II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
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II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
No corren los mejores tiempos en Beltrexus. Lunargenta ha sido tomada por los vampiros y el rey ha tenido que exiliarse en la ciudad de los brujos, lugar al que la peste aún no ha llegado. Desde su exilio en el Hekshold, la famosa academia de brujería, como cada año, el rey Siegfried pretende condecorar a aquellos valerosos héroes que más han aportado a Aerandir a lo largo del último curso. Y por ello, ha ordenado preparar un salón de los brujos.
El profesor Rutherford, un amante jugador de cartas, lo tiene todo listo. Como decano del Colegio, él será el encargado de entregar los premios entre aquellos , nominados, invitados y visitantes se encontraban allí hacendados. Esperando ver si, una vez más, el jurado popular, formado por quién sabe quién (pues nadie lo sabía). Iban a entregarse unos premios, y todos los nominados habían recibido una invitación sellada por el rey.
“Estimado Héroe:
Has sido invitado a la gala de los II Oscar de Aerandir, evento que tendrá lugar en el Hekshold de Beltrexus en la luna llena de Septiembre, entrada al otoño.
Se requiere un traje/vestido elegante”.
Había mesas para cuatro comensales, y cada nominado podía llevar un invitado. Entre ellos y todos los comensales invitados del colegio de brujos, así como seguridad real y protección.
Entre tanta crisis mundial, era momento de arrancar una sonrisa.
Instrucciones:
- TODOS los usuarios de Aerandir. Tanto nominados como no nominados, pueden votar y participar en el evento. Desde la administración agradeceríamos que todos participaseis, pues cuanto mayor sea el número de participantes más significativos serán los premios. Si sólo vota una persona persona al final será ésta la que reparta los premios.
- La participación en este hilo es opcional. Si posteáis vuestra entrada en el banquete, seréis recompensados con 5 puntos de experiencia. Y un regalo mejor a aquellos que elaboréis una pequeña trama entre vosotros. Tendréis que poner vuestro traje/vestido y el más original ganará adicionalmente 200 aeros. (Sí, copio las ideas de master sigel).
- Para ganar el premio, también será imprescindible presentarse al evento y votar. Si no se considerará incomparecencia. En el caso de que haya una pareja que opte al premio, con que haya un único representante ambos lo ganarán.
El voto es secreto y no lo sabe nadie (ni mis compañeros máster, siquiera). Para votar debéis mandarme un MP con las listas de favoritos a cada premio. El código lo podéis copiar de la parte inferior de este mismo post. No tenéis por qué votar en todas las categorías, pero en aquellas en las que lo hagáis sí que deberéis entregar todos los puntos (aunque no conozcáis al personaje, de esta manera no se desvirtúa tanto la clasificación). Os invito a que votéis en cuantas más mejor sin miedo, pues nadie juzgará vuestro voto.
Ejemplo:
Mejor Elfo.
6 ptos -> Windorind
5 ptos -> Ashryn
4 ptos -> Niniel
3 ptos -> Iredia
2 ptos -> Iliaki
1 pto -> Helyare
Queda terminantemente prohibido votarse a uno mismo. La entrega de puntos en las categorías irá siempre de favorito a menos favorito, entregando el máximo de puntuación al que consideres candidato para ganar y 1 al que creas menos merecedor.
Otro ejemplo: Sarez (que es Gerrit, por si no lo sabéis) vota para la categoría de mejor villano, dejará la puntuación que corresponde a él en blanco. Pudiendo votar por ejemplo
5 ptos - Destino
4 ptos - Karkaran
3 ptos - Lexie
2 ptos - Zatch
1 pto - Nadie (o espacio en blanco, lo que sea).
Además sólo se permite votar una vez por usuario, así que independientemente de si tenéis una, dos o tres cuentas, o si sois dioses master vestidos de mortales (Sí, están entre vosotros. Disfrazados. Podría ser esa mujer que te mira en la otra mesa), sólo podéis votar una vez.
El plazo de votaciones terminará el sábado 16 de septiembre a las 23:59 (hora de España).
Sobre las nominaciones:
El equipo master ha elegido los nominados para categoría cuidadosamente atendiendo temas como personalidad del personaje, actividad reciente y participación en temas master, principalmente. Nos gustaría poder haber elegido a muchos más pero existían un número de plazas determinadas (6 para las razas más pobladas, 5 para las que tienen algo menos, y 3 para aquellas en las que no hay cantidad suficiente para obtener 5 usuarios.
Recompensas:
- Habrá tres medallas: Oro, plata y bronce. Dado que se trata de un evento por así decirlo off-rol, los ganadores no obtendréis ningún premio on-rol más allá del orgullo que supone ser reconocido. Si bien elaboraremos un palmarés o medallero histórico y formaréis parte de la historia de Aerandir para los próximos usuarios que vengan.
- Los que no ganéis, sabed que la simple nominación ya es significativo de que destacáis y de que se valora vuestra participación en el foro. Simplemente animaos a seguir mejorando y puede que el próximo año seáis vosotros los que os alcéis con una medalla.
- Aquellos que roleéis en este evento, obtendréis adicionalmente 5 puntos de experiencia. No así a los que sólo envíen sus votos por MP.
Y dicho esto: Las nominaciones para este año son (copiar código para votar abajo):
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Alanna. La reciente campeona de la categoría. Sigue activa y tenía que renovar. ¿Será algún héroe capaz de desbancarla? | Eltrant Tale.Mercenario, guardia, granjero, camarero... Ha tenido todos los trabajos posibles y por tener. Un campeón. | Elen. Un año protegiendo a Aerandir de los jinetes oscuros. Una heroína al servicio de Aerandir. | [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Vincent. Un héroe que protege Aerandir con sus armas de fuego sin caer en el vicio ni la desidia. Guerrero de moral impenetrable. | Bio. Al vampiro se le pueden echar cosas en cara, pero nunca que no ayuda siempre al necesitado. Desde luego, no hace honor a su raza. |
A esos héroes anónimos que, casi perfectos y con una voluntad de hierro, llevan años protegiendo a Aerandir de cualquier mal. ¿Pero a qué precio?
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Chimar. Recién descendido de la categoría de villanos. Este año se ha portado algo mejor y no es tan perfecto. | Helyare. Líder del Reich élfico anti-brujos. Ella cree ser buena. Está lejos de serlo. Su suerte es que hay demasiada calidad de villanos para meterla allí. | Huracán. La primera de las maestras cazadoras roza es déspota y antipática, y roza en demasiadas ocasiones la fina línea del villano. Aviso para la bruja. | [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Asher. Traicionó a sus compañeros de la guardia, condenándolos a una muerte segura. Pero a veces intenta hacer cosas buenas. | Geralt. Un brujo arcanista más sufridor que triunfador. Nunca fue un héroe, pero el sabe que el mundo no necesita héroes, necesita profesionales. |
Nueva categoría para aquellos héroes de moralidad tibia. Todos ellos son sufridores y tienen los mismos motivos para pertenecer tanto a las fuerzas del bien, como a las del mal.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Gerrit. El vigente campeón de la categoría defiende su trono. Pero este año tiene dura competencia. | Lexie. Destruyó la Unidad de Dioxinas y con ello evitó la curación de toda Aerandir. No tenía razón. Lo hizo por placer. | Zatch. Infinitos robos y pillerías se asocian a este vil ladrón con suerte. Todo un espécimen de primera calidad. | Destino. Asesino. Ladrón de la banda del zodiaco. Merece un puesto en esta categoría sin duda. | Karkaran. El "más novato" de la lista, pero no por ello el menos válido. Un villano que vendería a tu mejor amigo por sacar beneficio. Géminis da buena fe de ello. |
A todos esos viles asesinos y ladrones de Aerandir. Un campeón y cuatro nuevos aspirantes dispuestos a arrebatarle el trono.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Dag. Nuevo y personaje con más nominaciones: Tres ni más ni menos. El vampiro también aspira a mejor segunda cuenta. | Zero. Chimar en formato robot. Una segunda cuenta que perfectamente podría actuar como primera. | Akanke. El centauro de ingela. Un personaje muy especial al que se le coge cariño con facilidad. | Lexie. La segunda cuenta de la sensual Ashryn. Es tan buena que parece haber eclipsado a la principal. | Rachel. La cuñada de Huracán es también la segunda cuenta de ésta. |
Un premio para aquellos que llevan más de cuenta activamente. Por su gran entrega y aumento de la riqueza de personajes del foro.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Eltrant. El mejor saco de boxeo del foro. Esperemos que por una vez consiga algo mejor que golpes. | Fredericksen. El joven arquero espía de los informantes. | Alanna. La gran triunfadora del curso pasado, ¿repetirá este año la guardia de Lunargenta más eficiente?. | Chimar. El humano con más nivel no podía faltar en esta lista. El pequeño chimar lleva años haciendo honores para estar en esta lista. | Yomo Taemasu. El cambiapieles pone buenas intenciones en sus aventuras, aunque no siempre le salen bien. | Runa. La ladrona falleció y al tercer día resucitó. |
Lunargenta vivió tiempos mejores. Tomada por los vampiros, los humanos deben recibir alguna alegría en estos tiempos tan duros.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Ashryn. La mestiza. El año pasado era demasiado joven para aspirar a nada, pero presentó la gala. Este año ya aspira a premios merecidos. | Níniel. La veterana sanadora elfa de Veyond. Historia y leyenda viva de Aerandir. Ha luchado contra casi todo lo malo que se puede luchar. | Iredia. La contra parte de Níniel, nueva pero matona. Al igual que Karkaran, esta elfa se ha ganado en poco tiempo ser reconocida con un puesto aquí. ¿Conseguirá dar la sorpresa? Tiene competencia. | Windorind. Una elfa aventurera con un comportamiento rebelde. | Helyare. La elfa nazi debuta en los óscars con fuerza. ¿Será capaz de ganar el premio? | Iliaki. Otra debutante, pequeña miembro del gremio de ladrones y un poco perdida. Quizás sea la "menos elfa" de todas, pero eso le da un toque de genialidad y personalidad único. |
Sólo hay chicas en esta categoría. ¡Tenéis que poneros las pilas hombres!
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Elen. La bruja continúa su caza contra los jinetes. Cada vez está más cerca de acabar con ellos. | Vincent. El primogénito Calhoun ha estado un año al pie del cañón. Siempre fiel a su hermana y a sus amigos, aspira al trono. | Huracán. Otra veterana, el terror de los vampiros del foro no lo pondrá fácil a los hermanos Calhoun. | Gerrit. El vigente mejor villano de Aerandir opta también al puesto de mejor brujo. ¿Lo conseguirá?. | Cassandra. La segunda de las maestras cazadoras es la única novata en este grupo de gigantes. ¿Conseguirá sobreponerse a todos? Lo tiene difícil. | Magazubi. No juzguéis a la pequeña magazubi por su tamaño, pues es más bribona que lo que esconde detrás de esa inocente cara de niño. |
Desde las playas vírgenes de Beltrexus nos llega esta categoría llena de pesos pesados. La morada de los brujos es el único lugar que se libra de la peste.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Frith. El lobo que contaba bonitas historias en las tabernas. | Woodpecker. Nuestra querida loba loca ha participado más este año que el anterior. Una veterana que vuelve a dar guerra. | Zukura Kito. La dura del grupo. No le des la espalda a esta valiente guerrera. | [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Niura. La lobita lleva poco tiempo, pero dada su ausencia posteada y la calidad de su rol, merece esta posición.. | Ircan. El primer apestado. Comenzó marcando una tendencia que se propagó por más del 50% de usuarios del foro. Joven pero grande a la vez. |
Históricamente, Aerandir nunca ha contado con una gran cantidad de licántropos. En el último año esta tendencia ha ido cambiando y, ahora, es una de las categorías con más y mejores contendientes.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Bio. Si por nivel fuera, este vampiro ganaría todos los premios. | Dag. Este ya tiene el trono de Lunargenta, pero ahora aspira también al de mejor personaje de su categoría. Para haber empezado en junio, no está mal. | Lexie. Su mayor obra fue destruir la única posibilidad de cura para los habitantes de Aerandir. Además de villana, no podía faltar aquí. | [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Paul. Guapo. Seductor, atractivo. Chicas, no le votéis por eso. | Amaranth. De las más veteranas del foro, aunque pasa |
Aerandir también cuenta con una gran selección de los mejores señores de la Noche.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Asher. Este perro también tiene papeletas para llevarse el premio a mejor hombre bestia del foro. | Zatch. El ladrón. | Akanke. La centauro carga fuerte para hacerse un hueco entre personajes míticos.. | Dendrei. Quizás no es el usuario que más postea, pero no por ello hay que descartar su excelente calidad rolera. | Eva. La gata es nueva en el foro, pero irrumpe con bastante fuerza. Se ha ganado estar al menos entre los cinco mejores hombres bestia. Los usuarios dirán donde está su techo. |
Los hombres y mujeres más bestias de Aerandir. ¿Quién será el rey de la selva?
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Alois. Nació de un experimento para generar luz eléctrica. Ahora él se genera por sí mismo sus problemas. Todo un éxito. | Zero. Forjado en la base de los biocibernéticos, una máquina de hacer trabajos. | Rachel. Una inocente niña y una psicópata escondidas en el cuerpo de una mujer de treinta años. |
Pocos se atreven a hacerse un biocibernético de primeras. Los tres candidatos son segundas cuentas, pero no por ello, menos válidas.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen] Athos. Un dragón que viene y va, pero cuando aparece lo hace de manera épica. Único en su especie. | Ingela. Actualmente es la dragona más activa del foro. Miembro de la logia y con muy mala leche. | Alice. La pequeña cuentacuentos de la taberna. No postea mucho, pero la ausencia de dragones le hace entrar en esta categoría |
Aquí hay dragones. Pocos, pero los hay. Una de las dos categorías que cuenta únicamente con tres contendientes. Los dragones parecen en peligro de extinción.
- Código:
[size=24][color=#ffffff]Premios de actuación:[/color][/size]
Mejor héroe:
5 ptos -
4 ptos -
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
Mejor antihéroe
5 ptos -
4 ptos -
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
Mejor villano
5 ptos -
4 ptos -
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
Mejor personaje secundario
5 ptos -
4 ptos -
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
[size=24][color=#ffffff]Premios de raza:[/color]
[/size]
[color=#0066ff]Mejor humano[/color]
6 ptos -
5 ptos -
4 ptos -
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
[color=#ffff99]Mejor elfo[/color]
6 ptos -
5 ptos -
4 ptos -
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
[color=#ff6600]Mejor brujo[/color]
6 ptos -
5 ptos -
4 ptos -
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
[color=#00cc99]Mejor licántropo[/color]
5 ptos -
4 ptos -
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
[color=#ff0000]Mejor vampiro[/color]
5 ptos -
4 ptos -
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
[color=#00ff99]Mejor hombre bestia[/color]
5 ptos -
4 ptos -
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
[color=#003366]Mejor biocibernético[/color]
3 ptos -
2 ptos -
1 pto –
[color=#9933ff]Mejor dragón[/color]
3 ptos -
2 ptos -
1 pto -
Master
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
—Has sido invitado... —Cortaba para hacer otro comentario. ¿Opinaría algo cada tres palabras? ¿O cada número primo de palabras?— Oh, te tutearon. ¿No te molesta cuando la gente te trata de ‘tu’ cuando tu siempre les hablas de ‘usted’. A veces me das un poco de lástima, Athos. —Soltaba una media sonrisa.
—A la gala de los dos Oscar de Aerandir... —Frunció el ceño, acercando el papel a su rostro, como si realmente estuviera leyéndolo. Quizá la hoja estaba vacía y sólo estaba jugando—. ¿Dos? Oh, espera, es... Vale, vale, entiendo. A la gala de los segundo Oscar de Aerandir. —Colocó una mueca inconforme, negando con la cabeza—. Has sido invitado a la gala de los segundos Oscar de Aerandir. —Asintió orgullosa, sintiéndose satisfecha del discurso.
—Evento que tendrá lugar en el Hekshold de Beltrexus en la luna de septiembre...—Inclinó la cabeza, mostrándose confundida—. No entendí. ¿Entonces va a ser en Beltrexus o en la luna?—Inquirió algo molesta, para luego encogerse de hombros y continuar—. Entrada al otoño... Se requiere un traje elegante... —Procedió a lanzar el trozo a un lado, sonriéndome.
—Si vas a ir no vayas con esa ridícula túnica que siempre usas. —Ponía sus manos en la cadera, dirigiendo su mirada a mí.
—Pero si nunca la ha visto, hermana... —Musité confundido, pensando en cómo podría llamar mi atuendo ridículo.
—Siempre lo usas. Y ahora que tienes que asistir probablemente al evento más importante de tu vida no dejaré que vayas como un simple monje. —Ahora se cruzaba de brazos, mirándome fijamente. Y para ser alguien con ceguera, sus ojos en mí eran bastante penetrantes.
—Sólo es un atuendo. Sabe que no le doy importancia a eso. Sólo trato de ser práctico. —Respondía con neutralidad, recogiendo la carta que había caído cerca de la chimenea.
—En ese caso no te importará que elija tu vestuario, ¿verdad? —Y antes de que me diera cuenta, ya estaba una sonrisa pícara en su rostro, dirigiéndose al armario con su bastón como guía.
Cómo podría decirle no a mi hermana—. Mientras sea práctico, no creo que haya problema... Pero. —Me interrumpió súbitamente.
—Nada de peros. Haré de ti el héroe más elegante de Aerandir o dejo de llamarme Zafina Fère. —Golpeó su palma con su puño, con su báculo recargado en su hombro.
