[Cerrado] La Gran Aventura de Don Rocín [Interpretativo-Libre]
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Re: [Cerrado] La Gran Aventura de Don Rocín [Interpretativo-Libre]
El constante forcejeo y chillidos de la mujer colmaron la paciencia del mercenario que la golpeo en la cabeza con el pomo de su espada dejándola inconsciente, posiblemente muerta, pero al espadachín no le importaba en lo absoluto –a callar todos!- bramo con fuerza y furia para luego recoger su espada de la mano izquierda que soltó al caer encima de la mujer, Los tres matones que antes no pudieron frenarlo cargaron contra él para tomar represaría, a lo que él respondió, saltando de nueva cuenta sobre la mesa para tomar una posición favorable.
El lancero intento empalarlo desde abajo, pero el espadachín desvió de nuevo su estocada con un tajo bien posicionado de su espada, a la vez que le soltaba una patada a la quijada desde su posición elevada tumbando al hombre, luego se lanzo por uno de los dos espadachines, cayendo sobre él con un tajo descendiente de su espada derecha, que este bloquearía con su propio acero, solo para ser golpeado en medio de los ojos por la guardia de la espada de la izquierda y luego ser derribado con un golpe del pomo de la derecha en la sien.
El tercer hombre, y más cobarde de los tres, estaba empuñando su espada con las dos manos mientras mantenía la distancia, aterrado por la velocidad en la que sus dos compañeros fueron vencidos por el humano y de cómo los dos elfos estaban luchando con tanta maestría, se podía notar cómo le temblaban las rodillas, al notar como Klinge se le acercaba lentamente con fierro en cada mano, entro en pánico y empezó a lanzar tajos a la desesperada intentando mantener lejos a su agresor, este esquivo los ataques con desgano para luego lanzar una estocada que hubiera atravesado la garganta del hombre en frente suyo si este no se hubiese detenido un milímetro antes.
El hombre solo pudo dejar caer su arma y levantar las manos en señal de rendición al ver como ese guerrero que tenía su espada izquierda a punto de degollarlo lo fulminaba con la mirada, ahora casi todos los focos de resistencia estaban sometidos, solo faltaba algo.
Por tercera vez el espadachín se subiría sobre la mesa para poder moverse mejor por el salón, y se colocaría a espaldas de la rubia con la que estaba peleando Rauko y al lado del cuerpo inerte de la otra guerrera con la que estaba peleando –si ella quiere seguir peleando déjamela a mí y tu ve a ver qué tal esta el viejo- dijo con un tono serio mientras se mantenía fuera del alcance del acero de ambos para ver que quería hacer aquella mujer –tú te tardarías mucho tiempo intentando vencerla sin matarla, déjame hacer un trabajo más rápido- lo cierto era que no estaba menospreciando ni al elfo ni a la mujer, pero sinceramente estaba ansioso por una buena pelea y ella parecía a guerrera más fuerte que el enemigo tenía que ofrecer, además que, el hecho de que fuera menos imprudente que su compañera la aria una pelea interesante.
El lancero intento empalarlo desde abajo, pero el espadachín desvió de nuevo su estocada con un tajo bien posicionado de su espada, a la vez que le soltaba una patada a la quijada desde su posición elevada tumbando al hombre, luego se lanzo por uno de los dos espadachines, cayendo sobre él con un tajo descendiente de su espada derecha, que este bloquearía con su propio acero, solo para ser golpeado en medio de los ojos por la guardia de la espada de la izquierda y luego ser derribado con un golpe del pomo de la derecha en la sien.
El tercer hombre, y más cobarde de los tres, estaba empuñando su espada con las dos manos mientras mantenía la distancia, aterrado por la velocidad en la que sus dos compañeros fueron vencidos por el humano y de cómo los dos elfos estaban luchando con tanta maestría, se podía notar cómo le temblaban las rodillas, al notar como Klinge se le acercaba lentamente con fierro en cada mano, entro en pánico y empezó a lanzar tajos a la desesperada intentando mantener lejos a su agresor, este esquivo los ataques con desgano para luego lanzar una estocada que hubiera atravesado la garganta del hombre en frente suyo si este no se hubiese detenido un milímetro antes.
El hombre solo pudo dejar caer su arma y levantar las manos en señal de rendición al ver como ese guerrero que tenía su espada izquierda a punto de degollarlo lo fulminaba con la mirada, ahora casi todos los focos de resistencia estaban sometidos, solo faltaba algo.
Por tercera vez el espadachín se subiría sobre la mesa para poder moverse mejor por el salón, y se colocaría a espaldas de la rubia con la que estaba peleando Rauko y al lado del cuerpo inerte de la otra guerrera con la que estaba peleando –si ella quiere seguir peleando déjamela a mí y tu ve a ver qué tal esta el viejo- dijo con un tono serio mientras se mantenía fuera del alcance del acero de ambos para ver que quería hacer aquella mujer –tú te tardarías mucho tiempo intentando vencerla sin matarla, déjame hacer un trabajo más rápido- lo cierto era que no estaba menospreciando ni al elfo ni a la mujer, pero sinceramente estaba ansioso por una buena pelea y ella parecía a guerrera más fuerte que el enemigo tenía que ofrecer, además que, el hecho de que fuera menos imprudente que su compañera la aria una pelea interesante.
Klinge
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Re: [Cerrado] La Gran Aventura de Don Rocín [Interpretativo-Libre]
La chica al escuchar mis palabras simplemente se mantuvo seria como si no tuviese emociones o me viera como algo insignificante -Sé que no te apartarás porque es tu trabajo proteger a ese anciano, así que te eliminaré rápidamente- Respondió un poco arrogante, pero en el fondo parecía estar disgustada o tal vez decepcionada -Comencemos- Dijo de forma despreocupada mientras se colocaba en una posición defensiva y tomaba su espada con sus dos manos.
