Resaca [Noche - Libre 6/6 - Cerrado]
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Re: Resaca [Noche - Libre 6/6 - Cerrado]
No sabía como lo conseguimos, pero tampoco importaba. Lo único relevante era que entre todos habíamos conseguido inmovilizar a Sango y meterle esa fruta en la boca. Después de volver en si pareció sonreír, sólo para caer al suelo como un saco de nabos inmediatamente después. Yo tomé algo de distancia y me dejé caer para quedarme apoyado en la pared, pues después del esfuerzo me había quedado sin reservas y estaba hambriento, a lo que no ayudaba nada que mis compañeros heridos oliesen suculentos. Aunque el pensar en compañeros heridos me recordó que habíamos dejado a Sango hecho un escombro, y quizás le vendría bien un poco de asistencia.
- Si alguien puede curar, estaría bien que le echara una mano a Sango. Parece que nos hemos venido un poco arriba con lo de reducirle.- Y con eso quería decir que le habíamos dado una paliza como nunca le había dado a nadie a quien no quisiera matar.- Por cierto, Gaegel, ¿no habrás dejado por aquí cerca el trozo de carne de antes, no? Me vendría bien un poco de sustancia.
Dudaba que fuese a tener esa suerte, pero en una ciudad tan grande como esa estaba complicado el alimentarme. Si no quería comer humanoides, y no estaba tan desesperado como para recurrir a ese pozo de inmundicia que eran las ratas y las palomas, necesitaba ganado, ovejas si me dejaban elegir, pero en lugares como este, eso era un objetivo bastante alejado de la realidad.
- En fin, supongo que a pesar de los problemas, al menos ha salido todo bien. ¿Os apuntáis a otra ronda a ver si esta vez acaba bien?- Les pregunté a todos mientras empezaba a reirme por el cansancio y el alivio de que hubiese terminado esta locura. Y lo peor es que no sabía ni si la proposición de volver a una taberna era en broma o no.
- Si alguien puede curar, estaría bien que le echara una mano a Sango. Parece que nos hemos venido un poco arriba con lo de reducirle.- Y con eso quería decir que le habíamos dado una paliza como nunca le había dado a nadie a quien no quisiera matar.- Por cierto, Gaegel, ¿no habrás dejado por aquí cerca el trozo de carne de antes, no? Me vendría bien un poco de sustancia.
Dudaba que fuese a tener esa suerte, pero en una ciudad tan grande como esa estaba complicado el alimentarme. Si no quería comer humanoides, y no estaba tan desesperado como para recurrir a ese pozo de inmundicia que eran las ratas y las palomas, necesitaba ganado, ovejas si me dejaban elegir, pero en lugares como este, eso era un objetivo bastante alejado de la realidad.
- En fin, supongo que a pesar de los problemas, al menos ha salido todo bien. ¿Os apuntáis a otra ronda a ver si esta vez acaba bien?- Les pregunté a todos mientras empezaba a reirme por el cansancio y el alivio de que hubiese terminado esta locura. Y lo peor es que no sabía ni si la proposición de volver a una taberna era en broma o no.
Corlys Glokta
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Re: Resaca [Noche - Libre 6/6 - Cerrado]
Podía notar la fuerza de Sango en un inicio cuando trataba de zafarse. No cabe duda que el humano es un guerrero excepcional. Sean efectos del impulso de sangre o no, estoy seguro que este podría ser el límite físico, y se necesitaron de cuatro de nosotros para mantenerlo a raya luego de todo lo sucedido. - Eres fenomenal. No cabe duda de eso. - Me decía a mi mismo mientras lo sostenía con firmeza.
Al final, lo que sea que trajera el pícaro parecía funcionar. Podía notar como el humano dejaba de hacer fuerza. Cuando este se giró para verme, y luego sonrió supe que todo había terminado. Gracias a los dioses por eso. Sango se dejó caer al frío suelo de Dundarak, mientras que yo hice lo mismo, aunque solo reposé mis nalgas en el suelo dando un suspiro de alivio. - Por fin. - Dije sonriendo levemente.
Corlys hizo una acotación precisa con respecto al estado de Sango, por lo que miré a Zelas. - ¿Crees que lo que hiciste conmigo funcione con Sango? ¿O lo matarías en el proceso? - Le pregunté al no-elfo mientras respiraba profundamente con la intención de recuperar el aliento.
La siguiente pregunta que hizo el vampiro rompedor de sillas me hizo reír levemente. - Lo siento. La perdí en el camino. Tal vez Eberus se la haya quedado, fue el último en usarla para detener a Sango antes. Aunque ahora que recuerdo Sango la mordió y la dejó en la entrada de la taberna. - Me rasqué la nuca mientras trataba de recordar el paradero de esa pieza de cerdo.
