Quedate quieto [Priv. Gaegel / +18/ Cerrado ]
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Re: Quedate quieto [Priv. Gaegel / +18/ Cerrado ]
El miembro 'Meraxes' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: Quedate quieto [Priv. Gaegel / +18/ Cerrado ]
Una sensación indescriptible, así me encontraba yo en ese momento. Disfrutando con sumo placer de los senos de Mera. Me centré por un momento en su punta y la chupé por un momento, deleitándome de cómo mi acompañante comenzaba a gemir. Su voz en ese estado era más melodiosa, lo cual hacía que la excitación que tenía fuera creciendo poco a poco.
Pude sentir las caricias que le daba a mi espalda, la manera en la que tocaba mi espalda, y los sonidos placenteros que emitía con su boca me hacían saber que iba por el buen camino. Pero no era suficiente. Sus manos comenzaron a llevarme hacia abajo. No me negué en absoluto. ¿Quién lo haría? Ya tenía planeado ir hacia abajo, por lo que le daría lo que ella estaba deseando. En el trayecto, besaba y lamía el vientre de Mera, y al llegar casi a la zona de su pelvis sonreí levemente.
Mis manos se posaron en su pantalón, el cual comencé a deslizar hacia abajo. Por fortuna mía, ella había aflojado la cuerda de su pantalón, algo que agradecí mucho. No solo deslicé el pantalón, también hice lo mismo con sus enaguas hasta dejarla completamente desnuda. Una vez que ella quedó sin ninguna prenda, creo que lo mejor era quitarme la última prenda que tenía. Además que era más que evidente que mi miembro ya estaba completamente deseoso porque me deshiciera de mis calzoncillos.
Y así fue que mi miembro quedó al aire libre por fin, por lo que una vez que quedamos ambos sin ninguna prenda, me acerqué a ella y con mi pene, comencé a rozar la intimidad de Mera. El solo contacto de ella me hizo suspirar levemente, era glorioso, tan excitante... Me evocaba tanto al sueño que había tenido con ella. Ese sueño tan nítido por fin lo estaba llevando a la realidad. Y podía asegurar que estaba siendo magnífico.
Pude sentir las caricias que le daba a mi espalda, la manera en la que tocaba mi espalda, y los sonidos placenteros que emitía con su boca me hacían saber que iba por el buen camino. Pero no era suficiente. Sus manos comenzaron a llevarme hacia abajo. No me negué en absoluto. ¿Quién lo haría? Ya tenía planeado ir hacia abajo, por lo que le daría lo que ella estaba deseando. En el trayecto, besaba y lamía el vientre de Mera, y al llegar casi a la zona de su pelvis sonreí levemente.
Mis manos se posaron en su pantalón, el cual comencé a deslizar hacia abajo. Por fortuna mía, ella había aflojado la cuerda de su pantalón, algo que agradecí mucho. No solo deslicé el pantalón, también hice lo mismo con sus enaguas hasta dejarla completamente desnuda. Una vez que ella quedó sin ninguna prenda, creo que lo mejor era quitarme la última prenda que tenía. Además que era más que evidente que mi miembro ya estaba completamente deseoso porque me deshiciera de mis calzoncillos.
Y así fue que mi miembro quedó al aire libre por fin, por lo que una vez que quedamos ambos sin ninguna prenda, me acerqué a ella y con mi pene, comencé a rozar la intimidad de Mera. El solo contacto de ella me hizo suspirar levemente, era glorioso, tan excitante... Me evocaba tanto al sueño que había tenido con ella. Ese sueño tan nítido por fin lo estaba llevando a la realidad. Y podía asegurar que estaba siendo magnífico.
Gaegel
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Re: Quedate quieto [Priv. Gaegel / +18/ Cerrado ]
Era difícil no perder le juicio con tan intensas atenciones por parte de Gaegel, era un hombre completamente diferente a como usualmente se comportaba. Razón tienen los viejos sabios cuando dicen que aquellos más callados son los más peligrosos.
