Las vampiro-aventuras de Uriel; Aventura en el arenal de Roilkat......que sale mal. -priv. Shophie.-

"Ah~~"


El suave suspiro infantil de Uriel resonó entre la extensa zona repleta de áridas rocas y arena. La figura del niño estaba cubierta por la de 2 grandes personas, todos hombres. El niño les miró sin mucho temor o preocupación, como si fueran conocidos de toda la vida pero el tinte violento en los ojos de los hombres revelaba que de conocidos no tenían nada.


En cuanto oyeron al niño suspirar consternado y frustrado, ambos esbozaron una expresión molesta y hostil. el infante, con un tono que denotaba inocencia y un poco de arrogancia, puso sus manitas en su cintura y tomó una postura de "voy a imponer mis demandas" mientras decía haciendo pucheros infantiles;


"¡Como ya dije! No puedo irme si en primer lugar no sé donde estoy, y obviamente no puedo daros tooooodas mis cosas ¡Quedaría tirado, sabes! ¡Sois persistentes, señores maleantes! "


"Puto niño ¡No volveré a repetirlo! Deja todas tus jodidas cosas y vete de este arenal antes de que parta tu pequeña y hueca cabecita."


"¡Como dij-....!"


El vampirito no alcanzó a terminar su frase, el hombre que debía medir unos 180 cm golpeó la infantil cara de Uriel con el mango de su espada, su compañero, desenfundando su espada añadió;


"Tsk....Tu solo te lo has buscado, niñato....Debiste hacernos caso cuando pudiste."


El niño, que se quedó acostado en el suelo un ratito por la conmoción, los miró sorprendidos mientras ponía su manita en su mejilla ¿Acababa de ser golpeado? ¡Era extraño! Era la primera vez que un humano, sin saber de su naturaleza, le levantaba la mano. Ladeando su cabeza, decidió mirar la situación desde otra perspectiva ¿Que debía hacer? Era la primera vez que los humanos no eran amables con él. Uriel no parecía asustado o adolorido, simplemente confundido y descolocado.


¿Puede ser que estos tipos hablen en serio?


Pensó el inocente infante, que finalmente se dio cuenta de la gravedad del asunto, se puso en pie y sin mediar palabra se puso a correr, huyendo de sus perseguidores. Uriel, como vampiro, no era especialmente "honrado" o "legal", sencillamente miraba por su propia vida y disfrutaba su "eterna"  infancia con entusiasmo y satisfacción. Dentro de los vampiros, Uriel era el más blanco y puro desde que su malicia y arrogancia procedía de la ignorancia e inocencia de un niño pequeño ¿Por eso no tuvo problemas en huir sin mediar palabras en cuanto notó que las cosas salían de su control? Lo cierto era que Uriel no atendía a razonamiento o principios, sencillamente actuaba acorde a su  inocentemente maliciosa y tramposa forma de ser.


"¡PUTO NIÑATO! ¡Oye! Rápido, imbécil. ¡Joder! Primero nos toca las pelotas, se burla de nosotros y ahora huye ¡Cuando pille a ese mocoso pienso despellejarlo y cortar  cada jodida extremidad suya!!"


Uriel ignoró la tenebrosa y sádica amenaza del hombre y se concentró en correr por su vida ¡Como vampiro su vista nocturna era magnífica! Así que sin problemas pudo correr por el oscuro y escarpado arenal de Roilkat, aún así, no dejaba de tratarse de un niño, tarde o temprano sería alcanzado ¡Más le valía buscar una forma de perderles o esto acabaría mal!

Shophie se encontraba cocinando la carne de unas criaturas que no sabia bien como se llamaban, era lo único que había conseguido sacar de aquel lugar lleno de arena, recuerda lo primero que dijo cuando dos hombres la escoltaron hacia este lugar y luego desaparecieron, la pelirroja no sabia bien el por que de su ausencia pero tampoco era que le importase.

“¡Arena! ¡esta por todas partes! ¡Acostumbraros a ella!” Pensaba la joven mientras soltaba una risa tonta observando el fuego de la hoguera que había hecho para “asar” la carne de esos animales.Se lamento el no haber seguido el camino de su madre, pues de haberlo hecho se abría ahorrado la molestia de tener que buscar materiales y dos buenas piedras en aquel desolado lugar del que como ya se menciono solo había arena pues en lugar de eso podría haber usado su aliento de dragón y haber creado fuego de la nada, pero ese no era el caso.

