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Mensaje  Eltrant Tale Sáb 4 Ene - 19:46

Anders, como de costumbre, se mostraba dispuesto a ayudar a los demás. No se había equivocado con él. Sonrió al muchacho y le asintió, ayudar a escapar a Tatsuya… todavía no estaba del todo convencido de que estaba haciendo bien.

- Te escucho, Anders. – dijo, dispuesto a seguir el plan del elfo.

Fuese cual fuese, fue incapaz de oirlo cuando Reike se acercó a él interesándose como estaba y alejándolo del resto del grupo. Le dedicó a esta una sonrisa de agradecimiento a la mujer y sacudió la cabeza.

- ¿Cómo estás tú? – Respondió de vuelta. – Has acabado metida en… - Suspiró, mirando el estado en el que había quedado el callejón. – Lo siento. – Se disculpó al final, peinándose pobremente el pelo como buenamente podía, sin saber exactamente qué decir.

Se había centrado tantísimo en capturar a Suō que prácticamente había obviado que había más gente allí, que Reike había acabado metida en todo aquello sin tener nada que ver y, por encima de eso, ahora se estaba preocupando por como estaba.

Tendría que haberla priorizado a ella frente al fugitivo.

- No te preocupes. – Volvió a sonreír al ver el montón de medicamentos que llevaba la mujer. ¿Sería alquimista? ¿Curandera?

Algo aturdido aun, sintiendo como de golpe todas las heridas que se había ganado en el callejón comenzaban a hacerle ver que estaba herido, se desató el guantelete del mismo brazo que sujetaba la mujer y se remangó tímidamente la camisa.

- Tengo esto. – Le dijo, señalando tatuaje mágico curativo que ahora brillaba tenuemente, mostrando que estaba activo. – Aunque… no rechazaré algo para el dolor. – dijo ampliando la sonrisa, tampoco quería menospreciar la ayuda de la muchacha.

A su alrededor los soldados iban y venían, Olivia Wallace daba órdenes sin parar y, por lo que escuchaba, estaba colocando soldados en todas las salidas de la ciudad que creía oportunidad.

Ya fuese por tierra o mar, Suō no lo iba a tener fácil para salir.

Le pareció oír, incluso, que planeaba dejar en puerto todos los barcos, no permitir que ninguno saliese hasta el amanecer. Un toque de queda total. Cada segundo que pasaba estaba más y más seguro de que el mercenario tenía menos posibilidades para no acabar colgado al día siguiente.

- Reike… - La sujetó el brazo con suavidad y la alejó varios pasos de los soldados, bajando la voz lo suficiente para que oídos indiscretos no alcanzasen a escuchar lo que estaban diciendo. - ¿Puedo confiar en ti? – Preguntó mirándola fijamente a los ojos durante unos segundos.

Después, relajó la expresión y sonrió.

- Sí. – dijo para sí, convenciéndose a sí mismo de que Reike era alguien de fiar.

Necesitaba aliados y no podía afirmar que tenía muchos conocidos en aquella ciudad. Reike… no la conocía demasiado, pero era ajena a todo aquello y, por muy misteriosa y distante que se le antojase, era alguien que ya conocía, por muy poco que fuese.

- He… - Miró a los lados. – Tatsuya es inocente. Alguien le ha inculpado, aunque ni el mismo sabe quién ha sido. – Le confesó en voz baja. – De forma indiscutible. Mi amiga tiene una forma bastante eficiente de saber secretos. – Miró a Lyn, de modo que la mujer intuyese lo que quería decir.

Suspirando profundamente, se masajeó la sien y sacudió la cabeza.

- Solo los dioses saben las cosas que Tatsuya ha hecho, pero… no puedo dejar que maten a alguien por algo que no ha hecho. He estado... en esa posición. – dijo tomando de nuevo todo el aire que acababa de expulsar, sintiendo de golpe todas las emociones que se apoderaron de él durante su propio juicio en Dundarak.

Anders tiene un plan. – Le tendió la mano a la mujer. – Y me vendría bien poder confiar en alguien más. – Agregó, esbozando una sonrisa cansada.

Se acordó del pequeño león dorado que le entregaron altos cargos de Lunargenta hacía tiempo, el que le hacía ser alguien digno de escuchar por las fuerzas del orden. Siempre podía usarlo si todo iba mal; tirar de contactos podía hacer que Tatsuya se ganase aún más enemigos, pero era una opción.  

A unas malas…

Eltrant Tale
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Mensaje  Anders Mar 7 Ene - 17:16

Alcé el índice y abrí la boca, listo para hablar en cuanto Eltrant demostró disposición a participar en cualquier estupidez que fuera a decir. Esto hacia la segunda vez; pensar que las cosas fuesen a ir como la primera no me daban muchos ánimos que digamos…

Pues sólo tenemos que colarlo dentro de uno de los barcos, si van a revisar a todo el que entre y logramos hacerlo pasar no habrá nadie adentro que se preocupé más por eso, y para cuando noten algo, ya será tarde. Sólo tenemos qu… —Me trabé un momento luego de eso, con la boca abierta y las manos extendidas—… er-err. No sabemos a donde está Seuou… ¿Se…¿ ¡Cómo se llame! No sabemos a donde se fue, ¿verdad? —pregunté viendo a la cara de Eltrant, y luego a Lyn—. Bueno, supongamos que sí, ahm, hay que encontrarlo. No es la mejor idea de todas, pero si lo conseguimos puedo meterlo dentro del golem y sólo caminar dentro de algún barco en los puertos para que se vaya lejos. Nadie va a revisar al golem, es decir… —vi al montón de arcilla arrimada a un lado y me encogí de hombros—… sí, eso —asentí, como si bastase verlo para entender—, no hay razón para hacerlo, ninguno puede volverse hueco por dentro, así que es justo asumir lo mismo de este. Lo malo es que Seuou es más grande que el golem, por mucho, pero si se agacha y se abraza las piernas, hmm… ¿supongo que sí…? —me crucé de brazos, intentando ubicar mentalmente al hombre dentro de la masa. Me di vuelta a consultar a Eltrant sobre su opinión en esto.

Pero ya se lo habían llevado. Le vi la cara a Lyn otra vez, sonriendo por lo bajo al verlo peinarse.

¿Bruja? —comenté en tono de chiste broma para la vampiresa. Alrededor de la mujer y el caballero habían algunos que otros soldados moviéndose de aquí a allá, de hecho, la sargento estaba diciendo algo.

Sólo prestando atención podía medio entender que quería que hicieran sus hombres, aparte de bloquear toda salida de la ciudad. Me rasqué la cabeza viendo las cosas complicarse, tenía que darles algo de crédito a la guardia de Sacrestic, quizá habían dejado escapar a un hombre vastamente superado en números dos veces; pero hey, ¡lo estaban buscando tres! Más persistentes que los de Lunargenta, mínimo.

La otra opción que tengo sería... mentirles… mucho… pero no soy muy bueno haciendo eso —me di vuelta hacia la mujer, viendo de reojo hacia Eltrant y su compañía unos segundos—. Lyn, imagina que eres miembro de la guardia. ¿Si yo agarrase un montón de barro e hiciera una imitación de Suou qué se vea casi exactamente igual y le pusiera ropa encima y luego lo endureciera para hacer una estatua y le pusiera su ropa y te lo trajera, diciendo qué use “magia elfica” para atraparlo volviéndolo de barro y qué volverá a la normalidad en un día o dos, me creerías? —pregunté con las manos en la cintura.



...Ni estando borracha, ¿verdad?
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Siento lo cortito del post, pero no sé si Reike viene con nosotros o no para vender a Tatsuya por segunda vez
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El Día del Juicio [Libre] [Cerrado]  - Página 2 Empty Re: El Día del Juicio [Libre] [Cerrado]

Mensaje  Reike Vie 10 Ene - 13:59

Descuida —dijo la bruja, y negó con la cabeza en un gesto que pretendía quitarle hierro al asunto—, la situación era complicada de por sí y, bueno, al final salí bastante bien parada: un susto y mi propia escolta —añadió con un gesto de reconocimiento a los dos guardias parados junto a ella.

No dejaba de resultarle extraño que un completo extraño mostrase semejante preocupación por su seguridad ahora que era perfectamente capaz de cuidar de sí misma, cuando aquellos que sí tendrían que haber cuidado de ella la dejaron abandonada a su suerte en su momento de máxima vulnerabilidad. Lo cierto es que no estaba segura de si el hombre le inspiraba agradecimiento o lástima, torturándose por esa clase de detalles.

Asintió con cierta admiración cuando Tale le enseñó su tatuaje, sin duda le sería muy útil a alguien que vive de arriesgar su físico. Se entretuvo unos segundos en estudiar el diseño, aunque sabía que no tenía la habilidad necesaria para reproducirlo. Finalmente, le “devolvió” el brazo con una sonrisa y rebuscó en su bolso, del que sacó un frasquito con unos pocos filamentos oscuros.

