Cuidado con los elfos [Trabajo][Rauko+Ashryn]
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Re: Cuidado con los elfos [Trabajo][Rauko+Ashryn]
Durante mis primeros ataques había cometido el error de subestimar a Ash solamente por su delicada apariencia, pero durante la segunda ronda no volvería a cometer esa misma equivocación, esta vez sabía a qué me estaba enfrentando y me encargaría de derrotarla mostrando mis mejores movimientos.
No obstante, yo no sería el único que comenzaría a luchar sin contenerse; Ash había utilizado el pequeño descanso para prepararse ante mis futuros movimientos. Su deseo de obtener la victoria era algo que se podía apreciar en sus ojos, y tal vez no habría nada que la hiciera acobardarse.
Todo indicaba que en la siguiente ronda nos esforzaríamos para vencer, y realmente mostramos un combate digno de admirar. Creí que mi primer ataque sería algo impredecible pero Ash pudo reaccionar rápidamente para defenderse sin perder el equilibrio, demostrando que el rumbo del combate seguiría siendo emocionante -(Interesante, pero eso no la salvará de esto)- Pensé justo antes de ejecutar mi siguiente movimiento con el que esperaba obtener mi merecida victoria de una vez por todas. Desafortunadamente los resultados fueron diferentes a lo esperado.
Ash no sólo logró evadir mi ataque, sino que también, para sorpresa de todos los espectadores y tal vez para ella misma, realizó una maniobra con la que consiguió dar una voltereta en el momento exacto para que las hojas de mi espada pasaran a unos pocos centímetros de ella sin llegar a herirla -(¡¿Pero qué?!)- Realmente me había sorprendido, no esperaba que mi contrincante evadiera mi ataque con un movimiento cuyas probabilidades de éxito eran bajas. Sin duda alguna volví a subestimarla, pero el combate todavía no terminaba
A pesar de que Ash acababa de aterrizar sin problemas, no detuve mi último ataque, ahora mi patada tendría como objetivo su espada y con la fuerza del impacto la arrojé lo suficientemente lejos para que mi contrincante no pudiera volver a tomarla sin antes lidiar conmigo. Ahora sin su arma ya no había nada que se interpusiera en mi camino hacia la victoria… o por lo menos eso fue lo que creí.
Cuando ya era demasiado tarde, me coloqué nuevamente en una posición defensiva pero sólo para percatarme de que Ash tenía una daga apuntando a mi cuello, llevándose irremediablemente la victoria.
Ya no había nada que yo pudiera hacer para cambiar el resultado, así que no me quedaba de otra más que aceptarlo -(No puede ser, he vuelto a subestimarla y ese error me ha conducido a la derrota)- Reflexioné mientras comenzaba a asimilar aquel final pero todavía sin abandonar mi postura de combate.
No obstante, antes de que mis brazos comenzaran a moverse para guardar mi espada, pude escuchar las palabras de Ash confesando que ella creía que yo era el verdadero ganador, y además de eso, también me elogió diciendo que yo era increíble, aunque tal vez era simplemente modestia o sólo quería evitar alguna reacción de mal perdedor de mi parte; pero fuese como fuese opté por disfrutar del momento ya que mi oponente no se burlaría de mi desempeño -Puede que yo sea increíble, pero tú estás llena de sorpresas; gracias a ti este combate fue muy emocionante- Afirmé mientras guardaba mi espada y le mostraba una sonrisa que expresaba lo satisfecho que me sentía.
Destino no tardó en felicitarnos por nuestro espléndido combate e indicarnos que debíamos descansar. Tras escucharlo, opté por hablar con Ash con la intención de averiguar los detalles sobre su última maniobra que técnicamente le había otorgado la victoria -Ash, ¿Cómo lograste hacer esa voltereta?- Pregunté con curiosidad mientras recogía su espada y se la entregaba en sus manos.
Repentinamente, una antorcha encendida sobrevoló por encima de nuestras cabezas hasta que llegó a impactar contra lo que parecía ser un puesto de vigilancia, que no tardó en comenzar a arder y ser consumido por las llamas que crecían exponencialmente sin que ninguno de los presentes pudiera evitarlo.
Inmediatamente Tier emprendió una carrera hacia el puesto de vigilancia e intrépidamente entró en ésta para buscar algo, como si aquello valiera más que su propia vida -(¡Oh no, se va a suicidar!)- Pensé mientras me mantenía inmóvil, sin saber si debía salvar al elfo o debía confiar en sus capacidades.
Fue entonces cuando una nueva antorcha fue arrojada desde uno de los arbustos y aterrizó a pocos centímetros de mi posición, pero antes de que el fuego llegase propagarse demasiado agarré la antorcha y pisotee la grama donde comenzaba a extenderse las llamas, extinguiéndolas antes de que fuese tarde.
En ese momento, finalmente los culpables de la lluvia de antorchas entraron en la escena, eran los mismos sujetos que hicieron gritar como niña a Tier durante la mañana, pero esta vez estaban armados, listos para realizar su venganza contra el par de hermanos.
Los siguientes hechos transcurrieron demasiado rápido y no pude hacer más que observar, hasta que desafortunadamente, un inocente sufrió las consecuencias de mis inacciones. La estructura donde se encontraba Tier en ese momento… se derrumbó sin que él pudiera salir.
Mis ojos se abrieron como platos al contemplar aquella escena y no pude evitar sentirme culpable por no haber acabado con los sujetos cuando tuve la oportunidad; apreté mis puños y mis dientes mientras mis ojos observaban cómo las llamas se encargaban de acabar con la vida de Tier.
Poco después el otro elfo cayó derrotado y Destino nos ordenó intervenir, así que, para compensar mi error, desenvainé mi espada con mi mano derecha mientras sostenía la antorcha con la izquierda -Ash, ayuda a Nitos a recuperarse; yo intentaré distraerlos- Le dije a mi compañera con una voz más seria de lo normal, para luego emprender una vertiginosa carrera directo a uno de los sujetos, al que estaba armado con una espada y estaba preparándose para lastimar al elfo.
Cuando estuve lo suficientemente cerca del pelilargo lancé una estocada con la antorcha que rápidamente fue cortada a la mitad por su espada con un movimiento bastante diestro que incluso me dejó impresionado; sin embargo, eso no me detendría.
Sin perder ni un segundo, lancé una nueva estocada pero esta vez utilizando mi propia espada, dirigiéndola directo hacia la garganta del pelilargo. Por desgracia, éste evadió el ataque dando un veloz paso hacia mi derecha donde luego ejecutó un tajo vertical descendente que, gracias a lo aprendido en la práctica con Ash, logré detener empuñando con fuerza mi espada y levantándola rápidamente, apoyando mi mano izquierda en la hoja y así contener el ataque con todas mis fuerzas.
Desafortunadamente mi enemigo aprovechó la nueva postura en la que me encontraba para lanzar una patada directa a mi abdomen, logrando de esa manera empujarme hacia atrás y casi hacerme perder el equilibrio, aunque al final pude recuperarme y colocarme en una posición defensiva.
Fue entonces cuando me percaté de que el otro sujeto tenía el camino libre para atacar a Ash y a Nitos; por desgracia no había mucho que yo pudiera hacer para ayudarlos ya que antes debía encargarme del espadachín frente a mí -(Tal vez si…)- En ese instante una idea hizo eco en mi cabeza y a pesar de que era algo simple no dudé en probarla.
