La luz de la esperanza. [Libre][4/4][Interpretativo]

Un día como otro cualquiera, era hora de alejarme de la gente un rato. Estaba en el bosque a las afueras de Lunargenta. El ruido de los pájaros cantando, el viento sin frió que pegaba en la cara, y los ruidos de los arboles. Sin duda esto era un paraíso. Saque mi espada, la "Excalibur", y la clave en la tierra, mire al cielo, era un buen día para volar, aunque prefería quedarme a escuchar la tranquilidad de la naturaleza, sentía que en momentos así, podías conectarte con ella y aclarar la mente de una manera que no se puede en una ciudad.

Mis hermanos seguían sin aparecer, y las opciones se me acababan. No quedaban muchos lugares a los cuales buscar, estaba aburrido, así que empece a crear un ritmo con mi boca, mientras me golpeaba las piernas con las manos. Se podía hacer música sin necesidad de un instrumento.

- Así que... madre naturaleza. Mis aventuras me trajeron hasta aquí. - Sonreí, me recordaba al yo de hace 1 año, hablando con animales o solo. - Extraño el tiempo en el que solo leía cuentos y hablaba con usted. No digo que me arrepienta de todo esto, solo digo... que a veces es mejor no ser ningún elegido. No cargas con ninguna responsabilidad, haces lo que quieres, y no se te castiga por tus malos actos. No es que me queje de tal honor, solo, a veces pienso... que las cosas pudieron haber sido diferentes. -

- Madamg, soyg Grrakan... estoy probando un nuevo acento, ¿te gusta?. - Bueno, no esperaba un "si", o un "no". Hasta ya estaba actuando como un loco. Recuerda Rakan, ya estuviste con personas y esa actitud no les gusta.
Volví a pensar en mis hermanos - Espero recordar a todos... Zu, Wawel, Tiranius, Kremm.... ¡y Draco!. - Termine de hablar solo. Y quería usar un poco de magia.

Use mi magia de tierra y me conecte con ella, dándole energía a algunas raíces a mi alrededor, haciendo que varios arboles tomen mas hojas, y plantas crezcan a mi al rededor. Ahora estaba mejor que nunca para descansar.

----- [ En otra parte del bosque ] -------

- Los dragones estábamos acá primero. Lárguense. - Dijo, un dragón adelante de otros 4.

- Este lugar nos pertenece por derecho, si quieren parar, vayan a otro lado. - Dijo un humano, adelante de otros 4.

- Este lugar es de todos, no nos interesa tu estúpido derecho. - Dijo un brujo, adelante de otros 4.

Parecía que había una disputa en una parte del bosque entre dragones, humanos y brujos, aunque ahora estaba todo en calma... quien sabe como podían ponerse las cosas.

Era divertido estar a las alturas, dese esa rama me sentía toda una gigante, meciendo mis piernas al ritmo del viento mientras veía a Trhiz volar entre los arboles, los dos estábamos algo aburridos por lo cual saque mi flauta y comencé a tocarla, inventando una canción. Pero siendo sincera, si me ponía de trovador me moriría de hambre por que no era muy buena, solo un par de notas lograban combinar, el resto era un desastre.

Pero segui hasta que logre acordarme una canción, con la que habia aprendido a tocar la flauta, una canción de cuna de la cual ya ni la letra me la acordaba, tendría que ponerme a pensar por un rato como acordarme de las canciones y sus letras, por que las mías eran horribles.

- ¿Que te pareció? - le pregunte al águila que se acomodaba frente a mi. - Si se que estoy perdiendo practica, pero me volveré a hacer la costumbre - dije encogiéndome de hombros ante la mirada seria del pájaro.

Ha veces me gustaba inventarle voces a Trhizten para divertirme, sobretodo por que sabia que al ave no le gustaba, era muy amargado, eso hacia al juego mas divertido.

Mire las sombras del árbol para medir que hora del día eran, luego me estire en la rama para guardar mi flauta y luego mirar al suelo asegurarme que no hubiera una piedra muy grande cerca, despues de todo, caer de dos metros de altura dolía un poquito. Me senté de lado y luego me tiré.

Caí de pie pero el impulso logro tirarme de espalda y termine tirada en el césped del suelo soltando unos pequeños quejidos mientras me levantaba y me sacudía. Trhiz presumió de su habilidad y voló hacia donde yo estaba con mucha gracia y se poso en mi hombre.

- Eres una ave presumida - dije mientras caminaba por el bosque.

Ya era hora de volver y si no lo hacia Andres me descabezaría por a verme ido sola a pasear un rato. Sabia que exageraba pero tenia razón... Siempre que andaba sola terminaba en problemas.

- Y dime que te gustaría hacer - le pregunte al ave, el solo miro hacia adelante. - Eres un aburrido ¿Te lo habían dicho?.

Mientras caminaba por un sendero hecho por animales, vi a lo lejos como unos arboles se movían, eso era imposible, pero lo estaba viendo, decidí acercarme a ver mejor, mientras mas me acercaba mas cosas veía moverse y crecer.

El árbol se volvía cada ves mas frondoso, mas césped crecía, y flores comenzaban a crecer de la nada, comencé a caminar alrededor del lugar viendo con asombro las plantas.

- Son muy lindas ¿No? ¿Quien lo habrá hecho? - dije mientras terminaba de dar la vuela.

Justo allí vi a un sujeto sentado entre todas esas plantas que habían crecido,e acerque un poco, de seguro era un brujo y podía controlar las plantas y esas cosas.

- Oiga, señor. ¿Usted hizo esto? Por que eso fue asombroso - dije hasta quedar enfrente del rubio. - ¿Como lo hizo? - pregunte.

Y fue alli en ese momento despues que habia molestado al hombre, que me di de cuenta que descansaba, mire a Trhizten y podía distinguir como ser burlaba de mi, yo solo entrecerré mis ojos mientras lo miraba y lo espante para que se fuera a volar un rato.

- Perdón por haberle molestado, es que no me había fijado que estaba descansando - dije algo avergonzada de haberle molestado en un principio.

Era algo penoso aparecer de la nada y molestar a un total extraño solo por que a su alrededor creció todo un bosque.

La noche que había pasado había sido de las mejores, dignas de ser contada con una o dos jarras de hidromiel encima, hasta tenía agujetas, no endendía  como podía llegar a pasarle eso, aunque lo ignoraba, el tabernero le dio algo mas de ropa y un cinto en donde guardar la espada, había salido antes de que se despertase el joven, iba ahora con una camisa de lino, llevaba una pechera de cuero, unos pantalones de lino y unas botas de cuero, le debía mucho aquel hombre, se colocó bien el cinto con su espada -Debería repetir esas noches...- Dijo feliz cual perdiz.