Repentinamente, la sala se cubrió por un silencio que hizo que todos miraran hacia una sola dirección, al parecer Klinge había acabado con la anciana y ahora ya no era necesario seguir luchando, por desgracia me equivoqué al pensar eso.
En el momento de distracción, Sylfer emprendió una carrera en mi dirección para luego lanzar un corte vertical descendente pero gracias a mis reflejos logré esquivarlo dando un salto hacia la izquierda, y ahí lancé una estocada al abdomen de la chica, sin embargo, desvió mi ataque con un rápido movimiento de su espada.
Después de eso ambos saltamos hacia lados opuestos para mantener un poco de distancia entre ambos y luego tomarnos nuestro tiempo para analizar a nuestro adversario -(Es más rápida que la otra chica, tal vez debo herir sus piernas, aunque eso será complicado. Creo que lo mejor es ver su forma de luchar para encontrar algún punto vulnerable)- Pensé mientras me mantenía observando a mi oponente quien también hacía lo mismo.
Finalmente, decidí acercarme a la chica corriendo con un trayecto en zigzag para intentar por lo menos confundirla -Eso no funcionará- Comentó Sylfer para luego lanzar un tajo horizontal, no obstante en ese instante flexioné mis piernas e incliné mi cuerpo hacia adelante para evadirla y una vez ahí lancé una estocada a su pierna del lado derecho, por lo que ella no tuvo de otra que levantar dicha extremidad para luego girar su cuerpo hacia la derecha apoyándose sobre su pie izquierdo.
Afortunadamente eso último la había dejado en una posición desfavorable ya que así no podía atacar ni moverse; entonces intenté atravesar su cadera con una estocada, no obstante, ella logró detener mi espada utilizando su propio antebrazo derecho como escudo -¡¿Qué?!- Exclamé completamente sorprendido, al parecer no resultó herida gracias a sus guantes metálicos que la cubrían desde la punta de los dedos hasta los codos.
No vencerla en ese último ataque había sido mi peor error, ahora era yo quien se encontraba en una posición desfavorable; Sylfer sujetó mi espada con su mano derecha mientras que con la otra que sujetaba su arma se preparaba para cortar mi cráneo, por lo que no tuve de otra que soltar mi espada para saltar hacia atrás.
Antes de que pudiera tomar un respiro, Sylfer arrojó mi arma dirección a mi rostro y no resulté herido gracias a que incliné mi cabeza hacia la izquierda justo a tiempo para que la espada siguiera su trayecto, aunque logró cortar algunos de mis cabellos.
Desafortunadamente eso último era sólo una distracción, mientras yo me enfocaba a evadir mi propia hoja, Sylfer emprendió una carrera en mi dirección para luego ejecutar una sucesión de ataques, aunque hice lo posible por esquivarlos entre saltos, giros o agachándome; al final no pude evitar que su espada hiriera mi hombro izquierdo y la muñeca derecha.
Mis heridas eran superficiales y todavía podía blandir mi arma, sin embargo me encontraba desarmado -(Esto no va bien, debo tomar mi espada… O no necesariamente)- Finalmente una idea llegó a mi mente y opté por ponerla en práctica.
En el momento indicado salté hacia un lado para tomar la silla más cercana y arrojarla con todas mis fuerzas hacia Sylfer quien no tuvo problemas en esquivarla, luego aproveché ese instante para tomar la espada de Karol y sin pensarlo me lancé sobre mi contrincante realizando una cadena de ataques consecutivos.
Sylfer reaccionó de forma admirable y pudo seguir luchando sin salir lastimada, sin embargo, mientras más veces chocaban nuestras espadas más agitada se mostraba por el hecho de que finalmente tenía que realizar muchos movimientos de ataque y defensa sin detenerse.
A pesar de que no estaba utilizando mi arma, no me quejaba en lo absoluto ya que mi nueva espada era más ligera y fácil de maniobrar, por lo que fue sencillo luchar, aunque no encontré la forma de encenderla en llamas -(Bueno, el fuego no importa, es hora ganar)- Pensé mientras me preparaba para hacer mi última jugada.
Tras unos segundos de intensa batalla donde la adrenalina recorría nuestros cuerpos cubiertos de sudor, Sylfer lanzó un tajo vertical descendente que logré evadirlo con un salto hacia la izquierda y utilizando el lomo de mi espada para desviar la de mi oponente, luego avancé hacia ella quien nuevamente lanzó un corte horizontal que pude esquivar inclinando mi cuerpo hacia adelante y flexionando mis piernas para luego lanzar una estocada hacia su pierna.
Esa estrategia ya había resultado mal anteriormente, pero eso me daba ventaja; Sylfer levantó su pierna creyendo que mi ataque era predecible, pero ella no sabía que mi espada en realidad iba dirigida hacia su cadera y finalmente pude tomarla desprevenida -¡Maldición!- Murmuró frustrada mientras saltaba torpemente hacia un lado logrando evadir mi arma, sin embargo, perdió el equilibrio y esta vez no evadió mi siguiente ataque donde mi espada atravesó su hombro derecho… Aunque mi objetivo en realidad era su torso.
Sylfer soltó un grito de dolor, pero rápidamente contuvo su sufrimiento en el silencio para luego lanzar un ataque horizontal, por desgracia no me esperaba eso y no tuve de otra que colocar mi espada frente a mí para que fuese mi escudo, sin embargo, la fuerza de mi contrincante fue abrumadora y logró dispararme un par de metros hacia atrás y luego caí de espalda al suelo.
