[Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Y aquí nos encontrábamos. Batallando en la carrera lo mejor que podíamos con el simple objetivo de obtener el primer puesto y el premio, sin embargo, bueno o malo también se batallaba por no quedar en el último puesto que si bien al principio todos habían elegido a su favorito, ahora los puestos se cerraban por cada vez menor distancia creando una tensión en el ambiente que pronto estaría por terminar.
Corriendo a buen paso en dirección al final de la meta Pet y yo habíamos logrado juntar al ganado de un momento a otro, pues ahora los más avanzados tan solo se encontraban peleando al frente intentando adelantar al de al lado quitándoles la ventaja de la cual posiblemente se habían confiado.
Resultante del ataque anterior la pista parecía empezar a arder en llamas más adelante, a causa del aserrín y la paja, el fuego se extendía creando un obstáculo definitivo pues si eras muy lento las llamas te dejarían estancado por detrás o en el mejor de los casos obligándote a dar una carrera de fe hasta llegar al otro lado de una forma épica, fuera cualquiera de los casos tenía que asegurarme de seguir con el paso para no quedarme atrás y quedar como el deprimente último lugar.
-Bien Pet seguimos con este paso y será cuestión de tiempo para que ganemos.- Acariciando el lomo de mi montura como un apoyo moral, continuo con el galope del upelero en busca de alguna trampa proveniente de los demás competidores, “prenderle fuego a todo siempre era buena opción, pero para ocupar la lanza tendría que esperar.”
Mientras tanto, la carrera parecía continuar sin problema alguno gracias a la limpieza ígnea de hace un momento, para mi desgracia no fue por mucho tiempo.
-¿Pero qué?- En aquel momento, desde el frente de mi posición una bota salvaje había aparecido, chocando contra mi lanzando su olor hediondo. -¿Por qué huele así esta cosa, acaso esta maldita?- Ya en respuesta y un terrible asqueo cubro con mi manga mi nariz y sin siquiera voltear sabia de quien se trataba.
-Olvida la gallina Pet, hoy cenaremos enano pelirrojo bien asado.- Furioso por el suceso y realmente mareado le prendo fuego a tal objeto maldecido con esperanza de que este sea erradicado. –Hasta nunca calzado con olor a muerte.- Lanzándolo por encima de mí hombro, no me importaba a donde fuera a parar o a quien le golpeara, solo sabía, que lo quería lo más lejos posible de mí.
“Primero la entrada, luego la nube, la embestida y ahora esto, Lauper se había pasado de la raya y ahora no solo era una competición extravagante ahora era más personal.” Golpeando levemente los estribos, pido a Petricor que acelere el paso, en primera para ganar la carrera y en segunda para acabar con el enano.
-¡Corre cuanto quieras Lauper, no podrás conservar el ritmo por siempre!- Fastidiado por lo bajo que habían caído sus trucos como para lanzarme su bota estaba dispuesto a regresarle todos sus favores hasta ese momento ¿y por que no? incluso darle un regalo de mi parte.
Corriendo a buen paso en dirección al final de la meta Pet y yo habíamos logrado juntar al ganado de un momento a otro, pues ahora los más avanzados tan solo se encontraban peleando al frente intentando adelantar al de al lado quitándoles la ventaja de la cual posiblemente se habían confiado.
Resultante del ataque anterior la pista parecía empezar a arder en llamas más adelante, a causa del aserrín y la paja, el fuego se extendía creando un obstáculo definitivo pues si eras muy lento las llamas te dejarían estancado por detrás o en el mejor de los casos obligándote a dar una carrera de fe hasta llegar al otro lado de una forma épica, fuera cualquiera de los casos tenía que asegurarme de seguir con el paso para no quedarme atrás y quedar como el deprimente último lugar.
-Bien Pet seguimos con este paso y será cuestión de tiempo para que ganemos.- Acariciando el lomo de mi montura como un apoyo moral, continuo con el galope del upelero en busca de alguna trampa proveniente de los demás competidores, “prenderle fuego a todo siempre era buena opción, pero para ocupar la lanza tendría que esperar.”
Mientras tanto, la carrera parecía continuar sin problema alguno gracias a la limpieza ígnea de hace un momento, para mi desgracia no fue por mucho tiempo.
-¿Pero qué?- En aquel momento, desde el frente de mi posición una bota salvaje había aparecido, chocando contra mi lanzando su olor hediondo. -¿Por qué huele así esta cosa, acaso esta maldita?- Ya en respuesta y un terrible asqueo cubro con mi manga mi nariz y sin siquiera voltear sabia de quien se trataba.
