La Feria de Invierno, Tercera Parte [Evento]

Ruru caminaba lentamente por la feria, observando curiosamente los puestos en silencio. Había cubierto su apariencia de insecto tras una capa harapienta, prácticamente destruida por el desgaste y constante uso rudo que su poseedora le había dado. Lo único visible en ella eran sus largas antenas azuladas que se movían al son de sonidos extraños, rebosantes de alerta y curiosidad ¡Era la segunda vez que presenciaba la Feria de Invierno! Dado que el año pasado le tomó por sorpresa, pues fue apenas unos pocos meses de que abandonara la colmena, se perdió de mucho por el desconocimiento y su inexperiencia.


Es increíble como a pasado el tiempo. En ese entonces estaba tan sorprendida por el mundo exterior que olvidé mantener la guardia baja y ser cuidadosa….


Recordó con algo de nostalgia y vergüenza como casi le robaron la bolsa unas tres o  cuatro veces por estar distraída, aparte de los múltiples asaltos a mano armada en callejones medianamente vacíos ¡Su otro gran error fue ir sin una capa que cubriera su peculiar aspecto de insecto! Debido a eso, muchos comerciantes fueron bastantes maleducados y la mayoría se negaron a venderle nada por considerarla un monstruo. De todas formas, el tiempo pasó, y sabía perfectamente la extraña forma de actuar de Aerandir, ya no era la misma mariposa ingenua del año pasado. Aprendió a nunca bajar la guardia en grandes ciudades, a cuestionar los precios de los mercaderes y a saber ocultar su aspecto en momentos específicos y en los lugares adecuados. Tampoco se dejaba sorprender por cada maravilla del mundo exterior por muy nueva y desconocida que fuera.


Será mejor que me de prisa, ya tendré tiempo para pasear por el lugar más cómodamente….Por ahora….


Ruru apretó el mango de su espada por debajo de su capa, si fue a la feria no fue solo por curiosidad ¡Tenía cosas importantes que hacer ahí! Había escuchado que por esas épocas los precios se volvían algo más generosos y flexibles, también como reunía gente prodigiosa en sus respectivos campos a lo largo de toda Aerandir. Algo que Ruru necesitaba desesperadamente. Necesitaba si o si cambiar y arreglar su equipo. especialmente su amada espada. Sintiendo la empuñadura de su  arma notó como esta se resbalaba levemente de su palma; Estaba tan gastada que Ruru ya no podía sostenerla correctamente, y no era algo precisamente raro, había estado usando esa espada sin reparación alguna por un año entero siendo ella mercenaria y aventurera. Su empuñadura estaba sumamente gastada, su filo en muy mal estado y algo desafilada.


No fue por la negligencia de la mujer bestia que su  preciada espada, un regalo de su hermano y mentora, acabó en un estado lamentable. Era demasiado importante para ella como para descuidarla de esa forma, jamás la maltrataría de esa forma. Era sencillamente que no encontró nadie capaz de tratar una espada tan….Curiosa para la mayoría de herreros. La Colmena, el hogar natal de Ruru, era un pueblo de tamaño mediano-pequeño segmentado que tenía como hogar un gran y profundo sistema de cavernas, de las cuales se aprovechaban para extraer minerales y recursos. La herrería era la actividad favorita de los insectos de la Colmena, pero dado que muy rara vez mantenían contacto con el mundo exterior terminaron formando un estilo de forja muy distante y diferente al del resto de Aerandir.


Y ese es precisamente el problema. Ya es raro encontrar un herrero que acepte arreglar mi espada, en cuanto escuchan que no quiero ningún cambio sobre ella.....


La espada de una sola mano de Ruru era de un bonito color azul cielo con detalles lilas, incluyendo el filo. Era hermosa, sin ninguna duda, pero también rara para la forja aerandiana. No muchos herreros se molestaban en darle una coloración o forma tan curiosa a sus espadas, mucho menos una de un color tan concreto con una forma tan especifica.  Muchos herreros se mostraban emocionados con el reto en cuanto Ruru les pedía que la arreglaran, pero se ponían pálidos al escuchar la segunda petición de que no debía ser alterada de ninguna forma durante la reparación. Era algo sumamente precioso para Ruru, deseaba que jamás perdiera ni un poco de su hermoso aspecto original.


Incluso si es egoísta de mi parte, no quiero alterar el último regalo que hermano y su majestad me dieron.....


Recordó la figura de la antigua reina de la Colmena, su mentora y madre prácticamente, así como la de su hijo biológico, aquel que amó como a un hermano mayor. Fue el último regalo de cumpleaños que recibió por parte de ellos antes de morir por la enfermedad que arrasó toda la Colmena. Esa espada era lo último que le quedaba de ellos. Sintiendo un atisbo de tristeza y añoranza, Ruru buscó pensar ne otra cosa para descentrarse.


Evaluó su otro equipo con su mirada, contuvo una "sonrisa" irónica; Comprendió con pesar que no solo su espada estaba en un pobre estado. Todo su equipo estaban e la ruina. La capa que usaba estaba en las últimas y necesitaba ser reemplazada al igual que su bolso, la armadura que había estado usando…..Mejor ni hablar de ella, estaba más allá del reparo ¡Necesitaba ser totalmente reemplazada a una completamente nueva! Después de todo, Ruru había llevado todos los ingresos a viajar y a sustentarse a sí misma, casi nunca se preocupó por el mantenimiento de equipo más allá de su preciada espada. Suspiró con pesar. Eso era a lo que llamaban "Karma", al parecer.


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“Lo siento, joven. Puedo arreglarla, pero no puedo hacerlo sin alterar la apariencia del filo y mango…..Tendrás que buscar a otro herrero...”


“....”


