El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
A pesar de mis grandes esfuerzos no pude hacer nada que realmente contribuyera de gran manera al combate, por ello decidí buscar una mejor arma con la que pudiera hacerle frente a la armadura o por lo menos con la que pudiera hacer un poco más de daño.
Entonces, fue en ese momento que me encontraba apartado cuando los demás lanzaron sus ataques con la esperanza de poder destruir la armadura, uno de ellos se encargaría de atacar lugares estratégicos como las junturas, mientras que el otro decidió hacer algo más llamativo y formó de la nada una especie de vórtice formado de fuego para rodearse con éste, de eso modo… Realmente no estoy muy seguro de qué quería lograr ya que la armadura no se vería afectado por eso, a menos que el brujo lograra producir una gran cantidad de calor pero eso también pondría en peligro a su compañero.
El lado positivo de todo eso fue que pude observar la forma de luchar de cada uno de los presentes y así saber tanto sus nombres como la raza a la que pertenecía uno de ellos, sin embargo del peliblanco no pude saber mucho además de su habilidad con la espada -(Qué curioso, aquel sujeto se llama Vincent, tal vez debí presentarme con un nombre que no fuese tan parecido al suyo)- Pensé mientras contemplaba el combate.
Dejando esos detalles de lado, me preparé para seguir luchando contra la persistente armadura, pero antes guardé mi espada para tomar otra que se encontraba simplemente adornando la sala -(No puede ser, hasta los adornos son de calidad)- Realmente quedé asombrado por el buen diseño de la hoja metálica, era una hermosa obra de arte digna de alabanzas, sin embargo era un poco más pesada de lo que esperaba, así que no tuve de otra que sujetarla con las dos manos.
Una vez preparado, emprendí una vertiginosa carrera hacia la armadura y al encontrarme a la distancia correcta salté lo más alto posible para luego dejarme caer lanzando un poderoso ataque vertical descendente, y al lograr acertar se dejó escuchar un estruendoso sonido del chocar de los metales que hizo eco por toda la sala.
Desafortunadamente no logré destruir la armadura con ese ataque que debió ser el definitivo, pero por lo menos pude dejarle una gran hendidura en su hombro izquierdo y eso le dificultó bastante poder mover el brazo de ese lado, sin embargo, la armadura no reaccionó muy bien y repentinamente lanzó un potente ataque con el que logró dejar a Vincent fuera de combate -(Genial, uno menos)- Fue lo único que pensé, finalmente me había librado de uno.
Ahora que Vincent había dejado el combate decidí decir algo al respecto -Geralt, ya ves lo que sucede por no esforzarte- Exclamé como si estuviera molesto por su incapacidad de poder derrotar a la armadura rápidamente, aunque tal vez él sabía muy bien que todo era culpa mía en primer lugar.
A pesar de que la armadura había noqueado a Vincent, todavía seguía ignorando al resto y aproveché eso para seguir lanzando una sucesión de ataques que lentamente fueron dejando una gran cantidad de quebraduras a la coraza, y aunque no lo había dejado en un estado crítico, por lo menos estaba perfecto para que el peliblanco se encargara de dar el gran golpe de gracia -Vamos Geralt, acábalo- Exclamé para motivarlo.
No obstante, en ese mismo instante retrocedí un par de pasos para luego dejarme caer al piso para descansar, o eso era lo que quería hacer creer, ya que en realidad estaba ocultándome entre las filas de armaduras y armas -(Ya tardé demasiado, es hora de continuar. Seguramente Bio no ha tenido problemas y yo soy el que ha tenido la mala suerte de ser descubierto)- Pensé mientras me escabullía sigilosamente hasta llegar lo más rápido posible a la salida, y una vez ahí emprendí una carrera hacia las escaleras…
Entonces, fue en ese momento que me encontraba apartado cuando los demás lanzaron sus ataques con la esperanza de poder destruir la armadura, uno de ellos se encargaría de atacar lugares estratégicos como las junturas, mientras que el otro decidió hacer algo más llamativo y formó de la nada una especie de vórtice formado de fuego para rodearse con éste, de eso modo… Realmente no estoy muy seguro de qué quería lograr ya que la armadura no se vería afectado por eso, a menos que el brujo lograra producir una gran cantidad de calor pero eso también pondría en peligro a su compañero.
El lado positivo de todo eso fue que pude observar la forma de luchar de cada uno de los presentes y así saber tanto sus nombres como la raza a la que pertenecía uno de ellos, sin embargo del peliblanco no pude saber mucho además de su habilidad con la espada -(Qué curioso, aquel sujeto se llama Vincent, tal vez debí presentarme con un nombre que no fuese tan parecido al suyo)- Pensé mientras contemplaba el combate.
Dejando esos detalles de lado, me preparé para seguir luchando contra la persistente armadura, pero antes guardé mi espada para tomar otra que se encontraba simplemente adornando la sala -(No puede ser, hasta los adornos son de calidad)- Realmente quedé asombrado por el buen diseño de la hoja metálica, era una hermosa obra de arte digna de alabanzas, sin embargo era un poco más pesada de lo que esperaba, así que no tuve de otra que sujetarla con las dos manos.
Una vez preparado, emprendí una vertiginosa carrera hacia la armadura y al encontrarme a la distancia correcta salté lo más alto posible para luego dejarme caer lanzando un poderoso ataque vertical descendente, y al lograr acertar se dejó escuchar un estruendoso sonido del chocar de los metales que hizo eco por toda la sala.
Desafortunadamente no logré destruir la armadura con ese ataque que debió ser el definitivo, pero por lo menos pude dejarle una gran hendidura en su hombro izquierdo y eso le dificultó bastante poder mover el brazo de ese lado, sin embargo, la armadura no reaccionó muy bien y repentinamente lanzó un potente ataque con el que logró dejar a Vincent fuera de combate -(Genial, uno menos)- Fue lo único que pensé, finalmente me había librado de uno.
Ahora que Vincent había dejado el combate decidí decir algo al respecto -Geralt, ya ves lo que sucede por no esforzarte- Exclamé como si estuviera molesto por su incapacidad de poder derrotar a la armadura rápidamente, aunque tal vez él sabía muy bien que todo era culpa mía en primer lugar.
A pesar de que la armadura había noqueado a Vincent, todavía seguía ignorando al resto y aproveché eso para seguir lanzando una sucesión de ataques que lentamente fueron dejando una gran cantidad de quebraduras a la coraza, y aunque no lo había dejado en un estado crítico, por lo menos estaba perfecto para que el peliblanco se encargara de dar el gran golpe de gracia -Vamos Geralt, acábalo- Exclamé para motivarlo.
No obstante, en ese mismo instante retrocedí un par de pasos para luego dejarme caer al piso para descansar, o eso era lo que quería hacer creer, ya que en realidad estaba ocultándome entre las filas de armaduras y armas -(Ya tardé demasiado, es hora de continuar. Seguramente Bio no ha tenido problemas y yo soy el que ha tenido la mala suerte de ser descubierto)- Pensé mientras me escabullía sigilosamente hasta llegar lo más rápido posible a la salida, y una vez ahí emprendí una carrera hacia las escaleras…
Rauko
Aerandiano de honor
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
Momentos después de haber cruzado el umbral de la puerta que salía hacia el pasillo, Catherine frenó poco más de medio segundo al llegar a los pies de la enorme escalera de caracol que recorría todo el largo de la torre de la Orden.
Su mirada viajó desde la oscuridad de la primera planta hasta el hueco de la subida hacia la tercera, y no tuvo más que agudizar levemente sus sentidos para notar la grácil carrera de la elfa junto a Abbey. Ambas habían subido hacia la planta siguiente, y la vampira suspiró aliviada al saber que, tras decidir, regresaría junto a la compañía de Níniel.
No tardó demasiado en llegar a la habitación donde se dirigieron las dos muchachas, y nada más presenciar el golpe de ¿suerte?, que suponía el hecho de haber coincidido también con Bio, la joven albina optó nuevamente por quedarse unos pasos más atrás de sus compañeras. Prefería volver a ser una observadora pasiva ante la situación, que arrancarse a atacar, como hizo una vez más la hechicera de hielo.
Abbey lanzó nuevamente contra el moreno una serie de ataques, alguno quizás pareció acertar por muy poco, aunque aquello no hizo mella en el humor del joven, quién parecía seguir dándose el lujo de continuar con las bromas hacia la encantadora.
Níniel no tardó en hacerse de notar “aconsejando” a la bruja de hielo –por no decir que procuró engatusarla muy elegantemente– para que atendiera a otras perspectivas más pacíficas en lugar de seguir con aquella actitud. Y como hacía unos minutos, abajo en la sala de pociones, la elfa se encargó de ser quien cruzara las palabras necesarias con el muchacho, aunque esta vez… hubo cambios en su conversación. Por parte de él, y por un pequeño detalle de ella, que confirmó las sospechas.
Catherine no había hecho absolutamente nada por actuar, simplemente no quería. No tenía la experiencia necesaria, ni se sentía con el suficiente valor en aquel momento. Su única plegaria silenciosa era que Níniel fuese capaz de hacer entrar en razón tanto a la hechicera de hielo como al intruso quién después de todo estaba claro que era su amigo.
Pero de pronto, los comentarios y argumentos de Bio se le antojaron extraños, demasiado convincentes, mucho más de lo que había sido antes, y por alguna cuestión, Níniel se estaba mostrando más seria de lo normal, desvelando la realidad de aquella sensación nueva para la albina: Bio era un vampiro, y estaba haciendo uso de sus artes para embaucarlas. Y probablemente con la elfa y con Abbey no habría problemas, pero Cath se quedó en completo estado de shock.
Fueron dos los motivos, el primero, el haber sentido que en su cuerpo y mente se había sembrado a la perfección esa duda que Bio les dejó ver tras sus palabras encantadas; y el segundo, el saber la verdadera naturaleza de aquel joven. Aún no se acostumbraba a verse rodeada de “los suyos” y aquel hecho la confundía e inquietaba mucho más de como ya se la veía.
Para colmo, sus sentidos y una corazonada le hicieron perder durante unos segundos la noción de lo que sucedía en aquella sala, y mirando de reojo a sus espaldas, pudo notar el murmullo de algo que no debía estar en el despacho de la habitación contigua.
– Hay alguien más, cerca… –Musitó, haciendo regresar su atención hacia las dos muchachas y el vampiro, a quién ahora casi no se atrevía a mirar fijamente.
Su mirada viajó desde la oscuridad de la primera planta hasta el hueco de la subida hacia la tercera, y no tuvo más que agudizar levemente sus sentidos para notar la grácil carrera de la elfa junto a Abbey. Ambas habían subido hacia la planta siguiente, y la vampira suspiró aliviada al saber que, tras decidir, regresaría junto a la compañía de Níniel.
No tardó demasiado en llegar a la habitación donde se dirigieron las dos muchachas, y nada más presenciar el golpe de ¿suerte?, que suponía el hecho de haber coincidido también con Bio, la joven albina optó nuevamente por quedarse unos pasos más atrás de sus compañeras. Prefería volver a ser una observadora pasiva ante la situación, que arrancarse a atacar, como hizo una vez más la hechicera de hielo.
Abbey lanzó nuevamente contra el moreno una serie de ataques, alguno quizás pareció acertar por muy poco, aunque aquello no hizo mella en el humor del joven, quién parecía seguir dándose el lujo de continuar con las bromas hacia la encantadora.
Níniel no tardó en hacerse de notar “aconsejando” a la bruja de hielo –por no decir que procuró engatusarla muy elegantemente– para que atendiera a otras perspectivas más pacíficas en lugar de seguir con aquella actitud. Y como hacía unos minutos, abajo en la sala de pociones, la elfa se encargó de ser quien cruzara las palabras necesarias con el muchacho, aunque esta vez… hubo cambios en su conversación. Por parte de él, y por un pequeño detalle de ella, que confirmó las sospechas.
Catherine no había hecho absolutamente nada por actuar, simplemente no quería. No tenía la experiencia necesaria, ni se sentía con el suficiente valor en aquel momento. Su única plegaria silenciosa era que Níniel fuese capaz de hacer entrar en razón tanto a la hechicera de hielo como al intruso quién después de todo estaba claro que era su amigo.
Pero de pronto, los comentarios y argumentos de Bio se le antojaron extraños, demasiado convincentes, mucho más de lo que había sido antes, y por alguna cuestión, Níniel se estaba mostrando más seria de lo normal, desvelando la realidad de aquella sensación nueva para la albina: Bio era un vampiro, y estaba haciendo uso de sus artes para embaucarlas. Y probablemente con la elfa y con Abbey no habría problemas, pero Cath se quedó en completo estado de shock.
Fueron dos los motivos, el primero, el haber sentido que en su cuerpo y mente se había sembrado a la perfección esa duda que Bio les dejó ver tras sus palabras encantadas; y el segundo, el saber la verdadera naturaleza de aquel joven. Aún no se acostumbraba a verse rodeada de “los suyos” y aquel hecho la confundía e inquietaba mucho más de como ya se la veía.
Para colmo, sus sentidos y una corazonada le hicieron perder durante unos segundos la noción de lo que sucedía en aquella sala, y mirando de reojo a sus espaldas, pudo notar el murmullo de algo que no debía estar en el despacho de la habitación contigua.
– Hay alguien más, cerca… –Musitó, haciendo regresar su atención hacia las dos muchachas y el vampiro, a quién ahora casi no se atrevía a mirar fijamente.
- Off rol:
- Pues… yo me he quedado como Nín o peor en cuanto al qué hacer xD porque no estaba segura de en qué orden tomar las acciones según las consecuencias… es que casi doy por hecho que Bio logrará que su magia haga efecto sobre Cath, porque soy muy pequeña de lvl!!! Jajajaja no sé que haceeeeer xDD avisarme los veteranos si creeis que debo editar mi post >__< jop!
Última edición por Catherine Blair el Mar Oct 18 2016, 22:54, editado 2 veces
Catherine Blair
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
El rubio mantuvo el vórtice durante unos instantes más, esperando que surtiera efecto sobre la armadura metálica. Y por unos instantes era esperanzador ver como daba resultado. Podía escuchar perfectamente el sonido del metal, y sabía muy bien que significaba ello. Sin embargo, aunque su ataque era efectivo, desgraciadamente también era demasiado lento.
No lo pilló por sorpresa. Era algo que había tenido en cuenta como posible desventaja de su ataque con fuego sobre la coraza metálica, pero tenía que intentarlo de todas formas. Darle golpes con un arma de filo, no servía de gran cosa contra algo tan acorazado. Y si bien su plan no había resultado como esperaba, si que había conseguido darle algo de calor a la armadura. Geralt podría continuar con el trabajo que él había comenzado, y él mismo podría hacerlo en cuanto tuviera ocasión. Pero eso sería luego, ahora debía moverse si quería conservar la vida.
Un nuevo estruendo se escuchó en la sala cuando la espada roma de la armadura chocó contra el suelo, justo en el lugar que instantes antes había estado Vincent. El brujo con un salto hacia atrás evitó la dolorosa muerte, no obstante, tuvo que abandonar su hechizo, y prepararse para recibir con su acero otro movimiento de su enemigo. El entrechocar de los metales sustituyó esta vez el sonido del arma roma contra la piedra bajo sus pies.
Esa cosa estaba obsesionada con él. Como si hubiera desflorado a su hija o algo por el estilo. Tamaño enfado contra su persona no tenía otra explicación, salvo claro, que solo era una objeto animado con un encantamiento para acosar a su objetivo hasta el fin de alguno de los dos.
El rubio esquivó varias veces más a su rival en vez de bloquear sus ataques con su espada. Ese autómata lo supera en fuerza, y solo se defendía cuando era estrictamente necesario. Para evitar cansar sus brazos, o que la armadura lo sobrepasara con su fuerza y acabara siendo golpeado de todos modos. Así que de momento se contentaba en esquivarla, para ganar tiempo. Tiempo para un nuevo plan, para continuar con el anterior y seguir dándole calor al metal, o simplemente para que sus compañeros tuvieran más opciones de destruir la coraza encantada antes de que acabara con él. Sería todo un detalle, que la destruyeran antes de que lo matase.
Vicente pareció leer su pensamiento, pues atacó con fiereza contra el autómata. Nada más observar el lugar golpeado, puedo apreciar una hendidura más que notable. No estaba seguro de si la espada del ladrón era una de una calidad espectacular, o si sencillamente la armadura estaba más debilitada por el calor de lo que pensaba, el caso es que por fin habían logrado otro progreso contra ella. Sumado al daño que le había hecho Geralt en el pecho, así como quizás su propio daño por el fuego, ahora podían contar con una buena brecha en su hombro.
