Sin mirar atrás [Privado. Rapport] [Cerrado]
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Hacía tanto frío que le dolía cada parte de su cuerpo. Jadeaba y una pequeña nube emanaba de sus labios. Su pecho subía y bajaba con rapidez después de la carrera que había hecho. Nada mas salir de aquel sitio en Sacrestic Ville había empezado a correr hacia la habitación que había rentado, lo cogió todo y sin mirar hacia atrás salió de la ciudad que en pocos días dejó bastante atrás. Su cuerpo se estremeció cuando una brisa recorrió todo su cuerpo. -Que no empiece a hacer aire...- Dijo algo molesta y siguió andando entre los delgados árboles casi sin hojas que adornaban aquellos bosques. En aquel lugar predominaba un silencio escalofriante, cosa que a Astrid no le gustaba nada. Había oído muchos malos rumores de las criaturas que vivían en los alrededores de ese bosque. Bueno, después de meterse en aquel lugar de la ciudad ya nada la iba a sorprender ¿Qué más podría esperarle a la dragona?
Cuando anocheció se hizo un hueco entre dos árboles para montar su campamento. Hizo una pequeña tienda y metió sus cosas dentro. Se echó una manta por encima mientras dejaba reposar su espada dentro de la tienda. Al salir rompió varias ramas y las apiló dentro de un círculo de piedras. Tras un rato encendió una hoguera para mantenerse caliente aquella gélida noche. Notaba como el viento soplaba ya que movía las llamas del fuego. Suspiró pesadamente y miró a su alrededor. Solo la luz de la luna hacía brillar las partes que la luz de la fogata no llegaba ¿Cómo algo tan bonito podía ponerle tan triste? Suspiró de nuevo y negó con la cabeza levantándose del suelo y fue a buscar por los alrededores por si encontraba algo que cazar por los alrededores. Aunque tenía frutas y hortalizas en su bolsa y algo de carne seca, si encontraba algo más fresco para comer mejor para ella.
Astrid rebuscó entre algunos arbustos alrededor de su campamento. Tenía que tener cuidado por si tocaba alguna planta que no tuviera que tocar al estar oscuro y no poder investigar con más detalle. Pero de golpe oyó un “click” y luego un dolor insoportable en la zona del tobillo. La dragona quedó en shock durante unos segundos por el gran dolor que estaba sintiendo en tan poco tiempo y luego cayó hacia atrás cayendo en la zona iluminada por la fogata. Había metido el pie en una trampa para animales que había atrapado su pie con fuerza y mucho dolor. -¡Joder!- Gritó adolorida y sus ojos comenzaron a lagrimear por el dolor. Se arrastró entre quejidos hacia la tienda pero la trampa estaba atada al suelo y no conseguía llegar a su mochila . -Nece... sito llegar...- Se estiró un poco más haciendo que tirase de la herida y paró en seco con un fuerte grito. Se mordió el labio para intentar llorar en silencio, ya bastante ruido había hecho. Si había alguien por los alrededores la había escuchado seguro.
Se intentó incorporar solo logrando quedarse sentada en el suelo mientras sollozaba por el dolor. Miró el tobillo que sangraba cada vez que se movía. La trampa se había clavado en su pie y con cualquier movimiento le dolía como mil puñaladas. Cerró los ojos respirando profundamente. -Tienes que hacerlo Astrid... Tienes que hacerlo...- Cogió un trapo de uno de los bolsillos interiores de su vestido y lo mordió con fuerza. Cogió aire e intentó abrir la trampa para animales con fuerza, pero solo consiguió hacerse más daño. Se quitó el trapo de la boca y se secó las lágrimas. No le quedaba otra que rezar para que alguien, que no quisiera comérsela, la ayudase a hacer más fuerza pero... Nadie sabía que estaba ahí ¿Quién podría? Mientras Astrid pensaba en qué hacer por ella misma, algo detrás de ella hizo que sonase los arbustos y ella se girase un poco. Ante su sorpresa abrió los ojos como platos. -Yo te he visto antes...- Murmuró sorprendida.
