[Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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[Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Finalmente se llevaría a cabo una tercera carrera luego de lo aparatosas que habían resultado las anteriores, ésta vez todos contaban con que las cosas saldrían como deberían salir, sobre todo el organizador de la carrera quien ahora había decidido apostar por el campeón actual, el elfo que había ganado la carrera anterior, para ello se había asegurado de enviarle un mensaje; al no saber dónde ubicar al elfo había decidido mandar a colocar afiches en muchos lugares, algunos en las afueras de la ciudad y otros en las plazas principales de Lunargenta, así los vería el elfo o si alguien lo conocía le podría hacer llegar el cartel en donde lo desafiaban directamente a mantener su título frente a unos nuevos y aguerridos competidores.
El desafío por el título sin embargo no era una amenaza vacía, sino que iba acompañada de la reseña acerca de un legendario upelero dorado que había ganado una difícil carrera contra unos experimentados y veloces caballos, ganando con ello una buena reputación que le valdría a su jinete una invitación a participar; el cartel resultaba bastante llamativo, incluso yo había tenido que ver con él y unos días antes y decidí acercarme al lugar de la carrera, en parte porque conocía al actual campeón; pero además ese upelero dorado me sonaba especialmente conocido -Esto va a estar bueno- Murmuré con cierta malicia mientras arrancaba uno de los afiches y me lo llevaba en dirección a la ya muy conocida granja de upeleros en donde antes se había efectuado un par de veces la carrera.
Finalmente al llegar el día del evento me encontré llegando al lugar que cada vez parecía más una feria que una granja; varias mesas con ventas de comida mostraban un apetitoso paisaje de punta a punta mientras que al fondo se podían ver los distintos upeleros en exhibición, o al menos todos ellos menos el verde que ya estaba reservado para el joven campeón y seguramente no querían que ocurriera ningún accidente; la pista por su parte era similar a la de la carrera anterior aunque ahora se había hecho un poco más ancha para que los jinetes chocaran menos entre ellos; pésima idea a mi parecer pues haría más difícil hacer trampa.
Una larga vía de tierra plana y limpia se mostraba como el camino a la meta aunque habían varias diferencias pasada la mitad de la pista, la primera de ellas es que esta vez parecía ser el doble de larga, por lo que de ser así ya no sería necesario dar dos vueltas a la misma; otra de las diferencias era que esta vez el organizador se había vuelto un poco más ambicioso y había construido una pequeña casa de apuestas en donde cada quién podría apostarle a su favorito; tal vez por ello se exhibían los upeleros al público y el astuto hombre mantenía oculto al verde para asegurarse al menos hasta el último momento de que nadie apostara antes de tiempo por quien el organizador estaba seguro que resultaría de nuevo ganador.
El desafío por el título sin embargo no era una amenaza vacía, sino que iba acompañada de la reseña acerca de un legendario upelero dorado que había ganado una difícil carrera contra unos experimentados y veloces caballos, ganando con ello una buena reputación que le valdría a su jinete una invitación a participar; el cartel resultaba bastante llamativo, incluso yo había tenido que ver con él y unos días antes y decidí acercarme al lugar de la carrera, en parte porque conocía al actual campeón; pero además ese upelero dorado me sonaba especialmente conocido -Esto va a estar bueno- Murmuré con cierta malicia mientras arrancaba uno de los afiches y me lo llevaba en dirección a la ya muy conocida granja de upeleros en donde antes se había efectuado un par de veces la carrera.
Finalmente al llegar el día del evento me encontré llegando al lugar que cada vez parecía más una feria que una granja; varias mesas con ventas de comida mostraban un apetitoso paisaje de punta a punta mientras que al fondo se podían ver los distintos upeleros en exhibición, o al menos todos ellos menos el verde que ya estaba reservado para el joven campeón y seguramente no querían que ocurriera ningún accidente; la pista por su parte era similar a la de la carrera anterior aunque ahora se había hecho un poco más ancha para que los jinetes chocaran menos entre ellos; pésima idea a mi parecer pues haría más difícil hacer trampa.
Una larga vía de tierra plana y limpia se mostraba como el camino a la meta aunque habían varias diferencias pasada la mitad de la pista, la primera de ellas es que esta vez parecía ser el doble de larga, por lo que de ser así ya no sería necesario dar dos vueltas a la misma; otra de las diferencias era que esta vez el organizador se había vuelto un poco más ambicioso y había construido una pequeña casa de apuestas en donde cada quién podría apostarle a su favorito; tal vez por ello se exhibían los upeleros al público y el astuto hombre mantenía oculto al verde para asegurarse al menos hasta el último momento de que nadie apostara antes de tiempo por quien el organizador estaba seguro que resultaría de nuevo ganador.
- Reglas de la carrera:
1. La carrera consta de 200 metros divididos en 20 "Cuadros" de 10 metros cada uno, por donde se desplazarán los corredores
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2. Al final de cada ronda colocaré una imagen con el estado actual de los corredores y sus posiciones
3. Al iniciar la carrera, deberán lanzar la voluntad de los dioses para determinar la cantidad de cuadros que recorrerá su upelero.
4. El primero en recorrer los 20 cuadros obtendrá la victoria y la nada despreciable recompensa de 500 aeros.
5. La cantidad de cuadros se decidirá de la siguiente manera:
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- ¿Qué es un upelero?:
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Última edición por Bio el Jue Mar 09 2017, 01:13, editado 3 veces
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Aerandiano de honor
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Níniel ya había oído rumores en la ciudad sobre las carreras de upeleros que tenían lugar en las afueras y que parecían ganar adeptos entre aquellos que querían ver algo diferente a las típicas pruebas de caballos o simplemente una excusa más para apostar o divertirse. Por desgracia la peliblanca nunca había podido estar presente para verlas pues por un motivo u otro su apretada agenda llena de cosas peligrosas y potencialmente letales se lo había impedido, pero salvo que una oleada de invasores del desierto o de muertos vivientes atacara alguna de las ciudades de nuevo aquella vez por fin iba a poder vivir aquella experiencia. Y no solo eso, incluso había sido invitada personalmente por el organizador del evento a participar debido a la "reputación" que había ganado por su victoria en una atípica carrera nocturna con apuestas bastante altas y cuyo resultado había generado un gran revuelo en el mundillo. Sin duda un upelero ganando a las monturas de carrera por antonomasia debía haber contribuido a la popularidad de las de "pollos", como las llamaban los ignorantes.
A la elfa no le gustaba competir en carreras así y hubiese preferido solo mirar, no le llamaba el premio ni la fama, de hecho solo había competido una vez como único modo de obtener a Trickster para ella de manos de su dueño original, Eric, de los establos de la ciudad. No obstante las promesas de aquel hombre de haber creado un evento divertido y apartado de malas prácticas y su intención de destinar parte de los beneficios del mismo al cuidado de tan nobles criaturas terminaron de convencerla para aceptar su propuesta.
Llegado el día señalado la joven salió de su hogar rumbo a los establos y con cuidado preparó a su upelero blanco que emitió una serie de amistosos y cariñosos sonidos al verla, frotando su cabeza contra la elfa. Era un animal espléndido aunque bastante temperamental que solía atacar a cualquiera que creyera que no era digno de acercarse a él o a Níniel, algo que teniendo en cuenta su gran tamaño, la fuerza de sus poderosas patas terminadas en garras y su pico, había obligado al personal del establo a tomar medidas especiales a la hora de atender sus necesidades. Níniel de hecho recordaba perfectamente su primer encuentro y como vio a un humano salir volando varios metros hasta aterrizar sobre un montón de paja tras recibir una coz del orgulloso animal que sin embargo estableció enseguida un fuerte lazo afectivo con la sacerdotisa.
-Nada de misiones peligrosas hoy.- Le comentó a su montura con su siempre melodiosa voz antes de ponerse en marcha- Hoy solo toca divertirse- A lo que el upeleró respondió desplegando las alas y agitando el plumaje de su cuello y su pecho. - Quien sabe, quizás conozcas hoy a una buena upelero de colores vistosos y suave plumaje.-
Conforme se acercaba al lugar designado para la carrera la joven pronto comenzó a encontrarse con grupos de gente que se dirigían al mismo lugar que ella. Al principio un par de personas que hablaban animadamente entre ellas y ya, pero poco a poco cada vez había grupos más grandes y ruidosos en los que se comentaban los resultados de las carreras anteriores y se hablaba de la organización y los resultados, mencionando especialmente a un upelero verde al que muchos creían imbatible, así como una competencia mucho más equilibrada que años anteriores. Parecía interesante y emocionante, aunque por alguna razón la peliblanca se convirtió en el centro de muchas de las miradas al pasar sin que ella pudiese entender muy bien por qué. No llevaba una túnica especialmente reveladora y tampoco es que un upelero fuera algo tan raro, bueno quizá uno blanco sí, pero aún así... Todo cobró sentido al tener ya a la vista la pista de la carrera, cuando uno de los humanos de un nutrido grupo que se divertía en torno a una de las mesas con comida se giró al verla y aún con medio canapé en la boca gritó: -!Mirad!, es el upelero dorado y su amazona, la elfa que desafió al enano-
A la elfa no le gustaba competir en carreras así y hubiese preferido solo mirar, no le llamaba el premio ni la fama, de hecho solo había competido una vez como único modo de obtener a Trickster para ella de manos de su dueño original, Eric, de los establos de la ciudad. No obstante las promesas de aquel hombre de haber creado un evento divertido y apartado de malas prácticas y su intención de destinar parte de los beneficios del mismo al cuidado de tan nobles criaturas terminaron de convencerla para aceptar su propuesta.
Llegado el día señalado la joven salió de su hogar rumbo a los establos y con cuidado preparó a su upelero blanco que emitió una serie de amistosos y cariñosos sonidos al verla, frotando su cabeza contra la elfa. Era un animal espléndido aunque bastante temperamental que solía atacar a cualquiera que creyera que no era digno de acercarse a él o a Níniel, algo que teniendo en cuenta su gran tamaño, la fuerza de sus poderosas patas terminadas en garras y su pico, había obligado al personal del establo a tomar medidas especiales a la hora de atender sus necesidades. Níniel de hecho recordaba perfectamente su primer encuentro y como vio a un humano salir volando varios metros hasta aterrizar sobre un montón de paja tras recibir una coz del orgulloso animal que sin embargo estableció enseguida un fuerte lazo afectivo con la sacerdotisa.
-Nada de misiones peligrosas hoy.- Le comentó a su montura con su siempre melodiosa voz antes de ponerse en marcha- Hoy solo toca divertirse- A lo que el upeleró respondió desplegando las alas y agitando el plumaje de su cuello y su pecho. - Quien sabe, quizás conozcas hoy a una buena upelero de colores vistosos y suave plumaje.-
Conforme se acercaba al lugar designado para la carrera la joven pronto comenzó a encontrarse con grupos de gente que se dirigían al mismo lugar que ella. Al principio un par de personas que hablaban animadamente entre ellas y ya, pero poco a poco cada vez había grupos más grandes y ruidosos en los que se comentaban los resultados de las carreras anteriores y se hablaba de la organización y los resultados, mencionando especialmente a un upelero verde al que muchos creían imbatible, así como una competencia mucho más equilibrada que años anteriores. Parecía interesante y emocionante, aunque por alguna razón la peliblanca se convirtió en el centro de muchas de las miradas al pasar sin que ella pudiese entender muy bien por qué. No llevaba una túnica especialmente reveladora y tampoco es que un upelero fuera algo tan raro, bueno quizá uno blanco sí, pero aún así... Todo cobró sentido al tener ya a la vista la pista de la carrera, cuando uno de los humanos de un nutrido grupo que se divertía en torno a una de las mesas con comida se giró al verla y aún con medio canapé en la boca gritó: -!Mirad!, es el upelero dorado y su amazona, la elfa que desafió al enano-
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
En aquel hermoso día, como era de esperarse, me encontraba durmiendo plácidamente en mi cómoda cama sin ni siquiera saber si era de noche o no, ese detalle en realidad nunca me había importado a la hora de descansar.
Desafortunadamente, mi profundo sueño fue interrumpido por Hyro que por alguna razón se había atrevido a molestarme en un momento tan importante, por ello se merecía un castigo divino, pero me daba flojera hacer algo al respecto así que traté de ignorarlo, sin embargo, al final no pude soportar que a cada rato este sujeto tan inoportuno sacudiera mi cuerpo sin parar, una y otra vez hasta hacerme perder la paciencia.
Finalmente me levanté para escuchar las razones que tendría Hyro para despertarme y después de una rápida conversación supe todo lo que necesitaba saber. Al parecer alguien me retaba a mantener mi título como campeón, título que obtuve gracias a mis grandiosas habilidades… Bueno, en realidad fue solamente suerte… Pero gané que es lo importante.
Una vez motivado me preparé para partir hacia la granja de upeleros y no había nada que pudiese interponerse entre mi objetivo de alcanzar la gloria y yo… Excepto el sueño que por desgracia terminó siendo más fuerte que yo y terminé por acostarme a dormir otra vez, pero después de que transcurriera un par de horas, finalmente emprendí mi viaje hacia la granja de upeleros y esta vez nada me detuvo.
Tras una larga y tediosa caminata donde había tenido que soportar los intensos rayos de sol y luego el frío de la noche finalmente logré llegar a la granja de upeleros que de hecho ya no parecía una granja, al parecer les había ido muy bien en lo suyo.
Dejando esos detalles de lado, lo único que hice al llegar no fue más que dirigirme hacia las mesas de comida para buscar agua o algún otro líquido con el que pudiera saciar mi sed, por desgracia, repentinamente un grupo de personas aparecieron de la nada para recibirme y elogiarme, eso era agradable pero yo solamente deseaba agua así que no escuché más que “bla, bla, bla” de todos ellos.
Afortunadamente, un sujeto me tomó por un brazo para llevarme rápidamente a un establo alejado de la multitud -Enano pálido, que bueno que llegaste, te estábamos esperando- Dijo agitado como si hubiese hecho muchas cosas aquel día, no obstante, fue así cuando descubrí que se trataba de nada más y nada menos que del dueño de la granja.
En la última carrera no me había dado un buen trato pero después de que me encargara de salvar sus cosechas… No, todavía me trataba mal, así que me parecía extraño que realmente estuviera esperándome -Sólo dime lo que quieres, y por cierto mi nombre es Rauko- Dije con un tono imperativo -Como quieras- Respondió como todo un malhumorado para luego soltarme, echar una rápida mirada alrededor y finalmente centrar su atención en mí -La última vez me hiciste perder mucho dinero y esta vez espero recuperarlo todo- Explicó de una manera que parecía que estaba amenazándome.