El último comentario del peliblanco hizo que riera junto con el. No podía evitar pensar que, a pesar de todo eso. Ese era un buen plan. - No es tan mala idea. Dicen que lo mejor para la resaca es volver a "conectar" con tu estado de ebriedad. - Dicho eso, ahora decidí que mis nalgas no serían lo único que tocarían el suelo y decidí acostarme. - El problema será encontrar una taberna donde no quieran asesinarnos. - Dije con una media sonrisa mientras miraba el cielo nocturno de Dundarak con una media sonrisa.
Al final, lo que sea que trajera el pícaro parecía funcionar. Podía notar como el humano dejaba de hacer fuerza. Cuando este se giró para verme, y luego sonrió supe que todo había terminado. Gracias a los dioses por eso. Sango se dejó caer al frío suelo de Dundarak, mientras que yo hice lo mismo, aunque solo reposé mis nalgas en el suelo dando un suspiro de alivio. - Por fin. - Dije sonriendo levemente.
Corlys hizo una acotación precisa con respecto al estado de Sango, por lo que miré a Zelas. - ¿Crees que lo que hiciste conmigo funcione con Sango? ¿O lo matarías en el proceso? - Le pregunté al no-elfo mientras respiraba profundamente con la intención de recuperar el aliento.
La siguiente pregunta que hizo el vampiro rompedor de sillas me hizo reír levemente. - Lo siento. La perdí en el camino. Tal vez Eberus se la haya quedado, fue el último en usarla para detener a Sango antes. Aunque ahora que recuerdo Sango la mordió y la dejó en la entrada de la taberna. - Me rasqué la nuca mientras trataba de recordar el paradero de esa pieza de cerdo.
El último comentario del peliblanco hizo que riera junto con el. No podía evitar pensar que, a pesar de todo eso. Ese era un buen plan. - No es tan mala idea. Dicen que lo mejor para la resaca es volver a "conectar" con tu estado de ebriedad. - Dicho eso, ahora decidí que mis nalgas no serían lo único que tocarían el suelo y decidí acostarme. - El problema será encontrar una taberna donde no quieran asesinarnos. - Dije con una media sonrisa mientras miraba el cielo nocturno de Dundarak con una media sonrisa.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: Resaca [Noche - Libre 6/6 - Cerrado]
Mientras el brujo intentaba increpar a su enajenado compañero para que viniera a por la baya camuflada, los demás estaban consiguiendo terminar de atraparlo. Pero Eberus no confiaba en nadie. Su mente solo podía recordar el noble desempeño que tuvo Sango hacía tiempo peleando contra un fiero licántropo al cual venció. Su mente solo tenía esa información, y no podía fiarse de que los demás, por numerosos y capaces que fueran, pudieran contener a tal guerrero.
Entonces, mientras su mente deliberaba, uno de ellos, el no elfo, se acercó a él y le arrebató la baya de las manos. - ¿Qué? - dijo Eberus en voz baja y con una ligera expresión de asco, pues no había entendido lo que le había dicho Zelas, pero lo había interpretado como un agravio. No le dio más importancia, pues ahora lo más importante era devolver a Sango a la normalidad. Y eso lograron hacer.
Cuando todo se estaba calmando, antes de siquiera permitirse disfrutar del alivio de haber solucionado la situación entre todos, sintió la necesidad imperiosa de aprovechar los últimos momentos de alboroto para vengarse de Zelas. El brujo, sumamente orgulloso, no podía tolerar ni la más mínima ofensa, y aquello de "no eres mi tipo" se le quedó grabado en la cabeza. Localizó entonces una manzana que había tirada por el helado suelo de aquella callejuela y se la arrojó discretamente, con telequinesis, a la cabeza al no elfo.
- Sango, por los jodidos Dioses, se te va a recordar durante semanas en la ciudad - dijo acercándose a él. Una vez se había liberado toda la tensión, comenzó a sentir cómo salía de él una carcajada que no podía controlar. - Tenías... tenías que haberte visto - intentaba decir interrumpido por su propia y característica risa de tetera. - Parecías un maldito drogadicto que se había equivocado de hongo.
Y cuando mencionaron lo de volver a la taberna a continuar bebiendo, su carcajada se intensificó aún más. - Yo me apunto - contestó a duras penas, sobrepasado por la gracia que le hacía la ironía de aquella maravillosa idea.
Entonces, mientras su mente deliberaba, uno de ellos, el no elfo, se acercó a él y le arrebató la baya de las manos. - ¿Qué? - dijo Eberus en voz baja y con una ligera expresión de asco, pues no había entendido lo que le había dicho Zelas, pero lo había interpretado como un agravio. No le dio más importancia, pues ahora lo más importante era devolver a Sango a la normalidad. Y eso lograron hacer.
Cuando todo se estaba calmando, antes de siquiera permitirse disfrutar del alivio de haber solucionado la situación entre todos, sintió la necesidad imperiosa de aprovechar los últimos momentos de alboroto para vengarse de Zelas. El brujo, sumamente orgulloso, no podía tolerar ni la más mínima ofensa, y aquello de "no eres mi tipo" se le quedó grabado en la cabeza. Localizó entonces una manzana que había tirada por el helado suelo de aquella callejuela y se la arrojó discretamente, con telequinesis, a la cabeza al no elfo.
