Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Avogato observo como su plan era ejecutado por aquellos que podían llevarlo a cabo, Giganton retenía la atención de la cosa mientras que Gigantona golpeaba con suma precisión el engranaje, todo esto mientras el felino hacia gestos de golpes con sus patitas para luego señalar a la estrella, Alitas llegaba a dar un potente golpe que acababa con gran parte del enorme engranaje y salía despedida hacia atrás. -Oh no- señalo al ver la violencia con la que Alitas salía despedida, sin embargo, al ver como esta recuperaba el control gritaría -Oh si!- para entonces ver como el engranaje seguía girando, pero al momento de entrar de nuevo al cuerpo de la cosa de metal, extraños sonidos de metal chochando y quebrándose hicieron que el felino esbozara una sonrisa.
El consecuente sonido del metal destruyéndose en el interior de la cosa y la posterior caída de la cosa metálica termino por finiquitar el asunto -Lo hicimos!, lo hicimos?, lo hicimos muy bien!- prontamente el felino recuperaría la compostura y les haría una seña con su pulgar en alto a sus compañeros, habían cumplido su misión y no habían tantos daños que lamentar, salvo por el hecho que ahora los aldeanos tendrían que ver como lidiar con una cosa de metal gigante muerta en medio del lugar, pero eso ya seria problema de otro día, el merecido descanso finalmente había llegado, o al menos eso quería pensar.
-Buen trabajo grupo!, ahora déjenme descansar, no estoy en condiciones de lidiar con lo que sea que quiera aparecer ahora, ayudemos a traer a los aldeanos de vuelta- señalaría mientras marchaba hacia donde estaba Orejas, para devolverle sus dagas y ayudar a los que pudiera.
El consecuente sonido del metal destruyéndose en el interior de la cosa y la posterior caída de la cosa metálica termino por finiquitar el asunto -Lo hicimos!, lo hicimos?, lo hicimos muy bien!- prontamente el felino recuperaría la compostura y les haría una seña con su pulgar en alto a sus compañeros, habían cumplido su misión y no habían tantos daños que lamentar, salvo por el hecho que ahora los aldeanos tendrían que ver como lidiar con una cosa de metal gigante muerta en medio del lugar, pero eso ya seria problema de otro día, el merecido descanso finalmente había llegado, o al menos eso quería pensar.
-Buen trabajo grupo!, ahora déjenme descansar, no estoy en condiciones de lidiar con lo que sea que quiera aparecer ahora, ayudemos a traer a los aldeanos de vuelta- señalaría mientras marchaba hacia donde estaba Orejas, para devolverle sus dagas y ayudar a los que pudiera.
Nero Crimson
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
El Bosque de Oro - Aldea de paso.
Temporada de Lluvias
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La sincronización fue precisa y eficaz. En un parpadeo, claro que estoy exagerando, aquella cosa había caído inerte. Me mantuve alrededor de un minuto alerta antes de dejarme caer de rodillas en el suelo enlodado. - Gracias a los dioses ya pasó. - Dije con aire luego de semejante suspiro de alivio.
- ¿Están todos bien? - Miré al gato que saltaba como chango cantando lo que parecía un tonada infantil, de ahí pasé mi vista a la chica y le sonreí de medio lado antes de mirar hacia Meleis, quien por su parte seguía transformado, quizás como precaución.
Dejé que el agua de aquella lluvia limpiara mi cara y sonreí levemente ante las palabras del gato que al parecer volvería a dormir después de esta jornada.- Creo que con esto ya el anciano no tendrá duda de que podremos escoltarlo. Esperemos nos de una buena paga o al menos nos permita vender esta chatarra. - Señalé al engendro muerto.
Volví a mirar a la chica, esta vez un poco más seria. - Me disculpo por no decirles sobre nuestra naturaleza, pero bueno, ya sabes... con lo que pasó en la recolección. No quería que desconfiaran de mí. No somos malos, pero el instinto a veces domina sobre la razón. - Agregué en un intento por disculparme en nombre de Nero, que por suerte desconocían su identidad.
- Meleis y yo haremos la primera guardia. ¿Te parece? Aprovecharé la lluvia a mi favor. - Si bien estaba cansada, el terreno me favorecía en caso de otro ataque. Además Avogato había ido a descansar y tanto ella como el elfo no habían parado.
