Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
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Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
Al haber estado un largo tiempo cerca del rio Tyrm y sus bosques, decidí viajar a las islas cercanas al sur oeste de sacrested ville una ciudad dominada por humanos.
Cuando llegue a la ciudad la mayor parte de los humanos de Sacrested Ville me miraban con espantó, - al parecer mi apariencia es muy terrorífica-. Dije en voz baja, Ignoré todo tipo de comentario y miradas. Dirijiendome al muelle de la ciudad divisé un gran barco tripulado por hombres bestia, extrañado me acerqué y busqué al capitán del barco el cual me detuvo al verme subiendo. - aparta de mi camino enano-. Le dije enseñando los dientes. El capitan nada mas me miro y sonrió.- vamos a Beltrexus-. Me dijo riendo, yo solo subi con mala cara al barco. - Vamos entonces, disculpa la mala forma de contestar, la gente de este pueblo me da rabia-. Dije con una cara de repugnancia y odio, el capitán siguió sonriendo y me dijo. - no te llevare gratis, tendras que limpiar la cubierta del barco-. Me dijo entre carcajadas, Asentí con la cabeza y asi fue como comenzó mi viaje.
Beltrexus, era una ciudad rebosante de magia, se podia sentir en el aire y bueno los magos lo aprovechaban. Tenía tantos lugares qué visitar pero había venido por una razón, preguntándole a la gente sobre una herrería con un precio accesible, asi fue como me quede vagando por la ciudad de Beltrexus.
Cuando llegue a la ciudad la mayor parte de los humanos de Sacrested Ville me miraban con espantó, - al parecer mi apariencia es muy terrorífica-. Dije en voz baja, Ignoré todo tipo de comentario y miradas. Dirijiendome al muelle de la ciudad divisé un gran barco tripulado por hombres bestia, extrañado me acerqué y busqué al capitán del barco el cual me detuvo al verme subiendo. - aparta de mi camino enano-. Le dije enseñando los dientes. El capitan nada mas me miro y sonrió.- vamos a Beltrexus-. Me dijo riendo, yo solo subi con mala cara al barco. - Vamos entonces, disculpa la mala forma de contestar, la gente de este pueblo me da rabia-. Dije con una cara de repugnancia y odio, el capitán siguió sonriendo y me dijo. - no te llevare gratis, tendras que limpiar la cubierta del barco-. Me dijo entre carcajadas, Asentí con la cabeza y asi fue como comenzó mi viaje.
Beltrexus, era una ciudad rebosante de magia, se podia sentir en el aire y bueno los magos lo aprovechaban. Tenía tantos lugares qué visitar pero había venido por una razón, preguntándole a la gente sobre una herrería con un precio accesible, asi fue como me quede vagando por la ciudad de Beltrexus.
Última edición por Amethin el Sáb Jul 27 2019, 00:04, editado 1 vez
Amethin
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Re: Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
La mirada del brujo era totalmente distinta a la que mostró la primera vez entrando en Beltrexus por su cuenta. Se notaba la motivación y la experiencia en su rostro. Ya no parecía un simple mago más de la ciudad, aunque algo mantenía en común con otros estudiosos de la magia; seguía mirando la academia de Hekshold, no con admiración, pero con un propósito bastante claro.
Cerró los ojos y medito las cosas con calma. Había ganado mucha experiencia y algo de oro en sus viajes a Lunargenta. Si bien la última aventura le había permitido despejar algo su mente, aún tenía su taller bastante descuidado y necesitaba reabastecerse de materiales para nuevos clientes. Hekshold aún podía esperar.
Paso por una taberna cercana a la ciudad solo para pedir un trago. No era bueno bebiendo, pero era cierto que necesitaba relajarse un poco para enfocarse mejor.
Al cabo de unas horas su mochila ya le pesaba bastante. Había comprado varios lingotes de acero y cuero para armas, así como unos cuantos pergaminos y libros de encantamiento. No toda la vida era una aventura después de todo, tenía que saber aprovechar los momentos de relajo y disfrutar de las cosas simples como el trabajo de vez en cuando.
La ciudad parecía muy movida a eso del medio día. Varias caras nuevas. Aventureros, algún que otro mercader. Hasta la guardia parecía más reforzada. No era de extrañarse, después de todo con su primera aventura en la ciudad, se armó una fiesta de esas que en cierto sentido le sorprendió salir virgen y con vida.
Logró reconocer la tienda del herrero que le había ayudado a pasar los primeros días en la ciudad. Estaba algo infestada de clientes. Sintió algo de envidia, pero era de esperarse. Llevaba años practicando el oficio y estaba casi en el centro del comercio después de todo. Uno de los clientes le llamó la atención, recordándose a un licántropo que había sido compañero de aventura. Sonrió levemente y decidió acercarse.
