La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
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La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
"Do what you want ´cause a pirate is free, you are a pirate"
Alexander Andiel Redstone, como el prefería llamarse ahora mismo, Striker el Pirata, aunque todavía no tenía ni una tripulación ni un barco estaba seguro que todo funcionaria y pronto estaría recorriendo los mares y obteniendo tesoros. No había escapado de su hogar para no lograr nada, antes de que lo encontraran ya estaría en la mar, viviendo la gran vida de los bucaneros,
El primer objetivo era simple, obtener gente con el valor suficiente para unirse a su tripulación y el dinero suficiente para comprar o construir un barco.
“Pero, soy un pirata, podría robarme un barco y ya”
“Claro, como si fuera tan fácil robarse un barco, no es cosa de subirse y llevárselo”
“Bueno bueno, no importa, todo va a salir bien, todo va a salir bien”
Striker ingreso a la ciudad silbando una pequeña tonada pirata, mirando a los guardias con una amplia sonrisa, eran enemigos naturales, piratas y guardias, pero todavía no tenían ninguna razón para perseguirlo, claro, por ahora…, ya les daria unas buenas razones cuando fuera un famoso pirata.
No podría entrar a ninguna ciudad sin ser perseguido, así de famoso esperaba ser.
Se preguntaba si alguien podría darle algo de direcciones, tenía entendido que existía un puerto importante en la ciudad, y los puertos tienen marineros y barcos, dos cosas que necesitaba. Quizás encontrara un barco libre y…
“Ya hablamos de esto, no puedo robarme un barco sin llamar la atención, y al menos necesito una tripulación, no hay que arruinar la aventura antes de que empiece”
Como podría ganar dinero… no necesitaba necesariamente ser un trabajo honrado.
Mitica cancion pirata
Alexander Andiel Redstone, como el prefería llamarse ahora mismo, Striker el Pirata, aunque todavía no tenía ni una tripulación ni un barco estaba seguro que todo funcionaria y pronto estaría recorriendo los mares y obteniendo tesoros. No había escapado de su hogar para no lograr nada, antes de que lo encontraran ya estaría en la mar, viviendo la gran vida de los bucaneros,
El primer objetivo era simple, obtener gente con el valor suficiente para unirse a su tripulación y el dinero suficiente para comprar o construir un barco.
“Pero, soy un pirata, podría robarme un barco y ya”
“Claro, como si fuera tan fácil robarse un barco, no es cosa de subirse y llevárselo”
“Bueno bueno, no importa, todo va a salir bien, todo va a salir bien”
Striker ingreso a la ciudad silbando una pequeña tonada pirata, mirando a los guardias con una amplia sonrisa, eran enemigos naturales, piratas y guardias, pero todavía no tenían ninguna razón para perseguirlo, claro, por ahora…, ya les daria unas buenas razones cuando fuera un famoso pirata.
No podría entrar a ninguna ciudad sin ser perseguido, así de famoso esperaba ser.
Se preguntaba si alguien podría darle algo de direcciones, tenía entendido que existía un puerto importante en la ciudad, y los puertos tienen marineros y barcos, dos cosas que necesitaba. Quizás encontrara un barco libre y…
“Ya hablamos de esto, no puedo robarme un barco sin llamar la atención, y al menos necesito una tripulación, no hay que arruinar la aventura antes de que empiece”
Como podría ganar dinero… no necesitaba necesariamente ser un trabajo honrado.
Última edición por Andiel el Jue Ene 05 2017, 04:55, editado 1 vez
Andiel
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
El pueblo de Lunargenta, bonito y variado, pero ya me estaba aburriendo… lo único entretenido que había ahí era conocer a nuevas personas, fastidiar a todo el mundo o practicar mis técnicas de hurto.
Mi objetivo este día sería un pequeño gran robo de… aún no estaba segura que robaría, pero estaba claro que no usaría un método ya conocido, quería probar cosas nuevas y que presentase realmente un nuevo reto para mí.
Me levanté entusiasmada, estaba practicando un ritual para levantarme que era muy interesante y nuevo, algo que me hacía despertar enérgica y con mucha vibra positiva para desempeñar mi día. El proceso era sencillo, debía realizar seis pequeñas tareas en un tiempo aproximado de un minuto para así no retrasar mi desayuno. Lo primero era meditar, dispersar mi mente y dejarla lo más blanca posible; lo segundo era visualizar mi día, hoy sería un día de ser una pequeña ladronzuela astuta pero siempre con glamour, así que me imaginé cruzando con actitud el pueblo y siendo una inteligentísima ladrona; el tercer paso era agradecer, estar feliz por mi día más de vida, por tener a un aionsito lindo de mejor amigo y tener a el papá más poderoso de aerandir; el cuarto era escribir cualquier cosa que se me ocurriese: “Soy fabulosa, y mi día irá excelente”; luego había que leer una frase en algún libro al azar y por último hacer en tiempo corto pequeños ejercicios que me emocionaran; hoy me tocaba saltar la cuerda a mucha velocidad y terminar haciendo 30 segundo en plancha.
-Soy lo máximo- dije al terminar mi nuevísima rutina -Ningún ser se resistiría a mis encantos- pensé unos instantes en Chimar y luego pensé -¿Qué haces tu pensando en ese niño ah? ¡Concentrate!-
Salí en búsqueda de mi objetivo, tenía que ser alguien fácil de robar, pues lo que pretendía quitarle iba a ser grande. La dificultad de este trabajo iba a ser quitarle el objeto y no la persona portadora en sí.
-¡Bingooo!- exclamé al ver al objetivo perfecto -Uy… no sé si quitarle el arma o el chaleco rojo que lleva puesto. Ambos son sumamente difíciles Pelusa ¿Tú que dices?- le pregunté a mi aion.
-Tienes razón Pelusa. Lo interesante es que sea sumamente difícil. Le quitaré el chaleco rojo- le aseguré a mi aion -Pero… ¿Cómo lo haremos? ¿Lo hago sin que se dé cuenta de mi presencia? ¿Y si utilizo mis habilidades de convencimiento para que me lo dé al final del día? Si si eso haré. Fingiré ser su amiga y cuando se descuide baugh… lo robo y le regalo esa chaqueta ah… hmmm a Bio seguro le quedará bien; a mi papi le queda bien todo- sonreí.
Corrí hasta donde se encontraba aquel hombre de ojos alargados, me interpuse en su camino y estiré mi mano para presentarme.
-Hola, mucho gusto… Soy Maguita… ¿Tú no eres de por aquí verdad?- traté de analizar un poco sus expresiones para entablar una mejor conversación -¿Estás perdido? ¿Puedo ayudarte en algo? Te aseguro que yo no soy sólo una cara bonita, también soy agradable ¿Puedo acompañarte? ¿Quieres amiguitos? - dije ahogándolo en preguntas -Mira mira… te presento a Pelusa ¿Te gustan los animales? ¿Te parezco linda? ¿Quieres que Pelusa y yo te acompañemos hasta el fin de los tiempos? ¿Quieres hacer un saludo de puñito?- estiré mi mano con el puño cerrado para que me correspondiera el saludo.
Mi objetivo este día sería un pequeño gran robo de… aún no estaba segura que robaría, pero estaba claro que no usaría un método ya conocido, quería probar cosas nuevas y que presentase realmente un nuevo reto para mí.
Me levanté entusiasmada, estaba practicando un ritual para levantarme que era muy interesante y nuevo, algo que me hacía despertar enérgica y con mucha vibra positiva para desempeñar mi día. El proceso era sencillo, debía realizar seis pequeñas tareas en un tiempo aproximado de un minuto para así no retrasar mi desayuno. Lo primero era meditar, dispersar mi mente y dejarla lo más blanca posible; lo segundo era visualizar mi día, hoy sería un día de ser una pequeña ladronzuela astuta pero siempre con glamour, así que me imaginé cruzando con actitud el pueblo y siendo una inteligentísima ladrona; el tercer paso era agradecer, estar feliz por mi día más de vida, por tener a un aionsito lindo de mejor amigo y tener a el papá más poderoso de aerandir; el cuarto era escribir cualquier cosa que se me ocurriese: “Soy fabulosa, y mi día irá excelente”; luego había que leer una frase en algún libro al azar y por último hacer en tiempo corto pequeños ejercicios que me emocionaran; hoy me tocaba saltar la cuerda a mucha velocidad y terminar haciendo 30 segundo en plancha.
-Soy lo máximo- dije al terminar mi nuevísima rutina -Ningún ser se resistiría a mis encantos- pensé unos instantes en Chimar y luego pensé -¿Qué haces tu pensando en ese niño ah? ¡Concentrate!-
Salí en búsqueda de mi objetivo, tenía que ser alguien fácil de robar, pues lo que pretendía quitarle iba a ser grande. La dificultad de este trabajo iba a ser quitarle el objeto y no la persona portadora en sí.
-¡Bingooo!- exclamé al ver al objetivo perfecto -Uy… no sé si quitarle el arma o el chaleco rojo que lleva puesto. Ambos son sumamente difíciles Pelusa ¿Tú que dices?- le pregunté a mi aion.
-Tienes razón Pelusa. Lo interesante es que sea sumamente difícil. Le quitaré el chaleco rojo- le aseguré a mi aion -Pero… ¿Cómo lo haremos? ¿Lo hago sin que se dé cuenta de mi presencia? ¿Y si utilizo mis habilidades de convencimiento para que me lo dé al final del día? Si si eso haré. Fingiré ser su amiga y cuando se descuide baugh… lo robo y le regalo esa chaqueta ah… hmmm a Bio seguro le quedará bien; a mi papi le queda bien todo- sonreí.
Corrí hasta donde se encontraba aquel hombre de ojos alargados, me interpuse en su camino y estiré mi mano para presentarme.
-Hola, mucho gusto… Soy Maguita… ¿Tú no eres de por aquí verdad?- traté de analizar un poco sus expresiones para entablar una mejor conversación -¿Estás perdido? ¿Puedo ayudarte en algo? Te aseguro que yo no soy sólo una cara bonita, también soy agradable ¿Puedo acompañarte? ¿Quieres amiguitos? - dije ahogándolo en preguntas -Mira mira… te presento a Pelusa ¿Te gustan los animales? ¿Te parezco linda? ¿Quieres que Pelusa y yo te acompañemos hasta el fin de los tiempos? ¿Quieres hacer un saludo de puñito?- estiré mi mano con el puño cerrado para que me correspondiera el saludo.
Magazubi
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Regresaba a su hogar.
Después de tantos años lejos en el seno de su familia, regresaba como la mujer nueva que se había convertido.Ya no eran por el ropaje de guerrero que había obtenido en sus viajes a cambio de trabajos de panadera, sino por su pelo; su larga melena fue derrumbada nada más el día que decidió partir para romper un matrimonio no deseado. Esperaba de corazón que la perdonaran, que los ojos profundos y endurecidos de su vieja madre, no se hubieran olvidado de su rubia melena que peinaba entre sus dedos cada noche. Quería ante todo un abrazo de su madre.
Llegaba a la ciudad, como siempre tan llena de multitud y variedades por existir en cada esquina.Pensó en que realmente debía cogerle un objeto a su hermana Lila, una muñeca de trapo, incienso, o alguna especie de tela que pudiera aportar en su nueva colección de vestidos rasgados por la vida del campo.-¡Oh!. ¡Esa tela es perfecta para Lila!-. Se acercó a una de las tiendas a observar más de cerca.-¿Cuanto es?-. Preguntó al mercarder que vigilaba.-2 Aeros ,señorita.- La chica se rascó la nuca recordando que sus ultimas monedas las gastó en el traspaso del barco hasta la ciudad, dejó la tela y continuó su camino.
Entre el gentío , observó como una pequeña criatura seguía a una niña hasta dar con un hombre que portaba un chaleco rojo, vio que le cayo en gracia, pues la pequeña no paraba de hacerle preguntas y eso provocó una sonrisa en Gabrielle. No pudó evitar la rubia arrimarse a ella y agacharse .-¡Qué niña tan bonita!- Exclamó acariciando el pelo de la niña.-¿Es su hija?. Le Aseguro que no iba con malas intenciones.- Se dirigió a aquel hombre que la acompaña.
Después de tantos años lejos en el seno de su familia, regresaba como la mujer nueva que se había convertido.Ya no eran por el ropaje de guerrero que había obtenido en sus viajes a cambio de trabajos de panadera, sino por su pelo; su larga melena fue derrumbada nada más el día que decidió partir para romper un matrimonio no deseado. Esperaba de corazón que la perdonaran, que los ojos profundos y endurecidos de su vieja madre, no se hubieran olvidado de su rubia melena que peinaba entre sus dedos cada noche. Quería ante todo un abrazo de su madre.
Llegaba a la ciudad, como siempre tan llena de multitud y variedades por existir en cada esquina.Pensó en que realmente debía cogerle un objeto a su hermana Lila, una muñeca de trapo, incienso, o alguna especie de tela que pudiera aportar en su nueva colección de vestidos rasgados por la vida del campo.-¡Oh!. ¡Esa tela es perfecta para Lila!-. Se acercó a una de las tiendas a observar más de cerca.-¿Cuanto es?-. Preguntó al mercarder que vigilaba.-2 Aeros ,señorita.- La chica se rascó la nuca recordando que sus ultimas monedas las gastó en el traspaso del barco hasta la ciudad, dejó la tela y continuó su camino.
Entre el gentío , observó como una pequeña criatura seguía a una niña hasta dar con un hombre que portaba un chaleco rojo, vio que le cayo en gracia, pues la pequeña no paraba de hacerle preguntas y eso provocó una sonrisa en Gabrielle. No pudó evitar la rubia arrimarse a ella y agacharse .-¡Qué niña tan bonita!- Exclamó acariciando el pelo de la niña.-¿Es su hija?. Le Aseguro que no iba con malas intenciones.- Se dirigió a aquel hombre que la acompaña.
Gabrielle Allen Claire
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Si planeaba comenzar a moverme de aquí para allá como en los viejos tiempos iba a necesitar algo abrigado, no es que me molestase mucho la agradable brisa pero en las noches frías lo único que me abrigaba era esconderme en los arbustos, aquello debía acabar de una vez. Métodos algo ortodoxos recomendaban ocultarse en las tripas de tus presas para estar calentito… pero no iba a esconderme entre viseras, al menos no de nuevo.
Demoré todo un día escondido entre los matorrales hasta visualizar mi objetivo, alguien más hubiese usado una trampa pero yo prefería encargarme con un tiro limpio, así la piel del lobo no se dañaría. Relajé mi cuerpo lo máximo que pude hasta que mi respiración se calmo por completo, había descubierto ese truco hace poco y me era muy útil, solo temía cuando dejaba de sentir las palpitaciones en mi pecho. Cargué el arco con cuidado y de un tiro en el costado del animal lo despaché al más allá, volví a respirar con normalidad y me acerqué al animal que yacía muerto, no iba a estar tan mal para volverlo una bonita prenda anti frío, solo necesitaba llevarlo a algún peletero en Lunargenta.
Tomé al animal del suelo y lo cargué en mis espaldas, era más pesado de lo que parecía, si apresuraba el paso no me cansaría tanto y llegaría rápido. El camino no fue tan duro con el lobo a mis espaldas, aunque ya estaba cansándome cuando llegué a Lunargenta, decidí que la mejor opción por el momento iba a ser arrástralo hasta alguna tienda, el piso no lo estropearía tanto y también yo descansaría por así decirlo.
Arrastré el cadáver del animal sonriendo al notar las miradas raras que me daba la gente, por lo visto les incomodaba que tuviese un animal muerto entre ellos, que mala suerte para ellos. Iba a continuar en busca de alguien que tratase al animal cuando vi otro animalito entre la multitud, algo que nunca antes había visto y me entro curiosidad.
Nuevamente cargué al lobo a mis espaldas y me acerqué al pequeño coso peludo y con cuernos, al estar más cerca pude notar que era la mascota de algún tipo de familia, quizá se lo habían regalado a la niña en su cumpleaños. El sujeto de la chaqueta roja debía de ser alguien millonario, solo la gente con dinero usaba ropa tan ridícula, seguramente había pagado para que buscaran al animal.
Me arrodille ignorando las posibles reacciones de la familia y acerqué una manzana que tenía en mi bolsa al animal, tenía curiosidad por ver si se comía aquello, si no lo hacía probaría con darle un conejo muerto. Levanté la mirada y observé con cuidado a la familia, si la pequeña era hija de aquel par algo raro había sucedido, no se parecía para nada.
- Discúlpenme por posiblemente irrumpir en sus asuntos familiares.- Dije con calma regresando la vista al animal.- Es solo que… nunca había visto esta especia ¿Acaso se la compraron ustedes a su hija? ¿Cómo se llama esta clase de animal? – Aquellas eran las preguntas básicas que tenía por el momento. – Por cierto, ignoren el lobo muerto a mis espaldas… ya no es un peligro.
Demoré todo un día escondido entre los matorrales hasta visualizar mi objetivo, alguien más hubiese usado una trampa pero yo prefería encargarme con un tiro limpio, así la piel del lobo no se dañaría. Relajé mi cuerpo lo máximo que pude hasta que mi respiración se calmo por completo, había descubierto ese truco hace poco y me era muy útil, solo temía cuando dejaba de sentir las palpitaciones en mi pecho. Cargué el arco con cuidado y de un tiro en el costado del animal lo despaché al más allá, volví a respirar con normalidad y me acerqué al animal que yacía muerto, no iba a estar tan mal para volverlo una bonita prenda anti frío, solo necesitaba llevarlo a algún peletero en Lunargenta.
Tomé al animal del suelo y lo cargué en mis espaldas, era más pesado de lo que parecía, si apresuraba el paso no me cansaría tanto y llegaría rápido. El camino no fue tan duro con el lobo a mis espaldas, aunque ya estaba cansándome cuando llegué a Lunargenta, decidí que la mejor opción por el momento iba a ser arrástralo hasta alguna tienda, el piso no lo estropearía tanto y también yo descansaría por así decirlo.
Arrastré el cadáver del animal sonriendo al notar las miradas raras que me daba la gente, por lo visto les incomodaba que tuviese un animal muerto entre ellos, que mala suerte para ellos. Iba a continuar en busca de alguien que tratase al animal cuando vi otro animalito entre la multitud, algo que nunca antes había visto y me entro curiosidad.
Nuevamente cargué al lobo a mis espaldas y me acerqué al pequeño coso peludo y con cuernos, al estar más cerca pude notar que era la mascota de algún tipo de familia, quizá se lo habían regalado a la niña en su cumpleaños. El sujeto de la chaqueta roja debía de ser alguien millonario, solo la gente con dinero usaba ropa tan ridícula, seguramente había pagado para que buscaran al animal.
