmula entre mis manos quería decir que Furia estaba a salvo.
De pronto Chy comenzó a llamar desde las alturas. Levanté el hocico en busca de la causa de tal alboroto.
Off: no quise agregar nada, no se si tenías algún plan. El halcón puede estar llamando por la razón que quieras
La suerte es para saber cuán herida estoy. Digamos que neutral es apenas una renguera y unos arañazos xD porque últimamente todo me sale neutral. Los dioses me ignoran :v
Me incorporé y trastabillé, teniendo que hacer uso de un árbol cercano como tutor. Me sacudí quitando la mayoría de las hojas que me cubrían en el acto. Con ese demente a mi lado y lo que eso representaba, ni de broma que volvía a mi forma humana. Estaba cansada, hambrienta y adolorida. Con la caída había apoyado la mayor parte del peso sobre mis pies, pero aterricé en un lugar que no era precisamente un campo de flores y para colmo unas ramas secundarias me habían caído encima, haciendo tarta de Wood contra el suelo. Había terminado comiendo la tierra que el estúpido monstruo no me había hecho tragar, pero aún peor, porque todavía me quedaban algunos restos de su resina en mi boca, haciendo que tuviera un pegote con gusto a… cosas que no quisiera siquiera pensar.
¡¿Qué si estoy bien?! pensé dejando brotar un gruñido feroz de mi garganta. Él parecía bastante indemne pese a ser una criatura de naturaleza frágil. Tomé aire y me hice hacia adelante, apoyando el peso sobre la pierna buena, la izquierda. Yo había quedado a su espalda, por lo que no fue raro que no me viese al momento de lanzar sus preguntas al aire. Eso, o había quedado tonto. La mitad de mi cuerpo se hizo visible sobre su hombro. Sólo me permití aquello porque juzgué que con todo lo ocurrido no sería capaz de tener una reacción peligrosa para mí, al menos no al nivel físico. Volví a gruñirle, esta vez de una forma más moderada sólo para que él me escuchara. Procuré verle el rostro por un largo rato, estaba evaluando la situación. ¿Iba por su cuello o me retiraba?¿habría otra opción? El hecho de no tener la facultad de hablar no era muy positivo en ese momento… pero no tener la fórmula entre mis manos quería decir que Furia estaba a salvo.
De pronto Chy comenzó a llamar desde las alturas. Levanté el hocico en busca de la causa de tal alboroto.
Off: no quise agregar nada, no se si tenías algún plan. El halcón puede estar llamando por la razón que quieras
La suerte es para saber cuán herida estoy. Digamos que neutral es apenas una renguera y unos arañazos xD porque últimamente todo me sale neutral. Los dioses me ignoran :v
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– Ahí estas. – Pensó al verla, considerando la afinidad aparente por encontrarse a la espalda suya. Varios trozos u hojas completas se adhirieron a la ropa, cayendo la mayoría con el movimiento, viro un poco para tener una vista clara del lobezno. Este gruño o gimió, no sabría diferenciarlo, y la imitó bastante bien para ser humano, se acercó al llanto de un perro. Flexionó una rodilla, colocó la planta del pie de esa pierna sobre el suelo, disponiéndose a levantar, ignorando la mirada de la que era víctima.
Ligeramente molesto por fallar el tiro, empezó a hablar con cierta indiferencia, palmeando varias veces la parte trasera del cuerpo, quintando los brezos aun en él. – ¿Vamos a matarnos? – Hizo una pausa, leyendo su lenguaje corporal y continuó. – Fallé, casi te mato, es imperdonable, no tenía motivos para hacerlo, no aun. Desconfió de ti, pero lo que pasó tengo que compensarlo de alguna forma. Hablaremos después sobre cómo. Antes debemos asegurar la vida del Dríope, si muere habrá problemas. Existe un grupo que caza a quienes acaben con las criaturas protectoras del bosque, y seremos vetados de aquí. – Sacó de la funda una daga, apuntó a la dirección donde tendría hallarse el objetivo.
Buscó el origen del graznido, observando alrededor, tal vez la fea ave volvió, pensó. Luego se dio cuenta de la familiaridad reflejada por parte de Wood. – ¿Es tu pájaro? ¿Qué hace? – Interrogó, expresando cierta autoridad. Nada advertía la razón. Rayos, mejor encontraba de nuevo el ente salvaje y constatara su vida.
----------------------------------------
Wolt, que desapareció hace tiempo, volvió a las manos de su amo, el enano, en realidad enorme, una bestia brutal y sanguinaria. – Mmm… llévame. – Ordenó y demostrando entendimiento, obedeció, desplegando las alas y emprendiendo vuelo nuevamente. Miró por sobre el hombro y gritó Dirigiendo la voz a cuatro hombres. – Tendremos una grande, más les vale conseguirla. –
Arribaron a un lugar que permitía ver el cielo entre los arboles inmensos, se dispersaron albergando la mayor cantidad de terreno posible. La rapaz indicaba poco más adelante, la locación de nuestros protagonistas. Adentrándose en la verde espesura, una de los hombres suelta un lamento tras recibir el contundente golpe de un Dríope, con una flecha en la unión de la pierna y cintura.
El pájaro delator, acometió velozmente hacia si Chy, que hizo “¡Chii!”. De nuevo, la voz inquietante y severa del líder, se alzó. – Tu y tu recuperen el equipo de aquel inútil. – Señaló a los dos más cercanos. – Estamos cerca. – Inclinó el cuerpo y desprendió la gruesa cadena del sombrío lobo negro, que disparó emprendió la carrera. Apenas encontró a su contra parte semi-humana se le abalanzó encima.
Ligeramente molesto por fallar el tiro, empezó a hablar con cierta indiferencia, palmeando varias veces la parte trasera del cuerpo, quintando los brezos aun en él. – ¿Vamos a matarnos? – Hizo una pausa, leyendo su lenguaje corporal y continuó. – Fallé, casi te mato, es imperdonable, no tenía motivos para hacerlo, no aun. Desconfió de ti, pero lo que pasó tengo que compensarlo de alguna forma. Hablaremos después sobre cómo. Antes debemos asegurar la vida del Dríope, si muere habrá problemas. Existe un grupo que caza a quienes acaben con las criaturas protectoras del bosque, y seremos vetados de aquí. – Sacó de la funda una daga, apuntó a la dirección donde tendría hallarse el objetivo.
