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Mensaje  Sigel Dom Ago 07, 2016 4:46 pm

La inmensa mayoría de canciones siempre empezaban describiendo el pequeño lugar donde transcurrían las aventuras. Luego, venía un el héroe, un tipo fuerte e inteligente con una espada en su mano derecha y un corazón apasionado en la izquierda. Lo último a ser descrito era el villano. Este era el mejor momento. Los niños más pequeños que escuchaban la canción se tapaban los oídos con tal de no escuchar los detalles más grotescos del malvado antagonista.

El esquema era simple: Escenario, héroe y villano. Siempre igual. Escenario, héroe y villano. Ni siquiera se planteaban en cambiar el dichoso esquema. ¿Para qué, verdad? Si algo les funcionaba no tendría sentido cambiarlo. Los cambios implican riesgos y los riesgos pueden llevar a grandes pérdidas. Suerte que el anciano bardo no tenía nada que perder y el riesgo era una de las cosas que más disfrutaba. Si no hubiera existido esa suerte la canción que se escuchaba a ritmo del gran timbal en la pequeña plaza central de Cos, cerca de la única taberna de la villa, jamás hubiera existido.

El vijo bardo corrió el riesgo de empezar a cantar describiendo al héroe. ¿Para qué hablar del escenario si eran las propias casas del público que le estaba escuchando? No tenía sentido. Era mejor hablar de Windorin Crownguard, una joven elfa mona y guapa por partes iguales. El conejo que servía como mascota al enorme bardo daba saltos de alegría cada vez que escuchaba el nombre de Windorin. Los saltitos del conejo hacían reír tanto a grandes como a pequeños. Bajo la enorme máscara blanca, el bardo también sonreía igual que el público. Era mejor así pues, en cuanto viniera el villano todo el público empezaría a llorar.

-Windorin Crownguard- la voz del bardo era tan grave y tan amplía que podía llegar a cualquier rincón de la villa- no te escondas querida amiga. Te veo y sé que tú me estás viendo aunque no sepas qué es lo que ves. Aquí, la confusa gente de Cos necesita tú ayuda. Se la ofreciste una vez, le diste tú alma y tus fuerzas con tal de rescatar les de su propia sed de sangre. Vuélvelo a hacer. Sálvales de ellos mismos, sálvales de su escenario maldito y de la villana que los apresa. Eres la heroína de esta historia-.

El anciano bardo dio dos grandes golpes con la palma de su mano al gran tambor que usaba como instrumento y desapareció en el acto. La heroína de la historia ya había sido presentada, ahora tenía que dejar que ella se encargase de continuar la canción.

Anciano bardo:

_____________________

Cos era una de las villas más apartadas de la ciudad de Vulwulfar. Las visitas eran pocas, por no decir que nulas. Desde la última vez que vino aquel vendedor ambulante a lomos de un mulo que tiraba de un enorme carro cargado de diferentes cachivaches hacía alrededor de quince semanas. Fue por eso que en cuanto escuchó los rumores de que un trovador se acercaba por los amplios caminos nadie dudó en ir a recibirlo con los brazos en alto y una sonrisa en la cara. Canciones, historias y cotilleos de las grandes ciudades era lo que los pueblerinos esperaban escuchar del extranjero. Vivir apartado era un fastidio para algunas cosas, estar desinformado era solo una de esas cosas.

El trovador era de lo más extravagante. Era un hombre alto y fondón. Piernas exageradamente cortas y brazos exageradamente grandes. Melena y barba, ambas largas y blancas atadas con una cinta para que no se le deshiciera del viento marino que llegaba del Este. A Tamo le pareció que aquel trovador que tenía un conejo como mascota había salido de un cuento de hadas.  

Una vez en plaza, cuando el bardo comenzó a cantar, Tamo cambió de opinión.  Ese tipo no había salido de un cuento, él era un cuento. Un mentiroso, un farsante y un buscavidas que se intentaba aprovechar de las desgracias de su pueblo. Seguramente habría escuchado los rumores que se contaban por todo Aerandir sobre Cos. Eran el hazmerreír de la península de Verisar. Una elfa, una maldita niña elfa les había robado la única vía con la que podían negociar y escapar de la Reina de Cos. Esa elfa, era para el farsante trovador, una heroína.

El trovador desapareció en cuanto empezó la canción. Bien por él. Tamo no era él único que había apretado los puños al escuchar el nombre de Windorin Crownguard.

_____________________

Seis vientos unidos como uno fueron los encargados de acompañar a la música de los tambores del bardo que sonaba desde ningún lugar hacia la heroína que buscaba. Nadie más, solo la elfa, podía escuchar la canción que en si misma era una llamada de auxilio. “Ayúdalos pues están en peligro”. Rezaba la canción con cada uno de los golpes de tambor. El fuego del mal ya había movido ficha y era la hora de llamar a la persona que ya se enfrentó a él en una ocasión.

Los seis vientos temieron la batalla que los tambores predecían. Windorin Crownguard, pequeña y dulce elfa, se enfrentaría a Rhea, anciana y malvada bruja.

Canción del bardo:

_____________________

Windorin Crownguard: Te encuentras en un camino próximo a Vulwulfar. Escuchas una canción producida por el sonido de unos tambores y el agudo sonido de seis vientos unidos como uno. Ves una sombra, la sombra del anciano bardo pero no sabes distinguir quién es aunque lo oyes a la perfección. Te está llamando y sabes muy bien que tendrás que volver a Cos. En esta quest continuaremos la trama que dejamos a medias en la misión de “Rhea de Cos”. Tenemos que averiguar por qué el pueblo está sometido a una única bruja, quién es esa bruja y qué poderes tiene, salvaremos a los ciudadanos, salvaremos la villa entera y mataremos a la bruja Rhea. Los habitantes de Cos ya te conocen, no esperes un buen recibimiento por su parte. Te odian por haber rescatado a la serpiente binaba. Rhea ve más de lo que tu y yo podemos ver con nuestros ojos; no estarás nunca a salvo de su ojo avizor. El único aliado que tienes es un pequeño conejo blanco que ha empezado a seguirte.


Última edición por Sigel el Vie Abr 21, 2017 8:26 pm, editado 3 veces
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Miér Ago 10, 2016 11:34 pm

Por fin podía volver al hogar. Wind llevaba lo que le parecía una eternidad fuera de Vulwulfar y, aunque no había olvidado el objetivo principal de su aventura, si que empezaba a resignarse a que aquello debía tomárselo con paciencia. Todavía quedaba mucha Aerandir por recorrer antes de si quiera pensar en darse por vencida con la búsqueda de los ancianos.

Llevaba una jornada entera caminando desde Roilkat, pero aún conservaba bastantes energías y si continuaba así, podría alcanzar Vulwulfar aquella misma noche o sino, al día siguiente por la mañana.
Después de la batalla de Roilkat, la elfa estaba aún bastante alterada por todas aquellas sensaciones que había experimentado y no podía ubicar en sí misma cómo la desesperación o el odio, pero aquel camino la ayudó a reflexionar y a tranquilizarse.

Mientras la joven caminaba a paso ligero por los caminos de tierra, escuchó un sonido extraño, una especie de música que procedía de todas partes y a la vez de ninguna. Wind se paró sorprendida y miró a su alrededor “¿De dónde viene?” Mientras recorría con la mirada todo el bosque hasta donde le alcanzaba la vista, vio una sombra bastante grande que cruzaba de un árbol a otro corriendo. La música seguía sonando y la elfa comenzó a pensar que el sonido estaba producido por su propia cabeza en vez de del exterior.
Cuando se percató de la sombra, Wind se acercó despacio con una mano tocando una de las flechas a su espalda y la otra en el arco pues no sabía qué se iba a encontrar. Tal vez fuera simplemente su imaginación o quizás fuera algún animal peligroso así que, ante la duda prefirió ser precavida.

Cuando dio la vuelta completa al árbol para ver el lugar donde había perdido la vista a la sombra, Wind tan sólo escuchó como una voz de hombre decía -Ve a Cos- La joven, dejó caer los brazos y empezó a pensar que tal vez estar tan sola en un bosque, no era especialmente bueno para su cabeza.

“¿A Cos? ¿Otra vez?” Casi había olvidado lo que ocurrió en ese pequeño pueblo y lo cierto era, que hubiera preferido olvidarlo. Los pueblerinos, la serpiente, Hont… Todo lo que ocurrió allí fue muy deprisa y lo cierto era que, aunque había ido a salvar a los habitantes de aquel lugar, no consiguió absolutamente nada para mejorar su situación, tan sólo consiguió enfurecerlos y que su odio se dirigiera hacia ella por liberar a la serpiente.
Aún con todo, lo cierto era que aún le gustaría ayudar a aquella gente, pero hacerlo de una manera más honrada, sin sacrificar a ningún animal inútilmente y sin que después de la liberación de Rhea, tuvieran remordimientos por sus actos.

Wind necesitaba reflexionar sobre aquello, así que se sentó en el suelo, debajo del árbol, donde estaba antes la sombra y empezó a pensar sobre que sería lo correcto. La elfa estaba segura de que no sería bien recibida en Cos, pero tampoco perdía nada por intentarlo… ¿No?
Mientras estaba sentada, un pequeño conejo blanco apareció y se quedó al lado de la joven, mirándola, como si esperara algo de ella. Wind le devolvió la mirada, sorprendida de que un animal como aquel se acercara a ella, no era demasiado habitual que los conejos se acercaran a la gente que portaba arcos y, aunque en otra situación u otro momento, probablemente hubiera aprovechado para comer alguna comida realmente nutritiva, prefirió no convertir al animal en un estofado y simplemente, le acarició la cabeza como si fuera una mascota.

Después de un buen rato pensándolo se dio cuenta que la música había parado, pero la voz de la sombra continuaba en sus oídos como si se lo estuviera susurrando aún, intentando convencerla de volver realmente a Cos. “Supongo que debería ir…” No estaba convencida, pero decidió que debía hacerlo. Se levantó del suelo y se dispuso a emprender la marcha -Adiós conejito- Se despidió con una voz cantarina mientras sonreía y comenzó a caminar dirección al pueblo.

Tras unos cuantos minutos, de percató de que el conejo estaba siguiéndola - ¿Me has cogido cariño? - Se rio ligeramente ante su propia ocurrencia y se giró para acariciarlo. El animal se dejó hacer y cuando la elfa consideró oportuno, volvió a reemprender el camino.

El conejo, aún la seguía, pero lo cierto era, que tampoco era algo que la molestara especialmente, así que continuó caminando, girándose de vez en cuando para asegurarse que el animal seguía por allí y se sorprendía cada vez que, efectivamente, veía al conejo siguiéndole.
Después de unas cuantas horas llegaron al bosque que rodeaba Cos y la elfa se quedó allí, paralizada sin saber qué hacer. Tenía miedo de que, al verla, los habitantes tuvieran demasiado rencor acumulado, así que se quedó allí escondida, detrás de un árbol, pensando que podía hacer ahora, si continuar y entrar al pueblo esperando algún buen recibimiento por parte de los aldeanos o si darse la vuelta y volver a la seguridad de su hogar.
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Mensaje  Sigel Dom Ago 14, 2016 4:31 pm

Tamo no era una mala persona.  Al contrario, en Cos se le reconocía por ser justo lo contrario a una mala persona. Si alguien necesitaba ayuda en alguna labor, por simple que fuera, Tamo estaría allí dispuesto a echar una mano. “Llama al pelirrojo” era la frase más usada en la villa. Si alguien necesitaba ayuda cortando leña, arando un campo o simplemente para cuidar de un par de niños pesados, Tamo, el pelirrojo de ojos color avellana estaría dispuesto a ayudar.

En definitiva, Tamo era un buen samaritano. Y, puestos a piropear al joven, también haría falta decir que era francamente a puesto. Más de una de las muchachitas de Cos habían fingido necesitar ayuda para que Tamo las visitase.

Era un gran hombre con una gran espina clavada en el corazón. Espina que tenía un nombre y que todo Cos la conocía muy bien.Esa espina se llamaba Rhea.

Hubo un día en el que, por poco, Tamo y sus amigos, casi consiguieron vengarse de la malvada bruja. Ese día, hubiera sido el día en el que, por fin, la espina desaparecería de su corazón. Matar a una de las criaturas de la autodenominada Reina de Cos hubiera sido el mayor favor que Tamo hubiera hecho a todo Cos. Por desgracia, una elfa y lo que parecía un hombre ratón secuestraron la serpiente de Rhea antes de que pudiera hacerle nada.

Se las pagaría. Ahora que sabía gracias al gordo trovador que la elfa estaba cerca de Cos, Tamo había reunido a algunos de sus mejores amigos y los había repartido por toda la ciudad para que estuvieran alertas por si viesen a la elfa aliada de Rhea. Esta vez no escaparía. Ni tampoco lo haría el hombre ratón si es que vuelve a viajar con ella.

Tamo:
_____________________

Claudia era el nombre que recibía la chica de dieciséis años (aunque dada su estatura y su forma de hablar parecía tener once) paseaba intranquila entre por la vieja villa de Cos. Cuando los propios hombres caminan nerviosos por las calles era que algo malo estaba a punto de pasar y Claudia podía notarlo. Era como si los vientos de Aerandir se hubieran conjurado todos a la vez para traer algo, que seguro que no iba a ser de su agrado, a Cos.

“Odio los Seis Vientos” pensó Claudia sin saber muy bien porqué los vientos eran seis y no ocho ni nueve.

Cuando estuvo segura que ninguno de los chicos de la ciudad la estaría viendo, dio un brusco giro en el camino y fue directa al bosque. ¡Su bosque! De su bolsillo sacó un trozo de papel mal pintado de amarillo y rojo y se lo puso en la cabeza como si fuera una corona. Si una bruja se podía hacer llamar la Reina de Cos y nadie hacía nada para evitarlo, Claudia sería la Reina del Bosque. Hasta el momento, ningún árbol, planta o animal de su imaginario reino le había negado el título lo que significaba que estaba haciendo un buen trabajo.

-¡Soy la Reina del Bosque!- gritó a la vez que cogía unas flores del suelo, hacía un ramillete y se lo lanzaba encima de su cabeza.

Claudia:
_____________________

Windorin Crownguard: A pesar de tu nuevo corte de pelo (me gusta como te queda) la gente de Cos liderada por Tamo te puede llegar a reconocer. Deberás de pensar una forma de pasar inadvertida por dentro de la villa. Una tarea bastante difícil para hacerlo tú sola, es por eso que cuentas con la ayuda de Claudia, siempre que ganes su confianza claro está. Eso mismo es lo que tendrás que hacer en el siguiente turno, ganarte la confianza de Claudia.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Lun Ago 15, 2016 1:49 pm

Wind permaneció allí quieta, detrás de un árbol reflexionando sobre qué hacer mientras el conejo permanecía quieto a su lado, comiendo césped como si esperara a que la elfa se decidiera cómo actuar. Después de unos segundos completamente concentrada en tomar la decisión, empezó a entrarle miedo de pensar en lo que los pueblerinos podrían hacerle si la descubrían merodeando por el pueblo, así que, muy a su pesar, el miedo venció a las ganas de hacer el bien por aquel pueblo.

Suspiró ante su propia cobardía y se dio la vuelta, con la intención de volver por dónde había venido. El conejo dejó de comer y cuando la joven echó a andar desandando el camino que la había llevado hasta allí, el animal dio un salto propiciándole un mordisco en la mano que dejó una pequeña herida junto con un pequeño hilo de sangre. En animal cayó en el suelo de nuevo y permaneció quieto, como si aquello no fuera con él y el mordisco hubiera sido una reacción lógica y natural. Al notar los dientes del animal en el canto de su mano, gritó más alto de lo que debería hacerse en un bosque tan silencioso como aquel y reprimió las ganas de convertir a aquel conejo en estofado mientras le fulminaba con la mirada. - ¿Se puede saber que te ha dado así de repente? - Susurró mientras miraba al animal con cierto enojo, éste por su parte la ignoró y comenzó a comer unas bayas de un matorral cercano, dándole la espalda a la elfa.
Wind se miró la mano, se percató de que no era nada grave y prefirió dejarlo estar, pensó que tal vez aquel mordisco había sido una reprimenda por parte de los dioses por su cobardía, así que respiró hondo y cuando fue a emprender de nuevo el camino para volver a su hogar, escuchó los pasos de alguien que se acercaba hacia dónde estaba ella. Con el miedo de que fuera algún pueblerino, la elfa se subió al árbol más cercano hasta llegar a una rama lo suficientemente segura y comenzó a deslizarse hasta llegar a la zona más débil de la rama, que soportaba el peso de la joven a duras penas y observó quien se acercaba.

Era una niña, una niña jugando era la que le había causado semejante temor, Wind se sintió realmente estúpida “¿He ido a una guerra, pero me dan miedo las niñas?” Aguantó las ganas de reírse por lo ridículo que sonaba aquello y se quedó allí arriba, observando a la humana que parecía pasárselo en grande con aquel papel en la cabeza, sonrió al verla recoger las flores y cuando está las tiró hacia arriba al grito de que era la reina del bosque, la rama cedió haciendo que Wind cayera de bruces a los pies de la muchacha con un pequeño grito muy agudo.

