[Desafío] Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
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Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
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Archibald era el dueño de la Casa de los Espejos, en Roilkat. Nunca había logrado atraer a demasiados clientes para que el lugar fuese más que apenas rentable, así que estuvo muy pronto de despedirse de la venta de espejos y dedicarse a algo menos soporífero.
No obstante, un par de meses atrás el triunfo con los espejos dejó de ser una meta inalcanzable, cuando una misteriosa mujer procedente del arenal, Gabriela Eloah, llegó a su vida y le abrió las puertas a un futuro de posibilidades infinitas.
En poco tiempo, gracias a las variadas contribuciones de Gabriela, la Casa de los Espejos consiguió una mejora considerable que atrajo una gran cantidad de clientes. Ahora los espejos iban mucho más allá de los comunes. Estaban imbuidos de magia y algunos podían reproducir recuerdos, otros permitir ver la imagen delante de un espejo distinto como si fuera ventana, unos incluso eran portales, hasta había espejos que podían dar vida propia al reflejo de una persona y que hablara por sí mismo imitando lo que el original le haya permitido conocer.
El señor Archibald estaba orgulloso de sí mismo aunque todo el trabajo lo hizo Gabriela, y estaba emocionado más que nunca tras enterarse de que el señor Belov, una figura importante de Dundarak, pronto lo visitaría para discutir sobre un proyecto sin precedentes en el que ambos se harían cochinamente aún más ricos.
Pero había un problema, algo que recientemente apareció como una amenaza para su felicidad, algo que se esforzaba en fastidiarlo a toda costa, ser el incordio que lo llevara a la locura… Eran gatos, unos gatos negros con el pecho blanco, ágiles y escurridizos que se infiltraban en el edificio cada día con la única misión de espantar clientes y quebrar sus valiosos espejos. Sin embargo, los gatos no siempre venían solos, a veces también aparecía una mujer vestida de negro, de ojos rasgados y felinos, que siempre hacía presencia gritando los mismos disparates.
-¡Los espejos nos chupan el alma! ¡Hay que destruir los espejos antes del eclipse! ¡El fin se acerca! ¡Uno de mis gatos se vio en uno de esos espejos y nunca más volvió a disfrutar de la hierba gatera! ¿Coincidencia? ¡Yo no lo creo! ¡Los espejos van a conquistar Aerandir si no los detenemos, crearán un nuevo orden mundial controlado desde las sombras por la élite! ¡¿Es que nadie piensa en los niños?! No quiero decir que los espejos fueron creados por seres de otro mundo, ¡pero fueron creados por seres de otro mundo!
Archibald estaba harto de esos gatos. No había querido matarlos, pero en esta última ocasión, en el día en que sucedería un eclipse que solo la loca de los gatos presagiaba como una calamidad, Archibald deseó sus muertes con cada parte de su ser, pues los gatos volvieron aparecer en tal cantidad y con tal frenesí que ningún guardia pudo detenerlos antes de que los felinos accidentalmente activaran la magia de todos los espejos del edificio y los desordenaran.
Eso era un gran problema para los que tuvieron la desdicha de estar en aquel lugar en ese momento. Archibald lamentó enormemente haberse emocionado diseñando el edificio, pues las paredes eran espejos, el techo eran espejos, el suelo eran espejos, las puertas tenían espejos, los espejos tenían más espejos encima. Si quería salir, ¿dónde estaba la salida? ¿Era por aquí o por este otro lado que se ve idéntico? ¿Tenía a la loca de los gatos al frente o era un reflejo viviente? ¿Esto era una puerta o uno de esos espejos ventana? ¿Adelante hay suelo o es un espejo portal que alguien derribó? Las respuestas las descubría golpeándose con ellos o cayendo dolorosamente a través de portales, a la vez que una voz femenina calaba en su mente llevando al límite su cordura.
-¡Los espejos son el mal, pero yo los salvaré con mis mininos! ¡Yo los… AHHHH, maldito espejo, te mataré, toma patada!
∞ Les damos la bienvenida, cazador de gatos, a la casa donde lo auténtico y la imitación conviven en una simbiosis caótica, el escenario que pondrá a prueba su capacidad para ver la realidad más allá de lo evidente.
ᚩ El objetivo de este desafío es salvar a las personas atrapadas en la Casa de los Espejos, lo cual no será una tarea sencilla no solo por lo enreversado que es su interior laberíntico, sino también por el pequeño ejército gatuno que intenta destruir todos los espejos sin saber distinguir qué lo son y qué son personas reales. Además, el señor Archibald no estará muy encantado de que lo saques del edificio sin antes ver a sus valiosos espejos seguros.
∞ Puedes intentar resolver el problema con los métodos que consideres más apropiados. No te juzgaremos aunque te comportes como un cruel y desalmado monstruo que mata gatitos. Solo te pediremos que en tu primer post lances una runa de La Voluntad de los Dioses, cuyo resultado no diremos ahora en qué te afectará, pero sí mencionaremos que no debes preocuparte porque al menos sobrevivirás en cualquier caso.
ᚩ En este desafío pueden participar un máximo de 2 personajes y deberá resolverse en un par de rondas, o una tercera si lo consideramos necesario. El orden de posteo será Pj1-Pj2-Master(Complicación)-Pj1-Pj2-Master(Cierre).
No obstante, un par de meses atrás el triunfo con los espejos dejó de ser una meta inalcanzable, cuando una misteriosa mujer procedente del arenal, Gabriela Eloah, llegó a su vida y le abrió las puertas a un futuro de posibilidades infinitas.
En poco tiempo, gracias a las variadas contribuciones de Gabriela, la Casa de los Espejos consiguió una mejora considerable que atrajo una gran cantidad de clientes. Ahora los espejos iban mucho más allá de los comunes. Estaban imbuidos de magia y algunos podían reproducir recuerdos, otros permitir ver la imagen delante de un espejo distinto como si fuera ventana, unos incluso eran portales, hasta había espejos que podían dar vida propia al reflejo de una persona y que hablara por sí mismo imitando lo que el original le haya permitido conocer.
El señor Archibald estaba orgulloso de sí mismo aunque todo el trabajo lo hizo Gabriela, y estaba emocionado más que nunca tras enterarse de que el señor Belov, una figura importante de Dundarak, pronto lo visitaría para discutir sobre un proyecto sin precedentes en el que ambos se harían cochinamente aún más ricos.
Pero había un problema, algo que recientemente apareció como una amenaza para su felicidad, algo que se esforzaba en fastidiarlo a toda costa, ser el incordio que lo llevara a la locura… Eran gatos, unos gatos negros con el pecho blanco, ágiles y escurridizos que se infiltraban en el edificio cada día con la única misión de espantar clientes y quebrar sus valiosos espejos. Sin embargo, los gatos no siempre venían solos, a veces también aparecía una mujer vestida de negro, de ojos rasgados y felinos, que siempre hacía presencia gritando los mismos disparates.
-¡Los espejos nos chupan el alma! ¡Hay que destruir los espejos antes del eclipse! ¡El fin se acerca! ¡Uno de mis gatos se vio en uno de esos espejos y nunca más volvió a disfrutar de la hierba gatera! ¿Coincidencia? ¡Yo no lo creo! ¡Los espejos van a conquistar Aerandir si no los detenemos, crearán un nuevo orden mundial controlado desde las sombras por la élite! ¡¿Es que nadie piensa en los niños?! No quiero decir que los espejos fueron creados por seres de otro mundo, ¡pero fueron creados por seres de otro mundo!
Archibald estaba harto de esos gatos. No había querido matarlos, pero en esta última ocasión, en el día en que sucedería un eclipse que solo la loca de los gatos presagiaba como una calamidad, Archibald deseó sus muertes con cada parte de su ser, pues los gatos volvieron aparecer en tal cantidad y con tal frenesí que ningún guardia pudo detenerlos antes de que los felinos accidentalmente activaran la magia de todos los espejos del edificio y los desordenaran.
Eso era un gran problema para los que tuvieron la desdicha de estar en aquel lugar en ese momento. Archibald lamentó enormemente haberse emocionado diseñando el edificio, pues las paredes eran espejos, el techo eran espejos, el suelo eran espejos, las puertas tenían espejos, los espejos tenían más espejos encima. Si quería salir, ¿dónde estaba la salida? ¿Era por aquí o por este otro lado que se ve idéntico? ¿Tenía a la loca de los gatos al frente o era un reflejo viviente? ¿Esto era una puerta o uno de esos espejos ventana? ¿Adelante hay suelo o es un espejo portal que alguien derribó? Las respuestas las descubría golpeándose con ellos o cayendo dolorosamente a través de portales, a la vez que una voz femenina calaba en su mente llevando al límite su cordura.
-¡Los espejos son el mal, pero yo los salvaré con mis mininos! ¡Yo los… AHHHH, maldito espejo, te mataré, toma patada!
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∞ Les damos la bienvenida, cazador de gatos, a la casa donde lo auténtico y la imitación conviven en una simbiosis caótica, el escenario que pondrá a prueba su capacidad para ver la realidad más allá de lo evidente.
ᚩ El objetivo de este desafío es salvar a las personas atrapadas en la Casa de los Espejos, lo cual no será una tarea sencilla no solo por lo enreversado que es su interior laberíntico, sino también por el pequeño ejército gatuno que intenta destruir todos los espejos sin saber distinguir qué lo son y qué son personas reales. Además, el señor Archibald no estará muy encantado de que lo saques del edificio sin antes ver a sus valiosos espejos seguros.
∞ Puedes intentar resolver el problema con los métodos que consideres más apropiados. No te juzgaremos aunque te comportes como un cruel y desalmado monstruo que mata gatitos. Solo te pediremos que en tu primer post lances una runa de La Voluntad de los Dioses, cuyo resultado no diremos ahora en qué te afectará, pero sí mencionaremos que no debes preocuparte porque al menos sobrevivirás en cualquier caso.
ᚩ En este desafío pueden participar un máximo de 2 personajes y deberá resolverse en un par de rondas, o una tercera si lo consideramos necesario. El orden de posteo será Pj1-Pj2-Master(Complicación)-Pj1-Pj2-Master(Cierre).