Traté de canalizar mi energía hacia mis brazos, di una par de pasos hacia atrás y tomé una roca del suelo para luego arrojarla con todas mis fuerzas hacia la cabeza del sujeto de las hachas -Nunca apartes tus ojos de tu oponente- Mi piel se estremeció al escuchar aquella voz amenazante proveniente justo desde mi lado, donde se encontraba el pelilargo listo para cortarme por la mitad con un decisivo corte horizontal, dejándome con pocas probabilidades de sobrevivir y con una sola pregunta en mente… ¿Cómo podría escapar de la hoja de su espada?
No obstante, yo no sería el único que comenzaría a luchar sin contenerse; Ash había utilizado el pequeño descanso para prepararse ante mis futuros movimientos. Su deseo de obtener la victoria era algo que se podía apreciar en sus ojos, y tal vez no habría nada que la hiciera acobardarse.
Todo indicaba que en la siguiente ronda nos esforzaríamos para vencer, y realmente mostramos un combate digno de admirar. Creí que mi primer ataque sería algo impredecible pero Ash pudo reaccionar rápidamente para defenderse sin perder el equilibrio, demostrando que el rumbo del combate seguiría siendo emocionante -(Interesante, pero eso no la salvará de esto)- Pensé justo antes de ejecutar mi siguiente movimiento con el que esperaba obtener mi merecida victoria de una vez por todas. Desafortunadamente los resultados fueron diferentes a lo esperado.
Ash no sólo logró evadir mi ataque, sino que también, para sorpresa de todos los espectadores y tal vez para ella misma, realizó una maniobra con la que consiguió dar una voltereta en el momento exacto para que las hojas de mi espada pasaran a unos pocos centímetros de ella sin llegar a herirla -(¡¿Pero qué?!)- Realmente me había sorprendido, no esperaba que mi contrincante evadiera mi ataque con un movimiento cuyas probabilidades de éxito eran bajas. Sin duda alguna volví a subestimarla, pero el combate todavía no terminaba
A pesar de que Ash acababa de aterrizar sin problemas, no detuve mi último ataque, ahora mi patada tendría como objetivo su espada y con la fuerza del impacto la arrojé lo suficientemente lejos para que mi contrincante no pudiera volver a tomarla sin antes lidiar conmigo. Ahora sin su arma ya no había nada que se interpusiera en mi camino hacia la victoria… o por lo menos eso fue lo que creí.
Cuando ya era demasiado tarde, me coloqué nuevamente en una posición defensiva pero sólo para percatarme de que Ash tenía una daga apuntando a mi cuello, llevándose irremediablemente la victoria.
Ya no había nada que yo pudiera hacer para cambiar el resultado, así que no me quedaba de otra más que aceptarlo -(No puede ser, he vuelto a subestimarla y ese error me ha conducido a la derrota)- Reflexioné mientras comenzaba a asimilar aquel final pero todavía sin abandonar mi postura de combate.
No obstante, antes de que mis brazos comenzaran a moverse para guardar mi espada, pude escuchar las palabras de Ash confesando que ella creía que yo era el verdadero ganador, y además de eso, también me elogió diciendo que yo era increíble, aunque tal vez era simplemente modestia o sólo quería evitar alguna reacción de mal perdedor de mi parte; pero fuese como fuese opté por disfrutar del momento ya que mi oponente no se burlaría de mi desempeño -Puede que yo sea increíble, pero tú estás llena de sorpresas; gracias a ti este combate fue muy emocionante- Afirmé mientras guardaba mi espada y le mostraba una sonrisa que expresaba lo satisfecho que me sentía.
Destino no tardó en felicitarnos por nuestro espléndido combate e indicarnos que debíamos descansar. Tras escucharlo, opté por hablar con Ash con la intención de averiguar los detalles sobre su última maniobra que técnicamente le había otorgado la victoria -Ash, ¿Cómo lograste hacer esa voltereta?- Pregunté con curiosidad mientras recogía su espada y se la entregaba en sus manos.
Repentinamente, una antorcha encendida sobrevoló por encima de nuestras cabezas hasta que llegó a impactar contra lo que parecía ser un puesto de vigilancia, que no tardó en comenzar a arder y ser consumido por las llamas que crecían exponencialmente sin que ninguno de los presentes pudiera evitarlo.
Inmediatamente Tier emprendió una carrera hacia el puesto de vigilancia e intrépidamente entró en ésta para buscar algo, como si aquello valiera más que su propia vida -(¡Oh no, se va a suicidar!)- Pensé mientras me mantenía inmóvil, sin saber si debía salvar al elfo o debía confiar en sus capacidades.
Fue entonces cuando una nueva antorcha fue arrojada desde uno de los arbustos y aterrizó a pocos centímetros de mi posición, pero antes de que el fuego llegase propagarse demasiado agarré la antorcha y pisotee la grama donde comenzaba a extenderse las llamas, extinguiéndolas antes de que fuese tarde.
En ese momento, finalmente los culpables de la lluvia de antorchas entraron en la escena, eran los mismos sujetos que hicieron gritar como niña a Tier durante la mañana, pero esta vez estaban armados, listos para realizar su venganza contra el par de hermanos.
Los siguientes hechos transcurrieron demasiado rápido y no pude hacer más que observar, hasta que desafortunadamente, un inocente sufrió las consecuencias de mis inacciones. La estructura donde se encontraba Tier en ese momento… se derrumbó sin que él pudiera salir.
Mis ojos se abrieron como platos al contemplar aquella escena y no pude evitar sentirme culpable por no haber acabado con los sujetos cuando tuve la oportunidad; apreté mis puños y mis dientes mientras mis ojos observaban cómo las llamas se encargaban de acabar con la vida de Tier.
Poco después el otro elfo cayó derrotado y Destino nos ordenó intervenir, así que, para compensar mi error, desenvainé mi espada con mi mano derecha mientras sostenía la antorcha con la izquierda -Ash, ayuda a Nitos a recuperarse; yo intentaré distraerlos- Le dije a mi compañera con una voz más seria de lo normal, para luego emprender una vertiginosa carrera directo a uno de los sujetos, al que estaba armado con una espada y estaba preparándose para lastimar al elfo.
Cuando estuve lo suficientemente cerca del pelilargo lancé una estocada con la antorcha que rápidamente fue cortada a la mitad por su espada con un movimiento bastante diestro que incluso me dejó impresionado; sin embargo, eso no me detendría.
Sin perder ni un segundo, lancé una nueva estocada pero esta vez utilizando mi propia espada, dirigiéndola directo hacia la garganta del pelilargo. Por desgracia, éste evadió el ataque dando un veloz paso hacia mi derecha donde luego ejecutó un tajo vertical descendente que, gracias a lo aprendido en la práctica con Ash, logré detener empuñando con fuerza mi espada y levantándola rápidamente, apoyando mi mano izquierda en la hoja y así contener el ataque con todas mis fuerzas.
Desafortunadamente mi enemigo aprovechó la nueva postura en la que me encontraba para lanzar una patada directa a mi abdomen, logrando de esa manera empujarme hacia atrás y casi hacerme perder el equilibrio, aunque al final pude recuperarme y colocarme en una posición defensiva.
