Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
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Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
En el Bosque de Oro, la mañana después de la caótica recolección de Guld...
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La repentina claridad de la mañana perturbó el descanso de la joven, que arrugando el ceño, alzó uno de los brazos para cubrirse a medias el rostro de forma instintiva. - Hmm… ¿es de día? - murmuró, entreabriendo los ojos con lentitud. Estaba tendida sobre uno de los costados aunque ligeramente inclinada hacia delante, de forma que sus alas no se dañasen por la postura. Algo blando separaba su cabeza del suelo, y una modesta manta cubría su silueta, resguardándola del frío.
¿Dónde estaba? ¿Cómo había llegado hasta allí? Y lo que resultaba más preocupante, ¡¿qué hacía durmiendo a la intemperie en mitad del bosque sin tomar ninguna medida para protegerse?!
Sintiéndose completamente vulnerable, la cuerva se levantó bruscamente hasta quedar sentada sobre sus rodillas, descubriéndose en mitad de unas viejas ruinas que la naturaleza había reclamado hacía años. - Por fin despiertas, ya era hora. - la sorprendió la voz del elfo, a su espalda. De inmediato se volteó para verlo, encontrándolo cómodamente sentado con la espalda apoyada en lo que quedaba de una pared de piedra, al otro lado de una pequeña fogata.
Envuelto en su gruesa capa, Ivaran dejó momentáneamente de lado la lectura del pequeño ejemplar que sostenía, apoyándolo contra una de sus piernas, la que mantenía flexionada, y se quedó mirando a la mujer bestia, que parecía algo confundida. - A juzgar por tu expresión supongo que no recuerdas del todo lo que pasó anoche… - empezó a hablar, provocando que la muchacha palideciese ligeramente ante aquella realidad. - El círculo de Guldtrads, la recolección de jarabe en la que participaste, tu pelea con las gárgolas y también con el dragón… ¿hasta ahí no hay problema no? - siguió, mientras Ava, llevándose una mano a la frente, rememoraba los caóticos acontecimientos.
Sí, a pesar del cansancio esa parte la tenía bastante clara, lo que no sabía era cómo habían acabado allí. - Te encontré cuando intentabas abandonar el lugar, estabas en un estado lamentable así que no me quedó más remedio que ayudarte… - soltó, con un leve deje de reproche en la voz. - La idea era que nos alejásemos todo lo posible de la zona por si quedaba alguna bestia suelta pero estabas demasiado agotada como para aguantar un trayecto tan largo. - explicó, ayudando a que la mente de la morena se fuese aclarando.
- Sin muchas opciones, opté por buscar un refugio en las ruinas y te traje hasta aquí. - indicó, alzando los brazos para señalar el sitio. - No me extraña que tengas algunas cosas borrosas, durante la última parte del camino me pareció que estabas al borde de perder la consciencia por el cansancio. - comentó, sin que su indiferente expresión cambiase ni un ápice. - Ni siquiera me dio tiempo a encender el fuego, cuando me di cuenta ya te habías dormido, con equipo y todo. - en aquel punto dejó escapar un suspiro de resignación.
- Mis… mis pertenencias… - alcanzó a pronunciar, bajando la vista y comprobando que ya no las tenía consigo. - Te las quité por supuesto, ¿acostarse con un hacha a la espalda no es la mejor idea del mundo sabes? Eso por no hablar del resto de armas… - contestó el peliblanco, provocando que la alada se pusiese aún más nerviosa por la ausencia de sus preciadas posesiones y empezase a buscarlas con la mirada desesperadamente.
- Tranquila mujer, no te las he robado, están ahí mismo. - informó, intuyendo lo que se le estaba pasando por la cabeza. - ¿No te parece un poco tarde para andar con esas desconfianzas? Si hubiese querido hacerte algún daño créeme, ya lo habría hecho. - su tono se volvió algo más frío al recordar los sucesos relacionados con su travesía a bordo del Perseguidor, donde con el juicio nublado por la envidia y el resentimiento, había estado a punto de disparar a la cuerva mientras ésta peleaba con uno de los hombres pulpo para borrarla del mapa.
- Como sea, a excepción de la manta que saqué para cubrirte todas tus cosas están ahí, compruébalo si quieres. - la incitó, volviendo a centrarse en su lectura. Ava lo observó con curiosidad durante unos instantes, para luego desviar sus ambarinos ojos hacia Segadora y el resto de sus pertenencias. Lentamente se puso en pie, sintiendo que parte del cansancio aún seguía presente en su cuerpo, seguramente tardaría algunas horas más en recuperarse.
Pero en vez de avanzar hacia las armas, la cuerva decidió bordear la fogata y situarse delante de aquel elfo al que le costaba bastante interpretar. El motivo por el que había confiado en él tras salir del círculo era que de un modo u otro, el arquero la había ayudado ya en un par de ocasiones en Sacrestic.
Sin plantearse si habría algo detrás de aquellas coincidencias, ya que en su inocencia no concebía la idea de que aquellos fortuitos encuentros fuesen intencionados o resultado de que la estuviese siguiendo, la Midgardiana, avergonzada por su reacción, procedió a disculparse.
- Lo… lo siento… - dijo, uniendo las manos delante del cuerpo y bajando la vista al suelo. - Gra… gracias por sacarme de allí, est...estoy en deuda contigo. - concluyó, consiguiendo que el elfo volviese a mirarla. - ¿Siempre hablas así? - preguntó, aunque conocía la respuesta. Otra persona en su lugar habría tenido algo más de tacto al tocar el tema pero como no sentía ningún remordimiento por incomodarla, simplemente lo soltó.
El rostro de la joven cambió, adoptando una expresión que mezclaba tristeza y resignación, y en vista de que la voz volvería a fallarle, se limitó a asentir con la cabeza. - Bueno, no importa… si tienes algo de comer en esa bolsa será mejor que aproveches, el camino hasta Sacrestic será largo. - señaló, concediéndole algo de tiempo para recuperar fuerzas antes de abandonar las ruinas e iniciar el regreso a la ciudad.
Por desgracia, cubrir aquella distancia a pie les llevaría más de lo que le gustaría, era muy probable que tuviesen que hacer noche de nuevo en algún rincón del bosque, con los riesgos que eso entrañaba. - Aún es temprano, si nos organizamos bien podremos avanzar bastante y con suerte… encontraremos a alguien que nos eche una mano para volver. - pensó Ivaran, avanzando por entre la dorada vegetación que se extendía hasta donde sus agudos ojos alcanzaban a ver.
Ava caminaba a su lado en silencio, atenta a cuanto los rodeaba para que no los tomasen por sorpresa. Quizá fuese de día y estuviesen a salvo de los vampiros de la zona pero eso no significaba que no hubiese otros peligros acechándolos.
Off: Aclaración que se me quedó atrás por despiste >.<
Ivaran mantiene sus alas ocultas bajo una gruesa capa que llega prácticamente al suelo, para él son un recuerdo de su origen mestizo y por tanto una vergüenza, pero ahora tiene otro motivo más para esconderlas, que Ava no descubra que comparten ese rasgo.
Última edición por Ava Kenrith el Jue 18 Mayo - 13:20, editado 4 veces
Ava Kenrith
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
En un pueblo alrededor de la comarca de Urd un malherido y desnudo borracho con una cadena con cuchillas incrustada alrededor de su brazo y múltiples heridas era atendido por los aldeanos quienes pensaban que había sido victima de alguna catástrofe, sin embargo, el participante en esta historia estaba en otro lugar, un lugar sucio y rodeado de creaturas que clamaban por su sangre unas pocas gárgolas habían perseguido al elusivo felino que había encontrado una forma de lidiar contra ellos, llevaba peleando contra los mismos toda la noche y para cuando había amanecido solo uno quedaba para hacerle frente al hombre-gato.
-Adelante creatura, me encargare de reunirte con el resto de los tuyos de una vez por todas- exclamo el felino quien con su espada en la mano se preparaba para hacerle frente a la creatura, Avogato con su recipiente en forma de pergamino se veía mas grande de lo que realmente era, por lo mismo la gárgola se tomo un tiempo antes de atacar, entonces ocurrió, Avogato empezó a jadear y a escupir tratando de quitarse una bola de pelo momento en el cual fue embestido por la gárgola ambos se elevaron por el aire, Avogato fue lo suficientemente hábil como para poner la espada interrumpiendo la mordida de la creatura, mientras avanzaban el hombre gato logro escupir finalmente la bola de pelo en el rostro de la gárgola lo cual sirvió para distraerle, sacrificando su espada en el proceso, logro reposicionarse y con el trozo de metal que aun estaba en la empuñadura procedió a apuñalar consecutivamente a la gárgola en el ojo hasta hacer que ambos cayeran de una vez.
Ocupando el cuerpo de la gárgola para amortiguar la caída, el felino rodo un par de veces en el piso antes de detenerse en las cercanías vio a quien había sido su aliada en la batalla contra el dragón, Alitas acompañada de un elfo, a quien Avogato pasaría a llamar Orejas.
-Alitas, que bueno ver al fin una cara conocida, Orejas mucho gusto... creo que esa era la ultima gárgola, estas malditas me han intentado cazar toda la noche, para colmo he perdido mi única espada decente... ¿Por cierto sabes donde estamos?- preguntaría el felino al momento que lanzaba lo que quedaba de la espada rota al piso.
-Adelante creatura, me encargare de reunirte con el resto de los tuyos de una vez por todas- exclamo el felino quien con su espada en la mano se preparaba para hacerle frente a la creatura, Avogato con su recipiente en forma de pergamino se veía mas grande de lo que realmente era, por lo mismo la gárgola se tomo un tiempo antes de atacar, entonces ocurrió, Avogato empezó a jadear y a escupir tratando de quitarse una bola de pelo momento en el cual fue embestido por la gárgola ambos se elevaron por el aire, Avogato fue lo suficientemente hábil como para poner la espada interrumpiendo la mordida de la creatura, mientras avanzaban el hombre gato logro escupir finalmente la bola de pelo en el rostro de la gárgola lo cual sirvió para distraerle, sacrificando su espada en el proceso, logro reposicionarse y con el trozo de metal que aun estaba en la empuñadura procedió a apuñalar consecutivamente a la gárgola en el ojo hasta hacer que ambos cayeran de una vez.
Ocupando el cuerpo de la gárgola para amortiguar la caída, el felino rodo un par de veces en el piso antes de detenerse en las cercanías vio a quien había sido su aliada en la batalla contra el dragón, Alitas acompañada de un elfo, a quien Avogato pasaría a llamar Orejas.
-Alitas, que bueno ver al fin una cara conocida, Orejas mucho gusto... creo que esa era la ultima gárgola, estas malditas me han intentado cazar toda la noche, para colmo he perdido mi única espada decente... ¿Por cierto sabes donde estamos?- preguntaría el felino al momento que lanzaba lo que quedaba de la espada rota al piso.
Nero Crimson
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El Bosque de Oro
Temporada de Lluvias
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Temporada de Lluvias
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Todo estaba oscuro, lo ultimo que recordaba era dar gritos qu agruparan la carne y luego entre el caos y la confusión algo me golpeó. No supe que fue pero aquello me dejó tendida en el lodo bajo la lluvia y quizás con alguna bendición de los dioses pues seguía con vida.
La luz me cegó y desperté bastante aturdida, la cabeza me dolía, se sentía como cientos de agujas. No sentía la vibración de mi medalla, Gaegel no estaba cerca y aquello no era buena señal. Tenía que encontrarlo, había sido mi idea ir a ese lugar por dinero y en semejante lío nos metimos. - Gaegel... Nero... Elian... - Recordaba uno a uno a los conocidos y me pregunté por el paradero de todos ellos, especialmente del dragón ya que había perdido por completo todo su control.
Me levanté torpemente, seguramente estarían en la villa más cercana así que lo más adecuado era empezar por ahí. Sí era la mejor idea, pero el dolor de cabeza no me dejaba ubicarme mu bien que se diga en el tiempo espacio y al parecer podía escucharse el revoloteo de esas cosas acechando o quizás algo peor, o solo era la migraña atacando. - Tch... - El hombro aún me dolía del ultimo encuentro con ellas por lo que iba a paso lento tratando de seguir las huellas que se de pisadas que estaban en el lodo. No era rastreadora ni nada por el estilo, pero hacia algún sitio habrían de llevarme.
Sostenía mi látigo y me mantuve tan alerta como mi condición me lo permitía en aquel momento. Esperaba toparme con alguien que al menos pudiera decirme el paradero de la villa y allí dar con los demás, además Meleis seguramente estaría preocupado.
Cuando me sentí con la suficiente energía comencé a llamar en aquel dorado bosque. - ¡Gaegel! ¡Gaegel! - No recibía respuesta. Un segundo intento, esta vez con un nombre diferente. - ¡Elian! - Nada... solo el resonar de mi voz con el sonido de la naturaleza. Un nombre más. - ¡Nero! ¡Nero! - Llamé con un vestigio de esperanza que ya se le hubiera pasado lo loco. Seguía avanzando y repitiendo los nombres... esperaba hallar a alguien pronto.
La luz me cegó y desperté bastante aturdida, la cabeza me dolía, se sentía como cientos de agujas. No sentía la vibración de mi medalla, Gaegel no estaba cerca y aquello no era buena señal. Tenía que encontrarlo, había sido mi idea ir a ese lugar por dinero y en semejante lío nos metimos. - Gaegel... Nero... Elian... - Recordaba uno a uno a los conocidos y me pregunté por el paradero de todos ellos, especialmente del dragón ya que había perdido por completo todo su control.
Me levanté torpemente, seguramente estarían en la villa más cercana así que lo más adecuado era empezar por ahí. Sí era la mejor idea, pero el dolor de cabeza no me dejaba ubicarme mu bien que se diga en el tiempo espacio y al parecer podía escucharse el revoloteo de esas cosas acechando o quizás algo peor, o solo era la migraña atacando. - Tch... - El hombro aún me dolía del ultimo encuentro con ellas por lo que iba a paso lento tratando de seguir las huellas que se de pisadas que estaban en el lodo. No era rastreadora ni nada por el estilo, pero hacia algún sitio habrían de llevarme.
Sostenía mi látigo y me mantuve tan alerta como mi condición me lo permitía en aquel momento. Esperaba toparme con alguien que al menos pudiera decirme el paradero de la villa y allí dar con los demás, además Meleis seguramente estaría preocupado.
Cuando me sentí con la suficiente energía comencé a llamar en aquel dorado bosque. - ¡Gaegel! ¡Gaegel! - No recibía respuesta. Un segundo intento, esta vez con un nombre diferente. - ¡Elian! - Nada... solo el resonar de mi voz con el sonido de la naturaleza. Un nombre más. - ¡Nero! ¡Nero! - Llamé con un vestigio de esperanza que ya se le hubiera pasado lo loco. Seguía avanzando y repitiendo los nombres... esperaba hallar a alguien pronto.
Meleis
La comitiva que había salido de aquella villa volvía, todos ta asustados como con algunas magulladuras por el pesado y terrible camino de regreso. Meleis intentaba localizar tanto a su hermana como a Gaegel sin suerte alguna. Algo no estaba bien.
Decidió entonces que era momento de ir a investigar. Estaba preparado y con ello no lo pensó dos veces para meter a la bola de pelos en su bolsa e ir hacia aquel bosque en búsqueda de ambos.
- Necesito un transporte hacia el bosque, le pagaré. - La mirada de determinación del joven y una bolsita de aeros fue suficiente para conseguir lo que necesitaba. Esperaba no llegar demasiado tarde.
Decidió entonces que era momento de ir a investigar. Estaba preparado y con ello no lo pensó dos veces para meter a la bola de pelos en su bolsa e ir hacia aquel bosque en búsqueda de ambos.
- Necesito un transporte hacia el bosque, le pagaré. - La mirada de determinación del joven y una bolsita de aeros fue suficiente para conseguir lo que necesitaba. Esperaba no llegar demasiado tarde.
- Off:
- Outfit
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Outfit Meleis
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull (Cría de Gomejo) [Con Meleis]
- Hongos de Lithe. [Dentro de bolsa de viajero]
-Trampa de Red [Dentro de bolsa de viajero]
- Inventario Meleis:
- - Poción de Salud Diluida
- Medicina multipropósito
Meraxes
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Tras un buen rato caminando sin encontrar ningún tipo de amenaza a su paso, la morena se relajó un poco pero sin bajar del todo la guardia, aunque sí se permitió disfrutar de las vistas que el Bosque de Oro le ofrecía. - Es tan distinto a Midgard… - pensó, alargando una de las manos para acariciar fugazmente las doradas hojas de uno de los árboles que quedaban a su alcance. Justo por cosas como aquella, que jamás habría encontrado en su árido hogar, viajar le resultaba de lo más emocionante.
Una tímida sonrisa asomó en el rostro de la joven, pero se desvaneció en cuanto su mirada se posó sobre aquel extraño elfo que la acompañaba y del cual apenas sabía nada. Tanto era así que ni siquiera le había preguntado por su nombre, pero no era le primera persona con la que le pasaba, quizá se estuviese convirtiendo en un mal hábito eso de no presentarse debidamente a los demás.
- Pe… perdona, me llamo Ava… y ¿tú? - rompió el silencio repentinamente, consiguiendo que el peliblanco girase levemente el rostro en su dirección. - Ivaran. - respondió, tras dudar durante unos instantes entre si decirle la verdad o usar una identidad falsa, pero decantándose finalmente por la primera opción. - ¿Ta… también estabas en el círculo anoche? - quiso saber la cuerva, ya que no recordaba haberlo visto entre los recolectores hasta el momento en que la pelea contra el dragón terminó. - No exactamente… - habló el arquero, que había tenido tiempo de sobra para idear una respuesta creíble a cualquier posible cuestión que ella pudiese hacerle.