Buscó el origen del graznido, observando alrededor, tal vez la fea ave volvió, pensó. Luego se dio cuenta de la familiaridad reflejada por parte de Wood. – ¿Es tu pájaro? ¿Qué hace? – Interrogó, expresando cierta autoridad. Nada advertía la razón. Rayos, mejor encontraba de nuevo el ente salvaje y constatara su vida.
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Wolt, que desapareció hace tiempo, volvió a las manos de su amo, el enano, en realidad enorme, una bestia brutal y sanguinaria. – Mmm… llévame. – Ordenó y demostrando entendimiento, obedeció, desplegando las alas y emprendiendo vuelo nuevamente. Miró por sobre el hombro y gritó Dirigiendo la voz a cuatro hombres. – Tendremos una grande, más les vale conseguirla. –
Arribaron a un lugar que permitía ver el cielo entre los arboles inmensos, se dispersaron albergando la mayor cantidad de terreno posible. La rapaz indicaba poco más adelante, la locación de nuestros protagonistas. Adentrándose en la verde espesura, una de los hombres suelta un lamento tras recibir el contundente golpe de un Dríope, con una flecha en la unión de la pierna y cintura.
El pájaro delator, acometió velozmente hacia si Chy, que hizo “¡Chii!”. De nuevo, la voz inquietante y severa del líder, se alzó. – Tu y tu recuperen el equipo de aquel inútil. – Señaló a los dos más cercanos. – Estamos cerca. – Inclinó el cuerpo y desprendió la gruesa cadena del sombrío lobo negro, que disparó emprendió la carrera. Apenas encontró a su contra parte semi-humana se le abalanzó encima.
- Off-rol:
- Off: La primera runa, es para determinar el daño del dríope al grupo. La segunda para la distrubicion de los enemigos (si estan juntos seria malo). La tercera la iniciativa, quien ve primero a quien (en este ultimo, a pesar que di una mayor iniciativa a los animales enemigos, se retrasó al resto).
- Liger y su Lobo:
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- Asi son los hombres y las armas que portan:
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Nota: los dioses te salvaron de recibir una gran flecha 7u7
Última edición por Colm el Mar Dic 08 2015, 19:54, editado 2 veces
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
Aquello no era nada bueno. Probablemente me había torcido el pie al caer ya que dolía como los mil demonios y el brazo sangraba profusamente. Observé al humano ¿quién se creía ese idiota para estar dando ese sermón? Aquello del perdón estaba de más, ese tipo de cosas se arreglaban a puños, no con palabras, pero claro… por un momento había olvidado de lo que era capaz esa raza, una a la que había pertenecido y agradecía al destino de haber cambiado mi camino. Las palabras son tan volubles a sus intenciones que de un pequeño tropezón podían hacer una proeza. En conclusión, no podía confiar en él cuando estaba en silencio, menos aún si abría su boca para lanzar una sarta de cosas prácticamente incoherentes.
Bueno… ¿de quién crees que fue la culpa en primer lugar? pensé, pero luego me dieron ganas de morderme la cabeza. Mía, yo le había despertado, pero al menos pudo haberme dado una alarma. Sabía que los bosques élficos eran una mierda, y al parecer quienes los habitaban, independientemente de su raza también. Me encogí de hombros y ahogué un gruñido en el acto. Realmente no me importaba ser vetada de otro lugar. Si me habían prohibido el paso por aquello que alguna vez fuera mi hogar, ¿por qué me molestaría el veto de unos orejones amantes de la naturaleza? Además por propia experiencia sabía que sus juicios muchas veces dejaban mucho que desear.
De no ser porque Chy estaba de por medio, probablemente me hubiese desinteresado de la situación y me hubiese ido tras el rastro de mi yegua. Pero aquella ave de mal agüero que se había ido cuando el dríope atacó había vuelto y estaba a la cabeza del ataque. Aullé, que se metieran con él me cabreaba, no me preocupaba por su bienestar, aquella ave podía ser tan evasiva y letal como se lo propusiese, pero eso de ir a atacarle me parecía un golpe bajo. Sea quien fuere que estuviese tras eso la pagaría. No tardé mucho en darme por enterada. Un lobo negro vino a por mi cuello, saltándome encima y haciendo que perdiese el equilibrio. Ambos caímos y rodamos por el suelo. Hice acopio de mi modo alfa, y le gruñí. ¿Qué haces hermano? Te mataré le transmití. Al principio parecía enceguecido por el deseo de lucha, pero poco a poco fue decayendo. En él se notaba ira y pena.
No perdí ni un instante, le demostré mi superioridad en cada momento que me fue posible. Sus pelos estaban erizados, tenía un gruñido en su garganta que no cesaba y se intensificaba con su respiración. Su cola entre las patas. Vete ordené. Y así lo hizo. Pero tras su huida me rodearon dos de los cazadores.
- Nos darían más si llevamos un licántropo. Piensa en las opciones
-Si tanto te agrada, ve tu primero. Parece herido
Comenzaba a hartarme de ser perseguida por humanos con lanzas y cuchillos. No se… podían intentarlo con algo un poco más original. Bufé por la nariz, toda la situación no me daba ni pizca de gracia. El barbudo de la lanza avanzó primero, directo a mi estómago dirigió su ataque. “¡¿Realmente pretendes llevarme viva?!” pensé desviando su ataque con mi hacha. Por más que estuviera herida, cansada y adolorida mi fuerza era mayor que la de un simple humano; cazador o no. Retrocedí un paso y contraataqué. Estaba harta, sumamente enojada y con muy pocas ganas de jugar. El filo de mi hacha le arrancaría el brazo diestro. Eso o dejaba de usar mi nombre de guerra.
Off: Las runas determinarán la suerte de ese contrincante. Si los dioses le sonríen entonces el otro intervendrá para bloquear el ataque. Buena suerte querrá decir que le amputo el brazo de un hachazo. Normal que me costará sacarle el hacha, dolor para él. Y a medida que se ponga mala va a sufrir
Bueno… ¿de quién crees que fue la culpa en primer lugar? pensé, pero luego me dieron ganas de morderme la cabeza. Mía, yo le había despertado, pero al menos pudo haberme dado una alarma. Sabía que los bosques élficos eran una mierda, y al parecer quienes los habitaban, independientemente de su raza también. Me encogí de hombros y ahogué un gruñido en el acto. Realmente no me importaba ser vetada de otro lugar. Si me habían prohibido el paso por aquello que alguna vez fuera mi hogar, ¿por qué me molestaría el veto de unos orejones amantes de la naturaleza? Además por propia experiencia sabía que sus juicios muchas veces dejaban mucho que desear.
