La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
El miembro 'Meraxes' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Tras sugerir que le desnudaran Meraxes se giró quedando de cara hacia el brujo. - Dioses, vaya vistas - pensó. No lo dijo con palabras, pero su expresión denotaba asombro y deseo a partes iguales al tener a un escaso palmo de su rostro su busto casi desnudo. Se mordió el labio mientras la miraba a los ojos, comunicándole inequívocamente con su expresión que sus ganas de llegar a más se habían multiplicado.
Finalmente, fue Gaegel quien, con picardía, se acercó al brujo para comenzar a desnudarle quitándole la oscura túnica de encima. - Gracias, amigo, estas bellezas harían entrar en calor hasta al hombre más frío, ¿eh? - le dijo antes de darle unas palmadas en la espalda.
- Ahora es tu turno, brujo picarón - le dijo Meraxes.
- Adelante entonces, pero prométeme que seré yo quien termine de desnudarte a ti - contestó desviando por un instante la mirada hacia el pecho de Meraxes. Ardía en ganas de ver su cuerpo entero sin prendas de más, pero de momento dejó su propio cuerpo a disposición tanto de ella como de las dos bailarinas, que comenzaron a aflojarle el pantalón mientras Meraxes le quitaba la camisa, rozándole con alguna caricia traviesa.
Parecía que la cosa iba a ir a más, y efectivamente lo haría, pero no ahí. En frente de ellos, Madame Sizay presentó la apertura de una nueva sección de la carpa, donde podrían llevar a cabo el maravilloso arte del masaje erótico. Y además con aceites mágicos. Meraxes tomó la iniciativa de llevar a Eberus a aquella zona, y él no pudo evitar esbozar una sonrisa cuando miró a Gaegel, diciéndole con la mirada que, esa noche, disfrutarían sobremanera.
Eberus obedeció gustosamente, apoyando la cabeza sobre el regazo de Darsha y tumbándose boca arriba, pues boca abajo no podría. Se deleitaba a través de su sentido del olfato por los deliciosos perfumes de aquellos aceites, y a través del tacto por dos vías diferentes: la suave alfombra de pelaje - pues la comodidad facilita el placer - y los jugosos muslos de Darsha. Una tercera vía se abrió cuando Meraxes se acercó a su oreja y le lamió el lóbulo. Ella no sabía lo que acababa de hacer.
El punto débil de Eberus, si es que se puede llamar punto débil, eran las orejas. Cuando sintió aquello, un escalofrío de placer recorrió su cuerpo de arriba a abajo. Esos sonidos, esa sensación... Siempre le había resultado indescriptible lo ardiente que le ponía aquello. Antes de que se incorporara para comenzar a realizarle el masaje, Eberus la detuvo agarrando su cabello por detrás con suavidad. - Te gusta llevar la iniciativa, ¿eh? - le preguntó con una sonrisa libidinosa a escasos centímetros de su rostro. - Bien, pues ahora soy todo tuyo, pero no creas que te vas a librar de mi fácilmente - Antes de soltarla, movió su cabeza para tener una mejor posición para darle un beso en el cuello. Un único beso, pero cargado con pasión.
El brujo no sabía muy bien a dónde mirar. Si miraba hacia arriba, encontraba con la mirada los preciosos pechos desnudos de Darsha. Y si miraba hacia delante, veía cómo Meraxes comenzaba a masajearle con un aceite mágico de los que les ofreció Madame Sizay. - Oye, Meraxes, tengo una idea - dijo mirando hacia arriba. - Darsha, te puedo masajear a ti mientras, para que no te quedes solo mirando - dijo con picardía.
- No te preocupes, no me voy a quedar solo mirando. Y tengo un plan mejor para ti... - contestó bajando su rostro hacia el de Eberus mientras le agarraba las manos, porque el brujo ya las estaba dirigiendo hacia ella. - De momento, seremos nosotras las que llevemos las riendas, ¿verdad, Meraxes? - le dijo con su susurrante y placentera voz a Meraxes, pero cerca del oído de Eberus.
Las manos de Meraxes parecían mágicas de por sí, obviando el aceite. Hacían que cada centímetro de piel de Eberus se convirtiera en una zona muy erógena, y añadiendo el suave deslizar que permitía el aceite, la cosa ya era digna de los... - Dioses... - dijo con respiraciones más profundas de lo normal. Al mismo tiempo, Darsha, que seguía sujetando las manos de Eberus junto al suelo, comenzó a besar su pecho y su cuello con delicadeza.
Los ojos de Eberus estaban cerrados para focalizarse en las sensaciones, pero unos segundos después de que comenzara el masaje, empezó a notar que más manos se unían a la acción. Miró sorprendido, pues no había notado que nadie más se acercara a ellos, pero no había nadie más. Aún así, continuó notándolas.
- Uff... Ese aceite es maravilloso, al igual que tus manos... - dijo entre suspiros. - ... y tu boca - añadió, dirigiéndose a Darsha. Dentro de esa gran excitación, no pudo evitar sentir el impulso de probar el tacto de la piel de Darsha con sus labios. No tuvo casi que levantar la cabeza para comenzar a besar despacio la parte alta de su vientre. Ella pareció disfrutarlo, pues continuó besando a Eberus pero con una ligera subida de nivel en su ímpetu.
El Pícaro miró brevemente hacia Gaegel, y parecía que tampoco lo estaba pasando mal. Estaba igualmente bien acompañado. - ¿Cómo vais por allí? - preguntó en tono sugerente.
_____Finalmente, fue Gaegel quien, con picardía, se acercó al brujo para comenzar a desnudarle quitándole la oscura túnica de encima. - Gracias, amigo, estas bellezas harían entrar en calor hasta al hombre más frío, ¿eh? - le dijo antes de darle unas palmadas en la espalda.
- Ahora es tu turno, brujo picarón - le dijo Meraxes.
- Adelante entonces, pero prométeme que seré yo quien termine de desnudarte a ti - contestó desviando por un instante la mirada hacia el pecho de Meraxes. Ardía en ganas de ver su cuerpo entero sin prendas de más, pero de momento dejó su propio cuerpo a disposición tanto de ella como de las dos bailarinas, que comenzaron a aflojarle el pantalón mientras Meraxes le quitaba la camisa, rozándole con alguna caricia traviesa.
Parecía que la cosa iba a ir a más, y efectivamente lo haría, pero no ahí. En frente de ellos, Madame Sizay presentó la apertura de una nueva sección de la carpa, donde podrían llevar a cabo el maravilloso arte del masaje erótico. Y además con aceites mágicos. Meraxes tomó la iniciativa de llevar a Eberus a aquella zona, y él no pudo evitar esbozar una sonrisa cuando miró a Gaegel, diciéndole con la mirada que, esa noche, disfrutarían sobremanera.
Eberus obedeció gustosamente, apoyando la cabeza sobre el regazo de Darsha y tumbándose boca arriba, pues boca abajo no podría. Se deleitaba a través de su sentido del olfato por los deliciosos perfumes de aquellos aceites, y a través del tacto por dos vías diferentes: la suave alfombra de pelaje - pues la comodidad facilita el placer - y los jugosos muslos de Darsha. Una tercera vía se abrió cuando Meraxes se acercó a su oreja y le lamió el lóbulo. Ella no sabía lo que acababa de hacer.
El punto débil de Eberus, si es que se puede llamar punto débil, eran las orejas. Cuando sintió aquello, un escalofrío de placer recorrió su cuerpo de arriba a abajo. Esos sonidos, esa sensación... Siempre le había resultado indescriptible lo ardiente que le ponía aquello. Antes de que se incorporara para comenzar a realizarle el masaje, Eberus la detuvo agarrando su cabello por detrás con suavidad. - Te gusta llevar la iniciativa, ¿eh? - le preguntó con una sonrisa libidinosa a escasos centímetros de su rostro. - Bien, pues ahora soy todo tuyo, pero no creas que te vas a librar de mi fácilmente - Antes de soltarla, movió su cabeza para tener una mejor posición para darle un beso en el cuello. Un único beso, pero cargado con pasión.
El brujo no sabía muy bien a dónde mirar. Si miraba hacia arriba, encontraba con la mirada los preciosos pechos desnudos de Darsha. Y si miraba hacia delante, veía cómo Meraxes comenzaba a masajearle con un aceite mágico de los que les ofreció Madame Sizay. - Oye, Meraxes, tengo una idea - dijo mirando hacia arriba. - Darsha, te puedo masajear a ti mientras, para que no te quedes solo mirando - dijo con picardía.
- No te preocupes, no me voy a quedar solo mirando. Y tengo un plan mejor para ti... - contestó bajando su rostro hacia el de Eberus mientras le agarraba las manos, porque el brujo ya las estaba dirigiendo hacia ella. - De momento, seremos nosotras las que llevemos las riendas, ¿verdad, Meraxes? - le dijo con su susurrante y placentera voz a Meraxes, pero cerca del oído de Eberus.
Las manos de Meraxes parecían mágicas de por sí, obviando el aceite. Hacían que cada centímetro de piel de Eberus se convirtiera en una zona muy erógena, y añadiendo el suave deslizar que permitía el aceite, la cosa ya era digna de los... - Dioses... - dijo con respiraciones más profundas de lo normal. Al mismo tiempo, Darsha, que seguía sujetando las manos de Eberus junto al suelo, comenzó a besar su pecho y su cuello con delicadeza.
Los ojos de Eberus estaban cerrados para focalizarse en las sensaciones, pero unos segundos después de que comenzara el masaje, empezó a notar que más manos se unían a la acción. Miró sorprendido, pues no había notado que nadie más se acercara a ellos, pero no había nadie más. Aún así, continuó notándolas.
