El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
A través del espejo...
Gaegel compartía las mismas ideas que yo, aunque ambos, mejor dicho, todos éramos ignorantes del lugar donde ahora nos hallábamos.
La madre de Terric parecía dispuesta a recibir ayuda, y Meleis que llevaba la delantera al ir tras Bomull era quien mejor se percataba que el niño se alejaba más y más.
Sosteniendo a la señora, una presencia nueva entró a aquel extraño mundo. Agaché ligeramente la mirada para percatarme de una joven que nos advertía que no debíamos estar ahí.
Su cara me era familiar, pero tal y cómo me sentía con respecto al chico, era algo similar con ella. ¿Por qué no podía ubicarla? ¿Qué clase de perdida de memoria era esta? Como fuera sus palabras me hicieron arquear ligeramente una de mis cejas con cierto disgusto. Al principio quise responder por impulso, después de todo era una fuerza ajena, un sentimiento de culpa y de responsabilidad lo que me llevaba a estar en ese lugar, ella no podría saber eso, por tanto tras un respiro, y la intervención de Ryra, miré a la chica. - Lo que ella dice, hay que ayudar a ese pequeño y a mi bebé peludo. No me iré sin ninguno de ellos. - Agregué con voz firme.
- Puedes decirme Meraxes y el joven que correo tras Bomull, mi bola de pelos, es Meleis. - Sin más que agregar e ignorante de si se quedaría con nosotros o no comencé a caminar sirviendo de apoyo a la madre de Terric.
- Ryra, adelantate con Meleis, les cubriremos las espaldas. Estén alerta. - Le ordené con suavidad. No dejaba de mirar ahora que era un poco más consciente no dejaba de preguntaba por qué Terric se alejaba tanto como pasos avanzáramos.
La madre de Terric parecía dispuesta a recibir ayuda, y Meleis que llevaba la delantera al ir tras Bomull era quien mejor se percataba que el niño se alejaba más y más.
Sosteniendo a la señora, una presencia nueva entró a aquel extraño mundo. Agaché ligeramente la mirada para percatarme de una joven que nos advertía que no debíamos estar ahí.
Su cara me era familiar, pero tal y cómo me sentía con respecto al chico, era algo similar con ella. ¿Por qué no podía ubicarla? ¿Qué clase de perdida de memoria era esta? Como fuera sus palabras me hicieron arquear ligeramente una de mis cejas con cierto disgusto. Al principio quise responder por impulso, después de todo era una fuerza ajena, un sentimiento de culpa y de responsabilidad lo que me llevaba a estar en ese lugar, ella no podría saber eso, por tanto tras un respiro, y la intervención de Ryra, miré a la chica. - Lo que ella dice, hay que ayudar a ese pequeño y a mi bebé peludo. No me iré sin ninguno de ellos. - Agregué con voz firme.
- Puedes decirme Meraxes y el joven que correo tras Bomull, mi bola de pelos, es Meleis. - Sin más que agregar e ignorante de si se quedaría con nosotros o no comencé a caminar sirviendo de apoyo a la madre de Terric.
- Ryra, adelantate con Meleis, les cubriremos las espaldas. Estén alerta. - Le ordené con suavidad. No dejaba de mirar ahora que era un poco más consciente no dejaba de preguntaba por qué Terric se alejaba tanto como pasos avanzáramos.
- Off:
- Outfit Meraxes
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Outfit Meleis
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Outfit Bomull
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- Inventario:
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull [Gomejo]
- Moneda Maliciosa de Elian
- Galleta de Humo.
- Inventario Meleis:
- Armadura de Fieras Normal: [Armadura Ligera - Encantamiento Pudor]
- Poción de Salud Diluida
Meraxes
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Efectivamente, me había pasado dando respuestas sin contexto, pero al parecer me querían igualmente, aunque todavía no estaba seguro de si eso era algo bueno o malo. De lo que si estaba seguro era de que entrar sin mirar a un sueño no era una buena idea, por lo que al menos podía confiar en que la trampa mortal que elegirían al menos sería una en la que sabrían que esperar. Aunque lo de buscar a gente medio normal no se les dio demasiado bien, pues tras descartar a una hombre ganso, un contorsionista raro y una niña perturbadora, todas ellas sabias decisiones por otro lado, optaron por seguir al oso disfrazado de oso rosa, lo que ya parecía una decisión menos sabia. Al menos tenían un plan de escape en caso de que todo se torciera, y de que no pudiéramos reventar a golpes a lo que se nos cruzara, pero esperaba no tener que recurrir a la primera opción, no me gustaba matar gratis, que luego la gente se pensaba cosas raras.
- Me gusta. Suena como un plan. Sobre todo siendo que tienes una llave de huir.- Entonces recordé cuando la llave de huir le devolvió a la taberna sin haber terminado los asuntos por los que se había metido en el baño y me entraron dudas sobre la efectividad de esa llave de huir.
Sin demasiado convencimiento, pero resignándome ante la ausencia de algo mejor que hacer, les acompañé siguiendo al oso hasta que este se metió en el espejo. En el último momento la Zelas que no conocía fue a discrepar con la idea, pero los otros dos se lanzaron gritando. Así que con menos motivación avancé hacia el espejo tras soltar un suspiro.
- Sin miedo al éxito, supongo.
No se como sucedió o si me tropecé con mis propias piernas al entrar, pero aterricé dándome un planchazo contra el cesped. Aunque tras levantar la cara de suelo me di cuenta que esa hierba era marrón, y parándome a fijarme pude percibir que tampoco tenía el tacto de la hierba y además estaba caliente, lo que me recordaba a una sensación que conocía, era como tocar a un Iorek más cuidado. Me fui levantando mientras miraba a mis compañeros para asegurarme de que estuvieran viendo lo mismo que yo, aunque resultó un poco más difícil de lo que esperaba pues todo se estaba moviendo.
- ¿A alguien más ha dejado de sorprenderle que dentro del oso blanco metido en un oso rosa haya otro oso de otro color y hayamos aterrizado sobre él?
- Me gusta. Suena como un plan. Sobre todo siendo que tienes una llave de huir.- Entonces recordé cuando la llave de huir le devolvió a la taberna sin haber terminado los asuntos por los que se había metido en el baño y me entraron dudas sobre la efectividad de esa llave de huir.
Sin demasiado convencimiento, pero resignándome ante la ausencia de algo mejor que hacer, les acompañé siguiendo al oso hasta que este se metió en el espejo. En el último momento la Zelas que no conocía fue a discrepar con la idea, pero los otros dos se lanzaron gritando. Así que con menos motivación avancé hacia el espejo tras soltar un suspiro.
- Sin miedo al éxito, supongo.
No se como sucedió o si me tropecé con mis propias piernas al entrar, pero aterricé dándome un planchazo contra el cesped. Aunque tras levantar la cara de suelo me di cuenta que esa hierba era marrón, y parándome a fijarme pude percibir que tampoco tenía el tacto de la hierba y además estaba caliente, lo que me recordaba a una sensación que conocía, era como tocar a un Iorek más cuidado. Me fui levantando mientras miraba a mis compañeros para asegurarme de que estuvieran viendo lo mismo que yo, aunque resultó un poco más difícil de lo que esperaba pues todo se estaba moviendo.
- ¿A alguien más ha dejado de sorprenderle que dentro del oso blanco metido en un oso rosa haya otro oso de otro color y hayamos aterrizado sobre él?
Corlys Glokta
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
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Escenario uno: El festival
Todo marchaba muy bien en el festival. Las personas se veían felices, riendo y bromeando con los espejos de disfraces, o explorando los sueños más fantásticos que pudieran imaginar. O, al menos, casi todos, pues una joven humana se dirigía al espejo cual si fuera movida por los hilos de un turbulento destino. Encaró al espejo con una pregunta que seguramente acabaría en una masacre, y el Oráculo, como de costumbre, iniciaría su respuesta en cuanto ella terminara de hablar.
Lo que nadie imaginaba era que, cegada por el cúmulo de emociones nacidas de una experiencia atroz, esta humana rota daría un golpe en el borde del espejo, un golpe que hizo que el Oráculo se detuviera en su intento de respuesta. Una leve fisura se extendió desde el borde hasta el centro del espejo.
Y ahí todo cambió.
Poco a poco los presentes elevaron sus miradas, a donde los espejos que componían el domo sufrían una distorsión en sus reflejos, que luego comenzaron a arremolinarse hasta formar en ellos el rostro de un hombre que, tras este día, no sería olvidado en mucho tiempo, pues sería la cara de terribles momentos de angustia dentro del Caleidoscopio de Sueños.
Saludos, aerandianos- dijo el rostro en los espejos, uno que curiosamente les resultaría conocido a más de uno; era de una persona que había estado en ese lugar desde temprano. Era nada menos que el rostro de Zagreus el que había sido hurtado por aquel intruso -Como podrán notar, actualmente no es posible salir del domo; están todos atrapados- explicó con calma, pero firme. Algunos de los presentes, incrédulos ante sus palabras, intentaron salir del lugar, pero terminaron entrando de nuevo por el lado opuesto del domo.
Poco a poco tendrán más dificultades para respirar, el aire perderá aquello que les permite vivir, y continuará hasta que todos acaben asfixiados. Sin embargo, hay algo que pueden hacer para salvarse- Los presentes se miraban unos a otros sin terminar de entender lo que estaba sucediendo -Lo único que deben hacer para salvarse es… asesinar a Belov. Sacrificar una única vida a cambio de salvar a todas las demás.
Aquella última declaración, inevitablemente, desencadenaría la división de los presentes. Algunos se mostraron angustiados, susurrándose entre ellos para encontrar al niño y protegerlo -Hay que matar al pequeño. No haríamos algo que puedan reprocharnos. Salvaremos a todos- balbuceó un hombre claramente nervioso y asustado al que, sin embargo, luego se le unieron otros más.
Si alguien mata a Belov, todos los demás serán libres -prosiguió el rostro en los espejos -Además, quien tome su vida… tendrá la oportunidad de pedir un deseo. Riqueza, belleza, poder… ¿Qué oscuros y egoístas deseos esconden sus corazones?- Tras esas palabras, algunos comenzaron a verse rodeados de joyas y ropas elegantes; otros, con rostros hermosos y jóvenes. Sin embargo, solo duró unos instantes antes que volvieran a sus apariencias anteriores.
Aquellos que habían tenido y perdido fueron los primeros en proponer la búsqueda y asesinato del pequeño Belov, mientras que los más moralistas y tontos se juntaron para proteger al chico -No lo escuchen. Nada asegura que esa… cara cumplirá con su palabra. No deben creerle- replicó tajantemente uno de los guardias -Pero el señorito Belov sí nos dará una salida, sin que nadie muera- Con aquellas dos posturas, el festival había cambiado de tono irremediablemente.
Meraxes y su escuadrón de rescatistas avanzaban sin ir a ningún lado, persiguiendo fantasmas mientras se alejaban de la salida. Las advertencias de Helena no eran algo para tomar a la ligera. Efectivamente había algo mal con ese lugar; el éter concentrado en el aire lo volvía un lugar pesado y agotador.
El rastro del pequeño Terric los llevó hasta donde se encontraban los otros niños tirados en el piso, paralizados de miedo y con sus ojos cerrados. Eran apenas 9, pocos ahora, pero esa misma cantidad sería un problema después, o quizás no. Si cada uno se hacía cargo de varios de ellos, podrían rescatarlos de ese lugar, pero, desde luego, no podría ser tan fácil.
La madre de Terric se acercó a su pequeño, al fin lográndolo realmente, y lo abrazó y lo besó con vehemencia. Pero el pequeño se negaba a abrir los ojos. Estaba realmente aterrado mientras murmuraba algo para sí mismo -No lo escuches, no es real. Mamá no está aquí- Aquellas palabras sembrarían la duda en la mente de los presentes. Aquellas palabras alertaban de lo que estaba por venir.
Una suave y dulce melodía se dejó escuchar, una que no sería difícil de recordar para quienes estuvieron en la Noche de los 9 Deseos. Vino acompañada de una densa niebla al ras del suelo de donde, al cabo de unos segundos, emergió un amasijo de flores que se levantaron hasta formar una figura femenina con un rostro conocido -Tal parece que ustedes no aprenden- les dijo, con una sonrisa taimada, a los rescatistas que nuevamente eran víctimas de una trampa -Bienvenidos a un nuevo juego del miedo- canturreó la que quizá recordarían como la Bruja de Oniria.
¿Acaso pueden sentirlo? Delicioso, exquisito- Ella giró sobre sí misma como si danzara -¡Cómo me encanta el olor del miedo!- Con un salto suave se acercó a un niño y deslizó los dedos en las mejillas de este en una inquietante caricia. Él se estremeció, pero solo cerró los ojos con mayor fuerza -Lo que no disfruto es repetir a mis víctimas. Me aburren los olores conocidos, así que planeo dejarlos ir… a cambio de un poco de entretenimiento, claro- Declarado eso, enterró sus garras en el cuello del niño, haciéndolo gritar antes de separarse de él -Ssshhh. ¿Oyen eso?- preguntó ella mientras señalaba hacia la nada en el horizonte.
No se veía nada, pero pronto comenzarían a escuchar un tétrico sonido, una mezcla de alas y voces acercándose -Les presento a los acechadores, unas adorables criaturas de este lado que son atraídos por el miedo- presentó la mujer con una torva sonrisa -Podrán irse, pero solo si consiguen llegar a la salida sin mirar atrás; ellos estarán tras ustedes. Y créanme, les conviene evitar mirar a esas criaturas; es lo único que los separará de un mal final- Los niños darían fe de lo intimidantes que resultaban los acechadores, pues al escuchar el aleteo comenzaron a temblar y abrazarse entre ellos, siempre con los ojos cerrados.
Ajenos a lo que ocurría en el festival, los que habían decidido entrar a vivir sus sueños se encontraban rebosantes de felicidad. Disfrutaban de una paz imposible en la realidad. Disfrutaban de todo lo que jamás podrían conseguir, quizás ni en varias vidas. Algunos, incluso, habían vivido en el sueño más de una vida. Todo lo que siempre habían deseado, y más, les pertenecía en aquel mundo soñado. Habían formado familias con seres amados, o eran personas influyentes y poderosas, o vivían grandes aventuras dignas de ser cantadas por milenios, o incluso compartían una vez más con personas que en el mundo real ya habían muerto. ¿Cómo podrían querer dejar eso atrás?
Tanta felicidad era justamente el problema al que tenían que enfrentar. Los soñadores no querían abandonar los espejos de sueños, ni siquiera saber lo que ocurría en el horrible mundo real. No, no querían saber. La ignorancia es felicidad, eso nunca había sido tan cierto. Además, si supieran la verdad… No, aun así, tal vez podrían elegir continuar durmiendo.
¿Cuál era la verdad? El límite de los nueve minutos no se estableció por simple capricho, sino por seguridad. Superar ese tiempo significaba sufrir efectos secundarios que, segundo tras segundo, acercaban a una consecuencia irreparable. Las mentes, nadando en el placer, poco a poco se diluirían, primero perdiendo paulatinamente sus recuerdos del mundo real, luego la capacidad de reconocer que estaban en un sueño y, por último, perderían su propia naturaleza material y se transformarían en solo una parte más del mundo onírico, en un ser irreal y cuya identidad se ajustaría cuando un nuevo soñador llegara.
Esto era sencillo de evitar, pues en el mundo real había alguien encargado de desactivar la magia de los espejos a los nueve minutos. No obstante, con el inesperado caos por la supervivencia en el festival, los bellos durmientes necesitarían de alguien más que los salvara o, si los príncipes azules eran solo fantasía, únicamente podrían aferrarse a una gran fuerza de voluntad para salvarse a sí mismos.
∞ Como prometimos, intervenimos para traer caos y destrucción, a la vez que revivimos traumas y creamos nuevos. Un buen servicio que deberían agradecernos con más asiduidad.
ᚩ En esta placentera ocasión han surgido tres grandes problemas, uno por cada escenario para la desgracia. El primer escenario y el más importante es, por supuesto, aquel donde la vida del viejo niño Belov está en juego. Sin importar si deciden asesinarlo o protegerlo, no será fácil encontrarlo antes de morir asfixiados, pues este viejo niño no ha dudado en usar un espejo de disfraces para pasar desapercibido. Quizás la mejor opción es recurrir al Oráculo, sin embargo, por culpa de Iori, que se ha contagiado de la capacidad de Nousis de ser culpable de todo, este espejo no funciona correctamente: ahora sus respuestas serán incompletas.
ᚩ El segundo escenario y el más importante es, por supuesto, aquel donde la vida de los niños raptados tiempo atrás están en juego. Deberán regresar cuanto antes, pero será mejor no tener los ojos abiertos: ver a los acechadores será fatal. Además, ellos tienen la capacidad de imitar, y con gran maestría, las voces de cualquiera, y dirán con gran astucia lo que sea para que su presa se voltee a mirarlos. Quizás ustedes, valerosos aventureros, sean capaces de resistir la tentación, pero ¿y los niños, la madre o el gomejo?
∞ Meraxes, Gaegel y Helena, cada uno deberá lanzar una runa, no solo para saber si ustedes saldrán, sino también sus acompañantes y npcs, de la siguiente manera:
ᚩ Una vez que salgan, si es que lo logran, volverán al primer escenario.
∞ El último escenario y el más importante es, por supuesto, aquel donde la vida de los soñadores están en juego. Aquí deberán recurrir a cualquier método que consideren necesario para salvar vidas, aunque sea de personas que no quieran ser salvadas. No obstante, usar la fuerza bruta no será muy efectivo; todos los soñadores serán tan poderosos como deseen serlo y la realidad soñada les obedecerá. Además, aunque puedan usar la imaginación como arma, cualquier creación funcionará solo dentro del sueño.
ᚩ Si no quieren salvar a nadie, entonces pueden dejarlos desaparecer. Claro, mientras ustedes estén fuera del sueño; una vez dentro, solo el creador del sueño tiene el poder para que todos despierten y vuelvan a la realidad.
∞ Pero no todo es malo. Tenemos una buena noticia: aquellos que aún no han entrado al evento, aún pueden hacerlo y atravesar el domo de cristal hacia el interior, y el único inconveniente será que no podrán salir.
Lo que nadie imaginaba era que, cegada por el cúmulo de emociones nacidas de una experiencia atroz, esta humana rota daría un golpe en el borde del espejo, un golpe que hizo que el Oráculo se detuviera en su intento de respuesta. Una leve fisura se extendió desde el borde hasta el centro del espejo.
Y ahí todo cambió.
Poco a poco los presentes elevaron sus miradas, a donde los espejos que componían el domo sufrían una distorsión en sus reflejos, que luego comenzaron a arremolinarse hasta formar en ellos el rostro de un hombre que, tras este día, no sería olvidado en mucho tiempo, pues sería la cara de terribles momentos de angustia dentro del Caleidoscopio de Sueños.
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Saludos, aerandianos- dijo el rostro en los espejos, uno que curiosamente les resultaría conocido a más de uno; era de una persona que había estado en ese lugar desde temprano. Era nada menos que el rostro de Zagreus el que había sido hurtado por aquel intruso -Como podrán notar, actualmente no es posible salir del domo; están todos atrapados- explicó con calma, pero firme. Algunos de los presentes, incrédulos ante sus palabras, intentaron salir del lugar, pero terminaron entrando de nuevo por el lado opuesto del domo.
Poco a poco tendrán más dificultades para respirar, el aire perderá aquello que les permite vivir, y continuará hasta que todos acaben asfixiados. Sin embargo, hay algo que pueden hacer para salvarse- Los presentes se miraban unos a otros sin terminar de entender lo que estaba sucediendo -Lo único que deben hacer para salvarse es… asesinar a Belov. Sacrificar una única vida a cambio de salvar a todas las demás.
Aquella última declaración, inevitablemente, desencadenaría la división de los presentes. Algunos se mostraron angustiados, susurrándose entre ellos para encontrar al niño y protegerlo -Hay que matar al pequeño. No haríamos algo que puedan reprocharnos. Salvaremos a todos- balbuceó un hombre claramente nervioso y asustado al que, sin embargo, luego se le unieron otros más.
Si alguien mata a Belov, todos los demás serán libres -prosiguió el rostro en los espejos -Además, quien tome su vida… tendrá la oportunidad de pedir un deseo. Riqueza, belleza, poder… ¿Qué oscuros y egoístas deseos esconden sus corazones?- Tras esas palabras, algunos comenzaron a verse rodeados de joyas y ropas elegantes; otros, con rostros hermosos y jóvenes. Sin embargo, solo duró unos instantes antes que volvieran a sus apariencias anteriores.
Aquellos que habían tenido y perdido fueron los primeros en proponer la búsqueda y asesinato del pequeño Belov, mientras que los más moralistas y tontos se juntaron para proteger al chico -No lo escuchen. Nada asegura que esa… cara cumplirá con su palabra. No deben creerle- replicó tajantemente uno de los guardias -Pero el señorito Belov sí nos dará una salida, sin que nadie muera- Con aquellas dos posturas, el festival había cambiado de tono irremediablemente.
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Escenario 2: El reino olvidado
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Meraxes y su escuadrón de rescatistas avanzaban sin ir a ningún lado, persiguiendo fantasmas mientras se alejaban de la salida. Las advertencias de Helena no eran algo para tomar a la ligera. Efectivamente había algo mal con ese lugar; el éter concentrado en el aire lo volvía un lugar pesado y agotador.
El rastro del pequeño Terric los llevó hasta donde se encontraban los otros niños tirados en el piso, paralizados de miedo y con sus ojos cerrados. Eran apenas 9, pocos ahora, pero esa misma cantidad sería un problema después, o quizás no. Si cada uno se hacía cargo de varios de ellos, podrían rescatarlos de ese lugar, pero, desde luego, no podría ser tan fácil.
La madre de Terric se acercó a su pequeño, al fin lográndolo realmente, y lo abrazó y lo besó con vehemencia. Pero el pequeño se negaba a abrir los ojos. Estaba realmente aterrado mientras murmuraba algo para sí mismo -No lo escuches, no es real. Mamá no está aquí- Aquellas palabras sembrarían la duda en la mente de los presentes. Aquellas palabras alertaban de lo que estaba por venir.
Una suave y dulce melodía se dejó escuchar, una que no sería difícil de recordar para quienes estuvieron en la Noche de los 9 Deseos. Vino acompañada de una densa niebla al ras del suelo de donde, al cabo de unos segundos, emergió un amasijo de flores que se levantaron hasta formar una figura femenina con un rostro conocido -Tal parece que ustedes no aprenden- les dijo, con una sonrisa taimada, a los rescatistas que nuevamente eran víctimas de una trampa -Bienvenidos a un nuevo juego del miedo- canturreó la que quizá recordarían como la Bruja de Oniria.
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¿Acaso pueden sentirlo? Delicioso, exquisito- Ella giró sobre sí misma como si danzara -¡Cómo me encanta el olor del miedo!- Con un salto suave se acercó a un niño y deslizó los dedos en las mejillas de este en una inquietante caricia. Él se estremeció, pero solo cerró los ojos con mayor fuerza -Lo que no disfruto es repetir a mis víctimas. Me aburren los olores conocidos, así que planeo dejarlos ir… a cambio de un poco de entretenimiento, claro- Declarado eso, enterró sus garras en el cuello del niño, haciéndolo gritar antes de separarse de él -Ssshhh. ¿Oyen eso?- preguntó ella mientras señalaba hacia la nada en el horizonte.
No se veía nada, pero pronto comenzarían a escuchar un tétrico sonido, una mezcla de alas y voces acercándose -Les presento a los acechadores, unas adorables criaturas de este lado que son atraídos por el miedo- presentó la mujer con una torva sonrisa -Podrán irse, pero solo si consiguen llegar a la salida sin mirar atrás; ellos estarán tras ustedes. Y créanme, les conviene evitar mirar a esas criaturas; es lo único que los separará de un mal final- Los niños darían fe de lo intimidantes que resultaban los acechadores, pues al escuchar el aleteo comenzaron a temblar y abrazarse entre ellos, siempre con los ojos cerrados.
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Escenario 3: Tierra de sueños
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Ajenos a lo que ocurría en el festival, los que habían decidido entrar a vivir sus sueños se encontraban rebosantes de felicidad. Disfrutaban de una paz imposible en la realidad. Disfrutaban de todo lo que jamás podrían conseguir, quizás ni en varias vidas. Algunos, incluso, habían vivido en el sueño más de una vida. Todo lo que siempre habían deseado, y más, les pertenecía en aquel mundo soñado. Habían formado familias con seres amados, o eran personas influyentes y poderosas, o vivían grandes aventuras dignas de ser cantadas por milenios, o incluso compartían una vez más con personas que en el mundo real ya habían muerto. ¿Cómo podrían querer dejar eso atrás?
Tanta felicidad era justamente el problema al que tenían que enfrentar. Los soñadores no querían abandonar los espejos de sueños, ni siquiera saber lo que ocurría en el horrible mundo real. No, no querían saber. La ignorancia es felicidad, eso nunca había sido tan cierto. Además, si supieran la verdad… No, aun así, tal vez podrían elegir continuar durmiendo.
