[Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
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[Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Finalmente había conseguido salir de esa horrible montaña, ahora se dirigía a Lunargenta de nuevo, sin embargo, el camino era largo, y antes había que atravesar varios lugares; el elfo ya había sufrido bastante frío en el Pico más Alto, por lo que se negó la posibilidad de entrar a la Llanura Nevada, era una locura intentar ese camino para luego pisar tierras de vampiros, en su lugar, buscaría pasar por el este, tan rápido como pudiera ir.
De momento, debía cruzar ese pequeño lugar llamado La Gran Estepa, apenas entró al pueblo pudo ver una gran cantidad de personas reunidas en una modesta casa que por alguna razón se permitía algunos lujos que las casas vecinas no tenían, sin embargo no le dio mucha importancia y trató de continuar, pero más personas se acercaban al lugar y a la fuerza, entre empujones y tropezones accidentales acabaron arrastrando a Destino hasta donde lograba escuchar lo que decían.
Una señora, algo mayor, aunque bastante fuerte y conservada para la edad que aparentaba decía a toda voz -Pagaré una gran recompensa por mi pequeño heredero- Decía la anciana mientras mostraba una especie de retrato de un niño junto a una cosa parecida a un perro -Salió a pasear ayer en la tarde y aún no ha regresado- Algunas lágrimas asomaban en los ojos de la mujer pero al final conseguía contenerlas, tal vez por orgullo o para evitar que sintieran lástima por ella, pero al final ya no pudo contenerse más y se metió a su casa cerrando la puerta tras ella, y dejando solo el dibujo del chico que cayó al piso sin que le prestaran mucha atención.
Los presentes se dispersaron lentamente murmurando acerca de la recompensa, pero que a estas horas el chico ya estaría muerto, el heredero era lo único que le quedaba a la viuda, pero sería una pérdida de tiempo salir a buscarlo, estaba de más hacerlo, sin embargo, el pelinegro permaneció inmóvil observando el rostro del chico en el dibujo, tenía el extraño presentimiento de que podía seguir con vida, en algún lugar...
De momento, debía cruzar ese pequeño lugar llamado La Gran Estepa, apenas entró al pueblo pudo ver una gran cantidad de personas reunidas en una modesta casa que por alguna razón se permitía algunos lujos que las casas vecinas no tenían, sin embargo no le dio mucha importancia y trató de continuar, pero más personas se acercaban al lugar y a la fuerza, entre empujones y tropezones accidentales acabaron arrastrando a Destino hasta donde lograba escuchar lo que decían.
Una señora, algo mayor, aunque bastante fuerte y conservada para la edad que aparentaba decía a toda voz -Pagaré una gran recompensa por mi pequeño heredero- Decía la anciana mientras mostraba una especie de retrato de un niño junto a una cosa parecida a un perro -Salió a pasear ayer en la tarde y aún no ha regresado- Algunas lágrimas asomaban en los ojos de la mujer pero al final conseguía contenerlas, tal vez por orgullo o para evitar que sintieran lástima por ella, pero al final ya no pudo contenerse más y se metió a su casa cerrando la puerta tras ella, y dejando solo el dibujo del chico que cayó al piso sin que le prestaran mucha atención.
Los presentes se dispersaron lentamente murmurando acerca de la recompensa, pero que a estas horas el chico ya estaría muerto, el heredero era lo único que le quedaba a la viuda, pero sería una pérdida de tiempo salir a buscarlo, estaba de más hacerlo, sin embargo, el pelinegro permaneció inmóvil observando el rostro del chico en el dibujo, tenía el extraño presentimiento de que podía seguir con vida, en algún lugar...
- Imagen referencial del heredero:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Fueron menos de 30 segundos en photoshop, no se burlen xD
Última edición por Destino el Mar Oct 27 2015, 04:01, editado 1 vez
Destino
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Por fin habían salido de dundarak, y legaban de nuevo a un lugar medianamente habitado, una de esas aldeas en las que parece que nunca pasa nada. El día estaba despejado, a pesar del frío típico del norte, hacía tanto sol que parecía que se fuera a derreti la nieve. Era una suerte, la chica ya llevaba bastante mal el frío como, para colmo, tener que aguantar nubes, ni en broma lo aguantaría sin soltar alguna que otra protesta.
Fire revoloteaba a su alrededor, contenta de bajar por fin hacia el sur, a ella tampoco le gustaba el frío. Pero lo cierto es que estaba realmente adorable con su chalequito, y le hacía cosquilas cuando se refujiaba en su ropa, ese halcón era la única compañía que la hacía sonreir, pero no se permítia hacerlo delante de la gente, tenía una reputación que mantener.
A medida que entraban en el pueblo, parecía haber cada ve más alboroto, la gente corría dando gritos, cruzandose por delante, que pasa, ¿había alguna fiesta? Si había fiesta, eso significaba bebida gratis, por esos sitios daba la impresión de que la mejor forma de calentar el cuerpo que conocían era inflarse a alcohol, y, si era costumbre, ella no iba a contradecirlo, además, nunca estaba de más un buen trago.
Se adentró en el pueblo siguiendo a la multitud, reunida frente a un portal, y esperó escuchando lo que sucedía, así que no había fiesta alguna, ni tampoco alcohol, puso mala cara y se dispuso a irse hasta que es cuchó la palabra recompensa. Alzó una ceja y tomó uno de los papeles que repartía la mujer, un niño, feo donde los halla, se había perdido, seguramente estaría muerto, pero una recompensa por pasearse buscando a un crio, no estaba mal.
- Esto parece interesante.- musitó.
Bajó el panfleto cruzando un brazo sobre el pecho mientras Fire se posaba sobre su hombro, quería dinero, y alcohol, mucho alcohol para aguantar sin matar a nadie, quería llegar pronto al sur, para dejar atrás el frío, que de tan mal humor la ponía, como si ella no fuera susceptible de por si. La gente comenzaba a irse, solo unos pocos permanecieron allí, entre ellos, un elfo de piel blanca, ¿cómo aguantaba un elfo en un sitio tan helado?
Fire revoloteaba a su alrededor, contenta de bajar por fin hacia el sur, a ella tampoco le gustaba el frío. Pero lo cierto es que estaba realmente adorable con su chalequito, y le hacía cosquilas cuando se refujiaba en su ropa, ese halcón era la única compañía que la hacía sonreir, pero no se permítia hacerlo delante de la gente, tenía una reputación que mantener.
A medida que entraban en el pueblo, parecía haber cada ve más alboroto, la gente corría dando gritos, cruzandose por delante, que pasa, ¿había alguna fiesta? Si había fiesta, eso significaba bebida gratis, por esos sitios daba la impresión de que la mejor forma de calentar el cuerpo que conocían era inflarse a alcohol, y, si era costumbre, ella no iba a contradecirlo, además, nunca estaba de más un buen trago.
Se adentró en el pueblo siguiendo a la multitud, reunida frente a un portal, y esperó escuchando lo que sucedía, así que no había fiesta alguna, ni tampoco alcohol, puso mala cara y se dispuso a irse hasta que es cuchó la palabra recompensa. Alzó una ceja y tomó uno de los papeles que repartía la mujer, un niño, feo donde los halla, se había perdido, seguramente estaría muerto, pero una recompensa por pasearse buscando a un crio, no estaba mal.
- Esto parece interesante.- musitó.
Bajó el panfleto cruzando un brazo sobre el pecho mientras Fire se posaba sobre su hombro, quería dinero, y alcohol, mucho alcohol para aguantar sin matar a nadie, quería llegar pronto al sur, para dejar atrás el frío, que de tan mal humor la ponía, como si ella no fuera susceptible de por si. La gente comenzaba a irse, solo unos pocos permanecieron allí, entre ellos, un elfo de piel blanca, ¿cómo aguantaba un elfo en un sitio tan helado?
Keira Brabery
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Las cosas habían ido bien en Dundarak para el brujo. Había podido conversar con los dragones que había visitado en el pasado su hermana, había conocido a más personas en su periplo por la ciudad, y se había metido en varios follones para no variar. Al menos en su última aventura había conseguido una hermosa compañera de viaje.
La chica no estaba en la mejor situación económica cuando la conoció en la posada. Siendo rehén del traficante, este no le había guardado muchas de sus pertenencias, ya que para él no las necesitaría más. Y ese era el motivo del viaje interior que estaba realizando ahora mismo con la joven, pues cuando fue al norte pensaba en volver del mismo modo en que partió de Lunargenta, en barco. Pero los gastos para comprarle ropa a la mujer, entre otros bártulos, habían menguado el dinero un tanto justo que llevaba. Incluso le habían comprado un chalequito al pájaro. Vincent no era partidario de ponerles ropa a los animales, aunque esta vez era para que el halcón estuviera más cómodo con el clima de frio extremo del norte, además tenía que reconocer que estaba gracioso.
El traqueteo del carromato paró, y el joven se alzó desde su posición acostada contra los tablones. Por fin habían llegado hasta su destino. Se estiró para desperezarse, antes de saltar por el lateral del carro con su petate sobre el hombro. Keira se adelantó un poco mientras el joven se despedía del conductor, internándose en la aldea en solitario. En lo que se refería a la compañía del brujo, porque la calle estaba repleta de personas para ser un poblado pequeño. Parecía que todo el mundo estaba en la calle en ese momento.
- Que parece interesante-, dijo pegándose a la espalda de la chica, mientras cogía el papel que tenía agarrado. - Una recompensa-, comentó abstraído mirando el cartel. - Nos vendría bien el dinero. Quizás en esa taberna sepan algo más-, señaló con un movimiento de la cabeza hacia allí.
El brujo se adelantó a la mujer y al entrar comprobó que era la típica posada de paso. Nada del otro mundo. Un lugar acogedor donde comer y dormir antes de seguir con el viaje.
- Ponme dos vasos de hidromiel, amigo-, saludó sonriente al mesero. - Dime, que sabes de esto-, colocó sobre la barra el cartel de la recompensa mientras el hombre le servía las copas.
Sin pistas sobre el paradero del niño, la posada y las personas que habían colgado el cartel eran las mejores fuentes de información. Ya visitaría a los que buscaban al niño después de ver al posadero. Puede que Keira supiera de quienes se trataban, ya que ella iba delante de ella y recogió el papel.
La chica no estaba en la mejor situación económica cuando la conoció en la posada. Siendo rehén del traficante, este no le había guardado muchas de sus pertenencias, ya que para él no las necesitaría más. Y ese era el motivo del viaje interior que estaba realizando ahora mismo con la joven, pues cuando fue al norte pensaba en volver del mismo modo en que partió de Lunargenta, en barco. Pero los gastos para comprarle ropa a la mujer, entre otros bártulos, habían menguado el dinero un tanto justo que llevaba. Incluso le habían comprado un chalequito al pájaro. Vincent no era partidario de ponerles ropa a los animales, aunque esta vez era para que el halcón estuviera más cómodo con el clima de frio extremo del norte, además tenía que reconocer que estaba gracioso.
El traqueteo del carromato paró, y el joven se alzó desde su posición acostada contra los tablones. Por fin habían llegado hasta su destino. Se estiró para desperezarse, antes de saltar por el lateral del carro con su petate sobre el hombro. Keira se adelantó un poco mientras el joven se despedía del conductor, internándose en la aldea en solitario. En lo que se refería a la compañía del brujo, porque la calle estaba repleta de personas para ser un poblado pequeño. Parecía que todo el mundo estaba en la calle en ese momento.
- Que parece interesante-, dijo pegándose a la espalda de la chica, mientras cogía el papel que tenía agarrado. - Una recompensa-, comentó abstraído mirando el cartel. - Nos vendría bien el dinero. Quizás en esa taberna sepan algo más-, señaló con un movimiento de la cabeza hacia allí.
El brujo se adelantó a la mujer y al entrar comprobó que era la típica posada de paso. Nada del otro mundo. Un lugar acogedor donde comer y dormir antes de seguir con el viaje.
- Ponme dos vasos de hidromiel, amigo-, saludó sonriente al mesero. - Dime, que sabes de esto-, colocó sobre la barra el cartel de la recompensa mientras el hombre le servía las copas.
Sin pistas sobre el paradero del niño, la posada y las personas que habían colgado el cartel eran las mejores fuentes de información. Ya visitaría a los que buscaban al niño después de ver al posadero. Puede que Keira supiera de quienes se trataban, ya que ella iba delante de ella y recogió el papel.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
El elfo permaneció inmóvil un largo rato pensando qué hacer, no tenía ninguna razón para ayudar al niño, pero el animal parecía frágil y asustadizo, no podría dejarlo sin hacer nada, además había escuchado que esos perros de colores eran muy buscados por cazadores furtivos, así que sin duda, tenía que encontrarlo antes, y sí, tal vez al niño también, pero solo si estaban juntos.
En primer lugar se dirigió a la pequeña taberna a donde habían ido mucho de los presentes, si algo había aprendido hasta ahora es que los borrachos de las tabernas siempre acababan hablando de más, así que era un buen lugar para comenzar a buscar; apenas entró a la taberna y consiguió sentarse en una mesa pegada a un rincón, pudo sentir una fuerte corriente de mana que giraba en base a un par de puntos en la sala, ambos igual de fuertes -Brujos...- Musitó el pelinegro mientras cubría su boca con los puños de sus manos que mantenían los dedos cruzados y con los codos apoyados a la mesa.
Buscó la fuente del mana que sentía y tras concentrarse, dirigió la vista hacia un sujeto rubio y aparentemente peligroso, lo mantendría vigilado al menos hasta asegurarse de que no representaba una amenaza, aunque algo en ese sujeto, o en la esencia del mismo, le recordaba a alguien con quien se había encontrado antes, por ahora no entraría en muchos detalles, pues debía fijarse en el otro punto que representaba peligro, justo en el rincón opuesto había una mesa con tres tipos reunidos, parecían ser fuertes, y uno de ellos parecía ser un brujo, aunque no sabría decir con exactitud cuál de ellos, o tal vez todos, y esos sí resultaban bastante amenazantes.
Hablaban entre ellos acerca de una recompensa, así que el elfo intentó prestarles atención, aunque con el ruido que había en la taberna y las múltiples voces apenas lograría, el brujo rubio se levantó a preguntar en la barra, o al menos eso parecía al llevar el cartel del heredero, pero el hombre del bar, tras mirar a los misteriosos sujetos de la otra mesa, y darse cuenta que lo estaban mirando, se pudo nervioso y se alejó del rubio -No, amigo, no sé nada de eso y tal vez no te convenga preguntar mucho- Definitivamente había algo muy raro con aquellos sujetos que no paraban de beber y reír hasta que uno de ellos dejó escapar algo que tal vez no debía -Este comprador está tardando demasiado, con los problemas que nos han dado ese niño y su perro- No podía ser coincidencia, había hablado de más, era evidente, pues inmediatamente después de ese comentario recibió un fuerte golpe de parte del más grande y fuerte del grupo, el cual indicó luego a los otros con una mirada severa que era momento de irse de la taberna.
En primer lugar se dirigió a la pequeña taberna a donde habían ido mucho de los presentes, si algo había aprendido hasta ahora es que los borrachos de las tabernas siempre acababan hablando de más, así que era un buen lugar para comenzar a buscar; apenas entró a la taberna y consiguió sentarse en una mesa pegada a un rincón, pudo sentir una fuerte corriente de mana que giraba en base a un par de puntos en la sala, ambos igual de fuertes -Brujos...- Musitó el pelinegro mientras cubría su boca con los puños de sus manos que mantenían los dedos cruzados y con los codos apoyados a la mesa.
Buscó la fuente del mana que sentía y tras concentrarse, dirigió la vista hacia un sujeto rubio y aparentemente peligroso, lo mantendría vigilado al menos hasta asegurarse de que no representaba una amenaza, aunque algo en ese sujeto, o en la esencia del mismo, le recordaba a alguien con quien se había encontrado antes, por ahora no entraría en muchos detalles, pues debía fijarse en el otro punto que representaba peligro, justo en el rincón opuesto había una mesa con tres tipos reunidos, parecían ser fuertes, y uno de ellos parecía ser un brujo, aunque no sabría decir con exactitud cuál de ellos, o tal vez todos, y esos sí resultaban bastante amenazantes.
Hablaban entre ellos acerca de una recompensa, así que el elfo intentó prestarles atención, aunque con el ruido que había en la taberna y las múltiples voces apenas lograría, el brujo rubio se levantó a preguntar en la barra, o al menos eso parecía al llevar el cartel del heredero, pero el hombre del bar, tras mirar a los misteriosos sujetos de la otra mesa, y darse cuenta que lo estaban mirando, se pudo nervioso y se alejó del rubio -No, amigo, no sé nada de eso y tal vez no te convenga preguntar mucho- Definitivamente había algo muy raro con aquellos sujetos que no paraban de beber y reír hasta que uno de ellos dejó escapar algo que tal vez no debía -Este comprador está tardando demasiado, con los problemas que nos han dado ese niño y su perro- No podía ser coincidencia, había hablado de más, era evidente, pues inmediatamente después de ese comentario recibió un fuerte golpe de parte del más grande y fuerte del grupo, el cual indicó luego a los otros con una mirada severa que era momento de irse de la taberna.
Destino
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
La chica notó la proximidad del brujo a su espalda, que, bien podría decirse, se pegó a ella para, mirando por encima de su hombro, arrebatar la hoja que ella misma estaba mirando. Era molesto, ella no era precisamente baja, alta y estilizada, casi tanto como las elfas, no entendía como todo aquel con quien se encontraba la superaba en altura.
Se mantuvo inmovil, observando la hoja, intentando retomar el pensamiento que había sido cortado ante la aparición del brujo, la recompensa no estaría mal, por supuesto se lo daría todo a Vincent, era lo mínimo que podía hacer, además, no quería deberle nada a nadie.
Cuando quiso darse cuenta, tanto Fire como VIncent entraban ya al bar, FIre seguí al brujo con saltitos cortos, no queriendo llamar la atención. La tensai puso los ojos en blanco, "en serio, este pájaro se está volviendo un desapegado" protestó para si siguiéndo al brujo y a su querida halcón al interior del local.