- Uff... Ese aceite es maravilloso, al igual que tus manos... - dijo entre suspiros. - ... y tu boca - añadió, dirigiéndose a Darsha. Dentro de esa gran excitación, no pudo evitar sentir el impulso de probar el tacto de la piel de Darsha con sus labios. No tuvo casi que levantar la cabeza para comenzar a besar despacio la parte alta de su vientre. Ella pareció disfrutarlo, pues continuó besando a Eberus pero con una ligera subida de nivel en su ímpetu.
El Pícaro miró brevemente hacia Gaegel, y parecía que tampoco lo estaba pasando mal. Estaba igualmente bien acompañado. - ¿Cómo vais por allí? - preguntó en tono sugerente.
OFF: Jojojo, la cosa está caliente. Seguimos Meraxes, Gaegel y yo con el salseo en la zona de masajes. No tiro runa porque... ahora mis manos están presas xD
Eberus
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
A final de cuentas, tras la sugerencia de Mera, dejé que las bailarinas le quitaran la ropa, dejándome a mi con una gloriosa vista de ese par de bellezas desnudar a otra. En mi mirada se dejaba a relucir una sonrisa lasciva, y no me daba ninguna pena. Estaba en presencia de una vista que quién sabe en cuanto tiempo vaya a tener, por lo que la iba a aprovechar al máximo, y denotaría lo mucho que me agradaba.
Una vez que la rubia fue despojada de sus prendas, era el turno de Eberus, por lo que luego de quitarle la túnica. Al escuchar el comentario que hizo que sonriera pícaramente. - Oh, de eso puedes estar seguro. - Dije en aprobación a sus palabras respecto a los grandes dotes de las preciosas mujeres que nos acompañaban. ¿Y quién no se excitaría al estar en la situación en la que nos encontrábamos? Una hermosa mujer gato, otra atractiva mujer que dejaba a relucir que dominaba las artes de la sensualidad, y para coronar la tercia. Meraxes... Estaba seguro que lo que se venía sería glorioso, y que lo aprovecharía al máximo.
De pronto, las luces cambiaron de ambientación, y Madame Sizay, quien daba por inicio una nueva sección, la cual tendría como temática la del masaje erótico. - ¡Por los dioses! El placer que llegaré será épico. - Me dije a mi mismo mientras escuchaba atentamente. Luego de eso, Mera tomó la iniciativa con Eberus, y al escuchar su comentario me hizo reír levemente. - Para nada. Date el placer que quieres. - Le dije en gesto de aprobación.
Fue en ese momento que la mujer gato tomó la iniciativa conmigo, por lo que le sonreí con galantería. - Será un placer quedar en tus manos. - Le dije mientras que me dejaba llevar por esa mujer a la zona donde serían los masajes. Aquel gran lugar de acogedoras alfombras que invitaban a acostarse, y hacer muchas cosas más. Noté cómo acomodaban a Eberus boca arriba, por lo que al escuchar el comentario de la minina le sonreí. - Quiero ver.
Ella sonrió y me susurró. - Entonces acuéstate boca abajo, y disfruta del paisaje. - Dicho eso accedí a sus palabras, acostándome boca abajo, y hecho eso me deshice de mi última prenda. La mujer gato comenzó a bañar sus manos con el aceite. Apreciando lo que Meraxes y Darsha hacían con el hombre. - ¿No te parece excitante?... - La mujer gato comenzó a esparcir el aceite. - ¿Qué cosa? - Dijo algo confundida. - Esa escena... Disfrutar del placer de los demás mientras tu también sientes placer. - Aquella mujer rió levemente. - ¿Acaso eres un mirón? - Amplié mi sonrisa. - ¿Tendría algo de malo? - Ella negó con su cabeza mientras ella seguía con lo suyo, suspirando levemente por la manera en la que ella recorría mi espalda.
OFF: Lanzaré la runa, y los efectos de esta tendrán efecto en mi próximo post.
Una vez que la rubia fue despojada de sus prendas, era el turno de Eberus, por lo que luego de quitarle la túnica. Al escuchar el comentario que hizo que sonriera pícaramente. - Oh, de eso puedes estar seguro. - Dije en aprobación a sus palabras respecto a los grandes dotes de las preciosas mujeres que nos acompañaban. ¿Y quién no se excitaría al estar en la situación en la que nos encontrábamos? Una hermosa mujer gato, otra atractiva mujer que dejaba a relucir que dominaba las artes de la sensualidad, y para coronar la tercia. Meraxes... Estaba seguro que lo que se venía sería glorioso, y que lo aprovecharía al máximo.
De pronto, las luces cambiaron de ambientación, y Madame Sizay, quien daba por inicio una nueva sección, la cual tendría como temática la del masaje erótico. - ¡Por los dioses! El placer que llegaré será épico. - Me dije a mi mismo mientras escuchaba atentamente. Luego de eso, Mera tomó la iniciativa con Eberus, y al escuchar su comentario me hizo reír levemente. - Para nada. Date el placer que quieres. - Le dije en gesto de aprobación.
Fue en ese momento que la mujer gato tomó la iniciativa conmigo, por lo que le sonreí con galantería. - Será un placer quedar en tus manos. - Le dije mientras que me dejaba llevar por esa mujer a la zona donde serían los masajes. Aquel gran lugar de acogedoras alfombras que invitaban a acostarse, y hacer muchas cosas más. Noté cómo acomodaban a Eberus boca arriba, por lo que al escuchar el comentario de la minina le sonreí. - Quiero ver.
Ella sonrió y me susurró. - Entonces acuéstate boca abajo, y disfruta del paisaje. - Dicho eso accedí a sus palabras, acostándome boca abajo, y hecho eso me deshice de mi última prenda. La mujer gato comenzó a bañar sus manos con el aceite. Apreciando lo que Meraxes y Darsha hacían con el hombre. - ¿No te parece excitante?... - La mujer gato comenzó a esparcir el aceite. - ¿Qué cosa? - Dijo algo confundida. - Esa escena... Disfrutar del placer de los demás mientras tu también sientes placer. - Aquella mujer rió levemente. - ¿Acaso eres un mirón? - Amplié mi sonrisa. - ¿Tendría algo de malo? - Ella negó con su cabeza mientras ella seguía con lo suyo, suspirando levemente por la manera en la que ella recorría mi espalda.
OFF: Lanzaré la runa, y los efectos de esta tendrán efecto en mi próximo post.
Gaegel
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
El miembro 'Gaegel' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Con la promesa de que sería el quien terminaría de desvestirme, ahora yo tenía las riendas de la situación. Cosa que le brujo acotó en un comentario que me hizo reír con cierta picardía en afirmando tales frases. No solo me gustaba, me fascinaba tener el control si la situación lo permitía. Claro que ceder de vez en cuando tampoco me molestaba, después de todo en esos periodos podía recargar la energía.
Ya todos nos encontrábamos en la comodidad de las alfombras, con el deseo en su máxima expresión, allí estaba más que segura que concurría lo que desde hacía un buen rato anhelaba. Gaegel, a quien en ocasiones miraba de reojo, disfrutaba tanto como yo todo eso y me alegraba de que así fuera.
Por otro lado, fue gratificante saber que Darsha leía mis intenciones, pues una vez que Eberus se acomodó sobre ella, puso manos a la obra. - Ella tiene razón, querido. Tu solo déjate llevar por un rato. - Agregué a las palabras de la chica en lo que mis manos recorrían la piel ajena.
El masaje iba en un vaivén desde su torso hasta rozar su pelvis. Escuchar los sonidos que emitía me causaban gran satisfacción y ver lo que hacía con la mujer mientras era bastante placentero. Quería seguir escuchándolo... No, quería que fuera más intenso. Y tal como le había hecho entre ver, y comenzando a manipular aquel bulto que para este punto estaba bastante erecto, mi diestra suavemente comenzó a estimularlo mientras descendía con mi lengua en sutiles lamidas en las cúspide de su pene para ir aumentando paulatinamente con movimientos circulares y ligeras succiones.
Esto de pronto me evocó a ese sueño, recordaba estar en una situación similar, aunque no era Eberus a quien estimulaba, apenas y recordaba el rostro de la persona a quien se lo hice, pero eso no era el punto, fue lo que sucedió después lo que me hizo considerar que tal vez podría suceder si Gaegel tenía esos mismo pensamientos pecaminosos que yo. Después de todo en mi sueño, mientras yo chupaba con determinación, él se había acercado por detrás - pues estaba en aquella misma posición con la "cola" parada-. ¿Podría suceder?
Miré de reojo hacia donde estaba, el parecía bastante a gusto mirándonos, además, la mujer felina sabía muy bien lo que hacía con esos masajes.
Ya todos nos encontrábamos en la comodidad de las alfombras, con el deseo en su máxima expresión, allí estaba más que segura que concurría lo que desde hacía un buen rato anhelaba. Gaegel, a quien en ocasiones miraba de reojo, disfrutaba tanto como yo todo eso y me alegraba de que así fuera.
Por otro lado, fue gratificante saber que Darsha leía mis intenciones, pues una vez que Eberus se acomodó sobre ella, puso manos a la obra. - Ella tiene razón, querido. Tu solo déjate llevar por un rato. - Agregué a las palabras de la chica en lo que mis manos recorrían la piel ajena.
El masaje iba en un vaivén desde su torso hasta rozar su pelvis. Escuchar los sonidos que emitía me causaban gran satisfacción y ver lo que hacía con la mujer mientras era bastante placentero. Quería seguir escuchándolo... No, quería que fuera más intenso. Y tal como le había hecho entre ver, y comenzando a manipular aquel bulto que para este punto estaba bastante erecto, mi diestra suavemente comenzó a estimularlo mientras descendía con mi lengua en sutiles lamidas en las cúspide de su pene para ir aumentando paulatinamente con movimientos circulares y ligeras succiones.