Ruru asintió con pesadumbre, parece que una vez más rechazaron su pedido. El hombre de mediana edad le devolvió la espada a su dueña después de meter la espada de vuelta a su vaina. Esa era la quinta vez que se negaban a repara su espada solo en la feria, quizá......Quizá.....Era hora de admitir que su petición de arreglarla sin alteraciones era imposible. Incluso si era cabezota, no era ciega; Sabía parar  en cuanto se percataba que en verdad algo era imposible. Ya había recibido suficientes "no" como para empezar a comprender que debía darse por vencida. Si el próximo herrero también se negaba, comenzaría a usar otra espada nueva en vez de reparar la que ya tenía…..Era preferible eso a que se terminara por romper por su uso excesivo.


“¡Oh! Espera ¿Has probado en Luna Invernal? El propietario es joven, pero excepcional en la herrería... ¡Seguramente el podría tomar tu encargo!”


Apenas escuchó el consejo del herrero, Ruru sintió como la esperanza regresaba a ella ¡Estaba preparada para verse en la situación de cambiar de espada! Pero si en verdad aún quedaba alguien por probar, quería intentarlo. Sabía que no podía emocionarse demasiado, pero era la primera vez que alguien afirmaba que había un herrero capaz de cumplir las expectativas de Ruru ¡Todos le dijeron que era imposible arreglarla sin alterarla! Conteniendo su emoción, la mariposa pidió la dirección de la herrería.


“¡Claro! Creo recordar que también abrió un puesto en la feria, dame un momento que escriba para ti la dirección...”


Una vez le entregó la dirección, Ruru agradeció profundamente el gesto honrado del hombre con una inclinación de cabeza antes de marcharse ¡Se estaba haciendo algo tarde! Pero debía de ser aún una buena hora para ser atendida. Rápidamente se dirigió a su objetivo.

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Siguiendo las direcciones del herrero de mediana edad, Ruru llegó frente a un puesto con diferentes piezas de herrería expuestas ¡Debía ser ese el puesto! Tal y como le comentó el herrero, el dueño era alguien bastante joven, a su lado había una muchacha un poco mas joven que Ruru. Antes de aproximarse, Ruru miró silenciosamente las capas y las armaduras en venta ¡Incluso si no podían arreglarle su espada quizá sí pueda conseguir una armadura y una capa a buen precio! No parecían caras y las calidades eran buenas. Las bolsas también parecían bastante asequibles y de buena calidad. Habiendo decidido su curso de acción, Ruru se aproximó silenciosamente al mostrador del puesto.


“Disculpe las molestias ¿Puede reparar esta espada sin alterar su apariencia? Ofreceré un buen pago a cambio, en caso de ser imposible, me gustaría comprar una espada similar a esta. A su vez, me gustaría comprar la siguiente mercancía….”


Tras ofrecer un educado saludo con la cabeza a las dos personas en el mostrador, Ruru le tendió su espada al humano dueño de la herrería junto con una nota que exponía su petición y la lista de cosas que deseaba comprar. Pacientemente, Ruru esperó a que la leyese, cruzando los dedos en su cabeza para que esta vez fuera la buena.


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Lista de pedidos para Eltrant <3 <3 <3;

Arma de una mano superior (En forma de reparación)

Armadura media superior

Capa multibolsillos

Bolso del Explorador

Nunca había ido a una feria, y para ser honesto, la idea me entusiasmaba bastante, pero era uno de esos días en los que las circunstancias no acompañaban los eventos.
Estaba extremadamente agotado por el viaje, por suerte conseguí que algunos granjeros o comerciantes me llevaran un par de kilómetros, porque si no, hubiese sido imposible que llegase a tiempo al evento.

Había escuchado hablar de un objeto mágico que servía para las transformaciones. Específicamente, para no tener que estar sacándose la ropa o rompiéndola. Y para ser sincero, el tener que estar comprando ropa nueva en cada poblado que visitaba no me gustaba, en primer instancia porque ya saben, uno tiene su propio look o prendas que le gustan porque son de buena calidad, y en segunda instancia porque ya estaba harto de tener que gastar aeros en ropa que me duraría menos de unos dias antes de terminar hecha jirones.

Recorrí la feria mirando todo con atención y curiosidad. Habían puestos de todo tipo, desde venta de armas hasta atracciones y juegos para los niños, y desde ya, tiendas de pociones y brujos que ofrecían sus destrezas. El problema era, claro, que me había olvidado como se llamaba el encantamiento que necesitaba y tampoco lo había anotado en ningún lugar como para acordarme.

Finalmente, la palabra llegó a mis oídos "pudor" (¿me van a decir que no era un nombre gracioso? Tal vez por eso lo olvidé tan rápidamente, estaba ocupado riendo). Me apuré al lugar de donde lo había oído y me detuve en seco (de forma casi torpe a decir verdad) cuando me golpeó el aroma de otro licántropo, la mujer que tenía frente a mí. Retrocedí medio paso, casi con sumisión, y mire a la bruja que atendía el puesto - Disculpa.. ¿puedo pedirte uno yo también..? - me saqué un anillo de la mano, algo grueso. No sabía de qué material era exactamente, pero hacía ya un par de años que lo tenía y nunca se había oxidado o se le había hecho una sola magulladura - ¿Esto servirá?


Off-rol: Le encargo un encantamiento de pudor a Reike. Por hacer una compra, gano el Token de Hartem

-Eso sirve para hacer justo lo que estás haciendo. -Reí con fuerza al ver como Anders examinaba la daga. -Es un señuelo. -Aclaré. -No, no es una muestra. Funciona, así que no lo pruebes aquí en medio a menos que quieras llamar a un pajarito inofensivo o algo así. Pues lo hice con... -El elfo no me dejó terminar la frase. Suspiré. Por algún motivo las personas tenían fijación con cortarme la conversación. -Son 100. Y Bárbara... ¿No te dijo nada raro? -Me interesaba saber si las insinuaciones eran para todos o solo me las hizo a mí. -Si, por favor. En cualquier momento comenzara a venir a la gente.