De no ser porque Chy estaba de por medio, probablemente me hubiese desinteresado de la situación y me hubiese ido tras el rastro de mi yegua. Pero aquella ave de mal agüero que se había ido cuando el dríope atacó había vuelto y estaba a la cabeza del ataque. Aullé, que se metieran con él me cabreaba, no me preocupaba por su bienestar, aquella ave podía ser tan evasiva y letal como se lo propusiese, pero eso de ir a atacarle me parecía un golpe bajo. Sea quien fuere que estuviese tras eso la pagaría. No tardé mucho en darme por enterada. Un lobo negro vino a por mi cuello, saltándome encima y haciendo que perdiese el equilibrio. Ambos caímos y rodamos por el suelo. Hice acopio de mi modo alfa, y le gruñí. ¿Qué haces hermano? Te mataré le transmití. Al principio parecía enceguecido por el deseo de lucha, pero poco a poco fue decayendo. En él se notaba ira y pena.
No perdí ni un instante, le demostré mi superioridad en cada momento que me fue posible. Sus pelos estaban erizados, tenía un gruñido en su garganta que no cesaba y se intensificaba con su respiración. Su cola entre las patas. Vete ordené. Y así lo hizo. Pero tras su huida me rodearon dos de los cazadores.
- Nos darían más si llevamos un licántropo. Piensa en las opciones
-Si tanto te agrada, ve tu primero. Parece herido
Comenzaba a hartarme de ser perseguida por humanos con lanzas y cuchillos. No se… podían intentarlo con algo un poco más original. Bufé por la nariz, toda la situación no me daba ni pizca de gracia. El barbudo de la lanza avanzó primero, directo a mi estómago dirigió su ataque. “¡¿Realmente pretendes llevarme viva?!” pensé desviando su ataque con mi hacha. Por más que estuviera herida, cansada y adolorida mi fuerza era mayor que la de un simple humano; cazador o no. Retrocedí un paso y contraataqué. Estaba harta, sumamente enojada y con muy pocas ganas de jugar. El filo de mi hacha le arrancaría el brazo diestro. Eso o dejaba de usar mi nombre de guerra.
Off: Las runas determinarán la suerte de ese contrincante. Si los dioses le sonríen entonces el otro intervendrá para bloquear el ataque. Buena suerte querrá decir que le amputo el brazo de un hachazo. Normal que me costará sacarle el hacha, dolor para él. Y a medida que se ponga mala va a sufrir
Woodpecker
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
.Wood, debatía sobre alguna cosa, es notable, quizás sobre lo que habló hace un instante o simplemente otra cosa e ignoró el discurso. Mala pata, pues resulta arduo prepararlo, practicará más para la próxima, pero no lo intentaría de nuevo con ella, a fin de cuentas obtuvo la información deseada: su desempeño en combate, comportamiento y grado de hostilidad. Por ahora, carece de valor continuar ahí, y con razón extra, dada la alerta de Chy. Sostiene entre dos dedos un cuchillo para lanzar, echa un último vistazo alrededor y disimuladamente se retira en dirección del primer encuentro.
Alcanza a ver el abrupto ataque de la negra figura, antes de girar indiferente, probablemente conseguiría apañárselas, aunque esas heridas… bueno, igual la abandona. Halla el rastro de la criatura, arrastraba una pierna a juzgar por la marca de deslizamiento que torcía a la izquierda, y sigue en su modo “medoreador”; agachado, a paso rápido, en sigilo, acechando.
Pronto descubre dos cadáveres magullados hasta quedar casi irreconocibles, obra de nuestro amigo, seguro. Tira a plantas frondosas y registra los cuerpos, averiguando si poseen algo de utilidad, siendo dos bolsitas con una sustancia viscosa y las armas, lo único. El olor desprendido de esa cosita es claramente de un veneno común, un somnífero para animales, característico de cazadores.
A su espalda aparece un hombre similar a los asesinados, aterrorizado, empuñando la misma Gladius de los demás. Gracias a la suerte, una ramita quiebra bajo los pies, delatando la presencia y permitiendo esquivar lo que pudo ser la muerte. Inmediatamente abofetea su cara con fuerza y pregunta por quien hizo toda esa masacre. Empeorando la condición del acobardado, este grita, grita y grita, intenta morder la mano que cubre su boca, se desespera. Colm intimida nuevamente, amenazando con dejarlo inconsciente, para que muera como el resto. Ahí, comienza a hablar y contar lo sucedido, de forma aleatoria, poco comprensiva.
De la nada, a lo mejor atraído por los gritos, emerge el terror del bosque, dolor de cabeza. Batuquea violentamente contra arbustos a nuestro “semi-elfo”, sin posibilidad de impedirlo, al menos una costilla se dislocó ahí. A el pobre desgraciado simplemente le estripó el cráneo contra el suelo, silenciando su molesto alboroto.
Posa una mano al costado, revisando fugazmente la gravedad del daño, dolía que te cagas. Gatea, huyendo de la parca en que se convirtió ese ser. Aprecia la oportunidad de encontrar refugio entre las raíces cercanas. Son golpeadas sin descanso por parte del bicho del demonio. Punza respirar, tortura dada la necesidad de oxígeno y el descontrolado corazón. Escupe sangre. Recobra el aliento. Levantándose, gime, descuelga la hachuela de su zona lumbar. Medita la mala idea que surca por su mente, luchar en esa condición. No, morirá si lo hace. Lo sabe, lo sabemos, como desearía tener magia o transformarse. Solo existía una opción viable, aunque incierta, retroceder con Wood. Deserta de la “fortaleza” renqueando, en dirección opuesta, que es donde se sitúa su salvación. Furia…
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Wolt, mantiene ocupada a Chy, con arañazos y picotadas, lo que nadie sabe es que las garras de ella, cuentan con toxinas, motivo por el cual, Colm se encontraba tan hablador.
