Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
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Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Luego de la tragedia en el desierto, Zero pasó severos días intentando calmarse. Vale destacar que le cayó como “anillo al dedo” que la Olimpus le recogiera pues todos sus lugartenientes y conocidos no tardaron en ocuparse de él.
Le costó al menos tres días salir de su camarote, aunque una vez lo hizo fue recibido con júbilo. Esta emoción no cambio incluso cuando relato a su círculo cercano lo acontecido y es que todos han estado inmiscuidos en tramas igual de bizarras con Exos.
De los presentes, fue Reiko el que se mostró más condescendiente. Tanto el como Giroud lo ayudaron a sobrellevar las malas sensaciones, incluso el antiguo líder de Ámbar tuvo palabras certeras que decir.
Varios días después ya está de nuevo en tierra, es un chico fuerte aunque claro, no se ha dicho la última palabra sobre el tema. No tarda en encontrar una misión no relacionada con Exos para poder despejar su mente.
Las obsesiones suelen traer buenos resultados con respecto a la temática seleccionada pero a costa de muchos efectos secundarios, la joya del desierto fue una llamada de atención de que en esta línea en particular eso cuesta vidas.
La misión en sí, nada “del otro mundo” como dicen los orgánicos. Ayudar a algunos agentes del poco conocido Grupo Arqueológico de Aerandir a buscar algo, algo que obviamente no se dice en la misiva.
Z9-42 avanza entonces, a un punto de reunión bastante ominoso, Sacrestic Ville. Es claro que el panorama ha cambiado mucho desde la reconquista del ejército humano aunque el aire siniestro sigue inundando la otrora ciudad vampira.
También hay un nuevo sentimiento en el aire, la intolerancia y el miedo. Como suele pasar, cuando una facción es desplazada todos sus antiguos leales encuentra un terrible calvario que muchas veces acaba de manera violenta.
No es la mejor escena para ver luego de una experiencia traumática sin duda aunque el niño robot ya puede controlarse lo suficiente como para evitar otro episodio de pánico, no deja de concentrarse en las técnicas enseñadas por su buen amigo aventurero.
Solo respira “inhala y exhala de manera pausada“.
Ciertamente las técnicas de relajación humanas no son tan efectivas en alguien aumentado pero de momento sirven bien, le permitirán soportar la ciudad hasta que vengan sus contactos y comiencen la gesta lejos del centro urbano.
Le costó al menos tres días salir de su camarote, aunque una vez lo hizo fue recibido con júbilo. Esta emoción no cambio incluso cuando relato a su círculo cercano lo acontecido y es que todos han estado inmiscuidos en tramas igual de bizarras con Exos.
De los presentes, fue Reiko el que se mostró más condescendiente. Tanto el como Giroud lo ayudaron a sobrellevar las malas sensaciones, incluso el antiguo líder de Ámbar tuvo palabras certeras que decir.
Varios días después ya está de nuevo en tierra, es un chico fuerte aunque claro, no se ha dicho la última palabra sobre el tema. No tarda en encontrar una misión no relacionada con Exos para poder despejar su mente.
Las obsesiones suelen traer buenos resultados con respecto a la temática seleccionada pero a costa de muchos efectos secundarios, la joya del desierto fue una llamada de atención de que en esta línea en particular eso cuesta vidas.
La misión en sí, nada “del otro mundo” como dicen los orgánicos. Ayudar a algunos agentes del poco conocido Grupo Arqueológico de Aerandir a buscar algo, algo que obviamente no se dice en la misiva.
Z9-42 avanza entonces, a un punto de reunión bastante ominoso, Sacrestic Ville. Es claro que el panorama ha cambiado mucho desde la reconquista del ejército humano aunque el aire siniestro sigue inundando la otrora ciudad vampira.
También hay un nuevo sentimiento en el aire, la intolerancia y el miedo. Como suele pasar, cuando una facción es desplazada todos sus antiguos leales encuentra un terrible calvario que muchas veces acaba de manera violenta.
No es la mejor escena para ver luego de una experiencia traumática sin duda aunque el niño robot ya puede controlarse lo suficiente como para evitar otro episodio de pánico, no deja de concentrarse en las técnicas enseñadas por su buen amigo aventurero.
Solo respira “inhala y exhala de manera pausada“.
Ciertamente las técnicas de relajación humanas no son tan efectivas en alguien aumentado pero de momento sirven bien, le permitirán soportar la ciudad hasta que vengan sus contactos y comiencen la gesta lejos del centro urbano.
Última edición por Z9-42 el Sáb 11 Abr 2020 - 20:46, editado 1 vez
Z9-42
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
El oeste no eras tan malo como la gente decía. Es decir, los bosques lucían un poco siniestros, cierto. Pero tampoco había nada malo de verdad, tenía sus ardillas y todo. Y la gente era encantadora, como en todos lados. Puede que fuera por el reciente…hum… cambio de liderazgo, o puede que siempre hubiera sido así. Es decir, no podían haber echado a todo el mundo, la mayoría de ciudadanos seguirían allí ¿no?
En cualquier caso, durante su travesía, un señor muy amable la había dejado subirse a su carro, gratis encima, por lo que el viaje ni siquiera había sido cansado. Un poco largo, porque el carro era lento, pero al menos se había entretenido hablando con el hombre, que al parecer tenía una nieta de su edad. Aunque luego resulto que la nieta era mucho más joven que ella. Y no por ser una vampira, no, la chiquilla tenía catorce años, pero sonaba de muy mala educación cuestionar en voz alta la vista del hombre. Y claro, el hombre la había llevado en el carro, y le había presentado a su familia, hasta le había dado comida y una cama. No muy mullida por cierto, pero no se quejaría.
Así que cuando el gato de la chiquilla había desaparecido, por supuesto que se había ofrecido a ir a buscarlo. Y allí estaba, en una mina, buscando a un maldito gato negro que era prácticamente imposible de ver. Al menos se había agenciado una antorcha en la entrada, dejada atrás por alguno de los mineros. Algo era algo.
En cualquier caso, durante su travesía, un señor muy amable la había dejado subirse a su carro, gratis encima, por lo que el viaje ni siquiera había sido cansado. Un poco largo, porque el carro era lento, pero al menos se había entretenido hablando con el hombre, que al parecer tenía una nieta de su edad. Aunque luego resulto que la nieta era mucho más joven que ella. Y no por ser una vampira, no, la chiquilla tenía catorce años, pero sonaba de muy mala educación cuestionar en voz alta la vista del hombre. Y claro, el hombre la había llevado en el carro, y le había presentado a su familia, hasta le había dado comida y una cama. No muy mullida por cierto, pero no se quejaría.
Así que cuando el gato de la chiquilla había desaparecido, por supuesto que se había ofrecido a ir a buscarlo. Y allí estaba, en una mina, buscando a un maldito gato negro que era prácticamente imposible de ver. Al menos se había agenciado una antorcha en la entrada, dejada atrás por alguno de los mineros. Algo era algo.
Alisha Lessard
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
–Me dijiste que había vampiros aquí –protestó Narfi.
–Los había la última vez que anduve aquí... y te lo dije las diez veces anteriores que dijiste lo mismo –contestó Demian.
El muchacho pareció querer volver a protestar, pero se contuvo, llevándose las manos a la nuca en vez y dándose una vuelta sobre sí mismo completamente innecesaria.
–Y no es como si fueran a salir a pelear contigo sólo porque son v-vampiros –continuó Demian–, son personas. Muchas veces. personas malas, pero no andan con un letrero sobre la cabeza "soy vampiro, pelea conmigo".
–Lo sé, lo sé... no es como si yo quisiera andar por ahí matando vampiros como si fueran moscas, tampoco.
Narfi respiró profundo e intentó olvidarse del tema. Demian, en tanto, miraba a su alrededor en busca de un buen lugar para comer. A veces parecía poco creíble que un chico menudo como el ilusionista pudiera comer tanto.
–¡Mira! –dice de pronto, fuerte–, ese de allí debe ser brujo.
Demian hace una tenue sonrisa, mientras reconoce al sujeto a quien apunta Narfi.
–¿Por qué lo dices? –contesta Demian, pretendiendo aún que no reconoce al otro ser de baja estatura.
–Porque está meditando, seguro intenta reunir el Éter... o sentirlo –explica Narfi, extrañado de tal pregunta.
–Nah, ese es Zero... lo conozco –deja saber finalmente Demian–... y no es un brujo.
–Me engañaste, me dijiste que saldríamos a escondidas del Hekshold para tener una aventura y en verdad sólo querías encontrarte con amigos –dice Narfi bajando los brazos y soltando una sonora bufada.
–Zero tiene la habilidad de aparecerse donde voy, no sabía que iba a estar aquí.
–Hola Zero –se adelanta a saludar Narfi–, gusto de conocerte. ¿Sabías que los brujos hacen eso que tú haces, pero para hacer magia?
Demian
Aerandiano de honor
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
De repente un niño desconocido aparece, incluso llama por su nombre al joven robot mientras expone un par de datos sobre la meditación bruja. Su nivel de hiperactividad hace que Zero le mire confuso por algunos instantes.
De buenas a primeras su matriz de descarte lo sitúa como alguno de los infantes gorriones que hacen vida en la organización, después de todo es algo conocido entre los niños desde que se volvió miembro honorario por petición de Chimar. Entonces aparece Demian.
Es curioso que ambos chicos se estén encontrando de una forma tan seguida, suelen ir en espectros muy diferentes de acción. Aunque la imagen del mocoso y su buena actitud hacen que el chiquillo maquina esboce cierta sonrisa sincera.
Todo el encuentro espontanea le permite dejar sus malos pensamientos atrás… al final las palabras de Giroud se vuelven a cumplir como una predicción, “las situaciones difíciles son más fáciles de sobrellevar con amigos”.
Es un gusto concerté a ti también… “dice sin poder agregar un nombre a la frase”.
Entonces la pequeña maquina coteja la apariencia del chico rubio con su base de datos, específicamente la sección de efectivos gorriones. No hay concordancia, lo que significa que es un nuevo miembro o alguien independiente.
Me alegro de volver a verte, Demian “asiente un par de veces con una mueca serena”.
De momento, el pequeño robot tiene varias preguntas pertinentes… claro que sabe controlarse mucho mejor que un niño corriente, posee la capacidad de formular sus interrogantes con calma aunque esté interesado.
Yo vo…
No puede formar argumento y es que un chiquillo se le acerca, parece tener seis o siete años aunque eso no es lo que más destaca. Lleva un atuendo abarrotado de bolsillos y cierto bolso cruzado, tiene “toda la pinta” de ser un chico mensajero.
Mensaje para usted señor Zero “entrega una notita pequeña” no olvide recomendar “acto seguido pasa a continuar el camino principal”.
Mina de sal “toma un carácter pensativo” está cerca.
Acto seguido posa sus ojos en los dos chicos, esta misión es mucho más calmada y puede servir para reafirmar lazos, incluso crearlos en el caso del personaje nuevo. Su rostro se torna interrogante a medida expresa palabra.
¿Quieren venir?... no “mira a Demian entonces con algo de nerviosismo” no tiene nada que ver con Exos.
Mientras tanto en la propia mina de sal, el camino se abre para la vampira. Dejando de lado el entorno siniestro, no parece haber mucha amenaza. Es solo un oscuro agujero, habitado durante el día pero en la noche… pues, la gente corriente debe dormir.
No es un sitio que de mucha confianza para ingresar sin compañía eso sí, aunque no todas las personas cuentan con una ventaja racial nosferatu. Lo que es la cuna de todos los miedos para algunos, no es más que un hogar acogedor para otros.
Claro que en un Aerandir tan poblado de gente es difícil no terminar cruzándose con alguien, detalle que se vuelve muy real para la dama pálida quien debería poder escuchar como dos juegos de pasos se acercan. Una linterna potente de aceite complemente la aparición de desconocidos.
De buenas a primeras su matriz de descarte lo sitúa como alguno de los infantes gorriones que hacen vida en la organización, después de todo es algo conocido entre los niños desde que se volvió miembro honorario por petición de Chimar. Entonces aparece Demian.
Es curioso que ambos chicos se estén encontrando de una forma tan seguida, suelen ir en espectros muy diferentes de acción. Aunque la imagen del mocoso y su buena actitud hacen que el chiquillo maquina esboce cierta sonrisa sincera.
Todo el encuentro espontanea le permite dejar sus malos pensamientos atrás… al final las palabras de Giroud se vuelven a cumplir como una predicción, “las situaciones difíciles son más fáciles de sobrellevar con amigos”.
Es un gusto concerté a ti también… “dice sin poder agregar un nombre a la frase”.
Entonces la pequeña maquina coteja la apariencia del chico rubio con su base de datos, específicamente la sección de efectivos gorriones. No hay concordancia, lo que significa que es un nuevo miembro o alguien independiente.
Me alegro de volver a verte, Demian “asiente un par de veces con una mueca serena”.
De momento, el pequeño robot tiene varias preguntas pertinentes… claro que sabe controlarse mucho mejor que un niño corriente, posee la capacidad de formular sus interrogantes con calma aunque esté interesado.
Yo vo…
No puede formar argumento y es que un chiquillo se le acerca, parece tener seis o siete años aunque eso no es lo que más destaca. Lleva un atuendo abarrotado de bolsillos y cierto bolso cruzado, tiene “toda la pinta” de ser un chico mensajero.
Mensaje para usted señor Zero “entrega una notita pequeña” no olvide recomendar “acto seguido pasa a continuar el camino principal”.
Mina de sal “toma un carácter pensativo” está cerca.
Acto seguido posa sus ojos en los dos chicos, esta misión es mucho más calmada y puede servir para reafirmar lazos, incluso crearlos en el caso del personaje nuevo. Su rostro se torna interrogante a medida expresa palabra.
¿Quieren venir?... no “mira a Demian entonces con algo de nerviosismo” no tiene nada que ver con Exos.
Mientras tanto en la propia mina de sal, el camino se abre para la vampira. Dejando de lado el entorno siniestro, no parece haber mucha amenaza. Es solo un oscuro agujero, habitado durante el día pero en la noche… pues, la gente corriente debe dormir.
No es un sitio que de mucha confianza para ingresar sin compañía eso sí, aunque no todas las personas cuentan con una ventaja racial nosferatu. Lo que es la cuna de todos los miedos para algunos, no es más que un hogar acogedor para otros.
Claro que en un Aerandir tan poblado de gente es difícil no terminar cruzándose con alguien, detalle que se vuelve muy real para la dama pálida quien debería poder escuchar como dos juegos de pasos se acercan. Una linterna potente de aceite complemente la aparición de desconocidos.
Z9-42
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
-Pss pss pss.- dijo la vampira por los pasillos de la cueva, buscando a Zarpitas. No se llamaba así, pero no se acordaba de cómo lo había llamado a la niña. Ahora que lo pensaba, ni siquiera estaba segura de que le hubieran dado el nombre del pobre animal.