Me arrodille ignorando las posibles reacciones de la familia y acerqué una manzana que tenía en mi bolsa al animal, tenía curiosidad por ver si se comía aquello, si no lo hacía probaría con darle un conejo muerto. Levanté la mirada y observé con cuidado a la familia, si la pequeña era hija de aquel par algo raro había sucedido, no se parecía para nada.
- Discúlpenme por posiblemente irrumpir en sus asuntos familiares.- Dije con calma regresando la vista al animal.- Es solo que… nunca había visto esta especia ¿Acaso se la compraron ustedes a su hija? ¿Cómo se llama esta clase de animal? – Aquellas eran las preguntas básicas que tenía por el momento. – Por cierto, ignoren el lobo muerto a mis espaldas… ya no es un peligro.
Fredericksen
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
No pasó más que unos minutos en la ciudad hasta que, ¡que sorpresa! una pequeña niña apareció, hablando de cosas como mostrarle la ciudad y se presentó… pero, podía verlo en sus ojos, lo que en realidad quería decir era:
“- Puedo convertirme en pirata?, quiero ser parte de su tripulación y recorrer el mar”
Lo pensó seriamente, aceptar una niña en la tripulación no intimidaría a nadie, además, si la aceptaba como primer miembro seria directamente parte del nucleo del grupo.
“Y recuerdas lo que pasaba en el volumen dos, ese niño pirata era insoportable, suerte que por la mitad del libro lo secuestraba Ojo Negro”
“Si, es verdad, no quisiera que la gente se salteara partes de mi futura leyenda”
Striker miro a la niña y su rostro se convirtió en uno serio, no aceptando su choque de puño.
-No puedo aceptar niños en mi tripulación, en unos años podremos hablar.- dijo, para después volver a tu tono normal. Mientras eso pasaba, más personas se habían acercado, con la errónea idea de que estaba relacionado con la niña.
Una joven rubia con ropa de combate, y un hombre que parecía había vuelto de una cazeria.
-Pero ustedes dos, parecen más interesantes.- dijo después- Especialmente tú, la joven, ya tengo el apodo pirata perfecto.
Dio un giro de 360 grados mientras daba unos pasos hacia atrás, levantando la voz para llamar la atención.
-LA LIBERTAD, EL MAR, TESOROS INFINITOS, ESE ES MI SUEÑO.- miro con una sonrisa a las personas que se habían reunido.- SOLO NECESITO UNA TRIPULACIÓN CONFIABLE
Al terminar el giro y quedar frente a los demas extendió sus brazos en un gesto de invitación.
-SOLO HAY QUE TENER EL VALOR PARA DAR EL PRIMER PASO.
“Si si, perfecto, bien hecho, la practica valió la pena, no podría haber salido mejor”
Hizo una pequeña reverencia.
-El pirata Striker, a su servicio.
"Bien bien, tranquilo, ya casi los tenemos"
“- Puedo convertirme en pirata?, quiero ser parte de su tripulación y recorrer el mar”
Lo pensó seriamente, aceptar una niña en la tripulación no intimidaría a nadie, además, si la aceptaba como primer miembro seria directamente parte del nucleo del grupo.
“Y recuerdas lo que pasaba en el volumen dos, ese niño pirata era insoportable, suerte que por la mitad del libro lo secuestraba Ojo Negro”
“Si, es verdad, no quisiera que la gente se salteara partes de mi futura leyenda”
Striker miro a la niña y su rostro se convirtió en uno serio, no aceptando su choque de puño.
-No puedo aceptar niños en mi tripulación, en unos años podremos hablar.- dijo, para después volver a tu tono normal. Mientras eso pasaba, más personas se habían acercado, con la errónea idea de que estaba relacionado con la niña.
Una joven rubia con ropa de combate, y un hombre que parecía había vuelto de una cazeria.
-Pero ustedes dos, parecen más interesantes.- dijo después- Especialmente tú, la joven, ya tengo el apodo pirata perfecto.
Dio un giro de 360 grados mientras daba unos pasos hacia atrás, levantando la voz para llamar la atención.
-LA LIBERTAD, EL MAR, TESOROS INFINITOS, ESE ES MI SUEÑO.- miro con una sonrisa a las personas que se habían reunido.- SOLO NECESITO UNA TRIPULACIÓN CONFIABLE
Al terminar el giro y quedar frente a los demas extendió sus brazos en un gesto de invitación.
-SOLO HAY QUE TENER EL VALOR PARA DAR EL PRIMER PASO.
“Si si, perfecto, bien hecho, la practica valió la pena, no podría haber salido mejor”
Hizo una pequeña reverencia.
-El pirata Striker, a su servicio.
"Bien bien, tranquilo, ya casi los tenemos"
Última edición por Andiel el Jue Ene 05 2017, 04:55, editado 1 vez
Andiel
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
El señor de ojos alargados era un tremendo agua fiestas, me había rechazado toda demostración de afecto y amabilidosidad, bueno amabilidad; tengo que dejar de inventar palabras. Su expresión era seria y fría, digna de un escupitajo en la cara, pero yo soy muy linda como para estar haciendo esas cosas, así que me aguanté las ganas.
-¿No puede aceptar niños en su tripulación?¿Eso acababa de decir?- pensé -Woao, este anda más loco que el borracho que me encontré ayer- dejé escapar una leve risa ante sus habladurías sin sentido.
-No quiero estar en tu tripulación- me paré poniendo todo el peso sobre un lado de mis caderas aún no desarrolladas, levanté una ceja y me crucé de brazos.
En eso llegó una chica a despeinarme, aquello era un poco molesto, pero su afirmación sobre mi belleza cambió toda percepción negativa que tuviese de ella. Alguien que apreciase la verdadera belleza tenía que ser muy inteligente y con buenas intenciones, por lo cuál le devolví una sonrisa sincera y quería darle una respuesta apropiada, pero el loco que sólo hablaba de una supuesta tripulación estaba avergonzándome, así que esperé a que terminara su intervención para luego aclarar.
-¡Aquí huele a muerto!- exclamé alejándome un poco del cazador y acercándome más a la chica cuyos gustos eran exquisitos.
Dejé que el ojis largo quedara como un completo desquiciado y obsesivo por su tripulación fantasma y luego intervine levantando mi manito como niña buena.
-Mi nombre es Maguita- hice una breve pausa -mis padres…- dije mirando al cazador -...por favor no los insultes de esa forma- dije señalando a ‘El pirata Striker’ y moviendo la cabeza de un lado a otro sintiéndome ofendida de que a alguien tan especial como yo la confundan como hija de alguien tan… poco especial como aquel pirata.
-No acepten su invitación a la tripulación- les dije a los recién llegados -Como podrán notar, no se tomó sus debidas medicinas de la mañana- voltee a mirar a Striker -...Tengo que ser sincera amigo, disculpa- hice una pausa para volver a mirar al cazador y darle la espalda al pirata -El es Pelusa, un aion, es un animal poco común como mascota, suele ser utilizado para producir leche y… bueno…. Pelusa es un aionsito especial ya que es un guerrero, mi mejor amigo y a demás me ayudará a salvar el mundo- le hice un leve guiño en el ojo al chico y acaricié la cabeza de mi chiquito peludo. -Pelusa es más inteligente que Striker- le susurré a la chica que estaba con nosotros, pero lo suficientemente alto para que el pirata y el cazador pudiesen escuchar.
-¿Ustedes cómo se llaman?- le pregunté a los recién llegados, pero justo en ese instante se acercaba un grupo de amenazantes y feroces… vendedores ofreciendo ponquesitos con sabor a fresa y chocolate.
-¿Me compras uno?- abracé el brazo de la chica.
-¿No puede aceptar niños en su tripulación?¿Eso acababa de decir?- pensé -Woao, este anda más loco que el borracho que me encontré ayer- dejé escapar una leve risa ante sus habladurías sin sentido.
-No quiero estar en tu tripulación- me paré poniendo todo el peso sobre un lado de mis caderas aún no desarrolladas, levanté una ceja y me crucé de brazos.
En eso llegó una chica a despeinarme, aquello era un poco molesto, pero su afirmación sobre mi belleza cambió toda percepción negativa que tuviese de ella. Alguien que apreciase la verdadera belleza tenía que ser muy inteligente y con buenas intenciones, por lo cuál le devolví una sonrisa sincera y quería darle una respuesta apropiada, pero el loco que sólo hablaba de una supuesta tripulación estaba avergonzándome, así que esperé a que terminara su intervención para luego aclarar.
-¡Aquí huele a muerto!- exclamé alejándome un poco del cazador y acercándome más a la chica cuyos gustos eran exquisitos.
Dejé que el ojis largo quedara como un completo desquiciado y obsesivo por su tripulación fantasma y luego intervine levantando mi manito como niña buena.
-Mi nombre es Maguita- hice una breve pausa -mis padres…- dije mirando al cazador -...por favor no los insultes de esa forma- dije señalando a ‘El pirata Striker’ y moviendo la cabeza de un lado a otro sintiéndome ofendida de que a alguien tan especial como yo la confundan como hija de alguien tan… poco especial como aquel pirata.
-No acepten su invitación a la tripulación- les dije a los recién llegados -Como podrán notar, no se tomó sus debidas medicinas de la mañana- voltee a mirar a Striker -...Tengo que ser sincera amigo, disculpa- hice una pausa para volver a mirar al cazador y darle la espalda al pirata -El es Pelusa, un aion, es un animal poco común como mascota, suele ser utilizado para producir leche y… bueno…. Pelusa es un aionsito especial ya que es un guerrero, mi mejor amigo y a demás me ayudará a salvar el mundo- le hice un leve guiño en el ojo al chico y acaricié la cabeza de mi chiquito peludo. -Pelusa es más inteligente que Striker- le susurré a la chica que estaba con nosotros, pero lo suficientemente alto para que el pirata y el cazador pudiesen escuchar.
-¿Ustedes cómo se llaman?- le pregunté a los recién llegados, pero justo en ese instante se acercaba un grupo de amenazantes y feroces… vendedores ofreciendo ponquesitos con sabor a fresa y chocolate.
-¿Me compras uno?- abracé el brazo de la chica.
Magazubi
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
-Dieciséis, diecisiete, dieciocho… que suerte he tenido – dije cogiendo unas piedras negras del suelo. Me las había encontrado de casualidad y parecían que se les había caído a alguien y posiblemente podría venderlas a un buen precio. Aunque para ser piedras no parecían demasiado duras, pero seguro que algún valor tendrían y yo había tenido la gran suerte de encontrarlas antes de que nadie lo hiciera. Estaba detrás de unos matorrales cuando de pronto un ruido cerca de mí hizo que me alertara -¿ARDILLAS?- pensé blandiendo mi espada en la dirección en la que había escuchado el ruido. –Uf solo es un cazador – me dije observando a un hombre encapuchado con un animal a su espalda. Al parecer se dirigía a Lunargenta o al menos esa parecía la dirección en la que estaba caminando. – mmm, podría encontrar un comprador allí de mis piedras – me dije pensativo, mientras contaba las piedras y salía de la maleza para entrar en el camino.
- Oiga ¿se encuentra bien? – escuche decir a alguien detrás de mí con voz joven.
- Son mis piedras – dije mirando en la dirección de la voz cogiendo la piedras con cierto recelo.
En ese momento observé a un joven campesino con una ropa algo raída y un pelo castaño bastante desaliñado. El joven comenzó a mirarme bastante extrañado echando miradas fugaces a mis manos donde tenía las piedras.
-¿Piedras?... pero señor eso son excrementos de cabra… - dijo algo desconcertado.
- ¿Excrementos?- dije casi en un susurro mientras miraba con los ojos como platos aquellas “piedras” – Vaya… pues parece que es verdad. Como no me he dado cuenta antes…bueno… - dije soltándolas fuera del camino con todo el disimulo posible y limpiándome después la mano en la ropa. – Estaba comprobando la calidad de los excrementos de las cabras de esta zona…esto…y han pasado la prueba con creces… bueno, no digas nada a nadie o si no mi trabajo no servirá para nada… - termine diciendo mientras me alejaba con paso ligero hacía la ciudad. Atrás pude observar de reojo al joven campesino rascándose la cabeza y observando un excremento de cabra con detenimiento, - que cosas más raras hace la gente-. Dije volviendo mi vista a la ciudad que se veía a lo lejos.
Un gran rugido de mi estómago me indicaba que era hora de comer, acordándome de repente del tipo que portaba el lobo. Nunca había comido carne de lobo, ¿o sí?, a saber qué tipo de carne me habían puesto en las tabernas en las que había estado. Otro rugido de estómago me decía que me dejara de desvaríos y que buscara al hombre. Tenía hambre y mi meta era ver si aquel tipo compartía un poco de su carne conmigo, por lo que nada más llegar a la ciudad empecé con cierto ímpetu.
Era un poco aburrido buscar a alguien en un lugar con tanta gente y con tantas casas. Prefería los lugares tranquilos y con menos tránsito, así que comería algo y saldría de aquel lugar lo antes posible. Comencé a rascarme la cabeza y mirando hacia los lados cerca de la plaza de la ciudad en busca de aquel tipo y casi iba a abandonar, pero, las palabras de un tipo con una chaqueta roja llamaron mi atención. – Bingo – dije sonriendo al ver que había encontrado al tipo del lobo. La gente estaba atenta a lo que estaba diciendo el tipo de la chaqueta, así que de camino a mi encuentro con ellos hice que unas manzanas fueran a parar a mis manos sin que el dependiente lo viera y comencé a devorarlas con hueso y todo.
Nada más llegar a su lado el tipo de la chaqueta roja se presentó, Striler,Stricer o Striper… bueno daba igual como se llamara, la cuestión es que le había puesto un gran ímpetu a su presentación. Al terminar su discurso mis manos comenzaron a aplaudir efusivamente, y eso que no me había enterado de nada salvo de su nombre. -Fravo… Fravo – dije con un trozo de manzana en la boca. – Hacía tiempo que no escuchaba unas palabras como esa… - comencé a decir, pero una niña que estaba al lado del cazador y de una bella mujer, empezó a hablar. Dijo algo de no aceptar la invitación, que tomaba medicación y un comentario acerca de que aquella cosa peluda que iba con ella era más lista que ese tal Striker. En ese momento preguntó cómo nos llamábamos. –Que niña más educada – dije creyendo que lo estaba pensando, para después responder, ante todo había que ser educado. – Talamaur, ese soy. Hay algunas variantes, Tala, Ta, Maur, Ur, ¿Qué haces en mi casa? Ah no, esa no. Solo las cuatro primeras. – dije mientras terminaba de darle el último bocado a mi manzana, sintiendo aún el estómago bastante vacío. En ese momento observé a la pequeña que agarraba el brazo de la mujer que estaba cerca de nosotros y le índico si le compraba unos dulces. A mí personalmente me gustaban más las cosas saladas, por lo que mire al cazador y a su deliciosa carga – disculpa ¿te importaría darme un trozo de ese animal que tienes ahí?... no tengo con que pagarte, pero te lo puedo pagar con algún trabajo. ¿Qué me dices? ¿Hay trato? – dije ansioso por hincarle el diente a algo más sustancial. Si se negaba tendría que coger algo de comer a los mercaderes cercanos, pero ahora me seria más difícil porque ya habían dejado de prestarla atención a Stiker. Una verdadera faena.
- Oiga ¿se encuentra bien? – escuche decir a alguien detrás de mí con voz joven.
- Son mis piedras – dije mirando en la dirección de la voz cogiendo la piedras con cierto recelo.
En ese momento observé a un joven campesino con una ropa algo raída y un pelo castaño bastante desaliñado. El joven comenzó a mirarme bastante extrañado echando miradas fugaces a mis manos donde tenía las piedras.
-¿Piedras?... pero señor eso son excrementos de cabra… - dijo algo desconcertado.
- ¿Excrementos?- dije casi en un susurro mientras miraba con los ojos como platos aquellas “piedras” – Vaya… pues parece que es verdad. Como no me he dado cuenta antes…bueno… - dije soltándolas fuera del camino con todo el disimulo posible y limpiándome después la mano en la ropa. – Estaba comprobando la calidad de los excrementos de las cabras de esta zona…esto…y han pasado la prueba con creces… bueno, no digas nada a nadie o si no mi trabajo no servirá para nada… - termine diciendo mientras me alejaba con paso ligero hacía la ciudad. Atrás pude observar de reojo al joven campesino rascándose la cabeza y observando un excremento de cabra con detenimiento, - que cosas más raras hace la gente-. Dije volviendo mi vista a la ciudad que se veía a lo lejos.
Un gran rugido de mi estómago me indicaba que era hora de comer, acordándome de repente del tipo que portaba el lobo. Nunca había comido carne de lobo, ¿o sí?, a saber qué tipo de carne me habían puesto en las tabernas en las que había estado. Otro rugido de estómago me decía que me dejara de desvaríos y que buscara al hombre. Tenía hambre y mi meta era ver si aquel tipo compartía un poco de su carne conmigo, por lo que nada más llegar a la ciudad empecé con cierto ímpetu.
Era un poco aburrido buscar a alguien en un lugar con tanta gente y con tantas casas. Prefería los lugares tranquilos y con menos tránsito, así que comería algo y saldría de aquel lugar lo antes posible. Comencé a rascarme la cabeza y mirando hacia los lados cerca de la plaza de la ciudad en busca de aquel tipo y casi iba a abandonar, pero, las palabras de un tipo con una chaqueta roja llamaron mi atención. – Bingo – dije sonriendo al ver que había encontrado al tipo del lobo. La gente estaba atenta a lo que estaba diciendo el tipo de la chaqueta, así que de camino a mi encuentro con ellos hice que unas manzanas fueran a parar a mis manos sin que el dependiente lo viera y comencé a devorarlas con hueso y todo.
