Deambulando en la inmensidad de la noche [Libre]

La joven noche bañaba con su oscuridad el majestuoso bosque, el rocío empapaba la hierba dejando suaves gotas de agua sobre la misma, la humedad y el frío eran tan intesos que la respiración hacía nubes de vaho pudiendo delatar a cualquiera que se hallase alrededor, pero afortunadamente todo el bosque se hallaba en calma y eso es precisamente lo que andaba buscando. Paso a paso me adentraba en el mismo, despacio, pero con paso seguro, extendí mi mano derecha con la que iba acariciando la fría corteza de los árboles que me acompañaban en mi viaje. -Esta noche no preciso alimentarme, quiero escuchar la suave melodía de la brisa, quiero aquietar mi mente con cada suspiro del firmamento- Pensé, mientras me venía a la mente todo el dolor que había causado estos años solo por sentir un vacío dentro de mi ser, esa sensación de desplazamiento, como que es el mundo, y yo, yo y el mundo, sin existir una consonancia.
  Finalmente llegué a un árbol seco pero robusto, de raíces retorcidas y aspecto grisáceo que se alzaba junto al margen de un arroyo. -Si hasta tú con el paso del tiempo, con lo poderoso que fuiste tiempo atrás has llegado a marchitarte y morir, no sé cual será mi destino, alguien que no envejece, insignificante, que murió por dentro hace 50 años y sigue aparentando estar vivo por fuera - Pensé mientras me acercaba al árbol y pasaba mi mano por su inherte pero robusto tronco. Cerré los ojos por un instante y las imágenes del pasado volvieron a atormentarme durante unos segundos, me senté junto al tronco, apoyando mi espalda sobre él y mirando el agua del arroyo discurrir mientras mantenía la mente en blanco, pensativo...

Habían pasado tres días completos desde que salí del poblado en las cercanías de Lunargenta, y desde entonces había estado volando sin parar. ¿Por qué? ...pues buena pregunta. La verdad es que no tenía prisa ninguna, ni nada que hacer después. Había escuchado en una taberna que en los bosques del Oeste había un lago que por las noches era hermoso. El Lago de la Luna lo llamaban, no tenía ni idea de cómo podía ser, pero solamente el nombre era bonito. Tenía bastantes ganas de verlo, quizá por eso mi empeño de llegar rápido. Estaba bastante cansado, esta era la tercera noche de mi viajecito y yo juraría que ya estaba muy cerca, porque había llegado al bosque.

Bajé a tierra cuando vi un pequeño río, seguramente llevaría al lago que estaba buscando y preferí continuar andando. Aterricé cerca de un árbol grande, que en aparencia estaba seco, pero no me di cuenta de que alguien estaba allí. Volví a mi forma humana y la mochila que había estado llevando en el lomo cayó al suelo. La abrí y saqué algo de ropa y mis zapatos, era bastante tedioso tener que desnudarme cada vez que me transformaba, pero era mejor eso a destrozarla directamente; e iba a acabar desnudo de todas formas.

Terminé de vestirme y saqué también el mapa que me había dado el hombre que trabajaba en la taberna, había sido muy amable por su parte el regalármelo y marcarme la posición en la que estaba el lugar donde quería ir. - Veamos.. Empecé pensando en voz alta mientras empezaba a andar mirando el mapa. - Según esto debería estar por aquí. Pasé el árbol seco sin prestar atención en él y me paré delante del arroyo. En realidad tenía bastante sed, apenas había bebido ni comido nada en estos días, así que prácticamente metí la cabeza dentro del agua y empecé a beber y beber. - Aaaaaaaaaag Solté un suspiro al sacar la cabeza.y me senté a la orilla echado hacia atrás, apoyando mis manos contra el suelo y mi mochila a mi derecha, cerca de mí.

A decir verdad el agua estaba más fría de lo que esperaba, se me había quedado el cerebro semi congelado. ¿A quién se le ocurre meter de golpe la cabeza en un riachuelo en plena noche? A mí, obviamente. A veces tenía menos luces que un barco pirata. Suspiré de nuevo y me tumbé con la cabeza apoyada en las palmas de mis manos. Cerré los ojos para descansar unos segundos y calcular lo que me quedaba para llegar, que no debía ser mucho. Una hora andando a lo sumo, según el mapa estaba casi al lado, pero el cansancio me pudo y me quedé dormido allí mismo.