Cuando me di cuenta, la espada en mi mano casi se había roto por la mitad y Sylfer se encontraba caminando en mi dirección con su brazo derecho cubierto en sangre -Has sido un buen oponente, no por tu patética habilidad, sino porque no hablas mientras luchas- Dijo de forma despectiva -Pero ahora no po…- Sus palabras quedaron en el aire cuando el personaje que salvaría mi vida apareció en la escena.
Finalmente Klinge había llegado a ayudarme, aunque resultó molesto que insultara mi forma de luchar, pero no le di importancia a eso porque quería salir de ahí -Como quieras, suerte con ella- Respondí con las pocas fuerzas que me quedaban mientras me levantaba lentamente, luego busqué mi espada de doble hoja para finalmente dirigirme a donde se encontraba Don Rocín.
Por otro lado, La chica rubia platicaba con el mercenario antes de iniciar la batalla -Yo nunca lucho con todas mis fuerzas, pero contigo haré una excepción porque quiero largarme- Dijo Sylfer de mala gana, ella al parecer había perdido la paciencia después de todo lo anterior -Ahora, ataca y haré que conozcas el mundo de los muertos- Amenazó con un tono serio y apagado mientras se colocaba en una posición defensiva, y finalmente, así iniciaría el gran duelo entre dos formidables guerreros que sin duda alguna darían un gran espectáculo…
Repentinamente, la sala se cubrió por un silencio que hizo que todos miraran hacia una sola dirección, al parecer Klinge había acabado con la anciana y ahora ya no era necesario seguir luchando, por desgracia me equivoqué al pensar eso.
En el momento de distracción, Sylfer emprendió una carrera en mi dirección para luego lanzar un corte vertical descendente pero gracias a mis reflejos logré esquivarlo dando un salto hacia la izquierda, y ahí lancé una estocada al abdomen de la chica, sin embargo, desvió mi ataque con un rápido movimiento de su espada.
Después de eso ambos saltamos hacia lados opuestos para mantener un poco de distancia entre ambos y luego tomarnos nuestro tiempo para analizar a nuestro adversario -(Es más rápida que la otra chica, tal vez debo herir sus piernas, aunque eso será complicado. Creo que lo mejor es ver su forma de luchar para encontrar algún punto vulnerable)- Pensé mientras me mantenía observando a mi oponente quien también hacía lo mismo.
Finalmente, decidí acercarme a la chica corriendo con un trayecto en zigzag para intentar por lo menos confundirla -Eso no funcionará- Comentó Sylfer para luego lanzar un tajo horizontal, no obstante en ese instante flexioné mis piernas e incliné mi cuerpo hacia adelante para evadirla y una vez ahí lancé una estocada a su pierna del lado derecho, por lo que ella no tuvo de otra que levantar dicha extremidad para luego girar su cuerpo hacia la derecha apoyándose sobre su pie izquierdo.
Afortunadamente eso último la había dejado en una posición desfavorable ya que así no podía atacar ni moverse; entonces intenté atravesar su cadera con una estocada, no obstante, ella logró detener mi espada utilizando su propio antebrazo derecho como escudo -¡¿Qué?!- Exclamé completamente sorprendido, al parecer no resultó herida gracias a sus guantes metálicos que la cubrían desde la punta de los dedos hasta los codos.
No vencerla en ese último ataque había sido mi peor error, ahora era yo quien se encontraba en una posición desfavorable; Sylfer sujetó mi espada con su mano derecha mientras que con la otra que sujetaba su arma se preparaba para cortar mi cráneo, por lo que no tuve de otra que soltar mi espada para saltar hacia atrás.
Antes de que pudiera tomar un respiro, Sylfer arrojó mi arma dirección a mi rostro y no resulté herido gracias a que incliné mi cabeza hacia la izquierda justo a tiempo para que la espada siguiera su trayecto, aunque logró cortar algunos de mis cabellos.
Desafortunadamente eso último era sólo una distracción, mientras yo me enfocaba a evadir mi propia hoja, Sylfer emprendió una carrera en mi dirección para luego ejecutar una sucesión de ataques, aunque hice lo posible por esquivarlos entre saltos, giros o agachándome; al final no pude evitar que su espada hiriera mi hombro izquierdo y la muñeca derecha.
Mis heridas eran superficiales y todavía podía blandir mi arma, sin embargo me encontraba desarmado -(Esto no va bien, debo tomar mi espada… O no necesariamente)- Finalmente una idea llegó a mi mente y opté por ponerla en práctica.
En el momento indicado salté hacia un lado para tomar la silla más cercana y arrojarla con todas mis fuerzas hacia Sylfer quien no tuvo problemas en esquivarla, luego aproveché ese instante para tomar la espada de Karol y sin pensarlo me lancé sobre mi contrincante realizando una cadena de ataques consecutivos.
Sylfer reaccionó de forma admirable y pudo seguir luchando sin salir lastimada, sin embargo, mientras más veces chocaban nuestras espadas más agitada se mostraba por el hecho de que finalmente tenía que realizar muchos movimientos de ataque y defensa sin detenerse.
A pesar de que no estaba utilizando mi arma, no me quejaba en lo absoluto ya que mi nueva espada era más ligera y fácil de maniobrar, por lo que fue sencillo luchar, aunque no encontré la forma de encenderla en llamas -(Bueno, el fuego no importa, es hora ganar)- Pensé mientras me preparaba para hacer mi última jugada.
