Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
Página 2 de 2. • Comparte
Página 2 de 2. • 1, 2
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
Alguien más sensato y con más sangre en la cabeza que en la polla se estaría preguntando qué había pasado. En un abrir y cerrar de ojos, había pasado de estar estrangulando a la chica a sujetar sus caderas para que no se cayera de encima de su entrepierna. ¿Quién lo diría? En la cabeza del cazador, esa pregunta sonó como uno de esos malos chistes que Baldwin odiaba. Genial. Ahora, el señor de la casa tendría otro motivo para odiarle: Meyi se iba a follar a su putita preferida. Otra vez: ¿Quién lo diría? Después de tantos años teniendo que soportar los gritos, las impertinencias y caprichos de un viejo cascarrabias, el destino le había dado una oportunidad para vengarse. Mientras imaginaba la cara rabia que pondría Baldwin cuando viera que en la espalda y en el cuello de su puta quedaban las marcas de los cardenales que Meyi le había hecho, se mordió el labio inferior con tanta fuerza que se hizo sangre. ¡Qué placer!
La chica seguía provocando. Con palabras, caricias y con gráciles movimientos de caderas, conseguía que Meyi olvidase su cuchillo y su ballesta. Los ojos del cazador estaban centrados en la chica. En nada más que ella.
¿Qué era lo que Meyi quería de la chica: una caperucita roja o una loba indómita? Sin decir palabra, respondió apretando más la cintura de la chica contra su entrepierna. Otro bonito moratón que respondía a lo que el cazador quería: Una loba. A Meyi le gustaban las bestias. A más salvajes, mejor. Pocas eran las mujeres con las que se comprendía en la cama. La mayoría de las doncellas, jóvenes, pulcras e intocables señoritas se aterraban de cuando descubrían cómo era el cazador cuando se quitaba la educación de la educación y el respeto que se ponía para tratar con las personas. Descubrían al sádico de mierda que, hasta el momento, solo sus presas (como la langostruosidad) habían conocido. Con la puta de Baldwin no hizo falta que quitarse la máscara, ella misma la había desgarrado con el cuchillo del cazador en el mismo momento que le rompió la camiseta.
-Vamos a pasarlo muy bien,- dijo en el mismo momento que la chica dejó caer la ballesta, un lastre menos. –muy bien-.
Con una mano, recorrió la espalda de la chica desde la cadera hasta el cuello. El intento fue el de rasgar la tela de su camisa con las uñas, algo completamente inútil ya que el cazador no tenía las uñas largas. Sin embargo, una parada la caricia, no la quiso terminar. La otra mano la llevó al redondo de pecho izquierdo la chica. Con o sin camisa puesta, podía notar la perfecta figura de su pecho. Incluso, ya creyó notar se le había puesto duro el pezón. ¿Sería realidad u obra de su imaginación? Pronto, sus dientes lo comprobarían.
-Solo una advertencia- con la mano en el cuello, empujó la cabeza de la chica hasta el que sus labios rozasen con los del cazador- no me digas qué puedo tocar y qué no. Eres mi loba y yo soy tu cazador-.
Desde el suelo, veía al pirata como un odioso Dios en la tierra. De esos a los que, por muchas ofrendas que le diera la gente, por muchos corderos que se sacrificasen en su honor y por muchas canciones que acabasen con la glorificación del mismo; miraban hacia otro lado cuando alguien suplicaba en a sus pies. El bardo escupió una mezcla de saliva y bilis a un lado, muy cerca de los pies del pirata pero sin llegar a tocarle. Claro que no, los Dioses no se ensuciaban con la saliva de los mortales. Estaban protegidos por un aura invisible que les protegía de todas las banalidades de los hombres.
Intentó ponerse en pie para que ambos estuvieran al mismo nivel. Fue inútil, se encontraba el cuerpo el más obeso de los ya fallecidos mercenarios. Levantarlo, teniendo un brazo inutilizado, era una soberana estupidez. Como hiciera el mínimo esfuerzo con el brazo herido, se lo rompería al completo. El bardo vomitaría de puro terror si, por casualidad, escuchara un remoto “crack” que le indicase que alguno de sus huesos del brazo (nunca tuvo la molestia de memorizar los nombres de cada uno) se hubiera quebrado por el peso del muerto.
Lanzó otro gargajo de bilis y salivaba muy cerca de donde el primero sin apartar la mirada en la figura del pirata.
-¿Qué es lo que quieres saber de Baldwin?- había dejado de gritar, pero sus dientes seguían castañeando de dolor y miedo por partes iguales - ¿Qué es un putero, eso es lo que quieres saber? Toda Aerandir lo sabe. ¿O, quizás, te interese más saber que fue él quien mató a su mujer?- hubo un segundo en el que por poco volvía a gritar, por fortuna, consiguió tragarse el grito. - Una noche me descubrió follando con su ella. Me miró a los ojos y me dijo que me fuera. Solo eso. Su rostro era pálido e inexpresivo, como si fuera una persona que no comprende qué está haciendo ahí. Desde aquel día, no volví a saber nada de la señora Baldwin.- hablaba demasiado rápido y eso le cansaba. Por cada frase que conseguía decir del tirón, tenía que descansar tres segundos para recuperar las fuerzas que perdía. Los mareos eran constantes. Pronto se desmayaría. –Dos días después, los señores Baldwin, aparecieron los carteles de desaparecidos.- sus ojos se cerraron de golpe. Los abrió, tanto como pudo y añadió - acaba conmigo y vete-.
* Eretria Noorgard: Conmigo el vudú sirve bien poco. Aunque debo confesar, que este último post que has hecho ha sido el mejor tuyo, me atrevo a decir, de toda tu vida en Aerandir. Es por ese motivo por el que te dejo completa libertad con Meyi. Mi acción en este post ha sido mínima para que juegues con el sádico como más te plazca.
* Andiel: El bardo te ha contado todo lo que sabe. Ya que fuisteis vosotros quienes me pedisteis la trama, no creo que te sea difícil deducir por tu cuenta a qué se refiere el bardo con sus palabras. ¿Quieres saber algo más? Te ofrezco una gran oportunidad para ser todo lo violento que quieras. Deberás elegir si matar, dejar vivir al bardo o ayudarlo con su herida. Ese sería el objetivo secundario de tu próximo post, el primero es ir al prostíbulo, lugar que según el bardo, frecuentaba Baldwin con mucho gusto, a buscar más pistas o a divertirte por el camino.
* Ambos: Disculpad la espera. Estoy pasando por una temporada de mucho caos en el trabajo y en mi vida personal, si bien tengo tiempo de postear algo simple, no lo tengo para hacer algo tan trabajado como son estos posts. Bajo mi punto de vista, prefiero esperar y tomarme un tiempo de relax para postear bien que hacer algo rápido y mal. Si preferís post más rápidos, con menos narración y más directos al grano, me lo podéis decir y me adapto aunque a mí no me gusten.
La chica seguía provocando. Con palabras, caricias y con gráciles movimientos de caderas, conseguía que Meyi olvidase su cuchillo y su ballesta. Los ojos del cazador estaban centrados en la chica. En nada más que ella.
¿Qué era lo que Meyi quería de la chica: una caperucita roja o una loba indómita? Sin decir palabra, respondió apretando más la cintura de la chica contra su entrepierna. Otro bonito moratón que respondía a lo que el cazador quería: Una loba. A Meyi le gustaban las bestias. A más salvajes, mejor. Pocas eran las mujeres con las que se comprendía en la cama. La mayoría de las doncellas, jóvenes, pulcras e intocables señoritas se aterraban de cuando descubrían cómo era el cazador cuando se quitaba la educación de la educación y el respeto que se ponía para tratar con las personas. Descubrían al sádico de mierda que, hasta el momento, solo sus presas (como la langostruosidad) habían conocido. Con la puta de Baldwin no hizo falta que quitarse la máscara, ella misma la había desgarrado con el cuchillo del cazador en el mismo momento que le rompió la camiseta.
-Vamos a pasarlo muy bien,- dijo en el mismo momento que la chica dejó caer la ballesta, un lastre menos. –muy bien-.
Con una mano, recorrió la espalda de la chica desde la cadera hasta el cuello. El intento fue el de rasgar la tela de su camisa con las uñas, algo completamente inútil ya que el cazador no tenía las uñas largas. Sin embargo, una parada la caricia, no la quiso terminar. La otra mano la llevó al redondo de pecho izquierdo la chica. Con o sin camisa puesta, podía notar la perfecta figura de su pecho. Incluso, ya creyó notar se le había puesto duro el pezón. ¿Sería realidad u obra de su imaginación? Pronto, sus dientes lo comprobarían.
-Solo una advertencia- con la mano en el cuello, empujó la cabeza de la chica hasta el que sus labios rozasen con los del cazador- no me digas qué puedo tocar y qué no. Eres mi loba y yo soy tu cazador-.
_____________________
Desde el suelo, veía al pirata como un odioso Dios en la tierra. De esos a los que, por muchas ofrendas que le diera la gente, por muchos corderos que se sacrificasen en su honor y por muchas canciones que acabasen con la glorificación del mismo; miraban hacia otro lado cuando alguien suplicaba en a sus pies. El bardo escupió una mezcla de saliva y bilis a un lado, muy cerca de los pies del pirata pero sin llegar a tocarle. Claro que no, los Dioses no se ensuciaban con la saliva de los mortales. Estaban protegidos por un aura invisible que les protegía de todas las banalidades de los hombres.
Intentó ponerse en pie para que ambos estuvieran al mismo nivel. Fue inútil, se encontraba el cuerpo el más obeso de los ya fallecidos mercenarios. Levantarlo, teniendo un brazo inutilizado, era una soberana estupidez. Como hiciera el mínimo esfuerzo con el brazo herido, se lo rompería al completo. El bardo vomitaría de puro terror si, por casualidad, escuchara un remoto “crack” que le indicase que alguno de sus huesos del brazo (nunca tuvo la molestia de memorizar los nombres de cada uno) se hubiera quebrado por el peso del muerto.