-¡Hey, Kendovlah! ¿Te molesto? Abarco más de lo que puedo, porque no te llevas a este regateador a tu taller-.
-Buen recibimiento, pasaba a saludar pero ya que estoy de camino-. Sonrió levemente y miró al hombre-bestía. Pensó que los lobos tenían cierta fijación con las hacas melladas, pero eso poco le importaba. -Si no te molesta caminar, puedo hacerte buenos precios si de paso me ayudas a cargar los materiales-. No era la primera vez que admitía debilidad, aunque le costaba menos haciéndolo con la fuerza. Tenía bien en claro que eso no era lo suyo, pero era obvio que el chucho gigante podía soportar la caminata mejor que él.
Cerró los ojos y medito las cosas con calma. Había ganado mucha experiencia y algo de oro en sus viajes a Lunargenta. Si bien la última aventura le había permitido despejar algo su mente, aún tenía su taller bastante descuidado y necesitaba reabastecerse de materiales para nuevos clientes. Hekshold aún podía esperar.
Paso por una taberna cercana a la ciudad solo para pedir un trago. No era bueno bebiendo, pero era cierto que necesitaba relajarse un poco para enfocarse mejor.
Al cabo de unas horas su mochila ya le pesaba bastante. Había comprado varios lingotes de acero y cuero para armas, así como unos cuantos pergaminos y libros de encantamiento. No toda la vida era una aventura después de todo, tenía que saber aprovechar los momentos de relajo y disfrutar de las cosas simples como el trabajo de vez en cuando.
La ciudad parecía muy movida a eso del medio día. Varias caras nuevas. Aventureros, algún que otro mercader. Hasta la guardia parecía más reforzada. No era de extrañarse, después de todo con su primera aventura en la ciudad, se armó una fiesta de esas que en cierto sentido le sorprendió salir virgen y con vida.
Logró reconocer la tienda del herrero que le había ayudado a pasar los primeros días en la ciudad. Estaba algo infestada de clientes. Sintió algo de envidia, pero era de esperarse. Llevaba años practicando el oficio y estaba casi en el centro del comercio después de todo. Uno de los clientes le llamó la atención, recordándose a un licántropo que había sido compañero de aventura. Sonrió levemente y decidió acercarse.
-¡Hey, Kendovlah! ¿Te molesto? Abarco más de lo que puedo, porque no te llevas a este regateador a tu taller-.
-Buen recibimiento, pasaba a saludar pero ya que estoy de camino-. Sonrió levemente y miró al hombre-bestía. Pensó que los lobos tenían cierta fijación con las hacas melladas, pero eso poco le importaba. -Si no te molesta caminar, puedo hacerte buenos precios si de paso me ayudas a cargar los materiales-. No era la primera vez que admitía debilidad, aunque le costaba menos haciéndolo con la fuerza. Tenía bien en claro que eso no era lo suyo, pero era obvio que el chucho gigante podía soportar la caminata mejor que él.
Kendovlah
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Re: Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
Mire de pies a cabeza al individuo, tenia la pinta de ser una especie de chaman, pero los pocos de mi pueblo vestian diferente y obviamente eran bestias comparadas con este individuo, un brujo quizas... sin pensarlo mucho tome la mochila que cargaba el muchacho.-Un gusto, mi nombre es Amethin-. Dije, Lanzando la mochila a mi hombro. - lidera la caminata muchacho, tu conoces mejor este lugar que yo-.
Seguí al brujo hacia las afueras de la ciudad, todo parecia muy tranquilo la verdad, me llegaba a sorprender, el camino seguía hasta un hermoso bosque mas adelante. No me inspira confianza la magia, no me gusta la verdad, prefiero la fuerza bruta, de todas formas el pequeño brujo me inspiraba confianza de ciertamanera. Al fondo veía una choza entre los árboles que con un cartel echo de mandera y metal decía "forja tensaí" así que había sido por eso que el viejo herrero de aquélla tienda me había mandado con el pequeño brujo y ahora parece que es un pequeño herrero también. -quizas el me pueda enseñar algo de herrería-. Pensé rápidamente.
Cuando llegamos, mire la choza atentamente y le dije al brujo. - creo que no voy a caber por esa puerta-. De reojo mire la ventana que por la cual quizas pueda entrar.
Seguí al brujo hacia las afueras de la ciudad, todo parecia muy tranquilo la verdad, me llegaba a sorprender, el camino seguía hasta un hermoso bosque mas adelante. No me inspira confianza la magia, no me gusta la verdad, prefiero la fuerza bruta, de todas formas el pequeño brujo me inspiraba confianza de ciertamanera. Al fondo veía una choza entre los árboles que con un cartel echo de mandera y metal decía "forja tensaí" así que había sido por eso que el viejo herrero de aquélla tienda me había mandado con el pequeño brujo y ahora parece que es un pequeño herrero también. -quizas el me pueda enseñar algo de herrería-. Pensé rápidamente.
