La puertica de madera [Taller ArcanoAlquimista de Maguita y Pelusa]

    Un día como cualquier otro… otra vez sin ningún pedido en el pequeño taller que había abierto hace algún tiempito, al parecer nadie quería comprarme nada. La gente ganaba y ganaba aeros para reunirlos y que estos se quedaran en sus bolsillos. Yo no entendía como es que algunos se mataban trabajando y haciendo cosas para ganar dinero y no gastarlo.

    Quería aprovechar... estas era fechas de muy buena venta para la mayoría de la gente, estas se ponían un poco más sentimentales con la familia, amigos y parejas. Se me ocurrió entonces colocar en mi puertica de madera un cartel blanco escrito con tinta lo siguiente:

“Obtén hasta un 50% de descuento, todo depende de la suerte”

    Se me ocurrió que tal vez si hacía una promoción y era muy considerada con mis clientes a lo mejor tendría al primero.

    Crucé mis dedos y dejé que las cosas sucedieran, yo lo que haría sería tomar los pedidos y al finalizar aquellos darles un descuento al azar (por lo lindo de su letra).

-¡¡Mi primeeeer clienteeee!! ¡Que emoción!- grité en cuanto llegué a mi solitario taller y me di cuenta de que alguien a quien no obligué se acercó a hacerme un pedido.

-Ok, ok, no entres en crisis, todo estará bien… no te desmayes de emoción, es sólo un tonto trabajo- me dije a mí misma mientras ayudaba a Pelusa a entrar por la puerta secreta y cerrada dentro de mi taller.

    En cuanto estuvimos adentro traté de mantener la compostura, respiré hondo y grité -Siiiiiiiiiiiiiiiiiiii- luego canté repetidas veces-Tengo un pedido, tengo un pedido…-. Le agarré las patas delanteras a mi aion ya grandesito y lo puse a bailar conmigo como si fuese mi pareja -Pelusa, muevelooo. ¡Vamos! Siente el ritmo, deja que el baile corra por tus ¿venas?-

    Después de que me haya comportado de la forma más madura y comprensible del planeta me acordé de que tenía trabajo que hacer. Me apresuré a revisar las cajitas de los estantes, y resultaba que la de la letra D estaba llena. Tenía una espada muy bonita y una nota en donde decían las especificaciones. El quería una infusión de electricidad sobre aquella arma.

-¡¡¡Pelusaaaa!!! Tu que lo sabes todo… ¿Sabes como hacer una infusión elemental?-le pregunté a mi aion.

    El movió su cabeza de un lado a otro y se acercó al estante en donde tenía unos cuantos libros muy interesantes que había traído de Beltrexus al momento de mi desaparición. -Tienes razón, ahí debe decir algo de eso…- dije acercándome para buscar algún libro de encantamientos que me sirviera.

    Agarré el primero que vi y me gustó  mucho el que tenía la caratula morada, se veía muy misterioso. Ese libro no hablaba de hechizos precisamente, sino de pociones… la receta de la poción de destreza era bastante interesante. -¡Yo quiero una!- Dejé la página abierta en donde salía la receta y busqué un papel para anotar todos los materiales que necesitaba: limón, fresa, naranja, lastia, ascua de dragón y mucha mucha lastia.

-¡Necesito concentrarme!- busqué otro libro y luego otro, hasta que encontré algo que tuviese que ver con hechizos de infusión elemental. Lo bueno es que conseguí el hechizo en uno de los libros, lo malo fue que el brujo que había sido autor de aquel grimorio estaba loco, fue famoso por la efectividad de sus hechizos y también por los métodos peculiares que tenía para realizarlos.

    En el grimorio decía en otro idioma algo con relación a todas las infusiones en objetos. El proceso era prácticamente el mismo, pero con posturas diferentes. Debía consumir un jugo de pepino, con moras, zanahoria, tomate y un diente de ajo, luego de tragarlo debía parpadear dos veces, aplaudir una vez, ponerme de cabeza y en esa posición decir el encantamiento.

    Salí con Pelusa a comprar todos los ingredientes y a prepararme mentalmente para realizar ese hechizo tan extraño. Cuando llegué a mi área de trabajo aparté todo de la mesa y empecé primero por lo primero… el hechizo.

    Piqué el pepino y la zanahoria en rebanadas, aplasté las moras con una rodaja de tomate y un diente de ajo. Coloqué todo en un recipiente de madera y con un cuchillo empecé a revolver para que se picara todo y se mezclara, le coloqué un poquito de agua para que se diluyera y al final lo coloqué en un vaso. Ni el color ni el olor se veían apetitosos, era como una mezcla color rojo oscuro casi marrón, se veía realmente desagradable.

