II Gala de los Premios Oscar de Aerandir

Intentaba quitar todos aquellos adjetivos, adverbios, sustantivos y cualquier otra forma de palabra no grata de mi mente sucia, pero no podía mantener siquiera mis pensamientos en un tono siquiera “educado”. Las preguntas que le había lanzado a Paul fueron mejor respondidas por uno de esos brujos que parecían haber organizado todo el circo. Así como quién quiere y no quiere, no solamente me estaba enterando que era una gala de premios y que yo estaba dentro de los nominados sino que además, había ganado en mi categoría. Sentí como me subía la bilis por la garganta. “¿De verdad? me pregunté, entendiendo que como chiste tendría poca gracia. Al parecer yo no era la única que tenía bastante tiempo libre entre manos ahora que la pandemia me había dejado prácticamente sin trabajo. Asombroso espeté con ambas cejas como arcos, no cabía dentro de mi propia sorpresa Asombroso repetí monótonamente, no sabía que opinar, así que dejé mi boca cerrada, me había prometido comportarme como una dama… respiré profundamente y me fui a mi lugar feliz en mi mente.

Dentro de mi burbuja de felicidad noté un par de cosas, por ejemplo, que no era para nada coincidencia que mis conocidos estuviesen allí. Con lo maravillosa que era yo como para ganarme un premio, mis conocidos y compañeros tenían que ser igual que yo o mejores, sino todo lo que dijo ese brujo presentador tenía que ser un embuste. Tch yo misma pinché mi burbuja de felicidad. ¿A quién quería engañar? No había explicación posible ni racional que me convenciera de que yo había sido capaz siquiera de ganar algún premio en mi vida, mucho menos algo que tuviese un “mejor” como rótulo y era una sorpresa mayúscula, que ese mejor no estaba acompañado por alguna connotación negativa como “torpe”, “bruta”, “reventadora de burbujas”, “irónica” o cosas así. Suspiré, aún nadie había subido al estrado a decir nada y dado que me iban a ver cuando recogiese el premio, creí que sería mejor hacer un paquete y al menos saludar a los conocidos con mi sonrisa peleona… compradora… sí, compradora.

Una vez en el estrado me aclaré la garganta, busqué a mis compañeros con la vista y sonreí pagada de mi misma Eh espero que sea una coincidencia que conozca a la mayoría de los ganadores y no un castigo tosí, ahí iba mi intento de chiste para romper el hielo Como sea, solo quiero dar las gracias por este premio, aunque quiero que conste en actas que ver esta cabeza de león te hace preguntarte si no hubieses preferido perder a propósito, siendo un licántropo me gusta más el lobo de plata miré feo a los lados, sobre todo al buen rey exiliado y luego continué levantando el premio para que sea mejor apreciado De todas formas, es mejor que no tener nada, ¿verdad Ash? Te llames como te llames tus pulgas son las mismas y nadie las quiere jajaja. Quería darme una patada mental, había olvidado mi cometido de portarme decentemente. Carraspee un poco y hablé con un tono más solemne Independientemente de haber recibido un premio o no, creo que es más que suficiente volver a encontrarse con amigos, pelearse y emborracharse, todos estamos bien. Un saludo muy especial a Eltrant (¡Matador te llevas todo!), Elen, Huracán le hice ojitos a la bruja sabrosonga.

Mis felicitaciones al inventor Chimar y a los siempiternos rivales de los lobos Paul la caída de ojos que le tenía planeada fue barrida como torbellino por una elfa genérica vestida de pirata Lexie y Bio sabía que me estaba tomando mi tiempo y traté de cortarlo rápidamente no me olvido de Destino, Athos y mi princesa Maguita. También quiero agregar que me alegra ver otras caras de licántropos como esta servidora y espero tener la oportunidad de conocerlos mejor en el futuro oh si, mi auto proclamado mejor discurso por todas las vidas de aquí al más allá, como lo diría el pequeño Black.

Premio en mano, con pergamino y todo, prácticamente corrí a la salida, estaba loca por quitarme ese vestido, la peluca que tanto me picaba y esas botas de tacón que me hacían sentir como un álamo. Muy intento de dama, pero me sentía moralmente desembarazada de cualquiera de estas reuniones por al menos la mitad de lo que me quedaba de vida.

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Interactúo con Elen Calhoun, Cassandra C. Harrowmont, Eva, la hermana de Alanna,
Wallace Mcgregor, Elliot, Runa Thorgil y Áquila
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Elecciones para el pergamino
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Runa muy mala: Ashryn “Vinculo de fuerza”
Runa mala: Huracán “Medio natural”
Runa normal: Lexie “Ojos que no ven…”
Runa buena: Bio “Espíritus de la noche”
Runa muy buena: Eltrant “Hoja Cargada”

La mujer gato, Eva, volvió para sentarse a mi lado. Su comentario acerca de mi vestido negro me había resultado clarísimamente ofensivo. Aunque el hecho de que fuera a destrozar el vestido a Cassandra debo reconocer que me había gustado, me coloqué una mano bajo el mentón y me reí.