Mientras el pájaro la empezaba a seguir, el brujo se acercó a la barra, ella se quitó la capa, el local estaba cálido, el fuego debía llevar ardiendo desde buena mañana, por eso el ambiente estaba tan caldeado. Con un suspiro fue hacia la barra, pero no se colocó junto al brujo, se había situado de forma en que el aire que entraba cuando la puerta se abria le daba directamente y ella no soportaba bien el frío, así que, capa en el brazo, se fue a sentar al otro lado de la barra mientras observaba a Vincent preguntar por el crio y el perro.
Notó aire frío y vio entrar a un tipo alto, de pelo negro y tez pálida, esa figura tan delgada, esa piel tan perfecta, solo podía ser un elfo. Cerca de su asiento, sin que ella tuviera nada aun para beber, aunque frente a Vincent ya habia dos vasos de hidromiel, había un pequeño grupo de hombre sosèchosos que farfullaban cosas extrañas. Los observó un instante y notó que su mirada se dirigía hacia Vincent y frunció el ceño.
¿Por qué con toda la gente que había en el local lo miraban precisamente a él? Si le comentase algo al brujo, posiblemente dijera que era por su sex-appeal, pero ella sabía que eso era, cuanto menos, complicado. Por ello se mantuvo atenta, y agudizó el oido atendiendo, intentando escuchar esas voces por encima del murmullo general. No sabía que respondería el tabernero, pero de algo estaba segura, esos tipos debían saber algo, sus gestos, su voz baja en comparación con el resto de voces del local... debían saber algo, por fuerza.
La frase de uno de ellos lo confirmó, con ceño fruncido, se aseguró de que Fire estaba cerca, y cabiló si era seguro lo que se le acababa de ocurrir, si eran ellos los que tenían al niño, debía sonsacarles todo lo que pudiera, y había aprendido que la mejor forma de lograr algo de los hombres era con alcohol y... curvas. Cuando localizó a Fire, sentada en el taburete a su lado, se desabrochó dos botones de la camisa blanca, comprobño que llevaba la camisa dentro del pantalon, para que se insinuase su cintura estrecha y su vientre plano, y estiró los pantalones marrones, dejando que volvieran a ajustarse a sus piernas, no le iba a gustar lo que tenía que hacer, pero todo fuera por la recompensa.
- Hola, chicos.- saludó con voz melosa poniendo los codos sobre la mesa, dejando que se viera el escote- ¿me invitáis a una copa?- preguntó con calma.
Ya podía ver las miradas de los tipos mirandola, casi devorandola, había captado su atención, ya había comenzado el juego, cuando tuviera lo que quería, se largaría de allí, y le comentaría lo que recopilase a Vincent, pero, de momento, era a ellos a quienes les tocaba mover ficha, solo esperaba que no se las tirasen a ella a la cabeza.
Se mantuvo inmovil, observando la hoja, intentando retomar el pensamiento que había sido cortado ante la aparición del brujo, la recompensa no estaría mal, por supuesto se lo daría todo a Vincent, era lo mínimo que podía hacer, además, no quería deberle nada a nadie.
Cuando quiso darse cuenta, tanto Fire como VIncent entraban ya al bar, FIre seguí al brujo con saltitos cortos, no queriendo llamar la atención. La tensai puso los ojos en blanco, "en serio, este pájaro se está volviendo un desapegado" protestó para si siguiéndo al brujo y a su querida halcón al interior del local.
Mientras el pájaro la empezaba a seguir, el brujo se acercó a la barra, ella se quitó la capa, el local estaba cálido, el fuego debía llevar ardiendo desde buena mañana, por eso el ambiente estaba tan caldeado. Con un suspiro fue hacia la barra, pero no se colocó junto al brujo, se había situado de forma en que el aire que entraba cuando la puerta se abria le daba directamente y ella no soportaba bien el frío, así que, capa en el brazo, se fue a sentar al otro lado de la barra mientras observaba a Vincent preguntar por el crio y el perro.
Notó aire frío y vio entrar a un tipo alto, de pelo negro y tez pálida, esa figura tan delgada, esa piel tan perfecta, solo podía ser un elfo. Cerca de su asiento, sin que ella tuviera nada aun para beber, aunque frente a Vincent ya habia dos vasos de hidromiel, había un pequeño grupo de hombre sosèchosos que farfullaban cosas extrañas. Los observó un instante y notó que su mirada se dirigía hacia Vincent y frunció el ceño.
¿Por qué con toda la gente que había en el local lo miraban precisamente a él? Si le comentase algo al brujo, posiblemente dijera que era por su sex-appeal, pero ella sabía que eso era, cuanto menos, complicado. Por ello se mantuvo atenta, y agudizó el oido atendiendo, intentando escuchar esas voces por encima del murmullo general. No sabía que respondería el tabernero, pero de algo estaba segura, esos tipos debían saber algo, sus gestos, su voz baja en comparación con el resto de voces del local... debían saber algo, por fuerza.
La frase de uno de ellos lo confirmó, con ceño fruncido, se aseguró de que Fire estaba cerca, y cabiló si era seguro lo que se le acababa de ocurrir, si eran ellos los que tenían al niño, debía sonsacarles todo lo que pudiera, y había aprendido que la mejor forma de lograr algo de los hombres era con alcohol y... curvas. Cuando localizó a Fire, sentada en el taburete a su lado, se desabrochó dos botones de la camisa blanca, comprobño que llevaba la camisa dentro del pantalon, para que se insinuase su cintura estrecha y su vientre plano, y estiró los pantalones marrones, dejando que volvieran a ajustarse a sus piernas, no le iba a gustar lo que tenía que hacer, pero todo fuera por la recompensa.
- Hola, chicos.- saludó con voz melosa poniendo los codos sobre la mesa, dejando que se viera el escote- ¿me invitáis a una copa?- preguntó con calma.
Ya podía ver las miradas de los tipos mirandola, casi devorandola, había captado su atención, ya había comenzado el juego, cuando tuviera lo que quería, se largaría de allí, y le comentaría lo que recopilase a Vincent, pero, de momento, era a ellos a quienes les tocaba mover ficha, solo esperaba que no se las tirasen a ella a la cabeza.
Keira Brabery
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Si el posadero solo se hubiera limitado a darle un no por respuesta, el brujo no hubiera sospechado absolutamente nada. Pero por la forma de contestarle estaba claro que sabía algo, aunque tenía miedo de soltarlo.
- Tal vez no te convenga preguntar mucho-, se repitió tan bajo que casi ni el mismo se escuchó.
Podría tratarse de una amenazan caviló, mas por su forma de decirlo estaba seguro de que no se atrevía a decirlo, o simplemente no podía. Tomó un trago de su vaso y se dio la vuelta para apoyarse con la espalda en la barra. Se quedó observando hacia la entrada abierta de la taberna, simulando que miraba quien entraba, mientras tanteaba la sala de forma sutil. Cuatro hombres contando al nuevo inquilino, más Keira y él mismo. Uno de ellos era el que provocaba la excesiva timidez, por decirlo de un modo fino, del posadero, y como el cuarto acababa de entrar debía ser por uno de los otros tres. O directamente el grupo entero de hombres.
Vincent ocultó una sonrisa con el dorso de su mano, cuando la joven se acercó a los hombres con gran pavoneo. Esta chica no dejaba de sorprenderle, no sabía cómo había llegado a la misma conclusión que él, pero había dado con los tipos que sabían algo. Y con el gran valle de sus turgentes montañas a ojos de los hombres, no creía que le costara demasiado soltarles la lengua, salvo que hubiera alguno con cerebro entre ellos.
Conocía lo suficientemente bien a la mujer para saber lo forzada de la situación. Keira, a ojos de quien solo la conociera superficialmente, era lo que se describía vulgarmente por una borde. Realmente las mujeres como ella tenían su parte simpática como todo el mundo, simplemente preferían guardarla para personas más allegadas. O animales, como cuando sonreía embobada mirando a Fire pensando que nadie la observaba. Keira era puro fuego, y como tal, había que saber cómo usarlo si no querías acabar quemado.
- Debo ser un tipo interesante para retener tanto tiempo tu mirada-, dijo sonriente al cuarto hombre, a la vez que se sentaba, y colocaba su petate apoyado contra la pata más cercana de la mesa. Luego acercó el segundo vaso hacia la posición del elfo como acto de buena fe. Lo había pedido para la mujer de fuego, pero ahora estaba distraída en otros menesteres. - Quizás te hubiera gustado más que ella se acercara a tu mesa, y no este barbudo eh-, bromeó echando una mirada significativa al trasero de Keira. - Bromas aparte, siento curiosidad de por qué me observas tanto.
- Tal vez no te convenga preguntar mucho-, se repitió tan bajo que casi ni el mismo se escuchó.
Podría tratarse de una amenazan caviló, mas por su forma de decirlo estaba seguro de que no se atrevía a decirlo, o simplemente no podía. Tomó un trago de su vaso y se dio la vuelta para apoyarse con la espalda en la barra. Se quedó observando hacia la entrada abierta de la taberna, simulando que miraba quien entraba, mientras tanteaba la sala de forma sutil. Cuatro hombres contando al nuevo inquilino, más Keira y él mismo. Uno de ellos era el que provocaba la excesiva timidez, por decirlo de un modo fino, del posadero, y como el cuarto acababa de entrar debía ser por uno de los otros tres. O directamente el grupo entero de hombres.
Vincent ocultó una sonrisa con el dorso de su mano, cuando la joven se acercó a los hombres con gran pavoneo. Esta chica no dejaba de sorprenderle, no sabía cómo había llegado a la misma conclusión que él, pero había dado con los tipos que sabían algo. Y con el gran valle de sus turgentes montañas a ojos de los hombres, no creía que le costara demasiado soltarles la lengua, salvo que hubiera alguno con cerebro entre ellos.
Conocía lo suficientemente bien a la mujer para saber lo forzada de la situación. Keira, a ojos de quien solo la conociera superficialmente, era lo que se describía vulgarmente por una borde. Realmente las mujeres como ella tenían su parte simpática como todo el mundo, simplemente preferían guardarla para personas más allegadas. O animales, como cuando sonreía embobada mirando a Fire pensando que nadie la observaba. Keira era puro fuego, y como tal, había que saber cómo usarlo si no querías acabar quemado.
- Debo ser un tipo interesante para retener tanto tiempo tu mirada-, dijo sonriente al cuarto hombre, a la vez que se sentaba, y colocaba su petate apoyado contra la pata más cercana de la mesa. Luego acercó el segundo vaso hacia la posición del elfo como acto de buena fe. Lo había pedido para la mujer de fuego, pero ahora estaba distraída en otros menesteres. - Quizás te hubiera gustado más que ella se acercara a tu mesa, y no este barbudo eh-, bromeó echando una mirada significativa al trasero de Keira. - Bromas aparte, siento curiosidad de por qué me observas tanto.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
La frase del sujeto había despertado un momento de tensión en el grupo de sospechosos sujetos, sin embargo, la calma vino acompañada de una hermosa y sensual rubia que se acercó a la mesa de los misteriosos hombres con la aparente intención de seducir a alguno; el elfo observó con cuidado la situación intentando entender lo que sucedía, a fin de cuentas los extraños no parecían ser muy apuestos, al menos no tanto como para atraer a una mujer como esa.
Por su parte, el barbudo se acercó a Destino ofreciéndole un vaso de hidromiel, aunque el elfo, cortésmente empujó el vaso de regreso a quien se lo había ofrecido -No confundas las miradas de análisis con las miradas de devoción- Dijo mientras le señalaba discretamente la escena que se desarrollaba entre la sensual mujer y el extraño grupo.
La insinuación de la rubia causó justo el efecto obvio, uno de los sujetos estiró su mano izquierda intentando acariciar el brazo de la mujer mientras balbuceaba algunas frases poco inteligentes para coquetear con ella -Yo te invitaré tantas copas como quieras, pronto seremos muy ricos- Alcanzó a decir el pobre antes de pasar un gran susto, el que parecía ser el líder, un sujeto alto, de cabello negro y largo, con su mirada oculta bajo la sombra de un negro sombrero, hizo levitar en el aire una lujosa daga que luego tomó con su mano derecha para después clavarla en la mesa justo entre los dedos índice y medio de la mano derecha del bocón; no hacían falta palabras, todo el grupo sabía lo que eso significaba, sin embargo, el terco bocafloja no quería quedar mal ante su posible conquista, se levantó mirando al del sombrero de manera intimidante, pero ningún efecto causó esto en el hombre que permanecía calmado y confiado.
Las acciones de aquellos hombres comenzaban a llamar demasiado la atención en la taberna, y el pequeño grupo lo había notado, o todos menos el idiota que seguía ilusionado con la idea de haberse ligado a la hermosa mujer -Que seas el favorito del Coleccionista no te hace nuestro líder- Dijo en tono altanero, ante lo cual, el hombre del sombrero se limitó a levantarse y dirigirse a la salida dejando algunas monedas en la mesa como pago por las bebidas, sin decir una palabra, el dolido hombre miró a la rubia, no deseaba quedarse en vergüenza y ahora tenía la necesidad de demostrar su hombría para impresionarla -No me ignores cuando te hablo- Dijo mientras avanzaba poniendo la mano derecha en el hombro del “líder”, sin embargo este, se detuvo, respiró profundo, y tomó la mano del otro retirándola mientras la sujetaba con fuerza -Jamás vuelvas a tocarme Ren, o perderás esta mano- El sujeto, aparentemente llamado Ren, cayó de rodillas mientras intentaba liberar su mano, parecía estar sufriendo un dolor, pero no parecía que fuera por fuerza o presión, era más bien como si lo quemaran desde adentro; finalmente el hombre del sombrero lo soltó, ante lo cual algunas ligeras chispas de electricidad se dejaron ver aunque de manera muy ténue -Banks, Ricket, vámonos- Dijo el misterioso sujeto mientras cruzaban la puerta de la taberna para dirigirse tal vez a su escondite.
Por otro lado, Ren había quedado en el piso con todo el brazo adolorido, mantenía la mirada hacia abajo pues le avergonzaba mirar a la rubia después de lo sucedido -Maldito Luxus- Murmuró mientras daba un golpe al piso para luego levantarse y salir de la taberna sin intentar siquiera mirar a la chica -Mujeres como esa son la semilla de la discordia- Dijo Destino al rubio barbudo mientras se levantaba para ir tras los sujetos, aunque al salir, no había rastros de ellos, tan solo Ren se podía ver alejándose lentamente en dirección hacia el sur, tal vez sería el único indicio que quedaba para encontrar el escondite de aquellos sujetos, seguramente en ese lugar encontrarían al chico y su perro.
Por su parte, el barbudo se acercó a Destino ofreciéndole un vaso de hidromiel, aunque el elfo, cortésmente empujó el vaso de regreso a quien se lo había ofrecido -No confundas las miradas de análisis con las miradas de devoción- Dijo mientras le señalaba discretamente la escena que se desarrollaba entre la sensual mujer y el extraño grupo.
La insinuación de la rubia causó justo el efecto obvio, uno de los sujetos estiró su mano izquierda intentando acariciar el brazo de la mujer mientras balbuceaba algunas frases poco inteligentes para coquetear con ella -Yo te invitaré tantas copas como quieras, pronto seremos muy ricos- Alcanzó a decir el pobre antes de pasar un gran susto, el que parecía ser el líder, un sujeto alto, de cabello negro y largo, con su mirada oculta bajo la sombra de un negro sombrero, hizo levitar en el aire una lujosa daga que luego tomó con su mano derecha para después clavarla en la mesa justo entre los dedos índice y medio de la mano derecha del bocón; no hacían falta palabras, todo el grupo sabía lo que eso significaba, sin embargo, el terco bocafloja no quería quedar mal ante su posible conquista, se levantó mirando al del sombrero de manera intimidante, pero ningún efecto causó esto en el hombre que permanecía calmado y confiado.
Las acciones de aquellos hombres comenzaban a llamar demasiado la atención en la taberna, y el pequeño grupo lo había notado, o todos menos el idiota que seguía ilusionado con la idea de haberse ligado a la hermosa mujer -Que seas el favorito del Coleccionista no te hace nuestro líder- Dijo en tono altanero, ante lo cual, el hombre del sombrero se limitó a levantarse y dirigirse a la salida dejando algunas monedas en la mesa como pago por las bebidas, sin decir una palabra, el dolido hombre miró a la rubia, no deseaba quedarse en vergüenza y ahora tenía la necesidad de demostrar su hombría para impresionarla -No me ignores cuando te hablo- Dijo mientras avanzaba poniendo la mano derecha en el hombro del “líder”, sin embargo este, se detuvo, respiró profundo, y tomó la mano del otro retirándola mientras la sujetaba con fuerza -Jamás vuelvas a tocarme Ren, o perderás esta mano- El sujeto, aparentemente llamado Ren, cayó de rodillas mientras intentaba liberar su mano, parecía estar sufriendo un dolor, pero no parecía que fuera por fuerza o presión, era más bien como si lo quemaran desde adentro; finalmente el hombre del sombrero lo soltó, ante lo cual algunas ligeras chispas de electricidad se dejaron ver aunque de manera muy ténue -Banks, Ricket, vámonos- Dijo el misterioso sujeto mientras cruzaban la puerta de la taberna para dirigirse tal vez a su escondite.
Por otro lado, Ren había quedado en el piso con todo el brazo adolorido, mantenía la mirada hacia abajo pues le avergonzaba mirar a la rubia después de lo sucedido -Maldito Luxus- Murmuró mientras daba un golpe al piso para luego levantarse y salir de la taberna sin intentar siquiera mirar a la chica -Mujeres como esa son la semilla de la discordia- Dijo Destino al rubio barbudo mientras se levantaba para ir tras los sujetos, aunque al salir, no había rastros de ellos, tan solo Ren se podía ver alejándose lentamente en dirección hacia el sur, tal vez sería el único indicio que quedaba para encontrar el escondite de aquellos sujetos, seguramente en ese lugar encontrarían al chico y su perro.
Destino
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Lo había logrado, las miradas de la mayoría de los tipos de la mesa estaban fijas en ella, o, más bien, en su escote, y otro hacía como si etuviera estirandose para poder alcanzar a mirarle el trasero. La chica se moría por incendiarlos a todos, era su objetivo, pero no dejaba de ser desagradable, todos los hombres eran tan simples... bueno, tan simples como las mujeres, que solo con verla ya la odiaban, aunque no le extrañaba, al menos, en ese caso, se lo estaba ganando.