Esto de pronto me evocó a ese sueño, recordaba estar en una situación similar, aunque no era Eberus a quien estimulaba, apenas y recordaba el rostro de la persona a quien se lo hice, pero eso no era el punto, fue lo que sucedió después lo que me hizo considerar que tal vez podría suceder si Gaegel tenía esos mismo pensamientos pecaminosos que yo. Después de todo en mi sueño, mientras yo chupaba con determinación, él se había acercado por detrás - pues estaba en aquella misma posición con la "cola" parada-. ¿Podría suceder?
Miré de reojo hacia donde estaba, el parecía bastante a gusto mirándonos, además, la mujer felina sabía muy bien lo que hacía con esos masajes.
- Off:
- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo. [Con la ropa en algún lugar de la carpa]
- Armadura Ligera Normal [En el suelo]- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull (Cría de Gomejo) [En brazos de Meleis]
Meraxes
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Cuando miró a Gaegel, él estaba mirando también hacia ellos tres. Murmuraba con la mujer felina palabras que Eberus no lograba escuchar, pues los suaves gemidos de Darsha acaparaban sus oídos. Volvió a mirar entonces hacia arriba, para invertir todos sus sentidos posibles en el sentimiento del placer de la situación. Desde tan cerca, podía ver cómo la piel del vientre de Darsha se erizaba con sus besos, y si levantaba un poco la cabeza, veía como sus pechos erectos rozaban su torso. Meraxes apoyó la orden de Darsha, y Eberus obedeció con placer, pero cada vez eran mayor sus ganas de intentar liberar sus manos de las de Darsha para sentirla con algo más que sus labios.
Fácilmente, aquella experiencia sería de las más gratificantes en toda la vida del brujo. Todo era perfecto. La ambientación, la música, los olores, las sensaciones... Pocas veces había vivido una situación sexual como aquella, en la que de tanta armonía que había se sentía profundamente abstraído de todo lo externo.
Sintiendo tantas manos como sentía en su cuerpo, no sabía exactamente dónde estaba tocándole Meraxes. Pero de repente comenzó a sentir cómo una de sus manos se acercaba a su ingle más que nunca, hasta llegar finalmente al sitio indicado. Los suaves gemidos de Eberus comenzaron a intensificarse, haciéndole saber a Meraxes que le estaba tocando donde deseaba. Y casi al mismo tiempo, una sensación suave, cálida y húmeda se añadió a la acción. De manera involuntaria soltó un profundo gemido más alto que los anteriores, mientras su cuerpo se estremecía de placer de manera igualmente involuntaria. Dejó entonces de besar a Darsha por la fuerza de un placer que acaparaba en aquel momento toda su concentración. - Sigue, Meraxes - suspiró a duras penas, mientras notaba cómo le succionaba y le masturbaba a la vez con la mano.
Aquello hizo desaparecer de su cabeza todo deseo de utilizar sus manos en ese momento para tocar a quien fuera. Darsha, para avivar aún más la llama, pasó de besar el torso de Eberus a besarle en la boca. Él le correspondió con sus labios, haciendo que los besos fueran cada vez más pasionales e intensos. Acto seguido, Darsha le soltó al fin las manos, pues quería cambiar su posición. Bajó la cabeza de Eberus de sus muslos, y pasó de estar colocada tras él, a estar a su lado. Todo ello sin hacer que sus labios se separaran. De esa manera, era más sencillo besarse y ella tendría más posibilidades para aportarle placer junto a Meraxes. Pero Eberus tenía otros planes.
Pudo, al fin, utilizar sus manos para enriquecer la experiencia. Con una de ellas, le tocaba un pecho a Darsha, y la otra la bajaba por su espalda para llegar a agarrar sus jugosas nalgas. Las respiraciones de ambos se aceleraban a la vez que sus gestos. Y en la intensa pasión del momento, Eberus sugirió lo que le pasaba por la cabeza.
- Darsha... ¿prefieres que te masturbe con mis trucos, o con mis manos? - preguntó entre beso y beso.
- Oh, vaya... ¿Sabes qué? Ni con tus trucos, ni con tus manos - le contestó con cierta ansia en sus palabras y con una sonrisa pícara mientras le rozaba un labio con su dedo pulgar.
Darsha se incorporó y se colocó para que lo que el brujo quería hacer con sus manos o con su mente, lo hiciera con su boca. Ahora, él recibía placer oral, y Darsha también. La pelvis de Eberus realizaba sutiles movimientos ondulantes de arriba a abajo para acompañar a la felación de Meraxes, mientras que su lengua exploraba con suavidad el centro de placer de Darsha, haciéndola gemir más intensamente.
- Oye, *mmh* al final no me dijiste cómo te llamabas.
- Ahora lo quieres saber, ¿eh?
- Bueno, bailar, estoy bailando encima de ti, ¿no? - dijo, pues antes le había dicho que le preguntaría el nombre cuando estuvieran bailando en la zona de danza.
- Cierto. Me llamo Eberus. Un placer - dijo con lascivia, guiñándole un ojo.
- *Mhh* Eberus. Suena erótico, dominante.
En ese momento, el creciente placer que estaba sintiento Eberus lo notaría Meraxes en su boca de la misma manera que Eberus notaba el aumento de humedad en la vulva de Darsha. Aún faltaba un rato para que terminase, pero esas sutiles gotas anunciaban que ella lo estaba haciendo muy, pero que muy bien.
El brujo dirigió sus manos, que rodeaban y manoseaban con firmeza los muslos de la bailarina, hacia la cabeza de Meraxes, pues llevaba ya un rato sin interactuar con ella. Comenzó a acariciar su cabeza, siguiendo el ritmo y los movimientos que ella realizaba sobre su miembro. No quería guiarla, pues ella le estaba aportando placer de manera maravillosa, sino acompañar sus movimientos para tener una conexión mayor con ella.
- Meraxes, si sigues así *mmh* no me darás tiempo para follarte - le dijo, recordando las previas palabras que habían tenido. En su cabeza, ya visualizaba el momento en el que su sostén abandonaría su busto por la acción de sus manos. Por otro lado, había notado las miradas con las que Meraxes invitaba a Gaegel a unirse por detrás, por lo que si ella tenía otros planes, no le importaría acabar de la manera en la que ella quisiera que acabase. Además, también sabía cómo dar placer con la boca, y estaría más que dispuesto a saborear a Meraxes también. Y, ¿por qué el hecho de acabar tenía que significar que ya no utilizaría más su miembro? Por los Dioses, no desperdiciaría aquella ocasión para convertirse en un hombre de múltiples orgasmos.
Fácilmente, aquella experiencia sería de las más gratificantes en toda la vida del brujo. Todo era perfecto. La ambientación, la música, los olores, las sensaciones... Pocas veces había vivido una situación sexual como aquella, en la que de tanta armonía que había se sentía profundamente abstraído de todo lo externo.
Sintiendo tantas manos como sentía en su cuerpo, no sabía exactamente dónde estaba tocándole Meraxes. Pero de repente comenzó a sentir cómo una de sus manos se acercaba a su ingle más que nunca, hasta llegar finalmente al sitio indicado. Los suaves gemidos de Eberus comenzaron a intensificarse, haciéndole saber a Meraxes que le estaba tocando donde deseaba. Y casi al mismo tiempo, una sensación suave, cálida y húmeda se añadió a la acción. De manera involuntaria soltó un profundo gemido más alto que los anteriores, mientras su cuerpo se estremecía de placer de manera igualmente involuntaria. Dejó entonces de besar a Darsha por la fuerza de un placer que acaparaba en aquel momento toda su concentración. - Sigue, Meraxes - suspiró a duras penas, mientras notaba cómo le succionaba y le masturbaba a la vez con la mano.
Aquello hizo desaparecer de su cabeza todo deseo de utilizar sus manos en ese momento para tocar a quien fuera. Darsha, para avivar aún más la llama, pasó de besar el torso de Eberus a besarle en la boca. Él le correspondió con sus labios, haciendo que los besos fueran cada vez más pasionales e intensos. Acto seguido, Darsha le soltó al fin las manos, pues quería cambiar su posición. Bajó la cabeza de Eberus de sus muslos, y pasó de estar colocada tras él, a estar a su lado. Todo ello sin hacer que sus labios se separaran. De esa manera, era más sencillo besarse y ella tendría más posibilidades para aportarle placer junto a Meraxes. Pero Eberus tenía otros planes.
Pudo, al fin, utilizar sus manos para enriquecer la experiencia. Con una de ellas, le tocaba un pecho a Darsha, y la otra la bajaba por su espalda para llegar a agarrar sus jugosas nalgas. Las respiraciones de ambos se aceleraban a la vez que sus gestos. Y en la intensa pasión del momento, Eberus sugirió lo que le pasaba por la cabeza.
- Darsha... ¿prefieres que te masturbe con mis trucos, o con mis manos? - preguntó entre beso y beso.
- Oh, vaya... ¿Sabes qué? Ni con tus trucos, ni con tus manos - le contestó con cierta ansia en sus palabras y con una sonrisa pícara mientras le rozaba un labio con su dedo pulgar.
Darsha se incorporó y se colocó para que lo que el brujo quería hacer con sus manos o con su mente, lo hiciera con su boca. Ahora, él recibía placer oral, y Darsha también. La pelvis de Eberus realizaba sutiles movimientos ondulantes de arriba a abajo para acompañar a la felación de Meraxes, mientras que su lengua exploraba con suavidad el centro de placer de Darsha, haciéndola gemir más intensamente.
- Oye, *mmh* al final no me dijiste cómo te llamabas.