¿Cuál era la verdad? El límite de los nueve minutos no se estableció por simple capricho, sino por seguridad. Superar ese tiempo significaba sufrir efectos secundarios que, segundo tras segundo, acercaban a una consecuencia irreparable. Las mentes, nadando en el placer, poco a poco se diluirían, primero perdiendo paulatinamente sus recuerdos del mundo real, luego la capacidad de reconocer que estaban en un sueño y, por último, perderían su propia naturaleza material y se transformarían en solo una parte más del mundo onírico, en un ser irreal y cuya identidad se ajustaría cuando un nuevo soñador llegara.
Esto era sencillo de evitar, pues en el mundo real había alguien encargado de desactivar la magia de los espejos a los nueve minutos. No obstante, con el inesperado caos por la supervivencia en el festival, los bellos durmientes necesitarían de alguien más que los salvara o, si los príncipes azules eran solo fantasía, únicamente podrían aferrarse a una gran fuerza de voluntad para salvarse a sí mismos.
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∞ Como prometimos, intervenimos para traer caos y destrucción, a la vez que revivimos traumas y creamos nuevos. Un buen servicio que deberían agradecernos con más asiduidad.
ᚩ En esta placentera ocasión han surgido tres grandes problemas, uno por cada escenario para la desgracia. El primer escenario y el más importante es, por supuesto, aquel donde la vida del viejo niño Belov está en juego. Sin importar si deciden asesinarlo o protegerlo, no será fácil encontrarlo antes de morir asfixiados, pues este viejo niño no ha dudado en usar un espejo de disfraces para pasar desapercibido. Quizás la mejor opción es recurrir al Oráculo, sin embargo, por culpa de Iori, que se ha contagiado de la capacidad de Nousis de ser culpable de todo, este espejo no funciona correctamente: ahora sus respuestas serán incompletas.
ᚩ El segundo escenario y el más importante es, por supuesto, aquel donde la vida de los niños raptados tiempo atrás están en juego. Deberán regresar cuanto antes, pero será mejor no tener los ojos abiertos: ver a los acechadores será fatal. Además, ellos tienen la capacidad de imitar, y con gran maestría, las voces de cualquiera, y dirán con gran astucia lo que sea para que su presa se voltee a mirarlos. Quizás ustedes, valerosos aventureros, sean capaces de resistir la tentación, pero ¿y los niños, la madre o el gomejo?
∞ Meraxes, Gaegel y Helena, cada uno deberá lanzar una runa, no solo para saber si ustedes saldrán, sino también sus acompañantes y npcs, de la siguiente manera:
- Runas:
- Peor suerte: Aseguras la salida de cinco personaje que elijas.
mala suerte: Aseguras la salida de cuatro personajes que elijas.
Media suerte: Aseguras la salida de tres personajes que elijas.
Buena suerte: Aseguras la salida de dos personajes que elijas.
Mejor suerte: Aseguras tu salida o la de alguien más que elijas.
ᚩ Una vez que salgan, si es que lo logran, volverán al primer escenario.
∞ El último escenario y el más importante es, por supuesto, aquel donde la vida de los soñadores están en juego. Aquí deberán recurrir a cualquier método que consideren necesario para salvar vidas, aunque sea de personas que no quieran ser salvadas. No obstante, usar la fuerza bruta no será muy efectivo; todos los soñadores serán tan poderosos como deseen serlo y la realidad soñada les obedecerá. Además, aunque puedan usar la imaginación como arma, cualquier creación funcionará solo dentro del sueño.
ᚩ Si no quieren salvar a nadie, entonces pueden dejarlos desaparecer. Claro, mientras ustedes estén fuera del sueño; una vez dentro, solo el creador del sueño tiene el poder para que todos despierten y vuelvan a la realidad.
∞ Pero no todo es malo. Tenemos una buena noticia: aquellos que aún no han entrado al evento, aún pueden hacerlo y atravesar el domo de cristal hacia el interior, y el único inconveniente será que no podrán salir.
Última edición por Ansur el Lun Feb 27, 2023 6:16 pm, editado 1 vez
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Cuando Alward y Katrina llegaron al espejo del Oráculo, estaba empezando a ocurrir todo. Había algo de revuelo por el lugar y el espejo en cuestión estaba roto, a su vez, todos los espejos del lugar se resquebrajaban también mostrando, como si saliese a través del espejo, el rostro de un hombre al que conocía. No había hablado mucho con él, pero la única vez que se encontraron bastó para quedarse con su cara. Zagreus era su nombre, y demostró ser un hombre competente como guardia de seguridad en el carromato del señor Hitch. La pregunta era; ¿Qué hacía allí? Y, ¿Por qué estaba en el espejo?
El espejo confesó su retorcido plan: estarían allí atrapados, destinados a morir asfixiados si no mataban a un chico de nombre Belov. Ni Alward ni Katrina habían oído antes ese nombre.
Diferentes opiniones empezaban a postularse. Estaban aquellos cuya moralidad les impedía cometer tal atrocidad, y otros que sucumbieron al instante a los deseos de aquel infame hombre reflejado. Un tercer grupo no sabía muy bien qué hacer, pero Alward esperaba que aquellos indecisos, al menos en su mayoría, se decantaran por la "salida fácil", por lo que los que darían caza a Belov crecerían en número.
Para más inri, el espejo prometió cumplir cualquier deseo que le formulase aquel que acabara con la vida de Belov. "Riqueza": Alward se vio por un momento envuelto en su armadura dorada. Aeros le rodeaban, pues le estaban empezando a caer del cielo. Una mujer le tocó el hombro, ataviada con un vestido blanco lujoso y toda clase de joyas. Desvió su atención para mirarla mejor, pero su rostro se veía borroso, su pelo alternaba de color entre el castaño, el rubio y el moreno, su tez también tornaba diferentes tonalidades, de más oscura a más clara, y su cuerpo estaba compuesto por unas anchas caderas y unos senos grandes.
-Cariño, vámonos a casa. Encuentra a ese niño y podremos irnos.-Le agarró del brazo con suavidad y se pegó a él.
Katrina, por su parte, pudo ver que a su lado estaba el mismo hombre que vio en el espejo de sus sueños; su padre.
-Hyza, será mejor que le hagamos caso. Cuando todo esto acabe, podremos regresar a casa con mamá.
"Belleza": de pronto, Alward notó su rostro más liviano, más puro. Su llevó por instinto una mano para ajustarse la máscara, pero cuando se suponía que tenía que tocar la fría superficie del metal, notó su barba y, hurgando más, el resto de su rostro, y no sentía preocupación, ansiedad o miedo, sino alivio. El alivio que le suponía ser libre de todas las cargas que tenía que soportar ocultando su identidad.
Katrina notó algo en su garganta. Un frescor que no había notado nunca, la capacidad de poder vocalizar palabras con sus cuerdas vocales, tiempo ha congeladas como témpanos de hielo. Miró a su padre, extrañada, pero ilusionada.
-Padre... Quiero estar contigo, padre. Y con madre.-Su voz era preciosa; melodiosa y dulce, como un susurro halagüeño al despertar en la mañana, como si con solo escucharla acariciara la piel, erizándola.
"Poder":
-Comandante, estamos con usted.-La voz de uno de sus otros subordinados hizo acto de presencia, con aparición física también del mismo.
-Esta es la batalla por la que estamos esperando, comandante. La Oscuridad se ha reunido en ese niño, ha hecho que todos los presentes estemos atrapados con el peor destino de muerte posible.-Otro de sus subordinados apareció.-Está en nuestras manos salvarlos a todos, comandante. Si no detenemos esto, ¿Quién lo hará? Somos Stellazios.
-Si las estrellas caen del cielo, nosotros iluminaremos. Si los mares se secan, nosotros los llenaremos.
Katrina se sentía poderosa, como si de un solo pensamiento pudiera atravesar la mente de cualquier mortal y doblegarlo a su voluntad. Podría, si quisiera, hacer que todos cumplieran sus deseos. Su éter crecía en ella, lo sentía en su interior. Así no se sentiría más sola, nadie la abandonaría ni le haría daño. Podría vivir así una vida tranquila, alejada de todo mal y de cualquiera que osara contradecirla. Podría empezar por que Alward abandonara aquella estúpida misión de salvar al mundo y se fuese a vivir con ella y su familia, retirados de todo, ajenos a los males del mundo; en paz.
Alward se quedó inmóvil, con cientos de pensamientos intrusivos dando vueltas por su mente. No reaccionó a nada más, lo tenía todo. Podría tenerlo todo. Ese era el motivo por el que vacilaba. Estaba cansado de todo; de su vida, del por qué las cosas se han dado así, de por qué el mundo era tan cruel... ¿Quizás debía dejarse ir? Era tan fácil...
-¡NO!-Reaccionó Katrina. Su voz física había desaparecido, y aquel grito supuso un terremoto en sus pensamientos que ayudó a estabilizarlos.
Alward negó con la cabeza y se apartó de todo lo que poseía.
-¡No somos así!-Exclamó Katrina, apartándose de su padre y acercándose a Alward.
Poco a poco, lo que tenían se fue disipando como si de una ilusión se tratara y volvieron a ser ellos de nuevo por completo. También desaparecieron las personas que la ilusión trajo consigo, y Alward miró a uno de los espejos visiblemente molesto e indignado. Katrina observó la situación en general de los presentes, tenía que influir en sus pensamientos y emociones, no podía dejar que se descontrolaran [1].
-Tú encárgate de ellos-Se refirió al gentío.-Yo intentaré encontrar a Belov.
__________________________________________________________________
Off:
- Rasgos básicos de Katrina [1]: -Al ser muda, Katrina ha desarrollado la habilidad de proyectar una voz mágica para influir en las mentes ajenas y comunicarse, aunque esto le produce un coste en su energía.
Nivel 4: Tras tanto tiempo sin poder vocalizar una sola palabra, el control sobre su voz mágica es tal que no le cuesta esfuerzo alguno proyectarla las veces y el tiempo que necesite al comunicarse.
-A la vampiresa de blancos cabellos se le da extraordinariamente bien manipular a los demás, llegando a jugar con las mentes ajenas a placer.
Alward se queda en el escenario 1: "el festival". Se postula a favor de proteger a Belov, y lo buscará para protegerlo. Katrina, con sus habilidades tratará de calmar los ánimos de la gente y tratará de manipularlos e influir en sus decisiones para que no asesinen a Belov.
Alward Sevna
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Saboreaba con detenimiento la respuesta del oráculo, si bien sus palabras podrían ser interpretables, me quedaba con la simple idea de reafirmar mi importancia en los días venideros de Aerandir. Absorto en mis pensamientos, me fui paseando por los caminos laberínticos de espejos, incluso me había parecido ver a Zelas, pero al ver que eran varios caí en cuenta que no se trataba del auténtico Cosme Fulanito y preferiblemente lo mejor era evitar la interacción.
Siguiendo la marea de personas que disfrutaba entre risas los eventos de aquel festival, vi como los espejos dejaban de mostrar un reflejo constante, y, en cambio, mostraban una imagen diferente en cada superficie.
Oh señor, si desea puede ingresar al sueño de algún huésped, son 9 minutos donde podrá acompañar las fantasías oníricas de alguien, incluso si prefiere un poco más de intimidad y vivenciar su propio sueño puede buscar algún espejo en blanco que no haya sido ocupado todavía y vivir su propio mundo.
No respondí a los lineamientos de aquel sujeto que cuidaba que los participantes no duraran más de 9 minutos dentro de los espejos. Aunque si estaba interesado en la propuesta, seguí caminando y al llegar casi al final del pasillo, un espejo permanecía como un lienzo en blanco, afuera un hombre con una sonrisa me invitaba a entrar. Al verlo más de cerca, una visión roja me impulsó a dar un paso dentro de la imagen. La luz me obligó a cerrar los ojos mientras avanzaba a ciegas en lo que parecía ser un suelo de tierra húmeda.
Tras algunos segundos, un viento aciago con vehemencia empezó a batir mi capa al aire, haciendo que mi cabellera blanca danzara mientras motas de ceniza manchaban mi rostro. Ante la sensación abrí los ojos, recuperando nuevamente mi visión tras aquella luz incandescente. La imagen siguiente me dejó estupefacto, maravillado por lo que podría entender de mi “mundo de ensueño”.
Un mundo devastado por lo que parecía ser obra de mi poder, ríos de sangre descendían de grandes pilares, formando cascadas del líquido carmesí. Parvadas de cuervos custodiaban pilas de huesos y cadáveres, armaduras vacías y rastros de batallas me hacían sentir una sensación de poder indescriptible. Columnas de sangre se solidificaban en un camino que llevaba a una especie de trono de espinas, un trono de un rey, de un dios.
El cielo de nubes rojas se arremolinaba cuidando el paso de una luna incompleta, tan brillante como un rubí. Del firmamento se escuchaba una sinfonía en mi honor que daba a entender las causas de aquella visión apocalíptica. Levitando acompañado de aquella orquesta, fui en dirección al trono en lo alto de aquel altar de sangre sólida. Llamas seseantes y bestias rindiendo pleitesía escoltaban mi presencia, acercándome a mi lugar por derecho. Poder infinito, ningún obstáculo, todo el conocimiento en mis manos, Aerandir ya no existía, y lo que quedaba de aquel próspero continente era el yugo de un tirano vampiro.
Exaltado por el sueño, me senté conforme en mi trono por derecho, pero sin poder terminar de ponerme cómodo en el asiento, una voz hizo eco en aquel paisaje, interrumpiendo los cantos en mi honor, recalcando que mi tiempo en aquel sitio se acababa.
Conforme con la vivencia, sin dejarme engañar por la fantasía, me centré en el rectángulo que desentonaba en el horizonte, el espejo mostraba el pasillo de la cúpula de crista, la salida. Caminé sin voltear atrás, dejando aquella visión como un adelanto de mi destino ya sentenciado.
Atravesé la superficie lisa del cristal, aún desorientado por el viaje, me aseguraba de no estar manchado de sangre o de la ceniza de mi visión. No obstante, al levantar mi cara nuevamente vi que los reflejos de todos los espejos empezaban a proyectar mi rostro, agradecía aquella vista, pero cuando la idea narcisista se difuminó la intriga se hizo presente, ¿Qué significaba aquello que ahora captaba la atención de todos los presentes?
El resto de personas no se habían percatado de mi presencia aún, todos escuchaban atentos el rostro del espejo que amenazaba con matar a todos si sus exigencias no eran cumplidas. El pánico se hizo presente, parecía una tarea sencilla, matar a un tal Belov, y si bien me indignaba el hecho de robar mi cara, la promesa de cumplir un sueño me resultaba suficiente motivador como para orientar mis siguientes pasos en idear un plan para sacar provecho de aquella situación.
Todos empezaban a debatir, la moral se convertía en el principal tema de discusión y la ansiedad aceleraba la respiración de los presentes. Para la gente seguramente seria un desconocido, y podría aprovecharme de esa situación. Alguien capaz de hacer una trampa tan grande implicaba ser un ser poderoso, por lo que decidí aceptar el protagonismo y pretender que yo era el auténtico rostro del espejo. Si aquel ente era capaz de hacerse pasar por mí, yo podría hacerme pasar por él.
¡Escuchad! – dije llamando la atención de los presentes, procurando proyectar una imagen intimidante (1), - Soy quien da la orden y necesito que me traigan al joven Belov cuanto antes, mi palabra es ley, por lo que quien traiga al merecedor del castigo a mis pies será recompensado. Pero yo seré quien lo asesine. Así no tendrán tal pesar de conciencia. – Mi plan radicaba en yo hacerme cargo del asesinato, poder así cobrar la recompensa del espejo y garantizar mi ascenso.
Sabía que seguramente alguno querría jugar al héroe, así que oculté una de mis manos dentro de mi capa, tocando mi bolsa de objetos preparados para reaccionar en caso de que alguien enfocara su impotencia en mí y no en los espejos.
No intenten estupideces, consíganme a Belov… Los seguiré observando. – Sabía que mi plan dependía de que el ente en el espejo aceptara mi intromisión, me parecía una idea brillante y si el espejo era capaz de guardar silencio podríamos beneficiados ambos. Sentía confianza plena, la respuesta del oráculo y la imagen onírica de mi mundo distópico justificaban la certeza de mis acciones en búsqueda de poder, no tenía duda de usar la fuerza si fuese necesario para acelerar la búsqueda de aquel crio o intimidar a la plebe. El fin justificaba los medios.
__________________________________Siguiendo la marea de personas que disfrutaba entre risas los eventos de aquel festival, vi como los espejos dejaban de mostrar un reflejo constante, y, en cambio, mostraban una imagen diferente en cada superficie.
Oh señor, si desea puede ingresar al sueño de algún huésped, son 9 minutos donde podrá acompañar las fantasías oníricas de alguien, incluso si prefiere un poco más de intimidad y vivenciar su propio sueño puede buscar algún espejo en blanco que no haya sido ocupado todavía y vivir su propio mundo.
No respondí a los lineamientos de aquel sujeto que cuidaba que los participantes no duraran más de 9 minutos dentro de los espejos. Aunque si estaba interesado en la propuesta, seguí caminando y al llegar casi al final del pasillo, un espejo permanecía como un lienzo en blanco, afuera un hombre con una sonrisa me invitaba a entrar. Al verlo más de cerca, una visión roja me impulsó a dar un paso dentro de la imagen. La luz me obligó a cerrar los ojos mientras avanzaba a ciegas en lo que parecía ser un suelo de tierra húmeda.
Tras algunos segundos, un viento aciago con vehemencia empezó a batir mi capa al aire, haciendo que mi cabellera blanca danzara mientras motas de ceniza manchaban mi rostro. Ante la sensación abrí los ojos, recuperando nuevamente mi visión tras aquella luz incandescente. La imagen siguiente me dejó estupefacto, maravillado por lo que podría entender de mi “mundo de ensueño”.
- Fantasía Onírica:
Un mundo devastado por lo que parecía ser obra de mi poder, ríos de sangre descendían de grandes pilares, formando cascadas del líquido carmesí. Parvadas de cuervos custodiaban pilas de huesos y cadáveres, armaduras vacías y rastros de batallas me hacían sentir una sensación de poder indescriptible. Columnas de sangre se solidificaban en un camino que llevaba a una especie de trono de espinas, un trono de un rey, de un dios.
El cielo de nubes rojas se arremolinaba cuidando el paso de una luna incompleta, tan brillante como un rubí. Del firmamento se escuchaba una sinfonía en mi honor que daba a entender las causas de aquella visión apocalíptica. Levitando acompañado de aquella orquesta, fui en dirección al trono en lo alto de aquel altar de sangre sólida. Llamas seseantes y bestias rindiendo pleitesía escoltaban mi presencia, acercándome a mi lugar por derecho. Poder infinito, ningún obstáculo, todo el conocimiento en mis manos, Aerandir ya no existía, y lo que quedaba de aquel próspero continente era el yugo de un tirano vampiro.
Exaltado por el sueño, me senté conforme en mi trono por derecho, pero sin poder terminar de ponerme cómodo en el asiento, una voz hizo eco en aquel paisaje, interrumpiendo los cantos en mi honor, recalcando que mi tiempo en aquel sitio se acababa.
Conforme con la vivencia, sin dejarme engañar por la fantasía, me centré en el rectángulo que desentonaba en el horizonte, el espejo mostraba el pasillo de la cúpula de crista, la salida. Caminé sin voltear atrás, dejando aquella visión como un adelanto de mi destino ya sentenciado.
Atravesé la superficie lisa del cristal, aún desorientado por el viaje, me aseguraba de no estar manchado de sangre o de la ceniza de mi visión. No obstante, al levantar mi cara nuevamente vi que los reflejos de todos los espejos empezaban a proyectar mi rostro, agradecía aquella vista, pero cuando la idea narcisista se difuminó la intriga se hizo presente, ¿Qué significaba aquello que ahora captaba la atención de todos los presentes?
El resto de personas no se habían percatado de mi presencia aún, todos escuchaban atentos el rostro del espejo que amenazaba con matar a todos si sus exigencias no eran cumplidas. El pánico se hizo presente, parecía una tarea sencilla, matar a un tal Belov, y si bien me indignaba el hecho de robar mi cara, la promesa de cumplir un sueño me resultaba suficiente motivador como para orientar mis siguientes pasos en idear un plan para sacar provecho de aquella situación.
Todos empezaban a debatir, la moral se convertía en el principal tema de discusión y la ansiedad aceleraba la respiración de los presentes. Para la gente seguramente seria un desconocido, y podría aprovecharme de esa situación. Alguien capaz de hacer una trampa tan grande implicaba ser un ser poderoso, por lo que decidí aceptar el protagonismo y pretender que yo era el auténtico rostro del espejo. Si aquel ente era capaz de hacerse pasar por mí, yo podría hacerme pasar por él.
¡Escuchad! – dije llamando la atención de los presentes, procurando proyectar una imagen intimidante (1), - Soy quien da la orden y necesito que me traigan al joven Belov cuanto antes, mi palabra es ley, por lo que quien traiga al merecedor del castigo a mis pies será recompensado. Pero yo seré quien lo asesine. Así no tendrán tal pesar de conciencia. – Mi plan radicaba en yo hacerme cargo del asesinato, poder así cobrar la recompensa del espejo y garantizar mi ascenso.
Sabía que seguramente alguno querría jugar al héroe, así que oculté una de mis manos dentro de mi capa, tocando mi bolsa de objetos preparados para reaccionar en caso de que alguien enfocara su impotencia en mí y no en los espejos.
No intenten estupideces, consíganme a Belov… Los seguiré observando. – Sabía que mi plan dependía de que el ente en el espejo aceptara mi intromisión, me parecía una idea brillante y si el espejo era capaz de guardar silencio podríamos beneficiados ambos. Sentía confianza plena, la respuesta del oráculo y la imagen onírica de mi mundo distópico justificaban la certeza de mis acciones en búsqueda de poder, no tenía duda de usar la fuerza si fuese necesario para acelerar la búsqueda de aquel crio o intimidar a la plebe. El fin justificaba los medios.
Off
(1)= Presencia Vampírica: [Mágica] Puedo alterar la percepción de los demás sobre mí, haciéndoles verme más aterrador o atractivo, sin que sepan por qué.
Pongo en marcha un plan para ser yo quien termine asesinando a Belov y cobrando la recompensa, haciéndome pasar por la figura detrás del rostro en los espejos (es mi rostro, tengo derecho). Si alguien quiere ser parte del lado bueno de la historia y ayudarme a buscar al viejo mocoso no se arrepentirá.
Zagreus
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Maravillada por el caleidoscopio de colores que se reflejaban en la cúpula, la dragona apenas escucho la voz de su acompañante. Aferrada a su brazo, como siempre, apuró el paso, con la mirada fija en el domo que la llamaba. El brillo se reflejaba en sus ojos. Cualquiera que la viera en aquel momento, habría podido pensar, quien sabe si con algo de razón, que las leyendas sobre codiciosos dragones con enormes y relucientes tesoros eran algo más que cuentos.
Se detuvieron a la vera del cristal. Con una especie de fascinación reverenciar, la muchacha observaba los reflejos conteniendo el aliento. Solo cuando Víctor empezó a jugar con su reflejo se dio cuenta ella de que no respiraba, y exhalo largamente. Las tontunas del vampiro la hicieron soltar una alegre risotada y rompieron el encanto que la había tomado hasta entonces.
—Tienes que dejar de tocar las cosas raras que vemos como primera reacción, algún día te quedarás sin mano.— Le regañó sin perder el humor, intentando, sin mucho éxito, contener las risas al ver al vampiro siamés.
Cuando se cansaron de meter y sacar extremidades por el borde de la entrada para aparecer como engendros deformes dignos de ser abandonados a la puerta de un convento, se adentraron en el festival.
La larga cola de gente llamo la atención también a la muchacha, y, ante el ofrecimiento de su compañero, no pudo sino agarrar su mano y seguirle, para variar. Como más se acercaban al inicio de la cola, más claramente les llegaban las preguntas de aquellos que les precedían. Algunos preguntaban por salud, por amor, por la clave de las riquezas, por el nombre del amante de la esposa, y para sorpresa de la dragona, no paraba de escuchar el número cuarenta y dos, y comenzaba a preguntarse si tanta cola valía la pena. Pero no se veía con fuerzas en el corazón de pincharle la burbuja al vampiro. Tremenda fue su sorpresa, y su decepción, cuando este pregunto por el baño.
—Eso podríamos habérselo preguntado a alguien.— Le reprochó en un susurro.
La persona que había detrás de la dragona le pego un pequeño empujón con impaciencia y el exigió que hiciera sus preguntas para que llegase antes su turno. Sin nada que perder, y aglomerando aquellas que había oído a los demás que le habían parecido más curioso, tomó una buena bocanada de aire y soltó, sin detenerse, una larga ristra de preguntas en una cantidad asombrosamente corta de tiempo.