Cuando llegamos, mire la choza atentamente y le dije al brujo. - creo que no voy a caber por esa puerta-. De reojo mire la ventana que por la cual quizas pueda entrar.
Amethin
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Re: Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
Sonrío con cierta ironía al ver la disposición del lobo. Dudaba mucho que se hubiese pensado dos veces cargar con su peso. Inocencia o mostrar su valía; eran cosas banales para el brujo. Mientras le supusiera menos esfuerzo se conformaba con eso. Era sabido que el cansancio físico le podía suponer problemas si llegaba a tener que usar la violencia durante el camino. En Aerandir después de todo, el llamado a las armas podía estar a la vuelta de la esquina.
Sin embargo, el camino fue bastante tranquilo. La forja se mantenía apagada como la dejó en el patio. No le apetecía ver el desorden que tenía acumulado dentro debido a encantamientos fallidos, estudios y abandono por aventuras. Tampoco era algo vistoso para la clientela y con las compras del día estaba seguro de que podía elaborar encantamientos simples al aíre libre.
Pidió la mochila a su acompañante y la dejo a un lado del banco de trabajo, se sentó en el asiento de la piedra de afilar mirando al lobo y luego al techo de paja que cubría su lugar de trabajo con el acero. Suspiró aliviado y sonrió levemente algo ya más tranquilo una vez en casa. -Vengo llegando de Lunargenta. Aún no entro, pero no lo veo necesario. Espero que sea algo simple. Soy un brujo ocupado-. Dijo algo amigable a la vez que cortante. Algo de compañía no le venía mal, pero era tiempo que podía estar aprovechando para sus estudios antes de entrar a Hekshold.
Se concentró y tras formar una bola de fuego en su mano, la arrojó a la forja para prenderla, aunque el fuego no era suficiente como para moldear el acero le facilitaba bastante el trabajo no tener que prenderlo de la forma tradicional. Uso la telequinesis para agarrar su martillo y se levantó acercándose a la fragua. -Quizás me este adelantando. Veo tu hacha mellada. ¿Es eso o algún encantamiento tal vez?-. Sonrió algo motivado, estaba listo para trabajar. Aún no terminaba su primera armadura pesada pues requería más tiempo que una espada o un hacha. -Dime tu precio y veamos que puedo hacer...-.
Sin embargo, el camino fue bastante tranquilo. La forja se mantenía apagada como la dejó en el patio. No le apetecía ver el desorden que tenía acumulado dentro debido a encantamientos fallidos, estudios y abandono por aventuras. Tampoco era algo vistoso para la clientela y con las compras del día estaba seguro de que podía elaborar encantamientos simples al aíre libre.
Pidió la mochila a su acompañante y la dejo a un lado del banco de trabajo, se sentó en el asiento de la piedra de afilar mirando al lobo y luego al techo de paja que cubría su lugar de trabajo con el acero. Suspiró aliviado y sonrió levemente algo ya más tranquilo una vez en casa. -Vengo llegando de Lunargenta. Aún no entro, pero no lo veo necesario. Espero que sea algo simple. Soy un brujo ocupado-. Dijo algo amigable a la vez que cortante. Algo de compañía no le venía mal, pero era tiempo que podía estar aprovechando para sus estudios antes de entrar a Hekshold.
Se concentró y tras formar una bola de fuego en su mano, la arrojó a la forja para prenderla, aunque el fuego no era suficiente como para moldear el acero le facilitaba bastante el trabajo no tener que prenderlo de la forma tradicional. Uso la telequinesis para agarrar su martillo y se levantó acercándose a la fragua. -Quizás me este adelantando. Veo tu hacha mellada. ¿Es eso o algún encantamiento tal vez?-. Sonrió algo motivado, estaba listo para trabajar. Aún no terminaba su primera armadura pesada pues requería más tiempo que una espada o un hacha. -Dime tu precio y veamos que puedo hacer...-.
Kendovlah
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Re: Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
El gran lobo frunció el ceño al ver la magia del brujo actuando sobre una fragua de herreria.-Que maneras son esas de prender la fragua- dije mirando al brujo un poco molesto. El lobo a la misma vez pensaba que era algo practico y rapido.-de todas formas no te voy a juzgar mucho, todo tenemos nuestras cualidades en esta vida-. venia a ver qué podía hacer con el hacha que me había heredado padre. El hacha estaba desgastada tanto haberla arrojado, machacado tantos hueso y carne con ella. -puedes hacer fuego azul?-. Dijo mientras le brillaban los ojos,- no me gusta mucho la magia, pero podría acostumbrarme- . Soltando una leve carcajada. - Te dejo mi hacha brujo, voy a ver a los alrededores-. Le dije mientras la lanzaba a la tierra, quedando enterrada en ella.
