[MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
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Sandorai, 6:15 pm
Llegar hasta el bosque de los elfos había sido sencillo, pero entrar, eso había sido otra historia; tras algunas flechas de advertencia y amenazas de asesinar a quien entrara sin permiso al bosque; la turba de invasores de distintas razas se lanzaron al frente corriendo con salvaje desesperación; las flechas volaron en todas direcciones y en la primera descarga de ráfagas al menos un cuarto de los invasores habían sido enviados al piso; la confusión se hizo caos y la desorganización se hizo evidente; los presentes corrían el múltiples direcciones haciendo grupos más pequeños que avanzaban con la esperanza de sobrevivir, cayendo lentamente unos tras otros.
A lo lejos se podía oír el silbido de las flechas -¡No se detengan! ¡Sigan avanzando!- Se escuchaban los gritos cada vez más distantes mientras el pequeño grupo se adentraba en lo más profundo, dividiéndose del sendero del resto de integrantes de aquella caótica incursión, la cual estaba muy lejos de estar saliendo tal como se había planeado; sin embargo al final, lo que era malo para el resto del grupo, era muy bueno para aquellas bestias que en menor número habían conseguido aprovechar la distracción causada y avanzar sin mayores problemas.
Nada les garantizaba que lo que fueran a buscar existiera realmente, y es que la sola idea de la existencia de una panacea capaz de curar cualquier enfermedad era una completa locura, pero si alguien podía tener algo como eso eran sin duda los mismos elfos; los orejas picudas lo habían negado a morir pero el resto de razas necesitaban creer en esa pequeña esperanza; sobre todo para Lincy Troy, una mujer bestia que se había mezclado entre los voluntarios para la incursión alegando que su hermana menor estaba gravemente enferma, lo que la justificaba a conseguir la fulana medicina a cualquier costo.
Solo falta un poco más- Añadió apretando la lanza con sus peludas manos de pelaje naranja; si algo la caracterizaba era el ser muy rápida y ágil, pero sabía que eso no sería suficiente para salir del bosque de los elfos con vida y con la medicina; sin embargo había más que eso en juego; pues desconocía las intenciones que pudiera tener el resto de sus compañeros.
Unos instantes más tarde ya se habían desviado lo suficiente como para dejar atrás a la parte más grande del grupo, lo cuales a estas alturas seguramente ya habrían sido atrapados por los elfos o peor aún; aunque poco les importaría a quienes no los conocían, de momento lo más importante era la misión en la que se habían alistado.
Repentinamente Lincy se detuvo levantando su mano izquierda con el puño cerrado; luego les señaló el frente; un enorme árbol sobresalía entre el resto del bosque y aunque aún no se podía ver su base, era claro que se acercaban peligrosamente al corazón del bosque de los elfos, el árbol madre -Estén atentos, dicen que si no eres elfo y pisas estas tierras, la muerte vendrá a ti en poco tiempo- Les dijo con tono misterioso mientras daba el primer paso con algo de rebeldía pero sin dejar de prestar atención al entorno.
∞ Bienvenidos, Akanke, Abaddon y Fennel; han formado un interesante equipo de hombres bestia que sumados a la PNJ me han hecho tener muy buenas expectativas de esta historia.
∞ Deberán describir su llegada al bosque; fueron un grupo grande que se dividió al entrar al bosque, los elfos los atacaron luego de un par de advertencias que el grupo decidió ignorar.
∞ Les han dicho que existe una medicina capaz de curar cualquier enfermedad, sus razones para obtenerla pueden resultar interesantes, por lo que deberán mencionar el motivo por el que decidieron unirse a esta incursión y su llegada al sitio.
∞ Advertidos quedan ahora, que no será una tarea fácil, pero será interesante.
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A lo lejos se podía oír el silbido de las flechas -¡No se detengan! ¡Sigan avanzando!- Se escuchaban los gritos cada vez más distantes mientras el pequeño grupo se adentraba en lo más profundo, dividiéndose del sendero del resto de integrantes de aquella caótica incursión, la cual estaba muy lejos de estar saliendo tal como se había planeado; sin embargo al final, lo que era malo para el resto del grupo, era muy bueno para aquellas bestias que en menor número habían conseguido aprovechar la distracción causada y avanzar sin mayores problemas.
Nada les garantizaba que lo que fueran a buscar existiera realmente, y es que la sola idea de la existencia de una panacea capaz de curar cualquier enfermedad era una completa locura, pero si alguien podía tener algo como eso eran sin duda los mismos elfos; los orejas picudas lo habían negado a morir pero el resto de razas necesitaban creer en esa pequeña esperanza; sobre todo para Lincy Troy, una mujer bestia que se había mezclado entre los voluntarios para la incursión alegando que su hermana menor estaba gravemente enferma, lo que la justificaba a conseguir la fulana medicina a cualquier costo.
- Lincy Troy:
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Solo falta un poco más- Añadió apretando la lanza con sus peludas manos de pelaje naranja; si algo la caracterizaba era el ser muy rápida y ágil, pero sabía que eso no sería suficiente para salir del bosque de los elfos con vida y con la medicina; sin embargo había más que eso en juego; pues desconocía las intenciones que pudiera tener el resto de sus compañeros.
Unos instantes más tarde ya se habían desviado lo suficiente como para dejar atrás a la parte más grande del grupo, lo cuales a estas alturas seguramente ya habrían sido atrapados por los elfos o peor aún; aunque poco les importaría a quienes no los conocían, de momento lo más importante era la misión en la que se habían alistado.
Repentinamente Lincy se detuvo levantando su mano izquierda con el puño cerrado; luego les señaló el frente; un enorme árbol sobresalía entre el resto del bosque y aunque aún no se podía ver su base, era claro que se acercaban peligrosamente al corazón del bosque de los elfos, el árbol madre -Estén atentos, dicen que si no eres elfo y pisas estas tierras, la muerte vendrá a ti en poco tiempo- Les dijo con tono misterioso mientras daba el primer paso con algo de rebeldía pero sin dejar de prestar atención al entorno.
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∞ Bienvenidos, Akanke, Abaddon y Fennel; han formado un interesante equipo de hombres bestia que sumados a la PNJ me han hecho tener muy buenas expectativas de esta historia.
∞ Deberán describir su llegada al bosque; fueron un grupo grande que se dividió al entrar al bosque, los elfos los atacaron luego de un par de advertencias que el grupo decidió ignorar.
∞ Les han dicho que existe una medicina capaz de curar cualquier enfermedad, sus razones para obtenerla pueden resultar interesantes, por lo que deberán mencionar el motivo por el que decidieron unirse a esta incursión y su llegada al sitio.
∞ Advertidos quedan ahora, que no será una tarea fácil, pero será interesante.
Ansur
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
- Off-rol:
- Bueno, supongo que empiezo yo, viendo que aún nadie se ha animado.
Quizás este era un buen momento para recapitular sobre los acontecimientos pasados.
Todo comenzó con aquella plaga, la puta plaga que estaba llevándose por delante tantísimas vidas, sin hacer distinciones entre razas ni estamentos. La verdad es que resultaba cuanto menos chocante: numerosos agoreros chalados habían "profetizado" semejante acontecimiento, pero como era lógico nadie les hizo caso, a pesar de encontrar similitudes con epidemias similares contadas de generación en generación.
Ante la necesidad solo surgen dos posturas fundamentales: colaborar por sobrevivir, dejando a un lado las diferencias, u optar por el camino del último hombre en pie. Esta vez, al menos aparentemente, multitud de conflictos habían llegado a una tregua temporal en busca de la solución al mal mayor.
Es con este motivo que se habían extendido numerosos llamamientos a todo individuo en condición saludable para que colaborase en la búsqueda de una cura a la enfermedad.
Je, lo que no les habían contado ni a este grupo ni a los demás es que la inmensa mayoría quedaría por el camino sin llegar a ver esa rumoreada panacea élfica. Esos malditos orejas puntiagudas, siempre tan secretivos, y ahora estaban guardando la cura a la plaga solo para ellos. Cabrones estirados, otro motivo más para no dejar títere con cabeza entre los suyos.
Sin embargo, la misión no era una ofensiva frontal, por supuesto que no, a todas esas ratas les faltaban las pelotas para hacerlo.
Noooo, en su lugar querían mandar varias escuadras reducidas para infiltrarse en el hogar de los abraza-árboles, encontrar la panacea y volver con ella. Claro, esto era infinitamente más simple dicho que hecho.
El grupo de Fennelsix era grande, sí, pero qué diablos, muchos de aquellos apenas sabían agarrar una espada por donde no corta, cuanto menos usar un arco o avanzar mediante tácticas de supervivencia y rastreo.
Al menos parecía que todos eran hombres-bestia, por la pinta que tenían, quizás algún licántropo discreto de por medio. Lo importante es que no hubiera ni sucios humanos ni elfos.
Al principio todo parecía sencillo: el bosque estaba en calma y nada parecía impedirle el paso al grupo.
Los zorros se movían sigilosamente por el suelo lleno de hojas, los pájaros trinaban y se movían de copa en copa y el sol refulgía por encima de la vegetación, dando lugar a multitud de sombras.
Pero fue aquel preciso destello el que llamó la atención de Escamanegra, que apenas se acabó de cubrir detrás de un cedro pudo ver cómo una lluvia de flechas se abalanzaba sobre el grupo, marcando claramente el inicio de los problemas: los orejas puntiagudas les habían detectado, como era de esperar.
A esta andanada de advertencia le siguió otra más que no se hizo esperar para causar estragos entre las filas.
Por lo menos quince de sus compañeros habían sido abatidos ya, si bien algunos parecían haber tenido tiempo a refugiarse entre la vegetación, con el inconveniente de haber dispersado a gran parte de los supervivientes.
Las condiciones no estaban nada a favor de los infiltrados, que estaban superados en número en territorio hostil y con escasos recursos más allá de su propio equipamiento y maña.