La humana se quedó mirando a la elfa atónita pues casi parecía que Wind había surgido de las flores que ella había lanzado al aire - ¿Quién eres tú? - Preguntó la niña sin perder de vista a la elfa -Dioses… que golpe…- Wind se pasó la mano por la nuca frotándola suavemente y al levantar la cabeza se dio cuenta de que estaba justo a los pies de aquella joven, la cual parecía algo confusa. -H-Hola, me llamo…- Estuvo a punto de decir su nombre, pero justo antes de hacerlo, se percató de que, si aquella humana era de Cos, conocería su nombre, así que dijo el primer nombre que se le vino a la cabeza -Sheela, Sheela Regan- Le dedicó una pequeña sonrisa que se mezclaba con la mueca de dolor y se levantó despacio. -Siento haberla molestado…- Vio la corona de papel en la mano de la joven y la idea, surgió como por arte de magia -Su majestad- Se agachó ligeramente en una reverencia muy sutil y mantuvo a cabeza ligeramente agachada mientras miraba a la niña, que cada vez parecía estar más sorprendida - ¿Majestad? - Wind notó como la analizaba con una mirada desconfiada y la elfa decidió continuar con la farsa - ¿No es la reina del bosque? Juraría haberla escuchado proclamarlo hace apenas unos instantes…- Miró a la niña intentado mostrar desconcierto y continuó -Pero si no es de esa manera… Deberé buscar a la Reina real de este hermoso lugar- Sonrió tímidamente a la niña y ésta, pareció haber picado -N-No, Yo soy la reina de este bosque, si no ¿Por qué lo habría dicho antes? No soy una mentirosa- Miró altivamente a la elfa y añadió - ¿Por qué estás aquí?– Wind suspiró con tristeza mientras por dentro daba saltitos de alegría por haber conseguido engañar a aquella niña -Había escuchado que la reina era bondadosa y justa, pero que había una reina malvada en una villa cercana... Quería ayudar- Nada más terminar aquella frase, el conejo blanco apareció al lado de la elfa y Wind se corrigió -Perdón, queríamos- La niña miró al conejo como si aquello fuera un tesoro y lo cogió en brazos sin demasiados miramientos -Supongo que hablas de la Reina de Cos…- Dijo mientras acariciaba al conejo, que estaba completamente quieto, dejándose hacer -Es posible, no conocía demasiado bien la ubicación de la reina malvada…- Dijo la elfa con un tono deliberadamente triste en su voz -Pero yo sola no podría hacer nada, ni siquiera sé si en el pueblo sería bien recibida la ayuda de una extraña… Pero si voy con vos, la reina del bosque, tal vez…Aunque claro, tan sólo soy una súbdita, quizás estaría abusando de su bondad- Miró a la niña que parecía estar deliberando sobre algo y tras unos segundos, pareció haber tomado una decisión. Wind rezó a todas las deidades que aquella niña le proporcionara ayuda y mientras esperaba el veredicto de la joven, observó al conejo que parecía empezar a cansarse de estar en brazos “Te lo tienes bien merecido… por morderme”

El miedo de entrar en el pueblo, parecía haberse evaporado en cuando Wind comenzó con aquella historia sobre reinas y bosques, ahora estaba decidida a ayudar a aquella gente, quisieran o no recibir la ayuda de la elfa que les estropeó su último plan.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Sigel Lun Ago 15, 2016 4:54 pm

El pelo blanco cenizo estaba llenó de pétalos de color lila, rosa, amarillo, blanco y rojo. Era por su culpa. Ella misma se había tirado las flores de estos colores justo antes de que apareciese la señorita Regan delante de sus narices. No quería ni imaginar que sería lo que estaría pensando la elfa al verla así. ¿Qué era una reina de verdad y ella su súbdita? Podía ser y ojala fuera de ese modo. No había otro deseo en el corazón de Claudia que hacer realidad su fantasía de convertirse en Reina. Mientras las otras chicas soñaban con ser princesas, ella quería ser una Reina.

Sus ojos cambiaban nerviosamente de dirección. Empezaban mirando directamente los ojos de Sheela, sin saber muy cómo, al cabo de unos segundos, ya había bajado la vista hacia el conejo que tenía la elfa entre las manos y, al final, acababa cogiendo un mechón sucio de su pelo y lo miraba con detenimiento. Lo que fuera para no estar quieta. Haber dicho en voz alta el nombre de Rhea le había puesto muy nerviosa. Le temblaban las piernas y le empezando a costar respirar. Pero, lo peor, eran sus ojos rojos los cuales parecían saltar de un lado a otro como si fueran dos pequeñas bolas de fuego.

-Lo siento pero…- cuando empezó a hablar estaba mirando una flor de pétalos amarillos que crecía al lado del pie izquierdo de Sheela Regan- no…- “no soy una Reina” eso era lo que estaba a punto de decir. Sin embargo, con un gesto negativo que hizo con la cabeza, cambió de opinión- no se admiten más extraños en Cos-.

Recordó a los hombres patrullar las calles. Eran buenos hombres. De la clase que arriesgaban sus vidas para salvar a sus vecinos. De la misma clase de hombres que temía hacer algo por su cuento por las represarías que podría tomarse Rhea contra toda la villa. Si estos buenos hombres vieran a Sheela Regan, a la que deseaba que se convirtiera de verdad en su sierva, seguramente la encerrarían unos días hasta comprobar que no se tratase de lo que fuera que estuvieran buscando esos buenos hombres. No sería la primera vez que Rhea de Cos usaba su magia para cambiarse de forma y hacerse pasar por una persona completamente diferente.

¿Y si Sheela fuera Rhea? Ambos nombres eran muy similares además que la bruja, siempre que aparecía en público, llevaba un animal a su lado. De nuevo, y con un segundo “no” hecho con la cabeza, Claudia rehizo todas sus ideas y dio un voto de confianza hacia la elfa. Tamo siempre le acusó de pecar de confiada.

-Pero sé hacerte pasar por alguien de Cos. Es fácil- guardó unos segundos de silencio y volvió a hablar con toda la voluntad y decisión que hacía unos segundos carecía- la Reina del Bosque te ayudará.- se señaló a sí misma a la vez que se daba unos golpecitos en el centro de su pecho.

Dicho esto, echó a correr entre los árboles sin mirar atrás ni siquiera para comprobar que su súbdita le seguía.

Tras unos largos minutos que a Claudia se le pasaron volando, llegaron a su destino: La casa árbol que servía como palacio real para la Reina del Bosque.

-Hemos llegado- anunció la peliblanca a la vez que miraba a su casa con orgullo.-bienvenida a mis aposentos-.

La casa árbol estaba perfectamente camuflada en lo alto de los árboles. Parecía una bifurcación propio de los árboles o quizás una rama que se había doblado de aquella forma característica con el fin de buscar la luz del Sol. Era gracias su forma de cúpula redonda, ésta, desde abajo, hacía que la estructura fuera casi invisible.

Casa árbol:

_____________________

Windorin Crownguard: Ahora forma partes del séquito de la Reina del Bosque; por lo menos dentro de ese infantil juego que os habéis montado entre vosotras. Claudia te va a ayudar a entrar en la villa. Para ello te ha llevado hacia su casa de árbol. En el siguiente turno deberás seguir a Claudia hasta su "palacio" y subir en él. Si lo deseas, puedes dar nuevos detalles sobre la estructura que a mí se me hayan podido escapar.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Mar Ago 16, 2016 7:27 pm

Mientras Wind espetaba la respuesta que no tardaría en llegar, el conejo se retorció unas cuantas veces y la niña acabó por dejarle escapar mientras Wind intentaba no reír por ver al animal retorcerse en los brazos de la humana por muy extraño que resultara en aquella situación.

Cuando la joven comenzó a hablar, la elfa pensó que aquello era una negativa, lo que desembocó inevitablemente en una mueca de angustia y una mirada triste. Aun así, no quería hacer sentir mal a la joven que tenía delante, pues probablemente ya se estaba jugando mucho simplemente por hablar con ella, así que intentó esconder el malestar lo mejor que pudo, pero por suerte, la humana pareció cambiar de idea y a los pocos segundos se explicó un poco mejor haciendo que Wind esbozara una pequeña sonrisa triunfal por estar un paso más cerca de ayudar a Cos.

- ¿Hacerme pasar por alguien de Cos? Eso será difícil, a no ser que haya muchos elfos en el pueblo...- Se tocó la punta de la oreja izquierda y se sonrojó sin tener muy claro el motivo, aun así, el tono de voz de la joven parecía seguro, así que decidió que la seguiría, al fin y al cabo, ahora era su súbdita ¿No? -Le agradezco la ayuda- Le hizo una pequeña reverencia sujetándose la capa mientras esbozaba una pequeña sonrisa y en cuanto vio a la joven echar a correr, Wind cogió al conejo sin cuidado por el pellejo del cuello y comenzó a perseguirla.

Hacía mucho que la elfa no corría de aquella manera por la espesura de un bosque, le recordaba al bosque de Vulwulfar y a sus habituales escapadas a él. El animal por su parte, no parecía estar demasiado contento de ir en brazos y lo cierto era que Wind no tenía demasiado claro por qué lo había recogido, pues lo normal hubiera sido dejarlo atrás para que éste continuara con su vida pero algo dentro de ella, había cogido cariño al conejo y quién sabe, igual le sería de utilidad en algún momento por no hablar de que se había presentado a la joven “reina del bosque” como compañera del animal y sería extraño que ahora lo dejara atrás sin miramientos.
Cuando el conejo comenzó a revolverse entre los brazos de Wind de un modo demasiado incómodo, ésta le chistó le dio un pequeño apretón para que se estuviera quieto cosa que pareció funcionar o al menos, funcionó temporalmente pues en cuanto vieron la casa del árbol, el conejo comenzó a revolverse de nuevo. Al menos, esta vez, no parecía tener intenciones de morder, cosa que era de agradecer.

Al final llegaron a los pies de un árbol y la humana se paró, miró hacia arriba y anunció que aquel era su hogar. Wind siguió la trayectoria de la mirada de la joven y se percató de que realmente allí arriba había una casita, no demasiado grande, perfectamente camuflada -Vaya…- Murmuró sorprendida por lo bien lograda que estaba la casa. -Vamos, hay que subir- Comentó la joven sonriente y comenzó a escalar con bastante más destreza que lo que cabría esperar de una humana normal sin esperar a que la elfa dijera nada más.

Mientras Wind se decidía sobre cómo subir hasta arriba con el conejo, éste dio la espalda a la elfa pero no pensaba dejarlo allí abajo, ahora era su compañero estuviera él de acuerdo o no, así que lo cogió de nuevo y lo metió en su bolsa con cuidado, el conejo se dejó hacer y en cuanto Wind cerró el morral el animal se quedó quieto, como si hubiera caído dormido, cosa que la joven agradeció enormemente. Después de solucionar ese problema, la elfa suspiró y comenzó a escalar, despacio agarrándose en las cortezas del árbol que estaba más pegadas pero que estaban más salientes. Tardó un par de minutos como mucho en escalar todo el árbol hasta llegar a la puerta de la casita y entró.

Desde fuera parecía mucho más pequeña de lo que parecía desde dentro, no había demasiadas cosas dentro de aquel hogar, pero sí que se veían una mesa con un par de sillas algo más pequeñas de lo habitual y las paredes de madera tenían dibujos llamativos, probablemente hechos por la misma joven. Wind se sorprendió de lo bien montada que estaba para estar en mitad de un bosque -Es un lugar precioso- Comentó mientras continuaba examinando la pequeña habitación -Por cierto, no conozco su nombre…- La humana pareció comprender bastante deprisa a lo que se refería la elfa y se apresuró a contestar -Claudia, mi nombre es Claudia- Justo después de aquella presentación, la elfa notó como el conejo comenzaba a revolverse en la bosa, así que lo sacó y lo acarició un par de veces a modo de disculpa -De alguna manera tenía que subirte hasta aquí…- Le sonrió y volvió a mirar a Claudia -¿Cómo planeas hacerme pasar por una más de Cos?- Lo cierto era que tenía curiosidad, no sabía que se le pasaba por la cabeza a la joven, pero estaba deseosa de enterarse.

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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Sigel Sáb Ago 20, 2016 11:13 am

Era un largo y pesado camino que no merecía la pena recorrer. Estaba tan agrietado y sus piedras eran tan puntiagudas que eran capaces de destrozar el mejor calzado. Al final del camino, si alguien había sido tan insensato de recorrerlo, quien llegase tendría los pies llenos de ampollas y callos. Pero eso no era lo peor. Claro que no. Lo verdaderamente triste era que, a medida que iban a avanzando por el camino, los árboles se convertían en infelices troncos secos que parecían como brazos que intentaban coger el maldito sendero.

En Cos, ese camino fue bautizado por dos nombres: “El camino de la desolación” o “La alfombra de Reina Rhea”. Era una desgraciada que, a medida que pasaban los años, los habitantes de la villa fueron olvidando el primer nombre. Sabían que era un lugar maligno y que lo que había al final era algo sumamente desagradable.

No. No merecía la pena caminar por la desolación. “La alfombra de la Reina Rhea” era un lugar maldito. No tenían que ir. Nadie debía de ser tan estúpido de emprender el viaje que no merecía la pena. Sin embargo, no podía evitarlo. Era como si sus piernas se estuvieran moviendo solas. Ella no quería. Le hacían daño los pies. Sabía muy bien lo que esperaba al final, la horrible cabaña de la bruja, y aun así seguía caminando.

Cuando llegó a la cabaña, los pies de la joven mujercita estaban ensangrentados y sus ojos repletos de lágrimas. Llamó hasta tres veces a la puerta de la bruja. Ésta no contestó. Pegó un cuarto puñetazo a la puerta y luego una patada.  Estaba empezando a sentirse mal. Era como si estuviera siendo víctima de la misma enfermedad que había matado toda la vegetación de “La alfombra de la Reina Rhea”.

Vomitó las dos tostadas con mantequilla y la leche de cabra que había tomado para desayunar delante a un lado de la puerta de la cabaña. Fue en ese mismo instante, como si la bruja hubiera estado esperando el peor momento para aparecer, que la puerta se abrió. En los labios repletos de arrugas de Rhea se dibujó una grotesca sonrisa de bienvenida. Se la veía contenta. Para no estarlo. Solo hacía tres horas desde que había salido el Sol al amanecer y ya había recibido siete visitas. Siete personas habían cruzado “La alfombra de la Reina Rhea” en busca de lo que no merecía la pena.

_____________________

En Vulwulfar sí que había muchos elfos. Estaba repleto. Las veces que había ido con su familia a comprar esas cosas que en  los pequeños pueblos es imposible encontrar, vio a decenas de esa hermosa gente por las calles. Aunque tuvieran el pelo tan largo que les tapase las orejas picudas era fácil reconocerlos por su gran belleza. Claudia recordó con una feliz nostalgia haberse enamorado de pequeña de un elfo comerciante de especies de Vulwulfar. En Cos, sin embargo, jamás había visto ningún elfo ni tampoco ninguna elfa. Esa hermosa raza no viajaba a los pueblos tristes. Nunca.

Era culpa de Rhea. Si los elfos eran como imanes de la belleza, la vieja bruja era el imán de la tristeza y la podredumbre.

Si quería ocultar a Sheela y a su conejo blanco, hermosos los dos (una por ser elfa y el otro por ser blando), tenía que pudrirles. Pues había que estar podrido para entrar en Cos.

-Mi plan….- cada vez que iniciaba una frase por si sola le costaba arrancar. Cogió un mechón de su pelo y lo acarició para tranquilizarse- creo que no te va a gustar- confesó al cabo de unos pocos segundos.- Cos es un lugar triste y feo. La gente de por aquí son así: tristes y feos. Los reconocerás en seguida. ¡Tengo que hacerte fea!- Lo último lo dijo gritando, quería sacarse esa espinilla cuanto antes.

Claudia fue a una de las ventanas de la casa árbol y cogió todo tipo hojas, bayas de colores (en especial negra y rojo), un trozo de corteza de bellota, cera para dar una nueva forma redonda a las orejas de Sheela y una tiza de carbón. Con un poco de ingenio, un árbol se pude convertir en un perfeto maletín de maquillaje.

_____________________

Windorin Crownguard: Es más difícil maquillarse mal apropósito para hacerse fea que maquillarse bien para ser más guapa. ¿Verdad? En el siguiente turno has de hacer eso. Maquillate para hacerte fea con los pocos materiales que dispones (si lo deseas también puedes maquillar al conejo ya que veo que le has cogido aprecio). A partir de ahora aparecerán mucho más personajes en la quest. Te iré indicando cuales puedes usar y cuales no en cada turno. Personajes prohibidos en el siguiente turno: Rhea, Tamo y el Bardo.
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Mensaje  Windorind Crownguard Sáb Ago 20, 2016 1:33 pm

Wind escuchó curiosa la explicación de la joven y según escuchaba las palabras de la humana, notaba como su propio rostro iba convirtiéndose en una mueca desorientada, aunque la verdad era que le causaba cierta ternura como le costaba a Claudia ir al grano. Iba a interrumpir la explicación para contradecirla cuando la muchacha gritó su idea sin mayor delicadeza, Wind la miró anonadada y con verdaderas dudas en sus ojos - ¿Hacerme fea? A mí no me parece que los habitantes de Cos sean feos… Tú me pareces muy bonita además… Las reinas son alegres ¿No? - Sonrió a Claudia y juraría que pudo ver como un ligero rubor recorría las mejillas de la muchacha, pero se dio cuenta de que probablemente si seguía hablando sobre que aquella jovencita era de Cos acabaría rompiendo el pequeño juego de reinas y vasallos que habían montado, así que, después de decir aquello se quedó en silencio mientras la joven le daba la espalda y se ponía a recoger cosas por la ventana.

Cuando Claudia comenzó a asomarse y a recoger cosas, la elfa la miró algo sorprendida sin saber muy bien que estaba haciendo, aun así, se acercó a ella - ¿Puedo ayudar? - Miró por encima del hombro de la joven y se percató de que estaba recogiendo distintas cosas del árbol -Coge esto- Se giró y Wind puso las manos en cuenco. Después se acercó a la mesa y depositó con cuidado todo lo que tenía entre las manos. A los pocos segundos apareció Claudia de nuevo con las manos también llenas e hizo lo mismo mientras la elfa comenzaba a entender que era lo que debía hacer.