Ansur
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Re: [Desafío] Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
Había cabalgado durante horas, días, meses quizás. O no tanto, habían sido solo unas horas de viaje hasta que el caballo ya no pudo correr y antes que cayera la noche y los aplastara, el pelinegro decidió entrar a una posada para tomarse un descanso y recordar qué era lo que tenía que exterminar.
Subió a su habitación para tomar una siesta, aunque antes de acostarse se acercó a un espejo a fin de contemplar y admirar su hermosa cabellera. O al menos eso esperaba, pues de pronto el espejo comenzó a moverse en pequeñas ondas, parecía haber alguien al otro lado, alguien pidiendo ayuda -¿Ayuda gratis?- Preguntó el pelinegro cansado de ayudar sin retribución, podía ser generoso pero necesitaba comer y su cabello no se mantenía solo, requería gastos importantes, sobre todo ahora que también debía preocuparse de que la melena del caballo estuviera a la altura.
Te pagaré, lo que quieras, pero ayúdame- Dijo la voz dentro del espejo -Está bien, Destino una vez fue un espejo ¿Necesitas que te limpie?- Preguntó el elfo intrigado -No soy el espejo, idiota, estoy adentro- Aclaró la voz y Destino por fin entendió lo que sucedía, acercó la mano al espejo y vio como ésta era tragada como si pasara a través de algo líquido y antes que pudiera detenerse a procesarlo lo sujetaron para llevarlo al otro lado.
No tenía idea de donde había ido a parar, pero todo se veía bastante extraño -Al fin lo conseguí, llevaba horas probando uno y otro espejo para comunicarme con alguno de los que ya había vendido- Dijo el hombre -Soy Archibald, el dueño de esta casa de los espejos, y desde hace unas horas he quedado atrapado en este laberinto de espejos- Explicó la situación -He enviado varios mensajes de ayuda a través de varios espejos portales a distintos lugares, pero eres el único que respondió, además esos malditos gatos están arruinando todo- Señaló con preocupación -De acuerdo, Archibaldo, Destino te sacará de este lugar, pero mantente en alerta, salir de aquí pondrá a prueba tus reflejos- Dijo el elfo mientras se preparaba para iniciar la fuga.
Archibald- Dijo el hombre un poco frustrado -Mi nombre es Archibald- Corrigió con arrogancia -Es lo que Destino dijo, Archibaldo, ahora vamos- Continuó el elfo, tomó el brazo de Archibaldo y emprendió una carrera de fuga, giraron a la derecha, luego a la derecha, luego de nuevo a la derecha, y una vez más a la derecha para llegar al mismo sitio -¿Al menos sabes a dónde vas?- Preguntó Archibaldo un poco estresado -Claramente sí, Archibaldo, Destino conoce el camino- Dijo el pelinegro con total seguridad aunque no tenía la más remota idea -¡Abajo!- Alertó a su protegido quien se agachó de inmediato llevando las manos a su cabeza para evitar cualquier peligro, aunque el elfo solo quería callarlo y poner a prueba su capacidad de reacción.
Sin embargo, la situación comenzaba a ponerse peligrosa, escuchaba pasos, alguien se acercaba, así que nuevamente tomó el brazo de Archibaldo y comenzó a correr, esta vez hacia la izquierda, a la derecha, hacía arriba, igual no tenía idea de hacia dónde iba pero esperaba llegar pronto, aunque algo andaba mal, el brazo de Archivaldo se sentía frío. Al girar para ver a su protegido, el elfo contempló con horror que aquello que había estado guiando por un rato ya no era Archibaldo, era algún tipo de criatura sin rostro.
Oh rayos, se te cayó la cara de vergüenza, no podemos volver por ella, tendrás que conseguir otra luego- Dijo el elfo claramente enojado con su cliente pero este ya no era el mismo, sino un reflejo o algo peor -Espera, tú no eres Archibaldo, eres un reflejo o algo peor- Dijo destino en tono serio mientras se alejaba de aquella cosa -¿Qué hiciste con Archibaldo? ¡Escúpelo!- El elfo preparó su espada y de un tajo rompió el reflejo en pedazos -Rayos- Pensó para sí mismo.
Había avanzado dando tantos giros que no podía saber dónde se encontraba su cliente, tenía que regresar a buscarlo, pero no sabía por dónde había pasado antes. Y cuando parecía que no podía ser peor, unos extraños gatos comenzaron a aparecer, seguramente eran los gatos que había mencionado Archibaldo, pero a Destino solo le alegraba que, en caso de seguir atrapado por mucho tiempo, tendría alguna manera para evitar morir de hambre.
Extrañamente los gatos no le atacaban, en su lugar solo intentaban destruir los espejos, a ratos algunos se acercaban, pero al oler su guante encantado se alejaban sin más -Que buen servicio- Dijo el elfo recordando a Melaxas, la extraña chica que le había puesto un encantamiento que parecía tan inútil.
Destino se puso en guardia al escuchar nuevamente unos pasos acercarse, tomó su espada y se preparó para una embestida fulminante contra lo que apareciera frente a él, algún otro reflejo sin rostro, alguna criatura de otro mundo -¡Mariposas!- Gritó el elfo recordando al fin lo que había estado persiguiendo antes, aunque quizás ya era demasiado tarde.
[1] Archibaldo envió varios mensajes de ayuda a través de espejos, por si Reike quiere entrar por otro, y no por una puerta como hace la gente normal, también aclaro que el hombre se quedó agachado donde Destino le dijo “Abajo”, así que posiblemente estará ahí cuando llegue Reike, si no es que ya se nos murió, que en todo caso, sería culpa de Nousis Subió a su habitación para tomar una siesta, aunque antes de acostarse se acercó a un espejo a fin de contemplar y admirar su hermosa cabellera. O al menos eso esperaba, pues de pronto el espejo comenzó a moverse en pequeñas ondas, parecía haber alguien al otro lado, alguien pidiendo ayuda -¿Ayuda gratis?- Preguntó el pelinegro cansado de ayudar sin retribución, podía ser generoso pero necesitaba comer y su cabello no se mantenía solo, requería gastos importantes, sobre todo ahora que también debía preocuparse de que la melena del caballo estuviera a la altura.
Te pagaré, lo que quieras, pero ayúdame- Dijo la voz dentro del espejo -Está bien, Destino una vez fue un espejo ¿Necesitas que te limpie?- Preguntó el elfo intrigado -No soy el espejo, idiota, estoy adentro- Aclaró la voz y Destino por fin entendió lo que sucedía, acercó la mano al espejo y vio como ésta era tragada como si pasara a través de algo líquido y antes que pudiera detenerse a procesarlo lo sujetaron para llevarlo al otro lado.
No tenía idea de donde había ido a parar, pero todo se veía bastante extraño -Al fin lo conseguí, llevaba horas probando uno y otro espejo para comunicarme con alguno de los que ya había vendido- Dijo el hombre -Soy Archibald, el dueño de esta casa de los espejos, y desde hace unas horas he quedado atrapado en este laberinto de espejos- Explicó la situación -He enviado varios mensajes de ayuda a través de varios espejos portales a distintos lugares, pero eres el único que respondió, además esos malditos gatos están arruinando todo- Señaló con preocupación -De acuerdo, Archibaldo, Destino te sacará de este lugar, pero mantente en alerta, salir de aquí pondrá a prueba tus reflejos- Dijo el elfo mientras se preparaba para iniciar la fuga.
Archibald- Dijo el hombre un poco frustrado -Mi nombre es Archibald- Corrigió con arrogancia -Es lo que Destino dijo, Archibaldo, ahora vamos- Continuó el elfo, tomó el brazo de Archibaldo y emprendió una carrera de fuga, giraron a la derecha, luego a la derecha, luego de nuevo a la derecha, y una vez más a la derecha para llegar al mismo sitio -¿Al menos sabes a dónde vas?- Preguntó Archibaldo un poco estresado -Claramente sí, Archibaldo, Destino conoce el camino- Dijo el pelinegro con total seguridad aunque no tenía la más remota idea -¡Abajo!- Alertó a su protegido quien se agachó de inmediato llevando las manos a su cabeza para evitar cualquier peligro, aunque el elfo solo quería callarlo y poner a prueba su capacidad de reacción.
Sin embargo, la situación comenzaba a ponerse peligrosa, escuchaba pasos, alguien se acercaba, así que nuevamente tomó el brazo de Archibaldo y comenzó a correr, esta vez hacia la izquierda, a la derecha, hacía arriba, igual no tenía idea de hacia dónde iba pero esperaba llegar pronto, aunque algo andaba mal, el brazo de Archivaldo se sentía frío. Al girar para ver a su protegido, el elfo contempló con horror que aquello que había estado guiando por un rato ya no era Archibaldo, era algún tipo de criatura sin rostro.
Oh rayos, se te cayó la cara de vergüenza, no podemos volver por ella, tendrás que conseguir otra luego- Dijo el elfo claramente enojado con su cliente pero este ya no era el mismo, sino un reflejo o algo peor -Espera, tú no eres Archibaldo, eres un reflejo o algo peor- Dijo destino en tono serio mientras se alejaba de aquella cosa -¿Qué hiciste con Archibaldo? ¡Escúpelo!- El elfo preparó su espada y de un tajo rompió el reflejo en pedazos -Rayos- Pensó para sí mismo.
Había avanzado dando tantos giros que no podía saber dónde se encontraba su cliente, tenía que regresar a buscarlo, pero no sabía por dónde había pasado antes. Y cuando parecía que no podía ser peor, unos extraños gatos comenzaron a aparecer, seguramente eran los gatos que había mencionado Archibaldo, pero a Destino solo le alegraba que, en caso de seguir atrapado por mucho tiempo, tendría alguna manera para evitar morir de hambre.
Extrañamente los gatos no le atacaban, en su lugar solo intentaban destruir los espejos, a ratos algunos se acercaban, pero al oler su guante encantado se alejaban sin más -Que buen servicio- Dijo el elfo recordando a Melaxas, la extraña chica que le había puesto un encantamiento que parecía tan inútil.
Destino se puso en guardia al escuchar nuevamente unos pasos acercarse, tomó su espada y se preparó para una embestida fulminante contra lo que apareciera frente a él, algún otro reflejo sin rostro, alguna criatura de otro mundo -¡Mariposas!- Gritó el elfo recordando al fin lo que había estado persiguiendo antes, aunque quizás ya era demasiado tarde.