Lanzó otro gargajo de bilis y salivaba muy cerca de donde el primero sin apartar la mirada en la figura del pirata.
-¿Qué es lo que quieres saber de Baldwin?- había dejado de gritar, pero sus dientes seguían castañeando de dolor y miedo por partes iguales - ¿Qué es un putero, eso es lo que quieres saber? Toda Aerandir lo sabe. ¿O, quizás, te interese más saber que fue él quien mató a su mujer?- hubo un segundo en el que por poco volvía a gritar, por fortuna, consiguió tragarse el grito. - Una noche me descubrió follando con su ella. Me miró a los ojos y me dijo que me fuera. Solo eso. Su rostro era pálido e inexpresivo, como si fuera una persona que no comprende qué está haciendo ahí. Desde aquel día, no volví a saber nada de la señora Baldwin.- hablaba demasiado rápido y eso le cansaba. Por cada frase que conseguía decir del tirón, tenía que descansar tres segundos para recuperar las fuerzas que perdía. Los mareos eran constantes. Pronto se desmayaría. –Dos días después, los señores Baldwin, aparecieron los carteles de desaparecidos.- sus ojos se cerraron de golpe. Los abrió, tanto como pudo y añadió - acaba conmigo y vete-.
_____________________
* Eretria Noorgard: Conmigo el vudú sirve bien poco. Aunque debo confesar, que este último post que has hecho ha sido el mejor tuyo, me atrevo a decir, de toda tu vida en Aerandir. Es por ese motivo por el que te dejo completa libertad con Meyi. Mi acción en este post ha sido mínima para que juegues con el sádico como más te plazca.
* Andiel: El bardo te ha contado todo lo que sabe. Ya que fuisteis vosotros quienes me pedisteis la trama, no creo que te sea difícil deducir por tu cuenta a qué se refiere el bardo con sus palabras. ¿Quieres saber algo más? Te ofrezco una gran oportunidad para ser todo lo violento que quieras. Deberás elegir si matar, dejar vivir al bardo o ayudarlo con su herida. Ese sería el objetivo secundario de tu próximo post, el primero es ir al prostíbulo, lugar que según el bardo, frecuentaba Baldwin con mucho gusto, a buscar más pistas o a divertirte por el camino.
* Ambos: Disculpad la espera. Estoy pasando por una temporada de mucho caos en el trabajo y en mi vida personal, si bien tengo tiempo de postear algo simple, no lo tengo para hacer algo tan trabajado como son estos posts. Bajo mi punto de vista, prefiero esperar y tomarme un tiempo de relax para postear bien que hacer algo rápido y mal. Si preferís post más rápidos, con menos narración y más directos al grano, me lo podéis decir y me adapto aunque a mí no me gusten.
Última edición por Sigel el Vie Mayo 05 2017, 15:59, editado 1 vez
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
En el interior de la mansión la escasez de resplandor en los candelabros crepitados los envuelve en una manto mortecino, los rayos del atardecer se extravían por los ventanales sin alcanzar la estancia donde comparten caricias violentas, sugerencias selváticas y vistazos perlados por malicias, provocaciones que inducen a que seamos nefastos el uno contra el otro. Con las piernas entreabiertas cual invitación me acomodo en el regazo del cazador, ambas botas las coloco a los laterales de sus muslos, los pliegues ardorosos bajo un pantalón negruzco van conducidos a realizar un contacto impúdico con el bulto pronunciado y que se desborda entre ambos. La fricción alienta, enloquece y en este juego de luces y sombras donde la inspiración en un atardecer de pasión terminaré siendo yo, voy envolviéndolo en cada embrujo perecedero y a su vez, deleitoso.
Una hilera efímera de sangre empapa el labio inferior del agresor, inmisericorde tiré de la ballesta hasta soltarla y echarla detrás del sofá, seguramente lleve más armas al son de las extremidades bajas o en las botas, da igual, poco a poco iré despojándolo tanto de lo dañino como de las vestimentas que disfrazan un cuerpo tonificado. ─ ¿Te atreverás a tocarme? ─ Susurré nuevamente cerca de su oreja izquierda, el aliento cálido eriza la zona y con la punta de la lengua inicio un recorrido desde lo alto hasta llegar al lóbulo, pellizcándolo con los dientes hasta que inevitable, los muestro aunados a una risita depravada. ─ Sabes que no le gustará a Baldwin. ─ No obstante, ¿a quién le importa los pensamientos de un cadáver? Puesto que con lo sabido el pellejo se lo salvará su puta madre, ni Hont ni yo sucumbiremos al precio de un maltratador de animales.
Mis brazos rodean su cuello sin reparos ni modestias, el pecho termina ajustado a un torso desnudo mientras que estos labios carnosos, aún próximos a su oreja declinan para arribar a su mentón, en un cabeceo elevé la cabeza y me detuve a saborear de lejos los labios de este cabrón, está erecto y las caricias propinadas en mis caderas son duras, de estas que excitan acorde a un repertorio de miradas lujuriosas que en vez de sacarme los colores, sólo sirven como invitación a dicha partida de lascivia. Este tío logra perturbarme con cada uno de sus movimientos, los giros de muñecas y la brusquedad en la que me acerca a su boca, proclamándome suya antes de devorar cada uno de los recovecos interiores, está que arde y mi lengua por inercia, desenfrenada y sin ganas malditas de echarse atrás delinean la de mi acompañante, se entrelazan y tan sólo me despego para recoger aire y continuar entre besos pasionales sin un tope al que atenerme, cruzando fronteras y límites.
Aferrada al cabello que va despeñándose por la nuca tiro de él hacia mi cuerpo, presionándolo tanto, tantísimo que nos convertimos en uno, en frente de sus facciones le contemplo con unos luceros despectivos y henchidos en contumacia, no es suficiente, nunca lo es cuando empiezo a jugar y no sé cuando detenerme. Altiva y con derechos no sólo a hacerle jadear, sino también asestar alguna que otra punzada de dolor fui directa a la grieta creada por uno de los colmillos en su labio inferior, la sangre restante la barrí con el largo de mi lengua, una que astuta presionó en la herida para lastimar y hacerle gruñir de satisfacción. ─ Antes de seguir y follarme duro, tendrás que responderme algunas preguntas. ─ Vagué en su mirada aventurada sin pavor a una reacción agria, mis dedos recorrieron su nuca, declinaron por el cuello del cazador y en el torso trabajado fui hundiéndome en cierto regocijo que logró sacarme un resoplo.
La desnudez no será suficiente y sin impedimentos mayores acomodé lo palpitante de este corazón para tranquilizarlo, los latidos se amansaron y mi respiración volvió a ser acompasada. Resbaladiza por cada ondulación en los abdominales, en ese vaivén irresistible de tentaciones y rebosado en sonrisas que ocultan secretos despiadados tanteé el cierre del pantalón, lo desabroché y antes de meter directamente la mano, apreté el bulto con una fuerza tremenda para alarmarlo. ─ Primera, si trabajas para Baldwin, ¿cómo es posible que no te haya visto antes? ─ Más bien sería todo lo contrario, pero de esto se trata el asunto, de crear confianza mediante una base disfrazada en falacias. Sin suavidad inicié todo tipo de roces y movimientos circulares sobre la tela de su pantalón, el grosor junto al largo es evidente y al sacarlo del escabroso encierre un frescor irrumpe en el falo de mi acompañante.
─ Segunda. Tanto tú como yo sabemos que Baldwin no se ha ido de vacaciones. ─ Con el dedo índice golpeé la cabeza de su miembro como toque preventivo. ─ ¿Quién coño podría haberse cargado mi fuente de ingresos? ─ En el momento en el que el cazador entreabre los labios aferro el tronco con la palma de mi mano, el aire le falta y antes de contestar se detiene a respirar. De nada sirve interrogarle estando sereno, con el placer amedrentándole será fácil que suelte por esa boca lo que necesito. Los roces, algunos suaves, otros tantos austeros componen un onanismo que acabará con el aguante de este maldito. ─ Si te portas bien usaré la boca. ─ El ritmo incrementa aún sobre su regazo, si quiere placer se lo daré porque no me queda de otros cojones, y cuando baje la guardia el placer me lo llevaré yo degollándolo, toda la sangre caliente que recorre sus venas salpicará el sofá, mis atavíos e inclusive rostro como triunfo y las ansias de que se vuelva realidad son tales que sonrío a sabiendas de que debería estar atenta.
Las anchas palmas que presenta moldean mis pechos a su antojo, son voluptuosos y ciertamente no me importunan, se trata de dos trozos de carne que sin terminar de comprender los sitúan en la pirámide de sensualidad, tengan el tamaño que tengan, independiente de cada curva en una mujer y los placeres que estas proporcionan. La mano libre la dirijo a sus muslos para verificar si en efecto lleva otro tipo de armas, a simple vista no lo parece, continúo por sus caderas, ascendiendo nuevamente por el vientre fortalecido y detenerme en uno de sus pectorales donde acaricio por complacencia. En los instantes donde no me responde le castigo, torturándole el bálano con apretones y opresiones en el glande. ¿Quería una puta, una loba, una caperucita? Se ha dado de bruces con un mismísimo demonio, uno que por las buenas o por las malas, conseguirá réplicas validas.
Una hilera efímera de sangre empapa el labio inferior del agresor, inmisericorde tiré de la ballesta hasta soltarla y echarla detrás del sofá, seguramente lleve más armas al son de las extremidades bajas o en las botas, da igual, poco a poco iré despojándolo tanto de lo dañino como de las vestimentas que disfrazan un cuerpo tonificado. ─ ¿Te atreverás a tocarme? ─ Susurré nuevamente cerca de su oreja izquierda, el aliento cálido eriza la zona y con la punta de la lengua inicio un recorrido desde lo alto hasta llegar al lóbulo, pellizcándolo con los dientes hasta que inevitable, los muestro aunados a una risita depravada. ─ Sabes que no le gustará a Baldwin. ─ No obstante, ¿a quién le importa los pensamientos de un cadáver? Puesto que con lo sabido el pellejo se lo salvará su puta madre, ni Hont ni yo sucumbiremos al precio de un maltratador de animales.