- ¿Están todos bien? - Miré al gato que saltaba como chango cantando lo que parecía un tonada infantil, de ahí pasé mi vista a la chica y le sonreí de medio lado antes de mirar hacia Meleis, quien por su parte seguía transformado, quizás como precaución.
Dejé que el agua de aquella lluvia limpiara mi cara y sonreí levemente ante las palabras del gato que al parecer volvería a dormir después de esta jornada.- Creo que con esto ya el anciano no tendrá duda de que podremos escoltarlo. Esperemos nos de una buena paga o al menos nos permita vender esta chatarra. - Señalé al engendro muerto.
Volví a mirar a la chica, esta vez un poco más seria. - Me disculpo por no decirles sobre nuestra naturaleza, pero bueno, ya sabes... con lo que pasó en la recolección. No quería que desconfiaran de mí. No somos malos, pero el instinto a veces domina sobre la razón. - Agregué en un intento por disculparme en nombre de Nero, que por suerte desconocían su identidad.
- Meleis y yo haremos la primera guardia. ¿Te parece? Aprovecharé la lluvia a mi favor. - Si bien estaba cansada, el terreno me favorecía en caso de otro ataque. Además Avogato había ido a descansar y tanto ella como el elfo no habían parado.
- Off:
- Meleis] Don Ancestral: [Mágica, 2 usos] Puedo convertirme en un dragón de hasta 4 metros (nariz a punta de la cola), lo que aumenta considerablemente mi resistencia. Puedo volver a forma humana a voluntad
- [Meleis] Durito y fuertecito [Nivel 2] [Pasiva] Mi armadura natural de escamas se encuentra mejor potenciada para resistir ataques físicos y proporcionar con más potencia embestidas o coletazos en mi forma bestial.Outfit
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull (Cría de Gomejo) [Con Meleis]
- Hongos de Lithe. [Dentro de bolsa de viajero]
-Trampa de Red [Dentro de bolsa de viajero]
- Inventario Meleis:
- Poción de Salud Diluida
- Medicina multipropósito
- Armaduras de Fieras Ligera [Encantamiento Pudor]
Meraxes
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Una expresión de alivio se instaló en el rostro de la cuerva en cuanto el Proxie cayó gracias al plan de su felino aliado y al esfuerzo de todos, poniendo fin al peligro que amenazaba la aldea, al menos de momento. - Menos mal. - murmuró para sí, devolviendo a Segadora a su espalda mientras Avogato celebraba la victoria. - Sí, gra… gracias. - contestó a la rubia, que preguntaba si estaban todos bien.
Por fin podían relajarse, así que sin perder tiempo, el peludo sugirió que volviesen junto a los lugareños para trasladarlos de regreso a la posada, donde con algo de suerte les dejarían descansar hasta el día siguiente.
Después de la caótica noche de recolección, el trayecto a través del bosque y la pelea contra la metálica criatura, la sola idea de poder dormir unas horas resultaba de lo más tentadora para la cuerva. Ni siquiera necesitaba una cama, con que la dejasen tranquila en un rincón del granero sería suficiente, a fin de cuentas estaba acostumbrada a pernoctar al raso durante sus viajes, en lo alto de los árboles, y tener cuatro paredes y un techo sobre su cabeza ya era más que eso.
Con esa idea en mente, Ava se dispuso a seguir al gato hacia el lugar en que aguardaban Ivaran y los aldeanos, pero la voz de Meraxes la detuvo. - No… no tienes que disculparte… - saltó de inmediato, quitándole importancia al asunto para que la joven no se sintiese mal o incómoda por no haber revelado antes su naturaleza. - Apenas nos conocemos, no tenías motivos para decírnoslo… - añadió, aguantándose la curiosidad que de nuevo, empezaba a embargarla.
¿Hasta qué punto eran los dragones víctimas de sus instintos bestiales? Quería averiguarlo para poder entenderlos mejor, no solo a los hermanos sino también al ejemplar del círculo de Guld, aunque lo que Avogato les había contado sobre él resultaba bastante perturbador.
- Cla… claro, avisadme para os releve. - respondió a la oferta de la rubia, emprendiendo el camino hacia el granero, en cuya entrada el elfo daba indicaciones a los refugiados para que saliesen organizadamente. - No se detengan, el peligro ya pasó. - comentaba a un par de asustados individuos, que finalmente le hicieron caso y siguieron al resto. - Parece que tendremos un pequeño respiro, acompañemos a esta gente hasta la taberna. - indicó, al ver acercase a la Midgardiana.
