Con pies de plomo [quest] [CERRADO]
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Re: Con pies de plomo [quest] [CERRADO]
Siempre se había caracterizado por tener mala suerte, no del tipo habitual, con los dados, puesto que era muy complicado tener mala suerte con eso cuando siempre hacías trampas, sino de la de verdad, si había alguien con el que no debía cruzarse, allí estaría, si había la más mínima posibilidad de que una llamarada perdida incendiara algo, calaría fuego a medio bosque y los guardabosques querrían su cabeza… dos veces, pero a veces tener mala suerte no era tan malo, te preparaba para aprovechar los desastres, para reaccionar en situaciones de pánico, y a veces, solo a veces, la mala suerte era tan mala que te libraba del resto de problemas.
Por ejemplo, cuando empezó a flotar, primero pensó que había recuperado sus poderes, sus poderes de brujo, al completo y no el mini-equivalente ardillil y que estaba flotando con su propia telequinesis, algo sencillo, trivial, debido a su peso, luego fue un poco más realista y pensó que a lo mejor era una ardilla voladora, algo ligeramente más glorioso que una ardilla normal pero menos que una ardilla de fuego, pero luego se dio cuenta de que las ardillas voladoras planeaban, no volaban hacia arriba, y mucho menos los durones, así que no había duda de que allí pasaba algo raro, pero eso resulto ser bueno, puesto que era algo lo suficientemente raro como para que ese bichejo se olvidara de él y se preocupase por su propio pellejo, cosa que técnicamente no era buena señal, pero Geralt la Ardilla Rúnica era más lista que un simple mustélido, en seguida sabría qué pasaba, no se dejaría llevar por el pánico.
-Enseguida... lo... entiendo...- Ni de lejos. Dejo de flotar y volvió a caer al suelo, para luego ser propulsado hacia el lado con tanta fuerza que los árboles se inclinaron y sus raíces se levantaron. Eso no era viento, y desde luego era un terremoto rarísimo. Por suerte, nada se interpuso en su caída libre hacia el costado y pudo aterrizar de manera relativamente segura sin chocar contra nada. -¿Magia de gravedad?- ¿Existía eso siquiera? Los temblores seguían, pero ahora que ya estaba preparado, agarrado literalmente con uñas y dientes como si su vida dependiera de ello, porque técnicamente, estaba seguro que así era. No tenía ni idea de donde estaba ese duron, y la verdad, le traía sin cuidado, eso le pasaba por intentar comerse al tipo majo de la cecina. Aun había más temblores, y empezaba a preocuparle la idea de que los arboles no aguantaran, de nada le servía estar agarrado a uno si este salía despedido. Tendría que despertar sus poderes de ardilla voladora muy rápido como eso siguiera.
Por ejemplo, cuando empezó a flotar, primero pensó que había recuperado sus poderes, sus poderes de brujo, al completo y no el mini-equivalente ardillil y que estaba flotando con su propia telequinesis, algo sencillo, trivial, debido a su peso, luego fue un poco más realista y pensó que a lo mejor era una ardilla voladora, algo ligeramente más glorioso que una ardilla normal pero menos que una ardilla de fuego, pero luego se dio cuenta de que las ardillas voladoras planeaban, no volaban hacia arriba, y mucho menos los durones, así que no había duda de que allí pasaba algo raro, pero eso resulto ser bueno, puesto que era algo lo suficientemente raro como para que ese bichejo se olvidara de él y se preocupase por su propio pellejo, cosa que técnicamente no era buena señal, pero Geralt la Ardilla Rúnica era más lista que un simple mustélido, en seguida sabría qué pasaba, no se dejaría llevar por el pánico.
-Enseguida... lo... entiendo...- Ni de lejos. Dejo de flotar y volvió a caer al suelo, para luego ser propulsado hacia el lado con tanta fuerza que los árboles se inclinaron y sus raíces se levantaron. Eso no era viento, y desde luego era un terremoto rarísimo. Por suerte, nada se interpuso en su caída libre hacia el costado y pudo aterrizar de manera relativamente segura sin chocar contra nada. -¿Magia de gravedad?- ¿Existía eso siquiera? Los temblores seguían, pero ahora que ya estaba preparado, agarrado literalmente con uñas y dientes como si su vida dependiera de ello, porque técnicamente, estaba seguro que así era. No tenía ni idea de donde estaba ese duron, y la verdad, le traía sin cuidado, eso le pasaba por intentar comerse al tipo majo de la cecina. Aun había más temblores, y empezaba a preocuparle la idea de que los arboles no aguantaran, de nada le servía estar agarrado a uno si este salía despedido. Tendría que despertar sus poderes de ardilla voladora muy rápido como eso siguiera.
Geralt
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Re: Con pies de plomo [quest] [CERRADO]
Una susurró llego a mis oídos, o pareció hacerlo, había pensado que había sido una imaginación mía hasta que el cuerpo calcinado y ennegrecido de la doctora lo repitió, pero al contrario que su mujer el maestro no parecía contento con aquello, o eso intuí por el tono de voz nervioso y los golpes con el pie al suelo que lo habían precedido.
No dudaba en que su mujer pudiera tener interés en
los clanes de los dragones, pero había demostrado no ser lo único en lo que tenía interés al hacerse eco de esa petición de ayuda, así como el maestro quería complacer a su esposa, debía por tanto aceptar su voluntad también, aunque no parecía especialmente dispuesto a ello.
-Mi clan lleva muchísimas generaciones viviendo ne la ladera del segundo pico, somos una familia antigua que decidió honrar a los seis y al regalo que nos hicieron viviendo bajo la forma de dragón durante casi todas nuestras vidas.- Empecé a relatar a la mujer caminando por la estancia con lentitud, frunciendo ligeramente el ceño para ordenar correctamente las palabras, y a su vez alejándome ligeramente del maestro de quien había notado en la voz el mismo dolor que al bajar las escaleras.
Respetaba a aquel hombre, pero no quería que en un exabrupto como el de la mesa intentara nada temerario, e imaginaba por sus nervios de antes que si se percataba de mi intención de abrir la jaula no le haría gracia aunque su esposa así lo quisiera.
-Así como tomamos la parte mas bestial, también recordamos que son seres llenos de conocimiento y sabiduría, así que ejercemos de guardianes de la misma, acumulando en el fondo de nuestra caverna una gran biblioteca, que vamos ampliando cada vez que uno de los nuestros decide abandonar el norte para recorrer el mundo y aprender de el. Somos una familia bastante apartada, muchos nos consideran bestias y eso nos ha vuelto celosos de los nuestros, por ello cada vez es mas difícil convencer al resto de salir a conocer el mundo.-suspiré.- Pero la voluntad es algo importante, de ser libres, de escojer, de fallar o de querer crecer, por eso terminaron accediendo al mio aunque dudan de mi criterio a la hora de juzgar a la gente.-Miré al maestro Dan de reojo. No parecía un mal hombre, aun y cuando imaginaba que había tras esa puerta en cuya manija ahora reposaba mi mano, habiéndome aprovechado de su debilidad encubierta para acercarme a la puerta.
Intente abrir la manija. No tenía intención de irme por ahora, pero si de liberar a la joven de la aldea o a quien fuera si es que retenían a alguien contra su voluntad, y esperaba de todo corazón no tener que pelearme con el anciano por ello.
No dudaba en que su mujer pudiera tener interés en
los clanes de los dragones, pero había demostrado no ser lo único en lo que tenía interés al hacerse eco de esa petición de ayuda, así como el maestro quería complacer a su esposa, debía por tanto aceptar su voluntad también, aunque no parecía especialmente dispuesto a ello.