Destino
Maestro de las Mil Espadas
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Re: [Desafío] Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
El miembro 'Destino' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Desafío] Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
—Y cuando Brontes se enteró de que se había planeado un ataque contra la aldea de Alcïnae, corrió y corrió para avisar a su amada. Pero llegó demasiado tarde.
—¡Ay, no!
Luke se llevó al rostro las manos, que le temblaban por la tensión. Su hermano mayor le pasó un brazo por los hombros mientras, con el otro, atraía hacia sí a la pequeña Val.
—¡Ay, sí! —continuó su padre con expresión trágica—. Halló el cuerpo sin vida de Alcïnae y se lo llevó para enterrarlo a la sombra de un pino cercano y, entonces, conjuró una daga, algo que los brujos de aquellos tiempos sabían hacer, aunque ahora lo hayamos olvidado, y la usó para quitarse la vida allí mismo.
La voz de Olivia llegó hasta ellos desde la otra estancia:
—¿No te parece muy trágico eso para unos niños?
—Solo es una historia, ¿qué daño puede hacerles? Además, no acaba ahí.
Fue Val quien interrumpió la narración esta vez:
—¿Ah, no?
—Claro que no, porque resulta que el Dragón de Agua, que pasaba volando por allí, presenció la escena y, profundamente conmovido, enterró a Brontes con su amada e infundió de magia el suelo donde crecía aquel pino, para que los protegiera su amor en la muerte como no lo estuvo en vida.
—¡Ay, no!
Luke se llevó al rostro las manos, que le temblaban por la tensión. Su hermano mayor le pasó un brazo por los hombros mientras, con el otro, atraía hacia sí a la pequeña Val.
—¡Ay, sí! —continuó su padre con expresión trágica—. Halló el cuerpo sin vida de Alcïnae y se lo llevó para enterrarlo a la sombra de un pino cercano y, entonces, conjuró una daga, algo que los brujos de aquellos tiempos sabían hacer, aunque ahora lo hayamos olvidado, y la usó para quitarse la vida allí mismo.
La voz de Olivia llegó hasta ellos desde la otra estancia:
—¿No te parece muy trágico eso para unos niños?
—Solo es una historia, ¿qué daño puede hacerles? Además, no acaba ahí.
Fue Val quien interrumpió la narración esta vez:
—¿Ah, no?
—Claro que no, porque resulta que el Dragón de Agua, que pasaba volando por allí, presenció la escena y, profundamente conmovido, enterró a Brontes con su amada e infundió de magia el suelo donde crecía aquel pino, para que los protegiera su amor en la muerte como no lo estuvo en vida.
En aquel punto, la imagen volvió de nuevo al punto de partida por… Valeria había perdido ya la cuenta de las veces que había visto repetirse aquel recuerdo en el espejo. Ya ni siquiera se fijaba en sus hermanos, la emoción había llegado y había pasado.
Era el rostro de su padre el que escrutaba como si pudiera así exprimir cada gota de información. En el espejo, el hombre debía de tener más o menos la misma edad que ella ahora. Trató de imaginarlo con el pelo encanecido, arrugas en torno a los ojos.
Un grito en algún punto del local la devolvió a la realidad. Otra vez la loca del eclipse. Ni que fuera a acabarse el mundo solo porque la luna iba a pasar por delante del sol.
Con un resoplido, Valeria dio la espalda una vez más a sus recuerdos y echó a andar por donde había venido, alegrándose de haberse puesto pantalones al percibir un reflejo en el suelo. Pero un gato enorme se interpuso en su camino y casi consiguió que alcanzara el techo de un brinco al soltar lo que ella interpretó como un maullido amenazador. Despacio, dio un par de pasos atrás, buscando girarse en otra dirección, pero aparecieron más gatos. O quizá solo fueran reflejos del primero, ¿quién podía decirlo con seguridad?
«Dicen que se alimentan de las almas de los muertos, así que conviene tenerlos contentos para no acabar en su estómago»
Quizá fueran los sucesos de las últimas semanas, la vívida escena presenciada en el espejo o puede que se le hubiera contagiado la paranoia de aquella extraña, pero el recuerdo de la voz de su padre le resultó extrañamente perturbadora en aquel momento, por más que no tuviera pensado morirse en un futuro próximo.
Procurando no hacer movimientos bruscos, sacó un cálamo y tinta de su bolso y se agachó para dibujar un par de glifos en la superficie reflectante a sus pies(1). No tardaron en aparecer varios platillos con leche, de los que se apartó con pasos lentos, dejándolos como ofrenda a los animales. O el animal, lo que fuera.
En cualquier caso, encontró un hueco por donde escabullirse y, más tranquila echó a andar en busca de la salida. Bueno, quizá no más tranquila, ya que, por mirar si los mininos la seguían, se dio de cara contra un espejo que no reflejaba absolutamente nada.
Palpando con las manos, encontró un pasillo por el que avanzar. Dio varios giros en distintas direcciones antes de verse obligada a reconocer que no tenía la más remota idea de dónde se encontraba o cómo había llegado. Podía oír gente protestando o, incluso, llorando en alguna parte de aquel laberinto y pisó cristales rotos tratando de llegar hasta ellos.
—¡Mariposas! —gritó alguien a su espalda.
Valeria se dio la vuelta y vio una figura alta lanzándole una estocada. Instintivamente, alzó los brazos y envió un impulso telequiético, tratando de desviar la espada que se cernía sobre ella(2).
Pero solo consiguió que el espejo estallara en pedazos.
—¡Dejad de destruir mis espejos! —gritó alguien distinto en algún otro lugar.
----------
OFF: Soy incapaz de pensar siquiera en maltratar animalillos y, al final, resulta que Reike tampoco es tan despiadada.
(1) Uso mi Kit de Arcanos Superior para aplicar la Técnica Conjurar Comida. Supongo que ahora los bichos tendrán más fuerzas para machacar espejos.
(2) Uso mi rasgo de Telequinesis, nivel Avanzado.
Solo por claridad: Reike oye gritar a Destino, pero no lo ve a él, sino un reflejo en un espejo. O, quién sabe, quizá la runa me diga algo más turbio.
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Re: [Desafío] Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
El miembro 'Reike' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Desafío] Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
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Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
Cansado de esperar al elfo mientras otros seguían rompiendo sus valiosos espejos, volvió a buscar la salida por sí mismo -Ya van a ver esos inútiles- refunfuñaba -Yo mismo me encarg…- Apareció ante sus ojos un enorme grupo de gatos arrasando todo a su paso como una ola tempestuosa. Sabiamente, Archibald echó a correr en la dirección contraria. En su camino encontró a la bruja Reike -¡Corre, que vienen los gatos asesinos!- le advirtió sin detener la carrera.
No obstante, ella no necesitaría preocuparse por eso. Archibald tropezó con un espejo, que luego derribó a otro y este a otro iniciando un efecto en cadena. Afortunadamente, ninguno de estos espejos llegó a Reike. No, ella podía arreglárselas para esquivarlos. El problema fue un espejo que se desprendió del techo sin más motivo que la falta de mantenimiento y cayó sobre ella. En un parpadeo, Reike cruzó ese espejo-portal y este se destruyó en la caída.
¿Y dónde estaba ahora? Podría reconocer lo que había delante de ella. Ya estuvo en ese sitio fuera de la realidad, un espacio de plataformas circulares que flotaban en un abismo sin fondo, aunque sus superficies cristalinas no reflejaban esta vez recuerdos de batallas pasadas, sino que cada una mostraba escenas de mitos y leyendas populares.
-Kasha, esconderse no te salvará- se escuchó desde la distancia, una voz femenina y cantarina -Hoy recibirás el castigo divino. Tu vida de rebeldía acabará donde inició- Por unos segundos, la silueta de una resplandeciente mujer alada se vio a una decena de metros, volando entre las plataformas, sosteniendo en sus manos dos poderosas lanzas de luz capaz de pulverizarlo todo.
Pero Reike tampoco debía preocuparse por eso. No estaba en ese lugar, sino que estaba frente a un espejo que proyectaba el recuerdo de alguien más. A un lado estaba una mujer con un elegante vestido negro -Otra vez no, otra vez no, otra vez no- balbuceaba ella abrazándose a sí misma. Inquieta, miró a su alrededor. Dio un respingo al percatarse de Reike, pero la sorpresa se esfumó precediendo al alivio y luego al hastío -¿Y tú qué?- gruñó -¿Acaso tu intención es matarme y quedarte con mis mininos? No tengo tiempo para eso, debo romper espejos antes de que los seres del otro mundo nos abduzcan.
Entonces hubo una explosión que los alarmó a todos. Destino fue el primero en saber el origen. Desde unos espejos, que de pronto mostraron la capacidad de materializar enemigos de batallas pasadas, empezaron a emerger mariposas verdes, imitaciones perfectas e igual de explosivas que las de Dundarak.
Sin embargo, estas no buscaron atacarlo, sino que lo ignoraron buscando a otras víctimas. Reike y Kasha no tardaron en ver a un gran número venir hacia ellas. De eso sí tendrían que preocuparse. Kasha tragó saliva -¿Dónde están mis mininos cuando los necesito? Oye, dama, te ayudaré a salvarme la vida- le dijo a Reike mientras intentaba situar a la bruja entre ella y las mariposa -Ya no hago falta aquí. Estas mariposas me ahorrarán el trabajo. Ahora ¡sácame de aquí!
Paralelamente, Destino tuvo aún más buena suerte. Encontró al señor Archibald seguido por otros individuos dentro de la Casa de los Espejos -Corre, elfo, ya encontré la salida- le informó Archibald con premura -Hay un espejo que nos llevará a la salida. No perdamos tiempo o será demasiado tarde.
A unos pocos metros estaba dicho espejo. Archibald fue el primero en cruzarlo y, al otro lado, sonrió y les hizo un gesto al resto para que lo siguieran. Tras una dura experiencia, ante ellos estaba la salida para disfrutar nuevamente de la libertad en el exterior, llenar sus pulmones con aire fresco y contemplar el eclipse en el cielo grisáceo.