Shophie tras perder de vista a esos dos hombres se dedico a entrenar en aquel arenal alejado de la mano de vete tu a saber quien, la joven dragona entrenaba sus artes de combate bestial a la vez que transformaba partes de su cuerpo en las partes propias de un dragón e intentaba mantener el equilibrio constante debido a que en ocasiones junto con la transformación de sus manos que pasaban a ser garras, le aparecían cuernos en la cabeza y dos alas de murciélago pues los dragones tenían las alas idénticas a estos seres solo que en tamaños y proporciones mayores dependiendo del tipo de dragón que era cada individuo. El entrenamiento fue duro y Shophie quedo agotada mas no podía relajarse, no si no llenaba el estomago primero y fue por ello que tras mucho buscar encontró a esos animales, los cazo con su fuerza draconiana y ahora se encontraba asandolos.

Fue en ese momento cuando escucho gritar a un hombre; *¡PUTO NIÑATO! ¡Oye! Rápido, imbécil. ¡Joder! Primero nos toca las pelotas, se burla de nosotros y ahora huye ¡Cuando pille a ese mocoso pienso despellejarlo y cortar  cada jodida extremidad suya!!* la dragona sintió la curiosidad de ir a ver que era aquel alboroto pues estaba en su naturaleza ser de esa manera, se asomo detrás de una roca y vio claramente a dos hombres persiguiendo a... ¿Que era eso? ¿Un niño? Vio como uno de los hombres logro coger al niño y le dio un puñetazo en la cara, la naturaleza y el impulso de ayudar de Shophie la obligo a salir de aquel escondite y se acerco a los hombres manteniendo una sonrisa, pero a la vez mirando seria y furtivamente a aquellos hombres, quedando de esta manera por delante del niño. -Disculpad caballeros ¿Puedo saber por que habéis golpeado a este chico? Pelear esta mal y no creo que sea buena idea golpear a los niños- La dragona llevo sus manos hacia su cintura y espero a que aquellos hombres le contestara, cosa que hicieron pero no en un tono tranquilo como el que la joven pelirroja les había mostrado no, estos hombres le contestaron gritando: -¡SILENCIO PUTA! Ese niño tiene que darnos sus pertenencias y ya que estamos en ello, ¡Tu también tendrás que entregárnoslas !- La pelirroja trato de muchas maneras mediante la palabra de que desistieran de sus peticiones, pues se dio cuenta de que esos hombres eran bandidos y querían robarle al niño y ahora a ella sus cosas pero los hombres no atendieron a razones y golpearon a la dragona que ladeo la cabeza por el golpe pero se mantuvo inmóvil, esa acción fue el detonante para que Shophie estallara pues la paciencia de la que hizo gala anteriormente se encontraba relativamente agotada. Transformo su cuerpo apareciendo dos cuernos en la cabeza de la joven y unas enormes alas en su espalda, las manos humanas que mostraba la joven ahora se habían convertido en las garras de una bestia y que con las cuales levanto en pensó a uno de los bandidos y lo estampo con el suelo, eso no la hizo volver a relajarse pues la pelirroja siguió golpeando a aquel hombre en un festival de puñetazos, insultos y patadas hasta que el hombre perdió la consciencia, en ese momento miro a su compañero que observo con terror el juicio que la dragona había sentenciado para su compañero y a el le correría el mismo destino si no corría por su vida cosa que fue inteligente e hizo.

Con el problema de los bandidos resuelto, la dragona se volteo hacia el pequeño volviendo en cuestión de segundos a su forma inicial, extendió su mano derecha a la vez que se agachaba y quedaba de rodillas para estar a la altura del niño, le acaricio la cabeza y revolvió el pelo mientras le dijo con una sonrisa y un tono de voz dulce -Siento que hallas tenido que ver eso, ¿Te encuentras bien pequeño?- Los rojizos ojos reptilianos de la joven miraban fijamente a los ojos rojizos del infante esperando respuesta por parte de el.

El ágil muchacho logró huir durante un rato del par de maleantes que furiosamente le seguían pero, dado que era un niño contra dos adultos, fue alcanzado finalmente por esto ¡Le golpearon en su mejilla otra vez! ¡Otra vez! dejando que unas pequeñas y gruesas lagrimitas rodaran de sus mejillas, el infante aprovechó su caída al suelo para ubicar sus manos en la empuñadura del pequeño puñal de autodefensa que siempre portaba ¡Si tan desesperadamente querían herirle, entonces él también lo haría!


Malditos abusadores infantiles...