Cuando anocheció se hizo un hueco entre dos árboles para montar su campamento. Hizo una pequeña tienda y metió sus cosas dentro. Se echó una manta por encima mientras dejaba reposar su espada dentro de la tienda. Al salir rompió varias ramas y las apiló dentro de un círculo de piedras. Tras un rato encendió una hoguera para mantenerse caliente aquella gélida noche. Notaba como el viento soplaba ya que movía las llamas del fuego. Suspiró pesadamente y miró a su alrededor. Solo la luz de la luna hacía brillar las partes que la luz de la fogata no llegaba ¿Cómo algo tan bonito podía ponerle tan triste? Suspiró de nuevo y negó con la cabeza levantándose del suelo y fue a buscar por los alrededores por si encontraba algo que cazar por los alrededores. Aunque tenía frutas y hortalizas en su bolsa y algo de carne seca, si encontraba algo más fresco para comer mejor para ella.
Astrid rebuscó entre algunos arbustos alrededor de su campamento. Tenía que tener cuidado por si tocaba alguna planta que no tuviera que tocar al estar oscuro y no poder investigar con más detalle. Pero de golpe oyó un “click” y luego un dolor insoportable en la zona del tobillo. La dragona quedó en shock durante unos segundos por el gran dolor que estaba sintiendo en tan poco tiempo y luego cayó hacia atrás cayendo en la zona iluminada por la fogata. Había metido el pie en una trampa para animales que había atrapado su pie con fuerza y mucho dolor. -¡Joder!- Gritó adolorida y sus ojos comenzaron a lagrimear por el dolor. Se arrastró entre quejidos hacia la tienda pero la trampa estaba atada al suelo y no conseguía llegar a su mochila . -Nece... sito llegar...- Se estiró un poco más haciendo que tirase de la herida y paró en seco con un fuerte grito. Se mordió el labio para intentar llorar en silencio, ya bastante ruido había hecho. Si había alguien por los alrededores la había escuchado seguro.
Se intentó incorporar solo logrando quedarse sentada en el suelo mientras sollozaba por el dolor. Miró el tobillo que sangraba cada vez que se movía. La trampa se había clavado en su pie y con cualquier movimiento le dolía como mil puñaladas. Cerró los ojos respirando profundamente. -Tienes que hacerlo Astrid... Tienes que hacerlo...- Cogió un trapo de uno de los bolsillos interiores de su vestido y lo mordió con fuerza. Cogió aire e intentó abrir la trampa para animales con fuerza, pero solo consiguió hacerse más daño. Se quitó el trapo de la boca y se secó las lágrimas. No le quedaba otra que rezar para que alguien, que no quisiera comérsela, la ayudase a hacer más fuerza pero... Nadie sabía que estaba ahí ¿Quién podría? Mientras Astrid pensaba en qué hacer por ella misma, algo detrás de ella hizo que sonase los arbustos y ella se girase un poco. Ante su sorpresa abrió los ojos como platos. -Yo te he visto antes...- Murmuró sorprendida.
Última edición por Astrid Leggiend el Lun 16 Abr - 17:50, editado 1 vez
Astrid Leggiend
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Re: Sin mirar atrás [Privado. Rapport] [Cerrado]
Es un día de invierno fuerte. Penso el Lapin mientras recolectaba ramas de distintos arboles, quizás algunos se habrían salvado de la lluvia o la nieve , como se llamaría ¿aguanieve? el clima no se decidía si nevar o llover por ratos, en esos momentos la madre tierra decidía entre dos ramas mordisqueo una y entonces escucho un grito, ¿un animal? sus orejas se pararon alerta y el de manera casi instintiva se oculto entre las hojas, tratando de escuchar con cuidado agitando la punta de la nariz oliendo la tierra húmeda, el grito no era lejano pero parecía pedir ayuda, y bueno rapport pensó en simplemente no hacerle caso.