- Ahora lo quieres saber, ¿eh?
- Bueno, bailar, estoy bailando encima de ti, ¿no? - dijo, pues antes le había dicho que le preguntaría el nombre cuando estuvieran bailando en la zona de danza.
- Cierto. Me llamo Eberus. Un placer - dijo con lascivia, guiñándole un ojo.
- *Mhh* Eberus. Suena erótico, dominante.
En ese momento, el creciente placer que estaba sintiento Eberus lo notaría Meraxes en su boca de la misma manera que Eberus notaba el aumento de humedad en la vulva de Darsha. Aún faltaba un rato para que terminase, pero esas sutiles gotas anunciaban que ella lo estaba haciendo muy, pero que muy bien.
El brujo dirigió sus manos, que rodeaban y manoseaban con firmeza los muslos de la bailarina, hacia la cabeza de Meraxes, pues llevaba ya un rato sin interactuar con ella. Comenzó a acariciar su cabeza, siguiendo el ritmo y los movimientos que ella realizaba sobre su miembro. No quería guiarla, pues ella le estaba aportando placer de manera maravillosa, sino acompañar sus movimientos para tener una conexión mayor con ella.
- Meraxes, si sigues así *mmh* no me darás tiempo para follarte - le dijo, recordando las previas palabras que habían tenido. En su cabeza, ya visualizaba el momento en el que su sostén abandonaría su busto por la acción de sus manos. Por otro lado, había notado las miradas con las que Meraxes invitaba a Gaegel a unirse por detrás, por lo que si ella tenía otros planes, no le importaría acabar de la manera en la que ella quisiera que acabase. Además, también sabía cómo dar placer con la boca, y estaría más que dispuesto a saborear a Meraxes también. Y, ¿por qué el hecho de acabar tenía que significar que ya no utilizaría más su miembro? Por los Dioses, no desperdiciaría aquella ocasión para convertirse en un hombre de múltiples orgasmos.
Eberus
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Y allí me encontraba. Acostado mientras mis cabeza reposaba sobre mis manos, viendo con toda claridad aquella excitante imagen de Eberus recibiendo placer de dos exuberantes mujeres. Entrecerré mis ojos con una sonrisa traviesa. Pero fue en ese momento cuando por los masajes de aquella mujer gato mi rostro comenzó a sentir algo. Y no solamente por la habilidad que esa mujer tenía al realizar masajes. Eso iba más allá.
Un suspiro... Dos suspiros. El aceite comenzó a calentarse, lo cual hacía aún más placentero el masaje. Pero cuando pensé que el calor seguiría en aumento, pude escuchar una risita de parte de la bailarina, y de pronto la sensación térmica de mi cuerpo cambió abruptamente, cambiando ese intenso calor por frío. Por extraño que eso resultara, aquel cambio me hizo emitir un profundo suspiro de placer. ¿Cómo fue posible ese cambio tan repentino? No lo sabía, y siendo sincero, francamente no me importaba, solo sabía que era delicioso, y que lo disfrutaría a lo grande.
Estaba disfrutando el glorioso masaje que ella me brindaba, cuando de pronto vino otro cambio de temperatura, y de nueva cuenta el calor se hacía presente. No pudiendo evitar dejarme llevar, otro suspiro se escapó de mis labios, y tras eso, una risita de parte de la mujer gato. - ¿Lo disfrutas? - Giré mi vista un momento para verla y le sonreí levemente. - Por supuesto que lo disfruto... Tienes un tacto... Glorioso. - Le dije ampliando mi sonrisa.
Luego de eso, Mi vista se posó en Mera, y cómo ella comenzaba a aplicarle una felación a Eberus, lo cual me hizo mirar con atención aquella escena, pero no por eso dejando de disfrutar de las habilidosas manos de mi acompañante. Esa escena que tenía enfrente era tan erótica, que podía sentir algo de incomodidad en mi bulto debido a estar boca abajo, pero no cambiaría de posición. Al estar así tenía la mejor vista.
De un momento a otro. Y al sentir la mirada de Mera sobre mi hubo una serie de imágenes en mi cabeza. Eran esas mismas imágenes que pasaban por mi cabeza cuando ella y yo habíamos copulado en Roilkat. ¿Por qué de nueva cuenta se habían hecho presentes en mi cabeza? No lo sabía, pero el hecho de recibir el masaje de la mujer gato, el ver la erótica escena frente a mis ojos, y aquellos estímulos en mi cabeza. Simplemente era demasiado para mi. Miré de reojo a quien me daba aquel glorioso masaje y le dije en voz baja. - Vamos con ellos... Tengo algo en mente, y si no lo hago, siento que estallaré. - Ante mis palabras, la mujer asintió con una risa traviesa. - Está bien. Tengo interés por saber qué ocurrirá. - Y dicho eso me reincorporé un poco para luego acercarme junto con la mujer gato hacia ellos, y sin perder el tiempo. Posando mis manos en las caderas de Mera y diciendole en voz baja. - Debes de tener un lado de adivina. Porque adivinaste cual es mi posición favorita. - Le decía acariciando las caderas de la mujer con vehemencia. Tal y como lo recordaba de aquel sueño.
Un suspiro... Dos suspiros. El aceite comenzó a calentarse, lo cual hacía aún más placentero el masaje. Pero cuando pensé que el calor seguiría en aumento, pude escuchar una risita de parte de la bailarina, y de pronto la sensación térmica de mi cuerpo cambió abruptamente, cambiando ese intenso calor por frío. Por extraño que eso resultara, aquel cambio me hizo emitir un profundo suspiro de placer. ¿Cómo fue posible ese cambio tan repentino? No lo sabía, y siendo sincero, francamente no me importaba, solo sabía que era delicioso, y que lo disfrutaría a lo grande.
Estaba disfrutando el glorioso masaje que ella me brindaba, cuando de pronto vino otro cambio de temperatura, y de nueva cuenta el calor se hacía presente. No pudiendo evitar dejarme llevar, otro suspiro se escapó de mis labios, y tras eso, una risita de parte de la mujer gato. - ¿Lo disfrutas? - Giré mi vista un momento para verla y le sonreí levemente. - Por supuesto que lo disfruto... Tienes un tacto... Glorioso. - Le dije ampliando mi sonrisa.
Luego de eso, Mi vista se posó en Mera, y cómo ella comenzaba a aplicarle una felación a Eberus, lo cual me hizo mirar con atención aquella escena, pero no por eso dejando de disfrutar de las habilidosas manos de mi acompañante. Esa escena que tenía enfrente era tan erótica, que podía sentir algo de incomodidad en mi bulto debido a estar boca abajo, pero no cambiaría de posición. Al estar así tenía la mejor vista.
De un momento a otro. Y al sentir la mirada de Mera sobre mi hubo una serie de imágenes en mi cabeza. Eran esas mismas imágenes que pasaban por mi cabeza cuando ella y yo habíamos copulado en Roilkat. ¿Por qué de nueva cuenta se habían hecho presentes en mi cabeza? No lo sabía, pero el hecho de recibir el masaje de la mujer gato, el ver la erótica escena frente a mis ojos, y aquellos estímulos en mi cabeza. Simplemente era demasiado para mi. Miré de reojo a quien me daba aquel glorioso masaje y le dije en voz baja. - Vamos con ellos... Tengo algo en mente, y si no lo hago, siento que estallaré. - Ante mis palabras, la mujer asintió con una risa traviesa. - Está bien. Tengo interés por saber qué ocurrirá. - Y dicho eso me reincorporé un poco para luego acercarme junto con la mujer gato hacia ellos, y sin perder el tiempo. Posando mis manos en las caderas de Mera y diciendole en voz baja. - Debes de tener un lado de adivina. Porque adivinaste cual es mi posición favorita. - Le decía acariciando las caderas de la mujer con vehemencia. Tal y como lo recordaba de aquel sueño.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Orgía, cómo no
Los suspiros de placer se convierten en gemidos a medida que los masajes se vuelven más íntimos. Las manos ya no bastan cuando los cuerpos piden un contacto más cercano, más intenso y, en toda la sala, hombres y mujeres se acercan, se agrupan, se acomodan en posturas que los mantienen unidos.
Los sonidos y los movimientos comienzan a acompasarse, despacio al principio, con más intensidad cuando las distintas pieles, los distintos labios, dejan de considerarse desconocidos y pasan a buscarse y reencontrarse con la fuerza de un deseo que nace desde muy adentro.
La temperatura sube. ¿De quién es esta mano que me acaricia? A quién le importa, sigue así, por ahí vas bien. ¿Y esos labios? Vuelvan, los necesito para calmar mi sed.
Con una sonrisa de satisfacción en su rostro, Madame Sizay reúne las botellas abandonadas y se retira discretamente. Que nada estorbe a los amantes, la noche es para ellos.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
__________________
Veo que ya le están entrando (juego de palabras totalmente intencionado). No se corten, no son los únicos. Tienen hasta el 22 de octubre (incluido), ya sin interrupciones de mi parte. Que lo disfruten.
Fehu
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Escuchar esos intensos sonidos que salían de Eberus me motivaban a seguir con más que satisfacción mi labor. Se oían claramente las succiones y las lamidas. - Te gusta... tus gemidos me lo dicen. - Comentaba en los breves momentos que dejaba libre mi boca para tomar bocanadas de aire.
Mi lengua recorría en círculos, de arriba hacia abajo y se concentraba en la punta catando el intenso sabor salado que a veces se percibía. - Puedes follarme ... mas tarde... tenemos toda la noche... - Respondí a sus palabras. No me importaba que se corriera, con el debido descanso y si él así lo deseaba, eso podría ser un hecho, además él estaba bastante a gusto atendiendo a la bailarina que disfrutaba maravillada las atenciones del brujo.
Me concentré tanto en Eberus tras haberle lanzado hacía unos momentos aquella mirada a Gaegel, que no me esperé que de pronto estaba justo detrás de mí pronunciando una frase que no sólo causó que se me estremeciera cada centímetro de mi cuerpo sino que me evocó a nueva cuenta a ese lugar que me hacía cuestionar entre la realidad y el mundo de los sueños.
- Bienvenidos ... - Sonreí con malicia girando por unos momentos mi vista de reojo hacia Gaegel aunque sin dejar de estimular con mis manos a Eberus. Me acomodé un poco, subiendo ligeramente más, una señal de invitación, estaba lo bastante húmeda allí debajo como para que le fuera difícil a él no entrar. - Cuando quieras... - Dije con dificultad, el mero morbo ya me estaba dejando sin palabras... y aún no había terminado con el brujo.
Entre suspiros ahogados, gemidos, succiones y lamidas regresé a estimular a mi pecaminoso brujo. No sabía cuánto le tomaría acabar en mi boca, pero si lo que dijo era cierto esperaba que pronto, mi primitivo e indecente ser de ahora se moría por conocer y deleitarse con el sabor de su semilla.
Mi lengua recorría en círculos, de arriba hacia abajo y se concentraba en la punta catando el intenso sabor salado que a veces se percibía. - Puedes follarme ... mas tarde... tenemos toda la noche... - Respondí a sus palabras. No me importaba que se corriera, con el debido descanso y si él así lo deseaba, eso podría ser un hecho, además él estaba bastante a gusto atendiendo a la bailarina que disfrutaba maravillada las atenciones del brujo.
Me concentré tanto en Eberus tras haberle lanzado hacía unos momentos aquella mirada a Gaegel, que no me esperé que de pronto estaba justo detrás de mí pronunciando una frase que no sólo causó que se me estremeciera cada centímetro de mi cuerpo sino que me evocó a nueva cuenta a ese lugar que me hacía cuestionar entre la realidad y el mundo de los sueños.
- Bienvenidos ... - Sonreí con malicia girando por unos momentos mi vista de reojo hacia Gaegel aunque sin dejar de estimular con mis manos a Eberus. Me acomodé un poco, subiendo ligeramente más, una señal de invitación, estaba lo bastante húmeda allí debajo como para que le fuera difícil a él no entrar. - Cuando quieras... - Dije con dificultad, el mero morbo ya me estaba dejando sin palabras... y aún no había terminado con el brujo.
Entre suspiros ahogados, gemidos, succiones y lamidas regresé a estimular a mi pecaminoso brujo. No sabía cuánto le tomaría acabar en mi boca, pero si lo que dijo era cierto esperaba que pronto, mi primitivo e indecente ser de ahora se moría por conocer y deleitarse con el sabor de su semilla.
- Off:
- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo. [Con la ropa en algún lugar de la carpa]
- Armadura Ligera Normal [En el suelo]- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull (Cría de Gomejo) [En brazos de Meleis]
Meraxes
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Meraxes no solo se dedicaba a dar placer al brujo con sus manos y sus suaves labios, sino que también utilizaba su voz para calentar aún más la situación. Le excitaba mucho que hablara mientras le chupaba. Eberus solo podía contestar con gemidos que sonaban como una afirmación a sus palabras, pero que seguían siendo gemidos.
Desde hacía ya un rato, le pasaba por la cabeza una imagen que ansiaba con fuerza. Solo había una cosa que podría mejorar esa situación, y era que Meraxes recibiera por detrás a Gaegel. Así, se formaría un ciclo entre los tres que retroalimentaría el placer de cada uno.
Y esa fantasía estaba a punto de ocurrir. Gaegel estaba muy cerca de Meraxes, atendiendo a su llamada no verbal. De solo pensar lo que estaba a punto de ocurrir, Eberus entró más profundo en el trance carnal en el que estaba sumido. Teniendo a Darsha encima, no podía ver muy bien dicha escena, pero eso no suponía ningún problema. Ya tendría tiempo para mirar después.
Y teniendo en cuenta que luego se dedicaría más a Meraxes, aprovechó para dedicarse ahora a Darsha aún más. Las manos del brujo viajaban por todo su cuerpo, tocando con firmeza sus glúteos, sus pechos, su espalda, su vientre... Podría estimularla más incluso, pero en esa situación no quería invertir su concentración en trucos ilusionistas.
Finalmente, a su lengua se unieron sus dedos, que entraron a un lugar más profundo. Y en los gemidos de la bailarina se notó el aumento de placer.
- Te gusta, ¿eh? - preguntó notando eso, mirándola con ojos lascivos.
- Sí. Mételos más rápido.
Ambos hablaban entre profundos suspiros, y cómo no, Eberus obedeció. Todo parecía encaminarse hacia el final. O al menos el primer final. El mayor disfrute de Darsha, se trasladó al propio brujo, y ambos parecían estar a punto de estallar. Sus gemidos lo delataban. ¿Qué ser sería capaz de aguantar más en esa situación? Si una relación sexual de dos ya podía llegar a ser muy plena, uniendo el placer de todos ellos la erótica se disparaba, y en consecuencia el placer sentido lo hacía también.
- Meraxes, me falta poco... - dijo con dificultad. La mano que no estimulaba a Darsha, la dirigió hacia el cabello de Meraxes para tener una mayor conexión con ella en el momento álgido. Lo agarró con firmeza, casi involuntariamente, llevado por el intenso gozo que le hacía sentir. Estaba a su merced. Solo quedaba esperar unos segundos para que le llevara a la cima con su boca. Y, sin duda, en cuanto Meraxes comenzara a sentir a otro hombre por detrás, sus gemidos rodeando a su miembro harían que ocurriera antes, si cabía.
Desde hacía ya un rato, le pasaba por la cabeza una imagen que ansiaba con fuerza. Solo había una cosa que podría mejorar esa situación, y era que Meraxes recibiera por detrás a Gaegel. Así, se formaría un ciclo entre los tres que retroalimentaría el placer de cada uno.
Y esa fantasía estaba a punto de ocurrir. Gaegel estaba muy cerca de Meraxes, atendiendo a su llamada no verbal. De solo pensar lo que estaba a punto de ocurrir, Eberus entró más profundo en el trance carnal en el que estaba sumido. Teniendo a Darsha encima, no podía ver muy bien dicha escena, pero eso no suponía ningún problema. Ya tendría tiempo para mirar después.
Y teniendo en cuenta que luego se dedicaría más a Meraxes, aprovechó para dedicarse ahora a Darsha aún más. Las manos del brujo viajaban por todo su cuerpo, tocando con firmeza sus glúteos, sus pechos, su espalda, su vientre... Podría estimularla más incluso, pero en esa situación no quería invertir su concentración en trucos ilusionistas.
Finalmente, a su lengua se unieron sus dedos, que entraron a un lugar más profundo. Y en los gemidos de la bailarina se notó el aumento de placer.
- Te gusta, ¿eh? - preguntó notando eso, mirándola con ojos lascivos.
- Sí. Mételos más rápido.
Ambos hablaban entre profundos suspiros, y cómo no, Eberus obedeció. Todo parecía encaminarse hacia el final. O al menos el primer final. El mayor disfrute de Darsha, se trasladó al propio brujo, y ambos parecían estar a punto de estallar. Sus gemidos lo delataban. ¿Qué ser sería capaz de aguantar más en esa situación? Si una relación sexual de dos ya podía llegar a ser muy plena, uniendo el placer de todos ellos la erótica se disparaba, y en consecuencia el placer sentido lo hacía también.
- Meraxes, me falta poco... - dijo con dificultad. La mano que no estimulaba a Darsha, la dirigió hacia el cabello de Meraxes para tener una mayor conexión con ella en el momento álgido. Lo agarró con firmeza, casi involuntariamente, llevado por el intenso gozo que le hacía sentir. Estaba a su merced. Solo quedaba esperar unos segundos para que le llevara a la cima con su boca. Y, sin duda, en cuanto Meraxes comenzara a sentir a otro hombre por detrás, sus gemidos rodeando a su miembro harían que ocurriera antes, si cabía.
Eberus
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Parecía que esos tres se estaban divirtiendo cada vez más, dejaban una gloriosa y erótica imagen. Aunque cuando me acerqué, noté levemente la sorpresa en Mera. Pero al final terminó dándonos la bienvenida, la cual agradecí enteramente. Y parecía que esa bienvenida no era solamente de palabra, sino que ella se alzó un poco más. No lo iba a negar. Esa posición me la ponía como una roca. Así de sencillo y claro.
Una vez que me acomodé, me acerqué un momento para así comenzar a rozar mi pene con la intimidad de la rubia. Ya en ese momento pude notar la humedad que había allí. Ella estaba lista, por lo que no demoré en darle lo que ella deseaba y tras rozar por unos cuantos segundos más nuestras intimidades, decidí por comenzar a meter mi miembro dentro de ella, lo cual resultó sumamente fácil.
Suspiré levemente mientras mis acometidas comenzaban a hacerse presente con aquel delicioso vaivén de mi cadera. Aunque en ese momento me estuviera follando a Mera, no iba a desatender a la bailarina. Por lo que una de mis manos comenzaron a acariciar la intimidad de la mujer gato, a lo que correspondió con algunos gemidos, lo cual hizo que sonriera complacido al escucharla. - No creas que me olvidé de ti. - Le dije con una sonrisa lasciva. - Pero que galante. - Dicho eso la mujer gato se acercó un poco más, rodeando mi cuello con sus brazos y comenzando a besarme apasionadamente.
