El Trabajo de un Cazarecompensas no es facil.[Interpretativo][Libre-MP][Noche/Dia][+18][Cerrado]

Entre la niebla y los altos arboles, una columna de humo subia, poderosa, tapando las estrellas de la noche. un joven encapuchado, sumido en sus pensamientos, miraba la pequeña y modesta hoguera que lo calentaba. El encapuchado sujetaba su espada, apoyandola en su hombro mientras movia las brasas con un plao seco. Delante de él, al otro lado de la hoguera, un individuo, de panza redonda y ropajes ostentosos. Tenia la cabeza cubierta con un saco y, atado de manos y pies, gemia intentando hablar y por supuesto, escaparse. El encapuchado lo miro, con una leve sonrisa de satisfacción. No habia sido dificil pillar a ese moroso. Demasiadas deudas con quien no debia. La recompensa seria suficiente para unas botas nuevas y quien sabe, un caballo. Un caballo, pensaba el encapuchado. El ultimo murio por culpa del hambre. Demasiado debil. El encapuchado se levanto entonces, estirandose. Camino hacia el individuo y se agacho. Le quito el saco y lo miro a los ojos. Estaba sudado, moqueando y llorando.
- Parece que ahora no sois tan valiente...decirme...señor, cuanto debeis? -le dijo con voz pausada y peligrosamente amable. El hombre nego con la cabeza, asustado y gimiendo. El encapuchado alzo una ceja y sonrio. Le quito la mordaza de la boca.- No lo volvere a repetir...-le susurro apoyando de nuevo el arma en su hombro. El individuo gimio de miedo.
-Do-do-doce mil...-jadeo con voz ronca y la boca llena de babas. El encapuchado hizo una mueca de asco. Debia mucho. Lo raro era que el cliente no lo quisiera muerto. Quizas le quitaria las tierras, los pastos y la mujer. Si habia alguna que no vomitara al verle. Se levanto y rebusco entre las pertenencias del hombre, ignorando las amenazas y gemido. Un diario roñoso. Un libro de cuentas. Un anillo. Y un mapa.
- Es una guarida secreta, señor?...-le pregunto enseñandole el mapa. El hombre nego rapidamente. El encapuchado lo miro directamente a los ojos. Las pupilas se le estrecharon cual gato. El hombre gimio de dolor y asintio mecanicamente. El encapuchado sonrio satisfecho. Era muy facil asustar al hombre comun con tecnicas brujeriles.
Miró el mapa, lo estudio bien. Podria estar vigilada, no queria arriesgarse. Pero el hombre tenia fama de traficante. Joyas, armas...Caballos. El encapuchado sonrio y asintio. Estaba decidido.
-Bien señor, me ayudara a llegar sano y salvo a su guarida, entendido? -le dijo levantandose y colocandose la espada en la espalda. El hombre lo miro sorprendido e intento sonreir con prepotencia.
- Y qui-qui-quien eres tu para ordenarme tal cosa?! -dijo, asustado por alzar la voz a su capturador. El encapuchado se retiro la capucha. Un joven, de pelo rojo como el fuego, en cresta hacia atras lo miro con aquellos ojos verdoso brillantes. Su boca dibujo una sonrisa amigable.
-Wallace, señor. y haras lo que yo te diga, o te mato.

Amaranth, merodeaba en busca de alimento como era habitual, la noche y la niebla eran un manto perfecto que la hacían casi imperceptible para cualquier hombre que tuviera la osadía de transitar por esos lugares, esperaba con ansias que alguien apareciera, pues hace días sólo se estaba alimentando de animales, esto la llevó a pensar en emprender otros rumbos , cosa que la ponía de mal humor. Tenía todos sus sentidos alerta ante cualquier ruido o movimiento, todo estaba en calma y silencio, solo  se escuchaba el sonido del viento arrasando las hojas secas.

Caminaba sin prisa con los ojos entrecerrados, disfrutando de la quietud del bosque pero se detuvo al sentir presencia humana en las cercanías, fue así como agudizó su olfato y los deseos de alimentarse se apoderaron de ella inevitablemente. Continuó  caminando sigilosa, para no ser descubierta se escondió  tras un macizo árbol, desde ahí pudo identificar a dos individuos, uno de ellos tenia una espada y  al otro apenas lo podía ver ya que el cuerpo del joven que portaba la espada se lo impedía.

Se acercó un poco mas para observar lo que sucedía, pero sus deseos de sangre no la dejaban pensar con claridad y serenidad, respiró hondo, con paso firme se acerco a ellos, -Buenas noches caballeros, ustedes saben lo que se dice de este bosque y aún así han tenido la osadía de adentrarse en el - les dijo a los individuos en tono burlón y desafiante.

Se puso delante del hombre que tenia la espada en sus manos, lo miró y sonrió con la certeza que tenia la situación controlada, -Supongo que ambos tienen claro cual será su final- decía esto mientras acariciaba el cuello del hombre que portaba la espada, sentía como sus deseos cada vez eran mas incontrolables, pero debía aguardar un poco mas, aun no era tiempo de atacar.

Wallace se quedo paralizado al sentir la presencia de esa mujer. Pateo al hombre pero pronto se vio siendo acariciado por la extranya. Se quedo quieto, apretando su masculina mandibula y mirandola a los ojos. Ojos de sed de sangre.
-Vampira....-susurro. Fue rapido, tenia que serlo. Salto hacia atras y desenvaino su espada larga de plata.- ni un paso mas...-le diji amenazador, con sus ojos verdes brillando de furia. El cautivo gemia de miedo arrastrandose por el suelo. Wallace le piso la espalda con su bota de punta de hierro.-...alimentate de el si quieres...pero a mi no me vas a tocar...-le susurro sin dejar de mirarla. El hecho de estar delante de una vampira lo ponia nervioso. Iba a ser una noche tranquila pero el sabia los riesgos de estar en ese maldito bosque. Examino a la mujer detenidamente. Era muy hermosa, y cualquier hombre caeria rendido a sus pies. Pero no el. Respiro hondo y sujeto con fuerza su espada.
No caeria en manos de una vampiresa. Jamas.
- No te acerques...o esta sera tu ultima noche...no vacilare por muy hermosa que seas mujer...-le susurro. Se pueso bien la armadura de cuero con la mano libre mientras intentaba mantener al cautivo en el suelo.
-Por-Po favor dejadme! os dare dinero! lo juro! mucho! -gemia de dolor y miedo. Wallace chasqueo la lengua y sin pensarlo dos veces, con un corte vertical y rapido, le corto la cabeza al hombre. La sangre mancho sus fuertes brazos y el suelo. Agitado, pateo la cabeza en dirección a la vampira.
-Toma la sangre y dejame!