Iba encaminada por el bosque, ya no seguía los caminos desde hacía ya mucho tiempo, eran mas peligrosos que hastas las propias guerras, pero eso  era otro asunto. Cuando se dio cuenta se encontró a un grupo de personas que discutían sobre tierras, y se encaminó para ver que sucedía, sabía que las discusiones llevaban a las peleas, las peleas a la muerte y la muerte a objetos sin dueños.



Se acercó con disimulo, si empezaban a pelear, tenía que estar cerca para matar al ul... de pronto un dolor en la cabeza se apoderó de ella y salió a la luz Sol –Nada de matar- Sususrró y se acercó a ellos –Disculpen... ¿Por qué discutis? Las tierras pertenecen a quien las tuviera primero, a no ser que las conquisteís, o las compreís, y las conquistas solo traen desgracias- Dijo ella con cautela mirandolos a todos. Aunque el dolor de cabeza volvió.



Sonrió mirando al humano -¿Sabes? Los dragones siempre se creen mejores y piensan que pueden pisotear a los humanos, yo que tu demostraba que no puede ser la cosa así, ademas, si nos dejamos manosear por estos, se creerán que pueden con todos- Sonrió alejandose un poco, ya había dejado la mecha encendida –Y los dragones dicen que los humanos somos sus esclavos, ayer me tiré a uno y me dijo eso- Susurró pero esperando que se enterase.

Al fin podía descansar, sin peleas, sin ladrones, solo yo y la naturaleza. Es bonito pensar que Aerandir alguna vez llego a no tener maldad. O incluso guerras. Mi descanso se vio interrumpido por una bella dama, que tenia una ave en su hombro, era increíble, como una humana podía tener tal relación con una ave. Rápidamente espanto al pájaro. Me levante del suelo y le ofrecí la mano a la dama.

- Las ventajas de ser uno con la naturaleza, simplemente lo hago. - Dije sonriendo mientras miraba sus ojos, parecía una chica buena. Y respetuosa, amaba esa clase de persona. Y hay muy poca en Aerandir.

- No molestas, de hecho, me alegra que hayas venido. ¿Te gusta?, nunca nadie me vio hacer esto, me alegra que seas la primera persona. - Dije moviéndome hacia un árbol y acariciándolo - Sabes una cosa... durante la guerra, todos olvidamos que este pequeño árbol, el y el resto de sus hermanos tienen vida. No sabemos si sienten, por que no somos arboles. Pero ellos son conscientes de que están en territorio de guerra, sin embargo siguen aquí, firmes y sin miedo. Por eso admiro a la naturaleza, no se doblega ante nadie, incluso lucha contra la misma oscuridad. Son un ejemplo a seguir. - Parecía un loco, pero con el solo hecho de pensar en los arboles, en las plantas, en todo el mundo que estaba lejos de nuestra vista, que estamos ciegos ante el. Quizá por eso olvidamos que ellos tienen vida, por que no tienen voz.

Deje de acariciarlo y le di mas vida a ese pobre árbol, fortaleciendo sus raíces. - Tu amigo, vas a sobrevivir a esta guerra. - Empece a hacer que ramas crezcan de todos los arboles de al rededor, luego con hojas. - No voy a olvidarme de las aves. - Dije mirándola y riendo levemente, haciendo memoria de la ave que la acompañaba.

- Por cierto, soy el guardián ancestral. ¿Tu eres?. - Habia olvidado presentarme luego de tanta charla, normal. Me perdí pensando en los arboles y demás. La chica no sabia que era un dragón, ¿debía decírselo?, quizá no le iba a caer bien al enterarse de eso. Preferí guardármelo para mas adelante.

Empece a caminar hacia otra parte del bosque, haciéndole señas para que viniera conmigo, un paseo por el bosque y para relajarse no mata a nadie. No mata a nadie cuando no son tiempos de guerra, empece a escuchar gritos, al parecer una pelea de varios hombres, Dividida por equipos.

Me dirigí a la situación y escuche, había 2 personas mas, que al parecer no pertenecían a ninguno, estaban separados del resto. Observe desde la distancia mientras parecía que la situación cada vez se ponía peor. Me acerque al centro de los 3 grupos, mirando a cada uno de ellos.

- ¡Silencio!, este territorio no pertenece a nadie. El bosque le pertenece a los arboles, pero como su intelecto no esta a la altura, vamos a resolverlo de otro modo. Un campeón de cada equipo, representara al resto. En un combate que no es a muerte, el que quede de pie tiene derecho a quedarse, el resto se deberá ir por donde vino. -

El resto de los sujetos empezaron a hablar entre ellos, por lo que parecía que estaban eligiendo a un campeón cada uno. Una mujer dio un paso al frente, empezó a cambiar de forma lentamente, transformándose en un dragón. Otro sujeto dio un paso al frente, llenando sus brazos de electricidad. Y el ultimo campeón paso al frente, cargando un escudo grande con una espada.

Los sujetos empezaron a dar vueltas entre ellos, hasta que finalmente cargaron el uno contra el otro, la pelea fue intensa, pero el combate no era a muerte. Duro varios minutos, pero el humano sin controlarse, clavo su espada en el estomago del mago, matándolo en el proceso.

El líder mago enojado, consumido por la ira, junto sus manos y en un aplauso, hizo una ola de viento que todos los de la zona salimos alejados del lugar. Se podían ver varios dragones corriendo por la zona, humanos con espadas y escudos y magos peleando con magia, todos dispersados. El bosque había quedado lastimado, hojas caídas, arboles pelados y en lugar de pasto, tierra. Se podía ver como los grupos se empezaban a reagrupar, corriendo para un lado cada uno de ellos.

- No deben escapar, ninguno de ellos. - Dije levantándome del suelo, corriendo atrás de los brujos.


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Explico la situación, fuimos empujados por un mago que hizo una ola de viento fuerte luego del combate, tenemos varias opciones, y cada uno puede elegir la suya.

Quedan 5 dragones.

Quedan 4 brujos.

Quedan 5 humanos.

En el turno que viene ahora, deben elegir a que grupo persiguen, en mi caso voy por los brujos. O si tienen otra idea, háganla :D.

El hombre se levanto y seme acerco, vi como Trhizten lo veía con desconfianza desde la rama, tome su mano apretándola y dedicándole una sonrisa de cordialidad, el hombre era extraño, se veía y se sentía, no se por que pero solo lo sentía.

- Pues me alegra saber que soy la primera en ver esta maravilla - dije mientras me acercaba al árbol y tomaba una de las flores.

Mientras Trhizten baja de la rama y se posaba de nuevo en mi hombro mirando con mucha desconfianza al rubio, yo le di un pequeño jalón en la cola haciendo que me viera.

- Deja de ser grosero, no a hecho nada, deja de ser tan desconfiado - le dije al águila en un murmullo.

Me voltee a ver al hombre de nuevo, escuchando su relato sobre los arboles, de sierto modo tenia razon, no solo los arboles, las montañas, los ríos, todos seguían allí impunes ante los desastres mortales. Toda la naturaleza era asi, ellos vieron el desarrollo de todos nosotros y saben secretos que nosotros ignoramos, ellos deberían ser respetados. Pero todo los ignoran por completo.