- Spoiler:
- Sango, por los jodidos Dioses, se te va a recordar durante semanas en la ciudad - dijo acercándose a él. Una vez se había liberado toda la tensión, comenzó a sentir cómo salía de él una carcajada que no podía controlar. - Tenías... tenías que haberte visto - intentaba decir interrumpido por su propia y característica risa de tetera. - Parecías un maldito drogadicto que se había equivocado de hongo.
- Eberus riendo:
Y cuando mencionaron lo de volver a la taberna a continuar bebiendo, su carcajada se intensificó aún más. - Yo me apunto - contestó a duras penas, sobrepasado por la gracia que le hacía la ironía de aquella maravillosa idea.
Eberus
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Re: Resaca [Noche - Libre 6/6 - Cerrado]
Aquel caos había cesado, en el momento que la fruta pasó por la garganta de nuestro compañero el forcejeo se detuvo y podía decirse que las cosas se habían calmado. Sin ganas de soltarlo porque había que admitir que estaba bien dotado, lo hice, suspiré de alivio y esbocé una media sonrisa al verlo más salvo que sano ante las magulladoras de la batalla.
La adrenalina dio paso al cansancio colectivo, cada uno se dejó caer a su modo, él más afectado era sin duda Sango que ahora yacía inconsciente en el suelo. Aproveché la poca fuerza que me quedaba para tenderme a su lado y que al menos apoyara su cabeza en mi regazo con mi bebé (Bomull) como almohada.
-Ustedes están locos si piensan que voy beber en una taberna con este grupo... lo más sensato es hacerlo al aire libre donde por lo menos ningún loco más allá de un bandido estúpido pueda venir a joder la existencia. Y el que tenga ganas de cagar que cave un hoyo. -Entre carcajadas, Eberus tuvo por parte de la culpa por reírse así, miré de reojo a Zelas tomando en cuenta que él se había marchado justo a eso antes de que todo el lío comenzara.
- Me ofrezco a cuidar a Papi Sango mientras despierta. Y antes de que alguno de ustedes imagine cosas, no, no estoy ni está en condiciones de aguantar ni media ronda. - Aclaré de la manera más natural y espontanea mientras le daba un par de nalgaditas al cuerpo dormido de Sango.
Por ahora solo restaba descansar, después de aquello seguramente cada uno tomaría de nuevo su propio camino y el destino se encargaría de cruzarnos de nuevo. Habían sido unos días bastante intensos en las tierras del norte y francamente ya extrañaba la península, si bien Dundarak había sido el sitio dónde nací, aquello que sentía como mi hogar estaba a cientos de kilómetros de distancia.
La adrenalina dio paso al cansancio colectivo, cada uno se dejó caer a su modo, él más afectado era sin duda Sango que ahora yacía inconsciente en el suelo. Aproveché la poca fuerza que me quedaba para tenderme a su lado y que al menos apoyara su cabeza en mi regazo con mi bebé (Bomull) como almohada.
-Ustedes están locos si piensan que voy beber en una taberna con este grupo... lo más sensato es hacerlo al aire libre donde por lo menos ningún loco más allá de un bandido estúpido pueda venir a joder la existencia. Y el que tenga ganas de cagar que cave un hoyo. -Entre carcajadas, Eberus tuvo por parte de la culpa por reírse así, miré de reojo a Zelas tomando en cuenta que él se había marchado justo a eso antes de que todo el lío comenzara.
- Me ofrezco a cuidar a Papi Sango mientras despierta. Y antes de que alguno de ustedes imagine cosas, no, no estoy ni está en condiciones de aguantar ni media ronda. - Aclaré de la manera más natural y espontanea mientras le daba un par de nalgaditas al cuerpo dormido de Sango.
Por ahora solo restaba descansar, después de aquello seguramente cada uno tomaría de nuevo su propio camino y el destino se encargaría de cruzarnos de nuevo. Habían sido unos días bastante intensos en las tierras del norte y francamente ya extrañaba la península, si bien Dundarak había sido el sitio dónde nací, aquello que sentía como mi hogar estaba a cientos de kilómetros de distancia.
- Off:
- Uso:
Pieza Metálica : Conexión [Encantamiento, 1 uso] Cuando dos o más de estas cuatro piezas se encuentran en un área de 200 metros de diámetro, una ligera vibración indicará que puede ser activado su efecto. Al activarse, los personajes dentro del radio de acción podrán comunicarse telepáticamente durante un máximo de dos turnos. El personaje no sabrá cuál de las otras piezas es la que está activa hasta que establezca la comunicación, pero la vibración de la suya será más intensa cuantas más piezas se encuentren en el área de acción.
- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Arma Flexible Superior (Látigo) - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Kit de Curtiduría Inferior - Bolso
- Bomull (Cría de Gomejo)
Meraxes
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Re: Resaca [Noche - Libre 6/6 - Cerrado]
Aquello al fin había acabado, ahora que todos respiraban mas tranquilos la sugerencia de Corlys no sonaba nada mal -Habría que buscar otra taberna, dudo que seamos recibidos en la que estábamos después de la que se armo- señalaría el no-elfo encogiéndose de hombros, seria entonces que Gaegel le preguntaría por su magia curativa.
-Ni lo uno, ni lo otro..- el rubio se detendría al sentir el flujo del éter(1), sus ojos se posaron en la única persona del lugar en la que no confiaba y vio por el rabillo del ojo algo volando en su dirección y gracias a sus reflejos atrapo el proyectil, que terminaría siendo una manzana, -Sigue jodiendo y me encontraras, el es mi amigo y mira como lo deje, en fin, no habrá segundo aviso- señalo el no-elfo mientras buscaba algo en su bolsillo.
-Como decía antes de ser interrumpido, no pasaría ninguna de las 2 cosas porque tiene heridas complejas y solo puedo hacer ese truco una vez por día a lo mucho, pero creo que tengo algo mejor- señalo mientras escuchaba como Mera hacia un chiste a costa suya, ante lo cual el rubio reprimió una risa porque sabia que le quitaría seriedad a lo que acababa de decir y finalmente saco una pequeña botella con una poción.
-Has que tome mientras duerme, debería ayudarle con las heridas mas serias y a evitar que muera desangrado- diría Zelas mientras guardaba la pequeña botella entre los pechos de Mera(2) y de paso le manoseaba uno de los senos -Si cambias de opinión ya sabes donde encontrarme- diría dándole un besito en la cabeza y retirando su mano, para luego acercarse a Corlys y a Gaegel.
-Muy bien, prioricemos, primero debemos encontrarle sangre a Corlys, después nos vamos a beber y finalmente beso de a tres(?)- diría para acto seguido agarrar las nalgas de Corlys y Gaegel, cuando vio a Eberus hizo una mueca de desagrado -Puedes acompañarnos a beber pero ni pienses que nos vamos a besar(?)- señalaría para finalmente comenzar a caminar -Entonces, ¿buscamos sangre virgen, no tan virgen, o una mezcla de virgen por algunas partes y otras no?- preguntaría Zelas a Corlys al desconocer la dieta que su nuevo amigo con colmillos llevaba.
OFF: habilidades y cosas
1_don mágico
2: poción de salud (que guardo en las tetas de Mera porque si)
-Ni lo uno, ni lo otro..- el rubio se detendría al sentir el flujo del éter(1), sus ojos se posaron en la única persona del lugar en la que no confiaba y vio por el rabillo del ojo algo volando en su dirección y gracias a sus reflejos atrapo el proyectil, que terminaría siendo una manzana, -Sigue jodiendo y me encontraras, el es mi amigo y mira como lo deje, en fin, no habrá segundo aviso- señalo el no-elfo mientras buscaba algo en su bolsillo.
-Como decía antes de ser interrumpido, no pasaría ninguna de las 2 cosas porque tiene heridas complejas y solo puedo hacer ese truco una vez por día a lo mucho, pero creo que tengo algo mejor- señalo mientras escuchaba como Mera hacia un chiste a costa suya, ante lo cual el rubio reprimió una risa porque sabia que le quitaría seriedad a lo que acababa de decir y finalmente saco una pequeña botella con una poción.
-Has que tome mientras duerme, debería ayudarle con las heridas mas serias y a evitar que muera desangrado- diría Zelas mientras guardaba la pequeña botella entre los pechos de Mera(2) y de paso le manoseaba uno de los senos -Si cambias de opinión ya sabes donde encontrarme- diría dándole un besito en la cabeza y retirando su mano, para luego acercarse a Corlys y a Gaegel.
-Muy bien, prioricemos, primero debemos encontrarle sangre a Corlys, después nos vamos a beber y finalmente beso de a tres(?)- diría para acto seguido agarrar las nalgas de Corlys y Gaegel, cuando vio a Eberus hizo una mueca de desagrado -Puedes acompañarnos a beber pero ni pienses que nos vamos a besar(?)- señalaría para finalmente comenzar a caminar -Entonces, ¿buscamos sangre virgen, no tan virgen, o una mezcla de virgen por algunas partes y otras no?- preguntaría Zelas a Corlys al desconocer la dieta que su nuevo amigo con colmillos llevaba.
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2: poción de salud (que guardo en las tetas de Mera porque si)
Zelas Hazelmere
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Re: Resaca [Noche - Libre 6/6 - Cerrado]
Estaba demasiado débil como para responder. Demasiado débil para agradecer a sus amigos la ayuda. Demasiado débil para que su cabeza se esforzara en ver qué había más allá del oscuro velo de sus difusos recuerdos de la última campanada. Le bastaba con saber que estaba entre amigos.