Amaranth, miraba aquela escena con sus sentidos puestos en el hombre que yacia en el piso desangrandose, e intentando no perder el control, levantó la cabeza del piso, la olió e hizo una mueca de desagrado y la arrojo al piso nuevamente. -Acaso piensas que con esto me conformaré, que este  insignificante individuo saciara mi sed?...pues te equivocas- le dijo mirándolo de manera sobervia.

Se puso de rodillas examinando detenidamente el cuerpo sin vida mientras se deleitaba con el aroma de la sangre fresca, sin esperar mas hundió sus filosos colmillos en el brazo del desventurado hombre, asi bebía lentamente disfrutando y deleitandose, sin embargo no apartaba la vista del cazarecompensa.

Saciada su sed por un instante, se puso de pie y se dirigio hacia sujeto que sostenia firmemente la espada, sabia perfectamente que su cercania lo ponia nervioso, situación que usaria a su favor. El ambiente era tenso, pues se acercó mucho mas a el, logrando notar  en sus ojos vea furia y odio hacia ella. Lentamente le olió el cuello y acaricio sus fuertes brazos, no dejaba de mirarlo de manera casi hipnótica,-Ahora al que quiero es a ti, pero deja esa espada que no me asusta en lo abusoluto- le susurro al oido.

Sus cuerpos estaban muy juntos uno del otro, ella podia sentir su respiración agitada mientras continuaba acariciando sus brazos, en ese instante sigilosamente sacó de entre sus ropas una daga la cual puso en el cuello  del cazarecompoensa. -Es simple...eres tu o yo-, le dijo sosteniendo con fuerza la daga.

Wallace habia cotemplado con asco como se alimentaba, pero dentro de el, habia snetido algo extraño al ver a la mujer alimentadose de aquella manera. Removio los pensamientos inapropiados de su cabeza pero distraido,la vampira aprovecho para acercarse mas a el y amenzarle con una daga que el no habia podido prevenir. Se quedo quieto, pero jamas se rendiria.
-Bien...por muy hermosa que seas..no eres muy astuta...-puso su mano libre en el vientre de ella. Un simple contacto con las llemas de los dedos. La miro a los ojos y su spupilas se vovlieron a estrechar.- Mueve un solo dedo vampira, y te quemare el vientre hastra atraversarlo....-no le gustaba utilizar sus extrañas habiliades (offrol: el no sabe en si que es un brujo, pq eso tener las habiliades que tiene es raro para el) delante de vampiros. Pero debia hacerlo.
-Es simple...eres tu o yo- le dijo la vampira sosteniendo con fuerza la daga. Esas palabras rebotaron en su cabeza. Fruncio el ceño y apreto mas los dedos en su vientre, dejando que su sangre empezara a calentar la piel de la mano. Era una sensación extraña y placentera, un hormigueo por todo su sistema sanguineo. Para que engañarse. Le gustaba usar el fuego. Era aprte de el, de su sangre de su alma y muchas veces habia matado pro el simple hecho de volver a sentir ese calor, ese hormigueo en su cuerpo.
Analizaba la situación. Si se movia, la vampiresa lo degollaria. Y por una parte tampoco le interesaba matarla. No queria ser enemigo numero uno de la comunidad chupasangre.
-Vamos a estar asi toda la noche?...-le pregunto mirandola a los ojos.- Por que tengo carne asada y vino...podriamos no verter mas sangre...ya he perdido el contrato, por querer alimentarte mujer.-le susurro, acercandose a ella esta vez. Su olor lo irritaba. Por que olia demasiado bien. Demasiado. Izo una mueca y la miro fijamente.- Seguro que no quieres que cuenten que un brujo mato a una vampiresa tan poderosa como tu....-le dijo alzando una ceja. El contacto de esa mujer en su piel lo helaba deliciosamente. Intentaba mantener el tipo, que no vea que estas nervioso Wallace, te has enfrentado a licantropos. Una vampira, sola, no es nada para ti. Se repetia constantemente.

Ella aún mantenía la daga de manera firme en su cuello, podia sentir el calor de los dedos  del cazarecompensa en el vientre, aquella sensación la incomodaba demasiado, pero no debía bajar la daga, de hacerlo se sería su fin. Un mar de pensamientos le alborotaban la mente en ese instante, debía salir airosa de la situación pero como....tenía todo en su contra, un sólo movimiento y el calor que ahora sentía en el vientre se haria mas intenso hasta acabar con ella.

Debía ser hábil para ganar la confianza de el, seducirlo y así  poder anticipar sus movimientos para luego volver a a atacar, no lo pensó dos veces. Se movió rapidamente hacia un costado apartandose de su lado, acomodó la daga entre la ropa - Está bien, creo que podemos hacer una tregua esta noche- le sonrió de manera coqueta.

Junto a un viejo leño estaba la alforja del desventurado al cual le habia exprimido hasta la última gota de sangre, en ella habia una botella de vino y unas cuantas monedas. Cogió la botella de vino junto con las monedas, las que guardo para si.

Se volvió al lado del Cazarecompensa con la botella de vino en la mano aún sin abrir, otra vez intentaría seducirlo, - Hay algo que me intriga ahora...-, hizo una pausa y prosiguió - Cuál es tu nombre?, quiero saber como se llama aquel que intento incinerarme-, rió de manera irónica.

Esa fue la excusa que usó para saber el cual era el nombre de ese ser que la hacía comportarse de manera extraña, en otras ocasiones no hubiese vacilado ni un segundo en acabar con él de manera inmediata, aunque ello le costara su propia vida. Había logrado contener su deseo de tener su sangre a cualquier precio, sería esta una señal que estaba aprendiendo a controlar sus impulsos?....

Wallace la miro en todo momento. Por alguna razon dejo de amenazarla con el fuego cuando ella se aparto. Por que? Debia estar alerta, pero no sabia por que su brazo habia bajado sin pensarselo.