Combates como estos eran por los que valía la pena vivir, igual que aquella última vez en Roilkat contra aquellos nórgedos, solo que esta vez la situación era justo al revés: ellos debían de ser quienes superaran las medidas de seguridad de los elfos para alzarse con su codiciada recompensa.
Henchido de ánimos, el hombre-lagarto lanzó un rugido de batalla para intentar levantar la moral de las tropas, y al grito de "¡Por nuessstrosss hermanosss!" comenzó la frenética carrera entre los árboles, con o sin el apoyo de sus aliados.
Fennel Escamanegra
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
Para Akanke, aquello de la colaboración le era complicado. No sabía trabajar en equipo, ni liderar tropas, ni nada por el estilo. Ella siempre había sido distante, solitaria, huraña y esquiva. Tampoco gustaba de seguir órdenes de gente en quien no confiaba. Además que no les entendía bien, tenían acentos extraños, hablaban muy rápido, con términos que ella no conocía y eso la desesperaba. Por eso el hallarse en medio de un grupo de avance le parecía extraño y surrealista.
¿Cómo terminó en la caballería de este improvisado batallón de hombres bestia? Buena pregunta. Ella solo estaba por ahí.
Había visto como los animales y las personas enfermaban, así que comenzó a viajar hacia el sur en una reacción instintiva de alejarse de lo que estuviese enfermo. No estaba buscando la dicha cura ni nada por el estilo. Si ella no estaba enferma, ¿por qué buscaría algo que no necesitaba? Solamente fue a los bosques de los elfos porque siempre quiso ir allí donde esos seres que cuidaban y amaban al bosque y a sus animales tanto como lo hacía ella, con aquella admiración y respeto que sentía hacia esa raza, nunca pensó en atacarlos. Observarlos, acercarse, conocerlos, eso sí. ¿Pero entrar en combate? No, contra ellos no.
Entonces, ¿qué la llevó a aceptar aquella empresa? Una mujer bestia que lloraba desconsolada, abrazando a su hijo muerto. Era una mujer orangután de pelaje cobrizo, muy tupido, que vestía un sencillo vestido de florecitas rosadas que se veía viejo y desgastado. Se le notaba la pobreza en la que vivía. Y lloraba sola, encaramada en un árbol, abrazada al cuerpo sin vida de su bebé. Su llanto desconsolado conmovió el corazón de Akanke y quiso ayudarla, ya que nadie más lo había hecho. En silencio, estiró la mano hacia la mujer y la ayudó a bajar del árbol. Con una delicadeza que ella jamás había visto, la mujer acarició la fría frente de su hijo antes de darle un último beso y envolverlo en un paño, bien apretado. Juntas cavaron un pequeño hueco al pie de ese mismo árbol, sepultando al niño y luego cubriéndolo con piedras que amontonaron sobre él. Fue allí que la mujer orangután habló de la cura de los elfos. Le contó del plan que había escuchado en el campamento que se había montado no muy lejos de allí. Entrar por la fuerza y quitarles aquel brebaje que sanaría a todos. Como la mujer orangután estaba decidida a participar, ella la acompañaría.
Triste fue verla llena de flechas a un par de metros, tan muerta como su hijo, con los ojos abiertos mirando el cielo. Akanke se escondía detrás de un árbol lo mejor que podía mientras la lluvia de flechas aún caía sobre el suelo del bosque y sobre el inerte cuerpo de aquella mujer que la centáuride no podía dejar de mirar con tristeza. Lo único bueno, para Akanke, era que si los dioses le tuvieron la misma compasión que ella le tuvo, la habrían reunido con su pequeño para nunca más tener que separarse.
Entonces se encontró en un dilema. ¿Debía seguir? Estaba en pleno frente de batalla. Si huía sería una cobarde, una sin honra. Avanzar significaría atacar a los elfos y eso no le gustaba tampoco. Pero menos le gustaría el vivir pensando que pudiendo ayudar a madres como la mujer orangután, dejaría tirada aquella loca empresa.
Escuchó un grito, un rugido poderoso. Giró su cabeza para ver de dónde salía y vio a un hombre lagarto saltar de entre los árboles, corriendo hacia los elfos, esquivando flechas. Detrás de él salieron varios más, gritando a la par. Algunos menos afortunados avanzaron un par de metros antes de caer bajo las flechas elfas. Entonces la naturaleza guerrera de Akanke afloró. Arrancó un enorme trozo de la corteza de ese árbol para usarla como escudo y corrió tras el lagarto. Ella no gritó, tenía que guardar sus fuerzas para la pelea.
Sus poderosas patas galopaban con fuerza y el suelo del bosque retumbaba porque presentía que la sangre no pararía de correr.
¿Cómo terminó en la caballería de este improvisado batallón de hombres bestia? Buena pregunta. Ella solo estaba por ahí.
Había visto como los animales y las personas enfermaban, así que comenzó a viajar hacia el sur en una reacción instintiva de alejarse de lo que estuviese enfermo. No estaba buscando la dicha cura ni nada por el estilo. Si ella no estaba enferma, ¿por qué buscaría algo que no necesitaba? Solamente fue a los bosques de los elfos porque siempre quiso ir allí donde esos seres que cuidaban y amaban al bosque y a sus animales tanto como lo hacía ella, con aquella admiración y respeto que sentía hacia esa raza, nunca pensó en atacarlos. Observarlos, acercarse, conocerlos, eso sí. ¿Pero entrar en combate? No, contra ellos no.
Entonces, ¿qué la llevó a aceptar aquella empresa? Una mujer bestia que lloraba desconsolada, abrazando a su hijo muerto. Era una mujer orangután de pelaje cobrizo, muy tupido, que vestía un sencillo vestido de florecitas rosadas que se veía viejo y desgastado. Se le notaba la pobreza en la que vivía. Y lloraba sola, encaramada en un árbol, abrazada al cuerpo sin vida de su bebé. Su llanto desconsolado conmovió el corazón de Akanke y quiso ayudarla, ya que nadie más lo había hecho. En silencio, estiró la mano hacia la mujer y la ayudó a bajar del árbol. Con una delicadeza que ella jamás había visto, la mujer acarició la fría frente de su hijo antes de darle un último beso y envolverlo en un paño, bien apretado. Juntas cavaron un pequeño hueco al pie de ese mismo árbol, sepultando al niño y luego cubriéndolo con piedras que amontonaron sobre él. Fue allí que la mujer orangután habló de la cura de los elfos. Le contó del plan que había escuchado en el campamento que se había montado no muy lejos de allí. Entrar por la fuerza y quitarles aquel brebaje que sanaría a todos. Como la mujer orangután estaba decidida a participar, ella la acompañaría.
Triste fue verla llena de flechas a un par de metros, tan muerta como su hijo, con los ojos abiertos mirando el cielo. Akanke se escondía detrás de un árbol lo mejor que podía mientras la lluvia de flechas aún caía sobre el suelo del bosque y sobre el inerte cuerpo de aquella mujer que la centáuride no podía dejar de mirar con tristeza. Lo único bueno, para Akanke, era que si los dioses le tuvieron la misma compasión que ella le tuvo, la habrían reunido con su pequeño para nunca más tener que separarse.
Entonces se encontró en un dilema. ¿Debía seguir? Estaba en pleno frente de batalla. Si huía sería una cobarde, una sin honra. Avanzar significaría atacar a los elfos y eso no le gustaba tampoco. Pero menos le gustaría el vivir pensando que pudiendo ayudar a madres como la mujer orangután, dejaría tirada aquella loca empresa.
Escuchó un grito, un rugido poderoso. Giró su cabeza para ver de dónde salía y vio a un hombre lagarto saltar de entre los árboles, corriendo hacia los elfos, esquivando flechas. Detrás de él salieron varios más, gritando a la par. Algunos menos afortunados avanzaron un par de metros antes de caer bajo las flechas elfas. Entonces la naturaleza guerrera de Akanke afloró. Arrancó un enorme trozo de la corteza de ese árbol para usarla como escudo y corrió tras el lagarto. Ella no gritó, tenía que guardar sus fuerzas para la pelea.
Sus poderosas patas galopaban con fuerza y el suelo del bosque retumbaba porque presentía que la sangre no pararía de correr.
Akanke
Sacerdotisa del Templo de los Monos
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
Árboles y lianas entretejidas ornamentaban el difícil sendero que la estampida de bestias recorría, más de uno había caído presa de la lluvia de flechas pero los elfos tampoco habían salido invictos; un par de hombres bestia de esos que poco se ven, con la capacidad de volar, se habían encargado de limpiar la copa de los árboles despejando el camino para el peculiar escuadrón; corrieron y avanzaron hasta que las flechas dejaron de caer; el amargo siseo de los proyectiles fue menguando hasta quedar el bosque en un silencio donde no se escuchaba nada más allá de sus pasos.
Ningún rastro de elfos se podía ver o escuchar alrededor pero, era el bosque de los elfos ¿No? Nuestros valientes amigos aprenderían que los elfos no eran los únicos habitantes del bosque, ni mucho menos los únicos encargados de protegerlo, pues algunas leyendas aseguraban que el bosque mismo era capaz de protegerse incluso con más violencia de la que los elfos lo hacían; aunque aquello tenían que ser solo mitos, historias para asustar a los más pequeños, historias de criaturas extrañas que custodiaban algunas áreas del bosque en donde ni siquiera los elfos se atrevían a entrar, porque, no es que de pronto los elfos hubieran dejado de seguirlos, su gran destreza y habilidad los había hecho dejar atrás a los elfos que incapaces de seguirles el rastro se habían rendido ¿O no? Pues eso era lo que algunos deseaban creer para negarse el misterioso peligro en que se encontraban.
Seguramente algunos de ellos se sentían a salvo, de momento -Lo-los pepeperdimos- Dijo con una sonrisa nerviosa el pequeño Gran Tim, un hombre rana que gracias a su tamaño y su increíble habilidad para saltar con precisión, había conseguido evadir las flechas y sobrevivir a pesar de no ser un poderoso guerrero como esos que le acompañaban; incluso muchos que se habían reído de él habían quedado muertos en el camino mientras el humilde hombresillo seguía en pie y más que dispuesto a continuar el camino; sin embargo no sería tan fácil, no estaban solos. La astuta Lincy hizo una seña con su mano derecha para que el grupo se detuviera, sin embargo no decía una palabra durante aquellos segundos de suspenso que parecieron una eternidad.
