Re: En La Espero Te Esquina [CERRADO]

**Destino** Lun Mar 13 2017, 06:11

El ataque del elfo funcionó mejor de lo esperado, pues no solo había conseguido detener a la mujer, sino que además el humano consiguió realizar un rápido contraataque para neutralizar a la vampira y dejarla tendida en el piso, el pelinegro abrió los ojos como platos al ver el anillo, similar al que le habían descrito antes como la causa de todo el conflicto -¿Es lo que parece ser? eso podría poner fin al conflicto- Alcanzó a decir antes de seguir al chico hacia afuera donde aún se desencadenaba aquella sangrienta lucha -Esto parece no tener fin- Murmuró desesperanzado, al parecer debía sacar nuevas fuerzas para continuar hasta el final.

Sin embargo no fue de ese modo, cuando Morcar levantó el anillo la batalla se detuvo; algunos dejaron de luchar porque entendían lo que significaba, otros lo hicieron por simple curiosidad pero fuera como fuera un largo silencio se adueñó del lugar; todos miraban fijamente el anillo como si cada quien esperara que otro gritara algo aunque el grito no llegó, en lugar de eso llegaron las pisadas de aquel enorme sujeto de imponente porte quien sujetando una intimidante espada dio un salto para caer en las escaleras que se resquebrajaron bajo su peso y tomando al chico humano por con una mano como si fuera un muñeco.

Destino se quedó paralizado mientras el sujeto hacía lo impensable y aunque era obvio que lo haría, la aparición del anillo parecía ser algo capaz de poner fin a todo, a no ser que el robo no fuera más que una excusa para sus atrocidades; el grandulón dirigió la punta de su espada hacia el chico y lo atravesó sin piedad o remordimiento alguno ante la mirada horrorizada de los presentes; el elfo apretó los puños con fuerza ante la impotencia -Pagarás por eso- Tomó su espada con ambas manos para correr hacia el gran sujeto, aunque ya era demasiado tarde para evitar la herida, al menos consiguió que el vampiro alertado por los pasos apresurados de su carrera lanzara a un lado al humano agonizante y se concentrara en él.

Tanto los aldeanos como el resto de vampiros habían dejado de luchar y se limitaban a contemplar al vampiro esperando alguna orden, alguna explicación, algo que les diera una piste de cómo actuar pero aquello no llegaba; Destino lanzó un potente corte al abdomen de Hell pero este consiguió bloquearlo con su espadón y acto seguido lanzó un manotazo al elfo que tras impactarle el pecho lo envió a la pared; el pelinegro giró en el aire y apoyando sus pies en el muro se empujó de nuevo hacia su oponente pero solo consiguió que éste lo atrapara en el aire por el cuello en la misma posición que antes había estado el humano.

Era una completa ironía que murieran ambos de la misma forma pero el elfo no pensaba rendirse; lo que tenía en mente no era la más honorable de las hazañas pero situaciones desesperadas requerían acciones desesperadas, así que sin pensarlo se balanceó hasta patear con todas su fuerzas la entrepierna del vampiro que aflojó la mano apenas el instante necesario para que el elfo pudiera liberarse; Destino aprovechó el momento para incrustar su espada en el abdomen de Hell, el filo entró por un lado del abdomen y salió casi por el centro de la espalda, y aun así parecía que aquel coloso no iba a caer, pues incluso acabó a golpear de nuevo al elfo que sorprendido apenas alcanzó a mirar el brazo que con un revés le enviaba a rodar varios metros en el piso.

La espada del elfo se había quedado pegada al cuerpo de Hell quien parecía no sufrir daño con ello aunque eso solo sería temporal; arqueó y vomitó sangre a borbotones abriendo con el movimiento la herida de la espada para comenzar a desangrarse también por el abdomen; el brazo de Destino parecía desencajado, por lo que continuar la batalla sería difícil, sin embargo se levantó y se puso en guardia esperando resistir hasta que el vampiro se desplomara, cosa que debía llegar en cualquier momento, preferiblemente antes que fuera el elfo quien se desplomara antes.

Morcar Jue Mar 16 2017, 15:37

Suspiró al caer. Lo cierto era que no sentía dolor, sólo frío, mucho frío. Alguien le dijo una vez que cuando eso ocurriese, si le herían y no sentía dolor, es que el daño era mortal. Cayó como un desecho en la pared y se quedó allí, quieto. Viendo cómo su compañero se batía en duelo contra el gigante vampiro.

Cerró los ojos, y la vio. A su madre. La joven que estaba en sus recuerdos, pero que nunca supo identificar. Su padre también estaba, con sus sonrisa eterna y sus muchas enseñanzas ¿Quién mató a su padre? O más bien quiénes. Había dedicado toda su vida a cortar cabezas de gente corrupta, algunos afirmaron que estuvieron aquel día, con un puñal en la mano. Lo cierto es que ya le daba igual, algunos asesinos murieron, y otros lo estarían cuando envejeciesen. Por su parte, Morcar iba a reunirse con su padre, y tal vez su madre.

Cuando él era pequeño, muchos dijeron que ella era un vampiro. Lo decían con odio, su padre nunca se lo negó, tampoco lo afirmó. Pero, nuevamente, daba igual. Pronto sabría la verdad, pronto dejaría de sufrir por su día a día.

Cuando volvió a abrir los ojos, Hell estaba herido por la espada de Destino. Sin embargo, no fue el único daño, varias flechas se le clavaron en la cabeza, cuello y torax, haciendo que se desplomase lentamente. El mercenario logró ver como llegaban a caballo unos treinta soldados de la guardia real. Su amigo, el bio-cibernéctio Doc, llegó entre ellos, y cogió el brazos al malherido Morcar.

-Doc... -logró decir el mercenario-, eres libre. Quiero... Estar... Junto a mi padre.

***

El robot bio-cibernético, Doc, servidor de Morcar (tanto padre, como su actual difunto hijo), no entendía bien el concepto "libre". No fue diseñado para la libertad, para ser exactos, tampoco fue diseñado para la compasión, aunque de vez en cuando imitaba lo que veía en otros humanos. Le hacía "sentir", como ellos decían.

La guardia llegó al pequeño pueblo, se llevó como prisionero a los supervivientes de la familia de Hell y, en cuanto a la familia de Brook, hicieron las paces con aquellos humanos (llevándose su anillo). Los vampiros se alejaron para no volver a acercarse jamás allí.

Un guardia real aún estaba empaquetando las cosas, cuando observó algo que lo dejó perplejo. Se trataba del cartel con el nombre de la calle donde estaba: "En la Espero te Esquina".

-Menudo nombre más raro -pensó en voz alta.

Un viejo anciano estaba allí, observando junto a él el nombre de la calle.

-Eso es porque ignoras su significado.

El joven soldado de la guardia arqueó una ceja.

-¿Qué significado puede tener?

-Verás -dijo el viejo-, hace tiempo hubo aquí dos enamorados, Ruth y Brook, se dice que ella era humana y él era vampiro. El padre de ella desaprobaba y prohibía esa relación, así que el joven vampiro ideó un plan. Había una taberna, justo al final de esta calle, que da de esquina, al otro lado de la calle estaba la Iglesia por la que ella salía casi todas las mañanas. Como los servidores del padre de Ruth la tenían vigilada, él debía tener cuidado para que no se diesen cuenta e ideó un plan. Siempre que ella saliese, debía esperar a un niño, al que Brook sobornaba, si el niño le decía una frase en especial que ambos habían concertado, es que él la estaba esperando allí.

-¿La frase es esa?

-Exacto: "En la Espero te Esquina". Si lo invertimos.

-En la Esquina te Espero...

-Sí. Desgraciadamente la muerte llegó para él y también mataron al padre de la joven. Cuando el nuevo alcaide se puso al mando, todo el pueblo decidimos llamar así a esta calle sin nombre. Siempre nos quedará así clara la moraleja de esta historia ¿Sabe qué fue del valiente mercenario que nos protegió?

-¿Morcar? Sí, claro. Era un conocido guardia de Lunargenta, un tanto irresponsable e incluso irascible en muchos casos, pero a veces tenía estos arrebatos de defensa a los necesitados, como su padre. Lo han enterrado junto a él, al parecer fue su última voluntad. Lo que no sé es qué fue del elfo. Creo que lo llamaban Destino, no llegué a verlo.

-Se dicen muchas cosas sobre el elfo por el pueblo, pero cada una es distinta a la otra.

- Por cierto -dijo el guardia mientras subía al caballo- ¿Cuál es la moraleja de la que antes me ha hablado? Me refiero, de toda esta historia ¿Que hay que matar a los padres malvados antes de que se carguen al novio de su hija?

El viejo rió.

-No, no, no... Es algo un tanto distinto... Que hay ocasiones en la que la historia se vuelve negra, a causa de la muerte, dado que asesinar jamás debería ser una opción. Ni ejecutar a Hell, ni al padre de Ruth (Tobías), ni a ninguno de ellos... A pesar de que sabemos que está mal, parecemos propensos a intentar degollarnos. Pero lejos de todo, más allá del odio, de la venganza, de la valentía o el honor y de la sangre... Incluso más allá de la muerte, andado un poco más, encontramos al amor esperándonos en la esquina.