Al escuchar sus palabras, simplemente voltee para intentar buscar agua ya que no me interesaba lo que ese sujeto tuviera que decir -No seas irrespetuoso, ena… Rauko- él casi explotaba de ira pero se contuvo antes de perder mi atención -Simplemente quiero que ganes la carrera, sólo eso- Explicó ya más calmado y ante eso alcé una ceja por la sorpresa -Aquí dentro está el upelero verde, ya sabes qué hacer- Una vez dicho eso se marchó para dejarme solo con mi montura favorita que en ese momento se encontraba durmiendo.
Desafortunadamente, mi profundo sueño fue interrumpido por Hyro que por alguna razón se había atrevido a molestarme en un momento tan importante, por ello se merecía un castigo divino, pero me daba flojera hacer algo al respecto así que traté de ignorarlo, sin embargo, al final no pude soportar que a cada rato este sujeto tan inoportuno sacudiera mi cuerpo sin parar, una y otra vez hasta hacerme perder la paciencia.
Finalmente me levanté para escuchar las razones que tendría Hyro para despertarme y después de una rápida conversación supe todo lo que necesitaba saber. Al parecer alguien me retaba a mantener mi título como campeón, título que obtuve gracias a mis grandiosas habilidades… Bueno, en realidad fue solamente suerte… Pero gané que es lo importante.
Una vez motivado me preparé para partir hacia la granja de upeleros y no había nada que pudiese interponerse entre mi objetivo de alcanzar la gloria y yo… Excepto el sueño que por desgracia terminó siendo más fuerte que yo y terminé por acostarme a dormir otra vez, pero después de que transcurriera un par de horas, finalmente emprendí mi viaje hacia la granja de upeleros y esta vez nada me detuvo.
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Tras una larga y tediosa caminata donde había tenido que soportar los intensos rayos de sol y luego el frío de la noche finalmente logré llegar a la granja de upeleros que de hecho ya no parecía una granja, al parecer les había ido muy bien en lo suyo.
Dejando esos detalles de lado, lo único que hice al llegar no fue más que dirigirme hacia las mesas de comida para buscar agua o algún otro líquido con el que pudiera saciar mi sed, por desgracia, repentinamente un grupo de personas aparecieron de la nada para recibirme y elogiarme, eso era agradable pero yo solamente deseaba agua así que no escuché más que “bla, bla, bla” de todos ellos.
Afortunadamente, un sujeto me tomó por un brazo para llevarme rápidamente a un establo alejado de la multitud -Enano pálido, que bueno que llegaste, te estábamos esperando- Dijo agitado como si hubiese hecho muchas cosas aquel día, no obstante, fue así cuando descubrí que se trataba de nada más y nada menos que del dueño de la granja.
En la última carrera no me había dado un buen trato pero después de que me encargara de salvar sus cosechas… No, todavía me trataba mal, así que me parecía extraño que realmente estuviera esperándome -Sólo dime lo que quieres, y por cierto mi nombre es Rauko- Dije con un tono imperativo -Como quieras- Respondió como todo un malhumorado para luego soltarme, echar una rápida mirada alrededor y finalmente centrar su atención en mí -La última vez me hiciste perder mucho dinero y esta vez espero recuperarlo todo- Explicó de una manera que parecía que estaba amenazándome.
Al escuchar sus palabras, simplemente voltee para intentar buscar agua ya que no me interesaba lo que ese sujeto tuviera que decir -No seas irrespetuoso, ena… Rauko- él casi explotaba de ira pero se contuvo antes de perder mi atención -Simplemente quiero que ganes la carrera, sólo eso- Explicó ya más calmado y ante eso alcé una ceja por la sorpresa -Aquí dentro está el upelero verde, ya sabes qué hacer- Una vez dicho eso se marchó para dejarme solo con mi montura favorita que en ese momento se encontraba durmiendo.
Rauko
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Es verdad, la vida sigue unos caminos misteriosos. Y sería muy grato seguirlos, si no fuera porque este coso no me deja bajar. Sí, sí, los elfos son amigos del bosque y bla bla bla, ¡Pero jamás he visto a un elfo hacer esas cursilerías! ¿Cómo serán los elfos de ciudad? Si me tomo en cuenta, será sólo un ejemplar, supongo.
- Si ya estás conforme, me quiero bajar. - dije haciendo un amago, pero, por más que lo intente, este pollo gigante no me deja bajar por capricho suyo, lanzándome alaridos a la cara y picotazos cada vez que trato de hacerlo.
Conozco su curiosidad, así que si me permiten, Tía Ili les dirá la razón por la cual un pollo se empeña tanto en mantenerme encima suyo. Todo comenzó en el centro de Lunargenta, en uno de los tablones de anuncios en donde, por lo normal, se ponen letreros de "Se busca" y "El que lo lea es...", y precisamente, esa ocasión fue particular, pues uno de los carteles tenía, con letra discreta y elegante.
"Tercera Gran Carrera de Upeleros".
¿Qué es un upelero? Fue mi primer pensamiento. Lo único con lo que atiné a hacer fue arrancar el afiche y guardarlo para cualquier otra cosa, matar moscas, por ejemplo.
Aquella tarde, después de leer el anuncio, tuve la buena suerte de conseguir una caja decente de mangos sin mucho esfuerzo, así que me di a la tarea de buscar un buen lugar para comer y descansar, hallándolo cerca de los límites de Lunargenta. A pesar de tener hambre, sólo alcancé a comer un par de frutas, dejando el resto de mi historia a los brazos de los dioses de los sueños. ¡Cuál fue mi sorpresa que, para cuando había despertado, había un enorme pollo comiéndose mis mangos!
"¡Hey, deja eso, bestia!" le dije. "¡COOOOOOOOOOOOOOOC!" me gritó el ave. "Vete, si no quieres una buena paliza", le dije. "¡COOOOOOOOOOOOOOOOC!" me gritó el ave. Como no me gusta que me desafíen así, saqué el afiche de mi gabardina, enrollándolo para volverlo un palo de castigo. Más fastidioso se volvió el asunto cuando también me arrebató el anuncio, dejándolo al suelo, y para colmo, haciendo la burla de "leerlo". Sí, dije "leerlo", hasta a mí me sorprendió eso.
Aprovechando el momento, cogí algunos de los mangos que sobraban (y que aún no estaban llenos de baba de pollo) y los guardé como pude. El pollo, aprovechando también mi distracción, se las arregló para subirme a su lomo, golpeándome con su enorme pico cada vez que intentaba bajar.
Llevo alrededor de tres horas encima suyo, no sé a dónde quiere llevarme, ojalá no sea la comida de sus crías esta noche.
Con estas reflexiones, sin darse cuenta, Iliaki y el upelero llegaron a un alegre lugar, aquel en donde se daría la carrera. En el sitio, lleno de personas que llegaban a divertirse, la confusión de la joven elfina aumentó, hasta que uno de los presentes de deseó buena suerte.
- ¿Qué? ¡Oh, ya entiendo, ya sé a que se refieren con "upelero"! ¡Entonces tú eres un upelero! Je, qué noticias, pero, para ser sincera, ya me acostumbré a decirte pollo, así que Pollo se te quedará.
Con que lo único que desea este upelero es participar en una carrera. Ganemos o no, no le negaré el gusto al ave.
- ¿Qué hay? Quisiera competir en la carrera con el Pollo.
La línea de salida, la comida... quizá Pollo quiera pagarme los mangos.
- Si ya estás conforme, me quiero bajar. - dije haciendo un amago, pero, por más que lo intente, este pollo gigante no me deja bajar por capricho suyo, lanzándome alaridos a la cara y picotazos cada vez que trato de hacerlo.
Conozco su curiosidad, así que si me permiten, Tía Ili les dirá la razón por la cual un pollo se empeña tanto en mantenerme encima suyo. Todo comenzó en el centro de Lunargenta, en uno de los tablones de anuncios en donde, por lo normal, se ponen letreros de "Se busca" y "El que lo lea es...", y precisamente, esa ocasión fue particular, pues uno de los carteles tenía, con letra discreta y elegante.
"Tercera Gran Carrera de Upeleros".
¿Qué es un upelero? Fue mi primer pensamiento. Lo único con lo que atiné a hacer fue arrancar el afiche y guardarlo para cualquier otra cosa, matar moscas, por ejemplo.
Aquella tarde, después de leer el anuncio, tuve la buena suerte de conseguir una caja decente de mangos sin mucho esfuerzo, así que me di a la tarea de buscar un buen lugar para comer y descansar, hallándolo cerca de los límites de Lunargenta. A pesar de tener hambre, sólo alcancé a comer un par de frutas, dejando el resto de mi historia a los brazos de los dioses de los sueños. ¡Cuál fue mi sorpresa que, para cuando había despertado, había un enorme pollo comiéndose mis mangos!
"¡Hey, deja eso, bestia!" le dije. "¡COOOOOOOOOOOOOOOC!" me gritó el ave. "Vete, si no quieres una buena paliza", le dije. "¡COOOOOOOOOOOOOOOOC!" me gritó el ave. Como no me gusta que me desafíen así, saqué el afiche de mi gabardina, enrollándolo para volverlo un palo de castigo. Más fastidioso se volvió el asunto cuando también me arrebató el anuncio, dejándolo al suelo, y para colmo, haciendo la burla de "leerlo". Sí, dije "leerlo", hasta a mí me sorprendió eso.
Aprovechando el momento, cogí algunos de los mangos que sobraban (y que aún no estaban llenos de baba de pollo) y los guardé como pude. El pollo, aprovechando también mi distracción, se las arregló para subirme a su lomo, golpeándome con su enorme pico cada vez que intentaba bajar.
Llevo alrededor de tres horas encima suyo, no sé a dónde quiere llevarme, ojalá no sea la comida de sus crías esta noche.
Con estas reflexiones, sin darse cuenta, Iliaki y el upelero llegaron a un alegre lugar, aquel en donde se daría la carrera. En el sitio, lleno de personas que llegaban a divertirse, la confusión de la joven elfina aumentó, hasta que uno de los presentes de deseó buena suerte.
- ¿Qué? ¡Oh, ya entiendo, ya sé a que se refieren con "upelero"! ¡Entonces tú eres un upelero! Je, qué noticias, pero, para ser sincera, ya me acostumbré a decirte pollo, así que Pollo se te quedará.
Con que lo único que desea este upelero es participar en una carrera. Ganemos o no, no le negaré el gusto al ave.
- ¿Qué hay? Quisiera competir en la carrera con el Pollo.
La línea de salida, la comida... quizá Pollo quiera pagarme los mangos.
- Pollo:
Última edición por Iliaki el Jue Oct 13 2016, 19:43, editado 1 vez
Iliaki
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Un atípico día se desarrollaba en las afueras de la ciudad de Lunargenta. La gente se amontonaba cerca de la famosa granja de Upeleros. Y es que había llegado la fecha en que acotecería la muy popular Carrera de Pollos, como la gente solía llamar a dicho evento. Este se había vuelto muy popular últimamente, atrayendo a curiosos y apostadores, no solo de la ciudad, sino también de otras partes. La guardia de la ciudad había sido precavida, enviando algunos efectivos para supervisar el correcto desempeño de la misma. Aunque estos estaban más interesados en realizar apuestas, que en mantener el orden público.
En el lugar se habían montado numerosos puestos de comida. Además, artesanos de todo tipo, ofrecían recuerdos de lo más originales. Sentado junto a una manta, se encontraba John Lauper. En la misma se hallaban varias plumas verdes y un cartel que ponía “Plumas del Upelero Campeón”.
-Donde hay muchas personas, hay mucho dinero- solía pensar el pelirrojo. Era sabido que un ladrón que se preciaba de serlo, nunca buscaría ganar dinero honradamente. Hacerlo atentaba contra la ley de los mismo (si es que esta existía) .Es por eso que había pasado los últimos días cazando palomas y tiñendo plumas.-Donde hay muchas personas, hay mucho dinero-.pensó nuevamente y luego concluyó.- pero más aún hay idiotas-.
Transcurrieron algunas horas desde la apertura del evento. Había conseguidoestafar vender a varias personas, la gran mayoría niños, que gastan los pocos aeros, que sus padres les habían entregado. En ese momento dos hombres fornidos se mostraron interesados en las plumas.
-¿Son originales?- preguntó uno de ellos.
-Por supuesto que lo son, ¿no ve el color verde intenso? solo existe un Upelero con ese pelaje- respondió haciendo uso de todo su carisma.
-Qué extraño...resulta que uno de los niños que compró tus plumas la mojo y esta perdió todo su color-
-Ehh.. quizás sea esa la razón por la que no suelen bañar al Upelero campeón-
-En ese caso vendrás con nosotros y le darás esa misma explicación a su padre-
Luego de la breve charla cada uno de ellos lo tomó de un brazo, obligando al pelirrojo a acompañarlos. En el lugar había numerosas tiendas, en ellas se encontraban personajes importantes del bajo mundo, que habían venido a ostentar sus riquezas participando de las apuestas. John fue arrastrado al interior de una de ellas. Dentro dos hombres se encontraban sentados en almohadones. Uno de ellos vestía humildemente y llevaba barba y un turbante. El otro vestía una fina túnica y varios anillos adornaban sus dedos. Sentado a la derecha del último se encontraba un niño, el cual sostenía una pluma gris. Ambos hombres estaban discutiendo.
El del turbante parecía desesperado -Señor, ruego que me perdone… no fue culpa mía… el jinete olvido atar al Upelero y este se coló en el depósito de alimentos y…-.
-¡Silencio!- ordenó el de los anillos - Me prometiste un animal veloz, ahora debes hacerte cargo de ello… ya ejecutamos al Jinete...¿deberías correr la misma suerte?-
El ladrón reconoció enseguida el rostro del hombre, se trataba de Don Kiub, uno de los principales magnates del crimen de Lunargenta. Tragó saliva cuando este se dirigió a él.
-Joven, ¿has sido tú quien le ha vendido esta pluma a mi hijo?... responde honestamente, no deseo perder más tiempo con este asunto, como puedes ver estoy muy ocupado buscando un nuevo jinete-.
Siendo consciente que negarlo solo le traería más problemas, ofreció la primera excusa que se le pasó por la cabeza.
-Ciertamente yo soy el que le vendió esa pluma, mas fuí víctima del mismo engaño… todo es culpa de mi proveedor… lamento mucho los problemas ocasionados y en compensación le ofrezco el doble de lo pagado-.
- El dinero no es problema- respondió el mafioso en tono tranquilo -La ilusión de mi pobre niño es lo que busco enmendar… ya que no tienes ninguna pluma verdadera no me sirves… desháganse de él y arrojen su cuerpo al río-. Ordenó con el mismo tono tranquilo.
Ya las manos de uno de los fornidos hombres lo habían tomado por cuello, cuando se le ocurrió una desesperada idea. Con su último aliento alcanzó a gritar - ¡Yo soy un jinete de Upeleros! -. El mafioso al oír esto, ordenó con un gesto que lo soltaran. El pelirrojo cayo al suelo y mientras trataba de recuperar el aire, el hombre de anillos volvió a hablar.