Fue entonces cuando me percaté de que el otro sujeto tenía el camino libre para atacar a Ash y a Nitos; por desgracia no había mucho que yo pudiera hacer para ayudarlos ya que antes debía encargarme del espadachín frente a mí -(Tal vez si…)- En ese instante una idea hizo eco en mi cabeza y a pesar de que era algo simple no dudé en probarla.
Traté de canalizar mi energía hacia mis brazos, di una par de pasos hacia atrás y tomé una roca del suelo para luego arrojarla con todas mis fuerzas hacia la cabeza del sujeto de las hachas -Nunca apartes tus ojos de tu oponente- Mi piel se estremeció al escuchar aquella voz amenazante proveniente justo desde mi lado, donde se encontraba el pelilargo listo para cortarme por la mitad con un decisivo corte horizontal, dejándome con pocas probabilidades de sobrevivir y con una sola pregunta en mente… ¿Cómo podría escapar de la hoja de su espada?
Rauko
Aerandiano de honor
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Re: Cuidado con los elfos [Trabajo][Rauko+Ashryn]
Aquel derroche de talento no hubiese sido posible sin ayuda de la magia y eso era algo que la ojiazul tenía muy en claro. Eventualmente tendría que analizar los alcances de usar la magia de la luz para potenciar sus extremidades y hacer un estudio a fondo de los posibles usos ofensivos que ésta pudiese brindarle. Guardó la daga de Bio y se sacudió la ropa, buscando la espada que descuidadamente había dejado atrás y cuya ubicación ahora se encontraba a unos metros de ella a causa de la patada del joven elfo. Destino los elogió a ambos, cosa que logró que la ojiazul se sintiera orgullosa de sí misma por primera vez en mucho tiempo, especialmente por las palabras que recibió después por parte de su compañero de gremio.
Asintió con una ligera sonrisa, pues, aunque el joven parecía complacido con su desempeño, era él quien se merecía todo el crédito por tan espectacular encuentro. El muchacho se acercó al arma que yacía insulsamente en el suelo y la levantó para entregársela, permitiéndole a la ojiazul admirarla un momento. La rama secundaria de la familia Elaynor se dedicaba al combate, tanto a distancia como cuerpo a cuerpo, mientras que la rama principal se encargaba del daño mágico; mientras que los sanadores eran escasos en ambas ramas y es por eso que a ella se le trataba como si fuese la cosa más frágil del mundo. A veces se preguntaba qué hubiese pasado si los papeles se hubiesen invertido y ella fuese la portadora de la habilidad de daño mágico en lugar de su hermano. Seguramente las cosas serían muy distintas. No tuvo mucho tiempo de pensar en ello, pues Rauko llamó su atención al preguntarle cómo es que había logrado aquella extraña maniobra, haciéndola parpadear un par de veces antes de sonreírle.
—De hecho, te lo debo a ti —señaló—. ¿Recuerdas cuando Destino te decía que concentraras tu magia en tus piernas para saltar más alto? —Sonrió—. Pues es básicamente los que hice, concentré mi magia en mis articulaciones para así moverme con más agilidad y rapidez —soltó una pequeña risita—. Por mí misma no hubiese salido con vida de ahí.
No tuvo más tiempo de seguir con las explicaciones, pues de la nada una antorcha voló por encima de ellos, impactándose en un puesto de vigilancia cercano. Ashy intentó detener a Tier, quien rápidamente corrió hacia el lugar como si de ello dependiese su vida, pero fue inútil y al final no hubo nada que detuviese al joven. Una nueva antorcha captó la atención de todos al caer cerca de ellos, mientras Rauko se encargaba de apagarla. Los sucesos transcurrieron de una manera extraordinariamente rápida, al punto que la rubia no tuvo tiempo para asimilarlos. El puesto de madera cedió ante la llamarada, enterrando al adorable Tier bajo los escombros, frente a la atónita mirada de todos los presentes. El instructor volvió a llamarlos, indicándoles que salvaran a Nitos mientras él se disponía a buscar al menor de los elfos. La de orbes azulados asintió sin dudarlo cuando su compañero le encargó cuidar de Nitos y rápidamente corrió al lado de éste.
Rauko se defendía de una manera audaz, pero eso no era algo que sorprendiera a la rubia, pues ya había demostrado que era más capaz de lo que él mismo creía. Lamentablemente no podía decir lo mismo del mayor de los hermanos, quien, resignado a la perdida de Tier, no parecía estar lo suficientemente cuerdo como para reaccionar. Ashy gritó cuando el hombre de la espada pateó a su compañero, olvidando por un momento que el otro hombre de risa desagradable se encontraba peligrosamente cerca de su posición. La pequeña elfa dirigió su vista al oponente con el que tendría que enfrentarse, buscando que los engranes de su mente le brindasen un plan para acabar salir bien librada de tal situación. Nitos no se encontraba en condiciones de ayudarla y solo le restaba protegerlo; cosa que volvía todo un poco más complicado. Nunca antes había peleado con un oponente similar. De hecho, nunca antes había enfrentado una situación así, por lo que tendría que fiarse de sus habilidades y buscar las debilidades de su oponente durante el combate.
—Bonito rostro —se mofó el hombre—. Casi me apena tener que deformarlo.
—Nitos —le habló con seriedad—. Tier estará bien, pero necesitas salir de aquí a la menor oportunidad —era inútil, el joven elfo simplemente no respondía.
—Los volveremos pedacitos, ¿verdad, hermosas? —Nuevamente habló con sus hachas, mirando fijamente a ambos elfos con esa horrenda sonrisa burlesca.
Ashy frunció el ceño y volvió a canalizar su magia en sus articulaciones, esperando el momento adecuado para hacer uso de ella. En ese punto el cansancio previo comenzaba a hacerse presente, por lo que forzar a su cuerpo más a allá de sus límites le cobraría una larga factura al final, aunque valdría la pena si todo resultaba. Un ataque horizontal fue lanzado desde la diestra de su oponente y Ashy apenas fue capaz de esquivarlo. Dos hachas contra una espada no parecían algo muy justo, pero no era tiempo de reñir a los Dioses por su infortunio. Su movimiento la había apartado un poco del hombre, dejándole el camino libre para atacar a Nitos a su voluntad, cosa que no podía permitir. Aprovechando la destreza que la magia le brindaba, la ojiazul fue capaz de bloquear el ataque con un movimiento horizontal, que casi le cuesta el equilibrio.
Su oponente dio un par de pasos atrás, girando sus hachas con una sonrisa ladina, mientras la ojiazul trataba de enfocar su vista, la cual cada vez se volvía un poco más borrosa. Quedaba claro que estaba en desventaja y no tendría mucho tiempo antes de que su cuerpo colapsara, por lo que trató de buscar una estrategia que aumentara su porcentaje de supervivencia considerablemente. Hasta ese momento no había pensado en hacer uso del arte secreto de su familia, pues era un conocimiento que se le había negado desde pequeña por su condición como sanadora, pero tendría que arriesgarse a probar si es que quería acabar con eso de una buena vez. Empuñó su espada, acomodando los conocimientos teóricos que tenía sobre el tema en su cabeza, y corrió con todas sus fuerzas hacia el hombre, atacándolo con un movimiento lateral ascendente, que hábilmente fue bloqueado por las hachas de éste.
