[Cerrado] Babas, flechas y otros peligros [Interpretativo-Libre]

Escuche la explicación del humano, y como este calificaba su propio instinto de supervivencia.
-A veces no entiendo a los sureños.-Mire a ambos, pues esto iba también pro el vampiro, quien no solo residía en el sur si no que antaño había sido humano.- Tenéis un retorcido sentido de la moral, pues os culpáis por lastimar cosas como un zorro pero no os tiembla el pulso en matar un semejante, eso si, después os castigáis. En vez de negaros a hacer lo que consideráis malo o deleznables decidís torturaros mentalmente a vosotros mismos por ello....es un poco enfermizo.
La respuesta sobre nuestro hogar me tomó pro sorpresa porque no pensaba que su existencia fuera secreta, tampoco que el hecho de pertenecer a la agrupación lo fuera, lo único que había considerado secreto era el contenido de aquella habitación que nos pertenecía por ahora a mi, a Víctor y a la misteriosa alquimista que este me había mencionado con anterioridad.
-¿Entonces no puedo hablar de la torre ni del clan con gente?¿Si es secreto porque lo haces tu?Deberíamos decirles que tienen una confusión con lo del pescado, seguro que lo agradecerían.- Recordé entonces el malentendido de ambos vigías.- ¡Podemos darle el zorro a ellos!.-Sonreí ampliamente, ya que solucionaba el que hacer con el, sin que yo me lo comiera, debería de satisfacer a todos.

El avisó sobre el ruido de la carreta hizo que entrecerrara los ojos en dicha dirección buscando el carruaje, el cual divisé acercándose, y observé en silenció con cierta curiosidad mientras escuchaba a la pareja a la cual pertenecía.
No pude evitar reírme un poco entre dientes al ver la determinación de la anciana mujer un rasgo poco común entre las sureñas, las cuales solían vivir dominadas por los varones de su especie por su complexión física mas débil.
Bio mintió descaradamente haciendo alarde de dicha habilidad que yo no poseía, e intentando no cagarla al decir nada inapropiado solo se me ocurrió saludar
-Hola.-Incliné respetuosamente la cabeza ante ambos ancianos y seguí sin soltar al vampiro al rodear la carreta aferrándome a este para treparme al mismo, e imitándolo para acomodarme.
-Muchas gracias por llevarnos.-Dije con sinceridad a los ancianos, pues su carreta nos auguraba un ritmo mucho mas elevado y mas posibilidades de llegar a casa antes de que el sol asomara por el horizonte.


Me acomode apoyando el mentón en el brazo del vampiro y le susurre en un tono que tanto el como el duende que nos acompañaba pudieran escuchar.
-Tienes muy buen oído.-Luego paseé la mirada hacia chucho, y fruncí el ceño, tratando de fusionar su imagen con el de las ilsutraciónes de duendecillos del bosque, alargando y distorsionando sus facciones en mi mente para encontrarle algún parecido para finalmente reírme.
-Duende te escae mejor que chucho. Además también vives en el bosque.

Ahora que lo pensaba me alegraba que no hubieran reparado en que yo mas que vestida iba envuelta en una tela vieja y anudada de mala manera que había visto mejores días, y se hubieran centrado en nuestro recién adquirido acompañante el humano de los bosques.
Me asomé hacia la pareja de ancianos, no queriendo ignorarlos después de la gentileza de habernos recogido en el camino.
-¿Van muy lejos?.-Les pregunté con curiosidad.

Por lo visto la chica no comprendía la ética que tenía la mayoria de gente, en mi caso no es que me arrepintiera del todo de mis actos, solamente me sentía algo mal por deber recurrir a esos actos, es como cuando una persona pobre pero cuerda roba una manzana para vivir, lo hace tristemente por su bien y al inicio dudara en hacerlo. Pensandolo mejor, Gillian siempre decía que mi perspectiva era muy cambiante, nunca comprendía exactamente que pretendía decirme con eso, pero ahora parecía entenderlo un poco.- Ya te lo dije, ¿Como confiar en alguien que no duda en matar a los suyos?- Aunque la chica volvía a tener razon, resultaba ironico el hecho de defender algo pequeño para luego no dudar en asesinar a una persona.

