Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
Acordado el plan, Elian sugirió un lugar que sabía que aún estaría abierto, por más que el festival de calabazas hubiera atraído a gran parte de los habitantes y la mayoría de visitantes. Encabezó la marcha caminando con cama, para no rebasar a la masa de gomejos que avanzaban y retrocedían siguiendo las vueltas y revueltas de Berta.
—Dame un momento —le dijo a su compañera al ver que la otra mujer parecía haberse mareado y tener serios problemas para mantenerse en pie.
Elian puso una mano en el suelo, proyectando su Luz a través de la madre tierra mientras murmuraba una breve oración(1). Supo que su deseo había sido concedido antes incluso de ver el ramaje ascender en la distancia, para frenar la caída de la mujer.
—Ya estoy —le dijo entonces a Helena y encaminó de nuevo la marcha, dando un pequeño rodeo para evitar el campo de calabazas. Los sonidos alborotados que le llegaban desde allí sugerían que la gente había decidido por fin hacer caso a las advertencias de la pobre Berta.
La pobre Berta, por su parte, había perdido el sentido de la orientación con tantas vueltas para esquivar a los peludos y gomosos animalillos, que parecían acercarse de todas partes. Se detuvo un momento para volver a ubicar el camino hacia el poblado, pero la tierra a su alrededor se negaba a detenerse también. Incluso un arbusto llegó a abalanzarse sobre ella y atraparla entre sus ramas.
----------
OFF: En realidad, Elian ni siquiera está en la zona afectada por los gomejos sanguinarios, pero ya usé a Berta para un relato que ocurre poco después de esto y me interesa sacarla relativamente indemne.
(1) Habi de nivel 1, Barrera natural: Al tocar el suelo con mi Luz, un tupido matorral espinoso surgirá inmediatamente de la tierra cerca de donde me encuentro. Funciona como obstáculo o barrera.
—Dame un momento —le dijo a su compañera al ver que la otra mujer parecía haberse mareado y tener serios problemas para mantenerse en pie.
Elian puso una mano en el suelo, proyectando su Luz a través de la madre tierra mientras murmuraba una breve oración(1). Supo que su deseo había sido concedido antes incluso de ver el ramaje ascender en la distancia, para frenar la caída de la mujer.
—Ya estoy —le dijo entonces a Helena y encaminó de nuevo la marcha, dando un pequeño rodeo para evitar el campo de calabazas. Los sonidos alborotados que le llegaban desde allí sugerían que la gente había decidido por fin hacer caso a las advertencias de la pobre Berta.
La pobre Berta, por su parte, había perdido el sentido de la orientación con tantas vueltas para esquivar a los peludos y gomosos animalillos, que parecían acercarse de todas partes. Se detuvo un momento para volver a ubicar el camino hacia el poblado, pero la tierra a su alrededor se negaba a detenerse también. Incluso un arbusto llegó a abalanzarse sobre ella y atraparla entre sus ramas.
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OFF: En realidad, Elian ni siquiera está en la zona afectada por los gomejos sanguinarios, pero ya usé a Berta para un relato que ocurre poco después de esto y me interesa sacarla relativamente indemne.
(1) Habi de nivel 1, Barrera natural: Al tocar el suelo con mi Luz, un tupido matorral espinoso surgirá inmediatamente de la tierra cerca de donde me encuentro. Funciona como obstáculo o barrera.
Elian
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
Podría decir que mi plan salió peor de lo que esperaba. No contaba con semejante cantidad de conejos, y aunque las barreras de aire me protegieron de ellos, también los lanzaron como si fueran proyectiles, proyectiles peludos e invulnerables. Por si la situación no era ya suficientemente violenta innecesariamente, mi intento de defensa solo había sido una forma de causar más daños, y encima más gomejos seguían apareciendo incansablemente. Sabía que habiendo despejado la zona a mi alrededor podría huir volando y desaparecer de esta ciudad sin problemas. Pero abandonar a esta gente no parecía lo correcto, especialmente cuando puede que yo hubiese formado parte de la pelea que se había formado y que había acabado con unos cuantos vampiros muertos. Se suponía que nos habíamos reunido allí para recordar a nuestros muertos, no para causar una nueva montaña de cadáveres. Desde luego mis padres no hubieran estado orgullosos de este comportamiento. Pensé en lo que debería hacer un héroe, y recordé a Sango intentando evitar linchamientos durante el festival, así que supuse que eso era lo que debía hacer.
Sobrevolaba la zona[1] buscando algo que no estuviese ya aplastado por la avalancha peluda mientras iba lanzando chorros de aire contra los gomejos en el suelo[2]. Por desgracia, el resultado de mis ataques se parecía más a revolver un cocido que a un rescate, los caminos que iba haciendo no tardaban en volver a ser ocupados por los gomejos, y la gente a la que liberaba acababa lanzada contra más gomejos que volvían a sepultarlos. Entre el caos pude discernir a esa bastarda que se había dedicado a robarme las calabazas luchando por escapar de los gomejos. Pero por mucho que fuese una niña irritante y que de haberla pillado antes igual la hubiese disparado mi aliento sin demasiados remordimientos, no podía dejar que la aplastaran. Aterricé sobre ella, la agarré con mis garras para que no se me fuera volando también y volví a agitar las alas para convocar una barrera de viento[3], la niña acabó un poco más agitada de lo que me gustaría, pero al menos los gomejos salieron todos disparados. Era una pena por la gente que fuese a recibir los impactos, pero el control de mi elemento era algo que aunque tendría que solucionar algún día, todavía estaba muy lejos de lograrlo. Disparé un chorro de aire hacia el suelo[2] para facilitarme el despegue con el peso extra de la niña y salí volando[1] hasta llegar a uno de los tejados y dejarla allí.
Al dejarla noté que mi dijo algo, pero no conseguí entenderlo, y tampoco tenía demasiado interés en saber más de ella, así que solté un gruñido cansado y seguí volando por encima de los gomejos en busca de más supervivientes, a los que intentar sacar de ese alud de bolas de pelo furiosas.
Sobrevolaba la zona[1] buscando algo que no estuviese ya aplastado por la avalancha peluda mientras iba lanzando chorros de aire contra los gomejos en el suelo[2]. Por desgracia, el resultado de mis ataques se parecía más a revolver un cocido que a un rescate, los caminos que iba haciendo no tardaban en volver a ser ocupados por los gomejos, y la gente a la que liberaba acababa lanzada contra más gomejos que volvían a sepultarlos. Entre el caos pude discernir a esa bastarda que se había dedicado a robarme las calabazas luchando por escapar de los gomejos. Pero por mucho que fuese una niña irritante y que de haberla pillado antes igual la hubiese disparado mi aliento sin demasiados remordimientos, no podía dejar que la aplastaran. Aterricé sobre ella, la agarré con mis garras para que no se me fuera volando también y volví a agitar las alas para convocar una barrera de viento[3], la niña acabó un poco más agitada de lo que me gustaría, pero al menos los gomejos salieron todos disparados. Era una pena por la gente que fuese a recibir los impactos, pero el control de mi elemento era algo que aunque tendría que solucionar algún día, todavía estaba muy lejos de lograrlo. Disparé un chorro de aire hacia el suelo[2] para facilitarme el despegue con el peso extra de la niña y salí volando[1] hasta llegar a uno de los tejados y dejarla allí.
Al dejarla noté que mi dijo algo, pero no conseguí entenderlo, y tampoco tenía demasiado interés en saber más de ella, así que solté un gruñido cansado y seguí volando por encima de los gomejos en busca de más supervivientes, a los que intentar sacar de ese alud de bolas de pelo furiosas.
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[1] Habitante de los Cielos: Puedo volar en forma de dragón.
[2] Aliento Elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.
[3] Nivel 0: Barrera huracanada: [Mágica, 2 Usos] Genero intensos vientos a mi alrededor, permitiéndome detener proyectiles o alejar a las criaturas que me rodean. Ahí se va el segundo uso.
Monza está libre de gomejos al haber estado generando un tornado a su alrededor el turno pasado, lo que la permite ver que esto no era lo que debería estar pasando en una fiesta de honrar a los muertos, así que va a intentar rescatar gente, empezando por la niña ladrona de calabazas y luego sigue buscando supervivientes. Si alguien necesita una salida hasta los tejados que se agarre a la dragona, si no ya se llevará un pnj.
Monza Sylroc
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
Para cuando Berta logró que el matojo la soltara y comprobó de nuevo sus alrededores, la masa de gomejos se había desentendido de ella y avanzaba en línea recta hacia el campo de calabazas como siguiendo un propósito común. Berta respiró hondo y se sacudió el polvo y las ramitas de los pantalones. En fin, ella había intentado avisarles, no era su culpa que no la hubieran creído.
Hacía mucho tiempo que nadie le hacía caso en realidad y hacía mucho tiempo también que había dejado de importarle. O eso se decía a sí misma.
—Braen tiene que estar abierto todavía —dijo en voz alta para apartar su mente de la linea de pensamientos que acababa de emprender.
Después de aquella alocada carrera, lo que necesitaba era un buen trago y, con esa motivación en mente, echó a andar rumbo a la taberna, con un pequeño rodeo para evitar el campo de calabazas.
En el local de Braen la recibió el ambiente habitual, con música alegre para olvidarse del vacío de la realidad cotidiana y una agradable temperatura que contrastaba con la fría noche otoñal que dejaba gustosamente atrás. El elfo que la había creído se apoyaba en la barra junto a una mujer rubia. Berta se paró al otro lado, donde Braen había colocado el vaso que sirvió en cuanto la vio entrar por la puerta. Daba gusto llegar a un lugar donde la conocían a una y nadie hacía preguntas.