Alator, el líder, encoleriza por el desmadre repentino de todo, sus hombres mueren como insectos que son, ¿pero para eso paga? – Los mataré a todos. – Dice observando la batalla de Wood, autora de la vergüenza de su mascota. Blande la lúgubre espada y carga contra esa maldita, si no los hubiese atraído, nada de esto pasaría. Vocifera tras matar a uno de los subordinados de un tajo, dividiéndolo en dos, sin detenerse. – Tu piel es mía.– Arroja un puñetazo a la herida cuando la tiene a alcance y apuñala hacia la pierna con una mano distinta, para finalmente embestirla.
Alcanza a ver el abrupto ataque de la negra figura, antes de girar indiferente, probablemente conseguiría apañárselas, aunque esas heridas… bueno, igual la abandona. Halla el rastro de la criatura, arrastraba una pierna a juzgar por la marca de deslizamiento que torcía a la izquierda, y sigue en su modo “medoreador”; agachado, a paso rápido, en sigilo, acechando.
Pronto descubre dos cadáveres magullados hasta quedar casi irreconocibles, obra de nuestro amigo, seguro. Tira a plantas frondosas y registra los cuerpos, averiguando si poseen algo de utilidad, siendo dos bolsitas con una sustancia viscosa y las armas, lo único. El olor desprendido de esa cosita es claramente de un veneno común, un somnífero para animales, característico de cazadores.
A su espalda aparece un hombre similar a los asesinados, aterrorizado, empuñando la misma Gladius de los demás. Gracias a la suerte, una ramita quiebra bajo los pies, delatando la presencia y permitiendo esquivar lo que pudo ser la muerte. Inmediatamente abofetea su cara con fuerza y pregunta por quien hizo toda esa masacre. Empeorando la condición del acobardado, este grita, grita y grita, intenta morder la mano que cubre su boca, se desespera. Colm intimida nuevamente, amenazando con dejarlo inconsciente, para que muera como el resto. Ahí, comienza a hablar y contar lo sucedido, de forma aleatoria, poco comprensiva.
De la nada, a lo mejor atraído por los gritos, emerge el terror del bosque, dolor de cabeza. Batuquea violentamente contra arbustos a nuestro “semi-elfo”, sin posibilidad de impedirlo, al menos una costilla se dislocó ahí. A el pobre desgraciado simplemente le estripó el cráneo contra el suelo, silenciando su molesto alboroto.
Posa una mano al costado, revisando fugazmente la gravedad del daño, dolía que te cagas. Gatea, huyendo de la parca en que se convirtió ese ser. Aprecia la oportunidad de encontrar refugio entre las raíces cercanas. Son golpeadas sin descanso por parte del bicho del demonio. Punza respirar, tortura dada la necesidad de oxígeno y el descontrolado corazón. Escupe sangre. Recobra el aliento. Levantándose, gime, descuelga la hachuela de su zona lumbar. Medita la mala idea que surca por su mente, luchar en esa condición. No, morirá si lo hace. Lo sabe, lo sabemos, como desearía tener magia o transformarse. Solo existía una opción viable, aunque incierta, retroceder con Wood. Deserta de la “fortaleza” renqueando, en dirección opuesta, que es donde se sitúa su salvación. Furia…
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Wolt, mantiene ocupada a Chy, con arañazos y picotadas, lo que nadie sabe es que las garras de ella, cuentan con toxinas, motivo por el cual, Colm se encontraba tan hablador.
Alator, el líder, encoleriza por el desmadre repentino de todo, sus hombres mueren como insectos que son, ¿pero para eso paga? – Los mataré a todos. – Dice observando la batalla de Wood, autora de la vergüenza de su mascota. Blande la lúgubre espada y carga contra esa maldita, si no los hubiese atraído, nada de esto pasaría. Vocifera tras matar a uno de los subordinados de un tajo, dividiéndolo en dos, sin detenerse. – Tu piel es mía.– Arroja un puñetazo a la herida cuando la tiene a alcance y apuñala hacia la pierna con una mano distinta, para finalmente embestirla.
- Off:
- Runa1: suerte con la sorpresa del hombre cuando revisa los cadaveres.
Runa2: encuentro con el Dríope.
Nota: Wood, si quieres, puedes narrar acciones de Colm, apareciendo en el encuentro. Ya sea sobre Furia o no. Si lo haces, te pasará el veneno somnifero.
Nota2 sorry por extenderme tanto.
Nota3: el lider es fuerte.
Última edición por Colm el Miér Dic 09 2015, 04:15, editado 2 veces
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
Los dioses estaban de mi parte, al parecer la suerte de los compañeros no era algo que le importase a los humanos. El que mandó al primero observó casi complacido cómo mi hacha encontraba su camino a través de las coyunturas del desgraciado que se había atrevido a meterse conmigo. El filo atravesó la piel y la carne como si fuesen aire, pero por milímetros le había errado a la unión de los huesos, por lo que me costó algo de trabajo zafarla del atascamiento hasta que encontrara los ligamentos para separar los huesos. El hombre quedó pálido en el momento y dejó de moverse. Al parecer la cuestión dolía. Recargando mi fuerza en el brazo izquierdo llevé hacia mi el hacha y con aquello la carne y el cuero que sostenían la extremidad se separaron haciendo que ésta cayese al suelo separadamente de su antiguo portador.
El hombre de barba apretaba el muñón con su mano buena y se retorcía en el piso de dolor, gritando a todo pulmón, apagando de a ratos los otros ruidos. Ese ya no sería un problema, por lo que cambié mi atención al otro hombre que estaba frente a mí. Me miró fijamente, como queriendo intimidar a la bestia en la que me había convertido. Aquello era totalmente hilarante; es decir, debería de agradecer a todos mis muertos anteriores que él ya no fuese carne desperdigada por el suelo. Mi yo del pasado probablemente ya se hubiese vuelto bersek, no entendía como podía imaginarse que podría asustarme. Gruñí y le ladré, aquello casi hace que se hiciera en los pantalones. Antes de que el desgraciado pudiese darse la media vuelta para salir pitando, el jefe escupió sus palabras y cargó contra mí, llevándose la vida de su subordinado en la misma acción.