Me tenía a su merced y la verdad no me importaba, esa determinación de su parte me calentaba hasta el más insólito rincón de mi cuerpo. Siguió bajando - motivado un poco la fuerza de mis manos - a ese lugar del que esperaba terminara de deshacerse de las prendas que para este punto me estorbaban en demasía.
Por suerte entendió el mensaje y estaba tan ansioso como yo de llevarlo a un nivel más intenso. En poco tiempo ya estábamos desnudos, él sobre mí. El calor aumentaba, la respiración entre ambos se aceleraba, el mero roce era fascinante y me hacía suspirar el solo imaginar lo que seguía., no obstante era momento de tomar la iniciativa.
Un rodeaba con mis piernas, un poco de fuerza por aquí y por allá , un leve giro, y antes de que pudiera hacer algo al respecto me encontraría sobre él dispuesta a hacer lo que hacía ya un buen rato ansiaba. Esperaba que esta vez la cama fuese a aguantar más que la silla, aunque los rechinidos delataban demasiado. No me importaba, es más eso chillidos por alguna razón me incitaban.
Me acomodé y poco a poco lo dejé entrar a ese lugar tan anhelado. Suspira, mis caderas a un ritmo acompasado comenzaron a moverse, mi espíritu experimentaba la gloria tanto como mi cuerpo el placer. Estaba disfrutando de Gaegel... y era esplendido.
Me tenía a su merced y la verdad no me importaba, esa determinación de su parte me calentaba hasta el más insólito rincón de mi cuerpo. Siguió bajando - motivado un poco la fuerza de mis manos - a ese lugar del que esperaba terminara de deshacerse de las prendas que para este punto me estorbaban en demasía.
Por suerte entendió el mensaje y estaba tan ansioso como yo de llevarlo a un nivel más intenso. En poco tiempo ya estábamos desnudos, él sobre mí. El calor aumentaba, la respiración entre ambos se aceleraba, el mero roce era fascinante y me hacía suspirar el solo imaginar lo que seguía., no obstante era momento de tomar la iniciativa.
Un rodeaba con mis piernas, un poco de fuerza por aquí y por allá , un leve giro, y antes de que pudiera hacer algo al respecto me encontraría sobre él dispuesta a hacer lo que hacía ya un buen rato ansiaba. Esperaba que esta vez la cama fuese a aguantar más que la silla, aunque los rechinidos delataban demasiado. No me importaba, es más eso chillidos por alguna razón me incitaban.
Me acomodé y poco a poco lo dejé entrar a ese lugar tan anhelado. Suspira, mis caderas a un ritmo acompasado comenzaron a moverse, mi espíritu experimentaba la gloria tanto como mi cuerpo el placer. Estaba disfrutando de Gaegel... y era esplendido.
Meraxes
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Re: Quedate quieto [Priv. Gaegel / +18/ Cerrado ]
Era espectacular. El cómo mi miembro rozaba con la intimidad de Mera me provocaba suspirar de lo mucho que estaba disfrutando del momento. Por un momento cerré mis ojos, dejándome llevar por las sensaciones que me inundaban en aquel momento, y no lo iba a negar, se sentía fenomenal. Me mantuve así por un rato, deleitándome por lo que ambos sentíamos teniendo nuestros sexos en aquel roce. Aunque debo decir que aquello me mantuvo exento de lo que mi acompañante estaba maquinando.
Mientras yo estaba deleitándome por el roce, ella comenzó a moverse , hasta que de un momento a otro los papeles cambiaron, y ahora era yo quien estaba abajo y ella arriba. Ese movimiento me hizo abrir los ojos, y mi rostro delataba que ese acto me había tomado por sorpresa, pero no pasó mucho tiempo para que de mis labios se dejara a relucir una sonrisa pícara. Si Mera prefería estar encima por mi no había ningún problema, es más. Creo que la vista será mucho más gloriosa y exquisita.
Ya en esa posición, fue ella quien comenzó a bajar, para que al mismo tiempo yo pudiese entrar también. Suspiré levemente, sintiendo como mi virilidad estaba siendo envuelta por ella. Ella continuó de esa manera hasta que entré por completo, y una vez así dio por inicio la danza de la copulación. Fue en ese momento cuando algunos de mis suspiros comenzaron a ser suaves gemidos. Mera era intensa y pasional, y eso me agradaba. La mayoría de las féminas tienden a ser sumisas en el sexo, dejar que el varón tome el control y sea el quien brinde el placer. Ella no, buscaba el placer por ella misma, y eso era tan excitante.
Mientras las penetraciones aumentaban el ritmo, yo miraba el vaivén de los senos de Mera, los miraba embelesado y con una leve sonrisa. Mientras tanto mis manos se paseaban por los muslos de la mujer, acariciándolos y dándole unos apretones, y aquello mismo lo hacían mis manos cuando estas subían un poco más para acariciar su trasero. Ya para ese punto, y para hacer que las penetraciones fuesen más intensas, mis caderas también se movían de arriba a abajo, haciendo que de esa manera yo llegase más adentro que antes en su estrecha y húmeda intimidad.
Mientras yo estaba deleitándome por el roce, ella comenzó a moverse , hasta que de un momento a otro los papeles cambiaron, y ahora era yo quien estaba abajo y ella arriba. Ese movimiento me hizo abrir los ojos, y mi rostro delataba que ese acto me había tomado por sorpresa, pero no pasó mucho tiempo para que de mis labios se dejara a relucir una sonrisa pícara. Si Mera prefería estar encima por mi no había ningún problema, es más. Creo que la vista será mucho más gloriosa y exquisita.
Ya en esa posición, fue ella quien comenzó a bajar, para que al mismo tiempo yo pudiese entrar también. Suspiré levemente, sintiendo como mi virilidad estaba siendo envuelta por ella. Ella continuó de esa manera hasta que entré por completo, y una vez así dio por inicio la danza de la copulación. Fue en ese momento cuando algunos de mis suspiros comenzaron a ser suaves gemidos. Mera era intensa y pasional, y eso me agradaba. La mayoría de las féminas tienden a ser sumisas en el sexo, dejar que el varón tome el control y sea el quien brinde el placer. Ella no, buscaba el placer por ella misma, y eso era tan excitante.
Mientras las penetraciones aumentaban el ritmo, yo miraba el vaivén de los senos de Mera, los miraba embelesado y con una leve sonrisa. Mientras tanto mis manos se paseaban por los muslos de la mujer, acariciándolos y dándole unos apretones, y aquello mismo lo hacían mis manos cuando estas subían un poco más para acariciar su trasero. Ya para ese punto, y para hacer que las penetraciones fuesen más intensas, mis caderas también se movían de arriba a abajo, haciendo que de esa manera yo llegase más adentro que antes en su estrecha y húmeda intimidad.
Gaegel
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Re: Quedate quieto [Priv. Gaegel / +18/ Cerrado ]
Mis acciones, una vez que tomé la iniciativa, fueron bien recibidas por él. Aquellos sonidos únicos que sólo podías escuchar en una situación carnal eran música para mi oídos.
Los constantes rechinidos, delataban la potencia con la que me movía sobre él, cada rebote, cada gemido, todo se fusionaba y daban un magnifico resultado. No tenía que hablar para decirle a Gaegel lo bien que se sentía todo esto, mi sola expresión así como los suspiros, gimoteos y uno que otro grito eran más que suficiente.
El granizo volvió a chocar con el techo, lo que hasta cierto punto opacaba, o me incitaba a expresarme más fuerte. Uno, dos, tres y cuatro... eran los tiempos en que mi cadera se encargaba de llevar el ritmo en aquel vaivén celestial.
Al cabo de un rato entre tanto movimiento, las paredes eran más estrechas, comenzaban a sentirse el climax, en cualquier momento debía dejar salir todo el más de emociones que me desbordaba. - N..no voy a... - Intentaba hablar, pero los gemidos me superaban así como los jadeos. Necesitaba decirle que no aguantaría mucho más. ¿Quería terminar con esto? Era obvio que no, pero el cuerpo tenía sus límites y ya podríamos reponer energías y retomar.
Ahora que ambos habíamos traspasado esa barrera del contacto, no iba a sentirme molesta que alguien como él calentara mi cama de vez en cuando. Era un beneficio de viajar juntos y una atracción que había estado dormida hasta ahora.
Los constantes rechinidos, delataban la potencia con la que me movía sobre él, cada rebote, cada gemido, todo se fusionaba y daban un magnifico resultado. No tenía que hablar para decirle a Gaegel lo bien que se sentía todo esto, mi sola expresión así como los suspiros, gimoteos y uno que otro grito eran más que suficiente.
El granizo volvió a chocar con el techo, lo que hasta cierto punto opacaba, o me incitaba a expresarme más fuerte. Uno, dos, tres y cuatro... eran los tiempos en que mi cadera se encargaba de llevar el ritmo en aquel vaivén celestial.
Al cabo de un rato entre tanto movimiento, las paredes eran más estrechas, comenzaban a sentirse el climax, en cualquier momento debía dejar salir todo el más de emociones que me desbordaba. - N..no voy a... - Intentaba hablar, pero los gemidos me superaban así como los jadeos. Necesitaba decirle que no aguantaría mucho más. ¿Quería terminar con esto? Era obvio que no, pero el cuerpo tenía sus límites y ya podríamos reponer energías y retomar.
Ahora que ambos habíamos traspasado esa barrera del contacto, no iba a sentirme molesta que alguien como él calentara mi cama de vez en cuando. Era un beneficio de viajar juntos y una atracción que había estado dormida hasta ahora.
Meraxes
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Re: Quedate quieto [Priv. Gaegel / +18/ Cerrado ]
Podía sentirlo. Era sumamente glorioso el ir y venir de sus caderas, el sonido de nuestra piel al chocar en aquel salvaje y erótico momento, y de fondo podía escuchar la cama rechinar, y no sé por qué, pero eso hacía el momento aún más excitante. Por ocasiones cerraba mis ojos debido a que las sensaciones que inundaban mi cuerpo me superaban, y luego mis ojos se volvían a abrir, para poder ver las eróticas expresiones en el rostro de mi acompañante de cama.
Mi miembro podía sentir cómo el contacto entre las paredes de su intimidad se estrechaban. Sabía lo que estaba por venir, y no lo iba a negar. Yo también podía sentir que en cualquier momento llegaría a mi límite, por lo que iba a disfrutar lo más posible este momento.
Los movimientos de mi cadera se acoplaron a los de ella, para que en el momento en que entraba mi miembro, este entrara lo más posible, haciendo que el goce fuese lo más satisfactorio para ambos. A ese punto, mis gemidos estaban sincronizados con los de ella. De no ser por el granizo que caía afuera y golpeaba con fuerza en el techo. Podía asegurar que el resto de la gente de la posada sabría que en esa habitación había un hombre y una mujer dejándose llevar por el placer.
Por más que quisiera aplazar ese momento, mi cuerpo me pedía a gritos llegar al clímax. Mis ojos se posaron en los de Mera. - Yo me... me co... - No pude soportarlo más... Me corrí con fuerza, dejando escapar toda mi eyaculación fuertemente. Y no lo iba a negar, aquello había sido tan satisfactorio. Ya tenía mucho tiempo en el que no tenía un sexo tan placentero como el de ahora. Mera era fenomenal, y sabía que el hecho de que hayamos cruzado esta línea hacía que en el futuro, si ambos deseábamos tener un encuentro, podría ocurrir sin ningún remordimiento. Después de todo, ahora sabíamos que las ganas de hacerlo eran mutuas.
Mi miembro podía sentir cómo el contacto entre las paredes de su intimidad se estrechaban. Sabía lo que estaba por venir, y no lo iba a negar. Yo también podía sentir que en cualquier momento llegaría a mi límite, por lo que iba a disfrutar lo más posible este momento.
Los movimientos de mi cadera se acoplaron a los de ella, para que en el momento en que entraba mi miembro, este entrara lo más posible, haciendo que el goce fuese lo más satisfactorio para ambos. A ese punto, mis gemidos estaban sincronizados con los de ella. De no ser por el granizo que caía afuera y golpeaba con fuerza en el techo. Podía asegurar que el resto de la gente de la posada sabría que en esa habitación había un hombre y una mujer dejándose llevar por el placer.
Por más que quisiera aplazar ese momento, mi cuerpo me pedía a gritos llegar al clímax. Mis ojos se posaron en los de Mera. - Yo me... me co... - No pude soportarlo más... Me corrí con fuerza, dejando escapar toda mi eyaculación fuertemente. Y no lo iba a negar, aquello había sido tan satisfactorio. Ya tenía mucho tiempo en el que no tenía un sexo tan placentero como el de ahora. Mera era fenomenal, y sabía que el hecho de que hayamos cruzado esta línea hacía que en el futuro, si ambos deseábamos tener un encuentro, podría ocurrir sin ningún remordimiento. Después de todo, ahora sabíamos que las ganas de hacerlo eran mutuas.
Gaegel
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Re: Quedate quieto [Priv. Gaegel / +18/ Cerrado ]
Y... así como había iniciado lleno de fuego y pasión, acabó en una sensación plácida, única. Me faltaba el aliento y me aparté a un lado de él para recuperarme.
No podía borrar la sonrisa de satisfacción de mi cara, lo que hicimos fue impulsivo pero demasiado bueno como para negarlo o cuestionarse si quiera la idea de no repetirlo. Podía considerarse una clase de beneficio por ser compañero de aventuras, igual que Zelas.
Tenía la garganta seca, por lo que al respirar profundo me levanté de la cama, viendo con cuidado por donde pisaba para ir a la mesa en donde se hallaba la cerveza. Di un trago largo a mi vaso sintiendo la frescura en mi interior antes de volver a girarme a él. - Oye... en serio tengo tomarte las medidas. Consideralo el descanso en caso de que quieras continuar. - Sugerí con una sonrisa pícara volviendo llevar el vaso a mis labios.
Mi vista no se apartaba de él, hasta cierto punto sentía algo de curiosidad sobre lo que podría estar pensando. Serví más cerveza y me acerqué a nueva cuenta a la cama, sentándome el borde más cercano a él y tendiéndole el vaso, seguramente estaba tan sediento como yo luego de tanto jaleo. - Salud. - Sonreí de medio lado.
El clima parecía seguir estrellándose en el techo y en las calles de la ciudad. Con esto reafirmaba mi idea de no salir de la habitación en lo que restaba del día, ahora estaba bastante segura que podríamos pasar un buen tiempo juntos y sin interrupciones.
No podía borrar la sonrisa de satisfacción de mi cara, lo que hicimos fue impulsivo pero demasiado bueno como para negarlo o cuestionarse si quiera la idea de no repetirlo. Podía considerarse una clase de beneficio por ser compañero de aventuras, igual que Zelas.
Tenía la garganta seca, por lo que al respirar profundo me levanté de la cama, viendo con cuidado por donde pisaba para ir a la mesa en donde se hallaba la cerveza. Di un trago largo a mi vaso sintiendo la frescura en mi interior antes de volver a girarme a él. - Oye... en serio tengo tomarte las medidas. Consideralo el descanso en caso de que quieras continuar. - Sugerí con una sonrisa pícara volviendo llevar el vaso a mis labios.
Mi vista no se apartaba de él, hasta cierto punto sentía algo de curiosidad sobre lo que podría estar pensando. Serví más cerveza y me acerqué a nueva cuenta a la cama, sentándome el borde más cercano a él y tendiéndole el vaso, seguramente estaba tan sediento como yo luego de tanto jaleo. - Salud. - Sonreí de medio lado.
El clima parecía seguir estrellándose en el techo y en las calles de la ciudad. Con esto reafirmaba mi idea de no salir de la habitación en lo que restaba del día, ahora estaba bastante segura que podríamos pasar un buen tiempo juntos y sin interrupciones.
Meraxes
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Re: Quedate quieto [Priv. Gaegel / +18/ Cerrado ]
Maravilloso. Esa era la palabra que describía a la perfección lo que había acontecido entre nosotros. Había sido intenso, con deseo y un ligero toque de lujuria. Fue Mera quien se separó, por lo que tras ese movimiento suspiré levemente. Miré de reojo cómo ella iba hacia la mesa para servirse algo de cerveza. Podía suponer que luego de aquel evento entre ambos, ella tenía sed, y yo también, pero me mantuve acostado en la cama.
Llevé ambas manos a mi nuca, en mi rostro se podía notar una sonrisa, ¿por qué ocultarlo? el sexo había estado fenomenal, y yo quería que ella supiera por mi rostro que me había encantado, y por la mueca en el rostro que tenía ella, estaba seguro que a ella le había gustado tanto como a mi. No lo iba a negar, me importaba mucho el hecho de que le haya dado el placer suficiente, más que nada por el hecho de que tenía muchas ganas de que esto se repitiera, hoy mismo de ser posible.
Una vez que ella le dio un trago a la cerveza pude escuchar que de verdad debía de tomar mis medidas. - Descuida. Prometo "portarme bien" para que tomes las medidas que requieras. Luego de eso, no respondo. - Le comenté y al terminar mi comentario reí levemente.
Ella sirvió el otro tarro con cerveza y se acercó a la cama de nueva cuenta para ofrecerme el otro tarro. Lo sujeté y sonreí ampliamente. - Salud. - Dicho eso, choqué sutilmente mi tarro con el de ella y le di un trago. ¡Vaya! La cerveza tenía un mucho mejor gusto después de algo de "ejercicio". Seguí bebiendo cerveza para así recuperar un poco el aliento. Aunque cuando estaba por terminar la cerveza recordé algo, por lo que me levanté de la cama. - Cierto... Olvidaba algo. - Me encaminé hacia mi bolso para hurgar un poco, y de ella saqué una trampa de red y luego me volví a acercar a donde estaba Mera. - Luego de que nos separamos hice esta trampa. Estoy seguro que te será de utilidad... Además, confío en que esto puede servir como el primer pago de las dos vidas que te debo. - Le dije ampliando mi sonrisa y dicho eso extenderle la trampa de red para que la tomara.
F I N
[OFF: Le regalo a Meraxes:
Trampa de Red: [Trampa, Limitado, 1 Uso] Mecanismo que, al gatillarse por una placa de presión, libera una red que atrapa un animal pequeño o bien se enreda en la extremidad de una persona o animal grande, deteniendo su movimiento por un turno.
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Llevé ambas manos a mi nuca, en mi rostro se podía notar una sonrisa, ¿por qué ocultarlo? el sexo había estado fenomenal, y yo quería que ella supiera por mi rostro que me había encantado, y por la mueca en el rostro que tenía ella, estaba seguro que a ella le había gustado tanto como a mi. No lo iba a negar, me importaba mucho el hecho de que le haya dado el placer suficiente, más que nada por el hecho de que tenía muchas ganas de que esto se repitiera, hoy mismo de ser posible.
Una vez que ella le dio un trago a la cerveza pude escuchar que de verdad debía de tomar mis medidas. - Descuida. Prometo "portarme bien" para que tomes las medidas que requieras. Luego de eso, no respondo. - Le comenté y al terminar mi comentario reí levemente.
Ella sirvió el otro tarro con cerveza y se acercó a la cama de nueva cuenta para ofrecerme el otro tarro. Lo sujeté y sonreí ampliamente. - Salud. - Dicho eso, choqué sutilmente mi tarro con el de ella y le di un trago. ¡Vaya! La cerveza tenía un mucho mejor gusto después de algo de "ejercicio". Seguí bebiendo cerveza para así recuperar un poco el aliento. Aunque cuando estaba por terminar la cerveza recordé algo, por lo que me levanté de la cama. - Cierto... Olvidaba algo. - Me encaminé hacia mi bolso para hurgar un poco, y de ella saqué una trampa de red y luego me volví a acercar a donde estaba Mera. - Luego de que nos separamos hice esta trampa. Estoy seguro que te será de utilidad... Además, confío en que esto puede servir como el primer pago de las dos vidas que te debo. - Le dije ampliando mi sonrisa y dicho eso extenderle la trampa de red para que la tomara.
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