Un ruido entre las copas de los árboles llamó la atención de los presentes que voltearon en busca de algo que no lograron siquiera ver, si el suspenso no fuera ya suficiente, un grito del pequeño hombre rana al que le habían quitado la vista de encima apenas un instante los hizo volver la mirada para encontrar que había desaparecido -Vamos Tim, no nos asustes de ese modo- Advirtió Tell, uno de los hombres bestia que quedaban en el grupo mientras escaneaba con la mirada toda la zona en busca de cualquier señal de su compañero -No es momento para juegos enano- Le reprochó el mismo ahora con algo de enojo en la voz pero ni eso consiguió nada, no había rastro del hombre rana, en su lugar se hacía cada vez más frecuente escuchar los mismos sonidos de las copas de los árboles que cada vez sonaban más cercanos.
¡¡Retrocedan!!- Gritó Lincy alarmada pero ya era demasiado tarde; las lianas de los árboles parecían entretejerse alrededor del grupo atrapándolos en el centro; parecía que el bosque mismo había formado una prisión alrededor de los hombres bestia y si eso no fuera suficiente, un par de lianas se deslizaron por el piso hasta tomar las piernas de Tell y sin mucho esfuerzo lo abrieron hasta separar su cuerpo en dos partes -¡¡Hagan un círculo en el centro!!- Indicó Lincy tomando el mando pero sus palabras fueron ignoradas por dos hombres bestia que aterrados intentaron escapar siendo capturados y partidos en dos como el anterior -Bien, ustedes dos ¿Van a correr o me ayudan a salir de esto?- Dijo la chica a cargo de mala gana para saber si podía contar con el lagarto y la mujer centauro mientras frente a ellos comenzaba a moverse un ¿árbol? Una especie de criatura humanoide comenzaba a moverse frente a ellos, al parecer el artífice de la matanza que acababan de presenciar; con 4 metros de alto y muy mal carácter, aquel ser no tardaría en comenzar a atacar al pequeño grupo de tan solo 3 hombres bestia ¿Cómo podrían librarse de eso si no era trabajando juntos?
∞ Pido disculpas por la demora, el tema estaba hecho para 3 personajes debido a su dificultad, pero dada la ausencia de uno, los voy a recompensar con la misma dificultad para menos personas.
∞ Lo que tienen al frente es un Driope, pueden leer un poco sobre ellos [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], no parece que esté muy contento de tenerlos en el bosque, sin embargo aún no los ataca, tendrán que decidir si pelear contra semejante coloso, tratar de escapar o intentar dialogar con la criatura, en lo personal, las tres me parecen malas opciones así que deberán lanzar una runa hagan lo que hagan.
∞ Entiendo que las personalidades de cada uno son diferentes, incluso la de Luncy (A quien pueden usar en este turno) por lo que no tienen que hacer todos lo mismo, es válido que cada uno intente algo diferente con lo que podrían descartar más rápido elecciones hasta dar con la mejor.
∞ Y no es por asustarlos, pero este tal vez no sea el peor mal que vayan a enfrentar, suerte.
Ningún rastro de elfos se podía ver o escuchar alrededor pero, era el bosque de los elfos ¿No? Nuestros valientes amigos aprenderían que los elfos no eran los únicos habitantes del bosque, ni mucho menos los únicos encargados de protegerlo, pues algunas leyendas aseguraban que el bosque mismo era capaz de protegerse incluso con más violencia de la que los elfos lo hacían; aunque aquello tenían que ser solo mitos, historias para asustar a los más pequeños, historias de criaturas extrañas que custodiaban algunas áreas del bosque en donde ni siquiera los elfos se atrevían a entrar, porque, no es que de pronto los elfos hubieran dejado de seguirlos, su gran destreza y habilidad los había hecho dejar atrás a los elfos que incapaces de seguirles el rastro se habían rendido ¿O no? Pues eso era lo que algunos deseaban creer para negarse el misterioso peligro en que se encontraban.
Seguramente algunos de ellos se sentían a salvo, de momento -Lo-los pepeperdimos- Dijo con una sonrisa nerviosa el pequeño Gran Tim, un hombre rana que gracias a su tamaño y su increíble habilidad para saltar con precisión, había conseguido evadir las flechas y sobrevivir a pesar de no ser un poderoso guerrero como esos que le acompañaban; incluso muchos que se habían reído de él habían quedado muertos en el camino mientras el humilde hombresillo seguía en pie y más que dispuesto a continuar el camino; sin embargo no sería tan fácil, no estaban solos. La astuta Lincy hizo una seña con su mano derecha para que el grupo se detuviera, sin embargo no decía una palabra durante aquellos segundos de suspenso que parecieron una eternidad.
Un ruido entre las copas de los árboles llamó la atención de los presentes que voltearon en busca de algo que no lograron siquiera ver, si el suspenso no fuera ya suficiente, un grito del pequeño hombre rana al que le habían quitado la vista de encima apenas un instante los hizo volver la mirada para encontrar que había desaparecido -Vamos Tim, no nos asustes de ese modo- Advirtió Tell, uno de los hombres bestia que quedaban en el grupo mientras escaneaba con la mirada toda la zona en busca de cualquier señal de su compañero -No es momento para juegos enano- Le reprochó el mismo ahora con algo de enojo en la voz pero ni eso consiguió nada, no había rastro del hombre rana, en su lugar se hacía cada vez más frecuente escuchar los mismos sonidos de las copas de los árboles que cada vez sonaban más cercanos.
¡¡Retrocedan!!- Gritó Lincy alarmada pero ya era demasiado tarde; las lianas de los árboles parecían entretejerse alrededor del grupo atrapándolos en el centro; parecía que el bosque mismo había formado una prisión alrededor de los hombres bestia y si eso no fuera suficiente, un par de lianas se deslizaron por el piso hasta tomar las piernas de Tell y sin mucho esfuerzo lo abrieron hasta separar su cuerpo en dos partes -¡¡Hagan un círculo en el centro!!- Indicó Lincy tomando el mando pero sus palabras fueron ignoradas por dos hombres bestia que aterrados intentaron escapar siendo capturados y partidos en dos como el anterior -Bien, ustedes dos ¿Van a correr o me ayudan a salir de esto?- Dijo la chica a cargo de mala gana para saber si podía contar con el lagarto y la mujer centauro mientras frente a ellos comenzaba a moverse un ¿árbol? Una especie de criatura humanoide comenzaba a moverse frente a ellos, al parecer el artífice de la matanza que acababan de presenciar; con 4 metros de alto y muy mal carácter, aquel ser no tardaría en comenzar a atacar al pequeño grupo de tan solo 3 hombres bestia ¿Cómo podrían librarse de eso si no era trabajando juntos?
- Driope:
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∞ Pido disculpas por la demora, el tema estaba hecho para 3 personajes debido a su dificultad, pero dada la ausencia de uno, los voy a recompensar con la misma dificultad para menos personas.
∞ Lo que tienen al frente es un Driope, pueden leer un poco sobre ellos [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], no parece que esté muy contento de tenerlos en el bosque, sin embargo aún no los ataca, tendrán que decidir si pelear contra semejante coloso, tratar de escapar o intentar dialogar con la criatura, en lo personal, las tres me parecen malas opciones así que deberán lanzar una runa hagan lo que hagan.
∞ Entiendo que las personalidades de cada uno son diferentes, incluso la de Luncy (A quien pueden usar en este turno) por lo que no tienen que hacer todos lo mismo, es válido que cada uno intente algo diferente con lo que podrían descartar más rápido elecciones hasta dar con la mejor.
∞ Y no es por asustarlos, pero este tal vez no sea el peor mal que vayan a enfrentar, suerte.
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
La batalla había sido una sangrienta escabechina: decenas de cuerpos perforados, cortados y machacados yacían esparcidos por lo ancho del bosque, algunos colgando de los árboles incluso.
No había sido fácil evitar una defensa tan bien coordinada, pero la intervención de sus tropas aéreas había hecho que la balanza se decantase por los hombres-bestia, dado que habían logrado atrapar a los elfos entre dos frentes.
Por supuesto, gran parte de la estrategia le había traído sin cuidado a Fennelsix, que de cuando en cuando había conseguido rebanar a algún que otro orejas picudas, aunque no tantos como hubiese deseado.
Una vez terminada la refriega, los incursores restantes se reagruparon para continuar con su camino. Eran pocos comparados con los que habían sido al comienzo de la operación, pero aún quedaban suficientes guerreros como para salir airosos de un par de ofensivas más, si eran en términos similares.
Aquel hombrecillo rana, de nombre Gran Tim, había logrado caerle en gracia a Escamanegra. No era el mejor luchador del mundo, ojalá fuese siquiera mediocre, pero contaba con más coraje y astucia que la mitad de aquellos ceporros.
Es por eso mismo que al sanguinario lagarto le llenó de ira el ver que ahora no quedaban más que pedazos aplastados del pobre diablo, abatido por sorpresa.
Aquella mole de madera que se imponía ante ellos parecía la causante de semejante barbarie.
Una cosa era utilizar soldados, pero mandar criaturas místicas o lo que diantres fuese eso... No, eso no era juego limpio.
El guerrero evaluó las posibilidades del grupo: esa aberración desde luego no parecía interesada en el diálogo en absoluto, si había sido tan cobarde como para atacar por la espalda.
El resto del grupo se había adelantado a ellos, de manera que tampoco podrían contar con el apoyo de más tropas además de Lincy y la centaura.
Viendo las circunstancias, la única opción restante era responder a la petición de ayuda de la leona y enfrentar al árbol andante.
Así pues, Escamanegra se posicionó nuevamente hacia el enemigo, hacha en mano como era costumbre, y esperó a la decisión de la centaura, que era la única que faltaba por expresarse.