El solo saber lo que estaba viviendo, y lo enormemente erótica imagen que debíamos estar desprendiendo hacía que mis embestidas aumentaran su ritmo, buscándole dar más placer a Mera. Pero al mismo tiempo mis dedos entraban y salían de la intimidad de la mujer gato con más ahínco, haciéndola suspirar y gemir. Lo que se venía a continuación sería una noche llena de pasión y lujuria sin reservas, la cual iba a aprovechar al máximo.
Una vez que me acomodé, me acerqué un momento para así comenzar a rozar mi pene con la intimidad de la rubia. Ya en ese momento pude notar la humedad que había allí. Ella estaba lista, por lo que no demoré en darle lo que ella deseaba y tras rozar por unos cuantos segundos más nuestras intimidades, decidí por comenzar a meter mi miembro dentro de ella, lo cual resultó sumamente fácil.
Suspiré levemente mientras mis acometidas comenzaban a hacerse presente con aquel delicioso vaivén de mi cadera. Aunque en ese momento me estuviera follando a Mera, no iba a desatender a la bailarina. Por lo que una de mis manos comenzaron a acariciar la intimidad de la mujer gato, a lo que correspondió con algunos gemidos, lo cual hizo que sonriera complacido al escucharla. - No creas que me olvidé de ti. - Le dije con una sonrisa lasciva. - Pero que galante. - Dicho eso la mujer gato se acercó un poco más, rodeando mi cuello con sus brazos y comenzando a besarme apasionadamente.
El solo saber lo que estaba viviendo, y lo enormemente erótica imagen que debíamos estar desprendiendo hacía que mis embestidas aumentaran su ritmo, buscándole dar más placer a Mera. Pero al mismo tiempo mis dedos entraban y salían de la intimidad de la mujer gato con más ahínco, haciéndola suspirar y gemir. Lo que se venía a continuación sería una noche llena de pasión y lujuria sin reservas, la cual iba a aprovechar al máximo.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
El ambiente cálido les recibió con dulces caricias y la promesa de ambiente íntimo y acogedor. Les condujeron hasta una zona con cojines en donde Ben se acomodó junto a Mina. A no mucho tardar, fueron obsequiados con una bandeja de fruta y frutos secos dispuestos sobre las frutas.
Pero Ben no había entrado allí para deleitarse con la presentación de la comida sobre la bandeja. Estaba allí por Mina y por eso sus manos, tan pronto se habían tumbado, se posaron sobre ella siguiendo el sugerente contorno que era su cuerpo. La miraba a los ojos y disfrutaba con ellos pues eran, sin duda, un rasgo que le gustaba sobremanera.
Se acercó hacia ella para quedar a no menos de un palmo de distancia y entonces entrelazó sus piernas con las de ella. Suspiró. Su mano se detuvo y le dedicó una sonrisa antes de inclinarse hacia ella y posar sus labios sobre los de ella. El tiempo justo para querer más, pero en vez de volver a sus labios, se lanzó hacia el cuello, al que dedicó besos cortos pero intensos para ir subiendo poco a poco y alcanzar, nuevamente, la boca de Mina.
No pudo contenerse y metió la mano bajo su ropa. El contacto con su piel encendió algo en él y apretó con algo más de fuerza y la atrajo hacia él de tal manera que ella quedó sobre él. Sus manos quedaron su cadera. Su respiración algo agitada hizo que su mirada brillara contemplando el cuerpo que ahora estaba sobre ella. Separó sus manos de su cuerpo y cogió sus manos.
- ¿No vienes? Prometo que no muerdo- dejó la frase en aire unos instantes antes de acabarla- mucho.
Le sonrió nuevamente. Todo instante contaba.
Interactúo única y exclusivamente con Mina Harker.
Pero Ben no había entrado allí para deleitarse con la presentación de la comida sobre la bandeja. Estaba allí por Mina y por eso sus manos, tan pronto se habían tumbado, se posaron sobre ella siguiendo el sugerente contorno que era su cuerpo. La miraba a los ojos y disfrutaba con ellos pues eran, sin duda, un rasgo que le gustaba sobremanera.
Se acercó hacia ella para quedar a no menos de un palmo de distancia y entonces entrelazó sus piernas con las de ella. Suspiró. Su mano se detuvo y le dedicó una sonrisa antes de inclinarse hacia ella y posar sus labios sobre los de ella. El tiempo justo para querer más, pero en vez de volver a sus labios, se lanzó hacia el cuello, al que dedicó besos cortos pero intensos para ir subiendo poco a poco y alcanzar, nuevamente, la boca de Mina.
No pudo contenerse y metió la mano bajo su ropa. El contacto con su piel encendió algo en él y apretó con algo más de fuerza y la atrajo hacia él de tal manera que ella quedó sobre él. Sus manos quedaron su cadera. Su respiración algo agitada hizo que su mirada brillara contemplando el cuerpo que ahora estaba sobre ella. Separó sus manos de su cuerpo y cogió sus manos.
- ¿No vienes? Prometo que no muerdo- dejó la frase en aire unos instantes antes de acabarla- mucho.
Le sonrió nuevamente. Todo instante contaba.
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Sango
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Para este punto era una combinación de dar y recibir en demasía. Yule por adelantado si tenía que compararlo con algo.
Fue exquisito, intenso. Sentir a Gaegel en mi interior mientras me encargaba de darle placer a Eberus era una variedad de estímulos cuyo más bajo calificativo podría decirse que era estupendo. Estaba dónde y cómo quería estar.
Gemía entre cada embestida, succionaba al ritmo acompasado de las caderas del pelioscuro. Mis paredes apretaban y aflojaban de forma inconsciente cediendo por completo al momento. De cierto modo todos nos conectábamos, todos compartimos la espiritualidad y ritualidad del coito. Una imagen muy similar a las pinturas que hacía un rato contemplamos.
- Tu solo déjate venir...Dámelo todo. - Jadeaba por la falta de aliento una vez que saqué su miembro de mi boca para responderle, apenas y era capaz de hablar, los movimientos de Gaegel sumados al placer que me causaba escuchar al brujo me tenían al borde de la locura.
Lo quería, quería saborear su semilla Mis estimulos hacia él se movieron más intensos, los trataba como si tocara porcelana fina pero con la firmeza suficiente para maniobrar semejante obra de la naturaleza.
Por mi parte yo también comenzaba a sentir que no aguantaría mucho, por más que quisiera prolongarlo, mi deseo era tan intenso y mi interior tan ardiente que en cualquier momento estallaría, podía percibirse, y en el caso de Gaegel sentirlo en carne propia, mis paredes se comprimían más y la temperatura aumentaba con el paso de los segundos.
Fue exquisito, intenso. Sentir a Gaegel en mi interior mientras me encargaba de darle placer a Eberus era una variedad de estímulos cuyo más bajo calificativo podría decirse que era estupendo. Estaba dónde y cómo quería estar.
Gemía entre cada embestida, succionaba al ritmo acompasado de las caderas del pelioscuro. Mis paredes apretaban y aflojaban de forma inconsciente cediendo por completo al momento. De cierto modo todos nos conectábamos, todos compartimos la espiritualidad y ritualidad del coito. Una imagen muy similar a las pinturas que hacía un rato contemplamos.
- Tu solo déjate venir...Dámelo todo. - Jadeaba por la falta de aliento una vez que saqué su miembro de mi boca para responderle, apenas y era capaz de hablar, los movimientos de Gaegel sumados al placer que me causaba escuchar al brujo me tenían al borde de la locura.
Lo quería, quería saborear su semilla Mis estimulos hacia él se movieron más intensos, los trataba como si tocara porcelana fina pero con la firmeza suficiente para maniobrar semejante obra de la naturaleza.
Por mi parte yo también comenzaba a sentir que no aguantaría mucho, por más que quisiera prolongarlo, mi deseo era tan intenso y mi interior tan ardiente que en cualquier momento estallaría, podía percibirse, y en el caso de Gaegel sentirlo en carne propia, mis paredes se comprimían más y la temperatura aumentaba con el paso de los segundos.
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Meraxes
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Inexplicable. Realmente encontrarse en ese punto de excitación y de placer tan altos era algo que no había sentido nunca en su largo recorrido en la vida. Quién se iba a imaginar que ese misterioso y travieso brujo encapuchado escondería en él una capacidad de disfrute sexual como la que estaba experimentando allí, en ese momento.
Su cuerpo se tensaba involuntariamente, y de su garganta salían profundos sonidos que definían el concepto de placer. Sentía gozo en su lengua, gozo en sus manos, en su miembro y en cada uno de sus poros.
- Eberus. Eberus, *mmh* sigue así, voy a acabar - anunciaba entre sensuales jadeos la bailarina.
Para no interrumpir su llegada al clímax, decidió no utilizar su lengua para soltar palabra alguna y así continuar haciéndola llegar hasta lo más alto como los Dioses mandaban. Mientras, él sentía lo mismo que ella, y Meraxes era la principal culpable del pecado capital. - Tu solo déjate venir...Dámelo todo - pudo decir a duras penas. Eberus, tras ese comentario, se sintió arropado por la mismísima diosa Freya, diosa del sexo, que fácilmente estaría personificada en la magnífica mujer que le estaba chupando. Sintió que Meraxes le arrastraba gentilmente hacia un lugar que no había conocido nunca, y él se dejaba llevar.
Escuchaba cómo Meraxes estaba a punto de culminar. Darsha, lo haría también. Y Eberus, sentía en sus entrañas un placer inmenso alimentado por el propio gozo de ambas, por si no eran suficientes la calidez, la suavidad, la humedad y la estimulación que Meraxes le regalaba con su boca.