Me puse cerca del rubio mirando cómo trabajar y atendiendo a sus explicaciones, aunque la verdad es que me distraía bastante al ver como convertía su montón de arcilla en... bueno, en cualquier cosa que necesitara.

-Es realmente sencillo, la verdad. -Comenté a concluir la explicación de ambos objetos. -No le acabo de ver la lógica al límite que impuso Bárbara. Pero quiero entender que ahora estará saturada y que su sistema funcionara. Ale, vente, ahora te enseño yo las mías.

Fabricar tres varas una máscara y otra cerbatana era algo que no podía permitirme, ni en materiales ni en tiempo. Opte por enseñarle a Anders con la teoría, puse los planos sobre la mesa de trabajo y con un lápiz señalaba y dibuja la técnicas de cada pieza. Hacía gestos con las manos, como si trabajara una madera invisible y repetía algunas frases que había dicho Bárbara.
Me tome el tiempo para traspasar y las notas y copiar los esquemas que había en los pergaminos, al terminar miré al golem.

-Por favor, no los metas ahí dentro. Luego no podrás leer un pimiento. -Le tendí los papeles al chico y al alzar la vista me topé con una mirada lejana que se había clavado sobre mi persona. -Anda, a esa la conozco. -Silbé de forma sugerente- ¡Colmillitos! -Grité, apoyando la llamada de atención y moviendo una mano. -Ven a verme luego, tenemos asuntos pendientes. Seguro que llega tarde a alguna parte.

Concluí, mirando de nuevo a Anders, al ver que se marchaba sin responder. Otro elfo, acompañado de una niña, se acercó al puesto minutos después. Me quedé en silencio observando la transacción, con una mano tapando una sonrisa burlona y levando una ceja al carpintero. En cuanto "su hermano" se fue, comencé a reír a todo pulmón.

-Por favor, quédate. No me importa usarte de publicidad si con ello vienen clientes. -Palmeé la espalda del rubito antes de que se fuera. -Si preguntan diré que estas de descanso.







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Off:
Vendó un silbato por 100ae (fabricado anteriormente) a Anders, le enseñó 5 recetas de carpintería de la feria de invierno (las que le faltan) 1pricipiante, 2avanzado y 2experto.
Recibo 50ae por la cerbatana que le vende a Sarez (me lo tomare como pago por las recetas).
Aprendo 2 recetas.
Le tiro los trastos a Nayru de lejos.



En esta ocasión tan especial, el taller abre con precios especiales. Rebajas importantes en la mano de obra de los objetos de carpintería, y los de ingeniería solo cuestan el precio base.


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Actualmente en el almacén hay disponibles cuatro artículos a la venta.
1 señuelo ([Trampa, Limitado, 4 Usos] Un señuelo, diseñado para atraer objetivos a otra posible trampa. Tiene la apariencia de una daga ornamentada y valiosa, y crea un aroma que atrae a determinados animales.) Con un precio de 150Æ en lugar de 180.
1 colgante con encantamiento de pudor ([Encantamiento de Joya]: Cuando el portador de la joya se transforme, todo su equipamiento lo hará consigo, desapareciendo hasta que vuelva a forma humana. No cuenta para el límite de encantamientos por personaje.) Con un precio de 50Æ (colgante incluido).
1 Arco de calidad pobre. Con un precio de 30Æ en lugar de 50.



Técnicas nivel avanzado:

Reconfección: Reutiliza los materiales de un objeto para darle una nueva apariencia, manteniendo sus habilidades. Incluso es posible cambiar, por ejemplo, el tipo de arma (ej: un arco convertido en ballesta). Si este cambio es permanente, ganas 1 PP y debes gastar 30 Aeros si es Pobre, 50 si es Normal, 100 si es Superior y 1 Material Épico si es Épico. Un mismo objeto puede ser reconfeccionado una sola vez.

Carpintería: Maestra.
Ingeniería: Aprendiz.

Gali ladeó la cabeza al oís el silbido, buscó la procedencia con la mirada y le guiñó el ojo a la propietaria.

-Buenas noches, ¿ves algo que te guste?
Por supuesto que estaba viendo algo, ese algo se llamaba "dos metros diez de musculo oscuro y fibroso".
-Somos una botica, localizada en ciudad Lagarto. Vendemos objetos de ingeniería, productos alquímicos y proporcionamos curas a quien lo requiere.
Gali dejó de apoyarse en el poste y al pasar junto a la pelirroja rozó su espalda con el brazo. Todo muy casual, nada intencionado... El único que se creería esa frase seria Go'el.
-Desde luego es un artilugio muy útil. -El rubio alzó una ceja y arrugó el gesto al escuchar que su trabajo era feo. -Claro, el mecanismo se puede aplicar a cualquier objeto, ¿qué tenías pensado?

El monje se acercó sin remilgos y dejó que la mujer le cogiera del brazo y le apretara el bíceps. Acto argumentado por la mujer con un "Y la cadena tiene que aguantar tirones así de fuertes."
Una vez hechos los detalles del pedido, Gali pasó detrás de la mesa y le dio las indicaciones a Go'el. El moreno se dedicó a conversar con la mujer mientras que el rubio trabajaba.

Go'el pulió y partió dos piedras. Colocó el mecanismo de seguimiento el mineral esférico, lo unió y selló. Repitió el proceso con la segunda piedra, pero en esta ocasión introdujo un paso previo. Se tomó el tiempo en recortar una chapa fina de latón hasta darle la forma de un cuervo, lo tintó de negro y grabó en él el hechizo.
Tras juntar todas las partes, cogió un trozo de cuero y una cadena y colocó las piedras en cada uno de los cordones.