No había sido fácil evitar una defensa tan bien coordinada, pero la intervención de sus tropas aéreas había hecho que la balanza se decantase por los hombres-bestia, dado que habían logrado atrapar a los elfos entre dos frentes.
Por supuesto, gran parte de la estrategia le había traído sin cuidado a Fennelsix, que de cuando en cuando había conseguido rebanar a algún que otro orejas picudas, aunque no tantos como hubiese deseado.
Una vez terminada la refriega, los incursores restantes se reagruparon para continuar con su camino. Eran pocos comparados con los que habían sido al comienzo de la operación, pero aún quedaban suficientes guerreros como para salir airosos de un par de ofensivas más, si eran en términos similares.
Aquel hombrecillo rana, de nombre Gran Tim, había logrado caerle en gracia a Escamanegra. No era el mejor luchador del mundo, ojalá fuese siquiera mediocre, pero contaba con más coraje y astucia que la mitad de aquellos ceporros.
Es por eso mismo que al sanguinario lagarto le llenó de ira el ver que ahora no quedaban más que pedazos aplastados del pobre diablo, abatido por sorpresa.
Aquella mole de madera que se imponía ante ellos parecía la causante de semejante barbarie.
Una cosa era utilizar soldados, pero mandar criaturas místicas o lo que diantres fuese eso... No, eso no era juego limpio.
El guerrero evaluó las posibilidades del grupo: esa aberración desde luego no parecía interesada en el diálogo en absoluto, si había sido tan cobarde como para atacar por la espalda.
El resto del grupo se había adelantado a ellos, de manera que tampoco podrían contar con el apoyo de más tropas además de Lincy y la centaura.
Viendo las circunstancias, la única opción restante era responder a la petición de ayuda de la leona y enfrentar al árbol andante.
Así pues, Escamanegra se posicionó nuevamente hacia el enemigo, hacha en mano como era costumbre, y esperó a la decisión de la centaura, que era la única que faltaba por expresarse.
Fennel Escamanegra
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
Akanke se mantenía en silencio. En su frenética carrera se había llevado por delante a un par de elfos quienes, magullados y espantados por la apariencia de la mujer, habían salido corriendo. Ella nunca intentó hacerles mayor daño, en el fondo no quería. No sabía si deseaba continuar en aquella batalla.
Resopló y observó al pequeño grupo de hombres bestia que había sobrevivido al refregón en un minuto de calma que hubo. Apenas había reparado en un pequeño hombre sapo que sobresalía más por su valentía que por su capacidad de lucha. También estaba una hermosa mujer felina quien lideraba el ahora reducido batallón, un hombre lagarto feroz que intimidaba a Akanke, unos cuantos hombres pájaro y otros más, con suerte llegaban a los 10. Ella trataba de ver cómo encajaba en aquel grupo, cuando escuchó un extraño ruido desde las copas de los árboles.
Algo se movía allí, poniendo a las bestias alerta. Se escuchó un chillido y todos voltearon para descubrir que el hombre sapo había desaparecido. Akanke sintió un escalofrío recorrerle el espinazo cuando el ruido de las ramas se hacía más y más intenso. Una fuerte vibración del piso precedió la aparición del enorme ser que tenía atrapado al hombre sapo entre sus lianas. Sin dificultad alguna, destrozó el cuerpo del pobre desgraciado, lanzando sus restos a los pies de la mujer felina, quien sin dudarlo afirmó su arma y comenzó a dar órdenes.
Akanke también afirmó su báculo y unió su espalda a la de los demás, estaban rodeados. El hombre lagarto estaba listo para atacar. La mujer centauro estaba aterrada, jamás en su vida había visto una bestia así, solo en los relatos de los ancianos de su clan. Estaba asustada, terriblemente asustada. -¡Akietá! ¡Ombre guanga!- gritó la centáuride en su idioma natal -¡Andá alendro!- gritaba, espantando al dríope. Aunque estaba asustada hasta la médula, no pretendía pelear con un ser que era a simple vista capaz de destrozarlos sin dificultad ni miramientos.
Pero Lincy no estuvo de acuerdo. -¿Qué haces? ¡Estás loca!- le gritó, mirando con desconcierto cómo la mujer caballo pretendía espantar a un monstruo así. -¡Ataquen!- gritó la felina, saltando hacia el dríope, seguida de los pocos que seguían vivos.
-¡Nu! ¡I keleo nu!- exclamó la centáuride. Ella no quería lastimar al hombre del bosque -¡Asina nú!- continuó gritando. -¿Bajalekera guanga ti?- siguió hablando al hombre árbol. Akanke insistía en ello. Pero no obtuvo respuesta alguna y los demás hombres bestia se lanzaban en pos de este -¡Hombre cuida bosque!- optó por gritar a los demás hombres bestia, tratando de evitar lo inevitable.
Resopló y observó al pequeño grupo de hombres bestia que había sobrevivido al refregón en un minuto de calma que hubo. Apenas había reparado en un pequeño hombre sapo que sobresalía más por su valentía que por su capacidad de lucha. También estaba una hermosa mujer felina quien lideraba el ahora reducido batallón, un hombre lagarto feroz que intimidaba a Akanke, unos cuantos hombres pájaro y otros más, con suerte llegaban a los 10. Ella trataba de ver cómo encajaba en aquel grupo, cuando escuchó un extraño ruido desde las copas de los árboles.
Algo se movía allí, poniendo a las bestias alerta. Se escuchó un chillido y todos voltearon para descubrir que el hombre sapo había desaparecido. Akanke sintió un escalofrío recorrerle el espinazo cuando el ruido de las ramas se hacía más y más intenso. Una fuerte vibración del piso precedió la aparición del enorme ser que tenía atrapado al hombre sapo entre sus lianas. Sin dificultad alguna, destrozó el cuerpo del pobre desgraciado, lanzando sus restos a los pies de la mujer felina, quien sin dudarlo afirmó su arma y comenzó a dar órdenes.
Akanke también afirmó su báculo y unió su espalda a la de los demás, estaban rodeados. El hombre lagarto estaba listo para atacar. La mujer centauro estaba aterrada, jamás en su vida había visto una bestia así, solo en los relatos de los ancianos de su clan. Estaba asustada, terriblemente asustada. -¡Akietá! ¡Ombre guanga!- gritó la centáuride en su idioma natal -¡Andá alendro!- gritaba, espantando al dríope. Aunque estaba asustada hasta la médula, no pretendía pelear con un ser que era a simple vista capaz de destrozarlos sin dificultad ni miramientos.
Pero Lincy no estuvo de acuerdo. -¿Qué haces? ¡Estás loca!- le gritó, mirando con desconcierto cómo la mujer caballo pretendía espantar a un monstruo así. -¡Ataquen!- gritó la felina, saltando hacia el dríope, seguida de los pocos que seguían vivos.
-¡Nu! ¡I keleo nu!- exclamó la centáuride. Ella no quería lastimar al hombre del bosque -¡Asina nú!- continuó gritando. -¿Bajalekera guanga ti?- siguió hablando al hombre árbol. Akanke insistía en ello. Pero no obtuvo respuesta alguna y los demás hombres bestia se lanzaban en pos de este -¡Hombre cuida bosque!- optó por gritar a los demás hombres bestia, tratando de evitar lo inevitable.
- TRADUCCIÓN:
- ¡Akietá! ¡Ombre guanga!: ¡Quieto! ¡Hombre embrujado!
¡Andá alendro!: ¡Vuelve dentro!
¡Nu! ¡I keleo nu!: ¡No! ¡Yo no quiero!
¡Asina nú!: ¡Así no!
¿Bajalekera guanga ti?: ¿Una bruja te ha embrujado?
Akanke
Sacerdotisa del Templo de los Monos
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
Aquella salvaje arremetida que había improvisado la felina mujer bestia estaba muy lejos de terminar bien; los eventos se sucedieron tan rápido que apenas y dio tiempo a percatarse que de pronto ellos tres eran los únicos que aún se sostenían en pie; el lagarto y la felina enfrentarían una dura batalla contra algo a lo que seguramente estaban conscientes que no podían matar, sin embargo rendirse no era una opción. Con gracia felina la mujer bestia consiguió evitar más de una embestida de poderosas extremidades que hacían temblar el piso en cada pisada; el piso antes verde se había teñido de rojo en apenas unos instantes y algunos brazos arrancados decoraban el verde pasto de aquel lugar.
No había un movimiento sin calcular por la felina cuya precisión era sumamente destacable, parecía como si simplemente danzara esquivando golpes y pisadas al tiempo que golpeaba con su lanza la corteza de aquel formidable gigante de madera al que parecía no hacerle no cosquillas -Muérete, maldita cosa- vociferaba la guerrera mientras sus golpes ni siquiera parecían dirigidos a hacer un daño real sino más bien a hacer sonar el árbol -Dame un punto débil, debes tener uno- Protestaba entre sonidos secos y macizos hasta que repentinamente sucedió; un pequeño punto en la pierna izquierda de la criatura dio un sonido hueco -¡¡Lo tengo!!- Gritó y sin pensarlo dos veces la mujer se detuvo y dio una fuerte estocada con su lanza en la zona pero apenas y llegó a hacer daño pues antes fue alcanzada por el brazo del coloso que la mandó a volar hasta estrellarle la espalda contra un árbol.
Solamente el hombre lagarto quedaba para luchar contra la enorme criatura, y entre aplastantes golpes debía esforzarse por no quedar estampado contra el piso como una lagartija, sin duda sería justicia poética; una y otra vez esa especie de gólem silvestre luchaba por aplastar al reptil que como tal, podría resultar bastante escurridizo y si se lo proponía, tal vez lograría aprovechar el punto débil que le había detectado la felina antes del golpe que la había mandado a dormir dejando solo al lagarto.