-Eso lo arregla todo… les haré una propuesta que no podrán rechazar-. dijo mientras sonreía con malicia, luego se dirigió al del turbante. - Tú pondrás en condiciones al animal, tienes hasta el anochecer que es cuando se realizará la carrera-. Luego agregó observando a Lauper.- Y Tú serás su jinete... si ganas la carrera te permitiré conservar el premio y el problema estará resuelto… pero si pierdes ambos morirán… ¿capisci?-.
Luego de estas palabras ambos, el hombre del turbante y John, fueron llevados hasta un establo. Permanecieron callados hasta que los mafiosos se retiraron. John fue el primero en romper el silencio.
-Creo que deberías saber que nunca monte uno de estos pollos en mi vida- confesó.
-Eso no importa-. respondió el del turbante .- Ayer descubrimos que el jinete olvidaba atar al Upelero y este se escabullía dentro del depósito de comida, siendo esta ultima vez la peor de todas… obsérvalo, aunque fueras el mejor jinete, no podría ganar-
El hombre abrió la puerta del establo y dejó a la vista una masa abultada de plumas blancas. Una pequeña protuberancia en uno de los extremos, hacia la suerte de pico y en el otro extremo asomaban dos cortas y rechonchas patas. La criatura se quejó con un fuerte graznido.
-Sufre de un malestar estomacal producto de su última panzada-. dijo el del turbante. -Puedo curarlo pero dudo mucho que pueda sostener el ritmo de los demás Upeleros-.
-No tenemos otra salida.. ¡ánimo que aún no perdimos! - respondió el pelirrojo con una sonrisa, luego se dirigió al animal. -Mantecoso nuestras vidas están en tus.. ¿alas?-
En el lugar se habían montado numerosos puestos de comida. Además, artesanos de todo tipo, ofrecían recuerdos de lo más originales. Sentado junto a una manta, se encontraba John Lauper. En la misma se hallaban varias plumas verdes y un cartel que ponía “Plumas del Upelero Campeón”.
-Donde hay muchas personas, hay mucho dinero- solía pensar el pelirrojo. Era sabido que un ladrón que se preciaba de serlo, nunca buscaría ganar dinero honradamente. Hacerlo atentaba contra la ley de los mismo (si es que esta existía) .Es por eso que había pasado los últimos días cazando palomas y tiñendo plumas.-Donde hay muchas personas, hay mucho dinero-.pensó nuevamente y luego concluyó.- pero más aún hay idiotas-.
Transcurrieron algunas horas desde la apertura del evento. Había conseguido
-¿Son originales?- preguntó uno de ellos.
-Por supuesto que lo son, ¿no ve el color verde intenso? solo existe un Upelero con ese pelaje- respondió haciendo uso de todo su carisma.
-Qué extraño...resulta que uno de los niños que compró tus plumas la mojo y esta perdió todo su color-
-Ehh.. quizás sea esa la razón por la que no suelen bañar al Upelero campeón-
-En ese caso vendrás con nosotros y le darás esa misma explicación a su padre-
Luego de la breve charla cada uno de ellos lo tomó de un brazo, obligando al pelirrojo a acompañarlos. En el lugar había numerosas tiendas, en ellas se encontraban personajes importantes del bajo mundo, que habían venido a ostentar sus riquezas participando de las apuestas. John fue arrastrado al interior de una de ellas. Dentro dos hombres se encontraban sentados en almohadones. Uno de ellos vestía humildemente y llevaba barba y un turbante. El otro vestía una fina túnica y varios anillos adornaban sus dedos. Sentado a la derecha del último se encontraba un niño, el cual sostenía una pluma gris. Ambos hombres estaban discutiendo.
El del turbante parecía desesperado -Señor, ruego que me perdone… no fue culpa mía… el jinete olvido atar al Upelero y este se coló en el depósito de alimentos y…-.
-¡Silencio!- ordenó el de los anillos - Me prometiste un animal veloz, ahora debes hacerte cargo de ello… ya ejecutamos al Jinete...¿deberías correr la misma suerte?-
El ladrón reconoció enseguida el rostro del hombre, se trataba de Don Kiub, uno de los principales magnates del crimen de Lunargenta. Tragó saliva cuando este se dirigió a él.
-Joven, ¿has sido tú quien le ha vendido esta pluma a mi hijo?... responde honestamente, no deseo perder más tiempo con este asunto, como puedes ver estoy muy ocupado buscando un nuevo jinete-.
Siendo consciente que negarlo solo le traería más problemas, ofreció la primera excusa que se le pasó por la cabeza.
-Ciertamente yo soy el que le vendió esa pluma, mas fuí víctima del mismo engaño… todo es culpa de mi proveedor… lamento mucho los problemas ocasionados y en compensación le ofrezco el doble de lo pagado-.
- El dinero no es problema- respondió el mafioso en tono tranquilo -La ilusión de mi pobre niño es lo que busco enmendar… ya que no tienes ninguna pluma verdadera no me sirves… desháganse de él y arrojen su cuerpo al río-. Ordenó con el mismo tono tranquilo.
Ya las manos de uno de los fornidos hombres lo habían tomado por cuello, cuando se le ocurrió una desesperada idea. Con su último aliento alcanzó a gritar - ¡Yo soy un jinete de Upeleros! -. El mafioso al oír esto, ordenó con un gesto que lo soltaran. El pelirrojo cayo al suelo y mientras trataba de recuperar el aire, el hombre de anillos volvió a hablar.
-Eso lo arregla todo… les haré una propuesta que no podrán rechazar-. dijo mientras sonreía con malicia, luego se dirigió al del turbante. - Tú pondrás en condiciones al animal, tienes hasta el anochecer que es cuando se realizará la carrera-. Luego agregó observando a Lauper.- Y Tú serás su jinete... si ganas la carrera te permitiré conservar el premio y el problema estará resuelto… pero si pierdes ambos morirán… ¿capisci?-.
Luego de estas palabras ambos, el hombre del turbante y John, fueron llevados hasta un establo. Permanecieron callados hasta que los mafiosos se retiraron. John fue el primero en romper el silencio.
-Creo que deberías saber que nunca monte uno de estos pollos en mi vida- confesó.
-Eso no importa-. respondió el del turbante .- Ayer descubrimos que el jinete olvidaba atar al Upelero y este se escabullía dentro del depósito de comida, siendo esta ultima vez la peor de todas… obsérvalo, aunque fueras el mejor jinete, no podría ganar-
El hombre abrió la puerta del establo y dejó a la vista una masa abultada de plumas blancas. Una pequeña protuberancia en uno de los extremos, hacia la suerte de pico y en el otro extremo asomaban dos cortas y rechonchas patas. La criatura se quejó con un fuerte graznido.
-Sufre de un malestar estomacal producto de su última panzada-. dijo el del turbante. -Puedo curarlo pero dudo mucho que pueda sostener el ritmo de los demás Upeleros-.
-No tenemos otra salida.. ¡ánimo que aún no perdimos! - respondió el pelirrojo con una sonrisa, luego se dirigió al animal. -Mantecoso nuestras vidas están en tus.. ¿alas?-
- Mantecoso:
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John Lauper
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Diversión, tiendas, gente y una extraña ave que resultaba ciertamente deliciosa a plena vista, era todo lo necesario para un gran festival, la tercera gran carrera de upeleros se encontraba en marcha. Había escuchar hablar de ella en casi toda la ciudad, varios jinetes luchando por llegar al final y reclamar una recompensa junto con su montura emplumada.
Upelero, si, así se llamaba dicha criatura de plumaje dinámico, conocida como una ave de montura era famosa por su carácter amistoso y fiel, fácil de domesticar y cariñosas. O por lo menos así debería ser, de carácter fuerte y de duro temperamento el upelero negro de cabeza pelada, parecía mas bien un buitre que señalaba la muerte inminente.
- Sin duda un hermoso ejemplar, pero preferiría verlo cuando se convierta en platillo, nos veremos luego y hasta la próxima – Con tono apresurado y corriendo para salir de la pancarta donde nos encontrábamos, los vendedores me detienen antes de poder salir.
Acorralado por una situación que resultaba estúpida, el vendedor comenta sus sucios trucos mentales intentando que me quede en la competencia. – Que desgracia, todas aquellas familias tristes por la cancelación del evento. – Que les den a todos ellos, entre quedarme a ser masacrado por una ave sobre alimentada y poner triste a una familia por entretenimiento, sabia por donde se encontraba la puerta.
- Por otra parte que dirán cuando Nerum un pyromago de tu “altura” huyo de un upelero, el animal mas inofensivo de toda aerendir. – Con un tono sarcástico el vendedor había dado un golpe bajo, dando la vuelta de mala gana tomo las riendas del estúpido animal.
De cerca incluso parecía mas amigable de lo que pensaba, sin embargo basto unos cuantos pasos para que este decidiera perder la cordura para molerme a picotazos.
Horas después, era tiempo de mostrar a los upeleros a la gente, montando a aquella bestia que aparentaba ser el mas amigable de todos, sabia que tramaba algo. Entrecerrando los ojos por mi pensamiento no sabia si era por la sospecha o por el dolor de los picotazos en mi cara.
Viendo alrededor podía notar algunas caras conocidas entre aquellos rostros felices y entre tanta alegría que emanaba el evento sonreía a los presente mientras saludaba a los que se acercaban a acariciar al ave.
- ¿Eres así de farsante con todos tus jinetes o será que soy un caso especial? – Susurrando a la altura de la cabeza del upelero, este aprovecha para “estornudar”, solo para tirarme de lleno en el alimento de los animales, con un suspiro de cansancio aquel día iba a ser muy largo.
Upelero, si, así se llamaba dicha criatura de plumaje dinámico, conocida como una ave de montura era famosa por su carácter amistoso y fiel, fácil de domesticar y cariñosas. O por lo menos así debería ser, de carácter fuerte y de duro temperamento el upelero negro de cabeza pelada, parecía mas bien un buitre que señalaba la muerte inminente.
- Sin duda un hermoso ejemplar, pero preferiría verlo cuando se convierta en platillo, nos veremos luego y hasta la próxima – Con tono apresurado y corriendo para salir de la pancarta donde nos encontrábamos, los vendedores me detienen antes de poder salir.
Acorralado por una situación que resultaba estúpida, el vendedor comenta sus sucios trucos mentales intentando que me quede en la competencia. – Que desgracia, todas aquellas familias tristes por la cancelación del evento. – Que les den a todos ellos, entre quedarme a ser masacrado por una ave sobre alimentada y poner triste a una familia por entretenimiento, sabia por donde se encontraba la puerta.
- Por otra parte que dirán cuando Nerum un pyromago de tu “altura” huyo de un upelero, el animal mas inofensivo de toda aerendir. – Con un tono sarcástico el vendedor había dado un golpe bajo, dando la vuelta de mala gana tomo las riendas del estúpido animal.
De cerca incluso parecía mas amigable de lo que pensaba, sin embargo basto unos cuantos pasos para que este decidiera perder la cordura para molerme a picotazos.
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Horas después, era tiempo de mostrar a los upeleros a la gente, montando a aquella bestia que aparentaba ser el mas amigable de todos, sabia que tramaba algo. Entrecerrando los ojos por mi pensamiento no sabia si era por la sospecha o por el dolor de los picotazos en mi cara.
Viendo alrededor podía notar algunas caras conocidas entre aquellos rostros felices y entre tanta alegría que emanaba el evento sonreía a los presente mientras saludaba a los que se acercaban a acariciar al ave.
- ¿Eres así de farsante con todos tus jinetes o será que soy un caso especial? – Susurrando a la altura de la cabeza del upelero, este aprovecha para “estornudar”, solo para tirarme de lleno en el alimento de los animales, con un suspiro de cansancio aquel día iba a ser muy largo.
- Pertros el upelero:
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Última edición por Nerum el Miér Oct 12 2016, 18:04, editado 1 vez (Razón : faltaba mostrarles al adorable Upelero)
Nerum
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
La carrera había reunido a una cantidad de personas que jamás me habría imaginado, al punto que incluso habían algunos efectivos de la Guardia Real para custodiar el evento, no se podía negar que le había ido bien al organizador, sin mencionar que se había hecho una buena publicidad mediante afiches y pregoneros; aunque donde nunca le iba bien era al momento de conseguir jinetes; o al menos hasta ahora pues esta vez, a diferencia de los anteriores, la gente podía mencionar a los upeleros pero también a sus jinetes, donde algunos habían ganado una fama previa.
Entre estos mismos jinetes me sorprendió escuchar que nombraban a una amazona sobre un upelero dorado; aquello no era la imagen más popular y común que se pudiera encontrar, solo se me podía ocurrir una persona que cumplía con aquellas características y no perdía nada con averiguar si se trataba de ella; efectivamente así era, la reconocí desde lejos a pesar de las personas que se habían congregado a su alrededor; intenté llamar su atención desde lejos pero todo esfuerzo era en vano, así que en lugar de eso preferí hacer algo un poco más teatral -Hola, Niniel, que bueno que llegaste, te estábamos esperando- [1] Dije con una voz que no saldría de mis labios sino desde algún punto cerca del oído izquierdo de mi compañera de clan quien tal vez a estas alturas ya reconocería mi voz.
Una vez captada su atención era más fácil hacer que me viera -Mira hacia la izquierda- Dije para hacer que volteara en mi dirección mientras levantaba las manos; aunque claramente al estar casi de frente, su izquierda no era mi izquierda -No, espera, a la otra izquierda- Dije un poco confundido y moviendo las manos con más vehemencia; me acerqué finalmente a ella esperando que también se acercara o la gente no me dejaría alcanzarla -No sabía que fueras tan competitiva- Le dije usando la misma voz fantasma para asegurarme de que me escuchara a pesar de las personas y el ruido aunque para esas alturas ya estábamos tan cerca como para que pudiera responderme libremente.
Intenté ser amistoso con su upelero aunque sin éxito -Tiempo sin verte ami...- Llevaba mi mano a la cabeza del animal pero la retiré rápidamente para evitar que me mordiera -Chico rudo eh- Dije a modo de broma mientras lo rodeaba para acercarme tanto como el emplumado me lo permitiera -Tal vez yo también decida participar, solo por molestarte- Dije con una sonrisa malvada, a fin de cuentas nuestra amistad se fortalecía en ese tipo de actitudes bélicas -Seguramente Rauko vendrá, es el actual campeón- Le dije a la elfa mientras miraba a los lados esperando ver al pequeño peliblanco pero no había rastro de él, por ahora.
Mientras buscaba a Rauko encontré a otra pequeña figura de orejas largas que ya se dirigía a la meta -No sabía que a los elfos les gustaran tanto estas carreras- Dije a la elfa mientras buscaba con la mirada al dueño de la granja, mi espíritu de competencia se había despertado y necesitaba encontrar algún upelero para correr -Nos vemos en la línea de meta- Le dije a mi compañera para luego correr en busca de una montura, quedaba muy poco para comenzar la carrera y si iba a entrar debía hacerlo rápido.