Mis brazos rodean su cuello sin reparos ni modestias, el pecho termina ajustado a un torso desnudo mientras que estos labios carnosos, aún próximos a su oreja declinan para arribar a su mentón, en un cabeceo elevé la cabeza y me detuve a saborear de lejos los labios de este cabrón, está erecto y las caricias propinadas en mis caderas son duras, de estas que excitan acorde a un repertorio de miradas lujuriosas que en vez de sacarme los colores, sólo sirven como invitación a dicha partida de lascivia. Este tío logra perturbarme con cada uno de sus movimientos, los giros de muñecas y la brusquedad en la que me acerca a su boca, proclamándome suya antes de devorar cada uno de los recovecos interiores, está que arde y mi lengua por inercia, desenfrenada y sin ganas malditas de echarse atrás delinean la de mi acompañante, se entrelazan y tan sólo me despego para recoger aire y continuar entre besos pasionales sin un tope al que atenerme, cruzando fronteras y límites.
Aferrada al cabello que va despeñándose por la nuca tiro de él hacia mi cuerpo, presionándolo tanto, tantísimo que nos convertimos en uno, en frente de sus facciones le contemplo con unos luceros despectivos y henchidos en contumacia, no es suficiente, nunca lo es cuando empiezo a jugar y no sé cuando detenerme. Altiva y con derechos no sólo a hacerle jadear, sino también asestar alguna que otra punzada de dolor fui directa a la grieta creada por uno de los colmillos en su labio inferior, la sangre restante la barrí con el largo de mi lengua, una que astuta presionó en la herida para lastimar y hacerle gruñir de satisfacción. ─ Antes de seguir y follarme duro, tendrás que responderme algunas preguntas. ─ Vagué en su mirada aventurada sin pavor a una reacción agria, mis dedos recorrieron su nuca, declinaron por el cuello del cazador y en el torso trabajado fui hundiéndome en cierto regocijo que logró sacarme un resoplo.
La desnudez no será suficiente y sin impedimentos mayores acomodé lo palpitante de este corazón para tranquilizarlo, los latidos se amansaron y mi respiración volvió a ser acompasada. Resbaladiza por cada ondulación en los abdominales, en ese vaivén irresistible de tentaciones y rebosado en sonrisas que ocultan secretos despiadados tanteé el cierre del pantalón, lo desabroché y antes de meter directamente la mano, apreté el bulto con una fuerza tremenda para alarmarlo. ─ Primera, si trabajas para Baldwin, ¿cómo es posible que no te haya visto antes? ─ Más bien sería todo lo contrario, pero de esto se trata el asunto, de crear confianza mediante una base disfrazada en falacias. Sin suavidad inicié todo tipo de roces y movimientos circulares sobre la tela de su pantalón, el grosor junto al largo es evidente y al sacarlo del escabroso encierre un frescor irrumpe en el falo de mi acompañante.
─ Segunda. Tanto tú como yo sabemos que Baldwin no se ha ido de vacaciones. ─ Con el dedo índice golpeé la cabeza de su miembro como toque preventivo. ─ ¿Quién coño podría haberse cargado mi fuente de ingresos? ─ En el momento en el que el cazador entreabre los labios aferro el tronco con la palma de mi mano, el aire le falta y antes de contestar se detiene a respirar. De nada sirve interrogarle estando sereno, con el placer amedrentándole será fácil que suelte por esa boca lo que necesito. Los roces, algunos suaves, otros tantos austeros componen un onanismo que acabará con el aguante de este maldito. ─ Si te portas bien usaré la boca. ─ El ritmo incrementa aún sobre su regazo, si quiere placer se lo daré porque no me queda de otros cojones, y cuando baje la guardia el placer me lo llevaré yo degollándolo, toda la sangre caliente que recorre sus venas salpicará el sofá, mis atavíos e inclusive rostro como triunfo y las ansias de que se vuelva realidad son tales que sonrío a sabiendas de que debería estar atenta.
Las anchas palmas que presenta moldean mis pechos a su antojo, son voluptuosos y ciertamente no me importunan, se trata de dos trozos de carne que sin terminar de comprender los sitúan en la pirámide de sensualidad, tengan el tamaño que tengan, independiente de cada curva en una mujer y los placeres que estas proporcionan. La mano libre la dirijo a sus muslos para verificar si en efecto lleva otro tipo de armas, a simple vista no lo parece, continúo por sus caderas, ascendiendo nuevamente por el vientre fortalecido y detenerme en uno de sus pectorales donde acaricio por complacencia. En los instantes donde no me responde le castigo, torturándole el bálano con apretones y opresiones en el glande. ¿Quería una puta, una loba, una caperucita? Se ha dado de bruces con un mismísimo demonio, uno que por las buenas o por las malas, conseguirá réplicas validas.
- Spoiler:
- Disculpad por la demora, he tenido una semana complicada en cuanto a trabajo, y he preferido esperar para hacer el post en condiciones u_u
Eretria Noorgard
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 278
Nivel de PJ : : 0
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
-Podría acabar con tu vida, no me sería demasiado difícil.- dijo.- Y no creo que a mucha gente le fuera a sorprender, una persona con la vida como la tuya, siempre terminan aplastados por los poderosos.
-Siempre pasan alguna línea invisible que no deberían, hacen enojar a las personas equivocadas, y terminan en alguna zanja.-
Miro al hombre desde arriba, no es que sintiera superior, y tampoco se sentía culpable, si le hubiera dado la información desde el principio se habría ahorrado todos esos problemas.
-Por suerte para ti, acabar con tu vida no forma parte de la misión.-dijo.- Tampoco salvarla si vamos al caso.
-Pero, si me decís donde queda el prostíbulo que frecuencia el señor Baldwin, quizás pueda perder un poco de mi tiempo y encargarme de que no termines de perder la poca sangre que te queda.- dijo.- Y, si te portas especialmente bien, quizás te deje en un lugar donde alguien pueda verte y llevarte a donde puedan curarte correctamente.
El bardo estaba asustado, pero más que nada sentía impotencia, no podía hacer más nada que aceptar cualquier cosa que el pirata demandara. Utilizando la poca energía que le quedaba, le indico al hombre como llegar al prostíbulo, no era del todo difícil de encontrar, a pesar de la fama de discreto que poseía.
Se guardo algunos secretos, como lo difícil que le resultaría al pirata entrar a un lugar así con el aspecto que tenia, quizás le sirviera para mantener un mínimo de su honor intacto, ni que hubiera tenido mucho en un primer lugar.
Striker sospechaba que no le había dicho todo, pero no estaba entre sus deseos ser perseguido por el asesinato del bardo, a pesar de las amenazas. Agarro una manga (véase la del brazo que no está sangrando) y la arranco de la ropa del bardo, la puso en el otro brazo cubriendo desde donde salía la sangre.
-No va a durar demasiado.- le dijo mientras lo levantaba tirando del brazo que no estaba herido, si era necesario lo arrastraría. Pero el bardo pudo levantarse y termino llevándolo a una de las calles principales.
-¡Alguien ataco a este hombre!- grito para después dejar allí al bardo y salir del lugar, con suerte no se moriría.
Siguiendo las direcciones busco el camino hacia el prostíbulo.
“¿Sabemos algo del lugar?”
“Quizás nos convendría esperar y escuchar”
Cerca de la entrada del susodicho lugar, se apoyo sobre una pared, esperando que alguien que entrara o saliera dijera algo que pudiera resultaría interesante. Y si no, comenzaría un interrogatorio un poco mas directo.
Nota 1: Lamento la espera, se me re paso de postear en su momento y despues estaba (bah, estoy) en epoca de examenes.
Nota 2: Creo que hice muy apurada la ultima parte del post, pero no se me ocurrio bien como terminar eso y poder seguir.
-Siempre pasan alguna línea invisible que no deberían, hacen enojar a las personas equivocadas, y terminan en alguna zanja.-
Miro al hombre desde arriba, no es que sintiera superior, y tampoco se sentía culpable, si le hubiera dado la información desde el principio se habría ahorrado todos esos problemas.
-Por suerte para ti, acabar con tu vida no forma parte de la misión.-dijo.- Tampoco salvarla si vamos al caso.
-Pero, si me decís donde queda el prostíbulo que frecuencia el señor Baldwin, quizás pueda perder un poco de mi tiempo y encargarme de que no termines de perder la poca sangre que te queda.- dijo.- Y, si te portas especialmente bien, quizás te deje en un lugar donde alguien pueda verte y llevarte a donde puedan curarte correctamente.
El bardo estaba asustado, pero más que nada sentía impotencia, no podía hacer más nada que aceptar cualquier cosa que el pirata demandara. Utilizando la poca energía que le quedaba, le indico al hombre como llegar al prostíbulo, no era del todo difícil de encontrar, a pesar de la fama de discreto que poseía.
Se guardo algunos secretos, como lo difícil que le resultaría al pirata entrar a un lugar así con el aspecto que tenia, quizás le sirviera para mantener un mínimo de su honor intacto, ni que hubiera tenido mucho en un primer lugar.
Striker sospechaba que no le había dicho todo, pero no estaba entre sus deseos ser perseguido por el asesinato del bardo, a pesar de las amenazas. Agarro una manga (véase la del brazo que no está sangrando) y la arranco de la ropa del bardo, la puso en el otro brazo cubriendo desde donde salía la sangre.
-No va a durar demasiado.- le dijo mientras lo levantaba tirando del brazo que no estaba herido, si era necesario lo arrastraría. Pero el bardo pudo levantarse y termino llevándolo a una de las calles principales.
-¡Alguien ataco a este hombre!- grito para después dejar allí al bardo y salir del lugar, con suerte no se moriría.
Siguiendo las direcciones busco el camino hacia el prostíbulo.
“¿Sabemos algo del lugar?”
“Quizás nos convendría esperar y escuchar”
Cerca de la entrada del susodicho lugar, se apoyo sobre una pared, esperando que alguien que entrara o saliera dijera algo que pudiera resultaría interesante. Y si no, comenzaría un interrogatorio un poco mas directo.