Claudia volvió a alejarse de la mesa y sacó un pequeño espejo de algo parecido a una estantería natural hecha de una rama, lo depositó en la mesa y terminó de explicar el plan -Con esto puedo hacerte… un habitante de Cos- Después de aquella escasa frase, Wind notó como los engranajes de su cabeza encajaban y hacían que tuviera que soltar un suspiro de abatimiento “¿Así que me tengo que hacer fea...literalmente?” Miró todo lo que había encima de la mesa y después miró a Claudia intentando infundirle algo de tranquilidad -Está bien, yo me hago el grueso y si quieres después me haces los detalles ¿Vale?- Sonó tranquila, e incluso divertida por tener que maquillarse mal a propósito, la humana asintió y cogió el conejo, que estaba danzando por la sala sin mucho que hacer, y se sentó en la silla que quedaba libre mientras acariciaba al animal, el cual parecía empezar a resignarse a convertirse en poco más que un peluche.

Wind miró todo lo que tenía allí delante y decidió que empezar con la cera quizás sería lo mejor, así que la cogió y empezó a amasarla con los dedos -Tengo que taparme las orejas…- Lo murmuró, como si hablara consigo misma y comenzó a colocarla sobre las puntas de sus orejas para darles una forma redondeada, el único problema era que, al darles la forma redondeada, le quedaban unas orejas dignas de un elefante, pero tenía que parecer fea ¿No? Así que las dejó así de grandes, redondas y grandes, como un ratón. Después con la poca cera que aún le quedaba, se tapó el puente de la nariz, haciendo que tuviera una protuberancia en la mitad de un puente algo torcido. Miró a Claudia, la cual la observaba muy atenta, para después mirar al conejo que había comenzado a taparse el rostro con ambas patitas, como si intentara aguantar la risa; la elfa por su parte se veía simplemente ridícula.

Después de aquello, debía darle colores e imperfecciones al rostro así que cogió las bayas negras y las machacó con los dedos, después las puso bajo sus ojos con cuidado y las esparció por toda la cuenca hasta que dio el aspecto de unos ojos hundidos. Después contrajo toda la cara y con el carboncillo se marcó las arrugas de la frente y los ojos, se miró al espejo y se sorprendió de las pintas que llevaba, cada vez la mirada de sus compañeros era más atónita ¿Seguía siendo la misma persona? Después y por último con una baya roja machacada con sus propios dedos se hizo pequeñas marcas por todo el rostro usando la corteza de bellota para darles textura. Ahora parecía una mujer muy mal envejecida, pero joven, al fin y al cabo, así que suspiró y dio por finalizado su trabajo en el rostro.

Ahora, se iba a hacer algunas marcas en las manos, así que con el carboncillo comenzó a marcar algunas zonas de sus manos, la articulación de los dedos, el alrededor de las uñas y poco más. Definitivamente, parecía una persona bastante contrahecha. - ¿Cambiarías algo? - Miró a Claudia y ésta la miró detenidamente, no parecía del toco convencida con aquel cambio, pero no puso pegas -No… Así es suficiente- Después se levantó y el conejo por fin fue libre de moverse otra vez.

- ¿No eres tú muy blanco? -
Wind dedicó una mirada maliciosa al animal y añadió -Si yo he tenido que cambiar… tú también- Ensanchó aún más la sonrisa haciendo que no concordara con su nuevo rostro y antes de que el conejo saliera huyendo lo cogió de la nuca -No va a ser tan malo, no te preocupes- Se rió por lo bajo por s propio comentario y con un par de dedos machacó parte del carboncillo, restregó el polvo contra la suave blancura del animal y le soltó, satisfecha con su obra, éste por su parte le dio otro mordisco en la mano mostrando su descontento y mientras la elfa soltaba un pequeño grito y fulminaba al animal con la mirada escuchó a Claudia reírse. Al final acabó contagiándose y se le escaparon un par de carcajadas “Dioses, menuda escena…” Tras aquello, se preguntó cuál sería lo próximo - ¿Qué tenemos que hacer ahora? - Miró a Claudia y esperó a que ésta le diera las indicaciones pertinentes.

Maquillaje:
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Sigel Dom Ago 21, 2016 11:58 am

¡Menuda transformación! Era muy divertido ver como Sheela iba poniéndose encima de la cara más y más cosas. Estaba espantosa y también muy graciosa. Se parecía mucho a esas personas que pasan varios días sin cruzar “La alfombra de la Reina Rhea”. En las ojeras, en las manos, los labios… Cada detalle le recordaba a estas tristes personas. Claudia llevaba desde la tarde del día anterior sin ir a la cabaña de la bruja y ya notaba como su cuerpo le pedía más. Se miró las uñas y las tenía carcomidas. Se las había estado mordiendo sin que se diera cuenta. ¿Desde cuando? No lo sabía pero esperaba que Sheela no la hubiera visto morderse las uñas. Esa era la primera señal de debilidad. Las otras señales: el insomnio, los llantos, los gritos, los tirones de cabello, los arañazos en la pared… aun tardarían en aparecer. Todavía faltaban muchas horas para que Claudia se viera tan fea como estaba Sheela.

-Lo has hecho muy bien- dijo a la vez que se ponía las manos a la boca para ocultar una risa que deseaba salir- pareces una auténtica nativa de Cos- desvió la vista al animal- y tú también amiguito-.

La pregunta de Sheela le pilló desprevenida. Ella quería ser bien recibida en Cos y ahora lo sería gracias a la genial idea que había tenido. Sí, Sheela podía ir a Cos. Bajar de la casa del árbol que servía como palacio en el infantil juego de Claudia e ir a la villa maldita por una mala Reina. No era tonta. Sabía qué era lo que vendría. Sheela se iría y Claudia se quedaría sola de nuevo. Ella no iba a ir a Cos.

-Tienes que irte… ¿verdad? Me dejarás sola y te irás.- Estaba a punto de llorar pero no le salieron las lágrimas.- Entonces ve. Yo me quedaré aquí por si necesitas ayuda. Tú tienes que ir-.

Le cogió de las manos y le dio un beso en la mejilla como despidida.

_____________________

Windorin Crownguard: Jamás pensé que diría esto pero: Felicidades, eres muy fea. Ahora deberás tomar una importante decisión para el futuro de la quest. Claudia no es tonta, sabe diferenciar su juego de la realidad. Es por eso que te deja marchar a Cos aunque eso signifique quedarse sola. Ahora, deberás elegir si tú quieres dejar a Claudia (la verás más adelante) o, tal vez, deseas quedarte un turno más a jugar con ella a esa fantasía de reyes y súbitos tan divertida. Personajes prohibidos en el siguiente turno: Rhea, Tamo y el Bardo.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Dom Ago 21, 2016 4:22 pm

La elfa rio un par de veces por los halagos de la humana -Creo que el conejo ha quedado bastante mejor que yo- El animal, por su parte, no parecía estar de acuerdo pues no paraba de pasarse las patitas delanteras por la cabeza como si intentara quitarse el carboncillo de encima y de esa manera recuperar su blanco inmaculado.

Después de aquellos momentos tan divertidos Wind esperó a que Claudia le dijera que debían hacer ahora pues la elfa, aunque se pareciera a los habitantes de Cos, no era de allí y cuando estuvo la última vez no le pareció un pueblo lo suficientemente grande como para que un visitante pasara desapercibido, pero si la humana estaba tan confiada, a la elfa no le quedaba otra aparte de fiarse de ella.

De repente, el tono de la situación cambió. La sonrisa de Claudia se transformó poco a poco en una mueca tristona y con ella, el ambiente se hizo más serio, incluso casi algo lúgubre, como si ahora fueran a despedirse para siempre. Con el ambiente de la pequeña casita tan ennegrecido y la alegre Claudia ahora triste, la sonrisa que solía adornar el rostro de la elfa se transformó lentamente en una expresión de abatimiento.
El silencio se hizo más que patente en la salita, únicamente interrumpido por las ramas mecidas por el viento y los animales que correteaban por el bosque hasta que al final la joven humana habló.

Wind bajó la mirada según escuchaba hablar a la muchacha, parecía que estuviera despidiéndose para siempre, pero las intenciones de la elfa distaban mucho de aquello, había cogido bastante cariño a la joven que tenía delante y no pensaba en decirle un adiós definitivo, además, por su parte, la despedida no iba a ser tan solemne - ¿Cómo podría abandonar a la reina del bosque? Sólo soy una súbdita ¿No? - Miró sonriente a Claudia y le guiñó un ojo -Los vasallos siempre vuelven con sus reinas después de una misión bien cumplida- Añadió sin perder la sonrisa intentando tranquilidad a la joven que la había ayudado.

Cuando Wind consideró que Claudia estaba más tranquila se acercó al conejo, lo bajó de la mesa y lo metió en el morral otra vez. Comenzaba a cogerle más cariño del habitual a aquel peludo animal que probablemente en cualquier otro momento, se hubiera convertido en su cena, pero que, por azares del destino había acabado convirtiéndose en su pequeño compañero de aventura.
Después de coger al animal, la elfa ya estaba dispuesta a salir de la casita cuando Claudia le cogió las manos y le dio un peso en la mejilla. Wind sonrió ante aquella muestra de afecto, se agachó un poco para que a la humana le resultara más sencillo y después la abrazó con fuerza -Volveré pronto, te lo prometo, así que no te preocupes- Se separó de ella despacio y le dejó un pequeño beso en la mejilla como despedida -Hasta luego… Mi reina- Sonrió por última vez a Claudia y bajó del árbol con cuidado.

Ahora debía ir hasta la villa aparentando normalidad, como si fuera hasta allí todos los días, así que, así lo hizo. Siguió el camino hasta el pueblo de Cos y llegó hasta el mismo lugar donde había empezado, solo que esta vez, no estaba escondida tras un árbol, sino que estaba allí, en mitad del camino a la vista de cualquiera.
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Mensaje  Sigel Dom Ago 21, 2016 6:59 pm

En el patio trasero de alguna de las casas de Cos, una chica y un chico, ambos pelirrojos, conversaban de algo desagradable. El chico tenía prisa y la chica estaba llena de determinación. Ninguno de los quería seguir hablando y, sin embargo, lo veían necesario pues ni aunque lo deseasen no podían convencer al otro de su pésima decisión. Tanto Tamo, así se llamaba el chico, como Tami, la chica, eran muy orgullosos y creían que jamás se equivocaban.

Al final, ganó Tami, como casi siempre en los últimos días. Tamo era quien se rendía. Decía que tenía cosas más importantes que hacer qué discutir con su hermana. Mentía. Para él no había cosa más importante que su hermana. Mas, era una mentira piadosa.

-Entonces, ¿vas a atarme?- preguntó Tami con una media sonrisa dibujada en sus finos labios.

-Si con eso te callas, lo haré-.

Tamo cogió unas gruesas cuerdas y ató a su hermana a un poste de madera en medio del huerto de la casa. La chica casi parecía un espantapájaros.

El chico se fue, seguía mintiendo  diciendo que tenía cosas más importantes que hacer. Tami pasó los siguientes minutos y las siguientes horas atada al poste de madera. No podía escaparse. Bien, bien por ella. Su plan había funcionado. Hasta que no tuviera la voluntad necesaria para no acercarse nunca más a “La alfombra de la Reina Rhea” ella se ataría durante todo el día. Así era mejor. Lo mejor para ella.

Más horas… Muchas horas… Su hermano no volvía…. Quería… Deseaba… Rhea… Le dolía tanto... La quería tanto.... La necesitaba tanto... ¡Dioses! Jamás se había sentido así. Se miró las uñas durante un segundo. Por lo menos aun no había llegado a punto de mordérselas. Eso era un paso. Un gran paso. Un maldito paso...

-¡AYUDADME!- gritó con todas sus fuerzas.-¡OS LO SUPLICO!- No, no tenía fuerza de voluntad.-¡DESATADME!-

Tami:
_____________________

Windorin Crownguard: Llegas a las afueras de Cos y ves a una chica pelirroja atada en mitad de un campo de maíz. Está pidiendo ayuda desesperadamente. Rescátala, ese es tu objetivo para el siguiente turno. Personajes prohibidos en el siguiente turno: Rhea, Clauida, Tamo y el Bardo.


Última edición por Sigel el Sáb Abr 29, 2017 3:35 pm, editado 1 vez
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Dom Ago 21, 2016 8:17 pm

Wind respiró hondo un par de veces antes de continuar andando hasta el pueblo, el miedo a que la reconocieran era grande e impedía que sus piernas se movieran que su agilidad habitual, parecían pesadas y lentas. Era como si sus piernas se hubieran adaptado al nuevo rostro que había adoptado con el maquillaje; su rostro mostraba cansancio y abatimiento y sus extremidades se sentían de la misma manera.
Veía como poco a poco las casas se acercaban, haciéndose cada vez más grandes y con ellas, se escuchaba al gentío del pueblo el cual, para estar subyugado a una bruja malvada parecía bastante vivo.

Mientras caminaba y trataba de calmar su respiración, el conejo comenzó a revolverse en la bolsa, así que Wind lo cogió por la nuca, se lo acercó a la cara y le dio un pequeño beso en la cabeza -Te estás portando sorpresivamente bien para ser un conejo de campo- Sonrió al animal y lo dejó en el suelo. La elfa estaba realmente sorprendida de que aquel animal fuera un conejo común pues parecía más cachorro de perro amaestrado que un animal normal del bosque. Una vez en el suelo, el animal comenzó a comer hierba que estaba a los pies de la joven mientras esta permanecía quita, intentando superar el miedo que le daba enfrentarse a la gente de aquel pueblo.

Tras unos pocos segundos de respiraciones exageradamente profundas y un temblor incesante en las piernas, acabó por calmarse “Necesitan ayuda. Claudia necesita ayuda. Debo hacer todo lo que pueda por ellos.” Aquellas pequeñas frases le proporcionaron el valor que le faltaba, repitiéndose constantemente en su mente “¿Cómo podría vivir conmigo misma si no soy capaz de ayudar a eta pobre gente?” Aun así, Wind sabía que estaba muy lejos de ser una heroína y eso lo sabía, pero necesitaba a toda costa reunir el valor que le faltaba, así que volvió a emprender el paso de nuevo, lento pero decidido hacia la entrada de Cos.

Cuando se encontraba a apenas unos metros de la entrada del pueblo, escuchó unos gritos que parecían de mujer. Wind dio un ligero bote por el susto y miró a su alrededor buscando el origen de los gritos. Al darse cuenta de que no estaba a la vista la persona que emitía aquellas suplicas de ayuda, Wind comenzó a correr hacia el lugar de dónde provenían. La voz sonaba desesperada y con cada grito a la joven se le rompía el corazón así que, cada vez corría más deprisa con la esperanza de salvar a quien estuviera gritando de aquella manera. Al final acabó llegando a un campo de maíz, no demasiado grande pero sí lo suficiente como para que la elfa no viera exactamente la procedencia de la voz - ¿Hola? - Dijo a voz en grito, intentando que la mujer la guiara hasta dónde se encontraba - ¡Desátame por favor! - Wind se adentró en la pequeña plantación que la llegaba hasta la altura de los ojos y comenzó a buscar a tientas a la humana que gritaba - ¡AYUDA! - Sonaba realmente desesperada y tras unos segundos, la elfa la encontró.

La muchacha estaba llorando y parecía completamente abatida. Una joven atada a un poste en mitad de un maizal ¿Qué narices pasaba en aquel pueblo? Una vez lo suficientemente cerca, Wind comenzó a hablar a la humana despacio, con un tono calmo e intentando tranquilizarla -Tranquila, ahora mismo te desato ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? - No recibió respuesta alguna, a parte de unos cuantos jadeos ansiosos y unos movimientos muy poco saludables para sus articulaciones. Al ver que aquella chica no estaba en condiciones de hablar, cogió la pequeña hoja sin filo que llevaba en la bolsita de la cadera y comenzó a cortar la cuerda que ataba su cuerpo al poste. Mientras se deshacía de las ataduras se percató de que tenía las zonas donde había rozado la soga completamente quemada por la fricción de las mismas y en las zonas de la piel dónde estaba amarrada estaban en carne viva -Dioses… Menudo estropicio- Terminó de cortar las cuerdas y la humana se echó las manos a la cara mientras lloraba. No medió ni una sola palabra en el minuto siguiente pero una vez se hubo calmado miró a la elfa algo sorprendida de lo que estaba sucediendo. -Gracias por desatarme- Musitó la pelirroja -No ha sido nada ¿Estás bien? Estas temblando…- Miró a la muchacha a la cara y se percató de que tenía un aspecto bastante parecido al suyo; ojos hundidos, mirada perdida, labios completamente agrietados… Esa muchacha no estaba bien, pero no parecía estar dispuesta a confesar a aquella extraña lo que le sucedía, en vez de eso, se levantó seguida de la elfa y miró a su alrededor como si buscara algo o a alguien.
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Mensaje  Sigel Vie Ago 26, 2016 5:21 pm

Empezó llorando de alegría. Esa chica tan fea le libró de las cuerdas que le ataban y apretaban hasta tal punto que le habían puesto las muñecas en carne viva. Mientras daba las gracias a la chica no podía dejar de tocar con cuidado las heridas que  de las muñecas. Le dolía y quemaba por partes iguales. “Te lo advertí.” Serían las tres palabras que usaría su hermano para discriminar la mala idea que había tenido de atarse al poste del espantapájaros.”Te dije que era una mala idea.” Casi podía escucharle hablar. Lo que hizo que las siguientes lágrimas que saliesen de sus ojos no fueran de la alegría de estar libre sino de la triste de sentirse débil y humillada por su hermano mayor.

No iba a permitir que Tamo le derrotase otra vez. Por lo menos, mientras estuvo atada no había ido a ver a la Reina de Cos. ¡Ni siquiera se había mordido las uñas! ¿Tamo podía decir algo así? No. Seguro que no. Tami sabía, con la misma seguridad con la que podía colaborar la fealdad de su rescatadora, que Tamo había visitado a la bruja por lo menos una vez en el rato que ella había estado atada. Ella, en cambio, en ese mismo transcurso de tiempo, hubiera pasado por “La alfombra de la Reina Rhea” más de tres veces.

Bien. Eso era una victoria… Una buena. Se merecía una recompensa. Tal vez… se merecía… Rhea… Dio un paso hacia delante pero se cayó encima del pecho de la chica fea. Tami había pasado tanto tiempo atada que sus piernas apenas podían hacer algo más que mantenerla en pie.