Mientras iba en camino a los establos escuché hablar acerca de un nuevo y misterioso favorito, hasta ahora nadie lo había visto pero el upelero plateado parecía estar entre las mejores opciones; quedaría en el misterio hasta verlo en la línea de meta, aunque a pesar de todo eran varios los que ya habían fijado sus apuestas por él; finalmente conseguí llegar a los establos en donde me esperaba el único upelero que quedaba; un hermoso pollo de color azul; no era el negro con el que había corrido antes pero algo debía lograr con eso; lo malo es que ya tenía un jinete aunque no sería mucho problema -Realmente no quieres montar al upelero, ni quieres correr- [2] Dije al sujeto que me miró extrañado -Pe-pero... Yo sí quiero...- Intentó resistirse pero sería en vano -No, no quieres hacerlo, por eso yo lo haré en tu lugar- Le dije con severidad usando mi poder de convencimiento que aunque pocas veces funcionaba completamente, esta vez sí lo haría; dejé atrás al sujeto confundido y sin tener una clara idea de lo que le había pasado.
Finalmente llegué a la línea de meta en donde había otros corredores esperando para dar inicio -Abran paso, abran paso, el ganador está pasando- Dije presumiendo aunque con mi suerte seguramente llegaría de último lugar; avancé un poco hacia delante de la línea de meta de modo que el trasero de mi upelero apuntara a los corredores -Eso es lo que van a ver durante toda la carrera- Presumí con una risa malvada para luego volver a la posición que me correspondía y esperar la voz de partida.
[1]Habilidad de Nivel 6: El Que Acecha en el Umbral. Entre estos mismos jinetes me sorprendió escuchar que nombraban a una amazona sobre un upelero dorado; aquello no era la imagen más popular y común que se pudiera encontrar, solo se me podía ocurrir una persona que cumplía con aquellas características y no perdía nada con averiguar si se trataba de ella; efectivamente así era, la reconocí desde lejos a pesar de las personas que se habían congregado a su alrededor; intenté llamar su atención desde lejos pero todo esfuerzo era en vano, así que en lugar de eso preferí hacer algo un poco más teatral -Hola, Niniel, que bueno que llegaste, te estábamos esperando- [1] Dije con una voz que no saldría de mis labios sino desde algún punto cerca del oído izquierdo de mi compañera de clan quien tal vez a estas alturas ya reconocería mi voz.
Una vez captada su atención era más fácil hacer que me viera -Mira hacia la izquierda- Dije para hacer que volteara en mi dirección mientras levantaba las manos; aunque claramente al estar casi de frente, su izquierda no era mi izquierda -No, espera, a la otra izquierda- Dije un poco confundido y moviendo las manos con más vehemencia; me acerqué finalmente a ella esperando que también se acercara o la gente no me dejaría alcanzarla -No sabía que fueras tan competitiva- Le dije usando la misma voz fantasma para asegurarme de que me escuchara a pesar de las personas y el ruido aunque para esas alturas ya estábamos tan cerca como para que pudiera responderme libremente.
Intenté ser amistoso con su upelero aunque sin éxito -Tiempo sin verte ami...- Llevaba mi mano a la cabeza del animal pero la retiré rápidamente para evitar que me mordiera -Chico rudo eh- Dije a modo de broma mientras lo rodeaba para acercarme tanto como el emplumado me lo permitiera -Tal vez yo también decida participar, solo por molestarte- Dije con una sonrisa malvada, a fin de cuentas nuestra amistad se fortalecía en ese tipo de actitudes bélicas -Seguramente Rauko vendrá, es el actual campeón- Le dije a la elfa mientras miraba a los lados esperando ver al pequeño peliblanco pero no había rastro de él, por ahora.
Mientras buscaba a Rauko encontré a otra pequeña figura de orejas largas que ya se dirigía a la meta -No sabía que a los elfos les gustaran tanto estas carreras- Dije a la elfa mientras buscaba con la mirada al dueño de la granja, mi espíritu de competencia se había despertado y necesitaba encontrar algún upelero para correr -Nos vemos en la línea de meta- Le dije a mi compañera para luego correr en busca de una montura, quedaba muy poco para comenzar la carrera y si iba a entrar debía hacerlo rápido.
Mientras iba en camino a los establos escuché hablar acerca de un nuevo y misterioso favorito, hasta ahora nadie lo había visto pero el upelero plateado parecía estar entre las mejores opciones; quedaría en el misterio hasta verlo en la línea de meta, aunque a pesar de todo eran varios los que ya habían fijado sus apuestas por él; finalmente conseguí llegar a los establos en donde me esperaba el único upelero que quedaba; un hermoso pollo de color azul; no era el negro con el que había corrido antes pero algo debía lograr con eso; lo malo es que ya tenía un jinete aunque no sería mucho problema -Realmente no quieres montar al upelero, ni quieres correr- [2] Dije al sujeto que me miró extrañado -Pe-pero... Yo sí quiero...- Intentó resistirse pero sería en vano -No, no quieres hacerlo, por eso yo lo haré en tu lugar- Le dije con severidad usando mi poder de convencimiento que aunque pocas veces funcionaba completamente, esta vez sí lo haría; dejé atrás al sujeto confundido y sin tener una clara idea de lo que le había pasado.
Finalmente llegué a la línea de meta en donde había otros corredores esperando para dar inicio -Abran paso, abran paso, el ganador está pasando- Dije presumiendo aunque con mi suerte seguramente llegaría de último lugar; avancé un poco hacia delante de la línea de meta de modo que el trasero de mi upelero apuntara a los corredores -Eso es lo que van a ver durante toda la carrera- Presumí con una risa malvada para luego volver a la posición que me correspondía y esperar la voz de partida.
[2]Habilidad de Nivel 7: El Demonio de la Perversidad.
[3]Su turno terminará al igual que el mío, parándose sobre la línea de salida, deberán lanzar una runa para ver cuánto avanzarán en el siguiente post; dejaré un bonito gráfico indicando las posiciones que avanzará cada quien en cada ronda según las runas que obtenga.
- Tabla de posiciones:
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Bio
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
El miembro 'Bio' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Antes de darse cuenta, y de poder reaccionar para evitarlo, una auténtica marabunta de curiosos y amantes de los upeleros la tuvo rodeada de una forma tal que, a parte de resultar incluso inquietante, de tratarse de una emboscada la joven peliblanca no hubiese tenido modo alguno de escapar más allá de tratar de cargar hacia adelante y encomendarse a los dioses de Sandorai.
Por suerte no era el caso y aquellas personas solo querían contemplar a su montura y preguntar a su amazona sobre sus sensaciones sobre la carrera, sobre el resto de participantes y sus estrategias, todo ello evidentemente con la intención de usar aquella información para realizar sus apuestas en la mayoría de los casos. Lamentablemente para ellos Níniel tenía menos idea sobre sus competidores que ellos mismos y no tenía nada parecido a una estrategia más allá de la correr, por ello aunque hubiese querido no habría podido ayudarles demasiado. No obstante aquello no pareció desanimar a la mayoría de aquella gente que no cesó de atosigarla con preguntas y hasta hubo un insensato que desatendió las sonoras advertencias de Trickster y acabó volando varios metros sobre la muchedumbre para acabar aterrizando sobre uno de los puestos de comida causando la ira de su propietario que comenzó a perseguirle armado con unas tenazas para asar la carne. Tras aquello la gente comenzó a guardar más distancia con el animal.
-Solo he sido invitada y desconozco esa información...No sé cómo podría ayudarles...- Se excusaba por quinta vez ante aquellos orejas redondas tan insistentes, cuando de repente un escalofrío recorrió su espalda a la vez que la bien conocida voz de Bio la hizo girarse instintivamente para localizar al pelinegro que parecía estar allí, a su lado, aunque no podía verlo.
Inmediatamente dejó escapar un suspiro de frustración y bajó la cabeza lamentándose por haber picado con aquel truco. Uno de los truquitos de vampiro que Bio hacía con su voz, uno de los inocuos al menos. Debería haberse dado cuenta, seguramente el pelinegro estaría disfrutando de aquella pequeña victoria el maldito. Enseguida volvió a sentir ese escalofrío y obedientemente giró la cabeza hacia la izquierda y luego hacia "la otra izquierda" localizando por fin al pelinegro entre la gente, viendo como se acercaba y dedicándole una amplía y sincera sonrisa.
-Sabes que soy muy sensible a esa voz tuya, me causa escalofríos cuando la usas cerca.- Le increpó medio en broma pues su amigo sabía que era capaz de percibir la extraña magia con la que imbuía sus palabras. -Me alegra verte.- Añadió ampliando la sonrisa y tranquilizando a Trickster para que no le hiciera nada a Bio a pesar de que nunca se habían llevado demasiado bien. -Sabe que eres peligroso, es un chico listo...Y bueno, competir no es lo mio, pero parecía divertido y al final no pude resistirme. Espero que así sea y que no acabe como mi última carrera.- Respondió a continuación instando a su amigo a recordar todo aquel asunto de las carreras amañadas y la mafia a la que tuvieron que hacer frente por no dejarse ganar y desbaratar los planes de un enano que demostró tener de malévolo todo lo que le faltaba en altura.
-¿Rauko?. Vaya, no tenía ni idea de que fuera un hábil jinete. Claro que tampoco sabía que te interesaran tanto estas carreras, pareces muy bien informado.- Continuó conversando animadamente con su compañero de aventuras. - A los elfos se nos dan bien los animales...No debería sorprenderte. ¿Quieres medirte contra los hijos del bosque?. Entonces esto sí que va a ser divertido. Te deseo suerte, te estaré esperando allí cuando llegues, si llegas...- Respondió a la puyita del pelinegro pagándole con la misma moneda, aunque sin poder evitar reírse al considerar emocionante la idea de medirse con él en aquella carrera. La cosa mejoraba por momentos.
No tardaron en anunciar que la carrera iba a dar comienzo y poco a poco la gente fue desplazándose hasta las gradas donde tendrían la mejor vista posible de la carrera. Los jinetes fueron llamados a ocupar su lugar en la línea de salida y la sacerdotisa no dudó un instante en dirigirse hacia allí sin perder tiempo siendo la primera en llegar.
Pronto una gran ovación estalló entre los asistentes ante la aparición del campeón sobre su flamante upelero verde y la elfa saludo amablemente a Rauko cuando éste ocupó su lugar a su lado. -Un placer volver a verte Rauko, o bueno, debería llamarte campeón.- Le dijo con sinceridad tratando de hacerse oír por encima de los aplausos, para acto seguido aprovechar la llegada del pelinegro para lanzarle una última sonrisita desafiante. También saludó al resto de los participantes a los que aún no tenía el gusto de conocer, entre los que se contaba la otra elfa que Bio había señalado antes y dos humanos, uno de ellos a lomo del upelero más feo que la joven había visto en la vida.
Entonces el dueño de los establos ocupó un lugar privilegiado ante todos los allí reunidos y con cierta pedantería comenzó un largo y tedioso discurso en el que se vanagloriaba de sus triunfos y éxitos y animaba a todo aquel que no hubiera hecho ya una apuesta a que lo hiciera. Cuando finalmente puso fin a su perorata la cuenta atrás para la salida comenzó desde cinco. Níniel le dio unas ultimas palmaditas de ánimo a Trickster y tensó todos los músculos de su cuerpo preparada.
Por suerte no era el caso y aquellas personas solo querían contemplar a su montura y preguntar a su amazona sobre sus sensaciones sobre la carrera, sobre el resto de participantes y sus estrategias, todo ello evidentemente con la intención de usar aquella información para realizar sus apuestas en la mayoría de los casos. Lamentablemente para ellos Níniel tenía menos idea sobre sus competidores que ellos mismos y no tenía nada parecido a una estrategia más allá de la correr, por ello aunque hubiese querido no habría podido ayudarles demasiado. No obstante aquello no pareció desanimar a la mayoría de aquella gente que no cesó de atosigarla con preguntas y hasta hubo un insensato que desatendió las sonoras advertencias de Trickster y acabó volando varios metros sobre la muchedumbre para acabar aterrizando sobre uno de los puestos de comida causando la ira de su propietario que comenzó a perseguirle armado con unas tenazas para asar la carne. Tras aquello la gente comenzó a guardar más distancia con el animal.
-Solo he sido invitada y desconozco esa información...No sé cómo podría ayudarles...- Se excusaba por quinta vez ante aquellos orejas redondas tan insistentes, cuando de repente un escalofrío recorrió su espalda a la vez que la bien conocida voz de Bio la hizo girarse instintivamente para localizar al pelinegro que parecía estar allí, a su lado, aunque no podía verlo.
Inmediatamente dejó escapar un suspiro de frustración y bajó la cabeza lamentándose por haber picado con aquel truco. Uno de los truquitos de vampiro que Bio hacía con su voz, uno de los inocuos al menos. Debería haberse dado cuenta, seguramente el pelinegro estaría disfrutando de aquella pequeña victoria el maldito. Enseguida volvió a sentir ese escalofrío y obedientemente giró la cabeza hacia la izquierda y luego hacia "la otra izquierda" localizando por fin al pelinegro entre la gente, viendo como se acercaba y dedicándole una amplía y sincera sonrisa.
-Sabes que soy muy sensible a esa voz tuya, me causa escalofríos cuando la usas cerca.- Le increpó medio en broma pues su amigo sabía que era capaz de percibir la extraña magia con la que imbuía sus palabras. -Me alegra verte.- Añadió ampliando la sonrisa y tranquilizando a Trickster para que no le hiciera nada a Bio a pesar de que nunca se habían llevado demasiado bien. -Sabe que eres peligroso, es un chico listo...Y bueno, competir no es lo mio, pero parecía divertido y al final no pude resistirme. Espero que así sea y que no acabe como mi última carrera.- Respondió a continuación instando a su amigo a recordar todo aquel asunto de las carreras amañadas y la mafia a la que tuvieron que hacer frente por no dejarse ganar y desbaratar los planes de un enano que demostró tener de malévolo todo lo que le faltaba en altura.
-¿Rauko?. Vaya, no tenía ni idea de que fuera un hábil jinete. Claro que tampoco sabía que te interesaran tanto estas carreras, pareces muy bien informado.- Continuó conversando animadamente con su compañero de aventuras. - A los elfos se nos dan bien los animales...No debería sorprenderte. ¿Quieres medirte contra los hijos del bosque?. Entonces esto sí que va a ser divertido. Te deseo suerte, te estaré esperando allí cuando llegues, si llegas...- Respondió a la puyita del pelinegro pagándole con la misma moneda, aunque sin poder evitar reírse al considerar emocionante la idea de medirse con él en aquella carrera. La cosa mejoraba por momentos.
