La caravana perdida [Interpretativo][Libre] [Cerrado]
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Re: La caravana perdida [Interpretativo][Libre] [Cerrado]
Sin atender a razón alguna los hombres se dispersaron para repartirse a los enemigos, yo, que a pesar de intentar hablar estaba preparada para el ataque, vi acercarse a uno de los hombres que corría en ataque directo, ¿Es que era estúpido? pensé para mis adentros, ¿en serio creía que con un ataque tan estupido podría darle?.
Con un sencillo movimiento, giré sobre mi misma librandome con facilidad del ataque del tipo y le di en la nuca con el puño de mi espada. Mareado, calló al suelo de bruces. Su espada estaba suelta sobre la hierva, cuando el tipo intentó cogerla le di una patada y amenacé al tipo con mi espada. El pobre acobardado se giró a mirarme y comenzó a suplicar, ¿qué tipo de sectario era ese? Di un suspiro y le hablé:
- Sabes, si no estás listo para morir, no deberías meterte en una batalla. - comenté apartando mi espada.
El tipo, cuando me giré volvió a intentar atacarme, con una pequeña daga, le escuché venir, el muy tonto no sabía permanecer callado y dió un grito al atacar. Me giré con rapidez, y con un sencillo movimiento de mi arma le volví a desarmar, sinceramente, ¿era una broma? ¿Esos tipos habían logrado vencer a los elfos? Debían haberlos pillado completamente desprevenidos, sino no tenía sentido alguno. Cansada de que el tipo intentara algo que nunca conseguiría le volví a golpear en la nuca dejandolo inconsciente. Y con un nuevo suspiro corrí a ayudar a Niniel y a Ronald, aunque al parecer, la elfa que tan mal decía que se le daba luchar, había conseguido vencer solita a uno de los enemigos, eso confirmaba su suposición, eran realmente déviles.
Antes de lograr ver lo que sucedía con el chico y su enemigo un frío terrible comenzó a inundar el lugar, y una voz, como de ultratumba, salió de algún sitio, una bruma espesa, que le llegaba a la cintura, cubrió el suelo:
-Así que era cierto que nos seguían...Muy valiente. Seríais unas buenas esclavas... Y tú pareces fuerte.- sentí una caricia fría en la nuca y me giré sin lograr ver nada con la espada preparada, algo alejados escuchaba el relinchar de nuestros caballos, que se removían nerviosos- Pero el maestro no me ha pedido esclavos, solo la pieza...- terminó de decir la voz.
- ¿Quién eres? ¡Muestrate cobarde! no hay honor en luchar escondiendose- grité esperando que eso le hiciera revelar su posición.
Un enorme rayo azulado salió de algun sitio tras el sonido de hielo rompiendose, iba en mi dirección, me tumbé en el suelo y sentí el frío pasar por encima de mi, lo había logrado esquivar, tras la desaparición de mi cuerpo de la trayectoria del haz, fue a estrellarse contra el carromato, Se alzó y miró, preocupada, si Niniel y Ronald estaban bien, pero no lograba verlos entre la niebla blanquecina, sería mejor enfrentarse pronto contra ese nuevo rival, fuera quien fuera, el frío comenzaba a entumecerle los músculos y no era bueno para el combate, ni tampoco para evitar lesiones.
- ¡Deja de esconderte y muestrate, tienes magia, pero eres un guerrero, al menos demuentras que tienes orgullo!- Pinché de nuevo.
Con un sencillo movimiento, giré sobre mi misma librandome con facilidad del ataque del tipo y le di en la nuca con el puño de mi espada. Mareado, calló al suelo de bruces. Su espada estaba suelta sobre la hierva, cuando el tipo intentó cogerla le di una patada y amenacé al tipo con mi espada. El pobre acobardado se giró a mirarme y comenzó a suplicar, ¿qué tipo de sectario era ese? Di un suspiro y le hablé:
- Sabes, si no estás listo para morir, no deberías meterte en una batalla. - comenté apartando mi espada.
El tipo, cuando me giré volvió a intentar atacarme, con una pequeña daga, le escuché venir, el muy tonto no sabía permanecer callado y dió un grito al atacar. Me giré con rapidez, y con un sencillo movimiento de mi arma le volví a desarmar, sinceramente, ¿era una broma? ¿Esos tipos habían logrado vencer a los elfos? Debían haberlos pillado completamente desprevenidos, sino no tenía sentido alguno. Cansada de que el tipo intentara algo que nunca conseguiría le volví a golpear en la nuca dejandolo inconsciente. Y con un nuevo suspiro corrí a ayudar a Niniel y a Ronald, aunque al parecer, la elfa que tan mal decía que se le daba luchar, había conseguido vencer solita a uno de los enemigos, eso confirmaba su suposición, eran realmente déviles.
Antes de lograr ver lo que sucedía con el chico y su enemigo un frío terrible comenzó a inundar el lugar, y una voz, como de ultratumba, salió de algún sitio, una bruma espesa, que le llegaba a la cintura, cubrió el suelo:
-Así que era cierto que nos seguían...Muy valiente. Seríais unas buenas esclavas... Y tú pareces fuerte.- sentí una caricia fría en la nuca y me giré sin lograr ver nada con la espada preparada, algo alejados escuchaba el relinchar de nuestros caballos, que se removían nerviosos- Pero el maestro no me ha pedido esclavos, solo la pieza...- terminó de decir la voz.
- ¿Quién eres? ¡Muestrate cobarde! no hay honor en luchar escondiendose- grité esperando que eso le hiciera revelar su posición.
Un enorme rayo azulado salió de algun sitio tras el sonido de hielo rompiendose, iba en mi dirección, me tumbé en el suelo y sentí el frío pasar por encima de mi, lo había logrado esquivar, tras la desaparición de mi cuerpo de la trayectoria del haz, fue a estrellarse contra el carromato, Se alzó y miró, preocupada, si Niniel y Ronald estaban bien, pero no lograba verlos entre la niebla blanquecina, sería mejor enfrentarse pronto contra ese nuevo rival, fuera quien fuera, el frío comenzaba a entumecerle los músculos y no era bueno para el combate, ni tampoco para evitar lesiones.
- ¡Deja de esconderte y muestrate, tienes magia, pero eres un guerrero, al menos demuentras que tienes orgullo!- Pinché de nuevo.
Alanna Delteria
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Re: La caravana perdida [Interpretativo][Libre] [Cerrado]
Esto en cierto sentido me hacia gracia, 3 hombres, separados para un enfrentamiento 1 contra 1, ¿de verdad parecía tan débil?, pensó, bien al hombre delante mía con su espada esgrimiendola como si fuera bueno, dando a conocer parte de sus movimientos y con ese escudo redondo el cual no pensaba que no podría frenar una lanza si esta va a un sitio el cual escudo no llega.
Sin perder tiempo me levante de la caravana sin perder de vista el entorno por si algo vuelve a atacar como otra flecha mas, esperaba acabar rápido y ayudar a Niniel por lo que agarre mi lanza y a 6 pasos del enemigo flexione las rodillas mientras cogía mi lanza con una dejando la punta mirando al suelo y el resto pasaba por detrás de mi espalda en forma diagonal, al verme, el enemigo freno un poco ya que no sabia que hacia, pero el frenarse fue su error, di un spring corto hacia delante y usando que estaba a altura baja por lo que flexione las piernas use la lanza para golpear de forma horizontal y con contundencia para no cortar el lado de la rodilla izquierda con suficiente fuerza como para fraccionar el hueso y que cayese al suelo. El movimiento fue rápido y simple, pero el hombre confiaba demasiado que fuera a atacar de frente y por arriba, y no pensó que no podía proteger sus pies. Al caer al suelo el dolor de la rodilla tendría que ser intenso, por lo que lanzo su espada y rodela y se cogió la rodilla sufriendo el dolor intenso del golpe, para no ver algo tan vergonzoso le golpee con el lado sin filo de la lanza en la cabeza para dejarlo inconsciente y que descansara.
-Niniel voy a ayudar.....¿te?- Me quede sorprendido al girarme y ver al otro en el suelo inconsciente y Niniel perfectamente, la había subestimado demasiado, algo que no volvería ha hacer desde aquel momento. Me gire para dar con Alanna, pero cuando pude verla bien volvió a aparecer la espesa niebla que apareció en el claro.
-Así que era cierto que nos seguían...Muy valiente. Seríais unas buenas esclavas... Y tú pareces fuerte. pero el maestro no me ha pedido esclavos, solo la pieza.-
Dijo una voz la cual pude identificar el lugar donde provenía ya que este hombre emanaba un hedor parecido a aquellos, y cada vez que se acercaba lo olía mejor, pero algo pasaba, fui donde tendría que estar Niniel pasando cerca del carromato, y de golpe vi un rayo azul venir directo hacia mi, bueno no hacia mi, sino a escasos centímetros paso por mi rostro congelando algunos pelos míos y al dar contra el carro congelando la mitad de este.