Las voces llegaban atenuadas a sus oídos pero podía captar algo de lo que se decía. Abrió los ojos y abrió ligeramente la boca para decir algo pero de su boca solo escapó un gemido de dolor al tiempo que movía la cabeza por la blanda superficie sobre la que estaba apoyada. Desde luego, aquel detalle le dio que pensar .
Arriba había un rostro, familiar, pero en medio había algo que le impedía verlo completamente. Que extraño, pensó. Se obligó a parpadear y enfocó la vista mientras dejaba que las punzadas de dolor de que sentía le paralizaran el resto del cuerpo. Era un dolor extraño, como con dos partes bien diferenciadas: la primera era el dolor físico, algo a lo que, con los años y las incontables estocadas y golpes, su cuerpo parecía tolerar. Y luego estaba la segunda parte, la parte en la que su cabeza daba significado a aquellas heridas, la que buscaba justificar que recibiera aquellos golpes en nombre de una causa mayor, de una causa justa. Y si encontraba motivo, el primer dolor parecía ser mucho más llevadero.
Entre aquellas divagaciones sus ojos se reencontraron con el plateado cabello que enmarcaba la blanca tez de la valkiria. Ben contrajo los labios para dibujar una leve sonrisa y creyó por un momento que el mismísimo Odín le había elegido para engrosar las filas de los einherjar. La visión del Gran Salón, días completos batallando, el aguamiel de Heidrun... Pero la realidad era otra bien distinta. Seguía vivo y aunque sus ojos le habían engañado de primeras, pero no por ello dejó que eso le impidiera disfrutar de la visión de la bella mujer que había tenido la consideración de apartarle la cabeza del frío suelo.
- Meraxes...- acertó a decir en un murmullo.
A su alrededor escuchó, ahora sí, voces conocidas. No porque se diera cuenta de ellas, sino porque empezaba a recordar, con quién estaba, qué habían hecho, qué les había pasado y sobre todo, el estado de locura en el que se había visto sumido hacía tan solo unos instantes.
- Dime... decidme que... que no le hice... daño... daño a nadie- se sentía terriblemente cansado y hablar le suponía un esfuerzo horrible.
Quién lo iba a decir, ¿eh Sango? Una resaca, meterte en una taberna a beber más, pelearte, sufrir un ataque de algún hechicero, lanzarte como un auténtico maníaco a por los que se peleaban, luchar contra tus amigos, correr por Dundarak como si fueras una bestia dando caza a su presa, volver a pelear con tus amigos, recibir golpes, estocadas... ¿Y aún quieres no estar cansado? Eres tonto, Ben Nelad. Suerte tienes de haber dado con esta buena gente a los que puedes llamar amigos.
Sango sonrió otra vez y cerró los ojos. Su primera visita a Dundarak no estaba saliendo como él esperaba, primero las mariposas, luego aquel ataque de hechicería que terminó volviéndole loco. Sintió, entonces, un brebaje llenándole, en primer lugar la boca y luego tragándolo por puro instinto. Al instante notó el conocido sabor de una poción que, por suerte o por desgracia, había tenido que consumir en numerables ocasiones.
El efecto fue casi instantáneo, cerrando las heridas y aliviando sobremanera el dolor que tenía encima. El familiar contraste entre estar al borde de la muerte y un parpadeo después estar sano y salvo, era algo que solo podía ser obra del regalo de los Dioses, que concedieron el don de elaborar esas pociones. No había otra explicación posible.
- Gracias a los Dioses por este regalo- dijo mientras Meraxes le ayudaba a incorporarse (0)-. Y gracias a los Dioses por estar a mi lado- se quedó de rodillas en el suelo y echó un rápido vistazo a todos sus amigos-. Sin duda alguna, los antiguos tenían razón: "la amistad perdura si bien va todo / entre dos que se dan y toman" (1). No dudéis en contar conmigo cuando lo necesitéis. Para cualquier cosa. Os lo digo de corazón- hizo una ligera reverencia.
Se quedó allí en el suelo, agradeciendo su buena fortuna a Odín; su buena salud a Eir; su buena fuerza a Thor; y a muchos más recordó en lo que estuvo allí de rodillas en el suelo.
- Y ahora, si aún me aceptan en algún lado, os invito a una ronda.
(1) Este entrecomillado es un extracto del Hávamál, uno de los libros de la Edda Mayor.
Las voces llegaban atenuadas a sus oídos pero podía captar algo de lo que se decía. Abrió los ojos y abrió ligeramente la boca para decir algo pero de su boca solo escapó un gemido de dolor al tiempo que movía la cabeza por la blanda superficie sobre la que estaba apoyada. Desde luego, aquel detalle le dio que pensar .