-Lo siento,- dijo con una voz tan débil que se la llevaba el viento; los seis vientos. -no tenías que haber venido-.

Se agachó para coger las cuerdas que le ataron de nuevo. Sus movimientos fueron lentos y torpes. Quería volver a estar atada pero, al mismo tiempo, necesitaba ir a Rhea. Si no  visitaba a la bruja acabaría siendo tan fea como la chica que le desató. Y si lo hacía, acabaría tan loca como muchos de sus vecinos y amigos de Cos.

Cuando hubo cogido las cuerdas, pronto las soltó y las dejó caer al suelo. Le costó mucho más cogerlas que soltarlas. Era como tener dos cabezas; una no paraba de repetir que quería ir a ver a la bruja y la otra le contestaba con los inconvenientes que eso traía. Para colmo, estaba la cabeza de Tamo que no dejaba de replicar por cualquier cosa que Tami decidiera por si sola.

Rompió a llorar de nuevo. Los causantes de estas nuevas lágrimas fueron la confusión y la indecisión.

-¡Átame otra vez y vete!- gruñó- ¡No, no te vayas!- suplicó- Átame. No, no me ates; ¿o sí? ¡No lo sé! Necesito ayuda. No sé que quiero. Ayúdame.-

_____________________

Windorin Crownguard: Síndrome de Abstinencia. Ese sería el veredicto que daría un doctor moderno al ver los síntomas que presenta Tami. ¿Y en Aerandir? Aquí es más difícil saber qué es lo que le ocurre a la pelirroja. Necesita ayuda, eso está claro. Y tú debes de ser quien le ayude.  Personajes prohibidos en el siguiente turno: Rhea, Clauida, Tamo y el Bardo.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Sáb Ago 27, 2016 3:11 pm

Al percatarse de lo inútil que resultaba hablar a aquella joven tan alterada, Wind decidió observarla en silencio mientras esta terminaba de tranquilizarse. Al final, se levantó por fin y la elfa hizo lo mismo mientras miraba a la humana con preocupación - ¿Crees que puedes levantarte? - La miró rápidamente de arriba abajo y los temblores de la chiquilla contestaron a aquella pregunta, no, no podía.

Cuando la joven intentó dar un paso y se cayó, Wind la sintió como una pluma “Pero… ¿Cuánto pesa esta chica?” Parecía hecha de aire, pero al cogerla, notó como se le marcaban varios huesos de los brazos y la espalda - ¿Cuánto tiempo llevabas ahí atada? ¿No tienes hambre? - Estaba realmente preocupada por su salud. Si Wind podía sujetarla sin esfuerzo, es que realmente pesaba poco.
La ayudó a sentarse en suelo despacio y se sacó del cinturón la bota de agua que portaba siempre con ella, la destapó y justo antes de pasársela a la muchacha ésta comenzó a disculparse - ¿Y dejarte atada mientras gritabas? Dioses… ¿Cómo podría haber hecho eso? - Negó con la cabeza un par de veces despacio y le pasó la botella de agua -Bebe un poco, debes tener la garganta seca- Sonrió amablemente como usualmente hacía y la muchacha cogió la botella, le dio un trago y se la devolvió sin mediar palabra.

Mientras la elfa se guardaba de nuevo la bota, la humana cogió las cuerdas y las dejó caer casi al instante “Esto cada vez es más extraño…” La miró frunciendo el ceño intentando desvelar sus pensamientos y de repente comenzó a llorar otra vez -No, no, no…- Murmuró como si fuera un conjuro, ya había conseguido que dejase de llorar una vez, pero sabía si iba a ser capaz de calmarla de nuevo, además, aquella joven no parecía tener fuerza suficiente como para calmarse sola otra vez. -C-Cálmate, por favor…- Ya no sabía qué hacer, esa chica parecía tener problemas mucho más complicados de tratar que que estuviera atada a un poste en mitad de un maizal.

Wind miró a su alrededor, buscando a alguien que pudiera ayudarlas, pero solo se encontró con la misma soledad que había antes. Mientras buscaba a alguien a su alrededor, la humana comenzó a hablar de nuevo, la elfa la miró atónita y comenzó a cuestionarse seriamente la salud mental de la chica. - ¿Por qué querrí…? – La joven cortó a Wind en mitad de la frase y ésta cada vez abría más los ojos, casi parecía que podrían salírsele de las cuencas.
Mientras la humana no paraba de contradecirse, Wind sólo podía cuestionarse lo que estaba ocurriendo allí “Pero ¿Qué le han hecho…?” Aquella actitud sólo supo achacarla a algún tipo de tortura, no se le ocurría ninguna otra solución - ¿Acaso tienes miedo de que te encuentren desatada? - La miró compasivamente y al verla en aquel estado tan lamentable, se echó hacia delante quedándose de rodillas delante de la pelirroja y le cogió la cabeza echándosela sobre el pecho, la abrazó y dejó que llorara tranquila mientras le acariciaba el pelo despacio.
Aquella solución servía con los niños que no paraban de llorar así que… ¿Por qué no con la humana? Se quedaron en esa posición unos minutos mientras la humana dejaba de llorar, cosa que costó bastante, pero era cuestión de tiempo que se quedara sin lágrimas.

-Lo siento de verdad…- Parecía que la pelirroja ya volvía a estar más o menos racional -Sheela, me llamo Sheela- Contestó Wind con determinación a la cual comenzaba a gustarle aquel nombre -Yo soy Tami- Comentó mientras se separaba de la elfa -Sheela átame… Por favor- Cogió a la peliazul por los antebrazos y agachó la cabeza. Aquello sonó como una súplica y Wind no supo que hacer pues Tami parecía estar segura de aquella petición, pero no terminaba de comprender de que iba el tema.
Mientras reflexionaba qué hacer, notó como las uñas de la humana comenzaban a clavarse en sus brazos, haciendo que la elfa la mirara con una mezcla de confusión de sorpresa -¿Q-qué haces?- Preguntó mientras notaba como aquello dolía cada vez más -No me ates, vete, déjame, por favor- Esa petición sonó exactamente igual que la anterior y eso solo confundió más a Wind, la cual notaba cada vez más fuertes las uñas de Tami. -Vale, vale, haré lo que quieras, pero… ¡AH! - Ahí estaba la sangre, al final las uñas de la pelirroja se clavaron los suficiente como para hacer heridas en los brazos de Wind, que se estaba esforzando por no gritar y alejar a la joven de un empujón. -S-Suéltame, haré lo que prefieras… así que no te preocupes- Se le quebró la voz varias veces mientras decía aquello y justo cuando terminó, notó como los brazos de Tami estaba completamente en tensión, ésta levantó la mirada por fin y la elfa se sorprendió al encontrar desolación y no rabia en el rostro de a humana -Está bien, en serio, pero suéltame…- Al final, consiguió soltar a Wind mientras temblaba convulsivamente. -Volveré con Rhea, s-si no me atas…- Murmuró Tami mientras se miraba las manos “Así que era eso… esto es culpa de la bruja… ¿Tortura? ¿Pociones?” Aquello tomaba un matiz que no le gustaba ni un poco.

Al final la elfa suspiró, se miró los brazos y se vio tres heridas perfectamente marcadas en cada antebrazo con la forma de las uñas de Tami. Reflexionó unos instantes y decidió que hacer -Está bien… Te ataré... y me ataré contigo – La humana la miró asombrada a Wind mientras esta le dedicaba una pequeña sonrisa sin mucha convicción - ¿Conmigo? - Y como respuesta, la elfa cogió la soga y la levantó mientras ensanchaba la sonrisa – Vamos- Acercó a Tami al poste con un pequeño empujón, le puso un pequeño paño en las muñecas y la ató de nuevo. Después Wind hizo lo mismo, pero sin paño. El auto-nudo de la elfa dejaba bastante que desear, pero era más para dar confianza a la humana que para inmovilizarse a sí misma, así que tampoco le dio más vueltas, además así podría desatarse deprisa en caso de que fuera necesario -Podemos estar así, hasta que quieras- Dijo Wind con una sonrisa.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Sigel Lun Ago 29, 2016 7:19 pm

No estaba habituada a esa clase de discusiones. Con su hermano era todo tan diferente. Difícil y testarudo eran las palabras que se le ocurría para describir a Tamo.  Si Tami decía que eso era de color gris, pronto, Tamo contestaba dando todos los argumentos posibles para defender que eso, en realidad era blanco. Luego, si por esas, dejaba de verlo blanco; lo veía amarillo y daba el mismo número de porqueses que antes había usado para defender el color blanco, ahora, a favor del amarillo. Nunca el gris. Nunca lo que Tami decía. Él jamás dijo: “está bien”, “no te preocupes” ni “haré lo que quieras”. No. Tamo era más bien de decir de muy mala gana: “Si tiene que ser de color gris para que te calles será de color gris. Tú ganas”. Tami odiaba cuando su hermano se ponía de aquel modo tan insoportable. Sin embargo, con Sheela eso no pasaba. Tami solo tenía que decir algo para que la chica orejuda lo hiciera.

Primero le dijo que la desatase. Ella la desató. Luego, le mandó que la atase de nuevo. Y pareció dispuesta a hacerlo. Menos mal que le frenó antes de que hubiera hecho nada. Creyó que había empezado a desarrollar una especie de fobia en contra de las sogas. Una fobia que igual podía ser un amor; pues de igual forma que rechazó que la atasen, luego lo suplicó con la misma fuerza. ¡Dioses! Se estaba volviendo loca y, lo peor, iba a volver loca a sumisa Sheela. Por una vez que alguien no discutía en lo que ella decía no quería perderla.

Y, como si le hubiera leído su pensamiento, Sheela se acercó a Tami. Como se puso sería de estúpidos perderla. Solo los muy borrachos o muy idiotas eran capaces de perder algo que estuviera atado a ellos.

-¡¿Pero qué haces?!- gritó sorprendida.

En su voz se escuchaba un toque amargo de temor y, al mismo tiempo, otro toque tan agradable como un halago. El sonido de su voz fue casi idéntico al que hizo aquella vez que esa persona que tanto le gustaba le rozó un pecho mientras paseaban. En aquel momento, ya fuera por compostura o formalidad, Tami se sintió violenta y tuvo miedo de lo que había hecho su amiga al rozarle el pecho. ¡Tenían solo quince años! Pero el miedo no pudo disimular que, en el fondo, aquello le agradó. Que Sheela se hubiera atado junto a ella era igual a que su mejor amiga, de cuando tenía quince años, le hubiera rozado un pecho.

Finalmente, y tras el primer grito, agachó la cabeza y una parte de ella aceptó de buenas formas estar atrapada con Sheela. Por lo menos no estaba sola, eso era algo bueno. Mientras, su otra parte que deseaba a ir a todo coste a la cabaña de la Reina de Cos, comenzó inclinar con fuerza su cuello con la intención de morder las cuerdas que la ataban. Por suerte, no llegaba.

_____________________

Windorin Crownguard: Eres buena tratando con la gente. Muy buena. Tami jamás se hubiera dejado atar junto a desconocida; y menos una tan fea. Sin embargo, contigo se ha dejado y lo ha medio aceptado. Digo medio pues los deseos de ir con Rhea no han desaparecido. Se podría decir que, tras volver a estar atada, se han hecho más fuertes. Es tu deber, en el siguiente turno, tranquilizar esa mala parte de Tami y, de paso, averiguar qué es lo que le ocurre. Una buena conversación da para mucho. Personajes prohibidos en el siguiente turno: Rhea, Clauida, Tamo y el Bardo.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Miér Ago 31, 2016 7:10 pm

Wind sonrió satisfecha al terminar de atarse, ahora podría asegurare de que Tami no cometería ninguna insensatez y que ya de paso, dejara de gritar para que alguien la desatara -No te preocupes, querías que te atara y no te atara, que me fuera y no me fuera… así que he hecho una cosa de cada cosa que me has pedido- Ensanchó aún más la sonrisa por aquella respuesta y se relajó, al menos, todo lo posible para estar en esa situación tan incómoda, estar sentadas no ayudaba demasiado en su comodidad la verdad.

Apenas llevaban unos segundos atadas cuando wind se dio cuenta de que la humana estaba comenzando a temblar de nuevo y movía la cabeza de un modo bastante incómodo -Tami ¿Estás bien? ¿Necesitas que te ayude en algo? - La joven, a pesar de aquellos movimientos nerviosos, no emitía ningún sonido a parte de una respiración agitada y algún gruñido espontáneo al darse cuenta de que no podía girar más la cabeza. Emitió un gruñido muy poco tranquilizador y comenzó a jadear con más fuerza -Dioses Tami… Tranquila, estoy aquí, todo va bien- La miró con verdadera preocupación en los ojos y comenzó a plantearse que podía hacer realmente para ayudar a aquella joven. Con las palabras estaba bien visto que no podía ayudar demasiado, pues, probablemente su estado mental no ayudaba demasiado a que la escuchara con claridad así que Wind se percató de que la mejor y quizás la única solución de poder ayudarla, era mediante acciones igual que había hecho antes desatándola, abrazándola y volviéndose a atar junto a ella. Aquellas cosas sí que la tranquilizaban de verdad, pero ahora estaban atadas ambas así que no le quedaban demasiadas opciones.
Tras unos segundos más Wind cayó en la cuenta de qué podría hacer, así que, sin mediar palabra dio un pequeño bote para acercarse todo lo posible a la humana y contorsionó los hombros hasta llegar a un punto casi doloroso, ahora podía hacer lo que quería. Abrió las manos y tanteó a ciegas dónde se encontrarían las manos de Tami, una vez las rozó, continuó buscándolas por completo y cuando las encontró se las cogió.

Le dio las manos con fuerza, intentando que la humana volviera a centrarse en ella para poder mantener una conversación más o menos normal y pareció ser efectivo. La humana continuó jadeando unos segundos mientras Wind terminaba de colocarse de la manera menos incómoda posible y terminaba de entrelazar los dedos con los de la joven, al final la pelirroja pareció calmarse de nuevo y prestó atención a la elfa por fin -S-Sheela ¿Qué haces? - La miró algo extrañada y Wind suspiró aliviada -Intentar tranquilizarte… Parece haber sido efectivo- Sonrió a la joven y decidió que aprovechar esos momentos de lucidez por parte de Tami sería lo mejor -Tami ¿Por qué no quieres ir a ver a Rhea? - Preguntó Wind al recordar que antes la había nombrado, aunque lo cierto era que, haciendo esa clase de preguntas, tal vez podría llegar a destaparse como la elfa que les destruyó su oportunidad, pero necesitaba respuestas si quería ayudarles.
La humana pareció algo reticente a hablar, probablemente no le hiciera ilusión tener que reconocer aquel problema, pero Wind esperaba que le inspirara la suficiente confianza como para que se abriera con ella -Porque es horrible ¿Cómo puedes preguntarme eso con tu aspecto? - Dijo la pelirroja con cierto tono burlón durante la pregunta. La elfa se quedó unos instantes reflexionando sobre aquello ¿Su aspecto? Y de repente recordó las palabras de Claudia “En Cos todos son feos” Y se fijó en el rostro de Tami, el cual también empezaba a tomar un aspecto algo extraño, como muchos de los que vio en su primera incursión en el pueblo “Así que estos aspectos son por culpa de Rhea…” Mientras pensaba sobre eso, la humana comenzó a tensarse otra vez, pero en esta ocasión apretaba las manos de Wind cada vez más fuerte “Debería habérmelo imaginado…” Pensó algo resignada cuando notó como los dedos se le clavaban en la mano, ahora tenía un problema igual de gordo que había tenido con lo de las uñas en los brazos. -Tami… C-Cálmate por favor, está bien… Todo estará bien, te lo prometo- Dijo entre aspiraciones profundas y algún que otro suspiro dolorido. Iba a salir de aquel pueblo bastante magullada a ese paso.

Mientras miraba a los cielos intentando pensar que hacer a continuación, el pequeño conejo sucio apareció de repente de entre los maizales -Cielos… Casi te había olvidado pequeño- forzó una sonrisa hacia el animal mientras la humana jadeaba cada vez más fuerte y apretaba de la misma manera -Pequeñín ayúdame- Le chistó un par de veces y se sintió, como poco estúpida al estar hablándole a un conejo, el cual, la ignoró ampliamente. Al menos la presencia del conejo le había dado una idea -Eh Tami, mira, un conejo- Dio un pequeño tirón de sus manos para que le prestara atención y ésta la miró - ¿Q-qué pasa? - Dijo como si hubiera salido de un trance -Mira ahí. Ese conejo es mi pequeño compañero de aventuras- Dijo con cierto orgullo, obviando por completo que apenas lo había conocido hacía unas pocas horas - ¿Un conejo? ¿En serio? - Preguntó la humana sorprendida y algo escéptica mientras Wind daba gracias a los cielos por la efectividad de la distracción -En serio, es un animal muy listo- Soltó una pequeña carcajada y notó como Tami aligeraba el agarre “Por fin…” Movió un poco los dedos y suspiró aliviada por no sentir ningún dolor demasiado intenso o agudo.

El conejo comenzó a acercarse despacio, como si no estuviera convencido de que acercarse fuera una buena opción, pero al menos, la atención de la humana se había centrado por completo en el conejo así que ahora estaba más tranquila… aunque fuera temporalmente. Mientras tanto, Wind pensaba sobre cómo había hecho Rhea para causar ese tipo de reacciones en la gente “Tienen la necesidad de ir con ella y además sus rostros cambian… ¿Con pociones?” Le dio unas cuantas vueltas más al asunto hasta que el conejo se acercó lo suficiente a ellas, se subió sobre las rodillas de Tami y comenzó rascarse la cara con las patitas. Lo cierto era que Wind no entendía por aquél el animal estaba haciendo aquello, pero tampoco iba a cuestionárselo pues la humana parecía hipnotizada con el animal, aunque comenzaba a revolverse de nuevo -Tami ¿No te parece adorable? - Le dio un pequeño empujón con el hombro y volvió a relajar la respiración al haberla sacado de su ensoñamiento. “Antes estaba histérica, luego asustada y después agresiva... Y ahora está atontada. Definitivamente eso es cosa de alguna poción” Pero por mucho que se esforzaba no terminaba de comprender que utilidad tenía para Rhea que aquellos pueblerinos estuvieran completamente locos. -Es bonito, pero… Es comida ¿Por qué lo tienes como si fuera una mascota? - Preguntó extrañada y la elfa se dio cuenta de que no tenía respuesta para aquello, así que sonrió algo avergonzada -Pues… quién sabe…- Definitivamente, no tenía una respuesta lógica a por qué no había convertido al conejo en estofado aún pero por el momento, ya la había salvado una vez al relajar a Tami.  

