El Dragón Errante [Arcanos - Curtiduría]

Daban igual los avisos, los suyos o los de Kasha, a nadie le importaba que hubiera algo turbio detrás de todos aquellos espejos mientras la tal Gabriela trajera visitantes, y dinero, sobre todo dinero, a Roilkat. No es que Valeria pudiera culparlos por no escuchar, después de todo, Kasha tenía un cierto aire de loca de los gatos, o más bien una fuerte ventolera. Y ella misma... bueno, no ayudaba que no pudiera dar su nombre o siquiera dejarse ver por Roilkat después de que aquella cosa se pusiera su cara para pasearse por ahí degollando gente.

Debería largarme y dejarlos a su suerte con esos malditos espejos, se dijo no por primera vez. Ella ya había perdido meses de su vida perdida en aquel otro mundo. Lo mejor que podía hacer sería alejarse de Roilkat. Pero le llenaba de rabia ver manchado así su nombre, después de cómo había trabajado para forjarse una vida mejor. Si quería limpiarlo, debía averiguar cuál era el juego de la mujer-bestia y exponerlo a todo el mundo. Y eso pasaba por entrar en una ciudad por la que circulaban carteles de se busca con su cara. Apostaría a que ese monstruo hasta se paró a posar para que le hicieran un buen retrato con la cara de otra.

Suspiró amargamente, hasta que su mirada encontró por fin lo que había estado buscando. Se estaba preparando un buen espectáculo en Roilkat, lo cual atraía artesanos y mercaderes ambulantes a la ciudad, por lo que encontrar a la curtidora fue tarea fácil. Se acercó a su puesto con la capucha bien calada, no fuera que apareciera algún local que pudiera señalarla con el dedo.

—Muy buenas —saludó—. Necesito ayuda para un pequeño encargo.

Y, acto seguido, le dio un par de golpecitos a su bolsa, haciendo tintinear las monedas que llevaba dentro. Esperaba que el gesto le evitara tener que contestar preguntas incómodas.


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OFF: Encargo a Meraxes un Set Para Disfraces.

No recordaba donde estaba, solo sabia que estaba con la dragona que había conocido en el arenal y de alguna extraña manera habían logrado dar con Meraxes -Sabia que eventualmente la encontraríamos- señalo mientras se acercaba al puesto de Meraxes, botella en mano se llevo un trago a la boca y con su mano libre se quito el trozo de tela roja que llevaba amarrada a la cintura -Meraxes, mi gran amiga, ya me canse de tener que robar ropa cada vez que me pongo loquito, necesito que encantes esto con algo que me ayude con ese problema.- señalo dejando el trozo de tela en la mesa y una bolsa de aeros al lado. Entonces recordó que no iba solo -Oh ella es otra dragona, no se como se llama, pero me pateo el trasero y evito que causara algún desastre en el arenal, no se que va a encantar pero dale la misma solución que a mi- señalo mientras empujaba a la dragona al frente para que reclamara su recompensa. Un leve eructo hizo que la tela de su mano se iluminara, el borracho se entusiasmo ya que había olvidado que Meraxes también había hecho eso por el.

OFF: Vengo por 2 encantos de pudor, uno para mi y el otro para Monza, eso gracias -3-

Yo solo vengo a que Nero me invite a un encantamiento de pudor.

El borracho se despertó de golpe, no se trataba en realidad de que hubiera dormido sino el hecho de que por tanto alcohol, perdía el conocimiento, desmayarse y dormir no eran lo mismo y el cuerpo comenzaba a pasarle factura, observo a su alrededor y le pareció estar en un lugar conocido.

-¿Cuanto tiempo llevo en esto de desmayarme y recuperar la conciencia?- preguntaría el borracho.
-Dos días desde que te dije que el mundo acabaría en 11 dias- respondería Meraxes mientras limpiaba el lugar.
-¿Vamos a morir?, rayos necesito beber algo- diría Nero quien convenientemente tenia una botella a su lado.
-No señor, ya es suficiente, no puedo soportar mas días de esto y debo irme, así que o compras algo o te vas a beber a otro lado- señalaría la rubia al momento de quitarle la botella.
-Cielos, de acuerdo, dame un látigo o lo que sea y devuélveme la botella, necesito beber hasta olvidar que se acaba el mundo- diría el borracho quitándole la botella y tirándole una bolsa con los pocos aeros que le quedaban.

El descanso eterno, finalmente le había llegado la hora y, sin embargo, que era lo que realmente temía el borracho como para querer olvidar algo que tanto había anhelado.

OFF: vengo a comprar un latigo normal, eso gracias -3-