- Llegué en uno de los carros que transportaban la recolección a Sacrestic. - hasta ahí era cierto. - Con los rumores que había acerca de bestias rondando la zona y el alto valor del Guld era necesario proteger los cargamentos así que mi trabajo consistía en vigilar y eliminar cualquier posible amenaza, pero no esperaba encontrar gárgolas, mucho menos un dragón. - mintió con naturalidad, volviendo a centrarse en el camino que tenían por delante. - El pánico se apoderó de todos y de pronto me vi solo y sin medio de transporte para regresar a la ciudad… entonces te encontré. - concluyó, sin dejar ningún cabo suelto.
Para su tranquilidad, la morena no indagó más al respecto y se limitó a seguir avanzando, pero no tardó en detenerse en seco, frunciendo el ceño y escrutando el bosque como si estuviese buscando algo. - ¿Qué ocurre? - preguntó, algo extrañado por el cambio de actitud. - Un aleteo. - susurró, mientras su cuerpo se movía por cuenta propia hacia el origen del sonido.
¿De qué se trataba? ¿Habría quedado alguna de aquellas criaturas con vida o peor… sería el reptil? La sola idea de volver a enfrentarse a aquel ser hacía que se le alterase el pulso, no estaba en condiciones de afrontar algo así, y sin embargo, continuó a través de la vegetación hasta que finalmente, dio con el causante del alboroto.
La visión de su felino aliado fue todo un alivio para la cuerva, que pudo volver a relajarse y escucharlo hablar acerca de la movidita noche que había pasado luchando contra las pétreas gárgolas. - Yo ta… también me alegro de verte. - comentó, dando gracias a los espíritus porque las ruinas la hubiesen mantenido a salvo mientras dormía, ya que a diferencia de él, no habría sido capaz de aguantar tantas horas peleando después de salir del frenesí.
- El círculo de recolección está en esa dirección, así que para volver a Sacrestic deberíamos ir hacia el oeste, pero el trayecto es largo… - intervino Ivaran, que acostumbrado como estaba a los bosques, tenía un sentido de la orientación muy bueno. - No.. nos dirigimos a la ciudad, po… podrías venir con nosotros. - propuso Ava, ya que cuantos más fuesen más seguros estarían y además, su congénere le inspiraba confianza, sabía que su presencia relajaría el ambiente.
- ¡Gaegel!…. ¡Elian!…. ¡Nero!…. - una lejana voz la hizo alzar la vista de nuevo, aún quedaban más recolectores vagando por los alrededores, y si al gato lo habían acosado durante toda la noche ¿cómo estarían los demás? - ¡Rápido! ¡Por aquí! - indicó, abriéndose paso a través de los dorados árboles tan rápido como le fue posible. No poder usar las alas a causa del cansancio resultaba de lo más frustrante, pero dejando de lado aquella molesta sensación, la morena siguió los gritos de la fémina, preguntándose interiormente si el elfo habría logrado ponerse a salvo tal como le había dicho.
Ivaran la seguía de cerca, esperando que aquello no los desviase demasiado de la ruta que debían tomar para abandonar el Bosque de Oro.
Una tímida sonrisa asomó en el rostro de la joven, pero se desvaneció en cuanto su mirada se posó sobre aquel extraño elfo que la acompañaba y del cual apenas sabía nada. Tanto era así que ni siquiera le había preguntado por su nombre, pero no era le primera persona con la que le pasaba, quizá se estuviese convirtiendo en un mal hábito eso de no presentarse debidamente a los demás.
- Pe… perdona, me llamo Ava… y ¿tú? - rompió el silencio repentinamente, consiguiendo que el peliblanco girase levemente el rostro en su dirección. - Ivaran. - respondió, tras dudar durante unos instantes entre si decirle la verdad o usar una identidad falsa, pero decantándose finalmente por la primera opción. - ¿Ta… también estabas en el círculo anoche? - quiso saber la cuerva, ya que no recordaba haberlo visto entre los recolectores hasta el momento en que la pelea contra el dragón terminó. - No exactamente… - habló el arquero, que había tenido tiempo de sobra para idear una respuesta creíble a cualquier posible cuestión que ella pudiese hacerle.
- Llegué en uno de los carros que transportaban la recolección a Sacrestic. - hasta ahí era cierto. - Con los rumores que había acerca de bestias rondando la zona y el alto valor del Guld era necesario proteger los cargamentos así que mi trabajo consistía en vigilar y eliminar cualquier posible amenaza, pero no esperaba encontrar gárgolas, mucho menos un dragón. - mintió con naturalidad, volviendo a centrarse en el camino que tenían por delante. - El pánico se apoderó de todos y de pronto me vi solo y sin medio de transporte para regresar a la ciudad… entonces te encontré. - concluyó, sin dejar ningún cabo suelto.
Para su tranquilidad, la morena no indagó más al respecto y se limitó a seguir avanzando, pero no tardó en detenerse en seco, frunciendo el ceño y escrutando el bosque como si estuviese buscando algo. - ¿Qué ocurre? - preguntó, algo extrañado por el cambio de actitud. - Un aleteo. - susurró, mientras su cuerpo se movía por cuenta propia hacia el origen del sonido.
¿De qué se trataba? ¿Habría quedado alguna de aquellas criaturas con vida o peor… sería el reptil? La sola idea de volver a enfrentarse a aquel ser hacía que se le alterase el pulso, no estaba en condiciones de afrontar algo así, y sin embargo, continuó a través de la vegetación hasta que finalmente, dio con el causante del alboroto.
La visión de su felino aliado fue todo un alivio para la cuerva, que pudo volver a relajarse y escucharlo hablar acerca de la movidita noche que había pasado luchando contra las pétreas gárgolas. - Yo ta… también me alegro de verte. - comentó, dando gracias a los espíritus porque las ruinas la hubiesen mantenido a salvo mientras dormía, ya que a diferencia de él, no habría sido capaz de aguantar tantas horas peleando después de salir del frenesí.
- El círculo de recolección está en esa dirección, así que para volver a Sacrestic deberíamos ir hacia el oeste, pero el trayecto es largo… - intervino Ivaran, que acostumbrado como estaba a los bosques, tenía un sentido de la orientación muy bueno. - No.. nos dirigimos a la ciudad, po… podrías venir con nosotros. - propuso Ava, ya que cuantos más fuesen más seguros estarían y además, su congénere le inspiraba confianza, sabía que su presencia relajaría el ambiente.
- ¡Gaegel!…. ¡Elian!…. ¡Nero!…. - una lejana voz la hizo alzar la vista de nuevo, aún quedaban más recolectores vagando por los alrededores, y si al gato lo habían acosado durante toda la noche ¿cómo estarían los demás? - ¡Rápido! ¡Por aquí! - indicó, abriéndose paso a través de los dorados árboles tan rápido como le fue posible. No poder usar las alas a causa del cansancio resultaba de lo más frustrante, pero dejando de lado aquella molesta sensación, la morena siguió los gritos de la fémina, preguntándose interiormente si el elfo habría logrado ponerse a salvo tal como le había dicho.
Ivaran la seguía de cerca, esperando que aquello no los desviase demasiado de la ruta que debían tomar para abandonar el Bosque de Oro.
Ava Kenrith
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El felino dejo salir un suspiro que denotaba el relajo que sentía al estar con mas gente, cuando escucho la propuesta de alitas, su semblante serio y en guardia se quebró por unos segundos, -Si... eso me ayudaría bastante, gracias- señalo mientras su rostro ahora revelaba un semblante mas tranquilo y relajado, el cual no duro mucho puesto que una persona gritando por ayuda hizo que el felino volviera a ponerse en guardia.
Así Alitas, Orejas y el mismo se apresuraron en ir al origen de los gritos, fue así que reconoció a la mujer que había visto antes en la recolección hablando con el borracho a ella se dirigiría con el sobrenombre de Gigantona -Hey Gigantona!, pareciera que has tenido días mejores, ¿Te encuentras bien?- pregunto el felino al momento que se acercaba a la gigante mujer y le ofrecía su hombro para que se apoyara en el como muleta, entonces observo a Orejas y recordó la cosa rara que hacían los elfos usando brillitos.
-Oye Orejas, no puedes ayudar a la gigantona a que se recupere un poco de sus heridas, creo que todos ustedes hacen algo con sus manos y unos brillitos.. No se, no entiendo mucho de la magia que utilizan- señalo el felpudo guerrero, convertido ahora en muleta, servir de apoyo le ayudaría a mantenerse despierto después de la ajetreada noche que había tenido.
Así Alitas, Orejas y el mismo se apresuraron en ir al origen de los gritos, fue así que reconoció a la mujer que había visto antes en la recolección hablando con el borracho a ella se dirigiría con el sobrenombre de Gigantona -Hey Gigantona!, pareciera que has tenido días mejores, ¿Te encuentras bien?- pregunto el felino al momento que se acercaba a la gigante mujer y le ofrecía su hombro para que se apoyara en el como muleta, entonces observo a Orejas y recordó la cosa rara que hacían los elfos usando brillitos.
-Oye Orejas, no puedes ayudar a la gigantona a que se recupere un poco de sus heridas, creo que todos ustedes hacen algo con sus manos y unos brillitos.. No se, no entiendo mucho de la magia que utilizan- señalo el felpudo guerrero, convertido ahora en muleta, servir de apoyo le ayudaría a mantenerse despierto después de la ajetreada noche que había tenido.
Nero Crimson
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El Bosque de Oro
Temporada de Lluvias
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Seguía llamando y andado, sabía que podía ser peligroso, pero para este punto poco me importaba, quería encontrarlos, quería hallarlos. Era esos momentos donde cuestionaba mi falta de poder, de haber sido más fuerte las cosas pudieron haber sido diferente. Tal vez hubiera podido alejar a Nero y Gaegel haber huido como bien sabía hacerlo , junto con Elian y los demás.
Paso tras paso seguía avanzando, lograba escuchar aleteos que solo me incitaban a seguir llamando. De pronto el sonido de ramas crujir y pasos que se aproximaban se hicieron más evidentes. Tomé con fuerza el mango de mi látigo y me puse en guardia pues si de algo estaba clara era que quien se acercaba no era Gaegel o la medalla en mi pecho habría de delatarlo. - ¿Quién anda ahí? - Vociferé lo más imponente que pude.
Al principio me fue un poco difícil dar con la voz que se dirigía a mí, tuve bajar mucho la vista y darme cuenta que se trataba de un gato parlante, de esos que podrías decir que salen de cuentos que narras a los niños con acentos caracterizados. Se unieron dos más, un joven y una chica que se me hacía bastante familiar, recordaba haberla visto brevemente la noche anterior o tal vez eran delirios de mi parte.
- ¿Q...quienes son? ¿Son recolectores? - Pregunté aún un poco perpleja viendo que el michi con botas se dirigía a mí con demasiada confianza, al tiempo que hablaba de brillos con las manos.
Miré directamente al muchacho, pues la chica poco se adecuaba a esa descripción. - Eres un elfo ¿Cierto? - Seguía alerta, si bien consciente de la desventaja numérica, siempre podría optar por correr en caso de que las cosas se pusieran feas, después de todo debido a la lluvia el suelo seguía lo bastante mojado como para aprovechar eso a mi favor.
- Soy Meraxes... Recolectaba jarabe antes de que unas gárgolas nos atacaran. - Preferí omitir lo de Nero, al fin y al cabo no quería meterlo en más problemas de los que debería.
El largo trayecto lo llevó finalmente al lugar donde se suponía era la recolección de jarabe. Todo estaba hecho un desastre, desde materiales regados hasta uno que otro árbol derribado, y por supuesto, sangre.
- Me temo que no puedo quedarme aquí, joven. Puede volver conmigo o de lo contrario deberá regresar por su cuenta. - Dijo el conductor al ver semejante caos disperso.
- Descuide. Volveré por mi cuenta. Tengo que encontrar a alguien. - No espero respuesta por parte del conductor pues comenzó a internarse en el círculo de árboles tratando de seguir la pista las huellas. No era el mejor rastreador pero cualquier pista que lo guiase a su hermana o Gaegel sería recompensada. Aleteos constantes llamaron su atención, aquello no le gustaba.
- Creo que tenemos compañía eh Bomull. De seguir así tendrás que dar un paseo aéreo conmigo. - Bromeó el chico tratando de calmar un poco la tensión que rodeaba aquel ambiente.
Paso tras paso seguía avanzando, lograba escuchar aleteos que solo me incitaban a seguir llamando. De pronto el sonido de ramas crujir y pasos que se aproximaban se hicieron más evidentes. Tomé con fuerza el mango de mi látigo y me puse en guardia pues si de algo estaba clara era que quien se acercaba no era Gaegel o la medalla en mi pecho habría de delatarlo. - ¿Quién anda ahí? - Vociferé lo más imponente que pude.
Al principio me fue un poco difícil dar con la voz que se dirigía a mí, tuve bajar mucho la vista y darme cuenta que se trataba de un gato parlante, de esos que podrías decir que salen de cuentos que narras a los niños con acentos caracterizados. Se unieron dos más, un joven y una chica que se me hacía bastante familiar, recordaba haberla visto brevemente la noche anterior o tal vez eran delirios de mi parte.
- ¿Q...quienes son? ¿Son recolectores? - Pregunté aún un poco perpleja viendo que el michi con botas se dirigía a mí con demasiada confianza, al tiempo que hablaba de brillos con las manos.
Miré directamente al muchacho, pues la chica poco se adecuaba a esa descripción. - Eres un elfo ¿Cierto? - Seguía alerta, si bien consciente de la desventaja numérica, siempre podría optar por correr en caso de que las cosas se pusieran feas, después de todo debido a la lluvia el suelo seguía lo bastante mojado como para aprovechar eso a mi favor.
- Soy Meraxes... Recolectaba jarabe antes de que unas gárgolas nos atacaran. - Preferí omitir lo de Nero, al fin y al cabo no quería meterlo en más problemas de los que debería.
Meleis
El largo trayecto lo llevó finalmente al lugar donde se suponía era la recolección de jarabe. Todo estaba hecho un desastre, desde materiales regados hasta uno que otro árbol derribado, y por supuesto, sangre.
- Me temo que no puedo quedarme aquí, joven. Puede volver conmigo o de lo contrario deberá regresar por su cuenta. - Dijo el conductor al ver semejante caos disperso.
- Descuide. Volveré por mi cuenta. Tengo que encontrar a alguien. - No espero respuesta por parte del conductor pues comenzó a internarse en el círculo de árboles tratando de seguir la pista las huellas. No era el mejor rastreador pero cualquier pista que lo guiase a su hermana o Gaegel sería recompensada. Aleteos constantes llamaron su atención, aquello no le gustaba.
- Creo que tenemos compañía eh Bomull. De seguir así tendrás que dar un paseo aéreo conmigo. - Bromeó el chico tratando de calmar un poco la tensión que rodeaba aquel ambiente.
- Off:
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull (Cría de Gomejo) [Con Meleis]
- Hongos de Lithe. [Dentro de bolsa de viajero]
-Trampa de Red [Dentro de bolsa de viajero]
- Inventario Meleis:
- - Poción de Salud Diluida
- Medicina multipropósito
- Armaduras de Fieras Ligera [Encantamiento Pudor]
Meraxes
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
En algún momento del trayecto, su felino aliado la adelantó ágilmente, detalle que teniendo en cuenta la noche que llevaba a sus espaldas, hizo que la morena se diese cuenta de lo mucho que le quedaba por delante para llegar a considerarse lo suficientemente fuerte. Para cuando alcanzó al gato, éste ya había llegado junto a la dueña de la voz que los había alertado e intentaba ayudarla, ofreciéndose como apoyo.
- ¿Está herida? - se preguntó interiormente, acercándose y observando con atención a la rubia. Su rostro le sonaba de algo, así que supuso que debía encontrarse entre los recolectores, teoría que ella misma confirmaría poco después, al presentarse. - Lo soy, deja que te eche un vistazo. - intervino Ivaran, en respuesta a la petición del hombre bestia, para hacer uso del don de su raza, ese al que el peludo se refería como “brillitos”. - ¿Dónde te duele? - preguntó, ya que la joven no parecía tener ninguna lesión evidente.
- Seguramente sea algo interno. - supuso, centrando su atención en uno de los brazos, que apenas movía y se veía ligeramente rígido. - Debo comprobar hasta qué punto está dañado, aguanta un poco. - pidió, situándose a su lado y esperando unos instantes antes de comenzar a palpar la extremidad desde el codo hasta el hombro con delicadeza, desviando los grisáceos ojos hacia la tez de Meraxes para tomar su expresión como guía y dar con el punto exacto en que el dolor alcanzaba su máximo.
- Yo no estaba entre los recolectores, llegué más tarde en uno de los carros, justo antes de que se desatase el caos… - intentó distraerla con sus palabras, pero solo hasta que creyó dar con el problema. - Tienes suerte, no es grave, puedo sanarlo. - indicó, colocando ambas manos alrededor del hombro y realizando una plegaria a Imbar, que se manifestó a través de la luz que surgiendo de sus palmas, atravesó la piel de la rubia para restaurar la articulación. [1]
El proceso no duró mucho, apenas unos segundos, pero cuando el elfo terminase de recitar su oración, la joven se sentiría como nueva.
- Ya está, ¿mejor? - preguntó, solo para cerciorarse. Ava observaba la escena con sumo interés, la magia nunca la dejaba indiferente, siempre se sentía atraída hacia ella por su curiosidad, pero sabía que no era el mejor momento para ponerse a interrogar al peliblanco sobre el tema.