Cierto que había perdido su sentido de la visión, pero cuando aún tenía luz en sus orbes era alguien que asistía a los eventos más galantes de Aerandir, por lo que había generado un sentido estético muy refinado, aunque no siempre lo ponía en práctica. Quizá estaba emocionada por la oportunidad. En cualquier caso, ¿qué había hecho yo para ganar tal honor?
—Oh, no sabía que tenías esta corona. —Sacaba el objeto de mi baúl, tocándolo para identificarlo, sintiendo su relieve.
—Fue un regalo de hace tiempo. Tenga cuidado. Es un objeto mágico. Aquel que lo use desaparecerá de la vista ordinaria. —Advertía calmado, acercándome a ella para detenerla en caso de querer usarla.
—Bastante inútil si alguien intentara usarla contra mí. —Y efectivamente, trató de colocársela, frenándola al instante.
—Se volverá invisible, hermana y la corona dejará de ser útil. —La recuperaba, guardándola una vez más.
—Ya es bastante inútil que la dejes aquí, ¿no? —Decía casi a modo de regaño.
—Estoy seguro que algún día me ayudará con algo. —Volví a cerrar el cofre. Era verdad que algunas cosas habían estado ahí por mucho tiempo y probablemente se quedarían ahí para siempre, pero al mismo tiempo sentía que era para mejor.
Los días pasaron y finalmente llegaba el momento para acudir al evento. Acompañado con mi hermana Zafina, ingresábamos en el Hekshold, visualizando una espaciosa área, cubierta de mesas, meroreada por un numeroso público, adornada con los más llamativos detalles. Poseía un estilo un tanto diferente a la última vez que estuve en una actividad social en esta zona, quizá la idea era entretener a más público. En cualquier caso, sí que conservaba ese estilo de Beltrexus, sutilmente pero estaba ahí.
Lo que no era para nada sutil era el vestuario que Zafina había obtenido para mí. Ambos parecíamos... Ni siquiera estaba seguro qué parecíamos. Brillábamos con nuestros vestuarios dorados que se complementaban entre sí.
—Hermana Zafina, ¿está segura que está es la moda? No veo a alguien más vestido como nosotros. —Inquiría escéptico, pues ella había asegurado que estos trajes eran muy comunes en esta zona. Quizá fue mala idea dejar que un ignorante de la estética y una ciega eligieran sus propios trajes.
—Ya te dije que no me dijeras así. Esta noche yo soy... La matadora. —Daba un paso agresivo adelante, exponiendo su figura, echando sus manos atrás, y yo le acompañaba tratando de simular delicadeza, y fracasando en el intento.
¿Y cómo poder pasar desapercibido con trajes dorados? Las únicas piezas que no eran doradas eran la montera negra, la camisa interior blanca que a penas relucía en el pecho, opacada aún más por el corbatín colorado, sin olvidar los zapatos negros y las medias magenta. Y el pantalón era tan ajustado, algo que no parecía molestar a mi hermana.
—Andando, que la fiesta espera. —Estiraba su brazo hacia mí, sujetando mi brazo para que le acompañara. Sin su bastón, se le era más difícil navegar.
No es como si yo pudiera ayudar en demasía, pues me sentía inseguro sobre qué rumbo tomar, pero traté de recorrer los espacios hasta llegar a una mesa vacía, precisamente reservada para los dragones que al parecer fuimos nominados, lo que sea que eso significara.
—¿Algún bocadillo, hermana? —Le ayudaba a sentarse. Mas no obtuve respuesta, notaba que me ignoraba, y sabía muy bien por qué. No me gustaba seguirle sus juegos, usualmente incluían mentir, pero terminaba cayendo. Suspiré—. ¿Algo de comer, matadora?
—La matadora, —hizo énfasis en el artículo—, desea vino y dulces. —Hacía además un extraño acento al hablar—. Olí algo delicioso cuando pasábamos por la cuarta mesa a la izquierda. —Dio una risa juguetona.
—Ya vuelvo, entonces. —Así, con valentía y con mi misión en mente, me embarqué hacia la aventura de hallar lo que sea que hubiese olido Zafina... Por allá.
Muestra de vestuario de Athos y Zafina
- Disclaimer:
- El usuario de Athos y Zafina no tolera el abuso hacia los animales y está activamente en contra de las actividades que promueven la violencia contra los toros. Sin embargo, le parecen los trajes muy cómicos.
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Mi hermano me empujó de detrás de los arbustos, haciéndome dar pasitos hacia delante para no caerme, saliendo de donde nos habíamos escondido antes de entrar en el camino que llevaba a la entrada del castillo donde se celebraba la gala. Vestida con unos ropajes realmente elegantes, a la vez que con matices salváticos verdes, se trataba de una falda de varias telas finas de colores rurales hechas de seda con algunas partes decoradas con hojas de bosque, flores de colores moradas y fibras verdes que tejían una red que complementaba a la perfección las hojas. La parte del torso, que me hacía un escotazo, se separaba llegando a los hombros, dibujando dos tirantes que se sujetaban de los hombros. Por la parte de los brazos había dos telas independientes del vestido ligadas a altura de bíceps y que llegaban hasta pasadas las muñecas, medio escondiendo mis diminutas manos entre sus holgadas y finas mangas de tela. Sentía cómo mi barriga estaba extremadamente comprimida, a lo asquerosa burguesa, haciendo que mi cuerpo pareciera el de una muñeca. Casi no podía ni respirar. Por lo que hace mi pelo, creo que era lo más impresionante de mí. Siempre despeinada cómo iba, ésta vez mi madre me se había dedicado tres largas horas a acicalarme y prepararme cuando le llegó una carta sobre mi nominación. Tiempo le faltó para mandarme a Erik a buscar, y cuando me encontró, medio muerta de hambre vagando por los bosques, me trajo de inmediato.
Con una coleta medio recogida, y el resto del pelo cayéndome por los hombros en cascada, tenía un efecto mojado permanente gracias al bálsamo milenario de traquidurea, una planta de bosque cuya raíz, molida, mezclada con agua y dejada reposar durante un par de horas, provocaba ese efecto en el pelo. Aún que a mi se me hacía visualmente asqueroso, estar constantemente con el pelo "mojado", parecía gustar a las miradas de los que se dirigían al castillo en caballos o carruajes, pasando por nuestro lado. Sujetándome la cola del cabello, llevaba un fino hilo vegetal, y dos flore , una de color naranja y otra de color amarillo, puestas en cruz para ayudar a sujetarme el pelo recogido. Mi madre me dijo que nunca me había visto tan hermosa. Mi opinión, pero, era distinta.
Parezco un maldito florero... susurré a mi hermano mayor. Eh, ¿en qué quedamos? ¡Nada de palabrotas, que eres una persona muy importante! ¡Al fin harás algo bueno en la vida! Traté de golpear a mi hermano, pero éste me esquivó con facilidad. El vestido entorpecía en grandísima parte mis movimientos. ¡Arg! ¡A la mierda! ¡Qué haces, Niu! ¡No, detente! ¡YAAAH!
Al llegar a la entrada, el guardia nos pidió la entrada, deteniendo su petición al verme. Me había roto la falda el dos destrozándola con mi fuerza bruta, quedando en una falta separada a cada lado. Por suerte llevaba unos pantalones cortos para taparme lo que ahora se veía de frente. Mi hermano, aguantándose la risa, me pasó mi bolso, arrebatándoselo de sus manos con un furioso movimiento, sacando la invitación del interior.El guardia vio que era una de las nominadas, y me tuvo que mirar dos veces para asegurarlo. ¡Algún problema con mi inconfundible identidad, ¿guardián de la puerta!? ¡¿Debo decir que estás reteniendo a la famosa Niura Caelia, la insuperable a la par que pionera trampera de la antigua y legendaria estirpe de los Caelia, heroína de...?! Vale, vale... si, eres tu. Venga, pasad. ¡Hmf!
Mientras Erik se disculpaba con el guardia por mis chillidos, entré a paso firme por las colosales puertas del castillo, ante de detenerme a observar la impresionante estructura, en la cual no había reparado hasta estar justo en medio. Levanté la cabeza lo máximo que pude, contemplando el colosal castillo. Uala... Sonriendo, entré corriendo cual niña, y mi hermano, al llegar a la puerta y no encontrarme con la mirada, se golpeó la cara con la alma de la mano abierta, imaginando que esa noche las cosas no iban a acabar bien para lo que el conocimiento del apellido "Caelia" se refería.
Ciertamente, la situación en Lunargenta es algo complicad... ¡Ay! Lo siento! Me excusé tras golpear un ridículo y estereotipado noble con monóculo hablando con otro de política. Me abalancé sobre la mesa de aperitivos, empezando a devorarlo todo con los ojos brillándome casi con luz propia. Frutas exóticas, carne cocinada con especias que desconocía, pasta cocinada de diferentes formas, tortillas elegantemente puestas en sus platos... todo estaba siendo arrasado por mi devastadora gula. Al final, noté una mano posarse sobre mi hombro, y me sobresalté, dando un salto y abrazándome a mi comida, con las mejillas totalmente hinchadas, mirando con neutralidad a quién me había tocado. Señorita Niura Caelia, ¿cierto? Hm...hm. Solo pude responder, y ya con eso me medio atraganté, tosiendo un par de veces al tratar de tragar con el susto todavía reciente. Nos gustaría que nos acompañase. Los nominados se encuentran en un salón a parte. ¡Si, claro, solo quieren apartarme de la comida! Allí hay más comida, y vino añejo.¡¡Exijo que me guiéis de inmediato, advenedizos!! Inquirí cambiando mi posición en menos de un segundo.
Los hombres vestidos con trajes me señalaron un camino y, tras recoger una sandía entera entre toda la comida que llevaba ya, me puse a andar, dejando caer alguna que otra pieza de fruta a mi paso, atrayendo la mirada de muchos de los bien vestidos presentes.
Antes de llegar a la puerta que separaba invitados de nominados, mi hermano me encontró. ¡Niu, ¿dónde vas!? ¡Éstos amables señores me llevan a un lugar con más comida! ¿¡Otra vez siguiendo desconocidos que te prometen comida!? Señor, ¿es usted un conocido de Niura Caelia? Mi hermano asintió con la cabeza, tragando saliva. Parecía mucho más nervioso que yo. Bueno, me retracto; él parecía nervioso, al contrario que yo. Soy su hermano mayor... Siguió. Oh, entonces si quiere puede acompañarnos a la sala de nominados. ¡Bien! ¡Erik también podrá comer! Espera... ¡eso significa que habrá competencia para ver quien come más! ¡NO PUEDO PERDER ESA LUCHA! Sin pensarlo dos veces abrí la puerta, entrando por ésta, cayéndose casi todo lo que llevaba entre los brazos, revotando por los suelos y haciendo caer al suelo a otro noble con monóculo que había cerca, quedándome solo con la sandía, correteando cual niña pequeña por la sala entre los nominados para buscar la mejor comida.
Los guardaespaldas se quedaron mirándome con los ojos entrecerrados, al igual que mi hermano. Ella... tiene algunos problemas, y... bueno... Los guardaespaldas asintieron con la cabeza, y hasta uno le puso una mano al hombro, compadeciéndose por tener que aguantar un torbellino como ese como hermana menor.
Con la sandía bajo el brazo, agarrando un filete con una mano, ya con uno metido en la boca miré a ambos lados, buscando con la mirada por la sala de nominados a ver si estaría aquel humano encapuchado tan simpático que conocí el otro día.
Aprendiz
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Al llegar a su asiento, se sacó las gafas que constaban de dos cristales opacados con tinte de uva (en otra realidad y otro tiempo serían llamados “lentes de sol”) y los enganchó en el bolsillo de su traje blanco impoluto adornado por ribetes de hilo plateado. Se sentía orgulloso de lo magníficamente elegante (o elegantemente magnífico) que se veía en esos ropajes que había robado a un pobre noble en el camino. Para qué mentir, no se arrepentía de nada.
Metió la mano en uno de sus bolsillos para extraer la carta de invitación y releerla por enésima vez en el día. Le parecía extraño que se refiriesen a él como un “héroe”, estaba seguro de que debía haber una equivocación. ¿O acaso por fin habían descubierto la bondad escondida tras sus acciones aparentemente maléficas? ¿Aceptarían finalmente que su labor de violentar a las personas para hacerlas más fuertes era útil y necesaria para la sociedad? Lo dudaba, pero al menos la nominación era la prueba irrefutable de que alguien admiraba su grandeza.
Miró con impaciencia la silla vacía a su lado y se giró para echar un vistazo hacia la puerta de entrada. Uno tras otro los comensales ingresaban luciendo excéntricos trajes y anchas sonrisas, con la emoción a flor de piel. Todos se veían despampanantes, pero estaba seguro de que cuando su amada dragona hiciera acto de presencia, su hermosura opacaría hasta a la más fina noble y robaría el aliento de todo quien la viese.
Se acomodó mejor en el asiento y cruzó los brazos, esperando con resignación. Mientras tanto, se entretenía observando a los demás y echando mano a uno que otro bolsillo que pasara cerca.
- El sensual traje de Zatch:
Bien, ahora imagínenlo con cola, patas y una hermosa carita de zorro <3
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Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Hacía meses que no pisaba Beltrexus. ¡Allí le habían ocurrido tantas cosas! De todas maneras, le guardaba un cariño especial a la ciudad. Lo que no conocía era la Academia Helkshold. Era un castillo de proporciones épicas. Miraba maravillada el techo, las paredes, los cuadros, el piso... todo era hermoso.
Y hermosas las personas que asistían al evento, ataviadas con sus mejores galas. Begonia y Milenrama le enviaron un bello vestido que hizo reír a la joven dragona -No podía ser otra cosa- dijo risueña cuando lo sacó de su envoltorio en la habitación de la posada en la que siempre se quedaba, al ver los dibujos bordados en la falda: plumas de pavo real.
- Clu clu clú hace la dragona:
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Entró al gran salón, mostrando la nota que había recibido días atrás. Le mostraron dónde ir, en la zona de los nominados. Cual fue su sorpresa al ver allí, sentadito y más hermoso que jamás, al que le robaba el aliento y aceleraba su corazón. Avanzó hacia él, poniéndosele detrás, le dio un beso en la mejilla y sintió su aroma salvaje que la enloquecía -Mira qué zorro más guapo me vengo a encontrar- le dijo al oído.
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AKANKE
En el hermoso bosque del sur, ese de los elfos, donde te puedes perder días y semanas rodeada de magia ancestral y reconectarte con la Madre, fue que recibió el recado la joven centáuride.
Ella no sabía leer muy bien la palabra escrita, pero la providencia, esa misma que le puso el mensaje en las manos, le hizo entender las palabras escritas en el idioma común.
“Estimado Héroe:
Has sido invitado a la gala de los II Oscar de Aerandir, evento que tendrá lugar en el Hekshold de Beltrexus en la luna llena de Septiembre, entrada al otoño.
Se requiere un traje/vestido elegante”.
Akanke entendió todo, tenía que llegar a las islas más allá. Solo que no sabía lo que era un traje/vestido elegante. Más, de nuevo, la mágica providencia sí sabía y de a poco le fue entregando aquello que necesitaba. Primero fueron las cuentas que aparecieron como nueces vacías a los pies de un árbol. Trenzó su cabellera y con ellas adornó cada una.Luego las pulseras que tintineaban en las ramas de un árbol. Puso en sus tobillos y muñecas. Le gustaban porque hacían ruido al caminar. Más allá, envolviendo el tronco de un enorme árbol de nein, unas telas brillantes aparecieron para que la mujer cubriera su cuerpo con ellas.
Poco sabía la chica de la parejita de jóvenes elfos que retozaban más allá, amparados por un enorme arbusto que cubría sus cuerpos desnudos, entregados al más dulce placer.
Corrió entusiasmada más al sur, donde sabía que había una playa, aquella que llamaban de los Ancestros. Allí encontró botes, todos yendo hacia aquella isla que mencionaba el mensaje. A uno de los hombres de mar mostró su invitación y sin hacer pregunta alguna, la subieron a uno de los botes y llevaron al barco más grande. Ella era una nominada.
Al llegar, estaba fascinada. Era todo como un sueño. Posiblemente lo era. Ella misma era una visión de ensueño, el contraste de su piel negra como el carbón y la tela dorada que la envolvía. Sonreía la mujer, elegante, fastuosa, magnífica.
- Akanke está para una pasarela de modas...:
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Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
- Ven mejor comes algo antes que votes el estomago por la boca - dijo el mie tras me llevaba a un banco mientras me traía un poco de pan y algo de agua.
Yo lo tome y empece a comer y beber mientras trataba de contenerlo en el estomago mie tras notaba las ganas de reír de mi hermano.
- No te preocupes dentro de un par de horas mas ya estarás en tierra firme - dijo el mie tras me alborota a el cabello - pero ya tienes claro como actuaras no? -
Trague el agua y me limpie la boca con el dorso de la mano - Si ya se como debo actuar... Parece que al que invitaron fue a ti y yo soy tu acompañante - dije algo fatigada por tantos vómitos.
Quien diría que mis sueños de la infancia de ser capitanas jamas los podría cumplir por este pequeño defecto, solo se que lo que quería era acostarme por lo cual le pedí a mi hermano que me ayudara a llegar al camarote y quedarme alli hasta que llegáramos a la isla.
Cuando me acoste en la cama boca arina tome la carta donde estaba la invitación y la volví a leer recordando como Yen se había emocionado cuando llego.
“Estimado Héroe:
Has sido invitado a la gala de los II Oscar de Aerandir, evento que tendrá lugar en el Hekshold de Beltrexus en la luna llena de Septiembre, entrada al otoño.
Se requiere un traje/vestido
elegante"
- ¿Que son los Oscar de Aerandir? - pregunte algo confundida mientras seguía pasando los ojos por la carta.