Vi como hacia que el árbol creciera de nuevo haciéndolo mucho mas resistente a cualquier desastre, este despues hizo un comentario sobre las aves y yo me reí un poco para luego coresponder a su presentación.

- Soy Cryz. Miembro de los cuervos de Plata, un gusto - dije con una sonrisa - ¿Es posible que pueda conocer su nombre? Guardián - pregunte con curiosidad.

Pero el rubio no me contesto, comenzó a caminar y me invito a seguirle, Trhizten me miro con su cara de que no fuera pero igual segui al recién conocido guardian.

Camine rapido para quedar a su lado pero justo cuando le quise preguntar por su nombre unos gritos resonaron por el bosque, los dos corrimos hacia el punto de origen donde encontramos a un grupo de personas en plena discusión.

Vi como el rubio se adentraba a calmar las cosas, yo mire con intriga lo que pasaba entre los tres grupos de personas ignorando por completo a los otros dos sujetos que se encontraban viendo a una cierta distancia.

- Esto no va a terminar muy bien - dije mientras retrocedía un poco al ver a la dragona transformarse alli mismo.

Observé con algo de nerviosismo el enfrentamiento, de poco a poco las cosas iban de mal a peor, ya que un grito de dolor resonó entre los arboles y luego el cuerpo del brujo callo al suelo, yo retrocedí otro paso. Al ver como la onda de viento se acercaba a nosotros tome a Trhiz cuando el viento nos mando a volar hacia atras.

Rode por el suelo hasta terminar a los pies de un árbol, Trhizten se sacudió cuando lo solté mientras yo me sentaba algo adolorida para luego levantarme algo desorientada.

Vi como los grupos que discutían se dispersaban e ivan cada uno por su lado, vi como el rubio iba detrás de uno de los grupos fugitivos.

- ¿Habrá un dia en el que no tenga que perseguir a alguien? - dije mirando el cielo para luego correr tras el grupo de los dragones mientras Trhiz me seguía.


Corría lo mas rapido que podía para poder al cansar al grupo, decidí desviarme un poco y poderlos interceptar unos 5 metros adelante.

- Por favor, no huyan, nadie les acusara de nada, solo resolvamos este problema como gente decente - dije bloqueando el paso al grupo.

- Apartare humana, todos ustedes son iguales, su ambición los lleva a unos extremos horribles - dijo la mujer del enfrentamiento.

Esta se acercaba a mi obviamente enojada, yo retrocedí un poco asustada mientras Trhiz se posaba en mi hombro esperando mi señal para atacar a la dragona. Pero no quería eso, quería demostrar que podía ser alguien bueno sin causar daños al tratar de ayudarles con esto.

Luna al ver que un hombre con una pipa se acerca y se sienta a observar el grupo, ella mira al hombre y sonríe, para luego susurrarle a un humano con un escudo y una espada algo al oído -… Y recuerda, ellos lo harían- Se acercó al hombre mirándolo –Hola, veo que vienes a por el espectáculo, espero que lo pasemos bien, porque preveo que esto va acabar en tragedia- Se acomodó el cinto y se puso de rodillas al lado del hombre –Una vez están las brasas al lado del pasto, este solo espera a incendiarse, aunque siempre hay alguien que le echa agua...- Dijo finalmente mirando al dragón quien en la noche anterior la había dejado tirada.



Este propuso un combate entre los presentes, con sus mejores guerreros, y cuando vió al hombre con el escudo salir para luchar, sonrió -Prepárate, le he dicho que cuando pasé por al lado de los brujos, estos hablaban de su mujer... y decían cosas muy irrespetuosas a ella, bueno, eso y que iban a esperar el momento para matar algún humano, y otras cosas, siempre hay que avivar la llama- Se río levemente mirando bien el combate, el hombre con el escudo parecía que iba a darle un tajo cuando menos se lo esperase al brujo –Y el fuego se prendió- Se río cuando vio al brujo caer al suelo con sus manos en la herida mortal causada por el brujo.



De pronto un viento la dejó caer al suelo y esta se levantó de un saltó desenvainando su espada –Vaya, ese brujo tiene carácter- Miró los grupos que se iban peleando unos con otros mientras ella solo observaba al mas débil para ir contra ese –Al final a pasado lo que debía de pasar, la gente se ataca unas a otras, hay muerte y sangre, aunque... la muerte ya llegará- Cuando los grupos se empezaron alejar, vio a los humanos huir por un lado, los dragones por otro y a los brujos por otro, quien pudiera tener mas joyas eran esos, y si no fuese por quien iba también tras ello.



-Veo que no era suficiente con dejarme a medias- Le dijo corriendo al lado del dragón al alcanzarlo –Que encima me los dispersas, con lo bueno que es que todas las joyas esten en el mismo sitio- Se rió corriendo lo mas que podía.

No pongo color:

Estaba atrás de los brujos cuando la mujer loca vuelve a aparecer - Genial... de vuelta tu. ¿No me estarás siguiendo? - Dije sin mirar para el costado, tenia que mantenerme centrado en los enemigos. Continuamos corriendo por un buen rato y parecían no cansarse, si no los deteníamos íbamos a estar un buen rato acá. Cruzamos por una zona boscosa y aproveche el terreno para usarlo a mi favor.


Levante raíces y hojas de los arboles, haciendo un circulo en el que ninguno pudiera salir. Empece a caminar en dirección a los enemigos, que intentaban quemar las hojas con fuego, pero no había caso. Estábamos en mi terreno, aquí era donde mi magia era mas fuerte. Me dirigí hacia el centro del circulo y los sujetos me miraron

- ¿Que quieres?, viste lo que hicieron. -

- Iban a recibir su merecido, pero tenias que hacer eso. -

- Tu plan era estúpido, no resolvió nada y causo mas problemas, aléjate ahora que te doy la oportunidad. -

- Mi plan no fue estúpido, saco a las bestias escondidas.. - Lo mire a los ojos, y estaban preparando sus elementos, asi que aproveche para dejar que mis escamas me empezaran a consumir. Mire a la mujer loca

- ¿Estas lista?, si me transformo, puedes subirte en mi, aprovecharemos el terreno... o podemos luchar en tierra, tu eliges. - Dije sin tardarme mas y cambiar de forma a un dragón dorado igual que el de mi blasón solte un rugido y los mire.

- ¡Un dragón! - Dijo el líder de los brujos lanzando una bola de fuego, la esquive por poco, empece a correr y tome vuelo, empece a pasar cerca de los sujetos, golpeándolos con mis garras y alejándolos unos de otros, se estaban abriendo, y era buena oportunidad para provocarles 1 baja.