-Espero que sean de tu gusto. -Gali le tendió los collares a la mujer y cogió el dinero. -Si necesitas algo más, no dudes en volver. -El monje sonrió y esperó a que la mujer se marchara. -Te dije que estaba trabajando. -Comentó, con tono divertido, mirando a Go'el. -No necesito dar gritos para que la gente se acerque.





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Off:
Le fabrico a Nayru una brújula x-1, le cobro 60ae, de los cuales ganancias son 30. También gano 1pp de ingeniería.



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Las últimas compras que realizó El Capitán eran necesidades a bordo de La Promesa Enardecida. El Capitán las consultó con Roger Baraun y Wes Fungai antes de comprarlas. Sus opiniones representaban al resto de la tripulación.

Disponer de ropa limpia era lo más urgente. Los jabones y perfumes se agotaban con rapidez; si no se tratase de un bien común, sino privado, los piratas apostarían con ellos como lo hacían con los garbanzos. El Capitán fue a la curtiduría más barata, que curiosamente volvía a ser la de su amigo Eltrante Tale, y pidió un amplió lote de ropa común para los piratas de La Promesa. Destacaban los sombreros destacaban los sombreros de ala resultona, características del oficio marino.

Un nuevo taller llamó la atención de los tres piratas. Era un joven de cabello rubio. Sus artilugios eran ingenios de la ciencia moderna que parecían haber sido extraídos de las historias del pasado que hablaban de portales y otros mundos. El Capitán se sintió atraído por varios artilugios de uso náutico. Un catalejo, una brújula que fácilmente podría esconderse como una joya y una ballesta con una cuerda en su interior que permitiría al pirata trepar a la cima del asta mayor con solo pulsar un botón. El Capitán no conocía el nombre que los ingenieros daban a la ballesta (pistola), pero podía imaginarse cuál era su uso y qué podría hacer con ella.

Offrol: comprando más cosas
2 x Ropas comunes mejoradas: dos sombreros de capitán pirata a Eltrant Tale.
Brújula de Rastreo X-1, Catalejos del Pirata, Pistola de Cuerda a Go'el.

Go'el casi abre la boca al ver al hombre-bestia que estaba frente a su tienda. Se trataba de un ejemplar marino, con barbas tentaculares, una pinza por brazo y piel aparentemente viscosa.
Un espécimen que sin duda tenía que investigar, no solo por su morfología sino porque era sumamente extraño encontrarse con hombres-bestia de tipo marino fuera del agua.

Gali le dio un codazo al rubio y repitió el pedido del cliente. Era la segunda persona que pedía una brújula X-1 y era la segunda persona que la quería modificada para hacerla pasar por un accesorio decorativo. Al final sería verdad que su invento poseía una composición poco agradable a la vista.

Go'el repitió la fabricación de la brújala, pero en esta ocasión no puso un cuervo como flecha indicadora, sino que labró una rosa de los vientos en la chapa y la tintó de diversos colores, la única punta de color roja seria la que apunta hacia el colgante de rastreo.
El catalejo fue sencillo, el doctor ya tenía preparada una caja con lentes y retículas (el oficio de vidriero era algo que se le escapa al dragón, con lo que pedía las lentes por encargo). También tenía preparadas las piezas del catalejo, para facilitar el ensamblaje en la feria. En apenas unos minutos montó el artilugio. Todo se veía muy fácil cuando observabas al rubio insertando y sellando cristales.
Si los catalejos estaban semi-preparados, las pistolas cuerda estaban directamente montadas. La labor de construir una era más compleja y requería de un tiempo que no era posible obtener en la feria. Los clientes iba y venían y Go'el aun tenía que encontrar un hueco para irse a mirar esas recetas de las que tanto estaba oyendo.




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Off:
Le vendo a Werner, catalejo, brújula X-1 y pistola cuerda por 160ae, de los cuales ganancias son 70. Además obtengo 3pp en ingeniería.

Go'el se marchó del taller después de la última transacción, se guio por los carteles hasta llegar a la zona denominada como recetario. Denominada por la lógica de nuestro doctor, porque nadie pronunciaba dicha palabra en referencia a los puestos montados por la propia escuela para el aprendizaje de recetas, pero claro... un lugar donde hay recetas no es otra cosa que un recetario (según la mente de Go'el).

Al llegar al "recetario" de ingeniería Go'el se encontró con un hombre de complexión robusta y pelo cano, en la entrada había una lista de precios y artículos y una nota a pie de página, que limitaba la venta a cinco artículos por persona.
Go'el comunicó su pedido tras revisar la bolsa de monedas.

Al principio todo marchaba bien, el brujo explicaba y el dragón atendía, pero con el pasar de los minutos el aprendiz comenzó a tener dudas. Dudas que preguntó al instante y que el maestro respondió hasta que se cansó. Aun así Go'el siguió preguntando hasta que llegó un punto en el que brujo colapsó y mandó a nuestro galeno... hablando mal y pronto, a la mierda.
Go'el estaba tremendamente enfadado, tan solo había aprendido tres recetas y en el cartel ponía que el máximo eran cinco. Estaba en su total derecho de exigir las dos restantes, pero el brujo también estaba en su derecho de negarse y los clientes que esperaban detrás del doctor no tardaron en abuchear al rubio. Ellos también querían sus recetas y la feria no duraría eternamente.

A Go'el no le quedó más remedio, pagó por lo aprendido y se marchó del "recetario". Estaba empeñado en aprender sus recetas restantes, tanto de ingeniería como de alquimia.
La tienda se encontraba atendida por Gali y todo estaba etiquetado y marcado, no pasaría nada porque el galeno diera una vuelta buscando gente que le enseñara lo que quería... ¿o sí?






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Off:
Aprendo recetas: Botas percutoras, percutoras 2.0 y gancho retráctil.
En total 150ae
Obtengo 3pp de ingeniería.

- Esto es… - Eltrant alzó la capa frente a él, observando lo que había realizado Asher con cuidado. – Gracias, Asher. – dijo, colocándosela inmediatamente alrededor de su cuello, procediendo a pagar a continuación la labor del arcanista.

Minutos más tarde, después de haber intercambiado unas palabras más con el lobo y hubo salido del taller del mismo, pasó la mano por encima de la runa que había bordado Asher en la capa. Lo primero que iba a hacer al volver al taller era cubrir la tela con un aceite especial para protegerla; los dioses sabían que no era precisamente cuidadoso con su indumentaria.

Para cuando volvió al taller se encontró con un viejo conocido.

El mismísimo Capitán Alfred Werner.

El hombre se comportó de la misma forma que lo hacía siempre, amable y directo, le rodeaba un aura de respeto y confianza en sí mismo que, de cuando en cuando, hacían difícil a Eltrant reconocer que estaba tratando, ni más ni menos, con el capitán de un navío que se dedicaba a la piratería.

Pero Alfred era, de algún modo u otro, alguien especial. Le recordaba a la solemne figura del protagonista de aquellos libros de aventuras que leía de pequeño, de piratas nobles y guardas corruptos.

Asintiendo cordialmente al hombre, comenzó a fabricar inmediatamente lo que le había pedido. Un… juego de disfraces. No sabía exactamente cómo iba a hacer algo, pues, al final del día, uno se disfrazaba de algo en concreto más que tener un conjunto que sirviese para muchas cosas.

Fue por eso mismo por lo que preparo un pequeño paquete con multitud de vestimentas y camisas distintas, una para cada ocasión. ¿Quería pasar por un mercader? ¿Por un mercenario? ¿O quizás por algo más modesto como un simple tabernero? Con lo que le acababa de preparar le valdría.

Por supuesto, aquello no fue suficiente, el capitán no tardó en volver a los varios minutos para encargarle, de nuevo, que hiciese varios sombreros para él.

No era ningún maestro con el cuero; pero tenía la confianza suficiente como para sentir que podría hacerle algo competente al capitán.

Con el cuero y los materiales que habían sobrado de los disfraces, Eltrant se encargó de fabricar dos sombreros prácticamente idénticos. No fueron especialmente complicados, después de haber hecho tantísimos guantes no tanto tiempo atrás, algo tan “simple” como un sombrero era capaz de hacerlo de forma relativamente rápida.

- Aquí lo tienes todo, capitán. – dijo cuándo el calamar volvió por su taller por tercera vez, esta vez, esperaba, a recoger su pedido. – Todavía estas a tiempo de pedirme algo más. – Agregó, sonriéndole al pirata. – Pruébate el sombrero al menos, quiero ver si las medidas están bien. – Indicó con un rápido gesto de muñeca.

OBJETOS A CREAR		AEROS	ÉPICOS
Ropas Comunes Mejoradas. (Sombrero)	Ropas de materiales comunes que pueden tener la estética que desee el fabricante.	70	0
Ropas Comunes Mejoradas (Sombrero)	Ropas de materiales comunes que pueden tener la estética que desee el fabricante.	70	0
Set para Disfraces	[Limitado, 2 Usos] Conjunto de diversos elementos útiles para disfraces, como ropas, bigotes falsos, peluca, etc. Gasta un uso para crear un disfraz, el que será más efectivo mientras más familiarizado estés con lo que deseas imitar.	70	0
TOTAL		210	0

Cobro a Werner:

- 90 Aeros por sombrero (2)
- 90 Aeros por el Set de Disfraces.

Total: 270 Aeros

El pedido de Ruru lo haré en un post aparte a continuación.

- ¡Maldita sea! No recuerdo haber cargado tantos trastos en el carro. ¿Tantas cosas compramos al llegar a la ciudad?

- Hey, qué pasa. ¿Ya estás cansado? - comentó con tono de broma el pequeño herrero.  - Necesitamos material con el que trabajar, no todo iba a ponerlo la Academia de magia.

- Pues deberían. Soy uno de sus más ilustres antiguos estudiantes.

- Tan ilustre como todos esos amigos que se supone que tienes, pero, vaya, mira qué casualidad, ninguno ha aparecido para acarrear cajas-, dijo Sandal, siguiendo con su broma mientras colocaba otra caja sobre el hombro de su socio brujo.

- Oh, cojones. Lo que me faltaba por oír. ¿Quién coño cargaría cajas de buena voluntad? Yo ni por amistad lo haría-, contestó con picaresca sonrisa dibujada en los labios.

Lo cierto es que al dúo de comerciantes descargar el carromato les estaba llevado más tiempo del que habían previsto, más era igualmente cierto que ya les quedaba poco trabajo en ese sentido.

Unas cuantas cajas más y ya estarían listos para recibir clientes y hacer alguna que otra obra de arte. Un paseo ligero, buenas vistas y unos encantamientos a módico precio. Si eso no era Beltrexus, ¿qué lo era?

- Venga, menos quejas. Esta es la última-, comentó Sandal, acercando la última caja de mercancía al borde trasero del carro.

- Hombre, esa podrías llevarla tú, ya que estamos.

El enano seguro que habría soltado alguno de sus chascarrillos, más no tuvo tiempo de hacerlo. Cerca de donde se encontraban, en las inmediaciones de uno de los puestos cercanos, habían oído algunos gritos y al menos uno de ellos no podía escucharse más familiar.

- Ah, joder. Vigila la tienda. Se avecinan problemas-, comentó a su socio antes de encaminarse hacia donde escuchaba el ruido.