La diferencia de fuerzas era incomparable y ella solo se mantenía de pie por la magia que potenciaba las distintas partes de su cuerpo donde se concentraba. Poco a poco comenzaba a perder la rapidez y su cuerpo tardaba un tanto más en reaccionar, dándole a entender que estaba por llegar a su límite. El dolor en su hombro la hizo soltar la espada, mientras retrocedía para evitar que una de esas hachas terminara lo que habían comenzado. La macabra sonrisa de su oponente se enmarcó aún más cuando la espalda de la rubia topó con el tronco de un enorme árbol; la tenía justo donde la quería, o eso es lo que él creyó. Ese era el momento indicado. Apenas si fue capaz de esquivar el ataque de las hachas, mientras rápidamente canalizaba la magia que le quedaba en las palmas de sus manos, moviéndolas con destreza por los diferentes puntos vitales del cuerpo de su oponente, quien no tardó en caer de espaldas sin un ápice de vida.
Levantó la borrosa mirada, notando como su compañero se encontraba en problemas al tener al hombre de cabello largo tan peligrosamente cerca de él. Avanzó un par de pasos y con la última energía que quedaba en su cuerpo tomó la daga de Bio, lanzándola hacia la espalda del oponente de Rauko, haciéndolo caer al instante por el dolor. Esbozó una pequeña sonrisa, pues había conseguido descifrar una nueva forma de combate, tan peligrosa como silenciosa y todo se lo debía a lo que había escuchado de su clan y a sus habilidades de sanadora. Al menos esto fue lo último que alcanzó a recordar antes de que todo se volviese oscuro.
Asintió con una ligera sonrisa, pues, aunque el joven parecía complacido con su desempeño, era él quien se merecía todo el crédito por tan espectacular encuentro. El muchacho se acercó al arma que yacía insulsamente en el suelo y la levantó para entregársela, permitiéndole a la ojiazul admirarla un momento. La rama secundaria de la familia Elaynor se dedicaba al combate, tanto a distancia como cuerpo a cuerpo, mientras que la rama principal se encargaba del daño mágico; mientras que los sanadores eran escasos en ambas ramas y es por eso que a ella se le trataba como si fuese la cosa más frágil del mundo. A veces se preguntaba qué hubiese pasado si los papeles se hubiesen invertido y ella fuese la portadora de la habilidad de daño mágico en lugar de su hermano. Seguramente las cosas serían muy distintas. No tuvo mucho tiempo de pensar en ello, pues Rauko llamó su atención al preguntarle cómo es que había logrado aquella extraña maniobra, haciéndola parpadear un par de veces antes de sonreírle.
—De hecho, te lo debo a ti —señaló—. ¿Recuerdas cuando Destino te decía que concentraras tu magia en tus piernas para saltar más alto? —Sonrió—. Pues es básicamente los que hice, concentré mi magia en mis articulaciones para así moverme con más agilidad y rapidez —soltó una pequeña risita—. Por mí misma no hubiese salido con vida de ahí.
No tuvo más tiempo de seguir con las explicaciones, pues de la nada una antorcha voló por encima de ellos, impactándose en un puesto de vigilancia cercano. Ashy intentó detener a Tier, quien rápidamente corrió hacia el lugar como si de ello dependiese su vida, pero fue inútil y al final no hubo nada que detuviese al joven. Una nueva antorcha captó la atención de todos al caer cerca de ellos, mientras Rauko se encargaba de apagarla. Los sucesos transcurrieron de una manera extraordinariamente rápida, al punto que la rubia no tuvo tiempo para asimilarlos. El puesto de madera cedió ante la llamarada, enterrando al adorable Tier bajo los escombros, frente a la atónita mirada de todos los presentes. El instructor volvió a llamarlos, indicándoles que salvaran a Nitos mientras él se disponía a buscar al menor de los elfos. La de orbes azulados asintió sin dudarlo cuando su compañero le encargó cuidar de Nitos y rápidamente corrió al lado de éste.
Rauko se defendía de una manera audaz, pero eso no era algo que sorprendiera a la rubia, pues ya había demostrado que era más capaz de lo que él mismo creía. Lamentablemente no podía decir lo mismo del mayor de los hermanos, quien, resignado a la perdida de Tier, no parecía estar lo suficientemente cuerdo como para reaccionar. Ashy gritó cuando el hombre de la espada pateó a su compañero, olvidando por un momento que el otro hombre de risa desagradable se encontraba peligrosamente cerca de su posición. La pequeña elfa dirigió su vista al oponente con el que tendría que enfrentarse, buscando que los engranes de su mente le brindasen un plan para acabar salir bien librada de tal situación. Nitos no se encontraba en condiciones de ayudarla y solo le restaba protegerlo; cosa que volvía todo un poco más complicado. Nunca antes había peleado con un oponente similar. De hecho, nunca antes había enfrentado una situación así, por lo que tendría que fiarse de sus habilidades y buscar las debilidades de su oponente durante el combate.
—Bonito rostro —se mofó el hombre—. Casi me apena tener que deformarlo.
—Nitos —le habló con seriedad—. Tier estará bien, pero necesitas salir de aquí a la menor oportunidad —era inútil, el joven elfo simplemente no respondía.
—Los volveremos pedacitos, ¿verdad, hermosas? —Nuevamente habló con sus hachas, mirando fijamente a ambos elfos con esa horrenda sonrisa burlesca.
Ashy frunció el ceño y volvió a canalizar su magia en sus articulaciones, esperando el momento adecuado para hacer uso de ella. En ese punto el cansancio previo comenzaba a hacerse presente, por lo que forzar a su cuerpo más a allá de sus límites le cobraría una larga factura al final, aunque valdría la pena si todo resultaba. Un ataque horizontal fue lanzado desde la diestra de su oponente y Ashy apenas fue capaz de esquivarlo. Dos hachas contra una espada no parecían algo muy justo, pero no era tiempo de reñir a los Dioses por su infortunio. Su movimiento la había apartado un poco del hombre, dejándole el camino libre para atacar a Nitos a su voluntad, cosa que no podía permitir. Aprovechando la destreza que la magia le brindaba, la ojiazul fue capaz de bloquear el ataque con un movimiento horizontal, que casi le cuesta el equilibrio.
Su oponente dio un par de pasos atrás, girando sus hachas con una sonrisa ladina, mientras la ojiazul trataba de enfocar su vista, la cual cada vez se volvía un poco más borrosa. Quedaba claro que estaba en desventaja y no tendría mucho tiempo antes de que su cuerpo colapsara, por lo que trató de buscar una estrategia que aumentara su porcentaje de supervivencia considerablemente. Hasta ese momento no había pensado en hacer uso del arte secreto de su familia, pues era un conocimiento que se le había negado desde pequeña por su condición como sanadora, pero tendría que arriesgarse a probar si es que quería acabar con eso de una buena vez. Empuñó su espada, acomodando los conocimientos teóricos que tenía sobre el tema en su cabeza, y corrió con todas sus fuerzas hacia el hombre, atacándolo con un movimiento lateral ascendente, que hábilmente fue bloqueado por las hachas de éste.