¿que beneficios le trae meterse en la caza de un depredador? pensó rapport, al final la vida es como era, nacías vivías envejecías y si tenias suerte de reproducirte tu esencia vivirá en la siguiente generación.
El conejo continuo y se cubrió con su manta, o mas bien dicho trozo de tela robado, al final en su vida nunca pudo obtener mas que un taparrabos y estaba acostumbrado a hacer una madriguera bajo la tierra, entonces volvió a escuchar el grito.
Confirmado, no era un grito de una presa por que escucharía gruñidos seguro... ¿alguien cayo en una trampa del bosque? camino presto por el bosque dando pequeños y ágiles saltos de a donde se movía, llevaba en su mochila lo que siempre era necesario, y llegado a la escena la contemplo un poco antes de entrar en acción, era una joven que había caído en una trampa de cazador que habia sujetado su pierna, era hecha de hierro, rapport no entendía el por que poner trampas para atacar, suspiro y pensó que deberia hacer¿presentarse y ayudar ? creo que seria lo mas razonable dijo pero también podría asustarla mas así que cogió un trapo y limpio su rostro si algo supo es que por alguna razón la gente no se sentía amenazada en su parecencia, el poder de ser un conejo se habia dicho a si mismo.
Entro pero su manera era brusca y su habla llena de pequeños gestos físicos, su pésimo dominio del idioma no ayudaba
-Yo rapport, conejo del bosque, déjame cuidarte- Dijo decidido mientras que , con su típica timidez instintiva dejaba su mochila en el suelo y se quitaba la ropa por exepción del taparrabos demostrando que no tenia intención alguna de hacerle daño, una ves se hubiese calmado tenia decidido que hacer, tenia un par de herramientas de hueso con las cuales hacer palanca y habia una hoguera, iba a tener que quemar su trozo de metal en la hoguera y cauterizar la herida, no iba a ser bonito.
-yo conozco primeros auxilios, puedo ayudarte soy chaman - dijo de mala gana, es cierto que el titulo de chaman no valiera fuera de tierras salvajes pero aunque rapport no era medico curar y suturar una herida era cosa de vida diaria. y esas trampas estaban hechas para no matar lentamente, era una crueldad su existencia.
¿que beneficios le trae meterse en la caza de un depredador? pensó rapport, al final la vida es como era, nacías vivías envejecías y si tenias suerte de reproducirte tu esencia vivirá en la siguiente generación.
El conejo continuo y se cubrió con su manta, o mas bien dicho trozo de tela robado, al final en su vida nunca pudo obtener mas que un taparrabos y estaba acostumbrado a hacer una madriguera bajo la tierra, entonces volvió a escuchar el grito.
Confirmado, no era un grito de una presa por que escucharía gruñidos seguro... ¿alguien cayo en una trampa del bosque? camino presto por el bosque dando pequeños y ágiles saltos de a donde se movía, llevaba en su mochila lo que siempre era necesario, y llegado a la escena la contemplo un poco antes de entrar en acción, era una joven que había caído en una trampa de cazador que habia sujetado su pierna, era hecha de hierro, rapport no entendía el por que poner trampas para atacar, suspiro y pensó que deberia hacer¿presentarse y ayudar ? creo que seria lo mas razonable dijo pero también podría asustarla mas así que cogió un trapo y limpio su rostro si algo supo es que por alguna razón la gente no se sentía amenazada en su parecencia, el poder de ser un conejo se habia dicho a si mismo.
Entro pero su manera era brusca y su habla llena de pequeños gestos físicos, su pésimo dominio del idioma no ayudaba
-Yo rapport, conejo del bosque, déjame cuidarte- Dijo decidido mientras que , con su típica timidez instintiva dejaba su mochila en el suelo y se quitaba la ropa por exepción del taparrabos demostrando que no tenia intención alguna de hacerle daño, una ves se hubiese calmado tenia decidido que hacer, tenia un par de herramientas de hueso con las cuales hacer palanca y habia una hoguera, iba a tener que quemar su trozo de metal en la hoguera y cauterizar la herida, no iba a ser bonito.