De repente, llegó la pregunta que Wind había temido tanto, la humana levantó la vista y miró a Wind con cierta desconfianza -Sheela ¿Tú estás bien? Por tu rostro... No deberías estarlo- Sonó entre triste e inquisitiva y la elfa no tenía demasiadas oportunidades de deshacerse de aquella pregunta así que suspiró, miró al cielo y decidió tirar por la única conclusión a la que había llegado -S-Si... Estoy bien fui a ver a Rhea... hace poco- Esperaba que aquella respuesta tan amplia dejara satisfecha a la humana y por suerte, pareció que así era -Debes haber ido mucho últimamente para tener ese rostro...- Contestó Tami ahora más lúcida -Sí, más de lo que me gustaría... Tengo que venir desde otro pueblo- Con esa explicación también quedaría aclarado por qué no la habían visto en el pueblo. Después de aquella corta conversación, la elfa se dio cuenta de que realmente, la culpa de todo aquello la tenía Rhea y definitivamente no pensaba abandonar a aquel pueblo.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Sigel Sáb Sep 03, 2016 7:32 pm

¿Tan lejos había llegado el control de la bruja que podía atraer gente de otros pueblos? Era una pregunta difícil. Tami no sabía que pensar. Veía a la Reina de Cos como la más imponente y más poderosa bruja que jamás existió en Aerandir. Los cuentos del Mago Marlín y del Caballero Arthur Eld que le contó su abuelo cuando era niña se quedaban cortas al lado de Rhea Cos. De haber, tanto el Mago Marlín como Arthur Eld hubieran caído en las frías garras de la Reina de Cos con la misma facilidad que la propia Tami cayó hacia unos pocos años. Aun así, aunque Rhea tuviera tanto poder, era arriesgado llamar la atención también en otros pueblos. Vulwulfar, la ciudad de los pescadores y los elfos, estaba muy cerca de Cos. Tami creía que si un elfo, esas personas tan pulcros y puros, se enterase de las malas artes de la bruja, ese elfo haría mandar a todo un regimiento de soldados con el único fin de acabar con la Reina de Cos.  Rhea podía ser muchas cosas pero no una estúpida que se jugase su trono.

Aunque… Si lo veía por otro lado… Si Rhea hiciese tal cosa… O si en otra villa… Y si… ¡Oh Dioses! Su cabeza parecía a ser un hervidero de sies. “Si es la única palabra que engloba todos los pensamientos”. Esa era una de las muchas frases que usaba Tamo para debatirla en las discursiones. Odiaba esa frase y no solo porque la dijera su hermano si no también porque no sabía qué venía a significar. Quisiera lo que quisiera decir, en ese mismo momento en que pensaba atónita mirando el conejo creía de verdad que su cabeza englobaba todos los pensamientos habidos y por haber. Estaba a punto de colapsar. Su jaqueca iba a peor.

-Supongo que sí- respondió con una voz agotada de tanto pensar- debe de gustarte mucho. ¿Tú que ves?- rápidamente, antes de que Sheela contestase, se adelantó a responder a la vez que movía la cabeza de lado a lado con un gesto de negación- ¡No, no, no! Lo siento, no quería preguntar… ya sabes-.

Hizo acopio de darse la vuelta y ver los ojos de la que era su “acompañante por la fuerza” (así fue como la llamaba para sí). Las cuerdas estaban más flojas que la vez que le ató Tamo, tenía mucha movilidad. Se sorprendía de todo cuanto podía moverse. No solo se pudo girar de espaldas para ver a Sheela sino que también podía mover las muñecas para buscar sus dedos y darles la mano. Era estúpido, pero saber que Sheela era víctima de la Reina Rhea y que a pesar de ello se quedó con ella le hacía sentir mejor.

Pero, el sentimiento de mejora no duró mucho tiempo. Un cuervo se puso en lo alto del poste en el que estaban atadas y emitió ese sonido tan horrible que hacían. “Graznido, se llama graznido”. Hubiera corregido Tamo.

Al primer graznido le siguió un segundo y a éste un tercero. Los tres fueron igual de horribles.  Tras esto, el cuervo dio tres picotazos al poste. La buena noticia es que había dejado de hacer el ruido infernal, la mala es que estaba poniendo nerviosa a Tami. ¿Por qué no se iba? ¿Qué es lo que quería? ¿Y si está esperando para comerle los ojos? Había cuervos que lo hacen. Si lo estaba haciendo no le extrañaría en absoluto. Pero, también podía ser otras cosas. Rhea tenía muchos animales en su cabaña. ¿Y si el cuervo pertenece a la Reina de Cos? O peor, ¿y si es Rhea disfrazada?

¡Otra vez los sies y otra vez la jaqueca! Era tan fuerte que el cuello de Tami no pudo resistir el peso de la cabeza y la chica cayó de cabeza contra el suelo. En ese mismo instante el cuervo volvió a graznar.

-¡Haz que calle!- Tami tenía las dos manos apoyadas en la cabeza, las palmas tapaban sus orejas y los dedos los tenía apretados en la cima de su largo cabello rojo.

El cuervo se marchó tan rápido como hubo venido pero Tami siguió en la misma posición. En su cabeza el cuervo seguía gritando de malas maneras. Lo mismo pasaba con los sies. Tanto uno como el otro le estaban friendo la cabeza. Si pudiera ir con Rhea ella le curaría. Ese “si” era el único de todos los sies que no le hacía daño:  Si fuera con Rhea dejaría de sufrir.


_____________________

Windorin Crownguard: Se acabó la charla, es hora de pasar a la acción. Aunque has conseguido que Tami no sospeche de ti y te vea como casi una amiga, ella cada vez está peor. Su jaqueca ha llegado demasiado lejos. En el próximo turno deberás cuidarla. Si te desatas, puedes hacer uso de todo cuanto hay en el hogar de Tamo y Tami; tienen todo lo que una pequeña familia de agricultores se puede permitir.  Personajes prohibidos en el siguiente turno: Rhea, Clauida, Tamo y el Bardo.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Sigel Jue Feb 02, 2017 4:48 pm

PAUSADO
Espero que regreses pronto. Mientras tanto, te estaremos esperando.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Dom Feb 05, 2017 1:33 am

Aquella pregunta llamó la atención de Wind “¿Lo que veo?” -No te preocupes, no es nada, pero como bien dices, es muy personal- ¿Qué se supone que veían? Aquella pregunta confirmó la sorpecha de la elfa sobre que lo que Rhea les daba, era algún tipo de poción, ahora solo le quedaba averiguar cuál y como combatir los efectos de la misma. Mientras cavilaba sobre aquello, apareció un cuervo que se posó en la parte más alta del poste y con un graznido, la sacó de sus ensoñaciones. Levantó la mirada para ver qué era lo que provocaba aquel sonido y después se resignó a cortar ahí sus deducciones por el momento.

Después del primer ruido, el cuervo graznó varias veces más, haciendo parecer aquel lugar, el sitio donde las jóvenes acabarían siendo comidas por los carroñeros. Mientras la elfa pensaba en lo tétrica que podría parecer la escena vista desde fuera, el ave comenzó a golpear la estaca de madera haciendo un sonido algo desagradable, pero aquello no duró demasiado, pero Tami comenzó a perder los nervios poco a poco hasta estallar en un grito haciendo que Wind la mirara completamente estupefacta - ¿Tami? ¿Estás bie...? - No llegó a terminar su pregunta cuando la humana se tiró al suelo sin previo aviso.

El pequeño conejo se alejó algunos centímetros asustado ante semejante reacción mientras Wind miraba a la humana completamente asombrada -Cielos…- Se desató rápidamente e intentó tranquilizarla una vez más.
Wind se colocó delante de la pelirroja, la levantó como pudo y mirándola a la cara intentó hablar con ella -No, no no. ¡Tami, tranquilízate! - Dijo la joven mientras aumentaba el tono de su voz según avanzaba en su frase -El cuervo ya ha parado, se ha ido ¿Ves? - Intentó moverla lo suficiente como para que viera que, efectivamente, el cuervo había salido volando hacía unos pocos segundos. A pesar de sus intentos, aquello resultó algo imposible, la pequeña elfa no podía mover a alguien con aquella convicción tan férrea sobre estar tirada en el suelo.
Después de intentar moverla unas cuantas veces sin demasiado éxito, la elfa resopló sonoramente y miró a su alrededor “Al menos no hay nadie...” Volvió a mirar a la joven, la cual había comenzado a llorar y rápidamente invocó al golem con algo de esfuerzo adicional pues intentó hacerlo más grande pero no obtuvo los resultados esperados por lo que, al darse cuenta de que no era capaz, se dio por vencida y con la mole a su tamaño habitual hizo que cogiera a la humana como si de un saco de patatas se tratara.
Cuando la mole de arcilla la levantó del suelo, ésta pareció reaccionar al fin, con un sonoro grito que dejó patente la sorpresa de ver como el suelo le alejaba de su rostro. Se revolvió como pudo en los brazos del golem y miró completamente pasmada a la elfa, la cual se había colocado detrás de éste, de cuclillas y le estaba devolviendo la mirada a la humana, como si intentara averiguar que le estaba pasando por la cabeza -Parece que al menos ya no gritas…- La peliazul se incorporó sacudiéndose el polvo de las ropas y se estiró mientras pensaba que hacer a continuación.

Apenas unos instantes después de que Wind se incorporara, la expresión de la pelirroja cambió, ahora estaba pálida y con una expresión de absoluto terror - ¿Qué es esto Sheela? ¿Qué quieres de mí? ¿Me quieres hacer daño? ¡Por favor haz que me deje en el suelo! ¡Suéltame! - Aquellas palabras salieron de su boca sin apenas espacio para respirar entre ellas y mientras gritaba, no paraba de retorcerse y golpear la espalda del golem. Wind retrocedió un par de centímetros ante semejante ataque de furia y suspiró de nuevo -Tami relájate, no te voy a hacer daño y mi amigo apenas mide un metro veinte, tranquilízate- El nuevo intento de la elfa por calmar a Tami no tuvo demasiado éxito - ¡Me da miedo! ¡Bájame! ¡Estás loca! - Tami continuó gritando, golpeando y sollozando hasta que comenzaron a sangrarle los nudillos de tanto golpear la arcilla.
Mientras la joven pataleaba, Wind mandó al golem hacia la casa con la intención de que allí dentro fuera más fácil tranquilizar a la humana, o al menos, encontrar un buen lugar donde dejarla descansando. Antes de entrar, la elfa localizó al conejo con la mirada y de una pequeña carrera fue a recogerlo para que entrara en la casa con ellas -Vamos para dentro pequeñín- Sonrió triunfal al cazarle al primer intento y siguieron al golem y a Tami hasta el interior de la vivienda.

La casa era bastante básica por dentro, se podría describir con una casa rústica habitual. Sólo tenía una planta, no demasiado amplia en la que se veía, nada más entrar una cocina a la izquierda con una mesa justo en frente rodeada de cuatro sillas, al fondo se veían dos camas no demasiado grandes con un armario a la derecha de ambas y por último un pequeño sofá en frente de una chimenea apagada. Todo estaba además decorado con objetos sin demasiado valor monetario, pero si con valor sentimental, algún retrato o pequeños adornos encima de la chimenea o incluso las herramientas de trabajo como una hoz.

Wind apenas pudo echarle un vistazo rápido a la vivienda pues, en cuando vio las camas al fondo de la estancia mandó al golem con la humana hasta la cama de la derecha. Dejó al conejo en el suelo y cerró la puerta “Y ahora... ¿Qué?” Wind se había quedado sin plan y en cuanto la mole soltada a Tami, estaría en la misma situación que antes o en una incluso peor, ya que ahora no tenía ataduras. -Al menos ha dejado de gritar…- Susurró la elfa al ver a la humana como un trapo viejo, llorando sobre el golem. En apenas unos segundos examinó el resto de la estancia en busca de algo que pudiera servirle y, como no, sólo encontró algunas cuerdas al lado de la puerta. Al verlas la elfa suspiró y las cogió “A este paso me haré una experta en nudos” Sonrió para si ante aquel tonto pensamiento y se acercó de nuevo a la joven. Hizo que el golem la depositara en la cama con cuidado para no dañarla más de lo que ya estaba y, en cuanto la mole la soltó, se lanzó directamente contra al elfa, tirándola y quedándose a horcajadas sentada encima de ella - ¡El cuervo sigue sonando! ¡¿Por qué no lo has hecho callar?!- Exclamó la humana con lágrimas en los ojos - ¡T-Tam...! - No terminó de exclamar el nombre de la humana cuando un puñetazo le golpeó en la cara. Wind notó el sabor de la sangre en su boca y el dolor en su mejilla, y aunque lo cierto era que le habría encantado devolverle el golpe, no era el momento, así que antes de perder los nervios, ordenó al golem que la volviera a coger antes de que el segundo puñetazo le alcanzara el otro lado del rostro.
- ¡Suéltame!¡Haz callar al cuervo! Por favor…- Dijo Tami entre lágrimas justo antes de desmayarse sobre el hombro del golem. Wind se quedó allí quieta unos segundos, tirada en el suelo, notando como la mejilla se le inflamaba y la sangre se acumulaba en su boca “En menudo lío me he metido por querer ayudarla” Pensó mientras se resignaba a tener que cuidar de Tami un rato más. Al final, acabó por levantarse, escupió la sangre y se limpió con un pequeño trapo blanco que llevaba en su bolsa -Menudo golpe me ha dado- Frunció el ceño mirando la humana aún inconsciente sobre la mole y decidió que este era el mejor momento para atarla de nuevo.

Con ese pensamiento en la cabeza, comenzó a ello, ató las dos manos de la joven por encima de su cabeza sujetando la cuerda en el cabecero, con un nudo no demasiado firme pero que podría resistir unos cuantos intentos de soltarse, después, mientras comenzaba a atarle los pies a cada extremo de la cama, Tami se despertó -¿Qué estás haciendo?- Preguntó aún algo atontada -Atarte antes de que me des otro derechazo- Contestó la elfa mientras se señalaba el moflete, cada vez más inflamado -¡Su-Suéltame!- Exigió la joven mientras comenzaba a revolverse en la cama -No no, ni hablar, no te voy a soltar hasta que te tranquilices- Comentó la joven mientras terminaba de anudar el pie izquierdo de Tami -¿Q-quien te crees que eres para atarme así? ¡No soy un animal! ¡En cualquier momento te arrepentirás de esto! - Wind resopló ante las advertencias de la humana, se sentó al lado de la cama y examinó rápidamente sus brazos, manos y rostro, encontrando, de esta manera, varias heridas hechas por las cuerdas o los golpes -Tami, tranquila, que no te voy a hacer nada, te lo prometo. Pero no quiero que me dejes el otro lado de la cara igual que este- Explicó Wind tranquilamente mientras se señalaba de nuevo la mejilla inflamada. -¿Yo te he hecho eso?- Preguntó algo acongojada la pelirroja y la elfa asintió con una pequeña sonrisa -Eres más fuerte de lo que creía, te prometo que después de un rato te soltaré- Después de aquello, Tami parecía ligeramente más tranquila, pero aun así, no parecía muy convencida de aquella situación “Supongo que estar atadas juntas la hacía sentir menos sola” -Aun así no me voy a mover de aquí hasta que te encuentres bien ¿Vale?- Wind intentó mostrar su sonrisa más amable y la humana asintió ligeramente.

Pero aquella paz apenas duró unos minutos, Tami comenzó a revolverse de nuevo y a hiperventilar sonoramente mientras tiraba de las cuerdas que la sujetaban a la cama -Sheela, ayúdame, por favor…Me duele…- Suplicó la humana mientras sus ojos volvían a humedecerse. -Te prometo que te ayudaré, dame unos minutos- Ante semejante súplica, Wind se levantó de la cama y se dirigió a la cocina con la esperanza de poder hacer algo que calmara los nervios de Tami.