Nada más llegar a su lado el tipo de la chaqueta roja se presentó, Striler,Stricer o Striper… bueno daba igual como se llamara, la cuestión es que le había puesto un gran ímpetu a su presentación. Al terminar su discurso mis manos comenzaron a aplaudir efusivamente, y eso que no me había enterado de nada salvo de su nombre. -Fravo… Fravo – dije con un trozo de manzana en la boca. – Hacía tiempo que no escuchaba unas palabras como esa… - comencé a decir, pero una niña que estaba al lado del cazador y de una bella mujer, empezó a hablar. Dijo algo de no aceptar la invitación, que tomaba medicación y un comentario acerca de que aquella cosa peluda que iba con ella era más lista que ese tal Striker. En ese momento preguntó cómo nos llamábamos. –Que niña más educada – dije creyendo que lo estaba pensando, para después responder, ante todo había que ser educado. – Talamaur, ese soy. Hay algunas variantes, Tala, Ta, Maur, Ur, ¿Qué haces en mi casa? Ah no, esa no. Solo las cuatro primeras. – dije mientras terminaba de darle el último bocado a mi manzana, sintiendo aún el estómago bastante vacío. En ese momento observé a la pequeña que agarraba el brazo de la mujer que estaba cerca de nosotros y le índico si le compraba unos dulces. A mí personalmente me gustaban más las cosas saladas, por lo que mire al cazador y a su deliciosa carga – disculpa ¿te importaría darme un trozo de ese animal que tienes ahí?... no tengo con que pagarte, pero te lo puedo pagar con algún trabajo. ¿Qué me dices? ¿Hay trato? – dije ansioso por hincarle el diente a algo más sustancial. Si se negaba tendría que coger algo de comer a los mercaderes cercanos, pero ahora me seria más difícil porque ya habían dejado de prestarla atención a Stiker. Una verdadera faena.
Talamaur
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
El peso del hacha al hombro, la mochila vacía de comida (para variar), una multitud enorme, Lunargenta y sin dinero hacían de león alguien desesperado, sus últimas monedas las había perdido en un juego de azar con unas mujerzuelas en un bar a un lado del camino, estaba desesperado por que había tardado unos días en llegar a la ciudad, ésta funcionaba como una especie de base para él, siempre regresaba ahí después de algún trabajo, misión o aventura, en esta ocasión es en la que peor le había ido, regresaba sin pena ni gloria, es más, había vuelto con hambre, un desfalco monetario del porte de un buque mercante y un hambre como de un ejército entero, tenía que encontrar algo con que pagar comida… o algo que comer, fuera legal o no.
Hacían unas horas que leo rondaba por ahí buscando algún incauto al cual rajar la bolsa de monedas o robar algo de alguna bolsa, tenía que pasar pero ya, el estómago le hacía ruido y en cualquier momento la gente pensaría que los ataca un dragón o algún ser mitológico extraño, o tal vez el atacaría, la falta de comida le ponía violento, y cuando estaba violento no pensaba bien… de hecho no pensaba y punto.
Ya bastante mal humorado se encontraba cuando vio a lo que parecía ser una familia feliz, un padre de raro vestir, una madre guapa, una niña linda y el tío loco con el lobo a la espalda, de tener suerte seria un golpe rápido y sin dolor para nadie, al acercarse Leo se dio cuenta de que la niña tenia un animal un tanto extraño – nunca he visto uno de esos… mierda, si que deben tener dinero, esta es mi oportunidad, tal vez hasta duerma en una cama caliente hoy… si!.
Lentamente se iba acercando al curioso grupo, trataba de estar siempre atrás del tipo del abrigo rojo y así robarle de la manera más cuidadosa posible, todo iba perfecto hasta que el sujeto dio un giro dando unos pasos en su dirección, lo cual casi hace que Leo se espante por lo concentrado que estaba, además solo consiguió entender algo de libertad, mar y tripulación – tal vez este tipo sea capitán o algo… si me uno por un tiempo tendré comida asegurada y además trabajo y aventuras… ¿qué más puede pedir este felino?... un momento, ¿dijo pirata? ¡Esto será interesante! –
Y así dando un paso adelante e ignorando los dichos de la pequeña que ahí estaba - algo sobre la inteligencia del pirata- León con toda su personalidad, falta de sentido común y cerebro dijo:
¡Capitán! Si te falta musculo aquí hay de sobra, soy lo que buscas, solo pido una buena paga y buena comida, lo demás me importa bien poco -además,si no me gusta lo que veo siempre puedo amotinarme jaja-
Hacían unas horas que leo rondaba por ahí buscando algún incauto al cual rajar la bolsa de monedas o robar algo de alguna bolsa, tenía que pasar pero ya, el estómago le hacía ruido y en cualquier momento la gente pensaría que los ataca un dragón o algún ser mitológico extraño, o tal vez el atacaría, la falta de comida le ponía violento, y cuando estaba violento no pensaba bien… de hecho no pensaba y punto.
Ya bastante mal humorado se encontraba cuando vio a lo que parecía ser una familia feliz, un padre de raro vestir, una madre guapa, una niña linda y el tío loco con el lobo a la espalda, de tener suerte seria un golpe rápido y sin dolor para nadie, al acercarse Leo se dio cuenta de que la niña tenia un animal un tanto extraño – nunca he visto uno de esos… mierda, si que deben tener dinero, esta es mi oportunidad, tal vez hasta duerma en una cama caliente hoy… si!.
Lentamente se iba acercando al curioso grupo, trataba de estar siempre atrás del tipo del abrigo rojo y así robarle de la manera más cuidadosa posible, todo iba perfecto hasta que el sujeto dio un giro dando unos pasos en su dirección, lo cual casi hace que Leo se espante por lo concentrado que estaba, además solo consiguió entender algo de libertad, mar y tripulación – tal vez este tipo sea capitán o algo… si me uno por un tiempo tendré comida asegurada y además trabajo y aventuras… ¿qué más puede pedir este felino?... un momento, ¿dijo pirata? ¡Esto será interesante! –
Y así dando un paso adelante e ignorando los dichos de la pequeña que ahí estaba - algo sobre la inteligencia del pirata- León con toda su personalidad, falta de sentido común y cerebro dijo:
¡Capitán! Si te falta musculo aquí hay de sobra, soy lo que buscas, solo pido una buena paga y buena comida, lo demás me importa bien poco -además,si no me gusta lo que veo siempre puedo amotinarme jaja-
Leon Alexander
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Aquello estaba más raro que de costumbre, temía haber consumido las setas alucinógenas en vez de las que si eran comestibles “¿Por qué demonios está bailando?” Un momento, aquello parecía una presentación que hacían los artistas callejeros, eso tenía más sentido, la chaqueta color rojo no significaba que tenía dinero, significaba que el sujeto era un bufón.
- Que gran actuación, pero las obras que vi en mi pasado estaban mejores… te falta demostrar más seguridad con un porte firme. – Seguramente el sujeto Striker era un novicio en todo aquello, uno que otro consejo no le caerían mal. – Y busca otro papel, no creo que el de pirata te caiga tan bien.
Los aplausos de alguien más sonaron con fuerza en la lejanía, al parecer el único espectador de la obra había quedado complacido, pero a Striker le quedaría mucho camino por recorrer si deseaba llegar tener un público decente.
La pequeña al parecer si se había creído que el sujeto era un pirata de verdad, vaya imaginación la que tenía la joven. Después se alejo insinuando al olor a muerto que debía estar dando mi capa, que mala educación, además el difunto animal llevaba poco tiempo en el más allá, imposible que tuviese tan mal olor.
La niña al parecer recordó sus modales y se estaba presentando, aclarando primero que nada que no tenía relación alguna con el artista callejero Striker. Parecía ofendida de que la relacionaran con esa gente y por lo visto mi comentario de que eran sus padres tampoco le había sentado muy bien.
- No es mi culpa que parezcan una familia circense, con sus ropas extrañas y ese animalito tan curioso. – En verdad esos sujetos vestían de una manera muy extraña, por suerte yo no era así.
La chica seguía insistiendo con algo de la tripulación pirata de Striker, estaba claro ue nadie aceptaría porque solo era un acto, nada más, el sujeto seguramente no tenía barco ni armas, todo era parte del acto. Lo siguiente fue la explicación de Maguita acerca del animal, por lo visto su especie se llamaba “Aion” y tenía un nombre que no le sentaba muy bien, el animal tenía cara de Rodrigo, no de Pelusa.
- Pues existen animales más inteligentes que los humanos… así que eso puede ser posible. – Dije ante el comentario que la niña soltó para Striker.
Iba a presentarme cuando otra voz me hizo sobresaltar, salté hacía atrás y me preparé para defenderme de quien fuese que hubiese llegado. Era el sujeto que había adorado la presentación del artista callejero, que raro que no se hubiese ido aun a otro sitio, seguramente esperaba la segunda función de Striker. El tipo parecía estar desvariando más de lo debido, ya comenzaba a asustarme con todo aquello, temía que realmente si me hubiese comido una seta de las fuertes.
Ahora el sujeto me veía a mí, “Oh por Váli, me quiere secuestrar.” Traté de buscar mi arco en el carcaj pero el pesado lobo no me dejaba sacarlo, la mirada del sujeto ya me había asustado, debía hacer algo rápido.
Ignorando la petición de darle mi lobo saqué una de las ardillas muertas de la bolsa y se la arrojé al sujeto en la cara, aquella era una de las mejores armas defensivas que tenía… “Un momento, ¿Acaso solo me pidió un trozo de lobo?” Al parecer no quería secuestrarme, que alivio, solo comerse mi refinada y elegante capa aun no tratada.
- No creo poder darte un trozo de lobo, estaba en busca de algún peletero… pero quizá podría darte los órganos, dicen que el interior es lo que importa. – Más o menos eso decían, pero creo recordar que mi maestro decía que eso era excusa de gente fea, jamás entendí aquello realmente.
Todo parecía calmado nuevamente hasta que un gato con esteroides se acercó, otro que también se creía aquello. Toda esa gente estaba mal, la única cuerda parecía ser la pequeña Maga, froté las manos por mi cara tratando de despejarme… ¿Qué hacía un gato con esteroides allí? Bien, quizá tuviese una explicación lógica que le encontraría luego.
- Concéntrense todos de una buena vez. – Dije dando palmadas en el aire y levantando la voz. – Está claro que él no es un pirata. – Señalé a Striker haciendo énfasis en mis palabras. – Los acaba de engañar a todos ustedes con un pobre baile callejero, danza interpretativa quizá, no se… pero los engañó.
Una vez toda claro metí un dedo en la boca del lobo muerto, debía asegurarme que no estuviese babeando de más, no quería caminar con un animal empezando a soltar baba de acá para allá. Mire nuevamente a la niña, había olvidado presentarme, bueno, realmente dudaba que al resto le interesara mi nombre pero la niña había sido amable y la amabilidad debe devolverse.
- A mi me pueden decir Candau, simplemente Candau, no candado, no candelabro y tampoco candilero… solamente Candau. - Aunque sabía bien que aquello sería ignorado y me pondrían otro apodo ridículo.
- Que gran actuación, pero las obras que vi en mi pasado estaban mejores… te falta demostrar más seguridad con un porte firme. – Seguramente el sujeto Striker era un novicio en todo aquello, uno que otro consejo no le caerían mal. – Y busca otro papel, no creo que el de pirata te caiga tan bien.
Los aplausos de alguien más sonaron con fuerza en la lejanía, al parecer el único espectador de la obra había quedado complacido, pero a Striker le quedaría mucho camino por recorrer si deseaba llegar tener un público decente.
La pequeña al parecer si se había creído que el sujeto era un pirata de verdad, vaya imaginación la que tenía la joven. Después se alejo insinuando al olor a muerto que debía estar dando mi capa, que mala educación, además el difunto animal llevaba poco tiempo en el más allá, imposible que tuviese tan mal olor.
La niña al parecer recordó sus modales y se estaba presentando, aclarando primero que nada que no tenía relación alguna con el artista callejero Striker. Parecía ofendida de que la relacionaran con esa gente y por lo visto mi comentario de que eran sus padres tampoco le había sentado muy bien.
- No es mi culpa que parezcan una familia circense, con sus ropas extrañas y ese animalito tan curioso. – En verdad esos sujetos vestían de una manera muy extraña, por suerte yo no era así.
La chica seguía insistiendo con algo de la tripulación pirata de Striker, estaba claro ue nadie aceptaría porque solo era un acto, nada más, el sujeto seguramente no tenía barco ni armas, todo era parte del acto. Lo siguiente fue la explicación de Maguita acerca del animal, por lo visto su especie se llamaba “Aion” y tenía un nombre que no le sentaba muy bien, el animal tenía cara de Rodrigo, no de Pelusa.
- Pues existen animales más inteligentes que los humanos… así que eso puede ser posible. – Dije ante el comentario que la niña soltó para Striker.
Iba a presentarme cuando otra voz me hizo sobresaltar, salté hacía atrás y me preparé para defenderme de quien fuese que hubiese llegado. Era el sujeto que había adorado la presentación del artista callejero, que raro que no se hubiese ido aun a otro sitio, seguramente esperaba la segunda función de Striker. El tipo parecía estar desvariando más de lo debido, ya comenzaba a asustarme con todo aquello, temía que realmente si me hubiese comido una seta de las fuertes.
Ahora el sujeto me veía a mí, “Oh por Váli, me quiere secuestrar.” Traté de buscar mi arco en el carcaj pero el pesado lobo no me dejaba sacarlo, la mirada del sujeto ya me había asustado, debía hacer algo rápido.
Ignorando la petición de darle mi lobo saqué una de las ardillas muertas de la bolsa y se la arrojé al sujeto en la cara, aquella era una de las mejores armas defensivas que tenía… “Un momento, ¿Acaso solo me pidió un trozo de lobo?” Al parecer no quería secuestrarme, que alivio, solo comerse mi refinada y elegante capa aun no tratada.
- No creo poder darte un trozo de lobo, estaba en busca de algún peletero… pero quizá podría darte los órganos, dicen que el interior es lo que importa. – Más o menos eso decían, pero creo recordar que mi maestro decía que eso era excusa de gente fea, jamás entendí aquello realmente.
Todo parecía calmado nuevamente hasta que un gato con esteroides se acercó, otro que también se creía aquello. Toda esa gente estaba mal, la única cuerda parecía ser la pequeña Maga, froté las manos por mi cara tratando de despejarme… ¿Qué hacía un gato con esteroides allí? Bien, quizá tuviese una explicación lógica que le encontraría luego.
- Concéntrense todos de una buena vez. – Dije dando palmadas en el aire y levantando la voz. – Está claro que él no es un pirata. – Señalé a Striker haciendo énfasis en mis palabras. – Los acaba de engañar a todos ustedes con un pobre baile callejero, danza interpretativa quizá, no se… pero los engañó.
Una vez toda claro metí un dedo en la boca del lobo muerto, debía asegurarme que no estuviese babeando de más, no quería caminar con un animal empezando a soltar baba de acá para allá. Mire nuevamente a la niña, había olvidado presentarme, bueno, realmente dudaba que al resto le interesara mi nombre pero la niña había sido amable y la amabilidad debe devolverse.
- A mi me pueden decir Candau, simplemente Candau, no candado, no candelabro y tampoco candilero… solamente Candau. - Aunque sabía bien que aquello sería ignorado y me pondrían otro apodo ridículo.
Fredericksen
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Por lo menos había atraído más gente, pero sin contar una persona que logro entender el mensaje, los demás no parecían comprender del todo su sueño. Pero las palabras del cazador no podían lograr otra cosa más que ofenderlo.
“Ciertamente no estuve aguantando todos estos años para que cualquier marinero de agua dulce venga e insulte mi sueño”
“Eso no puede quedar impune”
“Un verdadero pirata no se dejaría insultar así”
Ya no tenía que refrenar sus emociones, podía demostrar felicidad, tristeza, y en ese momento en particular, una potente furia. Su rostro se crispo, su mirada se volvió seria y podía sentir como su cuerpo se tensaba.
-NO INSULTES LOS SUEÑOS DE UN HOMBRE.- grito mirando al cazador, sin darse cuenta, había comenzado a canalizar fuego a través de su espada. Levanto la misma y apunto al cazador, mientras aumentaban algunos grados a su alrededor.
-Voy a volver a repetirlo, y espero que quede claro.- dijo esta vez con un rostro serio, ya no era divertido, la manera amable de invitar gente se había terminado.
-Soy Striker, pirata de profesión, y quien se interponga en mis sueños será destruido.- Que le importaba estar en una ciudad o alertar a los guardias, era libre, y no pensaba contenerse nunca más.
“Que diría nuestro padre si nos viera ahora”
“Yo creo que se desmayaría”
“Seguramente nos castigaría por usar los dones del Dragón injustamente”
Giro su rostro hacia el hombre gato y lo miro con una peligrosa sonrisa.
-¿Qué tan bueno eres para los conflictos?
A varios metros de la situación, varios hombres miraban con rostro de pocos amigos, de aspecto poco agradable, ropa sucia y desaliñada, decir que su aspecto mostraba peligro era decir poco.
-Creo que es él, capitán.- dijo uno de ellos, de aspecto bajo y rechoncho, con un parche en el ojo derecho.
-Nadie sería tan idiota como para aparecer después de lo que nos hizo.- el capitán respondió desde atrás de los hombres, cubierto su aspecto por la multitud. Su voz grave de un tono extremadamente frió hacia que hasta sus hombres temblaran de miedo.
-Pero.- agrego.- No existen muchos piratas que sean tan desvergonzados como para vestirse completamente de rojo.
Sus hombres comenzaron a avanzar hacia el grupo, empujando y tirando al piso a cualquiera que se metiera en su camino.
-En el peor de los casos, me quitare una competencia en el negocio de encima.
Offrol: La idea es que los enemigos (véase los piratas), interrumpan el conflicto entre nosotros o antes o poco después de que empiece. Dejo a su discreción si lo quiere empezar alguno de ustedes o esperan toda la vuelta hasta que me toque de nuevo.
Offrol2: Si hay algun master por ahi y quiere narrar esto, seria copado no tener control de que sea lo que vaya a pasar.
“Ciertamente no estuve aguantando todos estos años para que cualquier marinero de agua dulce venga e insulte mi sueño”
“Eso no puede quedar impune”
“Un verdadero pirata no se dejaría insultar así”
Ya no tenía que refrenar sus emociones, podía demostrar felicidad, tristeza, y en ese momento en particular, una potente furia. Su rostro se crispo, su mirada se volvió seria y podía sentir como su cuerpo se tensaba.
-NO INSULTES LOS SUEÑOS DE UN HOMBRE.- grito mirando al cazador, sin darse cuenta, había comenzado a canalizar fuego a través de su espada. Levanto la misma y apunto al cazador, mientras aumentaban algunos grados a su alrededor.
-Voy a volver a repetirlo, y espero que quede claro.- dijo esta vez con un rostro serio, ya no era divertido, la manera amable de invitar gente se había terminado.
-Soy Striker, pirata de profesión, y quien se interponga en mis sueños será destruido.- Que le importaba estar en una ciudad o alertar a los guardias, era libre, y no pensaba contenerse nunca más.