Arriba había un rostro, familiar, pero en medio había algo que le impedía verlo completamente. Que extraño, pensó. Se obligó a parpadear y enfocó la vista mientras dejaba que las punzadas de dolor de que sentía le paralizaran el resto del cuerpo. Era un dolor extraño, como con dos partes bien diferenciadas: la primera era el dolor físico, algo a lo que, con los años y las incontables estocadas y golpes, su cuerpo parecía tolerar. Y luego estaba la segunda parte, la parte en la que su cabeza daba significado a aquellas heridas, la que buscaba justificar que recibiera aquellos golpes en nombre de una causa mayor, de una causa justa. Y si encontraba motivo, el primer dolor parecía ser mucho más llevadero.
Entre aquellas divagaciones sus ojos se reencontraron con el plateado cabello que enmarcaba la blanca tez de la valkiria. Ben contrajo los labios para dibujar una leve sonrisa y creyó por un momento que el mismísimo Odín le había elegido para engrosar las filas de los einherjar. La visión del Gran Salón, días completos batallando, el aguamiel de Heidrun... Pero la realidad era otra bien distinta. Seguía vivo y aunque sus ojos le habían engañado de primeras, pero no por ello dejó que eso le impidiera disfrutar de la visión de la bella mujer que había tenido la consideración de apartarle la cabeza del frío suelo.
- Meraxes...- acertó a decir en un murmullo.
A su alrededor escuchó, ahora sí, voces conocidas. No porque se diera cuenta de ellas, sino porque empezaba a recordar, con quién estaba, qué habían hecho, qué les había pasado y sobre todo, el estado de locura en el que se había visto sumido hacía tan solo unos instantes.
- Dime... decidme que... que no le hice... daño... daño a nadie- se sentía terriblemente cansado y hablar le suponía un esfuerzo horrible.
Quién lo iba a decir, ¿eh Sango? Una resaca, meterte en una taberna a beber más, pelearte, sufrir un ataque de algún hechicero, lanzarte como un auténtico maníaco a por los que se peleaban, luchar contra tus amigos, correr por Dundarak como si fueras una bestia dando caza a su presa, volver a pelear con tus amigos, recibir golpes, estocadas... ¿Y aún quieres no estar cansado? Eres tonto, Ben Nelad. Suerte tienes de haber dado con esta buena gente a los que puedes llamar amigos.
Sango sonrió otra vez y cerró los ojos. Su primera visita a Dundarak no estaba saliendo como él esperaba, primero las mariposas, luego aquel ataque de hechicería que terminó volviéndole loco. Sintió, entonces, un brebaje llenándole, en primer lugar la boca y luego tragándolo por puro instinto. Al instante notó el conocido sabor de una poción que, por suerte o por desgracia, había tenido que consumir en numerables ocasiones.
El efecto fue casi instantáneo, cerrando las heridas y aliviando sobremanera el dolor que tenía encima. El familiar contraste entre estar al borde de la muerte y un parpadeo después estar sano y salvo, era algo que solo podía ser obra del regalo de los Dioses, que concedieron el don de elaborar esas pociones. No había otra explicación posible.
- Gracias a los Dioses por este regalo- dijo mientras Meraxes le ayudaba a incorporarse (0)-. Y gracias a los Dioses por estar a mi lado- se quedó de rodillas en el suelo y echó un rápido vistazo a todos sus amigos-. Sin duda alguna, los antiguos tenían razón: "la amistad perdura si bien va todo / entre dos que se dan y toman" (1). No dudéis en contar conmigo cuando lo necesitéis. Para cualquier cosa. Os lo digo de corazón- hizo una ligera reverencia.
Se quedó allí en el suelo, agradeciendo su buena fortuna a Odín; su buena salud a Eir; su buena fuerza a Thor; y a muchos más recordó en lo que estuvo allí de rodillas en el suelo.
- Y ahora, si aún me aceptan en algún lado, os invito a una ronda.
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(0) Hay permiso para usar a Meraxes para darle la poción de curación a Sango.(1) Este entrecomillado es un extracto del Hávamál, uno de los libros de la Edda Mayor.
Sango
Héroe de Aerandir
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Re: Resaca [Noche - Libre 6/6 - Cerrado]
Era una pena que Gaegel hubiese perdido la carne, en este momento hasta algo tan pasado de vueltas como lamer un trozo de cerdo muerto hace varios días hubiera sido una opción deseable. Aunque al menos el despropósito de idea de irnos a beber a una taberna pareció gustar y todos empezaron a apoyar el plan entre risas, que viendo el estado tan deplorable en el que habíamos acabado la noche, nos vendría bien poder descargar tensión de esa forma.
En vista de que Zelas no podía arreglar mágicamente a Sango como hacían los elfos, Meraxes se ofreció a quedarse con él hasta que despertase. Pensaba que seguramente luego deberíamos buscar una forma de remendarle después de la paliza que le habíamos dado, pero no hizo falta porque Zelas llegaba bien equipado para la ocasión y le entregó una poción a la dragona para que restituyera al herido. Seguidamente Zelas se nos acercó a Gaegel y a mi para proponer un plan, aunque terminó agarrándonos el culo a ambos. Entre la sorpresa y el cansancio no hice más que girarme hacia él y quedarme mirando con expresión impactada. Cuando me soltó y ya entendí que había pasado, terminé de procesar sus palabras sobre sangre de virgen y pude responderle.