Wind no sabía exactamente que le dolía a la humana así que comenzó a rebuscar entre los especieros y tarros que había por la cocina en busca de algo que pudiera servir como relajante. Después de unos minutos, encontró algunas cosas que, tal vez podrían funcionar: con un poco del líquido de Väruk rojo (Dolor de cabeza) junto con un vaso de leche (Propiedades relajantes), podía hacer la base para su infusión. Puso ambos ingredientes en una pequeña cazuela y comenzó a añadir el resto de cosas que había encontrado: Una cucharada de valeriana y algo de barrimorth que encontró en un tarro apartado de los demás, probablemente porque haría las veces de botiquín y por último añadió algo de miel para endulzar aquella infusión. Ahora sólo tenía que ponerla a hervir unos minutos y ya estaría lista.
Mientras la infusión se hacía, Wind volvió a la cama junto con su compañera que cada vez estaba más nerviosa -Desátame por favor Sheela, te prometo que no haré nada malo- Las palabras que salían de la boca de la joven, cada vez parecían más desesperadas, pero, a pesar de las ganas que tenía de soltar a Tami, sabía que no debía hacerlo. Así que se quedó sentada a su lado, en silencio, acariciándole la cabeza hasta que escuchó como la leche comenzaba a hervir. En ese momento y casi al mismo tiempo, Tami comenzó a gritar de nuevo - ¡El ruido! ¡Haz que pare! ¡¿Por qué hay tanto ruido?!- Wind miró a la joven y se levantó rápidamente -Esta bien Tami, ahora se acaba el ruido, te lo prometo- Corrió hasta la cazuela y comenzó a poner aquella bebida en un vaso intentando que las ramitas no cayeran en él. Después de aquello volvió a sentarse en la cama e intentó razonar con la humana -Tami, tomate esto, te sentará bien- Hablaba a la pelirroja de la manera más suave de la que era capaz, como si un sonido fuera de tono pudiera acabar con todo lo el esfuerzo que habían conseguido hasta el momento. - ¡No quiero nada! ¡Quiero que el ruido se acabe! - Parecía que Tami había vuelto al estado de ansiedad anterior y no era capaz de razonar así que la elfa intentó darle la bebida incorporándole la cabeza ligeramente, pero la infusión acabó por todas partes menos dentro de la boca de la humana. Casi había tirado un cuarto del vaso con tantos movimientos y Wind estaba comenzando a perder los nervios -Tami, tómatelo y se acabará el ruido- Pero pareció que aquellas palabras no surgieron ningún efecto, así que Wind recurrió a la única idea que le quedaba. La elfa se levantó de la cama, le dio un largo trago a la infusión, hasta terminar el vaso, sin llegar a tragársela y con un movimiento brusco, movió la cara de Tami para que quedara recta, aprovechando lo sorprendida que estaba la humana, Wind soltó un lado de su rostro y con la mano le tapó la nariz para que abriera la boca mientras con la otra le sujetaba la barbilla con cuidado y en apenas unos instantes, la elfa posó su boca sobre la de la pelirroja. Se quedaron así unos segundos, hasta que Wind se había asegurado que la joven se lo había tragado todo. La elfa se separó despacio y observó a la humana unos segundos. Entre lo sorprendente de la situación y lo relajante de la bebida, Tami se quedó completamente quieta, mirando a Wind ojiplática, como si no se creyera lo que acababa de pasar - ¿Ves? ¿A que no estaba tan mala? Hasta le puse miel- Comentó Wind con una sonrisa mientras veía como los músculos de Tami parecían relajarse al fin.

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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Sigel Vie Feb 10, 2017 1:46 pm

Su respiración salía entrecortada. Tenía que hacer una fuerza sobrehumana para poder expulsar el aire. Inspirarlo no era menos doloroso, cada vez que lo hacía sentía una punzada en sus pechos. “Lo que te duele son los pulmones, tonta”. Hubiera dicho su hermano con un fuerte tono de burla. Tal vez incluso le hubiera sacado la lengua después de corregirle. Tami quiso sonreír mirando hacia el suelo de la habitación mientras se imaginaba a su hermano riéndose de ella. No pudo hacerlo; no tenía fuerzas para ello.

Irónico: no tiene fuerzas para sonreír, pero sí para golpear a Sheela con tanta fuerza que le hizo sangre. Tami se sentía avergonzada y asqueada de ella misma al recordar que había pegada a la única chica que quiso hacerle compañía mientras el dolor de pasar mucho tiempo sin ir a la cabaña de Rhea volvía cada vez más fuerte. Parecía que había pasado tanto tiempo desde aquella escena… Era como si no fuera ella, como si no estuviera consciente de lo que hacía. “No pongas excusas, hermanita”. ¡No las estaba poniendo! Tamo no tenía ni idea. Él no había dejado de ir a visitar a Rhea. No podía saber lo difícil que era sentir cómo el cuerpo se consume a una velocidad abrumadora sin que pudiera hacer nada por evitarlo. ¡Él no sabía qué era el dolor de verdad!

Y la fuerza desmesurada junto con la inconsciencia volvieron a aparecer. La chica estaba sentada en la cama, con los puños cerrados tan fuertemente que se estaba haciendo sangre en la palma de las manos. Más sangre de la que ya tenía de por sí en las muñecas al hacer fuerza para desatarse.

-No tendrías que ver esto, nadie tendría que hacerlo. Doy asco, - tanto que ella misma se hubiera escupido en la cara de estar en el lugar de Sheela, pero eso no lo dijo- toda Cos da asco-.

Poco a poco, fue levantando la cabeza hacia la chica que le había salvado de ella misma. La miró de frente, directamente a los ojos, y se quedó sin palabras. Tami si fuera una idiota; tal vez lo era. Había tantas cosas que decir… tantas y tantas formas para darles las gracias…. Y aun así, nada salía de su boca. ¿Por vergüenza, por qué estaba por fin tranquila y la jaqueca había desaparecido o por qué era una idiota? Tamo hubiera bromeado con el último porqué. Tami, a diferencia de su hermano, se lo repetía mentalmente. La única razón de que no pudiera hablar era porque ella era una idiota.

Lo intentó. Puso su todo su empeño para conseguir hablar, pero lo máximo que pudo lograr fue mostrar una mueca que era mezcla de una sonrisa de gratitud, arrepentimiento y asco hacia sí misma. El llanto vino justo después. Inmediatamente, se tapó los ojos con las palmas de las manos. Se estaba manchado la cara de sangre y las lágrimas salidas hacían que le escocieran las heridas; ¿y qué más daba? Se lo tenía merecido. Había sido una locura haber estado tanto tiempo sin visitar a Rhea. ¡Se había atrevido a desafiar a la Reina de Cos! Aquello era un delito y tenía que pagar por ello.


-Vete- dijo finalmente- no quiero verte- su voz sonaba como un susurro que poco a poco fue creciendo- ¿No me has oído?- y creciendo- ¡He dicho que te vayas!- y creciendo- ¡VETE!- hasta convertirse en un grito de desespero- ¡YA HAS HECHO BASTANTE, LARGO DE AQUÍ!-

_____________________

Todo el tiempo que estuvo patrullando las calles de Cos lo pasó pensando en su hermana. No era la primera que cometía la insensatez de pasar días sin ir a visitar a Rhea. El precio que la bruja pagaba por ir a verla era cada vez mayor. Tamo conocía historias de personas que habían pagado con sus dientes o con alguno de sus dos ojos por tal de pagar a la Rhea. Por fortuna para Tami, y también para él, tenían aeros suficientes para afrontar los precios de la bruja. Solo tenían que cumplir las reglas y nada malo les pasaría. Nada malo le pasaría a Cos si todos cumplían las reglas. ¿Tan difícil era de comprenderlo? Tami sabía leer y escribir. No era una cateta como los más ancianos de Cos. Entendía las reglas a la perfección. ¿¡Por qué no las seguía!? Dio una patada a una lata de metal del camino para liberar toda la tensión que su hermana le producía. Luego, la recogió y la lanzó lejos. Si lanzar los problemas de Tami fuera tan fácil como lanzar una lata, lo habría hecho desde hacía meses. Haría lo que fuera por su hermana idiota. Lo que fuera. Incluso visitar a Rhea de Cos por ella.

En el bolsillo derecho de su chaleco de cuero tenía una poción que la propia bruja hizo especialmente para su hermana. Según le dijo, con solo un sorbo, Tami estaría dejaría de comportarse como una idiota y volvería a ser la chica risueña que fue una vez. El resto del brebaje podía quedárselo Tamo para ayudar a sus otros muchos vecinos que desobedecían las reglas de la bruja. Era una poción muy poderosa, como también lo fue cara. Tamo ofreció tres de sus propios dedos de la mano izquierda, que él mismo se cortó, con tal de pagar a la Reina de Cos. Si con eso Tami no apreciaba el favor que estaba haciendo, ya no sabía que más hacer por su hermana idiota.

Al cabo de dos minutos más de camino, llegó a su casa. Tami no estaba atada en el poste y las puertas de la casa estaban abiertas. El peor pensamiento fue directo a la mente de Tamo. Se imaginó que los Hombres Grandes, la guardia de la Reina de Cos, habían llegado a su casa y habían cogido a su hermana antes de que él la pudiera salvar. Los gritos que se escuchaban desde el interior no hicieron más que alimentar esa imagen.

Tan rápido como pudo, desenvainó su espada con su mano derecha, la que todavía la tenía entera, y entró en la casa.


-¡No te preocupes Tami, nadie te hará daño!-

¡VETE, YA HAS HECHO BASTANTE, LARGO DE AQUÍ!- sonó desde el interior de la habitación de Tami

-¡ESTOY LLEGANDO!- Tamo corrió hacia la habitación

Haría cualquier cosa por su hermana. Ya fuera visitar a Rhea de Cos o matar a los que hicieran gritar a Tami. Cualquier cosa.
_____________________


Windorin Crownguard: Después de leer tu post anterior me siento obligada a felicitarte por ello, ha sido muy bueno. Me sorprende que hayas plasmado tan bien la idea que tenía acerca de Tami. Tu regreso al foro no podría haber sido más triunfal que por ese post. Me alegro de verte de vuelta.
Una vez terminados todos los halagos, pasemos a lo divertido. Tami está mucho mejor gracias a ti, le has conseguido salvar de ella misma y no siente ese descontrol que sentía antes. Has hecho una labor impresionante con ella, aunque, por culpa del trauma que sufre, todavía no pueda llegar a decírtelo. Y dudo que lo pueda hacer, al menos, no en este momento. Tamo llega a la casa, está armado y es peligroso. No dudará en matar si con eso cree estar ayudando a su hermana. (Son parte de las reglas de la Reina de Cos). En el siguiente turno deberás hacer lo posible para salir con vida de allí. Prueba con escapar del edificio sin que Tamo te alcance (la ventana de la habitación está abierta, podría ser una buena salida) o tal vez si le explicas todo, ¿y si te cuelas en otra casa para esconderte y Tamo no te vea? Tienes mil posibilidades para escapar y seguro que a ti se te ocurren muchas mejores que a mí.
Debo confesar que este turno te lo he puesto especialmente complicado porque sé que son con estos en los que haces tus mejores posts.
Personajes prohibidos en el siguiente turno: Rhea, Clauida y el Bardo.


Última edición por Sigel el Dom Feb 19, 2017 1:26 pm, editado 1 vez
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Lun Feb 13, 2017 6:08 pm

Mientras Tami parecía relajarse poco a poco, Wind respiró por fin tranquila. Ya estaba todo calmado, todo parecía que iba a solucionarse pronto, la humana recuperaría la cordura en cuestión de horas y la elfa podría por fin seguir investigando lo que ocurría en Cos y cómo acabar con los problemas que allí sucedían.  Desde luego, todo parecía que estaba por fin tomando un rumbo claro... ¿No?

Mientras la pelirroja parecía estar cavilando algo, Wind se percató de que no podía dejar a aquella joven con semejantes heridas por todas partes. Las manos de la muchacha estaban ensangrentadas, el rostro también tenía una herida no demasiado preocupante, pero sí muy aparatosa en la frente y debido a las ataduras, sus muñecas no tenían un mejor aspecto que las partes anteriormente mentadas. La elfa frunció el ceño exageradamente y refunfuñó por lo bajo al pensar que tenía que curar a la humana y no tenía los ingredientes necesarios para hacer algún ungüento realmente eficaz.
Tras pensarlo unos instantes rebuscó por la cocina, entre los tarros que ya había visto antes, con la esperanza de encontrar alguna hierba que pudiera serle de utilidad. Movió todos los tarros y los miró unas cuantas veces, pero lo único de utilidad que encontró, era el tarro ya vacío de barrimorth, así que acabó por exhalar una enorme cantidad de aire y cogió lo único realmente practico que había encontrado, unas vendas y una pequeña botella de alcohol desinfectante. Se acercó de nuevo a la cama y se encontró a la humana llorando desconsoladamente.

Wind no tenía muy claro a que venía semejante llanto, pero pensó que tal vez eran las cuerdas lo que le hacían daño, así que se acercó deprisa, dejó su improvisado botiquín en la mesita que había al lado de la cama y revisó que no estuvieran demasiado apretadas -Tami… ¿Estas bien?- Preguntó la joven completamente descolocada, sin saber qué hacer para calmar las lágrimas de la humana. La única respuesta que obtuvo fue el llanto ligero e ininterrumpido de la pelirroja. Después de pensar unos segundos en como calmarla, decidió que tal vez lo mejor sería soltarla, al fin y al cabo, ya no parecía ser agresiva… ¿Verdad? “La última vez que la dejé sin ataduras me dio un buen golpe…” Pensó la elfa algo preocupada, pues el golem había desaparecido hacía un buen rato y si la humana volvía a intentar agredirla, no estaba convencida de poder defenderse. Supiró y miró a Tami, que parecía completamente desolada -Tami, te voy a desatar, pero…por favor, no me pegues- Esbozó una mueca entre sonrisa y preocupación y comenzó a desatarla poco a poco, primero los pies y después las manos ante la mirada perdida de la humana, que ya no lloraba.

Mientras la elfa deshacía el nudo de las muñecas se percató de que en las palmas de las manos de la humana también tenía heridas, probablemente de sus propias uñas. Refunfuñó por lo bajo al verlas, cogió las vendas y la botella de alcohol y se dispuso a sanarla -Ahora necesito que te estés quieta, puede que te duela un poco…Te pido perdón antes de empezar- Esbozó una pequeña sonrisa tranquilizadora y comenzó. Estando aun de pie, se inclinó sobre la muchacha que ahora se encontraba sentada y comenzó a curarle la herida de la cabeza pues era, como poco llamativa. La humana soltó unos pocos quejidos mientras parecía ausente, pero no dijo ni una sola palabra, así que la elfa terminó de vendarle la cabeza y pasó con las manos. Su método era más bien rudimentario, no sabía muy bien si aquello sería suficiente o si estaba poniendo las vendas demasiado apretadas, pero era lo mejor que podía hacer. Por último y con un susurro imploró la ayuda a los cielos para que aquella herida sanara rápido.

Cuando Wind le cogió la mano derecha a Tami para comenzar a curar todo aquel lio de heridas y sangre que tenía, ésta por fin habló, sin dedicarle aun una mirada, pero al menos salió voz de sus labios, pero las palabras que salieron de ella, no eran las que habría esperado la peliazul, que la miró sorprendida, con una mueca de desaprobación en el rostro -Tú no das asco- Reprendió algo enojada la elfa -Y no te permito que digas eso delante de mí nunca más-Sentenció con ira contenida “La única que da asco es Rhea” Pensó, mientras notaba como aumentaba su ira. Cuando volvió a hacer amago de continuar con la cura, Tami levantó la cabeza y miró a la elfa directamente a los ojos, mientras ésta le devolvía la mirada algo sorprendida y ligeramente sonrojada… por el enfado… ¿Verdad?
En apenas unos instantes la humana apartó la mano, se tapó la cara y comenzó a llorar con fuerza. La peliazul se quedó estupefacta - ¿Tami? ¿te duele la frente? ¿Te duele alguna otra cosa? ¿Quieres agua? - La elfa comenzó a tartamudear mientras no paraba de hacer preguntas que, estaba casi segura, no iban a obtener respuesta. Apenas había comenzado a llorar cuando comenzó a susurrar algo que la elfa no comprendía, así que se quedó callada, mirando a Tami, como si de aquella manera pudiera averiguar que decían sus labios, pero hasta que no comenzó a gritar Wind no se percató de lo que le estaba pidiendo. - ¿Qué me vaya? - Repitió la elfa algo aturdida, no estaba segura de si aquella exigencia iba en serio o no, pero había algo distinto esa vez a las anteriores, parecía realmente convencida, como si la humana realmente quisiera perder a Wind de vista lo antes posible. Aquello le hizo más daño que el puñetazo de antes, le había cogido cariño a la humana.

Wind se quedó inmóvil, sin saber muy bien que hacer, ¿Se iba dejando allí a Tami sola o se quedaba y no hacía caso a la joven? Aquella situación comenzaba a causarle una dolorosa jaqueca a la elfa. Cuando abrió la boca para contestar a sus gritos otra voz hizo que saltaran todas sus alarmas “¿Quién…?” Wind no tuvo demasiado tiempo para pensar en quién era la persona que acababa de entrar en la casa pues, pronto apareció un muchacho pelirrojo de una edad no muy distinta a la suya, bastante más alto que ella y con una espada en la mano - ¡Dioses! - Tartamudeó la elfa justo antes de que el muchacho entrara en la habitación.
Tamo no dudó en lanzarse hacia la fea elfa con unas intenciones no demasiado buenas, Wind soltó un agudo grito y se cayó de culo en la cama que no estaba ocupada, rodó con cierta agilidad y se quedó en una esquina de la habitación, al lado de una ventana abierta por la que fácilmente podría escapar y con la cama haciendo de barrera entre ella y el humano, que se había quedado al lado de su hermana. Mientras sucedía aquella escena, Tami los miró sin pestañear, como si no comprendiera lo que acababa de pasar - ¡TAMO! - Gritó la humana con la misma intensidad que antes había echado de casa a la elfa y en ese mismo momento Wind entendió que eran hermanos. ¿Acaso era él el que había atado a Tami al poste? Aquella idea no le gustó lo más mínimo - ¿Tú has atado a Tami en un poste en mitad de un huerto? - Preguntó la elfa con muy mal humor -Hubiera sido mucho más lógico hacerlo aq…- Siguió diciendo la elfa justo antes de que el pelirrojo la interrumpiera - ¿Y tú quién eres? ¿Qué haces en nuestra casa? - Desvió la mirada y vio las heridas de su hermana - ¡¿LE HAS HECHO DAÑO A TAMI?!- Exclamó fuera de si el humano, a Wind no le dio tiempo a responder, pues antes de hacerlo, el muchacho ya se había vuelto a lanzar contra ella.