-No estoy yo muy segura de que te traten bien minino…- dijo al aire. ¿Quién no daba el nombre de la mascota a la que uno debía buscar? A lo mejor era un nombre ridículo y/o vergonzoso. Y al doblar una esquina, se llevó un susto de muerte cuando una bandada de murciélagos le saltó encima. Bueno, técnicamente le pasaron por encima y luego se fueron, pero el susto se lo llevo igual. Así que allí estaba, con el culo en el frio suelo, recuperándose de un casi infarto, mirando con mala cara una de esas ratas voladoras que se había quedado tras el grupo, mirándola mientras volaba, casi burlándose. –Sois peores que ese del pantano, ¡y me dejo tirada en cuando vio el troll!- el murciélago pareció darse por satisfecho y se perdió en la oscuridad, con sus soniditos de murciélago.
Alisha suspiró. La antorcha estaba bien, ella estaba bien. Bueno le dolía el culo, pero nada roto o herido al menos. Encontraría a Zarpitas y saldría de allí. Y encontrarlo lo encontró, unos minutos más tarde, una bola de oscuridad más negra que la propia oscuridad de la zona, con dos ojazos ambarinos reflejados en la antorcha. Unos pasos más cerca y efectivamente era el gato, un gato de verdad, nada raro. Exceptuando el murciélago en la boca. –No, Zarpitas, no, te pondrás enfermo… ¿enferma? Da igual, escúpelo, shush shush.- el gato soltó un maullido a través de la rata voladora y salió corriendo con su botín, con Alisha detrás persiguiéndolo. Y ni tres pasos más tarde, el suelo se hundió y cayo un piso más abajo. Eso habia dolido más, y para rematarlo, como burlándose de ella, Zarpitas la miraba desde arriba del agujero. –Lo haces expresamente, ¿cierto?- El gato se limitó a maullar, pero para ella, eso era una confirmación.
-No estoy yo muy segura de que te traten bien minino…- dijo al aire. ¿Quién no daba el nombre de la mascota a la que uno debía buscar? A lo mejor era un nombre ridículo y/o vergonzoso. Y al doblar una esquina, se llevó un susto de muerte cuando una bandada de murciélagos le saltó encima. Bueno, técnicamente le pasaron por encima y luego se fueron, pero el susto se lo llevo igual. Así que allí estaba, con el culo en el frio suelo, recuperándose de un casi infarto, mirando con mala cara una de esas ratas voladoras que se había quedado tras el grupo, mirándola mientras volaba, casi burlándose. –Sois peores que ese del pantano, ¡y me dejo tirada en cuando vio el troll!- el murciélago pareció darse por satisfecho y se perdió en la oscuridad, con sus soniditos de murciélago.
Alisha suspiró. La antorcha estaba bien, ella estaba bien. Bueno le dolía el culo, pero nada roto o herido al menos. Encontraría a Zarpitas y saldría de allí. Y encontrarlo lo encontró, unos minutos más tarde, una bola de oscuridad más negra que la propia oscuridad de la zona, con dos ojazos ambarinos reflejados en la antorcha. Unos pasos más cerca y efectivamente era el gato, un gato de verdad, nada raro. Exceptuando el murciélago en la boca. –No, Zarpitas, no, te pondrás enfermo… ¿enferma? Da igual, escúpelo, shush shush.- el gato soltó un maullido a través de la rata voladora y salió corriendo con su botín, con Alisha detrás persiguiéndolo. Y ni tres pasos más tarde, el suelo se hundió y cayo un piso más abajo. Eso habia dolido más, y para rematarlo, como burlándose de ella, Zarpitas la miraba desde arriba del agujero. –Lo haces expresamente, ¿cierto?- El gato se limitó a maullar, pero para ella, eso era una confirmación.
Alisha Lessard
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Narfi mira con desconfianza tanto a Zero como a Demian.
–Esto no es una aventura, ¿cierto? –dice con un mueca de tedio–, me han engañado, todo este tiempo quisieron hacerme ir a trabajar a una mina de sal. Saben que en las islas tenemos gólems de roca para esas tareas, ¿no?
Demian mira a Zero y hubiera dibujado una irónica sonrisa en su rostro si fuera más expresivo, pero en cambio se limita a una expresión neutra.
–Bueno, supongo que no hay nada mejor para hacer aquí –dice, ignorando a Narfi.
Tras ello, se pone a caminar en la dirección indicada. El lugar no parece estar lejos y ya se le ha hecho costumbre ayudar a aquel mecánico chico, incluso si las cosas nunca parecen salirle bien.
No se requiere más de unos cien metros de caminata para que un Narfi, extrañamente en silencio y con una notoria expresión de molestia y resignación, se una al grupo. No parece querer mucho que ver con minas de sal y trabajos forzados, pero tampoco se quedará solo en tierras desconocidas.
No tardan en llegar y, al hacerlo, Demian se pone a caminar de manera más cautelosa. Aún desconoce los detalles específicos del asunto que los trae a ese lugar y, dada su naturaleza, tiende a actuar desde la alerta y la desconfianza.
Narfi, en tanto, ya no luce tan enojado, si bien no ha dicho palabra en el trayecto.
El grupo entra a la mina y pronto comienza a ser evidente que la iluminación será un problema. A pesar de que el lugar posee una extraña belleza por la abundancia del blanco en sus paredes, el ojo no es capaz de distinguir mucho y se nota que al adentrarse las cosas se pondrán más oscuras.
–El profesor Rutherford nos enseñó un hechizo para crear luz –dice al fin Narfi.
Demian le mira curioso. El chico no ha mostrado afinidad por una escuela de magia específica en lo que lleva conociéndole y sólo ha hecho uso de la telekinesis de tanto en tanto.
–Lumine –dice levantando un dedo, con cierto aire de solemnidad.
Pasan unos segundos y Demian le mira con incomodidad. No pretende burlarse del chico, pero no parece haber dado resultado su hechizo. Aún así, prefiere esperar, quizás algo pase...
Y algo pasa.
Comienza con una chispa en el dedo de Narfi, que pronto sale disparada hasta dar con las rocas. En apariencia todo es inofensivo, pero al instante se escuchan unos crujidos.
–Oh, oh –alcanza a expresar Demian.
Las rocas de la entrada colapsan de manera estruendosa, generando en cosa de segundos un impresionante bloqueo. La luz queda inmediatamente bloqueada y no es un pensamiento exagerado el sospechar que pueden tener problemas con el oxígeno si la situación se extendiese demasiado, aunque al menos existe la esperanza de que haya otras salidas.
–Ya sé, ya sé, ya la he cagado –dice Narfi, llevándose una mano tan fuerte a la cara que el sonido resuena por toda la cueva–... lo siento.
El joven hechicero se acerca al desastre que él mismo ha causado y toca las piedras.
–¿Creen que si lo intento de nuevo, apuntando al bloqueo, las rocas abran paso? –pregunta con voz inocente.
Demian
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Zero se queda mirando al acompañante de Demian durante algunos segundos, su rostro es e confusión infantil. Al final termina por entender que a malinterpretado completamente la línea de situaciones.
El líder gorrión termina por aceptar, luego de ignorar de lleno al chico que le sigue. Es una acción un tanto falta de educación pero la casi sonrisa que Demian genera instantes atrás le hace sospechar a Z9-42 que solo está jugando.
Avanzan entonces, rumbo a la mina de sal. Curiosamente si bien en un principio su tercer integrante decide quedar por su cuenta, no tarda en cambiar de opinión… es claro que lo lúgubre de la ciudad tuvo que ver.
Llegan rápido y es que la mina no está muy alejada de Sacrestic, incluso tiene su propio camino cuidado. Es una fuente de ingreso importante y sigue activa, no parece haber tenido problemas ni con la ocupación vampira ni con la posterior liberación.
El sitio es bastante macabro de noche, incluso para alguien que pasa de tales sensaciones como Zero. No es agradable sin duda y es claro que su miembro más hablador resulta ser también el más afectado por el entorno.
Ingresan entonces, aunque no le toma mucho al brujo más hiperactivo deducir que necesitan una luz. Vocifera cierto conjuro con bastante seguridad pero no ocurre nada de buenas a primeras… luego viene la locura.
Por alguna razón, tiene lugar cierto evento explosivo. La entrada de la caverna colapsa y deja atrapados a los niños aventureros. Están ilesos por suerte aunque ahora solo tienen un camino disponible para seguir, directo hacia adelante.
No lo recomiendo, podría colapsar toda esta sección de la mina.
Las medidas de seguridad minera aerandianas son… bueno, ni siquiera existen. Mejor no “tentar a la fortuna” jugando con la integridad estructural de algo que se mantiene en gran medida por la suerte del día.
El chiquillo aumentado pone entonces a trabajar su escáner, no recibe nada al principio pero luego tienen lugar dos señales en su matriz de búsqueda. Están muy cerca, parece algo bueno con lo que iniciar.
Hay otros seres aquí, síganme.
Avanza, guiándose por su bien afinada visión nocturna bio. Claro que no le toma mucho encontrarse con la primera señal, justo cuando gira en cierta esquina termina mirando directamente a un niño elfo de túnica marrón y con una voluta de luz flotando a su alrededor.
Díganme “genios” que ese sonido no fue la salida colapsando por favor.
Fue un acci…
Típico “suspira”.
El chico, de unos diez años u once por apariencia, niega con la cabeza a medida que revisa cierto fragmento. Parece no ponerle atención a los presentes aunque es claro que tiene todas las variables cubiertas de alguna forma.
¡¡Mujer rara, ya puedes aparecer!!
Grita de manera espontánea, generando cierto eco residual que retumba por buena parte de la mina. Sin duda tiene conocimiento de la segunda presencia desde hace tiempo pero espero hasta el último momento para convocarla.
Dejare las presentaciones y explicaciones para cuando todos estén reunidos. Mientras tanto, eviten explotar algo más.
El líder gorrión termina por aceptar, luego de ignorar de lleno al chico que le sigue. Es una acción un tanto falta de educación pero la casi sonrisa que Demian genera instantes atrás le hace sospechar a Z9-42 que solo está jugando.
Avanzan entonces, rumbo a la mina de sal. Curiosamente si bien en un principio su tercer integrante decide quedar por su cuenta, no tarda en cambiar de opinión… es claro que lo lúgubre de la ciudad tuvo que ver.
Llegan rápido y es que la mina no está muy alejada de Sacrestic, incluso tiene su propio camino cuidado. Es una fuente de ingreso importante y sigue activa, no parece haber tenido problemas ni con la ocupación vampira ni con la posterior liberación.
El sitio es bastante macabro de noche, incluso para alguien que pasa de tales sensaciones como Zero. No es agradable sin duda y es claro que su miembro más hablador resulta ser también el más afectado por el entorno.
Ingresan entonces, aunque no le toma mucho al brujo más hiperactivo deducir que necesitan una luz. Vocifera cierto conjuro con bastante seguridad pero no ocurre nada de buenas a primeras… luego viene la locura.
Por alguna razón, tiene lugar cierto evento explosivo. La entrada de la caverna colapsa y deja atrapados a los niños aventureros. Están ilesos por suerte aunque ahora solo tienen un camino disponible para seguir, directo hacia adelante.
No lo recomiendo, podría colapsar toda esta sección de la mina.
Las medidas de seguridad minera aerandianas son… bueno, ni siquiera existen. Mejor no “tentar a la fortuna” jugando con la integridad estructural de algo que se mantiene en gran medida por la suerte del día.
El chiquillo aumentado pone entonces a trabajar su escáner, no recibe nada al principio pero luego tienen lugar dos señales en su matriz de búsqueda. Están muy cerca, parece algo bueno con lo que iniciar.
Hay otros seres aquí, síganme.
Avanza, guiándose por su bien afinada visión nocturna bio. Claro que no le toma mucho encontrarse con la primera señal, justo cuando gira en cierta esquina termina mirando directamente a un niño elfo de túnica marrón y con una voluta de luz flotando a su alrededor.
Díganme “genios” que ese sonido no fue la salida colapsando por favor.
Fue un acci…
Típico “suspira”.
El chico, de unos diez años u once por apariencia, niega con la cabeza a medida que revisa cierto fragmento. Parece no ponerle atención a los presentes aunque es claro que tiene todas las variables cubiertas de alguna forma.
¡¡Mujer rara, ya puedes aparecer!!
Grita de manera espontánea, generando cierto eco residual que retumba por buena parte de la mina. Sin duda tiene conocimiento de la segunda presencia desde hace tiempo pero espero hasta el último momento para convocarla.
Dejare las presentaciones y explicaciones para cuando todos estén reunidos. Mientras tanto, eviten explotar algo más.
- Niño elfo:
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Z9-42
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
En uno de los oscuros recovecos que se abren en el complejo entramado de cuevas y cavernas de las minas de sal de los reinos del oeste, una extraña reunión tenía lugar. Si algún bípedo se hubiera presentado entre los seres que allí conversaban, si es que se puede llamar conversar a aquel conjunto de gemidos y ronroneos, apenas habría podido distinguir cinco pares de ojos brillantes observándole entre las sombras de la cueva. Si acaso tuviera alguna forma de penetrar la reinante oscuridad, quizá se sorprendería al encontrarse con cuatro gatos negros de gran tamaño reunidos frente a un quinto, al que parecían mostrar cierto respeto, si es que un gato era capaz de mostrar respeto. Los cinco gatos mostraban manchas diversas de pelo blanco en el pecho, tal y como un sexto gato, que llegó a la gruta en el más absoluto silencio para inclinarse ante su líder.
—¿Y bien, Crrrrat? —dijo este, alzando una zarpa para indicar al recién llegado que tenía permiso para incorporarse— ¿Puedes explicarrrrnos qué ha sido ese rrrruido?
—Una de las crrrrías bípedas hizo un hechizo y derrrribó su entrrrrada —respondió Crat.
—Perrrrfecto —rió otro de los presentes—, si muerrrren aquí encerrrrados no tendrrrremos que salirrrr a cazarrrr en una temporrrrada.
—Hasta pueden serrrrvirrrr parrrra el rrrritual de iniciación —dijo otro.
Los reunidos mostraron su complacencia con diversos maullidos y ronroneos. Algunos se estiraron y contonearon, dando vuelta sobre sí mismos, como si danzasen. Tras darles unos momentos para disfrutar de las noticias, el líder sìth volvió a hablar, a lo que los demás reaccionaron, de nuevo, con un respetuoso silencio.
—¿Y dónde se encuentrrrran en estos momentos?
—Se han encontrrrrado con la otrrrra crrrría, la que estaba en el yacimiento —respondió presto Crat—. Trrrris los sigue a los cuatrrrro.
—¿Y qué hay de la nueva? —continuó el líder—. Rrrrina salió hace un rrrrato a su encuentrrrro. ¿La has visto?
—Así es. Ya la ha encontrado, pero parece que no venía sola. Una bípeda la seguía.
—Quizá trrrraiga su prrrropia ofrrrrenda —se apresuró a aportar otra voz, para regocijo de los presentes.
—Muy bien, Crrrrat —dijo el líder cuando la algarabía volvió a calmarse—, vuelve con Trrrris. No perrrrdáis de vista a esas crrrrías. —El aludido se despidió con una inclinación de cabeza y volvió a desaparecer entre las sombras, en el mismo silencio que lo había traído hasta allí— Grrrren, Marrrrí, ustedes vayan al yacimiento. Avisen si pasa algo interesante. —Los mencionados se apresuraron a obedecer, en medio de la excitación y regocijo del resto del grupo— Orrrri, tú ve con Rrrrina. Averrrrigua si esta bípeda serrrrá un prrrroblema o una invitada —añadió con una sonrisa macabra que fue respondida con más maullidos y ronroneos—, y no os entrrrretengáis en volverrrr. Necesitamos a la novena. —Cuando Ori se marchó, sólo dos gatos quedaron en la oscura caverna— Distrrrraigámonos un poco. Te acercaste a la ciudad hace un par de noches. Dime, ¿escuchaste algún acertijo interesante?
—¿Zarrrrpitas? —Rina se acercó con calma al borde del agujero por el que había caído la bípeda. “Zarpitas” se volvió hacia ella con el murciélago aún en la boca— Esperrrro que elijas un nombrrrre un poco más digno cuando te unas a la familia.
Alisha no tendría problemas para ver una segunda cabeza negra observándola con curiosidad desde arriba. El nuevo gato era ligeramente más grande que aquel tras el que se había adentrado en la mina, pero igual de negro, salvo por una pequeña mata de pelo blanco en el pecho. El gato más pequeño dejó su presa en el suelo y puso una zarpa encima, como para evitar que escapase, aunque ya estaba bien muerto.
—Los humanos me llamaban Gato —respondió a la recién llegada—, perrrro yo prrrrefierrrro Kirrrra.
Todo lo que Alisha podría entender desde donde se encontraba sería una serie de maullidos y ronroneos, pero a poco suspicaz que fuera, podría sospechar que estaban teniendo una conversación. Una conversación de la cual estaba a punto de convertirse en el mismo centro, tan pronto como el tercer gato asomó la cabeza por el borde del agujero.
—¿Así que esta es la bípeda? —dijo Ori después de observarla con la cabeza ladeada durante un instante—, ¿la has trrrraído como ofrrrrenda?
—Lo cierrrrto es que me ha seguido porrrr su cuenta y rrrriesgo —respondió Kira con desgana, mientras se pasaba una zarpa que acababa de lamer por detrás de la oreja—. Esperrrraba que vinierrrra uno de los otrrrros, esta no me ha hecho nada todavía.
—Oh, ¿no es de los tuyos? —comentó Ori con tono decepcionado—. ¿Qué hacemos con ella, entonces?
—Sigámosla un rato —propuso Rina—. Veamos cómo se las arregla para salir de ahí.
Bienvenidos a la mina de sal. Entre las oscuras cavernas y recovecos de estas minas pueden encontrarse muchas sorpresas, como sin duda podrá mostraros el niño elfo de humor cuestionable. Lo que él no sabe (todavía) es que también en estas minas se halla el hogar de un grupo de cait sìth (podéis verlos con más detalle en el [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]). Los sìth tienen su propia agenda, y es que están a punto de recibir a un nuevo miembro en sus filas, pero parece que para ello necesitarán un “sacrificio”. Y se ve que tienen dónde escoger. Conocen de vuestra presencia en la mina, también del derrumbe de la entrada, pero de momento, sólo observan vuestros movimientos. Ellos también sienten curiosidad por aquello que os ha traído hasta aquí.
Hasta ahora, sólo Alisha ha advertido la presencia de algunos de los miembros del grupo. Dada su condición de bardo, dejo a su interpretación si el personaje ha podido escuchar algunas de las historias que se cuentan acerca de estos animales o los toma por gatos comunes. Eres libre de interactuar con ellos, pero ten en cuenta que te observan por pura curiosidad, no tienen intención de ayudar (tampoco de entorpecer) por el momento. Si intentas salir del agujero por tu cuenta, te seguirán durante un tiempo. Si te reúnes con los chicos, desaparecerán para informar a su líder.
En cuanto a los demás, si bien los sensores de Zero podrían detectar la presencia de las criaturas, no hay motivos para sospechar de un par de gatos en las cercanías, ¿cierto? Tal vez los más paranoicos se sientan observados, los gatos tienen esa facultad de poner nerviosas a ciertas personas.
Podéis continuar roleando con normalidad y no es necesario que me esperéis para postear. A medida que se desarrolle la historia (la estaré siguiendo), os llegarán noticias mías (de los sìth).
—¿Y bien, Crrrrat? —dijo este, alzando una zarpa para indicar al recién llegado que tenía permiso para incorporarse— ¿Puedes explicarrrrnos qué ha sido ese rrrruido?
—Una de las crrrrías bípedas hizo un hechizo y derrrribó su entrrrrada —respondió Crat.
—Perrrrfecto —rió otro de los presentes—, si muerrrren aquí encerrrrados no tendrrrremos que salirrrr a cazarrrr en una temporrrrada.
—Hasta pueden serrrrvirrrr parrrra el rrrritual de iniciación —dijo otro.
Los reunidos mostraron su complacencia con diversos maullidos y ronroneos. Algunos se estiraron y contonearon, dando vuelta sobre sí mismos, como si danzasen. Tras darles unos momentos para disfrutar de las noticias, el líder sìth volvió a hablar, a lo que los demás reaccionaron, de nuevo, con un respetuoso silencio.
—¿Y dónde se encuentrrrran en estos momentos?
—Se han encontrrrrado con la otrrrra crrrría, la que estaba en el yacimiento —respondió presto Crat—. Trrrris los sigue a los cuatrrrro.
—¿Y qué hay de la nueva? —continuó el líder—. Rrrrina salió hace un rrrrato a su encuentrrrro. ¿La has visto?
—Así es. Ya la ha encontrado, pero parece que no venía sola. Una bípeda la seguía.
—Quizá trrrraiga su prrrropia ofrrrrenda —se apresuró a aportar otra voz, para regocijo de los presentes.
—Muy bien, Crrrrat —dijo el líder cuando la algarabía volvió a calmarse—, vuelve con Trrrris. No perrrrdáis de vista a esas crrrrías. —El aludido se despidió con una inclinación de cabeza y volvió a desaparecer entre las sombras, en el mismo silencio que lo había traído hasta allí— Grrrren, Marrrrí, ustedes vayan al yacimiento. Avisen si pasa algo interesante. —Los mencionados se apresuraron a obedecer, en medio de la excitación y regocijo del resto del grupo— Orrrri, tú ve con Rrrrina. Averrrrigua si esta bípeda serrrrá un prrrroblema o una invitada —añadió con una sonrisa macabra que fue respondida con más maullidos y ronroneos—, y no os entrrrretengáis en volverrrr. Necesitamos a la novena. —Cuando Ori se marchó, sólo dos gatos quedaron en la oscura caverna— Distrrrraigámonos un poco. Te acercaste a la ciudad hace un par de noches. Dime, ¿escuchaste algún acertijo interesante?
—¿Zarrrrpitas? —Rina se acercó con calma al borde del agujero por el que había caído la bípeda. “Zarpitas” se volvió hacia ella con el murciélago aún en la boca— Esperrrro que elijas un nombrrrre un poco más digno cuando te unas a la familia.
Alisha no tendría problemas para ver una segunda cabeza negra observándola con curiosidad desde arriba. El nuevo gato era ligeramente más grande que aquel tras el que se había adentrado en la mina, pero igual de negro, salvo por una pequeña mata de pelo blanco en el pecho. El gato más pequeño dejó su presa en el suelo y puso una zarpa encima, como para evitar que escapase, aunque ya estaba bien muerto.
—Los humanos me llamaban Gato —respondió a la recién llegada—, perrrro yo prrrrefierrrro Kirrrra.
Todo lo que Alisha podría entender desde donde se encontraba sería una serie de maullidos y ronroneos, pero a poco suspicaz que fuera, podría sospechar que estaban teniendo una conversación. Una conversación de la cual estaba a punto de convertirse en el mismo centro, tan pronto como el tercer gato asomó la cabeza por el borde del agujero.
—¿Así que esta es la bípeda? —dijo Ori después de observarla con la cabeza ladeada durante un instante—, ¿la has trrrraído como ofrrrrenda?
—Lo cierrrrto es que me ha seguido porrrr su cuenta y rrrriesgo —respondió Kira con desgana, mientras se pasaba una zarpa que acababa de lamer por detrás de la oreja—. Esperrrraba que vinierrrra uno de los otrrrros, esta no me ha hecho nada todavía.
—Oh, ¿no es de los tuyos? —comentó Ori con tono decepcionado—. ¿Qué hacemos con ella, entonces?
—Sigámosla un rato —propuso Rina—. Veamos cómo se las arregla para salir de ahí.
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Bienvenidos a la mina de sal. Entre las oscuras cavernas y recovecos de estas minas pueden encontrarse muchas sorpresas, como sin duda podrá mostraros el niño elfo de humor cuestionable. Lo que él no sabe (todavía) es que también en estas minas se halla el hogar de un grupo de cait sìth (podéis verlos con más detalle en el [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]). Los sìth tienen su propia agenda, y es que están a punto de recibir a un nuevo miembro en sus filas, pero parece que para ello necesitarán un “sacrificio”. Y se ve que tienen dónde escoger. Conocen de vuestra presencia en la mina, también del derrumbe de la entrada, pero de momento, sólo observan vuestros movimientos. Ellos también sienten curiosidad por aquello que os ha traído hasta aquí.
Hasta ahora, sólo Alisha ha advertido la presencia de algunos de los miembros del grupo. Dada su condición de bardo, dejo a su interpretación si el personaje ha podido escuchar algunas de las historias que se cuentan acerca de estos animales o los toma por gatos comunes. Eres libre de interactuar con ellos, pero ten en cuenta que te observan por pura curiosidad, no tienen intención de ayudar (tampoco de entorpecer) por el momento. Si intentas salir del agujero por tu cuenta, te seguirán durante un tiempo. Si te reúnes con los chicos, desaparecerán para informar a su líder.
En cuanto a los demás, si bien los sensores de Zero podrían detectar la presencia de las criaturas, no hay motivos para sospechar de un par de gatos en las cercanías, ¿cierto? Tal vez los más paranoicos se sientan observados, los gatos tienen esa facultad de poner nerviosas a ciertas personas.
Podéis continuar roleando con normalidad y no es necesario que me esperéis para postear. A medida que se desarrolle la historia (la estaré siguiendo), os llegarán noticias mías (de los sìth).
Fehu
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
No podía mostrar debilidad ante el público, aunque solo fuera un adorable gatito, por lo que Alisha se movió, poco a poco, sin levantarse aún, intentando que esa piedra especialmente puntiaguda estuviera un poco menos clavada en su columna. Finalmente reunió el valor para alzarse sobre sus piernas, observando a su alrededor con la antorcha. Había agujeros, y estaba bastante segura de que podía pasar por ellos…a cuatro patas, y la idea de quedarse atascada era… muy desagradable, así que mejor pasaría y probaría su suerte escalando.
Fue entonces cuando vio otra cabecita al lado de Zarpitas. Y allí abajo no estaba muy segura de cual era cual, lo que era un problema. Un problema para la Alisha futura, lo primero era salir de allí. –Muy bien… tu puedes…- Miro la antorcha, luego la pared, y luego a sus manos, y una horrible idea se formó en su cabeza. Lo primero fue atarse el pelo en una trenza, porque no le apetecía calcinarse con la locura que iba a hacer.
Es decir, no era muy atlética precisamente, por lo que necesitaba sus cuatro extremidades en su sitio, escalando la roca, por lo que o bien lanzaba la antorcha bien arriba y trepaba a oscuras… o la aguantaba con la boca.
Secretamente agradeció que solo los mininos la vieran sufriendo para escalar esa estúpida pared de roca con la estúpida antorcha, porque desde luego le costó más de lo que quería admitir. Es decir, no era una pared muy alta, así que tampoco había tardado TANTO, pero desde luego más de lo imprescindible.
-¿Sabes? Podrías haberme dicho que solo venias a ver un amigo. ¿Amiga?- protestó al felino, jadeando. Había visto el… curioso aspecto del acompañante. Pero no todos los gatos con el pecho un poquito blanco iban a ser legendarios gatos lanza maldiciones. Eso era como asumir que todo idiota con túnica era un brujo en vez de un charlatán. Además, ¿cómo iban a ser unas cosas tan monas malas en absoluto?
-Tengo un poco de…- rebusco en su bolsa. –No tengo leche… no creo que os guste la zanahoria…AJA.- sacó triunfante un poco de trucha seca envuelta en un trapo. –Para vosotros, si olvidáis esta embarazosa escena.- dejo la trucha, trapo incluido, porque ningún gato debería comer del suelo. –Me tenías preocupada ¿sabes? Esta cueva es peligrosa, podrías caerte por un agujero o algo.- dijo, ignorando la ironía de sus palabras. –No te entretengas demasiado jugando con…uh…. ¿Miaucula? ¿Nyx? ¿Eres un chico o una chica?- un maullido fue su respuesta. Y no hablaba felino. Aún. Pero estaba a punto, estaba segura que los upelelos la entendían, solo era cuestión de aprender a expandir las razas. Vampiros 1, Humanidad 0. –En cualquier caso, no te entretengas ¿vale? Vuelvo a buscarte en un rato.- Y dio media vuelta, hacia la salida. Ahora que sabía que no estaba perdido, solo visitando a un amigo, estaba menos preocupada, si no sabía salir, podría seguirla, porque ella sí que recordaba por donde había entrado, o seguir su voz, puesto que se había puesto a canturrear una canción de nana. De vez en cuando se giraba, y efectivamente, Zarpitas y Nyx se habían puesto a seguirla desde una distancia, sus ojos reflejándose de manera algo siniestra por la luz de la antorcha. Pero cada vez que se agachaba y los llamaba para darles mimos, se mantenían a distancia, estoicos. Un público difícil, parecía.
Fue entonces cuando vio otra cabecita al lado de Zarpitas. Y allí abajo no estaba muy segura de cual era cual, lo que era un problema. Un problema para la Alisha futura, lo primero era salir de allí. –Muy bien… tu puedes…- Miro la antorcha, luego la pared, y luego a sus manos, y una horrible idea se formó en su cabeza. Lo primero fue atarse el pelo en una trenza, porque no le apetecía calcinarse con la locura que iba a hacer.
Es decir, no era muy atlética precisamente, por lo que necesitaba sus cuatro extremidades en su sitio, escalando la roca, por lo que o bien lanzaba la antorcha bien arriba y trepaba a oscuras… o la aguantaba con la boca.
Secretamente agradeció que solo los mininos la vieran sufriendo para escalar esa estúpida pared de roca con la estúpida antorcha, porque desde luego le costó más de lo que quería admitir. Es decir, no era una pared muy alta, así que tampoco había tardado TANTO, pero desde luego más de lo imprescindible.
-¿Sabes? Podrías haberme dicho que solo venias a ver un amigo. ¿Amiga?- protestó al felino, jadeando. Había visto el… curioso aspecto del acompañante. Pero no todos los gatos con el pecho un poquito blanco iban a ser legendarios gatos lanza maldiciones. Eso era como asumir que todo idiota con túnica era un brujo en vez de un charlatán. Además, ¿cómo iban a ser unas cosas tan monas malas en absoluto?
-Tengo un poco de…- rebusco en su bolsa. –No tengo leche… no creo que os guste la zanahoria…AJA.- sacó triunfante un poco de trucha seca envuelta en un trapo. –Para vosotros, si olvidáis esta embarazosa escena.- dejo la trucha, trapo incluido, porque ningún gato debería comer del suelo. –Me tenías preocupada ¿sabes? Esta cueva es peligrosa, podrías caerte por un agujero o algo.- dijo, ignorando la ironía de sus palabras. –No te entretengas demasiado jugando con…uh…. ¿Miaucula? ¿Nyx? ¿Eres un chico o una chica?- un maullido fue su respuesta. Y no hablaba felino. Aún. Pero estaba a punto, estaba segura que los upelelos la entendían, solo era cuestión de aprender a expandir las razas. Vampiros 1, Humanidad 0. –En cualquier caso, no te entretengas ¿vale? Vuelvo a buscarte en un rato.- Y dio media vuelta, hacia la salida. Ahora que sabía que no estaba perdido, solo visitando a un amigo, estaba menos preocupada, si no sabía salir, podría seguirla, porque ella sí que recordaba por donde había entrado, o seguir su voz, puesto que se había puesto a canturrear una canción de nana. De vez en cuando se giraba, y efectivamente, Zarpitas y Nyx se habían puesto a seguirla desde una distancia, sus ojos reflejándose de manera algo siniestra por la luz de la antorcha. Pero cada vez que se agachaba y los llamaba para darles mimos, se mantenían a distancia, estoicos. Un público difícil, parecía.
- Spoiler:
- Asi es como muero chicos, intentando acariciar a un bicho del bestiario demasiado achuchable para mi propio bien.
Worth it.
Alisha Lessard
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
La cueva parece estar más habitada de lo que podría sospecharse, a juzgar por la repentina aparición de un niño y la mención a una mujer. El primero se muestra algo irónico.
–¡Hey!, sin molestar a Narfi –interviene Demian, levantando una ceja–. Sólo yo puedo hacerlo.
El más joven de los brujos sonríe por un instante, aunque luego mira a Demian. No está seguro de qué decir por unos instantes (cosa rara en él, por lo demás).
–Supongo que es una mejora –comenta al fin, encogiéndose de hombros y mirando el suelo. De ser objeto de burlas de tantos chicos en el Hekshold, el que Demian reclame el derecho exclusivo de hacerlo puede ser para mejor.
Tras un intercambio de miradas entre Demian y el elfo pronto es evidente que ninguno de los dos espera una pelea y que todo el asunto Narfi debe pasar pronto al olvido.
–Cualquier deja atrapados a los demás por error –comenta Demian, avanzando.
–Eso no ayuda Dem... no ayuda –agrega un avergonzado Narfi.
Demian pone una sonrisa que probablemente pasa desapercibida en la oscuridad y comienza a caminar. No está dispuesto a excavar en la roca y, después de todo, se supone que están allí para adentrarse en la cueva, no salir de inmediato.
–Bien, será m-mejor que expliquen pronto lo que vinimos a hacer, que ya llevamos un buen rato por aquí –comenta Demian, cambiando el tema.
–No quiero trabajar en una mina –se queja Narfi, suspirando.
Demian le hace un gesto para que se calle, mientras se acerca a una bifurcación de los túneles.
–Creo que oí algo –dice, poniendo una mano en su oreja a modo de cono, para intentar captar nuevamente el sonido–. Allí está otra vez.
El sonido es débil, distorsionado por el rebote en las rocas y una distancia difícil de estimar. Inicialmente sólo distingue que el ruido tiene un timbre agudo. Tras varios segundos logra captarlo mejor.
–Olvídenlo, sólo es un gato –comenta desilusionado–... y no está entre mis intenciones adoptar una mascota... menos cuando mi mascota actual es un gorrión.
–Cierto, ¿dónde está Chispa? –pregunta animado Narfi, mirando a su alrededor.
–No le gustan los espacios cerrados, aquí no puede volar bien. Seguro se quedó afuera, revoloteando por allí.
–¿Podemos ir a ver al gatito? seguro tiene frío... y hambre... y miedo –pregunta Narfi–. ¿Los gatos son animales cazadores, les gusta la oscuridad, pero no creo que vivan en una cueva. Yo creo que está perdido y quizás hasta tiene un hogar. ¿No les da pena imaginar un hogar en donde antes había un gatito regalón y ahora el pobre está perdido en una oscura cueva?
La expresión neutral del rostro de Demian, si bien Narfi no alcanza a captarlo por la escasa luz, demuestra su poco interés en salvar a un felino que bien puede que no requiera que nadie le salve, pero tampoco es como si tuvieran en ese momento demasiadas opciones de direcciones a tomar.
–Si lo pillamos, nada de darle nuestra comida –contesta Demian.
Narfi hace un pequeño aplauso y comienza a caminar con algo de prisa. El pequeño no quiere perderse la oportunidad de convertirse en un rescatador de animales indefensos.
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(*) Perdón por la tardanza, he estado ocupado por estos días y me he pasado poco por el roleo.
Demian
Aerandiano de honor
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
La mujer desconocida que llama el niño elfo no aparece, esto le hace enarcar una ceja. Verlo con esa mueca sin duda le trae recuerdos al propio Zero, específicamente del joven Maquiavelo y la postura que toma en ciertas circunstancias.
Esto me pasa por no trabajar con profesionales “suspira”.
Dice al notar que en efecto, se quedan esperando a la mujer. Lo siguiente es una curiosa defensa por parte de Demian hacia su acompañante, disfrazada en una masiva muestra de desinterés vale destacar.
El chico elfo termina por encogerse hombros sin muchas ganas de entrar en polémica dejando así pasar el tema, sin duda todo un caldo de cultivo de personalidades infantiles que el propio niño robot no puede dejar sin registrar en forma pasiva.
El comentario irónico por parte del propio brujo ilusionista sin duda aplicaría como respuesta contraria, claro que ese estado situacional ya paso. El pedido de respuestas hace que su nuevo conocido desestime todo con un gesto de mano.
Fuimos solicitados como apoyo par…
Entonces el líder gorrión vuelve a tomar protagonismo, detectando la presencia de otros elementos. Todo un hito teniendo en cuenta que los sentidos brujos no son muy alejados de los ostentados por sus primos raciales, los humanos.
Son varios creo, viven en esta mina, me dieron un susto de muerte hace unas horas.
Es un lugar extraño para que hagan vida varios gatos domésticos… ¿Verdad?
El niño bio recibe como respuesta una encogida de hombros, es claro que su contemporáneo elfo no pertenece a la clase de personajes habladores que tanto suele encontrar en las aventuras por todo Aerandir.
Narfi se muestra interesado en ir tras el animal, algo que su colega más cercano desaprueba bastante. Curiosamente este último termina cediendo ante la hiperactividad del chico, son extremos muy alejados pero que a la vez se complementan.
Tiempo de movernos “dice a medida que se monta encima una mochila bastante grande, llena de implementos técnicos”.
Parece un buen momento par…
Los detalles claro “se aclara la garganta” después de todo hay 90% de probabilidades de que sean los refuerzos esperados. Permítanme presentarme entonces, me llamo Merenil y pertenezco al Grupo Arqueológico de Aerandir o GAA “dice con cierto orgullo” mi misión aquí es… pues “titubea un poco” es mi primera misión y de…
¿Es tu iniciación?
Exacto, preguntas al final por cierto “tose un poco” debo encontrar algo de valor arqueológico aquí para volverme un miembro completo y… ustedes son mis refuerzos.
La revelación sorprende un poco al joven sintético pues lleva tiempo sin ayudar en una labor tan trivial, claro que todo termina por agraciarle bastante. Es claro que los mirmidones seleccionaron la sencilla tarea como una forma de disminuir la tensión en el niño máquina.
Será un placer para nosotros ayudarte, Merenil “dice con una reverencia cuidada de complemento”.
Si… “juega con los ojos sin saber cómo responder” mejor será continuar.
Esto me pasa por no trabajar con profesionales “suspira”.
Dice al notar que en efecto, se quedan esperando a la mujer. Lo siguiente es una curiosa defensa por parte de Demian hacia su acompañante, disfrazada en una masiva muestra de desinterés vale destacar.
El chico elfo termina por encogerse hombros sin muchas ganas de entrar en polémica dejando así pasar el tema, sin duda todo un caldo de cultivo de personalidades infantiles que el propio niño robot no puede dejar sin registrar en forma pasiva.
El comentario irónico por parte del propio brujo ilusionista sin duda aplicaría como respuesta contraria, claro que ese estado situacional ya paso. El pedido de respuestas hace que su nuevo conocido desestime todo con un gesto de mano.
Fuimos solicitados como apoyo par…
Entonces el líder gorrión vuelve a tomar protagonismo, detectando la presencia de otros elementos. Todo un hito teniendo en cuenta que los sentidos brujos no son muy alejados de los ostentados por sus primos raciales, los humanos.
Son varios creo, viven en esta mina, me dieron un susto de muerte hace unas horas.
Es un lugar extraño para que hagan vida varios gatos domésticos… ¿Verdad?
El niño bio recibe como respuesta una encogida de hombros, es claro que su contemporáneo elfo no pertenece a la clase de personajes habladores que tanto suele encontrar en las aventuras por todo Aerandir.
Narfi se muestra interesado en ir tras el animal, algo que su colega más cercano desaprueba bastante. Curiosamente este último termina cediendo ante la hiperactividad del chico, son extremos muy alejados pero que a la vez se complementan.
Tiempo de movernos “dice a medida que se monta encima una mochila bastante grande, llena de implementos técnicos”.
Parece un buen momento par…
Los detalles claro “se aclara la garganta” después de todo hay 90% de probabilidades de que sean los refuerzos esperados. Permítanme presentarme entonces, me llamo Merenil y pertenezco al Grupo Arqueológico de Aerandir o GAA “dice con cierto orgullo” mi misión aquí es… pues “titubea un poco” es mi primera misión y de…
¿Es tu iniciación?
Exacto, preguntas al final por cierto “tose un poco” debo encontrar algo de valor arqueológico aquí para volverme un miembro completo y… ustedes son mis refuerzos.
La revelación sorprende un poco al joven sintético pues lleva tiempo sin ayudar en una labor tan trivial, claro que todo termina por agraciarle bastante. Es claro que los mirmidones seleccionaron la sencilla tarea como una forma de disminuir la tensión en el niño máquina.
Será un placer para nosotros ayudarte, Merenil “dice con una reverencia cuidada de complemento”.
Si… “juega con los ojos sin saber cómo responder” mejor será continuar.
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Alisha no podía evitar sonreír, es decir, una se sentía importante cuando era seguida por una procesión de gatos escuchándola cantar. Bueno, solo eran dos, y un murciélago, pero por algo se empezaba. Y una debía disfrutar de los pequeños placeres de la vida cuando estaba completamente perdida.
Es decir… ninguno de los trucos que había escuchado durante su vida funcionaba. Ni el humo de la antorcha ondeando hacia la salida, ni el eco, ni nada. ¡Era como si la entrada se hubiera cerrado o algo! Pero no, eso era imposible.
Por si acaso había estado marcando el camino, pero ninguna de las marcas se había repetido, por lo que no estaba dando vueltas, eso era bueno, cada túnel que cruzaba era uno un poco más cerca de la salida. Posiblemente, con un poco de suerte.
Y ante lo que le pareció una eternidad, empezó a oír voces. ¡Compañía! Puede que hasta un maldito mapa, o mejor, ¡un guía! –Oh, no es que no me hagáis compañía pequeños, pero preferiría si contestarais.- Zarpitas maulló como respuesta. –Vale, cierto, pero preferiría entenderos.- En cualquier caso, dobló la esquina y se encontró…niños, y no uno o dos, sino un montón, allí había como cinco. Seguro que ese otro gato también se había fugado de una casa para irse de parranda con Zarpitas, y ahora los pobres niños estaban buscándolo también. Y claro, los gatos se habían dado el piro porque eran bichos muy listos y sabían cuando hacían algo malo. Cierto era que los niños parecían un poco… huh… diferentes entre sí, pero una no debía juzgar a una mujer capaz de criar a cinco niños, era una proeza. En cualquier caso, una familia de niños sin supervisión adulta no lo que una esperaba encontrarse en una mina medio abandonada desesperada por una salida, pero aceptaría lo que la suerte le diera. –Buenos días.- dijo, moviendo la antorcha un poco al lado. –Me llamo Alisha, encantadora de gatos…- se giró para presentar a sus fieles acompañantes, pero se habían dado el piro. Maldita sea. –Pero se encuentran indispuestos parece.- tosió. –En cualquier caso, busco la salida, pero no parezco ser capaz de encontrarla, ¿alguna idea?-
Es decir… ninguno de los trucos que había escuchado durante su vida funcionaba. Ni el humo de la antorcha ondeando hacia la salida, ni el eco, ni nada. ¡Era como si la entrada se hubiera cerrado o algo! Pero no, eso era imposible.
Por si acaso había estado marcando el camino, pero ninguna de las marcas se había repetido, por lo que no estaba dando vueltas, eso era bueno, cada túnel que cruzaba era uno un poco más cerca de la salida. Posiblemente, con un poco de suerte.
Y ante lo que le pareció una eternidad, empezó a oír voces. ¡Compañía! Puede que hasta un maldito mapa, o mejor, ¡un guía! –Oh, no es que no me hagáis compañía pequeños, pero preferiría si contestarais.- Zarpitas maulló como respuesta. –Vale, cierto, pero preferiría entenderos.- En cualquier caso, dobló la esquina y se encontró…niños, y no uno o dos, sino un montón, allí había como cinco. Seguro que ese otro gato también se había fugado de una casa para irse de parranda con Zarpitas, y ahora los pobres niños estaban buscándolo también. Y claro, los gatos se habían dado el piro porque eran bichos muy listos y sabían cuando hacían algo malo. Cierto era que los niños parecían un poco… huh… diferentes entre sí, pero una no debía juzgar a una mujer capaz de criar a cinco niños, era una proeza. En cualquier caso, una familia de niños sin supervisión adulta no lo que una esperaba encontrarse en una mina medio abandonada desesperada por una salida, pero aceptaría lo que la suerte le diera. –Buenos días.- dijo, moviendo la antorcha un poco al lado. –Me llamo Alisha, encantadora de gatos…- se giró para presentar a sus fieles acompañantes, pero se habían dado el piro. Maldita sea. –Pero se encuentran indispuestos parece.- tosió. –En cualquier caso, busco la salida, pero no parezco ser capaz de encontrarla, ¿alguna idea?-
Alisha Lessard
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Al final todo se trataba de encontrar alguna cosa para que aquel niño pudiera lucirse en el grupo al que pertenecía.
Demian se encogió de hombros un instante, como diciendo a sí mismo "bah, da igual", tras lo cual siguió en la búsqueda del felino. El problema era que, por más que intentara agudizar su oído, ya éste no parecía dar señales de su existencia.
Narfi, en tanto, no pudo evitar la tentación de repetir "GAA" un tanto más adelante, pero en un tono especial, gutural, como quien hace una especie de arcada. Tras eso, emitió una leve risilla y siguió su camino.
Demian dejó escapar una sonrisa y una casi imperceptible risilla. No era tanto por la broma en sí, que era bastante básica, sino por la expresión en el rostro de su compañero al hacerla. Cualquiera diría que se había tomado un trago completo de vinagre añejo.
Todo esto se interrumpió cuando dieron con una mujer. Ella saludó, Demian y Narfi hicieron lo propio, el primero más por obligación, el segundo con entusiasmo.
–De verdad había gatos, ¡lo sabía! –exclamó Narfi, casi dando un aplauso, aunque pronto su mirada recorrió el lugar en vano y un dejo de desilusión cruzó sus ojos–. ¿Creen que estarán perdidos? quizás su mamá gata los busca por todos lados. ¿Son tuyos? –preguntó a la mujer, sin darle demasiado tiempo a contestar–, si son tuyos no los has cuidado bien, deberías cuidarlos mejor. No es bueno dejar a gatitos indefensos en una cueva, a merced de quién sabe qué monstruos habitan aquí. Una vez leí que en muchas cuevas de Aerandir habitan monstruos horribles.
Demian miró alrededor. No había demasiadas señales de gatos, pero tampoco es que esperara alguna en particular. Estaban en una cueva, después de todo. Decidió agacharse y pasar la mano por el lugar que había señalado la mujer.
–P-parece que hay pelos de gato por aquí –confirmó–, pero será casi imposible de rastrear en un lugar como este, con tan poca luz. Incluso si encontramos más pelos, nada nos asegura que hubiesen estado antes allí o fueran recientes.
Narfi se agachó hasta dejar su nariz casi tocando el suelo, aspirando aire. Por supuesto, no sólo entraron algunos pelos de gato a su nariz, sino una buena cantidad de polvo.
Su estornudo debió haber resonado por toda la cueva.
–A los perros les funciona –dice apenado, una vez logra regular el ataque de comezón a su nariz–, pero yo sólo huelo polvo.
–De cualquier modo, buscamos cosas sin saber dónde están, y buscamos gatos sin s-saber dónde están. No queda más que dar caminar hasta encontrar algo.
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Demian
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Mientras avanzan, es claro que la misión se pierde un poco. Por un lado esta Merenil que intenta encontrar algún objeto de valor arqueológico para ser aceptado en su gremio, y por el otro están los dos brujos con aspiraciones más mundanas.
Ciertamente buscar gatos es una tarea extraña, aunque bien sabe Zero que los niños corrientes pueden dedicar muchos esfuerzos a gestas tan poco provechosas. Sea como sea, ahora mismo les viene como “anillo al dedo” para mantener el orden.
Es entonces cuando aparece una mujer, elemento que ya venía siendo detectado por el propio niño robot desde hace varios minutos. A diferencia de otras señales mas dispersas, la pálida fémina daba pasos firmes y resonantes.
Es un placer conocerla, señorita Alisha. Mi nombre es Zero.
Ligera presentación que el pequeño maquina dispensa luego de la bajada en sus niveles de alerta, después de todo su nueva acompañante no ha dado indicios violentos. Si bien su presencia en el sitio es extraña… también lo es la de los niños.
Nuevamente Narfi muestra su aprecio por los gatos, es claro que les tiene cariño. El chico maquina no puede evitar formar una sonrisa espontanea por tal altruismo, aunque sea en tonadas infantiles.
¿Saben que en la cultura humana los gatos son parte de la dieta?, curiosa comida sin duda aunque no la mejor que he probado, mucho cartílago.
Z9-42 abre los ojos de par en par por el comentario, lo triste es que es bastante acertado. En los festivales se suele vender carne de gato a los asistentes, tiende a ser una comida bastante apetecida por los niños aunque suene irónico.
El chico elfo por su parte pasa a revisar una piedra algo diferente del resto, aunque termina por descartarla. Es claro que su concentración esta puesta en localizar algo relacionado con la gesta en curso.
El chico rarito tiene razón, la regla 77 del manual de arqueólogos dice, “registrar los sitios valiosos a fondo y varias veces”.
Con una ligera mirada de medio lado, Z9-42 asiente al minuto. De momento están todos “en el mismo barco”, el camino más lógico parece ser continuar la búsqueda… Ya sea de artefactos o gatos.
Claro que las señales menores parecen haber pasado a un estado más discreto, desapareciendo incluso del sistema que porta la joven creación. A todas luces, deben cubrir terreno para desbloquear elementos adicionales.
Área cubierta, podemos avanzar “hace señas patentes con los brazos”.
Ciertamente buscar gatos es una tarea extraña, aunque bien sabe Zero que los niños corrientes pueden dedicar muchos esfuerzos a gestas tan poco provechosas. Sea como sea, ahora mismo les viene como “anillo al dedo” para mantener el orden.
Es entonces cuando aparece una mujer, elemento que ya venía siendo detectado por el propio niño robot desde hace varios minutos. A diferencia de otras señales mas dispersas, la pálida fémina daba pasos firmes y resonantes.
Es un placer conocerla, señorita Alisha. Mi nombre es Zero.
Ligera presentación que el pequeño maquina dispensa luego de la bajada en sus niveles de alerta, después de todo su nueva acompañante no ha dado indicios violentos. Si bien su presencia en el sitio es extraña… también lo es la de los niños.
Nuevamente Narfi muestra su aprecio por los gatos, es claro que les tiene cariño. El chico maquina no puede evitar formar una sonrisa espontanea por tal altruismo, aunque sea en tonadas infantiles.
¿Saben que en la cultura humana los gatos son parte de la dieta?, curiosa comida sin duda aunque no la mejor que he probado, mucho cartílago.
Z9-42 abre los ojos de par en par por el comentario, lo triste es que es bastante acertado. En los festivales se suele vender carne de gato a los asistentes, tiende a ser una comida bastante apetecida por los niños aunque suene irónico.
El chico elfo por su parte pasa a revisar una piedra algo diferente del resto, aunque termina por descartarla. Es claro que su concentración esta puesta en localizar algo relacionado con la gesta en curso.
El chico rarito tiene razón, la regla 77 del manual de arqueólogos dice, “registrar los sitios valiosos a fondo y varias veces”.
Con una ligera mirada de medio lado, Z9-42 asiente al minuto. De momento están todos “en el mismo barco”, el camino más lógico parece ser continuar la búsqueda… Ya sea de artefactos o gatos.
Claro que las señales menores parecen haber pasado a un estado más discreto, desapareciendo incluso del sistema que porta la joven creación. A todas luces, deben cubrir terreno para desbloquear elementos adicionales.
Área cubierta, podemos avanzar “hace señas patentes con los brazos”.
Z9-42
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
-¡Por supuesto que no son míos!- protestó la vampira. ¿Cómo iba a dejar que unas adorables, esponjosas e indefensas criaturas estuvieran solas en un lugar tan oscuro, con murciélagos que a saber que enfermedades tenían? Además si fueran suyos, ahora los estaría achuchando. Tosió, intentando alejar su mente de suaves y peludas barriguitas. Ahora tenía cosas más importantes a hacer, como buscar una salida. O los gatos.
Uno de los niños se había acercado a ella, recogiendo unos pocos pelos del suelo. Pelos de gato, esperaba, pero se tocó la melena por si acaso. Y luego otro de los niños se acercó también y estornudo, sin duda asustando a los pobres mininos en…kilómetros. En cualquier caso, solo uno de los niños se presentó.
-Buenas Zero, encantada.- aunque su mirada se clavó en el otro, el que comía gatos. Era una broma, ¿cierto? No podía estar hablando en serio. Imposible.
Y de alguna manera se encontró siguiendo al grupo de niños. Cosa que la verdad la preocupaba un poco, y no solo porque cada uno buscaba una cosa diferente, gatos, artefactos, la maldita salida… No eran lo que se decía sutiles, o silenciosos, así que los gatos no se acercarían si no querían… así que solo tenía una opción…
Saco su laúd y empezó a tocar unos acordes, pensando en que canción les gustaría a los gatitos. Algo rápido…pegadizo… exótico, pero de melodía simple, porque tocar y cantar a la vez, improvisando, era más complicado de lo que parecía…y tenía que sonar felino, idealmente… Eso llamaría su atención... o se pensarían que estaba malherida y vendrían a ayudar, servia en cualquiera de los dos casos -Miau mi mi miau...no. ¿Mew?- dejó sonar unos cuantos acordes otra vez. -Nyan.- declaró completamente convencida. -Nyan, ni ni nyan.-
Uno de los niños se había acercado a ella, recogiendo unos pocos pelos del suelo. Pelos de gato, esperaba, pero se tocó la melena por si acaso. Y luego otro de los niños se acercó también y estornudo, sin duda asustando a los pobres mininos en…kilómetros. En cualquier caso, solo uno de los niños se presentó.
-Buenas Zero, encantada.- aunque su mirada se clavó en el otro, el que comía gatos. Era una broma, ¿cierto? No podía estar hablando en serio. Imposible.
Y de alguna manera se encontró siguiendo al grupo de niños. Cosa que la verdad la preocupaba un poco, y no solo porque cada uno buscaba una cosa diferente, gatos, artefactos, la maldita salida… No eran lo que se decía sutiles, o silenciosos, así que los gatos no se acercarían si no querían… así que solo tenía una opción…
Saco su laúd y empezó a tocar unos acordes, pensando en que canción les gustaría a los gatitos. Algo rápido…pegadizo… exótico, pero de melodía simple, porque tocar y cantar a la vez, improvisando, era más complicado de lo que parecía…y tenía que sonar felino, idealmente… Eso llamaría su atención... o se pensarían que estaba malherida y vendrían a ayudar, servia en cualquiera de los dos casos -Miau mi mi miau...no. ¿Mew?- dejó sonar unos cuantos acordes otra vez. -Nyan.- declaró completamente convencida. -Nyan, ni ni nyan.-
- Puede que no del todo en broma:
Alisha Lessard
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
–Yo soy Narfi –dijo el muchacho de maneras vivaces, tras limpiarse el polvo de la nariz–, con N de niño y F de Forseti, como el dios de la justicia de los navegantes. ¿Sabías que hay quienes piensan que los navegantes vinieron de otro mundo? ¡¿Cómo te puedes perder tanto que llegas a otro mundo?!
De buen gusto Narfi hubiese seguido contando sus datos anecdóticos, le encantaba hacerlo, pero de momento había que enfocarse en encontrar gatos y... lo que fuera lo otro, ya lo había olvidado, sólo le importaba encontrar gatos.
–Demian –fue la escueta presentación del chico de las dagas.
Para sorpresa de los presentes, luego la joven se puso a cantar, aunque la canción sonaba algo extraña, improvisada.
–¡Miau, miau! –repitió Narfi, haciendo un pequeño paso de baile.
Demian hizo rodar sus ojos, aunque la escasa iluminación hizo que Narfi no notara el gesto.
Y así siguieron otro trecho. Ninguna de las tareas parecía especialmente fácil y todo indicaba que iban a tener que armarse de una buena dosis de paciencia. Para ser sinceros, ya ni Demian ni Narfi parecían muy animados, caminar por una cueva era mucho menos parecido a una aventura de lo que había sonado en un comienzo.
–¿Qué es ese ruido? –quiso saber de pronto el más joven del grupo. Sus oídos detectaban una vibración inusual, aunque no llegaba a identificarla plenamente.
Demian intentó oír lo que indicaba su compañero, pero cuando finalmente lo hizo ya era tarde para la seguidilla de eventos que se iban a desatar.
Primero fue una serie de sonidos suaves, como de cosas blandas chocando entre sí. Nada muy fuerte.
Lo segundo fue un chillido de Narfi. No había sido por el ruido, ni por la oscuridad, sino por lo que había tocado su rostro. Sentir que un murciélago choca contra tu cara en medio de una cueva no debe ser la mejor de las sensaciones.
Lo siguiente fue su manoteo, sus pasos desesperados, una especie de baile con giros, producto de la desesperación y luego la caída.
Demian se acercó rápidamente al lugar de donde había desaparecido el otro muchacho, pero no alcanzó a ayudarle.
Se escuchó un quejido del fondo.
–¿Estás bien, Narfi? –preguntó Demian, con algo de preocupación en su voz.
–Creo que estoy entero... creo –se escuchó una respuesta del fondo–. Pero me duele hasta el pelo... [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] ¿Sabían que tenemos más de 200 huesos?, creo que ahora tengo uno de más.
–Rayos, vamos para allá –agregó Demian, calculando la distancia para usar su teletransportación, aunque no había visión muy clara, por lo que de momento parecía mejor idea bajar a la manera clásica.
–El niño del corte raro va a querer ver esto... ¡ay!, hay una cosa muy rara aquí.
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Demian
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Avanzan entonces, tomando diferentes tareas aleatorias por el camino. Es un tanto extraño ver personajes con la disposición absoluta para localizar gatos perdidos aunque cosas más raras se han visto por el mundo.
Narfi pasa a presentarse para que la dama pálida escuche y le sigue de cerca el joven Demian, cada uno con su propio nivel de entusiasmo vale destacar. Si no fuera imposible, Zero hubiera catalogado al líder gorrión como otro chico sintético.
Es claro que el brujo más eufórico siempre tiene cosas que decir, a grandes rasgos le agrada a Z9-42. Puede decirse con propiedad que es el más niño de todos los presentes, tomando en cuenta la personalidad.
O al menos hasta que la única fémina presente se pone a realizar un extraño ritual músical, con su propio instrumento. Tan extraña es la demostración, que el pequeño robot no sabe bien si sonreír o mirar extrañado.
Nunca dejen el negocio de las aventuras… o morirán de hambre.
Palabras expresadas por el niño elfo, palabras que caen en “saco roto” pues la demostración sigue como si nada. Es poco después de que Narfi se une que aparecen los problemas, esta vez en forma de un murciélago descuidado.
Es claro que la pobre criatura simplemente huye despavorida del ruido, su choque con el niño brujo hubiera quedado como anécdota graciosa de no ser porque enmascara un peligro real… cierto agujero en el suelo.
¡¡Cuidado!!
Por desgracia la advertencia llega tarde, su miembro más hablador se precipita al fondo. Por severos segundos reina la incertidumbre, pero afortunadamente no tardan en recibir señales sonoras en forma de palabras.
No te muevas hasta que bajemos.
Una regla del protocolo de emergencias, en caso de algún daño moverse erráticamente solo lo empeorara. Lo siguiente para el chico aumentado es acercarse al borde, escanear una zona segura de aterrizaje y saltar… literalmente.
Con una mueca memorable por parte de Merenil, apenas hay intercambio de palabras hasta que se escucha el golpe abajo. Cae a una distancia que no compromete a Narfi por supuesto, algo posible gracias a sus capacidades biocibernéticas.
Tengan cuidado… hay muchos huesos aquí abajo.
Dice al notar que están encima de un osario enorme, de numerosos individuos humanoides. Claro que debido a las circunstancias la joven creación destina toda la atención en el chico tirado, ya tendrá tiempo para mayores estudios una vez este fuera de peligro.
Lo que hago por el conocimiento “suspira mientras prepara el equipo para escalar, impulsado por las palabras escuetas de Narfi”.
Narfi pasa a presentarse para que la dama pálida escuche y le sigue de cerca el joven Demian, cada uno con su propio nivel de entusiasmo vale destacar. Si no fuera imposible, Zero hubiera catalogado al líder gorrión como otro chico sintético.