Un poco más atrás, la mujer centauro enfrentaba otros problemas, la enorme criatura parecía haber hecho caso omiso de sus palabras, o al menos era la impresión que había dado en inicio pero luego se darían cuenta del error; incontables lianas aparecías arrastrándose como serpientes hasta capturar las patas traseras de la pobre Akanke; tratar de correr solo la llevaría al piso pero si se quedaba quieta las lianas le irían apretando las patas hasta romperle los huesos, el lagarto estaba demasiado ocupado luchando contra el grandulón como para pedirle ayuda y la felina, de la forma como la habían estrellado contra el árbol tardaría al menos unos minutos en recordar dónde estaba, si es que volvía a levantarse.
Repentinamente todo se había hecho más difícil de lo que esperaban, pues justo ahora, la lluvia de flechas de los elfos no parecía tan malo; sin embargo, lejos de la batalla contra el coloso, la mujer bestia podría escuchar algo que los otros no -Dejalos, dejalos, no eres como ellos, déjalos, déjalos- Una especie de susurros parecían venir de algún lugar o de varios a la vez entre los árboles pero ¿De dónde? Pues esa era una tarea que la oscura centauro tendría que completar, claro que eso sería después de liberar sus patas, si es que lograba hacerlo.
∞ Dado que olvidaron lanzar runas como les había indicado, las he lanzado por ustedes en [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
∞ Fennelsix: la felina ha conseguido dar con un punto débil en una de las piernas del Driope, ahora debes decidir qué hacer con ese conocimiento y cómo actuar; tu rival no dejará de intentar aplastarte por lo que llegar al punto débil señalado por Lincy no será nada sencillo, golpearlo en cualquier otro sitio será tan inútil como golpear un árbol con un cuchillo. Procura lanzar la runa esta vez.
∞ Akanke: tal parece que te ha tocado la peor parte, estás inmovilizada por las lianas que parecen tener vida propia y además te aprietan cada vez más, comenzando incluso a trepar tu cuerpo para luego halarte hacia el bosque, por suerte tu gran tamaño te mantiene a salvo pero no será por mucho tiempo, además podrás oír leves susurros invitándote a dejar a tus compañeros argumentando que eres diferente incluso de las bestias ¿Será cierto? ya lo sabremos pero antes de eso deberás lanzar una runa al final de este turno.
∞ No olviden lanzar su runa al final del turno.
No había un movimiento sin calcular por la felina cuya precisión era sumamente destacable, parecía como si simplemente danzara esquivando golpes y pisadas al tiempo que golpeaba con su lanza la corteza de aquel formidable gigante de madera al que parecía no hacerle no cosquillas -Muérete, maldita cosa- vociferaba la guerrera mientras sus golpes ni siquiera parecían dirigidos a hacer un daño real sino más bien a hacer sonar el árbol -Dame un punto débil, debes tener uno- Protestaba entre sonidos secos y macizos hasta que repentinamente sucedió; un pequeño punto en la pierna izquierda de la criatura dio un sonido hueco -¡¡Lo tengo!!- Gritó y sin pensarlo dos veces la mujer se detuvo y dio una fuerte estocada con su lanza en la zona pero apenas y llegó a hacer daño pues antes fue alcanzada por el brazo del coloso que la mandó a volar hasta estrellarle la espalda contra un árbol.
Solamente el hombre lagarto quedaba para luchar contra la enorme criatura, y entre aplastantes golpes debía esforzarse por no quedar estampado contra el piso como una lagartija, sin duda sería justicia poética; una y otra vez esa especie de gólem silvestre luchaba por aplastar al reptil que como tal, podría resultar bastante escurridizo y si se lo proponía, tal vez lograría aprovechar el punto débil que le había detectado la felina antes del golpe que la había mandado a dormir dejando solo al lagarto.
Un poco más atrás, la mujer centauro enfrentaba otros problemas, la enorme criatura parecía haber hecho caso omiso de sus palabras, o al menos era la impresión que había dado en inicio pero luego se darían cuenta del error; incontables lianas aparecías arrastrándose como serpientes hasta capturar las patas traseras de la pobre Akanke; tratar de correr solo la llevaría al piso pero si se quedaba quieta las lianas le irían apretando las patas hasta romperle los huesos, el lagarto estaba demasiado ocupado luchando contra el grandulón como para pedirle ayuda y la felina, de la forma como la habían estrellado contra el árbol tardaría al menos unos minutos en recordar dónde estaba, si es que volvía a levantarse.
Repentinamente todo se había hecho más difícil de lo que esperaban, pues justo ahora, la lluvia de flechas de los elfos no parecía tan malo; sin embargo, lejos de la batalla contra el coloso, la mujer bestia podría escuchar algo que los otros no -Dejalos, dejalos, no eres como ellos, déjalos, déjalos- Una especie de susurros parecían venir de algún lugar o de varios a la vez entre los árboles pero ¿De dónde? Pues esa era una tarea que la oscura centauro tendría que completar, claro que eso sería después de liberar sus patas, si es que lograba hacerlo.
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∞ Akanke: tal parece que te ha tocado la peor parte, estás inmovilizada por las lianas que parecen tener vida propia y además te aprietan cada vez más, comenzando incluso a trepar tu cuerpo para luego halarte hacia el bosque, por suerte tu gran tamaño te mantiene a salvo pero no será por mucho tiempo, además podrás oír leves susurros invitándote a dejar a tus compañeros argumentando que eres diferente incluso de las bestias ¿Será cierto? ya lo sabremos pero antes de eso deberás lanzar una runa al final de este turno.
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Ansur
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
La lucha había comenzado relativamente simple, pues los movimientos del gigante arbóreo parecían lentos y fáciles de esquivar, si bien altamente destructivos. La leona había atacado varias veces distintos puntos de su constitución con aquella lanza, como si de un asalto de furiosas avispas se tratase, más cada estocada parecía ser repelida sin apenas esfuerzo por parte de la criatura.
Fennelsix, mientras, intentaba llamar la atención del dríope con su imponente aspecto mientras su compañera buscaba un punto débil, mas no parecía surtir demasiado efecto en el desarrollo del enfrentamiento.
Lianas, troncos y demás vegetación era arrasada a cada embestida de esa aberración, y la vida de los combatientes pendía de un hilo con cada paso. Para colmo, la centaura, que tendría que estar apoyándoles como un ariete de carne no hacía más que farfollar en quién sabe qué maldito idioma.
¿Bajalekera guanga ti?
El hombre-lagarto apenas podía reprimir lo mucho que le molestaba la inacción de su supuesta compañera.
¡Déjate de charlasss!, bramaba entre embate y embate.
¡¡Lo tengo!!, interrumpió Lincy con un grito.
Efectivamente, su último ataque parecía haber encontrado lo más remotamente similar a un punto débil en la criatura, por el ruido originado.
¡Esssta cosssa nosss va a matar sssi no te muevesss!, le increpó el lagarto nuevamente a la centaura.
Y dicho y hecho, casi por obra de brujería aquel coloso de madera logró finalmente impactar a la leona, que salió catapultada contra uno de tantos árboles, dejándola a efectos prácticos fuera de combate, quizás incluso muerta por la tremenda contusión.
Para acabar de empeorar la situación, Escamanegra parecía haberse quedado solo en el enfrentamiento, viendo que unas vides habían encontrado la manera de enroscarse en las patas de Akanke.
Ahora mismo la situación era muy diferente que hace apenas unos segundos: tendría que apañárselas él solo para eliminar a ese portento de la naturaleza mientras evitaba recibir golpes, pues aunque su constitución era sin dudas más robusta que la de Lincy, dudaba ser capaz de soportar un impacto completo de semejante envergadura.
Debía pensar, un paso en falso y no sería muy diferente de los restos esparcidos por el suelo de sus antiguos compañeros.
Los árboles no eran una protección segura, viendo el potencial destructivo de esa cosa, así que tendría que ser más ágil que él.
Dicen que la mejor defensa es un buen ataque, y eso era precisamente lo que planeaba: Fennel se lo jugaría todo a una sola carta con una embestida simple contra la pierna del dríope, aprovechando la brecha en sus defensas que había localizado la leona.
Desde luego era una jugada arriesgada, pero en teoría cuanto más cerca estuviese de la criatura más le costaría defenderse con precisión, así que sin pensárselo dos veces cargó contra ella con la fuerza que a uno le otorga la furia.
EDIT: Añado el link a la tirada de runa, que me había equivocado y lo tiré [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], no volverá a suceder.
Fennelsix, mientras, intentaba llamar la atención del dríope con su imponente aspecto mientras su compañera buscaba un punto débil, mas no parecía surtir demasiado efecto en el desarrollo del enfrentamiento.
Lianas, troncos y demás vegetación era arrasada a cada embestida de esa aberración, y la vida de los combatientes pendía de un hilo con cada paso. Para colmo, la centaura, que tendría que estar apoyándoles como un ariete de carne no hacía más que farfollar en quién sabe qué maldito idioma.
¿Bajalekera guanga ti?
El hombre-lagarto apenas podía reprimir lo mucho que le molestaba la inacción de su supuesta compañera.
¡Déjate de charlasss!, bramaba entre embate y embate.
¡¡Lo tengo!!, interrumpió Lincy con un grito.
Efectivamente, su último ataque parecía haber encontrado lo más remotamente similar a un punto débil en la criatura, por el ruido originado.
¡Esssta cosssa nosss va a matar sssi no te muevesss!, le increpó el lagarto nuevamente a la centaura.
Y dicho y hecho, casi por obra de brujería aquel coloso de madera logró finalmente impactar a la leona, que salió catapultada contra uno de tantos árboles, dejándola a efectos prácticos fuera de combate, quizás incluso muerta por la tremenda contusión.
Para acabar de empeorar la situación, Escamanegra parecía haberse quedado solo en el enfrentamiento, viendo que unas vides habían encontrado la manera de enroscarse en las patas de Akanke.
Ahora mismo la situación era muy diferente que hace apenas unos segundos: tendría que apañárselas él solo para eliminar a ese portento de la naturaleza mientras evitaba recibir golpes, pues aunque su constitución era sin dudas más robusta que la de Lincy, dudaba ser capaz de soportar un impacto completo de semejante envergadura.
Debía pensar, un paso en falso y no sería muy diferente de los restos esparcidos por el suelo de sus antiguos compañeros.
Los árboles no eran una protección segura, viendo el potencial destructivo de esa cosa, así que tendría que ser más ágil que él.
Dicen que la mejor defensa es un buen ataque, y eso era precisamente lo que planeaba: Fennel se lo jugaría todo a una sola carta con una embestida simple contra la pierna del dríope, aprovechando la brecha en sus defensas que había localizado la leona.
Desde luego era una jugada arriesgada, pero en teoría cuanto más cerca estuviese de la criatura más le costaría defenderse con precisión, así que sin pensárselo dos veces cargó contra ella con la fuerza que a uno le otorga la furia.
EDIT: Añado el link a la tirada de runa, que me había equivocado y lo tiré [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], no volverá a suceder.
Última edición por Fennel Escamanegra el Miér Ago 16 2017, 10:47, editado 1 vez (Razón : Añado el link a la tirada.)
Fennel Escamanegra
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
Ella lo intentó, intentó calmar al monstruo. Pensó que si él los veía, entendería que no estaban allí para dañarlo ni a él ni a su bosque. Pero, ¿cómo iba a entender? Ya habían matado a varios elfos y eso seguramente había enfurecido al bosque a tal punto, que habían mandado a sus soldados más duros. Que hombre del bosque no le respondiera era la evidencia. De hecho, las palabras de Akanke y su intento de apaciguarle parecían haberle enojado aún más.
El dríope rugió con fuerza, amedrentando a la centáuride que sintió ganas de rendirse y entregarse a él. Lo entendía, comprendía la ira del bosque y la furia de su soldado. Se sintió avergonzada, como si mereciera su suerte. El bosque prevalecería, sí. Sus vidas eran insignificantes y su muerte sería la única manera de retribuir el daño hecho. Pero no quería morir, no quería dejar de existir sin volver a ver a los suyos. Elevó la mirada al cielo y se encontró con las lianas del hombre del bosque. Sintió rabia entre su tristeza. El bosque la atacaba y ella tenía que luchar para salvarse de la furia del ser que tanto amaba.
El grito de la mujer felina la sacó de sus pensamientos. Viendo cómo el dríope la lanzaba lejos, azotándola contra un árbol, cayó inconsciente al suelo. El hombre lagarto atacaba, incansable, con una valentía admirable. ¿Qué haría ella? ¿No lucharía ni un poco por su vida? No tuvo tiempo de pensar, pues las fuertes raíces del monstruo le apresaron los cuartos traseros, apretando, cortando su piel. Ella Se sacudió, tratando de desembarazarse de ellas. Con el lado como hoz de su báculo comenzó a cortar, golpeando con fuerza. No se dejaría morir allí.
-Déjalos- escuchó cuando logró cortar una de las raíces que la apresaban. Era una voz que sonaba como muchas, salía de las entrañas del bosque, del suelo, de las copas de los árboles. Déjalos, no eres como ellos- habló de nuevo. -Déjalos... déjalos...- insistía la voz.
-¿Quién eres?- gritó desesperada la centáuride, luchando contra las raíces, golpeándolas con todas sus fuerzas. -¡Iré! ¡Iré!- gritó, asestando un último golpe a las raíces.
El dríope rugió con fuerza, amedrentando a la centáuride que sintió ganas de rendirse y entregarse a él. Lo entendía, comprendía la ira del bosque y la furia de su soldado. Se sintió avergonzada, como si mereciera su suerte. El bosque prevalecería, sí. Sus vidas eran insignificantes y su muerte sería la única manera de retribuir el daño hecho. Pero no quería morir, no quería dejar de existir sin volver a ver a los suyos. Elevó la mirada al cielo y se encontró con las lianas del hombre del bosque. Sintió rabia entre su tristeza. El bosque la atacaba y ella tenía que luchar para salvarse de la furia del ser que tanto amaba.
El grito de la mujer felina la sacó de sus pensamientos. Viendo cómo el dríope la lanzaba lejos, azotándola contra un árbol, cayó inconsciente al suelo. El hombre lagarto atacaba, incansable, con una valentía admirable. ¿Qué haría ella? ¿No lucharía ni un poco por su vida? No tuvo tiempo de pensar, pues las fuertes raíces del monstruo le apresaron los cuartos traseros, apretando, cortando su piel. Ella Se sacudió, tratando de desembarazarse de ellas. Con el lado como hoz de su báculo comenzó a cortar, golpeando con fuerza. No se dejaría morir allí.
-Déjalos- escuchó cuando logró cortar una de las raíces que la apresaban. Era una voz que sonaba como muchas, salía de las entrañas del bosque, del suelo, de las copas de los árboles. Déjalos, no eres como ellos- habló de nuevo. -Déjalos... déjalos...- insistía la voz.
-¿Quién eres?- gritó desesperada la centáuride, luchando contra las raíces, golpeándolas con todas sus fuerzas. -¡Iré! ¡Iré!- gritó, asestando un último golpe a las raíces.
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
El miembro 'Akanke' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
Aquella furiosa bestia de ramas y hojas se hacía sentir por todo el bosque expresada en sus potentes pisadas que no solo aplastaban sino que además se incrustaban en el piso como si anhelaran aferrarse al mismo en cada paso; era su bosque, su hogar, su causa era justa y sus motivos correctos ¿Quién le podría decir que no estaba en todo su derecho de asesinar a los invasores? Abono, en eso se convertirían todos, sus huesos serían tan solo alimento para las mismas plantas del bosque; el lenguaje del driope no era más que bufidos y gritos ahogados y guturales mientras que cada golpe y cada pisada resonaban y hacían vibrar el piso varios metros a la redonda.
No habría siquiera imaginado el lagarto enfrentarse en su vida a algo tan grande ¿O sí? De cualquier manera, ahí estaba, frente al coloso de madera que necesitaba solo un golpe para convertirlo en sopa de lagartija y más de una vez había conseguido golpear el piso a escasos centímetros de la cola de Fennel aunque sin llegar a impactarlo; viéndose en semejante desventaja la inteligente estrategia del reptil fue avanzar directamente hacia la criatura, cosa que resultaba bastante razonable, si igual iba a morir entonces mejor resultaba morir luchando y no escapando cobardemente; avanzó de frente y con una veloz pero precisa estocada alcanzó atravesar la pierna de la criatura, misma pierna que se deshizo cuando el guerrero retiró la lanza haciendo que la criatura se fuera de lado sacudiendo el bosque con su peso.
Súbitamente una ola de viento y hojas se revolvieron ante la caída de la criatura, las aves huyeron de los árboles y un ejército de ardillas y otros animales les siguieron en una estampida de fuga; al parecer definitivamente se podía poner peor. Por su parte la joven centauro luchaba para liberarse de las ataduras que la acechaban pero para su pesar cada que cortaba una de las lianas, otra más tomaba su lugar; y seguiría igual si no fuera por aquella voz que escuchaba levemente; desde algún lugar, a veces desde todos a la vez pero ¿Por qué solo ella parecía escucharla?
Un momento bastó para que sin explicación, las lianas dejaran en libertad las patas de la mujer bestia y a un lado pudo ver algo que hace un instante parecía no estar ahí; una mujer aparentemente elfa a juzgar por sus orejas, con un traje verde que se camuflaba con el entorno, les observaba desde la distancia; al notar la severa caída del driope se levantó con expresión de enojo; si antes la situación era mala ahora se pondría peor -Tú no eres como ellos, puedo sentirlo dentro de ti- Dijo la misteriosa dama -Vete ahora- Tras aquellas palabras una pequeña brecha se abrió entre el cerco de lianas para darle paso a la centauro que en caso de quererlo podría tomar el camino y marcharse; aunque no resultaría igual de fácil para el lagarto que tras haber enviado al piso al driope, podría ver cómo aparecían otros 2 incluso más grandes que el anterior y mucho más furiosos.
Repercusiones y consecuencias, eso era lo que tendría que enfrentar el lagarto por haber derribado a uno de los colosos del bosque y no solo él, sino que incluso Lincy, quien se levantaba apenas adolorida y mareada por el golpe, se vería junto a su compañero superados por semejantes criaturas -Allá, hombre-lagartijo- Señaló la felina a la brecha que se había abierto para que Akanke escapara tal vez si abandonaban la lucha y corrían en esa dirección podrían salvar sus pellejos peludos y escamosos pero ¿Sería seguro ir por ese sendero o los llevaría a un lugar peor; nada les asegurara que fuera del perímetro no hubiera una amenaza peor que la que enfrentaban en ese momento.
∞ Finalmente llegamos al momento decisivo, la suerte está echada y ahora el final dependerá de sus decisiones, así como las recompensas que puedan obtener.
∞ Fennelsix: Enhorabuena, has conseguido derribar a un driope, vaya hazaña, tristemente tienes poco tiempo para celebrarlo pues otros dos aparecen y no parecen querer festejar nada contigo; por suerte la felina ha reaccionado y aunque sigue adolorida, consigue ver una abertura por donde podrían escapar, aunque no saben aún a dónde los lleva la salida y si acaben en una situación peor, o si la mujer bestia será aún lo suficientemente rápida para llegar antes que se cierre, tienes la opción de seguir luchando contra los driopes o intentar escapar, desde luego eso no significa que no tengas más opciónes como implorar piedad, hacerte bolita, entregar a la felina para salvarte o incluso atacar a la mujer de verde con la que habla Akanke.
∞ Akanke: Has caído en gracia a uno de los más raros guardianes del bosque y con ella sí que podrás conversar; por tu parte además del diálogo para ayudar a tus compañeros, tienes la opción de tomar la palabra de la misteriosa mujer y largarte sin mirar atrás; se ha abierto una brecha para dejarte ir pero ¿Serás capaz de abandonar a los otros? Tus acciones hablarán de tu personalidad y siendo la menos malvada del equipo, podrías ser el rayo de luz para demostrar que no son todos unos bestias.
∞ No será necesario lanzar runas, cada decisión los llevará a un desenlace distinto.