Tras unos segundos de intensa batalla donde la adrenalina recorría nuestros cuerpos cubiertos de sudor, Sylfer lanzó un tajo vertical descendente que logré evadirlo con un salto hacia la izquierda y utilizando el lomo de mi espada para desviar la de mi oponente, luego avancé hacia ella quien nuevamente lanzó un corte horizontal que pude esquivar inclinando mi cuerpo hacia adelante y flexionando mis piernas para luego lanzar una estocada hacia su pierna.
Esa estrategia ya había resultado mal anteriormente, pero eso me daba ventaja; Sylfer levantó su pierna creyendo que mi ataque era predecible, pero ella no sabía que mi espada en realidad iba dirigida hacia su cadera y finalmente pude tomarla desprevenida -¡Maldición!- Murmuró frustrada mientras saltaba torpemente hacia un lado logrando evadir mi arma, sin embargo, perdió el equilibrio y esta vez no evadió mi siguiente ataque donde mi espada atravesó su hombro derecho… Aunque mi objetivo en realidad era su torso.
Sylfer soltó un grito de dolor, pero rápidamente contuvo su sufrimiento en el silencio para luego lanzar un ataque horizontal, por desgracia no me esperaba eso y no tuve de otra que colocar mi espada frente a mí para que fuese mi escudo, sin embargo, la fuerza de mi contrincante fue abrumadora y logró dispararme un par de metros hacia atrás y luego caí de espalda al suelo.
Cuando me di cuenta, la espada en mi mano casi se había roto por la mitad y Sylfer se encontraba caminando en mi dirección con su brazo derecho cubierto en sangre -Has sido un buen oponente, no por tu patética habilidad, sino porque no hablas mientras luchas- Dijo de forma despectiva -Pero ahora no po…- Sus palabras quedaron en el aire cuando el personaje que salvaría mi vida apareció en la escena.
Finalmente Klinge había llegado a ayudarme, aunque resultó molesto que insultara mi forma de luchar, pero no le di importancia a eso porque quería salir de ahí -Como quieras, suerte con ella- Respondí con las pocas fuerzas que me quedaban mientras me levantaba lentamente, luego busqué mi espada de doble hoja para finalmente dirigirme a donde se encontraba Don Rocín.
Por otro lado, La chica rubia platicaba con el mercenario antes de iniciar la batalla -Yo nunca lucho con todas mis fuerzas, pero contigo haré una excepción porque quiero largarme- Dijo Sylfer de mala gana, ella al parecer había perdido la paciencia después de todo lo anterior -Ahora, ataca y haré que conozcas el mundo de los muertos- Amenazó con un tono serio y apagado mientras se colocaba en una posición defensiva, y finalmente, así iniciaría el gran duelo entre dos formidables guerreros que sin duda alguna darían un gran espectáculo…
Rauko
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Re: [Cerrado] La Gran Aventura de Don Rocín [Interpretativo-Libre]
Mientras Destino se libraba de los oponentes conforme se iban acercando aún agitados por la explosión de luz, el pequeño elfo libraba una épica batalla contra dos adversarias bastante difíciles, al parecer le había tocado el plato fuerte de la noche y aunque el espíritu guerrero del pelinegro lo tentaba a unirse al combate sabía que tenía la carga de una tarea más importante y la misión debía estar por encima de todo como le habían enseñado en el gremio de asesinos.
Con eso en mente el espadachín avanzó abriéndose paso entre los pocos rivales que quedaban con fuerzas para ponerse en pie y llegó hasta donde se encontraba Don Rocín que de momento no parecía querer tener aventuras o batallas, estaba conmocionado aún por saber que su propia familia quería eliminarle y que todas las alabanzas que había recibido esa noche no eran más que un simple engaño para asesinarlo.
Un rápido vistazo les permitió ver cómo la pelea de Rauko era interrumpida por Klinge quien parecía dispuesto a hacer un festival de sangre, considerando que a la vista del elfo todos merecían morir, no pensaba interponerse o contrariar al humano, si mataba solo a todos mejor sería; repentinamente la pelea había resultado bastante llamativa al punto que se formó un círculo alrededor del lugar olvidándose del mismísimo Don Rocín que era el objetivo de todo aquel teatro -Hay que aprovechar la distracción para escapar- Dijo Destino mientras hacía una seña con la cabeza al joven elfo indicándole la salida; avanzar con el viejo recostado en el hombro casi arrastrado y sin ánimos no era una tarea sencilla, por lo que el joven peliblanco debería encargarse de limpiarles el camino hasta la salida en donde les esperaba un ansioso Filomeno.
Una vez fuera subieron a Don Rocín al caballo y Filomeno se encargó de echarlo a andar mientras Destino les seguía a paso lento para asegurarse de que esta vez nadie les siguiera y también esperando que en algún momento emergiera victorioso el humano que había sido más útil de lo que parecía al principio.
Con la vieja Huga eliminada el resto del camino debería ser más tranquilo, no faltaba mucho para llegar a Baslodia; tal vez tan solo algunas horas de camino y estarían en el lugar en donde finalizaría la misión que tanto trabajo les había costado y en donde por fin recibirían su paga, siendo esto ya lo único que importaba pues el viejo Rocín había resultado bastante decepcionante a pesar de su gran pericia y su extraña manera de pelear, Destino no terminaba de entender si se trataba de un genio del combate o simplemente un viejo torpe con mucha suerte, a este paso tal vez no lo descubriría.
Con eso en mente el espadachín avanzó abriéndose paso entre los pocos rivales que quedaban con fuerzas para ponerse en pie y llegó hasta donde se encontraba Don Rocín que de momento no parecía querer tener aventuras o batallas, estaba conmocionado aún por saber que su propia familia quería eliminarle y que todas las alabanzas que había recibido esa noche no eran más que un simple engaño para asesinarlo.