Nada me daba más asco que los humanos que no respetaban la vida de sus semejantes. Arremetió contra mí a una velocidad poco predecible para su masa, saqué pecho, esperándolo, tampoco era como si pudiese retroceder con facilidad, no quería caer y dejarle en bandeja de plata mi cuerpo a ese tipo furibundo y un ataque a esa distancia era imposible. Escupió otro par de palabras justo antes de golpearme la herida. Bramé de dolor, pero finalmente llegó lo que estaba esperando, el golpe a la pierna con su espada, interpuse el cabo del hacha larga entre ella y mi carne, los metales sonaron al estrellar entre sí. El desgraciado no aminoró su ataque, simplemente cargó contra mí con todo su cuerpo. Con mi pierna en el estado en el que se encontraba, ambos caímos al suelo. Él sobre mi, golpeando mi cara a puñetazo limpio sin tregua.
Tres, cuatro, cinco golpes. Mi mente estaba entre la conciencia y el sueño. Sus insultos me devolvieron a la realidad. Rugí con rabia y dolor mientras luchaba contra el peso de su cuerpo y la fuerza de su ataque. Entré en un estado de cólera y deseperación*, sentí como mi fuerza aumentaba considerablemente y con aquello mi dominio sobre la batalla. Apoyándome sobre mis codos levanté el torso y lancé un mordisco, luego otro y otro a su cuello. El maldito estaba enceguecido por la ira y me golpeó el hocico, lo que le costó una mano. Mi siguiente ataque luego de que me hiciera sangrar la nariz fue intentar levantarme y con eso le hice perder el equilibrio. Aproveché su siguiente intento de ataque para atrapar su muñeca entre mis fauces, lo que le costó la articulación y más adelante la mano.
Con aquello me di vuelta, poniéndome sobre él. Saqué mi hacha corta y comencé a golpearle con el reverso de su filo en la cabeza. Pareció sobreponerse al dolor y sacó una daga que enterró en mi antebrazo bueno, pero aquello no fue suficiente para detenerme. Estaba enceguecida y no me detuve hasta que su cuerpo exhaló el último suspiro. Cuando aquello acabó eché mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos. Escuché unos pasos acercarse y entre los arbustos apareció Colm en un estado que daba pena. Junté mis armas y con el hacha larga hice un bastón para ponerme en pie y salir a su encuentro. Por su parte Chy, parecía estar acabando con su propia batalla, el hecho de que el líder muriese pareció tornar la balanza en su favor.
*Uso del frenesí depredador
El hombre de barba apretaba el muñón con su mano buena y se retorcía en el piso de dolor, gritando a todo pulmón, apagando de a ratos los otros ruidos. Ese ya no sería un problema, por lo que cambié mi atención al otro hombre que estaba frente a mí. Me miró fijamente, como queriendo intimidar a la bestia en la que me había convertido. Aquello era totalmente hilarante; es decir, debería de agradecer a todos mis muertos anteriores que él ya no fuese carne desperdigada por el suelo. Mi yo del pasado probablemente ya se hubiese vuelto bersek, no entendía como podía imaginarse que podría asustarme. Gruñí y le ladré, aquello casi hace que se hiciera en los pantalones. Antes de que el desgraciado pudiese darse la media vuelta para salir pitando, el jefe escupió sus palabras y cargó contra mí, llevándose la vida de su subordinado en la misma acción.
Nada me daba más asco que los humanos que no respetaban la vida de sus semejantes. Arremetió contra mí a una velocidad poco predecible para su masa, saqué pecho, esperándolo, tampoco era como si pudiese retroceder con facilidad, no quería caer y dejarle en bandeja de plata mi cuerpo a ese tipo furibundo y un ataque a esa distancia era imposible. Escupió otro par de palabras justo antes de golpearme la herida. Bramé de dolor, pero finalmente llegó lo que estaba esperando, el golpe a la pierna con su espada, interpuse el cabo del hacha larga entre ella y mi carne, los metales sonaron al estrellar entre sí. El desgraciado no aminoró su ataque, simplemente cargó contra mí con todo su cuerpo. Con mi pierna en el estado en el que se encontraba, ambos caímos al suelo. Él sobre mi, golpeando mi cara a puñetazo limpio sin tregua.
Tres, cuatro, cinco golpes. Mi mente estaba entre la conciencia y el sueño. Sus insultos me devolvieron a la realidad. Rugí con rabia y dolor mientras luchaba contra el peso de su cuerpo y la fuerza de su ataque. Entré en un estado de cólera y deseperación*, sentí como mi fuerza aumentaba considerablemente y con aquello mi dominio sobre la batalla. Apoyándome sobre mis codos levanté el torso y lancé un mordisco, luego otro y otro a su cuello. El maldito estaba enceguecido por la ira y me golpeó el hocico, lo que le costó una mano. Mi siguiente ataque luego de que me hiciera sangrar la nariz fue intentar levantarme y con eso le hice perder el equilibrio. Aproveché su siguiente intento de ataque para atrapar su muñeca entre mis fauces, lo que le costó la articulación y más adelante la mano.
Con aquello me di vuelta, poniéndome sobre él. Saqué mi hacha corta y comencé a golpearle con el reverso de su filo en la cabeza. Pareció sobreponerse al dolor y sacó una daga que enterró en mi antebrazo bueno, pero aquello no fue suficiente para detenerme. Estaba enceguecida y no me detuve hasta que su cuerpo exhaló el último suspiro. Cuando aquello acabó eché mi cabeza hacia atrás y cerré los ojos. Escuché unos pasos acercarse y entre los arbustos apareció Colm en un estado que daba pena. Junté mis armas y con el hacha larga hice un bastón para ponerme en pie y salir a su encuentro. Por su parte Chy, parecía estar acabando con su propia batalla, el hecho de que el líder muriese pareció tornar la balanza en su favor.
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
.Ligeramente atontado por la contusión, apresura lo más que puede cada paso, apoyándose en cualquier elemento conveniente, suavizando la presión a su costado. Escuchaba aún el destrozo de la criatura detrás suyo, tan enceguecido está por matar que continua acribillando al pobre árbol durante un tiempo después de escapar. Saborea la sangre presenta en su boca, machando el interior y los labios en rojo. Antes accidentalmente apretó con fuerza la mandíbula, hiriéndose a sí mismo, por suerte no fue la lengua, sino, estaría perdido.