No habría siquiera imaginado el lagarto enfrentarse en su vida a algo tan grande ¿O sí? De cualquier manera, ahí estaba, frente al coloso de madera que necesitaba solo un golpe para convertirlo en sopa de lagartija y más de una vez había conseguido golpear el piso a escasos centímetros de la cola de Fennel aunque sin llegar a impactarlo; viéndose en semejante desventaja la inteligente estrategia del reptil fue avanzar directamente hacia la criatura, cosa que resultaba bastante razonable, si igual iba a morir entonces mejor resultaba morir luchando y no escapando cobardemente; avanzó de frente y con una veloz pero precisa estocada alcanzó atravesar la pierna de la criatura, misma pierna que se deshizo cuando el guerrero retiró la lanza haciendo que la criatura se fuera de lado sacudiendo el bosque con su peso.
Súbitamente una ola de viento y hojas se revolvieron ante la caída de la criatura, las aves huyeron de los árboles y un ejército de ardillas y otros animales les siguieron en una estampida de fuga; al parecer definitivamente se podía poner peor. Por su parte la joven centauro luchaba para liberarse de las ataduras que la acechaban pero para su pesar cada que cortaba una de las lianas, otra más tomaba su lugar; y seguiría igual si no fuera por aquella voz que escuchaba levemente; desde algún lugar, a veces desde todos a la vez pero ¿Por qué solo ella parecía escucharla?
Un momento bastó para que sin explicación, las lianas dejaran en libertad las patas de la mujer bestia y a un lado pudo ver algo que hace un instante parecía no estar ahí; una mujer aparentemente elfa a juzgar por sus orejas, con un traje verde que se camuflaba con el entorno, les observaba desde la distancia; al notar la severa caída del driope se levantó con expresión de enojo; si antes la situación era mala ahora se pondría peor -Tú no eres como ellos, puedo sentirlo dentro de ti- Dijo la misteriosa dama -Vete ahora- Tras aquellas palabras una pequeña brecha se abrió entre el cerco de lianas para darle paso a la centauro que en caso de quererlo podría tomar el camino y marcharse; aunque no resultaría igual de fácil para el lagarto que tras haber enviado al piso al driope, podría ver cómo aparecían otros 2 incluso más grandes que el anterior y mucho más furiosos.
- Dama de Verde:
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Repercusiones y consecuencias, eso era lo que tendría que enfrentar el lagarto por haber derribado a uno de los colosos del bosque y no solo él, sino que incluso Lincy, quien se levantaba apenas adolorida y mareada por el golpe, se vería junto a su compañero superados por semejantes criaturas -Allá, hombre-lagartijo- Señaló la felina a la brecha que se había abierto para que Akanke escapara tal vez si abandonaban la lucha y corrían en esa dirección podrían salvar sus pellejos peludos y escamosos pero ¿Sería seguro ir por ese sendero o los llevaría a un lugar peor; nada les asegurara que fuera del perímetro no hubiera una amenaza peor que la que enfrentaban en ese momento.
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∞ Finalmente llegamos al momento decisivo, la suerte está echada y ahora el final dependerá de sus decisiones, así como las recompensas que puedan obtener.
∞ Fennelsix: Enhorabuena, has conseguido derribar a un driope, vaya hazaña, tristemente tienes poco tiempo para celebrarlo pues otros dos aparecen y no parecen querer festejar nada contigo; por suerte la felina ha reaccionado y aunque sigue adolorida, consigue ver una abertura por donde podrían escapar, aunque no saben aún a dónde los lleva la salida y si acaben en una situación peor, o si la mujer bestia será aún lo suficientemente rápida para llegar antes que se cierre, tienes la opción de seguir luchando contra los driopes o intentar escapar, desde luego eso no significa que no tengas más opciónes como implorar piedad, hacerte bolita, entregar a la felina para salvarte o incluso atacar a la mujer de verde con la que habla Akanke.
∞ Akanke: Has caído en gracia a uno de los más raros guardianes del bosque y con ella sí que podrás conversar; por tu parte además del diálogo para ayudar a tus compañeros, tienes la opción de tomar la palabra de la misteriosa mujer y largarte sin mirar atrás; se ha abierto una brecha para dejarte ir pero ¿Serás capaz de abandonar a los otros? Tus acciones hablarán de tu personalidad y siendo la menos malvada del equipo, podrías ser el rayo de luz para demostrar que no son todos unos bestias.
∞ No será necesario lanzar runas, cada decisión los llevará a un desenlace distinto.
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
- ANOTACIÓN OFF ROL:
- Master Ansu-D2, pedí permiso a Fennel Escamita para responder antes, ya que podría interceder (o no) por él y Lincy. Como el camino se abre para mí, sería lógico que yo avance antes. Me respondió afirmativamente y por eso solo en este turno voy antes. Un abrazo.
Un grito ahogado salía de la garganta de Akanke cuando una de las lianas le apretó tan fuerte la pata que parecía que le iba a quebrar sus huesos. Angustiada, siguió intentando liberarse cortando una a una las duras ramas que la aprisionaban, por muy inútil que fuese, ya que por cada que cortaba, aparecían dos.
Ella estaba enfocada en liberarse y seguir la voz, ya no quería seguir allí ni luchar contra el hombre del bosque. Tampoco quería que la matara. Lo que quería era que supiera que ella estaba de su lado, pedirle perdón por haber entrado así en su territorio y entregar el resto de su existencia al cuidado y protección de ese lugar sagrado. Su vida no tenía más sentido ni razón de ser; había perdido todo rastro de su clan y junto con ello, la esperanza de reunirse con los suyos. Sin lugar en el mundo y mucho menos entre los demás seres bestia, prefería quedarse allí y proteger el bosque.
Un fuerte bramido la hizo dejar de luchar contra las lianas. El hombre del bosque caía, entre un doloroso grito. El corazón de Akanke se apretó al sentir la caída que retumbó por todo el bosque, haciendo huir a los animales que ya estaban escondidos. Las lianas la soltaron y dio un paso hacia el hombre lagarto, apretando su báculo y mirándolo con rabia. Pero no avanzó más pues sus ojos se encontraron con los de una misteriosa elfa del bosque. -Tú no eres como ellos, puedo sentirlo dentro de ti- le dijo a Akanke -Vete ahora- insistió abriendo un camino para ella.
La mujer de piel como el más oscuro azabache quedó sorprendida. Volteó para mirar a Lincy y a Fennel; ¿Los dejaría allí?
La mujer tenía razón, ella no era como ellos, a ella le importaba cuidar al bosque, a ellos les importaba cuidar sus vidas. Ni siquiera estaban allí para encontrar una cura para todos, solo para ellos mismos, y habían acabado con la vida de muchos para conseguirlos. No, ellos no se merecían el favor de la Dama del Bosque, ¡se merecían su furia!
Se acercó corriendo a la Dama y le extendió el brazo, invitándola a subir a su lomo y llevársela de allí. De entre los árboles aparecían dos hombres bosque más y el lugar ya no era seguro. Además, la mujer felina y el hombre lagarto podrían seguirlas e intentar matarlas. ¡Eso no la sorprendería!
No les guardaba lealtad a ellos, más sí a la Madre Natura, aquella bondadosa y despiadada madre que da a quien merece y quita a aquel que abusa de ella.
Akanke
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
El hachazo había dado en el punto justo, preciso y letal. La madera que componía la pierna de aquella criatura cedió como si de simple leña se tratase, causando la estrepitosa caída del guardián del bosque.
Escamanegra rugió de emoción, pues pocas veces se puede luchar con un rival tan formidable y salir casi completamente ileso, obviando los rascazos inevitables que surgieron durante el enfrentamiento.
Pero su alegría no duró mucho, pues al rato dos nuevos defensores arbóreos aparecieron entre la espesura, más grandes y furiosos aún que el anterior.
La situación había empeorado rápidamente: de ser un duelo personal, si bien difícil, había escalado al dos contra uno, y el lagarto no era tan necio como para considerarse en igualdad de condiciones contra criaturas que conocerían el terreno mil veces mejor que él.
Lincy parecía estar apenas recobrando la consciencia, y aún así estaría demasiado magullada para ser siquiera un buen señuelo.
En busca de ayuda, el hombre-bestia se giró hacia la centaura, deseando que se hubiese librado ya de sus ataduras. Y así fue, pero no precisamente por los motivos que él esperaba, pues pudo dilucidar la silueta de una elfa entre el ramaje, observándolos desde la lejanía.
¡Maldita sssea, echa una mano de una vez!, le increpó a Akanke, mas sus palabras fueron en balde, pues no solo no parecía ir a ayudarles, sino que encima se encaminaba hacia la orejas picudas, dejando atrás a sus compañeros.
¡Traidora, nunca han sssido como nosssotrosss! ¡Essstásss vendiendo el futuro de losss nuessstrosss por irte con una enemiga! ¡Eresss una vergüenza para la raza!
Fennelsix apenas podía reprimir sus ansias de perseguirla hacha en mano, pero tenía asuntos muchísimo más urgentes entre manos, y ya habría tiempo para eliminar a los desertores, si lograba salir de aquella con su pellejo entero.
Los dríopes habían aprovechado la ocasión para ir cerrando el cerco alrededor del lagarto y la leona, y si enfrentarse a uno ya era complicado, cuánto más a dos a la vez. Sin embargo, Escamanegra era un superviviente nato, y no planeaba encontrar su fin en tierras ajenas entre un montón de plantas. Es por esto que ideó una estratagema: mantenerse siempre lo más pegado que pudiese a uno de los dos gigantes, intentando dirigir los ataques del otro contra su actual cobertura.
Siendo tan grandes deberían de tener una movilidad bastante más reducida, y quizás, con suerte, podría hacer que uno eliminase al otro como daños colaterales, dejando el enfrentamiento de nuevo en un uno contra uno.
Escamanegra rugió de emoción, pues pocas veces se puede luchar con un rival tan formidable y salir casi completamente ileso, obviando los rascazos inevitables que surgieron durante el enfrentamiento.
