El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
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El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
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El Gran Ídolo de la luz y la vida era tan brillante que hacía daño. Wakkon Yor, más conocido como El Rey Mono, se había visto obligado a abandonar su estancia en el interior del templo por temor a volverse ciego. El Ídolo estaba hablando. La luz que emitía era equivalente a la luz del sol. Los monos trabajaron rápido. Se equiparon con vendas y hojas de plataneras entorno de a los ojos para poder entrar en la el templo y colocar pequeños Ídolos en los pasillos para dirigir la luz de El Gran Ídolo hacia el exterior de la pirámide. Dos monos murieron en el intento, la luz de El Gran Ídolo prendió las vendas y ojos de sus ojos. El templo se les quedaba corto. El Rey mono ordenó colocar los pequeños ídolos por os árboles. Todo el bosque resplandecía como si estuvieran viviendo un día eterno. El Rey mono se sentía aseguraba que su legado había sido bendecido por la mano de El Gran ídolo del la luz y la vida.
Akanke, la mujer que era una yegua, cierva y búfala al mismo tiempo, fue quien enseñó a los monos a dirigir la luz de El Gran Ídolo por las habitaciones del templo. Ella dijo que los pequeños ídolos se llamaban espejos, pero que, a veces, también se les podía llamar por el nombre de cristales. Antes de su llegada al templo, los monos utilizaban cualquier objeto resplandeciente que pudieran encontrar: un collar, un trozo de metal o el cuerpo de un cibernético.
Aquello que los monos llamaban “El Gran Ídolo” carecía de nombre. Era posible, incluso necesario, que en sus años de pleno funcionamiento, hubiera tenido uno que pasó al olvido después de que fuera descatalogado. Los monos encontraron el templo por casualidad. El primer mono al ver “El Gran Ídolo” fue bendecido por la luz y la vida; pasó a convertirse en el Rey de una civilización arcaica e inculta.
El primer Rey Mono, Won Yor, abuelo del actual Rey Mono, conoció a un Ídolo de débil y moribundo. Ya lo predijo entonces: “La luz y la vida se abriría camino, recubrirá Aerandir”. Los monos vitorearon sus palabras con la misma euforia con las que hoy vitorean las Wakkon Yor.
-La luz y la vida se abre camino. La luz quema lo viejo para dar paso a la vida. ¡Hemos sido bendecidos! ¡El Gran Ídolo ha elegido nuestros días para honrarnos con sus dones! ¡Amigos! Todos los que hoy habéis sido invitado sois mis amigos. ¡Amigos míos y de El Gran Ídolo! Observad vuestro alrededor. Mirad el cielo de encima de vuestras cabezas y la tierra bajo vuestros pies. ¿Qué veis? Yo os lo diré: luz y vida. No me creeréis si os digo que son las altas horas de la noche, que arriba deberíamos ver un manto negro reinado por una esfera pálida y acompañada de un séquito dorado y abajo una tierra húmeda plagada de insectos y brotes verdes. El Ídolo de la luz y la vida nos ha bendecido. Su luz cubre el cielo. ¡Ha vencido a la oscuridad y nos ha regresado al tranquilo día! La nueva vida obra en la tierra de nuestros pies, quema y marchita la vida antigua. ¡Una nueva nacerá!-
El Rey Mono gritaba en lo alto de las escaleras del templo. Vestía con piezas de diferentes armaduras de metal, los restos que los monos robaban de campos de batalla. La luz que brotaba de la puerta principal del templo hacia parecer a Wakkon Yor un Dios entre los mortales, los otros monos lo veían de aquella forma. Lo adoraban. Según las predicciones del primer Rey Mono, Wakkon Yor había sido el elegido para traer a Aerandir la luz y la vida.
-El Ídolo de la luz y la vida está tan emocionado como nosotros. Permitirá a varios invitados pasar al interior del templo y verlo de frente. Así me lo ha hecho saber. ¡Alabado sea!-
-¡Alabado sea el Ídolo de la luz y la vida!- repitieron los monos.
Dos de los guardias del Rey Mono, equipados especialmente para soportar el calor y la quemazón de la luz del ídolo, emergieron del templo. Colocaron pequeños espejos en la cúspide y los dirigieron al público. Los haces de la luz apuntaron a varios de los invitados. Rápidamente, los monos fueron a recibir a los seleccionados, les equiparon con la misma indumentaria que los guardias de la pirámide: prendas húmedas y hojas de platanera.
-¡Amigos míos y del Ídolo de la luz y la vida! –el Rey Mono recibió a sus invitados con un abrazo.
Los primeros en subir las escaleras del templo, con los ojos sobre la frente para protegerse del resplandor, fueron Jason Bosne y dos de los guardias de La Factoría: Anúbis y Lorn, hombre perro y hombre jabalí respectivamente. Dos días atrás registraron desde el laboratorio 8B una luz en el bosque. Pensaron que debía ser una estrella que había caído del cielo. No conocían nada que pudiera brillar tanto. Jason decidió ir a investigar; lo que fuera que guardasen los monos podría ser peligroso.
-Mis respetos, Rey Mono. Nos sentimos halagados de ser vuestros invitados y del Ídolo de la luz y la vida. –Bosne sentía ternura por los seres necesitados de falsas creencias. Habló con tanta educación como era capaz.
Los siguientes fueron cinco miembros de La Manada, tres mujeres y dos hombres. Si no fuera por el cutre equipamiento de los lobos, irían desnudos. El calor producido por la luz les resultaba insoportable. Las vendas húmedas y las hojas de platanera protegían las zonas más sensibles del cuerpo: los genitales, los ojos, el cabello y los pezones de las mujeres. Quien tomaba la figura como líder del grupo, al mujer más alta de los cinco, habló en nombre de todos:
-Los lobos estaremos eternamente agradecidos con los monos. Vuestra luz ha traído el día y alejado a nuestros enemigos los vampiros. Os damos las gracias una vez más-.
Los mensajeros anotaban cualquier nueva incidencia que ocurriese en Aerandir. Tres cibernéticos mensajeros, liderados por APP-Bel, fueron seleccionados por el Ídolo de la luz y la vida para acudir a su nacimiento. APP-Bel se arrodilló a los pies del Rey Mono y le besó la mano, acto seguido, besó el suelo de la entrada del templo. Los otros dos cibernéticos que le acompañaban hicieron lo mismo.
Los dos últimos invitaron en subir fueron….
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* Bienvenidos/as elegidos/as por el Ídolo: Siento ser predecible, pero no había otra manera de hacerlo sin entrar en el metarol. Los dos últimos elegidos invitados que han sido seleccionados por el haz de luz de los espejos sois vosotros dos, los usuarios. Este primer turno es muy descriptivo, se pondrá más interesante (y peligroso) en el segundo turno. Aquí deberéis describir cómo ha sido vuestra llegada al templo de los monos. Habéis visto la luz desde lejos, en este mismo día o en días anteriores y decidisteis ir a explorar. Describiréis, también, la celebración que los monos han montado profundizando en sus rituales, además de las consecuencias de tener una luz tan intensa en el bosque.
Requisitos especiales:
Los dos usuarios que entréis deberéis conoceros de antemano.
Ante la peligrosidad de este tema se requiere mínimo el nivel 1 de ambos personajes.
Links de interés:
MegaEvento La guerra en Lunargenta [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Tema del templo de los monos [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Descripción de La Factoría. [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ficha de APP-Bel [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ficha de Jason Bosne [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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Re: El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
Una horrible sensación recorrió mi espalda a medida que nos acercábamos. Mi pelaje se puso de punta.
El bosque estaba... vacío. El olor de los animales estaba completamente ausente en esa zona. Quizás ellos también lo notasen. O tal vez fuese por la enorme luz. La hierba y las plantas más pequeñas estaban algo secas, pese al clima que aquel sitio solía tener. Nada de eso podía ser bueno.
Para cuando llegamos al claro, la respuesta se manifestó de forma muy evidente. Ni siquiera podía mirarla directamente. Una luz blanca increiblemente intensa salía del interior de esa piramide, alumbrándolo todo a pesar de la noche. Y una multitud se había congregado a su alrededor.
Monos. Hombres mono. La memoria de Hibou y Bo Cheng apareció en mi mente. Mis labios formaron unas palabras mudas. "El Ídolo de la Luz y la Vida".
-Esto... oh, no. No, no, no, no.- murmuré. Tomé de la mano a la mujer de metal, dando gracias a los Guías por haber hecho que me encontrase con ella. -Vamos. Tenemos que acercarnos.- dije, con un ruego en la mirada.
No pude avanzar demasiado antes de que un haz de luz me golpease en la frente. Alcé el brazo, resguardandome los ojos. Nos habían detectado. Llevé mi mano al pomo de Brillo, poniéndome en guardia. Varios de los monos nos rodearon, algunos chillando y dando saltos. Sin embargo, no estaban armados ni se estaban mostrando agresivos. En su lugar, nos cubrieron con telas mojadas y hojas. Fruncí el ceño.
Mientras nos empujaban hacia las escaleras, comencé a cortar las vendas con mis garras, desprendiéndome de ellas. Si estaba en lo cierto... si aquello era lo que pensaba que era...
Nos detuvimos en la base de las escaleras. Necesitaba asegurarme. Agarré a uno de los monos por el hombro y lo acerqué a mi, asegurándome de que me escuchase pese al ruido de la multitud.
-¿Que está pasando?- pregunté. -¿Por qué nos habéis traído aquí?-
-¡El Ídolo de la luz y la vida nos ha bendecido! ¡Os ha elegido para presenciar el gran día!- exclamó alegremente. -¡Está contento con nuestras ofrendas brillantes! ¡Los espejos-cristales llevan su luz, y ahora traerá más vida que nunca!-
-¿Espejos...?- murmuré. Miré desesperado a la mujer de metal mientras subiamos las escaleras. -Hibou tenía razón. Esta piramide... es igual a la que encontré en el arenal. No es un templo divino. Viene de los tuyos. Es una ruina biocibernética. ¿Que ocurre si una de esas... cosas eléctricas... se calienta demasiado?-
Cuanto más nos acercábamos, más fuerte era la luz. Noté el calor abrasador en mi piel. Puse una mano por delante, cubriendome de la luz, mientras uno de los monos, adornado con armaduras, se acercó a recibirnos.
Si aquello era por el Ídolo de la luz y la vida... ese debía ser el Rey Mono. Se mostraba exhilarante, pese a la expresión de mi rostro. Otro olor familiar me hizo mirar alrededor.
-¡Bosne!- llamé, sorprendido. Me acerqué al hombre bestia. Era una gran casualidad el encontrármelo de nuevo, pero no había tiempo para una reunión amistosa. -Tenemos que parar esto. Creo que estamos en peligro.- expliqué, visiblemente alterado. Me aseguré de que mi acompañante estaba prestando atención. -Creo que el Ídolo es un artefacto biocibernético. No está hecho para traer vida. Las cosas de los bios... funcionan con electricidad.- afirmé. Aquel mecanismo que encontramos en el templo del arenal fue prueba suficiente. Este no era muy distinto. -Está quemándolo todo. No va a parar.- dije. -Han colocado espejos dentro. El reflejo de la luz está calentando aun más al "Ídolo." A este paso...-
Me volví hacia el Rey Mono, acercándome a grandes zancadas.