-Mi clan lleva muchísimas generaciones viviendo ne la ladera del segundo pico, somos una familia antigua que decidió honrar a los seis y al regalo que nos hicieron viviendo bajo la forma de dragón durante casi todas nuestras vidas.- Empecé a relatar a la mujer caminando por la estancia con lentitud, frunciendo ligeramente el ceño para ordenar correctamente las palabras, y a su vez alejándome ligeramente del maestro de quien había notado en la voz el mismo dolor que al bajar las escaleras.
Respetaba a aquel hombre, pero no quería que en un exabrupto como el de la mesa intentara nada temerario, e imaginaba por sus nervios de antes que si se percataba de mi intención de abrir la jaula no le haría gracia aunque su esposa así lo quisiera.
-Así como tomamos la parte mas bestial, también recordamos que son seres llenos de conocimiento y sabiduría, así que ejercemos de guardianes de la misma, acumulando en el fondo de nuestra caverna una gran biblioteca, que vamos ampliando cada vez que uno de los nuestros decide abandonar el norte para recorrer el mundo y aprender de el. Somos una familia bastante apartada, muchos nos consideran bestias y eso nos ha vuelto celosos de los nuestros, por ello cada vez es mas difícil convencer al resto de salir a conocer el mundo.-suspiré.- Pero la voluntad es algo importante, de ser libres, de escojer, de fallar o de querer crecer, por eso terminaron accediendo al mio aunque dudan de mi criterio a la hora de juzgar a la gente.-Miré al maestro Dan de reojo. No parecía un mal hombre, aun y cuando imaginaba que había tras esa puerta en cuya manija ahora reposaba mi mano, habiéndome aprovechado de su debilidad encubierta para acercarme a la puerta.
Intente abrir la manija. No tenía intención de irme por ahora, pero si de liberar a la joven de la aldea o a quien fuera si es que retenían a alguien contra su voluntad, y esperaba de todo corazón no tener que pelearme con el anciano por ello.
Arygos Valnor
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Re: Con pies de plomo [quest] [CERRADO]
Al principio solo fueron chasquidos nada preocupantes, las ramas secas caían de pronto sin que ninguna fuerza más que la gravedad les hiciera nada. Era algo normal y cotidiano del bosque que nadie prestó atención. Que la inmensa mayoría de ramas secas del bosque cayesen al unísono y que una ardilla con grandes aspiraciones chocase contra uno de los árboles impulsada por lo que parecía una fuerte corriente fue, simplemente, un cúmulo de coincidencias muy extrañas.
Eso fue lo que pensaron los driopes a la vez que intentaban volver a cerrar los ojos que se les estaba apunto de abrir. Ya habían tenido suficiente ruido con su hermano chillón… solo querían volver a descansar como siempre habían hecho.
Para desgracia para ellos, el descanso duro poco. Otras criaturas en compañía a la primera ardilla fueron impulsadas por esa fuerza extraña topándose contra ellos y más ramas, y no todas de ellas de las secas, caían de sus copas.
Ahí fue en ese momento cuando empezaron a despertar y, más tarde, cuando vieron que un dríope salía volando como si alguien le hubiera arrancado de su propia raíz, empezaron a asustarse.
-A go na- hablaba a su manera a la vez que intentaba levantar inútilmente su brazo para señalar a la puerta de madera que tenía detrás la chica.
-¡Le gustas!- celebró con suma alegría Dan. – Sabía que eras perfecta para esto-.
La Doctora Pran vio otras veces la misma sonrisa que se le formaba en los labios de su anciano esposo. Si pudiera hablar confesaría que le daba miedo. Ahora, seguramente, solo podría balbucear algo como “mi do”, “me do” o cualquier incomprensible cosa por el estilo.
-Debió de ser difícil de salir de una familia con costumbres tan arraigadas como es la tuya- Pero, ¿para qué hablar si para eso estaba Dan? Desde el incendio fue él quien habló por ella. Al principio parecía que ambos se comunicaban por telepatía y, acto seguida, era el viejo Maestro quien decía lo que la doctora quería decir. Pero luego… Algo pasó en el interior del corazón de Dan y éste creyó escuchar cosas que no son –mis viejos instintos me dicen que tuviste que ser muy valiente para decidir marcha en busca de conocimientos siendo tan joven. ¿Verdad que lo fue querida? Sí, ella también cree que fuiste muy valiente-.
Si tuviera saliva en la boca, Pran escupiría en la cara de su marido solo por llamarla “querida”. ¿Cómo podía decir que la quería cuando la estaba obligando a vivir en contra de su voluntad, cómo podía decir que la amaba cuando se pasaba todo el día con en el piso de arriba fabricando sus pociones y cómo podía decir que todo lo hacía por ella cuando ella nunca había querido que unas pobres e inocentes chicas fueran secuestradas?
-A u da- pidió ayuda la mujer sin dejar de hacer fuerza para levantar su brazo- a go na. A u da-.
* Arygos Valnor: Chica lista. El Maestro Dan está tan pendiente de su mujer que no se ha dado cuenta dónde has llegado. Tienes una oportunidad perfecta, pues la puerta no está cerrada con llave, se puede abrir fácilmente desde la posición dónde estás. Podrás rescatar a la chica. Pero, ¿lo harás? La elección, como siempre es tuya. Tú decides si liberar a la chica o esperar y seguir hablando un rato más. Decidas lo que decidas, te aconsejo no enfrentarte contra Dan, es muy anciano y está herido; no merece la pena hacerle más daño. Recuerda que todavía no puedes salir de la casa ni transformarte en dragón.
Eso fue lo que pensaron los driopes a la vez que intentaban volver a cerrar los ojos que se les estaba apunto de abrir. Ya habían tenido suficiente ruido con su hermano chillón… solo querían volver a descansar como siempre habían hecho.
Para desgracia para ellos, el descanso duro poco. Otras criaturas en compañía a la primera ardilla fueron impulsadas por esa fuerza extraña topándose contra ellos y más ramas, y no todas de ellas de las secas, caían de sus copas.
Ahí fue en ese momento cuando empezaron a despertar y, más tarde, cuando vieron que un dríope salía volando como si alguien le hubiera arrancado de su propia raíz, empezaron a asustarse.
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-A go na- hablaba a su manera a la vez que intentaba levantar inútilmente su brazo para señalar a la puerta de madera que tenía detrás la chica.
-¡Le gustas!- celebró con suma alegría Dan. – Sabía que eras perfecta para esto-.
La Doctora Pran vio otras veces la misma sonrisa que se le formaba en los labios de su anciano esposo. Si pudiera hablar confesaría que le daba miedo. Ahora, seguramente, solo podría balbucear algo como “mi do”, “me do” o cualquier incomprensible cosa por el estilo.
-Debió de ser difícil de salir de una familia con costumbres tan arraigadas como es la tuya- Pero, ¿para qué hablar si para eso estaba Dan? Desde el incendio fue él quien habló por ella. Al principio parecía que ambos se comunicaban por telepatía y, acto seguida, era el viejo Maestro quien decía lo que la doctora quería decir. Pero luego… Algo pasó en el interior del corazón de Dan y éste creyó escuchar cosas que no son –mis viejos instintos me dicen que tuviste que ser muy valiente para decidir marcha en busca de conocimientos siendo tan joven. ¿Verdad que lo fue querida? Sí, ella también cree que fuiste muy valiente-.
Si tuviera saliva en la boca, Pran escupiría en la cara de su marido solo por llamarla “querida”. ¿Cómo podía decir que la quería cuando la estaba obligando a vivir en contra de su voluntad, cómo podía decir que la amaba cuando se pasaba todo el día con en el piso de arriba fabricando sus pociones y cómo podía decir que todo lo hacía por ella cuando ella nunca había querido que unas pobres e inocentes chicas fueran secuestradas?
-A u da- pidió ayuda la mujer sin dejar de hacer fuerza para levantar su brazo- a go na. A u da-.
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* Geralt: Cada vez la fuerza es mayor. Sientes que estás en medio de un tornado que no decide por donde está girando. Las instrucciones para el próximo posts son sencillas: Sobrevive. Los alumnos pronto se aburrirán de sus juegos, tú sobrevive.* Arygos Valnor: Chica lista. El Maestro Dan está tan pendiente de su mujer que no se ha dado cuenta dónde has llegado. Tienes una oportunidad perfecta, pues la puerta no está cerrada con llave, se puede abrir fácilmente desde la posición dónde estás. Podrás rescatar a la chica. Pero, ¿lo harás? La elección, como siempre es tuya. Tú decides si liberar a la chica o esperar y seguir hablando un rato más. Decidas lo que decidas, te aconsejo no enfrentarte contra Dan, es muy anciano y está herido; no merece la pena hacerle más daño. Recuerda que todavía no puedes salir de la casa ni transformarte en dragón.
Sigel
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Re: Con pies de plomo [quest] [CERRADO]
Estaba bastante necesitado de esas habilidades ocultas de ardilla voladora que esperaba conseguir en cualquier momento, pero no parecían llegar, puede que fuera porque la evolución no funcionara así, pero prefería atribuirlo a su mala suerte, seguro que era por eso. El viento no paraba, en realidad, estaba casi seguro, gracias a sus nuevos y prácticos bigotes de ardilla de que soplaba aún más fuerte que al principio.
No había demasiado que hacer como ardilla, con sus poderes seguro que eso habría sido un simple paseo por el bosque, solo tenía que contrarrestar el viento con uno igual o superior, pero como roedor, poco podía hacer aparte de intentar no morir. Cuando el árbol en el que estaba empezó a fallar como soporte, espero a que la racha de viento del momento parase y trepo a otro en cuanto pudo, resulto ser una dríope, pero llegados a ese punto le traía sin cuidado, tenía mayores problemas que aplastar a una pobre ardilla, a juzgar como otra dríope paso volando justo por el lado de ambos, si, definitivamente tenían problemas mayores. La ventaja que tenía usar una dríope como refugio improvisado era que ahora que estaba bien despierta y en pánico, se iba a agarrar con todas sus fuerzas al suelo, lo que la hacía mejor que un árbol en cuanto a estabilidad frente a vientos huracanados. Además, tenían un cuerpo más o menos humanizado, era menos aerodinámico, por lo que le era más sencillo agarrarse para no salir volando, mucho más sencillo que con el árbol anterior en realidad, pero teniendo en cuenta lo difícil que era para una triste ardilla no salir volando a los cuatro vientos, “mucho más sencillo” no lo hacía sencillo a efectos prácticos, simplemente no imposible. Ahora era el momento de brillar, de decir el nombre del viento y que parara en seco, como en los cuentos. –άνεμος- La fuerte corriente paro de golpe, lo había hecho. Henchido de orgullo, se irguió a dos patas y declaró orgulloso con las patas delanteras en jarras: –Muahahahahaha, Geralt la ardilla rúnica lo ha conseguiMIERDA- Había sido pura casualidad y en cuando el viento volvió se había ido volando por los aires.
La buena noticia era que con tantas ramas y hojas volando por doquier, chocaba demasiado como para alcanzar velocidades peligrosas, por lo que un roble considerablemente más grande que el resto acabo siendo el objeto de su grácil aterrizaje. Estaba bien, todo lo bien que podía estar una ardilla, que sinceramente, no era demasiado, no debía llevar ni un par de horas así y ya tenía hambre.
No había demasiado que hacer como ardilla, con sus poderes seguro que eso habría sido un simple paseo por el bosque, solo tenía que contrarrestar el viento con uno igual o superior, pero como roedor, poco podía hacer aparte de intentar no morir. Cuando el árbol en el que estaba empezó a fallar como soporte, espero a que la racha de viento del momento parase y trepo a otro en cuanto pudo, resulto ser una dríope, pero llegados a ese punto le traía sin cuidado, tenía mayores problemas que aplastar a una pobre ardilla, a juzgar como otra dríope paso volando justo por el lado de ambos, si, definitivamente tenían problemas mayores. La ventaja que tenía usar una dríope como refugio improvisado era que ahora que estaba bien despierta y en pánico, se iba a agarrar con todas sus fuerzas al suelo, lo que la hacía mejor que un árbol en cuanto a estabilidad frente a vientos huracanados. Además, tenían un cuerpo más o menos humanizado, era menos aerodinámico, por lo que le era más sencillo agarrarse para no salir volando, mucho más sencillo que con el árbol anterior en realidad, pero teniendo en cuenta lo difícil que era para una triste ardilla no salir volando a los cuatro vientos, “mucho más sencillo” no lo hacía sencillo a efectos prácticos, simplemente no imposible. Ahora era el momento de brillar, de decir el nombre del viento y que parara en seco, como en los cuentos. –άνεμος- La fuerte corriente paro de golpe, lo había hecho. Henchido de orgullo, se irguió a dos patas y declaró orgulloso con las patas delanteras en jarras: –Muahahahahaha, Geralt la ardilla rúnica lo ha conseguiMIERDA- Había sido pura casualidad y en cuando el viento volvió se había ido volando por los aires.
La buena noticia era que con tantas ramas y hojas volando por doquier, chocaba demasiado como para alcanzar velocidades peligrosas, por lo que un roble considerablemente más grande que el resto acabo siendo el objeto de su grácil aterrizaje. Estaba bien, todo lo bien que podía estar una ardilla, que sinceramente, no era demasiado, no debía llevar ni un par de horas así y ya tenía hambre.
Geralt
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Re: Con pies de plomo [quest] [CERRADO]
La exclamación del maestro hizo que me apoyase de mas en la manija y abriera la puerta, y por suerte también ahogó el "clic" del engranaje al abrirse. Dejé la puerta ajustada sin atreverme a abrir demasiado la puerta, por lo menos esta estaba abierta, y la muchacha podría salir de la misma implemente apoyándose en ella y cruzando el umbral, además la luz de la habitación se colaría por la estrecha rendija que había quedado permitiéndole notar su nueva situación sin necesidad de que yo terminara de descubrir el umbral de su celda, si es que lo era.
Me acerque hacia donde había estado inicialmente con el mismo paso calmo que antes.
-Difícil, no lo creo, de hecho me resulta complicado pensar en vivir como lo hacen el resto. Mi vida fue sencilla, sin tantas distracciones o sin dar valor a cosas que nublan tanto el juicio como otros. Me enseñaron a dar importancia pertinente a cada cosa, quizás por eso no me molesto en buscar el lujo, o en su carencia, si no que me centro en el saber. Mucha gente pasa gran parte de su vida pensando en una casa, en muebles, especias y telas suaves, mientras yo duermo en una cueva de piedra, cómodamente, y solo tengo que preocuparme de seguir aprendiendo.- Mi mirada pasaba del maestro a su esposa alternativamente, al anciano cuando hablaba, y a la mujer carbonizada al responder.