-yo conozco primeros auxilios, puedo ayudarte soy chaman - dijo de mala gana, es cierto que el titulo de chaman no valiera fuera de tierras salvajes pero aunque rapport no era medico curar y suturar una herida era cosa de vida diaria. y esas trampas estaban hechas para no matar lentamente, era una crueldad su existencia.
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Re: Sin mirar atrás [Privado. Rapport] [Cerrado]
Miró al individuo que se encontraba frente a ella. De arriba a abajo cada parte del cuerpo le parecía más extraña que la anterior ¿Dónde se había metido? Al verlo quitarse la ropa rápidamente Astrid giró la cabeza y cerró los ojos. “Esto debe ser mentira” Pensó negando junto a un suspiro de incredulidad. -Yo soy Astrid... dragona... ¿de las montañas?- Se presentó imitando la manera en la que lo había hecho él, sin girar aún la cabeza. Si era un simple conejo sería como uno normal pero enorme ¿no? Tenía que girarse para poder sacar bien la pierna, al poco se dio por vencida y con un lento gesto volvió a mirar hacia la trampa y al gran conejo. -Puedo curarlo sola, pero no podía alcanzar mi mochila. Necesito que separes la trampa y sacaré el pie- No supo si le había entendido el contrario, pero aún así volvió a repetir el plan dicho pero con gestos, esperaba que de esa manera la comprendiera.
Hizo una señal para que hiciera palanca cuando ella avisara. Astrid cerró los ojos cogiendo una gran bocanada de aire y tras una señal con la cabeza. Aguantó la respiración. Al sentir como la trampa se separaba de su piel. El dolor era tan intenso que gritó soltando así el aire que guardaba. Sacó fuerzas de donde pudo y de un leve movimiento pudo apoyar las manos en el suelo. Tiró de su propio cuerpo para acercarse más a la tienda y lograr apartar el pie de la trampa. -Gracias Rapport- Agradeció mientras sacaba una bolsa y de ésta un pequeño vendaje. Entre quejidos de dolor, se vendó la herida apretando para que cortase toda hemorragia. Un nudo fue el final de aquellos dolorosos momentos y apoyó el pie con mucho cuidado en el suelo. Era un ardor casi insoportable lo que tenía en esos momentos alrededor de toda la zona herida. Un posible golpe en la cabeza a lo mejor la aliviaba.
- De verdad... Gracias por la ayuda ¿Puedo ofrecerte algo a cambio? Tengo algunas frutas y verduras para cenar- Ofreció al conejo. Volvió a meter la mano en la tienda, sacó su mochila dejándola a un lado. Por suerte Rapport no era lo que parecía un vampiro o el dueño de aquella trampa que ahora la dejaba incapacitada. Le costaría andar o incluso correr si tuviera que huir de alguna manera. Observó que las vendas se empezaban a llenar de sangre, no había conseguido hacer la presión suficiente como para cortar la hemorragia. Temía que la herida se le infectase y ocasionaran peores situaciones como fiebre o, en un extremo, la muerte. La dragona era muy exagerada para eso, pero la criaron así, para temer al mundo fuera de su aldea. -Creo que no he cerrado bien la herida... ¿Alguna idea Rapport?- Preguntó con un tono de preocupación llevando la yema de los dedos hacia la herida.
Hizo una señal para que hiciera palanca cuando ella avisara. Astrid cerró los ojos cogiendo una gran bocanada de aire y tras una señal con la cabeza. Aguantó la respiración. Al sentir como la trampa se separaba de su piel. El dolor era tan intenso que gritó soltando así el aire que guardaba. Sacó fuerzas de donde pudo y de un leve movimiento pudo apoyar las manos en el suelo. Tiró de su propio cuerpo para acercarse más a la tienda y lograr apartar el pie de la trampa. -Gracias Rapport- Agradeció mientras sacaba una bolsa y de ésta un pequeño vendaje. Entre quejidos de dolor, se vendó la herida apretando para que cortase toda hemorragia. Un nudo fue el final de aquellos dolorosos momentos y apoyó el pie con mucho cuidado en el suelo. Era un ardor casi insoportable lo que tenía en esos momentos alrededor de toda la zona herida. Un posible golpe en la cabeza a lo mejor la aliviaba.
