[Minievento Express] Los vínculos del reencuentro.

**Sigel** Miér Feb 01 2023, 13:14

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Vínculos del reencuentro

"Si realmente amas algo, mándalo al pantano.
Si regresa, es tuyo. Si se lo comen los cocodrilos, ya para qué lo quieres."

En la zona más meridional del Pantano Misterioso, donde confluyen los caminos que unen las fronteras de hombres, elfos y lobos, un fauno conocido como Popi el Florista ha levantado su particular refugio y lo que a él le gusta llamar Casa de remedios sentimelánticos, donde se ofrece a dar consejos y soluciones como autoproclamado experto en materia de relaciones. No importa de qué tipo sean tus preocupaciones, si tienen que ver con alguien él estará encantado de escucharte y aportar lo que considere de recibo. ¿Un amor que ensalzar? ¿Una amistad que celebrar? ¿Un error que requiere una disculpa? ¿O simplemente tienes mucho que decir y poca idea de cómo hacerlo? Popi te ofrecerá un té de rosas, algo dulce para mojar y toda su atención.

Muchos son los curiosos que se preguntan qué hace alguien vendiendo flores y consejos en un lugar así, hay quienes defienden que no se trata de otra cosa que de un loco chismoso, un oportunista que se deja caer por los caminos con afluencia en los tiempos cercanos a [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], aunque lo cierto es que de él no sale poner la mano y hacerte rascar el bolsillo. Él es un enamorado de la vida, quizá un poco lunático, nadie sabe de qué vive en realidad. Siempre busca lugares recónditos y de difícil acceso, aunque con un aura especial, mágica, incluso divina, asegurándose de que los rumores de su presencia se extiendan por la zona. Pretende que sea complejo llegar hasta él para que no cualquiera reciba sus consejos, dotándolos así de mayor valor, pues lo cierto es que no cualquiera está dispuesto a hacer el esfuerzo que supone. En sus propias palabras, “Al que quiere azul celeste, que le cueste”. Quizá así es cómo se divierte o tal vez sólo busca protagonismo.

Lo que sí es sabido con certeza es su afán por transmitir el mensaje del amor por el prójimo, así que quiénes somos nadie para juzgar su mente de tiburón. Más allá de prestarte un consejo, que en ningún momento asegura ser bueno, se ofrece a hacer llegar, de tu parte o no, un regalo a esa persona culpable de tus enredos espirituosos. Aunque para no engañar a nadie, Popi sí resulta un tanto chismoso, fantasioso tal vez. Para que no confunda tus intenciones y tampoco haga confundir las de nadie, acompañará el presente de una [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] blanca o amarilla, en deferencia a si tus pensamientos se destinan a una amistad o un algo más.

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En Aerandir nos gusta el amor en todas sus formas y demostraciones. Y por eso Popi el Florista ha venido para hacer de celestino o de amigo invisible, lo que tú prefieras. Durante los próximos días, las puertas de tela de su tenderete errante se encontrarán abiertas, hasta que el 14 de febrero levante el campamento y marche a realizar sus entregas, día que terminará el evento.

A continuación se detallan las instrucciones y su funcionamiento:

✯ Para participar en este minievento sólo es necesario que tengas un personaje activo, con su ficha aceptada. No se permite la participación multicuenta, es decir, aquellos usuarios que dispongan de varias cuentas sólo podrán participar con una de ellas.

✯ Deberás responder a este hilo para inscribirte en el evento, no siendo necesario hacerlo Onrol, aunque claramente permitido si lo deseas hacer así. Hay que tener en cuenta que apuntarse implica tener que hacer un regalo, pero también recibir uno. Fechas de inscripción: del 1 al 5 de febrero.

✯ El día 6 de febrero se publicará la lista de inscritos y un listado de regalos disponibles, habiendo tantos regalos como participantes en el evento.

✯ Se abrirá un periodo de tiempo en el que los participantes deberán responder de nuevo en el hilo, esta vez sí Onrol, su interacción con Popi. Tras ese post, enviarán un mensaje privado a Sigel indicando a quién desean hacer el regalo y cuál. Para evitar el caos más absoluto, en el mensaje se indicarán tres personas y tres regalos, asignándose la primera opción que quede libre, por orden de recepción del mensaje. Fechas de posteo: del 6 al 13 de febrero.

✯ Los regalos deberán dedicarse a alguien que el personaje conozca OnRol. No conllevan coste de aeros.

✯ Los listados serán actualizados diariamente, para que todos los participantes sepan qué personas y regalos siguen disponibles.

✯ Este hilo permanecerá abierto para inscribirse hasta el 5 de febrero.

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**Meraxes** Miér Feb 01 2023, 19:41

Sí le entro :v

**Sango** Miér Feb 01 2023, 21:36

Me apunto.

**Bio** Miér Feb 01 2023, 21:43

Me sumo, si es gratis es bueno =)

**Arygos Valnor** Miér Feb 01 2023, 22:08

Yo también quiero me sumo con arygos

**Gaegel** Jue Feb 02 2023, 01:00

Vamo' a darle. (?)

**Eleandris** Jue Feb 02 2023, 01:33

c'mon barbie, lets go party. Además, este me pilla cerca (?

**Zelas Hazelmere** Jue Feb 02 2023, 03:23

Simon

**Rauko** Vie Feb 03 2023, 00:00

Si el mundo es un pañuelo, ¿nosotros qué somos?

**Corlys Glokta** Vie Feb 03 2023, 23:03

Hacer regalos a gente de bien parece un buen plan, así que habrá que entrarle.

**Elian** Dom Feb 05 2023, 13:13

¡Me apunto! Igual con regalos, la gente se olvida de que debo hasta la vida.

**Nousis Indirel** Dom Feb 05 2023, 19:45

Vamos a regalar pues...

**Iori Li** Dom Feb 05 2023, 20:23

Dentro

Itzamaray Lun Feb 06 2023, 00:01

Me apunto a la regalasion

**Sigel** Lun Feb 06 2023, 00:41

INSCRIPCIONES CERRADAS

**Sigel** Lun Feb 06 2023, 10:03

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Vínculos del reencuentro

¡Adelante! ¡Adelante! Te estaba esperando. ¡Siéntate! ¡Siéntate!

Popi te recibe con los brazos abiertos y sin darte lugar a opciones, te despeja una silla acolchada y sirve una taza de té rosado, aunque las invenciones y mejunjes del fauno no siempre son lo que a simple vista pueden parecer. Esta bebida tiene la capacidad de adecuarse a los gustos de quien la ingiere, con un toque de se me suelta la lengua, haciendo más fácil la expresión sentimental.