-¡Oh, eres tú! Me había olvidado de que existías. – le dije a la gata con una siniestra voz cuando volvió a sentarse a mi lado. Pero poco después apareció alguien a quien repudiaba con todo mi odio, el vampiro Víctor, experto en sacarme de quicio. – Que pena que se me encasquillara la ballesta aquel día. – musité en relación a sus pesados comentarios. Recordaba muy bien nuestro último encuentro, había sido en el lago Tymer. El día en que conocí a Belladonna Boisson en persona y descubrí toda la realidad. Fue un punto de inflexión, y aquel chupasangres había estado presente.

Como allí no tenía mi armamento a mano, lo mejor sería ignorar sus palabras. Pronto darían el nombre de los ganadores, entre los que me encontraba no una, sino dos veces. Bebí de la mesa y miré a la gata que estaba a mi lado, limpiándome el vestido con soberbia. – Voy a por mis dos oros. Guárdame el sitio. – le pedí con segundas, seria y alzando una ceja. Ignoraba que ella también había ganado una medalla de bronce, luego se levantó para ir a bailar con otro tipo.

Subí al estrado. No era una mujer demasiado habladora. Pero quería tenía que ser educada, estaba ante mi público, el Hekshold. – Quiero agradecer a todos aquellos que habéis hecho posible que esté aquí arriba, recogiendo estos premios. – carraspeé. – También al colegio y a todos los que con vuestro fantástico trabajo habéis hecho que este evento fuera posible. – comencé diciendo de manera muy seca, sin sonreír. – Quiero felicitar a todos los premiados: Elen, Rachel – miré a Eltrant. - Incluso a ti, Tale. – hice una pequeña pausa, bebí un poco de agua y volví a hablar.

Me estaba explayando quizás demasiado, pero tenía que quedar bien delante de los profesores que orgullosos me aplaudían. Hasta ahora todo habían sido buenas palabras. Ahora vendrían los palos.

–Me gustaría tener un bonito gesto y compartir mis premios con la otra maestra cazadora, Cassandra Harrowmont. - Busqué a la arquera entre el público, con una sonrisa y mirada de zorra mala, pero no conseguí encontrarla. La muy repelente se habría ido seguramente antes que verme a mí ganar algo. – Hoy no ha sido tu gran noche, pero por fortuna estoy yo aquí para salvar los muebles y dejar nuestro colegio y nuestro gremio en lo más alto. –  aparté un poco un mechón de pelo que me tapaba parte de la cara – Bueno, al menos me alegro que te hayas llevado el premio de consolación por habernos sorprendido a todos con ese vestido tan caro. - sonreí muy muy tímidamente y puse ojitos, pestañeando varias veces mi descorrido rímel negro.

Tras decir esto, me dispuse a bajar del estrado, justo cuando yo lo hacía subía la elfa Helyare, aquella racista que una vez me había insultado y a la que había dado una buena paliza por su insolencia. La habría matado allí mismo de no ser porque Jules me contuvo. La crucé, nos miramos a los ojos, serias y con desprecio mutuo, al pasar a su lado le susurré unas palabras que, por lo bajo, sólo podría escucharme ella. – Perdedora. – le recordé. Pero tampoco dije nada que fuera mentira. Había perdido aquel combate y, una vez más, volvía a sucumbir. Cuando le di ya la espalda, tras el cruce, bajé del escenario con una sonrisa satisfactoria. Aquellas palabras me prestaron más que cualquier medalla.

Edit: Piss off Runas! ¿No podéis salir así de buenas cuando estoy en una misión o mastereado? .l.

Runas:

    Había sido una noche larga con “eventualidades” bastante particulares… y es que había todo tipo de gente en aquella entrega de premios… Y por supuesto no había un premio para la cosita más glamurosa de aerandir, porque sino no fuese una competencia, si no que me entregarían siempre el premio a mí. La cuestión es que no sabía si todos eran tan raros siempre o era el ambiente; a lo mejor nos habían envenenado con gases invisibles para actuar diferente; pero una de las personas que más estaba actuando de forma inusual era Den, el gatito lindo con quién había tenido el placer de compartir varias aventuras, quién se encontraba realmente apuesto en esa velada. Por suerte la presencia de Yomo en aquel momento fue toda una distracción para disipar mis nervios ante lo que mi gatito había dicho, y es que no sabía qué tan en serias eran sus palabras. Debo admitir que no sólo la presencia del “oso” me salvó, sino que también mi comentario sobre bailar había sido el punto medio… como para que Den no se sintiera rechazado, pero tampoco pensara que lo aceptaba -y no porque no quisiera, sino que si él estaba jugando, yo no pasaría pena-.