Estaba costando derrotar al ingenio mecánico, pero al menos poco a poco lo estaban consiguiendo. Estaban, o mejor dicho, él lo estaba. El caso es que hablar en pasado era lo más correcto en su caso, pues no tardó en tener que bloquear un ataque de la armadura, que vino con demasiada fuerza como para detenerlo. Tanto que una vez siguió su curso y lo golpeó, lo lanzó por los aires hacia una estantería cercana.
Explicar el dolor que causaba una arma roma cuando te golpeaba, solo se podría describir como inmenso. No había muchos adjetivos que pudieran ser adecuados para cuantificar el sufrimiento que sentía, sin embargo, fue el golpe contra la estantería lo que realmente hizo mella en él. Es lo que pasaba cuando un hombre decidía descansar sobre cómoda y confortable estante, sobre todo cuando lo hacía con la cabeza por delante.
El daño que sentía en su cuerpo golpeado fue rápidamente sustituido por un gran dolor en su frente, que no hizo sino provocarles mareo y visión borrosa. El rubio se agarró la cabeza y miró a su alrededor aturdido y un tanto confundido.
La armadura todavía seguía en pie, aunque después de lo que pudo ver antes de ser golpeado, no creía que supusiera muchos problemas a los dos hombres que continuaban la lucha. No los estaba dando, dentro de lo que podía observar desde su posición, aunque pronto hubo un detalle que no pudo pasar por alto.
- Geralt, el elfo-, avisó a su compañero intentando incorporarse en vano, y cayendo desplomado seguidamente. - Estoy bien, olvídate de mí-, fue lo único que pudo decir, antes de sentir como la oscuridad lo envolvía todo.
No lo pilló por sorpresa. Era algo que había tenido en cuenta como posible desventaja de su ataque con fuego sobre la coraza metálica, pero tenía que intentarlo de todas formas. Darle golpes con un arma de filo, no servía de gran cosa contra algo tan acorazado. Y si bien su plan no había resultado como esperaba, si que había conseguido darle algo de calor a la armadura. Geralt podría continuar con el trabajo que él había comenzado, y él mismo podría hacerlo en cuanto tuviera ocasión. Pero eso sería luego, ahora debía moverse si quería conservar la vida.
Un nuevo estruendo se escuchó en la sala cuando la espada roma de la armadura chocó contra el suelo, justo en el lugar que instantes antes había estado Vincent. El brujo con un salto hacia atrás evitó la dolorosa muerte, no obstante, tuvo que abandonar su hechizo, y prepararse para recibir con su acero otro movimiento de su enemigo. El entrechocar de los metales sustituyó esta vez el sonido del arma roma contra la piedra bajo sus pies.
Esa cosa estaba obsesionada con él. Como si hubiera desflorado a su hija o algo por el estilo. Tamaño enfado contra su persona no tenía otra explicación, salvo claro, que solo era una objeto animado con un encantamiento para acosar a su objetivo hasta el fin de alguno de los dos.
El rubio esquivó varias veces más a su rival en vez de bloquear sus ataques con su espada. Ese autómata lo supera en fuerza, y solo se defendía cuando era estrictamente necesario. Para evitar cansar sus brazos, o que la armadura lo sobrepasara con su fuerza y acabara siendo golpeado de todos modos. Así que de momento se contentaba en esquivarla, para ganar tiempo. Tiempo para un nuevo plan, para continuar con el anterior y seguir dándole calor al metal, o simplemente para que sus compañeros tuvieran más opciones de destruir la coraza encantada antes de que acabara con él. Sería todo un detalle, que la destruyeran antes de que lo matase.
Vicente pareció leer su pensamiento, pues atacó con fiereza contra el autómata. Nada más observar el lugar golpeado, puedo apreciar una hendidura más que notable. No estaba seguro de si la espada del ladrón era una de una calidad espectacular, o si sencillamente la armadura estaba más debilitada por el calor de lo que pensaba, el caso es que por fin habían logrado otro progreso contra ella. Sumado al daño que le había hecho Geralt en el pecho, así como quizás su propio daño por el fuego, ahora podían contar con una buena brecha en su hombro.
Estaba costando derrotar al ingenio mecánico, pero al menos poco a poco lo estaban consiguiendo. Estaban, o mejor dicho, él lo estaba. El caso es que hablar en pasado era lo más correcto en su caso, pues no tardó en tener que bloquear un ataque de la armadura, que vino con demasiada fuerza como para detenerlo. Tanto que una vez siguió su curso y lo golpeó, lo lanzó por los aires hacia una estantería cercana.
Explicar el dolor que causaba una arma roma cuando te golpeaba, solo se podría describir como inmenso. No había muchos adjetivos que pudieran ser adecuados para cuantificar el sufrimiento que sentía, sin embargo, fue el golpe contra la estantería lo que realmente hizo mella en él. Es lo que pasaba cuando un hombre decidía descansar sobre cómoda y confortable estante, sobre todo cuando lo hacía con la cabeza por delante.
El daño que sentía en su cuerpo golpeado fue rápidamente sustituido por un gran dolor en su frente, que no hizo sino provocarles mareo y visión borrosa. El rubio se agarró la cabeza y miró a su alrededor aturdido y un tanto confundido.
La armadura todavía seguía en pie, aunque después de lo que pudo ver antes de ser golpeado, no creía que supusiera muchos problemas a los dos hombres que continuaban la lucha. No los estaba dando, dentro de lo que podía observar desde su posición, aunque pronto hubo un detalle que no pudo pasar por alto.
- Geralt, el elfo-, avisó a su compañero intentando incorporarse en vano, y cayendo desplomado seguidamente. - Estoy bien, olvídate de mí-, fue lo único que pudo decir, antes de sentir como la oscuridad lo envolvía todo.
Vincent Calhoun
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
Estaban teniendo sus problemas, no estaban contra las cuerdas, pero eran tres luchando contra esa estúpida armadura y estaban en lo que parecía un empate técnico, lo que era un poco triste, si fuese el de siempre, habría mandado volando pedazos de ese cacharro hasta las estrellas.
Y Vincent había tenido una idea muy similar a juzgar por el torbellino de llamas, aunque no exactamente, dada la carencia de explosiones. Pero en unos segundos, el peliblanco se dio cuenta de que servía igual, ya fuese soldándola, dilatando los arañazos que habían hecho aquí y allá o simplemente calcinando el material del cual estaba hecho la runa conseguirían inutilizar esa irritante armadura, pero el otro brujo quería su ayuda, eso sería un problema… -No es tan fácil ¿sabes? Tengo un pequeño problema.- Claro, podía calentarla usando una runa, y seguramente chamuscaría tanto o más que su magia normal, pero necesitaría un tiempo, una rápida o en el aire no sería tan efectiva. Echaba de menos los tiempos en los que explotaba cosas chasqueando los dedos, los echaba muuucho de menos.
Y Vincent salió volando, por su culpa, con su magia eso no habría pasado, la armadura habría estado derretida en cuando una mísera chispa fuese creada en la sala, claramente tenía que resolver sus asuntos en cuando hubiese echado a ese elfo. El brujo se alejó de la puerta para tomarle el pulso a su acompañante, mientras el elfo le arreaba un mamporrazo que no acabo de destrozar la armadura, pero el tipo tenia entusiasmo, y seguía arreándole, lo que hizo extremadamente obvio cuando dejo de hacerlo para fugarse como la rata ladrona que era. Vincent estaba vivo, y hablaba, y aunque no era médico, no parecía en peligro de muerte, buscaría a Nin en cuando tuviese un momento ¿Dónde diablos estaban ella y Cat? Daba igual, tenía problemas más urgentes, como esa armadura homicida, básicamente, porque aunque el elfo estuviese yéndose por patas, no tenía claro que la armadura parase de atacar a Vincent ahora que estaba al borde del desmayo. La buena noticia era que entre todos esos cortes podía ver las runas que conformaban la armadura, eran simples, pero se conjuntaban y solapaban para agregar complejidad intrínseca, pero había un límite a la simplicidad, por eso había fallado tan desastrosamente. El brujo recorto distancias con un paso rápido, metió la mano entre una de las fisuras y toco con la punta de los dedos la runa central - απενεργοποίηση- Y saco la mano de inmediato, mientras la runa se calentaba al rojo vivo, quemándole ligeramente las puntas de los dedos, pero destruyéndose en el proceso. La armadura ahora era solo un peso muerto, y él tenía un elfo del que encargarse, el culpable de todo tecnicamente. Puede que si enfocaba correctamente una runa pudiese lanzarlo por la ventana… tenía que probarlo.
Pero para eso tenía que llegar a él, por lo que corrió hacia las escaleras. Puede que sus lobos fuesen un poco vagos, pero hasta ellos seguirían el rastro de un elfo, no iba a escaparse aunque no lo viera.
Y Vincent había tenido una idea muy similar a juzgar por el torbellino de llamas, aunque no exactamente, dada la carencia de explosiones. Pero en unos segundos, el peliblanco se dio cuenta de que servía igual, ya fuese soldándola, dilatando los arañazos que habían hecho aquí y allá o simplemente calcinando el material del cual estaba hecho la runa conseguirían inutilizar esa irritante armadura, pero el otro brujo quería su ayuda, eso sería un problema… -No es tan fácil ¿sabes? Tengo un pequeño problema.- Claro, podía calentarla usando una runa, y seguramente chamuscaría tanto o más que su magia normal, pero necesitaría un tiempo, una rápida o en el aire no sería tan efectiva. Echaba de menos los tiempos en los que explotaba cosas chasqueando los dedos, los echaba muuucho de menos.
Y Vincent salió volando, por su culpa, con su magia eso no habría pasado, la armadura habría estado derretida en cuando una mísera chispa fuese creada en la sala, claramente tenía que resolver sus asuntos en cuando hubiese echado a ese elfo. El brujo se alejó de la puerta para tomarle el pulso a su acompañante, mientras el elfo le arreaba un mamporrazo que no acabo de destrozar la armadura, pero el tipo tenia entusiasmo, y seguía arreándole, lo que hizo extremadamente obvio cuando dejo de hacerlo para fugarse como la rata ladrona que era. Vincent estaba vivo, y hablaba, y aunque no era médico, no parecía en peligro de muerte, buscaría a Nin en cuando tuviese un momento ¿Dónde diablos estaban ella y Cat? Daba igual, tenía problemas más urgentes, como esa armadura homicida, básicamente, porque aunque el elfo estuviese yéndose por patas, no tenía claro que la armadura parase de atacar a Vincent ahora que estaba al borde del desmayo. La buena noticia era que entre todos esos cortes podía ver las runas que conformaban la armadura, eran simples, pero se conjuntaban y solapaban para agregar complejidad intrínseca, pero había un límite a la simplicidad, por eso había fallado tan desastrosamente. El brujo recorto distancias con un paso rápido, metió la mano entre una de las fisuras y toco con la punta de los dedos la runa central - απενεργοποίηση- Y saco la mano de inmediato, mientras la runa se calentaba al rojo vivo, quemándole ligeramente las puntas de los dedos, pero destruyéndose en el proceso. La armadura ahora era solo un peso muerto, y él tenía un elfo del que encargarse, el culpable de todo tecnicamente. Puede que si enfocaba correctamente una runa pudiese lanzarlo por la ventana… tenía que probarlo.
Pero para eso tenía que llegar a él, por lo que corrió hacia las escaleras. Puede que sus lobos fuesen un poco vagos, pero hasta ellos seguirían el rastro de un elfo, no iba a escaparse aunque no lo viera.
Geralt
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
Sala c) Sala de la magia (Piso 2)
El brujo quedó solo en la sala de la magia con la armadura destrozada. Aún estaba un poco aturdido, pero consciente, tan sólo tenía que recuperarse durante unos instantes más del golpe, que había sido muy reciente.
Vincent: Te has quedado solo en la sala. Poco a poco vas recomponiéndote del golpe. El mareo se te pasa. Puedes volver a incorporarte y salir corriendo a auxiliar en algna parte. Podrás ir a cualquier sala. Envíame un MP para decirme hacia donde vas.
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Sala f) Sala de reuniones (Piso 3)
Los intentos de Bio por convencer a las jóvenes para que entablasen su propia guerra no fueron fructíferos, tal vez los dioses o la resistencia de las chicas. Abbey cada vez está más desquiciada y muestra cara de bastante resentimiento hacia el vampiro. Aún así, gracias a las palabras de Níniel consigue calmarse. Respiró hondo antes de hablar.
-Tú y la otra bruja de pelo blanco habéis hecho un gran daño a la Logia arrebatándome el fragmento de Kinvar a las puertas del propio palacio de Dundarak. – dijo enfadada y señalándole, aunque conteniéndose. Mostrando su versión más dialogante de la noche. – Ahora, vienes de nuevo a robarme. Sólo porque eres conocido de Níniel y ella cree en ti, haré como que no has pasado por aquí y te dejaré marcharte. Pero hazlo ahora. – dijo sujetando su báculo con fuerza con ambas manos, haciendo que de la gema superior de éste se congelara y comenzara a emanar un vapor azulado y helador.
Poco después de que dijera esto, en el piso superior todos escucháis un estruendo. Es una de las trampas arcanas puestas por la Logia se ha activado. Armand ha caído en ella. Oís un fuerte estruendo. Los perros de Geralt comienzan a ladrar y se escucha caos en el piso superior - ¡Hay alguien arriba! – advirtió Abbey a sus compañeras.
Bio: Pese a tu alto nivel, estás en minoría y, para colmo, la suerte no te ha acompañado. Las 3 runas son inferiores a las de tus adversarias. A Abbey y a Níniel parece que no las vas a convencer. Aunque la gran encantadora parece que se ha calmado algo. Tendrás que rendirte y escapar, o intentar hacer que tus compañeros ganen tiempo dialogando. Esa explosión... ¿Serán ellos? Si continúas, Abbey volverá a perder su poca paciencia y te atacará en el siguiente turno. Si te vas, ya no podrás volver a la torre en el hilo.
Níniel: Has oído la explosión arriba. Puedes ir o quedarte, pero si lo haces dejarás sola a Abbey y/o Catherine (si Bio decide quedarse). Así que actúa según lo que haga el vampiro. Si Bio abandona el lugar, podrás ir hacia donde habéis oído el ruido o ascender a otra de las salas, a la que llegarás en el siguiente turno. Abbey no abandonará al vampiro. Así que solo si este se va, indícame también a donde la diriges en el siguiente turno.
Catherine: La voz del vampiro te afecta algo por tu pobre nivel. Aunque su nula suerte hace que los comentarios de tus compañeras te devuelvan a la realidad rápidamente, haciéndote inmune al efecto. Al igual que los demás, has escuchado una fuerte explosión en el piso superior y puedes dirigirte al mismo o a cualquier otro sitio de la torre.
***************************
Sala g) Sala de cuadros. (Piso 4)
En un determinado momento, no advirtió una extraña simbología rosa posada sobre el suelo y lo pisó con la punta de los pies. Generando una fuerte explosión que se oiría en toda la torre y que lo hizo saltar por los aires. – Mierda... – Dijo llevándose una mano a la cabeza por el golpe. Una oscura celda mágica humeante y rosada se levantó para intentar atraparlo, pero como tuvo la fortuna de pisarla por un lateral no quedó retenido en ella. Aún así, el golpe fue considerable.
Armand: No podrá realizar acciones ofensivas ni durante este turno ni durante el próximo. Al no localizar el cuadro, si alguien llega en el próximo turno, Armand no se encontrará en condiciones de luchar e incitará a la retirada y huirá. Ahora mismo no hay ningún informante en situación de poder asistirle.
***************************
Sala h) Dormitorio. (Piso 4)
Rauko llegó a la sala de los dormitorios, donde nada más entrar se encontrará dos furiosos perros ladrándole. Las criaturas pertenecían a Geralt. Por lo que éstas le impedirían moverse a gusto por la estancia. El brujo llegará justo a la puerta, tras él. Allí no hay ningún cuadro a simple vista, necesitarás explorar para encontrarlo, pero parece que nadie
Rauko: Los perros de Geralt te ladran y el brujo irrumpe tras de ti. Estás en una situación complicada. De primeras, no ves nada en la sala más que muchas camas, parece que no es el sitio que buscas, pero quizás si revuelves un poco la habitación encuentres algo. En cualquier caso, en este turno no podrás hacerlo ya que tienes un rival detrás de ti. Al igual que Bio, podrás huir por la ventana si te encuentras apurado, o podrás tratar de enfrentarte a él y conjurar a la gracia de los dioses mediante una runa.
Geralt: El rastro de Rauko te lleva hasta los dormitorios. Estás cara a cara con Rauko. No dispones de magia por la maldición, pero tus runas pueden ser efectivas y tus lobos también. No hay necesidad de atacar al elfo si éste no te ataca, pero si intenta alguna treta, tendrás que defenderte tu también con una runa.
