Un lugar triste [Misión de mensajería]
Página 2 de 2. • Comparte
Página 2 de 2. • 1, 2
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
Existe un extraño movimiento en la casa, claramente la usan como refugio de algún tipo. Zero observa todo mientras se planta en una pared, sabe que los humanos hacen eso para no cansarse y… es una acción que le resulta conocida por alguna razón. Las patrullas se mueven pero no abandonan el reducto, están en alerta.
El pequeño sintético nota entonces algo diferente, un grupo de tres personas avanza a un callejón oscuro. Casi lo descarta como algo de rutina hasta que nota el rostro del cargador, se trata de Eero. Parece que Adie no logro encontrarlo a tiempo, sin vacilar se dispone a intervenir, en los callejones pasan cosas malas cuando se involucra gente desagradable.
Avanza con su mayor velocidad y llega en el clímax de todo, están a punto de ejecutar al padre de familia. Por primera vez desde su escape Z9-42 tiene el tiempo contado, las siguientes acciones deben hacerse con precisión o una persona inocente podría morir… los seres vivos no soportan ataques críticos.
Descarta la opción de dialogar, sabe que no es el momento para eso. Cuando Eero lanza su golpe todo aumenta de velocidad, menos tiempo para errar. El “niño” corre con todas sus fuerzas mientras establece una ruta eficiente, al final gana la que requiere menos pasos para evitar una tragedia.
Pasa cerca del primer enemigo y lo noquea de una patada, vale destacar que evita detenerse. La persona golpeada es un joven, sin duda el crimen no se detiene por tecnicismos. Los seres inteligentes tienen el objetivo de sobrevivir en su mundo y para eso no siempre se necesita tomar el camino agradable.
La flecha se dispara y Zero hace una última carrera, planea interponerse entre el proyectil y su blanco. A diferencia de los humanos puede soportar una buena cantidad de armas, entre ellas se incluyen flechas y virotes. Pocas cosas pueden dañarle aunque no es indestructible, por suerte este es un daño corriente.
Su visión estratégica transforma todo en parámetros, puede observar la situación desde una óptica lógica. La velocidad que alcanza el proyectil, la trayectoria y muchos otros datos pasan por su cabeza. Tiene todo en cuenta pero el escenario sigue siendo incierto, es uno de esos “finales de fotografía".
Cuando alcanza el punto numero 17 pega un salto, puede atajar camino. Ahora todo depende de las circunstancias, eso que el ser humano llama suerte. No sabe cómo terminara, todo ocurre demasiado rápido y las aproximaciones apresuradas tienden a fallar. Por estos pocos segundos o micro segundos Z9-42 tiene que adaptarse a la dinámica incierta.
El pequeño robot se imagina un terrible desenlace, existe una buena posibilidad de que pueda fallar. Si ese termina siendo el caso no sabe cómo reaccionar, es un error y las maquinas no se equivocan. Incluso las personas odian equivocarse… como esa imagen de un niño que cuida y quiere a su mascota pero le da algo venenoso por error… suele aparecer en momentos raros como este.
El pequeño sintético nota entonces algo diferente, un grupo de tres personas avanza a un callejón oscuro. Casi lo descarta como algo de rutina hasta que nota el rostro del cargador, se trata de Eero. Parece que Adie no logro encontrarlo a tiempo, sin vacilar se dispone a intervenir, en los callejones pasan cosas malas cuando se involucra gente desagradable.
Avanza con su mayor velocidad y llega en el clímax de todo, están a punto de ejecutar al padre de familia. Por primera vez desde su escape Z9-42 tiene el tiempo contado, las siguientes acciones deben hacerse con precisión o una persona inocente podría morir… los seres vivos no soportan ataques críticos.
Descarta la opción de dialogar, sabe que no es el momento para eso. Cuando Eero lanza su golpe todo aumenta de velocidad, menos tiempo para errar. El “niño” corre con todas sus fuerzas mientras establece una ruta eficiente, al final gana la que requiere menos pasos para evitar una tragedia.
Pasa cerca del primer enemigo y lo noquea de una patada, vale destacar que evita detenerse. La persona golpeada es un joven, sin duda el crimen no se detiene por tecnicismos. Los seres inteligentes tienen el objetivo de sobrevivir en su mundo y para eso no siempre se necesita tomar el camino agradable.
La flecha se dispara y Zero hace una última carrera, planea interponerse entre el proyectil y su blanco. A diferencia de los humanos puede soportar una buena cantidad de armas, entre ellas se incluyen flechas y virotes. Pocas cosas pueden dañarle aunque no es indestructible, por suerte este es un daño corriente.
Su visión estratégica transforma todo en parámetros, puede observar la situación desde una óptica lógica. La velocidad que alcanza el proyectil, la trayectoria y muchos otros datos pasan por su cabeza. Tiene todo en cuenta pero el escenario sigue siendo incierto, es uno de esos “finales de fotografía".
Cuando alcanza el punto numero 17 pega un salto, puede atajar camino. Ahora todo depende de las circunstancias, eso que el ser humano llama suerte. No sabe cómo terminara, todo ocurre demasiado rápido y las aproximaciones apresuradas tienden a fallar. Por estos pocos segundos o micro segundos Z9-42 tiene que adaptarse a la dinámica incierta.
El pequeño robot se imagina un terrible desenlace, existe una buena posibilidad de que pueda fallar. Si ese termina siendo el caso no sabe cómo reaccionar, es un error y las maquinas no se equivocan. Incluso las personas odian equivocarse… como esa imagen de un niño que cuida y quiere a su mascota pero le da algo venenoso por error… suele aparecer en momentos raros como este.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
El miembro 'Z9-42' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
La segunda predicción que Adie le hizo a Brenda fue: “Su marido encontrará el mejor de los oficios.“
La respiración de Eero era más acelerada por momentos. Ya había aceptado su final. Le habían atrapado en un callejón sin salida con la intención de matarle sin que ningún testigo pudiera testificar en contra de los hombres de Eskol. ¿Y quién iba a hacerlo? Las puertas y ventanas de las casas del callejón estaban cerradas. Unos ojos se asomaban entre algunas cortinas, pero nadie diría nada. No se atreverían, cuando la flecha alcanzase la cabeza de Eero, todos los presentes se retirarían y fingirían que no ha pasado nada. Eero sintió lástima y odio, por partes iguales, hacia aquellas personas. Se habían rendido antes de pelear. Habían aceptado que Roilkat era un lugar triste y, ellos, los tristes habitantes de la triste ciudad.
¿Y qué tenía que decir él? No era muy diferente a ellos. Cuando Axel le dio la oportunidad de hacer equipo con Eskol para robar la bolsa de Adie, no lo dudó ni un segundo. Tragó sus principios y se rindió a los pies de Eskol. Quien cerraba las contraventana de su casa para no ver la horrible escena que allí iba a tener lugar tenía la misma culpa que quién robaba a un indefenso mensajero para poder dar de comer a su hijo. La excusa: Lo hacían por proteger a su familia.
Eero estaba harto de proteger a su familia. Lo iban a matar por haber dado todo por tal de cuidar a Ben y Brenda.
Ahora, era el momento perfecto para luchar por Roilkat y su familia. No protegerla. Quien se escondía detrás de un escudo era un cobarde. Tenía que cambiar el escudo por una espada. ¡Abrir las ventanas! Dejar de proteger a su familia y comenzar a luchar por ella. Luchar como lo hacían los héroes de los cuentos de Ben.
-Los héroes tienen el mejor oficio de toda Aerandir, papá- le dijo una vez su hijo.
Tragó saliva y sonrió solo por hacer contraste a toda la tristeza que reinaba en Roilkat. ¡Qué se jodan los tristes!
La flecha no llegó a su destino. Los héroes de los cuentos nunca morían. Quién salvó a Eero fue el mismo chico que, unas horas antes, le había retorcido el brazo. Adie se equivocó al llamarle “Zero, cibernético aprendiz y bla bla bla…”. El chico era otro héroe; y, como tal, no podía morir.
-Me alegro de verte, muchacho- le dio una mano para ayudarlo a levantarse.
El hombre de las cajas había desaparecido. El muy cobarde aprovechó que Zero había caído al suelo para salvarle para huir al interior de la casa verde. Suerte que todavía quedaba otro villano a quién preguntarle. El muchacho, que no aparentaba tener más de cinco años de los que aparentaba el chico de metal, seguía noqueado en el suelo por el puñetazo que Eero le había dado antes.
Se sentó a su lado, le puso la espalda recta apoyándola contra una pared y le ayudó a incorporarse con unas pequeñas bofetadas. No tardó mucho en despertar. Antes de que pudiera gritar, Eero le miró a los ojos y le habló muy firme, pero despacio para que no perdiese palabra de todo cuanto le tenía que decir.
-No te voy a matar. ¿De acuerdo? Pero, aquí mi amigo sabe retorcerte el brazo tan fuerza que incluso tus nietos heredarán gran parte del dolor. ¿Lo entiendes?- no le dejó que contestase y siguió hablando - Necesito que lo entiendas porque te voy a hacer una pregunta y quiero que me las contestes bien-.
El muchacho dijo que sí con la cabeza.
-Perfecto. Quiero que me digas cuántos hombres hay dentro de la casa de Eskol-.
-Cu-cu-cuatro- tartamudeó.
-Cuatro.- confirmó Eero mirando directamente hacia Zero - Vamos a recuperar la bolsa de tu amigo-.
Z9-42: Has salvado a Eero y, por consiguiente, se ha cumplido la segunda predicción de Adie. ¿No es maravilloso? Quedan dos predicciones por cumplir. Pero, antes, debemos recuperar la bolsa de Adie. Está dentro de la casa verde. Debes entrar con Eero y recuperar la bolsa que la guarda con recelo Eskol en el piso superior. En el siguiente turno, entrarás en la casa y relatarás una batalla cuando alguno de los secuaces de Eskol. Total libertad. Adie está en camino. Podrá acudir justo en el momento que lo necesites.
Personajes prohibidos para el siguiente turno: Trineus.
