Niebla en la cumbre. [Trabajo Chimar; Demian] [CERRADO]
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Re: Niebla en la cumbre. [Trabajo Chimar; Demian] [CERRADO]
En cierto modo Maquiavelo pasa las dos horas creando un plano mental de cierto invento, una maquina capaz de transformar energía corriente en fuerza mecánica aplicable. Bastante alejado de las vertientes hibridas de su padre pero igual de funcional.
Canel le tira de una manga cuando llega el momento de poner atención, el enano tiene su utilidad pese a todo. Más abajo, un arreglado Eduardo y su espeluznante padre aparecen para luego ser atendidos por el servicio.
Sin duda se nota la aversión en esa mesa, no se sabe bien quien odia más a quien. Es bastante doloroso para Chimar ver una relación padre e hijo tan mala, especialmente si tenemos en cuenta que su progenitor fue un santo.
Luego de incomodos momentos, Demian mueve ficha. Crea un asesino bastante raro pero funcional, dicha ilusión avanza a paso ligero dispuesta a emular un intento de asesinato siguiendo el manual.
El niño ilusorio más pequeño asiente ante las palabras de la elfa, seguirá el plan que le indiquen. Cuando los gritos se manifiestan, parece que todo va de acuerdo al libreto… nada más alejado de la realidad sin duda.
Vale destacar que el primer asesino no comete error alguno al dejarse pillar, era parte del plan. Todo toma una senda extraña cuando otro elemento entra por la cocina, dejando mucha sangre a su paso.
Rayos… perdí la apuesta.
Dice mientras deposita cinco aeros en uno de los bolsillos de su hermanito, eso le pasa por hacer apuestas espontaneas con un vidente. Tal parece que la locura del noble si tenía buenos fundamentos al final.
Con una destreza jodidamente buena, el matón despacha a los guardias en dos movimientos dejando solo a la ilusión de Dem como único contrincante. La cosa pinta bastante mal para el pobre diablo atormentado.
Niniel no tarda en intervenir cuando nota la abrumadora desventaja del elemento que les contrato en un principio, vale destacar que Chimar y su amiguito salen poco después listos para prestar apoyo.
Lo primero que hace Maquiavelo es dispararle un virote al asesino, por desgracia dicho personaje le esquiva con una pirueta. Tal escena hace que el inventor arquee su ceja derecha pues no es fácil eludir un proyectil de velocidad.
Ah genial, un asesino payaso.
Creo que les dicen ninjas...
Canel le tira de una manga cuando llega el momento de poner atención, el enano tiene su utilidad pese a todo. Más abajo, un arreglado Eduardo y su espeluznante padre aparecen para luego ser atendidos por el servicio.
Sin duda se nota la aversión en esa mesa, no se sabe bien quien odia más a quien. Es bastante doloroso para Chimar ver una relación padre e hijo tan mala, especialmente si tenemos en cuenta que su progenitor fue un santo.
Luego de incomodos momentos, Demian mueve ficha. Crea un asesino bastante raro pero funcional, dicha ilusión avanza a paso ligero dispuesta a emular un intento de asesinato siguiendo el manual.
El niño ilusorio más pequeño asiente ante las palabras de la elfa, seguirá el plan que le indiquen. Cuando los gritos se manifiestan, parece que todo va de acuerdo al libreto… nada más alejado de la realidad sin duda.
Vale destacar que el primer asesino no comete error alguno al dejarse pillar, era parte del plan. Todo toma una senda extraña cuando otro elemento entra por la cocina, dejando mucha sangre a su paso.
Rayos… perdí la apuesta.
Dice mientras deposita cinco aeros en uno de los bolsillos de su hermanito, eso le pasa por hacer apuestas espontaneas con un vidente. Tal parece que la locura del noble si tenía buenos fundamentos al final.
Con una destreza jodidamente buena, el matón despacha a los guardias en dos movimientos dejando solo a la ilusión de Dem como único contrincante. La cosa pinta bastante mal para el pobre diablo atormentado.
Niniel no tarda en intervenir cuando nota la abrumadora desventaja del elemento que les contrato en un principio, vale destacar que Chimar y su amiguito salen poco después listos para prestar apoyo.
Lo primero que hace Maquiavelo es dispararle un virote al asesino, por desgracia dicho personaje le esquiva con una pirueta. Tal escena hace que el inventor arquee su ceja derecha pues no es fácil eludir un proyectil de velocidad.
Ah genial, un asesino payaso.
Creo que les dicen ninjas...
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Re: Niebla en la cumbre. [Trabajo Chimar; Demian] [CERRADO]
La llegada de un asesino de verdad no estaba en las planes, pero... ¿era tan malo?
Podía simplemente esperar allí y dejar que el asesino hiciera su intento. Si triunfaba o fallaba iba a ser algo bueno. Si lograba asesinar al viejo, era un problema menos, si no lo lograba, su grupo quedaba como héroes.
Por otro lado, bien podía aprovechar el revuelo para usar su propio asesino ilusorio para acabar con el viejo.
–Al diablo –dijo, de tal manera de Arty pareció mirarle extrañado... si su rostro se lo permitiese, claro –. Entonces el asesino reveló su verdadera identidad. No se trataba de una persona, no en el sentido t-tradicional. Lo que allí había era un fantasma.
Más abajo, el asesino dejaba caer su máscara para revelar un rostro esquelético, literalmente esquelético, con trozos de carne a la vista. Sus manos dejaron caer unos guantes para revelar dedos de hueso y sus pies se elevaron del piso.
El fantasma se arrojó en contra del asesino verdadero, haciendo aparecer cuchillas de sus dedos, como si surgieran de los propios huesos. La lucha se tornó violenta e impresionante, con ambas figuras mostrando agilidad y determinación en el combate. Las acrobacias, los saltos, los ataques a matar, todo aquello era un verdadero espectáculo.
Eventualmente, el fantasma fue derrotado por aquel asesino. Demian generó la imagen de huesos que se deshacían, como si de pronto envejecieran cientos de años, hasta convertirse en un polvo que se llevó el viento. Lo bueno es que, a pesar de perder, había causado una buena cantidad de daño.
En ese momento, Demian había bajado del techo y tres figuras fantasmales emergían desde el piso, flotando hasta disolverse y convertirse en tres llamas azules a su alrededor.(1)
–Irónico –dice–, pues serán fantasmas los que cobrarán venganza sobre un asesino.