La respuesta del vampiro acerca de su destino fue igual a no decir nada, mencionaba algo acerca de cosas super secretas, claramente me estaba tomando el pelo de nuevo y resultaba molesto ¿Un clan secreto a la vista de todos?¿Elfos que lanzan luces y hombres-bestia que cuidan torres? El vampiro era ciertamente malo ideando mentiras al momento, por la reacción de la chica claramente logre notar que era una mentira, aunque su voz tenía cierto entusiasmo, seguro le agradaba colaborar en aquello.- Si no quieren decirme a donde van no hay problema, ¿Pero la proxima podrían usar una historia mas creible?- Al parecer el verdadero destino resultaría ser un gran misterio.

El vampiro volvío a sentir una presencía acercarse, por lo visto los sentidos de esa raza eran mas agudos de los que se pudiesen esperar en cualquier persona. No tardaron en llegar un par de personas mayores en un transporte algo deteriorado, pero era transporte a fin de cuentas, no demroaron mucho en dar un saludo amable... o al menos la señora, el anciano se había atrevido a llamarme duende. Levanté la mirada con cierta furia controlado responder de mala manera, una cosa era llamarme elfo ¿Pero compararme con un duende? Excedía drasticamente el limite, llevé una mano al bolsillo sacando el ultimo puñado de hojas que tenía y apresure a masticarlo, lo mejor era tener la boca ocupada para no reclamar. Por primera vez escuche una mentira coherente salir del vampiro, un milagro había sucedido para que aquello sucedíera, el hombre por poco se negaba a aquello pero un par de golpes de su mujer lo hicieron cambiar de opinion.

Puede que subir fuera una mala idea, como sabía bien, casi todos los habitantes del bosque eran peligrosos y eso incluía viajeros, pero un par de viejitos no podían ser mucha amenaza. La invitación del vampiro a subir quiza fue lo que me permitio no dudar del todo de aquel transporte, me acerqué para luego subirme lentamente.- Ciertamente prefiero "Chucho" a "Duende", me parece menos ofensivo.- De un modo prefería caminar lo que faltaba de ruta, pero tomar el carruaje beneficiaria mucho más a mis acompañantes, así que descarte quejarme de aquello, tampoco nadie me obligaba a hacerlo pero regresar tan pronto no estaba en mis planes.

La recriminación del humano me sentó algo mal, así que me giré hacia el mismo.
-No es mentira, yo no se mentir.-Respondí alzando el mentón con orgullo, aunque luego me percate que pese a que aquello fuera honorable, tenía la gran desventaja de ser una carencia.
Me giré hacia el vampiro sin entender su afirmación.- Si lo es tanto que necesita serlo no lo es, por lo tanto no podría serlo tanto que no lo necesitara.... no tiene sentido.-Murmure frunciendo el ceño, dándole vueltas a aquella frase intentando encontrarle el sentido sin ningún éxito, y tironeándole de la manga al vampiro para que me ayudara a ello.
-Vi-Bio... No deberías decir que moriste al contar una historia... hasta yo me doy cuenta que eso es mentira.-Le reprendí algo sombrada de que yo pudiera dar  cualquier tipo de lección al respecto de eso a mi acompañante.

Ya en la carreta la amable anciana se  puso a responder y hablar de forma afable. La gente  mayor me agradaba por lo general, carecía del estúpido ímpetu irracional de la juventud, y podías hablar con ellos con mas facilidad sin que las cosas se torcieran.
Por otro lado el humano parecía descontento con su nuevo apodo.
-¿Que tiene duende de  ofensivo?.- De chucho lo comprendía, los perros eran usados como mascotas por muchas razas, pero los duendes no, eran seres mágicos del bosque, pequeños si, pero con grandes  cualidades también. Además el tamaño no era tan importante si eras un humano, ya tenías tantas cosas malas que ser un ser mas grande o mas pequeño era lo ultimo que consideraba que debía de  preocuparles.