Ten, se pueden masticar, si uno está en un apuro —le dijo—, pero si tienes un momento, es preferible hacer una infusión. El sabor también es menos… —Se detuvo un instante buscando una palabra distinta de repulsivo, asqueroso o nauseabundo— Intenso de esa forma. Esa cantidad debería ayudar por unas horas, mientras la magia hace su trabajo.

De repente, la conversación se puso seria. El humano incluso la alejó unos pasos del resto. Por supuesto, don Alegre y el señor Sonrisas hicieron ademán de seguirlos pero algo en la mirada que les dedicó la bruja debió recordarles la reprimenda de unos minutos atrás, cuando pretendieron impedirle acercarse a la sargento, y decidieron, no sin cierto grado de nerviosismo, darles un poco de espacio.

¿Puedo confiar en ti? «Bueno, yo no lo haría, pero por mí, adelante», pensaba la bruja mientras aguantaba impertérrita la mirada del hombre. Hasta se permitió abrir más los ojos y arquear ligeramente las cejas, a sabiendas de que eso le daba un aspecto más inocente y confiable. Y Tale se lanzó a hablar, confirmando lo que Valeria ya sospechaba: Suō no se le había escapado.

Entiendo —murmuró mientras seguía la mirada de Tale hasta dar con su acompañante. Después bajó la mirada por un momento y apoyó casualmente la mano libre sobre la que sujetaba su brazo, en actitud pensativa—. No sé qué decir —le dijo y alzó de nuevo la mirada hacia hacia el humano. Su rostro se mostraba serio, con un toque de pesadumbre—. Yo estaba allí con Hont. Todas las evidencias lo apuntaban a él. Por momentos, hasta daba la impresión de que era él quien trataba de cargarle el muerto a otro.«Un bio retrasado, nada menos. Quizá si lo hubieras intentado con Jaylon, habrías podido librarte pero, así las cosas, no me dejaste muchas opciones, Tatsuya, querido». Suspiró— Debí darme cuenta de que era demasiado fácil. —Ahora le tocaba a ella mostrar remordimiento. Seguro que un tipo como Tale se lo tragaba, ¿cierto? —¡Dioses, debes estar pensando cosas horribles de mí ahora mismo! Después de lo que te ocurrió a ti… Oí lo del juicio en Dundarak, por supuesto, aunque imagino que buena parte de lo que cantan los trovadores es pura fantasía, claro. ¿Quién se cree eso de que aparecieron los Ancestrales, después de todo? En cualquier caso, fue una suerte que todo aquello quedase esclarecido por fin. —Se detuvo unos segundos con la mirada perdida antes de continuar, como si hablase para sí misma— Y pensar que ni siquiera se me pasó por la cabeza que alguien pudiera estar…

Suspiró una vez más con gesto apesadumbrado. Confiaba en que eso disipase cualquier posible sospecha acerca de su verdadera implicación en el asunto mientras tomaba una decisión sobre lo que debía hacer a continuación. No había muchas opciones reales a considerar pues, dado el pasado de Tale, estaba claro que eso de “bueno, la ejecución impediría que repitiera algunas de las cosas que ha hecho” no iba a dar buenos resultados. Y tampoco tenía prisa por enemistarse directamente con alguien como él ni, aún más importante, con alguien como su compañera. Finalmente, hizo un firme gesto de negación con la cabeza, como dejando atrás las dudas, miró al hombre a los ojos y habló con decisión.

Por supuesto que podéis contar conmigo. Supongo que intentaréis sacar a Tatsuya de la ciudad. Será difícil, pero no imposible. La opción más rápida sería en barco. Esos navegantes llevan ya un tiempo sentados sobre sus mercancías, esperando por un cambio de viento, y créeme que Wallace no va a ser capaz de retenerlos por mucho tiempo si quiere evitar una revuelta en el embarcadero. Pero también será el lugar más vigilado. Haría falta una distracción. —Se detuvo un instante con los labios apretados antes de continuar despacio— Se me ocurre que si alguien; alguien que no tenga motivos aparentes para aliarse con él, claro«Alguien a quien puede que haya intentado matar hace un rato, por ejemplo», fuese testigo de como el fugitivo, digamos que se perdiera en el mar tratando de escapar de la guardia… Bueno, eso podría generar suficiente distracción como para meterlo a escondidas en alguno de esos barcos, ¿no crees? Claro, que la guardia dejaría de buscar al verdadero culpable, pero me temo que eso también lo harían después de ajusticiarlo a él. No sé —negó después con la cabeza, como descartando su propia idea—, la verdad es que no se me ocurren muchas opciones. ¿Sabéis siquiera donde está ahora mismo? Si su compañero de celda lo está ayudando, yo apostaría por seguirlo a él. Parece ser que era alquimista, debe tener un laboratorio o algo por alguna parte. —Miró un momento hacia los guardias que se movían de un lado a otro— Apuesto a que puedo enterarme de eso. Dame un lugar y una hora y te enviaré un dnomo con toda la información que consiga sobre su compañero. —Apretó de nuevo el antebrazo del humano, como para instarlo a que lo dejase en sus manos antes de continuar— Eso sí, si lo encontráis, es mejor que no le mencionéis mi nombre. A juzgar por el encuentro de antes, no creo que reaccione muy favorablemente. Oh —añadió acercándose un poco más al humano—, tu amigo: Wallace no se fía de él. Si yo fuera ella, le haría vigilar. Tenedlo en cuenta.

Tras aquella última advertencia, la bruja se separó de Tale, reuniéndose una vez más con su nueva escolta personal, camino de la posada en que se hospedaba. Por supuesto, se esforzó en que el camino a recorrer pasase por el cuartel; así viajaría con el grueso de la guardia durante buena parte del trayecto, interesándose por todo lo que se estaba haciendo para que el terrible y peligroso asesino no fuera a intentar atacarla de nuevo. No tardó en hacerse con un par de direcciones aunque, al parecer, ya habían sido registradas sin éxito. Era lo que había y, tan pronto como su escolta hubo registrado su propia habitación y repartido las labores de vigilancia (uno en el pasillo, otro en la calle, bajo la ventana), Valeria cumplió lo prometido y envió a Libnik con instrucciones de encontrar a Eltrant Tale en el lugar convenido y transmitirle la información. Ella misma no podría salir de la habitación durante la noche sin levantar sospechas, pero estaría en el puerto a primera hora.


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OFF: Anders, me hieres, una tiene el suficiente sentido común como para saber cuándo una venta deja de ser rentable ^^

Libnik:
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Mensaje  Tatsuya Suō Dom 26 Ene - 19:30

Cuando se tiene hambre, el lomo de una rata se asemeja al del cerdo; las patas a un muslo de pollo y las tripas a un asado de hígado... con la adecuada sazón. Con un puñado de hojas desgastadas, un líquido agrio de cuyo nombre no consigo acordarme y las moribundas brasas de una vela improvisamos una humilde hoguera donde asar el manjar.

Devoré el animal en silencio, con los ojos cerrados. A cada mordisco, concebí un océano de exquisiteses: pastel de manzana, estofado de conejo, asado de res... dentro de esta extensa lista, no figuraba lo que verdaderamente estaba deglutiendo.

Ya lo entiendo. — afirmó en medio de un mordisco — Esta sensación es la nostalgia. Esa evocación del pasado, que ahora se materializa en el presente.

¿Te persiguen muy a menudo? — respondí con desinterés.

No, pero comía esto casi a diario. Mi padre era bueno en su don: se adentraba en el alcantarillado al salir el sol, y para mediodía salía victorioso, con una ración de alimañas en cada mano. — hizo una pausa para arrojar un trapo húmedo sobre la fogata y extinguir la llama. Convoqué un pequeño ventarrón que sacudió los restos de humo hacia la trampilla. — Sin embargo, ignoraba la cantidad de enfermedades que se ocultan en la ternura de la carne.

Arqueé una ceja, escudriñando el alimento con repelús. De cualquier forma, el resonar de mis tripas me obligó a retomar la faena.

Al cabo de unos meses, la piel y especialmente los ojos de mi madre se tornaron amarillentos; su abdomen se inflamó de manera anormal. Cuando el resto de la aldea se enteró, la acusaron de "bruja", en el sentido retórico, y la quemaron viva. Gente muy supersticiosa, verás.

Un líquido agrio recorrió mi garganta, convocado por unas arcadas. Resolví que ya me sentía satisfecho (realmente no lo estaba, pero temía acabar vomitando) y arrojé las sobras a los restos de la hoguera.