“Que diría nuestro padre si nos viera ahora”
“Yo creo que se desmayaría”
“Seguramente nos castigaría por usar los dones del Dragón injustamente”
Giro su rostro hacia el hombre gato y lo miro con una peligrosa sonrisa.
-¿Qué tan bueno eres para los conflictos?
……………………….
A varios metros de la situación, varios hombres miraban con rostro de pocos amigos, de aspecto poco agradable, ropa sucia y desaliñada, decir que su aspecto mostraba peligro era decir poco.
-Creo que es él, capitán.- dijo uno de ellos, de aspecto bajo y rechoncho, con un parche en el ojo derecho.
-Nadie sería tan idiota como para aparecer después de lo que nos hizo.- el capitán respondió desde atrás de los hombres, cubierto su aspecto por la multitud. Su voz grave de un tono extremadamente frió hacia que hasta sus hombres temblaran de miedo.
-Pero.- agrego.- No existen muchos piratas que sean tan desvergonzados como para vestirse completamente de rojo.
Sus hombres comenzaron a avanzar hacia el grupo, empujando y tirando al piso a cualquiera que se metiera en su camino.
-En el peor de los casos, me quitare una competencia en el negocio de encima.
Offrol: La idea es que los enemigos (véase los piratas), interrumpan el conflicto entre nosotros o antes o poco después de que empiece. Dejo a su discreción si lo quiere empezar alguno de ustedes o esperan toda la vuelta hasta que me toque de nuevo.
Offrol2: Si hay algun master por ahi y quiere narrar esto, seria copado no tener control de que sea lo que vaya a pasar.
Andiel
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
La escena se estaba poniendo cada vez más rara. Se había unido a nosotros un señor con un peinado muy extraño, muy buen sentido del humor y ademas educado, bueno… mas o menos, todavía nadie me prestaba atención ni me compraban el ponquesito que quería. También llegó un gatito grandote a la escena, pero como dije, nadie me hizo caso con mis crecientes ganas de comer algún dulcito sabrosito. Escuché con atención todo lo que ellos tenían para decir sin interrumpir sus intervenciones, pero no pude evitar reírme de vez en cuando por las locuras que entre ellos se decían; incluso el cazador le había lanzado unas ardillas al pobre Tala.
Hice que uno de los ponquesitos que estaba en el carrito que pasaba cerca de nosotros volara de forma disimulada hasta mi mano, mientras yo disfrutaba de aquella comedia -Que risita- pensé mientras el espectáculo se desarrollaba.
Al parecer al pirata frustrado no le dio gracia lo que sucedía, a mí sí; se hacia el rudote y ademas se había enojado. -Pelea, peleaa, peleaa- hacia porras mentales para provocar un caos en la situación, pero algo me sacó de contexto.
Voces, murmullos, gente distrayéndome de lo divertido que estaba resultando todo. Volteé a ver de qué se trataba y me percaté de que habían unas personas refiriéndose a nosotros, incluso señalándonos con la falsa esperanza de que no nos diésemos cuenta.
Odiaba interrumpir las escenas graciosas, sin embargo estos extraños no se veían muy contentos y se notaba su intención de acercarse a nosotros y formar una discusión.
Me volteé a ver otra vez a los que se encontraban con nosotros, me coloqué en frente del cazador para protegerlo de la espada del pirata loco y agarré la espada con mis dos manos, de estas empezó a salir mucho humo. Su espada estaba muy muy caliente, pero gracias a mi naturaleza de bruja y mi pobre control del agua mantuve mis manos bien hidratadas como para evitar que mi piel se quemara; aunque más que eso lo que quería era enfriar un poco el ambiente para luego preguntar una cosita.
-Chicos, ¿alguno de ustedes conoce a esos de allá?- moví mi cabeza hacia un lado para que se dieran cuenta de que nos estaban mirando raro y con ganas de hacernos daño -Tenemos que irnos de aquí- sugerí.
Conté rápido a los que se acercaban a gran velocidad, se trataba de 6 hombres y 3 mujeres, cara de pocos amigos, nos miraban directamente a nosotros y una de las chicas posicionó su mano cerca de un arma que llevaba en la cadera. Sinceramente no creía que ellos quisiesen ser nuestros amigos y ponerse a lanzar chistes con nosotros. No confiaba mucho en que alguno de los de nuestro grupo fuese tan fuerte como para poder con todos, obviamente nadie era más fuerte y astuto que yo; el problema radicaba en que con tanta gente era más complicado encargarnos de todos, tal vez si nos aislábamos pudiésemos tener un enfrentamiento interesante. Usaría a el gracioso Tala y al pirata como peones, los lanzaría de distracción mientras que el cazador podría ser mi caballo o el alfil para ir lastimando al enemigo, y luego yo haría mi jugada mortal como la preciosa reina que soy, Pelusa sería nuestro animador desde afuera.
Ya yo me estaba creando una escena heroica en mi cabeza, todo salía perfecto y yo quedaría como la heroína, pero las cosas no sucedieron así. Pelusa se había salido del plan, al parecer también se dio cuenta de algo raro y fue a atacar a los enemigos; o fue a buscar la manzana que se había caído en el piso cerca del eminente peligro que se acercaba a nosotros.
Hice que uno de los ponquesitos que estaba en el carrito que pasaba cerca de nosotros volara de forma disimulada hasta mi mano, mientras yo disfrutaba de aquella comedia -Que risita- pensé mientras el espectáculo se desarrollaba.
Al parecer al pirata frustrado no le dio gracia lo que sucedía, a mí sí; se hacia el rudote y ademas se había enojado. -Pelea, peleaa, peleaa- hacia porras mentales para provocar un caos en la situación, pero algo me sacó de contexto.
Voces, murmullos, gente distrayéndome de lo divertido que estaba resultando todo. Volteé a ver de qué se trataba y me percaté de que habían unas personas refiriéndose a nosotros, incluso señalándonos con la falsa esperanza de que no nos diésemos cuenta.
Odiaba interrumpir las escenas graciosas, sin embargo estos extraños no se veían muy contentos y se notaba su intención de acercarse a nosotros y formar una discusión.
Me volteé a ver otra vez a los que se encontraban con nosotros, me coloqué en frente del cazador para protegerlo de la espada del pirata loco y agarré la espada con mis dos manos, de estas empezó a salir mucho humo. Su espada estaba muy muy caliente, pero gracias a mi naturaleza de bruja y mi pobre control del agua mantuve mis manos bien hidratadas como para evitar que mi piel se quemara; aunque más que eso lo que quería era enfriar un poco el ambiente para luego preguntar una cosita.
-Chicos, ¿alguno de ustedes conoce a esos de allá?- moví mi cabeza hacia un lado para que se dieran cuenta de que nos estaban mirando raro y con ganas de hacernos daño -Tenemos que irnos de aquí- sugerí.
Conté rápido a los que se acercaban a gran velocidad, se trataba de 6 hombres y 3 mujeres, cara de pocos amigos, nos miraban directamente a nosotros y una de las chicas posicionó su mano cerca de un arma que llevaba en la cadera. Sinceramente no creía que ellos quisiesen ser nuestros amigos y ponerse a lanzar chistes con nosotros. No confiaba mucho en que alguno de los de nuestro grupo fuese tan fuerte como para poder con todos, obviamente nadie era más fuerte y astuto que yo; el problema radicaba en que con tanta gente era más complicado encargarnos de todos, tal vez si nos aislábamos pudiésemos tener un enfrentamiento interesante. Usaría a el gracioso Tala y al pirata como peones, los lanzaría de distracción mientras que el cazador podría ser mi caballo o el alfil para ir lastimando al enemigo, y luego yo haría mi jugada mortal como la preciosa reina que soy, Pelusa sería nuestro animador desde afuera.
Ya yo me estaba creando una escena heroica en mi cabeza, todo salía perfecto y yo quedaría como la heroína, pero las cosas no sucedieron así. Pelusa se había salido del plan, al parecer también se dio cuenta de algo raro y fue a atacar a los enemigos; o fue a buscar la manzana que se había caído en el piso cerca del eminente peligro que se acercaba a nosotros.
Magazubi
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
La escena era de tragicomedia .El hombre de rasgos asiáticos parecía no haberle gustado mi pregunta y la de un cazador que parecía que sus verdaderos intereses era "Pelusa". La mascota que aquella adorable niña, que se agarró al brazo de la panadera.-Oh, pero tendré que irme...- musitó a la pequeña que acto seguido le pedió comprarle una de esas golosinadas que tanto le encantaban a los niños.
El hombre moreno, había mencionado que mostraba interés en ella.Gabrielle soltó una sonrisa nerviosa ante su comentario, no era una mujer hecha para ser pirata. Ella era una viajera, en sus motivos justificados guerrera por defensa, ya fuera por malechores, ladrones, o salvar alguna persona realmente en peligro. Que gracioso le parecía todo.-Otro día hablamos de esa golosada , eh- Dijo a la pequeña que se mostraba cariñosa y verdaderamente alegre.
Y aparecieron más personas interesados en la mascota de la niña.Algo que realmente estaba poniendo de los nervios a la rubia.-No está en venta...- Dijo tratando de proteger a la pequeña. En muchas ocasiones, los adultos les gustaban aprovecharse del tamaño de los niños, como para la mayoría son seres inocentes que se son engañados con facilidad, no importaba la moralidad de engañar a uno de ellos.
Solo sabía , que entre tantas tonterías entre los presentes, el númerito del pirata , habían atraído a un grupo de piratas que parecían buscar bronca. La chica buscó enseguida sus dagas tridente bajo su falda para un futuro ataque.
-Caballeros, caballeros. Les dijo con una voz dulce y de una mujer sumisa.-No hace falta crear conflicto en estos momentos.Solo estamos disfrutando de una charla. Aquellos seis hombres, y tres mujeres compartieron su risa ante el comentario de la chica.
-Nos vas a dar tu dinero.- Le exigió una de las mujeres , fuertes como hombres.-Y a esa niña también La mirada de Gabriella se petrificó se congelo cuando comprobó que eran personas sin escrúpulos.
-Maguita, corre con pelusa lejos.- Pudo decir a la pequeña antes de atizar una patada en la cara a aquella mujer que empujó a sus compañeros.
Las cosas se ponían peliagudas.
El hombre moreno, había mencionado que mostraba interés en ella.Gabrielle soltó una sonrisa nerviosa ante su comentario, no era una mujer hecha para ser pirata. Ella era una viajera, en sus motivos justificados guerrera por defensa, ya fuera por malechores, ladrones, o salvar alguna persona realmente en peligro. Que gracioso le parecía todo.-Otro día hablamos de esa golosada , eh- Dijo a la pequeña que se mostraba cariñosa y verdaderamente alegre.
Y aparecieron más personas interesados en la mascota de la niña.Algo que realmente estaba poniendo de los nervios a la rubia.-No está en venta...- Dijo tratando de proteger a la pequeña. En muchas ocasiones, los adultos les gustaban aprovecharse del tamaño de los niños, como para la mayoría son seres inocentes que se son engañados con facilidad, no importaba la moralidad de engañar a uno de ellos.
Solo sabía , que entre tantas tonterías entre los presentes, el númerito del pirata , habían atraído a un grupo de piratas que parecían buscar bronca. La chica buscó enseguida sus dagas tridente bajo su falda para un futuro ataque.
-Caballeros, caballeros. Les dijo con una voz dulce y de una mujer sumisa.-No hace falta crear conflicto en estos momentos.Solo estamos disfrutando de una charla. Aquellos seis hombres, y tres mujeres compartieron su risa ante el comentario de la chica.
-Nos vas a dar tu dinero.- Le exigió una de las mujeres , fuertes como hombres.-Y a esa niña también La mirada de Gabriella se petrificó se congelo cuando comprobó que eran personas sin escrúpulos.
-Maguita, corre con pelusa lejos.- Pudo decir a la pequeña antes de atizar una patada en la cara a aquella mujer que empujó a sus compañeros.
Las cosas se ponían peliagudas.
Gabrielle Allen Claire
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Tras la intervención de Striker, al cual parecieron ignorar, el bullicio del mercado comenzó a volver a la normalidad. La mujer a la cual la pequeña le había pedido una especie de dulce, le comento que otro día se lo compraría, aunque todo el mundo sabía que era un “No me da la gana comprarte el dulce”. La verdad me daba algo de lastima la pequeña y si hubiera tenido dinero tampoco se lo iba a comprar y más después de lo que vi a continuación. -¿Telequinesis? – me dije dejando de mirar a la pequeña entre alegre y nervioso. Había visto a la pequeña “coger” un dulce y, o era telequinesis o dentro del dulce había algo crujiente que lo permitía volar y no eran almendras.
Dejé de pensar en ello por el momento y esperé a que el cazador me diera una respuesta a la pregunta, el cual parecía que aquella pregunta le había puesto algo nervioso, al menos a primera vista, ya que tras exponerla comenzó a hacer movimientos extraños. No sabía si le picaba la espalda, estaba haciendo ejercicios de estiramiento o que simplemente le faltaba un tornillo. Fuera como fuese parece que por fin dejo de moverse al encontrar lo que estaba buscando, y en ese momento el mundo pareció detenerse.
-¡ARDILLA!- dije gritando en mi interior con fuerza.
La imagen de aquella ardilla salir de la nada y con una visible trayectoria hacía mí, me hizo recordar el origen de mi miedo. (Pupila del ojo dilatándose y zoom al ojo)
//Con 13 Años//
Era una mañana tranquila como otra cualquiera. Mi padre me había mandado a alimentar a las ardillas que teníamos en una jaula, las cuales vendíamos cuando ya tenían el tamaño adecuado. Para alimentarlas, llevábamos algunas semillas y frutos diferentes y una especie de savia que les gustaba a las ardillas. A mí no me gustaba tocar aquella sustancia porque era pegajosa, pero mientras estuviera en el cubo donde la portaba no había problema.
Por fin llegue a la jaula de las ardillas y entré cerrando la puerta a mi espalda como llevaba haciendo un tiempo. – Es hora de comer mis pequeñas – dije sonriente sin darme cuenta de que mi padre había echado agua en el suelo para reblandecer las heces para su posterior limpiado. Sin darme tiempo a reaccionar, resbalé y caí de espaldas al suelo, provocándome que apenas pudiera moverme. Solo podía ver como los cubos que había estado portando, los cuales había estado portando hace unos segundos, volar por encima de mí sabiendo cual iba a ser su final. El contenido de los dos cubos cayó sobre mí, juntado las semillas con la savia, haciendo imposible que pudiera quitarme la mezcla de encima.
Todo parecía que todo lo que me iba a ocurrir era aquella caída pringosa, pero comencé a ver como las ardillas salían de los agujeros y comenzaban a acercarse. – Fuera, fuera, dejadme en paz – grite con fuerza en un vano intento por que se fueran, pero no se detuvieron, es más, parecía que habían empezado a acelerar el paso. En ese momento comencé a sentir multitud de mordeduras sin poder hacer nada más que patalear y gritar. – ¡PAPAAAAAA!-...-¡PAPAAAA!-
//Actualidad//
-¡Papa!!Papa! –dije en un susurro casi inaudible.
El mundo comenzó a moverse de nuevo y estaba aterrorizado, por lo que lo único que se me ocurría para alejar a aquel detestable animal era mi magia. Con toda la rapidez que pude, concentre mi energía de telequinesis en la palma de mi mano y la lance hacía la ardilla que me estaba atacando. Aquello provocó que el animal saliera disparado en dirección opuesta de la que había venido con una ligera desviación. Por lo que tras unos segundos, observé como impactaba en la cara del vendedor de carne que estaba a varios metros de mí.
-¡JA JA! Maldita ardilla, pensaba que ya me tenías, ¿eh?... pues no. – dije intentando mantener las apariencias, mientras interiormente me encontraba totalmente aterrado. – ¡Y tú!- dije señalando con el dedo algo enfadado – Si no querías darme un trozo, solo tenías que decirlo – dije mientras observaba a un recién llegado, el cual se colocó delante de mí, interrumpiendo mi reprimenda.
Era como un gato con forma humana – ¿es de verdad? – pensé dubitativo, mientras escuchaba de fondo que le decía algo a Striker. Quería acariciarlo y ver si tenía un pelaje parecido a un gato de verdad, por lo que comencé a acercar y alejar la mano con cierta duda. -¿se molestara si lo acaricio? – me dije arqueando una ceja. Pero rápidamente dejé aquella idea al ver que el cazador, el cual se había presentado como Candau, había comenzado a desprestigiar a Striker. El pirata en ese momento comenzó a despotricar contra el cazador e incluso saco su espada amenazándolo. – Vaya esto se pone cada vez mejor- susurre sacando la última manzana del bolsillo y dándole un buen mordisco. Pero antes de que pudiera ocurrir algo, la pequeña se adelantó y agarró el sable, pudiendo apreciar como caían algunas gotas de agua al suelo. – mmm, interesante – me dije con curiosidad sobre quien era aquella niña. Pero la interrupción de la pequeña a aquella disputa era sobre un grupo que acaban de salir de la multitud y se dirigían a nuestra dirección.
La mujer que había negado el dulce a la pequeña niña, apodada a partir de ahora la “rácana”, comenzó a hablar con aquel grupo. Le instó a que se calmaran, pero estos en vez de calmarse le dijeron que le diera su dinero y le entregaran a la niña. Aquello hizo que lo que me quedara de manzana se me cayera al suelo. Me daba igual que le robaran a aquella mujer, pero a la niña no quería que la tocaran y no porque fuera una niña, si no porque sentía curiosidad por su afinidad a la magia. Quería saber hasta qué punto sabía controlar la magia de telequinesis, la cual estaba todavía comenzando a manejar aun con tanto años estudiándola en aquel libro. Así que de dos pasos hacia atrás y me coloqué valientemente detrás del felino y eché un vistazo al grupo que estaba viniendo. -1, 2, 3, 4, 5,6,7 hombres… a no espera..¿Eso es una mujer?...- susurre con cierto repelús. Seis hombres y tres mujeres con cierta corpulencia, contra… bueno, contra la mujer que se mete sin que la llamen, llamada ahora “metomentodo” y contra el pirata Striker. Así que sin pensármelo di varios pasos más hacía atrás colocándome al lado de la pequeña. Agarré con fuerza la empuñadura de mi espada por si tenía que usarla, ya que mi magia como mucho podría desestabilizar a uno o dos de ellos y tenía que tener algo con lo que defenderme. En ese momento la “metomentodo” dijo que la pequeña y aquella cosa al cual llamaban pelusa, corriera para ponerse a salvo. Si la pequeña se iba yo la seguiría con la excusa de que la iba a proteger, cosa que en parte no era mentira, al menos hasta tener la información que necesitaba. - ¿Huir o luchar? – dije en voz alta creyendo que lo había pensado. No había demasiado tiempo para decidir, ya teníamos al grupo encima. Ya hacían sacado sus armas, espadas, mazas, cuchillos… estaban armados hasta los dientes.