Nota 1: Lamento la espera, se me re paso de postear en su momento y despues estaba (bah, estoy) en epoca de examenes.
Nota 2: Creo que hice muy apurada la ultima parte del post, pero no se me ocurrio bien como terminar eso y poder seguir.
Andiel
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 46
Nivel de PJ : : 0
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
El animal no dejaba de moverse. Hont se había subido, de un salto, en lo alto de su lomo y lo estaba empujando para que se quedase sentado. El grifo (o los dos grifos, todavía no sabía cómo tratarle-tratarles) entendía perfectamente lo que Hont le estaba diciendo. Era una orden sencilla: “Siéntate, sit, abajo…” Seguro que lo entendía. Era muy listo y muy bueno. Antes había estado agitando, con una de sus cabezas, el cuenco de comida para pedir que le trajera más y, después de eso, la otra cabeza estaba mordiéndose la una herida vieja de su lomo para limpiarse la sangre seca. Un animal tan listo tenía que saber que debía de sentarse y estarse quieto. Un hombre malo había entrado en la mansión y Anfa había ido a luchar con él. Le iba a dar una buena zurra en el trasero. ¡Sí señor! El hombre malo se iría, con el culete rojo, sin saber nada de Hont y del grifo-los grifos.
-Vamos, siéntate, no me lo pongas más difícil- decía al mismo tiempo que hacía fuerza, con todo su cuerpo, para agachar al grifo-los grifos. Éste contestó con un leve rugido. –¿Echas de menos a Anfa? Yo también la echo de menos. Ella te hubiera hecho sentar con solo un chasquido de dedos. A la elfa sí que le harías caso, no como a mí.-
Una de las cabezas pareció que se estaba riendo, la otra hacía rápidos movimientos para deshacerse del pequeño hombre zarigüeya que se le había subido encima. Hont estuvo a punto de resbalar y caer al suelo de una altura que, en comparación a su pequeño tamaño, podría ser peligrosa. Por fortuna para él y desgracia para el animal, supo mantener el equilibrio encima del lomo. Hont era demasiado bueno con sus acrobacias como para caer porque una de las dos cabezas le estuviera atosigando. ¡Ja!
-Hagamos un trato:- gateó por encima del lomo hasta en medio de las dos cabezas- tú te estás aquí quitecito y yo voy a ir a buscar a Anfa. ¿De acuerdo?- las dos cabezas asintieron al unísono- ¡Muy bien!-
Nada más saltar al suelo, el grifo-los grifos se sentó-sentaron. ¿Ahora sí? Hont dejó soltar un largo resoplido a modo de queja el cual el grifo respondió con dos maullidos, uno por cabeza.
Al salir de la caseta del animal, Hont empuñaba su espada de madera por lo que fuera que podría pasar. No sabía si Anfa iba a necesitar ayuda y, si así fuera, necesitaba estar preparado. El hombre malo no tendría oportunidad de escapar. Zasca. Dio un espadazo imaginario al aire. Zasca y zasca. Dos espadazos más. Entonces escuchó la voz del hombre que venía desde el interior de la casa. Rápido como un trueno (el Trueno de Aerandir sería un buen apodo para un héroe como Hont) se escondió bajo una mesa tapándose con un mantel roído para que nadie le viera.
-Primero: Quizás no me hayas visto porque, de hacerlo, el viejo se pondría celoso. Es muy posesivo con las cosas que le gustan. Con las cosas que sabes hacer, seguro que le encantabas. ¿Verdad? No serías la primera puta que viera morir encadenada porque se convirtió en el caprichito de Baldwin-.
Desde su posición escondido bajo la mesa lo podía ver todo. El hombre malo había cogido la mano de Anfa y se la había puesto… ¡POR LOS DIOSES! En cuanto se dio cuenta donde estaban las manos de la elfa y qué era lo que estaban haciendo se tapó los ojos con las dos manos. No podía ver esas cosas. ¡No! Los héroes como Hont no podían ver eso. Aun así… debía hacerlo. No se creía que Anfa, de verdad, estuviera haciendo… ESO. Abrió lentamente un agujerito entre sus dedos y siguió observando lo que pasaba.
-Y segundo: Todo el mundo tendría un buen motivo para matar a tu amo. Dedicarse a los negocios sucios es lo que tiene. Ahora que te conozco,- el hombre malo tenía una mano apretando uno de los pechos de Anfa y a ella le parecía gustar… ¡Dioses benditos! - yo mismo tengo un buen motivo. No pago mal- el hombre malo señaló el cadáver de lo que parece una langosta gigante- El viejo me hubiera dado 5000 aeros por eso; él lo hubiera revendido por 50000 aeros-.
Hont vio lo segundo peor que podría haber visto… el hombre malo y Anfa se estaban besando. ¿Anfa era mala? Había salvado al grifo. No podía ser mala. ¿Verdad que no? Seguía viendo la escena e iba empeorando. Lo peor que podría ver estaba a punto de llegar. No quería verlo. ¡NO! Agatas, salió de su escondite de la puerta asegurándose de que nadie le viera y se fue llorando. No quería saber nada de la elfa mala, de Baldwin ni del grifo-los grifos. Se sentía traicionado. La chica… le había mentido. Era mala y estaba besándose con un hombre malo. Adiós Anfa. Se despidió de ella con la manita antes de abandonar la mansión.
Lo peor de su trabajo no era aguantar a los hombres. Los había conocido de todos los tipos y de todos los tamaños: grandes como armarios y pequeños como duendes, fuertes como bueyes y débiles como ratas, feos, guapos, tímidos, obsesos, valientes, maleducados, pervertidos…. Todos. Los conocía a todos. Desde el tipo que le acaricia los hombros con temor a tocar algo más hasta aquel que orinaba encima de ella solo porque le parecía erótico. Pero eso no era lo peor. Como tampoco lo era seguir las estrictas dietas que la Señora Trina imponía a sus chicas con tal de mantenerse delgadas y atractivas para los clientes. Trabajar día tras día chupando pollas o dejando que éstas la violasen tampoco era lo peor; en cierto modo, estaba acostumbrada a hacerlo. Lo peor, por mucha diferencia, era tener que llevar el delgado y apretado corsé blanco que la Señora Trina le había regalado para su cumpleaños. Si es que, a aquello se le podía llamar regalo pues, desde el punto de vista de la Señora, era una “inversión”. Todo el dinero que conseguía las chicas de “La Zorra Roja” era para la dueña del local y madre de la mayoría de las chicas: La señora Trina Marsh.
Pero, volviendo al tema de las cosas peores para Jus Marsh, el corsé blanco no le dejaba respirar. Le oprimían los pechos. Una buena vista para los hombres (los conocía de todos los tipos, los que disfrutarían viéndole el escote y los que no) y un infierno para ella. Nerlan la Fea, la segunda de las siete hermanas (Jus era la menor), había sido quien había visto a Jus. Que hubiera apretado tanto los lazos no fue un accidente pues era una especie de venganza poética. Unas tanto y otras tan poco… decía la Fea. ¿Qué sabía ella? ¿Acaso comprendía cómo se sentía una cuando un hombre abusaba de ella? ¡No! Claro que no. Jamás sabrá lo que se sentía después de haberse duchado tres veces y seguir oliendo a orina. La Fea era una afortunada y no se daba cuenta de ello .Le habían bendecido los Dioses otorgándole una horrible cara y, todavía, tenía la desfachatez de vengarse de sus hermanas apretándoles los vestidos o haciéndole cortes con la daga. Las medías que Jus llevaba puestas tenía múltiples rajas que la propia Nerlan le había hecho. Si hoy conseguía atraer un hombre, cosa que deseaba con todo su corazón ya que eso le permitiría quitarse el corsé, se acostaría con él en la cama de Nerlan y dejaría que se orinase tantas veces como quisiera. ¡Bufet libre, amigo! Jus le felicitaría al cliente si llegaba a emocionarse y romper algo de la habitación de su hermana.
Desde el balcón de “La Zorra Roja” buscó con los ojos a los posibles candidatos a destrozar la habitación de Nerlan. Había que prestar atención a los que a primera vista parecían los más tímidos, éstos eran los que en la cama se volvían auténticas bestias. Aunque, para bestias, Lunargenta estaba plagada de asquerosos hombres bestias a cada cual más feo que la fea de su hermana. Un hombre bestia estaría bien para sus planes, de un zarpazo podría romper el corsé y dejarlo inservible.
Mentalmente fue haciendo una lista de todos los hombres: Un pelirrojo apuesto que paseaba junto a un hombre (quizás el padre o el hermano mayor) con el mismo tipo de cabello y una larga melena también roja, un elfo que se había perdido y estaba consultando un mapa, un hombre herido en el suelo (a Jus no le importaba si moría o no), un tipo moreno que estaba apoyado en la entrada de burdel y… ahí estaba, entre todos ellos, el chico perfecto: un hombre joven, unos quince años, gordo como un tonel, feo como un maldito y con cara de no haber roto un plato en su corta vida. Seguramente, sería hijo de algún buen adinerado de Lunargenta y estaría buscando una chica con la que desvirgarse. Al verlo, Jus se relamió y se tocó los pechos que le apretaban por el corsé que pronto se quitaría. Los novatos eran los peores en la cama. Como no sabían que hacer, se ponían a dar golpes con la polla como si estuvieran locos. ¿Qué cara pondría Nerlan cuando se diera cuenta que aquel gordo había pegado pollazos a los cojines de su habitación? Jus se volvió a relamer imaginándose esa cara.
-Hola guapo- se apoyó en la barandilla del balcón - ¿Por qué no subes arriba y pasamos un buen rato?- con la mano izquierda se apretaba las tetas y con la derecha hacía indicaciones al gordo para que subiera - Mis hermanas están ocupadas atendiendo a un tal Baldwin. Me siento solita y aburrida-.