-Olvida la gallina Pet, hoy cenaremos enano pelirrojo bien asado.- Furioso por el suceso y realmente mareado le prendo fuego a tal objeto maldecido con esperanza de que este sea erradicado. –Hasta nunca calzado con olor a muerte.- Lanzándolo por encima de mí hombro, no me importaba a donde fuera a parar o a quien le golpeara, solo sabía, que lo quería lo más lejos posible de mí.
“Primero la entrada, luego la nube, la embestida y ahora esto, Lauper se había pasado de la raya y ahora no solo era una competición extravagante ahora era más personal.” Golpeando levemente los estribos, pido a Petricor que acelere el paso, en primera para ganar la carrera y en segunda para acabar con el enano.
-¡Corre cuanto quieras Lauper, no podrás conservar el ritmo por siempre!- Fastidiado por lo bajo que habían caído sus trucos como para lanzarme su bota estaba dispuesto a regresarle todos sus favores hasta ese momento ¿y por que no? incluso darle un regalo de mi parte.
Nerum
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
- Soundtrack:
Finalmente el la suerte comenzaba a sonreírme, avanzaba a tal velocidad que el mundo entero parecía correr en cámara lenta, poco a poco veía pasar a mis oponentes como si corrieran hacia el lado contrario, era el ganador absoluto de la carrera y a medica que me acercaba a la meta todos ellos me pedían piedad por derrotarlos de manera tan humillante... O al menos eso era lo que quería creer, pues la verdad es que iba de último, el triste último puesto de la carrera -Los odio a todos- Murmuré con rabia, y es que de todos mis defectos, uno de los más destacables era que resultaba ser muy mal perdedor; ya podía imaginar todas las bromas que dejaría escapar Niniel al llegar a la meta; o las burlas de Rauko, aunque él casi no hablaba pero seguro pensaría muchas burlas y no me las diría, eso parecía incluso peor.
Tal vez la velocidad no era la que me gustaría tener para adelantar a todos y hacerlos tragar polvo y arrepentirse por haberme dejado atrás, pero al menos comenzaba a acercarme ¿A quién engaño? No me acercaba siquiera, pero al menos los podía ver desde muy lejos y lo que veía no parecía que fuera algo normal de la carrera, aunque a estas alturas ya no sabía qué era normal y qué no lo era; el upelero dorado de Niniel parecía tratar de volar, aunque luego entendí que solo había evitado atropellar a un despistado que se había metido a la pista.
Rauko me había adelantado como una verdadera flecha, recordándome la velocidad de su upelero en la carrera anterior y no solo a mí; el público estalló en un grito de euforia cuando el elfo comenzó a adelantar uno a uno a los competidores; incluso a la elfina que desde el inicio de la carrera había sido la reina indiscutible acaparando el primer lugar, un primer lugar que ahora parecía sacudirse de ella y su espantoso upelero que daba la impresión de haber agotado toda su velocidad y fuerza en los primeros instantes de la carrera; de alguna manera justo cuando empezó a lanzar cosas le comenzó a ir mal, eso solo podía enseñarnos que los tramposos no ganan, ojalá todos fueran corredores honestos como yo.
Y hablando de honestos, el pelirrojo no dejaba de aplicar sus sucios trucos aunque a él sí que parecían funcionarle hasta los más bajos, pues hasta ese espantoso pollo gordo iba por delante de mí; tenía que ser una pesadilla, una espantosa y horrible pesadilla, en cualquier momento me vería desnudo en el podio sosteniendo la copa de “Último Lugar” ante las burlas de todos -¡No! No puedo llegar de último- Dije apretando con fuerza las riendas del azulejo y apretándolo con las piernas -Vamos compañero, ahora nada nos detendr... ¡¿Qué es eso?!- Grité alarmado al ver cómo una ¿Bota incendiaria? Se dirigía directo hacia mí.
Halé las riendas hacia un lado con mucha fuerza para esquivar el proyectil que si no mataba con el fuego seguro mataba con el olor que desprendía; había esquivado el peligro pero a qué costo, mi cuerpo de fue de lado y tuve que apretar las piernas para mantenerme sobre el upelero que al ser halado hacia un lado por las riendas de las que me sostenía comenzó a desviarse hacia un lado hasta casi estrellarse contra las tribunas; al llegar a éstas las usé para apoyar mis manos y volver a una posición decente sobre el upelero -Los mataré a todos, uno... a... uno...- Dije enojado y con una mirada llena de malicia, había soportado muchas cosas durante la carrera pero esto... también tendría que soportarlo pues el culpable y su pajarraco negro habían incluso adelantado a Rauko y avanzaba imparable hacia el muro de fuego que era el último obstáculo antes de alcanzar la meta -Vamos compañero, tú puedes, ayúdame a mantener mi dignidad- Supliqué a la criatura que a todas estas no podría entender ni una palabra de lo que le decía, definitivamente las carreras de upeleros no eran lo mío.