Ger
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
A pesar de la intervención de Niniel no confiaba en que la molesta bruja helada cambiaría de parecer, parecía odiarme con ardiente vehemencia y seguramente estaba haciendo un gran esfuerzo por contenerse mientras escuchaba a la elfa -No soy un intruso en la logia- Respondí a mi compañera de clan -Soy más bien como un... Pues... Bueno, tal vez sí- Bromee un poco solo por la diversión de tentar al mal genio de Abbey -La logia no es el enemigo, pero es una organización como cualquiera ¿O no hay algún descarriado en la mismísima Guardia Real?- Cuestioné a la elfa -Ten cuidado de en quién confías- Sugerí a mi compañera esperando que su ingenuidad no la convirtiera en una víctima.
Estaba tan acostumbrado a usar mis trucos para no tener que pelear, que esta vez me había tomado por sorpresa, resultaba bastante difícil que lograran resistirse sin embargo la intervención de la molesta elfa había sido determinante -La magia de los malditos- Pensé esbozando una ligera sonrisa ante tal apelativo mientras retrocedía de nuevo hasta el punto donde el armario derribado me bloqueaba la salida -¿Qué fragmento? Yo no te he quitado nada- Protesté de inmediato ante las palabras de la bruja -Tal vez te refieras al fragmento que quisiste robarle a Lazid, el mismo que habían mandado a robar a los Caballeros Dragón ¿O no era eso robar?- La acusé para delatarla frente a sus subordinadas ingenuas de lo ocurrido.
Nunca fue mi intención robarte o atacar a tu palacio, no estoy demente, pero nos atacaste y tenía que defenderme- Dirigí la vista hacia la elfa -Me conoces, sabes que no estoy tan demente para atacar a un palacio entero por un collar cuyo valor desconozco todavía ¿Crees que eso tendría sentido?- Intenté probar suerte convenciendo a la elfa al mismo tiempo que dejaba en evidencia a la bruja de corazón frío -Es gracioso que me acuses de ladrón después de todo lo que hiciste para adueñarte del collar- Me referí a la bruja que cada vez parecía más enojada -Me marcharía, si supiera que no me atacarás por la espalda- Le dije esta vez por mera soberbia y ya no como parte de una estrategia para enojarla, la verdad es que ya no me parecía buena idea hacerla enojar.
Fue entonces cuando un estruendo se escuchó en el piso superior -Ya es demasiado tarde- Dije entre risas -Mis compañeros han llegado, a estas alturas han de estar en todos los pisos ¿O no han escuchado ruidos en cada sala?- Dije aprovechando el saber que efectivamente había ruidos en otras salas, sutileza era algo que no desfilaría en nuestras destrezas de espionaje por un buen tiempo -Me rindo- Dije cruzándome de brazos -Mi trabajo está hecho, las he distraído, mis compañeros harán el resto- Dije orgulloso aunque no tenía idea de lo que había pasado en el piso superior -Puedes tomarme como prisionero- Dije a la bruja -Entre más tiempo pasen conmigo más fácil será que mis compañeros huyan con el cuadro- Dije en un último intento de presionar mi suerte sin saber hasta dónde llegaría la tolerancia de la bruja, ahora ¿Qué harían ellas? Esta vez no había usado magia al mentir y cuando menos habría sembrado la duda, si se quedaban me atraparían, pero le daría tiempo a mis compañeros de dar con el cuadro, si se iban entonces yo escaparía, quedaría en ellas tomar la decisión.
Estaba tan acostumbrado a usar mis trucos para no tener que pelear, que esta vez me había tomado por sorpresa, resultaba bastante difícil que lograran resistirse sin embargo la intervención de la molesta elfa había sido determinante -La magia de los malditos- Pensé esbozando una ligera sonrisa ante tal apelativo mientras retrocedía de nuevo hasta el punto donde el armario derribado me bloqueaba la salida -¿Qué fragmento? Yo no te he quitado nada- Protesté de inmediato ante las palabras de la bruja -Tal vez te refieras al fragmento que quisiste robarle a Lazid, el mismo que habían mandado a robar a los Caballeros Dragón ¿O no era eso robar?- La acusé para delatarla frente a sus subordinadas ingenuas de lo ocurrido.
Nunca fue mi intención robarte o atacar a tu palacio, no estoy demente, pero nos atacaste y tenía que defenderme- Dirigí la vista hacia la elfa -Me conoces, sabes que no estoy tan demente para atacar a un palacio entero por un collar cuyo valor desconozco todavía ¿Crees que eso tendría sentido?- Intenté probar suerte convenciendo a la elfa al mismo tiempo que dejaba en evidencia a la bruja de corazón frío -Es gracioso que me acuses de ladrón después de todo lo que hiciste para adueñarte del collar- Me referí a la bruja que cada vez parecía más enojada -Me marcharía, si supiera que no me atacarás por la espalda- Le dije esta vez por mera soberbia y ya no como parte de una estrategia para enojarla, la verdad es que ya no me parecía buena idea hacerla enojar.
Fue entonces cuando un estruendo se escuchó en el piso superior -Ya es demasiado tarde- Dije entre risas -Mis compañeros han llegado, a estas alturas han de estar en todos los pisos ¿O no han escuchado ruidos en cada sala?- Dije aprovechando el saber que efectivamente había ruidos en otras salas, sutileza era algo que no desfilaría en nuestras destrezas de espionaje por un buen tiempo -Me rindo- Dije cruzándome de brazos -Mi trabajo está hecho, las he distraído, mis compañeros harán el resto- Dije orgulloso aunque no tenía idea de lo que había pasado en el piso superior -Puedes tomarme como prisionero- Dije a la bruja -Entre más tiempo pasen conmigo más fácil será que mis compañeros huyan con el cuadro- Dije en un último intento de presionar mi suerte sin saber hasta dónde llegaría la tolerancia de la bruja, ahora ¿Qué harían ellas? Esta vez no había usado magia al mentir y cuando menos habría sembrado la duda, si se quedaban me atraparían, pero le daría tiempo a mis compañeros de dar con el cuadro, si se iban entonces yo escaparía, quedaría en ellas tomar la decisión.
Bio
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
Contra todo pronóstico Abbey atendió a la petición de la peliblanca y detuvo sus ataques contra el atrapado pelinegro dándole la opción no solo de rendirse si no también de escapar, algo mucho más generoso de lo que la elfa habría podido esperar y de hecho más de lo que ella misma le hubiese otorgado al vampiro por muy amigo que éste fuera, al menos de inmediato. Ella se hubiese limitado a capturarlo atrapándolo en una prisión de hielo o ralentizado sus funciones corporales al mínimo mediante la aplicación de frío controlado...Algo de lo que sin duda la encantadora era más que capaz incluso sin el notable aumento de sus capacidades de las que gozaba gracias a la sacerdotisa. No le deseaba ningún mal a Bio, de hecho había demostrado ser su principal valedora en aquella situación, pero parecía saber mucho sobre el cuadro, el artefacto y sin duda sobre para quién trabajaba y les atacaba. Información que como miembro de la logia no podía dejar escapar...Ahora si a su superiora le parecía bien...Bien por Bio.
¿Pero aprovechó el pelinegro la oportunidad que la elfa le había conseguido?. Claro que no. Era la segunda vez que se arriesgaba por el vampiro ante la alta encantadora pero como era de esperar Bio tomó toda su preocupación, todas sus intenciones de evitar que acabara malherido o algo peor, e incluso el raro lapsus de compasión por parte de Abbey que le brindaba una gran opción de salvar el pellejo, lo hizo todo una bola y lo lanzó al suelo con desprecio para luego pisotearlo.
-Suficiente charla Bio. Entiendo que hay toda una historia detrás de ese fragmento, de ese collar y de ese ataque tuyo al palacio y por el que tienes una recompensa de cinco mil monedas sobre tu cabeza. Además me gustaría saber qué tiene que ver Elen con todo esto, lo digo porque su hermano está aquí y sin duda debe de estar preocupado por ella. Pero ya hablaremos luego de eso.-Hizo una pausa para que el pelinegro se hiciera la imagen mental de a quién se refería, pues por lo que ella sabía se conocían. Además de insinuar sin decirlo que ya hablarían luego si escapaba, o si terminaba en las mazmorras de la torre. -Dices que no estás demente como para atacar un palacio en busca de un objeto cuyo valor desconoces...pero aquí estás. Estás atacando una torre propiedad de una logia de hechiceros de renombre buscando algo que dudo mucho sepas ni siquiera el aspecto que tiene...De hecho quizá lo tengas delante y no lo has podido reconocer- Suspiró. Era tan típico de él lanzarse a las fauces de la bestia...- No necesita tenerte de espaldas, puede atacarte de frente. Aparta ese mueble y escapa, y si puedes hazle una señal a los demás de los tuyos para que hagan lo mismo. No habrá más avisos.- Terminó de decir justo antes de que una de las runas trampa que habían colocado se activara causando un fuerte estruendo alarmando a todos los allí presentes.
Bio nuevamente desatendió las súplicas de la elfa y se plantó allí, con los brazos cruzados, como si hubiera triunfado con un plan en el que él hacía de cebo y distraía la atención de los miembros de la Logia mientras sus compañeros robaban el cuadro. Los ruidos en otras salas y la activación de aquella trampa daban una gran validez a sus palabras...Salvo porque habían delatado que no sabía que aquello que había sonado era una trampa arcana... También olvidaba que ellas tres no eran las únicas defensoras de la torre.
- No eres el único con compañeros más que capaces aquí...¿Lo son los tuyos?...Parece que no. - Le explicó jugando al mismo juego que él, pero con la clara ventaja de conocer la torre y conocer dónde estaba el cuadro y las trampas, lo que le permitía ver a través de las mentiras del pelinegro...Mientras que a ella le bastaba con decir la verdad. -En cualquier caso tienes razón. Deberíamos ir a ocuparnos de ellos.-
Dicho eso, aprovechando que el pelinegro se había rendido y cruzado de brazos, Abbey no debería fallar su siguiente golpe. Por lo que Níniel salió de allí dirigiéndose a la planta superior. Además Abbey contaría con su bendición durante un tiempo más por lo que en cierto modo sería como estar en varios lugares a la vez, quedarse con ella y a la vez ver qué ocurría en la planta de arriba. -No te enfades conmigo Bio, he hecho todo lo que he podido por ti.- Musitó para sí misma al salir.
¿Pero aprovechó el pelinegro la oportunidad que la elfa le había conseguido?. Claro que no. Era la segunda vez que se arriesgaba por el vampiro ante la alta encantadora pero como era de esperar Bio tomó toda su preocupación, todas sus intenciones de evitar que acabara malherido o algo peor, e incluso el raro lapsus de compasión por parte de Abbey que le brindaba una gran opción de salvar el pellejo, lo hizo todo una bola y lo lanzó al suelo con desprecio para luego pisotearlo.
-Suficiente charla Bio. Entiendo que hay toda una historia detrás de ese fragmento, de ese collar y de ese ataque tuyo al palacio y por el que tienes una recompensa de cinco mil monedas sobre tu cabeza. Además me gustaría saber qué tiene que ver Elen con todo esto, lo digo porque su hermano está aquí y sin duda debe de estar preocupado por ella. Pero ya hablaremos luego de eso.-Hizo una pausa para que el pelinegro se hiciera la imagen mental de a quién se refería, pues por lo que ella sabía se conocían. Además de insinuar sin decirlo que ya hablarían luego si escapaba, o si terminaba en las mazmorras de la torre. -Dices que no estás demente como para atacar un palacio en busca de un objeto cuyo valor desconoces...pero aquí estás. Estás atacando una torre propiedad de una logia de hechiceros de renombre buscando algo que dudo mucho sepas ni siquiera el aspecto que tiene...De hecho quizá lo tengas delante y no lo has podido reconocer- Suspiró. Era tan típico de él lanzarse a las fauces de la bestia...- No necesita tenerte de espaldas, puede atacarte de frente. Aparta ese mueble y escapa, y si puedes hazle una señal a los demás de los tuyos para que hagan lo mismo. No habrá más avisos.- Terminó de decir justo antes de que una de las runas trampa que habían colocado se activara causando un fuerte estruendo alarmando a todos los allí presentes.
Bio nuevamente desatendió las súplicas de la elfa y se plantó allí, con los brazos cruzados, como si hubiera triunfado con un plan en el que él hacía de cebo y distraía la atención de los miembros de la Logia mientras sus compañeros robaban el cuadro. Los ruidos en otras salas y la activación de aquella trampa daban una gran validez a sus palabras...Salvo porque habían delatado que no sabía que aquello que había sonado era una trampa arcana... También olvidaba que ellas tres no eran las únicas defensoras de la torre.
- No eres el único con compañeros más que capaces aquí...¿Lo son los tuyos?...Parece que no. - Le explicó jugando al mismo juego que él, pero con la clara ventaja de conocer la torre y conocer dónde estaba el cuadro y las trampas, lo que le permitía ver a través de las mentiras del pelinegro...Mientras que a ella le bastaba con decir la verdad. -En cualquier caso tienes razón. Deberíamos ir a ocuparnos de ellos.-
Dicho eso, aprovechando que el pelinegro se había rendido y cruzado de brazos, Abbey no debería fallar su siguiente golpe. Por lo que Níniel salió de allí dirigiéndose a la planta superior. Además Abbey contaría con su bendición durante un tiempo más por lo que en cierto modo sería como estar en varios lugares a la vez, quedarse con ella y a la vez ver qué ocurría en la planta de arriba. -No te enfades conmigo Bio, he hecho todo lo que he podido por ti.- Musitó para sí misma al salir.
Níniel Thenidiel
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
Los demás se habían mostrado audaces y hábiles, tanto que entendí que enfrentarlos desde un principio no hubiera resultado bien para mí, aunque sabiendo eso fue emocionante combinar nuestros ataques y técnicas para hacerle frente a la poderosa armadura en una intensa batalla, sin embargo, mi objetivo era encontrar el cuadro y no tenía tiempo que perder.
Una vez que salí de la sala no me percaté en si la armadura había sido derrotada o no, simplemente seguí mi camino con un solo objetivo en mente -Todo por un estúpido retrato, tal vez debí quedarme durmiendo en casa- Murmuré de mala gana mientras me dirigía al siguiente piso.
Tras subir por la escalera logré llegar al siguiente nivel en donde se podía escuchar a un pequeño grupo de personas discutiendo por algo -(Un momento, esa voz es de Bio...)- Pensé tras escuchar con atención, al parecer habían descubierto al vampiro y ahora se encontraba en problemas, tal vez debía ayudarlo -(Él sabrá cómo salir de esa)- Considerando mejor las cosas opté por seguir mi camino y aprovechar las circunstancias, ya que todos se encontraban distraídos con Bio entonces yo no tendría problemas en el camino.
Rápidamente me dirigí a las siguientes escaleras tratando de no hacer ruidos que delataran mi presencia, no obstante, en el trayecto pude ver a alguien más en el mismo pasillo -(Oh no, debo esconderme)- Fue lo único que pensé, no quería envolverme en otra batalla contra alguna armadura defectuosa.
Busqué con la mirada un buen escondite que me sirviera por el momento, sin embargo no fue necesario, pues al observar mejor descubrí que el sujeto del que trataba de esconderme era nada más y nada menos que Armand, por desgracia no pude interactuar con él porque se avanzó rápidamente al siguiente piso.
Sin más nada mejor que hacer intenté seguir a Armand, sin embargo él fue demasiado rápido y lo perdí de vista en cuestión de segundos -(¿Cómo puede moverse tan rápido sin hacer ruido? ¿De qué están hechos sus calzados? ¿Y por qué yo no tengo un par como esos?)- Varias dudas insignificantes invadieron mi mente y por más que lo intentara no podía encontrar respuestas.
Dejando esos detalles de lado, seguí el camino que había tomado Armand para intentar ayudarlo, por desgracia cuando llegué al siguiente piso no pude encontrarlo por ningún lado, pues ahí había dos rutas y él ya había tomado una -(¿Por dónde debería buscar? ¿La sala que parece estar decoradas con cuadros o lo que parece ser el dormitorio?)- Nuevamente me vi obligado a tomar una decisión y tendría que utilizar toda la lógica para escoger la mejor opción.
Presioné mis labios con el pulgar de mi mano derecha y observé ambos caminos detalladamente -(Si debo esconder un retrato no lo pondría en esa sala de cuadros, sería demasiado obvio; pero sin duda alguna nadie se esperaría que los de la logia escondieran algo tan importante en los dormitorios, ese es el lugar indicado)- Una vez que tomé una decisión entré finalmente a la siguiente sala.
Repentinamente todo el silencio del ambiente desapareció al escucharse una estruendosa explosión justo al lado, por lo que instintivamente me tiré al suelo por el susto y por malas experiencias vividas, no obstante, fue en ese momento cuando descubrí que no me encontraba solo, sino que había un par de caninos que no dudaron en ladrar una y otra vez para terminar de revelar mi presencia -No, no ladren- Supliqué como si realmente pudiera hacerles obedecer -Soy un elfo, ustedes deberían ser mis amigos- Expliqué con la esperanza de que sucediera algún milagro, sin embargo no funcionó mi patético plan.