- Es un evento que el Rey de Lunargenta hacia en el palacio, donde premiaban a las personas por las cosas que había echo - dijo mientras me quitaba la carta de las manos.
- Ya que tu sabes mas de esto me ayudaras por que no se nada de esas cosas - dije rascándome la cabeza.
- Claro no te preocupes... Lo importante es buscarte un buen traje - dijo el burlo.
- No lo digas -
- Asi te veras mas femenina que con la ropa de hombre que siempre llevas - dijo el y al final soltó la risa odiosa de siempre.
- No es ropa de hombre, solo que no es ajustada es todo - dije resoplando algo ofendida.
No pude evitar reírme por el pequeño recuerdo mientras me sentaba por que no quería vomitar adentro por segunda vez.
Como Yen había dicho unas cuantas horas despues llegamos a Beltrexus y unas pocas horas despues ya estábamos mas que listos para ir a ese evento de premios.
Me sentía rara en aquel vestido, no se si era por lo ajustado o por lo raro que era "¿Por que a las humanas les gusta cortarse la respiración?" Me preguntaba en mi cabeza mientras caminaba del brazo de Yen mientras entrabamos a la gran sala donde se llevaba a cabo aquel evento, me sentí algo nerviosa al ver tanta gente, por lo cual apreté el brazo de mi hermano algo nerviosa, el simplemente sonrío al verme tan nerviosa.
- Aunque no lo creas te vez muy linda, solo relajate y sonríe - dijo el en un murmuro.
Yo solo asentí mientras respiraba lento para relajarme y luego mostrar una sonrisa, al estar en el salón un meseros nos pregunto que si queríamos un bocadillo y yo asentí para tomar uno de la bandeja que tenia en la mano y comerlo mie tras lo comía en dos bocados y seguí caminando junto a Yen hacia una de las tantas mesas libres, me percate de que la gente hablaba tan bajo que todas juntas parecían un zumbido estresante en mi cabeza y luego me preguntaba como es que la gente se divertía en estas cosas si solo se sentaban y hablaban en voz baja, otro mesero nos ofreció vino y mi hermano asintió, cuando lo sirvió tome la coma con cuidado y le de un sorbo al vino tratando de no hacer ruido.
- Acabamos de llegar y ya me estoy muriendo de aburrimiento - dije mientras notaba que mi hermano ya me había dejado sola - De seguro se fue a galantear a alguna bruja... - dije entre suspiros.
Me levante de la silla sin antes terminarme el vino en un solo trago y luego limpiarme con una servilleta como me había explicado Yen antes, empece a caminar por el salon notando que el lugar era muy hermoso, aunque aun me preguntaba como diablos había terminado alli en un lugar al que por nada del mundo asistiría.
- Abre venido por que Yen quiso o por que yo tenia curiosidad? - me pregunte a mi misma en voz alta mientras caminaba por el salón sola.
- Trajes de Zukura y de Yendri:
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
La curiosidad siguió invadiéndome. No dejaba de observarlo, de mirar cómo él acortaba distancia con sus pasos agigantados. Era veloz, casi asemejándose a un tigre salvaje. Me encantaba vigilar la villa, sentado en mi trono, contemplando a los millones de turistas que tenían el infortunio de pasear las calles. La ventana se hallaba en buena posición, justo en el tercer piso de mi posada, construida para custodiar cualquier anomalía en la ciudad de vampiros. Es más, si no fuese por aquella ventanilla, no me hubiese percatado del sujeto que se dirigía a mi casa.
Al llegar, se detuvo al frente de la puerta y entrelazó sus propias manos detrás de la espalda. También, infló su pecho y levantó el mentón como símbolo de respeto. Esperó durante varios minutos, sin atreverse a golpear, sólo confiando en que mis secuaces divisaran su presencia desde dentro. Así fue; Máyic salió para recibirlo con un vaso de agua. -¿Qué sucede, Léonard?-Preguntó sin apresurarse. A pesar de yo estar completamente apartado, aún era capaz de escucharlos hablar.
-E...Es para Paul, mensaje de Beltrexus.-El vampiro se conformó con tragar su propia saliva, y le enseñó la hoja. -Ha sido invitado para una especie de premios...
-¿Quién te dio eso?-
-Un hombre encapuchado. Te conoce. Dijo que no se te permite allí, dado que te exiliaron hace años. Sólo puede ir Paul y una persona más, que no seas tú, obviamente.-El joven cerró los ojos al musitar esto, asustado de la reacción del brujo. De repente, Máyic tomó el pergamino, y cerró la puerta, dejando al muchacho afuera. -Ahm... Bueno, pudo ser peor.-.
Sin más preámbulo, me levanté del asiento y bajé rápidamente las escaleras. Anhelaba leer lo que decía la carta, posiblemente era la respuesta a una tregua que pedí hace siglos. Quién sabe.
Después de encontrarme en el primer piso, entré a la sala de reuniones y noté a todos mis secuaces reunidos en una mesa. El papel estaba justamente en el centro de esta. Gonzalo, luego de darse cuenta que estaba ahí, empezó a recitar lo que decía la carta.
-"“Estimado Héroe: Has sido invitado a la gala de los II Oscar de Aerandir, evento que tendrá lugar en el Hekshold de Beltrexus en la luna llena de Septiembre, entrada al otoño. Se requiere un traje o vestido elegante"-
-¿Héroe? ¿Paul? Eso es nuevo-
-No tenemos tiempo para eso. Debemos ir a Ulmer por Talia.-
-No, Andy, es la oportunidad perfecta. Paul necesita ir a Beltrexus para buscar a ese nigromante que maldijo a Talia.-
-Silencio, los cuatro. Yo soy el invitado.-Vociferé para conservar el silencio. Debía pensar con cabeza fría. Quizá era una trampa para atraparme, y ejecutarme de una vez por todas. -Hace décadas que no piso Beltrexus.-Recordé muchas ocasiones en que iba al reino de hechiceros, principalmente para comprar pócimas o contratar mercenarios. -La última vez que me vieron, tenía reputación de pirata.-Comenté por lo bajo.
-Llévame, Paul. Sabes que me gustan los premios...-Sugestionó Elizabeth, acariciando mi rostro y recostando sus senos contra mi pecho.
-Detente, no eres bienvenida allí. Eres una elfa-
-Ese es el plan, Gonzalo... Quiero saber si son capaces de resistirse.-Murmuré con picardía. La de orejas puntiagudas se emocionó, y partió de manera apresurada hacia el armario. Ella era completamente simple, ni siquiera seguía los típicos estereotipos de una mujer. Tomó dos trajes, los primeros que vio colgados. Enseguida, me enseñó estos antes de probarlos.
-Nada como vestirnos de piratas, ¿eh? Hace años no lo usamos.-Este comentario me llegó a la nostalgia. Pensé que alguien los había quemado, pero aún estaban ahí, sin algún rasguño. Todavía cabía señalar que estaban manchados de sangre, provenientes de víctimas cruelmente asesinadas. Vaya... La gran tripulación de Abadón fue metafóricamente ayer, al menos así se sentía.
-Cuánto tiempo...-
- Traje de Paul:
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- Traje de Elizabeth:
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-¡Silencio, puto hijo del rey! Somos piratas. ¡Nosotros nos robamos el alcohol!-Rugió Elizabeth, para después arrebatar la botella del mesero. Al ejecutar esto, se acomodó primitivamente en la silla y empezó a beber.
-Así está bien querido, buenas noches.-Noté cómo el hombre se sonrojaba, y simplemente se esfumaba de nuestra presencia. -Me encanta lo ordenado que está todo.-Comenté, mientras que revisaba a los alrededores, esperando a que ningún soldado apareciese para buscarme conflictos, o arrestarme por habitar ilegalmente en Beltrexus.
-Sí, que aburrido. Lo único interesante fue ver a ese zorro con ese vestido tan blanco.-
-Oh, ¿te refieres a Zatch? Sí... Es bastante peculiar y divertido. Nos ayudó a salvar a Talia.-Mis ojos se posicionaron en una mujer, una que llevaba una piel oscura y hermosa. No dudé en morderme el labio, tratando de calmar mi instinto libidinoso. -Aunque, esa mujer me está llamado la atención.-
-Ah, la mujer centauro... Sí, vi su nombre en los nominados. Su nombre es Akanke.-
-Sí, y hay otra nominada llamada "Zukura". Es linda... Lástima que sea licántropa.-
-Sí, sí, lo que digas... ¡Quiero más alcohol!-De repente, la elfa saltó con agresividad y comenzó a perseguir al mesero, quien al verla, empezó a correr por su vida. -¡Ven aquí, cabrón. No te haré nada!-
-¡AYUDA!-Gritó el tipo, mientras que llevaba dos recipientes de licor en la mano.
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Muchas horas de viaje después el pequeño genio pasea por las calles de la capital arcana, un sitio bastante pintoresco que sin duda no planeaba visitar de nuevo. No le gustan mucho las islas, luego de matar al líder de un gremio asesino local demente… es suficiente con decir que no es su destino predilecto.
Por suerte el trayecto fue rápido y sin contratiempos, la invitación sirvió para agilizar todo. Es sorprendente lo eficiente que se pone la gente cuando ve un sello importante, una constante en las razas. Con todo el mundo saltando a la locura es agradable ver que algunas cosas no cambian ni por error.
El niño intelectual se toma algunos segundos para agradecer mentalmente a la suerte de su curación oportuna, los elfos que le rescataron usaron sus artes sanadoras luego de un trabajo menor como prometieron. No es algo que se escuche mucho actualmente, triste realidad que envuelve a la sociedad.
Una cosa esta clara, luego de tantas situaciones molestas Chimar agradece la oportunidad de relajar su mente con un evento social. Este es el segundo que visita como nominado, su reputación parece mantener los estándares importantes del populacho. Para variar ya no es reconocido como villano principal y eso siempre es bueno.
No trajo acompañante por dos razones, en primer lugar sus hermanos están en Lunargenta y no es buen momento para descuidarse en ese sitio… como segunda posición tenemos que sus hermanos son pequeños pillos y terminarían avergonzándolo frente a las personas más importantes de los reinos.
Sera para otra chicos jeje.
Sin más retrasos llega al ostentoso lugar indicado, medio Aerandir se encuentra en las afueras. La gala atrae a muchos personajes, todos intentando escapar a una realidad perturbadora. Sin vacilar el chico muestra su invitación, le dejan pasar al poco tiempo. Varios acomodadores le guían entre las mesas a la sección exclusiva... nota algo casi al instante.
Tenemos nuevos…
Algunos rostros son conocidos pero se nota sangre nueva en el gremio aventurero, claramente ha sido un año lleno de reclutas aspirantes. Una extraña sensación invade al pequeño, es la primera vez que se siente algo viejo. Pilla una silla solitaria y pasa a sentarse, lleva un traje tipo túnica que compro a un mercader “para variar” porque le pareció acorde.
- Atuendo:
"Cualquier parecido con la realidad del Pj o del User es mera coincidencia"
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Invitado
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Fue, no obstante, al internarse a través de las impresionantes puertas dobles cuando lo entendió, el momento en el cual adivinó que aquello tenía que ser una broma de mal gusto. ¿Quién en su sano juicio iba a invitarle a él, entre todas las personas, a una gala como aquella? Probablemente Hartem para reírse de él. Trató de apartar aquellos pensamientos de su cabeza, quizás aquel viejo engreído no tuviese nada que ver, esperaba que fuese así.
Suspiró y continuó avanzando, “Héroe de Aerandir” rezaba la carta que un joven que no había superado la adolescencia le había entregado hacía apenas un par de días.
Sonrió para sí al recordar el contenido del sobre, no estaba seguro cómo el autor de la carta había decidido considerarle a él un héroe, ni sabía que papel tenía él en un lugar como aquél, aunque, fuese como fuese, allí estaba, rodeado de nobles en un evento que ni siquiera se había preocupado por terminar de entender.
Se atusó la barba y, justo después, se ajustó los puños de la raída chaqueta que había podido permitirse con el dinero que le quedaba. Mirase a dónde mirase veía muchas caras, todas riendo, todas ataviadas en conjuntos que, por cómo estaban confeccionados, valdrían el equivalente a una casa en uno de los barrios modestos de Lunargenta.
¿El del traje blanco era Zatch? ¿Cómo había llegado hasta allí? Pero se equivocaba de pregunta, su presencia allí no era lo más importante, ¿Cómo, en su sano juicio, había conseguido meterse en aquel traje? Se cruzó de brazos intentando adivinar la respuesta para al final terminar por ignorar la presencia del zorro en aquel lugar, parecía ocupado hablando con otros, una joven de cabellos rubios poseedora de un vestido bastante curioso.
Etrant siguió estudiando la sala según caminaba, encontrando en el proceso personajes de lo más variopintos. ¿Una elfa vestida de pirata estaba persiguiendo a un camarero? Entornó los ojos y, siguió con la mirada a la pirata hasta que esta atrapó al mesero y le arrebató la botella de, muy probablemente, licor.
Al menos no era el que más llamaba la atención del lugar.
- ¿Me recuerdas que hacemos aquí? – Lyn se encargó de hacerse notar zarandeando al exmercenario del brazo, era una buena pregunta, no estaba seguro de por qué, al final, había accedido a ir a la fiesta.
Eltrant sonrió a la vampiresa y se encogió de hombros.
- Comer gratis – Comentó casualmente mientras, sin disimularlo ni un poco, tomaba un plato de canapés entero de una de las tantas mesas del lugar y se lo llevaba consigo. Lyn asintió conforme ante aquella respuesta e imitó a su acompañante, tomando enseguida dos botellas de vino y un plato repleto de carne asada entre sus brazos y acelerando el paso para llegar hasta dónde estaba el exmercenario.
No tardaron en atraer alguna mirada que otra, después de todo aquellas no fueron las dos primeras mesas que asaltaron, pero daba igual; Llevaba el tiempo suficiente estancado en la isla de los brujos como para que se le empezase a acabar el dinero, no iba a desaprovechar aquella oportunidad.
- ¡Ten! ¡Prueba la salsa! – Dijo Lyn tendiéndole una salsera a Eltrant. Se habían creado, entre los dos, una especie de fuerte con una mesa y un par de sillas en una esquina de la habitación, dónde procedieron a depositar, ordenadamente, la mayoría de los alimentos que habían “Robado”. Algunos de los demás asistentes se acercaron a ver que sucedía, a pesar de ello, no se detuvieron demasiado tiempo a terminar de ver el espectáculo - ¡No, no la pongas en la carne! ¡Por si sola también está bien! – Afirmó tomando tres canapés y llevándoselos a la boca de una tacada.– Sé que nada de esto me quita el hambre y eso – Dijo la vampiresa con la boca llena, luchando por pronunciar las palabras de forma adecuada – …Pero todo esta tan rico – Tomó varios canapés más y repitió la misma acción, los lanzó a su boca y esperó a que alguno de ellos entrase.
- Compórtate – Le dijo Eltrant a la muchacha mientras dejaba a un lado el trozo de carne obscenamente grande que estaba devorando, cualquiera que lo estuviese viendo desde lejos pensaría que se le iba a desencajar la mandíbula – Tenemos que quedarnos aquí el tiempo suficiente para que saquen la carne curada, esa nos la podemos llevar a casa. – Aseveró.
Era consciente que no era el mejor tratando con la nobleza, pero se consolaba a si mismo sabiendo que, de entre todos sus conocidos, él era de los que mejor sabía lidiar con ellos. Si lo intentaba de verdad podría llegar a pasar como alguien educado y formal, cosa que frente al caso extremo que era Asher estaba bastante bien.
Y es que ver al lobo tratar con la aristocracia era como ver a una caravana despeñarse por un acantilado: por una parte sabías que todo iba a acabar muy muy mal, pero por otra no podías dejar de mirar.
- Te sienta bien ese traje – Dijo Lyn señalándole con el tenedor. Eltrant sonrió ligeramente sorprendido, no era usual que la vampiresa le hiciese cumplidos - ¿A quién le has vendido tu alma para permitírtelo? – Añadió enseguida, ahí estaba la Lyn que él conocía, se llevó la mano hasta la cara y suspiró.
- Es de alquiler… - Admitió, se aseguró de que el guante que cubría su mano izquierda no desvelase ningún centimetro de su piel – …Y el tuyo también – Dijo señalando el vestido de la muchacha, Lyn se encogió de hombros y se acercó un plato de langosta.
- Ya, bueno, lo has pagado tú – Aseguró sonriendo. - ¡Ahora a comer! – Levantó la langosta, la cual se encargó de ensartar con el tenedor con un solo intento, sobre su cabeza. Algunos asistentes se giraron a mirar a la joven del vestido negro zarandear el centollo.
- Si toda esta comida te sirviese para algo...
Eltrant volvió a estudiar la habitación, parecían que estaban preparando algo grande, aquello era mucho más que una fiesta de nobles a las que, por algún casual de la vida, habían acabado invitando a un puñado de plebeyos.
- ¿Y ese escenario? – Preguntó señalando al otro lado de la habitación, Lyn ladeó la cabeza.
– Será para una actuación o algo.
- Traje de Eltrant:
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- Vestido de Lyn:
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Aerandiano de honor
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Suspiró pesadamente y dejó caer la cabeza en la almohada mirando al techo mohoso del desván que había alquilado por dos semanas, añoraba su casa, las comodidades de ese espacio que había hecho suyo, su ropa, sus libros, sus únicos escritos, sus recuerdos, estaban en esa casa que ya no podía pisar, suerte había tenido de llevar con ella sus ahorros y de poder contactar con Meredith, que, consciente de que no podía regresar, le había dado los ahorros que habían estado guardando por ella y la había dejado marchar.