- Yo so...soy Ava, estaba en el círculo anoche… - se presentó, en cuanto Ivaran retrocedió para dar algo de espacio a su paciente. - Es… estabas buscando a otros, ¿no escaparon? - se atrevió a formular, recordando los nombres que le había escuchado gritar. Elian, ¿qué habría sido de él? La última vez que lo vio fue en mitad de la pelea y se suponía que iba a sacar de la zona a los demás para ponerlos a salvo, ¿lo habría conseguido? Gaegel… el lobo, lejos de alejarse del peligro había acabado a lomos de una de las gárgolas pero estaba segura de haberlo visto tocar suelo sano y salvo, después de eso no sabía más.
Y acerca del tal Nero no podía aportar nada, pues no sabía quién era.
Ladeando ligeramente la cabeza, la cuerva trató de hacer memoria pero fue en vano, había muchos voluntarios tomando parte de la recolección, y aunque hubiese visto a aquel individuo no sería capaz de ponerle cara.
Lo que si recordó de forma fugaz fue que la voz de la mujer era la que había escuchado justo antes de aliarse con el felino, y que instaba a reunir la carne en el centro y huir, pidiendo que no hiciesen daño al dragón.
Clavando sus ambarinos ojos en ella, Ava comenzó a plantearse si sería una conocida o amiga del reptil, y por supuesto, la idea de que le recriminase por haberlo derribado la puso algo nerviosa.
Off: [1] Ivaran hace uso de su rasgo racial:
- Imposición de manos: [Mágica, 1 uso] Puedo imponer mis manos sobre mí o alguien más y realizar una breve plegaria. La Luz sanará la herida más grave del beneficiado y le otorgará un escudo que absorbe daño moderado por una ronda.
- ¿Está herida? - se preguntó interiormente, acercándose y observando con atención a la rubia. Su rostro le sonaba de algo, así que supuso que debía encontrarse entre los recolectores, teoría que ella misma confirmaría poco después, al presentarse. - Lo soy, deja que te eche un vistazo. - intervino Ivaran, en respuesta a la petición del hombre bestia, para hacer uso del don de su raza, ese al que el peludo se refería como “brillitos”. - ¿Dónde te duele? - preguntó, ya que la joven no parecía tener ninguna lesión evidente.
- Seguramente sea algo interno. - supuso, centrando su atención en uno de los brazos, que apenas movía y se veía ligeramente rígido. - Debo comprobar hasta qué punto está dañado, aguanta un poco. - pidió, situándose a su lado y esperando unos instantes antes de comenzar a palpar la extremidad desde el codo hasta el hombro con delicadeza, desviando los grisáceos ojos hacia la tez de Meraxes para tomar su expresión como guía y dar con el punto exacto en que el dolor alcanzaba su máximo.
- Yo no estaba entre los recolectores, llegué más tarde en uno de los carros, justo antes de que se desatase el caos… - intentó distraerla con sus palabras, pero solo hasta que creyó dar con el problema. - Tienes suerte, no es grave, puedo sanarlo. - indicó, colocando ambas manos alrededor del hombro y realizando una plegaria a Imbar, que se manifestó a través de la luz que surgiendo de sus palmas, atravesó la piel de la rubia para restaurar la articulación. [1]
El proceso no duró mucho, apenas unos segundos, pero cuando el elfo terminase de recitar su oración, la joven se sentiría como nueva.
- Ya está, ¿mejor? - preguntó, solo para cerciorarse. Ava observaba la escena con sumo interés, la magia nunca la dejaba indiferente, siempre se sentía atraída hacia ella por su curiosidad, pero sabía que no era el mejor momento para ponerse a interrogar al peliblanco sobre el tema.
- Yo so...soy Ava, estaba en el círculo anoche… - se presentó, en cuanto Ivaran retrocedió para dar algo de espacio a su paciente. - Es… estabas buscando a otros, ¿no escaparon? - se atrevió a formular, recordando los nombres que le había escuchado gritar. Elian, ¿qué habría sido de él? La última vez que lo vio fue en mitad de la pelea y se suponía que iba a sacar de la zona a los demás para ponerlos a salvo, ¿lo habría conseguido? Gaegel… el lobo, lejos de alejarse del peligro había acabado a lomos de una de las gárgolas pero estaba segura de haberlo visto tocar suelo sano y salvo, después de eso no sabía más.
Y acerca del tal Nero no podía aportar nada, pues no sabía quién era.
Ladeando ligeramente la cabeza, la cuerva trató de hacer memoria pero fue en vano, había muchos voluntarios tomando parte de la recolección, y aunque hubiese visto a aquel individuo no sería capaz de ponerle cara.
Lo que si recordó de forma fugaz fue que la voz de la mujer era la que había escuchado justo antes de aliarse con el felino, y que instaba a reunir la carne en el centro y huir, pidiendo que no hiciesen daño al dragón.
Clavando sus ambarinos ojos en ella, Ava comenzó a plantearse si sería una conocida o amiga del reptil, y por supuesto, la idea de que le recriminase por haberlo derribado la puso algo nerviosa.
Off: [1] Ivaran hace uso de su rasgo racial:
- Imposición de manos: [Mágica, 1 uso] Puedo imponer mis manos sobre mí o alguien más y realizar una breve plegaria. La Luz sanará la herida más grave del beneficiado y le otorgará un escudo que absorbe daño moderado por una ronda.
Ava Kenrith
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
-Yo soy Avogato, Caza recompensas, estaba con ustedes anoche, en el anillo de arboles que encerraba al de ustedes- comento al momento que observaba como Orejas hacia su magia, nunca se cansaría de ver aquellos brillitos que siempre lograban captar toda su atención, viendo que ya no necesitaría hacer de muleta para la gigantona se hizo a un lado.
Alitas por otro lado comento acerca de las personas a las cuales Gigantona buscaba, pensó en los nombres y solo pudo recordar a uno, -Al borracho se lo llevaron en una carreta después de que fue asaltado por las gárgolas, suponiendo que no se topo al dragón en el camino, supongo que habrá llegado a Saecrestic Ville... El dragón...- El ojo del felino se afilo, al mismo tiempo que su cola se ponía tiesa, la hostilidad se hizo latente puesto que había tenido la oportunidad de acabar con el hasta que un ataque de bolas de pelo arruino su momento de gloria.
-Estuve a punto de acabarlo y mis malditos ataques de bolas de pelo inoportunas me privaron de cobrar la recompensa, han habidos múltiples ataques de ese dragón en diferentes lugares de Aerandir, trabajo para un grupo selecto de personas y ellos me asignaron la misión de cobrar venganza por la mayoría de esas aldeas, ya llegara el momento de cobrar la recompensa por la calamidad... Lo siento estoy hablando mucho pero siento que si no hago algo caeré rendido, el haber peleado toda la noche contra esas gárgolas me esta pasando la cuenta- señalaría el felpudo asesino al momento que se desamarraba el recipiente en forma de pergamino y comenzaba a usarlo como una pesa la cual iría cambiando de brazo en brazo después de unas cuantas repeticiones, el cansancio no le ganaría hasta que llegara a una zona segura donde pudiera descansar.
Alitas por otro lado comento acerca de las personas a las cuales Gigantona buscaba, pensó en los nombres y solo pudo recordar a uno, -Al borracho se lo llevaron en una carreta después de que fue asaltado por las gárgolas, suponiendo que no se topo al dragón en el camino, supongo que habrá llegado a Saecrestic Ville... El dragón...- El ojo del felino se afilo, al mismo tiempo que su cola se ponía tiesa, la hostilidad se hizo latente puesto que había tenido la oportunidad de acabar con el hasta que un ataque de bolas de pelo arruino su momento de gloria.
-Estuve a punto de acabarlo y mis malditos ataques de bolas de pelo inoportunas me privaron de cobrar la recompensa, han habidos múltiples ataques de ese dragón en diferentes lugares de Aerandir, trabajo para un grupo selecto de personas y ellos me asignaron la misión de cobrar venganza por la mayoría de esas aldeas, ya llegara el momento de cobrar la recompensa por la calamidad... Lo siento estoy hablando mucho pero siento que si no hago algo caeré rendido, el haber peleado toda la noche contra esas gárgolas me esta pasando la cuenta- señalaría el felpudo asesino al momento que se desamarraba el recipiente en forma de pergamino y comenzaba a usarlo como una pesa la cual iría cambiando de brazo en brazo después de unas cuantas repeticiones, el cansancio no le ganaría hasta que llegara a una zona segura donde pudiera descansar.
Nero Crimson
Borracho de Aerandir
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El Bosque de Oro
Temporada de Lluvias
Temporada de Lluvias
Mis preguntas no tardaron en ser respondidas, primeramente por el elfo que de inmediato se dispuso a ayudarme y atender mis heridas. - Me disloqué el hombro... Mi compañero, Gaegel, me ayudó a ponerlo en su sitio en su momento. También me golpeé la cabeza, fue allí donde perdí el conocimiento hasta hace algunas horas. - Expliqué con tranquilidad. La cercanía del chico - que debía decir era todo un galán- no me molestaba, por el contrario agradecía el gesto pues eso me permitiría manejar mejor mi arma en caso de alguna de esas cosas siguiera por allí rondando.
- Muchas gracias. - Dije al chico con una leve sonrisa. En este punto opté por relajarme pues tras la ayuda me sentía mucho mejor, además no parecían ser malas personas ni malos gatos por lo que en la medida que el joven hacía lo suyo, escuché tanto a la chica como a la pequeña bola de pelos.
La joven se llamaba Ava, y al mismo tiempo me preguntaba por lo demás. Negué levemente la cabeza con cierta preocupación. - La verdad no lo sé. Como dije en medio del caos acabé por golpearme la cabeza. Sé que Gaegel no está cerca... de lo contrario ya me habría topado con él. - Aclaré sin dejar en evidencia la medalla que nos conectaba. - Sobre el resto, tampoco estoy segura pero espero que sí. - Agregué.
En este punto la pequeña bola de pelos no tardó en presentarse como Avogato. Fue un alivio saber que no habían asociado a Nero con el dragón pero tampoco era de mucha ayuda pues dado que al haberse transformado seguramente no estaría rumbo a donde el minino había mencionado. Me preocupó escuchar aquello último al mismo tiempo con cierto asombro al ver que algo tan pequeñito era una especie de asesino. - Agradezco la información, esperemos que él se encuentre bien. Lo mejor será ir a la villa y rezar porque nuestros compañeros estén sanos y salvos. - Sugerí, pues tal vez ellos también deseaban salir de aquel bosque potencialmente peligroso.
- ¿Alguno sabe cómo salir de este bosque? - Pregunté finalmente clavando mi vista en todos ellos con la esperanza de que alguno tuviera un mejor sentido de la orientación en estos momentos de necesidad.
- Muchas gracias. - Dije al chico con una leve sonrisa. En este punto opté por relajarme pues tras la ayuda me sentía mucho mejor, además no parecían ser malas personas ni malos gatos por lo que en la medida que el joven hacía lo suyo, escuché tanto a la chica como a la pequeña bola de pelos.
La joven se llamaba Ava, y al mismo tiempo me preguntaba por lo demás. Negué levemente la cabeza con cierta preocupación. - La verdad no lo sé. Como dije en medio del caos acabé por golpearme la cabeza. Sé que Gaegel no está cerca... de lo contrario ya me habría topado con él. - Aclaré sin dejar en evidencia la medalla que nos conectaba. - Sobre el resto, tampoco estoy segura pero espero que sí. - Agregué.
En este punto la pequeña bola de pelos no tardó en presentarse como Avogato. Fue un alivio saber que no habían asociado a Nero con el dragón pero tampoco era de mucha ayuda pues dado que al haberse transformado seguramente no estaría rumbo a donde el minino había mencionado. Me preocupó escuchar aquello último al mismo tiempo con cierto asombro al ver que algo tan pequeñito era una especie de asesino. - Agradezco la información, esperemos que él se encuentre bien. Lo mejor será ir a la villa y rezar porque nuestros compañeros estén sanos y salvos. - Sugerí, pues tal vez ellos también deseaban salir de aquel bosque potencialmente peligroso.
- ¿Alguno sabe cómo salir de este bosque? - Pregunté finalmente clavando mi vista en todos ellos con la esperanza de que alguno tuviera un mejor sentido de la orientación en estos momentos de necesidad.
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Meraxes
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Al escuchar el relato de la rubia, Ava dio gracias por haberse topado con el elfo antes de acabar inconsciente en mitad del bosque, sobretodo sabiendo que por entonces aún quedaban gárgolas rondando la zona. Por suerte para ella, Avogato las había mantenido bastante ocupadas durante la noche, así que no tenía que lamentar ningún daño más aparte del brazo y el golpe en la cabeza.
Las palabras del felino hicieron que empezase a atar cabos, dando por hecho que al hablar de un borracho se refería a Nero, el único que no le sonaba, y con razón. A aquel pobre hombre se lo habían llevado en una de las carretas tras sufrir el ataque de las pétreas criaturas que los habían incordiado a todos en mayor o menor medida.
Poco después, su peludo aliado no pudo evitar quejarse por su mala suerte a la hora de terminar con el dragón, explicándoles el motivo por el que iba tras él. - Varios ataques a aldeas… - repitió mentalmente la cuerva, imaginando la devastación que podría haber causado el reptil en aquellos modestos asentamientos, una que, por no haber acabado con su vida, seguiría ocasionando.
El alivio que había sentido cuando la inoportuna bola de pelo detuvo al minino se desvaneció para dar paso a la culpabilidad, que ahora pesaba sobre sus hombros y la hacía preguntarse hacia dónde habría huido aquella peligrosa bestia.
Todavía algo ensimismada en sus pensamientos, la alada trató de no perderse en la conversación que mantenían los demás, que parecían estar de acuerdo sobre lo que debían hacer, salir de aquel problemático bosque o al menos encontrar un lugar seguro para reponerse.
- Sacrestic está en esa dirección, pero no creo que podamos cubrir el trayecto antes de que anochezca. - intervino Ivaran, señalando a su izquierda. - Bueno, tú podrías… - añadió, girándose hacia la Midgardiana. - A… aún no me he recuperado de la pelea… no sería capaz de volar esa distancia. - respondió en voz baja, sintiendo aún el cansancio en su cuerpo. La pesada armadura tampoco ayudaba pero estaba acostumbrada a cargar con ella, así que al igual que Avogato, lo que necesitaba era descansar.
- Si seguimos deambulando cuando se ponga el sol podríamos tener problemas, los vampiros de la zona podrían interesarse demasiado en nosotros. - les recordó el peliblanco, pero viendo el estado general del grupo quizá forzarlos no fuese una buena idea. Todos habían tenido una noche movidita durante la recolección, no podía pedirles que le siguiesen el paso. - Si al menos hubiese algún pueblo por aquí cerca… - comentó, echando un vistazo a los alrededores, pero no había visto nada semejante desde que salió del círculo con la cuerva.
Ava, que había llegado hasta allí por el aire, sí que recordaba haber atisbado algo entre los dorados Guldtrads, pero no era capaz de situarlo de forma exacta, aunque tenía algo que quizá los ayudase. Bajando la vista hacia su bolsa, rebuscó en el interior hasta dar con un pergamino, que desplegó en cuanto se situó en medio del grupo, para que pudiesen ver como de estar completamente vacío pasaba a mostrar lentamente el lugar en que se encontraban. [1]
- Pu… puede que esto nos sirva para guiarnos… - reveló, observando la marca que representaba su posición, otra que hacía referencia al punto en que se había llevado a cabo la recolección, dando ciertos detalles de los acontecimientos de la noche anterior, y otra algo más alejada que recordaba a una aldea. - Parece que es un asentamiento dedicado al comercio y transporte de Guld, un punto de unión entre el bosque y Sacrestic… - leyó con lentitud, elevando de nuevo la mirada hacia sus acompañantes. - ¿Qu… qué os parece? - preguntó, para escuchar sus opiniones.
Ivaran se inclinó ligeramente hacia delante para examinar más de cerca aquel extraño mapa mágico, percibiendo el éter con que lo habían imbuido. - Creo que es la mejor opción que tenemos, quizá allí podamos encontrar un carro que nos lleve a la ciudad, eso nos ahorraría tiempo y esfuerzo. - concedió, mirando de soslayo a la morena con cierta curiosidad, ¿de dónde había sacado un objeto como aquel?
Off: [1] Uso de objeto máster: Mapa vacío
Te permite saber en lugar dónde te hayas y su historia. Ejemplos: 1 Estás perdido en el bosque y usas el objeto. Te dirá la posición que te encuentres y que ha sucedido en el bosque: ¿encantamientos, asesinatos, cacerías? 2 Te encuentras en la casa de una aparente hospitalaria familia que te ha acogido en Dundarak. Utilizas el mapa: descubres que esa familia de dragones tienen la costumbres de almorzarse a sus huéspedes.
Las palabras del felino hicieron que empezase a atar cabos, dando por hecho que al hablar de un borracho se refería a Nero, el único que no le sonaba, y con razón. A aquel pobre hombre se lo habían llevado en una de las carretas tras sufrir el ataque de las pétreas criaturas que los habían incordiado a todos en mayor o menor medida.
Poco después, su peludo aliado no pudo evitar quejarse por su mala suerte a la hora de terminar con el dragón, explicándoles el motivo por el que iba tras él. - Varios ataques a aldeas… - repitió mentalmente la cuerva, imaginando la devastación que podría haber causado el reptil en aquellos modestos asentamientos, una que, por no haber acabado con su vida, seguiría ocasionando.