No tardaron en anunciar que la carrera iba a dar comienzo y poco a poco la gente fue desplazándose hasta las gradas donde tendrían la mejor vista posible de la carrera. Los jinetes fueron llamados a ocupar su lugar en la línea de salida y la sacerdotisa no dudó un instante en dirigirse hacia allí sin perder tiempo siendo la primera en llegar.
Pronto una gran ovación estalló entre los asistentes ante la aparición del campeón sobre su flamante upelero verde y la elfa saludo amablemente a Rauko cuando éste ocupó su lugar a su lado. -Un placer volver a verte Rauko, o bueno, debería llamarte campeón.- Le dijo con sinceridad tratando de hacerse oír por encima de los aplausos, para acto seguido aprovechar la llegada del pelinegro para lanzarle una última sonrisita desafiante. También saludó al resto de los participantes a los que aún no tenía el gusto de conocer, entre los que se contaba la otra elfa que Bio había señalado antes y dos humanos, uno de ellos a lomo del upelero más feo que la joven había visto en la vida.
Entonces el dueño de los establos ocupó un lugar privilegiado ante todos los allí reunidos y con cierta pedantería comenzó un largo y tedioso discurso en el que se vanagloriaba de sus triunfos y éxitos y animaba a todo aquel que no hubiera hecho ya una apuesta a que lo hiciera. Cuando finalmente puso fin a su perorata la cuenta atrás para la salida comenzó desde cinco. Níniel le dio unas ultimas palmaditas de ánimo a Trickster y tensó todos los músculos de su cuerpo preparada.
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Tyr
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Estando en aquel establo lo único que me quedaba por hacer era despertar al upelero, aunque conociéndolo bien seguramente eso sería imposible -(Tal vez debo… No, no funcionaría. Pero si… No, entonces me mataría. Aunque si intento… No, eso es trabajo de las hembras upeleros)- Muchas ideas pasaron por mi cabeza pero nada parecía ser algo completamente eficiente.
Mientras trataba de pensar en algo me mantuve observando fijamente al pollo y noté algo extraño en uno de los orificios por donde respiraba, ahí se encontraba una pequeña esfera verde formado de fluido nasal y ésta incrementaba y disminuía de tamaño al ritmo de la respiración del upelero -Acabo de tener una brillante idea- Dije sintiendo la iluminación en mi mente.
Saqué mi ocarina y me senté al lado del upelero para luego interpretar una canción, una que lograría levantarlo con ánimos de obtener la victoria -Espero que funcione- Me dije a mí mismo para luego soplar la ocarina con todas mis fuerzas y así hacer que se escuchara una sola pero desafinada nota que desgarró hasta mis oídos.
No era la mejor idea, sin embargo, con eso logré que el upelero se despertara dando un salto, por desgracia comenzó a lanzarme picotazos y no tuve de otra que correr por todo el establo -Por favor no me mates- Supliqué mientras corría vertiginosamente aunque sin lograr esquivar los constantes ataques del enfurecido pollo.
Después de unos segundos de intensa persecución, el upelero dejó de picotearme por alguna razón -Sabía que nuestras lazos de amistad…- Dije sintiéndome orgulloso por ser perdonado pero antes de poder terminar la frase descubrí que en realidad el upelero se había dormido -¿Cómo pude ganar con eso?- Me pregunté completamente decepcionado del pollo.
Fue entonces cuando entendí que todos mis planes seguirían fracasando si seguía pensando como un salvaje, así que opté por hacer algo más élfico; tomé mi ocarina y comencé a tocar una canción que había escuchado en algún lado pero que no recordaba dónde.
La canción poco a poco iba haciendo efecto y el upelero se levantó para mostrarse calmado mientras centraba su atención en mi ocarina; el aire se llenó del armónico sonido de las notas musicales que acariciaban nuestros oídos y el alma, sin embargo, el upelero no duró mucho antes de caer al suelo dominado por el sueño -Por amor a los dioses, obedéceme y te daré comida- Exclamé frustrado y agitando mis brazos.
Ya había perdido las esperanzas, pero al final mis palabras lograron llamar su atención y él se levantó rápidamente para luego inclinarse ante mí esperando que yo subiera -Interesante, debí comenzar con eso- Una vez dicho eso me coloqué sobre la montura para luego dirigirme hacia la línea de salida.
Había sido difícil, pero al final todo mi esfuerzo valdría la pena y por ello me sentí satisfecho conmigo mismo, aunque nada se sintió mejor que ser recibido en la pista por ovaciones y aplausos, finalmente todos me glorificaban como debían hacerlo desde el día de mi nacimiento y eso fue incluso más placentero que comer chocolate.
Una vez en la línea de salida noté que ahí se encontraba Niniel y ella me recibió amablemente, aunque gracias a los gritos de los espectadores no pude escuchar lo que ella me decía y al final solamente entendí “Placer, Rauko, huevos, llameante campeón” y eso me dejó desconcertado, pero no quise que supiera que no le entendí bien así que decidí responderle para disimular -No creí que te vería aquí, pero me da gusto poder competir contigo, ya quiero ver qué tan rápida eres… Aunque al final seré yo quien gane- Le dije tratando de que me escuchara para luego mostrarle una sonrisa pícara.
Fue entonces cuando vi a Bio en un upelero azul, al parecer a ese vampiro no le daba vergüenza perder, no obstante, con la actitud que mostraba parecía que estaba seguro de que tendría la victoria, tal vez estaba embriagado para pensar eso.
Dejando eso de lado, me concentré en los demás competidores para buscar sus puntos débiles, sin embargo, al verlos supe que no serían problema un upelero gordo, uno de aspecto poco admirable, aunque el otro que era rojo sí que daba miedo.
Finalmente llega la hora de correr y por desgracia me equivoqué al pensar eso, al parecer el dueño de la granja quería dar un largo discurso sobre algo que ni siquiera presté atención, no obstante, cuando éste terminó de hablar noté que mi upelero se había dormido parado -(No puede ser, ahora no)- Pensé mientras trataba disimuladamente despertar a mi montura…
Mientras trataba de pensar en algo me mantuve observando fijamente al pollo y noté algo extraño en uno de los orificios por donde respiraba, ahí se encontraba una pequeña esfera verde formado de fluido nasal y ésta incrementaba y disminuía de tamaño al ritmo de la respiración del upelero -Acabo de tener una brillante idea- Dije sintiendo la iluminación en mi mente.
Saqué mi ocarina y me senté al lado del upelero para luego interpretar una canción, una que lograría levantarlo con ánimos de obtener la victoria -Espero que funcione- Me dije a mí mismo para luego soplar la ocarina con todas mis fuerzas y así hacer que se escuchara una sola pero desafinada nota que desgarró hasta mis oídos.
No era la mejor idea, sin embargo, con eso logré que el upelero se despertara dando un salto, por desgracia comenzó a lanzarme picotazos y no tuve de otra que correr por todo el establo -Por favor no me mates- Supliqué mientras corría vertiginosamente aunque sin lograr esquivar los constantes ataques del enfurecido pollo.
Después de unos segundos de intensa persecución, el upelero dejó de picotearme por alguna razón -Sabía que nuestras lazos de amistad…- Dije sintiéndome orgulloso por ser perdonado pero antes de poder terminar la frase descubrí que en realidad el upelero se había dormido -¿Cómo pude ganar con eso?- Me pregunté completamente decepcionado del pollo.
Fue entonces cuando entendí que todos mis planes seguirían fracasando si seguía pensando como un salvaje, así que opté por hacer algo más élfico; tomé mi ocarina y comencé a tocar una canción que había escuchado en algún lado pero que no recordaba dónde.
- Canción de Epona:
La canción poco a poco iba haciendo efecto y el upelero se levantó para mostrarse calmado mientras centraba su atención en mi ocarina; el aire se llenó del armónico sonido de las notas musicales que acariciaban nuestros oídos y el alma, sin embargo, el upelero no duró mucho antes de caer al suelo dominado por el sueño -Por amor a los dioses, obedéceme y te daré comida- Exclamé frustrado y agitando mis brazos.
Ya había perdido las esperanzas, pero al final mis palabras lograron llamar su atención y él se levantó rápidamente para luego inclinarse ante mí esperando que yo subiera -Interesante, debí comenzar con eso- Una vez dicho eso me coloqué sobre la montura para luego dirigirme hacia la línea de salida.
Había sido difícil, pero al final todo mi esfuerzo valdría la pena y por ello me sentí satisfecho conmigo mismo, aunque nada se sintió mejor que ser recibido en la pista por ovaciones y aplausos, finalmente todos me glorificaban como debían hacerlo desde el día de mi nacimiento y eso fue incluso más placentero que comer chocolate.
Una vez en la línea de salida noté que ahí se encontraba Niniel y ella me recibió amablemente, aunque gracias a los gritos de los espectadores no pude escuchar lo que ella me decía y al final solamente entendí “Placer, Rauko, huevos, llameante campeón” y eso me dejó desconcertado, pero no quise que supiera que no le entendí bien así que decidí responderle para disimular -No creí que te vería aquí, pero me da gusto poder competir contigo, ya quiero ver qué tan rápida eres… Aunque al final seré yo quien gane- Le dije tratando de que me escuchara para luego mostrarle una sonrisa pícara.
Fue entonces cuando vi a Bio en un upelero azul, al parecer a ese vampiro no le daba vergüenza perder, no obstante, con la actitud que mostraba parecía que estaba seguro de que tendría la victoria, tal vez estaba embriagado para pensar eso.
Dejando eso de lado, me concentré en los demás competidores para buscar sus puntos débiles, sin embargo, al verlos supe que no serían problema un upelero gordo, uno de aspecto poco admirable, aunque el otro que era rojo sí que daba miedo.
Finalmente llega la hora de correr y por desgracia me equivoqué al pensar eso, al parecer el dueño de la granja quería dar un largo discurso sobre algo que ni siquiera presté atención, no obstante, cuando éste terminó de hablar noté que mi upelero se había dormido parado -(No puede ser, ahora no)- Pensé mientras trataba disimuladamente despertar a mi montura…
Rauko
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Tyr
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Bebida a torrentes, los organizadores de apuestas hasta el tope, niños corriendo y gritando con banderas de papel de colores en la mano... Sí, en definitiva, aquel era el día de la Gran Carrera de Upeleros, en donde varios corredores demostrarían sus habilidades como jinetes, y los frutos de los lazos con sus respectivos upeleros para alcanzar la victoria.
Pollo ha de ser el único upelero que viene a una carrera por gusto y por cuenta propia, y por ello, creo que era la única pieza que le faltaba para hacerlo. No obstante mis objeciones, ha hecho una buena elección, un jinete tan ligero y carismático no se encuentra todos los días ¡Pero oye, yo también gano: he aprendido una palabra nueva! Je, je, je...
- Es hora, Pollo. ¡Realízate, cumple tu sueño! - le digo para animarle. Algo tenía que decir ¿No?
Ignoro las reglas de la carrera, así que estaré preparada para cualquier cosa, nunca se sabe si existirá un loco que guste de las cosas afiladas... en las cabezas de las aves. Al ponernos en la línea de meta, pude ver la multitud que esperaba ansiosa que la carrera comenzase. Todo el aire olía a botanas, carnes, emparedados, bebida y uno que otro vomitado. En realidad, el ebrio al que se le ocurrió tal tontería estaba todo embarrado de su propia digestión en plena pista. ¡Un buen momento para avistar a los corredores! Veamos...
- ¡Quiten a esa mocosa! - gritaba enfurecido un espectador.
- ¡Quita a tu mamá, pelele! - respondía enérgica la elfilla.
A mi izquierda hay tres personas más ¡Vaya, elfos! ¡Qué tal, qué sorpresa, que este mes he visto a muchos elfos! Tendría que preguntar si conocen a alguien que sepa decirme un par de cosas... y hablando de cosas cososas: un vampiro. Vaya escalofrío, je, pero no ha de ser malo, puras habladurías de los humanos.
Alzando una mano y vociferando para captar la atención de los competidores, Iliaki saludó a los jinetes, en afán de comenzar una competencia deportiva.
Luego, a mi derecha... ¿Qué es esto?
Mirando al regordete upelero, que parecía más una bola de plumas que un ave, Iliaki contuvo un chillido, intentando esconder su espanto. Luego, mirando al pelirrojo jinete con una sonrisa forzada, volvió a mirar a su ave, quien le lanzaba un gruñido, para sumergirse en su monólogo de presentación.
Bueno, a mi derecha hay una apretable bola con patas. De tan grande casi ni puedo ver al último. Supongo que el último ha de ser más simpá... Oh, ¡Con un demonio!
Al estirar más su cuello para poder observar, una imagen impactante hacía que abriera los ojos como platos. Iliaki tragó saliva, pensando en el tipo de jinete que lo llevaría.
Vamos, no puede ser tan malo... ¡Hey, yo conozco a ese sujeto!
- ¡Eh, Flamitas! ¡FLAMITAAAAAAAAAAAAAS! - gritaba con voz potente la elfilla, sin darse cuenta que el hombre encargado de dar la señal... en efecto estaba punto de dar la señal.
Dando grandes voces, sus llamados se volvieron gritos de angustia cuando los upeleros comenzaron a correr. Su desprevención había hecho olvidar a la chica de sujetarse, ocasionando que la velocidad del ave casi la tirara al suelo.
- ¡Ay, pero si no traes cascajo!
Pollo ha de ser el único upelero que viene a una carrera por gusto y por cuenta propia, y por ello, creo que era la única pieza que le faltaba para hacerlo. No obstante mis objeciones, ha hecho una buena elección, un jinete tan ligero y carismático no se encuentra todos los días ¡Pero oye, yo también gano: he aprendido una palabra nueva! Je, je, je...
- Es hora, Pollo. ¡Realízate, cumple tu sueño! - le digo para animarle. Algo tenía que decir ¿No?
Ignoro las reglas de la carrera, así que estaré preparada para cualquier cosa, nunca se sabe si existirá un loco que guste de las cosas afiladas... en las cabezas de las aves. Al ponernos en la línea de meta, pude ver la multitud que esperaba ansiosa que la carrera comenzase. Todo el aire olía a botanas, carnes, emparedados, bebida y uno que otro vomitado. En realidad, el ebrio al que se le ocurrió tal tontería estaba todo embarrado de su propia digestión en plena pista. ¡Un buen momento para avistar a los corredores! Veamos...
- ¡Quiten a esa mocosa! - gritaba enfurecido un espectador.
- ¡Quita a tu mamá, pelele! - respondía enérgica la elfilla.
A mi izquierda hay tres personas más ¡Vaya, elfos! ¡Qué tal, qué sorpresa, que este mes he visto a muchos elfos! Tendría que preguntar si conocen a alguien que sepa decirme un par de cosas... y hablando de cosas cososas: un vampiro. Vaya escalofrío, je, pero no ha de ser malo, puras habladurías de los humanos.
Alzando una mano y vociferando para captar la atención de los competidores, Iliaki saludó a los jinetes, en afán de comenzar una competencia deportiva.