Una vez escoltados hasta la seguridad de la posada, que era el edificio más fortificado de la aldea, la morena se dejó caer en una de las sillas que había en torno a la mesa más apartada, y cediendo al cansancio, apoyó los brazos sobre la superficie de madera y reposó su mejilla sobre ellos. - Debería dormir un rato… - susurró, sintiendo como le costaba cada vez más mantener los ojos abiertos.
Ivaran la observaba de reojo desde el otro lado de la estancia, y solo se acercó a ella en cuanto estuvo seguro de que había sucumbido al sueño. - Aún no se ha recuperado de lo de anoche, le vendrá bien descansar unas horas, ya hablaré con ella luego… - pensó, tomando asiento en el lado contrario de la mesa y reclinándose hacia atrás en la silla para recuperar algo de sueño perdido también.
La mujer bestia no supo cuánto había dormido, pero al despertar, una parte de la pesadez que recorría su cuerpo había desaparecido. Lentamente, parpadeó un par de veces para que su visión se enfocase, y entonces se topó con la imagen del arquero, con los brazos cruzados a la altura del pecho y sumido en un profundo sueño. Como no esperaba encontrar a nadie tan cerca su reacción fue algo brusca, se irguió rápidamente y golpeó sin querer la mesa con uno de los brazos, causando algo de ruido, lo suficiente como para alterar el descanso del peliblanco.
- ¿Qué pasa ahora? - preguntó Ivaran, empezando a moverse y frotándose los ojos. - Eh… na...nada, lo siento… - se disculpó Ava enseguida, algo avergonzada por su comportamiento. - Me… me sobresalté un poco al ver que había otra persona tan cerca… - confesó, ligeramente ruborizada. - Con los lugareños y los heridos aquí dentro no quedaba mucho sitio libre… - dejó caer el hijo del bosque, con total tranquilidad. - Ya, tienes razón. - concedió la alada, algo más calmada.
- Deberíamos ir a relevar a Meraxes y Meleis. - propuso al poco, terminando de desperezarse y poniéndose en pie. - Sí. - fue lo único que dijo la joven, haciendo lo mismo. - ¿A dónde irás después de dejar este pueblo? - quiso saber el cazador, tomando completamente por sorpresa a la morena con sus palabras. - ¿Yo? Pues pen… pensaba volver a Lunargenta… - respondió la Midgardiana. - ¿Lunargenta, eh? Voy en la misma dirección, y visto lo visto creo que lo más sensato sería que fuésemos juntos, ahí fuera hay muchos peligros… siendo dos podríamos turnarnos para descansar y hacer las guardias. - mintió, ya que no tenía ningún destino en mente, solo quería seguir observando a la hija de Celene un poco más para entender por qué su madre la prefería a ella.
- ¿Qué me dices? - formuló, para ver si la convencía o no, girando la cabeza en su dirección lo justo para mirarla de reojo. - Me… me parece bien. - accedió la cuerva a pesar de su problema para tratar con el sexo opuesto, ya que la frialdad y desinterés con que la trataba la hacía sentir tranquila.
Sin añadir nada más, el peliblanco volvió la vista al frente y terminó de cruzar la sala hacia la puerta, saliendo al exterior, donde se encontraban los hermanos dragón.
- No sé cuánto tardaremos en llegar a Verisar, pero debo aprovechar el viaje para ganarme su confianza y sonsacarle información sobre nuestra madre. - caviló mientras andaba hacia sus aliados en silencio.
Por fin podían relajarse, así que sin perder tiempo, el peludo sugirió que volviesen junto a los lugareños para trasladarlos de regreso a la posada, donde con algo de suerte les dejarían descansar hasta el día siguiente.
Después de la caótica noche de recolección, el trayecto a través del bosque y la pelea contra la metálica criatura, la sola idea de poder dormir unas horas resultaba de lo más tentadora para la cuerva. Ni siquiera necesitaba una cama, con que la dejasen tranquila en un rincón del granero sería suficiente, a fin de cuentas estaba acostumbrada a pernoctar al raso durante sus viajes, en lo alto de los árboles, y tener cuatro paredes y un techo sobre su cabeza ya era más que eso.
Con esa idea en mente, Ava se dispuso a seguir al gato hacia el lugar en que aguardaban Ivaran y los aldeanos, pero la voz de Meraxes la detuvo. - No… no tienes que disculparte… - saltó de inmediato, quitándole importancia al asunto para que la joven no se sintiese mal o incómoda por no haber revelado antes su naturaleza. - Apenas nos conocemos, no tenías motivos para decírnoslo… - añadió, aguantándose la curiosidad que de nuevo, empezaba a embargarla.
¿Hasta qué punto eran los dragones víctimas de sus instintos bestiales? Quería averiguarlo para poder entenderlos mejor, no solo a los hermanos sino también al ejemplar del círculo de Guld, aunque lo que Avogato les había contado sobre él resultaba bastante perturbador.
- Cla… claro, avisadme para os releve. - respondió a la oferta de la rubia, emprendiendo el camino hacia el granero, en cuya entrada el elfo daba indicaciones a los refugiados para que saliesen organizadamente. - No se detengan, el peligro ya pasó. - comentaba a un par de asustados individuos, que finalmente le hicieron caso y siguieron al resto. - Parece que tendremos un pequeño respiro, acompañemos a esta gente hasta la taberna. - indicó, al ver acercase a la Midgardiana.
Una vez escoltados hasta la seguridad de la posada, que era el edificio más fortificado de la aldea, la morena se dejó caer en una de las sillas que había en torno a la mesa más apartada, y cediendo al cansancio, apoyó los brazos sobre la superficie de madera y reposó su mejilla sobre ellos. - Debería dormir un rato… - susurró, sintiendo como le costaba cada vez más mantener los ojos abiertos.
Ivaran la observaba de reojo desde el otro lado de la estancia, y solo se acercó a ella en cuanto estuvo seguro de que había sucumbido al sueño. - Aún no se ha recuperado de lo de anoche, le vendrá bien descansar unas horas, ya hablaré con ella luego… - pensó, tomando asiento en el lado contrario de la mesa y reclinándose hacia atrás en la silla para recuperar algo de sueño perdido también.
La mujer bestia no supo cuánto había dormido, pero al despertar, una parte de la pesadez que recorría su cuerpo había desaparecido. Lentamente, parpadeó un par de veces para que su visión se enfocase, y entonces se topó con la imagen del arquero, con los brazos cruzados a la altura del pecho y sumido en un profundo sueño. Como no esperaba encontrar a nadie tan cerca su reacción fue algo brusca, se irguió rápidamente y golpeó sin querer la mesa con uno de los brazos, causando algo de ruido, lo suficiente como para alterar el descanso del peliblanco.
- ¿Qué pasa ahora? - preguntó Ivaran, empezando a moverse y frotándose los ojos. - Eh… na...nada, lo siento… - se disculpó Ava enseguida, algo avergonzada por su comportamiento. - Me… me sobresalté un poco al ver que había otra persona tan cerca… - confesó, ligeramente ruborizada. - Con los lugareños y los heridos aquí dentro no quedaba mucho sitio libre… - dejó caer el hijo del bosque, con total tranquilidad. - Ya, tienes razón. - concedió la alada, algo más calmada.
- Deberíamos ir a relevar a Meraxes y Meleis. - propuso al poco, terminando de desperezarse y poniéndose en pie. - Sí. - fue lo único que dijo la joven, haciendo lo mismo. - ¿A dónde irás después de dejar este pueblo? - quiso saber el cazador, tomando completamente por sorpresa a la morena con sus palabras. - ¿Yo? Pues pen… pensaba volver a Lunargenta… - respondió la Midgardiana. - ¿Lunargenta, eh? Voy en la misma dirección, y visto lo visto creo que lo más sensato sería que fuésemos juntos, ahí fuera hay muchos peligros… siendo dos podríamos turnarnos para descansar y hacer las guardias. - mintió, ya que no tenía ningún destino en mente, solo quería seguir observando a la hija de Celene un poco más para entender por qué su madre la prefería a ella.
- ¿Qué me dices? - formuló, para ver si la convencía o no, girando la cabeza en su dirección lo justo para mirarla de reojo. - Me… me parece bien. - accedió la cuerva a pesar de su problema para tratar con el sexo opuesto, ya que la frialdad y desinterés con que la trataba la hacía sentir tranquila.