-¡Rey Mono! ¡Hay algo que debes saber!- exclamé. -Hace unas semanas me encontré con Bo Cheng, uno de tus guardias. Dijo que...- Las palabras del hombre simio enloquecido aún resonaban en mi cabeza. Aquellas palabras que le condenaron cuando le ofrecí una posibilidad de salvarse. -Dijo que el Ídolo de la luz y la vida iba a caer. Y que todos moriríamos.- dije, tragando saliva. Evité mirar la luz. -Y creo que tenía razón. Si no hacemos algo, esto puede matarnos. Piénsalo. Si el Ídolo ha caído... si en lugar de vida está dando muerte... ¿no estaría haciendo lo mismo que está haciendo ahora? ¿Quemando todo lo que puede?- pregunté. De ninguna manera podría convencerle de que era un artefacto biocibernético. Tenía que hablar en sus propios términos.
Hubo unos instantes de silencio. Abajo, el resto de monos seguían con sus celebraciones. Comida, bebida, chillidos y cosas menos decentes. Ignoraban el peligro que corrían. Sujeté la empuñadura de mi espada. Si íbamos a tener que entrar, necesitaría aguantar firme. Como hizo Ohm. Como haría Eltrant. Una de las runas de Brillo se iluminó, aún escondida debajo de la funda.
El bosque estaba... vacío. El olor de los animales estaba completamente ausente en esa zona. Quizás ellos también lo notasen. O tal vez fuese por la enorme luz. La hierba y las plantas más pequeñas estaban algo secas, pese al clima que aquel sitio solía tener. Nada de eso podía ser bueno.
Para cuando llegamos al claro, la respuesta se manifestó de forma muy evidente. Ni siquiera podía mirarla directamente. Una luz blanca increiblemente intensa salía del interior de esa piramide, alumbrándolo todo a pesar de la noche. Y una multitud se había congregado a su alrededor.
Monos. Hombres mono. La memoria de Hibou y Bo Cheng apareció en mi mente. Mis labios formaron unas palabras mudas. "El Ídolo de la Luz y la Vida".
-Esto... oh, no. No, no, no, no.- murmuré. Tomé de la mano a la mujer de metal, dando gracias a los Guías por haber hecho que me encontrase con ella. -Vamos. Tenemos que acercarnos.- dije, con un ruego en la mirada.
No pude avanzar demasiado antes de que un haz de luz me golpease en la frente. Alcé el brazo, resguardandome los ojos. Nos habían detectado. Llevé mi mano al pomo de Brillo, poniéndome en guardia. Varios de los monos nos rodearon, algunos chillando y dando saltos. Sin embargo, no estaban armados ni se estaban mostrando agresivos. En su lugar, nos cubrieron con telas mojadas y hojas. Fruncí el ceño.
Mientras nos empujaban hacia las escaleras, comencé a cortar las vendas con mis garras, desprendiéndome de ellas. Si estaba en lo cierto... si aquello era lo que pensaba que era...
Nos detuvimos en la base de las escaleras. Necesitaba asegurarme. Agarré a uno de los monos por el hombro y lo acerqué a mi, asegurándome de que me escuchase pese al ruido de la multitud.
-¿Que está pasando?- pregunté. -¿Por qué nos habéis traído aquí?-
-¡El Ídolo de la luz y la vida nos ha bendecido! ¡Os ha elegido para presenciar el gran día!- exclamó alegremente. -¡Está contento con nuestras ofrendas brillantes! ¡Los espejos-cristales llevan su luz, y ahora traerá más vida que nunca!-
-¿Espejos...?- murmuré. Miré desesperado a la mujer de metal mientras subiamos las escaleras. -Hibou tenía razón. Esta piramide... es igual a la que encontré en el arenal. No es un templo divino. Viene de los tuyos. Es una ruina biocibernética. ¿Que ocurre si una de esas... cosas eléctricas... se calienta demasiado?-
Cuanto más nos acercábamos, más fuerte era la luz. Noté el calor abrasador en mi piel. Puse una mano por delante, cubriendome de la luz, mientras uno de los monos, adornado con armaduras, se acercó a recibirnos.
Si aquello era por el Ídolo de la luz y la vida... ese debía ser el Rey Mono. Se mostraba exhilarante, pese a la expresión de mi rostro. Otro olor familiar me hizo mirar alrededor.
-¡Bosne!- llamé, sorprendido. Me acerqué al hombre bestia. Era una gran casualidad el encontrármelo de nuevo, pero no había tiempo para una reunión amistosa. -Tenemos que parar esto. Creo que estamos en peligro.- expliqué, visiblemente alterado. Me aseguré de que mi acompañante estaba prestando atención. -Creo que el Ídolo es un artefacto biocibernético. No está hecho para traer vida. Las cosas de los bios... funcionan con electricidad.- afirmé. Aquel mecanismo que encontramos en el templo del arenal fue prueba suficiente. Este no era muy distinto. -Está quemándolo todo. No va a parar.- dije. -Han colocado espejos dentro. El reflejo de la luz está calentando aun más al "Ídolo." A este paso...-
Me volví hacia el Rey Mono, acercándome a grandes zancadas.
-¡Rey Mono! ¡Hay algo que debes saber!- exclamé. -Hace unas semanas me encontré con Bo Cheng, uno de tus guardias. Dijo que...- Las palabras del hombre simio enloquecido aún resonaban en mi cabeza. Aquellas palabras que le condenaron cuando le ofrecí una posibilidad de salvarse. -Dijo que el Ídolo de la luz y la vida iba a caer. Y que todos moriríamos.- dije, tragando saliva. Evité mirar la luz. -Y creo que tenía razón. Si no hacemos algo, esto puede matarnos. Piénsalo. Si el Ídolo ha caído... si en lugar de vida está dando muerte... ¿no estaría haciendo lo mismo que está haciendo ahora? ¿Quemando todo lo que puede?- pregunté. De ninguna manera podría convencerle de que era un artefacto biocibernético. Tenía que hablar en sus propios términos.
Hubo unos instantes de silencio. Abajo, el resto de monos seguían con sus celebraciones. Comida, bebida, chillidos y cosas menos decentes. Ignoraban el peligro que corrían. Sujeté la empuñadura de mi espada. Si íbamos a tener que entrar, necesitaría aguantar firme. Como hizo Ohm. Como haría Eltrant. Una de las runas de Brillo se iluminó, aún escondida debajo de la funda.
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Usado objeto: Runa de los Hombres Bestia - Ohm: Sacrifica 20% de todos tus atributos a cambio de aumentar 80 puntos de constitución.
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Asher Daregan
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Re: El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
Tardamos algunas horas en llegar al sitio señalado, según mi sistema debería ser de noche, pero no había ni una pizca de sombra a nuestro alrededor. Mientras caminábamos analizaba las plantas y los animales, los pocos que pudimos encontrar, estaban alterados, la vegetación crecía adecuadamente pero solo aquella que se servía de la luz para existir, todo lo demás se marchitaba. Los animales diurnos no podían descansar y los nocturnos no podían salir de sus escondites.
Asher estaba inquieto, pero no había nada que pudiera decirle para tranquilizarlo, sin duda la situación no era buena y yo no sabía mentir.
Cuando llegamos al templo nos encontramos ante una visión… Curiosa. Una importante cantidad de hombres monos, adornados con extrañas armaduras, hojas y espejos, adoraban a una brillante luz que salía de la punta de un templo. Si la obsesión de los orgánicos por las religiones me resultaba difícil de entender, aún más complejo era el comprender a los fanáticos.
Corrían, saltaban, danzaban, algunos en el piso, otros desde las ramas de los árboles mientras las agitaban y dejaban escapar chillidos incomprensibles de sus gargantas. En los únicos instante en que hacían silencio era cuando el que parecía ser su líder comenzaba a hablar, en esos momentos todos se callaban y lo escuchaban con absoluta atención, como si sus palabras fueran sagradas.
Asher toma mi mano y me insta a que nos acerquemos, parece entender mejor que yo sobre qué trata todo esto. [CAMBIAR MODALIDAD DE VISIÓN] Nos apuntan con un haz de luz y esa parece ser la señal para que un grupo de monos nos pusieran unas especies de ropas y nos llevaran con el Líder. Mi compañero estaba muy nervioso, pero como la dirección en la que nos llevan es más cerca de esa extraña luz, no opongo resistencia alguna.
-¿Una ruina Bio-cibernetica? – Miré la cima de la pirámide, ahora que estaba más cerca podía hacer un escaneo mas detallada – Ya veo, si, hay altas probabilidades de que así sea – Volví a mirar a Asher – Pues, hay varios finales posibles, puede quemar todo y derretirse, o perder energía y apagarse, o explotar y destruir lo que tiene alrededor – Hasta que no estuviera junto al artefacto no podía dar una respuesta más detallada, necesitaba analizarlo.
Mientras el Hombre- perro hablaba con un conocido suyo, pase mi visión a modo de escaneo e intenté visualizar qué era lo que producía esa luz, y si estaba funcionando correctamente. No era que no creyera en la versión de Asher, pero todo debía ser confirmado adecuadamente antes de actuar.
Habían más cibernéticos allí, los mire con lo más cercano a curiosidad que podía surgir de mi, no era habitual cruzarme con más como yo, pero más importante que eso, no comprendía porque se quedaban allí sin hacer nada ¿Es que ya sabían de qué se trataba y consideraban que no había riesgo alguno?
-Hay altas probabilidades de que sea cierto lo que dices –También había pensado que no era posible que la gente de Aerandir tuviera algo así de brillante, ahora que sabia que sus dueños eran una arcaica civilización de monos las posibilidades eran mucho menores –Entrare a buscar el origen de la luz.
Mire nuevamente a los cibernéticos, si tenían alguna información extra me lo dirían en ese momento, y si se mantenían en silencio es que no estaba entre sus funciones el proporcionarme ayuda alguna “Son inútiles” No, no diría eso, simplemente no poseen ninguna habilidad que pueda sernos de ayuda en este preciso momento.
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Utilizo la Habilidad de Nivel 1, pero no digo los resultados por si Máster Sigel desea darle alguna pista a Zöe.
Asher estaba inquieto, pero no había nada que pudiera decirle para tranquilizarlo, sin duda la situación no era buena y yo no sabía mentir.
Cuando llegamos al templo nos encontramos ante una visión… Curiosa. Una importante cantidad de hombres monos, adornados con extrañas armaduras, hojas y espejos, adoraban a una brillante luz que salía de la punta de un templo. Si la obsesión de los orgánicos por las religiones me resultaba difícil de entender, aún más complejo era el comprender a los fanáticos.
Corrían, saltaban, danzaban, algunos en el piso, otros desde las ramas de los árboles mientras las agitaban y dejaban escapar chillidos incomprensibles de sus gargantas. En los únicos instante en que hacían silencio era cuando el que parecía ser su líder comenzaba a hablar, en esos momentos todos se callaban y lo escuchaban con absoluta atención, como si sus palabras fueran sagradas.