"El día estaba oscuro, como lo eran todos todos los soles de Lunargenta de un tiempo a esa parte. Una mujer, cubierta por una capa verde, se acercó a otra que ocultaba su pelo castaño con el color escarlata de una caperuza, a penas intercambiaron palabra, solo una bolsa que pasó de una a otra. Ambas alzaron la cabeza y unos ojos azules se encontraron con unos pardos justo antes de que las mujeres se fundieran en un abrazo.
Se separaron con un nudo en la garganta, Meredith era consciente de que tardarían mucho en volver a ver a su pequeña, porque por cumplir con el deber que le emitía su propio sentido de la justicia había dejado de obedecer las ordenes de su capitán, la mujer se sentía silenciosamente culpable por las acciones de la chica, que había actuado así por la carta que ella misma había escrito, pero no por ello estaba menos orgullosa de la joven en la que se había convertido esa chiquilla de quince años que habían adoptado tiempo atrás.
- Meredith, diles...- pidió Alanna tomando las manos de la mujer con ojos ansiosos y tristes.
- Lo se, y ellos también, habrá tiempo para hablar cuando todo se resuelva corazón, ahora corre.- la cortó la mujer instandola a irse tras darle una caricia en la mejilla.
Alanna se fue de allí escuchando, en su carrera, como dejaba atrás a una mujer que sollozaba desconsolada luchando por no estirar la mano y arrullar a esa niña que ya se volvía mujer y comenzaba a correr por su cuenta con el peor de los inicios, sola, y en peligro."
Alanna bufó exasperado por los recuerdos tapándose la cara con un brazo al tiempo que la llave cerradura sonaba con un ligero clac. El sonido de bisagras le indicó que entraban en el cuarto, pensó que era Tessa, por eso no se molestó, siquiera, en apartar el brazo o alzar la vista, pero el rumor de las bolsas la hizo levantarse, curiosa, apoyando los brazos en la cama. La chica rubia había entrado cargando con ella un par de enormes bolsas de papel, que había dejado sobre una mesa con cuidado y la miraba con una sonrisa de oreja a oreja al tiempo que caminaba, casi flotaba, para cerrar la puerta.
La ex guardia frunció el ceño, la chica parecía demasiado feliz, incluso para lo que era ella usualmente. Tessa comenzó a sacar un a tarjeta de una de las bolsas, y se acercó a Alanna entregándosela con la mayor cara de felicidad que ninguna de las dos había visto desde hacía semanas. La Gata frunció el ceño y la miró con desconfianza cogiendo el sobre y abriéndolo, instada por la chica de rizos rubios.
Has sido invitado a la gala de los II Oscar de Aerandir, evento que tendrá lugar en el Hekshold de Beltrexus en la luna llena de Septiembre, entrada al otoño.
Se requiere un traje/vestido elegante”.
Otra vez eso, la ultima gala a la que fue lo tenía todo, y en esa no podría ni aparecer. Miró a Tessa para negar con la cabeza, no iban a poder ir, si la veían, sería un revuelo, cualquier guardia presente se le echaría encima para apresarla. Pero los ojos ilusionados de la chica la hacían dudar, bien era cierto que no les vendría mal una fiesta, algo de distensión, además en Beltreux, que era el lugar más seguro de toda Aerandir en ese momento.
- Vale, irémos.- sonrió respondiendo a la petición silenciosa de la chica, que comenzó a dar saltos emocionados por todo el cuarto.- Pero tenemos que encontrar vestidos, pasajes de barco y alguna forma de tapar mi cara.- le recordó a la chica antes de que se emocionara de más, con una pequeña sonrisa en los labios, comenzando a contagiarse del entusiasmo de su amiga.
- Me ofende, lo tengo todo controlado Ali, ¿Cómo te atreves a dudarlo?- la chica se acercó a la mesa y comenzó a rebuscar entre papeles para sacar un vestido de color rojo y una mascara negra.- Con esto bastará para que no te reconozcan.- aseguró sonriente.
- Y para dar el cante...- musitó Alanna con un suspiro.- pero no tenemos nada mejor, así que... me vale.- sonrió acercándose a tocar la suave tela del vestido, hacía mucho que no vestía nada así, en cierto modo se sintió impaciente.
Salieron al día siguiente en un barco destinado a los invitados y se vistieron en una posada en Beltreux, probablemente pasaran allí algún tiempo. Fue Tessa quien, más acostumbrada por su adolescencia a ese tipo de cosas, se encargo de los arreglos de los vestidos y de los peinados, dejando que, llegada la hora, Alanna saliera de allí a su lado con la máscara puesta. Pasaron sin mayor problema por las puertas de entrada y se adentraron a un salón repleto de comida y bebida con un escenario al fondo, en esa ocasión no había gradas ni asientos, si no lo que casi parecía una pista de baile.
Alanna cogió una copa de cava y sonrió mirando a su alrededor, disfrutando del anonimato que le otorgaba la máscara, y junto a ella, Tessa, daba buena cuenta de los canapés fijándose en unos y otros, si todo seguía así de tranquilo, podría llegar a ser una gran noche. Pero la paz no podía durar mucho, una petición de auxilio se escuchó no demasiado lejos de donde estaban, en la barra, un hombre parecía querer huir de una pirata.
Alanna suspiró dejándo su copa de cava en la mesa más cercana, donde Tessa seguía devorando aperitivos, y se acercó poniendo una mano en el hombro de la mujer, abriendo los ojos con reconocimiento al ver su rostro y sus orejas picudas. Abrió la boca y preguntó directamente.
- ¿Elisabeth? ¿Qué haces aquí? ¿Habéis venido todos?- curioseó buscando al vampiro por los alrededores, había cambiado de opinión, no sería una gala tranquila precisamente, sin notar siquiera, mientras rodaba por su cabeza las posibles catástrofes que podría haber en la gala si había más vampiros, que había terminado por descubrirse frente a la mujer, Alanna era consciente de que Paul no se buscaría líos si no lo provocaban, o si, nadie sabía con él, pero no sabía como reaccionarían otras razas frente a los vampiros, incluso ella tenía algo de rabia, pero era consciente de que no todos tenían la culpa.- ¿Ya vas a empezar a crear caos?- sonrió a la elfa, medio divertida.- acaba de empezar la noche.- hizo notar, sabiendo que eso no significaba nada, mientras el camarero aprovechaba para huir con prisa y gestos de agradecimiento a la mujer que lo había ayudado a escapar de la loca.
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Aerandiano de honor
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Los seres vivos tienen una devoción muy fuerte hacia los eventos aleatorios, le consideran fortuna o suerte. Según sus propias palabras tales situaciones suelen definir la existencia personal del ser corriente… al parecer su arcaica creencia es de algún modo correspondida, quizás tiene más sentido del que Z9-42 le endoso inicialmente.
No todo es fascinación, ser invitado a un evento importante abre una gama de posibles problemas. Los agentes sintéticos siguen buscando al “niño” con desesperación, dichos personajes no se detienen por eventos menores como pandemias o el simple miedo a las leyes sociales existentes.
Sin querer el pequeño robot se encuentra frente a su primera encrucijada importante, ir o no aparecerse. La primera opción es la más lógica y segura, por desgracia el segundo camino ofrece una gama de experiencias interesantes. Le toma casi una hora decidirse, su consenso más largo luego del que definió su escape.
Asistirá, tiene que hacerlo. Su misión es aprender y no puede dejar pasar una oportunidad tan única, aunque pueda repetirse las cosas nunca salen igual dos veces cuando hay seres vivos involucrados. La simple idea genera euforia en su interior, tales eventos traen consigo muchas situaciones originales.
Es imposible para el no encontrar referencias extrañas, existen unos premios muy famosos con el mismo nombre en la tierra. Tal vez el calificativo migro de ese planeta por medio de una trama "única"… aunque también puede ser una simple coincidencia o cierta constante en el universo.
Antes de partir la pequeña creación revisa sus parámetros de vestimenta, concluye que no puede lograr mejores resultados con otro estilo. Su ropa es un milagro de la ciencia… además se ve bien. Espera pacientemente una hora funcional y parte al lugar de ceremonias, pronto se topa con una multitud bastante grande.
Muestra su invitación y le hacen pasar, aun no llegan todos los nominados pero su sitio comienza a poblarse. Zero pasa a estudiar rostros, reconoce a varios individuos pero la mayoría son desconocidos. Todos parecen tener buenas relaciones entre sí o al menos conocerse bien, tristemente ese no es el caso del sintético. Otra cosa destaca, la semejanza del lugar con una saga terrestre muy famosa que habla sobre magia.
Busca un asiento desocupado convenientemente cerca de varios aperitivos con aspecto “sabroso”, se mete uno a la boca para probarlo. Las criaturas vivas tienen una cualidad innegable, saben hacer sus días llevaderos con buena comida. Z9-42 experimenta una sensación de agradecimiento hacia los creadores bios por decidir aumentar su cuerpo en lugar de transformarlo, debido a esto puede vivir de primera mano placeres corrientes.
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Los habitantes de la ciudad de los brujos los recibieron como a héroes, ya que la noticia de que ella había evitado que la pandemia alcanzase las islas se había extendido desde la llegada del rey Siegfried, quien para intentar distraer a sus súbditos decidió organizar una ceremonia de entrega de premios en la academia Hekshold. Con ello pretendía condecorar a aquellas personas que durante el último año habían demostrado su valentía, y por tanto, la benjamina de los Calhoun pronto recibió su invitación. Después de haber abandonado a su suerte a los habitantes de Lunargenta la tensai no estaba de humor para celebraciones, pero tanto su madre como Alister insistieron en que le vendría bien despejar su cabeza y olvidarse de los problemas, aunque solo fuera por unas horas.
Así pues, a la mañana siguiente ambos salieron hacia el mercado para comprar algo de ropa con la que acudir al evento, decantándose la joven por un vestido de color turquesa con detalles en negro, mientras su acompañante optaba por algo más sobrio. Solucionado el tema de los ropajes, ambos regresaron a la casa familiar a las afueras para esperar a que llegase el día de la gala, intentando no pensar demasiado en lo que estaría pasando en aquellos momentos en Lunargenta, que había quedado a merced de los vampiros y la enfermedad.
Finalmente el día señalado llegó, y tras prepararse para acudir a la ceremonia, hechicera y dragón abandonaron la vivienda para dirigirse a Hekshold. Nada más llegar pudieron comprobar que muchos de los invitados ya estaban en la academia, había bastante gente y seguramente quedaba más por llegar, así que sin perder tiempo buscaron donde sentarse y se dedicaron a observar a la multitud en busca de rostros conocidos. De lejos, la benjamina de los Calhoun reconoció a Eltrant entre los presentes, y estaba segura de que un par de rostros más le sonaban de algo, pero no tenía cabeza para ponerse a adivinar quienes eran.
Aún tenía presente su incómodo encuentro con Keira en el escenario de la última gala y por alguna razón esperaba verla aparecer de un momento a otro, pero a pesar de ello intentó despejar su mente y centrarse en algo positivo, como el hecho de que no se encontraba sola esta vez. Alister estaba a su lado, ligeramente incómodo a causa de la multitud pero eso era algo que solo alguien como ella, que había compartido tanto tiempo a su lado, podía notar. - Parece que no va a empezar todavía, ¿te apetece tomar algo? - preguntó la joven, fijando su atención en un camarero que servía bebidas a los invitados de la sala. El dragón reaccionó de inmediato, levantándose y acercándose al muchacho para tomar dos copas y regresar junto a la bruja, tendiéndole una de ellas mientras volvía a acomodarse a su lado.
Sin contar el Bragiväl, ya que era una celebración mucho más relajada, aquella era la primera fiesta elegante a la que acudía con Elen, y no estaba acostumbrado a aquel tipo de eventos, motivo por el cual intentaba comportarse de la mejor manera posible para encajar con el resto de invitados. Se llevó la copa a los labios pero se detuvo en el último instante, separándola de su rostro y girándose hacia la tensai, que ya estaba dando un sorbo a la suya. - ¿Esto no tendrá algún efecto mágico de los que me comentaste no? - preguntó, recordando el día que habían pasado a las afueras de Lunargenta y lo que la joven le había contado sobre aperitivos que cambiaban el aspecto de quienes los tomaban.
- No lo sé, pero pronto lo descubriremos. - respondió ella, dedicándole una sonrisa. Aquella era la primera vez que la veía animada desde que abandonaron Verisar, así que sin pensárselo dos veces, él también dio un sorbo a su bebida.
- Atuendos de Elen y Alister:
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Aerandiano de honor
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Agaché la mirada como si hasta el momento no me hubiera dado cuenta de cómo iba vestido. Una camiseta tan sucia que distaba de ser blanca y unos pantalones que parecía que los había conseguido de un vertedero. Toda mi ropa estaba llena de agujeros, como si una manada de ratas la hubiera roído durante la noche. Mi ropa era muy diferente a la que llevaba el resto; entendí por qué la pareja de guardias de la puerta me impidieron el paso cuando intenté entrar en la gala. Les tuve que enseñar la carta y demostrar que era el verdadero Gerrit Nephgerd para que me dejasen pasar. Suuri se encargó de las demostraciones. Agarré con fuerza el mango del martillo y golpeé la cabeza del primer guardia. El segundo dio un paso hacia atrás asustado. Por la oreja y ojos del ya difunto guardia se podían ver revolotear finos hilillos de electricidad. No fue necesario decir más. Me dolió la cabeza como si el martillazo me lo hubiera dado a mí mismo y sentí los cuervos de Duna picotear mi brazo como si me estuvieran arrancando la piel a tiras. Esas eran las plumas que yo llevaba, los trofeos de los presumía: Maldiciones. Mis aventuras, mis triunfos y pérdidas, se relataban mediante mis maldiciones no por mi vestimenta
Dos guardias se sentaron a mi lado. El de la derecha me agarró por el hombro, en otras circunstancias, me hubiera deshecho de él con un puñetazo en la cabeza; sin embargo, había malgastado la poca fuerza quedaba al matar al primer guardia. Me sentía débil, dolorido y cansado; debía dar las gracias a otra de mis maldiciones, aquella que me envejecía años enteros en el transcurso de unos días. Con un simple apretón en el hombro, el guardia consiguió inmovilizarme.
-Por tú bien, y el de todos, más te vale no armar ninguno de tus famosos espectáculos aquí dentro.- dijo el guardia que se sentó a mi izquierda con un asqueroso y falso tono de amabilidad - Haz nuevos amigos, come de nuestra comida y diviértete-.
Cuando los guardias estuvieron lo suficientemente lejos como para no ver lo que hacía, me froté la boca con el brazo como si éste fuera una esponja. Un mal hábito que había adquirido con el tiempo. Lo hacía cuando las situaciones me sobrepasaban, cuando quería gritar con las fuerzas que no me quedaban.
Clavé la vista en el reflejo de las baldosas amarillas del suelo. Lo que veía no era yo. En los últimos diez días había envejecido diez años. En mi rostro destacaba una barba gris y harapienta. Bajo la camisa guardaba un pequeño cuchillo, lo saqué en mitad de la gala, cuando los primeros patos disfrazados de pavos subían a hablar al escenario. Los presentadores comenzaron a hablar sobre temas que no quise escuchar, en las butacas se hizo el silencio inmediato y yo me quedé afeitándome la barba gris a medida que avanzaba el ritmo de la gala. No soportaba verme como un anciano, me sentía débil y patético. No soportaba verme como la odiosa figura que me las maldiciones me habían convertido. Si me afeitaba era por mí, no por parecer, ante un público estúpido, algo que en realidad no era.
Cuando terminé de cortarme la barba con el cuchillo, eché los pelos a un lado de una patada y volví al verme en el reflejo de la baldosa amarilla. Ahora, lo que destacaba en mi rostro, eran arrugas y puntos negros signos de la vejez. Tomé una decisión, quizás la menos adecuada. Me puse la capucha de la capa, junté las manos en un solo puño y deseé que nadie me llamase para subir al escenario.
Offrol: Hago mención a las tres maldiciones que soy víctima. Si alguien no tiene curiosidad, en mi firma tenéis los links.
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
– Tienes razón. – Posó su mano sobre la cabeza del niño cual caricia a perrito. – Además no hay mejor veste que la que se ve bajo ese. – Comenzó a despojarse de las armas y a pasarlas una a una a su compañero. – ¿Te atreves también? – Comentó.
. – Pero antes tenemos que hacer algo con esto. Se lo van a robar. – Levantó un poco los objetos en su mano. – Y lo demás. –
. – Bien. ¿Ideas? – Preguntó para ponerlo a prueba.
. – Hay muchas personas. Mmm. – Como no podía ver un lugar empieza a recordar los anteriores pero los mejores estaban lejos. – ¿En el techo de aquella casa? –
Balanceó su cabeza de un lado a otro como diciendo “Es aceptable”. – Vale –
Y así se hizo, un par de calles antes de la gran academia trepan por el lado menos visible de una casa de dos plantas y esconden sus pertenencias. Aprovechan la oportunidad para observar el tumulto de personas aglomeradas en los alrededores de la entrada. Tenían guardias como era de esperarse y a pesar de la cantidad de personas había orden. Bajan. Caminando deprisa se acercan a las puertas desnudándose del par de harapos que se habían dejado puesto, abandonándolos en el suelo y trabajando en equipo con las miradas para explotar los puntos ciegos de las autoridades, nadie importante podía verlos. Un punto en el que un par de guardias se enfocaban en un hombre mal vestido resulta ideal.
. – ¡Guardias! ¡Esos dos están desnudos! – Gritó un hombre por la derecha que se calló a causa de otro alboroto mayor. ¡El anciano con harapos mató un guardia!
