Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Página 2 de 2. • Comparte
Página 2 de 2. • 1, 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Algo extraño ocurre antes de la respuesta importante, cierta disculpa por parte de la elfa. Zero se queda mirando confuso la reacción, no es un camino lógico después de tanto debate hostil. A las personas de carne y hueso no les gusta parar los conflictos, al menos en el 87,2% de las veces estudiadas.
No te preocupes, aprendo y eso me hace… ¿feliz?, agradezco todo.
Las interacciones subidas de tono son una excelente fuente de información, demasiadas cosas pasan en poco tiempo. Una mente tecnificada como la del Cyborg es capaz de interpretar todas las variantes y obtener datos imposibles para cualquier persona corriente, lo que parece trivial para él es una sinfonía.
De repente ocurre otro “salto en la trama”, Candau se disculpa. Mantiene su característica personalidad pero está clara la posición final, pedir perdón. Salirse de los rieles de una forma tan errática es algo fascinante que tienen los orgánicos, algo que el propio sintético experimenta en su expresión más mínima.
Eventualmente llega la información esperada, datos sobre la cultura elfica. Su manera de pensar es bastante alíen aunque tiene un valor intrínseco fuerte, una raza de tradiciones ancestrales y control. Mantener una “alianza” con el entorno es fundamental, muchas civilizaciones terrestres cayeron por no comprender ese punto incluyendo a los invasores de Aerandir.
Es fascinante, tu raza me… me intriga.
El explorador rápidamente toma la palabra, tiene sus propias dudas. Zero escucha atentamente y no puede evitar sentir las interrogantes como propias también, son puntos interesantes que merecen puesto en el debate. En cierto momento el humano lanza otra pregunta, esta tiene como objetivo al más pequeño del grupo.
Mi duda fue respondida adecuadamente, gracias por preocuparte.
Las deidades elficas son numerosas, tienen un dios diferente para cada cosa. Sus agrupaciones familiares o clanes también son un aspecto original, es una asociación con más significado que la típica familia humana. Al menos eso tiene el chico maquina en sus datos generales, la sinopsis inicial del tema virtual.
La magia de luz es un punto distinto y en cierto modo guardado celosamente, solo los elfos pueden usarla. El producto lanzado por los brujos es completamente diferente al de sus primos raciales, como la noche del día. Al final todo es energía manipulada pero con diferentes resultados, obviamente Ashryn podrá explicar más como usuaria directa.
No te preocupes, aprendo y eso me hace… ¿feliz?, agradezco todo.
Las interacciones subidas de tono son una excelente fuente de información, demasiadas cosas pasan en poco tiempo. Una mente tecnificada como la del Cyborg es capaz de interpretar todas las variantes y obtener datos imposibles para cualquier persona corriente, lo que parece trivial para él es una sinfonía.
De repente ocurre otro “salto en la trama”, Candau se disculpa. Mantiene su característica personalidad pero está clara la posición final, pedir perdón. Salirse de los rieles de una forma tan errática es algo fascinante que tienen los orgánicos, algo que el propio sintético experimenta en su expresión más mínima.
Eventualmente llega la información esperada, datos sobre la cultura elfica. Su manera de pensar es bastante alíen aunque tiene un valor intrínseco fuerte, una raza de tradiciones ancestrales y control. Mantener una “alianza” con el entorno es fundamental, muchas civilizaciones terrestres cayeron por no comprender ese punto incluyendo a los invasores de Aerandir.
Es fascinante, tu raza me… me intriga.
El explorador rápidamente toma la palabra, tiene sus propias dudas. Zero escucha atentamente y no puede evitar sentir las interrogantes como propias también, son puntos interesantes que merecen puesto en el debate. En cierto momento el humano lanza otra pregunta, esta tiene como objetivo al más pequeño del grupo.
Mi duda fue respondida adecuadamente, gracias por preocuparte.
Las deidades elficas son numerosas, tienen un dios diferente para cada cosa. Sus agrupaciones familiares o clanes también son un aspecto original, es una asociación con más significado que la típica familia humana. Al menos eso tiene el chico maquina en sus datos generales, la sinopsis inicial del tema virtual.
La magia de luz es un punto distinto y en cierto modo guardado celosamente, solo los elfos pueden usarla. El producto lanzado por los brujos es completamente diferente al de sus primos raciales, como la noche del día. Al final todo es energía manipulada pero con diferentes resultados, obviamente Ashryn podrá explicar más como usuaria directa.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Ni en sus más remotos sueños habría anticipado la reacción del cazador y la extrañeza se hizo presente en su rostro, tiñendo sus mejillas de un bonito color rosa. Al parecer aquel cazador tenía un lado agradable y debía admitir que ahora ya no le parecía tan irritante. Se cubrió la boca con una de sus manos y trató de reprimir la pequeña carcajada que el comentario acerca de ‘‘los amigos arboles’’ había producido, sin tener mucho éxito. Miró a su pequeño amigo y le regaló una sonrisa alegre, pues a decir verdad era por ese niño que ella no había abandonado al cazador a mitad de los bosques, sin darle la oportunidad de conocer un poco más de él. Se sentía tranquila de haber sido ella quien diera el primer paso para acabar con aquella infantil contienda y tal vez ahora podrían empezar de nuevo y con un buen pie.
—En realidad hay cosas mucho más fascinantes fuera de los bosques —ella no consideraba a su raza como extraordinaria, de hecho eran bastante celosos con sus conocimientos y desconfiados para con los demás; detalles que a la ojiazul no le parecían extraordinarios—, me encantaría realmente poder ver todas ellas.
Parpadeó un poco confundida, hasta ese entonces ella no estaba segura de que Candau dijera la verdad sobre su supuesto maestro, pero el hecho de que mencionara a una de las deidades elficas la hizo reconsiderar. Sería bastante difícil para un humano tener conocimiento religioso de otra raza que no fuese la propia, por lo que su historia parecía viable. Ella no era quien decidía a que dios rendía culto el clan Elaynor, el manejo interno de cada familia era un extraño secreto, celosamente guardado por el líder del clan y los más altos rangos.
—Cada clan es único y es difícil saber los motivos por los cuales consagran su vida a un deidad o deidades en específico —sonrió con diversión y buscó la manera de expresarse con sencillez—. Un clan es una familia, una especie de sociedad tribal, cuyos lazos están estrechamente entretejidos unos con otros, la mayoría por lazos sanguíneos o consanguíneos.
Hizo una pequeña pausa, hablar sobre magia era un tema bastante complejo e incluso existían cosas que ella no lograba entender del todo. Su padre sería una mejor fuente de información, pero conociendo el carácter propio de los elfos eso sería como entregar a ambos jóvenes al matadero o algo peor, y eso ella no lo podía permitir. Rebuscó en los recovecos de su mente la forma de explicarse sin entrar en tantos detalles, sin embargo ninguna opción parecía viable y solo consiguió enredarse ella misma.
—La magia es una propiedad de este mundo, existen razas que pueden sentir y manipular la magia; en este caso se trata del manejo de los elementos, tales como el fuego, el agua, el viento, la tierra…en este caso los elfos se enfocan en la magia de la luz —tomó un poco de aire—. La magia de la luz, invocada mediante plegarias nos permite obtener sus beneficios para sanar a los demás o potenciar sus habilidades —se rio con nerviosismo—. Hablar de magia siempre es muy complicado…lamento no poder simplificarlo.
Aguardó la siguiente pregunta, esperando poder contestarla de manera adecuada y sin enredarse, aunque presentía que el siguiente cuestionamiento sería aún más profundo que los anteriores.
—En realidad hay cosas mucho más fascinantes fuera de los bosques —ella no consideraba a su raza como extraordinaria, de hecho eran bastante celosos con sus conocimientos y desconfiados para con los demás; detalles que a la ojiazul no le parecían extraordinarios—, me encantaría realmente poder ver todas ellas.
Parpadeó un poco confundida, hasta ese entonces ella no estaba segura de que Candau dijera la verdad sobre su supuesto maestro, pero el hecho de que mencionara a una de las deidades elficas la hizo reconsiderar. Sería bastante difícil para un humano tener conocimiento religioso de otra raza que no fuese la propia, por lo que su historia parecía viable. Ella no era quien decidía a que dios rendía culto el clan Elaynor, el manejo interno de cada familia era un extraño secreto, celosamente guardado por el líder del clan y los más altos rangos.
—Cada clan es único y es difícil saber los motivos por los cuales consagran su vida a un deidad o deidades en específico —sonrió con diversión y buscó la manera de expresarse con sencillez—. Un clan es una familia, una especie de sociedad tribal, cuyos lazos están estrechamente entretejidos unos con otros, la mayoría por lazos sanguíneos o consanguíneos.
Hizo una pequeña pausa, hablar sobre magia era un tema bastante complejo e incluso existían cosas que ella no lograba entender del todo. Su padre sería una mejor fuente de información, pero conociendo el carácter propio de los elfos eso sería como entregar a ambos jóvenes al matadero o algo peor, y eso ella no lo podía permitir. Rebuscó en los recovecos de su mente la forma de explicarse sin entrar en tantos detalles, sin embargo ninguna opción parecía viable y solo consiguió enredarse ella misma.
—La magia es una propiedad de este mundo, existen razas que pueden sentir y manipular la magia; en este caso se trata del manejo de los elementos, tales como el fuego, el agua, el viento, la tierra…en este caso los elfos se enfocan en la magia de la luz —tomó un poco de aire—. La magia de la luz, invocada mediante plegarias nos permite obtener sus beneficios para sanar a los demás o potenciar sus habilidades —se rio con nerviosismo—. Hablar de magia siempre es muy complicado…lamento no poder simplificarlo.
Aguardó la siguiente pregunta, esperando poder contestarla de manera adecuada y sin enredarse, aunque presentía que el siguiente cuestionamiento sería aún más profundo que los anteriores.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Por lo visto mi intento de disculpas había funcionado, la elfa ahora parecía estar más calmada que antes y sin ganas de apuñalarme los ojos con una ramita... o intoxicarme con el veneno de algún animal peligroso, quien sabe cuantos métodos defensivos tengan los amantes del bosque. Una vez pude apreciar como una pequeña rana venenosa asesinaba a un águila con solo lamerle el ojo, seguro la elfa tenía un mecanismo de defensa similar, no sería raro, todo ser pequeño siempre tenía una rara manera de defenderse, fue buena idea hacer la pases a tiempo.
Al parecer la chica no había salido mucho de aquel bosque, o al menos así lo daba a entender.- Si planeas salir a ver algo, deberías ir al norte, creo que es uno de los mejores sitios... claro, si congelarte en el camino no te es problema.- El mundo tenía múltiples de rincones por descubrir o explorar, algunos de ellos eran agradables y otro no tantos, creo que Sandorai era uno de esos sitios maravillosos que muchos deseaban explorar, pero por lo visto los humanos no eran bien recibidos, dato importante que nunca me dijo Gillian.
El pequeño había estado conforme con su respuesta al parecer, claro, le habían recitado un juramento sobre la raza elfica, eso era más de lo que cualquier respuesta pudiese responder, y más aun si venía de una elfa. Ahora venían las respuestas a mi preguntas, como siempre tuve que guardar silencio y prestar atención, era un método muy efectivo y de igual manera respetuoso, ya qué ¿Para qué vas a preguntar algo si no atenderás la respuesta?
La primera respuesta no fue tan extensa como lo esperaba, claro tampoco era un tema tan complicado, por lo visto simplemente era una familia estilo tribu... o al menos así lo entendía, lo curioso es que su creencia era totalmente ciega, no sabían porque veneraban a aquella deidad pero aun así lo hacían. - Suena como un estilo de Secta, se encargan de decapitar animales para luego ofrecerle el corazón a un Dios porque si.- El comentario salio sin pensarse, como todas las cosas que solía decir, esperaba que aquello no causase inconveniencia con la cultura de la elfa.
La siguiente respuesta no demoró mucho en presentarse, la magia de luz era tan complicada de entenderse como de explicarse, la elfa tenía problemas para llegar al punto de la respuesta, quizá ahora ella tenía más dudas acerca del tema de las que podría tener el pequeño o mi persona, demoró un poco en llegar hasta lo que me interesaba más que nada respecto a aquello. - No te preocupes por no poder explicarlo mejor, pero tengo una idea. Dices que puede sanar o potenciar... ¿Puedes demostrar algún efecto? Aunque sería interesante ver los dos.- Puede decirse que hace un momento ella hizo ejemplo de la curación, pero sería interesante ver ambas cosas. - Puedes usar al pequeño Zero como conejillo de indias si es necesario.- Eso ultimo lo dije más que nada en tono de broma, aunque quien sabe si al chico le agradase la idea de ser tratado por la magia.
Ahora era tiempo de otra pregunta seria, no había mucho tiempo para desconcentrarse, realmente no sabía de que tanta ayuda podría ser la chica en aquel momento pero algo sería mejor que nada. - Bien, ya que por lo visto estamos bajo tu cuidado o somos prisioneros de guerra, ¿Qué tan profundo podríamos revisar el bosque? Tengo entendido que hay vegetación algo diferente a la que puede conseguirse por fuera. - Era el momento de aumentar el catalogó mental de la fauna, así sabría que cosas no comer en el futuro en caso de que muriera de hambre, siempre es bueno saber cuando no tomar un hongo en alucinógeno en medio de la naturaleza.
Al parecer la chica no había salido mucho de aquel bosque, o al menos así lo daba a entender.- Si planeas salir a ver algo, deberías ir al norte, creo que es uno de los mejores sitios... claro, si congelarte en el camino no te es problema.- El mundo tenía múltiples de rincones por descubrir o explorar, algunos de ellos eran agradables y otro no tantos, creo que Sandorai era uno de esos sitios maravillosos que muchos deseaban explorar, pero por lo visto los humanos no eran bien recibidos, dato importante que nunca me dijo Gillian.
El pequeño había estado conforme con su respuesta al parecer, claro, le habían recitado un juramento sobre la raza elfica, eso era más de lo que cualquier respuesta pudiese responder, y más aun si venía de una elfa. Ahora venían las respuestas a mi preguntas, como siempre tuve que guardar silencio y prestar atención, era un método muy efectivo y de igual manera respetuoso, ya qué ¿Para qué vas a preguntar algo si no atenderás la respuesta?
La primera respuesta no fue tan extensa como lo esperaba, claro tampoco era un tema tan complicado, por lo visto simplemente era una familia estilo tribu... o al menos así lo entendía, lo curioso es que su creencia era totalmente ciega, no sabían porque veneraban a aquella deidad pero aun así lo hacían. - Suena como un estilo de Secta, se encargan de decapitar animales para luego ofrecerle el corazón a un Dios porque si.- El comentario salio sin pensarse, como todas las cosas que solía decir, esperaba que aquello no causase inconveniencia con la cultura de la elfa.
La siguiente respuesta no demoró mucho en presentarse, la magia de luz era tan complicada de entenderse como de explicarse, la elfa tenía problemas para llegar al punto de la respuesta, quizá ahora ella tenía más dudas acerca del tema de las que podría tener el pequeño o mi persona, demoró un poco en llegar hasta lo que me interesaba más que nada respecto a aquello. - No te preocupes por no poder explicarlo mejor, pero tengo una idea. Dices que puede sanar o potenciar... ¿Puedes demostrar algún efecto? Aunque sería interesante ver los dos.- Puede decirse que hace un momento ella hizo ejemplo de la curación, pero sería interesante ver ambas cosas. - Puedes usar al pequeño Zero como conejillo de indias si es necesario.- Eso ultimo lo dije más que nada en tono de broma, aunque quien sabe si al chico le agradase la idea de ser tratado por la magia.
Ahora era tiempo de otra pregunta seria, no había mucho tiempo para desconcentrarse, realmente no sabía de que tanta ayuda podría ser la chica en aquel momento pero algo sería mejor que nada. - Bien, ya que por lo visto estamos bajo tu cuidado o somos prisioneros de guerra, ¿Qué tan profundo podríamos revisar el bosque? Tengo entendido que hay vegetación algo diferente a la que puede conseguirse por fuera. - Era el momento de aumentar el catalogó mental de la fauna, así sabría que cosas no comer en el futuro en caso de que muriera de hambre, siempre es bueno saber cuando no tomar un hongo en alucinógeno en medio de la naturaleza.
Fredericksen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Ashryn parece más interesada en aspectos externos a su propia especie, una conducta natural. Los sujetos comunes tienden a sentir curiosidad por elementos extraños y diferentes a su entorno, eso o los discriminan de manera racista… no se puede decir que el cerebro normal sea demasiado lógico.
Es un mundo grande y libre, puedes recorrerlo cuando gustes ¿verdad?
El objetivo de Zero es algo similar, recopilar experiencia muchas veces significa viajar. Vivir años en una ciudad no trae los mismos conocimientos que se acumulan en el camino, además las vistas son fantásticas del segundo modo. Es fascinante lo mucho que se puede explorar cuando no hace falta comer o dormir, sin mencionar que los recursos duran más.
Poco después llega el momento de contestar las preguntas de Candau, en este punto Z9-42 sabe que debe guardar silencio y escuchar. Los datos sobre deidades son interesantes, no cabe duda que las creencias tienen formas misteriosas de manifestarse y mantenerse en el tiempo… por muy irracionales que sean.
Los datos sobre magia de luz resultan escuetos aunque no se puede culpar a la elfa, es un tema difícil de explicar a personas poco sensibles energéticamente hablando. El mismo “chico” tiene problemas para entender incluso los conceptos más básicos, máquinas y magia rara vez interactúan.
No creo que funcione conmigo… soy un chico diferente.
Expresa por la propuesta del explorador, las técnicas elficas no deberían servir en un sintético. Aunque posee elementos corporales orgánicos la naturaleza vital es diferente, sería como poner un reactor nuclear en cualquier carreta común. En realidad es un tema poco explorado por las inteligencias bios, un individuo aumentado ya no depende de su organismo natural por lo que el concepto pierde sentido.
Eventualmente el arquero propone otro curso de acción, adentrarse más en el bosque. Es arriesgado aunque con una guía elfa no debería existir problema, mientras eludan Sandorai podrán ser ignorados por la vanguardia de seguridad, claro que al final Ashryn es la que puede dar el visto bueno.
Recomiendo que primero recibas curación en esa pierna.
Andar con un integrante lisiado es poco eficiente, retrasa el movimiento. En situaciones normales no se puede hacer mucho pero ya que tienen magia elfica a disposición lo conveniente sería usarla, solo resta esperar que el orgullo del humano pueda soportar recibir ayuda.
Es un mundo grande y libre, puedes recorrerlo cuando gustes ¿verdad?
El objetivo de Zero es algo similar, recopilar experiencia muchas veces significa viajar. Vivir años en una ciudad no trae los mismos conocimientos que se acumulan en el camino, además las vistas son fantásticas del segundo modo. Es fascinante lo mucho que se puede explorar cuando no hace falta comer o dormir, sin mencionar que los recursos duran más.
Poco después llega el momento de contestar las preguntas de Candau, en este punto Z9-42 sabe que debe guardar silencio y escuchar. Los datos sobre deidades son interesantes, no cabe duda que las creencias tienen formas misteriosas de manifestarse y mantenerse en el tiempo… por muy irracionales que sean.
Los datos sobre magia de luz resultan escuetos aunque no se puede culpar a la elfa, es un tema difícil de explicar a personas poco sensibles energéticamente hablando. El mismo “chico” tiene problemas para entender incluso los conceptos más básicos, máquinas y magia rara vez interactúan.
No creo que funcione conmigo… soy un chico diferente.
Expresa por la propuesta del explorador, las técnicas elficas no deberían servir en un sintético. Aunque posee elementos corporales orgánicos la naturaleza vital es diferente, sería como poner un reactor nuclear en cualquier carreta común. En realidad es un tema poco explorado por las inteligencias bios, un individuo aumentado ya no depende de su organismo natural por lo que el concepto pierde sentido.
Eventualmente el arquero propone otro curso de acción, adentrarse más en el bosque. Es arriesgado aunque con una guía elfa no debería existir problema, mientras eludan Sandorai podrán ser ignorados por la vanguardia de seguridad, claro que al final Ashryn es la que puede dar el visto bueno.
Recomiendo que primero recibas curación en esa pierna.
Andar con un integrante lisiado es poco eficiente, retrasa el movimiento. En situaciones normales no se puede hacer mucho pero ya que tienen magia elfica a disposición lo conveniente sería usarla, solo resta esperar que el orgullo del humano pueda soportar recibir ayuda.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Se removió nerviosa, había dejado que su deseo por salir de los bosques hablará por sí mismo y sus compañeros lo habían notado. Ella sabía muy bien los motivos por los cuales su familia los mantenía reclusos en Sandorai, entendía que salir de casa era un riesgo para su vida y la de Allen; el asesino de sus padres estaba suelto y desde su pequeña escapada a Lunargenta había tenido la impresión de que el peligro se acrecentaba. La ojiazul trataba arduamente de luchar en contra de su curiosidad, la cual la incitaba a escaparse y conocer el mundo, tal y como su madre lo había hecho en ataño; sin embargo el amor que le tenía a su familia era lo bastante fuerte como para recordarle el daño que ocasionaría si la historia volviese a repetirse y eso lograba mantener sus deseos a raya.
—No…yo no puedo salir… —trató de no sonar afectada y le sonrió al pequeño—, pero me gustaría que alguna vez me contaran lo que ustedes conocen.
Nuevamente el comentario del cazador la hizo reír; cualquier elfo se habría indignado, pero ahora que conocía la tendencia del joven a decir lo que le pasaba por la mente sin meditarlo, sentía que ya no había motivo para darle importancia. Candau deseaba poder ver una demostración de su magia y propuso a Zero como ofrenda, cosa que a Ashryn le pareció bastante irónico, puesto que era él quien necesitaba ayuda con urgencia. Se levantó del césped y se acercó al cazador, guiándolo para que tomara asiento mientras realizaba otra plegaria. Esperaba que ahora que era apoyada por el niño no se resistiera y le permitiese sanarle la pierna. Por lo visto el orgullo masculino podía ser muy fuerte en algunas razas como la de los humanos.
—Zero tiene razón, será mejor que sea en ti en quien demuestre mis habilidades —le sonrió y acercó sus manos a la parte dañada, comenzando el proceso de sanación—. Existen aspectos ofensivos de la magia de la luz; si te comportas y no me interrumpes durante la curación podré mostrarte en que consiste el daño mágico.
Continúo con su labor tanto como le fue posible, ya tendría tiempo de explicarles en que consistían los caminos de la magia de la luz. Ella como sanadora no era tan impresionante, pero podría llevarlos al lugar donde Allen solía entrenar y con un poco de suerte sus compañeros tendrían la oportunidad de ver a un dañador mágico en acción y entenderían más a fondo el funcionamiento de la magia en los elfos. Parpadeó un par de veces y les sonrió, ella no tenía problema alguno con guiarlos por el bosque; no obstante existía el pequeño detalle de que si se topaba con algún miembro de su familia no le creerían que los forasteros eran sus amigos. Se suponía que ella y su hermano tenían prohibidísimo siquiera soñar con salir del bosque, por ende no había manera alguna de que hicieran amigos fuera de los de su raza.
— ¿Eso te gustaría, Zero? —No planeaba dejar de lado la opinión del niño, después de todo era por él por quien ella hacía todo eso—. Puedo llevarlos a donde quieran. Si desean recorrer el bosque con gusto les mostraré el camino, pero…debemos inventar una coartada —soltó una risita nerviosa, sintiendo sus mejillas teñirse de rojo—. Yo…bueno, como les dije no puedo salir del bosque y prácticamente no es bueno que una elfa guie a dos extraños solo porque sí. Lo mejor sería tener una historia de respaldo…por si se presentan inconvenientes.
Buscaba la mejor historia para pasar desapercibidos. El mayor peligro sería si se topaban con algún miembro del clan Elaynor, pues al tener prohibida la salida de los bosques no había motivo para que la ojiazul hiciera migas con dos humanos. Aunque tampoco era algo muy descabellado, ¿o sí? Llevo sus manos rápidamente su cuello y pensó en el collar de su familia; técnicamente eso podría hacer su historia creíble, solo alguien muy querido recibiría tal presente de una Elaynor. Justificando la estadía del joven, automáticamente se justificaba la estadía de Zero, por lo que hasta ahí no había motivo para preocuparse. Desabrochó el collar que se escondía debajo de su vestido y se acercó al cazador, dejándolo en su mano con discreción.