Es claro que el brujo más eufórico siempre tiene cosas que decir, a grandes rasgos le agrada a Z9-42. Puede decirse con propiedad que es el más niño de todos los presentes, tomando en cuenta la personalidad.
O al menos hasta que la única fémina presente se pone a realizar un extraño ritual músical, con su propio instrumento. Tan extraña es la demostración, que el pequeño robot no sabe bien si sonreír o mirar extrañado.
Nunca dejen el negocio de las aventuras… o morirán de hambre.
Palabras expresadas por el niño elfo, palabras que caen en “saco roto” pues la demostración sigue como si nada. Es poco después de que Narfi se une que aparecen los problemas, esta vez en forma de un murciélago descuidado.
Es claro que la pobre criatura simplemente huye despavorida del ruido, su choque con el niño brujo hubiera quedado como anécdota graciosa de no ser porque enmascara un peligro real… cierto agujero en el suelo.
¡¡Cuidado!!
Por desgracia la advertencia llega tarde, su miembro más hablador se precipita al fondo. Por severos segundos reina la incertidumbre, pero afortunadamente no tardan en recibir señales sonoras en forma de palabras.
No te muevas hasta que bajemos.
Una regla del protocolo de emergencias, en caso de algún daño moverse erráticamente solo lo empeorara. Lo siguiente para el chico aumentado es acercarse al borde, escanear una zona segura de aterrizaje y saltar… literalmente.
Con una mueca memorable por parte de Merenil, apenas hay intercambio de palabras hasta que se escucha el golpe abajo. Cae a una distancia que no compromete a Narfi por supuesto, algo posible gracias a sus capacidades biocibernéticas.
Tengan cuidado… hay muchos huesos aquí abajo.
Dice al notar que están encima de un osario enorme, de numerosos individuos humanoides. Claro que debido a las circunstancias la joven creación destina toda la atención en el chico tirado, ya tendrá tiempo para mayores estudios una vez este fuera de peligro.
Lo que hago por el conocimiento “suspira mientras prepara el equipo para escalar, impulsado por las palabras escuetas de Narfi”.
Z9-42
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
-Narfi, Demian- respondió Alisha, con una inclinación de cabeza. –Bueno, supongo que es como de casualidad, ¿nunca has ido siguiendo un camino sin pensarlo y has acabado en una habitación que no era tuya o algo así? Supongo que pasa igual, pero con portales. Puede. ¿Son visibles siquiera los portales? A lo mejor es como caerse en un agujero…- Su cántico continuo durante unos cuantos minutos, con Narfi colaborando como coro, brevemente, más o menos. No iba a quejarse, era muy pequeño y seguramente sin entrenar, y se notaba el entusiasmo.
Y de repente, cuando ya llevaban un buen rato cantando su concierto e iba a variar un poco su repertorio, su opus magna se vio interrumpida por un murciélago, directo a la cara de su corista. Inofensivo, si no fuera porque el chaval tropezó y cayó por un enorme boquete. Es decir, ya era mala suerte.
Pensándolo fríamente, PUEDE, solo puede, que todo eso fuera culpa suya, haciendo ruido y tal, provocando que el murciélago viniera a mirar que era y que…bueno, las cosas se desarrollaran como lo habían hecho. Miro disimuladamente a su alrededor. Nadie parecía estar mirándola mal o culpándola. Eso no hacía que se sintiera mejor, pero bueno… pequeñas victorias.
Alisha se tumbó ante el agujero, con solo la cabeza ante el hoyo, dejando su pelo caer al abismo. El niño estaba bien, así que no sería tan hondo, pero los niños tenían los huesos de goma, ella seguramente se partiría la pierna. –No te preocupes, enseguida baj…y se ha tirado.- suspiró, rezando para que no le hubiera aplastado la cabeza al otro. Que se hiciera daño al caer le daba igual, así aprendería. –En fin, ¿alguien tiene una cuerda? No podemos esperar que suban solos…- Lo primero antes de bajar al agujero siniestro era asegurarse de que podían salir de él. Y que no tenía horribles monstruos, acechando en la oscuridad. Cierto, tenía una antorcha para eso. –¡Ahora os bajo luz chicos!- Y mientras buscaban una cuerda, ella vigilaría a esos traviesos murciélagos... -Mal, muy mal.- riñó al murciélago causante de ese desastre, que aleteaba cerca, como perdido. O puede que se sintiera genuinamente culpable.
Y de repente, cuando ya llevaban un buen rato cantando su concierto e iba a variar un poco su repertorio, su opus magna se vio interrumpida por un murciélago, directo a la cara de su corista. Inofensivo, si no fuera porque el chaval tropezó y cayó por un enorme boquete. Es decir, ya era mala suerte.
Pensándolo fríamente, PUEDE, solo puede, que todo eso fuera culpa suya, haciendo ruido y tal, provocando que el murciélago viniera a mirar que era y que…bueno, las cosas se desarrollaran como lo habían hecho. Miro disimuladamente a su alrededor. Nadie parecía estar mirándola mal o culpándola. Eso no hacía que se sintiera mejor, pero bueno… pequeñas victorias.
Alisha se tumbó ante el agujero, con solo la cabeza ante el hoyo, dejando su pelo caer al abismo. El niño estaba bien, así que no sería tan hondo, pero los niños tenían los huesos de goma, ella seguramente se partiría la pierna. –No te preocupes, enseguida baj…y se ha tirado.- suspiró, rezando para que no le hubiera aplastado la cabeza al otro. Que se hiciera daño al caer le daba igual, así aprendería. –En fin, ¿alguien tiene una cuerda? No podemos esperar que suban solos…- Lo primero antes de bajar al agujero siniestro era asegurarse de que podían salir de él. Y que no tenía horribles monstruos, acechando en la oscuridad. Cierto, tenía una antorcha para eso. –¡Ahora os bajo luz chicos!- Y mientras buscaban una cuerda, ella vigilaría a esos traviesos murciélagos... -Mal, muy mal.- riñó al murciélago causante de ese desastre, que aleteaba cerca, como perdido. O puede que se sintiera genuinamente culpable.
Alisha Lessard
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
La música cesó de pronto y los sìth que, ocultos entre las sombras, habían ido acercándose al grupo de bípedos, atraídos por la tonada, detuvieron el rítmico balanceo de sus cuerpos.
—¿Qué ha ocurrrrido? —demandó el líder del aquelarre—, ¿porrr qué han parrrrado?
—Parrrrece que los cachorrrros han encontrrrrado el sarrrrcófago —respondió uno de sus acompañantes estirándose lángidamente.
—Marrrravilloso —añadió otro mientras se atusaba distraídamente el pelo de detrás de la oreja con una pata humedecida en saliva—, quizá tengamos sacrrrrificio parrrra el rrrritual.
—Hay un pequeño prrrroblema con eso —anunció una voz dubitativa.
—¿De qué se trata? —El sìth líder ladeó la cabeza buscando a quien había dicho aquello.
—Bueno —respondió el cait dejándose ver—, la bípeda de herrrrmosa voz y el cachorrrro cantorrr están también allí.
—Entiendo. —El sìth líder se volvió hacia el gato que les acompañaba aquella noche mientras consideraba las opciones a su disposición—. Habrrrrá un pequeño cambio en el rrrritual: prrrrobarrrrás tu valía en batalla.
Mientras esta conversación tenía lugar y un grupo de cait sìth se organizaban para lo que intuían pasaría a continuación, un joven Merenil descendía hábilmente hacia la caverna descubierta por Narfi. Dejó su cuerda dispuesta para los que quisieran descender detrás de él, o ascender, si era el caso, aunque él no tenía intención de marcharse sin haber registrado el lugar a fondo, varias veces si era necesario. Si el niño charlatán estaba herido, tendrían que ocuparse los otros, que para eso eran el equipo de apoyo.
La luz de una pequeña lámpara de aceite le permitió dar casi al instante con algo que trajo una ávida sonrisa a su rostro: un adornado sarcófago de piedra, erguido e incrustado contra la pared de roca. Con cuidado de no tropezar con los huesos a su alrededor e ignorando el fuerte olor a guano en la caverna, se acercó a la tapa del sarcófago. En ella, podía verse el relieve labrado de una figura antropomorfa, aunque con rasgos ajenos que tendría que estudiar en más detalle para poder identificar. También encontró una inscripción que, para su sorpresa, estaba fechada. Databa de unos 50 años atrás.
Suspiró. No era tan impresionante como hallar un templo milenario, pero no dejaba de ser un misterio histórico a resolver: ¿A quién habían enterrado allí?, ¿por qué su tumba descansaba olvidada en una mina?
—“Ay de aquél que perturbe el descanso de Kylfa, mi amada” —leyó—. “Reposará junto a sus hijos hasta el momento en que pueda regresar a despertarla. Iorgus, el Nigromante”. Vaya nombre más tonto —murmuró el chico, como pensando en voz alta—. Pronto te olvidaste de tu amada al final.
Inmediatamente, Merenil perdió el interés por la inscripción, al advertir una pieza enjoyada incrustada en el centro de la tapa del sarcófago, una especie de disco finamente labrado, poco más grande que la palma de su mano. Seguro que aquello podría valer como reliquia en su iniciación, así que, sin pensarlo demasiado, lo agarró con su mano libre y empezó a forcejear, tratando de desincrustarlo. El disco no cedió, pero sí se movió cuando probó a girarlo hacia un lado.
Al mismo tiempo que oyó un suave “clic”, notó un pinchazo en su mano que le hizo apartarla. Miró la palma con fastidio. La herida no era grave, pero sangraba, así que murmuró una oración para iniciar el proceso de sanación. No tuvo tiempo de más antes de que la tapa del sarcófago se abriera con un “clac”. Sorprendido, el joven elfo dio unos pasos atrás, hasta que el choque contra el cuerpo de alguno de sus compañeros le impidió alejarse más.
En cuanto aquel ser salió de su sarcófago, el elfo entendió qué eran esos rasgos que se mezclaban con la figura humanoide del relieve; también comprendió el olor a guano, si es que sus “hijos” aún andaban por ahí. Nuestros jóvenes aventureros, no tardarían en descubrir que así era.
Por su parte, Kylfa, la amada de Iolus el Nigromante, salió apresuradamente de su cubículo, se estiró, sacudió sus enormes orejas, arrugó la nariz y soltó un grito agudo que retumbó por las paredes de la mina de sal. Después de tanto tiempo “dormida” tenía un hambre voraz y aunque sus atrofiados ojos no le permitían verlo, sabía que tenía comida muy cerca. No demasiado lejos, al fondo de la gran caverna en la que descansaba el sarcófago, otros dos agudos gritos respondieron a Kylfa: sus hijos.
¿Creíais que los sìth serían el enemigo en esta noche de horror? Podían haberlo sido, pero no iba a hacerles algo así a Narfi y Alisha después de su inspirada interpretación. Así que me he decidido por el plan B: murciélagos. O, más bien, una mujer-bestia murciélago resucitada y sus “hijos”, un par de bestias deformes con mucho hambre y malas pulgas. Supongo que no tengo que deciros qué (a quiénes) planean cenar esta noche.
Tenéis vía libre para improvisar sus movimientos y habilidades. No pueden veros, pero sí oíros y oleros, y sus gritos pueden ser realmente molestos. Es una cuestión de supervivencia personal, así que no tengáis apuro en darles lo suyo.
Alisha: Los sìth no tienen forma de saber acerca de tu obra social gatuna en tu ciudad, pero tus acciones en esta noche han hablado por sí solas y tu oración desinteresada ([Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]) no podía quedarse sin respuesta, aunque fuera dirigida a otro dios. Dejo al aquelarre en tus manos (8 cait sìth y un gato negro), los sìth acudirán en tu ayuda en la batalla. SÓLO POR ESTE TEMA, tienes permiso también para manejar a su líder, con todo lo que ello conlleva ([Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]).
Todos: Por si no hubiera quedado claro, vuestra misión aquí es evitar convertiros en la cena de Kylfa y sus hijos. A cualquier precio.
—¿Qué ha ocurrrrido? —demandó el líder del aquelarre—, ¿porrr qué han parrrrado?
—Parrrrece que los cachorrrros han encontrrrrado el sarrrrcófago —respondió uno de sus acompañantes estirándose lángidamente.
—Marrrravilloso —añadió otro mientras se atusaba distraídamente el pelo de detrás de la oreja con una pata humedecida en saliva—, quizá tengamos sacrrrrificio parrrra el rrrritual.
—Hay un pequeño prrrroblema con eso —anunció una voz dubitativa.
—¿De qué se trata? —El sìth líder ladeó la cabeza buscando a quien había dicho aquello.
—Bueno —respondió el cait dejándose ver—, la bípeda de herrrrmosa voz y el cachorrrro cantorrr están también allí.
—Entiendo. —El sìth líder se volvió hacia el gato que les acompañaba aquella noche mientras consideraba las opciones a su disposición—. Habrrrrá un pequeño cambio en el rrrritual: prrrrobarrrrás tu valía en batalla.
Mientras esta conversación tenía lugar y un grupo de cait sìth se organizaban para lo que intuían pasaría a continuación, un joven Merenil descendía hábilmente hacia la caverna descubierta por Narfi. Dejó su cuerda dispuesta para los que quisieran descender detrás de él, o ascender, si era el caso, aunque él no tenía intención de marcharse sin haber registrado el lugar a fondo, varias veces si era necesario. Si el niño charlatán estaba herido, tendrían que ocuparse los otros, que para eso eran el equipo de apoyo.
La luz de una pequeña lámpara de aceite le permitió dar casi al instante con algo que trajo una ávida sonrisa a su rostro: un adornado sarcófago de piedra, erguido e incrustado contra la pared de roca. Con cuidado de no tropezar con los huesos a su alrededor e ignorando el fuerte olor a guano en la caverna, se acercó a la tapa del sarcófago. En ella, podía verse el relieve labrado de una figura antropomorfa, aunque con rasgos ajenos que tendría que estudiar en más detalle para poder identificar. También encontró una inscripción que, para su sorpresa, estaba fechada. Databa de unos 50 años atrás.
Suspiró. No era tan impresionante como hallar un templo milenario, pero no dejaba de ser un misterio histórico a resolver: ¿A quién habían enterrado allí?, ¿por qué su tumba descansaba olvidada en una mina?
—“Ay de aquél que perturbe el descanso de Kylfa, mi amada” —leyó—. “Reposará junto a sus hijos hasta el momento en que pueda regresar a despertarla. Iorgus, el Nigromante”. Vaya nombre más tonto —murmuró el chico, como pensando en voz alta—. Pronto te olvidaste de tu amada al final.
Inmediatamente, Merenil perdió el interés por la inscripción, al advertir una pieza enjoyada incrustada en el centro de la tapa del sarcófago, una especie de disco finamente labrado, poco más grande que la palma de su mano. Seguro que aquello podría valer como reliquia en su iniciación, así que, sin pensarlo demasiado, lo agarró con su mano libre y empezó a forcejear, tratando de desincrustarlo. El disco no cedió, pero sí se movió cuando probó a girarlo hacia un lado.
Al mismo tiempo que oyó un suave “clic”, notó un pinchazo en su mano que le hizo apartarla. Miró la palma con fastidio. La herida no era grave, pero sangraba, así que murmuró una oración para iniciar el proceso de sanación. No tuvo tiempo de más antes de que la tapa del sarcófago se abriera con un “clac”. Sorprendido, el joven elfo dio unos pasos atrás, hasta que el choque contra el cuerpo de alguno de sus compañeros le impidió alejarse más.
En cuanto aquel ser salió de su sarcófago, el elfo entendió qué eran esos rasgos que se mezclaban con la figura humanoide del relieve; también comprendió el olor a guano, si es que sus “hijos” aún andaban por ahí. Nuestros jóvenes aventureros, no tardarían en descubrir que así era.
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Por su parte, Kylfa, la amada de Iolus el Nigromante, salió apresuradamente de su cubículo, se estiró, sacudió sus enormes orejas, arrugó la nariz y soltó un grito agudo que retumbó por las paredes de la mina de sal. Después de tanto tiempo “dormida” tenía un hambre voraz y aunque sus atrofiados ojos no le permitían verlo, sabía que tenía comida muy cerca. No demasiado lejos, al fondo de la gran caverna en la que descansaba el sarcófago, otros dos agudos gritos respondieron a Kylfa: sus hijos.
- aquí los hijos de Kylfa:
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¿Creíais que los sìth serían el enemigo en esta noche de horror? Podían haberlo sido, pero no iba a hacerles algo así a Narfi y Alisha después de su inspirada interpretación. Así que me he decidido por el plan B: murciélagos. O, más bien, una mujer-bestia murciélago resucitada y sus “hijos”, un par de bestias deformes con mucho hambre y malas pulgas. Supongo que no tengo que deciros qué (a quiénes) planean cenar esta noche.
Tenéis vía libre para improvisar sus movimientos y habilidades. No pueden veros, pero sí oíros y oleros, y sus gritos pueden ser realmente molestos. Es una cuestión de supervivencia personal, así que no tengáis apuro en darles lo suyo.
Alisha: Los sìth no tienen forma de saber acerca de tu obra social gatuna en tu ciudad, pero tus acciones en esta noche han hablado por sí solas y tu oración desinteresada ([Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]) no podía quedarse sin respuesta, aunque fuera dirigida a otro dios. Dejo al aquelarre en tus manos (8 cait sìth y un gato negro), los sìth acudirán en tu ayuda en la batalla. SÓLO POR ESTE TEMA, tienes permiso también para manejar a su líder, con todo lo que ello conlleva ([Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]).
Todos: Por si no hubiera quedado claro, vuestra misión aquí es evitar convertiros en la cena de Kylfa y sus hijos. A cualquier precio.
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
–Claro, yo, uhmmm... esperaré aquí –comentó Narfi al ver al joven elfo tener más interés en el sarcófago que en su seguridad o bienestar.
Para ese entonces, ya Demian y los demás llegaban a socorrerle.
–Tu pierna está hinchada –comentó el joven brujo, nada más llegar–. Puede que se te haya roto algo.
El pequeño Narfi forzó una sonrisa, aunque en sus ojos se notaba dolor. No duró mucho, pronto se tomó la pierna, aunque sin decir nada.
Demian le miró con algo de sorpresa. Si hacía memoria, Narfi no se quejaba a menudo de dolor o cansancio. Sí podía ser muy expresivo para mostrar aburrimiento, fastidio o simplemente su constante curiosidad, pero no le había oído quejarse de dolor. No había reparado realmente en ello hasta ese instante.
–Está bien si te duele –comentó, inclinándose para atenderle.
De su cinturón extrajo una pequeña botella. En su interior había un líquido verdoso. Al sacar la tapa el olor no era para nada agradable. Narfi no perdió tiempo en hacer una notoria arcada y consecuente expresión de asco.
–¿En serio te quejas más del olor que de lo que te ha pasado? –exclamó, forzando el vial hasta la boca de Narfi–. Eso te hará sentir mejor rápidamente, pero p-puede que aún tengamos que revisar ese hueso.
La cara de Narfi se desdibujó en unos primeros instantes, aunque luego notó que la mezcla alquímica no sabía tan mal después de todo.(1)
–No quiero saber de qué está hecho eso –comentó el pequeño, mostrando una inmediata mejoría.
–Para empezar, orina de troll –contestó Demian.
–¡Te dije que no quería saberlo! –protestó Narfi.
Demian se encogió de hombros. Iba a decir algo, hasta alcanzó a mover los labios, pero en ese momento unos ruidos le alertaron. Se giró para mirar y no tardó en ser evidente que unas cosas con alas tenían planes poco agradables para ellos.
Demian se puso de pie, pero no fue hacia las criaturas. En cambio, el joven asesino plantó los pies bien firmes y sus dagas negras levitaron hasta posarse en sus manos. Las sostuvo firme y puso cara de pocos amigos. No es que ello le costase demasiado.
–No se acerquen y no pasará nada –dijo seriamente.
Movió sus labios, susurrando algunas palabras poco discernibles. El Éter en su interior respondió rápidamente. El chico ya era un consumado ilusionista y era hora de hacer uso de su magia.
Una esfera de luz se formó a su alrededor, una esfera de apariencia similar a mirar el sol de frente. Era una luz muy intensa, tanto que podía resultar extremadamente molesta para los ojos de seres humanos. De más está decir que no iba a ser precisamente agradable para un grupo de murciélagos.
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(1) Demian ha usado una Poción de Salud de su inventario en Narfi. Luego de eso ha usado sus ilusiones para generar una luz muy intensa, con la intención de mantener alejadas a las criaturas.
Demian
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Los demás elementos empiezan a bajar, después de todo cada uno tiene motivos imperativos para hacerlo. Merenil es el primero y trae consigo una ruta de salida, el chico elfo es bastante diestro en la exploración.
Demian es el siguiente y mientras su nuevo conocido revisa un extraño descubrimiento, se dedica a atender a su acompañante más directo. Todo esto mientras Zero realiza un escaneo del brujo lastimado.
Fractura estable, daños menores y sin descolocación del hueso “mira de medio lado” el tratamiento es inmovilizar la pierna, evitar su uso y reposar durante tres semanas… a menos que se visite un sanador elfo.
La medicina élfica obra de manera mucho más acelerada que la tradicional, pero no todos pueden costearla fuera de Sandorai. Claro que el pequeño robot sabe bien los recursos de su colega gorrión.
También está la posibilidad de recurrir al propio niño elfo que viene con ellos… aunque sus intereses ahora mismo distan mucho de querer ayudar al grupo. Su parte arqueológica sale a relucir cuando encuentra algo de manufactura inteligente.
A medida que el brujo de rostro inexpresivo sigue atendiendo a su amigo, Z9-42 se acerca lentamente al sitio de interés. No puede evitar mostrarse interesado también dada su lógica bio intrínseca.
Claro que cuando nota las connotaciones peligrosas ya es demasiado tarde para intervenir, una criatura extraña sale del sarcófago recién abierto con un temeroso niño elfo retirándose de complemento.
El pequeño robot toma entonces una postura proteccionista, justo delante del chico de orejas picudas. Después de todo la carne corriente es mucho más frágil que el amplio número de compuestos entrelazados en la piel del chico robot.
La aparición de otras criaturas vuelve la situación más desesperada y es que son numerosas, violentas y tienen hambre. Es la peor combinación que puede encontrarse en un agujero pobremente iluminado.
Demian termina solucionando varios problemas al utilizar sus poderes ilusorios para hacer aparecer una esfera de luz destellante, buena jugada teniendo en cuenta la naturaleza de las criaturas que enfrentan.
Por obvias razones los murciélagos tienen debilidades ante la luz, esto se expande a las criaturas hibridas con esas características. Por desgracia los bizarros seres siguen sin retirarse, dispuestos a esperar.
A juzgar por los apéndices que conforman las criaturas, alcanzar los niveles superiores no es “apuesta segura” de escape. La necesidad de neutralizar al grupo de seres se vuelve cada vez más patente en la mente lógica del niño aumentado.
Estudia entonces el escenario, específicamente los huesos y sus complementos. Tanto aventureros como mineros conforman la mayoría, eso significa multitud de herramientas oxidadas peligrosas, perfectas para…
En un movimiento táctico, Zero pisa cierta espada del suelo, está bastante deteriorada aunque en su idea no importa mucho la calidad. Luego de cargar sus extremidades superiores pasa a arrojar el arma, incrustando a la criatura más pequeña de la pared rocosa.
Demian es el siguiente y mientras su nuevo conocido revisa un extraño descubrimiento, se dedica a atender a su acompañante más directo. Todo esto mientras Zero realiza un escaneo del brujo lastimado.
Fractura estable, daños menores y sin descolocación del hueso “mira de medio lado” el tratamiento es inmovilizar la pierna, evitar su uso y reposar durante tres semanas… a menos que se visite un sanador elfo.
La medicina élfica obra de manera mucho más acelerada que la tradicional, pero no todos pueden costearla fuera de Sandorai. Claro que el pequeño robot sabe bien los recursos de su colega gorrión.
También está la posibilidad de recurrir al propio niño elfo que viene con ellos… aunque sus intereses ahora mismo distan mucho de querer ayudar al grupo. Su parte arqueológica sale a relucir cuando encuentra algo de manufactura inteligente.
A medida que el brujo de rostro inexpresivo sigue atendiendo a su amigo, Z9-42 se acerca lentamente al sitio de interés. No puede evitar mostrarse interesado también dada su lógica bio intrínseca.
Claro que cuando nota las connotaciones peligrosas ya es demasiado tarde para intervenir, una criatura extraña sale del sarcófago recién abierto con un temeroso niño elfo retirándose de complemento.
El pequeño robot toma entonces una postura proteccionista, justo delante del chico de orejas picudas. Después de todo la carne corriente es mucho más frágil que el amplio número de compuestos entrelazados en la piel del chico robot.
La aparición de otras criaturas vuelve la situación más desesperada y es que son numerosas, violentas y tienen hambre. Es la peor combinación que puede encontrarse en un agujero pobremente iluminado.
Demian termina solucionando varios problemas al utilizar sus poderes ilusorios para hacer aparecer una esfera de luz destellante, buena jugada teniendo en cuenta la naturaleza de las criaturas que enfrentan.
Por obvias razones los murciélagos tienen debilidades ante la luz, esto se expande a las criaturas hibridas con esas características. Por desgracia los bizarros seres siguen sin retirarse, dispuestos a esperar.
A juzgar por los apéndices que conforman las criaturas, alcanzar los niveles superiores no es “apuesta segura” de escape. La necesidad de neutralizar al grupo de seres se vuelve cada vez más patente en la mente lógica del niño aumentado.
Estudia entonces el escenario, específicamente los huesos y sus complementos. Tanto aventureros como mineros conforman la mayoría, eso significa multitud de herramientas oxidadas peligrosas, perfectas para…
En un movimiento táctico, Zero pisa cierta espada del suelo, está bastante deteriorada aunque en su idea no importa mucho la calidad. Luego de cargar sus extremidades superiores pasa a arrojar el arma, incrustando a la criatura más pequeña de la pared rocosa.
- Off:
- Zero usa su habilidad de Lvl 1 (Golpes cargados)
Z9-42
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Justo acababa de poner sus pies en ese dichoso agujero, después de asegurar una cuerda, cuando el niño hubo acabado de leer la siniestra frasecilla. Si hubiera llegado antes, le habría dicho que leer inscripciones tétricas y/o apocalípticas en sarcófagos, puertas o en general cualquier cosa que pudiera contener algo más grande que un bocadillo era muy mala idea y una superstición que existía por un motivo. Y allí estaban, después de una pausa dramática, el maldito sarcófago se abrió.
No por la frase, pero estaba demasiado lejos y en general oscuro para saber eso. –Te lo dije.- murmuró por lo bajo mientras sacaba su fiel ballesta. Solo era una mujer bestia, sin problema, es decir, puede que su amado solo hubiera ido a comprar el pan, 2 días de viaje siendo generosos, y que no hubieran despertado en realidad a un ser centenario y/o no-muerto. Puede que estuviera de suerte hoy.
Entonces escucho los chillidos de respuesta y empezó a dudar cada vez más de su teoría del pan. Bien, tenía que pensar un plan, porque eran ella, cuatro críos y un montón de gatos que habrían salido por patas si eran listos, así que recaí sobre ella hacer algo al respecto. Y entonces un sol explotó en su espalda.
La buena noticia era que no estaba convirtiéndose en ceniza, así que “sol” era más bien una metáfora. Y desde luego esperaba que mantuviera a los murciélagos a raya, un rato al menos, al fin y al cabo, esos parecían tener mucha hambre. La mala era que había tres monstruos, así que le faltaban manos. Miró a los niños, para asegurarse de que no estaban siendo horriblemente devorados, pero no, uno hasta estaba enfrentándose al más pequeño de los monstruos. Confiaría en el de momento.
Eso dejaba dos, intentaría encargarse del otro murcie-cosa lo más rápido que pudiera y luego iría a por la mujer. Y entonces un maullido la distrajo, nueve pares de ojos mirándola en la oscuridad de la cueva, gracias al reflejo de la luz. Y también distrajeron al murciélago, un horrible bichejo que andaba a cuatro patas… como todo murciélago seguramente, nunca había visto uno andar la verdad. –Cuidado pequeños, ¡no os acerquéis!- Pero el monstruo ya se estaba acercando a los mininos, así que ella tuvo que lanzarse a la carrera a su vez.
Le faltaban como veinte quilos para que sus placajes fueran espectaculares, pero los murciélagos no eran famosos por su peso tampoco, por algo volaban, así que el bichejo también se tambaleo hacia atrás, lo que le dio la oportunidad de seguir atacando, aunque dudo un momento. Habría jurado que el bicho se había vuelto más oscuro por un momento, y su propia piel había brillado. Un truco de la luz seguro.
Eso le dio la oportunidad al murciélago de abrir su horrible bocaza y gritar horriblemente fuerte, pero en vez de ponerse las manos en los oídos, que ella sabía, no serviría de nada a unos treinta centímetros de la fuente, le disparó con la ballesta. Eso le calló bien, aunque le hubiera dado en la pierna. Y luego le gritó bien fuerte en la cara antes de estamparle el laúd en la cabeza.
No voy a usar a esos preciosos y frágiles mininos en combate, ¡tengo corazón! Pero no hace falta realmente, los gatetes se quedaran a salvo, bendiciendo/maldiciendo, si es que saben siquiera y, más importante, asegurándonos de que esos pseudonomuertos se queden muertos de verdad, o que mueran con la misma facilidad con la que lo haría un ser vivo…. Nose, necro-mumbojumbo o algo.
O solo hacen bonito mientras nos animan, nunca lo sabremos (?)
No por la frase, pero estaba demasiado lejos y en general oscuro para saber eso. –Te lo dije.- murmuró por lo bajo mientras sacaba su fiel ballesta. Solo era una mujer bestia, sin problema, es decir, puede que su amado solo hubiera ido a comprar el pan, 2 días de viaje siendo generosos, y que no hubieran despertado en realidad a un ser centenario y/o no-muerto. Puede que estuviera de suerte hoy.