Cuéntame, cuéntame. ¿En qué puedo ayudarte? ¡Oh! Pero no, no, no me lo pongas tan fácil. ¿Sabes? Me gusta divertirme. ¡Sí! Si, si, si, divertirme. Háblame de ti, de tus andanzas, de tus comederos de cabeza. ¡Me encantan las historias fascinantes! Puedes mentirme, claro, aunque soy bueno adivinando. También me entusiasman los enredos de alcoba. ¿Eh? ¿Que no tienes de eso? Vaya… Bueno, tú desahógate, la verdad es que estoy más solo que la luna y me gusta pelar la hebra. ¡Bebe! ¡Bebe! ¿No te resulta delicioso? ¿A ti también te acompaña la soledad?

Tras escuchar aquello que quieras compartir, secretos o no, salerosos o no tanto, Popi sacará de un cofre un pequeño pergamino escrito en tinta rosa. Da la sensación de que hay cosas escritas en él, pero eres incapaz de entender nada.

¡Yo te ayudaré! Aquí, aquí, escribe su nombre aquí. Llevaré un presente en tu honor, ¿en el suyo? ¡Ay, bueno! Tecnicismos. ¡Ojo! Quién sabe si te sirva de algo. Yo diré que es de tu parte, si quieres, ¿quieres? Mira que no decirlo puede dar lugar a confusiones, ¿imaginas? Yo lo que tú quieras, las sorpresas también son divertidas. ¡Ah! No, no, no conozco a todo ser viviente de este mundo, no. Pero sí los secretos de la magia. Tú escribe, escribe, y mientras lo haces, piensa bien en esa persona. Cómo es, dónde podría encontrarse, incluso a qué huele. ¿Huele a rosas? Bueno, tú escribe y déjame a mí todo lo demás.

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A continuación se detallan los participantes y la lista de regalos.

participantes:

lista de regalos:

✯ ¡Se abren los turnos de posteo! No tiene por qué mantenerse el orden de las inscripciones.

✯ Recuerda mandar un mensaje privado a Sigel, indicando a quién y qué deseas regalar. Puedes indicar hasta 3 opciones, por si algún participante se te ha adelantado.

✯ Este hilo permanecerá abierto para postear hasta el 13 de febrero.

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**Meraxes** Lun Feb 06 2023, 18:18

Pantanos Misteriosos

Era uno de esos momentos en la vida en los que no sabías por qué los caminos del destino te habían llevado a un lugar tan peculiar y hasta cierto punto podría decirse que por un breve período de tiempo me había separado de mis acompañantes. Los pantanos misteriosos tal como su nombre manifestaba estaba envuelto de enigmas y de ahora un sujeto que hablaba hasta por los codos.

Ciertamente se trataba de un ser amable, y cordial, además lo que bebía, ese néctar divino, olí de maravilla.

Cuéntame, cuéntame. ¿En qué puedo ayudarte? ¡Oh! Pero no, no, no me lo pongas tan fácil. ¿Sabes? Me gusta divertirme. ¡Sí! Si, si, si, divertirme. Háblame de ti, de tus andanzas, de tus comederos de cabeza. ¡Me encantan las historias fascinantes! Puedes mentirme, claro, aunque soy bueno adivinando. También me entusiasman los enredos de alcoba. ¿Eh? ¿Qué no tienes de eso? Vaya… Bueno, tú desahógate, la verdad es que estoy más solo que la luna y me gusta pelar la hebra. ¡Bebe! ¡Bebe! ¿No te resulta delicioso? ¿A ti también te acompaña la soledad?

Al principio no entendía bien, pero el sujeto me brindaba la confianza suficiente, o tal vez era el hecho de que tan buena bebida ya la lengua comenzaba a soltarse que sentía podía desahogar mi caos interno con aquel completo extraño.

Suspiré, y con mi vaso nuevamente lleno, no hubo quien me detuviera cuando comencé a hablar.

- Sabes, no es fácil fingir todo el tiempo que tienes un carácter fuerte, la verdad en el fondo soy bastante blandengue. Creo que las situaciones por las que he pasado me han llevado a crear una coraza, pero lo que me frustra realmente es que tengo miedo que por bajar la guardia... termine herida.

Todo era más sencillo cuando solo era carne .. ya sabe como aquella frase que dice: " La alegría de la voluptuosidad consisten en tres cosas: ¡comer carne, montar carne y meter carne en la carne!... En fin, no me gusta complicarme. Y disfruto de estos placeres tanto como cualquier persona. El punto es que últimamente me he sentido diferente... y eso... me frustra. No quiero que este tipo de sentimientos perjudiquen mi estilo de vida, pero tampoco siento que deba reprimirlos.

Sabe soy una persona que daría la vida por sus amigos, aunque suela mostrar lo contrario... la verdad soy bastante tosca tratando de ser buena persona, lo ve ... ni yo misma me entiendo.

Hablaba un poco sin sentido, pero hasta cierto punto así me sentía, era un inmenso caos en mi interior, a veces placido y volvía de nuevo a emociones que me abrumaban sin saber cómo abordarlas. Pero con cada frase, cada expresión el Mr Popi escuchó fascinado - y esperaba que no tan confundido como yo - todo lo que llegué a decir, que en pocas palabras era el miedo de expresar lo que se sentía a las personas que quería, siendo casos muy particulares donde la intensidad de emociones era mayor.

¡Yo te ayudaré! Aquí, aquí, escribe su nombre aquí. Llevaré un presente en tu honor, ¿en el suyo? ¡Ay, bueno! Tecnicismos. ¡Ojo! Quién sabe si te sirva de algo. Yo diré que es de tu parte, si quieres, ¿quieres? Mira que no decirlo puede dar lugar a confusiones, ¿imaginas? Yo lo que tú quieras, las sorpresas también son divertidas. ¡Ah! No, no, no conozco a todo ser viviente de este mundo, no. Pero sí los secretos de la magia. Tú escribe, escribe, y mientras lo haces, piensa bien en esa persona. Cómo es, dónde podría encontrarse, incluso a qué huele. ¿Huele a rosas? Bueno, tú escribe y déjame a mí todo lo demás.

Hice lo que me pidió y tomando aquel papel y la pluma, tras un largo y aliviado suspiro me concentré en él. Con cada trazo sentía que me quitaba un gran peso de encima, y tras haber pensado en el menor detalle. Sus facciones, su aroma, su voz, el brillo de sus ojos, todo estaba hecho.

- Sabe Popi, espero tener otra charla como esta en algún futuro. Hablar con usted ha sido lo más relajante que he hecho en años. Muchas gracias. - Sonreí ampliamente para deleitarme con el sabor del vino especiado que se encontraba en mi vaso.