Luego, a mi derecha... ¿Qué es esto?
Mirando al regordete upelero, que parecía más una bola de plumas que un ave, Iliaki contuvo un chillido, intentando esconder su espanto. Luego, mirando al pelirrojo jinete con una sonrisa forzada, volvió a mirar a su ave, quien le lanzaba un gruñido, para sumergirse en su monólogo de presentación.
Bueno, a mi derecha hay una apretable bola con patas. De tan grande casi ni puedo ver al último. Supongo que el último ha de ser más simpá... Oh, ¡Con un demonio!
Al estirar más su cuello para poder observar, una imagen impactante hacía que abriera los ojos como platos. Iliaki tragó saliva, pensando en el tipo de jinete que lo llevaría.
Vamos, no puede ser tan malo... ¡Hey, yo conozco a ese sujeto!
- ¡Eh, Flamitas! ¡FLAMITAAAAAAAAAAAAAS! - gritaba con voz potente la elfilla, sin darse cuenta que el hombre encargado de dar la señal... en efecto estaba punto de dar la señal.
Dando grandes voces, sus llamados se volvieron gritos de angustia cuando los upeleros comenzaron a correr. Su desprevención había hecho olvidar a la chica de sujetarse, ocasionando que la velocidad del ave casi la tirara al suelo.
- ¡Ay, pero si no traes cascajo!
Iliaki
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Tyr
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
John pasó la tarde recorriendo varias tiendas. Sabía que esta carrera no podría ganarla por medios convencionales, así es que decidió comprar toda clase de pertrechos, los cuales guardaba en su morral. Donde quiera que se dirigiera, uno de los hombres de Kiub lo seguía de cerca. La escena se repetía de igual forma en cada negocio. El ladrón llegaba a la tienda custodiado de cerca por un mafioso. Mientras ingresaba, este lo esperaba en la puerta. Luego de saludar al tendero, solicitaba algún objeto y finaliza con la misma frase.-Anotalo a la cuenta del gorila que se encuentra en la puerta-. Aprovechó la ignorancia buena voluntad de su custodio para comprar algunas cosas para sí mismo.
Cuando faltaban pocos minutos para el comienzo de la carrera, fue llevado a la línea de salida. Allí lo esperaba el hombre del turbante, quien llevaba al ave por las riendas. Mantecoso se veía en mejor estado que horas atrás, aunque su cara continuaba mostrando descontento. Mientras entregaba el ave, el hombre escondió discretamente un paquete en el morral del ladrón.- No suelo hacer trampa en las carreras, pero nuestra vida está en juego… úsalo en caso de necesidad-. El pelirrojo había querido preguntar de qué se trataba o como rayos debía usarlo pero en ese momento apareció uno de los organizadores indicando que era la hora y que debía montar su upelero.
Fue necesaria la ayuda del hombre del turbante, de uno de los mafiosos y hasta del organizador para poder subirlo al lomo del animal. En su vida había andado en algo que no fueran sus propios pies. Mantecoso por el contrario, no reaccionó al ser montado, más bien parecía no haberse percatado del hecho. Trató de repetir los consejos que su compañero le había dado horas atrás. -Debes mostrarles quien es el amo, tómalo firmemente y dale un fuerte golpe con los talones-. Siguiendo estas premisas, pateó con fuerza al animal, pero este se mostró enojado y, de una sacudida, mando a volar al ladrón.
-Aquí está el misterioso Upelero plateado- grito una persona del público al reparar en el animal.-¿Este? pero si es solo una bola de grasa y su jinete es aún más torpe que él- agregó otro.-Demonios, yo aposté por él.. ¡no eres más que un fraude!- La gente comenzó a abuchear al ave. Mantecoso al escucharlos, se sintió aún más furioso, sus ojos se tornaron rojos y, desafiando toda lógica Aerendiana, un vapor comenzó a brotar por sus orejas. Habría atacado al público presente, de no ser porque el pelirrojo lo calmo hablandole al oido.-También yo me siento ofendido, pero la única forma de cerrarles la boca es ganando la carrera-. El upelero observó por un momento al pelirrojo y luego, con un gesto y un chillido, le indico que subiera a su lomo.
Así es como Mantecoso y John, hicieron su aparición, precedidos por una oleada de abucheos y un mar de frutas, la mayoría podridas, que la gente les arrojaba. Al colocarse en posición, se dedicó a analizar a sus oponentes.
Comenzó por quien tenía a su lado, un upelero rojo de porte distinguida, casi intelectual. No poseia la clásica mirada distraída de cualquier ave, por el contrario parecía muy concentrado en la carrera. Su jinete, sin embargo, no parecía muy interesada en el evento, ya que se encontraba más ocupada discutiendo con el público, al cual tampoco le agradaba la elfa.
A un lado del rojo, se encontraba el favorito de todos, el upelero verde campeón. Aunque su aspecto distaba mucho del que cualquiera hubiese esperado. Parecía que el ave no había tenido una buena noche, sus ojos se veían ojerosos y le costaba mucho mantenerse despierto.
A la izquierda del verde, otra elfa montaba el upelero dorado. John había escuchado de este pollo antes. Era una de las razones por las que el evento había movilizado a tanta gente. Se lo veía atlético y con una fiera mirada, además, podía notarse una importante conexión jinete-upelero.
La primera calle era ocupada por un upelero azul, el cual no mostraba algún rasgo distintivo, no pudiendo decir lo mismo de su jinete, quien se encontraba haciendo alarde de su habilidad. Un aura inquietante envolvía al pelinegro. -Este tipo no piensa jugar limpio-. Pensó el ladrón y luego, con una sonrisa burlona, agregó - aunque tampoco yo-.
Finalmente el sexteto se completó con la llegada del último participante. Venía montado en una criatura que resultó desagradable a los ojos del ladrón. Un upelero de calva cabeza y plumaje negro. Su jinete no se encontraba en mejores condiciones, teniendo cicatrices de picotazos por todos lados y rastros de algo pegajoso en sus ropas… ¿sería eso alimento de aves?. John se dirigió a su ave.-Alégrate mantecoso, no eres el mas feo de la competencia-. Mantecoso quedó confundido sin distinguir si eso se trataba de un insulto o halago.
Cuando todos estuvieron en sus posiciones, el dueño de la granja decidió dar un extenso discurso. El pelirrojo a penas pudo prestar atención a sus palabras. Detrás de él, en un sector exclusivo, se encontraba Don Kiub y su séquito. Uno de los mafiosos realizó un gesto pasando su dedo índice por el cuello. John tragó saliva y trató de alentar a su pollo. - Si ganamos utilizare una parte del premio para darte la mejor comida que hayas probado-. el pollo protesto con un graznido.-De acuerdo,que sea la mitad-.
A la voz de uno de los organizadores, todos los upeleros comenzaron a correr...
Cuando faltaban pocos minutos para el comienzo de la carrera, fue llevado a la línea de salida. Allí lo esperaba el hombre del turbante, quien llevaba al ave por las riendas. Mantecoso se veía en mejor estado que horas atrás, aunque su cara continuaba mostrando descontento. Mientras entregaba el ave, el hombre escondió discretamente un paquete en el morral del ladrón.- No suelo hacer trampa en las carreras, pero nuestra vida está en juego… úsalo en caso de necesidad-. El pelirrojo había querido preguntar de qué se trataba o como rayos debía usarlo pero en ese momento apareció uno de los organizadores indicando que era la hora y que debía montar su upelero.
Fue necesaria la ayuda del hombre del turbante, de uno de los mafiosos y hasta del organizador para poder subirlo al lomo del animal. En su vida había andado en algo que no fueran sus propios pies. Mantecoso por el contrario, no reaccionó al ser montado, más bien parecía no haberse percatado del hecho. Trató de repetir los consejos que su compañero le había dado horas atrás. -Debes mostrarles quien es el amo, tómalo firmemente y dale un fuerte golpe con los talones-. Siguiendo estas premisas, pateó con fuerza al animal, pero este se mostró enojado y, de una sacudida, mando a volar al ladrón.
-Aquí está el misterioso Upelero plateado- grito una persona del público al reparar en el animal.-¿Este? pero si es solo una bola de grasa y su jinete es aún más torpe que él- agregó otro.-Demonios, yo aposté por él.. ¡no eres más que un fraude!- La gente comenzó a abuchear al ave. Mantecoso al escucharlos, se sintió aún más furioso, sus ojos se tornaron rojos y, desafiando toda lógica Aerendiana, un vapor comenzó a brotar por sus orejas. Habría atacado al público presente, de no ser porque el pelirrojo lo calmo hablandole al oido.-También yo me siento ofendido, pero la única forma de cerrarles la boca es ganando la carrera-. El upelero observó por un momento al pelirrojo y luego, con un gesto y un chillido, le indico que subiera a su lomo.
Así es como Mantecoso y John, hicieron su aparición, precedidos por una oleada de abucheos y un mar de frutas, la mayoría podridas, que la gente les arrojaba. Al colocarse en posición, se dedicó a analizar a sus oponentes.
Comenzó por quien tenía a su lado, un upelero rojo de porte distinguida, casi intelectual. No poseia la clásica mirada distraída de cualquier ave, por el contrario parecía muy concentrado en la carrera. Su jinete, sin embargo, no parecía muy interesada en el evento, ya que se encontraba más ocupada discutiendo con el público, al cual tampoco le agradaba la elfa.
A un lado del rojo, se encontraba el favorito de todos, el upelero verde campeón. Aunque su aspecto distaba mucho del que cualquiera hubiese esperado. Parecía que el ave no había tenido una buena noche, sus ojos se veían ojerosos y le costaba mucho mantenerse despierto.
A la izquierda del verde, otra elfa montaba el upelero dorado. John había escuchado de este pollo antes. Era una de las razones por las que el evento había movilizado a tanta gente. Se lo veía atlético y con una fiera mirada, además, podía notarse una importante conexión jinete-upelero.
La primera calle era ocupada por un upelero azul, el cual no mostraba algún rasgo distintivo, no pudiendo decir lo mismo de su jinete, quien se encontraba haciendo alarde de su habilidad. Un aura inquietante envolvía al pelinegro. -Este tipo no piensa jugar limpio-. Pensó el ladrón y luego, con una sonrisa burlona, agregó - aunque tampoco yo-.
Finalmente el sexteto se completó con la llegada del último participante. Venía montado en una criatura que resultó desagradable a los ojos del ladrón. Un upelero de calva cabeza y plumaje negro. Su jinete no se encontraba en mejores condiciones, teniendo cicatrices de picotazos por todos lados y rastros de algo pegajoso en sus ropas… ¿sería eso alimento de aves?. John se dirigió a su ave.-Alégrate mantecoso, no eres el mas feo de la competencia-. Mantecoso quedó confundido sin distinguir si eso se trataba de un insulto o halago.
Cuando todos estuvieron en sus posiciones, el dueño de la granja decidió dar un extenso discurso. El pelirrojo a penas pudo prestar atención a sus palabras. Detrás de él, en un sector exclusivo, se encontraba Don Kiub y su séquito. Uno de los mafiosos realizó un gesto pasando su dedo índice por el cuello. John tragó saliva y trató de alentar a su pollo. - Si ganamos utilizare una parte del premio para darte la mejor comida que hayas probado-. el pollo protesto con un graznido.-De acuerdo,que sea la mitad-.
A la voz de uno de los organizadores, todos los upeleros comenzaron a correr...
John Lauper
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Tyr
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Una vez terminadas las risas tan solo fue cuestión de tiempo para poder volver a incorporarme, caer en el alimento de las aves supe desarrolladas no resultaba ser tan malo como era de esperarse, de echo con un profundo olor a frutos secos y avena expidiendo desde todo mi cuerpo todo el festival parecía ser mas agradable. Decidido a continuar con una determinación tan dura como una montaña me encaro frente al temible upelero. Con una cara de la típica persona que envenena el agua y mata a tu ganado, el upelero fija la mirada desafiante en una batalla de persistencia entre los dos.
Aquella había sido su última ofensa y estaba dispuesto a permanecer ahí hasta que apartada la mirada como buena montura que era, sin embargo después de varios minutos de miradas fijas entre el bullicio del festival, el upelero y yo, las cosas se empezaban a poner incomodas, comenzando por la mirada fija de los niños comiendo sus golosinas de feria, seguida por la de sus padres y vendedores cercanos al evento emergente, empezaba a tiritar por la presión que el grupo ejercía sobre de mí, escalofríos, sudor, nervios, presión. - ¡¡¡HA, JA, JA!!! – ¡El pollo de la muerte había apartado la mirada!
Con una rápida reacción de mi parte salto tal fiera sobre el animal, que en tan solo un segundo ya estoy arriba de la montura, aquel movimiento tan violento y espontaneo logra finalmente llamar la atención del pequeño hurón.
- ¡Fatuo! Que tal pequeño amiguito, hoy te quiero presentar a Petricor “el upelero de las tinieblas”.- Con movimientos bruscos dignos de un barco en tormenta el ave intenta nuevamente hacerme caer, sin embargo basta con un apretón de piernas y logro permanecer arriba de él. Acercándome nuevamente a la cabeza del ave sonrió y mención:
- Es asombroso como cambian las tornas ahora ¿no? – Sin mas que hacer Petricor el upelero termina sus juegos y actúa tal cual es finalmente, con un tranquilo andar de un paso frente al otro nos dirigimos en dirección a la línea de meta, no sin antes reclamar mi premio, extiendo la mano y tomo el primer alimento que encuentro para ir comiendo mientras avanzó, a lo cual el llanto de un infante hace que acelere el upelero a la line de salida.
Llegando una vez ahí noto el esplendor del evento, gritos de euforia, apuestas y un abucheo de un niño, este lugar era fantástico, incluso olía a avena y otros cereales, "espera ese era yo”, parando el upelero en la línea de meta se escuchan en fuerte tono las formalidades del evento algo que ciertamente resultaba aburrido, me refiero ¿en serio alguien sigue las reglas en este juego?
Sin más que hacer, me limito a observar a los contrincantes y aunque las vistas no eran prometedoras pude observar al verdadero campeón, el upelero plateado era la cumbre de la perfección, ese debía ganar y la razón era clara. “¿Si?, quise decir ¡si!, claro que al final de cada carrera nos comemos al campeón, es una tradición.” Aquella sin duda fue la razón de mi estadía en esa carrera, ganas, te pagan y comes un ave de lo más… curiosas, sin embargo ese upelero enorme seria el festín que estaba esperando, con mirada ansiosa y olor a cereales varios, observó a aquella ave y le hablo a la deliciosa montura.
- Espero que seas el ganador plateado, me encantaría verte bien preparado al horno terminando la carrera. – Y una vez finito eso continuo viendo que había traído la tormenta.
Todos los jinetes se encontraban a mi lado izquierdo, lo cual era desolador para mi lado derecho, pero sin ningún otra queja rodeo con la vista al delicioso contrincante y su jinete, que de momento resultaba algo complicado, pero después de un rato pude apreciar.