Asher toma mi mano y me insta a que nos acerquemos, parece entender mejor que yo sobre qué trata todo esto. [CAMBIAR MODALIDAD DE VISIÓN] Nos apuntan con un haz de luz y esa parece ser la señal para que un grupo de monos nos pusieran unas especies de ropas y nos llevaran con el Líder. Mi compañero estaba muy nervioso, pero como la dirección en la que nos llevan es más cerca de esa extraña luz, no opongo resistencia alguna.
-¿Una ruina Bio-cibernetica? – Miré la cima de la pirámide, ahora que estaba más cerca podía hacer un escaneo mas detallada – Ya veo, si, hay altas probabilidades de que así sea – Volví a mirar a Asher – Pues, hay varios finales posibles, puede quemar todo y derretirse, o perder energía y apagarse, o explotar y destruir lo que tiene alrededor – Hasta que no estuviera junto al artefacto no podía dar una respuesta más detallada, necesitaba analizarlo.
Mientras el Hombre- perro hablaba con un conocido suyo, pase mi visión a modo de escaneo e intenté visualizar qué era lo que producía esa luz, y si estaba funcionando correctamente. No era que no creyera en la versión de Asher, pero todo debía ser confirmado adecuadamente antes de actuar.
Habían más cibernéticos allí, los mire con lo más cercano a curiosidad que podía surgir de mi, no era habitual cruzarme con más como yo, pero más importante que eso, no comprendía porque se quedaban allí sin hacer nada ¿Es que ya sabían de qué se trataba y consideraban que no había riesgo alguno?
-Hay altas probabilidades de que sea cierto lo que dices –También había pensado que no era posible que la gente de Aerandir tuviera algo así de brillante, ahora que sabia que sus dueños eran una arcaica civilización de monos las posibilidades eran mucho menores –Entrare a buscar el origen de la luz.
Mire nuevamente a los cibernéticos, si tenían alguna información extra me lo dirían en ese momento, y si se mantenían en silencio es que no estaba entre sus funciones el proporcionarme ayuda alguna “Son inútiles” No, no diría eso, simplemente no poseen ninguna habilidad que pueda sernos de ayuda en este preciso momento.
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Utilizo la Habilidad de Nivel 1, pero no digo los resultados por si Máster Sigel desea darle alguna pista a Zöe.
Zöe
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Re: El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
El interior de la pirámide era un laberinto de pasillos decorado con cristal y placas de metal que resplandecían por la luz del Ídolo. Igor Garraroja, miembro de La Manada, hizo un alto al notar que su vello fácil comenzaba a desaparecer, la luz del Ídolo era tan intensa en ese pasillo que le quemaba la barba. Los lobos, los monos soldados y los hombres bestias de La Factoría se quedaron en la última habitación antes de llegar al centro de la pirámide por miedo a que la luz pudiera quemarles algo más. Los cibernéticos y el Rey Mono siguieron avanzando.
Dio un sorbo al frasco con el nonato que le colgaba del cuello. Desde que llegó al templo de los monos, la criatura amorfa había estado adquiriendo la forma de diferentes fetos de simios. Bosne pensó que sería una forma de advertencia, que una entidad superior a él le ordenaba que mantuviera la calma y estudiase cualquier gesto o palabra que el Rey Mono pudiera hacer o decir. Todo era de vital importancia. Los monos estaban adorando a un falso Dios, lo defendían con uñas y dientes. No renunciarían a sus creencias pese a las predicciones de Bo Cheng y las advertencias de Asher. Jason Bosne, en una actitud más firme, prefirió callar y observar. Llegado el momento, una oportunidad de descuido de los monos (una orden del nonato que colgaba de su cuello), tomaría acción. Hasta entonces, observaba, estudiaba y respondía con educación solo si le preguntaban primero.
De vez en cuendo, en una milésima de segundo que solo él podía apreciar, el nonato adquiría la imagen de la chica de metal que llegó con Asher. Otra advertencia a la cual se le debía presentar atención. El muñeco tenía un valor mágico inimaginable. La misma voz que le desveló la cura en contra del egoísmo de los humanos le estaba hablando ahora con un tono suave. Le recordaba la forma con la que encontró el frasco con el nonato, por casualidad, y lo agradecido que estaba por haberlo encontrado. Esa niña de metal viajó con Asher por casualidad y Bosne se sentía agradecido que trajera consigo un objeto maldito de Egdecomb.
- Hasta aquí que podemos caminar, más adelante acabaras hecho cenizas. –señaló el humillo grisáceo que emergía de la puerta de la habitación central, donde estaba El Ídolo -¿Quieres parar algo? Empieza por tus pies y curiosidad. No eres el único que tiene teme que la ignorancia de los monos nos haya metido en un grave problema. Pero dime, ¿qué crees que harán los monos de allí fuera si les destruyes su Dios? ¿Te darán las gracias por habernos salvado? Conociste a Bo Cheng, un buen animal que seguía las primeras órdenes que escuchaba sin presentar discusión. Los de fuera no son distintos. Obedecen con al Rey Mono con la misma ceguera que Bo Cheng siguió a Hibou. Bo Cheng atacaba a matar a cualquiera que fuera una amenaza para Hibou. ¿Qué crees que harán los monos de fuera cuando sepan que su Rey ha muerto? Piénsalo-.
Anúbis y Lorn atacaron por sorpresa a los guardias de los monos, los mataron antes de que éstos se dieran cuenta. Eran monos de mente simple, tampoco llegaron a entender que el Rey Mono murió chamuscado por acercarse demasiado al Ídolo. Anúbis y Lorn se quedaron en la entrada de la habitación y la protegieron de cualquiera nueva avenida de monos.
-Eran ellos o nosotros – dijo Bosne con frialdad.
-Parece que sabe lo que hace- Lana era el único miembro de La Manada que se mantenía con la forma humana; los otros se convirtieron en bestias con tal de soportar la quemazón intenso que les ofrecía la luz del Ídolo.
-Y así es: Esperaré a que los cibernéticos destruyan El Ídolo, le pediré amablemente a la niña de metal que me dé su objeto mágico y los usaré, el suyo y el mío, para que todos salgamos de aquí con vida. Si no me lo quiere dar, usaré la fuerza-.
La mujer habló con los ojos con los lobos, parecieron llegar a un entendimiento.
-Te ayudaremos-.
-Excelente-.
Los cibernéticos estaban capacitados para soportar altas temperaturas. La dama fue la que más dificultades tenía, nada que APP-Bel no pudiera solucionar. Le besó la frente traspasándole los recursos necesarios que necesitaba para poder entrar en la sala de El Ídolo sin resultar herida. Era una dama encantadora con una muñeca igual de encantadora. El Rey Mono, a diferencia de las máquinas, fue deshaciéndose a medida que dada un paso más cerca hacia la sala. Ninguno de los cibernéticos le presento sus servicios, no había nada que hacer por él. El fanatismo del mono lo había condenado mucho antes de que El Ídolo, el núcleo, comenzase a sobrecargarse.
-Tecnología terrestre. Pensé que me desconectarían antes de ver uno de estas máquinas activas. Debo decir que me impresiona tanto como a ustedes estar aquí. Los últimos datos registrados apuntaban que toda la tecnología terrestre había sido destruida o reciclada para formar parte de las instalaciones de los humanos. En la prisión de los cibernéticos hay un núcleo igual que esté, pero controlado para evitar desgracias. Los monos debieron activar el mecanismo por error y desde entonces han estado adorando la luz que proyecta como si fuera un Dios-.
APP-Bel se acercó al núcleo: una fuente de energía enjaulada en una esfera de vidrio de dos metros de diámetro en un soporte de acero. Desató las cadenas que sujetaban la esfera al soporte y colocó su mano en el vidrio. La energía, antes de color blanca, se tornó azul en el punto en el que APP-Bel puso su mano.
-Hemos llegado en el momento más oportuno. Unos minutos más de espera y el núcleo habría estallado. El bosque del este se podría haber convertido en un clon del bosque de Migdar-.
Dejó de tocar la esfera de vidrio y se dirigió al soporte de metal. Manipuló las palancas y los botones. No conocía el tipo de sistema terrestre, utilizaba el instinto para guiar sus manos.
-Sí, se puede desconectar. Los terrestres supieron predecir que unos monos fanáticos calentarían el núcleo. El sistema cuenta con un sistema de apagado adjuntado con otro de refrigeración. ¿Lo malo? El Ídolo dejaría de brillar, cosa que hará enfadar a nuestros amigos más de lo que estarán al descubrir que su Rey ha muerto. Otra opción sería reiniciarlo, pero deberemos asegurarnos que los monos no vuelvan a sobrecalentar el núcleo. La tercera opción es mi favorita. Puedo enlazar mi sistema informático con el del núcleo para controlar su intensidad a distancia. Podría utilizar la luz para hacerles creer que el Ídolo está ofendido y les ha castigado matándoles al Rey Mono. Para esto, necesitaré un vínculo mágico. Entendedme, si he de enlazarme a un Ídolo necesitaré otro como intercambio. Su muñeco, señorita, veo que lo aprecia mucho, es un ídolo majestuoso. Démelo, es la llave que nos sacará de aquí-.
A medida que hablaba, hacía bajar la intensidad del Ídolo de luz para evitar que estallase antes de que la chica tomase una decisión.
El primero en pasar a la sala del Ídolo fue Igor Garraroja. El lobo se lanzó en contra del primer cibernético que vio. Éste, en un acto de defensa, sustituyó su mano derecha por una aguja afilada y la clavó en la frente del licántropo.
-¡Ahora, su muñeco, démelo joven dama!-
-Ese muñeco no te pertenece –dijo Bosne que entraba junto a dos licántropos.
APP-Bel levantó una palanca y la esfera de vidrió pareció gritar con un halo de luz blanca. Los lobos que entraron con Bosne recibieron quemaduras graves. Bosne logro soportar el calor; el frasco del nonato le había otorgado la piel de una serpiente del desierto.
* Ambos: Por situaciones como ésta es importante leerse los personajes que toman lugar en este tema. Bosne posee un objeto de los 19, las maldiciones del objeto le obliga a adueñarse de los otros objetos y usar sus poderes. APP-Bel, vosotros lo veréis como un simple cibernético mensajero de Aerandir, es uno de los Discípulos de El Hombre Muerto, querrá adueñarse del muñeco de Zöe y del frasco del nonato de Bosne para entregárselo a su amo. Comienza una batalla en la que vosotros estáis en medio.
Para agravar la situación, y aquí influye la suertes que habéis sacado, el Rey Mono ha muerto. Si los monos de fuera descubren que su Rey ha muerto os acusarán de haberlo asesinado. Bosne sabe cómo salir del templo sin que los monos sean un peligro, necesitará el muñeco de Zöe. APP-Bel también sabe cómo hacerlo, también necesitará el muñeco de Zöe.
Vuestras opciones se limitan a las siguientes:
*Escoger un bando, el de APP-Bel o el de Bosne, y enfrentarse al otro.
*Ser egoístas y proteger aquello que os pertenece, sin importar los peligros que se desemboquen en un futuro. En otras palabras: enfrentarse a ambos bandos.
Es preciso recordar que un paso en falso y el núcleo estallará.
Tenéis todo el templo a vuestra disposición. No temáis usar a los npcs, a los monos, el núcleo y la misma instalación. Las derrotas de los personajes principales (Bosne y APP-Bel) las decidiré yo. Dependerán de vuestros atributos y acciones en el rol.
Curiosidad: si no hubiera entrado Zöe en el desafío, APP-Bel habría exigido utilizar el frasco del nonato como vínculo. Veo que es más conveniente centrarnos en el objeto de un usuario.
_____________________
Dio un sorbo al frasco con el nonato que le colgaba del cuello. Desde que llegó al templo de los monos, la criatura amorfa había estado adquiriendo la forma de diferentes fetos de simios. Bosne pensó que sería una forma de advertencia, que una entidad superior a él le ordenaba que mantuviera la calma y estudiase cualquier gesto o palabra que el Rey Mono pudiera hacer o decir. Todo era de vital importancia. Los monos estaban adorando a un falso Dios, lo defendían con uñas y dientes. No renunciarían a sus creencias pese a las predicciones de Bo Cheng y las advertencias de Asher. Jason Bosne, en una actitud más firme, prefirió callar y observar. Llegado el momento, una oportunidad de descuido de los monos (una orden del nonato que colgaba de su cuello), tomaría acción. Hasta entonces, observaba, estudiaba y respondía con educación solo si le preguntaban primero.
De vez en cuendo, en una milésima de segundo que solo él podía apreciar, el nonato adquiría la imagen de la chica de metal que llegó con Asher. Otra advertencia a la cual se le debía presentar atención. El muñeco tenía un valor mágico inimaginable. La misma voz que le desveló la cura en contra del egoísmo de los humanos le estaba hablando ahora con un tono suave. Le recordaba la forma con la que encontró el frasco con el nonato, por casualidad, y lo agradecido que estaba por haberlo encontrado. Esa niña de metal viajó con Asher por casualidad y Bosne se sentía agradecido que trajera consigo un objeto maldito de Egdecomb.
- Hasta aquí que podemos caminar, más adelante acabaras hecho cenizas. –señaló el humillo grisáceo que emergía de la puerta de la habitación central, donde estaba El Ídolo -¿Quieres parar algo? Empieza por tus pies y curiosidad. No eres el único que tiene teme que la ignorancia de los monos nos haya metido en un grave problema. Pero dime, ¿qué crees que harán los monos de allí fuera si les destruyes su Dios? ¿Te darán las gracias por habernos salvado? Conociste a Bo Cheng, un buen animal que seguía las primeras órdenes que escuchaba sin presentar discusión. Los de fuera no son distintos. Obedecen con al Rey Mono con la misma ceguera que Bo Cheng siguió a Hibou. Bo Cheng atacaba a matar a cualquiera que fuera una amenaza para Hibou. ¿Qué crees que harán los monos de fuera cuando sepan que su Rey ha muerto? Piénsalo-.
Anúbis y Lorn atacaron por sorpresa a los guardias de los monos, los mataron antes de que éstos se dieran cuenta. Eran monos de mente simple, tampoco llegaron a entender que el Rey Mono murió chamuscado por acercarse demasiado al Ídolo. Anúbis y Lorn se quedaron en la entrada de la habitación y la protegieron de cualquiera nueva avenida de monos.
-Eran ellos o nosotros – dijo Bosne con frialdad.
-Parece que sabe lo que hace- Lana era el único miembro de La Manada que se mantenía con la forma humana; los otros se convirtieron en bestias con tal de soportar la quemazón intenso que les ofrecía la luz del Ídolo.
-Y así es: Esperaré a que los cibernéticos destruyan El Ídolo, le pediré amablemente a la niña de metal que me dé su objeto mágico y los usaré, el suyo y el mío, para que todos salgamos de aquí con vida. Si no me lo quiere dar, usaré la fuerza-.
La mujer habló con los ojos con los lobos, parecieron llegar a un entendimiento.
-Te ayudaremos-.
-Excelente-.
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Los cibernéticos estaban capacitados para soportar altas temperaturas. La dama fue la que más dificultades tenía, nada que APP-Bel no pudiera solucionar. Le besó la frente traspasándole los recursos necesarios que necesitaba para poder entrar en la sala de El Ídolo sin resultar herida. Era una dama encantadora con una muñeca igual de encantadora. El Rey Mono, a diferencia de las máquinas, fue deshaciéndose a medida que dada un paso más cerca hacia la sala. Ninguno de los cibernéticos le presento sus servicios, no había nada que hacer por él. El fanatismo del mono lo había condenado mucho antes de que El Ídolo, el núcleo, comenzase a sobrecargarse.
-Tecnología terrestre. Pensé que me desconectarían antes de ver uno de estas máquinas activas. Debo decir que me impresiona tanto como a ustedes estar aquí. Los últimos datos registrados apuntaban que toda la tecnología terrestre había sido destruida o reciclada para formar parte de las instalaciones de los humanos. En la prisión de los cibernéticos hay un núcleo igual que esté, pero controlado para evitar desgracias. Los monos debieron activar el mecanismo por error y desde entonces han estado adorando la luz que proyecta como si fuera un Dios-.
APP-Bel se acercó al núcleo: una fuente de energía enjaulada en una esfera de vidrio de dos metros de diámetro en un soporte de acero. Desató las cadenas que sujetaban la esfera al soporte y colocó su mano en el vidrio. La energía, antes de color blanca, se tornó azul en el punto en el que APP-Bel puso su mano.
-Hemos llegado en el momento más oportuno. Unos minutos más de espera y el núcleo habría estallado. El bosque del este se podría haber convertido en un clon del bosque de Migdar-.
Dejó de tocar la esfera de vidrio y se dirigió al soporte de metal. Manipuló las palancas y los botones. No conocía el tipo de sistema terrestre, utilizaba el instinto para guiar sus manos.
-Sí, se puede desconectar. Los terrestres supieron predecir que unos monos fanáticos calentarían el núcleo. El sistema cuenta con un sistema de apagado adjuntado con otro de refrigeración. ¿Lo malo? El Ídolo dejaría de brillar, cosa que hará enfadar a nuestros amigos más de lo que estarán al descubrir que su Rey ha muerto. Otra opción sería reiniciarlo, pero deberemos asegurarnos que los monos no vuelvan a sobrecalentar el núcleo. La tercera opción es mi favorita. Puedo enlazar mi sistema informático con el del núcleo para controlar su intensidad a distancia. Podría utilizar la luz para hacerles creer que el Ídolo está ofendido y les ha castigado matándoles al Rey Mono. Para esto, necesitaré un vínculo mágico. Entendedme, si he de enlazarme a un Ídolo necesitaré otro como intercambio. Su muñeco, señorita, veo que lo aprecia mucho, es un ídolo majestuoso. Démelo, es la llave que nos sacará de aquí-.
A medida que hablaba, hacía bajar la intensidad del Ídolo de luz para evitar que estallase antes de que la chica tomase una decisión.
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El primero en pasar a la sala del Ídolo fue Igor Garraroja. El lobo se lanzó en contra del primer cibernético que vio. Éste, en un acto de defensa, sustituyó su mano derecha por una aguja afilada y la clavó en la frente del licántropo.
-¡Ahora, su muñeco, démelo joven dama!-
-Ese muñeco no te pertenece –dijo Bosne que entraba junto a dos licántropos.
APP-Bel levantó una palanca y la esfera de vidrió pareció gritar con un halo de luz blanca. Los lobos que entraron con Bosne recibieron quemaduras graves. Bosne logro soportar el calor; el frasco del nonato le había otorgado la piel de una serpiente del desierto.
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* Ambos: Por situaciones como ésta es importante leerse los personajes que toman lugar en este tema. Bosne posee un objeto de los 19, las maldiciones del objeto le obliga a adueñarse de los otros objetos y usar sus poderes. APP-Bel, vosotros lo veréis como un simple cibernético mensajero de Aerandir, es uno de los Discípulos de El Hombre Muerto, querrá adueñarse del muñeco de Zöe y del frasco del nonato de Bosne para entregárselo a su amo. Comienza una batalla en la que vosotros estáis en medio.
Para agravar la situación, y aquí influye la suertes que habéis sacado, el Rey Mono ha muerto. Si los monos de fuera descubren que su Rey ha muerto os acusarán de haberlo asesinado. Bosne sabe cómo salir del templo sin que los monos sean un peligro, necesitará el muñeco de Zöe. APP-Bel también sabe cómo hacerlo, también necesitará el muñeco de Zöe.
Vuestras opciones se limitan a las siguientes:
*Escoger un bando, el de APP-Bel o el de Bosne, y enfrentarse al otro.
*Ser egoístas y proteger aquello que os pertenece, sin importar los peligros que se desemboquen en un futuro. En otras palabras: enfrentarse a ambos bandos.
Es preciso recordar que un paso en falso y el núcleo estallará.
Tenéis todo el templo a vuestra disposición. No temáis usar a los npcs, a los monos, el núcleo y la misma instalación. Las derrotas de los personajes principales (Bosne y APP-Bel) las decidiré yo. Dependerán de vuestros atributos y acciones en el rol.
Curiosidad: si no hubiera entrado Zöe en el desafío, APP-Bel habría exigido utilizar el frasco del nonato como vínculo. Veo que es más conveniente centrarnos en el objeto de un usuario.
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Re: El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
Tuve que reducir al mínimo mis pupilas para poder ver con claridad una vez dentro de la pirámide, era impresionante la resistencia que habían demostrado tener los monos al ingresar allí para adorar a su ídolo. Durante los primeros metros aún se podían escuchar los cantos y los rezos que se realizaban alrededor de la edificación, la fiesta en honor a su dios continuaría durante toda la noche. “Bailaran incluso mientras se queman” No lo creo, el dolor los detendría.
A medida que avanzábamos el calor incrementaba, muchos de los orgánicos se vieron obligados a desistir y quedarse en el camino, era mejor así, no tendría que preocuparme por protegerlos. Pero el Rey Mono era un fanático, y se mostraba más resistente a los efectos del núcleo [ANALIZANDO] era sumamente interesante, el pelo de su cuerpo había desaparecido, su piel se estaba secando, no podía ver y se guiaba apoyando una mano cubierta de ampollas contra la pared… Aún así continuaba moviéndose.
De todos modos, incluso a mi comenzaba a afectarme el calor, podía ver como el vapor salía de mi cuerpo, a medida que mi líquido de refrigeración se evaporaba. De no ser por la ayuda del cibernético probablemente mi final no hubiese sido muy diferente que el del Rey Mono.
-Gracias –Es lo único que dije, ya que parecía lo correcto. Ingresamos finalmente a la cámara donde se encontraba el núcleo – Ya veo, era como Asher decía – Lo que explicaba el cibernético parecía ser cierto, teníamos que estabilizarlo antes de que causara un daño irremediable en la zona. Iba a acercarme al artefacto para intentar remediar el daño, pero el otro hombre se me adelanto y comenzó a manipular el núcleo con gran soltura, parecía saber lo que hacía.
[ERROR]
Una repentina mueca de sorpresa se reflejo en mi rostro cuando me pidió a Neil, y en un gesto protector abrace al muñeco, como si de un niño se tratara. ¿Por qué a él? ¿Por qué era necesario un conector mágico con un aparato que era tecnológico? [ERROR]
-Neil no es una cosa – Yo no soy una cosa – Tiene voluntad – Yo tengo voluntad – Y me dice que no desea ir con ustedes – No quiero dárselos, no quiero, no quiero [ERROR] Un dolor punzante comenzó a taladrar mi cabeza, no era la opción correcta, tenía que realizar aquella acción que me permitiera salvar al mayor número posible de orgánicos, pero mis manos se negaban a soltar a Neil – Apágalo, solo apágalo para evitar la explosión, si los monos se enfadan es algo irrelevante, estarán vivos – Si lo reiniciábamos siempre existiría la posibilidad de que volvieran a romperlo, no era la opción más eficaz.
El dolor en mi cabeza menguó notoriamente, esa parecía ser una solución aceptable para mi sistema, y podría quedarme con Neil ¿Correcto?
“¿Los cibernéticos pueden mentir?”
-Sí, sí que pueden – De pronto nada de lo que ese hombre me decía tenía sentido, que me diera a decidir entre tres opciones, pero eligiera solamente la que requería de Neil, que lo llamara ídolo, que mezclara magia con tecnología ¡Nada! –Apágalo o lo haré yo misma – Dije con una voz que no reconocí como mía, cargada de mucha más emoción de la que se suponía que podía sentir.
Alrededor nuestro la batalla ya había comenzado, pero yo simplemente estaba allí de pie, sosteniendo con fuerza a Neil, ignorando al hombre-bestia que también quería a mi muñeco y esperando a que el cibernético hiciera caso a mis palabras sin la necesidad de recurrir a la violencia.
A medida que avanzábamos el calor incrementaba, muchos de los orgánicos se vieron obligados a desistir y quedarse en el camino, era mejor así, no tendría que preocuparme por protegerlos. Pero el Rey Mono era un fanático, y se mostraba más resistente a los efectos del núcleo [ANALIZANDO] era sumamente interesante, el pelo de su cuerpo había desaparecido, su piel se estaba secando, no podía ver y se guiaba apoyando una mano cubierta de ampollas contra la pared… Aún así continuaba moviéndose.
De todos modos, incluso a mi comenzaba a afectarme el calor, podía ver como el vapor salía de mi cuerpo, a medida que mi líquido de refrigeración se evaporaba. De no ser por la ayuda del cibernético probablemente mi final no hubiese sido muy diferente que el del Rey Mono.
-Gracias –Es lo único que dije, ya que parecía lo correcto. Ingresamos finalmente a la cámara donde se encontraba el núcleo – Ya veo, era como Asher decía – Lo que explicaba el cibernético parecía ser cierto, teníamos que estabilizarlo antes de que causara un daño irremediable en la zona. Iba a acercarme al artefacto para intentar remediar el daño, pero el otro hombre se me adelanto y comenzó a manipular el núcleo con gran soltura, parecía saber lo que hacía.
[ERROR]
Una repentina mueca de sorpresa se reflejo en mi rostro cuando me pidió a Neil, y en un gesto protector abrace al muñeco, como si de un niño se tratara. ¿Por qué a él? ¿Por qué era necesario un conector mágico con un aparato que era tecnológico? [ERROR]
-Neil no es una cosa – Yo no soy una cosa – Tiene voluntad – Yo tengo voluntad – Y me dice que no desea ir con ustedes – No quiero dárselos, no quiero, no quiero [ERROR] Un dolor punzante comenzó a taladrar mi cabeza, no era la opción correcta, tenía que realizar aquella acción que me permitiera salvar al mayor número posible de orgánicos, pero mis manos se negaban a soltar a Neil – Apágalo, solo apágalo para evitar la explosión, si los monos se enfadan es algo irrelevante, estarán vivos – Si lo reiniciábamos siempre existiría la posibilidad de que volvieran a romperlo, no era la opción más eficaz.
El dolor en mi cabeza menguó notoriamente, esa parecía ser una solución aceptable para mi sistema, y podría quedarme con Neil ¿Correcto?
“¿Los cibernéticos pueden mentir?”
-Sí, sí que pueden – De pronto nada de lo que ese hombre me decía tenía sentido, que me diera a decidir entre tres opciones, pero eligiera solamente la que requería de Neil, que lo llamara ídolo, que mezclara magia con tecnología ¡Nada! –Apágalo o lo haré yo misma – Dije con una voz que no reconocí como mía, cargada de mucha más emoción de la que se suponía que podía sentir.
Alrededor nuestro la batalla ya había comenzado, pero yo simplemente estaba allí de pie, sosteniendo con fuerza a Neil, ignorando al hombre-bestia que también quería a mi muñeco y esperando a que el cibernético hiciera caso a mis palabras sin la necesidad de recurrir a la violencia.
Zöe
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Re: El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
Los monos no me escucharían. Lamentable, pero no me sorprendía. Tendría que actuar por mi cuenta. Aun así, todo el grupo avanzó por la pirámide. Me mantuve a la sombra de los biocibernéticos, aunque esta quedaba deformada y retraída por culpa de los espejos.
Cuando el calor fue excesivo, tuvimos que detenernos. Bosne me detuvo. Tenía razón. Si los monos nos atacaban... no podíamos defendernos fácilmente contra aquella cantidad. Incluso si pudiésemos, ¿que íbamos a hacer? ¿Masacrarlos? El híbrido proponía un plan. Usar el objeto de la mujer de metal.
-...es uno de los 19, ¿eh?- pregunté, sin mirarle a los ojos. -Igual que tu frasco. No es la primera vez que veo uno.- Dejé escapar un gruñido quedo. Aquella fuente de la juventud... todos los de ese pueblo habían perdido la cabeza, por completo. -El tener una de esas cosas ya juega con tu cabeza. Viste como acabó con la cordura de Halliman. ¿Vas a ir por el mismo camino, oh, Rey del Oeste?-
-Gracias por preocuparte, pero no es necesario. Este caso es completamente distinto.- aseguró. -Estamos salvando a muchos más. Además, yo no soy como él. Puedo controlarlo.- Su mirada era firme. Incluso con la leve acusación, no iba a mostrar ninguna duda. Sin embargo, sus ojos se dirigían al frasco que llevaba de colgante cada pocos segundos, como si tuviese que asegurarse de algo.
-Hay otras formas de resolver esto.- repliqué, posando mi mano en su hombro. El contacto repentino pareció llamar su atención, al menos por un instante.
-No sabes lo poderoso que es ese objeto. Ni lo poderoso que es el mío. Si lo probases, lo entenderías. Si bebieses de él...- masculló. Fruncí el ceño, mirando el extraño ser que habitaba dentro del cristal. Cambiaba cada pocos segundos. Durante un momento, adquirió rasgos caninos.
Aquella debía ser la fuente de sus cambios. Sus cuernos, la mano de Hibou... Si podían dar rasgos de otros hombres bestia... Era algo repulsivo, pero la curiosidad me atraía.
-Tengo un plan. Si me escuchas y lo llevamos a cabo, dejaré que me lo muestres.- prometí. Los ojos azules del hombre león me contemplaron fijamente. ¿Un instante de indecisión, o solo era lo que quería ver?
No tuvo tiempo para responder. La luz del pasillo disminuyó, reduciendo el calor lo suficiente como para que pudiésemos continuar. Los licántropos no esperaron un segundo antes de avanzar, por lo que continué detrás.
Y, en cuanto llegamos, la enorme luz volvió a asaltarnos. Los biocibernéticos se habían vuelto en nuestra contra. Me resguardé tras la sombra de Bosne, reduciendo parte del calor. El aumento de resistencia de mi cuerpo me permitió aguantar firme. Tendría que actuar.
Desenfundé a Brillo. Lo único que podría interferir con una luz tan potente sería una oscuridad aún mayor. El anillo de la empuñadura se volvió negro.
-¡SILENCIO!- exclamé. Una figura negra se materializó junto al cibernético de la máscara. Un ser de vacío, completamente inmune a aquella intensa luz que azotaba al resto. Una de sus múltiples manos alcanzó la palanca que el ser de metal acababa de accionar, devolviéndola a su posición anterior. De nuevo, la luz disminuyó.
No iba a perder el tiempo con esa oportunidad ante mis ojos. En el mismo instante, me impulsé hacia adelante, desvaneciéndome de mi posición a la espalda del león y apareciendo delante de uno de los bios. La punta de Brillo impactó en su frente, atravesando el metal y hundiéndose en su cabeza mientras caía al suelo.
No podía provocar una explosión. Allí no. Las consecuencias podían ser graves.
El cuerpo del monstruo oscuro que había invocado se mantuvo en su tarea: defender la palanca. El hombre máquina dudó antes de retroceder y alzar la mano. Una serie de agujas metálicas con diminutas alas empezó a salir de la palma de su mano, dirigiéndose directamente hacia Silencio. Los seres se incrustaron en él, siendo absorbidos en la negrura.
Poco a poco, el ser volvió a su plano. Pero el androide no tuvo tiempo para acercarse a la palanca de nuevo antes de que un tajo de Brillo pasase peligrosamente cerca de su cabeza. Retrocedió a tiempo. No le daría oportunidad para contraatacar. Me lancé hacia el, siguiendo un ataque tras otro. Pese a su apariencia, el tipo era rápido. Cada espadazo que lanzaba era desviado por uno de sus brazos o esquivado meticulosamente.
Hasta que se vio con la espalda contra la pared. La hoja de Brillo se lanzó contra su cara. La máscara blanca salió volando, estrellándose contra el suelo.
Cuando el calor fue excesivo, tuvimos que detenernos. Bosne me detuvo. Tenía razón. Si los monos nos atacaban... no podíamos defendernos fácilmente contra aquella cantidad. Incluso si pudiésemos, ¿que íbamos a hacer? ¿Masacrarlos? El híbrido proponía un plan. Usar el objeto de la mujer de metal.
-...es uno de los 19, ¿eh?- pregunté, sin mirarle a los ojos. -Igual que tu frasco. No es la primera vez que veo uno.- Dejé escapar un gruñido quedo. Aquella fuente de la juventud... todos los de ese pueblo habían perdido la cabeza, por completo. -El tener una de esas cosas ya juega con tu cabeza. Viste como acabó con la cordura de Halliman. ¿Vas a ir por el mismo camino, oh, Rey del Oeste?-
-Gracias por preocuparte, pero no es necesario. Este caso es completamente distinto.- aseguró. -Estamos salvando a muchos más. Además, yo no soy como él. Puedo controlarlo.- Su mirada era firme. Incluso con la leve acusación, no iba a mostrar ninguna duda. Sin embargo, sus ojos se dirigían al frasco que llevaba de colgante cada pocos segundos, como si tuviese que asegurarse de algo.
-Hay otras formas de resolver esto.- repliqué, posando mi mano en su hombro. El contacto repentino pareció llamar su atención, al menos por un instante.
-No sabes lo poderoso que es ese objeto. Ni lo poderoso que es el mío. Si lo probases, lo entenderías. Si bebieses de él...- masculló. Fruncí el ceño, mirando el extraño ser que habitaba dentro del cristal. Cambiaba cada pocos segundos. Durante un momento, adquirió rasgos caninos.
Aquella debía ser la fuente de sus cambios. Sus cuernos, la mano de Hibou... Si podían dar rasgos de otros hombres bestia... Era algo repulsivo, pero la curiosidad me atraía.
-Tengo un plan. Si me escuchas y lo llevamos a cabo, dejaré que me lo muestres.- prometí. Los ojos azules del hombre león me contemplaron fijamente. ¿Un instante de indecisión, o solo era lo que quería ver?
No tuvo tiempo para responder. La luz del pasillo disminuyó, reduciendo el calor lo suficiente como para que pudiésemos continuar. Los licántropos no esperaron un segundo antes de avanzar, por lo que continué detrás.
Y, en cuanto llegamos, la enorme luz volvió a asaltarnos. Los biocibernéticos se habían vuelto en nuestra contra. Me resguardé tras la sombra de Bosne, reduciendo parte del calor. El aumento de resistencia de mi cuerpo me permitió aguantar firme. Tendría que actuar.
Desenfundé a Brillo. Lo único que podría interferir con una luz tan potente sería una oscuridad aún mayor. El anillo de la empuñadura se volvió negro.
-¡SILENCIO!- exclamé. Una figura negra se materializó junto al cibernético de la máscara. Un ser de vacío, completamente inmune a aquella intensa luz que azotaba al resto. Una de sus múltiples manos alcanzó la palanca que el ser de metal acababa de accionar, devolviéndola a su posición anterior. De nuevo, la luz disminuyó.
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No iba a perder el tiempo con esa oportunidad ante mis ojos. En el mismo instante, me impulsé hacia adelante, desvaneciéndome de mi posición a la espalda del león y apareciendo delante de uno de los bios. La punta de Brillo impactó en su frente, atravesando el metal y hundiéndose en su cabeza mientras caía al suelo.
No podía provocar una explosión. Allí no. Las consecuencias podían ser graves.
El cuerpo del monstruo oscuro que había invocado se mantuvo en su tarea: defender la palanca. El hombre máquina dudó antes de retroceder y alzar la mano. Una serie de agujas metálicas con diminutas alas empezó a salir de la palma de su mano, dirigiéndose directamente hacia Silencio. Los seres se incrustaron en él, siendo absorbidos en la negrura.
Poco a poco, el ser volvió a su plano. Pero el androide no tuvo tiempo para acercarse a la palanca de nuevo antes de que un tajo de Brillo pasase peligrosamente cerca de su cabeza. Retrocedió a tiempo. No le daría oportunidad para contraatacar. Me lancé hacia el, siguiendo un ataque tras otro. Pese a su apariencia, el tipo era rápido. Cada espadazo que lanzaba era desviado por uno de sus brazos o esquivado meticulosamente.
Hasta que se vio con la espalda contra la pared. La hoja de Brillo se lanzó contra su cara. La máscara blanca salió volando, estrellándose contra el suelo.
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Usado objeto: Sortija encantada por la luna - Invocar Vacío
Usada habilidad: Impulso
Creo que hará falta una tercera ronda para llevar a cabo mi solución. Espero que no resulte un problema.
Asher Daregan
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Re: El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
La máscara se hizo pedazos desvelando el rostro más hermoso que Asher había visto en su vida. Igual como su hermano mayor Ka-ING, APP-Bel fue fabricado con diferentes cuerpos humanos, los más bellos que Vladimir El Inmortal cedió a La Madre EVHA. Ka-ING era un monstruo creado a partir de una mala selección de materia prima y torpes remiendos. Simbolizaba el error, la imprecisión y la fealdad del hombre. APP-Bel era justo lo contrario. EVHA cosió los miembros de su cuerpo con cariño y dulzura desde el primer día de su existencia. Representaba el acierto, la precisión y la belleza del hombre. Bajo del traje, los guantes y la máscara blanca, APP-Bel escondía su secreto. Su piel era una amalgama de diferentes tonalidades, un mosaico que lejos de parecer horrible o extraño, era la representación de todos los ideales de bellezas unidos en perfecta armonía.
El cibernético sonrió mostrando su perfecta dentadura blanca al hombre perro. Lejos de resultarle una amenaza, le parecía un divertimento añadido. Extendió las palmas de sus manos y atrapó el filo de la espada del perro, Brillo. La fuerza y resistencia adquirida por su naturaleza metálica y mecánica impidió que recibiera ningún daño. Levantó la espada y, por consiguiente, también al hombre perro. Lanzó a ambos contra la pared más alejada del núcleo. Había supuesto (no se equivocó porque era un ser perfecto) que el hombre perro apreciaba lo suficiente la espada como para no soltarla en una batalla.
La molestia, la cual no consideraba una amenaza, era la dama cibernética que había viajado con el hombre perro. Se había hecho dueña y señora del núcleo aprovechando la distracción de los licántropos, las bestias y la criatura hecha de sombras. Apagó el sistema emulando en sentido contrario los movimientos de APP-Bel.
¿Los cibernéticos podían mentir? Solo aquellos perfectos en todas sus facetas.
APP-Bel volvió a encender el núcleo con un chasquido de dedos. Las puntas de los guantes brillaban con la misma tonalidad azulada que la energía del nucleó. Si tenían pensado tomar enfrentamiento en su contra, no debieron permitirle poner su mano sobre el cristal
-Los invitados han matado al Mono Elegido. Desean matarme a mí también. Protegedme. Proteged vuestro ídolo –dijo APP-Bel y repitió la energía del núcleo con voz amplificada. –Ya es tarde. Van a matarme-.
En un segundo chasquido hizo estallar la esfera de vidrio del núcleo. Un resplandor azulado cubrió la sala y se expandió por los pasillos de la pirámide hasta el exterior. Los cristales de los espejos y los objetos brillantes reventaron al recibir la luz del nuevo resplandor. Los habitantes del bosque, ajenos a lo ocurrido en el templo de los monos, pensarían al ver el resplandor que el Sol ha caído en el Bosque del Este.
Cuando la luz desapareció, APP-Bel y los suyos ya no estaban ahí y los monos enfurecidos entraban a tropel en la pirámide con intención de vengar la muerte de su rey y de El Ídolo de la luz y la vida.
* Ambos: Antes de hablar sobre el tema, considero que es importante que sepáis que era reacia a ampliar un tercer turno por miedo a que el desafío resulte sobrecargado o pesado. Sin embargo, queda un objetivo por cumplir y debemos resolverlo.
APP-Bel, al ser discípulo de El Hombre Muerto, posee habilidades que están fuera de nuestro alcance. Utilizó sus habilidades tecnológicas para enlazarse con el núcleo la vez que lo tocó con la mano; cosa que ya había descubierto Zöe. Una vez APP-Bel se ve acorralado, manipula desde la lejanía el núcleo para hacerlo estallar. La explosión os resulta inofensiva. El daño que recibís será debido a los cristales y lo pondré a vuestra interpretación.
Los monos creen que habéis sido vosotros quienes habéis matado al Rey Mono y a El Ídolo de la luz y la vida. Os atacarán a matar sin preguntaros previamente qué ha sucedido. Deberéis salir de esta situación: ¿Luchando o creando una estratagema en común?
El cibernético sonrió mostrando su perfecta dentadura blanca al hombre perro. Lejos de resultarle una amenaza, le parecía un divertimento añadido. Extendió las palmas de sus manos y atrapó el filo de la espada del perro, Brillo. La fuerza y resistencia adquirida por su naturaleza metálica y mecánica impidió que recibiera ningún daño. Levantó la espada y, por consiguiente, también al hombre perro. Lanzó a ambos contra la pared más alejada del núcleo. Había supuesto (no se equivocó porque era un ser perfecto) que el hombre perro apreciaba lo suficiente la espada como para no soltarla en una batalla.
La molestia, la cual no consideraba una amenaza, era la dama cibernética que había viajado con el hombre perro. Se había hecho dueña y señora del núcleo aprovechando la distracción de los licántropos, las bestias y la criatura hecha de sombras. Apagó el sistema emulando en sentido contrario los movimientos de APP-Bel.
¿Los cibernéticos podían mentir? Solo aquellos perfectos en todas sus facetas.
APP-Bel volvió a encender el núcleo con un chasquido de dedos. Las puntas de los guantes brillaban con la misma tonalidad azulada que la energía del nucleó. Si tenían pensado tomar enfrentamiento en su contra, no debieron permitirle poner su mano sobre el cristal
-Los invitados han matado al Mono Elegido. Desean matarme a mí también. Protegedme. Proteged vuestro ídolo –dijo APP-Bel y repitió la energía del núcleo con voz amplificada. –Ya es tarde. Van a matarme-.
En un segundo chasquido hizo estallar la esfera de vidrio del núcleo. Un resplandor azulado cubrió la sala y se expandió por los pasillos de la pirámide hasta el exterior. Los cristales de los espejos y los objetos brillantes reventaron al recibir la luz del nuevo resplandor. Los habitantes del bosque, ajenos a lo ocurrido en el templo de los monos, pensarían al ver el resplandor que el Sol ha caído en el Bosque del Este.
Cuando la luz desapareció, APP-Bel y los suyos ya no estaban ahí y los monos enfurecidos entraban a tropel en la pirámide con intención de vengar la muerte de su rey y de El Ídolo de la luz y la vida.
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* Ambos: Antes de hablar sobre el tema, considero que es importante que sepáis que era reacia a ampliar un tercer turno por miedo a que el desafío resulte sobrecargado o pesado. Sin embargo, queda un objetivo por cumplir y debemos resolverlo.
APP-Bel, al ser discípulo de El Hombre Muerto, posee habilidades que están fuera de nuestro alcance. Utilizó sus habilidades tecnológicas para enlazarse con el núcleo la vez que lo tocó con la mano; cosa que ya había descubierto Zöe. Una vez APP-Bel se ve acorralado, manipula desde la lejanía el núcleo para hacerlo estallar. La explosión os resulta inofensiva. El daño que recibís será debido a los cristales y lo pondré a vuestra interpretación.
Los monos creen que habéis sido vosotros quienes habéis matado al Rey Mono y a El Ídolo de la luz y la vida. Os atacarán a matar sin preguntaros previamente qué ha sucedido. Deberéis salir de esta situación: ¿Luchando o creando una estratagema en común?
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Re: El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
Mi espalda impactó contra la pared, lanzando una chispa de dolor por todo mi cuerpo. ¿De donde había sacado esa fuerza? Aquello iba mal. Parecía ser capaz de controlar el núcleo... y estaba poniendo a los simios en nuestra contra. La luz del nucleo volvió a cegarnos. Y entonces, llegó el estruendo que tanto temía.
Pero no hubo una quemadura inimaginable ni una muerte rápida. En su lugar, el sonido de cristales rompiéndose y volando por todas partes cubrió la sala. Me cubrí con los brazos y la espada. Multitud de esquirlas se clavaron en ellos, produciendo algunos cortes ligeros. La mayoría no atravesaron la armadura. Pero uno de los cristales impactó contra mi ojo cerrado.
Gruñí de dolor y lo arranqué casi inmediatamente, pestañeando varias veces. Sangraba. Pero podía ver sin problemas: no había atravesado el ojo. Quizás me quedase una cicatriz. No importaba. Me levanté y me apresuré hacia Bosne. El león se había resguardado con sus nuevas escamas, y aún estaba mirando en dirección a la mujer de metal.
-No hay tiempo. Tenemos que actuar, ahora.- dije, tocando el frasco de su cuello. Asintió ligeramente. Suspiré y tomé un sorbo. Tenía un sabor ácido. Noté su influencia a medida que pasaba por mi cuerpo, deseando no arrepentirme. Pero me concentré. Mi cola se volvió más larga y fina, igual que mi cuerpo en general. En tan solo unos segundos, parecía más mono que perro.
-¿Que vas a hacer?- preguntó Bosne.
-Quieren un dios.- dije simplemente. Alcé una mano hacia el pasillo por el que pronto aparecerían. Una llamarada salió de ella, pero gran parte de la energía fue absorbida por mi espada... y entonces, mi propio cuerpo se envolvió en llamas. El león retrocedió ligeramente, sorprendido. -Así que les daré un dios.- La estampida empezó a ser visible. Estaban llegando.
-¡ATRÁS!- grité, extendiendo una mano. Las llamas que recorrían mi cuerpo se extendieron ligeramente, amenazando con quemar cualquier cosa que se me opusiera. -¡SOY VUESTRO REY! ¡NO OSÉIS DESAFIARME!- Los simios se detuvieron, perplejos. Dudaban. Solo tenia que seguir presionando.
-El Ídolo de la Luz y la Vida me ha bendecido. ¡He muerto, y renacido como un dios!- exclamé. -La profecía se ha cumplido. Toda la energía del Ídolo es ahora mía. Como yo, ha muerto, solo para dar vida. ¡Postraos ante Ra'lios, dios del Sol!- Prácticamente sin dudarlo, los monos se inclinaron, igual que habían hecho con su rey antes. Avancé, y señalé hacia la salida. -Moveos. Es hora de que os guíe al futuro prometido.- ordené.
Obedecieron. Caminé con paso decisivo. Sabía que aquello no podía durar demasiado. Tendría que jugar mis cartas bien. Jason Bosne y los licántropos siguieron mis pasos con expresiones de sorpresa. Salimos del interior de la pirámide. La muchedumbre de monos, antes sedientos de sangre, se encontraba a la base de la piramide, ansiosos por escuchar mis órdenes.
-El ser de metal nos ha intentado engañar para salvarse. Mi ascensión ha sido un éxito, gracias al resto de invitados. Pero ahora, las cosas han cambiado.- dije. Alcé una mano. Tenía que ser claro. -El Ídolo me ha hablado de mi misión. Debo emprender un viaje yo sólo. Pero volveré, trayendo la gloria prometida. Hasta entonces, NADIE debe acercarse al Ídolo. Si alguien lo hace, todo arderá, y solo quedarán cenizas.- Una pequeña llamarada surgió de mi brazo, reforzando mi orden. -Quitad los espejos y los pequeños ídolos del templo. Ya no son necesarios.-
Los monos chillaron y gritaron, tal y como habían hecho antes en celebración. ¿Que les depararía el futuro? Si les dejaba vivir donde habían vivido todo ese tiempo, ¿podrían aguantar? Su líder había muerto, y yo no podía quedarme allí.
-Mientras no esté aquí, escuchad a mi invitado de honor.- Dije, señalando a Jason Bosne. -Él tiene mi bendición y os guiará en mi ausencia.- declaré. Era el único capaz. Su Factoría no debía estar muy lejos, y era lo más cercano a una comunidad que había alrededor. Los hombres mono no serían capaces de prosperar sin un líder más inteligente que ellos. Quizás fuese lo mejor para todos. -Considéralo una muestra de confianza.- murmuré, mirando al león.
Llegaba el momento de mi salida. Una lástima. La idea de pedir un tributo era tentadora. Después de todo, los monos no sabían el valor que esos pequeños ídolos tenían. Pero no tenía tiempo para eso.
Aún quedaba mucho que hacer.
Pero no hubo una quemadura inimaginable ni una muerte rápida. En su lugar, el sonido de cristales rompiéndose y volando por todas partes cubrió la sala. Me cubrí con los brazos y la espada. Multitud de esquirlas se clavaron en ellos, produciendo algunos cortes ligeros. La mayoría no atravesaron la armadura. Pero uno de los cristales impactó contra mi ojo cerrado.
Gruñí de dolor y lo arranqué casi inmediatamente, pestañeando varias veces. Sangraba. Pero podía ver sin problemas: no había atravesado el ojo. Quizás me quedase una cicatriz. No importaba. Me levanté y me apresuré hacia Bosne. El león se había resguardado con sus nuevas escamas, y aún estaba mirando en dirección a la mujer de metal.
-No hay tiempo. Tenemos que actuar, ahora.- dije, tocando el frasco de su cuello. Asintió ligeramente. Suspiré y tomé un sorbo. Tenía un sabor ácido. Noté su influencia a medida que pasaba por mi cuerpo, deseando no arrepentirme. Pero me concentré. Mi cola se volvió más larga y fina, igual que mi cuerpo en general. En tan solo unos segundos, parecía más mono que perro.
-¿Que vas a hacer?- preguntó Bosne.
-Quieren un dios.- dije simplemente. Alcé una mano hacia el pasillo por el que pronto aparecerían. Una llamarada salió de ella, pero gran parte de la energía fue absorbida por mi espada... y entonces, mi propio cuerpo se envolvió en llamas. El león retrocedió ligeramente, sorprendido. -Así que les daré un dios.- La estampida empezó a ser visible. Estaban llegando.
-¡ATRÁS!- grité, extendiendo una mano. Las llamas que recorrían mi cuerpo se extendieron ligeramente, amenazando con quemar cualquier cosa que se me opusiera. -¡SOY VUESTRO REY! ¡NO OSÉIS DESAFIARME!- Los simios se detuvieron, perplejos. Dudaban. Solo tenia que seguir presionando.
-El Ídolo de la Luz y la Vida me ha bendecido. ¡He muerto, y renacido como un dios!- exclamé. -La profecía se ha cumplido. Toda la energía del Ídolo es ahora mía. Como yo, ha muerto, solo para dar vida. ¡Postraos ante Ra'lios, dios del Sol!- Prácticamente sin dudarlo, los monos se inclinaron, igual que habían hecho con su rey antes. Avancé, y señalé hacia la salida. -Moveos. Es hora de que os guíe al futuro prometido.- ordené.
Obedecieron. Caminé con paso decisivo. Sabía que aquello no podía durar demasiado. Tendría que jugar mis cartas bien. Jason Bosne y los licántropos siguieron mis pasos con expresiones de sorpresa. Salimos del interior de la pirámide. La muchedumbre de monos, antes sedientos de sangre, se encontraba a la base de la piramide, ansiosos por escuchar mis órdenes.
-El ser de metal nos ha intentado engañar para salvarse. Mi ascensión ha sido un éxito, gracias al resto de invitados. Pero ahora, las cosas han cambiado.- dije. Alcé una mano. Tenía que ser claro. -El Ídolo me ha hablado de mi misión. Debo emprender un viaje yo sólo. Pero volveré, trayendo la gloria prometida. Hasta entonces, NADIE debe acercarse al Ídolo. Si alguien lo hace, todo arderá, y solo quedarán cenizas.- Una pequeña llamarada surgió de mi brazo, reforzando mi orden. -Quitad los espejos y los pequeños ídolos del templo. Ya no son necesarios.-
Los monos chillaron y gritaron, tal y como habían hecho antes en celebración. ¿Que les depararía el futuro? Si les dejaba vivir donde habían vivido todo ese tiempo, ¿podrían aguantar? Su líder había muerto, y yo no podía quedarme allí.
-Mientras no esté aquí, escuchad a mi invitado de honor.- Dije, señalando a Jason Bosne. -Él tiene mi bendición y os guiará en mi ausencia.- declaré. Era el único capaz. Su Factoría no debía estar muy lejos, y era lo más cercano a una comunidad que había alrededor. Los hombres mono no serían capaces de prosperar sin un líder más inteligente que ellos. Quizás fuese lo mejor para todos. -Considéralo una muestra de confianza.- murmuré, mirando al león.
Llegaba el momento de mi salida. Una lástima. La idea de pedir un tributo era tentadora. Después de todo, los monos no sabían el valor que esos pequeños ídolos tenían. Pero no tenía tiempo para eso.
Aún quedaba mucho que hacer.
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Usadas habilidades: Absorber y Piel Rúnica
Asher Daregan
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
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Re: El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
Mientras aún sostenía a Neil con todas mis fuerzas, fue Asher el que tomo la iniciativa, invocando una especie de sombra y atacando de forma directa al cibernético que exigía el tributo. Su terminación parecía haber sido hecha por un experto, sus rasgos eran muy simétricos ¿Era una obra de los antiguos humanos? ¿O había sido diseñado por algún creador independiente?
De todos modos, tenía en claro que no estaba hecha para pelear [ANALIZANDO] pero si podía apagar el núcleo. Nadie parecía estar prestándome atención, por lo que rápidamente me acerque a las palancas y realice los mismos movimientos, siguiendo la grabación que tenía almacenada en mi memoria.
[ANALIZANDO] Ese cibernético había vuelto a prender el núcleo, era un peligro para el resto de los orgánicos [CONCLUSIÓN] no es como yo. Guardare ese dato para futuros encuentros.
Cuando el núcleo exploto solo atine a agacharme y cubrir a Neil con el cuerpo, dejando mi espalda expuesta a las afiladas puntas de los cristales, pude sentir como se clavaban y cortaban mi piel, pero anule la sensación de dolor para poder concentrarme en la huida.
-¿Qué vas a…? – Empecé a preguntarle a Asher pero no fue necesario que me respondiera, en cuanto pude discernir en lo que se estaba transformando entendí cuál sería el plan – Los orgánicos si pueden mentir – Murmure mientras guardaba a Neil de nuevo en mi morral.
Caminamos por los pasillos, Asher iba por delante, seguido por los licántropos y por Bosne, yo mantuve cierta distancia, no había nada que pudiera agregar para hacer de la historia del hombre-perro más creíble. En cuanto el falso dios lo ordeno los monos comenzaron a arrancar todos los espejos y placas de metal pulida que habían utilizado para reflejar la luz del núcleo.
Una vez afuera, pudimos contemplar que la pirámide estaba completamente rodeada por la tribu de los monos, parecían creer la mentira de Asher, lo adoraban como hasta hace unos pocos minutos veneraban al ídolo. Verdaderamente la lógica de los orgánicos siempre me resultaba fascinante.
-¿Estás seguro que esto será suficiente? – Le pregunté mientras lentamente nos retirábamos - ¿No deberíamos destruir por completo el templo para asegurarnos de que no lo vuelvan a usar? – Hablaba en tono bajo, intentando que solo Asher me escuchara.
Desvíe la mirada hacia Bosne, el hombre-bestia sostenía el colgante de su cuello, yo mantenía mi morral firmemente agarrado, parecía haber cierto entendimiento entre ambos. Durante unos segundos sentí la irrefrenable necesidad de quitarle el frasco [ERROR] esa sensación no tenía sentido alguno, y mi actuar siempre debía ser guiado por la lógica.
“¿O no?”
De todos modos, tenía en claro que no estaba hecha para pelear [ANALIZANDO] pero si podía apagar el núcleo. Nadie parecía estar prestándome atención, por lo que rápidamente me acerque a las palancas y realice los mismos movimientos, siguiendo la grabación que tenía almacenada en mi memoria.