**Zelas Hazelmere** Mar Feb 07 2023, 02:47

El espacio-tiempo se rompería al interior de la casa de Popi, unos rayos y otras cosas místicas aparecieron mientras el fauno seguía preparando su té observando con deleite lo que estaba ocurriendo, esperaba cualquier cosa, salvo un humano con una espada ridículamente grande, extraña y milagrosamente había logrado evitar romper algo al interior del inmueble, un sonido de metal hizo que el rubio moviera el brazo a tiempo para atrapar una pequeña llave la cual salió despedida de la espada ridículamente grande.

-¿Donde rayos estoy?-
¡Adelante! ¡Adelante! Te estaba esperando. ¡Siéntate! ¡Siéntate!

Diría el Fauno mientras ayudaba al no-elfo a levantarse y le ayudaba a acomodar su espada en un mueble para, acto seguido, traerle una taza de aquel extraño té rosado, al momento de beberla, aquel elixir le hizo beber rápidamente otro sorbo, lo cual le soltó la lengua, -he tenido que darle un segundo sorbo, pero estoy casi seguro que esto es un té de biusas-

Cuéntame, cuéntame. ¿En qué puedo ayudarte? ¡Oh! Pero no, no, no me lo pongas tan fácil. ¿Sabes? Me gusta divertirme. ¡Sí! Si, si, si, divertirme. Háblame de ti, de tus andanzas, de tus comederos de cabeza. ¡Me encantan las historias fascinantes! Puedes mentirme, claro, aunque soy bueno adivinando. También me entusiasman los enredos de alcoba. ¿Eh? ¿Que no tienes de eso? Vaya… Bueno, tú desahógate, la verdad es que estoy más solo que la luna y me gusta pelar la hebra. ¡Bebe! ¡Bebe! ¿No te resulta delicioso? ¿A ti también te acompaña la soledad?

-Bueno, solo como tal no estoy, tengo muchos buenos amigos que estoy mas que seguro me acompañarían a cualquier batalla a la que les pida que me acompañen, pero por algún motivo tengo una suerte de los mil demonios, además de tener un talento natural para fastidiar a las personas y últimamente he logrado que gente muy mala pose sus ojos en mi, entonces tengo este presentimiento de que algo malo sucederá-

El no-elfo siguió bebiendo mientras el fauno le observaba fascinado, entonces saco un pequeño cofre con un pergamino aun mas pequeño y se lo acercaría al rubio junto a una pluma y tinta rosada.

¡Yo te ayudaré! Aquí, aquí, escribe su nombre aquí. Llevaré un presente en tu honor, ¿en el suyo? ¡Ay, bueno! Tecnicismos. ¡Ojo! Quién sabe si te sirva de algo. Yo diré que es de tu parte, si quieres, ¿quieres? Mira que no decirlo puede dar lugar a confusiones, ¿imaginas? Yo lo que tú quieras, las sorpresas también son divertidas. ¡Ah! No, no, no conozco a todo ser viviente de este mundo, no. Pero sí los secretos de la magia. Tú escribe, escribe, y mientras lo haces, piensa bien en esa persona. Cómo es, dónde podría encontrarse, incluso a qué huele. ¿Huele a rosas? Bueno, tú escribe y déjame a mí todo lo demás.

-Bueno la magia funciona de maneras extrañas, yo he muerto 2 veces y sigo acá.- comento encogiéndose de hombros y escribiendo lo que el fauno le había solicitado.

**Rauko** Mar Feb 07 2023, 03:50

　–¡Adelante! ¡Adelante! Te estaba esperando. ¡Siéntate! ¡Siéntate!

　–Mira, yo... –empecé, incómodo. «Yo solo bajé para vaciar la vejiga, no a que me droguen», casi confesé– yo solo bajé porque la vida...

　El fauno me impidió soltar alguna mentira; me arrastró hacia su puesto, me sentó en una silla y me dio una linda taza con algo que se me hacía familiar.

　–¿Esto de qué es? –inquirí. Mis instintos, y especialmente el gruñido de mi estómago, me insinuaban que, en la respuesta, estaban las biusas. Y, al beber, el exquisito sabor de mi dulce favorito impregnó mi lengua, y el líquido se deslizó por mi garganta dando una fría pero placentera caricia a mi alma–. Efectivamente, esto tiene biusas –gemí.

　Tardé unos segundos en salir del éxtasis en la que aquella bebida me capturó. Volví la vista al cielo, donde aún sobrevolaba mi alado equino poco agraciado, Kali, con Xana en su lomo buscándome desde que decidí, como de costumbre, saltar sin previo aviso.

　–Debo volver antes de que Xana me pegue –dije, o quizás solo quise decirlo y fallé. No lo sé, en mis recuerdos lo que aún permanecen indelebles son las sensaciones desde mi paladar hasta mi estómago.

　Si me esfuerzo en excavar en mis memorias de aquel día, o noche, o lo que sea que fuera, encuentro trozos del resto de la escena: el fauno hablando mucho, mi vejiga aún protestando por mi irresponsabilidad con ella, el fauno hablando mucho, mis preguntas de por qué alguien en su sano juicio estaría en medio de la nada para ofrecer consejos. ¿Ya mencioné lo del fauno hablando mucho?

　–Cuéntame, cuéntame. ¿En qué puedo ayudarte? ¡Oh! Pero no, no, no me lo pongas tan fácil. ¿Sabes? Me gusta divertirme. ¡Sí! Si, si, si, divertirme. Háblame de ti, de tus andanzas, de tus comederos de cabeza. ¡Me encantan las historias fascinantes! Puedes mentirme, claro, aunque soy bueno adivinando. También me entusiasman los enredos de alcoba. ¿Eh? ¿Que no tienes de eso? Vaya… Bueno, tú desahógate, la verdad es que estoy más solo que la luna y me gusta pelar la hebra. ¡Bebe! ¡Bebe! ¿No te resulta delicioso? ¿A ti también te acompaña la soledad?

　–Bueno, hablar sobre mí... No lo sé, ni te conozco. Mejor hablemos de... Oye, ¿conoces la historia del upelero y la fae del río? –pregunté en algún momento, dejándome arrastrar en el sosiego del bosque recóndito–. En el pasado, cuando todo esto era campo, existía un upelero huérfano. Vivía cerca de un río junto con unos faes diminutos, sus únicos amigos. Y cada vez que alguien, un extranjero, se acercaba, él upelero no podía evitar correr tras él para espantarlo; pensaba que así protegería a los faes, quienes no sabían crecer y defenderse.