-Ojalá existiera algún aparato que permita que este momento lo pudieses grabar en tu memoria y repetirlo mil veces… me encantaría poder ver mi reacción, Pelusa… No me dejes de ver… porque a lo mejor puedo conseguir una poción que me permita ver tus recuerdos…- le dije a mi mascota.

    Me tomé rápido aquel jugo que viajó rápido atreves de mi garganta, parpadee dos veces, aplaudí una vez, me paré con las manos de cabeza pegada a una de las paredes y dije: “ilektrikís enérgeias énchysi”.(1)

    Salí corriendo a tocar la espada que debía encantar y sin querer le vomité encima toda la mezcla que me había tomado anteriormente. Ese día había decidido no volver a hacer encantamientos.

    Al contacto de mi vomito con la espada esta empezó a brillar y todo aquello que salió de mi boca como un liquido desagradable fue absorbido por la espada.

-Nadie tiene que enterarse de que la espada se comió mi desastre-le dije a Pelusa -...y tú no digas nada-

    La espada que había estado cubierta de vomito ahora se encontraba cubierta de electricidad, de vez en cuando soltaba uno que otro rayito que se veía bastante poderoso. -Listo, ya le hice el pedido a ¿Destino?- me quedé leyendo pensativa -¿será el Destino que yo conozco o fue algún gracioso con ganas de hacerse sentir importante?-

    Pensé en cuanta probabilidad había de que fuese el mismo Destino que yo conocía, aquel al que le dejé una bonita marca de corazón un sus pompis con mis agujas. Luego dejé eso a un lado para poner manos a la obra con mi poción. Mezclé todos los ingredientes que había en la lista, aunque la lastia primero la tuve que sofreír con la fresa y luego revolví todo. Aquella combinación de sabores seguramente haría que aumente la destreza de quién la tomara.

    Tomé de Destino unos 140 aeros por el 30% de Descuento, le metí su arma en el casillero D y le escribí una nota de entrega:

“Esta arma tiene una garantía de 2 meses. Espero que te guste Destino… tanto como los corazonsitos en el pompito.

Por haber comprado aquí tienes un regalo gratis: Una pócima de destreza, usala sabiamente.

Con mucho cariño,
Alguien que te quiere mucho.”

    No estaba muy segura de que fuese el Destino que conocía, pero no creo que a nadie le moleste que le digan que lo quieren, a lo mejor con eso hacía feliz a alguien.

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OffRol
(1) ηλεκτρικής ενέργειας έγχυση en griego significa infusión de electricidad.

Arma de Destino:

Poción:

Súper OffRol



Sólo por este mes
El día de las madres se acerca
Y como todos tenemos historias dramáticas sin padres...
Los primeros 3 personajes sin mamá que compren en mi taller tienen un 50% de descuento.

¡No te lo pierdas!
¡Ahorra!

No dejes que tu personaje llore sin su mamá, compra y ahoga tus penas comprando.

¡Esto sólo sucede en la puertica de madera!

Cuéntale a tus amigos sin padres; seguro querrán comprar.

    Me había encantado la reacción de la loba, me gustaba sinceramente como peleaba y me gustó que a ella también le gustara, o al menos eso parecía. Le devolví una dulce sonrisa y seguimos cabalgando.

    Al llegar, Zuki se bajó primero y la miré mientras amarraba el caballo. Me bajé con cuidado, y le hice señas a Pelusa para que entrara por la puertica.

-Con respecto al caballo, puedes quedártelo solo si te vas mañana por la mañana. Me parece un poco arriesgado tenerlo aquí.- hice una leve pausa -Si … bueno este local es mío, es pequeño pero acogedor… Por cierto, siempre está abierto, no necesitas ni llave ni nada para entrar.- le expliqué mientras abría la puerta para que mi invitara pasara conmigo a mi taller.

    Sonó la campanita que tenía sobre la puerta… y al entrar me encontré con la mesita de madera, una silla y el libro rojo en dónde aceptaba pedidos -Zukurita, jajaa me alegra ser la primera bruja que te caiga bien- dije pasandole un caramelo que había sobre la mesa; siempre tenía caramelitos para mis clientes -En este libro rojo- le señalé - recibo pedidos mágicos, y allá- señalé una puerta que esta vez si tenía cerradura -hago mi magia con algunos materiales que tengo. Si quieres podemos pasar la noche ahí, no es muy grande… pero es seguro y el piso no es tan frio… a parte tengo cobijas- dije sonriente.

