La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
De la nada empezaron otra vez a salir estas manos terribles que me agarraban de los tobillos con intenciones de sumergirme con ellos. ¿Esperen y Pelusa?
Mi corazón sintió una fuerte presión al imaginar a mi pequeña bolita de pelos siendo agarrada por una de esas cosas y estando solito.
Entre impotencia, preocupación y mucha rabia me dejé llevar por aquellas manos con intención de encontrar al dueño de mi corazón.
Mi expresión se había puesto tensa y mis puños apretados.
Al llegar al siguiente escenario me sentía como en la situación perfecta como para matar lenta y fríamente a quien se le haya ocurrido hacerle algo malo a mi bolita con pelos.
No estaba muy acostumbrada a esta sensación encajonada en mi pecho, el fuego en mi estómago y el calor que me envolvía del cuello al tope de la cabeza. Sinceramente quería matar a alguien de forma muy intencionada.
Golpeé con mis puños el agua que cubría mis talones y dejé que aquella frustración saliera.
Unos metros más adelante se asomó del agua la cabecita blanca de mi bebé y fue como si mi alma volviera a mí.
Corrí hasta Pelusa y lo abracé contra mi pecho como si fuese mi oxigeno y sentí como los ojos se me aguaron un poco - Bebé por favor no me asustes así- le pedí entre susurros mientras él cabeceaba contra mi pecho para calmarme. - Vamos mi amor, tenemos que salir de aquí- le dije mientras me levantaba con toda la ropa sucia y dispuesta a deshacerme de todo lo que se interpusiera entre mi bebé y la salida.
En eso unas voces calmadas y melancólicas invitaban a quedarme en aquel lugar y otras tantas a huir -Morir no es lo peor que puede pasarte-. (1)
-Lo mismo digo- pronuncié mientras aceleraba el paso y me alejaba de las ramas de los árboles que parecían querer atraparnos.
A medida que avanzaba mi ira se iba calmando pero mi expresión se mantenía seria. Traté de concentrarme en mi respiración para encontrar ese estado de focus perfecto para estar activa, tranquila y alerta al mismo tiempo; no era algo sencillo pero ya tenía un poco de práctica.
En ese estado me dí cuenta que algo en el entorno me estaba tratando de bajar los ánimos, cosa que enseguida pude repeler gracias a la motivación que tenía en los brazos y la rabia que seguía como pólvora dentro de mí por meterse con algo tan importante.
Mi corazón sintió una fuerte presión al imaginar a mi pequeña bolita de pelos siendo agarrada por una de esas cosas y estando solito.
Entre impotencia, preocupación y mucha rabia me dejé llevar por aquellas manos con intención de encontrar al dueño de mi corazón.
Mi expresión se había puesto tensa y mis puños apretados.
Al llegar al siguiente escenario me sentía como en la situación perfecta como para matar lenta y fríamente a quien se le haya ocurrido hacerle algo malo a mi bolita con pelos.
No estaba muy acostumbrada a esta sensación encajonada en mi pecho, el fuego en mi estómago y el calor que me envolvía del cuello al tope de la cabeza. Sinceramente quería matar a alguien de forma muy intencionada.
Golpeé con mis puños el agua que cubría mis talones y dejé que aquella frustración saliera.
Unos metros más adelante se asomó del agua la cabecita blanca de mi bebé y fue como si mi alma volviera a mí.
Corrí hasta Pelusa y lo abracé contra mi pecho como si fuese mi oxigeno y sentí como los ojos se me aguaron un poco - Bebé por favor no me asustes así- le pedí entre susurros mientras él cabeceaba contra mi pecho para calmarme. - Vamos mi amor, tenemos que salir de aquí- le dije mientras me levantaba con toda la ropa sucia y dispuesta a deshacerme de todo lo que se interpusiera entre mi bebé y la salida.
En eso unas voces calmadas y melancólicas invitaban a quedarme en aquel lugar y otras tantas a huir -Morir no es lo peor que puede pasarte-. (1)
-Lo mismo digo- pronuncié mientras aceleraba el paso y me alejaba de las ramas de los árboles que parecían querer atraparnos.
A medida que avanzaba mi ira se iba calmando pero mi expresión se mantenía seria. Traté de concentrarme en mi respiración para encontrar ese estado de focus perfecto para estar activa, tranquila y alerta al mismo tiempo; no era algo sencillo pero ya tenía un poco de práctica.
En ese estado me dí cuenta que algo en el entorno me estaba tratando de bajar los ánimos, cosa que enseguida pude repeler gracias a la motivación que tenía en los brazos y la rabia que seguía como pólvora dentro de mí por meterse con algo tan importante.
| Reunión con los chicos |
Aproveché la telekinesis para avanzar más rápido (2) y en eso me encontré con Rauko y el chico águila; parecían llevar bien la situación sin embargo por su postura corporal parecían más afectados que yo por el bajón de energía que generaba el ambiente.
Escuché que tenían un plan, sin embargo con su estado actual había un porcentaje de probabilidad de que no lo lograran.
-Chicos…- respiré ondo -Esperen un momento, creo que puedo ayudarlos-
De mi bolso saqué un pedazo de papel y unas pinturas para escribir una runa y una palabra: fiduciam.
-Rauko, mira mira- le dije para que volteara a ver, mientras abría el pergamino frente a él para que se cargara de aquella emoción, sería él en su versión con más confianza y seguridad en sí mismo que haya experimentado. -¿Verdad que quedó bonito?- dije como pregunta retórica esperando que se dejara envolver por aquella emoción. (3)
Le mostré la runa al chico ave, solo para que no se pusiera celoso pero con él tenía otros planes.
-Mira aquí- le dije apuntando con dos de mis dedos mis ojos -Esa runa a tí no te va a funcionar- hice una pausa -Eres un gran cazador- enseguida me coloqué a Pelusa sobre la cabeza y busqué colocar mis manitos sobre los brazos/alas de él -Ya te he visto con el arco, y eres la persona ideal para este trabajo- mantuve contacto visual - Tienes que llenarte de valor, hacer un lanzamiento épico y ayudar a destruir el cristal- (4)
-Cuento con ambos, son fuertes y no van a dejar que unas tontas plantas los hagan quedar como niñitas- hice una breve pausa -Confío en ustedes-
Aún quedaba camino por recorrer antes del ataque al cristal, así los chicos podían disfrutar del subidón de confianza, y yo podría divertirme un rato esquivando los ataques y contraatacando con telekinesis.(5)
(1) Don mágico +5
(2) Grandes saltos +5
(3) Pergamino emocional + ayudar a Rauko 10+10=20
(4) Hab: Tierno encantamiento + ayudar a Ryuu 20 + 10=30
(5) Telekinesis + telekinesis avanzada 5+5=10
Total: 70 ptos
___________
Inventario:
Ganado en la torre:
Consumible Poción de salud (1 uso)
Runa de Teleportación [Limitado, 1 uso]: Después de activada y en un periodo no mayor de 2 turnos, el personaje puede desvanecerse y aparecer en el mismo lugar donde se encuentre la piedra, incluso si (onrol) no sabe en qué lugar se encuentra la misma.
Consumible (Restaurar un uso de habilidad de nivel 4 o menor)
Encantamientos (2/6)
Armadura ligera superior + encantamiento de armadura para hacerla parecer vestido.
4 Agujas superiores + encantamiento de arma cambiante a cadena (la uso como pulsera en la mano derecha)
Limitados (7/7)
Kit arcano superior (2 usos)
Kit alquimista regular (2 usos)
Veneno toque paralizante (1 uso)
Pergamino emocional
Bolsa de púas (2 usos)
Cristal de reducción para Pelusa (2 usos)
Consumibles:
Máscara de caidos (2 cargas)
Chocolate del equinocio (1 uso)
Armas menos relevantes:
Daga pobre y 4 agujas con cascabel calidad pobre
Otras cositas:
Bolso aventurero para meter todas mis cositas.
Mascota: Pelusa
- Pelusa:
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Habilidades ya gastadas:
Racial: Superioridad Arcana
Nivel 1: Tierno encantamiento
...
Para más información: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Última edición por Magazubi el Jue 10 Jun 2021 - 22:25, editado 1 vez (Razón : Se me pasó descontar el pergamino emocional e hice nuevas anotaciones al off)
Magazubi
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
La joven dragona estaba confiada, pues sus alas eran fuertes y volar era natural para ella. Tampoco tenía problemas en aterrizar, hacía años dominaba aquel delicado arte de posarse suave y elegantemente sobre el suelo. Pero ahí no había suelo. ¡Había unas manos espeluznantes del terror que se estiraban para agarrarlos y llevarlos al inframundo de aquella torre del averno!
Ingela se desesperó, pero más que por ella, por el pobre Ryuu que tenía alas y no podía volar. No había dónde aterrizar por más que ella planeara y buscara un lugar, todo estaba cubierto por aquellas manos escurridizas de las cuales afortunadamente había zafado varias veces. Ella sabía que su suerte no duraría y, efectivamente, llegó un momento en el cual, para librarse de unas, cayó en otras que rápidamente comenzaron a jalarla.
Forcejeó con todas sus fuerzas para liberarse, pero haciéndolo, perdió a Ryuu de su lomo. Sintió horror y rugió desesperada, pero no había mucho más que hacer y cedió, cerrando los ojos y entregándose a su suerte.
No sabe cuánto tiempo durmió, pudieron ser días o unos minutos, ella nunca sabría decirlo. Al abrir los ojos había penumbra y estaba en una especie de pantano sombrío y tenebroso. Sentía como su la observaran. Podría jurar que se veían ojitos brillantes entre las sombras que se escabullían cuando ella volteaba. Además, estaba solita y sintió miedo. La dragona se hizo un ovillito, pegando la cola a su cuerpo y cubriéndose con las alas. Un gemido lastimero salió de su garganta, llamando a cualquiera de sus compañeros de aventura.
Y tuvo respuesta. -Quédate con nosotros, Ingela- escuchó a su diestra. Alzó la cabeza y avanzó un par de pasos hacia donde había escuchado la voz -¡No! No sigas por allí, es peligroso- escuchó otras a su izquierda, haciéndole dar un respingo. -Morir no es lo peor que puede pasarte- decían otras. -¡Aléjate de las ventanas!- escuchó que exclamaron. La dragona estaba confundida y asustada, se podía ver en su rostro de dragón el miedo que sentía y lo confundida que estaba. ¿Ventanas? ¿Cuáles ventanas?
-Ven aquí Ingela, estarás a salvo- dijo una voz muy sedosa y tranquila, como de ensoñación, que hizo sentir muy bien a la dragona. Avanzó hacia donde salía aquella dulce voz que le recordaba a la de su Oma Elle. ¿Sería ella que llegó a rescatarla? Su Oma era una dragona muy poderosa, no era descabellado pensar que había logrado llegar hasta allí para salvarla. -¡Eh! ¡Loca! ¿A dónde vas?- escuchó al tiempo que sintió un tirón de su cola. Era una voz masculina que definitivamente no era de ensoñación y el tirón fue muy real.
Ingela volteó enojada al tiempo que una extraña rama azotaba el piso justo donde estaría su cabeza si ella hubiese seguido avanzando[1]. Dio un salto al sentir el golpe rozando su cuerpo y ya no volteó con enojo sino con agradecimiento. Quien la alertó fue uno de sus compañeros en esa aventura, ese guapetón que se le hacía muy familiar. Emitió un sonidito de alegría al verlo y aunque no sé si los dragones pueden sonreír, ella lo estaba haciendo.
Pero el reencuentro duró poco pues una enorme rama salió de la nada para golpearlos. Ella saltó agarró al hombre con sus patas para alzar el vuelo y sacarlo de allí[2].
Si bien la intención y ejecución del plan fue buena, el entorno estaba en contra de la dragona. No solo sentía el ambiente pesado y su cuerpo débil, las ramas actuaban como las manos que la habían atrapado antes y se enredaron en sus patas traseras, jalándola hacia abajo. La dragona no iba a perder otro compañero y lanzó al hombre lejos[3] así solo ella sería atrapada.
Estaba demasiado cansada para luchar, pero lo intentó, de veras lo intentó aunque cada vez se sentía peor y comenzaba a resignarse. Estuvo a punto de perder la esperanza cuando el brillo de una espada ridículamente grande centelló a su lado y rompió las ramas que la apresaban con la facilidad de un cuchillo caliente cortando la mantequilla. El muchacho que parecía elfo salió de la nada y la rescató de un triste y patético final[4], devolviéndole la esperanza de poder salir de allí viva. No estaba sola.
Ingela estaba tan feliz de ver a aquel pintoresco hombre, que dejó que se subiera a su lomo mientras ella sostenía la espada entre sus fauces. Es que una cosa es tomar a alguien que es prácticamente un desconocido entre las patas delanteras para ayudarlo y otra muy diferente es dejarlo montar en su lomo; son niveles de confianza muy diferentes.
Pero no solo estaba haciendo feliz a su salvador, también podía usar la espadota con la boca. Parecía que ambos estaban tan realizados, tanto, que por un momento olvidaron el peligroso lugar en el que estaban y la realidad los golpeó dolorosamente fuerte. Afortunadamente, allí estaba el hombre guapetón para ayudarlos. Una vez reunidos los tres, era momento de buscar una salida de aquel lugar.
Y fue justamente el vigoroso Hazel quien dio con el lugar, señalando una especie de puerta pequeñita que brillaba con una luz fatua. Sí, ella también sentía que esa puerta era especial. Antes de que pudiera darse cuenta, el muchacho estaba toqueteándola de nuevo, haciéndole cosquillas mientras buscaba debajo de sus alas.
Pero cuando le tocó el pecho, cerca de su marca de Panakos, Ingela reaccionó, rugió y le mandó un coletazo, indignada, con tan mala suerte que el ruido llamó la atención de una gran rama hacia el no-elfo. Ingela rápidamente lanzó la enorme espada hacia ella y casi lo golpea[5]. El “casi” fue un error de cálculos.
Resopló y se concentró, invocando su poder ancestral, su enorme cuerpo alado se transformó en el de la dulce humana Ingela, quien, al momento de recuperarlo, fue cubierta por una luz mágica[6] que le devolvió su ropa y pertenencias... parcialmente.
Cuando vio que toda su ropa se traslucía, entró en pánico y se tapó. - ¡No me vean!- gritó y se giró. Metió la mano en su bolso, buscando casi con desesperación el objeto que le pedía Hazel. Encontró rápidamente la esfera explosiva y extendió su brazo hacia atrás para entregárselo[7]. -¡Toma! ¡Toma rápido! ¡Sin mirar!- exclamaba ella.
Hiperventilaba mientras veía que su cuerpo desnudo se veía a través de la ropa -¡El horror! ¡La vergüenza!- y no notaba que lentamente se hacía más densa hasta que volvía a la normalidad. Para cuando Hazel volvía junto a ella para devolverle la esfera, ya no se le traslucía nada.
Más tranquila, tomó el objeto y asintió -Claro que puedo hacerlo- aseguró esbozando una tímida sonrisa, pero sin poder mirar a la cara al muchacho, mucho menos a la de Vincent -Solo necesito un poco de espacio...- explicó y sacudió un poco los brazos, suspirando hondo. Lanzar un objeto no era un juego de niños para Ingelita ya que en el colegio perteneció al equipo de gimnasia y lanzar pesadas esferas de hierro era la competencia que más le gustaba.
Para sorpresa del brujo y el elfo, se puso de espaldas a la puerta donde debía dirigir su lanzamiento. Apoyó la esfera sobre la base de los tres dedos centrales de la mano derecha, usando los dedos laterales como sujeción, y la presionó contra su cuello. Cargó completamente su peso sobre su pierna derecha y estiró la izquierda hacia atrás, apoyándola solamente en la punta del pie. Inclinó su tronco y el brazo izquierdo hacia adelante para hacer contrapeso. Levantó la pierna izquierda y la flexionó, estirándola hacia atrás en una rápida patada para saltar con la derecha. Con aquel salto, giró su cadera con fuerza, cambiando el apoyo a su pierna izquierda, su troncó giró también y con el impulso, estiró el brazo para lanzar la esfera no solo con la fuerza de su brazo, sino también con la velocidad del giro y el peso de su cuerpo[8].
¡Y voló libre! ¡Como el ave que escapó de su prisión y puede al fin volar!
___________________________________________
[1]El hombre (Vincent) ayuda a Ingela +10pts.
[2]Habilidad pasiva racial "Habitante de los cielos" +5pts.
[3]Ingela ayuda al hombre (Vincent) +10pts.
[4]El muchacho que parece elfo (Zelas) ayuda a Ingela +10pts.
[5]Ingela “ayuda” a Zelas +10pts.
[6]Encantamiento pasivo de pudor +5pts.
[7]Uso de objeto consumible “Esfera Krampus” +20pts.
[8]Lanzar el objeto al cristal de la puerta +10pts.
Total 80tps.
Ingela se desesperó, pero más que por ella, por el pobre Ryuu que tenía alas y no podía volar. No había dónde aterrizar por más que ella planeara y buscara un lugar, todo estaba cubierto por aquellas manos escurridizas de las cuales afortunadamente había zafado varias veces. Ella sabía que su suerte no duraría y, efectivamente, llegó un momento en el cual, para librarse de unas, cayó en otras que rápidamente comenzaron a jalarla.
Forcejeó con todas sus fuerzas para liberarse, pero haciéndolo, perdió a Ryuu de su lomo. Sintió horror y rugió desesperada, pero no había mucho más que hacer y cedió, cerrando los ojos y entregándose a su suerte.
No sabe cuánto tiempo durmió, pudieron ser días o unos minutos, ella nunca sabría decirlo. Al abrir los ojos había penumbra y estaba en una especie de pantano sombrío y tenebroso. Sentía como su la observaran. Podría jurar que se veían ojitos brillantes entre las sombras que se escabullían cuando ella volteaba. Además, estaba solita y sintió miedo. La dragona se hizo un ovillito, pegando la cola a su cuerpo y cubriéndose con las alas. Un gemido lastimero salió de su garganta, llamando a cualquiera de sus compañeros de aventura.
Y tuvo respuesta. -Quédate con nosotros, Ingela- escuchó a su diestra. Alzó la cabeza y avanzó un par de pasos hacia donde había escuchado la voz -¡No! No sigas por allí, es peligroso- escuchó otras a su izquierda, haciéndole dar un respingo. -Morir no es lo peor que puede pasarte- decían otras. -¡Aléjate de las ventanas!- escuchó que exclamaron. La dragona estaba confundida y asustada, se podía ver en su rostro de dragón el miedo que sentía y lo confundida que estaba. ¿Ventanas? ¿Cuáles ventanas?
-Ven aquí Ingela, estarás a salvo- dijo una voz muy sedosa y tranquila, como de ensoñación, que hizo sentir muy bien a la dragona. Avanzó hacia donde salía aquella dulce voz que le recordaba a la de su Oma Elle. ¿Sería ella que llegó a rescatarla? Su Oma era una dragona muy poderosa, no era descabellado pensar que había logrado llegar hasta allí para salvarla. -¡Eh! ¡Loca! ¿A dónde vas?- escuchó al tiempo que sintió un tirón de su cola. Era una voz masculina que definitivamente no era de ensoñación y el tirón fue muy real.
Ingela volteó enojada al tiempo que una extraña rama azotaba el piso justo donde estaría su cabeza si ella hubiese seguido avanzando[1]. Dio un salto al sentir el golpe rozando su cuerpo y ya no volteó con enojo sino con agradecimiento. Quien la alertó fue uno de sus compañeros en esa aventura, ese guapetón que se le hacía muy familiar. Emitió un sonidito de alegría al verlo y aunque no sé si los dragones pueden sonreír, ella lo estaba haciendo.
Pero el reencuentro duró poco pues una enorme rama salió de la nada para golpearlos. Ella saltó agarró al hombre con sus patas para alzar el vuelo y sacarlo de allí[2].
Si bien la intención y ejecución del plan fue buena, el entorno estaba en contra de la dragona. No solo sentía el ambiente pesado y su cuerpo débil, las ramas actuaban como las manos que la habían atrapado antes y se enredaron en sus patas traseras, jalándola hacia abajo. La dragona no iba a perder otro compañero y lanzó al hombre lejos[3] así solo ella sería atrapada.
Estaba demasiado cansada para luchar, pero lo intentó, de veras lo intentó aunque cada vez se sentía peor y comenzaba a resignarse. Estuvo a punto de perder la esperanza cuando el brillo de una espada ridículamente grande centelló a su lado y rompió las ramas que la apresaban con la facilidad de un cuchillo caliente cortando la mantequilla. El muchacho que parecía elfo salió de la nada y la rescató de un triste y patético final[4], devolviéndole la esperanza de poder salir de allí viva. No estaba sola.
Ingela estaba tan feliz de ver a aquel pintoresco hombre, que dejó que se subiera a su lomo mientras ella sostenía la espada entre sus fauces. Es que una cosa es tomar a alguien que es prácticamente un desconocido entre las patas delanteras para ayudarlo y otra muy diferente es dejarlo montar en su lomo; son niveles de confianza muy diferentes.
Pero no solo estaba haciendo feliz a su salvador, también podía usar la espadota con la boca. Parecía que ambos estaban tan realizados, tanto, que por un momento olvidaron el peligroso lugar en el que estaban y la realidad los golpeó dolorosamente fuerte. Afortunadamente, allí estaba el hombre guapetón para ayudarlos. Una vez reunidos los tres, era momento de buscar una salida de aquel lugar.
Y fue justamente el vigoroso Hazel quien dio con el lugar, señalando una especie de puerta pequeñita que brillaba con una luz fatua. Sí, ella también sentía que esa puerta era especial. Antes de que pudiera darse cuenta, el muchacho estaba toqueteándola de nuevo, haciéndole cosquillas mientras buscaba debajo de sus alas.
Pero cuando le tocó el pecho, cerca de su marca de Panakos, Ingela reaccionó, rugió y le mandó un coletazo, indignada, con tan mala suerte que el ruido llamó la atención de una gran rama hacia el no-elfo. Ingela rápidamente lanzó la enorme espada hacia ella y casi lo golpea[5]. El “casi” fue un error de cálculos.
Resopló y se concentró, invocando su poder ancestral, su enorme cuerpo alado se transformó en el de la dulce humana Ingela, quien, al momento de recuperarlo, fue cubierta por una luz mágica[6] que le devolvió su ropa y pertenencias... parcialmente.
Cuando vio que toda su ropa se traslucía, entró en pánico y se tapó. - ¡No me vean!- gritó y se giró. Metió la mano en su bolso, buscando casi con desesperación el objeto que le pedía Hazel. Encontró rápidamente la esfera explosiva y extendió su brazo hacia atrás para entregárselo[7]. -¡Toma! ¡Toma rápido! ¡Sin mirar!- exclamaba ella.
Hiperventilaba mientras veía que su cuerpo desnudo se veía a través de la ropa -¡El horror! ¡La vergüenza!- y no notaba que lentamente se hacía más densa hasta que volvía a la normalidad. Para cuando Hazel volvía junto a ella para devolverle la esfera, ya no se le traslucía nada.
Más tranquila, tomó el objeto y asintió -Claro que puedo hacerlo- aseguró esbozando una tímida sonrisa, pero sin poder mirar a la cara al muchacho, mucho menos a la de Vincent -Solo necesito un poco de espacio...- explicó y sacudió un poco los brazos, suspirando hondo. Lanzar un objeto no era un juego de niños para Ingelita ya que en el colegio perteneció al equipo de gimnasia y lanzar pesadas esferas de hierro era la competencia que más le gustaba.
Para sorpresa del brujo y el elfo, se puso de espaldas a la puerta donde debía dirigir su lanzamiento. Apoyó la esfera sobre la base de los tres dedos centrales de la mano derecha, usando los dedos laterales como sujeción, y la presionó contra su cuello. Cargó completamente su peso sobre su pierna derecha y estiró la izquierda hacia atrás, apoyándola solamente en la punta del pie. Inclinó su tronco y el brazo izquierdo hacia adelante para hacer contrapeso. Levantó la pierna izquierda y la flexionó, estirándola hacia atrás en una rápida patada para saltar con la derecha. Con aquel salto, giró su cadera con fuerza, cambiando el apoyo a su pierna izquierda, su troncó giró también y con el impulso, estiró el brazo para lanzar la esfera no solo con la fuerza de su brazo, sino también con la velocidad del giro y el peso de su cuerpo[8].
¡Y voló libre! ¡Como el ave que escapó de su prisión y puede al fin volar!
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[1]El hombre (Vincent) ayuda a Ingela +10pts.
[2]Habilidad pasiva racial "Habitante de los cielos" +5pts.
[3]Ingela ayuda al hombre (Vincent) +10pts.
[4]El muchacho que parece elfo (Zelas) ayuda a Ingela +10pts.
[5]Ingela “ayuda” a Zelas +10pts.
[6]Encantamiento pasivo de pudor +5pts.
[7]Uso de objeto consumible “Esfera Krampus” +20pts.
[8]Lanzar el objeto al cristal de la puerta +10pts.
Total 80tps.
Ingela
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
¿Qué había pasado? Reco4daba unas manos y una puya a un brujo de fuego por ser incapaz de chamuscar el fuego, y ahora estaba en un bosque.
No estaba sola, lo que era bueno… seguramente. Recordaba al elfo chillón, y a la tipa a la que le había dejado una poción. Ah, si, la torre. Miró a su alrededor, para confirmar que si, se encontraban en un bosque. Y era más alta. Miró al suelo, para darse cuenta de que no,solo estaba flotando sobre el agua. Finalmente ese encantamiento había servido para algo.
¿Podía estar en la cima de la torre? Desde luego lucia muy diferente, y todo eso le parecía…familiar. Las voces no, eso era nuevo.
Es decir, no, como custodio, tenía cierta experiencia, pero quería decir que las voces no estaban asociadas al sentimiento de familiaridad.
Y poda notar la influencia sobre su mente, aunque la mujer no hubiera dicho nada, no funcionaria. Ni siquiera esas ramas que los atacaban de vez en cuando iban a hacer nada para detenerlos, no con los tres manteniéndolas a raya.
Y hablando de eso… Sacó una flecha, murmurando unas pocas palabras, provocando que la saeta brillara, unos adorables gatos bailando por el aire. No estaban muy contentos, la verdad, era más, parecían tener… perdidas. Eso era nuevo. Sus invocaciones no sangraban luz. No nada más aparecer al menos, y los gatos en concreto, jamás.
Y entonces procesó lo que había dicho la alquimista. Por eso lucia familiar. Había estado en un lugar igualito durante… no mucho tempo en realidad, pero se había hecho eterno por la intensidad del momento. Y eso a lo lejos que lucia cristalino y que claramente estaba tragando magia....si.
-Patético.- dijo al aire, con su mejor pose y voz seria, aunque la escena fue un poco mancillada por el gemido de placer que hizo al morder la galleta. Pero rápidamente tragó para recuperar el honor. -Es un tragaeter gigante, para crear algo similar al Oblivion, pero en cutre.- es decir, tampoco era tan cure, era bastante ingenioso, pero no perdería una oportunidad de vacilar a los fantasmas. Aunque, otra vez, perdió algo de efecto por culpa del elfo tropezándose con todas y cada una de las ramas del camino. Incluso algunas que era incapaz de entender, tenia que estar haciéndolo a propósito.
-No te preocupes, podría darle con los ojos cerrados.- le dijo al elfo, que no sonaba muy confiado en su capacidad. Estuvo a punto de hacerlo, pero si llega a fallar, nunca oiría el fin de las risas, as que no, se lo tomó en serio, transformando su arco y apuntando con cuidado al cristalito con su flecha encantada con gatos. El resto de grupos estarían dispersos también seguramente, as que sin duda una baliza de gatos luminosos ayudaría a que todos se reencontraran o, al menos, a que pudieran apuntar al cristal si sus fieros felinos no basaban.
No estaba sola, lo que era bueno… seguramente. Recordaba al elfo chillón, y a la tipa a la que le había dejado una poción. Ah, si, la torre. Miró a su alrededor, para confirmar que si, se encontraban en un bosque. Y era más alta. Miró al suelo, para darse cuenta de que no,solo estaba flotando sobre el agua. Finalmente ese encantamiento había servido para algo.
¿Podía estar en la cima de la torre? Desde luego lucia muy diferente, y todo eso le parecía…familiar. Las voces no, eso era nuevo.
Es decir, no, como custodio, tenía cierta experiencia, pero quería decir que las voces no estaban asociadas al sentimiento de familiaridad.
Y poda notar la influencia sobre su mente, aunque la mujer no hubiera dicho nada, no funcionaria. Ni siquiera esas ramas que los atacaban de vez en cuando iban a hacer nada para detenerlos, no con los tres manteniéndolas a raya.
Y hablando de eso… Sacó una flecha, murmurando unas pocas palabras, provocando que la saeta brillara, unos adorables gatos bailando por el aire. No estaban muy contentos, la verdad, era más, parecían tener… perdidas. Eso era nuevo. Sus invocaciones no sangraban luz. No nada más aparecer al menos, y los gatos en concreto, jamás.
Y entonces procesó lo que había dicho la alquimista. Por eso lucia familiar. Había estado en un lugar igualito durante… no mucho tempo en realidad, pero se había hecho eterno por la intensidad del momento. Y eso a lo lejos que lucia cristalino y que claramente estaba tragando magia....si.
-Patético.- dijo al aire, con su mejor pose y voz seria, aunque la escena fue un poco mancillada por el gemido de placer que hizo al morder la galleta. Pero rápidamente tragó para recuperar el honor. -Es un tragaeter gigante, para crear algo similar al Oblivion, pero en cutre.- es decir, tampoco era tan cure, era bastante ingenioso, pero no perdería una oportunidad de vacilar a los fantasmas. Aunque, otra vez, perdió algo de efecto por culpa del elfo tropezándose con todas y cada una de las ramas del camino. Incluso algunas que era incapaz de entender, tenia que estar haciéndolo a propósito.
-No te preocupes, podría darle con los ojos cerrados.- le dijo al elfo, que no sonaba muy confiado en su capacidad. Estuvo a punto de hacerlo, pero si llega a fallar, nunca oiría el fin de las risas, as que no, se lo tomó en serio, transformando su arco y apuntando con cuidado al cristalito con su flecha encantada con gatos. El resto de grupos estarían dispersos también seguramente, as que sin duda una baliza de gatos luminosos ayudaría a que todos se reencontraran o, al menos, a que pudieran apuntar al cristal si sus fieros felinos no basaban.
- Spoiler:
- +30 por reike
Arco a espadas +5
Don Mágico para ver +5
Ojos de elfo para ver x2 : +5
Botas: +5
Encantamiento de botas (al fin) +5
+10 por Destino
Fluffy guardians, 1 uso de 2, +10
75 puntos, muahaha
- Spoiler:
- Armas:
Arco Largo de Ebano+encantamiento de cambio de forma
Látigo de la rosa.
Vestimenta:
Armadura ligera superior
Capa de Camaleón
Botas de Njord+encantamiento para caminar sobre líquidos.
Bolso de viajero
Mascara de Hada
Limitados(7/7):
Peluche de Jabalí Lanudo
Fuego Embotellado
Kit de curtiduría superior
Poción de salud concentrada
Pergamino Explosivo
Pergamino de muralla de fuegoPoción de estoicismo. 1/2[Limitado, 1 uso]: Después de activada y en un periodo no mayor de 2 turnos, el personaje puede desvanecerse y aparecer en el mismo lugar donde se encuentre la piedra, incluso si (onrol) no sabe en qué lugar se encuentra la misma.
Runa de Teleportación
Consumibles:
Colgante de Ágata 2/2
Pociones de Baile 2/2
Collar de Clavos 1/1
Piedra de Anar 2/2
Colgante de Escarcha ½
Tragaeter 2/2
Amuleto de Imbar 3/3
Polvo de Hada 2/2
Chocolate del Equinoccio 1/1
Mascara de los Inocentes 2/2
Copia-suerte 1/1
Poción consumible 1/1
Restaurador Mágico [Consumible] 1/1 : Permite restablecer un uso de una habilidad de nivel 4 o menor (Solamente es válido para ser usado en este mismo desafío
Valyria
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Nivel de PJ : : 3
Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
–Ay, me morí otra vez –asumí al despertar en quién sabe dónde–. Patético, ni siquiera pude ayudar a nadie –suspiré apesadumbrado, sin fuerzas para siquiera sentir ira. Miré a mi alrededor. «Vaya, qué sombrío», pensé–. Tienes razón, Señor Árbol 1 –asentí envainando mis armas–. Vale, me alejaré de las ventanas, Señor Árbol 2. –Le mostré el puño, intentando y fallando en levantar el pulgar–. Atacar directamente suena a mucho trabajo, ciertamente, así que te tomaré la palabra, Señor Árbol 5… –Fruncí el ceño, sospechando que, tal vez, fallé en seguir la secuencia numérica. Decidí olvidarlo con un débil encogimiento de hombros.
Entonces vi al hombre-pájaro a través de los ojos de Schnee, que nadaba cerca de él. Me volteé, significando un esfuerzo buscar con detenimiento. Concentré éter en mis ojos, potenciándolos y pagando con un entumecimiento en los dedos de los pies. Advertí dos diminutas siluetas, demasiado lejanas.[1] Eran los dos emplumados del grupo de suicidas. Al menos ellos estaban vivos. Debí sonreír, pero no pude.
Avancé deprisa.[2] Debía avanzar. Los sacaría de aquel helheim mal hecho.
Concentré el éter hacia mis piernas. Mis pies volvieron a sentirse con vida, pero mis manos y orejas se entumecieron. Apreté los dientes, con menos fuerzas de la que esperé. Tampoco quise pensar en mi debilidad creciente. Intenté intensificar el éter de todo mi cuerpo, y fallé: no podía concentrarme.
–¿Avanzar? –dijo algún Señor Árbol–. ¿Quién necesita avanzar? Ven, vamos a quedarnos plantados.
Sacudí la cabeza. Me obligué a dar paso tras paso, cada uno más lento que el anterior. La carrera se convirtió en una caminata. Y la caminata se convirtió en un gateo.
No quería seguir. Quería descansar. Después de tanto, ¿por qué estaría mal descansar? ¿Ya no había hecho demasiado?
Sacudí la cabeza intentando desechar esos extraños pensamientos depresivos. «Recuerda», me dije, «recuerda lo que siempre sucede cuando eres negligente». Me levanté con torpeza. Respiré profundamente. «Si hubiera continuado entrenando cuando niño, tal vez habría evitado…». Solté un inesperado sollozo. Me mordí los labios, miré al frente y di un paso más. «Si hubiera sido más fuerte, también podría haber ayudado a Danshee». Reanudé la caminata. La caminata se convirtió en una carrera. Y la carrera acabó con un tropiezo. Caí sobre mis manos y rodillas. «La verdad es que fracasé cuando realmente importó».
Volví a levantarme. Volví a andar, aunque ya ni sabía la razón. «¿Por qué me dejaron tan lejos de ellos?», me quejé intentando buscar enojo y aferrarme a él para impulsarme. «¿Quién nos mandó a venir de curiosos a la estúpida torre?». Entonces recordé a Azaril, y eso convocó recuerdos sobre la pirámide que desató la pandemia. «No debo permitir que otra calamidad sea desatada», me dije, usando la culpa para seguir luchando.
Los susurros, sin embargo, me hacían cuestionar mis capacidades. Tal vez fallaría. Tal vez no sería suficiente para salvar a nadie. Y yo no quería ver a inocentes morir.
De pronto reparé en que ya había alcanzado al hombre-bestia. Pero no hubo alivio ni satisfacción. Fue como un logro vacío.
–Bueno, ya llegué –le dije–. ¿Qué quieres hacer?
Él había visto algo interesante. A lo lejos, un cristal se hallaba sobre una puerta. Reconocí el material y que era aquel cristal lo que drenaba mis energías.[3]
–Tienes toda la razón –afirmé, aunque él no hubiera dicho nada–, es como un tragaéter, pero más grande y menos bonito. –Al depender demasiado de la magia para moverme, acercarme sería imposible. Y no podría disparar un haz de luz que no perdiera su consistencia en el trayecto–. Demonios, tienes razón de nuevo. Te daré otra flecha explosiva, pero… necesito recuperar energías para eso.
Convenientemente, él tenía lo que me serviría para ello.[4] Me comí lo que me entregó, sin preguntarme si eso era comestible o no.
–Vale, voy a encenderte la flecha –dije antes de agarrar su flecha y apretarla para hacerle el trabajo.[5] Tardó un poco más de lo que esperé–. Ya acabé. Aquí tienes.
Le entregué el proyectil, presintiendo que sería insuficiente. Miré el cristal y luego a nuestro alrededor, no encontrando otra alternativa para escapar. «Bueno, lo intenté», me resigné. Cerré los ojos. Los susurros seguían, derrumbando todas las barreras que me impedían rendirme.
Abrí los ojos. Magita había llegado. Se veía mucho mejor que ambos. Y de repente me mostró un garabato bastante feo que me recordó a mi madre, por algún extraño motivo.[6]
Cuando niño, no era especialmente bueno con la espada y ni era capaz de sentir el éter. Sin importar cuánto me entrenaran, no aprendía lo suficiente. Mi madre, entonces, solía contarme historias grandiosas sobre mi padre siendo un héroe. Ella aseguraba que yo tenía el potencial para igualar sus hazañas, algún día, porque su sangre corría por mis venas. Aunque no creí que podría igualarlo, me hacía sentir esperanza en que podría, al menos, ser mejor de lo que yo era.
Desde entonces, crecí, me fortalecí, mejoré mi magia y me convertí en un gran espadachín, incluso a una edad temprana. Ahora en mi memoria podría hallar muchas historias más grandiosas que las de mi padre, y también las pruebas de que había superado peores adversidades que las vistas en la Torre Infinita.
–Es hermoso –respondí a Magita, una leve sonrisa en mis labios–. Gracias por permitirme ver tu obra maestra, me hizo recordar que soy el éxito. –Sonreí con suficiencia, mostrándole un pulgar arriba. Al finalizar el discursito motivacional, asentí con la cabeza y encaré a los árboles, que, incapaces de seguir manipulándonos, optaron por una táctica más ofensiva.
–No sigas –dijo uno, intentando aún.
–Oblígame, perro –repuse, desafiante, e intensifiqué el éter de mi cuerpo. Parte de esta energía empezó a fugarse con más velocidad, atraída por el cristal, pero hice que la mayor parte volviera a mí; no iba a ser vencido tan fácil a la hora de dominar el éter de mi propio cuerpo.
Varias ramas se extendieron hacia mí. Di un firme paso al frente, empuñé a Doppelsäbel y las seccioné con tres veloces movimientos. Demasiado fácil.
Sentí unas raíces envolver mis pies. Di un salto potenciado. En el aire, intentaron tirarme hacia abajo. Expulsé una onda de éter de mis pies, impulsándome hacia arriba y rompiendo esas raíces.[7]
–Vamos, he matado arbolitos más fuertes –alardeé al aterrizar–. No valen ni para hacerme otra silla fea con su madera.
Unas ramas envolvieron mis manos al siguiente instante y arrojaron lejos a Doppelsäbel. Me atrajeron hacia un árbol. Clavé mis pies en el suelo, pero no fue suficiente para frenar. Así que transformé mi guante en una espada, cortando una de mis ataduras de adentro hacia afuera, y con esa misma arma corté las que retenían la otra mano.[8]
Schnee, aún flotando serenamente en el agua cerca del hombre-águila, vio algunas ramas ir a por este último desplazándose por sobre nuestras cabezas.[9]
Alcé mi mano libre. Doppelsäbel voló hacia ella. Lancé la espada hacia algunas de esas ramas, atravesándolas. Di un veloz salto hacia un lado, dejando más de ellas entre el arma y yo. Volví a alzar la mano y Doppelsäbel regresó a mí cortando más ramas en su camino.[10]
Reí entre dientes, como si aquello fuese un juego de niños.