_____________________
La respiración de Eero era más acelerada por momentos. Ya había aceptado su final. Le habían atrapado en un callejón sin salida con la intención de matarle sin que ningún testigo pudiera testificar en contra de los hombres de Eskol. ¿Y quién iba a hacerlo? Las puertas y ventanas de las casas del callejón estaban cerradas. Unos ojos se asomaban entre algunas cortinas, pero nadie diría nada. No se atreverían, cuando la flecha alcanzase la cabeza de Eero, todos los presentes se retirarían y fingirían que no ha pasado nada. Eero sintió lástima y odio, por partes iguales, hacia aquellas personas. Se habían rendido antes de pelear. Habían aceptado que Roilkat era un lugar triste y, ellos, los tristes habitantes de la triste ciudad.
¿Y qué tenía que decir él? No era muy diferente a ellos. Cuando Axel le dio la oportunidad de hacer equipo con Eskol para robar la bolsa de Adie, no lo dudó ni un segundo. Tragó sus principios y se rindió a los pies de Eskol. Quien cerraba las contraventana de su casa para no ver la horrible escena que allí iba a tener lugar tenía la misma culpa que quién robaba a un indefenso mensajero para poder dar de comer a su hijo. La excusa: Lo hacían por proteger a su familia.
Eero estaba harto de proteger a su familia. Lo iban a matar por haber dado todo por tal de cuidar a Ben y Brenda.
Ahora, era el momento perfecto para luchar por Roilkat y su familia. No protegerla. Quien se escondía detrás de un escudo era un cobarde. Tenía que cambiar el escudo por una espada. ¡Abrir las ventanas! Dejar de proteger a su familia y comenzar a luchar por ella. Luchar como lo hacían los héroes de los cuentos de Ben.
-Los héroes tienen el mejor oficio de toda Aerandir, papá- le dijo una vez su hijo.
Tragó saliva y sonrió solo por hacer contraste a toda la tristeza que reinaba en Roilkat. ¡Qué se jodan los tristes!
La flecha no llegó a su destino. Los héroes de los cuentos nunca morían. Quién salvó a Eero fue el mismo chico que, unas horas antes, le había retorcido el brazo. Adie se equivocó al llamarle “Zero, cibernético aprendiz y bla bla bla…”. El chico era otro héroe; y, como tal, no podía morir.
-Me alegro de verte, muchacho- le dio una mano para ayudarlo a levantarse.
El hombre de las cajas había desaparecido. El muy cobarde aprovechó que Zero había caído al suelo para salvarle para huir al interior de la casa verde. Suerte que todavía quedaba otro villano a quién preguntarle. El muchacho, que no aparentaba tener más de cinco años de los que aparentaba el chico de metal, seguía noqueado en el suelo por el puñetazo que Eero le había dado antes.
Se sentó a su lado, le puso la espalda recta apoyándola contra una pared y le ayudó a incorporarse con unas pequeñas bofetadas. No tardó mucho en despertar. Antes de que pudiera gritar, Eero le miró a los ojos y le habló muy firme, pero despacio para que no perdiese palabra de todo cuanto le tenía que decir.
-No te voy a matar. ¿De acuerdo? Pero, aquí mi amigo sabe retorcerte el brazo tan fuerza que incluso tus nietos heredarán gran parte del dolor. ¿Lo entiendes?- no le dejó que contestase y siguió hablando - Necesito que lo entiendas porque te voy a hacer una pregunta y quiero que me las contestes bien-.
El muchacho dijo que sí con la cabeza.
-Perfecto. Quiero que me digas cuántos hombres hay dentro de la casa de Eskol-.
-Cu-cu-cuatro- tartamudeó.
-Cuatro.- confirmó Eero mirando directamente hacia Zero - Vamos a recuperar la bolsa de tu amigo-.
_____________________
Z9-42: Has salvado a Eero y, por consiguiente, se ha cumplido la segunda predicción de Adie. ¿No es maravilloso? Quedan dos predicciones por cumplir. Pero, antes, debemos recuperar la bolsa de Adie. Está dentro de la casa verde. Debes entrar con Eero y recuperar la bolsa que la guarda con recelo Eskol en el piso superior. En el siguiente turno, entrarás en la casa y relatarás una batalla cuando alguno de los secuaces de Eskol. Total libertad. Adie está en camino. Podrá acudir justo en el momento que lo necesites.
Personajes prohibidos para el siguiente turno: Trineus.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
Zero recibe el golpe y termina tirado, no resulta dañado pero por alguna razón le duele. Cuando se levanta por ayuda de Eero nota que el atacante ya no está, su velocidad es peligrosamente viable sin duda. Realiza un estudio del sistema, los datos llegan rápido, integridad al 100% y todos los sistemas funcionales.
El humano aliado toma la iniciativa, planea interrogar al joven inconsciente. Su método es poco convencional pero efectivo, el enemigo habla por miedo… Z9-42 suele tener ese efecto, especialmente cuando recibe una flecha tensada y continua vivo como si nada. Dentro de la casa les esperan cuatro enemigos, Eskol comienza a quedarse sin sujetos malos.
Dejan al adolescente tranquilo y este tiene la acertada idea de alejarse a toda velocidad, claramente considerara sus opciones laborales. Por otro lado el padre de familia parece querer ayudar, es un cambio extraño pero los humanos sufren metamorfosis mentales de ese tipo, algunas para bien y otras para mal.
Avanzan hasta la entrada de la casa, todos los objetivos se repliegan dentro. Típica estrategia defensiva, deberían atacar cuando su amenaza cruce el umbral. La pequeña maquina le hace una seña a su acompañante, básicamente le pide que permanezca afuera hasta que la oleada inicial sea derrotada.
Sin vacilar el pequeño robot abre la puerta, sorpresivamente no tiene seguro. Avanza con cautela pero en breve debe pasar a un estado más combativo, es la medida más prudente cuando alguien se lanza en carga con puñal en mano. Segundos después dicho sujeto choca contra la pared más gruesa… acción involuntaria claro está.
No quiero hacerles daño, solo necesito el paquete…
Dice en un intento por calmar todo, claramente no funciona. Uno de los enemigos aparece con espada y escudo equipados, es obvio que intentan causar algún daño probando diferentes combinaciones. Zero para un corte descendente usando ambos antebrazos, luego se separa impulsándose con una patada.
Se reincorpora del suelo pero un segundo hostil aparece por la retaguardia e intenta sujetarlo, mala jugada. No es conveniente enfrascarse en combates cercanos con una entidad que tiene una potencia física tan grande, terrible movimiento. El chico sintético se limita a liberarse en un juego de resistencia, su atacante desiste y retrocede varios pasos.
La batalla se ve mal para el grupo enemigo y pronto se vuelve irracional, los refuerzos llegan. Adie atraviesa una pared y noquea al matón más cercano, aparece en un momento idóneo. Viéndose superado el último personaje armado de la habitación suelta su equipo e intenta salir por la entrada principal, allí lo espera Eero con una pala… no se debe interpretar demasiado el desenlace.
Encontré esto afuera… ¿todo bien por aquí?
Todo funcional, permanece atrás de nosotros en todo momento… busquemos la bolsa.
La carta es lo importante.
El humano aliado toma la iniciativa, planea interrogar al joven inconsciente. Su método es poco convencional pero efectivo, el enemigo habla por miedo… Z9-42 suele tener ese efecto, especialmente cuando recibe una flecha tensada y continua vivo como si nada. Dentro de la casa les esperan cuatro enemigos, Eskol comienza a quedarse sin sujetos malos.
Dejan al adolescente tranquilo y este tiene la acertada idea de alejarse a toda velocidad, claramente considerara sus opciones laborales. Por otro lado el padre de familia parece querer ayudar, es un cambio extraño pero los humanos sufren metamorfosis mentales de ese tipo, algunas para bien y otras para mal.
Avanzan hasta la entrada de la casa, todos los objetivos se repliegan dentro. Típica estrategia defensiva, deberían atacar cuando su amenaza cruce el umbral. La pequeña maquina le hace una seña a su acompañante, básicamente le pide que permanezca afuera hasta que la oleada inicial sea derrotada.
Sin vacilar el pequeño robot abre la puerta, sorpresivamente no tiene seguro. Avanza con cautela pero en breve debe pasar a un estado más combativo, es la medida más prudente cuando alguien se lanza en carga con puñal en mano. Segundos después dicho sujeto choca contra la pared más gruesa… acción involuntaria claro está.
No quiero hacerles daño, solo necesito el paquete…
Dice en un intento por calmar todo, claramente no funciona. Uno de los enemigos aparece con espada y escudo equipados, es obvio que intentan causar algún daño probando diferentes combinaciones. Zero para un corte descendente usando ambos antebrazos, luego se separa impulsándose con una patada.
Se reincorpora del suelo pero un segundo hostil aparece por la retaguardia e intenta sujetarlo, mala jugada. No es conveniente enfrascarse en combates cercanos con una entidad que tiene una potencia física tan grande, terrible movimiento. El chico sintético se limita a liberarse en un juego de resistencia, su atacante desiste y retrocede varios pasos.
La batalla se ve mal para el grupo enemigo y pronto se vuelve irracional, los refuerzos llegan. Adie atraviesa una pared y noquea al matón más cercano, aparece en un momento idóneo. Viéndose superado el último personaje armado de la habitación suelta su equipo e intenta salir por la entrada principal, allí lo espera Eero con una pala… no se debe interpretar demasiado el desenlace.
Encontré esto afuera… ¿todo bien por aquí?
Todo funcional, permanece atrás de nosotros en todo momento… busquemos la bolsa.
La carta es lo importante.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
Eskol estaba sentado en una pequeña silla de madera. Tenía la bolsa de Adie, cibernético mensajero y muchas otras funciones, apretada contra su pecho. Parecía un niño pequeño abrazado a un oso de peluche. Mecía la espalda hacia delante y hacia atrás con rítmicos movimientos de perturbado. Había enloquecido y, por extraño que pudiera parecer, era consciente de ello. Prueba de ello es que en la bolsa solo había una única carta (la carta triste), sin embargo, y pese a saber que solo había una carta, cuando las contaba eran 19. Los movientes de su espalda también eran 19. Hacia delante y hacia atrás 19 veces, y luego parar en seco 19 segundos. Volvió a continuar con otras 19 repeticiones y con otra pausa de 19 segundos. Función de enloquecer y función de ser idiota.