Estaba a punto de conseguir la quietud mental cuando un dragón pasó sobrevolando el cielo, estaba cada vez más cerca del suelo, lo que me dió a pensar que en cualquier momento aterrizaría junto a mí y tendría que emprender una tediosa pelea la cual me daba pereza el simple hecho de pensar en ella. Al tocar el suelo el dragón se transformó en humano, giré la cabeza y me percaté que estaba desnudo -Maldita sea la hora, no solo me interrumpe sino que me enseña sus partes- Pensé, pero me dí cuenta que ni siquiera se había percatado de mi presencia, comenzó a vestirse y agarró un mapa, el cual miró por un momento y dijo en voz alta -Según esto debería estar por aquí. -Vaya... parece ser que está buscando algo, que interesante...- Pensé mientras veía al dragón encaminarse hacia el arroyo. Por un momento mis ojos no daban crédito a lo que estaba viendo, no se si tenía al dragón más torpe de Aerandir ante ellos o se trataba del dragón más insensato, desde luego, muy espabilado no era, al no ser que fuese tan poderoso y temible que nada le diese miedo, pero igualmente sería imprudente por su parte aparecer así... -Ni siquiera puedo estar tranquilo en la inmensidad del bosque- Pensé observando al dragón en forma humana metiendo la cabeza en el río congelado y haciendo ruidos absurdos con la garganta. Seguía sentado junto al árbol mirándolo, ni siquiera se había dado cuenta de mi presencia, solo bebía y bebía.

Finalmente me cansé de mirarlo y me puse lentamente en pié, desenvainé la espada haciendo el mínimo ruido posible, y apuntando con el filo hacia el dragón dije -Oye, chico dragón, ¿qué estás buscando por aquí?.

El sol brillaba intensamente y el viento me azotaba en la cara a medida que corría. Meneaba la cola y perseguía a mi presa con las orejas alzadas y la lengua afuera. Atravesaba el bosque a la velocidad del rayo, y ese conejo no se me iba a escapar a pesar de las veces que cambiara de rumbo y zigzagueara de manera aleatoria. Sí, iba a ser mío. Porque tenía que atraparlo como buen lobo que era, y porque tenía hambre. Por fin lo acorralé contra una gran roca de unos 3 metros. Me paré y ya me relamía el hocico, preparé mis patas y salté. En mitad del salto escuché una voz en segundo plano y el conejo salió corriendo mientras yo me estampé contra la roca, quedando aturdido.

El terminar de la frase lo pude escuchar más claro y me desperté un poco confuso. Me llevé una mano a la frente, donde en sueños me había golpeado y al no sentir nada abrí los ojos. - Que ¿qué? Dije todavía adormilado y bostecé mirando al filo de una espada y alzando la vista hasta el portador. Tardé unos segundos en reaccionar, pero finalmente entendí la situación. - ¡Ah! Exclamé y me puse en pie con un salto que hasta a mí me sorprendió.

Miré a aquel hombre. No parecía un ladrón. Fuerte sí. Peligroso tal vez. - No tengo nada de valor. Sólo traigo esta bolsa para guardar mi ropa. La cogí, la abrí y la zarandeé para que viese que estaba vacía y cayó el mapa al suelo. Lo miré cayendo y luego alcé la vista. - Es un mapa de este sitio, hay un lago al que quiero ir. Dicen que es muy bonito. Lo cogí y se lo enseñé desde una distancia prudente. Señalé con el dedo el lugar al que quería ir. - ¿Ves? Es este.

Inciso: En el primer párrafo dices que era de día y que eres un lobo, es de noche y se supone que eres un dragón/humano (?).

-Vaya vaya, pensaba que estabas buscando con más... sustancia, déjame ver-Cogí el mapa y eché un vistazo, efectivamente estaba marcado el lago. -¿Por qué vienes a tierra de vampiros de noche, en medio del bosque para hacer senderismo?, no tiene sentido- Dije mientras enfundaba la espada. -¿Cómo te llamas? yo soy Fëhir, vampiro errante, vago por la tierra en busca de respuestas, el feudo de mi familia fue destruido y mi amada asesinada...- Dije mientras recordaba el panorama tan desolador de mi pasado, me vino a la mente todo el feudo en llamas y todos los edificios en ruinas -Tuvo que ser un dragón, o varios, nadie puede sembrar semejante caos y semejante mar de llamas al no ser que fuese un dragón... por lo menos eso creo-Pensé mientras le miraba a los ojos -¿Tú no sabrás nada verdad...?- Pregunté para sacarle información, realmente pensaba que aquel muchacho no tenía nada que ver, no tenía pinta de genocida ni de malvado, parecía alguien normal, pero siempre hay que preguntar para saber la verdad, sin preguntas nunca aclararía nada.