Pase cerca de un brujo que parecía tener agua en sus manos, la lanzo contra mi pensando que era de fuego o algo así, no tuvo efecto. Pase cerca de el y lo agarre con mis garras, volví a tomar vuelo hacia arriba, y lo deje en la punta de un árbol, donde con las ramas lo encerré. Volví a bajar a la tierra, ahora quedaban 3 brujos. ¿Donde estaba la mujer que acababa de conocer?, espero que bien, solté un rugido fuerte tratando de infligir miedo a los enemigos, pero uno de ellos cargo toda su energía eléctrica, lanzando una corriente por todo mi cuerpo que me dejo sin poder moverme.

Solte un rugido, pidiéndole ayuda a mi compañera.

Las cosas no iban muy bien que digamos, tal vez no lo habia pensado del todo bien cuando decidí ir detrás de los dragones... Despues de todo, ellos eran mágicos y yo nop.

Comencé a retroceder con cada paso que la dragona daba para acercarse a mi, escuche como el filo de la espada sonaba al sacarla de su funda, Trhizten estaba listo para atacar pero no era buen momento, quien sabia como eran sus reflejos y podría terminar partiendo a la mitad a Trhiz.

Cuando sentí que todo iba a acabar, justo cuando la dragona levantaba su espada algo callo entre nosotras y arboles comenzaron a crecer enfrente de mi, retrocedí rápidamente mientras veía a los arboles crecer y enterrarse en la arena. Miraba aquello con asombro... Hasta que solo sentí unas manos resecan apretar mi brazo y me jalaba hacia el bosque, cuando lo vi hera un hombre, un señor. ¿Fue el el que lanzo eso? ¿Por que quiso salvarme?

Como fuera al estar algo lejos comenzó a regañarme de la misma manera que lo hacia Andres, yo por instinto fruncí el seño y me cruce de brazos mientras escuchaba al hombre regañarme y Trhizten entro para callarlo, con sus garras trataba de aruñar la cara del hombre.

Silbé para llamar su atención. - Trhiz, quieto, el nos salvo, no hay que sacarle los ojos - dije mientras el ave se ponía en mi hombro.

- ¡Encuentren a la mocosa ahora! - se escucho a la dragona gritar desde lejos.

Yo voltee a mirar hacia atrás y le jale de la manga al tipo. - Mejor vámonos ya - dije mientras comenzaba a caminar entre los arboles y arbustos.

Teníamos que seguir y alejarnos de alli, lo antes posible, podía escuchar el crujir de los arbusto mientras los dragones nos perseguían rápidamente, comencé a caminar mas rapido hasta que volvimos al caminó y mire a todos lados.

- ¿Ahora a donde? Por que yo no se que hacer ahora - dije mientras miraba a todos lados al igual que el águila.

De repente un fuerte rugido resonó por todo el bosque, era de otro dragón pero estaba mas lejos de nosotros, y el bando de dragones estaba era detrás de nosotros no al frente.

- ¿Eso fue otro dragón verdad? - pregunte mientras miraba en dirección del rugido.

Y cuando me di de cuenta vi como uno de los soldados de la dragona señalaba hacia nosotros y gritaba “¡Aqui estan!” el resto del grupo se acercaba con gran velocidad.

Esta vez fui yo la que tomo la mano del hombre y comencé a correr jalándolo para que se moviera.

- Por favor, hay que irnos o enserio nos van a dejar carbonizados - dije mientras trataba de jalar al hombre pero era muy pesado y para colmo yo muy débil.

- Si no se transforma, lanza fuego por la boca o hace que le salga algo por las manos ¿Nos podemos ir? - dije frunciendo el seño y soltándole la mano.

Suspire y comencé a correr pero tropecé con una piedra, la cual me salvo de que me cortaran la cabeza ya que la espada de un dragon resonó sobre mi.

- Hay Dios - Exclame. Comencé a retroceder hacia el brujo y levantarme rapido. - Siempre que ando sola termino en estos estupidos problemas - dije mientras veía como nos rodeaban.

Sentía que estaba perdida amenos que un milagro me salvara de que me rostizarán viva.

Cuando me fije donde se encontraba la mujer loca, me di cuenta que había escapado... que cobarde era, me había dejado con una banda de brujos que probablemente no aguantaría mucho mas. Ahora tenia que actuar solo y no morir en el proceso, eran tres brujos contra un dragón, aproveche mis cinco metros para empezar a correr en círculos a su alrededor, haciendo que las hojas y la tierra empezara a volar.

Use la distracción para correr rápidamente en dirección a uno de los brujos que parecía tener una electricidad bastante rara, lanzo unos rayos que hicieron que mi vista se nublara rápidamente pero me deslice con mis cuatro patas y le arranque las piernas al brujo, dejándolo solo con la parte superior de su cuerpo y rogando ayuda.

Quedaban dos brujos sin contar al que poco a poco moría desangrándose, quedaba un brujo de aire y uno de agua. El brujo de aire empezó a mover sus manos raramente, como si de un hechizo se tratara, intente correr rápido para pararlo pero pronuncio un grito, que lanzo una gran ola de viento, tirándome para atrás y haciéndome chocar contra un árbol.

Deje mi forma draconiana y volví a ser un humano - Si no paran... sufrirán el mismo destino que su amigo. - Dije mirándolos enojado y señalándolos con mi Excalibur, pero antes de que reaccionen, gire varias veces mi Excalibur, levantando una piedra del suelo y lanzandola hacia ellos, los brujos por instinto, esquivaron la piedra rodando para dos lados diferentes, y aproveche su desconcertó para correr hacia uno, pero cuando estaba por llegar saco una daga de su bota muy rápido. Logre esquivar su daga con mi espada, haciendo que la pierda.

El brujo me miro enojado, y su compañero que me agarro desprevenido, estaba conjurando agua en el mismísimo aire, lanzandola contra mi y empujándome lentamente. Intente hacer fuerza para moverme pero el agua venia muy fuerte y directo, termine cayendo al suelo del empujón, mojado. El brujo de aire uso su telequinesis aprovechando que estaba tirado para clavarme la daga en el estomago. Apreté mis dientes y me hice el muerto.

- Esta muerto, aprovechemos. - Dijo el brujo de aire mirando al brujo de agua, quien parecía estar en desacuerdo con su siguiente movimiento.

- No digas nada, mato a mi amigo, voy a hacerlo pagar. - El brujo de agua se empezó a acercar lentamente a mi, agachándose a mi lado. Puso una de sus manos sobre la herida y apretó, al no soportar el dolor, levante mi espada clavandola en su yugular mientras que con mi otra mano agarre su camiseta, lo mire a los ojos y hundí mas la espada.

El brujo que quedo desconcertado y perdido por la acción, intento conjurar otro hechizo pero se estaba quedando sin energías. Aproveche eso para llenarme con una capa de piedra y empece a correr en la dirección del sujeto, uso sus ultimas energías para intentar expulsarme con su elemento, pero la capa resistente al viento, impidió que lo logre. Clave mi espada en su estomago y lo tire al suelo, cayendo arriba de el. - Justicia. - dije con furia poniendo mi mirada en el, quien ya no respiraba mas.

Me levante y mire a mi alrededor, donde había tres cadáveres de brujos, y el cuarto brujo colgado en el árbol, merecía el mismo destino que los demás. Lo solté de las raíces que lo sostenían, haciendo que caiga y muera al tocar el suelo debido a la caída. Soltó un grito desgarrador, pero lo tenia merecido.

Ahora que estaba solo y con cadáveres a mi alrededor, tenia que buscar a la pequeña que no sabia que había pasado con ella. Suspire tomando aire, estaba cansado. Por suerte mi herida no era profunda, volví a tomar aire una vez mas y empece a correr por el bosque, guiándome por los ruidos y los gritos, si no los lograba encontrar en mi forma humana, iba a tener que hacerlo con la otra.

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[>]Habilidad nivel 0 = Protector justo.

Caí sentada al suelo viendo aquella escena con asombro, como caían los dragones como mosquitas , yo solo retrocedí con cada ataque hasta quedar un metro detrás del brujo de fuego.

Trhizten seguía vigilando oculto en los arboles, atento a cualquier movimiento hacia mi, me levante del suelo cuando el brujo me lo indico con la mirada, sin perder tiempo empece a correr, debía buscar al guardián, el podría ayudar al señor brujo, se notaba que era un guerrero o sino ¿Por que tendría armadura y espada?

Como fuera tenia que encontrarlo y rapido, Trhiz volaba sobre mi cabeza, tenia que recordar el camino que el rubio habia tomado ¿Que tan difícil podía ser encontrar a alguien con ojos de luciérnagas? Tome aire para luego dar un grito.

- ¡SEÑOR GUARDIAN! - grite mientras corría buscando al rubio.

Dije mientras me detenía a tomar aire, respire agitada mientras volteaba a ver a mis espaldas para asegurarme que no me siguieran.

- Por los dioses, donde puede estar - dije enderezándome para luego seguir corriendo.

Volví a correr en busca del rubio pero Trhiz se adelanto... Lo habia encontrado, asi que sin mas comencé a seguir al ave hasta que a la distancia lo distinguí, me acerque rápidamente y jale de su tunica cuando estuve detrás de el.

- S-Señor guardián... - dije mientras tomaba aire. - Por favor, venga rapido... El brujo... - dije mientras respiraba agitada. - Necesita ayuda, me ayudo a escapar de los dragones pero no se si este bien, vine por usted para que le ayude ya que yo no se pelear - dije tan rapido como mi lengua lo permitía.

Trhiz se puso en mi hombro para que me calmara y le hice caso, pero mi atención se desvío a una herida que el rubio tenia, por instinto pase mi mano por la herida, luego vi mi mano y toque la sangre caliente que habia manchado mi mano.

- Le prometo que le curare la herida, pero enserió, necesito que venga... No se cuanto tiempo aguante el solo... - lo mire a sus ojos.

Tome aire para luego tomar rumbo de regreso, solo rogando que el caballero acepte mi solicitud de ayuda.

Mientras volvíamos tenia miedo de encontrar al brujo herido por lo cual me apure en llegar, encontrando como ambos dragones rodeaban al brujo, yo mire a {1}Trhiz e hice el silbido de ataque, este sin dudarlo voló rápidamente sobre las cabezas de los dragones y bajo en picada clavando sus garras en la cabeza de unos de los dragones.

Este soltó un grito de dolor mientras soltaba su espada para tratar de quitarse al águila de la cara mientras le rasgaba la cara y la cabeza. Trhizten no se detenía y trataba de cortar los ojos de su objetivo pero sus movimientos erráticos no le permitían apuntar bien con sus afiladas garras.

El otro dragón no perdió tiempo y se lanzo a atacar al brujo para luego ayudar a su compañero, como fuera, los gritos del dragon desesperado por alejar las garras que perforaba su carne con cada rasguño.

Trhizten luego de unos minutos dejo libre al dragón cuando este comenzó a jalar sus plumas, el ave como respuesta agarro su muñeca con sus garras perforándola para liberarse y luego volar y perderse en las ramas hasta llegar donde me encontraba de sierra forma oculta.

Vi como aquel dragón caía de rodillas, sus ojos sangraban al igual que el resto de su cara, este se tiro al suelo agonizando por el dolor, sentía lastima por el... Pero de sierto modo se lo merecía por haberme intentado matar.

off-rol:

Estaba corriendo por el bosque cuando me doy cuenta de que la mujer con el ave logra encontrarme, sabia que estaba cerca por que escuchaba sus gritos, parecía agitada, asustada o algo por el estilo. Cuando hablo del brujo no sabia de que me estaba hablando, ya había vencido a todos los brujos presentes.

De todas formas no podía rechazar el llamado de auxilio, necesitaban mi ayuda y tenia que ayudarlos. Podía escuchar el ruido de las llamas y el fuego correr por el bosque... y ver a hermanos dragones caídos, en el fondo era doloroso ver a tu propia raza caer, pero se lo merecían.

Al parecer solo quedaba un dragón... y el otro ya estaba muriendo lentamente. Corrí rápidamente poniéndome adelante del brujo y la niña, levantando mi mano y diciéndole que pare con un gesto. Me mira y luego mira mi blasón, estaba claro que había reconocido que era un dragón.

Me miro y bajo la espada, mirándome con una cara de intrigado. - ¿Por que lo haces?... ¿por que los defiendes?, solo estas trayendo muerte y deshonor a nuestra raza, ¡tu raza!. -

Lo mire, sabia que no tenia razón, deshonor era intentar matar a una niña y a un anciano, no intentar defenderlos. - Matas gente inocente... eso estas intentando, ¿crees que tienes honor al hacer eso?. No traes honor a nuestra raza tu tampoco, yo defiendo a la gente de Aerandir por encima de mi raza. Eso... hermano mio. Eso es honor. - Dije con una voz mas grave y cargando mis escamas para enfrentarme finalmente a el, rápidamente mi forma cambio a un dragón de 5 metros. Solté un rugido y empece a cargar contra el, pero no fui el único en transformarse.

Cuando lo vi, el también era un dragón aunque no de mi tamaño, tenia una ventaja. Cargo contra mi y ambos chocamos el uno con el otro, haciendo que la tierra y las hojas vuelen alrededor nuestro. Gracias a mi tamaño y fuerza logre empujarlo mas lejos, alejándolo un poco del anciano y la niña.

Los rugidos se escuchaban cada vez mas fuertes, las garras se afilaban mas con nuestras escamas y cada golpe que pegábamos era mas letal. Chocábamos contra arboles, haciendo que estos se muevan un poco, quería envolverme en piedra pero no sentía la energía suficiente para hacerlo.

Tome vuelo antes de que alguien termine herido por nuestra pelea, el dragón enemigo me persiguió y empezamos a pelear en el aire, dragón contra dragón. Me recordaba a mi primer día, donde todo había comenzado. Ambos estábamos empezando a cansarnos, la pelea parecía que no iba a durar mucho mas.

Tenia que terminarla yo primero, me puse derecho en el aire, y en un aleteo, volé lo mas rápido que pude hacia el enemigo. Clavando mis garras en su abdomen, y girándolas para perforar dentro de su cuerpo. Se lo escucho soltar un rugido doloroso, empece a caer en picada junto a el, la caída iba a provocar un ruido bastante fuerte.

Cuando caímos un pequeño temblor se escucho, pero dentro del polvo que se había levantado ya no había dos dragones, si no dos humanos de vuelta. Me senté a su lado mientras el agonizaba. - Sabes... quizás no merecía la pena morir por esto. - dijo el dragón mientras parecía llorar y lamentarse.

- No... no merecía la pena. Podrías haber hecho lo correcto, haberte alejado del problema y buscar otro lugar. -  dije mirándolo y sonriendo, me daba pena pero era tarde para el.

- Tengo miedo... tengo miedo - dijo tomándome del antebrazo.

Lo mire y apreté su mano, sonreí. - Todo estará bien... todo estará bien amigo. - mentí mirándolo, quizás en otra vida coincidamos y nos conozcamos en mejores circunstancias.

Ya una vez dicho eso, fueron las ultimas palabras que escucho, el cayo muerto sin poder decir otra cosa, espero que pueda encontrar la paz en donde quiera que este. Así era como presenciaba la muerte de otro hermano que yo mismo asesine. Cuestionándome si hice lo correcto.

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[>] Habilidad Racial = Transformación en dragón.

Vi la escena mientras corrí hacia el brujo y lo mire con preocupación.

- ¿¡Señor esta bien!? - dije mientras revisaba al señor con cuidado.

Al ver que no tenia una gran herida que pudiera afectar con su vida me pude calmar y me deje caer en el suelo mie tras Trhiz se ponía en mi hombro manchando un poco este con la sangre de sus garras.

- ¿Ahora que haremos? ¿Iremos detrás de los humanos? O ¿Que otra cosa haremos? - pregunte con curiosidad.

Pero al ver el estado de agotamiento de ambos hombres lo mejor era un descanso, asi que me levante del suelo y me sacudí el pantalón y decidí tomar rumbo por el camino que daba hacia el pueblo cercano.

- Vayamos al poblado cercano, asi descansaran los dos, creo que es lo mejor en vez de buscar al grupo de los humanos... Podemos ir por ellos despues que descansen... Ademas debo reunirme con mi hermano. - dije mientras caminaba por el sendero.

Empece a caminar mientras esperaba que los hombres me siguieran, tenia que llegar a la taberna pronto o Andres me mataría cuando me encontrara.


Poco a poco casitas sencillas o cabañas se veían esparcidas alrededor del camino, poco a poco se iban aglomerando mas i mas hasta que sin darnos cuenta ya estábamos en el pueblito, busque con la mirada el letrero de la humilde taberna, no era de dos pisos como muchas pero si era mas larga y ancha que las demás casas, supuse que mi hermano ya debía de estar allí. Tome aire y camine hacia ella, no sin antes mirar a los dos hombres.

- Alli me hospedo, me gustaría... No, les pido que entren y descansen hasta que sus fuerzas estén listas, despues de todo me salvaron la vida - dije con una sonrisa.

Sin mas volví a tomar rumbo hacia la taberna, donde esperaba encintarme con mi hermano enojado. Pero al entrar no habia nadie que conociera... De seguro habría salido a dar una vuelta asi que me encogí de hombros, asi era mejor para mi.

- Vamos, pasen, les pagare unas cervezas como compensación por salvarme - dije con una sonrisa.

Habia terminado y la vida de ese hombre se había ido, así que me levante y empece a seguir a aquellos sujetos que recién había conocido. Agradables, pero seguramente solo era una de sus caras... todos tenemos una oculta, todos. No hace mucho descubrí que hasta la persona mas heroica de Aerandir tenia secretos, secretos oscuros que solamente el quería saber.

Pero no iba a juzgar, y menos delante de una niña. Tenia hambre y sed, nunca fui de los que les gustaba mucho la cerveza y el alcohol, siempre hay que estar bien para poder ayudar a los que te rodean... aunque quizás un trago de vez en cuando no haga mal. Fui atrás de ambos sujetos, vigilando y cuidando sus espaldas.

Mis heridas me estaban lastimando con cada paso, pero era obvio que en la taberna iba a poder curarlas un poco. No era nada fuera de lo normal, seguimos el largo camino todos callados, siguiendo a la pequeña que cualquiera que viera a dos hombres junto a una niña pensaría cualquier cosa.

Nos adentramos en la taberna y seguí al brujo a la mesa que nos íbamos a sentar. Antes de que traigan las bebidas mire a la dama, sonriendo. - ¿Crees... que haya algo sin alcohol? - dije mirando al anciano en un intercambio de miradas entre el viejo y ella.

- No es... que no me guste... es que, hay que estar atentos, ¿no?. - dije tratando de parecer un tipo rudo... aunque creo que esa mascara ya no me quedaba.

Estaba lejos de casa y era extraño... la ultima vez que había matado a un dragón sentí que iba a ser maldecido toda mi vida, pero esta vez fue diferente, esta vez... sentía que estaba haciendo justicia sin importar la raza. Un dragón matando a otros dragones por el asesinato de un brujo... si Dundarak se enteraba, o Sir Edward lo escuchaba, toda mi vida se iba a arruinar en solo segundos, creo que tuve demasiada suerte y los ancestrales estuvieron conmigo en todo momento este día.

Hace mucho no sentía la presencia de los dioses... a mi lado, últimamente estaba sintiéndome muy solo, no solo por la falta de ellos, si no que también por la falta de mis hermanos, de mis amigos... estaba solo. En este momento creo que necesitaba tomar un descanso, y para mi suerte estaba en una taberna.

No se si fue el destino lo que me llevo a terminar en esa disputa, o los dioses... pero creo que no hice lo que debía hacer, no hice justicia si no injusticia... matar a los brujos solamente por que la loca me había dejado solo no fue justo, ellos me dieron la oportunidad de irme pero yo no se las di, y cometí un error contra ellos. Sin embargo también deje escapar a los humanos, quienes fueron los primeros culpables.

Hice mal, si, pero iba a morir ¿no?. Era yo o ellos, no había forma de evitarlo, estaba solo... o quizás solo trato de excusarme para sentirme bien conmigo mismo... si, también puede ser una razón. Sea lo que sea, los dioses iban a decidir mi castigo, y si lo merecía, no yo.

Mire con confusión al brujo mientras entrabamos a la posada ¿Por que yo querría atrapar a un hombre? Me encogí de hombres y fui a buscar a mi hermano, pero no habia sido necesario ya que choque con el justo cuando me adentraba entre las mesas.

- ¿Un simple paseo? - dijo algo molesto por la hora.

- Ehmm... Sabes como terminan todos mis paseos - dije rascándome la nuca algo nerviosa.

- Empieza a hablar - dijo el serio.

Tome aire para luego comenzar a relatar mi historia paso por paso sin saltarme ningún detalle, podía ver como si mirada se volvía mas fría y cruel... Sabia que pronto me regañaria, eso estaba claro pero seguí relatando.

-... - me miro en silencio.

Por un momento las risas, los pasos sobre la madera, los murmullos... Todos los ruidos de la posada desaparecieron mientras me imaginaba todos los regaños que mi hermano estaba por lanzarme. Pero... No decía nada solo me miraba y luego miraba hacia la mesa donde el brujo y el dragón esperaban.

- Son ellos ¿No? - pregunto señalándolos.

Yo asentí lentamente para luego voltear a verlos con algo de nerviosismo. Mi hermano camino hacia ellos, yo solo lo seguí con miedo de como explotará. Pero no paso nada, al contrario solo les agradeció.

- Gracias por haber evitado que mi hermana la mataran por su imprudencia... - dijo lanzándome una mirada fulminate.

Suspire. Cuando estuviéramos solos me regañarían. Camine hacia la barra y pedí dos cervezas para el guardián y al señor brujo. Tenia que aprovechar que mi hermano no me regalaría alli mismo.


Un par de horas despues, ya las cosa estaba mas tranquila, los cuatro nos encontrábamos en la mesa, una muchacha habia traído dos cervezas y dos jarras de sidra para el rubio y para mi. Mientras los tres bebían, yo le daba de comer a Trhiz el cual estaba sobre la mesa mirándome mientras le daba carne seca y de bes en cuando probaba la sidra.

Solo miraba a los hombres con atención para luego mirar a mi hermano, ya no estaba tenso pero sabia que igual me regañaría cuando estuviéramos solos.

Mi mirada se desvío a la del dragon y saque de mi bolso un saquito con unas yerbas molidas y se las entregué. - Tenga, solo debe echar unas gotas de agua para volverlas una pasta y se las hecha en la herida... - dije con media sonrisa. - Si quiere, yo misma le trato la herida, ademas seria una buena forma de practicar los conocimientos que e aprendido de medicina - dije con una sonrisa.

Pero la mirada de mi hermano me decía que no era muy buena idea, y ahora que lo pensaba bien lo que habia dicho no habia sido nada malo pero, se podía mal interpretar. Me sonroje al darme cuenta y tome la sidra y bebí un gran trago para luego decir en voz baja- O simplemente le puedo indicar a detalle como utilizar las yerbas - dije mientras dejaba la jarra en la mesa.

Despues de eso decidí quedarme en silencio mientras seguía alimentando a Trhiz y trataba de que el rubor desapareciera de mi cara, pero era difícil ya que seguía sintiendo vergüenza de sierto modo.

El que parecía ser el hermano de la dama estaba algo molesto, de hecho cuando venia en dirección hacia nosotros pensé por un momento que nos iba a matar o algo por el estilo. Me lleve una sorpresa cuando vi que se acerco solamente para agradecernos, fue un buen gesto, sin embargo no fui yo quien la protegió, si no el Mago, misteriosamente cuando gire a ver al mago con una sonrisa este no estaba mas.

Agarre la jarra y estaba por tomar... la mire bien y esta vez sin dudar, di un gran trago, pero mi cara al tomarla y darme cuenta que no era lo mio, decía que no debía haber tomado ese trago. Como sea, la mujer me dio los ingredientes para curarme, sin embargo, tenia un gran escaso conocimiento de la medicina, apenas sabia que era lo que me había traído. Vi como el hermano miro de una manera poco agradable, sin embargo, mi herida y mi vida era mas importante que la mirada de un hermano. De todas formas, comprendía su estado actual y no era nada fuera de lo normal.

- Creo... creo que me vendría bien tu ayuda, lo siento, no se nada sobre medicina. - dije sonriendo y soltando una leve risa. Podía sentir como la mujer se había avergonzado, no entendía por que, yo no podía ver lo malo en ofrecer curar la herida de alguien. Pero al parecer ellos si, por lo que volví a mirar la herida, si no la curaba se iba a infectar.

Me levante de la silla y me quite las hombreras, luego la coraza y luego los guantes, iba dejando todo a un lado de la mesa, cuando termine de sacarme la armadura, procedí a hacer lo mismo con la espada, no tenia por que alarmarme, no parecía una posada de caníbales o algo por el estilo.

- Lo siento... si no quieres, puedo hacerlo solo. - dije mirando a la mujer y sonriendo, esperaba que el hermano no se lo tomara mal.

Mire con atención al dragón mientras se quitaba la armadura, mi hermano carraspeo yo entendí y me levante algo apenada.

- Vale le ayudare, pero deje de desnudarse aquí, venga en la habitación lo curo con mas comodidad - dije tranquila mientras me rascaba el brazo.

Mu hermano se termino su bebida y se levanto también del asiento, para luego ir a subir a la habitación que habíamos pagado para pasar la noche, Trhiz fue volando detrás de el.

Yo me acerque al rubio para tomar las piezas de su armadura con cuidado y luego tomar la bolsita que antes le habia entregado al dragón para luego caminar hacia la habitación.

Camine con cuidado de no tropezar con nadie ni con las mesas hasta que entre a la habitación y deje aquellas piezas junto a una de las dos camas que habia en ese cuarto.

- Acuéstese para poder limpiarle la herida y luego coserla - dije mientras buscaba dentro de otro bolso un poco mas grande que el mío.

Rebusque hasta que saque un pequeño tazón no mas grande que mi mano para luego echar en el el contenido del saquito de tela.

Mi hermano se sentó en la otra cama mirando con atención mientras Trhizten se ponía sobre la cabecera de esta para echarse a dormir allí.

Eché unas gotas de agua al pequeño tazón para luego con mi dedo pulgar comenzar a aplastarlo y mezclarlo hasta que quedara una mescla algo pastosa, luego me limpie la mano y busque la aguja y el ilo que utilizaba para coser la herida.

- Esto dolera un poquito - dije mientras mojaba un poco un paño.

Me acerque al dragón y comencé a limpiar la herida, presionándola un poco para hacer botar la sangre sucia, luego tome el hilo y la aguja y los prepare para luego empezar a coser la herida con mucho cuidado de no empeorar la herida y de no causar mas dolor del necesario.


Luego de unos largos minutos, hice el nudo para cerrar la sutura. Deje la aguja a un lado para luego tomar el pequeño tazón y con el dedo índice comencé a esparcir con cuidado aquella mezcla, sabia que esa no seria tan efectiva como otras que haría un profesional, pero seria mejor que nada.

- Listo, esa pasta hara que cicatrice mas rapido, dentro de una semana ya debería estar cicatrizado, luego solo hay que jalar el hilo y listo - dije mientras me limpiaba las manos.

- ¿Puede levantarse o quiere descansar? - pregunto Andres mientras se levantaba.

Me llevaron a una habitación donde me recosté y finalmente me curaron, el proceso fue doloroso pero no tanto como una espada atravesándome, podía soportar un hilo muy bien. Mire a los jóvenes y sonreí - Muchas gracias, tienen mi gratitud y la de los ancestrales. -

Mire al joven quien me había preguntado si podía levantarme o quería descansar, extraña pregunta dependiendo el propósito. De todas formas intente pararme pero con un quejido, volví a sentarme en la cama, no podía pararme. Quizás debía descansar ahora que podía, después de todo, el dragón oscuro dejo de atormentarme en mis sueños hace bastante.

- Creo que voy a descansar un rato... - dije acostándome en la cama, pero cuando me percate que la Excalibur no estaba junto a mi, de un salto ignorando el dolor busque aquella espada a la que tanto estaba atado. Rápidamente me calme y mi ansiedad conmigo. Agarre la espada y la puse adelante de mi cama, lentamente volví a la cama.

- Soy Rakan por cierto, no tuvimos el placer de conocernos en el bosque... y a ti también, ¿como te llamas? - dije mirando al muchacho. Era protector, muy protector. - Muchas gracias... de nuevo, por todo lo que hicieron hoy. -

gente hospitalaria, eran buenos, sin embargo me extrañaba que aquella dama, miembro de un clan de ¿cuervos?... y una gran guerrera necesitara la protección de su hermano, de hecho llegue a pensar que era al revés la situación, pero nada de eso era de mi incumbencia, me ofrecieron un lugar donde quedarme y eso iba a hacer.

- Prometo irme mañana temprano, no causare molestias. - dije soltando una risa y mirando a ambos, luego mire al techo... y me puse a pensar en todas las cosas que debía hacer.

Ultimamente estuve muy descuidado en mis deberes como guardián, y debía cambiar eso, debía centrarme mas en mi objetivo de vida y seguir expandiendo la protección de los ancestrales, así como servir a la luz en la lucha contra la oscuridad. Todo dependía de mi, todo dependía de los grandes caballeros y guardianes de los reinos. Desde el mas pobre, hasta el mas rico, desde el mas novato, hasta el mas veterano, desde un simple granjero, hasta un rey.

En las guerras venideras, en las guerras contra la oscuridad, todos debíamos unirnos... algo interrumpió mi pensamiento y era el maldito dolor de la herida, puse mi mano sobre ella, fruncí el ceño, esta noche iba a costar dormir.

Mi hermano escucho con atención la presentación de Rakan... Lindo nombre, pensé yo con media sonrisa, iba a contestar pero mi hermano empezó a hablar.

- Soy Andres, soy el hermano mayor de Cryz. Y no tuvimos el placer de conocernos por que alguien se habia escapado a pasear sola mientras no estaba - dijo mientras me dirigía una mirada seria.

Los ojos de mi hermano claramente me decían "De esto no te escapas hoy." Solo suspire mientras caminaba hacia la puerta para dejar descansar al señor Rakan.

- Descanse tranquilo, no hay ningún problema - dije con media sonrisa mientras caminaba detrás de mi hermano hasta salir de alli y cerrar la puerta.

Al estar del otro lado mi hermano y yo nos dirigimos hacia la sala común donde habia gente comiendo o bebiendo tranquilamente, mi hermano me tomo del brazo y me sentó en un banco a la fuerza y me miraba con el seño fruncido.

- ¿Pregunto o tu sola me lo contaras todo? - dijo mi hermano con los brazos cruzados.

- Vale, pues estaba paseando tranquila, me puse a practicar un rato con la flauta luego segui caminando y ¡Bum! Salio un mini bosque primaveral en medio del bosque y en medio estaba el señor Rakan haciendo crecer esas plantas... - asi fue como segui contando lo que me paso sin saltarme nada... Aunque sin dar muchos detalles del momento que casi me cortan la cabeza.

Al cabo de unos minutos ya habia terminado y mi hermano solo se frotaba la cienes mientras gruñía con un poco de amargura, sabia lo que iba a decir asi que solo apoye mi cabeza en la mesa para escuchar el regaño.

- ¿Te das cuenta por que no te dejo sola? - fue todo lo que dijo.

- Lo se pero no... - fui interrumpida.

- ¿No volverá a pasar? ¿No te volverás a escapar? ¿Por fin me aras caso una vez? - pregunto mientras me miraba serio.

Hice un puchero mientras me dedicaba a ver la mesa... Ya me castigaría de seguro, no habia nada que me pudiera salvar del castigo de mi hermano pero justo alli fue cuando un grupo de personas entro al local.

Yo los mire y los reconocí, eran los humanos que habían escapado... Se que no teníamos que ir a buscarles y ellos estaban allí sin castigo alguno... ¿Los dejaba tranquilos o también seles daba su merecido? Pues no tenia ni idea.

off-rol:

Cerre los ojos para dormir pero algo me atormentaba, saber que los verdaderos culpables se habían escapado no paraba de atormentarme, el simple hecho de pelear por unas tierras los hacia a todos culpables... pero matar a alguien había sido innecesario, no quería permitir eso y tampoco podía pasar mientras yo estaba presente. Sin embargo cuando volví a abrir los ojos, Merlín estaba a mi lado - ¿Merlín? - dije susurrando con los ojos abiertos, sorprendido.

- Shh... encontré a los humanos que buscabas - dijo tapándome la boca, saque su mano rápidamente y me levante ignorando los dolores y poniéndome la armadura mientras hablaba con el - ¿Me estabas siguiendo? - dije enarcando una ceja, el me miro negando con una sonrisa, claramente estaba mintiendo.

Suspire y empece a bajar con Merlín detrás mía, vi a los dueños de la taberna y seguí mi camino hacia los humanos - Es hora de hacer justicia. - dije mirándolos y señalándolos con la espada.

- Niño linterna, vete de aqui. - dijo riendo levemente junto a sus compañeros. - Niño Luciérnaga -

Intentaban provocarme pero sus insultos eran inútiles contra mi paciencia, me acerque a ellos y aprete mis dientes levantando la espada y cargando contra uno, el cual rápidamente se levanto y cubrió mi ataque, pero Merlín con otra espada lo atravesó por el estomago, lo mire y asentí.

Todavía quedaban 4 humanos, me subí a la mesa junto a otro enemigo, empezamos a pelear arriba de esta y en un descuido corte su garganta, tirándolo de la mesa. 3 humanos restantes.

Me acerque a Merlín mirando a los que quedaban, luego mire a los taberneros mientras cubríamos los ataques de los sujetos, con 3 sujetos atacándonos, se nos estaba complicando.