Entonces escucho los chillidos de respuesta y empezó a dudar cada vez más de su teoría del pan. Bien, tenía que pensar un plan, porque eran ella, cuatro críos y un montón de gatos que habrían salido por patas si eran listos, así que recaí sobre ella hacer algo al respecto. Y entonces un sol explotó en su espalda.
La buena noticia era que no estaba convirtiéndose en ceniza, así que “sol” era más bien una metáfora. Y desde luego esperaba que mantuviera a los murciélagos a raya, un rato al menos, al fin y al cabo, esos parecían tener mucha hambre. La mala era que había tres monstruos, así que le faltaban manos. Miró a los niños, para asegurarse de que no estaban siendo horriblemente devorados, pero no, uno hasta estaba enfrentándose al más pequeño de los monstruos. Confiaría en el de momento.
Eso dejaba dos, intentaría encargarse del otro murcie-cosa lo más rápido que pudiera y luego iría a por la mujer. Y entonces un maullido la distrajo, nueve pares de ojos mirándola en la oscuridad de la cueva, gracias al reflejo de la luz. Y también distrajeron al murciélago, un horrible bichejo que andaba a cuatro patas… como todo murciélago seguramente, nunca había visto uno andar la verdad. –Cuidado pequeños, ¡no os acerquéis!- Pero el monstruo ya se estaba acercando a los mininos, así que ella tuvo que lanzarse a la carrera a su vez.
Le faltaban como veinte quilos para que sus placajes fueran espectaculares, pero los murciélagos no eran famosos por su peso tampoco, por algo volaban, así que el bichejo también se tambaleo hacia atrás, lo que le dio la oportunidad de seguir atacando, aunque dudo un momento. Habría jurado que el bicho se había vuelto más oscuro por un momento, y su propia piel había brillado. Un truco de la luz seguro.
Eso le dio la oportunidad al murciélago de abrir su horrible bocaza y gritar horriblemente fuerte, pero en vez de ponerse las manos en los oídos, que ella sabía, no serviría de nada a unos treinta centímetros de la fuente, le disparó con la ballesta. Eso le calló bien, aunque le hubiera dado en la pierna. Y luego le gritó bien fuerte en la cara antes de estamparle el laúd en la cabeza.
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No voy a usar a esos preciosos y frágiles mininos en combate, ¡tengo corazón! Pero no hace falta realmente, los gatetes se quedaran a salvo, bendiciendo/maldiciendo, si es que saben siquiera y, más importante, asegurándonos de que esos pseudonomuertos se queden muertos de verdad, o que mueran con la misma facilidad con la que lo haría un ser vivo…. Nose, necro-mumbojumbo o algo.
O solo hacen bonito mientras nos animan, nunca lo sabremos (?)
Alisha Lessard
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Demian siguió examinando el combate con ojos atentos, mientras mantenía una postura protectora en el lugar en donde descansaba Narfi. Usar un ataque directo sobre la que parecía la líder bien podía acabar con los problemas, pero no iba a dejar a Narfi a su suerte en un ambiente tan desconocido. No, de momento no iba a atacar, sólo usar su magia.
–Algún día me tienes que enseñar a hacer eso del sol –comentó el más joven, al parecer no muy preocupado por la complicada situación en que se encontraba. Podía decirse que confiaba ciegamente en quienes le protegían.
–Ya, pero seguro la haces explotar –contestó Demian, esbozando un intento de sonrisa.
Narfi se encogió de hombros y emitió lo que mejor puede describirse como una mezcla entre una risa y un suspiro.
–Ignis Fatuus –pronunció Demian en voz apenas perceptible.
Al instante, llamas de un verde azulado emergieron de sus manos para flotar, formando tres esferas candentes. En las llamas podían apreciarse, si uno miraba con detenimiento, lo que parecían rostros sufrientes, como almas en pena.
–Eso también debes enseñármelo –prosiguió Narfi con descuido.
El hechizo de Demian dejó su espacio para lanzarse hacia los tres enemigos presentes. Las llamas se adhirieron a sus cuerpos, mas no causaban daño real. La piel de ellos seguía intacta en donde las llamas se pegaban, pero... pero su conducta no daba a entender lo mismo.(*)
–Aunque ese hechizo es muy cruel –comentó Narfi.
En efecto, lo era. El Ignis Fatuus era una ilusión destinada a debilitar a los enemigos mediante sufrimiento puro, generándoles la sensación de estar quemándose vivos, sin un momento de descanso.
–Si nos dejan en paz lo cancelo –prometió Demian a su joven compañero.
Narfi asintió. En su joven mente se preguntaba si torturar a tu enemigo mediante ilusiones contaba como ser bondadoso, al no matarlos, o como ser cruel. No lograba tener una respuesta clara a ello.
Los chillidos resonaron con fuerza por la cueva.
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(*) Demian ha usado Ignis Fatuus, su habilidad que puede hacer sentir a los enemigos como que se queman en vida.
Demian
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Afortunadamente Zero esta con un grupo competente y no es el único que logra avance, los otros frentes consiguen resultados viables también dejando las cosas un poco más fáciles, pero todo se debe desglosar primero claro.
Alisha centra sus esfuerzos en el animal cuadrúpedo, lastima una de sus extremidades con cierto proyectil antes de pasar a ataques más contundentes… con un arma poco convencional sin lugar a dudas.
Si bien la criatura parece continuar respirando, tardara en recuperarse. Podría contarse como un punto a favor aunque la necesidad de un “remate” sea patente, algo para más adelante pues de momento la ronda sigue.
En su misma posición y protegiendo al herido Narfi, Demian hace gala de sus habilidades ilusorias para generar un extraño fuego. Lo cierto es que Z9-42 no sabía que su amigo podía desencadenar manifestaciones ígneas pero ahora mismo cae “como anillo al dedo”.
Las curiosas llamas se expanden por entre los enemigos con asombrosa rapidez y sin respetar mucho la lógica natural, eso deja entrever que no se trata de energía calórica corriente aunque de igual forma parecen causar algún tipo de efecto adverso en los hostiles.
Sigue quedando la amenaza más difícil de todas, la criatura del sarcófago. Si las palabras leídas por Merenil pueden interpretarse como verdad están ante una madre, elemento que a todas luces puede resultar más peligroso que meros hijos.
Aprovechando que sus extremidades superiores siguen cargadas todavía, la pequeña maquina toma el enfoque más directo. Redistribuye la energía en los cuatro puntos para tener mejores capacidades y arremete.
Como si fuera un carruaje descontrolado, se lanza sobre la bestia. Es rápida y tiene una fortaleza formidable, pero Zero no es un elemento fácil de combatir tampoco. El niño termina desplegando tanto su armadura como sus guantes especiales de combate para maximizar aún más los estándares poseídos.
Entonces golpea, esquiva y golpea, salta encima y golpea. Una serie de combos que no se detienen, alineados de manera óptima por su matriz combativa mejorada. Solo toma pocos minutos ver los resultados en forma de sangre contraria.
El combate singular siempre ha sido muy grotesco, algo que contrasta bastante con la noble naturaleza del niño aumentado… pero es el estilo de combate que domina, se consuela internamente sabiendo que una victoria rápida significa menos sufrimiento para todos los involucrados.
Es en un particular descuido que la joven creación es arrojada a un lado, justo allí puede divisar algo que parece no tener cabida en un sitio tan peculiar. Varios gatitos observan todo con ojos concentrados.
Esto… se pone raro.
Zero es sujetado entonces de una pierna, pero consigue liberarse gracias a cierta patada. Lo siguiente que hace es subirse otra vez en la criatura murciélago y tirar de la cabeza, tirar como si tratara de arrancar una piedra del suelo.
Lo que en un principio eran movimientos contrarios molestos no tardan en volverse alaridos de dolor, solo en el punto más álgido de los chillidos es que se escucha un “crack” grotesco que acaba con todas las muestras de vida.
Para bien o para mal el chico robot no se detiene hasta que arranca la cabeza completa, con todo lo que eso implica. Luego de arrojar el apéndice a un lado, no puede evitar recostarse de la pared rocosa mientras observa sus manos ensangrentadas con los ojos abiertos de par en par.
Respira, cierra los ojos, vuelve a respirar y luego los abre. Solo así consigue tranquilizarse un poco y es que arrancarle la cabeza a un ser vivo inteligente no es algo agradable de hacer, incluso aunque la criatura en cuestión haya sido violenta.
¿Están… están bien?
Alisha centra sus esfuerzos en el animal cuadrúpedo, lastima una de sus extremidades con cierto proyectil antes de pasar a ataques más contundentes… con un arma poco convencional sin lugar a dudas.
Si bien la criatura parece continuar respirando, tardara en recuperarse. Podría contarse como un punto a favor aunque la necesidad de un “remate” sea patente, algo para más adelante pues de momento la ronda sigue.
En su misma posición y protegiendo al herido Narfi, Demian hace gala de sus habilidades ilusorias para generar un extraño fuego. Lo cierto es que Z9-42 no sabía que su amigo podía desencadenar manifestaciones ígneas pero ahora mismo cae “como anillo al dedo”.
Las curiosas llamas se expanden por entre los enemigos con asombrosa rapidez y sin respetar mucho la lógica natural, eso deja entrever que no se trata de energía calórica corriente aunque de igual forma parecen causar algún tipo de efecto adverso en los hostiles.
Sigue quedando la amenaza más difícil de todas, la criatura del sarcófago. Si las palabras leídas por Merenil pueden interpretarse como verdad están ante una madre, elemento que a todas luces puede resultar más peligroso que meros hijos.
Aprovechando que sus extremidades superiores siguen cargadas todavía, la pequeña maquina toma el enfoque más directo. Redistribuye la energía en los cuatro puntos para tener mejores capacidades y arremete.
Como si fuera un carruaje descontrolado, se lanza sobre la bestia. Es rápida y tiene una fortaleza formidable, pero Zero no es un elemento fácil de combatir tampoco. El niño termina desplegando tanto su armadura como sus guantes especiales de combate para maximizar aún más los estándares poseídos.
Entonces golpea, esquiva y golpea, salta encima y golpea. Una serie de combos que no se detienen, alineados de manera óptima por su matriz combativa mejorada. Solo toma pocos minutos ver los resultados en forma de sangre contraria.
El combate singular siempre ha sido muy grotesco, algo que contrasta bastante con la noble naturaleza del niño aumentado… pero es el estilo de combate que domina, se consuela internamente sabiendo que una victoria rápida significa menos sufrimiento para todos los involucrados.
Es en un particular descuido que la joven creación es arrojada a un lado, justo allí puede divisar algo que parece no tener cabida en un sitio tan peculiar. Varios gatitos observan todo con ojos concentrados.
Esto… se pone raro.
Zero es sujetado entonces de una pierna, pero consigue liberarse gracias a cierta patada. Lo siguiente que hace es subirse otra vez en la criatura murciélago y tirar de la cabeza, tirar como si tratara de arrancar una piedra del suelo.
Lo que en un principio eran movimientos contrarios molestos no tardan en volverse alaridos de dolor, solo en el punto más álgido de los chillidos es que se escucha un “crack” grotesco que acaba con todas las muestras de vida.
Para bien o para mal el chico robot no se detiene hasta que arranca la cabeza completa, con todo lo que eso implica. Luego de arrojar el apéndice a un lado, no puede evitar recostarse de la pared rocosa mientras observa sus manos ensangrentadas con los ojos abiertos de par en par.
Respira, cierra los ojos, vuelve a respirar y luego los abre. Solo así consigue tranquilizarse un poco y es que arrancarle la cabeza a un ser vivo inteligente no es algo agradable de hacer, incluso aunque la criatura en cuestión haya sido violenta.
¿Están… están bien?
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- Zero sigue usando su habilidad de Lvl 1 (Golpes cargados)
Z9-42
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Re: Noche de horror infantil [Libre] [Samhain 2019] [Cerrado]
Estaba bastante segura de que su laúd estaba roto, no sabía si completamente inutilizable o solo iba a dar tristes notas, pero desde luego había visto mejores momentos. Por no hablar de la sangre y algo rosa que esperaba, no fueran sesos. En cualquier caso, algo verde atizo a su murciélago, y luego uno de los chicos empezó a golpearlo brutalmente. Miró, por si había huido del otro murciélago, pero no, allí seguía, clavado a la pared.
También estaba intentando mirar a cualquier otro lado menos a su enemigo, puesto que estaba sufriendo un…como decirlo, inusitado grado de violencia. Volvió a armarse con la ballesta, buscando una posibilidad para acabar con el sufrimiento de la pobre criatura, pero el niño estaba en medio, y tampoco quería herirlo, la estaba protegiendo al fin y al cabo, aunque…salpicara un poco.
Al menos estaba atenta y se apartó cuando las salpicaduras de sangre provocadas por la decapitación saltaron en su zona.
-Lo hicimos, ¡ganamoooos!- dio un saltito, mientras giraba, y entonces se agacho, poniendo la palma frente a los felinos. –¡Chócala!- el gato más al frente pareció dudar un poco, antes de poner la patita ante su mano. Solo entonces se dio cuenta de que los gritos de dolor seguían y recordó que había otro bicho allí con ellos. Era curioso como los gritos de dolor se volvían rápidamente sonido de fondo. La de la inscripción tétrica. –Oh… Quedaros aquí, ¡yo me encargo!- les dijo a los felinos, que hicieron un poco lo que les dio la gana, siguiéndola de cerca. La que quedaba era la madre. También, potencialmente, o muy antigua o no-muerta. Pero más importante, lucia hambrienta y acababan de cargarse a sus hijos, así que esperar que simplemente volviera al sarcófago y dejaran que la encerraran otra vez era…dudoso.
Así que disparo la ballesta. Nadie que quisiera hacer daño a sus gatitos podía ser buena persona, así que virote en todo el estómago iban a llevarse.
También estaba intentando mirar a cualquier otro lado menos a su enemigo, puesto que estaba sufriendo un…como decirlo, inusitado grado de violencia. Volvió a armarse con la ballesta, buscando una posibilidad para acabar con el sufrimiento de la pobre criatura, pero el niño estaba en medio, y tampoco quería herirlo, la estaba protegiendo al fin y al cabo, aunque…salpicara un poco.
Al menos estaba atenta y se apartó cuando las salpicaduras de sangre provocadas por la decapitación saltaron en su zona.
-Lo hicimos, ¡ganamoooos!- dio un saltito, mientras giraba, y entonces se agacho, poniendo la palma frente a los felinos. –¡Chócala!- el gato más al frente pareció dudar un poco, antes de poner la patita ante su mano. Solo entonces se dio cuenta de que los gritos de dolor seguían y recordó que había otro bicho allí con ellos. Era curioso como los gritos de dolor se volvían rápidamente sonido de fondo. La de la inscripción tétrica. –Oh… Quedaros aquí, ¡yo me encargo!- les dijo a los felinos, que hicieron un poco lo que les dio la gana, siguiéndola de cerca. La que quedaba era la madre. También, potencialmente, o muy antigua o no-muerta. Pero más importante, lucia hambrienta y acababan de cargarse a sus hijos, así que esperar que simplemente volviera al sarcófago y dejaran que la encerraran otra vez era…dudoso.
Así que disparo la ballesta. Nadie que quisiera hacer daño a sus gatitos podía ser buena persona, así que virote en todo el estómago iban a llevarse.
Alisha Lessard
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