Elian saludó con un gesto de cabeza a Berta, contento de verla llegar de una pieza, pero la mujer solo tenía ojos para el vaso que acababan de servirle, así que retomó la breve conversación que Helena y él habían iniciado con el tabernero al llegar al local:
—Entonces ¿no tienes idea de qué son esas extrañas uves que hay grabadas por las paredes?
Hacía mucho tiempo que nadie le hacía caso en realidad y hacía mucho tiempo también que había dejado de importarle. O eso se decía a sí misma.
—Braen tiene que estar abierto todavía —dijo en voz alta para apartar su mente de la linea de pensamientos que acababa de emprender.
Después de aquella alocada carrera, lo que necesitaba era un buen trago y, con esa motivación en mente, echó a andar rumbo a la taberna, con un pequeño rodeo para evitar el campo de calabazas.
En el local de Braen la recibió el ambiente habitual, con música alegre para olvidarse del vacío de la realidad cotidiana y una agradable temperatura que contrastaba con la fría noche otoñal que dejaba gustosamente atrás. El elfo que la había creído se apoyaba en la barra junto a una mujer rubia. Berta se paró al otro lado, donde Braen había colocado el vaso que sirvió en cuanto la vio entrar por la puerta. Daba gusto llegar a un lugar donde la conocían a una y nadie hacía preguntas.
Elian saludó con un gesto de cabeza a Berta, contento de verla llegar de una pieza, pero la mujer solo tenía ojos para el vaso que acababan de servirle, así que retomó la breve conversación que Helena y él habían iniciado con el tabernero al llegar al local:
—Entonces ¿no tienes idea de qué son esas extrañas uves que hay grabadas por las paredes?
Elian
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
-Lánzame!-
-¿Qué?-
-Ya escuchaste, rápido, a ese tejado de allá!-
Nero dejo con cuidado la calabaza en la piedra y también la espada, se aseguro una posición estable y junto ambas manos al momento que le asentía a Avogato, el felino hombre bestia haría una muy breve carrera y saltaría poniéndose en posición para aquella maniobra en conjunto, a la vez que Nero le empujaba, Avogato pateaba las manos de Nero para adquirir una rápida aceleración, y así la fuerza en conjunto de ambos empujo al felino con fuerza mas que suficiente para llegar al tejado mas cercano.
Avogato al aterrizar le levanto un pulgar a Nero y procedió a hacerle señas para que le lanzara la calabaza, Nero la sujeto con fuerza y con la esperanza de que no se rompiera a mitad de trayecto, la lanzo hacia Avogato quien la atrapo con mucho cuidado, ahora finalmente le tocaba el turno a Nero de cruzar, este recogió la espada y activo la runa para volver a cambiarla a su forma de cadena con cuchillas(1), la cual sintió no seria suficiente, entonces deshizo el nudo de lo que parecía ser una correa mas en su cintura, sin embargo, al momento de empuñarla y agitarla, un fuerte sonido se escucho cuando la ondulación llego a la punta, finalmente podría probar el látigo que Meraxes había hecho para el.
Las piedras que había creado comenzaban a resquebrajarse y sin mucho tiempo Nero salto al momento que agitaba el látigo para que este se sujetara de alguna de las esquinas, cosa que había logrado con éxito, mas cuando iba subiendo con la ayuda de este, un cuerpo, victima de los super gomejos le dio de lleno, haciendo que soltara el látigo y desplazándole hacia lo que seria su fin si es que llegaba a caer a la estampida de gomejos.
Avogato rápidamente se hizo con el látigo y a duras penas logro enganchar la pierna de Nero, que aun luchaba por recuperarse del golpe, ahora colgaba boca abajo. -Borracho! apresúrate, no podre sostenerte mucho tiempo- gritaría Avogato mientras luchaba por no caer junto a Nero, ambos entonces tuvieron una idea similar, sin notarlo, Nero se balanceo hacia el mismo lugar que Avogato le balanceaba, y así cuando el látigo cedió el agarre a la pierna de Nero, este agito con fuerza su cadena con cuchillas para clavar parte de esta en la otra esquina de la edificación, momento en el cual Nero toco la runa del arma que hizo que esta volviera a transformarse en espada(2), al momento que Nero era empujado violentamente hacia arriba y de paso esquivaba unos cuantos proyectiles/personas lanzados por los gomejos.
Tanto Nero como Avogato se dieron unos segundos para recuperar el aliento y posteriormente chocaron puños en señal de camaradería, Nero se amarro el látigo al cuerpo y sujeto la calabaza con su mano libre, al momento que procedían a salir de allí, corriendo por los tejados.
OFF: habilidades y cosas
1 y 2_Arma flexible superior con: Arma cambiante [Encantamiento de Arma] El arma posee una segunda forma a la que se puede cambiar a voluntad del portador. La forma secundaria puede ser otro tipo de arma, siempre y cuando no haya un cambio de masa significativo.
-¿Qué?-
-Ya escuchaste, rápido, a ese tejado de allá!-
Nero dejo con cuidado la calabaza en la piedra y también la espada, se aseguro una posición estable y junto ambas manos al momento que le asentía a Avogato, el felino hombre bestia haría una muy breve carrera y saltaría poniéndose en posición para aquella maniobra en conjunto, a la vez que Nero le empujaba, Avogato pateaba las manos de Nero para adquirir una rápida aceleración, y así la fuerza en conjunto de ambos empujo al felino con fuerza mas que suficiente para llegar al tejado mas cercano.
Avogato al aterrizar le levanto un pulgar a Nero y procedió a hacerle señas para que le lanzara la calabaza, Nero la sujeto con fuerza y con la esperanza de que no se rompiera a mitad de trayecto, la lanzo hacia Avogato quien la atrapo con mucho cuidado, ahora finalmente le tocaba el turno a Nero de cruzar, este recogió la espada y activo la runa para volver a cambiarla a su forma de cadena con cuchillas(1), la cual sintió no seria suficiente, entonces deshizo el nudo de lo que parecía ser una correa mas en su cintura, sin embargo, al momento de empuñarla y agitarla, un fuerte sonido se escucho cuando la ondulación llego a la punta, finalmente podría probar el látigo que Meraxes había hecho para el.
Las piedras que había creado comenzaban a resquebrajarse y sin mucho tiempo Nero salto al momento que agitaba el látigo para que este se sujetara de alguna de las esquinas, cosa que había logrado con éxito, mas cuando iba subiendo con la ayuda de este, un cuerpo, victima de los super gomejos le dio de lleno, haciendo que soltara el látigo y desplazándole hacia lo que seria su fin si es que llegaba a caer a la estampida de gomejos.
Avogato rápidamente se hizo con el látigo y a duras penas logro enganchar la pierna de Nero, que aun luchaba por recuperarse del golpe, ahora colgaba boca abajo. -Borracho! apresúrate, no podre sostenerte mucho tiempo- gritaría Avogato mientras luchaba por no caer junto a Nero, ambos entonces tuvieron una idea similar, sin notarlo, Nero se balanceo hacia el mismo lugar que Avogato le balanceaba, y así cuando el látigo cedió el agarre a la pierna de Nero, este agito con fuerza su cadena con cuchillas para clavar parte de esta en la otra esquina de la edificación, momento en el cual Nero toco la runa del arma que hizo que esta volviera a transformarse en espada(2), al momento que Nero era empujado violentamente hacia arriba y de paso esquivaba unos cuantos proyectiles/personas lanzados por los gomejos.
Tanto Nero como Avogato se dieron unos segundos para recuperar el aliento y posteriormente chocaron puños en señal de camaradería, Nero se amarro el látigo al cuerpo y sujeto la calabaza con su mano libre, al momento que procedían a salir de allí, corriendo por los tejados.
OFF: habilidades y cosas
1 y 2_Arma flexible superior con: Arma cambiante [Encantamiento de Arma] El arma posee una segunda forma a la que se puede cambiar a voluntad del portador. La forma secundaria puede ser otro tipo de arma, siempre y cuando no haya un cambio de masa significativo.
Nero Crimson
Borracho de Aerandir
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
Perseguía al cuervo a toda velocidad, aunque en todo momento me mantenía alerta de las iracundas bolas de pelos que inundaban el lugar. No lo iba a negar, ahora podía entender el porqué del comentario de Mera. Pero eso no quería decir que no siguiera pensando que eso era una ofensa para mis capacidades. Aunque bueno, dentro de todo, mi agilidad y velocidad eran bastante buenas en relación a mi fuerza física. La mayoría de las personas que son así de fuertes, suelen ser más lentas y pesadas, mientras que los que son más ágiles y veloces son menos fuertes. Claro que hay sus excepciones, pero creo que podía presumir de tener un buen equilibrio.
Como sea el caso. Me mantenía a paso rápido mientras saltaba para esquivar a los gomejos rabiosos. Cuando el camino que trazaba el cuervo al fin me permitió ver a la bruja, la cual se había dedicado a subir a un tejado. - ¡Vaya! ¡Hasta que llegas perro! ¡Es curioso que no eres el único rabioso en la ciudad! - Entrecerré mis ojos. - Eres una ingrata. No sabes todo lo que tuve que esquivar y huir con tal de encontrarte arpía desagradecida. - Le reproché a la bruja.
¡Hay que actuar rápido! Me convertiré el lobo y te subirás en mi lomo!... ¡Debemos de salir de aquí y encontrarnos con Mera y Meleis! ¡Tú tomarás mis cosas cuando bajes! - Le dije mientras seguía evadiendo a los gomejos, incluso ayudándome con mi espada. - Ya decía yo que me había parecido ver a Meleis convertido en dragón... ¡Está bien, perro! - Respondió la bruja mientras se preparaba para saltar.