Estos hechos facilitaron atravesar el pequeño cordón de vigilantes pues la atención recayó en el origen del grito y la pelea el suficiente tiempo para quedar fuera de la vista de las personas del exterior. Miró a su compañerito y notó su nerviosismo, por lo cual le da una palmada en el hombro como diciendo “bien hecho” y “resiste, ahora viene lo difícil”. Avanzan por el pasillo parcialmente desierto hacia la estancia de la que provenía la mayor cantidad de ruidos y murmullos. La arquitectura del interior transmitían una sensación de ser la meca* del conocimiento mágico. Tenía ganas de explorar el resto del lugar.
Doblaron a un lado determinados a toparse con una multitud de aristócratas narcisistas y son decepcionados; hay mucha diversidad. El pequeño vistazo es interrumpido cuando se da cuenta del hombre que va en dirección a ellos. Para eludirlo se separan en direcciones contrarias.
Kalis:
Por su lado se localizan un conjunto de mesas repletas con comida. Sería muy feliz por ello de no ser por estar desnudo, porque a diferencia de su tío Colm esas cosas le daban pena, y más ahora que seguía solo. Entonces coge algo para el estómago y se esconde debajo de una mesa hasta que alguien asoma su mano y trata de sacarlo.
Colm:
Por su lado está el escenario donde seguramente subirían los ganadores. Siguiendo la pared detalla mejor a las personas, especialmente al hombre-zorro con su traje ajustado (Zatch) y la mujer- caballo con el contrastante dorado (Akanke). En su caminata ve a una mujer que ya había conocido antes (Ellen), lo recuerda perfectamente porque creyó que la asesinarían e intentó frustrarlo. Así que se aproxima, toma un par de aperitivos que probablemente alguien iba a comer e intenta sorprenderla por la espalda. Se lleva un dedo a los labios sugiriendo al hombre con quien hablaba no decir algo. Pero un segundo antes decide mejor no hacer ninguna tontería y pasaba de largo hasta que lo detiene una mujer caucásica.
– Disculpe. – Expresa dubitativa. – No puede estar aquí de esa forma. – Acusa. – Tendrá que marcharse. –
. – Uso un traje que solo los de corazón puro pueden ver. – Replica y come con naturalidad.
Hace una mueca de sorpresa y rechazo. – ¿Quién podría creer eso? –
. – Tranquila yo le prestaré algo. – Interviene una aparente conocida. La otra la mira mostrando desconfianza y le devuelve un ademan de “está bien, se lo que hago”. – Sígame por favor. –
En una de las habitaciones aledañas llama a una muchacha rubia de porte servicial, conversan en voz baja y luego van a un espacio vacío. – Usaras esta prenda. – Señala con los ojos a la chica que se quita una pieza de su atuendo. –
Poco tiempo después Colm entra en la estancia principal del evento ya vestido con una prenda femenina y que realmente le luce bien o eso dice la señora a la chica caucásica de antes mientras lo exhibe con alarde. Luego el grupo de personas que admiraban su vestido en un principio continúan con lo que sea que hacían antes. Aunque agradecido trata de desprenderse de las damas, lo cual consigue solo con la promesa de ir al taller de costura en el pueblo y servir de modelo una vez. Sin perder tiempo se dirige a las mesas con comida y sorprende a su predecible compañero.
– Vinimos así parada nada. – Entra bajo los manteles. – Todos visten como quieren. –
. – Deberíamos cambiarnos entonces. No quiero estar así. – Se muestra desanimado.
. – Quédate con el vestido. – Amaga con desvestirse.
. – Mejor no. – Se pone de cuclillas. – En fin. ¿Encontraste lo que buscamos? –
Niega con la cabeza. – Pero debe estar cerca. Un hombre como el estará aquí de seguro. Bueno, buscaré las cosas. – Sale del escondite, se pasea por los pasillos hasta el pórtico y alguien lo aborda como si lo estuviera esperando.
. – ¿Sabes lo que te harían aquí por ir desnudo? – Habla en un tono amenazador.
Voltea – Nada bueno. – Se queda quitecito esperando algo.
– El niño y tú tendrán que acompañarme. – Cortó distancia. – ¿No habrán pensado que nadie los notaria en este lugar, o si? –
. – De hecho íbamos de salida. – Da un paso atrás.
. – Excelente. A donde vamos es afuera. – Camina al salón de las premiaciones.
. – Así se hará. – Comentó de forma seca. Es un mal momento para molestar su falso humor juguetón que se ha montado con Kalis.
- Vestido:
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- Notas:
*Meca = Lugar que atrae por ser centro de mayor apogeo de una actividad determinada.
-Colm considera la piel el mejor traje que existe
-La señora que le da el vestido a Colm es una especie de Fujoshi
-A Colm le da igual llevar la ropa que sea
Nota extra:
-Si alguien ve donde guardaron los objetos de Colm, pueden robarlos y lo de mi inventario (lista de tareas) pasará a ser suyo.
Última edición por Colm el Jue 07 Sep 2017, 07:00, editado 4 veces (Razón : Correcion de letras, poner nombres y extension del post)
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Agité repetidamente boca abajo el sobre de la carta buscando quizás un pasaje para ir o algo, pero no había nada, ¿Cómo demonios iba a pagar el barco? Uf, y el traje elegante, eso sí que era más complicado, conocía a algunos de tipos en Lunargenta que me debían un par de favores, pero no estaba la situación para ello.
Probé a engalanar algo mi gastado traje de la guardia, pero era inútil –Mierda, mierda, por todos los demonios- maldije frotando la camisa en el lavadero sin éxito – ¡La sangre de bandido no sale con nada!-
Decidí más tarde pasarme por las tiendas de la ciudad a ver si podía adquirir un traje apropiado tanto para la ocasión como para mi bolsillo.
-Hmmm, este no está mal, 200 es un poco caro pero parece un buen traje- le dije al sastre contemplando el traje.
-Me temo señor que ese es el precio de la camisa-
-Ah..ah…ya…vaya…pues nada, lo siento, un, un placer- dije abandonando la cuarta tienda.
La hora de la gala se acercaba y no tenía traje, así que me apresuré a acicalar un poco mis gastados ropajes y desear que lo del traje elegante no fuese más que una mera formalidad.
Ya era de noche cuando llegué a las puertas del Hekshold, era un lugar ciertamente fantástico, decenas de carros de los nobles y gente influyente del país estaban aparcados fuera y damas y caballeros impolutamente vestidos iban entrando.
Me aclaré la garganta, me traté de peinar mi rebelde cabello inútilmente una vez más y me dirigí a la puerta donde media docena de guardias vigilaban la entrada, parecían nerviosos, y un criado estaba limpiando lo que parecía sangre de un escalón.
Me aproxime sonriendo y antes de que pudiese poner un pie en el interior dos guardias me agarraron y me tiraron abajo al suelo por los escalones.
-¡Eh!, ¿tu donde diablos te crees que vas?, las caballerizas están por ahí- me indicó de malas maneras.
-Nonono- dije levantándome y sacudiéndome el polvo –He sido invitado ¿ve?- sonreí mostrando la carta ahora arrugada por el viaje.
El guardia me miró ceñudo, miro la carta, volvió a mirarme una vez más y miró nuevamente la carta.
-¿Dónde has robado esto?- dijo apoyando la mano en el pomo de la espada.
-¿Robado?, Nonono, estoy en la lista, seguro, compruébelo, Schott, de Lunargenta-
El guardia comenzó a revisar los nombres de la lista sin perderme de vista.
-Mire algo más al final- sugerí, el guardia me miro maldiciendo y comenzó a pasar páginas.
-Mas….casi más al final yo creo…-
Y ya en la última hoja, ante el claro disgusto del guardia, apareció mi nombre.
-¿Lo ve? Jaja, se lo dije, ahora si me permite…-
-No tan rápido, se precisa ropa elegante, los cocheros comen aparte- otros guardias rieron.
Muy bien, muy bien, iré a cambiarme, si tenía el traje por allí, ahora mismo vuelvo- sonreí falsamente dirigiéndome a las caballerizas.
-Maldita sea, ahora donde diablos encuentro un traje que….Hmmm- sonreí mirando el baúl medio abierto en el portaequipajes de una elegante carroza.
-Bueno, solo lo estoy cogiendo prestado- dije mirando a ambos lados revisando que no hubiera nadie y comenzando a husmear en el contenido del baúl, seguramente el dueño hubiese traído algún traje de repuesto que yo pudiese usar.
-Ahhh..bingo…este está bien…y más o menos me vale creo jeje- sonreí sacando un traje completo con botas y todo, en la oscuridad no se veía bien el color ni la forma, pero él la tela se notaba de gran calidad y tenía chorreras y todo, justo lo que necesitaba, muy elegante, y allí, oculto tras la sombra de los carros en ese callejón manchado con líquidos indescriptibles me cambié de ropa y volví de nuevo a la entrada como si nada hubiese pasado.
Lo guardias se quedaron sorprendidos al verme con mi nuevo atuendo, algunos bromeaban, enromes gotas de sudor caían por mi frente, no había colado.
-¿Pero vamos a ver imbécil? ¿A quién demonios has robado ese traje de….?-
-¿Oh..oh…¡Comodoro!…¡Comodoro Lych!, ¿es usted?- oí una chillona voz a mi espalda.
-¿Comodo..que?-
-Comodoro..si.si es usted, yo nunca olvido una cara- Dijo una señora mayor bajita, gordita y con una sombrero enorme que tenía al menos las plumas de tres nibares y un tiquirojo –Oh, pero mira que no reconocerme Comodoro Lych, ¿es que no se acuerda de mí?-
-Ehhh…pues verá yo…-
-Oh como es usted comodoro, soy yo la señora Bottleloper, de Vulwufar, ¿recuerda? de aquel viaje a las islas, con la señora Popahmer, ¿recuerda ya?, usted tan galan jujuju, bah, es usted un bromista comodoro, venga venga conmigo- dijo la buena mujer agarrándome el brazo y entrando en el salón, estaba claro que la pobre señora no estaba ya en sus cabales.
-Eh, alto señora, ese individuo es….- Nos dio el alto un guardia.
-Oh ¿pero cómo osa joven? Sinvergüenza, cretino, ¿no sabe quién soy yo? ¿no sabe la de dinero que he invertido en esta ciudad…y el pobre comodoro, héroe de guerra, ¿pensaban dejarlo fuera?-
-Oiga señora..si yo en verdad…- traté de explicarla.
-Chsss, calle comodoro y entre, no deje que estos rufianes nos agüen la noche, vamos, vamos-
La señora Bottleloper prácticamente me arrastró dentro del comedor y los guardias poco pudieron hacer por detenerla.
Pase los siguientes largos minutos saludando cortésmente a todos los nobles que la señora Bottleloper me presentaba.
Me di cuenta alarmado bajo la luz del enorme comedor que tenía un maldito traje de capitán, almirante o lo que fuese de la maldita marina real, con sus medallitas y todo, que me apresuré a guardar en los bolsillos.
La señora Bottleloper estaba encantada y me llevaba de aquí para allá presentándome a la alta sociedad sin que yo pudiera siquiera excusarme.
-Sí…sí…subimos la maroma y anudamos él..trinquete si- respondía nervioso a un noble que me preguntaba alguna historia de marina, sobra decir que no sabía nada de barcos, lo poco de aquella misión de la guardia y sabemos que no acabó demasiado bien.
Por suerte la gente comenzó a sentarse y logre escabullirme a una de las mesas de invitados no fuera a ser que acabase encontrándome con el verdadero comodoro este.
-Mis disculpas señora Bottleloper yo….-
-Oh si si, vaya vaya joven, no quiero aguarle la velada, hay muchas jovencitas de buen ver que….-
-Oh..nonono señora Bottleloper yo solo estaba buscado a un par de amigos que….-
-Sisi, no se preocupe, sus colegas de la marina, vaya vaya, luego si quiere le presentaré a mi nieta, está en edad de desposar juju- dijo la buena señora guiñandome un ojo.
-Oh, no, no se preocupe, no no, yo, yo…luego... luego la veo señora-
-Adiós comodorooo- me dijo la buena mujer antes de volver a saludarse con el centésimo noble de la noche.
-Uf, uf- caí rendido en una silla de una mesa de invitados, hmmm, al menos esta sería la mejor cena en mucho tiempo, que demonios, creo que la mejor de mi vida.
Al fondo en las mesas de nominados pude ver a varios amigos míos, Alanna, Eltrant, saludé con la mano con la esperanza de que me viesen, pero no creo con todo el gentío, vaya ¿aquel no era el chaval ese?, ese que daba miedo ¿Chimo era?, uff, había pasado mucho tiempo.
Consulté en la mesa la lista de nominados, ¡caramba!, si conocía a un montón, esos sí que eran auténticos héroes del país, iba a ser difícil decantarse jaja.
-Una copa ¿comodoro? ¿lo he dicho bien?- dijo un camarero señalando mis galones.
-¿Eh..gratis?, oh si si claro claro, gracias- dije tomando la copa, vaya, esto empezaba a gustarme.
- El elegante atuendo (prometo devolverlo si es que no me acaban pillando antes):
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Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
En medio de esa calma, un animal volador no identificado profirió un graznido y expulsó la carga blanca sobre el objetivo hostil. Éste se alteró y giró bruscamente la dirección del navío, provocando un impacto no deseado en el oficial, dueño de la embarcación. Lo que es lo mismo, que una paloma se cagó en la cara de Elliot y éste giró el timón por el imprevisto y tiró a Áquila de la cama haciendo que se chocara contra el suelo.
-¡Ah! -Áquila se cogió de la nariz que había empezado a sangrar, esto le complicó el habla- ¿Ze pue zabe que paza?
Al salir de su camarote, un trozo de papel enrollado cayó en su cabeza.
-¡La asquerosa paloma mensajera se ha cagado en mi cara! -gritó Elliot.
Áquila no echó cuenta a su amigo, tan sólo se agachó y cogió el papel enrollado. Al abrir la carta, comprobó que tan sólo había unas líneas escritas:
Has sido invitado a la gala de los II Oscar de Aerandir, evento que tendrá lugar en el Hekshold de Beltrexus en la luna llena de Septiembre, entrada al otoño.
Se requiere un traje/vestido elegante.”
Elliot se estaba pasando un trapo por la cara para secarse el agua con la que se había limpiado el excremento del ave.
-¿Qué es?
Áquila estaba petrificado, leía y releía las palabras.
-¿Puedes decirme qué es?
El capitán (Áquila) abrió los ojos como platos y giró la cara lentamente para mirar a su compañero.
-¿Tan grave es?
-Da la vuelta -dijo- vamoz a Hekshold, en Beltrexus, y antez tenemos que pazarnos por una tienda de ropa. Ezto es más importante de lo que creez…
Elliot no dijo nada, tan sólo corrió al timón y obedeció las órdenes.
Los dos salieron de la tienda más cercana al puerto. El paseo hasta la tienda de ropa era un poco largo. Así que Elliot le preguntaba:
-¿Cuándo me vas a decir a dónde vamos?
-Lo sabrás cuando lleguemos.
-¿En serio necesitamos estos… trajes? Es que, como comprenderás, no son para una reunión común.
-Necesitábamos lo mejor, y eso he buscado. No creo que se quejen.
-El hombre de la tienda nos miró raro cuando le dijimos lo que buscábamos ¿Estás seguro de todo esto?
-Créeme, esto es lo mejor que hemos podido conseguir, vamos a ser la envidia del lugar.
Cualquiera que estuviese en el salón habría escuchado los gritos de Elliot a niveles descomunales. Estaba recriminando a su amigo algo.
-¡Eres imbécil! ¡Oscars! ¡Áquila! ¡Oscars! ¡Sabía que tenía que leer la maldita carta! ¡Lo sabía! ¡Juro que voy a matarte! ¡¿Cómo has podido confundirte subnormal! ¡¿Quién en su sano juicio cree que existe una gala de Ocas?!
Efectivamente, Áquila y Elliot iban vestidos como dos ocas, no sólo tenían los disfraces, sino que además le había incluido unos zapatos con la misma forma que las patas del animal y que soltaban un “cuack” cada vez que daban un paso.
- Disfraz de oca:
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-¡¿Lo siento, vale?! ¡Pensé que un grupo de ocas parlantes querían ser amigas mías! ¡Y no quería quedar mal frente a ellas!
-¡¿Qué ocas, Áquila?! ¡¿Dónde ves las putas ocas?! ¡¿Éste tiene cara de oca acaso?! -exclamó Elliot mientras señalaba a Zatch- ¡No imbécil! ¡¿Y éste?! -dijo señalando a otro y poniéndole el dedo en la mejilla, era Gerrit- ¡Oh! ¡Sorpresa! ¡Resulta de que no! -cuack, cuack, cuack. Elliot salió del salón mientras gritaba- ¡Eres un degenerado cerebro de supositorio!
Áquila dio un barrido a la sala con los ojos. Logró visualizar a Ingela, al menos su rostro… Algo cambiado. Se había embellecido o arreglado. Se acercó a ella con el cuack, cuack, cuack, cuack mientras le saludaba desde el otro lado.
-¡Eh! ¡Ingela! ¡¿Te acuerdas de mí?! ¡De cuando se lio aquel tumulto en el bar…! -en ese momento otra cosa alteró la vista de Áquila- ¡¿Ese es Eltrant Tale?! ¡No me lo puedo creer! ¡Eltrant! ¡Soy fan tuyo! -gritó mientras se acercaba con el cuack, cuack, cuack- ¿Me firmas un autógrafo en la espalda? -dijo poniéndose en posición- ¡Mi instructor de la guardia hablaba de ti y de…! -vio a otra cara que le sonaba- ¡¿En serio?! ¡¿También está aquí Alanna?! ¡Todos los de la guardia que me enseñaron te idolatraban! ¡Yo incluido! ¿Me firmas el brazo…?