“El 19 era un número maldito para las personas malditas”. Trineus se lo había advertido y ahora lo estaba sintiendo bajo su propia piel. Si hubiera hecho caso al brujo cuando tuvo ocasión, esto no hubiera pasado. No habría un cadáver tirado encima de la mesa, que el mismo destrozó, de su cuarto. Trineus tenía toda la boca abierta y sonreía como un muerto cuando dijo la frase que, ahora, Eskol se lamentaba de haber ignorado. ¿La recordaba? ¡Joder! No se lo podía sacar de su cabeza. Era como un insecto que se quedaba enganchado en su cerebro después de haber mordido.
-Sonríen igual como lo hacen los muertos-.
Eskol desvió la vista de la bolsa para ver el cadáver de su antiguo sicario. No sonreía. Su boca, o lo que se apreciaba de ella después de los muchos golpes que le había dado, tenía la forma de una horrible y gran O. Jamás había visto un muerto reírse, ni éste ni ningún otro. No importaba que pensara. Era imposible ver que un muerto se pusiera a sonreír feliz mientras amenazaba a alguien de ser maldecido por un número maldito. Aun así, podía jurar y perjurar que sintió un escalofrío cuando vio que los dientes de Trineus (todos ellos eran colmillos) se alienaban en una sonrisa. Era como si, en lugar de advertirle nada, le estuviera alentando a que cometiera tal crimen.
¡Mierda! Claro que sí. Le habían utilizado en todo el momento. Pero, ¿para qué? ¿Para comprobar que una máquina de mierda que se dedicaba a mandar mensajes por todas partes de Aerandir estaba maldita? No, tendría que haber algo o, quizás muchas cosas más. Si no estuviera tan obsesionado con el 19 y con la bolsa que cobijaba al número, buscaría al brujo y le daría de hostias hasta que le contase todo su plan. ¡Ja, entonces si aprovecharía muy bien toda la fuerza que había adquirido gracias a la maldición!
Eskol dio un pisotón tan fuerza en el suelo que hizo un agujero por el que podía ver a un Adie disfrazado de persona real, al idiota de Eero y a un pequeño ser que no conocía. Trineus, o como mierda se llamase, también le advirtió que otros le intentarían robar su tesoro y su maldición.
No lo podía permitir. Necesitaba la maldición como prueba de que Trineus le había engañado. Era suya. Él había sido quien golpeó la cabeza de Adie. Él y nadie más. ¿Eero y Axel? Dos estúpidos que no habían ganado nada más que la muerte. El 19 era de Eskol. La bolsa era de Eskol. Las 19 cartas (solo hay una) también eran de Eskol. ¡Todo suyo! Nadie se las quitaría. ¡NADIE!
-Vais a morir-.
Dio los últimos 19 rítmicos movimientos de con la espalda y saltó con tanta fuerza que cayó al piso inferior a poco metros de dónde estaban el grupo.
Función de proteger el tesoro. Función de enloquecer. Función de ser idiota.
Z9-42: Antes que nada, debo pedir disculpas. Toda esta semana ha sido horrible debido a varios asuntos personales que me han llevado de cabeza. Sí, podría haber posteado antes, pero prefiero dedicarle cierto tiempo al post y que me quede algo decente a hacer algo rápido y mal que ninguno de los dos vayamos a disfrutar. Siento la demora.
Supongo que no conocerás todas mis misiones. Te explico: En algunas de ellas, muchas al decir verdad, los personajes hablan de un brujo que aparece y desaparece. Todos lo describen igual: se ríe como un muerto. Digamos que, para un futuro, planeo que este sea el villano central de todas las misiones que abro con Sigel. Siéntete afortunado, acabas de entrar dentro de la trama de este villano y, seguramente, serás llamado para misiones posteriores gracias a esto (si lo deseas, puedo inventarme algo para llamarte con Chimar ya que él es tu personaje principal).
Luego de estas dos anotaciones previas, pasemos a hablar sobre lo que tienes que hacer en el siguiente turno, ya nos quedan muy pocos. Simplemente, tienes que enfrentarte contra Eskol. No hace falta señalar que, por culpa de la maldición, posee mucha más fuerza de la que puede poseer un humano normal. Lanza la Voluntad de los Dioses después de tu ataque. Te lo adelanto: Suerte media o superior, conseguirás herir (si es muy buena suerte y muy buen post incluso matar) a Eskol.
Personajes prohibidos para el siguiente turno: el mal llamado Trineus ya que aparecerá en una saga de misiones muy posteriores.
“El 19 era un número maldito para las personas malditas”. Trineus se lo había advertido y ahora lo estaba sintiendo bajo su propia piel. Si hubiera hecho caso al brujo cuando tuvo ocasión, esto no hubiera pasado. No habría un cadáver tirado encima de la mesa, que el mismo destrozó, de su cuarto. Trineus tenía toda la boca abierta y sonreía como un muerto cuando dijo la frase que, ahora, Eskol se lamentaba de haber ignorado. ¿La recordaba? ¡Joder! No se lo podía sacar de su cabeza. Era como un insecto que se quedaba enganchado en su cerebro después de haber mordido.
-Sonríen igual como lo hacen los muertos-.
Eskol desvió la vista de la bolsa para ver el cadáver de su antiguo sicario. No sonreía. Su boca, o lo que se apreciaba de ella después de los muchos golpes que le había dado, tenía la forma de una horrible y gran O. Jamás había visto un muerto reírse, ni éste ni ningún otro. No importaba que pensara. Era imposible ver que un muerto se pusiera a sonreír feliz mientras amenazaba a alguien de ser maldecido por un número maldito. Aun así, podía jurar y perjurar que sintió un escalofrío cuando vio que los dientes de Trineus (todos ellos eran colmillos) se alienaban en una sonrisa. Era como si, en lugar de advertirle nada, le estuviera alentando a que cometiera tal crimen.
¡Mierda! Claro que sí. Le habían utilizado en todo el momento. Pero, ¿para qué? ¿Para comprobar que una máquina de mierda que se dedicaba a mandar mensajes por todas partes de Aerandir estaba maldita? No, tendría que haber algo o, quizás muchas cosas más. Si no estuviera tan obsesionado con el 19 y con la bolsa que cobijaba al número, buscaría al brujo y le daría de hostias hasta que le contase todo su plan. ¡Ja, entonces si aprovecharía muy bien toda la fuerza que había adquirido gracias a la maldición!
Eskol dio un pisotón tan fuerza en el suelo que hizo un agujero por el que podía ver a un Adie disfrazado de persona real, al idiota de Eero y a un pequeño ser que no conocía. Trineus, o como mierda se llamase, también le advirtió que otros le intentarían robar su tesoro y su maldición.
No lo podía permitir. Necesitaba la maldición como prueba de que Trineus le había engañado. Era suya. Él había sido quien golpeó la cabeza de Adie. Él y nadie más. ¿Eero y Axel? Dos estúpidos que no habían ganado nada más que la muerte. El 19 era de Eskol. La bolsa era de Eskol. Las 19 cartas (solo hay una) también eran de Eskol. ¡Todo suyo! Nadie se las quitaría. ¡NADIE!
-Vais a morir-.
Dio los últimos 19 rítmicos movimientos de con la espalda y saltó con tanta fuerza que cayó al piso inferior a poco metros de dónde estaban el grupo.
Función de proteger el tesoro. Función de enloquecer. Función de ser idiota.
_____________________
Z9-42: Antes que nada, debo pedir disculpas. Toda esta semana ha sido horrible debido a varios asuntos personales que me han llevado de cabeza. Sí, podría haber posteado antes, pero prefiero dedicarle cierto tiempo al post y que me quede algo decente a hacer algo rápido y mal que ninguno de los dos vayamos a disfrutar. Siento la demora.
Supongo que no conocerás todas mis misiones. Te explico: En algunas de ellas, muchas al decir verdad, los personajes hablan de un brujo que aparece y desaparece. Todos lo describen igual: se ríe como un muerto. Digamos que, para un futuro, planeo que este sea el villano central de todas las misiones que abro con Sigel. Siéntete afortunado, acabas de entrar dentro de la trama de este villano y, seguramente, serás llamado para misiones posteriores gracias a esto (si lo deseas, puedo inventarme algo para llamarte con Chimar ya que él es tu personaje principal).
Luego de estas dos anotaciones previas, pasemos a hablar sobre lo que tienes que hacer en el siguiente turno, ya nos quedan muy pocos. Simplemente, tienes que enfrentarte contra Eskol. No hace falta señalar que, por culpa de la maldición, posee mucha más fuerza de la que puede poseer un humano normal. Lanza la Voluntad de los Dioses después de tu ataque. Te lo adelanto: Suerte media o superior, conseguirás herir (si es muy buena suerte y muy buen post incluso matar) a Eskol.
Personajes prohibidos para el siguiente turno: el mal llamado Trineus ya que aparecerá en una saga de misiones muy posteriores.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
La batalla directa tiene un resultado satisfactorio, todos los enemigos son neutralizados de manera eficiente. Es difícil para los seres corrientes vencer unidades sintéticas, la carne es frágil. Los criminales lograron hacerse con el contenedor por un golpe de suerte, una de esas situaciones que ocurren pocas veces en el tiempo.
Zero comienza a subir al segundo nivel pero algo lo detiene, el techo sufre un daño. El "pequeño" regresa a su posición inicial y detalla mejor todo, sus sistemas apenas tienen tiempo dar las primeras impresiones antes de que algo aún más extraño tenga lugar... es difícil aceptar lo que está viendo.
Eso es… imposible.
Un humano atraviesa el techo y cae al mismo piso del grupo, parece no tener daños. Z9-42 pone su cerebro digital a funcionar, debe repetir el proceso de pensamiento varias veces para descartar. No cabe duda, el nuevo objetivo parece tener una fuerza sobre humana y bastante conciencia de sus facultades.
