La daga de Lorterian [Desafío]

Llevaba barios días de viaje en dirección a los Reinos del Sur, en Lunargenta había escuchado a unos viajeros hablar de la playa de los ancestros y queria ver como seria la arena de la playa y las olas chocando contra la orilla para luego dirigirme a el Bosque de Sandorai, Tal vez acampar en la playa no suena mala idea , dije en mi mente mientras caminaba por el bosque sintiendo cada vez mas el aroma del agua salada y notando el cambio de la arena marrón por blanca, mientras mas caminaba cada vez escaseaban los arboles, allí frente ami se encontraba la famosa Playa de los Ancestros, las suaves olas azotando la orilla jalando la arena al agua.

Me quite las botas para luego caminar descalza en la tibia arena mientras el sol se ocultaba en el horizonte, caminaba tranquila hasta que la brisa trajo consigo un aroma de personas, de seguro una reunión, segui caminando por la orilla para luego de casi media hora de caminata me encontré con el grupo de personas que parecían estar en un funeral así que para no interrumpirles, trate de tomar un desvío por detras de ellas pero no pude evitar escuchar que les faltaban una pieza de gran valor ¿Una daga de bronce? Me senté sobre una piedra para ponerme las botas y sacudirme la ropa para luego acercarme al grupo de personas que se encontraban cerca de la orilla y de una barca - Permiso, permiso - dije mientras me acercaba pasando entre los guardias y personas hasta quedar frente a frente con la familia del muerto, me aclare la garganta - No quiero ser entrometida, pero me gustaría ayudarles a buscar esa daga que es de tanto valor para ustedes - dije con una sonrisa.

Luego de que la señora que parecía la esposa del difunto me explico que ella había guardado la daga junto el resto de las pertenencias que trajeron para poner en la barca, así que tome rumbo a la dirección que me había indicado por donde habían llegado a la playa, tal vez se hubiera caído por el camino y también me pidió que no dejara que los bandidos la tomaran por que era de un gran valor sentimental para su difunto esposo - No se preocupe señora, me asegurare de que su difunto esposo no se valla de esta playa sin su daga - dije antes de volver a tomar camino al bosque por el sendero por el cual la familia había llegado a la playa, mire mi entorno tratando de distinguir el aroma de la daga o de otra persona para preguntar al menos por si no se había encontrado con la daga de bronce.

Así fue como camine por el sendero un rato hasta que escuche unos ruidos de pasos y una tenue voz que se alejaba de donde yo me encontraba, no pude evitar seguir el sonido y el aroma del sujeto, si era un sospechoso no lo dejaría escapar.

Seguí caminan do detrás del ruido entre los árboles, me encontré con un viejo al cual le pregunte sobre si no se había encontrado con una daga, este me había explicado que no se había encontrado nada en el camino, volví al sendero para seguir buscando por el sendero cuando escuché otros ruidos ésta vez eran pasos de carrera, cuando me acerqué al costado del cual se escuchaban los pasos de donde salieron dos sujetos los cuales lograron hacer que diera un brinco atrás - Están locos o que, casi asen que me de un infarto - dije mientras me enderezaba, ambos se disculparon y se presentaron para luego explicarme que me ayudarían a buscar la daga, Terry, el menor de los dos, se quedaría a buscar en el sendero mientras Hollance, el mayor, y yo nos dirigiríamos a su casa donde de seguro estaría - De acuerdo supongo que así será más rápido - fue lo ultimo que dije antes de seguir el sendero junto a Hollance.

Antes de entrar a la casa, el muchacho me pregunto mi nombre - Me llamo Zukura - dije mientras entraba junto a el, donde me explico que a mi me tocaba buscar en el piso de arriba - De acuerdo, te veré dentro de un rato aquí mismo - dije mientras subía las escaleras llegando a un pasillo el cual se encontraba a oscuras - Bueno es hora de entrar a buscar - entre en la primera puerta que encontré en donde encontré una biblioteca a oscuras - Aver.... Debo de encontrar algo que me deje iluminar este sitio - me puse a buscar algo con que iluminar la habitación y encontré una vela la cual baje a buscar a Hollance para que me la encendiera - Gracias por encenderme la vela - dije para luego volver al segundo piso y volví a la biblioteca para empezar a buscar en las repisas y la mesa - Nada - dije mientras salia de la habitación.

Luego de salir de nuevo al pasillo entre en la habitación principal donde supuse que debería de encontrarse la daga Haber ¿Si fuera una vieja daga donde estaría? Pensé mientras caminaba por el cuarto para buscar en unos estantes, mesas, gavetas, pero nada incluso le di la vuelta a la cama, solo me quedaba buscar en un solo sitio el viejo [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] que estaba a los pies de la cama, me dispuse a abrirlo soltando las tiras de cuero que lo mantenían cerrado para luego levantar su tapa dejando ver lo que parecían recuerdos de una vida de guerrero, aunque se notaba que gran partes de las cosas las sacaron porqué faltaban cosas, pero al remover unas cosas encontré la vieja daga en una pequeña funda, la cual saque para confirmar que era la correcta - Listo - exclame con una sonrisa mientras sentía como la será de la vela me quemó la punta de un dedo por lo cual reaccione soltándola la cual se apago al tocar el piso rompiéndose lo poco que queda de ella.

Me sobe la mano la cual me ardía un poco por la quemadura pero rápidamente desapareció, volví a poner todo en su sitio para bajar donde me encontré con el hijo mayor del difunto al cual con una sonrisa le mostré la daga en su funda - Aquí esta, ahora podemos volver a la playa para su padre pueda marchar en paz - dije para luego caminar en dirección de la salida junto al joven al cual le entregue la daga, nos pusimos en marcha por el sendero el cual ya se encontraba a oscuras por la noche recién llegada, en el camino por el cual nos topamos con el otro hijo del difunto, Terry, el cual aun sele noto que aunque les allá ayudado no me agarraba confianza, no lo culpaba, solo era una desconocida, mientras caminábamos a la playa de los ancestros me revise el dedo que me había quemado la será caliente, la cual solo me dejo pa punta del dedo gordo enrojecida pero sin ningún daño.

Al llegar a la playa me acerque a la señora - Bueno señora, su marido ahora podrá partir tranquilo con los dioses ya que e mos traído la apreciada daga de su difunto marido - dije mientras su hijo mayor se la entregaba a su madre a la cual le dedique una dulce sonrisa para luego retirarme y dejarlos seguir con su reunión en paz.