Por un instante parecía dar con la yegua Furia, cosa que origina un pensamiento de reclamo. – Mierda, pierdo la cabeza. Que débil eres. – Ciertamente, solo es la combinación de varias plantas, formando increíblemente una figura cuadrúpeda. Un momento… esa, ¡esa es la bestia que atacó a Wood! Pero, ignora la presencia de Colm, sabe que está ahí y aun así, mantiene la vista en otro lado, al oeste. Conforme aborda terreno, detecta gritos de combate, golpes, si la vencieron, era el fin, seria vendido como esclavo o piezas.
Inmiscuido en la situación de adelante, también nota el silencio en la parte posterior… ¿Lo perdió? ¿Lo sigue? Quien sabe, pero no se ve, excelente señal por ahora. Por el contrario, logra toparse con el golpe final al gigante bajo el peso de la chica-animal, que tiño carmesí la grama y un segmento del hacha. Perturbadora escena, perturbadora ejecutora. Después de todo, esos ojitos en su forma humana, reflejaban mejor la naturaleza del ser que es. Ojala no se volviese contra él, previniendo esa posibilidad infecta el pequeño cuchillo arrojadizo y lo oculta en la mano que posada en la costilla suponía una tapadera perfecta.
Adrede agita la vegetación que se interpone entre los dos, exagerando el aspecto de su condición, cojeando y permitiendo salir el líquido que se acumula en su boca tosiendo. – Herida también. – Comenta en respuesta a ser visto, acercándose con familiaridad, mientras se asegura que el área esté controlada. Lanza a los pies de la lobuna-piel tersa, el saquito de somnífero en la cintura, mencionando. – Ayudará eso. – Cortando la parte de “dolerá” y “somnífero”.
Súbitamente hace acto de presencia el enorme lobo negro, llega hasta su amo lo muerde y tira de él con fuerza, arrastrándolo fuera del sector, en un abrir y cerrar de ojos. – Así que eso aguardaba. – Pensó en postura de “morirás conmigo”, con el brazo izquierdo delante, pierna derecha atrás. Observa a la chiquilla y se deja caer de trasero, acción imprudente que le saca un gemido. – Si viene, el Dríope, dale saludos por mí. – ¿Acaso entendería que se refería a una buena tunda, sin matarlo? – Lo dudo. –
Wolt, huye con el resto del grupo, propinándole una victoria a Chy.
------------------------
Off: Runa1, vuelva del Dríope. Resultado, no vuelve.
Por un instante parecía dar con la yegua Furia, cosa que origina un pensamiento de reclamo. – Mierda, pierdo la cabeza. Que débil eres. – Ciertamente, solo es la combinación de varias plantas, formando increíblemente una figura cuadrúpeda. Un momento… esa, ¡esa es la bestia que atacó a Wood! Pero, ignora la presencia de Colm, sabe que está ahí y aun así, mantiene la vista en otro lado, al oeste. Conforme aborda terreno, detecta gritos de combate, golpes, si la vencieron, era el fin, seria vendido como esclavo o piezas.
Inmiscuido en la situación de adelante, también nota el silencio en la parte posterior… ¿Lo perdió? ¿Lo sigue? Quien sabe, pero no se ve, excelente señal por ahora. Por el contrario, logra toparse con el golpe final al gigante bajo el peso de la chica-animal, que tiño carmesí la grama y un segmento del hacha. Perturbadora escena, perturbadora ejecutora. Después de todo, esos ojitos en su forma humana, reflejaban mejor la naturaleza del ser que es. Ojala no se volviese contra él, previniendo esa posibilidad infecta el pequeño cuchillo arrojadizo y lo oculta en la mano que posada en la costilla suponía una tapadera perfecta.
Adrede agita la vegetación que se interpone entre los dos, exagerando el aspecto de su condición, cojeando y permitiendo salir el líquido que se acumula en su boca tosiendo. – Herida también. – Comenta en respuesta a ser visto, acercándose con familiaridad, mientras se asegura que el área esté controlada. Lanza a los pies de la lobuna-piel tersa, el saquito de somnífero en la cintura, mencionando. – Ayudará eso. – Cortando la parte de “dolerá” y “somnífero”.
Súbitamente hace acto de presencia el enorme lobo negro, llega hasta su amo lo muerde y tira de él con fuerza, arrastrándolo fuera del sector, en un abrir y cerrar de ojos. – Así que eso aguardaba. – Pensó en postura de “morirás conmigo”, con el brazo izquierdo delante, pierna derecha atrás. Observa a la chiquilla y se deja caer de trasero, acción imprudente que le saca un gemido. – Si viene, el Dríope, dale saludos por mí. – ¿Acaso entendería que se refería a una buena tunda, sin matarlo? – Lo dudo. –
Wolt, huye con el resto del grupo, propinándole una victoria a Chy.
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Off: Runa1, vuelva del Dríope. Resultado, no vuelve.
Última edición por Colm el Vie Dic 11 2015, 03:51, editado 1 vez
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
Estaba tan cansada que ni siquiera tenía ganas de responderle. Apoyé mi peso sobre el cabo del hacha y le miré de cabo a rabo. Levanté una oreja, creí escuchar algo, me mantuve expectante… tal vez no había sido nada. Volví a centrar la atención en el humano cuando me lanzó un pequeño saco a los pies, pero una figura negra pasó por mi lado y atacó al líder muerto. Se trababa del lobo que había venido a cobrar su parte en la batalla. Mi mente estaba en blanco, me encogí de hombros, aquello me costó bastante dolor. Tenía que recordar mantenerme quieta. Observé el cuero y miré el rostro inescrutable del Colm. Estiré el brazo que me dolía menos para levantarlo, pero en la acción noté que aún llevaba clavada la daga de mi enemigo.
Escuché quejarse al hombre, la concentración se diluyó en el ambiente. Miré a todos lados esperando otro atacante, pero había sido falsa alarma. Volví a prestar atención al brazo. Observé fijamente y por un buen rato el mango del arma, tal vez se cayera si lo dejaba allí. No. Eso no iba a servir. Escuché el comentario del humano, no dudaba que se hubiera vuelto loco. Una vez que sacara aquél cuchillo me encargaría de poner distancia entre los dos. Eché el brazo izquierdo hacia adelante y con él me ayudé a llevar el derecho hasta una posición donde pudiera quitar el objeto. Cerrar el puño en aquella condición era doloroso, una vez hecho jalé con los restos de fuerza que tenía y junto al filo salió la sangre que se había acumulado en la herida.