Ya que me encontraba con poco tiempo no pude pensar en una buena estrategia, aunque las que sí pensaba tampoco eran muy buenas; entonces me levanté lentamente y me coloqué con una postura firme tratando de mostrarme lo más tranquilo posible para no parecer una amenaza.
Desafortunadamente, Geralt llegó a la escena para dificultar mis planes, por lo que tuve que interactuar con él para intentar retrasar lo que parecía inevitable; tras huir durante la batalla anterior ya no había manera de ganarme su confianza y evitar un enfrentamiento, pero por lo menos podía intentar hablarle.
Sin saber realmente qué hacer, me coloqué en una posición defensiva mientras preparaba las palabras que utilizaría con el fin de por lo menos asegurar mi supervivencia -Sé que parezco un simple ladrón, pero no lo entiendes- Dije mostrándome un poco alterado -Yo no quiero hacer esto, no quiero estar aquí- Seguí mientras que lentamente tomaba un poco de distancia entre ambos -Pero debo hacerlo porque muchas vidas dependen de mi misión...- Expliqué con un tono que expresaba frustración -¡¡Y por ellos no voy a fallar!!- Vociferé para finalmente arrojarle con todas mis fuerzas la espada que tomé para luchar contra la armadura.
Tras realizar esa acción desesperada, rápidamente desenvainé mi única e inigualable espada para luego intentar golpear a los perros con el lomo de mis hojas, pero no sin dejar de estar atento a los movimientos del peliblanco quien posiblemente fue capaz de esquivar mi ataque.
Me encontraba en una situación bastante complicada, no sabía ni siquiera qué hacer y no estar preparado para cualquier cosa seguramente me costaría la victoria, aunque de todas formas mis posibilidades de vencer eran pocas, pero fuese como fuese la situación yo no me rendiría hasta que llegara el final.
Una vez que salí de la sala no me percaté en si la armadura había sido derrotada o no, simplemente seguí mi camino con un solo objetivo en mente -Todo por un estúpido retrato, tal vez debí quedarme durmiendo en casa- Murmuré de mala gana mientras me dirigía al siguiente piso.
Tras subir por la escalera logré llegar al siguiente nivel en donde se podía escuchar a un pequeño grupo de personas discutiendo por algo -(Un momento, esa voz es de Bio...)- Pensé tras escuchar con atención, al parecer habían descubierto al vampiro y ahora se encontraba en problemas, tal vez debía ayudarlo -(Él sabrá cómo salir de esa)- Considerando mejor las cosas opté por seguir mi camino y aprovechar las circunstancias, ya que todos se encontraban distraídos con Bio entonces yo no tendría problemas en el camino.
Rápidamente me dirigí a las siguientes escaleras tratando de no hacer ruidos que delataran mi presencia, no obstante, en el trayecto pude ver a alguien más en el mismo pasillo -(Oh no, debo esconderme)- Fue lo único que pensé, no quería envolverme en otra batalla contra alguna armadura defectuosa.
Busqué con la mirada un buen escondite que me sirviera por el momento, sin embargo no fue necesario, pues al observar mejor descubrí que el sujeto del que trataba de esconderme era nada más y nada menos que Armand, por desgracia no pude interactuar con él porque se avanzó rápidamente al siguiente piso.
Sin más nada mejor que hacer intenté seguir a Armand, sin embargo él fue demasiado rápido y lo perdí de vista en cuestión de segundos -(¿Cómo puede moverse tan rápido sin hacer ruido? ¿De qué están hechos sus calzados? ¿Y por qué yo no tengo un par como esos?)- Varias dudas insignificantes invadieron mi mente y por más que lo intentara no podía encontrar respuestas.
Dejando esos detalles de lado, seguí el camino que había tomado Armand para intentar ayudarlo, por desgracia cuando llegué al siguiente piso no pude encontrarlo por ningún lado, pues ahí había dos rutas y él ya había tomado una -(¿Por dónde debería buscar? ¿La sala que parece estar decoradas con cuadros o lo que parece ser el dormitorio?)- Nuevamente me vi obligado a tomar una decisión y tendría que utilizar toda la lógica para escoger la mejor opción.
Presioné mis labios con el pulgar de mi mano derecha y observé ambos caminos detalladamente -(Si debo esconder un retrato no lo pondría en esa sala de cuadros, sería demasiado obvio; pero sin duda alguna nadie se esperaría que los de la logia escondieran algo tan importante en los dormitorios, ese es el lugar indicado)- Una vez que tomé una decisión entré finalmente a la siguiente sala.
Repentinamente todo el silencio del ambiente desapareció al escucharse una estruendosa explosión justo al lado, por lo que instintivamente me tiré al suelo por el susto y por malas experiencias vividas, no obstante, fue en ese momento cuando descubrí que no me encontraba solo, sino que había un par de caninos que no dudaron en ladrar una y otra vez para terminar de revelar mi presencia -No, no ladren- Supliqué como si realmente pudiera hacerles obedecer -Soy un elfo, ustedes deberían ser mis amigos- Expliqué con la esperanza de que sucediera algún milagro, sin embargo no funcionó mi patético plan.
Ya que me encontraba con poco tiempo no pude pensar en una buena estrategia, aunque las que sí pensaba tampoco eran muy buenas; entonces me levanté lentamente y me coloqué con una postura firme tratando de mostrarme lo más tranquilo posible para no parecer una amenaza.
Desafortunadamente, Geralt llegó a la escena para dificultar mis planes, por lo que tuve que interactuar con él para intentar retrasar lo que parecía inevitable; tras huir durante la batalla anterior ya no había manera de ganarme su confianza y evitar un enfrentamiento, pero por lo menos podía intentar hablarle.
Sin saber realmente qué hacer, me coloqué en una posición defensiva mientras preparaba las palabras que utilizaría con el fin de por lo menos asegurar mi supervivencia -Sé que parezco un simple ladrón, pero no lo entiendes- Dije mostrándome un poco alterado -Yo no quiero hacer esto, no quiero estar aquí- Seguí mientras que lentamente tomaba un poco de distancia entre ambos -Pero debo hacerlo porque muchas vidas dependen de mi misión...- Expliqué con un tono que expresaba frustración -¡¡Y por ellos no voy a fallar!!- Vociferé para finalmente arrojarle con todas mis fuerzas la espada que tomé para luchar contra la armadura.
Tras realizar esa acción desesperada, rápidamente desenvainé mi única e inigualable espada para luego intentar golpear a los perros con el lomo de mis hojas, pero no sin dejar de estar atento a los movimientos del peliblanco quien posiblemente fue capaz de esquivar mi ataque.
Me encontraba en una situación bastante complicada, no sabía ni siquiera qué hacer y no estar preparado para cualquier cosa seguramente me costaría la victoria, aunque de todas formas mis posibilidades de vencer eran pocas, pero fuese como fuese la situación yo no me rendiría hasta que llegara el final.
Rauko
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
El miembro 'Rauko' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
Tenía los sentidos embotados. Y ya no sabía con seguridad si aquello se debía a los nervios de la situación, o a la extraña magia que contenían las palabras que Bio había lanzado al aire minutos antes. La cuestión era que, de pronto, aquella sensación poco sana que había comenzado a brotar, parecía extenderse, y las ganas de lanzarse hacia el cuello de una de sus compañeras se le antojaba cada vez más tentadora… ¿era tal el poder de aquel vampiro?
Sus pupilas, aún vestidas del rojo amenazante de su raza, viajaban con velocidad desde la nuca de Abbey hasta la de Níniel, como si estuviera rifándose interiormente con cuál sería mejor empezar, y sus dedos apretaron el mango del puñal que ahora mantenía a la vista, señalando disimuladamente con la punta de éste a las chicas, fijándola finalmente en dirección hacia la bruja de hielo. Era verdad, ¿por qué debía confiar en ella? aquel muchacho estaba en lo cierto, incluso hacía pocos días la propia Catherine sintió un claro recelo hacia las encantadoras y sus… maneras de conseguir algunos de sus tesoros.
Estaba a punto de separar los pies del suelo para saltar a la carrera cuando Abbey habló, seguía manteniendo un tono poco amigable, pero parecía que la elfa consiguió hacerla entrar en razón, y no sólo a ella, el hecho de que reprendieran con nuevos comentarios al vampiro fue lo único que logró disipar en cierto modo la neblina que éste había causado en la frágil voluntad de la albina.
La razón y el sentido común fueron abriéndose paso en lo que volvían a cruzar las palabras entre ellos, y Cath fue relajando su posición, que por suerte, habría pasado desapercibida, o eso deseaba ella. No quería ni imaginar qué papel resultaría el no estar haciendo prácticamente nada, y encima, haber estado a punto de atacar a alguien de su propio bando.
Lo que terminó por despertarla completamente fue un fortísimo estruendo que surgió del piso superior, ruido que alertó a todos ellos, y probablemente los demás que habitaban la torre en aquel momento.
Abbey gritó alarmada y Bio dejó entrever una nueva artimaña, aunque Níniel seguía con férrea convicción contra todo lo que el joven soltaba por su boca. De no ser por la peliblanca, Catherine probablemente habría cometido demasiadas locuras aquella noche.
La elfa fue la primera que decidió moverse en pos a lo que estaba ocurriendo más allá de aquella habitación, y Cath, nada más ser rebasada por la figura de Níniel, decidió seguir su estela nuevamente.
Siquiera quiso volver la vista atrás, necesitaba salir de aquel lugar, algo le decía que debía alejarse de su hermano de raza, pues ya había estado a punto de controlarla momentos antes, y nada le aseguraba que un segundo intento lo lograse por completo, por lo que la decisión de la elfa fue su mejor excusa para desaparecer de allí.
– N-Níniel… –Musitó, aunque sabía que la chica no iba a escucharla con el trajín de la carrera.
“Espera” le hubiera gustado decir, pero la peliblanca no tardó en esfumarse. Era lógico, la situación requería premura, no pausas. Pero la joven vampira necesitaba calmarse, necesitaba darse unos segundos y saber qué iba a pasar, qué iban a hacer. Nín parecía tenerlo todo claro siempre, pero ella no acostumbraba a tomar decisiones tan a la ligera, por algo siempre prefería mantenerse apartada, o hacerse la invisible.
Con la respiración acelerada llegó hasta la escalera de caracol, una vez más, y subió los peldaños de dos en dos hasta llegar a la cuarta planta, en donde se habían escuchado los estruendos, y donde, de pronto, los lobos que reconoció al momento comenzaron a ladrar. Entonces las ideas se esclarecieron con total lucidez.
Si Geralt y sus bestias estaban encargándose de uno de los problemas, ella acudiría a resolver el restante.
Sin pensárselo un segundo más, corrió hacia la sala de los cuadros, abriendo de par en par el portón, recibiendo centenares de miradas sobre su figura, la cual comenzó a imbuir en sombras con su magia –Si no tenía demasiadas oportunidades con quién fuera que estuviera allí, al menos trataría de mostrarse lo más imponente posible–, y con un paso más decidido, se dirigió hacia el motivo del primer estruendo, quién parecía estar dolorido por el buen golpe que se había llevado tras el “efecto secundario” de la trampa que estuvo a punto de cazarlo.
Sus pupilas, aún vestidas del rojo amenazante de su raza, viajaban con velocidad desde la nuca de Abbey hasta la de Níniel, como si estuviera rifándose interiormente con cuál sería mejor empezar, y sus dedos apretaron el mango del puñal que ahora mantenía a la vista, señalando disimuladamente con la punta de éste a las chicas, fijándola finalmente en dirección hacia la bruja de hielo. Era verdad, ¿por qué debía confiar en ella? aquel muchacho estaba en lo cierto, incluso hacía pocos días la propia Catherine sintió un claro recelo hacia las encantadoras y sus… maneras de conseguir algunos de sus tesoros.
Estaba a punto de separar los pies del suelo para saltar a la carrera cuando Abbey habló, seguía manteniendo un tono poco amigable, pero parecía que la elfa consiguió hacerla entrar en razón, y no sólo a ella, el hecho de que reprendieran con nuevos comentarios al vampiro fue lo único que logró disipar en cierto modo la neblina que éste había causado en la frágil voluntad de la albina.
La razón y el sentido común fueron abriéndose paso en lo que volvían a cruzar las palabras entre ellos, y Cath fue relajando su posición, que por suerte, habría pasado desapercibida, o eso deseaba ella. No quería ni imaginar qué papel resultaría el no estar haciendo prácticamente nada, y encima, haber estado a punto de atacar a alguien de su propio bando.
Lo que terminó por despertarla completamente fue un fortísimo estruendo que surgió del piso superior, ruido que alertó a todos ellos, y probablemente los demás que habitaban la torre en aquel momento.
Abbey gritó alarmada y Bio dejó entrever una nueva artimaña, aunque Níniel seguía con férrea convicción contra todo lo que el joven soltaba por su boca. De no ser por la peliblanca, Catherine probablemente habría cometido demasiadas locuras aquella noche.
La elfa fue la primera que decidió moverse en pos a lo que estaba ocurriendo más allá de aquella habitación, y Cath, nada más ser rebasada por la figura de Níniel, decidió seguir su estela nuevamente.
Siquiera quiso volver la vista atrás, necesitaba salir de aquel lugar, algo le decía que debía alejarse de su hermano de raza, pues ya había estado a punto de controlarla momentos antes, y nada le aseguraba que un segundo intento lo lograse por completo, por lo que la decisión de la elfa fue su mejor excusa para desaparecer de allí.
– N-Níniel… –Musitó, aunque sabía que la chica no iba a escucharla con el trajín de la carrera.
“Espera” le hubiera gustado decir, pero la peliblanca no tardó en esfumarse. Era lógico, la situación requería premura, no pausas. Pero la joven vampira necesitaba calmarse, necesitaba darse unos segundos y saber qué iba a pasar, qué iban a hacer. Nín parecía tenerlo todo claro siempre, pero ella no acostumbraba a tomar decisiones tan a la ligera, por algo siempre prefería mantenerse apartada, o hacerse la invisible.
Con la respiración acelerada llegó hasta la escalera de caracol, una vez más, y subió los peldaños de dos en dos hasta llegar a la cuarta planta, en donde se habían escuchado los estruendos, y donde, de pronto, los lobos que reconoció al momento comenzaron a ladrar. Entonces las ideas se esclarecieron con total lucidez.
Si Geralt y sus bestias estaban encargándose de uno de los problemas, ella acudiría a resolver el restante.
Sin pensárselo un segundo más, corrió hacia la sala de los cuadros, abriendo de par en par el portón, recibiendo centenares de miradas sobre su figura, la cual comenzó a imbuir en sombras con su magia –Si no tenía demasiadas oportunidades con quién fuera que estuviera allí, al menos trataría de mostrarse lo más imponente posible–, y con un paso más decidido, se dirigió hacia el motivo del primer estruendo, quién parecía estar dolorido por el buen golpe que se había llevado tras el “efecto secundario” de la trampa que estuvo a punto de cazarlo.
Catherine Blair
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
Abbey se había quejado de sus lobos, diciendo que no quería bolas de pelo corriendo por los pasillos y mordisqueando libros (aunque eso último no había pasado, aun), pero desde luego mostraron su utilidad en ese mismo momento. Nada más llegar a ese piso, se planteó seguir a Catherine, que se dirigía hacia la fuente del estruendo, pero sus peludos compañeros revelaron otro intruso, así que desvió su atención hacia la nueva amenaza.
El brujo entró en los dormitorios espada en mano, siguiendo el ruido de sus ya en ese momento irritantes canes, pero no iba a quejarse, porque por una vez no se trataba de una ardilla, sino del elfo que había estado buscando. Soltó un silbido y sus mascotas se prepararon para el ataque, colocando una posición simétrica junto al brujo, creando un triángulo cuyo centro era su rival.
Contrario a la creencia popular, los lobos no cazaban tirándose a la yugular del primer cervatillo que veían, sino que cazaban de manera muy similar a los humanos, al menos antes de que algún elfo listillo inventara los arcos. Simplemente atacaban, sin arriesgarse ni esforzarse, obligando a la víctima a gastar energía girando y esquivando hasta que estaba tan agotada que cometía un error, por lo que sabía perfectamente que iba a tener que ser el mismo el que se encargara de la mayoría del trabajo, por lo que cuando la verborrea del elfo empezó, él ya estaba preparando una runa para estamparlo contra la pared. Seguro que tenía una excelente explicación para estar por allí robándoles, pero ¿le importaba? No, en absoluto, él era el culpable de la serie de eventos que habían dejado a un compañero medio muerto, aunque no fuese la mano ejecutora, la culpa era suya, así que lo noquearía, como mínimo, no lloraría por partirle unas pocas costillas, o algo más. –Claro, muchas vidas dependes de que unos ignorantes no roben algo que está muy por encima de su comprensión. Me he cansado de arreglar chapuzas.-. Si alguien iba a usar lo que escondía ese cuadro, iba a ser el o al menos alguien en quien confiara, el tiempo de poner parches a los problemas del mundo se había acabado, le tocaba ser un poco más proactivo. Una espada salió volando en su dirección al mismo tiempo que acababa su runa, por lo que se movió ligeramente al lado mientras alargaba la mano y lanzaba un torrente de aire que en teoría debería bastar para devolver ese espadón por donde había venido.
El brujo entró en los dormitorios espada en mano, siguiendo el ruido de sus ya en ese momento irritantes canes, pero no iba a quejarse, porque por una vez no se trataba de una ardilla, sino del elfo que había estado buscando. Soltó un silbido y sus mascotas se prepararon para el ataque, colocando una posición simétrica junto al brujo, creando un triángulo cuyo centro era su rival.
Contrario a la creencia popular, los lobos no cazaban tirándose a la yugular del primer cervatillo que veían, sino que cazaban de manera muy similar a los humanos, al menos antes de que algún elfo listillo inventara los arcos. Simplemente atacaban, sin arriesgarse ni esforzarse, obligando a la víctima a gastar energía girando y esquivando hasta que estaba tan agotada que cometía un error, por lo que sabía perfectamente que iba a tener que ser el mismo el que se encargara de la mayoría del trabajo, por lo que cuando la verborrea del elfo empezó, él ya estaba preparando una runa para estamparlo contra la pared. Seguro que tenía una excelente explicación para estar por allí robándoles, pero ¿le importaba? No, en absoluto, él era el culpable de la serie de eventos que habían dejado a un compañero medio muerto, aunque no fuese la mano ejecutora, la culpa era suya, así que lo noquearía, como mínimo, no lloraría por partirle unas pocas costillas, o algo más. –Claro, muchas vidas dependes de que unos ignorantes no roben algo que está muy por encima de su comprensión. Me he cansado de arreglar chapuzas.-. Si alguien iba a usar lo que escondía ese cuadro, iba a ser el o al menos alguien en quien confiara, el tiempo de poner parches a los problemas del mundo se había acabado, le tocaba ser un poco más proactivo. Una espada salió volando en su dirección al mismo tiempo que acababa su runa, por lo que se movió ligeramente al lado mientras alargaba la mano y lanzaba un torrente de aire que en teoría debería bastar para devolver ese espadón por donde había venido.
- Spoiler:
- Al realmente no tener claro el objetivo de la runa del elfito, porque no se si puedo esquivar libremente el espadón y la runa es para mis lobos, viceversa o va por ambos... se intenta devolver la espada
Geralt
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
El miembro 'Geralt' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
El elfo huía. Era lo poco que pudo ver antes de sentirse fuertemente mareado a la vez que un dolor en su sien aumentaba gradualmente junto a la sensación de confusión.
En realidad, que huyera entraba dentro de lógico, dada la situación. Ese ladrón estaba allí para robarles, no para pasar el tiempo con ellos mientras tomaban dulces y té, con el añadido de una buena conversación y una buena lectura, como si de unos pusilánimes nobles se trataran. Su objetivo era claro, y teniendo eso en cuenta, pensar que el bandido se quedaría para consolidar una alianza contra una armadura mágica, era ser bastante ingenio. Bastante había durado sin intentar escabullirse.
Al menos esperaba que Geralt pudiera seguirle la pista dentro de la torre. En cuanto venciera al ente mágico, porque llegado un momento el mundo alrededor del rubio se volvió menos tangible. Menos real. Y sobre todo más oscuro. Poco a poco, hasta que todo se volvió negro como noche sin luna.
Vincent se removió inquieto, sobre el cada vez más frío suelo de la sala de magia. Notaba como entraba un corriente procedente de alguna parte, que ayudaba a hacerle perder calor contra la piedra. Ese debía ser el motivo que lo hacía enfriarse. A él y a toda la sala.
Le costó unos instantes recordar donde se hallaba. En la torre de la Logia. No obstante, su cerebro estaba demasiado embotado para acordarse de más nada. Lo único que podía razonar con cierta exactitud era que por algún lado se estaba colando el frío del exterior al interior. No hacía falta ser un genio para deducir eso, pero algo… algo no iba bien. No recordaba el qué, más sentía que debía saberlo.
Fue entonces cuando una chispa se abrió paso a su mente, que le hizo evocar momentos pasados. No tan lejanos. El frío entraba por una ventana. Una que había sido rota… por el elfo.
- ¡El elfo!-, exclamó apoyándose en los brazos para mirar hacia atrás. Nada más hacerlo pudo ver la famosa ventana por la que se estaba entregando la fría noche a su interior. - Mierda-, volvió a decir, esta vez intentando incorporarse.
Nada más erguirse sintió una punzada de dolor en la cabeza que le hizo hincar la rodilla. A la vez que se quitó el guante de una mano para llevarla hasta la frente, donde pudo palpar un considerable chichó en la testa. Aún así el rubio miró a su alrededor, algo confundido, pero cada vez menos con el pasar de los segundos.
El recuerdo de la ventana lo llevaba al elfo, este a la armadura, y poco a poco su mente iba hilando los retazos de su memoria. Como una cadena, que iba rellenando las lagunas que tenía.
No tardó en ver la dichosa armadura mágica que lo había complicado todo. Y por supuesto, tardó mucho menos en darse cuenta de que estaba solo. Geralt había partido dejándolo allí, evidentemente por la urgencia de seguir al elfo que intentaba huir.
- Que dolor de cabeza-, se dijo acariciándose la frente por última vez, para finalmente incorporarse esta vez con mejor éxito que la última vez.
No le dolía tanto como momentos antes de quedar inconsciente, pero maldita sea, aún dolía lo suyo. Vio la espada roma del autómata sobre el suelo, y no pudo evitar agarrarla y mirarla de cerca. Menos mal que no tenía filo, sino el dolor de su cabeza hubiera sido el menor de sus problemas.
- Estúpida armadura-, comentó justo antes de darle un golpe horizontal a la coraza con su propia arma, haciendo que el metal crujiera y la espada quedara enterrada de lado en la armadura.
Se había roto como si fuera pobre hierro, y no la formidable armadura de buen metal que anteriormente era. Debía ser fruto de un calor intenso, o algo parecido, obra sin duda de Geralt.
En cualquier caso no podía perder más el tiempo. El rubio volvió a enfundarse el guante, y estiró el brazo hacia donde se encontraba su espada. El acero no tardó en volar hasta su mano, así que cuando sintió la confortable empuñadura en su mano, no lo pensó dos veces, y salió a la carrera de la sala de magia.
El primer destino del brujo fue el lugar más cercano donde podría encontrar a alguien. Sabía perfectamente que Níniel trabajaba y entrenaba alquimia en la botica junto a Catherine, mientras él hacía lo propio con arcanos en la sala de magia. Justo antes de que el elfo hiciera su aparición estelar.
Sin embargo allí no había nadie. Pero aún. Había claro signos de lucha que presagiaban nada bueno, pues si Vicente hubiera acabado allí no hubiera tenido nada que hacer contra tres miembros de la Logia.
¿Qué demonios estaba pasando allí?, pensó mientras ascendía las escaleras hasta el despacho de Abbey. Si la mujer no había escuchado nada de lo ocurrido en la sala de magia, alguien debía decírselo. Geralt estaría demasiado ocupado persiguiendo al elfo como para poder avisar a la encantadora.
Aunque todo eso era una hipótesis. No sabía cuánto tiempo llevaba inconsciente. Bien podía ser que Geralt ya hubiera capturado al ladrón, o que este hubiera escapado. Pero en cualquier caso, que hubiera pasado el tiempo suficiente para avisar a Abbey. Justo lo bastante para avisarla, pero no para que alguien hubiera podido ir a ayudarlo a la sala de magia.
No obstante, lo que encontró en el despacho de Abbey fue tan desesperanzador como lo que vio en la botica. Nadie se hallaba allí. Estaba tan vacío como las salas del piso de abajo.
- ¿Dónde se han metido todos? - se preguntó el brujo, analizando su próximo movimiento.
En realidad, que huyera entraba dentro de lógico, dada la situación. Ese ladrón estaba allí para robarles, no para pasar el tiempo con ellos mientras tomaban dulces y té, con el añadido de una buena conversación y una buena lectura, como si de unos pusilánimes nobles se trataran. Su objetivo era claro, y teniendo eso en cuenta, pensar que el bandido se quedaría para consolidar una alianza contra una armadura mágica, era ser bastante ingenio. Bastante había durado sin intentar escabullirse.
Al menos esperaba que Geralt pudiera seguirle la pista dentro de la torre. En cuanto venciera al ente mágico, porque llegado un momento el mundo alrededor del rubio se volvió menos tangible. Menos real. Y sobre todo más oscuro. Poco a poco, hasta que todo se volvió negro como noche sin luna.
Vincent se removió inquieto, sobre el cada vez más frío suelo de la sala de magia. Notaba como entraba un corriente procedente de alguna parte, que ayudaba a hacerle perder calor contra la piedra. Ese debía ser el motivo que lo hacía enfriarse. A él y a toda la sala.
Le costó unos instantes recordar donde se hallaba. En la torre de la Logia. No obstante, su cerebro estaba demasiado embotado para acordarse de más nada. Lo único que podía razonar con cierta exactitud era que por algún lado se estaba colando el frío del exterior al interior. No hacía falta ser un genio para deducir eso, pero algo… algo no iba bien. No recordaba el qué, más sentía que debía saberlo.
Fue entonces cuando una chispa se abrió paso a su mente, que le hizo evocar momentos pasados. No tan lejanos. El frío entraba por una ventana. Una que había sido rota… por el elfo.
- ¡El elfo!-, exclamó apoyándose en los brazos para mirar hacia atrás. Nada más hacerlo pudo ver la famosa ventana por la que se estaba entregando la fría noche a su interior. - Mierda-, volvió a decir, esta vez intentando incorporarse.
Nada más erguirse sintió una punzada de dolor en la cabeza que le hizo hincar la rodilla. A la vez que se quitó el guante de una mano para llevarla hasta la frente, donde pudo palpar un considerable chichó en la testa. Aún así el rubio miró a su alrededor, algo confundido, pero cada vez menos con el pasar de los segundos.
El recuerdo de la ventana lo llevaba al elfo, este a la armadura, y poco a poco su mente iba hilando los retazos de su memoria. Como una cadena, que iba rellenando las lagunas que tenía.
No tardó en ver la dichosa armadura mágica que lo había complicado todo. Y por supuesto, tardó mucho menos en darse cuenta de que estaba solo. Geralt había partido dejándolo allí, evidentemente por la urgencia de seguir al elfo que intentaba huir.
- Que dolor de cabeza-, se dijo acariciándose la frente por última vez, para finalmente incorporarse esta vez con mejor éxito que la última vez.
No le dolía tanto como momentos antes de quedar inconsciente, pero maldita sea, aún dolía lo suyo. Vio la espada roma del autómata sobre el suelo, y no pudo evitar agarrarla y mirarla de cerca. Menos mal que no tenía filo, sino el dolor de su cabeza hubiera sido el menor de sus problemas.
- Estúpida armadura-, comentó justo antes de darle un golpe horizontal a la coraza con su propia arma, haciendo que el metal crujiera y la espada quedara enterrada de lado en la armadura.
Se había roto como si fuera pobre hierro, y no la formidable armadura de buen metal que anteriormente era. Debía ser fruto de un calor intenso, o algo parecido, obra sin duda de Geralt.
En cualquier caso no podía perder más el tiempo. El rubio volvió a enfundarse el guante, y estiró el brazo hacia donde se encontraba su espada. El acero no tardó en volar hasta su mano, así que cuando sintió la confortable empuñadura en su mano, no lo pensó dos veces, y salió a la carrera de la sala de magia.
El primer destino del brujo fue el lugar más cercano donde podría encontrar a alguien. Sabía perfectamente que Níniel trabajaba y entrenaba alquimia en la botica junto a Catherine, mientras él hacía lo propio con arcanos en la sala de magia. Justo antes de que el elfo hiciera su aparición estelar.
Sin embargo allí no había nadie. Pero aún. Había claro signos de lucha que presagiaban nada bueno, pues si Vicente hubiera acabado allí no hubiera tenido nada que hacer contra tres miembros de la Logia.
¿Qué demonios estaba pasando allí?, pensó mientras ascendía las escaleras hasta el despacho de Abbey. Si la mujer no había escuchado nada de lo ocurrido en la sala de magia, alguien debía decírselo. Geralt estaría demasiado ocupado persiguiendo al elfo como para poder avisar a la encantadora.
Aunque todo eso era una hipótesis. No sabía cuánto tiempo llevaba inconsciente. Bien podía ser que Geralt ya hubiera capturado al ladrón, o que este hubiera escapado. Pero en cualquier caso, que hubiera pasado el tiempo suficiente para avisar a Abbey. Justo lo bastante para avisarla, pero no para que alguien hubiera podido ir a ayudarlo a la sala de magia.
No obstante, lo que encontró en el despacho de Abbey fue tan desesperanzador como lo que vio en la botica. Nadie se hallaba allí. Estaba tan vacío como las salas del piso de abajo.
- ¿Dónde se han metido todos? - se preguntó el brujo, analizando su próximo movimiento.
Vincent Calhoun
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
LLEGAMOS AL ÚLTIMO TURNO
Sala f) Sala de reuniones (Piso 3)
El vampiro y la encantadora quedaron solos. La elfa consiguió calmar bastante a la impulsiva Abbey, que estaba desquiciada, y más después de que Bio le dijera que había más gente en el piso superior y que su maniobra había sido puramente de distracción. – Subid arriba, yo me encargo. – ordenó enfadada a elfa y vampiresa, quienes rápidamente acataron sus órdenes y salieron por la puerta como flechas.
Bio habría tenido más suerte de haber dado con Lucy Fireheart, ella era la cara amable de la sociedad mágica, pero Abbey Frost era su némesis y, en cuanto tuvo la oportunidad, no tardó en contestarle a la acusación de robo que le había hecho Bio. Lo cierto es que estaba en lo cierto, pero aquello sería muy difícil de reconocer para alguien tan rencoroso como la gran encantadora. – Los objetos mágicos no son juguetes, deben estar controlados por gente profesional, por ello deben pertenecer a la Logia. Lo que tú llamas robar, yo lo llamo asegurar. Ahora, gracias a ti, el objeto está en manos de una apóstata que ni conocemos ni sabemos el uso que le dará. – le reprendió en relación al collar que le había arrebatado Elen Calhoun con ayuda del vampiro meses atrás. – En cualquier caso, eso da igual. Lo único que sé es que tengo delante de mí a alguien por el que Dundarak pide 5000 aeros. – sentenció.
Comenzó a apretar su puño, el vampiro podía ver cómo la mano de la encantadora se convertía en témpanos de hielo y su báculo comenzaba a emitir una luz azulada. – ¡Gelidum cubotsempronium! – conjuró estirando el báculo y, automáticamente, bajo el vampiro surgió una nube de hielo congelante que terminó con él, quedando completamente criogenizado.
Al contrario de lo que alguien podría pensar, este hechizo no es ofensivo ni causa daño alguno al receptor, sino que únicamente realiza un bloqueo físico. La víctima es envuelta en una superficie helada por el exterior y aislada por el interior, desde la que puede observar lo que esté frente a sus ojos o escuchar y pensar, siendo totalmente consciente de lo que ocurre. Pero no puede moverse ni hablar. La única manera de romper el hechizo es incrementando la temperatura con algo tan simple como permanecer al sol unas horas. Lo cual, en el caso de un vampiro, puede ser contraproducente.
- Bio criogenizado:
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Bio: Eres capturado por la encantadora. Narra tu último diálogo con ella y describe cómo te sientes ahí dentro. Escuchas a Armand pedir la retirada, y te sientes impotente al no poder moverte. Espero que no pienses que te tengo tirria por ser el master que te fastidia siempre. No te preocupes, como recompensa serás el protagonista de la próxima misión de dos gremios y arreglaremos tanto el asunto de la congelación como el de tu recompensa de 5000 aeros en el próximo tema de gremio.
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Sala f) Sala de los cuadros (Piso 4)
Armand estaba tratando de levantarse medio atolondrado. Le dolía la cabeza mucho por el golpe que se había llevado. Aún algo descolocado, comenzó a revolver entre los cuadros pero no encontró el que buscba. – Joder… ¿Dónde lo han metido? – se maldijo a sí mismo. Veía doble en aquel instante.
Justo en ese momento, irrumpió como una exhalación la vampiresa Catherine Blair, probablemente la más inocente de la logia. El hombre reaccionó instintivamente tomando el cuadro que estaba estudiando, el de una mujer de cabellos negros con una sonrisa demasiado característica firmado por un tal Leonardo - Qué cuadro más horrible - dijo, lo descolgó y se lo lanzó para tratar de ganar algo de tiempo y desconcentrarla. – ¡Retirada! ¡Retirada! – gritó a viva voz para que el resto de miembros y saltó por la ventana del cuarto piso. Colgando con agilidad una soga que tenía preparada de uno de los barrotes del balcón y lanzándose, confiando en que ésta aguantaría su peso. Catherine no llegaría a detenerlo.
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Catherine: Tu aparición es la causante de que el gremio de informantes se retire. Una buena acción, sin duda. No me importa si te comes el “cuadrazo” o no. Sólo es un cuadro, no te causará daño alguno, lo único que logrará será hacer que pierdas el tiempo suficiente como para evitar que Armand salte por la ventana.
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Sala h) Dormitorio (Piso 4)
Rauko y Geralt mantenían una incesante batalla igualada, el elfo conseguía defenderse muy bien de los perros gracias a su suerte y el brujo, gracias a su mayor experiencia, pudo esquivar la espada que con tan buena mañana había lanzado el joven elfo.
El estoque se clavó en el marco de la puerta justo durante la entrada acelerada de Níniel, a la que por unos instantes no rebanaría la cabeza. Una vez recuperada del susto de ver cómo una espada se clavó justo delante de sus narices, la elfa podría asistir a su compañero y tratar de expulsar al nuevo atacante.
Por si fuera poco, Vincent llegaría ya al final, justo cuando se escuchó a Armand solicitar la retirada de los informantes del edificio. La ventana estaba del elfo, y era la única vía de escape. Una pena, tenía el cuadro muy cerca, justo debajo de una de las camas de la habitación. Allí fue donde los miembros de la logia decidieron colocarlo, pero Rauko jamás sabría que lo tuvo tan al alcance de su mano.
-------
Rauko: Una pena que te falte tu nueva amiga nigromante. Te hubiese venido muy bien en este embrollo. La realidad es que estás en clara desventaja: Tres adversarios y dos perros contra ti. Has escuchado los gritos de Armand indicando la retirada. Debes hacer caso a tu líder. Invéntate una manera coherente de salir por la ventana y reunirte con tu compañero. Tendréis que huir entre la ventisca. Pronto advertiréis que, vuestro compañero Bio, ha sido apresado.
Geralt: Gracias a tu presencia en la escena has impedido que Rauko encuentre el cuadro y lo robe. Narra el final de tu combate contra el mismo. Puedes explicarle lo ocurrido a Níniel y Vincent, que aparecerán después.
Níniel: Menudo susto has recibido, afortunadamente no ha pasado nada. Identificas a alguien luchando contra Geralt, ¿conoces a Rauko? Si no quieres que tu personaje piense mal de él o acabe mal puedes indicar que no eres capaz de distinguirle, lo dejo a tu elección. Al final aparecerá tu valiente amado, medio herido después del golpe recibido. Cuida de él. Te necesita.
Vincent: Tú cerrarás el hilo. A pesar de las heridas consigues llegar arriba y estás apto para luchar. Eres todo un sufridor y llegas justo cuando “Vicente” se va a precipitar a huir. Bueno, al final todo ha acabado bien, ¿no? A fin de cuentas tienes a Níniel sana y salva a tu lado.
Ger
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
Niniel hablaba como una fanática más de ese grupo, seguramente le habrían lavado el cerebro con sus locuras del control mágico -Hay más cosas aquí de las que puedes entender, investiga por tu cuenta y hallarás la verdad- Le dije a la elfa ya cansado de intentar convencerla, si algo la había caracterizado hasta ahora era su terquedad cuando se proponía algo -De hecho, entre las cosas que no sabes, está el hecho de que ya antes me atacó por la espalda- Recordé cuando la helada bruja casi me congelaba la espalda en la batalla anterior -No me creas a mí, ni a nadie, investiga los hechos por ti misma- Le dije mientras se iban de la sala, confiado en que yo tenía razón y su grupo no eran para nada los héroes que ella pensaba.
Y bien... Aquí estamos... Al fin solos- Dije a la bruja una vez que se habían marchado sus esbirras; sus argumentos ciertamente parecían los de una niña malcriada, difícilmente podría convencerla pero no estaba de más hacerla enojar un poco y ganar algo de tiempo para mis compañeros -Qué conveniente que deban ser justo ustedes, si hubiera alguien más capaz ¿Aceptarías que te robaran algo?- Pregunté con firmeza -Ah espera, si es alguien más profesional entonces no sería robar ¿Cierto? Lo estarían asegurando- Pregunté con la sola intención de molestarla, cosa que de hecho ya me parecía muy reconfortante -La que llamas apóstata es mucho más capaz que tú o que cualquiera de tu grupo de ladrones aseguradores- Recriminé su absurdo y fanático argumento.
Negué con la cabeza -Lo sé, solo me quieres por el dinero- Le dije fingiendo tristeza pero luego contemplé sin querer expresar mi preocupación al notar que se preparaba para atacar con su báculo que emitía una luz azulada y que bien recordaba su eficacia de nuestra última batalla; antes que pudiera seguir retrocediendo noté que inmediatamente luego de sus palabras mis piernas comenzaron a enfriarse; una especie de niebla fría se había formado desde el suelo y ascendía de prisa; retrocedí de inmediato pero a diferencia de los proyectiles de hielo, la niebla cubría más terreno y no era posible evadirla.
En un parpadeo ya no sentía nada de la cintura hacia abajo y mi cuerpo continuaba paralizándose -¡¡No, espera!!- Grité alarmado pensando que ahora sí me había llevado la chingada -Si me matas no sabrás que...- Dejé la frase incompleta a propósito solo para sembrarle la duda y segundos luego mi cabeza fue finalmente cubierta por una capa de hielo; intenté cerrar mis ojos pero fue en vano, los párpados estaban pegados al hielo y apenas podía parpadear con dificultad, sin embargo podía ver su figura opaca a través de la capa de hielo, seguía ahí disfrutando su victoria y finalmente había decidido no matarme, a saber qué planes siniestros tendría ahora para mí en su grupo de fanáticos raros.
Finalmente la observé darse la vuelta para marcharse segura de su victoria al tiempo que la voz de Armand indicaba la huida ¿Habrían dado con el cuadro? ¿Habíamos logrado “asegurarlo”? De momento no tenía manera de saberlo, pues tenía problemas más graves, tendría que esperar y planear un rápido escape a la menor oportunidad.
Y bien... Aquí estamos... Al fin solos- Dije a la bruja una vez que se habían marchado sus esbirras; sus argumentos ciertamente parecían los de una niña malcriada, difícilmente podría convencerla pero no estaba de más hacerla enojar un poco y ganar algo de tiempo para mis compañeros -Qué conveniente que deban ser justo ustedes, si hubiera alguien más capaz ¿Aceptarías que te robaran algo?- Pregunté con firmeza -Ah espera, si es alguien más profesional entonces no sería robar ¿Cierto? Lo estarían asegurando- Pregunté con la sola intención de molestarla, cosa que de hecho ya me parecía muy reconfortante -La que llamas apóstata es mucho más capaz que tú o que cualquiera de tu grupo de ladrones aseguradores- Recriminé su absurdo y fanático argumento.
Negué con la cabeza -Lo sé, solo me quieres por el dinero- Le dije fingiendo tristeza pero luego contemplé sin querer expresar mi preocupación al notar que se preparaba para atacar con su báculo que emitía una luz azulada y que bien recordaba su eficacia de nuestra última batalla; antes que pudiera seguir retrocediendo noté que inmediatamente luego de sus palabras mis piernas comenzaron a enfriarse; una especie de niebla fría se había formado desde el suelo y ascendía de prisa; retrocedí de inmediato pero a diferencia de los proyectiles de hielo, la niebla cubría más terreno y no era posible evadirla.
En un parpadeo ya no sentía nada de la cintura hacia abajo y mi cuerpo continuaba paralizándose -¡¡No, espera!!- Grité alarmado pensando que ahora sí me había llevado la chingada -Si me matas no sabrás que...- Dejé la frase incompleta a propósito solo para sembrarle la duda y segundos luego mi cabeza fue finalmente cubierta por una capa de hielo; intenté cerrar mis ojos pero fue en vano, los párpados estaban pegados al hielo y apenas podía parpadear con dificultad, sin embargo podía ver su figura opaca a través de la capa de hielo, seguía ahí disfrutando su victoria y finalmente había decidido no matarme, a saber qué planes siniestros tendría ahora para mí en su grupo de fanáticos raros.
Finalmente la observé darse la vuelta para marcharse segura de su victoria al tiempo que la voz de Armand indicaba la huida ¿Habrían dado con el cuadro? ¿Habíamos logrado “asegurarlo”? De momento no tenía manera de saberlo, pues tenía problemas más graves, tendría que esperar y planear un rápido escape a la menor oportunidad.
Bio
Aerandiano de honor
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
Los ruidos que se dejaban escuchar dispersos por toda la torre ya no estaban tan dispersos. A parte de la sala de reuniones que acababa de dejar atrás, con Bio enfrentando a su destino tras rechazar todas las manos que la elfa le había tendido, el resto de sonidos que se podían oír provenían del piso superior. No de la sala de cuadros, donde las trampas habrían hecho su trabajo y ya no podía escucharse nada, si no de los dormitorios. Aquel era el lugar donde habían decidido esconder el cuadro mientras investigaban todo lo relacionado con aquel capitán pirata, los objetos que había entregado a la logia y los escasos, y en su mayoría poco verosímiles, informes sobre sus actividades. Eso lo convertía en el principal lugar a defender sabiendo que el retrato era el objetivo del pelinegro y sus compinches, así como con toda probabilidad el punto de encuentro de los miembros de la logia que hubiesen descubierto ese hecho durante el asalto.
Níniel no lo dudó y ascendió aquellas escaleras a buen ritmo, aunque no todo lo rápido que hubiese podido hacerlo ya que mientras se movía también se preparaba para hacer frente a un nuevo enemigo. El plan era sencillo, valerse de sus habilidades e ingenio para derrotarlo o derrotarlos y evitar que se hiciesen con el cuadro, o en su defecto retrasarlos o atraparlos hasta que el resto de sus compañeros, que también debían de haber sido alertados por el ruido, acudieran en su ayuda. Sabía que podía contar con Catherine y con Abbey que no tardarían en alcanzarla y, aunque había oído ruidos de lucha abajo, también confiaba en que Vincent y Geralt no estuvieran muy lejos y se hallaran dispuestos a chamuscar a unos insensatos. No eran de la clase de personas que se dejaban vencer con facilidad.
La intuición de la elfa pronto se demostró cierta cuando, ya cerca de las habitaciones, la voz del brujo peliblanco llegó a sus oídos. Parecía estar discutiendo con otra persona, otra persona cuya voz resultaba conocida para la sacerdotisa incluso a pesar de llegar amortiguada por las paredes de aquella torre. A pesar de ello la elfa continuó avanzando, entrando de golpe a aquella sala con su vara y su magia preparadas...Siendo recibida de forma abrupta por una bonita espada voladora que por poco no le cambia su estilo de peinado de forma permanente.
Níniel se quedó muy quieta, mirando con los ojos abiertos como platos aquella bonita y ornamentada espada clavada a tan poca distancia de ella en el marco de la puerta mientras la hoja de está aún vibraba por el reciente golpe que la había dejado allí incrustada, a la altura de sus ojos. Tardó un instante en reaccionar y desviar su mirada hacia el interior de la estancia, viendo entonces a Geralt y a sus lobos hacer frente a uno de sus hermanos, además a uno que conocía, Rauko el no-elfo. Y por la posición de cada uno en la sala con respecto a la puerta...Había sido él quién había lanzado aquella espada contra la puerta, no contra ella que aún no había entrado, pero eso poco importaba ya que de igual manera había acabado cerca de su cuello.
-!Rauko!. ¿Por qué será que no me extraña verte aquí?. Casi me matas.- Le increpó al elfo evidentemente enfadada, sujetando su bastón con la mano izquierda para llevar su diestra a la empuñadura de aquella espada que casi la mata para tirar de ella y sacarla de la madera donde estaba incrustada. Gesto que sin duda hubiese quedado digno de un relato épico de no ser por el hecho de que por su falta de fuerza, y a pesar de su enfado, no logró sacarla a la primera de la pared. -Porras.- Se quejó la peliblanca tirando de ella una segunda vez consiguiendo por fin sacarla y amenazando a su hermano con ella. -Ya sabemos por qué estáis aquí, Bio se ha rendido. Te recomiendo que hagas lo mismo.- Fueron sus palabras para el elfo, que no tardaron en ser confirmadas por los gritos de un hombre en la sala contigua instando a los asaltantes a retirarse con evidente urgencia.
Por si aquello no fuera suficiente para que el elfo tratara de poner pies en polvorosa, lo cual dada su situación era más fácil de decir que de hacer, Vincent, tocado pero de una pieza, también apareció allí para complicarle más aún las cosas. Níniel miró a Rauko a los ojos un instante y entonces bajó su recién adquirida espada, dándole a entender a su hermano que al menos ella no iba a hacer nada por evitar que escapase. Al contrario, se acercó a Vincent colocándose a su lado, unos centímetros detrás de él y centró todos sus esfuerzos en sanar sus heridas.
-No es mal chico.- Le dijo en confidencia a su brujo. Y no dijo nada más. Realmente ni él ni Bio eran mala gente, todo lo contrario de hecho. ¿Qué les había llevado a actuar como unos vulgares delincuentes?. ¿Por qué tanto interés por obtener ese cuadro y la reliquia?. El vampiro no había parado de repetir que la logia no era de fiar, que Abbey no era merecedora de su confianza...Pero en pleno enfrentamiento la joven tensai había demostrado serlo. Además la Logia contaba con Vincent, con Geralt, con Catherine y con ella...Bio estaba equivocado. La logia, incluso con sus actos ambiguos eran buenas manos. Entonces...¿Quién le había convencido de lo contrario?. Esperaba tener pronto la ocasión de preguntárselo.
Níniel no lo dudó y ascendió aquellas escaleras a buen ritmo, aunque no todo lo rápido que hubiese podido hacerlo ya que mientras se movía también se preparaba para hacer frente a un nuevo enemigo. El plan era sencillo, valerse de sus habilidades e ingenio para derrotarlo o derrotarlos y evitar que se hiciesen con el cuadro, o en su defecto retrasarlos o atraparlos hasta que el resto de sus compañeros, que también debían de haber sido alertados por el ruido, acudieran en su ayuda. Sabía que podía contar con Catherine y con Abbey que no tardarían en alcanzarla y, aunque había oído ruidos de lucha abajo, también confiaba en que Vincent y Geralt no estuvieran muy lejos y se hallaran dispuestos a chamuscar a unos insensatos. No eran de la clase de personas que se dejaban vencer con facilidad.
La intuición de la elfa pronto se demostró cierta cuando, ya cerca de las habitaciones, la voz del brujo peliblanco llegó a sus oídos. Parecía estar discutiendo con otra persona, otra persona cuya voz resultaba conocida para la sacerdotisa incluso a pesar de llegar amortiguada por las paredes de aquella torre. A pesar de ello la elfa continuó avanzando, entrando de golpe a aquella sala con su vara y su magia preparadas...Siendo recibida de forma abrupta por una bonita espada voladora que por poco no le cambia su estilo de peinado de forma permanente.
Níniel se quedó muy quieta, mirando con los ojos abiertos como platos aquella bonita y ornamentada espada clavada a tan poca distancia de ella en el marco de la puerta mientras la hoja de está aún vibraba por el reciente golpe que la había dejado allí incrustada, a la altura de sus ojos. Tardó un instante en reaccionar y desviar su mirada hacia el interior de la estancia, viendo entonces a Geralt y a sus lobos hacer frente a uno de sus hermanos, además a uno que conocía, Rauko el no-elfo. Y por la posición de cada uno en la sala con respecto a la puerta...Había sido él quién había lanzado aquella espada contra la puerta, no contra ella que aún no había entrado, pero eso poco importaba ya que de igual manera había acabado cerca de su cuello.