—¿Por qué todo es cuarenta y dos?¿Cómo puedes saber la respuesta a nada si eres un espejo?¿Cómo vuelan los castillos que vuelan?¿Cómo han hecho esa cúpula de cristal?¿cuál es la receta de la poción que te permite respirar bajo el agua?¿cómo voy a morir?.- sin detenerse, se inclinó hacia el cristal, colocó las manos alrededor de su boca y le susurró al mismo un par más de preguntas cuya única huella fue el vaho de su respiración al alejarse. -¿Le agradará a Víctor mi familia?¿Hay algún modo de compartir el don del dragón?
Luego se apartó a un costado a escuchar, esperando recibir, como de las demás, una ristra de cuarenta y dos, pero con la secreta esperanza de conseguir otras respuestas.
Se detuvieron a la vera del cristal. Con una especie de fascinación reverenciar, la muchacha observaba los reflejos conteniendo el aliento. Solo cuando Víctor empezó a jugar con su reflejo se dio cuenta ella de que no respiraba, y exhalo largamente. Las tontunas del vampiro la hicieron soltar una alegre risotada y rompieron el encanto que la había tomado hasta entonces.
—Tienes que dejar de tocar las cosas raras que vemos como primera reacción, algún día te quedarás sin mano.— Le regañó sin perder el humor, intentando, sin mucho éxito, contener las risas al ver al vampiro siamés.
Cuando se cansaron de meter y sacar extremidades por el borde de la entrada para aparecer como engendros deformes dignos de ser abandonados a la puerta de un convento, se adentraron en el festival.
La larga cola de gente llamo la atención también a la muchacha, y, ante el ofrecimiento de su compañero, no pudo sino agarrar su mano y seguirle, para variar. Como más se acercaban al inicio de la cola, más claramente les llegaban las preguntas de aquellos que les precedían. Algunos preguntaban por salud, por amor, por la clave de las riquezas, por el nombre del amante de la esposa, y para sorpresa de la dragona, no paraba de escuchar el número cuarenta y dos, y comenzaba a preguntarse si tanta cola valía la pena. Pero no se veía con fuerzas en el corazón de pincharle la burbuja al vampiro. Tremenda fue su sorpresa, y su decepción, cuando este pregunto por el baño.
—Eso podríamos habérselo preguntado a alguien.— Le reprochó en un susurro.
La persona que había detrás de la dragona le pego un pequeño empujón con impaciencia y el exigió que hiciera sus preguntas para que llegase antes su turno. Sin nada que perder, y aglomerando aquellas que había oído a los demás que le habían parecido más curioso, tomó una buena bocanada de aire y soltó, sin detenerse, una larga ristra de preguntas en una cantidad asombrosamente corta de tiempo.
—¿Por qué todo es cuarenta y dos?¿Cómo puedes saber la respuesta a nada si eres un espejo?¿Cómo vuelan los castillos que vuelan?¿Cómo han hecho esa cúpula de cristal?¿cuál es la receta de la poción que te permite respirar bajo el agua?¿cómo voy a morir?.- sin detenerse, se inclinó hacia el cristal, colocó las manos alrededor de su boca y le susurró al mismo un par más de preguntas cuya única huella fue el vaho de su respiración al alejarse. -¿Le agradará a Víctor mi familia?¿Hay algún modo de compartir el don del dragón?
Luego se apartó a un costado a escuchar, esperando recibir, como de las demás, una ristra de cuarenta y dos, pero con la secreta esperanza de conseguir otras respuestas.
Arygos Valnor
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Era evidente que no saldríamos de allí hasta que la mujer pudiera llevarse a su pequeño Terric. Una vez que las presentaciones dieron por concluidas volvieron a centrarse en el objetivo. Meraxes le pidió a Ryra que fuese junto con Meleis. La bruja asintió levemente. - De acuerdo. - Dicho eso apresuró el paso con la intención de alcanzar al joven dragón. - Por favor. Sobrevuela el área y avísame si ves algo extraño... - El cuervo me miró confundido. - Algo más extraño de lo que se puede ver a simple vista. Si ves algún enemigo o algo. - El cuervo emitió un graznido y comenzó a sobrevolar el área donde nos encontrábamos. Al menos así podríamos tener un área mayor cubierta.
El trayecto era largo, eso no lo iba a negar. Y parecía que no nos dirigíamos a ninguna parte. Este lugar era muy extraño, y no iba a negar que me perturbaba hasta los huesos haciéndome que se me enchinara la piel, pero en mi semblante se podía ver como si nada.
Terric siguió alejándose hasta que nos condujo a un sitio donde había más niños. Aquello no hizo más que revolverme el estómago. ¿Por qué esos niños me parecían conocidos? No solo era el pequeño que nos había traído a este mundo, sino eran esos otros niños. - ¿Qué significa todo esto? - Si había algo bueno era que al menos la madre había podido alcanzar a su pequeño Terric y esta lo abrazó fuertemente. Pero el niño, y el resto de los infantes se les notaba aterrados. Por alguna razón no abrían los ojos. Me acerqué un poco a la madre y a Terric. Agachándome ligeramente. - Los sacaremos de aquí, a todos. No importa lo que esté aquí. - Dije con calidez mientras esbozaba una media sonrisa.
Fue en ese momento cuando el cuervo que sobrevolaba el área comenzó a graznar. Pero también lograba escucharse una melodía, la cual me parecía conocida. - Todo lo que está dentro de este lugar está mal. O tal vez yo estoy mal. - Me rasqué la nuca con una visible confusión. Una niebla comenzó a inundar el suelo, dando paso también a un montón de flores que tomaron una forma femenina.
Al ver a esa mujer abrí mis ojos de par en par. Esa persona también me parecía haberla visto antes. Y fue justo cuando una serie de recuerdos comenzaron a golpetear mi cabeza. Solo habían sido algunos fragmentos, pero eran los suficientes para recordar vagamente a esa bruja. - A veces somos cabeza dura. - Dije esbozando una leve sonrisa. Al menos ahora no me encontraba tan perdido con lo que estaba sucediendo. No alcanzaba a recordar a los niños ni a la madre, pero esa mujer que había aparecido sí. Y sabía que no era una buena mujer.
Dejé que hablara a placer. Aunque cuando se acercó a uno de los niños, y sobre todo al notar su reacción, sin pensarlo dos veces desenfundé mi espada y la apunté a esa mujer. - Mantén las manos quietas. - Lo que sucedió a continuación, con lo que decía y estaba ocurriendo hicieron que arqueara la ceja derecha.
Parecía que nos habíamos metido a un juego macabro de parte de esa bruja. Pero parecía que había una manera de salir de allí. Me acerqué al grupo de niños aterrados. Me hinqué y les susurré. - No sé por cuantos terrores han tenido que pasar aquí. Pero quiero que sepan que mis amigos y yo los sacaremos de aquí. Si no quieren abrir los ojos está bien, pero al menos podemos ir tomados de la mano hasta la salida. - Les hablaba con una voz suave. El hecho de que Kevius haya sido padre, aunque sea por un corto periodo me ayudaba a mi a transmitir un poco ese aire paternal. Tal vez por eso mismo un par de niños, luego de algunos segundos me abrazaron. Sonreí levemente. - Eso... Vamos a salir de aquí. Solo confíen en nosotros.
Me voltee a mis compañeros, y ahora fui yo quien se encargó de ordenar. - Bien... Quiero que cada uno tome a un par de niños y vayamos de regreso por donde vinimos. - Me reincorporé y tomé de las manos a dos niños. Ryra asintió y se acercó para tomar las manos de dos de los niños. En un inicio ellos se sobresaltaron. - Descuiden. Los sacaremos de aquí. - Eso les dio confianza y afianzaron el agarre de las manos de la mujer de cabellera negra. Si cada uno se llevaba a dos niños podríamos salir de aquí con facilidad. La idea era no ver hacia atrás mientras regresábamos. Creo que podríamos lograrlo. Mientras andaba pude notar como el cuervo que antes sobrevolaba al aire se volvía a posar en mi hombro.
OFF: haré el tiro de dado para ver qué sucede y elijo :v
EDIT:
Runa media: Elijo que salgan Meleis y el par de niños que lleve a su custodia.
El trayecto era largo, eso no lo iba a negar. Y parecía que no nos dirigíamos a ninguna parte. Este lugar era muy extraño, y no iba a negar que me perturbaba hasta los huesos haciéndome que se me enchinara la piel, pero en mi semblante se podía ver como si nada.
Terric siguió alejándose hasta que nos condujo a un sitio donde había más niños. Aquello no hizo más que revolverme el estómago. ¿Por qué esos niños me parecían conocidos? No solo era el pequeño que nos había traído a este mundo, sino eran esos otros niños. - ¿Qué significa todo esto? - Si había algo bueno era que al menos la madre había podido alcanzar a su pequeño Terric y esta lo abrazó fuertemente. Pero el niño, y el resto de los infantes se les notaba aterrados. Por alguna razón no abrían los ojos. Me acerqué un poco a la madre y a Terric. Agachándome ligeramente. - Los sacaremos de aquí, a todos. No importa lo que esté aquí. - Dije con calidez mientras esbozaba una media sonrisa.
Fue en ese momento cuando el cuervo que sobrevolaba el área comenzó a graznar. Pero también lograba escucharse una melodía, la cual me parecía conocida. - Todo lo que está dentro de este lugar está mal. O tal vez yo estoy mal. - Me rasqué la nuca con una visible confusión. Una niebla comenzó a inundar el suelo, dando paso también a un montón de flores que tomaron una forma femenina.
Al ver a esa mujer abrí mis ojos de par en par. Esa persona también me parecía haberla visto antes. Y fue justo cuando una serie de recuerdos comenzaron a golpetear mi cabeza. Solo habían sido algunos fragmentos, pero eran los suficientes para recordar vagamente a esa bruja. - A veces somos cabeza dura. - Dije esbozando una leve sonrisa. Al menos ahora no me encontraba tan perdido con lo que estaba sucediendo. No alcanzaba a recordar a los niños ni a la madre, pero esa mujer que había aparecido sí. Y sabía que no era una buena mujer.
Dejé que hablara a placer. Aunque cuando se acercó a uno de los niños, y sobre todo al notar su reacción, sin pensarlo dos veces desenfundé mi espada y la apunté a esa mujer. - Mantén las manos quietas. - Lo que sucedió a continuación, con lo que decía y estaba ocurriendo hicieron que arqueara la ceja derecha.
Parecía que nos habíamos metido a un juego macabro de parte de esa bruja. Pero parecía que había una manera de salir de allí. Me acerqué al grupo de niños aterrados. Me hinqué y les susurré. - No sé por cuantos terrores han tenido que pasar aquí. Pero quiero que sepan que mis amigos y yo los sacaremos de aquí. Si no quieren abrir los ojos está bien, pero al menos podemos ir tomados de la mano hasta la salida. - Les hablaba con una voz suave. El hecho de que Kevius haya sido padre, aunque sea por un corto periodo me ayudaba a mi a transmitir un poco ese aire paternal. Tal vez por eso mismo un par de niños, luego de algunos segundos me abrazaron. Sonreí levemente. - Eso... Vamos a salir de aquí. Solo confíen en nosotros.
Me voltee a mis compañeros, y ahora fui yo quien se encargó de ordenar. - Bien... Quiero que cada uno tome a un par de niños y vayamos de regreso por donde vinimos. - Me reincorporé y tomé de las manos a dos niños. Ryra asintió y se acercó para tomar las manos de dos de los niños. En un inicio ellos se sobresaltaron. - Descuiden. Los sacaremos de aquí. - Eso les dio confianza y afianzaron el agarre de las manos de la mujer de cabellera negra. Si cada uno se llevaba a dos niños podríamos salir de aquí con facilidad. La idea era no ver hacia atrás mientras regresábamos. Creo que podríamos lograrlo. Mientras andaba pude notar como el cuervo que antes sobrevolaba al aire se volvía a posar en mi hombro.
OFF: haré el tiro de dado para ver qué sucede y elijo :v
EDIT:
Runa media: Elijo que salgan Meleis y el par de niños que lleve a su custodia.
Última edición por Gaegel el Jue Mar 02, 2023 6:52 am, editado 1 vez
Gaegel
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
El miembro 'Gaegel' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Arygos me regañó inicialmente, porque desde luego, ella era la adulta responsable entre nosotros, aunque igual terminó riendo y jugando con los espejos igual que yo. Luego entramos y tras un largo rato conseguimos preguntar a los espejos lo que necesitábamos, aunque ella sí que le había sacado provecho al espejo, con una catarata de preguntas que seguro lo harían descomponerse.
Yo no encontraba qué preguntar, pero tú preguntaste por los dos, y por todos- Dije en tono gracioso mientras escuchaba el mismo 42 como respuesta, aunque yo por mi parte, había recibido una respuesta que era intrigante y a la vez simple, es decir, había respondido a mi pregunta, pero a la vez, parecía ser una respuesta a algo que no había sucedido.
Me aparté a un costado junto con Arygos mientras observaba a una humana que entró como si odiara al espejo -¿Quién te hizo tanto daño? Pobre mujer- Murmuré casi para mí mismo pero aquella mujer acabó sus preguntas golpeando el espejo y para sorpresa de todos, rompiéndolo -Ya desnalgaste el espejo- Le reclamé con desgano pero al parecer no era lo único que había roto.
Tomé la mano de Arygos con preocupación al notar que todo el ambiente comenzaba a cambiar -Creo que alguien hizo enojar al espejo- Dije sin entender aun lo que ocurría, pero un rostro apareció en lo alto de los espejos que formaban el interior del domo, un sujeto al parecer, había tomado control del domo, encerrándonos hasta que sus demandas fueran cumplidas, una vida a cambio de muchas.
Y como era de esperarse, la gente no tardó en entrar en pánico, anteponiendo su propia seguridad antes que la de cualquier otro. Algunos corrieron a los bordes del domo intentando salir, pero al cruzar la superficie de cristal desaparecían, y entraban de nuevo por el lado contrario, el miedo era latente y algunos ya comenzaban a sentirse asfixiados y faltos de oxígeno aunque aún no era tiempo de sentir esos síntomas -Esto se va a descontrolar- Le dije a Arygos mientras me giraba hacia a ella -Salir por los lados del domo no es una opción, porque significa entrar por el lado contrario- Expliqué -Pero hay un punto del domo que no tiene un lado contrario- Señalé justo en el centro del techo -Quizá si cruzas volando por ahí podamos confundir a los espejos- No era el mejor plan, pero al menos era un plan, uno que solo ella con sus alas podría lograr.
Yo intentaré evitar que se terminen matando unos a otros- Mi tono era serio y decidido, aquello no era sencillo, pues el villano había sido astuto, en lugar se causar una masacre, seguro planeaba que las mismas personas acabaran asesinándose. Afortunadamente no fui el único en tomar aquella iniciativa, alguien se me había adelantado y era justo lo que necesitaba, quedarme en las sombras mientras alguien más tomaba el liderazgo.
Un joven humano y su compañera parecían tener un plan, pero antes de ir con ellos me asomé a visitar al oráculo para, ahora sí, hacer una pregunta seria, si es que aún seguía funcionando -Por favor, muéstrame la apariencia actual de Belov- Y es que no tenía idea de quién era ese fulano, además si los espejos permitían disfrazarse de cualquiera, quizá él podría esconderse, a la vista de todos, disfrazándose de alguien más.
Pero como era de esperarse, alguien parecía haberse adelantado, copiando la imagen del rostro que había salido en los espejos para aprovecharse de la situación y obtener el supuesto deseo -Esto lo complica todo- Dije mientras me acercaba al joven y su compañera en la que logré percibir atisbos de magia de voz, quizá unidos podríamos controlar a la gente con más facilidad -Trabajemos juntos, tengo un plan, pero necesitaré tu ayuda… la de ambos- [1] Dije refiriéndome tanto a la vampira como a su acompañante en una voz que era apenas un susurro con magia de voz.
El impostor que había robado el rostro de los espejos tomaría una probada de su propia medicina, me acerqué a uno de los espejos de disfraces para tomar su apariencia y llevarle la contraria, esperando que la vampira me siguiera el juego o aprovechara la oportunidad, estaba seguro que se necesitaría mucha fuerza de voluntad para resistirse a dos maestros de magia de voz.
Miente, es un impostor, yo soy el verdadero, soy yo quien da la orden- [1] Dije con una voz que parecía escucharse desde todos lados y que sonaba exactamente igual que quien había hablado desde los espejos -Si encuentran a Belov lo deben traer ante mí, quien lo mate sufrirá terribles consecuencias- Tras aquellas palabras añadí una risa de villano, no sabía para qué pero eso es lo que hacen los villanos y seguro me haría parecer más creíble.
Aunque, desde luego, ante los posibles fallos de ese plan, tenía uno de respaldo -Si no creen en mí, no creerán en él tampoco- Murmuré decidido con una sonrisa de victoria mientras me acercaba al individuo más cercano -Usa un espejo para tomar la apariencia del impostor y repite lo que yo dije- [2]
Tras aquellas palabras, el sujeto tomó también la apariencia de aquel peliblanco y repitió lo mismo que yo, aunque con una voz diferente, para sembrar la duda acerca de si alguno era el verdadero o todos eran impostores. Con aquel caos y todos dudando seguramente le resultaría difícil lograr su cometido, además la confusión sería más fácil para la vampira controlar a tantos como pudiera, ahora lo siguiente sería encontrar a Belov y decidir qué hacer con él, porque dudaba que tras matarlo nos dejaran ir sin más.
[1] Uso mi habilidad de nivel 1: El que acecha en el umbral, para proyectar varias voces desde diferentes lugares. Yo no encontraba qué preguntar, pero tú preguntaste por los dos, y por todos- Dije en tono gracioso mientras escuchaba el mismo 42 como respuesta, aunque yo por mi parte, había recibido una respuesta que era intrigante y a la vez simple, es decir, había respondido a mi pregunta, pero a la vez, parecía ser una respuesta a algo que no había sucedido.
Me aparté a un costado junto con Arygos mientras observaba a una humana que entró como si odiara al espejo -¿Quién te hizo tanto daño? Pobre mujer- Murmuré casi para mí mismo pero aquella mujer acabó sus preguntas golpeando el espejo y para sorpresa de todos, rompiéndolo -Ya desnalgaste el espejo- Le reclamé con desgano pero al parecer no era lo único que había roto.
Tomé la mano de Arygos con preocupación al notar que todo el ambiente comenzaba a cambiar -Creo que alguien hizo enojar al espejo- Dije sin entender aun lo que ocurría, pero un rostro apareció en lo alto de los espejos que formaban el interior del domo, un sujeto al parecer, había tomado control del domo, encerrándonos hasta que sus demandas fueran cumplidas, una vida a cambio de muchas.
Y como era de esperarse, la gente no tardó en entrar en pánico, anteponiendo su propia seguridad antes que la de cualquier otro. Algunos corrieron a los bordes del domo intentando salir, pero al cruzar la superficie de cristal desaparecían, y entraban de nuevo por el lado contrario, el miedo era latente y algunos ya comenzaban a sentirse asfixiados y faltos de oxígeno aunque aún no era tiempo de sentir esos síntomas -Esto se va a descontrolar- Le dije a Arygos mientras me giraba hacia a ella -Salir por los lados del domo no es una opción, porque significa entrar por el lado contrario- Expliqué -Pero hay un punto del domo que no tiene un lado contrario- Señalé justo en el centro del techo -Quizá si cruzas volando por ahí podamos confundir a los espejos- No era el mejor plan, pero al menos era un plan, uno que solo ella con sus alas podría lograr.
Yo intentaré evitar que se terminen matando unos a otros- Mi tono era serio y decidido, aquello no era sencillo, pues el villano había sido astuto, en lugar se causar una masacre, seguro planeaba que las mismas personas acabaran asesinándose. Afortunadamente no fui el único en tomar aquella iniciativa, alguien se me había adelantado y era justo lo que necesitaba, quedarme en las sombras mientras alguien más tomaba el liderazgo.
Un joven humano y su compañera parecían tener un plan, pero antes de ir con ellos me asomé a visitar al oráculo para, ahora sí, hacer una pregunta seria, si es que aún seguía funcionando -Por favor, muéstrame la apariencia actual de Belov- Y es que no tenía idea de quién era ese fulano, además si los espejos permitían disfrazarse de cualquiera, quizá él podría esconderse, a la vista de todos, disfrazándose de alguien más.
Pero como era de esperarse, alguien parecía haberse adelantado, copiando la imagen del rostro que había salido en los espejos para aprovecharse de la situación y obtener el supuesto deseo -Esto lo complica todo- Dije mientras me acercaba al joven y su compañera en la que logré percibir atisbos de magia de voz, quizá unidos podríamos controlar a la gente con más facilidad -Trabajemos juntos, tengo un plan, pero necesitaré tu ayuda… la de ambos- [1] Dije refiriéndome tanto a la vampira como a su acompañante en una voz que era apenas un susurro con magia de voz.
El impostor que había robado el rostro de los espejos tomaría una probada de su propia medicina, me acerqué a uno de los espejos de disfraces para tomar su apariencia y llevarle la contraria, esperando que la vampira me siguiera el juego o aprovechara la oportunidad, estaba seguro que se necesitaría mucha fuerza de voluntad para resistirse a dos maestros de magia de voz.
Miente, es un impostor, yo soy el verdadero, soy yo quien da la orden- [1] Dije con una voz que parecía escucharse desde todos lados y que sonaba exactamente igual que quien había hablado desde los espejos -Si encuentran a Belov lo deben traer ante mí, quien lo mate sufrirá terribles consecuencias- Tras aquellas palabras añadí una risa de villano, no sabía para qué pero eso es lo que hacen los villanos y seguro me haría parecer más creíble.
Aunque, desde luego, ante los posibles fallos de ese plan, tenía uno de respaldo -Si no creen en mí, no creerán en él tampoco- Murmuré decidido con una sonrisa de victoria mientras me acercaba al individuo más cercano -Usa un espejo para tomar la apariencia del impostor y repite lo que yo dije- [2]
Tras aquellas palabras, el sujeto tomó también la apariencia de aquel peliblanco y repitió lo mismo que yo, aunque con una voz diferente, para sembrar la duda acerca de si alguno era el verdadero o todos eran impostores. Con aquel caos y todos dudando seguramente le resultaría difícil lograr su cometido, además la confusión sería más fácil para la vampira controlar a tantos como pudiera, ahora lo siguiente sería encontrar a Belov y decidir qué hacer con él, porque dudaba que tras matarlo nos dejaran ir sin más.
[2] Uso mi habilidad de Nivel 4: El demonio de la perversidad, para sembrar una orden en la mente de un sujeto y hacer que me obedezca.
[*]Interactúo con Arygos para buscar una salida, con Lori reclamándole por romper el espejo, con Alward y Katrina para unirme a su bando, y con Zagreus para llevarle la contraria por andar robando rostros ajenos XD
Bio
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
A través del espejo...
Finalmente Meleis había logrado atrapar a Bomull, principalmente por el hecho que la bola de pelos se había detenido en aquel lugar, que estaba de pronto, con más niños. Debía admitir que se trató de un cambio brusco, pues de no haber podido alcanzar a Terric de pronto era como si aquel extraño mundo se hubiera movido y llevado hasta allí.
Ahí estaba de nuevo esa inquietante y desagradable sensación que se combinaban con recuerdos - o alucinaciones - bastante borrosas de fuego, gritos y caos. ¿Qué era y por qué mi mente recreaba todo aquello? No tenía la menor idea, pero sí que me hacía sentir terrible.
Nos detuvimos. Fue en ese momento que la madre de Terric, con la fuerza y determinación que le quedaba fue hacia él. -¡Terric! ¡Mi pequeño! - Lo abrazó y lo besó con vehemencia. Pero el pequeño se negaba a abrir los ojos. El chico estaba realmente aterrado mientras murmuraba algo para sí mismo - No lo escuches, no es real. Mamá no está aquí. - Repetía una y otra vez.
Miraba a mi alrededor, contaba a los niños, miraba a Gaegel, a Ryra, Meleis, y a esa chica. No iba a negar que sentía una migraña, como si mi cabeza intentara encajar las piezas de todo esto pues en el fondo había una sensación de familiaridad.
Curiosamente las cosas comenzaron a aclararse cuando el ambiente, tras el sonar de una tétrica melodía y la llegada de alguien cuyo rostro recordé de repente me pusieron en alerta. Era la mujer a la que hacía un tiempo le conté una historia, de hecho se moría de ganas por conocer mis miedos. Sus palabras, era como si cada una de ellas me esclarecieran aún más, volvía la migraña, pero estaba claro que sería en vano, al menos por ahora tratar de seguir recordando. Por suerte estaba lo bastante claro, ella era la que retenía a esos niños y había que o bien hacerle frente o bien tomar a los que pudiéramos y salir de allí.