    Abrí la puerta de mi “laboratorio”, invité a Zuki a pasar y en el podría ver un mesón largo con unas cuantas plantas encima, y un estante de libros. -No soy muy buena con la herbología, pero poco a poco voy aprendiendo- dije para buscar un libro en una repisa, sabía que a lo mejor conseguía algo que regalarle a mi invitada.

-Lo tengo- dije señalando un hechizo con el dedo.

    Me emocioné mucho y salí en busca de los materiales, seguro los iba a encontrar en mi taller porque tenía unos cuantos materiales interesantes y nuevos.

    Busqué lágrimas de dragón, pétalos de tulipan y sin permiso le arranqué un cabello a mi compañera… Lo mezclé todo y con telekinesis hice que una pulsera que tenía por ahí en el piso se acercara a mi mano. Sumergí aquel cuero en la mezcla y con ayuda del libro pronuncié un encantamiento, pero esta vez quería hacerlo diferente… por ser algo relativamente sencillo el libro me decía que podía conjurarlo con cualquier rima en cualquier idioma, pero debía mover el objeto de una determinada forma y estar pensando en el hechizo.

    Respiré hondo y empecé a improvisar cerrando mis ojos -Ay pociones que envenenan, y hay otras que son de amor; pero en esta ocasión … mi amiga necesita pudor- terminé de pronunciar y toda la sustancia fue absorbida de forma extraña por la pulsera.

-Aquí tienes- le dije dándole aquellas tiritas de cuero -Ahora tienes un accesorio hechizado… cada vez que te conviertas y tengas la pulsera puesta, recuperaras tu ropa. Espero te guste. Gracias por esa increíble aventura. Si en algún momento me necesitas sabes que me puedes escribir en este libro y lo leeré- le dije.

OBJETO	MATERIALES
Pudor	4
TOTAL	4

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OffRol
Zuki, no tienes que responder… ya nuestro rol terminó…
Es un regalo con mucho cariño de mi parte. (No olvides ponerlo en tu lista de tareas)

Pulsera:

Master: descontar los 40 aeros, y sumar mis 4 + 2 materiales en arcanos.

    Las cosas habían cambiado un poco desde que estuve otra vez en las catacumbas, cada vez me involucraba un poco más en situaciones peligrosas, y con el gremio había visto que las cosas se iban a complicar un poco más; por eso cuando llegué otra vez a mi taller me propuse a investigar formas de estar mejor preparada para las siguientes aventuras. Sabía que era buena con la telekinesis, sin embargo prefería usar mi arco y mi flecha para defenderme, eso implicaba menos cansancio mental, y me permitía tener una carta bajo la manga por si las cosas se descontrolaban, pero aún así sentía que eso no era suficiente.

    Estuve con Pelusa unos días en las catacumbas, buscando materiales, libros, consejos a la hora de un enfrentamiento, y me encontré con la idea de mezclar mi habilidad con el arco con mis cualidades de bruja, y aquello sinceramente me emocionaba, así que me puse manos a la obra. Compré papiro, pólvora, aceite de coco, orégano y tinta negra. Agarré con cuidado el papiro y con un cuchillo corté tres pedazos pequeños -del tamaño de la palma de mi mano, aproximadamente-, luego aparté el papiro restante y me concentré sólo en los tres pedazos. Busqué un pequeño sitio en donde colocar dos gotas de aceite de coco, una ramita de orégano y medio vaso de agua; lo mezclé todo sin importarme si los ingredientes se integraban y esperé unas minutos mientras leía bien las instrucciones para hacer pergaminos explosivos. Había leído que hay muchas formas de hacer los mismos hechizos, cada brujo tenía sus costumbres, pero esta forma de hacer pergaminos explosivos era bastante antigua, un poco rudimentaria pero efectiva, y era definitivamente la que seguiría.

    Después de que unos 15 minutos pasaran agarré los pedazos de papiro y los fui sumergiendo uno por uno en aquella mezcla durante unos 3 segundos, para luego dejarlos sobre la mesa. Luego agarré un poquito de tinta, para mezclarla con pólvora y tener una tinta mucho más espesa. Tomé una pluma, la sumergí en la tinta, y aún con los papiros un poco mojados escribí sobre cada pedazo de papel una X en el centro; lo hice haciendo trazos finos y muy lentos mientras pronunciaba las palabras necesarias.

-Akbar- dije haciendo una línea de izquierda a derecha, de arriba para abajo y luego -Ainfijar- de derecha a izquierda, de abajo para arriba, con el fin de completar la “X”.