Entonces vi al hombre-pájaro a través de los ojos de Schnee, que nadaba cerca de él. Me volteé, significando un esfuerzo buscar con detenimiento. Concentré éter en mis ojos, potenciándolos y pagando con un entumecimiento en los dedos de los pies. Advertí dos diminutas siluetas, demasiado lejanas.[1] Eran los dos emplumados del grupo de suicidas. Al menos ellos estaban vivos. Debí sonreír, pero no pude.
Avancé deprisa.[2] Debía avanzar. Los sacaría de aquel helheim mal hecho.
Concentré el éter hacia mis piernas. Mis pies volvieron a sentirse con vida, pero mis manos y orejas se entumecieron. Apreté los dientes, con menos fuerzas de la que esperé. Tampoco quise pensar en mi debilidad creciente. Intenté intensificar el éter de todo mi cuerpo, y fallé: no podía concentrarme.
–¿Avanzar? –dijo algún Señor Árbol–. ¿Quién necesita avanzar? Ven, vamos a quedarnos plantados.
Sacudí la cabeza. Me obligué a dar paso tras paso, cada uno más lento que el anterior. La carrera se convirtió en una caminata. Y la caminata se convirtió en un gateo.
No quería seguir. Quería descansar. Después de tanto, ¿por qué estaría mal descansar? ¿Ya no había hecho demasiado?
Sacudí la cabeza intentando desechar esos extraños pensamientos depresivos. «Recuerda», me dije, «recuerda lo que siempre sucede cuando eres negligente». Me levanté con torpeza. Respiré profundamente. «Si hubiera continuado entrenando cuando niño, tal vez habría evitado…». Solté un inesperado sollozo. Me mordí los labios, miré al frente y di un paso más. «Si hubiera sido más fuerte, también podría haber ayudado a Danshee». Reanudé la caminata. La caminata se convirtió en una carrera. Y la carrera acabó con un tropiezo. Caí sobre mis manos y rodillas. «La verdad es que fracasé cuando realmente importó».
Volví a levantarme. Volví a andar, aunque ya ni sabía la razón. «¿Por qué me dejaron tan lejos de ellos?», me quejé intentando buscar enojo y aferrarme a él para impulsarme. «¿Quién nos mandó a venir de curiosos a la estúpida torre?». Entonces recordé a Azaril, y eso convocó recuerdos sobre la pirámide que desató la pandemia. «No debo permitir que otra calamidad sea desatada», me dije, usando la culpa para seguir luchando.
Los susurros, sin embargo, me hacían cuestionar mis capacidades. Tal vez fallaría. Tal vez no sería suficiente para salvar a nadie. Y yo no quería ver a inocentes morir.
De pronto reparé en que ya había alcanzado al hombre-bestia. Pero no hubo alivio ni satisfacción. Fue como un logro vacío.
–Bueno, ya llegué –le dije–. ¿Qué quieres hacer?
Él había visto algo interesante. A lo lejos, un cristal se hallaba sobre una puerta. Reconocí el material y que era aquel cristal lo que drenaba mis energías.[3]
–Tienes toda la razón –afirmé, aunque él no hubiera dicho nada–, es como un tragaéter, pero más grande y menos bonito. –Al depender demasiado de la magia para moverme, acercarme sería imposible. Y no podría disparar un haz de luz que no perdiera su consistencia en el trayecto–. Demonios, tienes razón de nuevo. Te daré otra flecha explosiva, pero… necesito recuperar energías para eso.
Convenientemente, él tenía lo que me serviría para ello.[4] Me comí lo que me entregó, sin preguntarme si eso era comestible o no.
–Vale, voy a encenderte la flecha –dije antes de agarrar su flecha y apretarla para hacerle el trabajo.[5] Tardó un poco más de lo que esperé–. Ya acabé. Aquí tienes.
Le entregué el proyectil, presintiendo que sería insuficiente. Miré el cristal y luego a nuestro alrededor, no encontrando otra alternativa para escapar. «Bueno, lo intenté», me resigné. Cerré los ojos. Los susurros seguían, derrumbando todas las barreras que me impedían rendirme.
Abrí los ojos. Magita había llegado. Se veía mucho mejor que ambos. Y de repente me mostró un garabato bastante feo que me recordó a mi madre, por algún extraño motivo.[6]
Cuando niño, no era especialmente bueno con la espada y ni era capaz de sentir el éter. Sin importar cuánto me entrenaran, no aprendía lo suficiente. Mi madre, entonces, solía contarme historias grandiosas sobre mi padre siendo un héroe. Ella aseguraba que yo tenía el potencial para igualar sus hazañas, algún día, porque su sangre corría por mis venas. Aunque no creí que podría igualarlo, me hacía sentir esperanza en que podría, al menos, ser mejor de lo que yo era.
Desde entonces, crecí, me fortalecí, mejoré mi magia y me convertí en un gran espadachín, incluso a una edad temprana. Ahora en mi memoria podría hallar muchas historias más grandiosas que las de mi padre, y también las pruebas de que había superado peores adversidades que las vistas en la Torre Infinita.
–Es hermoso –respondí a Magita, una leve sonrisa en mis labios–. Gracias por permitirme ver tu obra maestra, me hizo recordar que soy el éxito. –Sonreí con suficiencia, mostrándole un pulgar arriba. Al finalizar el discursito motivacional, asentí con la cabeza y encaré a los árboles, que, incapaces de seguir manipulándonos, optaron por una táctica más ofensiva.
–No sigas –dijo uno, intentando aún.
–Oblígame, perro –repuse, desafiante, e intensifiqué el éter de mi cuerpo. Parte de esta energía empezó a fugarse con más velocidad, atraída por el cristal, pero hice que la mayor parte volviera a mí; no iba a ser vencido tan fácil a la hora de dominar el éter de mi propio cuerpo.
Varias ramas se extendieron hacia mí. Di un firme paso al frente, empuñé a Doppelsäbel y las seccioné con tres veloces movimientos. Demasiado fácil.
Sentí unas raíces envolver mis pies. Di un salto potenciado. En el aire, intentaron tirarme hacia abajo. Expulsé una onda de éter de mis pies, impulsándome hacia arriba y rompiendo esas raíces.[7]
–Vamos, he matado arbolitos más fuertes –alardeé al aterrizar–. No valen ni para hacerme otra silla fea con su madera.
Unas ramas envolvieron mis manos al siguiente instante y arrojaron lejos a Doppelsäbel. Me atrajeron hacia un árbol. Clavé mis pies en el suelo, pero no fue suficiente para frenar. Así que transformé mi guante en una espada, cortando una de mis ataduras de adentro hacia afuera, y con esa misma arma corté las que retenían la otra mano.[8]
Schnee, aún flotando serenamente en el agua cerca del hombre-águila, vio algunas ramas ir a por este último desplazándose por sobre nuestras cabezas.[9]
Alcé mi mano libre. Doppelsäbel voló hacia ella. Lancé la espada hacia algunas de esas ramas, atravesándolas. Di un veloz salto hacia un lado, dejando más de ellas entre el arma y yo. Volví a alzar la mano y Doppelsäbel regresó a mí cortando más ramas en su camino.[10]
Reí entre dientes, como si aquello fuese un juego de niños.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Habi pasiva racial: Ojos de elfo (+5).
[2] Efecto pasivo de las Botas de Upelero (+5).
[3] Habi pasiva racial: Don mágico (+5).
[4] Recibir ayuda de Ryuu para recuperar un uso de Toque luminiscente (+10).
[5] Habi de 2 usos: Toque luminiscente (+10), para potenciar la flecha de Ryuu (+10 para ambos).
[6] Contagiarme de la buena vibra de Magazubi (+10).
[7] Habi pasiva: Vuelo fúlgido (+5).
[8] Encantamiento pasivo de Retniw: Arma cambiante (+5).
[9] Habi pasiva de la mascota Schnee: Conexión (+5).
[10] Encantamiento pasivo de Doppelsäbel: Bendición de Thor (+5), usado para proteger a Ryuu de forma rebuscada de peligros que él nunca mencionó (+10 para ambos).
Total: 85 =)
[2] Efecto pasivo de las Botas de Upelero (+5).
[3] Habi pasiva racial: Don mágico (+5).
[4] Recibir ayuda de Ryuu para recuperar un uso de Toque luminiscente (+10).
[5] Habi de 2 usos: Toque luminiscente (+10), para potenciar la flecha de Ryuu (+10 para ambos).
[6] Contagiarme de la buena vibra de Magazubi (+10).
[7] Habi pasiva: Vuelo fúlgido (+5).
[8] Encantamiento pasivo de Retniw: Arma cambiante (+5).
[9] Habi pasiva de la mascota Schnee: Conexión (+5).
[10] Encantamiento pasivo de Doppelsäbel: Bendición de Thor (+5), usado para proteger a Ryuu de forma rebuscada de peligros que él nunca mencionó (+10 para ambos).
Total: 85 =)
- :
- Armas (3) y encantamientos (3/6):
Doppelsäbel, espada doble, calidad superior, con encantamiento Bendición de Thor.
Neger Drache, espada, calidad superior, con encantamiento Arma de ébano.
Retniw, guante lindo/espada linda, ligado al éter, calidad épica, con encantamiento Arma cambiante.
Limitados (7/7):
[Nuevo] Runa de teleportación, 1 uso.
Campo de disrupción del éter, 1 uso.
Runa de impulso, 1 uso.
Toque de sopor, 1 uso.
Toque paralizante, 1 uso.
Pergamino de inversión, 1 uso.
Kit de herrería superior, 2 usos.
Consumibles (16):
[Nuevo] Poción de salud: 1.
[Nuevo] Cambio de suerte (copia la misma suerte en runas de algún compañero): 1.
[Nuevo] Restaurador mágico (Restablece un uso de una habilidad de nivel 4 o menor, solo válido dentro de la torre): 1.
Tragaéter: 4.
Esferas Krampus: 2.
Incienso de Jólmundröm: 1.
Chocolate del equinocio: 1.
Gato de bolsillo: 2.
Caramelo de jade: 2.
La voluntad de los dioses: 1.
Accesorios y la mascota:
Botas de upelero (Botas de Njord pero bien hechas).
Ocarina refinada (no hace nada, pero se escucha chévere).
Schnee, el primer búhaw (él sí hace algo, pero no se escucha chévere).- Schnee:
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Rauko
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Para ser un brujo que se había precipitado al vacío desde un suelo, convertido ahora en techo, hacia un techo, que ahora era el soporte de sus pies, se podría decir que el buen mercenario de dorados cabellos había salido bien parado.
Unas manos juguetonas se antojaba un mal menor cuando habías estado a punto de pintar el suelo con el líquido que fluía por tus venas.
- ¿El bebé barbudo? ¿Qué bebé barbudo? - preguntó, sin bajar la guardia ni la defensa mágica que los protegía.
Una bebé con barba tenía tanto sentido como un techo que se volvía suelo… Quizás, pensándolo mejor, existía la posibilidad de un bebé barbudo en aquel loco y mágico mundo.
Sin embargo, ni este narrador, ni el buen brujo, pudo pensar demasiado en ello. El suelo en el que se asentaban los pies del mercenario se convirtió, de un momento para otro, en un jugo viscoso. No era agua, pero tampoco nada reconocible por el guerrero.
En lo único que pudo pensar el hechicero, antes de ser engullido por la total oscuridad, fue en las historias de los aventureros y comerciantes que atravesaban el arenal, y contaban historias de arenas que podían atraparte y llevarte a un atroz final sepultado en vida.
Pero no, ni siquiera aquellas historias se asemejaban a lo que acababa de experimentar.
- Las arenas movedizas no pueden ser tan asquerosas-, se dijo a sí mismo, mientras se quitaba un guante, bajando el brazo después de atrapar una punta de acero con los dientes.
Nada más hacerlo, el brujo prosiguió a retirar los restos del “jugo”, o lodo, que acababa de atravesar, que habían quedado depositados bajo su nariz y sobre los párpados de sus ojos cerrados. Que no tardó en tirar con fuerza a su lado, mientras se encontraba con una rodilla anclada al suelo, recuperando el aliento.
- Definitivamente, ni encontrar la muerte sepultado por arena, puede saber tan vomitivo-, murmuró antes de escupir, tras recuperar con su mano, ahora libre de porquería, el guante manchado que había atrapado con su boca. - Ni tampoco dan segundas oportunidades-, comentó finalmente, echando un ojo a su alrededor. Viendo por primera vez el otro ¿lado?
«¿Qué cojones es esto? ¿Otra puta prueba?», pensó irguiéndose para mirar mejor el entorno que lo rodeaba. Un bosque. Agua. Un lugar idílico si pudiera ver más allá de la punta de su espada. La de acero, mal pensados, la que sostenía con su mano diestra para iluminar el camino.[1]
En cualquier caso, mentes calenturientas a un lado, Vincent había visto todo lo que necesitaba por ahora del entorno. Por lo demás, la experiencia no había sido la mejor de su vida, pero... ¡Hey!, aún seguía vivo. Eso era de primero de cátedra para el ánimo de cualquier superviviente.
- Mejor segundas oportunidades que ninguna-, se dijo, apoyando de nuevo la rodilla izquierda sobre al agua.
Mil visiones pasaron por su cabeza. Desde que el agua de aquel misterioso ¿río? ¿estanque?, le derritiera las manos, hasta que del fondo del líquido saliera un nuevo monstruo dispuesto a partirle todos los huesos del cuerpo. Más, al final se atrevió y recogió un poco con sus manos para limpiarse un poco la cara, las manos y guantes. Después de todo, todo el suelo parecía empantanado allá donde pisara, así que si no había pasado nada bajo sus pies, la lógica le decía que tampoco pasaría nada si se agachaba a limpiarse.
- No sigas, Vincent Calhoun, es peligroso, quédate con nosotros.
El brujo dio un respingo y dejó de limpiarse, mientras miraba en derredor.
- ¿Quién va? - preguntó serio, y sin perder tiempo se enfundó los guantes de nuevo, se colocó su anillo sobre la diestra y retomó su arma. - ¿Qué es peligroso?
«¿Lavarse? Este debe ser el monstruo más guarro que he conocido»
- ¿Aquí estaré a salvo?
«Pero si de momento no me voy a ninguna parte»
- ¿Además de guarro eres idiota? - se mofó, intentando alcanzar el lugar desde el que se escuchaba el sonido de la voz.
Quizás si lo retaba un poco, el hechicero podría averiguar si la voz provenía de algún aliado o enemigo. En cualquier caso, por ahora solo sabía que no era de ninguna de las personas que lo habían acompañado hasta ese momento. Era alguien nuevo.
Tal vez más de una persona, pues las voces eran distintas pero al mismo tiempo... eran tan similares. Ahora que Vinc lo pensaba con mayor detenimiento, las voces eran tan atrayente como dispersas. Era como si estuvieran en todas partes y, al mismo tiempo, en ninguna en concreto. Es decir, no era como si las personas estuvieran en distintas zonas del salón, cómo sería lógico pensar, sino que sus voces, cuando hablaban, se escuchaban desde todas partes, y desde ningún sitio en particular. ¿Hablaban por medio de algún tipo de hechizo?
«¿Ventanas?», el interior de su ser se preguntó extrañado, y a lo lejos, por fin pudo apreciar algo que se distinguía, destacando por encima de todo lo demás.
- Ah, ya veo-, dijo para sí mismo, encontrando aquella puerta de lo más interesante, imbuida por algún tipo de hechizo, igual que el orbe que estaba justo encima de ella, en su marco de piedra.[2]
El brujo había estado muy gustoso de hacer caso a la sedosa voz que le hablaba, sin embargo…
- Lo siento, amiga. Me encantaría quedarme contigo pero tengo una hija a la que mimar y cuidar-, contestó burlón, girando sobre sí mismo y guiñandole un ojo hacia un lugar cualquiera del bosque. - Además, si no llego a la hora de cenar, Níniel hará parecer esta torre un juego de niños-, bromeó al final.
El mercenario se había apoyado en recuerdos de él, en el lazo que lo unían a sus seres queridos, para que su voluntad soportara la embestida de la magia.
Ello, unido a dragonas que no apreciaban su vida, despertaba del embotamiento a cualquiera que se precie.
Vinc se cambió el arma de mano con rapidez y la convirtió en una garra sobre su mano zurda[3]. Y, no con menos velocidad, se acercó a la dragona para darle unos golpes con la palma de su garra en sus escamas, para llamar su atención.
- ¡Eh! ¡Loca! ¿Adónde vas? - esta vez llamó la atención con su voz, al mismo tiempo que tiraba de su cola hacia atrás ayudado por un impulso de su magia[4][5]
Después de aquellas ortodoxas llamadas de atención, la dragona pareció recuperar la compostura y se salvó por escama de dragón, como se diría en aquella ocasión, tal vez. Y el brujo pudo asistir a lo que era ¿una sonrisa?
- Para eso estamos-, contestó al gesto de la dragona.
Que si bien no podía asegurar de si se trataba de agradecimiento o de que tenía hambre de rubios, dedujo que sería lo primero. Pues… ¡Joder, a todo el mundo le encantaba seguir vivo!
- Creo que la salida está por…
Pero antes de que el brujo pudiera terminar la frase, la dragona lo alzó por los aires con sus garras.
«Quizás sí quiera comerme, después de todo estoy sabroso», pensó, pero no tardó en ver como las ramas retomaban el ataque tras el inicio del vuelo de la dragona.
- Muchas gracias-, le dijo, justo antes de salir volando en dirección hacia el maravilloso y mojado suelo.
Vincent hizo lo que pudo con su magia, al verse girando sin control por el aire, pero ello sólo sirvió para caer de forma menos aparatosa contra el suelo, pero no le valió para evitar darse un golpe en el proceso.
- De veras. Muchas gracias-, manifestó con sorna, de culo sobre el agua, salpicando parte del líquido con un movimiento de su brazo.
Sin embargo, en aquella torre, sin importar el tipo de prueba que te impusiera cada sala, no había tiempo para el respiro.
El brujo se irguió en cuanto vio el peligro en el que se hallaba la dragona y se encaminó hacia ella a toda velocidad. Por fortuna, pudo ver como otro de los aventureros aparecía en escena para ayudarla, pues a él aún le quedaban unos metros para llegar hasta ella.
Con otro impulso de aire, el rubio mercenario recortó los últimos metros y, cambiando la garra de forma, dio un tajo de luz con su espada mágica hacia las ramas que atacaban por retaguardia al buen elfo.[1][6]
- De nada. Yo la salvo. Ella me salva. Tú la salvas. Nosotros nos salvamos-, comentó en broma, pero sin bajar la guardia. - Pero será mejor que nos alejemos de las ramas. Este maldito bosque no nos dejará respirar si permanecemos aquí-, los apremió a apartarse.
En cuanto se alejaron del peligroso bosque, el elfo hizo un comentario de lo más acertado.
- Sí, debe ser la salida y estoy de acuerdo en que el orbe encima de él es un peligro para la magia y gente como nosotros-, contestó, sintiéndose más extraño, ahora que se encontraba un poco más a la puerta desde la vez que la mirarse de lejos. - Bueno, si ese orbe atrae la magia será sencillo. Me valdrá con un hechizo muy simple. ¡Y por qué cojones vas…!
Pero en vez de terminar la frase, el brujo se giró y dio el espacio de intimidad que la joven dama requería.
De todas maneras, semidesnudos aparte, el mercenario se centró en lo que necesitaba para el hechizo. Primero se quitó el anillo y guante de mano diestra, y los dejó en el aire por medio de su magia.[7] Luego atrajo con esa misma magia el estilete del interior de su bota y tomó la bola explosiva, que le tendiera la dragona, con mano zurda. Por supuesto, sin mirar hacia ella.
- Vaya, no recordaba llevar esto encima-, comentó, agarrando una especie de dulce pequeño, que se alzó de su bota pegado en la empuñadura del arma. - Supongo que se me caería ahí cuando desayuné en la posada-, dijo, quitándole importancia y echándoselo a la boca con la mano libre.[8] - Por dónde iba. Ah, sí-, mentó, masticando el dulce. - Pues está bueno, hasta me siento más en forma. La de cosas sencillas que nos fortalece, ¿verdad? - comentó, cual plática ligera, haciéndose el loco por lo que acababa de pasar con la vestimenta de la chica, mientras dejaba que la bomba se quedara suspendida en el aire con el resto de cosas que flotaban en el aire por arte de magia.
Con la ahora libre mano zurda, agarró la empuñadura del estilete y se pinchó la punta del dedo índice, de la otra mano, con la punta del acero.
Sin más dilación, el brujo hizo regresar el estilete a la vaina, escondida en el interior de la caña de su bota, por medio de la telequinesis, una vez más. Tomó por segunda ocasión el orbe explosivo con mano izquierda, y comenzó a inscribir un glifo sobre la superficie esférica de la bomba alquímica con la sangre de su dedo herido. Una sangre cargada de éter de buen sureño, como no. Con unos movimientos seguros preparó el hechizo que terminó cuando inscribió una palabra en lenguaje dragón bajo la runa.
- Listo-, dijo, devolviéndole la bola a la mujer, sin mirar hacia ella gracias a sus poderes raciales.
Mientras la bola se deslizaba con delicadeza por el aire, Vincent creó una chispa de fuego y quemó con suavidad la punta de su dedo para cauterizar la pequeña herida. Finalmente se enfundó el guante y regresó el anillo a su lugar correspondiente.
Todo a tiempo de ver como la bola se dirigía hacia el orbe, en cuánto levantó la cabeza en dirección hacia la puerta.
Vinc medio sonrió, antes de pronunciar una palabra que iluminó la bomba y la rodeó de luz. Si aquella piedra absorbía magia, atraería a la bomba hacia ella.
«Pero solo por si acaso»
- Pan comido-, mentó, chasqueando los dedos.
Su magia telequinética volvió a salir a escena en aquella obra de teatro. Si bien, no era experto en dicha escuela, no se necesitaban muchas dotes para redireccionar una bomba tan pequeña hacia la piedra devoradora de éter, que ya de por sí llevaba la fuerza del lanzamiento sobre ella.[7][9]
[1] Anillo con encantamiento o efecto pasivo (Magia de Luz): 5 puntos
[2] Habilidad pasiva racial: Don Mágico: 5 puntos
[3] Encantamiento pasivo del Alfanje de los esqueletos: 5 puntos
[4] Habilidad pasiva de nivel 1 - La Danza del Aire: 5 puntos
[5] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Ingela)(Habilidad Nivel 1): 10 puntos
[6] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Hazel)(Espada + Anillo mágico): 10 puntos
[7] Habilidad pasiva racial: Telequinesis: 5 puntos
[8] Usar un objeto consumible o con cargas (Restaurador Mágico): 20 puntos
[9] Usar una habilidad ofensiva junto al ataque de otro personaje (Ingela)(Telequinesis de apoyo al objeto ofensivo de Ingela): 10 puntos
En total: 75 puntos.
La espada imbuida en luz por el anillo mágico [1] y la telequinesis [7], salen anteriormente en el post por atrezo y demás. Por dejarlo bonito y quizás soltar un chiste de espadas (?). Pero en ayudas, tanto de protección como de ataque, solo las utilizo una vez.
Gasto el Restaurador Mágico para recuperar un uso de mi habilidad de nivel 3 - La Herida del Viento. Utilizada en el post anterior para ataque conjunto junto a Destino ^^
Unas manos juguetonas se antojaba un mal menor cuando habías estado a punto de pintar el suelo con el líquido que fluía por tus venas.
- ¿El bebé barbudo? ¿Qué bebé barbudo? - preguntó, sin bajar la guardia ni la defensa mágica que los protegía.
Una bebé con barba tenía tanto sentido como un techo que se volvía suelo… Quizás, pensándolo mejor, existía la posibilidad de un bebé barbudo en aquel loco y mágico mundo.
Sin embargo, ni este narrador, ni el buen brujo, pudo pensar demasiado en ello. El suelo en el que se asentaban los pies del mercenario se convirtió, de un momento para otro, en un jugo viscoso. No era agua, pero tampoco nada reconocible por el guerrero.
En lo único que pudo pensar el hechicero, antes de ser engullido por la total oscuridad, fue en las historias de los aventureros y comerciantes que atravesaban el arenal, y contaban historias de arenas que podían atraparte y llevarte a un atroz final sepultado en vida.
Pero no, ni siquiera aquellas historias se asemejaban a lo que acababa de experimentar.
- Las arenas movedizas no pueden ser tan asquerosas-, se dijo a sí mismo, mientras se quitaba un guante, bajando el brazo después de atrapar una punta de acero con los dientes.
Nada más hacerlo, el brujo prosiguió a retirar los restos del “jugo”, o lodo, que acababa de atravesar, que habían quedado depositados bajo su nariz y sobre los párpados de sus ojos cerrados. Que no tardó en tirar con fuerza a su lado, mientras se encontraba con una rodilla anclada al suelo, recuperando el aliento.
- Definitivamente, ni encontrar la muerte sepultado por arena, puede saber tan vomitivo-, murmuró antes de escupir, tras recuperar con su mano, ahora libre de porquería, el guante manchado que había atrapado con su boca. - Ni tampoco dan segundas oportunidades-, comentó finalmente, echando un ojo a su alrededor. Viendo por primera vez el otro ¿lado?
«¿Qué cojones es esto? ¿Otra puta prueba?», pensó irguiéndose para mirar mejor el entorno que lo rodeaba. Un bosque. Agua. Un lugar idílico si pudiera ver más allá de la punta de su espada. La de acero, mal pensados, la que sostenía con su mano diestra para iluminar el camino.[1]
En cualquier caso, mentes calenturientas a un lado, Vincent había visto todo lo que necesitaba por ahora del entorno. Por lo demás, la experiencia no había sido la mejor de su vida, pero... ¡Hey!, aún seguía vivo. Eso era de primero de cátedra para el ánimo de cualquier superviviente.
- Mejor segundas oportunidades que ninguna-, se dijo, apoyando de nuevo la rodilla izquierda sobre al agua.
Mil visiones pasaron por su cabeza. Desde que el agua de aquel misterioso ¿río? ¿estanque?, le derritiera las manos, hasta que del fondo del líquido saliera un nuevo monstruo dispuesto a partirle todos los huesos del cuerpo. Más, al final se atrevió y recogió un poco con sus manos para limpiarse un poco la cara, las manos y guantes. Después de todo, todo el suelo parecía empantanado allá donde pisara, así que si no había pasado nada bajo sus pies, la lógica le decía que tampoco pasaría nada si se agachaba a limpiarse.
- No sigas, Vincent Calhoun, es peligroso, quédate con nosotros.
El brujo dio un respingo y dejó de limpiarse, mientras miraba en derredor.
- ¿Quién va? - preguntó serio, y sin perder tiempo se enfundó los guantes de nuevo, se colocó su anillo sobre la diestra y retomó su arma. - ¿Qué es peligroso?
«¿Lavarse? Este debe ser el monstruo más guarro que he conocido»
- ¿Aquí estaré a salvo?
«Pero si de momento no me voy a ninguna parte»
- ¿Además de guarro eres idiota? - se mofó, intentando alcanzar el lugar desde el que se escuchaba el sonido de la voz.
Quizás si lo retaba un poco, el hechicero podría averiguar si la voz provenía de algún aliado o enemigo. En cualquier caso, por ahora solo sabía que no era de ninguna de las personas que lo habían acompañado hasta ese momento. Era alguien nuevo.
Tal vez más de una persona, pues las voces eran distintas pero al mismo tiempo... eran tan similares. Ahora que Vinc lo pensaba con mayor detenimiento, las voces eran tan atrayente como dispersas. Era como si estuvieran en todas partes y, al mismo tiempo, en ninguna en concreto. Es decir, no era como si las personas estuvieran en distintas zonas del salón, cómo sería lógico pensar, sino que sus voces, cuando hablaban, se escuchaban desde todas partes, y desde ningún sitio en particular. ¿Hablaban por medio de algún tipo de hechizo?
«¿Ventanas?», el interior de su ser se preguntó extrañado, y a lo lejos, por fin pudo apreciar algo que se distinguía, destacando por encima de todo lo demás.
- Ah, ya veo-, dijo para sí mismo, encontrando aquella puerta de lo más interesante, imbuida por algún tipo de hechizo, igual que el orbe que estaba justo encima de ella, en su marco de piedra.[2]
El brujo había estado muy gustoso de hacer caso a la sedosa voz que le hablaba, sin embargo…
- Lo siento, amiga. Me encantaría quedarme contigo pero tengo una hija a la que mimar y cuidar-, contestó burlón, girando sobre sí mismo y guiñandole un ojo hacia un lugar cualquiera del bosque. - Además, si no llego a la hora de cenar, Níniel hará parecer esta torre un juego de niños-, bromeó al final.
El mercenario se había apoyado en recuerdos de él, en el lazo que lo unían a sus seres queridos, para que su voluntad soportara la embestida de la magia.
Ello, unido a dragonas que no apreciaban su vida, despertaba del embotamiento a cualquiera que se precie.
Vinc se cambió el arma de mano con rapidez y la convirtió en una garra sobre su mano zurda[3]. Y, no con menos velocidad, se acercó a la dragona para darle unos golpes con la palma de su garra en sus escamas, para llamar su atención.
- ¡Eh! ¡Loca! ¿Adónde vas? - esta vez llamó la atención con su voz, al mismo tiempo que tiraba de su cola hacia atrás ayudado por un impulso de su magia[4][5]
Después de aquellas ortodoxas llamadas de atención, la dragona pareció recuperar la compostura y se salvó por escama de dragón, como se diría en aquella ocasión, tal vez. Y el brujo pudo asistir a lo que era ¿una sonrisa?
- Para eso estamos-, contestó al gesto de la dragona.
Que si bien no podía asegurar de si se trataba de agradecimiento o de que tenía hambre de rubios, dedujo que sería lo primero. Pues… ¡Joder, a todo el mundo le encantaba seguir vivo!
- Creo que la salida está por…
Pero antes de que el brujo pudiera terminar la frase, la dragona lo alzó por los aires con sus garras.
«Quizás sí quiera comerme, después de todo estoy sabroso», pensó, pero no tardó en ver como las ramas retomaban el ataque tras el inicio del vuelo de la dragona.
- Muchas gracias-, le dijo, justo antes de salir volando en dirección hacia el maravilloso y mojado suelo.
Vincent hizo lo que pudo con su magia, al verse girando sin control por el aire, pero ello sólo sirvió para caer de forma menos aparatosa contra el suelo, pero no le valió para evitar darse un golpe en el proceso.
- De veras. Muchas gracias-, manifestó con sorna, de culo sobre el agua, salpicando parte del líquido con un movimiento de su brazo.
Sin embargo, en aquella torre, sin importar el tipo de prueba que te impusiera cada sala, no había tiempo para el respiro.
El brujo se irguió en cuanto vio el peligro en el que se hallaba la dragona y se encaminó hacia ella a toda velocidad. Por fortuna, pudo ver como otro de los aventureros aparecía en escena para ayudarla, pues a él aún le quedaban unos metros para llegar hasta ella.
Con otro impulso de aire, el rubio mercenario recortó los últimos metros y, cambiando la garra de forma, dio un tajo de luz con su espada mágica hacia las ramas que atacaban por retaguardia al buen elfo.[1][6]
- De nada. Yo la salvo. Ella me salva. Tú la salvas. Nosotros nos salvamos-, comentó en broma, pero sin bajar la guardia. - Pero será mejor que nos alejemos de las ramas. Este maldito bosque no nos dejará respirar si permanecemos aquí-, los apremió a apartarse.
En cuanto se alejaron del peligroso bosque, el elfo hizo un comentario de lo más acertado.
- Sí, debe ser la salida y estoy de acuerdo en que el orbe encima de él es un peligro para la magia y gente como nosotros-, contestó, sintiéndose más extraño, ahora que se encontraba un poco más a la puerta desde la vez que la mirarse de lejos. - Bueno, si ese orbe atrae la magia será sencillo. Me valdrá con un hechizo muy simple. ¡Y por qué cojones vas…!
Pero en vez de terminar la frase, el brujo se giró y dio el espacio de intimidad que la joven dama requería.
De todas maneras, semidesnudos aparte, el mercenario se centró en lo que necesitaba para el hechizo. Primero se quitó el anillo y guante de mano diestra, y los dejó en el aire por medio de su magia.[7] Luego atrajo con esa misma magia el estilete del interior de su bota y tomó la bola explosiva, que le tendiera la dragona, con mano zurda. Por supuesto, sin mirar hacia ella.
- Vaya, no recordaba llevar esto encima-, comentó, agarrando una especie de dulce pequeño, que se alzó de su bota pegado en la empuñadura del arma. - Supongo que se me caería ahí cuando desayuné en la posada-, dijo, quitándole importancia y echándoselo a la boca con la mano libre.[8] - Por dónde iba. Ah, sí-, mentó, masticando el dulce. - Pues está bueno, hasta me siento más en forma. La de cosas sencillas que nos fortalece, ¿verdad? - comentó, cual plática ligera, haciéndose el loco por lo que acababa de pasar con la vestimenta de la chica, mientras dejaba que la bomba se quedara suspendida en el aire con el resto de cosas que flotaban en el aire por arte de magia.
Con la ahora libre mano zurda, agarró la empuñadura del estilete y se pinchó la punta del dedo índice, de la otra mano, con la punta del acero.
Sin más dilación, el brujo hizo regresar el estilete a la vaina, escondida en el interior de la caña de su bota, por medio de la telequinesis, una vez más. Tomó por segunda ocasión el orbe explosivo con mano izquierda, y comenzó a inscribir un glifo sobre la superficie esférica de la bomba alquímica con la sangre de su dedo herido. Una sangre cargada de éter de buen sureño, como no. Con unos movimientos seguros preparó el hechizo que terminó cuando inscribió una palabra en lenguaje dragón bajo la runa.
- Listo-, dijo, devolviéndole la bola a la mujer, sin mirar hacia ella gracias a sus poderes raciales.
Mientras la bola se deslizaba con delicadeza por el aire, Vincent creó una chispa de fuego y quemó con suavidad la punta de su dedo para cauterizar la pequeña herida. Finalmente se enfundó el guante y regresó el anillo a su lugar correspondiente.
Todo a tiempo de ver como la bola se dirigía hacia el orbe, en cuánto levantó la cabeza en dirección hacia la puerta.
Vinc medio sonrió, antes de pronunciar una palabra que iluminó la bomba y la rodeó de luz. Si aquella piedra absorbía magia, atraería a la bomba hacia ella.
«Pero solo por si acaso»
- Pan comido-, mentó, chasqueando los dedos.
Su magia telequinética volvió a salir a escena en aquella obra de teatro. Si bien, no era experto en dicha escuela, no se necesitaban muchas dotes para redireccionar una bomba tan pequeña hacia la piedra devoradora de éter, que ya de por sí llevaba la fuerza del lanzamiento sobre ella.[7][9]
Offrol
____________________________________________________________________________
____________________________________________________________________________
[1] Anillo con encantamiento o efecto pasivo (Magia de Luz): 5 puntos
[2] Habilidad pasiva racial: Don Mágico: 5 puntos
[3] Encantamiento pasivo del Alfanje de los esqueletos: 5 puntos
[4] Habilidad pasiva de nivel 1 - La Danza del Aire: 5 puntos
[5] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Ingela)(Habilidad Nivel 1): 10 puntos
[6] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Hazel)(Espada + Anillo mágico): 10 puntos
[7] Habilidad pasiva racial: Telequinesis: 5 puntos
[8] Usar un objeto consumible o con cargas (Restaurador Mágico): 20 puntos
[9] Usar una habilidad ofensiva junto al ataque de otro personaje (Ingela)(Telequinesis de apoyo al objeto ofensivo de Ingela): 10 puntos
En total: 75 puntos.
La espada imbuida en luz por el anillo mágico [1] y la telequinesis [7], salen anteriormente en el post por atrezo y demás. Por dejarlo bonito y quizás soltar un chiste de espadas (?). Pero en ayudas, tanto de protección como de ataque, solo las utilizo una vez.
Gasto el Restaurador Mágico para recuperar un uso de mi habilidad de nivel 3 - La Herida del Viento. Utilizada en el post anterior para ataque conjunto junto a Destino ^^
Vincent Calhoun
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
La (sorprendente) tranquilidad que sentía Ryuu al encontrarse a lomos de un dragón que le permitiría evitar una nada bonita caída se esfumó en cuanto se vio separado de su compañera. En un intento de evadir un grupo de aquellas extrañas manos, Ingela cayó víctima de otras pétreas extremidades, lo que provocó que el ave saliese volando... Y no de la forma que él deseaba.
Se acercaba a velocidades peligrosas hacia el techo/suelo y cuando finalmente impactó contra él, el arquero se sorprendió al notar que la superficie no era exactamente sólida. Era similar al lodo, por lo que la caída no fue tan dolorosa como esperaba. Lo último que sintió antes de desvanecerse fue un fuerte golpe en la nuca, como si algo le hubiera caído encima.
La anaranjada luz de las llamas lo rodeaba, inundando aparentemente todo el espacio. Allí donde dirigía la vista, las lenguas de fuego contrastaban con el negro cielo sin estrellas, interrumpido ocasionalmente por densas columnas de humo. Una extraña máscara, quemada de tal forma que la mitad ya se había vuelto cenizas, se encontraba a su lado. Ryuu podía sentir el calor sobre su piel, insoportable, doloroso, pero no era eso su mayor preocupación, sino algo más. El vacío que sentía por lo que sabía que había perdido se mezclaba con la negación y la desesperación por ir a rescatar aquello tan importante. Empezó a correr hacia las llamas, sin saber bien dónde o qué era lo que debía salvar. No pasó mucho tiempo antes de que las quemaduras y el dolor obligaran al arquero a caer una vez más. Intentó ponerse de pie, pero las piernas ya no le respondían debido al daño.
-Escapa, de prisa, el camino está afuera.-
Abriendo los ojos lentamente, Ryuu vio un paisaje muy diferente. No había fuego, sino un bosque de aspecto bastante siniestro y parcialmente inundado. Aún en el suelo, aturdido por la caída y aquél raro sueño, se limpió las lágrimas que aparecieron sin explicación. Pasó un rato sin moverse, pensando en el vacío provocado por el fuego.
-No hay salida, no hay salida, nunca saldremos de este lugar.-
A medida que pasaba el tiempo y las voces de aquel bosque hablaban más, es sensación volvió a hacerse presente. Como si lo hubiera perdido todo y ya no valiese la pena seguir. Se trataba de algo bastante similar a lo que sintió cuando su padre murió, pero aún peor.
-Morir no es lo peor que puede pasarte.-
-Cierto. Ver morir a alguien querido mientras tú no puedes hacer nada, y luego seguir con tu vida es mucho peor...-
El arquero cerró los ojos.