De repente un pitido de un silbato proveniente de una calle cercana hizo que mirara en esa dirección, pudiendo ver como un grupo de cuatro guardas salían de ella. – Alto ahí- dijo uno de ellos, posiblemente el de mayor rango o el más valiente al ir de frente contra 9 personas siendo solo 4. Iba a ser interesante lo que iba a ocurrir a continuación, o ayudábamos a los guardas a pelear contra aquellos tipos o los guardas serían las distracción perfecta, pero estaba claro que yo no iba a hacerme el héroe por nadie.
Dejé de pensar en ello por el momento y esperé a que el cazador me diera una respuesta a la pregunta, el cual parecía que aquella pregunta le había puesto algo nervioso, al menos a primera vista, ya que tras exponerla comenzó a hacer movimientos extraños. No sabía si le picaba la espalda, estaba haciendo ejercicios de estiramiento o que simplemente le faltaba un tornillo. Fuera como fuese parece que por fin dejo de moverse al encontrar lo que estaba buscando, y en ese momento el mundo pareció detenerse.
-¡ARDILLA!- dije gritando en mi interior con fuerza.
La imagen de aquella ardilla salir de la nada y con una visible trayectoria hacía mí, me hizo recordar el origen de mi miedo. (Pupila del ojo dilatándose y zoom al ojo)
//Con 13 Años//
Era una mañana tranquila como otra cualquiera. Mi padre me había mandado a alimentar a las ardillas que teníamos en una jaula, las cuales vendíamos cuando ya tenían el tamaño adecuado. Para alimentarlas, llevábamos algunas semillas y frutos diferentes y una especie de savia que les gustaba a las ardillas. A mí no me gustaba tocar aquella sustancia porque era pegajosa, pero mientras estuviera en el cubo donde la portaba no había problema.
Por fin llegue a la jaula de las ardillas y entré cerrando la puerta a mi espalda como llevaba haciendo un tiempo. – Es hora de comer mis pequeñas – dije sonriente sin darme cuenta de que mi padre había echado agua en el suelo para reblandecer las heces para su posterior limpiado. Sin darme tiempo a reaccionar, resbalé y caí de espaldas al suelo, provocándome que apenas pudiera moverme. Solo podía ver como los cubos que había estado portando, los cuales había estado portando hace unos segundos, volar por encima de mí sabiendo cual iba a ser su final. El contenido de los dos cubos cayó sobre mí, juntado las semillas con la savia, haciendo imposible que pudiera quitarme la mezcla de encima.
Todo parecía que todo lo que me iba a ocurrir era aquella caída pringosa, pero comencé a ver como las ardillas salían de los agujeros y comenzaban a acercarse. – Fuera, fuera, dejadme en paz – grite con fuerza en un vano intento por que se fueran, pero no se detuvieron, es más, parecía que habían empezado a acelerar el paso. En ese momento comencé a sentir multitud de mordeduras sin poder hacer nada más que patalear y gritar. – ¡PAPAAAAAA!-...-¡PAPAAAA!-
//Actualidad//
-¡Papa!!Papa! –dije en un susurro casi inaudible.
El mundo comenzó a moverse de nuevo y estaba aterrorizado, por lo que lo único que se me ocurría para alejar a aquel detestable animal era mi magia. Con toda la rapidez que pude, concentre mi energía de telequinesis en la palma de mi mano y la lance hacía la ardilla que me estaba atacando. Aquello provocó que el animal saliera disparado en dirección opuesta de la que había venido con una ligera desviación. Por lo que tras unos segundos, observé como impactaba en la cara del vendedor de carne que estaba a varios metros de mí.
-¡JA JA! Maldita ardilla, pensaba que ya me tenías, ¿eh?... pues no. – dije intentando mantener las apariencias, mientras interiormente me encontraba totalmente aterrado. – ¡Y tú!- dije señalando con el dedo algo enfadado – Si no querías darme un trozo, solo tenías que decirlo – dije mientras observaba a un recién llegado, el cual se colocó delante de mí, interrumpiendo mi reprimenda.
Era como un gato con forma humana – ¿es de verdad? – pensé dubitativo, mientras escuchaba de fondo que le decía algo a Striker. Quería acariciarlo y ver si tenía un pelaje parecido a un gato de verdad, por lo que comencé a acercar y alejar la mano con cierta duda. -¿se molestara si lo acaricio? – me dije arqueando una ceja. Pero rápidamente dejé aquella idea al ver que el cazador, el cual se había presentado como Candau, había comenzado a desprestigiar a Striker. El pirata en ese momento comenzó a despotricar contra el cazador e incluso saco su espada amenazándolo. – Vaya esto se pone cada vez mejor- susurre sacando la última manzana del bolsillo y dándole un buen mordisco. Pero antes de que pudiera ocurrir algo, la pequeña se adelantó y agarró el sable, pudiendo apreciar como caían algunas gotas de agua al suelo. – mmm, interesante – me dije con curiosidad sobre quien era aquella niña. Pero la interrupción de la pequeña a aquella disputa era sobre un grupo que acaban de salir de la multitud y se dirigían a nuestra dirección.
La mujer que había negado el dulce a la pequeña niña, apodada a partir de ahora la “rácana”, comenzó a hablar con aquel grupo. Le instó a que se calmaran, pero estos en vez de calmarse le dijeron que le diera su dinero y le entregaran a la niña. Aquello hizo que lo que me quedara de manzana se me cayera al suelo. Me daba igual que le robaran a aquella mujer, pero a la niña no quería que la tocaran y no porque fuera una niña, si no porque sentía curiosidad por su afinidad a la magia. Quería saber hasta qué punto sabía controlar la magia de telequinesis, la cual estaba todavía comenzando a manejar aun con tanto años estudiándola en aquel libro. Así que de dos pasos hacia atrás y me coloqué valientemente detrás del felino y eché un vistazo al grupo que estaba viniendo. -1, 2, 3, 4, 5,6,7 hombres… a no espera..¿Eso es una mujer?...- susurre con cierto repelús. Seis hombres y tres mujeres con cierta corpulencia, contra… bueno, contra la mujer que se mete sin que la llamen, llamada ahora “metomentodo” y contra el pirata Striker. Así que sin pensármelo di varios pasos más hacía atrás colocándome al lado de la pequeña. Agarré con fuerza la empuñadura de mi espada por si tenía que usarla, ya que mi magia como mucho podría desestabilizar a uno o dos de ellos y tenía que tener algo con lo que defenderme. En ese momento la “metomentodo” dijo que la pequeña y aquella cosa al cual llamaban pelusa, corriera para ponerse a salvo. Si la pequeña se iba yo la seguiría con la excusa de que la iba a proteger, cosa que en parte no era mentira, al menos hasta tener la información que necesitaba. - ¿Huir o luchar? – dije en voz alta creyendo que lo había pensado. No había demasiado tiempo para decidir, ya teníamos al grupo encima. Ya hacían sacado sus armas, espadas, mazas, cuchillos… estaban armados hasta los dientes.
De repente un pitido de un silbato proveniente de una calle cercana hizo que mirara en esa dirección, pudiendo ver como un grupo de cuatro guardas salían de ella. – Alto ahí- dijo uno de ellos, posiblemente el de mayor rango o el más valiente al ir de frente contra 9 personas siendo solo 4. Iba a ser interesante lo que iba a ocurrir a continuación, o ayudábamos a los guardas a pelear contra aquellos tipos o los guardas serían las distracción perfecta, pero estaba claro que yo no iba a hacerme el héroe por nadie.
Talamaur
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
WoooooooW que buen truco… este debe ser dragón…
El felino estaba admirando la espada con flamas cuando una niña interrumpió su campo visual, se había identificado como maguita, un nombre raro para una niña pensó, pero las sorpresas no se quedaron ahí, la jovencita tomó la espada incandescente a manos desnudas, algo que Leo no había visto antes, mas raritos pensó otra vez.
Aún no había terminado sus juicios cuando el tipo que se hacía llamar striker le había preguntado si era bueno en los conflictos, a lo que el felino respondió sacando pecho y diciendo:
Déjame presentarme, soy León Alexander “Brave”, el apodo de brave viene de mi bravura en combate, yo solo abatí a 20 trasgos bajo la tierra, he matado hombres lobo a manos desnudas y una vez combatí contra una abominación que era una armadura hueca controlada por magia. ¿Eso responde a tu pregunta capitán?
Casi inmediatamente después de terminar de hablar se escucharon murmullos, leo vio que la niña a su lado decía algo de conocer a algunos tipos y que debían poner pies en polvorosa. Leo miró en la dirección en la que señalaba maguita y vio como un tropel de desaliñados sujetos, hombres y mujeres se acercaban a ellos embistiendo y golpeando a todo aquel que se interpusiera en su camino. El felino no quería meterse en una pelea con el estómago vacío, pero la que parecía ser la mascota de la niña salió disparada rumbo a la manada de piratas, justo cuando Leo se debatía entre luchar o no una de las mujeres del grupo contendor les ordeno entregar el dinero y a la niña, si, a la niña también, algo que Leo no iba a tolerar era el posible abuso y esclavismo de una pequeña tan cándida.
Una patada voladora fue a impactar en el rostro de la mujer que había hablado anteriormente, Leo ya estaba decidido, lucharía al lado de la mujer para defender a la pequeña, no quería matar a nadie (aún) así que dejó sus dagas y hacha en su lugar, no las usaría de momento, solo se sacó los guantes para poder usar sus garras libremente y causar un daño moderado, también se puso los anillos de hierro en la mano derecha para dar duros golpes de puño.
Huir o luchar alcanzo a oír detrás de el.
LUCHAR! No seas gallina y únete. Diciendo esto al extraño tipo que estaba detrás de el, Leo se lanzó a la batalla, un puñetazo por aquí, una patada por allá, era un caos total, el felino estaba enojado por la falta de comida pero a la vez reía por la emoción del combate. Tiraba tentadas para cualquiera que se acercara demasiado, lo sentía en la sangre, estaba a punto de pasar, estaba a punto de saltar la barrera mental que lo mantenía en la frágil moralidad de los humanos para dar rienda suelta a su lado felino y salvaje.
Un pitido había sonado, fue como cuando soltaban a los perros en una cacería. La guardia estaba llegando al lugar, por lo tanto se iba a acabar la fiesta, durante la pelea que debió durar unos minutos León se olvidó de la mujer, del hombre del lobo, del loco de la ardilla, de la niña con su mascota y del capitán pirata, rápidamente buscó a este último, una vez lo encontró se acercó a él, con la respiración entrecortada y un marcado acento felino le dijo:
¿Que hacemos capitán?, llega la guardia y se armará una más gorda, ¿huimos por la derecha o nos quedamos y hacemos frente como hombres?
El felino estaba admirando la espada con flamas cuando una niña interrumpió su campo visual, se había identificado como maguita, un nombre raro para una niña pensó, pero las sorpresas no se quedaron ahí, la jovencita tomó la espada incandescente a manos desnudas, algo que Leo no había visto antes, mas raritos pensó otra vez.
Aún no había terminado sus juicios cuando el tipo que se hacía llamar striker le había preguntado si era bueno en los conflictos, a lo que el felino respondió sacando pecho y diciendo:
Déjame presentarme, soy León Alexander “Brave”, el apodo de brave viene de mi bravura en combate, yo solo abatí a 20 trasgos bajo la tierra, he matado hombres lobo a manos desnudas y una vez combatí contra una abominación que era una armadura hueca controlada por magia. ¿Eso responde a tu pregunta capitán?
Casi inmediatamente después de terminar de hablar se escucharon murmullos, leo vio que la niña a su lado decía algo de conocer a algunos tipos y que debían poner pies en polvorosa. Leo miró en la dirección en la que señalaba maguita y vio como un tropel de desaliñados sujetos, hombres y mujeres se acercaban a ellos embistiendo y golpeando a todo aquel que se interpusiera en su camino. El felino no quería meterse en una pelea con el estómago vacío, pero la que parecía ser la mascota de la niña salió disparada rumbo a la manada de piratas, justo cuando Leo se debatía entre luchar o no una de las mujeres del grupo contendor les ordeno entregar el dinero y a la niña, si, a la niña también, algo que Leo no iba a tolerar era el posible abuso y esclavismo de una pequeña tan cándida.
Una patada voladora fue a impactar en el rostro de la mujer que había hablado anteriormente, Leo ya estaba decidido, lucharía al lado de la mujer para defender a la pequeña, no quería matar a nadie (aún) así que dejó sus dagas y hacha en su lugar, no las usaría de momento, solo se sacó los guantes para poder usar sus garras libremente y causar un daño moderado, también se puso los anillos de hierro en la mano derecha para dar duros golpes de puño.
Huir o luchar alcanzo a oír detrás de el.
LUCHAR! No seas gallina y únete. Diciendo esto al extraño tipo que estaba detrás de el, Leo se lanzó a la batalla, un puñetazo por aquí, una patada por allá, era un caos total, el felino estaba enojado por la falta de comida pero a la vez reía por la emoción del combate. Tiraba tentadas para cualquiera que se acercara demasiado, lo sentía en la sangre, estaba a punto de pasar, estaba a punto de saltar la barrera mental que lo mantenía en la frágil moralidad de los humanos para dar rienda suelta a su lado felino y salvaje.
Un pitido había sonado, fue como cuando soltaban a los perros en una cacería. La guardia estaba llegando al lugar, por lo tanto se iba a acabar la fiesta, durante la pelea que debió durar unos minutos León se olvidó de la mujer, del hombre del lobo, del loco de la ardilla, de la niña con su mascota y del capitán pirata, rápidamente buscó a este último, una vez lo encontró se acercó a él, con la respiración entrecortada y un marcado acento felino le dijo:
¿Que hacemos capitán?, llega la guardia y se armará una más gorda, ¿huimos por la derecha o nos quedamos y hacemos frente como hombres?
Leon Alexander
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Sorprendentemente la ardilla que había arrojado contra el sujeto que había presenciado la primer función del artista callejero salió disparada en dirección contrario, ¿Aquello había sido magia? Problemas con un brujo otra vez no, la ultima vez casi me quemaron las cejas, no estaba de ánimos ni en condiciones para correr de acá para allá mientras me lanzaban fuego, era lo último que deseaba en ese momento. Desgraciadamente el sujeto parecía molesto, solo había sido una ardilla… no iba a tratar de volverme carbón ¿Cierto?
-Ya te dije que te daría las tripas, no las necesito a fin de cuentas… dudo que sean abrigadoras de todas formas y no me imagino usando zapatos confeccionados con la vejiga del lobo. – Esos zapatos debían de ser asquerosos, no podía opinar de la comodidad que podrían tener… eso lo dudaba.
El actor Striker había hecho caso a mis recomendaciones de tener seguridad y un porte firme, ahora lo había intentado y le había salido mucho mejor, hasta casi me hace creer que era un pirata de verdad. Aplaudí lentamente mirando al sujeto, debía aceptar que había mejorado en todo aquello, se había lucido, era alguien que sabía tomar consejos y los adaptaba con gran velocidad, muy poca gente como él había en el mundo.
- Muy bien hecho Striker, no sé cómo hiciste eso del fuego, pero gran efecto especial, es como si fuese de verdad. – O quizá era de verdad… no, imposible que ya hubiesen 2 brujos reunidos
La niña se colocó frente a la espada del actor y sin dudarlo coloco sus manos en esta, de la espada comenzó a salir humo ¿Por qué humo? Por las flechas de Váli, aquello no era un espectáculo, allí había magia de verdad, y si la espada tenía fuego… ¿La niña controlaba agua? Sí, eso era lo más lógico. Siseé con cierta incomodidad y molestia, no sabía en qué me había metido ahora, como de costumbre siempre me metía en problemas sin saberlo, necesitaba escapar de allí.
La niña al parecer nos traía noticias, más gente venía a unirse a nuestra reunión, miré temiendo que fuesen más problemas… efectivamente parecían ser más problemas, “¿Por qué me pasa todo esto a mi? Yo solo quería ver el animalito ¿¡Es mucho pedir que algo me saliera bien en la vida!?” La pequeña sugirió irnos, al fin, una buena idea. Estaba por irme cuando el intento de pirata le dijo a su amistoso gato con esteroides si era bueno en la pelea “Tan cerca y a la vez tan lejos.” Por lo visto el destino me quería allí.
La rubia trató de aligerar el ambiente con los recién llegado, al fin alguien estable, todo se solucionaría con palabras… ¿A quién quiero engañar? De ese encuentro lo más probable es que salieran dientes volando, esperaba que no fuesen los míos. Los desconocidos nos reclamaban dinero, ni loco les daría mis ahorros, primero muer… bueno no, prefería dar unas monedas a la vida, la otra petición era a la enana ¿Para qué querían a la niña? Vender sus órganos quizá.
Los golpes empezaron, una patada de la rubia dio con una de las entrometidas, les había ordenado a la niña y al Aion correr, una muy buena idea que yo también tomaría en cuenta. El brujo que se había escondido detrás de Maguita también parecía tener sus dudas, quizá si corríamos todos nadie estaría en peligro, apoyaba la idea de huir… pero el gato con esteroides no, gritó en respuesta a la lucha y se tiró de cabeza a pelear.
- ¡Díganme que es una maldita broma! – No podía estar pasando, nadie pensaba allí con claridad, estaban todos locos… miré al lobo en mi espalda, el único que podía ayudarme ahora era él, necesitaba una señal del más allá. Una gota de baba comenzó a caer por las fauces del animal muerto y aquello fue suficiente para saber lo que tenía que hacer.
Era sencillo, correría a los callejones, metería dentro de mi camisa al lobo y sacaría su hocico por la capucha de mi traje, así nadie se daría cuenta que era yo realmente huyendo… no, aquella era una idea muy idiota hasta para mi, necesitaba algo mejor.
Algo que nadie había notado era que el animal de la niña había corrido a la pelea, todos estaban muy concentrados en lo suyo y no trataban de hacer algo con eso… pero yo tenía la idea perfecta esta vez y mi amigo el lobo sería de gran ayuda.
- ¡Está vivo! – Grité a todo pulmón mientras me sacudía con fuerza y haciendo falsos ruidos de animal tratando de morder algo, el movimiento hacia parecer que el lobo quisiera morder mi cuello y mi grandes “Raargh” también ayudaban, tambaleándome como un idiota me acerqué hasta el conflicto evitando golpes y usando el cadáver del canino como arma. Un par de maleantes estaban tratando de tomar al Aion de la niña, allí fue donde tuve que tomar una medida drástica.