Decidí caminar hacia los alrededores de la choza, marcando puntos y dándome una idea específica donde estaba la choza. Tome notas de las diversas plantas y pequeños bichos, aunque no había visto muchos animales a los alrededores. -Algo anda mal en este lugar-. Pensó el lobo, mientras caminaba por el bosque.
A lo lejos escuche unos bramidos muy fuertes haciendo que temblara el suelo.-Que fue eso!?-. Dije entusiasmado por el sonido que había escuchado pero mis entusiasmo no llegó muy lejos al ver a la gran bestia devorando tres cadáveres de ciervos. Me quede observando unos momentos tomando nota de su apariencia y comportamiento,-Es un minotauro, solo habia escuchado leyendas sobre ellos-. Pensé mientras la bestia se daba un festín con la carne de aquellos animales, me levanté para ir a la choza a buscar mi hacha.
Sabía que no podría derrotar a esa bestia yo solo, media unos tres metros y algo por lo que alcanze a notar, necesitaba mi hacha y la ayuda de aquel brujo. Di un paso en falso al tratar de caminar hacia la choza, aplaste unas ramas apiladas detrás de mí, la gran bestia escucho y me miró con aquellos ojos rojos brillantes color carmesí, bramo y cargó hacia mí, me prepare para agarrar a la bestia por los cuernos, venía corriendo a toda velocidad arrasando con todo a su paso, cuando sus cuernos golpearon mis manos atrape a la bestia, su fuerza me empujó hundiendo mis patas en la tierra, El minotauro movió su cabeza descontroladamente para que lo soltase, me levanto del piso al compás que giraba su cabeza y me lanzo contra un árbol, me quedé aturdido por un momento para después salir corriendo hacia la choza.-¡BRUJO!-. le grité, -¡VIENE UN MALDITO MINOTAURO, ME ESTA SIGUIENDO, NECESITO MI HACHA!-.
Decidí caminar hacia los alrededores de la choza, marcando puntos y dándome una idea específica donde estaba la choza. Tome notas de las diversas plantas y pequeños bichos, aunque no había visto muchos animales a los alrededores. -Algo anda mal en este lugar-. Pensó el lobo, mientras caminaba por el bosque.
A lo lejos escuche unos bramidos muy fuertes haciendo que temblara el suelo.-Que fue eso!?-. Dije entusiasmado por el sonido que había escuchado pero mis entusiasmo no llegó muy lejos al ver a la gran bestia devorando tres cadáveres de ciervos. Me quede observando unos momentos tomando nota de su apariencia y comportamiento,-Es un minotauro, solo habia escuchado leyendas sobre ellos-. Pensé mientras la bestia se daba un festín con la carne de aquellos animales, me levanté para ir a la choza a buscar mi hacha.
Sabía que no podría derrotar a esa bestia yo solo, media unos tres metros y algo por lo que alcanze a notar, necesitaba mi hacha y la ayuda de aquel brujo. Di un paso en falso al tratar de caminar hacia la choza, aplaste unas ramas apiladas detrás de mí, la gran bestia escucho y me miró con aquellos ojos rojos brillantes color carmesí, bramo y cargó hacia mí, me prepare para agarrar a la bestia por los cuernos, venía corriendo a toda velocidad arrasando con todo a su paso, cuando sus cuernos golpearon mis manos atrape a la bestia, su fuerza me empujó hundiendo mis patas en la tierra, El minotauro movió su cabeza descontroladamente para que lo soltase, me levanto del piso al compás que giraba su cabeza y me lanzo contra un árbol, me quedé aturdido por un momento para después salir corriendo hacia la choza.-¡BRUJO!-. le grité, -¡VIENE UN MALDITO MINOTAURO, ME ESTA SIGUIENDO, NECESITO MI HACHA!-.
Amethin
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Re: Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
Comenzó a martillar el acero con fuerza mientras el lobo hablaba. Poco a poco iba tomando la forma del filo de una daga. Omitió comentario sobre su negativa hacía la magia. Estaban en Beltrexus, debía acostumbrarse, además mucho se la había guardado en Lunargenta y ahora estaban en su taller donde podía hacer la magia que le diera la gana. -Fuego fatuo... Verlo no siempre son buenas noticias-. No respondió directamente, sabía bien que el Éter podía manifestarse de muchas formas sin necesidad de un controlador vivo. Miro el hacha sobre la mesa de trabajo y con tenazas dejo la hoja que había forjado a un costado mientras el lobo se retiraba.
Tomo el arma, era algo pesada. Podía notarla más grande que el arma de Havok. A simple vista notaba el golpe más mortal pero a la vez más lento, era un arma que requería músculos para un manejo eficiente, pero podía afilarla sin problemas. Se sentó sobre la piedra de afilar y comenzó a recuperar el filo cuando la piedra comenzó a girar por debajo del arma.