-!Rauko!. ¿Por qué será que no me extraña verte aquí?. Casi me matas.- Le increpó al elfo evidentemente enfadada, sujetando su bastón con la mano izquierda para llevar su diestra a la empuñadura de aquella espada que casi la mata para tirar de ella y sacarla de la madera donde estaba incrustada. Gesto que sin duda hubiese quedado digno de un relato épico de no ser por el hecho de que por su falta de fuerza, y a pesar de su enfado, no logró sacarla a la primera de la pared. -Porras.- Se quejó la peliblanca tirando de ella una segunda vez consiguiendo por fin sacarla y amenazando a su hermano con ella. -Ya sabemos por qué estáis aquí, Bio se ha rendido. Te recomiendo que hagas lo mismo.- Fueron sus palabras para el elfo, que no tardaron en ser confirmadas por los gritos de un hombre en la sala contigua instando a los asaltantes a retirarse con evidente urgencia.
Por si aquello no fuera suficiente para que el elfo tratara de poner pies en polvorosa, lo cual dada su situación era más fácil de decir que de hacer, Vincent, tocado pero de una pieza, también apareció allí para complicarle más aún las cosas. Níniel miró a Rauko a los ojos un instante y entonces bajó su recién adquirida espada, dándole a entender a su hermano que al menos ella no iba a hacer nada por evitar que escapase. Al contrario, se acercó a Vincent colocándose a su lado, unos centímetros detrás de él y centró todos sus esfuerzos en sanar sus heridas.
-No es mal chico.- Le dijo en confidencia a su brujo. Y no dijo nada más. Realmente ni él ni Bio eran mala gente, todo lo contrario de hecho. ¿Qué les había llevado a actuar como unos vulgares delincuentes?. ¿Por qué tanto interés por obtener ese cuadro y la reliquia?. El vampiro no había parado de repetir que la logia no era de fiar, que Abbey no era merecedora de su confianza...Pero en pleno enfrentamiento la joven tensai había demostrado serlo. Además la Logia contaba con Vincent, con Geralt, con Catherine y con ella...Bio estaba equivocado. La logia, incluso con sus actos ambiguos eran buenas manos. Entonces...¿Quién le había convencido de lo contrario?. Esperaba tener pronto la ocasión de preguntárselo.
Níniel Thenidiel
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
Después de enfrentarme contra una tormenta, después de lidiar con un par de brujos, después de luchar contra una armadura mágica, al final lo único que realmente logró arruinar mis planes fueron un par de caninos, aunque si yo hubiese intentado matarlos tal vez me hubiera librado de ellos, pero no quería quitarles la vida simplemente por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado, así que no tuve de otra que tratar de noquearlos mientras me desplazaba de un lugar a otro con movimientos ágiles y rápidos al tiempo que evadía los ataques enemigos.
Desafortunadamente, no podía librarme de los lobos fácilmente, pues el brujo peliblanco complicaba las cosas, había que admitir que él era persistente, y eso no me favorecía en lo absoluto -(Vamos Rauko, piensa en algo o… pensándolo mejor… Por favor, ayúdenme dioses cuyos nombres no conozco)- Me encontraba en aprietos y no se me ocurría nada más que rezarle a los seres míticos de Aerandir.
Al pasar unos segundos me cansé de huir y decidí colocarme sobre una de las camas para poder patear a los lobos cuando intentaran subir, sin embargo mi nueva posición me había dejado vulnerable a un ataque del brujo.
Fue entonces cuando un nuevo personaje apareció en la escena, nada más y nada menos que una elfa que tuve la oportunidad de conocer cuando Bio me pidió que lo ayudara en un tipo de “contraemboscada” -¿Niniel? Lo lamento, no fue mi culpa que este brujo desviara la espada a tu dirección- Dije con una voz tímida aunque en el fondo disfruté culpar al peliblanco que tantos problemas me había causado.
En ese momento, la elfa intentó tomar la espada que casi terminaba por quitarle la vida, pero ella al no poseer la fuerza suficiente no pudo empuñar la hoja al primer intento -(¿Pero qué está haciendo?)- Pensé intentando no reírme de la graciosa escena, por desgracia se acabó la diversión cuando logró su cometido y me apuntó con aquella espada, lo que me hizo suponer que la elfa quería acabar conmigo de forma brutal como lo había hecho con los guerreros de la otra vez.
Cuando creí que las cosas no podrían ser peores, Niniel explicó que todos sabían el motivo de mi presencia, y además agregó el detalle de que Bio se había dado por vencido, pero lo peor no fue eso, sino que una vez que la elfa terminara de hablar, los gritos de Armand se escucharon al lado ordenando una retirada inmediata -(Inútiles, todos)- En ese momento me sentí atormentado por la terrible desilusión que sólo otorga una humillante derrota.
Seguir luchando era una mala idea, si no escapaba en ese mismo instante entonces sería capturado por los miembros de la logia, pero no quería rendirme como el resto de mi bando, yo todavía tenía deseos por conseguir el artefacto élfico, ya que a diferencia de los demás, yo no quería guardarlo en un lugar seguro, sino que ansiaba obtener el poder de un dios para intentar convertir el mundo en una utopía donde reinara la justicia, en un paraíso donde no hubiese rastro de maldad; sin embargo, debido a las circunstancias, todos esos sueños quedaron siendo sólo eso… Sueños.
Bajé mi espada y mi mirada mostrándome derrotado, opté por obedecer a las palabras de la elfa ya que no había más que pudiese hacer; pero luego de unos segundos, miré a Niniel, y en ese momento que se cruzaron nuestras miradas recordé algo que me hizo pensar de otra forma -(“No se sale adelante celebrando éxitos, sino superando fracasos”)- Fueron las palabras que sonaron dentro de mi cabeza para hacerme recapacitar y aceptar la dura realidad.
No había tiempo que perder, era el momento de huir, pero antes debía decir algo para que mi escape fuese algo teatral -Está bien, admito que he fallado en mi misión, y ahora sólo es responsabilidad de ustedes proteger a Aerandir- Dije para recordarles su importante deber -Deben conseguir el artefacto élfico y resguardarlo del mal, pero recuerden…- Hice una pausa simplemente para generar un poco de suspenso antes de continuar -Incluso el corazón más noble puede ser corrompido al obtener poder- Advertí mostrándome seguro en mis palabras a pesar de que en el fondo no creía del todo en eso.
Finalmente busqué con la mirada el mejor camino hacia la ventana y luego emprendí una vertiginosa carrera por donde tuve que ser lo más veloz y hábil posible para evadir todos los obstáculos que se me presentaran, no obstante, antes de llegar a mi destino, por alguna razón casi terminé por estrellarme contra el suelo, pero gracias a mi capacidad de reacción y a la adrenalina que recorría mi cuerpo pude recuperar el equilibrio a tiempo para poder saltar por la ventana.
Desafortunadamente, rompí el cristal al atravesarlo y algunos de sus fragmentos me lastimaron una que otra parte del cuerpo, pero nada grave, fue peor experimentar el repentino cambio de temperatura -(Bien ¿Y ahora qué?)- Me pregunté al estar en el estrecho espacio por donde apenas podía moverme sin caer al vacío; miré a los lados mientras guardaba mi espada y rápidamente encontré a Armand descendiendo por una soga que colgaba desde el interior de una de las salas de la torre, y por suerte yo también podría usar esa vía.
Me desplacé hacia al lado con cuidado y bajé de la misma forma que lo había hecho Armand, sin embargo, cuando me encontraba a unos cuantos metros del suelo, la soga se soltó y caí a la nieve de forma aparatosa -Por lo menos escapé con vida- Me dije a mí mismo mientras trataba de no quejarme del dolor que invadió mi cuerpo.
Después de un rato nos situamos en un lugar alejado de la torre, pero antes de largarnos de Dundarak esperamos que en algún momento emergiera Bio en buen estado, sin embargo… Éste nunca salió para liberarnos de nuestra incesante preocupación...
Desafortunadamente, no podía librarme de los lobos fácilmente, pues el brujo peliblanco complicaba las cosas, había que admitir que él era persistente, y eso no me favorecía en lo absoluto -(Vamos Rauko, piensa en algo o… pensándolo mejor… Por favor, ayúdenme dioses cuyos nombres no conozco)- Me encontraba en aprietos y no se me ocurría nada más que rezarle a los seres míticos de Aerandir.
Al pasar unos segundos me cansé de huir y decidí colocarme sobre una de las camas para poder patear a los lobos cuando intentaran subir, sin embargo mi nueva posición me había dejado vulnerable a un ataque del brujo.
Fue entonces cuando un nuevo personaje apareció en la escena, nada más y nada menos que una elfa que tuve la oportunidad de conocer cuando Bio me pidió que lo ayudara en un tipo de “contraemboscada” -¿Niniel? Lo lamento, no fue mi culpa que este brujo desviara la espada a tu dirección- Dije con una voz tímida aunque en el fondo disfruté culpar al peliblanco que tantos problemas me había causado.
En ese momento, la elfa intentó tomar la espada que casi terminaba por quitarle la vida, pero ella al no poseer la fuerza suficiente no pudo empuñar la hoja al primer intento -(¿Pero qué está haciendo?)- Pensé intentando no reírme de la graciosa escena, por desgracia se acabó la diversión cuando logró su cometido y me apuntó con aquella espada, lo que me hizo suponer que la elfa quería acabar conmigo de forma brutal como lo había hecho con los guerreros de la otra vez.
Cuando creí que las cosas no podrían ser peores, Niniel explicó que todos sabían el motivo de mi presencia, y además agregó el detalle de que Bio se había dado por vencido, pero lo peor no fue eso, sino que una vez que la elfa terminara de hablar, los gritos de Armand se escucharon al lado ordenando una retirada inmediata -(Inútiles, todos)- En ese momento me sentí atormentado por la terrible desilusión que sólo otorga una humillante derrota.
Seguir luchando era una mala idea, si no escapaba en ese mismo instante entonces sería capturado por los miembros de la logia, pero no quería rendirme como el resto de mi bando, yo todavía tenía deseos por conseguir el artefacto élfico, ya que a diferencia de los demás, yo no quería guardarlo en un lugar seguro, sino que ansiaba obtener el poder de un dios para intentar convertir el mundo en una utopía donde reinara la justicia, en un paraíso donde no hubiese rastro de maldad; sin embargo, debido a las circunstancias, todos esos sueños quedaron siendo sólo eso… Sueños.
Bajé mi espada y mi mirada mostrándome derrotado, opté por obedecer a las palabras de la elfa ya que no había más que pudiese hacer; pero luego de unos segundos, miré a Niniel, y en ese momento que se cruzaron nuestras miradas recordé algo que me hizo pensar de otra forma -(“No se sale adelante celebrando éxitos, sino superando fracasos”)- Fueron las palabras que sonaron dentro de mi cabeza para hacerme recapacitar y aceptar la dura realidad.
No había tiempo que perder, era el momento de huir, pero antes debía decir algo para que mi escape fuese algo teatral -Está bien, admito que he fallado en mi misión, y ahora sólo es responsabilidad de ustedes proteger a Aerandir- Dije para recordarles su importante deber -Deben conseguir el artefacto élfico y resguardarlo del mal, pero recuerden…- Hice una pausa simplemente para generar un poco de suspenso antes de continuar -Incluso el corazón más noble puede ser corrompido al obtener poder- Advertí mostrándome seguro en mis palabras a pesar de que en el fondo no creía del todo en eso.
Finalmente busqué con la mirada el mejor camino hacia la ventana y luego emprendí una vertiginosa carrera por donde tuve que ser lo más veloz y hábil posible para evadir todos los obstáculos que se me presentaran, no obstante, antes de llegar a mi destino, por alguna razón casi terminé por estrellarme contra el suelo, pero gracias a mi capacidad de reacción y a la adrenalina que recorría mi cuerpo pude recuperar el equilibrio a tiempo para poder saltar por la ventana.
Desafortunadamente, rompí el cristal al atravesarlo y algunos de sus fragmentos me lastimaron una que otra parte del cuerpo, pero nada grave, fue peor experimentar el repentino cambio de temperatura -(Bien ¿Y ahora qué?)- Me pregunté al estar en el estrecho espacio por donde apenas podía moverme sin caer al vacío; miré a los lados mientras guardaba mi espada y rápidamente encontré a Armand descendiendo por una soga que colgaba desde el interior de una de las salas de la torre, y por suerte yo también podría usar esa vía.
Me desplacé hacia al lado con cuidado y bajé de la misma forma que lo había hecho Armand, sin embargo, cuando me encontraba a unos cuantos metros del suelo, la soga se soltó y caí a la nieve de forma aparatosa -Por lo menos escapé con vida- Me dije a mí mismo mientras trataba de no quejarme del dolor que invadió mi cuerpo.
Después de un rato nos situamos en un lugar alejado de la torre, pero antes de largarnos de Dundarak esperamos que en algún momento emergiera Bio en buen estado, sin embargo… Éste nunca salió para liberarnos de nuestra incesante preocupación...
Rauko
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
La espada no le dio, por poco, pero cuando salías ileso de una situación, eso no contaba, solo había que asegurar que todo había salido según el plan y lucir elegante. Aunque casi estampar la espada contra la cabeza de Niniel no podía considerarse “según el plan”. Y luego, un poco más tarde, llegaría Vincent. No era como si el elfo hubiera tenido ninguna posibilidad inicialmente, por supuesto, se enfrentaba al mítico Geralt, que había derrotado a un hurón en forma ardillil, más o menos, y esta vez además tenía a sus lobos como apoyo. –Oh, claro, que maleducado, debería haber aceptado tu regalo con todo mi cuerpo.- Dijo sarcásticamente mientras empezaba a preparar una segunda runa.
-Oh, os conocéis…- miro a la elfa y luego a su enemigo, pensativo. Iba a decir algo, pero sonaba horriblemente inadecuado, por estar frente a Niniel, el otro elfo, “Rauko” le traía sin cuidado, seguro que Vincent lo ensartaba como una brocheta, o lo hacía cenizas, debía tener ganas de chamuscar algo después de esa armadura. –Ríndete, por tu propio bien, como Bio.- Ni idea de quien era ese, no podía sospechar que había conocido al vampiro anteriormente, pero con un nombre falso, ni siquiera sabía que el “Bio” de hoy era un vampiro. La voz de retirada empezó a sonar, la de los informantes, puesto que nunca había oído a ese…no, no era verdad, conocía esa voz. –Amarant parece querer que corráis por patas, que pena que tú no puedas corre…r- El elfo salió por la ventana, a una muerte segura, estaban muy arriba, como mucho se quedaría colgado esperando que lo rescataran, pero calculo mal, había una cuerda y para cuando Geralt se hubo acercado, el elfo ya se encontraba a medio camino, demasiado lejos como para apuntar con precisión. Desde luego, no iba a emprender una persecución a través de la nieve, que se encargara su superior, para algo era una bruja de hielo.
-En fin… buen trabajo supongo, mañana nos quejaremos de esa pifia de armadura.- y sin decir nada más, se sentó en su cama. Vaya día más agotador…
-Oh, os conocéis…- miro a la elfa y luego a su enemigo, pensativo. Iba a decir algo, pero sonaba horriblemente inadecuado, por estar frente a Niniel, el otro elfo, “Rauko” le traía sin cuidado, seguro que Vincent lo ensartaba como una brocheta, o lo hacía cenizas, debía tener ganas de chamuscar algo después de esa armadura. –Ríndete, por tu propio bien, como Bio.- Ni idea de quien era ese, no podía sospechar que había conocido al vampiro anteriormente, pero con un nombre falso, ni siquiera sabía que el “Bio” de hoy era un vampiro. La voz de retirada empezó a sonar, la de los informantes, puesto que nunca había oído a ese…no, no era verdad, conocía esa voz. –Amarant parece querer que corráis por patas, que pena que tú no puedas corre…r- El elfo salió por la ventana, a una muerte segura, estaban muy arriba, como mucho se quedaría colgado esperando que lo rescataran, pero calculo mal, había una cuerda y para cuando Geralt se hubo acercado, el elfo ya se encontraba a medio camino, demasiado lejos como para apuntar con precisión. Desde luego, no iba a emprender una persecución a través de la nieve, que se encargara su superior, para algo era una bruja de hielo.
-En fin… buen trabajo supongo, mañana nos quejaremos de esa pifia de armadura.- y sin decir nada más, se sentó en su cama. Vaya día más agotador…
Geralt
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
La vampira aceleró el paso hasta llegar a la zona donde creía que estaría el aturdido ladrón. Pero al avanzar hacia uno de los laterales de la sala, se lo encontró revolviendo un puñado de cuadros con el mismo cuidado que tendría un elefante en una cacharrería. Casi sintió como se creaba un pequeño nudo en la boca de su estómago al ver semejante destrozo; pero no podía evitar que una gran parte de ella se sintiera aliviada porque ese tipo no hubiera preferido saquear otras de las salas más preciadas para ella.
– ¡E-eh…! ¡TÚ! –Bramó, aunque con aquella vocecilla que tenía, y por muy aterrador que pudiera parecer su aspecto consumido por las sombras, más que amedrentarlo podría causarle incluso ternura. Pero estaba claro que no sería ni lo uno, ni lo otro.