-No se preocupe, no le sacaré la comida a Pig y Pog.-Le aseguré a la anciana con mis mas sinceras y buenas intenciones.
Bio nos había presentado a todos, y algo de aquello me había llamado la atención, pero lo tomé pro cortesía hasta que la anciana lo repitió de nuevo. La palabra hermosa era algo que había considerado propio en mi forma de dragón, pero jamás con esa morfología deficiente.
Baje la mirada hacia mis delgadas extremidades que asomaban por la tela roída de la capa, cuyo único atributo que me agradaba era que eran tan blancas que parecían hechas de sal. Me agarre un mechón de cabello y lo di vueltas enredando aun mas entre las manos, el cual parecía algodón sin hilar, en vez de la lisa y brillante melena que tenían muchas mujeres.
Pensé en los pocos atributos que mantenía de una forma a la otra quizás como el origen de aquellas conclusiones a las que habían llegado vampiro y anciana, mantenía los ojos del mismo color, aunque  no eran los mismos.. el pelaje, pelo y piel... el tamaño, y nada  mas, me pareció un parecido demasiado escaso como para que ese fuera su origen.
Pase la mirada entonces alternativamente entre todos los ocupantes del carruaje.
-Gracias.-Murmure confusa a la anciana, y desvié la mirada hacia el horizonte apoyando la mejilla en el hombro de mi acompañante.

Ahora tenía mas dudas, dudas que no podía hacer sin que los ancianos se percataran de que no eramos humanos, y si se me ocurria decir que era un dragón quizás me relacionaran con el destrozo de aquellos dos sujetos y nos echaran antes de llegar a la torre. Perseguidos por el inminente amanecer era imperioso que me callara, y así me mantuve, observando la lejanía hasta empezar a vislumbrar a lo lejos la silueta del torreón, diminuta sobre la linea de la playa todavía.
-Llegaremos a tiempo.-Le susurré a mis acompañantes esperando tranquilizarlos con aquello.

Al parecer aquel par iba a terminar confundiendome hasta de la vida misma, lo que sonaban a mentiras por lo visto era verdades y viceversa, hasta ellos mismos podían contradecirse, ciertamente la proxima vez no preguntaría y solo vería los resultados ya que eso era mejor que matarme pensando cada 5 minutos en algo que sonaba ilógico. Mi teoría fue confirmada cuando el vampiro solo otra de sus malas historias, la mentira en esta era tan obvia que hasta su amiga logro darse cuenta.-¿Una araña mitad mujer? No lo creo- Dijé con cierto sarcasmo esperando que el vampiro lo notara, aunque era obvio donde había cometido el verdadero error.

Ya asentado en el transporte procedí a retirar una flecha del carcaj y comencé a jugar con el filo esta, debía mantenerme entretenido con algo en el viaje o lo mas probable es que cayera dormido, aunque conociendome bien si eso pasaba solo lograría descansar dos horas y luego estaría con la misma energía de siempre. -No se, pero me resulta más ofensivo.- Me encogí de hombros luego de responderle en voz baja a la chica, quiza algunos consideraran que ser llamado duende no era tan malo, pero no me agraría que me lo hicieran a mi, ya con Chucho estaba exasperandome. La anciana continuo hablando advirtiendonos que no tocaramos la comida de los cerdos, no pensaba hacerlo de igual manera aunque me resulto raro que la chica no hubiera empezado a discutir para comerse uno de los animales, supuse que esos debían de parecerle mas apetitosos que una cría de zorro. De un momento a otro el vampiro se econtraba presentandonos, todo fue bien hasta que me llamó "Chucho el Duende" despues de eso mi reaccion fue enterrar con fuerza la hoja de la flecha en mi pulgar, era la 4ta vez que me pasaba aquella noche si mal no recordaba y a ese paso acabaría perdiendo lo que quedaba de sensibilidad en el dedo. - ¿De casualidad tienen algo para desinfectar heridas?- No me agradaba pedirle cosas a los extraños, pero esta vez realmente debía pedir aquello y no solo por mi dedo sangrante, la herida del brazo por culpa del latigo no había sido tratada y no quería pensar por cuantas cosas había pasado aquella arma antes de tocarme.