Elliot, que se había cambiado en los servicios vistiendo un jubón amarillo y unos pantalones del mismo color, prestados por un guardia que pasaba por allí, tiró de su amigo para llevárselo lejos de Alanna.
- Atuendo de Elliot:
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-Perdónale -dijo Elliot-, es alguien complicado.
Fueron hacia una de las mesas, algo ocupada, y se sentaron. Mientras Elliot tenía la mano en la cara en señal de indignación, Áquila miraba de aquí a allá.
-¡Eh! ¡Tú! ¡Chico solitario! -gritó el joven disfrazado de oca señalando a Chimar- ¡Hay sitio aquí! ¿Quieres sentarte? Pobrecito, tiene vergüenza ¡Si quieres puedo ir a buscarte un camarero que te traiga golosinas y chocolate!
-¡Hay algún momento en el que sepas cerrar la boca! -exclamó Elliot, tan fuertemente que el eco resonó en todo el salón, por lo que se puso rojo y mirando a todos dijo- perdón…
Áquila sonrió.
-En todo caso será cerrar el pico… Badumbss…
Elliot le lanzó una mirada asesina. Luego miró a los comensales con los que estaba sentado. Áquila estaba mirando a los comensales que les acompañaban en la mesa, con cara de admiración.
-¡¿Eso son disfraces de pirata?! ¡No lo creerán! ¡Pero yo lo soy! ¡Además tengo uno igual! Aunque claro, hoy no me la he puesto, es mi ropa común. Ah, y tampoco soy pirata, soy algo así como… Un aventurero. Es decir, no saqueamos ni matamos a inocentes ¿Han tenido una aventura alguna vez en el mar? ¡Yo si! ¿Contamos historias sobre nuestros viajes?
Elliot, por su lado, intentaba hablar apartado con el comensal que tenía al lado. Era uno de los dos que vestía de pirata (Paul).
-Verá ¿Le importaría hablar conmigo para que no me relacionen con él? Además, necesito hablar con algún humano razonable.
Un hombre ofreció vino y algo más a los dos que iban disfrazados de pirata. Le arrebataron la botella que llevaba. Cuando se estaba alejando el camarero, Elliot le hizo una señal para que se acercase.
-Quiero que me llene la copa de vino cada vez que la vea vacía. Voy emborracharme hasta olvidar todo lo que he pasado.
Áquila, por su lado, estuvo comiendo como un animal abandonado. Mientras lo hacía, llamó al camarero para pedirle algo más. Como lo vio con cara sombría, intentó animarlo.
-Perdone, Mr... Como se llame usted ¿Por qué está tan deprimido? ¡Estamos de fiesta! Tómese una uva al menos.
El camarero pareció dudar, pero no pudo rechistar cuando Áquila le puso la ramita con uvas en la mano. Dejó la bandeja en la mesa y probó a llevarse una a la boca.
-¿Ve? Tan sólo debe disfrutar usted también.
El sirviente comenzó a hacer gesticulaciones raras, luego se cogió del cuello y se puso morado. Elliot lo vio caer al suelo y supo al instante lo que sucedía.
-¡Este hombre se está ahogando! ¡Necesitamos ayuda! ¡Un médico!
Experto
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Ya en varios eventos había recurrido a ayuda de especialistas en belleza para dejarme perfecta en los bailes a los que he asistido -por trabajo y placer-, pero esta vez como iba a volver a tierra de brujos quería algo aún más impresionante que las veces anteriores, así que pasé mucho tiempo tratando de conseguir los mejores de los mejores servicios para dejarme lista para los Oscars.
Luego de tener toda la información de belleza que requería inicié mi viaje a Beltrexus con Pelusa.
El día del evento llegó y me paré temprano para recibir mi transformación. Las primeras horas de la mañana las pasé encerrada en una caja con pequeños orificios y respirando un montón de humo para hacerme una “vaporización”. Luego de eso vinieron un montón de tratamientos hidratantes, exfoliaciones con plantas extrañas y comidas cada cierto tiempo. De hecho, me sometí a una mascarilla extraña que se hacía con mi propia orina -olía bastante fuerte; no se la recomiendo a nadie-. En el cabello me colocaron un montón de sustancias, que prefiero no saber qué eran y al final de la tarde tocaba la parte más rápida y difícil. Tuve que aguantar a unos cinco gusanos arrastrarse por mi rostro, cuello, hombros y parte del pecho; que un montón de lombrices paseara en mi cabello y que me pincharan los labios con una planta espinosa. Aquello fue toda una travesía dolorosa y horrorosa, de hecho estoy segura de que si se lo cuento a algún chico pensaría que estuve en un centro de torturas y no de belleza, pero ellos no entendían nada de nada. Terminé por bañarme y luego de aquellos tratamientos previos es que iba a empezar a arreglarme. Me pusieron una jaula de pájaros gigante en mi cintura y que “para darle volumen a mi vestido”, y me coloqué con cuidado mi hermoso vestido lleno de brillantes. Me maquillaron, y me colocaron una baba de caracol en los labios para que se vieran así todos cristalinos y me peinaron. Hablé con unos brujos para que con ilusiones hicieran que mi vestido se viera de un color bastante intenso y le dieran más brillitos a mi atuendo. Aquel día había gastado más dinero del que me había ganado en dos meses… pero lo valían; y no conforme con eso me coloqué un perfume sublime de flores primaverales y un montón de esencias, que ni yo que estaba aprendiendo alquimia, sabía qué era aquello.
Dejé a Pelusa y me dirigí al gran evento, por fin lista para la acción. Entré observando el hermoso ambiente -como a tantos muchos a los que había ido-, y esta vez como la estructura del lugar ya no me impresionaba tanto decidí detenerme a observar las hermosas personas que ahí se encontraban. Muchas especies, gente no muy bien vestida y gente que sí, personas habladoras, calladas, comelones, y de todo un poco. Mientras observaba me quedé maravillada con una hermosa mujer morena (Akanke), que a pesar de ser totalmente diferente al resto, se veía con una actitud espectacular, me encantaba todo de ella.
Mis ojos luego empezaron a buscar a mi papá (Bio), que por alguna extraña razón siempre estaba en esos eventos haciéndome pasar pena; y luego busqué a mi gatito (Dendrei), dudaba mucho que fuera, no sabía bien si él era de ir a esa clase de reuniones. Entre tanto pasé la mirada por otras personas ahí presentes: un asiático (Athos) muy bien vestido, aunque no estaba segura de que esa clase de trajes fuera el apropiado; un zorro que uff, parecía un príncipe con esa ropa (Zatch); un pavo real… muy original (Ingela); ¿Aquella chica era Zukuritaa? Woao, estaba preciosa, quién diría que aquella mujer tan linda y bien acompañada de un galante chico fuera una asesina a sangre fría y manejara el hacha mejor que unos leñadores. Luego mis ojos se cruzaron directamente con el rostro de Chimar, y mi cuerpo entró en crisis ¡¡Aww!! ¿Qué hacía Chimar ahí? De inmediato me sonrojé y miré al techo “actuando norma”. -No le prestes atención, estás muy linda… Él y todos se morirán de ganas de estar conmigo- me repetí un par de veces en la cabeza.
Dejé de mirar el techo y mantuve mi espaldita bien erguida y caminé como toda una diosa por el lugar mientras asentía en modo de saludo a un señor que ni conocía (Eltrant), pero haría todo para parecer que estaba en mi zona de confort.
-¡Ayy! ¿Cómo dejan entrar a esa gente?- exclamé para mí misma al ver a un hombre con muy mal aspecto (Gerrit) -Eso y eso… si son buenos trajes- dije por lo bajo refiriéndome al vestido azul de un chica (Elen) que era precioso y a la ropa elegantísima de un joven (Schott); -Y esto...- volteé a ver las piernas peludas de un hombre (Colm); no quise decir lo que pensaba porque era una completa falta de respeto, así que me limité a negar con la cabeza, viendo a un niño (Z9-42) y a una joven que aparentemente no conocía(Niura), y luego sin querer queriendo volví a ver a Chimar… ¿Aquel niño me daba miedo? No podía ser.
Salí corriendo cual princesa de cuento (huyendo de Chimar) y pasé por todo el salón pasando al lado de una ¿gata? ¿era esto una fiesta de disfraces? Pensé al ver a la chica del vestido rojo (Alanna) y luego ver a Paul de pirata. Al llegar al otro extremo del lugar me di cuenta de que no tenía nada que hacer allí, así que me devolví corriendo como un pequeño pastelito rosa con piernas.
En el camino me tropecé un poquito y me acerqué al zorro apuesto (Zatch) para abrazarme de su brazo.-Eres mi príncipe hasta que llegué otro...- le informé al zorro poniéndole una cara retadora a la chica que estaba cerca de él (Ingela); pero mi rostro fue todo un poema al ver a un pollo gigante en la fiesta (Áquila) que pedía autógrafos -¿Cuales cambures?- pensé.
-¿Me vas a proteger de esa gente extraña verdad?- pronuncié haciéndole ojitos al zorro (Zatch) y esperando que Chimar me estuviera viendo.
Pasó un momento y luego no pude evitar abrir mis ojos impresionada y empecé a darle golpesitos suaves al brazo del zorro -¡Se está ahogando!- le dije un poco acelerada para que viera lo que sucedía si es que ya no lo había visto.
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Negué con la cabeza rozando mi frente contra la madera.
-No puede ser... - medio sollocé. -Soy la vergüenza de la raza... - alcé la cabeza y miré de nuevo la carta -Y encima como gane todos los licántropos de Aerandir van a querer matarme, porque seguro que se sienten abochornados... -volví a dejar caer mi cabeza sobre la mesa. -Y pensaba que mis problemas se habían acabado. - me llevé las manos a la cabeza sin saber muy bien que hacer.
-Pero si no vas será peor. - dijo Tom a mi espalda. -Dicen las habladurías, que esos actos agradan a los Dioses. Si no vas... -posó una mano en mi hombro. Giré mi cabeza y vi asustado como me miraba con aquel ceño fruncido que le era característico. - puedes cabrearlos. Y no es que vayas sobrado de buena suerte. Te lo recuerdo.
Hice un berrinche, y derrotado frente a los argumentos de Tom volví a hundir mi cabeza en la madera.
-Pone que puedo llevar acompañante...- deje caer, sin alzar mi cabeza de la madera, con la esperanza de que captara la indirecta.
-¿¡Estas loco!? - exclamó al tiempo que me daba una colleja en la nunca.
-¡Auu!
-¿Tú sabes cuanto cuesta un pasaje de barco hasta las islas?No, ¡tú que vas a saber! Niño ignorante.
-Bueno... ¿pero era necesario el golpe? -me quejé mientras me frotaba la zona dolorida.
-Sí, así no se te olvida de que es caro. - respondió cruzándose de brazos. -He ahorrado lo suficiente como para pagarte un billete de ida y vuelta.
-Pero...
-!Nada de peros! - me interrumpió enfadado -Vas a ir a esa gala. Vas a cenar como un señor. Y te vas a traer toda la comida que puedas en este zurrón. -dijo alzando un saco de tela bastante grande. -Y espero por tu bien que no se estropeen mucho en la vuelta.
En ese momento todo cobraba algo de sentido. Quien de verdad quería ir a aquella fiesta era el viejo herrero. Puede que fuera para recordar viejos banquetes en Lunargenta, o bien, por qué le apetecía comer algo de cierta calidad, después de haber pasado meses de calamidades.
-Bueno haré lo que pueda... - accedí finalmente dedicándole una sonrisa a Tom.
La verdad es que a mi también se me antojaba deleitarme con manjares por una vez en mi vida, y más si era gratis. Al fin los malos ratos que me había hecho pasar la enfermedad servían de algo.
Al día siguiente Tom me metió en un barco y se despidió de mi con un abrazo. Yo se lo devolví con fuerza, le había cogido cariño al viejo herrero, puede que viera en él la figura paterna que nunca tuve, y me dolía volver a separarme de él tan pronto.
Para evitarme las penas, no miré atrás y me dirigí a la proa del barco. Pragmáticamente me pasé todo el viaje en aquel lugar. Me asombraba la inmensidad del océano y ver como a un lado quedaba el continente y al otro un horizonte de agua infinita. También me entretenía ver como el casco de la nave rompía las olas contra las que se encontraba, la espuma que está generaba o cómo a veces los delfines nos hacían una visita.
Puede que fueran cosas muy infantiles para un chico que estaba cerca de cumplir los diecisiete años. Pero nunca había visto el mar y mucho menos navegado por él, así que no tengo de que avergonzarme.
Tardamos algunos días en llegar a las islas, y tuvimos un pequeño problema a la hora de pasar Lunargenta. El capitán tuvo que dar un rodeo por miedo a la situación que vivía la ciudad.. Pero en fin, ya había llegado a mi destino la academia de brujería Hekshold.
Cómo era de esperar de una prestigiosa academia, contaba con su pueblo particular, que vivía prácticamente de las ventas que realizaban tanto a estudiantes como profesores. Así como de ofrecer las actividades lúdicas pertinentes a los alocados estudiantes cuando estos terminaban o realizaban exámenes, según el tipo de estudiante. Un pueblo que había ensanchado con varias tiendas de campaña extras que hacían la función de tiendas. Seguramente muchos comerciantes habían aprovechado el evento para hacer un buen negocio, tras las perdidas que de seguro les había originado la pandemia.
Crucé el pueblo sin prestar especial atención a los diferentes mercaderes que anunciaban con ahincó sus productos, la gran mayoría de ellos eran joyas o vestidos carísimos, que, en aquel momento, pensé que me costaría la vida para poder permitirme uno sólo de sus botones.
Cuando llegué enfrente del guardia aún era demasiado pronto, el sol aún no se había puesto.
-¡Fuera de aquí mendigo, o huérfano o lo que seas! - me espetó el guardia agarrando de forma amenazante la lanza.
-¡Espera! ¡Un momento! - me apresuré para evitar que me golpeara. -Soy Ircan Seiron. Estoy nominado a la categoría de "El mejor licántropo! - añadí mientras le entregaba la nota.
El guardia tomó la carta y la leyó, parándose, muy de vez en cuando, para estudiarme con la mirada. En verdad no me sorprendía que me tomaran como un mendigo, eran mis pintas actuales, no había tenido la oportunidad, ni el dinero, para obtener ropajes mejores. Pero no sabía que aquello iba a ser un problema.
-Bueno, me da igual. ¡Como si eres el mismísimo rey de Lunargenta! - replicó sarcástico haciendo unas pésimas gesticulaciones al hablar, para burlarse de mi. -Aquí dice que se precisa de un traje elegante. Así que sin traje no pasas, ahora ¡fuera de aquí! -dijo devolviéndome la carta y echándome de malas formas.
Releí la carta y encontré, en un pequeño apartado, lo que el guardia había comentado y lo que yo había pasado totalmente por alto. Vamos que el dinero empleado por Tom no había servido para nada. Era imposible que consiguiera un traje decente para poder entrar en la fiesta.
Me senté en medio de la plaza del pueblo abatido, viendo como centenares de personas, bien ataviadas, atravesaban la plaza para dirigirse a la fiesta.
"¿Que voy a hacer ahora?" pensé desconsolado mientras hundía mi cabeza entre mis manos.
Alcé la vista y volví a mirar, con ojos ensombrecidos, como una marea de gente se dirigía a las puertas de la academia, todos con sus mejores galas. Mientras, yo me iba a quedar ahí e iba a tirar por tierra el dinero que Tom había invertido en mi.
-¡Trajes! ¡Trajes señoriales!- gritaba la voz de uno de los mercaderes - ¡Entren en mi tienda pareciendo un plebeyo y saldrán pareciendo un rey!
Mi giré, curioso como era, y vi con ojos codiciosos un esplendido jubón negro, uno de los colores que más cómodo me hacía sentir. Y, sin traicionar mis propias costumbres, también le eché el ojo a una elegante capa marrón con una gran capucha, detalle que me agradaba pues me hacía sentirme más seguro de mi mismo.
"¡A la mierda! No voy a permitir que el esfuerzo de Tom sea en vano" pensé levantándome decidido en dirección a ambas prendas.
-Deberá de darse prisa joven dama, debo de asistir a la gala. Mis mas adorados clientes me han obsequiado con una entrada y no puedo permitirme faltar a tal evento. -comentaba el mercader con una joven mujer con la cual platicaba.
Aprovechando que estaba distraído mostrando pecho ante la mujer, me hice con ambas prendas de una forma muy poco profesional y sigilosa. Vamos que las agarré con fuerza y empecé a correr tirando todos los maniquís y estantes que se me ponían por delante. Definitivamente robar no estaba entre mis habilidades, por lo menos en aquel momento.
-¡Al ladrón! ¡Al ladrón! -gritaba el hombre mientras salía corriendo detrás mía.
Pero hoy no era su día de suerte. No creo que estuviera en muy buena forma, pero yo tenía un subidón de adrenalina increíble que me hizo correr más rápido de lo que en verdad solía hacer.
Una vez me aseguré de haber despistado tanto al mercader como a la guardia miré mi botín y me lo coloqué rápidamente. Con tanta gente elegante pasaba más desapercibido cuanto antes me lo pusiera. Me pavonee con el resto de la gente, como si aquella ropa fuera mía de verdad, mientras de dirigía a la puerta. Mi tiempo con los informantes me había enseñado algunos trucos para camuflarme entre la multitud.
Al llegar de nuevo a la puerta volví a mostrar mi invitación con gran orgullo y vi como el guardia se tragaba la rabia.