La daba vuelta de vez en cuanto mientras movía la parte del filo que notaba desigual. Pudo notar como la habían forjado, habían hecho un buen trabajo aunque se podía mejorar. Sonrió y estiro una tira de cuero con el arma en su regazo, comenzó a pasar la tira con velocidad y fuerza por el filo al mismo tiempo que mantenía el filo recién hecho y le daba los últimos toques de limpieza.
El lobo aún no llegaba pero el arma ya estaba listo. Tomo el arma con ambas manos y la dejo caer en el aíre, tuvo que hacer un esfuerzo notable para que el filo no se clavara directo en la tierra. Era pesada pero estaba seguro que aquel golpe al menos cortaría a la mitad la cabeza de un humano común. Con la fuerza adecuada quien sabía que tanto podría hacer. Sonrió satisfecho, el trabajo estaba listo.
Seguía analizando los detalles del forjado, como los acabados. Siempre podía aplicar algo nuevo en sus trabajos viendo las armas que traían sus clientes.
Un grito entonces lo sacó de sus pensamientos y se puso en guardia, aunque noto el movimiento lento. “¿Minotauros? ¿Y se le ocurre traerlo a mi forja, sera estúpido?” Suspiró algo molesto y le arrojó el arma esperando que la fuerza y la distancia fuesen lo suficiente. Acto seguido el brujo desenvaina su acero propio.
La criatura era enorme, incluso más grande que el lobo y se movía rápido. El brujo sabía que un enfrentamiento cuerpo a cuerpo era suicidarse, pero uso una madera para quemarla en la fragua y corrió unos pasos para arrojarla a los píes de la bestia. Canalizó su magia para controlar el fuego y hacer un leve muro de fuego que poco a poco comenzaba a propagarse. Cualquier bestia por enfurecida que estuviese al menos retrocedería. Sacó unos pergaminos de su mochila y comenzó a dibujar unas runas para luego cerrarlos.
-¡Maldito loco! ¡Si llega a hacerle algo a mi taller te cobrare las reparaciones!-.
Tomo el arma, era algo pesada. Podía notarla más grande que el arma de Havok. A simple vista notaba el golpe más mortal pero a la vez más lento, era un arma que requería músculos para un manejo eficiente, pero podía afilarla sin problemas. Se sentó sobre la piedra de afilar y comenzó a recuperar el filo cuando la piedra comenzó a girar por debajo del arma.
La daba vuelta de vez en cuanto mientras movía la parte del filo que notaba desigual. Pudo notar como la habían forjado, habían hecho un buen trabajo aunque se podía mejorar. Sonrió y estiro una tira de cuero con el arma en su regazo, comenzó a pasar la tira con velocidad y fuerza por el filo al mismo tiempo que mantenía el filo recién hecho y le daba los últimos toques de limpieza.
El lobo aún no llegaba pero el arma ya estaba listo. Tomo el arma con ambas manos y la dejo caer en el aíre, tuvo que hacer un esfuerzo notable para que el filo no se clavara directo en la tierra. Era pesada pero estaba seguro que aquel golpe al menos cortaría a la mitad la cabeza de un humano común. Con la fuerza adecuada quien sabía que tanto podría hacer. Sonrió satisfecho, el trabajo estaba listo.
Seguía analizando los detalles del forjado, como los acabados. Siempre podía aplicar algo nuevo en sus trabajos viendo las armas que traían sus clientes.
Un grito entonces lo sacó de sus pensamientos y se puso en guardia, aunque noto el movimiento lento. “¿Minotauros? ¿Y se le ocurre traerlo a mi forja, sera estúpido?” Suspiró algo molesto y le arrojó el arma esperando que la fuerza y la distancia fuesen lo suficiente. Acto seguido el brujo desenvaina su acero propio.
La criatura era enorme, incluso más grande que el lobo y se movía rápido. El brujo sabía que un enfrentamiento cuerpo a cuerpo era suicidarse, pero uso una madera para quemarla en la fragua y corrió unos pasos para arrojarla a los píes de la bestia. Canalizó su magia para controlar el fuego y hacer un leve muro de fuego que poco a poco comenzaba a propagarse. Cualquier bestia por enfurecida que estuviese al menos retrocedería. Sacó unos pergaminos de su mochila y comenzó a dibujar unas runas para luego cerrarlos.
-¡Maldito loco! ¡Si llega a hacerle algo a mi taller te cobrare las reparaciones!-.
Kendovlah
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Re: Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
-Disculpa brujo, necesitaba mi hacha-. Le dije mientra la agarraba en el aire, la sostuve unos momentos y le mire el filo, -Quedo bastante bien, me sorprende-.Dije mientras el brujo lanzaba un pedazo de madera al medio de la bestia y yo.-Con eso vas a detener al minotauro?-. dije mientras se alzaba una muralla de fuego.-Oh... ya veo-.