La anciana continuaba soltando halagos sin parar, su modo de expresarse era ciertamente empalagoso y desesperante. Casi empiezo a reir con la pregunta que me dirigío ya que al parecer se estaba creyendo la historia de que yo era un duende, sacudí la cabeza levemente perdiendo la mirada en el camino.- Ya no cumplo deseos, las ultimas personas que lo hicieron acabaro... destrozados en el camino, supongo que mi magia se daño.- No sabía como reaccionarian los ancianos y mis acompañantes ante aquellas palabras, pero esperaba que con aquello dejaran de llamarme duende antes de que se volviera un nuevo apodo.

Miré mi morral y regiré en el mismo, cuidando de que no saliera volando ninguno de los carteles de Víctor que todavía había en el y saqué un pañuelo de lino, enganche con los dientes un pedazo y tironeé hasta cortar una tira del mismo, a fin de cuentas para eso lo llevaba encima.
Sin esperar ni pedir nada me moví por la carreta hasta sentarme delante del cazador, agarré su mano la extendí en mi dirección. Saque un pequeño vial blanco tapado casi vació y lo destape de nuevo usando los dientes como herramienta, y vertiendo el escaso contenido restante de alcohol sobre la herida sin cuidado alguno, dejando que goteara su dedo.
A medida que había ido aprendiendo a caminar mis heridas y raspones  habían disminuido mucho, y ahora los viales con alcoholes me duraban mas tiempo.
Le até la tira de tela dándole vueltas al dedo con un nudo algo prieto. Era un trabajo chapucero pero no iba a ponerlo todo perdido de sangre y si seguía jugando con cosas filosas se le engancharía la punta con el nudo que había dejado de cara a la yema protegiendo la misma de las tonterías que pudiera hacer  el humano.
-Si juegas con esas cosas te terminarás sacando un ojo.-Reprendí al humano como si fuera un niño pequeño. Había visto que las madres decían mucho aquello cada  vez que sus hijos corrían o hacían tonterías con objetos filosos, o palos de alguna clase.
Tras aquel gesto volví a mi lugar al lado del vampiro sin dejar de escuchar la historia que se interrumpió.
-Yo escuche de cuyas heridas se infaman y mueren de febradas.-Respondí con sencillez suponiendo que aquel era el final de la historia de la anciana que había omitido u olvidado.

La sangre abandonó mi cuerpo y sentí como si o hiciera también de mis extremidades cuando Cucho dejó caer con total desfachatez que era culpa suya lo de los dos sujetos muertos en el camino que se habían encontrado los ancianos, y que podían ser fácilmente aquellos a los que los tres habíamos dado muerte un rato antes.
No podía reñirle sin dar mas importancia  a aquello, y lo cierto era que no había mentido del todo, así que mentir para taparlo o inventarse una excusa podía dejarnos en peor lugar. Me revolví nerviosa en el asiento, deseando que la  lejana figura de la torre se hiciera  mas grande, como si con el solo hecho de ansiarlo fuéramos a acercarnos mas deprisa.
Víctor se centró en las capacidades o no del supuesto duende evitando la parte de los cuerpos, en lo que esperaba fuera una estrategia para desviar la atención.
Miré de soslayo a los ancianos, la mujer seguía con la misma sonrisa jovial que había tenido todo el tiempo, pero su marido ahora nos miraba con suspicacia y parecía haberse puesto nervioso.
-Estamos cerca de nuestro destino.-Aclaré, aunque mi vos había perdido toda fuerza, y era un mensaje velado para el anciano, si este nos había supuesto asesinos esperaba que con tal de no meterse en un  problema concediera en quedarse callado y seguir llevándonos en la carreta mientras nuestra estadía en la misma no se alargase mucho más.
A fin de cuentas era un anciano, poco podía hacer contra tres personas, probablemente  priorizaría su pellejo y el no enojar a alguien que se había declarado con tanta facilidad un asesino siempre que no pudieran relacionarlo con nosotros, y puesto a que no íbamos a acompañarlos hasta una urbe donde nos pudieran ver juntos estaba libre de cualquier problema derivado.