Upelero rojo, asentaba un gran carácter digno de un soldado del rey, con postura lista y preparado para cualquier cosa, en el peor de los casos ese animal ganaría pero ¿como? Tan buena montura había llegado a este lugar un gran jinete o “Flamitaaaas” ese era el caso, con tranquilidad paso la vista al siguiente jinete, el upelero rojo estaba compensado.
Con duda si era real, el upelero verde se veía consumido por la enfermedad, con mirada cansada y ojos rojos por trasnochar, el antiguo campeón no se veía en su mejor estado…
- ¿Campeón? ¡Hemos sido timados! El campeón no se convierte en el plato de la noche. –Con gran ira había lanzado aquel grito, la perdida era enorme y después de unos momentos, regrese a mis cávales, al parecer era el único que creía que comeríamos al ganador del año pasado, que gran desgracia.
Con mirada desilusionada miro a los otros competidores, una elfina con un upelero dorado lo cual le daba aspecto de valkiria y el antiguó mercader de la torre montando a su upelero azul, ¿será que aquel oso habrá muerto?
Retomando mi posición la carrera estaba por comenzar, la tención por el disparo era bastante callada a lo que gracias a eso logre notar con el rabillo del ojo lo que sucedía. “Alguien esta criticando mi asombrosa montura.” Con frenesí y alegría descontrolada siento el fuego correr en mi interior, era asombroso y estaba por comenzar y…
- QUE LA TERCERA GRAN CARRERA DE UPELEROS COMIENCE -
Dejando liberar una explosión de llamas al cielo* me preparo para arrancar el suelo y salir disparado con Petricor a la victoria de la carrera.
*Habilidad Lvl0: Lanza del fuego escarlata, en forma de fuegos artificiales.
Aquella había sido su última ofensa y estaba dispuesto a permanecer ahí hasta que apartada la mirada como buena montura que era, sin embargo después de varios minutos de miradas fijas entre el bullicio del festival, el upelero y yo, las cosas se empezaban a poner incomodas, comenzando por la mirada fija de los niños comiendo sus golosinas de feria, seguida por la de sus padres y vendedores cercanos al evento emergente, empezaba a tiritar por la presión que el grupo ejercía sobre de mí, escalofríos, sudor, nervios, presión. - ¡¡¡HA, JA, JA!!! – ¡El pollo de la muerte había apartado la mirada!
Con una rápida reacción de mi parte salto tal fiera sobre el animal, que en tan solo un segundo ya estoy arriba de la montura, aquel movimiento tan violento y espontaneo logra finalmente llamar la atención del pequeño hurón.
- ¡Fatuo! Que tal pequeño amiguito, hoy te quiero presentar a Petricor “el upelero de las tinieblas”.- Con movimientos bruscos dignos de un barco en tormenta el ave intenta nuevamente hacerme caer, sin embargo basta con un apretón de piernas y logro permanecer arriba de él. Acercándome nuevamente a la cabeza del ave sonrió y mención:
- Es asombroso como cambian las tornas ahora ¿no? – Sin mas que hacer Petricor el upelero termina sus juegos y actúa tal cual es finalmente, con un tranquilo andar de un paso frente al otro nos dirigimos en dirección a la línea de meta, no sin antes reclamar mi premio, extiendo la mano y tomo el primer alimento que encuentro para ir comiendo mientras avanzó, a lo cual el llanto de un infante hace que acelere el upelero a la line de salida.
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Llegando una vez ahí noto el esplendor del evento, gritos de euforia, apuestas y un abucheo de un niño, este lugar era fantástico, incluso olía a avena y otros cereales, "espera ese era yo”, parando el upelero en la línea de meta se escuchan en fuerte tono las formalidades del evento algo que ciertamente resultaba aburrido, me refiero ¿en serio alguien sigue las reglas en este juego?
Sin más que hacer, me limito a observar a los contrincantes y aunque las vistas no eran prometedoras pude observar al verdadero campeón, el upelero plateado era la cumbre de la perfección, ese debía ganar y la razón era clara. “¿Si?, quise decir ¡si!, claro que al final de cada carrera nos comemos al campeón, es una tradición.” Aquella sin duda fue la razón de mi estadía en esa carrera, ganas, te pagan y comes un ave de lo más… curiosas, sin embargo ese upelero enorme seria el festín que estaba esperando, con mirada ansiosa y olor a cereales varios, observó a aquella ave y le hablo a la deliciosa montura.
- Espero que seas el ganador plateado, me encantaría verte bien preparado al horno terminando la carrera. – Y una vez finito eso continuo viendo que había traído la tormenta.
Todos los jinetes se encontraban a mi lado izquierdo, lo cual era desolador para mi lado derecho, pero sin ningún otra queja rodeo con la vista al delicioso contrincante y su jinete, que de momento resultaba algo complicado, pero después de un rato pude apreciar.
Upelero rojo, asentaba un gran carácter digno de un soldado del rey, con postura lista y preparado para cualquier cosa, en el peor de los casos ese animal ganaría pero ¿como? Tan buena montura había llegado a este lugar un gran jinete o “Flamitaaaas” ese era el caso, con tranquilidad paso la vista al siguiente jinete, el upelero rojo estaba compensado.
Con duda si era real, el upelero verde se veía consumido por la enfermedad, con mirada cansada y ojos rojos por trasnochar, el antiguo campeón no se veía en su mejor estado…
- ¿Campeón? ¡Hemos sido timados! El campeón no se convierte en el plato de la noche. –Con gran ira había lanzado aquel grito, la perdida era enorme y después de unos momentos, regrese a mis cávales, al parecer era el único que creía que comeríamos al ganador del año pasado, que gran desgracia.
Con mirada desilusionada miro a los otros competidores, una elfina con un upelero dorado lo cual le daba aspecto de valkiria y el antiguó mercader de la torre montando a su upelero azul, ¿será que aquel oso habrá muerto?
Retomando mi posición la carrera estaba por comenzar, la tención por el disparo era bastante callada a lo que gracias a eso logre notar con el rabillo del ojo lo que sucedía. “Alguien esta criticando mi asombrosa montura.” Con frenesí y alegría descontrolada siento el fuego correr en mi interior, era asombroso y estaba por comenzar y…
- QUE LA TERCERA GRAN CARRERA DE UPELEROS COMIENCE -
Dejando liberar una explosión de llamas al cielo* me preparo para arrancar el suelo y salir disparado con Petricor a la victoria de la carrera.
*Habilidad Lvl0: Lanza del fuego escarlata, en forma de fuegos artificiales.
Nerum
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Tyr
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Sonreí ante los comentarios de la elfa que no parecía estar con la clara opción de ganar a toda costa, cosa que intentaría cambiar con mis provocaciones más adelante solo por ver si en algún momento perdía su aspecto tranquilo y su cantarina voz, para acabar dando gritos de emoción; ese definitivamente sería mi propósito de la noche -Te estaré esperando en la línea de llegada- Le dije antes de irme a buscar uno de esos emplumados para montar.
Una vez en la línea de meta era momento de conocer al resto de corredores, aunque mi plan ya no era la victoria, ya iban demasiadas decepciones juntas, ésta vez lo importante no era ganar sino hacer perder a los otros, solo que antes debía analizarlos para ver cómo derribarlos a media carrera; Niniel y Rauko se saludaron a pesar del ruido que nos rodeaba pero ¿Por qué tanto ruido? Claro, abucheaban a la pobre elfita del upelero rojo; sería toda una sorpresa si ganaba ella la carrera; pero mientras la miraba me llamó la atención el apodo de Flamitas ¿Había dicho flamitas?
Procuré estirarme para ver sobre los otros corredores al último, al que ella llamaba Flamitas solo para burlarme del nombre tan gracioso, aunque para mi sorpresa se trataba del chico que había llegado medio perdido aquella vez en la batalla de la torre; ya habría tiempo para saludarlo luego, si es que terminaba la carrera.
Por su parte, el famoso y esperado upelero plateado que supuestamente era quien iba a aplastarnos a todos con una inevitable victoria acabó por ser una cosa corda y fea; tal vez llegaría a la meta rodando antes que corriendo; negué con la cabeza aquella loca idea y bajé la mirada, aunque me llamaba la atención que aquellos sujetos que le acompañaban no parecían muy interesados en hacer todo de manera legal, al menos esperaba que esta vez no nos enfrentáramos a un mal perdedor como el enano amigo de Niniel.
Tras un largo discurso la carrera dio inicio, graciosamente el upelero de Rauko se había quedado dormido en el peor momento posible aún a pesar del ruido que había hecho el otro chico con sus llamas quien de hecho también se había quedado atrás -Dos menos- Murmuré con una sonrisa malvada mientras intentaba cambiar de canal para interponerme en el camino de Niniel pues aunque su upelero no parecía tan rápido como la vez anterior, era evidente que lentamente me iba alcanzando y si no podía dejarlo atrás al menos me encargaría de bloquearla para que no avanzara.
Para sorpresa de todos los presentes que se quedaron con la boca cerrada ante tal sorpresa, justo los menos favoritos eran quienes habían tomado la delantera; la elfita avanzaba a lomos del upelero rojo aunque parecía más una bandera que un jinete, mientras era seguida muy de cerca por el animal gordo y feo que inexplicablemente corría como nadie.
[1] Para sorpresa de todos la pequeña Iliaki toma la delantera avanzando 4 cuadros, nada mal para una novata, aunque el upelero gordo de John le sigue de cerca en el segundo puesto.
[2] En un segundo bloque Bio en el tercer puesto se interpone para bloquear el paso a Niniel y asegurarse de que no avance más de su cuarto puesto.
[3] Finalmente Rauko y Nerum se quedan atrás, la suerte no parece acompañar al suertudo elfo esta vez, y Nerum pues, solo está siendo él xD
[4] No olviden lanzar su runita al final del turno =)
Una vez en la línea de meta era momento de conocer al resto de corredores, aunque mi plan ya no era la victoria, ya iban demasiadas decepciones juntas, ésta vez lo importante no era ganar sino hacer perder a los otros, solo que antes debía analizarlos para ver cómo derribarlos a media carrera; Niniel y Rauko se saludaron a pesar del ruido que nos rodeaba pero ¿Por qué tanto ruido? Claro, abucheaban a la pobre elfita del upelero rojo; sería toda una sorpresa si ganaba ella la carrera; pero mientras la miraba me llamó la atención el apodo de Flamitas ¿Había dicho flamitas?
Procuré estirarme para ver sobre los otros corredores al último, al que ella llamaba Flamitas solo para burlarme del nombre tan gracioso, aunque para mi sorpresa se trataba del chico que había llegado medio perdido aquella vez en la batalla de la torre; ya habría tiempo para saludarlo luego, si es que terminaba la carrera.
Por su parte, el famoso y esperado upelero plateado que supuestamente era quien iba a aplastarnos a todos con una inevitable victoria acabó por ser una cosa corda y fea; tal vez llegaría a la meta rodando antes que corriendo; negué con la cabeza aquella loca idea y bajé la mirada, aunque me llamaba la atención que aquellos sujetos que le acompañaban no parecían muy interesados en hacer todo de manera legal, al menos esperaba que esta vez no nos enfrentáramos a un mal perdedor como el enano amigo de Niniel.
Tras un largo discurso la carrera dio inicio, graciosamente el upelero de Rauko se había quedado dormido en el peor momento posible aún a pesar del ruido que había hecho el otro chico con sus llamas quien de hecho también se había quedado atrás -Dos menos- Murmuré con una sonrisa malvada mientras intentaba cambiar de canal para interponerme en el camino de Niniel pues aunque su upelero no parecía tan rápido como la vez anterior, era evidente que lentamente me iba alcanzando y si no podía dejarlo atrás al menos me encargaría de bloquearla para que no avanzara.
Para sorpresa de todos los presentes que se quedaron con la boca cerrada ante tal sorpresa, justo los menos favoritos eran quienes habían tomado la delantera; la elfita avanzaba a lomos del upelero rojo aunque parecía más una bandera que un jinete, mientras era seguida muy de cerca por el animal gordo y feo que inexplicablemente corría como nadie.
[1] Para sorpresa de todos la pequeña Iliaki toma la delantera avanzando 4 cuadros, nada mal para una novata, aunque el upelero gordo de John le sigue de cerca en el segundo puesto.
[2] En un segundo bloque Bio en el tercer puesto se interpone para bloquear el paso a Niniel y asegurarse de que no avance más de su cuarto puesto.
[3] Finalmente Rauko y Nerum se quedan atrás, la suerte no parece acompañar al suertudo elfo esta vez, y Nerum pues, solo está siendo él xD
[4] No olviden lanzar su runita al final del turno =)
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Bio
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
El miembro 'Bio' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Pronto quedó patente que Níniel no era la única que conocía a algunos de los otros participantes de aquella carrera, demostrando el dicho humano de que "Aerandir es un pañuelo". Bio no solo la reconoció a ella y a Rauko si no también al jinete que montaba a aquel extraño upelero negro más parecido a un ave de carroña que a una noble montura. Y éste a su vez parecía resultarle familiar a la otra joven elfa de la carrera que lo llamó por el "cariñoso" apelativo de flamitas, revelando con ello que no era un humano si no un brujo, o quizá un dragón, aunque nunca había visto a un dragón sobre un pollo. Una imagen extraña. Solo el humano aparentaba no conocer al menos a alguno de sus compañeros, lo cual no era necesariamente malo.
En cualquier caso todos quisieron aprovechar el tiempo de pesado discurso del organizador de la carrera en evaluar a sus contrincantes, salvo quizá la joven amazona del upelero rojo que parecía más interesada en responder a las increpaciones de parte del público que no estaba muy contento con su participación en aquella carrera, cometiendo el error bastante común entre los orejas redondas de juzgar un libro por su cubierta. Si usarán un poco la cabeza sabrían que todos los elfos eran en cierta medida afines a los animales y que su pequeño tamaño era una ventaja...Níniel nunca apostaría contra uno de sus hermanos o hermanas en una carrera, y hacía bien.
Por fin el discurso terminó y la cuenta regresiva comenzó dando inicio a la carrera al llegar ésta hasta cero, momento en el que los upeleros, al menos la mayoría de ellos, comenzaron a avanzar buscando situarse de la mejor manera posible en la pista acompañados por el fulgor de una explosión de fuego que causó una ovación en parte den las gradas diluida por los gritos de miedo de otra buena parte de la gente allí congregada como público, desconocedora y temerosa de la magia y pillados por sorpresa por aquellas llamas en el cielo.