- Ya lo escuchaste. Manos quietas, bruja. - Enfaticé tras la amenaza de Gaegel quien ya había sacado su espada. Por suerte no sentía miedo, de hecho era confusión que me llevaba directamente a la rabia. Pensé en atacar, pero la voz del juicio me decía que aquello no sería una salia prudente. Hacer caso a las palabras que la chica rubia dijo al llegar ahora sí parecían una mejor idea.
-Ssshhh. ¿Oyen eso?- preguntó ella mientras señalaba hacia la nada en el horizonte. La sensación de alerta, aquel zumbido innato que te decía que las cosas estaban por complicarse tomó protagonismo. Al principio no veía nada pero las cosas cambiaron ante la bandada y el bullicio infernal.
Éramos seis adultos y no había tiempo que perder. Gaegel fue el primero en sugerir tomar a los chicos y correr. - ¡Meleis qué esperas! - Alerté en la medida que yo tomaba a otro de ellos y ocultaba su rostro en mi pecho mientras jalaba a otro de la muñeca. - Solo sigue mi voz y no abras los ojos. - Expresé con la mayor calidez que se me hizo posible.
La madre de Terric, quizás por la adrenalina había hecho lo mismo con su hijo, y solo cuando tanto ella como Meleis tomaron la delantera, siendo que este último llevaba a un niño que llevaba a Bomull, y a otro prácticamente a rastras.
Era más que evidente que prestaría especial atención a las palabras de aquella maldita mujer. "No mirar atrás", eso podía hacerlo y animaba a los demás hacerlo. Meleis, al ser el mas alto y de piernas largas, llevaba la delantera. - No volteen, pase lo que pase no lo hagan. La salida está cerca. - Animaba a los que llevaba adelante a no hacerlo.
Primer suspiro de alivio salió de mí al ver como mi hermano, entre la conmoción del momento lograba cruzar el portal con dos de los niños y Bomull. Yo seguía un poco más atrás y le pedía a los dioses, todo quedaba en su voluntad.
Su voluntad en primer instante me daba a entender que uno de los chicos, aquel que sostenía de la muñeca no llegaría, sentí el jalón que retuvo por un momento y me impidió avanzar, mejor dicho me había hecho caer al suelo, por reflejo solté la muñeca de uno de los niños, cerré los ojos con fuerza en la medida que abrazaba al otro para evitar un gran impacto. - No se detengan. Sigan. - Grité con voz firme. Lamentablemente para mí, el niño que anteriormente sostenía de su muñeca, presa del miedo miró hacia atrás.
Lo siguiente que pasó - e ignorante de este hecho- fue la acción de la madre de Terric, jadeaba, cayó de rodillas a poco metros de la entrada por la falta de fuerza. No sé qué le dijo al niño, pero antes de que si quiera este pudiera reaccionar lo había empujado fuera de allí.
Ahí estaba de nuevo esa inquietante y desagradable sensación que se combinaban con recuerdos - o alucinaciones - bastante borrosas de fuego, gritos y caos. ¿Qué era y por qué mi mente recreaba todo aquello? No tenía la menor idea, pero sí que me hacía sentir terrible.
Nos detuvimos. Fue en ese momento que la madre de Terric, con la fuerza y determinación que le quedaba fue hacia él. -¡Terric! ¡Mi pequeño! - Lo abrazó y lo besó con vehemencia. Pero el pequeño se negaba a abrir los ojos. El chico estaba realmente aterrado mientras murmuraba algo para sí mismo - No lo escuches, no es real. Mamá no está aquí. - Repetía una y otra vez.
Miraba a mi alrededor, contaba a los niños, miraba a Gaegel, a Ryra, Meleis, y a esa chica. No iba a negar que sentía una migraña, como si mi cabeza intentara encajar las piezas de todo esto pues en el fondo había una sensación de familiaridad.
Curiosamente las cosas comenzaron a aclararse cuando el ambiente, tras el sonar de una tétrica melodía y la llegada de alguien cuyo rostro recordé de repente me pusieron en alerta. Era la mujer a la que hacía un tiempo le conté una historia, de hecho se moría de ganas por conocer mis miedos. Sus palabras, era como si cada una de ellas me esclarecieran aún más, volvía la migraña, pero estaba claro que sería en vano, al menos por ahora tratar de seguir recordando. Por suerte estaba lo bastante claro, ella era la que retenía a esos niños y había que o bien hacerle frente o bien tomar a los que pudiéramos y salir de allí.
- Ya lo escuchaste. Manos quietas, bruja. - Enfaticé tras la amenaza de Gaegel quien ya había sacado su espada. Por suerte no sentía miedo, de hecho era confusión que me llevaba directamente a la rabia. Pensé en atacar, pero la voz del juicio me decía que aquello no sería una salia prudente. Hacer caso a las palabras que la chica rubia dijo al llegar ahora sí parecían una mejor idea.
-Ssshhh. ¿Oyen eso?- preguntó ella mientras señalaba hacia la nada en el horizonte. La sensación de alerta, aquel zumbido innato que te decía que las cosas estaban por complicarse tomó protagonismo. Al principio no veía nada pero las cosas cambiaron ante la bandada y el bullicio infernal.
Éramos seis adultos y no había tiempo que perder. Gaegel fue el primero en sugerir tomar a los chicos y correr. - ¡Meleis qué esperas! - Alerté en la medida que yo tomaba a otro de ellos y ocultaba su rostro en mi pecho mientras jalaba a otro de la muñeca. - Solo sigue mi voz y no abras los ojos. - Expresé con la mayor calidez que se me hizo posible.
La madre de Terric, quizás por la adrenalina había hecho lo mismo con su hijo, y solo cuando tanto ella como Meleis tomaron la delantera, siendo que este último llevaba a un niño que llevaba a Bomull, y a otro prácticamente a rastras.
Era más que evidente que prestaría especial atención a las palabras de aquella maldita mujer. "No mirar atrás", eso podía hacerlo y animaba a los demás hacerlo. Meleis, al ser el mas alto y de piernas largas, llevaba la delantera. - No volteen, pase lo que pase no lo hagan. La salida está cerca. - Animaba a los que llevaba adelante a no hacerlo.
Primer suspiro de alivio salió de mí al ver como mi hermano, entre la conmoción del momento lograba cruzar el portal con dos de los niños y Bomull. Yo seguía un poco más atrás y le pedía a los dioses, todo quedaba en su voluntad.
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Su voluntad en primer instante me daba a entender que uno de los chicos, aquel que sostenía de la muñeca no llegaría, sentí el jalón que retuvo por un momento y me impidió avanzar, mejor dicho me había hecho caer al suelo, por reflejo solté la muñeca de uno de los niños, cerré los ojos con fuerza en la medida que abrazaba al otro para evitar un gran impacto. - No se detengan. Sigan. - Grité con voz firme. Lamentablemente para mí, el niño que anteriormente sostenía de su muñeca, presa del miedo miró hacia atrás.
Lo siguiente que pasó - e ignorante de este hecho- fue la acción de la madre de Terric, jadeaba, cayó de rodillas a poco metros de la entrada por la falta de fuerza. No sé qué le dijo al niño, pero antes de que si quiera este pudiera reaccionar lo había empujado fuera de allí.
- Off:
- - Dado a que Gaegel eligió, procedo a tomarme la libertad de narrar cómo salen. Procedo a lanzar el dado para ver el resultado de mis runas previo a la edición.
- Runa Neutra: En mi elección sale Terric, Ryra y Helena.Outfit Meraxes
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Outfit Meleis
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Outfit Bomull
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- Inventario:
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull [Gomejo]
- Moneda Maliciosa de Elian
- Galleta de Humo.
- Inventario Meleis:
- Armadura de Fieras Normal: [Armadura Ligera - Encantamiento Pudor]
- Poción de Salud Diluida
Última edición por Meraxes el Jue Mar 02, 2023 7:32 pm, editado 1 vez (Razón : Resultado Runas: Neutra)
Meraxes
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Como era de esperarse de invadir el sueño de un oso blanco disfrazado de oso rosa, aterrizamos sobre un esponjoso oso marrón colosal. Rodé como salchicha por un rato, disfrutando del tacto, hasta que finalmente decidí reincorporarme impulsándome con magia. Miré a nuestro alrededor, encontrando, por suerte, un paisaje fascinantemente osado.
–Bueno, no soy fácil de sorprender –respondí a Vissente–, pero esto es rarísimo como vaca sin cabeza.
Estábamos sobre uno de los innumerables osos gigantes que cubrían el mundo en el sueño, y todos ellos tenían debajo de cada una de sus patas a otro oso gigante, aunque de pelaje más oscuro, que lo sostenía mientras también se apoyaba en cuatro osos más, también más oscuros que los superiores, y así hasta el infinito.
Pero no eran osos gigantes lo único que había. También había sobre ellos osos de diferentes tamaños y colores, muchos inertes y en posiciones determinadas que, en conjunto, formaban estructuras como edificios, muebles, monumentos... Cualquier cosa, pero hecha de osos que, por el movimiento de sus ojos, estaban vivos de alguna manera. Los no eran de los inertes, vivían sus vidas con rutinas ordinarias, como si las anormalidades del mundo fuesen normales.
En el cielo, por supuesto, había, en lugar de nubes, osos blancos flotando: algunos, solos; otros, aferrados con las patas o la boca a uno o más osos, resultando en una variedad de nubes ososas. Quizás ososa signifique algo que poco tenga que ver con esto, pero... no sé, 42.
Y sí, el sol también era un oso, aunque solo era la cabeza de uno, de aspecto dorado y casi tan resplandeciente como el lucero del día.
–¿Dónde está la salida? –preguntó Xana, la primera en preocuparse por el insignificante detalle de que la puerta por donde entramos desapareció.
–A nadie le interesa eso –respondí mientras sacudía una mano para restarle importancia al asunto–; tenemos un Zelas.
–¡Ustedes no son osos! –rugió desde el cielo una voz estruendosa, y todos los osos se estremecieron. Los que podían moverse, se colocaron sobre sus cuatro patas y alabaron al gran oso.
Intrigado, alcé la vista. Luego las cejas.
Descendía una enorme cabeza de oso. Abrió la boca y escupió otra cabeza de oso, que luego imitó a la anterior en una serie de cabezas saliendo de bocas, hasta que en la última fue el oso soñador quien salió, aún con su traje rosa, y aterrizó delante de nosotros.
–Ustedes no son osos –repitió, aunque sin mover los labios–. Deberán cambiarse para encajar en mi mundo perfecto en el que tanto he trabajado o mi obra de arte tendrá una mancha terrible.
–¿Quién... –empezó Xana, perpleja e incapaz de contener la pregunta al notar algo más– o qué eres?
–Jamás lo entenderían.
–Tienen razón –concedí–, no sé qué te desconcierta –le dije a Xana.
Ella, entonces, me señaló las manos del oso, donde él cargaba la cabeza de su disfraz rosa. Finalmente entendí: el disfraz era con quien hablábamos, el oso en su interior era el adorno.
–Zelas, sácanos de este sueño –ordenó Xana.
La confusión floreció en la cabeza disfraz.
–¿Sueño? –inquirió–. Esto no es un sueño.
–¿Qué dices, cabezón? ¿Acaso perdiste la cabeza?
–Y lo dice quien no parece oso.
–Ahm... ¿Exacto?
La cabeza disfraz emitió un largo suspiro.
–Parece que no podré hacerles razonar –dijo, resignado–. Así que usaré mi rayo osador para que parezcan osos. –Señaló a Vissente–. Sobre todo, tú, que te pareces a ese asqueroso bebé de las monedas de juguete.
Mis instintos asesinos se gatillaron.
–Será mejor que te retractes de esa barbaridad que dijiste –contesté.
–¡Oblígame, perro!
De sus axilas emergieron dos chorros de diminutos osos iridiscentes. Los evadí con mi destreza habitual, pero tocó parte de mi vestido, convirtiendo dicha zona en una red de miniosos. Miré su cambio. Intenté asimilar la insensatez de aquella cabeza disfraz.
–Insultas a El Bebé Barbudo, a sus monedas y ahora dañas el vestido de Zelas –enumeré–. No me dejas más opción que abandonar tu estúpido sueño.
–¿Sueño? –inquirió–. Esto no es un sueño.
–No, es una pesadilla. Demasiados osos, pero ni una sola biusa.
Para mi desgracia, hizo una mueca de asco.
–No, no, no –escupió–. Saben a lo peor. Las biusas son asquerosas y no deberían existir.
Ignorante del hecho de que él fue una víctima de un malicioso que lo engañó dándole una viusa en lugar de una biusa, tomé sus duras declaraciones como un acto de guerra.
–Ahora sí, hasta aquí llegaste –sentencié y saqué de mi Vaina Infinita a mi espada Doppelsäbel.
–No, mi ciela, hasta aquí llegaron ustedes siendo algo discordante en mi mundo perfecto.
–Yo solo quiero salir de aquí –añadió Xana.
–¡Dale, con la silla! –exclamó algún oso del sueño, uno sentado sobre una silla de miniosos–. Nuestro dios invicto exhibirá su poder...
Se calló en cuanto vio un nuevo rayo osador, el cual impactó en Xana y rebotó de vuelta al soñador.[1] Este apenas logró evadirlo, pero no fue lo mismo para su cabeza gigante que usó de transporte, pues eso sufrió el efecto del rayo y explotó en forma de osos diminutos en todas direcciones, algunos hasta logrando derribar al soñador.
Él, avergonzado, se levantó y, tras un momento de vacilación, notó las miradas de todos sus compañeros osos. Pronto la vergüenza empezó a manifestarse como odio. Alzó los brazos.
–Nubes, yo las elijo –gritó–, ¡hagan lo suyo!
Bajó los brazos en un movimiento súbito. En respuesta, los osos nubes se abalanzaron sobre nosotros en una lluvia bestial.
–Bueno, no soy fácil de sorprender –respondí a Vissente–, pero esto es rarísimo como vaca sin cabeza.
Estábamos sobre uno de los innumerables osos gigantes que cubrían el mundo en el sueño, y todos ellos tenían debajo de cada una de sus patas a otro oso gigante, aunque de pelaje más oscuro, que lo sostenía mientras también se apoyaba en cuatro osos más, también más oscuros que los superiores, y así hasta el infinito.
Pero no eran osos gigantes lo único que había. También había sobre ellos osos de diferentes tamaños y colores, muchos inertes y en posiciones determinadas que, en conjunto, formaban estructuras como edificios, muebles, monumentos... Cualquier cosa, pero hecha de osos que, por el movimiento de sus ojos, estaban vivos de alguna manera. Los no eran de los inertes, vivían sus vidas con rutinas ordinarias, como si las anormalidades del mundo fuesen normales.
En el cielo, por supuesto, había, en lugar de nubes, osos blancos flotando: algunos, solos; otros, aferrados con las patas o la boca a uno o más osos, resultando en una variedad de nubes ososas. Quizás ososa signifique algo que poco tenga que ver con esto, pero... no sé, 42.
Y sí, el sol también era un oso, aunque solo era la cabeza de uno, de aspecto dorado y casi tan resplandeciente como el lucero del día.
–¿Dónde está la salida? –preguntó Xana, la primera en preocuparse por el insignificante detalle de que la puerta por donde entramos desapareció.
–A nadie le interesa eso –respondí mientras sacudía una mano para restarle importancia al asunto–; tenemos un Zelas.
–¡Ustedes no son osos! –rugió desde el cielo una voz estruendosa, y todos los osos se estremecieron. Los que podían moverse, se colocaron sobre sus cuatro patas y alabaron al gran oso.
Intrigado, alcé la vista. Luego las cejas.
Descendía una enorme cabeza de oso. Abrió la boca y escupió otra cabeza de oso, que luego imitó a la anterior en una serie de cabezas saliendo de bocas, hasta que en la última fue el oso soñador quien salió, aún con su traje rosa, y aterrizó delante de nosotros.
–Ustedes no son osos –repitió, aunque sin mover los labios–. Deberán cambiarse para encajar en mi mundo perfecto en el que tanto he trabajado o mi obra de arte tendrá una mancha terrible.
–¿Quién... –empezó Xana, perpleja e incapaz de contener la pregunta al notar algo más– o qué eres?
–Jamás lo entenderían.
–Tienen razón –concedí–, no sé qué te desconcierta –le dije a Xana.
Ella, entonces, me señaló las manos del oso, donde él cargaba la cabeza de su disfraz rosa. Finalmente entendí: el disfraz era con quien hablábamos, el oso en su interior era el adorno.
–Zelas, sácanos de este sueño –ordenó Xana.
La confusión floreció en la cabeza disfraz.
–¿Sueño? –inquirió–. Esto no es un sueño.
–¿Qué dices, cabezón? ¿Acaso perdiste la cabeza?
–Y lo dice quien no parece oso.
–Ahm... ¿Exacto?
La cabeza disfraz emitió un largo suspiro.
–Parece que no podré hacerles razonar –dijo, resignado–. Así que usaré mi rayo osador para que parezcan osos. –Señaló a Vissente–. Sobre todo, tú, que te pareces a ese asqueroso bebé de las monedas de juguete.
Mis instintos asesinos se gatillaron.
–Será mejor que te retractes de esa barbaridad que dijiste –contesté.
–¡Oblígame, perro!
De sus axilas emergieron dos chorros de diminutos osos iridiscentes. Los evadí con mi destreza habitual, pero tocó parte de mi vestido, convirtiendo dicha zona en una red de miniosos. Miré su cambio. Intenté asimilar la insensatez de aquella cabeza disfraz.
–Insultas a El Bebé Barbudo, a sus monedas y ahora dañas el vestido de Zelas –enumeré–. No me dejas más opción que abandonar tu estúpido sueño.
–¿Sueño? –inquirió–. Esto no es un sueño.
–No, es una pesadilla. Demasiados osos, pero ni una sola biusa.
Para mi desgracia, hizo una mueca de asco.
–No, no, no –escupió–. Saben a lo peor. Las biusas son asquerosas y no deberían existir.
Ignorante del hecho de que él fue una víctima de un malicioso que lo engañó dándole una viusa en lugar de una biusa, tomé sus duras declaraciones como un acto de guerra.
–Ahora sí, hasta aquí llegaste –sentencié y saqué de mi Vaina Infinita a mi espada Doppelsäbel.
–No, mi ciela, hasta aquí llegaron ustedes siendo algo discordante en mi mundo perfecto.
–Yo solo quiero salir de aquí –añadió Xana.
–¡Dale, con la silla! –exclamó algún oso del sueño, uno sentado sobre una silla de miniosos–. Nuestro dios invicto exhibirá su poder...
Se calló en cuanto vio un nuevo rayo osador, el cual impactó en Xana y rebotó de vuelta al soñador.[1] Este apenas logró evadirlo, pero no fue lo mismo para su cabeza gigante que usó de transporte, pues eso sufrió el efecto del rayo y explotó en forma de osos diminutos en todas direcciones, algunos hasta logrando derribar al soñador.
Él, avergonzado, se levantó y, tras un momento de vacilación, notó las miradas de todos sus compañeros osos. Pronto la vergüenza empezó a manifestarse como odio. Alzó los brazos.
–Nubes, yo las elijo –gritó–, ¡hagan lo suyo!
Bajó los brazos en un movimiento súbito. En respuesta, los osos nubes se abalanzaron sobre nosotros en una lluvia bestial.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Habi de la armadura épica de Xana: Reflejo del caos.
Interactúo con Zelas número 1 y con el inigualable Vissente (Corlys) dentro del escenario 3 =)
Interactúo con Zelas número 1 y con el inigualable Vissente (Corlys) dentro del escenario 3 =)
Rauko
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
-¡Ustedes no son osos!-
-Vaya, que observador-
Comentario nunca mejor dicho ya que en un efecto de miniaturización surreal una gigante cabeza de oso abrió la boca para que otra cabeza de oso mas pequeña saliera y así sucesivamente hasta que salió la gran cabeza... Del disfraz?. Un intercambio de palabras entre Xana, Rauko y el Oso, detono en un momento bastante complejo, Xana quería salir, el oso insultaría a Corlys por parecerse al bebe Vin y Rauko se preparaba para salir.
-Vale, podríamos irnos, pero quiero ver que pasa- diría Zelas riendo al contemplar las palabras del oso, montaría a uno de los osos para esquivar el rayo osificador, y mientras algunos parecían mas propensos a la batalla, Zelas decidió tomar la ruta mas filosófica, habiendo sido ya mentalmente perturbado gracias a un 42, estaba en mejor condición de probar aquello.
-Ehm... su gran ososidad, ¿me permite un breve intercambio de palabras?-
-Tu otra vez, eres bastante molesto, con o sin vestido-
-Lo se, me lo dicen bastante seguido, pero vamos, a que puedes hacer 2 cosas al mismo tiempo-
La cabeza hizo que otra cabeza mas saliera de la boca de la cual había salido la anterior, mientras por un lado luchaba, por el otro mantenía la siguiente conversación con el Zelas que iba montando un oso.
-Muy bien, ¿Qué quieres?-
-Para comenzar, agradecer que te tomes la molestia de conversar conmigo, lo segundo discutir sobre esto de que esto no es un sueño-
-Vas a seguir con eso?, esto no es un sueño-
-Eso dices tu, sin embargo, en este mundo perfecto habemos 4 seres discordantes, tu lo construiste ¿no?, entonces una de aquellas afirmaciones es incorrecta y ya que ambas las has dicho tu, significa que te habrás equivocado en algo, y si te has equivocado entonces o este mundo no es perfecto o esto es un sueño...-
La cabeza de oso parecía pensar al respecto, en efecto alguna de esas afirmaciones parecía ser correcta, sin embargo, la cabeza parecía no ceder al estar embriagado de poder.
-Voy a acabar con todos ustedes-
-Vamos que eso parece propio de alguien que esta asustado-
-¿Qué?-
-Dejemos eso de lado, vamos al tema que realmente importa, observa esto-
Zelas teniendo algo de experiencia en como funcionaba mas o menos este mundo onírico se llevo las manos a la espalda y al momento de llevarlas al frente tenia una mano una biusa y la otra mano una viusa.
-Otra vez con esas cosas, que son horribles-
-Ya, ya, observa lo que tengo en mis manos, se que se ven muy similares, pero no lo son y por eso necesito aclarar este malentendido-
-A que te refieres ambas son la misma.... Oh-
-Ya lo notaste verdad, esta viusa con v es un poco mas opaca, y en efecto, son horribles-
Zelas destruiría la viusa en sus manos dejando solo la biusa -Ahora que tenemos a la verdadera biusa con b y notas que no esta corrupta, puedo asegurarte que si piensas en la cosa que mas te gusta en la vida, puedes sentir su sabor gracias a esta fruta maravillosa- el rubio mordería la fruta y la disfrutaría de tal forma que la cabeza de oso intentaría probarla. Zelas le acercaría la biusa y le daría de comer y la cabeza de oso cesaría su ataque ante los demás, todas las cabezas de oso se voltearon a ver al rubio sin vestido.
-¿Qué... Como?-
-Tranquilo, que lo se, es algo indescriptible y por eso lamento que alguien te haya hecho tanto daño dándote una viusa con v, necesitaba resarcir ese mal mundial-
-Vaya, entonces si es un mundo perfecto... Entonces, esto es un sueño-
-Si, en efecto es un sueño-
Zelas chasquearía los dedos y las biusas comenzarían a llover, todos los osos y las cabezas comenzaría a comer biusas ante esta nueva gran revelación.
-Pero me temo que hay algo negativo de esto-
-¿Qué?-
-Así es y es que si bien el sabor de la biusa lo has puesto tu, la percepción de lo que es una biusa correcta te la he dado yo-
-Entonces es una mentira?-
-Si y no, las biusas si son sabrosas, pero como estamos en un sueño esa sabrosidad esta limitada por mi percepción, sin embargo, hay un lado muy bueno de todo esto al despertar, ese yo que tiene vestido puede darte una biusa de las reales y puedes comprobar que esto es mucho mejor de lo que piensas... Ya después puedes volver a soñar y tener esta misma lluvia de biusas pero con un sabor muchísimo mejor que el que yo les puedo dar... Y ya no nos veras a nosotros-
Diría Zelas mientras apuntaba a Rauko, la cabeza sopesaría la decisión por unos segundos, asentiría con su cabeza y elegiría despertar por su propia cuenta.
_________________________________________________
De vuelta en la cúpula de espejos el grupo se volvería a reunir ahora acompañados por el oso disfrazado de oso quien esperaba con evidente entusiasmo probar la biusa.
-Rauko necesito una biusa, debemos corregir un mal que se le ha hecho a este pobre oso... Que sean 2, yo también quiero una- diría dándole una palmada en la espalda al oso, e ignorando por completo que en el techo de la cúpula había un rostro gigante de Zagreus y del caos que comenzaba a apoderarse del evento.
OFF: evangelizo al oso con el poder de las biusas sacándonos del sueño
-Vaya, que observador-
Comentario nunca mejor dicho ya que en un efecto de miniaturización surreal una gigante cabeza de oso abrió la boca para que otra cabeza de oso mas pequeña saliera y así sucesivamente hasta que salió la gran cabeza... Del disfraz?. Un intercambio de palabras entre Xana, Rauko y el Oso, detono en un momento bastante complejo, Xana quería salir, el oso insultaría a Corlys por parecerse al bebe Vin y Rauko se preparaba para salir.
-Vale, podríamos irnos, pero quiero ver que pasa- diría Zelas riendo al contemplar las palabras del oso, montaría a uno de los osos para esquivar el rayo osificador, y mientras algunos parecían mas propensos a la batalla, Zelas decidió tomar la ruta mas filosófica, habiendo sido ya mentalmente perturbado gracias a un 42, estaba en mejor condición de probar aquello.
-Ehm... su gran ososidad, ¿me permite un breve intercambio de palabras?-
-Tu otra vez, eres bastante molesto, con o sin vestido-
-Lo se, me lo dicen bastante seguido, pero vamos, a que puedes hacer 2 cosas al mismo tiempo-
La cabeza hizo que otra cabeza mas saliera de la boca de la cual había salido la anterior, mientras por un lado luchaba, por el otro mantenía la siguiente conversación con el Zelas que iba montando un oso.
-Muy bien, ¿Qué quieres?-
-Para comenzar, agradecer que te tomes la molestia de conversar conmigo, lo segundo discutir sobre esto de que esto no es un sueño-
-Vas a seguir con eso?, esto no es un sueño-
-Eso dices tu, sin embargo, en este mundo perfecto habemos 4 seres discordantes, tu lo construiste ¿no?, entonces una de aquellas afirmaciones es incorrecta y ya que ambas las has dicho tu, significa que te habrás equivocado en algo, y si te has equivocado entonces o este mundo no es perfecto o esto es un sueño...-
La cabeza de oso parecía pensar al respecto, en efecto alguna de esas afirmaciones parecía ser correcta, sin embargo, la cabeza parecía no ceder al estar embriagado de poder.
-Voy a acabar con todos ustedes-
-Vamos que eso parece propio de alguien que esta asustado-
-¿Qué?-
-Dejemos eso de lado, vamos al tema que realmente importa, observa esto-
Zelas teniendo algo de experiencia en como funcionaba mas o menos este mundo onírico se llevo las manos a la espalda y al momento de llevarlas al frente tenia una mano una biusa y la otra mano una viusa.
-Otra vez con esas cosas, que son horribles-
-Ya, ya, observa lo que tengo en mis manos, se que se ven muy similares, pero no lo son y por eso necesito aclarar este malentendido-
-A que te refieres ambas son la misma.... Oh-
-Ya lo notaste verdad, esta viusa con v es un poco mas opaca, y en efecto, son horribles-
Zelas destruiría la viusa en sus manos dejando solo la biusa -Ahora que tenemos a la verdadera biusa con b y notas que no esta corrupta, puedo asegurarte que si piensas en la cosa que mas te gusta en la vida, puedes sentir su sabor gracias a esta fruta maravillosa- el rubio mordería la fruta y la disfrutaría de tal forma que la cabeza de oso intentaría probarla. Zelas le acercaría la biusa y le daría de comer y la cabeza de oso cesaría su ataque ante los demás, todas las cabezas de oso se voltearon a ver al rubio sin vestido.
-¿Qué... Como?-
-Tranquilo, que lo se, es algo indescriptible y por eso lamento que alguien te haya hecho tanto daño dándote una viusa con v, necesitaba resarcir ese mal mundial-
-Vaya, entonces si es un mundo perfecto... Entonces, esto es un sueño-
-Si, en efecto es un sueño-
Zelas chasquearía los dedos y las biusas comenzarían a llover, todos los osos y las cabezas comenzaría a comer biusas ante esta nueva gran revelación.
-Pero me temo que hay algo negativo de esto-
-¿Qué?-
-Así es y es que si bien el sabor de la biusa lo has puesto tu, la percepción de lo que es una biusa correcta te la he dado yo-
-Entonces es una mentira?-
-Si y no, las biusas si son sabrosas, pero como estamos en un sueño esa sabrosidad esta limitada por mi percepción, sin embargo, hay un lado muy bueno de todo esto al despertar, ese yo que tiene vestido puede darte una biusa de las reales y puedes comprobar que esto es mucho mejor de lo que piensas... Ya después puedes volver a soñar y tener esta misma lluvia de biusas pero con un sabor muchísimo mejor que el que yo les puedo dar... Y ya no nos veras a nosotros-
Diría Zelas mientras apuntaba a Rauko, la cabeza sopesaría la decisión por unos segundos, asentiría con su cabeza y elegiría despertar por su propia cuenta.
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De vuelta en la cúpula de espejos el grupo se volvería a reunir ahora acompañados por el oso disfrazado de oso quien esperaba con evidente entusiasmo probar la biusa.
-Rauko necesito una biusa, debemos corregir un mal que se le ha hecho a este pobre oso... Que sean 2, yo también quiero una- diría dándole una palmada en la espalda al oso, e ignorando por completo que en el techo de la cúpula había un rostro gigante de Zagreus y del caos que comenzaba a apoderarse del evento.
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Zelas Hazelmere
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
En silencio, Ivaran siguió de cerca a la alada y su pequeña acompañante, percatándose de que la escena dentro del espejo cambiaba conforme de adentraban en el sueño, mostrando una versión de Midgard mucho más viva y frondosa de lo que era en realidad. - ¿Se está adaptando a sus deseos? - murmuró para sí, sin quitarle los ojos de encima a la cuerva, cuya actitud era de lo más animada. - ¿Y? ¿Cómo es Lunargenta? ¿De verdad es tan grande como dicen todos? - preguntó Ennie, sin soltar la mano de la joven. - Mucho más, la ciudad es enorme y está llena de gente y edificios… - respondió Ava, enfatizando sus palabras con un gesto de su brazo.
- Yo también quiero ir… la próxima vez que la caravana salga hacia Verisar llévame contigo. - pidió la niña, poniéndole ojitos para que no se negase. - ¿Caravana? ¿de qué está hablando? - se preguntó el elfo, dándose la vuelta y descubriendo que a su espalda habían aparecido varias carretas y un grupo de hombres y mujeres bestia que se apresuraban a descargar las mercancías traídas desde el otro lado del río. - Si tus padres están de acuerdo, dejaré que me acompañes al próximo viaje. - contestó, mientras el bosque daba paso a la aldea.
- Ava, bienvenida a casa, no necesito preguntar, estoy seguro de que habéis conseguido cerrar el trato con los humanos. - la recibió un imponente individuo de marcados rasgos leónicos. - Así es, todo ha salido como esperabas, Gonerk. - le confirmó ella, sonriendo ampliamente, algo que no solía hacer. - Lo sabía, Bullier se alegrará de oírlo, deberías ir a buscarlo a la herrería, te ha echado de menos. - la instó, antes de volver a sus quehaceres.
Y en su camino hacia el negocio de su padre, el buen humor de la alada no hizo sino aumentar, ya que había regresado a su hogar y no se sentía incómoda con el ambiente que la rodeaba. Las miradas inquisitivas, los cuchicheos y comentarios ofensivos de sus vecinos habían sido sustituidos por amables saludos y breves pero agradables charlas, con lo que por primera vez en años, Ava podía disfrutar de un paseo por el modesto pueblo sin preocupaciones de ningún tipo.
- ¡Papá! - exclamó, tomando por sorpresa al toro, que estaba de espaldas, trabajando en uno de sus encargos. - Eh… ¡Ava! - la saludó, soltando las herramientas de inmediato para estrechar a la joven, que llegaba corriendo a abrazarlo. - Mi pequeña, que alegría que hayas vuelto, estas semanas se me han hecho larguísimas… - comentó, aumentando la confusión de Ivaran, que cada vez estaba más convencido de que el sueño estaba afectando de forma extraña a su acompañante.
- Puedo entender que su deseo más profundo sea volver al hogar, con su familia, pero hay algo que no me gusta… es casi como si el espejo estuviese construyendo una fantasía a su alrededor y ella la siguiese sin más. - pensó, al ver que la cuerva no comentaba nada respecto a ciertos detalles, como lo de la caravana, a la cual no pertenecía, o al tiempo que llevaba fuera de Midgard.
- Dame un momento cariño, terminaré la pieza y nos iremos a casa, Xila estará encantada de tenerte de nuevo con nosotros, sobretodo en su estado… - soltó el herrero, apartándose de su hija para acabar su trabajo y cerrar su tienda. - Ennie, ahora debo irme, nos vemos más tarde ¿te parece? - preguntó la morena, volviéndose hacia la insectoide e ignorando al peliblanco, ya que no formaba parte de su sueño. - ¡Claro! - cedió la pequeña, despidiéndose con un enérgico gesto antes de iniciar el camino hacia la cabaña de sus padres.
Siguiendo con el papel de mero espectador, el elfo caminó tras ellos en cuanto se pusieron en marcha, dando por hecho que a pesar de no haberla nombrado hasta el momento, Celene aparecería en la vivienda del toro, pero no fue así. - ¡Xila! ¿cómo te encuentras? ¿y mi hermano? - saltó enseguida la alada, acercándose a la mujer, que nada tenía que ver con su madre. - ¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué no está? - pronunció en voz baja, sin apartar la vista de la extraña de rasgos felinos y prominente barriga, que delataba su avanzado estado de gestación.
- Ava cariño, que bueno que hayas llegado, los dos estamos bien, aunque el bebé está algo inquieto últimamente, creo que tiene ganas de salir. - habló la fémina, acariciándose el vientre. - No falta mucho para que dé a luz así que me alegro de que hayas regresado a tiempo. - añadió, dedicando una cálida sonrisa a su hija postiza.
Porque en aquella fantasía no había lugar para Celene, había muerto cuando Ava apenas era una cría a causa de una enfermedad, antes de que sus acciones destruyesen el hogar que había construido con Bullier. Y tras un tiempo en que éste se dedicó por entero al cuidado de su pequeña, por fin había rehecho su vida con otra persona mucho mejor, una que sí sabría amarlo y hacerlo feliz.
Pero para el peliblanco nada tenía sentido, las dudas se agolpaban en su cabeza una detrás de otra, aunque la más importante era evidente… ¿Qué motivo podría llevar a que el sueño de su acompañante excluyese a su propia madre? ¿Había pasado algo malo entre las dos? Y de ser así, ¿qué había sido?
Frustrado por no poder verbalizar las preguntas que rondaban su mente, ya que eso levantaría sospechas, se mordió la lengua y se limitó a observar a aquella familia desde cierta distancia, atento a cualquier comentario de valor que pudiesen hacer. - ¿Ya has ido a ver a Ash? Ahora que has vuelto deberíais aprovechar para definir vuestra relación ¿no crees? - sugirió Xila de repente, llevando la conversación a un terreno diferente. - Hmm… aún no, pero tienes razón, debería ir… - susurró la joven, mucho más calmada de lo que habría estado en una situación romántica en el plano real.
- Me pasaré por su taller, no creo que tarde mucho. - agregó al poco, saliendo de la casa para dirigirse al centro de la aldea, pero para cuando alcanzó el puesto del curtidor, éste ya la estaba esperando. - Mi padre me avisó de tu llegada, bienvenida. - la saludó con una sonrisa, tomando las manos de la morena con suavidad.
- ¿Cuánto tiempo llevamos aquí ya? - caviló el hijo de los bosques, mientras veía a su compañera hablar con su ¿pareja? ¿de verdad era capaz de tratar con un hombre de forma tan cercana sin mostrarse cohibida? No, claro que no, todo aquello no era más que un sueño, en el que la muchacha se veía cada vez más a gusto y del que de seguir así, no querría salir. - Necesito respuestas, y para eso debo sacarla del espejo… - se dijo mentalmente, abandonando el segundo plano para intervenir y tomarla del brazo, apartándola de Ash.
- Ava, creo que deberíamos volver. - expuso, pero su propuesta no fue bien recibida. - ¿Volver? ¿por qué? - replicó, con el ceño levemente fruncido. - ¿Cómo que por qué? Esto que ves no es más que un truco de magia, una atracción para visitantes, no puedes quedarte aquí para siempre. - señaló, confirmando sus sospechas al ver el cambio en la expresión de la chica. Ante la idea de dejar aquel lugar, sus brillantes ojos del color del ámbar se volvieron vidriosos, como si estuviese a punto de echarse a llorar, aunque no llegó a hacerlo.
- Pero así es como debería haber sido todo… si ella no… - la frase quedó a medias, pero el elfo supo de inmediato a quién se estaba refiriendo y aumentó al presión de su agarre. - ¿Si ella no qué? Continúa. - pidió, pero la cuerva solo bajó la vista y guardó silencio, con expresión triste. - ¿Qué fue lo que ocurrió? Dímelo. - insistió, pero sin obtener resultado. - No podré sacarle nada en este estado, debo alejarla de la influencia del espejo. - reflexionó para sus adentros, y sin perder ni un instante, emprendió el camino de regreso por donde habían venido.
- Está bien, no quieres hablar de ello ahora, vale, ya lo harás más adelante, pero nos vamos. - se impuso, tirando de ella hacia el lugar en que se encontraba la salida. - Prefiero quedarme aquí… - susurró Ava, y de repente el hombre bestia les cortó el paso. - Ya la has oído, suéltala ahora mismo. - exigió el hijo mayor de Gonerk, con un tono poco amistoso. - No perderé el tiempo hablando con el producto de un reflejo, Ava, escúchame, lo único real que hay aquí dentro soy yo así que hazme caso, puede que el mundo ahí fuera no sea tan bonito ni ideal pero es el verdadero, es allí donde debes estar. - trató de hacerla entrar en razón. - A veces no resulta fácil pero no estás sola, tienes gente en la que apoyarte, tus amigos de la ciudad, a Raiza… - llegados a este punto vaciló unos segundos, pero continuó. - Y también a mí. - concluyó, aflojando un poco para no hacerle daño en el brazo.
- Si te quedas aquí no podré enseñarte Sandorai como querías, y aunque el espejo crea que este es tu sueño no me parece que esté completo, ¿dónde quedó todo eso de querer conocer mundo? - prosiguió, haciendo mención a lo que habían hablado aquella mañana. - Vamos, volvamos a Roilkat y sigamos a partir de ahí, algún día volverás a casa y si necesitas que alguien te ayude a enfrentar lo que te atormenta, yo estaré a tu lado. - se ofreció, aunque sonó mucho más dramático de lo que pretendía.
Su objetivo no había cambiado, solo quería decirle lo que fuese necesario para convencerla y sacarla de allí, sobretodo ahora que su curiosidad por su relación con Celene se había intensificado.
Sorprendida por sus palabras, la morena terminó dándose cuenta de que él tenía razón, y tras asentir con la cabeza, lo siguió hasta el espejo, echando un último vistazo a su versión soñada de Midgard antes de saltar al otro lado, donde los esperaba el más absoluto caos.
De vuelta en el domo de cristal, dos claros bandos discutían acaloradamente sobre lo que hacer con respecto a un tal Belov, si matarlo o no, ¿cómo se había llegado a aquella situación?
Ambos tardaron un par de minutos en reponerse de su viaje al sueño y entender lo que estaba pasando, momento en que a pesar del riesgo, decidieron ponerse del lado de los que defendían al niño. Sin embargo, todo se enrareció aún más cuando tres de los invitados, todos con el mismo aspecto, empezaron a acusarse entre ellos de ser impostores.
- Busquemos al niño aprovechando la confusión. - instó Ivaran, aunque no sería nada sencillo dar con el muchacho, menos aún si se había disfrazado.
Off: Tras la visita al mundo de los sueños, los hermanos se unen al bando que defiende a Belov e intentan dar con el niño.
- Yo también quiero ir… la próxima vez que la caravana salga hacia Verisar llévame contigo. - pidió la niña, poniéndole ojitos para que no se negase. - ¿Caravana? ¿de qué está hablando? - se preguntó el elfo, dándose la vuelta y descubriendo que a su espalda habían aparecido varias carretas y un grupo de hombres y mujeres bestia que se apresuraban a descargar las mercancías traídas desde el otro lado del río. - Si tus padres están de acuerdo, dejaré que me acompañes al próximo viaje. - contestó, mientras el bosque daba paso a la aldea.
- Ava, bienvenida a casa, no necesito preguntar, estoy seguro de que habéis conseguido cerrar el trato con los humanos. - la recibió un imponente individuo de marcados rasgos leónicos. - Así es, todo ha salido como esperabas, Gonerk. - le confirmó ella, sonriendo ampliamente, algo que no solía hacer. - Lo sabía, Bullier se alegrará de oírlo, deberías ir a buscarlo a la herrería, te ha echado de menos. - la instó, antes de volver a sus quehaceres.
Y en su camino hacia el negocio de su padre, el buen humor de la alada no hizo sino aumentar, ya que había regresado a su hogar y no se sentía incómoda con el ambiente que la rodeaba. Las miradas inquisitivas, los cuchicheos y comentarios ofensivos de sus vecinos habían sido sustituidos por amables saludos y breves pero agradables charlas, con lo que por primera vez en años, Ava podía disfrutar de un paseo por el modesto pueblo sin preocupaciones de ningún tipo.
- ¡Papá! - exclamó, tomando por sorpresa al toro, que estaba de espaldas, trabajando en uno de sus encargos. - Eh… ¡Ava! - la saludó, soltando las herramientas de inmediato para estrechar a la joven, que llegaba corriendo a abrazarlo. - Mi pequeña, que alegría que hayas vuelto, estas semanas se me han hecho larguísimas… - comentó, aumentando la confusión de Ivaran, que cada vez estaba más convencido de que el sueño estaba afectando de forma extraña a su acompañante.
- Puedo entender que su deseo más profundo sea volver al hogar, con su familia, pero hay algo que no me gusta… es casi como si el espejo estuviese construyendo una fantasía a su alrededor y ella la siguiese sin más. - pensó, al ver que la cuerva no comentaba nada respecto a ciertos detalles, como lo de la caravana, a la cual no pertenecía, o al tiempo que llevaba fuera de Midgard.
- Dame un momento cariño, terminaré la pieza y nos iremos a casa, Xila estará encantada de tenerte de nuevo con nosotros, sobretodo en su estado… - soltó el herrero, apartándose de su hija para acabar su trabajo y cerrar su tienda. - Ennie, ahora debo irme, nos vemos más tarde ¿te parece? - preguntó la morena, volviéndose hacia la insectoide e ignorando al peliblanco, ya que no formaba parte de su sueño. - ¡Claro! - cedió la pequeña, despidiéndose con un enérgico gesto antes de iniciar el camino hacia la cabaña de sus padres.
Siguiendo con el papel de mero espectador, el elfo caminó tras ellos en cuanto se pusieron en marcha, dando por hecho que a pesar de no haberla nombrado hasta el momento, Celene aparecería en la vivienda del toro, pero no fue así. - ¡Xila! ¿cómo te encuentras? ¿y mi hermano? - saltó enseguida la alada, acercándose a la mujer, que nada tenía que ver con su madre. - ¿Qué quiere decir esto? ¿Por qué no está? - pronunció en voz baja, sin apartar la vista de la extraña de rasgos felinos y prominente barriga, que delataba su avanzado estado de gestación.
- Ava cariño, que bueno que hayas llegado, los dos estamos bien, aunque el bebé está algo inquieto últimamente, creo que tiene ganas de salir. - habló la fémina, acariciándose el vientre. - No falta mucho para que dé a luz así que me alegro de que hayas regresado a tiempo. - añadió, dedicando una cálida sonrisa a su hija postiza.
Porque en aquella fantasía no había lugar para Celene, había muerto cuando Ava apenas era una cría a causa de una enfermedad, antes de que sus acciones destruyesen el hogar que había construido con Bullier. Y tras un tiempo en que éste se dedicó por entero al cuidado de su pequeña, por fin había rehecho su vida con otra persona mucho mejor, una que sí sabría amarlo y hacerlo feliz.
Pero para el peliblanco nada tenía sentido, las dudas se agolpaban en su cabeza una detrás de otra, aunque la más importante era evidente… ¿Qué motivo podría llevar a que el sueño de su acompañante excluyese a su propia madre? ¿Había pasado algo malo entre las dos? Y de ser así, ¿qué había sido?
Frustrado por no poder verbalizar las preguntas que rondaban su mente, ya que eso levantaría sospechas, se mordió la lengua y se limitó a observar a aquella familia desde cierta distancia, atento a cualquier comentario de valor que pudiesen hacer. - ¿Ya has ido a ver a Ash? Ahora que has vuelto deberíais aprovechar para definir vuestra relación ¿no crees? - sugirió Xila de repente, llevando la conversación a un terreno diferente. - Hmm… aún no, pero tienes razón, debería ir… - susurró la joven, mucho más calmada de lo que habría estado en una situación romántica en el plano real.
- Me pasaré por su taller, no creo que tarde mucho. - agregó al poco, saliendo de la casa para dirigirse al centro de la aldea, pero para cuando alcanzó el puesto del curtidor, éste ya la estaba esperando. - Mi padre me avisó de tu llegada, bienvenida. - la saludó con una sonrisa, tomando las manos de la morena con suavidad.
- ¿Cuánto tiempo llevamos aquí ya? - caviló el hijo de los bosques, mientras veía a su compañera hablar con su ¿pareja? ¿de verdad era capaz de tratar con un hombre de forma tan cercana sin mostrarse cohibida? No, claro que no, todo aquello no era más que un sueño, en el que la muchacha se veía cada vez más a gusto y del que de seguir así, no querría salir. - Necesito respuestas, y para eso debo sacarla del espejo… - se dijo mentalmente, abandonando el segundo plano para intervenir y tomarla del brazo, apartándola de Ash.
- Ava, creo que deberíamos volver. - expuso, pero su propuesta no fue bien recibida. - ¿Volver? ¿por qué? - replicó, con el ceño levemente fruncido. - ¿Cómo que por qué? Esto que ves no es más que un truco de magia, una atracción para visitantes, no puedes quedarte aquí para siempre. - señaló, confirmando sus sospechas al ver el cambio en la expresión de la chica. Ante la idea de dejar aquel lugar, sus brillantes ojos del color del ámbar se volvieron vidriosos, como si estuviese a punto de echarse a llorar, aunque no llegó a hacerlo.
- Pero así es como debería haber sido todo… si ella no… - la frase quedó a medias, pero el elfo supo de inmediato a quién se estaba refiriendo y aumentó al presión de su agarre. - ¿Si ella no qué? Continúa. - pidió, pero la cuerva solo bajó la vista y guardó silencio, con expresión triste. - ¿Qué fue lo que ocurrió? Dímelo. - insistió, pero sin obtener resultado. - No podré sacarle nada en este estado, debo alejarla de la influencia del espejo. - reflexionó para sus adentros, y sin perder ni un instante, emprendió el camino de regreso por donde habían venido.
- Está bien, no quieres hablar de ello ahora, vale, ya lo harás más adelante, pero nos vamos. - se impuso, tirando de ella hacia el lugar en que se encontraba la salida. - Prefiero quedarme aquí… - susurró Ava, y de repente el hombre bestia les cortó el paso. - Ya la has oído, suéltala ahora mismo. - exigió el hijo mayor de Gonerk, con un tono poco amistoso. - No perderé el tiempo hablando con el producto de un reflejo, Ava, escúchame, lo único real que hay aquí dentro soy yo así que hazme caso, puede que el mundo ahí fuera no sea tan bonito ni ideal pero es el verdadero, es allí donde debes estar. - trató de hacerla entrar en razón. - A veces no resulta fácil pero no estás sola, tienes gente en la que apoyarte, tus amigos de la ciudad, a Raiza… - llegados a este punto vaciló unos segundos, pero continuó. - Y también a mí. - concluyó, aflojando un poco para no hacerle daño en el brazo.
- Si te quedas aquí no podré enseñarte Sandorai como querías, y aunque el espejo crea que este es tu sueño no me parece que esté completo, ¿dónde quedó todo eso de querer conocer mundo? - prosiguió, haciendo mención a lo que habían hablado aquella mañana. - Vamos, volvamos a Roilkat y sigamos a partir de ahí, algún día volverás a casa y si necesitas que alguien te ayude a enfrentar lo que te atormenta, yo estaré a tu lado. - se ofreció, aunque sonó mucho más dramático de lo que pretendía.
Su objetivo no había cambiado, solo quería decirle lo que fuese necesario para convencerla y sacarla de allí, sobretodo ahora que su curiosidad por su relación con Celene se había intensificado.
Sorprendida por sus palabras, la morena terminó dándose cuenta de que él tenía razón, y tras asentir con la cabeza, lo siguió hasta el espejo, echando un último vistazo a su versión soñada de Midgard antes de saltar al otro lado, donde los esperaba el más absoluto caos.
De vuelta en el domo de cristal, dos claros bandos discutían acaloradamente sobre lo que hacer con respecto a un tal Belov, si matarlo o no, ¿cómo se había llegado a aquella situación?
Ambos tardaron un par de minutos en reponerse de su viaje al sueño y entender lo que estaba pasando, momento en que a pesar del riesgo, decidieron ponerse del lado de los que defendían al niño. Sin embargo, todo se enrareció aún más cuando tres de los invitados, todos con el mismo aspecto, empezaron a acusarse entre ellos de ser impostores.