Primero, vino Darsha. Detuvo en seco sus sensuales y sutiles movimientos sobre la boca de Eberus para comenzar a tornarlos en contracciones involuntarias menos sutiles, pero no por ello menos sensuales para él. Sus gemidos se alzaron, y Eberus comenzó a sentir en sus dedos el orgasmo de la bailarina. Si hubiera una gota que pudiera colmar más de placer al brujo, era esa.
Finalmente, no pudo retener más su gozo. Inmediatamente después de Darsha, Eberus agarró con más firmeza el cabello de Meraxes sintiendo que su orgasmo también llegaba. - Voy a correrme - pudo musitar con dificultad. Agarró con más firmeza el glúteo que manoseaba de Darsha, cambió sus sutiles movimientos pélvicos involuntariamente por unos más intensos y erráticos, y se dejó ir en la boca de Meraxes. Su cálida semilla salió expulsada con brusquedad, denotando el exagerado placer que le había hecho sentir, y culminando con aquella felación como ella se lo había pedido, y como él tanto había ansiado.
Podría haber sido fácilmente su orgasmo más placentero. Nunca había participado en una orgía, y esa cadena de placer que nacía en la vulva de la mujer felina y terminaba manifestándose en los sonidos de Darsha le había hecho vivir una experiencia sexual inolvidable. - Meraxes, soy ateo, pero sinceramente, si existiera Freya no me extrañaría que estuviera personificada en ti - dijo con la respiración aún acelerada, pero retomando la calma y con una voz que sonaba a puro placer.
- Eberus, tu tampoco has estado nada mal... - dijo Darsha con voz acariciante, que ya se había salido de encima del brujo, y ahora se hallaba recostada a su lado, descansando y disfrutando aún del previo orgasmo.
El brujo se tomó también unos segundos para salir de ese trance post-orgásmico. Luego, cumpliendo con lo que habían hablado antes Meraxes y él, se incorporó mientras Gaegel continuaba penetrándola y primero la besó. Besó su cuello, su espalda y su boca mientras ella gozaba, y mientras tanto desabrochaba su sujetador para poner en libertad sus pechos. - Ahora nos toca a nosotros, ¿eh, Gaegel? - dijo frente al rostro de la dragona, guiñándole un ojo a Gaegel. - Me has hecho gozar como nunca, y ahora vas a ver cómo te lo devuelvo - dijo antes de besarla en la boca, mordiendo su labio inferior con delicadeza.
Luego, se colocó debajo de ella perpendicularmente, en una posición que le permitiría comenzar a lamer y manosear sus hermosos pechos, mientras que con la mano que le quedaba libre... tenía otra idea. La llevó morbosamente hacia el rostro de Meraxes para que le chupara un dedo, dedo que utilizaría para comenzar a estimular su clítoris mientras era embestida por el licántropo. Quería llevarla al más profundo goce junto con Gaegel, como lo había hecho ella, y si algo tenía bueno el no tan joven brujo en el sexo, era la experiencia. Así que sabía cómo hacer eso realidad. - Parece que te gusta, ¿eh? - preguntó con picardía separando por un momento su boca de los pechos de Meraxes. - Vamos a hacer que te corras como nunca antes lo habías hecho.
Mientras le devolvía a Meraxes el regalo de placer, comenzó a notar que Darsha se acercaba hacia él de nuevo. - Meraxes, espero que no te importe. ¿O tienes otros planes? - preguntó sugestiva, mientras se colocaba encima del brujo para comenzar a frotar su intimidad desnuda contra su miembro, y prepararlo así de nuevo para la acción. Aún con lo que ya habían hecho, ambos parecían no haber tenido suficiente. Eberus tenía energía para más, desde luego, y le daba igual si era con Darsha o si era con Meraxes, pero su pene comenzaba a endurecerse de nuevo. De una manera o de otra, ansiaba hacer llegar a Meraxes al orgasmo, así que estaba de nuevo a merced de ellas dos.
Su cuerpo se tensaba involuntariamente, y de su garganta salían profundos sonidos que definían el concepto de placer. Sentía gozo en su lengua, gozo en sus manos, en su miembro y en cada uno de sus poros.
- Eberus. Eberus, *mmh* sigue así, voy a acabar - anunciaba entre sensuales jadeos la bailarina.
Para no interrumpir su llegada al clímax, decidió no utilizar su lengua para soltar palabra alguna y así continuar haciéndola llegar hasta lo más alto como los Dioses mandaban. Mientras, él sentía lo mismo que ella, y Meraxes era la principal culpable del pecado capital. - Tu solo déjate venir...Dámelo todo - pudo decir a duras penas. Eberus, tras ese comentario, se sintió arropado por la mismísima diosa Freya, diosa del sexo, que fácilmente estaría personificada en la magnífica mujer que le estaba chupando. Sintió que Meraxes le arrastraba gentilmente hacia un lugar que no había conocido nunca, y él se dejaba llevar.
Escuchaba cómo Meraxes estaba a punto de culminar. Darsha, lo haría también. Y Eberus, sentía en sus entrañas un placer inmenso alimentado por el propio gozo de ambas, por si no eran suficientes la calidez, la suavidad, la humedad y la estimulación que Meraxes le regalaba con su boca.
Primero, vino Darsha. Detuvo en seco sus sensuales y sutiles movimientos sobre la boca de Eberus para comenzar a tornarlos en contracciones involuntarias menos sutiles, pero no por ello menos sensuales para él. Sus gemidos se alzaron, y Eberus comenzó a sentir en sus dedos el orgasmo de la bailarina. Si hubiera una gota que pudiera colmar más de placer al brujo, era esa.
Finalmente, no pudo retener más su gozo. Inmediatamente después de Darsha, Eberus agarró con más firmeza el cabello de Meraxes sintiendo que su orgasmo también llegaba. - Voy a correrme - pudo musitar con dificultad. Agarró con más firmeza el glúteo que manoseaba de Darsha, cambió sus sutiles movimientos pélvicos involuntariamente por unos más intensos y erráticos, y se dejó ir en la boca de Meraxes. Su cálida semilla salió expulsada con brusquedad, denotando el exagerado placer que le había hecho sentir, y culminando con aquella felación como ella se lo había pedido, y como él tanto había ansiado.
Podría haber sido fácilmente su orgasmo más placentero. Nunca había participado en una orgía, y esa cadena de placer que nacía en la vulva de la mujer felina y terminaba manifestándose en los sonidos de Darsha le había hecho vivir una experiencia sexual inolvidable. - Meraxes, soy ateo, pero sinceramente, si existiera Freya no me extrañaría que estuviera personificada en ti - dijo con la respiración aún acelerada, pero retomando la calma y con una voz que sonaba a puro placer.
- Eberus, tu tampoco has estado nada mal... - dijo Darsha con voz acariciante, que ya se había salido de encima del brujo, y ahora se hallaba recostada a su lado, descansando y disfrutando aún del previo orgasmo.
El brujo se tomó también unos segundos para salir de ese trance post-orgásmico. Luego, cumpliendo con lo que habían hablado antes Meraxes y él, se incorporó mientras Gaegel continuaba penetrándola y primero la besó. Besó su cuello, su espalda y su boca mientras ella gozaba, y mientras tanto desabrochaba su sujetador para poner en libertad sus pechos. - Ahora nos toca a nosotros, ¿eh, Gaegel? - dijo frente al rostro de la dragona, guiñándole un ojo a Gaegel. - Me has hecho gozar como nunca, y ahora vas a ver cómo te lo devuelvo - dijo antes de besarla en la boca, mordiendo su labio inferior con delicadeza.
Luego, se colocó debajo de ella perpendicularmente, en una posición que le permitiría comenzar a lamer y manosear sus hermosos pechos, mientras que con la mano que le quedaba libre... tenía otra idea. La llevó morbosamente hacia el rostro de Meraxes para que le chupara un dedo, dedo que utilizaría para comenzar a estimular su clítoris mientras era embestida por el licántropo. Quería llevarla al más profundo goce junto con Gaegel, como lo había hecho ella, y si algo tenía bueno el no tan joven brujo en el sexo, era la experiencia. Así que sabía cómo hacer eso realidad. - Parece que te gusta, ¿eh? - preguntó con picardía separando por un momento su boca de los pechos de Meraxes. - Vamos a hacer que te corras como nunca antes lo habías hecho.
Mientras le devolvía a Meraxes el regalo de placer, comenzó a notar que Darsha se acercaba hacia él de nuevo. - Meraxes, espero que no te importe. ¿O tienes otros planes? - preguntó sugestiva, mientras se colocaba encima del brujo para comenzar a frotar su intimidad desnuda contra su miembro, y prepararlo así de nuevo para la acción. Aún con lo que ya habían hecho, ambos parecían no haber tenido suficiente. Eberus tenía energía para más, desde luego, y le daba igual si era con Darsha o si era con Meraxes, pero su pene comenzaba a endurecerse de nuevo. De una manera o de otra, ansiaba hacer llegar a Meraxes al orgasmo, así que estaba de nuevo a merced de ellas dos.
Eberus
Honorable
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Los movimientos de mi cadera aumentaban rápidamente su velocidad e intensidad. Buscando brindar a Mera del mismo placer que me estaba dando con su intimidad. Del mismo modo, la mujer gato se humedecía cada vez más mientras que sus dedos hurgaban dentro de la vagina de ella. Lo podía notar cómo los besos de la bailarina se volvían más intensos. Cada vez más usaba más su lengua, por lo que gustoso estaba en hacer que nuestras lenguas danzaran dentro de nuestras bocas.
Mientras eso pasaba, me aseguraba de que la mano con la que sujetaba la cadera de Mera siguiera sujetada a esa zona con firmeza mientras que el vaivén de nuestros cuerpos aumentaba, dejando en claro que el compás de la danza erótica incrementaba su ritmo. De vez en cuando, abría uno de mis ojos, para ver así como los demás disfrutaban tanto como yo de aquel glorioso momento.