—Ten…úsalo —miró a todos lados, esperando que nadie los observara—. Suelo recolectar algunas hierbas a la orilla del bosque, que colinda con las afueras de la ciudad de Lunargenta, ahí nos conocimos; nos hicimos amigos y me presentaste a Zero. Después de unos meses decidimos dar un paseo por el bosque y pasar el día junto a nuestro pequeño amigo —no le agradaba mentir, pero tampoco quería que descubrieran que ellos eran unos extraños, merodeando por Sandorai—. Te obsequié el collar del clan Elaynor porque es un símbolo de que eres muy preciado para alguien de la familia y por ende no hay razón alguna para desconfiar de ti o de Zero. Si de alguna manera nos separamos y los elfos los interceptan solo muestren el collar, los mantendrá a salvo. Solo cuídenlo mucho…es muy importante para mí.
Se sacudió el vestido y pensó a donde los llevaría en esta ocasión, si lo que querían era recolectar ingredientes exóticos ella podría llevarlos a las profundidades del bosque, justo donde solía buscar Faelivrin para los ungüentos curativos. No estaba segura si les gustaría ese lugar, pues siempre estaba húmedo y un poco solitario, pero también ahí se encontraba un pequeño secreto, uno que tal vez agradaría a ambos forasteros y que ella estaría feliz de compartir con ellos; pues aunque no deseaba expresarlo abiertamente, comenzaba a sentirse cómoda con su compañía.
— ¿Aun tienen hambre? Si es así entonces les aseguro que lo siguiente que comerán les va a encantar —se giró dedicándole una mirada traviesa al cazador—. Y no, no se trata de ningún veneno o fruto toxico, así que no tienes por qué preocuparte —soltó una risa picara—. Entonces, primero les mostraré las profundidades del bosque donde se consiguen varios ingredientes únicos y después les mostraré los diferentes aspectos de la magia de la luz —miró al niño—. ¿Hay algo en especial que quisieras hacer, Zero? Si es así solo dilo y lo haremos.
Comenzó a caminar frente a ellos, guiándolos hacia el corazón de Sandorai. Después de todo, eso empezaba a asemejarse a un paseo familiar; todo era que cesara de pelear con Candau.
—No…yo no puedo salir… —trató de no sonar afectada y le sonrió al pequeño—, pero me gustaría que alguna vez me contaran lo que ustedes conocen.
Nuevamente el comentario del cazador la hizo reír; cualquier elfo se habría indignado, pero ahora que conocía la tendencia del joven a decir lo que le pasaba por la mente sin meditarlo, sentía que ya no había motivo para darle importancia. Candau deseaba poder ver una demostración de su magia y propuso a Zero como ofrenda, cosa que a Ashryn le pareció bastante irónico, puesto que era él quien necesitaba ayuda con urgencia. Se levantó del césped y se acercó al cazador, guiándolo para que tomara asiento mientras realizaba otra plegaria. Esperaba que ahora que era apoyada por el niño no se resistiera y le permitiese sanarle la pierna. Por lo visto el orgullo masculino podía ser muy fuerte en algunas razas como la de los humanos.
—Zero tiene razón, será mejor que sea en ti en quien demuestre mis habilidades —le sonrió y acercó sus manos a la parte dañada, comenzando el proceso de sanación—. Existen aspectos ofensivos de la magia de la luz; si te comportas y no me interrumpes durante la curación podré mostrarte en que consiste el daño mágico.
Continúo con su labor tanto como le fue posible, ya tendría tiempo de explicarles en que consistían los caminos de la magia de la luz. Ella como sanadora no era tan impresionante, pero podría llevarlos al lugar donde Allen solía entrenar y con un poco de suerte sus compañeros tendrían la oportunidad de ver a un dañador mágico en acción y entenderían más a fondo el funcionamiento de la magia en los elfos. Parpadeó un par de veces y les sonrió, ella no tenía problema alguno con guiarlos por el bosque; no obstante existía el pequeño detalle de que si se topaba con algún miembro de su familia no le creerían que los forasteros eran sus amigos. Se suponía que ella y su hermano tenían prohibidísimo siquiera soñar con salir del bosque, por ende no había manera alguna de que hicieran amigos fuera de los de su raza.
— ¿Eso te gustaría, Zero? —No planeaba dejar de lado la opinión del niño, después de todo era por él por quien ella hacía todo eso—. Puedo llevarlos a donde quieran. Si desean recorrer el bosque con gusto les mostraré el camino, pero…debemos inventar una coartada —soltó una risita nerviosa, sintiendo sus mejillas teñirse de rojo—. Yo…bueno, como les dije no puedo salir del bosque y prácticamente no es bueno que una elfa guie a dos extraños solo porque sí. Lo mejor sería tener una historia de respaldo…por si se presentan inconvenientes.
Buscaba la mejor historia para pasar desapercibidos. El mayor peligro sería si se topaban con algún miembro del clan Elaynor, pues al tener prohibida la salida de los bosques no había motivo para que la ojiazul hiciera migas con dos humanos. Aunque tampoco era algo muy descabellado, ¿o sí? Llevo sus manos rápidamente su cuello y pensó en el collar de su familia; técnicamente eso podría hacer su historia creíble, solo alguien muy querido recibiría tal presente de una Elaynor. Justificando la estadía del joven, automáticamente se justificaba la estadía de Zero, por lo que hasta ahí no había motivo para preocuparse. Desabrochó el collar que se escondía debajo de su vestido y se acercó al cazador, dejándolo en su mano con discreción.
—Ten…úsalo —miró a todos lados, esperando que nadie los observara—. Suelo recolectar algunas hierbas a la orilla del bosque, que colinda con las afueras de la ciudad de Lunargenta, ahí nos conocimos; nos hicimos amigos y me presentaste a Zero. Después de unos meses decidimos dar un paseo por el bosque y pasar el día junto a nuestro pequeño amigo —no le agradaba mentir, pero tampoco quería que descubrieran que ellos eran unos extraños, merodeando por Sandorai—. Te obsequié el collar del clan Elaynor porque es un símbolo de que eres muy preciado para alguien de la familia y por ende no hay razón alguna para desconfiar de ti o de Zero. Si de alguna manera nos separamos y los elfos los interceptan solo muestren el collar, los mantendrá a salvo. Solo cuídenlo mucho…es muy importante para mí.
Se sacudió el vestido y pensó a donde los llevaría en esta ocasión, si lo que querían era recolectar ingredientes exóticos ella podría llevarlos a las profundidades del bosque, justo donde solía buscar Faelivrin para los ungüentos curativos. No estaba segura si les gustaría ese lugar, pues siempre estaba húmedo y un poco solitario, pero también ahí se encontraba un pequeño secreto, uno que tal vez agradaría a ambos forasteros y que ella estaría feliz de compartir con ellos; pues aunque no deseaba expresarlo abiertamente, comenzaba a sentirse cómoda con su compañía.
— ¿Aun tienen hambre? Si es así entonces les aseguro que lo siguiente que comerán les va a encantar —se giró dedicándole una mirada traviesa al cazador—. Y no, no se trata de ningún veneno o fruto toxico, así que no tienes por qué preocuparte —soltó una risa picara—. Entonces, primero les mostraré las profundidades del bosque donde se consiguen varios ingredientes únicos y después les mostraré los diferentes aspectos de la magia de la luz —miró al niño—. ¿Hay algo en especial que quisieras hacer, Zero? Si es así solo dilo y lo haremos.
Comenzó a caminar frente a ellos, guiándolos hacia el corazón de Sandorai. Después de todo, eso empezaba a asemejarse a un paseo familiar; todo era que cesara de pelear con Candau.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Al parecer tenían en cautiverio a la joven de tal modo que le daba miedo abandonar la protección de aquellos árboles, quien sabe que crueles métodos usaban los elfos para mantener en cautiverio a los jóvenes de su especie, seguramente los obligaban a besar arbustos desde que eran unos recién nacidos y en las noches se disfrazaban de licantropos para decapitar animales frente a sus hijos... vaya, que seres tan desalmados. No pude evitar ver a la chica con cierto remordimiento, debió de haber sufrido mucho con esos tratos, ya comprendía por que Gillian había preferido alejarse de los suyos, aunque el tampoco fue el elfo más amable cuando me conoció pero lo intentaba. - Pues si podríamos contarte lo que conocemos ¿Cierto Zero?- Aquello era sensato, información por todo lo que ella nos ayudaría.
La chica seguía riéndose de todo lo que yo decía, aquello era insultante, uno no podía hacer comparaciones porque creían que era un chiste barato. Por si no les bastará me utilizaron a mi como ejemplo de todo aquello ya que el pequeño había dicho "soy un chico diferente" Vaya ego. - No es tiempo de volverse narcisista Zero, solo era para una demostración.- Dije mirando con cierto enfado al pequeño, me había esforzado en arrancar aquel elegante bastón de aquella rama y ahora eso solo sería tiempo perdido. La elfa propuso una demostración de daño mágico mientras me curaba la pierna, eso no era para nada bueno, tanta magia cerca no acabaría bien. - No gracias, es suficiente con que me cures la pierna, no necesito ver como haces que estalle.- Lo mejor era advertirle antes de que me dejara lisiado.
Una buena noticia había llegado a mis oídos, podíamos tener un recorrido por el bosque, lo único triste es que la joven era tan asocial que necesitaba excusa para estar rodeada de otros seres, no pude evitar soltar otra mirada de pena, el caso de la elfa era ciertamente triste, ¿Pero qué más se le iba a hacer? Ahora lo importante era una coartada y yo no era tan malo en aquello, solo un poco. Podíamos decir que habíamos sufrido un trasplante de orejas o quizá que eramos viajeros perdidos... aunque eso ultimo era la verdad.
En medio de la meditación para buscar la excusa perfecta la elfa me acerco un collar que llevaba puedo, ¿Qué pretendía llegar con aquello? Ademas de que lo usara, claro está. - ¿Acaso va a estallar cuando me lo ponga? Cielos, llegaste al punto donde me quieres reventar la cabeza.- Le chica siguió hablando explicando la coartada que había planeado, era tan amistosa que resultaba poco creíble, gente conociéndose solo unos meses entre los bosques para luego meter de cabeza a un niño en aquello, sonaba como un tipo de familia forzada, dudaba que funcionase a la perfección. Lo único que podría realmente salvarnos sería aquel collar por lo visto. - Bien, lo cuidaremos.- Dije mientras me colocaba aquella prenda, hubiese sido más fácil la historia de que eramos prisioneros de guerra. - Aunque existe la posibilidad de que nos culpen de robarlo... o tu nos acuses de robarlo para así ver nuestros cadáveres colgando de las ramas, que cruel eres.- Realmente el collar no estaba tan mal, pero eso no significaba que debía darle un elogio en publico, podía guardarme la opinión al respecto. - Por cierto, en caso de emergencia le cambiare unas cosas a la historia, nada importante.
El recorrido por el bosque iba a empezar, aunque por lo visto veríamos un poco más de la fauna, lo único que me parecía raro eran los gestos de la chica, no lograba entenderlos para nada, aquello era desesperante de cierto modo. - ¿Entonces son frutos que se expanden en tu cuello hasta asfixiarte? Vaya naturaleza tienen ustedes aquí.- Bueno, para algo había entrado a aquel bosque y era para conocer su naturaleza, supuse que eso no sería tan mal, y ya resultaba gracioso molestar a la elfa, quería ver cuanto más lograba sacarla de sus casillas. - En resumen, trataras de ahogarnos con fruta y si eso falla nos quemaras con magia, la mejor guía que se puede conseguir.- Solté una leve sonrisa en señal de victoria, nunca serían suficientes explicaciones para poder darle sentido contrario a lo que decía la chica.
- Sabes Zero, dijo que haría lo que quisieras, ese es un poder que muchos quisieran tener.- No sabía que tan maliciosa era la mente del pequeño, pero se de muchos que al menos pedirían que hiciera algo ridículo y entre ese porcentaje estaba yo, quizá hacerla escalar un árbol para luego saltar al agua. Por pensar así es que siempre mi tutor me daba sermones, pero lo visto nunca aprendí nada de aquellas charlas de interacción social.
La chica seguía riéndose de todo lo que yo decía, aquello era insultante, uno no podía hacer comparaciones porque creían que era un chiste barato. Por si no les bastará me utilizaron a mi como ejemplo de todo aquello ya que el pequeño había dicho "soy un chico diferente" Vaya ego. - No es tiempo de volverse narcisista Zero, solo era para una demostración.- Dije mirando con cierto enfado al pequeño, me había esforzado en arrancar aquel elegante bastón de aquella rama y ahora eso solo sería tiempo perdido. La elfa propuso una demostración de daño mágico mientras me curaba la pierna, eso no era para nada bueno, tanta magia cerca no acabaría bien. - No gracias, es suficiente con que me cures la pierna, no necesito ver como haces que estalle.- Lo mejor era advertirle antes de que me dejara lisiado.
Una buena noticia había llegado a mis oídos, podíamos tener un recorrido por el bosque, lo único triste es que la joven era tan asocial que necesitaba excusa para estar rodeada de otros seres, no pude evitar soltar otra mirada de pena, el caso de la elfa era ciertamente triste, ¿Pero qué más se le iba a hacer? Ahora lo importante era una coartada y yo no era tan malo en aquello, solo un poco. Podíamos decir que habíamos sufrido un trasplante de orejas o quizá que eramos viajeros perdidos... aunque eso ultimo era la verdad.
En medio de la meditación para buscar la excusa perfecta la elfa me acerco un collar que llevaba puedo, ¿Qué pretendía llegar con aquello? Ademas de que lo usara, claro está. - ¿Acaso va a estallar cuando me lo ponga? Cielos, llegaste al punto donde me quieres reventar la cabeza.- Le chica siguió hablando explicando la coartada que había planeado, era tan amistosa que resultaba poco creíble, gente conociéndose solo unos meses entre los bosques para luego meter de cabeza a un niño en aquello, sonaba como un tipo de familia forzada, dudaba que funcionase a la perfección. Lo único que podría realmente salvarnos sería aquel collar por lo visto. - Bien, lo cuidaremos.- Dije mientras me colocaba aquella prenda, hubiese sido más fácil la historia de que eramos prisioneros de guerra. - Aunque existe la posibilidad de que nos culpen de robarlo... o tu nos acuses de robarlo para así ver nuestros cadáveres colgando de las ramas, que cruel eres.- Realmente el collar no estaba tan mal, pero eso no significaba que debía darle un elogio en publico, podía guardarme la opinión al respecto. - Por cierto, en caso de emergencia le cambiare unas cosas a la historia, nada importante.
El recorrido por el bosque iba a empezar, aunque por lo visto veríamos un poco más de la fauna, lo único que me parecía raro eran los gestos de la chica, no lograba entenderlos para nada, aquello era desesperante de cierto modo. - ¿Entonces son frutos que se expanden en tu cuello hasta asfixiarte? Vaya naturaleza tienen ustedes aquí.- Bueno, para algo había entrado a aquel bosque y era para conocer su naturaleza, supuse que eso no sería tan mal, y ya resultaba gracioso molestar a la elfa, quería ver cuanto más lograba sacarla de sus casillas. - En resumen, trataras de ahogarnos con fruta y si eso falla nos quemaras con magia, la mejor guía que se puede conseguir.- Solté una leve sonrisa en señal de victoria, nunca serían suficientes explicaciones para poder darle sentido contrario a lo que decía la chica.
- Sabes Zero, dijo que haría lo que quisieras, ese es un poder que muchos quisieran tener.- No sabía que tan maliciosa era la mente del pequeño, pero se de muchos que al menos pedirían que hiciera algo ridículo y entre ese porcentaje estaba yo, quizá hacerla escalar un árbol para luego saltar al agua. Por pensar así es que siempre mi tutor me daba sermones, pero lo visto nunca aprendí nada de aquellas charlas de interacción social.
Fredericksen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Parece que Ashryn no tiene tanta libertad como una persona normal, su respuesta confirma dicho punto. Se nota que es un tema delicado por lo que Zero decide no preguntar, ya lleva varias malas experiencias por su curiosidad y falta de tacto. Quizás mas adelante la misma mujer hable… o Candau saque respuestas hostiles.
Afortunadamente el “chico” obtiene una victoria, su colega explorador recibirá curación. Este último no está muy convencido de la idea pero ya no puede retractarse, son dos contra uno. Entre tanto la elfa expone otras aplicaciones para la magia de luz, resulta interesante pues rara vez se escucha a los elfos hablar del potencial ofensivo.
La restauración del herido se completa rápidamente, un espectáculo digno de verse. Sin duda tales habilidades resultan muy útiles en un mundo atrasado, rivalizan con los avances terrestres y requieren mucho menos intelecto. En Aerandir la ciencia avanzada es sustituida por magia poderosa, irónicamente hace bien su trabajo.
Suena entretenido.
Sonríe mientras responde, ser tomado en cuenta merece empatía. Ashryn informa que se debe fabricar una historia de respaldo, en caso de que el grupo se tope con más elfos. Es un curso de acción lógico pues los habitantes del bosque son desconfiados por naturaleza, residuo social de su guerra con los brujos.
Aquella mujer genera una historia potencial, no es un éxito literario pero funcionara. Como toque final le sede un collar a Candau, este lo recibe con su típica personalidad. Con todos los aspectos abarcados no deberían tener problemas… hipotéticamente hablando claro, siempre existe la posibilidad de que el explorador desencadene una pelea.
Un par de comentarios molestos después la palabra vuelve a ser de Z9-42, debe responder una extraña petición. No entiende porque su acompañante humano le da tanta importancia a ese juego de palabras en particular aunque no se puede catalogar al personaje de normal, lleva todo el paseo tratando de provocar a la mujer.
Pensare en algo más adelante…
Debe primero entender el contexto para poder formular su propuesta, además no tiene nada en mente por ahora. Quizás sea una buena oportunidad para probar eso que a tantos orgánicos les gusta hacer… bromear, si formula algo terriblemente incomodo podrá alcanzar dicho objetivo y aprender algo nuevo.
Quiero… quiero que le des un beso a Candau.
No puede imaginar una situación más terrible para ambos personajes, su relación amor/odio convierte la idea en algo perturbador. Pone cara de intriga mientras espera el desenlace, no sabe qué ocurrirá. Es la primera vez que hace algo parecido, los sintéticos no suelen jugar pero él es uno diferente.
Afortunadamente el “chico” obtiene una victoria, su colega explorador recibirá curación. Este último no está muy convencido de la idea pero ya no puede retractarse, son dos contra uno. Entre tanto la elfa expone otras aplicaciones para la magia de luz, resulta interesante pues rara vez se escucha a los elfos hablar del potencial ofensivo.
La restauración del herido se completa rápidamente, un espectáculo digno de verse. Sin duda tales habilidades resultan muy útiles en un mundo atrasado, rivalizan con los avances terrestres y requieren mucho menos intelecto. En Aerandir la ciencia avanzada es sustituida por magia poderosa, irónicamente hace bien su trabajo.
Suena entretenido.
Sonríe mientras responde, ser tomado en cuenta merece empatía. Ashryn informa que se debe fabricar una historia de respaldo, en caso de que el grupo se tope con más elfos. Es un curso de acción lógico pues los habitantes del bosque son desconfiados por naturaleza, residuo social de su guerra con los brujos.
Aquella mujer genera una historia potencial, no es un éxito literario pero funcionara. Como toque final le sede un collar a Candau, este lo recibe con su típica personalidad. Con todos los aspectos abarcados no deberían tener problemas… hipotéticamente hablando claro, siempre existe la posibilidad de que el explorador desencadene una pelea.
Un par de comentarios molestos después la palabra vuelve a ser de Z9-42, debe responder una extraña petición. No entiende porque su acompañante humano le da tanta importancia a ese juego de palabras en particular aunque no se puede catalogar al personaje de normal, lleva todo el paseo tratando de provocar a la mujer.
Pensare en algo más adelante…
Debe primero entender el contexto para poder formular su propuesta, además no tiene nada en mente por ahora. Quizás sea una buena oportunidad para probar eso que a tantos orgánicos les gusta hacer… bromear, si formula algo terriblemente incomodo podrá alcanzar dicho objetivo y aprender algo nuevo.
Quiero… quiero que le des un beso a Candau.
No puede imaginar una situación más terrible para ambos personajes, su relación amor/odio convierte la idea en algo perturbador. Pone cara de intriga mientras espera el desenlace, no sabe qué ocurrirá. Es la primera vez que hace algo parecido, los sintéticos no suelen jugar pero él es uno diferente.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Como era costumbre una risita escapó de sus labios. Aquel cazador tenía una mente muy vivaz y parecía curioso como formulaba un sinfín de hipótesis descabelladas, ante situaciones tan simples. Aunque debía admitir que le daba curiosidad saber por qué el joven no tenía ni una sola idea de los caminos de la magia, siendo que afirmaba haber sido instruido por un elfo. Sería una larga tarea aclararle sus dudas, especialmente cuando el muchacho parecía determinado a tergiversar todo lo que ella decía o hacía. Fingió una pequeña indignación ante el comentario de Candau sobre su collar y sonrió internamente, pues el hecho de que aquel irascible joven lo aceptará significaba una pequeña victoria para la ojiazul. Comenzaba a entender como trabajaba el nulo sentido común del cazador y eso parecía divertirla, pues en lugar de tratar con un niño parecía que tendría que lidiar con dos.
—Si quisiera acusarte de algo lo habría hecho desde el momento en que mataste a aquel conejito —repuso con picardía y lo miró—. Puedes cambiar lo que desees, siempre y cuando sirva para salvar tu pellejo.
A pesar de que había decidido no caer en las provocaciones del cazador, Ashryn mantenía su actitud defensiva con él, salvo que ahora en lugar de molestarse se limitaba a tomar todo como si de una broma se tratara. Seguramente ese hombre fue enviado por los dioses para reforzar su ya olvidada paciencia y como buena devota ella tenía que aceptar aquel desafío con optimismo, y debía admitir que comenzaba a disfrutarlo. Parpadeó confundida y se preguntó si el joven consumiría algún tipo de hongo, puesto que no se le ocurría otra fuente posible para las extrañas ideas que se le atravesaban por la mente. Por un instante llegó a creer que él hablaba muy en serio y eso estuvo a punto de romper con su atmosfera pacifista, pero al escuchar la risita burlona de Candau soltó un suspiro de alivio.
—Al parecer tu maestro no te enseñó nada acerca de su raza —sonrió traviesamente—, de otra forma sabrías que los elfos solo podemos especializarnos en un aspecto de la magia, por ende como sanadora me sería totalmente imposible hacerte algún tipo de daño mágico —lo miró pensativa—. O tal vez sea que eres un pésimo estudiante y no ponías atención a sus lecciones —no pudo evitar reírse de aquella posibilidad realmente viable—. Lo siguiente que comerás será lo que más se te antoje, pero considerando que tienes una tendencia a la paranoia es mejor que lo conozcas por ti mismo.
Continuaron el camino hacia el corazón del bosque y la elfa comenzaba a creer que nada podría arruinar ese día que con esfuerzos se mantenía ameno…no podía estar más equivocada. Nunca por su mente se le ocurrió la posibilidad de que aquel niño fuese tan malicioso como su compañero y confiando en aquella errónea idea que se había formado de él le aseguró que haría cualquier cosa que le pidiese. ¿¡Pero por qué demonios le pedía algo como eso!? Su corazón se aceleró tanto que pensó que en cualquier momento se le saldría del pecho y sus mejillas obtuvieron un bonito tono carmesí. ¿Besar a ese irascible cazador? ¿Con qué propósito? Aquellas interrogantes se arremolinaban en su cabeza y comenzaban a marearla. No es que el muchacho fuese físicamente desagradable, de hecho, ahora que lo veía bien se daba cuenta del atractivo que poseía, pero ella no le agradaba y eso lo dejaba en claro constantemente; y aunque le agradase no era común que alguien repartiera besos a los extraños y menos cuando se trataba de su primer beso.