Fue en ese momento cuando mientras me subí a un barril y luego di un salto, el cual me dio el tiempo suficiente como para transformarme en mi versión canina (1). Ahora que tenía cuatro patas, mi velocidad y mi agilidad aumentaban considerablemente, por lo que corrí hacia el lugar donde estaba la bruja, volví a saltar, para que el hecho de recibir a la bruja no fuese un impacto tan duro.
Era curioso. Mientras el tiempo pasaba y la gente huía, era más palpable la presión que se sentía, y el hecho de que los gomejos cada vez centraban más su atención en uno mismo, por lo que debía de ser mucho más veloz. Una vez que la bruja logró montarse en mi lomo, corrí cuanto pude al sitio donde habían caído mis armas, mi bolso y mis ropas, la bruja sin muchas complicaciones se encargó de tomarlas. - Fiu... Eso estuvo cerca. Vamos perro, hay que salir de esta ciudad infestada de criaturas rabiosas. - Dijo la mujer de negros cabellos mientras acariciaba mi pelaje para luego aferrarse a el en aquella huida de la ciudad. Ahora solo quedaba esperar a que Mera y Meleis salgan sin ninguna complicación.
OFF:
1.- Forma de Lobo: [2 usos] Puedo convertirme en un peligroso y feroz lobo huargo. Puedo volver a forma humana a voluntad. [1er. Uso]
Como sea el caso. Me mantenía a paso rápido mientras saltaba para esquivar a los gomejos rabiosos. Cuando el camino que trazaba el cuervo al fin me permitió ver a la bruja, la cual se había dedicado a subir a un tejado. - ¡Vaya! ¡Hasta que llegas perro! ¡Es curioso que no eres el único rabioso en la ciudad! - Entrecerré mis ojos. - Eres una ingrata. No sabes todo lo que tuve que esquivar y huir con tal de encontrarte arpía desagradecida. - Le reproché a la bruja.
¡Hay que actuar rápido! Me convertiré el lobo y te subirás en mi lomo!... ¡Debemos de salir de aquí y encontrarnos con Mera y Meleis! ¡Tú tomarás mis cosas cuando bajes! - Le dije mientras seguía evadiendo a los gomejos, incluso ayudándome con mi espada. - Ya decía yo que me había parecido ver a Meleis convertido en dragón... ¡Está bien, perro! - Respondió la bruja mientras se preparaba para saltar.
Fue en ese momento cuando mientras me subí a un barril y luego di un salto, el cual me dio el tiempo suficiente como para transformarme en mi versión canina (1). Ahora que tenía cuatro patas, mi velocidad y mi agilidad aumentaban considerablemente, por lo que corrí hacia el lugar donde estaba la bruja, volví a saltar, para que el hecho de recibir a la bruja no fuese un impacto tan duro.
Era curioso. Mientras el tiempo pasaba y la gente huía, era más palpable la presión que se sentía, y el hecho de que los gomejos cada vez centraban más su atención en uno mismo, por lo que debía de ser mucho más veloz. Una vez que la bruja logró montarse en mi lomo, corrí cuanto pude al sitio donde habían caído mis armas, mi bolso y mis ropas, la bruja sin muchas complicaciones se encargó de tomarlas. - Fiu... Eso estuvo cerca. Vamos perro, hay que salir de esta ciudad infestada de criaturas rabiosas. - Dijo la mujer de negros cabellos mientras acariciaba mi pelaje para luego aferrarse a el en aquella huida de la ciudad. Ahora solo quedaba esperar a que Mera y Meleis salgan sin ninguna complicación.
OFF:
1.- Forma de Lobo: [2 usos] Puedo convertirme en un peligroso y feroz lobo huargo. Puedo volver a forma humana a voluntad. [1er. Uso]
Gaegel
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
Para cuando el vaivén de las piernas de Hugo se convirtieron más en una danza macabra que en un waltz, Caoimhe se sintió aliviada de alcanzar su objetivo.
La torre de calabazas frente a ella era lo suficientemente alta como para alcanzar el edificio alto y pedrogoso al que ambos ella misma y Hugo iban a aferrarse. Tampoco es que fuese muy estable. pero su peso era ínfimo, y si no se equivocaba una vez alcanzase cierta abertura en cierto recoveco casi invisible para ojo no vampiro, quizás encontraría utensilios que le ayudasen a aupar a Hugo hasta ella.
Lo único positivo de ser profeta en una tierra que al fin de cuentas es tuya podría decirse que es la manera en la que acabas identificando atajos. Entradas a las grutas y pasillos oscuros en la roca que finalmente colindaban con el mercado de sangre.
Caoimhe trepó de manera poco estable de los hombros de Hugo a la montaña de calabazas por donde había visto huir al chico al que hacía menos de dos horas había destrozado la torre. Algunos gomejos habían escapado el agarre de Hugo e intentaron dejarla caer en su hazaña, por lo que tuvo poco menos remedio que intentar asustarlos o dificultar la visión de su cuerpo en la oscuridad transformándose en su visión más caótica [1]. Aquello fue exitoso en cierta manera y pareció dar una tregua al pobre Hugo, pues los gomejos parecían sentir la presencia de cazador de la chica y crearon un pequeño círculo alrededor de ambos.
Cuando alcanzó la roca prominente esculpida de manera sutil en la pared, Caoimhe se aupó finalmente y tras recuperar su respiración se aventuró por el resquicio exacto, la abertura a las grutas vampiras que había estado transitando dos noches antes con Cohen.
El nombre de aquel vampiro en su cabeza de manera inmediata evocando los retazos de la noche anterior y lo que podía significar la decisión que había tomado. Sacudió la cabeza, apresurada y rebuscando entre los objetos acumulados en el escondite encontró enseres posiblemente dejados ahí tras las últimas revueltas vampiras.
Suspiró de alivio al encontrar algo últil en una cuerda no muy larga pero fuerte y salió de nuevo al encuentro de Hugo. Lanzó la cuerda después de asegurarla y su pánico se aceleró al no encontrar con sus ojos a su compañero. Lo buscó durante unos segundos hasta que una marabunta de pelo, sangre y gomejos pareció acercarse de manera peligrosa a su cuerda. Sus manos preparadas para tomarla de nuevo si era necesario hasta que...
Comprendió que la marabunta de pelo tenía el nombre de su secuaz, y la sangre en su pelaje era del cuerpo que cargaba sobre él mismo: Axel.
El hombre bestia se agarró a la cuerda haciendo acopio de fuerza imposible y cargó a su amante hasta el lugar donde Caoimhe los esperaba.
Una vez allí depositó el cuerpo de Axel en el suelo. El hombre respiraba y su nivel de consciencia era el suficiente como para mantenerse despierto aunque de manera intermitente.
Hugo a su lado le acarició la cara y miró a Caoimhe con urgencia mientras ésta volvía a recoger la cuerda, muy consciente de que no debían perder mucho tiempo antes de perderse entre la abertura de la falsa roca si querían escapar. La chica intentó aupar a Axel, el cuerpo del chico algo pesado y sin tono.
-Deja- dijo Hugo, recomponiéndose- Ya me encargo yo solo. Tú tan solo guíanos hasta la seguridad de quien sea que tienes en Sacrestic.- añadió.
Caoimhe perdiéndose al fin en un laberinto de pasadizos y grutas secretas.
-Conejito- la voz de Axel se perdió por el mismo lugar por el que el cuerpo de Hugo los cargaba a ambos. Y en el rostro del hombre bestia, una sonrisa aliviada fue la respuesta al sentir como la mano de Axel jugueteaba con una de sus orejas a modo de señal de que todo estaría bien.
La torre de calabazas frente a ella era lo suficientemente alta como para alcanzar el edificio alto y pedrogoso al que ambos ella misma y Hugo iban a aferrarse. Tampoco es que fuese muy estable. pero su peso era ínfimo, y si no se equivocaba una vez alcanzase cierta abertura en cierto recoveco casi invisible para ojo no vampiro, quizás encontraría utensilios que le ayudasen a aupar a Hugo hasta ella.
Lo único positivo de ser profeta en una tierra que al fin de cuentas es tuya podría decirse que es la manera en la que acabas identificando atajos. Entradas a las grutas y pasillos oscuros en la roca que finalmente colindaban con el mercado de sangre.
Caoimhe trepó de manera poco estable de los hombros de Hugo a la montaña de calabazas por donde había visto huir al chico al que hacía menos de dos horas había destrozado la torre. Algunos gomejos habían escapado el agarre de Hugo e intentaron dejarla caer en su hazaña, por lo que tuvo poco menos remedio que intentar asustarlos o dificultar la visión de su cuerpo en la oscuridad transformándose en su visión más caótica [1]. Aquello fue exitoso en cierta manera y pareció dar una tregua al pobre Hugo, pues los gomejos parecían sentir la presencia de cazador de la chica y crearon un pequeño círculo alrededor de ambos.
Cuando alcanzó la roca prominente esculpida de manera sutil en la pared, Caoimhe se aupó finalmente y tras recuperar su respiración se aventuró por el resquicio exacto, la abertura a las grutas vampiras que había estado transitando dos noches antes con Cohen.
El nombre de aquel vampiro en su cabeza de manera inmediata evocando los retazos de la noche anterior y lo que podía significar la decisión que había tomado. Sacudió la cabeza, apresurada y rebuscando entre los objetos acumulados en el escondite encontró enseres posiblemente dejados ahí tras las últimas revueltas vampiras.
Suspiró de alivio al encontrar algo últil en una cuerda no muy larga pero fuerte y salió de nuevo al encuentro de Hugo. Lanzó la cuerda después de asegurarla y su pánico se aceleró al no encontrar con sus ojos a su compañero. Lo buscó durante unos segundos hasta que una marabunta de pelo, sangre y gomejos pareció acercarse de manera peligrosa a su cuerda. Sus manos preparadas para tomarla de nuevo si era necesario hasta que...