Un rápido vistazo les permitió ver cómo la pelea de Rauko era interrumpida por Klinge quien parecía dispuesto a hacer un festival de sangre, considerando que a la vista del elfo todos merecían morir, no pensaba interponerse o contrariar al humano, si mataba solo a todos mejor sería; repentinamente la pelea había resultado bastante llamativa al punto que se formó un círculo alrededor del lugar olvidándose del mismísimo Don Rocín que era el objetivo de todo aquel teatro -Hay que aprovechar la distracción para escapar- Dijo Destino mientras hacía una seña con la cabeza al joven elfo indicándole la salida; avanzar con el viejo recostado en el hombro casi arrastrado y sin ánimos no era una tarea sencilla, por lo que el joven peliblanco debería encargarse de limpiarles el camino hasta la salida en donde les esperaba un ansioso Filomeno.
Una vez fuera subieron a Don Rocín al caballo y Filomeno se encargó de echarlo a andar mientras Destino les seguía a paso lento para asegurarse de que esta vez nadie les siguiera y también esperando que en algún momento emergiera victorioso el humano que había sido más útil de lo que parecía al principio.
Con la vieja Huga eliminada el resto del camino debería ser más tranquilo, no faltaba mucho para llegar a Baslodia; tal vez tan solo algunas horas de camino y estarían en el lugar en donde finalizaría la misión que tanto trabajo les había costado y en donde por fin recibirían su paga, siendo esto ya lo único que importaba pues el viejo Rocín había resultado bastante decepcionante a pesar de su gran pericia y su extraña manera de pelear, Destino no terminaba de entender si se trataba de un genio del combate o simplemente un viejo torpe con mucha suerte, a este paso tal vez no lo descubriría.
Destino
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Re: [Cerrado] La Gran Aventura de Don Rocín [Interpretativo-Libre]
La rubia parecía bastante confiada de que podría vencer a un hombre que derroto a tres hombres en un instante a pesar de tener una herida que prácticamente incapacitaba su brazo dominante, esto provoco que el mercenario se enfureciera aun mas, si existían dos cosas que lo irritaban de sobre manera eran los vampiros y los presuntuosos.
Como era de esperarse la doncella guerrera adopto una pose de pelea agresiva empuñando su espada con las dos manos, cambian su mano izquierda a la posición de mano dominante, mientras que la derecha se volvería su mano secundaria, a lo que el espadachín responde abriendo su guardia, extendiendo sus dos espadas a los costados apuntadas al frente, con su torso totalmente descubierto, como invitando su oponente a que intentara atravesarle el pecho.
Sylfer frunció el seño inmediatamente ante tal provocación pero –con ese rostro serias una mejor empleada de un burdel que una mujer de armas tomando en cuenta lo fácil que dejaste que un simple elfo de tullera el brazo bueno- no fue hasta que el espadachín le hablara con tanto desprecio que ella finalmente cargo de frente enfurecida con una poderosa estocada apuntándole a la garganta, solo para ver como su ataque era desviado por un rápido tajo de la espada derecha del mercenario, antes de que ella pudiese retroceder su enemigo lanzo un estocada a la cara de la mujer con su espada izquierda que esta pudo desviar fácilmente a costa de dejar su herida expuesta, cosa que Klinge aprovecho mordiéndole el hombro de forma salvaje.
La doncella guerrera empezó a soltar gritos tanto de dolor como de pánico mientras que intentaba sacarse de encima al mercenario que la estaba devorando viva a base de golpes patadas y empujones, el dolor y la sorpresa le habían quitado completamente el juicio, al haber soltado su espada por la sorpresa esta intentaba golpearlo, patearlo y empujarlo lejos pero solo consiguió perder el equilibrio y caer al piso con su rival encima que ahora, ya habiendo soltado su agarre de mandíbula le estaba apuntando con su espada diestra a la garganta.
Derrotada y humillada Sylfer solo esperaba el golpe de gracia de su indigno rival, pero este simplemente se levanto escupiendo la sangre que tenía en la boca para marcharse caminando del palacio, los demás matones asustados no se atrevieron a interponerse en su camino y lo dejaron irse, pero justo cuando estaba por salir del portón la voz de la muchacha lo freno –detente bellaco!- este se dio la vuelta para ver como la rubia sostenía a mala pena su espada con la mano derecha mientras trataba de parar el sangrado de su herida con la otra mano –si quieres reivindicar tu honor en mi contra será mejor que trates esa herida antes- dijo el espadachín con tono calmado antes de darse la vuelta e ir a reunirse con su grupo no sin antes darle una última advertencia a la guerrera –la próxima vez que nos encontremos enfréntame lista para morir.
Como era de esperarse la doncella guerrera adopto una pose de pelea agresiva empuñando su espada con las dos manos, cambian su mano izquierda a la posición de mano dominante, mientras que la derecha se volvería su mano secundaria, a lo que el espadachín responde abriendo su guardia, extendiendo sus dos espadas a los costados apuntadas al frente, con su torso totalmente descubierto, como invitando su oponente a que intentara atravesarle el pecho.
Sylfer frunció el seño inmediatamente ante tal provocación pero –con ese rostro serias una mejor empleada de un burdel que una mujer de armas tomando en cuenta lo fácil que dejaste que un simple elfo de tullera el brazo bueno- no fue hasta que el espadachín le hablara con tanto desprecio que ella finalmente cargo de frente enfurecida con una poderosa estocada apuntándole a la garganta, solo para ver como su ataque era desviado por un rápido tajo de la espada derecha del mercenario, antes de que ella pudiese retroceder su enemigo lanzo un estocada a la cara de la mujer con su espada izquierda que esta pudo desviar fácilmente a costa de dejar su herida expuesta, cosa que Klinge aprovecho mordiéndole el hombro de forma salvaje.