-Eh no te enojes brujo jajaja-. soltando una carcajada imponente. No es la primera vez que me enfrentaba a alguien de ese tamaño,-quizás sea el dia en que le gane a alguien con la misma estatura de padre-. Pensé, sonriendo y temblando con excitación me avalance una vez que la muralla de fuego cayó por completo.
La bestia estaba ahí mirándome a mí y al brujo, corrí hacia la bestia con mi hacha en mano mientras adoptaba la postura para darle una tacleada, lo logre desbalancear hacia atrás pero no lo derribe por completo, el minotauro me había detenido, me estaba propinando golpes en la espada para que lo soltara.-Brujo haz algo, este bastardo es muy fuerte!-. Utilizando toda la fuerza de mi cuerpo lo tome y me ladie para poder derribarlo, una vez en el suelo iba a asestar un golpe en la cabeza con mi hacha, pero el minotauro me detubo los brazos.-Cuanta fuerza bruta tienes!?- le grite en la cara a la enorme bestia.
Me tomo y me tiró hacia el bosque, cayendo de espaldas sobre la tierra. Era la perfecta oportunidad para que ignorara al brujo y me siguiera, me levante y corrí adentrandome en el bosque, me seguía eso era bueno, al menos era un poco más rápido que aquella bestia. Un par de kilómetros más adelante me detuve listo para luchar, tome mi hacha y esperé escondido al minotauro, tal y como en la caza, tenía el factor sorpresa de mi lado, propinarle un buen golpe era mi objetivo.
Esperando arriba de un árbol al cual trepe, vi al minotauro buscandome, era su presa pero no por mucho tiempo, al tener a mi enemigo justo donde lo quería, salte con mi hacha en mano, asestando un golpe en su hombro derecho que casi le corta el brazo si no hubiese sido por el hueso que detuvo el golpe. La bestia bramó de dolor.-Espero que el brujo haya escuchado eso-. Dije Sabiendo que a la bestia aún le quedaban energías.
- La bestia y el muro de fuego:
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-Eh no te enojes brujo jajaja-. soltando una carcajada imponente. No es la primera vez que me enfrentaba a alguien de ese tamaño,-quizás sea el dia en que le gane a alguien con la misma estatura de padre-. Pensé, sonriendo y temblando con excitación me avalance una vez que la muralla de fuego cayó por completo.
La bestia estaba ahí mirándome a mí y al brujo, corrí hacia la bestia con mi hacha en mano mientras adoptaba la postura para darle una tacleada, lo logre desbalancear hacia atrás pero no lo derribe por completo, el minotauro me había detenido, me estaba propinando golpes en la espada para que lo soltara.-Brujo haz algo, este bastardo es muy fuerte!-. Utilizando toda la fuerza de mi cuerpo lo tome y me ladie para poder derribarlo, una vez en el suelo iba a asestar un golpe en la cabeza con mi hacha, pero el minotauro me detubo los brazos.-Cuanta fuerza bruta tienes!?- le grite en la cara a la enorme bestia.
Me tomo y me tiró hacia el bosque, cayendo de espaldas sobre la tierra. Era la perfecta oportunidad para que ignorara al brujo y me siguiera, me levante y corrí adentrandome en el bosque, me seguía eso era bueno, al menos era un poco más rápido que aquella bestia. Un par de kilómetros más adelante me detuve listo para luchar, tome mi hacha y esperé escondido al minotauro, tal y como en la caza, tenía el factor sorpresa de mi lado, propinarle un buen golpe era mi objetivo.
Esperando arriba de un árbol al cual trepe, vi al minotauro buscandome, era su presa pero no por mucho tiempo, al tener a mi enemigo justo donde lo quería, salte con mi hacha en mano, asestando un golpe en su hombro derecho que casi le corta el brazo si no hubiese sido por el hueso que detuvo el golpe. La bestia bramó de dolor.-Espero que el brujo haya escuchado eso-. Dije Sabiendo que a la bestia aún le quedaban energías.
Amethin
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Re: Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
Miro con algo de sorpresa la pelea entre las bestias. ¿Por qué motivo había seguido al lobo aquel minotauro? ¿Lo habrá enviado alguien? La mente rápida del brujo se formulaba ideas mientras guardaba los pergaminos explosivos menores en su bolsillo. Estaban listos para usarse.
Justo cuando el lobo había creado una oportunidad este decide distraer a la bestia y comenzar una carrera frenética hacía el bosque. -Y así pide ayuda...-. Dijo molesto corriendo con su espada en mano en dirección al minotauro. Debía haber algo más ahí, esas bestias no solían atacar por su cuenta y menos en territorios donde no son comunes.
Los píes rápidos del mago pronto lo llevaron donde las bestias volvían a encontrarse, no sin antes usar su magia para apagar el fuego. El bosque era bastante frondoso, pero el grito del minotauro y el haber cazado casi toda su infancia en él le daban un sentido de orientación casi envidiable por los cazadores más experimentados. Eso y el hecho de que la torpe bestia iba derribando árboles a lo loco con su paso. Cualquier niño podría haber seguido esa pista.