No tardó en alcanzar con la vista el origen del problema, y claro, cómo no, este se dirigía en su dirección. El drama por una vez no podía avanzar en otra dirección, tenía que ir de lleno hacia él, como de costumbre. Aunque en este caso, no es que pudiera huir de los problemas, aunque no fuese del tipo de persona que lo normalmente lo haría.

- Jovencita. En qué demonios andas metida

- Una bruja me quiere atrapar.

- Bueno, teniendo en cuenta que estamos en la nación de los brujos, creo que deberías ser más concreta.

- Una loca mujer de la nación de los brujos me quiere atrapar.

Vinc no pudo evitar pensar, que la niña no había captado del todo el concepto de lo que le había dicho. Aunque conociendo a la pequeña en cuestión, era obvio que estaba jugando con él.

- ¡Es esa! ¡Esa de ahí! - dijo la niña, señalando un pequeño puesto.

- ¿En serio? - Ahora, el brujo no pudo menos que pensar en lo caprichoso del destino. En lo caprichoso y cruel. Más, antes de tener que mediar en todo aquel asunto, algo captó su atención. - Allyson, qué te he dicho de tomar cosas “prestadas” o sin consultar a los adultos-, comentó, arrebatándole a la jovencita la poción que portaba entre sus manos, y dándole un especial tono de reproche al adjetivo prestado.

- Oh, vamos, padre. Yo nunca tomo cosas prestadas. Pensaba pagarla.

- ¿Con qué dinero? Si puede saberse. Y a todo esto, dónde está tu abuela, ¿no viene contigo? - comentó, mirando en derredor y avanzando hacia el puesto donde la niña había tomado la poción. - Vamos, debemos devolverla y pedir disculpas. Y por cierto, cómo que padre, ¿ya no me dices tío?

- Estás un poco loco pero ya me has cuidado el tiempo suficiente como para considerarte mi padre, Y bueno, está claro que mi dulce padre iba a darme el dinero para la poción-, comentó con picardía, poniéndole ojitos. - Y abuela está por alguna parte. No sé, no puedo velar por ella todo el tiempo.

- Ya, claro, no podía imaginarme menos. Has salido con una de las tuyas y le has dado esquinazo-. No, si al final debía regañar a todo el mundo, pero acabaría siendo regañado él por educar con tan incorrectos modales a toda una damita. Si es que ya lo veía venir. - ¿Pero cómo sabías dónde encontrarme? -, preguntó, al tiempo que obligaba con un gesto a la niña a acompañarlo.

- Ah, pues vi a tío Sandal y a dulce padre descargar el carro, más parecíais muy ocupados y me puse a mirar cosas por aquí. Oh, esa poción me maravilló, ¿sabes que podrías escuchar tan lejos como un gato y oler atún aunque estuviera bien lejos?

“Pero qué ocurrencias eran esas. ¿Una poción solo para oler atún lejos como un buen gato? Ah, niños”, pensó el brujo, que no pudo menos que enarcar una ceja al escuchar a su hija.

- En fin, iba a buscarte para que me la comprases-, la niña le puso ojos tiernos de nuevo. - Porfi. Porfi.

- Ja, ¿Y no podías dejar la botella en su sitio antes de venir a buscarme?

Aquella pregunta fue como abrir un mundo de posibilidades a una niña. La caja de Pandora. Un puzle imposible de realizar hasta que te dan la pieza que te faltaba.

Vincent suspiró con resignación al saber en lo que estaría pensando su hija.

- Y no te creas que decirme dulce veinte veces te va salvar de mi reprimenda. Da igual. A lo hecho, pecho. Ya no hay vueltas atrás ¿verdad? Señorita Reike-, dijo, de forma que la particular tendera de aquel puesto pudiera escuchar la conversación desde el da igual.

- Conoces a esta…

Vinc cortó a su hija con una carcajada y tirando del brazo de la niña para acercarla hacia él. Seguro que iba a decir loca. Como mínimo bruja, en otro posible sentido.

- Niños. Capaces de lo mejor y de lo peor-, dijo, dejando que la poción cayera de su mano y flotase por el aire hasta llegar al alcance de Reike. - Pero, qué puedo decir, todos fuimos jóvenes alguna vez. Alguna locuras tendremos en nuestro haber, con indudable certeza podemos perdonar a esta jovencita-, comentó socarrón, apoyando el codo izquierdo sobre el mostrador del puesto y mostrando una pícara sonrisa al tiempo que le dedicaba un guiño a su antigua amiga. - ¿Qué se dice? - dijo finalmente, borrando la picaresca de su cara y mirando hacia la niña.

- Lo siento. Yo no quería parecer una ladrona, solo iba a buscar a mi padre para que me la comprase-, comentó la niña, algo avergonzada y alicaída, sin poder evitar mirar hacia el suelo al terminar la frase para evitar la confrontación visual.

- Bueno, esta simpática tendera seguro que te perdona. Aunque fuese por no ver triste a una niña tan mona. Y por las molestias, su padre seguro que puede rascarse el bolsillo y comprar esa maldita poción.

- ¡Genial! ¡Eres el mejor padre del mundo! -, gritó la niña, que comenzó a dar saltitos sin dejar de mirar la botella.



Ops, leí mal las normas del evento y puse mal el offrol del post anterior. Ahora si gano el Token de Hartem por comprar en el taller de Reike

En concreto compro un Elixir del Sabueso, para oírte mejor Caper Ucitaaaaa. Creo que son 45 aeros por esta transacción :3

Aún estaba sopesando la bolsa de monedas de su último cliente cuando una voz de mujer se dirigió a ella. Valeria miró a la desconocida. Venía completamente enfundada en negro. Hasta sus ojos, bajo la capucha, parecían emerger de las sombras. Por precaución, la bruja concentró una parte de su éter en torno a su funda oculta, donde guardaba sus cuchillos. «Veneno», pensó, pero se equivocaba.