La doncella guerrera empezó a soltar gritos tanto de dolor como de pánico mientras que intentaba sacarse de encima al mercenario que la estaba devorando viva a base de golpes patadas y empujones, el dolor y la sorpresa le habían quitado completamente el juicio, al haber soltado su espada por la sorpresa esta intentaba golpearlo, patearlo y empujarlo lejos pero solo consiguió perder el equilibrio y caer al piso con su rival encima que ahora, ya habiendo soltado su agarre de mandíbula le estaba apuntando con su espada diestra a la garganta.
Derrotada y humillada Sylfer solo esperaba el golpe de gracia de su indigno rival, pero este simplemente se levanto escupiendo la sangre que tenía en la boca para marcharse caminando del palacio, los demás matones asustados no se atrevieron a interponerse en su camino y lo dejaron irse, pero justo cuando estaba por salir del portón la voz de la muchacha lo freno –detente bellaco!- este se dio la vuelta para ver como la rubia sostenía a mala pena su espada con la mano derecha mientras trataba de parar el sangrado de su herida con la otra mano –si quieres reivindicar tu honor en mi contra será mejor que trates esa herida antes- dijo el espadachín con tono calmado antes de darse la vuelta e ir a reunirse con su grupo no sin antes darle una última advertencia a la guerrera –la próxima vez que nos encontremos enfréntame lista para morir.
Klinge
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Re: [Cerrado] La Gran Aventura de Don Rocín [Interpretativo-Libre]
Mientras me dirigía al lugar donde se encontraba Don Rocín, coloqué mis manos sobre mis heridas más graves o por lo menos las que más perjudicaban mi forma de luchar, sin poder gozar de una buena movilidad entonces cualquiera podría vencerme.
Por otro lado, por alguna extraña razón yo era el único del grupo que había sido herido, los demás ni siquiera tenían un diminuto e insignificante rasguño en sus ropajes, tal vez porque no tuvieron que enfrentar a dos habilidosas guerreras, o simplemente porque yo era el más débil.
En ese instante comencé a considerar algunas cosas -(No puedo creer que haya sido difícil enfrentarme a un par de mujeres, eso demuestra lo inútil que soy en algunos casos)- Pensé reflexionando un poco sobre lo ocurrido -(El mundo avanza y crece con el tiempo; las personas inventan, cambian y evolucionan)- Seguí caminando hundido en mis pensamientos -(Al mismo tiempo roban, asesinan y obtienen nuevos poderes destructivos)- Después de mucho tiempo volví a pensar de una manera muy filosófica, demasiado para mi gusto.
Mientras tanto, las personas en el lugar formaban un círculo alrededor del espacio donde se llevaba a cabo el combate entre Klinge y Sylfer, sin duda alguna estaban ofreciendo un buen espectáculo, pero en aquel momento no le di importancia -(Si sigo de esta manera no podré mejorar el mundo, no podré erradicar el mal, no podré hacer que se cumpla la verdadera y única justicia… Necesito ser más fuerte)- Pensé mientras que finalmente me colocaba al lado de Don Rocín y Destino -(No, sólo necesito estar más determinado)- Finalmente volvería al mundo para asentir con la cabeza a la orden del elfo pelinegro.
Ahora que me había recuperado de las heridas más graves, desenvainé mi espada y comencé una vertiginosa carrera hacia mi siguiente víctima al que ataqué con un tajo vertical ascendente, y aunque logró bloquear mi ataque con su espada también terminó dejando sus piernas desprotegidas, así que aproveché la oportunidad para patear una de sus rodillas, y gracias a eso no pudo evitar inclinarse hacia adelante para no perder el equilibrio, pero inmediatamente lancé una estocada hacia su cabeza para acabar con él.
Su muerte había llamado la atención de otro sujeto que al contemplar el final de su compañero no dudó en atacar con su lanza, sin embargo había sido demasiado lento y predecible, por lo que no tuve problemas en esquivarlo dando un salto hacia un lado para luego acercarme a él y al estar a la distancia correcta giré mi cuerpo para lanzar un corte horizontal con el que logré abrir su abdomen, dejándole una abertura por donde brotaría borbotones de sangre.
La herida era demasiado profunda como para que él siguiera luchando, así que opté por ignorarlo para ir por el siguiente y último enemigo que se interponía en mi camino -Vaya, debo admitir que das un poco de miedo- Dijo éste con un tono despectivo mientras desenvainaba su espada -No, yo no doy miedo…- Respondí con un tono serio -Yo… Soy… El miedo- Dije tratando de parecer lo más intimidante posible.
Una vez acabado el diálogo innecesario, cortamos la distancia entre ambos para lanzar nuestros ataques que terminaron con el chocar de nuestras hojas -Eso no t…- Sus palabras fueron interrumpidas cuando me moví hacia un lado para lanzarme en un torbellino de ataques consecutivos que, a pesar de mi velocidad, él logró defenderse y contraatacar cada cierto tiempo.
Tras un par de segundos, él logró desviar uno de mis ataques hacia la izquierda para dejarme vulnerable ante un ataque, sin embargo, rápidamente giré mi cuerpo hacia ese lado para luego lanzar un tajo horizontal de derecha a izquierda, por desgracia mi oponente saltó hacia atrás justo a tiempo para salvarse, y una vez que tocó el suelo sujetó su espada con las dos manos y luego se lanzó hacia mí con una veloz estocada.