Como era de esperar había algo con que tratar las heridas, la chica tenía algo de alcohol para desinfectar y de igual manera un pañuelo que no dudó en romper, aquello no era tan necesario ya que había guardado retazos del vestido que se había hecho añícos cuando la chica se transformo en dragon. En un momento la chica ya se encotraba tratando la pequeña herida del pulgar, no esperaba que alguien más se encargara de la herida, simplemente necesitaba los materiales para hacerlo por mi cuenta ya que no era un trabajo muy complicado, pero al ver que la chica se esmeraba algo en ello decidí no detenerla. El vampiro volvió a intentar una de sus mentiras y esta vez con alguien que murió de una herida en el pulgar,  eso sonaba realmente ilógico ya que una herida tan pequeña no podría asesinar a alguien, para mi sorpresa la anciana si tenía una historia para aquello aunque con un final incompleto, no sonaba tan real despues de todo, quiza era uno de esos mitos de guerra que solían contar para recordar a los caidos.

-No me sacaré un ojo por jugar con flechas.- Respondí a la chica que ya volvía a estar en su sitio.-¿Ahora me puedes pasar un poco de Alcohol?- Remangué un poco mi atuendo para mostrar el daño del latigo, por suerte no había sido tanto como creí pero eso no significaba que no necesitara tratamiento.-No planeo morir como el viejo Peter por una leve herida.- El vampiro parecía mas desesperado por conocer el final de la historia pero al parecer sería una de esas muchas historias sin acabar. La anciana por su parte parecía decepcionada de que no pudiera cumplir deseos, por lo visto el plan había funcionado y no seguirían con el asunto del Duende, había sido casi perfecto hasta que el vampiro menciono que solo debía creer en mi mismo, eso podía acarrear que siguieran insistiendo con el tema y no planeaba aguantar mucho más con aquello.Cierto, quiza solo tenga que creer en mi mismo... así que creeré que puedo invocar el peor ser de todos, con una apariencia tierna pero con un apetito voraz ¿Así funciona cierto?- Metí mis brazos en la camisa y empuje un poco al pequeño zorro que seguía durmiendo con la esperanza de que se hiciera presente.

El animal no se desperto del todo para mi desgracia, pero comenzo a agitarse algo inquieto aun dormido dentro de la camisa. Lo volví a sacudir con un poco más de fuerza ya que quiza así reaccionara, para mi suerte reacciono pero no de la manera esperada, el animal me mordió la mano y rápidamente tuve que sacarla de la camisa.-Tiene los dientes mas afilados de lo que creí.- Dije mientras sacudía la mano con algo de fuerza en el aire, eso me enseñaría a no molestar animales durmiendo.

Había usado todo lo poco que quedaba en el vialcito de vidrio con el muchacho, y no pude mas que negar con al cabeza mientras guardaba el envase en el morral.
-No me queda mas alcohol.-Dije en tono de disculpa. Mire la herida de latigazo pensando en la mía propia, pero habría sido sumamente inapropiado que mostrara mi herida, sobre todo tras las advertencias del vampiro, por suerte me acomodaba de modos en que no hubiera presión sobre dichas  contusiones, y la tela de la capa con la que me hallaba envuelta escondían la lastimadura de modo que no causase alarma.

Solté aire por la nariz cuando chucho se atribuyó la capacidad de invocarme a voluntad, y solté el aire como un bajo siseo de queja, pero de nuevo, era otro tema que era muchísimo mas prudente que no mencionara en voz alta si no quería que los ancianos se alarmasen mas de lo que ya estaban.
Los seis parecieran querer hacer pagar al muchacho por ello y el zorrito lo mordisqueó cuando el humano metió la mano dentro de sus ropas para molestarle. Quería volver a reclamarlo, pero no era el lugar, así que tendría que dejar que el joven y Víctor se salieran con la suya con el asunto del cachorro.