-Como me enteré de que lo has robado te cortaré las manos, rata de cloaca. -me amenazó de una forma bastante creíble.
Pero ¡bah! que era un guardia en comparación a un leónico, un wendingo, unos cazadores de personas o la propia enfermedad que había asolado Aerandir. En aquel momento, estaba totalmente curado de espantos.
-Muy buenas señor Seiron.- me asaltó de repente uno de los sirvientes.
En un primer momento me asusté y lleve la mano inconscientemente a mi espada. Pensé que el mercader o la guardia me había descubierto y se habría acabado todo para mi antes de empezar. El sirviente se asustó, pero no demasiado, parece ser que ya se habían sucedido algunos altercados.
-Acompáñeme por favor. - añadió con total educación mientras indicaba gentilmente con la mano que lo siguiera. -Los nominados tienen reservado un lugar especial.
-¡Oh! ¡Muchas gracias! - agradecí dando un largo suspiro tranquilizándome de golpe. "Si estoy apartado de los invitados comunes será más difícil que me cruce con el mercader y me descubran" pensé con una sonrisa de oreja a oreja mientras seguía atentamente al sirviente.
Cuando llegamos al lugar reservado, pude ver con gran alegría como este rebosaba de comida, con centenares heterogéneos canapés, y bebidas, también con una gran selección a elegir.
-Por favor, disfrute del banquete. - intervino el sirviente, sacándome de mis ensoñaciones, a forma de despedida.
-¡Ya creo que lo haré! - respondí eufórico sin perder el tiempo en atacar la comida y la bebida.
Empecé cogiendo una copa de vino, me moría de sed. Por otra parte, nunca había probado el vino y me hacía cierta ilusión, sobretodo sabiendo que todo lo allí servido sería de gran calidad. Pegué un largo trago y me sorprendí al descubrir su dulzor, antes de que me diera luego el golpe otorgado por el alcohol. Sin duda aún no tenía ni idea de como degustar cualquier vino, pero creo que allí fue donde nació mi pequeña afición por dicho elixir. También me lancé hacía los canapés, que había casi tantos como colores y tuve la loca idea de intentar probar todos. Había de queso de cabra fundido con mermelada de frambuesa, de carne de cerdo a la miel y romero, carrilleras al vino tinto, etc... En verdad, en aquel momento sólo me los comí, fue luego cuando descubrí como se llamaba lo que me había comido, que sin duda estaba muy bueno.
En mi objetivo titánico de probarlos todos, distinguí unas caras conocidas. Eltran y Lyn, las personas que había conocido en lo que fue el inicio de mis desventuras, estaban apartados en una mesa. Y ya que no conocía prácticamente a nadie, o por lo menos no los había encontrado, me acerqué a saludarles, pese a todo lo que había pasado me habían caído bien.
-Muy buenas noches, señor - saludé haciendo un gesto con la cabeza a Eltrant, tal y como me habían enseñado en el gremio. - señorita.- añadí dirigiéndome a Lyn, pero esta vez haciendo una reverencia más gentil, aunque aún no me salían muy bien. -No se si os acordareis de mi. Soy Ircan, nos conocimos en la Arboleda, en aquel desafortunado incidente... - hice una pausa recordando aquel episodio de mi vida.- Bueno, me alegra ver que estáis bien. -añadí rápidamente para cambiar de tema. -¿Os importa si me quedo un ratito con vosotros? -pregunte de forma esperanzadora -No conozco a prácticamente nadie y me siento un poco fuera de lugar al lado de gente tan elegante.- confesé con sinceridad haciendo una pequeña mueca producto de la incomodidad que me producía estar rodeado de tanta gente de tan alto nivel.
Pese a que había conseguido unas vestimentas "decentes" no tenían nada que hacer con los lustrosos trajes que llevaba el resto. Sin duda, si el mercader me veía en aquel lugar podría identificarme. Aunque el hecho de que hubiera un hombre desnudo, unos cuantos vestidos de piratas y uno vestido de oca, puede que jugaran a mi favor.
De repente, se formó un revuelo en la sala. El hombre vestido de oca estaba al lado de un camarero que se agarraba el cuello con síntomas evidentes de asfixia.
-¿Siempre son tan animadas estas fiestas? - pregunté totalmente ignorante a mis improvisados acompañantes.
- vestimenta:
Última edición por Ircan el Jue 07 Sep 2017, 02:36, editado 1 vez (Razón : nuevos mensajes de otros usuarios mientras escribía.)
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
La mueca de aburrimiento en el rostro zorruno se borró en el instante en que sintió el aroma de Ingela, su adorada dragona, quien momentos después lo abrazó por detrás para besarle la mejilla. Zatch sonrió con picardía y se volteó para envolverla en un abrazo, levantándola en vilo antes de volver a dejarla en el suelo y admirar su vestido, soltando un silbido de aprobación al momento.
-¡Vaya! ¡Estás preciosa! ¡Me dan ganas de...! -Entornó los ojos en una mirada sugerente antes de volver a apretujarla, bajando las manos hacia zonas no aptas para el público infantil pero, lamentablemente, tuvo que contentarse con un rápido pellizco en la nalga. Había demasiada gente para hacer algo más y, aunque Zatch era un truhán malnacido, hasta él tenía un ápice de pudor.
Apartó la silla que tenía al lado para dejar que la joven rubia tomara asiento. Él, todavía de pie, pudo ver entrar a varios conocidos. Vio a Moreau acompañado por una hermosa mujer, ambos vestidos de... ¿piratas? Era perturbador lo bien que le sentaba ese estilo, casi podía olvidar que en realidad era un despreciable chupasangres seductor y oportunista. Pudo ver a también a Eltrant y a Lyn atrincherados en una mesa devorándose todo su contenido; por mucho que odiase admitirlo, le alegraba ver vivo al exguardia y alzó la mano para saludarlos, sonriendo especialmente a Lyn. Un poco más lejos, comiendo en soledad, atisbó al niño rarito que había arrancado de cuajo la cabeza de un Dríope tiempo atrás... ¿cómo se llamaba? ¿Zero? Apartó la mirada rápidamente, porque el crío le causaba escalofríos.
Se sentía realmente apuesto en su ceñido traje blanco, especialmente cuando veía a los... especímenes que sólo Odín sabía quién demonios había dejado entrar en la fiesta. Un tipo cuyo nauseabundo olor corporal llegaba a su hocico desde el otro lado de la sala estaba afeitándose allí mismo; por delante pasó otro hombre demasiado peludo como para tener permitido usar un vestido y, por último, dos sujetos disfrazados de algún tipo de ave pasaron por su lado. Zatch no pudo evitar exhalar una estrepitosa carcajada y llamar la atención de Ingela tocándola con el codo.
-¡Mira a esos raritos! ¡Parece que Bragi anda echando más maldiciones! -Bromeó, justo cuando uno de ellos lo señaló preguntándole a su compañero si tenía cara de Oca. El zorro tiró un mordisco a centímetros la mano del muchacho (Elliot), instándolo a que se alejase de inmediato.
Entonces sintió una presión en el brazo izquierdo y miró hacia ese lado, pero no vio a nadie. Tuvo que bajar la vista para encontrarse con una niña (Magazubi) cuyo hermoso rostro sonriente le arrancó una mueca de asco. No es que Zatch odiara a los niños, pero se sentía incómodo a su lado puesto que no tenía idea de cómo tratarlos. Le parecían seres incomprensibles, demasiado alegres para su gusto, y sus voces chillonas le dañaban los tímpanos.
-¡Iugh, quita, quita! -Zarandeó el brazo, pero no se la pudo sacar de encima- Tu... ¿príncipe? -Cuestionó, mirando de reojo a Ingela. Estaba seguro de que la dragona sabría cómo dominar a la “criaturita”, pero la niña estaba mirándola con un gesto demasiado arisco como para acudir a ella- ¿Protegerte? Ellos deberían... ¡ellos deberían protegerte de mí! ¡Yo soy de los malos! -Intentó sonar intimidante, pero fue incapaz. La extraña mirada de la cría lo incomodaba demasiado como para ponerse serio.
Gracias al cielo, un pobre diablo parecía estar ahogándose pocos metros más allá. Zatch apoyó una mano sobre la cabeza de la niñita y empujó, intentando separarla de su brazo mientras señalaba hacia el agonizante con un gesto del rostro
-¡Pues ve a ayudarlo! ¡Vamos, rápido, shu, shu!
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
- ¿Que demonios... Podía venir como yo quisiera? - dije mientras miraba el vestido que yen me había echo ponerme - Injusticia - dije suspirando mientras tomaba algo de la comida que los meseros repartían.
Dije tomando un plato y sentándome en en mi mesa para comer mientras esperaba que algo bueno pasara, mas no podía dejar de asombrarme de todos los invitados aunque también me preguntaba donde estaría metido mi adorado hermano.
- Ya entendí para que el quería venir, para coquetear con damas nobles - dije mientras comía algo aburrida.
Lego de que comí me levante para volver a caminar por todo el salón mientras tomaba una copa de vino en la mano y bebía un poco cada sierto tiempo hasta que mi adorado hermano volvió a aparecer todo sonriente, supuse que se había divertido mientras coqueteaba y me dejaba sola con toda esa gente noble y extraña, este simplemente me tomo de brazo para que camináramos juntos por el salon.
- ¿Te has divertido hermanita linda? - dijo el mientras miraba hacia atrás algo nerviosos mientras me apegaba a el con un abrazo.
- ¿Estuvo buena la cacería? - pregunte a mi hermano en un tono serio mientras caminaba por el salón.
- Si, te sorprendería que las brujas son unas criaturas tan se... ¿Por que me ves haci? - pregunto el aguantando la risa mientras le daba un trago a su copa.
Cuando estuve apunto de responder vi llegar a una niña que parecía una muñeca por tantas cosas que tenia pero al instante que volteo y me miro pude distinguir ese tierno rostros, era la Magita y se notaba que le fascinaban los eventos asi.
- ¿Sabes algo? mejor camino sola un rato - dije mientras caminaba para acercarme a saludar a magita.
Empece a caminar tratando de seguirla entre la gente y me preguntaba ¿Como caminaba tan rápido con esa cosa encima?, cuando por fin la logre alcanzar me quede mirándola mientras abrazaba a un zorro que se creía modelo, aunque este sele notaba que lo incomodaba, seme ocurrió acercarme para saludar a la mi pequeña amiguita bruja.
- Hola Magita - dije mientras me acercaba a la pequeña pero luego un fuerte olor a perfume - Valla e-eso es mucho perfume Magita - dije tratando de ignorar el fuerte aroma.
Suspire al notar que la pequeña me había ignorado por completo y me acerque mas para tocarle el hombro y volver a saludarla.
- Hola pequeña brujita bonita ¿Como estas? - le salude de nuevo esta vez tratando de soltarla del zorro.
Suspire al ver que no podía hacer que Magita me prestara atención así que me puse a esperar a que reaccionara, por que aparte de ella era la única a la que conocía de aquel lugar a excepción de mi hermano y no tenia nadita de ganas de que me utilizara de escudo para sus coqueteos fallidos.
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Al principio estuve cerquita de él abrazada a su brazo, a pesar de que su primera reacción fue decirme que me quitara yo quería aún estar con él… pero como me estaba tratando tan tan feo y hasta me empujó de la cabeza me separé, soltándolo y acariciándome los bracitos de forma distraída y bajando la mirada pues que me dejara en vergüenza de aquella manera en frente de todos hizo que mis ojitos se aguaran ¿cómo se le ocurría rechazarme así al frente de todos?
-Quería que fueras mi héroe- dije entrecortado.
De verdad el feo, porque ahora era “el zorro feo”, me había puesto un poco triste, pero también quería exagerar un poco y aprovechando que fue tan malo conmigo… tenía que devolverle la jugada. Él decía ser malo… por ende la mejor forma de vengarme de él es …
-Disculpa si te molesté- dije sincera -Ya no lo haré más- jugué con los deditos de mis dedos de forma distraída y balanceándome ligeramente a los lados -Eres muy lindo- pronuncié y justo después me acerqué a su mejilla y le estampé un dulce y sonoro besito -Te quiero- sonreí sonrojada -Oficialmente eres mi héroe- pronuncié haciéndole ojitos y jugando con mi cabello.
En el proceso no me había percatado de que alguien estaba tratando de llamar mi atención (Zukurita), pero a penas me dí cuenta le hice una seña con la mano para que me dejara un momento con el zorro, sin embargo no la boté ni nada, era más bien una seña de “espera un momentico”.
Me dí media vuelta con aire de suficiencia y a cada paso mi coleta se movía de un lado a otro para dirigirme a donde estaba Zuki. -Disculpa que hayas tenido que ver eso… es que tenía que vengarme- le dije a mi amiga para que sólo ella pudiera oír y me reí porque seguramente había incomodado bastante a aquel feo zorro.
Cambié mi modo dramático y me abracé a Zukurita con fuerza -Zukiiiiiiiii- pronuncié emocionada de verla -Jajaja estoy súper súper bien… Te ves bellísima – le dije muy contenta -Y con respecto al perfume… - me rasqué la cabeza ladeandola un poco -No es tanto… sólo que tú tienes una súper nariz- me justifiqué, pero la verdad es que sí era una buena cantidad de perfume, no tanto como para asfixiar, pero lo suficiente como para que se sintiera.
-¿Ese chico de allá es tu novio?- le pregunté con mucha intriga y como si se tratara de un cotilleo entre viejitas de un vecindario -Es apuesto… tiene lindos ojos- le dije refiriéndome al chico con el que la vi en primer lugar.
-Uh, por cierto- me detuve cerca del señor que se estaba ahogando y con mi dedo señale su pecho desde lejos e hice un leve movimiento hacía arriba, para que con telekinesis… si el señor tenía algún pedazo de comida atascada, esta pudiera salir con facilidad. Mi telekinesis era bastante buena así que lo más probable es que el señor lograra volver a respirar si es que se trataba de algún pedazo de "algo" atascado.
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
- No debe preocuparte dentro de unos pocos minutos se adapta al olor - dije sonriéndole.
Luego cuando menciono a mi hermano y dijo que era lindo me mordí la lengua para no soltar una risotada, en vez me empece a reír en voz baja Enserio Magita no pierde tiempo en ponerme pareja pensé mientras aun sonreía por lo que había dicho.
- Hay Magita - dije despues de reírme para lanzar una mirada a Yendri - Ese chico lindo que dices es mi hermano no mi novio, y es un completo patán asi que no caigas en su red como otras - le dije como broma lo ultimo para darle pie a que pusiera una queja incomoda - Ademas de ser nominada a mejor bruja, también deberían a mejor drama y mejor cupido -
Me sentía feliz de volverla a ver y le hice una seña para que camináramos un poco juntas pero me percate de que ayudaba a un hombre que se ahogaba con la comida y termino sacándole un trozo de comida mal digerida de la garganta.
Luego empezamos a caminar para que pusiéramos al tanto, ya que tenia curiosidad de las locuras que mi pequeña amiga tenia a diario junto a pelusa el cual mire a todos lados y no lo vi.
- ¿Viniste sola? - le pregunte mientras caminábamos - ¿Y pelusa? -
Me parecía algo curiosos que no lo hubiera traído ya que eran tan cercanos y también por que se le notaba que no lo dejaba solo por nada a excepto por una gala o eso me parecía. De seguro lo había dejado con alguien de mucha con fianza.
Me hacer que a una mesa que tenia dulces y comencé a comer algunos mientras no dejaba de ver prestarle atención a Magita hasta que mi hermano volvió a aparecer.
- Zuku, valla si ya socializas de forma adecuada - dijo el de esa forma burlona que me sacaba de quicio.
Me voltee para mirarlo serio mientras me echaba a un lado para presentarle a Magita, o tal vez no aun me seguía decidiendo si ignorarlo o no, al final decidí que no.
- Siempre e sabido socializar, Magita el es mi hermano Yendri. Yen ella es Magazubi mi amiga - dije de forma serena tratando de zapatear a mi hermano de alli.
El le sonrío a Magita h le hiso un reverencia para luego tomar su mano y darle un ligero beso en el dorso para luego soltarla con delicadeza - Es todo un placer para mi conocer a una niña tan bella como usted aquí, señorita Magazubi - dijo el en forma galante.
Al verlo galantear me devan ganas de patearlo y que me dejara en paz pero prefería no causar problemas y esperar a que el solito se fuera de alli y volviera a coquetearle a cualquier chica de la gala.
- Viste como dije es un patán - dije seria mientras lo miraba con los ojos entrecerrados.
- Me ofende que pienses asi de mal de mi hermanita, me lastima que me creas un hombre tan cruel como para ser un patán - dijo el dándosela de victima.
Debía de admitirlo si Magita fuera mayor ella y mi hermano serian el duo mas melodramático de todo el mundo, pero ya no aguantaba mas y solté un suspiro y una sonrisa ante la sobre exageración de mi hermano y el respondió a ello con un giño de ojo y una sonrisa juguetona.
- Bueno señoritas me retiro - dijo el volviendo a hacer una reverencia frente a Magita.
Para luego tomar unos dulces y luego irse a seguir buscando a una chica que callera en sus encantos. Yo solo me le quede mirando con una sonrisa por lo tonto que era mi hermano, luego pase a mirar a Magita para ofrecerle una trufa de chocolate mie tras seguía comiendo un dulce.
- Es un loco lo se, pero luego de un tiempo te acostumbras a el - dije encogiéndome de hombros.