Inciso 2(?): Ya te lo he comentado por mp =P

¿Tierra de vampiros? Había oído que en efecto algunos vampiros vivían aquí, pero no imaginaba que fuese cierto. ¿Eso quería decir que él era uno? En verdad lo parecía. Pelo largo, piel tersa.. Qué guay, era la primera vez que veía un vampiro. - ¿No tiene sentido? Me dijeron que ese lago se ve mucho más bonito por la noche, espero que sea verdad, llevo 3 días volando sin parar. Lo miré mientras seguía hablando. - Vaya.. No, no sé nada, lo siento.. Así que sí era un vampiro, y con una historia trágica al parecer. - Soy Zouter, un placer. Le extendí la mano y luego eché un vistazo alrededor. - Bueno.. ¿tú sabes dónde está el lago al que quiero ir? ¿Me podrías acompañar? Parecía buena persona, tal vez le viniera bien distraerse un rato y pensar en otra cosa que no sea en su búsqueda. Y ya que puestos, cuántos más, mejor. Menos me aburriría. Además, seguramente yo me acabaría perdiendo a la larga..

-Bueno.. ¿tú sabes dónde está el lago al que quiero ir? ¿Me podrías acompañar?--Sí, llevo tanto tiempo en este bosque que podría saber hasta el número exacto de árboles que tiene, ven, acompáñame, está más abajo, siguiendo el riachuelo- Seguí caminando con Zouter el dragón riachuelo abajo, quizá él no supuese qué sucedió en el feudo, pero estaba convencido de que alguien que él pudiese conocer lo sabría, al fin de al cabo tuvo que ser un dragón. Caminamos durante media hora más o menos, el lago se empezaba a ver a lo lejos y la Luna bañaba su superficie con su reflejo plateado, los grillos saltaban entre la hierba húmeda, y algunos más rezagados, cantaban alegremente a la fría y despejada noche, como dando gracias por estar vivos -Ahí lo tienes, el famoso lago, quizá un vampiro fue el que te dijo que el lago era más bonito de noche, a penas recuerdo como era de día- Después de aportar mi comentario caminé hacia el río, metí la mano en el mismo, saqué agua haciendo la forma de una cuchara con la palma de la mano y bebí un trago de agua fría -De nada sirve, pero me humedece la boca y me la refresca, algo es algo, por cierto, hoy no he comido- Le dije mientras me acercaba a Zouter sacando los colmillos y abriendo enormemente la boca -Jajaja, es broma, no he comido pero puedo controlarme, sigamos caminando- Le dí la espalda a Zouter y seguí riachuelo abajo en camino al lago.

Había tenido suerte de encontrarme con él. Bueno, de que él me encontrara más bien. Decía que se conocía el bosque como la palma de su mano y sentí cierto alivio y alegría. A ver, no es que me fuese totalmente imprescindible la ayuda, porque siempre podía volar y ver dónde estaba el lago, que tenía claro que no estaba muy lejos de aquí. Pero se agradecía algo de compañía, para no aburrirme. Y lo mismo hasta hacía un amigo.

Después de un rato caminando y preguntando constantemente "¿falta mucho?" por fin se veía a lo lejos. Hasta a esta distancia se podía ver que era bastante grande. Fëhir se acercó al río a mojarse los labios, me pregunté si un vampiro sentiría sed, pero después me aclaró que no. Yo estaba por hacer lo mismo, y así podría llenar el bote que traía para guardar agua, que estaba vacío. No es que después de meter la cabeza en el arroyo aquel tuviera mucha sed, pero se agradecía.

Me estaba acercando cuando dijo que no había comido, y se dirigió hacia mí con los colmillos fuera. Me puse pálido y me paré en seco sin saber como reaccionar, hasta que dijo que era broma. - Como si después de eso pudiera seguir caminando como si nada.. Susurré cuando se dio la espalda. Yo también empecé a andar detrás de él, pero manteniendo algo de distancia, sólo por si acaso..