Menudo concepto el de los pueblerinos. En realidad, el grueso de los brujos llevan un semblante de lameculos... así como Valeria.  — comenté con un ademán irónico

Al momento, carecía de los conocimientos para explicar la naturaleza de su enfermedad. Hoy en día sé que fue una hepatitis. Aún estoy lejos de poder tratarla, pero si salimos vivos de esta, quién sabe.

Eres un buen hombre, Byleth. — dije, dándole una palmada en el hombro. Al levantar su mirada, noté sus ojos vidriosos— Eres la clase de persona a la que habría atracado -con todo el gusto, además- en otras circunstancias.

Hay algo de buen tipo en ti, Suou. Todavía puedes encaminar tu vida. — aseguró con una voz reconfortante — Y aún tengo un negocio para ti. — enmudeció y murmuró algo. Ese "algo" bien podía ser un boceto de persuasión perfecta, o... — Nosotros viajaríamos. Tú... matas y yo... examino. Los cuerpos.

Una segunda oleada de pisadas hizo eco desde el segundo piso. Removí el cuchillo del cadáver y lo sujeté con firmeza. El alquimista se levantó raudamente y sopló las velas.

A este ritmo, estoy por pagarte la primera cuota del año.

_______________________________________

Disculpen lo corto del post y lo irrelevante para la trama. Realmente siento que ya no hay mucho que añadir, al menos no de mi parte. El clímax de la historia recae sobre sus hombros.
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Mensaje  Eltrant Tale Mar 4 Feb - 13:40

Lyn sonrió a lo que había dicho Anders, asintiendo efusivamente en el proceso.

- ¡Por supuesto que te creería! – Aseveró la vampiresa, girándose a ver casualmente como Reike y Eltrant dejaban de hablar. - ¿Quién no te creería a ti? – Negó con la cabeza. – Gente sin corazón, segurísimo. – dijo finalmente, ensanchando la sonrisa según se giraba hacia el elfo. - ¡Te apoyaré en lo que quieras con tu plan! – Le comentó levantado el pulgar. - ¿Tenemos que crear un golem de Tatsuya? Puedo dar la sensación de que es diferente con mis alucinantes y misteriosas habilidades. – Sentenció estirando ambos brazos por encima de su cabeza según bostezaba.

El exmercenario, por otro lado, suspiraba aliviado al oír como la bruja se declaraba como una aliada en un momento como aquel. Bajando ambas manos hasta el cinturón escuchó lo que Reike tenía que decir atentamente.

- No… te preocupes. – Levantó ambas manos, tratando de restar importancia a los sucesos de Dundarak, incapaz de evitar preguntarse qué era lo que decían los trovadores de su persona. – Tampoco tenías forma de saberlo. – Afirmó. – No es culpa tuya. – dijo a continuación, tratando de aliviar la pesadumbre que parecía haberse apoderado de la mujer al saber que Tatsuya era inocente.

Reike era… Eltrant podía afirmar que era más de lo que aparentaba ser, aunque encontraba difícil adivinar exactamente en qué sentido. No solo fue capaz de afirmar poder encontrar información sobre el acompañante de Tatsuya en tan poco tiempo, si no que parecía comprender exactamente los movimientos de la guardia y la forma en la que esta actuaba en momentos como aquellos.

¿Qué clase de persona era exactamente Reike?

Tras acceder a lo que había dicho la bruja, separarse de ella y dejarla con su escolta, Eltrant volvió de nuevo al lugar en el que estaban Lyn y Anders. Inspirando con la nariz, pensando en la conversación que acababa de tener, alternó su mirada entre sus dos compañeros antes de decir nada.

Sonrió algo agotado, por muy mal que saliese aquello al menos podía afirmar que al menos no estaba solo.

- Reike dice que nos va a ayudar. – Les dijo tras varios segundos – Va a organizar un punto de encuentro ya va a darnos información sobre el tipo que acompañaba a Tatsuya. – Expuso después, asegurándose de que los guardas no les oían. - ¿Habéis pensado vosotros en algo? – Se atusó la barba, estaba bastante seguro de que iba a ser difícil salir de una ciudad tan alertada como lo estaba aquella.

- ¿Por quién nos tomas? – Preguntó Lyn señalando a su acompañante con el dedo índice. – Hemos pensando en un plan mientras tú ligabas. – Asintió para sí, Eltrant miró a Anders y se encogió de hombros.

Tras escuchar la breve explicación el exmercenario se apoyó en una de las paredes.

- Buena idea. Puede… puede funcionar. – Le dijo, mirando a Anders, tomándole del hombro casualmente y zarandeandolo. – Sí. – Asintió para sí, liberándolo, pensando frenéticamente que hacer. – Podemos confundir a los guardas… no solo con una distracción. – Levantó dos dedos de su mano derecha. – Con dos. – Les dijo ajustando lo que quedaba de armadura a su pecho. – Podemos… podemos hacer que como que intenta huir por dos sitios al mismo tiempo. El portón principal y… a nado o algo así. – Les dijo. – Mientras, él se oculta en uno de los barcos. – Aseveró. - ¿Qué os parece? – Inquirió al final.

Aquello era más bien el esbozo de un plan real y funcional. Pero con eso y la futura información de Reike, intuía que algo lejanamente competente comenzaba a tomar forma.

- Preparad vuestra parte de la distracción. – Les dijo repentinamente para después levantar el colgante de sangre que le había fabricado Asher, el que compartía con Lyn. – Lyn, avísame cuando esté todo listo. – Mencionó, comenzando a caminar hacía el otro lado del callejón.

Apenas una hora más tarde se encontró con el contacto de Reike. En un callejón oscuro, uno de tantos de los que había en la ciudad; tan similar era a los que había pisado con anterioridad que Eltrant no estaba muy seguro de si, en realidad, no estaba en el mismo lugar en el que le habían hecho atravesar una pared.

Esquivar a los guardias no fue muy difícil, después de todo, él también estaba ayudando con las labores de búsqueda. Aunque algo le decía que Wallace no se terminaba de fiar de él, seguía siendo, para los lugareños, un mercenario que no respondía ante ningún cargo local.

La información de Reike no tardó en llegar de mano de un sujeto más bien pequeñito que, probablemente, pocas personas supusiesen siquiera que estaban en la ciudad.  

Frunció levemente el ceño al leer las varias hojas de papel que le acababan de dar.

Había… bastante más de lo que esperaba. No solo dónde vivía el tal Byleth, si no también la situación de todos los navíos, su tripulación, y el número de guardas apostados en ellos. Básicamente explicaba cuál de todos los barcos iba a ser el más fácil de abordar.

- ¿Cómo ha sido capaz Reike de conseguir…? – Nadie llegó a responder aquella pregunta, el pequeño hombre que le había entregado aquello se esfumó de la misma forma en la que había llegado.

Encogiéndose de hombros, tratando de no darle demasiadas vueltas a lo que pasaba, se encargó de transmitir todo lo que acababa de descubrir a Lyn haciendo uso del colgante. Después, tratando de pasar lo más desapercibido posible, caminó hasta el lugar en el que la información decía que vivía el hombre que acompañaba a Tatsuya y golpeó la puerta de forma insistente, momento en el que introdujo los papeles que hablaban de las embarcaciones bajo la misma.

“El decimotercer navío del muelle, al amanecer, se quedará sin ningún tipo de escolta debido al cambio de guardia”

Eso, unido a las distracciones de Anders y Lyn… podía ayudar al fugitivo.


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Mensaje  Anders Vie 7 Feb - 2:25

La verdad es que tenía que ser yo quien menos se creía la idea, viendo que los factores necesarios para ponerlo a andar eran justo los que no teníamos. Mi sonrisa se había caído a sólo media, que estaba manteniendo nada más por ver la increíble cantidad de fe que tenía Lyn. Casi cualquier otra persona y habría tenido que pensar un par de veces todo lo que decía para buscar ironías o sarcasmo.

Sí, pero no te preocupes, no vamos a tardar taaanto como pueda sonar hacer una escultura de alguien, me voy a tardar más consiguiendo el material —estiré la sonrisa viendo al cielo. Sería demasiado oportuno que lloviera—. Aunque... —baje la cabeza, ladeandola— ¿Alucinaciones? Pensé que lo tuyo era sombras, o algo así.

No es que me explicase muy bien lo de las sombras, tampoco.

¿Cómo haces eso, por cierto? O hacen, los vampiros quiero decir. O sea... son... sombras. No son duras, digo, no las puedes tocar, ¿o sí? —volteé hacia una pared, en realidad no estaba muy seguro de lo último. Toda sombra, en mi experiencia, estaba sobre algo, así que quizá si las podías tocar, y yo no sabía, y si era así, entonces puede que la dureza de la sombra fuese la dureza de lo que sobre estab...