El asesino aún parece querer dar lucha y avanza hacia el chico, pero éste libera las llamas, que se pegan a su objetivo. Fue evidente que hicieron su efecto y causaron mucho dolor en el afectado, aún cuando parecía bien entrenado para soportarlo.
–Ahora vamos a sentarnos un poco y m-me vas a decir quién te ha enviado –dice el chico con decisión–, eso o te voy a quemar vivo de aquí hasta la próxima semana, hasta que se te suelte la le-lengua.
Demian habla en serio.
El asesino parece reunir sus fuerzas para avanzar y atacar, pero el chico reacciona defensivamente, retrocediendo. Entonces Demian conecta un golpe con su daga, pero no ha ido a matar, sólo a causar un daño leve. La reacción de las llamas es crecer, incendiarse y causar mucho dolor.
–Puedo hacer esto todo el día –dice con calma. Habla completamente en serio.
Demian logra conectar una patada en las piernas del sujeto, pero éste no parece reaccionar tanto a ella como a la descarga que las llamas azules hacen sobre su ser.
–Por cierto, tengo hechizos aún peores... ¿vas a decirme quién te ha enviado? –insiste el chico, mostrando una gran calma
El asesino no parece aún derrotado y carga, logrando hacerle un corte en la pierna a Demian, pero éste vuelve a darle con suavidad, sin intención de dañar, sino de causar que el dolor de su ilusión termine por mermar la voluntad del sujeto.
Es como un gato jugando con una presa.
–Habla o seguiré.
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(1) Demian ha usado su habilidad de nivel 5: Ignis Fatuus, que genera 3 llamas ilusorias que pega al asesino. Estas llamas causan un dolor muy intenso. Dura 3 turnos.
Demian
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Re: Niebla en la cumbre. [Trabajo Chimar; Demian] [CERRADO]
Terminado el juego del escondite y con todas las cartas sobre la mesa, al menos Níniel esperaba que fueran todas, aunque no podía descartar que hubiera más asesinos visto lo visto, la cosa se simplificaba un poco. Tan pronto como acabaran con el atacante sus nombres quedarían libres de toda sospecha y su misión sería completada si todo iba según el plan...Salvo que tu nombre fuera Demian y aún tuvieras una imprudente promesa que cumplir, claro.
En cualquier caso, y como les gusta decir a los orejas redondas, "no vendas la piel del oso antes de cazarlo". Puede que tuvieran la mejor posición y los números a su favor para variar, pero como pronto demostró su enemigo esquivando un virote de ballesta a corta distancia, no podían confiarse. ¿Quién podía asegurarles que aquel asesino no conocía un par de trucos o tres como ellos mismos? ¿O que no tuviera algún tipo de arma o artefacto inusual y peligroso? Níniel había visto tantas cosas a esas alturas...
-No bajéis la guardia. Es rápido.- Instó la joven elfa tratando de percibir algún objeto mágico o técnica basada en el éter en su adversario, tal vez algo que explicara semejante destreza muy poco habitual. Preparando una defensa adecuada para tal posibilidad mientras que Catherine tomaba una posición más agresiva ante ella. La felina, incapaz de detectar la magia, se centraba en la posición de su cuerpo y la tensión de sus músculos para predecir un movimiento de índole física. Sus ojos rojos reflejaban lo dispuesta que estaba a asestar un golpe letal a la mínima que cualquier intento menor no fuese eficiente.
-No tanto como se cree.- Se jactó bajando su perfil para ser un blanco más pequeño y desplegando sus garras. En cierto modo enfrentarte a alguien con un entrenamiento similar al suyo le resultaba especialmente satisfactorio. Algo similar a lo que debían de sentir los caballeros al medir sus fuerzas en liza y lo que debían de sentir los magos...en el caso de haber estudiado en algún tipo de institución que premiase la competitividad. -Si me quedo con su cabeza tal vez haya una bonificación.- Añadió mirando a lord Nestor, que había retrocedido ya hasta la pared tras ellos sin comprender bien la situación pero entendiendo que aquellos recién llegados eran sus aliados, a pesar de lo que los guardias habían dicho de ellos. su hijo también se había puesto a salvo tras Demian, aunque no gracias a la ayuda de su padre.
-¿Oro? Sí, mucho oro si me salváis. Si lo matáis. ¡Matadlo!- Apremió con su voz dando agudos gritos de pánico.
-¿Véis como no es tan malo?- Se burló Catherine dispuesta a atacar. Pero sería Demian quien tomaría la iniciativa. De nuevo haciendo gala de un aura siniestra para ello. Si Catherine ya parecía estar en su medio en pleno combate, lo del brujo parecía un auténtico regocijo a la hora de hacer daño.
-Maldito mocoso. No te des tantos aires. Como si no hubiese tratado antes con otros de los tuyos.- Bramó el asesino, víctima de la magia tortuosa del ilusionista. -Claro que sé quién eres. ¿Por qué crees si no que iba a hacer venir aquí a alguien como tú?- Añadió escupiendo las palabras. -Solo eras mi cabeza de turco. Tú el asesino del tatuaje que mató a Lord Nestor, a su hijo y a los héroes que contrató su fiel servidor y consejero para protegerlo sin éxito. El único que siempre creyó realmente en su señor y sus sueños premonitorios. El que le advirtió de los devaneos de su "infiel" mujer con ese caballero de baja estofa...- Explotó finalmente el hombre, presa del enfado y el dolor.
-Me lo habéis puesto difícil, haciendo que ese obtuso capitán sospechara de mi antes de terminar de prepararlo todo. Poniendo a toda la guardia en alerta además...Ni siquiera sé cómo habéis llegado hasta aquí con medio centenar de hombres tras vosotros...Pero ya da igual. Llevo mucho tiempo preparando esto como para que un par de inconvenientes lo arruinen. De hecho ya que estáis todos aquí...No veo por qué no puedo volver al plan original...- Amenazó a pesar de seguir presa de la magia de Demian.
-Creo que alguien aquí no entiende lo jodido que está.- Dijo la felina pelirroja al borde de la carcajada ante tales amenazas provenientes de un tipo ya contra las cuerdas. Ni siquiera habían tenido que esforzarse para someterlo y aún así creía tener la sartén por el mango. Ridículo.
-En eso vamos a estar de acuerdo...- Fue la respuesta del asesino antes de tirar de un pequeño cable de su guante derecho y desplegar lo que parecía un pequeño pergamino inscrito con un intrincado lenguaje mágico. Las letras comenzaron a brillar de un color rojo intenso y luego a desvanecerse. Níniel apenas sí tuvo tiempo de reaccionar al reconocer aquello.
-Ma seshield*- Pronunció antes de que una potente ráfaga de fuego brotara de aquel pergamino, dispuesta a calcinarlo todo a su paso.
Cuando el fuego hubo cesado medio comedor estaba destrozado y quemado, y los restos de las llamas prendían cortinas y botellas de alcohol rotas, amenazando con extenderse. Solo dos partes del mismo permanecían intactas. La primera la parte donde se encontraba el asesino, riendo por haber matado a aquellas molestias y haberse salido con la suya. La otra, oculta a los ojos del asesino por una cortina de humo, era la parte en la que Níniel había conjurado su esfera protectora de luz pura, creando dentro de ella un espacio protegido de todo daño.
En cualquier caso, y como les gusta decir a los orejas redondas, "no vendas la piel del oso antes de cazarlo". Puede que tuvieran la mejor posición y los números a su favor para variar, pero como pronto demostró su enemigo esquivando un virote de ballesta a corta distancia, no podían confiarse. ¿Quién podía asegurarles que aquel asesino no conocía un par de trucos o tres como ellos mismos? ¿O que no tuviera algún tipo de arma o artefacto inusual y peligroso? Níniel había visto tantas cosas a esas alturas...
-No bajéis la guardia. Es rápido.- Instó la joven elfa tratando de percibir algún objeto mágico o técnica basada en el éter en su adversario, tal vez algo que explicara semejante destreza muy poco habitual. Preparando una defensa adecuada para tal posibilidad mientras que Catherine tomaba una posición más agresiva ante ella. La felina, incapaz de detectar la magia, se centraba en la posición de su cuerpo y la tensión de sus músculos para predecir un movimiento de índole física. Sus ojos rojos reflejaban lo dispuesta que estaba a asestar un golpe letal a la mínima que cualquier intento menor no fuese eficiente.
-No tanto como se cree.- Se jactó bajando su perfil para ser un blanco más pequeño y desplegando sus garras. En cierto modo enfrentarte a alguien con un entrenamiento similar al suyo le resultaba especialmente satisfactorio. Algo similar a lo que debían de sentir los caballeros al medir sus fuerzas en liza y lo que debían de sentir los magos...en el caso de haber estudiado en algún tipo de institución que premiase la competitividad. -Si me quedo con su cabeza tal vez haya una bonificación.- Añadió mirando a lord Nestor, que había retrocedido ya hasta la pared tras ellos sin comprender bien la situación pero entendiendo que aquellos recién llegados eran sus aliados, a pesar de lo que los guardias habían dicho de ellos. su hijo también se había puesto a salvo tras Demian, aunque no gracias a la ayuda de su padre.
-¿Oro? Sí, mucho oro si me salváis. Si lo matáis. ¡Matadlo!- Apremió con su voz dando agudos gritos de pánico.
-¿Véis como no es tan malo?- Se burló Catherine dispuesta a atacar. Pero sería Demian quien tomaría la iniciativa. De nuevo haciendo gala de un aura siniestra para ello. Si Catherine ya parecía estar en su medio en pleno combate, lo del brujo parecía un auténtico regocijo a la hora de hacer daño.
-Maldito mocoso. No te des tantos aires. Como si no hubiese tratado antes con otros de los tuyos.- Bramó el asesino, víctima de la magia tortuosa del ilusionista. -Claro que sé quién eres. ¿Por qué crees si no que iba a hacer venir aquí a alguien como tú?- Añadió escupiendo las palabras. -Solo eras mi cabeza de turco. Tú el asesino del tatuaje que mató a Lord Nestor, a su hijo y a los héroes que contrató su fiel servidor y consejero para protegerlo sin éxito. El único que siempre creyó realmente en su señor y sus sueños premonitorios. El que le advirtió de los devaneos de su "infiel" mujer con ese caballero de baja estofa...- Explotó finalmente el hombre, presa del enfado y el dolor.
-Me lo habéis puesto difícil, haciendo que ese obtuso capitán sospechara de mi antes de terminar de prepararlo todo. Poniendo a toda la guardia en alerta además...Ni siquiera sé cómo habéis llegado hasta aquí con medio centenar de hombres tras vosotros...Pero ya da igual. Llevo mucho tiempo preparando esto como para que un par de inconvenientes lo arruinen. De hecho ya que estáis todos aquí...No veo por qué no puedo volver al plan original...- Amenazó a pesar de seguir presa de la magia de Demian.
-Creo que alguien aquí no entiende lo jodido que está.- Dijo la felina pelirroja al borde de la carcajada ante tales amenazas provenientes de un tipo ya contra las cuerdas. Ni siquiera habían tenido que esforzarse para someterlo y aún así creía tener la sartén por el mango. Ridículo.
-En eso vamos a estar de acuerdo...- Fue la respuesta del asesino antes de tirar de un pequeño cable de su guante derecho y desplegar lo que parecía un pequeño pergamino inscrito con un intrincado lenguaje mágico. Las letras comenzaron a brillar de un color rojo intenso y luego a desvanecerse. Níniel apenas sí tuvo tiempo de reaccionar al reconocer aquello.
-Ma seshield*- Pronunció antes de que una potente ráfaga de fuego brotara de aquel pergamino, dispuesta a calcinarlo todo a su paso.
Cuando el fuego hubo cesado medio comedor estaba destrozado y quemado, y los restos de las llamas prendían cortinas y botellas de alcohol rotas, amenazando con extenderse. Solo dos partes del mismo permanecían intactas. La primera la parte donde se encontraba el asesino, riendo por haber matado a aquellas molestias y haberse salido con la suya. La otra, oculta a los ojos del asesino por una cortina de humo, era la parte en la que Níniel había conjurado su esfera protectora de luz pura, creando dentro de ella un espacio protegido de todo daño.
Níniel usa este turno su habilidad Santuario.
Níniel Thenidiel
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Re: Niebla en la cumbre. [Trabajo Chimar; Demian] [CERRADO]
Pues, lo cierto es que la cosa se pone extraña adelante luego del virote. Un asesino de verdad lucha contra un asesino de mentira… claro que este último tiene muchos trucos vistosos bajo la manga.
Esto se pone raro…
Si…
“Chimar mira a su amiguito con extrañeza”.
Es claro que Demian tiene una fijación extraña y fuerte con las cosas esotéricas, específicamente en el rango de la muerte. Se pasa toda la pelea generando ilusiones fantasmales que si bien al principio resultan aterradoras luego pasan a lo abrumador.
Es como estar en un libro de Norbit King.
Se refiere claramente al famoso autor literario de terror, tiene muchos libros y aunque no es una temática demasiado apreciada por el inventor… bueno, digamos que ficción es ficción, eso sin mencionar que posee varios tomos interesantes que hablan sobre vida extraterrestre.
Todo termina luego de un impecable acto visual, claro que las cosas empeoran para el matón tangible. No es bueno hacer molestar al enano, suele tener en buena estima la tortura retorcida. Una de las razones por las que tenía su propia habitación en la vieja ratonera sin duda.
Luego de una tortuosa rutina para el involucrado contrario, llegan al punto de las confesiones. Ciertamente sorprende que haya planeado el esquema con tanta minuciosidad, incluso genera algo de admiración deportiva.
Por desgracia este mismo punto implica que tiene un plan de respaldo intrínsecamente, algo que Chimar pilla después del punto seguro. Cuando el personaje oscuro saca un pergamino y activa su reacción, Maquiavelo abre los ojos de par en par.
Se aferra de su hermanito en un intento por protegerle, claro que ya tiene la explosión encima. Cierra los ojos con fuerza mientras piensa en unas extrañas ganas de comer pan dulce, solo cierta voz familiar lo saca de su parálisis.
No puedo respirar hermano…
Luciendo su mejor rostro de confusión, abre los ojos. Entiende entonces que sigue vivo y pasa a soltar a su protegido para que pueda respirar bien, lo siguiente que ve es la hermosa visión de Nin rodeada de energía mágica.
Amo a esa mujer “dice con rostro bobo”.
¿Qué dijiste?
Nada “tose nervioso” nada de nada… ¿Estamos claros? “expresa con los ojos tan serios que generan de inmediato un gesto afirmativo por parte de Canel”.
Bueno, creo que se salvó el día como siemp… ¡Pero que rayos!
Suelta al observar que el noble aunque se encuentra dentro de la cúpula protectora esta tirado en el suelo, su pecho no se levanta lo que da malas primeras impresiones. Chimar corre a socorrerle pero no puede hacer más que declararle clínicamente muerto, el tacto del corazón señala que esta partido en pedazos.
No me van a creer pero…
Ataque cardíaco fulminante, paso hace dos minutos “baja la mirada” no se puede engañar a la muerte.
Esto se pone raro…
Si…
“Chimar mira a su amiguito con extrañeza”.
Es claro que Demian tiene una fijación extraña y fuerte con las cosas esotéricas, específicamente en el rango de la muerte. Se pasa toda la pelea generando ilusiones fantasmales que si bien al principio resultan aterradoras luego pasan a lo abrumador.
Es como estar en un libro de Norbit King.
Se refiere claramente al famoso autor literario de terror, tiene muchos libros y aunque no es una temática demasiado apreciada por el inventor… bueno, digamos que ficción es ficción, eso sin mencionar que posee varios tomos interesantes que hablan sobre vida extraterrestre.
Todo termina luego de un impecable acto visual, claro que las cosas empeoran para el matón tangible. No es bueno hacer molestar al enano, suele tener en buena estima la tortura retorcida. Una de las razones por las que tenía su propia habitación en la vieja ratonera sin duda.
Luego de una tortuosa rutina para el involucrado contrario, llegan al punto de las confesiones. Ciertamente sorprende que haya planeado el esquema con tanta minuciosidad, incluso genera algo de admiración deportiva.
Por desgracia este mismo punto implica que tiene un plan de respaldo intrínsecamente, algo que Chimar pilla después del punto seguro. Cuando el personaje oscuro saca un pergamino y activa su reacción, Maquiavelo abre los ojos de par en par.
Se aferra de su hermanito en un intento por protegerle, claro que ya tiene la explosión encima. Cierra los ojos con fuerza mientras piensa en unas extrañas ganas de comer pan dulce, solo cierta voz familiar lo saca de su parálisis.
No puedo respirar hermano…
Luciendo su mejor rostro de confusión, abre los ojos. Entiende entonces que sigue vivo y pasa a soltar a su protegido para que pueda respirar bien, lo siguiente que ve es la hermosa visión de Nin rodeada de energía mágica.
Amo a esa mujer “dice con rostro bobo”.
¿Qué dijiste?
Nada “tose nervioso” nada de nada… ¿Estamos claros? “expresa con los ojos tan serios que generan de inmediato un gesto afirmativo por parte de Canel”.
Bueno, creo que se salvó el día como siemp… ¡Pero que rayos!
Suelta al observar que el noble aunque se encuentra dentro de la cúpula protectora esta tirado en el suelo, su pecho no se levanta lo que da malas primeras impresiones. Chimar corre a socorrerle pero no puede hacer más que declararle clínicamente muerto, el tacto del corazón señala que esta partido en pedazos.
No me van a creer pero…
Ataque cardíaco fulminante, paso hace dos minutos “baja la mirada” no se puede engañar a la muerte.
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Re: Niebla en la cumbre. [Trabajo Chimar; Demian] [CERRADO]
Demian sonríe maliciosamente mientras el asesino intenta parecer en control de la situación. No es muy seguido que tiene la oportunidad de probar sus trucos más siniestros y este sujeto se la ha dejado en bandeja, excepto que al parecer sí tenía con qué sustentar sus palabras.
La explosión pilla al chico por sorpresa, que retrocede de inmediato. Aún así, no es sino gracias a la intervención de Níniel que sale ileso. Aquel truco sin duda pudo haber terminado con la misión de un solo plumazo.
Molesto, Demian conjura el Éter y, en un pestañeo, se hace uno con el Vacío para cambiar de posición(1).
El sujeto debe de haber creído que había ganado, pues aún el humo les ocultaba al momento del salto. No se esperaba para nada la daga clavándose en su espalda(2), justo en la unión entre dos de sus vértebras. Tampoco se esperaba la segunda daga clavándose en su costado y alargándose mágicamente para traspasar sus intestinos y llegar a uno de sus pulmones.
Una generosa cantidad de sangre regó el piso, mientras el sujeto se las ingeniaba para dar un fuerte golpe a Demian, quien retrocedió un par de metros por el impacto y cayó de bruces.
Daba igual, el daño ya estaba hecho, aunque debía reconocer que el sujeto era muy hábil y fuerte como para golpearle así aún en el momento en que recibía tan brutales puñaladas.
El chico se puso de pie y se pasó la manga por la nariz. Brotaba sangre, pero no le importaba. Al contrario, la emoción de la batalla parecía alegrarle. Parte de él deseaba no haber atacado de una manera tan fulminante.
–Morirás... –dijo con media sonrisa tras escupir una mezcla de saliva y sangre–... pero no de inmediato. Me aseguré de herirte de m-modo que no te murieras tan rápido.
El asesino había caído, incapaz ya de mover sus piernas por el daño a su médula espinal y desangrándose, aún presa de las llamas fantasmales.
–Ahora, ¿dónde estábamos? –dice acercándose.
–¿Padre? –escuchó la voz temblorosa de Eduardo.
Desvió su mirada. El joven noble se acercaba a la figura caída de su señor y padre, revisando su estado. Chimar también se encontraba en tarea similar y Canel lo declaraba muerto. Demian se detuvo, confundido.
¿En qué momento había ocurrido? ¿Había sido aquello obra del asesino?
Sin saber muy bien por qué, si él mismo planeaba matarle, Demian sintió rabia, tanta que lanzó una bola de fuego ilusorio a la cara del asesino tatuado. Se sentía como una derrota, aquel sujeto había logrado su cometido (o parte de él) a pesar de que ellos habían intentado detenerle. Ni toda su magia y crueldad habían impedido que lograra lo que planeaba. No había debido ponerse a jugar, debía haberle matado de inmediato, nada de perder el tiempo con llamas ilusorias y preguntas.
Se acercó a Eduardo, quien tenía una expresión confusa que Demian no llegaba a comprender, y le puso una mano en el hombro.
–Ahora eres el señor del castillo –le dijo.
El otro chico asintió. En su rostro no había felicidad, tampoco dolor. No como el de alguien que acaba de perder a su padre, al menos. En cambio, en sus facciones se dibujaban movimientos confusos que pronto dieron paso a lágrimas.
De alguna manera, a pesar de que el rostro del otro chico era un misterio, Demian entendía sus sentimientos. Él mismo había sentido algo similar cuando había acabado con la vida de su maestro, como un padre para él, con sus propias manos.
–¿Qué hago ahora? –preguntó Eduardo mirando sus propias manos.
–Puedes gobernar estas t-tierras... o puedes venir con nosotros a Lunargenta, algo me dice que necesitas amigos –contestó Demian.
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(1) Demian ha usado su habilidad de nivel 3: Paso del Espectro.
(2) Demian usa su habilidad de nivel 1: Puñalada del Fantasma, que se hace el doble de fuerte al estar el enemigo bajo los efectos de una de sus ilusiones.
Demian
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Re: Niebla en la cumbre. [Trabajo Chimar; Demian] [CERRADO]
Las carcajadas de victoria de aquel asesino enmascarado no tardaron en ahogarse en sangre...La suya, para ser exactos. Efímera fue la ilusión de su éxito, pero sin lugar a dudas para todos los allí presentes quedaría la sensación de lo cerca que había estado de hacerse realidad por culpa de su exceso de confianza. Si Níniel no hubiese reconocido aquel tipo de inscripciones por ser poseedora de un par de aquellos pergaminos capaces de almacenar diversos tipos de magia en ellos...o si no dominase varias clases de magia protectora...
-Eso estuvo muy cerca...pero ahora seguro que ya no tiene más trucos bajo la manga.- Convino Catherine acercándose solo un poco hasta el lugar donde su enemigo sufría los que serían los últimos instantes de su vida. No parecía sentir lástima, solo cierta decepción al no haber podido cruzar armas con él y medir su velocidad, así como una aprobación sincera por la precisión de las puñaladas de Demian. - Y aunque los tuviera ya no podría usarlos.- Añadió, aunque Níniel no necesitaba que le dijeran que aquellas heridas eran incapacitantes y mortales de necesidad. Bueno, quizá ella aún podría hacer algo por su vida pero...
-Acaba con su sufrimiento, aunque no lo merezca.- Instruyó Níniel a su hermana en un acto de piedad, pues no sentía la necesidad, como parecía ser el caso, de Demian por causar tormento. Ya sabían todo lo que necesitaban saber. Creyendo tener la sartén por el mango aquel tipo había confesado sus maldades. Alargar su agonía era innecesario.
-Eres demasiado buena con la basura, Nín. No creo que él hubiese sido tan considerado...- Objetó la pelirroja, aunque no dudó en acercarse aún más, con sus garras más que listas para satisfacer a su hermana. No es que ella fuera cruel, pero tampoco era un dechado de piedad. Y menos con alguien que había tratado de matarla. Si tratabas de joderla, ella te jodía a ti. Así de simple.
No obstante Catherine no llegaría a cumplir el mandato de Níniel. En algún momento durante la refriega, y sin que nadie se diera cuenta preocupados como estaban por no morir abrasados, lord Nestor había caído al suelo y, a pesar de que las llamas no lo habían tocado, había muerto. Aquello tan inesperado sumió rápidamente a su hijo en la consternación, a Demian en la rabía y a los demás en la confusión. Por lo que, mientras el nuevo señor del castillo se acercaba al cuerpo de su padre y Níniel confirmaba su fallecimiento, el brujo no dudó en golpear nuevamente al asesino con su magia, causándole esta vez un daño que, en su estado, ya no pudo soportar, ahorrándole el trabajo a la felina.
-Llevaba demasiado tiempo viviendo asustado. Todo lo ocurrido ha sido demasiado para él.- Aseveró la peliblanca confirmando la opinión de Canel sobre lo sucedido. Años enclaustrado sin apenas salir. Meses envenenado por las palabras de su traidor consejero. La muerte de su esposa a sus manos. Semanas temiendo la inminente aparición de un asesino, apenas comiendo y sin dormir...La prueba innegable de que realmente se podía llegar a morir de miedo. -Y pensar que todo fue obra de su propio hombre de confianza...-
-Pues menudo marrón. Se suponía que teníamos que mantenerlo vivo...- Convino la gata viendo como las palabras del noble de cubrirles de oro iban a quedar en nada. Además, si tal y como decía Demian aquel mocoso era el nuevo señor...ya podía olvidarse de cobrar ni un aero, ya que había estado dispuesta incluso a entregárselo a su padre, así como a darle una buena tunda.
En ese momento la puerta del comedor comenzó a ser fuertemente golpeada y unos gritos de urgencia pudieron escucharse al otro lado. Finalmente, tras una serie de golpes contundentes, el capitán de la guardia, seguido por media docena de soldados, accedió al lugar, quedando horrorizado ante la escena que tenía ante sus ojos e instando a sus hombres a desenvainar sus armas del mismo modo que él hizo.
-¡ASESINOS! Pagaréis por lo que habéis hecho- Bramó furioso al ver los cuerpos de dos de sus hombres, de dos sirvientes, del asesino enmascarado y de su señor, así como los restos de fuego que quedaban, casi extintos más al no haberse podido propagar por la piedra del castillo. Lo único que evitó que se lanzara a la carga sin atender a razones fue el hecho de que, a sus ojos, pareciera que los asesinos tenían al hijo de lord Nestor como rehén. -Soltad a lord Nestor y al menos os ahorraréis semanas de torturas.- Amenazó. Y su amenaza hizo que Catherine soltara un suspiro de frustración. Aquella escena ya la había vivido antes. Níniel por su parte se preparó para volver a lanzar su barrera protectora para evitar que ambos grupos acabaran saltándose al cuello. Sabía que si simplemente lo pedía por favor no la harían caso.
-Baja las armas Beltrand...Estas personas...-El nuevo lord miró a Níniel y luego a Catherine más fijamente antes de seguir hablando. -Estas personas están conmigo. Me han salvado y...quisieron también salvar a...mi padre. - Pareció costarle decir aquellas palabras, y no era para menos. De hecho las mujeres de aquel grupo trataron de salvar a su padre incluso de él mismo.
Aquella explicación confundió al capitán, y no pareció muy dispuesto a creerlas. Al fin y al cabo aquel chiquillo apaleado y con la nariz sangrando era un brujo. A saber qué artes oscuras podía haber aplicado sobre el hijo de su señor. Eduardo buscó en ese momento algo de apoyo de Demian con la mirada, tomó aire y se reafirmó ante los que ahora eran sus hombres.
-Baja el arma. Nunca han sido los malos...Siempre tuvimos al enemigo en casa.- Aseveró separándose del grupo de aventureros y acercándose al cuerpo del asesino enmascarado, revelando su identidad como la del mayordomo y mano derecha de lord Nestor. Los soldados no daban crédito a lo que veían.
-No entiendo...- Logró expresar Beltrand bajando un poco el arma pero sin guardarla. ¿Qué hacía allí el cuerpo del mayordomo vestido de aquella manera? ¿Por qué aquellos asesinos no habían intentado retener a Eduardo si era su rehén? ¿Podía ser lo que decía el chico cierto?
-Yo pensaba que sí pero...- Respondió Eduardo sin duda superado también por la situación. En esos momentos tenía que replantearse tantas cosas...
-Será mejor que dejemos las cosas bien explicadas...Tal vez deberíamos empezar por el principio...-Sugirió Nín sin hacer movimientos bruscos. -Si me permiten...-Añadió entonces, comenzando a explicar lo sucedido desde que llegasen al castillo, por supuesto sin mencionar los planes de Eduardo para asesinar a su padre con ayuda de Demian. Si el chico quería asumir su parte de la culpa en todo aquello confesando sus planes, era algo que la elfa dejaría a su elección.
-Eso estuvo muy cerca...pero ahora seguro que ya no tiene más trucos bajo la manga.- Convino Catherine acercándose solo un poco hasta el lugar donde su enemigo sufría los que serían los últimos instantes de su vida. No parecía sentir lástima, solo cierta decepción al no haber podido cruzar armas con él y medir su velocidad, así como una aprobación sincera por la precisión de las puñaladas de Demian. - Y aunque los tuviera ya no podría usarlos.- Añadió, aunque Níniel no necesitaba que le dijeran que aquellas heridas eran incapacitantes y mortales de necesidad. Bueno, quizá ella aún podría hacer algo por su vida pero...
-Acaba con su sufrimiento, aunque no lo merezca.- Instruyó Níniel a su hermana en un acto de piedad, pues no sentía la necesidad, como parecía ser el caso, de Demian por causar tormento. Ya sabían todo lo que necesitaban saber. Creyendo tener la sartén por el mango aquel tipo había confesado sus maldades. Alargar su agonía era innecesario.
-Eres demasiado buena con la basura, Nín. No creo que él hubiese sido tan considerado...- Objetó la pelirroja, aunque no dudó en acercarse aún más, con sus garras más que listas para satisfacer a su hermana. No es que ella fuera cruel, pero tampoco era un dechado de piedad. Y menos con alguien que había tratado de matarla. Si tratabas de joderla, ella te jodía a ti. Así de simple.
No obstante Catherine no llegaría a cumplir el mandato de Níniel. En algún momento durante la refriega, y sin que nadie se diera cuenta preocupados como estaban por no morir abrasados, lord Nestor había caído al suelo y, a pesar de que las llamas no lo habían tocado, había muerto. Aquello tan inesperado sumió rápidamente a su hijo en la consternación, a Demian en la rabía y a los demás en la confusión. Por lo que, mientras el nuevo señor del castillo se acercaba al cuerpo de su padre y Níniel confirmaba su fallecimiento, el brujo no dudó en golpear nuevamente al asesino con su magia, causándole esta vez un daño que, en su estado, ya no pudo soportar, ahorrándole el trabajo a la felina.
-Llevaba demasiado tiempo viviendo asustado. Todo lo ocurrido ha sido demasiado para él.- Aseveró la peliblanca confirmando la opinión de Canel sobre lo sucedido. Años enclaustrado sin apenas salir. Meses envenenado por las palabras de su traidor consejero. La muerte de su esposa a sus manos. Semanas temiendo la inminente aparición de un asesino, apenas comiendo y sin dormir...La prueba innegable de que realmente se podía llegar a morir de miedo. -Y pensar que todo fue obra de su propio hombre de confianza...-
-Pues menudo marrón. Se suponía que teníamos que mantenerlo vivo...- Convino la gata viendo como las palabras del noble de cubrirles de oro iban a quedar en nada. Además, si tal y como decía Demian aquel mocoso era el nuevo señor...ya podía olvidarse de cobrar ni un aero, ya que había estado dispuesta incluso a entregárselo a su padre, así como a darle una buena tunda.
En ese momento la puerta del comedor comenzó a ser fuertemente golpeada y unos gritos de urgencia pudieron escucharse al otro lado. Finalmente, tras una serie de golpes contundentes, el capitán de la guardia, seguido por media docena de soldados, accedió al lugar, quedando horrorizado ante la escena que tenía ante sus ojos e instando a sus hombres a desenvainar sus armas del mismo modo que él hizo.
-¡ASESINOS! Pagaréis por lo que habéis hecho- Bramó furioso al ver los cuerpos de dos de sus hombres, de dos sirvientes, del asesino enmascarado y de su señor, así como los restos de fuego que quedaban, casi extintos más al no haberse podido propagar por la piedra del castillo. Lo único que evitó que se lanzara a la carga sin atender a razones fue el hecho de que, a sus ojos, pareciera que los asesinos tenían al hijo de lord Nestor como rehén. -Soltad a lord Nestor y al menos os ahorraréis semanas de torturas.- Amenazó. Y su amenaza hizo que Catherine soltara un suspiro de frustración. Aquella escena ya la había vivido antes. Níniel por su parte se preparó para volver a lanzar su barrera protectora para evitar que ambos grupos acabaran saltándose al cuello. Sabía que si simplemente lo pedía por favor no la harían caso.
-Baja las armas Beltrand...Estas personas...-El nuevo lord miró a Níniel y luego a Catherine más fijamente antes de seguir hablando. -Estas personas están conmigo. Me han salvado y...quisieron también salvar a...mi padre. - Pareció costarle decir aquellas palabras, y no era para menos. De hecho las mujeres de aquel grupo trataron de salvar a su padre incluso de él mismo.
Aquella explicación confundió al capitán, y no pareció muy dispuesto a creerlas. Al fin y al cabo aquel chiquillo apaleado y con la nariz sangrando era un brujo. A saber qué artes oscuras podía haber aplicado sobre el hijo de su señor. Eduardo buscó en ese momento algo de apoyo de Demian con la mirada, tomó aire y se reafirmó ante los que ahora eran sus hombres.
-Baja el arma. Nunca han sido los malos...Siempre tuvimos al enemigo en casa.- Aseveró separándose del grupo de aventureros y acercándose al cuerpo del asesino enmascarado, revelando su identidad como la del mayordomo y mano derecha de lord Nestor. Los soldados no daban crédito a lo que veían.
-No entiendo...- Logró expresar Beltrand bajando un poco el arma pero sin guardarla. ¿Qué hacía allí el cuerpo del mayordomo vestido de aquella manera? ¿Por qué aquellos asesinos no habían intentado retener a Eduardo si era su rehén? ¿Podía ser lo que decía el chico cierto?
-Yo pensaba que sí pero...- Respondió Eduardo sin duda superado también por la situación. En esos momentos tenía que replantearse tantas cosas...
-Será mejor que dejemos las cosas bien explicadas...Tal vez deberíamos empezar por el principio...-Sugirió Nín sin hacer movimientos bruscos. -Si me permiten...-Añadió entonces, comenzando a explicar lo sucedido desde que llegasen al castillo, por supuesto sin mencionar los planes de Eduardo para asesinar a su padre con ayuda de Demian. Si el chico quería asumir su parte de la culpa en todo aquello confesando sus planes, era algo que la elfa dejaría a su elección.
Níniel Thenidiel
Aerandiano de honor
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Re: Niebla en la cumbre. [Trabajo Chimar; Demian] [CERRADO]
En plena confusión, Demian desaparece gracias a sus artes ilusorios. La acción pronto concuerda con un grito de dolor proveniente del área sin visibilidad… no hay que ser muy listo para imaginarse la escena.
Conforme el humo de la explosión se disipa, se revela algo ya cotidiano en la vida del hechicero oscuro. Esta pillando cierto gusto por la tortura y si bien tiene la decencia de utilizar malvivientes desagradables, se le debe dar seguimiento.
¿Qué paso con lo de ser un asesino eficiente?
Expresa con cierto desdén, Chimar siempre ha sido más “humanitario” con sus muertes. Nunca le ha visto la gracia a alargar el sufrimiento, especialmente cuando en las aventuras cada segundo en el campo cuenta.
Niniel comparte la opinión de Maquiavelo y pronto dispensa a su hermana para que provoque una muerte piadosa, claro que al final es la propia frustración del segundo líder gorrión quien finiquita el trabajo.
Bien sabe el genio que su hermano odia fracasar, ve cada aventura como una misión. Al final, perdieron el juego al permitir que su objetivo muriera… de una forma tan aleatoria como los terremotos.
Su elemento elfo confirma que el noble cruzo el valle, nada puede traerlo de vuelta. Aunque Eduardo al principio se muestra confuso, termina por sucumbir ante los característicos sentimientos de tristeza.
Todo esto revive imágenes fuertes en Maquiavelo, no puede evitar recordar el momento cuando le dijeron que su padre había muerto. Encuentra cierto consuelo en que Eduardo haya tenido la voluntad para derramar lágrimas por su progenitor a pesar de todo.
No hay mucho tiempo para la melancolía, aparecen los efectivos del castillo… tarde como siempre. Se encuentran un escenario bizarro y no dudan en apuntar como culpables a los héroes del cuento.
Esto se vuelve rutina…
En un giro de los acontecimientos, el nuevo propietario del castillo eleva su voz de mando. Al principio no convence mucho pero cuando revela la verdadera identidad del asesino los enlatados suman uno más uno.
Ahora con las armas contrarias a medio enfundar, Niniel comienza las explicaciones. Obvia ciertos detalles claro pero mejor asi, no conviene arruinar la reputación del nuevo señor con planes de servilleta.
Exacto, salvamos a todos, somos los chicos buenos… tiempo de la recompensa.
Prioridades por sobre todo, al final la gente no vive de buenas acciones. También es el único tema que falta por tocar, se puede decir que todo salió relativamente bien teniendo en cuenta las circunstancias.
“Canel tira la manga derecha de Chimar y luego señala con su mirada al chico noble”.
Claro “se aclara la garganta” de ahora en adelante considérate un gorrión honorario Eduardo, si alguna vez necesitas ayuda, tienes gente pequeña en Lunargenta jeje.
Conforme el humo de la explosión se disipa, se revela algo ya cotidiano en la vida del hechicero oscuro. Esta pillando cierto gusto por la tortura y si bien tiene la decencia de utilizar malvivientes desagradables, se le debe dar seguimiento.
¿Qué paso con lo de ser un asesino eficiente?
Expresa con cierto desdén, Chimar siempre ha sido más “humanitario” con sus muertes. Nunca le ha visto la gracia a alargar el sufrimiento, especialmente cuando en las aventuras cada segundo en el campo cuenta.
Niniel comparte la opinión de Maquiavelo y pronto dispensa a su hermana para que provoque una muerte piadosa, claro que al final es la propia frustración del segundo líder gorrión quien finiquita el trabajo.
Bien sabe el genio que su hermano odia fracasar, ve cada aventura como una misión. Al final, perdieron el juego al permitir que su objetivo muriera… de una forma tan aleatoria como los terremotos.
Su elemento elfo confirma que el noble cruzo el valle, nada puede traerlo de vuelta. Aunque Eduardo al principio se muestra confuso, termina por sucumbir ante los característicos sentimientos de tristeza.
Todo esto revive imágenes fuertes en Maquiavelo, no puede evitar recordar el momento cuando le dijeron que su padre había muerto. Encuentra cierto consuelo en que Eduardo haya tenido la voluntad para derramar lágrimas por su progenitor a pesar de todo.
No hay mucho tiempo para la melancolía, aparecen los efectivos del castillo… tarde como siempre. Se encuentran un escenario bizarro y no dudan en apuntar como culpables a los héroes del cuento.
Esto se vuelve rutina…
En un giro de los acontecimientos, el nuevo propietario del castillo eleva su voz de mando. Al principio no convence mucho pero cuando revela la verdadera identidad del asesino los enlatados suman uno más uno.
Ahora con las armas contrarias a medio enfundar, Niniel comienza las explicaciones. Obvia ciertos detalles claro pero mejor asi, no conviene arruinar la reputación del nuevo señor con planes de servilleta.
Exacto, salvamos a todos, somos los chicos buenos… tiempo de la recompensa.
Prioridades por sobre todo, al final la gente no vive de buenas acciones. También es el único tema que falta por tocar, se puede decir que todo salió relativamente bien teniendo en cuenta las circunstancias.
“Canel tira la manga derecha de Chimar y luego señala con su mirada al chico noble”.
Claro “se aclara la garganta” de ahora en adelante considérate un gorrión honorario Eduardo, si alguna vez necesitas ayuda, tienes gente pequeña en Lunargenta jeje.
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Re: Niebla en la cumbre. [Trabajo Chimar; Demian] [CERRADO]
Los eventos que siguieron no fueron sorpresa. Los guardias llegaron, el nuevo señor del castillo les dio órdenes y las cosas se calmaron. A pesar de la rabia y desconfianza que pudieran tener aquellos soldados, Eduardo era ahora a quien debían obediencia y quien tenía el poder, a pesar de su juventud, de favorecer o perjudicar su futuro.
Así las cosas, el grupo pronto tuvo dinero en sus bolsillos y un reconocimiento como era debido. Aquellos que amenazaron con semanas de torturas tuvieron que sonreírles y todo siguió su rumbo.
–Por ahora no puedo irme –había dicho Eduardo a Demian una vez que las cosas estaban tranquilas, justo después del sobrio funeral de su padre.
El chico tenía razón. Tan pronto como habían ocurrido los hechos se vinieron las responsabilidades. Sus tierras gozaban de paz, pero ante tal noticia era sensato fortalecer sus defensas en caso de que cualquier señor vecino quisiera aprovechar la apariencia de debilidad de tener a un menor al mando para hacer reclamaciones de territorio.
–Pero al menos pronto tendré que ir a Lunargenta –había agregado con una suave sonrisa.
En efecto, ya Demian había oído que, dada la sorpresiva noticia de la muerte de su padre, el joven noble había sido llamado a jurar obediencia ante el rey y explicar lo sucedido. Los señores feudales gozaban de un alto poder en sus tierras, pero aún así debían juramento y lealtad a su rey. Ese iba a ser también un momento para Eduardo de establecer alianzas con cuidado, no faltarían quienes querrían aprovecharse de su juventud para buscar términos demasiado favorables.
–Cuando pases por allí, siempre puedes desviarte un momento para escapar de t-t-todo eso... aprenderás que hay más en el mundo que las murallas de un castillo –había dicho Demian.
Eduardo había sonreído. El chico había pasado buenos años de su corta vida prácticamente encerrado en el castillo por el temor de su padre. Incluso si era un lugar bonito y contaba con todas las comodidades, no se comparaba a conocer el mundo y vivir aventuras, no al menos a los ojos del brujo.
–Cuando todo se calme, me gustaría conocer una de esas... aventuras –había dicho Eduardo.
Se dijeron más cosas, pero más de lo mismo. Eduardo había invitado a quienes le salvaron, en especial a los más cercanos a su edad, a visitarle cuando quisieran. Siempre contarían con un grato recibimiento y hospitalidad en sus tierras, había afirmado. Su viaje a Lunargenta estaba programado para dos meses más, cuando el rey tenía espacio en su agenda para recibirle. Además, no podía ir de inmediato sin antes dejar las cosas ordenadas en casa. Para su edad, Eduardo parecía tener las cosas muy claras.
Se despidieron como amigos, como si uno no hubiera clavado un dardo al otro hace tan poco.
–Ahora no puedo ir a Lunargenta –había dicho más tarde Demian a Chimar–. Hay cosas importantes en Dundarak y en el Árbol Madre, cosas que no puedo dejar a mi curiosidad pasar p-p-por alto.
El mundo parecía poco a poco estarse volviendo loco. A pesar de que la guerra parecía haber sido ganada en el sur, lo cierto es que las fuerzas de Frendel estaban lejos de haber sido completamente erradicadas y aún podían causar mucho daño, más del que la gente parecía darse cuenta. Aerandir estaba lejos aún de gozar de una paz duradera.
–Hay muchas aventuras al n-norte de Lunargenta –afirmó Demian–. Si no te da miedo, claro.
Se despidió luego de Niniel y la mujer felina que le acompañaba. Con más cariño de la primera, claro, pues la segunda no parecía tenerle demasiado afecto tampoco.
Y así el chico partía. Con algo más de aeros en el bolsillo, algo menos de sangre en el cuerpo y algo más de experiencia en su camino.
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(*) Supongo que con esto se termina mi participación en este trabajo. Buena suerte a ambos, ha sido un placer, como siempre.
Demian
Aerandiano de honor
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Re: Niebla en la cumbre. [Trabajo Chimar; Demian] [CERRADO]
RECOMPENSAS
Una de las cosas más difíciles de lograr en estos trabajos bajo el antiguo formato es generar esa sensación de incertidumbre y sorpresa que han logrado mediante giros inesperados, me ha gustado particularmente la confrontación entre valores de distintos personajes cuando cada uno está convencido que su manera es la correcta, ha sido una excelente lectura.
Todos reciben 19 puntos de experiencia y 400 aeros que ya han sido sumados a sus respectivos perfiles.
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Ansur
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