    La tinta se adhirió al papel como cualquier tinta, pero luego el papiro hizo como si ¿palpitara?, algo así, y la tinta que al principio era negra se tornó de un color morado oscuro.

    Aquel hechizo era una variación del pergamino de explosión, pues se me había ocurrido que en vez de lanzar o abrir el pergamino para que este funcionara, podría clavarlo en la punta de mis flechas y así poder usarlo con mayor eficiencia.

    Repetí el proceso de dibujar las dos “X” en los pergaminos que me sobraban, y luego esperé un rato a que secara.

OBJETO	MATERIALES
Pergamino Explosivo	14
Pergamino Explosivo	14
Pergamino Explosivo	14
TOTAL	42

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OffRol

Akbar Ainfijar, significa explosión mayor en árabe.
En reserva tengo: 6 materiales usados de arcanos y 1 de alquimia.
Si hago tres pergaminos explosivos (14 m), son 14 x 3= 42 . 42 + 6(de la reserva)= 48 materiales
48 / 8 (cada 8 materiales es un punto) = + 6 puntos de arcanos
En reserva me queda: 0 de arcanos y 1 de alquimia.
Y se me restan 420 aeros (42 materiales por 10 que es el precio del material).

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Desprecio
Orgullo
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Neutral

La emoción que desees

    He pensando que ya que llevo tanto tiempo alejada de todo y de todos es momento de hacer unos cuantos cambios; al fin de cuentas mi cuerpo poco a poco estaba cambiando, mi voz, e incluso Pelusa estaba más grande, otro pequeño cambio podría darle a mi nuevo aspecto un giro interesante.

    La magia a la que había estado acostumbrada siempre ha sido muy discreta, cosa que es buena cuando no quieres dejar rastros, pero a la hora de intimidar no es tan divertida. Hay libros que relatan historias de brujos muy poderosos que al hacer sus hechizos brotan de sus extremidades un maná de algún color; y esto me parece grandioso. Como no encuentro una forma natural de hacer que salga de mi mano agua, porque no es mi especialidad, tampoco puedo hacer salir de mis manos aquella luz mágica que se ve tan épica. Leyendo las recetas de los libros de mi taller y recordando conjuros que ya había hecho, me dí cuenta que podía utilizar uno de los hechizos a mi favor. Compré todos los ingredientes correspondientes y me puse manos a la obra a seguir paso a paso todo lo que la receta me decía. La verdad es que esta era una receta original mía, pero está basada en recetas anteriores y existentes de infusiones elementales.


Ingredientes:
Dos anillos lindos comprados en el mercado.
Zanahoria
Lavanda
Menta
Fresa
Manzana
Rapónchigo nocturno iridiscente
Lastia
Mandarina
Agua

Preparación (debe hacerse de noche):

Triturar con algún instrumento de madera toda la planta de rapónchigo (flor y tallo) y mezclar con lavanda triturada.

Poner el agua a hervir e introducir los anillos y la lavanda con el rapónchigo triturado. Tapar el envase y dejar que se cocine.

Mientras se prepara un jugo con lastia, zanahoria, menta, fresa, manzana, mandarina y agua. Se agita bien y está listo.

Conjuro:
Con el jugo listo, y el agua hirviendo con los anillos, se procede a hacer lo siguiente:
Me tomo el jugo, parpadeo dos veces, aplaudo una vez, luego me coloco de cabeza unos 5 segundos, y luego me paro frente al caldero, lo destapo y pronuncio las palabras mientras tengo estiradas mis manos en dirección al caldero:

-In eoque infuso aeruginem veritatis, ut mea industria visualize- que significa: “Con esta infusión de verdad, yo quiero visualizar mi maná”

OBJETO	MATERIALES
Infusión Elemental	10
Infusión Elemental	10
TOTAL	20

Anillos pequeños y delicados:

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OffRol
Se me restan 200 aeros
Se me suman 2 puntos arcanos (cada 8 materiales es un punto)
Me quedan por ahí pendiente 4 materiales arcanos y 1 de alquimia.

    El elfo era bastante guapo, pero al parecer bastante tonto, no podía entrar a mi taller sin hacer el desastre del siglo, pero bueno, debía admitir que le había agarrado cariño. Obviando que sus piesotes hicieron un desastre quería aprovechar su interesante actitud de soberbia para probar con sus armas unos hechizos arcanos que había visto hace un tiempo en un grimorio.

    Miré sus movimientos, el trapeador y… llevé mi mano a la cara, suspiré y le pedí a todos los dioses que me dieran paciencia. Ante su pregunta de qué hacía yo ahí no pude evitar contestarle de forma sarcástica -Vendo caramelos y tortas con mucho merengue rosa- y aproveché para quitarle sus armas. Él parecía realmente muy preocupado por lo que yo le pudiese hacer a sus bebés, y eso me causaba bastante gracia.

-Tranquilo angelito, ya vengo… puedes comerte todos los caramelos y dibujar mientras salgo- entré un momento a la puerta de atrás y de ahí saqué papel, un poco de tinta y un montón de caramelos para que él se entretuviera con eso. Luego me devolví a aquel cuarto y cerré la puerta para que él no pudiese entrar ni ver absolutamente nada, por suerte ya había comprado los materiales para probar esos hechizos y no necesité salir a comprar nada.

    Entré emocionada y coloqué las dos puñales en la mesa larga de madera y saqué el grimorio, actualmente estaba haciendo bastantes infusiones y eso me gustaba.

    Lo primero que hice fue buscar los materiales de todos los conjuros que iba a hacer, claramente iba a tardar más o menos, así que Khariz tendría que esperar.

    Mientras buscaba todo me daba un poco de dolor el tener que usar el polvo del buey, pero era necesario para potenciar mi alcance mágico. Suspiré y me puse manos a la obra. Lo primero que iba a hacer era el pergamino emocional, un pequeño regalo que le quería dar al elfo, pero era lo que más energía me iba a costar, por lo que quería hacerlo primero, a demás que toma como fuerza directamente mi maná. Lo bueno de hacer esto primero es que la preparación para el pergamino emocional me iba a ayudar a tener mayor concentración en los otros encantamientos.

    Coloqué dos hoyas pequeñas con agua a hervir, una en donde coloqué una corteza, y en otro coloqué la estrella del tiempo, la uva dorada y la hoja del rey. La infusión de dureza podía esperar.

    Preparé la infusión para el pergamino y empecé a mojar las cuatro puntas del papiro morado, estaba muy emocionada ya que era primera vez que hacía ese tipo de pergaminos, a demás de que el morado era un color muy lindo.

    El momento había llegado, así que con mis dedos verifiqué que tenía mis anillos mágicos y me tomé la infusión; luego agarré carboncillo y empecé a dibujar, mientras eso sucedía hice que de mis anillos saliera una especie de aura/luz/maná mágico(1) de color azul oscuro y dije con firmeza  -Katáthlipsi- (2)mientras sentía correr por mi cuerpo aquella emoción saliendo de mí y plazmandola en papel.

    Cuando por fin terminé el dibujo y el pergamino estuvo listo lo dejé a un lado y me puse en marcha con los demás encantamientos.

    Seguí con la infusión de dureza, ya que me parecía una técnica medio loca. Le coloqué  dos hojitas de menta y el polvo de buey a el agua con corteza, para luego empezar a removerlo con la media zanahoria y dejar que eso se terminara de cocinar para luego dejarlo en una taza; mientras el té se enfriaba me puse a frotar un poco de baba de morski en la superficie filosa de la empuñadura más pequeña.

    Me tomé ahora esta nueva infusión, me coloqué en parada de manos(3) y esperé unos segundos, luego me puse normal otra vez, agarré la pata de ábina y empecé a darle toques como si estuviera bendiciendo la espada, para decir: -énchysi sklirótita-(4)

    Luego de que la primera empuñadura estuvo lista salí a ver cómo estaba Khariz y le entregué el pergamino que le había hecho y a su espada pequeña.

-Ahora es mucho más dura…- le expliqué -Y con respecto a este rollo morado… no lo abras, muéstrale el contenido a uno de tus contrincantes y vencerás- hice una pausa y le comenté más detalles del pergamino -Está hechizado con depresión, así que quien lo lea sentirá esa emoción-.

-¡Uh! Por cierto… me falta una de tus armas- le dije justo antes de correr y meterme de nuevo a mi laboratorio.

    Quería probar ahora hacer la infusión vampirica, y para eso no había que hacer tanta cosa. Seguí las instrucciones al pie de la letra y listo, salí con la otra arma.

-Aquí tienes… Espero te guste- le dije entregándole el arma, para luego con mucho cariño explicarle las nuevas habilidades que tenían sus empuñaduras, y hacerle énfasis en lo peligroso que era que él mismo viera el contenido del pergamino morado.

    Antes de que se fuera le estampé un dulce beso en la mejilla y lo dejé libre.