- De verdad... Gracias por la ayuda ¿Puedo ofrecerte algo a cambio? Tengo algunas frutas y verduras para cenar- Ofreció al conejo. Volvió a meter la mano en la tienda, sacó su mochila dejándola a un lado. Por suerte Rapport no era lo que parecía un vampiro o el dueño de aquella trampa que ahora la dejaba incapacitada. Le costaría andar o incluso correr si tuviera que huir de alguna manera. Observó que las vendas se empezaban a llenar de sangre, no había conseguido hacer la presión suficiente como para cortar la hemorragia. Temía que la herida se le infectase y ocasionaran peores situaciones como fiebre o, en un extremo, la muerte. La dragona era muy exagerada para eso, pero la criaron así, para temer al mundo fuera de su aldea. -Creo que no he cerrado bien la herida... ¿Alguna idea Rapport?- Preguntó con un tono de preocupación llevando la yema de los dedos hacia la herida.
Astrid Leggiend
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Re: Sin mirar atrás [Privado. Rapport] [Cerrado]
El lapin no había dudado en el momento de meter el duro hueso entre el hierro para dejar salir por palanca la pierna de quien se había demostrado, ser una de esas dragonas de montaña, mientras la sangre salpicaba y la mujer gritaba reflexionaba, había oído que los dragones eran grandes lagartijas pero esta mujer no parecía una, tampoco le veía razones para mentir, vino para ayudar a alguien y luego una vez terminado el trabajo solo se alejo para ponerse sus ropas obviamente la otra razón por la cual se la quito fue para no ensuciar sus pocas "prendas" si se podían llamar, se ensuciaran con sangre.
Miro su extraña manera de sanar, con vendajes, serian buenos emplastos si no estuviesen en el bosque, por lo que tomo una distancia de ella y se puso de cuclillas o mas bien en la punta de sus peludas patas.
-Diria, que la sangre va a atraer bestias, matar bestias los dos no podremos así que mejor- fue interrumpido por un pequeño chasquido con los dientes, mas parecido a un ronroneo, aun no conseguía hablar apropiadamente -mejor coger metal y calentarlo para quemar herida, herida quemada no huele, no deja rastro, ¿podrás vivir con el dolor?- El lapin dijo esto a explicitas sabiendas de lo "cara bonita" "piel bonita" deseaba la gente, eran capaces de ir con vestidos de tela afuera en vez de abrigos de piel solo para mostrar un estatus que no le permitiría salvarse. Aparte la practica era rustica y tenia un trozo de metal adecuado, de hecho jugueteaba con el, no era mas que un trozo viejo de armadura doblado y con uno de los lados envuelto en tela.
-Dolor sera insoportable, pero si tu sobrevives, sanaras herida-
Dijo el conejo, agitando sus orejas con gran alerta, preparado para que en cualquier momento viniera alguna criatura, oía sonidos pequeños pero nada alertado, ante un sonido de animal cogería su mochila y lanza para largarse. El bosque estaba lleno de niebla así que era mejor fiarse de su oido,no podia de la nariz por que tanta humedad hacia oler las cosas de forma pesada.
Miro su extraña manera de sanar, con vendajes, serian buenos emplastos si no estuviesen en el bosque, por lo que tomo una distancia de ella y se puso de cuclillas o mas bien en la punta de sus peludas patas.
-Diria, que la sangre va a atraer bestias, matar bestias los dos no podremos así que mejor- fue interrumpido por un pequeño chasquido con los dientes, mas parecido a un ronroneo, aun no conseguía hablar apropiadamente -mejor coger metal y calentarlo para quemar herida, herida quemada no huele, no deja rastro, ¿podrás vivir con el dolor?- El lapin dijo esto a explicitas sabiendas de lo "cara bonita" "piel bonita" deseaba la gente, eran capaces de ir con vestidos de tela afuera en vez de abrigos de piel solo para mostrar un estatus que no le permitiría salvarse. Aparte la practica era rustica y tenia un trozo de metal adecuado, de hecho jugueteaba con el, no era mas que un trozo viejo de armadura doblado y con uno de los lados envuelto en tela.