Uriel desenvainó su puñal, dispuesto a como mínimo llevarse un maleante por delante pero afortunadamente no hizo falta siquiera hacerlo ¡Una chica dragón salió a ayudarle! Debía ser mayor de 20 años, de brillantes cabellos rojizos que le hacían recordar al Sol. El infante primero la miró sorprendido y luego fascinado ¡Que bonito cabello! Incluso si le hacía acordar a una de las cosas que más miedo le daban, no podía evitar mirarlo. Recordando su situación, el niño se arrodilló lentamente y tomó una postura defensiva.


Los maleantes, obviamente subestimandola, la insultaron y atracaron al igual que al vampirito ¡Que personas más persistente! ¿Acaso no sabían hacer nada más que atracar a toda persona que pasase por el arenal? Aún así, los 2 hombres no contraron con que la dragona era una explosiva y excelente luchadora que fácilmente tumbo a uno de ellos en menos que pudieran darse cuenta, Uriel esbozó un rostro sorprendido y admirado ¡Que chica mas fuerte!


“¡Wuaaaa! Eres realmente fuerte, señorita dragón!”


En cuanto la dragona de deshizo de los maleantes y se aproximó el niño, Uriel dejó salir esas palabras cargadas de admiración y sorpresa. Acordándose de que aún tenía el puñal en su mano, el vampirito la volvió a devolver a su funda rápidamente mientras se ponía en pie. Su mejilla estaba roja y un poco inflamada por culpa del fuerte golpe asestado contra su tierna e infantil piel, mostrando que con el pasar de los días probablemente se volvería una hematoma morado, mientras un poco de sus lagrimitas seguía en sus ojos. Aún así, Uriel parecía de todo menos adolorido asustado, parecía más bien emocionado e ilusionado de poder conocer a una dragona tan fuerte.


“Mi nombre es Uriel Nova ¡De la familia Nova! Jejeje~ ¡Ah! Pero puede llamarme Uri, señorita dragón ¡Gracias por salvarme! Esos abusadores iban realmente en serio ¿sabe? ¡Entonces llegó usted y les dio una paliza! Fue realmente impresionante fufu~”


Mostrando con movimientos de manos y una vívida expresión facial sus emociones, Uriel se presentó y agradeció a la dragona desconocida de forma infantil e inocente, haciendo énfasis en cada palabra de forma exagerada. Parecía realmente emocionado y admirado.

Shophie sonrió con el comentario del menor y después le revolvió el cabello, a la pelirroja le gustaban los niños, no como comida o como un juguete, no tenia explicación para eso salvo que tal vez su instinto maternal comenzaba a florecer lo cual era extraño pues la dragona no había experimentado el estar enamorada en su vida, ademas Shophie de pequeña siempre decía que se casaría con su padre por que el era fuerte y los otros niños no.

Observo al menor y pudo ver aquellas lagrimas que brotaban de sus pequeños ojos, no es que fueran muchas, tal vez solo fueron unas pocas por el golpe pero la pelirroja alzó su mano derecha y con el dedo indice de esta seco esas pequeñas lágrimas y decirle así al menor -Que casualidad, mi apellido tambien es Nova, bueno, mas bien es D.Nova y mi nombre es Shophie, mmm ese golpe....- Se quedó pensativa pues no llevaba consigo algo de hielo para ponerle en la mejilla, lo único que se le ocurrió a nuestra pelirroja explosiva fue levantarse para ir al cuerpo inconsciente del bandido, desvestirlo hasta dejarlo en gallumbos y después plantar medio cuerpo de este en la arena como si fuera un árbol, luego miro al chico y le dijo -Bueno, no es que esto te valla a curar el golpe, pero así pensara en redirigir su vida, además, debería aprender a escuchar cuando le hablan, este tipo feo tiene un feo hábito para su salud-

La dragona volvió a acercarse al niño, pero esta vez sin rastro del enojo que había sentido y con las ropas y accesorios de aquel hombre en sus manos -Bien pequeño Uri, ¿Puedo llamarte Uri verdad?, ¿Crees que podríamos cambiar esto por algo de comida? Espera,,, ¡Mi COMIDA!- Gritó la pelirroja al recordar que había dejado a aquellos animales empalados en un palo y apostados en el fuego. La chica no sabia que hacer con el pequeño Uriel pero no podía dejarlo en un lugar lleno de arena y un tipo con medio cuerpo enterrado en ella así que cogió al pequeño en brazos y salio corriendo hacia su “pequeño hogar” el cual era una roca delante de una hoguera y dos animales del tamaño de un perro grande chamuscados hasta el punto de ser incomibles, momento en que Shophie callo al suelo lamentándose de no haber apartado antes aquella carne que llenaría su estomago.

“¿Eh? ¿La señorita tiene el apellido “Nova”?”