La diferencia de fuerzas era incomparable y ella solo se mantenía de pie por la magia que potenciaba las distintas partes de su cuerpo donde se concentraba. Poco a poco comenzaba a perder la rapidez y su cuerpo tardaba un tanto más en reaccionar, dándole a entender que estaba por llegar a su límite. El dolor en su hombro la hizo soltar la espada, mientras retrocedía para evitar que una de esas hachas terminara lo que habían comenzado. La macabra sonrisa de su oponente se enmarcó aún más cuando la espalda de la rubia topó con el tronco de un enorme árbol; la tenía justo donde la quería, o eso es lo que él creyó. Ese era el momento indicado. Apenas si fue capaz de esquivar el ataque de las hachas, mientras rápidamente canalizaba la magia que le quedaba en las palmas de sus manos, moviéndolas con destreza por los diferentes puntos vitales del cuerpo de su oponente, quien no tardó en caer de espaldas sin un ápice de vida.
Levantó la borrosa mirada, notando como su compañero se encontraba en problemas al tener al hombre de cabello largo tan peligrosamente cerca de él. Avanzó un par de pasos y con la última energía que quedaba en su cuerpo tomó la daga de Bio, lanzándola hacia la espalda del oponente de Rauko, haciéndolo caer al instante por el dolor. Esbozó una pequeña sonrisa, pues había conseguido descifrar una nueva forma de combate, tan peligrosa como silenciosa y todo se lo debía a lo que había escuchado de su clan y a sus habilidades de sanadora. Al menos esto fue lo último que alcanzó a recordar antes de que todo se volviese oscuro.
Ashryn Elaynor
Honorable
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Re: Cuidado con los elfos [Trabajo][Rauko+Ashryn]
El fuego crecía recio e indomable dentro de la pequeña estructura que pronto se vendría abajo mientras el joven elfo se mantenía hecho bolita en un rincón, aferrado a la capa que parecía querer cobrarle con su vida misma por la osadía de entrar a buscarla -Levántate, debes hacerlo- Dijo Destino con voz firme e imperativa al chico que parecía resistirse a abandonar el lugar que consideraba su rincón seguro, aunque solo era cuestión de tiempo para que el techo le cayera encima -¡¡Ven!!- Gritó el pelinegro en tono autoritario esperando convencer al chico -No dejes que termine así, tu hermano te necesita- El argumento iba ahora dirigido a conmover, pues obligar no estaba dando buen resultado y efectivamente el jovencito se levantó y corrió a través de las llamas al tiempo que el techo comenzaba a venirse abajo.
Entre pedazos de madera encendidos que llovían tras él, Tier avanzó raudo e imparable hasta la puerta donde casi era aplastado y abrasado por las llamas pero en el último momento la mano de Destino tomó la suya y lo haló hacia afuera cayendo ambos sobre el piso a un lado del puesto de vigilancia aún en llamas; por si fuera poco, al ver hacia un lado el pelinegro vio al resto de sus pupilos en peligro, tras apartar al elfito a un lado como si fuera un trapo apoyó las manos en el piso y se impulsó con las piernas para ponerse de pie en un solo movimiento, tomó su espada decidido a correr para evitar la casi inevitable desgracia pero para su sorpresa la elfa le dio una sorpresa al neutralizar a su oponente con una rápida sucesión de toques ¿Qué había sido eso? No había tiempo para analizar pues Rauko también se encontraba en peligro, aunque la elfa también logró en un último aliento lanzar una daga al oponente de su compañero de clan para hacerlo caer apuñalado.
Los pupilos se habían defendido bien, cosa que Destino veía lleno de orgullo, la raza no estaba perdida después de todo, o al menos no completamente; mientras quedaran algunos más como ellos seguramente podrían seguir adelante, solamente tendrían que entrenar un poquito más, ser más atentos, más disciplinados, exterminar la raza de brujos, cosas que a la larga no tenían gran dificultad; un pequeño trote llevó al pelinegro a donde se encontraba Rauko para luego ir juntos a donde se encontraba Ashryn, aunque fue sorprendido por el sujeto de la espada, quien incluso con la puñalada en la espalda se había levantado en un último esfuerza para apuñalar a Destino por la espalda, aunque el esfuerzo fue rápidamente detenido por una flecha que se le incrustó en el pecho al pobre hombre, seguido de una segunda flecha y luego una tercera cerca del mismo sitio, las cuales le hicieron retroceder con los ojos blancos; las otras siete flechas que se le incrustaron no eran realmente necesarias pero ya que estaban ahí pues ni modo, el hombre cayó finalmente al piso adornado por las flechas que había lanzado Tier desde lejos, y con su capa ondeante permanecía sosteniendo el arco con los ojos llenos de lágrimas.
Justamente el que menos quería pelear había salvado la vida al instructor en el último momento al tomar la decisión indicada, aunque se quiera ser pacifista siempre habrá un momento en que no habrá más opción que luchar para defender a aquellos que nos importan, esa era la lección que a la fuerza habían aprendido los dos hermanos, en especial Tier, que ahora avanzaba para abrazar a su hermano. Destino por su parte solo miró a Rauko y le señaló a su compañera para que le ayudara mientras él se dedicaba a asegurarse de que los sujetos estuvieran muertos, cosa que conseguiría apuñalándolos repetidas veces con la espada, solo por precaución -El orgullo de nuestra raza vive en ustedes- Dijo a sus pupilos -Han luchado bien, los elfos no serán exterminados y no se puede más que sentir lástima por aquel que quiera internarlo- Se recostó a un árbol extendiendo la mano con la palma hacia arriba para sentir el rocío de una lluvia que comenzaba a caer tal vez como designio de los dioses para apagar el fuego que quedaba y proteger el bosque.
Entre pedazos de madera encendidos que llovían tras él, Tier avanzó raudo e imparable hasta la puerta donde casi era aplastado y abrasado por las llamas pero en el último momento la mano de Destino tomó la suya y lo haló hacia afuera cayendo ambos sobre el piso a un lado del puesto de vigilancia aún en llamas; por si fuera poco, al ver hacia un lado el pelinegro vio al resto de sus pupilos en peligro, tras apartar al elfito a un lado como si fuera un trapo apoyó las manos en el piso y se impulsó con las piernas para ponerse de pie en un solo movimiento, tomó su espada decidido a correr para evitar la casi inevitable desgracia pero para su sorpresa la elfa le dio una sorpresa al neutralizar a su oponente con una rápida sucesión de toques ¿Qué había sido eso? No había tiempo para analizar pues Rauko también se encontraba en peligro, aunque la elfa también logró en un último aliento lanzar una daga al oponente de su compañero de clan para hacerlo caer apuñalado.
Los pupilos se habían defendido bien, cosa que Destino veía lleno de orgullo, la raza no estaba perdida después de todo, o al menos no completamente; mientras quedaran algunos más como ellos seguramente podrían seguir adelante, solamente tendrían que entrenar un poquito más, ser más atentos, más disciplinados, exterminar la raza de brujos, cosas que a la larga no tenían gran dificultad; un pequeño trote llevó al pelinegro a donde se encontraba Rauko para luego ir juntos a donde se encontraba Ashryn, aunque fue sorprendido por el sujeto de la espada, quien incluso con la puñalada en la espalda se había levantado en un último esfuerza para apuñalar a Destino por la espalda, aunque el esfuerzo fue rápidamente detenido por una flecha que se le incrustó en el pecho al pobre hombre, seguido de una segunda flecha y luego una tercera cerca del mismo sitio, las cuales le hicieron retroceder con los ojos blancos; las otras siete flechas que se le incrustaron no eran realmente necesarias pero ya que estaban ahí pues ni modo, el hombre cayó finalmente al piso adornado por las flechas que había lanzado Tier desde lejos, y con su capa ondeante permanecía sosteniendo el arco con los ojos llenos de lágrimas.