El tipo se sobresaltó tanto como ella lo había hecho cuando descubrió el estropicio que había montado, y la primera reacción de él fue lanzarle uno de los valiosos cuadros que los miembros de la Logia guardaban en aquella sala.
Catherine no se esperó una salida así, por lo que ya estaba adelantándose para cubrirlo con su magia cuando vio volar hacia ella uno de los retratos que había junto al montón del suelo, mientras el tipo gritaba a viva voz la señal de huida para el resto de compañeros con los que habría entrado. Porque suponía que aquel loco plan no iba tan sólo de la mano de aquel personaje y el vampiro de antes.
La joven albina había frenado en seco, y ya tan sólo quedaba un leve resquicio de su magia cuando trató de interceptar el cuadro, no quería estropearlo, ni que se dañara por ningún golpe, pero aquello iba a ser inminente y no tenía ni medio segundo para pensar qué hacer desde que la obra fue lanzada hacia ella. Por lo que dejó que sus reflejos reaccionaran de manera espontánea, y alzando los brazos trató con uno protegerse y con el otro recoger la pieza.
Y casi logró ambos objetivos… a medias, el cuadro no llegó a hacerle demasiado daño, más que el golpe producido en sus brazos, pero su intento por protegerlo fue más bien un arma de doble filo; pues aunque consiguió cazar la obra al vuelo, la presión por la velocidad y los nervios la hicieron no medir demasiado bien su fuerza, por lo que el marco del cuadro quedó medio doblado y el lienzo que guardaba, resquebrajado y deshilachado por algunas zonas.
Pero si cabía a ocurrir algo peor que ser partícipe indirecta del destrozo de uno de los retratos, para colmo el ladrón había logrado distraerla los segundos suficientes para darse a la fuga, y para cuando la chica corrió hacia la ventana, ya era demasiado tarde. Si no bastaba con la habilidad del tipo, la lluvia ayudó en todo lo que hizo falta para hacerle perder su rastro.
– Mierda… –Musitó, y enseguida se llevó los dedos a la boca por lo que dijo sin pensar, y por ver el estado del cuadro que aún recogía en uno de sus brazos, y que ahora observaba con más detenimiento.
Lanzó un vistazo a su alrededor comprobando que estaba sola en la sala, y dejó con cuidado el retrato en el suelo, con suerte no le achacarían el destrozo cometido. Luego volvió a aligerar el paso, esta vez, para comprobar si las palabras de retirada del que parecía el “líder” de aquella banda de ladrones había surtido efecto y, por fin, aquella ajetreada noche habría acabado bien, para su suerte y la de sus compañeros.
– ¡E-eh…! ¡TÚ! –Bramó, aunque con aquella vocecilla que tenía, y por muy aterrador que pudiera parecer su aspecto consumido por las sombras, más que amedrentarlo podría causarle incluso ternura. Pero estaba claro que no sería ni lo uno, ni lo otro.
El tipo se sobresaltó tanto como ella lo había hecho cuando descubrió el estropicio que había montado, y la primera reacción de él fue lanzarle uno de los valiosos cuadros que los miembros de la Logia guardaban en aquella sala.
Catherine no se esperó una salida así, por lo que ya estaba adelantándose para cubrirlo con su magia cuando vio volar hacia ella uno de los retratos que había junto al montón del suelo, mientras el tipo gritaba a viva voz la señal de huida para el resto de compañeros con los que habría entrado. Porque suponía que aquel loco plan no iba tan sólo de la mano de aquel personaje y el vampiro de antes.
La joven albina había frenado en seco, y ya tan sólo quedaba un leve resquicio de su magia cuando trató de interceptar el cuadro, no quería estropearlo, ni que se dañara por ningún golpe, pero aquello iba a ser inminente y no tenía ni medio segundo para pensar qué hacer desde que la obra fue lanzada hacia ella. Por lo que dejó que sus reflejos reaccionaran de manera espontánea, y alzando los brazos trató con uno protegerse y con el otro recoger la pieza.
Y casi logró ambos objetivos… a medias, el cuadro no llegó a hacerle demasiado daño, más que el golpe producido en sus brazos, pero su intento por protegerlo fue más bien un arma de doble filo; pues aunque consiguió cazar la obra al vuelo, la presión por la velocidad y los nervios la hicieron no medir demasiado bien su fuerza, por lo que el marco del cuadro quedó medio doblado y el lienzo que guardaba, resquebrajado y deshilachado por algunas zonas.
Pero si cabía a ocurrir algo peor que ser partícipe indirecta del destrozo de uno de los retratos, para colmo el ladrón había logrado distraerla los segundos suficientes para darse a la fuga, y para cuando la chica corrió hacia la ventana, ya era demasiado tarde. Si no bastaba con la habilidad del tipo, la lluvia ayudó en todo lo que hizo falta para hacerle perder su rastro.
– Mierda… –Musitó, y enseguida se llevó los dedos a la boca por lo que dijo sin pensar, y por ver el estado del cuadro que aún recogía en uno de sus brazos, y que ahora observaba con más detenimiento.
Lanzó un vistazo a su alrededor comprobando que estaba sola en la sala, y dejó con cuidado el retrato en el suelo, con suerte no le achacarían el destrozo cometido. Luego volvió a aligerar el paso, esta vez, para comprobar si las palabras de retirada del que parecía el “líder” de aquella banda de ladrones había surtido efecto y, por fin, aquella ajetreada noche habría acabado bien, para su suerte y la de sus compañeros.
Catherine Blair
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
No encontrar a Abbey en su despacho, no entraba dentro sus planes. Pero como de costumbre, tendría que recurrir a su capacidad para improvisar cuando algo se torcía. Más a menudo de lo que deseara, aunque eso había servido para entrenarlo en dicha faceta.
Si la mujer no estaba allí, debía ser que había escuchado el combate en la sala de magia, o quizás el que probablemente se había producido en la botica por el aspecto que presentaba. En cualquier caso la tensai se había movido a apoyar en el combate. Eso estaba claro como el agua. Pero donde estaría sucediendo esa famosa pelea, si es que no habría terminado ya.
Evidentemente en el piso de abajo ya no había nada por lo que luchar. Sólo el destrozo y las pruebas de la escaramuza pasada. Pero debía determinar hacia donde se habrían dirigido después de allí. ¿Hacía arriba? ¿Los ladrones habrían optado por huir y descender para escapar?
Esos eran sus dilemas. Pero el rubio apenas había dado unos pasos fuera del despacho cuando escuchó el ruido proveniente de arriba. Fue un sonido parecido al de una explosión, y aunque no podía precisar el origen concreto de este, si que le servía para decidirse por bajar o subir.
Sus piernas volaban sobre los escalones de piedra, mientras ascendía a toda velocidad con preocupación. Había visto al elfo, pero el destrozo en la botica le indicaba que debía haber más ladrones, así que debía darse prisa para reforzar a sus compañeros. No podía estar seguro de cuánto tiempo había estado inconsciente, y por tanto, de cuánto tiempo llevaban sus amigos luchando sin su asistencia. Era algo que debía corregir de inmediato.
Aunque, cuando el brujo llegó al fin el cuarto piso, tuvo que reconocer la persistencia de los bandidos. Era indudable. Podrían haber optado por huir, una vez habían sido descubiertos. Sin embargo habían insistido en subir más en la torre. Intentando por todos los medios conseguir aquello que buscaban. Debían ansiarlo mucho.
En cualquier caso, ya en el piso donde había escuchado el ruido, debería decantarse por ir a alguna de las salas. La zona de los cuadros, las habitaciones o el almacén mágico. Toda lógica parecía indicarle que debían ir al almacén, donde si no podrían conseguir algo valioso. Pero el ruido de los perros de Geralt, captaron su atención. Eso le hizo replantearse los motivos por los que habían venido los ladrones a la torre, y pensar que quizás buscaran algo más concreto.
El rubio no perdió el tiempo, y se encaminó esta vez hacia los dormitorios, descartando su pensamiento inicial de ir hacia el almacén.
Su sorpresa fue mayúscula cuando ingresó en la habitación. Pues si en las dos ocasiones anteriores que había entrado en una sala, se había encontrado con la soledad; ahora podía decir todo lo contrario. Casi media logia estaba allí, enfrentando a, nada más y nada menos, que el gran Vicente. Joder, sería falso ese nombre, pero que bonito era. Aunque con una e menos era más resultón. Dicho sea de paso, había que tenerse un poco de amor propio en esta vida para sobrevivir.
El brujo no perdió el tiempo y se adelantó para colocarse en posición de guardia justo delante de Níniel, y solo un paso detrás de Geralt. Ya tendrían tiempo para las palabras cuando todo terminara, aunque no imaginaba que el resultado de todo aquello tuviera ese final. Suponía que no lo esperaba porque los ladrones habían luchado tanto para optar por huir ahora, pero lo cierto, es que en realidad era la única opción que le quedaba al elfo.
- No es mal chico, pero ya se ha cargado dos ventanas en lo ha estado aquí-, bromeó, mientras se dejaba curar por la sacerdotisa.
La situación lo motivó a adelantarse y mirar por el marco roto el destino del elfo, después de que Geralt hubiera hecho lo propio.
Observó cómo se deslizaba por una cuerda por la que descendía otro hombre también. No pudo evitar sonreír ante la escena, pues el chico le había causado estima en el plazo en el que lo había conocido, pese a las diferencias que tenían en carácter. Pese a ser un ladrón. Algo en su interior se alegraba de que salvara el pellejo y escapara.
- Supongo por tus palabras, que lo conoces-, comentó acercándose a Níniel, y enfundando la espada. - Está escapando por una cuerda, y otro hombre está descendiendo por ella también-, informó a la elfa, que era la única que no había mirado por la ventana aún. - Iré a ver si puedo rastrearlos, aunque lo dudo con esta ventisca. Pronto la nieve ocultará sus huellas. Y como dice Geralt, buen trabajo. Sin ustedes, hubieran conseguido su propósito-, respondió con una sonrisa, antes de encaminarse hacia la puerta.
Sabía que no conseguiría encontrar a los ladrones en la ciudad. Que antes de que llegara al suelo no habría rastro que seguir, pero aún así debía intentarlo. Sobre todo porque se había pasado una buena parte del ataque de los bandidos, simplemente dormido sobre el frío suelo de una sala. Su carácter le exigía compensarlo intentando recabar pistas sobre ellos.
Si la mujer no estaba allí, debía ser que había escuchado el combate en la sala de magia, o quizás el que probablemente se había producido en la botica por el aspecto que presentaba. En cualquier caso la tensai se había movido a apoyar en el combate. Eso estaba claro como el agua. Pero donde estaría sucediendo esa famosa pelea, si es que no habría terminado ya.
Evidentemente en el piso de abajo ya no había nada por lo que luchar. Sólo el destrozo y las pruebas de la escaramuza pasada. Pero debía determinar hacia donde se habrían dirigido después de allí. ¿Hacía arriba? ¿Los ladrones habrían optado por huir y descender para escapar?
Esos eran sus dilemas. Pero el rubio apenas había dado unos pasos fuera del despacho cuando escuchó el ruido proveniente de arriba. Fue un sonido parecido al de una explosión, y aunque no podía precisar el origen concreto de este, si que le servía para decidirse por bajar o subir.
Sus piernas volaban sobre los escalones de piedra, mientras ascendía a toda velocidad con preocupación. Había visto al elfo, pero el destrozo en la botica le indicaba que debía haber más ladrones, así que debía darse prisa para reforzar a sus compañeros. No podía estar seguro de cuánto tiempo había estado inconsciente, y por tanto, de cuánto tiempo llevaban sus amigos luchando sin su asistencia. Era algo que debía corregir de inmediato.
Aunque, cuando el brujo llegó al fin el cuarto piso, tuvo que reconocer la persistencia de los bandidos. Era indudable. Podrían haber optado por huir, una vez habían sido descubiertos. Sin embargo habían insistido en subir más en la torre. Intentando por todos los medios conseguir aquello que buscaban. Debían ansiarlo mucho.
En cualquier caso, ya en el piso donde había escuchado el ruido, debería decantarse por ir a alguna de las salas. La zona de los cuadros, las habitaciones o el almacén mágico. Toda lógica parecía indicarle que debían ir al almacén, donde si no podrían conseguir algo valioso. Pero el ruido de los perros de Geralt, captaron su atención. Eso le hizo replantearse los motivos por los que habían venido los ladrones a la torre, y pensar que quizás buscaran algo más concreto.
El rubio no perdió el tiempo, y se encaminó esta vez hacia los dormitorios, descartando su pensamiento inicial de ir hacia el almacén.
Su sorpresa fue mayúscula cuando ingresó en la habitación. Pues si en las dos ocasiones anteriores que había entrado en una sala, se había encontrado con la soledad; ahora podía decir todo lo contrario. Casi media logia estaba allí, enfrentando a, nada más y nada menos, que el gran Vicente. Joder, sería falso ese nombre, pero que bonito era. Aunque con una e menos era más resultón. Dicho sea de paso, había que tenerse un poco de amor propio en esta vida para sobrevivir.
El brujo no perdió el tiempo y se adelantó para colocarse en posición de guardia justo delante de Níniel, y solo un paso detrás de Geralt. Ya tendrían tiempo para las palabras cuando todo terminara, aunque no imaginaba que el resultado de todo aquello tuviera ese final. Suponía que no lo esperaba porque los ladrones habían luchado tanto para optar por huir ahora, pero lo cierto, es que en realidad era la única opción que le quedaba al elfo.
- No es mal chico, pero ya se ha cargado dos ventanas en lo ha estado aquí-, bromeó, mientras se dejaba curar por la sacerdotisa.
La situación lo motivó a adelantarse y mirar por el marco roto el destino del elfo, después de que Geralt hubiera hecho lo propio.
Observó cómo se deslizaba por una cuerda por la que descendía otro hombre también. No pudo evitar sonreír ante la escena, pues el chico le había causado estima en el plazo en el que lo había conocido, pese a las diferencias que tenían en carácter. Pese a ser un ladrón. Algo en su interior se alegraba de que salvara el pellejo y escapara.
- Supongo por tus palabras, que lo conoces-, comentó acercándose a Níniel, y enfundando la espada. - Está escapando por una cuerda, y otro hombre está descendiendo por ella también-, informó a la elfa, que era la única que no había mirado por la ventana aún. - Iré a ver si puedo rastrearlos, aunque lo dudo con esta ventisca. Pronto la nieve ocultará sus huellas. Y como dice Geralt, buen trabajo. Sin ustedes, hubieran conseguido su propósito-, respondió con una sonrisa, antes de encaminarse hacia la puerta.
Sabía que no conseguiría encontrar a los ladrones en la ciudad. Que antes de que llegara al suelo no habría rastro que seguir, pero aún así debía intentarlo. Sobre todo porque se había pasado una buena parte del ataque de los bandidos, simplemente dormido sobre el frío suelo de una sala. Su carácter le exigía compensarlo intentando recabar pistas sobre ellos.
Vincent Calhoun
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Re: El retrato del Capitán Ronaldo {Logia v Informantes}
¡Misión completada!
Todos habéis hecho un gran trabajo, habéis superado las dificultades y siempre con una narrativa impecable. Aún así, el hilo ha tenido momentos un tanto loco por culpa del enfoque PvP.
Entendemos que el PvP en un foro de rol puede llegar a ser complicado, por ello, ya que habéis ejercido de "conejillos de indias" queremos recompensaros con una cantidad mayor de puntos de experiencia y con una recompensa adicional en forma de aeros:
- 15 ptos de experiencia
- 300 aeros
Recompensas de gremio
¡La logia desbloquea al personaje: Capitán Ronaldo de Trastámara!
Reparto de influencia:
Bio: 5 ptos base + 0 bonus de supervivencia + 0 bonus de victoria = 5 ptos de influencia
Rauko: 5 ptos base + 2 bonus de supervivencia + 0 bonus de victoria = 7 ptos de influencia
Níniel, Catherine & Geralt: 5 ptos base + 2 bonus de supervivencia + 2 bonus de victoria = 9 ptos de influencia
Vincent: 5 ptos base + 0 bonus supervivencia + 2 bonus de victoria = 7 ptos de influencia
Todo se ha sumado al perfil y la influencia está actualizada en los subforos de gremios. Os recuerdo que, cuando alcancéis 20 ptos de influencia, podréis realizar una misión de especialización.
En los próximos temas, intentaremos no ser tan multitudinarios para que resulte más sencillo. De apuntarse mucha gente, dividiremos la misión en 2 subtramas. Disculpad las molestias, vamos tomando nota de vuestros consejos y preferencias y continuamos aprendiendo. Gracias por vuestra paciencia.
Tendréis nuevas noticias en los próximos días sobre nuevas aventuras. Permaneced atentos, aunque se os informará por MP.
Ger
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