Los ojitos húmedos del vampirito se abrieron, y a su vez comenzaron a brillar. Sus ojitos parecían la Luna nueva, enormes y brillando con sorpresa ¡Eso no se lo esperaba! El arrogante niño, criado en el seno de una renombrada familia de vampiros…..no muy “amables”, siempre consideró su apellido como sagrado y único, nunca se le pasó por la cabeza que hubiera un apellido remotamente familiar, incluso si parecía


“...”


Quedándose en silencio mientras la dragona secaba con sus dedos su lagrimas. Solo entonces Uriel reaccionó ¿A que le hacía recordar sus manos? Las manos de la dragona secando sus lágrimas estimulaba sus viejos recuerdos de “ella” ¡Ciertamente recordaba muy vagamente algo similar! Fue cuando se quemó por primera vez debido al Sol ya hace bastante tiempo. Era un recién convertido que por su propia inconsciencia sobre la maldición terminó subestimando una pequeña pared de luz solar de vuelta en su hogar, en la mansión de su maestro. La cruzó pensando que no debía ser tampoco tan grave, pero fue su peor error; Sintió como si le hubieran lanzado ácido sulfúrico a la cara y luego le sumergieran en montañas de Sal. Fue sencillamente horrible. Sino fuera porque “ella”, acosta de quemarse los brazos y manos, no le hubiera salvado cerrando las cortinas probablemente estaría muerto o con cicatrices por todo su rostro. En ese momento, ella, tras el susto también secó sus lágrimas de dolor y miedo mientras le hablaba dulcemente.


“Todo está bien, pequeña. Debe de dolerte ¿verdad? No te preocupes….Todo esta bien ¿Ves? El Sol Ya no volverá a hacerte daño. Todo está bien, pequeña….Todo está bien...”


Recordando ese momento, curiosamente Uriel ya no sentía tanto rechazo o shock al saber que la dragona frente a ella compartía un apellido similar a la de su preciada familia, los Nova. Bajando su cabeza tímidamente, el niño intentó ocultar un poco sus ojos aún un tanto húmedos y rojizos con un leve rubor en sus mejillas ¿Porque de repente se sentía realmente avergonzado de demostrar que estuvo llorando? Por lo general a Uriel le daba bastante igual lo que pensara el resto de él, después de todo, no eran nada más que la opinión de “ganado sin valor ni voto” ¡Pero curiosamente ya no sentía así con la dragona!


“Ah, ¡Está bien! N-No….N-No duele, así que esta bien”


Hablando tímidamente a su recién conocida amiga, Uriel se apresuró a remarcar que los golpes no le dolían ¡Aunque la verdad es que realmente le daba igual! Lo que verdaderamente quería decir era que ni por asomo encontró doloroso un par de golpes que meros humanos inferiores le propinaron ¡Odiaría que Shophie pensara de él como de-.....!


¿Yo que? ¿Hmm? Incluso cuando realmente no llevo conociéndola demasiado….¿Realmente me importa lo que piense de mi? ¿Incluso cuando es “ganado”?


En cuanto Uriel pensó en Shophie como “ganado” una aguda sensación de incomodidad invadió su cuerpo. Era como si todo lo que era él rechazara la idea de menospreciar la joven frente a él, como si ella fuera mucho más que eso. Realmente no podía comprender porque la tenía en tan alta estima, ladeando su cabeza mientras la veía correr hacia la carne chamuscada que era su cena.


“¿Se quemó? Wuaaaah Eso parece incomible….¡Ah! ¡Dame un segundo!”


Acercándose a la comida curiosamente, el infante remarcó lo obvio con un tono infantil pero más bien preocupado que animado ¡Realmente parecía incomible! Realmente no quería que la dragona pasará hambre ¡Era realmente doloroso! Uriel sabía lo doloroso que era el hambre, así que sacó rápidamente las cosas que de vez en cuando le daban los adultos “por ser un buen niño”, “ser un niño valiente” o sencillamente porque lo tomaba de cadáveres frescos que encontraba…..o de personas que cazaba. Lo que sacó de su bolsa fue; Una manzana, 3 tiras de carne seca salada, 4 caramelos y un puñado de golosinas variadas.


“No es mucho pero si quiere puede tomarlos ¡Yo estaré bien sin ellos! Jeje~”


De todas formas, como vampiro que era Uriel no podía comerlos ¡Dárselos no cambiaría nada para él! La mayoría de comida que por una razón u otra acababa en sus manos la guardaba y se la entregaba a sus amigos y hermanos gorriones o se la daba por capricho a algún “gusano necesitado”. Aunque Uriel se la estaba entregando más por genuina preocupación.