Justamente el que menos quería pelear había salvado la vida al instructor en el último momento al tomar la decisión indicada, aunque se quiera ser pacifista siempre habrá un momento en que no habrá más opción que luchar para defender a aquellos que nos importan, esa era la lección que a la fuerza habían aprendido los dos hermanos, en especial Tier, que ahora avanzaba para abrazar a su hermano. Destino por su parte solo miró a Rauko y le señaló a su compañera para que le ayudara mientras él se dedicaba a asegurarse de que los sujetos estuvieran muertos, cosa que conseguiría apuñalándolos repetidas veces con la espada, solo por precaución -El orgullo de nuestra raza vive en ustedes- Dijo a sus pupilos -Han luchado bien, los elfos no serán exterminados y no se puede más que sentir lástima por aquel que quiera internarlo- Se recostó a un árbol extendiendo la mano con la palma hacia arriba para sentir el rocío de una lluvia que comenzaba a caer tal vez como designio de los dioses para apagar el fuego que quedaba y proteger el bosque.
Destino
Maestro de las Mil Espadas
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Re: Cuidado con los elfos [Trabajo][Rauko+Ashryn]
Es difícil creer cómo la vida puede sorprenderte de distintas maneras en sólo segundos. En apenas unos instantes atrás me encontraba escuchando atentamente las palabras de Ash, pero antes de que pudiera responderle una serie de drásticos y repentinos sucesos lo cambiaron todo, y cuando pude percatarme nuevamente de la situación, un sujeto de cabello largo estaba a punto de cortarme por la mitad para darle final a mi existencia. Sin duda alguna, nunca se puede estar preparado para lo inesperado, pero… morir en ese lugar… ¿en realidad mi historia acabaría así?
En aquel instante pude contemplar la escena que ante mis ojos parecía avanzar con una gran lentitud, y sólo fui capaz de distinguir lo inevitable que era mi derrota; pero yo no quería morir en aquel combate y mucho menos sin antes haber cumplido con mis objetivos en la vida. No importaba lo desfavorable que se mostrara la situación, yo me negaba a rendirme y aceptar el final. No podía permitirme morir delante de Ash ya que eso posiblemente le afectaría de alguna forma que no me agradaría. Además, todavía debía cumplir mi promesa de darle a Xana una vida libre de la oscuridad de su pasado.
Todas estas cosas pasaron por mi mente en apenas un parpadeo y fue suficiente para impulsarme a intentar salvarme a toda costa. Así que me decidí y me preparé para evadir a mi oponente. Hice lo posible por alejarme rápidamente dando un paso hacia atrás e intenté colocar mi espada en el lugar adecuado para que me sirviera como un escudo contra el arma enemiga. Por desgracia, mis movimientos fueron demasiado lentos y no me quedó de otra más que esperar recibir el corte. Ahora mi objetivo era sobrevivir hasta que alguien me ayudara.
Repentinamente, al contrario de lo que esperaba, mi piel no llegó a ser cortada sino que por alguna razón el espadachín cayó de rodillas frente a mí y luego su cuerpo se fue hacia adelante hasta que su rostro impactó contra el suelo, mientras que yo sólo pude observar con una clara confusión dibujada en mi rostro -¿Pero qué…?- Me pregunté para luego dar un par de pasos hacia atrás temiendo que se tratase de alguna trampa.
Fue entonces cuando pude observar una daga clavada en la espalda del espadachín, una daga que por alguna razón me resultaba un poco familiar; aunque aun viendo el arma retrocedí un par de pasos más, pero esta vez sintiéndome más tranquilo -Supongo que “nunca apartes tus ojos de tu oponente” no es un buen consejo- Comenté con ironía, resaltando lo que anteriormente me había dicho el espadachín.
En ese mismo instante Destino se me acercó, logrando con el sonido de sus pasos que yo apartara la mirada del espadachín y de ese modo pudiera percatarme que Ash estaba reposando inconsciente sobre el suelo -¡Ash!- Exclamé creyendo que le había sucedido lo peor. Inmediatamente, junto con Destino, me dirigí hacia donde se encontraba mi compañera.
No obstante, antes de poder alcanzarla fuimos sorprendidos por el espadachín quien, sólo con su fuerza de voluntad, se había levantado para asesinar a Destino en un último intento. Sin embargo sus planes se verían frustrados gracias a la intervención del personaje menos pensado.
Una flecha se clavó en el pecho del espadachín, logrando detenerlo por unos instantes, pero el arquero no se detendría y no dudó en disparar más y más flechas que poco a poco fueron acumulándose en el torso del desafortunado. Para sorpresa de todos, aquel arquero que no había mostrado piedad alguna, se trataba de nada más y nada menos que de Tier quien, en ese momento, posaba como un verdadero héroe de historias épicas.
Contemplé aquella escena y quedé atónito por unos segundos, admirando al elfo que todavía no tenía la apariencia digna de un guerrero. No obstante, opté por ignorar a Tier para dirigirme de una vez por todas a donde se encontraba mi compañera de gremio.
Una vez al lado de Ash, la acomodé y la examiné para asegurarme que todavía tuviera pulso. Afortunadamente su corazón seguía latiendo. Al saber eso me senté mientras desaparecía toda preocupación que me angustiaba, y finalmente pude sentirme aliviado, pues aunque apenas conocía a aquella elfa no quería verla muerta.
Destino por su parte, borró el silencio del momento dedicando unas palabras donde expresaba el orgullo que sentía por sus pupilos ya que él, después de todo lo visto en aquel día, creía que con nuestro potencial podríamos proteger a nuestra raza; y su diálogo terminaría para que poco después una oportuna lluvia comenzara a caer sobre todos.
Al final todo había salido bien, aunque no como lo había esperado, pero por lo menos seguía vivo para sentir la lluvia caer sobre mí en un magnífico momento de tranquilidad, algo que sólo podía disfrutar gracias a la persona que había lanzado la daga -(Un momento, la daga fue lanzada desde esta dirección y la única persona que estaba aquí era Ash, así que ella me salvó)- Deduje para luego sentirme como un completo estúpido por no haberlo notado antes.
Después de esto miré al cielo y sonreí sin razón aparente, tal vez porque me sentía vivo, me sentía bien, sentía paz en mi interior; y no dudé en agradecer por aquellos sentimientos que abrazaban mi alma -Gracias, Ash- Dije con un tono de serenidad y calma, sin importarme si Ash estaba despierta o no -Jamás olvidaré este día porque estuve a punto de morir y tú me salvaste- Añadí sin apartar la mirada del cielo que poco a poco era ocultado por las nubes -Desde hoy… te debo mi vida- Una vez dicho eso esperé haberme mostrado lo más agradecido posible… y hasta un poco dramático, pues nunca está demás ser teatral; además, tal vez a Ash le resultaría agradable escuchar mis palabras.