La historia de la anciana tubo dos finales totalmente inesperados, y me dio algo de pena cuando reconocí esa actitud olvidadiza con al decadencia mental que sufrían algunas personas mayores que no lograban llegar con lucidez a su ultima etapa, donde el cuerpo ya cada vez les funcionaba menos y lo ultimo que solía quedar era la mente.
La alerta del vampiro me sacó de ese tema funesto, miré la carreta el camino, y efectivamente me percaté de la bifurcación que estábamos tomando que empezaba a alejarnos de nuestro destino. Suerte que Víctor había estado mas atento e hizo que detuvieran el carruaje. Agradecí su ayuda y me sostuve de el para poder bajar de la carreta.
-Tengan un buen viaje.-Me incliné respetuosamente  hacia los tres.- Candau, eres un humano extraño, pero me agradas... y me debes un zorro.-Apunté al final incapaz de dejar pasar indemne ese tema.
Me aferré al brazo de mi bastón vampírico y deje que este me guiara hacia a casa mientras acomodaba el morral sombre mi hombro.
-Estas cosas no me pasan cuando viajo volando.-Murmuré para mi mientras negaba con la cabeza. Podía quejarme, pero ahbái resultado interesante, aunque juraría que aun tenía un pedazo de la cara de aquel tipo trabado entre los molares.

Por lo visto la chica utilizo en la herida del dedo el poco de alcohol que le quedaba y ya no tenía mas.- No hay problema, después buscare alguna planta con que tratarla.- Dije mientras acomodaba nuevamente la manga de la camisa, podía resistir hasta conseguir algo con que tratarla ya que no era tan grave como se sentía. La anciana acabo la historia repentinamente, el final sonaba lógico después de todo ya que una lanza atravesándote la cabeza era mil veces mas devastador que una simple herida en el dedo. El vampiro me sorprendió con un dato de los duendes que desconocía... aunque realmente no sabía mucho de los duendes.-¿Solo cumplir deseos? Creo que viví engañado.- Aunque no estaba del todo mal, así quizá por fin dejaban todas las acusaciones del tema del duende.

La historia de la anciana continuo un poco más, al parecer la muerte de Peter no fue del todo por la lanza, cada vez la muerte era más lógica e irónica, por esquivar una pequeña flecha acabo hecho pure en el suelo.- Vaya mala suerte.- No me agradaría realmente pasar por todo aquel proceso solo para morir y me sentiría fatal por ser recordado como "El chico que murió luego del noveno intento".

Al parecer los ancianos tomaban una ruta diferente a la que mis compañeros esperaban, el vampiro se adelanto a avisarle al anciano a que se detuviera pero no sonaba tan mal ir al bosque de los elfos. El vampiro y la chica se bajaron del transporte, yo esta vez prefería pasar y seguir el camino un poco mas, el vampiro me dirigió la mirada para luego señalarme la silueta de una torre y se refirió a esta como su hogar, después de todo no mentía acerca de aquello por lo visto. - Claro, trataré de no invocar algo que me acabe mutilando.- Respondí a la acotación del vampiro, me sorprendió que este luego se refiriera a mi por el apellido que les había dado, era la primera vez en todo el recorrido que lo hacia, me limité a simplemente asentir a sus palabras. La chica se despidió de igual manera pero con algo mas de cortesía, tampoco se demoró mucho en recordarme lo del zorro diciendo que le debía ahora uno.

- Fue un gusto viajar con ustedes.- Logré decir cuando el par termino de despedirse.- Si nos volvemos a encontrar prometo que no dispararé al suelo para establecer un perímetro... bueno, aunque eso siempre depende de si estoy calmado.- Aun debía aprender a controlar los impulsos ante la presencia de otros y eso no sería nada fácil.- Y dudo poder darte un zorro, quizá dos ardillas, no es tan mala oferta.- Le dije a la chica esperando que quedara claro que su petición acerca del zorro no se cumpliría.Hasta Luego Bio, Arygos.- Incliné levemente la cabeza en señal de despedida al momento de mencionar sus nombres.- Yo me bajo en el bosque de los elfos si no es molestia.- Le dije a los ancianos dirigiéndoles la mirada, en el peor de los casos debería bajarme allí y caminar lo faltante.