Evitó fruncir el ceño y alejarse cuando el que estaba a su izquierda le tocó el brazo, parecía el más dispuesto a hablar, y eso era muy útil. ¿Pronto serían ricos? "mh" sonrió para si, ya estaba, solo debía hacer las preguntas adecuadas, y, como si fuera un laud, apretar las cuerdas correctas, para sacar el sonido deseado.
- ¿Y cómo pensais..?- fue a preguntar.
Cuando el hombre cuya cara quedaba oculta bajo un sombrero clavó una daga entre los dedos de la mano que el hombre tenía sobre la mesa. No le gustaba eso,se había tensado el ambiente, aunque, al menos, tenía una excusa para alejarse de las manazas de ese tipo, después de lo de Peter, lo cierto es que empezaban a asquearle los hombres, al menos aquellos que se comportaban de ese modo.
Una fuerte discusión atrajo la atención del resto del local. Keira se levantó y dejó espacio a los dos hombres mientras escuchaba con atención. "Coleccionista" ¿quien debía ser ese tipo? Observó como la discusión seguía en la puerta, y, cuando todo estubo en calma, observó como desde una mesa, un hombre de pelo negro salía por la puerta.
- Vaya, chicos, lo siento, pero tendremos que dejar las copas para otro día, parece que os llaman.- se disculpó sin disculparse, acercandose a Vincent.- vamos a ver quien ese tal coleccionista, y a ver si encontramos al criajo y al chucho, quiero acabar pronto y darme una ducha, me da asco que ese tipo me haya tocado.- murmuró mientras apoyaba una mano en la mesa y tomaba de un trago el vaso de hidromiel que había estado dando vueltas por el local.
Se acercó a la banqueta donde había estado, tomó su capa, y, mientras se acercaba a la salida, se abrochó los botones que se había desabrochado y se colocó la capa mientras estiraba el brazo y Fire acudía a ella. Ojala acabasen pronto todo eso, se sentía asqueada. Fuera, el frío golpeó su piel, y vio alejarse al hombre de largos cabellos negros y, más hayá, el tipo que la había tocado, no había marca alguna de Luxus, se decidió a seguir al elfo y a Ren, aunque no les mostrase nada, solo con poder hacerle arder el culo a ese, le valía la pena.
Evitó fruncir el ceño y alejarse cuando el que estaba a su izquierda le tocó el brazo, parecía el más dispuesto a hablar, y eso era muy útil. ¿Pronto serían ricos? "mh" sonrió para si, ya estaba, solo debía hacer las preguntas adecuadas, y, como si fuera un laud, apretar las cuerdas correctas, para sacar el sonido deseado.
- ¿Y cómo pensais..?- fue a preguntar.
Cuando el hombre cuya cara quedaba oculta bajo un sombrero clavó una daga entre los dedos de la mano que el hombre tenía sobre la mesa. No le gustaba eso,se había tensado el ambiente, aunque, al menos, tenía una excusa para alejarse de las manazas de ese tipo, después de lo de Peter, lo cierto es que empezaban a asquearle los hombres, al menos aquellos que se comportaban de ese modo.
Una fuerte discusión atrajo la atención del resto del local. Keira se levantó y dejó espacio a los dos hombres mientras escuchaba con atención. "Coleccionista" ¿quien debía ser ese tipo? Observó como la discusión seguía en la puerta, y, cuando todo estubo en calma, observó como desde una mesa, un hombre de pelo negro salía por la puerta.
- Vaya, chicos, lo siento, pero tendremos que dejar las copas para otro día, parece que os llaman.- se disculpó sin disculparse, acercandose a Vincent.- vamos a ver quien ese tal coleccionista, y a ver si encontramos al criajo y al chucho, quiero acabar pronto y darme una ducha, me da asco que ese tipo me haya tocado.- murmuró mientras apoyaba una mano en la mesa y tomaba de un trago el vaso de hidromiel que había estado dando vueltas por el local.
Se acercó a la banqueta donde había estado, tomó su capa, y, mientras se acercaba a la salida, se abrochó los botones que se había desabrochado y se colocó la capa mientras estiraba el brazo y Fire acudía a ella. Ojala acabasen pronto todo eso, se sentía asqueada. Fuera, el frío golpeó su piel, y vio alejarse al hombre de largos cabellos negros y, más hayá, el tipo que la había tocado, no había marca alguna de Luxus, se decidió a seguir al elfo y a Ren, aunque no les mostrase nada, solo con poder hacerle arder el culo a ese, le valía la pena.
Keira Brabery
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Vincent sonrió ante el comentario del hombre. No parecía que fuera de los que quisieran compañía, o puede que hubiera detectado que era un brujo. Era complicado encontrar un elfo que soportara la presencia de alguien de las islas. La guerra siempre dejaba heridas profundas que no siempre cicatrizaban, sin importar los años que pasaran.
- No confundas las palabras de ironía con palabras veraces-, contestó al elfo devolviéndole la copa. - Insisto, necesitas relajarte un poco.
El brujo se reclinó hacia atrás en la silla mientras tomaba un trago de su licor. Ya no tenía que disimular para observar la escena de Keira con los tipos sospechosos. El líder no era estúpido y cortó por lo sano al más bocazas de todos, amenazándolo de forma abierta. Tendrían que encontrar al niño lo más rápido posible, pues conocía a los tipos como él. Duros, inflexibles, y que no dudaban en usar la fuerza para conseguir sus propósitos. El sombrero negro ocultaba parte del rostro del hombre, pero Vinc no tenía que verle la cara para saber que sus ojos reflejaban la falta de compasión.
Al menos era tan orgulloso, que no hacía el mínimo esfuerzo de ocultarse. Le había dado el nombre del resto de su grupo, y con su última muestra de fuerza sobre Ren, su raza. Se había criado toda su vida con una mujer que dominaba ese elemento, como para no darse cuenta de lo que había hecho el hombre misterioso. Su única duda era si dominaba un elemento, o si era alquimista como su hermana. Era curioso que hubiera en una posada tan al norte tantos miembros del sur
El rubio sonrió al elfo ante su último comentario y lo dejó marchar, de momento. Estaba seguro de que iba tras la recompensa como ellos. Más pronto que tarde tendrían que hablar sobre ello, o todo acabaría mal.
- La fortuna ha sonreído a ese chico-, dijo después de reír por los comentarios de la chica sobre el hombre. - Una pena que la suerte sea tan efímera-, le guiñó un ojo, antes de tomarse de un trago el resto de su vaso.
El brujo se acercó a la barra y alquiló una habitación. Luego, subió hasta ella como alma que lleva el diablo y lanzó el petate sobre la cama. Cerró con llave y volvió a bajar con las mismas prisas. La espada y la daga era lo único que necesitaba en adelante y eso ya lo llevaba al cinto.
Para cuando llegó hasta la calle pudo observar como Keira avanzaba tras la estela del elfo. No tardó demasiado en ponerse a su altura mientras seguían al hombre de pelo largo, que a su vez seguía al hombre llamado Ren. Este no tardó mucho en adentrarse en el bosque a las afueras de la ciudad, conduciendo a los perseguidores hasta una cabaña.
- Vamos tras los pasos de las mismas personas, y si actuamos cada uno por nuestro lado, solo conseguiremos estorbarnos y fracasar-, comentó al elfo arrodillándose junto a su escondite entre los arbustos. Tenía que trabar una alianza con ese hombre, y el hecho que le dejara llegar hasta él era buena señal. Los elfos no tenían rival a la hora de detectar presencias ajenas.
Desde su posición podían ver como Ren entraba en la casa pero no si había más personas dentro. ¿El niño estaría dentro o solo era una emboscada? Solo había una forma de comprobarlo.
- No confundas las palabras de ironía con palabras veraces-, contestó al elfo devolviéndole la copa. - Insisto, necesitas relajarte un poco.
El brujo se reclinó hacia atrás en la silla mientras tomaba un trago de su licor. Ya no tenía que disimular para observar la escena de Keira con los tipos sospechosos. El líder no era estúpido y cortó por lo sano al más bocazas de todos, amenazándolo de forma abierta. Tendrían que encontrar al niño lo más rápido posible, pues conocía a los tipos como él. Duros, inflexibles, y que no dudaban en usar la fuerza para conseguir sus propósitos. El sombrero negro ocultaba parte del rostro del hombre, pero Vinc no tenía que verle la cara para saber que sus ojos reflejaban la falta de compasión.
Al menos era tan orgulloso, que no hacía el mínimo esfuerzo de ocultarse. Le había dado el nombre del resto de su grupo, y con su última muestra de fuerza sobre Ren, su raza. Se había criado toda su vida con una mujer que dominaba ese elemento, como para no darse cuenta de lo que había hecho el hombre misterioso. Su única duda era si dominaba un elemento, o si era alquimista como su hermana. Era curioso que hubiera en una posada tan al norte tantos miembros del sur
El rubio sonrió al elfo ante su último comentario y lo dejó marchar, de momento. Estaba seguro de que iba tras la recompensa como ellos. Más pronto que tarde tendrían que hablar sobre ello, o todo acabaría mal.
- La fortuna ha sonreído a ese chico-, dijo después de reír por los comentarios de la chica sobre el hombre. - Una pena que la suerte sea tan efímera-, le guiñó un ojo, antes de tomarse de un trago el resto de su vaso.
El brujo se acercó a la barra y alquiló una habitación. Luego, subió hasta ella como alma que lleva el diablo y lanzó el petate sobre la cama. Cerró con llave y volvió a bajar con las mismas prisas. La espada y la daga era lo único que necesitaba en adelante y eso ya lo llevaba al cinto.
Para cuando llegó hasta la calle pudo observar como Keira avanzaba tras la estela del elfo. No tardó demasiado en ponerse a su altura mientras seguían al hombre de pelo largo, que a su vez seguía al hombre llamado Ren. Este no tardó mucho en adentrarse en el bosque a las afueras de la ciudad, conduciendo a los perseguidores hasta una cabaña.
- Vamos tras los pasos de las mismas personas, y si actuamos cada uno por nuestro lado, solo conseguiremos estorbarnos y fracasar-, comentó al elfo arrodillándose junto a su escondite entre los arbustos. Tenía que trabar una alianza con ese hombre, y el hecho que le dejara llegar hasta él era buena señal. Los elfos no tenían rival a la hora de detectar presencias ajenas.
Desde su posición podían ver como Ren entraba en la casa pero no si había más personas dentro. ¿El niño estaría dentro o solo era una emboscada? Solo había una forma de comprobarlo.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Aquel sujeto, el único miembro aún visible de la dispareja pandilla, se alejaba rápidamente, parecía movido por pura rabia e instinto, un mero animal iracundo, Destino había dejado atrás al extraño e insistente brujo de la taberna, pero seguía pensando que algo en él, le resultaba peculiarmente conocido, al mismo tiempo, la rubia que se había acercado a la pandilla venía tras él, había sido la primera en salir de la taberna después del elfo, y también parecía estar interesada en los sujetos, tal vez deseaba encontrar al chico, aunque hasta asegurarse, Destino no pensaba decirle nada acerca de formar equipo.
Instantes más tarde apareció el brujo galán, que con pasos rápidos consiguió alcanzar a la bruja y mantenerse a poca distancia del pelinegro, Ren por su parte continuaba avanzando mientras murmuraba cosas que a la distancia los demás no lograban entender; golpeaba con fuerza las paredes de algunas casas haciendo que los habitantes se asomaran por las ventanas con voces de quejas que eran rápidamente silenciadas al ver la furiosa cara del hombre que se dirigía a un lugar en específico, tal vez a donde se mantenía escondido al chico y el perro.
Casi estábamos en el borde de la Gran Estepa cuando Ren llegó por fin a su destino y entró a una pequeña y desgastada cabaña con apenas un par de ventanas, Destino se agachó entre unos arbustos cercanos para vigilar con más detalle la pequeña cabaña, lo mejor sería idear un plan de ataque, saber cuántos oponentes había dentro para trazar un asalto rápido sin que los rehenes salieran heridos; instantes después llegó el brujo, haciendo un comentario que bien tenía bastante sentido, el elfo lo miró con ojos de enojo y resignación, aunque no quisiera admitirlo, tenía razón, el elfo sabía que no lograría hacer todo solo.
Finalmente surgió un plan -Si alguien llama a la puerta para distraer- Dijo el elfo pensando obviamente en la rubia -Los demás podrían examinar por las ventanas lo que hay dentro- Señaló al brujo una de las ventanas, la del lado derecho, mientras Destino se dirigía a hurtadillas hacia la ventana del lado izquierdo; al estar lo suficientemente cerca pudo ver la silueta grande de Ren tomando una espada corta, se acercó un poco más hasta estar junto a la ventana, entonces vio como Ren apuñalaba con su espada una y otra vez el cuerpo de alguien que estaba atado a una silla -¿El heredero?- Susurró con temor ante lo que pudiera haber sucedido, tal vez ya era demasiado tarde...
Instantes más tarde apareció el brujo galán, que con pasos rápidos consiguió alcanzar a la bruja y mantenerse a poca distancia del pelinegro, Ren por su parte continuaba avanzando mientras murmuraba cosas que a la distancia los demás no lograban entender; golpeaba con fuerza las paredes de algunas casas haciendo que los habitantes se asomaran por las ventanas con voces de quejas que eran rápidamente silenciadas al ver la furiosa cara del hombre que se dirigía a un lugar en específico, tal vez a donde se mantenía escondido al chico y el perro.
Casi estábamos en el borde de la Gran Estepa cuando Ren llegó por fin a su destino y entró a una pequeña y desgastada cabaña con apenas un par de ventanas, Destino se agachó entre unos arbustos cercanos para vigilar con más detalle la pequeña cabaña, lo mejor sería idear un plan de ataque, saber cuántos oponentes había dentro para trazar un asalto rápido sin que los rehenes salieran heridos; instantes después llegó el brujo, haciendo un comentario que bien tenía bastante sentido, el elfo lo miró con ojos de enojo y resignación, aunque no quisiera admitirlo, tenía razón, el elfo sabía que no lograría hacer todo solo.
Finalmente surgió un plan -Si alguien llama a la puerta para distraer- Dijo el elfo pensando obviamente en la rubia -Los demás podrían examinar por las ventanas lo que hay dentro- Señaló al brujo una de las ventanas, la del lado derecho, mientras Destino se dirigía a hurtadillas hacia la ventana del lado izquierdo; al estar lo suficientemente cerca pudo ver la silueta grande de Ren tomando una espada corta, se acercó un poco más hasta estar junto a la ventana, entonces vio como Ren apuñalaba con su espada una y otra vez el cuerpo de alguien que estaba atado a una silla -¿El heredero?- Susurró con temor ante lo que pudiera haber sucedido, tal vez ya era demasiado tarde...
Destino
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Llegaron al lado del elfo y se escondieron tras el mismo arbusto, Keira, sintiendose desganada y con unas tremendas ansias de golpear al tipo que la había tocado, se mantuvo callada, dejando hablar a Vincent, de todos modos, no es que ella destacase por sus dotes sociales, precisamente, si abriera la boca acabarían todos a hostia limpia.
Mientras ambos hablaban, ella, simplemente, miraba a su alrededor, más interesada en el entorno que en los palnes que esos dos pudieran hacer, dejaría a la parejita tranquila para observar los posibles sitios por los que escapar si la cosa se ponía fea, el tipo no sería muy listo, pero estaba furioso, y eso lo hacía peligroso. Aunque no parecía ser especialmente fuerte, no como el del sombrero, ese tipo... le daba escalofríos, pero el que se había encerrado en esa cabaña... podía derrotarlo con un solo soplido.
Notó el tono del elfo al sujerir que "Alguien" llamase a la puerta, estaba claro que él había visto el efecto que había tenido sobre el idiota, no había disimulado mucho con ese "alguien" estaba claro que se refería a ella. Puso los ojos en balnco y dejó volar a Fire hasta un árbol mientras, con desgana, dejaba caer la capa que la cubría y volvía a desabotonarse un par de botones. Avanzó hacia la puerta lanzandoles una mirada de advertencia al elfo y al brujo, más les valía cuidar de que no le pasara nada, o lo pagarían caro.
Con un suspiró llamó a la puerta y se apoyó en la pared de al lado con aire coqueto, queriendo irse de allí antes de que el idiota abriera. La puerta se abrió con furia y la chica, con su mejor sonrisa falsa, dijo:
- Toc, toc..- interponiendose entre él y la salida.
Parecía nervioso, alterado, su cara estaba roja e iracunda, como un criajo estúpido o como un perro apalizado, no aceptaba su debilidad, y esa, por lo que podía comprobar Keira debía ser la mayor debilidad de todas. Al ver tras ella, el tipo la empujó para intentar salir de allí, murmurando palabras que, para la bruja, eran inconxas.
Había vuelto a tocarla, no, peor, la había empujado... a la chica le apareció un tic en el ojo, rabiando por la desfachatez del tipo.
- Eh, idiota...- llamó haciendo que el tipo se girase aun más enfadado.- no deberías despreciar mi poca amabilidad...- murmuró ella con rabia contenida.
La manos se le llenaron de llamas y dejando salir su mal caracter, rodeó al tipo que, asustado, se quedó metido en el circulo dandole tiempo a la chica a sacar una de sus dagas y una cuerda. Keira golpeó la nuca del hombre dejandolo inconsciente mientras el fuego se apagaba y lo ató de manos y pies, como a un animal cazado.
- No me gusta que me toquen...- dijo como si eso explicara su actuación.
Mientras ambos hablaban, ella, simplemente, miraba a su alrededor, más interesada en el entorno que en los palnes que esos dos pudieran hacer, dejaría a la parejita tranquila para observar los posibles sitios por los que escapar si la cosa se ponía fea, el tipo no sería muy listo, pero estaba furioso, y eso lo hacía peligroso. Aunque no parecía ser especialmente fuerte, no como el del sombrero, ese tipo... le daba escalofríos, pero el que se había encerrado en esa cabaña... podía derrotarlo con un solo soplido.
Notó el tono del elfo al sujerir que "Alguien" llamase a la puerta, estaba claro que él había visto el efecto que había tenido sobre el idiota, no había disimulado mucho con ese "alguien" estaba claro que se refería a ella. Puso los ojos en balnco y dejó volar a Fire hasta un árbol mientras, con desgana, dejaba caer la capa que la cubría y volvía a desabotonarse un par de botones. Avanzó hacia la puerta lanzandoles una mirada de advertencia al elfo y al brujo, más les valía cuidar de que no le pasara nada, o lo pagarían caro.
Con un suspiró llamó a la puerta y se apoyó en la pared de al lado con aire coqueto, queriendo irse de allí antes de que el idiota abriera. La puerta se abrió con furia y la chica, con su mejor sonrisa falsa, dijo:
- Toc, toc..- interponiendose entre él y la salida.
Parecía nervioso, alterado, su cara estaba roja e iracunda, como un criajo estúpido o como un perro apalizado, no aceptaba su debilidad, y esa, por lo que podía comprobar Keira debía ser la mayor debilidad de todas. Al ver tras ella, el tipo la empujó para intentar salir de allí, murmurando palabras que, para la bruja, eran inconxas.
Había vuelto a tocarla, no, peor, la había empujado... a la chica le apareció un tic en el ojo, rabiando por la desfachatez del tipo.
- Eh, idiota...- llamó haciendo que el tipo se girase aun más enfadado.- no deberías despreciar mi poca amabilidad...- murmuró ella con rabia contenida.
La manos se le llenaron de llamas y dejando salir su mal caracter, rodeó al tipo que, asustado, se quedó metido en el circulo dandole tiempo a la chica a sacar una de sus dagas y una cuerda. Keira golpeó la nuca del hombre dejandolo inconsciente mientras el fuego se apagaba y lo ató de manos y pies, como a un animal cazado.
- No me gusta que me toquen...- dijo como si eso explicara su actuación.
Keira Brabery
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
El brujo se sintió aliviado al oír la respuesta del elfo. Cierto que lo había mirado con gran recelo, mas, pese a ello había razonado que tenía razón. Si actuaba cada uno por su cuenta solo se estorbarían, y aunque no lo hicieran, reducirían sus probabilidades de éxito. Salvar al chico era lo realmente importante para él. No sabía lo que movía al moreno, puede que solo fuera por dinero, que solo fuera un mercenario, pero le daba igual si lo era. Parecía competente y era razonable. Con eso le bastaba, y al fin y al cabo, él mismo se había interesado al principio por la recompensa, como para juzgar a nadie por ello.
Vincent procuró no reírse cuando el muchacho hizo alusión a la distracción. Este no tuvo mucha sutileza en hacer notar que se refería a Keira, y el rubio no quería recibir una ola de calor femenina. No al menos de las que te convertían en pollo asado.
La mujer avanzó hasta la puerta mientras los hombres tomaban posiciones según el plan. Desde su ventana podía observar a Ren y a otro hombre atado a una silla. No había más nadie en la cabaña. Esto no le gustaba al rubio. ¿Dónde estaban todos los demás? Lo normal es que todos volvieran a su guarida después de salir de la posada. Algo no le cuadraba, pero su atención obvió estos pensamientos cuando el secuestrador empezó a apuñalar al hombre atado. Ese malnacido estaba matando al niño con saña desmedida. Vincent conjuró una bola de fuego entre sus dedos dispuesto a acabar con el desgraciado. La cabeza rodando del niño hizo que se detuviera y deshiciera su ataque. Solo era un muñeco de trapo. El joven no estaba aquí, pero Keira ya estaba en la puerta.
La chica saludó a Ren con la misma coquetería que en la posada, aunque esta vez no causó el efecto deseado. Ya fuera por el momento de ira que había tenido dentro, o porque no le había cuadrado ver a la mujer allí, había decidido salir dando un empujón a la mujer. Mala idea pensó el brujo, sabiendo lo que pasaría después. En un abrir y cerrar de ojos el hombre fue rodeado por fuego, noqueado y luego atado por la mujer de armas tomar.
- Y esa es la razón por la que no te cabreo nunca. Bueno, por la que no te cabreo muy a menudo-, bromeó a la mujer nada más dar vuelta a la esquina de la casa. El secuestrador estaba atado en el suelo con la parte izquierda de su cuerpo sobre el suelo, soltando palabrotas como si no hubiera mañana. - Mira, mamonazo-, dijo bastante serio apretando la bota contra su cara y el suelo. - Ahora mismo no estás en situación de ser un capullo. Será mejor que te calles, salvo que tengas algo útil que decir.
El brujo esperó una respuesta con información del niño, o simplemente más palabrotas, pero que la respuesta fueran unos gorgojos sin sentido no se lo habría imaginado. Las astas de tres flechas sobresalían en la parte trasera de Ren, dos en la espalda y la tercera atravesándole la garganta. No pudo casi reaccionar cuando otra silbó justo al lado de su cara, cortándole la mejilla superficialmente.
- ¡Nos atacan! - gritó para alertar a los demás, aunque no hacía falta realmente. Preparó dos de sus bolas y las lanzó con un movimiento de muñeca, guiándolas con telequinesis hacia su objetivo. No estaba seguro de si había alcanzado a alguno de los tiradores, pues estaban ocultos tras los arbustos. Por la cantidad de flechas como mínimo debían ser dos. - Keira, rodéalos-, comentó a la bruja. - Yo me encargo de distraerlos.
Eso si no lo llenaban de flechas primero. Esperaba que no hubieran visto al elfo, así este tendría muchas más posibilidades de flanquearlos por sorpresa.
Vincent procuró no reírse cuando el muchacho hizo alusión a la distracción. Este no tuvo mucha sutileza en hacer notar que se refería a Keira, y el rubio no quería recibir una ola de calor femenina. No al menos de las que te convertían en pollo asado.
La mujer avanzó hasta la puerta mientras los hombres tomaban posiciones según el plan. Desde su ventana podía observar a Ren y a otro hombre atado a una silla. No había más nadie en la cabaña. Esto no le gustaba al rubio. ¿Dónde estaban todos los demás? Lo normal es que todos volvieran a su guarida después de salir de la posada. Algo no le cuadraba, pero su atención obvió estos pensamientos cuando el secuestrador empezó a apuñalar al hombre atado. Ese malnacido estaba matando al niño con saña desmedida. Vincent conjuró una bola de fuego entre sus dedos dispuesto a acabar con el desgraciado. La cabeza rodando del niño hizo que se detuviera y deshiciera su ataque. Solo era un muñeco de trapo. El joven no estaba aquí, pero Keira ya estaba en la puerta.
La chica saludó a Ren con la misma coquetería que en la posada, aunque esta vez no causó el efecto deseado. Ya fuera por el momento de ira que había tenido dentro, o porque no le había cuadrado ver a la mujer allí, había decidido salir dando un empujón a la mujer. Mala idea pensó el brujo, sabiendo lo que pasaría después. En un abrir y cerrar de ojos el hombre fue rodeado por fuego, noqueado y luego atado por la mujer de armas tomar.
- Y esa es la razón por la que no te cabreo nunca. Bueno, por la que no te cabreo muy a menudo-, bromeó a la mujer nada más dar vuelta a la esquina de la casa. El secuestrador estaba atado en el suelo con la parte izquierda de su cuerpo sobre el suelo, soltando palabrotas como si no hubiera mañana. - Mira, mamonazo-, dijo bastante serio apretando la bota contra su cara y el suelo. - Ahora mismo no estás en situación de ser un capullo. Será mejor que te calles, salvo que tengas algo útil que decir.
El brujo esperó una respuesta con información del niño, o simplemente más palabrotas, pero que la respuesta fueran unos gorgojos sin sentido no se lo habría imaginado. Las astas de tres flechas sobresalían en la parte trasera de Ren, dos en la espalda y la tercera atravesándole la garganta. No pudo casi reaccionar cuando otra silbó justo al lado de su cara, cortándole la mejilla superficialmente.
- ¡Nos atacan! - gritó para alertar a los demás, aunque no hacía falta realmente. Preparó dos de sus bolas y las lanzó con un movimiento de muñeca, guiándolas con telequinesis hacia su objetivo. No estaba seguro de si había alcanzado a alguno de los tiradores, pues estaban ocultos tras los arbustos. Por la cantidad de flechas como mínimo debían ser dos. - Keira, rodéalos-, comentó a la bruja. - Yo me encargo de distraerlos.
Eso si no lo llenaban de flechas primero. Esperaba que no hubieran visto al elfo, así este tendría muchas más posibilidades de flanquearlos por sorpresa.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
La suerte parecía sonreír al improvisado grupo de caza-recompensas, al menos hasta ahora, sin conseguían atrapar al sujeto con vida, seguramente obtendrían algo de información acerca del paradero del chico, al final, el herido era tan solo un curioso muñeco que tenía puesto una especie de... ¿Sombrero? Al parecer el odio hacia su jefe venía desde antes, y de ser así, seguramente el hombre del sombrero ya se habría dado cuenta, y no parecía ser de esos que perdonan muchas veces.
La rubia por su parte parecía ser de mecha corta, al menor ataque se encendió de ira haciendo gala de sus asombrosas habilidades pirómanas; Destino aprovechó la distracción para romper la ventana y entrar a la pequeña cabaña tomando algo que le pudiera resultar de utilidad, tan solo un pequeño papel con una especie de itinerario, las horas en las que el niño salía a pasear al perro y los horarios de comida... ¿Del perro? Eso sí que estaba bastante extraño, pero de momento no era lo importante.
Los brujos parecían haber atrapado vivo al sujeto, seguro podrían sacarle algo de información, aunque antes que el elfo lograra salir de la cabaña fue sorprendido por el silbante sonido de flechas que acabaron por incrustarse en el prisionero ¿alguien los estaba vigilando a ellos? No era posible, seguramente habían ido a poner fin a las impertinencias de Ren, pero habían encontrado testigos inesperados y ahora debían también eliminarlos, no podían dejar cabos sueltos en un trabajo tan meticuloso como el que realizaban.
Las flechas no dejaban de llegar, incrustándose muchas de ellas en la casa, parecían ir todas hacia la pareja de brujos, eso indicaba que los atacantes no iban en principio tras ellos, y que tal vez no habían visto al elfo en la cabaña; Destino salió por la ventana trasera de la casa y se movió de prisa hacia unos arbustos donde tendría una mejor vista de lo que sucedía, parecían ser varios atacantes, por la velocidad de las flechas, difícilmente podría ser solo uno, nadie podría tener tal destreza y velocidad.
Destino avanzó de prisa entre los arbustos muy al ras del piso en busca de una mejor posición, para finalmente observar con sorpresa que el origen de las flechas era tan solo un hombre, sacaba las flechas con tal destreza que parecía crearlas de la nada, era capaz incluso de lanzar dos y tres flechas a la vez; llevaba consigo varios caraj y al terminar uno, comenzaba de inmediato con el otro, junto a él, había una misteriosa mujer de cabello azul quien no parecía hacer nada más que señalar a los brujos y murmurar cosas que el elfo no llegaba a comprender, el arquero finalmente planeaba deshacerse del segundo caraj para comenzar con el tercero, parecía el momento indicado para atacarlos, y el elfo no dudó en hacerlo, sin embargo antes de llegar un grueso muro de hielo se formó frente a él haciéndolo rebotar y caer hacia atrás.
Posteriormente el mismo muro se rompió en decenas de pedazos que la bruja manipulaba con telequinesis para lanzarlos hacia el elfo quien apenas podía esquivarlos, no era la estrategia más elegante del mundo, pero sin duda le estaba dando a los brujos un poco de tiempo para acercarse a los atacantes -Acaba con los otros rápido, éste es mío- Dijo la mujer mostrando bastante prisa en terminar la tarea, sin embargo, ninguno de estos dos había estado en la taberna junto al hombre del sombrero ¿Acaso el grupo era más grande?
La rubia por su parte parecía ser de mecha corta, al menor ataque se encendió de ira haciendo gala de sus asombrosas habilidades pirómanas; Destino aprovechó la distracción para romper la ventana y entrar a la pequeña cabaña tomando algo que le pudiera resultar de utilidad, tan solo un pequeño papel con una especie de itinerario, las horas en las que el niño salía a pasear al perro y los horarios de comida... ¿Del perro? Eso sí que estaba bastante extraño, pero de momento no era lo importante.
Los brujos parecían haber atrapado vivo al sujeto, seguro podrían sacarle algo de información, aunque antes que el elfo lograra salir de la cabaña fue sorprendido por el silbante sonido de flechas que acabaron por incrustarse en el prisionero ¿alguien los estaba vigilando a ellos? No era posible, seguramente habían ido a poner fin a las impertinencias de Ren, pero habían encontrado testigos inesperados y ahora debían también eliminarlos, no podían dejar cabos sueltos en un trabajo tan meticuloso como el que realizaban.
Las flechas no dejaban de llegar, incrustándose muchas de ellas en la casa, parecían ir todas hacia la pareja de brujos, eso indicaba que los atacantes no iban en principio tras ellos, y que tal vez no habían visto al elfo en la cabaña; Destino salió por la ventana trasera de la casa y se movió de prisa hacia unos arbustos donde tendría una mejor vista de lo que sucedía, parecían ser varios atacantes, por la velocidad de las flechas, difícilmente podría ser solo uno, nadie podría tener tal destreza y velocidad.
Destino avanzó de prisa entre los arbustos muy al ras del piso en busca de una mejor posición, para finalmente observar con sorpresa que el origen de las flechas era tan solo un hombre, sacaba las flechas con tal destreza que parecía crearlas de la nada, era capaz incluso de lanzar dos y tres flechas a la vez; llevaba consigo varios caraj y al terminar uno, comenzaba de inmediato con el otro, junto a él, había una misteriosa mujer de cabello azul quien no parecía hacer nada más que señalar a los brujos y murmurar cosas que el elfo no llegaba a comprender, el arquero finalmente planeaba deshacerse del segundo caraj para comenzar con el tercero, parecía el momento indicado para atacarlos, y el elfo no dudó en hacerlo, sin embargo antes de llegar un grueso muro de hielo se formó frente a él haciéndolo rebotar y caer hacia atrás.
Posteriormente el mismo muro se rompió en decenas de pedazos que la bruja manipulaba con telequinesis para lanzarlos hacia el elfo quien apenas podía esquivarlos, no era la estrategia más elegante del mundo, pero sin duda le estaba dando a los brujos un poco de tiempo para acercarse a los atacantes -Acaba con los otros rápido, éste es mío- Dijo la mujer mostrando bastante prisa en terminar la tarea, sin embargo, ninguno de estos dos había estado en la taberna junto al hombre del sombrero ¿Acaso el grupo era más grande?
Destino
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Vincent no tardó en acudir a ella con uno de sus chascarrillos. Keira sonrió de medio lado como respuesta, cierto era que no era buena idea hacerla enfadar, podía ser muy tranquila y fría, pero su paciencia era corta, y si alguien no quería acabar incinerado y en un bonito jarrón, era mejor que tuviera cuidado con ella.
Era el momento de interrogar, y, después, entrar en la casa a buscar algo útil, tal vez un mapa o alguna pista similar, ya que, al parecer, las huella que pudiera haber alrededor de la casa eran inexistentes. El mago empezó sus preguntasa pisoteando la cara del asqueroso mientras ella se limpiaba el sitio donde el tipejo la había tocado, quería arrancarse la piel a tiras del asco que ese tipejo le daba. Cuando tuvieran la información requerida, ella misma se encargaría de acabar con tan patética vida. Sin embargo, le quitaron ese placer, una ráfaga de flechas se estampó en el cuerpo del hombre atado acabando con su vida.
Keira frunció el ceño observando la procedencia de estas, demasido rápidas, demasiado veloces, no lograba verlas bien, las quemaba con chispas, pero se acercaban demasiado. Cuando el mago le dijo que los rodeara, ella no dudó, asintió y salió corriendo hacia la arboleda con Fire volando no muy lejos de ella.
Al llegar, vio al elfo frente a una mujer de peinado azulado, y ella se ocupó de buscar a los arqueros, ¿Los? No, solo había uno, pero con tal destreza y acierto que parecía ser 10 hombres. Con ceño fruncido, se cercó al pie del árbol donde este se encontraba y, sin mediar palabra lanzó fuego a los carcajs llenos que tenía rodeandolo.
- Ups, vaya, no controlo bien mi fuego, lo siento...- musitó con tono frío.
Desde el árbol, el hombre volvió a apuntarla con sus flechas, pero la bailarina no estaba contenta, le habían quitado a su presa, y quien hubiera sido no se saldría de rositas. Fire, entendiendo como se sentía la Hada, se lanó contra el arquero, desequilibrandolo y haciendolo caer al suelo. Keira se acercó a él corriendo y se apresuró por hacer arder las armas del tipo. que, al quedarse sin arco ni flechas, sacó una daga y se lanzó contra ella.
La chica esquivó ese ataque a duras penas, llevandose un corte en el vientre, a penas visible, ni siquiera le salía sangre, solo era un poco de piel, pero eso no hizo más que enfadarla más. Ligeras llamas descontroladas comenzaron a salir de los brazos de la bailarina, quien, con rapidez, tomó sus dagas y se acercó al tipo corriendo, mientras el acero de sus armas se calentaba en sus manos. Cerca, muy cerca del arquero, intentando que este no pudiera volver a herirla, lanzó un dagazo ardiendo que dió en el brazo del tipo, que gritó sintiendo el fuego y el aceroardiente en su piel y gritó adolorido dejando caer su arma.
¿Podría preguntarles que querían de ellos?
Era el momento de interrogar, y, después, entrar en la casa a buscar algo útil, tal vez un mapa o alguna pista similar, ya que, al parecer, las huella que pudiera haber alrededor de la casa eran inexistentes. El mago empezó sus preguntasa pisoteando la cara del asqueroso mientras ella se limpiaba el sitio donde el tipejo la había tocado, quería arrancarse la piel a tiras del asco que ese tipejo le daba. Cuando tuvieran la información requerida, ella misma se encargaría de acabar con tan patética vida. Sin embargo, le quitaron ese placer, una ráfaga de flechas se estampó en el cuerpo del hombre atado acabando con su vida.
Keira frunció el ceño observando la procedencia de estas, demasido rápidas, demasiado veloces, no lograba verlas bien, las quemaba con chispas, pero se acercaban demasiado. Cuando el mago le dijo que los rodeara, ella no dudó, asintió y salió corriendo hacia la arboleda con Fire volando no muy lejos de ella.
Al llegar, vio al elfo frente a una mujer de peinado azulado, y ella se ocupó de buscar a los arqueros, ¿Los? No, solo había uno, pero con tal destreza y acierto que parecía ser 10 hombres. Con ceño fruncido, se cercó al pie del árbol donde este se encontraba y, sin mediar palabra lanzó fuego a los carcajs llenos que tenía rodeandolo.
- Ups, vaya, no controlo bien mi fuego, lo siento...- musitó con tono frío.
Desde el árbol, el hombre volvió a apuntarla con sus flechas, pero la bailarina no estaba contenta, le habían quitado a su presa, y quien hubiera sido no se saldría de rositas. Fire, entendiendo como se sentía la Hada, se lanó contra el arquero, desequilibrandolo y haciendolo caer al suelo. Keira se acercó a él corriendo y se apresuró por hacer arder las armas del tipo. que, al quedarse sin arco ni flechas, sacó una daga y se lanzó contra ella.
La chica esquivó ese ataque a duras penas, llevandose un corte en el vientre, a penas visible, ni siquiera le salía sangre, solo era un poco de piel, pero eso no hizo más que enfadarla más. Ligeras llamas descontroladas comenzaron a salir de los brazos de la bailarina, quien, con rapidez, tomó sus dagas y se acercó al tipo corriendo, mientras el acero de sus armas se calentaba en sus manos. Cerca, muy cerca del arquero, intentando que este no pudiera volver a herirla, lanzó un dagazo ardiendo que dió en el brazo del tipo, que gritó sintiendo el fuego y el aceroardiente en su piel y gritó adolorido dejando caer su arma.
¿Podría preguntarles que querían de ellos?
Keira Brabery
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
El brujo pudo permitirse el lujo de desviar la mirada un momento, mientras Keira corría hacia uno de los laterales del bosque. Ren ya había muerto, no era que apreciara al hombre, pero que gente más ruin era aquella que mataba a uno de sus camaradas por estúpido que fuera. Estaba claro que el niño secuestrado estaba en grave peligro con personas así.
El rubio sonrió con satisfacción personal pensando en la cara que debían tener los arqueros que le disparaban. Debían estar estupefactos por su mala puntería contra un blanco inmóvil, pero maldita sea, era complicado dar a una persona, por quieta que estuviera, si esta dominaba el aire como él. Un detalle que evidentemente se les había escapado a los tiradores.
Lanzó una de sus bolas ígneas contra un poco de hojarasca que había justo delante de los arqueros. Había muy pocas hojas y el incendio duraría poco, pero el tiempo suficiente para que sus enemigos no pudieran ver a través del fuego y la visión distorsionada por el calor. Vinc aprovechó ese momento para entrar en la casa, una simple ojeada le bastó para ver la ventana trasera abierta y escapar por ella.
Sus compañeros de armas ya debían de haber alcanzado a los atacantes, por ello ya le tocaba ir a la acción y apoyarles. No podía ayudarles mientras esos tiradores le tuvieran inmovilizado con sus flechas, así que había tenido que recurrir al ingenio para poder moverse. El número de los enemigos era incierto, debía correr para reforzar a sus aliados cuanto antes.
Vinc tardó solo unos segundos en llegar hasta la batalla, y comprobar de primera mano que el grupo de arqueros solo era un hombre. No podía negar que estaba impresionado por ello, pero no dejó que el nivel de sus adversarios lo distrajera. Una mujer de pelo azulado atacaba al elfo con frialdad, no solo en sus actos sino también en sus poderes. Sus ojos de lobo impactaron contra las dagas de hielo que volaban hacia su compañero, haciendo que estas estallaran en cientos de gotas de agua.
Un grito descomunal de puro dolor resonó en el bosque en ese mismo instante. El brujo ladeó un poco la cabeza antes de hablar.
- Parece que te has quedado sola, mujer-, comentó moviéndose en círculo alrededor de su enemiga. Para que la bruja de hielo no pudiera hacer frente al ataque del elfo y el mismo a la vez.
- Yo me basto para acabar con todos vosotros-, dijo con la misma frialdad que había mostrado hasta el momento.
- Que así sea pues-, contestó a la vez que realizaba otro ataque sobre la mujer, esperando que el elfo aprovechara la ocasión.
Sus proyectiles de fuego de fuego impactaron contra los poderes de la chica quedando en tablas nuevamente. El sonido tan característico de su espada saliendo de su vaina resonó en el bosque anunciando el más que probable destino de la bruja.
El rubio sonrió con satisfacción personal pensando en la cara que debían tener los arqueros que le disparaban. Debían estar estupefactos por su mala puntería contra un blanco inmóvil, pero maldita sea, era complicado dar a una persona, por quieta que estuviera, si esta dominaba el aire como él. Un detalle que evidentemente se les había escapado a los tiradores.
Lanzó una de sus bolas ígneas contra un poco de hojarasca que había justo delante de los arqueros. Había muy pocas hojas y el incendio duraría poco, pero el tiempo suficiente para que sus enemigos no pudieran ver a través del fuego y la visión distorsionada por el calor. Vinc aprovechó ese momento para entrar en la casa, una simple ojeada le bastó para ver la ventana trasera abierta y escapar por ella.
Sus compañeros de armas ya debían de haber alcanzado a los atacantes, por ello ya le tocaba ir a la acción y apoyarles. No podía ayudarles mientras esos tiradores le tuvieran inmovilizado con sus flechas, así que había tenido que recurrir al ingenio para poder moverse. El número de los enemigos era incierto, debía correr para reforzar a sus aliados cuanto antes.
Vinc tardó solo unos segundos en llegar hasta la batalla, y comprobar de primera mano que el grupo de arqueros solo era un hombre. No podía negar que estaba impresionado por ello, pero no dejó que el nivel de sus adversarios lo distrajera. Una mujer de pelo azulado atacaba al elfo con frialdad, no solo en sus actos sino también en sus poderes. Sus ojos de lobo impactaron contra las dagas de hielo que volaban hacia su compañero, haciendo que estas estallaran en cientos de gotas de agua.
Un grito descomunal de puro dolor resonó en el bosque en ese mismo instante. El brujo ladeó un poco la cabeza antes de hablar.
- Parece que te has quedado sola, mujer-, comentó moviéndose en círculo alrededor de su enemiga. Para que la bruja de hielo no pudiera hacer frente al ataque del elfo y el mismo a la vez.
- Yo me basto para acabar con todos vosotros-, dijo con la misma frialdad que había mostrado hasta el momento.
- Que así sea pues-, contestó a la vez que realizaba otro ataque sobre la mujer, esperando que el elfo aprovechara la ocasión.
Sus proyectiles de fuego de fuego impactaron contra los poderes de la chica quedando en tablas nuevamente. El sonido tan característico de su espada saliendo de su vaina resonó en el bosque anunciando el más que probable destino de la bruja.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Los sucesos se habían desarrollado tan rápido que parecían haber sido tan solo un parpadeo, el elfo había girado en el piso hacia un lado para tratar de evitar las filosas estacas de hielo pero estas fueron hábilmente interceptadas en el aire por unas curiosas llamaradas; bastó mirar hacia atrás para ver al causante de ello, al parecer ahora estaba en deuda con el brujo, de seguir así lo acabaría odiando, sin embargo, de momento, tendría que agradecerle, tal vez después, de momento el peligro seguía frente a ellos; Destino se levantó de prisa buscando una posición defensiva, y al estar de pie pudo ver que los brujos habían conseguido flanquear a los oponentes de manera muy inteligente, ahora la bruja de mal carácter se encargaba del sujeto de las flechas que aunque muy rápido y hábil, poco podría conseguir una vez que se había quedado sin su arco, difícilmente lograría lanzar las flechas con la mano y de hacerlo, no lograría nada, por ahora, el elfo decidiría confiar en la supremacía de la bruja quien seguramente no tardaría mucho en acabar con el sujeto sin muchos problemas.
Por su parte, la bruja de hielo era un problema más serio, aunque el rubio parecía ser su antagonista natural, hielo contra fuego; era incluso interesante ver el choque entre ambos elementos sin que ninguno pareciera poder ganar, aunque el desgarrador grito del arquero llenó de evidente preocupación el rostro de la bruja que volteó a mirarlo, era el momento indicado para iniciar un devastador ataque.
Al parecer, la bruja no era tan autosuficiente como imaginaba, y su confianza en sí misma había disminuido bastante al estar preocupada por su compañero, mientras las esferas de fuego chocaban contra los cambiantes bloques de hielo, Destino aprovechó para atacar desde un lado con una veloz estocada de su espada, sin embargo, antes de alcanzar a la bruja, incrustó el filo de la hoja en la espalda del arquero quien en un arranque de adrenalina, había conseguido activar una aparente bomba de humo frente a la pirómana para escapar de ella y correr de prisa para salvar a su compañera, había dado su vida por ella, tal vez a sabiendas de que no podría lograr mucho en su estado actual, y ella era la última esperanza, o tal vez habían sentimientos de por medio.
Destino retiró lentamente la espada de la herida al tiempo que la helada bruja dejaba escapar un grito mucho más desgarrador que cualquier otro mientras miraba el cuerpo del arquero caer al suelo, el rostro de la bruja se llenó rápidamente de ira al tiempo que sacaba una pequeña daga y dibujaba en su mano lo que parecía ser una pequeña runa; luego, contrario a todo lo que se podría imaginar que haría con la daga, la dejó caer al piso y juntó las palmas de sus manos de donde comenzaba a desprenderse un ligero brillo azulado.
Entre sus manos comenzaba a formarse una esfera de viento frío que no demoró en hacerse hielo, sin embargo, no parecía detenerse ¿Qué pensaba hacer con ella? Destino retrocedió lentamente al tiempo que hacía una seña con la mano al brujo de que también se alejara un poco, en apenas unos instantes, la esfera de viento frío ya cubría las manos de la bruja cuya piel comenzaba a tornarse azul y la esfera de hielo también seguía creciendo hasta haber devorado las manos de la bruja, todo el cuerpo de la mujer parecía cubrirse de pequeños cristales de hielo y su rostro, aunque ya congelado e incapaz de moverse, no dejaba de mostrar una enigmática sonrisa -Mueran- Alcanzó a susurrar la bruja al tiempo que la esfera, junto con todo su cuerpo, explotaban en miles de pedazos, arrojando veloces y filosas estacas de hielo en todas direcciones.
Destino dio un salto hacia un lado aunque no logró ser tan rápido y una de las estacas se incrustó en su pierna izquierda por encima de la rodilla, poco supo del resto del grupo hasta que al fin pudo levantarse rodeado de una espesa niebla fría que se había extendido por el lugar, poco quedaba de la bruja, o más bien, nada más que algunas partes de su cuerpo roto, el arquero por su parte, agonizaba en el piso intentando alcanzar lo que quedaba de su compañera pero antes de lograrlo, también murió -Y así se han terminado las pistas de nuevo- Murmuró Destino mientras caminaba intentando salir de aquella espesa niebla dejada por la helada explosión, una vez fuera, esperó unos instantes a que el resto de su grupo emergiera de algún lado, si es que habían logrado sobrevivir, el elfo tomó la estaca de hielo que aún llevaba incrustada en la pierna y la retiró, dando lugar a una repentina hemorragia, colocó su mano para tratar de cerrar su propia herida mientras esperaba, y fue entonces cuando vio algo bastante inesperado, el perro del dibujo parecía venir hacia ellos, corría con desesperación, como si pidiera ayuda ¿Podría ser posible?
Por su parte, la bruja de hielo era un problema más serio, aunque el rubio parecía ser su antagonista natural, hielo contra fuego; era incluso interesante ver el choque entre ambos elementos sin que ninguno pareciera poder ganar, aunque el desgarrador grito del arquero llenó de evidente preocupación el rostro de la bruja que volteó a mirarlo, era el momento indicado para iniciar un devastador ataque.
Al parecer, la bruja no era tan autosuficiente como imaginaba, y su confianza en sí misma había disminuido bastante al estar preocupada por su compañero, mientras las esferas de fuego chocaban contra los cambiantes bloques de hielo, Destino aprovechó para atacar desde un lado con una veloz estocada de su espada, sin embargo, antes de alcanzar a la bruja, incrustó el filo de la hoja en la espalda del arquero quien en un arranque de adrenalina, había conseguido activar una aparente bomba de humo frente a la pirómana para escapar de ella y correr de prisa para salvar a su compañera, había dado su vida por ella, tal vez a sabiendas de que no podría lograr mucho en su estado actual, y ella era la última esperanza, o tal vez habían sentimientos de por medio.
Destino retiró lentamente la espada de la herida al tiempo que la helada bruja dejaba escapar un grito mucho más desgarrador que cualquier otro mientras miraba el cuerpo del arquero caer al suelo, el rostro de la bruja se llenó rápidamente de ira al tiempo que sacaba una pequeña daga y dibujaba en su mano lo que parecía ser una pequeña runa; luego, contrario a todo lo que se podría imaginar que haría con la daga, la dejó caer al piso y juntó las palmas de sus manos de donde comenzaba a desprenderse un ligero brillo azulado.
Entre sus manos comenzaba a formarse una esfera de viento frío que no demoró en hacerse hielo, sin embargo, no parecía detenerse ¿Qué pensaba hacer con ella? Destino retrocedió lentamente al tiempo que hacía una seña con la mano al brujo de que también se alejara un poco, en apenas unos instantes, la esfera de viento frío ya cubría las manos de la bruja cuya piel comenzaba a tornarse azul y la esfera de hielo también seguía creciendo hasta haber devorado las manos de la bruja, todo el cuerpo de la mujer parecía cubrirse de pequeños cristales de hielo y su rostro, aunque ya congelado e incapaz de moverse, no dejaba de mostrar una enigmática sonrisa -Mueran- Alcanzó a susurrar la bruja al tiempo que la esfera, junto con todo su cuerpo, explotaban en miles de pedazos, arrojando veloces y filosas estacas de hielo en todas direcciones.
Destino dio un salto hacia un lado aunque no logró ser tan rápido y una de las estacas se incrustó en su pierna izquierda por encima de la rodilla, poco supo del resto del grupo hasta que al fin pudo levantarse rodeado de una espesa niebla fría que se había extendido por el lugar, poco quedaba de la bruja, o más bien, nada más que algunas partes de su cuerpo roto, el arquero por su parte, agonizaba en el piso intentando alcanzar lo que quedaba de su compañera pero antes de lograrlo, también murió -Y así se han terminado las pistas de nuevo- Murmuró Destino mientras caminaba intentando salir de aquella espesa niebla dejada por la helada explosión, una vez fuera, esperó unos instantes a que el resto de su grupo emergiera de algún lado, si es que habían logrado sobrevivir, el elfo tomó la estaca de hielo que aún llevaba incrustada en la pierna y la retiró, dando lugar a una repentina hemorragia, colocó su mano para tratar de cerrar su propia herida mientras esperaba, y fue entonces cuando vio algo bastante inesperado, el perro del dibujo parecía venir hacia ellos, corría con desesperación, como si pidiera ayuda ¿Podría ser posible?
Última edición por Destino el Vie Oct 02 2015, 05:04, editado 1 vez
Destino
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Keira miraba al chico que parecía asustado, desarmado, sin arco, flechas, o arma alguna, mientras ella jugueteaba con su daga, lanzandola en el aire y recogiendola, aunque lo cierto es que se sentía aburrida ya de jugar, con un suspiro, se sentó al lado del tipo, que dio un respingo hacia un lado. La bruja suspiró ante esto, esperaba algo más de quien había lanzado saetas con la destreza de veinte arqueros.
- Das un poco de pena.- confesó allí agachada.- esperaba más resistencia, lanzabas flechas como si fueras más de una persona, esto es tan aburrido que ni matarte vale la pena....- dijo mirando hacia los árboles.- hagamos un trato.- murmuró pensativa.- está claro que no quieres morir, si nos ayudas, no te mataré.
A penas pudo terminar de hablar, pues la lucha contra la bruja de hielo se volvía encarnizada realmente preocupante, dejando al tipo desarmado a sus espaldas, miró con atención como se desenvolvía la pelea del elfo y Vincent contra la mujer de hielo. Era una suerte para ella no tener que enfrentarse a esa mujer, sus magias eran totalmente contrarias, eran ambas tensais y parecían tener una contextura y habilidades similares en cuanto a magia y fisico, su pelea sería eterna, y vencería unicamente, la que más tiempo soportase en pie.
El brujo y el elfo parecían desenvolverse bastante bien, en cambio, tal vez por las notables diferencias en sus poderes o habilidades o tal vez, simplemente, por ser dos contra una, sin embargo, la mujer aun tenía un as en la manga, aun herida, con notable dolor marcado en la cara, la chica aun tuvo tiempo de un último hechizo, las dagas de hielo volaban de un lado a otro, Keira se limitaba a derretirlas con presteza mediante sus propios proyectiles, deteniendo, si podía, incluso algunos de los que pretendían alcanzar a los que en ese momento eran sus compañeros.
La dama de hielo, en un susurro, mientras el arquero se lanzaba hacia delante en busca de la mujer, con la aparente intención de detenerla, explotó en mil pedazos, la bruja de fuego se apresuró en saltar unos setos y esconderse tras un árbol, el hielo volaba a su alrededor y el árbol temblaba cada vez que uno de estos se clavaba en su tronco, el humo rodeaba el lugar y provocaba aun más frío.
Cuando todo pareció más calmado, Keira intentó mirar que había pasado, el arquero estaba tendido en el suelo, empalado por el ataque de la que había sido su compañera, la mujer, había muerto claramente sacrificando su vida para conseguir, a penas, una ligera herida que se había congelado en el brazo de la maga, y de los otros dos no era capaz de ver nada, pues el humo no se lo permitía.
Salió de la neblina y respiró hondo, pensar que dentro de esa cosa quedaban restos de la mujer de hielo le ponía los pelos de punta, no muy lejos, pudo ver que el elfo ya estaba también fuera, faltaba Vincent, se reunió con el elfo justo a tiempo de ver un feisimo perro multicolor acercarse corriendo, alterado, ladrando con desesperación.
"Genial, más cosas raras" pensó poniendo los ojos en blanco, acabaría mandando al niño, a la madre y a la mascota a tomar viento, demasiadas molestias estaba tomandose ya.
********
off: Editado
- Das un poco de pena.- confesó allí agachada.- esperaba más resistencia, lanzabas flechas como si fueras más de una persona, esto es tan aburrido que ni matarte vale la pena....- dijo mirando hacia los árboles.- hagamos un trato.- murmuró pensativa.- está claro que no quieres morir, si nos ayudas, no te mataré.
A penas pudo terminar de hablar, pues la lucha contra la bruja de hielo se volvía encarnizada realmente preocupante, dejando al tipo desarmado a sus espaldas, miró con atención como se desenvolvía la pelea del elfo y Vincent contra la mujer de hielo. Era una suerte para ella no tener que enfrentarse a esa mujer, sus magias eran totalmente contrarias, eran ambas tensais y parecían tener una contextura y habilidades similares en cuanto a magia y fisico, su pelea sería eterna, y vencería unicamente, la que más tiempo soportase en pie.
El brujo y el elfo parecían desenvolverse bastante bien, en cambio, tal vez por las notables diferencias en sus poderes o habilidades o tal vez, simplemente, por ser dos contra una, sin embargo, la mujer aun tenía un as en la manga, aun herida, con notable dolor marcado en la cara, la chica aun tuvo tiempo de un último hechizo, las dagas de hielo volaban de un lado a otro, Keira se limitaba a derretirlas con presteza mediante sus propios proyectiles, deteniendo, si podía, incluso algunos de los que pretendían alcanzar a los que en ese momento eran sus compañeros.
La dama de hielo, en un susurro, mientras el arquero se lanzaba hacia delante en busca de la mujer, con la aparente intención de detenerla, explotó en mil pedazos, la bruja de fuego se apresuró en saltar unos setos y esconderse tras un árbol, el hielo volaba a su alrededor y el árbol temblaba cada vez que uno de estos se clavaba en su tronco, el humo rodeaba el lugar y provocaba aun más frío.
Cuando todo pareció más calmado, Keira intentó mirar que había pasado, el arquero estaba tendido en el suelo, empalado por el ataque de la que había sido su compañera, la mujer, había muerto claramente sacrificando su vida para conseguir, a penas, una ligera herida que se había congelado en el brazo de la maga, y de los otros dos no era capaz de ver nada, pues el humo no se lo permitía.
Salió de la neblina y respiró hondo, pensar que dentro de esa cosa quedaban restos de la mujer de hielo le ponía los pelos de punta, no muy lejos, pudo ver que el elfo ya estaba también fuera, faltaba Vincent, se reunió con el elfo justo a tiempo de ver un feisimo perro multicolor acercarse corriendo, alterado, ladrando con desesperación.
"Genial, más cosas raras" pensó poniendo los ojos en blanco, acabaría mandando al niño, a la madre y a la mascota a tomar viento, demasiadas molestias estaba tomandose ya.
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off: Editado
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Un nuevo grito resonó en el bosque, aunque esta vez no era producto del dolor físico, sino por la muerte de un estimado compañero. La aflicción y el odio eran palpables en el rostro de la mujer peliazul, sobre todo el odio.
Una esfera que poder helado empezó a crearse entre las manos de la esbelta chica. Se empezó a alejar de la mujer paso a paso hacia atrás, pese a que no necesitaba que el elfo le indicara que debía hacerlo, pues conocía el potencial de ese poder. Los profesores de hielo en sus prácticas habían hecho alarde de él, y no necesitaba indicativos para saber lo peligroso que era. Por ello no perdió ojo a la bruja mientras se apartaba de ella, mas algo no iba bien, al menos para ella. La mujer no lanzó el ataque como se debía hacer, y el brujo no tardó en comprender el por qué al ver su locura en la mirada.
- ¡Cuidado va a explotar! - apenas pudo gritar lanzándose al suelo.
El rubio sintió como la temperatura a su alrededor bajaba, para luego sentir como la fuerza expansiva lo hacía rodar un par de vueltas por el suelo. Le costó respirar las primeras bocanadas de aire, porque estaban más frías que en la cima del pico más alto del Norte. Le ardía el pecho con el inclemente clima nuevo, y sentía gran dolor en el costado donde había recibido el impacto de la onda. Por suerte, solo era eso. Lo peor hubiera sido acabar lleno de estalactitas de hielo por todo el cuerpo.
Por fin, cuando notó que el aire a su alrededor se volvía natural de nuevo, aprovechó para incorporarse con la mano en su lateral. Aún le dolía un poco, mas no podía quejarse sabiendo lo poderoso que era el hechizo usado por la que ahora solo era polvo en suspensión.
El brujo miró a su alrededor esperando que sus compañeros estuvieran ilesos como él. Suspiró al verlos a salvos, aunque el elfo había sido el peor parado de los tres. Ambos miraban en la misma dirección, y al ver al Garghaos domestico del niño acercarse, sintió las esperanzas renovarse. Con Ren y los atacantes habían perdido todas las pistas para encontrar al muchacho pero este golpe de suerte cambiaba las cosas.
- ¿Cómo te encuentras? - preguntó por educación al elfo, pues era evidente que debía sufrir bastante dolor. La herida no era grave, pero no por ello menos dolorosa que cualquiera. Se quitó el abrigo y rasgó una de las mangas de su camisa, con ella hizo un torniquete en el muslo por encima de la herida del joven. - Mi hermana te curaría esto en un momento. Yo por mi parte no sé mucho de curaciones, aunque debo reconocer que me han golpeado y cortado suficientes veces para saber un poco-, bromeó y rió. - Creo que lo mejor que podemos hacer ahora es ver a ese perro. Es nuestra única pista ahora mismo-, dijo encaminándose hacia el animal, mientras se colocaba el abrigo de nuevo. - Por cierto-, se giró de nuevo hacia el hombre. - Mi nombre es Vincent Calhoun-, hizo una reverencia demasiado teatral, - y ¿tu cómo te llamas? Ya que nos pueden matar por esta aventura no estaría de más que supiéramos el nombre del resto de los integrantes del grupo.
Luego se volvió a encaminar hacia el lugar por donde venía la mascota.
- ¿Estás bien? - susurró a la mujer en cuanto se puso a su lado. No era que le importara que el elfo lo escuchase preguntarle por su estado, pero conocía suficientemente bien a la mujer para saber que no querría ser escuchada por un extraño cuando le preguntasen algo así. - Que mal hombre sería si te hicieran daño después de rescatarte cual hidalgo caballero-, bromeó en el mismo tono bajo, aunque con fingido acento de la nobleza.
No tardó en alcanzar la posición del perro, que ladró dos veces antes de ponerse a correr. En cuanto se alejó un poco volvió a virarse y a ladrar de nuevo.
- Está claro que quiere que le sigamos-, gritó a sus compañeros. - Veamos a donde nos llevas, pequeño-, musitó.
Una esfera que poder helado empezó a crearse entre las manos de la esbelta chica. Se empezó a alejar de la mujer paso a paso hacia atrás, pese a que no necesitaba que el elfo le indicara que debía hacerlo, pues conocía el potencial de ese poder. Los profesores de hielo en sus prácticas habían hecho alarde de él, y no necesitaba indicativos para saber lo peligroso que era. Por ello no perdió ojo a la bruja mientras se apartaba de ella, mas algo no iba bien, al menos para ella. La mujer no lanzó el ataque como se debía hacer, y el brujo no tardó en comprender el por qué al ver su locura en la mirada.
- ¡Cuidado va a explotar! - apenas pudo gritar lanzándose al suelo.
El rubio sintió como la temperatura a su alrededor bajaba, para luego sentir como la fuerza expansiva lo hacía rodar un par de vueltas por el suelo. Le costó respirar las primeras bocanadas de aire, porque estaban más frías que en la cima del pico más alto del Norte. Le ardía el pecho con el inclemente clima nuevo, y sentía gran dolor en el costado donde había recibido el impacto de la onda. Por suerte, solo era eso. Lo peor hubiera sido acabar lleno de estalactitas de hielo por todo el cuerpo.
Por fin, cuando notó que el aire a su alrededor se volvía natural de nuevo, aprovechó para incorporarse con la mano en su lateral. Aún le dolía un poco, mas no podía quejarse sabiendo lo poderoso que era el hechizo usado por la que ahora solo era polvo en suspensión.
El brujo miró a su alrededor esperando que sus compañeros estuvieran ilesos como él. Suspiró al verlos a salvos, aunque el elfo había sido el peor parado de los tres. Ambos miraban en la misma dirección, y al ver al Garghaos domestico del niño acercarse, sintió las esperanzas renovarse. Con Ren y los atacantes habían perdido todas las pistas para encontrar al muchacho pero este golpe de suerte cambiaba las cosas.
- ¿Cómo te encuentras? - preguntó por educación al elfo, pues era evidente que debía sufrir bastante dolor. La herida no era grave, pero no por ello menos dolorosa que cualquiera. Se quitó el abrigo y rasgó una de las mangas de su camisa, con ella hizo un torniquete en el muslo por encima de la herida del joven. - Mi hermana te curaría esto en un momento. Yo por mi parte no sé mucho de curaciones, aunque debo reconocer que me han golpeado y cortado suficientes veces para saber un poco-, bromeó y rió. - Creo que lo mejor que podemos hacer ahora es ver a ese perro. Es nuestra única pista ahora mismo-, dijo encaminándose hacia el animal, mientras se colocaba el abrigo de nuevo. - Por cierto-, se giró de nuevo hacia el hombre. - Mi nombre es Vincent Calhoun-, hizo una reverencia demasiado teatral, - y ¿tu cómo te llamas? Ya que nos pueden matar por esta aventura no estaría de más que supiéramos el nombre del resto de los integrantes del grupo.
Luego se volvió a encaminar hacia el lugar por donde venía la mascota.
- ¿Estás bien? - susurró a la mujer en cuanto se puso a su lado. No era que le importara que el elfo lo escuchase preguntarle por su estado, pero conocía suficientemente bien a la mujer para saber que no querría ser escuchada por un extraño cuando le preguntasen algo así. - Que mal hombre sería si te hicieran daño después de rescatarte cual hidalgo caballero-, bromeó en el mismo tono bajo, aunque con fingido acento de la nobleza.
No tardó en alcanzar la posición del perro, que ladró dos veces antes de ponerse a correr. En cuanto se alejó un poco volvió a virarse y a ladrar de nuevo.
- Está claro que quiere que le sigamos-, gritó a sus compañeros. - Veamos a donde nos llevas, pequeño-, musitó.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
El lugar se había saturado de un inexplicable viento frío que se dispersaba lentamente junto a la misteriosa neblina, el elfo, con una rodilla en el piso, intentaba curarse a sí mismo la herida de la pierna, y no es que la herida hubiese sido tan grande, pero para alguien débil y sin magia, que basaba sus ataques en su destreza, tener una pierna con movilidad reducida no era una buena idea.
No pasó mucho tiempo para que apareciera la rubia de senos grandes, al parecer había corrido con mejor suerte, pues no tenía ninguna hemorragia en ningún lado, resultaba un poco graciosa la cara de fastidio que ponía la chica, al ver al animal, de hecho, la ponía con bastante frecuencia; instantes después apareció también el brujo, quien parecía extrañamente preocupado por el elfo, al escuchar el nombre completo del sujeto pudo asociar al fin su apellido con el de la bruja que había conocido en Lunargenta, seguro debían tener algún tipo de parentesco, además, había mencionado que su hermana era buena con la alquimia, tal vez era solo una coincidencia, pero incluso la esencia del rubio era bastante parecida a la de aquella mujer, aunque ella era mucho más agresiva.
Ante la petición de nombre que había hecho el brujo, el pelinegro respondió de la manera más corta y precisa -Destino es como llaman a este elfo- Luego le sonrió levemente en agradecimiento por el torniquete, sin duda, ayudaba bastante a detener la pequeña hemorragia, posteriormente el brujo se dirigió a la rubia, hablándole como si Destino no los escucharara, y de hecho, no los escuchaba, parecían ser un buen grupo, y si trabajaban de forma coordinada realmente podrían hacer equipo para rescatar al niño.
Destino se levantó de prisa siguiendo el consejo de Vincent, como se hacía llamar el rubio barbudo y emprendió camino tras el brujo, que parecía poder entender al animal, definitivamente quería ser seguido, era un animal muy listo al parecer, no solo había escapado de sus captores, sino que además había salido en busca de ayuda.
Tras pasar algunos minutos persiguiendo al perro, se pudo llegar a una casa algo roída por mal tiempo o descuidos, el perro nos miraba y señalaba con el pico hacia ese lugar, ahora sí parecía ser el lugar correcto, sobre todo porque en una de las ventanas, sentado en ella pero mirando hacia adentro, estaba uno de los que habían aparecido en la taberna, a diferencia de la casa anterior, ésta no tenía más que esa única ventana, que afortunadamente estaba abierta -Bien, éste es el plan, dos distraerán a la pandilla en el frente de la casa, mientras uno más, entra por un lado y trata de encontrar y sacar al niño de ese lugar.
Parecía un plan sencillo, pero de la distracción afuera, dependería el tiempo del que entrara a buscar al chico, el más mínimo error podría causar muchas sorpresas, por esta vez el sigilo antes de actuar era algo fundamental.
No pasó mucho tiempo para que apareciera la rubia de senos grandes, al parecer había corrido con mejor suerte, pues no tenía ninguna hemorragia en ningún lado, resultaba un poco graciosa la cara de fastidio que ponía la chica, al ver al animal, de hecho, la ponía con bastante frecuencia; instantes después apareció también el brujo, quien parecía extrañamente preocupado por el elfo, al escuchar el nombre completo del sujeto pudo asociar al fin su apellido con el de la bruja que había conocido en Lunargenta, seguro debían tener algún tipo de parentesco, además, había mencionado que su hermana era buena con la alquimia, tal vez era solo una coincidencia, pero incluso la esencia del rubio era bastante parecida a la de aquella mujer, aunque ella era mucho más agresiva.
Ante la petición de nombre que había hecho el brujo, el pelinegro respondió de la manera más corta y precisa -Destino es como llaman a este elfo- Luego le sonrió levemente en agradecimiento por el torniquete, sin duda, ayudaba bastante a detener la pequeña hemorragia, posteriormente el brujo se dirigió a la rubia, hablándole como si Destino no los escucharara, y de hecho, no los escuchaba, parecían ser un buen grupo, y si trabajaban de forma coordinada realmente podrían hacer equipo para rescatar al niño.
Destino se levantó de prisa siguiendo el consejo de Vincent, como se hacía llamar el rubio barbudo y emprendió camino tras el brujo, que parecía poder entender al animal, definitivamente quería ser seguido, era un animal muy listo al parecer, no solo había escapado de sus captores, sino que además había salido en busca de ayuda.
Tras pasar algunos minutos persiguiendo al perro, se pudo llegar a una casa algo roída por mal tiempo o descuidos, el perro nos miraba y señalaba con el pico hacia ese lugar, ahora sí parecía ser el lugar correcto, sobre todo porque en una de las ventanas, sentado en ella pero mirando hacia adentro, estaba uno de los que habían aparecido en la taberna, a diferencia de la casa anterior, ésta no tenía más que esa única ventana, que afortunadamente estaba abierta -Bien, éste es el plan, dos distraerán a la pandilla en el frente de la casa, mientras uno más, entra por un lado y trata de encontrar y sacar al niño de ese lugar.
Parecía un plan sencillo, pero de la distracción afuera, dependería el tiempo del que entrara a buscar al chico, el más mínimo error podría causar muchas sorpresas, por esta vez el sigilo antes de actuar era algo fundamental.
Última edición por Destino el Lun Oct 05 2015, 04:56, editado 1 vez
Destino
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Vin salió por fin de entre el humo, logrando que, sin siquiera darse cuenta, Keira diera un ligero suspiro de alivio, al fin y al cabo ese tonto le caía bien, sería una pena que una de las pocas personas que le caían bien muriesen, y más de una forma tan estupida como una explosión helada, ser un Kamikaze no tiene gracia alguna, si matas es para no morir, si no, es un esfuerzo inutil.
Contempló como el brujo se gachaba a vendar la herida del elfo, y acababa presentandose, el elfo hizo otro tanto.
- Keira.- Dijo la chica de forma bastante seca mirando al perro, no le daba buena espina, el perro era tan raro que debía valer mucho más que un niño irritante, tal vez fuera una trampa. Cuando hubo acabado las curaciones, el brujo se levantó para preguntar por su estado, bromeando, sacando un media sonrisa de la bruja- estoy bien, ¿y tu? estabas más cerca de la explosión que yo.- dijo aun mirando al perro, irritada.
Al final, le gustara o no, los otros dos seguirían al perro, y le daba la impresión que, con lo cabeas hueca que parecían ambos, acaarían ensartados por una espada si ella no iba con ellos. Así que los siguió en silencio, sin que le gustase ni un pelo la situación. Siguieron a perro varios minutos, andar al menos, le sentaba bien, no dejaba que se enfriara y eso ayudaba a controlar su poder, que, desde lo sucedido en Dundarak, andaba algo loco.
Fire sobrevolaba sus cabezas a una altura considerable y, al ver una casa roida, soltó un chillido antes de descender a su brazo, nadie sospecharía de un sonido animal, al menos no habría descubierto su posición, con un suspiro, escucho el plan del sujeto, que, como en la ocasión anterior, parecía no saber disimular, de nuevo le tocaba ser la distracción a ella. Rodó los ojos y dejó caer la capa.
- Más te vale darnos a nosotros más parte de la recompensa, no soy un mono de feria.- Dijo saliendo del improvisado escondite, a distraer se había dicho.
Andó como si estuviera despistada, y, fingiendo una molestia ligera, se sentó en en suelo abrazandose las rodillas, un tipo la vió y se acercó a ella, parecía amenazador, si no fuera porque solo era una distracción y no era buena idea hacer que salieran todos a luchar contra ella, le metería un bolazo de fuego por el culo.
- Ey, guapa, ¿eres la de la taberna?- preguntó.
- Si, mi mascota escapó- señaló a Fire- ahora la he encontrado, pero no se volver a la aldea.- comentó con voz aburrida, empezaba el teatro.
Contempló como el brujo se gachaba a vendar la herida del elfo, y acababa presentandose, el elfo hizo otro tanto.
- Keira.- Dijo la chica de forma bastante seca mirando al perro, no le daba buena espina, el perro era tan raro que debía valer mucho más que un niño irritante, tal vez fuera una trampa. Cuando hubo acabado las curaciones, el brujo se levantó para preguntar por su estado, bromeando, sacando un media sonrisa de la bruja- estoy bien, ¿y tu? estabas más cerca de la explosión que yo.- dijo aun mirando al perro, irritada.
Al final, le gustara o no, los otros dos seguirían al perro, y le daba la impresión que, con lo cabeas hueca que parecían ambos, acaarían ensartados por una espada si ella no iba con ellos. Así que los siguió en silencio, sin que le gustase ni un pelo la situación. Siguieron a perro varios minutos, andar al menos, le sentaba bien, no dejaba que se enfriara y eso ayudaba a controlar su poder, que, desde lo sucedido en Dundarak, andaba algo loco.
Fire sobrevolaba sus cabezas a una altura considerable y, al ver una casa roida, soltó un chillido antes de descender a su brazo, nadie sospecharía de un sonido animal, al menos no habría descubierto su posición, con un suspiro, escucho el plan del sujeto, que, como en la ocasión anterior, parecía no saber disimular, de nuevo le tocaba ser la distracción a ella. Rodó los ojos y dejó caer la capa.
- Más te vale darnos a nosotros más parte de la recompensa, no soy un mono de feria.- Dijo saliendo del improvisado escondite, a distraer se había dicho.
Andó como si estuviera despistada, y, fingiendo una molestia ligera, se sentó en en suelo abrazandose las rodillas, un tipo la vió y se acercó a ella, parecía amenazador, si no fuera porque solo era una distracción y no era buena idea hacer que salieran todos a luchar contra ella, le metería un bolazo de fuego por el culo.
- Ey, guapa, ¿eres la de la taberna?- preguntó.
- Si, mi mascota escapó- señaló a Fire- ahora la he encontrado, pero no se volver a la aldea.- comentó con voz aburrida, empezaba el teatro.
Keira Brabery
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Keira estaba totalmente descontenta con tener que seguir al perro. Entendía su postura, ya que podría ser una trampa, ¿pero que más opciones tenían?. Además, su asaltantes en realidad iban a por Ren, por lo tanto no sabían nada de ellos. Seguían contando con el factor sorpresa y ese perro no podía haber sido enviado para engañarlos.
El Garghaos demostró una gran inteligencia y orientación, pues al poco de partir se encontraron observando una casa destartalada. Verle marcar la casa con su hocico como un perro de caza entrenado fue igualmente sorprendente, pero ahí acababa la labor del chucho. Ahora era cosa de ellos rescatar al niño.
El plan era idéntico al anterior, si la otra vez dio buen resultado, ahora no tenía por qué fallar. Todo se había torcido por el ataque de la pareja del bosque, no por su idea inicial de cómo asaltar la casa. Keria se mostró igualmente contrariada, aunque aceptó hacerlo nuevamente. Conociéndola, seguramente ya estuviera cansada de interpretar el rol de damisela en apuros.
Vincent se arrastró por un lateral del bosque hasta comprobar que la maga hacía su papel con el guardia.
- Maldita sea, esto del sigilo debería ser cosa del elfo-, musitó con resignación.
En cuanto notó que la distracción era lo suficientemente buen se acercó hasta la ventana para observar el interior. Había un tipo revolviendo papeleo sobre una mesa y…. nada más. Como era posible. Esta vez estaba seguro de que sería el sitio adecuado. Tenía buenas vibraciones sobre el perro. Algo se le escapaba, pero necesitaba tiempo y espacio para poder descubrir que era. No le quedaba más remedio que reducir al hombre que había dentro.
El rubio entró con el mayor sigilo posible, y justo cuando estuvo a la espalda del hombretón, la madera rechinó bajo el peso de sus pasos. Este se giró para encontrarse con un trozo de madera como saludo. Por suerte, no había dado tiempo de decir nada, sin dar opciones de alertar a su compañero afuera. Era uno de los hombres en la taberna, y con el de fuera y el, en paz descanse, Ren, solo faltaba el del sombrero. Del que estaba hablando con la maga, ya se encargarían ella misma y Destino, así que ató en cuanto pudo, y se puso a registrar por la casa a ver si encontraban algo después de esconderlo en el armario.
No tenía tiempo que perder, pues aunque habían localizado a casi todos los de la taberna, quedaba el más peligroso, sin contar que no podían saber de cuantos miembros disponían. Ya en el bosque le habían atacado dos que no estaban en la posada. El brujo estaba irritado por la casa vacía. No había más que facturas y estupideces donde rebuscaba el luchador. No entendía que pasaba por alto hasta que sintió al perro a su espalda. El animal le jaló por el pantalón con sus dientes y luego se puso en postura de señalización como anteriormente.
- Que me quieres mostrar bonito-, dijo en bajo mientras le acariciaba el lomo. No parecía haber nada especial donde mostraba.
Eureka, casi estuvo a punto de gritar cuando levantó la alfombra. Una trampilla estaba escondida bajo ella. Observó por la puerta entreabierta como Keria aún hablaba con el guardia, así que se dispuso a avanzar en solitario de momento. Ya lo alcanzarían.
El mago levantó la puerta de la trampilla y la más absoluta oscuridad le recibió. Bajó con cuidado por la escalerilla hasta llegar a suelo firme. No sabía dónde estaba, pues en el interior no se veía absolutamente nada. Con mucho temor a ser descubierto encendió una llama en su mano, ocultándola lo mejor posible, esperando no estar rodeado de enemigos. Suspiró aliviado al encontrarse solo, en mitad de un pasadizo de roca cincelada. Era un pasillo secreto como los que servían para huir de los castillos. Algo le decía que aún le quedaba mucho camino para conseguir salvar al niño.
El Garghaos demostró una gran inteligencia y orientación, pues al poco de partir se encontraron observando una casa destartalada. Verle marcar la casa con su hocico como un perro de caza entrenado fue igualmente sorprendente, pero ahí acababa la labor del chucho. Ahora era cosa de ellos rescatar al niño.
El plan era idéntico al anterior, si la otra vez dio buen resultado, ahora no tenía por qué fallar. Todo se había torcido por el ataque de la pareja del bosque, no por su idea inicial de cómo asaltar la casa. Keria se mostró igualmente contrariada, aunque aceptó hacerlo nuevamente. Conociéndola, seguramente ya estuviera cansada de interpretar el rol de damisela en apuros.
Vincent se arrastró por un lateral del bosque hasta comprobar que la maga hacía su papel con el guardia.
- Maldita sea, esto del sigilo debería ser cosa del elfo-, musitó con resignación.
En cuanto notó que la distracción era lo suficientemente buen se acercó hasta la ventana para observar el interior. Había un tipo revolviendo papeleo sobre una mesa y…. nada más. Como era posible. Esta vez estaba seguro de que sería el sitio adecuado. Tenía buenas vibraciones sobre el perro. Algo se le escapaba, pero necesitaba tiempo y espacio para poder descubrir que era. No le quedaba más remedio que reducir al hombre que había dentro.
El rubio entró con el mayor sigilo posible, y justo cuando estuvo a la espalda del hombretón, la madera rechinó bajo el peso de sus pasos. Este se giró para encontrarse con un trozo de madera como saludo. Por suerte, no había dado tiempo de decir nada, sin dar opciones de alertar a su compañero afuera. Era uno de los hombres en la taberna, y con el de fuera y el, en paz descanse, Ren, solo faltaba el del sombrero. Del que estaba hablando con la maga, ya se encargarían ella misma y Destino, así que ató en cuanto pudo, y se puso a registrar por la casa a ver si encontraban algo después de esconderlo en el armario.
No tenía tiempo que perder, pues aunque habían localizado a casi todos los de la taberna, quedaba el más peligroso, sin contar que no podían saber de cuantos miembros disponían. Ya en el bosque le habían atacado dos que no estaban en la posada. El brujo estaba irritado por la casa vacía. No había más que facturas y estupideces donde rebuscaba el luchador. No entendía que pasaba por alto hasta que sintió al perro a su espalda. El animal le jaló por el pantalón con sus dientes y luego se puso en postura de señalización como anteriormente.
- Que me quieres mostrar bonito-, dijo en bajo mientras le acariciaba el lomo. No parecía haber nada especial donde mostraba.
Eureka, casi estuvo a punto de gritar cuando levantó la alfombra. Una trampilla estaba escondida bajo ella. Observó por la puerta entreabierta como Keria aún hablaba con el guardia, así que se dispuso a avanzar en solitario de momento. Ya lo alcanzarían.
El mago levantó la puerta de la trampilla y la más absoluta oscuridad le recibió. Bajó con cuidado por la escalerilla hasta llegar a suelo firme. No sabía dónde estaba, pues en el interior no se veía absolutamente nada. Con mucho temor a ser descubierto encendió una llama en su mano, ocultándola lo mejor posible, esperando no estar rodeado de enemigos. Suspiró aliviado al encontrarse solo, en mitad de un pasadizo de roca cincelada. Era un pasillo secreto como los que servían para huir de los castillos. Algo le decía que aún le quedaba mucho camino para conseguir salvar al niño.
Vincent Calhoun
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Lentamente la tarde comenzaba a llegar a su fin, y el cielo entre nubes oscurecidas casi comenzaba a bajar el telón de la tarde que despacio dejaba entrever los últimos rayos de la luz del sol, no tardaría mucho en llegar la noche, por lo que sería prudente darse prisa, pues según habían mencionado en la taberna, el negocio por el niño se llevaría a cabo al anochecer.
Destino observó como la pareja de brujos se dedicaba cada cual a lo suyo, el brujo había decidido ir por el niño, así que de momento le tocaría quedarse para apoyar a la bruja de pechos grandes, la cual no había tardado en llamar la atención de uno de los sujetos que como una mosca idiota se acercaba a ella sin saber lo que le esperaba, la chica parecía haber nacido para mentir y engañar, pues se le daba con mucha naturalidad, lo que le generaba al elfo cierta desconfianza, sin embargo, por esta vez debía confiar en ella, no le quedaba de otra.
El brujo por su parte desapareció casi por arte de magia y se escabulló en la pequeña y misteriosa casa, una vez que entró, no se supo más de él, el elfo se escondió tras un árbol al ver lo eficiente que resultaba ser la bruja con sus distracciones, sin embargo, un fuerte golpe se escuchó de pronto, aparentemente desde el interior de la pequeña casucha, llamando la atención del sujeto que se puso en guardia al instante mientras llamaba a su compañero -Hey Rick ¿Estás bien? ¿Qué ha sido eso?- Preguntó en voz alta sin obtener ninguna respuesta -Y estos idiotas tampoco regresan, ya deberían haber regresado con el maldito animal, el jefe nos matará a todos si no lo traemos de vuelta- Dijo casi olvidándose de que la chica seguía cerca de él y lo estaba escuchando.
Miró entonces a la mujer con cierta desconfianza, comenzaba a sospechar que lo habían seguido hasta ese lugar, y nunca faltaba algún demente que se sintiera con suerte para cazar alguna recompensa -Rick ¿Estás bien?- Dijo mientras se acercaba a la casa dejando atrás a la mujer aunque sin perderla de vista, si llegaba a la puerta y la abría podría descubrir a Vincent si aún estaba dentro -¿Por qué demora tanto?- Murmuró Destino mientras salía a toda prisa de donde se encontraba escondido y corrió hasta la puerta de la casa para evitar que entrara, ahora junto a la bruja de fuego tenían al hombre rodeado, aunque no sabían qué tipo de carta tenía bajo la manga, literalmente, pues justo de ahí dejó salir una serie de naipes de metal con bordes filosos que se mantenían flotando con su telequinesis, en apenas un parpadeo arrojó varios de los naipes en ambas direcciones girando a tan velocidad que podían cortar la piel humana con gran facilidad, incluso llegaban a cortar ramas delgadas sin mucho problema, una serie de naipes se mantenían rodeándolo mientras otras viajaban en dirección a la bruja y el elfo.
Destino observó como la pareja de brujos se dedicaba cada cual a lo suyo, el brujo había decidido ir por el niño, así que de momento le tocaría quedarse para apoyar a la bruja de pechos grandes, la cual no había tardado en llamar la atención de uno de los sujetos que como una mosca idiota se acercaba a ella sin saber lo que le esperaba, la chica parecía haber nacido para mentir y engañar, pues se le daba con mucha naturalidad, lo que le generaba al elfo cierta desconfianza, sin embargo, por esta vez debía confiar en ella, no le quedaba de otra.
El brujo por su parte desapareció casi por arte de magia y se escabulló en la pequeña y misteriosa casa, una vez que entró, no se supo más de él, el elfo se escondió tras un árbol al ver lo eficiente que resultaba ser la bruja con sus distracciones, sin embargo, un fuerte golpe se escuchó de pronto, aparentemente desde el interior de la pequeña casucha, llamando la atención del sujeto que se puso en guardia al instante mientras llamaba a su compañero -Hey Rick ¿Estás bien? ¿Qué ha sido eso?- Preguntó en voz alta sin obtener ninguna respuesta -Y estos idiotas tampoco regresan, ya deberían haber regresado con el maldito animal, el jefe nos matará a todos si no lo traemos de vuelta- Dijo casi olvidándose de que la chica seguía cerca de él y lo estaba escuchando.
Miró entonces a la mujer con cierta desconfianza, comenzaba a sospechar que lo habían seguido hasta ese lugar, y nunca faltaba algún demente que se sintiera con suerte para cazar alguna recompensa -Rick ¿Estás bien?- Dijo mientras se acercaba a la casa dejando atrás a la mujer aunque sin perderla de vista, si llegaba a la puerta y la abría podría descubrir a Vincent si aún estaba dentro -¿Por qué demora tanto?- Murmuró Destino mientras salía a toda prisa de donde se encontraba escondido y corrió hasta la puerta de la casa para evitar que entrara, ahora junto a la bruja de fuego tenían al hombre rodeado, aunque no sabían qué tipo de carta tenía bajo la manga, literalmente, pues justo de ahí dejó salir una serie de naipes de metal con bordes filosos que se mantenían flotando con su telequinesis, en apenas un parpadeo arrojó varios de los naipes en ambas direcciones girando a tan velocidad que podían cortar la piel humana con gran facilidad, incluso llegaban a cortar ramas delgadas sin mucho problema, una serie de naipes se mantenían rodeándolo mientras otras viajaban en dirección a la bruja y el elfo.
Destino
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Parecía que la cosa funcionaba, no parecía que fueran a tardar demasiado en acabar con todo eso, solo quería acabar ya con todo, salvar al maldito niño de las narices, quien le mandaba dejarse secuestrar, no es tan dificil gritar, o patalear para que lo eviten, que hay que ser tonto, pero tonto con mayusculas, para dejar que te cojan tan facilmente, por los dioses si hasta un puñetero perro había sido más inteligente que él, la cosa era preocupante. ¿Sería retrasado? Eso explicaría algunas cosas.
En el interior de la casa se escuchó un fuerte golpe, "mierda" pensó la chica. No sabía cual de los otros dos habría entrado, ¿pero era necesario hacer tanto ruido? ¿Es que estaban locos? Debían querer que los mataran a todos, no encontraba otro sentido. Notaba como el tipo que tenía frente a ella empezaba a sospechar y escuchó un sonido de arbustos desde atrás, ya no podían hacer nada, la mirada del tipo lo decía todo, los habían descubierto.
Keira dió un paso hacia atrás y vio volar unos naipes con cuchillas en todas direcciones, eso no se podía quemar, concentró fuerza y, con su telequinesis, creo un pequeño escudo que podía ir moviendo para protegerse que algunos golpes, sería mucho más fácil si Vincent estuviera allí, con un soplido de su viento esas cosas pasarían a formar parte del suelo, pero no estaba, en su lugar, había acudido a su ayuda el elfo, "¿Estamos tontos?" Se preguntó mientras seguía centrandose, buscando algún modo de llegar al de los naipes. "Si no iba a entrar el elfo, habría entrado yo, no ese mastodonte con barba" siguió protestando en silencio.
Un naipe traspasó la barrera y golpeó su brazo, hacienole un corte feo en la piel, la chica chasqueó la lengua, sabía que era culpa suya por no haber prestado atención al rival, por haber estado demasiado ocupada pensando en la tontería que acababan de hacer los chicos que, segun parecía, no llegaban a un cerebro entre ambos. Sin embargo, el saberlo no evitó que se molestase, no le gustaba herirse.
Fire dio un nuevo grito y, cuando Keira la miró, el ave entendió a la perfección, la bailarina deshizo su escudo y se tumbó en el suelo para evitar los naipes que pasaban bastante por encima de su cabeza rodeó a su ave con su telequinesis para defenderla como había hecho consigo misma momentos antes y vio al pájaro lanzarse en picado, garras de frente, hacia el tipo que se concentraba en sus naipes y no la vio venir. El ave arañó la cabeza del chico, y llegó a herir sus ojos antes de aslir volando de nuevo, alejandose por seguridad, la herida hizo que las cartas dejaran de volar, solo faltaba rematarlo.
En el interior de la casa se escuchó un fuerte golpe, "mierda" pensó la chica. No sabía cual de los otros dos habría entrado, ¿pero era necesario hacer tanto ruido? ¿Es que estaban locos? Debían querer que los mataran a todos, no encontraba otro sentido. Notaba como el tipo que tenía frente a ella empezaba a sospechar y escuchó un sonido de arbustos desde atrás, ya no podían hacer nada, la mirada del tipo lo decía todo, los habían descubierto.
Keira dió un paso hacia atrás y vio volar unos naipes con cuchillas en todas direcciones, eso no se podía quemar, concentró fuerza y, con su telequinesis, creo un pequeño escudo que podía ir moviendo para protegerse que algunos golpes, sería mucho más fácil si Vincent estuviera allí, con un soplido de su viento esas cosas pasarían a formar parte del suelo, pero no estaba, en su lugar, había acudido a su ayuda el elfo, "¿Estamos tontos?" Se preguntó mientras seguía centrandose, buscando algún modo de llegar al de los naipes. "Si no iba a entrar el elfo, habría entrado yo, no ese mastodonte con barba" siguió protestando en silencio.
Un naipe traspasó la barrera y golpeó su brazo, hacienole un corte feo en la piel, la chica chasqueó la lengua, sabía que era culpa suya por no haber prestado atención al rival, por haber estado demasiado ocupada pensando en la tontería que acababan de hacer los chicos que, segun parecía, no llegaban a un cerebro entre ambos. Sin embargo, el saberlo no evitó que se molestase, no le gustaba herirse.
Fire dio un nuevo grito y, cuando Keira la miró, el ave entendió a la perfección, la bailarina deshizo su escudo y se tumbó en el suelo para evitar los naipes que pasaban bastante por encima de su cabeza rodeó a su ave con su telequinesis para defenderla como había hecho consigo misma momentos antes y vio al pájaro lanzarse en picado, garras de frente, hacia el tipo que se concentraba en sus naipes y no la vio venir. El ave arañó la cabeza del chico, y llegó a herir sus ojos antes de aslir volando de nuevo, alejandose por seguridad, la herida hizo que las cartas dejaran de volar, solo faltaba rematarlo.
Keira Brabery
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
Vincent esperó un rato a sus compañeros pero estos no aparecían por la escalera. Solo debían de enfrentarse a un hombre para llegar hasta él. ¿Tan fuerte sería? Por unos instantes el rubio pensó en volver para ayudarlos a derrotarlo, pero las voces en la lejanía del túnel eran tan tentadoras.
Avanzó algunos metros pensando si obraba bien de este modo. El tipo que estaba fuera tampoco sería tan fuerte como el líder de Beltrexus, seguro que se las sabían arreglar. Keira era muy habilidosa y el elfo tenía pinta de saber arreglárselas por sí solo, no obstante había decidido rescatar al niño él solo en primera instancia. Debía estar muy seguro de su talento.
El brujo no tardó mucho en darse cuenta del cambio en la fisonomía de túnel; de piedra lisa y trabajada debajo de la casa, había pasado a un simple orificio en la tierra, con sus respectivos arcos y vigas de madera para que no se hundiera.
- Como en una mina-, se dijo en bajo, contestando a sus propios pensamientos.
Las voces cada vez eran más claras, y podía augurar sin miedo a equivocarse que eran de dos hombres. O de las mujeres con la voz más grave de todo el continente. Solo unos minutos tardó en comprobar que estaba en lo cierto con las voces. El hombre con sombrero de la taberna conversaba con un encapuchado que le era desconocido, y del cual poco podía apreciar. Realmente no podía apreciar nada de ninguno de los dos con sus largas capas, pero la silueta del primero era inconfundible.
Su conversación era de todo menos amena. Se notaba el enfado del que le era totalmente desconocido con el otro hombre, más eso carecía de importancia en ese momento. En sus movimientos de sigilo para acercarse pudo ver al niño atado en una silla en la habitación contigua. Parecía una zona donde inspeccionaban los vagones antes de salir de la mina, ya que se veían los raíles que iban en una dirección al interior de la mina, y hacia el otro lado hacia la salida. Cual era la dirección de la salida o al revés era un misterio para él, pero estaba seguro que por la zona en la que estaban debía ser corto el trayecto hasta el exterior. La banda debía haber usado la mina abandonada para convertirla en su guarida, y con mucho esfuerzo había creado una salida alternativa secreta por si los atacaban y debían huir. Era ingenioso, no estaba tratando con unos simples aficionados, debía tener cuidado.
También estaba seguro de que el perro debía de haber huido por la entrada convencional si había sido llevado hasta allí, no por la zona por la que había entrado, ya que era imposible para el animal subir la escalera de mano bajo la casa. ¿Pero cómo demonios sabía lo de la trampilla? pensó el brujo acercándose al joven y haciéndole señas para que estuviera quieto, encontrando como respuestas un ligero cabeceo afirmativo. No, el perro nunca había estado allí, lo habían llevado a aquella casucha y se les había escapado antes de que pudieran trasladarlo.
- Me importa una mierda el niño-, gritaba el encapuchado. - Sin el Garghaos no vale nada. El animal es por lo que te pago. Me parece bien que quieras ganar dinero extra con el niño por una recompensa, pero no es el objetivo por el que te contraté-, dio varias punzadas con su dedo amenazante sobre el pecho del otro hombre. - Hasta que no consigas al perro no quiero oír más nada sobre ese…-, las palabras del siniestro hombre se quedaron frenadas por lo que acababa de ver.
Joder. Esperaba poder salvar al niño sin tener que iniciar ningún enfrentamiento. Por suerte para él, el niño ya estaba libre de sus ataduras.
- Corre, vamos sal por ese túnel y verás una salida al pie de una escalera iluminada-, dijo con seriedad cogiendo al joven por los hombros, para que se centrara.
No había luz por ese camino, pero no tenía perdida. No había desvíos. Solo tenía que correr y cuando viera la luz solar salir por allí. El niño comprendió y con mucho miedo emprendió su huida, justo antes de meterse por la bocana del túnel le dio unas sinceras gracias, para luego desaparecer en la oscuridad.
Vincent retrocedió poco a poco y sin perder de vista a sus enemigos, esperando un ataque de ambos en cualquier momento. Aunque la agresión de sus enemigos parecía no llegar.
- Te pago demasiado para que me falles de este modo. Recupera al niño si quieres, pero asegúrate de conseguirme al Garghaos. No tengo paciencia para más fracasos-, dijo antes de girarse con fuerza, provocando que su capa ondease con violencia. Luego desapareció por otro de los túneles. Estaba seguro que era la salida principal de la mina.
El otro hombre no se inmutó. Simplemente se giró hacia el brujo y empezó a andar despacio hacia este. Se desabrochó la capa que lanzó a un lado, pero aun así su rostro le era desconocido, pues una máscara negra y con líneas rojas le tapaba toda la cara salvo la boca.
El rubio esperó con su espada en guardia tapando el único camino hacia el niño, esperando el ataque eléctrico, ya que por lo que había visto en la posada era un brujo de ese elemento al menos. Si manejaba otro poder ya tendría tiempo de averiguarlo en combate.
En un visto y no visto su adversario lo atacó con un hilo fino que pudo parar a duras penas con su espada. Sin tiempo para recuperarse de ese ataque, realizó otro similar con el objetivo de su cuello. Pudo evitar ser ahorcado interponiendo su brazo izquierdo en la trayectoria del afilado hilo, y ahora que apresaba su piel podía estar seguro de que era algún tipo de metal. Se liberó del que atrapaba su espada, pero antes de que pudiera cortar el otro que estaba afianzado en su muñeca, sintió una gran descarga proveniente del hilo. Sintió un gran dolor y quemazón en todo su cuerpo, más aun con esas consiguió darle un tajo al delgado alambre que lo electrocutaba.
- Así que esto deben sentir los enemigos de mi hermana-, musitó antes de escupir un poco de sangre, con la pierna hincada en el suelo por el dolor.
Podía ver como algo de humo salía de su cuerpo torturado, mientras clavaba su espada en la tierra para poder quitarse el abrigo con comodidad. Volvió a retomar su arma, y se incorporó para hacerle frente de nuevo a su enemigo. Algunas gotas caían desde su brazo izquierdo, enseñando al brujo de fuego que ese cable, además de poder transportar la electricidad de su adversario, era lo suficientemente fino y afilado como para ser cortante.
El enmascarado se colocó en postura de combate nuevamente, riéndose de un modo gutural y estirando otro de sus cables entre las manos. Vincent le sonrió. Este tipo le estaba empezando a parecer interesante. Lástima que tuviera que matarlo.
Avanzó algunos metros pensando si obraba bien de este modo. El tipo que estaba fuera tampoco sería tan fuerte como el líder de Beltrexus, seguro que se las sabían arreglar. Keira era muy habilidosa y el elfo tenía pinta de saber arreglárselas por sí solo, no obstante había decidido rescatar al niño él solo en primera instancia. Debía estar muy seguro de su talento.
El brujo no tardó mucho en darse cuenta del cambio en la fisonomía de túnel; de piedra lisa y trabajada debajo de la casa, había pasado a un simple orificio en la tierra, con sus respectivos arcos y vigas de madera para que no se hundiera.
- Como en una mina-, se dijo en bajo, contestando a sus propios pensamientos.
Las voces cada vez eran más claras, y podía augurar sin miedo a equivocarse que eran de dos hombres. O de las mujeres con la voz más grave de todo el continente. Solo unos minutos tardó en comprobar que estaba en lo cierto con las voces. El hombre con sombrero de la taberna conversaba con un encapuchado que le era desconocido, y del cual poco podía apreciar. Realmente no podía apreciar nada de ninguno de los dos con sus largas capas, pero la silueta del primero era inconfundible.
Su conversación era de todo menos amena. Se notaba el enfado del que le era totalmente desconocido con el otro hombre, más eso carecía de importancia en ese momento. En sus movimientos de sigilo para acercarse pudo ver al niño atado en una silla en la habitación contigua. Parecía una zona donde inspeccionaban los vagones antes de salir de la mina, ya que se veían los raíles que iban en una dirección al interior de la mina, y hacia el otro lado hacia la salida. Cual era la dirección de la salida o al revés era un misterio para él, pero estaba seguro que por la zona en la que estaban debía ser corto el trayecto hasta el exterior. La banda debía haber usado la mina abandonada para convertirla en su guarida, y con mucho esfuerzo había creado una salida alternativa secreta por si los atacaban y debían huir. Era ingenioso, no estaba tratando con unos simples aficionados, debía tener cuidado.
También estaba seguro de que el perro debía de haber huido por la entrada convencional si había sido llevado hasta allí, no por la zona por la que había entrado, ya que era imposible para el animal subir la escalera de mano bajo la casa. ¿Pero cómo demonios sabía lo de la trampilla? pensó el brujo acercándose al joven y haciéndole señas para que estuviera quieto, encontrando como respuestas un ligero cabeceo afirmativo. No, el perro nunca había estado allí, lo habían llevado a aquella casucha y se les había escapado antes de que pudieran trasladarlo.
- Me importa una mierda el niño-, gritaba el encapuchado. - Sin el Garghaos no vale nada. El animal es por lo que te pago. Me parece bien que quieras ganar dinero extra con el niño por una recompensa, pero no es el objetivo por el que te contraté-, dio varias punzadas con su dedo amenazante sobre el pecho del otro hombre. - Hasta que no consigas al perro no quiero oír más nada sobre ese…-, las palabras del siniestro hombre se quedaron frenadas por lo que acababa de ver.
Joder. Esperaba poder salvar al niño sin tener que iniciar ningún enfrentamiento. Por suerte para él, el niño ya estaba libre de sus ataduras.
- Corre, vamos sal por ese túnel y verás una salida al pie de una escalera iluminada-, dijo con seriedad cogiendo al joven por los hombros, para que se centrara.
No había luz por ese camino, pero no tenía perdida. No había desvíos. Solo tenía que correr y cuando viera la luz solar salir por allí. El niño comprendió y con mucho miedo emprendió su huida, justo antes de meterse por la bocana del túnel le dio unas sinceras gracias, para luego desaparecer en la oscuridad.
Vincent retrocedió poco a poco y sin perder de vista a sus enemigos, esperando un ataque de ambos en cualquier momento. Aunque la agresión de sus enemigos parecía no llegar.
- Te pago demasiado para que me falles de este modo. Recupera al niño si quieres, pero asegúrate de conseguirme al Garghaos. No tengo paciencia para más fracasos-, dijo antes de girarse con fuerza, provocando que su capa ondease con violencia. Luego desapareció por otro de los túneles. Estaba seguro que era la salida principal de la mina.
El otro hombre no se inmutó. Simplemente se giró hacia el brujo y empezó a andar despacio hacia este. Se desabrochó la capa que lanzó a un lado, pero aun así su rostro le era desconocido, pues una máscara negra y con líneas rojas le tapaba toda la cara salvo la boca.
El rubio esperó con su espada en guardia tapando el único camino hacia el niño, esperando el ataque eléctrico, ya que por lo que había visto en la posada era un brujo de ese elemento al menos. Si manejaba otro poder ya tendría tiempo de averiguarlo en combate.
En un visto y no visto su adversario lo atacó con un hilo fino que pudo parar a duras penas con su espada. Sin tiempo para recuperarse de ese ataque, realizó otro similar con el objetivo de su cuello. Pudo evitar ser ahorcado interponiendo su brazo izquierdo en la trayectoria del afilado hilo, y ahora que apresaba su piel podía estar seguro de que era algún tipo de metal. Se liberó del que atrapaba su espada, pero antes de que pudiera cortar el otro que estaba afianzado en su muñeca, sintió una gran descarga proveniente del hilo. Sintió un gran dolor y quemazón en todo su cuerpo, más aun con esas consiguió darle un tajo al delgado alambre que lo electrocutaba.
- Así que esto deben sentir los enemigos de mi hermana-, musitó antes de escupir un poco de sangre, con la pierna hincada en el suelo por el dolor.
Podía ver como algo de humo salía de su cuerpo torturado, mientras clavaba su espada en la tierra para poder quitarse el abrigo con comodidad. Volvió a retomar su arma, y se incorporó para hacerle frente de nuevo a su enemigo. Algunas gotas caían desde su brazo izquierdo, enseñando al brujo de fuego que ese cable, además de poder transportar la electricidad de su adversario, era lo suficientemente fino y afilado como para ser cortante.
El enmascarado se colocó en postura de combate nuevamente, riéndose de un modo gutural y estirando otro de sus cables entre las manos. Vincent le sonrió. Este tipo le estaba empezando a parecer interesante. Lástima que tuviera que matarlo.
Vincent Calhoun
Honorable
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Re: [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
El sol de la tarde amenazaba con despedirse dejándolos en la penumbra, debían actuar rápido o la oscuridad les pondría las cosas más difíciles, el sujeto de las cartas tenía un alto nivel de concentración, y lo requería para poder controlar tantos naipes a la vez de manera tan precisa. Destino usaba su espada para protegerse de os rápidos y certeros ataques que apuntaban hacia él, bloqueaba tan rápido como su destreza se lo permitía pero siempre algún naipe conseguía tomarlo por sorpresa y causarle visibles cortes en diversas partes del cuerpo, de momento lo ideal era buscar la manera de acercarse, si la forma e pelea del adversario era únicamente efectiva a distancia, un ataque cuerpo a cuerpo lo dejaría sin mucho qué hacer; aunque en cada intento del elfo, la velocidad y número de naipes parecía incrementarse, era un rival muy listo.
Parecía una tarea casi imposible, sin embargo un inteligente ataque de la bruja giró la balanza completamente, el pájaro de la bruja había conseguido llegar a herir al sujeto que no pudo reaccionar sino llevando las manos a sus ojos, momento en que perdió la concentración y todos los naipes cayeron al piso.
Destino entendió que era su momento, no sabía cuánto les duraría esa ventaja, así que salió disparado poniendo al límite su velocidad, al estar cerca, el adversario intentó crear una barrera con los naipes que lentamente comenzaban a levantarse del piso pero entonces ya era demasiado tarde, el elfo dio un salto y mientras caía frente al sujeto hizo un corte vertical con su espada que dividió la cabeza de aquel hombre en dos rebanadas haciendo que los naipes que apenas se levantaban, se fueran de nuevo al suelo.
Habían conseguido la victoria, el elfo miró a la bruja con rostro de satisfacción pero no había tiempo para celebrar, habían tardado demasiado y Vincent podría estar en problemas, así que sin decir una palabra, Destino corrió hacia la pequeña casa dejando la puerta abierta para que entrara la rubia; en la casa encontraron a un sujeto desmayado en el suelo, al perro colorido y una trampilla, seguro que el brujo se había ido por ahí.
Justo cuando el elfo se disponía a bajar al misterioso túnel, escuchó unos pasos acercarse de prisa, se puso en guardia ante cualquier peligro pero se trataba del niño que venía huyendo, el brujo había conseguido liberarlo pero no había señales de él, Destino haló al chico para que terminara de subir las escaleras, tenía algunas señales de evidente maltrato físico, así que el elfo se dedicó el primer lugar a usar su magia de sanación para al menos aliviar un poco las heridas del chico -Ayuden al señor barbudo- Alcanzó a decir el chico mientras Destino volteaba buscando con la vista a la bruja para luego lanzar una mirada indicativa “Su amigo necesitaba ayuda”
Parecía una tarea casi imposible, sin embargo un inteligente ataque de la bruja giró la balanza completamente, el pájaro de la bruja había conseguido llegar a herir al sujeto que no pudo reaccionar sino llevando las manos a sus ojos, momento en que perdió la concentración y todos los naipes cayeron al piso.
Destino entendió que era su momento, no sabía cuánto les duraría esa ventaja, así que salió disparado poniendo al límite su velocidad, al estar cerca, el adversario intentó crear una barrera con los naipes que lentamente comenzaban a levantarse del piso pero entonces ya era demasiado tarde, el elfo dio un salto y mientras caía frente al sujeto hizo un corte vertical con su espada que dividió la cabeza de aquel hombre en dos rebanadas haciendo que los naipes que apenas se levantaban, se fueran de nuevo al suelo.
Habían conseguido la victoria, el elfo miró a la bruja con rostro de satisfacción pero no había tiempo para celebrar, habían tardado demasiado y Vincent podría estar en problemas, así que sin decir una palabra, Destino corrió hacia la pequeña casa dejando la puerta abierta para que entrara la rubia; en la casa encontraron a un sujeto desmayado en el suelo, al perro colorido y una trampilla, seguro que el brujo se había ido por ahí.
Justo cuando el elfo se disponía a bajar al misterioso túnel, escuchó unos pasos acercarse de prisa, se puso en guardia ante cualquier peligro pero se trataba del niño que venía huyendo, el brujo había conseguido liberarlo pero no había señales de él, Destino haló al chico para que terminara de subir las escaleras, tenía algunas señales de evidente maltrato físico, así que el elfo se dedicó el primer lugar a usar su magia de sanación para al menos aliviar un poco las heridas del chico -Ayuden al señor barbudo- Alcanzó a decir el chico mientras Destino volteaba buscando con la vista a la bruja para luego lanzar una mirada indicativa “Su amigo necesitaba ayuda”
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