Al ver que la vampira cogia la botella de vino y se acercaba a el de nuevo respiro hondo y trago saloba. No sabia que hacer. En estas situaciones habria atacado a la vampiresa pero esta vez era diferente. Alzo la cabeza para mirarla mejor. Si, era muy hermosa. Demasiado, se repitio para si. Nego con la cabeza y se sentño cerca de la hoguera. Que mas da, si lo quiere matar, lo hara, punto.

- Rojo...-le dijo. No le diria su verdadero nombre. No aun. Aun? Acaso esperas vovler a encontrarte con ella, Wallace? le dijo su consciencia. La miro de nuevo.- sientate y abre la botella..-le dijo con voz ronca.-...no me creo que este haciendo esto...
La noche les brindaba una luz perfecta. Wallace miraba las llamas escuchando como la vampira servia el vino en las copas robadas del hombre muerto. Al tomar la coma, rozo sus dedos y sintio un escalofrio. Un escalofrio demasiado agradable. Entonces la miró.

Los ojos de ella estaban clavados como estacas en los de el. Brillaban de sed de sangre y deseo. Tambien a autocontrol. Se estaria controlando para asentar el golpe final? Wallace ignoro esa idea, tenia vino en las manos, comida y una compañia un tanto inusual. Si debia morir, seria una muerte extraña.
Bebio lentamente de la copa y la miro. De su propio petate, salco una bolsita de cuero y una pipa de madera. Necesitaba fumar. Preparo el cacharro y encendio con el dedo la hierba. La miro mientras soltaba humo, lentamente por la boca. Quien era? Que queria realmente?

-Hmmm Rojo...es el nombre mas absurdo que he escuchado- Soltó una carcajada -Ya  veo  que no me diras tu verdadero nombre y no te culpo, nadie confía en los vampiros- le dijo mientras llenaba con delicadeza nuevamente su copa. Miraba la luna de manera contemplativa, de alguna forma la compañia de ese extraño la hacia sentir bien, pero necesitaba saber el porque.

Volvió la mirada hacía el, le resultaba un tanto gracioso verlo soltar humo con esa pipa, sin embargo un silencio incómodo se apodero del momento, sacó su daga y comenzó a juguetear con ella entre las manos, lo hacía una y otra vez un tanto inmersa en sus propios pensamientos, algo tenia ese extraño, pues lograba que contuviera sus deseos de absorver su sangre, pero queria pasar por alto esos pensamientos, de pronto aburrida del silencio casi sepulcral que de pronto los invadió le dijo...-Amaranth es mi nombre- se puso de pie acercándose al cuerpo el cual le había servido de alimento hace un rato, le dio un pequeño puntapie.

-Haz matado a tu cliente cazarecompensa ahora que harás?, ha sido mi cena y con ello haz perdido mucho dinero, jamás me disculpo por mis acciones y esta vez no sera la excepción pero veré el modo de recompensarte, eres ambicioso como yo, eso es un punto a tu favor- volvió a acercarse a el acariciandole el cuello de manera seductora, los deseos de morderlo se intensificaban, aunque en el fondo sabia que aún no lo haría, de igual modo le encantaba esa sensación de estar a un paso de probar su sangre.

Wallace la habia escuchado atento. Absurdo? Ese nombre se lo puso su maestro, el uico que le dijo la verdad. "Rojo, pq enroja sangre has nacido y crecido".Cada movimiento, cada pestañear de esos ojos que lo ponian nervioso e inquieto. Trago saliba al ver que se levantaba. Por que no podia parar de mirarla? Fruncio el ceño y dejo la pipa a un lado. Cuando volvio a girar la cabeza ella no estaba. Se habia acercado a el otra vez y volvia a acariciarle el cuello.

El se quedo quieto, dejandola hacer, sin saber porque. Queria apartarla pero el cuerpo no le respondia. La miraba fijamente mientras le hablaba. Se fijo en el movimiento de su lengua al hablar, en como acariciaba los colmillos y como sus ojos brillaban de la fuerza de su autocontrol. Wallace estaba absorto recordando cada detalle de aquella mujer. Cuando se dio cuenta que la miraba con deseo sintio un cosquilleo pro todo el cuerpo y despejo su cabeza de pensamientos que en ese momento no precededian.
Amaranth. Su nombre resonó pro su cabeza. El sabia que no se le olvidaria. Quizas debia decirle su nombre...

-Has matado a tu cliente cazarecompensa ahora que harás?, ha sido mi cena y con ello haz perdido mucho dinero, jamás me disculpo por mis acciones y esta vez no sera la excepción pero veré el modo de recompensarte, eres ambicioso como yo, eso es un punto a tu favor- Dijo ella. Wallace alzo un poco la cabeza y pensó en lo que habia dicho.

Era cierto, sin victima, su cliente no le pagaria. Aunque si encontraba el alijo puede que no importara. Pero el cliente enviaria sicarios a por él. Wallace miro de nuevo a la mujer y sonrio lentamente. Quizas, solo por una vez, confiaria en un chupasangre y le pediria colaboración. Pensó en las posibilidades, en como saldria el plan, en que deberia decir o hacer. el olor de la mujer lo distraia hasta el punto de no saber muy bien como actuar.

-Debo regresar al cliente, dudo que este contento, pero lo que si se...es que tiene mucho dinero...-le dijo en un susurro. No le gustaba alzar la voz, no hacia falta. La intimidad de su cercania le hacia susurrar las palabras.- Ayudame a salir airioso de su guarida, y el dinero, la mitad, es tuyo.- le propusó, mientras miraba disimuladamente como las estrellas, mas brillantes que nunca, iluminaban su pelo. Jamas se habia fijado de aquella manera en el pelo de una mujer. Era curioso para el ver como se movia y como los reflejos transformaban el pelo completamente.

Respiro hondo, esperando a que la vampira estubiera de acuerdo. Queria que estubiera de acuerdo. Que diablos le pasaba?

De una u otra manera cada minuto disfrutaba más de la cercanía de "rojo", sus cuerpos estaban tan próximos que ella lograba sentir los acelerados latidos de su corazón, el nerviosismo de el era evidente pero logro darle un giro a la intima y comprometedora situacion cuando dijo -Debo regresar al cliente, dudo que este contento, pero lo que si se...es que tiene mucho dinero...Ayudame a salir airioso de su guarida, y el dinero, la mitad, es tuyo.- aquellas palabras hicieron eco en su mente, rompieron el silencio de aquella noche de niebla, Amaranth dió un paso atrás apartandose de él bruscamente.

Siempre había sido ambiciosa, esta era una oportunidad perfecta de conseguir dinero de una manera sencilla, aunque dentro de sus planes no estaba compartirlo con "Rojo",  una vez hecho el trabajo debia deshacerse de él...ese era un buen plan.

Guardó silencio por un momento y se acomódo el cabello de manera sensual - Me estás pidiendo ayuda?, es que no lo puedo creer, pero esta bien, te ayudare con una condicion, debes decirme tu nombre- le volvió a clavar la mirada esta vez en todo desafiante.

No podia dejar de mirar con deseo a ese hombre, sin embargo no era el momento para prestar atención a esas cosas, tenia asuntos más importantes que atender, aunque la mirada de él hacía que perdiera de vista todos sus objetivos y eso no le agradaba, se sentía un tanto expuesta,  razón por la cual no debia dar lugar a ese tipo de sensaciones.

-Debo advertirte algo...si me traicionas me encargare de buscarte por todos los rincones de Aerandir hasta en encontrarte y una vez que lo haga, te mataré- respiró hondo para desahogarse, -Esas son mis condiciones, si las aceptas nos llevaremos bien y haremos un buen trabajo uniendo tus habilidades con las mías, una vez terminado el trabajo cada uno por su lado, está claro?.

Wallace sonrio levemente. Habia aceptado de buen grado, con una condición logica viniendo de una vampira.
Pero seguia cerca de el y su proposición hizo que frunciera el ceño.
-Mi...nombre?...-dijo con voz ronca mientras la apartaba. No. Esa era una frontera que nadie debia pasar. Y menos un amujer que lo ponia nervioso, inquieto y lo hacia desear pasar mil lunas en el mismo lecho que ella. Se levanto y se puso a mirar la luna. Su nombre no significaba nada. Dejo de significar algo desde el primer dia que mató.
Wallace suspiro y se fue quitando lentamente la armadura de cuero, de cintura para arriba. Con el pecho desnudo la vampira pudo contemplar la cantidad de cicatrices. Algunas eran pequeñas y poco profundas. Otras se hundian un poco en los musculos cincelados. Los abdominales se movian por la respiración latente, dejando ver un ligero camino de vello pelirojo. Pero lo mas extraño era que, en algunos lugares, las venas del hombre se marcaban, con un rojo casi brillante, incluso algunas parpadeaban. Wallace se sento al lado de la vampira sin decir nada y se miro las manos.
En ellas se notaba mas el efecto de la magia.
Su nombre. Por que queria saberlo? Acaso importaba?
-Mi nombre no es importante. Mi espada es tuya hasta que acabemos, eso es lo unico que debe importar. Te protegere si hace falta. Nada mas.- le dijo, mirando fijamente la hoguera.
La volvió a mirar entonces, a los ojos. Sin ninguna verguenza, la miro de arriba a bajo, fijandose unos segundos en su precioso escote. Wallace no pudo evitar pensar en como le gustaria hundir la cabeza en ese avismo.
Negó con la cabeza y se apoyo en el arbol, estirandose, haciendo que sus musculos se tensaran. Los pantalones los llevaba un poco bajos, dejando ver como se le marcaba los huesos de la pelvis. Miraba las estrellas, pensativo.
-Obtendras mi nombre, al final del camino, cuando tu tengas tu oro y yo el mio, y sepa seguro que, muy a mi pesar, nuestros caminos jamas se vovleran a encontrar...-le susurro sabiendo que jamas le habia dicho eso a alguien. A una mujer.

No podía dejar de mirarlo, ahora con mayor razón pues tenia el pecho completamente desnudo, repasaba cada uno de los detalles del su cuerpo como queriendo fijar para siempre en su mente aquel momento, aquellas cicatrices producto de quien sabe cuantos enfrentamientos lo hacían mas atractivo para ella.

Cuando el se sentó a su lado no pudo evitar mirarle, las manos con cierta curiosidad pues jamas habia visto que a alguien le sobresalieran las venas de esa manera, sin poder evitarlo le acaricio las venas de las manos con la yema de los dedos de manera suave y delicada para no incomodarlo. Su piel era algo dura pero agradable al tacto, podia sentir el calor poco usual que despedia su piel , el estaba nervioso otra vez y Amaranth con un fugaz movimiento aparto sus manos.

-¿Qué sientes cuando el fuego recorre tus manos?- le preguntó expectante, al ver su actitud inexpresiva ante la pregunta guardó silencio y notó que le miraba de manera descarada el escote, bruscamente le alzó la barbila con un dedo haciendo que la mire a los ojos.

Lo deseaba de manera incontrolable, aquel viento que se habia levantado hacia que su olor  tan particular le resultara mas atrayente, le miró los labios no vaciló y lo beso de manera apasionada.
El crujir de las hojas secas y ruido extraño la alertó, interrupiendo aquel beso apasionado, - Shhhh, no estamos solos- le susurró mientras intentaba agudizar su oido para saber de donde proviene el ruido.

-Trasgos....- pensó sacando la daga, respiro hondo y empuño la daga con fuerza, se estaban aproximando con rapidez, -Rápido, ve por tu armadura sino nos matan-....

Off Rol: Los trasgos salvajes son considerablemente más peligrosos, y pueden poner en serios problemas a un grupo de aventureros, ya que aprovechan la fuerza de su siempre apabullante superioridad numérica

Trasgos:

Wallace sentia la mirada de ella constatemente. No podia dejar de pensar en lo mucho que la estaba deseando, pero aquel no era el momento. Cuando ella le acaricio sintio un cosquilleo en la entrepierna, demaiado agradable. Ante sus preguntas no dijo nada. Era demasiado fuerte para explicarlo.

Pero su cabeza sucumbio al vació cuando ella le levanto la barbilla y lo beso. El contacto, efimero pero apasionado, dejo a Wallace en n estado shock y exitación. La sangre le calento de golpe. Su cabeza daba vueltas. Queria cogerla y estamparla contra el arbol para luego poseerla de la manera mas ruda posible. Pero ella lo aparto de golpe.
Trasgos. Wallace agitó la cabeza para concentrarse y rodo a un lado cogiendo su espada de plata. La desenvaino. La hoja brillo ante la luna, con un silbido que asustaria a cualquiera.
Malditos Trasgos. Iban en grupo. Wallace conto 4. Ojala solo fueran 4, pensó.

-Espalda contra espalda vampira, no quiero quemarte por error...-susurro colocando los pies, listo para recibir un ataque.
El primer trasgo salto de entre los arbustos, con una hacha oxidada en mano, apuntando hacia la cabeza de Wallace. este hizo un giro esquivandolo y corto en el momento adecuado, partiendo en dos al trasgo, aprovechando la fuerza de la gravedad. De un golpe seco, limpio de sangre la hoja.
El segundo trasgo, un poco mas listo, fue corriendo como un desalmado, lanza en mano y la punta bien recta, hacia Wallace. Este lo vio venir pero dejo que la lanza se clavara en su costado. El rugido que emitio Wallace fue tan fuerte, varonil y cabreado que el trasgo, asustado, retrocedio. Wallace se arrancó la lanza y con la mano libre cogio de la cabeza al trasgo. Le miro a los ojos mientras quemaba su piel rasposa y llena de grasa y suciedad. el trasgo gemia de miedo y dolor. Los ojos los tenia desorbitados. El cuerpo cayo inerte y echando humo. Wallace escupio sangre y deseo que Amaranth estubiera bien. La herida le escocia. Veneno tal vez. Gruño y se concentro. No podia cauterizar la herida en el estado que estaba.
Entonces, escucho un gruñido. Un trasgo mas grande y con armadura hecha de partes salio de entre los matojos. Un Trasgo mayor.
Wallace maldijo a los dioses y se preparo. Respiro hondo.

-Amaranth, dejamelo a mi...-dijo mientras alzaba la espada, en modo defensa alta.

La herida le ardia pero no le importaba. Ese beso...ese beso le habia dado ganas de seguir.
Wallace se dio cuenta que sonreia. Cuanto hacia que no disfrutaba de un combate?

Estaba espalda contra espalda con Rojo, esperando si alguna otra criatura decidía atacar, mantenía firmemente su daga en posición de combate respirando agitada, de entre los arbustos surge un tercer trasgo portando un hacha oxidada similar al que había atacado a Rojo, la vampira no le quitó lo ojos esperando a que el diera el primer golpe, la criatura corria a toda velocidad con lanza alzada apuntando directamente al pecho de Amaranth,  permitió que se acercara un poco más, lo soprendio agarrandole el brazo que tenía la lanza corta ,  forcejeando lanza logra herir la pierna de  Amaranth pero consigue que el trasgo pierda la lanza ,  luego en  un movimiento rápido, muerde violentamente su cuello y clava le clava la daga en la espalda, pero aun el trasgo no habia muerto, - Aún no mueres maldito- quitó la daga y la volvió a clavar esta vez con una mayor brutalidad.

La bestia dió un grito de dolor y cayó desplomada al suelo, Amaranth le puso un pie en la espalda de la bestia y quitó la daga.

Estaba preocupada por Rojo, sabía que estaba herido, el olor sangre le estaba haciendo enloquecer, su respiración volvió a acerlerarse, en silencio se dirigió hacia el que aun estaba en posición de ataque, la vampira estaba entregada a sus deseos y a su instinto.

El gruñido de un cuarto trasgo lo hizo reaccionar y volver en sí, De los matos salió un cuarto trasgo, gruñiendo y dispuesto a acabar con ellos, este era mucho mas grande que los otros tres.
Movió la cabeza de un lado a otro como para volver a la realidad... Amaranth, dejamelo a mi...aquel grito fue lo que la hizo reaccionar del todo.

El trasgo mayor rugio y se dispuso a golpear a Wallace con una porra hecha de hueso de animal. Wallace rodo hacia un lado esquivando el primer golpe. El trasgo rugio de nuevo y miro a los lados, moviendose como un gorila enfurercido, dando golpes en el suelo. La herida empezaba hacer meya en sus reflejos. Vio de reojo a Amaranth, matando al otro trasgo.  Al ver que la herian sus sentidos se alteraron. El trasgo volvio a acometer. Wallace esquivo saltando hacia atras. Aprovecho el impulso y ataco. Fue rapido y letal. Paso por el lado del trasgo y corto su costado, casi partiendole por la mitad. Ignoro por un momento al monstruo y corrio hacia la vampira pues esta se estaba apunto de caer al suelo. La cogio al vuelo, levantandola. Escucho al trasgo gruñir de dolor y correr hacia el. Wallace se giro amenazador  y esquivo el placaje del monstruo.

Este cayo de bruces desangrandose. Wallace dejo a Amaranth en el suelo y con la espada, le corto la cabeza al Trasgo. Se quedo un momento mirando como la sangre brotaba. Habia disfrutado matandolo. Agito la cabeza y ignoro el dolor en el cuerpo, cogiendo de nuevo a la vampira y llevandola a un pequeño estanque de agua. Se metio con ella en brazos y dejo que ese agua cristalina limpiara la sangre ambos. La miro, preocupado, estrechandola contra su cuerpo. Parecia volver en si. Sabia que era peligroso. Pero debia hacerlo.

- Eh...no te mueras ahora mujer...-le susurro, con un ligero tono dulce.- toma mi sangre...la necesitas..-dijo nervioso sabiendo que era un riesgo enorme para el.

La herida que le hizo el trasgo comenzaba a incomodarle, a cada instante perdía mas sangre y eso hacia que perdiera fuerza, la cabeza le daba vueltas ya no podia mantenerse en pie, intentó bajar la mirada para ver la herida en su pierna, pero le fue imposible pues perdió el equilibrio y sus ojos se entrecerraban.

En ese momento se dió cuenta que Rojo la cargaba dejandola en un lugar seguro, su ropa estaba empapada en sangre, volvió a cerrar los ojos, pero podia escuchar el ruido de la espada y los gritos de dolor del ultimo trasgo. Deseaba levantarse e ir a ayudar al hombre pero sus fuerzas la abandonaron y se desmayó durante algunos mintuos.

Luego de acabar con la criatura, Rojo la alzo en sus brazos nuevamente para llevarla al estanque, olvidandose de sus propias heridas, solo le preocupaba la vampira que aun no recuperaba el conocimiento. El agua limpió las heridas de ambos, y poco a poco Amaranth comenzó a volver en si, viendose en los brazos de aquel hombre.

Intentó moverse y articular palabras pero estaba muy débil,  Eh...no te mueras ahora mujer.. toma mi sangre...la necesitas...- el tono de aquellas palabras la tranquilizaron además de la seguridad que le brindaban los fuertes brazos de el, la hacian sentirse reconfortada.

Alzó la vista hacia el -Estás seguro?, podría matarte recuerda que aún soy esclava de mis instintos, comenzaré y no podre parar- cerró los ojos y mordió el cuello suavemente. El sentir la sangre fluir era una de las sensaciones mas placenteras que existia para ella, aunque esta vez es diferente, ahora exisitía una lucha interna entre el placer de beber su sangre, y detenerse a tiempo como para no quitarle la vida.

A medida que bebía iba recuperando las fuerzas, mientras el rostro de Rojo comenzaba a palidecer a medida que ella clavaba con mas profundidad sus colmillos. Sabía que si continuaba no podría detenerse, era cuestión de un par de minutos más y la vida de rojo se apagaría.

Deseaba con todas sus fuerzas que él la alejara como antes ya lo habia hecho, pues ella no podria hacerlo, ahora mas que nunca era presa de su instinto.

Al sentir el frio de los colmillos en su piel, Wallace gimio de dolor... y de placer. El dolor era inebitable pero tenia cierto punto placentero. La cosa cambio cuando empezo a sentirse debil. Sabia que tenia pocos minutos para reaccionar. Sabia que era una locura. Pero debia hacerlo.

Wallace empezo a calentar su sangre poco a poco, pues no queria herirla a ella. Comprobo rapidamente que la herida de ella ya estaba estable y calento de golpe la sangre. La vampira se aparto, gimiendo de satisfacción, con la boca, barbilla y un poco el cuello, manchados de sangre. El se tambeo un poco y la dejo en el agua apartandose, confiendo en que ella estaria satisfecha.

Se arrastró hasta el campamento y cogio el vino. Lo vertio en la herida y con la mano le pego fuego, cauterizando la herida. Rasgi la camisa y se vendo como pudo. Se quedo tumbado en el suelo mirando la luna.
- mujer....-suspiro, agotado.- espero que ya estes satisfecha...-tosio y bebio un poco de vino. Se sentia debil pero animado por la pelea.  

Ella se acerco, tmb agotada. Wallace la encontro preciosa. Mojada, cansada y con sangre. Era la mujer mas hermosa del mundo. El sonreia como un tonto.- si no fuera pq he perdido 10 l de sangre, ahora mismo mujer...te tomaria con ganas...-dijo con voz ronca. Suspiro, hablar le cansaba. Solo queria dormir.

Nunca sintió tanto placer al beber la sangre de alguien, sería tal vez porque deseaba hacer eso desde la primera vez que lo vio. Bebía con desesperación luchando por controlarse, pero le estaba resultando imposible, casi estaba por quitarle la vida a Rojo, de pronto sintió que la sangre de el estaba caliente, demasiado como para poder seguir bebiendo, aunque gimió de satisfacción. Jamás habia experimentado una sensación tan placentera e inquietante a la vez.

Se lamió los labios, y se sumergio completamente en el estanque. Se sentía agotada fisicamente, necesitaba descansar. Aun con el cabello mojado se dirgió al campamento, ahi estaba Rojo curandose las heridas, tenia aspecto cansado y aun estaba algo palido.
Amaranth no dejaba de mirarlo, cada vez le parecia mas atractivo, -  espero que ya estes satisfecha-, le dijo el.

Se acerco agotada hacia donde estaba él, se sento a su lado,  permaneció en silencio mientras las gotas de agua que le escurrian del cabello mojaban el pecho de Rojo.
- Si no fuera pq he perdido 10 l de sangre, ahora mismo mujer...te tomaria con ganas...- , le dijo algo sonriente y cansado, -Shhhh, calla, no es bueno que hables ahora, necesitas reponerte, tenemos un largo camino aun por recorrer, intenta dormir- se inclinó hacia el y puso un dedo en sus labios en señal de silencio seguido de un beso intenso en aquellos labios que sabian a vino.

Luego de besarlo apoyo la cabeza en el pecho de aquel hombre que le habia dado su sangre arriegando la vida en aquella accion, el estaba casi dormido y ella le acariciaba con la yema de los dedos el pecho.

Deseaba que la tomara de manera pasional pero no era el momento, pues ambos estaban cansados y malheridos. Dió un suspiro y se volvió a sentar a lado de el en una actitud casi contemplativa, de vez en cuando le acariciaba el cabello sin decir palabra.

Wallace notaba sus caricias, sin poder evitar sonreir. Cuando noto los labios de ella, se dejo hacer, sintiendo calor de nuevo por su cuerpo. Su simple contacto le producia una estado de bienestar en esos momentos. respiraba lentamente. No queria dormirse, queria mirarla toda la noche pero los parpados le pesaban.

Tubo pesadillas, muerte, victimas pasadas, el rostro de un hombre mirandole con odio y agua, unas manos fuertes y grandes que lo hundian. Luego, la oscuridad lo cubrió todo.



-Noo! -se despertó de golpe, sudando. Respiraba entrecortadamente. se limpio el sudor con la mano y miro a su alrededor. Ella no estaba. Ni los cadaveres. El campamento estaba limpio. Frunció el ceño y se miro la herida. Supuraba un poco pero estaba mejor. Cogio la botella de vino y se la acabo. Se levanto como pudo con una mueca de dolor y fue hacia el estanque. Se desnudo lentamente y dejo la ropa a un lado. Arrancandose los bendajes miró hacia los arboles, en busca de la mujer. Una parte de el penso que quizas se habia ido. Otra, que las caricias de anoche fueron un sueño. suspiro y se metio en el agua. Se apoyo en las piedras y se limpio lentamente. Por suerte el agua estaba caliente y limpia. Se quedo mirando el cielo, despejado y puro. Intentaba analizar todo lo que habia sucedido. Los trasgos, los besos, ella. No se la podia quitar de la cabeza.

-Maldita vampira...-se acaricio las marcas de los dientes, que estarian alli de por vida, dos circulitos en su cuello. Esa zona la tenia caliente todo el rato. Marcado por ella, eternamente. Sonrio sin poder evitarlo. Marcado por una mujer. Era ironico, pues a el no le habia molestado ese hecho. Meditó sobre el hecho de acostarse con ella. Su cuerpo la deseaba, y tambien el. Pero...y si se entregaba a ella de una forma sentimental? Y si llegaba al punto de no poder vivir sin ella?...Wallace eliminó esas preguntas de su cabeza y se hundió en el agua. Tenia que ordenar sus pensamientos.
Lo importante ahora era la guarida, el oro...y ella.
Solo es la pasión del momento. Solo es eso. Se repetia una y otra vez. Buceó un poco y salió a la superficie, a las rocas de nuevo. Estaba confuso. Jamas una mujer habia ocupado su mente de la misma manera que Amaranth.
-Dioses...necesito un trago...

Permaneció sentada junto a él cuidandole el sueño, varias veces se despertó gritando y balbucenado alguna maldición, ella lo calmaba acariciandole el pecho y el volvía a dormir, en un instante miró a su alrededor y la imagen no era muy agradable pues los rastros de la dura pelea que habian tenido con los trasgos aun seguían ahi. Vestigios de armas, sangre, cadaveres.

Sin hacer ruido comenzó a ordenar un poco aquel caos, se deshizo de los cadaveres, alejandolos cerca de unos arbustos para que fueran la comida de algún animal. De vez en cuando miraba hacia donde estaba Rojo.
-Creo que este hombre no me deja pensar de manera objetiva- pensaba en voz alta, había pasado mucho tiempo quieta y eso la comenzaba a desesperar, asi es que salió a caminar por los alrededores.

Estuvo largo rato a solas, caminaba lentamente pues la herida de la pierna aún le daba molestias, por eso se detenía cada tanto para descansar, sin embargo en un momento se le hizo casi imposible seguir caminando, pues el dolor comenzaba a aumentar. Caminó de regreso al campamento, deseando que el hombre ya estuviera con mejor semblante.

Cuando llego la campamento fue en direccion hacia donde estaba el improvisado lecho, el hombre no estaba ahi, luego miró hacia el estanque pudiendo apreciar la ropa de Rojo tirada de manera desprolija en el suelo, ahi estaba...con el torso desnudo en medio del agua.

La vampira se quedó a la distancia observandolo, no queria que advirtiera su presencia para no incomodarlo, miraba cada detalle de su cuerpo como ya lo habia hecho otras veces, su ancha espalda, aquellos brazos fuertes, despertaban en ella otra vez la pasión y el deseo.

Esta vez no se controlaría, la situacion era perfecta para un encuentro amoroso, pues el hombre estaba desnudo y a su merced.

Lentamente la vampira se despojó de su ropa, quedando totalmente desnuda,  dejandola junto a la de el, de manera casi imperceptible se metió al agua en busca de Rojo, en ese instante lo abrazó por la espalda de manera tan intensa que el podia sentir los senos de la vampira presionandole la amplia espalda.

Al sentir las vibraciones del agua, Wallace abrio los ojos pero no se movio. Respiro lentamente, relajandose. Estaba inmerso en sus pensamientos cuando sintio que alguien lo abrazaba. Miro de reojo y sonrio levemente al ver que era ella. Sus pechos se apretaban contra el deliciosamente. No pudo evitar reir.
- Vaya...buenos dias...-le susurro girandose. La miro desde arriba pues era mas alto. Coloco sus grandes manos en sus nalgas, apretandola contra el para que sintiera su deseo evidente por ella. Lamiro largamente, memorizando cada centimetro de su rostro.- que es lo que quieres de mi, mujer...-le dijo con voz ronca, marcando la palabra mujer. La estrecho mas para sentirla toda, enterita.- no puede salir nada bueno de esto...lo sabes no?...- beso el cuello de ella con dulce pereza, saboreando su piel, mordiendo.-...nada bueno...-susurro antes de morderla con fuerza, marcandola como ella hizo la noche anterior. Lo volvia loco, necesitaba poseerla con rudeza, hacerla suya y no parar hasta que suplicara. Por que no podia sacarsela de la cabeza. Sabia que jamas se la podria sacar de la maldita cabeza.

Pensaba en las chicas de los burdeles, que tanto le habian dado y hecho. No, Amaranth no era una fulana. Era un vampira, poderosa, hermosa, fuerte y mortal. Y lo estaba volviendo loco. A el, un cazarecompensas experimentado, terco,fuerte, un asesino.

Al ver que le hizo sangre sonrio y se la lamio. La miro a los ojos, burlon y se aparto un poco, retandola, mientras se limpiaba la sangre del labio con la lengua. Vamos, penso, ven aqui, toma lo que tanto deseas. Lo necesitas, lo necesitamos.

Sintió las manos de Rojo en sus nalgas, manos fuertes y masculinas, pudo notar cuanto la deseaba cuando la acercó hacia su cuerpo, y besó su cuello, luego lo mordió , la sensacion la hizo estremecer de dolor y placer -Ven aqui, toma lo que tanto deseas. Lo necesitas, lo necesitamos- fueron un disparador para su imaginacion. Los retos y el peligro era algo que excitaba demasiado a Amaranth, al escucharlo decir aquellas palabas su deseo se encendió mucho más.

El retrocedio esperando su reaccion, el ver la sangre el labio de rojo se acerco nuevamente y  lo besó apasionadamente jugando con su lengua y mordisqueandole los labios muy lentamente. Mientras lo besaba y disfrutaba del sabor de sus labios pensaba en lo dificil que sería quitarselo de la cabeza, el había hecho muchas cosas por ella, que buscaba el la hacer todo eso, era la pregunta que la inquietaba...llevarsela a su lecho, poseerla para asi poder vanagloriarse con sus amigos, otra mujer en su lista... una vampira.

Eso poco importaba pues en cada beso aumentaba el deseo, con sus manos recorria cada espacio, cada centimetro de su espalda, podia sentir las cicatrices que tenia marcadas como a fuego. Jugueteaba con sus labios, los mordia con pasión, luego lo mismo hacia con su cuello.