* Eretria Noorgard: Has conseguido lo que querías: Más pistas acerca de la personalidad de Baldwin, un apuesto hombre que hace todo lo que le pides y el costosos cadáver de una langostruosidad. ¿A cambio de qué? De Hont. El hombrecillo te ha visto encima del cazador y ahora no confía en ti. Se está yendo de la mansión en estos momentos con la cabeza agachada y los ojos llenos de lágrimas. Ahora mismo, tal y como yo lo veo tienes tres opciones: 1 Seguir tus instintos básicos con el cazador y disfrutar de un agradable rato +18 para luego matarlo y quedarte con sus cosas 2 dejar el cazador e ir a recuperar la confianza de Hont de alguna manera 3 sorprenderme con cualquier cosa nueva que te inventes. Todo lo que hagas tendrá consecuencias: buenas, malas y peores.
* Andiel: Ha entrado un nuevo personaje en juego: Jus Marsh. La chica no se ha fijado en ti. Tiene un plan muy claro en su cabeza y no ve que le puedas ser útil. Sin embargo, te ha dado justo la información que deseabas: Baldwin está arriba en el prostíbulo con las hermanas de Jus. En el próximo turno deberás entrar al prostíbulo, describirlo. Me dijiste que no eres muy fan de las descripciones; por lo que, si lo deseas, puedes contar qué le parece a tu personaje ese lugar o aprovechar algún npc que te inventes para dialogar con él y que te explique qué es ese lugar y cómo se llama. Lo que te digo siempre, aprovecha la libertad para traer los objetivos a los campos que se te dan bien.
* Ambos: Me comentasteis por mp la idea de la misión y, desgraciadamente, también el final. No dudo que hayas deducido por vuestra cuenta propia que el Baldwin que se encuentra en “La Zorra Roja” no es el verdadero sino un impostor que le ha usurpado. ¿Cómo lo podéis saber? El verdadero Baldwin prefiere tener a sus chicas en su casa “es muy posesivo” dijo Meyi. Ya sabéis el final porque vosotros me lo pedisteis así. Mi trabajo de elaborar la historia del lord Baldwin acaba aquí. Ahora empieza mi trabajo de poneros combates. Disfrutadlo.
-Vamos, siéntate, no me lo pongas más difícil- decía al mismo tiempo que hacía fuerza, con todo su cuerpo, para agachar al grifo-los grifos. Éste contestó con un leve rugido. –¿Echas de menos a Anfa? Yo también la echo de menos. Ella te hubiera hecho sentar con solo un chasquido de dedos. A la elfa sí que le harías caso, no como a mí.-
Una de las cabezas pareció que se estaba riendo, la otra hacía rápidos movimientos para deshacerse del pequeño hombre zarigüeya que se le había subido encima. Hont estuvo a punto de resbalar y caer al suelo de una altura que, en comparación a su pequeño tamaño, podría ser peligrosa. Por fortuna para él y desgracia para el animal, supo mantener el equilibrio encima del lomo. Hont era demasiado bueno con sus acrobacias como para caer porque una de las dos cabezas le estuviera atosigando. ¡Ja!
-Hagamos un trato:- gateó por encima del lomo hasta en medio de las dos cabezas- tú te estás aquí quitecito y yo voy a ir a buscar a Anfa. ¿De acuerdo?- las dos cabezas asintieron al unísono- ¡Muy bien!-
Nada más saltar al suelo, el grifo-los grifos se sentó-sentaron. ¿Ahora sí? Hont dejó soltar un largo resoplido a modo de queja el cual el grifo respondió con dos maullidos, uno por cabeza.
Al salir de la caseta del animal, Hont empuñaba su espada de madera por lo que fuera que podría pasar. No sabía si Anfa iba a necesitar ayuda y, si así fuera, necesitaba estar preparado. El hombre malo no tendría oportunidad de escapar. Zasca. Dio un espadazo imaginario al aire. Zasca y zasca. Dos espadazos más. Entonces escuchó la voz del hombre que venía desde el interior de la casa. Rápido como un trueno (el Trueno de Aerandir sería un buen apodo para un héroe como Hont) se escondió bajo una mesa tapándose con un mantel roído para que nadie le viera.
-Primero: Quizás no me hayas visto porque, de hacerlo, el viejo se pondría celoso. Es muy posesivo con las cosas que le gustan. Con las cosas que sabes hacer, seguro que le encantabas. ¿Verdad? No serías la primera puta que viera morir encadenada porque se convirtió en el caprichito de Baldwin-.
Desde su posición escondido bajo la mesa lo podía ver todo. El hombre malo había cogido la mano de Anfa y se la había puesto… ¡POR LOS DIOSES! En cuanto se dio cuenta donde estaban las manos de la elfa y qué era lo que estaban haciendo se tapó los ojos con las dos manos. No podía ver esas cosas. ¡No! Los héroes como Hont no podían ver eso. Aun así… debía hacerlo. No se creía que Anfa, de verdad, estuviera haciendo… ESO. Abrió lentamente un agujerito entre sus dedos y siguió observando lo que pasaba.
-Y segundo: Todo el mundo tendría un buen motivo para matar a tu amo. Dedicarse a los negocios sucios es lo que tiene. Ahora que te conozco,- el hombre malo tenía una mano apretando uno de los pechos de Anfa y a ella le parecía gustar… ¡Dioses benditos! - yo mismo tengo un buen motivo. No pago mal- el hombre malo señaló el cadáver de lo que parece una langosta gigante- El viejo me hubiera dado 5000 aeros por eso; él lo hubiera revendido por 50000 aeros-.
Hont vio lo segundo peor que podría haber visto… el hombre malo y Anfa se estaban besando. ¿Anfa era mala? Había salvado al grifo. No podía ser mala. ¿Verdad que no? Seguía viendo la escena e iba empeorando. Lo peor que podría ver estaba a punto de llegar. No quería verlo. ¡NO! Agatas, salió de su escondite de la puerta asegurándose de que nadie le viera y se fue llorando. No quería saber nada de la elfa mala, de Baldwin ni del grifo-los grifos. Se sentía traicionado. La chica… le había mentido. Era mala y estaba besándose con un hombre malo. Adiós Anfa. Se despidió de ella con la manita antes de abandonar la mansión.
_____________________
Lo peor de su trabajo no era aguantar a los hombres. Los había conocido de todos los tipos y de todos los tamaños: grandes como armarios y pequeños como duendes, fuertes como bueyes y débiles como ratas, feos, guapos, tímidos, obsesos, valientes, maleducados, pervertidos…. Todos. Los conocía a todos. Desde el tipo que le acaricia los hombros con temor a tocar algo más hasta aquel que orinaba encima de ella solo porque le parecía erótico. Pero eso no era lo peor. Como tampoco lo era seguir las estrictas dietas que la Señora Trina imponía a sus chicas con tal de mantenerse delgadas y atractivas para los clientes. Trabajar día tras día chupando pollas o dejando que éstas la violasen tampoco era lo peor; en cierto modo, estaba acostumbrada a hacerlo. Lo peor, por mucha diferencia, era tener que llevar el delgado y apretado corsé blanco que la Señora Trina le había regalado para su cumpleaños. Si es que, a aquello se le podía llamar regalo pues, desde el punto de vista de la Señora, era una “inversión”. Todo el dinero que conseguía las chicas de “La Zorra Roja” era para la dueña del local y madre de la mayoría de las chicas: La señora Trina Marsh.
Pero, volviendo al tema de las cosas peores para Jus Marsh, el corsé blanco no le dejaba respirar. Le oprimían los pechos. Una buena vista para los hombres (los conocía de todos los tipos, los que disfrutarían viéndole el escote y los que no) y un infierno para ella. Nerlan la Fea, la segunda de las siete hermanas (Jus era la menor), había sido quien había visto a Jus. Que hubiera apretado tanto los lazos no fue un accidente pues era una especie de venganza poética. Unas tanto y otras tan poco… decía la Fea. ¿Qué sabía ella? ¿Acaso comprendía cómo se sentía una cuando un hombre abusaba de ella? ¡No! Claro que no. Jamás sabrá lo que se sentía después de haberse duchado tres veces y seguir oliendo a orina. La Fea era una afortunada y no se daba cuenta de ello .Le habían bendecido los Dioses otorgándole una horrible cara y, todavía, tenía la desfachatez de vengarse de sus hermanas apretándoles los vestidos o haciéndole cortes con la daga. Las medías que Jus llevaba puestas tenía múltiples rajas que la propia Nerlan le había hecho. Si hoy conseguía atraer un hombre, cosa que deseaba con todo su corazón ya que eso le permitiría quitarse el corsé, se acostaría con él en la cama de Nerlan y dejaría que se orinase tantas veces como quisiera. ¡Bufet libre, amigo! Jus le felicitaría al cliente si llegaba a emocionarse y romper algo de la habitación de su hermana.
Desde el balcón de “La Zorra Roja” buscó con los ojos a los posibles candidatos a destrozar la habitación de Nerlan. Había que prestar atención a los que a primera vista parecían los más tímidos, éstos eran los que en la cama se volvían auténticas bestias. Aunque, para bestias, Lunargenta estaba plagada de asquerosos hombres bestias a cada cual más feo que la fea de su hermana. Un hombre bestia estaría bien para sus planes, de un zarpazo podría romper el corsé y dejarlo inservible.
Mentalmente fue haciendo una lista de todos los hombres: Un pelirrojo apuesto que paseaba junto a un hombre (quizás el padre o el hermano mayor) con el mismo tipo de cabello y una larga melena también roja, un elfo que se había perdido y estaba consultando un mapa, un hombre herido en el suelo (a Jus no le importaba si moría o no), un tipo moreno que estaba apoyado en la entrada de burdel y… ahí estaba, entre todos ellos, el chico perfecto: un hombre joven, unos quince años, gordo como un tonel, feo como un maldito y con cara de no haber roto un plato en su corta vida. Seguramente, sería hijo de algún buen adinerado de Lunargenta y estaría buscando una chica con la que desvirgarse. Al verlo, Jus se relamió y se tocó los pechos que le apretaban por el corsé que pronto se quitaría. Los novatos eran los peores en la cama. Como no sabían que hacer, se ponían a dar golpes con la polla como si estuvieran locos. ¿Qué cara pondría Nerlan cuando se diera cuenta que aquel gordo había pegado pollazos a los cojines de su habitación? Jus se volvió a relamer imaginándose esa cara.