Me golpeé ambos lados de la cara con las palmas, como una especie de freno de mano para dejar de pensar. Tenía que dejar de desviarme por las ramas de las cosas. Pestañeé un par de veces y volteé a un lado al sentir a alguien puede que muy cerca de mí y de Lyn como para hablar con tranquilidad. Eltrant.

Terriblemente quieto. «¿Pasó algo?» Estuve a punto de abrir la boca y hablarle, antes de que sonriera. No es que fuese una sonrisa muy feliz.

Tranquilo —empecé, no sabía exactamente que era la fuente de preocupación en el hombre, o si realmente lo estaba, quizás sólo lo había leído mal; una impresión incorrecta. Me tocaba suponer que sería la 'tarea' a mano—, con todos nosotros y tu amiga ayudándolo, Tatsuya definitivamente no va a pagar por este crimen —le subí el pulgar de la misma forma que Lyn me lo había subido a mi antes, para después dejar que la mujer tomase la palabra y comenzase a explicar todo.

Fue una sorpresa que el hombre pensase que tal plan era buena idea. Puede que no fuese tan malo. O él tenía suficientemente claro que eran las alucinaciones y "misteriosas habilidades" de Lyn para entender que era posible. Al sentir la mano de Eltrant en mi hombro ya era tarde, estaba siendo zarandeado.

Y como. Tenía bastante claro la diferencias en fuerza y peso que guardábamos, pero casi me sentía como si no pesase nada para la forma tan casual y claramente ausente en la que estaba haciéndolo.  «Parece un hábito, ¿algo qué hace cuando se desestresa? ¿Como rascarse la barba para pensar?» sonreí viendo al hombre, parando de hacerlo cuando comentó que no sería solo una distracción.

¿Huh? —ante la explicación de a qué se refería, me crucé de brazos, considerándolo—.  Hmmm… puede ser. No tengo muy claro esto, pero Sacrestic… a la der-um, quiero decir, al este, tiene el río Tymer, al sur estaba... —busqué la cara  de Eltrant, como si fuese a tener la respuesta escrita en su cara—… Midgard, y para el norte un lago, ¿no? Bueno, no al norte norte, pero creo que si salieras recto de la ciudad si llegas. Entonces lo que queda es hacia el oeste, ¿creo? ¿No? —les vi las caras por confirmación y junté las manos, entrecruzando todos los dedos menos los índices, que deje juntos, y con ellos apunté al caballero—. ¡Bien! Entonces… una distracción hacia el norte o el sur, como están en esa… ¿Línea? Los primeros que van a moverse son los que están adyacentes… si… si se le puede decir adyacente, pero si vas arriba te quedan más cerca las salidas de los lados que del lado opuesto, ¿no? Así que…  uh.

Estaba enredándome un poco con la explicación, pero creo que ya habían entendido lo que estaba intentando explicar, y yo en base lo entendía, sólo no había sabido expresarlo.

Asentí a la orden del hombre e hice un movimiento de cabeza, comenzando a andar con la vampiresa afueras de la ciudad para poder buscar material con que trabajar. El colgante que Eltrant había enseñado antes me sonaba familiar, pero suponía que no venía completamente al caso que me explicasen que era eso, o que hacía.

Tuve que agradecer la compañía de la vampiresa, la verdad. Me tomó un tiempo darme cuenta, pero había un par de guardias que se movían con nosotros, o si debía ser más exacto… siguiéndome, porque sabía que no podían estar siguiendo a Lyn. Ella no había hecho nada. Seguro, yo tampoco; pero bueno, yo había estado en el lugar incorrecto en el momento correcto, así que supongo que me tocaba aguantarme esto.

Bastó con comentarle eso a Lyn para que se deshiciera de ellos tan sólo una calle después de decirle. Manejando las sombras, dibujo, o modifico, en realidad no estaba seguro de cómo lo hizo exactamente, pero un par de sombras que se asemejaban a las propias siguieron más allá del callejón, por otra salida, mientras nosotros nos habíamos tomado otro. Las voces de los guardias y el ruido de su carrera era obvio en la noche y portando metal encima, seguramente estarían siguiendo el rastro de nada durante un rato antes de reportar de vuelta a Wallace.

Lyn daba miedo. De la buena manera, con todo lo que era capaz de hacer.

Digna compañera de alguien como Eltrant.

[…]

Um… um. Err —murmuré mientras trabajaba todo el barro que había logrado acumular con Lyn.

Si podía decir “trabajaba”. Quizá era una palabra muy fuerte para simplemente tocar el barro y empujar éter dentro del mismo y moldearlo con eso. Pero bueno, como mínimo tenía que mover el éter justo en lo que era la capa más exterior del barro entre lo que yo podía sentir, eran miles y miles de ellas, sin ni una gota de espacio entre cada una.

El montón de barro terminó por tomar una figura bastante similar a Tatsuya, fuera de los detalles faciales más explícitos de todos y el peinado. Al menos bastante similar para el tiempo que tuve de verlo, que no había sido demasiado.

…Pero parece que tendría más oportunidad.

¿Lo haremos mañana a la mañana, entonces? —deformé la figura del barro, y tomé mi golem, pegándolo a Lyn donde pudiese haberse ensuciado para poder conectar con ese barro también y quitárselo, dejándola sin manchas—. Vamos con Eltrant, Lyn. Si ya encontró al hombre podemos hablar directamente con él sobre el plan, y así tendremos todo más concreto.

Clavando al golem dentro del resto del barro tomé control de todo el mismo y empecé a andar con la vampiresa por las calles. Puede que fuese sólo yo por los nervios de lo que estábamos haciendo, pero estaba inclinado a pensar que Lyn era la que andaba haciendo danzar las sombras del lugar para despistar atención en caso de que la llamásemos.

Poder ver a Tatsuya me permitiría hacer una copia todavía más exacta de él en arcilla, y si llevaba las mismas ropas que cuando en el callejón, eso le daría más credibilidad.  También teníamos la magia de Lyn, aunque no tenía claro si podía operar con la misma efectividad de día, la idea no era que se quemara. Teníamos todo, las cosas no podrían ir mal ya, ¿no?

«…Ahora que lo pienso», me rasqué un poco el pelo, «la información que consiguió la amiga de Eltrant es muchísima para el haber sido como una hora y tanto nada más, no hay forma de que llegase hasta los muelles. ¿Será qué usa magia para adivinar? ¿O le pagó a alguien para obtener la información? O sea… parece una mujer de dinero».

No le di muchas vueltas más por razón de que nadie iba a responderme, y porque habíamos arribado a la madriguera de ratas. Probé llamar a la puerta cuidadosamente. Si no me abrían, bien que podía hacer una escalera de arcilla y pegarla a la ventana  que viera y reventar la ventana con el golem hecho un mazo para entrar; pero realmente esperaba poder ser disimulado sobre esto y que cooperase, por eso de que estábamos intentando ayudarlo.
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Mensaje  Reike Jue 5 Mar - 19:49

¿Lo encontraste? —murmuró la bruja al oír el crujido de una tabla suelta en la pared de la habitación, por la que acostumbraba a entrar y salir el dnomovói. La habitación estaba a oscuras, pero Valeria no se había acostado, sino que permanecía sentada sobre la cama, completamente vestida. El pequeño hombrecillo asintió y se dirigió a un pequeño camastro en un rincón, donde le esperaba una escudilla con comida—. Gracias, Libnik —dijo Val y su mirada se desvió hacia más allá de la ventana.

Aunque hacía días que su equipaje estaba preparado, la bruja había empleado el tiempo en que el dnomo estuvo fuera sacando todas sus cosas, comprobando que todo estaba en orden y volviéndolas a guardar. Sobre una silla, había extendido una a una las prendas que llevaría al día siguiente y, bajo ella, el calzado. Lo que llevaba puesto, iría en un saco, a la parte de arriba del baúl, que permanecía abierto.

Las escasas pertenencias de Libnik descansaban junto al baúl, envueltas en un paño de lino sin teñir. La bruja había tomado nota al verlo de proveer al pequeño con un bolso decente de buen cuero cuando llegasen a buen puerto. Hasta entonces, tendría que valer.

Acabadas las excusas para no acostarse, Valera, simplemente, se había dejado caer sentada en la cama, a esperar. La espera le trajo recuerdos de otras noches, de la noche. Pero no fue el momento en que los últimos rastros de vida escapaban de Tau lo que vino a su mente, sino la mueca en su rostro cuando descubrió la verdad. El momento en que ella supo que Tau Farley debía morir.

¿Se arrepentía de haberlo matado? No. Habría preferido no tener que hacerlo, pero no se arrepentía. La habría delatado de no haberlo hecho. El hombre se llenaba la boca con sus discursos sobre el honor y la justicia, pero ¿quién podía realmente darse el lujo de pensar en el honor y la justicia? Sólo aquellos que no habían conocido la injusticia y el deshonor. Cuando uno tiene que elegir entre comer ese día o hacer “lo justo y honorable”, elije comer o el muy imbécil acaba muerto y enterrado más temprano que tarde. Eso era algo que Valeria había aprendido hacía muchos años: el mundo no era un lugar justo, el fuerte se comía al débil y se hacía más fuerte. O si no, se lo comía otro más fuerte que él.

De repente, la imagen de Tatsuya se abrió paso en su mente y la bruja rio con ironía. Seguro que el mercenario entendía bien a qué se refería. Había demostrado ser un superviviente, después de todo. ¿Se arrepentía de haber dejado que lo acusaran a él? Tampoco. Estaba segura de que él habría hecho lo mismo. De hecho, lo había intentado, con aquel biocibernético loco. La bruja negó con la cabeza.

Debiste leer mejor las pistas —susurró al aire.

¿Quién habría creído que aquel biocibernético retrasado y llorón hubiera sido capaz de matar a un hombre? No, sólo había dos asesinos en aquella bodega. «Tú y yo, encanto». Eso era, en el fondo, lo que más le pesaba. Se las había arreglado para asistir a la mejor escuela de las Islas, se había codeado con nobles y burgueses de todo Aerandir, vendiendo y comprando productos de lujo, pero al final del día no era muy distinta de un simple mercenario.

Con un gruñido de fastidio, apartó la vista de la ventana, se desvistió y se acostó. Como era de esperar, pasó más tiempo dando vueltas en la cama que durmiendo y ya estaba de nuevo en pie, vestida y aseada, mucho antes de que vinieran a recoger sus cosas para llevarlas al Tritón Azul.

En el puerto, soplaba la prometida brisa del este. Faltaba poco para que amaneciera, pero la espesa bruma típica de aquella zona no habría dejado pasar un rayo de sol igualmente. El ambiente estaba cargado de humedad. Con Libnik correteando un par de pasos por detrás de ella, Valeria avanzaba por el embarcadero sin perder de vista los alrededores, pendiente de la presencia de cualquier miembro de la guardia, así como de cualquier indicio de la cercanía de Eltrant, sus amigos o el propio Tatsuya. ¿Qué plan habrían trazado? ¿Funcionaría?


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OFF: Y resucito de entre los muertos para colaros un post ultra reflexivo porque lo cierto es que no tenía otra cosa que hacer más que esperar hasta la mañana. Espero no haberos matado a todos con mi tardanza
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Mensaje  Tatsuya Suō Miér 18 Mar - 23:51

Cautelosamente, me adentré en el piso supradyacente. Aquello que habíamos tomado por pisadas resultó ser el golpeteo de alguien al otro lado de la puerta. La guardia de Sacrestic Ville no es bien conocida por sus modales, por lo que descarté la posibilidad de una segunda visita. Sin embargo, ninguna voz anunciaba ni su nombre ni sus intenciones. Me deslicé hacia un costado de la puerta, con la navaja en la mano. Vi un papel filtrarse bajo la misma y, con un ademán cauteloso, se la extendí a Byleth para que la leyera.

“El decimotercer navío del muelle, al amanecer, se quedará sin ningún tipo de escolta debido al cambio de guardia” — repitió en voz baja — Demasiado sospechoso. ¿Crees que sea una trampa?

Con todo lo que hemos visto el día de hoy, ya ni siquiera sé qué decirte. De cualquier manera, sé cómo averiguarlo.

Posé mi ojo a la luz de la cerradura y vislumbré el torso de dos... no, tres personas -la tercera se escondía bastante bien en la penumbra-. Una tenue capa de viento recubría a manera de aura a uno de los presentes, tal como ocurría con aquél errante del callejón. No cabía duda, debía tratarse de Eltrant. Me volví a Byleth y le ordené que se escondiera en la alacena. A continuación, levanté el seguro de la puerta y recibí a la visita.

Se trataba del ingenuo elfo que horas antes traté de engañar y mis dos perseguidores preferidos. Les insté a pasar y cautelosamente cerré la puerta.

Disculpen el desorden. La guardia de Sacrestic Ville nos hizo una visita antes que ustedes. — mascullé mientras le indicaba a Byleth que era seguro salir con un discreto golpeteo. — ¿De dónde sacaron esta información? ¿Por qué insisten tanto en ayudarme? — inquirí, posando mi mirada frente a la de Eltrant.

El anfitrión nos invitó a tomar asiento para discutir los detalles en comodidad. El primer nombre en surgir durante la conversación convocó una oleada de escalofríos por mi columna vertebral: "Valeria consiguió la información"; la misma persona que ansiaba verme dar paredón. Era una mujer sumamente habilidosa. De proponérselo, la veracidad de ese papel sería incuestionable. Sin embargo, su malicioso espíritu no la haría actuar sin obtener un beneficio, y mantenerme vivo no era uno.

«Nada que tenga buenas intenciones puede salir del corazón de esa mujer. Es inteligente, y sabe servirse de sus dones para satisfacerse. Quizás sean esos mismos dotes los que engañaron a Hont, a mí mismo, y quizás a... Tau Farley».

Las piezas encajaron al instante.  Quise negarme a pensar que la mujer con la que alguna vez compartí caminos en las afueras de Lunargenta sería capaz de inculparme por uno de sus crímenes pero, en aquella habitación, comparándonos con un biocibernético retrasado, un chucho y una prostituta de colmillos filosos, los únicos asesinos éramos nosotros dos y, pese a que lo sabía, decidí vendarme los ojos como un necio.

No obstante, el poco tiempo que tuve para conocerla me enseñó que no era del todo una mala persona: había arriesgado su vida para salvar una niña a la que no conocía. En realidad, hizo lo que tuvo que hacer con tal de salvarse el pellejo, igual que yo lo habría hecho en su situación. Quizás esta sería su forma de disculparse, o de renunciar a un negocio que ya no le resulta rentable.

No lo sé... no me convence. Esta misma noche, Reike intentó entregarnos de vuelta a la sargento. ¿Por qué querría liberarnos ahora?

La bruja y yo tenemos una... cierta historia "poco placentera". No me fío mucho de ella, pero luego de todo el jaleo que hemos armado, es probable que esté desesperada por marcharse de la ciudad y esperar que Aerandir sea lo suficientemente grande como para separarnos. — comenté, guardando el papel dentro de mi kimono — Sea como fuere, no tenemos muchas opciones con esto. ¿Cuál es el resto del plan?

Hice silencio para discutir al respecto. Aparentemente, harían una imitación de mi figura con barro para distraer a los guardias y dispersar la atención de los muelles. Jocoso, pero bastante inteligente. Quedaba en manos del elfo si pasábamos a la historia como la fuga más brillante de Aerandir, o la más ridícula.

Me levanté y me coloqué detrás del joven orejudo, reporsando mis manos sobre sus hombros y acercándome paulatinamente a su oído.

Tendrás que venir conmigo en el barco. Luego de esto, serás el criminal que ayudó a Tatsuya Suou a escapar de prisión. — le susurré serenamente — Puede que nunca vuelvas a poner pie en el oeste. Quiero que sepas que, cuando eso pase, sepas echarte la culpa a ti mismo. Yo no te he obligado a nada. — le di una palmadita en el hombro y le esbocé una sonrisa — Si aceptas, cuando terminemos, te invitaré a una hidromiel o cualquier otra bebida afeminada que a los elfos les encanta.

Escucho voces a la distancia. —señaló Byleth desde la ventana— Es hora.

Nos dirigimos con premura hacia el muelle, bajo la luz del sol naciente. Con suerte, al llegar el mediodía, sería libre.
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Mensaje  Eltrant Tale Mar 31 Mar - 18:12

Compresiblemente, una de las primeras cosas que preguntó Tatsuya era el por qué insistan tanto en ayudarle, el origen de toda la información que iban a usar para sacarle de allí.

Eltrant mantuvo la mirada del mercenario durante unos segundos.

Y se hizo esa misma pregunta.

¿Por qué estaba ayudando tanto a Tatsuya?

Si bien el brujo no había sido el asesino que la ciudad buscaba con tanto apremio Suo era un mercenario. uno que vendería a su propia abuela por unos Aeros. Sus manos no estaban manchadas de sangre… en aquel momento.

Pero las suyas propias no estaban precisamente limpias tampoco.

- Me recuerdas a alguien. – dijo como toda respuesta. – Y todos nos merecemos una segunda oportunidad. – Agregó, recordando por un instante la época en la que para costear sus “aventuras” se dedicaba a las peleas ilegales.

Escaparse de la granja con apenas dieciséis años fue una de las peores ideas de su vida, el haberlo hecho sin ningún Aero y solo con una espada herrumbrosa que se encontró a un lado del camino era, quizás, el detalle que le hacía desear abofetear a aquel muchacho y decirle lo equivocado que estaba.

Pero eso no era lo único en lo que se había equivocado.

Si no hubiese sido por Alanna…

Su vida cuando el Libro del Sabio le arrebató los recuerdos no había sido muy diferente a la de Tatsuya; al menos hasta que la Gata le devolvió a la realidad. Si bien siempre había mantenido un ideario detrás de los encargos que aceptaba como mercenario, aquellos años… fue más flexible con lo que aceptaba hacer.

- Valeria es de fiar. – Le dijo a Tatsuya en un tono que podía ser considerado monótono. – Su información nos ha llevado hasta ti, después de todo. – Le dijo a continuación, asegurándole que la bruja no mentía con nada de lo que ha hecho.

Tras los últimos comentarios del brujo Eltrant se acercó rápidamente a Anders.

- No le hagas mucho caso. – Le dijo tomándole por un hombro, antes de seguir al mercenario. – Si pasa algo… yo asumo la responsabilidad. – Le dijo. – Todo esto ha sido idea mía. ¿No? – Afirmó, finalmente, zarandeándolo un poco.

El plan comenzaba y, tras haber ultimado los detalles con Anders, Lyn se retiró rápidamente mientras las sombras aun predominaban en el lugar. Principalmente debido a que los primeros rayos de sol comenzaban a aparecerse en el horizonte y, por mucho que quisiera quedarse en el lugar, la vampiresa era algo reacia a pasar el rato bajo los rayos del astro.

Una vez llegaron al puerto, ocultos tras un grupo de cajas que habían descargado de uno de los tantos navíos, Eltrant señaló al lugar hacia el que tenía que huir el fugitivo.

- Aquel barco. – dijo señalando el que estaba al otro lado del muelle. – Como subirte en él depende de ti, nosotros solo podemos abrirte camino. – Le dijo estudiando el lugar.

El lugar estaba fuertemente custodiado, no eran pocos los guardas que patrullaban la zona. Lo normal, teniendo en cuenta que aquel era una de las únicas salidas que el presunto asesino tenía de la ciudad.

Tenían que hacerlo bien, solo tendrían una oportunidad para aquello.

- Anders, nos toca. – Le dijo levantándose, moviéndose como buenamente podía alrededor de las cajas.

Si había algo que se le daba bien a Eltrant era llamar la atención.

Cuando estuvo lo suficientemente alejado del resto del grupo se incorporó totalmente y, siempre oculto, preparó su guantelete.

La pieza de armadura comenzó a desatar el humo blancuzco y a sisear, como siempre hacia cuando lo activaba y, en cuanto lo bajó en dirección a los barriles que tenía delante una explosión sacudió los cimientos del lugar. [1]

- Bien -  Susurró ocultándose en los callejones adyacentes, notando como parte de los guardias iban a comprobar que hacia sucedido. – Siguen los demás. – Musitó alejándose aún más; había hecho su parte.


____________________________________________________

[1] Habilidad de nivel 8 de Eltrant: Seísmo

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Mensaje  Anders Vie 3 Abr - 1:12

Una aclaración antes del post. Cómo según el mapa del foro (este que tenemos en la página principal y tal), Sacrestic se ve en un “punto medio” entre el Río Tymer y el Mar de Aerandir. Sería algo lejano cualquier lugar, y la descripción del lugar indica que hay un puerto a pocos kilómetros de la ciudad, pero eso, kilómetros
Por eso mezclaré ambas cosas, creo. Como pueda (???) Ya hablé esto con Elt, por si acaso ^^

__________________________

Inspiré lentamente al escuchar al brujo, balanceándome en el punto que separaba calma y nervios. Lo vi de reojo con una cara levemente malhumorada, al menos hasta la palmada y la sonrisa.

¿Por qué? —sonreí poniéndome de pie—. ¿Necesitas una niñera qué te cuide también en el barco? —continué, con tono bromista.

Vi a la cara de Byleth un momento cuando hablo, y después a Eltrant. Alcé un poco ambas cejas y sonreí en cuanto empezó a zarandearme. Curioso que palabras que parecían intencionadas en ponerme nervioso no tuvieron del todo ese efecto, cuando las de Eltrant, que serían para tranquilizarme, sí.

Había aceptado por la mayor parte lo de "criminal". ¿Luego de esto? Ya había roto esas cadenas, de no haber sido así, lo habrían agarrado en ese callejón, o la guardia o los mercenarios. Por cosa del engaño; pero lo había hecho. El alquimista había hablado demasiado rápido… tenía que empezar a guardar cautela con gente así.

Por hoy era un poco tarde para eso; pero no para asumir la culpa. Mucho menos echársela a alguien como Eltrant encima. Sabía que una roca era mejor mintiendo que yo por defecto de no decir nada – por eso, yo tampoco lo hice. Sólo mantuve la sonrisa.

Vi a Lyn y toqué el golem, puliendo algunos detalles más – aprovechando que tenía la imagen de Tatsuya en mi cara – mientras hablaba con ella. Ya se asomaban los rayos del sol. Era hora.

Las voces que escuchaba Byleth, perturbadoramente, estaban consideradas en las  hojas de información que había facilitado la amiga de Eltrant, o como lo oí llamarlo, “Valeria”. Hoy partían y salían barcos, y aquellos que salían naturalmente no eran tímidos en hacerlo saber, así que tenían carruajes que partirían al lugar para llevar a sus pasajeros. O simplemente gente que ofrecía echar el empujón por unos aeros.
Tan naturalmente como eso, por lo mismo todo carruaje estaría sujeto a vigilancia. Tampoco algo 24/7. Innecesario – sólo había que revisarlos cuando iban de salida, la cara de un asesino no era algo sencillo de ocultar, y mucho menos si esa cara iba en un cuerpo cómo el de Suou mismo.

Ahí terminaba lo que eran las primeras páginas de Valeria, y ahí empezábamos Lyn y yo. Montar la copia de arcilla tapada con ropas, en una caravana de mercaderes, o un carruaje, mientras tuviese buena cantidad de gente y de hecho no fuese al puerto, sino al norte o al sur; hacia poblados mucho antes de arribar a Lunargenta o el doble de mucho antes de llegar al frío norte donde la más conocida de por allá sería Dundarak. Ella como pasajera no llamaría mucho la atención, y estando cerca de la copia, podría afectarla con sus alucinantes y misteriosas habilidades.

Simultáneamente yo me montaba con Eltrant y Tatsuya en una que si partiese al puerto, metiendo a Tatsuya dentro del golem. Estaría incómodo y con poco aire unos segundos; pero hey, era eso o estar muerto. No consideré en ningún momento que alzar el peso de Tatsuya más el del golem para montarlo en la parte trasera del carro dónde iríamos, pero bien que lo fue. Si Eltrant no estuviese ayudando creo que ahí moría mi plan, porque yo no hubiese podido solo. «Nota mental: pensar en cómo hacer las cosas que componen las cosas qué quieres hacer. O al menos qué requieren que haga».

En fin. Ambos lados partimos lentamente, y como indicaban las páginas, paramos porque tenían que revisar quienes iban. Las caravanas de mercaderes tardaban más, un carro con gente era, qué, abrir un poco la cortina o puertas y ver caras. Obviamente nadie vería dentro de lo que era básicamente una roca, pero igual nos sostuvieron un poco. Por la mirada poco disimulada, era culpa mía; de mis orejas; no le gustaban los elfos a Wallace ni a la guardia.

Igual pasaríamos, porque teníamos a Lyn. Ni siquiera era necesario que usase el collar mágico que tenía con Eltrant, todos nos enteraríamos de que habían “dado” con Tatsuya por lo que la vampiresa haría ocurrir.

Sonó fuertemente un cuerno. Los guardias montados en esta salida unos se paralizaron un segundo antes de actuar, otros salieron corriendo al mismo instante. Como Tatsuya estaba en otro lugar, no estaba aquí, así que salimos. No me había quedado claro que haría Lyn, pero tomaba de sus capacidades que podría, al menos, pinchar a los caballos o upeleros un poquito para provocarles una mala reacción y que salieran corriendo, deshacer la ilusión de Tatsuya y poner al aire que básicamente allí iba el desgraciado para concentrar los guardias a ese lugar, y con nadie en su sano juicio queriendo estar cerca de un asesin…

…nadie aparte de Eltrant, ella y yo, quiero decir. Nadie en su sano juicio se habría quedado en el mismo carro en calma. Mucho menos si iban a velocidad pico con animales desenfrenados. En el caos, Lyn tendría oportunidad de retirarse como una civil más y simplemente reincorporarse a otro carro que fuese al puerto para rejuntarse con Eltrant más tarde. Cualquier problema que abundase se lo podía comunicar por el collar también.