Lo siguiente ocurrió muy deprisa, si Tami hubiera parpadeado se lo hubiera perdido. Tami se lanzó contra Wind saltando encima de la cama sin demasiado esfuerzo, con la espada por delante, a la altura del estómago de la elfa, mientras ésta invocaba al golem, el cual apareció delante de ella parando la espada del humano, que, a pesar de que había atravesado parte de la mole, no había llegado a rozarla. Después de aquello, la elfa cogió una flecha de su carcaj, paso al lado del golem y dejó la punta de la flecha en el costado del humano, apoyada, a modo de advertencia. Después de aquello, Tamo se quedó desarmado y Tami estupefacta, Wind permaneció así apenas un instante y con una voz suave, más que de costumbre y una pequeña sonrisa dijo -No voy a hacerte daño y a Tami tampoco se lo he hecho, pero ahora voy a coger a mi pequeño compañero y nos iremos- Ensanchó ligeramente su sonrisa y chistó un par de veces hasta que el conejo apareció saltando sin demasiada prisa, Wind lo recogió cuando estaba lo suficientemente cerca y lo metió en su bolsa. Tamo estaba en silencio, mirando duramente a la elfa, con los labios apretados y Tami estaba mirando a Wind con cierto horror.

A pesar de lo que podía parecer, Wind estaba cansada, más de lo que debería así que decidió que lo mejor sería irse rápido -Tami, espero que termines de recuperarte, lamento no haber podido curar todas tus heridas, haz que, al menos las físicas, las cure tu hermano- Comentó la elfa en voz baja, con pesar en cada silaba que pronunciaba -Sheela…- Susurró la humana -Deja a mi hermano… por favor- Terminó de decir con el mismo tono de voz -Dame un momento y me iré, no te preocupes- Wind había visto algo que no le gustaba nada ¿Por qué Tamo no la había atacado con su otra mano? Simple, no podía. Wind cogió la mano del muchacho con la única mano que tenía libre y rezó a los cielos para que aquello sanara rápido. No sabía si el joven había notado algo o no, pero en cuanto terminó, la soltó y dio un par de pasos de espalda, saltó por la ventana y deshizo al golem.

Wind no supo que habría ocurrido en aquella casa después de irse ella ¿Otra vez iba a ser la mala? ¿Otra vez iban a crucificarla por algo que no tenía sentido? ¿Otra vez iba a tener que cambiar de identidad? ¿Para qué? ¿Para ayudar a un pueblo que no quería ser ayudado? Aquellas preguntas en su cabeza no la dejaban pensar en nada más, no podía pensar con claridad, sólo podía continuar corriendo, por si el muchacho intentaba seguirla.
Tras un par de minutos corriendo por las afueras del pueblo, se dio cuenta de que, efectivamente, el humano la estaba siguiendo, no había conseguido disuadirlo y Tami no le había dicho que ella no era la mala, o tal vez le había dicho que sí lo era, quién sabía, pero ahora tenía que despistarlo. “No puedo despistar a alguien en su propio pueblo” Eso lo sabía, Tamo sabría los lugares donde alguien podría esconderse y, además, Wind notaba como su velocidad estaba disminuyendo, Tamo la estaba alcanzando fácilmente y ella estaba cada vez más cansada, tanto así, que el humano embistió a la joven por detrás, derribándola en el suelo y dejándola inmovilizada. Dolía, dolía mucho ¿Le había roto algo? Era bastante probable - ¡TÚ! ¿QUÉ HAS HECHO? - Exclamó el chico, mientras sujetaba a la elfa contra el suelo -Y-Yo no…- Tartamudeó Wind mientras intentaba zafarse del agarre. Al final, sabía lo que debía hacer, un buen golpe con su golem podría acabar con sus problemas durante un buen rato, pero no podía ver la humano y no podía tener demasiada precisión. Aun así, lo invocó y rezó para que éste acertara el golpe, y así lo hizo, dio un golpe y notó como el humano se desplomaba encima de ella.

Wind salió de allí debajo como pudo, colocó al humano boca arriba y se aseguró de que no tenía ninguna otra herida a parte de la de la mano. Después lo arrastró con lo que le quedaba de fuerza hasta el tronco de un árbol y lo dejó allí sentado, tras aquello se metió en unas caballerizas que había en frente y se quedó allí sentada, hecha un ovillo entre la paja y los caballos, con la esperanza de poder recuperar fuerzas y, ya de paso, controlar cuando Tamo se despertara y que estuviera bien.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Sigel Dom Feb 19, 2017 1:41 pm

Un hombre grande y obeso estaba en los aposentos de la Reina del Bosque con su, autoproclamaba, majestad. Ella había servido, en unas tacitas imaginarias, un té imaginario. El hombre obeso, con una sonrisa, cogió con dos dedos la tacita que no existía y sorbió sonoramente.

-Las leyendas nunca mienten: Los auténticos reyes del bosque hacen las infusiones más deliciosas. - el acompañó sus palabras con una sonora risotada a la vez que se golpeaba su panza con la mano que no tenía ocupada cogiendo la tacita- No había probado un té tan bueno en mucho tiempo. Debe saber que he viajado por toda Aerandir y les he pedido a todos los Reyes que he conocido que me preparen su mejor té. ¡Ninguno fue tan delicioso como éste!-

Claudia sonrió con timidez. Sabía que el hombre estaba participando en el juego que ella solía jugar para huir de la Reina de Cos. Era un gesto de amabilidad, uno tan bonito y puro que, si cerraba los ojos, podía jurar que sentía el olor de la infusión recién hecha, el sabor amargo que el té siempre le dejaba en la lengua e, incluso, el calor del líquido al coger la tacita de cerámica que no existía.

-Me alegro que te guste-.

-Mi majestad, permítame decirle que su té no me gusta: me encanta. –volvió aplaudir dando golpes a su panza- Mi querida Reina de Bosque, perdone mi insolencia pero no he venido a parlar con usted sobre las delicias de vuestro té sino de…-

-¡Sheela!- Claudia no le dejo acabar la frase, había pensado en esa chica desde que bajó de la cabaña de madera que hacía las funciones de palacio real. - ¿Sabes algo de ella? Por favor, dímelo: ¿Le ha pasado algo?- junto las palmas de sus manos en un gesto de súplica.

-No se preocupé mi majestad, su la señorita Regan está bien. Pero va a necesitar de su ayuda. Igual que todo gran héroe necesita de un escudero; la salvadora de Cos necesitará que la ayudes- hubo un silencio muy corto y muy serio que asustó a Claudia- ¿La ayudarás por mí?-

_____________________

Con Tamo inconsciente, Tami no tenía casi nada que temer. Su hermano estaba bien, dormido pero bien, y Sheela, aunque gravemente herida, había conseguido zafarse de su hermano. Tami se asomó por la ventana para verla. La escena que veía era lamentable. Todo era por su culpa daba asco. ¿Cómo podría haber pensado que atarse en el tronco de un árbol era buena idea? Había sido una consciente. Había desafiado a la Reina de Cos y ella se vengó primero haciendo que un cuervo hiciera ruido para que perdiera el control y luego haciendo que su hermano pegase a la única persona en toda la aldea que le intentó salvar.

Rhea daba asco. Incluso más asco de lo que la propia se daba así misma.

De debajo de la cama sacó una caja alargada de madera. La abrió. Allí estaba la espada que perteneció a su difunto padre. Los hermanos la habían conservado intacta durante tantos años después de la muerte de papá. Tami pasó la mano por encima del filo y susurró con media voz:

-Nadie más volverá a dar asco en esta aldea-.

_____________________

Era una niña extraña, y no solo porque viese en una aldea como Cos en la que todos sus habitantes servían las órdenes de una malvada bruja que les tenía esclavizados con pociones, hechizos y brujería. La niña era extraña por el simple hecho de que era extraña. Cuando nació, su papá pensó que mamá le había engañado con un elfo y era verdad. La niña, apenas con unos minutos de vida, ya entendía que las personas, a veces, hacían COSAS MALAS. Mamá hizo una COSA MALA y papá se enfadó por su culpa. Luego, papá hizo otra COSA MALA y volvió a casa con una sonrisa que solo la niña supo que escondía. Después de eso, no tuvo papá ni mamá. Fue Tita Gardis quién cuidó de la niña extraña. Pero Tita Gardis no era mamá y la niña extraña, solo tenía unos días de vida, lloraba porque jamás volvería a ver su mamá.

Aunque Tita Gardis le cuidó bien y fue muy buena (solo hacía una COSA MALA), la niña extraña se apartaba de las personas.  Todos en Cos hacían la misma COSA MALA y la niña extraña tenía miedo de esa cosa. Le daba mucho miedo. Quién la hacía no volvía igual cómo antes. Estaban feos, por dentro y por feos. Horribles. La niña extraña tenía miedo de la gente fea. Tanto que no habló a nadie y, hasta que las COSAS MALAS desaparecieran de Cos no volvería a hablar con nadie.

Contra más lejos estuviera de los feos mejor. En ocasiones, cuando Tita Gradis le iba a abrazar, ella se ponía a llorar. No quería que la tocase. Nadie podía tocarla. Ella se podía vestir y peinar solita. No necesitaba a Tita Gradis para ello. Y, cuando se hizo más grande, la niña extraña tampoco necesitó vestirse con la ropa que hacía la gente fea de Cos. Ella misma se hizo sus propios vestidos con las telas que Tita Gradis le compraba en otras ciudades. Las telas de las personas de Cos eran igual de feas.

Pasaron los días malos en la aldea mala sin poder salir de allí. Era demasiado pequeña para viajar sola a otras aldeas donde la gente no hiciera COSAS MALAS. Se sentaba en una roca y veía el cielo. En el cielo no había COSAS MALAS. Los pájaros traían canciones de otras ciudades donde la gente hacía COSAS BUENAS. Las canciones eran bonitas. Era lo único bonito de Cos.

Lo único bonito hasta que vino ella.

La niña extraña la vigiló desde el primer día que la vio. Esa chica hacía COSAS MUY BUENAS. Era la única en todo Cos que no hacía COSAS MALAS. El primer día que la vio era guapa por dentro y guapa por fuera. Hoy, seguía siendo guapa por dentro, pero por fuera se había disfrazado de fea. A la niña extraña no podía engañarla. Ella era muy lista para ser engañada.

Se acercó a la chica que hacía COSAS MUY BUENAS y le ofreció leche de un cuenco de barro que la misma niña extraña hizo con sus manitas. Era un buen cuenco.

Con un gesto afirmativo con la cabeza le dijo que bebiera. La chica que hacía COSAS MUY BUENAS comprendería que tenía que beber. Ella era muy lista, entendería que la niña extrañaría no hablaría hasta que Cos dejase de dar miedo.

Niña extraña:
_____________________

Windorin Crownguard: Éste va a ser un hilo más tranquilo. Una niña te ofrece de un cuenco para que bebas. La leche fresca y la magia de la medio elfa te sanaran las heridas del combate. En este turno, tu objetivo es simplemente interactuar con la niña y describirla lo más detalladamente posible.
Tami se unirá en tu misión de combatir contra Rhea.
Tamo permanecerá inconsciente hasta nuevo aviso.
Claudia ha sido avisada de que estás en peligro. En un momento de batalla, podrás hacer que aparezca de la nada para que te rescate. Solo te podrás rescatar una vez en todo el tema.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Vie Mar 10, 2017 1:41 am

A pesar de saber que era normal caer desfallecida tras una escena como esa, intentó con todas sus fuerzas no hacerlo, no era el mejor momento para echarse una siesta, Tamo podría despertarse en cualquier momento y encontrarla y ella, probablemente tenía una costilla rota además de los hematomas y cortes menores que cubrían parte de su cuerpo así que, como mínimo debía curarse antes. No logró hacerlo, el cansancio pudo con ella y sin darse cuenta, Wind acabó por caer dormida entre la paja y los caballos.

Aun dormida, sabía que no debía permanecer demasiado tiempo allí y al parecer el conejo también era consciente de aquello pues no paró de removerse hasta que pudo salir del morral. Una vez fuera aprovechó para asestar un buen mordisco a la elfa en la pierna a modo de despertador y de advertencia. Había alguien allí y Wind debía espabilar.

Al sentir el dolor agudo, Wind se despertó de un salto, botando sobre sí misma y maldiciendo al animal que, al ver su trabajo completo optó por ignorar de nuevo a la joven e intentar comer algo del alimento de los caballos. La elfa, aun sin terminar de abrir los ojos, sintió la presencia de alguien, así que levantó la mirada y efectivamente, una pequeña niña la observaba desde apenas medio metro de distancia “¿Y yo soy cazadora?” Pensó con cierto tono de burla sobre sí misma antes de caer en lo grave que podría volverse aquella situación si no tenía cuidado.

La niña apenas llegaba al 1,20 de altura y era bastante delgada, parecía tener entre 7 y 10 años, Wind no estaba demasiado segura. Tenía el rostro redondeado a pesar de su peso, con los mofletes hinchados y rosados que contrastaban con la piel pálida de su cuerpo y unos ojos oscuros y grandes que parecían ser capaces de mirar a través de las personas. Además, tenía el pelo rubio y largo, recogido en dos coletas que le daban un aspecto aún más infantil y, de las cuales asomaban dos pequeñas puntas, que eran sus orejas. Los ropajes eran simples, un vestido marrón bastante viejo, lleno de retales de otros colores igual de apagados por el uso y el tiempo. En general, la elfa pensó en lo hermosa que era aquella niña, como si fuera una muñeca de porcelana viviente, igual de bonita e igual de frágil. Era completamente opuesta a la gente que había visto en Cos anteriormente ¿Esa niña era del pueblo?

La niña se acercó algunos pasos despacio, sin quitar la vista de encima al cuenco que portaba con sus pequeñas manos; la elfa por su parte decidió permanecer quieta y atenta a los movimientos de la chiquilla pues no sabía si aquello que portaba era veneno o algún tipo de pócima que pudiera causarle más problemas, así que esperó hasta que la pequeña estuvo a apenas un par de pasos de distancia  e intentó incorporarse, con una mano en sus costillas y con la otra haciendo fuerza para colocarse lo mejor posible.
Cuando la niña paró, levantó la mirada y la clavó en la elfa, la cual no supo interpretar aquella mirada -H-Hola pequeña- Saludó la joven con voz dulce e intentando aparentar tranquilidad, con la esperanza de que, si era amable, aquella situación no acabara como algo desfavorable para ella. A pesar del saludo, no obtuvo respuesta, tan solo la mirada de la niña y movimiento de brazos en su dirección, como si le estuviera ofreciendo el pequeño cuenco que portaba - ¿Es para mí?- Preguntó algo extrañada y la niña, tan solo asintió una vez despacio. Otro pequeño movimiento de sus pequeños brazos en dirección a la elfa. Wind se percató en lo pequeño del cuenco y en que el tamaño iba acorde con las manitas que lo sujetaban ¿Lo había hecho ella? La peliazul miró de nuevo el cuenco y la cara de la niña, después al conejo que continuaba ignorando la escena y, por último, de nuevo el cuenco. “¿Qué probabilidades hay de que esta niña quiera hacerme daño? No tiene el aspecto de la gente de Cos y tampoco parece tener malas intenciones” Pensó un poco más tranquila intentando auto-convencerse de aquello que le rondaba la mente -Lo siento pequeña, estoy un poco paranoica últimamente- Sonrió algo avergonzada y cogió el cuenco que le tendía la niña -Espero que sea algo rico- Ensanchó un poco más la sonrisa y se bebió el contenido de un par de tragos cortos. El sabor de aquel liquido le sorprendió - ¿Es leche? Estaba más buena que la normal- Elogió Wind con sinceridad, pues no sabía que le había hecho a la leche, pero tenía un sabor distinto al habitual, después le tendió de nuevo el cuenco y la niña lo cogió con ambas manos, examinó su interior y pareció satisfecha con el resultado.
Después de beber aquello, Wind comenzó a sentirse mejor, las costillas ya no le dolían tanto y el malestar general empezó a dividirse en pequeños dolores agudos en zonas concretas de su cuerpo. Notaba el rostro dolorido y tirante debido a la sangre seca de las heridas causadas por culpa de Tamo, las encías molidas por el puñetazo de Tami y algunos pequeños cortes no demasiado profundos en las piernas y en los brazos, causados también por ambos hermanos. Pero, al menos, aquel dolor tan fuerte que sentía hacía apenas unos segundos estaba desapareciendo poco a poco, como si se estuviera diluyendo en la leche que acababa de beber.

-Muchas gracias- Sonrió con gratitud a la muchacha y respiró profundamente, aliviada por dejar de sentir aquel dolor tan molesto. La niña, se sentó de rodillas delante de la elfa y se quedó observándola en silencio unos segundos mientras Wind le devolvía la mirada sin saber muy bien que decir. Pocas veces se quedaba sin palabras la elfa, pero nunca había vivido una situación como aquella -Esto… Me llamo Sheela- Al final, optó por presentarse, era lo menos que podía hacer después de que la hubiera ayudado - ¿Y tú? - Preguntó en el mismo tono cariñoso de su primer saludo, con la esperanza de obtener una respuesta esta vez. Pero lo único que obtuvo fue una negativa con la cabeza por parte de la chiquilla - ¿No? ¿Así que no tienes nombre...? O no me lo quieres decir... - Preguntó la elfa en tono pensativo, la chiquilla solo bajó la mirada, con cierto aire triste -Pues así no me puedo referir a ti de ninguna manera… ¿Te parece bien que te ponga un apodo? Así cuando te hable, sabrás que lo hago a ti y no… al conejo, por ejemplo- Se rio suavemente ante su propia idea y tras intentar analizar el rostro de la joven para ver que le parecía y, sin llegar a sacar ninguna conclusión del rostro casi inexpresivo de la niña, decidió que lo haría “Al menos no me ha dicho que no” Se rascó tras la cabeza y unos segundos después, ya tenía un apodo para ella, así que, exagerando los movimientos, se golpeó la palma izquierda de su mano con el puño de la derecha y exclamó en tono bajo - ¡Ya lo tengo! Aurë, me parece un nombre bonito y, además, como eres una elfa parece apropiado ¿Qué te parece? ¿Te gusta? - Wind sonrió satisfecha y creyó notar cierta confusión en la mirada de la niña, asi que prefirió continuar con aquella charla de uno, por si acaso - ¿No sabes qué significa? Bueno, te lo explicaré… pero es un secreto ¿Sabes? Sera nuestro secreto- Por fin, la pequeña mostró cierta emoción en el rostro, un rayo de curiosidad infantil quedó marcada en sus ojos y la elfa por fin tuvo la sensación de que aquello podría llegar a alguna parte. -Pues veras… Un amigo hace tiempo, me explicó que esa es la manera de llamar a la Luz del Sol en elfico y para mí, tú has sido como un pequeño rayo de sol. Me has curado. ¿No te parece un nombre apropiado? – La pequeña se sonrojó ligeramente y Wind le acarició la cabeza con cuidado -Y ahora, es nuestro pequeño secreto, solo tú y yo sabremos que me has curado, pero quedará grabado para siempre cada vez que te hable ¿Qué te parece? - Susurró la joven como si aquello fuera una promesa eterna que solo podían conocer las dos, a lo que la pequeña contestó con un asentimiento de la cabeza y un pequeño rubor que se le extendía por el rostro.