Pero su alegría no duró mucho, pues al rato dos nuevos defensores arbóreos aparecieron entre la espesura, más grandes y furiosos aún que el anterior.
La situación había empeorado rápidamente: de ser un duelo personal, si bien difícil, había escalado al dos contra uno, y el lagarto no era tan necio como para considerarse en igualdad de condiciones contra criaturas que conocerían el terreno mil veces mejor que él.
Lincy parecía estar apenas recobrando la consciencia, y aún así estaría demasiado magullada para ser siquiera un buen señuelo.
En busca de ayuda, el hombre-bestia se giró hacia la centaura, deseando que se hubiese librado ya de sus ataduras. Y así fue, pero no precisamente por los motivos que él esperaba, pues pudo dilucidar la silueta de una elfa entre el ramaje, observándolos desde la lejanía.
¡Maldita sssea, echa una mano de una vez!, le increpó a Akanke, mas sus palabras fueron en balde, pues no solo no parecía ir a ayudarles, sino que encima se encaminaba hacia la orejas picudas, dejando atrás a sus compañeros.
¡Traidora, nunca han sssido como nosssotrosss! ¡Essstásss vendiendo el futuro de losss nuessstrosss por irte con una enemiga! ¡Eresss una vergüenza para la raza!
Fennelsix apenas podía reprimir sus ansias de perseguirla hacha en mano, pero tenía asuntos muchísimo más urgentes entre manos, y ya habría tiempo para eliminar a los desertores, si lograba salir de aquella con su pellejo entero.
Los dríopes habían aprovechado la ocasión para ir cerrando el cerco alrededor del lagarto y la leona, y si enfrentarse a uno ya era complicado, cuánto más a dos a la vez. Sin embargo, Escamanegra era un superviviente nato, y no planeaba encontrar su fin en tierras ajenas entre un montón de plantas. Es por esto que ideó una estratagema: mantenerse siempre lo más pegado que pudiese a uno de los dos gigantes, intentando dirigir los ataques del otro contra su actual cobertura.
Siendo tan grandes deberían de tener una movilidad bastante más reducida, y quizás, con suerte, podría hacer que uno eliminase al otro como daños colaterales, dejando el enfrentamiento de nuevo en un uno contra uno.
Fennel Escamanegra
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Re: [MEGAEVENTO] El corazón del bosque [Donde habitan los elfos][Akanke-Fennel-Abaddon]
Akanke sabía que no era como aquellas horribles bestias que la acompañaban, ella era mejor, tanto como para abandonar a sus hermanos de raza para salvar su propia vida, pues claro, es justo lo que cualquier persona en su situación haría, a fin de cuentas estaba en una encrucijada y debía decidir a quién ofrecer su ayuda; aunque con eso se había ganado los gritos de odio de sus compañeros -Maldita traidora, pagarás por esto, vas a pagarla- Gritaba la felina al tiempo que evitaba ser aplastada por los furiosos driopes que en cualquier momento la convertirían junto al lagarto en una sopa de sangre regada en el suelo.
No obstante no todo salió como la mujer centauro esperaba, pues la mujer del bosque rechazó su invitación dejándola marcharse sola, a fin de cuentas su deber era defender el bosque de aquellos indeseables invasores -Si salgo con vida de esto, si salgo con vida- Balbuceaba Lincy -¡Espero que mueras, más vale que mueras en este bosque, traidora!- Gritaba aunque Akanke ya estaría demasiado lejos para escuchar sus amenazas. Los furiosos golpes de los titanes de madera hacían temblar el piso, los pájaros salían volando en múltiples direcciones escapando de la furia de aquellos colosos. Durante su fuga, Akanke tropezaría con un pequeño amigo que la acompañaría a lo largo de su camino hasta la salida del bosque.
Sin posibilidad alguna de escapar, Lincy comenzaba a resignarse pues no había tenido la misma suerte que antes para encontrar el punto débil en alguno de los colosos debido a que al intentar asaltar a uno, el otro lo cuidaba; parecía una batalla cuesta arriba hasta que el lagarto usó el cerebro aplicando un plan bastante arriesgado pero que acabó por ser efectivo; tras esquivarse un par de veces, un tercer golpe de uno de los driopes impactó de lleno al otro y lo lanzó al piso casi aplastando a Lincy en la caída -¿Pero qué crees que?- Protestaba antes de calmarse al ver el daño causado al driope -Bien hecho, guerrero- Dijo reconociendo su astucia y valentía al tiempo que se colocaba a su lado dispuesta a ayudarle para continuar haciendo que los grandulones se acabaran entre ellos hasta que algo cambió el rumbo de la batalla.
Un feroz estruendo se escuchó a lo lejos, en dirección a donde se encontraba nada menos que el Árbol Madre; los driopes giraron el rostro en dirección al origen de los sonidos y luego miraron a la mujer del bosque que los vigilaba; la cual les señaló con la cabeza sin decir una palabra y emprendieron una fuga en dirección a tal punto; había problemas en el Árbol Madre y quien fuera que tuviera la mala suerte de encontrarse allí, definitivamente había salvado al par de hombres bestia; las lianas que rodeaban el perímetro se desataron dejando salidas por todos lados.
Risas y satisfacción se hicieron presentes en Lincy que alzando su arma gritaba a los driopes en fuga -Eso eso, huyan, desgraciados, no pudieron contra nuestra ferocidad- Apenas había terminado su grase cuando una liana la tomó por la pierna y tras elevarla algunos metros la dejó caer aparatosamente -No presiones tu suerte, sucia criatura- Dijo la dama del bosque -Abandonen el bosque o no tendrán la misma suerte de nuevo- Dijo tajante y seria -No, jamás- Replicó Lincy con las manos en sus costillas -No sin la panacea- La elfa ladeó el rostro para luego negar con la cabeza -No existe tal cosa- Tras aquellas amargas palabras se alejó rápidamente hasta desaparecer entre los árboles -No, no, no, no, no- Repetía la felina golpeando el piso y con los ojos ahogados de lágrimas, todo su esfuerzo había sido en vano, persiguiendo sueños y mitos que al final habían resultado ser falsos, sin embargo su orgullo de guerrera la hizo levantarse -Encontraremos otra manera, tiene que haberla- Llevó su mano derecha a la izquierda para desatar una pequeña y rara pulsera que luego arrojó al lagarto -Has luchado bien y te has ganado mi respeto, eso era de mi padre, estaría orgulloso que la llevara un guerrero como tú- Llevó las manos a sus adoloridas costillas -Salgamos de este maldito bosque- Tras aquellas palabras comenzó a caminar.
∞ Fennelsix: Tus acciones te han hecho quedar muy bien ante los ojos de la felina y aunque no han logrado su objetivo, te has labrado una buena fama de guerrero entre los hombres bestia, aunque cuidado, esto podría ocasionar que más de uno quiera desafiarte para tener su momento de fama.
∞ Adicionalmente recibes la “Pulsera de guerrero” que te ha otorgado Lincy, mientras la lleves puesta, sin importar qué tan lejos o con cuánta fuerza arrojes tu hacha, ésta volverá a ti al turno siguiente como un bumerang, podría parecer ventajoso pero cuidado, no siempre irá directo a su mano y si no la atrapas te puede jugar en contra.
∞ Recibes:
∞ 14 puntos de experiencia en función de la calidad del texto.
∞ 5 ptos de experiencia en función de la originalidad del usuario.
∞ 19 puntos de experiencia en total que han sido sumados directamente a tu perfil.
∞ Akanke: Has salido bien librada de esta batalla, aunque para ello has dado la espalda a tu gente, a partir de ahora y durante 2 temas, serás una traidora para algunos hombres bestia que encuentres en los bosques del este; por lo que podrías ser víctima del odio si roleas en ese territorio, pero al menos tiene un lado bueno, mucha gente sabrá tu nombre.
∞ Adicionalmente recibes un “Guía del Bosque”, un raro tipo de ave con la particularidad de sobrevolar el área donde te encuentres para indicarte el camino a donde quieras ir; funciona mejor en bosques pero puede ayudarte en cualquier espacio abierto donde pueda volar, no olvides agregarlo a tu lista de tareas o crearle una ficha de pnj.
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No obstante no todo salió como la mujer centauro esperaba, pues la mujer del bosque rechazó su invitación dejándola marcharse sola, a fin de cuentas su deber era defender el bosque de aquellos indeseables invasores -Si salgo con vida de esto, si salgo con vida- Balbuceaba Lincy -¡Espero que mueras, más vale que mueras en este bosque, traidora!- Gritaba aunque Akanke ya estaría demasiado lejos para escuchar sus amenazas. Los furiosos golpes de los titanes de madera hacían temblar el piso, los pájaros salían volando en múltiples direcciones escapando de la furia de aquellos colosos. Durante su fuga, Akanke tropezaría con un pequeño amigo que la acompañaría a lo largo de su camino hasta la salida del bosque.
Sin posibilidad alguna de escapar, Lincy comenzaba a resignarse pues no había tenido la misma suerte que antes para encontrar el punto débil en alguno de los colosos debido a que al intentar asaltar a uno, el otro lo cuidaba; parecía una batalla cuesta arriba hasta que el lagarto usó el cerebro aplicando un plan bastante arriesgado pero que acabó por ser efectivo; tras esquivarse un par de veces, un tercer golpe de uno de los driopes impactó de lleno al otro y lo lanzó al piso casi aplastando a Lincy en la caída -¿Pero qué crees que?- Protestaba antes de calmarse al ver el daño causado al driope -Bien hecho, guerrero- Dijo reconociendo su astucia y valentía al tiempo que se colocaba a su lado dispuesta a ayudarle para continuar haciendo que los grandulones se acabaran entre ellos hasta que algo cambió el rumbo de la batalla.
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∞ Akanke: Has salido bien librada de esta batalla, aunque para ello has dado la espalda a tu gente, a partir de ahora y durante 2 temas, serás una traidora para algunos hombres bestia que encuentres en los bosques del este; por lo que podrías ser víctima del odio si roleas en ese territorio, pero al menos tiene un lado bueno, mucha gente sabrá tu nombre.
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