¿Esk…Eskol?
El scanner revela otro aspecto, algo va mal con esa persona… fuera de lo obvio claro. Tiene movimientos erráticos involuntarios y un aspecto poco sano, padece un tipo de estado alterado. El pequeño sintético no encuentra nada en su base de datos por lo que solo existe una explicación, se trata de algo mágico.
Tengan cuidado por favor… posee algo desconocido.
Los bios no se llevan muy bien con la energía arcana, no le comprenden a cabalidad. Si bien los habitantes de Aerandir suelen endosarles habilidades de ese tipo todo es un malentendido, usan ciencia no magia… pero en las mentes primitivas cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.
¿Podemos hablar de esto?
Su enemigo responde golpeando a Adie, sorpresivamente consigue mandarlo contra una pared. Su fuerza esta aumentada a un nivel peligrosamente viable, en este punto puede causar daño incluso a las maquinas. Sin parpadear trata de atacar a Eero pero Zero interviene retirando al humano de la trayectoria hostil, este combate supera a cualquier persona corriente.
Espera afuera, nosotros nos encargamos… eso creo.
Con la persona frágil cubierta y Adie intentando levantarse todo recae en el “niño”, no puede extender el combate. Si todo se alarga la batalla podría trasladarse afuera y causar destrozos o muertes en ciudad ya golpeada por las circunstancias, el chico de metal no permitirá eso bajo ningún concepto.
Avanza en carga y esquiva un golpe crítico, desgraciadamente su enemigo reacciona rápido y logra darle una patada. El pequeño robot se detiene, intenta desesperadamente recuperar aire. Comienza a notar una sensación bastante desagradable, su rostro evidencia lo que experimenta, miedo. Recupera la compostura con esfuerzo y rueda por el suelo para evitar un golpe rastrero, en un instante afortunado logra flanquear, no le cuesta mucho aprovechar la oportunidad. Salta y junta las manos en un puño concentrado, luego propina su mejor golpe a la nuca del sujeto extraño.
Zero comienza a subir al segundo nivel pero algo lo detiene, el techo sufre un daño. El "pequeño" regresa a su posición inicial y detalla mejor todo, sus sistemas apenas tienen tiempo dar las primeras impresiones antes de que algo aún más extraño tenga lugar... es difícil aceptar lo que está viendo.
Eso es… imposible.
Un humano atraviesa el techo y cae al mismo piso del grupo, parece no tener daños. Z9-42 pone su cerebro digital a funcionar, debe repetir el proceso de pensamiento varias veces para descartar. No cabe duda, el nuevo objetivo parece tener una fuerza sobre humana y bastante conciencia de sus facultades.
¿Esk…Eskol?
El scanner revela otro aspecto, algo va mal con esa persona… fuera de lo obvio claro. Tiene movimientos erráticos involuntarios y un aspecto poco sano, padece un tipo de estado alterado. El pequeño sintético no encuentra nada en su base de datos por lo que solo existe una explicación, se trata de algo mágico.
Tengan cuidado por favor… posee algo desconocido.
Los bios no se llevan muy bien con la energía arcana, no le comprenden a cabalidad. Si bien los habitantes de Aerandir suelen endosarles habilidades de ese tipo todo es un malentendido, usan ciencia no magia… pero en las mentes primitivas cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.
¿Podemos hablar de esto?
Su enemigo responde golpeando a Adie, sorpresivamente consigue mandarlo contra una pared. Su fuerza esta aumentada a un nivel peligrosamente viable, en este punto puede causar daño incluso a las maquinas. Sin parpadear trata de atacar a Eero pero Zero interviene retirando al humano de la trayectoria hostil, este combate supera a cualquier persona corriente.
Espera afuera, nosotros nos encargamos… eso creo.
Con la persona frágil cubierta y Adie intentando levantarse todo recae en el “niño”, no puede extender el combate. Si todo se alarga la batalla podría trasladarse afuera y causar destrozos o muertes en ciudad ya golpeada por las circunstancias, el chico de metal no permitirá eso bajo ningún concepto.
Avanza en carga y esquiva un golpe crítico, desgraciadamente su enemigo reacciona rápido y logra darle una patada. El pequeño robot se detiene, intenta desesperadamente recuperar aire. Comienza a notar una sensación bastante desagradable, su rostro evidencia lo que experimenta, miedo. Recupera la compostura con esfuerzo y rueda por el suelo para evitar un golpe rastrero, en un instante afortunado logra flanquear, no le cuesta mucho aprovechar la oportunidad. Salta y junta las manos en un puño concentrado, luego propina su mejor golpe a la nuca del sujeto extraño.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
El miembro 'Z9-42' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
Adie no fue creado para realizar ninguna de las funciones que tengan que ver con el combate. Fue creado para ser un niño no muy diferente de cómo lo era Zero. El primer hijo de ADM-01 y E-VHA, ni más ni menos, aquel que se llamaría KA-ING.
Una sensación muy humana recorrió la mente y los circuitos del mensajero. Vio toda su vita pasar por delante de sus ojos como si fueran un montón de cartas que van pasando una tras otra. En la primera, mamá estaba recogiendo piezas de metal mientras papá ataba a su primera víctima, un hombre muy alto, a una plancha que servía como camilla. Ninguno de los dos padres, cibernéticos ambos, conocía los secretos que la ciencia de las máquinas ocultaba. Se dedicaron a unir trozos conforme más le parecía. Las piezas más largas y afiladas que podrían parecerse a dedos formarían los dedos de KA-ING. ¿Qué hay de esa plancha de metal amplia y resistente? Sería una perfecta espalda. Entre todo lo que le metieron a su primer hijo, su primer experimento, hubo un objeto especial que Vladimir regaló a E-VHA para que fuera ella quien escondiese el tesoro. La obsesión con el 19 vino a raíz de la pequeña placa de metal que servía como cabeza del cibernético. KA-ING aprendió a pensar y ver cosas que sus padres no eran capaces. Aprendió muchas funciones (una palabra de nueve letras).
KA-ING se armó de valor y golpeó a sus padres y a sus hermanos pequeños. ADM-01 y E-VHA sobrevivieron, sus hermanos pequeños, aquellos que no fueron capaces de comprender ninguna función, fueron aplastados por las grandes garras de KA-ING.
Si tuviera la función de segregar lágrimas, Adie estaría llorando al tener que volver a vivir esas imágenes.
KA-ING fue engullido por el 19 con una facilidad abismal. Su nuevo nombre era mucho mejor, más acorde a su nuevo estatus. Adie era muy buen nombre. Se lo puso él porque si sumaba los números correspondientes a cada letra daba 19. Le gustaba mucho el número. No sabía por qué, pero le gustaba. Era algo que estaba en su cabeza, literalmente, le dominaba y le hacía ver y sentir cosas que estaban mucho más allá de la razón de otros números que no fueran el 19.
Después de esas imágenes de terror y tristeza, vino Lise Meitner. Ella acogió a un pobre Adie que caminaba sin rumbo al ritmo de 19 pasos cada vez. Si la madre de KA-ING fue E-VHA, Meitner era lo más parecido a una madre que Adie pudo tener. Tuvo la brillante idea de recomendarle que participase en el servicio de mensajería de Aerandir y vaya si lo hizo. Adie fue un buen mensajero y la obsesión con el 19 de su cabeza lo fue con él.
En el suelo, tirado como si fuera un cubo de basura sonrió tímidamente al recordar a mamá Meitner. Ella era muy buena, igual que Zero, cibernético aprendiz y otras muchas funciones.
Otra sensación humana pasó por la mente de Adie. Esta vez, se preguntó lo que todos los hombres y mujeres se preguntaron una vez en su vida: ¿Por qué las personas con la función de hacer feliz a los demás eran la que peor golpes llevaban? Entre las muchas funciones de Zero estaba la de hacer feliz. Vio a Z9-42 hacer feliz a un joven hombre de carne al darle un montón de círculos de metal, luego a mujer de carne que tenía las manos manchadas de sangre, el pequeño de carne que se chupaba el dedo fue otra que quedó feliz gracias a Zero y, por supuesto, no podía olvidar a Eero quien miraba con los ojos absortos como el cibernético aprendiz se lanzaba a enfrentarse contra un Eskol enloquecido por probar una pizca de la maldición que torturaba a Adie desde el día de su nacimiento.
-Debo realizar la función de cubrir a Zero.- fue lo mismo que dijo a los amigos de Axel para que no saliesen de la taberna- Función de cubrir al cibernético que hace feliz a los demás-.
Dio un salto con y abrazó a Zero en el mismo momento en el que Eskol estaba a punto de golpearle la cabeza con tal de defenderse del puñetazo de Z9-24. El puñetazo lo recibió finalmente Adie quien rugió de dolor. A Eskol también le dolió. E-VHA sabía elegir las planchas de metal más resistentes.
-No dejaré que mueras,- le susurraba a Zero a la vez que Eskol seguía golpeando la espalda de Adie- tienes la función de hacer feliz a la gente. No dejaré que mueras. No quiero que mueras- aunque no pudiera llorar, su voz sonaba como si lo estuviera haciendo.
Z9-42: Has conseguido golpear a Eskol, pero me temo que ninguna herida hará que el maniático se pare. Deberás matarlo antes de que mate a Adie quien te protegerá pase lo que pase.
En el siguiente turno no es necesario lanzar la Voluntad de los Dioses. Te has ganado el favor y cariño de Adie, toda la voluntad que necesitas está en él.
Una sensación muy humana recorrió la mente y los circuitos del mensajero. Vio toda su vita pasar por delante de sus ojos como si fueran un montón de cartas que van pasando una tras otra. En la primera, mamá estaba recogiendo piezas de metal mientras papá ataba a su primera víctima, un hombre muy alto, a una plancha que servía como camilla. Ninguno de los dos padres, cibernéticos ambos, conocía los secretos que la ciencia de las máquinas ocultaba. Se dedicaron a unir trozos conforme más le parecía. Las piezas más largas y afiladas que podrían parecerse a dedos formarían los dedos de KA-ING. ¿Qué hay de esa plancha de metal amplia y resistente? Sería una perfecta espalda. Entre todo lo que le metieron a su primer hijo, su primer experimento, hubo un objeto especial que Vladimir regaló a E-VHA para que fuera ella quien escondiese el tesoro. La obsesión con el 19 vino a raíz de la pequeña placa de metal que servía como cabeza del cibernético. KA-ING aprendió a pensar y ver cosas que sus padres no eran capaces. Aprendió muchas funciones (una palabra de nueve letras).