Reaccionó repentinamente, al notar que la presión en sus pies poco a poco avanzaba hacia sus piernas. Al observar con atención, vio unas delgadas ramas rodeando la parte inferior de su cuerpo, como si una soga con vida propia lo estuviese atando. Sin perder tiempo, Ryuu usó sus garras para soltarse con algo de esfuerzo1. Una vez libre, tomó el artilugio con forma de guante que estaba a su lado (-¿Fue eso lo que me golpeó la cabeza antes de desmayarme?-), se puso de pie y miró los alrededores. No conocía el lugar y no había ningún detalle o punto de interés para guiarse, lo cual complicaba bastante localizar a sus compañeros. Por si acaso, y esperando que no le jugara en contra como en ocasiones previas, decidió disparar una flecha a lo alto y activar la runa de señal2.
Esperó un rato, en vano. Había descubierto que las ramas lo atacaban o intentaban atraparlo cuando avanzaba hacia una dirección en particular. Las voces empezaban a aturdirlo, debido a su insistencia y a su creciente número. Pocas veces había odiado tanto su buen oído. Tratando de ignorar al bosque, el arquero observó atentamente en la dirección a la que los árboles no querían que se acercara3. En la distancia vio una especie de portal con un extraño objeto encima. Le resultaba vagamente familiar, pero no podía asegurar por qué.
Poco después, apareció el elfo peliblanco. Ryuu lo saludó sin ganas y le comentó lo que había descubierto.
-Los árboles no quieren que vayamos en esa dirección, así que supongo que esa es nuestra salida.-
Al escuchar la explicación sobre el cristal que coronaba la puerta, el ave entendió que deberían destruirlo de alguna forma para que el elfo pudiera usar sus habilidades normalmente. Al no estar ligado al éter, Ryuu no sé veía afectado por la falta del mismo. Sin embargo, su fatiga mental era alta debido a la influencia de las voces del bosque.
La idea de Rauko alegró por un momento al arquero, pero pronto se le borró la sonrisa al oír que necesitaba recuperar energías. No sabía cómo podría ayudar con eso, ya que las pociones que tenía encima solo servían para sanar heridas. El pájaro empezó a buscar en sus bolsillos (considerando seriamente la necesidad de adquirir luego un bolso) hasta que encontró un frasquito que no reconocía. Creyendo que su compañero quizá conociera las propiedades del brebaje, le mostró el objeto mientras le preguntaba.
-Oye, ¿sabes qué puede ser est...?-
Ni siquiera terminó la frase, ya que el elfo le quitó la bebida y se la comió (por muy extraño que suene eso), ante la sorpresa de Ryuu4,5. No parecía haber ningún problema, e incluso había recuperado suficiente energía como para volver a encantarle la saeta6.
Ya tenían la estrategia para salir de ese lugar, si es que no se encontraban con alguna otra sorpresa más tarde. Lo que no tenían era la fuerza necesaria para hacerlo. El elfo a su lado parecía a punto de caer rendido, y el ave no estaba en mucho mejor estado. Al final, cerró los ojos sabiendo que si lo hacía era casi seguro que no podría volver a abrirlos. No es que se hubiese rendido, sino que no podía evitarlo; el agotamiento era demasiado grande.
Justo antes de que sus párpados cayeran del todo, escuchó repetitivo chapoteo que se acercaba. Apenas giró un poco la cabeza para ver a la niña con su inseparable mascota. Un rastro de alivio pasó por la mente de Ryuu, alegre de ver que estaban aún a salvo, pero pronto se dio cuenta que ella estaba tan atrapada como ellos.
Escuchó cómo la chica rebuscaba en su bolso y parecía escribir algo. Llamó al elfo y le mostró algo, luego hizo lo mismo con el hombre bestia. Era una runa que ya había visto tiempo atrás, en las ruinas de su bosque, aunque no recordaba su significado. De repente, el elfo parecía haber recuperado sus energías, atacando a los molestos árboles que se acercaban al grupo. Sin duda, la joven bruja tenía algo que ver en eso.
A continuación, la chica miró a los ojos al ave. Por alguna razón, no podía contradecir sus palabras, como si supiera que no había forma de que ella estuviera equivocada7. Con renovada seguridad en sí mismo, Ryuu apuntó hacia el cristal que corona a la salida. Esperó unos segundos, sintiendo el constante ritmo de sus latidos. Soltó la cuerda justo cuando su corazón guardaba un momentáneo silencio, liberando la flecha que dejaba un rastro brillante al acercarse a su objetivo8.
Offrol:
Se acercaba a velocidades peligrosas hacia el techo/suelo y cuando finalmente impactó contra él, el arquero se sorprendió al notar que la superficie no era exactamente sólida. Era similar al lodo, por lo que la caída no fue tan dolorosa como esperaba. Lo último que sintió antes de desvanecerse fue un fuerte golpe en la nuca, como si algo le hubiera caído encima.
La anaranjada luz de las llamas lo rodeaba, inundando aparentemente todo el espacio. Allí donde dirigía la vista, las lenguas de fuego contrastaban con el negro cielo sin estrellas, interrumpido ocasionalmente por densas columnas de humo. Una extraña máscara, quemada de tal forma que la mitad ya se había vuelto cenizas, se encontraba a su lado. Ryuu podía sentir el calor sobre su piel, insoportable, doloroso, pero no era eso su mayor preocupación, sino algo más. El vacío que sentía por lo que sabía que había perdido se mezclaba con la negación y la desesperación por ir a rescatar aquello tan importante. Empezó a correr hacia las llamas, sin saber bien dónde o qué era lo que debía salvar. No pasó mucho tiempo antes de que las quemaduras y el dolor obligaran al arquero a caer una vez más. Intentó ponerse de pie, pero las piernas ya no le respondían debido al daño.
-Escapa, de prisa, el camino está afuera.-
Abriendo los ojos lentamente, Ryuu vio un paisaje muy diferente. No había fuego, sino un bosque de aspecto bastante siniestro y parcialmente inundado. Aún en el suelo, aturdido por la caída y aquél raro sueño, se limpió las lágrimas que aparecieron sin explicación. Pasó un rato sin moverse, pensando en el vacío provocado por el fuego.
-No hay salida, no hay salida, nunca saldremos de este lugar.-
A medida que pasaba el tiempo y las voces de aquel bosque hablaban más, es sensación volvió a hacerse presente. Como si lo hubiera perdido todo y ya no valiese la pena seguir. Se trataba de algo bastante similar a lo que sintió cuando su padre murió, pero aún peor.
-Morir no es lo peor que puede pasarte.-
-Cierto. Ver morir a alguien querido mientras tú no puedes hacer nada, y luego seguir con tu vida es mucho peor...-
El arquero cerró los ojos.
Reaccionó repentinamente, al notar que la presión en sus pies poco a poco avanzaba hacia sus piernas. Al observar con atención, vio unas delgadas ramas rodeando la parte inferior de su cuerpo, como si una soga con vida propia lo estuviese atando. Sin perder tiempo, Ryuu usó sus garras para soltarse con algo de esfuerzo1. Una vez libre, tomó el artilugio con forma de guante que estaba a su lado (-¿Fue eso lo que me golpeó la cabeza antes de desmayarme?-), se puso de pie y miró los alrededores. No conocía el lugar y no había ningún detalle o punto de interés para guiarse, lo cual complicaba bastante localizar a sus compañeros. Por si acaso, y esperando que no le jugara en contra como en ocasiones previas, decidió disparar una flecha a lo alto y activar la runa de señal2.
Esperó un rato, en vano. Había descubierto que las ramas lo atacaban o intentaban atraparlo cuando avanzaba hacia una dirección en particular. Las voces empezaban a aturdirlo, debido a su insistencia y a su creciente número. Pocas veces había odiado tanto su buen oído. Tratando de ignorar al bosque, el arquero observó atentamente en la dirección a la que los árboles no querían que se acercara3. En la distancia vio una especie de portal con un extraño objeto encima. Le resultaba vagamente familiar, pero no podía asegurar por qué.
Poco después, apareció el elfo peliblanco. Ryuu lo saludó sin ganas y le comentó lo que había descubierto.
-Los árboles no quieren que vayamos en esa dirección, así que supongo que esa es nuestra salida.-
Al escuchar la explicación sobre el cristal que coronaba la puerta, el ave entendió que deberían destruirlo de alguna forma para que el elfo pudiera usar sus habilidades normalmente. Al no estar ligado al éter, Ryuu no sé veía afectado por la falta del mismo. Sin embargo, su fatiga mental era alta debido a la influencia de las voces del bosque.
La idea de Rauko alegró por un momento al arquero, pero pronto se le borró la sonrisa al oír que necesitaba recuperar energías. No sabía cómo podría ayudar con eso, ya que las pociones que tenía encima solo servían para sanar heridas. El pájaro empezó a buscar en sus bolsillos (considerando seriamente la necesidad de adquirir luego un bolso) hasta que encontró un frasquito que no reconocía. Creyendo que su compañero quizá conociera las propiedades del brebaje, le mostró el objeto mientras le preguntaba.
-Oye, ¿sabes qué puede ser est...?-
Ni siquiera terminó la frase, ya que el elfo le quitó la bebida y se la comió (por muy extraño que suene eso), ante la sorpresa de Ryuu4,5. No parecía haber ningún problema, e incluso había recuperado suficiente energía como para volver a encantarle la saeta6.
Ya tenían la estrategia para salir de ese lugar, si es que no se encontraban con alguna otra sorpresa más tarde. Lo que no tenían era la fuerza necesaria para hacerlo. El elfo a su lado parecía a punto de caer rendido, y el ave no estaba en mucho mejor estado. Al final, cerró los ojos sabiendo que si lo hacía era casi seguro que no podría volver a abrirlos. No es que se hubiese rendido, sino que no podía evitarlo; el agotamiento era demasiado grande.
Justo antes de que sus párpados cayeran del todo, escuchó repetitivo chapoteo que se acercaba. Apenas giró un poco la cabeza para ver a la niña con su inseparable mascota. Un rastro de alivio pasó por la mente de Ryuu, alegre de ver que estaban aún a salvo, pero pronto se dio cuenta que ella estaba tan atrapada como ellos.
Escuchó cómo la chica rebuscaba en su bolso y parecía escribir algo. Llamó al elfo y le mostró algo, luego hizo lo mismo con el hombre bestia. Era una runa que ya había visto tiempo atrás, en las ruinas de su bosque, aunque no recordaba su significado. De repente, el elfo parecía haber recuperado sus energías, atacando a los molestos árboles que se acercaban al grupo. Sin duda, la joven bruja tenía algo que ver en eso.
A continuación, la chica miró a los ojos al ave. Por alguna razón, no podía contradecir sus palabras, como si supiera que no había forma de que ella estuviera equivocada7. Con renovada seguridad en sí mismo, Ryuu apuntó hacia el cristal que corona a la salida. Esperó unos segundos, sintiendo el constante ritmo de sus latidos. Soltó la cuerda justo cuando su corazón guardaba un momentáneo silencio, liberando la flecha que dejaba un rastro brillante al acercarse a su objetivo8.
Offrol:
- 75 Puntos:
¹ Pasiva racial: Ventajas animales +5
² Encantamiento: flechas de señal +5
³ Pasiva racial: Sentidos bestiales +5
⁴ Consumible: Restaurador mágico +20
5 Ayudar a un compañero (Rauko) +10
6 Recibir ayuda de un compañero (Rauko): +10
7 Recibir ayuda de un compañero (Maga): +10
8 Atacar el cristal +10
- Inventario:
Arco superior con encantamiento "Flechas de señal"
Cuchillas arrojadizas superiores x4
Carcaj ligero
Vínculo de sangre mayor
Jugo de visión nocturna (limitado, 1/2 usos)
Poción de salud diluidax2x1 (limitado, 1 uso)
Poción de salud x2* (limitado, 1 uso)
Polvo de hadas x2 (consumible)Chocolate del equinoccio (consumible)
Bomba floral x2 (consumible)
Guante arpón** (arma, limitado, 1 uso)Restaurador Mágico*** (Consumible)
*Una de las pociones es la recompensa del piso 2.
**Recompensa del piso 5.
***Recompensa del piso 6
Shinoroa Ryuu
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Triple amenaza...
Algo en la torre trataba de convertirlos en huéspedes permanentes, afortunadamente habían conseguido sobreponerse gracias a las palabras de algunos, aunque quién sabe por cuánto tiempo. Con algo de estrategia y trabajo de equipo habían conseguido destruir el cristal que explotó en decenas de pequeños y poderosos fragmentos hacia todas direcciones, dejando libre el paso hacia el pequeño portal que custodiaba, y por donde los visitantes podrían atravesar sin problemas.
No obstante, el reencuentro al otro lado del portal no sería tan sencillo como podrían esperar, aunque podrían ver a sus compañeros y estaban aparentemente juntos en la misma sala, notarían que no era posible interactuar con ellos o escucharlos. La sala en la que se encontraban era enorme, con grandes ventanas en los lados que mostraban un cielo tormentoso en el exterior, pero con algunos detalles que diferenciaban el escenario de cada equipo.
Silencio y calor, eso encontrarían Ryuu, Rauko y Maga, quienes seguían siendo parte del mismo equipo y que enfrentarían un enorme problema, literalmente. El suelo arenoso de su versión de la sala se movía, un misterioso bulto parecía ir y venir hasta que finalmente se mostró acompañado de un estridente alarido. Se trataba nada menos que de una Caridea, una especie de gusano enorme que podría aparecer en cualquier momento bajo sus pies y volver a esconderse de prisa, dibujando enormes agujeros en el suelo.
Un instante más tarde entraría en escena el equipo de Valyria, Reike y Destino. Quienes podrían ver a sus compañeros del otro grupo luchando con la enorme bestia pero no podrían ayudarles, al menos no directamente, pues tendrían que enfrentar una amenaza diferente. Bajo sus pies, las hojas y el suelo húmedo harían sentir a los elfos como en casa, parecían estar en una especie de bosque, pero no uno amigable como quizá podrían esperar. No tardaron en aparecer ante ellos varias plantas que intentaban devorarlos. Los filosos colmillos de estas plantas eran capaces de derretir cualquier coraza en apenas unos instantes, pero no era la peor de las amenazas en el lugar. Aquellas plantas eran controladas por una Mashari Bouta que trataba de mantenerse oculta para atraparlos por sorpresa.
Rápidamente entrarían en escena los últimos en llegar, se trataba de Ingela, Vincent y Hazel, para quienes el escenario sería bastante diferente a los anteriores. Un piso de piedra roja y humeante cual terreno volcánico, sumado a un aire más denso y caluroso. Y si bien, dos de estos guerreros estaban familiarizados con el fuego, se enfrentarían a algo que más que controlar el fuego, estaba casi formado de ello. Un furioso y amenazante Zezengorri fijó la vista en ellos cuando apenas entraron a la sala. Podrían ver a sus compañeros en peligro, pero nada podrían hacer sin antes librarse del toro de fuego cuyas pisadas hacían arder cualquier tipo de vegetación.
∞ Por la ronda anterior, podrán tomar uno de los pequeños fragmentos del cristal, y al ligarlo a un arma o armadura podrán elegir aplicarles permanentemente uno de los siguientes encantamientos:
Anulación arcana [Encantamiento de Armadura/Escudo] Una vez por tema, al recibir un ataque físico, anula por dos turnos los encantamientos del arma con la que fue impactado.
Impacto oscuro [Encantamiento de Arma] Al golpear a un enemigo, el arma libera una descarga de energía que afecta al siguiente enemigo más cercano, generando un daño leve.
Castigo de piedra [Encantamiento de Arma] Al golpear, se generará una delgada pero moderadamente pesada capa de piedra sobre la zona del impacto, por 30 segundos.
Penitencia [Encantamiento de Arma] Aumenta levemente el peso del objeto al que se golpea. El efecto en cada golpe desaparece luego de 60 segundos.
Reflejo de espinas [Encantamiento de Armadura/Escudo] Al recibir ataques, desprende pequeñas y filosas espinas de energía hacia el adversario, haciendo daño leve.
∞ En este turno se encuentran de nuevo juntos, pero no revueltos, pues conservan los mismos grupos de la ronda anterior, su ubicación es la misma sala, pero esta se verá diferente para cada grupo, no pueden escuchar o tocar a sus compañeros de otros grupos o ser afectados por la amenaza que ellos enfrentan, pero sí podrán verlos y tal vez, tratar de comunicarse de otras formas.
∞ Por otra parte, como ya les he indicado en el post, pero me permito resaltarles (no porque desconfíe de sus capacidades deductivas), Las tres criaturas tampoco interactúan entre ellas, pero sí lo hacen sus efectos (plantas venenosas, fuego de pisadas, agujeros). Quedará de su parte saber usar esto para salir victoriosos.
∞ Información importante de interés: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] - [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] - [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
∞ Para superar este primer piso deben obtener una de las puntuaciones citadas a continuación:
• 80 pts: Victoria Perfecta, obtienes un Consumible.
• 70 pts: Victoria, pero recibes una herida leve que debe ser sanada en la siguiente ronda, si no es sanada se convertirá en una Herida Maldita.
• 60 pts: Victoria, pero recibes una Herida Maldita que no puede ser sanada con habilidades u objetos comunes y resta 10 puntos en cada ronda. (Se acumula hasta 3 veces)
• Menos de 60 pts: Eliminación directa. (No responder antes del fin del plazo también significará la eliminación directa).
∞ Escala de premios:
Piso 01: Derecho a vivir.
Piso 02: Consumible (Poción de salud).
Piso 03: Consumible (Copiar la misma suerte en runas de algún compañero).
Piso 04: Limitado + 100 aeros + 5 puntos de experiencia.
Piso 05: Consumible (Restaurar un uso de habilidad de nivel 4 o menor).
Piso 06: Encantamiento
Piso 07: Consumible (Sana una herida maldita).
Piso 08: Material épico + 100 aeros + 5 puntos de experiencia.
Piso 09: ¿?
En este desafío no hay orden de posteo.
Cada usuario debe añadir un offrol al final de su respuesta, con las habilidades u objetos usados y la suma de puntos de los mismos.
Podrán responder al desafío hasta el 17 de junio.
No obstante, el reencuentro al otro lado del portal no sería tan sencillo como podrían esperar, aunque podrían ver a sus compañeros y estaban aparentemente juntos en la misma sala, notarían que no era posible interactuar con ellos o escucharlos. La sala en la que se encontraban era enorme, con grandes ventanas en los lados que mostraban un cielo tormentoso en el exterior, pero con algunos detalles que diferenciaban el escenario de cada equipo.
Silencio y calor, eso encontrarían Ryuu, Rauko y Maga, quienes seguían siendo parte del mismo equipo y que enfrentarían un enorme problema, literalmente. El suelo arenoso de su versión de la sala se movía, un misterioso bulto parecía ir y venir hasta que finalmente se mostró acompañado de un estridente alarido. Se trataba nada menos que de una Caridea, una especie de gusano enorme que podría aparecer en cualquier momento bajo sus pies y volver a esconderse de prisa, dibujando enormes agujeros en el suelo.
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Un instante más tarde entraría en escena el equipo de Valyria, Reike y Destino. Quienes podrían ver a sus compañeros del otro grupo luchando con la enorme bestia pero no podrían ayudarles, al menos no directamente, pues tendrían que enfrentar una amenaza diferente. Bajo sus pies, las hojas y el suelo húmedo harían sentir a los elfos como en casa, parecían estar en una especie de bosque, pero no uno amigable como quizá podrían esperar. No tardaron en aparecer ante ellos varias plantas que intentaban devorarlos. Los filosos colmillos de estas plantas eran capaces de derretir cualquier coraza en apenas unos instantes, pero no era la peor de las amenazas en el lugar. Aquellas plantas eran controladas por una Mashari Bouta que trataba de mantenerse oculta para atraparlos por sorpresa.
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Rápidamente entrarían en escena los últimos en llegar, se trataba de Ingela, Vincent y Hazel, para quienes el escenario sería bastante diferente a los anteriores. Un piso de piedra roja y humeante cual terreno volcánico, sumado a un aire más denso y caluroso. Y si bien, dos de estos guerreros estaban familiarizados con el fuego, se enfrentarían a algo que más que controlar el fuego, estaba casi formado de ello. Un furioso y amenazante Zezengorri fijó la vista en ellos cuando apenas entraron a la sala. Podrían ver a sus compañeros en peligro, pero nada podrían hacer sin antes librarse del toro de fuego cuyas pisadas hacían arder cualquier tipo de vegetación.
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∞ Por la ronda anterior, podrán tomar uno de los pequeños fragmentos del cristal, y al ligarlo a un arma o armadura podrán elegir aplicarles permanentemente uno de los siguientes encantamientos:
Anulación arcana [Encantamiento de Armadura/Escudo] Una vez por tema, al recibir un ataque físico, anula por dos turnos los encantamientos del arma con la que fue impactado.
Impacto oscuro [Encantamiento de Arma] Al golpear a un enemigo, el arma libera una descarga de energía que afecta al siguiente enemigo más cercano, generando un daño leve.
Castigo de piedra [Encantamiento de Arma] Al golpear, se generará una delgada pero moderadamente pesada capa de piedra sobre la zona del impacto, por 30 segundos.
Penitencia [Encantamiento de Arma] Aumenta levemente el peso del objeto al que se golpea. El efecto en cada golpe desaparece luego de 60 segundos.
Reflejo de espinas [Encantamiento de Armadura/Escudo] Al recibir ataques, desprende pequeñas y filosas espinas de energía hacia el adversario, haciendo daño leve.
∞ En este turno se encuentran de nuevo juntos, pero no revueltos, pues conservan los mismos grupos de la ronda anterior, su ubicación es la misma sala, pero esta se verá diferente para cada grupo, no pueden escuchar o tocar a sus compañeros de otros grupos o ser afectados por la amenaza que ellos enfrentan, pero sí podrán verlos y tal vez, tratar de comunicarse de otras formas.
∞ Por otra parte, como ya les he indicado en el post, pero me permito resaltarles (no porque desconfíe de sus capacidades deductivas), Las tres criaturas tampoco interactúan entre ellas, pero sí lo hacen sus efectos (plantas venenosas, fuego de pisadas, agujeros). Quedará de su parte saber usar esto para salir victoriosos.
∞ Información importante de interés: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] - [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] - [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
∞ Para superar este primer piso deben obtener una de las puntuaciones citadas a continuación:
• 80 pts: Victoria Perfecta, obtienes un Consumible.
• 70 pts: Victoria, pero recibes una herida leve que debe ser sanada en la siguiente ronda, si no es sanada se convertirá en una Herida Maldita.
• 60 pts: Victoria, pero recibes una Herida Maldita que no puede ser sanada con habilidades u objetos comunes y resta 10 puntos en cada ronda. (Se acumula hasta 3 veces)
• Menos de 60 pts: Eliminación directa. (No responder antes del fin del plazo también significará la eliminación directa).
- Clic para ver el sistema de puntos:
- ∞ Sistema de puntos de combate
El sistema de juegos para este desafío es bastante experimental, por lo que dejaré una explicación del mismo, y atenderé por mp las inquietudes que se vayan presentando, añadiendo las respuestas a medida que surjan.
El resultado de los combates se determinará dependiendo de la cantidad de puntos ganados durante el mismo. Los puntos se obtienen de diferentes maneras. La principal es usando habilidades y objetos.
• Usar un objeto con encantamiento o efecto pasivo: 5 pts.
• Usar una habilidad pasiva: 5 pts
• Usar encantamiento de usos limitados: 10 pts.
• Usar una habilidad activa u objeto limitado (de 2 usos): 10 pts.
• Usar una habilidad activa u objeto limitado (de 1 uso): 20 pts.
• Usar un objeto consumible o con cargas: 20 pts.
• Usar una habilidad ofensiva junto al ataque de otro personaje: 10 pts.
• Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje: 10 pts. (Aplica también para el/los personajes asistidos)
La suerte también influirá en el resultado, añadiendo o restando puntos de la siguiente manera: (Lanzar runas no es obligatorio y quedará a elección de cada usuario)
• Peor suerte: -10
• Suerte mala: -5
• Suerte neutral: 0
• Suerte buena: +10
• Mejor suerte: +20
∞ Aclaraciones finales: La sumatoria de puntos obtenidos por un personaje, le dará acceso individual a la siguiente fase, el exceso de puntos no es acumulable para la siguiente fase, por lo que resulta más importante hacer buen uso de los recursos y dejar las mejores cartas para niveles más avanzados.
Al final de cada fase, compuesta por varias rondas, se ofrecerá un monto de aeros (no acumulables entre si) que irá aumentando a medida que se incrementa la dificultad, pero cada 3 o 4 niveles se añadirán premios especiales que podrían incluir objetos consumibles o limitados, armas, encantamientos, pociones de curación, materiales épicos o ítems legendarios en los niveles más altos y complicados.
A medida que avancen las rondas, aumentará la dificultad, por lo que serán necesarios más puntos para poder avanzar. Sin embargo, solo puede haber un máximo de dos personajes eliminados por cada ronda. En caso de que haya más personajes bajo parámetros de eliminación se tomarán los siguientes criterios:
• Los dos personaje que tengan la puntuación más baja serán eliminados.
• Si los personajes tienen la misma puntuación más baja, los que hayan posteado de últimos serán eliminados.
Cada personaje que sea eliminado dejará un Orbe de Éter, a cualquier personaje que elija, de los que siguen en juego. Esto le permitirá al personaje elegido restablecer los usos de 2 habilidades o sanar una Herida Maldita.[/color]
∞ Escala de premios:
Piso 07: Consumible (Sana una herida maldita).
Piso 08: Material épico + 100 aeros + 5 puntos de experiencia.
Piso 09: ¿?
En este desafío no hay orden de posteo.
Cada usuario debe añadir un offrol al final de su respuesta, con las habilidades u objetos usados y la suma de puntos de los mismos.
Podrán responder al desafío hasta el 17 de junio.
Ansur
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Sin el cristal mágico alimentándose de su éter, encontrar la salida de aquella sala fue tarea sencilla. El bosque había parecido interminable, pero gracias a la comida y la poción que había tomado recientemente, Valeria se sentía rebosante de energía cuando atravesó el portal(0).
Por desgracia, la siguiente sala también era un cochino bosque. Aunque, al menos, no tendría que caminar hundida en agua hasta los tobillos. Aquel suelo estaba cubierto de plantas y hojarasca.
—Hey, ¿todo bien? —le preguntó a Vincent cuando lo vio entrar en la sala—, ¿dónde habéis estado vosotros?
El brujo hizo como que no la oía, lo que irritó sobremanera a Valeira, que no tenía el día para fiestas. «¡Encima que me intereso por él!». Sin embargo, no tuvo tiempo de reaccionar (ya fuera de forma madura o inmadura), ya que una planta con colmillos y mala leche se lanzó hacia ella.
Valeria saltó hacia atrás para alejarse del ataque y se encontró con otra planta igual. Volvió a saltar, impulsándose por encima de ella y, no bien tocó el suelo, saltó de nuevo para alejarse de otras dos que se abalanzaron sobre ella al mismo tiempo(1).
Sintió un ligero escozor en el muslo cuando uno de los colmillos la rozó, pero siguió alejándose para esquivar a otro de aquellos seres. Como el escozor no remitía, echó un rápido vistazo mientras saltaba de nuevo y, al ver el estado en que había quedado el pantalón y la masilla ensangrentada de debajo, estuvo apunto de perder el equilibrio.
—¡Colmillos envenenados! —gritó a quien quisiera oírlo—. ¡No dejéis que os toquen!
Sabía que la herida era grave, que el dolor le impediría continuar cuando se le pasara el efecto de la poción que había tomado. Algo para lo que no debía quedar mucho tiempo. Así que aprovechó la altura que iba ganando en cada salto para espiar desesperadamente los alrededores en busca de un área más o menos libre de plantas, en la que pudiera actuar deprisa.
Tuvo que sortear un par de hoyos para abrirse paso hacia una zona recientemente chamuscada y poco iluminada de la sala. Antes de posar un pie, ya tenía la mano metida en la bolsa. Sacó una pasta de hierbas y una venda y se la aplicó a toda velocidad(2), dirigiendo nerviosas miradas a los alrededores para evitar que la sorprendieran más de esas plantas.
Fue entonces cuando vio al desconocido. Era un hombre alto, de musculatura bien definida y, por alguna razón, estaba completamente desnudo. La miró y sonrió apaciblemente, como si no estuvieran en medio de una locura de sitio. Fue lo primero que le hizo sospechar (3), pero también se dio cuenta de que no había plantas atacando a su alrededor, así que se acercó con precaución. Demasiado tarde se fijó en el brillo titilante del éter a su alrededor (4).
«Oh, mierda», pensó cuando la trampa se cerró sobre ella. La poción le impidió notar el pinchazo, pero supo que la manshari la había mordido porque sus brazos empezaron a sentirse pesados. «¡Ni hablar!», se dijo, sintiendo la rabia abriéndose paso por todo su cuerpo, «¡me niego a dejarme comer tan ricamente!»(5).
Abrió la mano para recibir la daga que guardaba en la bota(6) y, en cuanto sintió la empuñadura, clavó su filo en aquella lengua espantosa hasta sentir los jugos de aquella cosa mojarle los dedos. La runa de la daga iluminó su prisión y Valeria se sintió restablecida(7). Y no solo por la magia, ni por la satisfacción de haberle causado una indigestión a aquella maldita cosa, sino porque la trampa se abrió.
Sin pensarlo un minuto, Valeria saltó fuera de allí, con la daga firmemente aferrada al puño, aunque se tomó un momento para darle un lametazo burlón a la hoja(8). A la manshari no pareció gustarle aquello, porque varios tallos se lanzaron como látigos hacia ella. Saltó(1) al tiempo que liberaba sus cuchillos(6). El hielo quemaba las cepas(9), pero estas no desistieron de su empeño en atraparla de nuevo.
—¡Es una manshari! —gritó Valeria—. ¡Aquí! ¡Ella controla a las demás!(*)
OFF: Habilidades y objetos usados: 80 pts (90 si alguien me salva)
(0) Último turno bajo los efectos de la poción de Estoicismo. Además, sigo bajo los efectos de la comida conjurada por el resto del día, supongo.
(1) Habilidad pasiva: Ligera, 5 pts.
(2) Objeto limitado de 2 usos: Kit Alquímico Superior, para aplicar la técnica Primeros Auxilios y disminuir la gravedad de la herida causada por los colmillos acidificantes, 10 pts
(3) Habilidad pasiva: Mentirosa compulsiva, 5 pts
(4) Habilidad pasiva: Don Mágico, 5 pts
(5) Habilidad activa de 1 uso: Imparable, 20 pts (para eliminar los efectos del veneno paralizante de la Manshari)
(6) Habilidad pasiva: Telequinesis (potenciada por mi rasgo de telequinesis —Talento a nivel Avanzado): 5 pts
(7) Encantamiento pasivo: Marca Vampírica, 5 pts (para disminuir aún más la gravedad de mi quemadura de ácido. Los efectos de la comida conjurada el turno anterior deberían ayudar a cerrarla por completo)
(8) Uso el Restaurador mágico que gané en este tema para recuperar el uso de mi habilidad Imparable, 20 pts
(9) Encantamiento pasivo: Arma de Hielo, 5 pts
(*) Espero que alguien me salve por 10 puntos
(**) Elijo el Castigo de Piedra, pero no lo aplico a ningún arma porque las que tengo ya están encantadas.
Por desgracia, la siguiente sala también era un cochino bosque. Aunque, al menos, no tendría que caminar hundida en agua hasta los tobillos. Aquel suelo estaba cubierto de plantas y hojarasca.
—Hey, ¿todo bien? —le preguntó a Vincent cuando lo vio entrar en la sala—, ¿dónde habéis estado vosotros?
El brujo hizo como que no la oía, lo que irritó sobremanera a Valeira, que no tenía el día para fiestas. «¡Encima que me intereso por él!». Sin embargo, no tuvo tiempo de reaccionar (ya fuera de forma madura o inmadura), ya que una planta con colmillos y mala leche se lanzó hacia ella.
Valeria saltó hacia atrás para alejarse del ataque y se encontró con otra planta igual. Volvió a saltar, impulsándose por encima de ella y, no bien tocó el suelo, saltó de nuevo para alejarse de otras dos que se abalanzaron sobre ella al mismo tiempo(1).
Sintió un ligero escozor en el muslo cuando uno de los colmillos la rozó, pero siguió alejándose para esquivar a otro de aquellos seres. Como el escozor no remitía, echó un rápido vistazo mientras saltaba de nuevo y, al ver el estado en que había quedado el pantalón y la masilla ensangrentada de debajo, estuvo apunto de perder el equilibrio.
—¡Colmillos envenenados! —gritó a quien quisiera oírlo—. ¡No dejéis que os toquen!
Sabía que la herida era grave, que el dolor le impediría continuar cuando se le pasara el efecto de la poción que había tomado. Algo para lo que no debía quedar mucho tiempo. Así que aprovechó la altura que iba ganando en cada salto para espiar desesperadamente los alrededores en busca de un área más o menos libre de plantas, en la que pudiera actuar deprisa.
Tuvo que sortear un par de hoyos para abrirse paso hacia una zona recientemente chamuscada y poco iluminada de la sala. Antes de posar un pie, ya tenía la mano metida en la bolsa. Sacó una pasta de hierbas y una venda y se la aplicó a toda velocidad(2), dirigiendo nerviosas miradas a los alrededores para evitar que la sorprendieran más de esas plantas.
Fue entonces cuando vio al desconocido. Era un hombre alto, de musculatura bien definida y, por alguna razón, estaba completamente desnudo. La miró y sonrió apaciblemente, como si no estuvieran en medio de una locura de sitio. Fue lo primero que le hizo sospechar (3), pero también se dio cuenta de que no había plantas atacando a su alrededor, así que se acercó con precaución. Demasiado tarde se fijó en el brillo titilante del éter a su alrededor (4).
«Oh, mierda», pensó cuando la trampa se cerró sobre ella. La poción le impidió notar el pinchazo, pero supo que la manshari la había mordido porque sus brazos empezaron a sentirse pesados. «¡Ni hablar!», se dijo, sintiendo la rabia abriéndose paso por todo su cuerpo, «¡me niego a dejarme comer tan ricamente!»(5).
Abrió la mano para recibir la daga que guardaba en la bota(6) y, en cuanto sintió la empuñadura, clavó su filo en aquella lengua espantosa hasta sentir los jugos de aquella cosa mojarle los dedos. La runa de la daga iluminó su prisión y Valeria se sintió restablecida(7). Y no solo por la magia, ni por la satisfacción de haberle causado una indigestión a aquella maldita cosa, sino porque la trampa se abrió.
Sin pensarlo un minuto, Valeria saltó fuera de allí, con la daga firmemente aferrada al puño, aunque se tomó un momento para darle un lametazo burlón a la hoja(8). A la manshari no pareció gustarle aquello, porque varios tallos se lanzaron como látigos hacia ella. Saltó(1) al tiempo que liberaba sus cuchillos(6). El hielo quemaba las cepas(9), pero estas no desistieron de su empeño en atraparla de nuevo.
—¡Es una manshari! —gritó Valeria—. ¡Aquí! ¡Ella controla a las demás!(*)
OFF: Habilidades y objetos usados: 80 pts (90 si alguien me salva)
(0) Último turno bajo los efectos de la poción de Estoicismo. Además, sigo bajo los efectos de la comida conjurada por el resto del día, supongo.
(1) Habilidad pasiva: Ligera, 5 pts.
(2) Objeto limitado de 2 usos: Kit Alquímico Superior, para aplicar la técnica Primeros Auxilios y disminuir la gravedad de la herida causada por los colmillos acidificantes, 10 pts
(3) Habilidad pasiva: Mentirosa compulsiva, 5 pts
(4) Habilidad pasiva: Don Mágico, 5 pts
(5) Habilidad activa de 1 uso: Imparable, 20 pts (para eliminar los efectos del veneno paralizante de la Manshari)
(6) Habilidad pasiva: Telequinesis (potenciada por mi rasgo de telequinesis —Talento a nivel Avanzado): 5 pts
(7) Encantamiento pasivo: Marca Vampírica, 5 pts (para disminuir aún más la gravedad de mi quemadura de ácido. Los efectos de la comida conjurada el turno anterior deberían ayudar a cerrarla por completo)
(8) Uso el Restaurador mágico que gané en este tema para recuperar el uso de mi habilidad Imparable, 20 pts
(9) Encantamiento pasivo: Arma de Hielo, 5 pts
(*) Espero que alguien me salve por 10 puntos
(**) Elijo el Castigo de Piedra, pero no lo aplico a ningún arma porque las que tengo ya están encantadas.
- inventario:
- ARMAS Y ARMADURA:
* Daga de Eredin, calidad épica, con encantamiento de Marca Vampírica. La llevo en mi Funda Oculta
* Cuchillos Arrojadizos (4), calidad normal, con encantamiento de Arma de Hielo
* Peto "quitamiedos", armadura ligera, calidad pobre, con encantamiento Runa de Sombras, bajo la blusa
TOTAL DE ENCANTAMIENTOS: 3/6
LIGADOS AL ÉTER: 1/3
OBJETOS LIMITADOS (7/7):
* Kit Alquímico Superior (gastado un uso)
* Kit de Arcanos Superior (gastado un uso)
* Pergamino Ilusorio
* Poción de Salud Concentrada
* Elixir de Frigg
* Elixir del Sabueso
* Elixir Replicante
OTROS:
* Fragmento de cristal (Encantamiento: Castigo de piedra)
* Dos porciones de comida reconstituyente, conjurada para usar en este tema
*Restaurador mágico (1 uso, hab. nivel 4 o menos, solo Torre)
* Cambio de suerte (mismo turno)
* Poción de Salud (heridas leves)
* Bolso del Viajero
* Tragaéterx2(me queda uno)
* Poción de Recuperación
* Poción de Rescate
* Medicina Multipropósito x3
* Bendición de Idunn
* Manzana de Idunn
* Poción de Baile x2
* Collar de Clavos
* Incienso de Jólmundröm x2
* Estalagmita emergentex2(me queda una)
* Polvo de Hada x3
* Bomba Floral
* Caramelo de Jade x2
*Flor de la Fortuna
* Sello del clan Neril (¿por qué no?, me jugué el cuello para ganarlo, no lo voy a tirar)
* Ropa y calzado, por supuesto. Y, ya que estoy, cepillo para el pelo y esas cosas básicas
Reike
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Estaban en racha. Ella se había preparado para una expedición de días en ruinas polvorientas, posiblemente infestadas de no-muertos, y en lo que no podían ser más que unas pocas horas habían subido un montón. Y nadie había muerto, lo que era más sorprendente.
En cualquier piso, habían ido a otro piso, que volvía ser un bosque. Aunque no todo el piso era un bosque, solo…lo que les rodeaba, raro, pero tampoco era lo peor que habían visto hasta ese momento. Lo importante era que en su lado, había plantas. Suspiró, arrepintiéndose de no haber cogido ese colgante atrapasueños, cuando notó algo…raro.
Evitó el ataque de la planta, su mente recordando una experiencia muy muy similar. Aunque a juzgar por la advertencia de su acompañante, estas tenían algo extra. Cambió el arma a una espada, cotando las plantas mientras buscaba al dragón responsable, antes de que su mente tomara el mando y concluyera que era improbable que hubiera dos dragones controla planas en su vida. Lo confirmó, sacando su látigo, el encantamiento cobro vida, alargándose mucho más que un látigo ordinario, pero no reaccionó más allá de eso. No era ese dragón, o ningún similar. Bien.
Se guardó la espada, y sacó antorchas. Iba a repartirlas, pero la mujer se había ido.