[2] Iliaki y Niniel luchan para no perder el liderazgo que tanto les había costado alcanzar, la suerte las abandona y Lauper las sigue muy de cerca.
[3] Bio pues, no tiene esperanzas siquiera de llegar a la meta, haría falta un milagro para ese pobre vampiro...
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Bio
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Tyr
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Fuego, excrementos, trampas, sabotajes, calzado diabólico volador, amenazas...Níniel había visto campos de batalla más civilizados que aquella "inocente carrera de nobles animales", como la había definido aquel mentiroso promotor de carreras para asegurarse de ese modo su partición en tan lamentable espectáculo. La peliblanca incluso podría jurar que los nórgedos que sembraron el caos en Roilkat unas semanas antes eran más respetuosos con sus enemigos que la mayoría de aquellos participantes, y eso que básicamente se dedicaban a robar y saquear absolutamente todo lo que encontraban a su paso sin miramientos. Bueno, puede que aquel pensamiento resultara exagerado, pero una cosa era cierta, aquellos bandidos del desierto olían mejor que el humano pelirrojo y sus prendas de vestir arrojadizas.
En cualquier caso, con su barrera activa la joven no tenía que preocuparse por ellos. Estaba a salvo y podía disfrutar de un leve momento de paz y tranquilidad en la que ninguna de sus sucias artimañas podía alcanzarla siquiera, salvo las maldiciones e increpaciones de unos a otros, por desgracia. El brujo podía lanzar todo el fuego que quisiera, el humano podría seguir arrojando el resto de sus ropajes, aunque la joven esperaba no tener que ser testigo de tan lamentable espectáculo, la elfina podía seguir disparando toda la porquería que por alguna extraña razón llevaba en su bolsa...Níniel estaba bien protegida, aunque tan formidable defensa tuvo un precio.
Trickster, quizá extrañado por aquella magia que le rodeaba o quizá afectado por los gases nocivos de la bota del pelirrojo antes de ser purificada por la llama, comenzó a disminuir su velocidad hasta avanzar solo al trote, dejando por un momento de lado su impetuoso carácter y agitando su largo cuello en un movimiento que su amazona interpretó como recelo.
-¿Qué te pasa chico? ¿Te da miedo? No es nada, lo he hecho ya para protegernos de esa gente. ¿Te llegó algo del olor de los pies podridos de ese orejas redondas? Sí, te entiendo, después de eso y ahora que tiene los pies al aire libre yo también preferiría alejarme de aquí...Claro que como sanadora debería quedarme a atender a las víctimas de su envenenamiento...No te preocupes, tenemos el viento de cara, si podemos dejarlo atrás tendrán que ser otros quienes sufran su olor...De hecho por ahí viene Bio. Se ve que ya estaba maduro y ha caído del árbol- Animó a su fiel upelero, añadiendo lo último con una ligera sonrisa maliciosa en los labios, logrando que Trickster emitiera un agudo gorjeo con el que pareció mostrarse cómplice de aquel pequeño brote de maldad de su dueña.
Aquello pareció animar a Trickster a recuperar algo de velocidad, la suficiente para no retrasarse con respecto a la elfina y como para dejar al pelirrojo en su cola, a apenas unos metros de distancia. Aunque por desgracia no era suficiente para aguantar el renovado brío de Rauko y del brujo de asesinos instintos que o bién se habían estado reservando para aquel tramo final de carrera demostrando una gran capacidad estratégica...O bien habían descubierto el secreto del humano tramposo para realizar aquellas explosiones de fulgurante velocidad. -Aún podemos lograrlo amigo. No hemos perdido aún.- Se reafirmó en sus ánimos la peliblanca, dejando leves caricias en el cuello de su upelero.
En cualquier caso, con su barrera activa la joven no tenía que preocuparse por ellos. Estaba a salvo y podía disfrutar de un leve momento de paz y tranquilidad en la que ninguna de sus sucias artimañas podía alcanzarla siquiera, salvo las maldiciones e increpaciones de unos a otros, por desgracia. El brujo podía lanzar todo el fuego que quisiera, el humano podría seguir arrojando el resto de sus ropajes, aunque la joven esperaba no tener que ser testigo de tan lamentable espectáculo, la elfina podía seguir disparando toda la porquería que por alguna extraña razón llevaba en su bolsa...Níniel estaba bien protegida, aunque tan formidable defensa tuvo un precio.