A cada instante las caricias por parte de la vampira eran mas intensas, -No sabes lo mucho que deseo tu cuerpo- dijo en un tono sensual y con la respiración un tanto agitada producto de la excitación.

Se alejó un poco de él y estando frente a frente extendió la mano para acaricar  los pectorales, podía sentir los latidos acelerados del corazon, mientras hacia esto no dejaba de mirarlo, bajaba lentamente hasta su adbomen bien marcado, disfrutando cada caricia, cada expresion de placer en el rostro de Rojo, la incitaban a ir mas lejos, así llegó hasta su miembro erecto y comenzó a acariciarlo con suavidad.

-Ya sabes lo que quiero....y sé que tu también lo deseas-

La visión de ella, llena de deseo por el, borracha de pasión, lo hizo sonreir de satisfacción. Cuando lo veso fue como un choque de titanes. Sus lenguas bailaron entre mordicos y jadeos. Sus fuertes manos exploraban cada rincon de su cuerpo, memorizandolo.

Que le hacia esa mujer, que estaba volviendo loco al brujo. Ya no podia pensar con claridad. Todos sus sentidos se concentraban en ella, en cada jadeo y en cada beso. Cuando ella empezo a acariciarle, se quedo quieto. Jamas habria permitido que una mujer lo tocara asi pero ella...Wallace se relajo y se dejo hacer, sintiendo sus dedos por su pecho, estremeciendose ante la caricia del vientre. Al sentir su mano en su miembro se mordio el labio y entrecerro los ojos de placer, pues era muy sensible. Su orgullo masculino crecio al ver la expresion de ella al no poder cerrar la mano alrededor de el. Sus ojos lo miraban fijamente. El tampoco apartaba la vista.

-Ya sabes lo que quiero....y sé que tu también lo deseas-

El canto de la sirena. Wallace alargo la mano y acaricio sus pechos con hambre, sin dudar en utilizar la boca para adorarlos, como si fuera un muerto de hambre en un desierto. Eran simplemente perfectos. La cogio del trasero de golpe, mirandola a los ojos, y la alzo lentamente, mientras ella rodeaba su cintura con las piernas. No podia aguantarlo mas.

-No sere dulce...-susurro con voz ronca mientras entraba muy lentamente en ella.- No sera rapido...-jadeo, entrando mas, disfrutando de la expressión de placer de ella.-...eres mia...-y dicho eso entro en ella de golpe, hasta la base, apretandose fuerte. Apretó los dientes con fuerza pues el contacto era electrizante. La miraba a los ojos mientras ella le clavaba las uñas en los hombros. Queria estar asi eternamente, unido a ella en esa intimidad fisica absoluta. Sentia como su feminidad lo acogia y apretaba, acrecentando el placer de ambos. Debia esperar tan solo un poco a que ella estubiera lista para sus acometidas. La apoyo en la roca apra ayudarse a empujar y se movio muy lentamente, dentro y fuera, cada centimetro de el, mirandola a los ojos disfrutando de su belleza.

Jadeaba, mientras sentia como la tocaba, cada caricia le parecia mas excitante. Amaranth había estado con otros hombres pero con ninguno habia sentido tanto deseo y pasión como le sucedida ahora con Rojo. Le acariciaba el miembro con intensidad y observaba la expresión de placer que tenia en su rostro.

Lo deseaba con locura, debía demostrarle que ella no era como las otras mujeres con las que antes habia estado. Sopresivamente el la tomó de las nalgas y la alzó adviertiendole que no sería dulce, la vampira deseaba que no fuera así, queria que la cogiera salvajemente, -eres mia- le susurró el brujo mientras entraba en ella de golpe. La vampira gimió de placer cerca del oido de Rojo, le besaba el cuello con ansias dandole pequeños mordiscos.

Ella cada vez que lo sentía dentro le clavaba sus uñas en la espalda y lo rasguñaba, esto a el lo encendía más pues arremetía con mas fuerza. Las manos de el le recorrían las nalgas de arriba a abajo, a ella le gustaba la manera en que lo hacía, nunca habia estado con un un hombre que fuera tan seguro de si mismo y además le brindara tanto placer, era como si supiera donde y de que manera tocarla.

Bruscamente lo empujó y se giró para quedar sobre él -Ahora estarás a mi merced- dijo de manera sensual y provocadora guiandole sus manos otra vez hasta las nalgas, se inclinó y le susurro -Jámas podras olvidarme, te lo aseguró, me llevaras siempre en tu mente- selló sus palabras con un beso apasionado.

Esas palabras se marcaron en el como el beso, a fuego. Wallace sabia muy bien que estaba irremediablemente atado a ella. Para siempre. Entre mordiscos y embestidas la hacia suya, gimiendo junto a ella. Ni las fulanas mas expertas podian llegar a darle el placer que aquella vampira le estaba dando. Era todo ella, como se mvoia ante sus caricias, en ronroneos perezosos y gemidos inocentes, como si fuera una simple niña virgen. Como lo besaba sin tregua, devorandolo vivo. Lo estaba volviendo loco con el simple echo de respirar.

Cuando ella lo monto, lo ayudo a entrar de nuevo. Se movia lentamente, mirandolo con furioso deseo. Parecia bailar sobre el, dsifrutando del control, de la dominación ante el hombre. Wallace la contemplaba, deleitandose de sus pechos, sus ojos, esos labios que le pedia besos por doquier. La cogio por la cintura y la alzo, llevandola al campamento. Alli la tumbo bruscamente de espaldas y antes de que dijera nada, la alzo y la embistio desde atras. El tambien la marcaria. Haria que su cuerpo no lo olvidara.

La cogia del pelo, embistiendo con rudeza, gimiendo con ella, estrechandola contra el. Ella estaba en la cima, podia notarlo. Espero a que ella llegara, embistiendo lentamente y cuando ella gimio por el climax, el solto una gemido masculino y fuerte, apretandose contra ella, abrazandola.

Cuanto hacia que no llegaba de esa manera? Estaba sonriendo sin darse cuenta. Estaba...feliz.
Rodo y cayo al suelo sin dejar de sonreir. Jadeando la miro, entre dulzura y pasion. Era tan hermosa, sonrojada, sudada y satisfecha. Y el sabia que era suyo. De ella. Y entonces lo dijo.

-Wallace...me llamo Wallace.