- No te preocupes amigo, juro que volveré por ti. – Tiré el cuerpo del animal muerto contra los piratas y me apresuré a jalar al Aion de maguita, al inicio el animal se resistía pero cuando puse una manzana frente a él todo fue más fácil.
- Cuida bien a tu animalito… y mantenlo alimentado. – Le dije a la pequeña cuando finalmente llegué a su lado con el Aion.- Ahora si me disculpas, debo ir por mi amigo colmilludo, no el gato, me refiero al lobo muerto.
Corrí de nuevo a la trifulca está vez con mi arco en mano, aquello me daba más seguridad, en medio de la disputa del gato con esteroides y los piratas mi lobo estaba siendo pateado de acá para allá, que falta de respeto con un cadáver. Tuve que regresarle el golpe a uno de los piratas que me había pateado y sacado el aire, aunque desgraciadamente le pegué mal y terminé doblándome no de los dedos, maldita mala suerte.
Cuando logré recuperar a mi amigo canino algo comenzó a sonar, pitidos, lo que faltaba, ahora me arrestarían por alterar el orden público, malditos dioses, les gustaba verme sufrir. Tomé al lobo en mi espalda y vi como el gato se alejaba, sin pensarlo dos veces corrí detrás de él, por lo visto pensaba esperar ordenes.
- Si a alguien le interesa mi opinión, digo que corramos, una cosa es problemas con vándalos y otra es con la guardia. Claramente no creerán que estamos del lado de ellos… y saben lo que significa ¡Todos al calabozo! – Acaricie el filo de una de mis flechas tratando de relajarme, eran muchos sentimientos encontrados en un día.
-Ya te dije que te daría las tripas, no las necesito a fin de cuentas… dudo que sean abrigadoras de todas formas y no me imagino usando zapatos confeccionados con la vejiga del lobo. – Esos zapatos debían de ser asquerosos, no podía opinar de la comodidad que podrían tener… eso lo dudaba.
El actor Striker había hecho caso a mis recomendaciones de tener seguridad y un porte firme, ahora lo había intentado y le había salido mucho mejor, hasta casi me hace creer que era un pirata de verdad. Aplaudí lentamente mirando al sujeto, debía aceptar que había mejorado en todo aquello, se había lucido, era alguien que sabía tomar consejos y los adaptaba con gran velocidad, muy poca gente como él había en el mundo.
- Muy bien hecho Striker, no sé cómo hiciste eso del fuego, pero gran efecto especial, es como si fuese de verdad. – O quizá era de verdad… no, imposible que ya hubiesen 2 brujos reunidos
La niña se colocó frente a la espada del actor y sin dudarlo coloco sus manos en esta, de la espada comenzó a salir humo ¿Por qué humo? Por las flechas de Váli, aquello no era un espectáculo, allí había magia de verdad, y si la espada tenía fuego… ¿La niña controlaba agua? Sí, eso era lo más lógico. Siseé con cierta incomodidad y molestia, no sabía en qué me había metido ahora, como de costumbre siempre me metía en problemas sin saberlo, necesitaba escapar de allí.
La niña al parecer nos traía noticias, más gente venía a unirse a nuestra reunión, miré temiendo que fuesen más problemas… efectivamente parecían ser más problemas, “¿Por qué me pasa todo esto a mi? Yo solo quería ver el animalito ¿¡Es mucho pedir que algo me saliera bien en la vida!?” La pequeña sugirió irnos, al fin, una buena idea. Estaba por irme cuando el intento de pirata le dijo a su amistoso gato con esteroides si era bueno en la pelea “Tan cerca y a la vez tan lejos.” Por lo visto el destino me quería allí.
La rubia trató de aligerar el ambiente con los recién llegado, al fin alguien estable, todo se solucionaría con palabras… ¿A quién quiero engañar? De ese encuentro lo más probable es que salieran dientes volando, esperaba que no fuesen los míos. Los desconocidos nos reclamaban dinero, ni loco les daría mis ahorros, primero muer… bueno no, prefería dar unas monedas a la vida, la otra petición era a la enana ¿Para qué querían a la niña? Vender sus órganos quizá.
Los golpes empezaron, una patada de la rubia dio con una de las entrometidas, les había ordenado a la niña y al Aion correr, una muy buena idea que yo también tomaría en cuenta. El brujo que se había escondido detrás de Maguita también parecía tener sus dudas, quizá si corríamos todos nadie estaría en peligro, apoyaba la idea de huir… pero el gato con esteroides no, gritó en respuesta a la lucha y se tiró de cabeza a pelear.
- ¡Díganme que es una maldita broma! – No podía estar pasando, nadie pensaba allí con claridad, estaban todos locos… miré al lobo en mi espalda, el único que podía ayudarme ahora era él, necesitaba una señal del más allá. Una gota de baba comenzó a caer por las fauces del animal muerto y aquello fue suficiente para saber lo que tenía que hacer.
Era sencillo, correría a los callejones, metería dentro de mi camisa al lobo y sacaría su hocico por la capucha de mi traje, así nadie se daría cuenta que era yo realmente huyendo… no, aquella era una idea muy idiota hasta para mi, necesitaba algo mejor.
Algo que nadie había notado era que el animal de la niña había corrido a la pelea, todos estaban muy concentrados en lo suyo y no trataban de hacer algo con eso… pero yo tenía la idea perfecta esta vez y mi amigo el lobo sería de gran ayuda.
- ¡Está vivo! – Grité a todo pulmón mientras me sacudía con fuerza y haciendo falsos ruidos de animal tratando de morder algo, el movimiento hacia parecer que el lobo quisiera morder mi cuello y mi grandes “Raargh” también ayudaban, tambaleándome como un idiota me acerqué hasta el conflicto evitando golpes y usando el cadáver del canino como arma. Un par de maleantes estaban tratando de tomar al Aion de la niña, allí fue donde tuve que tomar una medida drástica.
- No te preocupes amigo, juro que volveré por ti. – Tiré el cuerpo del animal muerto contra los piratas y me apresuré a jalar al Aion de maguita, al inicio el animal se resistía pero cuando puse una manzana frente a él todo fue más fácil.
- Cuida bien a tu animalito… y mantenlo alimentado. – Le dije a la pequeña cuando finalmente llegué a su lado con el Aion.- Ahora si me disculpas, debo ir por mi amigo colmilludo, no el gato, me refiero al lobo muerto.
Corrí de nuevo a la trifulca está vez con mi arco en mano, aquello me daba más seguridad, en medio de la disputa del gato con esteroides y los piratas mi lobo estaba siendo pateado de acá para allá, que falta de respeto con un cadáver. Tuve que regresarle el golpe a uno de los piratas que me había pateado y sacado el aire, aunque desgraciadamente le pegué mal y terminé doblándome no de los dedos, maldita mala suerte.
Cuando logré recuperar a mi amigo canino algo comenzó a sonar, pitidos, lo que faltaba, ahora me arrestarían por alterar el orden público, malditos dioses, les gustaba verme sufrir. Tomé al lobo en mi espalda y vi como el gato se alejaba, sin pensarlo dos veces corrí detrás de él, por lo visto pensaba esperar ordenes.
- Si a alguien le interesa mi opinión, digo que corramos, una cosa es problemas con vándalos y otra es con la guardia. Claramente no creerán que estamos del lado de ellos… y saben lo que significa ¡Todos al calabozo! – Acaricie el filo de una de mis flechas tratando de relajarme, eran muchos sentimientos encontrados en un día.
Fredericksen
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Como se podía esperar de cualquier conflicto pirata, la cosa se había vuelto caotica muy rápidamente, o los piratas eran muy estúpidos, o muy temerarios, porque el conflicto había muy fácilmente invocado a la guardia de la ciudad.
Descarto la situación anterior y el problema con el hombre del lobo, para centrarse en el problema actual.
“No es un problema, es lo que estuvimos esperando todos estos años”
“Que mejor modo de ganar reconocimiento que venciendo a otra banda pirata”
-Que les parece.- dijo con su mejor sonrisa.- Si nos robamos un barco pirata.
Con un paso hacia un lado esquivo el ataque de uno de los piratas, por lo que podía ver, las habilidades de los mismos eran bastante inferiores a las del más simple guerrero.
“Carne de cañón, sin duda”
-Qué piensas.- le dijo Leon.- ¿Te crees capaz de capturar un pirata y llevarlo con nosotros antes de que nos sea imposible huir?
Pero para eso, tenía que lograr aislar a uno, la cosa se iba a poner realmente interesante. La suerte estaba de su lado, ya que un pirata se había aislado un poco del grupo, por efecto del golpe de un guardia.
Aprovechando el momento agarro al pirata por un brazo y lo lanzo hacia donde se encontraban los demás. Quisieran o no ya eran parte del plan.
Con una ligera inclinación y apoyando la punta de su espada en el suelo, Alexander Andiel Redstone bendijo el suelo con el elemento de fuego, creando un circulo de llamas a su alrededor, claro que no podía bloquear por completo el camino, pero aumentar a la confusión debía ser más que suficiente, no necesitaban más que unos segundos si es que podían capturar al pirata correctamente.
-Vamos a escapar de la ciudad.- dijo.- Es improbable que un pirata haya dejado su barco aquí.
“Esto es demasiado divertido”
“Si, verdad, llegando a la ciudad con un IMPACTO de fuego”
“Así comienza la leyenda del legendario pirata Striker”
Offrol: Ya se, el plan no esta para nada pensado, pero es asi.
Descarto la situación anterior y el problema con el hombre del lobo, para centrarse en el problema actual.
“No es un problema, es lo que estuvimos esperando todos estos años”
“Que mejor modo de ganar reconocimiento que venciendo a otra banda pirata”
-Que les parece.- dijo con su mejor sonrisa.- Si nos robamos un barco pirata.
Con un paso hacia un lado esquivo el ataque de uno de los piratas, por lo que podía ver, las habilidades de los mismos eran bastante inferiores a las del más simple guerrero.
“Carne de cañón, sin duda”
-Qué piensas.- le dijo Leon.- ¿Te crees capaz de capturar un pirata y llevarlo con nosotros antes de que nos sea imposible huir?
Pero para eso, tenía que lograr aislar a uno, la cosa se iba a poner realmente interesante. La suerte estaba de su lado, ya que un pirata se había aislado un poco del grupo, por efecto del golpe de un guardia.
Aprovechando el momento agarro al pirata por un brazo y lo lanzo hacia donde se encontraban los demás. Quisieran o no ya eran parte del plan.
Con una ligera inclinación y apoyando la punta de su espada en el suelo, Alexander Andiel Redstone bendijo el suelo con el elemento de fuego, creando un circulo de llamas a su alrededor, claro que no podía bloquear por completo el camino, pero aumentar a la confusión debía ser más que suficiente, no necesitaban más que unos segundos si es que podían capturar al pirata correctamente.
-Vamos a escapar de la ciudad.- dijo.- Es improbable que un pirata haya dejado su barco aquí.
“Esto es demasiado divertido”
“Si, verdad, llegando a la ciudad con un IMPACTO de fuego”
“Así comienza la leyenda del legendario pirata Striker”
Offrol: Ya se, el plan no esta para nada pensado, pero es asi.
Andiel
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Todo resultaba muy extraño, pero la ardilla que había causado todo el estrago ya estaba volando lejos de la escena. Todo seguramente iba a estar mejor sin la ardilla.
Los piratas de la otra banda, que yo pensaba que tenían intenciones de golpearnos por puro placer, resultaba que tenían planes de robar dinero -¿nos ven cara de tener algo de dinero?- pensé. A demás también me querían a mí ¿por qué a mí?, es decir, sé muy bien que soy fuertísima, inteligentísima y bellísima, pero no imaginaba para qué unos piratas descerebrados querían tener tal tesoro, era mucho para ellos.
La situación no me preocupaba demasiado, el huir siempre era una opción rápida, y por encontrarnos en el medio del pueblo era la opción más sabia, pero como las cosas no simplemente pueden ser sencillas y como no todos los seres del mundo tienen 4 dedos de frente, empezó una pelea.
Me sentía alagada, porque veía las intenciones de los demás por protegerme, pero también me sentía rodeada de gente que no le importaba mucho su trasero. La primera en adentrarse a la aventura de los golpes fue la chica que no me quiso comprar los ponquesitos, claro, porque no está bien comprar dulces, pero está súper bien lanzarle patadas a la gente en medio del pueblo; aquella chica tenía una lógica aplastante. Me alejé un poco de la escena y dejé que el escándalo se desenvolviera como aquellos extraños querían.
Los del grupo contrario sacaron su armamento pesado y empezaron a lanzar golpes a “mi grupo”. El gatito que se hacía llamar Leon se unió sin pensarlo al combate, al parecer estaba ansiando esto. Esquivó unos cuantos espadazos, lanzó unos cuantos puñetazos y vi como el mazo de uno de los piratas se acercaba a su cabeza con gran velocidad. Me tapé los ojos, no quería ver al gatito aplastado, pero en eso escuché la voz del cazador haciendo payasadas y los ruidos de Pelusa por lo nervioso que estaba allá entre tantas armas y golpes.
Pelusa recibió una patada en su costado y enseguida fue arrastrado afuera del embrollo gracias al cazador. Tomé rápidamente a Pelusa con mis manos, lo cargué con dificultad, ya que mi aion no era el mismo peluchito de antes, ahora pesaba toneladas y lo alejé del montón.
Sin darme cuenta uno de los piratas tuvo el atrevimiento de acercarse directamente a mí, me percaté de su osadía en cuanto me cargó por la cintura intentando raptarme. Los silbatos de la guardia se hicieron escuchar, se acercaban a devolverle el orden a la ciudad.
El pirata que me levantaba se había distraído unos segundos cuando volteó a ver si efectivamente la guardia se acercaba, y yo aproveché de colocar mi manito sobre su cara, aumenté la temperatura lo suficiente y luego kataplum, caí al suelo con el regalo de una poco de tiempo para huir.
El grupo que me había encontrado en el pueblo era bastante agradable, pero no quería arriesgarme a que nos atraparan a todos, a parte, no compartía los mismos ideales de algunos de los que estaban ahí.
-¡Vamos!- le susurré al cazador, era el único que se encontraba cerca de mí como para poder darle una oportunidad de escape. Lo halé de sus ropas para que se ocultara conmigo detrás de unas casas y nos alejáramos juntos de nuestro boleto a la cárcel.
Cargué a Pelusa y como pude corrí hacía mi derecha con la intención de ocultarme tras una casa. Me daba un poco de lastima que los demás se quedaran con la culpa, pero tenía fe en que cada uno de ellos lograría salirse con la suya de alguna manera. -Espero que los demás se encuentren bien- pensé.
Los piratas de la otra banda, que yo pensaba que tenían intenciones de golpearnos por puro placer, resultaba que tenían planes de robar dinero -¿nos ven cara de tener algo de dinero?- pensé. A demás también me querían a mí ¿por qué a mí?, es decir, sé muy bien que soy fuertísima, inteligentísima y bellísima, pero no imaginaba para qué unos piratas descerebrados querían tener tal tesoro, era mucho para ellos.
La situación no me preocupaba demasiado, el huir siempre era una opción rápida, y por encontrarnos en el medio del pueblo era la opción más sabia, pero como las cosas no simplemente pueden ser sencillas y como no todos los seres del mundo tienen 4 dedos de frente, empezó una pelea.
Me sentía alagada, porque veía las intenciones de los demás por protegerme, pero también me sentía rodeada de gente que no le importaba mucho su trasero. La primera en adentrarse a la aventura de los golpes fue la chica que no me quiso comprar los ponquesitos, claro, porque no está bien comprar dulces, pero está súper bien lanzarle patadas a la gente en medio del pueblo; aquella chica tenía una lógica aplastante. Me alejé un poco de la escena y dejé que el escándalo se desenvolviera como aquellos extraños querían.
Los del grupo contrario sacaron su armamento pesado y empezaron a lanzar golpes a “mi grupo”. El gatito que se hacía llamar Leon se unió sin pensarlo al combate, al parecer estaba ansiando esto. Esquivó unos cuantos espadazos, lanzó unos cuantos puñetazos y vi como el mazo de uno de los piratas se acercaba a su cabeza con gran velocidad. Me tapé los ojos, no quería ver al gatito aplastado, pero en eso escuché la voz del cazador haciendo payasadas y los ruidos de Pelusa por lo nervioso que estaba allá entre tantas armas y golpes.
Pelusa recibió una patada en su costado y enseguida fue arrastrado afuera del embrollo gracias al cazador. Tomé rápidamente a Pelusa con mis manos, lo cargué con dificultad, ya que mi aion no era el mismo peluchito de antes, ahora pesaba toneladas y lo alejé del montón.
Sin darme cuenta uno de los piratas tuvo el atrevimiento de acercarse directamente a mí, me percaté de su osadía en cuanto me cargó por la cintura intentando raptarme. Los silbatos de la guardia se hicieron escuchar, se acercaban a devolverle el orden a la ciudad.
El pirata que me levantaba se había distraído unos segundos cuando volteó a ver si efectivamente la guardia se acercaba, y yo aproveché de colocar mi manito sobre su cara, aumenté la temperatura lo suficiente y luego kataplum, caí al suelo con el regalo de una poco de tiempo para huir.
El grupo que me había encontrado en el pueblo era bastante agradable, pero no quería arriesgarme a que nos atraparan a todos, a parte, no compartía los mismos ideales de algunos de los que estaban ahí.
-¡Vamos!- le susurré al cazador, era el único que se encontraba cerca de mí como para poder darle una oportunidad de escape. Lo halé de sus ropas para que se ocultara conmigo detrás de unas casas y nos alejáramos juntos de nuestro boleto a la cárcel.
Cargué a Pelusa y como pude corrí hacía mi derecha con la intención de ocultarme tras una casa. Me daba un poco de lastima que los demás se quedaran con la culpa, pero tenía fe en que cada uno de ellos lograría salirse con la suya de alguna manera. -Espero que los demás se encuentren bien- pensé.
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OffRol
Sorry la tardanza D':
Leon, esquiva el mazo o algo, porque sino seguro tendrás dolores de cabeza.
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Magazubi
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Fue la primera en atizar el primer golpe.
Y eso conllevo a una división del mismo grupo que estaba reunido. Afortunadamente Gabrielle contó con la ayuda de un hombre bestia que no dudo en lanzarse contra los oponentes, mientras esta, tuvo que evitar un puñetazo de una de las mujeres corpulentas que estaba casi delante de ella.
