Escamas en la nieve [Privado - Bio]

Aclaración:

Con un claro vacío en su memoria, lo siguiente que vieron sus ojos fueron las tablas de una modesta y sucia cabaña de madera.
Parecía completamente opaca, sin una triste ventana, como si fuese un cobertizo para guardar los aperos de labranza.
A su lado se encontraba un figura muy alta, claramente humanoide pero envuelta en un amplio hábito parduzco que ocultaba sus facciones. Sus manos sostenían un raído mapa de tela a través del cual se podían ver líneas trazadas con carboncillo.
Por fin en pie. Vais a tener que responder a mucho, chupasangre, empezando por vuestra relación con esto.
La figura levantó de dentro de un saco de arpillera la cabeza cercenada de un hombre-cabra.
Barbacero, aún intentando volver en sí completamente, no reconocía los rasgos de quien hubiese sido el fiambre, aunque se daba un aire a aquel del martillo con el que había visto pelear a Bio.
Yo... Definitivamente sí que tenemos que hablar...

Nicolás se incorporó desde el suelo, notando en sus palmas el frío suelo.
¿Dónde estaba? Definitivamente no podían ser los bosques del este, allí el clima era más amigable.
Su interlocutor soltó la cabeza de nuevo dentro del saco y dio unos pasos hacia él, revelando la luz del candil sus facciones.
Su cara era de rasgos proporcionados y bien definidos, generalmente atractivo salvo por una gran cicatriz que atravesaba sus mejillas y recorría su nariz en horizontal haciendo una línea recta.
Pero fue por los ojos por los que lo reconoció el vampiro.

Oh, así que sois vos. Lamentad mi falta de cortesía, pero han ocurrido muchísimas cosas en poco tiempo, ¿os importaría recordarme vuestro nombre? Me sentiría terriblemente mal si no os pudiese dar las gracias de forma apropiada por lograr que despierte todo lo a salvo que se puede.
Ghaerygos Valnor, y yo sí que os recuerdo perfectamente. Aún no hemos olvidado lo que le hicisteis a nuestra familia, Barbacero.
El dragón le había vendado la herida como buenamente pudo, aunque dejaba bastante que desear a nivel profesional.
Mil gracias, no sé qué habría sido de mí sin vuestra ayuda, fuese como fuese, pero me imagino que no querréis hablar de eso precisamente. ¿Cuál es el tema a tratar pues?

Dejaos de estupideces, ¿de qué conocéis a estos hombres?, contestó tajantemente mientras le enseñaba una chapa de metal incrustada en un jirón de cuero. El oscuro metal tenía la forma de un cuerno de cabra.
¿Me permitís examinarlo más de cerca, por favor?
El dragón le extendió la insignia, aún sosteniéndola en su mano.
El viejo guerrero examinó el objeto una vez más. Desde luego no se podía negar el curioso parecido con el animal.
Asumo que se la habéis quitado de encima al difunto de allá.
Honestamente, no sé quiénes pueden ser, simplemente aparecieron en mi busca mientras huía de un ritual de caza salvaje.
Parecían conocerme de algo, y desde luego ahora que lo pienso comentaron algo acerca de "amigos en el norte en una cueva", aunque no sé qué ideas pueden tener esos dementes. ¿Acaso ha sucedido algo?
Ghaerygos se disponía a contestar cuando en ese preciso instante sonaron dos veces en el exterior de la cabaña, seguidas de un par de golpes en la puerta.