KA-ING se armó de valor y golpeó a sus padres y a sus hermanos pequeños. ADM-01 y E-VHA sobrevivieron, sus hermanos pequeños, aquellos que no fueron capaces de comprender ninguna función, fueron aplastados por las grandes garras de KA-ING.
Si tuviera la función de segregar lágrimas, Adie estaría llorando al tener que volver a vivir esas imágenes.
KA-ING fue engullido por el 19 con una facilidad abismal. Su nuevo nombre era mucho mejor, más acorde a su nuevo estatus. Adie era muy buen nombre. Se lo puso él porque si sumaba los números correspondientes a cada letra daba 19. Le gustaba mucho el número. No sabía por qué, pero le gustaba. Era algo que estaba en su cabeza, literalmente, le dominaba y le hacía ver y sentir cosas que estaban mucho más allá de la razón de otros números que no fueran el 19.
Después de esas imágenes de terror y tristeza, vino Lise Meitner. Ella acogió a un pobre Adie que caminaba sin rumbo al ritmo de 19 pasos cada vez. Si la madre de KA-ING fue E-VHA, Meitner era lo más parecido a una madre que Adie pudo tener. Tuvo la brillante idea de recomendarle que participase en el servicio de mensajería de Aerandir y vaya si lo hizo. Adie fue un buen mensajero y la obsesión con el 19 de su cabeza lo fue con él.
En el suelo, tirado como si fuera un cubo de basura sonrió tímidamente al recordar a mamá Meitner. Ella era muy buena, igual que Zero, cibernético aprendiz y otras muchas funciones.
Otra sensación humana pasó por la mente de Adie. Esta vez, se preguntó lo que todos los hombres y mujeres se preguntaron una vez en su vida: ¿Por qué las personas con la función de hacer feliz a los demás eran la que peor golpes llevaban? Entre las muchas funciones de Zero estaba la de hacer feliz. Vio a Z9-42 hacer feliz a un joven hombre de carne al darle un montón de círculos de metal, luego a mujer de carne que tenía las manos manchadas de sangre, el pequeño de carne que se chupaba el dedo fue otra que quedó feliz gracias a Zero y, por supuesto, no podía olvidar a Eero quien miraba con los ojos absortos como el cibernético aprendiz se lanzaba a enfrentarse contra un Eskol enloquecido por probar una pizca de la maldición que torturaba a Adie desde el día de su nacimiento.
-Debo realizar la función de cubrir a Zero.- fue lo mismo que dijo a los amigos de Axel para que no saliesen de la taberna- Función de cubrir al cibernético que hace feliz a los demás-.
Dio un salto con y abrazó a Zero en el mismo momento en el que Eskol estaba a punto de golpearle la cabeza con tal de defenderse del puñetazo de Z9-24. El puñetazo lo recibió finalmente Adie quien rugió de dolor. A Eskol también le dolió. E-VHA sabía elegir las planchas de metal más resistentes.
-No dejaré que mueras,- le susurraba a Zero a la vez que Eskol seguía golpeando la espalda de Adie- tienes la función de hacer feliz a la gente. No dejaré que mueras. No quiero que mueras- aunque no pudiera llorar, su voz sonaba como si lo estuviera haciendo.
_____________________
Z9-42: Has conseguido golpear a Eskol, pero me temo que ninguna herida hará que el maniático se pare. Deberás matarlo antes de que mate a Adie quien te protegerá pase lo que pase.
En el siguiente turno no es necesario lanzar la Voluntad de los Dioses. Te has ganado el favor y cariño de Adie, toda la voluntad que necesitas está en él.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
Zero logra lastimar al descontrolado Eskol, tristemente dicho personaje sigue funcionando. Ningún humano corriente hubiera podido soportar ese golpe, sea lo que sea que tenga el sujeto lo vuelve muy peligroso. El niño robot debe probar otra cosa, por desgracia ahora es el turno del adulto aumentado.
Un golpe es dispensado pero por extraño que parezca no llega a su destino, Adie se interpone. Abraza de una forma paternal al chico sintético mientras suelta sus pensamientos en palabras, todo el asunto parece haber despertado sentimientos encontrados en la maquina enorme, sin duda recuerdos fantasmas.
Yo…
En un giro raro es el propio Z9-42 quien experimenta recuerdos extraños, se queda paralizado mientras esto ocurre. Una mujer llora con todas sus fuerzas mientras abraza el cuerpo moribundo de su pequeño hijo, repite incansablemente “no dejare que mueras, no quiero que mueras” mientras la vida del jovencito se extingue.
¿…Mama?
Deja escapar totalmente sumergido en su recuerdo, mas por inercia que otra cosa. Baja la mirada y suelta algunas lágrimas, primera vez que lo hace desde su transformación. Es una respuesta emocional ante algo triste, algo que duele en su interior, algo que no puede entender a cabalidad por más que intente centrar su mente.
El dolor de su protector lo hace despertar del trance, si no actúa Adie terminara severamente dañado o incluso desactivado. Hace un esfuerzo para salir de la vorágine emocional, cuando para de soltar lagrimas ya está completamente listo. Se separa del mensajero y salta sobre un demente Eskol, tiene que terminar todo.
Aplica toda su fuerza en un ángulo desfavorable para el enemigo, lo hace caer. Realiza una predicción rápida a medida que el hostil se derrumba, ya sabe qué hacer. Cuando la persona adulta esta tirada en el suelo Zero se levanta, eleva su pierna derecha y propina un golpe crítico con el pie.
Un desagradable sonido se hace presente, huesos rompiéndose. La cabeza de Eskol queda en una posición espeluznante cuando atraviesa el piso, no es una imagen demasiado amena. El pequeño Cyborg se aleja del cuerpo, según su scanner las funciones vitales ya cesaron en su totalidad.
¿Esta… muerto?
Totalmente.
Tal parece que Eero ha observado todo desde la puerta, tendrá cosas que contar mañana. Z9-42 colabora para que Adie se ponga de pie, eventualmente le da un abrazo. La razón de esto es desconocida incluso para él, tal vez es un pago equivalente a la ayuda recibida o quizás todo tiene una connotación más profunda que tardara en entender. Cuando nota lo que hace se separa, luego suelta una simple palabra.
Gracias.
Lo que robaron debe estar cerca, si no lo carga encima deberíamos probar la segunda planta.
Un golpe es dispensado pero por extraño que parezca no llega a su destino, Adie se interpone. Abraza de una forma paternal al chico sintético mientras suelta sus pensamientos en palabras, todo el asunto parece haber despertado sentimientos encontrados en la maquina enorme, sin duda recuerdos fantasmas.
Yo…
En un giro raro es el propio Z9-42 quien experimenta recuerdos extraños, se queda paralizado mientras esto ocurre. Una mujer llora con todas sus fuerzas mientras abraza el cuerpo moribundo de su pequeño hijo, repite incansablemente “no dejare que mueras, no quiero que mueras” mientras la vida del jovencito se extingue.
¿…Mama?
Deja escapar totalmente sumergido en su recuerdo, mas por inercia que otra cosa. Baja la mirada y suelta algunas lágrimas, primera vez que lo hace desde su transformación. Es una respuesta emocional ante algo triste, algo que duele en su interior, algo que no puede entender a cabalidad por más que intente centrar su mente.
El dolor de su protector lo hace despertar del trance, si no actúa Adie terminara severamente dañado o incluso desactivado. Hace un esfuerzo para salir de la vorágine emocional, cuando para de soltar lagrimas ya está completamente listo. Se separa del mensajero y salta sobre un demente Eskol, tiene que terminar todo.
Aplica toda su fuerza en un ángulo desfavorable para el enemigo, lo hace caer. Realiza una predicción rápida a medida que el hostil se derrumba, ya sabe qué hacer. Cuando la persona adulta esta tirada en el suelo Zero se levanta, eleva su pierna derecha y propina un golpe crítico con el pie.
Un desagradable sonido se hace presente, huesos rompiéndose. La cabeza de Eskol queda en una posición espeluznante cuando atraviesa el piso, no es una imagen demasiado amena. El pequeño Cyborg se aleja del cuerpo, según su scanner las funciones vitales ya cesaron en su totalidad.
¿Esta… muerto?
Totalmente.
Tal parece que Eero ha observado todo desde la puerta, tendrá cosas que contar mañana. Z9-42 colabora para que Adie se ponga de pie, eventualmente le da un abrazo. La razón de esto es desconocida incluso para él, tal vez es un pago equivalente a la ayuda recibida o quizás todo tiene una connotación más profunda que tardara en entender. Cuando nota lo que hace se separa, luego suelta una simple palabra.
Gracias.
Lo que robaron debe estar cerca, si no lo carga encima deberíamos probar la segunda planta.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
La tercera predicción que hizo Adie, cibernético mensajero y muchas otras funciones, fue que tres personas morirían hoy en Roilkat.
El primer muerto fue uno de los esbirros de Eskol, su mismo líder le mató en un arrebato de violencia producido por la maldición que guarda las piezas de metal de Adie. Luego vino Eskol, Zero hizo un favor a Roilkat acabando con él. Para que la predicción de Adie se cumpliera, solo faltaba una persona en morir, faltaba…
Axel despertó en un estado de seminconsciencia. Se llevó la mano en la cabeza, la tenía sucia y pegajosa por la sangre seca. Luego, se fijó en la sangre que había dejado en la almohada. Cuando Brenda llegase a casa se quejaría, como siempre hacía, de lo mucho que le costaba mantener la casa limpia. ¡Qué se joda! Ella no sabía lo que era estar con Eskol. Día tras día, tenía que jugarse el tipo en los muchos trabajos que le mandaba hacer. Debería estar agradecida, si no fuera por Axel estarían en la calle. ¡Los tres! Brenda, Eero y el pequeño Ben. Se ganarían la vida mendingando como ratas. Deberían de estar agradecidos, Axel les salvó. Les perdonó la vida.