- No te preocupes, soy un tipo sencillo, no me preocupa el grado de virginidad de mi comida. Aunque preferiría evitar ratas y palomas por motivos sanitarios, y si se puede también a humanoides que no hayan intentado matarme, que luego dicen que somos unos salvajes y no me gusta que tengan razón.
Entre tanto escuché a Sango farfullar unas palabras, pero fue suficiente como para entender su comentario sobre no haber atacado a nadie.
- No te preocupes, como mucho les has dado un susto a esta gente, y nos has dado una buena pelea a nosotros. Pero mejor si no vuelves a jugar con poderes vampíricos, que no te hacen bien.- Claro que tampoco era sorprendente, la mayoría de nosotros habíamos necesitado su tiempo de entrenamiento para ser personas funcionales y no lanzarnos al cuello de todo lo que se moviera. Una lástima que aunque me gustase decir que el problema de nuestra mala fama eran los recién convertidos salvajes, en realidad era peor la abundancia de bastardos que podían controlar su hambre perfectamente pero disfrutaban no haciéndolo.
En vista de que Zelas no podía arreglar mágicamente a Sango como hacían los elfos, Meraxes se ofreció a quedarse con él hasta que despertase. Pensaba que seguramente luego deberíamos buscar una forma de remendarle después de la paliza que le habíamos dado, pero no hizo falta porque Zelas llegaba bien equipado para la ocasión y le entregó una poción a la dragona para que restituyera al herido. Seguidamente Zelas se nos acercó a Gaegel y a mi para proponer un plan, aunque terminó agarrándonos el culo a ambos. Entre la sorpresa y el cansancio no hice más que girarme hacia él y quedarme mirando con expresión impactada. Cuando me soltó y ya entendí que había pasado, terminé de procesar sus palabras sobre sangre de virgen y pude responderle.
- No te preocupes, soy un tipo sencillo, no me preocupa el grado de virginidad de mi comida. Aunque preferiría evitar ratas y palomas por motivos sanitarios, y si se puede también a humanoides que no hayan intentado matarme, que luego dicen que somos unos salvajes y no me gusta que tengan razón.
Entre tanto escuché a Sango farfullar unas palabras, pero fue suficiente como para entender su comentario sobre no haber atacado a nadie.
- No te preocupes, como mucho les has dado un susto a esta gente, y nos has dado una buena pelea a nosotros. Pero mejor si no vuelves a jugar con poderes vampíricos, que no te hacen bien.- Claro que tampoco era sorprendente, la mayoría de nosotros habíamos necesitado su tiempo de entrenamiento para ser personas funcionales y no lanzarnos al cuello de todo lo que se moviera. Una lástima que aunque me gustase decir que el problema de nuestra mala fama eran los recién convertidos salvajes, en realidad era peor la abundancia de bastardos que podían controlar su hambre perfectamente pero disfrutaban no haciéndolo.
Corlys Glokta
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Re: Resaca [Noche - Libre 6/6 - Cerrado]
Entiendo. - Le respondí a Zelas una vez que respondió las preguntas sobre si podía ayudar a Sango utilizando la magia que usó conmigo previamente. Una vez que ya todo estaba en calma y las cosas estaban menos tensas. Decidí por levantarme del suelo. Hecho esto me estiré un poco. Luego de todo lo sucedido era tan placentero poder estirarse así si preocupaciones. Miraba de reojo de un lado a otro viendo a los presentes con una media sonrisa.
Con la propuesta de Corlys "sobre la mesa", el primero en aceptar fue el brujo. Aunque Meraxes había decidido cuidar de Sango. Al escuchar aquello último reí levemente. - Bueno, uno nunca sabe. Ya sabes aquel dicho que alguien muy sabio dijo. "Culo dormido, culo perdido".
Acto seguido. Zelas se acercó a donde estábamos Corlys y yo, y nos tomó el culo a ambos. Vaya que ese dicho de ese sabio era muy acertado. Uno se descuida un momento y puede perder cosas valiosas. Al notar la reacción de sorpresa del vampiro negué con una sonrisa. - Con el tiempo te acostumbras a las muestras de afecto de Zelas. - Le dije como recomendación a Corlys. El cual luego de la pregunta del no-elfo, respondió que no era tan quisquilloso con respecto a la virginidad de su comida. - Pues ya es ventaja. Podemos ver qué encontramos por allí. Y si no, bien podemos robarnos algún cordero por allí. Después de todo, un delito más no cambiará más la situación. - Comenté con una media sonrisa.