-Dolor sera insoportable, pero si tu sobrevives, sanaras herida-
Dijo el conejo, agitando sus orejas con gran alerta, preparado para que en cualquier momento viniera alguna criatura, oía sonidos pequeños pero nada alertado, ante un sonido de animal cogería su mochila y lanza para largarse. El bosque estaba lleno de niebla así que era mejor fiarse de su oido,no podia de la nariz por que tanta humedad hacia oler las cosas de forma pesada.
Rapport
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La herida dolía bastante y tener aquello en esos momentos no la iba a beneficiar en absoluto. Alzó la vista hacia el conejo mientras hablaba. Tenía razón. La sangre atraía a las bestias salvajes como la miel a las moscas, tenía que hacer algo. La venda que rodeaba la herida de su pie rápidamente se había humedecido en la sangre y comenzaba a ser una molestia. La idea de Rapport podía ser buena, pero sabía lo que iba a doler eso. Mordió su labio mirando a los alrededores como si quisiera buscar una solución que no hiciera tanto daño. No la encontró. En aquel bosque corría bastante peligro. Si algo o alguien iba a por ellos, daba por sentado que el contrario saldría corriendo por su vida sin mirar atrás. Ella solo sería capaz de gritar o rezar para que su final fuera rápido. Las fuerzas no estaban de su lado, no podría luchar ¿Correr? Con la herida del pie y sangrando la encontrarían. Si lograba levantarse.
-Hazlo...- Dijo sin pensarlo y se quitó la venda con cuidado. La enterró en la tierra, aunque no serviría de nada intentar esconder el rastro de sangre, ya había gran parte de ella en la propia tierra. Cogió una muda y arrancó una de las mangas. La usaría como objeto para morder. Echó agua en la herida para limpiarla un poco mientras su compañero preparaba aquel metal calentándolo en la hoguera. -Aunque grite que pares... No lo hagas, tal y como has dicho dejar que siga sangrando es bastante peligroso, no quiero exponerte ya que has venido a salvarme- Dijo con una mueca de preocupación y algo de temor por el pensamiento que rondaba su cabeza del dolor. Recordó entonces la primera vez que se hizo una buena herida. La cicatriz en su espalda. Si se desmayó a causa del gran dolor y solo era superficial... Esperaba que al tener un vínculo con el elemento de fuego, no le hiciera daño o no le hiciera tanto como ella pensaba.
Cogió el trapo y se lo puso en la boca mordiéndolo con fuerza. Estiró un poco la pierna y al oír al contrario acercarse se preparó para la peor parte. No. No le ayudaba nada su vínculo. Gritó apretando los puños como nunca antes. Las lágrimas salieron por sus ojos y caían al suelo húmedo del bosque. El dolor recorría cada parte de su cuerpo, sentía que le estaban haciendo aquello por todo el cuerpo y solo podía morder el trozo de tela e intentar no gritar demasiado. No solo fue una vez. Tuvo que ser varias veces para cerrar cada herida que habían hecho los dientes de la trampa que la atrapó. Iba girando el pie con una fuerza de voluntad tan grande como para soportar el dolor al darse la vuelta. "Hazlo más rápido... que acabe... que acabe..." Pensó mientras sus labios temblaban por el llanto y el propio sufrimiento de la joven dragona ante la solución de sus heridas.