Comprendió que la marabunta de pelo tenía el nombre de su secuaz, y la sangre en su pelaje era del cuerpo que cargaba sobre él mismo: Axel.
El hombre bestia se agarró a la cuerda haciendo acopio de fuerza imposible y cargó a su amante hasta el lugar donde Caoimhe los esperaba.
Una vez allí depositó el cuerpo de Axel en el suelo. El hombre respiraba y su nivel de consciencia era el suficiente como para mantenerse despierto aunque de manera intermitente.
Hugo a su lado le acarició la cara y miró a Caoimhe con urgencia mientras ésta volvía a recoger la cuerda, muy consciente de que no debían perder mucho tiempo antes de perderse entre la abertura de la falsa roca si querían escapar. La chica intentó aupar a Axel, el cuerpo del chico algo pesado y sin tono.
-Deja- dijo Hugo, recomponiéndose- Ya me encargo yo solo. Tú tan solo guíanos hasta la seguridad de quien sea que tienes en Sacrestic.- añadió.
Caoimhe perdiéndose al fin en un laberinto de pasadizos y grutas secretas.
-Conejito- la voz de Axel se perdió por el mismo lugar por el que el cuerpo de Hugo los cargaba a ambos. Y en el rostro del hombre bestia, una sonrisa aliviada fue la respuesta al sentir como la mano de Axel jugueteaba con una de sus orejas a modo de señal de que todo estaría bien.
off--
[1]Maldición Desatada [Mágica, 2 usos de 2 turnos]: Mi maldición se vuelve más fuerte, haciendo que la oscuridad me posea. Luzco más siniestro, aterrando a los débiles. Mis ataques realizan daño mágico adicional y puedo ocultarme en las sombras con más facilidad
Escapo de la locura de los gomejos
Caoimhe
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
El brujo, que solía gustar de navegar por la intimidad de las sombras para pasar desapercibido, permanecía escondido tras unos grandes palés de madera, completamente cubierto por su oscura túnica, mientras pensaba en la mejor vía de escape. Mirando de un lado a otro solo sentía cómo su capacidad de solución de problemas se veía mermada por semejante situación. ¿Qué jodida fuerza etérea habrá desencadenado tal estampida de bichos dentudos? El brujo no lograba recordar lecturas sobre control de tales masas de animales de las decenas y decenas de escritos que había engullido.
- ¡Selena!... ¡Selena!
- ¡Qué! - por fin contestaba.
Ella, en cambio, se había colmado de recuerdos que entremezclaban sentimientos de paz y de una nostalgia agridulce. Aunque más agria que dulce. El gomejo que sujetaba en sus manos era un macho. Lo había identificado por la complexión de su cabeza.
- ¡Ven!
Y ella fue. Pero cuando se fue a incorporar tras soltar con cuidado al gomejo, vio a aquella horrenda figura y se volvió a agachar con los ojos como platos. - Vale, Selena. No pasa nada. Todo está bajo control - se decía a sí misma en voz baja. Solía hacerlo cuando algo causaba gran inquietud en ella. Y, ¿cómo no iba a causar terror aquel ser que había logrado que todo el mundo se callara en aquellas circunstancias?
- Al fin he vuelto.
El brujo también se dio cuenta del reciente silencio. Había visto a su camarada levantarse y agacharse, y ahora ambos se miraban, cada uno tras su cobertura, sin saber qué hacer. Eberus gesticulaba a Selena como queriendo saber qué era lo que había causado aquel silencio. Y se temía lo peor al ver a su fría compañera con la expresión menos calmada que había mostrado en trimestres. Pero, justo en ese momento, se escuchó una estrepitosa bofetada que cambiaría el curso de los acontecimientos: aquel terrorífico vampiro había muerto, y los gomejos parecían no ser ya tan inofensivos.
El silencio, que fue bien breve, desapareció sin miramientos. Selena se reunió por fin con Eberus. - Escúchame, tenemos que alcanzar a Morkvind y salir de aquí volando, ¡pero ya!
- Claro, pero...
- Lo sé. Ya lo veo. No estoy ciego, joder - El camino entre ellos y Morkvind estaba siendo atravesado en perpendicular por decenas de gomejos meteóricos. Y esas decenas crecían rápido. - Para algo existe la telequinesis, elfa - continuó guiñandole un ojo. - Pero tenemos que ser rápidos. Ya sabes.
Eberus no aguantaría muchos segundos sosteniendo telequinéticamente un palé de madera para utilizarlo como escudo, como pensaba hacer. Selena confiaba en él, y no dijo más. Ambos se dispusieron a salir con velocidad, pero justo antes de hacerlo los Dioses les sonrieron. Y no porque ocurriera algo bueno, sino porque aquello que había ocurrido no lo había hecho un instante más tarde cuando habrían estado expuestos a los gomejos: Morkvind había sido fuertemente espantado por el golpe de un gomejo y se alejaba revoloteando de manera errática.
Claro que, ahora, lo tenían mucho más complicado para escapar. - Hostia... ¡Para, para! - exclamó el sureño. - No lo podemos perder de vista. ¡Tenemos que ir a por él!
- Espera un momento, no podemos arriesgarnos así ahora que el camino es mucho más incierto.
Y mientras Eberus despotricaba impaciente, Selena se concentraba en sentir sus pies en la tierra para canalizar su magia de la luz y hacer brotar del suelo un frondoso arbusto de algodón que envolvería el palé de madera para hacerlo más eficaz como escudo (1).
- Ahora sí, tocapelotas. Venga, vamos. Yo lo cargo y tú me ayudas.
Selena cargó con el palé, que era de unos dos pasos de largo y uno y medio de ancho, y Eberus la ayudó con telequinesis (2) mientras avanzaban cubiertos entre la multitud, que más que de personas era ya de gomejos. Gomejos por tierra y por aire, siendo estos los más dañinos. A cada tres pasos que daban, por lo menos un gomejo impactaba contra el palé empujando ligeramente a Selena, y haciendo que poco a poco sonara un "crack" en la madera cada vez más preocupante.
- ¡Morkvind! ¡Baja, amigo, baja! - exclamaba desesperado el brujo, que se había deshecho de cualquier pudor con el miedo de que su protección no aguantara mucho más, con lo que eso conllevaría. - ¡Morkvind!
Intentaban seguir por tierra la errática ruta aérea del asustado equino, mientras ansiaban que su dócil y fiel compañero descendiera entre un par de robustos puestos de madera del mercado.
_______
OFF: Eberus y Selena intentan escapar de allí a lomos de Morkvind, su montura, pero la cosa se complica.
1. Selena usa su talento Magia de la naturaleza: Soy una con la naturaleza y toda su inmensidad. Ella me protege a mi voluntad a cambio de cuidarla con el don de la Magia de la Vida.
2. Eberus usa su talento (que no su racial) Telequinesis: Controlo con facilidad los elementos físicos que me rodean.
- ¡Selena!... ¡Selena!
- ¡Qué! - por fin contestaba.
Ella, en cambio, se había colmado de recuerdos que entremezclaban sentimientos de paz y de una nostalgia agridulce. Aunque más agria que dulce. El gomejo que sujetaba en sus manos era un macho. Lo había identificado por la complexión de su cabeza.
- ¡Ven!
Y ella fue. Pero cuando se fue a incorporar tras soltar con cuidado al gomejo, vio a aquella horrenda figura y se volvió a agachar con los ojos como platos. - Vale, Selena. No pasa nada. Todo está bajo control - se decía a sí misma en voz baja. Solía hacerlo cuando algo causaba gran inquietud en ella. Y, ¿cómo no iba a causar terror aquel ser que había logrado que todo el mundo se callara en aquellas circunstancias?
- Al fin he vuelto.
El brujo también se dio cuenta del reciente silencio. Había visto a su camarada levantarse y agacharse, y ahora ambos se miraban, cada uno tras su cobertura, sin saber qué hacer. Eberus gesticulaba a Selena como queriendo saber qué era lo que había causado aquel silencio. Y se temía lo peor al ver a su fría compañera con la expresión menos calmada que había mostrado en trimestres. Pero, justo en ese momento, se escuchó una estrepitosa bofetada que cambiaría el curso de los acontecimientos: aquel terrorífico vampiro había muerto, y los gomejos parecían no ser ya tan inofensivos.
El silencio, que fue bien breve, desapareció sin miramientos. Selena se reunió por fin con Eberus. - Escúchame, tenemos que alcanzar a Morkvind y salir de aquí volando, ¡pero ya!
- Claro, pero...
- Lo sé. Ya lo veo. No estoy ciego, joder - El camino entre ellos y Morkvind estaba siendo atravesado en perpendicular por decenas de gomejos meteóricos. Y esas decenas crecían rápido. - Para algo existe la telequinesis, elfa - continuó guiñandole un ojo. - Pero tenemos que ser rápidos. Ya sabes.
Eberus no aguantaría muchos segundos sosteniendo telequinéticamente un palé de madera para utilizarlo como escudo, como pensaba hacer. Selena confiaba en él, y no dijo más. Ambos se dispusieron a salir con velocidad, pero justo antes de hacerlo los Dioses les sonrieron. Y no porque ocurriera algo bueno, sino porque aquello que había ocurrido no lo había hecho un instante más tarde cuando habrían estado expuestos a los gomejos: Morkvind había sido fuertemente espantado por el golpe de un gomejo y se alejaba revoloteando de manera errática.
Claro que, ahora, lo tenían mucho más complicado para escapar. - Hostia... ¡Para, para! - exclamó el sureño. - No lo podemos perder de vista. ¡Tenemos que ir a por él!
- Espera un momento, no podemos arriesgarnos así ahora que el camino es mucho más incierto.
Y mientras Eberus despotricaba impaciente, Selena se concentraba en sentir sus pies en la tierra para canalizar su magia de la luz y hacer brotar del suelo un frondoso arbusto de algodón que envolvería el palé de madera para hacerlo más eficaz como escudo (1).
- Ahora sí, tocapelotas. Venga, vamos. Yo lo cargo y tú me ayudas.
Selena cargó con el palé, que era de unos dos pasos de largo y uno y medio de ancho, y Eberus la ayudó con telequinesis (2) mientras avanzaban cubiertos entre la multitud, que más que de personas era ya de gomejos. Gomejos por tierra y por aire, siendo estos los más dañinos. A cada tres pasos que daban, por lo menos un gomejo impactaba contra el palé empujando ligeramente a Selena, y haciendo que poco a poco sonara un "crack" en la madera cada vez más preocupante.
- ¡Morkvind! ¡Baja, amigo, baja! - exclamaba desesperado el brujo, que se había deshecho de cualquier pudor con el miedo de que su protección no aguantara mucho más, con lo que eso conllevaría. - ¡Morkvind!
Intentaban seguir por tierra la errática ruta aérea del asustado equino, mientras ansiaban que su dócil y fiel compañero descendiera entre un par de robustos puestos de madera del mercado.
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OFF: Eberus y Selena intentan escapar de allí a lomos de Morkvind, su montura, pero la cosa se complica.
1. Selena usa su talento Magia de la naturaleza: Soy una con la naturaleza y toda su inmensidad. Ella me protege a mi voluntad a cambio de cuidarla con el don de la Magia de la Vida.
2. Eberus usa su talento (que no su racial) Telequinesis: Controlo con facilidad los elementos físicos que me rodean.
Eberus
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
Cuanto más sobrevolaba esa plaza más me daba cuenta de lo mucho que se había torcido la noche. Una cosa eran gamberros que se dedicaban a molestar a la gente, que bueno, era molesto pero asumible. Luego habían estado los vampiros camorristas, que eran preocupantes, pero se podría llegar a entender que podían recuperar su tierra. Y ya entonces había seguido con una represión tan desmesurada que había hecho parecer que una chica transformada en dragona y lanzando chorros de aire era la opción menos mala, habiendo acabado con ya varios muertos, de los que quería pensar que no era la responsable de ninguno. Pero por si la situación no hubiera escalado lo suficiente, entonces apareció una obscena cantidad de gomejos furibundos.
Intentando hacer algo por cambiar la situación, seguía volando[1] buscando supervivientes entre esa masa peluda mientras lanzaba chorros de aire contra ellos, más para liberar mi frustración que porque estuviera sirviendo de nada. Entre los gomejos vi a un par de individuos con una tabla cubierta de algodones protegiéndose de la horda. Viré hacia ellos, acercándome desde arriba. No iba a poder con los dos y no sabía si podría apañarse uno solo para contener a los conejos, así que dudé un momento. Viendo que intentaban llamar a un caballo volador se me ocurrió un plan, una pena que no fuese capaz de explicar nada antes de ejecutarlo.
Di un par de círculos sobre ellos y volví a descargar mi aliento contra los gomejos[2], en esta ocasión para abrir un hueco entre ellos y el caballo. Notarían un breve incremento de golpes en el escudo por los conejos que estaba lanzando por los aires, pero cuando acabé había dejado un círculo vacío que esperaba que les diera unos momentos de calma. Sin aterrizar los miré y giré la cabeza en señal de duda, la mujer señaló al viejo chaparro, así que no pregunté más y agarré al viejo mientras volvía a disparar aire contra el suelo para compensar el levantar el peso[2].
Con el señor agarrado entre mis patas delantera sobrevolé los tejados de Sacrestic Ville, buscando los límites de la ciudad, que confiaba estuvieran ya vacíos de gomejos para soltarle y poder comprobar que su compañera hubiese escapado, antes de alzar de nuevo el vuelo para desaparecer de esta ciudad.
Intentando hacer algo por cambiar la situación, seguía volando[1] buscando supervivientes entre esa masa peluda mientras lanzaba chorros de aire contra ellos, más para liberar mi frustración que porque estuviera sirviendo de nada. Entre los gomejos vi a un par de individuos con una tabla cubierta de algodones protegiéndose de la horda. Viré hacia ellos, acercándome desde arriba. No iba a poder con los dos y no sabía si podría apañarse uno solo para contener a los conejos, así que dudé un momento. Viendo que intentaban llamar a un caballo volador se me ocurrió un plan, una pena que no fuese capaz de explicar nada antes de ejecutarlo.
Di un par de círculos sobre ellos y volví a descargar mi aliento contra los gomejos[2], en esta ocasión para abrir un hueco entre ellos y el caballo. Notarían un breve incremento de golpes en el escudo por los conejos que estaba lanzando por los aires, pero cuando acabé había dejado un círculo vacío que esperaba que les diera unos momentos de calma. Sin aterrizar los miré y giré la cabeza en señal de duda, la mujer señaló al viejo chaparro, así que no pregunté más y agarré al viejo mientras volvía a disparar aire contra el suelo para compensar el levantar el peso[2].
Con el señor agarrado entre mis patas delantera sobrevolé los tejados de Sacrestic Ville, buscando los límites de la ciudad, que confiaba estuvieran ya vacíos de gomejos para soltarle y poder comprobar que su compañera hubiese escapado, antes de alzar de nuevo el vuelo para desaparecer de esta ciudad.
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[1] Habitante de los Cielos: Puedo volar en forma de dragón.
[2] Aliento Elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.
Monza saca a Eberus de la marabunta de gomejos y le suelta en un tejado alejado.
Monza Sylroc
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
Por un lado me había aliviado al ver que Gaegel acataba las ordenes, por el otro la presión y el hecho de escapar ahí con vida abrumaba. Bomul, ansioso, se zafó de la chica y saltó a mi bolsa en el momento que la abrí para sacar lo que necesitaba.
Mi látigo punzante poco serviría contra las bolas peludas gomosas, pero el otro capaz de endurecer tal vez sí, por lo que rápidamente, en la medida que Meleis se encargaba de alejar a tantos como podía con su aliento de agua, saqué el arma que bien Elian me había renovado aquella vez. - Sabes tengo mucho que agradecerle a Elian, solo por eso si salgo viva de aquí haré un grupo en u honor. - Fue un pensamiento expresado en voz alta quizás debido a tantas convulsiones, todo se valía en aquel momento.
Como sea, había cambio de planes. - ¡Meleis vuela y repele a tantos como puedas! ¡Ari! Detrás de mí, corre tan rápido como puedas, abriré un camino para ambas. - Fueron mis palabras. Esperaba que la chica espabilara así que apenas Meleis se encargo desde las altura a lanzar el agua, incluyendo sus mangueras porque al parecer le había agarrado el gusto, no perdí el tiempo.
Esperaba que las bolitas que lancé al principio lograran algo, y si no, no me tembló el pulso para justo a mi lateral izquierdo lanzar mi poderoso huevo. Quizás algunos se quemarían y a otros el apestoso olor los haría retroceder. Comencé a correr por el camino trazado del agua de Meleis. 1
Corrí a todo lo que daba, y aprovechaba algo del agua que iba cayendo para impactar con esferas de agua y repeler - con la mano libre donde tenía el huevo- a los que se me atravesaban. 2 - ¡Corre, Ari! - Esperaba que estuviera detrás de mí.
Agotada mis esferas, solo me quedó latiguear a cuanto gomejo, vampiro, persona, gallina se me atravesara, mejor ellos que nosotros. 3 La salida estaba cerca, un ultimo impulso finalmente me hizo sentir a salvo, alerta pero finalmente luego de mucha tensión, a salvo.
Mi látigo punzante poco serviría contra las bolas peludas gomosas, pero el otro capaz de endurecer tal vez sí, por lo que rápidamente, en la medida que Meleis se encargaba de alejar a tantos como podía con su aliento de agua, saqué el arma que bien Elian me había renovado aquella vez. - Sabes tengo mucho que agradecerle a Elian, solo por eso si salgo viva de aquí haré un grupo en u honor. - Fue un pensamiento expresado en voz alta quizás debido a tantas convulsiones, todo se valía en aquel momento.
Como sea, había cambio de planes. - ¡Meleis vuela y repele a tantos como puedas! ¡Ari! Detrás de mí, corre tan rápido como puedas, abriré un camino para ambas. - Fueron mis palabras. Esperaba que la chica espabilara así que apenas Meleis se encargo desde las altura a lanzar el agua, incluyendo sus mangueras porque al parecer le había agarrado el gusto, no perdí el tiempo.
Esperaba que las bolitas que lancé al principio lograran algo, y si no, no me tembló el pulso para justo a mi lateral izquierdo lanzar mi poderoso huevo. Quizás algunos se quemarían y a otros el apestoso olor los haría retroceder. Comencé a correr por el camino trazado del agua de Meleis. 1
Corrí a todo lo que daba, y aprovechaba algo del agua que iba cayendo para impactar con esferas de agua y repeler - con la mano libre donde tenía el huevo- a los que se me atravesaban. 2 - ¡Corre, Ari! - Esperaba que estuviera detrás de mí.
Agotada mis esferas, solo me quedó latiguear a cuanto gomejo, vampiro, persona, gallina se me atravesara, mejor ellos que nosotros. 3 La salida estaba cerca, un ultimo impulso finalmente me hizo sentir a salvo, alerta pero finalmente luego de mucha tensión, a salvo.
- OFF:
- QUE SE SEPA QUE NO ME ARREPIENTO :VLlamado del Alpha [Nivel 3]: [1 uso] Como dragón proyecto un potente rugido que me permite llamar a la lucha a animales tan osados como yo.
- Intento ayudar a Ari para que tome la vía libre conmigo.
- Uso las bolas que me vendió Rauko.Bolitas Resbaladizas: [Limitado, 2 Usos] Numerosas bolitas metálicas que pueden arrojarse al suelo, causando que quien las pise acabe cayendo. Funcionan mejor sobre una superficie sólida.
- Uso mi huevo. (Uso 1)Huevo sorpresa: [Consumible] [Cantidad: 2] Parece un simple huevo de codorniz, pero al romperse, expulsará una nube de gas fétido que tardará dos rondas en disiparse. Si se rompe contra la piel desnuda de un ser vivo, éste sufrirá una quemadura leve en la zona de contacto.Meraxes [Cosa activas]
- 1Sé como el agua: [Pasiva] Mientras haya agua bajo mis pies, puedo deslizarme por esta con agilidad y usarla para impulsarme.
- 2: Ambos usos.Proyectiles: [Mágica, 2 usos.] Manipulo el agua a mi alrededor para generar esferas (Máximo 3) que puedo disparar a no más de diez metros a fin de impactar contra uno o varios objetivos.
- 3 Se activa el efecto de mi látigo.Castigo de Piedra [Encantamiento de Arma] Al golpear, se generará una delgada pero moderadamente pesada capa de piedra sobre la zona del impacto, por 30 segundos.[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]En vuestros próximos dos temas vuestros pensamientos sobre otros pjs o pnjs que tengan que ver incluso mínimamente con algo de índole sexual derivarán a imaginar a éstos monstruos, llevándoos a experimentar algo que al resto asemejará los efectos de un ataque epiléptico durante unos segundos.Una sensación amarga se aferró al pecho de la dragona, un deseo casi instintivo de tener la caja entre sus manos, de explorar su contenido y descubrir qué secretos encerraba. Ahora, Meraxes se sentiría en una encrucijada de emociones; la frustración y la ansiedad se mezclaban con un profundo anhelo que no podía ignorar.
-Para ver en lo oscurito.Moneda Maliciosa de Elian [Encantamiento Fuente de Luz]: El objeto encantado emitirá luz o dejará de hacerlo según una orden verbal de su portador. Esta luz ilumina un radio de 30 metros.Meleis [Cosa activas]Halo venenoso [Maldición Contagiosa]
Al estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, han sido contagiados con una terrible plaga. Se trata de un terrible veneno maldito capaz de derretir los órganos internos de su portador causando una espantosa muerte. Lo bueno es que podrán librarse de este veneno sacrificando a otros dos personajes en dos temas o menos. El veneno será transferido a los dos primeros personajes sanos con los que tengan contacto, los cuales serán los nuevos portadores.
En cuanto hayan contagiado a dos personajes, quedarán sanos de este mal (a menos que sean contagiados de nuevo), pero sus dos víctimas tendrán que contagiar a otros dos para poder sanarse.Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]Habitante de los Cielos: Puedo volar en forma de dragón.Aliento elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.Torre
- Lanzada uno: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] - 0 puntos. Sigue en pie.
- Lanzada Dos: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] - 1 punto.
- Lanzada Tres: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] - 1 punto.
- Lanzada cuatro: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. - 2 puntos.
__________
Total: 4
- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Medalla del exterminador [1 CARGA] - Pecho lado derecho.
- Pieza Metalica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero. [L1]
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] [Armas Flexible Superior. Metal]
- Tónico del Jerbo - Bolso
- Llave Onírica - Bolso
- Ocarina - Bolso
- Kit de Curtiduría Inferior - Bolso [L2]
- Bomull (Cría de Gomejo)
- Caramelo de Jade. [Dentro de bolsa de viajero]
- Hongos de Lithe. [Cant. 1]] [Dentro de bolsa de viajero]
- - Collar de Moneda Maliciosa de Elian [Cuello- Encantamiento Fuente de Luz]
-Trampa de Red [Dentro de bolsa de viajero] [L3]- Peluche de bégimo.[Cargas usadas en otro tema]
- Brocheta de yak
-Huevo sorpresa.
- Galleta de Humo.
- Néctar Kimil.
- Bolita de pétalos biusificados.
- Bomba Luminosa. [L4]
- Tatuaje de Niggu.
- Espejo Brújula.
- Bolitas Resbaladizas. [Dentro del Bolso] [L5]
- Voluntad de Terric.
- Poción de Recuperación (2)
- Inventario Meleis:
- Garras Superiores
- Bolso del Explorador.
- Armadura de Fieras Normal. [A. Ligera / Encantamiento Pudor]
- Poción de Salud Concentrada. [Dentro del Bolso] [L6]
- Medicina multipropósito. [Dentro del Bolso]
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
Morkvind hacía amagos de bajar. Ahora su vuelo no era errático pero parecía no decidirse a descender del todo. Relinchaba frustrado mientras lanzaba coces aéreas contra los gomejos que saltaban más alto, y de repente recibió una ráfaga de aire que le hizo retroceder.
- ¡Joder! ¡Joder! - Selena intentaba reparar la madera del palé con su magia (1), pero la situación no le permitía un gran desempeño, por no hablar de la ráfaga de gomejos que se había estampado contra dicho escudo por el efecto de un gran ser nórdico volador que ahora les miraba con detenimiento.
- ¡Hostias! ¡Cuidado, Selena! ¡No me jodas, lo que nos faltaba! - El brujo no sabía qué esperar de aquella bestia, a pesar de que aquellas poderosas ráfagas de aire que había soltado les habían ayudado contra los gomejos, dándoles un profundo respiro, aunque no fuera a ser muy duradero. Se apartaba con intenciones de alejarse de la dragona, aprovechando el momento de calma.
Ahora el brujo se debatía entre vigilar a la dragona, esconderse de ella y seguir intentando que su equino descendiera, cosa que poco a poco iba logrando ahora. Mientras, Selena miraba a la dragona expectante y en alerta por lo inesperado de la aparición. Era de los primeros dragones que veía, pero aunque el corazón le fuera a mil intuyó que tenía buenas intenciones. No había tiempo para estupefacciones, sin embargo. Procuró entonces seguir reparando el escudo y, viendo que la dragona seguía mirándolos tras haberlos ayudado, pensó que quizás estaba esperando una respuesta. Además, ya era conocedora de la hurañía del brujo. De hecho, a sabiendas de esto y sacando a relucir su picardía, decidió indicarle a la dragona que le ayudara a él primero.
Eso hizo pues. Agarró con premura a Eberus y se lo llevó volando hacia un lugar seguro, aunque él no lo tuviera tan claro. - ¡Tranquilo, brujo! ¡Es buena gente! - gritó Selena hacia arriba guiñándole un ojo con diablura.
- ¡Me cago en los Dioses! ¡Selena! ¡Ven con Morkvind, pero ya!
Selena resopló con alivio. Picardías aparte, confiaba en que ahora Eberus estaba en buenas manos. Ahora, se ocultó tras un puesto de madera cercano y se cubrió con el palé para cuando los gomejos volvieran. Por otro lado, Morkvind ya se había decidido a descender por completo, y estaba a un mínimo instante de estar disponible para Selena. - Gracias, pequeño. Buen chico - le decía Selena levemente apresurada, mientras se acercaba a él cubriéndose cansada con el palé. - ¿Qué mierda le habrán dado de comer a estos gomejos? - Y como si uno de ellos quisiera responderle a esa pregunta, impactó con gran furia contra la madera del palé, partiéndola finalmente por la mitad y llegando a impactar en el muslo de la elfa.
En el primer instante tras recibir el golpe, pensó que aquello era insignificante. Confiaba en su armadura pesada, la cual por defecto solía llevar puesta. Pero esta vez el golpe dolió más de lo esperado. Fue justo cuando recordó que en esta ocasión no se la había puesto. Gritó entonces de dolor y rabia mientras el gomejo yacía atontado en el suelo, y procuró montar lo más rápida posible, cojeando, sobre el Morador del Viento.
Ya había soltado el palé, y si Morkvind no despegaba rápido ambos podrían sufrir un peor destino. - ¡Vamos, vamos! - La elfa azotaba al equino mientras intentaba crear una abundante lluvia de hojas de árbol tras ellos para que los gomejos no tuvieran una visión certera, y solo los Dioses saben si fue por esto o no, pero finalmente ambos pudieron salir de allí volando relativamente sanos y salvos, sobre todo comparándolos con aquel vampiro.
En el aire se cruzaron con la dragona que les había ayudado, y Selena le hizo un gesto de respeto con la cabeza. La bestia les miró, pero Selena no supo interpretar ningún gesto en ella. Sin embargo, justo en ese momento la dragona cambió de rumbo y pareció dirigirse hacia fuera de aquel lugar. Selena supuso que, de donde venía la dragona, era donde había dejado al brujo, por lo que hacia allí se dirigieron. Pudieron localizarle sin problemas, y aterrizaron allí. - Selena... ¿cómo tienes el valor de dejar a tu camarada en las garras de un puto dragón? Es algo alucinante...
- Brujo, ¿estás vivo? Pues cierra ese pico de oro y muestra un mínimo de agradecimiento. Por cierto, un puto gomejo ha roto el palé y me ha dado en la pierna. La próxima vez te quedas tú abajo, a salvo de los dragones, ¿eh? - replicó cojeando sobre aquel tejado, cuando ya se había bajado del lomo de Morkvind. Aquel golpe la había puesto de mal humor. Le resultaba, en cierto modo, humillante hacia su orgullo de guerrera. No solo por haber sido obra de un pequeño gomejo, sino especialmente por haberlo recibido justo en una de las escasas ocasiones en las que había decidido desapegarse de su armadura. Era como un castigo recibido por traicionar a su naturaleza.
Luego, ella se sentó y él hizo lo mismo. Ambos estuvieron unos momentos en silencio, con Morkvind descansando a su lado, lejos ya de cualquier gomejo peligroso. Eberus desvió su mirada hacia Selena y le puso la mano en el hombro. - Eh, gracias.
- Cállate, romántico - se quejó, viendo interrumpido su enfado y tratando de contener una sonrisa.
Eberus soltó una ligera carcajada en modo tetera y luego se pusieron a discutir sobre la mejor manera de tratar alquímicamente la contusión de Selena.
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OFF: La maravillosa Monza ayuda a Eberus y Selena con los gomejos, y también a huir de allí.
1. Magia de la naturaleza: Soy una con la naturaleza y toda su inmensidad. Ella me protege a mi voluntad a cambio de cuidarla con el don de la Magia de la Vida.
- ¡Joder! ¡Joder! - Selena intentaba reparar la madera del palé con su magia (1), pero la situación no le permitía un gran desempeño, por no hablar de la ráfaga de gomejos que se había estampado contra dicho escudo por el efecto de un gran ser nórdico volador que ahora les miraba con detenimiento.
- ¡Hostias! ¡Cuidado, Selena! ¡No me jodas, lo que nos faltaba! - El brujo no sabía qué esperar de aquella bestia, a pesar de que aquellas poderosas ráfagas de aire que había soltado les habían ayudado contra los gomejos, dándoles un profundo respiro, aunque no fuera a ser muy duradero. Se apartaba con intenciones de alejarse de la dragona, aprovechando el momento de calma.
Ahora el brujo se debatía entre vigilar a la dragona, esconderse de ella y seguir intentando que su equino descendiera, cosa que poco a poco iba logrando ahora. Mientras, Selena miraba a la dragona expectante y en alerta por lo inesperado de la aparición. Era de los primeros dragones que veía, pero aunque el corazón le fuera a mil intuyó que tenía buenas intenciones. No había tiempo para estupefacciones, sin embargo. Procuró entonces seguir reparando el escudo y, viendo que la dragona seguía mirándolos tras haberlos ayudado, pensó que quizás estaba esperando una respuesta. Además, ya era conocedora de la hurañía del brujo. De hecho, a sabiendas de esto y sacando a relucir su picardía, decidió indicarle a la dragona que le ayudara a él primero.
Eso hizo pues. Agarró con premura a Eberus y se lo llevó volando hacia un lugar seguro, aunque él no lo tuviera tan claro. - ¡Tranquilo, brujo! ¡Es buena gente! - gritó Selena hacia arriba guiñándole un ojo con diablura.
- ¡Me cago en los Dioses! ¡Selena! ¡Ven con Morkvind, pero ya!
Selena resopló con alivio. Picardías aparte, confiaba en que ahora Eberus estaba en buenas manos. Ahora, se ocultó tras un puesto de madera cercano y se cubrió con el palé para cuando los gomejos volvieran. Por otro lado, Morkvind ya se había decidido a descender por completo, y estaba a un mínimo instante de estar disponible para Selena. - Gracias, pequeño. Buen chico - le decía Selena levemente apresurada, mientras se acercaba a él cubriéndose cansada con el palé. - ¿Qué mierda le habrán dado de comer a estos gomejos? - Y como si uno de ellos quisiera responderle a esa pregunta, impactó con gran furia contra la madera del palé, partiéndola finalmente por la mitad y llegando a impactar en el muslo de la elfa.
En el primer instante tras recibir el golpe, pensó que aquello era insignificante. Confiaba en su armadura pesada, la cual por defecto solía llevar puesta. Pero esta vez el golpe dolió más de lo esperado. Fue justo cuando recordó que en esta ocasión no se la había puesto. Gritó entonces de dolor y rabia mientras el gomejo yacía atontado en el suelo, y procuró montar lo más rápida posible, cojeando, sobre el Morador del Viento.
Ya había soltado el palé, y si Morkvind no despegaba rápido ambos podrían sufrir un peor destino. - ¡Vamos, vamos! - La elfa azotaba al equino mientras intentaba crear una abundante lluvia de hojas de árbol tras ellos para que los gomejos no tuvieran una visión certera, y solo los Dioses saben si fue por esto o no, pero finalmente ambos pudieron salir de allí volando relativamente sanos y salvos, sobre todo comparándolos con aquel vampiro.
En el aire se cruzaron con la dragona que les había ayudado, y Selena le hizo un gesto de respeto con la cabeza. La bestia les miró, pero Selena no supo interpretar ningún gesto en ella. Sin embargo, justo en ese momento la dragona cambió de rumbo y pareció dirigirse hacia fuera de aquel lugar. Selena supuso que, de donde venía la dragona, era donde había dejado al brujo, por lo que hacia allí se dirigieron. Pudieron localizarle sin problemas, y aterrizaron allí. - Selena... ¿cómo tienes el valor de dejar a tu camarada en las garras de un puto dragón? Es algo alucinante...
- Brujo, ¿estás vivo? Pues cierra ese pico de oro y muestra un mínimo de agradecimiento. Por cierto, un puto gomejo ha roto el palé y me ha dado en la pierna. La próxima vez te quedas tú abajo, a salvo de los dragones, ¿eh? - replicó cojeando sobre aquel tejado, cuando ya se había bajado del lomo de Morkvind. Aquel golpe la había puesto de mal humor. Le resultaba, en cierto modo, humillante hacia su orgullo de guerrera. No solo por haber sido obra de un pequeño gomejo, sino especialmente por haberlo recibido justo en una de las escasas ocasiones en las que había decidido desapegarse de su armadura. Era como un castigo recibido por traicionar a su naturaleza.
Luego, ella se sentó y él hizo lo mismo. Ambos estuvieron unos momentos en silencio, con Morkvind descansando a su lado, lejos ya de cualquier gomejo peligroso. Eberus desvió su mirada hacia Selena y le puso la mano en el hombro. - Eh, gracias.
- Cállate, romántico - se quejó, viendo interrumpido su enfado y tratando de contener una sonrisa.
Eberus soltó una ligera carcajada en modo tetera y luego se pusieron a discutir sobre la mejor manera de tratar alquímicamente la contusión de Selena.
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OFF: La maravillosa Monza ayuda a Eberus y Selena con los gomejos, y también a huir de allí.
1. Magia de la naturaleza: Soy una con la naturaleza y toda su inmensidad. Ella me protege a mi voluntad a cambio de cuidarla con el don de la Magia de la Vida.
Eberus
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
Cuando pensaba que lo peligroso había pasado y estaba lista para estar tranquila todo empezó a ponerse más turbio.
Por un momento sentí que el ambiente se puso más pesado, tal vez frío y por alguna razón más tenebroso, al parecer algo grande estaba por venir. Me sacudí tratando de sacarme esa sensación pesada y traté de ser consiente de mi respiración para no dejarme llevar.
Mi mente estaba alerta, o eso creía, porque me sorprendió mucho sentir como el conejito que tenía en mis brazos empezó a moverse con intenciones extrañas. Siguiendo las directrices de Meraxes, sujeté bien a Bomull.
Dispuesta a correr me preocupé al ver a la joven entrar otra vez en convulsiones, definitivamente no era el mejor momento para eso; por suerte no duró mucho y tuvimos el apoyo de Draco.
De un momento a otro el joven que parecía ser amigo de Meraxes se fue a apoyar, supongo que a otras personas, y Bomull se zafó de mis brazos. Al ver que se quedó con Meraxes suspiré de alivio y ahora con mis manos libres lo único que se me ocurría era tratar de agarrar a los conejitos que se acercaban y lanzarlos no muy alto, pero sí lejos para tratar de despejar la zona y no quedaramos enterrados vivos.
Seguí los pasos de la joven y sacudiendome como podía. La ayuda de Draco y de Meraxes realmente era muy buena.
De un momento a otro los conejitos empezaron una persecución más intensa, porque ya varios habían logrado escapar, y cada segundo que pasaba hacía más peligroso la permanencia en ese lugar; teníamos que salir como diera lugar.
Salí corriendo y me traté de montar sobre Draco para salir de ahí.
____Por un momento sentí que el ambiente se puso más pesado, tal vez frío y por alguna razón más tenebroso, al parecer algo grande estaba por venir. Me sacudí tratando de sacarme esa sensación pesada y traté de ser consiente de mi respiración para no dejarme llevar.
Mi mente estaba alerta, o eso creía, porque me sorprendió mucho sentir como el conejito que tenía en mis brazos empezó a moverse con intenciones extrañas. Siguiendo las directrices de Meraxes, sujeté bien a Bomull.
Dispuesta a correr me preocupé al ver a la joven entrar otra vez en convulsiones, definitivamente no era el mejor momento para eso; por suerte no duró mucho y tuvimos el apoyo de Draco.
De un momento a otro el joven que parecía ser amigo de Meraxes se fue a apoyar, supongo que a otras personas, y Bomull se zafó de mis brazos. Al ver que se quedó con Meraxes suspiré de alivio y ahora con mis manos libres lo único que se me ocurría era tratar de agarrar a los conejitos que se acercaban y lanzarlos no muy alto, pero sí lejos para tratar de despejar la zona y no quedaramos enterrados vivos.
Seguí los pasos de la joven y sacudiendome como podía. La ayuda de Draco y de Meraxes realmente era muy buena.
De un momento a otro los conejitos empezaron una persecución más intensa, porque ya varios habían logrado escapar, y cada segundo que pasaba hacía más peligroso la permanencia en ese lugar; teníamos que salir como diera lugar.
Salí corriendo y me traté de montar sobre Draco para salir de ahí.
Off
No me alcanza para un segundo post pero algo es algo =D
Draco=Meleis
Ari Eun-Young
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Re: Una torre que llegue hasta el cielo [Evento Social]
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¿Y si hacemos una torre?
La festividad anual de las torres de calabazas no había salido como se esperaba. Los vecinos del lugar habían estado trabajando arduamente en sus diseños durante semanas, tallando y dándole forma a las calabazas para construir impresionantes estructuras que realzaran la noche con su esplendor.
Sin embargo, el silencio festivo se vio repentinamente interrumpido por aquella amenaza que provenía de los campos circundantes. Miradas de sorpresa y desconcierto se extendieron por los rostros de los presentes cuando una salvaje estampida de gomejos salvajes emergió con furia y determinación de entre la flora y la fauna cercanas.
Los gomejos, normalmente criaturas tiernas y dóciles, ahora parecían poseídos por alguna fuerza desconocida. Corrían a toda velocidad, saltando y esquivando obstáculos en su impetuosa carrera. La multitud comenzó a entrar en pánico mientras los gomejos se abalanzaban hacia la plaza, persiguiendo a todos los presentes.
Gritos y exclamaciones de terror llenaron el aire a medida que las personas intentaban huir desesperadamente de las garras de los gomejos enloquecidos. Las torres de calabazas se convirtieron en el escenario de una agónica lucha por la supervivencia, mientras los peluditos y esponjosos engendros saltaban y mordían todo a su paso.
La gente corría en todas direcciones, intentando evadir a las criaturas descontroladas. Las risas y la alegría que habían caracterizado la fiesta se habían transformado en angustia y temor. Finalmente, la multitud se dispersó, dejando atrás una plaza destrozada y abandonada. Solo se escuchaba el sonido de los conejos huyendo hacia la oscuridad de la noche, llevándose consigo el aliento y la tranquilidad de aquel lugar.
Desde aquella noche, la festividad de las torres de calabazas se convirtió en una leyenda trágica en el pueblo. Las cicatrices del evento quedaron grabadas en la memoria de los sobrevivientes, quienes miraban con recelo cualquier gomejo que se adentrara en el lugar. Aunque no todos habían conseguido escapar, cuentan las leyendas que una biocibernética quedó atrapada en medio del caos, y tras varias mordidas de gomejo acabaría convertida en la biogomeja asesina… aunque no hay pruebas de que esta parte sea real.
Lo cierto es que, aquel pequeño pueblo aprendió que incluso las cosas más inofensivas pueden desencadenar el caos y la destrucción cuando son impulsadas por una fuerza incontrolable. La fiesta de las torres de calabazas se convirtió en un recuerdo oscuro, y los conejos salvajes, en seres temidos y respetados por siempre.[/color]
ᚩ Finalmente la noche de terror ha terminado, casi en navidad pero el tiempo es relativo y es mejor tarde que nunca. Gracias por su participación y su paciencia, ha sido un tema que comenzó como una idea y que ustedes, los usuarios, ayudaron a expandir de manera impredecible.
∞ Y ahora vamos a lo importante, después de esta rara experiencia reciben todos los participantes 5 puntos de experiencia y 100 aeros, y además se llevan un hermoso Gorrito de Calabaza.
Gorrito de Calabaza [Consumible]: Al activarlo, hace que el portador adquiera una agilidad increíble durante un tema, literalmente dando grandes saltos como un gomejo de aquí para allá. Pero cuidado con saltar demasiado, o la calabaza podría terminar rompiéndose. Después de su uso acabará pudriéndose y desapareciendo.
ᚩ Pero eso no es todo, tenemos a 3 ganadores que se llevarán algo extra:
∞ Meraxes: Por haber construido la torre de calabazas más alta, recibes una Granada de humo para ver si así te libras de algún problema futuro.
Granada de humo [Consumible]: Si algo malo ha ocurrido, al arrojarla al piso, desprenderá una cantidad de humo en una gran área, quienes la hayan respirado serán susceptibles a tomar como culpable a quien tú digas, aunque el efecto solamente dura un par de turnos.
ᚩ Nero: has hecho un trabajo increíble buscando la misteriosa gema naranja, por ahora te has quedado con ella pero, quién sabe por cuánto tiempo.
Gema de la ambición [Objeto]: Puedes elegir vender esta gema en el mercado por 300 aeros o conservarla. Si eliges lo segundo, en cada nuevo tema tendrás que lanzar una runa, si obtienes mala suerte o peor suerte, la gema te será robada, pero si tu suerte es buena o la mejor, su valor aumentará en 30 aeros cada vez. Con suerte media, la gema permanecerá en tu poder sin cambios en su valor. Podrás venderla en el momento que decidas antes de perderla.
∞ Ari Eun-Young por su parte, ha sido víctima de una terrible experiencia al quedarse atrás en medio de la fuga, por lo que recibe la Maldición de los peluditos
Maldición de los peluditos: Al menos una vez durante los próximos 3 temas en que participes, tendrás la inquietante sensación de que hay gomejos acechando en las cercanías, tratando incluso de alertar a los otros de una amenaza que realmente no existe.
∞ Finalmente, gracias a todos por ser parte de esta aventura.
Sin embargo, el silencio festivo se vio repentinamente interrumpido por aquella amenaza que provenía de los campos circundantes. Miradas de sorpresa y desconcierto se extendieron por los rostros de los presentes cuando una salvaje estampida de gomejos salvajes emergió con furia y determinación de entre la flora y la fauna cercanas.
Los gomejos, normalmente criaturas tiernas y dóciles, ahora parecían poseídos por alguna fuerza desconocida. Corrían a toda velocidad, saltando y esquivando obstáculos en su impetuosa carrera. La multitud comenzó a entrar en pánico mientras los gomejos se abalanzaban hacia la plaza, persiguiendo a todos los presentes.
Gritos y exclamaciones de terror llenaron el aire a medida que las personas intentaban huir desesperadamente de las garras de los gomejos enloquecidos. Las torres de calabazas se convirtieron en el escenario de una agónica lucha por la supervivencia, mientras los peluditos y esponjosos engendros saltaban y mordían todo a su paso.
La gente corría en todas direcciones, intentando evadir a las criaturas descontroladas. Las risas y la alegría que habían caracterizado la fiesta se habían transformado en angustia y temor. Finalmente, la multitud se dispersó, dejando atrás una plaza destrozada y abandonada. Solo se escuchaba el sonido de los conejos huyendo hacia la oscuridad de la noche, llevándose consigo el aliento y la tranquilidad de aquel lugar.
Desde aquella noche, la festividad de las torres de calabazas se convirtió en una leyenda trágica en el pueblo. Las cicatrices del evento quedaron grabadas en la memoria de los sobrevivientes, quienes miraban con recelo cualquier gomejo que se adentrara en el lugar. Aunque no todos habían conseguido escapar, cuentan las leyendas que una biocibernética quedó atrapada en medio del caos, y tras varias mordidas de gomejo acabaría convertida en la biogomeja asesina… aunque no hay pruebas de que esta parte sea real.
Lo cierto es que, aquel pequeño pueblo aprendió que incluso las cosas más inofensivas pueden desencadenar el caos y la destrucción cuando son impulsadas por una fuerza incontrolable. La fiesta de las torres de calabazas se convirtió en un recuerdo oscuro, y los conejos salvajes, en seres temidos y respetados por siempre.[/color]
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ᚩ Finalmente la noche de terror ha terminado, casi en navidad pero el tiempo es relativo y es mejor tarde que nunca. Gracias por su participación y su paciencia, ha sido un tema que comenzó como una idea y que ustedes, los usuarios, ayudaron a expandir de manera impredecible.
∞ Y ahora vamos a lo importante, después de esta rara experiencia reciben todos los participantes 5 puntos de experiencia y 100 aeros, y además se llevan un hermoso Gorrito de Calabaza.
Gorrito de Calabaza [Consumible]: Al activarlo, hace que el portador adquiera una agilidad increíble durante un tema, literalmente dando grandes saltos como un gomejo de aquí para allá. Pero cuidado con saltar demasiado, o la calabaza podría terminar rompiéndose. Después de su uso acabará pudriéndose y desapareciendo.
ᚩ Pero eso no es todo, tenemos a 3 ganadores que se llevarán algo extra:
∞ Meraxes: Por haber construido la torre de calabazas más alta, recibes una Granada de humo para ver si así te libras de algún problema futuro.
Granada de humo [Consumible]: Si algo malo ha ocurrido, al arrojarla al piso, desprenderá una cantidad de humo en una gran área, quienes la hayan respirado serán susceptibles a tomar como culpable a quien tú digas, aunque el efecto solamente dura un par de turnos.
ᚩ Nero: has hecho un trabajo increíble buscando la misteriosa gema naranja, por ahora te has quedado con ella pero, quién sabe por cuánto tiempo.
Gema de la ambición [Objeto]: Puedes elegir vender esta gema en el mercado por 300 aeros o conservarla. Si eliges lo segundo, en cada nuevo tema tendrás que lanzar una runa, si obtienes mala suerte o peor suerte, la gema te será robada, pero si tu suerte es buena o la mejor, su valor aumentará en 30 aeros cada vez. Con suerte media, la gema permanecerá en tu poder sin cambios en su valor. Podrás venderla en el momento que decidas antes de perderla.
∞ Ari Eun-Young por su parte, ha sido víctima de una terrible experiencia al quedarse atrás en medio de la fuga, por lo que recibe la Maldición de los peluditos
Maldición de los peluditos: Al menos una vez durante los próximos 3 temas en que participes, tendrás la inquietante sensación de que hay gomejos acechando en las cercanías, tratando incluso de alertar a los otros de una amenaza que realmente no existe.
∞ Finalmente, gracias a todos por ser parte de esta aventura.
Ansur
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