Justo después de eso, escuché la voz de Sango, la cual hizo que me girara para verlo y escuchar sus palabras del humano, por lo que cuando terminó de disculparse y agradecer la situación negué. - No es necesario que agradezcas. Para eso estamos nosotros. - Sango después comentó con referencia a ir a beber, por lo que reí de nueva cuenta. - Por todos los dioses. Sin duda eres un tipo demasiado duro. - Le dije mientras me rascaba la nuca viendo a Sango con sorpresa. No cabe dudas que él era un sujeto impresionante.
Con la propuesta de Corlys "sobre la mesa", el primero en aceptar fue el brujo. Aunque Meraxes había decidido cuidar de Sango. Al escuchar aquello último reí levemente. - Bueno, uno nunca sabe. Ya sabes aquel dicho que alguien muy sabio dijo. "Culo dormido, culo perdido".
Acto seguido. Zelas se acercó a donde estábamos Corlys y yo, y nos tomó el culo a ambos. Vaya que ese dicho de ese sabio era muy acertado. Uno se descuida un momento y puede perder cosas valiosas. Al notar la reacción de sorpresa del vampiro negué con una sonrisa. - Con el tiempo te acostumbras a las muestras de afecto de Zelas. - Le dije como recomendación a Corlys. El cual luego de la pregunta del no-elfo, respondió que no era tan quisquilloso con respecto a la virginidad de su comida. - Pues ya es ventaja. Podemos ver qué encontramos por allí. Y si no, bien podemos robarnos algún cordero por allí. Después de todo, un delito más no cambiará más la situación. - Comenté con una media sonrisa.
Justo después de eso, escuché la voz de Sango, la cual hizo que me girara para verlo y escuchar sus palabras del humano, por lo que cuando terminó de disculparse y agradecer la situación negué. - No es necesario que agradezcas. Para eso estamos nosotros. - Sango después comentó con referencia a ir a beber, por lo que reí de nueva cuenta. - Por todos los dioses. Sin duda eres un tipo demasiado duro. - Le dije mientras me rascaba la nuca viendo a Sango con sorpresa. No cabe dudas que él era un sujeto impresionante.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: Resaca [Noche - Libre 6/6 - Cerrado]
- Corrupto sea por el éter oscuro... - Esa persona le desconcertaba. Intuía que podía ser un elfo, pero no lucía del todo como tal. ¿Cómo si no habría detectado su intento de golpearle con una manzana lanzada con telequinesis? Sentía rabia hacia él. Pero, al final, era una persona que acababa de conocer. No le daría mucha más importancia, aparte del rechazo natural que tenía hacia los elfos, sobre todo hacia los elfos arrogantes y excéntricos, según su parecer. Quizás bajo otras circunstancias le habría amargado mucho más, pero tras todo lo que había ocurrido últimamente Zelas era la menor de sus preocupaciones, y prefirió tomarse la situación con algo de humor irónico. - ¿No me quieres besar? Que los Dioses se apiaden de mí... Con lo ansioso que estaba ahora de un beso tuyo...
Cada uno daba sus razones para regresar a la buena vida del hombre promedio: reabastecer sus humores internos, ya fuera con alcohol, o con sangre. - Pensándolo mejor... yo también me quedaré con Sango - Tras su capa ácida, el brujo guardaba un profundo sentido de la camaradería. Y, por qué no decirlo... Meraxes también era una atractiva razón más para quedarse y no volver a bañar sus entrañas en cerveza. - Después de acabar con todos esos campesinos seguro que necesita un hombro en el que ahogar su arrepentimiento - bromeó, con un pícaro guiño hacia aquella belleza nórdica que quiso también cuidar de él, esperando causar un sobresalto en su apreciado y bondadoso compañero.
Todo aquello sin saber que Sango, instantes después, invitaría a todos a una nueva ronda. - Pues, compañero... ya puedes empezar a rezar a tus Dioses para que no nos vuelva a pasar lo mismo, porque yo me voy contigo sin dudarlo, pero me niego a volver a vivir lo ocurrido. ¿No puede uno emborracharse tranquilo en el norte?
Cada uno daba sus razones para regresar a la buena vida del hombre promedio: reabastecer sus humores internos, ya fuera con alcohol, o con sangre. - Pensándolo mejor... yo también me quedaré con Sango - Tras su capa ácida, el brujo guardaba un profundo sentido de la camaradería. Y, por qué no decirlo... Meraxes también era una atractiva razón más para quedarse y no volver a bañar sus entrañas en cerveza. - Después de acabar con todos esos campesinos seguro que necesita un hombro en el que ahogar su arrepentimiento - bromeó, con un pícaro guiño hacia aquella belleza nórdica que quiso también cuidar de él, esperando causar un sobresalto en su apreciado y bondadoso compañero.
Todo aquello sin saber que Sango, instantes después, invitaría a todos a una nueva ronda. - Pues, compañero... ya puedes empezar a rezar a tus Dioses para que no nos vuelva a pasar lo mismo, porque yo me voy contigo sin dudarlo, pero me niego a volver a vivir lo ocurrido. ¿No puede uno emborracharse tranquilo en el norte?
Eberus
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