-Hazlo...- Dijo sin pensarlo y se quitó la venda con cuidado. La enterró en la tierra, aunque no serviría de nada intentar esconder el rastro de sangre, ya había gran parte de ella en la propia tierra. Cogió una muda y arrancó una de las mangas. La usaría como objeto para morder. Echó agua en la herida para limpiarla un poco mientras su compañero preparaba aquel metal calentándolo en la hoguera. -Aunque grite que pares... No lo hagas, tal y como has dicho dejar que siga sangrando es bastante peligroso, no quiero exponerte ya que has venido a salvarme- Dijo con una mueca de preocupación y algo de temor por el pensamiento que rondaba su cabeza del dolor. Recordó entonces la primera vez que se hizo una buena herida. La cicatriz en su espalda. Si se desmayó a causa del gran dolor y solo era superficial... Esperaba que al tener un vínculo con el elemento de fuego, no le hiciera daño o no le hiciera tanto como ella pensaba.
Cogió el trapo y se lo puso en la boca mordiéndolo con fuerza. Estiró un poco la pierna y al oír al contrario acercarse se preparó para la peor parte. No. No le ayudaba nada su vínculo. Gritó apretando los puños como nunca antes. Las lágrimas salieron por sus ojos y caían al suelo húmedo del bosque. El dolor recorría cada parte de su cuerpo, sentía que le estaban haciendo aquello por todo el cuerpo y solo podía morder el trozo de tela e intentar no gritar demasiado. No solo fue una vez. Tuvo que ser varias veces para cerrar cada herida que habían hecho los dientes de la trampa que la atrapó. Iba girando el pie con una fuerza de voluntad tan grande como para soportar el dolor al darse la vuelta. "Hazlo más rápido... que acabe... que acabe..." Pensó mientras sus labios temblaban por el llanto y el propio sufrimiento de la joven dragona ante la solución de sus heridas.
Astrid Leggiend
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El lapin había puesto a calentar el metal, con cuidado quemo la punta de una vara y luego empujo el metal caliente, la madera quemada era mas dura de la normal, lo habia aprendido y con la punta de metal ardiente se acerco a la valiente. la herida era profunda y perdía mucha sangre la joven, el no era un experto en heridas pero sabia que algo así desangraría, tras ver la voluntad y valor en los ojos de la dragona vació su pequeña bota de agua de la mochila en la herida para limpiarla, luego metió el hierro caliente.
Rapport arrugo la nariz, en su rostro se mostraba el desagrado de hacer sufrir a otro ser vivo y también por la carne quemada, pasaba el metal calienta lo mas rapido posible por los rincones de la herida, los gritos y peticiones de continuar no paraban, la carne chamuscada estaba allí y la herida había cerrado, tiro el trozo de metal con el palo adjunto lejos, y se volvió a la mujer para ver si esta aun estaba concienciente, tras confirmarlo hablo rápido, atropellando las palabras entre si y mal dichas.
-tu gritaste mucho, ahora vamonos antes que bestias tener hambre de conejo-
Dijo con franca crudeza al final si ella tenia la voluntad de ponerse de pie y salir del lugar lo mas pronto, si ella tenia la voluntad de levantarse sin dudar mucho, rapport le prestaría su hombro, de no tenerlo simplemente saldría con 3 pasos adelante despejando el camino.
Recogió las cosas en su mochila otra vez y le extendio su mano peluda coronada con unas pequeñas pero agudas garras que era incapaz de retraer, desde que llego noto que las personas aqui cerraban los tratos de apoyo y compromiso dándose la mano.
-Tenemos que ir a un arroyo, llevar algo de yesca tengo, de alli tu podrás andar mejor-
Rapport arrugo la nariz, en su rostro se mostraba el desagrado de hacer sufrir a otro ser vivo y también por la carne quemada, pasaba el metal calienta lo mas rapido posible por los rincones de la herida, los gritos y peticiones de continuar no paraban, la carne chamuscada estaba allí y la herida había cerrado, tiro el trozo de metal con el palo adjunto lejos, y se volvió a la mujer para ver si esta aun estaba concienciente, tras confirmarlo hablo rápido, atropellando las palabras entre si y mal dichas.