Volvíamos a la información de Valeria. El decimotercer navío en el muelle, habíamos salido a buena hora, así que el cambio de guardia de los que pasaron toda la noche en guardia con otros nuevos para la mañana debería estar ocurriendo entonces. Durante el camino al puerto suavicé un poco el golem y lo “agrieté” algo más para que Tatsuya tuviese más movimiento y aire, después de todo, ya todos estaban convencidos de que no iba aquí. Llegamos al puerto y bajamos al golemsuya, sólo habí-

«Mierda». No estaba vacío. Bueno, no lo esperaba vacío; pero tampoco tan lleno. ¿Wallace igual lo infló a guardias por sí acaso? «Ugh» me rasqué el pelo frenéticamente, ¿cómo diablos iba a alcanzar un barco qué estaba al otro lado del lugar? Si no hubiese guardias casi que podía caminar allí. Tuvimos que incorporarnos entre mercancía para permanecer ocultos.

Vi a Eltrant. Bueno, por eso estaba aquí, por si acaso.

Está bien —asentí, viéndolo desaparecer. Quién sabe qué haría, esperaba que no arrastrase mucha atención sobre él como para terminar metido de fondo en el embrollo—. Espera el momento… y corres al lugar que te dijo —dije, viendo a Tatsuya. Me debes aeros por cierto, tuvimos que pagarle al tipo del carruaje —bromeé, por hacer el payaso el último momento.

Me moví a otro lugar cuidadosamente y pise sobre el golem, para que tomase una silueta medianamente similar a la de Tatsuya, otra vez, dejando el hilo más fino de conexión que podía para moverlo a distancia. No tenía muy claro de qué clase de distracción iba a montar Eltrant, ni cómo, pero confiaba en él. Sólo esperaba que no fuese nada que atrajese demasiada aten-

El sonido de la explosión me alcanzó y vi trozos de madera y vino y otras cosas volando por el cielo. «¿¡Qué!?» ¿¡Cómo!? No llevaba explosivos encima, y- «No». Ya había empezado, pensaría eso después. Me centré e hice salir “corriendo” al golem, intentando desviar más atención de otros guardias cuando viesen la figura levemente similar a Tatsuya.

Había un límite de cuanto podía alejarlo y controlarlo bien. Básicamente eran como los tubitos raros de alquimia, empujaba mi éter a través de la arcilla y movía el éter para mover esta. Un espacio más corto por donde pasar el éter significaba que todo movimiento que le diese era más torpe, el golem parecía un Tatsuya manco más bien. Pero no importaba, servía. La explosión había llamado mucha atención, y ver un Tatsuya por ahí arrastraría al resto de los guardias.

Lo primero no era bueno. Tenía una posición aventajada para poder ver, lo necesitaba para manejar al golem pausiblemente. La carrera torpe y el control malo a mucha distancia no ayudaban, así que varios guardias no fueron tan convencidos de ir por la masa de arcilla y se fueron más por donde Eltrant cuando uno chiveó una sombra en un callejón.

No es que estuviese nervioso de que pudiesen hacerle algo, pero hice rápidas mis consideraciones. Creía que Suō ni le había dicho gracias, quizá sí, pero no tenía razones para pensar en que lo había hecho cuando por ayudarlo a mí intentó intimidarme. era Eltrant. Pero por serlo justamente no iba a pegarles. No permitiría que lo matasen tampoco, pero sí que tomaría la culpa si lo pillaban. Dispuesto estaba, más que dispuesto, ¡me lo había dicho!

Era raro que pusiese tanto el pecho por otra gente. Me daba entre lástima e ira que no se lo agradeciera, quizá otra gente tampoco lo había hecho. ¿Y seguía haciéndolo?

Suspiré. Puede que más que el significado ese fuese el destino de ser buena persona. Había una manera de arrastrar a esos guardias aquí: si creían que había ayudado a Tatsuya, o que lo estaba haciendo, les daría lo que tenían.

La razón.

Salí haciéndolo un escándalo y grité las palabras “¡Qué no te vean, huye!” No eran para el Suō sino Eltrant. No podría escucharlos, pero no dude que tuvo que haber algún “lo sabía” entre los guardias al ver sus labios moviéndose. Jalé el golem hacia mí, y como estaba a espaldas de ellos, al encogerlo como una tabla los derribo al pegarles en las piernas. Corrí entonces decenas de pasos atrás de Tatsuya, maldito muelle, ¿por qué era tan grande? ¡Debería ser más pequeño! Para… para hacer más rápido esto. ¡Sí, para eso nada más!

En mi carrera y deseando ser más rápido vi al barco que más tenía que ser eso. El único problema, ya estaba arrancando, tenía las velas izadas. Intenté pasar las páginas de información de Valeria en mi cabeza para saber cuál sería, pero no me las había memorizado realmente.

¡O-Oyeee! ¡Ayúdame a disparar esto! —deje una parte del golem expandida por el suelo en el estado más líquido que podía para que todos los guardias que venían atrás tropezaran y se resbalaran, volviendo el resto una “cuerda” terminada en un gancho.

Con su telequinesis y, si no me equivocaba, magia de viento, podría empujar arriba eso para colgarnos de un barco y abordarlo. Yo tendría que mantenerlo flexible y resistente para que pudiéramos subir sin que quebrase, un gasto constante de energía. Sí teníamos éxito, pues un barco era grande, había demasiado lugares donde esconderse, así que lo detendrían y perderían tiempo buscando.
En un barco donde no estábamos, porque una vez arriba podíamos hacer lo mismo para alcanzar el que estaba arrancando. Sería tarde para ellos incluso si tardaban unos segundos en darse cuenta.

Y si fallábamos… bueno. No iba a necesitar esa energía extra de todas maneras.

_____________________________

Hago el sufrido en los últimos momentos porque puedo para que Eltrant no quede con cargos legales. (?)

Y porque Tatsuya y yo ya tenemos un tema después de esto y quedamos qué estábamos en el mismo barco, que de paso es de Tobias, que resulta tener un Drakkar y es más rápido que otros barcos, porque sí Sigel, nos aprovechamos de otro user que ni está en el tema -dice como si Sigel fuera a leerlo-.

Nah, no nos aprovechamos. Tat lo acordó con él
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Mensaje  Reike Sáb 4 Abr - 18:26

El barco estaba cargado, los pasajeros habían embarcado y el capitán del Tritón Azul esperaba únicamente el visto bueno para zarpar. Con dos criminales fugados, era natural que los registros retrasasen las partidas. Valeria ya había tenido tiempo de instalarse y conocer a los pasajeros con los que compartiría viaje hasta Vulwulfar, donde trataría de encontrar otra embarcación que la llevase hasta las islas: un excéntrico joven con las manos manchadas de cobalto que no paraba de informar a todo el mundo de que no debían molestarle cuando le vieran pintando en cubierta porque su intención era capturar la inmensidad del océano en su lienzo; una familia originaria de Lunargenta, que volvía a su tierra tras darse cuenta que hacerse un nombre en las nuevas tierras del oeste no iba a ser tan sencillo como habían planeado; y una pareja de recién casados con los que la bruja charlaba en aquel momento en cubierta mientras Libnik se asomaba a la baranda de estribor mirando hacia abajo con cierta aprensión.

En un principio, a la bruja no le habían resultado diferentes de cualquier otra pareja de recién casados que uno pudiera encontrar por el mundo. Se les veía enamorados, alegres y encantados de viajar juntos por el mundo. La conversación inicial le había resultado de lo más insulsa a la bruja, a decir verdad. Hasta el momento en que mencionaron que el destino final de su viaje estaba en Roilkat.

Valeria pensó que su intención era pasar una “romántica” luna de miel entre las exóticas dunas de la zona e hizo un comentario educado acerca de seguramente sería una estancia agradable para ambos, sólo para encontrarse con un par de rostros confusos. Lo cierto es que la bruja había estado más atenta a los movimientos de la guardia por el muelle que a la conversación en sí, por lo que le llevó un momento entender que no partían de luna de miel, sino que estaban volviendo.

No entiendo —tuvo que reconocer finalmente—, ¿quieren decir que el destino de su viaje de novios era… esto? —Y señaló con un gesto de la mano hacia el brumoso cielo y el lúgubre puerto.

Bueno, no esto en concreto —explicó la joven con voz aguda—. Nos hospedamos en una posada de Sacrestic durante unos días y salimos a pasear entre la niebla. ¡Es tan tétrico!

Entiendo —respondió Valeria sin entender.

Por suerte para ella, una explosión en el puerto, seguida de la subsiguiente conmoción, evitó que tuviera que escuchar más detalles. Se escucharon gritos y ajetreo en el muelle y el joven esposo decidió llevarse a su señora a un lugar más seguro, fuera de la cubierta. Imaginando de qué se trataba, la bruja decidió quedarse a recavar más información sobre lo que estaba sucediendo. Fue entonces cuando se dio cuenta de que el barco en el que debía zarpar el mercenario ya había empezado a moverse. ¿No debería estar ya dentro? ¿Por qué empezaba tan tarde el ajetreo?