Con placer observé como aquel liquido rojo corría de mi brazo. Eso es… lávate comenté satisfecha. Era una herida limpia, con unas vendas se curaría en un par de semanas. Comencé a estirarme para alcanzar el saquito que había recibido, pero el halcón bajó en picada y lo tomó antes de que yo lo hiciera. Momentos después cayó redondo al suelo, con sus patitas duras y los ojos cerrados. Llevé mis manos a la boca para ahogar un grito, ignorando el dolor que sentía. Me puse en pie como pude y con la pierna derecha a rastras llegué donde estaba. Mis manos eran demasiado torpes y grandes para manipularlo, por lo que volví a mi forma humana. Lo levanté con cuidado y me volví hacia Colm. ¡¿Qué es esto?! pregunté chillando y con lágrimas en los ojos.
Además de unos evidentes rasguños en sus patas y cabeza tenía un olor alarmantemente conocido. ¿Esto iba a ayudar? espeté levantando el saco y tirándoselo. Esperaba acertarle a su cabeza, aunque no me quedé mirando para comprobar dónde había ido a dar. Acaricié al ave entre mis manos, su corazón aún latía, pero no tenía ni la más remota idea de lo que podría hacer. Aquello no parecía ser una droga normal.
Escuché quejarse al hombre, la concentración se diluyó en el ambiente. Miré a todos lados esperando otro atacante, pero había sido falsa alarma. Volví a prestar atención al brazo. Observé fijamente y por un buen rato el mango del arma, tal vez se cayera si lo dejaba allí. No. Eso no iba a servir. Escuché el comentario del humano, no dudaba que se hubiera vuelto loco. Una vez que sacara aquél cuchillo me encargaría de poner distancia entre los dos. Eché el brazo izquierdo hacia adelante y con él me ayudé a llevar el derecho hasta una posición donde pudiera quitar el objeto. Cerrar el puño en aquella condición era doloroso, una vez hecho jalé con los restos de fuerza que tenía y junto al filo salió la sangre que se había acumulado en la herida.
Con placer observé como aquel liquido rojo corría de mi brazo. Eso es… lávate comenté satisfecha. Era una herida limpia, con unas vendas se curaría en un par de semanas. Comencé a estirarme para alcanzar el saquito que había recibido, pero el halcón bajó en picada y lo tomó antes de que yo lo hiciera. Momentos después cayó redondo al suelo, con sus patitas duras y los ojos cerrados. Llevé mis manos a la boca para ahogar un grito, ignorando el dolor que sentía. Me puse en pie como pude y con la pierna derecha a rastras llegué donde estaba. Mis manos eran demasiado torpes y grandes para manipularlo, por lo que volví a mi forma humana. Lo levanté con cuidado y me volví hacia Colm. ¡¿Qué es esto?! pregunté chillando y con lágrimas en los ojos.
Además de unos evidentes rasguños en sus patas y cabeza tenía un olor alarmantemente conocido. ¿Esto iba a ayudar? espeté levantando el saco y tirándoselo. Esperaba acertarle a su cabeza, aunque no me quedé mirando para comprobar dónde había ido a dar. Acaricié al ave entre mis manos, su corazón aún latía, pero no tenía ni la más remota idea de lo que podría hacer. Aquello no parecía ser una droga normal.
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
Cierra los ojos unos instantes, acompañados por una respiración profunda, pausada, mientras palpaba meticulosamente con la mano derecha (la que tiene el cuchillo), específicamente con las yemas, la zona que comenzaba a entumecerse y abultarse. Apenas abrirlos y darse cuenta de que se encuentra todo en su lugar, reconociblemente la sombra de un ave surca el cielo a prisa. – ¿Has vuelto? – Piensa enseguida, imaginando el retorno de Wolt, el ave vengadora. Luego se da cuenta del error.
Es sorprendente la habilidad para detectar el peligro hacia su ama, incluso ella, una lycan, no lo percibió. Pero no había tiempo para maravillarse por tal acción, abruptamente cae revolcándose por el suelo, impulsando instintivamente una presta carrera, ignorando dolor y bienestar propio. Llega primero que la dueña, quita inmediatamente la presa de la boca, la cual echa a un lado. Constata si aún vive, sus ojos y frecuencia respiratoria. Lo más preocupante era la rigidez del cuerpo. Ese pequeño análisis sucedió en segundos, la mayor previamente a la llegada de Wood, preocupada y alterada, por el estado de Chy. Una buena ama después de todo, como pensó antes.
Supuso que el somnífero hizo efecto, pero fue demasiado rápido, tiene sospechas de algún otro motivo. Las palabras de la chica, aumentan el estrés, la presión, dificultad pensar. El colmo, recibir un golpe con el saquito aún bastante “relleno”, directo en la frente. Eso desata el lado oscuro y autoritario del buen hombre. Grita a todo pulmón en forma de orden, sin abandonar la revisión del animalito. – ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Llorar no sirve de nada! ¡Déjame pensar! – Adopta una expresión destacablemente intimidante después de eso.
Sigue los leves rasguños de su cuerpo, son recientes, aún continúan húmedas. – Te di un veneno para dormir, pero no tiene efecto inmediato, debe ser otra cosa, ¿Qué pasó en mi ausencia? – La toma por el cuello, para centrarla. Suelta a la jovencita y comenta cabizbajo. – Quizá me equivoqué. – Recoge la tela viscosa, la lame y la degusta. El sabor es normal, un soporífero común definitivamente. – Hay que llevarlo con un elfo. – Seca el sudor en su cuello y frente. Inadvertidamente, un destello procede de la mano.
Es sorprendente la habilidad para detectar el peligro hacia su ama, incluso ella, una lycan, no lo percibió. Pero no había tiempo para maravillarse por tal acción, abruptamente cae revolcándose por el suelo, impulsando instintivamente una presta carrera, ignorando dolor y bienestar propio. Llega primero que la dueña, quita inmediatamente la presa de la boca, la cual echa a un lado. Constata si aún vive, sus ojos y frecuencia respiratoria. Lo más preocupante era la rigidez del cuerpo. Ese pequeño análisis sucedió en segundos, la mayor previamente a la llegada de Wood, preocupada y alterada, por el estado de Chy. Una buena ama después de todo, como pensó antes.