-Oigan, ¿soy yo o el mundo se ve raro?- preguntó tímidamente el segundo en cruzar. Y es que tenía razón, había un pequeño detalle que no estaba bien. El mundo estaba en blanco y negro e invertido horizontalmente -Es nuestra imaginación- aseguró Archibald con una sonrisa nerviosa -Seguro que nuestros ojos se arreglarán en un momento- Soltó una risa forzada que poco tranquilizó al grupo, que no tardó en inquietarse y retractarse de seguir a Archibald.
Pero entonces escucharon más explosiones y cristales rompiéndose. Nada mejor para motivarlos a ir a un mundo que, aunque extraño, no tenía animales explosivos -¡No, alto, esto no es una salvación!- advirtió quien cruzó luego de Archibald. Regresó a la Casa de los Espejos e intentó impedirle el paso a todos -¡Confíen en mí, nos irá peor al otro lado!- insistió, lo que le hizo ganarse un puñetazo que lo dejó inconsciente -No voy a quedarme a morir aquí, estúpido- espetó el hombre fortachón que lo noqueó y procedió a caminar hacia la salida de Archibald.
ᚩ Por si quedar atrapados en un laberinto de espejos mágicos no fuese un problema, ahora surgen dos nuevos percances. Pero esto puede verse como algo bueno.
ᚩ Destino había olvidado su misión de exterminar mariposas, pero ahora que ya lo recordó tiene una nueva oportunidad de olvidarlo, pues ante él hay una salida y solo debe cruzar el portal para salvarse. Pero si no puede dejar de pensar en tomar esa escape garantiza que dentro de unos días ya no volverá a sentir dolor, ni frío, ni nada, puede mantener a Archibald dentro de la Casa de los Espejos. Quizás también al resto del grupo si se siente bondadoso. O podría solo dedicarse a eliminar mariposas. Que sea la voluntad del destino.
ᚩ Reike no deberá preocuparse por eso. Ya que no pudo tener la explosiva experiencia (no con este pj, al menos), quisimos remediarlo. Deberá lidiar con las mariposas explosivas y sobrevivir junto con una mujer paranoica capaz de moverse con una sorprendente agilidad felina, o quizás solo con lo primero. Pero ahora hay menos espejos gracias a los gatos fortalecidos con buena leche, así que no tendrá demasiado problema en desplazarse sin chocar o atravesar espejos involuntariamente. No obstante, tal vez aún haya espejos intactos que hasta podrían ser de utilidad para sobrevivir ahora usados con astucia, aunque a Kasha, a pesar de todo, no le agradará usar ese recurso.
ᚩ Sea cual sea el camino que tomen, recuerden que más allá de lo aparente se esconden elementos con el potencial de afectar el porvenir de Aerandir. Cada acción o inacción podrá desencadenar consecuencias inesperadas.
No obstante, ella no necesitaría preocuparse por eso. Archibald tropezó con un espejo, que luego derribó a otro y este a otro iniciando un efecto en cadena. Afortunadamente, ninguno de estos espejos llegó a Reike. No, ella podía arreglárselas para esquivarlos. El problema fue un espejo que se desprendió del techo sin más motivo que la falta de mantenimiento y cayó sobre ella. En un parpadeo, Reike cruzó ese espejo-portal y este se destruyó en la caída.
¿Y dónde estaba ahora? Podría reconocer lo que había delante de ella. Ya estuvo en ese sitio fuera de la realidad, un espacio de plataformas circulares que flotaban en un abismo sin fondo, aunque sus superficies cristalinas no reflejaban esta vez recuerdos de batallas pasadas, sino que cada una mostraba escenas de mitos y leyendas populares.
-Kasha, esconderse no te salvará- se escuchó desde la distancia, una voz femenina y cantarina -Hoy recibirás el castigo divino. Tu vida de rebeldía acabará donde inició- Por unos segundos, la silueta de una resplandeciente mujer alada se vio a una decena de metros, volando entre las plataformas, sosteniendo en sus manos dos poderosas lanzas de luz capaz de pulverizarlo todo.
Pero Reike tampoco debía preocuparse por eso. No estaba en ese lugar, sino que estaba frente a un espejo que proyectaba el recuerdo de alguien más. A un lado estaba una mujer con un elegante vestido negro -Otra vez no, otra vez no, otra vez no- balbuceaba ella abrazándose a sí misma. Inquieta, miró a su alrededor. Dio un respingo al percatarse de Reike, pero la sorpresa se esfumó precediendo al alivio y luego al hastío -¿Y tú qué?- gruñó -¿Acaso tu intención es matarme y quedarte con mis mininos? No tengo tiempo para eso, debo romper espejos antes de que los seres del otro mundo nos abduzcan.
Entonces hubo una explosión que los alarmó a todos. Destino fue el primero en saber el origen. Desde unos espejos, que de pronto mostraron la capacidad de materializar enemigos de batallas pasadas, empezaron a emerger mariposas verdes, imitaciones perfectas e igual de explosivas que las de Dundarak.
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Sin embargo, estas no buscaron atacarlo, sino que lo ignoraron buscando a otras víctimas. Reike y Kasha no tardaron en ver a un gran número venir hacia ellas. De eso sí tendrían que preocuparse. Kasha tragó saliva -¿Dónde están mis mininos cuando los necesito? Oye, dama, te ayudaré a salvarme la vida- le dijo a Reike mientras intentaba situar a la bruja entre ella y las mariposa -Ya no hago falta aquí. Estas mariposas me ahorrarán el trabajo. Ahora ¡sácame de aquí!
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Paralelamente, Destino tuvo aún más buena suerte. Encontró al señor Archibald seguido por otros individuos dentro de la Casa de los Espejos -Corre, elfo, ya encontré la salida- le informó Archibald con premura -Hay un espejo que nos llevará a la salida. No perdamos tiempo o será demasiado tarde.
A unos pocos metros estaba dicho espejo. Archibald fue el primero en cruzarlo y, al otro lado, sonrió y les hizo un gesto al resto para que lo siguieran. Tras una dura experiencia, ante ellos estaba la salida para disfrutar nuevamente de la libertad en el exterior, llenar sus pulmones con aire fresco y contemplar el eclipse en el cielo grisáceo.
-Oigan, ¿soy yo o el mundo se ve raro?- preguntó tímidamente el segundo en cruzar. Y es que tenía razón, había un pequeño detalle que no estaba bien. El mundo estaba en blanco y negro e invertido horizontalmente -Es nuestra imaginación- aseguró Archibald con una sonrisa nerviosa -Seguro que nuestros ojos se arreglarán en un momento- Soltó una risa forzada que poco tranquilizó al grupo, que no tardó en inquietarse y retractarse de seguir a Archibald.
Pero entonces escucharon más explosiones y cristales rompiéndose. Nada mejor para motivarlos a ir a un mundo que, aunque extraño, no tenía animales explosivos -¡No, alto, esto no es una salvación!- advirtió quien cruzó luego de Archibald. Regresó a la Casa de los Espejos e intentó impedirle el paso a todos -¡Confíen en mí, nos irá peor al otro lado!- insistió, lo que le hizo ganarse un puñetazo que lo dejó inconsciente -No voy a quedarme a morir aquí, estúpido- espetó el hombre fortachón que lo noqueó y procedió a caminar hacia la salida de Archibald.
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ᚩ Por si quedar atrapados en un laberinto de espejos mágicos no fuese un problema, ahora surgen dos nuevos percances. Pero esto puede verse como algo bueno.
ᚩ Destino había olvidado su misión de exterminar mariposas, pero ahora que ya lo recordó tiene una nueva oportunidad de olvidarlo, pues ante él hay una salida y solo debe cruzar el portal para salvarse. Pero si no puede dejar de pensar en tomar esa escape garantiza que dentro de unos días ya no volverá a sentir dolor, ni frío, ni nada, puede mantener a Archibald dentro de la Casa de los Espejos. Quizás también al resto del grupo si se siente bondadoso. O podría solo dedicarse a eliminar mariposas. Que sea la voluntad del destino.
ᚩ Reike no deberá preocuparse por eso. Ya que no pudo tener la explosiva experiencia (no con este pj, al menos), quisimos remediarlo. Deberá lidiar con las mariposas explosivas y sobrevivir junto con una mujer paranoica capaz de moverse con una sorprendente agilidad felina, o quizás solo con lo primero. Pero ahora hay menos espejos gracias a los gatos fortalecidos con buena leche, así que no tendrá demasiado problema en desplazarse sin chocar o atravesar espejos involuntariamente. No obstante, tal vez aún haya espejos intactos que hasta podrían ser de utilidad para sobrevivir ahora usados con astucia, aunque a Kasha, a pesar de todo, no le agradará usar ese recurso.
ᚩ Sea cual sea el camino que tomen, recuerden que más allá de lo aparente se esconden elementos con el potencial de afectar el porvenir de Aerandir. Cada acción o inacción podrá desencadenar consecuencias inesperadas.
Ansur
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Re: [Desafío] Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
Claro, mariposas- Insistió el elfo, aunque antes de festejar fue interrumpido por la aparición de Archibaldo, quien no solo parecía decidido a escapar, sino que además parecía conocer la salida -Es su casa, debe conocer la salida- Murmuró el elfo para sí mismo antes de comenzar a seguir, aunque no sin antes preguntarse de dónde había salido tanta gente, asumió que el astuto Archibaldo había enviado el mensaje de ayuda a tantos lugares como pudo, y más de uno se había apuntado a salvarlo para cobrar la recompensa.
Con aquello en mente, simplemente se dedicó a seguirlos por entre los callejones de cristales, Destino corrió tras ellos a donde Archibaldo los guiaba, aunque a ratos parecía perdido, terminaba por encontrar el camino correcto hasta que finalmente dio con la salida, que para sorpresa de todos no era una puerta, sino un espejo, uno bastante raro que el hombre cruzó sin pestañar y tras él, algunos más.
Destino no pensaba cruzar aquel tétrico y misterioso espejo pero una sucesión de espejos explotando y mariposas como las de Dundarak lo hicieron reconsiderar todo y lanzarse sin mirar atrás, donde las terribles mariposas comenzaban a hacer estragos -Cuando hay que ir, hay que ir- Dijo sin más y se dispuso a cruzar aquel portal a pesar de que uno de los que habían cruzado antes, advertía que no estaba bien, y ciertamente no parecía que fuera a estar nada bien, pero era eso o las mariposas explosivas.