　»Al principio era sencillo, pero, con el tiempo, se formó una leyenda terrorífica con él como protagonista, ahora retratado como una criatura feroz, y eso atrajo a cazadores de bestias. Entonces espantar se convirtió en luchar, sangrar y llorar. Las noches de descanso se llenaron de pesadillas y los inocentes días de juegos se convirtieron en batallas jugándose la vida.

　»Con cada nueva cicatriz, el upelero perdía su viejo yo y se transformaba en su propia leyenda, en un demonio atroz capaz de asesinar a cualquiera al entrar en frenesí. Así que los faes, temiéndole, o quizás porque murieron, lo abandonaron. Solo una fae se mantuvo a su lado, solo ella y nadie más, apoyándolo en las luchas, limpiando su sangre y secando sus lágrimas. Ella lo abrazaba cuando atacaban las pesadillas y le hizo ver que la vida es divertida.

　Tomé otro sorbo de la bebida de biusas que me había ofrecido el fauno.

　–El upelero –proseguí–, a pesar de todo, pudo recuperar parte de su viejo yo, el infantil que podía disfrutar de la vida y distraerse con tonterías, gracias a ella. La fae, a pesar de su condición inicial, logró aprender a crecer y luchar para permanecer a su lado, gracias a él.

　»Aun así, tras una batalla más dura que cualquier otra, él ya no pudo ver el brillo de su fiel compañera. No, ya no estaba, y el culpable era él, solo él y nadie más.

　Dejé la taza sobre la mesa, cerré los ojos por unos segundos y luego suspiré antes de reanudar la historia.

　–Él siguió luchando luego de eso. Ya no en el río, sino en los caminos, en las aldeas, en las ciudades... No importaba el lugar. No importaba. Nada importaba. Sin embargo, no podía evitar luchar; pensaba que así protegería... ¿qué? No lo sé. Quizás él tampoco. Quizás, habiéndolo perdido todo, también se perdió a sí mismo, y solo quedó su leyenda.

　–¡Rauko, ¿dónde demonios estás?! –rugió Xana en el cielo.

　Me levanté enseguida.

　–Cierto, vine por otra cosa –recordé. Apremiado, intenté alejarme y hacer lo que debía hacer, pero el fauno reanudó su parloteo, haciéndome enarcar una ceja.

　–¡Yo te ayudaré! Aquí, aquí, escribe su nombre aquí. Llevaré un presente en tu honor, ¿en el suyo? ¡Ay, bueno! Tecnicismos. ¡Ojo! Quién sabe si te sirva de algo. Yo diré que es de tu parte, si quieres, ¿quieres? Mira que no decirlo puede dar lugar a confusiones, ¿imaginas? Yo lo que tú quieras, las sorpresas también son divertidas. ¡Ah! No, no, no conozco a todo ser viviente de este mundo, no. Pero sí los secretos de la magia. Tú escribe, escribe, y mientras lo haces, piensa bien en esa persona. Cómo es, dónde podría encontrarse, incluso a qué huele. ¿Huele a rosas? Bueno, tú escribe y déjame a mí todo lo demás.

　–¿Un presente? ¿En mi honor? ¿De qué honor hablas? Solo mira mis botas: tienen el aspecto de cabezas de upelero. Pero... –Fruncí el ceño, pensativo–. No, es verdad, un regalo nunca es malo si es gratis. –Asentí–. Está bien, hombre con extraño color de cabello, dame ese trozo de papel. ¡Pero más te vale que no sea de un cuaderno de la muerte! Por cierto, aunque no sé por qué, sospecho que literalmente le dices lo mismo a todos los que vienen aquí, palabra por palabra, sin importar qué te respondan.

**Gaegel** Mar Feb 07 2023, 07:26

La verdad no sé cómo o porqué había decidido ir al pantano. En fin. Mientras caminaba por el lugar mis ojos divisaron una figura en la lejanía. Traté de entrecerrar los ojos, como si buscara enfocar la vista, pero no alcanzaba a ver bien, por lo que decidí encaminarme hacia ese ser. No entendía la razón, pero una corazonada me decía que debía hablar con ese ente que estaba en la lejanía. - ¿Hola?

¡Adelante! ¡Adelante! Te estaba esperando. ¡Siéntate! ¡Siéntate!

Al verlo con más detalle pude notar que se trataba de un fauno. ¿Me estaba esperando? ¿Por qué sería? No lo comprendía. Terminé por presentarme y luego de eso el fauno hizo lo mismo. Su nombre era Popi. Me invitó a tomar algo de té. No era alguien que tomara ese tipo de bebidas, pero bueno, la forma de ser de él era agradable, por lo que terminé aceptando. Había una cueva que había acondicionado. Por dentro hasta se veía lujosa y sumamente confortable. Aquello me resultaba sorprendente. Una vez adentro me senté y mientras preparaba el té. Luego de un rato me dio mi taza de té y luego el se sentó frente a mi.

Cuéntame, cuéntame. ¿En qué puedo ayudarte? ¡Oh! Pero no, no, no me lo pongas tan fácil. ¿Sabes? Me gusta divertirme. ¡Sí! Si, si, si, divertirme. Háblame de ti, de tus andanzas, de tus comederos de cabeza. ¡Me encantan las historias fascinantes! Puedes mentirme, claro, aunque soy bueno adivinando. También me entusiasman los enredos de alcoba. ¿Eh? ¿Que no tienes de eso? Vaya… Bueno, tú desahógate, la verdad es que estoy más solo que la luna y me gusta pelar la hebra. ¡Bebe! ¡Bebe! ¿No te resulta delicioso? ¿A ti también te acompaña la soledad?

No cabe duda que ese fauno hablaba demasiado de un momento a otro. La manera de hablar de Popi podía llegar a agobiarte y enredarte entre sus preguntas y comentarios si no estas lo suficientemente avispado para ponerle atención. Menos mal que mi encuentro con Vincent me preparó para personajes de ese calibre. En un momento decidí no hablar de más, pero vaya, que de un momento a otro mi lengua estuvo más dispuesta en hablar que en otras ocasiones.

Pues bueno. ¿Por dónde puedo empezar? La vida que me han puesto los dioses no ha sido muy simple que digamos. Parece que el destino es muy trágico en ocasiones conmigo. Tengo mucho miedo de involucrarme de más con el resto de personas. Y no me refiero solo al plano romántico... Tal parece que cuando mi corazón ha decidido formar vínculo con las otras personas, el destino decide sin más arrebatarles la vida. Lo ha hecho con muchas personas en el pasado, por lo que ahora tengo el pavor de que si me involucro de más con las personas que me rodean en la actualidad terminen igual que las personas que quería en el pasado.

No lo sé. Tal vez debería de alejarme de ellos y así ellos estarían a salvo de las garras del destino. Podría volver a mi estilo de vida de viajero errante, ser la persona alegre pero con actitud distante. Aquel que tiene encuentros casuales para beber cerveza en una taberna y pasarla bien. Si encuentro a una hermosa mujer llevarla a la cama y luego despedirnos sin más con ese grato recuerdo. La verdad no sé si estoy siendo claro ¿Me entiendes?...

Pero luego está ese otro lado en mi corazón que me pide... No, me exige quedarme y aventurarme de nueva cuenta a expresar mis sentimientos de una manera más sincera. Buscar que ese ciclo de tragedias en mi vida se rompa de una vez por todas. Porque en el fondo sé que el estilo de mi vida antes era muy solitario. Por las noches acostarse y saber que nadie cubre tus espaldas. Que nadie espera tu regreso, que nadie te buscaría si estas en complicaciones. Nadie estaría dispuesto a arriesgar su vida por ti... Volver a afianzar esos lazos de amistad y volver a tener una familia del alma.

He sido alguien que tiene un estilo de vida descuidado... No me importa meterme en problemas, ayudar a un desconocido. Enfrentarme a tipos con malas intenciones porque simplemente no tengo nada que perder. Tal vez por eso mismo acepté este trabajo en el que estoy envuelto. Quizá esté buscando una manera de morir de una manera medianamente interesante y heroica y así terminar con el bodrio que se ha convertido mi vida y así reencontrarme con las personas que han muerto. Pero tal vez si vuelvo a ser sincero con mis sentimientos ese impulso suicida termine por desvanecerse y no quiera morir por las personas que están aquí... Eso me tiene muy agobiado.

Suspiré pesadamente. Al haber liberado esas palabras pude sentir como si una pesada carga que estaba posada en mis hombros se liberara. Ahora me sentía mucho más ligero, incluso mi semblante era mucho más brillante. El haber expresado lo que sentía me había sentado bien. Aún entendía el porqué había decidido hablar de todo eso con ese fauno.

¡Yo te ayudaré! Aquí, aquí, escribe su nombre aquí. Llevaré un presente en tu honor, ¿en el suyo? ¡Ay, bueno! Tecnicismos. ¡Ojo! Quién sabe si te sirva de algo. Yo diré que es de tu parte, si quieres, ¿quieres? Mira que no decirlo puede dar lugar a confusiones, ¿imaginas? Yo lo que tú quieras, las sorpresas también son divertidas. ¡Ah! No, no, no conozco a todo ser viviente de este mundo, no. Pero sí los secretos de la magia. Tú escribe, escribe, y mientras lo haces, piensa bien en esa persona. Cómo es, dónde podría encontrarse, incluso a qué huele. ¿Huele a rosas? Bueno, tú escribe y déjame a mí todo lo demás.

Aquellas palabras del fauno me dejaron algo desconcertado. ¿Un presente? Realmente no lo comprendía. Miraba la hoja con confusión. Aunque no pude evitar pensar en alguien en particular. Posé el mentón en el puño izquierdo mientras pensaba en esa persona, y luego de divagar en mis pensamientos un rato terminé por hacerle caso al peculiar fauno y escribir su nombre en la hoja. Una vez que terminé, enrollé la hoja y me levanté para acercarle el trozo de papel mientras esbozaba una sonrisa. - Aquí tienes... Te agradezco mucho la charla y el té. Estuvo simplemente delicioso. - Dije mientras ampliaba la sonrisa.

**Bio** Mar Feb 07 2023, 17:14

Con una gran bocanada de aire desperté de golpe, me descubrí sentado en el piso con la respiración acelerada y el cuerpo bañado de sangre, aunque no mi sangre, a mi lado reposaba un enorme cocodrilo con la panza abierta como si alguien de mi tamaño hubiera salido de ahí, y no quiero suponer nada, pero para salir es necesario haber entrado, y seguro que entrar no había sido divertido ¿por qué habría querido entrar?

Como sea, no tenía recuerdos de haber llegado ahí, aunque a ratos, pequeñas reminiscencias desfilaban por los pasillos de mi mente, estaba buscando algo, algo especial para alguien especial ¿Qué buscaba? No lo sé, igual no es su problema, no sean curiosos.

Aunque no sabía lo que buscaba, sabía que no lo había encontrado, y también sabía que necesitaba un buen baño, así que hice lo que cualquier persona perdida en el pantano y sin recuerdos de cómo llegó allí, habría hecho en mi lugar: me asusté. Pero luego, comencé a caminar atraído por el humo que me guiaba a una chimenea, me costaba creer que había algún enfermo que quiso hacerse una casita en el pantano, pero yo parecía haber salido de la panza de un cocodrilo, no soy quién para juzgar.

Tras un rato caminando llegué a una morada pequeña pero acogedora, aunque no muy morada, habría sido genial que la morada fuera morada, pero en fin, no nos distraigamos, abrí la puerta que por alguna razón no tenía ningún seguro -Ok, una casa, en el pantano, sin seguridad, esto es vivir al límite- Murmuré para mí mismo antes de ser sorprendido por un sujeto de cabello gracioso.

¡Adelante! ¡Adelante! Te estaba esperando. ¡Siéntate! ¡Siéntate!- Me dijo el curioso personaje con una amabilidad que me resultaba bastante sospechosa -¡Hola! ¡Hola! Que amable ¡Gracias! ¡Gracias!- Respondí usando su misma estructura sintáctica de iniciar y terminar con palabras repetidas, es bueno respetar las costumbres originaras de cada lugar.

Cuéntame, cuéntame. ¿En qué puedo ayudarte? ¡Oh! Pero no, no, no me lo pongas tan fácil. ¿Sabes? Me gusta divertirme. ¡Sí! Si, si, si, divertirme. Háblame de ti, de tus andanzas, de tus comederos de cabeza. ¡Me encantan las historias fascinantes! Puedes mentirme, claro, aunque soy bueno adivinando. También me entusiasman los enredos de alcoba. ¿Eh? ¿Que no tienes de eso? Vaya… Bueno, tú desahógate, la verdad es que estoy más solo que la luna y me gusta pelar la hebra. ¡Bebe! ¡Bebe! ¿No te resulta delicioso? ¿A ti también te acompaña la soledad?

¿Cuánto tiempo lleva solo este pobre hombre? La soledad lo ha puesto bien rarito- Pensé mientras le miraba con cierta penita ajena, esa evidente necesidad de conversar, parecía de alguien que no ha socializado en años, y es que, está en medio del pantano, no puede esperar que la gente venga atraída por alguna casualidad para recibir algún regalo gratis, sería muy loco, aunque no tan loco como esa rara bebida que me ofreció y que, obviamente, no pensaba beber ni loco, con esa rara amabilidad, en medio del pantano, un loco parlanchín hermitaño, si me bebía eso seguro que amanecería debajo de un puente con un riñón menos.

Pues, bien, si tú lo pides- Me relajé en un cómodo mueble ni muy cerca, ni muy lejos del sujeto, y fingí darle un sorbo a la bebida sacariñones mientras comenzaba a contar mi historia -¿Tú conoces a Pimpón?- Le pregunté en tono muy serio mientras fingía dar otro sorbo -¿Cuál Pimpón?- Me preguntó intrigado -El que te manchó el sillón- Dije con una sonrisa mientras señalaba la sangre que goteaba y caía al sillón y al piso, aunque al hombre parecía no hacerle mucha gracia -Bueno, en fin- Cambié de tema rápidamente -¿Te sabes la historia del Cocodrilo que quería cantar?- Pregunté con tono muy serio, a lo que el colorido personaje negó con la cabeza -Oh, que pena, yo tampoco- Bajé la mirada con tristeza y luego fingí dar otro sorbo de la bebida.

Bueno, ya hemos hablado mucho de mí, cuéntame ¿Qué te trae por acá?- Pregunté mientras me levantaba para tomar una cortina y limpiarme la sangre del cuerpo -No, no, por favor, no te levantes, ponte cómodo, yo me encargo, no recibo visitas seguido... No sé por qué no viene nadie al peligroso pantano lleno de peligros mortales- Dije mientras volvía la cortina manchada a su lugar. En ese punto, el fauno lucía bastante confundido, así que para ayudarle a recuperar la lucidez, tomé un pequeño cofre y saqué de él un pergamino escrito con tinta rosa, en un lenguaje que no podía entender.

¡Yo te ayudaré! Aquí, aquí, escribe su nombre aquí- Le dije animado aunque no tenía idea de por qué le decía eso -Creo que no es así como funcio…- Le interrumpí para seguir mi efusivo discurso como si aquel pergamino me tuviera poseído para que dijera todo aquello sin ninguna razón -Llevaré un presente en tu honor, ¿en el suyo? ¡Ay, bueno! Tecnicismos. ¡Ojo! Quién sabe si te sirva de algo. Yo diré que es de tu parte, si quieres, ¿quieres? Mira que no decirlo puede dar lugar a confusiones, ¿imaginas? Yo lo que tú quieras, las sorpresas también son divertidas. ¡Ah! No, no, no conozco a todo ser viviente de este mundo, no. Pero sí los secretos de la magia. Tú escribe, escribe, y mientras lo haces, piensa bien en esa persona. Cómo es, dónde podría encontrarse, incluso a qué huele. ¿Huele a pescado? Bueno, tú escribe y déjame a mí todo lo demás, aprovecha que no le hago esa oferta a todo el mundo.

No entendía por qué había dicho todo aquello, pero mientras lo decía, había venido a mi mente una persona.

**Sango** Jue Feb 09 2023, 19:37

Con dos simples movimientos el nudo que aferraba el cinto de las armas a su cintura se deshizo. Dejó que el cinto se deslizara lentamente y cuando notó las armas en suelo soltó definitivamente el trozo de cuero que aún sostenía con la mano diestra. Acto seguido dio un paso a un lado y se sentó en la que resultó ser una silla de lo más cómoda teniendo en cuenta la situación tan extraña en la que se había conocido. Una invitación en alguna parte del Bosque del Este, quizás al sur del Pantano, echa por un tipo de lo más extraño pero con unos modales excelentes, era algo que intrigaría hasta a los mismos Dioses. Pero, quizá, no dejarían las armas en el suelo con tanta ligereza.

- Una cosa te digo- cogió la taza que le tendía-, este sitio no está nada mal. No ha sido fácil llegar, pero...- echó otro vistazo a su alrededor antes de clavar sus ojos en el ser que tenía frente a él-. Merece la pena.

- Y dime, ¿qué te gusta más?

- La silla, sin duda. No. ¿Qué eres?

- Un fauno. O para los ojos menos expertos un-

- Para mi pareces un hombre bestia. Conocí a una mujer bestia no hace mucho. Resulta que quería volar, pero no tenía alas. La otra mujer bestia que conocí sí tenía alas.

- Vaya, muchas mujeres bestias conoces- añadió con una incipiente sonrisa que ahogó dando un sorbo a su taza-. ¿Me cuentas su historia?

Sango miró al fauno y al cabo entrecerró los ojos. Le miraba desde el otro lado de la mesa, con la taza entre las manos, disfrutando del olor y del calor que desprendía la infusión. Parecía disfrutarlo como si de un placer oculto se tratara. Se le veía en la mirada. Apartó sus ojos de los de él para centrarse en el pétalo que flotaba en su taza. Arrimó con cuidado los labios y sorbió. Al instante, alzó las cejas. Aquello estaba realmente bueno.

- Su historia, quizás, para otro día. Pero sí podríamos hablar de otra cosa, ya que te ofreces a escuchar- el fauno asintió y le sonrió. Ben posó la mirada tras él-. Me gustaría hablar de aquellos que están rotos. De los desposeídos. De aquella buena gente que se ve apartada de aquello a lo que aman por cualquier razón ya sea una pelea o que alguien decidió que era buena idea arrasar una villa de simples campesinos. De esa gente, que un buen día, algo cambia en ellas, que son capaces de destruirse a sí mismas por aferrarse a la cadena que las ata en su locura porque es lo único que conocen. Son personas que, al menos, merecen nuestra atención.

Ben posó la taza sobre la mesa y se miró las palmas de las manos, ¿de dónde salía todo aquello? ¿A caso conocía alguien así? No. Seguramente no y si lo había hecho, se había interpuesto en su camino, con todas sus consecuencias. No. Conocía a alguien que estaba en la senda de destruirse. Lo había visto. Le había parecido tan claro como la luz del sol en una mañana de verano. Quizás no lo hubiera visto sino sentido y describir lo que uno sentía era, en ocasiones, muy complejo.

- Las palabras, muchas veces, no causan el efecto esperado- se adelantó Sango al ver que el silencio se prolongaba.- Es más, pueden causar el efecto contrario al deseado, ¿por qué? Es más, incluso las oscuras intenciones se esconden tras bellas palabras, ¿de dónde sale ese poder? ¿Por qué las palabras tienen la capacidad de herir más profundo que la punta de una lanza?

Sacudió la cabeza y restregó sus manos por su rostro. Resopló y se echó hacia atrás.

- Yo mismo soy incapaz de articular palabra cuando la situación lo requiere. Puedo actuar. Por todos los Dioses, créeme, vaya si lo hago, pero hablar- se quitó las manos de la cara y miró al fauno-. No. Eso es otra cosa. Y me siento mal por no saber advertir cuando veo a alguien así. Porque lo veo, amigo mío, soy capaz de verlo.

El fauno se revolvió en si sitio y asintió lentamente. Una. Dos, tres veces. Y entonces le ofreció su ayuda. Le ofrecía la oportunidad de llevarle un regalo a una persona. A cambio de un nombre, él se encargaría del resto. Ben sonrió.

- No me has entendido. No hablo de una sola persona, hablo de todas las personas que están rotas.

Pero el fauno insistía y Sango, que se dejó llevar por el ánimo y el buen humor del fauno, de sus bromas, aspavientos y gestos, se acordó de una persona.

- No escribiré, pues no sé hacerlo. No, no me mires así, algún día, si los Dioses me permiten el descanso aprenderé. Pero te contaré lo que vi. Te contaré qué reveló su mirada. Te contaré el número de eslabones que tenían sus cadenas. Te contaré como no pude decir ni una sola palabra.

**Corlys Glokta** Jue Feb 09 2023, 23:45

No entendía que hacía ese antro en medio de un pantano, y aunque en condiciones normales, decidiría que en un sitio así solo podía vivir un loco y me volvería hacia cualquier otra dirección, ahora mismo me veía obligado a entrar, pues aunque siguiera pensando que solo un pirado tendría esa casa, me había perdido bastante e iba a tener que pedir direcciones.

El fauno que vivía allí no tardó en confirmarme mis sospechas sobre la salud mental de habitante de este lugar, pero además de avasallarme a preguntas simplemente me ofreció un té, así que por lo menos no era el loco más inquietante que había visto recientemente, ni bailaba de forma espantosa, ni se parecía excesivamente a Vincent ni hablaba de beneficiarse bio-cibernéticas, por lo que parecía asumible. Además, por mucho que me generase sospechas que me ofreciera una bebida, esta olía sorprendentemente bien, así que me la jugué a beber.

- Vaya, si que está bueno, desde luego no esperaba que supiera a albóndigas.- «Espera, ¿en qué momento se pone nadie a beber albóndigas?»- ¿Esto tiene biusas, no? Pero bueno, me has dado una buena bebida, así que supongo que procede contarte algo a cambio. Pero no va a ser enredo de alcoba, aquí no tenemos de eso.- Me quedé un momento pensando a ver si quería empezar a airear mis dramas ante un desconocido probablemente inestable, pero siendo que me había alimentado, debía cumplir el trato.- El caso es que no soy muy de ayudar a los demás a cambio de nada. Intento no causar problemas, al menos mientras no me paguen por ello, pero eso de hacerse el héroe no va conmigo. Siempre intento buscar trabajos que no me compliquen demasiado la vida, y prefiero que otros se encarguen de las grandes hazañas. El problema está en que estoy conociendo gente con un exceso de amor a prójimo, y son una mala influencia. Si es que hasta me junto con un tipo que afirma ser mercenario, pero luego ayuda a todo el que lo necesite aunque no se mueva ni un aero. Y claro, te juntas con este tipo de gente y empiezas a darle aún más vueltas a lo que haces, que siendo sinceros, tampoco necesito mucha ayuda para que pase eso. Y bueno, luego acabas metiéndote en un castillo lleno de bastardos que odian a los vampiros porque te dicen que han secuestrado a tu amiga sin haber comprobado nada, decides atraer mariposas explosivas después de que casi te conviertan en un montón de cenizas para salvar a unos desconocidos en una fiesta, te unes a un par de compañeros de peleas de bar en una misión sin preguntar detalles, o decides que debes ayudar a los bio-cibernéticos porque las palabras de un degenerado y haber conocido a una chica confusa hacen que te replantees tus actos. Y nada, uno simplemente quería cargarse a la gente que procediera para llenarse el bolsillo y poder disfrutar la vida, pero acaba liándose. Y ni siquiera me puedo quejar de todos ellos porque son buena gente y si fueran más como ellos nos estaríamos yendo menos fuerte a la mierda.- Suspiré con fuerza después de haberle soltado toda la chapa con mis tribulaciones.- En fin, ha sido suficiente, ¿ahora me puedes decir a dónde se puede ir desde aquí?

Pero en vez de darme direcciones se puso a ofrecerme ayuda para enviarle un regalo a mis amigos, lo que no solucionaba mi problema de como salir de allí, pero tampoco estaba mal. Lo que no sabía era a quien enviarle algo, después de todo, había tenido varios buenos compañeros en mis viajes recientemente.

- No entiendo nada. Pero lo que tu digas. Aunque estaría bien si mientras tanto me puedes anotar unas buenas indicaciones. Que me gustaría ver si ese regalo les llega a mis amigos, y para eso debería salir vivo del pantano.- Tras esas palabras, y sin demasiadas esperanzas de que esto pudiese funcionar ni de que me fuera a dar esas tristes indicaciones, opté por hacer lo que él decía para al menos acabar rápido con todo esto.

**Elian** Dom Feb 12 2023, 18:51

Frío y humedad. Eso era todo lo que Elian había encontrado en aquel pantano. No cualquier pantano: El Pantano.

De acuerdo, nadie le mandaba presentarse allá en medio del invierno, pero los días anteriores a su entrada en la zona habían sido tan luminosos y soleados, que el optimismo se había apoderado de él y había decidido internarse allá donde nunca antes se había internado.

Sí, había bordeado el Pantano Misterioso en múltiples ocasiones. Incluso lo había cruzado, siguiendo los caminos que comunican Sandorai con Ulmer o Ulmer con Verisar. Pero en aquella ocasión había decidido explorar por su cuenta.

Se había perdido, por supuesto.

No es que le importara demasiado, conocía el cielo lo suficiente como para hacerse una idea de su ubicación general en el mapa del continente y sabía que si continuaba caminando en la misma dirección, terminaría por salir de nuevo a la civilización. Ese no era el problema.

El problema era que estaba hasta la punta de las orejas de encontrarse frío y mojado todo el tiempo. Hacía días que no encontraba una triste rama seca con la que hacer un fuego. ¡Qué ramas! No encontraba un lastimoso trozo de tierra que no estuviese empapado de agua. Llevaba tanto barro pegado a las botas, que se sentía una cabeza más alto. Sí, puede que eso le diera una mayor visibilidad entre los matorrales, pero también le pesaban los pies de arrastrar toda esa arcilla.

Fue entonces cuando encontró el refugio de Popi. Gran tipo ese Popi. Elian no entendió a qué venía lo de que le estaba esperando, tal vez se hubiera equivocado de persona, pero eso podía explicárselo después de secarse los pies al fuego, descansar las posaderas en esa silla tan acolchadita y tomar un sorbito de la taza humeante que olía a hogar. Sí, mucho mejor.

Intentó explicarle a Popi que solo era un viajero de paso, pero algo en su discurso le hizo sospechar que quizá no lo hubiera tomado por otra persona, sino que, simplemente, esperaba a alguien con quien charlar un rato. Sin problema, después de varias semanas vagando por los bosques y las ciénagas, Elian estaba dispuesto, incluso agradecido, de darle un rato al pico delante de una reconfortante taza de lo que quiera que le hubiera servido, que parecía ir cambiando de sabor a cada sorbo.

—Ya lo creo que me acompaña la soledad —murmuró pensativo—. Nunca me ha importado mucho, realmente. Hace años que viajo solo. Creo que la soledad te hace apreciar más la buena compañía cuando la encuentras, ¿no te parece? —Dio otro sorbo a su té y se encontró rememorando las frescas mañanas neblinosas de los bosques del oeste, en las cercanías del gran lago—. Aunque, no sé, últimamente me noto algo inquieto. Verás, llevo más de cinco décadas viajando de un lado a otro y es un modo de vida que me encanta: descubrir nuevos lugares, nuevas gentes. Siempre puedes encontrar parajes hermosos y gentes hospitalarias de los más diversos tipos. Adoro la libertad de disfrutar de tantos ambientes distintos. Pero, de un tiempo a esta parte, he visto algunas cosas que…

Dejó la frase en el aire con un estremecimiento y dio otro sorbo a su té, que le trajo a la mente una escena norteña. El recuerdo no era tan perturbador como el de aquella noche, con el brujo loco en las cercanías de Sacrestic, pero la resaca que había sufrido al día siguiente de comerse los pastelitos de la diseñadora le hizo mirar con suspicacia la taza en su mano. Oh, bueno, ya casi se la había terminado, lo que tuviera que pasar, pasaría, así que qué más daba si aceptaba una segunda. Claro, muchas gracias, muy amable.

—No sé —concluyó finalmente con un ligero suspiro— Será que estoy madurando.

Aquella idea le hizo desternillarse de risa durante un buen rato. Para cuando empezó a respirar normalmente de nuevo, Popi había sacado papel y pluma. ¿Un presente? ¿Por qué no? Él había pasado un rato agradable y placentero y, sin duda, podía desearle lo mismo a mucha otra gente. Tomó la pluma, dio otro sorbo de té, cerró los ojos y dejó que los recuerdos fluyeran.

Itzamaray Lun Feb 13 2023, 00:56

Estaba segura que no había tomado ningún atajo equivocado, pero seguía pareciendo que estaba en una parte extraña del pantano, tenía que llegar al taller y estaba completamente perdida, así que en el momento que le pareció ver a alguien a unos metros al frente en lo que parecía la entrada de una casita, lleno de flores y la luz dejaba ver que preparaba algunas cosas... en cuanto la distancia entre ambos se cerraba, distinguió que tenía una apariencia como de cordero antropomorfo, bastante curiosa. Y éste al verla le saludó con la mano efusivamente, causando que la bruja mirase hacia atrás y los costados, ¿le habla a ella? -¡Adelante! ¡Adelante! Te estaba esperando. ¡Siéntate! ¡Siéntate!- A decir por lo efusivo de su saludo, y que no había nadie más ahí, asumió que sí, podría bien aprovechar para pedir un poco de orientación. Una vez frente a frente, era claro que estaba ante un herbolario o algo similar, y preparaba muy animado un té.

De apariencia singular y carácter muy cálido, era difícil decir que no a su efusiva atención, teniendo que tomar asiento en donde le indicaba y tomando la taza de té en manos como si se conocieran de toda la vida. ¿Cómo es que la estaba esperando? No recordaba haberlo visto nunca, así que sin mucha opción de réplica lo escuchaba atentamente mientras bebió un sorbo del té, sabía delicioso, una mezcla de bayas rojas, menta y cítricos, incluso al acercar su nariz y aspirar el aroma que desprendía, fue un deleite.

-Cuéntame, cuéntame. ¿En qué puedo ayudarte?

-Oh. Yo... quisiera que me ayudes, creo que estoy un poco perdid...-

-¡Oh! Pero no, no, no me lo pongas tan fácil. ¿Sabes? Me gusta divertirme. ¡Sí! Si, si, si, divertirme. Háblame de ti, de tus andanzas, de tus comederos de cabeza. ¡Me encantan las historias fascinantes! Puedes mentirme, claro, aunque soy bueno adivinando. También me entusiasman los enredos de alcoba.-

-¿Alcoba?-

-¿Eh? ¿Que no tienes de eso? Vaya… Bueno, tú desahógate, la verdad es que estoy más solo que la luna y me gusta pelar la hebra. ¡Bebe! ¡Bebe! ¿No te resulta delicioso? ¿A ti también te acompaña la soledad?-

-Supongo, sí. La verdad es que... bueno tengo un amo, a quien sirvo como puedo ahora. Soy un poco jóven y no lo suficientemente hábil en combate pero... estudio mucho, brujería, alquimia, arcanos, esas cosas... Pero a él no le gusta que lo siga todo el tiempo, así que vengo a éste pantano, a las orillas, ahí está un taller pequeño donde puedo dedicarme a estudiar.- El hombre bestia volvió a tomar la palabra con la misma intensidad que al inicio.

-¡Yo te ayudaré! Aquí, aquí, escribe su nombre aquí. Llevaré un presente en tu honor, ¿en el suyo? ¡Ay, bueno! Tecnicismos. ¡Ojo! Quién sabe si te sirva de algo. Yo diré que es de tu parte, si quieres, ¿quieres? Mira que no decirlo puede dar lugar a confusiones, ¿imaginas? Yo lo que tú quieras, las sorpresas también son divertidas. La bruja estrechó la mirada, extrañadada. -Pero ¿tú lo conoces?-

-¡Ah! No, no, no conozco a todo ser viviente de este mundo, no. Pero sí los secretos de la magia. Tú escribe, escribe, y mientras lo haces, piensa bien en esa persona. Cómo es, dónde podría encontrarse, incluso a qué huele. ¿Huele a rosas? Bueno, tú escribe y déjame a mí todo lo demás. ¿A rosas? Se quedó pensativa con la pluma en mano y el papel, ¿a qué olía? A sangre a veces, a poder, a ambisión, ¿esos son aromas? Puede que no. Pero la joven hechicera negó con la cabeza. -No, él no. Sabría quién se lo ha enviado, y no siempre está de humor para mí. Creo que...- Se dispuso a escribir y describir, incluso podía recordar su olor...

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Me apunto.

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