[ANALIZANDO] Ese cibernético había vuelto a prender el núcleo, era un peligro para el resto de los orgánicos [CONCLUSIÓN] no es como yo. Guardare ese dato para futuros encuentros.
Cuando el núcleo exploto solo atine a agacharme y cubrir a Neil con el cuerpo, dejando mi espalda expuesta a las afiladas puntas de los cristales, pude sentir como se clavaban y cortaban mi piel, pero anule la sensación de dolor para poder concentrarme en la huida.
-¿Qué vas a…? – Empecé a preguntarle a Asher pero no fue necesario que me respondiera, en cuanto pude discernir en lo que se estaba transformando entendí cuál sería el plan – Los orgánicos si pueden mentir – Murmure mientras guardaba a Neil de nuevo en mi morral.
Caminamos por los pasillos, Asher iba por delante, seguido por los licántropos y por Bosne, yo mantuve cierta distancia, no había nada que pudiera agregar para hacer de la historia del hombre-perro más creíble. En cuanto el falso dios lo ordeno los monos comenzaron a arrancar todos los espejos y placas de metal pulida que habían utilizado para reflejar la luz del núcleo.
Una vez afuera, pudimos contemplar que la pirámide estaba completamente rodeada por la tribu de los monos, parecían creer la mentira de Asher, lo adoraban como hasta hace unos pocos minutos veneraban al ídolo. Verdaderamente la lógica de los orgánicos siempre me resultaba fascinante.
-¿Estás seguro que esto será suficiente? – Le pregunté mientras lentamente nos retirábamos - ¿No deberíamos destruir por completo el templo para asegurarnos de que no lo vuelvan a usar? – Hablaba en tono bajo, intentando que solo Asher me escuchara.
Desvíe la mirada hacia Bosne, el hombre-bestia sostenía el colgante de su cuello, yo mantenía mi morral firmemente agarrado, parecía haber cierto entendimiento entre ambos. Durante unos segundos sentí la irrefrenable necesidad de quitarle el frasco [ERROR] esa sensación no tenía sentido alguno, y mi actuar siempre debía ser guiado por la lógica.
“¿O no?”
Zöe
Honorable
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Re: El resurgir del Ídolo de la Luz y la Vida [Desafío]
-¿Y qué si lo vuelven a usar? Mírales, son animales sumisos y carentes de educación. Son inofensivos con o sin templo. Me inclino más por la propuesta de Asher. Utilizaré la devoción de los monos para instruirles según los ideales de La Factoría. El Ídolo de la luz y la vida, el núcleo, El Peligro o cómo quieras llamarlo, ha sido destruirlos por tus hermanos cibernéticos. Este templo es tan inofensivo como una mosca perdida-.
Jason Bosne bajó las escaleras del templo de los monos con la majestuosidad de un rey. Para que los monos no se sintieran incómodos con el nuevo guía, se había vestido con los pedazos de armadura de los guardias que mandó asesinar y hecho crecer una cola de mono que hacía contonear a su espalda. En la mano izquierda llevaba el báculo robado del difunto rey mono. Con la mano derecha sujetaba el frasco con el nonato llevándoselo al corazón. Los monos bajo la escalera saltaban y gritaban con entusiasmo la avenida del Dios Ra’lios y el nombramiento del nuevo guía. La palabra rey estaba descatalogada. Jason Bosne prefería dejar los temas de realeza para los humanos.
Los licántropos de la manada, los que sobrevivieron al combate con los cibernéticos, estaban de acuerdo con que Bosne dirigiera a los monos. Quién mejor que un civilizado hombre bestia para educar a los incultos monos. La hermosa Lana, con la apariencia humana, fue la encargada de presentar sus respetos hacia Bosne y de advertirle.
-Los poblados de los lobos están a pocos metros del templo de los monos. Si lleva la paz a esta tierra, verá un amigo en nosotros. Sin embargo, si hace venir la guerra hacia aquí y consigue salpicar a Ulmer con vuestra sangre, tenga por seguro que no le ayudaremos. A pesar de lo que digan los humanos de nosotros, somos gente de paz-.
Bosne contestó con una ligera reverencia.
Dos lobos, a espaladas de Lana mostraron, gruñeron mostrando sus dentaduras mortales en son de amenaza. Bosne podría contestarles de la misma manera y utilizar a los monos para vengar la ofensa. Los lobos lo sabían, pero no les importaba. Estaban dispuestos a sacrificar sus vidas para proteger a La Manada.
Terminada la ceremonia de coronamiento, ritual que le resultó especialmente tediosa e insignificante, Bosne se dirigió a Asher quien había perdido el resplandor del Ídolo Ra’lios.
-Ve al laboratorio 8B, Harambe y los demás se alegrarán de verte-.
Asher obedeció. Lo que dejaba a Jason Bosne solo con la chica cibernética. Le miró a los ojos e hizo un gesto con la cabeza señalando al muñeco Neil. No era necesario decir nada más. Bosne quería el muñeco, deseaba poseerlo tanto como deseaba conservar el frasco del nonato. Sin embargo, la proeza de este día era motivo suficiente para que la chica conservase el muñeco. Jason Bosne se conformaría en saber quién tenía el objeto maldito y esperar otro momento más adecuada para él e inadecuado para ella.
-Mi señor, tengo la energía que me mandó a buscar y un regalo adicional, información sobre dos de los objetos que desea. Conozco el nombre de sus portadores y los lugares que frecuentan-.
* Asher: Te has convertido momentáneamente en un Dios y hecho que La Factoría se encargue del Templo de los Monos. Un día normal en la vida de un perro-lobo.
Recompensas:
* +2 ptos de experiencia en función de la calidad del texto.
* +3 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* 5 ptos totales de experiencia
Obsequio: Runa de Ra’lios (en Santuario)
En el laboratorio 8B, Harambe añade una runa en tu armadura Santurario inspirado en la historia que le cuentas sobre lo sucedido en el templo de los monos.
Runa de Ra’lios: hace que tu armadura resplandezca convirtiéndote en el Ídolo de la luz y la vida. Te concede 50% de inmunidad a los ataques eléctricos.
Duración: 1 turnos
Enfriamiento: 5 turnos
* Zöe: Has plantado cara a uno de los discípulos de El Hombre Muerto, hecho que destruyan un núcleo de la tecnología olvidada, protegido a El Muñeco Neil con tu vida y has sido amenazada por Jason Bosne. Un día anormal en la vida de una chica cibernética.
Recompensas:
* +2 ptos de experiencia en función de la calidad del texto.
* +3 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
* 5 ptos totales de experiencia
Obsequio: Habilidad: Resistencia calorífica (activable): te permite soportar altas temperaturas de forma que tu cuerpo se vea lo menos dañado posible. 60% de resistencia al calor para el fuego creado por brujos, dragones y otro tipo de magia.
Duración: 3 turnos
Enfriamiento: 6 turnos
La habilidad la recibiste de APP-Bel en el momento en que te besó la frente.
Deberás añadir esta habilidad a tu ficha de habilidades como una habilidad “extra”, no influye en las habilidades ganadas por nivel. He abierto la ficha de habilidades, avísame cuando añadas “Resistencia calorífica”.
Jason Bosne bajó las escaleras del templo de los monos con la majestuosidad de un rey. Para que los monos no se sintieran incómodos con el nuevo guía, se había vestido con los pedazos de armadura de los guardias que mandó asesinar y hecho crecer una cola de mono que hacía contonear a su espalda. En la mano izquierda llevaba el báculo robado del difunto rey mono. Con la mano derecha sujetaba el frasco con el nonato llevándoselo al corazón. Los monos bajo la escalera saltaban y gritaban con entusiasmo la avenida del Dios Ra’lios y el nombramiento del nuevo guía. La palabra rey estaba descatalogada. Jason Bosne prefería dejar los temas de realeza para los humanos.
Los licántropos de la manada, los que sobrevivieron al combate con los cibernéticos, estaban de acuerdo con que Bosne dirigiera a los monos. Quién mejor que un civilizado hombre bestia para educar a los incultos monos. La hermosa Lana, con la apariencia humana, fue la encargada de presentar sus respetos hacia Bosne y de advertirle.
-Los poblados de los lobos están a pocos metros del templo de los monos. Si lleva la paz a esta tierra, verá un amigo en nosotros. Sin embargo, si hace venir la guerra hacia aquí y consigue salpicar a Ulmer con vuestra sangre, tenga por seguro que no le ayudaremos. A pesar de lo que digan los humanos de nosotros, somos gente de paz-.
Bosne contestó con una ligera reverencia.
Dos lobos, a espaladas de Lana mostraron, gruñeron mostrando sus dentaduras mortales en son de amenaza. Bosne podría contestarles de la misma manera y utilizar a los monos para vengar la ofensa. Los lobos lo sabían, pero no les importaba. Estaban dispuestos a sacrificar sus vidas para proteger a La Manada.
Terminada la ceremonia de coronamiento, ritual que le resultó especialmente tediosa e insignificante, Bosne se dirigió a Asher quien había perdido el resplandor del Ídolo Ra’lios.
-Ve al laboratorio 8B, Harambe y los demás se alegrarán de verte-.
Asher obedeció. Lo que dejaba a Jason Bosne solo con la chica cibernética. Le miró a los ojos e hizo un gesto con la cabeza señalando al muñeco Neil. No era necesario decir nada más. Bosne quería el muñeco, deseaba poseerlo tanto como deseaba conservar el frasco del nonato. Sin embargo, la proeza de este día era motivo suficiente para que la chica conservase el muñeco. Jason Bosne se conformaría en saber quién tenía el objeto maldito y esperar otro momento más adecuada para él e inadecuado para ella.
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-Mi señor, tengo la energía que me mandó a buscar y un regalo adicional, información sobre dos de los objetos que desea. Conozco el nombre de sus portadores y los lugares que frecuentan-.
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* Asher: Te has convertido momentáneamente en un Dios y hecho que La Factoría se encargue del Templo de los Monos. Un día normal en la vida de un perro-lobo.
Recompensas:
* +2 ptos de experiencia en función de la calidad del texto.
* +3 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
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Obsequio: Runa de Ra’lios (en Santuario)
En el laboratorio 8B, Harambe añade una runa en tu armadura Santurario inspirado en la historia que le cuentas sobre lo sucedido en el templo de los monos.
Runa de Ra’lios: hace que tu armadura resplandezca convirtiéndote en el Ídolo de la luz y la vida. Te concede 50% de inmunidad a los ataques eléctricos.
Duración: 1 turnos
Enfriamiento: 5 turnos
* Zöe: Has plantado cara a uno de los discípulos de El Hombre Muerto, hecho que destruyan un núcleo de la tecnología olvidada, protegido a El Muñeco Neil con tu vida y has sido amenazada por Jason Bosne. Un día anormal en la vida de una chica cibernética.
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Obsequio: Habilidad: Resistencia calorífica (activable): te permite soportar altas temperaturas de forma que tu cuerpo se vea lo menos dañado posible. 60% de resistencia al calor para el fuego creado por brujos, dragones y otro tipo de magia.
Duración: 3 turnos
Enfriamiento: 6 turnos
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Sigel
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