-tu gritaste mucho, ahora vamonos antes que bestias tener hambre de conejo-
Dijo con franca crudeza al final si ella tenia la voluntad de ponerse de pie y salir del lugar lo mas pronto, si ella tenia la voluntad de levantarse sin dudar mucho, rapport le prestaría su hombro, de no tenerlo simplemente saldría con 3 pasos adelante despejando el camino.
Recogió las cosas en su mochila otra vez y le extendio su mano peluda coronada con unas pequeñas pero agudas garras que era incapaz de retraer, desde que llego noto que las personas aqui cerraban los tratos de apoyo y compromiso dándose la mano.
-Tenemos que ir a un arroyo, llevar algo de yesca tengo, de alli tu podrás andar mejor-
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Aunque el conejo hubiera quitado el trozo de metal ardiente de su piel el ardor seguía haciendo estragos en Astrid. Su pierna había quedado entumecida por el dolor que aún continuaba asolando a la joven entre sollozos. Sus ojos chocolate, ahora vidriosos por el llanto, se alzaron hacia el contrario. Tenía razón, no se podían quedar mucho tiempo en ese lugar. Serían carnaza fácil. Pensó en que aún debía de viajar muchísimo más, tenía que volver a ver a su familia después de haberlo visitado todo. Tenía que vivir. Levantarse y sacar la fuerza de voluntad que su padre siempre había alardeado de ella. Agarró su mochila y tras colocársela a la espalda se apoyó en su espada como bastón y agarrada a la mano de Rapport logró mantenerse en pie. -Tienes razón... Siento haberte metido en esto... Te debo una bien grande Rapport- Esbozó una sonrisa y mordiéndose el labio para no emitir ningún sonido quejoso, comenzó a andar a un paso que la pierna le dejara.
Para Astrid el camino se le hacía un infierno si intentaba apoyar el pie de alguna manera. Aquello le dejaría una buena cicatriz. Otra más para su repertorio. El dolor hizo que la joven dragona se concentrase en los recuerdos de la pelea que le ocasionó su primera gran cicatriz. El pensamiento de aquel día la hacía no centrarse demasiado en el dolor de su pierna. Por suerte. Llegaron al cabo de un rato que para ella fue eterno al arroyo que había hablado Rapport. Casi se lanzó al suelo para sentarse y dejar de hacer presión en la pierna durante un rato. Cayó de espaldas al suelo y su mirada se posó en el cielo que se veía desde aquel lugar. Cerró los ojos por unos segundos para coger una bocanada de aire y luego soltarlo lentamente. -He llegado... No creí tener tanto aguante... Gracias...- Susurró casi sin voz y se reincorporó quedando finalmente sentada. Alzó la mirada y esbozó una leve sonrisa. -¿Y ahora qué hacemos?- Preguntó alzando los hombros sin mucha idea de por dónde deberían ir o dónde acampar esa noche.
Para Astrid el camino se le hacía un infierno si intentaba apoyar el pie de alguna manera. Aquello le dejaría una buena cicatriz. Otra más para su repertorio. El dolor hizo que la joven dragona se concentrase en los recuerdos de la pelea que le ocasionó su primera gran cicatriz. El pensamiento de aquel día la hacía no centrarse demasiado en el dolor de su pierna. Por suerte. Llegaron al cabo de un rato que para ella fue eterno al arroyo que había hablado Rapport. Casi se lanzó al suelo para sentarse y dejar de hacer presión en la pierna durante un rato. Cayó de espaldas al suelo y su mirada se posó en el cielo que se veía desde aquel lugar. Cerró los ojos por unos segundos para coger una bocanada de aire y luego soltarlo lentamente. -He llegado... No creí tener tanto aguante... Gracias...- Susurró casi sin voz y se reincorporó quedando finalmente sentada. Alzó la mirada y esbozó una leve sonrisa. -¿Y ahora qué hacemos?- Preguntó alzando los hombros sin mucha idea de por dónde deberían ir o dónde acampar esa noche.
Astrid Leggiend
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CERRADO POR ABANDONO
* Se le descuentan 3 puntos a Rapport.
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