Habían atravesado la supuesta salida, pero parecía que no solo los había sacado de la casa, pues había cosas que ni siquiera parecían de este mundo, el viento no soplaba y el elfo no lograba percibir los colores de las cosas, cerró los ojos con fuerza y agitó la cabeza para dar un segundo vistazo, pero nada había cambiado -¡Es una trampa! Hay que salir de aquí- Dijo de prisa señalando el espejo por el que habían entrado, pero ahora no era más que una ventana de fuego verde que no parecía ser el mejor camino.
No miren atrás, no saldrán de esta prisión- Dijo un Archibaldo que lucía diferente, más tranquilo, con una sonrisa perturbadora que lentamente se borraba junto al resto de su cara. Aquello solo podía ser parte de una pesadilla. Destino miró nuevamente la entrada, quizá las mariposas explosivas no fueran tan malas después de todo, pero ya no había una salida, había muchas, todas iguales, todas eran la salida o quizá ninguna lo era.
Y eso aún no era lo peor, pues parecía ser que -Hey, ya, suficiente, ya está bastante difícil, ahora saca a Destino de aquí- Bueno, en fin, ya que Destino le tenía miedo al éxito, la situación parecía estar bastante complicada, era momento de encontrar una salida, y el elfo sabía la manera de encontrarla -Tú le dirás a Destino cómo salir de aquí- Dijo el pelinegro señalando en dirección a Archibaldo pero éste ya no estaba -Oye, escritor, dijimos que no más complicaciones- Dijo el elfo con mala cara porque no me había dejado terminar, Archibaldo no estaba, pero en su lugar, había aparecido una criatura sin rostro que seguramente le podría decir amablemente la salida.
Mejor, mucho mejor- Dijo el elfo sin entender muy bien con quién discutía a ratos -Habla, criatura, o perecerás, muéstranos la salida- Destino sacó sus espadas gemelas y se puso en guardia mientras se dirigía a sus compañeros -Si quieren salir de este lugar, hay que trabajar juntos- Sus palabras se perdieron en el vació y no hubo respuesta de parte de sus compañeros que también comenzaban a perder sus rostros, apenas alcanzó a ver cómo el último de sus compañeros era arrastrado hacia un espejo y emergía del mismo una criatura idéntica al que acababan de arrastrar pero sin rostro.
¡Atrás, descarados!- Advirtió el pelinegro mientras se ponía en guardia, girando lentamente en círculos para estar atento ante los posibles ataques. Unos pasos a su espalda delataron el primero de ellos y Destino reaccionó agachándose y girando con los brazos abiertos para que sus espadas cortaran las piernas de aquella cosa que parecía no sentir dolor.
Luego vinieron más y más ataques, uno tras otro aquellos misteriosos seres se lanzaban sobre el elfo intentando atraparlo igual que los otros, pero el elfo conseguía evadirlos con gracia y les propinaba alguno que otro corte que, aunque los detenía por un instante, no tardaban en levantarse una y otra vez. Quizá solo estaba perdiendo el tiempo y debía ir directo al que lo había metido en aquella terrible situación, si detenía al falso Archibaldo, quizá todo se detuviera.
No obstante, llegar a él no sería nada fácil, pues los secuaces no dejaban de atacar, lo que dejaba solamente una opción posible -Atacar a distancia- Exacto, bien pensado. El inteligente elfo agitó sus espadas para convertirlas en alargados y filosos látigos que le brindaban más alcance, [1] imbuyéndolas además con su éter para activar la Gula Destructiva, [2] por lo que ahora los impactos de sus espadas contra los cuerpos de aquellos monstruos, dejaba un residuo de éter que explotaban al cabo de unos segundos, aquello parecía ser más efectivo para detenerlos al menos por más tiempo, pero el problema persistía.
Una vez que tuvo un camino libre hacia el falso Archibaldo, Destino volvió a agitar una de sus espadas para que volviera a su forma inicial y la arrojó como un proyectil hacia el pecho de su objetivo, aunque éste consiguió esquivarla y la espada siguió de largo hasta estrellarse en uno de los espejos al otro lado y lo hizo pedazos.
El elfo generó un delgado hilo de luz hacia la espada para traerla de regreso a su mano [3] y notó que uno de los monstruos había caído luego de la destrucción del espejo -Como en la torre- Dijo para sí mismo y reaccionó de prisa preparando su mejor arma -La mejor arma hasta ahora- Bueno, eso, la mejor hasta ahora. Extendió los brazos a los lados con las espadas en su forma inicial y activó su efecto de duplicación, haciendo que lo rodearan 20 espadas [4] apuntando hacia los diferentes espejos que tenía a la vista.
Un primer ataque destruyó un gran número de espejos haciendo que muchos de los monstruos se desplomaran al piso y se convirtieran en un amasijo de pelo, pero era apenas el inicio, el elfo usó los hilos de éter para atraer hacia él mismo todas las espadas [3] y se agachó en el último momento para que éstas pasaran de largo hacia la dirección contraria en donde destruyeron otros espejos.
Poco a poco iba menguando la cantidad de monstruos al tiempo que los cristales comenzaban a llenar el piso, fue entonces cuando notó que uno de los espejos no se había roto con el impacto de la espada, sino que ésta había cruzado hacia el otro lado. Definitivamente era una salida y no había tiempo para verificar que fuera la correcta -¡El que tenga miedo de morir, que no nazca!- Dijo el pelinegro lleno de determinación y emprendió una veloz carrera, atrayendo sus espadas con los hilos de éter [3] y esquivándolas al llegar para que siguieran de largo, haciendo una especie de protección pasiva mientras avanzaba.
Aún no ha terminado- Dijo el falso Archibaldo mientras el elfo se lanzaba a través del espejo portal seguido de todas sus espadas. Un tenso silencio quedó en el lugar después que el elfo se marchó, hasta que nuevamente una marea de espadas volvió del portal incrustándose en algunos de los monstruos restantes para luego desvanecerse.
[1] Espadas látigo: Serpientes Gemelas Con aquello en mente, simplemente se dedicó a seguirlos por entre los callejones de cristales, Destino corrió tras ellos a donde Archibaldo los guiaba, aunque a ratos parecía perdido, terminaba por encontrar el camino correcto hasta que finalmente dio con la salida, que para sorpresa de todos no era una puerta, sino un espejo, uno bastante raro que el hombre cruzó sin pestañar y tras él, algunos más.
Destino no pensaba cruzar aquel tétrico y misterioso espejo pero una sucesión de espejos explotando y mariposas como las de Dundarak lo hicieron reconsiderar todo y lanzarse sin mirar atrás, donde las terribles mariposas comenzaban a hacer estragos -Cuando hay que ir, hay que ir- Dijo sin más y se dispuso a cruzar aquel portal a pesar de que uno de los que habían cruzado antes, advertía que no estaba bien, y ciertamente no parecía que fuera a estar nada bien, pero era eso o las mariposas explosivas.
Habían atravesado la supuesta salida, pero parecía que no solo los había sacado de la casa, pues había cosas que ni siquiera parecían de este mundo, el viento no soplaba y el elfo no lograba percibir los colores de las cosas, cerró los ojos con fuerza y agitó la cabeza para dar un segundo vistazo, pero nada había cambiado -¡Es una trampa! Hay que salir de aquí- Dijo de prisa señalando el espejo por el que habían entrado, pero ahora no era más que una ventana de fuego verde que no parecía ser el mejor camino.
No miren atrás, no saldrán de esta prisión- Dijo un Archibaldo que lucía diferente, más tranquilo, con una sonrisa perturbadora que lentamente se borraba junto al resto de su cara. Aquello solo podía ser parte de una pesadilla. Destino miró nuevamente la entrada, quizá las mariposas explosivas no fueran tan malas después de todo, pero ya no había una salida, había muchas, todas iguales, todas eran la salida o quizá ninguna lo era.
Y eso aún no era lo peor, pues parecía ser que -Hey, ya, suficiente, ya está bastante difícil, ahora saca a Destino de aquí- Bueno, en fin, ya que Destino le tenía miedo al éxito, la situación parecía estar bastante complicada, era momento de encontrar una salida, y el elfo sabía la manera de encontrarla -Tú le dirás a Destino cómo salir de aquí- Dijo el pelinegro señalando en dirección a Archibaldo pero éste ya no estaba -Oye, escritor, dijimos que no más complicaciones- Dijo el elfo con mala cara porque no me había dejado terminar, Archibaldo no estaba, pero en su lugar, había aparecido una criatura sin rostro que seguramente le podría decir amablemente la salida.
Mejor, mucho mejor- Dijo el elfo sin entender muy bien con quién discutía a ratos -Habla, criatura, o perecerás, muéstranos la salida- Destino sacó sus espadas gemelas y se puso en guardia mientras se dirigía a sus compañeros -Si quieren salir de este lugar, hay que trabajar juntos- Sus palabras se perdieron en el vació y no hubo respuesta de parte de sus compañeros que también comenzaban a perder sus rostros, apenas alcanzó a ver cómo el último de sus compañeros era arrastrado hacia un espejo y emergía del mismo una criatura idéntica al que acababan de arrastrar pero sin rostro.
¡Atrás, descarados!- Advirtió el pelinegro mientras se ponía en guardia, girando lentamente en círculos para estar atento ante los posibles ataques. Unos pasos a su espalda delataron el primero de ellos y Destino reaccionó agachándose y girando con los brazos abiertos para que sus espadas cortaran las piernas de aquella cosa que parecía no sentir dolor.
Luego vinieron más y más ataques, uno tras otro aquellos misteriosos seres se lanzaban sobre el elfo intentando atraparlo igual que los otros, pero el elfo conseguía evadirlos con gracia y les propinaba alguno que otro corte que, aunque los detenía por un instante, no tardaban en levantarse una y otra vez. Quizá solo estaba perdiendo el tiempo y debía ir directo al que lo había metido en aquella terrible situación, si detenía al falso Archibaldo, quizá todo se detuviera.
No obstante, llegar a él no sería nada fácil, pues los secuaces no dejaban de atacar, lo que dejaba solamente una opción posible -Atacar a distancia- Exacto, bien pensado. El inteligente elfo agitó sus espadas para convertirlas en alargados y filosos látigos que le brindaban más alcance, [1] imbuyéndolas además con su éter para activar la Gula Destructiva, [2] por lo que ahora los impactos de sus espadas contra los cuerpos de aquellos monstruos, dejaba un residuo de éter que explotaban al cabo de unos segundos, aquello parecía ser más efectivo para detenerlos al menos por más tiempo, pero el problema persistía.