Vale…no pasaba nada… se agachó, intentando pasar desapercibida, buscando a la bruja tanto mágica como físicamente. Sin duda la idea era llegar para salvar el día, pero dado que solo la vio al escuchar el aviso, podría decirse que había fallado. Se abrió paso igualmente rápidamente, a fuego y látigo hasta ella, le tiró la antorcha a la cara (a la manshari, no a la bruja). En teoría esas cosas no atacaban a los elfos, y aunque lo que ella veía era ciertamente una persona en vez de lo que sabia que era una lengua, la imagen no era…nítida. Puede que fuera por su formación de custodio, por la influencia de ciertas alas o simplemente… que no era una elfa infiel por más que la plana quisiera matarla. Daba igual, no se fio un pelo y le activó uno de sus flamantes nuevos pergaminos en la cara, separando al grupo de la planta, protegiendo al elfo bocazas, porque no se fiaba un pelo de que no muriera.
En cualquier piso, habían ido a otro piso, que volvía ser un bosque. Aunque no todo el piso era un bosque, solo…lo que les rodeaba, raro, pero tampoco era lo peor que habían visto hasta ese momento. Lo importante era que en su lado, había plantas. Suspiró, arrepintiéndose de no haber cogido ese colgante atrapasueños, cuando notó algo…raro.
Evitó el ataque de la planta, su mente recordando una experiencia muy muy similar. Aunque a juzgar por la advertencia de su acompañante, estas tenían algo extra. Cambió el arma a una espada, cotando las plantas mientras buscaba al dragón responsable, antes de que su mente tomara el mando y concluyera que era improbable que hubiera dos dragones controla planas en su vida. Lo confirmó, sacando su látigo, el encantamiento cobro vida, alargándose mucho más que un látigo ordinario, pero no reaccionó más allá de eso. No era ese dragón, o ningún similar. Bien.
Se guardó la espada, y sacó antorchas. Iba a repartirlas, pero la mujer se había ido.
Vale…no pasaba nada… se agachó, intentando pasar desapercibida, buscando a la bruja tanto mágica como físicamente. Sin duda la idea era llegar para salvar el día, pero dado que solo la vio al escuchar el aviso, podría decirse que había fallado. Se abrió paso igualmente rápidamente, a fuego y látigo hasta ella, le tiró la antorcha a la cara (a la manshari, no a la bruja). En teoría esas cosas no atacaban a los elfos, y aunque lo que ella veía era ciertamente una persona en vez de lo que sabia que era una lengua, la imagen no era…nítida. Puede que fuera por su formación de custodio, por la influencia de ciertas alas o simplemente… que no era una elfa infiel por más que la plana quisiera matarla. Daba igual, no se fio un pelo y le activó uno de sus flamantes nuevos pergaminos en la cara, separando al grupo de la planta, protegiendo al elfo bocazas, porque no se fiaba un pelo de que no muriera.
- Spoiler:
Arco a espadas +5
Don Mágico para ver +5
Ojos de elfo para ver x2 : +5
Botas: +5
Antorchas del bolso de viajero +5
Capa y mascara para ocultare +10
Pergamino de muralla de fuego +20
Y eso ayuda/forma parte del ataque conjunto con Reike y Destino +20
Latigo+encantamiento +5
Uso el látigo con reike para ayudarla +10 y 10 para ella también.
90/80 puntos.
Y tomo pero no aplico Castigo de piedra [Encantamiento de Arma] Al golpear, se generará una delgada pero moderadamente pesada capa de piedra sobre la zona del impacto, por 30 segundos
- Spoiler:
- Armas:
Arco Largo de Ebano+encantamiento de cambio de forma
Látigo de la rosa.
Vestimenta:
Armadura ligera superior
Capa de Camaleón
Botas de Njord+encantamiento para caminar sobre líquidos.
Bolso de viajero
Mascara de Hada
Limitados(7/7):
Peluche de Jabalí Lanudo
Fuego Embotellado
Kit de curtiduría superior
Poción de salud concentrada
Pergamino Explosivo
Pergamino de muralla de fuegoPoción de estoicismo. 1/2[Limitado, 1 uso]: Después de activada y en un periodo no mayor de 2 turnos, el personaje puede desvanecerse y aparecer en el mismo lugar donde se encuentre la piedra, incluso si (onrol) no sabe en qué lugar se encuentra la misma.
Runa de Teleportación
Consumibles:
Colgante de Ágata 2/2
Pociones de Baile 2/2
Collar de Clavos 1/1
Piedra de Anar 2/2
Colgante de Escarcha ½
Tragaeter 2/2
Amuleto de Imbar 3/3
Polvo de Hada 2/2
Chocolate del Equinoccio 1/1
Mascara de los Inocentes 2/2
Copia-suerte 1/1
Poción consumible 1/1
Restaurador Mágico [Consumible] 1/1 : Permite restablecer un uso de una habilidad de nivel 4 o menor (Solamente es válido para ser usado en este mismo desafío
Valyria
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
-Bueno eso ha resultado bastante bien- Exclamo el joven rubio al momento que caminaba y sentía como el éter se regulaba en su cuerpo, se agacho por un momento al ver otra piedra bonita la cual decidió guardar junto a las otras. Sin vacilar caminaron en dirección al portal, sorprendente fue el hecho que fueron los últimos en llegar.
-Todos están aquí-not a smash bros reference exclamo el rubio mientras veía el panorama que se desarrollaba en ese nuevo piso, veía a sus compañeros en esa travesía, pero nadie parecía reaccionar al toro "en llamas" que estaba cerca de ellos.
-Ustedes también ven al toro que tira fuego cierto?- pregunto tanto a Ingela como a Vincent, el hecho que ambos asintieran le hizo calmarse un poco, los demás parecían combatir contra algo pero el rubio no lo podía ver, su sentido mágico como siempre, no paraba de señalarle que algo no estaba bien en esa habitación(1), lianas y agujeros aparecían de la nada. -Cómprenme algo de tiempo, necesito comprobar algo- exclamo a sus compañeros al momento que salto apartándose a una esquina.(2)
Intento llamar a Rauko, pero no le hizo caso, hizo lo mismo con Destino pero obtuvo el mismo resultado, entonces probo algo diferente, hizo un gesto con una mano simulando un animal y con la otra se sujeto la muñeca como si ahorcara a ese animal.
Aquello pareció dar resultado ya que en cuestión de unos segundos Rauko llego cerca de el, -No pensé que funcionaria... Ah verdad que no podemos escucharnos- señalo al momento de ver que las palabras eran inútiles, entonces lo apunto a él, señalo sus ojos y los de el mismo, apunto hacia donde estaba el toro y con sus manos extendió ambos dedos índices y los puso a sus lados de la cabeza simulando cuernos, lo que intento decir fue "tú ves al toro?" pero no tenia idea de que interpretaría Rauko. Destino apareció al rato, y Rauko le señalo, así que Hazelas hizo los mismos gestos que había hecho para Rauko anteriormente, tampoco entendió si el otro elfo le había entendido.
De alguna extraña forma los 3 elfos se encontraban entablando una conversación sin poder comunicarse verbalmente, Destino comenzó a hacer unos gestos raros, Rauko hizo lo mismo en replica, y Zelas junto sus manos simulando el aleteo de una creatura, golpeo su palma como si algo pesado cayera y posteriormente hizo un circulo con los dedos de una mano mientras que hacia que el dedo de la otra entrara y saliera repetidamente del orificio mencionado anteriormente. Los tres elfos asintieron y volvieron a sus respectivos grupos.
Zelas volvió a la vez que empuñaba su espada grande compuesta de otras espadas, no les había entendido nada a Rauko ni a Destino, al toro no le importo nada de ello ya que le estaba esperando y le embistió ni bien apareció, el encantamiento en sus aros se activo, desplegando la barrera que impedía que saliera volando por los aires(3) su espada por otro lado no tuvo la misma suerte y salió disparada hacia otro lugar de la habitación, "oh mierda" pensó el no elfo, pero entonces fue salvado por Ingela quien le saco de ahí antes de ser rostizado.(4)
-Me has salvado, estoy agradecido-
Señalo al momento que hacia un gesto con su mano y su espada volvía a su mano(5) involuntariamente activo el encantamiento de sus aros, por ende, aquello también le pasaría la cuenta en algún momento -Ingela!, Vincent!, necesitamos llevar al toro a ese agujero, cuando este lo suficientemente cerca, ataquémosle con lo segundo mejor que tengamos!(?)- Exclamo el rubio al momento que se preparaba para el segundo asalto contra el toro de fuego, ahora procuraría devolverle el favor.
Hazelas comenzó a liderar el ataque, golpeando con su gran espada hecha de otras espadas al toro, a quien le hizo un leve corte, a pesar de usar una espada ridículamente grande(6), sirvió para llamar la atención de la creatura ya que esta se centro en el rubio que comenzó a correr en zig zag hacia uno de los agujeros esquivando por los pelos al toro y salvándose por poco de algunas quemaduras, entonces tropezó con lo que parecía ser una raíz que llevaba hacia lo que parecía ser una versión de el mismo pero hecho de plantas(?) algo bastante extraño y que le desconcertó el tiempo suficiente para que necesitara ser salvado nuevamente, en esta ocasión Vincent era quien le apartaba del peligro justo a tiempo(7).
-Vales cada aero que he gastado en tu tienda Vinnie- Exclamo al momento que lograba ponerse de pie nuevamente. tenia que aprovechar el poco tiempo antes que tuviera que recurrir nuevamente a la poción de estoicismo. Sus compañeros lograron llevar a la creatura cerca del agujero y se prepararon para lanzar sus ataques, Zelas concentro su éter y sujeto su espada con firmeza, entonces al momento que sus compañeros atacaban, el no-elfo lanzo una poderosa estocada que en combinación con los ataques de sus compañeros fue suficiente para hacer que la creatura cayera por el agujero(8), aquella estrategia era el éxito pero no calculo bien y estuvo a punto de caer junto al toro, sino fuera porque alcanzo a saltar a tiempo gracias a breves descargas de éter que salieron desde sus pies y le ayudaron a cruzar al otro lado del agujero(9).
-Ya estoy, necesito otro descanso, este cuerpo sexy y sabrosón ya no esta para estos trotes- señalo al momento que clavaba su espada en el piso y apoyaba una rodilla en el mismo intentando recuperar el aliento.
-Todos están aquí-
-Ustedes también ven al toro que tira fuego cierto?- pregunto tanto a Ingela como a Vincent, el hecho que ambos asintieran le hizo calmarse un poco, los demás parecían combatir contra algo pero el rubio no lo podía ver, su sentido mágico como siempre, no paraba de señalarle que algo no estaba bien en esa habitación(1), lianas y agujeros aparecían de la nada. -Cómprenme algo de tiempo, necesito comprobar algo- exclamo a sus compañeros al momento que salto apartándose a una esquina.(2)
Intento llamar a Rauko, pero no le hizo caso, hizo lo mismo con Destino pero obtuvo el mismo resultado, entonces probo algo diferente, hizo un gesto con una mano simulando un animal y con la otra se sujeto la muñeca como si ahorcara a ese animal.
- la señal(?):
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Aquello pareció dar resultado ya que en cuestión de unos segundos Rauko llego cerca de el, -No pensé que funcionaria... Ah verdad que no podemos escucharnos- señalo al momento de ver que las palabras eran inútiles, entonces lo apunto a él, señalo sus ojos y los de el mismo, apunto hacia donde estaba el toro y con sus manos extendió ambos dedos índices y los puso a sus lados de la cabeza simulando cuernos, lo que intento decir fue "tú ves al toro?" pero no tenia idea de que interpretaría Rauko. Destino apareció al rato, y Rauko le señalo, así que Hazelas hizo los mismos gestos que había hecho para Rauko anteriormente, tampoco entendió si el otro elfo le había entendido.
De alguna extraña forma los 3 elfos se encontraban entablando una conversación sin poder comunicarse verbalmente, Destino comenzó a hacer unos gestos raros, Rauko hizo lo mismo en replica, y Zelas junto sus manos simulando el aleteo de una creatura, golpeo su palma como si algo pesado cayera y posteriormente hizo un circulo con los dedos de una mano mientras que hacia que el dedo de la otra entrara y saliera repetidamente del orificio mencionado anteriormente. Los tres elfos asintieron y volvieron a sus respectivos grupos.
Zelas volvió a la vez que empuñaba su espada grande compuesta de otras espadas, no les había entendido nada a Rauko ni a Destino, al toro no le importo nada de ello ya que le estaba esperando y le embistió ni bien apareció, el encantamiento en sus aros se activo, desplegando la barrera que impedía que saliera volando por los aires(3) su espada por otro lado no tuvo la misma suerte y salió disparada hacia otro lugar de la habitación, "oh mierda" pensó el no elfo, pero entonces fue salvado por Ingela quien le saco de ahí antes de ser rostizado.(4)
-Me has salvado, estoy agradecido-
Señalo al momento que hacia un gesto con su mano y su espada volvía a su mano(5) involuntariamente activo el encantamiento de sus aros, por ende, aquello también le pasaría la cuenta en algún momento -Ingela!, Vincent!, necesitamos llevar al toro a ese agujero, cuando este lo suficientemente cerca, ataquémosle con lo segundo mejor que tengamos!(?)- Exclamo el rubio al momento que se preparaba para el segundo asalto contra el toro de fuego, ahora procuraría devolverle el favor.
Hazelas comenzó a liderar el ataque, golpeando con su gran espada hecha de otras espadas al toro, a quien le hizo un leve corte, a pesar de usar una espada ridículamente grande(6), sirvió para llamar la atención de la creatura ya que esta se centro en el rubio que comenzó a correr en zig zag hacia uno de los agujeros esquivando por los pelos al toro y salvándose por poco de algunas quemaduras, entonces tropezó con lo que parecía ser una raíz que llevaba hacia lo que parecía ser una versión de el mismo pero hecho de plantas(?) algo bastante extraño y que le desconcertó el tiempo suficiente para que necesitara ser salvado nuevamente, en esta ocasión Vincent era quien le apartaba del peligro justo a tiempo(7).
-Vales cada aero que he gastado en tu tienda Vinnie- Exclamo al momento que lograba ponerse de pie nuevamente. tenia que aprovechar el poco tiempo antes que tuviera que recurrir nuevamente a la poción de estoicismo. Sus compañeros lograron llevar a la creatura cerca del agujero y se prepararon para lanzar sus ataques, Zelas concentro su éter y sujeto su espada con firmeza, entonces al momento que sus compañeros atacaban, el no-elfo lanzo una poderosa estocada que en combinación con los ataques de sus compañeros fue suficiente para hacer que la creatura cayera por el agujero(8), aquella estrategia era el éxito pero no calculo bien y estuvo a punto de caer junto al toro, sino fuera porque alcanzo a saltar a tiempo gracias a breves descargas de éter que salieron desde sus pies y le ayudaron a cruzar al otro lado del agujero(9).
-Ya estoy, necesito otro descanso, este cuerpo sexy y sabrosón ya no esta para estos trotes- señalo al momento que clavaba su espada en el piso y apoyaba una rodilla en el mismo intentando recuperar el aliento.
- Habilidades y cosas de los puntos:
- 1_ Don mágico = pasiva 5 pts.
2_ Botas de Njord = objeto encantado 5 pts.
3_ Aros de éter cristalizado con fortaleza inamovible = objeto encantado 5 pts.
4_ Salvado por Ingela = usar algo para proteger a otro 10 pts. (+10 para Ingela)
5_ Retorno = pasiva de 5 pts.
6_ Hojas unidas superiores + infusión etérea = 5 pts.
7_ Salvado por Vincent = usar algo para proteger a otro = 10 pts. (+ 10 para Vincent)
8_ Stinger + ataque en conjunto = 20 pts.
9_ Vuelo Fulgido = 5 pts.
70 pts. y quedo con una herida leve para sanarme o que me sanen
- INVENTARIO:
- -Ropas Comunes Superiores
-Aros de Éter Cristalizado con Fortaleza Inamovible
-Botas de Njord
-Hojas unidas superiores x6 de las cuales hay al menos 2 que tienen Infusión Etérea (al unirse todas, el encantamiento se mantiene en la única espada grande que queda)
-Huesorang Búmeran de hueso ( Búmeran de calidad Normal hecho de huesos y adornado con plumas, símbolo de una eterna hermandad. Arrójalo las veces que quieras, siempre regresará a ti, de un modo u otro.)
-Tragaéter x1
-Poción de Estoicismo x1 (le queda un uso)
-Poción de Salud x1
-Máscara de los cazadores (1 carga restante)
-Flor de la fortuna x1
-Semilla Arbusto Beltraine x1
-llave bonita x1 (la misma que obtuve en el Hostblot y que aparentemente no hace nada después del mejor mastereado de todos los tiempos)
-Copia suerte x1
-Runa de Teletrasnportacion x 1
-Castigo de Piedra x 1(sin equipar)
Zelas Hazelmere
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
–Eres el éxito –felicité al hombre-pájaro cuyo nombre aún no me era sabido. Me acerqué para darle una amistosa palmada en el hombro y les obsequié biusas a él, a Magita y a Pelusa. Luego avanzamos hacia el portal–. Oh, cristales bonitos –noté, estudiando con la mirada los restos del plagio de mis tragaéter–. Me llevaré uno –decidí, guardando el más bonito en mi bolso, no porque supiera del efecto mágico sino porque, como dije, se veía bonito.
Cruzamos el portal, sin miedo a lo desconocido. Un clima caluroso nos recibió al otro lado. Por un momento creí que habíamos vuelto al Arenal de Roilkat, pero pronto supe que no podíamos escuchar a la alquimista, lo que poco tiene que ver con lo primero.
–La verdad es que prefiero el frío –confesé, despreocupado hasta que la tierra empezó a temblar cada vez con más intensidad–. Esto se va a descontrolar –supuse.
Y algo emergió bajo nosotros, algo grande, grueso y duro. Solo mis buenos reflejos y mi prodigiosa velocidad me permitieron dar un gran alto hacia un lado para salvar mis nalgas.[1] Patiné en la arena y caí con torpeza, pero lo importante es que sobreviví.
Desde mi perspectiva, la criatura que intentó devorarnos era gigantesca. Desde la perspectiva de Schnee, como siempre volando a gran altura, pues también.
Me reincorporé y me lancé para ejecutar cortes cruzados con ambas espadas. Reboté sin haberle hecho más que un par de rasguños insignificantes. Me alejé y lo barrí con la mirada en busca de alguna vulnerabilidad. Pensé que podría meterme en su estómago, dejarle algunos explosivos y escapar haciéndome intangible, pero entonces yo terminaría con un mal olor encima. Decidí dejarlo como última opción.
–Pelusa, tienes razón –exclamé de pronto, habiendo pensado en una alternativa menos apestosa. Di un poderoso salto y luego otro en el aire para alcanzar los tentáculos de la criatura.[2] En un instante guardé mis espadas y desenvainé a Neger Drache, con la que me lancé en un ataque giratorio, más vistoso que eficiente.
Uno de los tentáculos buscó golpearme. Lo evadí dando un salto aéreo. Lancé a Doppelsäbel al cielo, se clavó en una nube, llamé la espada y vino a mí arrastrando la nube, en la que me monté para evitar caer. La usé para surfear por el aire, alrededor del gusanón. Di un pisotón y la nube disparó de su interior dos gatos bebé que explotaron en la boca de la bestia, matando a esta al instante.
Entonces desperté, por fin recuperado del golpe que no pude evadir del tentáculo. La arena había amortiguado la caída, pero igual me dolía hasta el éter. Generé una biusa verde y me la comí, tomándome mi tiempo para descansar un poco, sanar y pensar mientras la bestia lidiaba con mis dos compañeros. También noté que la alquimista, por su lado, se encontró con algo bastante corrosivo, pero se recuperó sin mayores problemas. Terminado el aperitivo, recogí mi espada y me apresuré hacia el hombre-pájaro.
–Estoy vivo, gracias por preguntar –me adelanté en decirle antes de que me hablara–. No podemos hacer mucho con su coraza, pero sí con el lado blando de sus tentáculos y el interior de su linda boca. –Saqué un par de frascos, cuyas sustancias verdosas en su interior tenían un sabor dulce, y se las entregué al arquero[3]–. Un veneno paralizante y otro que provoca un desmayo tras unos momentos –expliqué, señalando cuál era cuál–. Como habrán notado todos, se me hace algo difícil acercarme a eso para envenenarlo, pero tú, en cambio, eres el éxito. No estoy seguro de que esto sea suficiente para algo tan grande, pero Magita…
Y la criatura volvió a abalanzarse sobre nosotros. Intenté evadirlo, pero uno de sus tentáculos me agarró por un pie y me lanzó hacia su estómago. Frené clavando a Neger Drache en su garganta, dibujando una larga línea sangrienta.[4] Me disparé hacia afuera, propulsándome con éter, evitando por poco ser masticado.
–¡Estoy bien! –informé antes de caer y rodar varios metros en la arena. Me reincorporé tan pronto como me fue posible.
Schnee, que se había alejado hacia el grupo de Zelas, vio a este hacer un gesto raro con las manos.[5] Me volteé hacia el no-elfo, intrigado por su falta de colaboración con el asunto del gusano. Fui hacia él en busca de respuestas.
–Hola, compañero… –Me detuve al reparar en que tampoco me era posible escucharlo. Suspiré. Miré el lugar que me señaló. Vi las huellas de fuego, de algo mágico pero invisible. Por fin comprendí. «Todos estamos drogados», concluí que no era la respuesta, no esta vez.
Entonces recordé una idea de Xana. «Ella, sin siquiera estar a mi lado, sigue siendo útil», me dije, orgulloso de ella. Concentré éter en la punta de mis dedos, permitiéndome trazar líneas de luz en el aire. Encontré a Destino haciendo de las suyas y decidí probar el truco con él en vez de con Zelas porque la lógica se me fue al Oblivion. Escribí el mensaje:
«Duplicar espadas aquí, totalmente gratis por tiempo limitado».
Eso, por supuesto, llamó su atención.
Una vez reunidos los tres, intentamos comunicarnos. No entendí qué demonios intentaron decirme ambos, pero pensé que sería buena idea conducir al gusanón al área donde había cosas altamente corrosivas, justo a donde procedió a dirigirse Destino.
Tras asentir, volví con mi grupo.
–Arquero, Magita –empecé, procurando evadir al gusanón–, debemos guiar al gusano hacia donde nos diga el elfo gritón –dije, y señalé a Destino–. Confíen en él, sabe lo que hace.
Esa afirmación, por algún motivo, me pareció incoherente al decirla en voz alta.
Cruzamos el portal, sin miedo a lo desconocido. Un clima caluroso nos recibió al otro lado. Por un momento creí que habíamos vuelto al Arenal de Roilkat, pero pronto supe que no podíamos escuchar a la alquimista, lo que poco tiene que ver con lo primero.
–La verdad es que prefiero el frío –confesé, despreocupado hasta que la tierra empezó a temblar cada vez con más intensidad–. Esto se va a descontrolar –supuse.
Y algo emergió bajo nosotros, algo grande, grueso y duro. Solo mis buenos reflejos y mi prodigiosa velocidad me permitieron dar un gran alto hacia un lado para salvar mis nalgas.[1] Patiné en la arena y caí con torpeza, pero lo importante es que sobreviví.
Desde mi perspectiva, la criatura que intentó devorarnos era gigantesca. Desde la perspectiva de Schnee, como siempre volando a gran altura, pues también.
Me reincorporé y me lancé para ejecutar cortes cruzados con ambas espadas. Reboté sin haberle hecho más que un par de rasguños insignificantes. Me alejé y lo barrí con la mirada en busca de alguna vulnerabilidad. Pensé que podría meterme en su estómago, dejarle algunos explosivos y escapar haciéndome intangible, pero entonces yo terminaría con un mal olor encima. Decidí dejarlo como última opción.
–Pelusa, tienes razón –exclamé de pronto, habiendo pensado en una alternativa menos apestosa. Di un poderoso salto y luego otro en el aire para alcanzar los tentáculos de la criatura.[2] En un instante guardé mis espadas y desenvainé a Neger Drache, con la que me lancé en un ataque giratorio, más vistoso que eficiente.
Uno de los tentáculos buscó golpearme. Lo evadí dando un salto aéreo. Lancé a Doppelsäbel al cielo, se clavó en una nube, llamé la espada y vino a mí arrastrando la nube, en la que me monté para evitar caer. La usé para surfear por el aire, alrededor del gusanón. Di un pisotón y la nube disparó de su interior dos gatos bebé que explotaron en la boca de la bestia, matando a esta al instante.
Entonces desperté, por fin recuperado del golpe que no pude evadir del tentáculo. La arena había amortiguado la caída, pero igual me dolía hasta el éter. Generé una biusa verde y me la comí, tomándome mi tiempo para descansar un poco, sanar y pensar mientras la bestia lidiaba con mis dos compañeros. También noté que la alquimista, por su lado, se encontró con algo bastante corrosivo, pero se recuperó sin mayores problemas. Terminado el aperitivo, recogí mi espada y me apresuré hacia el hombre-pájaro.
–Estoy vivo, gracias por preguntar –me adelanté en decirle antes de que me hablara–. No podemos hacer mucho con su coraza, pero sí con el lado blando de sus tentáculos y el interior de su linda boca. –Saqué un par de frascos, cuyas sustancias verdosas en su interior tenían un sabor dulce, y se las entregué al arquero[3]–. Un veneno paralizante y otro que provoca un desmayo tras unos momentos –expliqué, señalando cuál era cuál–. Como habrán notado todos, se me hace algo difícil acercarme a eso para envenenarlo, pero tú, en cambio, eres el éxito. No estoy seguro de que esto sea suficiente para algo tan grande, pero Magita…
Y la criatura volvió a abalanzarse sobre nosotros. Intenté evadirlo, pero uno de sus tentáculos me agarró por un pie y me lanzó hacia su estómago. Frené clavando a Neger Drache en su garganta, dibujando una larga línea sangrienta.[4] Me disparé hacia afuera, propulsándome con éter, evitando por poco ser masticado.
–¡Estoy bien! –informé antes de caer y rodar varios metros en la arena. Me reincorporé tan pronto como me fue posible.
Schnee, que se había alejado hacia el grupo de Zelas, vio a este hacer un gesto raro con las manos.[5] Me volteé hacia el no-elfo, intrigado por su falta de colaboración con el asunto del gusano. Fui hacia él en busca de respuestas.
–Hola, compañero… –Me detuve al reparar en que tampoco me era posible escucharlo. Suspiré. Miré el lugar que me señaló. Vi las huellas de fuego, de algo mágico pero invisible. Por fin comprendí. «Todos estamos drogados», concluí que no era la respuesta, no esta vez.
Entonces recordé una idea de Xana. «Ella, sin siquiera estar a mi lado, sigue siendo útil», me dije, orgulloso de ella. Concentré éter en la punta de mis dedos, permitiéndome trazar líneas de luz en el aire. Encontré a Destino haciendo de las suyas y decidí probar el truco con él en vez de con Zelas porque la lógica se me fue al Oblivion. Escribí el mensaje:
«Duplicar espadas aquí, totalmente gratis por tiempo limitado».
Eso, por supuesto, llamó su atención.
Una vez reunidos los tres, intentamos comunicarnos. No entendí qué demonios intentaron decirme ambos, pero pensé que sería buena idea conducir al gusanón al área donde había cosas altamente corrosivas, justo a donde procedió a dirigirse Destino.
Tras asentir, volví con mi grupo.
–Arquero, Magita –empecé, procurando evadir al gusanón–, debemos guiar al gusano hacia donde nos diga el elfo gritón –dije, y señalé a Destino–. Confíen en él, sabe lo que hace.
Esa afirmación, por algún motivo, me pareció incoherente al decirla en voz alta.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Efecto pasivo de las Botas de upelero (+5).
[2] Habi pasiva Vuelo fúlgido (+5).
[3] Objetos limitados de 1 uso: Toque paralizante (+20) y Toque de sopor (+20), cada uno para potenciar a Ryuu (+20 para ambos).
[4] Encantamiento pasivo de Neger Drache: Arma de ébano (+5), que tal vez pueda servirle a Ryuu para un ataque en conjunto si mete una flecha envenenada en la herida que hice con esto (?).
[5] Habi de la mascota Schnee: Conexión (+5).
Total: 80 =)
Elijo el encantamiento Castigo de piedra, pero no la equipo.
[2] Habi pasiva Vuelo fúlgido (+5).
[3] Objetos limitados de 1 uso: Toque paralizante (+20) y Toque de sopor (+20), cada uno para potenciar a Ryuu (+20 para ambos).
[4] Encantamiento pasivo de Neger Drache: Arma de ébano (+5), que tal vez pueda servirle a Ryuu para un ataque en conjunto si mete una flecha envenenada en la herida que hice con esto (?).
[5] Habi de la mascota Schnee: Conexión (+5).
Total: 80 =)
Elijo el encantamiento Castigo de piedra, pero no la equipo.
- :
- Armas (3) y encantamientos (3+1/6):
Doppelsäbel, espada doble, calidad superior, con encantamiento Bendición de Thor.
Neger Drache, espada, calidad superior, con encantamiento Arma de ébano.
Retniw, guante lindo/espada linda, ligado al éter, calidad épica, con encantamiento Arma cambiante.
[Nuevo]Encantamiento sin equipar: Castigo de piedra.
Limitados (7/7):
[Nuevo] Runa de teleportación, 1 uso.
Campo de disrupción del éter, 1 uso.
Runa de impulso, 1 uso.
Toque de sopor, gastado.
Toque paralizante, gastado.
Pergamino de inversión, 1 uso.
Kit de herrería superior, 2 usos.
Consumibles (16):
[Nuevo] Poción de salud: 1.
[Nuevo] Cambio de suerte (copia la misma suerte en runas de algún compañero): 1.
[Nuevo] Restaurador mágico (Restablece un uso de una habilidad de nivel 4 o menor, solo válido dentro de la torre): 1.
Tragaéter: 4.
Esferas Krampus: 2.
Incienso de Jólmundröm: 1.
Chocolate del equinocio: 1.
Gato de bolsillo: 2.
Caramelo de jade: 2.
La voluntad de los dioses: 1.
Accesorios y la mascota:
Botas de upelero (Botas de Njord pero bien hechas).
Ocarina refinada (no hace nada, pero se escucha chévere).
Schnee, el primer búhaw (él sí hace algo, pero no se escucha chévere).- Schnee:
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Rauko
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Como era de esperarse, la esfera explosiva de Ingela dio justo en el blanco. El cristal explotó en miles de pedazos y de inmediato, el ambiente dejó de estar pesado para los tres aventureros, pues su energía mágica dejó de ser chupada por aquel infernal invento. -¡Mira! ¡Qué bonita piedra!- comentó, recogiendo uno de los trozos que cayeron a sus pies. La observó un instante y descubrió que encajaba perfecto como adorno de su pequeño escudo, lo embonó y al escuchar el "click", sintió que su rodela vibró. -Algo acaba de pasar- comentó extrañada, pero no le dio mayor importancia[X].
De repente hubo quietud y silencio, lo cual crispó a la joven dragona pues una repentina tranquilidad en aquel lugar era por lo menos sospechosa -Mejor avanzar rapidito- dijo, tocó la runa de su colgante de madera para iluminar mejor su camino[1] y agarró de las manos a ambos compañeros para jalarlos fuera de allí. No se dieron cuenta, pero aquel gesto de la dragona evitó que a Vincent una rama lo agarrara del tobillo y lo jalara de vuelta al pantano para dejarlo para siempre encerrado en aquel piso de la Torre.
Arrastrando a sus compañeros, llegaron al siguiente piso. Sí, arrastrándolos, porque Ingela cuando estaba nerviosa, la cara y el pecho se le ponían rojos, le sudaban las sienes, bufaba y caminaba dando grandes zancadas con sus largas piernas. A sus compañeros solo les quedaba el dejarse llevar y no contradecirla sería el mejor consejo que cualquiera les podría dar en ese momento. -¡Miren! ¡Son los demás!- exclamó mirando a su alrededor, soltando del fuerte agarre a brujo y no-elfo al darse cuenta que el resto del grupo había llegado a salvo.
Suspiró alegre y aliviada e intentó ir a saludarlos, pero no le prestaron atención y comenzaron todos a moverse frenéticamente, saltando, esquivando, luchando -¡¿Pero qué está pasando?!- exclamó confundida -¿Por qué actúan así?- preguntó a sus compañeros. Lo siguiente que vio, a través de unos ventanales enormes, una tormenta horrible azotando el exterior -¿Eso está pasando en Roilkat?- preguntó con preocupación -Tengo que salir pronto de esta torre- dijo para si misma -Fui muy irresponsable al dejar solos a Fëanor y Bolti... si algo les pasa, mi mamá me va a matar... o peor...- se lamentó, agarrándose las mejillas y apretándolas.
Sacudió la cabeza y volteó a mirar a Hazel, iba a preguntarle algo pero lo olvidó apenas escuchó un bramido muy familiar. -No... puede... ser...- dijo bajito, volteando la cabeza despacio, con los ojos cerrados, no queriendo ver a lo que tendría que enfrentarse. Lentamente los abrió y ahí estaba, enojado, flameado, carbonizado... un zezengorri. Recuerdos desagradables revolotearon en la cabeza de la dragona y uno de sus hombros dolió fuertemente.
Aquello parecía un déjà vu, solo que esta vez no estaban en Dundarak, no había un ejército de muertos vivientes que lo empeoraba todo, el brujo no era de hielo y el otro solo contaba como medio elfo -Bueee... de pronto sea menos difícil que aquella vez- se consoló y se preparó para esquivar la primera embestida del toro. Creyó que podría evitarlo sin problemas y se sintió genial, hasta que descubrió que el objetivo del animal era el brujo. -¡Ah no! ¿Es que me vas a ignorar?- exclamó indignada y cargó en contra del animal, golpeándolo con su cuerpo[2] y su escudo, haciéndolo desviar el curso, lejos de Vincent[3]. Además, al contacto con la bestia, del escudo de Ingela salieron pequeñas y filosas espinas de energía, que se enterraron en el cuero del toro[4]. -¡Con que esto era!- gritó emocionada al recordar lo que había pasado antes con su escudo, escuchando el bramido de dolor del zezengorri.
La dragona sonrió con pícara malicia pues ahora tendría la atención del animal, que se lanzó contra ella a todo galope. Ingela se cuadró, agarró con firmeza su mandoble y esperó la embestida del animal. -¡Vincent!- llamó de un grito al brujo -¡Necesito que empujes mi arma con tu telequinesis!- exclamó con furia mientras observaba a la bestia correr hacia ella. En el último instante, cuando ya se le venía encima el zezengorri, la dragona asestó una estocada en el animal.
Potenciada por la telequinesis de Vincent[5] y el encantamiento que hacía que su arma penetrara incluso armaduras[6], su mandoble se enterró en la bestia que no dejó de correr, haciendo de su herida un tajo a lo largo de su costado.
El animal cayó de bruces tras avanzar un poco más, Ingela saltó de alegría -¡Lo hicimos! ¡Lo vencimos!- exclamaba feliz. Todo era risas hasta que parió la abuela. La bestia se volvió a levantar, se sacudió y para el horror de la dragona, se lanzó en furiosa carrera, esta vez contra el no-elfo. La rubia entró en pánico y corrió despavorida hacia él -¡Me lo mata! ¡Si lo alcanza me lo mata!- gritaba, dándolo todo por llegar antes que el toro.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, saltó y sacó a Hazel del camino del animal de un empujón[7]. Ambos cayeron estrepitosamente y ella quedó sobre él, con la cara del muchacho entre sus pechos. -¿Estás bien?- preguntó apresurándose a levantarse y haciéndose la loca respecto a la incómoda posición en la que habían quedado.
-Aunque podría darle pelea si me transformo en dragón... mi fuego no le haría nada...- dijo, a pesar de que nadie parecía prestarle atención. En ese momento, lamentó no ser heredera de piedra o de agua. -!¿Pero quién necesita heredar poderes si hay magia?!- exclamó recordando algo útil que llevaba consigo. Metió la mano por el cuello de su camisa y jaló el collar del que colgaban 5 pequeños y brillantes viales[8] -El azul debería ser- recordó y lo jaló para verter el contenido en la hoja de Feuerstein que inmediatamente brilló con el mismo color del vial.
Ingela gritó para darse ánimos y cargó contra la bestia con todas sus fuerzas[9], ahora contaba con la ayuda de Hazel y Vincent[10]. Cada vez que ella lo golpeaba con su mandoble, el efecto de la magia del vial afectaba al zezengorri y la parte de su cuerpo se entumecía, al notarlo, Ingela comenzó a dirigir sus golpes a las patas del animal, haciendo que este avanzara más lento. Juntos, lograron dirigir al furioso animal hacia un enorme agujero.
_____________________________
[X]Elijo Reflejo de espinas [Encantamiento de Armadura/Escudo] y lo aplico en mi rodela [Escudo]
[1]Uso de encantamiento pasivo "Fuente de Luz" +5pts.
[2][9]Habilidad pasiva de nivel 1 "Die Drachen Raserei" +5pts.
[3]Ingela ayuda a Vincent +10pts (+10pts. para Vincent también).
[4]Encantamiento pasivo de escudo "Reflejo de espinas" +5pts.
[5]Vincent ayuda a Ingela +10pts (+10pts. para Vincent también).
[6]Uso de encantamiento pasivo "Runa de Penetración" +5pts.
[7]Ingela ayuda a Hazel +10pts (+10pts. para Hazel también).
[8]Uso consumible "Regalo elemental de Isil Azul: Hielo (Entumecimiento)[1 Carga por color]" +20pts.
[10]Usar una habilidad ofensiva junto al ataque de otro personaje +10 pts.
TOTAL 80pts.
De repente hubo quietud y silencio, lo cual crispó a la joven dragona pues una repentina tranquilidad en aquel lugar era por lo menos sospechosa -Mejor avanzar rapidito- dijo, tocó la runa de su colgante de madera para iluminar mejor su camino[1] y agarró de las manos a ambos compañeros para jalarlos fuera de allí. No se dieron cuenta, pero aquel gesto de la dragona evitó que a Vincent una rama lo agarrara del tobillo y lo jalara de vuelta al pantano para dejarlo para siempre encerrado en aquel piso de la Torre.
Arrastrando a sus compañeros, llegaron al siguiente piso. Sí, arrastrándolos, porque Ingela cuando estaba nerviosa, la cara y el pecho se le ponían rojos, le sudaban las sienes, bufaba y caminaba dando grandes zancadas con sus largas piernas. A sus compañeros solo les quedaba el dejarse llevar y no contradecirla sería el mejor consejo que cualquiera les podría dar en ese momento. -¡Miren! ¡Son los demás!- exclamó mirando a su alrededor, soltando del fuerte agarre a brujo y no-elfo al darse cuenta que el resto del grupo había llegado a salvo.
Suspiró alegre y aliviada e intentó ir a saludarlos, pero no le prestaron atención y comenzaron todos a moverse frenéticamente, saltando, esquivando, luchando -¡¿Pero qué está pasando?!- exclamó confundida -¿Por qué actúan así?- preguntó a sus compañeros. Lo siguiente que vio, a través de unos ventanales enormes, una tormenta horrible azotando el exterior -¿Eso está pasando en Roilkat?- preguntó con preocupación -Tengo que salir pronto de esta torre- dijo para si misma -Fui muy irresponsable al dejar solos a Fëanor y Bolti... si algo les pasa, mi mamá me va a matar... o peor...- se lamentó, agarrándose las mejillas y apretándolas.
Sacudió la cabeza y volteó a mirar a Hazel, iba a preguntarle algo pero lo olvidó apenas escuchó un bramido muy familiar. -No... puede... ser...- dijo bajito, volteando la cabeza despacio, con los ojos cerrados, no queriendo ver a lo que tendría que enfrentarse. Lentamente los abrió y ahí estaba, enojado, flameado, carbonizado... un zezengorri. Recuerdos desagradables revolotearon en la cabeza de la dragona y uno de sus hombros dolió fuertemente.
Aquello parecía un déjà vu, solo que esta vez no estaban en Dundarak, no había un ejército de muertos vivientes que lo empeoraba todo, el brujo no era de hielo y el otro solo contaba como medio elfo -Bueee... de pronto sea menos difícil que aquella vez- se consoló y se preparó para esquivar la primera embestida del toro. Creyó que podría evitarlo sin problemas y se sintió genial, hasta que descubrió que el objetivo del animal era el brujo. -¡Ah no! ¿Es que me vas a ignorar?- exclamó indignada y cargó en contra del animal, golpeándolo con su cuerpo[2] y su escudo, haciéndolo desviar el curso, lejos de Vincent[3]. Además, al contacto con la bestia, del escudo de Ingela salieron pequeñas y filosas espinas de energía, que se enterraron en el cuero del toro[4]. -¡Con que esto era!- gritó emocionada al recordar lo que había pasado antes con su escudo, escuchando el bramido de dolor del zezengorri.
La dragona sonrió con pícara malicia pues ahora tendría la atención del animal, que se lanzó contra ella a todo galope. Ingela se cuadró, agarró con firmeza su mandoble y esperó la embestida del animal. -¡Vincent!- llamó de un grito al brujo -¡Necesito que empujes mi arma con tu telequinesis!- exclamó con furia mientras observaba a la bestia correr hacia ella. En el último instante, cuando ya se le venía encima el zezengorri, la dragona asestó una estocada en el animal.
Potenciada por la telequinesis de Vincent[5] y el encantamiento que hacía que su arma penetrara incluso armaduras[6], su mandoble se enterró en la bestia que no dejó de correr, haciendo de su herida un tajo a lo largo de su costado.
El animal cayó de bruces tras avanzar un poco más, Ingela saltó de alegría -¡Lo hicimos! ¡Lo vencimos!- exclamaba feliz. Todo era risas hasta que parió la abuela. La bestia se volvió a levantar, se sacudió y para el horror de la dragona, se lanzó en furiosa carrera, esta vez contra el no-elfo. La rubia entró en pánico y corrió despavorida hacia él -¡Me lo mata! ¡Si lo alcanza me lo mata!- gritaba, dándolo todo por llegar antes que el toro.
Cuando estuvo lo suficientemente cerca, saltó y sacó a Hazel del camino del animal de un empujón[7]. Ambos cayeron estrepitosamente y ella quedó sobre él, con la cara del muchacho entre sus pechos. -¿Estás bien?- preguntó apresurándose a levantarse y haciéndose la loca respecto a la incómoda posición en la que habían quedado.
-Aunque podría darle pelea si me transformo en dragón... mi fuego no le haría nada...- dijo, a pesar de que nadie parecía prestarle atención. En ese momento, lamentó no ser heredera de piedra o de agua. -!¿Pero quién necesita heredar poderes si hay magia?!- exclamó recordando algo útil que llevaba consigo. Metió la mano por el cuello de su camisa y jaló el collar del que colgaban 5 pequeños y brillantes viales[8] -El azul debería ser- recordó y lo jaló para verter el contenido en la hoja de Feuerstein que inmediatamente brilló con el mismo color del vial.
Ingela gritó para darse ánimos y cargó contra la bestia con todas sus fuerzas[9], ahora contaba con la ayuda de Hazel y Vincent[10]. Cada vez que ella lo golpeaba con su mandoble, el efecto de la magia del vial afectaba al zezengorri y la parte de su cuerpo se entumecía, al notarlo, Ingela comenzó a dirigir sus golpes a las patas del animal, haciendo que este avanzara más lento. Juntos, lograron dirigir al furioso animal hacia un enorme agujero.
_____________________________
[X]Elijo Reflejo de espinas [Encantamiento de Armadura/Escudo] y lo aplico en mi rodela [Escudo]
[1]Uso de encantamiento pasivo "Fuente de Luz" +5pts.
[2][9]Habilidad pasiva de nivel 1 "Die Drachen Raserei" +5pts.
[3]Ingela ayuda a Vincent +10pts (+10pts. para Vincent también).
[4]Encantamiento pasivo de escudo "Reflejo de espinas" +5pts.
[5]Vincent ayuda a Ingela +10pts (+10pts. para Vincent también).
[6]Uso de encantamiento pasivo "Runa de Penetración" +5pts.
[7]Ingela ayuda a Hazel +10pts (+10pts. para Hazel también).
[8]Uso consumible "Regalo elemental de Isil Azul: Hielo (Entumecimiento)[1 Carga por color]" +20pts.
[10]Usar una habilidad ofensiva junto al ataque de otro personaje +10 pts.
TOTAL 80pts.
Ingela
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
El tiro de la elfa, contra todo pronóstico, consiguió llegar al objetivo y el cristal absorbió la magia del ataque y reventó como globito, Destino tomó uno de los fragmentos del cristal y lo guardó para más tarde, si es que seguía vivo más tarde. De cualquier modo, avanzó hasta aquella especie de portal que llevaba a la siguiente fase, asomando primero la cabeza y mirando a los lados para verificar que nada intentara matarlo. Posteriormente al no escuchar los gritos agonizantes de sus compañeras, consideró que era seguro y entró a la sala.
Para su sorpresa, parecía estar de nuevo en un bosque, aunque un poco más colorido y con una vegetación que ya no intentaba matarlos, aunque tal vez había hablado demasiado pronto, pues una rama le tropezó la pierna y comenzaba a enredarse tímidamente -¡Sape!- Dijo el pelinegro golpeando la rama con el guante metálico de su mano izquierda y dando un salto hacia atrás, fue entonces cuando notó que todo el lugar estaba lleno de ramas espinosas que iban y venían, dio un vistazo a su compañera, usando sus ojos de elfo para fijarse en las características del fluido que segregaban estas plantas, [1] el pelinegro se valió de un análisis a la textura, color, viscosidad, peso, resistencia al viento y el hecho de que ya la bruja lo había dicho para repetir lo mismo -¡Los colmillos están envenenados, no dejen que las toquen!- Advirtió para sus compañeras.
El pelinegro retrocedió para alejarse de las raíces, y notó que de nuevo se encontraba junto al resto de sus compañeros -Hey, ¿qué está pasando?- Le gritó a Rauko pero no hubo respuesta, parecía que no le estaban escuchando. Gracias a su Don mágico [2] puso percibir que estaban luchando con algo que él no podía ver, prueba de ello fue ver unas pisadas de fuego que iban justo hacia él. Cruzó las manos al frente para detener lo que fuera aquella amenaza, pero lo que fuera pasó de largo sin tocarlo, aunque el fuego de las pisadas sí que era bastante real.
El pelinegro no terminaba de entender lo que estaba sucediendo, pero parecía que estaban juntos. pero no revueltos, a lo lejos, el chico de las espadas grandes hacía gestos extraños pero el pelinegro no alcanzaba a entender lo que sucedía, aunque igual se terminó acercando cuando fue llamado por Rauko quien le ofreció una duplicación de espada, porque cuatro son mejor que dos, y ocho son mejor que cuatro. Se acercó de prisa aunque al final se encontró con que todo era una vil estafa.
El rubio realizó algunos gestos que desde luego, con sus amplias dotes de comprensión, lectura de labios, análisis de lenguaje corporal y empatía de raza, Destino logró entender a la perfección mientras afirmaba con la cabeza ante las instrucciones, el plan del rubio era muy bueno, aunque estaba un poco difícil encontrar un barco tripulado por gatos que los llevaran volando a tomar el té, si el rubio decía que podía lograrlo, Destino no tenía corazón para arruinarle sus sueños. El pelinegro lo miró fijamente con sus ojos azules y me mostró el puño con un pulgar arriba mientras se preparaba para advertirles que tal como él casi era quemado por las llamas de algo invisible, puede que las plantas les afectaran a ellos -No se acerquen a ese lugar- Dijo mientras señalaba el lugar a donde se dirigía la bruja sin mucho cuidado.
Juntó las manos entrelazando los dedos, luego las separó y colocó el puño cerrado de una mano sobre la palma abierta de la otra, señaló sus ojos, se haló una oreja hacia arriba y luego señaló el cabello de Rauko, era un mensaje muy claro y el pelinegro estaba completamente seguro que le habían entendido, no acercarse al peligroso lugar al que señalaba mientras llegaban con el barco de gatos. De cualquier modo, no había tiempo para nada más, pues su compañera caminaba embobada hacia la cosa más hermosa que el elfo había visto en su vida.
Era hermosa, ese tono plateado con una ondeante estela roja en la parte superior, esas curvas perfectamente torneadas y un mango exquisito para apretarla, era una hermosa espada como el elfo no había visto jamás, muy cerca estaba de enamorarse cuando llegó la advertencia de la bruja -Una manshari, claro, si era evidente- Dijo el elfo aunque no tenía idea de lo que era eso. Hizo señas a Rauko y sobre todo a la pequeña Magazubi para que se mantuvieran alejados del peligro y corrió hacia la criatura.
Cerró los ojos y agitó la cabeza para sacarse esa imagen engañosa de la mente y con la ayuda de la diadema de genio paranoico [3] pudo ver finalmente aquella espantosa cosa contra la que luchaban -¡Oh no, eso es una manshari!- Repitió entendiendo al fin lo que antes había dicho la bruja que parecía no estarla pasando bien. El elfo tomó sus dos espadas gemelas y las usó para cortar las plantas cercanas y abrirse camino, aunque el paso se hacía cada vez más difícil, intentó hacerle daño lanzando sus espadas hacia el frente para luego hacerlas volver, [4] cortando las plantas en su camino pero seguía sin ser algo eficaz, estas comenzaban a crecer en número y cantidad (sí, es redundante pero así se ve más exagerado y dramático).
A este punto solo podía retroceder mientras cortaba y esquivaba plantas hasta que la antorcha de la elfa escondidiza le dio una idea, aprovechó el ataque de esta elfa para colocarse el guante arpón [5] que había tomado antes y en la daga de la punta colocó un pergamino explosivo [6], apuntó y disparó directo hacia la planta al tiempo que la encapuchada realizaba su ataque, clavando la daga y activando luego el pergamino explosivo para prenderle fuego a la criatura. [7]
Desde luego que esto no le sentó nada bien a aquella cosa, las plantas cercanas se volvieron locas, repartiendo latigazos hacia todos lados y tratando de atrapar todo cuanto se moviera cerca de ellas. Afortunadamente la que se estaba convirtiendo en la elfa favorita del pelinegro activó también un muro de fuego que le sirvió para escudarse y mantenerse a salvo de la mayoría de plantas, [8] mientras usaba sus espadas para cortar las que tenía más cerca. Aunque la situación parecía bastante difícil, el elfo confiaba en que sus compañeros encontrarían la manera de traer un barco volador tripulado por gatos, en algún momento...
Para su sorpresa, parecía estar de nuevo en un bosque, aunque un poco más colorido y con una vegetación que ya no intentaba matarlos, aunque tal vez había hablado demasiado pronto, pues una rama le tropezó la pierna y comenzaba a enredarse tímidamente -¡Sape!- Dijo el pelinegro golpeando la rama con el guante metálico de su mano izquierda y dando un salto hacia atrás, fue entonces cuando notó que todo el lugar estaba lleno de ramas espinosas que iban y venían, dio un vistazo a su compañera, usando sus ojos de elfo para fijarse en las características del fluido que segregaban estas plantas, [1] el pelinegro se valió de un análisis a la textura, color, viscosidad, peso, resistencia al viento y el hecho de que ya la bruja lo había dicho para repetir lo mismo -¡Los colmillos están envenenados, no dejen que las toquen!- Advirtió para sus compañeras.
El pelinegro retrocedió para alejarse de las raíces, y notó que de nuevo se encontraba junto al resto de sus compañeros -Hey, ¿qué está pasando?- Le gritó a Rauko pero no hubo respuesta, parecía que no le estaban escuchando. Gracias a su Don mágico [2] puso percibir que estaban luchando con algo que él no podía ver, prueba de ello fue ver unas pisadas de fuego que iban justo hacia él. Cruzó las manos al frente para detener lo que fuera aquella amenaza, pero lo que fuera pasó de largo sin tocarlo, aunque el fuego de las pisadas sí que era bastante real.
El pelinegro no terminaba de entender lo que estaba sucediendo, pero parecía que estaban juntos. pero no revueltos, a lo lejos, el chico de las espadas grandes hacía gestos extraños pero el pelinegro no alcanzaba a entender lo que sucedía, aunque igual se terminó acercando cuando fue llamado por Rauko quien le ofreció una duplicación de espada, porque cuatro son mejor que dos, y ocho son mejor que cuatro. Se acercó de prisa aunque al final se encontró con que todo era una vil estafa.
El rubio realizó algunos gestos que desde luego, con sus amplias dotes de comprensión, lectura de labios, análisis de lenguaje corporal y empatía de raza, Destino logró entender a la perfección mientras afirmaba con la cabeza ante las instrucciones, el plan del rubio era muy bueno, aunque estaba un poco difícil encontrar un barco tripulado por gatos que los llevaran volando a tomar el té, si el rubio decía que podía lograrlo, Destino no tenía corazón para arruinarle sus sueños. El pelinegro lo miró fijamente con sus ojos azules y me mostró el puño con un pulgar arriba mientras se preparaba para advertirles que tal como él casi era quemado por las llamas de algo invisible, puede que las plantas les afectaran a ellos -No se acerquen a ese lugar- Dijo mientras señalaba el lugar a donde se dirigía la bruja sin mucho cuidado.
Juntó las manos entrelazando los dedos, luego las separó y colocó el puño cerrado de una mano sobre la palma abierta de la otra, señaló sus ojos, se haló una oreja hacia arriba y luego señaló el cabello de Rauko, era un mensaje muy claro y el pelinegro estaba completamente seguro que le habían entendido, no acercarse al peligroso lugar al que señalaba mientras llegaban con el barco de gatos. De cualquier modo, no había tiempo para nada más, pues su compañera caminaba embobada hacia la cosa más hermosa que el elfo había visto en su vida.
Era hermosa, ese tono plateado con una ondeante estela roja en la parte superior, esas curvas perfectamente torneadas y un mango exquisito para apretarla, era una hermosa espada como el elfo no había visto jamás, muy cerca estaba de enamorarse cuando llegó la advertencia de la bruja -Una manshari, claro, si era evidente- Dijo el elfo aunque no tenía idea de lo que era eso. Hizo señas a Rauko y sobre todo a la pequeña Magazubi para que se mantuvieran alejados del peligro y corrió hacia la criatura.
Cerró los ojos y agitó la cabeza para sacarse esa imagen engañosa de la mente y con la ayuda de la diadema de genio paranoico [3] pudo ver finalmente aquella espantosa cosa contra la que luchaban -¡Oh no, eso es una manshari!- Repitió entendiendo al fin lo que antes había dicho la bruja que parecía no estarla pasando bien. El elfo tomó sus dos espadas gemelas y las usó para cortar las plantas cercanas y abrirse camino, aunque el paso se hacía cada vez más difícil, intentó hacerle daño lanzando sus espadas hacia el frente para luego hacerlas volver, [4] cortando las plantas en su camino pero seguía sin ser algo eficaz, estas comenzaban a crecer en número y cantidad (sí, es redundante pero así se ve más exagerado y dramático).
A este punto solo podía retroceder mientras cortaba y esquivaba plantas hasta que la antorcha de la elfa escondidiza le dio una idea, aprovechó el ataque de esta elfa para colocarse el guante arpón [5] que había tomado antes y en la daga de la punta colocó un pergamino explosivo [6], apuntó y disparó directo hacia la planta al tiempo que la encapuchada realizaba su ataque, clavando la daga y activando luego el pergamino explosivo para prenderle fuego a la criatura. [7]
Desde luego que esto no le sentó nada bien a aquella cosa, las plantas cercanas se volvieron locas, repartiendo latigazos hacia todos lados y tratando de atrapar todo cuanto se moviera cerca de ellas. Afortunadamente la que se estaba convirtiendo en la elfa favorita del pelinegro activó también un muro de fuego que le sirvió para escudarse y mantenerse a salvo de la mayoría de plantas, [8] mientras usaba sus espadas para cortar las que tenía más cerca. Aunque la situación parecía bastante difícil, el elfo confiaba en que sus compañeros encontrarían la manera de traer un barco volador tripulado por gatos, en algún momento...
Habilidades u Objetos usados: 80 pts.
[1] Ojos de elfo: 5 pts
[2] Don mágico: 5 pts
[3] Pasiva del casco anticontrol: 5 pts
[4] Habilidad pasiva de nivel 4: 5 pts
[5] Uso de limitado: Gancho arpón: 20 pts
[6] Uso de limitado: Pergamino explosivo: 20 pts
[7] Uso de objetos para ataque en conjunto con Valyria: 10 pts
[8] Ser protegido por Valyria: 10 puntos
[0] Tomaré el encantamiento de Impacto oscuro pero no lo voy a usar aún
- Inventario:
[1] Armas.
- Moonblade [Calidad Superior, arma. ]
- Serpientes gemelas (2) [Calidad Épica, Arma, Se liga al éter, 2 usos]
- Sting [Guante/Arma corta, Guantelete de guerra superior]
[2] Equipamiento.
- Casco del genio paranoico, [Yelmo] pero con forma de diadema para que se vea más divo.
- Botas silenciosas, [Botas].
- Capa de la noche [Capa].
[3] Limitados.
- Pistola de cuerda [Artilugio, Limitado, 1 uso]
-Guante arpón [Arma, Limitado, 1 uso].
-Pergamino Explosivo [Pergamino, Limitado, 1 uso]
-Pergamino Muro de Fuego [Pergamino, Limitado, 1 uso]
- Filo Venenoso [Veneno, Limitado, 1 uso]
- Poción de Estoicismo [Elixir, Limitado, 1 uso]
- Poción de Salud Diluida [Elixir, Limitado, 1 uso].
[4] Consumibles.
- Restaurador mágico.
- Tragaéter (x2) Accesorio, consumible.
- Caramelo de jade 2 cargas
Destino
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Al parecer a los chicos solo les faltaba un empujón, y gracias a eso pudieron destruir el cristal para que todos siguiéramos adelante.
Comí con éxtasis la fruta que me dió Rauko y recogí con cuidado un pedazo del cristal, y como si fuese atraído por mi daga se adhirió a ella y enseguida sentí como mi daga ahora fuese más poderosa. (1)
Sin pensarlo mucho entré al portal para continuar mi aventura con Pelusa en las manos y me impresioné al ver cómo pasamos de un clima húmedo a uno árido y lleno de mucha arena. Observé a mi alrededor dudosa.
La arena se movía de formas extrañas y me mantenía alerta. En cuanto aquella bestia se dio a conocer mi corazón se aceleró y retrocedí, era enorme, imponente y muy aterradora, por un instante me provocó abrazar a alguno de los chicos pero me limité a hacerme la fuerte por mi bebé.
-Vamos a estar bien, es solo un gusanito- dije tratando de no revelarle a Pelusa que tenía un poco de miedo, pero al parecer mi bebé le había dicho algo a ¿Rauko?
Segundos después el chico se encontraba dando vueltas impresionantes y luchando contra la bestia, mientras yo me mantenía lo más alejada posible de todo aquello y tratando de ver cómo mudarme de habitación. Las plantas asesinas y el infierno se veían menos asquerosas que mi contrincante.
Dejé que Rauko se encargara hasta que cayó estrepitosamente, no una sino múltiples veces, pero en una de esas habló de veneno y me pareció una excelente idea.
-No me voy a acercar a esa cosa- le dije a Ryuu entregando un pequeño potecito con veneno paralizante (2) -Uh, y esto puede que te sirva- dije entregando un consumible.
Luego de eso me dispuse a mantener la distancia entre esa cosa y yo a toda costa corriendo de un lado a otro. En eso saqué mi bolsa de púas y con telekinesis avanzada las llevé a altas velocidades hasta la ¿boca? del gusano (4), para hacer un remolino de puás más para fastidiar y distraer al gigante, incluso tratar de atacar más del lado derecho para que la bestia se desplazara hacia donde Destino señalaba, y además que Ryuu no tuviese demasiados problemas para disparar el veneno.
Off:
Elijo Impacto oscuro [Encantamiento de Arma] Al golpear a un enemigo, el arma libera una descarga de energía que afecta al siguiente enemigo más cercano, generando un daño leve.
1. Don mágico +5
2. Toque paralizante [Veneno, Limitado, 1 Uso] Esencia que, aplicada a un arma, hace que envenene al herir. El veneno, tras entrar al sistema, paralizará en cosa de segundos al afectado por un turno (el afectado puede moverse, pero muy lento). Cualquier objetivo afectado se vuelve inmune por una hora. El veneno se diluye del arma a los 10 minutos o tras afectar a 2 personas.
Y uso objeto para potenciar a Ryuu 20+10 = +30
3. Consumible: Restaurar un uso de habilidad de nivel 4 o menor.
Y potenciar a Ryuu 20+10 = +30
4.Bolsa de púas y telekinesis avanzada 10 + 5 = 15
Total = 80 ptos
___________
Inventario:
Ganado en la torre:
Consumible Poción de salud (1 uso)
Consumible Copiar suerte (1 uso)
Runa de Teleportación [Limitado, 1 uso]
Consumible (Restaurar un uso de habilidad de nivel 4 o menor)
Encantamientos (2/6)
Armadura ligera superior + encantamiento de armadura para hacerla parecer vestido.
4 Agujas superiores + encantamiento de arma cambiante a cadena (la uso como pulsera en la mano derecha)
(new)Daga con impacto oscuro.
Limitados (7/7)
Kit arcano superior (2 usos)
Kit alquimista regular (2 usos)
Veneno toque paralizante (1 uso)
Pergamino emocional(2 usos) (1 uso)
Bolsa de púas(2 usos) (1 uso)
Cristal de reducción para Pelusa (2 usos)
Pesadilla Embotellada (0 uso)
Consumibles:
Elixir multipropósito (3 cargas) Elixir multipropósito (2 cargas)
Máscara de caidos (2 cargas)
Chocolate del equinocio (1 uso)
Armas menos relevantes:
4 agujas con cascabel calidad pobre
Otras cositas:
Bolso aventurero para meter todas mis cositas.
Mascota: Pelusa
Comí con éxtasis la fruta que me dió Rauko y recogí con cuidado un pedazo del cristal, y como si fuese atraído por mi daga se adhirió a ella y enseguida sentí como mi daga ahora fuese más poderosa. (1)
Sin pensarlo mucho entré al portal para continuar mi aventura con Pelusa en las manos y me impresioné al ver cómo pasamos de un clima húmedo a uno árido y lleno de mucha arena. Observé a mi alrededor dudosa.
La arena se movía de formas extrañas y me mantenía alerta. En cuanto aquella bestia se dio a conocer mi corazón se aceleró y retrocedí, era enorme, imponente y muy aterradora, por un instante me provocó abrazar a alguno de los chicos pero me limité a hacerme la fuerte por mi bebé.
-Vamos a estar bien, es solo un gusanito- dije tratando de no revelarle a Pelusa que tenía un poco de miedo, pero al parecer mi bebé le había dicho algo a ¿Rauko?
Segundos después el chico se encontraba dando vueltas impresionantes y luchando contra la bestia, mientras yo me mantenía lo más alejada posible de todo aquello y tratando de ver cómo mudarme de habitación. Las plantas asesinas y el infierno se veían menos asquerosas que mi contrincante.
Dejé que Rauko se encargara hasta que cayó estrepitosamente, no una sino múltiples veces, pero en una de esas habló de veneno y me pareció una excelente idea.
-No me voy a acercar a esa cosa- le dije a Ryuu entregando un pequeño potecito con veneno paralizante (2) -Uh, y esto puede que te sirva- dije entregando un consumible.
Luego de eso me dispuse a mantener la distancia entre esa cosa y yo a toda costa corriendo de un lado a otro. En eso saqué mi bolsa de púas y con telekinesis avanzada las llevé a altas velocidades hasta la ¿boca? del gusano (4), para hacer un remolino de puás más para fastidiar y distraer al gigante, incluso tratar de atacar más del lado derecho para que la bestia se desplazara hacia donde Destino señalaba, y además que Ryuu no tuviese demasiados problemas para disparar el veneno.
Off:
Elijo Impacto oscuro [Encantamiento de Arma] Al golpear a un enemigo, el arma libera una descarga de energía que afecta al siguiente enemigo más cercano, generando un daño leve.
1. Don mágico +5
2. Toque paralizante [Veneno, Limitado, 1 Uso] Esencia que, aplicada a un arma, hace que envenene al herir. El veneno, tras entrar al sistema, paralizará en cosa de segundos al afectado por un turno (el afectado puede moverse, pero muy lento). Cualquier objetivo afectado se vuelve inmune por una hora. El veneno se diluye del arma a los 10 minutos o tras afectar a 2 personas.
Y uso objeto para potenciar a Ryuu 20+10 = +30
3. Consumible: Restaurar un uso de habilidad de nivel 4 o menor.
Y potenciar a Ryuu 20+10 = +30
4.Bolsa de púas y telekinesis avanzada 10 + 5 = 15
Total = 80 ptos
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Inventario:
Ganado en la torre:
Consumible Poción de salud (1 uso)
Runa de Teleportación [Limitado, 1 uso]
Encantamientos (2/6)
Armadura ligera superior + encantamiento de armadura para hacerla parecer vestido.
4 Agujas superiores + encantamiento de arma cambiante a cadena (la uso como pulsera en la mano derecha)
(new)Daga con impacto oscuro.
Limitados (7/7)
Kit arcano superior (2 usos)
Kit alquimista regular (2 usos)
Veneno toque paralizante (1 uso)
Pergamino emocional
Bolsa de púas
Cristal de reducción para Pelusa (2 usos)
Consumibles:
Máscara de caidos (2 cargas)
Chocolate del equinocio (1 uso)
Armas menos relevantes:
4 agujas con cascabel calidad pobre
Otras cositas:
Bolso aventurero para meter todas mis cositas.
Mascota: Pelusa
- Pelusa:
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Habilidades ya gastadas:
Racial: Superioridad Arcana
Nivel 1: Tierno encantamiento
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
El cristal que había sobre la puerta, incrustado en el marco de piedra de esta, explotó en mil pedazos en cuanto la bomba alquímica de Ingela la alcanzó.
Con aquella acción la barrera que impedía el paso cayó, así que el trío de aventureros pudo cruzar sin mayor inconveniente. Más, como ya era lo habitual en aquella maldita torre, hacerlo no significaba ponerse a salvo, más bien todo lo contrario.
- Sí, parece que el tiempo de andar por separados ha tocado a su fin-, contestó al elfo, con alivio, pues podía observar que no faltaba nadie entre todos ellos. - Hey Reike, ¿ya me echabas de menos? - preguntó burlón, pero la morena no le hizo ni el más mínimo caso,
Incluso, por unos instantes, incluso parecía que Valeria se dirigía hacia donde se encontraba el mercenario para no decirle absolutamente nada.
- Eso fue raro-, susurró a los compañeros que habían entrado junto a él, el rubio elfo y la dragona, pero sin mirar hacia ellos, solo ladeando su torso un poco hacia la izquierda para que ellos pudieran escucharlo mejor. - Reike, tengo algo importante que decirte. ¡Eres un golfa! - le gritó ya del todo derecho, y luego se giró para mirar hacia Zelas e Ingela. - Nada, está claro que no pueden escucharnos.
«Porque de no ser así yo ya estaría muerto», pensó lo que ya ellos habrían imaginado.
Pero no pudo debatir más sobre brujas que no escuchaban palabras lindas, pues había un puñetero toro de fuego en la sala. Y bueno, digamos que ponerse a platicar tranquilamente, cuando una bestia enorme te quiere embestir, no es la mejor de las ideas.
Vincent corrió alejándose del toro cuando este comenzó su andadura hacia ellos.
- Será mejor que nos separemos para atacarlos desde diferentes ángu…-, comentaba el brujo, antes de que tuviera que parar en seco, a punto de caer por un agujero que había aparecido delante de sus narices.
«Los zezengorri no hacen eso», caviló, mientras reanudaba la carrera rodeando el agujero para volver escapar del toro.
Por fortuna, o más bien porque iba con unos compañeros competentes, escapó de la carrera de la bestia gracias a la ayuda de la dragona.[1]
- Muchas gracias, jovencita. Supongo que ya no tengo la misma carrera de antaño-, le respondió medio en broma, después de salir airoso de aquella situación tan complicada.
Sin embargo, escapar del peligro le permitió al mercenario retomar sus pensamientos iniciales. Así que el brujo no perdió un instante y miró en derredor para sonsacar información de aquella nueva sala.[2]
«¿Será la razón por la que Reike y los demás no nos podían escuchar?»
- Hermoso elfo y linda dragona. En este lugar convive con nosotros una extraña magia que no soy capaz de descifrar. Mucho cuidado. Ese agujero no era cosa del toro.
Dicho aquello, el sureño guerrero no tardó en observar la proliferación de plantas por toda la zona, lo cual no hacía más que reforzar su idea de que el toro no estaba solo en el salón, aunque aún no había podido detectar la presencia de los demás enemigos.
- ¡Cuidado! - gritó, a la vez que se impulsaba con su magia para desplazar a su amigo de los bosques para apartarlos del renovado peligro del toro.[3][4] - Para eso estamos, para echarnos una mano cada vez que lo necesitemos. Solo así lograremos salir de este sitio con el pellejo intacto-, comentó amistoso.
«Tener otras amenazas encima es una putada», pensó en esta ocasión, «Pero es lo que toca»
A ojos del mercenario, de todos modos lo único que podían hacer por el momento era centrarse en el zezengorri. Ya tendrían tiempo de preocuparse por el futuro más inmediato.
- Mi telequinesis no es gran cosa, pero te ayudaré-, respondió a la dragona, acercándose con toda rapidez hacia donde se encontraba ella.
Pues, ya que su poder telequinético no era muy potente, al menos acercándose podría darle más fuerza a la hoja con su magia.
El acero de la dragona atravesó la carne del animal, que se hirió mientras seguía avanzando en su embestida, ayudado por el esfuerzo mágico del brujo que ayudó a mantener el acero en posición durante el combate.[5][6]
Y tras aquello, fue cuando el sureño pudo tomar un respiro para mirar a su alrededor.
- Chicos, si el zezengorri no nos mata, ya nos moriremos nosotros por nuestra cuenta. No se si se han fijado. ¡Pero este maldito salón está en llamas por culpa de este puñetero toro!
Había llamas por doquier, plantas ardiendo como si fuera una festiva noche de hogueras. Nada muy grave para un brujo, más hasta para un practicante de magia la situación se podría descontrolar del todo si no terminaban de una vez con aquel bicho.
Fue en ese instante, cuando Vincent rebuscaba entre sus bolsillos, que tuvo que esquivar con un impulso de su magia de aire al bastardo que buscaba una vez más matarlo, pero por desgracia en el proceso se le cayó una botella que el toro pisó con una de sus pezuñas.[7]
- ¿Qué coño es eso? - se cuestionó, cuando empezó a escucharse una música allá donde fuera el toro. - Será una broma.
Pero no. No lo era. Ni que ahora resonaba música amenizando el salón, que se escuchaba allá por donde pisaba el zezengorri, y que la canción no podía ser más lamentable.
- Vale, acabemos con esto-, contestó serio, entendiendo el plan del elfo, y olvidando la extraña postura en la que habían quedado dragona y rubio elfo en el último paso del toro.
Vincent se encaminó hacia el agujero, y con ayuda de sus compañeros en un ataque entre otros fueron acorralando al animal, haciendo que quedara atrapado entre ellos y el vacío cercano.
Aprovechando la ocasión, el mercenario sacó su daga para propinarle un corte en el hocico al toro, que quedó aturdido levemente cuando el encantamiento hizo su parte[8]. De inmediato, giró sobre sí mismo en el aire, en el plano vertical, casi besando el suelo con su rostro mientras regresaba la daba, ayudado con su magia. Todo ello para evitar las astas de la bestia cuando el animal contraatacó, aún con sus sentidos embotados, y para ganar ventaja sobre este en una nueva posición.
En cuanto sus pies encontraron el suelo, Vinc desenvainó su espada de fuego y, girando sobre sí mismo, esta vez en el plano horizontal, realizó un ataque de acero fuego y luz[9][10] que penetró detrás de la rodilla de una de las patas traseras. Allí quedó el arma clavada, al tiempo que un mugido de dolor resonó por todo el salón, casi apagando la música que acompañaba al animal. Sin embargo, el brujo no se detuvo ahí, desenvainó su alfanje, lo convirtió en garra[11] para rodar sobre su espalda con mayor soltura, y lo regresó a su forma de espada en cuánto estuvo erguido, para atacar desde el ángulo inverso la misma pata de toro. Un renovado ataque a acero luminoso con la fuerza de ambas manos, que partió la pierna del zezengorri, liberando su otra arma de la prisión de carne, que regresó a una de sus manos por medio de la telequinesis.
Con la pérdida de equilibrio que aquello suponía para el toro, más la combinación de ataques de sus compañeros, la bestia estaba perdida.[12]
- Anda, vete con la música a otra parte-, comentó serio, pero en tono burlesco, envainando ambas espadas mientras observaba como el zezengorri empezaba a perderse por el filo del precipicio.
[1] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Ingela me salva): 10 puntos
[2] Habilidad pasiva racial: Don Mágico: 5 puntos
[3] Habilidad pasiva de nivel 1 - La Danza del Aire: 5 puntos
[4] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Salvo a Zelas): 10 puntos
[5] Habilidad pasiva racial: Telequinesis: 5 puntos
[6] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Potencio a Ingela): 10 puntos
[7] Usar un objeto consumible o con cargas (Canción embotellada): 20 pts
[8] Encantamiento pasivo de la daga (electricidad): 5 puntos
[9] Anillo con encantamiento o efecto pasivo (Magia de Luz): 5 puntos
[10] Encantamiento pasivo de la Espada zurda de Frendel (Magia de Fuego): 5 puntos
[11] Encantamiento pasivo del Alfanje de los esqueletos: 5 puntos
[12] Usar una habilidad ofensiva junto al ataque de otro personaje (Ingela y Zelas)(Ayudo e Ingela usa objeto): 10 pts.
En total: 95 puntos.
Gasto Canción embotellada: [Consumible] Al romperla, la canción (la podéis elegir vosotros) sonará por arte de magia.
La música será la siguiente, con laúd, etc y toque medieval, por supuesto.
Seguro me echan del evento por usar objeto tan ridículo, pero valió la pena. ¡Valió la penaaaaaa! - Grita mientras cae por el precipicio después de ser lanzado por Ansur
Postdata: Agradecimientos a Rauko, que me sugirió la canción cuando le comenté la gran parida que iba a hacer (?
Segundo Postdata (Edición deja de olvidarte cosas Vincent): Elijo Anulación arcana [Encantamiento de Armadura/Escudo] pero no lo usaré en este tema.
Con aquella acción la barrera que impedía el paso cayó, así que el trío de aventureros pudo cruzar sin mayor inconveniente. Más, como ya era lo habitual en aquella maldita torre, hacerlo no significaba ponerse a salvo, más bien todo lo contrario.
- Sí, parece que el tiempo de andar por separados ha tocado a su fin-, contestó al elfo, con alivio, pues podía observar que no faltaba nadie entre todos ellos. - Hey Reike, ¿ya me echabas de menos? - preguntó burlón, pero la morena no le hizo ni el más mínimo caso,
Incluso, por unos instantes, incluso parecía que Valeria se dirigía hacia donde se encontraba el mercenario para no decirle absolutamente nada.
- Eso fue raro-, susurró a los compañeros que habían entrado junto a él, el rubio elfo y la dragona, pero sin mirar hacia ellos, solo ladeando su torso un poco hacia la izquierda para que ellos pudieran escucharlo mejor. - Reike, tengo algo importante que decirte. ¡Eres un golfa! - le gritó ya del todo derecho, y luego se giró para mirar hacia Zelas e Ingela. - Nada, está claro que no pueden escucharnos.
«Porque de no ser así yo ya estaría muerto», pensó lo que ya ellos habrían imaginado.
Pero no pudo debatir más sobre brujas que no escuchaban palabras lindas, pues había un puñetero toro de fuego en la sala. Y bueno, digamos que ponerse a platicar tranquilamente, cuando una bestia enorme te quiere embestir, no es la mejor de las ideas.
Vincent corrió alejándose del toro cuando este comenzó su andadura hacia ellos.
- Será mejor que nos separemos para atacarlos desde diferentes ángu…-, comentaba el brujo, antes de que tuviera que parar en seco, a punto de caer por un agujero que había aparecido delante de sus narices.
«Los zezengorri no hacen eso», caviló, mientras reanudaba la carrera rodeando el agujero para volver escapar del toro.
Por fortuna, o más bien porque iba con unos compañeros competentes, escapó de la carrera de la bestia gracias a la ayuda de la dragona.[1]
- Muchas gracias, jovencita. Supongo que ya no tengo la misma carrera de antaño-, le respondió medio en broma, después de salir airoso de aquella situación tan complicada.
Sin embargo, escapar del peligro le permitió al mercenario retomar sus pensamientos iniciales. Así que el brujo no perdió un instante y miró en derredor para sonsacar información de aquella nueva sala.[2]
«¿Será la razón por la que Reike y los demás no nos podían escuchar?»
- Hermoso elfo y linda dragona. En este lugar convive con nosotros una extraña magia que no soy capaz de descifrar. Mucho cuidado. Ese agujero no era cosa del toro.
Dicho aquello, el sureño guerrero no tardó en observar la proliferación de plantas por toda la zona, lo cual no hacía más que reforzar su idea de que el toro no estaba solo en el salón, aunque aún no había podido detectar la presencia de los demás enemigos.
- ¡Cuidado! - gritó, a la vez que se impulsaba con su magia para desplazar a su amigo de los bosques para apartarlos del renovado peligro del toro.[3][4] - Para eso estamos, para echarnos una mano cada vez que lo necesitemos. Solo así lograremos salir de este sitio con el pellejo intacto-, comentó amistoso.
«Tener otras amenazas encima es una putada», pensó en esta ocasión, «Pero es lo que toca»
A ojos del mercenario, de todos modos lo único que podían hacer por el momento era centrarse en el zezengorri. Ya tendrían tiempo de preocuparse por el futuro más inmediato.
- Mi telequinesis no es gran cosa, pero te ayudaré-, respondió a la dragona, acercándose con toda rapidez hacia donde se encontraba ella.
Pues, ya que su poder telequinético no era muy potente, al menos acercándose podría darle más fuerza a la hoja con su magia.
El acero de la dragona atravesó la carne del animal, que se hirió mientras seguía avanzando en su embestida, ayudado por el esfuerzo mágico del brujo que ayudó a mantener el acero en posición durante el combate.[5][6]
Y tras aquello, fue cuando el sureño pudo tomar un respiro para mirar a su alrededor.
- Chicos, si el zezengorri no nos mata, ya nos moriremos nosotros por nuestra cuenta. No se si se han fijado. ¡Pero este maldito salón está en llamas por culpa de este puñetero toro!
Había llamas por doquier, plantas ardiendo como si fuera una festiva noche de hogueras. Nada muy grave para un brujo, más hasta para un practicante de magia la situación se podría descontrolar del todo si no terminaban de una vez con aquel bicho.
Fue en ese instante, cuando Vincent rebuscaba entre sus bolsillos, que tuvo que esquivar con un impulso de su magia de aire al bastardo que buscaba una vez más matarlo, pero por desgracia en el proceso se le cayó una botella que el toro pisó con una de sus pezuñas.[7]
- ¿Qué coño es eso? - se cuestionó, cuando empezó a escucharse una música allá donde fuera el toro. - Será una broma.
Pero no. No lo era. Ni que ahora resonaba música amenizando el salón, que se escuchaba allá por donde pisaba el zezengorri, y que la canción no podía ser más lamentable.
- Vale, acabemos con esto-, contestó serio, entendiendo el plan del elfo, y olvidando la extraña postura en la que habían quedado dragona y rubio elfo en el último paso del toro.
Vincent se encaminó hacia el agujero, y con ayuda de sus compañeros en un ataque entre otros fueron acorralando al animal, haciendo que quedara atrapado entre ellos y el vacío cercano.
Aprovechando la ocasión, el mercenario sacó su daga para propinarle un corte en el hocico al toro, que quedó aturdido levemente cuando el encantamiento hizo su parte[8]. De inmediato, giró sobre sí mismo en el aire, en el plano vertical, casi besando el suelo con su rostro mientras regresaba la daba, ayudado con su magia. Todo ello para evitar las astas de la bestia cuando el animal contraatacó, aún con sus sentidos embotados, y para ganar ventaja sobre este en una nueva posición.
En cuanto sus pies encontraron el suelo, Vinc desenvainó su espada de fuego y, girando sobre sí mismo, esta vez en el plano horizontal, realizó un ataque de acero fuego y luz[9][10] que penetró detrás de la rodilla de una de las patas traseras. Allí quedó el arma clavada, al tiempo que un mugido de dolor resonó por todo el salón, casi apagando la música que acompañaba al animal. Sin embargo, el brujo no se detuvo ahí, desenvainó su alfanje, lo convirtió en garra[11] para rodar sobre su espalda con mayor soltura, y lo regresó a su forma de espada en cuánto estuvo erguido, para atacar desde el ángulo inverso la misma pata de toro. Un renovado ataque a acero luminoso con la fuerza de ambas manos, que partió la pierna del zezengorri, liberando su otra arma de la prisión de carne, que regresó a una de sus manos por medio de la telequinesis.
Con la pérdida de equilibrio que aquello suponía para el toro, más la combinación de ataques de sus compañeros, la bestia estaba perdida.[12]
- Anda, vete con la música a otra parte-, comentó serio, pero en tono burlesco, envainando ambas espadas mientras observaba como el zezengorri empezaba a perderse por el filo del precipicio.
Offrol
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[1] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Ingela me salva): 10 puntos
[2] Habilidad pasiva racial: Don Mágico: 5 puntos
[3] Habilidad pasiva de nivel 1 - La Danza del Aire: 5 puntos
[4] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Salvo a Zelas): 10 puntos
[5] Habilidad pasiva racial: Telequinesis: 5 puntos
[6] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Potencio a Ingela): 10 puntos
[7] Usar un objeto consumible o con cargas (Canción embotellada): 20 pts
[8] Encantamiento pasivo de la daga (electricidad): 5 puntos
[9] Anillo con encantamiento o efecto pasivo (Magia de Luz): 5 puntos
[10] Encantamiento pasivo de la Espada zurda de Frendel (Magia de Fuego): 5 puntos
[11] Encantamiento pasivo del Alfanje de los esqueletos: 5 puntos
[12] Usar una habilidad ofensiva junto al ataque de otro personaje (Ingela y Zelas)(Ayudo e Ingela usa objeto): 10 pts.
En total: 95 puntos.
Gasto Canción embotellada: [Consumible] Al romperla, la canción (la podéis elegir vosotros) sonará por arte de magia.
La música será la siguiente, con laúd, etc y toque medieval, por supuesto.
- Canción:
Seguro me echan del evento por usar objeto tan ridículo, pero valió la pena. ¡Valió la penaaaaaa! - Grita mientras cae por el precipicio después de ser lanzado por Ansur
Postdata: Agradecimientos a Rauko, que me sugirió la canción cuando le comenté la gran parida que iba a hacer (?
Segundo Postdata (Edición deja de olvidarte cosas Vincent): Elijo Anulación arcana [Encantamiento de Armadura/Escudo] pero no lo usaré en este tema.
Vincent Calhoun
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Afortunadamente, el plan había surtido el efecto esperado. Una vez deshecho el cristal, el elfo y la bruja se veían más tranquilos, posiblemente por no sufrir más con aquella cosa absorbiendo su éter. Decidieron cruzar el portal (como si tuvieran alguna otra opción), no sin antes tomar partes del cristal destruido como recuerdo. Con todo el éter que había absorbido esa cosa, quizá fuera de alguna utilidad0.
En cuanto llegaron al nuevo piso, notaron que el ambiente nuevamente parecía estar fuera de la torre. Sin embargo, las ventanas que rodeaban aquel espacio demostraban que no era así. El arquero consideró por un momento la idea de romper las ventanas y salir de allí, pero nada era normal en ese edificio. No podía estar completamente seguro de que las ventanas eran reales, ni siquiera confiaba en que ese "afuera" que se veía a través de los cristales era realmente el exterior o no. Si algo había aprendido en esta travesía era que nunca entendería del todo la magia y su potencial, aunque estudiara como arcanista por el resto de su vida.
Dejando a un lado los ventanales y degustando la biusa sabor chocolate, Ryuu centró su atención en sus alrededores. Todo estaba cubierto de arena, con un calor y silencio sofocantes que no lo tranquilizaba. Pudo ver al resto del grupo llegando al mismo lugar; todos estaban a salvo, afortunadamente, pero pronto se percataron de que no podían escucharse unos a otros. Poco tiempo tuvo el ave para tratar de entender lo que ocurría, ya que apareció una especie de gusano enorme, con un alarido que taladraba los oídos. Semejante bicho paralizó por un instante al pájaro, que reaccionó al ver que el elfo peliblanco volaba de un lado a otro ante los constantes ataques de la criatura. Cuando el elfo llegó a su lado, un poco magullado, respondió a la pregunta que el arquero pensaba hacerle antes de que lo hiciera, dejando al emplumado con la boca abierta y cara de "¿qué está pasando aquí?".
Al escuchar la idea de sus compañeros y ver que nuevamente dependían de sus flechas, comenzó a sentirse nervioso. ¿Y si esta vez fallaba? Se convertirían en entrada, plato principal y postre de aquella cosa.
Ryuu tomó los frascos que le entregaron1,2,3,4, un poco asustado al ver que todos tenían aspectos similares. El hecho de que muchos de esos brebajes tuviesen un olor dulce hacía difícil identificar los venenos y la bebida que le haría recuperar algo de energía. Decidió tomar la única botellita que olía bien de las dos que la maga le cedió, y por fortuna no se equivocó. Mientras la bebida surtía efecto poco a poco, imbuyó algunas flechas en los diferentes venenos. El elfo peliblanco explicó que deberían guiar a su oponente hacia donde indicaba el elfo gritón.
-Tengo que preguntarles sus nombres, son demasiados elfos como para identificarlos como elfo X o elfo Y...-
-Me llamo Ryuu, por cierto. Parece que estaremos aquí un buen rato así que deberíamos presentarnos... quizá cuando se tranquilicen un poco las cosas...- comentó, al ver a lo lejos un rastro de fuego que se acercaba5.
El arquero no tenía idea de qué hacer para llamar la atención de aquel titán. No parecía tener ojos, y ya habría atacado si usara el oído o el olfato para detectarlos. Haciendo un poco de memoria, Ryuu notó que el único que fue atacado fue el único que lo enfrentó. ¿Atacaría sólo como respuesta a las amenazas, o se guiaría con el movimiento de sus presas? De una u otra forma, debería prestarle atención si se acercaba lo suficiente, pero por si acaso le gritaría algo para intentar molestarlo.
La enorme criatura se escondió bajo tierra luego de sufrir aquel corte de parte del elfo. No era muy difícil seguirle el rastro, debido a las marcas en la arena que dejaba a su paso, por lo que el pájaro sabía que se acercaba a ellos.
-Tengan cuidado, hay que esquivar en el último instante o nos seguirá acosando por debajo... ¡Ahora!- gritó en cuanto sintió la arena bajo sus garras moverse. Saltó hacia atrás, tomando algunas de las flechas envenenadas y disparando dos veces a la herida6,7. Aunque había saltado en el momento justo, el arquero no tuvo en cuenta que el tamaño de la criatura le permitiría golpearlo de igual forma. Y así fue como uno de los tentáculos lo embistió en un intento de convertirlo en su comida. Rápidamente y con desesperación, Ryuu agitó sus alas. Aunque no pudiera volar, al menos serviría para alterar el rumbo de su caída. Para asegurarse de no lastimarse demasiado, usó sus garras para disminuir la velocidad de su descenso, lastimando un poco más al gusano en el proceso8.
Una vez en tierra, y casi sin tener tiempo para recuperar el aliento, empezó a correr en la dirección indicada por el elfo gritón.
-¡¿Conoces la regla de la L?! ¡Dicen que los gusanotes vienen equipados con gusanitos allá abajo!- gritaba el ave, intentando provocar al titán con sus palabras y haciendo el gesto de que algo es pequeñito. Ya sea por los insultos o porque reaccionaba al movimiento de su presa, la criatura se sumergió una vez más en el mar de arena, reapareciendo en la superficie cada cierto tiempo. Poco a poco, sus movimientos se volvían más lentos y torpes debido a los venenos del elfo y la bruja. Cuando ya estaban cerca del destino acordado, Ryuu usó el extraño guante que lo noqueó momentos antes. Había descubierto que tenía un mecanismo que disparaba un arpón, el cual apuntó al gusano para ser atraído hacia él y evadir su ataque9, con el cual creó un gran agujero en el suelo antes de caer por fin bajo los efectos de los múltiples venenos.
Offrol:
En cuanto llegaron al nuevo piso, notaron que el ambiente nuevamente parecía estar fuera de la torre. Sin embargo, las ventanas que rodeaban aquel espacio demostraban que no era así. El arquero consideró por un momento la idea de romper las ventanas y salir de allí, pero nada era normal en ese edificio. No podía estar completamente seguro de que las ventanas eran reales, ni siquiera confiaba en que ese "afuera" que se veía a través de los cristales era realmente el exterior o no. Si algo había aprendido en esta travesía era que nunca entendería del todo la magia y su potencial, aunque estudiara como arcanista por el resto de su vida.
Dejando a un lado los ventanales y degustando la biusa sabor chocolate, Ryuu centró su atención en sus alrededores. Todo estaba cubierto de arena, con un calor y silencio sofocantes que no lo tranquilizaba. Pudo ver al resto del grupo llegando al mismo lugar; todos estaban a salvo, afortunadamente, pero pronto se percataron de que no podían escucharse unos a otros. Poco tiempo tuvo el ave para tratar de entender lo que ocurría, ya que apareció una especie de gusano enorme, con un alarido que taladraba los oídos. Semejante bicho paralizó por un instante al pájaro, que reaccionó al ver que el elfo peliblanco volaba de un lado a otro ante los constantes ataques de la criatura. Cuando el elfo llegó a su lado, un poco magullado, respondió a la pregunta que el arquero pensaba hacerle antes de que lo hiciera, dejando al emplumado con la boca abierta y cara de "¿qué está pasando aquí?".
Al escuchar la idea de sus compañeros y ver que nuevamente dependían de sus flechas, comenzó a sentirse nervioso. ¿Y si esta vez fallaba? Se convertirían en entrada, plato principal y postre de aquella cosa.
Ryuu tomó los frascos que le entregaron1,2,3,4, un poco asustado al ver que todos tenían aspectos similares. El hecho de que muchos de esos brebajes tuviesen un olor dulce hacía difícil identificar los venenos y la bebida que le haría recuperar algo de energía. Decidió tomar la única botellita que olía bien de las dos que la maga le cedió, y por fortuna no se equivocó. Mientras la bebida surtía efecto poco a poco, imbuyó algunas flechas en los diferentes venenos. El elfo peliblanco explicó que deberían guiar a su oponente hacia donde indicaba el elfo gritón.
-Tengo que preguntarles sus nombres, son demasiados elfos como para identificarlos como elfo X o elfo Y...-
-Me llamo Ryuu, por cierto. Parece que estaremos aquí un buen rato así que deberíamos presentarnos... quizá cuando se tranquilicen un poco las cosas...- comentó, al ver a lo lejos un rastro de fuego que se acercaba5.
El arquero no tenía idea de qué hacer para llamar la atención de aquel titán. No parecía tener ojos, y ya habría atacado si usara el oído o el olfato para detectarlos. Haciendo un poco de memoria, Ryuu notó que el único que fue atacado fue el único que lo enfrentó. ¿Atacaría sólo como respuesta a las amenazas, o se guiaría con el movimiento de sus presas? De una u otra forma, debería prestarle atención si se acercaba lo suficiente, pero por si acaso le gritaría algo para intentar molestarlo.
La enorme criatura se escondió bajo tierra luego de sufrir aquel corte de parte del elfo. No era muy difícil seguirle el rastro, debido a las marcas en la arena que dejaba a su paso, por lo que el pájaro sabía que se acercaba a ellos.
-Tengan cuidado, hay que esquivar en el último instante o nos seguirá acosando por debajo... ¡Ahora!- gritó en cuanto sintió la arena bajo sus garras moverse. Saltó hacia atrás, tomando algunas de las flechas envenenadas y disparando dos veces a la herida6,7. Aunque había saltado en el momento justo, el arquero no tuvo en cuenta que el tamaño de la criatura le permitiría golpearlo de igual forma. Y así fue como uno de los tentáculos lo embistió en un intento de convertirlo en su comida. Rápidamente y con desesperación, Ryuu agitó sus alas. Aunque no pudiera volar, al menos serviría para alterar el rumbo de su caída. Para asegurarse de no lastimarse demasiado, usó sus garras para disminuir la velocidad de su descenso, lastimando un poco más al gusano en el proceso8.
Una vez en tierra, y casi sin tener tiempo para recuperar el aliento, empezó a correr en la dirección indicada por el elfo gritón.
-¡¿Conoces la regla de la L?! ¡Dicen que los gusanotes vienen equipados con gusanitos allá abajo!- gritaba el ave, intentando provocar al titán con sus palabras y haciendo el gesto de que algo es pequeñito. Ya sea por los insultos o porque reaccionaba al movimiento de su presa, la criatura se sumergió una vez más en el mar de arena, reapareciendo en la superficie cada cierto tiempo. Poco a poco, sus movimientos se volvían más lentos y torpes debido a los venenos del elfo y la bruja. Cuando ya estaban cerca del destino acordado, Ryuu usó el extraño guante que lo noqueó momentos antes. Había descubierto que tenía un mecanismo que disparaba un arpón, el cual apuntó al gusano para ser atraído hacia él y evadir su ataque9, con el cual creó un gran agujero en el suelo antes de caer por fin bajo los efectos de los múltiples venenos.
Offrol:
- 90 Puntos (continúa el carry a mi pj):
0 Elijo el encantamiento "Reflejo de espinas" (para llevar, por favor)
1,2,3,4 Recibir ayuda de mis compañeros +40
5 Racial: Sentidos bestiales +5
6 Hab. activa de dos usos: Ataque en retirada +10
7 Atacar junto a un compañero (Rauko): +10
8 Pasiva: Ventajas animales +5
9 Limitado de un uso: Guante arpón +20
- Inventario:
Arco superior con encantamiento "Flechas de señal"
Cuchillas arrojadizas superiores x4
Carcaj ligero
Vínculo de sangre mayor
Jugo de visión nocturna (limitado, 1/2 usos)
Poción de salud diluidax2x1 (limitado, 1 uso)
Poción de salud x2* (limitado, 1 uso)
Polvo de hadas x2 (consumible)Chocolate del equinoccio (consumible)
Bomba floral x2 (consumible)Guante arpón** (arma, limitado, 1 uso)Restaurador Mágico*** (Consumible)
****Encant. "Reflejo de espinas" (sin equipar)
*Una de las pociones es la recompensa del piso 2.
**Recompensa del piso 5.
***Recompensa del piso 6
****Recompensa del piso 7
Shinoroa Ryuu
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Nivel de PJ : : 2
Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Espejos y cuervos...
Aunque con algo de esfuerzo, los campeones de Aerandir consiguieron enfrentar a las diferentes amenazas que les presentaba aquella enigmática sala. Las diferentes monstruosidades se desvanecieron en el aire mientras el fuego se arremolinaba con la arena en diferentes puntos de la sala, las plantas se marchitaron hasta quedar solamente sus marcas en el piso formando una extraña formación de símbolos rúnicos junto a los torbellinos de arena y fuego que lentamente, alimentados por el éter disperso en la sala, daban paso a una serie de espejos mágicos. El piso por su parte, para sorpresa de todos, comenzó a moverse, llevándolos a todos hasta el siguiente nivel.
Ninguno de los presentes escaparía a la sorpresa cuando en el centro de la sala, donde se había formado el más grande de los espejos, emergió una siniestra criatura que los miraba fijamente mientras jugaba con un tridente sombrío en una de sus manos que podría hacer aparecer o desaparecer a voluntad. Una vez que terminó de formarse su silueta, los más detallistas podrían notar que un collar con la forma de un reloj de arena comenzaba a agotarse lentamente -Magnífico- Dijo la criatura con un tono más parecido a un susurro -No habíamos comido tanto desde hace mucho- Estiró los brazos desperezándose y prestando atención a los visitantes -Debemoss darless lass graciass por aliemntarnoss- Dijo desafiante -Definitivamente no noss equivocamos al hacerloss venir, han cumplido nuestras expectativass.
Seguramente nuestros valientes héroes estarían un poco confundidos ¿habían venido a la torre por su cuenta? O tal vez, alguna fuerza superior los habría motivado a entrar a un lugar peligroso que intentaba devorarlos a cada instante, tal vez la criatura solo fanfarroneaba para confundirlos, como todo en la torre -En este lugar, serán asimiladoss por nosotross, tendrán el honor de ser uno con la torre, eternamente- Tras aquellas palabras, la criatura dio un paso atrás y se introdujo en el espejo del que había salido, apareciendo luego en los otros 8 espejos que formaban un círculo alrededor de toda la sala.
Uno a la vez, las imágenes en los espejos comenzarían a saltar hacia los cansados visitantes que apenas podrían defenderse de los veloces ataques de la criatura que, tras cada intento por desgarrarlos con su tridente mágico, volvería a perderse en otro espejo, repitiendo el proceso una y otra vez sin que los héroes pudieran predecirlo ¿o sí? Tal vez las marcas en el piso les podrían dar indicios de por dónde iba a aparecer en el siguiente ataque y así poder herirlo, aunque con cada herida se volvería más veloz y difícil de matar, aunque, de cualquier modo, romper todo sin estrategia también podría darles una aparatosa y compleja manera de salir victoriosos, aunque cada espejo destruido se convertirá en una bandada de cuervos mágicos hechos de oscuridad, que atacarán a todos.
Reacciones rápidas e inteligencia podrían ser elementos claves para sobrevivir, pues quienes estén menos preocupados en pelear y más ocupados en entender, notarían una pequeña tablilla en el centro de la sala que podría servir para comprender el código escondido en los símbolos que acompañaban a cada espejo, algo que les permitiría descubrir el patrón de ataque de la criatura para cortar sus rutas de viaje entre espejos.
∞ Por la ronda anterior, todos menos Zelas reciben una Poción Sagrada, que permite eliminar una herida maldita al instante. Zelas por su parte consigue avanzar con una herida leve.:
∞ En este turno se encuentran de nuevo juntos, y revueltos, ya no están separados en diferentes equipos y podrán interactuar libremente, abrazarse y tomarse de las manos para morir juntos. Enfrenta a un oponente (cuando no) bastante difícil de vencer, y aunque solo se requieren 4 ataques para neutralizarlo, se volverá más rápido cada vez que sea atacado, lo que aumentará en 10, la cantidad de puntos necesarios para quienes posteen luego de dicho ataque.
∞ Los espejos, por su parte, se pueden destruir con un solo ataque cada uno, pero un personaje solo podrá destruir un máximo de dos espejos a la vez, cada espejo destruido se convertirá en 9 cuervos mágicos que atacarán en diferentes direcciones de manera aleatoria.
∞ Adicionalmente, para quienes quieran darse un tiempo para pensar, cada símbolo rúnico en la base de cada espejo es parte de una palabra de 9 letras, quien la descubra primero recibirá 20 puntos gratis en esta misma ronda por dar a sus compañeros el patrón de ataques de la criatura.
∞ Para superar este primer piso deben obtener una de las puntuaciones citadas a continuación:
• 90 pts: Victoria Perfecta, obtienes un Material Épico + 100 Aeros + 5 puntos de experiencia.
• 80 pts: Victoria, obtienes un Material Épico + 5 puntos de experiencia, pero recibes una herida leve que debe ser sanada en la siguiente ronda, si no es sanada se convertirá en una Herida Maldita.
• 70 pts: Victoria, pero recibes una Herida Maldita que no puede ser sanada con habilidades u objetos comunes y resta 10 puntos en cada ronda. (Se acumula hasta 3 veces)
• Menos de 70 pts: Eliminación directa. (No responder antes del fin del plazo también significará la eliminación directa).
∞ Escala de premios:
Piso 01: Derecho a vivir.
Piso 02: Consumible (Poción de salud).
Piso 03: Consumible (Copiar la misma suerte en runas de algún compañero).
Piso 04: Limitado + 100 aeros + 5 puntos de experiencia.
Piso 05: Consumible (Restaurar un uso de habilidad de nivel 4 o menor).
Piso 06: Encantamiento
Piso 07: Consumible (Sana una herida maldita).
Piso 08: Material épico + 100 aeros + 5 puntos de experiencia.
Piso 09: ¿?
En este desafío no hay orden de posteo.
Cada usuario debe añadir un offrol al final de su respuesta, con las habilidades u objetos usados y la suma de puntos de los mismos.
Podrán responder al desafío hasta el 24 de junio.
Ninguno de los presentes escaparía a la sorpresa cuando en el centro de la sala, donde se había formado el más grande de los espejos, emergió una siniestra criatura que los miraba fijamente mientras jugaba con un tridente sombrío en una de sus manos que podría hacer aparecer o desaparecer a voluntad. Una vez que terminó de formarse su silueta, los más detallistas podrían notar que un collar con la forma de un reloj de arena comenzaba a agotarse lentamente -Magnífico- Dijo la criatura con un tono más parecido a un susurro -No habíamos comido tanto desde hace mucho- Estiró los brazos desperezándose y prestando atención a los visitantes -Debemoss darless lass graciass por aliemntarnoss- Dijo desafiante -Definitivamente no noss equivocamos al hacerloss venir, han cumplido nuestras expectativass.
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Seguramente nuestros valientes héroes estarían un poco confundidos ¿habían venido a la torre por su cuenta? O tal vez, alguna fuerza superior los habría motivado a entrar a un lugar peligroso que intentaba devorarlos a cada instante, tal vez la criatura solo fanfarroneaba para confundirlos, como todo en la torre -En este lugar, serán asimiladoss por nosotross, tendrán el honor de ser uno con la torre, eternamente- Tras aquellas palabras, la criatura dio un paso atrás y se introdujo en el espejo del que había salido, apareciendo luego en los otros 8 espejos que formaban un círculo alrededor de toda la sala.
- Símbolos y posición de los espejos en la sala:
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Uno a la vez, las imágenes en los espejos comenzarían a saltar hacia los cansados visitantes que apenas podrían defenderse de los veloces ataques de la criatura que, tras cada intento por desgarrarlos con su tridente mágico, volvería a perderse en otro espejo, repitiendo el proceso una y otra vez sin que los héroes pudieran predecirlo ¿o sí? Tal vez las marcas en el piso les podrían dar indicios de por dónde iba a aparecer en el siguiente ataque y así poder herirlo, aunque con cada herida se volvería más veloz y difícil de matar, aunque, de cualquier modo, romper todo sin estrategia también podría darles una aparatosa y compleja manera de salir victoriosos, aunque cada espejo destruido se convertirá en una bandada de cuervos mágicos hechos de oscuridad, que atacarán a todos.
Reacciones rápidas e inteligencia podrían ser elementos claves para sobrevivir, pues quienes estén menos preocupados en pelear y más ocupados en entender, notarían una pequeña tablilla en el centro de la sala que podría servir para comprender el código escondido en los símbolos que acompañaban a cada espejo, algo que les permitiría descubrir el patrón de ataque de la criatura para cortar sus rutas de viaje entre espejos.
- Significado de los símbolos:
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∞ Por la ronda anterior, todos menos Zelas reciben una Poción Sagrada, que permite eliminar una herida maldita al instante. Zelas por su parte consigue avanzar con una herida leve.:
∞ En este turno se encuentran de nuevo juntos, y revueltos, ya no están separados en diferentes equipos y podrán interactuar libremente, abrazarse y tomarse de las manos para morir juntos. Enfrenta a un oponente (cuando no) bastante difícil de vencer, y aunque solo se requieren 4 ataques para neutralizarlo, se volverá más rápido cada vez que sea atacado, lo que aumentará en 10, la cantidad de puntos necesarios para quienes posteen luego de dicho ataque.
∞ Los espejos, por su parte, se pueden destruir con un solo ataque cada uno, pero un personaje solo podrá destruir un máximo de dos espejos a la vez, cada espejo destruido se convertirá en 9 cuervos mágicos que atacarán en diferentes direcciones de manera aleatoria.
∞ Adicionalmente, para quienes quieran darse un tiempo para pensar, cada símbolo rúnico en la base de cada espejo es parte de una palabra de 9 letras, quien la descubra primero recibirá 20 puntos gratis en esta misma ronda por dar a sus compañeros el patrón de ataques de la criatura.
∞ Para superar este primer piso deben obtener una de las puntuaciones citadas a continuación:
• 90 pts: Victoria Perfecta, obtienes un Material Épico + 100 Aeros + 5 puntos de experiencia.
• 80 pts: Victoria, obtienes un Material Épico + 5 puntos de experiencia, pero recibes una herida leve que debe ser sanada en la siguiente ronda, si no es sanada se convertirá en una Herida Maldita.
• 70 pts: Victoria, pero recibes una Herida Maldita que no puede ser sanada con habilidades u objetos comunes y resta 10 puntos en cada ronda. (Se acumula hasta 3 veces)
• Menos de 70 pts: Eliminación directa. (No responder antes del fin del plazo también significará la eliminación directa).
- Clic para ver el sistema de puntos:
- ∞ Sistema de puntos de combate
El sistema de juegos para este desafío es bastante experimental, por lo que dejaré una explicación del mismo, y atenderé por mp las inquietudes que se vayan presentando, añadiendo las respuestas a medida que surjan.
El resultado de los combates se determinará dependiendo de la cantidad de puntos ganados durante el mismo. Los puntos se obtienen de diferentes maneras. La principal es usando habilidades y objetos.
• Usar un objeto con encantamiento o efecto pasivo: 5 pts.
• Usar una habilidad pasiva: 5 pts
• Usar encantamiento de usos limitados: 10 pts.
• Usar una habilidad activa u objeto limitado (de 2 usos): 10 pts.
• Usar una habilidad activa u objeto limitado (de 1 uso): 20 pts.
• Usar un objeto consumible o con cargas: 20 pts.
• Usar una habilidad ofensiva junto al ataque de otro personaje: 10 pts.
• Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje: 10 pts. (Aplica también para el/los personajes asistidos)
La suerte también influirá en el resultado, añadiendo o restando puntos de la siguiente manera: (Lanzar runas no es obligatorio y quedará a elección de cada usuario)
• Peor suerte: -10
• Suerte mala: -5
• Suerte neutral: 0
• Suerte buena: +10
• Mejor suerte: +20
∞ Aclaraciones finales: La sumatoria de puntos obtenidos por un personaje, le dará acceso individual a la siguiente fase, el exceso de puntos no es acumulable para la siguiente fase, por lo que resulta más importante hacer buen uso de los recursos y dejar las mejores cartas para niveles más avanzados.
Al final de cada fase, compuesta por varias rondas, se ofrecerá un monto de aeros (no acumulables entre si) que irá aumentando a medida que se incrementa la dificultad, pero cada 3 o 4 niveles se añadirán premios especiales que podrían incluir objetos consumibles o limitados, armas, encantamientos, pociones de curación, materiales épicos o ítems legendarios en los niveles más altos y complicados.
A medida que avancen las rondas, aumentará la dificultad, por lo que serán necesarios más puntos para poder avanzar. Sin embargo, solo puede haber un máximo de dos personajes eliminados por cada ronda. En caso de que haya más personajes bajo parámetros de eliminación se tomarán los siguientes criterios:
• Los dos personaje que tengan la puntuación más baja serán eliminados.
• Si los personajes tienen la misma puntuación más baja, los que hayan posteado de últimos serán eliminados.
Cada personaje que sea eliminado dejará un Orbe de Éter, a cualquier personaje que elija, de los que siguen en juego. Esto le permitirá al personaje elegido restablecer los usos de 2 habilidades o sanar una Herida Maldita.
∞ Escala de premios:
Piso 08: Material épico + 100 aeros + 5 puntos de experiencia.
Piso 09: ¿?
En este desafío no hay orden de posteo.
Cada usuario debe añadir un offrol al final de su respuesta, con las habilidades u objetos usados y la suma de puntos de los mismos.
Podrán responder al desafío hasta el 24 de junio.
Ansur
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
El gusanote por fin había caído. Tras unos instantes, algo en el ambiente parecía haber cambiado. Ya podían comunicarse normalmente con el resto de los aventureros, pero lo que más llamó la atención de Ryuu era el remolino de arena y fuego que marchitaba las plantas de la zona, creando un conjunto de runas y un grupo de nueve espejos. La sorpresa no llegó a marcharse de la mente del arquero cuando el suelo empezó a elevarse, llevando al grupo al siguiente piso con todo y espejos.
Mientras subían, Ryuu observaba las runas con intriga. En un principio creyó que no tenían significado alguno, pero teniendo en cuenta todo lo que vieron en esa torre no quiso dejar pasar la oportunidad de entender algo por primera vez desde que entró en aquel bendito edificio. Cuando encontró la tablilla en el centro de la formación de runas, se convenció de que sería mejor inspeccionar nuevamente el lugar.
Gracias a la tabla, ahora sabía que las runas representaban letras, pero no parecían formar ninguna palabra. Hasta que vio la runa bajo el espejo central. Con ella, no tardó demasiado en formar una palabra.
-Bi... fur... ¿Bifurcación? No... ¿Bifurcado?1 ¿Dónde?- murmuraba el arcanista, mirando alrededor en busca de algún camino dividido.
Entonces, una criatura similar a las sombras de unos pisos antes hizo aparición. La diferencia es que ésta podía hablar y portaba un tridente que parecía hecho de las mismas sombras de la criatura.
-Definitivamente no noss equivocamos al hacerloss venir, han cumplido nuestras expectativass.-
Un sudor frío recorrió la espalda de Ryuu. ¿Cómo que "hacerlos venir"? ¿Acaso fueron guiados hasta allí sin percatarse? Mientras él se replanteaba sus acciones de los últimos días, pensando en qué más podrían haber influenciado sus decisiones, la sombra desapareció dentro del espejo central.
Prestando atención nuevamente a su entorno, el pájaro vio que la criatura empezaba a salir de un espejo cercano2, frente a él y a espaldas de Reike.
-¡Abajo!- gritó, mientras se lanzaba a derribar a la bruja3.
Se puso de pie, tendiendo una garra a la mujer. -Perdón por eso...- Guardó silencio antes de acabar su disculpa, viendo la runa a sus pies: B.
Ryuu tomó su arco y disparó al espejo con la runa "I", esperando no equivocarse. Al destruirlo, una bandada de cuervos apareció y comenzó a atacar al grupo.
El arquero volteó hacia los que se encontraban más cerca del espejo "F" y les advirtió que tuvieran cuidado con él. Si su idea era correcta, la sombra atacaría desde allí. Y así fue.
Viendo que su teoría parecía acertada, el ave se acercó a la joven maga que lo ayudó en los dos pisos previos. Le entregó un pendiente, mientras él se ponía uno idéntico4,5.
-Ten, esto nos permitirá hablar mentalmente por un tiempo. Creo que sé por dónde va a aparecer esa sombra. Entre los dos, podemos guiar al resto para derrotarlo. ¿Qué dices?-
Luego de escuchar la respuesta (¿ella realmente habló o lo pensó?), el arquero agregó algo más.
-Ah sí, gracias a estos pendientes compartiremos el daño recibido, así que sería buena idea esquivar y defenderse... Bueno, siempre es buena idea, pero... Ya me entiendes...-
Un par de cuervos se acercaron hacia su compañero emplumado, directo a los ojos. Ryuu se encargó de ellos con sus garras7 y algo de esfuerzo. Si esperaba hasta que se acercaban mucho era fácil golpearlos, pero también corría el riesgo de acabar tuerto. No le agradaba esa idea, por supuesto, y menos aún al pensar que la pobre Maga también se vería afectada.
-Podemos romper estas cosas para limitar sus movimientos, pero tendremos que lidiar con estos cuervos. Maga y yo les avisaremos por donde atacará la sombra...-
Otro grupo de cuervos apareció, revoloteando y atacando al azar. La sombra seguía aumentando su velocidad a medida que lo herían. La adrenalina aumentaba en el hombre bestia8, permitiendo que se moviera más rápido y le resultara más fácil evadir.
-¡A tu izquierda!- gritó en su mente (¿pensó fuerte?) para advertirle a la joven bruja sobre un molesto cuervo.
-Deberías ser capaz de moverte más rápido de lo normal por un tiempo...9- comentó Ryuu.
Offrol:
Mientras subían, Ryuu observaba las runas con intriga. En un principio creyó que no tenían significado alguno, pero teniendo en cuenta todo lo que vieron en esa torre no quiso dejar pasar la oportunidad de entender algo por primera vez desde que entró en aquel bendito edificio. Cuando encontró la tablilla en el centro de la formación de runas, se convenció de que sería mejor inspeccionar nuevamente el lugar.
Gracias a la tabla, ahora sabía que las runas representaban letras, pero no parecían formar ninguna palabra. Hasta que vio la runa bajo el espejo central. Con ella, no tardó demasiado en formar una palabra.
-Bi... fur... ¿Bifurcación? No... ¿Bifurcado?1 ¿Dónde?- murmuraba el arcanista, mirando alrededor en busca de algún camino dividido.
Entonces, una criatura similar a las sombras de unos pisos antes hizo aparición. La diferencia es que ésta podía hablar y portaba un tridente que parecía hecho de las mismas sombras de la criatura.
-Definitivamente no noss equivocamos al hacerloss venir, han cumplido nuestras expectativass.-
Un sudor frío recorrió la espalda de Ryuu. ¿Cómo que "hacerlos venir"? ¿Acaso fueron guiados hasta allí sin percatarse? Mientras él se replanteaba sus acciones de los últimos días, pensando en qué más podrían haber influenciado sus decisiones, la sombra desapareció dentro del espejo central.
Prestando atención nuevamente a su entorno, el pájaro vio que la criatura empezaba a salir de un espejo cercano2, frente a él y a espaldas de Reike.
-¡Abajo!- gritó, mientras se lanzaba a derribar a la bruja3.
Se puso de pie, tendiendo una garra a la mujer. -Perdón por eso...- Guardó silencio antes de acabar su disculpa, viendo la runa a sus pies: B.
Ryuu tomó su arco y disparó al espejo con la runa "I", esperando no equivocarse. Al destruirlo, una bandada de cuervos apareció y comenzó a atacar al grupo.
El arquero volteó hacia los que se encontraban más cerca del espejo "F" y les advirtió que tuvieran cuidado con él. Si su idea era correcta, la sombra atacaría desde allí. Y así fue.
Viendo que su teoría parecía acertada, el ave se acercó a la joven maga que lo ayudó en los dos pisos previos. Le entregó un pendiente, mientras él se ponía uno idéntico4,5.
-Ten, esto nos permitirá hablar mentalmente por un tiempo. Creo que sé por dónde va a aparecer esa sombra. Entre los dos, podemos guiar al resto para derrotarlo. ¿Qué dices?-
Luego de escuchar la respuesta (¿ella realmente habló o lo pensó?), el arquero agregó algo más.
-Ah sí, gracias a estos pendientes compartiremos el daño recibido, así que sería buena idea esquivar y defenderse... Bueno, siempre es buena idea, pero... Ya me entiendes...-
Un par de cuervos se acercaron hacia su compañero emplumado, directo a los ojos. Ryuu se encargó de ellos con sus garras7 y algo de esfuerzo. Si esperaba hasta que se acercaban mucho era fácil golpearlos, pero también corría el riesgo de acabar tuerto. No le agradaba esa idea, por supuesto, y menos aún al pensar que la pobre Maga también se vería afectada.
-Podemos romper estas cosas para limitar sus movimientos, pero tendremos que lidiar con estos cuervos. Maga y yo les avisaremos por donde atacará la sombra...-
Otro grupo de cuervos apareció, revoloteando y atacando al azar. La sombra seguía aumentando su velocidad a medida que lo herían. La adrenalina aumentaba en el hombre bestia8, permitiendo que se moviera más rápido y le resultara más fácil evadir.
-¡A tu izquierda!- gritó en su mente (¿pensó fuerte?) para advertirle a la joven bruja sobre un molesto cuervo.
-Deberías ser capaz de moverte más rápido de lo normal por un tiempo...9- comentó Ryuu.
Offrol:
- 90 Puntos:
1 Respuesta al acertijo +20
2 Racial: Sentidos bestiales +5
3 Proteger a un compañero (Reike) +10
4 Consumible: Vínculo de sangre mayor +20
6 Potenciar a un compañero (Maga): +10
7 Pasiva: Ventajas animales +5
8 Racial de dos usos: Frenesí +10
9 Potenciar a un compañero (Maga): +10
- Inventario:
Arco superior con encantamiento "Flechas de señal"
Cuchillas arrojadizas superiores x4
Carcaj ligeroVínculo de sangre mayor
Jugo de visión nocturna (limitado, 1/2 usos)
Poción de salud diluidax2x1 (limitado, 1 uso)
Poción de salud x2* (limitado, 1 uso)
Polvo de hadas x2 (consumible)Chocolate del equinoccio (consumible)
Bomba floral x2 (consumible)Guante arpón** (arma, limitado, 1 uso)Restaurador Mágico*** (Consumible)
Encant. "Reflejo de espinas"**** (sin equipar)
Poción sagrada*****
*Una de las pociones es la recompensa del piso 2.
**Recompensa del piso 4.
***Recompensa del piso 5.
****Recompensa del piso 6.
*****Recompensa del piso 7.
Shinoroa Ryuu
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Ciertamente, los métodos para avanzar al siguiente piso se volvían cada vez más exóticos, esta…plataforma levitante era algo nuevo, pero no dejo que eso la distrajera.
De eso se encargaba la música, la verdad, pero aun así mantuvo el arma preparada, guardando el látigo y yéndose a un lado del grupo, espadas en ristre. Un espejo, una tipeja…no estaba segura de sí era una mujer, la verdad, pero no iba meterle mano para comprobarlo. Pero al menos hablaba, felicitándolos, haciendo que se cuestionaran sus motivos, que se despavorieran.
Habría sido mucho más impactante si la maldita musiquita no siguiera sonando, sinceramente. En cualquier caso, ella era difícil de impresionar, y lo primero que hizo cuando vio los espejos fue comerse una barra de chocolate. Pero no uno normal no, del mágico, ese era super exclusivo.
Porque ya había tenido problemas antes con espejos y pinturas, y el paso 1 era cambiar de aspecto. Así que ya no era un elfo, no. Sus orejas puntiagudas se encogieron hasta desaparecer, un par de orejitas peludas creciendo en su cabeza. Sus pantalones de repente eran incomodos, a medida que una cola blanca y moteada se abrió paso en unos pantalones no diseñados para colas. Por suerte la capa tapaba y pudo sacársela sin que se le vieran las vergüenzas, su pelo volviéndose aún más blanquecino. Había trascendido a una existencia superior, sus habilidades de custodio, ascendido a un plano trascendental. Era…
Una nekomante.
Una leopardo de las nieves técnicamente, Esponjosa. La había conocido durante cierto festival, creía recordar que había bailes involucrados. Pero no se dejó distraer por sus adorables y esponjosas orejitas, habría tiempo de achucharlas más tarde, tenía que encararse del espíritu malote.
Con un movimiento fluido, paso las espadas a un arco y disparó a un espejo, reventándolo en pedazos. Usualmente, eso se habría considerado un movimiento cuestionable, pues empezaron a salir un montón de cuervos enfadados de este. Pero entonces, empezaron a salir un montón de gatos de ella. Sin ensalmo ni nada, los pequeños estaban genuinamente deseosos de salir para mirar porque diablos tenia cola y orejas ahora. -Luego os explico, shush shush.- les dijo, haciendo gestos con las manos para que fueran a cazar los cuervos que amenazaran al grupo.
Y por si acaso no duraban lo suficiente, los reforzó un poco.
-Vuélvete su salvador
Tu fuerza, su escudo....-
Ciertamente el ensalmo estaba pensado para algo más…grande que un montón de gatos feéricos hambrientos, pero funcionaba igualmente, el problema era que el ensalmo la...distraía, y eso podía ser malo en medio del campo de batalla. pero estaba en medio de un grupo, seguro que todo iría bien...
De eso se encargaba la música, la verdad, pero aun así mantuvo el arma preparada, guardando el látigo y yéndose a un lado del grupo, espadas en ristre. Un espejo, una tipeja…no estaba segura de sí era una mujer, la verdad, pero no iba meterle mano para comprobarlo. Pero al menos hablaba, felicitándolos, haciendo que se cuestionaran sus motivos, que se despavorieran.
Habría sido mucho más impactante si la maldita musiquita no siguiera sonando, sinceramente. En cualquier caso, ella era difícil de impresionar, y lo primero que hizo cuando vio los espejos fue comerse una barra de chocolate. Pero no uno normal no, del mágico, ese era super exclusivo.
Porque ya había tenido problemas antes con espejos y pinturas, y el paso 1 era cambiar de aspecto. Así que ya no era un elfo, no. Sus orejas puntiagudas se encogieron hasta desaparecer, un par de orejitas peludas creciendo en su cabeza. Sus pantalones de repente eran incomodos, a medida que una cola blanca y moteada se abrió paso en unos pantalones no diseñados para colas. Por suerte la capa tapaba y pudo sacársela sin que se le vieran las vergüenzas, su pelo volviéndose aún más blanquecino. Había trascendido a una existencia superior, sus habilidades de custodio, ascendido a un plano trascendental. Era…
Una nekomante.
Una leopardo de las nieves técnicamente, Esponjosa. La había conocido durante cierto festival, creía recordar que había bailes involucrados. Pero no se dejó distraer por sus adorables y esponjosas orejitas, habría tiempo de achucharlas más tarde, tenía que encararse del espíritu malote.
Con un movimiento fluido, paso las espadas a un arco y disparó a un espejo, reventándolo en pedazos. Usualmente, eso se habría considerado un movimiento cuestionable, pues empezaron a salir un montón de cuervos enfadados de este. Pero entonces, empezaron a salir un montón de gatos de ella. Sin ensalmo ni nada, los pequeños estaban genuinamente deseosos de salir para mirar porque diablos tenia cola y orejas ahora. -Luego os explico, shush shush.- les dijo, haciendo gestos con las manos para que fueran a cazar los cuervos que amenazaran al grupo.
Y por si acaso no duraban lo suficiente, los reforzó un poco.
-Vuélvete su salvador
Tu fuerza, su escudo....-
Ciertamente el ensalmo estaba pensado para algo más…grande que un montón de gatos feéricos hambrientos, pero funcionaba igualmente, el problema era que el ensalmo la...distraía, y eso podía ser malo en medio del campo de batalla. pero estaba en medio de un grupo, seguro que todo iría bien...
- Spoiler:
Arco a espadas +5
Don Mágico para ver +5
Ojos de elfo para ver x2 : +5
Botas: +5
Capa y mascara para ocultarme +10
Chocolate del equinocio +20
Uso fluffy guardians, ultimo uso +10
Protejo a Rauko con los gatos, +10
Empiezo el ensalmo pero no lo acabo porque me da pena borrar medio post, así que técnicamente no lo uso.
+10 puntitos que espero que me de Rauko.
80/90 puntos.
- Spoiler:
- Armas:
Arco Largo de Ebano+encantamiento de cambio de forma
Látigo de la rosa.
Vestimenta:
Armadura ligera superior
Capa de Camaleón
Botas de Njord+encantamiento para caminar sobre líquidos.
Bolso de viajero
Mascara de Hada
Limitados(7/7):
Peluche de Jabalí Lanudo
Fuego Embotellado
Kit de curtiduría superior
Poción de salud concentrada
Pergamino Explosivo
Pergamino de muralla de fuegoPoción de estoicismo. 1/2[Limitado, 1 uso]: Después de activada y en un periodo no mayor de 2 turnos, el personaje puede desvanecerse y aparecer en el mismo lugar donde se encuentre la piedra, incluso si (onrol) no sabe en qué lugar se encuentra la misma.
Runa de Teleportación
Consumibles:
Colgante de Ágata 2/2
Pociones de Baile 2/2
Collar de Clavos 1/1
Piedra de Anar 2/2
Colgante de Escarcha ½
Tragaeter 2/2
Amuleto de Imbar 3/3
Polvo de Hada 2/2
Chocolate del Equinoccio 1/1
Mascara de los Inocentes 2/2
Copia-suerte 1/1
Poción consumible 1/1
Restaurador Mágico [Consumible] 1/1 : Permite restablecer un uso de una habilidad de nivel 4 o menor (Solamente es válido para ser usado en este mismo desafío
Castigo de piedra [Encantamiento de Arma] Al golpear, se generará una delgada pero moderadamente pesada capa de piedra sobre la zona del impacto, por 30 segundos
Poción Sagrada: que permite eliminar una herida maldita al instante.
Última edición por Valyria el Dom 20 Jun 2021 - 14:01, editado 1 vez
Valyria
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
"Tan suavecitas.... Oh concéntrate" se dijo a si mismo cuando se encontró pensando en la ultima interacción que tuvo con Ingela, mientras descansaba un poco un torbellino de fuego y polvo rodeo a los presentes llevándolos al siguiente desafío -Vamos dame un descanso!- exclamo cuando escucho a la misteriosa voz hablar.
El cuerpo le dolía, y comenzaba a sentir todas las heridas que habían pasado desapercibidas gracias al efecto de la pócima que ahora también se desvanecía, sabiendo que aun quedaban cosas por hacer decidió beber el resto de la pócima(1) y que ocurriera lo que debía pasar, solo por si acaso se bebió la otra poción que traía consigo(2), noto como tenia demasiadas cosas en los bolsillos así que saco lo primero que encontró.
-¿Una flor?- miro con extrañeza puesto que no recordaba haber guardado semejante artilugio para esa aventura en especifico, las palabras de la creatura de los espejos hizo que apretara con fuerza la flor triturándola en el proceso(3) -Hey! nadie me dice que hacer o adonde ir, yo he tomado todas y cada una de mis decisiones por mi cuenta!- sopeso sus palabras por unos momentos y luego rectifico -y por el dinero, también hago cosas por dinero- ahora si se planto firme al momento que ajustaba su visión para seguir mejor los movimientos de la cosa esa(4), de gran ayuda fueron las palabras de Ryuu acerca de la trayectoria de la creatura, sin embargo, la bandada de cuervos que le precedió salió atacando en todas direcciones, Hazelas blandió su espada para defenderse acabando con algunos cuervos de un solo golpe(5), Valyria ahora con orejas de gato rompió otro de los espejos para luego invocar a una horda de gatos que dio caza a la mayoría de cuervos que había desatado, Hazel levanto un pulgar en señal de aprobación, aquello había sido simplemente genial.
Ahora era su momento de romper algo, con rapidez se movió hacia un costado (6) y golpeo el espejo mas cercano, al momento de desatar una bandada de cuervos, Zelas dio un pequeño salto para golpear a la mayor cantidad de cuervos que pudo con la parte plana de la Zumbanana con pasos extras algunos se estrellaron contra el intentando hacerle perder el equilibrio, pero una barrera de hexágonos se formo frente a él impidiendo que le empujaran(7), para quitar parte de la carga y el esfuerzo que representaba blandir esa espada, el rubio pateo la espada a la vez que una explosión de éter emanaba del pie de este(8) haciendo un poco mas fácil blandir la Zumbanana hacia arriba, imitando el mismo ataque de antes pero en sentido contrario.
-Hora de aprovechar el subidón de energía!!- exclamo seguido de un grito al momento de clavar la espada en el piso, acto seguido saco las 2 espadas mas pequeñas, y apoyo su espalda en la espada mas grande que al estar clavada le servía de cobertura, lanzo una espada para cubrir a uno de sus compañeros de un ataque de cuervo, luego hizo una seña con la mano y hizo que esta se devolviera hacia el(9) y procedió a hacer lo mismo para ayudar a Ingela y Reike por igual(10) cortando, golpeando y desplumando todo lo que se le acercara.
El cuerpo le dolía, y comenzaba a sentir todas las heridas que habían pasado desapercibidas gracias al efecto de la pócima que ahora también se desvanecía, sabiendo que aun quedaban cosas por hacer decidió beber el resto de la pócima(1) y que ocurriera lo que debía pasar, solo por si acaso se bebió la otra poción que traía consigo(2), noto como tenia demasiadas cosas en los bolsillos así que saco lo primero que encontró.
-¿Una flor?- miro con extrañeza puesto que no recordaba haber guardado semejante artilugio para esa aventura en especifico, las palabras de la creatura de los espejos hizo que apretara con fuerza la flor triturándola en el proceso(3) -Hey! nadie me dice que hacer o adonde ir, yo he tomado todas y cada una de mis decisiones por mi cuenta!- sopeso sus palabras por unos momentos y luego rectifico -y por el dinero, también hago cosas por dinero- ahora si se planto firme al momento que ajustaba su visión para seguir mejor los movimientos de la cosa esa(4), de gran ayuda fueron las palabras de Ryuu acerca de la trayectoria de la creatura, sin embargo, la bandada de cuervos que le precedió salió atacando en todas direcciones, Hazelas blandió su espada para defenderse acabando con algunos cuervos de un solo golpe(5), Valyria ahora con orejas de gato rompió otro de los espejos para luego invocar a una horda de gatos que dio caza a la mayoría de cuervos que había desatado, Hazel levanto un pulgar en señal de aprobación, aquello había sido simplemente genial.
Ahora era su momento de romper algo, con rapidez se movió hacia un costado (6) y golpeo el espejo mas cercano, al momento de desatar una bandada de cuervos, Zelas dio un pequeño salto para golpear a la mayor cantidad de cuervos que pudo con la parte plana de la Zumbanana con pasos extras algunos se estrellaron contra el intentando hacerle perder el equilibrio, pero una barrera de hexágonos se formo frente a él impidiendo que le empujaran(7), para quitar parte de la carga y el esfuerzo que representaba blandir esa espada, el rubio pateo la espada a la vez que una explosión de éter emanaba del pie de este(8) haciendo un poco mas fácil blandir la Zumbanana hacia arriba, imitando el mismo ataque de antes pero en sentido contrario.
-Hora de aprovechar el subidón de energía!!- exclamo seguido de un grito al momento de clavar la espada en el piso, acto seguido saco las 2 espadas mas pequeñas, y apoyo su espalda en la espada mas grande que al estar clavada le servía de cobertura, lanzo una espada para cubrir a uno de sus compañeros de un ataque de cuervo, luego hizo una seña con la mano y hizo que esta se devolviera hacia el(9) y procedió a hacer lo mismo para ayudar a Ingela y Reike por igual(10) cortando, golpeando y desplumando todo lo que se le acercara.
- Off:
- 1_Poción de Estoicismo = 10pts.
2_Poción de salud = 20pts.
3_Flor de la Fortuna = 20pts.
4_Visión de elfo = 5pts.
5_Hojas Unidas x6 + infusión etérea = 5pts.
6_Botas de Njord = 5pts.
7_Aros de éter cristalizado + fortaleza inamovible = 5pts.
8_Vuelo Fulgido = 5pts.
9_Retorno = 5pts.
10_PuntosProtección gratis para Ingela y Reike(utilizando un objeto encantado + una habilidad) = 10pts. para mi, 10 para Inge y 10 para Reike
90/90
- Inventario:
- -Ropas Comunes Superiores
-Aros de Éter Cristalizado con Fortaleza Inamovible
-Botas de Njord
-Hojas unidas superiores x6 de las cuales hay al menos 2 que tienen Infusión Etérea (al unirse todas, el encantamiento se mantiene en la única espada grande que queda)
-Huesorang Búmeran de hueso ( Búmeran de calidad Normal hecho de huesos y adornado con plumas, símbolo de una eterna hermandad. Arrójalo las veces que quieras, siempre regresará a ti, de un modo u otro.)
-Tragaéter x1
-Máscara de los cazadores (1 carga restante)
-Semilla Arbusto Beltraine x1
-llave bonita x1 (la misma que obtuve en el Hostblot y que aparentemente no hace nada después del mejor mastereado de todos los tiempos)
-Copia suerte x1
-Runa de Teletrasnportacion x 1
-Castigo de Piedra x 1(sin equipar)
Última edición por Hazel Wind el Dom 20 Jun 2021 - 10:54, editado 2 veces (Razón : editado a petición del master)
Zelas Hazelmere
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Entre los tres lograron derrotar el zezengorri y al parecer, sus compañeros también tuvieron éxito, pues dejaron de actuar frenéticamente. -¿Están bien?- alcanzó a preguntar la joven dragona, acercándose a Hazel y a Vincent. Si bien estaba preocupada por todo el grupo, por el momento aquellos dos se llevaban una porción más grande de atención, pues habían sobrevivido juntos dos pisos de aquella torre del infierno.
Cosas pasaban a su alrededor; remolinos de arena y fuego se transformaban en espejos, plantas se marchitaban dejando marcas curiosas en el suelo, pero a la rubia le interesaba más el magullado muchacho -Yo creo que estás exigiéndote mucho- le comentó a Hazel, quien era el que lucía más agotado de los tres mientras buscaba en su bolso alguna pócima que le pudiera servir, pero no hubo tiempo para respuestas o regalos, pues el piso comenzó a moverse, llevándolos a todos juntos a la siguiente etapa que tendrían que enfrentar -Parece que solo descansaremos cuando salgamos de aquí- respondió ella y se cuadró, preparándose para la siguiente pelea. Y hubo oscuridad.
-¿Pero esto qué es?- se preguntó la dragona -¿Por qué en cada piso se me apaga la fuente de luz?- decía, tocando de nuevo el humilde colgante encantado hasta que la runa se encendió[1] -¡Eh! ¡Rauko!- llamó al elfo que le había hecho el trabajo -Voy a tener que ir al servicio técnico y cobrar la garantía- le advirtió y su cara pudo haber sido más amenazadora que la cosa que apareció en la sala en aquel momento.
La cosa tenebrosa habló pero antes que amedrentar a Ingela, la hizo enojar. Magnífico... No habíamos comido tanto desde hace mucho- dijo el ente estirando un brazo hacia el grupo. -Habla por ti, cosa horrorosa- respondió Ingela -Lo que soy yo, ni siquiera recuerdo el desayuno- se lamentó y se notó en su cara el disgusto. Debemoss darless lass graciass por aliemntarnoss... Definitivamente no noss equivocamos al hacerloss venir, han cumplido nuestras expectativass- continuó hablando, pero Ingela no le prestaba mucha atención. Notar que no había comido nada hacía mucho tiempo hizo que le doliera el estómago y se llevó la mano a la panza.
Recordó que no empacó comida, así que recurrió a la mejor estrategia que se le ocurrió: ir a mendigarle a los demás. -¿Alguien tiene un pedacito de pan para esta pobre dragona desvalida?- repetía cada vez que llegaba donde uno de sus compañeros de aventura y ponía una carita lastimera. Con suerte, alguien se apiadaría de ella y le regalaría algo que echarle al buche[2].
La cosa seguía hablando e Ingela seguía ignorándola, pues estaba más entretenida con las runas dibujadas en el suelo -¿Eso es una B o una F? Por las escamas del dragón, qué diría mi Oma si me viera con tantas dificultades leyendo esta cosa...- se lamentó y no se dio cuenta cuando la pelea comenzó de nuevo.
Uno de los cuervos la golpeó en la espalda y ella cayó de bruces al piso -¡Bifurcado! ¡Sí! ¿Viste Oma? Solo necesitaba un empujoncito- rió, antes de girarse y cubrirse con su rodela para evitar otro golpe de las aves. El animal salió volando, repelido por las púas que ahora le salían al escudo de Ingela y que a ella le encantaban[3]. Se levantó como pudo entre los ataques de aquellas criaturas oscuras, recibiendo más golpes de los que podía repeler. Una energía[4] que la motivaba a golpear de vuelta a los pajaros recorría su cuerpo, y aunque con cada golpe que recibía, más fuerte asestaba los que daba, se veía superada en número. -¿De dónde salieron estas cosas?- preguntó al aire y miró a Ryuu.
Pero no eran amigos del hombre alado, pues cuando Hazel rompió uno de los espejos, los trozos de este se convirtieron en esos cuervos de oscuridad que comenzaron a atacar. Afortunadamente, el maltrecho muchacho enmendó en algo aquello, matando uno de ellos antes que se lanzara sobre ella[5].
Ingela no tuvo tiempo de agradecerle, pues aún quedaban muchos esbirros revoloteando y graznando -Uno.. cuatro...seis...- contó los espejos, pero apareció una mujer bestia que no había visto antes y disparó una flecha, destruyendo otro -cinco...- rectificó y suspiró, ahora había más de esas incómodas criaturas que matar. O eso creyó.
La mujer bestia hizo aparecer muchos gatitos que se pusieron a pelear salvajemente contra los cuervos, ahorrándole a la dragona mucho trabajo, por lo que pudo observar que entre los espejos que quedaban, saltaba un ente, un bola negra de energía que los atacaba. Ingela sopesó el peligro que supondría aquella bola negra frente a las aves oscuras -Prefiero cuervos- sentenció, luego de pensarlo un instante, ya que no sabía si sus armas o poderes hicieran algún daño a aquello, pero ya había probado que a las aves sí, pues tras golpear a unas con su espada, notó que caían y se movían aletargados[X].
Mientras los gatitos se encargaban de los bichos voladores, Ingela tuvo tiempo de armar un plan. Primero, cargó contra un espejo con Feuerstein, rompiéndolo en el acto[7]. Rápidamente, dio un beso a la última esfera que le quedaba y la lanzó al espejo que estaba más cercano, destruyéndola en una espectacular explosión[8]. De inmediato, aparecieron cuervos oscuros, quizás muchos más de los que los gatitos podían encargarse, así que Ingela ejecutó la última parte de su plan -¡Abajo todo el mundo!- advirtió antes de que sus pertenencias desaparecieran[9] y su cuerpo comenzara a transformarse en el de la poderosa dragona alada[10]. Una vez en su forma dracónica, Ingela rugió y sopló de su infernal aliento[11], quemando aquellos cuervos que tuvieron la mala suerte de interponerse en su camino durante los segundos que exhaló fuego, evitando que atacaran a esa alma caritativa que le regaló un cacho'e pan[12].
Cosas pasaban a su alrededor; remolinos de arena y fuego se transformaban en espejos, plantas se marchitaban dejando marcas curiosas en el suelo, pero a la rubia le interesaba más el magullado muchacho -Yo creo que estás exigiéndote mucho- le comentó a Hazel, quien era el que lucía más agotado de los tres mientras buscaba en su bolso alguna pócima que le pudiera servir, pero no hubo tiempo para respuestas o regalos, pues el piso comenzó a moverse, llevándolos a todos juntos a la siguiente etapa que tendrían que enfrentar -Parece que solo descansaremos cuando salgamos de aquí- respondió ella y se cuadró, preparándose para la siguiente pelea. Y hubo oscuridad.
-¿Pero esto qué es?- se preguntó la dragona -¿Por qué en cada piso se me apaga la fuente de luz?- decía, tocando de nuevo el humilde colgante encantado hasta que la runa se encendió[1] -¡Eh! ¡Rauko!- llamó al elfo que le había hecho el trabajo -Voy a tener que ir al servicio técnico y cobrar la garantía- le advirtió y su cara pudo haber sido más amenazadora que la cosa que apareció en la sala en aquel momento.
La cosa tenebrosa habló pero antes que amedrentar a Ingela, la hizo enojar. Magnífico... No habíamos comido tanto desde hace mucho- dijo el ente estirando un brazo hacia el grupo. -Habla por ti, cosa horrorosa- respondió Ingela -Lo que soy yo, ni siquiera recuerdo el desayuno- se lamentó y se notó en su cara el disgusto. Debemoss darless lass graciass por aliemntarnoss... Definitivamente no noss equivocamos al hacerloss venir, han cumplido nuestras expectativass- continuó hablando, pero Ingela no le prestaba mucha atención. Notar que no había comido nada hacía mucho tiempo hizo que le doliera el estómago y se llevó la mano a la panza.
Recordó que no empacó comida, así que recurrió a la mejor estrategia que se le ocurrió: ir a mendigarle a los demás. -¿Alguien tiene un pedacito de pan para esta pobre dragona desvalida?- repetía cada vez que llegaba donde uno de sus compañeros de aventura y ponía una carita lastimera. Con suerte, alguien se apiadaría de ella y le regalaría algo que echarle al buche[2].
La cosa seguía hablando e Ingela seguía ignorándola, pues estaba más entretenida con las runas dibujadas en el suelo -¿Eso es una B o una F? Por las escamas del dragón, qué diría mi Oma si me viera con tantas dificultades leyendo esta cosa...- se lamentó y no se dio cuenta cuando la pelea comenzó de nuevo.
Uno de los cuervos la golpeó en la espalda y ella cayó de bruces al piso -¡Bifurcado! ¡Sí! ¿Viste Oma? Solo necesitaba un empujoncito- rió, antes de girarse y cubrirse con su rodela para evitar otro golpe de las aves. El animal salió volando, repelido por las púas que ahora le salían al escudo de Ingela y que a ella le encantaban[3]. Se levantó como pudo entre los ataques de aquellas criaturas oscuras, recibiendo más golpes de los que podía repeler. Una energía[4] que la motivaba a golpear de vuelta a los pajaros recorría su cuerpo, y aunque con cada golpe que recibía, más fuerte asestaba los que daba, se veía superada en número. -¿De dónde salieron estas cosas?- preguntó al aire y miró a Ryuu.
Pero no eran amigos del hombre alado, pues cuando Hazel rompió uno de los espejos, los trozos de este se convirtieron en esos cuervos de oscuridad que comenzaron a atacar. Afortunadamente, el maltrecho muchacho enmendó en algo aquello, matando uno de ellos antes que se lanzara sobre ella[5].
Ingela no tuvo tiempo de agradecerle, pues aún quedaban muchos esbirros revoloteando y graznando -Uno.. cuatro...seis...- contó los espejos, pero apareció una mujer bestia que no había visto antes y disparó una flecha, destruyendo otro -cinco...- rectificó y suspiró, ahora había más de esas incómodas criaturas que matar. O eso creyó.
La mujer bestia hizo aparecer muchos gatitos que se pusieron a pelear salvajemente contra los cuervos, ahorrándole a la dragona mucho trabajo, por lo que pudo observar que entre los espejos que quedaban, saltaba un ente, un bola negra de energía que los atacaba. Ingela sopesó el peligro que supondría aquella bola negra frente a las aves oscuras -Prefiero cuervos- sentenció, luego de pensarlo un instante, ya que no sabía si sus armas o poderes hicieran algún daño a aquello, pero ya había probado que a las aves sí, pues tras golpear a unas con su espada, notó que caían y se movían aletargados[X].
Mientras los gatitos se encargaban de los bichos voladores, Ingela tuvo tiempo de armar un plan. Primero, cargó contra un espejo con Feuerstein, rompiéndolo en el acto[7]. Rápidamente, dio un beso a la última esfera que le quedaba y la lanzó al espejo que estaba más cercano, destruyéndola en una espectacular explosión[8]. De inmediato, aparecieron cuervos oscuros, quizás muchos más de los que los gatitos podían encargarse, así que Ingela ejecutó la última parte de su plan -¡Abajo todo el mundo!- advirtió antes de que sus pertenencias desaparecieran[9] y su cuerpo comenzara a transformarse en el de la poderosa dragona alada[10]. Una vez en su forma dracónica, Ingela rugió y sopló de su infernal aliento[11], quemando aquellos cuervos que tuvieron la mala suerte de interponerse en su camino durante los segundos que exhaló fuego, evitando que atacaran a esa alma caritativa que le regaló un cacho'e pan[12].
- Resumen:
- Destruyo 2 espejos, quedan tres.
[1]Encantamiento pasivo de objeto "Fuente de Luz" +5pts.
[2]Posibilidad de ayuda +10pts. (+10pts para quien ayude)
[3]Encantamiento pasivo de escudo "Reflejo de espinas" +5pts.
[4]Habilidad pasiva de nivel 1 "Die Drachen Raserei" +5pts.
[5]Hazel ayuda +10pts.
[X]Efecto del "Regalo elemental de Isil Azul: Hielo (Entumecimiento)" 2/3
[7]Uso de encantamiento pasivo "Runa de Penetración" +5pts.
[8]Uso de objeto consumible “Esfera Krampus” +20pts.
[9]Encantamiento pasivo de pudor +5pts.
[10]Habilidad pasiva racial de 2 usos "Don Ancestral" (2do uso) +10pts.
[11]Habilidad pasiva racial "Aliento elemental" +5pts.
[12]Esto no es abuso, esto es ayudaUsar una habilidad para proteger al/la compañero/a que alimenta a la dragona y a Hazel +10 pts. (+10pts. para ese ser dadivoso y amable, y me Hazelindo)
TOTAL 90pts. si me dan pan. Ojalá me den pan, porque de lo contrario, me quedo con 80pts.
Última edición por Ingela el Dom 20 Jun 2021 - 18:11, editado 2 veces
Ingela
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
-Ya yo me presenté pero por si acasito, soy Maga… bueno, sí, pero no solo por magia… Maga de … olvidalo, solo piensa que mi papá tenía poca imaginación- me reí mientras corría de un lugar a otro sobre la arena y dejaba que los chicos se encargaran de aquel gusano.
¿La regla de la L? Me quedé pensando sin entender mucho a qué se refería Ryuu. En fin… Los monstruos desaparecieron pero los retos de la torre cada vez eran más complicados. En esta oportunidad salió un ¿hombre? horrible y con un aura muy oscura; al menos su apariencia combinaba con el entorno siniestro, pero su nariz arrugada me generaba conflicto, era difícil tomarlo en serio con esa nariz.
Mientras el hombre de nariz extraña hablaba de cosas importantes yo me distraje viendo las runas en el suelo, era cómo si quisieran decirnos algo, y definitivamente Ryuu entendió lo que significaba. Me sentí súper orgullosa, mi equipo es lo máximo. Excepto cuando hace que un grupo de cuervos te ataquen.
Me agaché y me hice bolita boca arriba protegiendo a Pelusa pero con visión para defenderme de los cuervos con telekinesis y mi agujas.(0) En una de esas lancé mi cuchillo encantado.
En eso Ryuu se acercó y me entregó un pendiente súper bonito; me lo coloqué rapidito, lo escuché y le contesté un poco confundida pero agradecida.(1)
Antes de que pudiese esperarse salieron unos gatitos al rescate.
-El siguiente ataque va a salir de ahí, en la R- señalé.
Y por estar distraída un pico me rozó la oreja. Abrí los ojos como platos y enseguida me agaché por la advertencia de la chica (Ingela) y me hice más bolita de lo normal debajo de ella. (2)
-Gracias- dije muy agradecida y recordando que ella había dicho que tenía hambre y con telekinesis saqué un pergamino y tinta y en menos de lo que canta un gallo apareció un pedazo de pan relleno para la chica dragona; una galleta de avena para mí porque es sabrosa; un chocolate a Rauko recordando la biusa que me dió, un ponquesito a Vincent y una torta de limón para Destino; creo recordar que Reikita ya había comido, sino le debía una rica tarta de manzana. Con telekinesis le hice las entregas y me levanté con cuidado.
Mientras me comía la galleta mis pupilas se dilataron sin razón alguna y mi corazón empezó a acelerarse. ¿¡Whaaat!? pensé un poco desesperada porque me estaba dando un subidón de energía. Sabía que la comida mágica era genial pero no tanto. En eso volteé a ver a Ryuu que seguro también se beneficiaría de mi galleta mientras el me ¿daba un ataque al corazón?
Empecé a respirar profundamente, necesitaba contener toda esa descarga animal que el chico me estaba dando. -Fffff** - era demasiada energía para mi pequeño cuerpo. (4)
Dejé a Pelusa en el suelo cerca de la dragona y di un salto increíblemente alto para atrapar a los cuervos con mis manos y lanzarlos contra el suelo. Necesitaba drenar esa carga animal - Respira, respira… Okey tu puedes-.
A cada salto era más precisa y lanzaba a los cuervos cada vez más duro contra el suelo tratando de concentrar toda esa energía en mis brazos y mis saltos. En uno de esos saltos Ryuu me dictó en donde saldría otra vez la criatura y sin pensarlo le lancé un cuervazo. (5)
Llevé mis manos a la boca con susto por casi darle; me provocaba acomodarle la nariz, pero realmente no tenía ganas de verlo súper molesto. Al final terminé atinandole a uno de los espejos por el bien de todos.
Off
(0) Telekinesis avanzada y telekinesis bruja +10 + 5 (agujas arma cambiante) + 5 encantamiento de arma.
(1) Usar pendiente de Ryuu +10 ptos
(2) Ser protegida por Ingela +10 ptos
(3) Conjurar comida y ser la mamá del grupo + 10 + 10 (Ingela, Vincent, Rauko, Destino y Ryuu también se beneficia por el collar)
[Técnica] Sobre la superficie encantada aparecerán 5 pasteles, galletas o porciones de comida similares, a tu elección. Cada una de estas porciones alimenta plenamente a una persona por un día completo. Quienes consuman este alimento, además, no se cansarán al caminar y sus heridas cerrarán el doble de rápido.
Reikita te debo postrecito para después <3
(4) Grandes saltos + Frenesí de Ryuu + 15 ptos
(5) Uso visión mágica, mentalista y mi entrenamiento de aikido para concentrarme y focalizar frenesí para atacar. +5 (pasiva)
(6) Ayudita de Rauko o Destino o ambos.
Total: 80 ptos + 10(?
___________
Inventario:
Ganado en la torre:
Consumible Poción de salud (1 uso)
Consumible Copiar suerte (1 uso)
Runa de Teleportación [Limitado, 1 uso]
Consumible (Restaurar un uso de habilidad de nivel 4 o menor)
Poción Sagrada
Encantamientos (2/6)
Armadura ligera superior + encantamiento de armadura para hacerla parecer vestido.
4 Agujas superiores + encantamiento de arma cambiante a cadena (la uso como pulsera en la mano derecha)
(new)Daga con impacto oscuro.
Limitados (7/7)
Kit arcano superior(2 usos) (1 uso)
Kit alquimista regular (2 usos)
Veneno toque paralizante (1 uso)
Pergamino emocional(2 usos) (1 uso)
Bolsa de púas(2 usos) (1 uso)
Cristal de reducción para Pelusa (2 usos)
Pesadilla Embotellada (0 uso)
Consumibles:
Elixir multipropósito (3 cargas) Elixir multipropósito (2 cargas)
Máscara de caidos (2 cargas)
Chocolate del equinocio (1 uso)
Armas menos relevantes:
4 agujas con cascabel calidad pobre
Otras cositas:
Bolso aventurero para meter todas mis cositas.
Mascota: Pelusa
¿La regla de la L? Me quedé pensando sin entender mucho a qué se refería Ryuu. En fin… Los monstruos desaparecieron pero los retos de la torre cada vez eran más complicados. En esta oportunidad salió un ¿hombre? horrible y con un aura muy oscura; al menos su apariencia combinaba con el entorno siniestro, pero su nariz arrugada me generaba conflicto, era difícil tomarlo en serio con esa nariz.
Mientras el hombre de nariz extraña hablaba de cosas importantes yo me distraje viendo las runas en el suelo, era cómo si quisieran decirnos algo, y definitivamente Ryuu entendió lo que significaba. Me sentí súper orgullosa, mi equipo es lo máximo. Excepto cuando hace que un grupo de cuervos te ataquen.
Me agaché y me hice bolita boca arriba protegiendo a Pelusa pero con visión para defenderme de los cuervos con telekinesis y mi agujas.(0) En una de esas lancé mi cuchillo encantado.
En eso Ryuu se acercó y me entregó un pendiente súper bonito; me lo coloqué rapidito, lo escuché y le contesté un poco confundida pero agradecida.(1)
Antes de que pudiese esperarse salieron unos gatitos al rescate.
-El siguiente ataque va a salir de ahí, en la R- señalé.
Y por estar distraída un pico me rozó la oreja. Abrí los ojos como platos y enseguida me agaché por la advertencia de la chica (Ingela) y me hice más bolita de lo normal debajo de ella. (2)
-Gracias- dije muy agradecida y recordando que ella había dicho que tenía hambre y con telekinesis saqué un pergamino y tinta y en menos de lo que canta un gallo apareció un pedazo de pan relleno para la chica dragona; una galleta de avena para mí porque es sabrosa; un chocolate a Rauko recordando la biusa que me dió, un ponquesito a Vincent y una torta de limón para Destino; creo recordar que Reikita ya había comido, sino le debía una rica tarta de manzana. Con telekinesis le hice las entregas y me levanté con cuidado.
Mientras me comía la galleta mis pupilas se dilataron sin razón alguna y mi corazón empezó a acelerarse. ¿¡Whaaat!? pensé un poco desesperada porque me estaba dando un subidón de energía. Sabía que la comida mágica era genial pero no tanto. En eso volteé a ver a Ryuu que seguro también se beneficiaría de mi galleta mientras el me ¿daba un ataque al corazón?
Empecé a respirar profundamente, necesitaba contener toda esa descarga animal que el chico me estaba dando. -Fffff** - era demasiada energía para mi pequeño cuerpo. (4)
Dejé a Pelusa en el suelo cerca de la dragona y di un salto increíblemente alto para atrapar a los cuervos con mis manos y lanzarlos contra el suelo. Necesitaba drenar esa carga animal - Respira, respira… Okey tu puedes-.
A cada salto era más precisa y lanzaba a los cuervos cada vez más duro contra el suelo tratando de concentrar toda esa energía en mis brazos y mis saltos. En uno de esos saltos Ryuu me dictó en donde saldría otra vez la criatura y sin pensarlo le lancé un cuervazo. (5)
Llevé mis manos a la boca con susto por casi darle; me provocaba acomodarle la nariz, pero realmente no tenía ganas de verlo súper molesto. Al final terminé atinandole a uno de los espejos por el bien de todos.
Off
(0) Telekinesis avanzada y telekinesis bruja +10 + 5 (agujas arma cambiante) + 5 encantamiento de arma.
(1) Usar pendiente de Ryuu +10 ptos
(2) Ser protegida por Ingela +10 ptos
(3) Conjurar comida y ser la mamá del grupo + 10 + 10 (Ingela, Vincent, Rauko, Destino y Ryuu también se beneficia por el collar)
[Técnica] Sobre la superficie encantada aparecerán 5 pasteles, galletas o porciones de comida similares, a tu elección. Cada una de estas porciones alimenta plenamente a una persona por un día completo. Quienes consuman este alimento, además, no se cansarán al caminar y sus heridas cerrarán el doble de rápido.
Reikita te debo postrecito para después <3
(4) Grandes saltos + Frenesí de Ryuu + 15 ptos
(5) Uso visión mágica, mentalista y mi entrenamiento de aikido para concentrarme y focalizar frenesí para atacar. +5 (pasiva)
(6) Ayudita de Rauko o Destino o ambos.
Total: 80 ptos + 10(?
___________
Inventario:
Ganado en la torre:
Consumible Poción de salud (1 uso)
Runa de Teleportación [Limitado, 1 uso]
Poción Sagrada
Encantamientos (2/6)
Armadura ligera superior + encantamiento de armadura para hacerla parecer vestido.
4 Agujas superiores + encantamiento de arma cambiante a cadena (la uso como pulsera en la mano derecha)
(new)Daga con impacto oscuro.
Limitados (7/7)
Kit arcano superior
Kit alquimista regular (2 usos)
Pergamino emocional
Bolsa de púas
Cristal de reducción para Pelusa (2 usos)
Consumibles:
Máscara de caidos (2 cargas)
Chocolate del equinocio (1 uso)
Armas menos relevantes:
4 agujas con cascabel calidad pobre
Otras cositas:
Bolso aventurero para meter todas mis cositas.
Mascota: Pelusa
- Pelusa:
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Habilidades ya gastadas:
Racial: Superioridad Arcana
Nivel 1: Tierno encantamiento
...
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Magazubi
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Y cuando temía que todo estaba perdido, la chica enmascarada y el elfo histérico llegaron en su ayuda. La mujer se veía majestuosa recortada contra el fuego y el hombre… bueno, tendría que dejar de llamarlo elfo histérico en su mente después de aquello.
Valeria dejó que la apartaran de allí pensando que, después de todo, había sido una buena idea invertir en trabajo en equipo. No las tenía todas consigo en aquel momento: el efecto de la poción había desaparecido y aún no estaba totalmente restablecida de sus heridas.
De repente, empezó a sonar una extraña melodía, al tiempo que el aire se llenaba de los sonidos de sus compañeros. Solo entonces se dio cuenta de lo extrañamente silenciosa que había estado la sala hasta entonces.
La sala comenzó a cambiar y a ascender mientras Valeria hacía recuento de sus heridas. No parecían tener mala pinta, aunque escocían un poco. Pensó que sería buena idea tomar un antiséptico por si acaso. A saber qué había mordido esa cosa antes.
Rebuscó en su bolso, pero antes de que llegara a sacar nada, apareció aquel ser extraño intentando minarles la moral a todos. Seguro que tenía el discurso ensayado(1).
—¡Oh, por favor! —dijo con voz cansada al notar que algunos de sus compañeros parecían inquietos con los comentarios de la criatura—. Evidentemente, está mintiendo. Es un truco básico de manipulación y distracción. De trilero barato, diría yo —añadió mientras sacaba los dos viales que andaba buscando.