-Vaya, ya llego el pez gordo, cuidado con el, no quiero volver al claro con dos estatuar hermosas- Dije posandome en guardia con mi lanza dispuesto a enfrentar al hombre si así era necesario.
Sin perder tiempo me levante de la caravana sin perder de vista el entorno por si algo vuelve a atacar como otra flecha mas, esperaba acabar rápido y ayudar a Niniel por lo que agarre mi lanza y a 6 pasos del enemigo flexione las rodillas mientras cogía mi lanza con una dejando la punta mirando al suelo y el resto pasaba por detrás de mi espalda en forma diagonal, al verme, el enemigo freno un poco ya que no sabia que hacia, pero el frenarse fue su error, di un spring corto hacia delante y usando que estaba a altura baja por lo que flexione las piernas use la lanza para golpear de forma horizontal y con contundencia para no cortar el lado de la rodilla izquierda con suficiente fuerza como para fraccionar el hueso y que cayese al suelo. El movimiento fue rápido y simple, pero el hombre confiaba demasiado que fuera a atacar de frente y por arriba, y no pensó que no podía proteger sus pies. Al caer al suelo el dolor de la rodilla tendría que ser intenso, por lo que lanzo su espada y rodela y se cogió la rodilla sufriendo el dolor intenso del golpe, para no ver algo tan vergonzoso le golpee con el lado sin filo de la lanza en la cabeza para dejarlo inconsciente y que descansara.
-Niniel voy a ayudar.....¿te?- Me quede sorprendido al girarme y ver al otro en el suelo inconsciente y Niniel perfectamente, la había subestimado demasiado, algo que no volvería ha hacer desde aquel momento. Me gire para dar con Alanna, pero cuando pude verla bien volvió a aparecer la espesa niebla que apareció en el claro.
-Así que era cierto que nos seguían...Muy valiente. Seríais unas buenas esclavas... Y tú pareces fuerte. pero el maestro no me ha pedido esclavos, solo la pieza.-
Dijo una voz la cual pude identificar el lugar donde provenía ya que este hombre emanaba un hedor parecido a aquellos, y cada vez que se acercaba lo olía mejor, pero algo pasaba, fui donde tendría que estar Niniel pasando cerca del carromato, y de golpe vi un rayo azul venir directo hacia mi, bueno no hacia mi, sino a escasos centímetros paso por mi rostro congelando algunos pelos míos y al dar contra el carro congelando la mitad de este.
-Vaya, ya llego el pez gordo, cuidado con el, no quiero volver al claro con dos estatuar hermosas- Dije posandome en guardia con mi lanza dispuesto a enfrentar al hombre si así era necesario.
Arzot
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Re: La caravana perdida [Interpretativo][Libre] [Cerrado]
"¿Dos estatuas hermosas?". ¿Aquello era un cumplido o una manera de descargar adrenalina antes del combate mediante el humor?. Los humanos eran tipos muy extraños, pensó Níniel ante las palabras del cercano Ronald que se aprestaba a un nuevo combate contra el nuevo enemigo.
Los tres miembros del grupo estaban separados pero no demasiado lejos los unos de los otros. La elfa podía distinguir la silueta de Alanna aunque de forma algo borrosa mientras la escuchaba increpar al mago atacante. Por lo visto le parecía mal que los ataques llegaran desde la distancia y aprovechando la escasa visibilidad a causa de la niebla. Níniel dudaba mucho que el enemigo fuese a mostrarse solo porque ella se lo dijera, si quisiera un combate singular no habría levantado aquella bruma para empezar.
Las risas del mago cesaron aunque aún reverberaron unos segundos mas en el aire antes de extinguirse. Aquello y un nuevo hechizo de hielo fue todo lo que recibieron por respuesta.
-!Cuidado!- Avisó Níniel percibiendo el ataque mágico al notar un cambio en el maná de la zona. La peliblanca podía notar las ligeras fluctuaciones de la magia pero aunque gracias aquello podía percibir el origen del ataque o de la magia continua que mantenía la niebla, no podía predecir dónde iba a ir el ataque ni el tipo, al menos hasta memorizar el patrón. No podía hacer más que avisar para que todos estuvieran alerta y si era posible, a cubierto.
Inmediatamente se escuchó el sonido de algo surcando el aire, abriéndose paso entre la bruma en dirección directa al pecho de la humana. Se trataba de una estaca de hielo de varios palmos de largo y del diámetro de una moneda de oro. La precisión del ataque daba a entender que el conjurador podía ver a través de la niebla de alguna manera. Quizá del mismo modo que, en el claro, aquellas flechas habían volado tan precisas contra Ronald. También el ojo observador podría notar que aquel segundo ataque había llegado desde una dirección distinta al primero.
-Asi que la elfa sabe algo de magia. Muy bien, así será más divertido. Avísales de esto-
De nuevo la sensación de frío aumentó y esta vez de una manera notable. Por la tensión de la situación y la adrenalina no lo había notado hasta entonces pero las manos de Níniel empezaban a entumecerse y apenas notaba el bastón que tenía entre ellas. La joven no estaba acostumbrada a las bajas temperaturas y desde luego las ropas que llevaba no eran las mas adecuadas para soportarlas.
-¿Quiere matarnos de frío?. Entonces debemos acabar con esto cuanto antes.- Comunicó en voz alta aunque lo mas probable es que no hiciera falta decir con palabras algo que resultaba tan obvio. Podía notar como la fuente de la magia de la niebla se movía alrededor de ellos, intentando ser un objetivo más difícil o buscando una nueva posición adecuada para otro de sus ataques.
Níniel desconocía si Ronald o Alanna disponían de algún medio para conocer la posición del enemigo, como si era su caso, por lo que pensó un modo de informarles a pesar de la niebla, que hacía que simplemente señalar y gritar "Allí" no fuese todo lo útil que podría ser. En aquello momentos le hubiera gustado haber tenido la ocasión de practicar mas con el arco, aunque con las manos tan frías quizá tampoco hubiese servido de nada.
-Puedo deciros dónde está, atentos. A las tres en punto. A las cuatro...A mis cuatro quiero decir no a las vuestras...!Cuidado!-
Níniel avisó de nuevo, pero esta vez el proyectil de hielo iba hacia ella. Su sangre elfa le salvó la vida al reaccionar con rapidez pero la estaca la había rozado en el costado izquierdo causándole una herida leve. El proyectil de hielo, clavado en la madera del carromato, quedó ligeramente teñido de rojo. -!Ahh, qué frío que está!- Se quejó agachándose y llevándose una mano a la herida, realmente notaba mas el efecto helador del hielo del proyectil que dolor. Una cosa estaba clara, lo de gritar las horas como posiciones no había funcionado.
-No es nada, estoy bien, es un arañazo. El brujo sigue moviéndose...- . Dijo, pues no quería que los demás se despistaran porque la habían alcanzado y menos porque realmente era poca cosa.
Iba a aplicarse una cura sobre la herida cuando se le ocurrió otra idea. Hizo que la punta de su bastón se iluminara con la luz de su magia y señaló en la dirección en la que seguía percibiendo que el enemigo se movía. -Allí-
Los tres miembros del grupo estaban separados pero no demasiado lejos los unos de los otros. La elfa podía distinguir la silueta de Alanna aunque de forma algo borrosa mientras la escuchaba increpar al mago atacante. Por lo visto le parecía mal que los ataques llegaran desde la distancia y aprovechando la escasa visibilidad a causa de la niebla. Níniel dudaba mucho que el enemigo fuese a mostrarse solo porque ella se lo dijera, si quisiera un combate singular no habría levantado aquella bruma para empezar.
Las risas del mago cesaron aunque aún reverberaron unos segundos mas en el aire antes de extinguirse. Aquello y un nuevo hechizo de hielo fue todo lo que recibieron por respuesta.
-!Cuidado!- Avisó Níniel percibiendo el ataque mágico al notar un cambio en el maná de la zona. La peliblanca podía notar las ligeras fluctuaciones de la magia pero aunque gracias aquello podía percibir el origen del ataque o de la magia continua que mantenía la niebla, no podía predecir dónde iba a ir el ataque ni el tipo, al menos hasta memorizar el patrón. No podía hacer más que avisar para que todos estuvieran alerta y si era posible, a cubierto.
Inmediatamente se escuchó el sonido de algo surcando el aire, abriéndose paso entre la bruma en dirección directa al pecho de la humana. Se trataba de una estaca de hielo de varios palmos de largo y del diámetro de una moneda de oro. La precisión del ataque daba a entender que el conjurador podía ver a través de la niebla de alguna manera. Quizá del mismo modo que, en el claro, aquellas flechas habían volado tan precisas contra Ronald. También el ojo observador podría notar que aquel segundo ataque había llegado desde una dirección distinta al primero.
-Asi que la elfa sabe algo de magia. Muy bien, así será más divertido. Avísales de esto-
De nuevo la sensación de frío aumentó y esta vez de una manera notable. Por la tensión de la situación y la adrenalina no lo había notado hasta entonces pero las manos de Níniel empezaban a entumecerse y apenas notaba el bastón que tenía entre ellas. La joven no estaba acostumbrada a las bajas temperaturas y desde luego las ropas que llevaba no eran las mas adecuadas para soportarlas.
-¿Quiere matarnos de frío?. Entonces debemos acabar con esto cuanto antes.- Comunicó en voz alta aunque lo mas probable es que no hiciera falta decir con palabras algo que resultaba tan obvio. Podía notar como la fuente de la magia de la niebla se movía alrededor de ellos, intentando ser un objetivo más difícil o buscando una nueva posición adecuada para otro de sus ataques.
Níniel desconocía si Ronald o Alanna disponían de algún medio para conocer la posición del enemigo, como si era su caso, por lo que pensó un modo de informarles a pesar de la niebla, que hacía que simplemente señalar y gritar "Allí" no fuese todo lo útil que podría ser. En aquello momentos le hubiera gustado haber tenido la ocasión de practicar mas con el arco, aunque con las manos tan frías quizá tampoco hubiese servido de nada.
-Puedo deciros dónde está, atentos. A las tres en punto. A las cuatro...A mis cuatro quiero decir no a las vuestras...!Cuidado!-
Níniel avisó de nuevo, pero esta vez el proyectil de hielo iba hacia ella. Su sangre elfa le salvó la vida al reaccionar con rapidez pero la estaca la había rozado en el costado izquierdo causándole una herida leve. El proyectil de hielo, clavado en la madera del carromato, quedó ligeramente teñido de rojo. -!Ahh, qué frío que está!- Se quejó agachándose y llevándose una mano a la herida, realmente notaba mas el efecto helador del hielo del proyectil que dolor. Una cosa estaba clara, lo de gritar las horas como posiciones no había funcionado.
-No es nada, estoy bien, es un arañazo. El brujo sigue moviéndose...- . Dijo, pues no quería que los demás se despistaran porque la habían alcanzado y menos porque realmente era poca cosa.
Iba a aplicarse una cura sobre la herida cuando se le ocurrió otra idea. Hizo que la punta de su bastón se iluminara con la luz de su magia y señaló en la dirección en la que seguía percibiendo que el enemigo se movía. -Allí-
Níniel Thenidiel
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Re: La caravana perdida [Interpretativo][Libre] [Cerrado]
El mago empezó a reirse tras mis gritos, ese tipo... no tenía honor, y lo confirmó lanzando un nuevo hechizo, la niebla comenzó a distorsionarse, y el gritó de Niniel confirmó mis sospecha, un nuevo ataque se dirigía hacia mi, giré a tiempo para que no me diese en el corazón, pero el frío me hacía demasiado lenta y no logré esquivar totalmente el puñal helado, que me golpeó el hombro, atravesandolo de parte a parte lo que me hizo lanzar un grito dolorido.
Me agaché sosteniendome el hombro que comenzaba a sangrar, mientras el mago decía, con aire sorprendido, que al parecer la elafa sabía magia, el frío volvió a aumentar, afortunadamente, el dolor deñ hombro había desentumecido mis músculos, cambié la espada por el arco, ya que el hechicero no parecí dispuesto a un combate cuerpo a cuerpo y Niniel dijo que podía avisarnos de su posición, rompí mi capa con rapidez y anudé un trozo en la herida, cuando terminase la lucha me encagaría de hacer algo con ella.
A medida que el tipo se movía lanzando ataques escuché las coordenadas de Niniel y comencé a disparar una, dos veces, que hacían que el hombro sangrara más y se resintiera, además no parecía que le estuviera dando, pero noté que a cada ataque la niebla se movía y que, cuando el tipo corría, soplaba un poco de viento por donde pasaba, ahora si que podría hacer algo, mientras siguiera dolorida, no sentiría tanto el frío, que, además, hacía que el dolor disminuyese un poco. Haciendo una mueca soportando el dolor que me provocaba el estirar la cuerda apunté hacia el sitio del que provenía el viento y lancé una flecha, justo al tiempo que un ataque se dirigía a Niniel, que logró esquivarlo a medias.
Eso me desconcentro un poco, pero al escuchar que estaba bien, que solo había sido un roce, con un suspiro, volví a apuntar,y en cuanto la elfa gritó un "Allí" disparé una flecha, esperaba que certera, en la dirección que había dicho la elfa, no sabía si la anterior había golpeado al mago, ni si lo haría esta, pero esperaba que al menos una, le diese, si aprovechaba la distancia no debía ser muy bueno en el cuerpo a cuerpo.
Muy dolorida, me fui hacia atrás, donde estaban Ronald y Niniel, para proteger a la chica, la herida comenzaba a pasarme factura, al igual que el frío, había podido aguantar hasta ese momento, pero la fuerza de mi brazo izquierdo empezaba a perderse, la sangre había empapado la tela y mi respiración se dificultaba, pero debía aguantar, mordiendome el labio tomé otra saeta del carcaj y la situé en el arco intentando vigilar a todos lados mientras, por primera vez en la batalla, me comenzaba a temblar el brazo. aunque si podía moverlo quería decir que el ataque no había tocado nervio alguno, así que sería facil recuperarme si, cuando acabase todo eso, no movía demasiado el brazo.
Me agaché sosteniendome el hombro que comenzaba a sangrar, mientras el mago decía, con aire sorprendido, que al parecer la elafa sabía magia, el frío volvió a aumentar, afortunadamente, el dolor deñ hombro había desentumecido mis músculos, cambié la espada por el arco, ya que el hechicero no parecí dispuesto a un combate cuerpo a cuerpo y Niniel dijo que podía avisarnos de su posición, rompí mi capa con rapidez y anudé un trozo en la herida, cuando terminase la lucha me encagaría de hacer algo con ella.
A medida que el tipo se movía lanzando ataques escuché las coordenadas de Niniel y comencé a disparar una, dos veces, que hacían que el hombro sangrara más y se resintiera, además no parecía que le estuviera dando, pero noté que a cada ataque la niebla se movía y que, cuando el tipo corría, soplaba un poco de viento por donde pasaba, ahora si que podría hacer algo, mientras siguiera dolorida, no sentiría tanto el frío, que, además, hacía que el dolor disminuyese un poco. Haciendo una mueca soportando el dolor que me provocaba el estirar la cuerda apunté hacia el sitio del que provenía el viento y lancé una flecha, justo al tiempo que un ataque se dirigía a Niniel, que logró esquivarlo a medias.
Eso me desconcentro un poco, pero al escuchar que estaba bien, que solo había sido un roce, con un suspiro, volví a apuntar,y en cuanto la elfa gritó un "Allí" disparé una flecha, esperaba que certera, en la dirección que había dicho la elfa, no sabía si la anterior había golpeado al mago, ni si lo haría esta, pero esperaba que al menos una, le diese, si aprovechaba la distancia no debía ser muy bueno en el cuerpo a cuerpo.
Muy dolorida, me fui hacia atrás, donde estaban Ronald y Niniel, para proteger a la chica, la herida comenzaba a pasarme factura, al igual que el frío, había podido aguantar hasta ese momento, pero la fuerza de mi brazo izquierdo empezaba a perderse, la sangre había empapado la tela y mi respiración se dificultaba, pero debía aguantar, mordiendome el labio tomé otra saeta del carcaj y la situé en el arco intentando vigilar a todos lados mientras, por primera vez en la batalla, me comenzaba a temblar el brazo. aunque si podía moverlo quería decir que el ataque no había tocado nervio alguno, así que sería facil recuperarme si, cuando acabase todo eso, no movía demasiado el brazo.
Última edición por Alanna Delteria el Jue 30 Abr 2015, 12:54, editado 1 vez
Alanna Delteria
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Re: La caravana perdida [Interpretativo][Libre] [Cerrado]
Tanta niebla era muy molesta, aparte de los borrosos perfiles de mis compañeras no podía ver mas cosas, bueno si, al tío que había noqueado y dejado en el suelo pero ese era otra cosa. El tío no dejaba de decir tonterías, y note como lanzo algo hacia Alanna pero no pude ver bien que era pero si podía ver la trayectoria, esperaba que Alanna estuviera bien, aun podía ver su figura y no padecía estar herida lo cual me quito un peso de encima, pero aun así ella no padecía poder saber el lugar de donde nos atacaba pero Niniel parecía que si sabia donde podía encontrarse y lo seguía con la vista mientras nos avisaba con señales muy sonoras las cuales podía también enterarse el enemigo, pero no nos quedaba otra cosa que confiar en sus sentidos como sacerdotisa.
De golpe lanzo otro ataque esta vez contra Niniel, ese golpe lo vi perfectamente ya que estaba mas cerca, la estalactita se clavo en el carromato con una tonalidad rojiza que provenía del corte que le hizo a Niniel, me sentía algo impotente por no poder proteger a nadie bajo esa niebla cegadora, y mi ira iba en aumento, quería controlarme ya que no quería que nadie le viera en su forma monstruosa la cual nadie se quedaba quieto sin intentar matare en esa forma.
Mientras me ponía de los nervios por no poder hacer gran cosa, me acerque al tío el cual noquee y agarre su escudo, ya que su forma redonda me serviría de lujo para lo que quería, por lo que estuve esperando de nuevo a las indicaciones de Niniel de donde estaba.
Niniel grito de nuevo el lugar donde estaba, por lo cual, imaginea trayectoria del enemigo moviéndose nuestro alrededor y suponiendo que no se haya quedado quieto coji el escudo de forma horizontal por un borde y lo lance con mucha fuerza un poco mas adelante de donde dijo Niniel para intentar golpearle y saber su ubicación, si le daba no le iba a gustar el dolor que resentiría.
-¡¡¡¡Quedate quieto!!!!-
De golpe lanzo otro ataque esta vez contra Niniel, ese golpe lo vi perfectamente ya que estaba mas cerca, la estalactita se clavo en el carromato con una tonalidad rojiza que provenía del corte que le hizo a Niniel, me sentía algo impotente por no poder proteger a nadie bajo esa niebla cegadora, y mi ira iba en aumento, quería controlarme ya que no quería que nadie le viera en su forma monstruosa la cual nadie se quedaba quieto sin intentar matare en esa forma.
Mientras me ponía de los nervios por no poder hacer gran cosa, me acerque al tío el cual noquee y agarre su escudo, ya que su forma redonda me serviría de lujo para lo que quería, por lo que estuve esperando de nuevo a las indicaciones de Niniel de donde estaba.
Niniel grito de nuevo el lugar donde estaba, por lo cual, imaginea trayectoria del enemigo moviéndose nuestro alrededor y suponiendo que no se haya quedado quieto coji el escudo de forma horizontal por un borde y lo lance con mucha fuerza un poco mas adelante de donde dijo Niniel para intentar golpearle y saber su ubicación, si le daba no le iba a gustar el dolor que resentiría.
-¡¡¡¡Quedate quieto!!!!-
Arzot
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Re: La caravana perdida [Interpretativo][Libre] [Cerrado]
Las primeras flechas de Alanna no acertaron en el objetivo, de hecho los disparos no estuvieron ni cerca de hacerlo, con la niebla las coordenadas no eran útiles y parecía que la idea de la humana no era correcta y aquellos cambios en la bruma que percibía no estaban relacionados con los movimientos del enemigo. Debían de tratarse de algún tipo de movimientos causados simplemente por la magia al azar. Arzot por su parte parecía adoptar una posición defensiva gracias a haber recogido del suelo el escudo de uno de los rivales derrotados. La elfa no podía si no agradecer que estuviese dispuesto a protegerla, aunque solo defendiéndose al final iban a acabar perdiendo igual. Si el brujo no los mataba lo iba a hacer el frío cada vez mas helador que les rodeaba. Todo cambió cuando Níniel pudo indicar la nueva posición del enemigo y esta vez si, la luz mostraba una dirección clara.
La flecha de Alanna voló directa hacia el enemigo cuando estaba casteando un nuevo y peligroso ataque, el disparo no fue perfecto pero alcanzó al objetivo y lo sumió en la incredulidad y la sorpresa, como si no estuviese acostumbrado a recibir daño en combate. El impacto fue en el hombro y causó que emitiera un grito de dolor que rebotó por la niebla como lo habían hecho antes sus carcajadas. No obstante a pesar del dolor y seguramente temiendo otra flecha, el brujo trató de seguir moviéndose, solo para cruzarse en la trayectoria del escudo de madera lanzado por Ronald. Se pudo escuchar claramente un crujido de rotura y un grito quejumbroso que mencionaba a los dioses de los brujos entre maldiciones. El golpe acababa de romperle una pierna, le había hecho caer al suelo y el dolor le impedía seguir moviéndose lo más mínimo.
Alanna se había acercado hasta donde estaban Níniel y Ronald y estaba herida, de hecho tenía mucho peor aspecto que el rasguño de la elfa. A pesar de ello continuaba sujetando su arma e incluso preparando otro disparo mientras ,manchaba la flecha con su propia sangre. Níniel hizo un gesto para que no se esforzara en volver a tensar su arco.
-No te fuerces, ya no se mueve.- Por supuesto el enemigo seguía vivo, los gritos de dolor no dejaban lugar a dudas pero sin su movilidad ya no era una amenaza tan grave. La elfa señaló el lugar de donde continuaba percibiendo la magia continua de la niebla. No podía saber si el brujo aún sería capaz de atacarles por lo que no estaban fuera de peligro ni habían acabado, pero ahora podrían mantenerse a cubierto. -Pongámonos detrás- Dijo señalando al carro para que fueran hacia el otro lado del mismo donde otro de aquellos ataques de hielo no podría darles. -Alanna, déjame ver tu herida- Le dijo a la humana aunque no era una petición pues antes de que le dijera nada ya estaba retirando con habilidad el vendaje provisional. -Una herida limpia, pero no deberías haber seguido moviendo el hombro, eso ha sido muy mala idea.- Le dijo tras verla bien y, a pesar de que sus palabras como sanadora reprochaban su temeridad, sus ojos parecían alabar a la humana por su valentía. -Me ocuparé de tu herida, pero aún no, antes tenemos que acabar con el brujo. Estarás bien antes de que te des cuenta, pero me llevará un tiempo, tendrás que aguantar un poco- Dijo Aplicando su magia sobre la herida para mitigar su dolor aunque sin la intención de curarla por completo. Aquello lo haría cuando el enemigo y su niebla desaparecieran. Tras aquella pequeña curación temporal, volvió a vendar la herida con otro trozo de la ya desgarrada capa de la chica.
A continuación revisó su propia herida rasgando parte de su húmeda túnica para verla mejor. Por contra de la herida de la humana, la suya propia solo le llevó unos segundos cerrarla y hacerla desaparecer. Tan pronto como lo hizo estuvo lista.
-Alanna, deberías quedarte aquí- Le dijo a la chica aunque seguro que noiba a hacer mucho caso de esa recomendación visto lo visto. A continuación salió de detrás del carro camino al lugar donde el enemigo se encontraba inmóvil.
Se acercó a la fuente de la magia y también de los gemidos de dolor poco a poco, temerosa y con precaución. Moviéndose entre los árboles tratando de no hacer ruido y buscando rodear al brujo en vez de acercarse directamente. Cuando lo tuvo a la vista aquel sujeto no le dio miedo, de hecho despertó incluso lástima en la elfa. Estaba tumbado en el suelo boca arriba con una flecha en el hombro y la pierna derecha girada en un ángulo extraño con el hueso astillado a la vista. Sangraba bastante y las fuerzas le abandonaban conforme se desangraba. Costaba creer que aquel hombre les hubiera hecho temer por sus vidas esgrimiendo una poderosa magia.
A pesar de su estado en cuanto vio a Níniel la miró como si mirase a un bicho desagradable e infinitamente inferior correteando por su pierna, era una mirada llena de orgullo y hostilidad. Incluso trató de alzar la mano y lanzar algún conjuro aunque no pudo, su brazo volvió al suelo, sin fuerza para seguir moviéndolo.
-No habéis ganado, solo habéis retrasado lo inevitable- Dijo con un tono altivo aunque afectado por la debilidad y el dolor. -El Maestro...Las piezas...- Consiguió articular antes de que de repente su cuerpo comenzase a convertirse en hielo a un ritmo alarmante. Antes de que Níniel pudiera hacer nada el hombre era una fría estatua, en su rostro quedó retratado en hielo el sufrimiento de la congelación.
En el mismo momento de su muerte, un extraño colgante sobre su pecho con el símbolo del puño cerrado y alzado estalló convertido en polvo. Cuando aquella joya desapareció Níniel notó que la magia que había creado la niebla había desaparecido con el. Pronto comenzaría a desvanecerse la bruma, de hecho la sensación de frío comenzó a disminuir de manera inmediata.
-Ese extraño collar era la fuente mágica...Y estaba vinculado de alguna manera al brujo.-Comentó la elfa. Por supuesto conocía de objetos encantados con diversos grados de poder y rareza pero nunca había oído nada sobre uno que se convertía en polvo al morir su propietario, o bueno tras matar a su propietario.
Entonces se percató de que el cuerpo sin vida del brujo parecía haber agarrado algo con fuerza en su mano al morir. -¿Tiene algo en la mano?- Preguntó agachándose sobre el cuerpo y tratando de abrir la mano cerrada convertida en hielo con cuidado, aunque al final no hubo mas remedio que romper algunos de los dedos para lograr ver de qué se trataba. Era una pequeña pieza de metal con grabados, su forma hacia pensar que se trataba de una pequeña parte de un todo mayor. Se la mostró a los demás. -Parece que esto era importante...Un fragmento de algo...Desde luego no emite ningún tipo de magia...Parece solo un trozo de metal corriente-
Un rayo iluminó el atardecer seguido de cerca de un trueno que indicaba que se acercaba la tormenta, conforme la niebla se disipaba dejaba ver un cielo que se había encapotado más aún desde la última vez que lo vieran y aunque simplemente continuaba lloviendo levemente, pronto comenzaría a llover a cantaros. -Deberíamos regresar e informar en el claro, tenemos el carro y a los criminales- No obstante antes de volver a montar le ofreció a Alanna a terminar de curar su herida. Le llevaría unos minutos en los que debía de mantener sus manos sobre la herida y canalizar la magia hacia ella de forma continua.
==============================================================================================
De vuelta en el claro, con uno de los atacantes aún inconsciente por el bastonazo de la elfa como prisionero, el grupo se dirigió directamente a hablar con el líder para informarle de todo lo sucedido. El lugar había recuperado la calma y los trabajadores del lugar se afanaban por prepararlo todo para lo tormenta que estaba por llegar, recogiendo puestos y cubriendo con lonas aquello que no podían poner bajo techo. Por suerte el grupo había conseguido volver al claro antes de que comenzara.
Fenduil les invitó a pasar a su casa tras hacer que los guardias se ocuparan del prisionero, les ofreció comida y bebida y también el calor de los braseros mágicos para que entraran en calor y se secasen. Escuchó su historia y por primera vez desde que lo conocía no lo hizo de manera fría e inexpresiva. Se alarmó cuando le contaron sobre la emboscada y más aún cuando la historia avanzó hasta el ataque del peligroso brujo y como este había conseguido herir a las dos mujeres. Incluso pareció recordar viejos tiempos cuando al final del relato supo cómo habían vencido al mago.
-Es toda una historia. Me ocuparé de que se recupere lo que se pueda del carro. También interrogaré a fondo al prisionero, puede saber algo sobre ese símbolo que describís y si su grupo, si es que existe, es una amenaza. La verdad es que nunca había oído hablar de algo así. Os estoy muy agradecido por la ayuda que habéis prestado al claro. Sacerdotisa, vuestra madre me matará por esto pero aún así tenéis mi gratitud. Señorita Delteria, contáis siempre que lo deseéis con la hospitalidad del claro. Por mucho que digan las malas lenguas, siempre recibimos con los brazos abiertos a los humanos de buen corazón y valerosos como vos. -Finalmente se dirigió hacia Ronald. -Señor McGregor, de los McGregor del norte. En su ausencia hemos recibido noticia del legítimo dueño de la capa que portabais al llegar al claro. Por suerte se encuentra bien y con un poco de nuestra magia ni siquiera le quedará marca...A cambio de los servicios prestados haré como que nada de eso ha ocurrido. Podéis moveros por libertad por el claro y disfrutar de nuestra hospitalidad...Pero no lo volváis a hacer-
El tono con el que dijo aquello último hizo que Níniel se riera y al hacerlo de forma melodiosa pareció contagiar al líder del claro que también se rió aunque intentaba aguantarse la risa.
-Por cierto, el brujo parecía considerar esto muy importante- Dijo Níniel mostrándole a Fenduil el fragmento de metal- Y no paraba de mencionar una pieza-En un primer momento el elfo no pareció reconocerlo pero al final recordó algo.
-El estilo me recuerda al que usan los humanos en sus templos, al menos a los que usaban en sus templos hace un tiempo, hace siglos que no pongo un pie fuera de Sandorai. ¿Lo tenía el brujo?-
-Asi es, agarrado como si fuera muy importante, pensé que podría haberlo cogido de la caravana-
-Si estaba en la caravana de aquí no salió, ni aparecía en la lista de cargamento. Puede que sea algún simple amuleto de la suerte o algo así, no parece nada especial.-
Níniel se encogió de hombros y volvió a guardarse el fragmento mientras pensaba que si era un talisman de la suerte, funcionaba de pena.
Ya fuera se había hecho de noche mientras ponían al tanto al líder del claro. Había comenzado a soplar un fuerte viento y la poca gente que quedaba fuera se apresuraba a terminar los preparativos y a entrar en sus casas.
-Se avecina una buena. Me encantan las tormentas, especialmente si puedes disfrutarlas bajo techo.-Se quedó unos segundo en silencio. -Os agradezco mucho que me apoyarais con esto. Sola no habría podido. Haber podido hacer justicia para mis compañeros significa mucho para mi- Dijo mirando a Alanna y Ronald a los ojos demostrándoles una gran confianza con ello.
Final del Capítulo 1
La flecha de Alanna voló directa hacia el enemigo cuando estaba casteando un nuevo y peligroso ataque, el disparo no fue perfecto pero alcanzó al objetivo y lo sumió en la incredulidad y la sorpresa, como si no estuviese acostumbrado a recibir daño en combate. El impacto fue en el hombro y causó que emitiera un grito de dolor que rebotó por la niebla como lo habían hecho antes sus carcajadas. No obstante a pesar del dolor y seguramente temiendo otra flecha, el brujo trató de seguir moviéndose, solo para cruzarse en la trayectoria del escudo de madera lanzado por Ronald. Se pudo escuchar claramente un crujido de rotura y un grito quejumbroso que mencionaba a los dioses de los brujos entre maldiciones. El golpe acababa de romperle una pierna, le había hecho caer al suelo y el dolor le impedía seguir moviéndose lo más mínimo.
Alanna se había acercado hasta donde estaban Níniel y Ronald y estaba herida, de hecho tenía mucho peor aspecto que el rasguño de la elfa. A pesar de ello continuaba sujetando su arma e incluso preparando otro disparo mientras ,manchaba la flecha con su propia sangre. Níniel hizo un gesto para que no se esforzara en volver a tensar su arco.
-No te fuerces, ya no se mueve.- Por supuesto el enemigo seguía vivo, los gritos de dolor no dejaban lugar a dudas pero sin su movilidad ya no era una amenaza tan grave. La elfa señaló el lugar de donde continuaba percibiendo la magia continua de la niebla. No podía saber si el brujo aún sería capaz de atacarles por lo que no estaban fuera de peligro ni habían acabado, pero ahora podrían mantenerse a cubierto. -Pongámonos detrás- Dijo señalando al carro para que fueran hacia el otro lado del mismo donde otro de aquellos ataques de hielo no podría darles. -Alanna, déjame ver tu herida- Le dijo a la humana aunque no era una petición pues antes de que le dijera nada ya estaba retirando con habilidad el vendaje provisional. -Una herida limpia, pero no deberías haber seguido moviendo el hombro, eso ha sido muy mala idea.- Le dijo tras verla bien y, a pesar de que sus palabras como sanadora reprochaban su temeridad, sus ojos parecían alabar a la humana por su valentía. -Me ocuparé de tu herida, pero aún no, antes tenemos que acabar con el brujo. Estarás bien antes de que te des cuenta, pero me llevará un tiempo, tendrás que aguantar un poco- Dijo Aplicando su magia sobre la herida para mitigar su dolor aunque sin la intención de curarla por completo. Aquello lo haría cuando el enemigo y su niebla desaparecieran. Tras aquella pequeña curación temporal, volvió a vendar la herida con otro trozo de la ya desgarrada capa de la chica.
A continuación revisó su propia herida rasgando parte de su húmeda túnica para verla mejor. Por contra de la herida de la humana, la suya propia solo le llevó unos segundos cerrarla y hacerla desaparecer. Tan pronto como lo hizo estuvo lista.
-Alanna, deberías quedarte aquí- Le dijo a la chica aunque seguro que noiba a hacer mucho caso de esa recomendación visto lo visto. A continuación salió de detrás del carro camino al lugar donde el enemigo se encontraba inmóvil.
Se acercó a la fuente de la magia y también de los gemidos de dolor poco a poco, temerosa y con precaución. Moviéndose entre los árboles tratando de no hacer ruido y buscando rodear al brujo en vez de acercarse directamente. Cuando lo tuvo a la vista aquel sujeto no le dio miedo, de hecho despertó incluso lástima en la elfa. Estaba tumbado en el suelo boca arriba con una flecha en el hombro y la pierna derecha girada en un ángulo extraño con el hueso astillado a la vista. Sangraba bastante y las fuerzas le abandonaban conforme se desangraba. Costaba creer que aquel hombre les hubiera hecho temer por sus vidas esgrimiendo una poderosa magia.
A pesar de su estado en cuanto vio a Níniel la miró como si mirase a un bicho desagradable e infinitamente inferior correteando por su pierna, era una mirada llena de orgullo y hostilidad. Incluso trató de alzar la mano y lanzar algún conjuro aunque no pudo, su brazo volvió al suelo, sin fuerza para seguir moviéndolo.
-No habéis ganado, solo habéis retrasado lo inevitable- Dijo con un tono altivo aunque afectado por la debilidad y el dolor. -El Maestro...Las piezas...- Consiguió articular antes de que de repente su cuerpo comenzase a convertirse en hielo a un ritmo alarmante. Antes de que Níniel pudiera hacer nada el hombre era una fría estatua, en su rostro quedó retratado en hielo el sufrimiento de la congelación.
En el mismo momento de su muerte, un extraño colgante sobre su pecho con el símbolo del puño cerrado y alzado estalló convertido en polvo. Cuando aquella joya desapareció Níniel notó que la magia que había creado la niebla había desaparecido con el. Pronto comenzaría a desvanecerse la bruma, de hecho la sensación de frío comenzó a disminuir de manera inmediata.
-Ese extraño collar era la fuente mágica...Y estaba vinculado de alguna manera al brujo.-Comentó la elfa. Por supuesto conocía de objetos encantados con diversos grados de poder y rareza pero nunca había oído nada sobre uno que se convertía en polvo al morir su propietario, o bueno tras matar a su propietario.
Entonces se percató de que el cuerpo sin vida del brujo parecía haber agarrado algo con fuerza en su mano al morir. -¿Tiene algo en la mano?- Preguntó agachándose sobre el cuerpo y tratando de abrir la mano cerrada convertida en hielo con cuidado, aunque al final no hubo mas remedio que romper algunos de los dedos para lograr ver de qué se trataba. Era una pequeña pieza de metal con grabados, su forma hacia pensar que se trataba de una pequeña parte de un todo mayor. Se la mostró a los demás. -Parece que esto era importante...Un fragmento de algo...Desde luego no emite ningún tipo de magia...Parece solo un trozo de metal corriente-
Un rayo iluminó el atardecer seguido de cerca de un trueno que indicaba que se acercaba la tormenta, conforme la niebla se disipaba dejaba ver un cielo que se había encapotado más aún desde la última vez que lo vieran y aunque simplemente continuaba lloviendo levemente, pronto comenzaría a llover a cantaros. -Deberíamos regresar e informar en el claro, tenemos el carro y a los criminales- No obstante antes de volver a montar le ofreció a Alanna a terminar de curar su herida. Le llevaría unos minutos en los que debía de mantener sus manos sobre la herida y canalizar la magia hacia ella de forma continua.
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De vuelta en el claro, con uno de los atacantes aún inconsciente por el bastonazo de la elfa como prisionero, el grupo se dirigió directamente a hablar con el líder para informarle de todo lo sucedido. El lugar había recuperado la calma y los trabajadores del lugar se afanaban por prepararlo todo para lo tormenta que estaba por llegar, recogiendo puestos y cubriendo con lonas aquello que no podían poner bajo techo. Por suerte el grupo había conseguido volver al claro antes de que comenzara.
Fenduil les invitó a pasar a su casa tras hacer que los guardias se ocuparan del prisionero, les ofreció comida y bebida y también el calor de los braseros mágicos para que entraran en calor y se secasen. Escuchó su historia y por primera vez desde que lo conocía no lo hizo de manera fría e inexpresiva. Se alarmó cuando le contaron sobre la emboscada y más aún cuando la historia avanzó hasta el ataque del peligroso brujo y como este había conseguido herir a las dos mujeres. Incluso pareció recordar viejos tiempos cuando al final del relato supo cómo habían vencido al mago.
-Es toda una historia. Me ocuparé de que se recupere lo que se pueda del carro. También interrogaré a fondo al prisionero, puede saber algo sobre ese símbolo que describís y si su grupo, si es que existe, es una amenaza. La verdad es que nunca había oído hablar de algo así. Os estoy muy agradecido por la ayuda que habéis prestado al claro. Sacerdotisa, vuestra madre me matará por esto pero aún así tenéis mi gratitud. Señorita Delteria, contáis siempre que lo deseéis con la hospitalidad del claro. Por mucho que digan las malas lenguas, siempre recibimos con los brazos abiertos a los humanos de buen corazón y valerosos como vos. -Finalmente se dirigió hacia Ronald. -Señor McGregor, de los McGregor del norte. En su ausencia hemos recibido noticia del legítimo dueño de la capa que portabais al llegar al claro. Por suerte se encuentra bien y con un poco de nuestra magia ni siquiera le quedará marca...A cambio de los servicios prestados haré como que nada de eso ha ocurrido. Podéis moveros por libertad por el claro y disfrutar de nuestra hospitalidad...Pero no lo volváis a hacer-
El tono con el que dijo aquello último hizo que Níniel se riera y al hacerlo de forma melodiosa pareció contagiar al líder del claro que también se rió aunque intentaba aguantarse la risa.
-Por cierto, el brujo parecía considerar esto muy importante- Dijo Níniel mostrándole a Fenduil el fragmento de metal- Y no paraba de mencionar una pieza-En un primer momento el elfo no pareció reconocerlo pero al final recordó algo.
-El estilo me recuerda al que usan los humanos en sus templos, al menos a los que usaban en sus templos hace un tiempo, hace siglos que no pongo un pie fuera de Sandorai. ¿Lo tenía el brujo?-
-Asi es, agarrado como si fuera muy importante, pensé que podría haberlo cogido de la caravana-
-Si estaba en la caravana de aquí no salió, ni aparecía en la lista de cargamento. Puede que sea algún simple amuleto de la suerte o algo así, no parece nada especial.-
Níniel se encogió de hombros y volvió a guardarse el fragmento mientras pensaba que si era un talisman de la suerte, funcionaba de pena.
Ya fuera se había hecho de noche mientras ponían al tanto al líder del claro. Había comenzado a soplar un fuerte viento y la poca gente que quedaba fuera se apresuraba a terminar los preparativos y a entrar en sus casas.
-Se avecina una buena. Me encantan las tormentas, especialmente si puedes disfrutarlas bajo techo.-Se quedó unos segundo en silencio. -Os agradezco mucho que me apoyarais con esto. Sola no habría podido. Haber podido hacer justicia para mis compañeros significa mucho para mi- Dijo mirando a Alanna y Ronald a los ojos demostrándoles una gran confianza con ello.
Final del Capítulo 1
- Off:
- Solo queda que hagan sus respectivos últimos post^^
Hasta aquí llega esta parte de la aventura. Como la exp es entregada por roles de 20 post mínimo he decidido fragmentar la trama en varios roles para así maximizar esfuerzos. Los participantes de esta aventura pueden proseguir en el siguiente capítulo cuando lo abra o no, como quieran. Cuando lo abra no obstante os avisaré por MP y os daré entrada prioritaria^^ (como digo si quieren participar).
Alanna, dejo a tu elección si aceptas la cura o la dejas para mas adelante, así como rolearla como te plazca. Cosas como qué sientes al ser curada o dónde decides que te cure, en el carro, en el suelo...Como de manchada queda tu ropa.
Gracias por participar, espero que les haya resultado ameno y una historia entretenida. Incluso que hayan quedado con la intriga y con ganas de más. ^^. En cuanto sus últimos post estén pondré el rol como cerrado y podrán reclamar sus puntitos.
Níniel Thenidiel
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Re: La caravana perdida [Interpretativo][Libre] [Cerrado]
Supe al instante cuando mi flecha había impactado en el tipo, sus ataques se detuvieron y resonó un grito. Bien, ya era suyo, el escudo lanzado por Ronald hizo el resto. Con un gesto de Niniel, bajé el brazo que dolía horrores y nos situamos detrás del carruaje, a petición de la chica dejé que mirase mi herida, sentía toda la camiseta completamente empapada, y empezaba a marearme, no era para menos, había perdido bastante sangre. La chica alivió mi dolor para, después querer acercarse al enemigo, y sin hacer caso a su recomendación de que me quedase esperando, le sonreí, y me acerqué junto a ella al mago. blandiendo el aro y una flecha por si se ponía tonto.
Al llegar junto a él, le vimos con una de las piernas en una terrible posición, y la flecha que le había acertado le atravesaba el hombro de parte a parte, ¿ironía? Tal vez justicia divina, pero el orgullo del tipo no se desvanecía tan rápido como su fuerza, ya que, aun en esa situación, dijo unas últimas palabras:
-No habéis ganado, solo habéis retrasado lo inevitable- aun con toda la soberbia que se reflejaba en su voz, el dolor le arrebataba poco a poco las fuerzas. -El Maestro...Las piezas...-
Me habría gustado hacerle preguntas, exigir explicaciones, pero antes de que fuera capaz de decir una sola palabra, el tipo se congelo por completo quedando como una estatua de hielo, fría y de expresión horrorizada. Por fin pude bajar el brazo, respirando con fuerza y haciendo muecas. Aun así, escuché con atención las explicaciones de Niniel sobre el amuleto del hombre, al parecer no era algo simple, tenía rastros de magia. Rompiendo los dedos de la estatua, la chica sacó una pieza de algo más grande, parecía una pequeña parte de un puzzle. Debíamos informar a los elfos de los sucesos, era necesario que lo hiciéramos, tal vez ellos nos dieran alguna idea sobre lo que había pasado. Volvimos tras el carruaje antes de regresar al claro, allí, la elfa me curó el brazo. Aguanté el dolor como pude, mordiendo con fuerza mi labio para no gritar, las heridas graves no eran tan fáciles de curar como un poco de tierra en los ojos, la sangre en mi ropa se había helado y aunque el frío y la niebla habían desaparecido, las palabras del mago muerto le decían que todavía quedaba mucho por descubrir. Cuando la elfa acabó de curarme, sonreí y di un suspiro, al parecer no quedaría marca:
- Muchísimas gracias Niniel, no se que habríamos hecho si no hubieras estado aquí.- Tras tomar mis armas, iniciamos el recorrido hacia el claro.
---------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Una vez en el claro, pudimos comprobar que solo uno de los elfos atacados seguía dormido, me prestaron algo de ropa para que pudiese quitarme la sangre y nos dirigimos a narrar lo sucedido al líder de la guardia. Era una suerte estar ya allí, estaba por iniciarse una fuerte tormenta.
-Es toda una historia.- respondió el hombre tras escucharnos hablar- Me ocuparé de que se recupere lo que se pueda del carro. También interrogaré a fondo al prisionero, puede saber algo sobre ese símbolo que describís y si su grupo, si es que existe, es una amenaza. La verdad es que nunca había oído hablar de algo así. Os estoy muy agradecido por la ayuda que habéis prestado al claro. Sacerdotisa, vuestra madre me matará por esto pero aún así tenéis mi gratitud. Señorita Delteria,- me llamó mientras yo tomaba un sorbo de un té que nos había dado.- contáis siempre que lo deseéis con la hospitalidad del claro. Por mucho que digan las malas lenguas, siempre recibimos con los brazos abiertos a los humanos de buen corazón y valerosos como vos.
- Gracias, siento haberme comportado antes como lo he hecho, realmente lo siento, ha sido una enorme falta de educación por mi parte, simplemente espero que sepa que no era mi intención ofender, pero no puedo quedarme quieta ante las injusticias.- respondí yo agradecida por el, como ahora podía ver, carácter afable del hombre.
-Señor McGregor, de los McGregor del norte. En su ausencia hemos recibido noticia del legítimo dueño de la capa que portabais al llegar al claro. Por suerte se encuentra bien y con un poco de nuestra magia ni siquiera le quedará marca...A cambio de los servicios prestados haré como que nada de eso ha ocurrido. Podéis moveros por libertad por el claro y disfrutar de nuestra hospitalidad...Pero no lo volváis a hacer-
Miré a Niniel, aguantando una risa por la regañina que acababa de recibir el chico, pero al ver que a ella se le escapaba una pequeña risilla yo no pude aguantar más, y al parecer, el elfo tampoco. Tras el ambiente afable, la elfa enseño al hombre el trozo de metal que había encontrado en las manos del tipo, pero al parecer el no sabía de que se trataba.
- Yo también he pensado que parecía algo hecho por humanos, si les parece bien, me gustaría que me lo dieran, o bien Niniel me acompañase a Lunargenta paraver si un amigo mío, experto en historia y arquitectura, nos puede decir algo de la pieza. Si es cierto lo que dijo el brujo, esto no ha acabado aquí, y ya que ya estoy implicada, creo que debo terminar con ello también. Si no les importa que vuelva a meterme en asuntos dentro de este bosque.
Un trueno sonó a las afueras y removió algo en mi, que mordí mi labio, algo asustada, esperaría a que la tormenta cesara para marcharme.
-Se avecina una buena. Me encantan las tormentas, especialmente si puedes disfrutarlas bajo techo.- sonreí, a mi no me gustaban nada las tormentas, pero entendía que a la chica le gustaran, creaban paz, nadie salía a las calles con una tormenta, las calles se limpiaban y el aire olía a agua y tierra mojada, si no me dieran tanto miedo los truenos, seguro que me gustarían las tormentas. -Os agradezco mucho que me apoyarais con esto. Sola no habría podido. Haber podido hacer justicia para mis compañeros significa mucho para mi.
- Si no hubieras estado allí, estoy segura de que no habríamos podido con ese tipo, nos ha puesto en un aprieto.- Sonreí- Creo que debo ir a descansar, mañana mismo partiré hacia Lunargenta, si decides venir, te estaré esperando en la parte norte del claro a las 9:30
Y así fue, pasada la noche, preparé a Juvia y esperé a la llegada de la elfa.
Al llegar junto a él, le vimos con una de las piernas en una terrible posición, y la flecha que le había acertado le atravesaba el hombro de parte a parte, ¿ironía? Tal vez justicia divina, pero el orgullo del tipo no se desvanecía tan rápido como su fuerza, ya que, aun en esa situación, dijo unas últimas palabras:
-No habéis ganado, solo habéis retrasado lo inevitable- aun con toda la soberbia que se reflejaba en su voz, el dolor le arrebataba poco a poco las fuerzas. -El Maestro...Las piezas...-
Me habría gustado hacerle preguntas, exigir explicaciones, pero antes de que fuera capaz de decir una sola palabra, el tipo se congelo por completo quedando como una estatua de hielo, fría y de expresión horrorizada. Por fin pude bajar el brazo, respirando con fuerza y haciendo muecas. Aun así, escuché con atención las explicaciones de Niniel sobre el amuleto del hombre, al parecer no era algo simple, tenía rastros de magia. Rompiendo los dedos de la estatua, la chica sacó una pieza de algo más grande, parecía una pequeña parte de un puzzle. Debíamos informar a los elfos de los sucesos, era necesario que lo hiciéramos, tal vez ellos nos dieran alguna idea sobre lo que había pasado. Volvimos tras el carruaje antes de regresar al claro, allí, la elfa me curó el brazo. Aguanté el dolor como pude, mordiendo con fuerza mi labio para no gritar, las heridas graves no eran tan fáciles de curar como un poco de tierra en los ojos, la sangre en mi ropa se había helado y aunque el frío y la niebla habían desaparecido, las palabras del mago muerto le decían que todavía quedaba mucho por descubrir. Cuando la elfa acabó de curarme, sonreí y di un suspiro, al parecer no quedaría marca:
- Muchísimas gracias Niniel, no se que habríamos hecho si no hubieras estado aquí.- Tras tomar mis armas, iniciamos el recorrido hacia el claro.
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Una vez en el claro, pudimos comprobar que solo uno de los elfos atacados seguía dormido, me prestaron algo de ropa para que pudiese quitarme la sangre y nos dirigimos a narrar lo sucedido al líder de la guardia. Era una suerte estar ya allí, estaba por iniciarse una fuerte tormenta.
-Es toda una historia.- respondió el hombre tras escucharnos hablar- Me ocuparé de que se recupere lo que se pueda del carro. También interrogaré a fondo al prisionero, puede saber algo sobre ese símbolo que describís y si su grupo, si es que existe, es una amenaza. La verdad es que nunca había oído hablar de algo así. Os estoy muy agradecido por la ayuda que habéis prestado al claro. Sacerdotisa, vuestra madre me matará por esto pero aún así tenéis mi gratitud. Señorita Delteria,- me llamó mientras yo tomaba un sorbo de un té que nos había dado.- contáis siempre que lo deseéis con la hospitalidad del claro. Por mucho que digan las malas lenguas, siempre recibimos con los brazos abiertos a los humanos de buen corazón y valerosos como vos.
- Gracias, siento haberme comportado antes como lo he hecho, realmente lo siento, ha sido una enorme falta de educación por mi parte, simplemente espero que sepa que no era mi intención ofender, pero no puedo quedarme quieta ante las injusticias.- respondí yo agradecida por el, como ahora podía ver, carácter afable del hombre.
-Señor McGregor, de los McGregor del norte. En su ausencia hemos recibido noticia del legítimo dueño de la capa que portabais al llegar al claro. Por suerte se encuentra bien y con un poco de nuestra magia ni siquiera le quedará marca...A cambio de los servicios prestados haré como que nada de eso ha ocurrido. Podéis moveros por libertad por el claro y disfrutar de nuestra hospitalidad...Pero no lo volváis a hacer-
Miré a Niniel, aguantando una risa por la regañina que acababa de recibir el chico, pero al ver que a ella se le escapaba una pequeña risilla yo no pude aguantar más, y al parecer, el elfo tampoco. Tras el ambiente afable, la elfa enseño al hombre el trozo de metal que había encontrado en las manos del tipo, pero al parecer el no sabía de que se trataba.
- Yo también he pensado que parecía algo hecho por humanos, si les parece bien, me gustaría que me lo dieran, o bien Niniel me acompañase a Lunargenta paraver si un amigo mío, experto en historia y arquitectura, nos puede decir algo de la pieza. Si es cierto lo que dijo el brujo, esto no ha acabado aquí, y ya que ya estoy implicada, creo que debo terminar con ello también. Si no les importa que vuelva a meterme en asuntos dentro de este bosque.
Un trueno sonó a las afueras y removió algo en mi, que mordí mi labio, algo asustada, esperaría a que la tormenta cesara para marcharme.
-Se avecina una buena. Me encantan las tormentas, especialmente si puedes disfrutarlas bajo techo.- sonreí, a mi no me gustaban nada las tormentas, pero entendía que a la chica le gustaran, creaban paz, nadie salía a las calles con una tormenta, las calles se limpiaban y el aire olía a agua y tierra mojada, si no me dieran tanto miedo los truenos, seguro que me gustarían las tormentas. -Os agradezco mucho que me apoyarais con esto. Sola no habría podido. Haber podido hacer justicia para mis compañeros significa mucho para mi.
- Si no hubieras estado allí, estoy segura de que no habríamos podido con ese tipo, nos ha puesto en un aprieto.- Sonreí- Creo que debo ir a descansar, mañana mismo partiré hacia Lunargenta, si decides venir, te estaré esperando en la parte norte del claro a las 9:30
Y así fue, pasada la noche, preparé a Juvia y esperé a la llegada de la elfa.
Alanna Delteria
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Re: La caravana perdida [Interpretativo][Libre] [Cerrado]
El ataque combinado de el y Alanna dio frutos neutralizando al enemigo con eficacia y con mucha suerte, cuando este fue golpeado y apareció Alanna, ella estaba llena de heridas, me sentía mal al ver que no podía ser de mucha ayuda, al llegar junto a él, le vimos con una de las piernas en una terrible posición, y la flecha que le había acertado le atravesaba el hombro de parte a parte, ¿ironía? Tal vez justicia divina, pero el orgullo del tipo no se desvanecía tan rápido como su fuerza, ya que, aun en esa situación, dijo unas últimas palabras:
-No habéis ganado, solo habéis retrasado lo inevitable- aun se notaba que creía que había ganado, y sus ojos mostraban que su vida se consumía poco a poco -El Maestro...Las piezas-
El tío murió sin dar explicaciones de porque todo lo que había hecho ese día y porque, pero sus palabras fueron muy inquietantes, me hicieron creer que no estaban solos, pero después de que el murieraa Niniel, se levanto y nos volvimos a dirigir al carromato para terminar de curar a Alanna.
-Muchísimas gracias Niniel, no se que habríamos hecho si no hubieras estado aquí.-
Después de que ellas cogieran sus cosas, fui a por mi caballo prestado para volver junto a ellas al claro.
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Al llegar al claro, todo parecía estar en orden de nuevoo, uno de los heridos aunseguíaa dormido, pero eso era que todo iba viento en popa, ellíderr del claro se acerco a nosotros para saber quehabíaa pasado ya que bueno, nuestro aspecto era de tres personasreciénn sacadas de una pelea,asíí que Ninielcontóo los hechos.
-Es toda una historia.- respondió el hombre tras escucharnos hablar- Me ocuparé de que se recupere lo que se pueda del carro. También interrogaré a fondo al prisionero, puede saber algo sobre ese símbolo que describís y si su grupo, si es que existe, es una amenaza. La verdad es que nunca había oído hablar de algo así. Os estoy muy agradecido por la ayuda que habéis prestado al claro. Sacerdotisa, vuestra madre me matará por esto pero aún así tenéis mi gratitud. Señorita Delteria, contáis siempre que lo deseéis con la hospitalidad del claro. Por mucho que digan las malas lenguas, siempre recibimos con los brazos abiertos a los humanos de buen corazón y valerosos como vos.
- Gracias, siento haberme comportado antes como lo he hecho, realmente lo siento, ha sido una enorme falta de educación por mi parte, simplemente espero que sepa que no era mi intención ofender, pero no puedo quedarme quieta ante las injusticias.-
-Señor McGregor, de los McGregor del norte. En su ausencia hemos recibido noticia del legítimo dueño de la capa que portabais al llegar al claro. Por suerte se encuentra bien y con un poco de nuestra magia ni siquiera le quedará marca...A cambio de los servicios prestados haré como que nada de eso ha ocurrido. Podéis moveros por libertad por el claro y disfrutar de nuestra hospitalidad...Pero no lo volváis a hacer-
Mire a otro lado con los mofletes hinchados mientras notaba como estas se reían de la pequeña bronca que me había caído, luego empezaban ha hablar sobre el extraño artefacto, seguramente una de las piezas de la que hablaba el mago, por lo que sabia que era peligroso, pero no quería alarmas a nadie por suposiciones por lo cual me quede callado y vi el progreso de los acontecimientos.
-Yo también he pensado que parecía algo hecho por humanos, si les parece bien, me gustaría que me lo dieran, o bien Niniel me acompañase a Lunargenta para ver si un amigo mío, experto en historia y arquitectura, nos puede decir algo de la pieza. Si es cierto lo que dijo el brujo, esto no ha acabado aquí, y ya que ya estoy implicada, creo que debo terminar con ello también. Si no les importa que vuelva a meterme en asuntos dentro de este bosque.
Los truenos se hacían notar en aquel lugar, la tormenta era algo increíble, y esta parecía ser eléctrica lo cual me hacia vibrar por dentro, ella parecían que se iban a ir a dormir ya, Alanna preparaba sus cosas para irse a la mañana, mientras Niniel nos mostraba sus agradecimientos.
-Solo quería salir del lió en el que me metí- dijo algo seco mientras se daba la vuelta para irse algo rojo ya que nunca le habían dado las gracias. -Bueno, yo tengo que irme ya- Dije marchándome hacia el bosque sin despedirme bien ya que odiaba las despedidas. Al internarme en el bosque lo suficiente para no ser visto, me desvestí, enrolle mi ropa en la lanza y me transforme para marcharme volando dando un gran rugido junto a un trueno el cual se aria escuchar en una gran parte del bosque.
-No habéis ganado, solo habéis retrasado lo inevitable- aun se notaba que creía que había ganado, y sus ojos mostraban que su vida se consumía poco a poco -El Maestro...Las piezas-
El tío murió sin dar explicaciones de porque todo lo que había hecho ese día y porque, pero sus palabras fueron muy inquietantes, me hicieron creer que no estaban solos, pero después de que el murieraa Niniel, se levanto y nos volvimos a dirigir al carromato para terminar de curar a Alanna.
-Muchísimas gracias Niniel, no se que habríamos hecho si no hubieras estado aquí.-
Después de que ellas cogieran sus cosas, fui a por mi caballo prestado para volver junto a ellas al claro.
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Al llegar al claro, todo parecía estar en orden de nuevoo, uno de los heridos aunseguíaa dormido, pero eso era que todo iba viento en popa, ellíderr del claro se acerco a nosotros para saber quehabíaa pasado ya que bueno, nuestro aspecto era de tres personasreciénn sacadas de una pelea,asíí que Ninielcontóo los hechos.
-Es toda una historia.- respondió el hombre tras escucharnos hablar- Me ocuparé de que se recupere lo que se pueda del carro. También interrogaré a fondo al prisionero, puede saber algo sobre ese símbolo que describís y si su grupo, si es que existe, es una amenaza. La verdad es que nunca había oído hablar de algo así. Os estoy muy agradecido por la ayuda que habéis prestado al claro. Sacerdotisa, vuestra madre me matará por esto pero aún así tenéis mi gratitud. Señorita Delteria, contáis siempre que lo deseéis con la hospitalidad del claro. Por mucho que digan las malas lenguas, siempre recibimos con los brazos abiertos a los humanos de buen corazón y valerosos como vos.
- Gracias, siento haberme comportado antes como lo he hecho, realmente lo siento, ha sido una enorme falta de educación por mi parte, simplemente espero que sepa que no era mi intención ofender, pero no puedo quedarme quieta ante las injusticias.-
-Señor McGregor, de los McGregor del norte. En su ausencia hemos recibido noticia del legítimo dueño de la capa que portabais al llegar al claro. Por suerte se encuentra bien y con un poco de nuestra magia ni siquiera le quedará marca...A cambio de los servicios prestados haré como que nada de eso ha ocurrido. Podéis moveros por libertad por el claro y disfrutar de nuestra hospitalidad...Pero no lo volváis a hacer-
Mire a otro lado con los mofletes hinchados mientras notaba como estas se reían de la pequeña bronca que me había caído, luego empezaban ha hablar sobre el extraño artefacto, seguramente una de las piezas de la que hablaba el mago, por lo que sabia que era peligroso, pero no quería alarmas a nadie por suposiciones por lo cual me quede callado y vi el progreso de los acontecimientos.
-Yo también he pensado que parecía algo hecho por humanos, si les parece bien, me gustaría que me lo dieran, o bien Niniel me acompañase a Lunargenta para ver si un amigo mío, experto en historia y arquitectura, nos puede decir algo de la pieza. Si es cierto lo que dijo el brujo, esto no ha acabado aquí, y ya que ya estoy implicada, creo que debo terminar con ello también. Si no les importa que vuelva a meterme en asuntos dentro de este bosque.
Los truenos se hacían notar en aquel lugar, la tormenta era algo increíble, y esta parecía ser eléctrica lo cual me hacia vibrar por dentro, ella parecían que se iban a ir a dormir ya, Alanna preparaba sus cosas para irse a la mañana, mientras Niniel nos mostraba sus agradecimientos.
-Solo quería salir del lió en el que me metí- dijo algo seco mientras se daba la vuelta para irse algo rojo ya que nunca le habían dado las gracias. -Bueno, yo tengo que irme ya- Dije marchándome hacia el bosque sin despedirme bien ya que odiaba las despedidas. Al internarme en el bosque lo suficiente para no ser visto, me desvestí, enrolle mi ropa en la lanza y me transforme para marcharme volando dando un gran rugido junto a un trueno el cual se aria escuchar en una gran parte del bosque.
Arzot
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