—Claro —respondió a su nueva cliente extendiendo la mano para tomar el anillo que le tendía—, no es un encantamiento complicado, un anillo será más que suficiente.

Preguntándose de si se trataría de una dragona o una licántropa, Valeria se sentó en su banco a realizar los grabados. Cuando le tendió su anillo encantado de vuelta, prestó más atención al éter de la joven mujer. Nada. «Lobita, pues», se dijo.

Antes de que tal pensamiento tuviera tiempo de ser sustituido por otro, un muchacho de apariencia más bien dócil se acercó a pedir exactamente el mismo encantamiento que acababa de realizar. La bruja prestó más atención al recibir la pequeña joya en aquella ocasión. «Curioso», pensó al darse cuenta de que tampoco había un atisbo de magia en él. «¿Me habrá recomendado Tolmo?». Aquello casi le dio risa, con lo que acabó sonriendo al muchacho cuando le habló.

—Valdrá —le dijo haciéndolo brincar ligeramente sobre la palma de su mano—. Parece bastante resistente. Dame un momento y tendrás tu encantamiento listo.

Mientras se despedía del muchacho, vio por el rabillo del ojo cómo una niña, que parecía muy interesada en las muestras que había mezclado con anterioridad, agarraba sin más una de las pociones y echaba a andar como si tal cosa.

—¡Eh, mocosa! —bramó—, ¿a dónde te crees que vas? ¡Cuando te pille, te vas a enterar!

No era tanto el hecho de que se hubiera robado la poción lo que había indignado a la bruja, que también, sino el hecho de que no se hubiera ni molestado en disimular. ¿Qué clase de trabajo chapuza era ese? Si esa cría pensaba que iba a llegar a algo en Beltrexus con esas formas, estaba lista, se la iban a comer bien comida.

Por supuesto, no necesitaba correr detrás de la chiquilla, valía con concentrarse un poco en el hechizo que llevaban los frascos de sus muestras para saber a dónde se dirigía y, al parecer, la poción venía de vuelta al puesto. Aquello no se lo esperaba. Mucho menos, la voz que escuchó a continuación. La carcajada, sí, no era extraño que acompañase a la voz. Pero la noticia de la paternidad la pilló completamente por sorpresa. ¿Cuántos años tenía esa chiquilla? Aún así, se las arregló para disimular en lo posible la cara de tonta y llevarse una sonrisa a la cara.

—Todos fuimos jóvenes, sin duda. Algunos más que otros. —Eso último lo acompañó de una mirada al brujo cargada de intención. Pareciera que siempre era más fácil ver las locuras que hacían los otros—. Trae aquí —añadió—, borraré esa runa de localización, ahora que no tengo que presentarme en el dormitorio de cierta niña con agujas candentes. ¿También has montado taller en la feria? Supongo que, por hoy, se me acabaron los encantamientos, entonces.


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OFF: Vendo sendos encantamientos de pudor a Selene y Hadden a 35 aeros cada uno y un elixir del sabueso a Vincent por 45. En total, me llevo un beneficio de 35 aeros, 2 pp en arcanos y 1 pp en alquimia. ¡Muchas gracias por comprar! ^__^

Sorprendentemente Go'el logró llegar a su tienda antes de que terminara la feria, sin duda las mil indicaciones de los brujos tenían algo que ver.
El despechugado de Gali seguía guardando el poste de la parada, había que decir que se estaba luciendo como guardián de palos, pero como reclamo de publicidad... por ahora solo dos ventas y una de ellas no fue gracia a él.

El galeno pasó al otro lado del puesto y mientras revisaba los materiales se acercó un hombre. Algo más alto que el rubio, pero más bajo que el moreno, de rostro tranquilo y mirada serena.
Go'el dejó de revisar los engranajes al escuchar la propuesta, aquello era un golpe de suerte (o lo seria si nuestro buen doctor creyera en ella).

El dragón atendió con milimétrica precisión a cada trazo y letra que el cliente dibujaba. Todo era... extremadamente preciso, propio de una máquina, pero claro, nuestro buen Go'el era igual, así que nada le hizo suponer que su cliente era un biocibernetico... si al menos le hubieran brillado los ojos, pero mejo que no lo hicieran, sino Go'el no dejaría marchar.

El científico cogió los papeles y con cuidado los introdujo en su libro de ingeniería, a continuación hizo pasar al hombre detrás del mostrador, e imitándolo, comenzó a hacer sus propios dibujos mientras le explicaba el montaje teórico de cada pieza.


Go'el se quedó un rato en la tienda tras el aprendizaje de ambos ingenieros, y tras la rueda de ruegos y preguntas (aclarando posibles cabos sueltos). Estuvo analizando un buen rato sus nuevas recetas y asegurándose de que todo estaba en orden. Una vez que lo vio todo en orden volvió a dejar la tienda a cargo de Gali, si había encontrado un ingeniero seguro que encontraba un alquimista que le enseñara las recetas de la feria.


Gali estaba jugando con una bomba luminosa cuando Fémur apareció de nuevo por la tienda, (menos mal que al fortachón no se le cayó al suelo, sino ahora tendríamos a una Fémur chamuscada.) El moreno alzó la vista y dejó la esfera sobre la mesa.

-Sí, mi amigo volvió a marcharse y me ha dejado aquí aburrido. -Gali cogió la cadena del collar con apenas dos dedos y fue bajando los eslabones hasta topar con el cuervo. -Sabía que haría un buen trabajo, te queda perfecta.
El dorso de la mano reposó tranquilo entre los senos de Fémur. El monje miró ahora los ojos de la vampiresa y sonrió sereno.
-Hoy es una noche fría, sí. Aunque no siento el frio, no obstante, el calor de la compañía femenina siempre es bien recibido. Podríamos irnos a dar una vuelta por las almenas, después de que regrese mi compañero.