En cuanto a la salida en sí, por desgracia Níniel no hizo un buen papel. Ya fuese porque los dioses no habían tenido a bien ayudarla o porque se había confiado demasiado debido a su afán de sencillamente pasar un buen rato aquella noche, la verdad es que quedó bastante rezagada, quedando por detrás de Bio que con su tercera posición ocupaba por el momento el último escalón de un hipotético podio. El pelinegro tampoco había hecho una salida brillante pero enseguida quedó patente que aquello no le importaba en demasía, al menos no mientras pudiera mantener a la peliblanca mirándole el trasero, lo cual era muy poco caballeroso, casi tanto como sus intentos por cortarle el paso. Por delante de él el upelero rojo y aquella extrañamente veloz bola de plumas plateada ocupaban la cabeza, aunque lo primero era superar al vampiro.
La elfa, ante los movimientos de Bio comenzó entonces a imitar al pelinegro cambiando de carril o a amagar dichos cambios para tratar de engañar al pelinegro y que éste terminara por dejarle un hueco por el que pasar. Por desgracia su rival era un hueso duro de roer y ninguno de sus intentos dio resultado, al contrario, incluso ganó mayor ventaja poniéndole las cosas muy complicadas a la joven peliblanca. Era bueno, tal y como esperaba a pesar de las puyitas, pero aún no se daba por vencida. La carrera acababa de empezar y aún tenía mucha diversión por ofrecer.
En cualquier caso todos quisieron aprovechar el tiempo de pesado discurso del organizador de la carrera en evaluar a sus contrincantes, salvo quizá la joven amazona del upelero rojo que parecía más interesada en responder a las increpaciones de parte del público que no estaba muy contento con su participación en aquella carrera, cometiendo el error bastante común entre los orejas redondas de juzgar un libro por su cubierta. Si usarán un poco la cabeza sabrían que todos los elfos eran en cierta medida afines a los animales y que su pequeño tamaño era una ventaja...Níniel nunca apostaría contra uno de sus hermanos o hermanas en una carrera, y hacía bien.
Por fin el discurso terminó y la cuenta regresiva comenzó dando inicio a la carrera al llegar ésta hasta cero, momento en el que los upeleros, al menos la mayoría de ellos, comenzaron a avanzar buscando situarse de la mejor manera posible en la pista acompañados por el fulgor de una explosión de fuego que causó una ovación en parte den las gradas diluida por los gritos de miedo de otra buena parte de la gente allí congregada como público, desconocedora y temerosa de la magia y pillados por sorpresa por aquellas llamas en el cielo.
En cuanto a la salida en sí, por desgracia Níniel no hizo un buen papel. Ya fuese porque los dioses no habían tenido a bien ayudarla o porque se había confiado demasiado debido a su afán de sencillamente pasar un buen rato aquella noche, la verdad es que quedó bastante rezagada, quedando por detrás de Bio que con su tercera posición ocupaba por el momento el último escalón de un hipotético podio. El pelinegro tampoco había hecho una salida brillante pero enseguida quedó patente que aquello no le importaba en demasía, al menos no mientras pudiera mantener a la peliblanca mirándole el trasero, lo cual era muy poco caballeroso, casi tanto como sus intentos por cortarle el paso. Por delante de él el upelero rojo y aquella extrañamente veloz bola de plumas plateada ocupaban la cabeza, aunque lo primero era superar al vampiro.
La elfa, ante los movimientos de Bio comenzó entonces a imitar al pelinegro cambiando de carril o a amagar dichos cambios para tratar de engañar al pelinegro y que éste terminara por dejarle un hueco por el que pasar. Por desgracia su rival era un hueso duro de roer y ninguno de sus intentos dio resultado, al contrario, incluso ganó mayor ventaja poniéndole las cosas muy complicadas a la joven peliblanca. Era bueno, tal y como esperaba a pesar de las puyitas, pero aún no se daba por vencida. La carrera acababa de empezar y aún tenía mucha diversión por ofrecer.
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Tyr
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
¡¡El estúpido upelero se durmió en un momento tan importante y decisivo!! Hubiese preferido que se durmiera en cualquier otro momento de la noche, pero ¿Tenía que ser justamente al iniciar la carrera? Sin duda alguna los dioses quisieron jugarme una broma de mal gusto.
Por otro lado, los demás competidores comenzaron a correr con una gran velocidad sin que ningún problema se les presentara en el camino, incluso el upelero gordo pudo emprender una vertiginosa carrera… ¡El upelero gordo! ¿Cómo era eso posible? Si esa pelota de plumas apenas podía mantenerse de pie. Realmente me encontraba en una situación humillante.
Después de ver cómo mis contrincantes me dejaban atrás de forma vergonzosa, decidí bajarme de mi montura para buscar alguna forma de despertarlo sin que luego volviera a caer bajo un profundo e inoportuno sueño, sin embargo, eso parecía imposible.
El lado positivo era que yo no era el único que debía cargar con la deshonrosa vergüenza de quedar en el último lugar, sino que otro jinete también había tenido la mala suerte de no poder avanzar, y éste era nada más y nada menos que el del upelero… ¿Cómo describir su montura sin que suene ofensivo? Bueno, el menos atractivo de todos los pollos que había visto en mi vida.
Dejando esos detalles de lado, seguí buscando alguna forma de volver a la carrera antes de que mi preciado y valioso honor se perdiera por completo dentro de las horrorosas profundidades de un abismo de humillaciones, no obstante, en ese instante una idea pasó por mi cabeza -(¿Acaso importa si llego de primero o no? De todas formas ganaré, si pierdo entonces lograré arruinar los planes del dueño de la granja y así podré vengarme de él)- Pensé mientras que en mi rostro se dibujaba una sonrisa pícara para luego mirar de reojo al “señor discursos largos”.
Aunque dejar la carrera para hacer perder dinero al dueño de la granja parecía bastante tentador, de todas formas debía mantener mi orgullo intacto, así que nuevamente subí al lomo de mi montura y me preparé para hacer algo que no era muy higiénico.
Cubrí uno de mis dedos índices con un poco de mi saliva y luego lo inserté en uno de los oídos del upelero, por lo que inmediatamente éste despertó alarmado y comenzó a mirar en todas direcciones para encontrar a aquel que se había atrevido a cometer la osadía de interrumpir su sueño, sin embargo, no se le ocurrió considerar la posibilidad de que la persona que buscaba ansiosamente estaba sobre él… Y eso era muy gracioso.
Desafortunadamente el upelero no pensaba detenerse hasta encontrar al culpable, por lo que ahora era más complicado centrarlo en la carrera y si no se preocupaba en volver a competir entonces los espectadores no dejarían de reírse de sus ridículas acciones -Vamos, reacciona ¿Acaso ya olvidaste que te prometí comida si me ayudabas a ganar?- Pregunté como si el upelero pudiera escucharme -No puede ser, ahora estoy hablando con un pollo como si éste realmente pudiera entender mi lenguaje- Dije para luego suspirar decepcionado de mí mismo.
Entonces, en ese instante, pensé en que tal vez cualquiera se hubiera resignado a ganar si estuviera en mi situación, pero yo sería diferente a ellos, yo sería alguien que marcaría la diferencia, yo… No, en realidad me rendí -Si algún día llego a tener nietos, no les contaré esta parte de mi vida- Me dije a mí mismo sin esperanzas de poder ganar, no obstante, antes de darme totalmente por vencido, una idea llegó a mi cabeza… Que posiblemente no funcionaría.
Por otro lado, los demás competidores comenzaron a correr con una gran velocidad sin que ningún problema se les presentara en el camino, incluso el upelero gordo pudo emprender una vertiginosa carrera… ¡El upelero gordo! ¿Cómo era eso posible? Si esa pelota de plumas apenas podía mantenerse de pie. Realmente me encontraba en una situación humillante.
Después de ver cómo mis contrincantes me dejaban atrás de forma vergonzosa, decidí bajarme de mi montura para buscar alguna forma de despertarlo sin que luego volviera a caer bajo un profundo e inoportuno sueño, sin embargo, eso parecía imposible.
El lado positivo era que yo no era el único que debía cargar con la deshonrosa vergüenza de quedar en el último lugar, sino que otro jinete también había tenido la mala suerte de no poder avanzar, y éste era nada más y nada menos que el del upelero… ¿Cómo describir su montura sin que suene ofensivo? Bueno, el menos atractivo de todos los pollos que había visto en mi vida.
Dejando esos detalles de lado, seguí buscando alguna forma de volver a la carrera antes de que mi preciado y valioso honor se perdiera por completo dentro de las horrorosas profundidades de un abismo de humillaciones, no obstante, en ese instante una idea pasó por mi cabeza -(¿Acaso importa si llego de primero o no? De todas formas ganaré, si pierdo entonces lograré arruinar los planes del dueño de la granja y así podré vengarme de él)- Pensé mientras que en mi rostro se dibujaba una sonrisa pícara para luego mirar de reojo al “señor discursos largos”.
Aunque dejar la carrera para hacer perder dinero al dueño de la granja parecía bastante tentador, de todas formas debía mantener mi orgullo intacto, así que nuevamente subí al lomo de mi montura y me preparé para hacer algo que no era muy higiénico.
Cubrí uno de mis dedos índices con un poco de mi saliva y luego lo inserté en uno de los oídos del upelero, por lo que inmediatamente éste despertó alarmado y comenzó a mirar en todas direcciones para encontrar a aquel que se había atrevido a cometer la osadía de interrumpir su sueño, sin embargo, no se le ocurrió considerar la posibilidad de que la persona que buscaba ansiosamente estaba sobre él… Y eso era muy gracioso.
Desafortunadamente el upelero no pensaba detenerse hasta encontrar al culpable, por lo que ahora era más complicado centrarlo en la carrera y si no se preocupaba en volver a competir entonces los espectadores no dejarían de reírse de sus ridículas acciones -Vamos, reacciona ¿Acaso ya olvidaste que te prometí comida si me ayudabas a ganar?- Pregunté como si el upelero pudiera escucharme -No puede ser, ahora estoy hablando con un pollo como si éste realmente pudiera entender mi lenguaje- Dije para luego suspirar decepcionado de mí mismo.
Entonces, en ese instante, pensé en que tal vez cualquiera se hubiera resignado a ganar si estuviera en mi situación, pero yo sería diferente a ellos, yo sería alguien que marcaría la diferencia, yo… No, en realidad me rendí -Si algún día llego a tener nietos, no les contaré esta parte de mi vida- Me dije a mí mismo sin esperanzas de poder ganar, no obstante, antes de darme totalmente por vencido, una idea llegó a mi cabeza… Que posiblemente no funcionaría.
Última edición por Rauko el Jue Oct 20 2016, 03:19, editado 2 veces
Rauko
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Tyr
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
El temor a caer hizo que Iliaki terminara por taparse los ojos, pensando quizá que así no vería el momento en que su cabeza impactase contra el suelo. Al volver a abrirlos, cuál fue su sorpresa al verse sentada al revés. Sin importarle la posición en la cual extrañamente había logrado sentarse, ignorando también su lugar en la carrera, comenzó a gritar de euforia, dejando que la velocidad y el viente azotaran en su ostro.
- ¡Wohoo, mírenme, estoy montando un upelerooo! - señalaba efusivamente.
¡Ja,jaaa, me gusta esta carrera! ¡Y me gustaría más si supiera una cosa más: Las reglas! ¿Quién gana en estas competencias? He visto carreras en las que el que gana, obtiene un título como de bachiller o experto. También he visto otras en las que el que gana es el que logra no ser atrapado, sin embargo ¡Aquí nadie persigue a nadie!
Pero... pobres chicos... Flamitas y el del upelero cansado se han quedado atrás ¡Aquí todos deben correr con todos!
Sacando su Lanzarrocas Místico, Iliaki apuntó al upelero verde, propinándole un golpe con la intención de despertarlo, o en todo caso, de hacerle enfurecer. El upelero, quien había logrado apenas avanzar, dio un graznido al recibir la roca. Luego, viendo a su anterior compañero de aventuras, hizo lo mismo con el respectivo híbrido de buitre.
- ¡Oye, Pollo, ayúdame a voltearme! ¿Quieres? Quisiera ver al frente.
Haciendo una maniobra acrobática, la enorme ave jala con su pico la espalda de la chica, que, dando gritos una vez más, giró hasta la posición correcta.
¡Vamos, todos gritan, todos gritan! Este upelero corre veloz ¿Dónde habrá tomado gusto por las carreras? Y sobre todo ¿Por qué sabe leer?
Estábase haciendo estas preguntas, cuando oyó en el fondo de la multitud una voz que incomprensiblemente gritaba:
- ¡Vamos, ese es mi hijo!
¿Eh? ¿Quién es el sujeto, a quien le grita? ¿Al pelirrojo, al vampiro, al otro elfo?
Meh, ¡Qué le hago caso, ni siquiera me debería dar importancia ese vitoreo!
Continuando con su carrera, el upelero y la chiquilla corrían, él, con gran determinación, ella, disfrutando del viento y de su cómoda e improvisada montura, de quien ella se consideraba afortunada de conocer aquella mañana. ¿Quién era de quién, la chica del ave, o el ave de la chica?
- ¡Wohoo, mírenme, estoy montando un upelerooo! - señalaba efusivamente.
¡Ja,jaaa, me gusta esta carrera! ¡Y me gustaría más si supiera una cosa más: Las reglas! ¿Quién gana en estas competencias? He visto carreras en las que el que gana, obtiene un título como de bachiller o experto. También he visto otras en las que el que gana es el que logra no ser atrapado, sin embargo ¡Aquí nadie persigue a nadie!
Pero... pobres chicos... Flamitas y el del upelero cansado se han quedado atrás ¡Aquí todos deben correr con todos!
Sacando su Lanzarrocas Místico, Iliaki apuntó al upelero verde, propinándole un golpe con la intención de despertarlo, o en todo caso, de hacerle enfurecer. El upelero, quien había logrado apenas avanzar, dio un graznido al recibir la roca. Luego, viendo a su anterior compañero de aventuras, hizo lo mismo con el respectivo híbrido de buitre.
- ¡Oye, Pollo, ayúdame a voltearme! ¿Quieres? Quisiera ver al frente.
Haciendo una maniobra acrobática, la enorme ave jala con su pico la espalda de la chica, que, dando gritos una vez más, giró hasta la posición correcta.
¡Vamos, todos gritan, todos gritan! Este upelero corre veloz ¿Dónde habrá tomado gusto por las carreras? Y sobre todo ¿Por qué sabe leer?
Estábase haciendo estas preguntas, cuando oyó en el fondo de la multitud una voz que incomprensiblemente gritaba:
- ¡Vamos, ese es mi hijo!
¿Eh? ¿Quién es el sujeto, a quien le grita? ¿Al pelirrojo, al vampiro, al otro elfo?
Meh, ¡Qué le hago caso, ni siquiera me debería dar importancia ese vitoreo!
Continuando con su carrera, el upelero y la chiquilla corrían, él, con gran determinación, ella, disfrutando del viento y de su cómoda e improvisada montura, de quien ella se consideraba afortunada de conocer aquella mañana. ¿Quién era de quién, la chica del ave, o el ave de la chica?
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