Con aquel pequeño secreto, mataba dos pájaros de un tiro pues le servía para asegurar la seguridad de la pequeña al no enterarse sus vecinos de la ayuda que había prestado y además, le estaría agradeciendo el gesto.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Sigel Lun Mar 20, 2017 7:52 pm

Después del combate, todo se convirtió en fuego y brasas. Se preguntarse dónde estaba sería tan inteligente como preguntarse por qué no se quemaba o por qué las Hijas de Rhea le estaban mirando. Tamo apretó los puños y bramó una serie de insultos que jamás nadie escuchó. Nadie a excepción de la Reina de Cos. Éste era reino de la bruja, donde, con sus hechizos, las alucinaciones, en forma de niñas y en forma de fuego, eran capaces de hacer tanto daño como una espada. Le escocía la piel. Era como quemarse por dentro. Pero no era real, Tamo sabía que aquello no era real. Había caído inconsciente después de haber peleado contra aquella maldita cría que desató a Tami. Aquello era la realidad.  El fuego y las niñas que bailaban alrededor de él era parte de los jueguecitos que la Reina de Cos utilizaba para controlar a su pueblo.

-¡ACABA DE UNA VEZ!- en algún lugar de la finca, Tami escuchó a su hermano gritar en sueños - ¡ACABA CONMIGO!-

Dos imagines surgían en el fuego, justo en el centro del baile de las niñas de Rhea. Tamo gateó para acercarse más a las dos figuras. Eran dos personas, de aquello no había duda. Estaban cogidos de la mano y caminaban lentamente hacia Tamo. Cuando el pelirrojo, inmediatamente, se dio cuenta de dos cosas: La primera era que aquellas dos figuras, aunque se parecieran a sus padres, no eran más que un absurdo truco de la bruja. La segunda cosa, y la más importante, es que sabía que, al final, haría cualquier cosa que sus no-padres dijeran.

-Tenías que cuidar a Tami después de que nosotros muriéramos- dijo papá y le señaló con el dedo-¿Acaso has visto las marcas de sus manos, llamas a eso cuidar de tu hermana?-

-Ha sido la forastera: la que miente presentándose por el nombre de Sheela-.  Esa fue mamá. -Si hubieras protegido a tu hermana en lugar de ir a jugar con tus amigotes esto no hubiera pasado-.

-No estaba jugando con nadie. Estaba buscando a Windorind-.

-¡Serás idiota! Windorind y Sheela son la misma persona-.

-La misma persona-.

¿Cómo sabían eso? Tamo lo había pensado cuando vio los ojos de Sheela. Sabía que le recordaba a alguien, a una elfa. Pero no consiguió ponerla cara a este momento.

-¿Y qué queréis que haga?-

-Matarla-.

-Sí, matarla-.

Tamo despertó de su trance en ese mismo momento. Tenía la misma jaqueca que, minutos antes, su hermana había tenido cuando escuchó el picoteó del cuervo. Le picaba la piel por el fuego que nunca existió. Por mucho que se rascase, le seguía escociendo. Con un grito de dolor e impotencia, se arañó las mejillas con tanta fuerza que se hizo sangre. Ni con esas conseguía calmar el escozor del fuego. Rhea le estaba castigando. ¿Se lo merecía? Sí, claro que se lo merecía. No debió dejar escapar a la Sheela (¡Serás idiota! Windorind y Sheela son la misma persona). ¡Todo fue culpa de ese golem! Tamo no pudo hacer nada para evitar los golpes que la masa de arcilla le daba para defender a su invocadora. Si al menos contase con la ayuda de los Hombres Grandes…

-Rhea, sé que me oyes. Estás ahí, en tu choza sentada en una butaca casi tan sucia y maloliente como tú mientras ves el fuego de la chimenea arder y te imaginas que son las hijas que jamás tuviste de joven. Pero, me oyes. Claro que me oyes. Siempre me has oído y hablado. ¿Acaso te he fallado alguna vez? Solo por esta. ¡Sabes que solo hoy te he fallado! He sido un siervo leal. Incluso hice que Tami matase a su mejor amiga. ¿Recuerdas? Me lo pediste porque ella robó tu serpiente y yo lo hice. Ahora, me debes de devolver el favor. Haz que tus Hombres Grandes vengan y me ayuden. ¡HAZLO MALDITA BRUJA DE MIERDA!- cogió el frasco con la poción de Rhea que había comprado para su hermana y se lo bebió de un solo trago- ¡HAZLO!-

_____________________

Aurë era un muy buen nombre y, el secreto que guardaba, todavía era mejor. Las mofletes de la niña, que jamás volvería a ser una extraña gracias a Windorind, cobraron un color rosa pálido, del mismo color que pintan las mejillas de las muñecas para que parezcan más guapas de lo que ya eran de por sí. ¿Ponerle un nombre tan bonito y contarle el secreto era parte de las COSAS MUY BUENAS que hacía la chica? Aurë creí que sí. La forma que la medio elfa tenía para agradecer y aceptar su nuevo nombre fue con un fuerte y cariñoso abrazo. Lo podía ver claro, alguien tan buena como ella era la única que podía salvar a Cos.

Dejó de abrazarla cuando Tami se unió al grupo. Aurë conocía a Tami y sabía, igual que sabía muchas otras cosas, que ella había hecho COSAS MUY MALAS. Matar a su mejor amiga era una de las COSAS MUY MALAS que hizo. ¿Cómo pudo ser tan cruel? Tami quería mucho a su amiga. No debió de haberla matado. Fue por culpa de Rhea de Cos. Ella usó al hermano de Tami para que la convenciera de matar a su amiga. La razón: Ella había sido quien había robado la serpiente de la bruja.

Aurë, en cuanto vio los ojos de Tami acercarse a Windorind, comprendió toda su historia: La muerte de sus padres, el amor que sentía hacia su mejor amiga y la obsesión y odio que tenía hacia Rhea. Lo vio cómo veía muchas otras cosas. Con un pequeño tirón a la camiseta de Windorind y señaló a Tami. Sonrió y dijo que sí con la cabecita. Tami no les haría daño y no lo haría porque la elfa le había salvado.

-Sheela, quiero matar a Rhea- Tami se paró a unos pocos metros de distancia y habló con determinación. Estaba dispuesta a hacer COSAS MUY BUENAS como la nueva amiga de Aurë. - Mira lo que le hizo a mi hermano, mira lo que me hizo a mí y mira lo que a te ha hecho a ti. Ha convertido a Cos en una aldea de monstruos. Es hora de que nos venguemos- hubo unos segundos de silencio y, tras estos, añadió-¿Vienes conmigo?-

Aurë levantó su brazo en son para apuntarse a la partida. Ella quería hacer COSAS MUY BUENAS como las hacía su amiga.

_____________________


Windorin Crownguard: Tu objetivo para el siguiente turno es sencillo. Solamente debes de ponerte en marcha e ir hacia el camino desolado a quienes todos han llamado “La alfombra de la Reina”.  Puede ser interesante mandarte describir el camino e incluso decir que pongas alguna imagen de referencia, pero no va a ser éste el punto donde tienes que centrar tu atención. Mira a tu personaje. Has formado un pequeño grupo: Claudia (que la podrás hacer aparecer en un momento de peligro, te lo dije), Tami, el conejo blanco y Aurë van a seguirte ciegamente halla donde vayas. Junto a tu pequeño golem casi parece un ejército. Durante el camino, deberás hacer lo posible para mantener el equipo unido.
No hay que ser un genio para deducir que en el siguiente turno aparecerá la guardia de la Reina y que tendrás un combate mucho más interesante que el que has tenido con Tamo. Estás advertida.
Personajes prohibidos en el siguiente turno: Rhea y el Bardo.
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Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard] Empty Re: Rhea de Cos +18 [Quest] [Windorin Crownguard]

Mensaje  Windorind Crownguard Sáb Mar 25, 2017 1:59 am

Wind esperaba una reacción positiva de la pequeña cuando le dio un nombre, pero no se imaginaba que sería una respuesta tan cálida y efusiva. “Así que también puede mostrar este tipo de emociones” Pensó satisfecha la elfa mientras le devolvía el abrazo con una tierna sonrisa y le acariciaba la cabeza sin perder la postura -Me alegro que te guste- Comentó en tono risueño.

Aquella pequeña escena, casi había hecho que se olvidara del motivo por el que habían llegado a esa situación, pero un dolor agudo en el costado hizo que recuperara la sensatez y sin dejar de abrazarse, Wind decidió que debía continuar con su lucha contra Rhea y, a poder ser, dejando al margen a la niña que tenía entre los brazos -Ahora deberías volver a casa, seguro que alguien te está buscando ahora mismo- Lo dijo intentando parecer despreocupada, esperando que, de aquella manera la niña aceptara sin rechistar al olvidar el lamentable estado en el que se encontró a la peliazul hacía un rato pero, a pesar de sus intenciones, consiguió todo lo contrario. Aurë apretó más el abrazo y hundió su cabeza en el hombro de la elfa mientras negaba con la cabeza “Así que… ¿no se quiere ir?” Wind suspiró y con una pequeña sonrisa de resignación, aceptó aquel pequeño capricho de su nueva amiga -Está bien, está bien- No sabía por qué, pero la elfa tenía debilidad por aquella niña -Puedes quedarte conmigo un rato más- Notó como la pequeña aflojó el abrazo y suspiró resignada intentando pensar que hacer a continuación.  

Mientras Wind permanecía absorta en sus pensamientos, Aurë se separó haciendo que la elfa volviera a la realidad. Fue entonces cuando vio a Tami con la espada en la mano y una cara que dejaba bastante claro que estaba enfadada. La pequeña semielfa y miró a Tami con la misma mirada que le había dedicado a Wind la primera vez que la vio pero Wind, lejos de darse cuenta de las reacciones de Aurë, intentó protegerla como buenamente pudo -Aurë, quédate detrás de mí- Susurró mientras empujaba a la niña con su brazo izquierdo, haciendo que esta se quedara detrás de él -Tami, no sé qué quieres, pero no lo vas a conseguir atravesándome con una espada- No hubo titubeo en su voz, solo miedo por lo que podría suceder a la pequeña que tenía detrás si ella comenzaba a pelear. Tami se acercó un poco más y, mientras Wind pensaba que podía hacer, Aurë le dio un par de tirones en la camiseta. Sin pensarlo y como si fuera un acto reflejo, la elfa se giró para mirar a la niña y ésta, estar lejos de estar asustada, parecía, más bien, confiar en Tami.
Wind se quedó pensativa unos instantes ante semejante reacción por parte de su pequeña compañera, igual era que estaba sacando las cosas de contexto...

Efectivamente, tras unos segundos la humana comenzó a hablar, dejando patente que la elfa se había equivocado. Aquellas palabras que salieron de Tami dejaron a la elfa helada - ¿Q-quieres matar a la bruja? - Wind miró estupefacta a la humana y ésta comenzó a explicar los motivos que le habían llevado a tomar esa decisión ante la atenta mirada de la elfa que no fue capaz de emitir palabra alguna hasta que llegó la última pregunta. -Espera, espera, espera ¿Ir contigo? ¿Estas segura de lo que estás diciendo? - La peliazul no estaba convencida de que involucrar a la joven en ese asunto fuera realmente bueno ¿Acaso Tami sabia pelear? ¿Podría luchar contra la bruja sin titubear en ningún momento? Esas dudas permanecieron en su mente varios segundos mientras miraba a la pelirroja intentando discernir si sus intenciones eran reales o eran mera fachada.
-Preferiría que te quedaras al margen de esto…- Wind estaba realmente preocupada por la seguridad de la muchacha -Ni hablar, esto es idea mía y no puedo quedarme al margen- Tami no parecía estar dispuesta a ceder, pero aun así Wind siguió insistiendo - ¿Idea tuya?- Repitió en un susurro mientras pensaba en que el único motivo de su presencia allí era acabar con Rhea -Tami, realmente creo que…- No fue capaz de terminar la frase cuando la humana bufó y se dio la vuelta con la intención de partir ella sola hacia el hogar de la bruja. -Tami espera, ¿Realmente piensas ir sola? - Preguntó preocupada la elfa -Si no me quieres ayudar, tendré que ir sola ¿No? - Aquella humana era terca, tanto como un yak cansado al que intentas mover. - ¿Pero… sabes usar esa espada? - Preguntó Wind algo escéptica a sabiendas de que poseer una espada, no significa necesariamente saber usarla. - ¡Pues claro que se! ¿Acaso crees que soy tonta? No te propondría algo así si no supiera usarla- Aquella pregunta pareció realmente indignar a la humana que, ahora, tenía las mejillas teñidas de un color rosado por el enfado. Al final, la elfa acabó cediendo -Está bien, iré contigo, pero por favor evita riesgos innecesarios… como por ejemplo llevar la espada desenvainada- Wind sonaba cansada, aun no se había recuperado del todo, pero no podía dejar a la humana ir sola a luchar contra Rhea y, aunque que ella hubiera preferido dejar a Tami al margen de la pelea, probablemente acabaría agradeciendo su ayuda. La pelirroja por s parte se sonrojó aún más y envainó la espada sin rechistar con cierto deje de vergüenza en su rostro por no haberlo hecho antes.

Tras unos instantes de reflexionar sobre lo que había hecho y lo que tenía que hacer ahora, suspiró y miró a la pequeña que tenía al lado, la cual parecía realmente emocionada con la idea de Tami “¿Acaso ella también quiere venir a por Rhea?” La elfa examinó a la niña unos segundos y se percató de que realmente pretendía ir con ellas -Espera Aurë... ¿Acaso quieres venir con nosotras? - La niña asintió y levantó el brazo como si se ofreciera voluntaria para ir con ellas. Aquella situación se le estaba yendo de las manos, ¿Qué sería lo próximo? ¿Qué Claudia apareciera para ir con ellas también? No, ni hablar, Aurë debía quedarse en la seguridad del pueblo -Aurë, no creo que ir a… lo que vamos a hacer nosotras sea lo más seguro para ti- Wind intentó explicarse de la manera más suave que pudo - Lo entiendes, ¿Verdad? - Pero la única respuesta fue una rápida negativa con la cabeza. -Oh cielos…- Susurró la elfa abatida - ¿Por qué no quieres que venga? Cuantos más seamos mejor- Tami intervino y Wind la fulminó con la mirada “¿Cómo que “Por qué no quiero que venga”? ¿Acaso esta ciega? Aurë apenas es una niña” Aquellas palabras eran las que deseaba pronunciar, pero sabía que podía herir los sentimientos de la pequeña si la calificaba de inútil… sobre todo después de que la hubiera sanado… -A ver Tami… ¿De verdad crees que es seguro que venga con nosotras? Tu deberías saber mejor que nadie lo que Rhea es capaz de hacer- Aquellas palabras parecieron golpear directamente en el corazón de la humana -Tienes razón, pero… ¿Qué crees que pasará con ella cuando Tamo ponga a todo el pueblo contra ti y sepan que ella te ha ayudado? - La pelirroja sabía que era poco probable que aquello sucediera, pero si la niña quería ir con ellas, ella no iba a ser la que rechazara su ayuda, era medio elfa y en algo podría ayudar seguro.
La última frase de Tami dejó a Wind descolocada ¿Realmente Aurë estaría en peligro allí? Ante la duda, lo mejor sería ponerse en lo peor. La elfa miró a la pequeña que, a su vez, observaba a ambas muchachas discutir, saltando con la mirada de una a otra hasta que sus ojos se cruzaron con los de la peliazul -Cielos… Está bien, puedes venir con nosotras, pero con una condición- La rubia y la pelirroja miraron con más atención a Wind cuando ésta comenzó a hablar -Quiero que las dos sigáis mis instrucciones, sin rechistar. Si os digo que os vayáis, os iréis, si os digo que os escondáis os escondéis… y si os pido que me guardéis las espaldas, lo hacéis ¿Esta claro? - Pocas veces la elfa había estado tan seria, nunca había tenido vidas dependiendo directamente de ella y eso realmente la asustaba. Las otras muchachas parecieron comprenderlo y asintieron ante aquellas ordenes -Como quieras, pero tampoco hacía falta que te pusieras como si fueses una general de la guardia- Sentenció Tami con cierta burla. Ahora que había mejorado de su problema de adicción, parecía ser ella misma… Y ella misma era...Eso
Aurë por su parte, pareció tomárselo más en serio, asintió fuertemente una vez y se levantó casi de un salto como si tuviera prisa por emprender la marcha.
Wind hizo lo mismo, pero con más calma. Seguía dolorida y no podía permitir que descubrieran que era una elfa, así que decidió esperar a que ambas le dieran la espalda y entonces, susurró una plegaria sobre sus costillas con la esperanza de que las que estuvieran rotas, sanaran pronto. -¿Vamos Sheela? Tenemos que llegar a la alfombra de la Reina cuanto antes- Apremió la humana.
La elfa suspiró, cogió al conejo y lo metió en la bosa dejandola abierta para que se pueda asomar cuanto quisiera. Después echó a andar hasta donde ambas muchachas la esperaban con determinación en la mirada -En marcha-
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