Honorable
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Avanzaba nervioso hasta la puerta, trago saliva antes de darle un par de golpes a la misma. Doy un profundo suspiro antes de dedicarme a esperar. Llevo puesto un traje de gala color gris bajo una capa de pieles, es elegante y... lo odio. ¿¡Por qué es necesario estar vestido así!? Odio con todas mis fuerzas todo lo relacionado a estas cosas de la nobleza de llevar traje y ser pijos. ¡Soy un cambiapieles! Se supone que tengo que ser salvaje y mostrar ferocidad, con este traje parezco una especie de cascanueces mal diseñado. No llevo mi pintura tribal, la capa me da comezón en el cuello, me veo ridículo, definitivamente esto es una pésima idea. Antes de terminar de retractarme y decidir marcharme, una extraña sensación de nostalgia se apodera de mí, ¿no he vivido antes una escena similar con exactamente la misma persona? Claro, aquella vez en el consultorio... El pensamiento me saca una sonrisa. No tengo tiempo de seguir sumido en mis pensamientos, la puerta frente a mí se abre.
No conozco suficientes palabras para describir la imagen de la bella elfa frente a mis ojos. El traje que llevaba se adaptaba perfectamente a su figura y resaltaba cada una de sus bellas facciones y atributos. Su cabello lucía hermoso y desprendía un dulce aroma a botones de cerezo que te hacía suspirar. Sus ojos destellaban cual preciosos zafiros y te hipnotizaban, era sencillamente imposible despegar la vista de ellos. El calor corrió rápidamente hacia mi rostro y los nervios le acompañaron, aumentaban al ritmo en que ella se acercaba, cada vez más y más. Una parte de mi cerebro esta embelesado y perdido en la mirada de la hermosa mujer frente a mí, mientras que la otra parte está dándole porrazos para que reaccione y diga algo cuanto antes.
—¡Ashryn...! —suelto finalmente tras una emitir una risa nerviosa. —T-t-tu... —trago saliva. ¡Vamos, idiota, dilo! ¡Solo son tres simples palabras! ¡No es tan difícil! Respiro profundo. —... Te ves hermosa. —afirme finalmente. Tras emitir aquella frase, un repentino alivio y confianza llenaron mi corazón. Había olvidado por un segundo la cálida sensación que siento al estar cerca de la elfa. Ella no ve en mí el reflejo de un monstruo o la silueta de un simple animal. Se arriesgó y creyó en mí, aun cuando demostré como puedo ser manipulado por la bestia que llevo en mi interior. Ella vio en mí la luz. ¿Es ahora, pues, posible llamar a este sentimiento... amor?
Mi cerebro me da otro porrazo. ¡Las flores, baboso! ¡No olvides las flores! ¡Ah! Cierto, cierto. Ocultaba tras mi espalda un bello ramo de flores blancas. Si, quizás luzca como un ramo de flores común y corriente, pero su significado era mucho más especial. Fue dulcemente elaborado por un par de espíritus inocentes para un ser muy querido. Pobres almas, partieron muy pronto por culpa de la maldad que asola este mundo. No tuvieron la oportunidad de entregar tan bello regalo. Con un poco de ayuda, sus almas pudieron descansar. Partieron al más allá, no sin antes bendecir el ramo con su bondad e inocencia. Un presente material bañado con la gracia de los espíritus, el tipo de regalos que merece alguien tan valioso como lo es Ashryn para mí.
—Tengo algo para ti. —le anuncie antes de enseñarle lo que ocultaba tras de mí. —Fue elaborado de forma muy especial. Prometí que se lo entregaría a alguien muy importante para mí. —le comente antes de finalmente entregárselo. Las palabras sobraban, me limite a esperar que ella se tomara un breve tiempo para apreciar el regalo.
Tras considerar correcto el momento, me acerque a ella y aparte con gracia un escurridizo mechón de su cabello, el cual interfería mi admiración a la obra de arte que representaba su rostro. Lo posicione detrás de su oreja y le dedique una sonrisa coqueta. Mi mano continúo su camino por su suave piel hasta detenerse en su mentón, levante con suavidad este último mientras acariciaba dulcemente su mejilla con la yema de mi pulgar. Me tome el lujo de perderme en esos ojos cristalinos, me reclamaban, justo antes de finalmente posar mis labios sobre los suyos con dulzura. La diferencia de alturas se hizo presente y fue necesario un poco de esfuerzo de ambas partes, pero valía la pena con tal de hacer posible aquel suave contacto que tanto ansiaba y al cual me había vuelto adicto. Empezó como dulces y cortas sesiones de besos, pero me vi tentado a ir más allá, añadiéndole un poco de intensidad a mis movimientos y creando una apasionada danza entre nuestros labios.
Al finalizar aquel embriagador contacto, me aparte lo suficiente para posicionar con delicadeza mi frente sobre lo suya, en imitación a las casuales caricias del reino animal, solté una leve risa llena de dicha y emoción. Mis manos, las cuales instintivamente se habían apoderado de sus mejillas mientras me deleitaba con el dulce sabor de sus labios, ahora rodeaban posesivamente su espalda y le atraían hacia mi cuerpo en un cálido abrazo. Juraría que el tiempo se había congelado en ese instante en el que mostrábamos el afecto que nos teníamos uno al otro, pero lamentablemente ya era hora de partir. Le ofrecí mi brazo con entusiasmo en un acto de caballerosidad. La idea de asistir a ese evento ya no me parecía tan mala idea.
- Traje:
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- Aclaraciones:
- Cronologicamente, Yomo ya ha sido curado de La peste negra adquirida en mi
violacióndesafío para este entonces. (Venga, denme un respiro :'v) - El objeto [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] pasan a manos del usuario Ashryn Elaynor con solo uno de sus usos disponible. (Que conste que no las he usado nunca y tampoco las usare en el pasado)
- Cronologicamente, Yomo ya ha sido curado de La peste negra adquirida en mi
Experto
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Beltrexus.
Había regresado a Beltrexus después de un largo viaje en los reinos del Oeste, donde había tenido que volver a la zona que más odiaba del mapa. Allí, cerca del poblado donde habían pedido mis servicios, estaba el lugar que marcaba otra historia negra en nuestro gremio. Ahí, en Sacrestic Ville, es donde habíamos perdido hacía meses a multitud de cazadores importantes.
Pero había que superar ese capítulo tan trágico en nuestra historia.
Después de mi visita obligada a Lunargenta, cuando todavía no mandaban los vampiros, recuperé el poder en el gremio, pude volver a entrar en el despacho que había destrozado en un ataque de rabia. Aún a día de hoy seguía sin acordarme del todo de lo sucedido, pero sabía que habían tenido que reconstruirlo casi en su totalidad después de mi partida. Ahora ya todo estaba como antes, como antes de que Isabella y Anastasia se fueran. Había respetado cada metro del lugar para que no se perdiera su toque, a pesar de que la decoración no me gustaba, pero era capaz de pasar ahí horas y horas después de mi vuelta de la capital. Y, por suerte, había conseguido regresar antes de que la pandemia se extendiera hasta Verisar.
Luego me había tocado otro viaje a al este y, después de un tiempo sin ningún tipo de contrato, me habían vuelto a llamar para ir al lado contrario. De ahí había vuelto hacía semanas. Y otra vez sin contratos. Por más que intentaba esforzarme en mejorar la imagen de los cazadores, no conseguía el movimiento que teníamos antes. No solicitaban nuestros servicios, no llegaba ninguna contratación y, como las cosas siguieran así, tendría que empezar a despedir al personal. Y no quería. No ahora que estábamos resurgiendo de las cenizas cual ave Fénix. Ave que, por cierto, era el nuevo logotipo del clan.
Me desperté otro día más esperando encontrar algún papel que requiriera mis servicios, pero nada. Ahí seguía, en el despacho, muerta del asco y sin saber qué hacer. Me levanté unas cuantas veces y me puse a dar vueltas por ahí, como si quisiera comprobar que el papel de las paredes estaba bien puesto, o que todo estaba perfectamente colocado. Me aburría bastante… al menos hasta que Natasha llegó con un sobre con el sello del rey.
- Maestra Harrowmont, ha llegado esto para usted.
- ¿Un contrato? - Parecía emocionada, pero la secretaria negó y me tendió el sobre. - Oh… Es del Rey Siegfried. A ver… - Me giré y tomé un abrecartas del cajón. Hacía mucho que no habría esos cajones pero, después de arreglarlos, estaban como nuevos. Sí, también había roto los cajones y tuvieron que ser restaurados.
Al extender el pergamino que había dentro se podía leer:
“Estimado Héroe:
Has sido invitado a la gala de los II Oscar de Aerandir, evento que tendrá lugar en el Hekshold de Beltrexus en la luna llena de Septiembre, entrada al otoño.
Se requiere un traje/vestido elegante”.
Me giré hacia Natasha y la miré extrañada, ella me contestó con su expresión neutra. Típica Boisson, no sabían expresarse bien, siempre me habían parecido unos secos. Al principio dudé si ir o no, tenía la falsa creencia de que si me movía del despacho llegaría un contrato muy importante y me lo perdería, aunque sabía que Natasha me lo daría, pero tenía tantas ganas de retomar mi trabajo que era incapaz de pensar con claridad. Además, urgía cambiar la imagen de los cazadores.
Pero esto también era importante, unos premios que se daban a las hazañas de grandes héroes. Casi todo eran ventajas si iba para allá. Lo primero, que estaba en el Hekshold, esa era mi otra casa, la escuela donde había pasado gran parte de mi vida, donde había aprendido tantas cosas y donde ahora yo también enseñaba a los demás. Tenía que estar.
Aparte, podría conocer a esos héroes nombrados por los juglares, y era una buena oportunidad para dar más luz a mi apellido y al gremio, que parecía estar empezando a apagarse. Y eso sí que no. Quedaban días para que la ceremonia empezase y, sin pensarlo mucho pedí a Natasha que confirmase mi asistencia.
Los días posteriores eran una carrera a contrarreloj para fabricar el mejor vestido para mí, probarme el mejor peinado y el mejor maquillaje. Algunos miembros de la escuela me dijeron cómo iba a ser la ceremonia, me dieron los consejos de etiqueta y reservaron asientos para mí y mi familia, aunque sólo accedió a ir mi padre. Mi madre no se encontraba en buen estado desde lo ocurrido en Sacrestic Ville.
- Quiero un vestido que sea recordado, nada típico. - Aclaré cuando empecé a ver los tules, las anchas y pesadas faldas, los ornamentos excesivos y las incómodas mangas pobladas de ribetes y encajes. Muchas, muchas pruebas tuvieron que hacerse hasta que, por fin, quedé conforme. Eso sí, la cara de las costureras no era del todo satisfactoria, pensaban que era demasiado descocado. Para más inri, un brujo alquimista hizo su magia en las telas, incomodando más a las tejedoras. Pero me daba igual, quería que mi presencia fuera notoria en el lugar. Tan sólo accedí a ponerme una capa durante el trayecto en el coche de caballos. Luego ya iría como me diera la gana.
Día de la Gala.
Durante horas y horas estuvieron ayudándome a bañarme, a vestirme, a maquillarme y a peinarme. Tampoco quería que fuera excesivo, pero querían que quedase tan, tan perfecto, que se habían pasado toda la tarde atareadas mis doncellas.
Junto a mi padre, ambos fuimos en el ostentoso coche de caballos de nuestra familia hasta llegar a las puertas de la Escuela Hekshold, ante la atenta mirada de los presentes. Con la elegancia propia de una dama de mi calibre bajé los peldaños hasta el suelo. ¿Quién se pensaría que yo era una cazadora de vampiros? Viéndome así era más probable que me dedicase a la vida de una mujer adinerada. Sí, era adinerada, pero mi trabajo era muy distinto a lo que parecía.
Agarré a mi padre del brazo y juntos caminamos hasta dentro de la escuela, donde se iba a celebrar la ceremonia. Había tantos ojos puestos en nosotros… Solía estar acostumbrada, así que miré hacia el frente y continuamos hasta la sala donde iba a tener lugar la entrega de premios. Ahí me despojé de la elegante capa de seda y terciopelo que cubría mis hombros y espalda, dejando al aire estas partes de mi cuerpo ante la atónita mirada de los presentes. Sí, no era un vestido típico que soliesen llevar a las ceremonias públicas, pero me daba igual. No tenía sujeción en los hombros ni los tapaba, tan solo cubría una parte de mi brazo una floritura que habían bordado como decoración. Pero lo más llamativo era que habían usado magia en él, la parte baja de la falda llameaba sin quemar, haciendo un precioso y llamativo efecto en la cola del vestido, como si estuviera prendiendo.
Mi padre parecía estar incómodo pero no me dijo nada, sabía que no serviría de mucho, así que tomó la capa por si podía convencerme de ponérmela y siguió conmigo hasta los asientos que teníamos asignados.
Sonriente comprobé que mi vestido el más extraño, aunque había bastantes bonitos. Eso me gustaba, podía ver la moda que se llevaba en el continente, aunque estaba claro que no tenían tanta clase como el mío, pero me gustaba ver y comparar. Por supuesto, yo era la que mejor me veía.
Sin llegar a sentarme, tomé una de las copas que ofrecían los camareros. Esta era de vino, aunque también había otros alcoholes. Miré con desdén a algunos invitados, los que alcanzaba a ver, mientras me llevaba la copa a los labios. No vi a Eltrant, pero sí al estúpido que había escupido en el altar. En realidad, ninguno me importaba una mierda, al menos hasta que vi a Elen. A ella fue a quien saludé, después de tanto sin verla, posiblemente desde el funeral.
- Hola, Elen. Cuánto… tiempo. - No sabía bien qué decir, estaba nerviosa. - Hola, Alister.
- Vestido:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Última edición por Cassandra C. Harrowmont el Lun 11 Sep 2017, 12:11, editado 2 veces
Experto
Re: II Gala de los Premios Oscar de Aerandir
Mi amiga siempre ha sido un poco… violenta, pero eso a veces podría parecerle sexy a algunos chicos, además creo que estaba soltera, cosa que hacía súper divertido ponerle parejas interesantes; lástima que el primer chico que parecía ser perfecto para ella terminó siendo un chico malo… al que tuvimos que descuartizar; estoy exagerando en cuanto al descuartizo, pero no en cuanto a que era bello como para Zukurita. La verdad es que siempre he pensado que ella es bastante linda, y … peligrosa, aunque creo que ella tiene mucho de esto último. Podría ser que en un futuro hiciéramos un grupo de chicas lindas y peligrosas, y que todos los chicos suspiren por nosotras y baung, salvemos el mundo con unas identidades secretas y un glamour espectacular. De hecho, tenía que ver si conseguía uno de esos mini espejitos y lo utilizaba de forma sutil y coqueta para espiar a gente de atrás -no sé para qué querría eso en la práctica, pero en la teoría sonaba muy … para nosotras- . La idea de tener a una compañera que me acompañara a combatir el crimen en tacones -aunque fuese incómodo-, me parecía de lo más “ultra glamuroso”.
Me impresionó un poco cuando me dijo que el chico lindo con el que había venido era su hermano… realmente pensé que mi amiga había engatusado a ese pobre hombre y había usado sus atributos para robarle algo, pero me había equivocado. Ella comentaba que él era un patán, cosa que no me pareció un problema ¿una niña siempre tiene que saber como sacarle provecho a esas situaciones? Al fin de cuentas todo era un juego.
No pude evitar soltar una risa muy sincera y divertida al escuchar que debería estar nominada en drama y cupido. ¡Que ideas tan extrañas le pasaban por la cabeza a Zuki!
Caminé con ella moviendo la coleta de mi cabeza de un lado a otro y conversando -Sí, vine solita… Pelusa anda estacionado afuera- dije como si de una carroza se tratara -Pero vine caminando...- me acerqué con cuidado a ella para intentar decirle un secreto y le comente: -Es que tengo una jaula de dragones pequeños abajo de mi vestido para que se vea más – moví mis manitos como queriendo decir “grande y abultado”. Hice una pausa y luego agregué: -Pelusa está mucho más grande desde la última vez que lo viste; su cornamenta a crecido bastante… pero cada vez se ve más guapo-
Mientras conversaba con mi amiga llegó su apuesto hermano y aproveché el momento para agarrar con cuidado mi coleta y ponérmela en uno de mis hombros de manera coqueta ante Yendri. Zuki nos presentó a ambos y el joven que era casi el doble de mi tamaño me había parecido muy galante. Mientras me besaba el dorso de la mano yo lo miraba y mis ojitos empezaron a parpadear, y solté un leve suspiro -que espero que nadie se haya dado cuenta-, para luego escuchar maravillada sus palabras alagadoras. Lo malo es que Zuki le cortó el rollo al decirle que era un patán; claro que no era eso… era un galán, aunque muy meloso para mi gusto en realidad, me gustaba cuando los hombres suponían un poco de reto, ya que ni siquiera le había lanzado mis miraditas o mi nuevo “movimiento de hombro” -jugada que aún no sabía hacer muy bien, y me quedaba totalmente anti seductor… pero ya aprendería-.
-Chaito- le dije al hermano de Zuki moviendo mis deditos esperando volver a verlo.
Cuando por fin se retiró me acerqué a mi amiga y le susurré -Me agrada tu hermano… pero aún tiene mucho que aprender si pretende conquistarme.- señalé luego a Paul que estaba muy apuesto también vestido de pirata -Él también es bastante caballero, pero con un toque más sutil y menos empalagoso. Te lo recomiendo- le sugerí a mi amiga -Cero relacionarse con gente fea como el zorro- dije refiriéndome a Zatch.
-Espero que ganes en alguna categoría en este evento. Por cierto – hice una pausa -¿Te ha servido la pulsera que te regalé? Para que no quedes en paños menores por ahí...-
OffRol
Menciono a Zatch y Paul
Interactuo con Yendri y Zukura
Honorable
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