El alivio que había sentido cuando la inoportuna bola de pelo detuvo al minino se desvaneció para dar paso a la culpabilidad, que ahora pesaba sobre sus hombros y la hacía preguntarse hacia dónde habría huido aquella peligrosa bestia.
Todavía algo ensimismada en sus pensamientos, la alada trató de no perderse en la conversación que mantenían los demás, que parecían estar de acuerdo sobre lo que debían hacer, salir de aquel problemático bosque o al menos encontrar un lugar seguro para reponerse.
- Sacrestic está en esa dirección, pero no creo que podamos cubrir el trayecto antes de que anochezca. - intervino Ivaran, señalando a su izquierda. - Bueno, tú podrías… - añadió, girándose hacia la Midgardiana. - A… aún no me he recuperado de la pelea… no sería capaz de volar esa distancia. - respondió en voz baja, sintiendo aún el cansancio en su cuerpo. La pesada armadura tampoco ayudaba pero estaba acostumbrada a cargar con ella, así que al igual que Avogato, lo que necesitaba era descansar.
- Si seguimos deambulando cuando se ponga el sol podríamos tener problemas, los vampiros de la zona podrían interesarse demasiado en nosotros. - les recordó el peliblanco, pero viendo el estado general del grupo quizá forzarlos no fuese una buena idea. Todos habían tenido una noche movidita durante la recolección, no podía pedirles que le siguiesen el paso. - Si al menos hubiese algún pueblo por aquí cerca… - comentó, echando un vistazo a los alrededores, pero no había visto nada semejante desde que salió del círculo con la cuerva.
Ava, que había llegado hasta allí por el aire, sí que recordaba haber atisbado algo entre los dorados Guldtrads, pero no era capaz de situarlo de forma exacta, aunque tenía algo que quizá los ayudase. Bajando la vista hacia su bolsa, rebuscó en el interior hasta dar con un pergamino, que desplegó en cuanto se situó en medio del grupo, para que pudiesen ver como de estar completamente vacío pasaba a mostrar lentamente el lugar en que se encontraban. [1]
- Pu… puede que esto nos sirva para guiarnos… - reveló, observando la marca que representaba su posición, otra que hacía referencia al punto en que se había llevado a cabo la recolección, dando ciertos detalles de los acontecimientos de la noche anterior, y otra algo más alejada que recordaba a una aldea. - Parece que es un asentamiento dedicado al comercio y transporte de Guld, un punto de unión entre el bosque y Sacrestic… - leyó con lentitud, elevando de nuevo la mirada hacia sus acompañantes. - ¿Qu… qué os parece? - preguntó, para escuchar sus opiniones.
Ivaran se inclinó ligeramente hacia delante para examinar más de cerca aquel extraño mapa mágico, percibiendo el éter con que lo habían imbuido. - Creo que es la mejor opción que tenemos, quizá allí podamos encontrar un carro que nos lleve a la ciudad, eso nos ahorraría tiempo y esfuerzo. - concedió, mirando de soslayo a la morena con cierta curiosidad, ¿de dónde había sacado un objeto como aquel?
Off: [1] Uso de objeto máster: Mapa vacío
Te permite saber en lugar dónde te hayas y su historia. Ejemplos: 1 Estás perdido en el bosque y usas el objeto. Te dirá la posición que te encuentres y que ha sucedido en el bosque: ¿encantamientos, asesinatos, cacerías? 2 Te encuentras en la casa de una aparente hospitalaria familia que te ha acogido en Dundarak. Utilizas el mapa: descubres que esa familia de dragones tienen la costumbres de almorzarse a sus huéspedes.
Ava Kenrith
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Nero seguía inconsciente tirado en alguna parte, sus heridas de no ser tratadas se volverían fatales, agonizando y en un riesgo que solo incrementaba con el tiempo el pobre Nero se estaba quedando sin tiempo....
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------- y con eso terminamos la mención obligatoria para seguir con el npc(?) XDDDD
-Vaya que suerte tienes- se quejaría el hombre-gato al momento que Gigantona relataba como había estado durmiendo plácidamente todo este tiempo, a diferencia de el que había estado luchando toda la noche, maldita suerte, entonces el elfo comenzaría a sugerir destinos, Sacrestic estaba muy lejos para este grupo de heridos y magullados, Orejas era el único que podía dar una pelea decente pero aun así, no tenia motivos para ayudar a nadie salvo Alitas.
Escuchando el comentario de Orejas, Avogato escupiria al piso -Solo dame un arma y me encargare de mandar a esos malnacidos a hacerle compañía a las gárgolas- comentaría el felino justo antes de tropezar debido al cansancio, alcanzo a apoyarse en su pesa/bastón/recipiente evitando así lo que habría sido una estrepitosa caída, Alitas entonces hizo un gran aporte, el mapa mágico dejo a Avogato sin palabras, la magia hacia que su pupila se dilatara de tal forma que hacia notar de manera muy obvia que uno de sus ojos era falso.
-Alitas, me agradas, cuando necesites ayuda avísame y te hago un descuento... Bueno, el camino esta trazado, vamos allá- señalo con animo, mientras avanzaba usando su recipiente en forma de pergamino como bastón, luego de dar un par de pasos el cansancio finalmente se cobro el sobre-esfuerzo que el felino había ejercido en su cuerpo, sobrepasando una vez mas los limites de lo que podía hacer, las luces para Avogato se habían apagado súbitamente al momento de caer desmayado frente al grupo.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------- y con eso terminamos la mención obligatoria para seguir con el npc(?) XDDDD
-Vaya que suerte tienes- se quejaría el hombre-gato al momento que Gigantona relataba como había estado durmiendo plácidamente todo este tiempo, a diferencia de el que había estado luchando toda la noche, maldita suerte, entonces el elfo comenzaría a sugerir destinos, Sacrestic estaba muy lejos para este grupo de heridos y magullados, Orejas era el único que podía dar una pelea decente pero aun así, no tenia motivos para ayudar a nadie salvo Alitas.
Escuchando el comentario de Orejas, Avogato escupiria al piso -Solo dame un arma y me encargare de mandar a esos malnacidos a hacerle compañía a las gárgolas- comentaría el felino justo antes de tropezar debido al cansancio, alcanzo a apoyarse en su pesa/bastón/recipiente evitando así lo que habría sido una estrepitosa caída, Alitas entonces hizo un gran aporte, el mapa mágico dejo a Avogato sin palabras, la magia hacia que su pupila se dilatara de tal forma que hacia notar de manera muy obvia que uno de sus ojos era falso.
-Alitas, me agradas, cuando necesites ayuda avísame y te hago un descuento... Bueno, el camino esta trazado, vamos allá- señalo con animo, mientras avanzaba usando su recipiente en forma de pergamino como bastón, luego de dar un par de pasos el cansancio finalmente se cobro el sobre-esfuerzo que el felino había ejercido en su cuerpo, sobrepasando una vez mas los limites de lo que podía hacer, las luces para Avogato se habían apagado súbitamente al momento de caer desmayado frente al grupo.
Nero Crimson
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El Bosque de Oro
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Al parecer había tenido una suerte enorme al no haber perecido a merced de las gárgolas cuando todo se desvaneció para mí. Para este punto, todo concordábamos con la idea de salir de allí pero al parecer de ir a Sacrestic la cosa se pondría complicada si llegaba la noche. No solo habría que lidiar con gárgolas, hablábamos de cosas temas más delicados, vampiros. No todos eran un Corlys, amable y propenso a romper sillas. Muchos emanaban un aura más peligrosa como aquel sujeto que conocí hacía un tiempo Nikolas Cohen.
De pronto la joven llamada Ava, dio un rayo de esperanza a nuestro predicamento. Había sacado un pergamino completamente vacío que poco a poco comenzó a mostrarse como un mapa. Mi boca se abrió ligeramente ante el asombro, fascinada por la practicidad del artefacto que poseía. - ¡Wow! Me gusta ese artilugio. - Expresé bastante animada después de todo cabía la posibilidad que allí se encontraran los demás.
- Con algo de suerte tal vez ellos hayan hecho parada allí, con el caos de anoche difícilmente dudo que hayan llegado directamente a Sacrestic. - Observaba con atención el mapa con una media sonrisa en mi rostro.
- Me parece que nos has salvado la vida señorita Ava. Podemos ir hacia allí. - Rarifiqué al final lo que ya había afirmado el resto la ruta estaba trazada.
A lo lejos, el sonido lejano, aún confuso para mis oídos pero quizás comprensible para aquellos con sentidos más finos, se escuchaba una voz que llamaba una y otra vez diciendo mi nombre y el de Gaegel. Tantos gritos seguramente romperían la tensa calma que nos rodeaba.
De pronto la joven llamada Ava, dio un rayo de esperanza a nuestro predicamento. Había sacado un pergamino completamente vacío que poco a poco comenzó a mostrarse como un mapa. Mi boca se abrió ligeramente ante el asombro, fascinada por la practicidad del artefacto que poseía. - ¡Wow! Me gusta ese artilugio. - Expresé bastante animada después de todo cabía la posibilidad que allí se encontraran los demás.
- Con algo de suerte tal vez ellos hayan hecho parada allí, con el caos de anoche difícilmente dudo que hayan llegado directamente a Sacrestic. - Observaba con atención el mapa con una media sonrisa en mi rostro.
- Me parece que nos has salvado la vida señorita Ava. Podemos ir hacia allí. - Rarifiqué al final lo que ya había afirmado el resto la ruta estaba trazada.
A lo lejos, el sonido lejano, aún confuso para mis oídos pero quizás comprensible para aquellos con sentidos más finos, se escuchaba una voz que llamaba una y otra vez diciendo mi nombre y el de Gaegel. Tantos gritos seguramente romperían la tensa calma que nos rodeaba.
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- Bomull (Cría de Gomejo) [Con Meleis]
- Hongos de Lithe. [Dentro de bolsa de viajero]
-Trampa de Red [Dentro de bolsa de viajero]
- Inventario Meleis:
- - Poción de Salud Diluida
- Medicina multipropósito
- Armaduras de Fieras Ligera [Encantamiento Pudor]
Meraxes
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Una vez el elfo dio su visto bueno a la idea, llegó el turno de Avogato, que también se mostró dispuesto a arriesgarse con aquel modesto asentamiento y además se ofreció a ayudar a la cuerva si ésta llegaba a necesitarlo algún día. Ava asintió levemente en respuesta, con una tímida sonrisa en el rostro.
No podía negar que se sentía más a gusto entre los de su raza, siempre había sido así, quizá porque al rodearse de otros hombres y mujeres bestia no destacaba tanto, de ahí que agradeciese la presencia del felino.
Centrándose de nuevo en el pergamino, desvió sus ambarinos ojos hacia Meraxes para escuchar lo que tenía que decir, y su ánimo mejoró en cuanto la joven se sumó al resto, añadiendo que quizá en aquel pueblo pudiesen encontrar a los demás recolectores. - Eso sería lo ideal. - pensó, ya que podrían cerciorarse de que nadie se hubiese quedado atrás a causa del caos, o peor, que se hubiese perdido en el bosque.
La ruta a seguir estaba decidida, pero en cuanto el caza recompensas dio un par de pasos en dirección a su nuevo destino, el cansancio se apoderó de él, provocando que se desplomase repentinamente. - ¡A...Avogato! - exclamó la morena, arrodillándose junto a su aliado a toda prisa, para luego buscar con la mirada al peliblanco con expresión preocupada.
Ivaran entendió enseguida aquella silenciosa petición de ayuda, y no tardó en situarse frente a la alada, pero del lado contrario del cuerpo del peludo. Con cuidado lo giró para comprobar que respiraba con normalidad, y situando una de las manos sobre su pechera, cerró los ojos y se concentró para dejar que la magia de su pueblo recorriese al inconsciente. - No puedo hacer mucho, no está herido, solo exhausto… - comentó tras unos instantes, esperando que sus palabras la tranquilizasen.
- Si no despierta tendremos que llevarlo hasta la aldea, ¿puedes ocuparte de sus cosas? - pidió, apartando el extraño recipiente que hasta hacía unos segundos había estado usando a modo de bastón para que ella se ocupase de transportarlo. - Yo lo cargaré. - indicó, aunque no tenía del todo claro cómo hacerlo.
Lo más lógico sería echárselo a la espalda y asegurarlo para que no se moviese ni se cayese durante el trayecto, pero eso entrañaba un problema… ese que ocultaba bajo la capa. Aún colocando al gato de forma que quedase apoyado contra sus alas a través de la tela, los relieves empezarían a destacar, y aunque podía decir perfectamente que se trataba de su equipaje, si el hombre bestia despertaba antes de tiempo cabía la posibilidad de que descubriese su secreto.
- Es arriesgado… pero no puedo pedirles que lo hagan ellas… - caviló, desviando la mirada de la cuerva a la rubia. - Tampoco puedo dejar que me ayuden a sujetarlo, de hecho no debería acercarme a Ava mientras lo lleve a cuestas… - continuó, rebuscando entre sus pertenencias hasta dar con algo que le sirviese.
- Una vez nos pongamos en marcha no podré moverme con libertad, y ella no debería forzar su hombro hasta que haya descansado un poco. - intervino de nuevo, ésta vez clavando sus grisáceos ojos sobre la Midgardiana. - Ava, tu has podido dormir al menos unas horas, ve delante. - instó, pero no porque estuviese en mejores condiciones que Meraxes, sino para mantenerla a cierta distancia y evitar de ese modo que pudiese percatarse de la silueta de sus alas en caso de que se marcasen bajo la capa.
- Claro. - accedió la cazadora, tomando el recipiente de su aliado y echando un último vistazo al mapa antes de partir, pero justo en ese momento, una lejana voz llegó a sus agudos oídos, poniéndola de nuevo en alerta. - Alguien se acerca… - susurró, buscando el origen del sonido y concentrándose para entender lo que decía.
- Te… te está llamando. - reveló, girándose hacia la rubia para que supiese que se refería a ella. No se trataba de Elian, ya que lo habría reconocido, y tampoco parecía que fuese el lobo, entonces ¿quién?
No podía negar que se sentía más a gusto entre los de su raza, siempre había sido así, quizá porque al rodearse de otros hombres y mujeres bestia no destacaba tanto, de ahí que agradeciese la presencia del felino.
Centrándose de nuevo en el pergamino, desvió sus ambarinos ojos hacia Meraxes para escuchar lo que tenía que decir, y su ánimo mejoró en cuanto la joven se sumó al resto, añadiendo que quizá en aquel pueblo pudiesen encontrar a los demás recolectores. - Eso sería lo ideal. - pensó, ya que podrían cerciorarse de que nadie se hubiese quedado atrás a causa del caos, o peor, que se hubiese perdido en el bosque.
La ruta a seguir estaba decidida, pero en cuanto el caza recompensas dio un par de pasos en dirección a su nuevo destino, el cansancio se apoderó de él, provocando que se desplomase repentinamente. - ¡A...Avogato! - exclamó la morena, arrodillándose junto a su aliado a toda prisa, para luego buscar con la mirada al peliblanco con expresión preocupada.
Ivaran entendió enseguida aquella silenciosa petición de ayuda, y no tardó en situarse frente a la alada, pero del lado contrario del cuerpo del peludo. Con cuidado lo giró para comprobar que respiraba con normalidad, y situando una de las manos sobre su pechera, cerró los ojos y se concentró para dejar que la magia de su pueblo recorriese al inconsciente. - No puedo hacer mucho, no está herido, solo exhausto… - comentó tras unos instantes, esperando que sus palabras la tranquilizasen.
- Si no despierta tendremos que llevarlo hasta la aldea, ¿puedes ocuparte de sus cosas? - pidió, apartando el extraño recipiente que hasta hacía unos segundos había estado usando a modo de bastón para que ella se ocupase de transportarlo. - Yo lo cargaré. - indicó, aunque no tenía del todo claro cómo hacerlo.
Lo más lógico sería echárselo a la espalda y asegurarlo para que no se moviese ni se cayese durante el trayecto, pero eso entrañaba un problema… ese que ocultaba bajo la capa. Aún colocando al gato de forma que quedase apoyado contra sus alas a través de la tela, los relieves empezarían a destacar, y aunque podía decir perfectamente que se trataba de su equipaje, si el hombre bestia despertaba antes de tiempo cabía la posibilidad de que descubriese su secreto.
- Es arriesgado… pero no puedo pedirles que lo hagan ellas… - caviló, desviando la mirada de la cuerva a la rubia. - Tampoco puedo dejar que me ayuden a sujetarlo, de hecho no debería acercarme a Ava mientras lo lleve a cuestas… - continuó, rebuscando entre sus pertenencias hasta dar con algo que le sirviese.
- Una vez nos pongamos en marcha no podré moverme con libertad, y ella no debería forzar su hombro hasta que haya descansado un poco. - intervino de nuevo, ésta vez clavando sus grisáceos ojos sobre la Midgardiana. - Ava, tu has podido dormir al menos unas horas, ve delante. - instó, pero no porque estuviese en mejores condiciones que Meraxes, sino para mantenerla a cierta distancia y evitar de ese modo que pudiese percatarse de la silueta de sus alas en caso de que se marcasen bajo la capa.
- Claro. - accedió la cazadora, tomando el recipiente de su aliado y echando un último vistazo al mapa antes de partir, pero justo en ese momento, una lejana voz llegó a sus agudos oídos, poniéndola de nuevo en alerta. - Alguien se acerca… - susurró, buscando el origen del sonido y concentrándose para entender lo que decía.
- Te… te está llamando. - reveló, girándose hacia la rubia para que supiese que se refería a ella. No se trataba de Elian, ya que lo habría reconocido, y tampoco parecía que fuese el lobo, entonces ¿quién?
Ava Kenrith
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El felino humanoide yacía inconsciente, finalmente el cansancio de las batallas le había ganado y si no fuera por uno de sus benefactores, probablemente habría quedado tirado en el camino, Ivaran intentaba ver como podía tomar al hombre bestia sin que su secreto quedara al descubierto, ante lo cual espero a que tanto la rubia como la morena avanzaran un poco antes de debatirse sobre como llevaría a Avogato.
-Muy bien, creo que ya se como lo llevare- señalaría el elfo al momento que se preparaba para levantar a Avogato, sin embargo, basto con que el rubio de orejas puntiagudas sujetara al felino por una de sus extremidades, para que Avogato despertara sobresaltado y alerta, preparado para asestarle un golpe a su benefactor. Por suerte el felino se detuvo a tiempo y tanto el elfo como el hombre bestia estaban mirándose sorprendidos y agitados.
-¿Cuanto tiempo estuve inconsciente?-
-No ha pasado mucho, menos mal que te has despertado, ya me estaba resignando a cargarte-
-Oh.. Lo siento, despertar sobresaltado es como un acto reflejo, no puedo evitarlo... En especial con la noche que he tenido-
-Tranquilo es comprensible, si ya estas en condiciones, seria bueno que alcancemos a las chicas-
-Si, tienes razón, gracias por prestarme ayuda, para la próxima ya sabes, tirame una piedra o tócame con un palo desde lejos-
-Lo tendré en cuenta-
El elfo asomaría una breve sonrisa ante el ultimo comentario del felino, quien debido a que le faltaba un ojo, no logro captar del todo lo que ocurría a su alrededor, por lo mismo no pudo ver el gesto del rubio, luego de caminar por unos minutos no tardaron mucho en encontrar a las mujeres, sin embargo, ambos notaron algo extraño, ambas parecían marchar de forma errática.
-La Gigantona si se veía medio cansada, pero Alitas se veía en mejores condiciones, ¿Crees que estén por colapsar?-
-No creo, Ava estaba en mejores condiciones que la otra mujer, creo que hay algo mas, ¿Estas en condiciones de luchar nuevamente?-
-Siempre-
Ambos asintieron y comenzaron a seguirlas a la distancia...
-Muy bien, creo que ya se como lo llevare- señalaría el elfo al momento que se preparaba para levantar a Avogato, sin embargo, basto con que el rubio de orejas puntiagudas sujetara al felino por una de sus extremidades, para que Avogato despertara sobresaltado y alerta, preparado para asestarle un golpe a su benefactor. Por suerte el felino se detuvo a tiempo y tanto el elfo como el hombre bestia estaban mirándose sorprendidos y agitados.
-¿Cuanto tiempo estuve inconsciente?-
-No ha pasado mucho, menos mal que te has despertado, ya me estaba resignando a cargarte-
-Oh.. Lo siento, despertar sobresaltado es como un acto reflejo, no puedo evitarlo... En especial con la noche que he tenido-
-Tranquilo es comprensible, si ya estas en condiciones, seria bueno que alcancemos a las chicas-
-Si, tienes razón, gracias por prestarme ayuda, para la próxima ya sabes, tirame una piedra o tócame con un palo desde lejos-
-Lo tendré en cuenta-
El elfo asomaría una breve sonrisa ante el ultimo comentario del felino, quien debido a que le faltaba un ojo, no logro captar del todo lo que ocurría a su alrededor, por lo mismo no pudo ver el gesto del rubio, luego de caminar por unos minutos no tardaron mucho en encontrar a las mujeres, sin embargo, ambos notaron algo extraño, ambas parecían marchar de forma errática.
-La Gigantona si se veía medio cansada, pero Alitas se veía en mejores condiciones, ¿Crees que estén por colapsar?-
-No creo, Ava estaba en mejores condiciones que la otra mujer, creo que hay algo mas, ¿Estas en condiciones de luchar nuevamente?-
-Siempre-
Ambos asintieron y comenzaron a seguirlas a la distancia...
Nero Crimson
Borracho de Aerandir
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El Bosque de Oro
Temporada de Lluvias
Temporada de Lluvias
De un momento a otro el pequeñín, que difícilmente podía ver, cayó exhausto. Admito que al principio no pude notarlo hasta que el elfo se encargó de auxiliarlo, sentí algo de vergüenza, mi estatura en este momento me había hecho una mala jugada. - Si necesitas un descanso creo que podemos turnarnos. Gracias a ti el brazo y mis heridas han sanado. - Le expliqué en un gesto de cordialidad y sí quizás sentí algo de culpa al no darme cuenta al principio.
Fue en ese mismo momento que Ava alertó que alguien estaba cerca, al principio - por instinto - tomé mi látigo, pero me desconcerté al escuchar de ella que aquella voz me llamaba. Pensé en Gaegel pero era imposible, de lo contrario la medalla hubiese vibrado, pero ¿Y si la había perdido? Negué la cabeza, no, no podía ser él. La voz se acercaba y era más audible y distinguible para mí. - Es mi hermano... - dije apenas audible para la chica pues hablé para mis adentros. Sentí emoción, quería llorar de alegría. Era Meleis, no cabía duda, había venido en mi búsqueda.
- ¡Meraxes! ¡Señor Gaegel! - Se escuchaba más claro. Giré hacia la dirección de la voz. Mi sonrisa era evidente.
- ¡Meleis! ¡Por aquí! ¡Meleis! - Fui hacia esa dirección a paso rápido, sentía que las lagrimas podrían correr, algo que pocas veces o últimamente tras convivir con Gaegel y él era muy común. Bajaba mi guardia.
- ¡Meraxes! - Volvía a escucharse con un sonido más esperanzador y alegre, la distancia se acortaba. Lo veía a la distancia y corríamos uno hacia el otro.
Al estar lo suficientemente cerca nos fundimos en un fuerte abrazo. Meleis, más sensible que yo comenzó a llorar, lo estreché entre mis brazos con la poca fuerza que tenía. - Gracias a los dioses estás aquí. Pensé que no te encontraría. - Decía entre sollozos.
No era capaz de hablar, si lo hacía seguramente lloraría. - ¿Estás bien? ¿Estás herida? ¿Dónde está el señor Gaegel? - Hizo una pregunta tras otra en la medida que miraba por sobre mi hombro para ver quienes me acompañaban.
Respiré profundo y le sonreí dulcemente. - Estoy bien. Gaegel... bueno él ... no sé dónde está. - Finalicé con cierta tristeza. - Ellos son Ava, la joven de cabello negro. ... Avogato, el gato y el es... - No recordaba su nombre o que me lo hubiera dicho - Gracias a él estoy mejor.
- Es un gusto conocerlos. Mi nombre es Meleis, soy el hermano menor de Meraxes. Gracias por cuidar de mi hermana. - Hizo una ligera reverencia al grupo.
Fue en ese mismo momento que Ava alertó que alguien estaba cerca, al principio - por instinto - tomé mi látigo, pero me desconcerté al escuchar de ella que aquella voz me llamaba. Pensé en Gaegel pero era imposible, de lo contrario la medalla hubiese vibrado, pero ¿Y si la había perdido? Negué la cabeza, no, no podía ser él. La voz se acercaba y era más audible y distinguible para mí. - Es mi hermano... - dije apenas audible para la chica pues hablé para mis adentros. Sentí emoción, quería llorar de alegría. Era Meleis, no cabía duda, había venido en mi búsqueda.
- ¡Meraxes! ¡Señor Gaegel! - Se escuchaba más claro. Giré hacia la dirección de la voz. Mi sonrisa era evidente.
- ¡Meleis! ¡Por aquí! ¡Meleis! - Fui hacia esa dirección a paso rápido, sentía que las lagrimas podrían correr, algo que pocas veces o últimamente tras convivir con Gaegel y él era muy común. Bajaba mi guardia.
- ¡Meraxes! - Volvía a escucharse con un sonido más esperanzador y alegre, la distancia se acortaba. Lo veía a la distancia y corríamos uno hacia el otro.
Al estar lo suficientemente cerca nos fundimos en un fuerte abrazo. Meleis, más sensible que yo comenzó a llorar, lo estreché entre mis brazos con la poca fuerza que tenía. - Gracias a los dioses estás aquí. Pensé que no te encontraría. - Decía entre sollozos.
No era capaz de hablar, si lo hacía seguramente lloraría. - ¿Estás bien? ¿Estás herida? ¿Dónde está el señor Gaegel? - Hizo una pregunta tras otra en la medida que miraba por sobre mi hombro para ver quienes me acompañaban.
Respiré profundo y le sonreí dulcemente. - Estoy bien. Gaegel... bueno él ... no sé dónde está. - Finalicé con cierta tristeza. - Ellos son Ava, la joven de cabello negro. ... Avogato, el gato y el es... - No recordaba su nombre o que me lo hubiera dicho - Gracias a él estoy mejor.
- Es un gusto conocerlos. Mi nombre es Meleis, soy el hermano menor de Meraxes. Gracias por cuidar de mi hermana. - Hizo una ligera reverencia al grupo.
- Off:
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Outfit Meleis
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- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
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Meraxes
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Tras el repentino despertar del felino, Ivaran se quedó algo más tranquilo, ya no tendría que cargarlo y por tanto, su secreto seguiría a salvo. Sin embargo, el extraño y errático andar de la cuerva los puso en alerta nuevamente, aunque pronto descubrirían que no había de qué preocuparse.
Para alivio de la morena, Meraxes no tardó en reconocer la voz que la llamaba, revelando que se trataba de su hermano Meleis, hacia el cual se lanzó rápidamente para fundirse en un abrazo en cuanto lo alcanzó. Ava los observó con alivio, ya que después del relato de Avogato no le sorprendería que otra de aquellas molestas gárgolas les saliese al paso, y esperó a que los demás las alcanzasen.
- Has despertado, me alegro. - comentó a su aliado, al ver que se había recuperado de su colapso. - ¿Quién es? - quiso saber entonces el elfo, señalando con un gesto al extraño. - Su hermano. - respondió la alada, provocando que el peliblanco se quedase mirando la escena con una expresión difícil de descifrar.
Aquella era una muestra de afecto de lo más normal entre familiares y seres queridos, pero le parecía algo irónico contemplarla teniendo a Ava a su lado, aunque por supuesto, que tuviesen la misma madre no haría que la considerase como algo más que una simple desconocida. No sabía casi nada acerca de ella, la había reconocido por pura casualidad basándose en la descripción de sus rasgos bestiales y el nombre que Celene le había revelado años atrás, nada más.
Tampoco tenía intención de contarle quién era y el parentesco que compartían, mucho menos de ejercer de hermano mayor con ella. El único objetivo que lo movía a seguirla era descubrir qué posibles virtudes poseía para que la mujer que los trajo al mundo no estuviese dispuesta a renunciar a la joven.
Dejando eso de lado, cuando se fijó con más detenimiento sobre aquel par notó algo, el flujo de éter que recorría sus cuerpos, delatando que de una forma u otra, tenían relación con la magia. - Supongo que no es de mi incumbencia. - pensó, sin querer indagar más al respecto.
En silencio, tanto el elfo como la cuerva esperaron a que Meraxes y Meleis se pusiesen al día, momento en que llegó el turno de las presentaciones. Para no arriesgarse, por si la voz le fallaba al saludar al recién llegado, la Midgardiana se limitó a levantar un poco la mano cuando se refirió a ella, luego le llegó el turno a Avogato, y por último, al hijo de Sandorai. - Ivaran, igualmente. - contestó, inclinándose también ligeramente hacia delante. - No ha sido nada, tranquilo. - dijo, quitando importancia a su labor como sanador ya que era algo con lo que se había criado y al menos para él, curar a otros era una forma de honrar a Imbar y dar gracias por el don que le había otorgado.
- Bien, ahora que ya os habéis reunido, y sin saber si ese tal Gaegel sigue vagando por el bosque, creo que deberíamos seguir con el plan que teníamos y dirigirnos al pueblo, puede que encontremos a vuestro amigo allí. - propuso, para hacer partícipe de la situación también a Meleis. - Ava, ¿me prestas el mapa un momento? - preguntó, girándose hacia la morena. - Cl… claro. - musitó, entregándole el objeto, que seguía mostrando su destino. - Nos hemos desviado un poco de donde estábamos pero por suerte no nos hemos alejado de la ruta, y ya estamos todos listos… ¿nos vamos? - inquirió, echando un fugaz vistazo al felino para asegurarse de que el cansancio no volviese a jugarle otra mala pasada.
- Sí, de… deberíamos ponernos en marcha. - secundó la muchacha, tomándose un momento para cruzar unas palabras con el gato. - ¿Estás mejor? Cuando te desmayaste me hice cargo de esto… si quieres puedo llevarlo para que descanses un poco. - se ofreció, señalando el extraño recipiente que había recogido del suelo cuando Ivaran se ofreció a ser quien cargase al hombre bestia.
Off: Si quieren adelantar hasta llegar al pueblo o meter alguna cosa en el camino adelante.
Para alivio de la morena, Meraxes no tardó en reconocer la voz que la llamaba, revelando que se trataba de su hermano Meleis, hacia el cual se lanzó rápidamente para fundirse en un abrazo en cuanto lo alcanzó. Ava los observó con alivio, ya que después del relato de Avogato no le sorprendería que otra de aquellas molestas gárgolas les saliese al paso, y esperó a que los demás las alcanzasen.
- Has despertado, me alegro. - comentó a su aliado, al ver que se había recuperado de su colapso. - ¿Quién es? - quiso saber entonces el elfo, señalando con un gesto al extraño. - Su hermano. - respondió la alada, provocando que el peliblanco se quedase mirando la escena con una expresión difícil de descifrar.
Aquella era una muestra de afecto de lo más normal entre familiares y seres queridos, pero le parecía algo irónico contemplarla teniendo a Ava a su lado, aunque por supuesto, que tuviesen la misma madre no haría que la considerase como algo más que una simple desconocida. No sabía casi nada acerca de ella, la había reconocido por pura casualidad basándose en la descripción de sus rasgos bestiales y el nombre que Celene le había revelado años atrás, nada más.
Tampoco tenía intención de contarle quién era y el parentesco que compartían, mucho menos de ejercer de hermano mayor con ella. El único objetivo que lo movía a seguirla era descubrir qué posibles virtudes poseía para que la mujer que los trajo al mundo no estuviese dispuesta a renunciar a la joven.
Dejando eso de lado, cuando se fijó con más detenimiento sobre aquel par notó algo, el flujo de éter que recorría sus cuerpos, delatando que de una forma u otra, tenían relación con la magia. - Supongo que no es de mi incumbencia. - pensó, sin querer indagar más al respecto.
En silencio, tanto el elfo como la cuerva esperaron a que Meraxes y Meleis se pusiesen al día, momento en que llegó el turno de las presentaciones. Para no arriesgarse, por si la voz le fallaba al saludar al recién llegado, la Midgardiana se limitó a levantar un poco la mano cuando se refirió a ella, luego le llegó el turno a Avogato, y por último, al hijo de Sandorai. - Ivaran, igualmente. - contestó, inclinándose también ligeramente hacia delante. - No ha sido nada, tranquilo. - dijo, quitando importancia a su labor como sanador ya que era algo con lo que se había criado y al menos para él, curar a otros era una forma de honrar a Imbar y dar gracias por el don que le había otorgado.
- Bien, ahora que ya os habéis reunido, y sin saber si ese tal Gaegel sigue vagando por el bosque, creo que deberíamos seguir con el plan que teníamos y dirigirnos al pueblo, puede que encontremos a vuestro amigo allí. - propuso, para hacer partícipe de la situación también a Meleis. - Ava, ¿me prestas el mapa un momento? - preguntó, girándose hacia la morena. - Cl… claro. - musitó, entregándole el objeto, que seguía mostrando su destino. - Nos hemos desviado un poco de donde estábamos pero por suerte no nos hemos alejado de la ruta, y ya estamos todos listos… ¿nos vamos? - inquirió, echando un fugaz vistazo al felino para asegurarse de que el cansancio no volviese a jugarle otra mala pasada.
- Sí, de… deberíamos ponernos en marcha. - secundó la muchacha, tomándose un momento para cruzar unas palabras con el gato. - ¿Estás mejor? Cuando te desmayaste me hice cargo de esto… si quieres puedo llevarlo para que descanses un poco. - se ofreció, señalando el extraño recipiente que había recogido del suelo cuando Ivaran se ofreció a ser quien cargase al hombre bestia.
Off: Si quieren adelantar hasta llegar al pueblo o meter alguna cosa en el camino adelante.
Ava Kenrith
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El elfo y el felino estaban preparados para lo que fuera, por suerte, aquello solo era una reunión y el felino pudo respirar tranquilo ante lo cual se acercaron sin preocupaciones ante Alitas, Gigantona y Gigantón quien parecía ser su hermano, agradeció las palabras de Alitas sobre su recuperación con una leve reverencia.
Fue entonces que después de haberles dado un momento para que se pusieran al día Gigantona procedió a hacer las presentaciones, al escuchar como le presentaban como Avogato el gato, asintió y levanto su pata a modo de saludo, cuando el Gigantón les agradeció de cuidar a su hermana con una reverencia, el felino se llevo una mano a la cabeza y se rasco una oreja, técnicamente no había hecho nada así que no respondió mucho al gesto, cuando iban a reanudar la marcha Alitas le mostro el recipiente con forma de pergamino -Oh, ni siquiera había notado que no lo tenia, tienes mi agradecimiento Alitas, yo me hare cargo de eso ahora- diría mientras retomaba su recipiente.
Ya habían retomado el rumbo y casi al atardecer habían llegado finalmente al poblado que mencionaba Orejas -Bueno lo logramos, finalmente podremos descansar un poco, bueno gracias por todo yo tomare un descanso y tratare de reabastecerme un poco, nos vemos- señalo el felino quien procedería a hacer una seña para despedirse del grupo y procedería a buscar lo mas parecido a una posada para darle un descanso a sus adoloridos musculo y a su cuerpo exhausto.
Una vez había conseguido una habitación, dejo caer sus cosas y se recostó en la cama, se había ganado un buen descanso.
OFF: ya llegamos(?)
Fue entonces que después de haberles dado un momento para que se pusieran al día Gigantona procedió a hacer las presentaciones, al escuchar como le presentaban como Avogato el gato, asintió y levanto su pata a modo de saludo, cuando el Gigantón les agradeció de cuidar a su hermana con una reverencia, el felino se llevo una mano a la cabeza y se rasco una oreja, técnicamente no había hecho nada así que no respondió mucho al gesto, cuando iban a reanudar la marcha Alitas le mostro el recipiente con forma de pergamino -Oh, ni siquiera había notado que no lo tenia, tienes mi agradecimiento Alitas, yo me hare cargo de eso ahora- diría mientras retomaba su recipiente.
Ya habían retomado el rumbo y casi al atardecer habían llegado finalmente al poblado que mencionaba Orejas -Bueno lo logramos, finalmente podremos descansar un poco, bueno gracias por todo yo tomare un descanso y tratare de reabastecerme un poco, nos vemos- señalo el felino quien procedería a hacer una seña para despedirse del grupo y procedería a buscar lo mas parecido a una posada para darle un descanso a sus adoloridos musculo y a su cuerpo exhausto.
Una vez había conseguido una habitación, dejo caer sus cosas y se recostó en la cama, se había ganado un buen descanso.
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Nero Crimson
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El Bosque de Oro - Aldea de paso.
Temporada de Lluvias
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Tras aquel breve instante de presentaciones en el que el gato había despertado, retomamos a nueva cuenta el plan inicial: Ir
a la aldea y buscar a nuestros amigos.
Durante el trayecto le conté a Meleis lo sucedido en la recolección con todo el detalle posible, omitiendo claro que Nero era aquel dragón que atacó, eso me lo reservaría para más tarde. Él escuchaba y asentía de vez en cuando, un poco frustrado. - Debí venir con ustedes, pude haberle hecho frente a las gárgolas y a ese dragón. - Expresó bastante serio. - Espero que el señor Gaegel se encuentre bien y a salvo. - Suspiró pesadamente.
Asentí a eso último, estaba sumamente preocupada por Gaegel, y el hecho de que la medalla no vibrara o diera alguna leve señal de su presencia.
Meleis me prestó su apoyo en la jornada, y el trayecto fue mayoritariamente callado, creo que todos estábamos lo bastante cansados para querer expresar algo más. Estuve bastante alerta, aunque en vano debido a la peculiar calma que nos acompaño. ¿ De verdad esa bola de pelos se había encargado de todas las gárgolas?
Como fuera, llegamos a la mencionada aldea de camino. El primero en despedirse fue la bola de pelos. Por mi parte seguía sin percibir aquel vibrar de la medalla. Gaegel no estaba allí.
El pueblo no era la gran cosa, de hecho se podía apreciar cómo las pocas cabañas que habían y las "posadas" tenían tablas en las ventanas, como protección seguramente. Una que otra mirada se asomaba en las pequeñas líneas que dejaban una tabla de otra. Además había arañazos y cosas como caballerizas o corrales totalmente vacíos.
- Qué lugar tan... gris... - Pensé en voz alta. - Y oloroso...parece que algo murió aquí. - Añadió Meleis que de un momento a otro pareció que sus ojos se iluminaban. - Dijiste que había mucha carne fétida ¿cierto? - Me miró de reojo. - Observen los corrales, todos están vacíos, y los rasguños en la zona... además del aroma.
Nos vimos interrumpidos de pronto por un aldeano de apariencia tosca, tal vez en sus cuarenta.Su cara tenía rasguños, unos recientes, otros ya eran solo la costra. Magullado y con moretones, seguramente aquel sujeto había visto mejores días. - Hey forasteros... será mejor que entren y busquen refugio o los dioses se apiaden de ustedes si no... - Advirtió señalando la misma posada - y tal vez única- a la que se había marchado el gato.
- ¿Sucede algo, señor? - Preguntó mi hermano ya que hasta cierto punto estaba en mejores condiciones que yo.
- Vampiros y bestias de piedra - Contestó tajante.
a la aldea y buscar a nuestros amigos.
Durante el trayecto le conté a Meleis lo sucedido en la recolección con todo el detalle posible, omitiendo claro que Nero era aquel dragón que atacó, eso me lo reservaría para más tarde. Él escuchaba y asentía de vez en cuando, un poco frustrado. - Debí venir con ustedes, pude haberle hecho frente a las gárgolas y a ese dragón. - Expresó bastante serio. - Espero que el señor Gaegel se encuentre bien y a salvo. - Suspiró pesadamente.
Asentí a eso último, estaba sumamente preocupada por Gaegel, y el hecho de que la medalla no vibrara o diera alguna leve señal de su presencia.
Meleis me prestó su apoyo en la jornada, y el trayecto fue mayoritariamente callado, creo que todos estábamos lo bastante cansados para querer expresar algo más. Estuve bastante alerta, aunque en vano debido a la peculiar calma que nos acompaño. ¿ De verdad esa bola de pelos se había encargado de todas las gárgolas?
Como fuera, llegamos a la mencionada aldea de camino. El primero en despedirse fue la bola de pelos. Por mi parte seguía sin percibir aquel vibrar de la medalla. Gaegel no estaba allí.
El pueblo no era la gran cosa, de hecho se podía apreciar cómo las pocas cabañas que habían y las "posadas" tenían tablas en las ventanas, como protección seguramente. Una que otra mirada se asomaba en las pequeñas líneas que dejaban una tabla de otra. Además había arañazos y cosas como caballerizas o corrales totalmente vacíos.
- Qué lugar tan... gris... - Pensé en voz alta. - Y oloroso...parece que algo murió aquí. - Añadió Meleis que de un momento a otro pareció que sus ojos se iluminaban. - Dijiste que había mucha carne fétida ¿cierto? - Me miró de reojo. - Observen los corrales, todos están vacíos, y los rasguños en la zona... además del aroma.
Nos vimos interrumpidos de pronto por un aldeano de apariencia tosca, tal vez en sus cuarenta.Su cara tenía rasguños, unos recientes, otros ya eran solo la costra. Magullado y con moretones, seguramente aquel sujeto había visto mejores días. - Hey forasteros... será mejor que entren y busquen refugio o los dioses se apiaden de ustedes si no... - Advirtió señalando la misma posada - y tal vez única- a la que se había marchado el gato.
- ¿Sucede algo, señor? - Preguntó mi hermano ya que hasta cierto punto estaba en mejores condiciones que yo.
- Vampiros y bestias de piedra - Contestó tajante.
- Off:
- Pues ya que parece que Nero se adelantó de más, compliquemos entonces las cosas acá en el pueblo.Outfit
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Outfit Meleis
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull (Cría de Gomejo) [Con Meleis]
- Hongos de Lithe. [Dentro de bolsa de viajero]
-Trampa de Red [Dentro de bolsa de viajero]
- Inventario Meleis:
- - Poción de Salud Diluida
- Medicina multipropósito
- Armaduras de Fieras Ligera [Encantamiento Pudor]
Meraxes
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
En cuanto Avogato, algo más recuperado, tomó de vuelta su recipiente, todos se pusieron en marcha hacia aquel poblado que salía en el mapa, esperando llegar antes de que cayese la noche. Por suerte el trayecto transcurrió de forma tranquila, permitiendo a Meraxes y Meleis ponerse al día sobre lo ocurrido en el círculo de Guldtrads mientras Ava e Ivaran avanzaban en silencio, atentos a cuanto los rodeaba para evitar sorpresas.
Cuando al atardecer, los agudos ojos de ambos atisbaron las primeras cabañas, el alivio se reflejó en sus rostros, lo habían conseguido, pero la aldea no era exactamente como esperaban. Nadie diría que se trataba de un enlace comercial entre el Bosque de Oro y Sacrestic, más bien parecía el escenario de una feroz batalla. Ventanas tapiadas con tablones de madera, arañazos en las puertas y tejados, el pútrido olor de la sangre que llegaba desde la zona en que se encontraban los corrales y establos, todo apuntaba a que aquel lugar había sufrido más de un ataque.
Pero ni siquiera eso detuvo al felino, que nada más llegar se despidió del grupo para buscar un sitio en que descansar y reponerse. Los demás se quedaron observando la devastada escena durante unos instantes más, hasta que Meleis mencionó algo que captó la atención de la cuerva. - En… entonces las gárgolas atacaron este pueblo antes de ir a la zona de recolección… - comentó en voz baja, reconociendo aquella peste a carne podrida.
Tenía sentido, las lluvias habían afectado a la zona, retrasando la temporada de recolección de Guld y alejando a la gente de aquellos bosques, con lo que en busca de una comida fácil, las bestias habían empezado a rondar la aldea y a sus habitantes. - Los rumores… - susurró, trayendo a la mente la conversación que había escuchado en Sacrestic antes de tomar parte en todo aquello. - E… en la ciudad se hablaba de los recientes ataques de unas peligrosas criaturas… este asentamiento debe ser el origen de ello. - alcanzó a decir, antes de que un extraño de aspecto bastante maltrecho les saliese al paso para sugerirles que se refugiasen en una de las cabañas.
Cuando Meleis quiso saber el motivo de su recomendación, éste confirmó las sospechas de la morena, aquel lugar estaba en el punto de mira de las gárgolas, pero no solo de ellas, también de los vampiros que se movían por aquellas tierras. - Deberíamos hacerle caso, pronto anochecerá. - intervino Ivaran, encaminándose en la dirección que señalaba, seguido de la Midgardiana, que tampoco quería estar allí fuera cuando el sol terminase de ocultarse.
- Es evidente que han sufrido varios asaltos de esos animales. - habló de nuevo, una vez dentro. - Sí, prácticamente todas las noches… supongo que se han quedado sin alimento por el mal tiempo, por eso se están ensañando con nosotros… - respondió el hombre, dejándose caer pesadamente en la primera silla que encontró. El ambiente dentro de la posada era tenso y deprimente, los pocos que se ocultaban allí dentro también estaban heridos, en menor o mayor medida, y esperaban en silencio a que todo volviese a empezar, rezando para que las defensas del edificio aguantasen hasta el día siguiente.
- Como ven, no es el mejor momento para ir deambulando por esta zona, ¿qué los ha traído hasta aquí? - preguntó, mirándolos con curiosidad. - La… la recolección de Guld. - dijo Ava, ya que a excepción de Meleis, los demás habían ido a parar al Bosque de Oro por aquel motivo. - Ya veo, esos insensatos no hicieron caso a nuestras advertencias y siguieron adelante. - soltó, suspirando con cierta frustración. - Tienen suerte de haber salido ilesos… - prosiguió, echándoles un vistazo antes de recordar algo extraño que había pasado la noche anterior.
- Entonces quizá puedan explicarme lo de anoche, de pronto sentimos temblar el suelo y escuchamos unos rugidos espeluznantes, nos asustó mucho, creíamos que el fin se acercaba… - relató, y varios de los habitantes de la aldea que estaban presentes se estremecieron al escucharlo. - Fue cosa de un dragón, irrumpió en el círculo de Guldtrads y comenzó a pelear con las gárgolas. - le reveló el elfo, sorprendiéndolo. - ¿Un dragón? pues espero que haya matado a todas esas malditas alimañas. - soltó sin miramientos, agradeciendo cualquier ayuda que su gente pudiese recibir sin importar de dónde o quién viniese.
- ¿Po… por qué no se marchan de aquí? Podrían ir a Sacrestic. - sugirió la cuerva, percibiendo el miedo que atenazaba a aquellas personas. - Me temo que no es tan fácil, las gárgolas acabaron con nuestros caballos hace más de una semana, ya no podemos usar los carros y enfrentar un viaje a pie tal como estamos solo nos pondría a merced de los vampiros. - contestó con tono cansado, seguramente de pasar las noches en vela.
La cosa no pintaba nada bien para aquel pueblo, en cuanto la comida faltase se debilitarían rápidamente, necesitaban ayuda de forma desesperada, pero ¿qué podían hacer para mejorar su situación?
- Hay muchos heridos, dejen que los trate. - se ofreció Ivaran inmediatamente, y sin nada mejor que aportar, Ava acompañó al peliblanco y se dedicó a apoyarlo con las tareas sencillas, como limpiar y vendar los cortes.
Para cuando acabaron, el sol ya había desaparecido tras el horizonte, dando paso al oscuro manto nocturno, bajo el cual campaban a sus anchas todo tipo de bestias.
Cuando al atardecer, los agudos ojos de ambos atisbaron las primeras cabañas, el alivio se reflejó en sus rostros, lo habían conseguido, pero la aldea no era exactamente como esperaban. Nadie diría que se trataba de un enlace comercial entre el Bosque de Oro y Sacrestic, más bien parecía el escenario de una feroz batalla. Ventanas tapiadas con tablones de madera, arañazos en las puertas y tejados, el pútrido olor de la sangre que llegaba desde la zona en que se encontraban los corrales y establos, todo apuntaba a que aquel lugar había sufrido más de un ataque.
Pero ni siquiera eso detuvo al felino, que nada más llegar se despidió del grupo para buscar un sitio en que descansar y reponerse. Los demás se quedaron observando la devastada escena durante unos instantes más, hasta que Meleis mencionó algo que captó la atención de la cuerva. - En… entonces las gárgolas atacaron este pueblo antes de ir a la zona de recolección… - comentó en voz baja, reconociendo aquella peste a carne podrida.
Tenía sentido, las lluvias habían afectado a la zona, retrasando la temporada de recolección de Guld y alejando a la gente de aquellos bosques, con lo que en busca de una comida fácil, las bestias habían empezado a rondar la aldea y a sus habitantes. - Los rumores… - susurró, trayendo a la mente la conversación que había escuchado en Sacrestic antes de tomar parte en todo aquello. - E… en la ciudad se hablaba de los recientes ataques de unas peligrosas criaturas… este asentamiento debe ser el origen de ello. - alcanzó a decir, antes de que un extraño de aspecto bastante maltrecho les saliese al paso para sugerirles que se refugiasen en una de las cabañas.
Cuando Meleis quiso saber el motivo de su recomendación, éste confirmó las sospechas de la morena, aquel lugar estaba en el punto de mira de las gárgolas, pero no solo de ellas, también de los vampiros que se movían por aquellas tierras. - Deberíamos hacerle caso, pronto anochecerá. - intervino Ivaran, encaminándose en la dirección que señalaba, seguido de la Midgardiana, que tampoco quería estar allí fuera cuando el sol terminase de ocultarse.
- Es evidente que han sufrido varios asaltos de esos animales. - habló de nuevo, una vez dentro. - Sí, prácticamente todas las noches… supongo que se han quedado sin alimento por el mal tiempo, por eso se están ensañando con nosotros… - respondió el hombre, dejándose caer pesadamente en la primera silla que encontró. El ambiente dentro de la posada era tenso y deprimente, los pocos que se ocultaban allí dentro también estaban heridos, en menor o mayor medida, y esperaban en silencio a que todo volviese a empezar, rezando para que las defensas del edificio aguantasen hasta el día siguiente.
- Como ven, no es el mejor momento para ir deambulando por esta zona, ¿qué los ha traído hasta aquí? - preguntó, mirándolos con curiosidad. - La… la recolección de Guld. - dijo Ava, ya que a excepción de Meleis, los demás habían ido a parar al Bosque de Oro por aquel motivo. - Ya veo, esos insensatos no hicieron caso a nuestras advertencias y siguieron adelante. - soltó, suspirando con cierta frustración. - Tienen suerte de haber salido ilesos… - prosiguió, echándoles un vistazo antes de recordar algo extraño que había pasado la noche anterior.
- Entonces quizá puedan explicarme lo de anoche, de pronto sentimos temblar el suelo y escuchamos unos rugidos espeluznantes, nos asustó mucho, creíamos que el fin se acercaba… - relató, y varios de los habitantes de la aldea que estaban presentes se estremecieron al escucharlo. - Fue cosa de un dragón, irrumpió en el círculo de Guldtrads y comenzó a pelear con las gárgolas. - le reveló el elfo, sorprendiéndolo. - ¿Un dragón? pues espero que haya matado a todas esas malditas alimañas. - soltó sin miramientos, agradeciendo cualquier ayuda que su gente pudiese recibir sin importar de dónde o quién viniese.
- ¿Po… por qué no se marchan de aquí? Podrían ir a Sacrestic. - sugirió la cuerva, percibiendo el miedo que atenazaba a aquellas personas. - Me temo que no es tan fácil, las gárgolas acabaron con nuestros caballos hace más de una semana, ya no podemos usar los carros y enfrentar un viaje a pie tal como estamos solo nos pondría a merced de los vampiros. - contestó con tono cansado, seguramente de pasar las noches en vela.
La cosa no pintaba nada bien para aquel pueblo, en cuanto la comida faltase se debilitarían rápidamente, necesitaban ayuda de forma desesperada, pero ¿qué podían hacer para mejorar su situación?
- Hay muchos heridos, dejen que los trate. - se ofreció Ivaran inmediatamente, y sin nada mejor que aportar, Ava acompañó al peliblanco y se dedicó a apoyarlo con las tareas sencillas, como limpiar y vendar los cortes.
Para cuando acabaron, el sol ya había desaparecido tras el horizonte, dando paso al oscuro manto nocturno, bajo el cual campaban a sus anchas todo tipo de bestias.
Ava Kenrith
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
ya llegando el atardecer el borracho fue encontrado por algunos aldeanos quienes en una carreta le llevaron rápidamente hacia el pueblo mas cercano en busca de ayuda, luego de parcharlo y darle una muleta, el borracho se encontraba en busca de información, sin embargo, ese poblado no es el mismo donde el gato se encontraba y ambas historias no podían ser mas diferentes.
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y así concluimos la aparición obligatoria del pj principal cada tantos post XD*
Avogato se hallaba en su cama, durmiendo plácidamente y soñando con lugares donde todos los humanos le atendían, comía pescado y bebía leche siempre que quería, no necesitaba preocuparse de nada puesto que todas sus necesidades estaban cubiertas y cada tanto se molestaba en tirar algo por ahí solo para que alguien mas lo recogiera al rato, oh era todo maravilloso.... Hasta que una sensación de peligro le despertó.
-Era demasiado bueno para ser verdad- el felino se levanto molesto y tomando su recipiente bajo a la recepción o mejor dicho a lo que quedaba de ella, todo estaba lleno de herido y sus acompañantes trataban de ayudar a quienes pudieran -Prepárense tenemos...- antes de poder terminar la frase, el piso tembló levemente llamando la atención de los presentes.
Cuando algunos salieron a ver una... Cosa, no había descripción que el felino pudiera dar ya que era la primera vez que veía algo así, era una cosa de metal y tan grande como una casa la cual se movía lentamente pero con cada paso hacia temblar la tierra cada vez mas -necesito un arma... Ahora- señalaría el felino mientras se preparaba para matar a lo que sea que fuera eso.
OFF: es un proxie, vamos a luchar contra un [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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Avogato se hallaba en su cama, durmiendo plácidamente y soñando con lugares donde todos los humanos le atendían, comía pescado y bebía leche siempre que quería, no necesitaba preocuparse de nada puesto que todas sus necesidades estaban cubiertas y cada tanto se molestaba en tirar algo por ahí solo para que alguien mas lo recogiera al rato, oh era todo maravilloso.... Hasta que una sensación de peligro le despertó.
-Era demasiado bueno para ser verdad- el felino se levanto molesto y tomando su recipiente bajo a la recepción o mejor dicho a lo que quedaba de ella, todo estaba lleno de herido y sus acompañantes trataban de ayudar a quienes pudieran -Prepárense tenemos...- antes de poder terminar la frase, el piso tembló levemente llamando la atención de los presentes.
Cuando algunos salieron a ver una... Cosa, no había descripción que el felino pudiera dar ya que era la primera vez que veía algo así, era una cosa de metal y tan grande como una casa la cual se movía lentamente pero con cada paso hacia temblar la tierra cada vez mas -necesito un arma... Ahora- señalaría el felino mientras se preparaba para matar a lo que sea que fuera eso.
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Nero Crimson
Borracho de Aerandir
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El Bosque de Oro - Aldea de paso.
Temporada de Lluvias
Temporada de Lluvias
La respuestas de Ava, complementaban bastante bien los comentarios de Meleis. Tal vez aquella aldea había sido el epicentro de semejante caos que se expandió tal cual onda.
La llegada de aquel tosco hombre nos puso en alerta, además de estar de acuerdo que no era buena idea seguir allí tan vulnerables. Asentí ante las palabras de Ivaran y sin más marchamos todos juntos a sitio "seguro".
Entramos y nos sentamos donde pudimos, la verdad es que me sentía bastante cansada y por un momento dormité. No obstante mi estado de alerta me despertó al escuchar las voces del elfo y el sujeto. Estaba contando una historia de interés. Meleis, se encontraba a mi lado prestando suma atención al hombre.
Me mantuve en silencio, todo lo que podía aportar ya los otros dos lo habían hecho. Para cuando hablaron de los heridos, sentí la mirada de mi hermano. - Ve con ellos, estoy bien. - Le dije. Él se levantó y llamó la atención de Ava. - Señorita Ava. Tal vez esto pueda servirles. No es mucho pero quizás rinda un poco en dosis pequeñas. - Le tendió el frasco de poción a fin de que lo heridos al menos pudieran moverse.
Mientras tanto, ahora que me encontraba sola con aquel hombre quizás negociar sería una buena idea. - Podemos escoltarlos. Al pueblo más cercano. - Dije rompiendo el silencio. - Su consciencia y la de su pueblo puede poner el precio. - Me levanté de mi asiento, un modo sutil de imponer carácter con mi altura.
El sujeto bufó pero por suerte la acciones previas de Ivaran, Ava y Meleis ayudaban. - Si tus amigos consiguen hacer algo con los heridos, haremos negocios. - No necesitaba más, estaba segura que esos tres conseguirían algo. - Trato hecho. - Extendí la diestra como gesto de formalidad - que fue correspondido - para sellar el trato, al menos eso nos garantizaría algo que no obtuvimos en la recolección, aeros.
No hubo más conversación. Volví a mi silla y esta vez si dormité, siendo arrullada por el sonido de la lluvia que había empezado a caer de forma tenue. Meleis ayudó a Ava e Ivaran en todo lo que requirieran, y una vez llegó la oscuridad las voces volvieron a resonar, un temblor y con ello la alerta, había problemas.
Temblor tras temblor me reincorporé y fui hacia la puerta a fin de asomarme y ver qué era la fuente de semejante ruido. - Tch... - Me tensé al verlo. Parecía una especie de biocibernetico, pero al mismo tiempo no lo era, sus pasos eran lentos, erráticos pero potentes. - ¡Ivaran, Ava. Lleven a los aldeanos a un lugar seguro! ¡Meleis te necesito aquí pero ya! - Comencé a gritar ordenes lo bastante alto.
Francamente no tenía idea de qué hacer y no sabía cómo lidiar con esa cosa. Tomé posesión de mi látigo y lo empuñé con la siniestra saliendo bajo el cielo lluvioso y aprovechar el terreno. El suelo mojado me daría algo que hasta ahora esa cosa carecía, velocidad. (1)
Me acerqué a no menos de diez metros de él maniobrando el arma y apuntando a sus piernas, con algo de suerte se volverían de piedra un rato y nos daría tiempo para pensar.
La llegada de aquel tosco hombre nos puso en alerta, además de estar de acuerdo que no era buena idea seguir allí tan vulnerables. Asentí ante las palabras de Ivaran y sin más marchamos todos juntos a sitio "seguro".
Entramos y nos sentamos donde pudimos, la verdad es que me sentía bastante cansada y por un momento dormité. No obstante mi estado de alerta me despertó al escuchar las voces del elfo y el sujeto. Estaba contando una historia de interés. Meleis, se encontraba a mi lado prestando suma atención al hombre.
Me mantuve en silencio, todo lo que podía aportar ya los otros dos lo habían hecho. Para cuando hablaron de los heridos, sentí la mirada de mi hermano. - Ve con ellos, estoy bien. - Le dije. Él se levantó y llamó la atención de Ava. - Señorita Ava. Tal vez esto pueda servirles. No es mucho pero quizás rinda un poco en dosis pequeñas. - Le tendió el frasco de poción a fin de que lo heridos al menos pudieran moverse.
Mientras tanto, ahora que me encontraba sola con aquel hombre quizás negociar sería una buena idea. - Podemos escoltarlos. Al pueblo más cercano. - Dije rompiendo el silencio. - Su consciencia y la de su pueblo puede poner el precio. - Me levanté de mi asiento, un modo sutil de imponer carácter con mi altura.
El sujeto bufó pero por suerte la acciones previas de Ivaran, Ava y Meleis ayudaban. - Si tus amigos consiguen hacer algo con los heridos, haremos negocios. - No necesitaba más, estaba segura que esos tres conseguirían algo. - Trato hecho. - Extendí la diestra como gesto de formalidad - que fue correspondido - para sellar el trato, al menos eso nos garantizaría algo que no obtuvimos en la recolección, aeros.
No hubo más conversación. Volví a mi silla y esta vez si dormité, siendo arrullada por el sonido de la lluvia que había empezado a caer de forma tenue. Meleis ayudó a Ava e Ivaran en todo lo que requirieran, y una vez llegó la oscuridad las voces volvieron a resonar, un temblor y con ello la alerta, había problemas.
Temblor tras temblor me reincorporé y fui hacia la puerta a fin de asomarme y ver qué era la fuente de semejante ruido. - Tch... - Me tensé al verlo. Parecía una especie de biocibernetico, pero al mismo tiempo no lo era, sus pasos eran lentos, erráticos pero potentes. - ¡Ivaran, Ava. Lleven a los aldeanos a un lugar seguro! ¡Meleis te necesito aquí pero ya! - Comencé a gritar ordenes lo bastante alto.
Francamente no tenía idea de qué hacer y no sabía cómo lidiar con esa cosa. Tomé posesión de mi látigo y lo empuñé con la siniestra saliendo bajo el cielo lluvioso y aprovechar el terreno. El suelo mojado me daría algo que hasta ahora esa cosa carecía, velocidad. (1)
Me acerqué a no menos de diez metros de él maniobrando el arma y apuntando a sus piernas, con algo de suerte se volverían de piedra un rato y nos daría tiempo para pensar.
- Off:
- - Meleis le da Ava por este tema la poción de salud diluida para que ayude a los heridos.
1 [Meraxes] Sé como el agua: [Pasiva] Mientras haya agua bajo mis pies, puedo deslizarme por esta con agilidad y usarla para impulsarme.
- Al golpear las piernas del Proxie activo el efecto del látigo.Castigo de Piedra [Encantamiento de Arma] Al golpear, se generará una delgada pero moderadamente pesada capa de piedra sobre la zona del impacto, por 30 segundos.Outfit
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- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
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- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull (Cría de Gomejo) [Con Meleis]
- Hongos de Lithe. [Dentro de bolsa de viajero]
-Trampa de Red [Dentro de bolsa de viajero]
- Inventario Meleis:
- - Poción de Salud Diluida
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Gracias al don sanador de Ivaran y a la poción que Meleis les entregó para ayudarlos, uniéndose a ellos en la tarea de tratar a los heridos, todos los presentes vieron aliviadas sus dolencias, algunos recuperándose casi por completo. Otros, los que se encontraban en peor estado, al menos notaron algo de mejoría, pero necesitarían un poco más de tiempo para estar en condiciones de salir de aquel pueblo.
Por desgracia, los espíritus no estaban de su parte aquella noche.
Un repentino temblor en el suelo puso en alerta a la cuerva, que de inmediato miró hacia la puerta, llevando instintivamente la diestra hacia su espalda en busca de Segadora. Meraxes no tardó en llegar hasta la entrada, y nada más ver lo que había fuera se volvió hacia el interior para pedir a la morena y al elfo que evacuaran a los aldeanos a un sitio seguro, cosa que no auguraba nada bueno.
Al verla salir, armada con su látigo, Ava fue hasta el umbral para ver de qué se trataba, abriendo desmesuradamente sus ambarinos ojos al posar la mirada sobre aquel enorme y extraño ser de metal. - ¿Qué ocurre? - preguntó Ivaran, llegando a su lado y deteniéndose en seco. - Un proxie, ¿por qué ha tenido que despertar justamente ahora? - soltó, captando la atención de la joven. - Sa… sabes lo que es, ¿cómo podemos detenerlo? - quiso saber, ya que aquel ser avanzaba hacia la aldea y de no hacer algo, destruiría todo a su paso.
- No será fácil, debemos alejar a los heridos tanto como sea posible antes de enfrentarlo. - indicó, siguiendo las indicaciones de la rubia. Y entonces una peluda silueta se abrió paso entre los curiosos, pidiendo un arma en cuanto atisbó el problema que se les venía encima. - Toma, no es una espada… pero al menos es algo. - respondió el peliblanco, tendiendo al felino sus dagas gemelas. - Démonos prisa Ava, tenemos que sacar a esta gente de aquí. - instó, internándose en el local para empezar a trasladar a la gente.
- ¡Rápido! ¡Éste lugar ya no es seguro! - exclamó, acudiendo junto al hombre que los había recibido para preguntar si había algún otro edificio al que pudiesen huir. - Hay un granero algo más apartado de las casas, pero no hemos podido reforzarlo… - respondió, visiblemente preocupado por su destino y el de sus vecinos. - No importa, nosotros lo defenderemos de ser necesario, ¡en marcha! - replicó enseguida, ayudando a uno de los humanos a ponerse en pie.
Pronto otros lo imitaron, y apoyándose los unos a los otros, comenzaron a salir de la posada, apartándose del proxie. - ¡Por aquí! - señaló el individuo, marcando el camino a seguir mientras Ava, ya con su imponente hacha en las manos, se encargaba de escoltarlos.
Desde lejos pudo ver como Meraxes trataba de debilitar las metálicas piernas del biocibernético, punto en el que, de llegar a tomar parte en el enfrentamiento, la Midgardiana también centraría sus esfuerzos.
Pero primero debían asegurarse de poner a salvo a los lugareños, y solo cuando por fin estuvieron dentro del granero, la cuerva se acercó al elfo con expresión decidida. - Tengo que ir con ellos. - comentó en voz baja, sujetando con fuerza el mango del arma. - Está bien, yo me quedaré a protegerlos. - contestó, echando mano a su arco, por si acaso. La morena asintió levemente con la cabeza y se giró, extendiendo las alas e ignorando el cansancio que aún atenazaba su cuerpo.
Batiendo con fuerza las negras extremidades, alzó el vuelo, manteniéndose a unos metros del suelo y esforzándose para ganar velocidad mientras se dirigía hacia el proxie. - ¡A un lado! - avisó, poco antes de echar a Segadora ligeramente hacia atrás para tomar aún más impulso del que llevaba y descargar un fuerte golpe contra una de las piernas de la criatura.[1]
La resistencia de aquella cosa hizo que el impacto también la afectase a ella, provocando que después del ataque saliese despedida unos metros hacia un lado, obligándola a frenar el retroceso hundiendo el filo del hacha en la tierra. - Es muy duro… no sé si podré cortarlo. - pensó, irguiéndose de nuevo y escrutando a su oponente con la mirada en busca de posibles puntos débiles.
Castigar las piernas para hacerlo caer parecía la opción más factible, pero pronto sus agudos ojos se clavaron en otra zona más pequeña, la que vendría siendo la cintura. - Si conseguimos dañarlo lo suficiente quizá se desmorone. - murmuró, planeando ya su próximo movimiento. - Si la unión se rompe el torso caerá, al menos debo intentarlo. - siguió en apenas un susurró, volviendo a abrir las alas para volver a la carga.
Ya en el aire, busco la espalda del enemigo para tener un mejor ángulo, y sin perder tiempo se lanzó hacia el proxie, poniendo gran parte de las fuerzas que le quedaban para que el filo de Segadora impactase de forma contundente contra las metálicas piezas.[2]
Off: Ivaran le entrega sus dagas gemelas a Avogato para que pueda pelear.
Habilidades utilizadas por Ava:
[1] Nivel 5: Embestida
[2] Nivel 2: Rompe armaduras
Por desgracia, los espíritus no estaban de su parte aquella noche.
Un repentino temblor en el suelo puso en alerta a la cuerva, que de inmediato miró hacia la puerta, llevando instintivamente la diestra hacia su espalda en busca de Segadora. Meraxes no tardó en llegar hasta la entrada, y nada más ver lo que había fuera se volvió hacia el interior para pedir a la morena y al elfo que evacuaran a los aldeanos a un sitio seguro, cosa que no auguraba nada bueno.
Al verla salir, armada con su látigo, Ava fue hasta el umbral para ver de qué se trataba, abriendo desmesuradamente sus ambarinos ojos al posar la mirada sobre aquel enorme y extraño ser de metal. - ¿Qué ocurre? - preguntó Ivaran, llegando a su lado y deteniéndose en seco. - Un proxie, ¿por qué ha tenido que despertar justamente ahora? - soltó, captando la atención de la joven. - Sa… sabes lo que es, ¿cómo podemos detenerlo? - quiso saber, ya que aquel ser avanzaba hacia la aldea y de no hacer algo, destruiría todo a su paso.
- No será fácil, debemos alejar a los heridos tanto como sea posible antes de enfrentarlo. - indicó, siguiendo las indicaciones de la rubia. Y entonces una peluda silueta se abrió paso entre los curiosos, pidiendo un arma en cuanto atisbó el problema que se les venía encima. - Toma, no es una espada… pero al menos es algo. - respondió el peliblanco, tendiendo al felino sus dagas gemelas. - Démonos prisa Ava, tenemos que sacar a esta gente de aquí. - instó, internándose en el local para empezar a trasladar a la gente.
- ¡Rápido! ¡Éste lugar ya no es seguro! - exclamó, acudiendo junto al hombre que los había recibido para preguntar si había algún otro edificio al que pudiesen huir. - Hay un granero algo más apartado de las casas, pero no hemos podido reforzarlo… - respondió, visiblemente preocupado por su destino y el de sus vecinos. - No importa, nosotros lo defenderemos de ser necesario, ¡en marcha! - replicó enseguida, ayudando a uno de los humanos a ponerse en pie.
Pronto otros lo imitaron, y apoyándose los unos a los otros, comenzaron a salir de la posada, apartándose del proxie. - ¡Por aquí! - señaló el individuo, marcando el camino a seguir mientras Ava, ya con su imponente hacha en las manos, se encargaba de escoltarlos.
Desde lejos pudo ver como Meraxes trataba de debilitar las metálicas piernas del biocibernético, punto en el que, de llegar a tomar parte en el enfrentamiento, la Midgardiana también centraría sus esfuerzos.
Pero primero debían asegurarse de poner a salvo a los lugareños, y solo cuando por fin estuvieron dentro del granero, la cuerva se acercó al elfo con expresión decidida. - Tengo que ir con ellos. - comentó en voz baja, sujetando con fuerza el mango del arma. - Está bien, yo me quedaré a protegerlos. - contestó, echando mano a su arco, por si acaso. La morena asintió levemente con la cabeza y se giró, extendiendo las alas e ignorando el cansancio que aún atenazaba su cuerpo.
Batiendo con fuerza las negras extremidades, alzó el vuelo, manteniéndose a unos metros del suelo y esforzándose para ganar velocidad mientras se dirigía hacia el proxie. - ¡A un lado! - avisó, poco antes de echar a Segadora ligeramente hacia atrás para tomar aún más impulso del que llevaba y descargar un fuerte golpe contra una de las piernas de la criatura.[1]
La resistencia de aquella cosa hizo que el impacto también la afectase a ella, provocando que después del ataque saliese despedida unos metros hacia un lado, obligándola a frenar el retroceso hundiendo el filo del hacha en la tierra. - Es muy duro… no sé si podré cortarlo. - pensó, irguiéndose de nuevo y escrutando a su oponente con la mirada en busca de posibles puntos débiles.
Castigar las piernas para hacerlo caer parecía la opción más factible, pero pronto sus agudos ojos se clavaron en otra zona más pequeña, la que vendría siendo la cintura. - Si conseguimos dañarlo lo suficiente quizá se desmorone. - murmuró, planeando ya su próximo movimiento. - Si la unión se rompe el torso caerá, al menos debo intentarlo. - siguió en apenas un susurró, volviendo a abrir las alas para volver a la carga.
Ya en el aire, busco la espalda del enemigo para tener un mejor ángulo, y sin perder tiempo se lanzó hacia el proxie, poniendo gran parte de las fuerzas que le quedaban para que el filo de Segadora impactase de forma contundente contra las metálicas piezas.[2]
Off: Ivaran le entrega sus dagas gemelas a Avogato para que pueda pelear.
Habilidades utilizadas por Ava:
[1] Nivel 5: Embestida
[2] Nivel 2: Rompe armaduras
Ava Kenrith
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Ante la petición de un arma Orejas salió a atenderle lanzándole un par de dagas gemelas -Gracias, hare lo posible por no romperlas- señalo el felino antes de ir a encarar a la creatura, su primer instinto fue apuñalarle pero como era de esperar la hoja reboto y apenas le dejo solo un rasguño a la creatura ante lo cual desistió de intentar matarlo de esa forma y enfundo las dagas en su cintura.
Gigantona apareció deslizándose y golpeando con su látigo una de las piernas de la creatura, estas se envolvieron en una capa de piedra que al momento de ser impactadas por el golpe de Alitas, se desmoronaron quitando también una parte del metal que envolvía a la creatura, cuando Alitas señalo su intención de atacar el engranaje, Avogato se apresuro en escalar a la creatura quien solo avanzaba, destruyendo cosas inevitablemente.
-Alto! Alitas espera, tengo una idea para acabarlo, no lo golpees aun- señalo el gato mientras procedía a hablar ahora con Gigantona -Gigantona!, si logro que se agache ¿Crees que puedas usar tu látigo para golpear ese engranaje? Alitas cuando Gigantona use su látigo tendrás unos segundos para ahora si golpearle con el hacha, he visto como han reaccionado antes y creo que con esa combinación podremos evitar que esta cosa siga avanzando, solo denme un minuto-
Señalo el felino mientras desenfundaba una de las dagas y cortaba parte de una de las enredaderas que rodeaban una de las extremidades metálicas y la introducía en parte del engranaje esta comenzó a despegarse del metal hasta cierto punto donde las enredaderas servían como amarras que comenzaron a tirar de la extremidad obligando a la creatura a sostenerse en 3 extremidades y dejándola en posición para que ambas mujeres le dieran el golpe de gracia, así como subió bajo rápidamente para ver como sus compañeras terminaban con aquella cosa.
Gigantona apareció deslizándose y golpeando con su látigo una de las piernas de la creatura, estas se envolvieron en una capa de piedra que al momento de ser impactadas por el golpe de Alitas, se desmoronaron quitando también una parte del metal que envolvía a la creatura, cuando Alitas señalo su intención de atacar el engranaje, Avogato se apresuro en escalar a la creatura quien solo avanzaba, destruyendo cosas inevitablemente.
-Alto! Alitas espera, tengo una idea para acabarlo, no lo golpees aun- señalo el gato mientras procedía a hablar ahora con Gigantona -Gigantona!, si logro que se agache ¿Crees que puedas usar tu látigo para golpear ese engranaje? Alitas cuando Gigantona use su látigo tendrás unos segundos para ahora si golpearle con el hacha, he visto como han reaccionado antes y creo que con esa combinación podremos evitar que esta cosa siga avanzando, solo denme un minuto-
Señalo el felino mientras desenfundaba una de las dagas y cortaba parte de una de las enredaderas que rodeaban una de las extremidades metálicas y la introducía en parte del engranaje esta comenzó a despegarse del metal hasta cierto punto donde las enredaderas servían como amarras que comenzaron a tirar de la extremidad obligando a la creatura a sostenerse en 3 extremidades y dejándola en posición para que ambas mujeres le dieran el golpe de gracia, así como subió bajo rápidamente para ver como sus compañeras terminaban con aquella cosa.
Nero Crimson
Borracho de Aerandir
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El Bosque de Oro - Aldea de paso.
Temporada de Lluvias
Temporada de Lluvias
Todos se habían puesto en marcha. El primero en llegar como apoyo no fue otro que esa pequeña bola de pelos que iba armado con un par de dagas.
Meleis, que una vez escuchó mi llamado de alerta, dejó a Bomull con los demás para ir en mi ayuda. Corriendo, ya en campo abiero, su forma y color cambiaban volviéndose una imponente y maravillosa bestia azulada. (1) (2) Su rugido se hizo notar y tal vez con eso aquella cosa se percatara en su andar del peligro que le acechaba.
Para ese momento la roca se deshizo, no había funcionado del todo pero ahora tenía un gran dragón delante de mí. - Intenta atrasarlo con un chorro de agua. - Le ordené a mi hermano que no tardó en acatar y apuntar a esa máquina. (3)
Avogato por su parte pareció tener una idea justo cuando Meleis logró apenas y hacerlo retroceder un par de metros. Igualmente la llegada de Ava nos dio más ventaja numérica.
Avogato no tardó en proponer un plan,a lo que asentí de inmediato. - Cubre al gato. - Le dije a mi hermano para que el ataque de esa cosa se centrara en él. Con su coraza natural seguramente podría resistir los golpes de aquella cosa mientras nosotros nos encargábamos del resto. Así, se encargo de sobrevolar a ras del suelo y servir de carnada. (4)
Me impulsé con las piernas (5) y fui justo detrás de la bolas de pelos. Aquel humanoide daba golpes torpes e imprecisos enfocados principalmente hacia el dragón que se encargaba de oponer resistencia. Salté lo suficiente como para ver el "camino despejado" que nos había dejado Avogato y con un movimiento sagaz de muñeca - y buena puntería - di el golpe que comenzó a transformar en piedra el lugar indicado.
Ante esto Meleis se apartó a fin de darle el espacio necesario a Ava para el golpe de gracia. Si todo salía bien, y ella lograba partirlo, la amenaza - esperaba- acabaría pronto, rezando para que aquello no hubiera atraído cosas peores a causa de tanto alboroto.
Ambos nos mantuvimos alertas, mirando con atención cuál desenlace tendría. Sostenía mi látigo al tiempo que Meleis mostraba sus dientes. En el peor de los casos, intentar devorarlo mordida a mordida sería un plan de respaldo.
Meleis, que una vez escuchó mi llamado de alerta, dejó a Bomull con los demás para ir en mi ayuda. Corriendo, ya en campo abiero, su forma y color cambiaban volviéndose una imponente y maravillosa bestia azulada. (1) (2) Su rugido se hizo notar y tal vez con eso aquella cosa se percatara en su andar del peligro que le acechaba.
Para ese momento la roca se deshizo, no había funcionado del todo pero ahora tenía un gran dragón delante de mí. - Intenta atrasarlo con un chorro de agua. - Le ordené a mi hermano que no tardó en acatar y apuntar a esa máquina. (3)
Avogato por su parte pareció tener una idea justo cuando Meleis logró apenas y hacerlo retroceder un par de metros. Igualmente la llegada de Ava nos dio más ventaja numérica.
Avogato no tardó en proponer un plan,a lo que asentí de inmediato. - Cubre al gato. - Le dije a mi hermano para que el ataque de esa cosa se centrara en él. Con su coraza natural seguramente podría resistir los golpes de aquella cosa mientras nosotros nos encargábamos del resto. Así, se encargo de sobrevolar a ras del suelo y servir de carnada. (4)
Me impulsé con las piernas (5) y fui justo detrás de la bolas de pelos. Aquel humanoide daba golpes torpes e imprecisos enfocados principalmente hacia el dragón que se encargaba de oponer resistencia. Salté lo suficiente como para ver el "camino despejado" que nos había dejado Avogato y con un movimiento sagaz de muñeca - y buena puntería - di el golpe que comenzó a transformar en piedra el lugar indicado.
Ante esto Meleis se apartó a fin de darle el espacio necesario a Ava para el golpe de gracia. Si todo salía bien, y ella lograba partirlo, la amenaza - esperaba- acabaría pronto, rezando para que aquello no hubiera atraído cosas peores a causa de tanto alboroto.
Ambos nos mantuvimos alertas, mirando con atención cuál desenlace tendría. Sostenía mi látigo al tiempo que Meleis mostraba sus dientes. En el peor de los casos, intentar devorarlo mordida a mordida sería un plan de respaldo.
- Off:
- 1 [Meleis] Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad
- 2 [Meleis] Durito y fuertecito [Nivel 2] [Pasiva] Mi armadura natural de escamas se encuentra mejor potenciada para resistir ataques físicos y proporcionar con más potencia embestidas o coletazos en mi forma bestial.
- 3 [Meleis] Aliento elemental: Puedo lanzar mi elemento afín desde mis entrañas en forma de dragón.
- 4 [Meleis] Habitante de los Cielos: Puedo volar en forma de dragón.
- 5 [Meraxes] Sé como el agua: [Pasiva] Mientras haya agua bajo mis pies, puedo deslizarme por esta con agilidad y usarla para impulsarme.
- Al golpear al Proxie activo el efecto del látigo.Castigo de Piedra [Encantamiento de Arma] Al golpear, se generará una delgada pero moderadamente pesada capa de piedra sobre la zona del impacto, por 30 segundos.
- Se activa el encantamiento Pudor de la armadura de Meleis al cambiar de forma.Outfit
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Outfit Meleis
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull (Cría de Gomejo) [Con Meleis]
- Hongos de Lithe. [Dentro de bolsa de viajero]
-Trampa de Red [Dentro de bolsa de viajero]
- Inventario Meleis:
- Poción de Salud Diluida
- Medicina multipropósito
- Armaduras de Fieras Ligera [Encantamiento Pudor]
Meraxes
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Como resultado del impacto de Segadora, una de las piezas metálicas que rodeaban la zona de la cintura del proxie se desprendió, pero no fue suficiente como para hacer que la criatura se desplomase. - Volveré a intentarlo. - pensó la cuerva, alejándose un poco de su objetivo para coger impulso en el aire, pero la voz de Avogato la detuvo antes de que se lanzase al ataque.
Tras observar con atención las habilidades de los presentes, el felino había ideado una forma de combinar sus fortalezas para detener al errático ser, y expuso su idea sin perder tiempo, dando instrucciones tanto a Meraxes como a ella.
Haciendo gala de una agilidad envidiable, el gato trepó por las patas del proxie y cortó una de las enredaderas que lo rodeaban para engancharla al engranaje al que la morena había echado el ojo, consiguiendo que tras unos instantes, su amenaza perdiese uno de los apoyos y quedase vulnerable.
Todo iba según el plan del peludo, pero la Midgardiana no pudo evitar sobresaltarse al ver que tenían a un dragón de su lado, y que se trataba de Meleis. - Entonces… ella también… - murmuró, desviando la vista hacia la rubia con curiosidad. Al igual que los hechiceros y los licántropos, la raza de los hermanos despertaba su interés, no solo por estar relacionada con la magia sino por todo lo relativo a las transformaciones.
Pero por supuesto, no era el mejor momento para distraerse con aquello, así que dejando de lado la sarta de preguntas que se le pasaban por la cabeza, hizo lo posible por centrarse para no echar a perder el plan de Avogato.
Usando al reptil como distracción, Meraxes no tuvo problemas para alcanzar a su felino aliado, y con un certero movimiento de muñeca, disparó la punta de su látigo hacia el punto que querían destruir, consiguiendo convertirlo en piedra. - Mi turno. - pensó, viendo como el dragón se alejaba para darle algo de espacio.
Sujetando con fuerza el mango de su hacha, la cuerva desplegó las alas y se alzó unos metros en el aire, batiéndolas con energía para ganar velocidad mientras se aproximaba a su objetivo. No podía permitirse fallar, así que bordeó a la criatura de metal y ascendió para amplificar el daño valiéndose no solo del peligroso filo de Segadora sino también de su propio peso para asestar un contundente tajo directamente sobre el petrificado engranaje.
Cuando consideró que estaba en el lugar adecuado, inició su vertiginoso descenso sobre la espalda del proxie, alzando su arma por encima de la cabeza en el momento preciso para descargar el golpe que con suerte, detendría definitivamente a aquella cosa. [1]
El sonoro chasquido que se escuchó a continuación dejó claro que había logrado cumplir su parte, pero ¿sería suficiente para hacer caer a su enemigo? No pudo saberlo de inmediato, ya que salió disparada hacia atrás a causa del impulso que llevaba.
Reaccionando por instinto, abrió por completo las negras extremidades para frenarse y estabilizarse, regresando al suelo junto a sus compañeros, sin apartar la vista del proxie. Allí se mantuvo expectante, por si la cosa no salía como esperaban y tenían que idear alguna forma alternativa de vencerlo.
Desde la distancia, ya que había adoptado el papel de defensor de los aldeanos, Ivaran seguía el desarrollo de la pelea gracias a su aguda visión, alerta y dispuesto a entrar en combate si era necesario, aunque lo que más le preocupaba era que todo aquel jaleo terminase atrayendo la atención de los vampiros de la zona.
Off: [1] Segundo uso de la habilidad de nivel 5: Embestida
Tras observar con atención las habilidades de los presentes, el felino había ideado una forma de combinar sus fortalezas para detener al errático ser, y expuso su idea sin perder tiempo, dando instrucciones tanto a Meraxes como a ella.
Haciendo gala de una agilidad envidiable, el gato trepó por las patas del proxie y cortó una de las enredaderas que lo rodeaban para engancharla al engranaje al que la morena había echado el ojo, consiguiendo que tras unos instantes, su amenaza perdiese uno de los apoyos y quedase vulnerable.
Todo iba según el plan del peludo, pero la Midgardiana no pudo evitar sobresaltarse al ver que tenían a un dragón de su lado, y que se trataba de Meleis. - Entonces… ella también… - murmuró, desviando la vista hacia la rubia con curiosidad. Al igual que los hechiceros y los licántropos, la raza de los hermanos despertaba su interés, no solo por estar relacionada con la magia sino por todo lo relativo a las transformaciones.
Pero por supuesto, no era el mejor momento para distraerse con aquello, así que dejando de lado la sarta de preguntas que se le pasaban por la cabeza, hizo lo posible por centrarse para no echar a perder el plan de Avogato.
Usando al reptil como distracción, Meraxes no tuvo problemas para alcanzar a su felino aliado, y con un certero movimiento de muñeca, disparó la punta de su látigo hacia el punto que querían destruir, consiguiendo convertirlo en piedra. - Mi turno. - pensó, viendo como el dragón se alejaba para darle algo de espacio.
Sujetando con fuerza el mango de su hacha, la cuerva desplegó las alas y se alzó unos metros en el aire, batiéndolas con energía para ganar velocidad mientras se aproximaba a su objetivo. No podía permitirse fallar, así que bordeó a la criatura de metal y ascendió para amplificar el daño valiéndose no solo del peligroso filo de Segadora sino también de su propio peso para asestar un contundente tajo directamente sobre el petrificado engranaje.
Cuando consideró que estaba en el lugar adecuado, inició su vertiginoso descenso sobre la espalda del proxie, alzando su arma por encima de la cabeza en el momento preciso para descargar el golpe que con suerte, detendría definitivamente a aquella cosa. [1]
El sonoro chasquido que se escuchó a continuación dejó claro que había logrado cumplir su parte, pero ¿sería suficiente para hacer caer a su enemigo? No pudo saberlo de inmediato, ya que salió disparada hacia atrás a causa del impulso que llevaba.
Reaccionando por instinto, abrió por completo las negras extremidades para frenarse y estabilizarse, regresando al suelo junto a sus compañeros, sin apartar la vista del proxie. Allí se mantuvo expectante, por si la cosa no salía como esperaban y tenían que idear alguna forma alternativa de vencerlo.
Desde la distancia, ya que había adoptado el papel de defensor de los aldeanos, Ivaran seguía el desarrollo de la pelea gracias a su aguda visión, alerta y dispuesto a entrar en combate si era necesario, aunque lo que más le preocupaba era que todo aquel jaleo terminase atrayendo la atención de los vampiros de la zona.
Off: [1] Segundo uso de la habilidad de nivel 5: Embestida
Ava Kenrith
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Nivel de PJ : : 5
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