-Hola guapo- se apoyó en la barandilla del balcón - ¿Por qué no subes arriba y pasamos un buen rato?- con la mano izquierda se apretaba las tetas y con la derecha hacía indicaciones al gordo para que subiera - Mis hermanas están ocupadas atendiendo a un tal Baldwin. Me siento solita y aburrida-.
_____________________
* Eretria Noorgard: Has conseguido lo que querías: Más pistas acerca de la personalidad de Baldwin, un apuesto hombre que hace todo lo que le pides y el costosos cadáver de una langostruosidad. ¿A cambio de qué? De Hont. El hombrecillo te ha visto encima del cazador y ahora no confía en ti. Se está yendo de la mansión en estos momentos con la cabeza agachada y los ojos llenos de lágrimas. Ahora mismo, tal y como yo lo veo tienes tres opciones: 1 Seguir tus instintos básicos con el cazador y disfrutar de un agradable rato +18 para luego matarlo y quedarte con sus cosas 2 dejar el cazador e ir a recuperar la confianza de Hont de alguna manera 3 sorprenderme con cualquier cosa nueva que te inventes. Todo lo que hagas tendrá consecuencias: buenas, malas y peores.
* Andiel: Ha entrado un nuevo personaje en juego: Jus Marsh. La chica no se ha fijado en ti. Tiene un plan muy claro en su cabeza y no ve que le puedas ser útil. Sin embargo, te ha dado justo la información que deseabas: Baldwin está arriba en el prostíbulo con las hermanas de Jus. En el próximo turno deberás entrar al prostíbulo, describirlo. Me dijiste que no eres muy fan de las descripciones; por lo que, si lo deseas, puedes contar qué le parece a tu personaje ese lugar o aprovechar algún npc que te inventes para dialogar con él y que te explique qué es ese lugar y cómo se llama. Lo que te digo siempre, aprovecha la libertad para traer los objetivos a los campos que se te dan bien.
* Ambos: Me comentasteis por mp la idea de la misión y, desgraciadamente, también el final. No dudo que hayas deducido por vuestra cuenta propia que el Baldwin que se encuentra en “La Zorra Roja” no es el verdadero sino un impostor que le ha usurpado. ¿Cómo lo podéis saber? El verdadero Baldwin prefiere tener a sus chicas en su casa “es muy posesivo” dijo Meyi. Ya sabéis el final porque vosotros me lo pedisteis así. Mi trabajo de elaborar la historia del lord Baldwin acaba aquí. Ahora empieza mi trabajo de poneros combates. Disfrutadlo.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
Tema Pausado
He un mp a Eretria. Vi su tema en ausencias y vi necesario poner el tema en pausa. "Será cosas de un par de semanas". Me dije inocentemente. Esperamos unos días más, si Eretria no responde, continuaremos el mastereado solos Andiel. Si responde,
ya veremos que hacemos. Pido disculpas por ser tan inocente.
Eretria me habló y me dijo que no le importaría que siguiésemos sin ella. ¡Adelante Andiel!
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
Striker el pirata conocía muchas cosas, conocía sobre el arte de la guerra y cómo manejar una espada, sabía manejar un barco (aunque la experiencia práctica le faltara), y no era enemigo de las bebidas alcohólicas, todo lo que un pirata debía conocer, ya lo sabía.
“Es verdad, los piratas aman los burdeles, se me había olvidado”
Separo su espalda de la pared y dio unos pasos hacia adelante, para tener una mejor vista del segundo piso. Miro con curiosidad a la mujer de ajustados ropajes, la información que le había proporcionado era más que útil.
El hombre gordo miraba a su alrededor y después hacia arriba con cara de extrema sorpresa, debería ser la primera vez en su vida que le pasaba algo así, su rostro completamente rojo resultaba considerablemente gracioso.
-No te hagas el sorprendido.- le dijo al muchacho obeso.- No estarías aquí si no fuera por eso, sube la escalera de una vez.
Bueno, eso es todo lo que haría para ayudar, como se dice, el tiempo el dinero. Sin volverse para ver como concluía la situación comenzó su camino hacia el segundo piso.
Al llegar al lugar noto dos cosas a simple vista, la primera era él, digámosle guardia que protegía la puerta, un sujeto que se le notaba peligroso solo por su aspecto: varias cicatrices en su rostro, cuerpo fornido. La clase de personas que uno utilizaría para intimidar a cualquiera que se atreviera a sobrepasarse en un lugar como ese.
La segunda cosa era que el interior se encontraba casi desierto, excepto una o dos personas que parecían haberse sobrepasado de bebidas y se encontraban dormidas el resto del lugar estaba vacío, nada de las mujeres que uno esperaría ver.
“Y claro, parece que el tal Baldwin se llevo a las empleadas con él”
“No sé si debería sentir admiración o no”
Striker entendía que cuando dos personas del bajo mundo se cruzaban debían mirarse amenazadoramente, y medir las intenciones del enemigo, que es lo que intento hacer en ese momento.
El hombre de las cicatrices no se inmuto.
Striker lo intento nuevamente, utilizando su mirada mas amenazadora.
El hombre de las cicatrices no se inmuto.
Striker ingreso al burdel.
La poca luz, el color rojo, pequeños sillones por aquí y por allá, ese lugar en su momento de actividad debería ser bastante interesante de ver, por desgracia ese no era uno de esos momentos. Baldwin debería haber traído bastante dinero consigo para poder reservar todo el lugar así.
Por unos momentos creyó que sería difícil encontrarlo, pero estaba equivocado.
“Si solo sigo el ruido, fácil”
“¿Estará bien interrumpir el momento intimo de ese hombre?”
“Tenemos una misión que cumplir”
Striker abrió la puerta, sin saber que se encontraría del otro lado.
Nota: Si, se que no es un gran post, paso tanto tiempo que hasta se me olvido como estaba escribiendo en este tema xD
Nota2: El guardia esta dormido, asi que cuando quieras despertarlo y mandarmelo a pelear o algo, como quieras.
Nota3: Yo supuse que no hay mas guardias, pero tranquilamente podrian estar descansando en algun lugar por ahi cerca.
Nota4: Si ves algun problemas avisame y edito.
“Es verdad, los piratas aman los burdeles, se me había olvidado”
Separo su espalda de la pared y dio unos pasos hacia adelante, para tener una mejor vista del segundo piso. Miro con curiosidad a la mujer de ajustados ropajes, la información que le había proporcionado era más que útil.
El hombre gordo miraba a su alrededor y después hacia arriba con cara de extrema sorpresa, debería ser la primera vez en su vida que le pasaba algo así, su rostro completamente rojo resultaba considerablemente gracioso.
-No te hagas el sorprendido.- le dijo al muchacho obeso.- No estarías aquí si no fuera por eso, sube la escalera de una vez.
Bueno, eso es todo lo que haría para ayudar, como se dice, el tiempo el dinero. Sin volverse para ver como concluía la situación comenzó su camino hacia el segundo piso.
……………..
Al llegar al lugar noto dos cosas a simple vista, la primera era él, digámosle guardia que protegía la puerta, un sujeto que se le notaba peligroso solo por su aspecto: varias cicatrices en su rostro, cuerpo fornido. La clase de personas que uno utilizaría para intimidar a cualquiera que se atreviera a sobrepasarse en un lugar como ese.
La segunda cosa era que el interior se encontraba casi desierto, excepto una o dos personas que parecían haberse sobrepasado de bebidas y se encontraban dormidas el resto del lugar estaba vacío, nada de las mujeres que uno esperaría ver.
“Y claro, parece que el tal Baldwin se llevo a las empleadas con él”
“No sé si debería sentir admiración o no”
Striker entendía que cuando dos personas del bajo mundo se cruzaban debían mirarse amenazadoramente, y medir las intenciones del enemigo, que es lo que intento hacer en ese momento.
El hombre de las cicatrices no se inmuto.
Striker lo intento nuevamente, utilizando su mirada mas amenazadora.
El hombre de las cicatrices no se inmuto.
Striker ingreso al burdel.
…………….
La poca luz, el color rojo, pequeños sillones por aquí y por allá, ese lugar en su momento de actividad debería ser bastante interesante de ver, por desgracia ese no era uno de esos momentos. Baldwin debería haber traído bastante dinero consigo para poder reservar todo el lugar así.
Por unos momentos creyó que sería difícil encontrarlo, pero estaba equivocado.
“Si solo sigo el ruido, fácil”
“¿Estará bien interrumpir el momento intimo de ese hombre?”
“Tenemos una misión que cumplir”
Striker abrió la puerta, sin saber que se encontraría del otro lado.
Nota: Si, se que no es un gran post, paso tanto tiempo que hasta se me olvido como estaba escribiendo en este tema xD
Nota2: El guardia esta dormido, asi que cuando quieras despertarlo y mandarmelo a pelear o algo, como quieras.
Nota3: Yo supuse que no hay mas guardias, pero tranquilamente podrian estar descansando en algun lugar por ahi cerca.
Nota4: Si ves algun problemas avisame y edito.
Andiel
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 46
Nivel de PJ : : 0
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
-Ven conmigo amiguito- Hont estiraba la correa del grifo bicéfalo, le hacía caminar fuera de la caseta- ¿Es que no me entiendes? Tienes que venir conmigo, ya no tenemos que esperar a Anfa. Ella…- a punto estuvo de soltar una lagrimilla, no se podía quitar la imagen de la cabeza- nos ha dejado. ¿Vale? Nos iremos tú y yo solos, lejos de aquí; muy lejos. Los cazadores malos no volverán a encontrarte- cuando por fin lo pudo sacar fuera, dio un salto para montarse encima de su lomo y le acarició las cabecitas- Te lo prometo, os lo prometo a los dos-.