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Off:
Aprendo tres recetas de prometo, 2 principiante y 1 avanzado, por lo que gano 1pp de ingeniería. Al mismo tiempo enseño a prometo 3 recetas, 1 avanzada y 2 experto, por lo que gano 3pp. En total 4pp de ingeniería.

Prometeo gana 6pp de ingeniería, 3 por enseñarme sus recetas y 3 por aprender las mías.



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Confecciono para Werner:

OBJETOS A CREAR		AEROS	ÉPICOS
Poción de Salud	[Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos.	70	0
TOTAL		70	0

Él paga los materiales, por supuesto.

La respuesta de Reike resonó dentro de la cabeza del brujo como si una de sus propias bolas de fuego hubiera explotado en su interior. Aunque para ser justos, habría que decir que más bien había sido la mirada que le había echado su ex pareja lo que había provocado aquello.

“Si es que no mentían cuando dicen que hay miradas que matan”

- Vamos, vamos. Reike, no me mires así. Si todos sabemos que toda persona tiene su lado oscuro, más algunos que otros-, le comentó con sorna, medio sonriendo divertido con la situación.

"Porque, oh, dulce Reike, habían cosas que no se podía negar, solo auto engañarse con ellas."

- Veo que os conocéis bien. Esa mirada es la que suele provocar mi padre en la gente. Sobre todo en sus viejas amigas-, dijo la niña, haciendo un gesto con los dedos de entrecomillas cuando pronunció viejas amigas.

- Exacto, y por eso mismo, algunos tienen un lado oscuro mucho más que otros. Hay cosas peores por ahí, pequeña. Mucho peores-. Pasó de defenderse de las exageradas acusaciones de su hija, porque, básicamente, no había modo de hacerlo sin mentir un poco. - En fin, runa de localización. Siempre tan cauta e inteligente-. Lo cierto es que no era una mala idea para las armas y armaduras de los expositores. - Y no, mujer, no se te acabará la clientela porque haya un grandioso Vincent en la feria. Hay mucha gente, seguro que te irá bien con las ventas-, le comentó igual de socarrón, guiñándole un ojo antes de separarse del mostrador. - Muchas gracias, esta poción nos será muy útil.

- ¿Nos? Será me.

- Claro, claro. Te será útil. Perdón, bella dama, no era mi intención ofenderla-, respondió a la niña, para luego meter la poción en uno de sus bolsillos. - Pero ya tendrás tiempo de usarla. Durante esta feria crearías el caos.

- Buah, me voy a mirar mejor unos pergaminos que vi antes por encima. Ya veo que tendré que esperar por mi premio.

- Qué menos, cuando soy tu padre y además la he pagado-, comenzó a decirle. - Hey, hey, espera jovencita. ¿A dónde creer que vas? - dijo, encaminándose tras la niña que se había empezado a ir.

- A mirar mejor mejor esas recetas.

- Eso ya lo imaginaba, pero después de esto, ¿no pensarás que iba a dejarte sola? - Antes de que su hija pudiera contestar, el brujo se giró y realizó una reverencia teatral. - Nos vemos, señorita Reike. Que el día y las ventas le sean propicios-, comentó con simpatía, antes de girarse y volver a centrar la atención en su hija. - Bueno, y por donde queda eso.

Una pregunta fácilmente contestable, que fue el pie para que la pequeña Allyson guiara a su padre a la zona de puestos de la academia. Una serie de mercadillos colocados por miembros del Hekshold, y que vendían pergaminos con instrucciones y recetas de todo tipo u oficio.

- Cuántos recuerdos. ¿Sabes?, cuando tu padre era mucho más joven y aún iba a la academia, le encantaba venir a la feria, para ver que pondría al alcance de la vista todas estas eminencias en magia y demás profesiones.

Aquello le dio una idea al bueno de Vincent.

- Podríamos jugar a encontrar cosas interesantes y divertidas-, sugirió. - De todo un poco quizás, aunque a mí me interesarían pergaminos con arcanos y herrería. ¿Y si cada uno de nosotros busca pergaminos de uno de estos oficios?

La niña asintió.

- Ya verás como consigo un buen puñado. Tengo buen ojo y te conseguiré las de arcanos.

- Pues pronto lo comprobaremos. A ver si es cierto-, le respondió a la niña. - Y no te alejes mucho, todo lo que necesito está en estas cercanas tiendas-, le dijo, alzando la voz para hacerse escuchar.

El mercenario negó con la cabeza, aunque con una sonrisa dibujada en los labios ya que no podía enfadarse con la niña por aquello. A Allyson le gustaba curiosear y eso era sinónimo de ganas de aprender. Sería muy inteligente si no dejaba de tener ese espíritu tan inquieto como voraz por nuevos conocimientos.

- En fin, veamos que hay por aquí que pueda serme útil-, se dijo a sí mismo, poniéndose manos a la obra con su propia búsqueda.




En esta ocasión compro recetas especiales de la feria. En concreto compro:

- Arcanos:
Manto de Aroma: [Encantamiento] - 30 Aeros
Pluma: [Encantamiento de Capa] - 60 Aeros.


-Herrería:
Guantes de Protección: [Guantes] - 30 Aeros
Diadema del Hechicero: [Yelmo, Joya] - 60 Aeros
Arma Flexible Superior: [Arma Flexible] - 60 Aeros.

Y me gasto un total de 240 aeros.

Con esta compra gano el Token de Axhol. Y en total, durante el evento, he conseguido el Token de Hartem y de Axhol