Podía escuchar la voz de Eberus diciendo que estaba por llegar al límite. Y yo lo entendía a la perfección. La técnica de felación de Mera es impecable. Pero mientras tanto yo, no podía negar que la manera en la que la rubia me apretaba el pene era tan placentera que no podría resistir por mucho tiempo más. Tal parecía que la orgía que nos habíamos montado, sumado al juego previo que había montado Eberus había ayudado a estimular el ansia sexual de la dragona, y era ahora mismo cuando estábamos recibiendo la gran recompensa.
La mujer gato había bajado sus besos a mi cuello, por lo que suspiraba y gemía ante sus atenciones, eso sí, sin dejar de brindarle la atención requerida en la intimidad de la bailarina. Mis dedos índice y medio entraban y salían estimulándola como si la estuviese penetrando. Pero sabía que no sería suficiente, que necesitaría unas caricias "extra". De esa manera, con mi pulgar comencé a acariciar el clítoris de la bailarina. Ese gesto fue captado por ella, y sentí que eso le había gustado, ya que me había mordido sutilmente para evitar dar un gemido más intenso.
No necesitas contener tus gemidos... Es precisamente la fuente de mi placer. - Dije mirando de reojo a la mujer azabache. La cual me miró con algo de timidez, y asintiendo con la cabeza, comenzó a gemir de nueva cuenta por las caricias que le brindaba. - Así está mejor. - Dije sonriendo de medio lado con una evidente satisfacción en mis ojos.
Mientras eso ocurría, Eberus se había corrido, y ahora estaba quitándole la prenda que le faltaba a Mera. Al escuchar el comentario que iba dirigido a mi, le sonreí, asintiendo con la cabeza. - Ni lo menciones... Esa es la parte que más me gusta. - Dije riendo con sutileza mientras continuaba moviendo mi cadera un poco más rápido. Las atenciones de Eberus sobre la rubia provocaban que me apretara con mayor intensidad, haciendo que llegara al orgasmo mucho más rápido de lo que creí.
Pero en esta ocasión decidí correrme fuera de ella. La intensidad de esa corrida hizo que me sentara en la alfombra. En ese momento noté como la mujer gato me miraba con animosidad. Miré mi mano empapada, lo cual solo pudo significar una cosa. Le sonreí mientras que llevaba mis dedos índice y medio a mi boca y comenzaba a lamerlos. Eso hizo que la bailarina moviera sus orejas de gato. Parecía estar a la expectativa. Podía estar seguro de que ahora buscaba algo más que solo mis dedos.
Y tenía razón. De un momento a otro se agachó y comenzó a lamer mi miembro, el cual no tardó mucho en volver a endurecerse debido a las atenciones que ella me brindaba. Miré por un momento la felación que ella me brindaba y luego volví mi vista hacia lo que acontecía frente a mi. Sonriendo de manera traviesa, y con curiosidad de saber lo que pasaría a continuación.
Mientras eso pasaba, me aseguraba de que la mano con la que sujetaba la cadera de Mera siguiera sujetada a esa zona con firmeza mientras que el vaivén de nuestros cuerpos aumentaba, dejando en claro que el compás de la danza erótica incrementaba su ritmo. De vez en cuando, abría uno de mis ojos, para ver así como los demás disfrutaban tanto como yo de aquel glorioso momento.
Podía escuchar la voz de Eberus diciendo que estaba por llegar al límite. Y yo lo entendía a la perfección. La técnica de felación de Mera es impecable. Pero mientras tanto yo, no podía negar que la manera en la que la rubia me apretaba el pene era tan placentera que no podría resistir por mucho tiempo más. Tal parecía que la orgía que nos habíamos montado, sumado al juego previo que había montado Eberus había ayudado a estimular el ansia sexual de la dragona, y era ahora mismo cuando estábamos recibiendo la gran recompensa.
La mujer gato había bajado sus besos a mi cuello, por lo que suspiraba y gemía ante sus atenciones, eso sí, sin dejar de brindarle la atención requerida en la intimidad de la bailarina. Mis dedos índice y medio entraban y salían estimulándola como si la estuviese penetrando. Pero sabía que no sería suficiente, que necesitaría unas caricias "extra". De esa manera, con mi pulgar comencé a acariciar el clítoris de la bailarina. Ese gesto fue captado por ella, y sentí que eso le había gustado, ya que me había mordido sutilmente para evitar dar un gemido más intenso.
No necesitas contener tus gemidos... Es precisamente la fuente de mi placer. - Dije mirando de reojo a la mujer azabache. La cual me miró con algo de timidez, y asintiendo con la cabeza, comenzó a gemir de nueva cuenta por las caricias que le brindaba. - Así está mejor. - Dije sonriendo de medio lado con una evidente satisfacción en mis ojos.
Mientras eso ocurría, Eberus se había corrido, y ahora estaba quitándole la prenda que le faltaba a Mera. Al escuchar el comentario que iba dirigido a mi, le sonreí, asintiendo con la cabeza. - Ni lo menciones... Esa es la parte que más me gusta. - Dije riendo con sutileza mientras continuaba moviendo mi cadera un poco más rápido. Las atenciones de Eberus sobre la rubia provocaban que me apretara con mayor intensidad, haciendo que llegara al orgasmo mucho más rápido de lo que creí.
Pero en esta ocasión decidí correrme fuera de ella. La intensidad de esa corrida hizo que me sentara en la alfombra. En ese momento noté como la mujer gato me miraba con animosidad. Miré mi mano empapada, lo cual solo pudo significar una cosa. Le sonreí mientras que llevaba mis dedos índice y medio a mi boca y comenzaba a lamerlos. Eso hizo que la bailarina moviera sus orejas de gato. Parecía estar a la expectativa. Podía estar seguro de que ahora buscaba algo más que solo mis dedos.
Y tenía razón. De un momento a otro se agachó y comenzó a lamer mi miembro, el cual no tardó mucho en volver a endurecerse debido a las atenciones que ella me brindaba. Miré por un momento la felación que ella me brindaba y luego volví mi vista hacia lo que acontecía frente a mi. Sonriendo de manera traviesa, y con curiosidad de saber lo que pasaría a continuación.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: La Feria del Orgullo Bestial: La casa del placer [Evento Social +18]
Un merecido descanso
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Aunque siempre hay quien prefiere buscarse un rinconcito más íntimo, los sonidos y olores que surgen de la sala principal no tardan en extenderse más allá de cortinas y tapices. El placer de los unos estimula el deseo de las otras hasta que todas las gargantas se armonizan en un coro que delata el deleite compartido. Si alguien tuvo alguna vez dudas de lo que ocultaba la vistosa tienda de Madame Sizay, nadie que pase cerca quedará sin respuesta.
Acomodada en un rinconcito discreto, desde donde puede atender cualquier posible problema o adelantarse a recibir visitantes tardíos, la dueña de la Casa del Placer disfruta satisfecha de la disonante melodía. Una noche más de placer compartido, ¿acaso hay mejor vocación que la de sacarle a alguien una relajada sonrisa en un mundo lleno de tribulaciones?
Otro gemido culminante. Madame Sizay asiente para sí. Durante un instante, se permite cerrar los ojos y recordar aquel aroma, aquella calidez…
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__________________
Parece que el segundo asalto se queda en el aire, aunque yo aún ando dibujando diagramas para hacerme una idea de la postura a cinco.
Siguiendo la tradición iniciada por Ansur, no recibirán recompensa, sino que tendrán que comprarla. Cada uno recibirá varias [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]. Éstas son intransferibles y han sido asignadas en función de la cantidad de respuestas (1 por post), la puntuación del dado más alto durante el desnudo masivo (1 por punto), la participación en tramas con otros usuarios (1 por trama, para cada participante), la participación en las actividades (1 por actividad) y un pequeño extra por las descripciones de piezas de arte o PNJs. A continuación, podrán ver el número de plumas asignadas a cada personaje.
- Distribución de las plumas extra suaves:
- Gaegel: 27 plumas
Meraxes: 18 plumas (Bono por tener el puesto central)
Eberus: 28 plumas
Zagreus: 7 plumas (Bono porque triunfó el amor sobre los tentáculos)
Sango: 2 plumas (Te regalo una como consuelo por el plantón final, al menos lo intentaste)
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], podrán cambiar sus plumas extra suaves, hasta el próximo viernes 28 de octubre, por alguna de las siguientes recompensas:
- 25 plumas:
- Aceite multiplicador: [Consumible] Este líquido espeso está dotado de una memoria común. Extiéndelo o salpícalo sobre la piel y cualquier contacto que apliques sobre parte de la superficie untada se replicará allá donde haya caído una gota del mismo frasco. Está pensado para un uso recreativo, pero tu imaginación es el límite. La memoria del líquido dura dos rondas.
- 15 plumas:
- La Mirada del Alma: [1 carga] Reproducción en miniatura de la escultura de Madame Sizay. Si la tomas en tu mano y te concentras en una persona cercana, te revelará sus verdaderas intenciones. Las ramas crecerán si se trata de una persona amistosa, llegando a florecer si sus intenciones son más íntimas (tú me entiendes). Pero si la persona guarda oscuras intenciones hacia ti, los amantes se abrazarán con más fuerza. Una vez utilizado su efecto, será un mero objeto decorativo.
- 7 plumas:
- Gel frío/calor: [Consumible] En contacto con la piel, se enfriará y calentará alternativamente durante dos rondas. Está pensado para uso recreativo, pero tu imaginación es el límite.
- 1 pluma:
- Pluma dorada: Intercambiable por recompensas [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo].
Fehu
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