- Busquemos al niño aprovechando la confusión. - instó Ivaran, aunque no sería nada sencillo dar con el muchacho, menos aún si se había disfrazado.
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Ava Kenrith
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
-"Eso" era la causa de todo el éter viciado.-Dijo, poniéndose alerta.
Frunció el ceño mientras hablaba la mujer demoníaca, si las miradas matasen, la de Helena sería como un cuchillo bien afilado.
-Bruja Oniria-Se adelantó un paso por delante de todo en el grupo en dirección a la mujer demoníaca en cuanto esta agarró a uno de los niños.-Recuerdo tu historia... ¿A qué se debe esa obsesión por los niños?
Entonces la mandó a callar. Ignoró por completo sus comentarios, cosa que molestó a la bruja. La razón de que la mandara a callar era para revelar sus intenciones. Cambiaría a los niños por ellos, si no lograban salir de allí a tiempo. Lamentablemente, no tendría ocasión de hablar con Oniria, ni tampoco de darle un par de puñetazos en esa cara de engreída que llevaba. Si estuviesen en el mundo real, otro gallo cantaría.
Todos echaron a correr, Helena se quedó rezagada tan solo unos instantes, mirando a Oniria con desafío.
-Te invito a visitar Midgard, el mundo real. Si te atreves, me encantaría repasarte esa horrible cara a guantazos. Sin trucos.-Antes de echar a correr, le guiñó un ojo, seguido del esbozo de una sonrisilla pícara.-A no ser que me tengas miedo.
Era una bocazas, ella misma lo sabía, pero no se perdonaría haber dejado a Oniria con la satisfacción de verla como un simple presa. Sabía que escaparía, no dudaba de sus habilidades, y su personalidad temeraria la hacía sentirse confiada en que le gustaría ver a la bruja demoníaca en su terreno, para demostrar quién de las dos era más poderosa. Simplemente sería una demostración de arrogancia y poder, pero las historias hablarían de ella como algo parecido a una diosa. Y le gustaba.
Logró alcanzar en la carrera al grupo de rescatadores humanitarios sin ánimo de lucro. Cada uno tenía un par de niños, y los que le corresponderían a ellas corrían cansados y quedándose rezagados; culpa suya, no atendió a las órdenes del tal Gaegel debido a su egocentrismo.
En carrera, agarró a los pequeños y se los puso cada uno a un costado.
-¡Mantened los ojos cerrados! ¡O si no, os soltaré aquí en medio!
De forma instantánea, los niños cerraron los ojos con fuerza, más por la amenaza de Helena que por las consecuencias que ello podría desencadenar.
-¡Helena, detente!-Una voz, tan familiar como anhelada por sus oídos se hizo eco. Tras de sí, a tan solo pocos metros. Era la voz de Matthew Owens, antiguo virrey de Ciudad Lagarto.
La Rhodes frenó su carrera, hasta detenerse completamente. Cerró los ojos, su parte consciente y lógica no la había abandonado, pero sus piernas no respondían.
-Regresa conmigo.-La voz sonó más cerca, tan solo a centímetros de su nuca. Era cálida, acogedora y... era él, sin lugar a dudas.
Con el gesto contraído, Helena intentó no sucumbir ante ese lamentable truco.
-...ni se os ocurra abrir los ojos...-Le dijo a los niños.
Con gran pesar en parte de su corazón, reemprendió su marcha, a gran velocidad. Tenía que salir de allí, abrió los ojos con miedo, ya que necesitaba ver lo que tenía delante y rezó a todos los dioses antiguos y nuevos en un solo instante para que ninguna de esas criaturas estuviese esperándola. Por suerte, no fue así.
La salida estaba cerca, tan solo tenía que saltar al otro lado del espejo para acabar con aquella locura.
___________________________________________________________________________Frunció el ceño mientras hablaba la mujer demoníaca, si las miradas matasen, la de Helena sería como un cuchillo bien afilado.
-Bruja Oniria-Se adelantó un paso por delante de todo en el grupo en dirección a la mujer demoníaca en cuanto esta agarró a uno de los niños.-Recuerdo tu historia... ¿A qué se debe esa obsesión por los niños?
Entonces la mandó a callar. Ignoró por completo sus comentarios, cosa que molestó a la bruja. La razón de que la mandara a callar era para revelar sus intenciones. Cambiaría a los niños por ellos, si no lograban salir de allí a tiempo. Lamentablemente, no tendría ocasión de hablar con Oniria, ni tampoco de darle un par de puñetazos en esa cara de engreída que llevaba. Si estuviesen en el mundo real, otro gallo cantaría.
Todos echaron a correr, Helena se quedó rezagada tan solo unos instantes, mirando a Oniria con desafío.
-Te invito a visitar Midgard, el mundo real. Si te atreves, me encantaría repasarte esa horrible cara a guantazos. Sin trucos.-Antes de echar a correr, le guiñó un ojo, seguido del esbozo de una sonrisilla pícara.-A no ser que me tengas miedo.
Era una bocazas, ella misma lo sabía, pero no se perdonaría haber dejado a Oniria con la satisfacción de verla como un simple presa. Sabía que escaparía, no dudaba de sus habilidades, y su personalidad temeraria la hacía sentirse confiada en que le gustaría ver a la bruja demoníaca en su terreno, para demostrar quién de las dos era más poderosa. Simplemente sería una demostración de arrogancia y poder, pero las historias hablarían de ella como algo parecido a una diosa. Y le gustaba.
Logró alcanzar en la carrera al grupo de rescatadores humanitarios sin ánimo de lucro. Cada uno tenía un par de niños, y los que le corresponderían a ellas corrían cansados y quedándose rezagados; culpa suya, no atendió a las órdenes del tal Gaegel debido a su egocentrismo.
En carrera, agarró a los pequeños y se los puso cada uno a un costado.
-¡Mantened los ojos cerrados! ¡O si no, os soltaré aquí en medio!
De forma instantánea, los niños cerraron los ojos con fuerza, más por la amenaza de Helena que por las consecuencias que ello podría desencadenar.
-¡Helena, detente!-Una voz, tan familiar como anhelada por sus oídos se hizo eco. Tras de sí, a tan solo pocos metros. Era la voz de Matthew Owens, antiguo virrey de Ciudad Lagarto.
La Rhodes frenó su carrera, hasta detenerse completamente. Cerró los ojos, su parte consciente y lógica no la había abandonado, pero sus piernas no respondían.
-Regresa conmigo.-La voz sonó más cerca, tan solo a centímetros de su nuca. Era cálida, acogedora y... era él, sin lugar a dudas.
Con el gesto contraído, Helena intentó no sucumbir ante ese lamentable truco.
-...ni se os ocurra abrir los ojos...-Le dijo a los niños.
Con gran pesar en parte de su corazón, reemprendió su marcha, a gran velocidad. Tenía que salir de allí, abrió los ojos con miedo, ya que necesitaba ver lo que tenía delante y rezó a todos los dioses antiguos y nuevos en un solo instante para que ninguna de esas criaturas estuviese esperándola. Por suerte, no fue así.
La salida estaba cerca, tan solo tenía que saltar al otro lado del espejo para acabar con aquella locura.
Off: Pues... me ha salido la mejor runa de todas (justo cuando no tenía que hacerlo... ¿Hija de Odín? Para cuando le conviene... (?)). Elijo que salga la mamá de Terric. Los esfuerzos por sacar a los niños que portaba han sido en vano, espero que Máster Ansur me dé una recompensa cuantiosa por ello, que no trabajo gratis e_e
Última edición por Helena Rhodes el Vie Mar 03, 2023 10:32 pm, editado 2 veces
Helena Rhodes
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
El miembro 'Helena Rhodes' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Un aliado improvisado salió de la nada, sorprendiendo tanto a Alward como a Katrina, más a esta segunda, pues era alguien con sus mismas capacidades. Al principio, la vampiresa de níveos cabellos no supo cómo reaccionar, pero tras ver la iniciativa que tenía el extraño y el plan que estaba llevando a cabo, pronto supo qué hacer; exactamente lo que estaba ocurriendo, ni más ni menos. El caos y la duda rompían cualquier mente, y allí ambos estaban desatados. Impulsó al aire pensamientos aún más confusos y caóticos, pensando en que uno de los impostores que se hacían pasar por Zagreus tenía razón, el otro también; siempre a favor de la gente que predicaba a favor de la seguridad de Belov.
Pero no se quedó conforme con eso, y con una mirada penetrante y afilada, le proyectó al Zagreus original (o al menos al que predicaba querer matar a Belov) todas sus malas intenciones y funestos deseos, acompañado todo de un grito horripilante como el de una mujer a la que acababan de acuchillar por la espalda [1].
Pero, ¿Dónde entraba Alward en ese plan? Bien cierto era que dar vueltas por el domo preguntando por Belov no era una táctica inteligente, y menos si el chico había decidido esconderse en uno de esos disfraces (lo que habría hecho cualquiera en su situación, y lo más lógico). Era imposible averiguar su verdadera identidad, por lo que no le quedaba otra que también tomar la apariencia de Zagreus y seguir la misma estrategia que el desconocido vampiro de la voz.
-Menudo... mal gusto.-Se dijo en voz baja mientras se observaba en un espejo, con la apariencia de Zagreus usurpada.
Para poder buscar a Belov, lo mejor era que la gente siguiera confusa y sin saber qué hacer. Así, podría dar margen, no sólo a él, sino a quienes quisieran salvar al niño, para que lo buscaran. Sacó de entre sus pertenencias un saquito que contenía un incienso especial y, con el encantamiento que poseía Værdi, su espada diestra (la cual desenvainó), lo quemó [1].
Aquel incienso olía bien, tan bien como para crear alucinaciones. Y de eso se llenó repentinamente el domo, de multitud de Zagreus discutiendo entre sí, alzando la voz los unos encima de otros, todos a favor de Belov, todos pidiendo que no lo tocaran o se las verían con él, predicando que el usurpador que había robado su apariencia y hablaba en contra de mantener con vida al joven Belov era un mentiroso, usurero e impostor [2].
Alward se unió a las decenas de Zagreus en su intento por convencer a la gente, pero sin quitar atención de todo movimiento que ocurría a su alrededor. Llegó un momento en el que hubo más Zagreus que gente corriente, y con tantas voces superpuestas empezaron a dejar de escuchar con claridad qué decían. Alward ni tan siquiera se podía oír en su propia mente, esperaba que eso bastara para empezar a buscar al joven Belov y ponerlo a salvo. Ese era el momento de escabullirse e intentarlo.
_______________________________________________________________
Off:
-Habilidad usada [1] --> Mirada del Silencio [1 uso - Duración 1 turno]: Una mirada silenciosa a los ojos de un objetivo es capaz de transmitirle tal terror que lo deja mudo y paralizado.
-Encantamiento de arma [1]: Arma de Fuego (Nivel Experto).
-Objeto usado [2]: INCIENSO DE JÓLMUNDRÖM --> Al quemarse, produce en quienes respiren su humo un estado de conciencia alterado capaz de provocar visiones, individuales o colectivas. Puede usarse tanto con fines recreativos como para distraer enemigos. En este último caso, la distracción durará un turno y deberéis aseguraros de no respirar también el humo del incienso.
Bueno, pues sigo el plan de Bio. Katrina echa todo las energías que tiene para intentar sembrar dudas colectivas y llevarse a su terreno a la gente para convencerla. Alward, por su parte, se disfraza de Zagreus e invoca a su vez una alucinación donde un ejército de Zagreus invade el domo para advertir/amenazar (siguiendo la línea de villano que ha tomado Bio, con risa maligna incluida) de que no se toque al niño o habrá consecuencias... malas, supongo (?). Se viene la Zagreusmanía u.u
Alward Sevna
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Pude escuchar cómo la mujer que nos acompañaba se encargaba de retar a la bruja a ir a Midgar para tener una confrontación en toda regla, y no en donde el lugar le daría ventaja a ella. No iba a impedir que esa mujer liberara aquellos sentimientos. Había cosas por hacer, y no había tiempo para detenerse.
En el transcurso pude notar cómo Meleis, quien era quien iba adelante de nosotros salía por fin. Suspiré levemente aliviado por el. Miraba de reojo a los niños que conducía. - Así... Vamos bien. - Podía escuchar por detrás los horrores que estaban siguiéndonos. No iba a negar que sentía la curiosidad de voltear para saber de qué se trataba exactamente, pero bueno. Debía de atender las indicaciones del juego macabro de la bruja. No iba a negar que yo también tenía unas ganas tremendas de retar a esa odiosa bruja a un combate.
No pasó mucho tiempo cuando ahora fue Ryra quien salió. Aunque solo lo hizo ella. Al mismo tiempo la madre de Terric empujaba a su hijo para salir de allí, así como también la mujer que había retado a la bruja Oniria. - Carajo. ¿No podían ser como Meleis y llevarse también a los niños? - Dije mientras me detenía. Cuando los niños se vieron solos comenzaron a sollozar. - Hey niños, yo todavía no me he ido. No los voy a dejar solos hasta que salgamos de aquí todos.
Me estaba comenzando a molestar. La idea de seguirle el juego ya no estaba funcionando. Noté una abertura en aquel mundo y tras mirar de reojo a la madre de Terric y le di un empujón para que saliera. - Muy bien bruja Oniria. ¿Te diviertes jugando con unos pobres niños indefensos?... ¿Por qué no tratas de jugar con alguien de tu tamaño? - Comenté en un tono de voz retadora.
Mientras tanto, al otro lado del espejo se encontraba la bruja de cabellera oscura. - Rayos. ¿Por qué no salen esos tontos? - Decía mirando el espejo con molestia. Una vez que salió la madre de Terric se acercó al espejo y lo tocó. Pero esta vez no pasaba nada. Volvía a ser un espejo común y corriente. - Maldita bruja desgraciada. Debí de quedarme allí para envolverla en mis llamas. - Eran los pensamientos de Ryra mientras observaba con impotencia el espejo.
Luego de un rato se cruzó de brazos y se acercó a Meleis, acariciando delicadamente su espalda. Era evidente que esta situación lo alteraría. Tener a su hermana en ese lugar, sin poder alcanzarla ni ayudarla era algo frustrante. - Descuida Meleis. Ellos encontrarán la forma de salir de allí. - Sonrió de medio lado con la intención de trasmitirle confianza. - Al menos espero que así sea. - En sus adentros era un manojo de nervios, pero no podía darse el lujo de mostrarse intranquila por el bienestar de Meleis.
OFF: Jesucristo vencedor, aplaca tu ira y tu rigor (?).
En el transcurso pude notar cómo Meleis, quien era quien iba adelante de nosotros salía por fin. Suspiré levemente aliviado por el. Miraba de reojo a los niños que conducía. - Así... Vamos bien. - Podía escuchar por detrás los horrores que estaban siguiéndonos. No iba a negar que sentía la curiosidad de voltear para saber de qué se trataba exactamente, pero bueno. Debía de atender las indicaciones del juego macabro de la bruja. No iba a negar que yo también tenía unas ganas tremendas de retar a esa odiosa bruja a un combate.
No pasó mucho tiempo cuando ahora fue Ryra quien salió. Aunque solo lo hizo ella. Al mismo tiempo la madre de Terric empujaba a su hijo para salir de allí, así como también la mujer que había retado a la bruja Oniria. - Carajo. ¿No podían ser como Meleis y llevarse también a los niños? - Dije mientras me detenía. Cuando los niños se vieron solos comenzaron a sollozar. - Hey niños, yo todavía no me he ido. No los voy a dejar solos hasta que salgamos de aquí todos.
Me estaba comenzando a molestar. La idea de seguirle el juego ya no estaba funcionando. Noté una abertura en aquel mundo y tras mirar de reojo a la madre de Terric y le di un empujón para que saliera. - Muy bien bruja Oniria. ¿Te diviertes jugando con unos pobres niños indefensos?... ¿Por qué no tratas de jugar con alguien de tu tamaño? - Comenté en un tono de voz retadora.
Mientras tanto, al otro lado del espejo se encontraba la bruja de cabellera oscura. - Rayos. ¿Por qué no salen esos tontos? - Decía mirando el espejo con molestia. Una vez que salió la madre de Terric se acercó al espejo y lo tocó. Pero esta vez no pasaba nada. Volvía a ser un espejo común y corriente. - Maldita bruja desgraciada. Debí de quedarme allí para envolverla en mis llamas. - Eran los pensamientos de Ryra mientras observaba con impotencia el espejo.
Luego de un rato se cruzó de brazos y se acercó a Meleis, acariciando delicadamente su espalda. Era evidente que esta situación lo alteraría. Tener a su hermana en ese lugar, sin poder alcanzarla ni ayudarla era algo frustrante. - Descuida Meleis. Ellos encontrarán la forma de salir de allí. - Sonrió de medio lado con la intención de trasmitirle confianza. - Al menos espero que así sea. - En sus adentros era un manojo de nervios, pero no podía darse el lujo de mostrarse intranquila por el bienestar de Meleis.
OFF: Jesucristo vencedor, aplaca tu ira y tu rigor (?).
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Gaegel
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Ajena a su entorno, la dragona meditaba sobre la variedad de sus respuestas, agarrada del brazo de su acompañante para no perderse. El sonido del cristal brutalizado se perdió, lejano, como si lo oyese desde debajo del agua, y solo cuando el gran rostro dominó los espejos salió ella de su ensimismación.
Si aquel hombre no hubiese proferido amenazas, le habría caído simpático. El pelo blanco, los ojos claros, la palidez de su piel, le despertaban esa confianza familiar que le recordaba a los suyos.
—Creo que alguien hizo enojar al espejo— Ella no pudo sino asentir ante esa afirmación.
El caos se adueñó de la, hasta entonces, animada e interesante feria. La gente corriendo los empujaba sin ninguna intención más que la de huir. El calor del gentío se le hizo asfixiante combinado con la cacofonía de lamentos, gritos, proclamas y forzosas respiraciones fruto del pánico.
—Está bien. Pero hay que buscar al muchacho. Si mi plan no funciona, cazaremos al sujeto.-Aceptó, solicita, pero con el silencioso temor de que, al intentar atravesar la cúpula, la hicieran estamparse contra el suelo o algo similar.
—Víctor.— Susurro, en un tono bajo, pero firme.-Vamos a salir de aquí. Si no logro romper la cúpula, y no encontramos al sujeto… De ser necesario haré una “limpieza” general del lugar, pero te sacaré de aquí.-Prometió, con total seriedad, esperando que su disposición a masacrar a todos los paisanos del lugar lo calmase.
Preparada para seguir el plan, se soltó del brazo del vampiro y se alejó unos metros, en donde el caos que pudiera generar no le azotase tan directamente. Sin advertir en lo más mínimo a los desconocidos que la rodeaban, adoptó su forma de dragón.
El inmenso leviatán blanco, de cuatro metros de eslora, y con sendas espinas protuberantes entre las escamas de diversas partes de su cuerpo, empujo en su aparición a varias personas, haciéndolas caer unas sobre otras, contribuyendo al caos.
Sin esperar a que estas se levantasen, se impulsó sobre las patas traseras, desplegó violentamente las alas, y se lanzó a volar hacia la cúpula.
Tras de si quedaron gritos, insultos y demás de aquellas personas que, a medio alzarse, fueron derribadas de nuevo por su aleteo.
Refractado en la cúpula, Arygos contemplo como su rostro le devolvía la mirada, como se hacía más grande, y se obligó a tragarse sus dudas. "Saldrá bien" se repitió a sí misma como un mantra, y se arrojó contra el techo.
Offrol: sigo el plan de Bio de convertirme en dragon e intentar salir por el centro de la cúpula en el techo.
Si aquel hombre no hubiese proferido amenazas, le habría caído simpático. El pelo blanco, los ojos claros, la palidez de su piel, le despertaban esa confianza familiar que le recordaba a los suyos.
—Creo que alguien hizo enojar al espejo— Ella no pudo sino asentir ante esa afirmación.
El caos se adueñó de la, hasta entonces, animada e interesante feria. La gente corriendo los empujaba sin ninguna intención más que la de huir. El calor del gentío se le hizo asfixiante combinado con la cacofonía de lamentos, gritos, proclamas y forzosas respiraciones fruto del pánico.
—Está bien. Pero hay que buscar al muchacho. Si mi plan no funciona, cazaremos al sujeto.-Aceptó, solicita, pero con el silencioso temor de que, al intentar atravesar la cúpula, la hicieran estamparse contra el suelo o algo similar.
—Víctor.— Susurro, en un tono bajo, pero firme.-Vamos a salir de aquí. Si no logro romper la cúpula, y no encontramos al sujeto… De ser necesario haré una “limpieza” general del lugar, pero te sacaré de aquí.-Prometió, con total seriedad, esperando que su disposición a masacrar a todos los paisanos del lugar lo calmase.
Preparada para seguir el plan, se soltó del brazo del vampiro y se alejó unos metros, en donde el caos que pudiera generar no le azotase tan directamente. Sin advertir en lo más mínimo a los desconocidos que la rodeaban, adoptó su forma de dragón.
El inmenso leviatán blanco, de cuatro metros de eslora, y con sendas espinas protuberantes entre las escamas de diversas partes de su cuerpo, empujo en su aparición a varias personas, haciéndolas caer unas sobre otras, contribuyendo al caos.
Sin esperar a que estas se levantasen, se impulsó sobre las patas traseras, desplegó violentamente las alas, y se lanzó a volar hacia la cúpula.
Tras de si quedaron gritos, insultos y demás de aquellas personas que, a medio alzarse, fueron derribadas de nuevo por su aleteo.
Refractado en la cúpula, Arygos contemplo como su rostro le devolvía la mirada, como se hacía más grande, y se obligó a tragarse sus dudas. "Saldrá bien" se repitió a sí misma como un mantra, y se arrojó contra el techo.
Offrol: sigo el plan de Bio de convertirme en dragon e intentar salir por el centro de la cúpula en el techo.
Arygos Valnor
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Es posible que Rauko si tuviera razón al decir que este sitio era más raro que vaca sin cabeza, después de todo, un universo en el que todo fueran osos era bastante delirante. Lo que me hacía pensar que igual si no conseguía sorprenderme es que estaba juntándome con demasiada gente que acostumbraba a tener aventuras delirantes.
Pero por suerte, no iba a tener tiempo de ponerme a pensar en como hacían algunos para encontrar locuras allá donde iban porque el oso soñador se nos apareció para increparnos por ser poco osos, especialmente a mi, que a pesar de no ser Vincent era lo suficientemente similar como para que el oso quisiera destruirme. Al menos la Zelas que no conocía previamente parecía ser tan razonable como poderosa y dejó en ridículo al oso con su propio ataque. Una pena que se tomara a mal la vergüenza y lanzara a los osos nube contra nosotros. Mientras el resto luchábamos por nuestra vida, lo que en mi caso consistió en coger una silla oso para batear a las oso nubes que se precipitaban sobre nosotros, que por suerte mantenían alguna versión retorcida de las propiedades de las nubes reales y al ser golpeadas se convertían en charcos con forma de oso y sorprendente suavidad.
No se bien que pasó, pero de repente pasamos de estar luchando contra ese mundo de osos, menos Zelas, que parecía estar teniendo una profunda conversación con el individuo que trataba de matarnos, a aparecer en el mundo real. Me podría preocupar de si realmente había regresado o esto era un sueño dentro de un sueño, pero tras la propuesta de que Rauko repartiera biusas asumí que no importaba tanto mientras pudiera comerlas.
- Que sean tres si es posible. Después de que casi nos osifiquen necesitamos un poco de felicidad. Por cierto Zelas, ¿conseguiste convencerle tu de despertarse?
Mientras esperaba mi biusa me empecé a fijar en el ambiente que nos rodeaba, y que parecía haberse vuelto totalmente loco en nuestra ausencia. Parecía haber gente buscando a un niño para matarle mientras otros le buscaban para salvarle, aunque igual lo preocupante era que el aire empezaba a notarse más pesado. «No hombre, no. Ya he tenido suficiente con tener que pegarme con gente para evitar que me asfixien una vez este año, y no me apetece repetir la experiencia.»
- Esto es insultante. ¿Qué es eso de encerrar a gente en una cúpula y amenazarles con morir todos si no masacran a un niño? Es un ataque a todos los mercenarios honrados que matamos a gente a cambio de dinero. Porque una cosa es que decidas hacerlo por tu cuenta y matarlo tu mismo, eso se puede respetar. ¿Pero obligar a gente a asesinar bajo amenazas teniendo profesionales que solo buscan un pago justo? Así no se puede.- La indignación por semejante devaluación de mi trabajo era intensa, pero el olor del aire viciado por toda la gente volviéndose loca y corriendo lo era aún más. Por lo que me giré de nuevo hacia Zelas para hacerle una consulta.- No es que no me gustaría enseñarle a ese bastardo que no se juega con el trabajo de otros, pero agradecería aún más no ahogarme. ¿Qué opinas de usar tu llave mágica y pirarnos de aquí en cuanto hayamos disfrutado de esas maravillosas biusas?
Pero por suerte, no iba a tener tiempo de ponerme a pensar en como hacían algunos para encontrar locuras allá donde iban porque el oso soñador se nos apareció para increparnos por ser poco osos, especialmente a mi, que a pesar de no ser Vincent era lo suficientemente similar como para que el oso quisiera destruirme. Al menos la Zelas que no conocía previamente parecía ser tan razonable como poderosa y dejó en ridículo al oso con su propio ataque. Una pena que se tomara a mal la vergüenza y lanzara a los osos nube contra nosotros. Mientras el resto luchábamos por nuestra vida, lo que en mi caso consistió en coger una silla oso para batear a las oso nubes que se precipitaban sobre nosotros, que por suerte mantenían alguna versión retorcida de las propiedades de las nubes reales y al ser golpeadas se convertían en charcos con forma de oso y sorprendente suavidad.
No se bien que pasó, pero de repente pasamos de estar luchando contra ese mundo de osos, menos Zelas, que parecía estar teniendo una profunda conversación con el individuo que trataba de matarnos, a aparecer en el mundo real. Me podría preocupar de si realmente había regresado o esto era un sueño dentro de un sueño, pero tras la propuesta de que Rauko repartiera biusas asumí que no importaba tanto mientras pudiera comerlas.
- Que sean tres si es posible. Después de que casi nos osifiquen necesitamos un poco de felicidad. Por cierto Zelas, ¿conseguiste convencerle tu de despertarse?
Mientras esperaba mi biusa me empecé a fijar en el ambiente que nos rodeaba, y que parecía haberse vuelto totalmente loco en nuestra ausencia. Parecía haber gente buscando a un niño para matarle mientras otros le buscaban para salvarle, aunque igual lo preocupante era que el aire empezaba a notarse más pesado. «No hombre, no. Ya he tenido suficiente con tener que pegarme con gente para evitar que me asfixien una vez este año, y no me apetece repetir la experiencia.»
- Esto es insultante. ¿Qué es eso de encerrar a gente en una cúpula y amenazarles con morir todos si no masacran a un niño? Es un ataque a todos los mercenarios honrados que matamos a gente a cambio de dinero. Porque una cosa es que decidas hacerlo por tu cuenta y matarlo tu mismo, eso se puede respetar. ¿Pero obligar a gente a asesinar bajo amenazas teniendo profesionales que solo buscan un pago justo? Así no se puede.- La indignación por semejante devaluación de mi trabajo era intensa, pero el olor del aire viciado por toda la gente volviéndose loca y corriendo lo era aún más. Por lo que me giré de nuevo hacia Zelas para hacerle una consulta.- No es que no me gustaría enseñarle a ese bastardo que no se juega con el trabajo de otros, pero agradecería aún más no ahogarme. ¿Qué opinas de usar tu llave mágica y pirarnos de aquí en cuanto hayamos disfrutado de esas maravillosas biusas?
Corlys Glokta
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Los debates seguían tomando lugar dentro del domo, ganando fuerza la facción decidida a proteger al tal Belov. Resultaba absurdo el defender a un desconocido por más que se tratase de un infante si eso supondría tu muerte. El simple hecho de que aquel ente de los espejos que había tomado mi rostro hiciera todo aquel esfuerzo para terminar con él, era suficiente justificación para entender que algo ocultaba ese supuesto niño.
Las personas seguían alteradas por las amenazas del espejo, el quedarse sin aire parecía una muerte tortuosa, pero incluso en aquel domo de gran tamaño tal proeza supondría horas, incluso estando la mayoría de integrantes hiperventilando. Si realmente fuera una amenaza hubiese sido más determinante, quizás poner un límite de tiempo empleando su famoso “cuarenta y dos”, pero no… Incluso colocaba la responsabilidad de liquidar a Belov en nuestras manos, dando a entender que en realidad aquella figura resultaba impotente fuera de su mundo de espejos.
Tal idea parecía no ser contemplada por el resto, el miedo y la angustia se apoderaban de la multitud y pocos se dignaba a discutir que tenía aquel Belov de especial como para tal alboroto, ¿Acaso había otra alternativa de escape de aquel lugar? Nadie parecía usar su maldito cerebro para comprender la situación.
Mis palabras habían llamado la atención de varios de los que se encontraban cerca de mí, pero al otro lado del domo un sonido similar a la voz del espejo llamó mi atención y la de la mayoría de los presentes. Sabía que no se trataba del ente, sino de un impostor, sospecha que quedó respondida cuando crucé miradas con aquel sujeto que con un disfraz usurpaba mi apariencia y proclamaba desacreditar mis palabras.
Mi irritación se hizo presente mientras lo observaba con una sonrisa torva. Su plan resultaba ingenioso dentro de la improvisación, obligándome a buscar alternativas para recuperar el control. El usurpador parecía haber logrado su objetivo, ya que en los rostros del resto se asomaba una confusión genuina. Confusión que se hizo incluso más evidente cuando a partir de la orden del impostor otro sujeto tomaba mi apariencia.
Al ver como el plan del sujeto tomaba fuerzas, desautorizándome e inclinando la balanza en pro de la salvación del joven, tomé una pequeña galleta(1) de mi bolsillo de objetos que ya tenía preparado y la coloqué en mi boca.
La ira aumentaba con cada sujeto que tomaba mi rostro como disfraz. Era capaz de permitir la situación de los espejos, ya que había ideado una forma de sacar provecho, pero el simple hecho de que aquellos ignorantes usaran mis pieles me parecía el peor insulto que había recibido. Todos eran indignos y desmeritaban mi nombre e imagen. La sangre me hervía mientras luchaba en mis adentros para no ceder a la rabia y buscar una alternativa racional.
La galleta tenía un sabor seco, como si se tratase de una combinación de polvo, tierra y arena; pero lo que me importaba era su efecto a pesar de su desagradable textura. La masa apenas comestible bailaba en mi boca, pero antes de poder tragarla y proceder a hacer uso de la misma una avalancha de ideas intrusivas arremetió ante mí. Pensamientos funestos y de culpa, imágenes de muerte y arrepentimiento. Por unos segundos supuse que se trataban de remanentes de mi sueño onírico dentro del espejo, pero luego la suposición de que sería la consecuencia de aquel manipulador o de algún otro necio con complejo de "héroe" capaz de infundir esos pensamientos correspondía la conclusión más lógica.
Los de la raza maldita solían ser los especializados en ese tipo de habilidades, y el simple hecho de suponer que aquellos que entorpecían mis planes resultaban ser vampiros me causaba especial rechazo. ¿Cuál era el afán de jugar a ser el héroe?, ¿acaso no entendían lo malo de ser bueno en este mundo cruel?
La marea de ideas acompañadas por el grito desgarrador no supuso ningún efecto en mis toscas emociones. Las imágenes y pensamientos intrusivos parecían un juego infantil en comparación con los recuerdos y memorias de mi vida. No sentía lástima ni miedo, solo rabia por las intenciones fútiles de aquellos que interferían en aquel domo.
Sin embargo, mis músculos parecían no querer reaccionar a mis comandos mientras las ideas seguían colapsando mi cerebro. Entendía con claridad que era víctima de algún poder y mi movimiento se había limitado. Era vulnerable mientras mis ojos seguían viendo el desconcierto del público. La paralización era sencillamente un mecanismo inconsciente y primitivo ante la imposibilidad de procesar aquellas imágenes. Sin duda se trataba de una habilidad interesante que hizo que para mis adentros sonriera impotente.
Los segundos se hacían densos y el tiempo parecía pasar con mayor lentitud. Mientras lidiaba con aquel control, más y más personas parecían tomar mi apariencia y discutir entre ellos a favor de cooperar para proteger a Belov. Ver mi rostro profanado sin poder actuar parecía una cruel pesadilla. No sabría cuanto más duraría aquella abulia, parecía que ya las personas no se fijaban en mí, aunque estuviese inmóvil. Así que tragué con dificultad aquella pasta que llevaba varios minutos desintegrándose en mi boca.
Di una orden en mi cerebro mientras mi lengua involuntariamente trataba de acompañar aquella habla subvocal: “Sombra, ve y busca a Belov y asesínalo, no dudes si lo encuentras y si no es así, daña a quien esté distraído y no pueda reaccionar, desata el caos y que la histeria gane".
La sombra tomaba mi forma y centrada en su misión se mezclaba entre el ejército de Zagreus que discutía erráticamente. Entre los reflejo de los espejos y las sombras de los otros "yo", la proyección se sentía en plena libertad para proceder con su objetivo y moverse sin cadenas. Quizás la primera orden parecía poco viable para aquel constructo oscuro, pero incluso si era capaz de agredir a alguien y abrir la caja de pandora dentro del domo ya sería suficiente para las ideas que iba barajando.
Parecía que el bando protector se debía estar relamiendo los labios saboreando su “victoria”, pero lo que no sabían es que al quitar los ojos de mí y provocar aquel escenario de pesadilla narcisista con el ejército de impostores con mi rostro, ahora solo faltaba mover una ficha, detonar el caos y propiciar que su objetivo se viera entorpecido por sus propias acciones. Nadie parecía ceder aún al terror ante las amenazas del espejo o incluso las mías, pero bastaba un pequeño empujoncito para desatar una auténtica pesadilla para todos. Un plan que quizás no me agradaba del todo, pero que ante la necesidad de actuar parecía ser la única opción viable.
_____________________Las personas seguían alteradas por las amenazas del espejo, el quedarse sin aire parecía una muerte tortuosa, pero incluso en aquel domo de gran tamaño tal proeza supondría horas, incluso estando la mayoría de integrantes hiperventilando. Si realmente fuera una amenaza hubiese sido más determinante, quizás poner un límite de tiempo empleando su famoso “cuarenta y dos”, pero no… Incluso colocaba la responsabilidad de liquidar a Belov en nuestras manos, dando a entender que en realidad aquella figura resultaba impotente fuera de su mundo de espejos.
Tal idea parecía no ser contemplada por el resto, el miedo y la angustia se apoderaban de la multitud y pocos se dignaba a discutir que tenía aquel Belov de especial como para tal alboroto, ¿Acaso había otra alternativa de escape de aquel lugar? Nadie parecía usar su maldito cerebro para comprender la situación.
Mis palabras habían llamado la atención de varios de los que se encontraban cerca de mí, pero al otro lado del domo un sonido similar a la voz del espejo llamó mi atención y la de la mayoría de los presentes. Sabía que no se trataba del ente, sino de un impostor, sospecha que quedó respondida cuando crucé miradas con aquel sujeto que con un disfraz usurpaba mi apariencia y proclamaba desacreditar mis palabras.
Mi irritación se hizo presente mientras lo observaba con una sonrisa torva. Su plan resultaba ingenioso dentro de la improvisación, obligándome a buscar alternativas para recuperar el control. El usurpador parecía haber logrado su objetivo, ya que en los rostros del resto se asomaba una confusión genuina. Confusión que se hizo incluso más evidente cuando a partir de la orden del impostor otro sujeto tomaba mi apariencia.
Al ver como el plan del sujeto tomaba fuerzas, desautorizándome e inclinando la balanza en pro de la salvación del joven, tomé una pequeña galleta(1) de mi bolsillo de objetos que ya tenía preparado y la coloqué en mi boca.
La ira aumentaba con cada sujeto que tomaba mi rostro como disfraz. Era capaz de permitir la situación de los espejos, ya que había ideado una forma de sacar provecho, pero el simple hecho de que aquellos ignorantes usaran mis pieles me parecía el peor insulto que había recibido. Todos eran indignos y desmeritaban mi nombre e imagen. La sangre me hervía mientras luchaba en mis adentros para no ceder a la rabia y buscar una alternativa racional.
La galleta tenía un sabor seco, como si se tratase de una combinación de polvo, tierra y arena; pero lo que me importaba era su efecto a pesar de su desagradable textura. La masa apenas comestible bailaba en mi boca, pero antes de poder tragarla y proceder a hacer uso de la misma una avalancha de ideas intrusivas arremetió ante mí. Pensamientos funestos y de culpa, imágenes de muerte y arrepentimiento. Por unos segundos supuse que se trataban de remanentes de mi sueño onírico dentro del espejo, pero luego la suposición de que sería la consecuencia de aquel manipulador o de algún otro necio con complejo de "héroe" capaz de infundir esos pensamientos correspondía la conclusión más lógica.
Los de la raza maldita solían ser los especializados en ese tipo de habilidades, y el simple hecho de suponer que aquellos que entorpecían mis planes resultaban ser vampiros me causaba especial rechazo. ¿Cuál era el afán de jugar a ser el héroe?, ¿acaso no entendían lo malo de ser bueno en este mundo cruel?
La marea de ideas acompañadas por el grito desgarrador no supuso ningún efecto en mis toscas emociones. Las imágenes y pensamientos intrusivos parecían un juego infantil en comparación con los recuerdos y memorias de mi vida. No sentía lástima ni miedo, solo rabia por las intenciones fútiles de aquellos que interferían en aquel domo.
Sin embargo, mis músculos parecían no querer reaccionar a mis comandos mientras las ideas seguían colapsando mi cerebro. Entendía con claridad que era víctima de algún poder y mi movimiento se había limitado. Era vulnerable mientras mis ojos seguían viendo el desconcierto del público. La paralización era sencillamente un mecanismo inconsciente y primitivo ante la imposibilidad de procesar aquellas imágenes. Sin duda se trataba de una habilidad interesante que hizo que para mis adentros sonriera impotente.
Los segundos se hacían densos y el tiempo parecía pasar con mayor lentitud. Mientras lidiaba con aquel control, más y más personas parecían tomar mi apariencia y discutir entre ellos a favor de cooperar para proteger a Belov. Ver mi rostro profanado sin poder actuar parecía una cruel pesadilla. No sabría cuanto más duraría aquella abulia, parecía que ya las personas no se fijaban en mí, aunque estuviese inmóvil. Así que tragué con dificultad aquella pasta que llevaba varios minutos desintegrándose en mi boca.
Di una orden en mi cerebro mientras mi lengua involuntariamente trataba de acompañar aquella habla subvocal: “Sombra, ve y busca a Belov y asesínalo, no dudes si lo encuentras y si no es así, daña a quien esté distraído y no pueda reaccionar, desata el caos y que la histeria gane".
La sombra tomaba mi forma y centrada en su misión se mezclaba entre el ejército de Zagreus que discutía erráticamente. Entre los reflejo de los espejos y las sombras de los otros "yo", la proyección se sentía en plena libertad para proceder con su objetivo y moverse sin cadenas. Quizás la primera orden parecía poco viable para aquel constructo oscuro, pero incluso si era capaz de agredir a alguien y abrir la caja de pandora dentro del domo ya sería suficiente para las ideas que iba barajando.
Parecía que el bando protector se debía estar relamiendo los labios saboreando su “victoria”, pero lo que no sabían es que al quitar los ojos de mí y provocar aquel escenario de pesadilla narcisista con el ejército de impostores con mi rostro, ahora solo faltaba mover una ficha, detonar el caos y propiciar que su objetivo se viera entorpecido por sus propias acciones. Nadie parecía ceder aún al terror ante las amenazas del espejo o incluso las mías, pero bastaba un pequeño empujoncito para desatar una auténtica pesadilla para todos. Un plan que quizás no me agradaba del todo, pero que ante la necesidad de actuar parecía ser la única opción viable.
Off
(1)=Galleta de Humo: [Consumible]: El personaje deberá pensar en una orden coherente. Al ser mordida, genera una silueta sombría del personaje para realizar acciones que intentarán, tanto como sea posible, cumplir la orden que haya pensado anteriormente. Esta silueta permanecerá hasta cumplir su objetivo o hasta que haya pasado dos turnos, lo que ocurra primero.
No me rendiré.
Ante el plan de Bio debo cambiar mi estrategia, no obstante, antes de proceder caigo en la habilidad de Katrina. Sin embargo, si bien sigo paralizado logró utilizar la galleta (si bien dice que el objeto se activa al morder me parecía más coherente en este caso que fuese al tragar, espero se me permita tal licencia) y crear una sombra para que intente matar a Belov (sé que no es posible así jaja), pero que a menos cree un caos entre el consejo de Kangs, es decir Zagreus.
Técnicamente no he visto a ninguno de mis contrarios ya que ante la multitud llena de impostores no he podido reconocer sus rostros. Así que si quieren entrar en mi lista de relaciones como enemigos den la cara.
Repito la invitación a aquel que desee cooperar con mi plan, tengan en cuenta que si quieren matar al niño anciano es porque algo habrá hecho...
Zagreus
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Domo de Espejos. - Meleis
Meleis había sido el primero en salir en compañía de los dos pequeños, que, aterrados, aliviados seguían de ojos cerrados pero hasta cierto punto a salvo.
El joven dragón por los momentos no se percataba de la tensión y caótica situación que lo rodeaba. Su atención se centraba en los que poco a poco iban saliendo del espejo. Terric, Ryra, la madre del niño y la mujer rubia. Su cuerpo comenzó a sudar frío, la ausencia de más niños, de su hermana y el señor Gaegel lo descontroló. Se acercó al espejo, estaba duro, no podía traspasarlo.
Su respiración comenzó a acelerarse en la medida que negaba con la cabeza. Escuchó la voz lejana de Ryra, pero en su estado actual le costaba entender sus palabras.
- No,no. ¡NO! - Gritó. su lágrimas corrían, se hincó de rodillas al suelo golpeando fuertemente con sus puños el piso. - ¡MERAXES! ¡NO! ¡NO ME HAGAS ESTO! ¡MERAXES! - Gritaba desconsolado. ¿Quién además de los que lo rodeaban podrían escucharlo y saber de quién se trataba? Eso era imposible de saber, bien es cierto que se trataba de un nombre poco común, además del parecido abismal entre ambos hermanos. Cualquiera que en su momento hubiese conocido a la alta mujer podría haber escuchado eso; Zelas, Rauko, Corlys, Bio, Ava... incluso el mismo Belov, pues de estar rondando por la zona en su intento de ocultarse, podría llegar a la conclusión que se trataba de "Manzanotas", la mujer que no solo en compañía de aquel mago salvó su vida, pues hasta cierto punto le dio más años de ella al volverlo un niño.
- ¡NOOOOO! - Lloraba tal cuál infante, Golpeaba el suelo. Bomull a un lado de él parecía percibir su dolor haciendo agudos sonidos, quizás aquello se trataba de un llanto de Gomejo. -¡HAY QUE SACARLOS! ¡HAY QUE SACARLAS! ¡ESA BRUJA NO PUEDE GANAR! ¡NO! - Impotencia, tristeza y rabia se mezclaban.
Los otros dos niños, estaban asustados y al mismo tiempo tristes, el sentimiento que les causaba ver al sujeto que los salvó de aquel infierno lo hicieron acompañar a Meleis. Lo tomaban con delicadeza de su túnica pues tampoco deseaban separarse, el ambiente estaba muy tenso allá afuera y ellos eran un punto vulnerable.
El joven dragón por los momentos no se percataba de la tensión y caótica situación que lo rodeaba. Su atención se centraba en los que poco a poco iban saliendo del espejo. Terric, Ryra, la madre del niño y la mujer rubia. Su cuerpo comenzó a sudar frío, la ausencia de más niños, de su hermana y el señor Gaegel lo descontroló. Se acercó al espejo, estaba duro, no podía traspasarlo.
Su respiración comenzó a acelerarse en la medida que negaba con la cabeza. Escuchó la voz lejana de Ryra, pero en su estado actual le costaba entender sus palabras.
- No,no. ¡NO! - Gritó. su lágrimas corrían, se hincó de rodillas al suelo golpeando fuertemente con sus puños el piso. - ¡MERAXES! ¡NO! ¡NO ME HAGAS ESTO! ¡MERAXES! - Gritaba desconsolado. ¿Quién además de los que lo rodeaban podrían escucharlo y saber de quién se trataba? Eso era imposible de saber, bien es cierto que se trataba de un nombre poco común, además del parecido abismal entre ambos hermanos. Cualquiera que en su momento hubiese conocido a la alta mujer podría haber escuchado eso; Zelas, Rauko, Corlys, Bio, Ava... incluso el mismo Belov, pues de estar rondando por la zona en su intento de ocultarse, podría llegar a la conclusión que se trataba de "Manzanotas", la mujer que no solo en compañía de aquel mago salvó su vida, pues hasta cierto punto le dio más años de ella al volverlo un niño.
- ¡NOOOOO! - Lloraba tal cuál infante, Golpeaba el suelo. Bomull a un lado de él parecía percibir su dolor haciendo agudos sonidos, quizás aquello se trataba de un llanto de Gomejo. -¡HAY QUE SACARLOS! ¡HAY QUE SACARLAS! ¡ESA BRUJA NO PUEDE GANAR! ¡NO! - Impotencia, tristeza y rabia se mezclaban.
Los otros dos niños, estaban asustados y al mismo tiempo tristes, el sentimiento que les causaba ver al sujeto que los salvó de aquel infierno lo hicieron acompañar a Meleis. Lo tomaban con delicadeza de su túnica pues tampoco deseaban separarse, el ambiente estaba muy tenso allá afuera y ellos eran un punto vulnerable.
A través del Espejo. - Meraxes
Tras la caída, y mirando hacia la grieta posteriormente, varios ya habían logrado salir. Por ese lado, me sentí aliviada, cosa que fue efímera pues una sonrisa irónica se esbozó en mi rostro; la grieta se cerraba.
Me reincorporé, agachándome, con el niño en brazos y lo coloqué en el suelo. El pequeño temblaba, se oía aún ese maldito aleteo. Le hablé con suavidad. - Voy a sacarnos de aquí, pero primero hay que encargarnos de la bruja mala. Mantén los ojos cerrados. - Me quité el antifaz de mi rostro en ese momento y se lo coloqué a él. - Ahora eres un enmascarado valiente que esperará ¿Cierto? - Sonreí, no esperaba respuesta, sólo quería tratar de calmarlo. Inmediatamente tomé sus manitas y las coloqué sobre sus oídos, clara señal que no deseaba que se preocupara por el ruido.
Un respiro y un suspiro... Luego...
- ¡Hey Bruja! - Dije con voz retadora en la medida que terminaba por ponerme de pie y me giraba para hacerle frente. - ¿Alguna vez te han empalado con un látigo? Siempre he querido saber que siente una persona si he de hacerlo. Ya sabes, cuando uno azota gime, pero ¿Se disfruta? - Empuñaba con mi siniestra el arma que hasta hacía un momento estaba colgando de mi cintura. ¿Por qué hablaba de coito y sadismo? No tenía la menor idea, pero la realidad era que no me importaba poner en cuatro a la maldita perra por la que ahora - no podía salir de allí- y azotarla hasta el cansancio y la piel se despegara de su espalda.
Miré de reojo a Gaegel. El hecho de que él estuviera allí conmigo me daba el valor suficiente para afrontar aquella situación. No estaba sola, y francamente era de las que pensaba una cosa: El valor no es la ausencia del miedo y por ende no es su contrario. No podemos sentir valor sin antes haber temido por algo. El verdadero opuesto del miedo, aquello que te impide moverte es la falta de amor, y francamente, en mi aquí y ahora, tenía una razón por la que luchar y estaba justo a mi lado.
Me reincorporé, agachándome, con el niño en brazos y lo coloqué en el suelo. El pequeño temblaba, se oía aún ese maldito aleteo. Le hablé con suavidad. - Voy a sacarnos de aquí, pero primero hay que encargarnos de la bruja mala. Mantén los ojos cerrados. - Me quité el antifaz de mi rostro en ese momento y se lo coloqué a él. - Ahora eres un enmascarado valiente que esperará ¿Cierto? - Sonreí, no esperaba respuesta, sólo quería tratar de calmarlo. Inmediatamente tomé sus manitas y las coloqué sobre sus oídos, clara señal que no deseaba que se preocupara por el ruido.
Un respiro y un suspiro... Luego...
- ¡Hey Bruja! - Dije con voz retadora en la medida que terminaba por ponerme de pie y me giraba para hacerle frente. - ¿Alguna vez te han empalado con un látigo? Siempre he querido saber que siente una persona si he de hacerlo. Ya sabes, cuando uno azota gime, pero ¿Se disfruta? - Empuñaba con mi siniestra el arma que hasta hacía un momento estaba colgando de mi cintura. ¿Por qué hablaba de coito y sadismo? No tenía la menor idea, pero la realidad era que no me importaba poner en cuatro a la maldita perra por la que ahora - no podía salir de allí- y azotarla hasta el cansancio y la piel se despegara de su espalda.
Miré de reojo a Gaegel. El hecho de que él estuviera allí conmigo me daba el valor suficiente para afrontar aquella situación. No estaba sola, y francamente era de las que pensaba una cosa: El valor no es la ausencia del miedo y por ende no es su contrario. No podemos sentir valor sin antes haber temido por algo. El verdadero opuesto del miedo, aquello que te impide moverte es la falta de amor, y francamente, en mi aquí y ahora, tenía una razón por la que luchar y estaba justo a mi lado.