Axel también debía de estar agradecido, el niño cibernético le perdonó la vida de la misma forma que él se la perdonó a la familia de su hermano. Tenía esa escena grabada en su cabeza y se repetía una y otra vez en bucle. No importaba cuantas medicinas hubiera tomado ni cuánto tiempo hubiera pasado durmiendo. Seguía viendo al niño de metal y al idiota de Adie a su lado. Ambos le miraban como si fueran un insecto. Les centelleaban los ojos, el niño tenía un pie levantado y estaba a punto de aplastarle. De pronto, el niño se convirtió en un gigante y Axel en una hormiga. ¿Sentirían lo mismo Eero y Brenda? Axel sonrió al imaginándose aplastar con el pie a un Eero tan pequeño como una hormiga y golpeando, con el puño cerrado, una mosca cojonera con la cara de Brenda.
Las alucinaciones iban y venían, la mayoría de éstas eran provocadas por la medicina. No sabía qué coño estaba tomando. Lo había robado del puesto auxilio donde trataban a los heridos guerra. Las alucinaciones era un mal que podía soportar, el dolor de cabeza no. Tenía un agujero en el cráneo por el cual se podía ver la masa gris que había en su interior. Era asqueroso y horrible, pero no sentía nada. Las medicinas fueron otras que le habían perdonado la vida.
Se asomó al balcón. Necesitaba que le diese el viento en la cara. Debía aprovechar el poco tiempo que le quedase con vida pues, a la próxima, no habría nadie que le perdonase la vida.
Un niño, a lo sumo tendría quince años, estaba gritando por la calle que habían matado a Eskol. Decía que dos hombres (uno de ellos era un gigante) y un niño fueron los héroes que habían matado al villano. Axel río a carcajadas de la misma forma que, horas antes, reía con su sobrino en la taberna.
-¡Púdrete en el infierno!- le gritó a un Eskol que no estaba vivo para escucharle- ¡Qué pronto iré a hacerte compañía!-
Iba a morir, ya lo había decido. Alguien, quizás los mismos tipos que mataron a Eskol, acabará con su vida con la misma facilidad que en las alucinaciones, Axel acababa con la vida de su hermano y su mujer. Iba a morir, pero no sin antes acabar con aquello que Eero más amaba: Su hijo.
Eero había conseguido todo lo que se había dispuesto a conseguir. Un trabajo que le daba lo necesario para vivir, una buena mujer que cuidaba de él y un hijo a quien enseñar. La invasión de los nórgedos hizo que las tandas cambiasen y ahora era Axel quien se aprovechaba de la mujer de su hermano y educaba a Ben tal cual le convenía. La intención es que Ben aprendiese a odiar a los héroes como su padre y amar a los villanos como Axel. Como en tantas otras cosas, fracasó. Si Axel se odiaba así mismo, ¿cómo iba a hacer que Ben le amase?
Cambio de planes: La última voluntad de Axel sería la de matar al pequeño y frágil Ben.
Mamá le había dejado salir a la callé a buscar a papá. Eran muchos los que gritaban diciendo que el hombre malo había muerto. ¡Los héroes de los cuentos habían matado al dragón y salvado a la princesa! Eso había que celebrado. Ben le dijo a su madre si podía ir a buscar papá. Sabía dónde estaría: Con Adie y Zero. De alguna manera que solo un niño podía entender, Ben sabía que entre su padre y los tres robots habían matado al malo.
Ben salió corriendo de la tienda de mamá directo a la casa verde donde estaban los héroes. Muchas personas se escondían de su casa. No querían saber nada. En las calles de Roilkat solo se podía ver a un niño corriendo, con los puños cerrados y con lágrimas en los ojos de tanto sonreír.
-Ben,- el tito Axel estaba en el balcón. Hizo una señal con la mano para llamar al niño- quiero decirte una cosa, sube-.
-No puedo, papá me está esperando-.
-¿Eero? Está aquí arriba. ¡Sube!-
-¿De verdad?-
-¡SUBE!-
Z9-42: Debemos tener todos los nudos bien atados y, todavía nos queda uno: Axel. Está dispuesto a matar a Ben. Deberás hacer lo posible para rescatarle. No olvides recoger el zurrón con la carta triste. Será lo último que hagamos en esta misión.
El primer muerto fue uno de los esbirros de Eskol, su mismo líder le mató en un arrebato de violencia producido por la maldición que guarda las piezas de metal de Adie. Luego vino Eskol, Zero hizo un favor a Roilkat acabando con él. Para que la predicción de Adie se cumpliera, solo faltaba una persona en morir, faltaba…
_____________________
Axel despertó en un estado de seminconsciencia. Se llevó la mano en la cabeza, la tenía sucia y pegajosa por la sangre seca. Luego, se fijó en la sangre que había dejado en la almohada. Cuando Brenda llegase a casa se quejaría, como siempre hacía, de lo mucho que le costaba mantener la casa limpia. ¡Qué se joda! Ella no sabía lo que era estar con Eskol. Día tras día, tenía que jugarse el tipo en los muchos trabajos que le mandaba hacer. Debería estar agradecida, si no fuera por Axel estarían en la calle. ¡Los tres! Brenda, Eero y el pequeño Ben. Se ganarían la vida mendingando como ratas. Deberían de estar agradecidos, Axel les salvó. Les perdonó la vida.
Axel también debía de estar agradecido, el niño cibernético le perdonó la vida de la misma forma que él se la perdonó a la familia de su hermano. Tenía esa escena grabada en su cabeza y se repetía una y otra vez en bucle. No importaba cuantas medicinas hubiera tomado ni cuánto tiempo hubiera pasado durmiendo. Seguía viendo al niño de metal y al idiota de Adie a su lado. Ambos le miraban como si fueran un insecto. Les centelleaban los ojos, el niño tenía un pie levantado y estaba a punto de aplastarle. De pronto, el niño se convirtió en un gigante y Axel en una hormiga. ¿Sentirían lo mismo Eero y Brenda? Axel sonrió al imaginándose aplastar con el pie a un Eero tan pequeño como una hormiga y golpeando, con el puño cerrado, una mosca cojonera con la cara de Brenda.
Las alucinaciones iban y venían, la mayoría de éstas eran provocadas por la medicina. No sabía qué coño estaba tomando. Lo había robado del puesto auxilio donde trataban a los heridos guerra. Las alucinaciones era un mal que podía soportar, el dolor de cabeza no. Tenía un agujero en el cráneo por el cual se podía ver la masa gris que había en su interior. Era asqueroso y horrible, pero no sentía nada. Las medicinas fueron otras que le habían perdonado la vida.
Se asomó al balcón. Necesitaba que le diese el viento en la cara. Debía aprovechar el poco tiempo que le quedase con vida pues, a la próxima, no habría nadie que le perdonase la vida.
Un niño, a lo sumo tendría quince años, estaba gritando por la calle que habían matado a Eskol. Decía que dos hombres (uno de ellos era un gigante) y un niño fueron los héroes que habían matado al villano. Axel río a carcajadas de la misma forma que, horas antes, reía con su sobrino en la taberna.
-¡Púdrete en el infierno!- le gritó a un Eskol que no estaba vivo para escucharle- ¡Qué pronto iré a hacerte compañía!-
Iba a morir, ya lo había decido. Alguien, quizás los mismos tipos que mataron a Eskol, acabará con su vida con la misma facilidad que en las alucinaciones, Axel acababa con la vida de su hermano y su mujer. Iba a morir, pero no sin antes acabar con aquello que Eero más amaba: Su hijo.
Eero había conseguido todo lo que se había dispuesto a conseguir. Un trabajo que le daba lo necesario para vivir, una buena mujer que cuidaba de él y un hijo a quien enseñar. La invasión de los nórgedos hizo que las tandas cambiasen y ahora era Axel quien se aprovechaba de la mujer de su hermano y educaba a Ben tal cual le convenía. La intención es que Ben aprendiese a odiar a los héroes como su padre y amar a los villanos como Axel. Como en tantas otras cosas, fracasó. Si Axel se odiaba así mismo, ¿cómo iba a hacer que Ben le amase?
Cambio de planes: La última voluntad de Axel sería la de matar al pequeño y frágil Ben.
_____________________
Mamá le había dejado salir a la callé a buscar a papá. Eran muchos los que gritaban diciendo que el hombre malo había muerto. ¡Los héroes de los cuentos habían matado al dragón y salvado a la princesa! Eso había que celebrado. Ben le dijo a su madre si podía ir a buscar papá. Sabía dónde estaría: Con Adie y Zero. De alguna manera que solo un niño podía entender, Ben sabía que entre su padre y los tres robots habían matado al malo.
Ben salió corriendo de la tienda de mamá directo a la casa verde donde estaban los héroes. Muchas personas se escondían de su casa. No querían saber nada. En las calles de Roilkat solo se podía ver a un niño corriendo, con los puños cerrados y con lágrimas en los ojos de tanto sonreír.
-Ben,- el tito Axel estaba en el balcón. Hizo una señal con la mano para llamar al niño- quiero decirte una cosa, sube-.
-No puedo, papá me está esperando-.
-¿Eero? Está aquí arriba. ¡Sube!-
-¿De verdad?-
-¡SUBE!-
_____________________
Z9-42: Debemos tener todos los nudos bien atados y, todavía nos queda uno: Axel. Está dispuesto a matar a Ben. Deberás hacer lo posible para rescatarle. No olvides recoger el zurrón con la carta triste. Será lo último que hagamos en esta misión.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
Con el enemigo eliminado Zero puede permitirse bajar su alerta, trabajo completado. Asesinar a una persona nunca es bueno pero eliminar amenazas se puede considerar correcto, no le gusta matar aunque a veces debe hacerse… un concepto así provoca distorsiones en su mente digital, algo le dice que eso ocurre con todos los seres inteligentes.
El niño sintético sube a la segunda planta y rebusca con su mirada, no le toma mucho encontrar el contenedor. Lo abre rápidamente y consigue la carta, algunas cosas son más fáciles que otras. Parece que los objetivos han sido completados, solo falta reunir al mensajero con su paquete, una tarea bastante sencilla.
Con velocidad el niño robot vuelve al primer nivel y le entrega su artículo a Adie, este último forma su característica sonrisa. Se encuentra bastante agradecido, tarda un poco en vociferar su felicidad. Las maquinas son muy rápidas para ciertas tareas pero en algunos casos pueden lentificarse.
Muchas gracias Zero, niño aprendiz y muchas otras funciones.
De nada, fue un placer.
Se lo escucho decir a dos hermanos habladores con diferentes edades, es una bonita forma de quedar bien cuando te agradecen. A pesar de todo se puede decir que la aventura termino bien, al menos dentro de los estándares… Z9-42 comienza a comprender de que van las aventuras originales.
Deben venir conmigo a celebrar, esta situación lo amerita.
Esa petición despierta una mirada de intriga en el “niño”, técnicamente es la primera vez que lo invitan a algo similar. Lo seguirá y aportara dinero para el festejo también, Es claro que Eero tiene buenas intenciones aunque sus recursos monetarios son escasos, es malo aprovecharse de la gente sin recursos.
Salen de la casa y avanzan por el camino principal, pronto encuentran una escena extraña. Axel intenta convencer a Ben para que lo acompañe, dice una mentira en el proceso. Es algo raro aunque Zero no pilla bien las mentiras, por suerte el propio Eero logra escucharla y rápidamente intenta detener a su hijo alegando peligro.
Esto huele mal… ¡¡alto Ben!!
Esa expresión tiene varios significados, mucho ensayo y error le dieron al joven Cyborg el conocimiento de todos. Su grupo avanza a la casa, por desgracia el niño más pequeño se adelanta. Cuando los peculiares personajes irrumpen arriba encuentran algo diferente, Axel oculta un cuchillo e intenta que su pariente se acerque al balcón.
¡¡No!!
El padre interviene y toma a su hijo en brazos, luego corre por las escaleras. Un violento Axel muestra el puñal e intenta dañar a su propia familia, Zero no puede permitirlo. La maquina pequeña toma una silla y se la arroja al atacante, este último sale volando, termina cayendo por el borde rumbo al suelo. El “jovencito” se acerca al sitio para detallar el desenlace, Axel parece haber muerto por la caída.
Yo… eso... no era lo que planeaba…
Baja la mirada avergonzado, no era su intención acabar con la vida del enemigo esta vez. Hizo lo correcto, es una acción justificada pero por alguna razón se siente mal. A eliminado varias amenazas pero nunca por equivocación, las maquinas no se equivocan. Voltea a los testigos y solo puede formular un sincero.
Lo siento…
El niño sintético sube a la segunda planta y rebusca con su mirada, no le toma mucho encontrar el contenedor. Lo abre rápidamente y consigue la carta, algunas cosas son más fáciles que otras. Parece que los objetivos han sido completados, solo falta reunir al mensajero con su paquete, una tarea bastante sencilla.
Con velocidad el niño robot vuelve al primer nivel y le entrega su artículo a Adie, este último forma su característica sonrisa. Se encuentra bastante agradecido, tarda un poco en vociferar su felicidad. Las maquinas son muy rápidas para ciertas tareas pero en algunos casos pueden lentificarse.
Muchas gracias Zero, niño aprendiz y muchas otras funciones.
De nada, fue un placer.
Se lo escucho decir a dos hermanos habladores con diferentes edades, es una bonita forma de quedar bien cuando te agradecen. A pesar de todo se puede decir que la aventura termino bien, al menos dentro de los estándares… Z9-42 comienza a comprender de que van las aventuras originales.
Deben venir conmigo a celebrar, esta situación lo amerita.
Esa petición despierta una mirada de intriga en el “niño”, técnicamente es la primera vez que lo invitan a algo similar. Lo seguirá y aportara dinero para el festejo también, Es claro que Eero tiene buenas intenciones aunque sus recursos monetarios son escasos, es malo aprovecharse de la gente sin recursos.
Salen de la casa y avanzan por el camino principal, pronto encuentran una escena extraña. Axel intenta convencer a Ben para que lo acompañe, dice una mentira en el proceso. Es algo raro aunque Zero no pilla bien las mentiras, por suerte el propio Eero logra escucharla y rápidamente intenta detener a su hijo alegando peligro.
Esto huele mal… ¡¡alto Ben!!
Esa expresión tiene varios significados, mucho ensayo y error le dieron al joven Cyborg el conocimiento de todos. Su grupo avanza a la casa, por desgracia el niño más pequeño se adelanta. Cuando los peculiares personajes irrumpen arriba encuentran algo diferente, Axel oculta un cuchillo e intenta que su pariente se acerque al balcón.
¡¡No!!
El padre interviene y toma a su hijo en brazos, luego corre por las escaleras. Un violento Axel muestra el puñal e intenta dañar a su propia familia, Zero no puede permitirlo. La maquina pequeña toma una silla y se la arroja al atacante, este último sale volando, termina cayendo por el borde rumbo al suelo. El “jovencito” se acerca al sitio para detallar el desenlace, Axel parece haber muerto por la caída.
Yo… eso... no era lo que planeaba…
Baja la mirada avergonzado, no era su intención acabar con la vida del enemigo esta vez. Hizo lo correcto, es una acción justificada pero por alguna razón se siente mal. A eliminado varias amenazas pero nunca por equivocación, las maquinas no se equivocan. Voltea a los testigos y solo puede formular un sincero.
Lo siento…
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Un lugar triste [Misión de mensajería]
A Eero le extrañó la reacción del niño cibernético. ¿Lo sentía? ¿Acaso los cibernéticos eran capaz de mostrar emociones? Adie sonreía como si nada de lo que hubiera pasado, a excepción de su carta, le importase en absoluta. Entre sus funciones no estaba la de entender los sentimientos de los hombres carne; se imaginaba Eero que hubiera contestado el mensajero de haberle preguntado si comprendía lo que había hecho. Ni siquiera él mismo lo comprendía. Eskol y Axel habían muerto. Debí estar feliz. Ahora todo sería mejor para su familia. Se acabaron los días en los que Axel se aprovechaba de él y amenazaba con acostarse con Brenda si no obedecía a lo que pedía. Era algo bueno, si lo pensaba con claridad, era lo que siempre había pedido. Entonces, ¿por qué estaba triste? No lo entendía. Su cabeza era una amalgama de recuerdos pasados, los buenos que pasó junto con Axel cuando eran pequeños, y los malos en los que los hombres de Eskol abusaban días tras días de aquellos que lo habían perdido todo en el Lugar Triste que era Roilkat.
Me haces daño,- Ben acarició el rostro de su padre - me aprietas-.
-Lo siento, no me había dado cuenta-.
-No pasa nada, papá-.
Otra pregunta más cruzó la mente de Eero: ¿Entendía su hijo lo que había pasado? A él le gustaba su tío. Era con quien más tiempo pasaba. Axel le llevaba a la taberna para que le acompañase en todas las partidas de cartas. Si era cierto que el ambiente de una apestosa y humeante taberna no era el más adecuado para Ben, él se sentía querido rodeado de gente. El chico no tenía amigos de los su edad con los que jugar; era de agradecer que, al menos, tuviera a su tío. Y, ahora que estaba muerto… Ben se había quedado sin amigos. ¿Lo entendía? Eero lo dudaba. Quizás, le chico pensase que todo era cuestión de héroes y villanos donde los buenos eran siempre buenos y los malos siempre malos. Era mejor así. Odiaría tener que explicarle a Ben que Axel habían matado a Axel, un hombre bueno, porque se volvió malo cuando la ciudad se convirtió en un Lugar Triste.
Ese nombre… No se lo sacaba de su cabeza. Lo había repetido muchas veces durante todo el día, casi tantas como Adie había repetido la palabra función o el número 19: “Lugar Triste”. No. Nunca más. Roilkat no volvería ser nunca más un lugar triste. Ahora, la ciudad cuenta con un hombre que tiene como oficio ser un héroe de los cuentos infantiles de Ben. Era el mejor de los oficios. Nunca más volverían a pasar hambre. Cuando volviese con Brenda, lo que ella vería, sería una persona muy feliz. Se acabaron los días que se lamentaba por vivir en un Lugar Triste. Gracias a Adie y Zero, esto había cambiado.
-Te lo debo todo, mi querido amigo de metal,- le dijo a Zero dejando caer su mano en el hombro del cibernético - si no hubieras venido con el mensajero, tengo la sensación que todo hubiera acabado peor. Es como si hubiéramos impedido algo que está mucho más allá de lo que nosotros vemos-.
-¿19?- Adie levantó la cabeza como si hubiera dado cuenta de algo de vital importancia.
-Yo no lo hubiera dicho mejor.- sonrió tímidamente- creo que tenéis una carta que entregar. ¿Por qué no os ponéis en marcha? Nosotros estaremos bien-.
Al salir de la casa de la familia de Eero, Adie volvió a leer el nombre que ponía en el membrete de la carta: Alrek Angeltheow. Como hizo al principio del día, pronunció el nombre en voz alta y busco información de él en su base de datos. Los ojos del mensajero centellearon por lo que acababa de encontrar. El señor Alrek Angeltheow había comprado un orfanato hacía escasos minutos. Reviso la información. ¡Ahí estaba! No era ningún fallo en su programa. Desde hacía unos pocos minutos, había aparecido un montón de información referente a Alrek Angeltheow.
Con la espalda erguida y con una sonrisa de oreja a oreja, Adie cogió a Zero, de la misma manera que Eero sostenía a su hijo, y lo abrazó con el 19% de sus fuerzas.
-Sé quién es Alrek Angeltheow. Ahora lo sé-.
Alrek era otro chico muy feliz. Zero, aprendiz cibernético y muchas otras funciones, había realizado su función de hacer feliz con él. Con todas las monedas que Zero le había dado, el mendigo había comprado un orfanato, tres puestos de comida y medicinas para curar a los enfermos. Adie abrió el sobre. Dentro había cinco aeros que Saga Angeltheow, difunta abuela de Alrek, le había dejado como herencia.