Otro hombre entró junto con el gordo que tanto asco le daba. Jus, al verle, se encogió de brazos y le dedicó una pícara sonrisa. Nada más que eso. Su interés principal residía en el hombre obeso, aquel que tenía un aspecto tan repugnante que le hacía perfecto para usarlo como arma de venganza contra Nerla La Fea. Ella maltrataba, física y psicológicamente, a Jus por pura envidia: le ponía en ridículo, la humillaba delante de sus otras hermanas e incluso le hacía limpiar los platos como si fuera parte del servicio de criadas; la gota que colmó el vaso fue que, aquella mañana, le apretase el corsé con tanta fuerza que apenas le dejaba espacio para respirar.
La gente se equivocaba, la venganza era un plato que se servía en caliente y no había nadie, en toda Aerandir, más caliente que su nuevo cliente. Jus se dejó caer encima de su pecho y le rodeó el cuello con los dos brazos como si estuviera al borde de un acantilado y él fuera su único sustento. Con una falsa voz, un susurro mal hecho, le dijo cerca de la oreja:
-Estoy muy aburrida; mis hermanas me han dejado apartada y no me dejan jugar – la última palabra la dijo rozando con los labios la oreja del gordo- ¿Tú no me dejarías sola, verdad que no?- poco a poco, sus manos descendían por el cuello del hombre- Quiero oírlo de tu boca: dime que jugarás conmigo-.
-Jugaré a lo que tú quieras- contestó embobado.
Jus Marsh mostró una risa más taimada que dulce que, por desgracia, su cliente no vio. El gordo picó el anzuelo y el sedal.
Le cogió de la mano y le fue guiando por las habitaciones de los pasillos. Su plan de venganza estaba yendo a la perfección. Ahora, en la última y mejor parte, no estaba permitido meter la pata. Cualquier fallo, un mísero error, podría pagarlo con serias consecuencias que se traducían a golpes en la paste por parte de la fusta de Nerla La Fea. Los pasos que Jus daba por el pasillo eran los que, en la alta sociedad, se conocía como pasos de bailarina; no emitían ningún ruido, parecían flotar a unos centímetros del suelo. Jus, más vulgar, le gustaba llamar a esos pasos como pasos de prostituta .
Llegó a la habitación de Nerla, abrió la puerta y dejó que el gordo pasase primero. Jus se quedó en el umbral.
-Espérame un segundo, voy a ponerme cómoda- agitó la mano fingiendo que se estaba abanicándose- puedes divertirte solo en lo que llego-.
Cerró la puerta y rodó la llave. Los ruidos del colchón de Nerla sonaron al poco tiempo, el gordo ya había empezado con su solitaria diversión. Jus le mintió, no estaba dispuesta a volver con él.
De vuelta en los pasillos, Jus se volvió a cruzar con el esbelto hombre que entró junto con el gordo. Le vio con otros ojos, le asustó. No supo cómo explicarle realmente; lo que más se le aproximaba sería como ver a un cuervo negro volar por encima de su cabeza horas antes de una tormenta. Una señal de mal agüero, como decían los piratas. Algo malo iba a pasar, algo relacionado con ese chico y eso le gustaba. Seguía asustada, pero dentro del miedo había una cálida sensación que le resultaba agradable.
-Si buscas a mis hermanas no las encontrarás aquí, están en la habitación del piso de arriba- buen lugar para mandar a la tormenta- Tienen la puerta cerrada con llave, están con un cliente muy importante. ¡Qué casualidad! Pero si aquí tengo una llave maestra, se la robé a Nerla cuando no miraba– balanceó la llave como si fuera un péndulo - te la daré, a cambio que me hagas un favor: sube arriba, interrumpe lo que sea que estén haciendo mis hermanos con Baldwin, y, de todas las que están arriba, pártele la cara a la chica más fea que veas. – “Sé mi tormenta” pensó con malicia – Hazlo por mí- se terminó de quitar el corsé dejando a la luz una piel blanca plagada de cicatrices grises- Eres un buen chico-.
* Eretria Noorgard: Como ya dije por mp: después de tantas ausencias, vamos a continuar el tema sin ti. Me temo que no podrás tener la recompensa del grifo. Otra vez será.
* Andiel: Estás dentro del burdel y cuentas con la ayuda de Jus Marsh. Has visto, con tus propios ojos, lo cruel que puede llegar a ser la joven prostituta; ha usado a un inocente hombre solo para vengarse de su hermana mayor. Ahora, quiere usarte a ti también para su venganza. Te da la llave maestra que abre la puerta de la habitación superior, donde esta Baldwin, la persona que has estado buscando. Ves a la habitación superior y encuentra a Baldwin. Tuya es la opción si cumplir tu parte del trato y golpear a Nerla La Fea.
_____________________
Otro hombre entró junto con el gordo que tanto asco le daba. Jus, al verle, se encogió de brazos y le dedicó una pícara sonrisa. Nada más que eso. Su interés principal residía en el hombre obeso, aquel que tenía un aspecto tan repugnante que le hacía perfecto para usarlo como arma de venganza contra Nerla La Fea. Ella maltrataba, física y psicológicamente, a Jus por pura envidia: le ponía en ridículo, la humillaba delante de sus otras hermanas e incluso le hacía limpiar los platos como si fuera parte del servicio de criadas; la gota que colmó el vaso fue que, aquella mañana, le apretase el corsé con tanta fuerza que apenas le dejaba espacio para respirar.
La gente se equivocaba, la venganza era un plato que se servía en caliente y no había nadie, en toda Aerandir, más caliente que su nuevo cliente. Jus se dejó caer encima de su pecho y le rodeó el cuello con los dos brazos como si estuviera al borde de un acantilado y él fuera su único sustento. Con una falsa voz, un susurro mal hecho, le dijo cerca de la oreja:
-Estoy muy aburrida; mis hermanas me han dejado apartada y no me dejan jugar – la última palabra la dijo rozando con los labios la oreja del gordo- ¿Tú no me dejarías sola, verdad que no?- poco a poco, sus manos descendían por el cuello del hombre- Quiero oírlo de tu boca: dime que jugarás conmigo-.
-Jugaré a lo que tú quieras- contestó embobado.
Jus Marsh mostró una risa más taimada que dulce que, por desgracia, su cliente no vio. El gordo picó el anzuelo y el sedal.
Le cogió de la mano y le fue guiando por las habitaciones de los pasillos. Su plan de venganza estaba yendo a la perfección. Ahora, en la última y mejor parte, no estaba permitido meter la pata. Cualquier fallo, un mísero error, podría pagarlo con serias consecuencias que se traducían a golpes en la paste por parte de la fusta de Nerla La Fea. Los pasos que Jus daba por el pasillo eran los que, en la alta sociedad, se conocía como pasos de bailarina; no emitían ningún ruido, parecían flotar a unos centímetros del suelo. Jus, más vulgar, le gustaba llamar a esos pasos como pasos de prostituta .
Llegó a la habitación de Nerla, abrió la puerta y dejó que el gordo pasase primero. Jus se quedó en el umbral.
-Espérame un segundo, voy a ponerme cómoda- agitó la mano fingiendo que se estaba abanicándose- puedes divertirte solo en lo que llego-.
Cerró la puerta y rodó la llave. Los ruidos del colchón de Nerla sonaron al poco tiempo, el gordo ya había empezado con su solitaria diversión. Jus le mintió, no estaba dispuesta a volver con él.
De vuelta en los pasillos, Jus se volvió a cruzar con el esbelto hombre que entró junto con el gordo. Le vio con otros ojos, le asustó. No supo cómo explicarle realmente; lo que más se le aproximaba sería como ver a un cuervo negro volar por encima de su cabeza horas antes de una tormenta. Una señal de mal agüero, como decían los piratas. Algo malo iba a pasar, algo relacionado con ese chico y eso le gustaba. Seguía asustada, pero dentro del miedo había una cálida sensación que le resultaba agradable.
-Si buscas a mis hermanas no las encontrarás aquí, están en la habitación del piso de arriba- buen lugar para mandar a la tormenta- Tienen la puerta cerrada con llave, están con un cliente muy importante. ¡Qué casualidad! Pero si aquí tengo una llave maestra, se la robé a Nerla cuando no miraba– balanceó la llave como si fuera un péndulo - te la daré, a cambio que me hagas un favor: sube arriba, interrumpe lo que sea que estén haciendo mis hermanos con Baldwin, y, de todas las que están arriba, pártele la cara a la chica más fea que veas. – “Sé mi tormenta” pensó con malicia – Hazlo por mí- se terminó de quitar el corsé dejando a la luz una piel blanca plagada de cicatrices grises- Eres un buen chico-.
_____________________
* Eretria Noorgard: Como ya dije por mp: después de tantas ausencias, vamos a continuar el tema sin ti. Me temo que no podrás tener la recompensa del grifo. Otra vez será.
* Andiel: Estás dentro del burdel y cuentas con la ayuda de Jus Marsh. Has visto, con tus propios ojos, lo cruel que puede llegar a ser la joven prostituta; ha usado a un inocente hombre solo para vengarse de su hermana mayor. Ahora, quiere usarte a ti también para su venganza. Te da la llave maestra que abre la puerta de la habitación superior, donde esta Baldwin, la persona que has estado buscando. Ves a la habitación superior y encuentra a Baldwin. Tuya es la opción si cumplir tu parte del trato y golpear a Nerla La Fea.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
El plan había funcionado, en su mayoría, había entrado al lugar exitosamente sin encontrarse con ningún problema importante. Lo único, no podía encontrar la habitación donde estaba el objetivo. Hasta que la mujer que había visto anteriormente apareció para ofrecerle su ayuda.
-Claro.- afirmo, golpear gente era parte del trabajo de un pirata, golpear, robar, todo ese tipo de cosas.- No debería resultar muy complicado.
No estaba seguro porque deseaba que la golpeara, pero era claro que necesitaba la llave si no quería tener que echar la puerta abajo. Quizás podría, pero el riesgo no era necesario.
Tomo la llave concentrándose para evitar la provocación de la mujer al mostrarle su piel, quizás si no tuviera una misión que cumplir…
-Eres interesante.- dijo finalmente.- Si algún día sientes la necesidad de convertirte en un pirata, me buscas.