- Off:
- - Meleis comienza a gritar el nombre de Meraxes desconsolado. Nombre que muchos de los participantes del evento conocen on rol incluyendo el propio Belov por si eso sirve para poner más interesante la cosa.
- En el mundo de los espejos. Meraxes, ya que no puede salir. Plan C:Coger... Chingadazos.Outfit Meraxes
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Outfit Meleis
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Outfit Bomull
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- Inventario:
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Bomull [Gomejo]
- Moneda Maliciosa de Elian
- Galleta de Humo.
- Inventario Meleis:
- Armadura de Fieras Normal: [Armadura Ligera - Encantamiento Pudor]
- Poción de Salud Diluida
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
-Croac...-Se sintió apretujado contra una de las paredes del domo-C-croac...Se había quedado en blanco cuando, de repente, un ejército de señores peliblancos invadió el lugar y empezaban a gritar cosas que no lograba comprender. Lo que sí sabían, tanto Frosk como sus acompañantes, era que la vida de un niño estaba en juego, y ese era el tema principal de la discusión, pero la cosa se desmadró.
Su regordeta cara quedó aplastada contra uno de los espejos, donde podía ver, otra vez, reflejada el rostro del hombre pálido, de ojos ambarinos (como los suyos) y blanca cabellera.
Los brazos de Bluto le rescataron, poniendo al anfibio a hombros del gigante de metal de más de dos metros, donde Erika también le esperaba. Tanto Frosk como Erika eran pequeños, y podían ser fácilmente aplastados por la multitud, suerte que el bio-cibernético era fuerte a la par que grande.
-¡Tenemos que salir de aquí!-Dijo Frosk mientras jadeaba notando cierta ansiedad apoderarse de él.
-Quizás el llamado Belov sea la clave para ello.
-¿Pero dónde está?
-Se habrá ocultado entre disfraces, quizás sea uno de esos hombres de melena blanca.
-¿Y si rompemos todo?-Dijo mientras observaba como un dragón apareció en mitad del domo.-¡Por ahí!-Señaló al techo. Casi se cae y pierde el equilibrio, lo que había resultado quedar engullida por la marea de hombres peliblancos, destino fatal para cualquier muchacha escuálida de apenas quince años. Pero, por suerte, Bluto lo impidió agarrándola justo a tiempo para que no se cayera de sus hombros.-¡Por todos los dragones!-Pegó un grito con un hilillo de voz.
Frosk y Bluto miraron al techo, podría ser una idea factible si combinaban sus fuerzas.
-¿Ataque conjunto, compañero?
-Me parece bien.-Asintió, conforme.
Entonces, Frosk, como pudo, se puso en pie sobre la cabeza del bio-cibernético y, con el impulso de sus piernas, saltó con la máxima potencia que jamás había saltado, acto seguido, desplegó su lengua y la pegó al techo, quedando colgado y moviéndose de forma pendular [1]. Bluto, por su parte, preparaba sus puños desplegables para hacerlos impactar contra el techo del domo.
Del pecho de Frosk salió una luz anaranjada. Un colgante que poseía había adquirido tal tonalidad, invocando un poder oculto en él. La rana, por instinto, tenía claro qué quería hacer; destruir el techo fuese como fuese. Se soltó del techo, recogió su lengua y, como si de un maestro de la espada se tratara, desenvainó su arma en plena caída y, recorriéndole un aura de color verde agua, se impulsó contra el domo, agarrando ahora la espada con las dos manos, imprimiendo un golpe más fuerte y veloz de lo habitual gracias al aura verdosa [2]. En ese momento, Bluto soltó sus puños, impulsado con un mecanismo explosivo, tecnología que era inherente a lo extraños que eran los bio-cibernéticos. Erika, por su parte, se tuvo que agarrar fuertemente al ser de metal para no caerse de espaldas.
______________________________________________________________________________
Off:
-Habilidad usada [1] --> Lengüetazo: Frosk posee la capacidad de usar su larga lengua para poder adherirse a ciertas superficies difíciles de alcanzar o abalanzarse hacia enemigos a modo de embestida.
-Objeto usado [2] --> Colgante de escarcha: La madrugada de la Noche de la Alianza cubrió la Plaza de escarcha, que los monjes custodios recogieron y cristalizaron para dar forma a estas joyas; un recuerdo y una disculpa por los hechos acaecidos bajo su guardia. Lo que no sabían era que la acumulación de éter en la zona había imbuido las gotas de rocío de propiedades mágicas. El poseedor del cristal podrá utilizar una habilidad mágica a su elección de cualquiera de los personajes que participaron en el ritual del elfo Thanedir.
Habilidad a elegir (Vincent Calhoun) --> La Danza del Aire: Por medio de su dominio con la magia de aire puede impulsarse en distintas direcciones, de modo que le sirve para esquivar, saltar y atacar con mayor velocidad y fuerza. No puede hacerlo de manera constante, debiendo esperar al menos unos segundos entre impulso e impulso. Puede impulsarse incluso estando en el aire.
Off: Siguiendo el ejemplo de Arygos, voy a romper el techo. Bluto no es un acompañante (no tengo nivel suficiente), por lo que oficialmente sus habilidades serían interpretativas, o para enriquecer el rol si no tienen efectos. Aunque Vin no haya participado en este evento, ha estado presente en cuasi cuerpo y alma, muchas gracias, Vicente el Chistes.
Frosk
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
Ryra
El ver al muchacho tan abatido le rompía el corazón. No le gustaba ver a Meleis en ese estado. La bruja dibujó un rostro de preocupación, mientras el pequeño dragón se arrodillaba y comenzaba a golpear el suelo. Dejó que el sacara todo ese sentimiento y luego se acercó a el muchacho y acarició delicadamente la espalda de Meleis.
Tranquilo. Ya verás que ese par saldrán de allí... Le darán su merecido a esa bruja y volverán con nosotros. Ya lo verás. - Dicho eso tomó una de sus manos con ambas manos y la sujetó con firmeza. Tenía que buscar la manera de tranquilizar al joven dragón. Si las cosas seguían así ella terminaría dejándose llevar por el sentimiento y terminaría en el mismo estado que el, y realmente no deseaba eso. Alguien tenía que mantener la compostura y transmitir seguridad.
De regreso en el mundo a través del espejo
Era un hecho de que no saldríamos tan fácilmente como lo habían hecho los demás. Mi semblante era serio, menos mal que los niños tenían los ojos cerrados, eso me permitía liberar la rabia que sentía de manera gesticular. Podía escuchar las palabras que Mera le daba a uno los niños con la intención de mantenerlo lo más tranquilo posible.
Suspiré levemente y agaché mi vista. - Así es pequeños... Tenemos que darle una lección a esa bruja, y luego saldremos de aquí. Sigan con los ojos cerrados. - Sonreí levemente y luego mi semblante volvió a oscurecerse mientras me daba la media vuelta con la clara intención de confrontar a la bruja desgraciada que nos había encerrado en ese lugar.
Acto seguido escuché el comentario de Mera que iba dirigido hacia la bruja. Al escucharla no pude evitar sonreír levemente. - Suena interesante ¿No es así brujita? ¿No te llama la atención? - Dije manteniendo aquella sonrisa ladina en mi rostro. Si ya estábamos en ese lugar, al menos podríamos buscar divertirnos de alguna manera un poco retorcida.
Miré de reojo a mi acompañante y le dediqué una cálida sonrisa. El hecho de que estuviese viviendo esto con Mera me brindaba una tranquilidad. Era una sensación diferente a la que tuve cuando me enfrenté a los lobos. Allí tenía preocupación de no volver a verla. Y ahora ella se encontraba aquí. Eso me alentaba a la idea de que era posible regresar con Meleis y con Ryra. ¿Cómo lo íbamos a hacer? Pues eso no tenía ni idea. - Entonces... ¿No te interesa que te demos nuestro "amor"? - Dije ese comentario dirigido hacia la bruja. Debía de encontrar la manera de salir de allí. Pero estaba seguro de que no iba a permitirle a la bruja desgraciada hacerle daño a Meraxes.
- Ropas de Gaegel:
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- Ropas Ryra:
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Gaegel
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Re: El Caleidoscopio de Sueños [Evento social]
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Caleidoscopio de Sueños
Una vertiginosa sucesión de pasos delataban una apresurada carrera, y la respiración agitada y ansiosa evidenciaba una enorme preocupación. El pequeño Belov corría por su vida a través de una serie de pasillos ornamentados con espejos que él mismo había ayudado a organizar, y que ahora parecían estar en su contra. Doblando una esquina, su carrera se vio interrumpida al estrellarse con un mesero y ambos cayeron al piso.
¡Por favor, ayúdame! ¡Algo me persigue! Está ahí. ¡Ahí viene!- dijo un angustiado jovencito mientras señalaba tras él, aunque nada apareció -Nadie lo está persiguiendo, señorito- le dijo el mesero con una amable sonrisa que se desdibujaba junto al resto de su rostro -Y usted no está escapando- Tras aquellas palabras, Belov sintió el filo de la daga atravesando su pecho, y así murió.
Pero sobrevivió, aunque no ese Belov, el cual era solo un clon temporal hecho con la magia de un espejo especial, y en unos instantes se deshizo entre las manos de su extraño asesino.
No muy lejos, el verdadero Belov, portando un collar de pequeños espejos, observaba el caos, asustado e intrigado, pensando en cómo pudo salvarse gracias a una premonición y en quién podría beneficiarse con su muerte. Pero fuera quien fuera, no se lo pensaba dejar tan fácil; no había organizado tal evento sin aprender acerca de los espejos de Gabriela Eloah. Y si algo sabía era que el Oráculo sería la clave; con la instrucción adecuada, podría permitir que todos pudieran salir. El problema sería llegar a un espejo ubicado casi en el centro del caos entre un ejército de peliblancos.
Belov había copiado la apariencia de un joven y adorable mini Zagreus, esperando con ello pasar desapercibido. Confiando en eso y en su collar, emprendió una veloz carrera hacia el Oráculo.
Su plan, no obstante, fue interrumpido por una tétrica sombra con la forma (cómo no) de Zagreus -¡Beeeeeloooov!- Gritó esta criatura, haciendo que todos en el lugar centraran su atención en ellos dos y pudieran deducir la identidad de Belov.
Ayuda, por favor- rogaba Belov mientras huía. Pero no fue lo suficientemente rápido: la sombra redujo la distancia y se abalanzó sobre él en un ataque fatal. Belov, incapaz de evadirlo, cerró los ojos y con los brazos se cubrió la cabeza. No fue necesario: una barrera de luz se materializó, repelió al atacante y desapareció, aunque un espejo del collar se rompió como pago y, además, la criatura adquirió un ligero incremento de velocidad y ferocidad.
Belov recobró la compostura y reanudó la carrera, pero otra vez chocó con alguien, esta vez con Ivaran, un elfo acompañado por una mujer con alas negras -Si consigo llegar al Oráculo, podré sacarnos a todos- le explicó casi como una súplica -Miente, seguro solo quiere salvarse él y dejarnos acá- protestó alguien más mientras lo señalaba y luego se lanzaba también para asesinarlo.
Ten cuidado con lo que deseas. Se podría hacer realidad… de las peores maneras- ronroneó la bruja mientras chasqueaba sus dedos apuntando hacia Meraxes, pero nada sucedió -Eso no es lo que esperaba, inútiles acechadores- Dio un vistazo hacia arriba, donde las criaturas aleteaban volando en círculos y alejándose lentamente; la falta de miedo en Meraxes y Gaegel debilitó ligeramente a la Bruja de Oniria, lo suficiente para que perdiera su control sobre los acechadores, al menos por ahora.
Insensata, no es inteligente pelear contra algo que no puedes matar- siseó la bruja -Menos contra mí- Unas raíces con espinas emergieron bajo un niño y lo atraparon. Después, con una media sonrisa, ella se provocó una herida en su propio brazo, una que las raíces luego replicaron en el cuerpo del niño, haciéndolo dar un angustioso gimoteo.
Veamos juntas qué siente una persona si la empala un látigo. Ya sabes, cuando uno azota, gime, pero ¿se disfruta?- Con las mismas palabras de Meraxes, la bruja la provocaba a atacarla para convertirla una vez más en una colaboradora del sufrimiento de inocentes. Mientras tanto, la bruja intentaría usar más raíces para capturarlos a todos.
Al mismo tiempo, cerca de ellos, en algunas superficies eran visibles pequeños reflejos del Aerandir del que provenían, reflejos de Meleis implorando por su hermana, reflejos de Belov huyendo de una sombra y, destacando sobre el resto, un reflejo que empezaba a vibrar y que mostraba la imagen de Zelas, especialmente en una llave de este.
Dos dragonas, una rana y un bio-cibernético atravesaron el cristal y permanecieron, durante una fracción de eternidad, perdidos en un limbo fractal infinito. Al abrir los ojos, ya no estaban dentro del domo, pero tampoco estaban afuera. Su entorno era un escenario de blanco impoluto. Solamente existían ellos cuatro… y aquel hombre que los miraba perplejo -No, no, no, ustedes no deberían estar aquí. Arruinarán su plan. Él no estará contento. No lo estará, no, no, no lo estará- El sujeto no parecía hablarles a ellos, sino que murmuraba para sí mismo.
Se trataba nada menos que del impostor de Zagreus, aunque en este punto ya todos eran impostores, pero éste era el causante de todo el alboroto, el que había orquestado el asesinato de Belov -Váyanse, váyanse, salgan de aquí. Estúpido y sensual Nousis, todo es su culpa- Caminaba de un lado a otro murmurando con evidente confusión. Aquella intromisión no estaba dentro de ningún plan.
No deben, no pueden estar aquí. Debo matarlos. Sí, eso haré, debo matarlos. Así no estorbarán, y él estará complacido- Con aquellas palabras la criatura abandonó la imagen de Zagreus, volviendo a su forma original, un suplantador sin rostro pero con un collar con un tenue brillo iridiscente. Entonces empezó a moverse, veloz y frenético, hacia los visitantes para acabar con ellos.
∞ Sorpresa, el caos aún no terminará; todavía hay mucho que hacer, más traumas que dar y sueños que destruir.
ᚩ Hablemos ahora de algo, y es sobre lo peor que ha sucedido. Zagreus ha desatado una nueva amenaza, quizás más peligrosa de lo que imaginó, pues su réplica sombría intentará asesinar a Belov, así como a todo el que se interponga, y será un poco más fuerte y veloz cada vez que falle en uno de sus intentos. Quienes quieran ayudar a Belov deberán, sin olvidar al resto que lo quiere muerto, enfrentar a la criatura para distraerla, aunque exista la posibilidad de convertirla en algo peor al final.
∞ Aquellos que quieran muerto a Belov deberán, si logran sortear a sus aliados, atacarlo repetidas veces para romper todos los espejos de su collar protector, a la vez que evitan que la misma criatura sombra los ataque considerándolos estorbos. Pero Zagreus no deberá preocuparse por eso último: su creación lo reconocerá a él y evitará atacarlo.
ᚩ Hablemos ahora de algo, y es sobre lo peor que ha sucedido. Meraxes y Gaegel están atrapados con la Bruja de Oniria. Como ya ha demostrado, cada herida que sufra, ella se la infligirá al niño capturado. Lo que no ha dicho, y que descubrirán luego, es que, al herirla, también se desprenderán pedazos de ella que se transformarán en copias de la bruja. Tengan cuidado de no multiplicarla y que haya más que Zagreus. No obstante, ella aún tiene una debilidad, un elemento con el que no se activará su multiplicación. ¿Pueden adivinar cuál es?
∞ Zelas, por tu parte, sentirás que tu llave tetradimensional y cierta pieza metálica empiezan a vibrar. Si Gaegel y Meraxes pudieran conectarse contigo de alguna manera, podrías sumergir la llave en un espejo y este se convertirá en un portal hacia el Reino olvidado, aunque te costará el uso de la habilidad de la llave. Dejamos a tu juicio qué hacer con esta información.
ᚩ Hablemos ahora de algo, y es sobre lo peor que ha sucedido. El grupo de Arygos y Frosk ha desbloqueado un escenario especial, tan secreto que ni nosotros sabíamos que estaba ahí. Tendrán la oportunidad de enfrentar al causante de todo este desastre.
∞ Pero no será sencillo: además de la destreza y velocidad sobrehumanas que posee como todo [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], su cuerpo se regenerará luego de cada daño que reciba. Para vencerlo, quizás deberán apuntar a su collar, para lo que tendrán que trabajar en equipo y lanzar una runa que influirá en su éxito. Y descuiden, esta vez las runas buenas sí traerán buenos resultados… o quizás no.
ᚩ Esta última fase final conclusiva cerrará el 12 de marzo, si sobreviven hasta entonces.
¡Por favor, ayúdame! ¡Algo me persigue! Está ahí. ¡Ahí viene!- dijo un angustiado jovencito mientras señalaba tras él, aunque nada apareció -Nadie lo está persiguiendo, señorito- le dijo el mesero con una amable sonrisa que se desdibujaba junto al resto de su rostro -Y usted no está escapando- Tras aquellas palabras, Belov sintió el filo de la daga atravesando su pecho, y así murió.
Pero sobrevivió, aunque no ese Belov, el cual era solo un clon temporal hecho con la magia de un espejo especial, y en unos instantes se deshizo entre las manos de su extraño asesino.
No muy lejos, el verdadero Belov, portando un collar de pequeños espejos, observaba el caos, asustado e intrigado, pensando en cómo pudo salvarse gracias a una premonición y en quién podría beneficiarse con su muerte. Pero fuera quien fuera, no se lo pensaba dejar tan fácil; no había organizado tal evento sin aprender acerca de los espejos de Gabriela Eloah. Y si algo sabía era que el Oráculo sería la clave; con la instrucción adecuada, podría permitir que todos pudieran salir. El problema sería llegar a un espejo ubicado casi en el centro del caos entre un ejército de peliblancos.
Belov había copiado la apariencia de un joven y adorable mini Zagreus, esperando con ello pasar desapercibido. Confiando en eso y en su collar, emprendió una veloz carrera hacia el Oráculo.
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Su plan, no obstante, fue interrumpido por una tétrica sombra con la forma (cómo no) de Zagreus -¡Beeeeeloooov!- Gritó esta criatura, haciendo que todos en el lugar centraran su atención en ellos dos y pudieran deducir la identidad de Belov.
Ayuda, por favor- rogaba Belov mientras huía. Pero no fue lo suficientemente rápido: la sombra redujo la distancia y se abalanzó sobre él en un ataque fatal. Belov, incapaz de evadirlo, cerró los ojos y con los brazos se cubrió la cabeza. No fue necesario: una barrera de luz se materializó, repelió al atacante y desapareció, aunque un espejo del collar se rompió como pago y, además, la criatura adquirió un ligero incremento de velocidad y ferocidad.
Belov recobró la compostura y reanudó la carrera, pero otra vez chocó con alguien, esta vez con Ivaran, un elfo acompañado por una mujer con alas negras -Si consigo llegar al Oráculo, podré sacarnos a todos- le explicó casi como una súplica -Miente, seguro solo quiere salvarse él y dejarnos acá- protestó alguien más mientras lo señalaba y luego se lanzaba también para asesinarlo.
Escenario 2: El reino olvidado
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Ten cuidado con lo que deseas. Se podría hacer realidad… de las peores maneras- ronroneó la bruja mientras chasqueaba sus dedos apuntando hacia Meraxes, pero nada sucedió -Eso no es lo que esperaba, inútiles acechadores- Dio un vistazo hacia arriba, donde las criaturas aleteaban volando en círculos y alejándose lentamente; la falta de miedo en Meraxes y Gaegel debilitó ligeramente a la Bruja de Oniria, lo suficiente para que perdiera su control sobre los acechadores, al menos por ahora.
Insensata, no es inteligente pelear contra algo que no puedes matar- siseó la bruja -Menos contra mí- Unas raíces con espinas emergieron bajo un niño y lo atraparon. Después, con una media sonrisa, ella se provocó una herida en su propio brazo, una que las raíces luego replicaron en el cuerpo del niño, haciéndolo dar un angustioso gimoteo.
Veamos juntas qué siente una persona si la empala un látigo. Ya sabes, cuando uno azota, gime, pero ¿se disfruta?- Con las mismas palabras de Meraxes, la bruja la provocaba a atacarla para convertirla una vez más en una colaboradora del sufrimiento de inocentes. Mientras tanto, la bruja intentaría usar más raíces para capturarlos a todos.
Al mismo tiempo, cerca de ellos, en algunas superficies eran visibles pequeños reflejos del Aerandir del que provenían, reflejos de Meleis implorando por su hermana, reflejos de Belov huyendo de una sombra y, destacando sobre el resto, un reflejo que empezaba a vibrar y que mostraba la imagen de Zelas, especialmente en una llave de este.
Escenario secreto: ?
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Dos dragonas, una rana y un bio-cibernético atravesaron el cristal y permanecieron, durante una fracción de eternidad, perdidos en un limbo fractal infinito. Al abrir los ojos, ya no estaban dentro del domo, pero tampoco estaban afuera. Su entorno era un escenario de blanco impoluto. Solamente existían ellos cuatro… y aquel hombre que los miraba perplejo -No, no, no, ustedes no deberían estar aquí. Arruinarán su plan. Él no estará contento. No lo estará, no, no, no lo estará- El sujeto no parecía hablarles a ellos, sino que murmuraba para sí mismo.
Se trataba nada menos que del impostor de Zagreus, aunque en este punto ya todos eran impostores, pero éste era el causante de todo el alboroto, el que había orquestado el asesinato de Belov -Váyanse, váyanse, salgan de aquí. Estúpido y sensual Nousis, todo es su culpa- Caminaba de un lado a otro murmurando con evidente confusión. Aquella intromisión no estaba dentro de ningún plan.
No deben, no pueden estar aquí. Debo matarlos. Sí, eso haré, debo matarlos. Así no estorbarán, y él estará complacido- Con aquellas palabras la criatura abandonó la imagen de Zagreus, volviendo a su forma original, un suplantador sin rostro pero con un collar con un tenue brillo iridiscente. Entonces empezó a moverse, veloz y frenético, hacia los visitantes para acabar con ellos.
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∞ Sorpresa, el caos aún no terminará; todavía hay mucho que hacer, más traumas que dar y sueños que destruir.
ᚩ Hablemos ahora de algo, y es sobre lo peor que ha sucedido. Zagreus ha desatado una nueva amenaza, quizás más peligrosa de lo que imaginó, pues su réplica sombría intentará asesinar a Belov, así como a todo el que se interponga, y será un poco más fuerte y veloz cada vez que falle en uno de sus intentos. Quienes quieran ayudar a Belov deberán, sin olvidar al resto que lo quiere muerto, enfrentar a la criatura para distraerla, aunque exista la posibilidad de convertirla en algo peor al final.
∞ Aquellos que quieran muerto a Belov deberán, si logran sortear a sus aliados, atacarlo repetidas veces para romper todos los espejos de su collar protector, a la vez que evitan que la misma criatura sombra los ataque considerándolos estorbos. Pero Zagreus no deberá preocuparse por eso último: su creación lo reconocerá a él y evitará atacarlo.
ᚩ Hablemos ahora de algo, y es sobre lo peor que ha sucedido. Meraxes y Gaegel están atrapados con la Bruja de Oniria. Como ya ha demostrado, cada herida que sufra, ella se la infligirá al niño capturado. Lo que no ha dicho, y que descubrirán luego, es que, al herirla, también se desprenderán pedazos de ella que se transformarán en copias de la bruja. Tengan cuidado de no multiplicarla y que haya más que Zagreus. No obstante, ella aún tiene una debilidad, un elemento con el que no se activará su multiplicación. ¿Pueden adivinar cuál es?
∞ Zelas, por tu parte, sentirás que tu llave tetradimensional y cierta pieza metálica empiezan a vibrar. Si Gaegel y Meraxes pudieran conectarse contigo de alguna manera, podrías sumergir la llave en un espejo y este se convertirá en un portal hacia el Reino olvidado, aunque te costará el uso de la habilidad de la llave. Dejamos a tu juicio qué hacer con esta información.
ᚩ Hablemos ahora de algo, y es sobre lo peor que ha sucedido. El grupo de Arygos y Frosk ha desbloqueado un escenario especial, tan secreto que ni nosotros sabíamos que estaba ahí. Tendrán la oportunidad de enfrentar al causante de todo este desastre.
∞ Pero no será sencillo: además de la destreza y velocidad sobrehumanas que posee como todo [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], su cuerpo se regenerará luego de cada daño que reciba. Para vencerlo, quizás deberán apuntar a su collar, para lo que tendrán que trabajar en equipo y lanzar una runa que influirá en su éxito. Y descuiden, esta vez las runas buenas sí traerán buenos resultados… o quizás no.
ᚩ Esta última fase final conclusiva cerrará el 12 de marzo, si sobreviven hasta entonces.
Última edición por Ansur el Dom Mar 05, 2023 9:03 pm, editado 1 vez (Razón : Alas)
Ansur
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