Sin añadir nada más, el peliblanco volvió la vista al frente y terminó de cruzar la sala hacia la puerta, saliendo al exterior, donde se encontraban los hermanos dragón.
- No sé cuánto tardaremos en llegar a Verisar, pero debo aprovechar el viaje para ganarme su confianza y sonsacarle información sobre nuestra madre. - caviló mientras andaba hacia sus aliados en silencio.
Ava Kenrith
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Finalmente llegaba el momento de descansar, con las amenazas neutralizadas y los encargados de hacer guardia asignados, el felino después de devolverle las dagas a Orejas, procedió a alejarse del grupo para adentrarse en la taberna -Finalmente, ya me voy a dormir!, cualquier cosa que llegue a ocurrir no me despierten, prefiero morir- señalo Avogato al momento que buscaba un lugar alto donde recostarse, sumiéndose en un mas que merecido sueño.
-¿Te encuentras bien?- pregunto un niño que estaba sacudiendo gentilmente al felino.
-Eh?, ¿Qué hora es?- pregunto un aun adormilado Avogato
-Ya es de día, parecía que estabas teniendo una pesadilla- dijo el niño preocupado.
-No lo fue....- Avogato hizo una mueca de tristeza que duro momentáneamente antes de levantarse
El felino se limpio una lagrima que se había asomado y se lamio la pata para luego pasársela por el rostro mientras salía hacia afuera viendo a las personas ya mas tranquilas trabajando en la reconstrucción del lugar, el felino-hombre paso cerca de sus compañeros en aquella aventura y se despidió -Bueno, ha sido divertido, ahora necesito visitar a algún herrero para conseguir armas, si necesitan ayuda les hare un descuento, si saben algo del dragón que irrumpió en la recolección de guld avísenme, tengo que matarlo a como de lugar.... Bueno adiós- dijo mientras hacia un gesto con su mano a modo de despedida y se marchaba sin mas, había mucho que hacer.
-¿Te encuentras bien?- pregunto un niño que estaba sacudiendo gentilmente al felino.
-Eh?, ¿Qué hora es?- pregunto un aun adormilado Avogato
-Ya es de día, parecía que estabas teniendo una pesadilla- dijo el niño preocupado.
-No lo fue....- Avogato hizo una mueca de tristeza que duro momentáneamente antes de levantarse
El felino se limpio una lagrima que se había asomado y se lamio la pata para luego pasársela por el rostro mientras salía hacia afuera viendo a las personas ya mas tranquilas trabajando en la reconstrucción del lugar, el felino-hombre paso cerca de sus compañeros en aquella aventura y se despidió -Bueno, ha sido divertido, ahora necesito visitar a algún herrero para conseguir armas, si necesitan ayuda les hare un descuento, si saben algo del dragón que irrumpió en la recolección de guld avísenme, tengo que matarlo a como de lugar.... Bueno adiós- dijo mientras hacia un gesto con su mano a modo de despedida y se marchaba sin mas, había mucho que hacer.
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
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Ahora que toda la conmoción cesó, podría decirse que podíamos estar relativamente tranquilos.
Me sentí bastante aliviada luego de hablar con Ava, por suerte había aceptado de buen grado el hecho de que Meleis y yo éramos dragones, aunque claro que me reservaría el hecho de que yo a estas alturas era incapaz de volver a mi forma bestial. Podría decirse que ahora había encontrado más aliados, o al menos excelentes acompañantes con los que viajar al siguiente pueblo.
Cada quién fue hacer sus cosas. Me quedé con melis un rato más hasta que finalmente la hora del relevó se acercó. Cuando la luz del día iluminó era momento de marchar. Ahora estaba bastante claro para el encargado que podríamos hacernos cargos de situaciones imprevistas.
La despedida de aquel peculiar grupo fue inevitable, pero yo debía hallar a Gaegel, y con algo de suerte, tener noticias sobre el paradero de Nero.
- Ha sido un placer viajar con ustedes. Si el destino desea que nos crucemos nuevamente pueden no duden en pedirme ayuda, se han ganado mi respeto. - Dije, con una cálida sonrisa, al trío. - Si llegan a viajar a Roilkat no duden en buscarme. - Agregué para finalmente decir adiós. Tenía a un perro que econtrar y esperaba que ahora la medalla hiciera su magia.