-Ya tiene muchas como éstas- Adie señaló a Alrek que estaba regalando comida en uno de los puestos que, ahora, eran de su propiedad. –No las necesitará- se comió dos de las cinco monedas. Era su premio por haber estado peleando todo el día. - Las demás para ti,- le dio el resto a Zero- son de las buenas; las mías no crujen tan bien. ¡Te la enseñaré!- sacó más monedas de su zurrón junto con una cosa que no sabía qué era pero que parecía apetitosa - Así puedes decidir tú qué es lo que mejor cruje-.
* Z9-42: ¿Quién lo iba a decir? Alrek Angeltheow había estado delante de nuestras narices todo este tiempo. Era mendigo a quién habías dado toda esa montaña de aeros casi al principio de la misión. Tú función de hacer feliz a los demás, va mucho más allá de lo que puedes imaginar. Quizás, la próxima vez que visites Roilkat, sea la ciudad más feliz de Aerandir. ¿No te parece?
Recompensas
10 de base + 14 de desarrollo = 24 Puntos de Experiencia
450 aeros
Monedas de Saga Angeltheow
Ídolo de oro
* Z9-42: Otra gran misión resuelta por un gran niño. La primera misión que tuvimos no la pude disfrutar tanto como me hubiera gustado ya que seguía los esquemas de Master Wyn. ¿Recuerdas? Ésta la he podido disfrutar mucho más porque ha sido una idea cien por cien mía. Se nota pues, el plan del 19 que tengo montado en mi cabeza va mucho más allá de un par de misiones. Seguramente, en un futuro, te necesitaré para otros mastereados. Se acerca algo muy grande al foro y debemos de estar preparados.
Pero, bueno, esta es mi opinión y ahora es tu turno. Me gustaría saber qué cosas te han gustado más y qué cosas te han gustado menos. Por mi parte, tengo que reconocer que estas últimas semanas han sido muy complicadas para mí a nivel personal, recuerdo que te informe por mp que me podía retrasar por culpa de estos asuntos. Podría haberlo hecho mejor. Tengo la sensación que el final ha quedado un poco soso. En mi cabeza sonaba mejor.
Me haces daño,- Ben acarició el rostro de su padre - me aprietas-.
-Lo siento, no me había dado cuenta-.
-No pasa nada, papá-.
Otra pregunta más cruzó la mente de Eero: ¿Entendía su hijo lo que había pasado? A él le gustaba su tío. Era con quien más tiempo pasaba. Axel le llevaba a la taberna para que le acompañase en todas las partidas de cartas. Si era cierto que el ambiente de una apestosa y humeante taberna no era el más adecuado para Ben, él se sentía querido rodeado de gente. El chico no tenía amigos de los su edad con los que jugar; era de agradecer que, al menos, tuviera a su tío. Y, ahora que estaba muerto… Ben se había quedado sin amigos. ¿Lo entendía? Eero lo dudaba. Quizás, le chico pensase que todo era cuestión de héroes y villanos donde los buenos eran siempre buenos y los malos siempre malos. Era mejor así. Odiaría tener que explicarle a Ben que Axel habían matado a Axel, un hombre bueno, porque se volvió malo cuando la ciudad se convirtió en un Lugar Triste.
Ese nombre… No se lo sacaba de su cabeza. Lo había repetido muchas veces durante todo el día, casi tantas como Adie había repetido la palabra función o el número 19: “Lugar Triste”. No. Nunca más. Roilkat no volvería ser nunca más un lugar triste. Ahora, la ciudad cuenta con un hombre que tiene como oficio ser un héroe de los cuentos infantiles de Ben. Era el mejor de los oficios. Nunca más volverían a pasar hambre. Cuando volviese con Brenda, lo que ella vería, sería una persona muy feliz. Se acabaron los días que se lamentaba por vivir en un Lugar Triste. Gracias a Adie y Zero, esto había cambiado.
-Te lo debo todo, mi querido amigo de metal,- le dijo a Zero dejando caer su mano en el hombro del cibernético - si no hubieras venido con el mensajero, tengo la sensación que todo hubiera acabado peor. Es como si hubiéramos impedido algo que está mucho más allá de lo que nosotros vemos-.
-¿19?- Adie levantó la cabeza como si hubiera dado cuenta de algo de vital importancia.
-Yo no lo hubiera dicho mejor.- sonrió tímidamente- creo que tenéis una carta que entregar. ¿Por qué no os ponéis en marcha? Nosotros estaremos bien-.
_____________________
Al salir de la casa de la familia de Eero, Adie volvió a leer el nombre que ponía en el membrete de la carta: Alrek Angeltheow. Como hizo al principio del día, pronunció el nombre en voz alta y busco información de él en su base de datos. Los ojos del mensajero centellearon por lo que acababa de encontrar. El señor Alrek Angeltheow había comprado un orfanato hacía escasos minutos. Reviso la información. ¡Ahí estaba! No era ningún fallo en su programa. Desde hacía unos pocos minutos, había aparecido un montón de información referente a Alrek Angeltheow.
Con la espalda erguida y con una sonrisa de oreja a oreja, Adie cogió a Zero, de la misma manera que Eero sostenía a su hijo, y lo abrazó con el 19% de sus fuerzas.
-Sé quién es Alrek Angeltheow. Ahora lo sé-.
Alrek era otro chico muy feliz. Zero, aprendiz cibernético y muchas otras funciones, había realizado su función de hacer feliz con él. Con todas las monedas que Zero le había dado, el mendigo había comprado un orfanato, tres puestos de comida y medicinas para curar a los enfermos. Adie abrió el sobre. Dentro había cinco aeros que Saga Angeltheow, difunta abuela de Alrek, le había dejado como herencia.
-Ya tiene muchas como éstas- Adie señaló a Alrek que estaba regalando comida en uno de los puestos que, ahora, eran de su propiedad. –No las necesitará- se comió dos de las cinco monedas. Era su premio por haber estado peleando todo el día. - Las demás para ti,- le dio el resto a Zero- son de las buenas; las mías no crujen tan bien. ¡Te la enseñaré!- sacó más monedas de su zurrón junto con una cosa que no sabía qué era pero que parecía apetitosa - Así puedes decidir tú qué es lo que mejor cruje-.
_____________________
* Z9-42: ¿Quién lo iba a decir? Alrek Angeltheow había estado delante de nuestras narices todo este tiempo. Era mendigo a quién habías dado toda esa montaña de aeros casi al principio de la misión. Tú función de hacer feliz a los demás, va mucho más allá de lo que puedes imaginar. Quizás, la próxima vez que visites Roilkat, sea la ciudad más feliz de Aerandir. ¿No te parece?
Recompensas
10 de base + 14 de desarrollo = 24 Puntos de Experiencia
450 aeros
Monedas de Saga Angeltheow
- Monedas de Saga Angeltheow:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Adie no sabe distinguir entre una clase de monedas y otra; lo único que hace con ellas es comerlas. Estas monedas, en especial, pueden cambiar la runa de cualquiera de tus compañeros en combate a la que tú elijas. Ya sea a peor o a mejor. Recuerda que solo tienes tres monedas. Una vez cambies la suerte tres veces, se acabaron las monedas.
Ídolo de oro
- Ídolo de oro:
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Adie guarda una gran multitud de tesoros en su zurrón. Si no fuera tan buen amigo como es, muchos de estos mágicos tesoros acabarían siendo devorados por sus dientes de sierra. El que te ofrece tiene forma de ciervo pequeño. Su “función” es muy simple. El ídolo se podrá convertir en un enorme ciervo de verdad durante dos turnos que te podrá ayudar tanto a correr largas distancias como para defenderte. Podrás realizar la función de este objeto un máximo de dos veces.
* Z9-42: Otra gran misión resuelta por un gran niño. La primera misión que tuvimos no la pude disfrutar tanto como me hubiera gustado ya que seguía los esquemas de Master Wyn. ¿Recuerdas? Ésta la he podido disfrutar mucho más porque ha sido una idea cien por cien mía. Se nota pues, el plan del 19 que tengo montado en mi cabeza va mucho más allá de un par de misiones. Seguramente, en un futuro, te necesitaré para otros mastereados. Se acerca algo muy grande al foro y debemos de estar preparados.
Pero, bueno, esta es mi opinión y ahora es tu turno. Me gustaría saber qué cosas te han gustado más y qué cosas te han gustado menos. Por mi parte, tengo que reconocer que estas últimas semanas han sido muy complicadas para mí a nivel personal, recuerdo que te informe por mp que me podía retrasar por culpa de estos asuntos. Podría haberlo hecho mejor. Tengo la sensación que el final ha quedado un poco soso. En mi cabeza sonaba mejor.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Página 2 de 2. • 1, 2
Temas similares
» No te cases [Misión de mensajería]
» El Hombre Bueno [Misión de mensajería]
» Función de Mensajería [Desafío]
» Misión Imposible Mac-Eco[Misión de gremio]
» [Cerrado]Acompáñenme a ver esta triste historia...[Interpretativo-Fred/Iliaki] [Libre]
» El Hombre Bueno [Misión de mensajería]
» Función de Mensajería [Desafío]
» Misión Imposible Mac-Eco[Misión de gremio]
» [Cerrado]Acompáñenme a ver esta triste historia...[Interpretativo-Fred/Iliaki] [Libre]
Página 2 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Ayer a las 11:14 pm por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 7:13 pm por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 4:18 pm por Mina Harker
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 5:53 am por Lukas
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Ayer a las 12:33 am por Vincent Calhoun
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19, 2024 10:49 pm por Eltrant Tale
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Mar Nov 19, 2024 10:42 pm por Cohen
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18, 2024 12:29 pm por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18, 2024 4:12 am por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16, 2024 9:38 pm por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13, 2024 8:01 pm por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12, 2024 4:51 am por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10, 2024 1:36 pm por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08, 2024 6:40 pm por Lukas
» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
Vie Nov 08, 2024 1:19 am por Tyr