Ese último ataque pudo ser mi final, sin embargo gracias a mis reflejos pude moverme hacia un lado para que la espada sólo rozara uno de mis costados, un buen sacrificio a cambio de dejar a mi contrincante sin posibilidades de defenderse, pues para lanzar su estocada tuvo que inclinar su cuerpo hacia adelante, así que aproveché eso para que mi arma atravesara su torso, dejándole una abertura desde la espalda hasta el pecho -N-no… No p-puede… Ser- Tartamudeó el derrotado oponente quien tras un esfuerzo por mantenerse de pie terminó cayendo sin vida al suelo.
Finalmente salí del lugar junto con Don Rocín y el elfo, aunque me encontraba muy agotado y ya no podía involucrarme en otra batalla, pero por lo menos mi esfuerzo no fue en vano, o por lo menos eso esperaba, si nadie me recompensaba entonces yo no volvería a confiar en ancianos mal vestidos; pero dejando todo eso de lado, había algo que realmente no me dejaba tranquilo y era… El hambre, así que si por lo menos alguien me ofrecía una buena comida entonces me sentiría satisfecho.
Por otro lado, por alguna extraña razón yo era el único del grupo que había sido herido, los demás ni siquiera tenían un diminuto e insignificante rasguño en sus ropajes, tal vez porque no tuvieron que enfrentar a dos habilidosas guerreras, o simplemente porque yo era el más débil.
En ese instante comencé a considerar algunas cosas -(No puedo creer que haya sido difícil enfrentarme a un par de mujeres, eso demuestra lo inútil que soy en algunos casos)- Pensé reflexionando un poco sobre lo ocurrido -(El mundo avanza y crece con el tiempo; las personas inventan, cambian y evolucionan)- Seguí caminando hundido en mis pensamientos -(Al mismo tiempo roban, asesinan y obtienen nuevos poderes destructivos)- Después de mucho tiempo volví a pensar de una manera muy filosófica, demasiado para mi gusto.
Mientras tanto, las personas en el lugar formaban un círculo alrededor del espacio donde se llevaba a cabo el combate entre Klinge y Sylfer, sin duda alguna estaban ofreciendo un buen espectáculo, pero en aquel momento no le di importancia -(Si sigo de esta manera no podré mejorar el mundo, no podré erradicar el mal, no podré hacer que se cumpla la verdadera y única justicia… Necesito ser más fuerte)- Pensé mientras que finalmente me colocaba al lado de Don Rocín y Destino -(No, sólo necesito estar más determinado)- Finalmente volvería al mundo para asentir con la cabeza a la orden del elfo pelinegro.
Ahora que me había recuperado de las heridas más graves, desenvainé mi espada y comencé una vertiginosa carrera hacia mi siguiente víctima al que ataqué con un tajo vertical ascendente, y aunque logró bloquear mi ataque con su espada también terminó dejando sus piernas desprotegidas, así que aproveché la oportunidad para patear una de sus rodillas, y gracias a eso no pudo evitar inclinarse hacia adelante para no perder el equilibrio, pero inmediatamente lancé una estocada hacia su cabeza para acabar con él.
Su muerte había llamado la atención de otro sujeto que al contemplar el final de su compañero no dudó en atacar con su lanza, sin embargo había sido demasiado lento y predecible, por lo que no tuve problemas en esquivarlo dando un salto hacia un lado para luego acercarme a él y al estar a la distancia correcta giré mi cuerpo para lanzar un corte horizontal con el que logré abrir su abdomen, dejándole una abertura por donde brotaría borbotones de sangre.
La herida era demasiado profunda como para que él siguiera luchando, así que opté por ignorarlo para ir por el siguiente y último enemigo que se interponía en mi camino -Vaya, debo admitir que das un poco de miedo- Dijo éste con un tono despectivo mientras desenvainaba su espada -No, yo no doy miedo…- Respondí con un tono serio -Yo… Soy… El miedo- Dije tratando de parecer lo más intimidante posible.
Una vez acabado el diálogo innecesario, cortamos la distancia entre ambos para lanzar nuestros ataques que terminaron con el chocar de nuestras hojas -Eso no t…- Sus palabras fueron interrumpidas cuando me moví hacia un lado para lanzarme en un torbellino de ataques consecutivos que, a pesar de mi velocidad, él logró defenderse y contraatacar cada cierto tiempo.
Tras un par de segundos, él logró desviar uno de mis ataques hacia la izquierda para dejarme vulnerable ante un ataque, sin embargo, rápidamente giré mi cuerpo hacia ese lado para luego lanzar un tajo horizontal de derecha a izquierda, por desgracia mi oponente saltó hacia atrás justo a tiempo para salvarse, y una vez que tocó el suelo sujetó su espada con las dos manos y luego se lanzó hacia mí con una veloz estocada.
Ese último ataque pudo ser mi final, sin embargo gracias a mis reflejos pude moverme hacia un lado para que la espada sólo rozara uno de mis costados, un buen sacrificio a cambio de dejar a mi contrincante sin posibilidades de defenderse, pues para lanzar su estocada tuvo que inclinar su cuerpo hacia adelante, así que aproveché eso para que mi arma atravesara su torso, dejándole una abertura desde la espalda hasta el pecho -N-no… No p-puede… Ser- Tartamudeó el derrotado oponente quien tras un esfuerzo por mantenerse de pie terminó cayendo sin vida al suelo.
Finalmente salí del lugar junto con Don Rocín y el elfo, aunque me encontraba muy agotado y ya no podía involucrarme en otra batalla, pero por lo menos mi esfuerzo no fue en vano, o por lo menos eso esperaba, si nadie me recompensaba entonces yo no volvería a confiar en ancianos mal vestidos; pero dejando todo eso de lado, había algo que realmente no me dejaba tranquilo y era… El hambre, así que si por lo menos alguien me ofrecía una buena comida entonces me sentiría satisfecho.