Una vez que tuvo un camino libre hacia el falso Archibaldo, Destino volvió a agitar una de sus espadas para que volviera a su forma inicial y la arrojó como un proyectil hacia el pecho de su objetivo, aunque éste consiguió esquivarla y la espada siguió de largo hasta estrellarse en uno de los espejos al otro lado y lo hizo pedazos.
El elfo generó un delgado hilo de luz hacia la espada para traerla de regreso a su mano [3] y notó que uno de los monstruos había caído luego de la destrucción del espejo -Como en la torre- Dijo para sí mismo y reaccionó de prisa preparando su mejor arma -La mejor arma hasta ahora- Bueno, eso, la mejor hasta ahora. Extendió los brazos a los lados con las espadas en su forma inicial y activó su efecto de duplicación, haciendo que lo rodearan 20 espadas [4] apuntando hacia los diferentes espejos que tenía a la vista.
Un primer ataque destruyó un gran número de espejos haciendo que muchos de los monstruos se desplomaran al piso y se convirtieran en un amasijo de pelo, pero era apenas el inicio, el elfo usó los hilos de éter para atraer hacia él mismo todas las espadas [3] y se agachó en el último momento para que éstas pasaran de largo hacia la dirección contraria en donde destruyeron otros espejos.
Poco a poco iba menguando la cantidad de monstruos al tiempo que los cristales comenzaban a llenar el piso, fue entonces cuando notó que uno de los espejos no se había roto con el impacto de la espada, sino que ésta había cruzado hacia el otro lado. Definitivamente era una salida y no había tiempo para verificar que fuera la correcta -¡El que tenga miedo de morir, que no nazca!- Dijo el pelinegro lleno de determinación y emprendió una veloz carrera, atrayendo sus espadas con los hilos de éter [3] y esquivándolas al llegar para que siguieran de largo, haciendo una especie de protección pasiva mientras avanzaba.
Aún no ha terminado- Dijo el falso Archibaldo mientras el elfo se lanzaba a través del espejo portal seguido de todas sus espadas. Un tenso silencio quedó en el lugar después que el elfo se marchó, hasta que nuevamente una marea de espadas volvió del portal incrustándose en algunos de los monstruos restantes para luego desvanecerse.
[2] Habilidad de Nivel 3: Gula Destructiva
[3] Habilidad de nivel 4: Avaricia Devastadora
[4] Habilidad de arma: Serpientes Gemelas
Destino
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Re: [Desafío] Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
Valeria sacudió la cabeza y extendió el movimiento a los hombros y el tronco para quitarse de encima la sensación de tensión. Solo era una maldita sala llena de espejos, había llegado hasta allí y acabaría saliendo, ya fuera por su propio pie, o cuando llegara la hora de cerrar e hicieran la debida inspección para sacar de allí a todos los visitantes. La segunda opción era un tanto humillante, pero nada de qué preocuparse, después de todo.
Al menos, hasta que el dueño pasó corriendo a su lado, gritando algo sobre gatos asesinos.
¿Asesinos? Que ella supiera, solo atacaban a los espejos. O eso se decía para tranquilizarse, al menos.
En sus prisas por huir, el atemorizado hombre tropezó con un espejo y, uno detrás de otro, empezaron a venirse abajo. Valeria tuvo que hacer uso de toda su agilidad y una cierta dosis de magia(1) para apartarse de la trayectoria de caída y el bombardeo de cristales rotos, pero se las arregló para salir del paso y, por qué no decirlo, el ejercicio le vino bien para volver a atar en corto sus pensamientos.
Al menos, ahora tendré vía libre hasta la salida, se dijo mientras rastreaba en sus alrededores la menor señal de una puerta. Pero su búsqueda se truncó cuando un súbito cambio llegó desde arriba.
O lo que había sido arriba hasta hacía un instante, porque, de alguna manera, se encontró cayendo hacia lo que había tenido por un costado un latido atrás. Instintivamente, interpuso el brazo en ademán protector y empujó lo suficiente para frenar ligeramente su caída(1). Al tocar tierra, rodó por el suelo y, con un nuevo impulso, se incorporó de forma no demasiado grácil, pero bastante digna, teniendo en cuenta la falta de preaviso. Digna, si una no contaba las faldas revueltas en todas direcciones, pero qué se le iba a hacer.
Mientras se recolocaba el vestido y se sacudía un poco el polvo, se fijó en el espejo que tenía más cerca. Mostraba una imagen familiar, ¿otro recuerdo? Había estado allí, en una especie de sueño. Solo que no era exactamente igual. No fue hasta que intentó hacer memoria que se dio cuenta de que no estaba sola. No era su recuerdo, después de todo, así que se volvió para dar un poco de intimidad a la mujer. Solo que… ¿por qué iba a soñar aquella mujer con el mismo lugar que había soñado ella?
—¿Se encuentra bien? —preguntó Valeria al tembloroso bulto acurrucado. Demasiado tarde se dio cuenta de que se trataba de la loca del eclipse—. ¿Mininos? ¿Para qué querría yo…?
Pero no valía la pena seguir preguntando, la mujer parecía haber entrado en una especie de frenesí paranoico que, de alguna forma, le recordó a cierto pervertido al que había tenido la desgracia de conocer unos meses atrás. ¿Por qué querrían abducirnos los biocibernéticos?, se dijo Valeria.
Sin embargo, la escalada de los acontecimientos borró inmediatamente esa y otras cuestiones de su mente. Incluso la de por qué habría que tenerle miedo a un puñado de mariposas. Esa se esfumó en el preciso momento en que vio a un par explotar al contacto con un espejo.
Bien, adiós al plan de esperar a que un empleado hiciera limpieza llegando la hora del cierre: había que salir de ahí a la de ya. A ser posible, con todos los miembros aún prendidos al cuerpo.
Por un instante, Valeria se planteó empujar a la loca, velos y todo, hacia la ¿bandada? de mariposas y salir corriendo en la dirección opuesta. Por desgracia, la loca se le había adelantado y, ahora que la tenía a la espalda, el movimiento se volvía un tanto más complicado.
Solo espera que gane un poco más de práctica, se dijo con una mezcla de frustración y tozudez. Había estado practicando, empujando ratones, y estaba casi segura de que una o dos veces había logrado frenar un tanto su carrera. «Casi segura», por desgracia, no bastaba para apostar su vida a que lo conseguiría ahora con un ejército de insectos.
Afortunadamente, el suelo estaba a rebosar de proyectiles que sí era capaz de levantar, así que, ayudándose con un movimiento de los brazos para fortalecer su enfoque, empujó una corriente de éter hacia adelante y arriba(2). Una masa de cristales rotos se alzaron como hojas secas, yendo a encontrarse con las mariposas más adelantadas.
Antes de que terminaran de oírse los estallidos, Valeria rompió el contacto con los fragmentos y enlazó su éter con el espejo que había estado contemplando hacía un momento. Tiró con fuerza para desencajarlo del soporte que lo mantenía erguido y lo empujó, con marco y todo, hacia las mariposas sobrevivientes.
—¡Corre! —gritó entonces, agarrándose al brazo de la loca de los velos.
—¿Hacia dónde? —gritó ella a su vez, pero sin dejar de alejarse instintivamente de las explosiones.
—¡Hacia la salida! —indicó Valeria, que no tenía idea de dónde se encontraba, pero bastante tenía con cubrir la retirada de ambas lanzando cualquier cosa que estuviera a su alcance en dirección a la nube de explosivos alados que las perseguía.
----------
OFF: (1) Habilidad de nivel 2: Ligera [Telequinesis, Mágica] Utilizo mi telequinesis para disminuir la gravedad ejercida sobre mí, lo que me permite frenar caídas, dar saltos más altos o incluso levitar temporalmente.
(2) Talento de Telequinesis nivel Avanzado (3).
En resumen: Echo a correr agarrada a la loca y sin mirar a dónde voy mientras voy tirando espejos y cristales rotos hacia atrás para tratar de que las mariposas exploten lo más lejos posible de nosotras. Por indicación de master Ansur, no me preocupo de nada más.
Al menos, hasta que el dueño pasó corriendo a su lado, gritando algo sobre gatos asesinos.
¿Asesinos? Que ella supiera, solo atacaban a los espejos. O eso se decía para tranquilizarse, al menos.
En sus prisas por huir, el atemorizado hombre tropezó con un espejo y, uno detrás de otro, empezaron a venirse abajo. Valeria tuvo que hacer uso de toda su agilidad y una cierta dosis de magia(1) para apartarse de la trayectoria de caída y el bombardeo de cristales rotos, pero se las arregló para salir del paso y, por qué no decirlo, el ejercicio le vino bien para volver a atar en corto sus pensamientos.
Al menos, ahora tendré vía libre hasta la salida, se dijo mientras rastreaba en sus alrededores la menor señal de una puerta. Pero su búsqueda se truncó cuando un súbito cambio llegó desde arriba.
O lo que había sido arriba hasta hacía un instante, porque, de alguna manera, se encontró cayendo hacia lo que había tenido por un costado un latido atrás. Instintivamente, interpuso el brazo en ademán protector y empujó lo suficiente para frenar ligeramente su caída(1). Al tocar tierra, rodó por el suelo y, con un nuevo impulso, se incorporó de forma no demasiado grácil, pero bastante digna, teniendo en cuenta la falta de preaviso. Digna, si una no contaba las faldas revueltas en todas direcciones, pero qué se le iba a hacer.
Mientras se recolocaba el vestido y se sacudía un poco el polvo, se fijó en el espejo que tenía más cerca. Mostraba una imagen familiar, ¿otro recuerdo? Había estado allí, en una especie de sueño. Solo que no era exactamente igual. No fue hasta que intentó hacer memoria que se dio cuenta de que no estaba sola. No era su recuerdo, después de todo, así que se volvió para dar un poco de intimidad a la mujer. Solo que… ¿por qué iba a soñar aquella mujer con el mismo lugar que había soñado ella?
—¿Se encuentra bien? —preguntó Valeria al tembloroso bulto acurrucado. Demasiado tarde se dio cuenta de que se trataba de la loca del eclipse—. ¿Mininos? ¿Para qué querría yo…?
Pero no valía la pena seguir preguntando, la mujer parecía haber entrado en una especie de frenesí paranoico que, de alguna forma, le recordó a cierto pervertido al que había tenido la desgracia de conocer unos meses atrás. ¿Por qué querrían abducirnos los biocibernéticos?, se dijo Valeria.
Sin embargo, la escalada de los acontecimientos borró inmediatamente esa y otras cuestiones de su mente. Incluso la de por qué habría que tenerle miedo a un puñado de mariposas. Esa se esfumó en el preciso momento en que vio a un par explotar al contacto con un espejo.
Bien, adiós al plan de esperar a que un empleado hiciera limpieza llegando la hora del cierre: había que salir de ahí a la de ya. A ser posible, con todos los miembros aún prendidos al cuerpo.
Por un instante, Valeria se planteó empujar a la loca, velos y todo, hacia la ¿bandada? de mariposas y salir corriendo en la dirección opuesta. Por desgracia, la loca se le había adelantado y, ahora que la tenía a la espalda, el movimiento se volvía un tanto más complicado.
Solo espera que gane un poco más de práctica, se dijo con una mezcla de frustración y tozudez. Había estado practicando, empujando ratones, y estaba casi segura de que una o dos veces había logrado frenar un tanto su carrera. «Casi segura», por desgracia, no bastaba para apostar su vida a que lo conseguiría ahora con un ejército de insectos.
Afortunadamente, el suelo estaba a rebosar de proyectiles que sí era capaz de levantar, así que, ayudándose con un movimiento de los brazos para fortalecer su enfoque, empujó una corriente de éter hacia adelante y arriba(2). Una masa de cristales rotos se alzaron como hojas secas, yendo a encontrarse con las mariposas más adelantadas.
Antes de que terminaran de oírse los estallidos, Valeria rompió el contacto con los fragmentos y enlazó su éter con el espejo que había estado contemplando hacía un momento. Tiró con fuerza para desencajarlo del soporte que lo mantenía erguido y lo empujó, con marco y todo, hacia las mariposas sobrevivientes.
—¡Corre! —gritó entonces, agarrándose al brazo de la loca de los velos.
—¿Hacia dónde? —gritó ella a su vez, pero sin dejar de alejarse instintivamente de las explosiones.
—¡Hacia la salida! —indicó Valeria, que no tenía idea de dónde se encontraba, pero bastante tenía con cubrir la retirada de ambas lanzando cualquier cosa que estuviera a su alcance en dirección a la nube de explosivos alados que las perseguía.
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OFF: (1) Habilidad de nivel 2: Ligera [Telequinesis, Mágica] Utilizo mi telequinesis para disminuir la gravedad ejercida sobre mí, lo que me permite frenar caídas, dar saltos más altos o incluso levitar temporalmente.
(2) Talento de Telequinesis nivel Avanzado (3).
En resumen: Echo a correr agarrada a la loca y sin mirar a dónde voy mientras voy tirando espejos y cristales rotos hacia atrás para tratar de que las mariposas exploten lo más lejos posible de nosotras. Por indicación de master Ansur, no me preocupo de nada más.
Reike
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Re: [Desafío] Contracara | ɐɹɐɔɐɹʇuoɔ
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Reike tenía razón: los gatos solo buscaban destruir los espejos, aunque a veces podían confundirse, pero también buscaban destruir a ciertas criaturas que nacieron del otro lado. Por desgracia, Destino no pudo verlo antes de que Archibald se revelara como un suplantador. Aun así, tanto la bruja como el elfo lograron sobreponerse a las adversidades y sobrevivir un día más.
¿Un día?
Destino fue el primero en hallar una salida tras una ardua y emocionante batalla. Pero, mientras él volvía del mundo gris, Reike rompió el espejo por el que saldría durante la lucha contra las mariposas, atrapándolo entre dos mundos, donde Destino permaneció, durante una fracción de eternidad, perdido en un limbo fractal infinito. Eso hasta que, finalizado el eclipse, fuerzas más allá de la comprensión de los mortales causaron que el elfo fuera arrastrado al mundo material.
¿O no?
Kasha consiguió lo que deseaba: la destrucción de espejos. Reike fue una buena compañera para ello, y las inesperadas mariposas ya extintas gracias a la bruja -¡Pero qué fantástica eres! -le felicitó Kasha de muy buen humor -Somos, quise decir- se corrigió antes de añadir: -¡Y ese somos no incluye a mis mininos que abandonaron a mami!
Justo entonces vio a los susodichos al otro lado de un espejo, uno donde no existía el reflejo de ambas mujeres -¡La salida!- exclamó mientras aumentaba la velocidad de su carrera -Ahora sí que... ¡Arg!- Descubrió dolorosamente que no era un portal -Esto... ¿qué demonios es?- farfulló Kasha, y pronto comprendió. Sus ojos se abrieron como platos, negó con la cabeza una y otra vez mientras su rostro perdía todo color.
Ambas podrían notar en algunos fragmentos de espejos imágenes sucediendo a gran velocidad: gatos negros moviéndose en un lugar similar a la Casa de los Espejos, aunque oscuro, abandonado y repleto de cristales rotos, y finalizó con un destello rojo que ahuyentó a los gatos; un grupo de bégimos descendiendo donde les esperaba una mujer-bestia, una cuya única cualidad animal eran sus alas de un blanco inmaculado; una subasta inocente que no tardó en llenarse de humo, explosiones y magia arcana; unos niños siendo abducidos en medio de una caótica fiesta en donde se materializaron pesadillas; algunas pocas personas de distintos sitios, todos durante el eclipse, siendo tragados por espejos y reemplazados por imitadores...
El pelinegro aterrizó en las ruinas de la Casa de los Espejos. El cristal detrás de él, en contraste con el entorno, aún permanecía casi intacto, teniendo apenas una rotura que lo dividía en dos. Quizás fue un milagro que hubiera funcionado como portal. No obstante, algo estaba mal en él... No, en toda superficie reflectante: el rostro del elfo se veía borroso.
Muchos gatos aparecieron, cautelosos y con la vista puesta en el pelinegro. Él les devolvió la mirada, con sus ojos refulgiendo con un brillo escarlata, y conjuró un hechizo explosivo del mismo color.
Pasaron los minutos y la salida seguía sin ser encontrada. Aquel lugar no era la Casa de los Espejos, sin duda, ¿pero dónde estaban y por qué no había ni una sola puerta?
Ya no había rastro del buen humor de Kasha, que concedió el dominio al pesimismo y la amargura que enterraban cualquier deseo de hablar. Incluso consideró que, si seguían atrapadas por mucho más, podría comerse a Reike.
Entonces un rugido de dragón la estremeció. Miró en derredor, apremiada por los nervios, y quedó atónita al advertir la inesperada imagen de un espejo intacto, uno cuyo marco era de madera de pino y tenía tallado figuras de dragones azules. Luego de un instante de duda, se acercó y metió su mano, la cual atravesó el cristal como si este fuera líquido.
¿Era un sueño? ¿Fue creado como las mariposas? ¿Qué importaba mientras las sacara del lugar?
Supongo que hasta una historia trágica puede hacer bien- dijo Kasha con cierta melancolía en su voz -Perdón, hoy no estuve en mi mejor momento- se disculpó, y le mostró una débil sonrisa a su compañera -Quizás usted no entienda lo que sucede, pero no sé si me creería si le explicara, pues, de hecho, ya lo he explicado, desde el inicio... y nadie me cree. Pero si usted tiene inteligencia, entonces destruya espejos y desconfíe de todos los que usen alguno -Dio un paso hacia el espejo y se retractó en el último instante -Ah, y por favor, amable dama, sueñe menos con dragones y novios muertos y más con los cait sìth; los gatos son más adorables.
Finalmente, ambas escaparon de la prisión. Pero no aparecieron en la Casa de los Espejos, sino que salieron de una extraña y enorme estructura en construcción, de forma semicircular y hecha de cristales.
¡Oigan, ¿cómo entraron aquí?! Maldición, aún no es momento para que se metan -profirió uno de los muchos trabajadores en el sitio -Ya estamos retrasados, así que no estorben o nos comerá un bégimo o, ni lo quieran los dioses, la mismísma señora Gabriela nos despedirá con su mal carácter. Así que fuera. ¡Chu, chu!- gritó otro mientras sacudía sus manos en dirección a las dos mujeres, como si espantara animalejos.
Detrás de todos ellos, un par de guardias escudriñó con la mirada a las intrusas. Ambos intercambiaron palabras que ellas no oirían. Un momento después, ellos se acercaron con una mano en el pomo de sus espadas, iniciando cuchicheos y miradas recelosas en los demás.
Valerie Reike- dijo un guardia, mortalmente serio -Será mejor que no te muevas- Dicho eso, los trabajadores ya no dudaron en alejarse, alarmados por la mención de ese nombre -¡Estúpidos! -chilló una histérica Kasha -Ustedes no entienden, ¿verdad? ¡¿Por qué nadie lo ve?! ¡¿Cómo se puede ser tan ciego?! ¡Estoy harta, harta, HARTA! ¡Dejen de fabricar malditos espejos!
Y soltando un salvaje maullido, se abalanzó sobre ambos guardias, quienes no supieron lidiar con la velocidad felina de aquella loca. Pero para Reike sería una gran oportunidad para desatenderse del lío.
Luego de aquel incidente, a la bruja no se le haría difícil descubrir por su cuenta la historia que su nombre e imagen protagonizaban:
En el día del eclipse, meses atrás, Reike salió de la Casa de los Espejos, encontrando fuera a Archibald, y lo asesinó cortándole el cuello frente a todos.
ᚩ No tenemos más que felicitaciones para ustedes. La Casa de los Espejos fue destruida y Archibald murió, justo lo contrario a lo que pedimos, pero que los salvó de caer en una peor trampa.
ᚩ Reike: ¿Recuerdas aquella vez que otro fue culpado por un crimen del que eras la verdadera culpable? La vida da muchas vueltas curiosas. Ahora te sugerimos que publiques en el tablón del bardo una advertencia donde hables sobre lo que has visto en esta aventura. Intenta convencernos a todos de que eres inocente y que la loca de los gatos no estaba tan loca sobre los espejos. Quizás ella te lo agradecerá
ᚩ Además de eso, también deberás ir con cuidado si andas en Roilkat, al menos hasta que se demuestre tu inocencia o las personas te olviden en unos meses. Que alguien te inculpe de homicidio tiene sus consecuencias.
ᚩ Entropía: Felicidades, ahora tienes cuerpo y podrás moverte en el mundo material... No, espera, no eres lo que se supone que debes ser. Algo salió mal.
ᚩ Destino: No hay suplantador que pueda vencerte en batalla, algo de esperarse del Maestro de las Mil Espadas. Al masacrarlos, también has reducido el número de suplantados durante el eclipse. Sin embargo, por tal despliegue de poder, algo quiso robar tu cuerpo, aunque no le salió del todo bien, así ahora tienes lo siguiente:
ᚩ Pero miren el lado positivo: sin saberlo, han retrasado (pero no detenido) el progreso de los suplantadores y los espejos mágicos, Kasha aún vive y podrá convertirse una pieza clave en esta guerra tras bambalinas y ustedes dos son de las pocas personas que saben que tal guerra existe. Por si no fuera suficiente, les sumamos sus merecidos 5 puntos de experiencia, además de la siguiente recompensa:
ᚩ Esperamos volvernos a encontrar. Hasta entonces, quizás más pronto que tarde, desconfíen hasta de sus propios reflejos.
¿Un día?
Destino fue el primero en hallar una salida tras una ardua y emocionante batalla. Pero, mientras él volvía del mundo gris, Reike rompió el espejo por el que saldría durante la lucha contra las mariposas, atrapándolo entre dos mundos, donde Destino permaneció, durante una fracción de eternidad, perdido en un limbo fractal infinito. Eso hasta que, finalizado el eclipse, fuerzas más allá de la comprensión de los mortales causaron que el elfo fuera arrastrado al mundo material.
¿O no?
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Kasha consiguió lo que deseaba: la destrucción de espejos. Reike fue una buena compañera para ello, y las inesperadas mariposas ya extintas gracias a la bruja -¡Pero qué fantástica eres! -le felicitó Kasha de muy buen humor -Somos, quise decir- se corrigió antes de añadir: -¡Y ese somos no incluye a mis mininos que abandonaron a mami!
Justo entonces vio a los susodichos al otro lado de un espejo, uno donde no existía el reflejo de ambas mujeres -¡La salida!- exclamó mientras aumentaba la velocidad de su carrera -Ahora sí que... ¡Arg!- Descubrió dolorosamente que no era un portal -Esto... ¿qué demonios es?- farfulló Kasha, y pronto comprendió. Sus ojos se abrieron como platos, negó con la cabeza una y otra vez mientras su rostro perdía todo color.
Ambas podrían notar en algunos fragmentos de espejos imágenes sucediendo a gran velocidad: gatos negros moviéndose en un lugar similar a la Casa de los Espejos, aunque oscuro, abandonado y repleto de cristales rotos, y finalizó con un destello rojo que ahuyentó a los gatos; un grupo de bégimos descendiendo donde les esperaba una mujer-bestia, una cuya única cualidad animal eran sus alas de un blanco inmaculado; una subasta inocente que no tardó en llenarse de humo, explosiones y magia arcana; unos niños siendo abducidos en medio de una caótica fiesta en donde se materializaron pesadillas; algunas pocas personas de distintos sitios, todos durante el eclipse, siendo tragados por espejos y reemplazados por imitadores...
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El pelinegro aterrizó en las ruinas de la Casa de los Espejos. El cristal detrás de él, en contraste con el entorno, aún permanecía casi intacto, teniendo apenas una rotura que lo dividía en dos. Quizás fue un milagro que hubiera funcionado como portal. No obstante, algo estaba mal en él... No, en toda superficie reflectante: el rostro del elfo se veía borroso.
Muchos gatos aparecieron, cautelosos y con la vista puesta en el pelinegro. Él les devolvió la mirada, con sus ojos refulgiendo con un brillo escarlata, y conjuró un hechizo explosivo del mismo color.
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Pasaron los minutos y la salida seguía sin ser encontrada. Aquel lugar no era la Casa de los Espejos, sin duda, ¿pero dónde estaban y por qué no había ni una sola puerta?
Ya no había rastro del buen humor de Kasha, que concedió el dominio al pesimismo y la amargura que enterraban cualquier deseo de hablar. Incluso consideró que, si seguían atrapadas por mucho más, podría comerse a Reike.
Entonces un rugido de dragón la estremeció. Miró en derredor, apremiada por los nervios, y quedó atónita al advertir la inesperada imagen de un espejo intacto, uno cuyo marco era de madera de pino y tenía tallado figuras de dragones azules. Luego de un instante de duda, se acercó y metió su mano, la cual atravesó el cristal como si este fuera líquido.
¿Era un sueño? ¿Fue creado como las mariposas? ¿Qué importaba mientras las sacara del lugar?
Supongo que hasta una historia trágica puede hacer bien- dijo Kasha con cierta melancolía en su voz -Perdón, hoy no estuve en mi mejor momento- se disculpó, y le mostró una débil sonrisa a su compañera -Quizás usted no entienda lo que sucede, pero no sé si me creería si le explicara, pues, de hecho, ya lo he explicado, desde el inicio... y nadie me cree. Pero si usted tiene inteligencia, entonces destruya espejos y desconfíe de todos los que usen alguno -Dio un paso hacia el espejo y se retractó en el último instante -Ah, y por favor, amable dama, sueñe menos con dragones y novios muertos y más con los cait sìth; los gatos son más adorables.
Finalmente, ambas escaparon de la prisión. Pero no aparecieron en la Casa de los Espejos, sino que salieron de una extraña y enorme estructura en construcción, de forma semicircular y hecha de cristales.
¡Oigan, ¿cómo entraron aquí?! Maldición, aún no es momento para que se metan -profirió uno de los muchos trabajadores en el sitio -Ya estamos retrasados, así que no estorben o nos comerá un bégimo o, ni lo quieran los dioses, la mismísma señora Gabriela nos despedirá con su mal carácter. Así que fuera. ¡Chu, chu!- gritó otro mientras sacudía sus manos en dirección a las dos mujeres, como si espantara animalejos.
Detrás de todos ellos, un par de guardias escudriñó con la mirada a las intrusas. Ambos intercambiaron palabras que ellas no oirían. Un momento después, ellos se acercaron con una mano en el pomo de sus espadas, iniciando cuchicheos y miradas recelosas en los demás.
Valerie Reike- dijo un guardia, mortalmente serio -Será mejor que no te muevas- Dicho eso, los trabajadores ya no dudaron en alejarse, alarmados por la mención de ese nombre -¡Estúpidos! -chilló una histérica Kasha -Ustedes no entienden, ¿verdad? ¡¿Por qué nadie lo ve?! ¡¿Cómo se puede ser tan ciego?! ¡Estoy harta, harta, HARTA! ¡Dejen de fabricar malditos espejos!
Y soltando un salvaje maullido, se abalanzó sobre ambos guardias, quienes no supieron lidiar con la velocidad felina de aquella loca. Pero para Reike sería una gran oportunidad para desatenderse del lío.
Luego de aquel incidente, a la bruja no se le haría difícil descubrir por su cuenta la historia que su nombre e imagen protagonizaban:
En el día del eclipse, meses atrás, Reike salió de la Casa de los Espejos, encontrando fuera a Archibald, y lo asesinó cortándole el cuello frente a todos.
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ᚩ No tenemos más que felicitaciones para ustedes. La Casa de los Espejos fue destruida y Archibald murió, justo lo contrario a lo que pedimos, pero que los salvó de caer en una peor trampa.
ᚩ Reike: ¿Recuerdas aquella vez que otro fue culpado por un crimen del que eras la verdadera culpable? La vida da muchas vueltas curiosas. Ahora te sugerimos que publiques en el tablón del bardo una advertencia donde hables sobre lo que has visto en esta aventura. Intenta convencernos a todos de que eres inocente y que la loca de los gatos no estaba tan loca sobre los espejos. Quizás ella te lo agradecerá
ᚩ Además de eso, también deberás ir con cuidado si andas en Roilkat, al menos hasta que se demuestre tu inocencia o las personas te olviden en unos meses. Que alguien te inculpe de homicidio tiene sus consecuencias.
ᚩ Entropía: Felicidades, ahora tienes cuerpo y podrás moverte en el mundo material... No, espera, no eres lo que se supone que debes ser. Algo salió mal.
ᚩ Destino: No hay suplantador que pueda vencerte en batalla, algo de esperarse del Maestro de las Mil Espadas. Al masacrarlos, también has reducido el número de suplantados durante el eclipse. Sin embargo, por tal despliegue de poder, algo quiso robar tu cuerpo, aunque no le salió del todo bien, así ahora tienes lo siguiente:
- Maldición:
- Reflejo oscuro [Maldición]: Aunque lograste salir del espejo, no lo hiciste solo: alguien más está contigo y se ha adueñado de tu cuerpo. Este compañero se hace llamar Entropía y tiene su propia personalidad, más agresivo y despiadado que Destino. Durante los próximos 3 temas deberás luchar internamente para recuperar el control de tu cuerpo, alternando entre ambas personalidades hasta conseguirlo.
ᚩ Pero miren el lado positivo: sin saberlo, han retrasado (pero no detenido) el progreso de los suplantadores y los espejos mágicos, Kasha aún vive y podrá convertirse una pieza clave en esta guerra tras bambalinas y ustedes dos son de las pocas personas que saben que tal guerra existe. Por si no fuera suficiente, les sumamos sus merecidos 5 puntos de experiencia, además de la siguiente recompensa:
- Espejito, espejito:
- Espejito maravilla [2 cargas]: Al colocarlo frente a la cara de alguien, este pequeño espejo lo tragará, transportándolo a un Aerandir invertido, gris y carente de más seres vivos. Se puede regresar a través de otro espejo, pero, si no vuelve en un turno, se formará brevemente un portal para traerlo de vuelta.
ᚩ Esperamos volvernos a encontrar. Hasta entonces, quizás más pronto que tarde, desconfíen hasta de sus propios reflejos.
Ansur
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