-¡Amethin, muevete!-. Dijo al verlos mientras corría y abría uno de los pergaminos. Este lo hizo explotar a quema ropa en la cara del minotauro. No fue suficiente para atontarlo. Sintió un golpe duro en el estómago, pero en vez de retroceder lo soporto casi antes de quedar inconsciente y se agarró del brazo herido de la bestia. -¿¡Eso es todo?¡-. Contestó el mago enfurecido y soltó una mano, a quema ropa uso su habilidad de ascuas en la herida producida por el hacha del chucho gigante. El hombro se le hizo pedazos y las llamas se propagaron por la piel produciendo varias quemaduras de tercer grado, internas y externas. El brujo sonrió satisfecho pero un nuevo golpe en el estómago lo mando a volar.
Terminó golpeándose la espalda con el tronco de un árbol para terminar sentado y formando una mueca de dolor. Busco su espada a un costado suyo y volvió a empuñarla al notar que la bestia salvaje volvía a arremeter contra él. -¡Ahora!-. Gritó al lobo poniéndose de píe con algo de esfuerzo, necesitaba recuperar fuerzas pero la bestia había quedado arrinconada y un golpe por detrás sería suficiente para terminarla.
Justo cuando el lobo había creado una oportunidad este decide distraer a la bestia y comenzar una carrera frenética hacía el bosque. -Y así pide ayuda...-. Dijo molesto corriendo con su espada en mano en dirección al minotauro. Debía haber algo más ahí, esas bestias no solían atacar por su cuenta y menos en territorios donde no son comunes.
Los píes rápidos del mago pronto lo llevaron donde las bestias volvían a encontrarse, no sin antes usar su magia para apagar el fuego. El bosque era bastante frondoso, pero el grito del minotauro y el haber cazado casi toda su infancia en él le daban un sentido de orientación casi envidiable por los cazadores más experimentados. Eso y el hecho de que la torpe bestia iba derribando árboles a lo loco con su paso. Cualquier niño podría haber seguido esa pista.
-¡Amethin, muevete!-. Dijo al verlos mientras corría y abría uno de los pergaminos. Este lo hizo explotar a quema ropa en la cara del minotauro. No fue suficiente para atontarlo. Sintió un golpe duro en el estómago, pero en vez de retroceder lo soporto casi antes de quedar inconsciente y se agarró del brazo herido de la bestia. -¿¡Eso es todo?¡-. Contestó el mago enfurecido y soltó una mano, a quema ropa uso su habilidad de ascuas en la herida producida por el hacha del chucho gigante. El hombro se le hizo pedazos y las llamas se propagaron por la piel produciendo varias quemaduras de tercer grado, internas y externas. El brujo sonrió satisfecho pero un nuevo golpe en el estómago lo mando a volar.
Terminó golpeándose la espalda con el tronco de un árbol para terminar sentado y formando una mueca de dolor. Busco su espada a un costado suyo y volvió a empuñarla al notar que la bestia salvaje volvía a arremeter contra él. -¡Ahora!-. Gritó al lobo poniéndose de píe con algo de esfuerzo, necesitaba recuperar fuerzas pero la bestia había quedado arrinconada y un golpe por detrás sería suficiente para terminarla.
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Re: Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
El brujo había dejado al minotauro expuesto a cualquier tipo de ataque, era el momento perfecto para liquidar a la bestia, me apresure a socorrer al brujo antes de que el tauro lo alcanzara, salte sobre la espalda de la bestia la cual no dejaba de moverse pegando cornadas al aire, lo agarre del cuello tratando de asfixiarlo.
El minotauro comenzaba a ceder al cansancio y las heridas propinadas por el mago y el lobo.-por fin está cayendo el grandullón-. Fruncia el ceño mientras ahorcaba a la bestia, use toda mi fuerza en esa llave tan simple, lo levante del piso mientras daba patadas con sus últimas fuerzas, un distintivo sonido *crack* se escucho salir del cuello del minotauro, deje caer el cuerpo al piso y mire al brujo.-Eres bastante valiente y fuerte para ser un enano-. Dije entre carcajadas.
Me senté durante un momento para descansar, saque mi libro de notas para anotar las características de la criatura y su comportamiento,-Bueno con eso bastara-. Ahora no hay que desperdiciar el cadáver, me levante y me quede unos minutos mirando al cuerpo, para después proceder a darle un golpe con mi hacha entre ojo y ojo. -ahora si esta muerto-. Rompí sus cuernos, serán un buen trofeo, quizás pueda hacer algo con ellos, le rebane el brazo que no estaba calcinado. -Eh brujo a que tienes hambre-. Dije mientras levantaba el brazo del minotauro.