Aprovechando que el ser seguía de charleta, se bebió el contenido de ambos frascos, uno seguido del otro, y se sintió mejor al instante(2). Quizá no eran necesarias las dos, pero tenía pinta de que la cosa no iba a acabar pronto, así que más valía prevenir.
El resto ocurrió muy deprisa.
Cayó al suelo, derribada por un amasijo de plumas(3). Tomó la garra que le ofrecía sin poder evitar un escalofrío al contacto con ella y se alejó lo que pudo del espejo, procurando no acercarse de más a ninguno de los otros. Varios de ellos explotaron a medida que sus compañeros reaccionaban y la sala se llenó de unos cuervos muy poco físicos y un tanto espeluznantes(4).
Valeria sacó de nuevo sus cuchillos a tiempo de ver pasar una espada a su lado, ensartando una de esas aves justo antes de que se le echara a ella encima(5). Agradeció con un gesto de la cabeza al tipo exageradamente bajito para su gran espada y buscó otro objetivo con la mirada.
Un espejo estalló tras el elfo histéric… el elfo de melena oscura y Valeria lanzó sus cuchillos para quitarle de encima a alguna de esas bestias emplumadas(6). Quizá no era mucho, pero se la debía.
----------
OFF: Habilidades y objetos usados: 90 pts
(1) Habilidad pasiva: Mentirosa compulsiva, 5 pts
(2) Objeto limitado de 1 uso: Elixir Replicante, para emular los efectos de la poción de Estoicismo que bebí hace dos turnos, 20 pts Y objeto consumible, Medicina multipropósito, otros 20 pts
(3) Salvada por Ryuu, 10 pts
(4) Habilidad pasiva: Don Mágico, 5 pts.
(5) Hazel me protege, 10 pts
(6) Habilidad pasiva: Telequinesis (potenciada por mi rasgo de telequinesis —Talento a nivel Avanzado): 5 pts Y Encantamiento pasivo: Arma de Hielo, 5 pts Y protejo a Destino, 10 pts para mí y otros 10 para él.
(*) Recuento: Ryuu, Valy, Hazel y Magazubi se han cargado un espejo cada uno (4) e Ingela, dos (6). Eran 9, así que os quedan 3. Yo solo ataco cuervos. Nadie le ha atizado al tipejo.
Valeria dejó que la apartaran de allí pensando que, después de todo, había sido una buena idea invertir en trabajo en equipo. No las tenía todas consigo en aquel momento: el efecto de la poción había desaparecido y aún no estaba totalmente restablecida de sus heridas.
De repente, empezó a sonar una extraña melodía, al tiempo que el aire se llenaba de los sonidos de sus compañeros. Solo entonces se dio cuenta de lo extrañamente silenciosa que había estado la sala hasta entonces.
La sala comenzó a cambiar y a ascender mientras Valeria hacía recuento de sus heridas. No parecían tener mala pinta, aunque escocían un poco. Pensó que sería buena idea tomar un antiséptico por si acaso. A saber qué había mordido esa cosa antes.
Rebuscó en su bolso, pero antes de que llegara a sacar nada, apareció aquel ser extraño intentando minarles la moral a todos. Seguro que tenía el discurso ensayado(1).
—¡Oh, por favor! —dijo con voz cansada al notar que algunos de sus compañeros parecían inquietos con los comentarios de la criatura—. Evidentemente, está mintiendo. Es un truco básico de manipulación y distracción. De trilero barato, diría yo —añadió mientras sacaba los dos viales que andaba buscando.
Aprovechando que el ser seguía de charleta, se bebió el contenido de ambos frascos, uno seguido del otro, y se sintió mejor al instante(2). Quizá no eran necesarias las dos, pero tenía pinta de que la cosa no iba a acabar pronto, así que más valía prevenir.
El resto ocurrió muy deprisa.
Cayó al suelo, derribada por un amasijo de plumas(3). Tomó la garra que le ofrecía sin poder evitar un escalofrío al contacto con ella y se alejó lo que pudo del espejo, procurando no acercarse de más a ninguno de los otros. Varios de ellos explotaron a medida que sus compañeros reaccionaban y la sala se llenó de unos cuervos muy poco físicos y un tanto espeluznantes(4).
Valeria sacó de nuevo sus cuchillos a tiempo de ver pasar una espada a su lado, ensartando una de esas aves justo antes de que se le echara a ella encima(5). Agradeció con un gesto de la cabeza al tipo exageradamente bajito para su gran espada y buscó otro objetivo con la mirada.
Un espejo estalló tras el elfo histéric… el elfo de melena oscura y Valeria lanzó sus cuchillos para quitarle de encima a alguna de esas bestias emplumadas(6). Quizá no era mucho, pero se la debía.
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OFF: Habilidades y objetos usados: 90 pts
(1) Habilidad pasiva: Mentirosa compulsiva, 5 pts
(2) Objeto limitado de 1 uso: Elixir Replicante, para emular los efectos de la poción de Estoicismo que bebí hace dos turnos, 20 pts Y objeto consumible, Medicina multipropósito, otros 20 pts
(3) Salvada por Ryuu, 10 pts
(4) Habilidad pasiva: Don Mágico, 5 pts.
(5) Hazel me protege, 10 pts
(6) Habilidad pasiva: Telequinesis (potenciada por mi rasgo de telequinesis —Talento a nivel Avanzado): 5 pts Y Encantamiento pasivo: Arma de Hielo, 5 pts Y protejo a Destino, 10 pts para mí y otros 10 para él.
(*) Recuento: Ryuu, Valy, Hazel y Magazubi se han cargado un espejo cada uno (4) e Ingela, dos (6). Eran 9, así que os quedan 3. Yo solo ataco cuervos. Nadie le ha atizado al tipejo.
- inventario:
- ARMAS Y ARMADURA:
* Daga de Eredin, calidad épica, con encantamiento de Marca Vampírica. La llevo en mi Funda Oculta
* Cuchillos Arrojadizos (4), calidad normal, con encantamiento de Arma de Hielo
* Peto "quitamiedos", armadura ligera, calidad pobre, con encantamiento Runa de Sombras, bajo la blusa
TOTAL DE ENCANTAMIENTOS: 3/6
LIGADOS AL ÉTER: 1/3
OBJETOS LIMITADOS (7/7):
* Kit Alquímico Superior (gastado un uso)
* Kit de Arcanos Superior (gastado un uso)
* Pergamino Ilusorio
* Poción de Salud Concentrada
* Elixir de Frigg
* Elixir del Sabueso
*Elixir Replicante
OTROS:
* Poción Sagrada (eliminar herida maldita)
* Fragmento de cristal (Encantamiento: Castigo de piedra)
* Dos porciones de comida reconstituyente, conjurada para usar en este tema
*Restaurador mágico (1 uso, hab. nivel 4 o menos, solo Torre)
* Cambio de suerte (mismo turno)
* Poción de Salud (heridas leves)
* Bolso del Viajero
* Tragaéterx2(me queda uno)
* Poción de Recuperación
* Poción de Rescate
* Medicina Multipropósitox3x2
* Bendición de Idunn
* Manzana de Idunn
* Poción de Baile x2
* Collar de Clavos
* Incienso de Jólmundröm x2
* Estalagmita emergentex2(me queda una)
* Polvo de Hada x3
* Bomba Floral
* Caramelo de Jade x2
*Flor de la Fortuna
* Sello del clan Neril (¿por qué no?, me jugué el cuello para ganarlo, no lo voy a tirar)
* Ropa y calzado, por supuesto. Y, ya que estoy, cepillo para el pelo y esas cosas básicas
Reike
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Tras unos instantes y mucho esfuerzo, la agresiva y espantosa planta terminó quemada hasta las cenizas, cenizas que para sorpresa de todos, comenzaron a arremolinarse hasta formar un círculo de espejos alrededor de la sala que nuevamente volvía a ser normal, o tan normal como se podía en ese lugar tan raro -¿De dónde viene esa horrible música?- Se quejó de mala gana mientras su pie se movía inconscientemente al ritmo de la pegajosa melodía. De cualquier modo, volvían a estar de nuevo juntos los tres equipos y ahora debían enfrentar a una nueva y más difícil amenaza, una que además planteaba la posibilidad de que alguna fuerza superior los hubiese traído a la torre.
El pelinegro se planteó por un momento la posibilidad de que fuera cierto, afortunadamente la bruja lo sacó de dudas con un argumento muy sólido, y es que, un montón de extraños llegando al mismo tiempo, al mismo lugar, con motivos cuestionables, era la cosa más normal del mundo, completamente típico y predecible -¡Nadie caerá en tus trucos de Titiritero, demonio anarizado!- Dijo el elfo en apoyo a las palabras de la bruja, a fin de cuentas, no solo era dueño de su propio destino, sino que además, él era el Destino, por primera vez le parecía útil llevar ese nombre.
Obviamente, ante argumentos tan devastadores, la criatura no tuvo más remedio que usar la fuerza, cosa que también resultaba bastante típica, perder un debate filosófico y meterse al espejo para salir por otros y tratar de matar a todos. No pudo evitar notar las letras rúnicas que se habían formado en la base de cada espejo por los que entraba y salía la criatura, con los que rápidamente pudo formar una palabra en su mente -¡Las letras en el piso forman una palabra!- Resaltó aunque ya no era el único en darse cuenta, pues el perico también lo había notado y casi a la par de pajarraco acabó diciendo la palabra correcta -¡Piricueco!- Dijo en primera instancia, cambiando luego a la misma que había señalado el emplumado amigo -Eso, Bifurcado, es lo que Destino dijo- Murmuró un poco disgustado pero atento a que la palabra indicaba el patrón de ataque de la criatura.
Rápidamente usó su don elfiloco [1] para notar que los espejos no eran comunes, y no solo porque se habían formado casi de la nada, sino porque estaban cargado de una poderosa magia que casi le gritaba que sería peligroso romper alguno, por lo que lógicamente el asesino acudió a hacer lo más lógico y con la prevención por delante declaró -¡A la cuenta de tres, alóquense y rompan todo!- Algo que desde luego, la criatura no se esperaría. Afortunadamente nadie le hizo caso y prefirieron, sí, romper todo, pero en el orden que les indicaba plumitas.
Al romper los primeros espejos, bandadas de cuervos mágicos se hicieron presentes para atacar a todos, haciendo que moverse en la sala resultara cada vez más peligroso. Abrió los ojos como platos para estar atento a cualquier amenaza cercana, y notando rápidamente que, de cada espejo, emergía un número fijo de aves espectrales. [2] Dio un salto hacia atrás, y luego otro, y otro, y otro más para evitar los cuervos de los primeros espejos, pero notaba que la criatura tardaba más en aparecer porque estaban cortando sus rutas, definitivamente todo estaba saliendo de acuerdo a su plan.
Sacó su espada y giró por el suelo en una innecesaria voltereta para esquivar algunos cuervos y derribar otros que, para su sorpresa, fueron impactados por su espada y cayeron al piso cortados y electrocutados. [3] Corrió para acercarse a la pequeña Magazubi que por alguna razón, en medio de la batalla, con el peligro a cuestas y las vidas en riesgo, había decidido cocinar -No es momento para comer, jovencita- Dijo muy serio mientras tomaba el bocadillo y se lo llevaba a la boca con desespero, y es que recibir algunos pasapalos en cada piso no parecía ser un mal plan. [4]
Y como era de esperarse, algunos de los cuervos acudieron amablemente a tratar de matarlos. El pelinegro tomó con fuerza su espada y se preparó para golpear y electrocutar todo lo que se acercara, hasta que un grito llamó su atención -¿Abajo el mundo?- El elfo no entendía por qué alguien estaría en contra del mundo, algo terrible debía haberle hecho el mundo para que… -¡Oh rayos!- Se agachó y cubrió a la pequeña Magazubi mientras sacaba rápidamente un tragaéter y lo colocaba sobre ellos para que absorbiera las llamas que pudieran lastimarlos. [5] [6]
Acto seguido Destino contempló completamente atónito como Maga se tomaba muy en serio lo de alocarse, y se ponía a atacar cuervos frenéticamente con las manos -Oye, tómalo con calma- Dijo mientras bajaba la guardia por un instante hasta que se vio atacado por la bruja que ahora lanzaba unos cuchillos en su dirección -Vil escoria traicionera y poco fiable- Pensó mientras colocaba las manos como escudo pero para su sorpresa, los cuchillos pasaron sobre él para poner fin a algunos cuervos [7] -Gracias, amable bruja, Destino jamás dudó de ti- Le dijo mientras le mostraba un pulgar arriba.
Finalmente, era momento de tomarse las cosas en serio, no tan en serio como Magazubi, pero sí un poco. Dio un rápido vistazo a Vincent y a Rauko, luego vio a los 3 espejos que quedaban y pensó -Somos tres personas para romper tres espejos, lo más lógico es que dos destruyamos uno y uno destruya dos, sí, es lo que hay que hacer- Se acercó a sus compañeros pues era a quienes más confianza les tenía luego de todas sus innumerables aventuras como el Escuadrón Matavacas -Vincent, Rauko, hay que engañar a este ser de las tinieblas, si al final solo queda un espejo no se dejará atrapar, así que Vincent y Destino destruirán un solo espejo y en cuanto el desnarizado entre por uno para salir por el otro, Rauko se encargará de romper ambos para que no tenga manera de salir- Y claro, sonaba como un buen plan para tomarlo por sorpresa, si no fuera porque la criatura seguramente habría escuchado todo.
Y pues, dicho y hecho, el elfo se acercó a Vincent mientras lanzaba su espada a los cuervos cortando algunos y haciéndola regresar [8] a su mano, con esto pretendía llamar la atención de las aves pero también, de la criatura para que saliera y perdiera su factor sorpresa. Una vez que lo logró, señaló a Vincent el espejo por donde acababa de salir la criatura, marcándolo como objetivo, lanzó su espada hacia el espejo aunque no sin antes llenarla con una fuerte carga de éter para que acabara con los cuervos que saldrían luego de la destrucción del espejo. [9] [10]
El pelinegro se planteó por un momento la posibilidad de que fuera cierto, afortunadamente la bruja lo sacó de dudas con un argumento muy sólido, y es que, un montón de extraños llegando al mismo tiempo, al mismo lugar, con motivos cuestionables, era la cosa más normal del mundo, completamente típico y predecible -¡Nadie caerá en tus trucos de Titiritero, demonio anarizado!- Dijo el elfo en apoyo a las palabras de la bruja, a fin de cuentas, no solo era dueño de su propio destino, sino que además, él era el Destino, por primera vez le parecía útil llevar ese nombre.
Obviamente, ante argumentos tan devastadores, la criatura no tuvo más remedio que usar la fuerza, cosa que también resultaba bastante típica, perder un debate filosófico y meterse al espejo para salir por otros y tratar de matar a todos. No pudo evitar notar las letras rúnicas que se habían formado en la base de cada espejo por los que entraba y salía la criatura, con los que rápidamente pudo formar una palabra en su mente -¡Las letras en el piso forman una palabra!- Resaltó aunque ya no era el único en darse cuenta, pues el perico también lo había notado y casi a la par de pajarraco acabó diciendo la palabra correcta -¡Piricueco!- Dijo en primera instancia, cambiando luego a la misma que había señalado el emplumado amigo -Eso, Bifurcado, es lo que Destino dijo- Murmuró un poco disgustado pero atento a que la palabra indicaba el patrón de ataque de la criatura.
Rápidamente usó su don elfiloco [1] para notar que los espejos no eran comunes, y no solo porque se habían formado casi de la nada, sino porque estaban cargado de una poderosa magia que casi le gritaba que sería peligroso romper alguno, por lo que lógicamente el asesino acudió a hacer lo más lógico y con la prevención por delante declaró -¡A la cuenta de tres, alóquense y rompan todo!- Algo que desde luego, la criatura no se esperaría. Afortunadamente nadie le hizo caso y prefirieron, sí, romper todo, pero en el orden que les indicaba plumitas.
Al romper los primeros espejos, bandadas de cuervos mágicos se hicieron presentes para atacar a todos, haciendo que moverse en la sala resultara cada vez más peligroso. Abrió los ojos como platos para estar atento a cualquier amenaza cercana, y notando rápidamente que, de cada espejo, emergía un número fijo de aves espectrales. [2] Dio un salto hacia atrás, y luego otro, y otro, y otro más para evitar los cuervos de los primeros espejos, pero notaba que la criatura tardaba más en aparecer porque estaban cortando sus rutas, definitivamente todo estaba saliendo de acuerdo a su plan.
Sacó su espada y giró por el suelo en una innecesaria voltereta para esquivar algunos cuervos y derribar otros que, para su sorpresa, fueron impactados por su espada y cayeron al piso cortados y electrocutados. [3] Corrió para acercarse a la pequeña Magazubi que por alguna razón, en medio de la batalla, con el peligro a cuestas y las vidas en riesgo, había decidido cocinar -No es momento para comer, jovencita- Dijo muy serio mientras tomaba el bocadillo y se lo llevaba a la boca con desespero, y es que recibir algunos pasapalos en cada piso no parecía ser un mal plan. [4]
Y como era de esperarse, algunos de los cuervos acudieron amablemente a tratar de matarlos. El pelinegro tomó con fuerza su espada y se preparó para golpear y electrocutar todo lo que se acercara, hasta que un grito llamó su atención -¿Abajo el mundo?- El elfo no entendía por qué alguien estaría en contra del mundo, algo terrible debía haberle hecho el mundo para que… -¡Oh rayos!- Se agachó y cubrió a la pequeña Magazubi mientras sacaba rápidamente un tragaéter y lo colocaba sobre ellos para que absorbiera las llamas que pudieran lastimarlos. [5] [6]
Acto seguido Destino contempló completamente atónito como Maga se tomaba muy en serio lo de alocarse, y se ponía a atacar cuervos frenéticamente con las manos -Oye, tómalo con calma- Dijo mientras bajaba la guardia por un instante hasta que se vio atacado por la bruja que ahora lanzaba unos cuchillos en su dirección -Vil escoria traicionera y poco fiable- Pensó mientras colocaba las manos como escudo pero para su sorpresa, los cuchillos pasaron sobre él para poner fin a algunos cuervos [7] -Gracias, amable bruja, Destino jamás dudó de ti- Le dijo mientras le mostraba un pulgar arriba.
Finalmente, era momento de tomarse las cosas en serio, no tan en serio como Magazubi, pero sí un poco. Dio un rápido vistazo a Vincent y a Rauko, luego vio a los 3 espejos que quedaban y pensó -Somos tres personas para romper tres espejos, lo más lógico es que dos destruyamos uno y uno destruya dos, sí, es lo que hay que hacer- Se acercó a sus compañeros pues era a quienes más confianza les tenía luego de todas sus innumerables aventuras como el Escuadrón Matavacas -Vincent, Rauko, hay que engañar a este ser de las tinieblas, si al final solo queda un espejo no se dejará atrapar, así que Vincent y Destino destruirán un solo espejo y en cuanto el desnarizado entre por uno para salir por el otro, Rauko se encargará de romper ambos para que no tenga manera de salir- Y claro, sonaba como un buen plan para tomarlo por sorpresa, si no fuera porque la criatura seguramente habría escuchado todo.
Y pues, dicho y hecho, el elfo se acercó a Vincent mientras lanzaba su espada a los cuervos cortando algunos y haciéndola regresar [8] a su mano, con esto pretendía llamar la atención de las aves pero también, de la criatura para que saliera y perdiera su factor sorpresa. Una vez que lo logró, señaló a Vincent el espejo por donde acababa de salir la criatura, marcándolo como objetivo, lanzó su espada hacia el espejo aunque no sin antes llenarla con una fuerte carga de éter para que acabara con los cuervos que saldrían luego de la destrucción del espejo. [9] [10]
Habilidades u Objetos usados: 90 pts.
[1] Don mágico: 5 pts
[2] Ojos de elfo: 5 pts
[3] Encantamiento pasivo de espada (Electricidad...): 5 pts
[4] Arriesgarme a comer la comida de Magazubi: 10 pts
[5] Usar un consumible: 20 pts
[6] Proteger a Magazubi con el consumible: 10 pts para ambos
[7] Reike me hace la salvación: 10 pts
[8] Habilidad pasiva de nivel 4: 5 pts
[9] Uso de Habilidad nivel 0: 10 pts
[10] Ataque conjunto con Vincent: 10 puntos
- Inventario:
[1] Armas.
- Moonblade [Calidad Superior, arma. ]
- Serpientes gemelas (2) [Calidad Épica, Arma, Se liga al éter, 2 usos]
- Sting [Guante/Arma corta, Guantelete de guerra superior]
[2] Equipamiento.
- Casco del genio paranoico, [Yelmo] pero con forma de diadema para que se vea más divo.
- Botas silenciosas, [Botas].
- Capa de la noche [Capa].
[3] Limitados.
- Pistola de cuerda [Artilugio, Limitado, 1 uso]
-Guante arpón [Arma, Limitado, 1 uso].
-Pergamino Explosivo [Pergamino, Limitado, 1 uso]
-Pergamino Muro de Fuego [Pergamino, Limitado, 1 uso]
- Filo Venenoso [Veneno, Limitado, 1 uso]
- Poción de Estoicismo [Elixir, Limitado, 1 uso]
- Poción de Salud Diluida [Elixir, Limitado, 1 uso].
[4] Consumibles.
- Restaurador mágico.
- Tragaéter (x1) Accesorio, consumible.
- Caramelo de jade 2 cargas
Destino
Maestro de las Mil Espadas
Maestro de las Mil Espadas
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Re: La Torre Infinita [Desafío grupal de supervivencia]
Con el zezengorri disfrutando de su viaje hacia el vacío, el trío de aventureros se había librado del principal problema, y se habían ganado un corto espacio de tiempo con el que podían recuperar energías, antes del siguiente obstáculo.
Después de todo, el patrón de aquella torre había quedado evidenciado desde varias salas atrás. Más, aunque en un hipotético caso no supieran que el torreón era un desafío constante de trampas tras trampas, el sureño no había olvidado los otros efectos que se habían mostrado en el salón, y que no pertenecían al toro que cayó por el precipicio.
Ese mismo agujero por el que desapareció el zezengorri era prueba más que clara de que no estaban solos junto a una bestia de fuego e ira. Allí había algo más.
En cualquier caso, fuego y arena se arremolinaron en distintos puntos de la sala, como preludio de un nuevo desafío.
- Buen trabajo, chicos-, comentó, dirigiendo sus palabras hacia Ingela y Zelas. - Pero el descanso se ha terminado-, manifestó, observando como unos espejos comenzaban a tomar forma en los lugares donde la arena ardía.
No obstante, aquellos espejos que nacían de las ardientes llamas no era lo único que el brujo podía apreciar en el entorno.
- Al fin. ¡Reike! ¿Por fin puedes escuchar mi melodiosa voz? ¿Qué tal te sienta poder escucharme de nuevo? - comentó, tan simpático como burlón, al notar que podía volver a escuchar a los compañeros que estaban en la sala del zezengorri, pero al mismo tiempo, no estaban.
«Una magia capaz de impedir que las personas presentes no puedan hablar entre sí, tampoco es una habilidad del maldito toro», caviló, pensando en quién estaría tras aquello. Quizás, siendo la magia de la propia torre la causante de ello. Ya habían tenido precedentes de lo poderosa que era la magia que imbuía algunos de los salones que habían atravesado.
- ¿O solo era yo el que no podía escucharte? ¿Tú sí podías? - preguntó, curioso, pero al mismo tiempo desenvainado una de sus espadas.
«Espero que no, de otro modo ese perro con tridente será el menor de mis problemas»
- Sé que estoy sabroso, hermoso. Pero ya tengo pareja. Tendrás que esperar a que acabe con su paciencia y me mande al carajo-, bromeó, pero sin perder la concentración oteó el panorama y encontró información útil a su alrededor.[1] - Curiosos espejos. No son tan simples como aparentan. Me pregunto para qué servirá la magia en ellos-, comentó, repartiendo dicha información con sus camaradas.
Y entonces sucedió un ataque rápido e imprevisto por parte del villano. No, por supuesto que no, solo era otro perro prepotente con exceso de confianza en sí mismo. Más, peor para él, tal discurso le venía de perlas.
- Rápido. Aprovechemos que ese loco le da al pico para utilizar todos nuestros recursos-, le dijo a Rauko. - Dame una de tus espadas de calidad superior. Protégeme si empieza a atacarnos.
El brujo siguió observando el transcurso de los acontecimientos mientras afilaba una de las armas del elfo.[2][3] Una de las de combate, que este narrador conoce a su público. Sí demonios, una de metal.
En cualquier caso, al mercenario, convertido en herrero por momentos, tuvo el tiempo justo para acabar su trabajo, antes de guardar sus bártulos y recoger su espada de fuego, dejada en el suelo mientras afilaba la hoja de la otra. Y ni él, ni los demás, tardaron en comprobar la utilidad de tales artefactos, aquellos espejos, cuando el hombre desapareció tras uno y apareció a través de otro. Repitiendo el proceso en sucesivos ataques a través de ellos.
- Esto no pinta nada bien-, manifestó, echándose a un lado gracias a su magia,[4] para esquivar uno de los ataques del siniestro caballero.
«¿Y por qué habla en plural?», se preguntó en el interior de su mente.
- ¿Es uno? ¿O son varios totalmente iguales? - mencionó a los presentes.
Aunque ello carecía de importancia, al menos por ahora. Importaba poco si el hombre que atravesaba el espejo era el mismo que salía por otro, o si cada uno era un figura en cuestión que salía a atacarlos cuando le llegaba el turno. Lo único verdaderamente sustancial del asunto es que esa criatura, o todas ellas, si era el caso, salía disparada de los espejos cómo virotes empujados por el resorte de una ballesta.
- No podemos igualar esa velocidad. La única manera de acabar con él es predecir sus movimientos.
Y ese logro lo obtuvo Don Pajarraco Ramirez. Que seguro no se apellidaba así, pero qué importaba, si mucho menos se llamaba Pajarraco y de todos modos era gracioso pensarlo.
- Buena idea, arquero-, le dijo, cuándo este sugirió romper los espejos.
Pero aquello era algo más que una contestación por parte del mercenario. Era una declaración de intenciones.
Vincent se abalanzó hacia adelante, pero en cuanto escuchó resquebrajarse el primero de los espejos, tuvo que variar su plan inicial y contraatacar.
El experimentado guerrero usó la espada de fuego que ya empuñaba para desembarazarse de los cuervos que se le echaron encima, y así acabar con algunos, mientras espantaba a los otros con rápidos movimientos y trazos de acero en llamas sobre el aire.[5] Sin embargo, el buen brujo no era el único que sufriría el acoso de los alados presagios de infortunios o fortuna, según fuese el caso. Por el rabillo del ojo, pudo ver a uno de sus amigos elfo en peligro, por lo que extrajo su daga de la vaina del cinto y tras girar sobre sí mismo, para ganar fuerza e impulso, lanzó el acero hacia una de aquellas criaturas emplumadas. El cuervo chisporroteó en cuanto el metal lo atravesó y aquello espantó a los más cercanos negros compañeros del ave.[6][7]
- Así que a esto se refería ese cabrón cuando hablaba en plural-, comentó a su amigo, acercándose hasta él.
Nada más hacerlo, el rubio posó la suela de su bota izquierda sobre la parte superior del cuervo muerto y con telequinesis extrajo la daga, que flotó hacia su mano, al tiempo que mantenía la mirada sobre el hombre del tridente que intentaba atacar a los demás aventureros.[8]
- Bueno, de momento nosotros somos los que tenemos pollo frito. Tendrá que hacerlo mejor si quiere convertirnos en su refrigerio-, mentó, socarrón.
Fue entonces, cuando se preparaba para renovar su ataque hacia alguno de los espejos, cuando Vinc divisó un ponquecito que flotaba cerca suya. Al principio le extrañó, pero pronto divisó a la niña que se lo hacía llegar por medio de la magia.
- Ya tengo predilección por salvar niños, pero si me dan de comer tendré que hacerlo con renovadas energías-, bromeó, mirando hacia el elfo. - Gracias, pequeña-, le dedicó una reverencia a la niña y luego se metió el ponquecito en la boca.[9] - Entendido. Brujo con el estómago lleno, doblemente letal-, respondió a Destino, en cuanto se tragó la comida, para posteriormente reiniciar el ataque que antes interrumpieron los cuervos.
Vincent se encaminó a toda velocidad hacia uno de los espejos, acompañando al moreno en uno de sus ataques. Con su espada de fuego imbuida en luz[10], gracias al poder de su anillo, golpeó uno de los espejos, a la vez que el arma del elfo[11], y con un impulso de aire se alejó para dejar que el arma de Destino hiciera el resto con los cuervos que saldrían de este.
- Sigo viendo más pollos fritos que personas. No le está yendo bien, señor-, se burló, dejando que Rauko finiquitara el plan que habían elaborado.
[1] Habilidad pasiva racial: Don Mágico: 5 puntos
[2] Usar una habilidad activa u objeto limitado (de 2 usos) (Kit de Herrería): 10 pts
[3] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Rauko)(Potenciar con el Kit): 10 puntos
[4] Habilidad pasiva de nivel 1 - La Danza del Aire: 5 puntos
[5] Encantamiento pasivo de la Espada zurda de Frendel (Magia de Fuego): 5 puntos
[6] Encantamiento pasivo de la daga (electricidad): 5 puntos
[7] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Rauko)(Daga con electricidad): 10 puntos
[8] Habilidad pasiva racial: Telequinesis: 5 puntos
[9] Asistido por Magazubi: 10 puntos
[10] Anillo con encantamiento o efecto pasivo (Magia de Luz): 5 puntos
[11] Usar una habilidad ofensiva junto al ataque de otro personaje (Ingela)(Asistir el ataque de Destino con mi propio ataque de luz): 10 puntos
En total: 80 puntos. Posibles 90 si Rauko me protege :3
El metajuego donde Rauko me deja su espada para potenciarla está hablado con él ^^
Después de todo, el patrón de aquella torre había quedado evidenciado desde varias salas atrás. Más, aunque en un hipotético caso no supieran que el torreón era un desafío constante de trampas tras trampas, el sureño no había olvidado los otros efectos que se habían mostrado en el salón, y que no pertenecían al toro que cayó por el precipicio.
Ese mismo agujero por el que desapareció el zezengorri era prueba más que clara de que no estaban solos junto a una bestia de fuego e ira. Allí había algo más.
En cualquier caso, fuego y arena se arremolinaron en distintos puntos de la sala, como preludio de un nuevo desafío.
- Buen trabajo, chicos-, comentó, dirigiendo sus palabras hacia Ingela y Zelas. - Pero el descanso se ha terminado-, manifestó, observando como unos espejos comenzaban a tomar forma en los lugares donde la arena ardía.
No obstante, aquellos espejos que nacían de las ardientes llamas no era lo único que el brujo podía apreciar en el entorno.
- Al fin. ¡Reike! ¿Por fin puedes escuchar mi melodiosa voz? ¿Qué tal te sienta poder escucharme de nuevo? - comentó, tan simpático como burlón, al notar que podía volver a escuchar a los compañeros que estaban en la sala del zezengorri, pero al mismo tiempo, no estaban.
«Una magia capaz de impedir que las personas presentes no puedan hablar entre sí, tampoco es una habilidad del maldito toro», caviló, pensando en quién estaría tras aquello. Quizás, siendo la magia de la propia torre la causante de ello. Ya habían tenido precedentes de lo poderosa que era la magia que imbuía algunos de los salones que habían atravesado.
- ¿O solo era yo el que no podía escucharte? ¿Tú sí podías? - preguntó, curioso, pero al mismo tiempo desenvainado una de sus espadas.
«Espero que no, de otro modo ese perro con tridente será el menor de mis problemas»
- Sé que estoy sabroso, hermoso. Pero ya tengo pareja. Tendrás que esperar a que acabe con su paciencia y me mande al carajo-, bromeó, pero sin perder la concentración oteó el panorama y encontró información útil a su alrededor.[1] - Curiosos espejos. No son tan simples como aparentan. Me pregunto para qué servirá la magia en ellos-, comentó, repartiendo dicha información con sus camaradas.
Y entonces sucedió un ataque rápido e imprevisto por parte del villano. No, por supuesto que no, solo era otro perro prepotente con exceso de confianza en sí mismo. Más, peor para él, tal discurso le venía de perlas.
- Rápido. Aprovechemos que ese loco le da al pico para utilizar todos nuestros recursos-, le dijo a Rauko. - Dame una de tus espadas de calidad superior. Protégeme si empieza a atacarnos.
El brujo siguió observando el transcurso de los acontecimientos mientras afilaba una de las armas del elfo.[2][3] Una de las de combate, que este narrador conoce a su público. Sí demonios, una de metal.
En cualquier caso, al mercenario, convertido en herrero por momentos, tuvo el tiempo justo para acabar su trabajo, antes de guardar sus bártulos y recoger su espada de fuego, dejada en el suelo mientras afilaba la hoja de la otra. Y ni él, ni los demás, tardaron en comprobar la utilidad de tales artefactos, aquellos espejos, cuando el hombre desapareció tras uno y apareció a través de otro. Repitiendo el proceso en sucesivos ataques a través de ellos.
- Esto no pinta nada bien-, manifestó, echándose a un lado gracias a su magia,[4] para esquivar uno de los ataques del siniestro caballero.
«¿Y por qué habla en plural?», se preguntó en el interior de su mente.
- ¿Es uno? ¿O son varios totalmente iguales? - mencionó a los presentes.
Aunque ello carecía de importancia, al menos por ahora. Importaba poco si el hombre que atravesaba el espejo era el mismo que salía por otro, o si cada uno era un figura en cuestión que salía a atacarlos cuando le llegaba el turno. Lo único verdaderamente sustancial del asunto es que esa criatura, o todas ellas, si era el caso, salía disparada de los espejos cómo virotes empujados por el resorte de una ballesta.
- No podemos igualar esa velocidad. La única manera de acabar con él es predecir sus movimientos.
Y ese logro lo obtuvo Don Pajarraco Ramirez. Que seguro no se apellidaba así, pero qué importaba, si mucho menos se llamaba Pajarraco y de todos modos era gracioso pensarlo.
- Buena idea, arquero-, le dijo, cuándo este sugirió romper los espejos.
Pero aquello era algo más que una contestación por parte del mercenario. Era una declaración de intenciones.
Vincent se abalanzó hacia adelante, pero en cuanto escuchó resquebrajarse el primero de los espejos, tuvo que variar su plan inicial y contraatacar.
El experimentado guerrero usó la espada de fuego que ya empuñaba para desembarazarse de los cuervos que se le echaron encima, y así acabar con algunos, mientras espantaba a los otros con rápidos movimientos y trazos de acero en llamas sobre el aire.[5] Sin embargo, el buen brujo no era el único que sufriría el acoso de los alados presagios de infortunios o fortuna, según fuese el caso. Por el rabillo del ojo, pudo ver a uno de sus amigos elfo en peligro, por lo que extrajo su daga de la vaina del cinto y tras girar sobre sí mismo, para ganar fuerza e impulso, lanzó el acero hacia una de aquellas criaturas emplumadas. El cuervo chisporroteó en cuanto el metal lo atravesó y aquello espantó a los más cercanos negros compañeros del ave.[6][7]
- Así que a esto se refería ese cabrón cuando hablaba en plural-, comentó a su amigo, acercándose hasta él.
Nada más hacerlo, el rubio posó la suela de su bota izquierda sobre la parte superior del cuervo muerto y con telequinesis extrajo la daga, que flotó hacia su mano, al tiempo que mantenía la mirada sobre el hombre del tridente que intentaba atacar a los demás aventureros.[8]
- Bueno, de momento nosotros somos los que tenemos pollo frito. Tendrá que hacerlo mejor si quiere convertirnos en su refrigerio-, mentó, socarrón.
Fue entonces, cuando se preparaba para renovar su ataque hacia alguno de los espejos, cuando Vinc divisó un ponquecito que flotaba cerca suya. Al principio le extrañó, pero pronto divisó a la niña que se lo hacía llegar por medio de la magia.
- Ya tengo predilección por salvar niños, pero si me dan de comer tendré que hacerlo con renovadas energías-, bromeó, mirando hacia el elfo. - Gracias, pequeña-, le dedicó una reverencia a la niña y luego se metió el ponquecito en la boca.[9] - Entendido. Brujo con el estómago lleno, doblemente letal-, respondió a Destino, en cuanto se tragó la comida, para posteriormente reiniciar el ataque que antes interrumpieron los cuervos.
Vincent se encaminó a toda velocidad hacia uno de los espejos, acompañando al moreno en uno de sus ataques. Con su espada de fuego imbuida en luz[10], gracias al poder de su anillo, golpeó uno de los espejos, a la vez que el arma del elfo[11], y con un impulso de aire se alejó para dejar que el arma de Destino hiciera el resto con los cuervos que saldrían de este.
- Sigo viendo más pollos fritos que personas. No le está yendo bien, señor-, se burló, dejando que Rauko finiquitara el plan que habían elaborado.
Offrol
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[1] Habilidad pasiva racial: Don Mágico: 5 puntos
[2] Usar una habilidad activa u objeto limitado (de 2 usos) (Kit de Herrería): 10 pts
[3] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Rauko)(Potenciar con el Kit): 10 puntos
[4] Habilidad pasiva de nivel 1 - La Danza del Aire: 5 puntos
[5] Encantamiento pasivo de la Espada zurda de Frendel (Magia de Fuego): 5 puntos
[6] Encantamiento pasivo de la daga (electricidad): 5 puntos
[7] Usar una habilidad u objeto para sanar heridas, proteger o potenciar a otro personaje (Rauko)(Daga con electricidad): 10 puntos
[8] Habilidad pasiva racial: Telequinesis: 5 puntos
[9] Asistido por Magazubi: 10 puntos
[10] Anillo con encantamiento o efecto pasivo (Magia de Luz): 5 puntos
[11] Usar una habilidad ofensiva junto al ataque de otro personaje (Ingela)(Asistir el ataque de Destino con mi propio ataque de luz): 10 puntos
En total: 80 puntos. Posibles 90 si Rauko me protege :3
El metajuego donde Rauko me deja su espada para potenciarla está hablado con él ^^
- Inventario:
- Armas
Espada zurda de Frendel - Legendaria y ligada al éter.
Alfanje de los esqueletos - Legendaria y sin ligar al éter. Un encantamiento.
Daga de cinto - Calidad superior. Un encantamiento.
Estilete - Calidad superior.
Equipamiento
Armadura ligera - Calidad superior. Un encantamiento.
Anillo de Ysgafn - Épico y ligado al éter.
Limitados
Una Poción de Salud Concentrada. [1 uso]
Un Elixir del Sabueso. [1 uso]
Una Poción de Jekill. [1 uso]
Una Pesadilla Embotellada. [1 uso]
Un Pergamino de Hechizos. [1 uso]
Un Kit de Herrería Inferior. [1/2 usos]
Una Runa de Teleportación [1 uso] (Ganada en este evento)
Otros
Bolso del Explorador.
Dos ganzúas.
Ópalo de agua - 1 carga.
Medalla de honor de Roilkat.
Pergamino de admiración de ganadores.
Cabeza de caballo de Bronce - 1 carga.
Chocolate del equinoccio.
Caramelo de Jade - 2 cargas.
Poción de salud (Ganada en el evento)
Copiar la misma suerte en runas de algún compañero (Ganada en el evento)
Sana una herida maldita (Ganada en el evento)Restaurar un uso de habilidad de nivel 4 o menor) (Ganada en el evento)Canción embotellada
Vincent Calhoun
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