— ¿¡Eh!? P-pues…yo…este… —balbuceó cosas inentendibles, sintiendo como su rostro volvía a ruborizarse.
No lo haría, no podía hacerlo… ¿o sí? Bueno, ella era de las personas que cumplían su palabra, pero aquello era realmente una locura. Seguramente Candau la mataría si tan solo lo miraba, no quería imaginarse lo que le haría si ella se atrevía a besarlo. Tenía que desviar esa situación lo más pronto posible o de lo contrario ya no sería capaz de seguir cerca del cazador. Su corazón se mantenía al mismo ritmo acelerado y los incesantes latidos le retumbaban en los oídos. ¿Cómo había terminado en aquella situación? Ni siquiera veía al joven de esa manera, porque el hecho de que lo considerara atrayente no necesariamente debía significar que gustaba de él o algo parecido. Nuevamente sus ideas se enredaron en su cerebro, haciéndola callar unos instantes.
—Ahí esta —señaló con nerviosismo el árbol que se encontraba a unos metros de ellos y se acercó con rapidez hasta tomar uno de los frutos—. Se llaman Biusas, son frutas realmente difíciles de encontrar. Aquí en las profundidades de Sandorai este es el unico árbol que hemos podido descubrir —hizo una pequeña pausa y mordió la Biusa sonriendo al probar el sabor de la sopa de avellanas que tanto le gustaba—. La peculiaridad que poseen es que la Biusa obtendrá el sabor de lo que más se te antoje en el momento en que la comas, inclusive carne de cualquier tipo. Estoy segura que les gustaran —se ruborizó al mirar al joven.
Sabía que el niño esperaba que ella cumpliera su palabra y ella se sentía mal de defraudarlo, además que no deseaba ser tachada de mentirosa o algo por el estilo. Ahora se encontraba cerca de él por lo que no debía ser tan difícil hacer lo que se le había pedido, pero no estaba segura de que eso fuese lo correcto. Esperó el momento adecuado y supuso que Zero estaría observando cada uno de sus movimientos, aguardando ver lo que tanto quería que sucediera. Tomó aire un par de veces y en un fugaz movimiento se puso de puntitas, posando sus labios sobre los del muchacho en un leve contacto, que apenas si podía catalogarse como un beso. Se alejó de él con el rostro ardiendo en vergüenza y su orgullo hecho añicos e intentó concentrarse en la fruta que sostenía en sus manos. Dos cosas habían quedado claras con esa imprudente acción: no volvería a sostenerle la mirada a Candau y que su primer beso no había sido tan malo como pensó.
—Si quisiera acusarte de algo lo habría hecho desde el momento en que mataste a aquel conejito —repuso con picardía y lo miró—. Puedes cambiar lo que desees, siempre y cuando sirva para salvar tu pellejo.
A pesar de que había decidido no caer en las provocaciones del cazador, Ashryn mantenía su actitud defensiva con él, salvo que ahora en lugar de molestarse se limitaba a tomar todo como si de una broma se tratara. Seguramente ese hombre fue enviado por los dioses para reforzar su ya olvidada paciencia y como buena devota ella tenía que aceptar aquel desafío con optimismo, y debía admitir que comenzaba a disfrutarlo. Parpadeó confundida y se preguntó si el joven consumiría algún tipo de hongo, puesto que no se le ocurría otra fuente posible para las extrañas ideas que se le atravesaban por la mente. Por un instante llegó a creer que él hablaba muy en serio y eso estuvo a punto de romper con su atmosfera pacifista, pero al escuchar la risita burlona de Candau soltó un suspiro de alivio.
—Al parecer tu maestro no te enseñó nada acerca de su raza —sonrió traviesamente—, de otra forma sabrías que los elfos solo podemos especializarnos en un aspecto de la magia, por ende como sanadora me sería totalmente imposible hacerte algún tipo de daño mágico —lo miró pensativa—. O tal vez sea que eres un pésimo estudiante y no ponías atención a sus lecciones —no pudo evitar reírse de aquella posibilidad realmente viable—. Lo siguiente que comerás será lo que más se te antoje, pero considerando que tienes una tendencia a la paranoia es mejor que lo conozcas por ti mismo.
Continuaron el camino hacia el corazón del bosque y la elfa comenzaba a creer que nada podría arruinar ese día que con esfuerzos se mantenía ameno…no podía estar más equivocada. Nunca por su mente se le ocurrió la posibilidad de que aquel niño fuese tan malicioso como su compañero y confiando en aquella errónea idea que se había formado de él le aseguró que haría cualquier cosa que le pidiese. ¿¡Pero por qué demonios le pedía algo como eso!? Su corazón se aceleró tanto que pensó que en cualquier momento se le saldría del pecho y sus mejillas obtuvieron un bonito tono carmesí. ¿Besar a ese irascible cazador? ¿Con qué propósito? Aquellas interrogantes se arremolinaban en su cabeza y comenzaban a marearla. No es que el muchacho fuese físicamente desagradable, de hecho, ahora que lo veía bien se daba cuenta del atractivo que poseía, pero ella no le agradaba y eso lo dejaba en claro constantemente; y aunque le agradase no era común que alguien repartiera besos a los extraños y menos cuando se trataba de su primer beso.
— ¿¡Eh!? P-pues…yo…este… —balbuceó cosas inentendibles, sintiendo como su rostro volvía a ruborizarse.
No lo haría, no podía hacerlo… ¿o sí? Bueno, ella era de las personas que cumplían su palabra, pero aquello era realmente una locura. Seguramente Candau la mataría si tan solo lo miraba, no quería imaginarse lo que le haría si ella se atrevía a besarlo. Tenía que desviar esa situación lo más pronto posible o de lo contrario ya no sería capaz de seguir cerca del cazador. Su corazón se mantenía al mismo ritmo acelerado y los incesantes latidos le retumbaban en los oídos. ¿Cómo había terminado en aquella situación? Ni siquiera veía al joven de esa manera, porque el hecho de que lo considerara atrayente no necesariamente debía significar que gustaba de él o algo parecido. Nuevamente sus ideas se enredaron en su cerebro, haciéndola callar unos instantes.
—Ahí esta —señaló con nerviosismo el árbol que se encontraba a unos metros de ellos y se acercó con rapidez hasta tomar uno de los frutos—. Se llaman Biusas, son frutas realmente difíciles de encontrar. Aquí en las profundidades de Sandorai este es el unico árbol que hemos podido descubrir —hizo una pequeña pausa y mordió la Biusa sonriendo al probar el sabor de la sopa de avellanas que tanto le gustaba—. La peculiaridad que poseen es que la Biusa obtendrá el sabor de lo que más se te antoje en el momento en que la comas, inclusive carne de cualquier tipo. Estoy segura que les gustaran —se ruborizó al mirar al joven.
Sabía que el niño esperaba que ella cumpliera su palabra y ella se sentía mal de defraudarlo, además que no deseaba ser tachada de mentirosa o algo por el estilo. Ahora se encontraba cerca de él por lo que no debía ser tan difícil hacer lo que se le había pedido, pero no estaba segura de que eso fuese lo correcto. Esperó el momento adecuado y supuso que Zero estaría observando cada uno de sus movimientos, aguardando ver lo que tanto quería que sucediera. Tomó aire un par de veces y en un fugaz movimiento se puso de puntitas, posando sus labios sobre los del muchacho en un leve contacto, que apenas si podía catalogarse como un beso. Se alejó de él con el rostro ardiendo en vergüenza y su orgullo hecho añicos e intentó concentrarse en la fruta que sostenía en sus manos. Dos cosas habían quedado claras con esa imprudente acción: no volvería a sostenerle la mirada a Candau y que su primer beso no había sido tan malo como pensó.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Cielos, la elfa seguía con el asunto del conejo muerto a causa de mi grandiosa puntería, ¿No podía dejar el pasado atrás? Aparte, el animal iba a ser mi cena si o si, ya no tenía sentido reclamar. Pensándolo mejor, también podía entregarnos a los ejecutores elficos enseñándoles el cadáver del animalito, la chica tenía planeada múltiples maneras de entregarnos por lo visto, sería mejor borrar las evidencias, quizá cocinándola a fuego lento mientras la luna comienza a salir, el único problema es que quedaban varias horas para que comenzara a anochecer. Por otro lado tenía el visto bueno de modificar un poco la historia, ya tenía con que salvarme en caso de emergencia.
Los comentarios de la elfa ahora trataban de mis estudios pasados, al parecer todavía no me creía que mi maestro había sido un elfo, que chica tan desconfiada. No era mi culpa que Gillian nunca mencionara nada sobre los suyos, siempre cambiaba el tema y me reprendía si comenzaba a preguntarle mucho respecto a ello, tenía suerte de no tener las orejas tan puntiagudas como la de los elfos después de tantos regaños. - No, nunca me enseño nada de su raza, aunque ya veo el porque... son muy sensibles con sus plantas, no merecía la pena una lección completa solo para aprender eso.- Ya escuchaba los gritos de reproche que soltaba mi maestro desde el más allá. - Además no fui tan mal estudiante, casi nunca me dormía cuando me daba sus largas platicas, y siempre presté la mayor atención posible.- Gracias a tantos años de estudio y exploración había logrado sobrevivir solo en el bosque, así que no me había ido tan mal aprendiendo.
El destino siguiente era por lo visto un hechicero que podía aparecer cualquier tipo de comida que quisiera, no veía otra explicación para que algo me diese lo que más se me antojara. El recorrido iba totalmente bien hasta que Zero expuso su petición, fue mala idea plantarle el pensamiento incorrecto al chico sobre sus peticiones, debí haber sido más especifico para que no sucediese aquello, ya decían "Juega con fuego y terminaras quemado". Al escuchar la propuesta del chico simplemente me atraganté, no había reacción más sensata para aquello. - Zero... ¿Es una broma, cierto?- Todavía seguía sin creer que hubiese pedido aquello y la elfa parecía alterada también por aquello, ¿Y si ella lo hacía? No estaba preparado para aquello, ya de por si mis capacidades sociales eran pésimas.
Jamás me había alegrado tanto de ver un árbol, al parecer era la sorpresa que había preparado Ashryn y también aquello sería la escapatoria para olvidar la propuesta del enano. El nombre del árbol me resultaba muy familiar, lo había escuchado ya en el pasado pero nunca había tenido la suerte de poder verlo. - Creí que eran un mito, había escuchado que no suelen durar mucho en una zona. Muy pocos afortunados habían logrado probar uno de sus frutos... y ahora tengo uno en frente.- Aquello resultaba asombroso, no podía esperar para probar uno de sus frutos.
Estaba tan perdido apreciando el árbol que no logré notar cuando la chica se acerco, de un momento a otro había cumplido lo que el chico pidió, no es que hubiese sido el beso más normal o largo de la historia, pero era un beso a fin de cuentas. Al momento no sabía que hacer, realmente no creí que ella fuese a hacerle caso al pequeño. - ¿Que rayos acabas de hacer?- No encontraba las palabras correctas para expresarme, ¿Aquello había sido real? No veía lógico que realmente lo fuese, quizá era un uso de la magia elfica. Miré desconcertado a Zero, quizá el me asegurase lo que acababa de pasar, por el momento no tenía acciones ni palabras para defenderme, había quedado totalmente en blanco.
Los comentarios de la elfa ahora trataban de mis estudios pasados, al parecer todavía no me creía que mi maestro había sido un elfo, que chica tan desconfiada. No era mi culpa que Gillian nunca mencionara nada sobre los suyos, siempre cambiaba el tema y me reprendía si comenzaba a preguntarle mucho respecto a ello, tenía suerte de no tener las orejas tan puntiagudas como la de los elfos después de tantos regaños. - No, nunca me enseño nada de su raza, aunque ya veo el porque... son muy sensibles con sus plantas, no merecía la pena una lección completa solo para aprender eso.- Ya escuchaba los gritos de reproche que soltaba mi maestro desde el más allá. - Además no fui tan mal estudiante, casi nunca me dormía cuando me daba sus largas platicas, y siempre presté la mayor atención posible.- Gracias a tantos años de estudio y exploración había logrado sobrevivir solo en el bosque, así que no me había ido tan mal aprendiendo.
El destino siguiente era por lo visto un hechicero que podía aparecer cualquier tipo de comida que quisiera, no veía otra explicación para que algo me diese lo que más se me antojara. El recorrido iba totalmente bien hasta que Zero expuso su petición, fue mala idea plantarle el pensamiento incorrecto al chico sobre sus peticiones, debí haber sido más especifico para que no sucediese aquello, ya decían "Juega con fuego y terminaras quemado". Al escuchar la propuesta del chico simplemente me atraganté, no había reacción más sensata para aquello. - Zero... ¿Es una broma, cierto?- Todavía seguía sin creer que hubiese pedido aquello y la elfa parecía alterada también por aquello, ¿Y si ella lo hacía? No estaba preparado para aquello, ya de por si mis capacidades sociales eran pésimas.
Jamás me había alegrado tanto de ver un árbol, al parecer era la sorpresa que había preparado Ashryn y también aquello sería la escapatoria para olvidar la propuesta del enano. El nombre del árbol me resultaba muy familiar, lo había escuchado ya en el pasado pero nunca había tenido la suerte de poder verlo. - Creí que eran un mito, había escuchado que no suelen durar mucho en una zona. Muy pocos afortunados habían logrado probar uno de sus frutos... y ahora tengo uno en frente.- Aquello resultaba asombroso, no podía esperar para probar uno de sus frutos.
Estaba tan perdido apreciando el árbol que no logré notar cuando la chica se acerco, de un momento a otro había cumplido lo que el chico pidió, no es que hubiese sido el beso más normal o largo de la historia, pero era un beso a fin de cuentas. Al momento no sabía que hacer, realmente no creí que ella fuese a hacerle caso al pequeño. - ¿Que rayos acabas de hacer?- No encontraba las palabras correctas para expresarme, ¿Aquello había sido real? No veía lógico que realmente lo fuese, quizá era un uso de la magia elfica. Miré desconcertado a Zero, quizá el me asegurase lo que acababa de pasar, por el momento no tenía acciones ni palabras para defenderme, había quedado totalmente en blanco.
Fredericksen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Parece que Ashryn ha logrado copiar la conducta de su acompañante forzado, sus pullas se vuelven más constantes con cada respuesta. Al “chico” le gustaría aprender ese tipo de comportamiento pero no es tan fácil, dicha ramificación tarda mucho más en ser replicada por una máquina.
Sin duda la propuesta del pequeño Cyborg desarma a sus compañeros, ambos ostentas rostros de poema. A Zero le parece curiosa esa reacción aunque no logra comprender mucho la razón de todo, parece que es una buena forma de avergonzar educadamente a alguien, grabara el dato en su memoria.
Ambos personajes intentan dejar el tema atrás y consiguen la mejor fuente de escape, otro objetivo destacable. Z9-42 consigue algo de información en su base de datos acerca del árbol, no es mucha pero se amolda perfectamente a los conceptos expresados por ambos orgánicos, menudo espécimen.
Es un árbol destacable.
La cualidad mantenida por los frutos de dicho ser vegetal resulta curiosa y única, no es algo que se encuentre en cada esquina. Sin duda muchas personas en el ramo culinario podrían encontrar en dicha manifestación una fuente de ingreso e inspiración inagotable, es la más viva demostración directa de su arte.
De repente Zero nota otro punto importante, la elfa cumple su acuerdo verbal. Es una suerte que tenga percepción modificada o se lo hubiera perdido, a veces tener la habilidad de hacer varias cosas a la vez termina siendo útil. Ambos adultos se quedan pasmados sin saber cómo reaccionar, es una escena como mínimo hilarante.
La teoría queda confirmada, esa petición es una buena forma de avergonzar a alguien. La razón de esto continúa siendo desconocida aunque nada que un par de pruebas posteriores no puedan responder, al final la justificación real de algo solo se puede lograr a base de mucha experimentación.
Como si fuera una imagen de todos los días el joven artificial cambia su foco de atención, ahora mira el árbol otra vez. Con precisión arranca un fruto y le estudia, eventualmente usa los dientes. Intenta distinguir el sabor aunque no logra identificar nada, parece que el truco no funciona con una mente tecnificada.
… curioso.
Agrega el dato a su diario interno, es la primera vez que una maquina realiza ese tipo de estudio directo. Si algún día las inteligencias sintéticas aceptan su manera de procesar podrá donar la acotación al código madre de la base, no es muy relevante pero eso nunca detiene una actualización.
Llevan mucho tiempo en la misma posición… ¿ocurre algo?
Sin duda la propuesta del pequeño Cyborg desarma a sus compañeros, ambos ostentas rostros de poema. A Zero le parece curiosa esa reacción aunque no logra comprender mucho la razón de todo, parece que es una buena forma de avergonzar educadamente a alguien, grabara el dato en su memoria.
Ambos personajes intentan dejar el tema atrás y consiguen la mejor fuente de escape, otro objetivo destacable. Z9-42 consigue algo de información en su base de datos acerca del árbol, no es mucha pero se amolda perfectamente a los conceptos expresados por ambos orgánicos, menudo espécimen.
Es un árbol destacable.
La cualidad mantenida por los frutos de dicho ser vegetal resulta curiosa y única, no es algo que se encuentre en cada esquina. Sin duda muchas personas en el ramo culinario podrían encontrar en dicha manifestación una fuente de ingreso e inspiración inagotable, es la más viva demostración directa de su arte.
De repente Zero nota otro punto importante, la elfa cumple su acuerdo verbal. Es una suerte que tenga percepción modificada o se lo hubiera perdido, a veces tener la habilidad de hacer varias cosas a la vez termina siendo útil. Ambos adultos se quedan pasmados sin saber cómo reaccionar, es una escena como mínimo hilarante.
La teoría queda confirmada, esa petición es una buena forma de avergonzar a alguien. La razón de esto continúa siendo desconocida aunque nada que un par de pruebas posteriores no puedan responder, al final la justificación real de algo solo se puede lograr a base de mucha experimentación.
Como si fuera una imagen de todos los días el joven artificial cambia su foco de atención, ahora mira el árbol otra vez. Con precisión arranca un fruto y le estudia, eventualmente usa los dientes. Intenta distinguir el sabor aunque no logra identificar nada, parece que el truco no funciona con una mente tecnificada.
… curioso.
Agrega el dato a su diario interno, es la primera vez que una maquina realiza ese tipo de estudio directo. Si algún día las inteligencias sintéticas aceptan su manera de procesar podrá donar la acotación al código madre de la base, no es muy relevante pero eso nunca detiene una actualización.
Llevan mucho tiempo en la misma posición… ¿ocurre algo?
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Se supone que ya había terminado, ¿no? Entonces ¿por qué aun sentía su corazón acelerado? Sus mejillas estaban tan rojas que casi las sentía arder y aunque lo intentaba no podía olvidar lo que acababa de suceder. Las palabras del cazador tampoco ayudaron a tranquilizar sus nervios, haciéndola sentir aun peor por la acción tan imprudente que había cometido. Siguió observando su Biusa y trató de morderla; necesitaba llenar su boca con el sabor de la sopa de avellanas y que eso le ayudara a borrar de su mente los labios de su némesis. El contacto apenas si había durado, pero aun así bastó para dejar una huella en su memoria y desgraciadamente no encontraba la manera de desparecerla. Se mantuvo en silencio, centrando su atención en el peculiar fruto que aun descansaba en sus manos, evitando cualquier contacto con aquellos dos extraños, especialmente con el mayor de ellos.
Su cuerpo se tensó unos instantes ante el comentario del niño y nuevamente sus latidos se dispararon. Tenía que huir de ahí pronto o moriría de vergüenza. Salir de su casa había sido el peor error; ella estaba en lo correcto al haberse encerrado las últimas semanas y ahora quedaba claro que no volvería a abandonar su morada, no al menos por los siguientes cien años. Se levantó con cuidado y guardó la fruta en su mochila. No estaba contenta con dejarlos ahí, pero ella ya no podría guiarlos durante su recorrido por el bosque. Buscaría a su hermano y lo convencería de ser su guía y de cuidarlos por el resto del día, seguramente ellos se sentirían más cómodos con Allen que con ella. Con sigilo comenzó a caminar en dirección al lugar donde el elfo solía entrenar y rezó porque nada les pasara a los forasteros en su ausencia.
A unos cuantos metros cerca del árbol de Biusas un joven elfo terminaba su entrenamiento con un ánimo peculiar. Ese día simplemente no podía mejorar para él. Se despertó de buen ánimo, besó a la elfa que le gustaba, sus habilidades comenzaban a mejorar y, por si fuera poco, había logrado que su querida hermana saliera de su encierro; sin duda todo era perfecto. Emprendió el camino de regreso a su hogar, sonriendo ampliamente, cuando el sonido de un barullo llamó su atención. Un grupo de personas se encontraban reunidas donde su hermana solía recoger ingredientes para sus ungüentos; y por lo que se escuchaba no parecía ser una charla amistosa. Se acercó un poco más al lugar y pudo ver a dos extraños —humanos a su parecer—, siendo interrogados por algunos de sus conocidos y no de maneras muy amigables.
— ¿Quiénes son y qué están haciendo aquí?
—Este lugar está prohibido para los extraños, así que hablen.
Todo indicaba que eran unos intrusos, pero lucían tan desconcertados que era difícil creerlos malos. Por un segundo pensó en pasar de lado y dejar aquel alboroto a los demás elfos, pero un extraño destello llamó su atención. Sobre el cuello del más grande de los intrusos, reposaba el collar con el símbolo del clan Elaynor y no cualquier collar, sino que se trataba del emblema de la familia principal, más específicamente: el collar de su hermana. Ashryn jamás entregaría su tesoro más preciado a un extraño, lo cual solo podía significar que aquellos forasteros eran de suma importancia para su gemela. Apresuró sus pasos, interrumpiendo al tumulto de elfos malhumorados y buscó aproximarse a los posibles amigos de Ashryn; si dejaba que algo les pasara seguramente ella lo asesinaría y valoraba demasiado su integridad como para permitirse semejante destino.
—¡Aquí están! —fingió un suspiro de alivio—. Me tenían muy preocupado, no pensé que terminarían olvidando el camino.
— ¿Los conoces, Allen? —Preguntó uno de los alborotadores, un joven elfo que el rubio conocía desde pequeño.
—Claro, son amigos —sonrió con seguridad—. Lamento esta confusión, Pengriel. Todo esta bien ahora, solo fue una pequeña confusión.
El ojiazul le rezó a Imbar con toda la vehemencia que poseía en su alma, rogándole que les permitiera salir de ahí sin levantar más sospechas. Empujó a ambos forasteros, dedicándoles palabras amigables, como si realmente tuviesen una larga y bien formada amistad; lamentablemente su actuación no pareció convencer al grupo de elfos, especialmente a Pengriel, quien los siguió manteniendo una distancia prudencial. Para esos momentos Allen ya no sabía qué hacer, si acaso descubrían que en realidad no tenía idea de quienes eran esos chicos, no solo se metería en serios problemas, sino que pondría a los forasteros en un peligro aún mayor. Al parecer la imprudencia de su hermana se le había pegado. Formuló un sinfín de ideas en su mente, buscando la mejor salida posible a esa situación.
—Ustedes tienen el collar de Ryn —moduló su voz, asegurándose no ser escuchado por sus perseguidores—, lo que quiere decir que son sus amigos. Los ayudaré en la medida de lo posible, pero ahora lo principal es librarnos de Pengriel y su sequito.
No había razones para mencionar que él era el hermano gemelo de la elfa, seguramente ambos ya habían notado que era el vivo reflejo de la rubia y eso le ahorraba detalles innecesarios. Decidió que la mejor manera de hacer que su historia se volviese creíble era encontrando a la causante de todo ese alboroto. Pengriel había estado interesado en ella desde que tenían uso de razón y no había poder alguno que lo hiciera desconfiar de cualquier cosa que le dijera. Tal vez en el camino lograría entender la relación de ambos con su hermana y el motivo por el cual ella los dejaría solos por el bosque a sabiendas que podría ser peligroso para ellos.
Su cuerpo se tensó unos instantes ante el comentario del niño y nuevamente sus latidos se dispararon. Tenía que huir de ahí pronto o moriría de vergüenza. Salir de su casa había sido el peor error; ella estaba en lo correcto al haberse encerrado las últimas semanas y ahora quedaba claro que no volvería a abandonar su morada, no al menos por los siguientes cien años. Se levantó con cuidado y guardó la fruta en su mochila. No estaba contenta con dejarlos ahí, pero ella ya no podría guiarlos durante su recorrido por el bosque. Buscaría a su hermano y lo convencería de ser su guía y de cuidarlos por el resto del día, seguramente ellos se sentirían más cómodos con Allen que con ella. Con sigilo comenzó a caminar en dirección al lugar donde el elfo solía entrenar y rezó porque nada les pasara a los forasteros en su ausencia.
A unos cuantos metros cerca del árbol de Biusas un joven elfo terminaba su entrenamiento con un ánimo peculiar. Ese día simplemente no podía mejorar para él. Se despertó de buen ánimo, besó a la elfa que le gustaba, sus habilidades comenzaban a mejorar y, por si fuera poco, había logrado que su querida hermana saliera de su encierro; sin duda todo era perfecto. Emprendió el camino de regreso a su hogar, sonriendo ampliamente, cuando el sonido de un barullo llamó su atención. Un grupo de personas se encontraban reunidas donde su hermana solía recoger ingredientes para sus ungüentos; y por lo que se escuchaba no parecía ser una charla amistosa. Se acercó un poco más al lugar y pudo ver a dos extraños —humanos a su parecer—, siendo interrogados por algunos de sus conocidos y no de maneras muy amigables.
— ¿Quiénes son y qué están haciendo aquí?
—Este lugar está prohibido para los extraños, así que hablen.
Todo indicaba que eran unos intrusos, pero lucían tan desconcertados que era difícil creerlos malos. Por un segundo pensó en pasar de lado y dejar aquel alboroto a los demás elfos, pero un extraño destello llamó su atención. Sobre el cuello del más grande de los intrusos, reposaba el collar con el símbolo del clan Elaynor y no cualquier collar, sino que se trataba del emblema de la familia principal, más específicamente: el collar de su hermana. Ashryn jamás entregaría su tesoro más preciado a un extraño, lo cual solo podía significar que aquellos forasteros eran de suma importancia para su gemela. Apresuró sus pasos, interrumpiendo al tumulto de elfos malhumorados y buscó aproximarse a los posibles amigos de Ashryn; si dejaba que algo les pasara seguramente ella lo asesinaría y valoraba demasiado su integridad como para permitirse semejante destino.
—¡Aquí están! —fingió un suspiro de alivio—. Me tenían muy preocupado, no pensé que terminarían olvidando el camino.
— ¿Los conoces, Allen? —Preguntó uno de los alborotadores, un joven elfo que el rubio conocía desde pequeño.
—Claro, son amigos —sonrió con seguridad—. Lamento esta confusión, Pengriel. Todo esta bien ahora, solo fue una pequeña confusión.
El ojiazul le rezó a Imbar con toda la vehemencia que poseía en su alma, rogándole que les permitiera salir de ahí sin levantar más sospechas. Empujó a ambos forasteros, dedicándoles palabras amigables, como si realmente tuviesen una larga y bien formada amistad; lamentablemente su actuación no pareció convencer al grupo de elfos, especialmente a Pengriel, quien los siguió manteniendo una distancia prudencial. Para esos momentos Allen ya no sabía qué hacer, si acaso descubrían que en realidad no tenía idea de quienes eran esos chicos, no solo se metería en serios problemas, sino que pondría a los forasteros en un peligro aún mayor. Al parecer la imprudencia de su hermana se le había pegado. Formuló un sinfín de ideas en su mente, buscando la mejor salida posible a esa situación.
—Ustedes tienen el collar de Ryn —moduló su voz, asegurándose no ser escuchado por sus perseguidores—, lo que quiere decir que son sus amigos. Los ayudaré en la medida de lo posible, pero ahora lo principal es librarnos de Pengriel y su sequito.
No había razones para mencionar que él era el hermano gemelo de la elfa, seguramente ambos ya habían notado que era el vivo reflejo de la rubia y eso le ahorraba detalles innecesarios. Decidió que la mejor manera de hacer que su historia se volviese creíble era encontrando a la causante de todo ese alboroto. Pengriel había estado interesado en ella desde que tenían uso de razón y no había poder alguno que lo hiciera desconfiar de cualquier cosa que le dijera. Tal vez en el camino lograría entender la relación de ambos con su hermana y el motivo por el cual ella los dejaría solos por el bosque a sabiendas que podría ser peligroso para ellos.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
El pequeño no dijo nada acerca del tema, quizá aquello o había sido real... no podía serlo, un mal juego a causa de la imaginación y la falta de comer carne, si, seguramente era eso. La elfa sol ose mantenía concentrada en su fruta, lo más seguro es que nunca se hubiese movido de allí, solo había usado un truco elfico para jugarme una broma, ahora todo estaba resuelto. Ya estaba preparado para acercarme a tomar una fruta cuando el pequeño hizo otro comentario, ¿Llevábamos mucho tiempo quietos? Al parecer Ashryn también fue afectada por aquel comentario, pareció nerviosa por aquello "Oh demonios, si fue real". Me limité a apartar la vista de la chica y del enano, no podía demostrar nerviosismo por algo tan simple, aquello sería un error que no podía permitir. - No ocurre nada, todo está bien.
Debía mantenerme concentrado en algo mientras asimilaba el asunto, caminé con cuidado y luego escalé el árbol de aquella nueva y extraña fruta, comer en las ramas me serviría para despejarme. No demoré estar en una altura que supuse sería segura, allí no tendría muchos problemas para despejarme y regresar a la normalidad, como siempre la brisa fresca debía ser la encargada de calmarme nuevamente. Tomé una de las frutas con supuesto sabor mágico, aun creía que era imposible que aquello fuese cierto, así que debía verlo con mis propios ojos... o sentirlo con mis propias papilas, una simple mordida bastó para demostrar que aquello era cierto, el sabor de una carne bien cocinada suplantaba el sabor frutal que aquello debía tener, era asombroso. - Zero, ¿A que sabe tu fruta?- Dije para luego saltar del árbol y aterrizar de manera correcta.
Volví a morder la fruta para disfrutar aquel sabor a carne, seguía sin creer que fuese cierto aquello, quizá sería bueno llevarme un par extra para trueques, dudaba que alguien negara una comida tan especial como aquella. Me giré en busca de la elfa para agradecerle traernos hasta aquí, por lo visto nos había dejado solos en medio de la nada. - Genial, fue a llamar a sus amigos para que nos liquidasen, sabía que esto pasaría.- Le puse una mano en el hombro al pequeño evitando que entrara en pánico. - Supongo que deberemos correr para no morir.
Estaba preparado para iniciar la carrera cuando un par de elfos nuevos aparecieron de la nada, bien, había sido bueno vivir, me daba lastima por el pequeño, lo asesinarían tan joven, debía ayudarlo al menos para que el se salvase. Me tiré a la suelo y tome un puñado de césped, el típico truco de tierra a la cara - ¡Corre Zero, se libre!- y luego lancé el césped y tierra con la suficiente fuerza para pegarle a los elfos en el pecho. - Oh demonios...- Debí tomar en cuenta el viento al momento de realizar todo aquello, ya no podíamos hacer nada para escapar, todo llego a su fin. Quizá otra mentira nos sacaría del problema. - Bien, lo que sucede es lo siguiente.- Tosí un poco para aclarar mi garganta y seguir con el engaño. - Somos unos vendedores ambulantes, el es mi pequeño hermano Zero, es ciego y por eso siempre lo tengo cerca.- Me levanté con cuidado del suelo y abrasé al pequeño con fuerza para que todo fuese más creíble. - A veces llora en las noches. Bien, a lo que iba, hace unos minutos una banda de vampiros nos ataco y tuvimos que dejar nuestras pertenencias para escapar, nunca pretendimos ser intrusos en su bella fauna, es en serio.- Ya no podía hacer más, si aquello no resultaba nada lo iba a hacer... bueno, quizá quitarle el arco al enano y dispararle a los elfos, pero eso sería en medidas extremas.
Repentinamente un tercer elfo se hizo presente, pero esté por lo visto nos iba a salvar, aquello si que era suerte. Lo único que debía hacer ahora era conectar las mentiras y todo quedaría resuelto, también nos ayudaría el hecho de que el nuevo integrante conociera a los otros dos, así existía la posibilidad de que la furia de los otros disminuyera un poco. - No olvidamos el camino, solo ya sabes como es mi hermano y su ceguera, nos termino guiando por donde no era. Recuerdame no volver a pedirle que me guié.- El nuevo elfo comenzó a empujarnos fuera del peligro, una sabía táctica realmente, así podríamos librarnos de todo más fácil. - Nos vemos luego, perdonen la tierra en sus ropas. - Agité la mano en seña de despedida de los otros dos orejas punzantes, había que ser cordial ante todo.
El nuevo elfo me recordaba a alguien, no sabía exactamente a quien pero estaba seguro que esa cara me sonaba, quizá después lograría recordar de donde ahora había cosas más importantes. El elfo menciono que ese collar le pertenecía a una tal Ryn, seguramente se equivocaba de persona, pero si aquella confusión nos sacaba del problema no veía problema en mantener otro engaño pro algo de tiempo. - ¿ Que le pasa a ustedes los elfos con sus nombres? Hay que estar demente para llamar Pengriel a un niño... o quizá dijeron "Seguro morirá pronto, vamos a ponerle algo ridículo" y así pasa con todos.- No sabía por que decía aquello, pero si tenía una duda importante de la raza elfica ahora, era esa ¿ Y quien mejor que un elfo para responderla?
Debía mantenerme concentrado en algo mientras asimilaba el asunto, caminé con cuidado y luego escalé el árbol de aquella nueva y extraña fruta, comer en las ramas me serviría para despejarme. No demoré estar en una altura que supuse sería segura, allí no tendría muchos problemas para despejarme y regresar a la normalidad, como siempre la brisa fresca debía ser la encargada de calmarme nuevamente. Tomé una de las frutas con supuesto sabor mágico, aun creía que era imposible que aquello fuese cierto, así que debía verlo con mis propios ojos... o sentirlo con mis propias papilas, una simple mordida bastó para demostrar que aquello era cierto, el sabor de una carne bien cocinada suplantaba el sabor frutal que aquello debía tener, era asombroso. - Zero, ¿A que sabe tu fruta?- Dije para luego saltar del árbol y aterrizar de manera correcta.
Volví a morder la fruta para disfrutar aquel sabor a carne, seguía sin creer que fuese cierto aquello, quizá sería bueno llevarme un par extra para trueques, dudaba que alguien negara una comida tan especial como aquella. Me giré en busca de la elfa para agradecerle traernos hasta aquí, por lo visto nos había dejado solos en medio de la nada. - Genial, fue a llamar a sus amigos para que nos liquidasen, sabía que esto pasaría.- Le puse una mano en el hombro al pequeño evitando que entrara en pánico. - Supongo que deberemos correr para no morir.
Estaba preparado para iniciar la carrera cuando un par de elfos nuevos aparecieron de la nada, bien, había sido bueno vivir, me daba lastima por el pequeño, lo asesinarían tan joven, debía ayudarlo al menos para que el se salvase. Me tiré a la suelo y tome un puñado de césped, el típico truco de tierra a la cara - ¡Corre Zero, se libre!- y luego lancé el césped y tierra con la suficiente fuerza para pegarle a los elfos en el pecho. - Oh demonios...- Debí tomar en cuenta el viento al momento de realizar todo aquello, ya no podíamos hacer nada para escapar, todo llego a su fin. Quizá otra mentira nos sacaría del problema. - Bien, lo que sucede es lo siguiente.- Tosí un poco para aclarar mi garganta y seguir con el engaño. - Somos unos vendedores ambulantes, el es mi pequeño hermano Zero, es ciego y por eso siempre lo tengo cerca.- Me levanté con cuidado del suelo y abrasé al pequeño con fuerza para que todo fuese más creíble. - A veces llora en las noches. Bien, a lo que iba, hace unos minutos una banda de vampiros nos ataco y tuvimos que dejar nuestras pertenencias para escapar, nunca pretendimos ser intrusos en su bella fauna, es en serio.- Ya no podía hacer más, si aquello no resultaba nada lo iba a hacer... bueno, quizá quitarle el arco al enano y dispararle a los elfos, pero eso sería en medidas extremas.
Repentinamente un tercer elfo se hizo presente, pero esté por lo visto nos iba a salvar, aquello si que era suerte. Lo único que debía hacer ahora era conectar las mentiras y todo quedaría resuelto, también nos ayudaría el hecho de que el nuevo integrante conociera a los otros dos, así existía la posibilidad de que la furia de los otros disminuyera un poco. - No olvidamos el camino, solo ya sabes como es mi hermano y su ceguera, nos termino guiando por donde no era. Recuerdame no volver a pedirle que me guié.- El nuevo elfo comenzó a empujarnos fuera del peligro, una sabía táctica realmente, así podríamos librarnos de todo más fácil. - Nos vemos luego, perdonen la tierra en sus ropas. - Agité la mano en seña de despedida de los otros dos orejas punzantes, había que ser cordial ante todo.
El nuevo elfo me recordaba a alguien, no sabía exactamente a quien pero estaba seguro que esa cara me sonaba, quizá después lograría recordar de donde ahora había cosas más importantes. El elfo menciono que ese collar le pertenecía a una tal Ryn, seguramente se equivocaba de persona, pero si aquella confusión nos sacaba del problema no veía problema en mantener otro engaño pro algo de tiempo. - ¿ Que le pasa a ustedes los elfos con sus nombres? Hay que estar demente para llamar Pengriel a un niño... o quizá dijeron "Seguro morirá pronto, vamos a ponerle algo ridículo" y así pasa con todos.- No sabía por que decía aquello, pero si tenía una duda importante de la raza elfica ahora, era esa ¿ Y quien mejor que un elfo para responderla?
Fredericksen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Ambos adultos continúan actuando extraño, Ashryn parece la más afectada. Luego de un leve debate mental Zero emite cierto resultado interno, parece que el beso causo todo. Resulta extraño que una interacción corporal leve y rápida pueda generar efectos tan fuertes, sin duda las glándulas son volátiles.
Candau escala otro árbol, parece ser una costumbre en él. Cuando está arriba toma la primera fruta que se le atraviesa, un acto bastante irracional pues existen especímenes más cerca del suelo. El arquero emite una pregunta y Z9-42 sabe que deberá mentir para mantener su tapadera de niño humano.
Manzana...
No se puede culpar a un jovencito por tener el paladar poco experimentado, además las manzanas saben bien. En cierto momento la elfa comienza a caminar y no se detiene, el chico artificial le mira con intriga pero no emite comentario, ese fue un camino demasiado aleatorio para ser procesado con rapidez.
El explorador suelta algunas advertencias con su característica desconfianza, extrañamente esta vez tienen un poco de verdad. Aparecen dos elfos portando caras serias, eso nunca es buena señal con los seres inteligentes. El adulto humano hace una jugada tan mal planificada que genera sensaciones extrañas en su acompañante, este último acaba de descubrir la pena ajena.
Si fuera un chiquillo normal estaría riendo a pesar del peligro, en cambio observa con sorpresa, algunas personas deben practicar el pensar antes de actuar. Los nativos del bosque por su parte mantienen su misma cara, quizás ahora muestren un poco más de molestia pero es natural, la ropa del más grande acaba de ser mancillada.
Las historias raras por parte del cazador no cesan, se vuelven más… extrañas. Elabora todo un drama digno del mejor teatro en Lunargenta aunque esta vez su público no cree nada, necesita más clases de actuación. Justo cuando el “pequeño” está a punto de revelar su identidad para calmar el ambiente aparece otro sujeto, un personaje con ganas de ayudar.
Dicho individuo recién llegado desarma la situación y saca a los turistas del lugar, no parece haber convencido demasiado a sus compatriotas pero logra un avance. Zero le estudia con su mirada tecnificada y descubre cierto parentesco, sin duda es familiar de Ashryn, el escaneo revela un 91% de probabilidades de que sean hermanos.
Señor Candau, no soy ciego, veo muy bien.
Una aclaratoria lejos de oídos hostiles, todavía le falta experiencia para comprender bien situaciones complejas. El curso de acción propuesto por Allen parece lógico, perder a los habitantes desconfiados. Z9-42 prepara una estrategia de ataque alfa pero la cancela rápido, dejar noqueados a dos adultos sin duda no entra en las capacidades normales de un chico corriente.
Gracias señor Allen, por alguna razón Ashryn se fue luego de besarse con Candau.
Candau escala otro árbol, parece ser una costumbre en él. Cuando está arriba toma la primera fruta que se le atraviesa, un acto bastante irracional pues existen especímenes más cerca del suelo. El arquero emite una pregunta y Z9-42 sabe que deberá mentir para mantener su tapadera de niño humano.
Manzana...
No se puede culpar a un jovencito por tener el paladar poco experimentado, además las manzanas saben bien. En cierto momento la elfa comienza a caminar y no se detiene, el chico artificial le mira con intriga pero no emite comentario, ese fue un camino demasiado aleatorio para ser procesado con rapidez.
El explorador suelta algunas advertencias con su característica desconfianza, extrañamente esta vez tienen un poco de verdad. Aparecen dos elfos portando caras serias, eso nunca es buena señal con los seres inteligentes. El adulto humano hace una jugada tan mal planificada que genera sensaciones extrañas en su acompañante, este último acaba de descubrir la pena ajena.
Si fuera un chiquillo normal estaría riendo a pesar del peligro, en cambio observa con sorpresa, algunas personas deben practicar el pensar antes de actuar. Los nativos del bosque por su parte mantienen su misma cara, quizás ahora muestren un poco más de molestia pero es natural, la ropa del más grande acaba de ser mancillada.
Las historias raras por parte del cazador no cesan, se vuelven más… extrañas. Elabora todo un drama digno del mejor teatro en Lunargenta aunque esta vez su público no cree nada, necesita más clases de actuación. Justo cuando el “pequeño” está a punto de revelar su identidad para calmar el ambiente aparece otro sujeto, un personaje con ganas de ayudar.
Dicho individuo recién llegado desarma la situación y saca a los turistas del lugar, no parece haber convencido demasiado a sus compatriotas pero logra un avance. Zero le estudia con su mirada tecnificada y descubre cierto parentesco, sin duda es familiar de Ashryn, el escaneo revela un 91% de probabilidades de que sean hermanos.
Señor Candau, no soy ciego, veo muy bien.
Una aclaratoria lejos de oídos hostiles, todavía le falta experiencia para comprender bien situaciones complejas. El curso de acción propuesto por Allen parece lógico, perder a los habitantes desconfiados. Z9-42 prepara una estrategia de ataque alfa pero la cancela rápido, dejar noqueados a dos adultos sin duda no entra en las capacidades normales de un chico corriente.
Gracias señor Allen, por alguna razón Ashryn se fue luego de besarse con Candau.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Allen estaba acostumbrado a limpiar los desastres de las travesuras de su hermana, pero esta situación superaba en cifras a las anteriores. Si bien, su hermana no era del tipo de persona que abandonaba a sus amigos a sabiendas que estarían en peligro, sabía que existía un motivo para aquel extraño comportamiento. Guio a los extraños hasta el campo de entrenamiento y les permitió tomar asiento en unas rocas cercanas. Pengriel y los demás elfos que los seguían no tenían permitido entrar en ese lugar, ya que estaba específicamente destinado a los miembros del clan Elaynor, y en este caso también a los que lo acompañaban. Soltó una sonora carcajada ante el comentario del extraño joven y le sonrió con amabilidad. En ese pequeño espacio libre de elfos furiosos podría entender más el lazo que su hermana tenía con ellos y de esa manera encontrar la manera de sacarlos de aquel aprieto.
—Imagino que tú debes tener un nombre extraordinario —soltó con una pequeña sonrisa y recordó el nombre por el cual el niño se dirigió a aquel muchacho—. Cierto, te llamas Candau, ¿no? Dirás lo que quieras, pero con ese nombre, fácilmente podrías ser considerado un elfo.
Nuevamente se rio de aquella pequeña broma y aguardó a la respuesta del joven. Claro que su cara de estupefacción debió ser mucho más graciosa que la pregunta irónica con la que había molestado a Candau. El color abandonó su rostro y por un segundo se imaginó todo lo que aquella revelación desencadenaría. Sin duda eso sería como una bomba para su familia; Ashryn enamorada de un humano. ¡Oh por Imbar! Su padre enloquecería y ni mencionar a su abuelo, seguramente mandaría castrar a ese pobre chico y a su hermana la castigaría hasta que cumpliera 300 años. ¿Cómo es que eso ocurrió? Y lo más importante, ¿Qué le había hecho Candau a su hermana para que ella desapareciera así? No podía negar que estaba celoso, su hermana era lo más importante en su vida y aunque él no era un hombre prejuicioso, debía admitir que ese muchacho no era precisamente lo que esperaba para su gemela.
—Si lo que tu adorable amigo dice es cierto, entonces…tenemos un enorme problema —trató de no sonar molesto, pero por alguna razón su amabilidad parecía haberlo abandonado—. ¿Cuál es tu relación con mi hermana? ¿Cómo fue que inició todo esto? Y te advierto que necesito que seas muy honesto o de lo contrario no podré salvarte de lo que se avecina.
Tenía que aclarar aquella situación con rapidez o de lo contrario sería muy tarde. En el bosque los rumores volaban como el viento y esperaba que aquello no trascendiera fuera de los límites del campo de entrenamiento. No pondría a su hermana en aquella incómoda situación y tampoco soportaría llevarle a su familia una angustia similar. Allen era una persona paciente y agradable; nunca actuaba sin pensar y normalmente su carácter afable era reconocido por los demás, pero en esta ocasión estaba celoso e irritado. Dos sensaciones que nunca antes había experimentado. Sabía que era egoísta sentirse así, puesto que esa misma mañana él había besado a la elfa que le gustaba; sin embargo, imaginarse a su adorada hermana besando a ese humano o teniendo algún tipo de relación con él. Eso definitivamente lo molestaba.
—Tenemos prohibido elegir a los humanos como pareja —miró al suelo por un minuto, debatiéndose si debía contar aquello o no—. Ni siquiera tenemos permitido salir del bosque. No es que tenga algo en contra de tu raza, no podría renegar en contra de la sangre que corre por mis venas, pero esto trasciende más allá de una simple paranoia.
Los arbustos comenzaron a moverse y Allen se preparó para cualquier ataque que pudiese provenir de ese lugar, pero no vio a nadie. Tenía la sensación de que alguien los había escuchado y por desgracia sus corazonadas pocas veces fallaban. Se levantó con nerviosismo, echando un vistazo en derredor. Sin darse cuenta una figura se abalanzó sobre él y lo abrazo por el cuello. Genial, justo lo que faltaba.
—Niju, basta, me estas asfixiando —trató de zafarse del agarre sin mucho éxito.
— ¡Allen te extrañé mucho! —chilló la jovencita, plantándole un fugaz beso en los labios.
El rubio hizo todo lo que estuvo en sus manos por despedir a la joven con rapidez; no obstante, tardó demasiado en lograr su cometido, pues sin darse cuenta aquellos dos muchachos ya no se encontraban sentados en las rocas. Su rostro nuevamente palideció y por su mente atravesaron un montón de ideas en las cuales los forasteros se encontrarían en peligro. Tenía que actuar rápido, pues sospechaba que aquellos elfos malhumorados habían tenido algo que ver con la desaparición del posible novio de su hermana y si así era, eso no presagiaba nada bueno.
—Imagino que tú debes tener un nombre extraordinario —soltó con una pequeña sonrisa y recordó el nombre por el cual el niño se dirigió a aquel muchacho—. Cierto, te llamas Candau, ¿no? Dirás lo que quieras, pero con ese nombre, fácilmente podrías ser considerado un elfo.
Nuevamente se rio de aquella pequeña broma y aguardó a la respuesta del joven. Claro que su cara de estupefacción debió ser mucho más graciosa que la pregunta irónica con la que había molestado a Candau. El color abandonó su rostro y por un segundo se imaginó todo lo que aquella revelación desencadenaría. Sin duda eso sería como una bomba para su familia; Ashryn enamorada de un humano. ¡Oh por Imbar! Su padre enloquecería y ni mencionar a su abuelo, seguramente mandaría castrar a ese pobre chico y a su hermana la castigaría hasta que cumpliera 300 años. ¿Cómo es que eso ocurrió? Y lo más importante, ¿Qué le había hecho Candau a su hermana para que ella desapareciera así? No podía negar que estaba celoso, su hermana era lo más importante en su vida y aunque él no era un hombre prejuicioso, debía admitir que ese muchacho no era precisamente lo que esperaba para su gemela.
—Si lo que tu adorable amigo dice es cierto, entonces…tenemos un enorme problema —trató de no sonar molesto, pero por alguna razón su amabilidad parecía haberlo abandonado—. ¿Cuál es tu relación con mi hermana? ¿Cómo fue que inició todo esto? Y te advierto que necesito que seas muy honesto o de lo contrario no podré salvarte de lo que se avecina.
Tenía que aclarar aquella situación con rapidez o de lo contrario sería muy tarde. En el bosque los rumores volaban como el viento y esperaba que aquello no trascendiera fuera de los límites del campo de entrenamiento. No pondría a su hermana en aquella incómoda situación y tampoco soportaría llevarle a su familia una angustia similar. Allen era una persona paciente y agradable; nunca actuaba sin pensar y normalmente su carácter afable era reconocido por los demás, pero en esta ocasión estaba celoso e irritado. Dos sensaciones que nunca antes había experimentado. Sabía que era egoísta sentirse así, puesto que esa misma mañana él había besado a la elfa que le gustaba; sin embargo, imaginarse a su adorada hermana besando a ese humano o teniendo algún tipo de relación con él. Eso definitivamente lo molestaba.
—Tenemos prohibido elegir a los humanos como pareja —miró al suelo por un minuto, debatiéndose si debía contar aquello o no—. Ni siquiera tenemos permitido salir del bosque. No es que tenga algo en contra de tu raza, no podría renegar en contra de la sangre que corre por mis venas, pero esto trasciende más allá de una simple paranoia.
Los arbustos comenzaron a moverse y Allen se preparó para cualquier ataque que pudiese provenir de ese lugar, pero no vio a nadie. Tenía la sensación de que alguien los había escuchado y por desgracia sus corazonadas pocas veces fallaban. Se levantó con nerviosismo, echando un vistazo en derredor. Sin darse cuenta una figura se abalanzó sobre él y lo abrazo por el cuello. Genial, justo lo que faltaba.
—Niju, basta, me estas asfixiando —trató de zafarse del agarre sin mucho éxito.
— ¡Allen te extrañé mucho! —chilló la jovencita, plantándole un fugaz beso en los labios.
El rubio hizo todo lo que estuvo en sus manos por despedir a la joven con rapidez; no obstante, tardó demasiado en lograr su cometido, pues sin darse cuenta aquellos dos muchachos ya no se encontraban sentados en las rocas. Su rostro nuevamente palideció y por su mente atravesaron un montón de ideas en las cuales los forasteros se encontrarían en peligro. Tenía que actuar rápido, pues sospechaba que aquellos elfos malhumorados habían tenido algo que ver con la desaparición del posible novio de su hermana y si así era, eso no presagiaba nada bueno.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Por lo visto el pequeño todavía no se decidía cuando seguir totalmente mis engaños, había pensado tan arduamente el hecho de que el fuese mi hermanito ciego y ahora lo había arruinado, aquello simplemente pudo costarnos la vida. - ¿Ya puedes ver? ¡Por los Dioses, es un milagro!- Si bien aquello no podía sonar muy creíble, existía la posibilidad de que uno que otro elfo que fuese medio alelado lo creyera, ya de igual manera era tiempo de ir planeando otra historia de emergencia, me estaba quedando sin coartadas. Inesperadamente el elfo se estaba burlando de mi apellido, vaya ser tan insolente. - Primero que nada, Candau es mi apellido, no es mi nombre. - Debía dejar aquello claro. - Y segundo, no puedo ser confundido con un elfo, no tengo las orejas puntiagudas como ustedes.- Después de aquello le di un golpecito a mis orejas para resaltar aquel punto.
Nuevamente el elfo volvió a arruinar todo, soltó la información de el beso que el había forzado, la expresión de lo que pudo haber sido un elfo amistoso simplemente desapareció, aquello no era para nada bueno, ahora si que nos iban a colgar de un árbol. Me apuré a taparle la boca al enano antes de que siguiera soltando información no deseada, era mejor prevenir que dijese otro dato que solamente empeorara nuestras muertes. El elfo comenzó a interrogarnos antes de que pudiese reaccionar, aunque con lo que había dicho ya sabía de donde me sonaba esa cara, era el hermano de la elfa desaparecida... aun peor, no existía peor enemigo que el hermano de una mujer. Quizá era tiempo de ser honestos y así poder buscarnos una sentencia más suave. - No existe relación alguna con tu hermana, fue culpa de él.- señalé con la cabeza al pequeño que seguía con la boca tapada. - Simplemente malinterpreto mis palabras... e hizo que ella me besara, pero no hay más historia tras el asunto, puedo garantizarlo.- Por primera vez había dicho todo como era, originalmente planeaba culpar de todo al niño y proponer que fuese el el de la tortura más grave, pero eso no sería nada amable ni sensato, después de todo el sin conocerme me había estado ayudando todo el día de cierta manera.
El elfo continuaba con su platica, al parecer era otro joven torturado por los orejas afilada, cada vez mi sospecha de que aquella raza era sometida a besar árboles hasta cumplir los 500 años iba siendo más lógica. - Claro, no pueden relacionarse con humanos pero si acariciar matorrales, ¿Qué rayos les pasa? Eso no es nada sano.- Le destapé la boca al enano por si deseaba decir algo, nunca era bueno someter a un niño al silencio. Las plantas de la cercanía comenzaron a sonar, seguro ya estaban llegando los ejecutores, debía existir una manera de salir de allí antes de que decidieran azotarnos contra uno de sus árboles.
Afortunadamente de los elfos solo salio otra elfa que al parecer estaba atacando a nuestro secuestrador, el momento perfecto para escapar - Zero, no se tú... pero yo quiero salir vivo de esté bosque.- Dije en voz baja para que solamente el pequeño me escuchara. - Y con todo lo que me has ayudado, no planeo dejarte para que te ejecuten solo, así que nuestra mejor opción es salir de aquí.- Tomé al pequeño del brazo y comencé a caminar lejos del intento de asesinato elfico que teníamos en frente, seguro el hermano de Ashryn saldría bien de aquello, no era momento de pensar en cuidar a más gente.
La ruta de escape que había tomado era una sencilla, totalmente en linea recta, mientras tuviésemos algún árbol para escondernos no habría mucho problema y aquel sitio estaba rodeado de árboles. Debía estar totalmente atento con el entorno, cualquier ser o animal podía salir de la nada y atacarnos, si nos tomaban desprevenidos no lograríamos hacer mucho. - Bien pequeño, antes de seguir en nuestro escape debo preguntarte una cosa. ¿Que rayos hacías solo en el bosque? - Un niño solo en el bosque nunca era buena señal y lo sabía por experiencia propia. - ¿Acaso te perdiste? Aunque posiblemente te abandonaran en medio de la nada... ¿O estás escapando de algo? Y no me refiero a los elfos.- Alguna de aquellas opciones podía ser la correcta, dudaba que un niño estuviese allí con permiso y ya.
Mientras esperaba logré escuchar el sonido de pasos cerca de donde nos encontrábamos, observé con cuidado el sitio y logré observar a los mismos elfos que nos habían encontrado en el árbol de Biusas, si ellos nos encontraban no tendrían tanta piedad como lo había tenido el rubio, ¿Por qué solía siempre meterme en problemas así? Yo solo había entrado a Sandorai a buscar un poco de información, no a morir en el.
Nuevamente el elfo volvió a arruinar todo, soltó la información de el beso que el había forzado, la expresión de lo que pudo haber sido un elfo amistoso simplemente desapareció, aquello no era para nada bueno, ahora si que nos iban a colgar de un árbol. Me apuré a taparle la boca al enano antes de que siguiera soltando información no deseada, era mejor prevenir que dijese otro dato que solamente empeorara nuestras muertes. El elfo comenzó a interrogarnos antes de que pudiese reaccionar, aunque con lo que había dicho ya sabía de donde me sonaba esa cara, era el hermano de la elfa desaparecida... aun peor, no existía peor enemigo que el hermano de una mujer. Quizá era tiempo de ser honestos y así poder buscarnos una sentencia más suave. - No existe relación alguna con tu hermana, fue culpa de él.- señalé con la cabeza al pequeño que seguía con la boca tapada. - Simplemente malinterpreto mis palabras... e hizo que ella me besara, pero no hay más historia tras el asunto, puedo garantizarlo.- Por primera vez había dicho todo como era, originalmente planeaba culpar de todo al niño y proponer que fuese el el de la tortura más grave, pero eso no sería nada amable ni sensato, después de todo el sin conocerme me había estado ayudando todo el día de cierta manera.
El elfo continuaba con su platica, al parecer era otro joven torturado por los orejas afilada, cada vez mi sospecha de que aquella raza era sometida a besar árboles hasta cumplir los 500 años iba siendo más lógica. - Claro, no pueden relacionarse con humanos pero si acariciar matorrales, ¿Qué rayos les pasa? Eso no es nada sano.- Le destapé la boca al enano por si deseaba decir algo, nunca era bueno someter a un niño al silencio. Las plantas de la cercanía comenzaron a sonar, seguro ya estaban llegando los ejecutores, debía existir una manera de salir de allí antes de que decidieran azotarnos contra uno de sus árboles.
Afortunadamente de los elfos solo salio otra elfa que al parecer estaba atacando a nuestro secuestrador, el momento perfecto para escapar - Zero, no se tú... pero yo quiero salir vivo de esté bosque.- Dije en voz baja para que solamente el pequeño me escuchara. - Y con todo lo que me has ayudado, no planeo dejarte para que te ejecuten solo, así que nuestra mejor opción es salir de aquí.- Tomé al pequeño del brazo y comencé a caminar lejos del intento de asesinato elfico que teníamos en frente, seguro el hermano de Ashryn saldría bien de aquello, no era momento de pensar en cuidar a más gente.
La ruta de escape que había tomado era una sencilla, totalmente en linea recta, mientras tuviésemos algún árbol para escondernos no habría mucho problema y aquel sitio estaba rodeado de árboles. Debía estar totalmente atento con el entorno, cualquier ser o animal podía salir de la nada y atacarnos, si nos tomaban desprevenidos no lograríamos hacer mucho. - Bien pequeño, antes de seguir en nuestro escape debo preguntarte una cosa. ¿Que rayos hacías solo en el bosque? - Un niño solo en el bosque nunca era buena señal y lo sabía por experiencia propia. - ¿Acaso te perdiste? Aunque posiblemente te abandonaran en medio de la nada... ¿O estás escapando de algo? Y no me refiero a los elfos.- Alguna de aquellas opciones podía ser la correcta, dudaba que un niño estuviese allí con permiso y ya.
Mientras esperaba logré escuchar el sonido de pasos cerca de donde nos encontrábamos, observé con cuidado el sitio y logré observar a los mismos elfos que nos habían encontrado en el árbol de Biusas, si ellos nos encontraban no tendrían tanta piedad como lo había tenido el rubio, ¿Por qué solía siempre meterme en problemas así? Yo solo había entrado a Sandorai a buscar un poco de información, no a morir en el.
Fredericksen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
El elfo al principio se muestra cordial, las palabras de Zero sin duda le divierten. Luego toma un carácter reservado, dicho cambio es repentino. Obviamente la información adicional termina siendo perturbadora, al parecer los besos son situaciones comprometedoras de carácter peligroso.
Pe…
No puede terminar palabra, Candau se adelante y le silencia. Z9-42 decide callar para evitar problemas, sabe notar cuando su opinión no es requerida ni bienvenida. Lo que sigue es un parlamento rápido entre los dos adultos, Allen tiene la certeza de que su hermana está intercambiando fluidos con el humano.
Por alguna razón la cultura elfa no acepta relaciones interraciales, definir si ese punto es obligatorio para todos los clanes resulta imposible de momento. El “niño” nota una pequeña confusión en su matriz de pensamiento, ¿Por qué no es permitido si ambos individuos pueden reproducirse funcionalmente?
Pronto otra cosa demanda su atención, una intervención relativamente violenta. El guía parece estar siendo atacado por alguien, extraño evento aleatorio. El chico artificial se prepara para combatir pero su acompañante humano le toma del brazo y lo aleja del combate, un curso de acción lógico aunque egoísta.
El señor Allen necesita ayuda…
Extrañamente abandonan esa área con buena velocidad, el explorador es bastante rápido cuando se lo propone. En cierta pausa este último emite un par de preguntas, es información sensible que puede revelar la identidad real del pequeño Cyborg. Viene siendo hora de usar la más destacable habilidad humana, mentir.
Yo… me separe de la caravana en donde viajaba, intentaba volver el camino cuando los encontré… mis padres suelen enviarme a varios destinos, tenemos numerosos familiares.
Nada mal, salió más natural que otras veces. Las rutas comerciales suelen bordear Sandorai, no se encuentran demasiado lejos. El camino principal está prohibido para individuos sin permiso elfo pero se pueden usar las ramificaciones, algunas veces los propios nativos intercambian cosas con mercaderes.
Para agregar credibilidad a su historia sonríe como tonto, en su primera semana fuera de la base descubrió que dicha expresión despierta empatía en los adultos. No se ganan regalos haciéndolo pero si algunos favores, otro comportamiento raro de los seres inteligentes.
Z9-42 triangula un ruido invasivo y descubre el mismo grupo de elfos avistado hace minutos, el rostro de Candau denota bastante preocupación por lo que parece acertado pensar que eso significa problemas. Para evitar conflictos mayores el sintético decide intervenir, cuando no está siendo observado toma una piedra con forma de coco y la arroja en dirección contaría aplicando bastante fuerza. El proyectil se estrella contra un árbol ocasionando mucho ruido, eso debería bastar para alejar invitados indeseados.
Parece que… es nuestro día de suerte, ¿verdad?
Pe…
No puede terminar palabra, Candau se adelante y le silencia. Z9-42 decide callar para evitar problemas, sabe notar cuando su opinión no es requerida ni bienvenida. Lo que sigue es un parlamento rápido entre los dos adultos, Allen tiene la certeza de que su hermana está intercambiando fluidos con el humano.
Por alguna razón la cultura elfa no acepta relaciones interraciales, definir si ese punto es obligatorio para todos los clanes resulta imposible de momento. El “niño” nota una pequeña confusión en su matriz de pensamiento, ¿Por qué no es permitido si ambos individuos pueden reproducirse funcionalmente?
Pronto otra cosa demanda su atención, una intervención relativamente violenta. El guía parece estar siendo atacado por alguien, extraño evento aleatorio. El chico artificial se prepara para combatir pero su acompañante humano le toma del brazo y lo aleja del combate, un curso de acción lógico aunque egoísta.
El señor Allen necesita ayuda…
Extrañamente abandonan esa área con buena velocidad, el explorador es bastante rápido cuando se lo propone. En cierta pausa este último emite un par de preguntas, es información sensible que puede revelar la identidad real del pequeño Cyborg. Viene siendo hora de usar la más destacable habilidad humana, mentir.
Yo… me separe de la caravana en donde viajaba, intentaba volver el camino cuando los encontré… mis padres suelen enviarme a varios destinos, tenemos numerosos familiares.
Nada mal, salió más natural que otras veces. Las rutas comerciales suelen bordear Sandorai, no se encuentran demasiado lejos. El camino principal está prohibido para individuos sin permiso elfo pero se pueden usar las ramificaciones, algunas veces los propios nativos intercambian cosas con mercaderes.
Para agregar credibilidad a su historia sonríe como tonto, en su primera semana fuera de la base descubrió que dicha expresión despierta empatía en los adultos. No se ganan regalos haciéndolo pero si algunos favores, otro comportamiento raro de los seres inteligentes.
Z9-42 triangula un ruido invasivo y descubre el mismo grupo de elfos avistado hace minutos, el rostro de Candau denota bastante preocupación por lo que parece acertado pensar que eso significa problemas. Para evitar conflictos mayores el sintético decide intervenir, cuando no está siendo observado toma una piedra con forma de coco y la arroja en dirección contaría aplicando bastante fuerza. El proyectil se estrella contra un árbol ocasionando mucho ruido, eso debería bastar para alejar invitados indeseados.
Parece que… es nuestro día de suerte, ¿verdad?
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Normalmente la mala suerte solía atribuirse a su imprudente hermana, pero no a él. Allen Elaynor jamás tenía problemas, jamás se equivocaba y nunca cometía errores, eso era un campo para el que sin duda no estaba preparado y por desgracia su descuido podía poner en peligro a dos humanos. Se deshizo de la empalagosa pelirroja y se apresuró a buscar a los amigos de su hermana. Tenía sus dudas con respecto a la historia que el joven le había contado, puesto que su hermana no habría besado a un simple humano solo porque un niño se lo pidiera, ella no era de esa clase de personas; pero, aun así, no podía permitir que el pseudo-novio de su hermana corriese algún tipo de riesgo, al menos hasta averiguar la verdadera relación que había entre ambos. Por otro lado, tenía el presentimiento de que la única que podría sacarlos de aquel aprieto era la causante del mismo y desgraciadamente el tiempo corría en su contra.
El grupo de elfos liderados por Pengriel seguían a ambos chicos, aguardando el instante preciso para acorralarlos. Desde el momento en que los encontraron merodeando por su preciado Sandorai, sabían que esos forasteros no traerían nada bueno consigo. Desgraciadamente no esperaban que Allen Elaynor llegara a salvar a los extraños y a pesar de que nadie en el bosque se atrevería a dudar de la palabra del rubio, ellos optaron por mantener vigilada la situación. Un rato después de la intervención de Allen, nuevamente se les presentaba la oportunidad de interceptar e interrogar a los forasteros como los dioses mandaban. Los elfos no confiaban en nadie de afuera y no iban a permitir que alguiendañara al bosque con quien sabe que intenciones. Además, estaba el hecho de que había algo que molestaba al líder de ese grupo y era el hecho de que juraba haber visto a la elfa que tanto le gustaba al lado del extraño humano de vestimenta verde. Molestia que se acrecentó al ver el bonito collar de la Elaynor colgado en el cuello del muchacho.
Normalmente los elfos que patrullaban Sandorai no actuaban sin motivos aparentes y para desgracia de ese grupo, los humanos no parecían haber hecho nada realmente malo. Se mantuvieron a una distancia prudencial de ellos y continuaron con sus labores de vigilancia. No muy lejos de ahí una pequeña figura corría con todas sus fuerzas, esperando no ser descubierto por los celosos habitantes del bosque. En un descuido el jovencito de cabellos azabaches chocó con los inocentes forasteros, haciéndolo caer de bruces hacia el suelo, mirándolos con espanto. A sabiendas que era muy posible que alguien ya hubiese descubierto lo que había hecho, decidió asomar una bien fingida cara inocente, poniéndose de pie para presentarse a quienes serían su boleto de salida de ese lugar.
—Lo siento, estoy perdido —su voz inocente podía ser realmente convincente—. ¿Podrían ayudarme a volver a casa? —La correa de la desgastada mochila de cuero se soltó de su hombro, haciendo que el pequeño palideciera un momento, mientras abrazaba el bolso con fuerza—. Espero que tenga arreglo —miro al más grande y sonrió apenado—. Por cierto…mi nombre es Emmet.
Tenía que apresurarse si quería salir de ahí antes de que los elfos de Sandorai se percataran de la ausencia de aquel artefacto de plata que se escondía en su mochila. Afortunadamente los dioses parecían sonreírle con la presencia de dos preciados chivos expiatorios. Si algo fallaba simplemente se apegaría a su recién formulado plan y para ello tenía que mantenerse cerca de esos dos a como diera lugar. Al otro lado del bosque una rubia salpicaba su rostro por enésima vez en los últimos minutos y sin embargo sus mejillas se mantenían tan rojas como antes. Ya había pasado un buen rato desde que se separó de Zero y de Candau, y para su desgracia la búsqueda de su hermano no había dado resultados. Cuando volvió al árbol de Biusas ya no había rastros del cazador ni del niño. Los buscó por los alrededores, pero no consiguió ningún rastro de su paradero y finalmente se detuvo a descansar un par de minutos cerca de un riachuelo.
— ¡Ryn! ¡Aquí estas! —El rubio tomó una bocanada de aire al encontrarse frente a su gemela—. Te he buscado por todos lados —Ashryn estaba por preguntar que le pasaba, pero el elfo la interrumpió—. No hay tiempo, perdí a tu novio y a su pequeño amigo; y eso no es todo, Pengriel y su grupo los han estado acosando.
— ¿Novio? —Sus mejillas se encendieron de nuevo—. Espera… ¿Cómo es que tú…?
—Dejemos las explicaciones para después —tomó su mano—. Andando.
La ojiazul tenía la extraña sensación de que su hermano se había creado una idea rara acerca de ella y del cazador, sin duda mataría a ese humano cuando lo encontrara. ¡Solo lo había besado! Ni siquiera eso; apenas si había sido un pequeño roce de labios —aunque fuese un roce lo suficientemente real como para que ella saliera corriendo de la vergüenza—, pero ese no era el punto. Ella le dijo que usara el collar si se metía en aprietos, pero no le dio permiso para crear una especie de relación ficticia entre ambos. Una vez que estuviesen a salvo se encargaría de darle una paliza a ese cazador y de paso al niño que los metió en ese embrollo.
El grupo de elfos liderados por Pengriel seguían a ambos chicos, aguardando el instante preciso para acorralarlos. Desde el momento en que los encontraron merodeando por su preciado Sandorai, sabían que esos forasteros no traerían nada bueno consigo. Desgraciadamente no esperaban que Allen Elaynor llegara a salvar a los extraños y a pesar de que nadie en el bosque se atrevería a dudar de la palabra del rubio, ellos optaron por mantener vigilada la situación. Un rato después de la intervención de Allen, nuevamente se les presentaba la oportunidad de interceptar e interrogar a los forasteros como los dioses mandaban. Los elfos no confiaban en nadie de afuera y no iban a permitir que alguiendañara al bosque con quien sabe que intenciones. Además, estaba el hecho de que había algo que molestaba al líder de ese grupo y era el hecho de que juraba haber visto a la elfa que tanto le gustaba al lado del extraño humano de vestimenta verde. Molestia que se acrecentó al ver el bonito collar de la Elaynor colgado en el cuello del muchacho.
Normalmente los elfos que patrullaban Sandorai no actuaban sin motivos aparentes y para desgracia de ese grupo, los humanos no parecían haber hecho nada realmente malo. Se mantuvieron a una distancia prudencial de ellos y continuaron con sus labores de vigilancia. No muy lejos de ahí una pequeña figura corría con todas sus fuerzas, esperando no ser descubierto por los celosos habitantes del bosque. En un descuido el jovencito de cabellos azabaches chocó con los inocentes forasteros, haciéndolo caer de bruces hacia el suelo, mirándolos con espanto. A sabiendas que era muy posible que alguien ya hubiese descubierto lo que había hecho, decidió asomar una bien fingida cara inocente, poniéndose de pie para presentarse a quienes serían su boleto de salida de ese lugar.
—Lo siento, estoy perdido —su voz inocente podía ser realmente convincente—. ¿Podrían ayudarme a volver a casa? —La correa de la desgastada mochila de cuero se soltó de su hombro, haciendo que el pequeño palideciera un momento, mientras abrazaba el bolso con fuerza—. Espero que tenga arreglo —miro al más grande y sonrió apenado—. Por cierto…mi nombre es Emmet.
Tenía que apresurarse si quería salir de ahí antes de que los elfos de Sandorai se percataran de la ausencia de aquel artefacto de plata que se escondía en su mochila. Afortunadamente los dioses parecían sonreírle con la presencia de dos preciados chivos expiatorios. Si algo fallaba simplemente se apegaría a su recién formulado plan y para ello tenía que mantenerse cerca de esos dos a como diera lugar. Al otro lado del bosque una rubia salpicaba su rostro por enésima vez en los últimos minutos y sin embargo sus mejillas se mantenían tan rojas como antes. Ya había pasado un buen rato desde que se separó de Zero y de Candau, y para su desgracia la búsqueda de su hermano no había dado resultados. Cuando volvió al árbol de Biusas ya no había rastros del cazador ni del niño. Los buscó por los alrededores, pero no consiguió ningún rastro de su paradero y finalmente se detuvo a descansar un par de minutos cerca de un riachuelo.
— ¡Ryn! ¡Aquí estas! —El rubio tomó una bocanada de aire al encontrarse frente a su gemela—. Te he buscado por todos lados —Ashryn estaba por preguntar que le pasaba, pero el elfo la interrumpió—. No hay tiempo, perdí a tu novio y a su pequeño amigo; y eso no es todo, Pengriel y su grupo los han estado acosando.
— ¿Novio? —Sus mejillas se encendieron de nuevo—. Espera… ¿Cómo es que tú…?
—Dejemos las explicaciones para después —tomó su mano—. Andando.
La ojiazul tenía la extraña sensación de que su hermano se había creado una idea rara acerca de ella y del cazador, sin duda mataría a ese humano cuando lo encontrara. ¡Solo lo había besado! Ni siquiera eso; apenas si había sido un pequeño roce de labios —aunque fuese un roce lo suficientemente real como para que ella saliera corriendo de la vergüenza—, pero ese no era el punto. Ella le dijo que usara el collar si se metía en aprietos, pero no le dio permiso para crear una especie de relación ficticia entre ambos. Una vez que estuviesen a salvo se encargaría de darle una paliza a ese cazador y de paso al niño que los metió en ese embrollo.
- Emmet:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
El enano era rápido de cierta manera, eso nos iba a ayudar a salir de aquel bosque infernal ¿Como algo tan agradable podía resultar siniestro? Ni idea, pero eso era aquel sitio, sin duda no volvería a pisar Sandorai en un buen tiempo. No había conseguido tantas respuestas como realmente quería pero algo era mejor que nada de cierta manera, después de esto, solo me limitaría a revisar un par de libros.
Al fin había podido sacarle más de una frase al pequeño, era extraño que un niño fuese tan reservado y callado, no recordaba haberlo escuchado hablar tanto en todo el recorrido... seguramente de bebé lo dejaron caer de cabeza y allí estaba el problema, después le preguntaría también sobre aquello pues no era momento de desconcentrarnos. - Ya veo, así que estás perdido. Supongo que tuviste suerte en encontrarnos, en el peor de los casos ya estuvieras en el estomago de un lobo o de un oso... o puede que con el cuello entre los colmillos de un vampiro.- Aquello debía de servir de apoyo al chico, la mejor manera de recibir la ayuda de alguien es diciéndole que tan mal hubiese estado sin ayuda.
Estaba planeando tomar del brazo a Zero y volver a buscar una ruta segura para evitar a los elfos, un acercamiento directo sería algo muy imprudente, y si nos veían iban a tener mayor ventaja, ellos debían conocer aquel sitio mucho mejor que nosotros. Nuevamente el chico me sorprendió, esta vez tomando una acción más defensiva y de distracción, el ruido debía bastar para ganarnos tiempo y seguir con nuestro escape. - Si, podía decirse que es nuestro día de suerte.- Le di una palmada al pequeño en la espalda en forma de recompensa por su sabía decisión de despistar a los elfos, ahora solo nos quedaba retomar nuestro camino.
Todo volvía a estar tranquilo hasta que un par de pisadas apresuradas comenzaron a sonar, cada vez estaban más cerca y eso no era bueno, miré nerviosamente los al rededores en busca del causante de aquel sonido, cuando fui a examinar el camino por el que veníamos algo choco contra mi espalda, perdí el equilibrio por un momento y casi termino con la cara enterrada en el suelo, por suerte Zero estaba cerca y fue el apoyo que usé para estabilizarme nuevamente. Me giré para ver que ahora otro enano se encontraba tirado en el suelo, por lo visto los elfos estaban cazando humanos. - Vaya ardilla más rara.- Dije mirando al nuevo pequeño incorporado.
El nuevo acompañante no demoró mucho en reincorporarse y presentarse, por lo visto era otro enano perdido en medio de el bosque infernal, lo más sensato sería ayudarlo también pero claramente no podía tomar solo yo todas las decisiones. - ¿Qué opinas Zero? ¿Quieres tener un nuevo amiguito tan perdido como tú? Quizá tengan que ir en la misma dirección.- Buscarle un nuevo acompañante a Zero no era tan mala idea, no sabía hasta que punto lograría acompañarlo y algo de ayuda extra no le caería mal, pero eso sería decisión de él, yo solo necesitaba alejarme lo suficiente de los torturadores elficos para resolver mis problemas, luego vería a donde dirigirme.- Por cierto, puedes decirme Candau.- Miré Emmet cuidadosamente, esperaba que el no tuviera también la extraña costumbre de cambiar los nombres
Trepé con cuidado a un árbol para tener mejor vista de la ruta que deberíamos tomar, mi ausencia también ayudaría a que los enanos se relacionaran un poco y no quisieran matarse el uno al otro en un caso de tensión infantil. La vista desde el alto de los árboles era digna de apreciarse pero no teníamos el tiempo suficiente para hacerlo, aun quedaba buen camino que recorrer y dudaba que fuera a ser seguro de ahora en adelante con tantos orejas punzantes rondando en busca de sangre fresca. Palpé mi espalda en busca del Carcaj y el arco, casi me da un infarto al no sentirlo, no recordaba que se lo había dado al enano para lograr mantener mi promesa de no cazar pero supongo que aquello ya no seguía en pie. Salté de las ramas procurando no partirme nuevamente una pierna, esta vez había salido totalmente ileso. - Zero, necesito que me regreses mis cosas claramente el trato de no cazar ya está anulado.- Señalé a Emmet y lo miré con la mayor seriedad posible. - Y si vas a seguirnos, espero que seas de andar rápido.- A fin de cuentas, ya era momento de tomarse en serio todo aquel asunto.
Al fin había podido sacarle más de una frase al pequeño, era extraño que un niño fuese tan reservado y callado, no recordaba haberlo escuchado hablar tanto en todo el recorrido... seguramente de bebé lo dejaron caer de cabeza y allí estaba el problema, después le preguntaría también sobre aquello pues no era momento de desconcentrarnos. - Ya veo, así que estás perdido. Supongo que tuviste suerte en encontrarnos, en el peor de los casos ya estuvieras en el estomago de un lobo o de un oso... o puede que con el cuello entre los colmillos de un vampiro.- Aquello debía de servir de apoyo al chico, la mejor manera de recibir la ayuda de alguien es diciéndole que tan mal hubiese estado sin ayuda.
Estaba planeando tomar del brazo a Zero y volver a buscar una ruta segura para evitar a los elfos, un acercamiento directo sería algo muy imprudente, y si nos veían iban a tener mayor ventaja, ellos debían conocer aquel sitio mucho mejor que nosotros. Nuevamente el chico me sorprendió, esta vez tomando una acción más defensiva y de distracción, el ruido debía bastar para ganarnos tiempo y seguir con nuestro escape. - Si, podía decirse que es nuestro día de suerte.- Le di una palmada al pequeño en la espalda en forma de recompensa por su sabía decisión de despistar a los elfos, ahora solo nos quedaba retomar nuestro camino.
Todo volvía a estar tranquilo hasta que un par de pisadas apresuradas comenzaron a sonar, cada vez estaban más cerca y eso no era bueno, miré nerviosamente los al rededores en busca del causante de aquel sonido, cuando fui a examinar el camino por el que veníamos algo choco contra mi espalda, perdí el equilibrio por un momento y casi termino con la cara enterrada en el suelo, por suerte Zero estaba cerca y fue el apoyo que usé para estabilizarme nuevamente. Me giré para ver que ahora otro enano se encontraba tirado en el suelo, por lo visto los elfos estaban cazando humanos. - Vaya ardilla más rara.- Dije mirando al nuevo pequeño incorporado.
El nuevo acompañante no demoró mucho en reincorporarse y presentarse, por lo visto era otro enano perdido en medio de el bosque infernal, lo más sensato sería ayudarlo también pero claramente no podía tomar solo yo todas las decisiones. - ¿Qué opinas Zero? ¿Quieres tener un nuevo amiguito tan perdido como tú? Quizá tengan que ir en la misma dirección.- Buscarle un nuevo acompañante a Zero no era tan mala idea, no sabía hasta que punto lograría acompañarlo y algo de ayuda extra no le caería mal, pero eso sería decisión de él, yo solo necesitaba alejarme lo suficiente de los torturadores elficos para resolver mis problemas, luego vería a donde dirigirme.- Por cierto, puedes decirme Candau.- Miré Emmet cuidadosamente, esperaba que el no tuviera también la extraña costumbre de cambiar los nombres
Trepé con cuidado a un árbol para tener mejor vista de la ruta que deberíamos tomar, mi ausencia también ayudaría a que los enanos se relacionaran un poco y no quisieran matarse el uno al otro en un caso de tensión infantil. La vista desde el alto de los árboles era digna de apreciarse pero no teníamos el tiempo suficiente para hacerlo, aun quedaba buen camino que recorrer y dudaba que fuera a ser seguro de ahora en adelante con tantos orejas punzantes rondando en busca de sangre fresca. Palpé mi espalda en busca del Carcaj y el arco, casi me da un infarto al no sentirlo, no recordaba que se lo había dado al enano para lograr mantener mi promesa de no cazar pero supongo que aquello ya no seguía en pie. Salté de las ramas procurando no partirme nuevamente una pierna, esta vez había salido totalmente ileso. - Zero, necesito que me regreses mis cosas claramente el trato de no cazar ya está anulado.- Señalé a Emmet y lo miré con la mayor seriedad posible. - Y si vas a seguirnos, espero que seas de andar rápido.- A fin de cuentas, ya era momento de tomarse en serio todo aquel asunto.
Fredericksen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
La distracción funciona y el grupo elfo marcha rumbo a la zona de impacto, sin duda se sorprenderán al llegar. Zero por su parte detalla a su acompañante, parece estar intentando infundir algo de miedo psicológico con sus pintorescos ejemplos. Las situaciones que describe serian un peligro potencial para cualquier niño normal pero el “pequeño” frente a él no es nada normal.
Un nuevo sonido pone en alerta al sintético, algo se acerca de manera rápida y errática. Segundos después cierto personaje impacta involuntariamente contra Candau y casi lo deja en el suelo, se trata de otro niño… esta vez uno de verdad. Z9-42 lo mira extrañado, no se puede decir que haya convivido con muchos “contemporáneos”.
Claro, te ayudaremos, es lo lógico.
El pequeño sintético no tiene un comportamiento de rieles tan pronunciado pero su personalidad le pide ayudar humanos ocasionalmente, sobre todo los más vulnerables. Además no puede dejar pasar la oportunidad de poder interactuar con un sujeto de su edad aparente, las posibilidades de aprendizaje son infinitas.
Tenga cuidado señor Candau.
Dice mientras observa como su compañero adulto vuelva a imitar a un malabarista profesional, ya resulta obvio que el arquero disfruta a sobremanera de la naturaleza. Mientras tanto Emmet mira con intriga a Zero, parece como si estuviera observando un alíen, no cabe duda de que los niños son más perceptivos con sus colegas diferentes.
Tuviste suerte en encontrarnos, en el peor de los casos ya estuvieras en el estómago de un lobo o de un oso… o puede que con el cuello entre los colmillos de un vampiro.
Dice citando textualmente el comentario anterior del explorador, por alguna razón le pareció apropiado. Obviamente el niño humano se pone pálido al escuchar todo, cualquier persona normal se tomaría el juego de palabras como algo atemorizante, eso sin mencionar que los pequeños magnifican todo.
Si… soy afortunado… no… no te me acerques mucho ¿de acuerdo?
Por supuesto, el espacio personal debe ser mantenido.
Claro…
La persona grande baja del árbol “con mayor pericia esta vez” y expone impresiones, quiere recuperar sus cosas. Eventualmente suelta un comentario dirigido al nuevo del grupo, al parecer la marcha subirá su intensidad ahora. Emmet sonríe con seguridad mientras afirma usando el rostro, tiene bastante confianza de sí mismo.
Parece pesado, ¿te ayudo?
¡No! ... no es necesario “toz nerviosa” Deberíamos irnos ya ¿no lo creen?
Puede tomar sus cosas señor Candau.
Un nuevo sonido pone en alerta al sintético, algo se acerca de manera rápida y errática. Segundos después cierto personaje impacta involuntariamente contra Candau y casi lo deja en el suelo, se trata de otro niño… esta vez uno de verdad. Z9-42 lo mira extrañado, no se puede decir que haya convivido con muchos “contemporáneos”.
Claro, te ayudaremos, es lo lógico.
El pequeño sintético no tiene un comportamiento de rieles tan pronunciado pero su personalidad le pide ayudar humanos ocasionalmente, sobre todo los más vulnerables. Además no puede dejar pasar la oportunidad de poder interactuar con un sujeto de su edad aparente, las posibilidades de aprendizaje son infinitas.
Tenga cuidado señor Candau.
Dice mientras observa como su compañero adulto vuelva a imitar a un malabarista profesional, ya resulta obvio que el arquero disfruta a sobremanera de la naturaleza. Mientras tanto Emmet mira con intriga a Zero, parece como si estuviera observando un alíen, no cabe duda de que los niños son más perceptivos con sus colegas diferentes.
Tuviste suerte en encontrarnos, en el peor de los casos ya estuvieras en el estómago de un lobo o de un oso… o puede que con el cuello entre los colmillos de un vampiro.
Dice citando textualmente el comentario anterior del explorador, por alguna razón le pareció apropiado. Obviamente el niño humano se pone pálido al escuchar todo, cualquier persona normal se tomaría el juego de palabras como algo atemorizante, eso sin mencionar que los pequeños magnifican todo.
Si… soy afortunado… no… no te me acerques mucho ¿de acuerdo?
Por supuesto, el espacio personal debe ser mantenido.
Claro…
La persona grande baja del árbol “con mayor pericia esta vez” y expone impresiones, quiere recuperar sus cosas. Eventualmente suelta un comentario dirigido al nuevo del grupo, al parecer la marcha subirá su intensidad ahora. Emmet sonríe con seguridad mientras afirma usando el rostro, tiene bastante confianza de sí mismo.
Parece pesado, ¿te ayudo?
¡No! ... no es necesario “toz nerviosa” Deberíamos irnos ya ¿no lo creen?
Puede tomar sus cosas señor Candau.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Emmet se encontraba bastante impaciente, pues parecía que aquellas personas no parecían tener su misma prisa por abandonar ese lugar. Por si fuera poco, el otro niño no le daba buena espina, de hecho, podía decirse que le aterraba que él fuese capaz de descubrir el trasfondo de la situación y arruinar sus planes de salir de ahí con lo que se encontraba en su mochila. Abrazó el objeto por inercia y sin pensarlo gritó con terror, cosa que intentó enmendar en el instante en que se percató de su error. El muchacho más grande había trepado un árbol y el niño no pudo evitar mascullar una maldición, pensando que su plan se había ido por el caño. Afortunadamente el tal Candau no tardó en regresar, sacándole un pequeño suspiro de alivio, mientras sugería salir de ahí, tratando de no sonar desesperado.
Al parecer el más grande de los extraños era un cazador, eso no era una buena cualidad en Sandorai, aunque podía servirle como excusa para que los elfos desconfiaran del joven y así salirse con la suya. Siguió avanzando junto a los chicos y ya casi había saboreado su victoria cuando el estruendo de un grupo de personas acercándose se hizo notar en las cercanías. No necesitaba ser un genio para saber que lo habían descubierto y que efectivamente estaba jodido. Gruñó mentalmente y dejó su mochila en manos del otro niño, para después salir corriendo con todas sus fuerzas. No le agradaba la idea de dejar aquel artefacto que tanto trabajo le costó robar, pero le importaba más mantener su integridad a salvo. Pobres extraños, al final ellos cargarían con la culpa de sus fechorías y desgraciadamente los elfos no eran conocidos por ser amables.
—¡Alto ahí! —Y ahí estaba nuevamente el elfo que había buscado un motivo para capturar a esos intrusos—. Se nos ha informado acerca del robo de un importante cofre de plata, perteneciente a una de las familias más antiguas de Sandorai, ustedes no sabrán algo, ¿o sí? —Frunció el ceño, observando la extraña mochila que el más pequeño sostenía, pues podía jurar que no la tenían consigo la primera vez que los vio—. Regístrenlos.
Los dos elfos que acompañaban a Pengriel se acercaron a los forasteros, examinando el bolso del niño, encontrando aquel preciado objeto que había sido robado. La expresión del líder de ese grupo se endureció e indicó a los demás que apresaran a los ladrones. Ahora si tenía buenas razones para colgarlos y no estaba Allen Elaynor para salvarlos. Después de confiscarles el objeto robado, el carcaj de flecha y el arco que el mayor llevaba, los guiaron hasta un pequeño cuartel cerca del corazón del bosque. Le dejaron las manos atadas y los encerraron en una especie de cárcel dentro del tronco de un enorme árbol.
—Sabía que ustedes escondían algo, pero no creí que fuesen ladrones —los miró con severidad—. Les daremos lo que se merecen —se acercó al más grande y le quitó el collar de los Elaynor, no podía permitir que alguien como él tuviese un bien tan preciado.
Ambos gemelos corrían con todas sus fuerzas, buscando a los jóvenes que se habían separado de ellos. Allen la había puesto al tanto de la situación y la rubia tenía el presentimiento de que algo malo les sucedería. No conocía mucho al elfo que estaba cazando a sus amigos, pero siempre que la veía le sonreía y parecía complacido cuando intercambiaba algunas palabras con él; por ese motivo le sorprendía la hostilidad con la que —según Allen— había tratado a los forasteros. De pronto se le ocurrió la idea de pasar por el cuartel de los patrulleros, posiblemente ahí podrían obtener información acerca del paradero de Zero y de Candau. Claro que no se esperó ver a ese grupo de elfos tan molestos, lo cual solo podía significar que algo muy grave había pasado. Su hermano se acercó para charlar con uno de los miembros del grupo, aunque no pensó que la situación sería tan terrible. El rostro del rubio palideció un poco y por más que trató de negociar con su amigo no logró que le permitiera ver a los reclusos que habían causado tanto alboroto entre los patrulleros. Ashryn no comprendía del todo lo que ocurría, pero algo le decía que el bobo cazador y su amigo estaban involucrados, y al ver la negativa en el amigo de su hermano se percató que solo habría un modo de conseguir información.
— ¿Pengriel? —Hizo un esfuerzo por sonreír de manera dulce.
— ¡A-Ashryn! —El elfo se levantó de su asiento de un salto, tratando de esconder el rubor de su rostro—. ¿Qué haces aquí? ¿Puedo ayudarte en algo?
—En realidad… —Iba a preguntarle acerca de sus amigos, cuando notó el collar que le había dado a Candau, colgando del cuello del elfo—. ¿Por qué tienes esto?
—Ah…esto…pues —balbuceó un poco nervioso— se lo quité a un ladrón, sé que te pertenece y no quería perderlo —le entregó el collar—. Esperaba entregártelo más tarde.
— ¿Ladrón? —Parpadeó confundida. De verdad que Candau no podía estar sin meterse en problemas—. ¿Podría verlo?
—En realidad no creo que sea buena idea —hablaba en serio, pero al ver los hechizantes ojos azules no pudo mantener su negativa durante mucho tiempo—. Está bien, solo cinco minutos.
La guio hasta la extraña celda natural, sonriendo como idiota por tener a la joven tan cerca de él. No estaba seguro de dejarla sola ahí, pero la súplica de la hermosa elfa doblegó su voluntad, concediéndole los minutos que ella le había pedido.
— ¿Están bien? —Los miró con preocupación, sintiendo como sus mejillas se ruborizaban al chocar sus ojos con los del cazador—. Los sacaré de aquí,¿qué fue lo que ocurrió?
Allen cruzó los brazos, mientras esperaba a su hermana, apoyando su espalda en el tronco de un árbol. Tenía el presentimiento de que la chica había logrado conseguir más información que él y solo restaba aguardar. Alzó una ceja con incredulidad, viendo unos arbustos cercanos removerse, hasta dejar ver una pequeña cabeza castaña. El niño sonreía maliciosamente y observaba a los patrulleros ir de un lado para otro. No sabía que era lo que estaba buscando, pero no parecía ser algo bueno. Decidió mantener un ojo en el chiquillo y estar al tanto, después de todo, podía existir la posibilidad de que él tuviese algo que ver con lo que le pasaba al novio de su hermana y al amigo de este.
Al parecer el más grande de los extraños era un cazador, eso no era una buena cualidad en Sandorai, aunque podía servirle como excusa para que los elfos desconfiaran del joven y así salirse con la suya. Siguió avanzando junto a los chicos y ya casi había saboreado su victoria cuando el estruendo de un grupo de personas acercándose se hizo notar en las cercanías. No necesitaba ser un genio para saber que lo habían descubierto y que efectivamente estaba jodido. Gruñó mentalmente y dejó su mochila en manos del otro niño, para después salir corriendo con todas sus fuerzas. No le agradaba la idea de dejar aquel artefacto que tanto trabajo le costó robar, pero le importaba más mantener su integridad a salvo. Pobres extraños, al final ellos cargarían con la culpa de sus fechorías y desgraciadamente los elfos no eran conocidos por ser amables.
—¡Alto ahí! —Y ahí estaba nuevamente el elfo que había buscado un motivo para capturar a esos intrusos—. Se nos ha informado acerca del robo de un importante cofre de plata, perteneciente a una de las familias más antiguas de Sandorai, ustedes no sabrán algo, ¿o sí? —Frunció el ceño, observando la extraña mochila que el más pequeño sostenía, pues podía jurar que no la tenían consigo la primera vez que los vio—. Regístrenlos.
Los dos elfos que acompañaban a Pengriel se acercaron a los forasteros, examinando el bolso del niño, encontrando aquel preciado objeto que había sido robado. La expresión del líder de ese grupo se endureció e indicó a los demás que apresaran a los ladrones. Ahora si tenía buenas razones para colgarlos y no estaba Allen Elaynor para salvarlos. Después de confiscarles el objeto robado, el carcaj de flecha y el arco que el mayor llevaba, los guiaron hasta un pequeño cuartel cerca del corazón del bosque. Le dejaron las manos atadas y los encerraron en una especie de cárcel dentro del tronco de un enorme árbol.
—Sabía que ustedes escondían algo, pero no creí que fuesen ladrones —los miró con severidad—. Les daremos lo que se merecen —se acercó al más grande y le quitó el collar de los Elaynor, no podía permitir que alguien como él tuviese un bien tan preciado.
Ambos gemelos corrían con todas sus fuerzas, buscando a los jóvenes que se habían separado de ellos. Allen la había puesto al tanto de la situación y la rubia tenía el presentimiento de que algo malo les sucedería. No conocía mucho al elfo que estaba cazando a sus amigos, pero siempre que la veía le sonreía y parecía complacido cuando intercambiaba algunas palabras con él; por ese motivo le sorprendía la hostilidad con la que —según Allen— había tratado a los forasteros. De pronto se le ocurrió la idea de pasar por el cuartel de los patrulleros, posiblemente ahí podrían obtener información acerca del paradero de Zero y de Candau. Claro que no se esperó ver a ese grupo de elfos tan molestos, lo cual solo podía significar que algo muy grave había pasado. Su hermano se acercó para charlar con uno de los miembros del grupo, aunque no pensó que la situación sería tan terrible. El rostro del rubio palideció un poco y por más que trató de negociar con su amigo no logró que le permitiera ver a los reclusos que habían causado tanto alboroto entre los patrulleros. Ashryn no comprendía del todo lo que ocurría, pero algo le decía que el bobo cazador y su amigo estaban involucrados, y al ver la negativa en el amigo de su hermano se percató que solo habría un modo de conseguir información.
— ¿Pengriel? —Hizo un esfuerzo por sonreír de manera dulce.
— ¡A-Ashryn! —El elfo se levantó de su asiento de un salto, tratando de esconder el rubor de su rostro—. ¿Qué haces aquí? ¿Puedo ayudarte en algo?
—En realidad… —Iba a preguntarle acerca de sus amigos, cuando notó el collar que le había dado a Candau, colgando del cuello del elfo—. ¿Por qué tienes esto?
—Ah…esto…pues —balbuceó un poco nervioso— se lo quité a un ladrón, sé que te pertenece y no quería perderlo —le entregó el collar—. Esperaba entregártelo más tarde.
— ¿Ladrón? —Parpadeó confundida. De verdad que Candau no podía estar sin meterse en problemas—. ¿Podría verlo?
—En realidad no creo que sea buena idea —hablaba en serio, pero al ver los hechizantes ojos azules no pudo mantener su negativa durante mucho tiempo—. Está bien, solo cinco minutos.
La guio hasta la extraña celda natural, sonriendo como idiota por tener a la joven tan cerca de él. No estaba seguro de dejarla sola ahí, pero la súplica de la hermosa elfa doblegó su voluntad, concediéndole los minutos que ella le había pedido.
— ¿Están bien? —Los miró con preocupación, sintiendo como sus mejillas se ruborizaban al chocar sus ojos con los del cazador—. Los sacaré de aquí,¿qué fue lo que ocurrió?
Allen cruzó los brazos, mientras esperaba a su hermana, apoyando su espalda en el tronco de un árbol. Tenía el presentimiento de que la chica había logrado conseguir más información que él y solo restaba aguardar. Alzó una ceja con incredulidad, viendo unos arbustos cercanos removerse, hasta dejar ver una pequeña cabeza castaña. El niño sonreía maliciosamente y observaba a los patrulleros ir de un lado para otro. No sabía que era lo que estaba buscando, pero no parecía ser algo bueno. Decidió mantener un ojo en el chiquillo y estar al tanto, después de todo, podía existir la posibilidad de que él tuviese algo que ver con lo que le pasaba al novio de su hermana y al amigo de este.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Al bajar del árbol logré notar como Zero ya se llevaba "bien" con el nuevo enano, realmente no sabría decir si aquello era llevarse bien ya que Emmet parecía bastante nervioso, sospechaba que Zero ya lo había amenazado con cortarle la lengua o algo así, la típica pelea de niños. Lo realmente inquietante fue el grito que soltó nuestro nuevo acompañante, al parecer le desagradaba la idea de que Zero tocara sus cosas o quizá cierto enano ya le había infundido miedo a base de una corta paliza... eso era lógico, después debería darle una charla de "porque no puedes pegarle a tus nuevos amiguitos".
Asentí en respuesta a la duda de Ememt, debíamos dejar de perder el tiempo e irnos. Tomé el carcaj y el arco que había cargado Zero, se sentía bien volver a tener mis sagradas pertenencias en mano además de también tener un arma con la cual defenderme, quizá también tuviese que salvarle el pellejo a los otros dos mocosos si las cosas se ponían feas. El camino de ahora en adelante sería una constante tortura, cualquier sonido debía ser tomado como una señal de alerta y ademas los elfos tenían la ventaja en aquella zona, escapar sería aun más complicado en caso de ser detectados.
Desgraciadamente no habíamos avanzado lo suficiente cuando el sonido de un grupo acercándose se hizo presente, de aquello ya no había escapatoria razonable, preparé el arco para la defensa, si me iba a morir iba debía hacer que alguno de los ejecutores también pasaran a mejor vida. En el proceso Emmet le entrego la mochila a Zero y salió corriendo, seguro tenía un plan o solamente se había dejado llevar por los nervios, aunque realmente correr no había sido mala idea, tristemente los elfos ya habían llegado cuando consideraba jalar al enano y salir corriendo.
Al parecer los elfos no estaban buscando nuestras cabezas... aun, realmente buscaban un artefacto robado, eso era bueno ya que saldríamos ileso de aquel encuentro. - Oh, pues no tenemos nada, pueden revisarnos sin problemas.- Claramente aquella búsqueda sería fallida y podríamos salir sin problemas, o eso era lo que esperaba. Me quedé sin palabras cuando observé que sacaban dicho cofre de plata del bolso que el enano le había dado a Zero. "Maldita ardilla, todo fue una trampa." Era claro lo que había sucedido, los elfos mandaron primero al enano con la mochila para luego atraparnos, lo tenían todo planeado.
Realmente no me había molestado tanto por la trampa de los elfos, me llenaba de ira que ahora ellos tuviesen mi arco y mi carcaj, no podía permitir que aquellos seres dañaran una de mis más valiosas pertenencias. Claramente forcejeé tratando de liberarme pero los elfos eran más fuertes de lo que parecían, si lograba liberarme no dudaría en golpear al líder de aquel grupo y luego trataría de escapar con mis cosas y con Zero, aunque eran más importante mis cosas. Lastimosamente cuando nos dejaron encerrados también nos ataron las manos, ya la situación estaba totalmente jodida y no había manera de arreglar las cosas.
Mientras el elfo lider se acercaba reprochándonos acerco su mano para quitarme el collar que Ashryn me había entregado, realmente ya no me importaba aquello pero iba a aprovechar la oportunidad para desquitar mi enojo de cierta manera. Cuando la mano del elfo estuvo lo suficientemente cerca aproveché para morderle con fuerza el brazo, no tenía por que controlarme así que tampoco me detuve cuando él comenzó a agitar el brazo tratando de liberarse, lo único que me apartó fue un golpe en la cabeza que me dejó tirado en el suelo. Al menos había podido desquitarme de cierta manera aunque todavía seguía enojado, miré a Zero sin levantarme del suelo, me sentía mal por el chico ya que estaba allí encerrado por mi culpa, pude haber distraído a los elfos para que él escapara pero en vez de eso no hice nada.
- ¿Qué crees que nos vayan a hacer? ¡Ahorcarnos o dejar que los animalitos del bosque nos devoren? - Realmente no era la mejor conversación que podía tener con un niño que estaba a punto de morir, pero debía distraerme con algo mientras esperábamos la sentencia que íbamos a recibir.
Un par de pasos comenzaron comenzaron a resonar en la cercanía, al parecer ya era tiempo de saber como íbamos a morir. Levanté la mirada para ver al ser que nos dictaría la sentencia, fue una sorpresa encontrar que aquel ser iba a ser la elfa que nos había metido en todo aquello. - ¿Qué rayos haces tú aquí?- Realmente ya sabía la respuesta, pero no estaría mal que ella también respondiese a aquello.- Claro que estamos bien, es más, lo estamos difrutando ¿Cierto Zero? Justo planeábamos saltar la soga y luego dársela a alguno de ustedes para que no ahorcaran con ella ¿No es una magnifica idea?- No era momento para ser sutil o agradable, menos con Ashryn disimulando que no sabia nada. - Sabes muy bien lo que sucedió, nos tendieron una trampa, mandaron a un enano "perdido" para que nos diera ese cofre y luego corriera. Necesitaban una excusa para liquidarnos y con eso les basto.- Miré con molestia a la chica ¿Acaso había dicho que iba a sacarnos? No, seguro fue parte de mi imaginación, la verdad es que ella también había sido parte de aquel plan.
Asentí en respuesta a la duda de Ememt, debíamos dejar de perder el tiempo e irnos. Tomé el carcaj y el arco que había cargado Zero, se sentía bien volver a tener mis sagradas pertenencias en mano además de también tener un arma con la cual defenderme, quizá también tuviese que salvarle el pellejo a los otros dos mocosos si las cosas se ponían feas. El camino de ahora en adelante sería una constante tortura, cualquier sonido debía ser tomado como una señal de alerta y ademas los elfos tenían la ventaja en aquella zona, escapar sería aun más complicado en caso de ser detectados.
Desgraciadamente no habíamos avanzado lo suficiente cuando el sonido de un grupo acercándose se hizo presente, de aquello ya no había escapatoria razonable, preparé el arco para la defensa, si me iba a morir iba debía hacer que alguno de los ejecutores también pasaran a mejor vida. En el proceso Emmet le entrego la mochila a Zero y salió corriendo, seguro tenía un plan o solamente se había dejado llevar por los nervios, aunque realmente correr no había sido mala idea, tristemente los elfos ya habían llegado cuando consideraba jalar al enano y salir corriendo.
Al parecer los elfos no estaban buscando nuestras cabezas... aun, realmente buscaban un artefacto robado, eso era bueno ya que saldríamos ileso de aquel encuentro. - Oh, pues no tenemos nada, pueden revisarnos sin problemas.- Claramente aquella búsqueda sería fallida y podríamos salir sin problemas, o eso era lo que esperaba. Me quedé sin palabras cuando observé que sacaban dicho cofre de plata del bolso que el enano le había dado a Zero. "Maldita ardilla, todo fue una trampa." Era claro lo que había sucedido, los elfos mandaron primero al enano con la mochila para luego atraparnos, lo tenían todo planeado.
Realmente no me había molestado tanto por la trampa de los elfos, me llenaba de ira que ahora ellos tuviesen mi arco y mi carcaj, no podía permitir que aquellos seres dañaran una de mis más valiosas pertenencias. Claramente forcejeé tratando de liberarme pero los elfos eran más fuertes de lo que parecían, si lograba liberarme no dudaría en golpear al líder de aquel grupo y luego trataría de escapar con mis cosas y con Zero, aunque eran más importante mis cosas. Lastimosamente cuando nos dejaron encerrados también nos ataron las manos, ya la situación estaba totalmente jodida y no había manera de arreglar las cosas.
Mientras el elfo lider se acercaba reprochándonos acerco su mano para quitarme el collar que Ashryn me había entregado, realmente ya no me importaba aquello pero iba a aprovechar la oportunidad para desquitar mi enojo de cierta manera. Cuando la mano del elfo estuvo lo suficientemente cerca aproveché para morderle con fuerza el brazo, no tenía por que controlarme así que tampoco me detuve cuando él comenzó a agitar el brazo tratando de liberarse, lo único que me apartó fue un golpe en la cabeza que me dejó tirado en el suelo. Al menos había podido desquitarme de cierta manera aunque todavía seguía enojado, miré a Zero sin levantarme del suelo, me sentía mal por el chico ya que estaba allí encerrado por mi culpa, pude haber distraído a los elfos para que él escapara pero en vez de eso no hice nada.
- ¿Qué crees que nos vayan a hacer? ¡Ahorcarnos o dejar que los animalitos del bosque nos devoren? - Realmente no era la mejor conversación que podía tener con un niño que estaba a punto de morir, pero debía distraerme con algo mientras esperábamos la sentencia que íbamos a recibir.
Un par de pasos comenzaron comenzaron a resonar en la cercanía, al parecer ya era tiempo de saber como íbamos a morir. Levanté la mirada para ver al ser que nos dictaría la sentencia, fue una sorpresa encontrar que aquel ser iba a ser la elfa que nos había metido en todo aquello. - ¿Qué rayos haces tú aquí?- Realmente ya sabía la respuesta, pero no estaría mal que ella también respondiese a aquello.- Claro que estamos bien, es más, lo estamos difrutando ¿Cierto Zero? Justo planeábamos saltar la soga y luego dársela a alguno de ustedes para que no ahorcaran con ella ¿No es una magnifica idea?- No era momento para ser sutil o agradable, menos con Ashryn disimulando que no sabia nada. - Sabes muy bien lo que sucedió, nos tendieron una trampa, mandaron a un enano "perdido" para que nos diera ese cofre y luego corriera. Necesitaban una excusa para liquidarnos y con eso les basto.- Miré con molestia a la chica ¿Acaso había dicho que iba a sacarnos? No, seguro fue parte de mi imaginación, la verdad es que ella también había sido parte de aquel plan.
Fredericksen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Poco después de iniciar la marcha un grupo elfico grande aparece en las cercanías, avanzan en curso de intercepción. De repente Emmet le lanza su mochila al sintético y sale corriendo, una acción bastante inesperada que sorprende a todos. Eventualmente Zero y Candau son descubiertos por los nativos, parecen estar molestos.
¿Robar?... es una acción mala ¿verdad?
En un giro de los acontecimientos el grupo de residentes descubre su artefacto perdido en la mochila que carga Z9-42, bastante desafortunado sin duda. Al pequeño Cyborg le toma un minuto procesar lo ocurrido, fueron engañados por el niño perdido, sería una experiencia educativa fascinante de no ser por el problema obvio.
Ese artefacto no es nuestro, nos lo entregó un niño… otro niño no yo.
Las excusas poco valen, ambos forasteros son apresados por la turba. Terminan en un cuartel bastante pintoresco, su arquitectura naturalista es remarcable. Al final son confinados a una celda bajo el delito de robo, tienen problemas graves. El explorador libera su frustración mordiendo al carcelero, cosa que no termina muy bien.
Eso no era necesario señor Candau.
El chico artificial debate mentalmente, parece el momento oportuno para revelar su identidad. Eso debería ocasionar que su palabra valga, en caso contrario puede noquear toda la guarnición y salvar al acompañante. Es una decisión importante que debe ser meditada numéricamente, puede traer problemas futuros o incluso atraer presencia bio.
Debo confesar al…
No puede terminar palabra, Ashryn aparece. A veces tomarse tiempo tiene sus ventajas, si alguien puede sacar al dúo de prisión es ella. El explorador la recibe con su típica hostilidad, luego de algunos segundos de desahogo está listo para escuchar, visto en retrospectiva es el mismo comportamiento que poseen los niños de cinco años.
Fuimos engañados por un niño humano… como yo, nos dio un objeto robado y huyo, no me cae bien.
Una verdad real aunque algo difícil de probar, los seres inteligentes se dejan llevar mucho por las circunstancias. Todo ahora depende de la capacidad persuasiva aliada, solo los elfo pueden dialogar como iguales con sus compatriotas. Es triste que una raza lógica sea tan desconfiada aunque la historia cambia muchas cosas.
El joven ladrón se llama Emmet.
Zero siente algo disperso en su interior, experimenta admiración por el causante de todo. Su capacidad de mentir es impresionante, eso sin mencionar la versatilidad que posee para infiltrarse en territorio claramente desventajoso. Un leve interrogatorio podría dale a la maquina mucha información sobre cómo actuar, ya de por si todo a resultado muy instructivo.
¿Robar?... es una acción mala ¿verdad?
En un giro de los acontecimientos el grupo de residentes descubre su artefacto perdido en la mochila que carga Z9-42, bastante desafortunado sin duda. Al pequeño Cyborg le toma un minuto procesar lo ocurrido, fueron engañados por el niño perdido, sería una experiencia educativa fascinante de no ser por el problema obvio.
Ese artefacto no es nuestro, nos lo entregó un niño… otro niño no yo.
Las excusas poco valen, ambos forasteros son apresados por la turba. Terminan en un cuartel bastante pintoresco, su arquitectura naturalista es remarcable. Al final son confinados a una celda bajo el delito de robo, tienen problemas graves. El explorador libera su frustración mordiendo al carcelero, cosa que no termina muy bien.
Eso no era necesario señor Candau.
El chico artificial debate mentalmente, parece el momento oportuno para revelar su identidad. Eso debería ocasionar que su palabra valga, en caso contrario puede noquear toda la guarnición y salvar al acompañante. Es una decisión importante que debe ser meditada numéricamente, puede traer problemas futuros o incluso atraer presencia bio.
Debo confesar al…
No puede terminar palabra, Ashryn aparece. A veces tomarse tiempo tiene sus ventajas, si alguien puede sacar al dúo de prisión es ella. El explorador la recibe con su típica hostilidad, luego de algunos segundos de desahogo está listo para escuchar, visto en retrospectiva es el mismo comportamiento que poseen los niños de cinco años.
Fuimos engañados por un niño humano… como yo, nos dio un objeto robado y huyo, no me cae bien.
Una verdad real aunque algo difícil de probar, los seres inteligentes se dejan llevar mucho por las circunstancias. Todo ahora depende de la capacidad persuasiva aliada, solo los elfo pueden dialogar como iguales con sus compatriotas. Es triste que una raza lógica sea tan desconfiada aunque la historia cambia muchas cosas.
El joven ladrón se llama Emmet.
Zero siente algo disperso en su interior, experimenta admiración por el causante de todo. Su capacidad de mentir es impresionante, eso sin mencionar la versatilidad que posee para infiltrarse en territorio claramente desventajoso. Un leve interrogatorio podría dale a la maquina mucha información sobre cómo actuar, ya de por si todo a resultado muy instructivo.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Se sintió aliviada de ver que sus amigos estaban sanos, aunque no en una situación muy alentadora. Afortunadamente Pengriel le había permitido el paso y podría aclarar todo ese embrollo; ¿de qué forma? No lo sabía, pero algo se le iba a ocurrir. Lo primero era cerciorarse de que ambos chicos estuviesen bien, ya después se concentraría en la manera más apropiada de sacarlos de ahí. Un pequeño suspiro de alivio escapó de sus labios al verlos con vida y le dirigió una mirada al elfo que la acompañaba, pidiéndole en silencio que la dejara sola con los forasteros. El joven refunfuñó un par de veces, antes de ceder ante aquellos ojos azules y Ashryn pudo intercambiar palabras con los acusados. Frunció el ceño y trató de tragarse el nudo que se había formado en su garganta, el cual se había formado por la horrible acusación en las palabras del cazador. Levantó su mano con una rapidez inimaginable y la asestó contra la mejilla del muchacho, con todo el enojo que se había acumulado desde que él la acusó la primera vez.
— ¡Yo no tengo nada que ver con esto! —Se secó las lágrimas que se habían formado en su enfado y lo miró—. Es increíble que luego de… —decidió omitir el recuerdo del beso—. Que luego de todo, saques esas conclusiones tan horribles, cuando fueron ustedes los que se separaron de mi hermano —hizo una pequeña pausa y decidió centrar su atención en el niño y en su explicación—. ¿Un niño humano? —Parpadeó un par de veces, acomodando la información en su mente—. Entonces no conocían al ladrón y los inculpó a ustedes —fue más una afirmación que una pregunta, puesto que confiaba en ellos lo suficiente como para saber que no eran maleantes—. Le avisaré a Allen y buscaremos al responsable. Como dije, los voy a sacar de aquí.
La idea de brindarle la información al líder de esos patrulleros atravesó su mente, pero no confiaba demasiado en el criterio de ese elfo y estaba segura que no importaba cuan linda fuera con él, no le iba a creer sin tener pruebas de lo que sus amigos decían. La única manera era encontrar al dichoso Emmet. Sabía que no había muchos niños humanos rondando por Sandorai, pero si había sido tan escurridizo como para robar un objeto tan preciado y luego huir, dejando a dos extraños como los responsables, entonces la tarea no iba a ser para nada sencilla. Por su parte, Allen había estado vigilando al enano de los arbustos y su corazonada parecía guiarlo a un descubrimiento importante. El pequeño castaño se movía con gran agilidad entre la flora del bosque y si no fuera por la excelente visión de su raza, el rubio fácilmente lo habría perdido de vista. En un momento de descuido por parte de los patrulleros, el niño se adentró en el cuartel sin ser visto, dirigiéndose hasta el lugar donde habían resguardado el famoso cofre robado. El ojiazul mantuvo una distancia prudencial del chiquillo, siguiendo sus pasos en todo momento.
Pengriel y los demás elfos ni siquiera habían notado el momento en que el intruso puso un pie en el cuartel y no parecían percatarse siquiera de su presencia, puesto que su atención se había centrado en tomar a los acusados para llevarlos frente a la familia a la que habían saqueado y una vez ahí dictarles su sentencia. Ashryn le pedía al líder un poco más de tiempo, pero esta vez el elfo no parecía ceder. El rubio decidió actuar y descubrir si la teoría que había formulado con respecto al chiquillo escurridizo era cierta. Se apresuró a la habitación donde el enano había entrado y espero en el umbral de la puerta.
Por su parte los elfos habían sacado a Candau y a Zero de su extraña celda y se disponían a cumplir con las ordenes de llevarlos frente a las presuntas víctimas del robo, quienes serían las encargadas de decidir que se haría con ambos acusados.
—Pengriel, tienes que escucharme —Insistió de nuevo la rubia, tomando al elfo del brazo.
—A-Ashryn, quisiera creerte, pero la evidencia los incrimina —hizo una pausa, en la cual la chica lo soltó con aire decepcionado—. Llévenselos.
El rubio aguardó en su lugar por unos segundos afuera de la habitación donde el niño había entrado y se mantuvo a la expectativa. Afortunadamente el susodicho no tardó en volver por el camino por el que había llegado, siendo interceptado por el joven elfo, quien lo tomó de la remera, levantándolo unos centímetros del suelo. El niño se removió con todas sus fuerzas tratando de zafarse, pero todo intento fue inútil; aquel ojiazul lo había pillado en el acto y ahora no tenía escapatoria. Allen arqueó una ceja, observando el cofre que el niño trataba de esconder entre sus ropas y una sonrisa ladina se ensanchó en su rostro, llevándolo hasta donde se encontraban los patrulleros. Su hermana debatía con el líder de ellos y este solo le limitaba a perderse constantemente en la mirada cristalina de la chica. El Elaynor apresuró el pasó cuando vio que los intentos de su gemela habían sido en vano y que los patrulleros se disponían a irse con su pseudo-cuñado y el pequeño amigo que lo acompañaba.
—Espera, Pengriel —el elfo giró su rostro para mirarlo—. Aquí tienes al verdadero responsable del robo —dejó caer al niño, quien aún sostenía el cofre de plata en sus manos—. Lo encontré hurgando en el cuartel e intentó escapar con él. Asumo que fue el quien lo hurtó desde un principio, pues parecía saber que era lo que debía buscar —el elfo líder miró al niño con severidad y después de unos segundos de análisis y de recordar la información que les habían dado acerca de que el ladrón tenía la complexión de un pequeño, soltó un suspiro de resignación.
—Libérenlos —sentenció con molestia, acercándose al nuevo mocoso, tomándolo por un brazo, mientras los demás elfos se encargaban de devolverle sus cosas a Candau—. Tienes muchas cosas que explicar, andando.
Ambos hermanos soltaron un suspiro de alivio al mismo tiempo, demostrando una perfecta sincronía, cual, si se tratara del reflejo de un espejo y decidieron sacar a los forasteros de ese lugar, antes de que se metieran en problemas nuevamente. Los llevaron por el camino que los guiaría fuera del bosque y donde seguramente estarían a salvo, aunque el trayecto fue más incómodo de lo que jamás se hubiesen imaginado. Ashryn lucía completamente molesta con su prospecto de novio y ni siquiera le dirigía la mirada, más bien se enfocaba en charlar con el pequeño y en compartir alguna que otra risa con él, cosa que a Allen le extrañó. Una vez que llegaron a la parte del bosque que los llevaría a las afueras de Lunargenta, Allen les dedicó una sonrisa a los forasteros y les deseó buena suerte. Ashryn por su parte siguió esperando una disculpa por parte del bobo humano, pero estaba segura que eso no iba a ocurrir, así que se limitó a despedirse de manera seria. Quizá se los encontraría de nuevo —aunque esperaba que fuera mucho después de que pudiese olvidar aquel beso— y tal vez cuando se vieran otra vez, no se meterían en tantos problemas.
— ¡Yo no tengo nada que ver con esto! —Se secó las lágrimas que se habían formado en su enfado y lo miró—. Es increíble que luego de… —decidió omitir el recuerdo del beso—. Que luego de todo, saques esas conclusiones tan horribles, cuando fueron ustedes los que se separaron de mi hermano —hizo una pequeña pausa y decidió centrar su atención en el niño y en su explicación—. ¿Un niño humano? —Parpadeó un par de veces, acomodando la información en su mente—. Entonces no conocían al ladrón y los inculpó a ustedes —fue más una afirmación que una pregunta, puesto que confiaba en ellos lo suficiente como para saber que no eran maleantes—. Le avisaré a Allen y buscaremos al responsable. Como dije, los voy a sacar de aquí.
La idea de brindarle la información al líder de esos patrulleros atravesó su mente, pero no confiaba demasiado en el criterio de ese elfo y estaba segura que no importaba cuan linda fuera con él, no le iba a creer sin tener pruebas de lo que sus amigos decían. La única manera era encontrar al dichoso Emmet. Sabía que no había muchos niños humanos rondando por Sandorai, pero si había sido tan escurridizo como para robar un objeto tan preciado y luego huir, dejando a dos extraños como los responsables, entonces la tarea no iba a ser para nada sencilla. Por su parte, Allen había estado vigilando al enano de los arbustos y su corazonada parecía guiarlo a un descubrimiento importante. El pequeño castaño se movía con gran agilidad entre la flora del bosque y si no fuera por la excelente visión de su raza, el rubio fácilmente lo habría perdido de vista. En un momento de descuido por parte de los patrulleros, el niño se adentró en el cuartel sin ser visto, dirigiéndose hasta el lugar donde habían resguardado el famoso cofre robado. El ojiazul mantuvo una distancia prudencial del chiquillo, siguiendo sus pasos en todo momento.
Pengriel y los demás elfos ni siquiera habían notado el momento en que el intruso puso un pie en el cuartel y no parecían percatarse siquiera de su presencia, puesto que su atención se había centrado en tomar a los acusados para llevarlos frente a la familia a la que habían saqueado y una vez ahí dictarles su sentencia. Ashryn le pedía al líder un poco más de tiempo, pero esta vez el elfo no parecía ceder. El rubio decidió actuar y descubrir si la teoría que había formulado con respecto al chiquillo escurridizo era cierta. Se apresuró a la habitación donde el enano había entrado y espero en el umbral de la puerta.
Por su parte los elfos habían sacado a Candau y a Zero de su extraña celda y se disponían a cumplir con las ordenes de llevarlos frente a las presuntas víctimas del robo, quienes serían las encargadas de decidir que se haría con ambos acusados.
—Pengriel, tienes que escucharme —Insistió de nuevo la rubia, tomando al elfo del brazo.
—A-Ashryn, quisiera creerte, pero la evidencia los incrimina —hizo una pausa, en la cual la chica lo soltó con aire decepcionado—. Llévenselos.
El rubio aguardó en su lugar por unos segundos afuera de la habitación donde el niño había entrado y se mantuvo a la expectativa. Afortunadamente el susodicho no tardó en volver por el camino por el que había llegado, siendo interceptado por el joven elfo, quien lo tomó de la remera, levantándolo unos centímetros del suelo. El niño se removió con todas sus fuerzas tratando de zafarse, pero todo intento fue inútil; aquel ojiazul lo había pillado en el acto y ahora no tenía escapatoria. Allen arqueó una ceja, observando el cofre que el niño trataba de esconder entre sus ropas y una sonrisa ladina se ensanchó en su rostro, llevándolo hasta donde se encontraban los patrulleros. Su hermana debatía con el líder de ellos y este solo le limitaba a perderse constantemente en la mirada cristalina de la chica. El Elaynor apresuró el pasó cuando vio que los intentos de su gemela habían sido en vano y que los patrulleros se disponían a irse con su pseudo-cuñado y el pequeño amigo que lo acompañaba.
—Espera, Pengriel —el elfo giró su rostro para mirarlo—. Aquí tienes al verdadero responsable del robo —dejó caer al niño, quien aún sostenía el cofre de plata en sus manos—. Lo encontré hurgando en el cuartel e intentó escapar con él. Asumo que fue el quien lo hurtó desde un principio, pues parecía saber que era lo que debía buscar —el elfo líder miró al niño con severidad y después de unos segundos de análisis y de recordar la información que les habían dado acerca de que el ladrón tenía la complexión de un pequeño, soltó un suspiro de resignación.
—Libérenlos —sentenció con molestia, acercándose al nuevo mocoso, tomándolo por un brazo, mientras los demás elfos se encargaban de devolverle sus cosas a Candau—. Tienes muchas cosas que explicar, andando.
Ambos hermanos soltaron un suspiro de alivio al mismo tiempo, demostrando una perfecta sincronía, cual, si se tratara del reflejo de un espejo y decidieron sacar a los forasteros de ese lugar, antes de que se metieran en problemas nuevamente. Los llevaron por el camino que los guiaría fuera del bosque y donde seguramente estarían a salvo, aunque el trayecto fue más incómodo de lo que jamás se hubiesen imaginado. Ashryn lucía completamente molesta con su prospecto de novio y ni siquiera le dirigía la mirada, más bien se enfocaba en charlar con el pequeño y en compartir alguna que otra risa con él, cosa que a Allen le extrañó. Una vez que llegaron a la parte del bosque que los llevaría a las afueras de Lunargenta, Allen les dedicó una sonrisa a los forasteros y les deseó buena suerte. Ashryn por su parte siguió esperando una disculpa por parte del bobo humano, pero estaba segura que eso no iba a ocurrir, así que se limitó a despedirse de manera seria. Quizá se los encontraría de nuevo —aunque esperaba que fuera mucho después de que pudiese olvidar aquel beso— y tal vez cuando se vieran otra vez, no se meterían en tantos problemas.
Ashryn Elaynor
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 291
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Una vez encerrados el pequeño confirmo que haber mordido al elfo había sido una mala idea, yo también sabía que no había sido necesario aquello pero tenía que desquitar mi enojo de alguna manera, además mi mente me dijo que morder a un guardia de orejas punzantes iba a ser una perfecta idea. – Quizá si era necesario, solo que lo hice mal… es lo más seguro.- Claramente me equivocaba en aquello pero no debía dejar que Zero me tomará por un ser más torpe de lo que ya había demostrado.
El enano por lo visto planeaba confesar algo, ¿Qué era tan importante para que su pequeña mente no se llevase el remordimiento al más allá? Habían muchas opciones posibles, seguro había robado algún juguete de madera mientras no lo veían o algún par de manzanas, claro, aquello no era algo tan grave pero tomando en cuenta que lo había hecho un niño debía de estar muriéndose por dentro a causa del remordimiento. Desgraciadamente llegó la elfa a interrumpir al pequeño, ahora el pobre debería llevarse sus pesares al otro mundo, sería un alma que vaga sin rumbo tratando de enmendar sus errores.
Después de soltar mi rabia e ira sobre Ashryn, no sabía que esperaba de aquel intercambio de palabras pero era lógico que no iba a salir nada bueno. La elfa simplemente se desquito con una bofetada nada amistosa, que gesto tan sutil para desahogarse, no le bastaba con encerrarnos para que esperáramos nuestra muerte, también debía satisfacer su sadismo a base de bofetadas. – Claro, no tienes nada que ver con esto.- Dije en tono bajo con ironía, era totalmente claro que ella también había participado en aquella trampa anti-humanos.
La elfa siguió con su reprimiendo, nos culpaba por habernos separado de su hermano, allí supe que estaba mintiendo, en ningún momento escapamos del hermano de esta… solo de un elfo muy parecido a ella. “Así que eran hermanos.” No pude evitar sentirme algo avergonzado por todo lo que había dicho, al parecer Ashryn estaba diciendo la verdad desde el inicio, aun así ella tenía algo de culpa por habernos dejado tirados en medio de la nada. Zero esperó a que la elfa culminará de hablar para el también dar una explicación, realmente fue buena idea que el pequeño también diera un par de indicaciones, no se extendió tanto como yo al momento de explicar los sucesos pero fue mucho más conciso.
Ashryn parecía no captar la información tan precisa que daba el pequeño habían dos opciones: lo hacía para empeorar los ánimos dentro de la celda o realmente no captaba. Aun así con mi buen humor no me contuve a contestar de manera sarcástica nuevamente. – Claro que conocíamos al ladrón, es super amigo nuestro, por eso lo dejamos escapar para que nos liquidaran en esté bosque.- Luego compuse mi mejor sonrisa, esta vez si sabía que me iba a ganar otra bofetada pero realmente ya daría igual, pronto tendría el cráneo sobresaliendo de alguna rama.
Al paso que iba todo lo más probable es que nos sacaran muertos de allí, era la verdad, no había nada que hacer para arreglar aquello y dudaba que un milagro fuese a suceder. Miré a Zero sintiendo lastima de que un niño fuese a ser ejecutado también y de cierto modo por culpa de mi descuido.– Zero, espero que en el más allá perdones que te vayan a quitar la cabeza por mi culpa. – Debía darle al menos una despedida cordial al enano, era lo más sensato que podía hacer en aquella situación.
Ya los elfos me habían sacado de la celda junto al enano, por lo visto las órdenes eran llevarnos a nuestra sentencia, por un momento consideré darle una última mordida en la mano al líder de aquellos guardias, con algo de suerte lograría dañarle un par de dedos… o tal vez arrancárselos, a modo de venganza claro está, ¿si me iba a morir por qué no hacer eso? Cuando ya estaba dispuesto a tomar la pose ofensiva para realizar aquel acto se acercó la copia masculina de Ashryn, tan cerca pero a la vez tan lejos. Aquella interrupción fue inesperada, sobre todo por el correo que traía por así decirlo.– Pero si es la pequeña ardilla.– Por lo visto no había sido un plan de los elfos después de todo, aquel enano era un verdadero ladrón… y torpe para haber fallado 2 veces.
Una vez libre tomé mis cosas y mire a los guardianes elficos con cierto satisfacción, después de todo no sería yo quien adornara los árboles de aquella zona.– Que seguridad más inútil, fallan dos veces el mismo día y además se equivoca, si yo fuera el superior también los castigaría. – Debía dejar la costumbre de jugar con el fuego, pero era divertid y no lo lograba evitar.– Al parecer si es nuestro día de suerte. – Le di una pequeña palmada en la espalda a Zero y luego me dispuse a caminar fuera de aquel sitio.
El camino de regreso fue escoltado por Ashryn y su copia, algo de seguridad no estaba nada mal después de todo aquel asunto, aunque parecía que la elfa seguía molesta, algo exagerada de su parte pero que más se le iba a hacer. Al llegar el momento de la despedida Alle fue el más cordial, seguramente la elfa esperaba una disculpa… no estaría de más arrepentirse un poco, después de todo yo también me había equivocado algunas de mis teorías.- Ashryn, respecto a lo que dije allá en la celda… no me arrepentiré de haberlo dicho, ya que si lo dije fue por algo. Aun así me disculpo es por sacar aquellas conclusiones, pero imagínate lo mal que lo pase al saber que iba a morir junto a mi hermanito ciego. – Después de aquello recordé que esa no había sido la mentira que había usado al inicio, con algo de suerte seguro ni se habrá fijado en aquel detalle.– Además, la siguiente ves que entre a Sandorai espero conseguirme un mejor guía, ya sabes, alguien que no nos deje a merced de sus parientes asesinos chupa vegetales.– Cada vez entendía más porque mi maestro había preferido abandonar aquel lugar, vivir mil años en un sitio así debía de ser imposible.– Y respecto al collar que me diste, uno de esos guardias me lo arranco, si lo quieres de regreso supongo que deberás pedírselo.
Una vez pautado todo, ya estaba listo para volver a mí viaje de regreso, quizá ayudaría un poco al enano en busca de un árbol para que esperara a su familia, no estaba mal ser generoso con los niños de vez en cuando.– Zero, ¿Qué debías confesar? – Dije al recordar las palabras del chico cuando estábamos en la celda, ahora que lo pensaba bien podía que necesitara ayuda con algo importante.– Si necesitas ayuda en algo solo dímelo, después de todo te debo un favor muy grande.– Aquello era cierto, le debía un favor a aquel enano y aunque pidiese algo en el futuro dudaba que pudiese negarme hasta quedar a mano.
El enano por lo visto planeaba confesar algo, ¿Qué era tan importante para que su pequeña mente no se llevase el remordimiento al más allá? Habían muchas opciones posibles, seguro había robado algún juguete de madera mientras no lo veían o algún par de manzanas, claro, aquello no era algo tan grave pero tomando en cuenta que lo había hecho un niño debía de estar muriéndose por dentro a causa del remordimiento. Desgraciadamente llegó la elfa a interrumpir al pequeño, ahora el pobre debería llevarse sus pesares al otro mundo, sería un alma que vaga sin rumbo tratando de enmendar sus errores.
Después de soltar mi rabia e ira sobre Ashryn, no sabía que esperaba de aquel intercambio de palabras pero era lógico que no iba a salir nada bueno. La elfa simplemente se desquito con una bofetada nada amistosa, que gesto tan sutil para desahogarse, no le bastaba con encerrarnos para que esperáramos nuestra muerte, también debía satisfacer su sadismo a base de bofetadas. – Claro, no tienes nada que ver con esto.- Dije en tono bajo con ironía, era totalmente claro que ella también había participado en aquella trampa anti-humanos.
La elfa siguió con su reprimiendo, nos culpaba por habernos separado de su hermano, allí supe que estaba mintiendo, en ningún momento escapamos del hermano de esta… solo de un elfo muy parecido a ella. “Así que eran hermanos.” No pude evitar sentirme algo avergonzado por todo lo que había dicho, al parecer Ashryn estaba diciendo la verdad desde el inicio, aun así ella tenía algo de culpa por habernos dejado tirados en medio de la nada. Zero esperó a que la elfa culminará de hablar para el también dar una explicación, realmente fue buena idea que el pequeño también diera un par de indicaciones, no se extendió tanto como yo al momento de explicar los sucesos pero fue mucho más conciso.
Ashryn parecía no captar la información tan precisa que daba el pequeño habían dos opciones: lo hacía para empeorar los ánimos dentro de la celda o realmente no captaba. Aun así con mi buen humor no me contuve a contestar de manera sarcástica nuevamente. – Claro que conocíamos al ladrón, es super amigo nuestro, por eso lo dejamos escapar para que nos liquidaran en esté bosque.- Luego compuse mi mejor sonrisa, esta vez si sabía que me iba a ganar otra bofetada pero realmente ya daría igual, pronto tendría el cráneo sobresaliendo de alguna rama.
Al paso que iba todo lo más probable es que nos sacaran muertos de allí, era la verdad, no había nada que hacer para arreglar aquello y dudaba que un milagro fuese a suceder. Miré a Zero sintiendo lastima de que un niño fuese a ser ejecutado también y de cierto modo por culpa de mi descuido.– Zero, espero que en el más allá perdones que te vayan a quitar la cabeza por mi culpa. – Debía darle al menos una despedida cordial al enano, era lo más sensato que podía hacer en aquella situación.
Ya los elfos me habían sacado de la celda junto al enano, por lo visto las órdenes eran llevarnos a nuestra sentencia, por un momento consideré darle una última mordida en la mano al líder de aquellos guardias, con algo de suerte lograría dañarle un par de dedos… o tal vez arrancárselos, a modo de venganza claro está, ¿si me iba a morir por qué no hacer eso? Cuando ya estaba dispuesto a tomar la pose ofensiva para realizar aquel acto se acercó la copia masculina de Ashryn, tan cerca pero a la vez tan lejos. Aquella interrupción fue inesperada, sobre todo por el correo que traía por así decirlo.– Pero si es la pequeña ardilla.– Por lo visto no había sido un plan de los elfos después de todo, aquel enano era un verdadero ladrón… y torpe para haber fallado 2 veces.
Una vez libre tomé mis cosas y mire a los guardianes elficos con cierto satisfacción, después de todo no sería yo quien adornara los árboles de aquella zona.– Que seguridad más inútil, fallan dos veces el mismo día y además se equivoca, si yo fuera el superior también los castigaría. – Debía dejar la costumbre de jugar con el fuego, pero era divertid y no lo lograba evitar.– Al parecer si es nuestro día de suerte. – Le di una pequeña palmada en la espalda a Zero y luego me dispuse a caminar fuera de aquel sitio.
El camino de regreso fue escoltado por Ashryn y su copia, algo de seguridad no estaba nada mal después de todo aquel asunto, aunque parecía que la elfa seguía molesta, algo exagerada de su parte pero que más se le iba a hacer. Al llegar el momento de la despedida Alle fue el más cordial, seguramente la elfa esperaba una disculpa… no estaría de más arrepentirse un poco, después de todo yo también me había equivocado algunas de mis teorías.- Ashryn, respecto a lo que dije allá en la celda… no me arrepentiré de haberlo dicho, ya que si lo dije fue por algo. Aun así me disculpo es por sacar aquellas conclusiones, pero imagínate lo mal que lo pase al saber que iba a morir junto a mi hermanito ciego. – Después de aquello recordé que esa no había sido la mentira que había usado al inicio, con algo de suerte seguro ni se habrá fijado en aquel detalle.– Además, la siguiente ves que entre a Sandorai espero conseguirme un mejor guía, ya sabes, alguien que no nos deje a merced de sus parientes asesinos chupa vegetales.– Cada vez entendía más porque mi maestro había preferido abandonar aquel lugar, vivir mil años en un sitio así debía de ser imposible.– Y respecto al collar que me diste, uno de esos guardias me lo arranco, si lo quieres de regreso supongo que deberás pedírselo.
Una vez pautado todo, ya estaba listo para volver a mí viaje de regreso, quizá ayudaría un poco al enano en busca de un árbol para que esperara a su familia, no estaba mal ser generoso con los niños de vez en cuando.– Zero, ¿Qué debías confesar? – Dije al recordar las palabras del chico cuando estábamos en la celda, ahora que lo pensaba bien podía que necesitara ayuda con algo importante.– Si necesitas ayuda en algo solo dímelo, después de todo te debo un favor muy grande.– Aquello era cierto, le debía un favor a aquel enano y aunque pidiese algo en el futuro dudaba que pudiese negarme hasta quedar a mano.
Fredericksen
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 394
Nivel de PJ : : 2
Re: Busqueda bajo las hojas [Interpretativo][Libre][Cerrado]
La elfa se desahoga lanzando un golpe al rostro de Candau, parece que su paciencia llega al límite. Esa pelea no pasa a mayores y afortunadamente dicha mujer sigue con intensión de ayudar. El adulto tiene que aprender algunos modales, no es conveniente jugar con la paciencia de alguien, especialmente cuando dependes de ese personaje.
Con la información real en mano Ashryn intenta parlamentar, tristemente el guardia no se cree nada. Sin duda los elfos son más desconfiados que sus primos humanoides, una raza bastante suspicaz. A pesar de todo aún no están completamente perdidos, Zero puede invocar los derechos bios en cualquier momento.
Afortunadamente no son necesarias medidas más drásticas, el hermano de la señorita aparece cargando a Emmet. La avaricia le cobra factura al pequeño ladronzuelo, nuevamente termina fracasando. Es bastante diestro pero su inteligencia deja mucho que desear, volver a intentar un robo tan rápido siempre termina mal.
Se llevan al chiquillo en custodia, ahora deberá responder a la familia que robo. Z9-42 siente una extraña preocupación por el niño, no le gustaría que sufriera daño. Un vistazo minucioso con sus ojos artificiales disipa esos pensamientos, tiene muchas herramientas ocultas por lo que las probabilidades de que vuelva a escapar rondan el 96%.
Buena suerte joven Emmet.
Con todo solucionado el grupo variopinto termina en libertad, al final logran evitar inconvenientes mayores. Tristemente deben retirarse, seguir testeando la paciencia de los lugareños es un curso de acción ilógico. Lo prudente es salir del territorio controlado y volver en un par de meses solo si es necesario.
Los hermanos del bosque les llevan a los límites exteriores, se comportan de una manera bastante agradable con el pequeño robot. La salida resulta mucho más rápida por caminos establecidos, en breve encuentran una frontera. A partir de allí empiezan los reinos de otras razas, la excursión llega a su fin.
Viene el momento de las despedidas, todos deben seguir sus propios caminos. Existe una tensión palpable entra Candau y Ashryn pero no se descontrola, esos dos se llevan sentimientos extraños con ellos. Por su parte Allen da una impresión final amistosa, luego de los parlamentos ambos nativos emprenden el retorno.
Fue una experiencia muy educativa, se los agradezco.
Expresa la maquina con modales impecables, ahora sabe muchas cosas nuevas, como que los besos son dañinos. Poco después el explorador emite una interrogante, parece que no olvida el intento de confesión. Ahora que están a salvo ese secreto no tiene por qué ser revelado, tiempo de mentir un poco.
… lo olvide.
Lunargenta está relativamente cerca y ese es el nuevo objetivo del Cyborg, tal vez viaje con su colega adulto un par de horas más antes de separarse. La expedición resulta ser un éxito rotundo, probablemente realice otras en el futuro cercano. Es indudable que Zero esta un paso más de comprender mejor al mundo orgánico.
Gracias señor Candau, lo tendré en mente para más adelante.
Con la información real en mano Ashryn intenta parlamentar, tristemente el guardia no se cree nada. Sin duda los elfos son más desconfiados que sus primos humanoides, una raza bastante suspicaz. A pesar de todo aún no están completamente perdidos, Zero puede invocar los derechos bios en cualquier momento.
Afortunadamente no son necesarias medidas más drásticas, el hermano de la señorita aparece cargando a Emmet. La avaricia le cobra factura al pequeño ladronzuelo, nuevamente termina fracasando. Es bastante diestro pero su inteligencia deja mucho que desear, volver a intentar un robo tan rápido siempre termina mal.
Se llevan al chiquillo en custodia, ahora deberá responder a la familia que robo. Z9-42 siente una extraña preocupación por el niño, no le gustaría que sufriera daño. Un vistazo minucioso con sus ojos artificiales disipa esos pensamientos, tiene muchas herramientas ocultas por lo que las probabilidades de que vuelva a escapar rondan el 96%.
Buena suerte joven Emmet.
Con todo solucionado el grupo variopinto termina en libertad, al final logran evitar inconvenientes mayores. Tristemente deben retirarse, seguir testeando la paciencia de los lugareños es un curso de acción ilógico. Lo prudente es salir del territorio controlado y volver en un par de meses solo si es necesario.
Los hermanos del bosque les llevan a los límites exteriores, se comportan de una manera bastante agradable con el pequeño robot. La salida resulta mucho más rápida por caminos establecidos, en breve encuentran una frontera. A partir de allí empiezan los reinos de otras razas, la excursión llega a su fin.
Viene el momento de las despedidas, todos deben seguir sus propios caminos. Existe una tensión palpable entra Candau y Ashryn pero no se descontrola, esos dos se llevan sentimientos extraños con ellos. Por su parte Allen da una impresión final amistosa, luego de los parlamentos ambos nativos emprenden el retorno.
Fue una experiencia muy educativa, se los agradezco.
Expresa la maquina con modales impecables, ahora sabe muchas cosas nuevas, como que los besos son dañinos. Poco después el explorador emite una interrogante, parece que no olvida el intento de confesión. Ahora que están a salvo ese secreto no tiene por qué ser revelado, tiempo de mentir un poco.
… lo olvide.
Lunargenta está relativamente cerca y ese es el nuevo objetivo del Cyborg, tal vez viaje con su colega adulto un par de horas más antes de separarse. La expedición resulta ser un éxito rotundo, probablemente realice otras en el futuro cercano. Es indudable que Zero esta un paso más de comprender mejor al mundo orgánico.
Gracias señor Candau, lo tendré en mente para más adelante.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
» Comienza la búsqueda. [Libre] [Interpretativo] [CERRADO]
» [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
» Amenaza bajo el mar [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
» [Cerrado] Bajo la tarde gris [Interpretativo - Libre]
» Comienza la búsqueda. [Libre] [Interpretativo] [CERRADO]
» [Cerrado] La búsqueda del heredero [Interpretativo-Libre]
» Amenaza bajo el mar [Interpretativo-Libre] [Cerrado]
» [Cerrado] Bajo la tarde gris [Interpretativo - Libre]
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 14:43 por Eilydh
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Ayer a las 23:14 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 16:18 por Mina Harker
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 05:53 por Lukas
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Mar Nov 19 2024, 22:42 por Cohen
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas
» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
Vie Nov 08 2024, 01:19 por Tyr