-Por otro lado nunca pasé hambre, ni miseria, tuve una infancia feliz y de mi cuidó todo el clan con gran unidad. Tratamos de seguir el ejemplo de los seis, lo que significa que pese a que sigamos algunas costumbres, siempre se nos enseña a abrir la mente a las cosas que no comprendemos o compartimos, a mostrar esa bondad y comprensión que los dragones tuvieron en su día con las razas jóvenes como las nuestras. Somos los receptores de su legado y sus dones, y lo mínimo que podemos hacer es aspirar a estar a la altura de merecerlo. -Proseguí con calma. Muchos creían que por ser pocos, aislados y raros eramos también estrictos y opresores con los nuestros para mantenernos, pero nada mas lejos de la realidad era aquel caso, quizás de entre todos los dragones eramos de los que estábamos mas dispuestos a escuchar algo nuevo.
-Mas que valiente, tuve que ser insistente, a veces los que te quieren se niegan a dejarte marchar, por miedo, por apego, pero al final fue lo mejor, y poco a poco lo irán aceptando.-Algunos de ellos aun no lo habían hecho.-Creo que ellos fueron mas valientes por dejarme marchar que yo por irme, pues yo cumplí mi voluntad mientras que ellos tuvieron que asumir mi perdida, por lo menos hasta que vuelva, y el riesgo de que no vuelva por designios del destino. Son muchos los que al saber de mi especie han querido usarme como ingrediente de armas, trofeos o armaduras, son demasiados quienes han olvidado a los seis en los eones del tiempo, y que nos toman por meras bestias cuya muerte otorgará fama, honor y gloria.-Suspiré con pesadez.
Cuando la mujer alzo el brazo pidiendo auxilio lo tomé con suma cautela, temiendo que este se deshiciera al tocarlo como si fuera una estructura de pura ceniza, o que se quebrara, colocando la otra mano por encima del mismo, encerrando su mano entre las mías con afán protector como se hacía con los enfermos o los moribundos, categorías a las que parecía pertenecer.
-¿En que mas puedo ayudarla?.-Fue la forma mas sutil de darle a entender a la anciana que ya había abierto la puerta para liberar a la muchacha, y que si aquella era su petición ya la había realizado, sin ponerlo con claras palabras para no alertar con ello al anciano maestro.
Por otro lado, quería dejarle en claro que estaba dispuesta a ayudarla, que mas que ayudar con las ultimas voluntades de alguien que exhala sus últimos suspiros.
Me acerque hacia donde había estado inicialmente con el mismo paso calmo que antes.
-Difícil, no lo creo, de hecho me resulta complicado pensar en vivir como lo hacen el resto. Mi vida fue sencilla, sin tantas distracciones o sin dar valor a cosas que nublan tanto el juicio como otros. Me enseñaron a dar importancia pertinente a cada cosa, quizás por eso no me molesto en buscar el lujo, o en su carencia, si no que me centro en el saber. Mucha gente pasa gran parte de su vida pensando en una casa, en muebles, especias y telas suaves, mientras yo duermo en una cueva de piedra, cómodamente, y solo tengo que preocuparme de seguir aprendiendo.- Mi mirada pasaba del maestro a su esposa alternativamente, al anciano cuando hablaba, y a la mujer carbonizada al responder.
-Por otro lado nunca pasé hambre, ni miseria, tuve una infancia feliz y de mi cuidó todo el clan con gran unidad. Tratamos de seguir el ejemplo de los seis, lo que significa que pese a que sigamos algunas costumbres, siempre se nos enseña a abrir la mente a las cosas que no comprendemos o compartimos, a mostrar esa bondad y comprensión que los dragones tuvieron en su día con las razas jóvenes como las nuestras. Somos los receptores de su legado y sus dones, y lo mínimo que podemos hacer es aspirar a estar a la altura de merecerlo. -Proseguí con calma. Muchos creían que por ser pocos, aislados y raros eramos también estrictos y opresores con los nuestros para mantenernos, pero nada mas lejos de la realidad era aquel caso, quizás de entre todos los dragones eramos de los que estábamos mas dispuestos a escuchar algo nuevo.
-Mas que valiente, tuve que ser insistente, a veces los que te quieren se niegan a dejarte marchar, por miedo, por apego, pero al final fue lo mejor, y poco a poco lo irán aceptando.-Algunos de ellos aun no lo habían hecho.-Creo que ellos fueron mas valientes por dejarme marchar que yo por irme, pues yo cumplí mi voluntad mientras que ellos tuvieron que asumir mi perdida, por lo menos hasta que vuelva, y el riesgo de que no vuelva por designios del destino. Son muchos los que al saber de mi especie han querido usarme como ingrediente de armas, trofeos o armaduras, son demasiados quienes han olvidado a los seis en los eones del tiempo, y que nos toman por meras bestias cuya muerte otorgará fama, honor y gloria.-Suspiré con pesadez.
Cuando la mujer alzo el brazo pidiendo auxilio lo tomé con suma cautela, temiendo que este se deshiciera al tocarlo como si fuera una estructura de pura ceniza, o que se quebrara, colocando la otra mano por encima del mismo, encerrando su mano entre las mías con afán protector como se hacía con los enfermos o los moribundos, categorías a las que parecía pertenecer.
-¿En que mas puedo ayudarla?.-Fue la forma mas sutil de darle a entender a la anciana que ya había abierto la puerta para liberar a la muchacha, y que si aquella era su petición ya la había realizado, sin ponerlo con claras palabras para no alertar con ello al anciano maestro.
Por otro lado, quería dejarle en claro que estaba dispuesta a ayudarla, que mas que ayudar con las ultimas voluntades de alguien que exhala sus últimos suspiros.
Arygos Valnor
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Re: Con pies de plomo [quest] [CERRADO]
Le tocaba a Geros lanzarle la bola de cristal a Rey mientras el hombre cabra seguía con sus pésimos y patéticos intentos por intentar cogerla. Rey esperaba impaciente en el otro lado de la habitación con los brazos en alto a que Geros se dignase de una maldita vez a pasarle la bola. Cada vez tardaba más en hacerlo y eso a ella no le gustaba. No podía soportarlo ver a su compañero con la bola. Tenía que resistir todos sus impulsos por no abandonar su posición y juntarse con Dar’thes haciendo los mismos saltos cómicos y patosos. ¡Y ella era la fuerte de la pareja! Continuamente presumía de lo mucho que podía resistir todos los malos impulsos y todas las distracciones (la mayoría de ellas producidas por Geros).
Los ojos de Rey ardieron con una imponente llama mezcla de la ira y los celos. A Geros, compañero y amante ocasional, en ocasiones, le intentaba hacer rabiar con engaños e infidelidades. Era uno de sus pasatiempos favoritos y a ella se la sudaba. Pocas fueron las veces en las que Geros consiguió sacar a Rey algo más que una mirada de crispación. Sin embargo, con la bola era diferente. Geros no pretendía hacer rabiar a Rey y, aun así, lo estaba consiguiendo. La mujer apretaba los dientes y los movía de lado a lado con tal de soportar el ansia que sentía. Estaba a punto de estallar y gritar sin parar hasta que le diese la bola de cristal. Sí, gritar. Por extraño que pareciese, Rey tenía ganas de gritar.
-¡PÁSAME LA BOLA!- gritó al final con toda sus fuerzas a la vez que veía a Geros abrazando la esfera de cómo si fuera su tesoro.
-No lo haré- contestó Geros con un hilo de voz- ahora es mía-.
-¡QUE ME LA DES!-
Rey dio un salto hacia Geros y ambos cayeron al suelo entre puñetazos, patadas y algún que otro mordisco que, a diferencia de los que ya se dieron otros días, estos no tenía ni un ápice de erotismo. Dar’thes aprovechó la situación para coger la bola de cristal mientras sus examigos estaban ocupados matándose entre ellos. Una mano atrapó la pezuña que hacía a su vez de pie derecho del hombre cabra antes de que escapase de la habitación. La mano era la de celosa Rey. Dar’thes cayó al suelo y con él la bola de cristal rompiéndose en decenas de trozos puntiagudos.
-¡NOOOO!- volvió a gritar Rey con todas sus fuerzas-¡MI BOLA, ME LA HABÉIS ROTO!-
La puerta del armario que servía de portal se abrió en el mismo momento en que el hombre cabra iba a contestar a la chica. De ahí salieron todas las criaturas que habitaban el bosque que la bola de cristal capturaba. Una criatura en especial era una ardilla cuya cola se iba haciendo más pequeña y cuyo cuerpo se estaba haciendo más grande, tanto como la de un brujo de tamaño medio.
No se mantenía firme y atento porque le interesasen las historias de la dragona (a-go-na como Pran pronunciaba casi sin voz). Es más, podía jurar y no se equivocaría que a Dan le importaba nada de lo que estaba diciendo la chica. Quién era, de dónde había venido, qué raza es…, todo eso carecía de valor para el Maestro y ella lo sabía.
No podía evitar sentirse triste por la chica. Todavía le quedaban tantas cosas por vivir y tanto por conocer que, simplemente, le era imposible aceptar que, por culpa de su marido, quedase encerrada. Es tan joven…
-O ven- dijo sin darse cuenta antes de que la chica terminase de contestar a Dan.
Cuando la chica terminó de explicar porqué los su familia fe valiente al dejarla marchar a sabiendas de lo peligroso que es salir a explorar para un dragón, la chica se le acercó a la cama y envolvió sus cálidas manos a la mano quemada de la anciana, la misma mano que segundos antes intentaba levantar para señalar la puerta de madera donde estaban encerradas las demás.
-A go na-.
Dan podía ser un mentiroso, un loco y un perturbado pero tenía razón en una cosa y es que a Pran le gustaba de verdad la chica dragona. Ella era perfecta para hablar y dialogar con la inteligencia de un adulto y la inocencia de un niño. ¿Curiosa? Sí, también lo era. Muy curiosa y muy lista. Mientras hablaba de su historia, de sus padres y de sus bibliotecas, había abierto la puerta de madera sin que Dan se diera cuenta y una de las chicas, la que apenas llevaba unos pocos días ahí encerrada, se asomaba con cierto temor y, también, curiosidad.
-A tas- volvió a decir sin voz la vieja mientras le hacia una señal con la cabeza a la dragona para que se girase.
Detrás de la joven y delante de la puerta el viejo estaba a punto de tener ataque de nervios. Esta vez, la ira y el enfado del anciano no produjeron gritos ni golpes. Su mano derecha sujetaba el brazo izquierdo que estaba tan tieso como una vara de metal, sus piernas comenzaron a doblarse haciendo que todo el cuerpo cayese muy lentamente al suelo (primero de rodillas, luego sentado y finalmente acostado). Era un infarto. La Doctora Pran había visto muchos como ellos y sabía identificarlos.
-A u da- volvió a suplicar.
* Ambos: Todas esas criaturas y árboles entrando a la vez por el armario… No, no es nada buena para los cimientos de la casa. Pronto se derrumbará y si no os dais prisa, temo que seáis aplastados como ratas.
* Geralt: No lo intentes, no eres Kvothe. Eres Geralt la ardilla rúnica. Aunque, visto por otra parte, tampoco eres ya ninguna ardilla. Has salido del armario y el hechizo ardillil ha terminado. Te encuentras con los tres alumnos del Maestro Dan y la decisión es tuya de tomarte la justicia por tu mano o ayudarles a escapar. Recuerda, no puedes usar tus poderes.
* Arygos Valnor: Cuando dije que eras una chica lista me quede corto. Lo has hecho muy bien y has conseguido liberar a las chicas que estaban presas, que no es poco. El último de los peligros que te encuentras es el ataque al corazón que sufre el anciano. Tuya es la elección de dejarlo morir e irte y asegurarte que las demás chicas se encuentran bien y sacarlas de la casa sin que sufran el menor daño o, primero, llevar contigo al maestro Dan y ayudarlo también a él. No temas por la Doctora Pran. Hace años que debería estar muerta. Créeme que es mejor que muera en paz entre los restos de la que un día fue su casa. Recuerda, no puedes transformarte en dragón.
* Ambos: Este será vuestro último turno y, tras ello, daré por concluida la quest.
Los ojos de Rey ardieron con una imponente llama mezcla de la ira y los celos. A Geros, compañero y amante ocasional, en ocasiones, le intentaba hacer rabiar con engaños e infidelidades. Era uno de sus pasatiempos favoritos y a ella se la sudaba. Pocas fueron las veces en las que Geros consiguió sacar a Rey algo más que una mirada de crispación. Sin embargo, con la bola era diferente. Geros no pretendía hacer rabiar a Rey y, aun así, lo estaba consiguiendo. La mujer apretaba los dientes y los movía de lado a lado con tal de soportar el ansia que sentía. Estaba a punto de estallar y gritar sin parar hasta que le diese la bola de cristal. Sí, gritar. Por extraño que pareciese, Rey tenía ganas de gritar.
-¡PÁSAME LA BOLA!- gritó al final con toda sus fuerzas a la vez que veía a Geros abrazando la esfera de cómo si fuera su tesoro.
-No lo haré- contestó Geros con un hilo de voz- ahora es mía-.
-¡QUE ME LA DES!-
Rey dio un salto hacia Geros y ambos cayeron al suelo entre puñetazos, patadas y algún que otro mordisco que, a diferencia de los que ya se dieron otros días, estos no tenía ni un ápice de erotismo. Dar’thes aprovechó la situación para coger la bola de cristal mientras sus examigos estaban ocupados matándose entre ellos. Una mano atrapó la pezuña que hacía a su vez de pie derecho del hombre cabra antes de que escapase de la habitación. La mano era la de celosa Rey. Dar’thes cayó al suelo y con él la bola de cristal rompiéndose en decenas de trozos puntiagudos.
-¡NOOOO!- volvió a gritar Rey con todas sus fuerzas-¡MI BOLA, ME LA HABÉIS ROTO!-
La puerta del armario que servía de portal se abrió en el mismo momento en que el hombre cabra iba a contestar a la chica. De ahí salieron todas las criaturas que habitaban el bosque que la bola de cristal capturaba. Una criatura en especial era una ardilla cuya cola se iba haciendo más pequeña y cuyo cuerpo se estaba haciendo más grande, tanto como la de un brujo de tamaño medio.
_____________________
No se mantenía firme y atento porque le interesasen las historias de la dragona (a-go-na como Pran pronunciaba casi sin voz). Es más, podía jurar y no se equivocaría que a Dan le importaba nada de lo que estaba diciendo la chica. Quién era, de dónde había venido, qué raza es…, todo eso carecía de valor para el Maestro y ella lo sabía.
No podía evitar sentirse triste por la chica. Todavía le quedaban tantas cosas por vivir y tanto por conocer que, simplemente, le era imposible aceptar que, por culpa de su marido, quedase encerrada. Es tan joven…
-O ven- dijo sin darse cuenta antes de que la chica terminase de contestar a Dan.
Cuando la chica terminó de explicar porqué los su familia fe valiente al dejarla marchar a sabiendas de lo peligroso que es salir a explorar para un dragón, la chica se le acercó a la cama y envolvió sus cálidas manos a la mano quemada de la anciana, la misma mano que segundos antes intentaba levantar para señalar la puerta de madera donde estaban encerradas las demás.
-A go na-.
Dan podía ser un mentiroso, un loco y un perturbado pero tenía razón en una cosa y es que a Pran le gustaba de verdad la chica dragona. Ella era perfecta para hablar y dialogar con la inteligencia de un adulto y la inocencia de un niño. ¿Curiosa? Sí, también lo era. Muy curiosa y muy lista. Mientras hablaba de su historia, de sus padres y de sus bibliotecas, había abierto la puerta de madera sin que Dan se diera cuenta y una de las chicas, la que apenas llevaba unos pocos días ahí encerrada, se asomaba con cierto temor y, también, curiosidad.
-A tas- volvió a decir sin voz la vieja mientras le hacia una señal con la cabeza a la dragona para que se girase.
Detrás de la joven y delante de la puerta el viejo estaba a punto de tener ataque de nervios. Esta vez, la ira y el enfado del anciano no produjeron gritos ni golpes. Su mano derecha sujetaba el brazo izquierdo que estaba tan tieso como una vara de metal, sus piernas comenzaron a doblarse haciendo que todo el cuerpo cayese muy lentamente al suelo (primero de rodillas, luego sentado y finalmente acostado). Era un infarto. La Doctora Pran había visto muchos como ellos y sabía identificarlos.
-A u da- volvió a suplicar.
_____________________
* Ambos: Todas esas criaturas y árboles entrando a la vez por el armario… No, no es nada buena para los cimientos de la casa. Pronto se derrumbará y si no os dais prisa, temo que seáis aplastados como ratas.
* Geralt: No lo intentes, no eres Kvothe. Eres Geralt la ardilla rúnica. Aunque, visto por otra parte, tampoco eres ya ninguna ardilla. Has salido del armario y el hechizo ardillil ha terminado. Te encuentras con los tres alumnos del Maestro Dan y la decisión es tuya de tomarte la justicia por tu mano o ayudarles a escapar. Recuerda, no puedes usar tus poderes.
* Arygos Valnor: Cuando dije que eras una chica lista me quede corto. Lo has hecho muy bien y has conseguido liberar a las chicas que estaban presas, que no es poco. El último de los peligros que te encuentras es el ataque al corazón que sufre el anciano. Tuya es la elección de dejarlo morir e irte y asegurarte que las demás chicas se encuentran bien y sacarlas de la casa sin que sufran el menor daño o, primero, llevar contigo al maestro Dan y ayudarlo también a él. No temas por la Doctora Pran. Hace años que debería estar muerta. Créeme que es mejor que muera en paz entre los restos de la que un día fue su casa. Recuerda, no puedes transformarte en dragón.
* Ambos: Este será vuestro último turno y, tras ello, daré por concluida la quest.
Sigel
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Re: Con pies de plomo [quest] [CERRADO]
Una rareza tras otra, el viento huracanado paro, solo para ser sustituido por un movimiento de succión, que no tardó en arrastrar a la pobre ardilla en la que se había convertido debido a su bajo peso. Ser tragado por una fuerza desconocida auguraba un final triste, pero resulto ser que esa fuerza era un portal muy similar al que lo había traído allí, aunque no podía asegurar que fuese el mismo, porque todo ese maldito bosque le parecía exactamente igual.
Lo era, se dio cuenta en cuando su majestuosa pero ardillil figura apareció en ese estúpido armario, junto a los síntomas de mareo que estaba empezando a asociar con portales, aunque rápidamente fue creciendo hasta volver a tener su aspecto original, aunque aún se notaba esa estúpida y esponjosa cola, a pesar de que su mano le aseguraba que no estaba allí. Pero cualquier reniego sobre lo mucho que odiaba los portales o sobre colas fantasma fue acallado al darse cuenta de que el portal seguía abierto, y que estaban empezando a pasar a través de él cosas más grandes que una ardilla, cosas cada vez más grandes, eso tenía mala pinta, MUY mala pinta, tenía que salir de allí, pero no sin antes saldar cuentas con ese carnero. Había otros dos, pero le traían sin cuidado. Chasqueo los dedos… nada, ninguna explosión maravillosa usando el fuego de la iluminación. Soltó un reniego y recordó ese armario, la puerta del cual partió en dos sin demasiados miramentos, recordando que la última vez estaba cerrado (dandose cuenta, en el proceso, que podria haberlo hecho desde un principio) y agarró todos los frascos que encontró, alguno debía ser el que tocaba, y ya les encontraría un uso al resto, si todos eran tan útiles, los podría vender por una pequeña fortuna. –Yo que vosotros saldría por patas- fue lo único que dijo a esos tres, dándole un golpe al tipo con cuernos mientras salía de esa casa que se venía abajo. No creía sinceramente que esos dos fueran completamente inocentes, pero tampoco iba asesinando gente sin un buen motivo, así que dejaría que se las apañaran ellos solos, que el destino decidiera, igualmente, carecía de la fuerza o poder para ayudarlos demasiado, ya que ALGUIEN le había dejado sin poderes. Se cosecha lo que se siembra, como decían en Lunargenta, no era su problema si acogían a un pirado en su casa y lo dejaban sin control para que les hiciera cosas raras a las dríopes y a cualquier desgraciado que pillara.
Además, echaba de menos a sus lobos, parecía que hubiesen pasado meses, aunque no creía que hubieran pasado más que unas pocas horas.
Lo era, se dio cuenta en cuando su majestuosa pero ardillil figura apareció en ese estúpido armario, junto a los síntomas de mareo que estaba empezando a asociar con portales, aunque rápidamente fue creciendo hasta volver a tener su aspecto original, aunque aún se notaba esa estúpida y esponjosa cola, a pesar de que su mano le aseguraba que no estaba allí. Pero cualquier reniego sobre lo mucho que odiaba los portales o sobre colas fantasma fue acallado al darse cuenta de que el portal seguía abierto, y que estaban empezando a pasar a través de él cosas más grandes que una ardilla, cosas cada vez más grandes, eso tenía mala pinta, MUY mala pinta, tenía que salir de allí, pero no sin antes saldar cuentas con ese carnero. Había otros dos, pero le traían sin cuidado. Chasqueo los dedos… nada, ninguna explosión maravillosa usando el fuego de la iluminación. Soltó un reniego y recordó ese armario, la puerta del cual partió en dos sin demasiados miramentos, recordando que la última vez estaba cerrado (dandose cuenta, en el proceso, que podria haberlo hecho desde un principio) y agarró todos los frascos que encontró, alguno debía ser el que tocaba, y ya les encontraría un uso al resto, si todos eran tan útiles, los podría vender por una pequeña fortuna. –Yo que vosotros saldría por patas- fue lo único que dijo a esos tres, dándole un golpe al tipo con cuernos mientras salía de esa casa que se venía abajo. No creía sinceramente que esos dos fueran completamente inocentes, pero tampoco iba asesinando gente sin un buen motivo, así que dejaría que se las apañaran ellos solos, que el destino decidiera, igualmente, carecía de la fuerza o poder para ayudarlos demasiado, ya que ALGUIEN le había dejado sin poderes. Se cosecha lo que se siembra, como decían en Lunargenta, no era su problema si acogían a un pirado en su casa y lo dejaban sin control para que les hiciera cosas raras a las dríopes y a cualquier desgraciado que pillara.
Además, echaba de menos a sus lobos, parecía que hubiesen pasado meses, aunque no creía que hubieran pasado más que unas pocas horas.
Geralt
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Re: Con pies de plomo [quest] [CERRADO]
No resultaba difícil entender que palabra quería decir la mujer carbonizada, pero si era necesario fijarse en el entorno o cualquier mínimo gesto para entender el significado mas amplio de aquello, por ello cuando dijo atrás, creí primeramente que se refería a la puerta que había dejado abierta, pero al girarme y escuchar la palabra ayuda comprendí de que se trataba.
El maestro se agarraba a si mismo en una postura extraña, que no lograba entender, y su rostro estaba contorsionado en una mueca de dolor. Salvé la distancia rápidamente tratando de ayudarle a sostenerle, sin saber que hacer para poder ayudarle mas que eso.
Por si no fuera suficiente el desconcierto y la preocupación del misterioso estado o ataque que estaba sufriendo el maestro, la casa empezó a crujir, al principio poco pero luego cada vez mas, las tablas encima de nuestras cabezas parecía que pronto iban a empezar a ceder, una situación que fue poniéndose peor con suma rapidez.
Tal y como estaba el maestro y con el riesgo de que la casa colapsara intente cambiar de forma, al menos en mi cuerpo de dragón podría sacar a ambos ancianos del sotano, pero por mas que lo intentaba mi cuerpo no volvía a su forma habitual. Aquello me dio mucho mas pánico que la amenaza constante del techo a desplomarse sobre mi cabeza, pero por aquello mismo no podía detenerme ni dejarme paralizar por ese miedo.
-¡Sal rápido, antes de que esto se desmorone!.-Le grité a la chica que se asomaba tímidamente por el margen de la puerta mientras trataba de llevar al maestro hacia las escaleras, pasandole los brazos y el hombro por debajo del suyo para cargarme tanto como pudiera con su peso, dejando que la chica, o las chicas, mas de las que esperaba pasaran por las escaleras antes que nosotros para no taponarles la única salida antes de empezar a hacer lo propio para abandonar la casa antes de que se rompiera.
Las muchachas me dedicaron algunas miradas desconcertadas, como si no entendieran porque no me unía a ellas a subir las escaleras en vez de quedarme auxiliando al anciano. No las culpaba, me había dado cuenta de que las había tenido encerradas, y pese a que no conocía el motivo, podía imaginarlo.
El maestro pesaba mas de lo que estaba descumbrada a cargar, y cada escalón resultaba un gran esfuerzo, a media escalera tenía el rostro enrojecido, me dolían los brazos y respiraba agitadamente por el ejercicio, pero mi determinación era igual de férrea, no pensaba dejar a aquel hombre en el sotano por mal que se viera, quizás en el exterior sus ayudantes supieran que le ocurría y como ayudarle.
Miré hacia atrás mientras ascendía dificultosamente, hacia la doctora.
-Lo siento.- Me disculpe, llevar al maestro que se mantenía en pie era muy difícil pero a ella que era fragil y no podía hacer ni eso habría sido una tarea imposible en mi forma draconiana. Lo mas que podía hacer era ayudar a su esposo como me había pedido.-Ha sido un honor conocerla.-Respondí como despedida antes de salir del rango de visión de la anciana.
Maldije mentalmente mi incapacidad de transformarme y salvarlos a los dos, pues aunque la mujer parecía que estaba al borde de la muerte, cada segundo que pudiera proporcionarle junto a sus seres queridos era un segundo ganado que valía la pena atesorar.
El maestro se agarraba a si mismo en una postura extraña, que no lograba entender, y su rostro estaba contorsionado en una mueca de dolor. Salvé la distancia rápidamente tratando de ayudarle a sostenerle, sin saber que hacer para poder ayudarle mas que eso.
Por si no fuera suficiente el desconcierto y la preocupación del misterioso estado o ataque que estaba sufriendo el maestro, la casa empezó a crujir, al principio poco pero luego cada vez mas, las tablas encima de nuestras cabezas parecía que pronto iban a empezar a ceder, una situación que fue poniéndose peor con suma rapidez.
Tal y como estaba el maestro y con el riesgo de que la casa colapsara intente cambiar de forma, al menos en mi cuerpo de dragón podría sacar a ambos ancianos del sotano, pero por mas que lo intentaba mi cuerpo no volvía a su forma habitual. Aquello me dio mucho mas pánico que la amenaza constante del techo a desplomarse sobre mi cabeza, pero por aquello mismo no podía detenerme ni dejarme paralizar por ese miedo.
-¡Sal rápido, antes de que esto se desmorone!.-Le grité a la chica que se asomaba tímidamente por el margen de la puerta mientras trataba de llevar al maestro hacia las escaleras, pasandole los brazos y el hombro por debajo del suyo para cargarme tanto como pudiera con su peso, dejando que la chica, o las chicas, mas de las que esperaba pasaran por las escaleras antes que nosotros para no taponarles la única salida antes de empezar a hacer lo propio para abandonar la casa antes de que se rompiera.
Las muchachas me dedicaron algunas miradas desconcertadas, como si no entendieran porque no me unía a ellas a subir las escaleras en vez de quedarme auxiliando al anciano. No las culpaba, me había dado cuenta de que las había tenido encerradas, y pese a que no conocía el motivo, podía imaginarlo.
El maestro pesaba mas de lo que estaba descumbrada a cargar, y cada escalón resultaba un gran esfuerzo, a media escalera tenía el rostro enrojecido, me dolían los brazos y respiraba agitadamente por el ejercicio, pero mi determinación era igual de férrea, no pensaba dejar a aquel hombre en el sotano por mal que se viera, quizás en el exterior sus ayudantes supieran que le ocurría y como ayudarle.
Miré hacia atrás mientras ascendía dificultosamente, hacia la doctora.
-Lo siento.- Me disculpe, llevar al maestro que se mantenía en pie era muy difícil pero a ella que era fragil y no podía hacer ni eso habría sido una tarea imposible en mi forma draconiana. Lo mas que podía hacer era ayudar a su esposo como me había pedido.-Ha sido un honor conocerla.-Respondí como despedida antes de salir del rango de visión de la anciana.
Maldije mentalmente mi incapacidad de transformarme y salvarlos a los dos, pues aunque la mujer parecía que estaba al borde de la muerte, cada segundo que pudiera proporcionarle junto a sus seres queridos era un segundo ganado que valía la pena atesorar.
Arygos Valnor
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Re: Con pies de plomo [quest] [CERRADO]
La casa que servía como escuela de alquimia terminó por derruirse cuando ya todos pudieron salir de ella. La única víctima fue una mujer que hacia años que debía de haber muerto.
Aunque para muchos de los que veían las últimas piedras del edificio por el suelo envuelta en una amalgama de árboles y criaturas fantásticas (donde se encontraba un durón que cierto brujo conocía de buena mano), sus vidas se habían derribado de la misma manera que lo hizo la casa.
Empezando por el maestro que, mientras estaba siendo atendido por Rey, veía con un mar de lágrimas grises el suelo bajo los restos. Allí abajo descansaría por siempre la mujer que no puedo salvar ni cuidar por sus propios medios. Sentía lástima y pena por ella; pero no más de lo que sentía por él mismo. Todo lo que hizo no sirvió de nada… Sí, se lamentaba por él y suplicaba en susurros, casi como un rezo, que le perdonasen por haber sido tan mezquino.
Geros y Rey también eran víctimas de su propio pecado: El egoísmo. Él quería divertirse y ella concentración. La avaricia que uno tenía por sus bromas y sus engaños, la otra se la devolvía ignorando a todo el mundo. ¿Y luego para qué? Gracias tendrían que dar que se tenían el uno al otro y que, después de todas las peleas, venía una reconciliación. Al unísono, como siempre pensaban, ambos ya estaban planeando ir a una habitación de un hostal barato y tener otra de sus conciliaciones.
Dar’thes fue el que más perdió. Durante mucho tiempo estuvo trabajando en algo que se escapa, literalmente, ante sus ojos. Sin bola de cristal y sin armario; su paraíso quedó destruido por y para siempre. Echar la culpa al brujo o a las ardillas sería lo fácil, pero lo cierto era que la culpa era suya. Si hubiera estado más el mundo real que en el suyo propio no hubiera pasado nada de eso.
Las obsesiones eran malas. El maestro Dan, Geros, Rey y Dar’thes estaban obsesionados, cada uno con su propia causa y cada uno tuvo su efecto.
¿Final feliz? Sí, lo era. Los cuatro lo sabían. Sus adicciones habían terminado. Pero nadie les dijo nunca que era tan doloroso desprenderse de algo que les había estado devorando por dentro.
Gracias dragona Arygos y gracias brujo Geralt.
* Geralt: Luchaste, huiste, insultaste en idioma ardillil y tuviste mucha suerte. Todo eso lleva una recompensa:
10 de base + 12 de desarrollo = 22 Puntos de Experiencia
450 aeros
Hebilla de bellota:
* Arygos Valnor: Hay un dicho conocido por muchos que dice que la pluma vence a la espada; en tú caso, las palabras vencen a la espada. Esta quest hubiera tenido un final mucho más trágico de no ser por tus habilidades con el habla. Aquí están las recompensas por tus actos:
10 de base + 12 de desarrollo = 22 Puntos de Experiencia
Nota: La única pega por no haberte sumado más puntos es el gran número de falta de ortografía. De no ser así, con gusto, te hubiera sumado más. Por favor, mejora ese aspecto para futuros temas.
+3 puntos de alquimia
450 aeros
Brazalete del Maestro Dan
* Ambos: Los puntos ya han sido sumados directamente a vuestros perfiles. La quest ha sido divertida. Hemos creado grandes personajes y muy buenos combates (con árboles por un lado y con palabras por el otro). Confieso que os echaré de menos. Me he divertido mucho y espero que vosotros también. ¿Es así? A título personal, me gustaría pedirlos vuestra opinión en un mp. Quiero saber qué os ha parecido la quest, si os habéis divertido o aburrido, cuál es vuestro personaje favorito y el que menos os ha gustado… quiero saberlo todo (podéis opinar incluso de escenas que no han sido de vuestro hilo). Por favor, guardaros las opiniones respecto a los puntos que os he ofrecido. Lo que yo quiero saber va más allá de eso.
Aunque para muchos de los que veían las últimas piedras del edificio por el suelo envuelta en una amalgama de árboles y criaturas fantásticas (donde se encontraba un durón que cierto brujo conocía de buena mano), sus vidas se habían derribado de la misma manera que lo hizo la casa.
Empezando por el maestro que, mientras estaba siendo atendido por Rey, veía con un mar de lágrimas grises el suelo bajo los restos. Allí abajo descansaría por siempre la mujer que no puedo salvar ni cuidar por sus propios medios. Sentía lástima y pena por ella; pero no más de lo que sentía por él mismo. Todo lo que hizo no sirvió de nada… Sí, se lamentaba por él y suplicaba en susurros, casi como un rezo, que le perdonasen por haber sido tan mezquino.
Geros y Rey también eran víctimas de su propio pecado: El egoísmo. Él quería divertirse y ella concentración. La avaricia que uno tenía por sus bromas y sus engaños, la otra se la devolvía ignorando a todo el mundo. ¿Y luego para qué? Gracias tendrían que dar que se tenían el uno al otro y que, después de todas las peleas, venía una reconciliación. Al unísono, como siempre pensaban, ambos ya estaban planeando ir a una habitación de un hostal barato y tener otra de sus conciliaciones.
Dar’thes fue el que más perdió. Durante mucho tiempo estuvo trabajando en algo que se escapa, literalmente, ante sus ojos. Sin bola de cristal y sin armario; su paraíso quedó destruido por y para siempre. Echar la culpa al brujo o a las ardillas sería lo fácil, pero lo cierto era que la culpa era suya. Si hubiera estado más el mundo real que en el suyo propio no hubiera pasado nada de eso.
Las obsesiones eran malas. El maestro Dan, Geros, Rey y Dar’thes estaban obsesionados, cada uno con su propia causa y cada uno tuvo su efecto.
¿Final feliz? Sí, lo era. Los cuatro lo sabían. Sus adicciones habían terminado. Pero nadie les dijo nunca que era tan doloroso desprenderse de algo que les había estado devorando por dentro.
Gracias dragona Arygos y gracias brujo Geralt.
FIN
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* Geralt: Luchaste, huiste, insultaste en idioma ardillil y tuviste mucha suerte. Todo eso lleva una recompensa:
10 de base + 12 de desarrollo = 22 Puntos de Experiencia
450 aeros
Hebilla de bellota:
- Hebilla de bellota:
[center][Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Te has divertido mucho siendo Geralt la Ardilla Rúnica, yo no voy a ser quien te rompa la diversión. Con este cinturón cuya hebilla tiene grabadas unas bellotas acompañadas de la hoja de encina donde provee el fruto; te permitirá transformarte en la Ardilla Rúnica hasta un máximo de 0/3 usos. Una vez agotados los usos, el cinturón será una pieza más de tu vestimenta sin ningún poder.
Si lo deseas, puedes usar la imagen de referencia de tu forma ardillil para los temas que uses la habilidad de la hebilla.
* Arygos Valnor: Hay un dicho conocido por muchos que dice que la pluma vence a la espada; en tú caso, las palabras vencen a la espada. Esta quest hubiera tenido un final mucho más trágico de no ser por tus habilidades con el habla. Aquí están las recompensas por tus actos:
10 de base + 12 de desarrollo = 22 Puntos de Experiencia
Nota: La única pega por no haberte sumado más puntos es el gran número de falta de ortografía. De no ser así, con gusto, te hubiera sumado más. Por favor, mejora ese aspecto para futuros temas.
+3 puntos de alquimia
450 aeros
Brazalete del Maestro Dan
- Brazalete del Maestro Dan:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Los otros brazaletes, el del maestro y las prisioneras, han sido destruidos o se han perdido con el derrumbamiento de la escuela de alquimia. Solo queda el tuyo y éste notas que tiene un poder curioso. Es como una voz, ella te permite saber toda la información de la persona que tienes delante aunque no tenga otro brazalete como el tuyo. ¿Humano o vampiro? ¿Brujo o licántropo? ¿Enemigo o amigo? Todo eso lo podrás saber tanto de un user o de un npc cualquier. Solo en este caso se permitirá el metarol de conocer ciertas partes del pasado de un usuario (aunque sugiero que para evitar enfrentamientos se me informe antes de usar la habilidad del objeto y que ambas partes estén de acuerdo). Debido al poder de este artefacto sus usos se disminuyen a 0/2. Una vez agotados , el brazalete será una joya más.
* Ambos: Los puntos ya han sido sumados directamente a vuestros perfiles. La quest ha sido divertida. Hemos creado grandes personajes y muy buenos combates (con árboles por un lado y con palabras por el otro). Confieso que os echaré de menos. Me he divertido mucho y espero que vosotros también. ¿Es así? A título personal, me gustaría pedirlos vuestra opinión en un mp. Quiero saber qué os ha parecido la quest, si os habéis divertido o aburrido, cuál es vuestro personaje favorito y el que menos os ha gustado… quiero saberlo todo (podéis opinar incluso de escenas que no han sido de vuestro hilo). Por favor, guardaros las opiniones respecto a los puntos que os he ofrecido. Lo que yo quiero saber va más allá de eso.
Sigel
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