El minotauro comenzaba a ceder al cansancio y las heridas propinadas por el mago y el lobo.-por fin está cayendo el grandullón-. Fruncia el ceño mientras ahorcaba a la bestia, use toda mi fuerza en esa llave tan simple, lo levante del piso mientras daba patadas con sus últimas fuerzas, un distintivo sonido *crack* se escucho salir del cuello del minotauro, deje caer el cuerpo al piso y mire al brujo.-Eres bastante valiente y fuerte para ser un enano-. Dije entre carcajadas.
Me senté durante un momento para descansar, saque mi libro de notas para anotar las características de la criatura y su comportamiento,-Bueno con eso bastara-. Ahora no hay que desperdiciar el cadáver, me levante y me quede unos minutos mirando al cuerpo, para después proceder a darle un golpe con mi hacha entre ojo y ojo. -ahora si esta muerto-. Rompí sus cuernos, serán un buen trofeo, quizás pueda hacer algo con ellos, le rebane el brazo que no estaba calcinado. -Eh brujo a que tienes hambre-. Dije mientras levantaba el brazo del minotauro.
Amethin
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Re: Las islas del sur oeste [privado] [Terminado]
Observó la llave de Amethin, simple pero efectiva. Entonces se dejo caer al suelo cuando la criatura dejo de moverse. Su mirada se volvió fría y calculadora. Seguía preguntándose que demonios hacía una de esas criaturas en esa zona, por más que lo pensaba no le cuadraba. Algo o alguien debía estar moviendo hilos en torno al hombre lobo o al brujo.
Por ahora no sentía más peligro cerca, estaban a salvo pero algo le decía que vendrían más de esas cosas pronto. -Si puedes despellejalo. Su piel puede servir para armaduras nuevas-. Dijo levantándose. Aún algo pensativo mientras agarraba con fuerza una piedra en el bolsillo de su túnica y envainaba su espada. -Bien, tu cocina. Yo intentare buscar en mis libros-. Tenía que leer más sobre minotauros. -Esa cosa no debería haber venido aquí sin que nadie más lo notase-.
Comenzó a caminar de vuelta hacía la forja. Una vez ahí abrió la puerta y la ventana para que Amethin pudiera pasar. Algo le decía que su inteligencia no era la suficiente como para agachar la cabeza y pasar por la puerta, además hace tiempo no ventilaba el lugar.
Dejo la mochila sobre el mostrador y comenzó a repartir los materiales. De vez en cuanto usaba la telequinesis para llevar los libros a su pequeño cuarto mientras caminaba con naturalidad por la pequeña choza. Una vez todo en su lugar y el fuego de la chimenea prendido con magia como de costumbre, se sentó en la mesa y comenzó a leer un título llamado: “Bestias de Aerandir y ubicaciones” Así mismo sacó un mapa bastante viejo de su bolsillo que encontró en una de sus aventuras por si encontraba algo de utilidad en el libro. Casi se podía decir que había olvidado totalmente a su nuevo visitante y cobrarle por el hacha. Supuso que estaba bien así, después de todo solo no habría podido con el minotauro.
No podía estar del todo tranquilo. Algo le causaba mala espina y sabía que eran problemas, debía estar preparado...
Por ahora no sentía más peligro cerca, estaban a salvo pero algo le decía que vendrían más de esas cosas pronto. -Si puedes despellejalo. Su piel puede servir para armaduras nuevas-. Dijo levantándose. Aún algo pensativo mientras agarraba con fuerza una piedra en el bolsillo de su túnica y envainaba su espada. -Bien, tu cocina. Yo intentare buscar en mis libros-. Tenía que leer más sobre minotauros. -Esa cosa no debería haber venido aquí sin que nadie más lo notase-.
Comenzó a caminar de vuelta hacía la forja. Una vez ahí abrió la puerta y la ventana para que Amethin pudiera pasar. Algo le decía que su inteligencia no era la suficiente como para agachar la cabeza y pasar por la puerta, además hace tiempo no ventilaba el lugar.
Dejo la mochila sobre el mostrador y comenzó a repartir los materiales. De vez en cuanto usaba la telequinesis para llevar los libros a su pequeño cuarto mientras caminaba con naturalidad por la pequeña choza. Una vez todo en su lugar y el fuego de la chimenea prendido con magia como de costumbre, se sentó en la mesa y comenzó a leer un título llamado: “Bestias de Aerandir y ubicaciones” Así mismo sacó un mapa bastante viejo de su bolsillo que encontró en una de sus aventuras por si encontraba algo de utilidad en el libro. Casi se podía decir que había olvidado totalmente a su nuevo visitante y cobrarle por el hacha. Supuso que estaba bien así, después de todo solo no habría podido con el minotauro.
No podía estar del todo tranquilo. Algo le causaba mala espina y sabía que eran problemas, debía estar preparado...
Kendovlah
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