No había podido evitar ver esas cicatrices, efecto del trabajo quizás, o de otra cosa. Pero claramente no era su situación para solucionar, era un pirata, no una especie de caballero.
Claro que si fuera parte de su tripulación seria una situación completamente distinta.
Se giro para avanzar hacia el lugar donde se encontraba Baldwin. Subiendo las escaleras y evitando hacer ruido, ahora que tenía una llave resultaría más entretenido si se movía con cuidado.
Al llegar a la habitación abrió la puerta con cuidada delicadeza, desde lo poco que abrió busco con la mirada a la mujer más fea para así darle un buen golpe y cumplir su parte del trato. Que mejor que entrar con un impacto, dando un golpe a unas de las mujeres.
Cuando la encontró, se movió lo más rápido posible para meterle un golpe con el puño en la nariz, si se la rompía, mejor.
Nota: Evite describir que sucedía en la habitación, porque imagine querías narrarlo vos (ademas que seguro te sale mejor que a mi)
Nota2: Cualquier cosa me avisas, no se me ocurrio mucho que hacer.
-Claro.- afirmo, golpear gente era parte del trabajo de un pirata, golpear, robar, todo ese tipo de cosas.- No debería resultar muy complicado.
No estaba seguro porque deseaba que la golpeara, pero era claro que necesitaba la llave si no quería tener que echar la puerta abajo. Quizás podría, pero el riesgo no era necesario.
Tomo la llave concentrándose para evitar la provocación de la mujer al mostrarle su piel, quizás si no tuviera una misión que cumplir…
-Eres interesante.- dijo finalmente.- Si algún día sientes la necesidad de convertirte en un pirata, me buscas.
No había podido evitar ver esas cicatrices, efecto del trabajo quizás, o de otra cosa. Pero claramente no era su situación para solucionar, era un pirata, no una especie de caballero.
Claro que si fuera parte de su tripulación seria una situación completamente distinta.
Se giro para avanzar hacia el lugar donde se encontraba Baldwin. Subiendo las escaleras y evitando hacer ruido, ahora que tenía una llave resultaría más entretenido si se movía con cuidado.
Al llegar a la habitación abrió la puerta con cuidada delicadeza, desde lo poco que abrió busco con la mirada a la mujer más fea para así darle un buen golpe y cumplir su parte del trato. Que mejor que entrar con un impacto, dando un golpe a unas de las mujeres.
Cuando la encontró, se movió lo más rápido posible para meterle un golpe con el puño en la nariz, si se la rompía, mejor.
Nota: Evite describir que sucedía en la habitación, porque imagine querías narrarlo vos (ademas que seguro te sale mejor que a mi)
Nota2: Cualquier cosa me avisas, no se me ocurrio mucho que hacer.
Andiel
Aprendiz
Aprendiz
Cantidad de envíos : : 46
Nivel de PJ : : 0
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
Lejos, pero cerca, decidió seguir al pirata para asegurarse que cumpliese su parte del trato. No quería ser descubierta, si sus hermanas la viesen sería un desastre; lo que sí quería, deseaba, era ver, con sus propios ojos, a Nerlan La Fea ser golpeada por el pirata. Dicho y hecho, desde el marco de la puerta, sin asomar su pequeña cabecita por el umbral, Jus lo vio todo. Se tapó la boca con las dos manos para no soltar una larga risotada, aquello fue lo que más le costó.
Después del bendito puñetazo, tan rápida como pudo, fue a esconderse detrás de las cortinas. Sus hermanas, todas excepto Nerlan, salieron corrieron de la habitación, por suerte ninguna le vio. Estaban aterradas por la intrusión del pirata. Jus no podía sentirse más feliz. No solo se había vengado de Nerlan, sino que también había conseguido asustar a sus otras hermanas. Realmente, de quien tenían miedo era del pirata, pero de no ser por Jus, el malandrín jamás habría encontrado la habitación. Ella, indirectamente, era la causante del caos que se había formado en el burdel. ¡Y todavía quedaba lo mejor! Cuando se haga de noche, y Nerlan quisiera descansar de su fatídico día, descubriría una gran sorpresa. Esta vez, de nada sirvió que tuviera la boca tapada, las risas sonaron por todo el burdel.
Salió de su escondite detrás de la cortina y, de nuevo, se acercó a ver qué sucedía en el interior de la habitación real. El noble estaba encogido debajo de las sabanas, Nerlan La Fea, con la nariz recubierta de sangre, estaba arrodillada a los pies del pirata llorando como un bebe a quien le han quitado su caramelito y el pirata, firme como un poste, quedaba en medio de la habitación como si fuera el actor protagonista de una obra de teatro, aquel a quien se dirigían todas las miradas.
Jus Marsh fue hacia el pirata y le pasó con cariño el brazo por encima del hombro sin apartar los ojos de Nerlan. Con la mirada, le decía: ”Todo esto lo he hecho yo, te he vencido”.
-Ahí tienes tu parte del trato,- señaló al noble cobarde - llévatelo donde te plazca. Yo me quedaré con ella- lo último lo dijo dándole un patada en la cabeza de Nerlan.
* Andiel: Buena decisión. ¿Te gustaría saber qué hubiera pasado si no hubieras pegado a Nerlan? Fácil, habrías ganado un rival más para la misión: Jus Marsh. Eres un hombre de palabra y con ese te has ganado el favor de la chica. Viene la última parte del tema, lleva al noble de vuelta a su mansión. En este parte, investigaremos por qué se decía que había desaparecido y descubrirás su secreto (el cual ya conoces).
Como último consejo, no tengas miedo en describir todo lo que te plazca. En los temas me gusta ser la guía quien lleve a los personajes (a vosotros los usuarios) a vuestra aventura. La historia, las descripciones y todo lo que rodea al tema es vuestro. Mejor dicho, tuyo. Por mí no te preocupes, disfrutaré viendo que escribes lo que más te gusta.
Después del bendito puñetazo, tan rápida como pudo, fue a esconderse detrás de las cortinas. Sus hermanas, todas excepto Nerlan, salieron corrieron de la habitación, por suerte ninguna le vio. Estaban aterradas por la intrusión del pirata. Jus no podía sentirse más feliz. No solo se había vengado de Nerlan, sino que también había conseguido asustar a sus otras hermanas. Realmente, de quien tenían miedo era del pirata, pero de no ser por Jus, el malandrín jamás habría encontrado la habitación. Ella, indirectamente, era la causante del caos que se había formado en el burdel. ¡Y todavía quedaba lo mejor! Cuando se haga de noche, y Nerlan quisiera descansar de su fatídico día, descubriría una gran sorpresa. Esta vez, de nada sirvió que tuviera la boca tapada, las risas sonaron por todo el burdel.
Salió de su escondite detrás de la cortina y, de nuevo, se acercó a ver qué sucedía en el interior de la habitación real. El noble estaba encogido debajo de las sabanas, Nerlan La Fea, con la nariz recubierta de sangre, estaba arrodillada a los pies del pirata llorando como un bebe a quien le han quitado su caramelito y el pirata, firme como un poste, quedaba en medio de la habitación como si fuera el actor protagonista de una obra de teatro, aquel a quien se dirigían todas las miradas.
Jus Marsh fue hacia el pirata y le pasó con cariño el brazo por encima del hombro sin apartar los ojos de Nerlan. Con la mirada, le decía: ”Todo esto lo he hecho yo, te he vencido”.
-Ahí tienes tu parte del trato,- señaló al noble cobarde - llévatelo donde te plazca. Yo me quedaré con ella- lo último lo dijo dándole un patada en la cabeza de Nerlan.
_____________________
* Andiel: Buena decisión. ¿Te gustaría saber qué hubiera pasado si no hubieras pegado a Nerlan? Fácil, habrías ganado un rival más para la misión: Jus Marsh. Eres un hombre de palabra y con ese te has ganado el favor de la chica. Viene la última parte del tema, lleva al noble de vuelta a su mansión. En este parte, investigaremos por qué se decía que había desaparecido y descubrirás su secreto (el cual ya conoces).
Como último consejo, no tengas miedo en describir todo lo que te plazca. En los temas me gusta ser la guía quien lleve a los personajes (a vosotros los usuarios) a vuestra aventura. La historia, las descripciones y todo lo que rodea al tema es vuestro. Mejor dicho, tuyo. Por mí no te preocupes, disfrutaré viendo que escribes lo que más te gusta.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
¿Tema Abandonado o Pausado?
Este tema lleva mucho tiempo abierto y sin respuesta. ¿Qué hacemos con él?
Entiendo que todos tenemos una vida complicada, yo la primera. Aun así, es molesto ver temas durante tanto tiempo parados.
Haremos lo siguiente: doy tres días para que me digáis qué hacer con el tema. ¿Pausarlo porque estáis en un situación difícil o abandonarlo? Si en esos tres días no recibo respuesta, me temo que deberé cerrar el tema y proceder con la sanción debida.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Guerras y evidencias +18 [Mastereado] [Eretria Noorgard][Andiel]
Tema abandonado
No me gusta cerrar temas por abandono, es lo peor de mi trabajo. Pero, debo ser fiel a las normas.
Tema cerrado por abandono.
Se ha sancionado al usuario con una perdida de 5 puntos de experiencia.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Descifrando lo indescifrable [Trabajo] [Alzzul+Eretria+Amaranth]
» Los arboles caen en silencio [+18] [Privado] [Eretria Noorgard]
» Hermana, ¿eres tu? [Eretria Noorgard] Flashback - Privado 1/3
» Las guerras Illidenses
» El camino equivocado [Interpretativo] [Privado Alice-Andiel]
» Los arboles caen en silencio [+18] [Privado] [Eretria Noorgard]
» Hermana, ¿eres tu? [Eretria Noorgard] Flashback - Privado 1/3
» Las guerras Illidenses
» El camino equivocado [Interpretativo] [Privado Alice-Andiel]
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 21:35 por Cohen
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Hoy a las 21:14 por Ingela
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Hoy a las 20:55 por Aylizz Wendell
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Hoy a las 20:16 por Seraphine Valaryon
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Hoy a las 16:30 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 16:18 por Mina Harker
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas