Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
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Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
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Su casa, su hogar, aquella cueva que tanto había visto vivir a la loba, casi había olvidado cómo era el respirar la humedad que se filtraba entre las rocas, beber el agua del riachuelo e incluso disfrutar de una velada entre los suyos comiendo pescado del lago y bebiendo cerveza. Había sido mancillada por mucha gente, había restos de basura que evidentemente no eran suyos, pero ella seguía fiel al clan, y ahora iba a ser el centro de todo. Pasaron tres días de descanso, tres días de risas, historias y baños en el río para reponer fuerzas, pero Nana pasaba las noches ocupada en otros asuntos que le eran más importantes. Pasaba la gran mayoría del tiempo observando un mapa de Aerandir, el cual había llenado de clavos de hierro pintados con colores diferentes y amanecía dormida entre los libros sobre su escritorio.
Pero un día Nana no fue la última en despertar, sino la primera. Se puso frente a todos, que dormían plácidamente en pieles al rededor del fuego, dio un par de palmadas y se giró para contemplar el cielo rojo del amanecer. Aquella mañana empezaba aquel futuro incierto que todos tanto ansiaban, y era su responsabilidad que todo saliera según el plan. El plan que ella misma había trazado. Se cubrió los hombros con una capa con el cuello de pelo de zorro y se giró hacia sus compañeros.
-Hoy empieza el primer día de ese futuro que tanto ansiamos, compañeros. -Les anunció ajustándose la capa. -Venga, arriba. -Caminó hacia el interior de la cueva y se apoyó en la pared de la cueva. Leo se levantó casi de un salto y se puso frente a la jefa, Alec, Hera y Rose seguían remoloneando entre las pieles con los ojos entrecerrados por la claridad de la mañana -Alec, Hera, quiero que vayáis por todo el bosque del este buscando a lobos que quieran ayudarnos. -Se giró hacia Hera y Alec y les guiñó un ojo. Estos en seguida asintieron con la cabeza y echaron a correr hacia el bosque sin girar la vista atrás, estaban demasiado entusiasmados como para recordar que no habían siquiera desayunado. -Leo y Rose me ayudaréis aquí. Leo tú ve a pescar, necesitamos comida suficiente para todos los que quieran venir a ayudar. Rose, tú la cocinarás. Yo tengo que acabar de hacer unos planos.- Nana habló y ambos asintieron con la cabeza, Leo se fue al lago a pescar y a recolectar frutas y Rose se sentó a coser junto al fuego de la hoguera.
Pasaron largas horas, y Nana seguía allí quieta, mirando un dibujo y un mapa de Aerandir mientras se mordía el labio y se golpeaba la cabeza. Rose entró con algo entre los brazos y golpeó la piedra a modo de puerta. Nana hizo un ademán para que la bruja pasara pero sin girarse a mirarla siquiera.
-Una líder debe tener aspecto de líder. -Dijo Rose y Nana se giró a mirarla con el ceño fruncido. Rose le señaló sus ropas, harapientas, una camisa rota y remendada varias veces y unos pantalones de cuero ceñidos con un cinturón donde llevaba sus armas y su bolsa. Nana se encogió de hombros, tenía cosas más importantes en que pensar, pero Rose insistió, extendió el vestido que había cosido para ella, era un vestido blanco ceñido por un corsé de piel en el pecho, y después abrió la palma de la mano, donde tenía un broche de cadena de oro para su capa. -Son para ti, con esas ropas nadie te tomará en serio. -Nana se levantó de la silla con una sonrisa de oreja a oreja y asintió con la cabeza a modo de agradecimiento y besó la mejilla de su amiga. Rose puso los broches a la capa de Nana mientras ella se cambiaba el vestido. Cuando volvió, era otra. Rose sonrió y se acercó a ella. -Faltan un par de detalles más. -Dijo sentándola en la silla y comenzó a peinarla haciéndole trenzas a ambos lados de la cabeza para después juntarlas en una coleta, dejándole un pequeño tupé que evitaba que el flequillo le tapase la cara. Después ató a su cuello una cadena de ámbar amarillo, se puso frente a ella y sonrió mientras untaba el dedo en maquillaje negro, le pintó los ojos y sonrió ampliamente, su creación estaba dando frutos. Finalmente le calzó las botas y le pintó los labios. Nana, resignada se dejó hacer. -Mírate. Ahora sí que eres una líder. -Le dijo Rose acercándola al espejo que había encima de la mesita de noche de una de las camas de la cueva.
Nana abrió los ojos y arqueó las cejas, el peinado y el maquillaje habían alterado su aspecto y la hacían más fiera, resaltaba su mirada de ojos amarillos, la capa negra con piel de zorro y los broches dorados le daban poder y respeto. Se quedó un rato mirándose al espejo, anonadada y después abrazó a Rose.
-Gracias. -Le susurró al oído y se dirigió a paso fuerte y seguro al exterior de la cueva, por si alguien se había acercado a ayudar.
_______________________________
Nana está reclutando gente para hacer un poblado para licántropos y poder vivir todos en armonía y prosperidad y así estar refugiados de la mano negra de la manada. En respuestas debes poner cómo Alec y Hera se encuentran contigo y te llevan hasta la cueva donde estará Nana.
- Este post es solo para licántropos.
- Cada vez que entre alguien responderé con esta cuenta de Nana y se seguirá roleando respetando el ritmo de posteo según la llegada de cada uno.
- En 2 días se cerrará el tema y se abrirá la continuación.
- Es un post importante para la trama de los licántropos así que se ruega que no se abandone el post o se deje inactivo.
- Los turnos se pasan cada 24 horas.
Nana
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
No había podido dormir esa última noche a causa de los pensamientos que bailaban en su cabeza y por la emoción que le producía el estar aparentemente ad portas de cumplir esa especie de sueño que se había trazado desde que había vuelto a Lunargenta. Los rumores le habían traído al bosque y el aroma de los suyos inundaba ese lugar más que nunca. Antes no lo hubiera aceptado, pero le encantaba sentirse tan emocionada; tanto que su corazón latía animado mientras cruzaba las copas de los árboles a punta de saltos, tal y como se había pasado todo el día sin descanso. La adrenalina y el deseo de volver a ver a Nana eran el combustible perfecto para tal acción.
Sin embargo, su segunda bestia interna pidió tregua, haciéndole aterrizar en una rama en cuclillas alertando a un hervíboro de que ya no estaba solo. Los ojos azules se afilaron y en un par de minutos la criatura ya estaba desplomada en su hombro, lista para ser cargada –a modo de ofrenda y disculpa, pensó Aleki- hacia donde fuera que le llevara ese aroma. Y antes de que retomara el paso, dos individuos se pararon frente a ella en plan de no dejarle irse fácilmente. Aleki enarcó una ceja, dudosa.
Finalmente, y lejos de entablar batalla, el corazón de Aleki parecía salirse de su pecho. Con un asentimiento y agradecimiento por la información dada, la sobreviviente del clan Zeigi partió en la dirección contraria que esos dos futuros camaradas, yendo a toda la velocidad que le permitía su resistencia –y el no haber comido- hacia aquella cueva tan característica cercana al río. Aquello le permitió llegar en muy poco tiempo, y ni bien vio la figura de Nana a lo lejos cuando sus pies tocaron tierra firme quiso correr hacia ella, pero su presencia se había vuelto tan imponente y notoria considerando la cantidad de gente que había con ella que simplemente caminó, sintiendo que escalaba al cielo con cada paso que daba. – Nana…- musitó mientras miraba su espalda, pero cuando ésta se volteó, no hubo sonido expresado más que una exhalación de sorpresa. Su mente estaba en blanco.
Sin embargo, su segunda bestia interna pidió tregua, haciéndole aterrizar en una rama en cuclillas alertando a un hervíboro de que ya no estaba solo. Los ojos azules se afilaron y en un par de minutos la criatura ya estaba desplomada en su hombro, lista para ser cargada –a modo de ofrenda y disculpa, pensó Aleki- hacia donde fuera que le llevara ese aroma. Y antes de que retomara el paso, dos individuos se pararon frente a ella en plan de no dejarle irse fácilmente. Aleki enarcó una ceja, dudosa.
Finalmente, y lejos de entablar batalla, el corazón de Aleki parecía salirse de su pecho. Con un asentimiento y agradecimiento por la información dada, la sobreviviente del clan Zeigi partió en la dirección contraria que esos dos futuros camaradas, yendo a toda la velocidad que le permitía su resistencia –y el no haber comido- hacia aquella cueva tan característica cercana al río. Aquello le permitió llegar en muy poco tiempo, y ni bien vio la figura de Nana a lo lejos cuando sus pies tocaron tierra firme quiso correr hacia ella, pero su presencia se había vuelto tan imponente y notoria considerando la cantidad de gente que había con ella que simplemente caminó, sintiendo que escalaba al cielo con cada paso que daba. – Nana…- musitó mientras miraba su espalda, pero cuando ésta se volteó, no hubo sonido expresado más que una exhalación de sorpresa. Su mente estaba en blanco.
Última edición por Aleki el Lun 25 Ago 2014, 03:17, editado 1 vez
Aleki
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
Desterrada. Claro que lo estaba, pero ¿a quién le importaba una banda de lobos estúpidos en una estúpida arboleda en la que pasé mis estúpidos primeros años de lobo, parte de mi infancia, adolescencia y adultez?. En la que mi estúpido macho murió estúpidamente.
Llevaba más de un año sin tantas pesadillas, pudiendo dormir tranquilamente, pero algo… algo ahora me despertaba cada puta noche a la misma puta hora. ¿Qué mierda era y qué estaba pasando?. Los días se convertían en noches y las noches en largas agonías. Las ojeras que otrora habían casi desaparecido de alrededor de mis cuencas ahora estaban más grandes, voluminosas y negras que nunca antes. La falta de sueño me ponía de mal humor y el relacionamiento interpersonal se me hacía extremadamente difícil. Un día pestañee y me encontré sobre uno de los novatos más novatos del gremio. Indudablemente le había atacado y estaba por arrancarle la garganta con mis garras ferales. Ese fue el momento en el que dije “Wood, tómate un tiempo”
Llevaba ahora semanas vagando sin rumbo. Había evitado exitosamente a la manada de la arboleda y para ello casi reviento a Furia corriendo a todo dar por mucho tiempo, quizás más del necesario. Pero, últimamente no tenía cuenta de mis acciones o sus consecuencias. Vivía enojada y ahora, con mucha hambre porque no podía concentrarme en cazar. Las presas me detectaban y huían. Era como si pudieran detectar mi aura de mierda.
Era un día soleado. Hacía un calor de la puta madre y yo sobre una yegua un tanto desanimada y ciertamente cansada. Me tiré al suelo y le quité montura y arreos. Desaparece le espeté dándole una palmada en los cuartos. Volví mi vista a Chy y me perdí en su esencia, acariciándole el pecho con la nariz. Varios minutos más tarde, Furia regresó a mi lado, más alegre y fresca. Comió un poco para luego echarse al verde y mullido suelo para revolcarse, acción que imité. Se sentía rico, muy rico. Traía puesto mi vestido que no se rompía con las transformaciones y se sentía como la seda. Pocos minutos más tarde perdí el conocimiento a manos del padre sueño, allí, a mitad de la nada, con los cálidos rayos del sol en mi rostro.
-Nana dijo todo, pero… esto ¿se puede considerar licántropo?
-Vamos Hera, no es tan malo, seguro necesita que le echemos una mano. Ey, tú, nena, despierta.
Pero hacía rato que me había despertado y disimuladamente llevaba buena cuenta de sus esencias. Se trataba de licántropos. ¿Sería la manada?. Rápidamente me puse en pie. El sol estaba en mi contra y no podía distinguir claramente las dos figuras que allí se encontraban, aunque sabía que se trataba de una pareja.
-No quiero nada con ustedes, estoy de paso. dije como advertencia. Sentía como la piel se me erizaba y un calor indescriptible me atacaba desde las mismísimas entrañas. Los temblores previos a la transformación se hacían cada vez más incontrolables.
Ellos intercambiaron miradas y él dio un paso hacia mí. Desenfundé la daga y marqué mi posición.
-Tranquila nena. Estamos reclutando gente para Nana
¿Nana?, ¿Tranquila? enarqué una ceja.
-No hago trabajos gratis, no trabajo con mucha gente y me gusta hacer las cosas a mi modo casi susurré bajando un poco la guardia. Había interpretado que buscaban gente para una misión o algo así. Pero la de pelo rojizo hizo una mueca casi de desdén y dijo que hiciera lo que quisiera, que Nana luego ajustaría cuentas conmigo.
Se me indicó una dirección y ellos se fueron en dirección al Norte. Pfff me saqué el pelo de los ojos, últimamente había estado creciendo demasiado. Podemos echar un ojo, y si nos gusta ver qué pasa. Le informé a los animales, casi como si estuviese hablando con ellos. “La cueva” no estaba muy lejos y a un trote moderado llegaríamos en menos de una hora.
Woodpecker
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
Al fin, después de tanto tiempo por fin había podido volver a la Arboleda y le habría gustado pensar que no volvería a salir de allí, sin embargo los últimos acontecimientos le obligaban a volver a Lunargenta, vivir allí… Cada vez que pensaba en ello le recorría un terrible escalofrió la espalda, detestaba aquella ciudad, bueno, la ciudad no. El montón de gente que la habitaba, montones de gente, entre los cuales seguramente habría algún matón que podría reconocer a Meredy.
Suspiró mientras seguía leyendo de nuevo aquel libro que finalmente, había olvidado devolver a la biblioteca y es que desde el mismo días que encontraron a esa niña que no había tenido tiempo de respirar. Por suerte Fribba había sido comprensiva y le había dejado un tiempo para sí, confiando ciegamente en que él volvería. Que inocente y confiada era aquella humana, por suerte para ella Eirik era muchas cosas, pero para nada un mentiroso y evidentemente pensaba volver, ya que tanto ella como la niña estarían más seguras con él cerca. A decir verdad, la idea no le gustaba un pelo, no es que le pareciese mal pasar tiempo con Fribba y Meredy, al fin y al cabo aquella joven pelirroja era lo que podía considerar una buena amiga y a la niña después de tanto tiempo le había cogido cariño, sin embargo la idea de echar raíces…
No estaba preparado, y menos para hacerlo en una gran ciudad, él era un culo inquieto, le gustaba pasarse los días caminando y cazando, aunque fuese dentro de la Arboleda central, no importaba, de hecho así lo prefería. Además ¿Cómo se suponía que iban a hacerse pasar por los padres de la cría si ni siquiera compartían hogar? ¡Y es que ni siquiera lo quería! De hecho aunque así fuese tampoco tenían presupuesto para ello, así que le tocaría volver al Lecho de pulgas a buscar alojamiento a cambio de trabajo. Casi podía imaginarse a Morgana frotándose las manos con aquella sonrisa ladina suya al mismo tiempo que acariciaba a aquel gato gordo, Pyke, ronroneando en su regazo.
Suspiró resignado y pasó una de las páginas de aquel libro
<< En fin… Para bien o para mal, es lo que hay. A joderse toca… >>resumió siguiendo leyendo aquel libro que le permitiría sacar partido a las veces que caía profundamente dormido a causa de su enfermedad. A pesar de que no entendía casi nada de lo que explicaba, al fin y al cabo, él mismo era consciente de que no era un tipo muy listo y aquel libro trataba cosas muy complicadas.
Levantó lentamente la mirada del libro, pues acababa de oler algo; dos licántropos, por suerte no eran conocidos, por lo que no se trataban de ningún miembro de su antigua manada. No se alertó demasiado pero espero en silencio a que se personasen los intrusos. Como siempre su olfato no le había engañado, pues no tardaron en aparecer un hombre y una mujer, ella rubia de cabello largo y ondulado y él castaño de pelo corto.
-¿Qué queréis? –preguntó aun sentado en el suelo con las piernas cruzadas al estilo aborigen, con el libro sobre el regazo y en tono antipático, pues parecía que no había manera de estar a solas en Aerandir.
Los licántropos desconocidos se miraron y sonrieron, después dirigieron su atención hacía él y se presentaron
-Me importan una mierda vuestros nombres. Os he preguntado qué coño queréis –gruñó arisco y poniéndose en pie
-Vaya, veo que no tienes pelos en la lengua… Maleducado… -gruñó la joven cruzándose de brazos, Eirik la miró con desdén, no quería saber nada de nadie, solo quería estar solo. ¿Por qué el mundo se empeñaba en hacer que no dejase de encontrarse a gente en su camino? En cambo Alec rió
-No te lo tomes a mal Hera, no nos conoce, es normal que desconfié –comentó él con una sonrisa, luego le miró-. Estamos buscando a gente para Nana… –informó intentando ser amable
-¡Pfffff! Por mi como si buscáis gente para la guardia real. Largo –siguió refunfuñando interrumpiéndolo y preparándose para pelear si se ponían tontos, Alec vio sus intenciones y se adelantó
-He… Tranquilo tiarrón… -bromeó alzando las manos para dejarle claro que no eran una amenaza-. Baja las armas y escúchanos por favor… -pidió, lo que menos necesitaban eran problemas con otros de su misma raza. Eirik frunció el ceño y los estudio a los dos con la mirada, medio segundo después guardó su hacha y se cruzó de brazos, dando así a entender que les daría una oportunidad. El licántropo que había venido acompañado de Hera sonrió aliviado-. Nana está reuniendo a todos los licántropos que quieran unirse para formar un pueblo ¿Te interesa? –preguntó, Eirik levantó las cejas y soltó una risa sarcástica
-¡Ja! ¿Otra manada? No gracias, estoy mejor solo –gruñó con sarcasmo y ya que ellos no se iban, se largaría él, así que se dio la vuelta para irse, cuando Alec lo agarró del hombro, haciendo que se detuviese, Eirik lo miró de manera fulminante
-Al menos, ven y deja que ella te lo explique, quizás cambies de opinión… -insistió el mismo, Eirik lo miró por encima de su hombro y no dijo nada, barajando la posibilidad de acompañarlos, al fin y al cabo le daba la impresión que si no, no lo dejarían en paz y por ir y decirle claramente: “NO” a esa tal Nana no podría pasar nada malo.
Suspiró mientras seguía leyendo de nuevo aquel libro que finalmente, había olvidado devolver a la biblioteca y es que desde el mismo días que encontraron a esa niña que no había tenido tiempo de respirar. Por suerte Fribba había sido comprensiva y le había dejado un tiempo para sí, confiando ciegamente en que él volvería. Que inocente y confiada era aquella humana, por suerte para ella Eirik era muchas cosas, pero para nada un mentiroso y evidentemente pensaba volver, ya que tanto ella como la niña estarían más seguras con él cerca. A decir verdad, la idea no le gustaba un pelo, no es que le pareciese mal pasar tiempo con Fribba y Meredy, al fin y al cabo aquella joven pelirroja era lo que podía considerar una buena amiga y a la niña después de tanto tiempo le había cogido cariño, sin embargo la idea de echar raíces…
No estaba preparado, y menos para hacerlo en una gran ciudad, él era un culo inquieto, le gustaba pasarse los días caminando y cazando, aunque fuese dentro de la Arboleda central, no importaba, de hecho así lo prefería. Además ¿Cómo se suponía que iban a hacerse pasar por los padres de la cría si ni siquiera compartían hogar? ¡Y es que ni siquiera lo quería! De hecho aunque así fuese tampoco tenían presupuesto para ello, así que le tocaría volver al Lecho de pulgas a buscar alojamiento a cambio de trabajo. Casi podía imaginarse a Morgana frotándose las manos con aquella sonrisa ladina suya al mismo tiempo que acariciaba a aquel gato gordo, Pyke, ronroneando en su regazo.
Suspiró resignado y pasó una de las páginas de aquel libro
<< En fin… Para bien o para mal, es lo que hay. A joderse toca… >>resumió siguiendo leyendo aquel libro que le permitiría sacar partido a las veces que caía profundamente dormido a causa de su enfermedad. A pesar de que no entendía casi nada de lo que explicaba, al fin y al cabo, él mismo era consciente de que no era un tipo muy listo y aquel libro trataba cosas muy complicadas.
Levantó lentamente la mirada del libro, pues acababa de oler algo; dos licántropos, por suerte no eran conocidos, por lo que no se trataban de ningún miembro de su antigua manada. No se alertó demasiado pero espero en silencio a que se personasen los intrusos. Como siempre su olfato no le había engañado, pues no tardaron en aparecer un hombre y una mujer, ella rubia de cabello largo y ondulado y él castaño de pelo corto.
-¿Qué queréis? –preguntó aun sentado en el suelo con las piernas cruzadas al estilo aborigen, con el libro sobre el regazo y en tono antipático, pues parecía que no había manera de estar a solas en Aerandir.
Los licántropos desconocidos se miraron y sonrieron, después dirigieron su atención hacía él y se presentaron
-Me importan una mierda vuestros nombres. Os he preguntado qué coño queréis –gruñó arisco y poniéndose en pie
-Vaya, veo que no tienes pelos en la lengua… Maleducado… -gruñó la joven cruzándose de brazos, Eirik la miró con desdén, no quería saber nada de nadie, solo quería estar solo. ¿Por qué el mundo se empeñaba en hacer que no dejase de encontrarse a gente en su camino? En cambo Alec rió
-No te lo tomes a mal Hera, no nos conoce, es normal que desconfié –comentó él con una sonrisa, luego le miró-. Estamos buscando a gente para Nana… –informó intentando ser amable
-¡Pfffff! Por mi como si buscáis gente para la guardia real. Largo –siguió refunfuñando interrumpiéndolo y preparándose para pelear si se ponían tontos, Alec vio sus intenciones y se adelantó
-He… Tranquilo tiarrón… -bromeó alzando las manos para dejarle claro que no eran una amenaza-. Baja las armas y escúchanos por favor… -pidió, lo que menos necesitaban eran problemas con otros de su misma raza. Eirik frunció el ceño y los estudio a los dos con la mirada, medio segundo después guardó su hacha y se cruzó de brazos, dando así a entender que les daría una oportunidad. El licántropo que había venido acompañado de Hera sonrió aliviado-. Nana está reuniendo a todos los licántropos que quieran unirse para formar un pueblo ¿Te interesa? –preguntó, Eirik levantó las cejas y soltó una risa sarcástica
-¡Ja! ¿Otra manada? No gracias, estoy mejor solo –gruñó con sarcasmo y ya que ellos no se iban, se largaría él, así que se dio la vuelta para irse, cuando Alec lo agarró del hombro, haciendo que se detuviese, Eirik lo miró de manera fulminante
-Al menos, ven y deja que ella te lo explique, quizás cambies de opinión… -insistió el mismo, Eirik lo miró por encima de su hombro y no dijo nada, barajando la posibilidad de acompañarlos, al fin y al cabo le daba la impresión que si no, no lo dejarían en paz y por ir y decirle claramente: “NO” a esa tal Nana no podría pasar nada malo.
Eirik Argyle
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
Habían llegado bastantes personas, más de las que Nana había imaginado siquiera. Algunos ya comían al rededor de la hoguera y bebían y brindaban como si se conociesen de toda la vida. Nana hablaba con la gente con el mapa de Aerandir en la mano, enrollado a modo de pergamino. Si bien todos parecían alegres de que por fin alguien pusiera orden en tanto caos de la manada, cada uno contaba sus historias sobre la manada al rededor del fuego, las cosas horribles y no tan horribles que Thorbald había mandado hacer durante tantos años de hegemonía en la raza. Nana era consciente que podría haber espías entre tanto lobo, pero no le preocupaba, después de su último encuentro con Thorbald tardaría bastante en volver a sacar el rabo de su agujero.
-No, vivir todos en una cueva sería todo contraproducente, tranquilo, prometo proporcionaros a ti y a tu familia un lugar donde la manada no pueda haceros daño. -Hablaba con un hombre, al cual acompañaban dos niñas pequeñas y un barón que tendría un poco menos de su edad, y una anciana. Nana le puso la mano en el hombro para calmarle y este asintió con la cabeza, las palabras de la loba sonaban tan rotundas a los oídos de todos, incluso para sus aliados. Pero un olor familiar la inundó, y se giró enseguida como si alguien la llamase. La gente no paraba de llegar, buscando a Nana y buscando explicaciones sobre el poblado, al fin y al cabo solo buscaban eso, refugio.
-¡Aleki! -Exclamó Nana y sonrió ampliamente, se acomodó la capa que ceñía sobre sus hombros y le dio un fuerte abrazo, al parecer la muchacha se había quedado sin palabras. -Leo y Rose se alegrarán de verte, pasa hermana y sírvete un trago. -Le dio una palmada en la espalda, como en los viejos tiempos. La cerveza, el agua y la comida rodaban de mano en mano como si cayesen del cielo, la gente reía y cantaba. -Dentro de poco vamos a necesitar más cueva. -Bromeó a Leo, situado a su derecha. Pero había gente ansiada que jamás llegaría, como Fleur, Marth, Bakuryu, Grazille... Gente que se había quedado a mitad de un sueño que fue para ellos una meta en sus vidas.
Todo el mundo seguía amontonándose alrededor de Nana y le daba golpecitos en la espalda a modo de agradecimiento y de admiración, otros le hacían una reverencia, pero sobre todo, todos querían hablar con ella, y ella quería hablar con todos. Poco a poco fue conociendo los nombres, Kotar y su familia, Einarr el lobo solitario, Isgar puño de roca... Y todos querían escuchar lo que tenía que decir.
-Es hora de que hables. -Le dijo Leo casi en un susurro al oído, Nana asintió con la cabeza y besó la mejilla de Leo, su mano derecha en todo momento, porque si había alguien que había confiado en ella siempre, incluso en sus peores momentos, aquel era Leo.
La loba avanzó a paso firme hacia el exterior de la cueva, se subió a una de las rocas para llamar la atención de la gente. No tardaron más de medio segundo en callar y girarse hacia Nana, que estaba iluminada por la luz del medio día que hacía que sus ojos amarillos lucieran aún más brillantes si cabe.
-Amigos, compañeros, familia... -Comenzó su discurso alzando la voz. -Todos aquí tenemos algo en común, todos hemos perdido a alguien, o algo, o peor, se nos ha sido arrebatado. -Cerró el puño con ira en el aire frunciendo el ceño. -Todos conocéis a la manada, aquellos que intentan que seamos simples perros enviados a morir en misiones suicidas, viviendo la vida que ellos quieren que vivamos, y no la nuestra. -Un leve ruido de aprobación se hizo escuchar en la cueva. -¿Acaso no tenemos derecho a elegir vivir en paz? ¡¿Acaso no tenemos el mismo derecho de vivir en armonía y comunidad con nosotros mismos?! -Un "sí" rotundo se escuchó en la cueva, puños en el aire, y sobre todo la emoción de un sueño que poco a poco se cumplía. -¡Y si la manada viene e intenta arrebatarnos a nuestros hijos para luchar en una guerra que no es nuestra, nosotros le responderemos! ¡Pues no somos animales, ni somos humanos, somos licántropos! ¡Y ahora os pregunto a vosotros ¿Estáis conmigo?!-La voz de Nana se proyectaba en la cueva y resonaba por el claro, hasta más allá del riachuelo.
El calor de la gente, los vítores, el sonido de la cerveza chocar contra el suelo al brindar, al brindar por un nuevo futuro que ellos mismos tenían la capacidad de forjar. Ahora eran dueños de su propio sino, y no antes, y la gente estaba dispuesta a morir porque sus hijos no vivieran en el infierno que había sido la manada, ni en la soledad de las cuevas de la arboleda, ni a la supervivencia del más fuerte. Nana bajó de la roca y lo único que vio eran sonrisas, sonrisas de espíritus libres que se abalanzaban sobre ella para abrazarla. Ahora sí, ahora sí era una líder.
Nana
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
El aroma de Nana ingresó con la potencia de un tsunami sin oposición al sentido del olfato de la ojiazul, al igual que el calor que extrañaba tanto y que se reflejaba en ese abrazo tan cariñoso. No le había olvidado en absoluto, y aquello le tenía conmovida, tanto que reaccionó bastante más tarde de lo que hubiera querido; quedándose sólo con la invitación de su querida amiga –y quizás algo más- a beber y a compartir con la respetable cantidad de gente que había allí. Miró a su alrededor ante el interés de algunos de los individuos por el animal que cargaba en su hombro y simplemente se encogió de hombros, dejándolo en el piso para que los que quisieran –y alcanzaran- pudieran alimentarse. - *Nana hubiera querido eso* - pensó con una sonrisa al cortar la carne.
Masticando un trozo empalado en su espada un tanto apartada del grupo principal recordó las palabras de esos dos licántropos que la habían encontrado y la habían invitado a esa auténtica fiesta. – Hace tiempo que no sentía el ambiente de una manada verdadera…-susurró nostálgica, quizás revelándose demasiado para algún camarada de raza que estuviera cerca suyo. Podía percibir cómo seguían llegando licántropos desde diversas partes del bosque, haciéndose la manada cada vez más grande. Podía pasar fácil como un pequeño ejército, formándosele una sonrisa divertida al respecto. En eso, Nana salió de la cueva para tomar una posición protagónica. Aleki tragó el último trozo de carne y se puso lo más cerca que pudo de ella en el semicírculo que se terminó formando alrededor de la líder, siendo iluminada en parte también por el sol que no eclipsaba un poco siquiera la imponente figura de Nana, quien ya se expresaba con gran naturalidad y convencimiento.
Mientras gran cantidad de gente abrazaba e intentaba abrazar a Nana entre vítores de júbilo por el nuevo futuro que se avecinaba, Aleki entrecerró los ojos con algo de frustración, evitando el verla. Tanto fue así que salió de la cueva en dirección al río, observando el agua fluir. ¿Qué debía hacer ahora?...
Masticando un trozo empalado en su espada un tanto apartada del grupo principal recordó las palabras de esos dos licántropos que la habían encontrado y la habían invitado a esa auténtica fiesta. – Hace tiempo que no sentía el ambiente de una manada verdadera…-susurró nostálgica, quizás revelándose demasiado para algún camarada de raza que estuviera cerca suyo. Podía percibir cómo seguían llegando licántropos desde diversas partes del bosque, haciéndose la manada cada vez más grande. Podía pasar fácil como un pequeño ejército, formándosele una sonrisa divertida al respecto. En eso, Nana salió de la cueva para tomar una posición protagónica. Aleki tragó el último trozo de carne y se puso lo más cerca que pudo de ella en el semicírculo que se terminó formando alrededor de la líder, siendo iluminada en parte también por el sol que no eclipsaba un poco siquiera la imponente figura de Nana, quien ya se expresaba con gran naturalidad y convencimiento.
Mientras gran cantidad de gente abrazaba e intentaba abrazar a Nana entre vítores de júbilo por el nuevo futuro que se avecinaba, Aleki entrecerró los ojos con algo de frustración, evitando el verla. Tanto fue así que salió de la cueva en dirección al río, observando el agua fluir. ¿Qué debía hacer ahora?...
Aleki
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
Ciertamente, eso parecía una manada “¿Para qué carajos me quieren aquí?” me pregunté arqueando la ceja derecha y levantando mi labio inferior en una horrible mueca. Tenía tanta hambre que podría comerme un caballo entero, pero claro, no podía decírselo a mis compañeros de viaje…
Una lycan de grandes ojos azules estaba comiendo lo que olía como carne de…¿ciervo? al parecer era como una especie de merienda compartida. Habían otros a su lado, aunque parecía que era su presa. ¿Está bien si me sirvo? pregunté después de haberme apeado de la montura, con el halcón en mi brazo. Creo que ella no me escuchó, pero eso no me detuvo para echarle un diente a un garrón que quedaba sin tocar.
Una mujer de ojos decididos y figura autoritaria apareció para dar un discurso “Esa debe ser la tal Nana” pensé mientras le escuchaba con atención sin dejar de mascar. Llevaba tiempo sin probar comida, mucho menos cruda. Sabía a dioses. La “líder” de ojos llamativamente amarillos dio un discurso épico de paz y amor y de una extraña forma, no duró demasiado. “Vamos… esto no puede ser real” volví a reprocharme para mis adentros, tirando el hueso para atrás. En otro momento lo hubiera mordido, pero ahora tenía cosas más interesantes que hacer.
Parece que le conoces volví a increpar a la de la espada, pero esta vez para que me escuchara. Aún me chupaba la sangre de los dedos. ¿Qué es todo esto? ¿podrías arreglar que hablemos con ella a solas? Tengo asuntos que atender con esa tal “Nana” no quería sonar impertinente, después de todo, no era mi territorio y era una entre decenas. Realmente me preguntaba de qué iba toda esa reunión ¿estaban de broma?.
Una suave brisa me trajo un olor conocido, aunque era difícil encontrar a su dueño. Estaba segura de que era alguien grato, de lo contrario las alarmas ya se hubieran encendido, pero dentro de tal gentío era muy difícil de encontrar la fuente de esa esencia. Tanto lycan hacía que los pelos de la espalda se me pusieran de punta, a un menor movimiento inocente, sentía que mi cuerpo sobre-reaccionaba, lo que me obligaba a respirar profundamente y parecer calma.
Lo que mejor funcionaba era decir palabras sucias en mi mente. Sólo esperaba que no se me escapara alguna entre las respuesta s que se suponía debía dar ante cualquier intercambio de palabras…
Una lycan de grandes ojos azules estaba comiendo lo que olía como carne de…¿ciervo? al parecer era como una especie de merienda compartida. Habían otros a su lado, aunque parecía que era su presa. ¿Está bien si me sirvo? pregunté después de haberme apeado de la montura, con el halcón en mi brazo. Creo que ella no me escuchó, pero eso no me detuvo para echarle un diente a un garrón que quedaba sin tocar.
Una mujer de ojos decididos y figura autoritaria apareció para dar un discurso “Esa debe ser la tal Nana” pensé mientras le escuchaba con atención sin dejar de mascar. Llevaba tiempo sin probar comida, mucho menos cruda. Sabía a dioses. La “líder” de ojos llamativamente amarillos dio un discurso épico de paz y amor y de una extraña forma, no duró demasiado. “Vamos… esto no puede ser real” volví a reprocharme para mis adentros, tirando el hueso para atrás. En otro momento lo hubiera mordido, pero ahora tenía cosas más interesantes que hacer.
Parece que le conoces volví a increpar a la de la espada, pero esta vez para que me escuchara. Aún me chupaba la sangre de los dedos. ¿Qué es todo esto? ¿podrías arreglar que hablemos con ella a solas? Tengo asuntos que atender con esa tal “Nana” no quería sonar impertinente, después de todo, no era mi territorio y era una entre decenas. Realmente me preguntaba de qué iba toda esa reunión ¿estaban de broma?.
Una suave brisa me trajo un olor conocido, aunque era difícil encontrar a su dueño. Estaba segura de que era alguien grato, de lo contrario las alarmas ya se hubieran encendido, pero dentro de tal gentío era muy difícil de encontrar la fuente de esa esencia. Tanto lycan hacía que los pelos de la espalda se me pusieran de punta, a un menor movimiento inocente, sentía que mi cuerpo sobre-reaccionaba, lo que me obligaba a respirar profundamente y parecer calma.
Lo que mejor funcionaba era decir palabras sucias en mi mente. Sólo esperaba que no se me escapara alguna entre las respuesta s que se suponía debía dar ante cualquier intercambio de palabras…
Woodpecker
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
Llegaron a la cueva, Eirik no pudo evitar reprimir un gruñido al ver tanto licántropo junto. Hacía muchísimo tiempo que no veía tal concentración y no se le hacía nada agradable. Se le antojaba a su antigua manada y presentía que en cualquier momento se le iban a lanzar encima, de ninguna manera se sentía cómodo, estaba tenso y alerta.
Demasiado ruido, demasiadas olores, demasiada gente, a pesar de que su olfato detectaba a alguien conocido, le daba igual. No iba aponerse a indagar, automáticamente cuando aquellos tipos que lo habían acompañado lo dejaron ahí, él se fue directo al rincón más apartado y solitario de la cueva, donde podía ver y escuchar todo peor pasando desapercibido.
<< Esa debe de ser la tal Nana >>pensó apoyando la espalda contra la fría y húmeda roca y cruzándose de brazos, al ver como una mujer de cabellos morenos, piel blanca y ojos amarillos se subía a una roca y comenzaba a soltar un largo discurso sobre paz y amor<< Palabras y más palabras… >>refunfuñó Eirik en su cabeza con incredulidad, pues ya había escuchado antes aquellas promesas, sí, eran muy hermosas y premonizaban un futuro radiante de luz y felicidad, eso es lo que las manadas hacían siempre, te ponían la miel en la boca y luego para utilizarte después como les conveniese o si eras débil desecharte como a un trapo sucio después de limpiarse el culo. Y consciente de su propia condición, en el mejor de los casos le esperaba de nuevo el destierro.
La mujer finalizó el discurso y Eirik vio como los demás licántropos vitoreaban su discurso esperanzados, para luego querer abrazar a aquella mujer con una gran sonrisa en los labios, él en cambio frunció el ceño y negó con la cabeza lentamente en desaprobación
<< Menudo puñado de borregos… >>gruñó de nuevo en su cabeza. Tal era su desaprobación que ni siquiera quiso acercarse a los demás a comer, no quería o más bien no se atrevía acercarse al resto de licántropos, pues por mucho que lo negase; él mismo por un momento había sentido el calor y la agradable sensación de estar de nuevo en una manada de verdad<< No te engañes, todo esto son solo pamplinas >>se cortó a si mismo rápidamente a ilusión.
Después se acercó sin decir nada a nadie, evitando incluso el contacto visual con cualquier otro de su raza a por una jarra de cerveza, se sentó junto al fuego y sin decir nada a nadie comenzó a beber, ignorando todo lo que pasaba a su alrededor. Comería y bebería hasta hartarse, buscaría esa tal Nana, le diría que no a su propuesta y se largaría, ya que si algo había aprendido en su anterior manada era que nunca nada era tan bonito como parecía.
Demasiado ruido, demasiadas olores, demasiada gente, a pesar de que su olfato detectaba a alguien conocido, le daba igual. No iba aponerse a indagar, automáticamente cuando aquellos tipos que lo habían acompañado lo dejaron ahí, él se fue directo al rincón más apartado y solitario de la cueva, donde podía ver y escuchar todo peor pasando desapercibido.
<< Esa debe de ser la tal Nana >>pensó apoyando la espalda contra la fría y húmeda roca y cruzándose de brazos, al ver como una mujer de cabellos morenos, piel blanca y ojos amarillos se subía a una roca y comenzaba a soltar un largo discurso sobre paz y amor<< Palabras y más palabras… >>refunfuñó Eirik en su cabeza con incredulidad, pues ya había escuchado antes aquellas promesas, sí, eran muy hermosas y premonizaban un futuro radiante de luz y felicidad, eso es lo que las manadas hacían siempre, te ponían la miel en la boca y luego para utilizarte después como les conveniese o si eras débil desecharte como a un trapo sucio después de limpiarse el culo. Y consciente de su propia condición, en el mejor de los casos le esperaba de nuevo el destierro.
La mujer finalizó el discurso y Eirik vio como los demás licántropos vitoreaban su discurso esperanzados, para luego querer abrazar a aquella mujer con una gran sonrisa en los labios, él en cambio frunció el ceño y negó con la cabeza lentamente en desaprobación
<< Menudo puñado de borregos… >>gruñó de nuevo en su cabeza. Tal era su desaprobación que ni siquiera quiso acercarse a los demás a comer, no quería o más bien no se atrevía acercarse al resto de licántropos, pues por mucho que lo negase; él mismo por un momento había sentido el calor y la agradable sensación de estar de nuevo en una manada de verdad<< No te engañes, todo esto son solo pamplinas >>se cortó a si mismo rápidamente a ilusión.
Después se acercó sin decir nada a nadie, evitando incluso el contacto visual con cualquier otro de su raza a por una jarra de cerveza, se sentó junto al fuego y sin decir nada a nadie comenzó a beber, ignorando todo lo que pasaba a su alrededor. Comería y bebería hasta hartarse, buscaría esa tal Nana, le diría que no a su propuesta y se largaría, ya que si algo había aprendido en su anterior manada era que nunca nada era tan bonito como parecía.
Eirik Argyle
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
Todos parecían satisfechos con las palabras de la loba, todos aquellos que habían escuchado hablar de sus gestas contra la manada, o aquellos que la conocían bien, que sabían que era de fiar y que cuando prometía o se ponía una meta, la alcanzaba costase lo que costase. Pero no todo el mundo parecía estar de acuerdo con sus palabras. Nana lo sabía, y sabía que iba a necesitar más que palabras para convencerlos, pero no le preocupaba, si ellos eran de fiar, confiarían en ella y les ayudarían, sino, saldrían por la puerta de la cueva y desaparecerían entre los árboles.
Nana acompañada de Leo, Rose, Alec y Hera entró al fondo de la cueva, allí había una gran mesa redonda con varias sillas de madera. Rose encendió las velas de los candelabros, y las antorchas de las paredes ya que a penas entraba luz de la entrada de la cueva. Allí tampoco el griterío se escuchaba a penas, puesto que la gente seguía bebiendo y comiendo, había mucho que celebrar.
-Alec, Hera, Leo, necesito que los convoquéis, a todos aquellos que puedan resultar útiles. A Aleki, Einarr, la muchacha del pelo plateado, el chico de ojos azules y a Kotar e Isgar. -Nana extendió el mapa que llevaba en todo momento en la mano y lo puso en el centro de la mesa y apoyó ambas manos sobre la cálida madera, pensativa. Si no lograba ayuda suficiente, su plan se vería frustrado, pero si contaba el plan a las personas adecuadas, quizá y solo quizá contaría con la ayuda necesaria. Nana era una mujer lista, había aprendido a leer sola y había dedicado gran parte de su tiempo a leer, aunque era un detalle que prefería omitir de su vida, se quitó la capa y la colgó en la gran silla de madera que presidía la mesa. Alec, Hera y Leo partieron con una gran sonrisa, sabían que Nana no podría dejar escapar a nadie, no se daba por vencida fácilmente.
-Nana, hay alguien que también quiere verte, parece ser un sacerdote. -Nana frunció el ceño, curiosa. -Sí, como lo oyes. -Rose se encogió de hombros. -¿Lo hago pasar?
-Sí, nos van a hacer falta todos los dioses para esto. -Dijo bromeando y se acomodó las armas del cinturón, porque pese a que vestía un vestido, seguía llevando sus armas a todas horas. Descordó su cinturón y lo dejó encima de la mesa, en gesto de confianza para cuando llegasen sus invitados. Rose se dio la vuelta y fue a llamar a aquel sacerdote.
Alec se dirigió hacia Aleki que parecía perdida mirando el agua correr en el riachuelo y le puso una mano en el hombro, sonriendo. Si bien Alec conocía a Aleki de la posada, sabía también su historia, no muy diferente a la suya propia, la cual no había contado a la mujer. Aleki parecía deprimida, cosa que sorprendió a Alec, pues conocía la devoción que sentía la loba por su líder.
-Es un día para recordar. -Dijo separándose de ella para tomar un guijarro del suelo. -Pero tú no pareces muy alegre. -Añadió lanzándolo al río y haciéndolo rebotar. -Deberías alegrarte por ella. -Alec miró a Aleki a los ojos y frunció el ceño, extrañado. -Está cumpliendo el sueño del clan, de todos. Se que no quieres una nueva manada, ¿Qué te crees? ¿Que yo no tengo miedo? Todos tenemos miedo, miedo de que nos vuelva a pasar otra vez lo que nos pasó una vez. -Por primera vez Alec parecía serio en las cosas que decía. -Pero Nana es diferente, y en el fondo lo sabes, como yo. Porque no somos tan diferentes, ni de ella, ni de ellos. -Le dijo señalándole dentro de la cueva, donde la gente celebraba con vino y cerveza. -A todos nos falta algo que ella nos puede dar. Recuérdalo, Aleki. Ella te aprecia, para ella eres como de la familia y ahora nos necesita. Si le fallas le romperás el corazón. -Alec le tomó de nuevo el hombro con la mano y le dio una palmada. -Vamos dentro, te ha hecho llamar para la reunión. -Le hizo un ademán para que le acompañase dentro de la cueva y esperó a que ella diese el primer paso para pasar tras ella.
Mientras, dentro de la cueva Hera había ido a buscar a Kotar e Isgar, y ahora había ido a buscar a aquella muchacha de pelo plateado que habían encontrado antes en el bosque. Tomó dos vasos de cerveza y le acercó uno, sentándose a su lado.
-Hola. -Saludó con una sonrisa de oreja a oreja ofreciéndole amablemente el vaso de cerveza. -Soy Hera, ¿Me recuerdas? La chica del bosque de esta mañana. -Le dijo ladeando la cabeza y dio un sorbo a su cerveza. -No te veo muy entusiasmada con la idea de Nana. -Añadió frunciendo el ceño. -Eso es porque no la conoces. -Negó con la cabeza varias veces, en señal de desaprobación. -Nana es una buena líder. Qué digo, es la mejor líder. -Sonrió de oreja a oreja, sus palabras estaban llenas de orgullo. -Te contaré algo, yo antes vivía en la calle. -Alguien vino por detrás y les ofreció a ambas un pincho de carne, Hera cogió uno y sonrió a modo de agradecimiento. -Siempre soñé con gente que me quisiera, y Nana... Ella me acogió en su casa, me dio de comer y me enseñó a ser un lobo. -Le contó a la mujer mientras le daba un mordisco al pincho de carne. -¿Ves a toda esta gente? No tienen hogar, y se cómo se sienten, entiendo a todos y cada uno de ellos. ¿Ves a aquella mujer de ahí, que acuna a un niño recién nacido? ¿Cómo le dirías tú ahora que sus hijos no van a crecer en la protección de un poblado, que no van a conocer a amigos de su edad, solo porque un hombre no les deja vivir en su propio bosque? -Hera dio otro trago a la cerveza y la dejó a un lado. -Te contaré un secreto, pero shh, no lo sabe nadie. -Hera sonrió y se acercó al oído de Wood a cuatro patas. -Estoy en cinta. -Se despegó de Wood con una amplia sonrisa y con una de sus manos en su vientre, orgullosa. -Y ahora dime si no tenemos derecho a soñar todos, y si mis hijos no tendrán derecho a criarse donde yo quiera. -No esperó la respuesta de Wood siquiera, se levantó y se sacudió el vestido azul que llevaba. -Vamos, Nana te ha convocado para la reunión. -Le hizo un ademán para que pasase delante de ella y acompañarle allí donde Nana esperaba.
Leo había ido a llamar a Einarr, que con una sonrisa y medio borracho había accedido a hablar con la loba y había entrado sin necesidad alguna de compañía al interior de la cueva, y ahora el artista se dispuso a llamar al hombre de ojos azules. Pero tenía muy pocas pistas acerca de él, así que se arriesgaba a equivocarse de persona. Tomó un vaso de vino y lo bebió de un trago, después analizó uno por uno los integrantes del grupo hasta que dio con él, por su perfil era lo que buscaba Nana para el poblado. Se puso a su lado y se sentó en el suelo.
-Antes de que digas nada, déjame decirte algo. -Leo miró al fuego y siquiera se giró para mirar a aquel hombre, del cual desconocía incluso su nombre. -No me conoces, ni yo a ti, ni conoces a Nana, ni su vida, ni su causa. Pero créeme que es la mujer más espectacular que vas a conocer jamás. Creerás conocerla, pero no será así. Y si algo se le mete entre ceja y ceja lo consigue, porque ella es así. -El pintor se giró hacia él, le daba rabia la gente que no comprendía la causa, que no se sentían identificados con toda esa gente que había perdido a familiares y amigos en guerras territoriales, a hijos e incluso sus hogares. -Entra ahí y escúchala, porque si no lo haces te arrepentirás toda tu vida, porque ¿Ves a toda esta gente? Han sufrido más de lo que incluso podamos imaginar, y no nos rendiremos hasta que cada uno de ellos tenga al menos un logar al que llamar hogar. -Leo se levantó y le hizo un ademán para que pasase al interior de la cueva.
Rose había hecho llamar al sacerdote, que había entrado ya al interior de la cueva con la compañía de la bruja, al igual que Einarr, y ambos se habían sentado en la mesa redonda y ahora charlaban amistosamente con Nana.
______________
- Es hora de decidir en qué bando estáis. Quiero hacer como mucho un post más porque tanto Eirik nos vamos pronto de vacaciones y no vamos a poder responder.
- En el próximo post que abra ya será en el poblado, ahí especificaré el proceso de creación del poblado y no será necesario postear si no queréis, habrán pasado muchos meses hasta que se termine de construir el poblado y demás.
Última edición por Nana el Jue 18 Dic 2014, 16:45, editado 1 vez
Nana
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
Su reflejo en el agua era el ver, literalmente, cómo se sentía. Luego de convivir un tiempo con Nana, y de volver a buscarla después de años de estar separadas la tenía allí apenas a unos metros, siendo idolatrada como el ícono del resugirmiento de una raza siempre vista en menos. ¿Pero realmente quería ser parte de aquello? ¿Realmente se sentía parte de ese grupo, habiendo llegado de la nada sólo por querer ver a Nana y encontrarle un significado a su búsqueda? Sus ojos entrecerrados en señal de desánimo eran la prueba más evidente de su respuesta.
Unos pocos intentaron acercársele buscando conversación o quizás algún otro tipo de interés, pero los había evadido a todos excepto a una mujer de cabello corto que le pidió hablar con Nana como si ella fuera una especie de secretaria o delegada. Aunque se había acostumbrado a no ser tan arisca, llegando incluso a hacer un par de amigos en sus viajes, las circunstancias y sus propios pensamientos respecto a ella le habían pasado la cuenta un poco, sin perjudicar sin embargo lo que la joven deseaba. Sonrió levemente para luego suspirar y llevarse las manos a los bolsillos, percibiendo cómo su corazón latía con bastante nerviosismo a pesar de no encontrarse en peligro aparente.
Percibió a alguien acercándose a ella, y por ello fue que se relajó lo más que pudo, aunque su acompañante pudo ver perfectamente a través de su expresión y su semblante; y más importante, por el hecho de que no estuviera compartiendo con quien asumía era su gran amiga. Le escuchó con atención, fijándose en el reflejo distorsionado por la piedra que acababa de lanzar con magistral precisión, como si el lugar en que había quedado ésta hubiera sido obra de un dedo índice apuntando. Le miró como reacción en cadena, pudiendo notar la decisión, el convencimiento y la esperanza en cada palabra que salía de su boca; así como también la comprensión a su propia situación personal, la cual había conocido seguramente a manos de Nana. Hizo una mueca de desaprobación, sintiendo un leve dolor en su pecho como si la flecha de los argumentos hubiera dado justo en el blanco de sus sentimientos. Sí, no podía negar que temía que la masacre del clan Zeigi se repitiera además de en sus pesadillas ya no tan frecuentes.
La mueca de duda se disipó de un plumazo cuando supo que Nana le había mandado llamar. Sabía que supuestamente Nana le tenía alta estima –y lo había experimentado de primera fuente cuando se la reencontró-, ¿Pero llegar a ese punto? ¿Familia? ¿Romperle el corazón si le fallaba? Sus ojos brillaron por la ilusión y la emoción de que quizás y sólo quizás, se formaría una posibilidad para ella. Estaría mucho más cerca de Nana, y quizás podría convencerla…
…la palmada terminó espabilándole, tanto que ya tenía una sonrisa de oreja a oreja. Era la oportunidad perfecta, y no la iba a desperdiciar. – Gracias, Alec. En serio. – Le dijo tras todo ese discurso y marchó delante de él en dirección a la cueva, pensando en cómo Nana y ese grupo de gente desconocida podrían darle lo que le había faltado durante tantos años: sentido de pertenencia.
Unos pocos intentaron acercársele buscando conversación o quizás algún otro tipo de interés, pero los había evadido a todos excepto a una mujer de cabello corto que le pidió hablar con Nana como si ella fuera una especie de secretaria o delegada. Aunque se había acostumbrado a no ser tan arisca, llegando incluso a hacer un par de amigos en sus viajes, las circunstancias y sus propios pensamientos respecto a ella le habían pasado la cuenta un poco, sin perjudicar sin embargo lo que la joven deseaba. Sonrió levemente para luego suspirar y llevarse las manos a los bolsillos, percibiendo cómo su corazón latía con bastante nerviosismo a pesar de no encontrarse en peligro aparente.
Percibió a alguien acercándose a ella, y por ello fue que se relajó lo más que pudo, aunque su acompañante pudo ver perfectamente a través de su expresión y su semblante; y más importante, por el hecho de que no estuviera compartiendo con quien asumía era su gran amiga. Le escuchó con atención, fijándose en el reflejo distorsionado por la piedra que acababa de lanzar con magistral precisión, como si el lugar en que había quedado ésta hubiera sido obra de un dedo índice apuntando. Le miró como reacción en cadena, pudiendo notar la decisión, el convencimiento y la esperanza en cada palabra que salía de su boca; así como también la comprensión a su propia situación personal, la cual había conocido seguramente a manos de Nana. Hizo una mueca de desaprobación, sintiendo un leve dolor en su pecho como si la flecha de los argumentos hubiera dado justo en el blanco de sus sentimientos. Sí, no podía negar que temía que la masacre del clan Zeigi se repitiera además de en sus pesadillas ya no tan frecuentes.
La mueca de duda se disipó de un plumazo cuando supo que Nana le había mandado llamar. Sabía que supuestamente Nana le tenía alta estima –y lo había experimentado de primera fuente cuando se la reencontró-, ¿Pero llegar a ese punto? ¿Familia? ¿Romperle el corazón si le fallaba? Sus ojos brillaron por la ilusión y la emoción de que quizás y sólo quizás, se formaría una posibilidad para ella. Estaría mucho más cerca de Nana, y quizás podría convencerla…
…la palmada terminó espabilándole, tanto que ya tenía una sonrisa de oreja a oreja. Era la oportunidad perfecta, y no la iba a desperdiciar. – Gracias, Alec. En serio. – Le dijo tras todo ese discurso y marchó delante de él en dirección a la cueva, pensando en cómo Nana y ese grupo de gente desconocida podrían darle lo que le había faltado durante tantos años: sentido de pertenencia.
Aleki
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
La muchacha a la que me referí si conocía a la Nana esa, pero no parecía muy convencida de nada. Pronto decidí continuar vagando de un lugar para otro, buscando sin saber qué realmente, mirando sin mirar. La cueva era un lugar bastante decente y amigable. Los licántropos que se habían reunido parecían tener algo así como fe. Realmente a mi me daba igual, esas emociones y necesidades que ellos parecían experimentar yo no las había tenido o al menos, las había experimentado de una manera bastante diferente y peculiar con el fallecido Luner.
Tch al parecer esto ya se estaba volviendo una muletilla. “¿un hogar?, y tienen como “enemigos” a esa estúpida manada… yo no me metería con ellos, pero bueno” Cabilaba y me debatía internamente cuando esa chica que me reclutó se apareció de la nada. Bloqueando la visión de quién juraría que era Eirik. Tenía ganas de golpearle, aparecerse así de la nada, cuando estaba con los nervios tan destrozados… ¡Perra maldita! le grité casi en la cara por el sobresalto. Ella me miró como para partirme en dos y los que estaban a nuestro alrededor comentaron por lo bajo.
Lo siento, pensar cosas malas me calman… me dicho lo primero que tenía en la mente le confesé bajando la mirada. Aunque algo de eso se merecía por… no sé, no terminaba de caerme bien simplemente, creo… no estoy segura. Al parecer, ella venía de parte de la líder para que asistiera a una reunión en privado. Supuse que al fin se destaparía la olla y que tanta paz y amor tenían que tener un doble filo. Sonreí y me dispuse a seguir a la joven embarazada, a quien no le había dado demasiadas respuestas fuera de Oh y Ah. Antes de entrar, me detuve y le toqué el hombro con suavidad. Cuidate fue lo único que le dije, recordando tiempos pasados en los que yo… también había sido una mujer.
____________________________________
Off:Perdon lo escueto y poco original, pero hoy no ha sido un buen dia y esto es lo unico que puedo aportar.
Tch al parecer esto ya se estaba volviendo una muletilla. “¿un hogar?, y tienen como “enemigos” a esa estúpida manada… yo no me metería con ellos, pero bueno” Cabilaba y me debatía internamente cuando esa chica que me reclutó se apareció de la nada. Bloqueando la visión de quién juraría que era Eirik. Tenía ganas de golpearle, aparecerse así de la nada, cuando estaba con los nervios tan destrozados… ¡Perra maldita! le grité casi en la cara por el sobresalto. Ella me miró como para partirme en dos y los que estaban a nuestro alrededor comentaron por lo bajo.
Lo siento, pensar cosas malas me calman… me dicho lo primero que tenía en la mente le confesé bajando la mirada. Aunque algo de eso se merecía por… no sé, no terminaba de caerme bien simplemente, creo… no estoy segura. Al parecer, ella venía de parte de la líder para que asistiera a una reunión en privado. Supuse que al fin se destaparía la olla y que tanta paz y amor tenían que tener un doble filo. Sonreí y me dispuse a seguir a la joven embarazada, a quien no le había dado demasiadas respuestas fuera de Oh y Ah. Antes de entrar, me detuve y le toqué el hombro con suavidad. Cuidate fue lo único que le dije, recordando tiempos pasados en los que yo… también había sido una mujer.
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Off:Perdon lo escueto y poco original, pero hoy no ha sido un buen dia y esto es lo unico que puedo aportar.
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
Al fin, paso lo inevitable. Alguien se sentó a su lado. No le prestó atención, en fin cosas que pasan, aquel sitio estaba a rebosar de gente y la roca que había junto a él era un lugar tan bueno como cualquier otro para sentarse. Así que ni miró a aquel tipo, no al menos hasta que le escuchó hablarle, aunque parecía que hablaba al fuego, porque tampoco establecía contacto visual, pero aquel tono impertinente que estaba empleando con él no le gustaba un pelo.
Y menos le gustó que aquel hombre afirmase que aquella tal Nana fuese la mujer más espectacular sobre la tierra, Eirik miró de reojo a aquel hombre con algo de rabia, no le gustaba la gente prepotente.
-Lo dudo –respondió simple y llanamente, pues conocía a alguien que de seguro le daba mil patadas a aquella mujer, Fribba. Y tampoco la definiría como espectacular si no más bien como peculiar, al fin y al cabo era una humana con un comportamiento nada natural para el egoísmo de su raza, ella era engañosamente ingenua, amable y dispuesta a ayudar a quien fuese, sin prejuicios de ningún tipo. En ocasiones Eirik se llegó a preguntar si aquella jovencita tenía algo de lobo. Ante su respuesta aquel tipo moreno y prepotente se giró hacia él, le pidió que entrase en una sala y escuchara más palabrerías por parte de una mujer y luego comenzó a darle un minisermón sobre esperanzas y sueños, paparruchas que Eirik no escuchó, pues la olor familiar que había sentido al principio de entrar allí se le hizo más presente<< ¿Wood? >>se preguntó olisqueando distraído el aire mientras aquel tipo seguía parloteando.
Finalmente aquel tipo se levantó y le hizo un ademán para que lo siguiese al interior de la otra sala, Eirik se levantó sacudiéndose el polvo del pantalón
-No me interesa nada de lo que esa tal Nana pueda decirme, pero te seguiré con tal de que te calles de una vez –refunfuñó en su peculiar manera de dejarse arrastrar a lo que fuese que se estaba cociendo, mas por curiosidad que por autentico interés, pero al mismo tiempo dando a entender que lo hacía porque le daba la gana y no porque carecía de personalidad. En cualquier caso seguía medio distraído preguntándose si realmente estaba Wood allí o solo se lo parecía, pues había mucha gente y todos con sus característicos olores y si ella estaba ahí ¿También había sido arrastrada como él o ella también confiaba en aquella susodicha Nana?
-¡Perra Maldita! –escuchó que alguien gritaba alto y claro sobresaltando a todo el mundo, incluso a él mismo que no pudo evitar medio sonreír
<< Sí, es Wood >>la reconoció enseguida por su voz justo antes de que le hicieran entrar al lugar donde se suponía que aquella tipa le esperaba<< ¿Un sacerdote? No me jodas… >>pensó con incredulidad al verlo hablando con la que se suponía que era la líder de aquella manada, cada vez tenía más claro que el asunto no le gustaba y avanzó dispuesto a escuchar pero a negarse a participar.
Sin ser consciente de que tras mucha insistencia, finalmente Nana le convencería para ayudar en la construcción del pueblo retrasando así aún más su regreso a Lunargenta, por suerte disponía de los pergaminos y tinta suficientes para ir escribiendo a Fribba dándole señales de vida, explicándole que estaba haciendo y que no pensase que la había dejado tirada con Meredy. Al fin y al cabo, por mucho que todo eso de ser los padres de la niña fuese una farsa para protegerla en parte también era su responsabilidad.
Y menos le gustó que aquel hombre afirmase que aquella tal Nana fuese la mujer más espectacular sobre la tierra, Eirik miró de reojo a aquel hombre con algo de rabia, no le gustaba la gente prepotente.
-Lo dudo –respondió simple y llanamente, pues conocía a alguien que de seguro le daba mil patadas a aquella mujer, Fribba. Y tampoco la definiría como espectacular si no más bien como peculiar, al fin y al cabo era una humana con un comportamiento nada natural para el egoísmo de su raza, ella era engañosamente ingenua, amable y dispuesta a ayudar a quien fuese, sin prejuicios de ningún tipo. En ocasiones Eirik se llegó a preguntar si aquella jovencita tenía algo de lobo. Ante su respuesta aquel tipo moreno y prepotente se giró hacia él, le pidió que entrase en una sala y escuchara más palabrerías por parte de una mujer y luego comenzó a darle un minisermón sobre esperanzas y sueños, paparruchas que Eirik no escuchó, pues la olor familiar que había sentido al principio de entrar allí se le hizo más presente<< ¿Wood? >>se preguntó olisqueando distraído el aire mientras aquel tipo seguía parloteando.
Finalmente aquel tipo se levantó y le hizo un ademán para que lo siguiese al interior de la otra sala, Eirik se levantó sacudiéndose el polvo del pantalón
-No me interesa nada de lo que esa tal Nana pueda decirme, pero te seguiré con tal de que te calles de una vez –refunfuñó en su peculiar manera de dejarse arrastrar a lo que fuese que se estaba cociendo, mas por curiosidad que por autentico interés, pero al mismo tiempo dando a entender que lo hacía porque le daba la gana y no porque carecía de personalidad. En cualquier caso seguía medio distraído preguntándose si realmente estaba Wood allí o solo se lo parecía, pues había mucha gente y todos con sus característicos olores y si ella estaba ahí ¿También había sido arrastrada como él o ella también confiaba en aquella susodicha Nana?
-¡Perra Maldita! –escuchó que alguien gritaba alto y claro sobresaltando a todo el mundo, incluso a él mismo que no pudo evitar medio sonreír
<< Sí, es Wood >>la reconoció enseguida por su voz justo antes de que le hicieran entrar al lugar donde se suponía que aquella tipa le esperaba<< ¿Un sacerdote? No me jodas… >>pensó con incredulidad al verlo hablando con la que se suponía que era la líder de aquella manada, cada vez tenía más claro que el asunto no le gustaba y avanzó dispuesto a escuchar pero a negarse a participar.
Sin ser consciente de que tras mucha insistencia, finalmente Nana le convencería para ayudar en la construcción del pueblo retrasando así aún más su regreso a Lunargenta, por suerte disponía de los pergaminos y tinta suficientes para ir escribiendo a Fribba dándole señales de vida, explicándole que estaba haciendo y que no pensase que la había dejado tirada con Meredy. Al fin y al cabo, por mucho que todo eso de ser los padres de la niña fuese una farsa para protegerla en parte también era su responsabilidad.
Eirik Argyle
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Re: Los primeros pasos de un futuro incierto {Libre solo licántropos. POST DE TRAMA}
La loba esbozó una media sonrisa al ver entrar a los tres, sabía en el fondo que iban a volver y que optarían por el camino difícil, como ella, pues al parecer no eran tan diferentes a ella. Los miró uno por uno, clavando sus ojos en los suyos, analizando cada trozo de su alma por minúsculo que fuera. Sonrió, había elegido bien. Se puso erguida frente a su silla y esperó pacientemente a que todos se sentasen en sus sitios. Alec, Hera, Leo y Rose se situaron detrás de Nana, pero escuchaban ansiosos el plan de la loba. Nana suspiró hondo, ahora ya no era momento de discursos, era hora de ir al grano. Puso ambas manos sobre el mapa inclinándose hacia delante.
-Bien, si todos lo reconocéis este es un mapa de Aerandir, cada rincón y cada sitio ha sido descubierto y explorado por mi misma. -Señaló un punto exacto en el mapa, al este, pegado a la costa, casi al linde entre el reino del norte. -Aquí es donde fundaremos la aldea, ¿Por qué? Os preguntaréis, es muy fácil. -Nana se levantó y le hizo un ademán a Rose para que le sirviera algo a sus invitados, habría que brindar por ello. -Es un fiordo, la cola de jormungand, porque tiene tanto agua salada como dulce. -Explicó señalando una pequeña abertura en la costa con la serpiente del mundo dibujada sobre él. -Esto nos dará sustento de agua para beber, y para cultivar. Porque el terreno al lado del río es fértil como las tierras humanas. Además, la entrada al mar nos proporcionará dos cosas importantes, comercio con Lunargenta, con la que ya he firmado un tratado de paz con mi amigo Siegfried, el conocido rey, y con Dundarak en un futuro. Y pesca, pues el fiordo es rico en salmones y otros peces de agua dulce y salada -Las palabras de Nana eran rotundas, había ido totalmente al grano, y sus subordinados la miraban desde su espalda casi anonadados. -No vamos a estar alimentándonos de piedras, obviamente. -Aclaró negando con la cabeza.
-Pero os necesito para levantarla, al igual que os necesito porque alguien tiene que establecer el orden en la aldea. -Nana miró a todos y apoyó los brazos en la silla. - Necesito que me ayudéis a mantenerla y a protegerla, fuera tan solo tengo cazadores, familias y campesinos convertidos, necesito guerreros. -Les dijo y alzó la copa de vino que Rose les había servido a todos. -Creo que hay ya una razón por la que brindar, ¿No creéis, compañeros? -Sonrió de medio lado enseñando uno de sus afilados colmillos y esperó para brindar con los demás. Aquella noche fue una noche de celebraciones, de cánticos, de historias, pero pronto se irían todos a dormir, pues al alba partirían al que sería su nuevo hogar, uno que nadie podría arrebatarles.
___________________
Gracias por participar en el rol, vuestros personajes ganan:
- Reputación entre la raza de los licántropos
- Una casa en Ulmer
- El puesto de general en dicho poblado. (Quien lo quiera)
Nana
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