-¿Crees que una flaca como tú puede hacer algo con nosotras?- Se burló la primera.
-No tenemos ni para una sopa con sus huesos.- Añadió su compañera mientras alzaba una hacha enorme hacia ella.
La cara de la rubia era de asombro. Quizás debió meditar antes de meterse en la aventura, ahora tenía a tres mujeres enormes que perfectamente daban como hombres tras ella.
Fue el primer golpe hacia ella, lo que hizo que temiera por su vida. Aquella hacha sonó con tanta potencia contra el suelo, que si la chica no hubiera rodado hubiera pasado a ser filete de pirata.Tenía que esquivar algún que otro golpe, claramente se encontraba en desventaja, pero entre algún que otro giro logró cortar la carne de aquella foca que la acosaba.
Se emociono, al fin estaba logrando equilibrar la balanza, hasta que una de las compañeras, sin dejarse ser vista golpeó el rostro de la chica e hizo que rodara por el suelo.
La sangre caía desde la frente hasta el mentón. Gabrielle se levantaba lentamente y se encontraba salvada por la campana gracias al silbido de los guardias. El hombre encapuchado dio la opinión de salir corriendo del lugar, y realmente quizás era lo más sensato del momento.
-Me parece correcto.- Puso de nuevo su cuerpo en batalla de nuevo.
Pero se preparó, un circulo de fuego apareció. Un secuestro a un pirata.
Un secuestro.
Una huida.
Y más historias que añadir al libro.
Y eso conllevo a una división del mismo grupo que estaba reunido. Afortunadamente Gabrielle contó con la ayuda de un hombre bestia que no dudo en lanzarse contra los oponentes, mientras esta, tuvo que evitar un puñetazo de una de las mujeres corpulentas que estaba casi delante de ella.
-¿Crees que una flaca como tú puede hacer algo con nosotras?- Se burló la primera.
-No tenemos ni para una sopa con sus huesos.- Añadió su compañera mientras alzaba una hacha enorme hacia ella.
La cara de la rubia era de asombro. Quizás debió meditar antes de meterse en la aventura, ahora tenía a tres mujeres enormes que perfectamente daban como hombres tras ella.
Fue el primer golpe hacia ella, lo que hizo que temiera por su vida. Aquella hacha sonó con tanta potencia contra el suelo, que si la chica no hubiera rodado hubiera pasado a ser filete de pirata.Tenía que esquivar algún que otro golpe, claramente se encontraba en desventaja, pero entre algún que otro giro logró cortar la carne de aquella foca que la acosaba.
Se emociono, al fin estaba logrando equilibrar la balanza, hasta que una de las compañeras, sin dejarse ser vista golpeó el rostro de la chica e hizo que rodara por el suelo.
La sangre caía desde la frente hasta el mentón. Gabrielle se levantaba lentamente y se encontraba salvada por la campana gracias al silbido de los guardias. El hombre encapuchado dio la opinión de salir corriendo del lugar, y realmente quizás era lo más sensato del momento.
-Me parece correcto.- Puso de nuevo su cuerpo en batalla de nuevo.
Pero se preparó, un circulo de fuego apareció. Un secuestro a un pirata.
Un secuestro.
Una huida.
Y más historias que añadir al libro.
Gabrielle Allen Claire
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Con un demonio… muchacho cobarde, mira que escapar con la niña… ahora solo quedamos 3 y el rarito que quería robarse el lobo, umh… no lo veo por ahí. Ésto estará divertido.
Leo pensaba mientras dejaba actuar su instinto, esquivaba golpes y sablazos tratando de no ser dañado en su primera “incursión pirata”, en uno de sus esquives llegó nuevamente con el Capitán él sonreía confiado y casi de manera demencial -¿Nos robamos un barco pirata?- le dijo.
Éste tipo está como una puta cabra… ME ENCANTA!- pensó Leo –¿Que si me creo capaz? Me insultas, ¡si he podido defender un barco mercante puedo robar uno pirata!. Hagámoslo capitán- gritó el extasiado felino justo antes de tener que separarse otra vez del Capi, la batalla no se había detenido para nada, al contrario, al llegar los guardias las hostias se habían multiplicado por doquier, tanto así que en un momento Leo estaba rodeado por 3 tipos, dos con dagas y uno con un maza enorme de madera, siendo este último el que lanzó un golpe descendente con dirección a la cabeza de Leo, el que logró evitar con una pirueta hacia su izquierda, rodando sobre su propio cuerpo, pero no logró evitar daños, justo cuando comenzaba a levantarse del piso vio una bota estrellarse contra su hocico y otra más contra sus costillas, a duras penas logró incorporarse, algo lo ayudó en esa tarea la última patada.
Trastabillando a causa del dolor esquivaba torpemente los golpes que le lanzaban, asestó uno que otro puñetazo para abrirse paso otra vez hasta que llegó nuevamente al lado de Andiel, el haciendo algo raro con su espada logró crear un circulo de fuego frente a ellos, ahí estaban la chica, el capitán de la espada de fuego y el felino.
Escupiendo sangre a un lado Leo le preguntó al capitán:
¿Ahora como lo vamos a hacer?, solo somos tres, para capitanear un barco respetable se necesitan mínimo 10 personas… yo podría ayudar, tengo conocimientos de como manejar a las personas de un barco, pero así como estoy no puedo hacer mucho esfuerzo, creo que me rompieron una costilla…
Leo pensaba mientras dejaba actuar su instinto, esquivaba golpes y sablazos tratando de no ser dañado en su primera “incursión pirata”, en uno de sus esquives llegó nuevamente con el Capitán él sonreía confiado y casi de manera demencial -¿Nos robamos un barco pirata?- le dijo.
Éste tipo está como una puta cabra… ME ENCANTA!- pensó Leo –¿Que si me creo capaz? Me insultas, ¡si he podido defender un barco mercante puedo robar uno pirata!. Hagámoslo capitán- gritó el extasiado felino justo antes de tener que separarse otra vez del Capi, la batalla no se había detenido para nada, al contrario, al llegar los guardias las hostias se habían multiplicado por doquier, tanto así que en un momento Leo estaba rodeado por 3 tipos, dos con dagas y uno con un maza enorme de madera, siendo este último el que lanzó un golpe descendente con dirección a la cabeza de Leo, el que logró evitar con una pirueta hacia su izquierda, rodando sobre su propio cuerpo, pero no logró evitar daños, justo cuando comenzaba a levantarse del piso vio una bota estrellarse contra su hocico y otra más contra sus costillas, a duras penas logró incorporarse, algo lo ayudó en esa tarea la última patada.
Trastabillando a causa del dolor esquivaba torpemente los golpes que le lanzaban, asestó uno que otro puñetazo para abrirse paso otra vez hasta que llegó nuevamente al lado de Andiel, el haciendo algo raro con su espada logró crear un circulo de fuego frente a ellos, ahí estaban la chica, el capitán de la espada de fuego y el felino.
Escupiendo sangre a un lado Leo le preguntó al capitán:
¿Ahora como lo vamos a hacer?, solo somos tres, para capitanear un barco respetable se necesitan mínimo 10 personas… yo podría ayudar, tengo conocimientos de como manejar a las personas de un barco, pero así como estoy no puedo hacer mucho esfuerzo, creo que me rompieron una costilla…
Leon Alexander
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
No sabía el porqué pero la situación me había dejado de agradar totalmente… bueno, quizá era el hecho de que no quería estar metido en tantos problemas, necesitaba salir de la mala racha que tenía pero nada de lo que hiciese parecía favorecer. Los golpes de los piratas iban y venían, con algo de esperanzas el problema se acabaría con la intervención de la guardia, posiblemente más de uno sangraría a causa de aquello pero se lo tenían merecido por iniciar un problema callejero… claro que por el momento yo también era parte del problema y no quería acabar con el ojo hinchado y pudriéndome en la prisión.
El sujeto que se creía pirata al parecer tenía ideas diferentes para el asunto, escapar no estaba entre ellas lastimosamente. Al parecer el mundo no se conformaba con mi desgracia, también debía toparme con gente sin sentido común “¿Robar un barco? Eso no creo que sea posible, además no es como si un barco no fuese a estar protegido.” Me pasé la mano por el rostro tratando de guardar la compostura, al menos mi amigo lobo no daba ideas extrañas ni me obligaba a arriesgar el pellejo para nada
Por primera vez había escuchado a una voz razonable, ¿El lobo me estaba hablando? No, dudaba que un lobo tuviese la voz de una niña. Cuando sentí que alguien tiraba de mi atuendo todo cobró sentido, la niña del grupo también quería retirarse, quién iba a decir que la persona más joven de aquella gente fuese la más razonable y la que no se arriesgara.
La pequeña tomó a su mascota y se dispuso a correr detrás de una casa, sin pensarlo dos veces la seguí aunque dudaba que escondernos tan cerca del asunto fuese la solución realmente para aquello, deberíamos alejarnos más y por tierra no iba ser una buena idea. Observé a mi espaldas para ver como un circulo de fuego se había formado y bloqueaba la vista a los sujetos y la rubia que se habían quedado atrás ¿Cuántos brujos estaban implicados en aquel asunto?
- Muy bien ¿Ahora qué? – Dije observando a la pequeña y a su mascota. – Dudo que simplemente por alejarnos un poco ya no corramos peligro, lo más sensato es seguir alejándonos ¿Cierto señor lobo? – Observé la cabeza del lobo que estaba sobre mi hombro y con una de mis manos la moví para dar una respuesta afirmativa.
Mi plan de retirada era sencillo, ir por los techos y correr aunque pensándolo mejor el Aion de la Maguita quizá fuese un problema, dudaba que el animal pudiese movilizarse de la misma manera por los tejados que por la tierra y no podía dejar a una niña sola a su suerte, más que nada por asuntos morales.
- Quizá si… yo voy por los tejados y tú por tierra. – Me llevé una mano al mentón tratando de pensar uno de mis geniales planes improvisados. – Podría servir, yo tendría mejor visión y podría indicarte que caminos resultarían peligrosos. – Con un poco de esfuerzo escalé hasta el tejado de la casa y observé desde lo alto a la pequeña. – No te preocupes, si veo que alguien te ataca bajaré a ayudar, en el peor de los casos quizá me rompa una pierna.
Salté de un tejado a otro observando el panorama, giré la vista para observar nuevamente a los sujetos que se habían quedado atrás en el pleito ¿Debía ayudarlos también? Parecían ciertamente peligrosos y quizá se la ingeniasen solos, pero estaban en una clara desventaja numérica… agh, malditas decisiones, yo solo me buscaba estar metido en tantos problemas. Con un notable y sonoro silbido esperé llamar la atención del grupo que se había quedado atrás. - ¿Planean dormir en la prisión hoy o quieren librarse de esta? - No tenía problema con ser los ojos desde el aire para aquel grupo también aunque en caso de otro conflicto estaba claro que ayudaría a la enana, ellos se la arreglarían por si solos.
Comencé a avanzar con cuidado en los techos observando todas las posibles rutas de escape, por el momento el problema no se había propagado y parecía estar en calma, esperaba que la cosa continuara así al menos un rato más.
- Muy bien Maguita, no hay moros en la costa. – Dije inclinándome con cuidado para hablar evitando levantar mucho la voz.
El sujeto que se creía pirata al parecer tenía ideas diferentes para el asunto, escapar no estaba entre ellas lastimosamente. Al parecer el mundo no se conformaba con mi desgracia, también debía toparme con gente sin sentido común “¿Robar un barco? Eso no creo que sea posible, además no es como si un barco no fuese a estar protegido.” Me pasé la mano por el rostro tratando de guardar la compostura, al menos mi amigo lobo no daba ideas extrañas ni me obligaba a arriesgar el pellejo para nada
Por primera vez había escuchado a una voz razonable, ¿El lobo me estaba hablando? No, dudaba que un lobo tuviese la voz de una niña. Cuando sentí que alguien tiraba de mi atuendo todo cobró sentido, la niña del grupo también quería retirarse, quién iba a decir que la persona más joven de aquella gente fuese la más razonable y la que no se arriesgara.
La pequeña tomó a su mascota y se dispuso a correr detrás de una casa, sin pensarlo dos veces la seguí aunque dudaba que escondernos tan cerca del asunto fuese la solución realmente para aquello, deberíamos alejarnos más y por tierra no iba ser una buena idea. Observé a mi espaldas para ver como un circulo de fuego se había formado y bloqueaba la vista a los sujetos y la rubia que se habían quedado atrás ¿Cuántos brujos estaban implicados en aquel asunto?
- Muy bien ¿Ahora qué? – Dije observando a la pequeña y a su mascota. – Dudo que simplemente por alejarnos un poco ya no corramos peligro, lo más sensato es seguir alejándonos ¿Cierto señor lobo? – Observé la cabeza del lobo que estaba sobre mi hombro y con una de mis manos la moví para dar una respuesta afirmativa.
Mi plan de retirada era sencillo, ir por los techos y correr aunque pensándolo mejor el Aion de la Maguita quizá fuese un problema, dudaba que el animal pudiese movilizarse de la misma manera por los tejados que por la tierra y no podía dejar a una niña sola a su suerte, más que nada por asuntos morales.
- Quizá si… yo voy por los tejados y tú por tierra. – Me llevé una mano al mentón tratando de pensar uno de mis geniales planes improvisados. – Podría servir, yo tendría mejor visión y podría indicarte que caminos resultarían peligrosos. – Con un poco de esfuerzo escalé hasta el tejado de la casa y observé desde lo alto a la pequeña. – No te preocupes, si veo que alguien te ataca bajaré a ayudar, en el peor de los casos quizá me rompa una pierna.
Salté de un tejado a otro observando el panorama, giré la vista para observar nuevamente a los sujetos que se habían quedado atrás en el pleito ¿Debía ayudarlos también? Parecían ciertamente peligrosos y quizá se la ingeniasen solos, pero estaban en una clara desventaja numérica… agh, malditas decisiones, yo solo me buscaba estar metido en tantos problemas. Con un notable y sonoro silbido esperé llamar la atención del grupo que se había quedado atrás. - ¿Planean dormir en la prisión hoy o quieren librarse de esta? - No tenía problema con ser los ojos desde el aire para aquel grupo también aunque en caso de otro conflicto estaba claro que ayudaría a la enana, ellos se la arreglarían por si solos.
Comencé a avanzar con cuidado en los techos observando todas las posibles rutas de escape, por el momento el problema no se había propagado y parecía estar en calma, esperaba que la cosa continuara así al menos un rato más.
- Muy bien Maguita, no hay moros en la costa. – Dije inclinándome con cuidado para hablar evitando levantar mucho la voz.
Fredericksen
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Striker era un pirata, y un pirata sabía cuándo era el momento de pelear, y cuando era el momento de retirarse. Ante de la falta de apoyo para su idea de robarse un barco, y viendo que nadie pudo cumplir la simple tarea de secuestrar a un hombre, decidió que la segunda opción era la única posible.
-Bueno, enfrentarnos a estos hombres por más tiempo no nos va a servir de nada. - dijo levantando la voz. - Pero un pirata no se olvida de una ofensa como esa.
-Quizás no podamos robarnos su barco. - le dijo a Leon. - Pero ya conseguiremos otro.
-Cuando detenga el fuego, a correr. - agrego después con el tono serio para después levantar la vista al escuchar las palabras del hombre del lobo.
No sabia de que tan confianza podía ser, sus insultos hacia su estilo de vida no le habían agradado, y no sabia si se podía considerar como aliado a alguien así.
-Indica el camino
Levanto la espada del suelo y la apunto hacia adelante, invocando todo el fuego que le fuera posible y lanzándolo hacia adelante con un corte de su espada. A continuación, comenzaría a correr por el camino que le indicaran, si el hombre del lobo llegaba a hacer algo sospechoso, ninguna cárcel detendría a un pirata en busca de venganza.
-Bueno, enfrentarnos a estos hombres por más tiempo no nos va a servir de nada. - dijo levantando la voz. - Pero un pirata no se olvida de una ofensa como esa.
-Quizás no podamos robarnos su barco. - le dijo a Leon. - Pero ya conseguiremos otro.
-Cuando detenga el fuego, a correr. - agrego después con el tono serio para después levantar la vista al escuchar las palabras del hombre del lobo.
No sabia de que tan confianza podía ser, sus insultos hacia su estilo de vida no le habían agradado, y no sabia si se podía considerar como aliado a alguien así.
-Indica el camino
Levanto la espada del suelo y la apunto hacia adelante, invocando todo el fuego que le fuera posible y lanzándolo hacia adelante con un corte de su espada. A continuación, comenzaría a correr por el camino que le indicaran, si el hombre del lobo llegaba a hacer algo sospechoso, ninguna cárcel detendría a un pirata en busca de venganza.
Andiel
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Al señor cazador se le había ocurrido una extraña pero muy interesante idea. Esperé detrás de la casa mientras él se subía al techo y le comenté a Pelusa que todo estaría bien, estaba dispuesta a cuidarlo y a que saliéramos de ahí sanos y salvos. Aproveché ese tiempo que estaba detrás de la casa para agarrar unas piedras en el piso y conjurarlas. Concentré mi energía sobre ellas mientras las sostenía con ambas manos y pronuncie suavemente thlípsi.
Salí de mi escondite para ver qué había sucedido con los otros del grupo y realmente todo se veía muy caótico, incluso había fuego y gente golpeada y adolorida. -Fiuf, menos mal que yo soy muy linda como para despeinarme en una pelea- pensé y salí corriendo a reunirme otra vez con los demás para seguir las instrucciones de nuestro angelito en el techo.
Todos se veían fatal, creo que ninguno estuvo preocupado por su aspecto en aquel enfrentamiento. Observé otra vez mis manos llenas de piedras sintiéndome un poco culpable por el asunto.
-No tienen que defenderme, puedo hacerlo solita… pero gracias de todas formas… aquí le traje regalos a los malos- dije extendiendo mis manos como para que vieran mis piedras y luego las lancé una por una a la cabeza de unas cuatro personas, no me cabían más piedras en las manos. Seguramente me veía muy graciosa e inofensiva, no es como que alguien esté acostumbrado a ver muy violento que una niña le lance piedras a sus enemigos.
Una de las piedras mágicas le pegó a un guardia, otras a dos de las chicas con las que se enfrentaba la joven rubia y la ultima iba dirigida a uno que tenía un gran maso, pero por mi mala suerte la piedra se dirigió directamente a la cabeza del pirata loco, cerré los ojos por un mini segundo esperando y rogando que la piedra no le pegara al señor de la chaqueta roja, puesto que con esas piedras no pretendía lastimarlos mucho, eran piedras pequeñas y no muy pesadas, pero estaban cargadas de emociones y eran negativas.