En aquel instante pude contemplar la escena que ante mis ojos parecía avanzar con una gran lentitud, y sólo fui capaz de distinguir lo inevitable que era mi derrota; pero yo no quería morir en aquel combate y mucho menos sin antes haber cumplido con mis objetivos en la vida. No importaba lo desfavorable que se mostrara la situación, yo me negaba a rendirme y aceptar el final. No podía permitirme morir delante de Ash ya que eso posiblemente le afectaría de alguna forma que no me agradaría. Además, todavía debía cumplir mi promesa de darle a Xana una vida libre de la oscuridad de su pasado.
Todas estas cosas pasaron por mi mente en apenas un parpadeo y fue suficiente para impulsarme a intentar salvarme a toda costa. Así que me decidí y me preparé para evadir a mi oponente. Hice lo posible por alejarme rápidamente dando un paso hacia atrás e intenté colocar mi espada en el lugar adecuado para que me sirviera como un escudo contra el arma enemiga. Por desgracia, mis movimientos fueron demasiado lentos y no me quedó de otra más que esperar recibir el corte. Ahora mi objetivo era sobrevivir hasta que alguien me ayudara.
Repentinamente, al contrario de lo que esperaba, mi piel no llegó a ser cortada sino que por alguna razón el espadachín cayó de rodillas frente a mí y luego su cuerpo se fue hacia adelante hasta que su rostro impactó contra el suelo, mientras que yo sólo pude observar con una clara confusión dibujada en mi rostro -¿Pero qué…?- Me pregunté para luego dar un par de pasos hacia atrás temiendo que se tratase de alguna trampa.
Fue entonces cuando pude observar una daga clavada en la espalda del espadachín, una daga que por alguna razón me resultaba un poco familiar; aunque aun viendo el arma retrocedí un par de pasos más, pero esta vez sintiéndome más tranquilo -Supongo que “nunca apartes tus ojos de tu oponente” no es un buen consejo- Comenté con ironía, resaltando lo que anteriormente me había dicho el espadachín.
En ese mismo instante Destino se me acercó, logrando con el sonido de sus pasos que yo apartara la mirada del espadachín y de ese modo pudiera percatarme que Ash estaba reposando inconsciente sobre el suelo -¡Ash!- Exclamé creyendo que le había sucedido lo peor. Inmediatamente, junto con Destino, me dirigí hacia donde se encontraba mi compañera.
No obstante, antes de poder alcanzarla fuimos sorprendidos por el espadachín quien, sólo con su fuerza de voluntad, se había levantado para asesinar a Destino en un último intento. Sin embargo sus planes se verían frustrados gracias a la intervención del personaje menos pensado.
Una flecha se clavó en el pecho del espadachín, logrando detenerlo por unos instantes, pero el arquero no se detendría y no dudó en disparar más y más flechas que poco a poco fueron acumulándose en el torso del desafortunado. Para sorpresa de todos, aquel arquero que no había mostrado piedad alguna, se trataba de nada más y nada menos que de Tier quien, en ese momento, posaba como un verdadero héroe de historias épicas.
Contemplé aquella escena y quedé atónito por unos segundos, admirando al elfo que todavía no tenía la apariencia digna de un guerrero. No obstante, opté por ignorar a Tier para dirigirme de una vez por todas a donde se encontraba mi compañera de gremio.
Una vez al lado de Ash, la acomodé y la examiné para asegurarme que todavía tuviera pulso. Afortunadamente su corazón seguía latiendo. Al saber eso me senté mientras desaparecía toda preocupación que me angustiaba, y finalmente pude sentirme aliviado, pues aunque apenas conocía a aquella elfa no quería verla muerta.
Destino por su parte, borró el silencio del momento dedicando unas palabras donde expresaba el orgullo que sentía por sus pupilos ya que él, después de todo lo visto en aquel día, creía que con nuestro potencial podríamos proteger a nuestra raza; y su diálogo terminaría para que poco después una oportuna lluvia comenzara a caer sobre todos.
Al final todo había salido bien, aunque no como lo había esperado, pero por lo menos seguía vivo para sentir la lluvia caer sobre mí en un magnífico momento de tranquilidad, algo que sólo podía disfrutar gracias a la persona que había lanzado la daga -(Un momento, la daga fue lanzada desde esta dirección y la única persona que estaba aquí era Ash, así que ella me salvó)- Deduje para luego sentirme como un completo estúpido por no haberlo notado antes.
Después de esto miré al cielo y sonreí sin razón aparente, tal vez porque me sentía vivo, me sentía bien, sentía paz en mi interior; y no dudé en agradecer por aquellos sentimientos que abrazaban mi alma -Gracias, Ash- Dije con un tono de serenidad y calma, sin importarme si Ash estaba despierta o no -Jamás olvidaré este día porque estuve a punto de morir y tú me salvaste- Añadí sin apartar la mirada del cielo que poco a poco era ocultado por las nubes -Desde hoy… te debo mi vida- Una vez dicho eso esperé haberme mostrado lo más agradecido posible… y hasta un poco dramático, pues nunca está demás ser teatral; además, tal vez a Ash le resultaría agradable escuchar mis palabras.
Rauko
Aerandiano de honor
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Re: Cuidado con los elfos [Trabajo][Rauko+Ashryn]
No supo cuánto tiempo estuvo inconsciente, pero lo último que recordaba era ver a Rauko en problemas y a su daga impactarse con la espalda del atacante. Como era de esperarse el cansancio le había cobrado factura por abusar de su cuerpo en aquella medida. Había muchas interrogantes en su cabeza, muchas cosas que debía esclarecer y sobre todo muchas cosas que aprender sobre aquella extraña aventura. Sentía como los músculos le dolían y estaba segura de que la lesión en su hombro necesitaría de varios cuidados, aunque ese sería el menor de sus problemas. Al haber forzado a su cuerpo de aquella manera podría inclusive llegar a presentar algún tipo de atrofia en músculos y articulaciones, sin mencionar que tal vez pasarían varios días antes de que pudiese usar su magia otra vez. Definitivamente había sido bastante imprudente.
En medio de su inconsciencia fue capaz de percibir unas breves palabras por parte de su compañero. Él estaba agradecido por el hecho de que ella le salvara la vida y no dudó en expresarlo, rectificando el hecho de que ahora se encontraba en deuda con ella. Eran las primeras palabras de tal índole que alguien le dirigía, inclusive parecía ser un sueño y ciertamente eso debía ser. Además, estaba el hecho de que ella no había hecho nada especial, el elfo era bastante hábil y ella simplemente se limitó a hacer algo que cualquier camarada hubiese hecho por otro; aunque no podía decir que no se sintiera feliz de escuchar aquellas palabras, aun si se trataba de su propia mente jugándole una mala broma. En el estado en que se encontraba ya no podía fiarse ni de su propia cordura, considerando que no tenía las fuerzas ni para despertar.