Rauko
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Re: [Cerrado] La Gran Aventura de Don Rocín [Interpretativo-Libre]
Por fin habían conseguido abandonar aquel horrible lugar que había resultado ser tan solo un teatro de la muerte para el asesinato del viejo Rocín, tendría que ser realmente importante o tendrían que odiarle mucho para darse el tiempo de planificar semejante artimaña que a juzgar por los involucrados y los gastos que pudiera haber costado en general, no parecía haber sido nada económico.
Destino avanzó junto a Filomeno llevándose a Don Rocín de aquel peligroso lugar, esperando que con la mente tras el plan ahora muerta, los demás desistieran de perseguirlos; aunque sí esperaba que salieran del lugar sus compañeros de viaje; el joven elfo fue el siguiente en salir, algo agotado después de haberle tocado aparentemente la parte más difícil del trabajo realizado; el mercenario humano saldría poco después para reunirse con el resto del grupo.
Finalmente con la vieja Huga muerta no debería haber más problemas, por lo que Filomeno se dedicó a agradecer a los guardianes en nombre de su señor que se mantenía callado e inexpresivo -Falta muy poco para llegar a Baslodia, no lo habríamos logrado sin ustedes- Confesó el rechoncho hombrecillo al tiempo que rebuscaba entre los bolsos que cargaba su montura en busca de algo que parecía no ser muy fácil de encontrar.
Metió sus manos tanto como pudo, sorprendiendo lo profundo que podría llegar a ser el bolso que desde fuera parecía más pequeño y acabó por sacar una pequeña bolsita de tela con algo dentro; posiblemente serían aeros, los aeros de la merecida recompensa -Es tiempo de agradecer su ayuda- Dijo Filomeno con orgullo acercándose al grupo con una mano metida en la bolsita -Acá tienen su recompensa- Señaló mientras sacaba un puñado de frijoles para depositarlos en las manos de cada uno -Son frijoles mágicos- Explicó ante la mirada acusativa del elfo -Tienen una característica especial, y es que cuando los coman, les quitarán el hambre, aunque solo por unas horas- Continuó explicando con más detalle el efecto de lo que no parecía ser más que frijoles de lo más normales.
El elfo pelinegro miró los frijoles con desaprobación y cuando apenas se dio vuelta Filomeno, los dejó caer al piso, poco le interesaba la comida de los humanos, y menos aún si debía cocinarla para poder comer -Ha sido un placer viajar junto a ustedes, ya nos encontraremos luego en algún lugar- Dijo el hombre antes de correr a su montura y alejarse a toda prisa cabalgando hacia la silueta de Baslodia que se veía cada vez más cerca.
Destino continuará hasta Baslodia, hay un herrero al que encontrar- Indicó el elfo al tiempo que seguía los pasos de Filomeno en dirección a la ciudad de los forjadores -Ha sido un viaje interesante, a pesar de la triste recompensa- Mencionó a sus compañeros mientras fijaba la vista en su siguiente parada, la ciudad que lucía más imponente a medida que se acercaban.
Destino avanzó junto a Filomeno llevándose a Don Rocín de aquel peligroso lugar, esperando que con la mente tras el plan ahora muerta, los demás desistieran de perseguirlos; aunque sí esperaba que salieran del lugar sus compañeros de viaje; el joven elfo fue el siguiente en salir, algo agotado después de haberle tocado aparentemente la parte más difícil del trabajo realizado; el mercenario humano saldría poco después para reunirse con el resto del grupo.
Finalmente con la vieja Huga muerta no debería haber más problemas, por lo que Filomeno se dedicó a agradecer a los guardianes en nombre de su señor que se mantenía callado e inexpresivo -Falta muy poco para llegar a Baslodia, no lo habríamos logrado sin ustedes- Confesó el rechoncho hombrecillo al tiempo que rebuscaba entre los bolsos que cargaba su montura en busca de algo que parecía no ser muy fácil de encontrar.
Metió sus manos tanto como pudo, sorprendiendo lo profundo que podría llegar a ser el bolso que desde fuera parecía más pequeño y acabó por sacar una pequeña bolsita de tela con algo dentro; posiblemente serían aeros, los aeros de la merecida recompensa -Es tiempo de agradecer su ayuda- Dijo Filomeno con orgullo acercándose al grupo con una mano metida en la bolsita -Acá tienen su recompensa- Señaló mientras sacaba un puñado de frijoles para depositarlos en las manos de cada uno -Son frijoles mágicos- Explicó ante la mirada acusativa del elfo -Tienen una característica especial, y es que cuando los coman, les quitarán el hambre, aunque solo por unas horas- Continuó explicando con más detalle el efecto de lo que no parecía ser más que frijoles de lo más normales.
El elfo pelinegro miró los frijoles con desaprobación y cuando apenas se dio vuelta Filomeno, los dejó caer al piso, poco le interesaba la comida de los humanos, y menos aún si debía cocinarla para poder comer -Ha sido un placer viajar junto a ustedes, ya nos encontraremos luego en algún lugar- Dijo el hombre antes de correr a su montura y alejarse a toda prisa cabalgando hacia la silueta de Baslodia que se veía cada vez más cerca.
Destino continuará hasta Baslodia, hay un herrero al que encontrar- Indicó el elfo al tiempo que seguía los pasos de Filomeno en dirección a la ciudad de los forjadores -Ha sido un viaje interesante, a pesar de la triste recompensa- Mencionó a sus compañeros mientras fijaba la vista en su siguiente parada, la ciudad que lucía más imponente a medida que se acercaban.
Destino
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