Por mi condición de arcana había aprendido poco a poco a conjurar objetos para imprimirles emociones; por lo general sólo había usado sensaciones positivas, pero esta vez las piedras lo que hacían era generar un efecto recuerdo de algo triste que les había pasado en sus vidas.
Las personas que fueron impactadas por las piedras empezaron a sentir un leve nudo en la garganta con el recuerdo vivido que aquel momento en que estuvieron tristes en sus vidas. Dependiendo de cada persona las reacciones serían diferentes, sin embargo ninguno estaría en condiciones de pelear o defenderse por el estado emocional en el que se encontraban.
-Es hora de correr- dije.
Salí de mi escondite para ver qué había sucedido con los otros del grupo y realmente todo se veía muy caótico, incluso había fuego y gente golpeada y adolorida. -Fiuf, menos mal que yo soy muy linda como para despeinarme en una pelea- pensé y salí corriendo a reunirme otra vez con los demás para seguir las instrucciones de nuestro angelito en el techo.
Todos se veían fatal, creo que ninguno estuvo preocupado por su aspecto en aquel enfrentamiento. Observé otra vez mis manos llenas de piedras sintiéndome un poco culpable por el asunto.
-No tienen que defenderme, puedo hacerlo solita… pero gracias de todas formas… aquí le traje regalos a los malos- dije extendiendo mis manos como para que vieran mis piedras y luego las lancé una por una a la cabeza de unas cuatro personas, no me cabían más piedras en las manos. Seguramente me veía muy graciosa e inofensiva, no es como que alguien esté acostumbrado a ver muy violento que una niña le lance piedras a sus enemigos.
Una de las piedras mágicas le pegó a un guardia, otras a dos de las chicas con las que se enfrentaba la joven rubia y la ultima iba dirigida a uno que tenía un gran maso, pero por mi mala suerte la piedra se dirigió directamente a la cabeza del pirata loco, cerré los ojos por un mini segundo esperando y rogando que la piedra no le pegara al señor de la chaqueta roja, puesto que con esas piedras no pretendía lastimarlos mucho, eran piedras pequeñas y no muy pesadas, pero estaban cargadas de emociones y eran negativas.
Por mi condición de arcana había aprendido poco a poco a conjurar objetos para imprimirles emociones; por lo general sólo había usado sensaciones positivas, pero esta vez las piedras lo que hacían era generar un efecto recuerdo de algo triste que les había pasado en sus vidas.
Las personas que fueron impactadas por las piedras empezaron a sentir un leve nudo en la garganta con el recuerdo vivido que aquel momento en que estuvieron tristes en sus vidas. Dependiendo de cada persona las reacciones serían diferentes, sin embargo ninguno estaría en condiciones de pelear o defenderse por el estado emocional en el que se encontraban.
-Es hora de correr- dije.
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OffRol
Andiel, puede o no pegarte mi roca... tu decidelo, pero ten en cuenta que debes sentirte como en 2 post súper triste si es que te pega.
Tienen libertad creativa para describir como actúan los piratas a los que le pegué con mis piedras.
Magazubi
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
- Auch que daño – dije mientras me incorporaba de la caída. Al salir “huyendo” del lugar de la trifulca, siguiendo al tipo del lobo y a la pequeña, tropecé con una de las gallinas que se le habían escapado a un puesto de carnes cercano. Caí de bruces contra un puesto de ropas y diferentes enseres para adornar el cuerpo, dejando desparramada toda la mercancía por el suelo. Tras levantarme mire fugazmente hacia el lugar donde había comenzado la trifulca y observé que Striker había comenzado su marcha en mi dirección. Al mirar en esa dirección, observé al tira ardillas… -¿Dónde está?- pensé al ver solo a la pequeña. Durante unos segundos me quede pensativo, pero el mercader del puesto que acababa de “desordenar” salió desde detrás del puesto con un garrote y comenzó a chillarte.
- ¡Maldito! Mira lo que le has hecho a mi puesto, vas a pagarlo. – dijo andando hacía mí.
Por supuesto que no me iba a quedar esperando a que me atizara, por lo que valientemente comencé a correr para evitarlo. En ese momento comencé a ver como se quedaba atrás mirándolo de reojo. Parecía que tantos años corriendo estaban dando sus frutos en aquel momento al ver que corría más que el mercader, eso o que también tenía una barriga que no se veía ni los pies, incluso si no sintiera sus piernas no sabría que las tenía con aquella barriga enorme. Todo iba como la seda, había escapado de la pelea, de un enorme mercader enfurecido y… -¡AY! – grite con un tono totalmente masculino, tocándome la frente. Mientras corría mire hacia arriba, ya que no sabía que era lo que me había golpeado, pero estaba casi seguro que había sido una cagada de gaviota por lo menos y por el golpe que me había propinado, tenía que estar bastante estreñida. – Seguro que me sale chichón – murmure enfadado mientras enfocaba mi carrera a intentar alcanzar a la pequeña que había comenzado de nuevo su marcha, pero de repente una lágrima comenzó a caer por mi mejilla.
Una gran cantidad de recuerdos comenzaron a invadir mi cabeza, pero no cualquier recuerdo, si no recuerdos que hacían que cada vez brotaran más lágrimas de mis ojos. Un nudo en la garganta y un pellizco en el pecho completaban aquel sentimiento repentino de tristeza que me había venido de repente. En ese momento varios recuerdos comenzaron a tomar más fuerza que los demás. - ¿Por qué me rechazaste Carolina? Solo porque había entrado en tu casa de noche para declararme y que no me conocías, no era motivo para negarte a salir conmigo... Y mi pequeño conejo Gor. Papa me dijo que te habías ido a un viaje de conejos y que te lo ibas a pasar tan bién que nunca ibas a volver, pero sabía que la cena eras tú y aun así te comí, ¡lo siento!… - comencé a murmurar mientras corría sin desconsuelo. – AYYYY de mí, que vida más triste…-. Apenas veía con los ojos inundados en lágrimas, pero comencé a notar como mi poder empezaba a descontrolarse al no poder pensar con claridad. Algunos objetos en mi camino comenzaban a apartarse y a salir despedidos contra la pared… o contra lo que chocase. Pequeñas vasijas, y piedras que no seguían un rumbo en concreto, simplemente se apartaban de mi camino, como si no quisiera que nada ni nadie se acercara a mí en aquel momento, solo quería salir de aquel lugar.
- ¡Maldito! Mira lo que le has hecho a mi puesto, vas a pagarlo. – dijo andando hacía mí.
Por supuesto que no me iba a quedar esperando a que me atizara, por lo que valientemente comencé a correr para evitarlo. En ese momento comencé a ver como se quedaba atrás mirándolo de reojo. Parecía que tantos años corriendo estaban dando sus frutos en aquel momento al ver que corría más que el mercader, eso o que también tenía una barriga que no se veía ni los pies, incluso si no sintiera sus piernas no sabría que las tenía con aquella barriga enorme. Todo iba como la seda, había escapado de la pelea, de un enorme mercader enfurecido y… -¡AY! – grite con un tono totalmente masculino, tocándome la frente. Mientras corría mire hacia arriba, ya que no sabía que era lo que me había golpeado, pero estaba casi seguro que había sido una cagada de gaviota por lo menos y por el golpe que me había propinado, tenía que estar bastante estreñida. – Seguro que me sale chichón – murmure enfadado mientras enfocaba mi carrera a intentar alcanzar a la pequeña que había comenzado de nuevo su marcha, pero de repente una lágrima comenzó a caer por mi mejilla.
Una gran cantidad de recuerdos comenzaron a invadir mi cabeza, pero no cualquier recuerdo, si no recuerdos que hacían que cada vez brotaran más lágrimas de mis ojos. Un nudo en la garganta y un pellizco en el pecho completaban aquel sentimiento repentino de tristeza que me había venido de repente. En ese momento varios recuerdos comenzaron a tomar más fuerza que los demás. - ¿Por qué me rechazaste Carolina? Solo porque había entrado en tu casa de noche para declararme y que no me conocías, no era motivo para negarte a salir conmigo... Y mi pequeño conejo Gor. Papa me dijo que te habías ido a un viaje de conejos y que te lo ibas a pasar tan bién que nunca ibas a volver, pero sabía que la cena eras tú y aun así te comí, ¡lo siento!… - comencé a murmurar mientras corría sin desconsuelo. – AYYYY de mí, que vida más triste…-. Apenas veía con los ojos inundados en lágrimas, pero comencé a notar como mi poder empezaba a descontrolarse al no poder pensar con claridad. Algunos objetos en mi camino comenzaban a apartarse y a salir despedidos contra la pared… o contra lo que chocase. Pequeñas vasijas, y piedras que no seguían un rumbo en concreto, simplemente se apartaban de mi camino, como si no quisiera que nada ni nadie se acercara a mí en aquel momento, solo quería salir de aquel lugar.
off rol
Perdon por la demora. Striker, tu pirata seguira siendo un hombre hecho y derecho y nadie te vera llorar, ;-)
Talamaur
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Al menos el sujeto disparatado parecía también confiar en mi plan de escape, eso ponía más a favor de nuestro lado, si se agrupaban e iban junto afrontar un conflicto en las pequeñas callejuelas no sería tan difícil. El fuego había desaparecido por lo cual Maga pudo reunirse con el resto, puntos a favor para guiarlos con menos dificultas, era más factible que tener los ojos en dos lados y estar más alerta de lo usual.
La niña arrojó un puñado de piedras como si aquello fuese un arma letal, como mucho causaría una molestia pero dudaba que llegase a peores, lo extraño era que los seres golpeados por aquella “arma” comenzaban a comportarse diferente, su estado emocional parecía decaer. Uno de los guardias había acabado llorando y gritando en el suelo mientras se arrullaba a sí mismo “Oh cielos ¿Qué le pasa a ese sujeto?” Si algo estaba claro es que lo que sea que hubiese hecho la niña, no era algo inofensivo, esas piedras eran mucho más que… bueno, piedras.
Y no es que el mal hubiese sido solo para los que atacaban, el brujo extraño que se había acercado también estaba causando un caos, quien sabe que le sucedía pero corría mientras cosas salían despedidas a su alrededor, aquello nos hubiese sido útil si no fuese un ataque que podía recibir cualquiera.
- Apoyo lo de irnos, así que andando. – Le dije a los que se esforzaban por prestar atención.
Con agilidad me movilizaba por los techos evitando lo mayor posible las miradas de los curiosos que había aun por tierra, pude notar como uno que otro niño me señalaba pero de aquellos pequeños no era nada grave. También debía estar acomodando al señor lobo que estaba muerto en mi espalda, por lo visto entre salto y salto él quería pero no lo dejaría irse tan fácil, teníamos una misión que cumplir.
Observé una esquina y parecía tranquila, estaba por indicar que tomaran aquella dirección cuando un grupo de guardias apareció corriendo, parecía que ya habían recibido la alarma del conflicto y los refuerzos iban en camino.
- Al otro lado ¡Rápido! – Les di la señal al grupo que venía por tierra mientras tomaba impulso y saltaba a uno de los tejados fuera de la vista de los guardias.
El paso de la gente aproximándose no era grato, me hacía pensar que podía causar otra disputa y no sabía si esta vez saliesen todos tan bien parados… aunque ya muchos habían sufrido las consecuencias. “Espera, tengo una idea”. Como siempre mis planes improvisados podían ser útiles.
Tomé suciedad del techo y la esparcí por mi rostro y mi cuerpo, luego sin previo aviso la dejé caer en el grupo, ellos también debían tener una apariencia lastimosa para que diese resultado. Salté del techo e imitando una cojera comencé a avanzar, la gente no le prestaba atención a los vagabundos de la zona, eso siempre era así.
- Me pueden criticar o patear luego. – Dije por lo bajo para que el grupo me escuchara. – Pero ahora solo síganme la corriente y dejen que el peligro pase.
La niña arrojó un puñado de piedras como si aquello fuese un arma letal, como mucho causaría una molestia pero dudaba que llegase a peores, lo extraño era que los seres golpeados por aquella “arma” comenzaban a comportarse diferente, su estado emocional parecía decaer. Uno de los guardias había acabado llorando y gritando en el suelo mientras se arrullaba a sí mismo “Oh cielos ¿Qué le pasa a ese sujeto?” Si algo estaba claro es que lo que sea que hubiese hecho la niña, no era algo inofensivo, esas piedras eran mucho más que… bueno, piedras.
Y no es que el mal hubiese sido solo para los que atacaban, el brujo extraño que se había acercado también estaba causando un caos, quien sabe que le sucedía pero corría mientras cosas salían despedidas a su alrededor, aquello nos hubiese sido útil si no fuese un ataque que podía recibir cualquiera.
- Apoyo lo de irnos, así que andando. – Le dije a los que se esforzaban por prestar atención.
Con agilidad me movilizaba por los techos evitando lo mayor posible las miradas de los curiosos que había aun por tierra, pude notar como uno que otro niño me señalaba pero de aquellos pequeños no era nada grave. También debía estar acomodando al señor lobo que estaba muerto en mi espalda, por lo visto entre salto y salto él quería pero no lo dejaría irse tan fácil, teníamos una misión que cumplir.
Observé una esquina y parecía tranquila, estaba por indicar que tomaran aquella dirección cuando un grupo de guardias apareció corriendo, parecía que ya habían recibido la alarma del conflicto y los refuerzos iban en camino.
- Al otro lado ¡Rápido! – Les di la señal al grupo que venía por tierra mientras tomaba impulso y saltaba a uno de los tejados fuera de la vista de los guardias.
El paso de la gente aproximándose no era grato, me hacía pensar que podía causar otra disputa y no sabía si esta vez saliesen todos tan bien parados… aunque ya muchos habían sufrido las consecuencias. “Espera, tengo una idea”. Como siempre mis planes improvisados podían ser útiles.
Tomé suciedad del techo y la esparcí por mi rostro y mi cuerpo, luego sin previo aviso la dejé caer en el grupo, ellos también debían tener una apariencia lastimosa para que diese resultado. Salté del techo e imitando una cojera comencé a avanzar, la gente no le prestaba atención a los vagabundos de la zona, eso siempre era así.
- Me pueden criticar o patear luego. – Dije por lo bajo para que el grupo me escuchara. – Pero ahora solo síganme la corriente y dejen que el peligro pase.
Fredericksen
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Re: La vida pirata, la mejor vida que hay [Libre]
Las piedras que había lanzado empezaron a surtir efecto; ya tenía práctica con ese tipo de magia y no dudaba que me fueran a fallar, pero como era primera vez que usaba emociones negativas para mis encantamientos pensé en la posibilidad de que no salieran tan bien.
Poco a poco todo fue tomando un sentido; el fuego se calmó, nuestros contrincantes estaban cayendo o matándose entre ellos mismos, y pronto podría volver a mi taller sana y salva, no tenía intenciones de salir lastimada aquel día.
Recordé que mi propósito inicial era probar mis habilidades en el arte del robo con aquel asiático que se hacía pasar por pirata, pero por las circunstancias en las que estamos preferí dejarle tranquila su chaqueta roja; luego podría ponerme a practicar, sólo quería que todo terminara pronto.
Suspiré pensando en el largo día que había tenido y luego volteé al techo, asegurándome de que el cazador estuviera ahí. Rápidamente volteé a ver otra vez a mi alrededor y me dí cuenta de que una de mis piedras le había caído a uno de los nuestros -¡Vamos!- dije halandolo por el brazo -Pronto se te pasará-
Entre tanto jaleo solté al loco miedoso de ardillas, y seguí corriendo por mi cuenta siguiendo las instrucciones de el cazador del techo. Elevaba mi mirada cada tanto para estar en sincronía. Escuché la orden de que nos fuéramos por el otro lado, y así lo hice -Ese sí que está loco- pensé mientras que me imaginaba yo intentando saltar sobre los techos, seguramente sería un desastre completo. Mi concentración se vio interrumpida por un montón de polvo y suciedad que me calló encima.
-¡Oye! No es gracioso- le dije al caminante del techo lanzándole una mirada amenazadora.
Escuché entonces el pum suave de la caída del chico, así que me acerqué a él sin entender muy bien qué se traía entre manos y escuché que podría patearlo luego.
-Por supuesto que te lastimaré, acabas de dañar mi cabello- le dije mientras lo seguía y me hacía la adolorida para buscar un lugar para terminar de alejarnos del problema y que no haya forma de que nos involucrasen.
-Vamos a un sitio seguro- dije mirando a todos lados en busca de Pelusa.
Poco a poco todo fue tomando un sentido; el fuego se calmó, nuestros contrincantes estaban cayendo o matándose entre ellos mismos, y pronto podría volver a mi taller sana y salva, no tenía intenciones de salir lastimada aquel día.
Recordé que mi propósito inicial era probar mis habilidades en el arte del robo con aquel asiático que se hacía pasar por pirata, pero por las circunstancias en las que estamos preferí dejarle tranquila su chaqueta roja; luego podría ponerme a practicar, sólo quería que todo terminara pronto.
Suspiré pensando en el largo día que había tenido y luego volteé al techo, asegurándome de que el cazador estuviera ahí. Rápidamente volteé a ver otra vez a mi alrededor y me dí cuenta de que una de mis piedras le había caído a uno de los nuestros -¡Vamos!- dije halandolo por el brazo -Pronto se te pasará-
Entre tanto jaleo solté al loco miedoso de ardillas, y seguí corriendo por mi cuenta siguiendo las instrucciones de el cazador del techo. Elevaba mi mirada cada tanto para estar en sincronía. Escuché la orden de que nos fuéramos por el otro lado, y así lo hice -Ese sí que está loco- pensé mientras que me imaginaba yo intentando saltar sobre los techos, seguramente sería un desastre completo. Mi concentración se vio interrumpida por un montón de polvo y suciedad que me calló encima.
-¡Oye! No es gracioso- le dije al caminante del techo lanzándole una mirada amenazadora.
Escuché entonces el pum suave de la caída del chico, así que me acerqué a él sin entender muy bien qué se traía entre manos y escuché que podría patearlo luego.
-Por supuesto que te lastimaré, acabas de dañar mi cabello- le dije mientras lo seguía y me hacía la adolorida para buscar un lugar para terminar de alejarnos del problema y que no haya forma de que nos involucrasen.
-Vamos a un sitio seguro- dije mirando a todos lados en busca de Pelusa.
Magazubi
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