Supuso que el somnífero hizo efecto, pero fue demasiado rápido, tiene sospechas de algún otro motivo. Las palabras de la chica, aumentan el estrés, la presión, dificultad pensar. El colmo, recibir un golpe con el saquito aún bastante “relleno”, directo en la frente. Eso desata el lado oscuro y autoritario del buen hombre. Grita a todo pulmón en forma de orden, sin abandonar la revisión del animalito. – ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Llorar no sirve de nada! ¡Déjame pensar! – Adopta una expresión destacablemente intimidante después de eso.
Sigue los leves rasguños de su cuerpo, son recientes, aún continúan húmedas. – Te di un veneno para dormir, pero no tiene efecto inmediato, debe ser otra cosa, ¿Qué pasó en mi ausencia? – La toma por el cuello, para centrarla. Suelta a la jovencita y comenta cabizbajo. – Quizá me equivoqué. – Recoge la tela viscosa, la lame y la degusta. El sabor es normal, un soporífero común definitivamente. – Hay que llevarlo con un elfo. – Seca el sudor en su cuello y frente. Inadvertidamente, un destello procede de la mano.
Última edición por Colm el Mar Dic 15 2015, 00:29, editado 1 vez
Colm
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Re: Puff… asi es la naturaleza [Interpretativo][Abierto][1/2][Cerrado]
Las palabras que no habían surtido efecto en su momento, parecieron llegar a su cabeza todas agolpadas luego de que le lanzara el dichoso saco. Entonces sacó de entre pecho y espalda un vozarrón digno de un macho alfa, sus gritos hicieron eco en los árboles que nos rodeaban y volvieron a mí para golpearme de ida y vuelta. Aquella acción me había sorprendido, pero entendí con una sola mirada que no lo había hecho por mal, su rostro se contorsionaba con preocupación, parecía estar pensando duro. Con un movimiento lento, torpe e incómodo me limpié lágrimas y mocos todo junto contra el antebrazo derecho. Mordí mi labio inferior, el que tembló inconteniblemente mientras hacía un esfuerzo brutal por callarme y no llorar. Parecía que él sabía lo que hacía, asique si salvaba a ese halcón le debería una grande, una muy grande.
Comenzó a hablar, lo que decía no tenía sentido. Pensé, cerré mis ojos para recordar algo, pero no lo sabía, no estuve prestando mucha atención a la batalla de las aves, con la del suelo había tenido más que suficiente. Unos movimientos bruscos y manos grandes en mi cuerpo me sacaron de mi ensimismamiento. Observé por primera vez sus ojos, estaban salidos de sus órbitas, inyectados de rojo, tal vez por la pelea previa… su verdor me recordaba a la pradera… ¡No! No podía desvariar. Apreté los dientes contra el labio hasta sentir el olor primero, gusto después de la sangre. Entonces aprecié el dolor de la carne y sentí que recordaba como destrabar la mandíbula para hablar. Lucha, el halcón y la esa cosa gigante… las palabras salían separadas, negadas, lentas.
Continuó en una especie de trance y probó el contenido de la bolsa que le había lanzado. Su siguiente afirmación me arrancó un estremecimiento. No quería elfos, no me gustaba nada que tuviera que ver con ellos. La sola idea me provocaba escalofríos… pensé tan solo un instante en permitir que él lo llevara solo a curarse, pero no podía hacerle aquello a mi mejor amigo… no. ¡Jamás!. Asentí una vez. No pueden estar lejos comenté, mis palabras apagándose hasta terminar en un largo silencio. De no ser que sabía que los árboles no tenían ojos, hubiera supuesto que el bosque cobraba vida y nos acusaba con sus miradas. Pero no… la esencia era clara. Están aquí informé en voz baja, por si aún él tenía la duda.
Tu negocio, yo tiendo a complicar las negociaciones di un paso hacia atrás, buscando escudarme tras su corpulenta y achacada figura. Al mismo tiempo, una figura destacada emergió de entre las sombras hacia nosotros. Alto, altivo, con ojos acusadores que todo parecían verlo. Posó su mirada sobre la sangre y los caídos para finalmente mirar a través de mis ojos. Odiaba su maldito escrutinio, siempre veían a través de mi y me trataban como a un animal herido e idiota. Entrecerré los ojos y apreté los labios, volví a sentir el gusto oxidado de la sangre, pero no por eso bajé la guardia.
Comenzó a hablar, lo que decía no tenía sentido. Pensé, cerré mis ojos para recordar algo, pero no lo sabía, no estuve prestando mucha atención a la batalla de las aves, con la del suelo había tenido más que suficiente. Unos movimientos bruscos y manos grandes en mi cuerpo me sacaron de mi ensimismamiento. Observé por primera vez sus ojos, estaban salidos de sus órbitas, inyectados de rojo, tal vez por la pelea previa… su verdor me recordaba a la pradera… ¡No! No podía desvariar. Apreté los dientes contra el labio hasta sentir el olor primero, gusto después de la sangre. Entonces aprecié el dolor de la carne y sentí que recordaba como destrabar la mandíbula para hablar. Lucha, el halcón y la esa cosa gigante… las palabras salían separadas, negadas, lentas.
Continuó en una especie de trance y probó el contenido de la bolsa que le había lanzado. Su siguiente afirmación me arrancó un estremecimiento. No quería elfos, no me gustaba nada que tuviera que ver con ellos. La sola idea me provocaba escalofríos… pensé tan solo un instante en permitir que él lo llevara solo a curarse, pero no podía hacerle aquello a mi mejor amigo… no. ¡Jamás!. Asentí una vez. No pueden estar lejos comenté, mis palabras apagándose hasta terminar en un largo silencio. De no ser que sabía que los árboles no tenían ojos, hubiera supuesto que el bosque cobraba vida y nos acusaba con sus miradas. Pero no… la esencia era clara. Están aquí informé en voz baja, por si aún él tenía la duda.
Tu negocio, yo tiendo a complicar las negociaciones di un paso hacia atrás, buscando escudarme tras su corpulenta y achacada figura. Al mismo tiempo, una figura destacada emergió de entre las sombras hacia nosotros. Alto, altivo, con ojos acusadores que todo parecían verlo. Posó su mirada sobre la sangre y los caídos para finalmente mirar a través de mis ojos. Odiaba su maldito escrutinio, siempre veían a través de mi y me trataban como a un animal herido e idiota. Entrecerré los ojos y apreté los labios, volví a sentir el gusto oxidado de la sangre, pero no por eso bajé la guardia.
Woodpecker
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