    Pronto empezó a sonar una canción suave… Y sin esperarmelo ¿me invitaron a bailar?; sí, no me lo esperaba; le dije a Den que sería su compañera de baile y no íbamos a bailar, ¿en qué cabeza cabe? Al parecer en la mía.

    Suspiré al sentir la patita de él sujetarme de la mano, y vi como hacía una reverencia para llevarme con él. Woao pero se veía tan elegante, y tan galán… con un no se qué muy atractivo, que yo no pude evitar despedirme de Yomo moviendo mi manito de un lado a otro mientras mis mejillas se calentaban al punto de ponerse rojitas. De reojo observé la colita de Den moverse de forma divertida y aquello me enterneció en sobre manera; solté una suave risita nerviosa y me acerqué hasta dónde él me llevaba.

    Un montón de luces preciosas empezaron a hacer espectáculo y a llamar la atención de la mayoría de los invitados, mientras que yo las veía como una representación gráfica de lo que estaba sucediendo en mi estómago en ese momento. Todo era sumamente precioso, era como un cuento de hadas. Yo estaba vestida como una princesa y él como mi príncipe; el show de luces y una musiquita de fondo… Lo único que podía hacer era respirar de forma enamorada aquel polvo rosa que olía tan… mágico, porque mi cerebro se había apagado por completo.

-Uh- solté muy sonrojada al sentir como sus brazos fuertesotes me rodeaban y me apretaban con cuidado hacía su cuerpo. Tuve que ponerme de puntillas y mirar mucho hacia arriba, porque estando tan cerca no podía ver su rostro, ya que mi cara, si no estuviera en puntillas, llegaría por el inicio de sus costillas. Den era un chico realmente alto y …  su espalda… En fin… Coloqué con suavidad mis manitos sobre su pecho acariciando distraída su traje color vinotinto, jugando con mis dedos sobre aquella tela, e incluso inconscientemente jugué un par de veces con su negra corbata. Soltaba suspiros a cada tanto y entonces…

    Me quedé petrificada y tensa con los ojos abiertos como platos mientras el hocico de Dendrei se acercaba a mi boca -cosa que dudo mucho que haya sido por accidente porque tuvo que agacharse para acercarse tanto-, y su peludo y bigotudo hocico se juntó con mi boquita. Me puse roja como un tomate, y sentir cosquillitas en mis mejillas por sus bigotes no ayudaba a calmar la parranda de hormigas, mariposas, fuegos mágicos, luciérnagas, … tenía toda una rumba con cada especie de animales en mi estómago. Mis ojos se cerraron rindiéndose ante esa fiesta de emociones locas en mi interior; disfruté aquel besito con la trompita armada y los labios bien cerrados -por si acaso-, y sin querer hice que varias copas alrededor de nosotros se partieran de la “nada” por el descontrol emocional que tenía.

    Cuando Den se separó, después de unos cuantos segundos, me dí cuenta de que yo seguía con la trompita parada y enseguida la quité de forma “casual” esperando que nadie más haya visto lo que acababa de suceder.

-Ehc jemm.. yo…- logré decir muy pero muy muy sonrojada. Sonreí tontamente al verlo después del beso y miré a otra dirección tratando de evitar ese contacto visual que sentía que me iba a derretir. -Yo… ehmm – awww necesitaba decir algo más y mi cerebro no me daba… - Yo… tengo que… - miré a lo lejos a mi papi (Bio) que al parecer había ganado un premio, cosa que fue un milagro haberme dado cuenta porque llevaba un tiempo sedada por los encantos del gato -Tengo que irme…- hice una pausa -Mi papá… me está esperando- señalé a mi papi, aunque muy tarde pensé que no sería buena idea hablar con mi papá en momentos como este – Digo, digo… Con una amiga… Sí sí una amiga me está esperando- señalé a Wood que parecía desesperada por querer salir, y también llevaba un premio ¿porqué todos tienen premios excepto yo?

    Después de mi torpe escusa -la peor que he dicho en mi vida-, me puse en puntillas otra vez para darle un dulce besito a Den en su hombro, porque a su mejilla no alcanzaba. Le sonreí de forma nerviosa y me volteé para salir corriendo hasta donde estaba Wood; de vez en cuando volteaba el rostro para ver si Den aún me veía y eso causo que chocara más de una vez.

    Cuando llegué a donde estaba mamá Wood me abracé a su brazo como una garrapata y salí con ella.

-¡Holis!- le dije a la loba de forma cómplice como si acabáramos de hacer una travesura; me reí por lo bajito un rato y luego le solté -Ya que tú sabes de gente peluda… Necesito ehmm consejos…-

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OffRol
Menciono a varios
Interactuo con Den, Wood y un poquitin con Yomo

Runas: