El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
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El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Era una soleada tarde.
Esperé pacientemente a que los matones terminaran de llevarme. En el cielo había un par de pájaros piando alegres mientras se alejaban en el aire.
- ¿Queda mucho? - Dije tan elegantemente como pude, ya que tenia la nariz rota de un puñetazo. - Puedo andar un poco, si queréis, chicos...
Después del Ohda, algún individuo debía de haber pensado que el rato que pase con esa niña fue algo inadecuado. Dudaba que ninguno de esos carcamales tuviera leyes de decencia para semejantes actos hostiles de los que, por una vez, no era culpable, pero sin lugar a dudas podría ser motivo suficiente como para que alguien quisiera apalizarme.
El secuestro, por eso ya era más inesperado.
No obtuve respuesta por su parte, por lo que me deje llevar con un largo suspiro. Habíamos acabado por entrar en lo que parecía ser un lugar de negocios. Le guiñe el ojo a unas chicas que había en la entrada con una sonrisa ensangrentada que debió asustarlas. Subimos unas escaleras... Aunque valdría decir que ellos subieron, yo fui arrastrado a golpes por todos los jodidos escalones.
Cuando llegamos arriba, me arrojaron en un despacho sin demasiado decoro y cerraron la puerta tras de si.
- Gracias por el paseo, chicos, de verdad... Muy amables por traerme hasta aquí... - Dije mientras me levantaba y me sacudía el polvo del gabán.
Pude ver de reojo como había alguien, evidentemente, sentado en el otro lado de ese lujoso despacho, pero procure no mirarle. Era importante que no pensara que su presencia y fuerza militar (o gorilar) podía intimidarme de ninguna forma. Me dirigí hacia la unica ventana que había en el lateral de esa habitación, diciendo un simple "Hola" de educación al que estaba detrás del escritorio. Luego, empecé a limpiarme la sangre de la nariz con las cortinas.
El hombre, que era canoso, con cara alargada, vestía con unos ropajes que no dejaban lugar a dudas de que el era el que dirigía el cotarro en ese lugar, hizo una mueca de asco sin articular palabra. Yo le señale la puerta con una cara de curiosidad totalmente forzada y nada creíble.
- ¿Has visto el servicio? Que falta de respeto... Seguro que el jefe es el típico... Ya sabes...
El hombre hizo sonar una pequeña campana que descansaba en su mesa, y los hombretones entraron de nuevos, yo me giré de nuevo hacia el viejo.
- ... Un hombre de negocios sabio y con mucho que ofrecer, sin lugar a dudas.
- Siéntate y calla. - Me espetó con una agria voz.
Yo obedecí acabando de sonarme en la cortina.
Con un cabezazo, indico a sus hombres que se alejaran de esa habitación para que pudiéramos hablar.
- Necesito que alguien con pintas de desesperado mujeriego me ayude con un pequeño problema que tengo. Hay chicas que están desapareciendo en una de mis casas de putas con más renombre del a ciudad.
- Voy a intentar no ofenderme con eso.
- Si descubres donde están las chicas, te pagare. Y bien. Fállame y conocerás que se siente cuando te hacen comer tu propia polla tras cortártela con un cuchillo ardiendo.
Parpadeé un par de veces. No deje que mi garganta tragara la saliva seca que me había dejado en la boca. Me puse las manos detrás de la cabeza y me estire sonoramente.
- Puedo hacerlo... Si usted dice que la paga es buena, no veo porque no. Un negocio es un negocio... ¿Pero como espera que lo haga yo solo? Si es una casa con renombre, debería al menos contar con un equipo o alguien que pueda infiltrarse mejor que un desconocido cualquiera.
- Necesito a alguien que no destaque por nada.
- De verdad que es usted muy agradable.
- Ademas, he mandado que traigan también a alguien que pueda ofrecer algo de competencia a la misión.
Sonreí un poco ante la ultima broma. Esa al menos había sido algo aguda.
- ¿Y quien es ese alguien?
- Debería de estar por llegar. - Respondió apoyándose de nuevo en la silla, mientras juntaba sus manos en una pose extraña, solo por los dedos, con una sonrisa de medio lado que me puso de bastante mala ostia.
Esperé pacientemente a que los matones terminaran de llevarme. En el cielo había un par de pájaros piando alegres mientras se alejaban en el aire.
- ¿Queda mucho? - Dije tan elegantemente como pude, ya que tenia la nariz rota de un puñetazo. - Puedo andar un poco, si queréis, chicos...
Después del Ohda, algún individuo debía de haber pensado que el rato que pase con esa niña fue algo inadecuado. Dudaba que ninguno de esos carcamales tuviera leyes de decencia para semejantes actos hostiles de los que, por una vez, no era culpable, pero sin lugar a dudas podría ser motivo suficiente como para que alguien quisiera apalizarme.
El secuestro, por eso ya era más inesperado.
No obtuve respuesta por su parte, por lo que me deje llevar con un largo suspiro. Habíamos acabado por entrar en lo que parecía ser un lugar de negocios. Le guiñe el ojo a unas chicas que había en la entrada con una sonrisa ensangrentada que debió asustarlas. Subimos unas escaleras... Aunque valdría decir que ellos subieron, yo fui arrastrado a golpes por todos los jodidos escalones.
Cuando llegamos arriba, me arrojaron en un despacho sin demasiado decoro y cerraron la puerta tras de si.
- Gracias por el paseo, chicos, de verdad... Muy amables por traerme hasta aquí... - Dije mientras me levantaba y me sacudía el polvo del gabán.
Pude ver de reojo como había alguien, evidentemente, sentado en el otro lado de ese lujoso despacho, pero procure no mirarle. Era importante que no pensara que su presencia y fuerza militar (o gorilar) podía intimidarme de ninguna forma. Me dirigí hacia la unica ventana que había en el lateral de esa habitación, diciendo un simple "Hola" de educación al que estaba detrás del escritorio. Luego, empecé a limpiarme la sangre de la nariz con las cortinas.
- Dueño del comercio:
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El hombre, que era canoso, con cara alargada, vestía con unos ropajes que no dejaban lugar a dudas de que el era el que dirigía el cotarro en ese lugar, hizo una mueca de asco sin articular palabra. Yo le señale la puerta con una cara de curiosidad totalmente forzada y nada creíble.
- ¿Has visto el servicio? Que falta de respeto... Seguro que el jefe es el típico... Ya sabes...
El hombre hizo sonar una pequeña campana que descansaba en su mesa, y los hombretones entraron de nuevos, yo me giré de nuevo hacia el viejo.
- ... Un hombre de negocios sabio y con mucho que ofrecer, sin lugar a dudas.
- Siéntate y calla. - Me espetó con una agria voz.
Yo obedecí acabando de sonarme en la cortina.
Con un cabezazo, indico a sus hombres que se alejaran de esa habitación para que pudiéramos hablar.
- Necesito que alguien con pintas de desesperado mujeriego me ayude con un pequeño problema que tengo. Hay chicas que están desapareciendo en una de mis casas de putas con más renombre del a ciudad.
- Voy a intentar no ofenderme con eso.
- Si descubres donde están las chicas, te pagare. Y bien. Fállame y conocerás que se siente cuando te hacen comer tu propia polla tras cortártela con un cuchillo ardiendo.
Parpadeé un par de veces. No deje que mi garganta tragara la saliva seca que me había dejado en la boca. Me puse las manos detrás de la cabeza y me estire sonoramente.
- Puedo hacerlo... Si usted dice que la paga es buena, no veo porque no. Un negocio es un negocio... ¿Pero como espera que lo haga yo solo? Si es una casa con renombre, debería al menos contar con un equipo o alguien que pueda infiltrarse mejor que un desconocido cualquiera.
- Necesito a alguien que no destaque por nada.
- De verdad que es usted muy agradable.
- Ademas, he mandado que traigan también a alguien que pueda ofrecer algo de competencia a la misión.
Sonreí un poco ante la ultima broma. Esa al menos había sido algo aguda.
- ¿Y quien es ese alguien?
- Debería de estar por llegar. - Respondió apoyándose de nuevo en la silla, mientras juntaba sus manos en una pose extraña, solo por los dedos, con una sonrisa de medio lado que me puso de bastante mala ostia.
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Una tarde algo agitada para Elyn, nunca había entrado a un trabajo tan... Sombrío, difícil pero bien pagado como lo era este, siempre se dedicaba a hacer recados, vigilar caravanas de comercio o en sí algunos puestos de diferentes tipos en el sector comercial para cuidar de manoteadores o pequeñas "ratas" como ellos les decían a los niños que cada tanto iban a robar pan o comida en general, aunque era normal en ella aveces hacer la vista buena y fingir que no vio nada.
En realidad había aceptado porque tras enterarse de la situación, decidió hacer algo con respecto a las chicas que desaparecían, y claro que quizá así también solucione lo de los clientes de pasada.
Había aprendido una gran parte de la cultura humana en el último Ohda en el cual había estado participe y ahora justamente había encontrado un trabajo de esta naturaleza, debía ser coincidencia del destino.
Por su parte a diferencia de su compañero o como le habían dicho uno de los matones que le miró con alguna que otra mirada degenerada y perversa, no había ido tan a buenas ganas como ella, le habían... ¿Secuestrado? Aunque a la felina no se le informó el porque, asumió que era una deuda sin pagar de algún aventurero, mercenario o viajero que querían saldar, quizá tenía experiencias en este tipo de trabajos investigativos, a diferencia de la gata a quien más bien se le daba mejor ir por el lado pasivo del oficio.
¡Finalmente había llegado al despacho! Aquel hogar era bastante grande y encontrar el lugar sola entre los callejones le fue una pequeña aventura por sí sola, pero finalmente estaba ahí. Un matón de la puerta le dirigió hacia la puerta del despacho, al parecer el otro muchacho ya había llegado primero que ella, y escuchando aún estando del otro lado de la puerta con un gorila a su lado, se quedó quieta esperando a que le abra la puerta.
Entró de forma tranquila, vistiendo unas ropas de viajera normales y hasta algo desgastadas mayormente conformada por telas y pedazos de cuero con una espada corta en su cintura y un par de bolsillos atados a su cinturón, aún vacíos miró a todos los hombres dentro de la sala mientras cerraban la puerta detrás de ella.
Finalmente su cola color albina como su cabello se menó de lado a lado hasta quedarse rígida mirando primero al hombre que parecía mandar allí al estar sentado del lado... Más autoritario del escritorio y luego al opositor.
— Buenas tardes, asumiré que tú eres el contratista y tú mi nuevo compañero... —
No sabía como actuar en este tipo de situación, sobre todo con su propia actitud, además de que debía admitir que ese viejo le intimidaba un poco, parecía ser de los que tienen poca mecha y mucha pólvora en la mente de la albina.
— ¿Podemos ir al grano con esto? Quisiera que me diga el monto a pagar y el asunto con el que debemos tratar. — Asumió que nadie quería estar en esa incómoda situación mucho tiempo, al menos Elyn lo odiaba y quería largarse de allí a trabajar por aquel buen monto de dinero de forma rápida.
En realidad había aceptado porque tras enterarse de la situación, decidió hacer algo con respecto a las chicas que desaparecían, y claro que quizá así también solucione lo de los clientes de pasada.
Había aprendido una gran parte de la cultura humana en el último Ohda en el cual había estado participe y ahora justamente había encontrado un trabajo de esta naturaleza, debía ser coincidencia del destino.
Por su parte a diferencia de su compañero o como le habían dicho uno de los matones que le miró con alguna que otra mirada degenerada y perversa, no había ido tan a buenas ganas como ella, le habían... ¿Secuestrado? Aunque a la felina no se le informó el porque, asumió que era una deuda sin pagar de algún aventurero, mercenario o viajero que querían saldar, quizá tenía experiencias en este tipo de trabajos investigativos, a diferencia de la gata a quien más bien se le daba mejor ir por el lado pasivo del oficio.
¡Finalmente había llegado al despacho! Aquel hogar era bastante grande y encontrar el lugar sola entre los callejones le fue una pequeña aventura por sí sola, pero finalmente estaba ahí. Un matón de la puerta le dirigió hacia la puerta del despacho, al parecer el otro muchacho ya había llegado primero que ella, y escuchando aún estando del otro lado de la puerta con un gorila a su lado, se quedó quieta esperando a que le abra la puerta.
Entró de forma tranquila, vistiendo unas ropas de viajera normales y hasta algo desgastadas mayormente conformada por telas y pedazos de cuero con una espada corta en su cintura y un par de bolsillos atados a su cinturón, aún vacíos miró a todos los hombres dentro de la sala mientras cerraban la puerta detrás de ella.
Finalmente su cola color albina como su cabello se menó de lado a lado hasta quedarse rígida mirando primero al hombre que parecía mandar allí al estar sentado del lado... Más autoritario del escritorio y luego al opositor.
— Buenas tardes, asumiré que tú eres el contratista y tú mi nuevo compañero... —
No sabía como actuar en este tipo de situación, sobre todo con su propia actitud, además de que debía admitir que ese viejo le intimidaba un poco, parecía ser de los que tienen poca mecha y mucha pólvora en la mente de la albina.
— ¿Podemos ir al grano con esto? Quisiera que me diga el monto a pagar y el asunto con el que debemos tratar. — Asumió que nadie quería estar en esa incómoda situación mucho tiempo, al menos Elyn lo odiaba y quería largarse de allí a trabajar por aquel buen monto de dinero de forma rápida.
Elyn
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Me giré al oír la puerta tras de mí, solo para anonadarme un momento.
Frente a mi, a apenas dos metros de distancia, una joven mujer-bestia, de no más de veintipocos años, de bellas facciones, grandes ojos y cabellos del color del tono de nieve más espectacular. Me sonó de haberla visto antes, en algún lugar. Me la habré cruzado en el Ohda... Me dije a mi mismo.
Sacudí la cabeza para volver a mi mismo y le dirigí una sonrisa a la gata cuando se dirigió a mi como su nuevo compañero. Iba a contestar algún tipo de frase de ligoteo cuando añadió que fuéramos por faena.
DIOS, me encanta esta mujer.
- El dinero dependerá de lo bien que hagáis la faena. - Dijo el viejo en el mismo tono agrio. Parecía que su actitud de gilipollas no tenia nada que ver con el genero o la raza. - Como ya sabes, tenéis que ir al burdel y averiguar que pasa con las chicas, asi como ponerle fin.
Ojeé un poco los papeles que el hombre tenia sobre su escritorio. Había varias facturas de diferentes tipos, algunas de ellas, por lo que pude ver, con cifras que sin duda, estaban diseñadas para ahogar a la gente. Mantuve mi pose hasta que hubo acabado.
- Mis hombres os darán la ubicación del burdel... Ahora largo.
Tras eso, los hombres nos invitaron a irnos, esta vez un poco más educados en mi caso. Yo le dedique una sonrisa a la joven que iba a ser mi compañera.
- Dado que nuestro anfitrión no ha sido precisamente un encanto, déjame presentarme... Kaladar Gringar. Trovador, flautista amateur, filosofo y escritor. - Me presenté con una sonrisa. - ¿Y tu eres?
Esperando a que ella se introdujera, los hombres volvieron con nosotros con un pequeño mapa que indicaba donde estaba el burdel y unas breves indicaciones sobre como entrar. Al lado del mapa, había una pequeña marca de carbón que decía "Contraseña: Caracas". Eso haría la entrada algo más fácil, al menos para mi.
Habíamos acabado por salir y ahora caminábamos hacia el lugar indicado en el mapa, iba mirando de reojo a la gata, que estaba callada y centrada. Parecía algo inquieta. A juzgar por las pintas, hubiera jurado que era una ladrona de poca monta, pero parecía estar demasiado agobiada con el tema a tratar para tener una moralidad baja. Me rasque la barba con los dedos, masajeandola, mientras la miraba por el rabillo del ojo.
- Pasando a la faena, - dije tratando de centrarme, ya habría tiempo de conocer a la gata más tarde - podemos entrar como un cliente, al menos yo, y escabullirme entre las chicas para ver que ocurre... En caso de que el responsable este dentro del burdel, sera mejor que no se sepa a que venimos. Quizá pueda descubrir algo desde dentro. ¿Tienes alguna idea de como entrar tu o desde donde puedes escabullirte?
Tenia un par de ideas para la gata, pero quizás ella también había pensado alguna estrategia, pues a juzgar por las bocacalles y las decorados de las paredes, sin duda ya debíamos andar cerca del objetivo.
Frente a mi, a apenas dos metros de distancia, una joven mujer-bestia, de no más de veintipocos años, de bellas facciones, grandes ojos y cabellos del color del tono de nieve más espectacular. Me sonó de haberla visto antes, en algún lugar. Me la habré cruzado en el Ohda... Me dije a mi mismo.
Sacudí la cabeza para volver a mi mismo y le dirigí una sonrisa a la gata cuando se dirigió a mi como su nuevo compañero. Iba a contestar algún tipo de frase de ligoteo cuando añadió que fuéramos por faena.
DIOS, me encanta esta mujer.
- El dinero dependerá de lo bien que hagáis la faena. - Dijo el viejo en el mismo tono agrio. Parecía que su actitud de gilipollas no tenia nada que ver con el genero o la raza. - Como ya sabes, tenéis que ir al burdel y averiguar que pasa con las chicas, asi como ponerle fin.
Ojeé un poco los papeles que el hombre tenia sobre su escritorio. Había varias facturas de diferentes tipos, algunas de ellas, por lo que pude ver, con cifras que sin duda, estaban diseñadas para ahogar a la gente. Mantuve mi pose hasta que hubo acabado.
- Mis hombres os darán la ubicación del burdel... Ahora largo.
Tras eso, los hombres nos invitaron a irnos, esta vez un poco más educados en mi caso. Yo le dedique una sonrisa a la joven que iba a ser mi compañera.
- Dado que nuestro anfitrión no ha sido precisamente un encanto, déjame presentarme... Kaladar Gringar. Trovador, flautista amateur, filosofo y escritor. - Me presenté con una sonrisa. - ¿Y tu eres?
Esperando a que ella se introdujera, los hombres volvieron con nosotros con un pequeño mapa que indicaba donde estaba el burdel y unas breves indicaciones sobre como entrar. Al lado del mapa, había una pequeña marca de carbón que decía "Contraseña: Caracas". Eso haría la entrada algo más fácil, al menos para mi.
* * * * *
Habíamos acabado por salir y ahora caminábamos hacia el lugar indicado en el mapa, iba mirando de reojo a la gata, que estaba callada y centrada. Parecía algo inquieta. A juzgar por las pintas, hubiera jurado que era una ladrona de poca monta, pero parecía estar demasiado agobiada con el tema a tratar para tener una moralidad baja. Me rasque la barba con los dedos, masajeandola, mientras la miraba por el rabillo del ojo.
- Pasando a la faena, - dije tratando de centrarme, ya habría tiempo de conocer a la gata más tarde - podemos entrar como un cliente, al menos yo, y escabullirme entre las chicas para ver que ocurre... En caso de que el responsable este dentro del burdel, sera mejor que no se sepa a que venimos. Quizá pueda descubrir algo desde dentro. ¿Tienes alguna idea de como entrar tu o desde donde puedes escabullirte?
Tenia un par de ideas para la gata, pero quizás ella también había pensado alguna estrategia, pues a juzgar por las bocacalles y las decorados de las paredes, sin duda ya debíamos andar cerca del objetivo.
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Realmente le había dado un vistazo disimulado al joven delante de ella, no parecía... Alguien en quien ella confiaría, parecía más bien un charlatán quizá, pero de momento debía de trabajar con él, no importaba lo que ella piense, sino en lo que el viejo de tono agreta opinaba.
Elyn se quedó mirando al hombre mayor a los ojos mientras hablaba, quería ver sí con la expresión corporal le podía dar algún indicio de algo pero al menos para Elyn parecía que estaba tan en la oscuridad como ellos.
Ni siquiera había llegado a sentarse, pasaron unos diez segundos que estuvo en esa habitación y ya le estaban echando, vaya, como empleador su cortesía hacia sus empleados debía ser terrible, ¿Cómo aguantaban esos gorilas estar alrededor del cascarrabias?
Quizá la paga era buena, como la nuestra.
Y mientras pasaban por la puerta el contrario se quiso presentar, no tenía planeado hacerlo, pero ya que el hombre había insistido...
— Soy Elyn, mujer-bestia de una tribu mayormente felina, viajera y exploradora por su cuenta. Un gusto, supongo. —
Realmente no tenía mucho para presentarse, no tenía tantos... "Títulos" como los que Kaladar se había otorgado, de hecho el último para Elyn fue inventado y probablemente más de la mitad de Kaladar también, o esa impresión le daba a la gata.
Elyn miró el mapa y debajo la contraseña, se puso a pensar, sí ella entraba como cliente, llevando la vestimenta que llevaba y con su apariencia sí que llamaría la atención, y mientras se iban retirando comenzó a pensar maneras de entrar, aunque no conocía el lugar, solo tenía el mapa de su ubicación.
La felina estaba algo inquieta, nerviosa más bien, y ansiosa también, era la primera vez que tomaba un trabajo tan serio, un trabajo en el que le podrían asesinar sí hacía las cosas mal, además de que... Investigar este tipo de cosas no era su punto fuerte, pero con sus habilidades podría ayudar, de eso estaba segura. También mientras caminaba tenía un pensamiento en la cabeza además de planear como entrar, el como esas chicas debían estar asustadas y las que habían desaparecido, ¿Eran asesinadas o tenían otro destino?
— Quizá pueda usar las ventanas... Creo que puedo trepar fácilmente al segundo piso — Y meneo los dedos de ambas manos mirándose estas, sus afiladas uñas humanas, pero larguísimas de unos 2 centímetros de largo más o menos, y todas estas terminaban en una pequeña punta que podría llegar a cortar bastante, además de que se veían más gruesas de lo normal y resistentes.
— Y una vez dentro podría mantenerme escondida y quizá hasta hacerme pasar por una de las chicas. — Y diciendo esto último un leve sonrojo rosa apareció en sus blancas mejillas.
Elyn se quedó mirando al hombre mayor a los ojos mientras hablaba, quería ver sí con la expresión corporal le podía dar algún indicio de algo pero al menos para Elyn parecía que estaba tan en la oscuridad como ellos.
Ni siquiera había llegado a sentarse, pasaron unos diez segundos que estuvo en esa habitación y ya le estaban echando, vaya, como empleador su cortesía hacia sus empleados debía ser terrible, ¿Cómo aguantaban esos gorilas estar alrededor del cascarrabias?
Quizá la paga era buena, como la nuestra.
Y mientras pasaban por la puerta el contrario se quiso presentar, no tenía planeado hacerlo, pero ya que el hombre había insistido...
— Soy Elyn, mujer-bestia de una tribu mayormente felina, viajera y exploradora por su cuenta. Un gusto, supongo. —
Realmente no tenía mucho para presentarse, no tenía tantos... "Títulos" como los que Kaladar se había otorgado, de hecho el último para Elyn fue inventado y probablemente más de la mitad de Kaladar también, o esa impresión le daba a la gata.
Elyn miró el mapa y debajo la contraseña, se puso a pensar, sí ella entraba como cliente, llevando la vestimenta que llevaba y con su apariencia sí que llamaría la atención, y mientras se iban retirando comenzó a pensar maneras de entrar, aunque no conocía el lugar, solo tenía el mapa de su ubicación.
- - - * * * * - - -
La felina estaba algo inquieta, nerviosa más bien, y ansiosa también, era la primera vez que tomaba un trabajo tan serio, un trabajo en el que le podrían asesinar sí hacía las cosas mal, además de que... Investigar este tipo de cosas no era su punto fuerte, pero con sus habilidades podría ayudar, de eso estaba segura. También mientras caminaba tenía un pensamiento en la cabeza además de planear como entrar, el como esas chicas debían estar asustadas y las que habían desaparecido, ¿Eran asesinadas o tenían otro destino?
— Quizá pueda usar las ventanas... Creo que puedo trepar fácilmente al segundo piso — Y meneo los dedos de ambas manos mirándose estas, sus afiladas uñas humanas, pero larguísimas de unos 2 centímetros de largo más o menos, y todas estas terminaban en una pequeña punta que podría llegar a cortar bastante, además de que se veían más gruesas de lo normal y resistentes.
— Y una vez dentro podría mantenerme escondida y quizá hasta hacerme pasar por una de las chicas. — Y diciendo esto último un leve sonrojo rosa apareció en sus blancas mejillas.
Elyn
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Incliné un poco la cabeza con una mueca.
No dudaba de las habilidades de la gata.
Quiero decir, tenía en esos ojazos suyos esa confianza que uno no puede dar a la arrogancia, sino al conocimiento de las habilidades propias. Estaba seguro que era capaz de entrar y pasar desapercibida sin ningún tipo de problema... Pero en respecto a la segunda propuesta...
- No me malinterpretes con esto, Elyn... - Dije dirigiéndome hacia ella con el nombre que me había facilitado. - Pero no creo que pasaras por una de las chicas a menos que te consigamos algún atuendo un poco más... ejem, revelador. Creo que seria mejor idea tratar de encontrarnos en el piso superior, que sin duda sera donde están los aposentos de los dueños y algunas alcobas para ver si puedes enterarte de algo. Sin duda, tu eres más sigilosa y ágil, sera fácil para ti escuchar alguna conversación a hurtadillas... Yo, gracias a mi indudablemente atractiva labia... - Me interrumpí un segundo ante su mirada. - ... O quizá no tan atractiva labia, puedo entrar y hacerme pasar por un cliente algo más borracho de lo normal. Si me entero de algo, podemos subir arriba, vernos y ponernos en situación. Si por el camino ademas te encuentras con alguna chica que haya "dejado de lado" sus ropas de forma temporal, siempre puedes tomarlas por un rato. Aunque entonces más te vale estar conmigo, porque más de un cliente intentara meterte mano.
A medida que hablaba, habíamos acabado por llegar al callejón donde estaba la casa, decorada por fuera por una especie de macetas tristemente decoradas y unas pequeñas velas dentro de cristales tintados de rojo.
Le hice una seña a Elyn y me dirigí para la entrada, procurando aparentar estar algo borracho. "Si todo esto sale bien, he de decirle de ir a tomar unas copas...".
Me planté en frente de la puerta y pique varias veces, pude ver como de reojo, Elyn desaparecía entre las sombras. Tampoco es que yo fuera especialmente bueno a la hora de ver en la oscuridad.
Pasados unos segundos, salio un hombretón calvo que me miró de arriba a abajo.
- ¿Que quieres?
- ¿Tu que crees? - Dije con una sonrisa tonta mientras me balanceaba - Un buen par. Como todos!
- No se admite gente que vaya a causar problemas. - Dijo serio.
- Oiga... De verdad... - Di un paso atrás y extendí los brazos. - ¿Tengo pinta de suponer algún tipo de peligro? Como mucho, daré pena, pero no creo que eso sea un crimen! - Entonces me reí, dejando claro al hombre que no venia a darle dolores de cabeza. Él pareció sospesar si de verdad llevaba dinero, porque tampoco cerro la puerta.
- Mira, hacemos una cosa... *hic*... Yo te dejo esta vieja espada... y tu me dejas ir donde están las chicas en cueros... - Mientras decía eso, me desaté algo torpemente la vaina de la espada vieja que tenía en la cintura y deje que se me escapara de las manos, cayendo al suelo. El hombre dio un suspiro, mientras miraba como un pequeño grupo de hombres se dirigía a ese mismo local y iba a perder clientes si no hacia algo rápido.
- Pasa de una vez, y deja la espada ahí, en el recibidor!
- Sssssi señor!
Tras meter un paso dentro, el me ojeó un instante antes de recibir a los hombres. Yo ignoré su solicitud y simplemente monté mi casaca por encima de la vaina, disimulando la empuñadura de mi sable.
Ya había conseguido entrar.
Veríamos que deparaba esa noche.
No dudaba de las habilidades de la gata.
Quiero decir, tenía en esos ojazos suyos esa confianza que uno no puede dar a la arrogancia, sino al conocimiento de las habilidades propias. Estaba seguro que era capaz de entrar y pasar desapercibida sin ningún tipo de problema... Pero en respecto a la segunda propuesta...
- No me malinterpretes con esto, Elyn... - Dije dirigiéndome hacia ella con el nombre que me había facilitado. - Pero no creo que pasaras por una de las chicas a menos que te consigamos algún atuendo un poco más... ejem, revelador. Creo que seria mejor idea tratar de encontrarnos en el piso superior, que sin duda sera donde están los aposentos de los dueños y algunas alcobas para ver si puedes enterarte de algo. Sin duda, tu eres más sigilosa y ágil, sera fácil para ti escuchar alguna conversación a hurtadillas... Yo, gracias a mi indudablemente atractiva labia... - Me interrumpí un segundo ante su mirada. - ... O quizá no tan atractiva labia, puedo entrar y hacerme pasar por un cliente algo más borracho de lo normal. Si me entero de algo, podemos subir arriba, vernos y ponernos en situación. Si por el camino ademas te encuentras con alguna chica que haya "dejado de lado" sus ropas de forma temporal, siempre puedes tomarlas por un rato. Aunque entonces más te vale estar conmigo, porque más de un cliente intentara meterte mano.
A medida que hablaba, habíamos acabado por llegar al callejón donde estaba la casa, decorada por fuera por una especie de macetas tristemente decoradas y unas pequeñas velas dentro de cristales tintados de rojo.
Le hice una seña a Elyn y me dirigí para la entrada, procurando aparentar estar algo borracho. "Si todo esto sale bien, he de decirle de ir a tomar unas copas...".
Me planté en frente de la puerta y pique varias veces, pude ver como de reojo, Elyn desaparecía entre las sombras. Tampoco es que yo fuera especialmente bueno a la hora de ver en la oscuridad.
Pasados unos segundos, salio un hombretón calvo que me miró de arriba a abajo.
- ¿Que quieres?
- ¿Tu que crees? - Dije con una sonrisa tonta mientras me balanceaba - Un buen par. Como todos!
- No se admite gente que vaya a causar problemas. - Dijo serio.
- Oiga... De verdad... - Di un paso atrás y extendí los brazos. - ¿Tengo pinta de suponer algún tipo de peligro? Como mucho, daré pena, pero no creo que eso sea un crimen! - Entonces me reí, dejando claro al hombre que no venia a darle dolores de cabeza. Él pareció sospesar si de verdad llevaba dinero, porque tampoco cerro la puerta.
- Mira, hacemos una cosa... *hic*... Yo te dejo esta vieja espada... y tu me dejas ir donde están las chicas en cueros... - Mientras decía eso, me desaté algo torpemente la vaina de la espada vieja que tenía en la cintura y deje que se me escapara de las manos, cayendo al suelo. El hombre dio un suspiro, mientras miraba como un pequeño grupo de hombres se dirigía a ese mismo local y iba a perder clientes si no hacia algo rápido.
- Pasa de una vez, y deja la espada ahí, en el recibidor!
- Sssssi señor!
Tras meter un paso dentro, el me ojeó un instante antes de recibir a los hombres. Yo ignoré su solicitud y simplemente monté mi casaca por encima de la vaina, disimulando la empuñadura de mi sable.
Ya había conseguido entrar.
Veríamos que deparaba esa noche.
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Miraba de reojo a Kaladar, aquel hombre que no le terminaba de dar confianza pero que tampoco tendía a parecer el tipo de hombre que te desee mal, pasó a escuchar sus palabras mientras negaba a alguna de ellas
— Nunca dije que iría con estas ropas, tomaré prestadas algunas de algún armario, estoy segura que debe haber de sobra, con la cantidad de degenerados que van con gustos para ropas, seguro que alguna habrá, además, no creo que se necesite mucha vestimenta para estar ahí adentro y pasar desapercibida. —
Luego escuchó hablarle sobre su labia, arqueó una ceja mientras le miraba fijamente de forma seria mientras negaba.
Finalmente musitó lo de los clientes, y sí, ese era su temor, que algún tipo que se cruce en el hogar quiera tomarle, después de todo era consciente de lo poco común que era su cuerpo, una mujer-bestia sin mucho que le aferre a lo último seguramente habrían algunos que quisieran meterle mano solo por ello.
Caminó y caminó observando a sus alrededores algún indicio de aquel hogar para placeres, hasta que llegaron, frente a ellos finalmente estaba la casa al final del callejón, con esas velas tintadas de un cristal rojo que indicaba lo que allí pasaba.
Miró la entrada principal sin acercarse y dejó al contrario hacer lo suyo, ella por su parte esperó a ver que su entrada se complete y una vez le vió dentro, empezó a recorrer todos los costados visibles de aquella casa. Terminó por decidirse por un costado del callejón, miró a sus costados un plan para escalar y luego miró a su alrededor, no pasaba casi nadie, apenas un par de personas al final del callejón en la vereda común.
— Realmente parece el tipo de persona que entraría a un burdel sin problemas. — Sin más empezó a escalar poco a poco, con pequeños saltos usando todo su cuerpo para ir logrando poco a poco usar las cornizas, ventanas y hasta balcones para subir al segundo piso. Frente a ella, una ventana que daba al burdel, estaba entreabierta y miró a escondidas apenas asomando su rostro por debajo para ver sí había gente, de momento solo había una cama deshecha, y algunos restos de ropa tirados entre el suelo y la cama, perfecto, justo lo que buscaba.
Estiró el brazo diestro para empujar la ventana y dejarla abierta sin hacer ruido, pues lo hizo de manera lenta y lo más sigilosa posible, fue así como lentamente hizo fuerza con sus brazos hacia arriba y apoyando primero una rodilla tras levantar esta y luego cruzando la pierna hacia adentro se dejaría caer en el suelo de la habitación, suspiró y respiró algo agitada por unos segundos mirando a su alrededor, finalmente se levantó y caminó rapido hacia la puerta para cerrarla, lastimosamente no tenía traba ni la llave puesta, seguramente sea para evitar que los clientes hagan cosas drásticas con las mujeres.
Empezó a mirar las ropas con un leve sonrojo en sus mejillas, estaba dudando de sí realmente necesitaba hacerlo o de sí podría escabullirse sin problemas, lo pensaba porque las ropas en sí era... Reveladora, tal como había dicho Kaladar, era un vestido blanco en corte canesú, lastimosamente una gran parte del vestido era translúcido, y su cola levantaría un poco la parte de su espalda sí es que se ponía rígida, por una de sus primeras veces tendría que controlarla para evitar quizá que le lleve a una mala escena.
Y pensándolo por unos segundos sí alguien le vería con las vestimentas que llevaba probablemente llamarían a los que corrían ese establecimiento y generalmente le llevaría a que le roben tras una paliza o algo incluso peor, prefirió empezar a colocárselo y dejó sus propias ropas escondidas debajo de la cama, ¿Quién revisaría allí en un burdel?
Luego ahora vistiendo practicamente solo su ropa interior y ese vestido abrió la puerta se asomó por esta para ver un pasillo dando al resto de habitaciones, incluso se escuchaban algunos sonidos productos de placeres ajenos en el ambiente.
— Que no haya nadie raro, que no haya nadie raro... — Se repetía así misma en susurros mientras ahora caminaba por los pasillos, la mayoría de hombres ya iban acompañados de mujeres de todo tipo y no parecían prestarle mucha atención, algunos solo miraban sus orejas algo extrañados y quizá tomándole por alguien nueva, pero estaba en un prostíbulo, estaría lleno de pervertidos admirando su cuerpo y el de las demás mujeres allí, debía acostumbrarse a eso al menos de forma temporal sí no quería llevarse un mal rato.
— Nunca dije que iría con estas ropas, tomaré prestadas algunas de algún armario, estoy segura que debe haber de sobra, con la cantidad de degenerados que van con gustos para ropas, seguro que alguna habrá, además, no creo que se necesite mucha vestimenta para estar ahí adentro y pasar desapercibida. —
Luego escuchó hablarle sobre su labia, arqueó una ceja mientras le miraba fijamente de forma seria mientras negaba.
Finalmente musitó lo de los clientes, y sí, ese era su temor, que algún tipo que se cruce en el hogar quiera tomarle, después de todo era consciente de lo poco común que era su cuerpo, una mujer-bestia sin mucho que le aferre a lo último seguramente habrían algunos que quisieran meterle mano solo por ello.
Caminó y caminó observando a sus alrededores algún indicio de aquel hogar para placeres, hasta que llegaron, frente a ellos finalmente estaba la casa al final del callejón, con esas velas tintadas de un cristal rojo que indicaba lo que allí pasaba.
Miró la entrada principal sin acercarse y dejó al contrario hacer lo suyo, ella por su parte esperó a ver que su entrada se complete y una vez le vió dentro, empezó a recorrer todos los costados visibles de aquella casa. Terminó por decidirse por un costado del callejón, miró a sus costados un plan para escalar y luego miró a su alrededor, no pasaba casi nadie, apenas un par de personas al final del callejón en la vereda común.
— Realmente parece el tipo de persona que entraría a un burdel sin problemas. — Sin más empezó a escalar poco a poco, con pequeños saltos usando todo su cuerpo para ir logrando poco a poco usar las cornizas, ventanas y hasta balcones para subir al segundo piso. Frente a ella, una ventana que daba al burdel, estaba entreabierta y miró a escondidas apenas asomando su rostro por debajo para ver sí había gente, de momento solo había una cama deshecha, y algunos restos de ropa tirados entre el suelo y la cama, perfecto, justo lo que buscaba.
Estiró el brazo diestro para empujar la ventana y dejarla abierta sin hacer ruido, pues lo hizo de manera lenta y lo más sigilosa posible, fue así como lentamente hizo fuerza con sus brazos hacia arriba y apoyando primero una rodilla tras levantar esta y luego cruzando la pierna hacia adentro se dejaría caer en el suelo de la habitación, suspiró y respiró algo agitada por unos segundos mirando a su alrededor, finalmente se levantó y caminó rapido hacia la puerta para cerrarla, lastimosamente no tenía traba ni la llave puesta, seguramente sea para evitar que los clientes hagan cosas drásticas con las mujeres.
Empezó a mirar las ropas con un leve sonrojo en sus mejillas, estaba dudando de sí realmente necesitaba hacerlo o de sí podría escabullirse sin problemas, lo pensaba porque las ropas en sí era... Reveladora, tal como había dicho Kaladar, era un vestido blanco en corte canesú, lastimosamente una gran parte del vestido era translúcido, y su cola levantaría un poco la parte de su espalda sí es que se ponía rígida, por una de sus primeras veces tendría que controlarla para evitar quizá que le lleve a una mala escena.
Y pensándolo por unos segundos sí alguien le vería con las vestimentas que llevaba probablemente llamarían a los que corrían ese establecimiento y generalmente le llevaría a que le roben tras una paliza o algo incluso peor, prefirió empezar a colocárselo y dejó sus propias ropas escondidas debajo de la cama, ¿Quién revisaría allí en un burdel?
Luego ahora vistiendo practicamente solo su ropa interior y ese vestido abrió la puerta se asomó por esta para ver un pasillo dando al resto de habitaciones, incluso se escuchaban algunos sonidos productos de placeres ajenos en el ambiente.
— Que no haya nadie raro, que no haya nadie raro... — Se repetía así misma en susurros mientras ahora caminaba por los pasillos, la mayoría de hombres ya iban acompañados de mujeres de todo tipo y no parecían prestarle mucha atención, algunos solo miraban sus orejas algo extrañados y quizá tomándole por alguien nueva, pero estaba en un prostíbulo, estaría lleno de pervertidos admirando su cuerpo y el de las demás mujeres allí, debía acostumbrarse a eso al menos de forma temporal sí no quería llevarse un mal rato.
Última edición por Elyn el Dom Feb 17, 2019 11:06 pm, editado 4 veces (Razón : Ansiedad.)
Elyn
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Pasearse por ese lugar no era tarea difícil, pues no había demasiada luz.
Las chicas estaban ocupadas y, a menos que alguien se las acercara deliberadamente, no parecían estar dispuestas a que alguien las penetrara así por las buenas. Abajo, tras cruzar un par de arcos, podías encontrarte una especie de recibidor con varias sillas ligeramente decoradas donde sin lugar a dudas, se usaba para que los clientes pudieran tantear a las chicas y seleccionarlas para su... "Disfrute".
Me balanceé y acabe por sentarme en una butaca, donde al otro lado había una chica, a juzgar por las pintas, seguramente empleada del local.
- Hola, chato... - Dijo con una forzada sonrisa. - ¿No te apetecerá invitarme a un trago en esta noche, verdad? Me siento tan sola...
- Buah... - Dije tras una mueca. - Esa debe de ser la primera frase que os enseñan, verdad? Quiero decir, ha sonado demasiado a cliché. Es como si un timador dijera eso de "He venido solo a esta ciudad por ustedes!". Ya no cuela.
Ella me miro con una sonrisa de medio lado, esta vez quizá algo más natural.
- Vaya, si que sabes de putas... Debes de venir a menudo.
- No tanto, pero si me prometes atenderme tu siempre, quizás me vuelvo cliente regular.
Ella chasqueó la lengua con una sonrisa.
- Tampoco eso ha sido precisamente "Original".
- Pero te juro por todos mis amigos que ha sido sincera.
- No tienes pinta de tener amigos.
Coloque ambas manos sobre mi pecho, haciendo una expresión del que es herido por un disparo en el corazón.
- Tus palabras se clavan en mi como flechas.
- Estoy segura de que sobrevivirás...
- ¿Seguro? Quizás deberías mirarme el pecho, solo para asegurarte.
- Ya... ¿Y esperas que lo haga gratis? Tolero cerdos como tu cada día, cariño. No pienso dejar que me toques sin antes no poner el dinero en la mesa.
Me puse serio ahí.
- Puedo parecer un pervertido y degenerado, y en muchos casos sera verdad. Pero si estoy aquí no es para faltarte ni al respeto ni a tu voluntad.
Ella se me quedo mirando un rato para apartar la mirada luego.
- Hablas como el hombre que conoce Anna
- ¿Una de las prostitutas desaparecidas?
Ella me miró con una ceja alzada. Yo moví la mano en el aire quitandole importancia.
- Las noticias vuelan por la ciudad...
- Si... Es cierto. Ya no esta.
Nos miramos largamente un rato. Había algo en su forma de hablar que me dejaba intuir ciertas cosas en esa conversación silenciosa que íbamos a tener durante unos segundos.
- Una lastima imagino... El tener que tener una vida así para que de pronto... ¿Acabe, no?
Ella me miró, entendiendo a que me refería.
- Si... Espero que, para dentro de poco, este en un lugar mejor.
- Donde ya no tenga que preocuparse de hacer esta vida... en la siguiente.
- Ni en ninguna otra... ¿Te parece si subimos arriba y me cuentas algo de ti?
Yo sonreí de forma forzada y educada, al menos para que diese la impresión de que era yo quien dirigía la conversación.
Estaba claro, por eso, que esa prostituta no le gustaba esa vida... Y que llevaba tiempo organizando algo:
Anna, como la había llamado ella, era una de las chicas que había "desaparecido". El cuerpo no había sido encontrado. Y la forma de hablar sobre ella, dejaba a entender que o bien no se llevaban demasiado bien... O no había mucho que lamentar.
Mientras subíamos, me pareció ver por el rabillo del ojo a la gata, que iba en dirección contraría, pero dudaba que ella me hubiera visto. Poco después, la prostituta me metió tras una puerta y cerro la puerta tras de si.
Rápida como el rayo, saco un cuchillo de debajo de la falda y, en mi siguiente parpadeo, lo tenia en el cuello.
- Ahora, vas a decirme quien te envia, maldito cerdo.
De verdad tenia que elegir mejor a las chicas con las que me juntaba.
Las chicas estaban ocupadas y, a menos que alguien se las acercara deliberadamente, no parecían estar dispuestas a que alguien las penetrara así por las buenas. Abajo, tras cruzar un par de arcos, podías encontrarte una especie de recibidor con varias sillas ligeramente decoradas donde sin lugar a dudas, se usaba para que los clientes pudieran tantear a las chicas y seleccionarlas para su... "Disfrute".
Me balanceé y acabe por sentarme en una butaca, donde al otro lado había una chica, a juzgar por las pintas, seguramente empleada del local.
- Hola, chato... - Dijo con una forzada sonrisa. - ¿No te apetecerá invitarme a un trago en esta noche, verdad? Me siento tan sola...
- Buah... - Dije tras una mueca. - Esa debe de ser la primera frase que os enseñan, verdad? Quiero decir, ha sonado demasiado a cliché. Es como si un timador dijera eso de "He venido solo a esta ciudad por ustedes!". Ya no cuela.
Ella me miro con una sonrisa de medio lado, esta vez quizá algo más natural.
- Vaya, si que sabes de putas... Debes de venir a menudo.
- No tanto, pero si me prometes atenderme tu siempre, quizás me vuelvo cliente regular.
Ella chasqueó la lengua con una sonrisa.
- Tampoco eso ha sido precisamente "Original".
- Pero te juro por todos mis amigos que ha sido sincera.
- No tienes pinta de tener amigos.
Coloque ambas manos sobre mi pecho, haciendo una expresión del que es herido por un disparo en el corazón.
- Tus palabras se clavan en mi como flechas.
- Estoy segura de que sobrevivirás...
- ¿Seguro? Quizás deberías mirarme el pecho, solo para asegurarte.
- Ya... ¿Y esperas que lo haga gratis? Tolero cerdos como tu cada día, cariño. No pienso dejar que me toques sin antes no poner el dinero en la mesa.
Me puse serio ahí.
- Puedo parecer un pervertido y degenerado, y en muchos casos sera verdad. Pero si estoy aquí no es para faltarte ni al respeto ni a tu voluntad.
Ella se me quedo mirando un rato para apartar la mirada luego.
- Hablas como el hombre que conoce Anna
- ¿Una de las prostitutas desaparecidas?
Ella me miró con una ceja alzada. Yo moví la mano en el aire quitandole importancia.
- Las noticias vuelan por la ciudad...
- Si... Es cierto. Ya no esta.
Nos miramos largamente un rato. Había algo en su forma de hablar que me dejaba intuir ciertas cosas en esa conversación silenciosa que íbamos a tener durante unos segundos.
- Una lastima imagino... El tener que tener una vida así para que de pronto... ¿Acabe, no?
Ella me miró, entendiendo a que me refería.
- Si... Espero que, para dentro de poco, este en un lugar mejor.
- Donde ya no tenga que preocuparse de hacer esta vida... en la siguiente.
- Ni en ninguna otra... ¿Te parece si subimos arriba y me cuentas algo de ti?
Yo sonreí de forma forzada y educada, al menos para que diese la impresión de que era yo quien dirigía la conversación.
Estaba claro, por eso, que esa prostituta no le gustaba esa vida... Y que llevaba tiempo organizando algo:
Anna, como la había llamado ella, era una de las chicas que había "desaparecido". El cuerpo no había sido encontrado. Y la forma de hablar sobre ella, dejaba a entender que o bien no se llevaban demasiado bien... O no había mucho que lamentar.
Mientras subíamos, me pareció ver por el rabillo del ojo a la gata, que iba en dirección contraría, pero dudaba que ella me hubiera visto. Poco después, la prostituta me metió tras una puerta y cerro la puerta tras de si.
Rápida como el rayo, saco un cuchillo de debajo de la falda y, en mi siguiente parpadeo, lo tenia en el cuello.
- Ahora, vas a decirme quien te envia, maldito cerdo.
De verdad tenia que elegir mejor a las chicas con las que me juntaba.
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Caminó por los pasillos hasta buscar un área común de mujeres, no de clientes, quería ir al área privada donde los clientes no podían entrar, supuso que ahí es donde las mujeres en descanso iban a pasar el tiempo un rato, o eso se imaginó, no es como sí ella conociese mucho acerca de los burdeles, era su primera vez entrando a uno.
Mientras iba caminando su cola se meneaba entre sus piernas, no tardó mucho en encontrar un área apartada de los dormitorios para entrar en aquella habitación, era una sala de estar, con algunos sofás de un ambiente bastante humilde, no había mucho, prácticamente era para ir a relajarse, morirse del aburrimiento sí se estaba solo y no mucho más.
Para su suerte, ya había alguien allí, parecía una chica joven, estaba bebiendo algo de un pequeño recipiente similar a una taza de té, Elyn se le acercó con una sonrisa mientras lentamente y por instinto meneó su cola de lado a lado, ligeramente levantando el vestido, aunque no mucho, menos mal que eran las únicas en la habitación.
— Hola cariño... Soy Elyn, creo que no nos hemos visto... ¿Cómo te llamas? —
La mujer le miró extrañada de arriba a abajo, como sí no le conociera y le pareciera raro que se le acerque de esa manera, Elyn intentó disimular sus verdaderas intenciones bajo una sonrisa disimulada, sentándose en la silla de aquella pequeña mesa a su lado le miró a los ojos.
— A-ah... Hola... Mi nombre es Sophia. ¿Eres nueva...? No te he visto por aquí... —
Elyn le dedicó una sonrisa, la miró de arriba a abajo de forma disimulada, se veía como alguien algo inocente, joven, prácticamente alrededor de su misma edad, con una caballera castaña larga hasta su espalda alta, con un cuerpo joven, y de anchas caderas, vestía casi igual que ella, un vestido fino, blanco y largo hasta sus rodillas, se veía algo cansada, seguro había estado trabajando desde la mañana, pobre, con ese cuerpo no dudaba de que era quizá una de las más trabajadoras. Pensó la felina mientras también intentaba darle una respuesta.
— ¡Sí! Soy nueva he... He llegado hace poco, me han dicho que como reemplazo de una de las chicas, pero no a tan buena voluntad... — La albina dejó salir una pequeña risa nerviosa, fingida y triste ante esto último apropósito.
— Tú... ¡T-te ves como alguien confiable! — Tragó saliva fingiendo tristeza mientras la contraria se veía extrañada mirándola a los ojos, con una de sus cejas arqueadas.
— Mi padre... Le debía dinero a un viejo y... Me han obligado a empezar a trabajar aquí — Y mientras decía esto en un tono decaído, ya la contraria le miró con preocupación, pero a la vez como sí le entendiera, parecía que era normal que algunas chicas terminen trabajando por obligación o necesidad allí.
— ¡No sé ni porque te estoy contando todo esto! Perdón... Solo quería sacarlo, realmente no quiero estar aquí vistiendo... E-esto... — Se estremeció suavemente sujetándose el vestido que no era ni suyo y lo había tomado hacia poco tiempo, luego desvió la mirada al suelo aún de mala gana con cierta melancolía.
La castaña tomó una de las manos de la albina, la apretó suavemente y con una sonrisa intentó empezar a calmarla.
— ¡No te preocupes cariño! Todo va a estar bien... — Elyn observaba a la castaña con una sonrisa forzada, mientras le agradecía con la mirada.
Más bien lo que observaba era que parecía que la castaña sabía algo, pero que no tenía confianza aún para decírselo.
— N-no sé como haré... ¡Pero me escaparé de aquí! No pienso volver a dejarme tocar por esos puercos... —
Recogiendo una de sus manos a su pecho apretó de forma suave mientras miraba a la contraria a los ojos con determinación.
— La... La chica que estás reemplazando... Ella escapó pero han enviado a gente detrás de ella... No sé sí es buena idea recurrir a eso corazón... Al menos no por ahora. —
La castaña soltó la mano de Elyn, finalmente dió un último sorbo de su té y empezó a levantarse del asiento.
Elyn se encogió y apoyó el rostro en la mesa entre sus brazos, fingiendo un leve llanto podía sentir a la contraria clavándole su mirada en la espalda mientras caminaba, parecía estar por llegar a la puerta hasta que dió un paso atrás.
Al estar recogida en sus propios brazos Elyn lentamente con su diestra de forma disimulada dejó caer saliva en su dedo índice y se manchó primero debajo de un ojo con aquel dedo y luego el otro de forma rápida y sin mover el brazo, solo la muñeca.
Volvió a reincorporarse mientras acomodaba su vestido y con ambas manos empezaba a limpiarse sus falsas lagrimas mientras inhalaba por la nariz, finalmente también optó por pasarse la mano por la nariz de forma leve mientras miraba a la ajena que parecía estar pensando en decirle algo.
— Ninguna de nosotras quiere estar aquí cariño... Y pronto tampoco lo estaremos, estamos... — Bajó la voz apenas terminó de musitar esas palabras. — Estamos intentando escapar, una de las chicas ha estado planeando una fuga en la mañana cuando los guardias duermen, algunas chicas ya han logrado salir, y eso es todo lo que puedo decirte, intenta aguantar hasta ese momento... — Y la castaña volteó, tomó el pomo de la puerta y enseguida la felina se levantó de la silla.
— ¡Yo quiero ayudar! Estoy segura que puedo ayudarles, también quiero irme de aquí. — Apretó el puño derecho la supuesta dolida y mirando a los ojos a la castaña asintió con la cabeza decidida.
— ¡No hagas nada raro! No levantes sospechosas, no lo hagas por nada por favor, temo por el futuro de todas sí es que se llegasen a enterar de algo... — Y parecía que recordaba algo, ¿Quizá una de las chicas ya había sufrido tal futuro? Dijo Elyn en sus pensamientos mientras miraba preocupada y le afirmaba con entendimiento.
— S-sí... Entiendo, no diré nada, pero por favor, cuando sea el momento, dejame ayudarles... —
La castaña sin decir más asintió y abrió el pomo de la puerta para volver al trabajo.
Y ya se había enterado del problema, las chicas no desaparecían por culpa de alguien ajeno al burdel, por un asesino o un secuestrador, estaban escapando por cuenta propia. Pero no importaba, a pesar de que los Aeros que el viejo le ofrecía eran bastantes, ya había decidido ayudar a las chicas, le guste a su compañero o no, más tarde vería una forma de aún así obtener su dinero, quizá podría burlar al viejo con algún señuelo para que les pague.
Off: Elyn se entera de la primera complicación, las trabajadoras están intentando escapar y dejar aquel oficio.
Mientras iba caminando su cola se meneaba entre sus piernas, no tardó mucho en encontrar un área apartada de los dormitorios para entrar en aquella habitación, era una sala de estar, con algunos sofás de un ambiente bastante humilde, no había mucho, prácticamente era para ir a relajarse, morirse del aburrimiento sí se estaba solo y no mucho más.
Para su suerte, ya había alguien allí, parecía una chica joven, estaba bebiendo algo de un pequeño recipiente similar a una taza de té, Elyn se le acercó con una sonrisa mientras lentamente y por instinto meneó su cola de lado a lado, ligeramente levantando el vestido, aunque no mucho, menos mal que eran las únicas en la habitación.
— Hola cariño... Soy Elyn, creo que no nos hemos visto... ¿Cómo te llamas? —
La mujer le miró extrañada de arriba a abajo, como sí no le conociera y le pareciera raro que se le acerque de esa manera, Elyn intentó disimular sus verdaderas intenciones bajo una sonrisa disimulada, sentándose en la silla de aquella pequeña mesa a su lado le miró a los ojos.
— A-ah... Hola... Mi nombre es Sophia. ¿Eres nueva...? No te he visto por aquí... —
Elyn le dedicó una sonrisa, la miró de arriba a abajo de forma disimulada, se veía como alguien algo inocente, joven, prácticamente alrededor de su misma edad, con una caballera castaña larga hasta su espalda alta, con un cuerpo joven, y de anchas caderas, vestía casi igual que ella, un vestido fino, blanco y largo hasta sus rodillas, se veía algo cansada, seguro había estado trabajando desde la mañana, pobre, con ese cuerpo no dudaba de que era quizá una de las más trabajadoras. Pensó la felina mientras también intentaba darle una respuesta.
— ¡Sí! Soy nueva he... He llegado hace poco, me han dicho que como reemplazo de una de las chicas, pero no a tan buena voluntad... — La albina dejó salir una pequeña risa nerviosa, fingida y triste ante esto último apropósito.
— Tú... ¡T-te ves como alguien confiable! — Tragó saliva fingiendo tristeza mientras la contraria se veía extrañada mirándola a los ojos, con una de sus cejas arqueadas.
— Mi padre... Le debía dinero a un viejo y... Me han obligado a empezar a trabajar aquí — Y mientras decía esto en un tono decaído, ya la contraria le miró con preocupación, pero a la vez como sí le entendiera, parecía que era normal que algunas chicas terminen trabajando por obligación o necesidad allí.
— ¡No sé ni porque te estoy contando todo esto! Perdón... Solo quería sacarlo, realmente no quiero estar aquí vistiendo... E-esto... — Se estremeció suavemente sujetándose el vestido que no era ni suyo y lo había tomado hacia poco tiempo, luego desvió la mirada al suelo aún de mala gana con cierta melancolía.
La castaña tomó una de las manos de la albina, la apretó suavemente y con una sonrisa intentó empezar a calmarla.
— ¡No te preocupes cariño! Todo va a estar bien... — Elyn observaba a la castaña con una sonrisa forzada, mientras le agradecía con la mirada.
Más bien lo que observaba era que parecía que la castaña sabía algo, pero que no tenía confianza aún para decírselo.
— N-no sé como haré... ¡Pero me escaparé de aquí! No pienso volver a dejarme tocar por esos puercos... —
Recogiendo una de sus manos a su pecho apretó de forma suave mientras miraba a la contraria a los ojos con determinación.
— La... La chica que estás reemplazando... Ella escapó pero han enviado a gente detrás de ella... No sé sí es buena idea recurrir a eso corazón... Al menos no por ahora. —
La castaña soltó la mano de Elyn, finalmente dió un último sorbo de su té y empezó a levantarse del asiento.
Elyn se encogió y apoyó el rostro en la mesa entre sus brazos, fingiendo un leve llanto podía sentir a la contraria clavándole su mirada en la espalda mientras caminaba, parecía estar por llegar a la puerta hasta que dió un paso atrás.
Al estar recogida en sus propios brazos Elyn lentamente con su diestra de forma disimulada dejó caer saliva en su dedo índice y se manchó primero debajo de un ojo con aquel dedo y luego el otro de forma rápida y sin mover el brazo, solo la muñeca.
Volvió a reincorporarse mientras acomodaba su vestido y con ambas manos empezaba a limpiarse sus falsas lagrimas mientras inhalaba por la nariz, finalmente también optó por pasarse la mano por la nariz de forma leve mientras miraba a la ajena que parecía estar pensando en decirle algo.
— Ninguna de nosotras quiere estar aquí cariño... Y pronto tampoco lo estaremos, estamos... — Bajó la voz apenas terminó de musitar esas palabras. — Estamos intentando escapar, una de las chicas ha estado planeando una fuga en la mañana cuando los guardias duermen, algunas chicas ya han logrado salir, y eso es todo lo que puedo decirte, intenta aguantar hasta ese momento... — Y la castaña volteó, tomó el pomo de la puerta y enseguida la felina se levantó de la silla.
— ¡Yo quiero ayudar! Estoy segura que puedo ayudarles, también quiero irme de aquí. — Apretó el puño derecho la supuesta dolida y mirando a los ojos a la castaña asintió con la cabeza decidida.
— ¡No hagas nada raro! No levantes sospechosas, no lo hagas por nada por favor, temo por el futuro de todas sí es que se llegasen a enterar de algo... — Y parecía que recordaba algo, ¿Quizá una de las chicas ya había sufrido tal futuro? Dijo Elyn en sus pensamientos mientras miraba preocupada y le afirmaba con entendimiento.
— S-sí... Entiendo, no diré nada, pero por favor, cuando sea el momento, dejame ayudarles... —
La castaña sin decir más asintió y abrió el pomo de la puerta para volver al trabajo.
Y ya se había enterado del problema, las chicas no desaparecían por culpa de alguien ajeno al burdel, por un asesino o un secuestrador, estaban escapando por cuenta propia. Pero no importaba, a pesar de que los Aeros que el viejo le ofrecía eran bastantes, ya había decidido ayudar a las chicas, le guste a su compañero o no, más tarde vería una forma de aún así obtener su dinero, quizá podría burlar al viejo con algún señuelo para que les pague.
Off: Elyn se entera de la primera complicación, las trabajadoras están intentando escapar y dejar aquel oficio.
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
- ¿Y bien? - Dijo la chica.
- Déjame un minuto, estoy planteando la forma de decírtelo sin tener que hacer que me rajes el cuello.
- Si te lo tienes que plantear tanto entonces... - Levantó un poco el cuchillo.
- ¡Espera, espera, espera! - Dije sujetándole la muñeca cuando esta iba a descender contra mi yugular. - Aun no estoy gritando ni pidiendo auxilio, tan malo no debo de ser.
- Por ahora.
- Buen punto: Mira, me han contratado para que averigüe que les ocurre a las chicas y ponerle fin...
- ¡Entonces es motivo más que suficiente para matarte!
Bajo de golpe el cuchillo que desvié y se clavó en el suelo, pero ella salio despedida y trato de empujarme contra la pared, momento que yo aproveche para girarme y ponerme a su espalda, tomándole el brazo y apretándoselo para pode tenerla agarrada.
- Es una opción... - Le dije al oído. - O bien puedes contarme que pasa y yo decido ayudar a las chicas si queréis escapar.
Ella dejo de retorcerse un instante para retomar el enfrentamiento un segundo después, gesto que no paso desapercibido.
- ¿Y porque debería creerte?
- Tampoco es como si ahora tuvieras muchas más opciones... ¿Pero que tal esto?
La solté de golpe, dejando que ella se girara y me mirara con desconfianza mientras yo alzaba las manos y las ponía por encima de mi cabeza.
Ella se agarro la muñeca retorcida y me miro de arriba a abajo.
- ¿Porque ibas a ayudarnos?
No dije nada, le di una sonrisa de medio lado y me encogí de hombros.
- Tengo mis razones.
- Oh, un timador con causa... De nuevo, muy original.
- Mira... Adoro a las mujeres, a todas ellas, sin excepción... Y para que mentirnos, soy un gran fiel devoto a la creencia que vuestro actual empleo mantiene las naciones unidas... Pero no es un trabajo que haya de ser impuesto. Mucho menos forzado.
Ella me miro. Yo la miré.
- Forzar a alguien a esto es denigrante. Y entiendo que se le quiera poner fin.
- ... Las chicas están vivas. Estamos creando una red de transporte que va por las catacumbas de la ciudad.
- Las catacumbas no tienen salida.
- Hay un túnel que se derrumbo con unas obras. No es demasiado grande, pero pueden pasar algunas personas. El túnel conecta con las alcantarillas, y lleva al río. El problema es que hay guardias tanto en las alcantarillas como en la salida que da al rio, y hay que sobornar al barquero para que las lleve lejos, a Baslodia o Roilkat, según la suerte que tengan.
- Si quieren huir, deberían irse aun más lejos. Buscar un sitio entre los reinos del este, al norte. - Dije sin demasiados tapujos.
- Es el plan... Pero es difícil hacerlo desde dentro. Hay demasiado miedo. Demasiados problemas. Demasiadas pocas noticias.
- Habéis conseguido salir cinco. Yo no diría que son tan malas noticias.
Reino un instante de silencio. Ella aprovecho para recoger su cuchillo y volverlo a guardar en la falta.
- Solo han salido tres. La primera fue cazada por alguna criatura de las catacumbas. Tuvimos que... Destrozar su aspecto para que no reconocieran el cuerpo.
Baje un poco la cabeza, tratando de imaginar tal cosa.
- Lo siento. - Dije de corazón.
- No lo sientas... - Me respondió ella. - En lugar de eso, ayúdanos. Necesitamos poder ser libres. Huir de esto.
La miré largamente, lo cierto es que ninguno de los dos teníamos suficiente información como para saber si el otro quería o no matarnos. Asentí despacio con la cabeza.
- Hay una chica que trabaja conmigo, aquí, en el lugar. Desconozco si habrá conseguido hacerse pasar por una de vosotras o bien se ha escabullido por ahí. Si ves a una mujer-bestia entre las vuestras, medio gata, de ojos grandes, dile que venga a este cuarto. Responde al nombre de Elyn. Habrá que sondearla... No creo que de muchos problemas, pero si queremos ayudar, necesitaremos tener un plan solido y convencer al dueño que estamos haciendo progresos.
- Hare que mis chicas la traigan.
Me rasqué la cabeza, pensante.
- ¿Puedes decirme cuantas chicas faltan por irse?
- ... Con certeza, hemos podido hablar con 7 chicas más. Hay otras 5 que creemos que nos ayudarían, y una de las chicas que desapareció... Estuvo a punto de traicionarnos.
Mire a sus ojos. Por un momento vi el odio más absoluto. Yo asentí despacio.
- Imagino que para la gente que no conoce otra vida, un mundo nuevo no debe ser para ellos tan seguro como para otros.
- Quizás... pero no podíamos permitirnos el lujo de dejar que hablará. Hubo que silenciarla.
Asentí.
- Traeme a mi compañera, por favor... Hemos de hablar.
- Déjame un minuto, estoy planteando la forma de decírtelo sin tener que hacer que me rajes el cuello.
- Si te lo tienes que plantear tanto entonces... - Levantó un poco el cuchillo.
- ¡Espera, espera, espera! - Dije sujetándole la muñeca cuando esta iba a descender contra mi yugular. - Aun no estoy gritando ni pidiendo auxilio, tan malo no debo de ser.
- Por ahora.
- Buen punto: Mira, me han contratado para que averigüe que les ocurre a las chicas y ponerle fin...
- ¡Entonces es motivo más que suficiente para matarte!
Bajo de golpe el cuchillo que desvié y se clavó en el suelo, pero ella salio despedida y trato de empujarme contra la pared, momento que yo aproveche para girarme y ponerme a su espalda, tomándole el brazo y apretándoselo para pode tenerla agarrada.
- Es una opción... - Le dije al oído. - O bien puedes contarme que pasa y yo decido ayudar a las chicas si queréis escapar.
Ella dejo de retorcerse un instante para retomar el enfrentamiento un segundo después, gesto que no paso desapercibido.
- ¿Y porque debería creerte?
- Tampoco es como si ahora tuvieras muchas más opciones... ¿Pero que tal esto?
La solté de golpe, dejando que ella se girara y me mirara con desconfianza mientras yo alzaba las manos y las ponía por encima de mi cabeza.
Ella se agarro la muñeca retorcida y me miro de arriba a abajo.
- ¿Porque ibas a ayudarnos?
No dije nada, le di una sonrisa de medio lado y me encogí de hombros.
- Tengo mis razones.
- Oh, un timador con causa... De nuevo, muy original.
- Mira... Adoro a las mujeres, a todas ellas, sin excepción... Y para que mentirnos, soy un gran fiel devoto a la creencia que vuestro actual empleo mantiene las naciones unidas... Pero no es un trabajo que haya de ser impuesto. Mucho menos forzado.
Ella me miro. Yo la miré.
- Forzar a alguien a esto es denigrante. Y entiendo que se le quiera poner fin.
- ... Las chicas están vivas. Estamos creando una red de transporte que va por las catacumbas de la ciudad.
- Las catacumbas no tienen salida.
- Hay un túnel que se derrumbo con unas obras. No es demasiado grande, pero pueden pasar algunas personas. El túnel conecta con las alcantarillas, y lleva al río. El problema es que hay guardias tanto en las alcantarillas como en la salida que da al rio, y hay que sobornar al barquero para que las lleve lejos, a Baslodia o Roilkat, según la suerte que tengan.
- Si quieren huir, deberían irse aun más lejos. Buscar un sitio entre los reinos del este, al norte. - Dije sin demasiados tapujos.
- Es el plan... Pero es difícil hacerlo desde dentro. Hay demasiado miedo. Demasiados problemas. Demasiadas pocas noticias.
- Habéis conseguido salir cinco. Yo no diría que son tan malas noticias.
Reino un instante de silencio. Ella aprovecho para recoger su cuchillo y volverlo a guardar en la falta.
- Solo han salido tres. La primera fue cazada por alguna criatura de las catacumbas. Tuvimos que... Destrozar su aspecto para que no reconocieran el cuerpo.
Baje un poco la cabeza, tratando de imaginar tal cosa.
- Lo siento. - Dije de corazón.
- No lo sientas... - Me respondió ella. - En lugar de eso, ayúdanos. Necesitamos poder ser libres. Huir de esto.
La miré largamente, lo cierto es que ninguno de los dos teníamos suficiente información como para saber si el otro quería o no matarnos. Asentí despacio con la cabeza.
- Hay una chica que trabaja conmigo, aquí, en el lugar. Desconozco si habrá conseguido hacerse pasar por una de vosotras o bien se ha escabullido por ahí. Si ves a una mujer-bestia entre las vuestras, medio gata, de ojos grandes, dile que venga a este cuarto. Responde al nombre de Elyn. Habrá que sondearla... No creo que de muchos problemas, pero si queremos ayudar, necesitaremos tener un plan solido y convencer al dueño que estamos haciendo progresos.
- Hare que mis chicas la traigan.
Me rasqué la cabeza, pensante.
- ¿Puedes decirme cuantas chicas faltan por irse?
- ... Con certeza, hemos podido hablar con 7 chicas más. Hay otras 5 que creemos que nos ayudarían, y una de las chicas que desapareció... Estuvo a punto de traicionarnos.
Mire a sus ojos. Por un momento vi el odio más absoluto. Yo asentí despacio.
- Imagino que para la gente que no conoce otra vida, un mundo nuevo no debe ser para ellos tan seguro como para otros.
- Quizás... pero no podíamos permitirnos el lujo de dejar que hablará. Hubo que silenciarla.
Asentí.
- Traeme a mi compañera, por favor... Hemos de hablar.
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Había quedado sola en aquel cuarto, esperó unos dos minutos mientras miraba a su alrededor por algo que le llame la atención, pero todo en esa habitación parecía normal y muy público, parecía que nadie guardaba cosas personales allí, aparentemente no había confianza ni entre empleados y empleadores como para dejar cosas al alcance de todos más que las cosas comunes de la cocina, que en sí eran de una calidad bastante humilde por lo que pudo apreciar Elyn.
Se dispuso a salir luego de satisfacer su curiosidad, caminando por los pasillos decidió bajar por donde Kaladar había subido, aunque ella no le había visto claro estaba, una vez abajo, vio varias habitaciones destinadas a estar para la muestra y la exposición de empleadas, aunque ella decidió ir en bajo perfil, algo sumamente difícil sí le veían, pero ese era el truco, hacer que no le presten atención, caminar en los puntos ciegos era algo a lo que acostumbraba, y así empezó a hacer, nunca dejándose a la vista de guardias o clientes en particular entró a una habitación donde había varias chicas, e incluso clientes, pero estaban distraídos coqueteando con la chica de turno que les había agarrado con sus garras.
Apenas y se había sentado cerca de donde estaba otra joven cuando una le miró detenidamente por un segundo y le llamó con un ademán con la mano.
La gata extrañada, y asumiendo que era obra de su compañero o de la otra mujer con la que había charlado decidió encaminarse hacia su dirección, una vez se colocó detrás de ella, no habló había un par de clientes en la escalera, quizá por eso era.
Sin más se dedicó a seguirla hasta llegar a la habitación a la que había entrado Kaladar.
Esperó a que abriera la puerta y al verle con otra mujer, entró rápidamente con una expresión seria.
Empezó a menear la cola de lado a lado, desde que había dejado sus cosas en esa habitación se sentía insegura, caminando con ese vestido tan revelador, transparente y que dejaba a relucir sus atributos sin siquiera un arma para defenderse le hacía sentir incómoda, pero se lo venía aguantando de la mejor manera, excepto en este momento que al percatarse de lo que llevaba un leve sonrojo en sus mejillas se dibujó. No le gustaba la idea de que ese hombre le vea así. Y de forma un tanto disimulada se cruzó de brazos a la altura de sus pechos para taparlos y apretó las piernas, a pesar de tener ropa interior de igual manera le incomodaba bastante.
— ¿Tú me mandaste a llamar? ¿Se te apetece algo? — Aunque se refería al supuesto borracho, miró a la mujer y luego a Kaladar nuevamente, hizo un pequeño movimiento con la cabeza, señalando a la mujer con la mirada rápidamente y con ese movimiento, estaba preguntando sí era de confiar, finalmente llegó a la conclusión sola de que así debía ser, ¿Por qué le habían llamado de esa forma tan extraña y de perfil bajo sino?
— Estuve... Hablando con Sophia, una de las chicas, se veía bastante preocupada por la situación actual del burdel, con lo de las chicas desapareciendo y todo... Asumo que ya sabes lo de... — E hizo un ademán con la mano movió el dedo índice en círculos por un momento, claramente refiriéndose a lo del plan de escape.
— Aunque no me dio ningún indicio, solo me dijo que espere, quizá creyó que no era de confianza... Bueno, considerando que alguien nueva llega y ya se pone así yo también lo consideraría... — La última oración prácticamente se la dijo así misma, en un tono más bajo.
Se dispuso a salir luego de satisfacer su curiosidad, caminando por los pasillos decidió bajar por donde Kaladar había subido, aunque ella no le había visto claro estaba, una vez abajo, vio varias habitaciones destinadas a estar para la muestra y la exposición de empleadas, aunque ella decidió ir en bajo perfil, algo sumamente difícil sí le veían, pero ese era el truco, hacer que no le presten atención, caminar en los puntos ciegos era algo a lo que acostumbraba, y así empezó a hacer, nunca dejándose a la vista de guardias o clientes en particular entró a una habitación donde había varias chicas, e incluso clientes, pero estaban distraídos coqueteando con la chica de turno que les había agarrado con sus garras.
Apenas y se había sentado cerca de donde estaba otra joven cuando una le miró detenidamente por un segundo y le llamó con un ademán con la mano.
La gata extrañada, y asumiendo que era obra de su compañero o de la otra mujer con la que había charlado decidió encaminarse hacia su dirección, una vez se colocó detrás de ella, no habló había un par de clientes en la escalera, quizá por eso era.
Sin más se dedicó a seguirla hasta llegar a la habitación a la que había entrado Kaladar.
Esperó a que abriera la puerta y al verle con otra mujer, entró rápidamente con una expresión seria.
Empezó a menear la cola de lado a lado, desde que había dejado sus cosas en esa habitación se sentía insegura, caminando con ese vestido tan revelador, transparente y que dejaba a relucir sus atributos sin siquiera un arma para defenderse le hacía sentir incómoda, pero se lo venía aguantando de la mejor manera, excepto en este momento que al percatarse de lo que llevaba un leve sonrojo en sus mejillas se dibujó. No le gustaba la idea de que ese hombre le vea así. Y de forma un tanto disimulada se cruzó de brazos a la altura de sus pechos para taparlos y apretó las piernas, a pesar de tener ropa interior de igual manera le incomodaba bastante.
— ¿Tú me mandaste a llamar? ¿Se te apetece algo? — Aunque se refería al supuesto borracho, miró a la mujer y luego a Kaladar nuevamente, hizo un pequeño movimiento con la cabeza, señalando a la mujer con la mirada rápidamente y con ese movimiento, estaba preguntando sí era de confiar, finalmente llegó a la conclusión sola de que así debía ser, ¿Por qué le habían llamado de esa forma tan extraña y de perfil bajo sino?
— Estuve... Hablando con Sophia, una de las chicas, se veía bastante preocupada por la situación actual del burdel, con lo de las chicas desapareciendo y todo... Asumo que ya sabes lo de... — E hizo un ademán con la mano movió el dedo índice en círculos por un momento, claramente refiriéndose a lo del plan de escape.
— Aunque no me dio ningún indicio, solo me dijo que espere, quizá creyó que no era de confianza... Bueno, considerando que alguien nueva llega y ya se pone así yo también lo consideraría... — La última oración prácticamente se la dijo así misma, en un tono más bajo.
Elyn
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Esperé pacientemente mientras, tras una breve desaparición de la cortesana, las chicas buscaban a Elyn por el lugar.
- No me se tu nombre, a todo esto. - Dije cayendo en cuenta de la situación. Ella me miró alzando una ceja.
- Llamame Loto. - Respondió ella sin más. - Es como me llaman aquí.
Asentí.
- Kaladar. - Dije sin más. - Por el momento, dejemoslo así por si necesitas hacerme llamar.
Entonces, la puerta se abrió y entro primero una chica y luego, tras parpadear un par de veces, pude reconocer a Elyn. La mire de arriba a abajo sin disimular demasiado mi sonrisa cuando la vi con esas transparencias y esa especie de vestido corto que, para que engañarnos, dejaba poco trabajo a la imaginación. Sonreí pacientemente cuando ella me dijo que estubo hablando con una de las chicas.
- Estuve... Hablando con Sophia, una de las chicas, se veía bastante preocupada por la situación actual del burdel, con lo de las chicas desapareciendo y todo... Asumo que ya sabes lo de...
- Muy sexy. - Dije yo aun mirándola con una sonrisa mientras ella murmuraba algo que no llegue a escuchar debidamente.
Luego me puse serio y di un cabezazo en dirección a Loto.
- Elyn, esta es Loto, una de las chicas que esta organizando salir de aquí. Loto, esta es Elyn, la chica con la que fui contratado para evitar la desaparición de las chicas... Bien... - Me levanté y empece a caminar, quitándome la casaca y prestandosela a Elyn por si quería tapar algo más sus vergüenzas, - Entrar como cortesana de buenas a primeras imagino que no es razón suficiente. Por otro lado, Loto y yo nos hemos puesto al día de la situación.
Empecé a buscar por los cajones hasta que encontré una especie de pipa con tabaco, algo alargada. Busque por la zona algo de fuego. Encontré una vela al lado de la mesilla de noche. Encendí la pipa y di una calada.
- Las chicas están tratando de dejar la ciudad a través de unos caminos que hay entre las alcantarillas y las catacumbas de la ciudad. Una grieta entre ambos canales facilita que se pueda escapar para llegar hasta el curso del rió, donde tienen que sobornar a un barquero para que se lleve a las chicas lejos... El problema reside en hacerlo discretamente y que no todas las chicas quieren dejar esta vida, ya sea por que ellas mismas quieren vivir así como por el miedo a no conocer otra cosa.
Di otra calada, llenando el aire de humo. Luego miré a Loto.
- No te confundas conmigo, soy un hijo de puta bastante interesado, y cuando esto acabe exigiré una compensación... Pero no tolerare que nadie viva de forma diferente a la que quiere vivir.
Ella me miró largamente y luego asintió.
Después me giré a la gata.
- Si, si... - Dije sin mucho más, rascándome la cabeza.- Vamos a ayudarlas, tranquila... Ya veremos que cojones nos patillamos con el viejo de los cojones... Por el momento, lo mejor sera estudiar la ruta y ver los transportes disponibles. Si no podemos fiarnos de un barquero, siempre podemos robar un barco...
Ese trabajo acababa de cambiar de bandos y ya se estaba complicando.
- No me se tu nombre, a todo esto. - Dije cayendo en cuenta de la situación. Ella me miró alzando una ceja.
- Llamame Loto. - Respondió ella sin más. - Es como me llaman aquí.
Asentí.
- Kaladar. - Dije sin más. - Por el momento, dejemoslo así por si necesitas hacerme llamar.
Entonces, la puerta se abrió y entro primero una chica y luego, tras parpadear un par de veces, pude reconocer a Elyn. La mire de arriba a abajo sin disimular demasiado mi sonrisa cuando la vi con esas transparencias y esa especie de vestido corto que, para que engañarnos, dejaba poco trabajo a la imaginación. Sonreí pacientemente cuando ella me dijo que estubo hablando con una de las chicas.
- Estuve... Hablando con Sophia, una de las chicas, se veía bastante preocupada por la situación actual del burdel, con lo de las chicas desapareciendo y todo... Asumo que ya sabes lo de...
- Muy sexy. - Dije yo aun mirándola con una sonrisa mientras ella murmuraba algo que no llegue a escuchar debidamente.
Luego me puse serio y di un cabezazo en dirección a Loto.
- Elyn, esta es Loto, una de las chicas que esta organizando salir de aquí. Loto, esta es Elyn, la chica con la que fui contratado para evitar la desaparición de las chicas... Bien... - Me levanté y empece a caminar, quitándome la casaca y prestandosela a Elyn por si quería tapar algo más sus vergüenzas, - Entrar como cortesana de buenas a primeras imagino que no es razón suficiente. Por otro lado, Loto y yo nos hemos puesto al día de la situación.
Empecé a buscar por los cajones hasta que encontré una especie de pipa con tabaco, algo alargada. Busque por la zona algo de fuego. Encontré una vela al lado de la mesilla de noche. Encendí la pipa y di una calada.
- Las chicas están tratando de dejar la ciudad a través de unos caminos que hay entre las alcantarillas y las catacumbas de la ciudad. Una grieta entre ambos canales facilita que se pueda escapar para llegar hasta el curso del rió, donde tienen que sobornar a un barquero para que se lleve a las chicas lejos... El problema reside en hacerlo discretamente y que no todas las chicas quieren dejar esta vida, ya sea por que ellas mismas quieren vivir así como por el miedo a no conocer otra cosa.
Di otra calada, llenando el aire de humo. Luego miré a Loto.
- No te confundas conmigo, soy un hijo de puta bastante interesado, y cuando esto acabe exigiré una compensación... Pero no tolerare que nadie viva de forma diferente a la que quiere vivir.
Ella me miró largamente y luego asintió.
Después me giré a la gata.
- Si, si... - Dije sin mucho más, rascándome la cabeza.- Vamos a ayudarlas, tranquila... Ya veremos que cojones nos patillamos con el viejo de los cojones... Por el momento, lo mejor sera estudiar la ruta y ver los transportes disponibles. Si no podemos fiarnos de un barquero, siempre podemos robar un barco...
Ese trabajo acababa de cambiar de bandos y ya se estaba complicando.
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Claramente vió la mirada del hombre clavada en ella, el leve sonrojo que traía no desaparecía aún, nunca había llevado algo tan corto, tan revelador, tan apretado frente a otras personas que no sean ella misma, no se iba a acostumbrar nunca pensó, odiaría tener una vida así, ahora comprendió aún más en ese breve lapso de tiempo la cantidad de presión, incomodidad y tristeza que llevaban las mujeres que no deseaban llevar ese estilo de vida.
Gracias a que hablaba consigo misma no logró escuchar a Kaladar, sino, quizá hubiera hecho una escena en el momento, pero no había sido el caso, aún así ahora miraba a Loto, la mujer que le había traído estaba en un costado callada sin decir mucho.
Asintió la cabeza en presentación cuando Kaladar mencionó su nombre y sin más le dedicó una leve sonrisa.
Luego sintió aquella chaqueta cayendo en sus hombros, miró al contrario y momentáneamente se la colocó agradeciéndole con la mirada sin decir mucho, solo escuchándole de momento.
— Ya veo, las alcantarillas... Es un buen camino y pueden pasar desapercibidas por un tiempo allí debajo. — Pensaba Elyn con ahora una mano apoyada en su mentón mirando el suelo, parecía estar pensando.
— Imagino que ustedes ya saben las chicas que quieren irse y las que no, además de las posibles soplonas que podrían atentar contra vuestra integridad por un par de monedas, ¿No? — Miró seriamente a la mujer que le había acompañado y luego a Loto. — Intentar convencer a todas de escapar sería demasiado arriesgado... El plan podría llegar a revelarse para el viejo, y adiós a todo... —
— En vez de hacerlo discretamente, ¿Han pensado en hacerlo todas a la vez con un barquero contratado para que les lleve lejos donde no les encuentren? Aunque dudo que les persigan demasiado lejos. —
Miró la pipa de Kaladar, ¿la había tomado recientemente de allí? Hizo un poco de memoria y sí, ugh. Arqueó una ceja y luego sacudiéndose la cabeza volvió al tema.
— Con el viejo, creo que podríamos engañarlo con falsas indicaciones y un señuelo, algo que les dé algo de tiempo a las chicas para escapar de una vez por todas... Sí siguen escapando de a poco, aumentarán la seguridad, y no contratarán a más gente como nosotros, sino a más matones a vigilarlas todo el tiempo... — Tenía el ceño fruncido mientras pensaba, estaba preocupada por ellas.
Y luego recordó algo, miró a Loto nuevamente y se acercó un par de pasos hacia ella.
— Recordé algo... La bestia de las alcantarillas, ¿Qué hay con ella? No es seguro el pasaje hacia allí mientras siga rondando por allí, o sigan... Deberíamos encontrar una solución a eso, o les acompañaríamos como protección o nos podríamos encargar de eso de antemano. —
Luego volvió a escuchar a Kaladar sin mucho más que decir, no tenía muchas ideas en cuanto a logística para ayudarlas a escapar por el río, digamos que a la gata no le gustaba acercarse mucho a aguas profundas.
Gracias a que hablaba consigo misma no logró escuchar a Kaladar, sino, quizá hubiera hecho una escena en el momento, pero no había sido el caso, aún así ahora miraba a Loto, la mujer que le había traído estaba en un costado callada sin decir mucho.
Asintió la cabeza en presentación cuando Kaladar mencionó su nombre y sin más le dedicó una leve sonrisa.
Luego sintió aquella chaqueta cayendo en sus hombros, miró al contrario y momentáneamente se la colocó agradeciéndole con la mirada sin decir mucho, solo escuchándole de momento.
— Ya veo, las alcantarillas... Es un buen camino y pueden pasar desapercibidas por un tiempo allí debajo. — Pensaba Elyn con ahora una mano apoyada en su mentón mirando el suelo, parecía estar pensando.
— Imagino que ustedes ya saben las chicas que quieren irse y las que no, además de las posibles soplonas que podrían atentar contra vuestra integridad por un par de monedas, ¿No? — Miró seriamente a la mujer que le había acompañado y luego a Loto. — Intentar convencer a todas de escapar sería demasiado arriesgado... El plan podría llegar a revelarse para el viejo, y adiós a todo... —
— En vez de hacerlo discretamente, ¿Han pensado en hacerlo todas a la vez con un barquero contratado para que les lleve lejos donde no les encuentren? Aunque dudo que les persigan demasiado lejos. —
Miró la pipa de Kaladar, ¿la había tomado recientemente de allí? Hizo un poco de memoria y sí, ugh. Arqueó una ceja y luego sacudiéndose la cabeza volvió al tema.
— Con el viejo, creo que podríamos engañarlo con falsas indicaciones y un señuelo, algo que les dé algo de tiempo a las chicas para escapar de una vez por todas... Sí siguen escapando de a poco, aumentarán la seguridad, y no contratarán a más gente como nosotros, sino a más matones a vigilarlas todo el tiempo... — Tenía el ceño fruncido mientras pensaba, estaba preocupada por ellas.
Y luego recordó algo, miró a Loto nuevamente y se acercó un par de pasos hacia ella.
— Recordé algo... La bestia de las alcantarillas, ¿Qué hay con ella? No es seguro el pasaje hacia allí mientras siga rondando por allí, o sigan... Deberíamos encontrar una solución a eso, o les acompañaríamos como protección o nos podríamos encargar de eso de antemano. —
Luego volvió a escuchar a Kaladar sin mucho más que decir, no tenía muchas ideas en cuanto a logística para ayudarlas a escapar por el río, digamos que a la gata no le gustaba acercarse mucho a aguas profundas.
Elyn
Experto
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
- Si... - Admití ante la contemplación de la criatura. - Cruzar las alcantarillas quizás sea demasiado peligroso para un grupo grande. Podrían cazarnos, ya sean los guardias o bien lo que quiera que viva ahí abajo.
Mire un rato largo como el cigarro se consumía sin llegar a catarlo, planteándome algún tipo de solución.
- Sin saber contra que peleamos, no seria una gran estrategia lanzarse al vació contra la criatura. Tampoco es que tengamos un plan mejor, esta claro... Pero atacar tanto a toda la guardia de Lunargenta, como los mercenarios del querido dueño, como a una criatura capaz de comerte vivo en cuestión de minutos no me parecen estrategias plausibles... A menos que quieras ofrecer tu propia vida para que ellas vivan...
Me asomé a la ventana y arroje el cigarro, haciendo que este se perdiera en la noche con un fino hilo rojo que de disipaba en la distancia.
- La idea de cebo... No es tan mala.
Me giré hacia las chicas, que escuchaban mis pensamientos en voz alta.
- Podríamos intentar hacer creer a la guardia que tenéis intención de eso mismo, de usar las alcantarillas para escapar todas a través de esa ruta, necesitaremos también que se crea que solo uno de nosotros le ha traicionado. Mientras la guardia cubra la salida de las alcantarillas, las entradas principales quedaran más despejadas de guardias, y con todo el festival de Ohda, es posible que un podamos hacer pasar a las chicas por bailarinas o juglares que se van de la ciudad.
- ¿Y quien sera el cebo?
Ese era el kit te la cuestión. Me incline de hombros con una sonrisa.
- Quizás sería más creíble que fuera Elyn, junto con alguna de vosotras... Pero me da que el viejo me tiene calado a mi, por lo que si Elyn dice que yo le he traicionado, no dudara demasiado en querer acabar de joderme la vida.
Todas me mirarón.
- Pero necesitare como mínimo un sacrificio real para acabar de hacer creer al viejo que va en serio. Una de vuestras chicas deberá venir conmigo como si la hubiera atrapado y hecho confesar. Si - Dije ante su mirada. - Es una mierda de plan. Pero es mejor que ninguno.
- ¿Y como conseguiremos hacer que la guardia se aleje de las puertas?
- Oh, tengo un plan para eso... - Señalé sobre mi hombro el otro lado de la calle, donde había tirado el cigarrillo. Se veía la calle principal donde circulaban varios carros. - Robaremos un carro de alcohol y haremos que este lugar reviente.
Mostré una sonrisa un poco más... Salvaje.
- Cuando estén en las alcantarillas y vosotras salgáis, Elyn deberá derribar este lugar. En ese momento vosotras tendreis que escapar.
- ¿Y que harás tu y la desgraciada que haga de cebo?
Me encogí de hombros.
- Rezar.
Mire un rato largo como el cigarro se consumía sin llegar a catarlo, planteándome algún tipo de solución.
- Sin saber contra que peleamos, no seria una gran estrategia lanzarse al vació contra la criatura. Tampoco es que tengamos un plan mejor, esta claro... Pero atacar tanto a toda la guardia de Lunargenta, como los mercenarios del querido dueño, como a una criatura capaz de comerte vivo en cuestión de minutos no me parecen estrategias plausibles... A menos que quieras ofrecer tu propia vida para que ellas vivan...
Me asomé a la ventana y arroje el cigarro, haciendo que este se perdiera en la noche con un fino hilo rojo que de disipaba en la distancia.
- La idea de cebo... No es tan mala.
Me giré hacia las chicas, que escuchaban mis pensamientos en voz alta.
- Podríamos intentar hacer creer a la guardia que tenéis intención de eso mismo, de usar las alcantarillas para escapar todas a través de esa ruta, necesitaremos también que se crea que solo uno de nosotros le ha traicionado. Mientras la guardia cubra la salida de las alcantarillas, las entradas principales quedaran más despejadas de guardias, y con todo el festival de Ohda, es posible que un podamos hacer pasar a las chicas por bailarinas o juglares que se van de la ciudad.
- ¿Y quien sera el cebo?
Ese era el kit te la cuestión. Me incline de hombros con una sonrisa.
- Quizás sería más creíble que fuera Elyn, junto con alguna de vosotras... Pero me da que el viejo me tiene calado a mi, por lo que si Elyn dice que yo le he traicionado, no dudara demasiado en querer acabar de joderme la vida.
Todas me mirarón.
- Pero necesitare como mínimo un sacrificio real para acabar de hacer creer al viejo que va en serio. Una de vuestras chicas deberá venir conmigo como si la hubiera atrapado y hecho confesar. Si - Dije ante su mirada. - Es una mierda de plan. Pero es mejor que ninguno.
- ¿Y como conseguiremos hacer que la guardia se aleje de las puertas?
- Oh, tengo un plan para eso... - Señalé sobre mi hombro el otro lado de la calle, donde había tirado el cigarrillo. Se veía la calle principal donde circulaban varios carros. - Robaremos un carro de alcohol y haremos que este lugar reviente.
Mostré una sonrisa un poco más... Salvaje.
- Cuando estén en las alcantarillas y vosotras salgáis, Elyn deberá derribar este lugar. En ese momento vosotras tendreis que escapar.
- ¿Y que harás tu y la desgraciada que haga de cebo?
Me encogí de hombros.
- Rezar.
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Se quedó callada de momento, escuchando a Kaladar expectante de alguna solución, de algún plan, su cola ya se empezó a mover ansiosa de lado a lado asomándose por debajo del vestido y la chaqueta que llevaba.
Escuchó la idea de ofrecer su propia vida ante la criatura, y aunque fuera algo noble, la gata no peleaba batallas que no pudiera ganar, además, ¿Quién lo haría? Habiendo otras soluciones mucho más factibles y quizá con más chances de salir bien, después de todo no sabían nada de lo que había debajo en la alcantarilla.
Siempre estaba la chance de decir que alguno le había traicionado, ¿Pero había considerado Kaladar la idea de ir juntos a dar falsa información?
— Umh... En vez de ir con un cebo podríamos ir y dar falsa información diciendo lo que hemos averiguado, una mentira oculta en una verdad es más fácil de disimular, en ese caso podríamos simplemente decir que escuchamos a las chicas planeando un escape por las alcantarillas, y que sitúe sus guardias allí. Cuando lo haga simplemente les ayudamos a escapar de otra manera... Aunque sí, tienes razón, necesitaríamos un cebo, alguien que realmente finja confesar todo aquello como verdad para que se lo termine de creer. —
La gata mientras hablaba miraba el piso, aún cruzada de brazos expectante por alguna idea más brillante se le ocurra, pensando para luego sin más escuchar lo último del ajeno.
— ¿Derribar este lugar? Vaya... ¿Dónde conseguiremos un carro lleno de alcohol? O ambas cosas separadas, un carro es fácil pero... El alcohol no lo veo tan factible de conseguir. Además, no me termina de gustar la idea de que la chica que haga de cebo quede capturada, necesitamos otro plan para ayudarla a escapar en simultáneo, de otra manera no me quedaré tan tranquila, no sé como será tú habilidad bajo presión para improvisar pero... Las chances no son muy altas de que salgan, asumo yo. —
Y así, dejaba a saber con sus palabras de forma calmada y tranquila que realmente detrás de ellas había preocupación y algo de afecto, a pesar de haberle conocido hace poco, ya le respetaba, parecía un buen hombre más que un fraude como había pensado que era, más bien le parecía extraña su forma de actuar, no había sembrado esa nueva imágen que tenía Elyn de él ahora en sus primeros momentos.
Escuchó la idea de ofrecer su propia vida ante la criatura, y aunque fuera algo noble, la gata no peleaba batallas que no pudiera ganar, además, ¿Quién lo haría? Habiendo otras soluciones mucho más factibles y quizá con más chances de salir bien, después de todo no sabían nada de lo que había debajo en la alcantarilla.
Siempre estaba la chance de decir que alguno le había traicionado, ¿Pero había considerado Kaladar la idea de ir juntos a dar falsa información?
— Umh... En vez de ir con un cebo podríamos ir y dar falsa información diciendo lo que hemos averiguado, una mentira oculta en una verdad es más fácil de disimular, en ese caso podríamos simplemente decir que escuchamos a las chicas planeando un escape por las alcantarillas, y que sitúe sus guardias allí. Cuando lo haga simplemente les ayudamos a escapar de otra manera... Aunque sí, tienes razón, necesitaríamos un cebo, alguien que realmente finja confesar todo aquello como verdad para que se lo termine de creer. —
La gata mientras hablaba miraba el piso, aún cruzada de brazos expectante por alguna idea más brillante se le ocurra, pensando para luego sin más escuchar lo último del ajeno.
— ¿Derribar este lugar? Vaya... ¿Dónde conseguiremos un carro lleno de alcohol? O ambas cosas separadas, un carro es fácil pero... El alcohol no lo veo tan factible de conseguir. Además, no me termina de gustar la idea de que la chica que haga de cebo quede capturada, necesitamos otro plan para ayudarla a escapar en simultáneo, de otra manera no me quedaré tan tranquila, no sé como será tú habilidad bajo presión para improvisar pero... Las chances no son muy altas de que salgan, asumo yo. —
Y así, dejaba a saber con sus palabras de forma calmada y tranquila que realmente detrás de ellas había preocupación y algo de afecto, a pesar de haberle conocido hace poco, ya le respetaba, parecía un buen hombre más que un fraude como había pensado que era, más bien le parecía extraña su forma de actuar, no había sembrado esa nueva imágen que tenía Elyn de él ahora en sus primeros momentos.
Elyn
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Escuchando a la gata, me rasqué la barba, esperando a que terminara como para poder argumentar los puntos.
Si bien era cierto que ir ambos a tratar de engañar al dueño iba a ser algo más veraceo, había que tener en cuenta otros puntos.
- Él sospechara si tú estás totalmente de acuerdo en traicionar a las chicas. Te ha visto, y tienes una actitud altruista en lo que respecta a otras personas... Que accedas a traicionar a otras chicas... No le parecerá fiable. - Luego, me puse andar- Por otro lado, yo tengo un aspecto más deplorable. Y fama de timador aquí en Lunargenta... No sería tan raro que yo vendiera mi alma por un puñado de monedas.
Me acerqué de nuevo a la ventana y señale el bar que había visto antes.
- Podemos sacar el alcohol de ahí, llenar la despensa y prenderlo... Si tenemos suerte, puede que consigamos hacerlo a la par que esos cabrones están dentro.
Hice un gesto con la mano de una explosión bastante gráfico.
- Y respecto a quien debería sacrificarse... No sé. Debéis decidirlo vosotras. - Miré a Loto en ese gesto - Si tú eres su responsable, tú debes saber dónde metes a cualquiera. Yo la protegeré como bien pueda, y tú - señalé a Elyn - tienes más gracia a la hora de ser discreta. Ayudarías más si consigues que lleguen antes al barco o al carro, sea como sea.
Me senté en la cornisa.
- No es un plan sin riesgos. No suelo tener de esos. Pero es un plan creíble. Es un plan que os podrá sacar vivas de aquí... O al menos, con la certeza de haber decidido morir libres.
Hice una sonrisa algo más macabra, dedicada a nadie en concreto.
- No se me ocurre nada más que os pueda sacar con vida de aquí.
Si bien era cierto que ir ambos a tratar de engañar al dueño iba a ser algo más veraceo, había que tener en cuenta otros puntos.
- Él sospechara si tú estás totalmente de acuerdo en traicionar a las chicas. Te ha visto, y tienes una actitud altruista en lo que respecta a otras personas... Que accedas a traicionar a otras chicas... No le parecerá fiable. - Luego, me puse andar- Por otro lado, yo tengo un aspecto más deplorable. Y fama de timador aquí en Lunargenta... No sería tan raro que yo vendiera mi alma por un puñado de monedas.
Me acerqué de nuevo a la ventana y señale el bar que había visto antes.
- Podemos sacar el alcohol de ahí, llenar la despensa y prenderlo... Si tenemos suerte, puede que consigamos hacerlo a la par que esos cabrones están dentro.
Hice un gesto con la mano de una explosión bastante gráfico.
- Y respecto a quien debería sacrificarse... No sé. Debéis decidirlo vosotras. - Miré a Loto en ese gesto - Si tú eres su responsable, tú debes saber dónde metes a cualquiera. Yo la protegeré como bien pueda, y tú - señalé a Elyn - tienes más gracia a la hora de ser discreta. Ayudarías más si consigues que lleguen antes al barco o al carro, sea como sea.
Me senté en la cornisa.
- No es un plan sin riesgos. No suelo tener de esos. Pero es un plan creíble. Es un plan que os podrá sacar vivas de aquí... O al menos, con la certeza de haber decidido morir libres.
Hice una sonrisa algo más macabra, dedicada a nadie en concreto.
- No se me ocurre nada más que os pueda sacar con vida de aquí.
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Mientras Kaladar hablaba, Elyn le escuchaba con sus ojos entrecerrados, aún no había sacado la vista del piso, parecía hacer eso para concentrarse cuando pensaba, lo que decía tenía sentido, aunque no había hablado mucho con el viejo Elyn no parecía el tipo de persona que fuera a hacerle eso a las jóvenes del burdel, ni tenía las pintas tampoco.
— Entonces... ¿Irás tú finalmente? No me sentiré mal sí te pasa algo sí te ofreces así. — No dijo nada más, solo esperaba su confirmación y la última oración la dijo en un tono un tanto relajado intentando sonar graciosa para aliviar la tensión que había en las palabras de todos, en especial también en sus miradas y sus expresiones corporales, notaba la tensión de solo estar allí, aunque había una razón, ¡Las vidas de todos estaban en juego! Pero su personalidad le pudo, no soportaba estar en un ambiente así.
— ¿Estaríamos robando el bar...? ¿Cómo lo haríamos? ¿Simplemente meterse a la despensa en la noche y sacarles todo hasta llenar el carro? Ugh, esto se pone cada vez peor... — Y con una de sus afiladas uñas empezó a suavemente frotarse el mentón mientras pensaba.
En cuanto a las chicas, la que le había acompañado allí se veía nerviosa, preocupada y hasta asustada, Loto por igual, pero no tan asustada, más bien ansiosa, parecía no querer elegir a alguien.
— Siempre puedes contarles a las chicas por separado para ver sí alguien se quiere ofrecer... — Dijo Elyn intentando sacarle la carga de sus hombros mientras la miraba con comprensión, intentaba ponerse en su lugar y ayudarla.
Y por último ¿Qué fue esa sonrisa? Le causó cierta... Disconformidad a la gata aquella sonrisa que hizo Kaladar, sin más evitó la mirada y volvió a mirar a Loto.
— ¿Esto les parece bien? No es un plan finamente calculado pero... Quizá funcione, yo las guiaré por los callejones de la ciudad hasta algún barquero que les acepte, tengo cierto... Gusto por mantenerme afuera de los ojos ajenos, creo que podré llevarlas sin ser vistas, pero deben seguirme de cerca y mantenerse calladas, explícaselo a todas cuando las veas. —
Y con una sonrisa confiada, intentando generar tal cosa a las demás, miró primero a Loto y luego a la otra chica.
— Entonces... ¿Irás tú finalmente? No me sentiré mal sí te pasa algo sí te ofreces así. — No dijo nada más, solo esperaba su confirmación y la última oración la dijo en un tono un tanto relajado intentando sonar graciosa para aliviar la tensión que había en las palabras de todos, en especial también en sus miradas y sus expresiones corporales, notaba la tensión de solo estar allí, aunque había una razón, ¡Las vidas de todos estaban en juego! Pero su personalidad le pudo, no soportaba estar en un ambiente así.
— ¿Estaríamos robando el bar...? ¿Cómo lo haríamos? ¿Simplemente meterse a la despensa en la noche y sacarles todo hasta llenar el carro? Ugh, esto se pone cada vez peor... — Y con una de sus afiladas uñas empezó a suavemente frotarse el mentón mientras pensaba.
En cuanto a las chicas, la que le había acompañado allí se veía nerviosa, preocupada y hasta asustada, Loto por igual, pero no tan asustada, más bien ansiosa, parecía no querer elegir a alguien.
— Siempre puedes contarles a las chicas por separado para ver sí alguien se quiere ofrecer... — Dijo Elyn intentando sacarle la carga de sus hombros mientras la miraba con comprensión, intentaba ponerse en su lugar y ayudarla.
Y por último ¿Qué fue esa sonrisa? Le causó cierta... Disconformidad a la gata aquella sonrisa que hizo Kaladar, sin más evitó la mirada y volvió a mirar a Loto.
— ¿Esto les parece bien? No es un plan finamente calculado pero... Quizá funcione, yo las guiaré por los callejones de la ciudad hasta algún barquero que les acepte, tengo cierto... Gusto por mantenerme afuera de los ojos ajenos, creo que podré llevarlas sin ser vistas, pero deben seguirme de cerca y mantenerse calladas, explícaselo a todas cuando las veas. —
Y con una sonrisa confiada, intentando generar tal cosa a las demás, miró primero a Loto y luego a la otra chica.
Elyn
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Devolví la sonrisa ante la macabra broma de la gata sobre que me ocurriera algo.
- Gracias por la preocupación, pero no hagas que suene como que me pasara algo malo... - le dedique una mirada algo más sería (Tampoco mucho). - No soy tan torpe como dejo intuir.
Me giré de nuevo a Loto.
- Robar el bar no debería ser complicado, pero hay que moverse rápido. Manda unas cuantas chicas de confianza a la puerta del bar para llamar la atención. La gata y yo iremos antes y nos escabulliremos. Con un par de barriles de Sutj o Abstenga esto arderá bien. Mientras, aprovecha y vete pensando quien sera quién venga conmigo de cebo.
Me volví a la chica de la puerta.
- Tú, ¿Cómo te llamas, bonita?
- Luna.
Estaba claro que Luna no sabía que pensar de mi.
- Luna, necesito que vayas a por las chicas de confianza y las traigas para que Loto las ponga al día. Elyn y yo iremos a por el alcohol y el carro. Mañana por la mañana haremos que el local arda.
Y sin decir mucho más me fui en dirección a la salida. El hombreton de la entrada me miró primero con intenciones de echarme, pero vio a Elyn con la falda que se intuía por debajo de mi gabán y callo. Yo le guiñe un ojo.
Tras eso, íbamos de camino al bar, veríamos como conseguíamos el carro.
- Gracias por la preocupación, pero no hagas que suene como que me pasara algo malo... - le dedique una mirada algo más sería (Tampoco mucho). - No soy tan torpe como dejo intuir.
Me giré de nuevo a Loto.
- Robar el bar no debería ser complicado, pero hay que moverse rápido. Manda unas cuantas chicas de confianza a la puerta del bar para llamar la atención. La gata y yo iremos antes y nos escabulliremos. Con un par de barriles de Sutj o Abstenga esto arderá bien. Mientras, aprovecha y vete pensando quien sera quién venga conmigo de cebo.
Me volví a la chica de la puerta.
- Tú, ¿Cómo te llamas, bonita?
- Luna.
Estaba claro que Luna no sabía que pensar de mi.
- Luna, necesito que vayas a por las chicas de confianza y las traigas para que Loto las ponga al día. Elyn y yo iremos a por el alcohol y el carro. Mañana por la mañana haremos que el local arda.
Y sin decir mucho más me fui en dirección a la salida. El hombreton de la entrada me miró primero con intenciones de echarme, pero vio a Elyn con la falda que se intuía por debajo de mi gabán y callo. Yo le guiñe un ojo.
Tras eso, íbamos de camino al bar, veríamos como conseguíamos el carro.
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Se quedó mirando a Kaladar al contestarle de esa forma tan seria, la verdad es que las chances de que les pase algo y aquel viejo le tenga de rehen o algo peor eran bastante altas.
— Ah no, a ti te pueden pasar muchas cosas malas y quizá no me importen, ¡Estoy preocupada por la pobre desgraciada que irá contigo! — Claro que esto último lo dijo también a modo de broma ,mientras sonreía levemente, pero sí, estaba preocupada por ambos.
— ¿Ya mismo vamos a robar el alcohol? ¿Casi en medio del día? — Musitó mientras se cruzaba de brazos, sin más no tuvo más objeciones con respecto al tema, a pesar de que no estaba totalmente de acuerdo y confiando en tal plan, a ella no se le ocurría algo mejor, no era del tipo de planear las cosas, le gustaba improvisar.
— Bien entonces, vamos a robar alcohol. . . Y quizá me quede una botellita para mí, nadie se va a quejar, ¿no? —
Volvió a reír mientras caminaba por los pasillos con Kaladar, ella todavía recordó que sus ropajes estaban en uno de los cuartos que daba afuera, pensaba salir por allí pero quizá tendría problemas, no sabía sí había vuelto alguien a aquel cuarto o lo estaban usando, prefirió irse por la salida fácil y vergonzosa con algunas miradas en ella al salir a la calle con el castaño.
— Ah no, a ti te pueden pasar muchas cosas malas y quizá no me importen, ¡Estoy preocupada por la pobre desgraciada que irá contigo! — Claro que esto último lo dijo también a modo de broma ,mientras sonreía levemente, pero sí, estaba preocupada por ambos.
— ¿Ya mismo vamos a robar el alcohol? ¿Casi en medio del día? — Musitó mientras se cruzaba de brazos, sin más no tuvo más objeciones con respecto al tema, a pesar de que no estaba totalmente de acuerdo y confiando en tal plan, a ella no se le ocurría algo mejor, no era del tipo de planear las cosas, le gustaba improvisar.
— Bien entonces, vamos a robar alcohol. . . Y quizá me quede una botellita para mí, nadie se va a quejar, ¿no? —
Volvió a reír mientras caminaba por los pasillos con Kaladar, ella todavía recordó que sus ropajes estaban en uno de los cuartos que daba afuera, pensaba salir por allí pero quizá tendría problemas, no sabía sí había vuelto alguien a aquel cuarto o lo estaban usando, prefirió irse por la salida fácil y vergonzosa con algunas miradas en ella al salir a la calle con el castaño.
Elyn
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Sonreí a su lado mientras me acercaba un poco a ella, sin tratar siquiera de disimular lo divertida que me parecía la situación.
- Es mejor robar ahora. En caso de armar jaleo habrá poca gente y quedara como una pelea de borrachos. Sobre como conseguir el carro... Veremos.
Y sin previo aviso, pase mi mano sobre su hombro y la acerqué para mi con una sonrisa.
- De esta forma, no te molestara nadie. Al tener cara de proxeneta parecerá que te tengo contratada y te dejaran tranquila... Pero si lo prefieres, puedes ir por tu cuenta. Aunque no te puedo asegurar que no te acosen...
Camine sin pausa a su lado, esperando que, en cualquier momento, o bien se me cruzara la cara de un guantazo o que su codo acabara clavado entre mis costillas, pero al menos, cumplía su cometido. Aun mirándonos, la gente procuraba no molestar. Pasados apenas unos minutos de circular por la calle, habíamos llegado frente al bar.
- No entraremos directamente. - Dije - Vamos a rodear el lugar y ver donde podemos colarnos a la bodega.
- Es mejor robar ahora. En caso de armar jaleo habrá poca gente y quedara como una pelea de borrachos. Sobre como conseguir el carro... Veremos.
Y sin previo aviso, pase mi mano sobre su hombro y la acerqué para mi con una sonrisa.
- De esta forma, no te molestara nadie. Al tener cara de proxeneta parecerá que te tengo contratada y te dejaran tranquila... Pero si lo prefieres, puedes ir por tu cuenta. Aunque no te puedo asegurar que no te acosen...
Camine sin pausa a su lado, esperando que, en cualquier momento, o bien se me cruzara la cara de un guantazo o que su codo acabara clavado entre mis costillas, pero al menos, cumplía su cometido. Aun mirándonos, la gente procuraba no molestar. Pasados apenas unos minutos de circular por la calle, habíamos llegado frente al bar.
- No entraremos directamente. - Dije - Vamos a rodear el lugar y ver donde podemos colarnos a la bodega.
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Por el momento la gata tenía un leve sonrojo casi permanente, todo gracias a las vestimentas y por donde las andaba llevando, bien que ahora se estaba arrepintiendo de no ir a buscar su equipamiento, podía sentir algunas miradas sobre ella y le molestaba en absoluto, ya tenía el humor rayado.
— Lo del carro es fácil... Siempre hay comerciantes viajando con carros o simplemente trabajadores que transportan sus bienes con estos. . . Va a ser fácil conseguir alguno de algún distraído que haya dejado al transporte solo. —
Al acercarsela de esa manera, sin esperarselo casi de inmediato con un aumento de rojo en su rostro se separó dando al contrario un ligero empujón con su cuerpo y ambas manos,
— Prefiero tomarme las chances... —
Musitó mientras se separaba de él caminando su lado con al menos unos centímetros de distancia, finalmente al llegar al bar, era obvio que no iban a entrar por delante, por lo que ya estaba apuntando por un callejón a su costado, seguramente por ahí cargaban los bienes. Y por allí empezó a rodear el edificio, buscaba la entrada trasera.
— Usemos la entrada trasera, seguramente habrá poca gente por ahí, sí es que directamente no hay nadie. —
— Lo del carro es fácil... Siempre hay comerciantes viajando con carros o simplemente trabajadores que transportan sus bienes con estos. . . Va a ser fácil conseguir alguno de algún distraído que haya dejado al transporte solo. —
Al acercarsela de esa manera, sin esperarselo casi de inmediato con un aumento de rojo en su rostro se separó dando al contrario un ligero empujón con su cuerpo y ambas manos,
— Prefiero tomarme las chances... —
Musitó mientras se separaba de él caminando su lado con al menos unos centímetros de distancia, finalmente al llegar al bar, era obvio que no iban a entrar por delante, por lo que ya estaba apuntando por un callejón a su costado, seguramente por ahí cargaban los bienes. Y por allí empezó a rodear el edificio, buscaba la entrada trasera.
— Usemos la entrada trasera, seguramente habrá poca gente por ahí, sí es que directamente no hay nadie. —
Elyn
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Al empujarme simplemente me incline de hombros con los brazos alzados y una sonrisa, de todas formas, si íbamos a necesitar una distracción, que mejor que una sensual mujer-gato enseñando carnes.
La seguí hasta la puerta trasera y me fije en como, evidentemente, solo había una persona ahí con un traje que dejaba intuir que era un tabernero, sino el único. Andaba sentado en un taburete fuera mientras se comía un cacho de pan y miraba la calle tranquilamente, arrojando migajas a un grupo de gallinas que había ahí. Desde donde estábamos, el hombre no nos había visto, pero era imposible cruzar ese espacio sin alertar al hombre.
- A ver... - Dije desde la esquina. - Podemos dejarlo inconsciente y robar el licor. Podemos colarnos tras el. Podemos llamar su atención por la entrada... No se, hay varias opciones. Quizá lo más seguro sea dejarlo fuera de combate para que no estorbe... PERO no es la opción más justa. Quiero decir, el pobre desgraciado aun no ha hecho nada malo.
Seguimos mirando como le daba de comer a las gallinas.
- Por el momento... Tú cuelate cuando veas un hueco.
Y entonces salí de mi escondrijo.
- ¡Hola! - Salude alegre, llamando la atención del señor. - ¡Tanto sin verte!
Él se me quedo mirando un rato. Yo incline la cabeza con una sonrisa.
- Oh, venga... Estoy seguro que me recuerdas... Esa noche... Las chicas...
El apretó las cejas. Rascándose la barbilla y articulando un Ehhh.... bastante garrulo.
- Por todos los dioses... ¿De verdad ibas tan borracho? ¡Pues no temas, que yo si que me acuerdo de como nos ganaste a todos a un pulso y te ganaste esa ronda que al final no te pagamos! ¡Así que nada, pasemos para adentro, que hoy nos tomaremos tu y yo unas pintas en tu honor, el brazo más fuerte de todo el barrio!
Rece a todos los dioses por tener suerte esta vez.
La seguí hasta la puerta trasera y me fije en como, evidentemente, solo había una persona ahí con un traje que dejaba intuir que era un tabernero, sino el único. Andaba sentado en un taburete fuera mientras se comía un cacho de pan y miraba la calle tranquilamente, arrojando migajas a un grupo de gallinas que había ahí. Desde donde estábamos, el hombre no nos había visto, pero era imposible cruzar ese espacio sin alertar al hombre.
- A ver... - Dije desde la esquina. - Podemos dejarlo inconsciente y robar el licor. Podemos colarnos tras el. Podemos llamar su atención por la entrada... No se, hay varias opciones. Quizá lo más seguro sea dejarlo fuera de combate para que no estorbe... PERO no es la opción más justa. Quiero decir, el pobre desgraciado aun no ha hecho nada malo.
Seguimos mirando como le daba de comer a las gallinas.
- Por el momento... Tú cuelate cuando veas un hueco.
Y entonces salí de mi escondrijo.
- ¡Hola! - Salude alegre, llamando la atención del señor. - ¡Tanto sin verte!
Él se me quedo mirando un rato. Yo incline la cabeza con una sonrisa.
- Oh, venga... Estoy seguro que me recuerdas... Esa noche... Las chicas...
El apretó las cejas. Rascándose la barbilla y articulando un Ehhh.... bastante garrulo.
- Por todos los dioses... ¿De verdad ibas tan borracho? ¡Pues no temas, que yo si que me acuerdo de como nos ganaste a todos a un pulso y te ganaste esa ronda que al final no te pagamos! ¡Así que nada, pasemos para adentro, que hoy nos tomaremos tu y yo unas pintas en tu honor, el brazo más fuerte de todo el barrio!
Rece a todos los dioses por tener suerte esta vez.
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Bueno, te cuento, voy a tirar runa, veremos que tal la cosa. Dependiendo de la suerte de la misma, si sale Muy buena, buena o neutral, el tabernero se ira conmigo más o menos convencido, no se ira en absoluto en caso de mala, y empezara a pelear conmigo en caso de nefasta.Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
El miembro 'Kaladar' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
¿Por qué de todos los lugares para estar tenía que estar allí? En la puerta trasera, la más solitaria, bah, quizá era por ello.
Uff, no había prácticamente lugar para entrar sin que les vieran, estaba sentado en la entrada por ende se iban a tener que deshacer de él sí o sí sí querían entrar, pues la entrada principal probablemente esté cerrada.
Kaladar se le adelantó con los planes, ella solo asintió callada espiando a Kaladar, claro, iba a buscar el hueco que tanto le pidió para colarse pero... Parecía que su labia no funcionaba tan bien como se lo esperaba, o al menos eso veía en el rostro del tabernero la albina, escuchando las palabras de Kaladar algo alejada.
La gata buscando otras opciones empezó a mirar las ventanas del lugar, ¡Quizá había una abierta! Y podía repetir lo del burdel, pero para su mala suerte, ¡No! O eso creía, pues empezó a fijarse en los otros lados de la estructura y encontró una, ¡Pero daba a la calle! Sí se ponía a trepar allí seguro alguien le iba a ver, al menos eso pensaba.
Volvió caminando rápido, casi a medio trote a ver la situación, ¡Pero nada había cambiado! Solo una idea se le cruzó y tiró la chaqueta de su compañero a un costado, con un rubor en su rostro que borró con dos cachetadas, una de cada mano en cada mejilla caminó hacia los dos hombres.
— ¡Heey! ¿Hoy volveremos a tomar como la última vez? ¡Que ebrios que estaban los dos! ¡H-hasta recuerdo que se quisieron pasar de juguetones y todo! ¡También estaba la otra chica! ¡Luna! —
El nerviosismo en sus palabras se notaba, incluso tartamudeaba, la situación era extraña y probablemente en su vida se vuelva a repetir, dios, esperaba que nunca se repita, pero necesitaban entrar a la taberna y esa era la forma más... Fácil que se le ocurría.
Sí Kaladar no tuvo suerte, quizá ella vestida de aquella manera tan exhibicionista le ayude un poco a crear memorias que nunca pasaron.
Uff, no había prácticamente lugar para entrar sin que les vieran, estaba sentado en la entrada por ende se iban a tener que deshacer de él sí o sí sí querían entrar, pues la entrada principal probablemente esté cerrada.
Kaladar se le adelantó con los planes, ella solo asintió callada espiando a Kaladar, claro, iba a buscar el hueco que tanto le pidió para colarse pero... Parecía que su labia no funcionaba tan bien como se lo esperaba, o al menos eso veía en el rostro del tabernero la albina, escuchando las palabras de Kaladar algo alejada.
La gata buscando otras opciones empezó a mirar las ventanas del lugar, ¡Quizá había una abierta! Y podía repetir lo del burdel, pero para su mala suerte, ¡No! O eso creía, pues empezó a fijarse en los otros lados de la estructura y encontró una, ¡Pero daba a la calle! Sí se ponía a trepar allí seguro alguien le iba a ver, al menos eso pensaba.
Volvió caminando rápido, casi a medio trote a ver la situación, ¡Pero nada había cambiado! Solo una idea se le cruzó y tiró la chaqueta de su compañero a un costado, con un rubor en su rostro que borró con dos cachetadas, una de cada mano en cada mejilla caminó hacia los dos hombres.
— ¡Heey! ¿Hoy volveremos a tomar como la última vez? ¡Que ebrios que estaban los dos! ¡H-hasta recuerdo que se quisieron pasar de juguetones y todo! ¡También estaba la otra chica! ¡Luna! —
El nerviosismo en sus palabras se notaba, incluso tartamudeaba, la situación era extraña y probablemente en su vida se vuelva a repetir, dios, esperaba que nunca se repita, pero necesitaban entrar a la taberna y esa era la forma más... Fácil que se le ocurría.
Sí Kaladar no tuvo suerte, quizá ella vestida de aquella manera tan exhibicionista le ayude un poco a crear memorias que nunca pasaron.
Última edición por Elyn el Lun Mar 04, 2019 8:54 pm, editado 1 vez (Razón : Color.)
Elyn
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Justo parecía que ese hombre iba a mandarme a cagar cuando, totalmente de improvisto, apareció la gata totalmente fuera de lugar y contexto, tartamudeando y, curiosamente, haciendo que al no llevar ningún tipo de cobertura encima el hombre se fijara en su despampanante delantera.
"Gracias, dioses". Murmuré para mi. Tanto por las vistas como por la oportunidad.
Yo, junto al hombre me quede mirando a la gata algo embobado hasta que volví a mis cabales y decidí que ese debía ser buen momento para actuar. Saqué el sable.
- Eh.
El se giro a mi, apartando por primera vez la vista del escote de la gata.
Le propine un golpe en la nariz con tanta fuerza como pude con la guarda. En el primero pareció simplemente le propine un segundo con algo más de carrerilla en la frente.
Este dio un paso atrás, miro aproximadamente en mi posición y luego se desmayó.
Me acerqué y le pegue una patada en el pie. El murmuro algo.
- Sobrevivirá... Creo.
Y sin más guarde el sable y lo metí en uno de los barriles que había en la calle, colocando encima un par de cajas y otro barril... Solo por si acaso se levantaba antes de lo esperado.
- Bueno... Eso no ha ido como planeábamos...
Miré a la gata con una nueva sonrisa y me froté las manos entre si.
- ¿Entramos?
"Gracias, dioses". Murmuré para mi. Tanto por las vistas como por la oportunidad.
Yo, junto al hombre me quede mirando a la gata algo embobado hasta que volví a mis cabales y decidí que ese debía ser buen momento para actuar. Saqué el sable.
- Eh.
El se giro a mi, apartando por primera vez la vista del escote de la gata.
Le propine un golpe en la nariz con tanta fuerza como pude con la guarda. En el primero pareció simplemente le propine un segundo con algo más de carrerilla en la frente.
Este dio un paso atrás, miro aproximadamente en mi posición y luego se desmayó.
Me acerqué y le pegue una patada en el pie. El murmuro algo.
- Sobrevivirá... Creo.
Y sin más guarde el sable y lo metí en uno de los barriles que había en la calle, colocando encima un par de cajas y otro barril... Solo por si acaso se levantaba antes de lo esperado.
- Bueno... Eso no ha ido como planeábamos...
Miré a la gata con una nueva sonrisa y me froté las manos entre si.
- ¿Entramos?
Kaladar
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Re: El significado de ser libre [Trabajo Kaladar - Elyn]
Nuevamente un sentimiento que ya tenía bastante conocido desde que había aceptado el trabajo, una estocada con la mirada por parte de un desconocido en su propio cuerpo, que asqueroso e incómodo que se sentía, más que nada de alguien a quien claramente no quería otorgarle dicho permiso. Pero todo fuera por salvar a esas chicas, que probablemente sufrían lo mismo que ella. Todo sea por ayudarlas y hacerlas escapar de este infierno esclavista llamado burdel.
Pensó que les iba a invitar a pasar, a tomar unas copas y luego finalmente encontrarían la forma de dormirlo o simplemente dejarlo inconsciente de alguna manera, ¡O distraerlo! Pero... Kaladar tomó una acción mucho más salvaje y desprevenida.
La gata miró sorprendida como el hombre caía como peso muerto al piso luego de los dos golpes no tan refinados, y sin más dejó salir un suspiro junto a un levantar de hombros queriendo sacarse de encima lo preocupada que estaba por el inocente tipo.
Ayudó a colocar al hombro en el barril como pudo y finalmente el otro barril encima, el tipo era algo gordo, quizá tomaba de todo el alcohol que vendía.
— ¿No crees que te sobrepasaste un poco con el pobre tipo? Es... Inocente, ¡No nos ha hecho nada! —
Sin más miró a Kaladar seriamente y afirmó, entrando en aquella taberna, no era una taberna muy extraña, más bien era bastante convencional, una cocina bastante chiquita con pocas provisiones, y al lado en la habitación una bodega llena de alcohol, botellas, barriles de cerveza, alcohol de todo tipo que la taberna pudiera necesitar.
No supo bien que tomar para hacer algo explosivo más allá de botellas por lo que al entrar en la habitación del depósito luego de explorar brevemente el vacío lugar, se quedó mirando a su compañero.
— Bueno... ¿Y el carro? Ya tenemos la entrada a la taberna y el alcohol... —
Pensó que les iba a invitar a pasar, a tomar unas copas y luego finalmente encontrarían la forma de dormirlo o simplemente dejarlo inconsciente de alguna manera, ¡O distraerlo! Pero... Kaladar tomó una acción mucho más salvaje y desprevenida.
La gata miró sorprendida como el hombre caía como peso muerto al piso luego de los dos golpes no tan refinados, y sin más dejó salir un suspiro junto a un levantar de hombros queriendo sacarse de encima lo preocupada que estaba por el inocente tipo.
Ayudó a colocar al hombro en el barril como pudo y finalmente el otro barril encima, el tipo era algo gordo, quizá tomaba de todo el alcohol que vendía.
— ¿No crees que te sobrepasaste un poco con el pobre tipo? Es... Inocente, ¡No nos ha hecho nada! —
Sin más miró a Kaladar seriamente y afirmó, entrando en aquella taberna, no era una taberna muy extraña, más bien era bastante convencional, una cocina bastante chiquita con pocas provisiones, y al lado en la habitación una bodega llena de alcohol, botellas, barriles de cerveza, alcohol de todo tipo que la taberna pudiera necesitar.
No supo bien que tomar para hacer algo explosivo más allá de botellas por lo que al entrar en la habitación del depósito luego de explorar brevemente el vacío lugar, se quedó mirando a su compañero.
— Bueno... ¿Y el carro? Ya tenemos la entrada a la taberna y el alcohol... —
Elyn
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