Me sentí bastante aliviada luego de hablar con Ava, por suerte había aceptado de buen grado el hecho de que Meleis y yo éramos dragones, aunque claro que me reservaría el hecho de que yo a estas alturas era incapaz de volver a mi forma bestial. Podría decirse que ahora había encontrado más aliados, o al menos excelentes acompañantes con los que viajar al siguiente pueblo.
Cada quién fue hacer sus cosas. Me quedé con melis un rato más hasta que finalmente la hora del relevó se acercó. Cuando la luz del día iluminó era momento de marchar. Ahora estaba bastante claro para el encargado que podríamos hacernos cargos de situaciones imprevistas.
La despedida de aquel peculiar grupo fue inevitable, pero yo debía hallar a Gaegel, y con algo de suerte, tener noticias sobre el paradero de Nero.
- Ha sido un placer viajar con ustedes. Si el destino desea que nos crucemos nuevamente pueden no duden en pedirme ayuda, se han ganado mi respeto. - Dije, con una cálida sonrisa, al trío. - Si llegan a viajar a Roilkat no duden en buscarme. - Agregué para finalmente decir adiós. Tenía a un perro que econtrar y esperaba que ahora la medalla hiciera su magia.
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Re: Bajo las doradas hojas, teñidas de sangre [Libre][3/3][Cerrado]
Una vez hecho el relevo a los hermanos, la cuerva y el elfo se dividieron para vigilar los alrededores desde diferentes puntos y abarcar más terreno, pero afortunadamente, no hubo más problemas. Al parecer ya habían completado el cupo de gárgolas y criaturas con las que lidiar por el momento, y con la llegada del alba, también llegó al hora de despedirse de sus compañeros de viaje, ya que cada uno tenía su propio camino a seguir.
Avogato necesitaba visitar a un herrero para reponer las armas que había perdido durante la noche y seguía con su misión de dar caza al dragón del círculo de Guld, mientras que Meraxes y Meleis todavía tenían que encontrar a Gaegel.
- Sin duda nos cruzamos por algún motivo, que Imbar ilumine vuestro camino, hasta la vista. - se despidió cordialmente Ivaran, dando unos instantes a la cuerva para que hiciese lo propio antes de que emprendiesen su viaje hacia Verisar. - Gra… gracias por todo, espero que volvamos a vernos algún día. - intervino Ava, con una leve sonrisa en los labios.
Sorprendentemente se sentía bastante cómoda con su felino congénere y con la dragona, así que la idea de volver a verlos en el futuro de verdad le agradaba, quizá entonces tuviese ocasión de hablar con la rubia acerca del proceso de transformación de su raza.
Levantando ligeramente la mano, se despidió con un gesto, dándose la vuelta al poco para ir junto al peliblanco, que ya la esperaba. La ruta que tenían por delante los llevaría a bordear lo que quedaba del territorio de vampiros y luego cruzar el Tymer a la altura del pantano misterioso, zona que tendrían que atravesar para alcanzar su destino.
Avogato necesitaba visitar a un herrero para reponer las armas que había perdido durante la noche y seguía con su misión de dar caza al dragón del círculo de Guld, mientras que Meraxes y Meleis todavía tenían que encontrar a Gaegel.
- Sin duda nos cruzamos por algún motivo, que Imbar ilumine vuestro camino, hasta la vista. - se despidió cordialmente Ivaran, dando unos instantes a la cuerva para que hiciese lo propio antes de que emprendiesen su viaje hacia Verisar. - Gra… gracias por todo, espero que volvamos a vernos algún día. - intervino Ava, con una leve sonrisa en los labios.
Sorprendentemente se sentía bastante cómoda con su felino congénere y con la dragona, así que la idea de volver a verlos en el futuro de verdad le agradaba, quizá entonces tuviese ocasión de hablar con la rubia acerca del proceso de transformación de su raza.
Levantando ligeramente la mano, se despidió con un gesto, dándose la vuelta al poco para ir junto al peliblanco, que ya la esperaba. La ruta que tenían por delante los llevaría a bordear lo que quedaba del territorio de vampiros y luego cruzar el Tymer a la altura del pantano misterioso, zona que tendrían que atravesar para alcanzar su destino.
Ava Kenrith
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