Libnik —dijo agachándose y tendiéndole al dnomo la llave del camarote—, ve abajo y escóndete. No salgas hasta que sea seguro.

El hombrecillo obedeció algo nervioso y Valeria se irguió de nuevo para acercarse a la popa y tener una mejor vista de lo que sucedía fuera del barco. Y entonces los vio. ¿Qué demonios estaban haciendo subiendo a su barco?, ¿es que no sabían contar? En medio de los preparativos para la partida y la confusión que reinaba en toda la zona, pocos ojos había vueltos hacia el lugar por el que brujo y elfo accedieron al barco, pero fueron los suficientes.

¡Eh! —les increpó uno de los marineros corriendo hacia ellos—, ¿a dónde creéis que vaaa… —No llegó a terminar la frase. Antes de que les diera alcance, varias de las cuerdas que sostenían la verga de mesana se soltaron y el palo fue a darle de lleno en el estómago, lanzándolo por la borda.

¡Hombre al agua! —gritó Valeria—. ¡Por la aleta de estribor!

La tripulación se movilizó al instante, entrenados como estaban para la autosuficiencia en medio del mar. Mientras unos se encargaban de las labores de rescate, otros se ocupaban de recolocar el palo bamboleante, antes de que fuera a causar algún daño a la vela mayor, que ya había sido desplegada. Valeria se dirigió, con el resto, a la popa.

Largaos de aquí. Ya —murmuró casi sin mover los labios al pasar junto a los dos polizones. Si se daban prisa, aún podían alcanzar el otro barco.

No lo entiendo —oyó decir a uno de los marinos al pasar cerca del palo de mesana—. Juro que los nudos estaban bien prietos. Lo comprobé yo mismo.

La bruja sabía bien lo prietos que estaban aquellos nudos, pero mientras no incluyeran en la tripulación a algún elfo o brujo capaz de percibir el rastro del éter, era la palabra de aquel hombre contra los hechos.


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OFF: Reike usa su telequinesis, bueno, ya imagináis para qué.
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Mensaje  Tatsuya Suō Vie 24 Abr - 5:17

Repasamos brevemente el plan: la vampira distraería a la guardia en la dirección contraria, usando un muñeco de arcilla -para nada parecido a mí, cabe destacar- mientras los otros dos me escoltan al puerto. Con algo de suerte y habilidad se podía ganar, pero aún estábamos dejando a una pieza fuera del tablero:  Byleth. Su nombre no surgió en ninguna parte de la conversación, pues ya tenían suficiente con transportar a uno de los prisioneros más buscados al oeste del Tymer como para sumar a otro. Admito que estuve a punto de convencerme de que abandonarlo era un mal necesario. Y, sin embargo, no lo hice.

Un momento. — alcé mi voz sobre la del orejudo —[ color=#ff9900]Sé que no estoy en condiciones de exigir, pero tengo una última petición: que Byleth viaje con... ¿Lain, te llamabas?[/color] — señalé a la morena y fui corregido instantáneamente — Lyn. Es inteligente y sabe hacerse camino con las palabras. Se escabullirá en medio de la conmoción.

No compliques las cosas aún más, 'Suya. Podré desplazarme por las alcantarillas. Te debo mi libertad, lo menos que puedo hacer es no entorpecer tus planes. — replicó el galeno con cierta desconfianza en su voz.

Eres listo; sabes que estarán vigiladas. A fin de cuentas, fue allí donde perdieron nuestro rastro. — lo miré fijamente a los ojos, tomándolo de los hombros — No seas estúpido. Tienes vidas que salvar, ¿recuerdas?

En cuanto abrió su morro para disentir, me decanté por darle un cabezazo tan potente como para hacerle perder el equilibrio. La conmoción lo calló de inmediato.

Seré egoísta, pero no necio. Necesitamos a más gente como tú y menos como yo. Así que levántate y lucha por tu vida, maldición.

Posó sus ojos vidriosos sobre los míos, aún atolondrado, pero bastante más comprensivo. Tras hacer uso de la razón, se levantó y me extendió la mano, la cual apreté vigorosamente. Para un sujeto tan elocuente, me esperaba una despedida un tanto más emotiva, pero nos limitamos a solo pronunciar un monótono "adiós" y darnos la espalda mutuamente.

Los minutos siguientes se hicieron eternos en el interior del condenado gólem, donde a duras penas cabía en una posición que no favorecía especialmente la circulación. Eso sin mencionar el calor infernal y la peste que despedía de mis sobacos, luego de semanas sin darme un buen baño...

Por suerte, el plan fluyó a nuestro favor. Numerosas tropas pasaron a los lados del carruaje en dirección contraria, en búsqueda de mi -para nada similar- versión de arcilla. Al llegar al puerto, el elfo me regresó la movilidad y nos escabullimos entre la mercancía, observando los movimientos de las patrullas. Mi ruta de escape estaba allí, frente a mis ojos, al otro lado del cúmulo de guardias.

Eltrant le confió mi custodia a Anders y se arrastró entre el resto de mercancías, acercándose  a la patrulla. Mientras tanto, los marineros del decimotercer navío ondeaban sus brazos en el aire. Tamborileé con mis dedos para disimular mi desesperación. «Vamos, Eltrant...»

Una explosión en la lejanía nos otorgó la oportunidad perfecta para perseguir al barco, que ya se deslizaba con gracia sobre el mar. Corrí a una velocidad endemoniada, pues aquél trozo de madera era lo único que me mantendría con vida. Mientras tanto, Anders perdía el tiempo alertándole a la guardia sobre nuestra posición. ¿De verdad creía que Eltrant tendría problemas contra una docena de guardias de pacotilla?

En ese momento me percaté de que, por muy rápido que corriera, no había forma de que alcanzara al objetivo. Por suerte, el elfo convirtió al gólem en un gancho y cuerda, que conseguí arrojar(1) y controlar por medio de telequinesis para engancharlo al barandal de una de las naves cercanas.

¡Sube primero! Me aseguraré de que no te caigas. — insté, asegurándome de que el gancho se mantuviera estable.

Al abordar la popa, me topé cara a cara con Valeria. Me ensimismé tanto por el reencuentro, que no me percaté de que uno de los tripulantes se acercaba para echarnos. No obstante, un desafortunado accidente lo mandó a darse un chapuzón. Me le quedé mirando con cierto recelo, para finalmente volverme hacia nuestro navío.

Cometiste un error. — musité antes arrojar el gancho y desaparecer en el mar.
——————————————————————————————


Desde entonces, no volví a saber sobre Byleth, Eltrant, Lyn o Valeria. Anders no tuvo de otra más que escapar conmigo, aún con cierto resentimiento, pero ya estaba lleno de mierda. Un joven larguirucho de ojos violáceos no sería difícil de reconocer, así que aunque le costara reconocerlo, estaba mejor bajo mi cuidado... y el de Tobías. Era lo menos que podía hacer.

Este último nombre fue la mayor sorpresa del periplo. Esperaba tener que sobornar al capitán o matarlo de ser necesario, pero la primera persona en recibirme no fue nada más ni nada menos que Tobías Pharra, que navegaba con premura hacia Sevindel.

El dilema que me carcomió la cabeza por el resto del viaje fue el porqué de las acciones de Eltrant y Anders. ¿Quizá no había alguna razón en absoluto y fue solo por ingenuidad? Aquella era una pregunta que me atormentaba de cuando en cuando, por lo que un día decidí acercarme al orejudo.

Lo prometido es deuda. — dije al extenderle una senda jarra de birra al elfo — Hasta ahora, no recuerdo haberte dado las gracias. No creo que hicieras lo correcto, pero tienes mi jodida gratitud. Al igual que Eltrant. La próxima vez que lo veas, dile que le debo la vida.

Para apaciguar el tono lúgubre de la conversación, choqué mi jarra con la suya enérgicamente y lo persuadí para vaciar la jarra de un trago.

Ahora bien, de toda la experiencia, nunca olvidaré las palabras del errante: "última oportunidad, Suou. Aprovéchala bien".
_________________________________________

Off rol: Uso telequinesis para manejar el gancho de Anders.

Y esto es todo lo que tengo para ofrecer en mi último turno. Estoy consciente de que el rol se alargó más de lo que debía y que además tomó lo suyo terminarlo, pero me complace decir que llegamos al final. De nuevo, gracias por apoyarme en esta empresa suicida y perdón por haber tardado demasiado en responder en más de una ocasión. Lo cierto es que, con todo, la pasé bastante bien y espero que haya sido igual para ustedes. Les envío un abrazo virtual.
Tatsuya Suō
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