Pasó un buen rato antes de que su cuerpo le permitiese abrir los ojos, encontrándose con su compañero, quien, aparentemente había estado cuidándola en todo momento. Con esfuerzos logró sentarse, notando que el pequeño Tier se encontraba sano y salvo, cosa que la alegró sobremanera. Le sonrió a su compañero, diciéndole que no podía esperar para volver a trabajar junto a él, aunque secretamente quedaban las ganas de poder enfrentarlo de nuevo en algún momento futuro. Tendría que encontrar la forma de volver a practicar con la espada, además de perfeccionar el arte de su familia sin que ésta se enterase. Claro que en esos momento ella no sabía que terminaría viviendo con el cazador muy lejos de la familia Elaynor y sin que ellos lo supiesen.
En medio de su inconsciencia fue capaz de percibir unas breves palabras por parte de su compañero. Él estaba agradecido por el hecho de que ella le salvara la vida y no dudó en expresarlo, rectificando el hecho de que ahora se encontraba en deuda con ella. Eran las primeras palabras de tal índole que alguien le dirigía, inclusive parecía ser un sueño y ciertamente eso debía ser. Además, estaba el hecho de que ella no había hecho nada especial, el elfo era bastante hábil y ella simplemente se limitó a hacer algo que cualquier camarada hubiese hecho por otro; aunque no podía decir que no se sintiera feliz de escuchar aquellas palabras, aun si se trataba de su propia mente jugándole una mala broma. En el estado en que se encontraba ya no podía fiarse ni de su propia cordura, considerando que no tenía las fuerzas ni para despertar.
Pasó un buen rato antes de que su cuerpo le permitiese abrir los ojos, encontrándose con su compañero, quien, aparentemente había estado cuidándola en todo momento. Con esfuerzos logró sentarse, notando que el pequeño Tier se encontraba sano y salvo, cosa que la alegró sobremanera. Le sonrió a su compañero, diciéndole que no podía esperar para volver a trabajar junto a él, aunque secretamente quedaban las ganas de poder enfrentarlo de nuevo en algún momento futuro. Tendría que encontrar la forma de volver a practicar con la espada, además de perfeccionar el arte de su familia sin que ésta se enterase. Claro que en esos momento ella no sabía que terminaría viviendo con el cazador muy lejos de la familia Elaynor y sin que ellos lo supiesen.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: Cuidado con los elfos [Trabajo][Rauko+Ashryn]
Un trabajo entretenido y dinámico. Habéis estado los tres muy compenetrados a lo largo de la trama y eso ha favorecido a que sea un hilo ameno, sin partes forzadas. Permitidme decir que esperaba algo más. En sí el trabajo no está nada mal, en absoluto, pero viendo que sois los tres grandes users del foro y con una imaginación muy buena, esperaba un... ¿Giro de guión? Ha habido muchísimo entrenamiento (algo que se pedía en el trabajo) pero luego, el lío se ha resuelto en apenas un par de posts, me ha parecido muy rápida la resolución del nudo.
Aunque, a vuestro favor diré, que el tema elegido no da para muchos cambios y vosotros habéis añadido la dificultad de los malos que os atacan.
[#] Anotaciones y recompensas [#]
Destino: Destacaré tu frase "Una vez has arrebatado una vida, esta no vuelve y se lleva un pedazo de tu humanidad" como la mejor que he leído durante todo vuestro hilo. Me ha parecido excelente. Pero no solo eso, he de destacar otras muchas frases de grandes enseñanzas que me han parecido increíbles. Muy bien en tu papel de instructor. Se nota que has llevado la voz cantante durante todo el trabajo, aunque me ha dado la sensación que en ocasiones has obviado el intento de meter trama de tus compañeros.
Obtienes 20 pts de experiencia y 300 aeros.
Rauko: En algunas ocasiones no he podido evitar reíme por la facilidad humorística de tu personaje incluso en situaciones delicadas. Me ha gustado cómo has narrado el encuentro con Ashryn y la pelea entre ambos. Muy buen combate. Como recomendación, tienes un personaje muy bueno pero que le falta un poquito para explotar todo su potencial. Aquí se nota que has seguido las instrucciones del "maestro", muy bien en tu papel como pupilo, pero espero que en otro trabajo consigas hacerte destacar un poco más ya que he podido comprobar que tienes muchas cualidades.
Me ha gustado muchísimo cómo has narrado el combate y cómo ha avanzado tu relación con Ashryn en el hilo.
Obtienes 20 pts de experiencia y 300 aeros
Ashryn: Sorprendido me hallo al ver que entre dos guerreros tú también has sabido dar la talla más que de sobra y has logrado hacerte ver como una luchadora más. ¡Hay que tener cuidado contigo! Aunque tu rol en este trabajo también ha sido el de alumna de Destino, y en ocasiones te has convertido en sombra de sus acciones, en otras tantas destacabas mucho demostrando unas grandes habilidades.
El combate contra Rauko, muy bueno, me ha encantado. No me esperaba eso de la pequeña Ashy. Pero algo que me ha encantado ha sido que tu cansancio, narrado al principio, ha sido condicionante durante tu rol, y no sólo un mero apunte narrativo. Al igual que le he dicho a Rauko, también me ha gustado el avance de tu relación con él y cómo hilabas este trabajo con temas pasados.
Obientes 20 pts de experiencia y 300 aeros
*Las recompensas se han añadido a vuestros perfiles*
Aunque, a vuestro favor diré, que el tema elegido no da para muchos cambios y vosotros habéis añadido la dificultad de los malos que os atacan.
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[#] Anotaciones y recompensas [#]
Destino: Destacaré tu frase "Una vez has arrebatado una vida, esta no vuelve y se lleva un pedazo de tu humanidad" como la mejor que he leído durante todo vuestro hilo. Me ha parecido excelente. Pero no solo eso, he de destacar otras muchas frases de grandes enseñanzas que me han parecido increíbles. Muy bien en tu papel de instructor. Se nota que has llevado la voz cantante durante todo el trabajo, aunque me ha dado la sensación que en ocasiones has obviado el intento de meter trama de tus compañeros.
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Rauko: En algunas ocasiones no he podido evitar reíme por la facilidad humorística de tu personaje incluso en situaciones delicadas. Me ha gustado cómo has narrado el encuentro con Ashryn y la pelea entre ambos. Muy buen combate. Como recomendación, tienes un personaje muy bueno pero que le falta un poquito para explotar todo su potencial. Aquí se nota que has seguido las instrucciones del "maestro", muy bien en tu papel como pupilo, pero espero que en otro trabajo consigas hacerte destacar un poco más ya que he podido comprobar que tienes muchas cualidades.
Me ha gustado muchísimo cómo has narrado el combate y cómo ha avanzado tu relación con Ashryn en el hilo.
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Ashryn: Sorprendido me hallo al ver que entre dos guerreros tú también has sabido dar la talla más que de sobra y has logrado hacerte ver como una luchadora más. ¡Hay que tener cuidado contigo! Aunque tu rol en este trabajo también ha sido el de alumna de Destino, y en ocasiones te has convertido en sombra de sus acciones, en otras tantas destacabas mucho demostrando unas grandes habilidades.
El combate contra Rauko, muy bueno, me ha encantado. No me esperaba eso de la pequeña Ashy. Pero algo que me ha encantado ha sido que tu cansancio, narrado al principio, ha sido condicionante durante tu rol, y no sólo un mero apunte narrativo. Al igual que le he dicho a Rauko, también me ha gustado el avance de tu relación con él y cómo hilabas este trabajo con temas pasados.
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Fehu
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