Trickster, quizá extrañado por aquella magia que le rodeaba o quizá afectado por los gases nocivos de la bota del pelirrojo antes de ser purificada por la llama, comenzó a disminuir su velocidad hasta avanzar solo al trote, dejando por un momento de lado su impetuoso carácter y agitando su largo cuello en un movimiento que su amazona interpretó como recelo.
-¿Qué te pasa chico? ¿Te da miedo? No es nada, lo he hecho ya para protegernos de esa gente. ¿Te llegó algo del olor de los pies podridos de ese orejas redondas? Sí, te entiendo, después de eso y ahora que tiene los pies al aire libre yo también preferiría alejarme de aquí...Claro que como sanadora debería quedarme a atender a las víctimas de su envenenamiento...No te preocupes, tenemos el viento de cara, si podemos dejarlo atrás tendrán que ser otros quienes sufran su olor...De hecho por ahí viene Bio. Se ve que ya estaba maduro y ha caído del árbol- Animó a su fiel upelero, añadiendo lo último con una ligera sonrisa maliciosa en los labios, logrando que Trickster emitiera un agudo gorjeo con el que pareció mostrarse cómplice de aquel pequeño brote de maldad de su dueña.
Aquello pareció animar a Trickster a recuperar algo de velocidad, la suficiente para no retrasarse con respecto a la elfina y como para dejar al pelirrojo en su cola, a apenas unos metros de distancia. Aunque por desgracia no era suficiente para aguantar el renovado brío de Rauko y del brujo de asesinos instintos que o bién se habían estado reservando para aquel tramo final de carrera demostrando una gran capacidad estratégica...O bien habían descubierto el secreto del humano tramposo para realizar aquellas explosiones de fulgurante velocidad. -Aún podemos lograrlo amigo. No hemos perdido aún.- Se reafirmó en sus ánimos la peliblanca, dejando leves caricias en el cuello de su upelero.
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Quedarme atrás para ver cómo los demás lanzaban toda clase de objetos entre ellos era la mejor idea que pude tomar en aquel momento, pues de haber intentado adelantarlos me hubiera convertido en un blanco perfecto y luego hubiese terminado en el fondo de la humillación absoluta, y eso no me parecía muy atractivo.
Afortunadamente, la joven elfa que por tanto tiempo había permanecido en el primer lugar comenzaba a perder velocidad y después de un rato ya había desaparecido todo lo que había logrado hasta el momento, tal vez darlo todo desde el inicio de la carrera no resultó ser una buena idea ya que ahora su upelero parecía estar sucumbiendo ante el inevitable agotamiento.
Mientras tanto, Niniel se encontraba protegida dentro de una majestuosa barrera de luz que además de protegerla, gracias a su tamaño también servía para obstaculizar a los demás corredores, sin embargo, por alguna razón la velocidad de su upelero también comenzó a disminuir de forma preocupante, tal vez sus ojos habían visto lo suficiente para pensar que la carrera sólo lo terminaría lastimado a él o a dueña, y por ello pudo tomar la iniciativa de intentar alejarse del peligro que representaban los demás competidores.
Afortunadamente, en ese momento surgió un nuevo problema para impedir el avance del pelirrojo quien terminó perdiendo velocidad al igual que las elfas; ante eso no pude evitar que en mi rostro se dibujara una sonrisa con cierta malicia -(Casi todos han dejado de ser veloces, ésta es mi oportunidad para dejarlos atrás y hacer que todos lloren ante la gloria de mi grandeza)- Pensé para luego presionar mis labios con mi pulgar derecho mientras que mi mirada se paseaba por todos mis oponentes -(Pero no puedo simplemente correr como un demente, debo tomar el mejor camino, uno que me permita pasar sin terminar convirtiéndome en el blanco perfecto de alguna trampa inesperada)- Por unos instantes me hundí dentro de mis pensamientos buscando la mejor forma de asegurar mi victoria, y tras unos instantes lo logré.
En ese momento una hermosa luz adelante me inspiró lo suficiente para idear una estrategia -(Claro, Niniel es la respuesta, ella cumplirá con su papel en esta noche y me ayudará a lograr mi objetivo)- Pensé para finalmente inclinarme hacia adelante y prepararme para realzar mi gran jugada -Vamos compañe…- Mis palabras fueron interrumpidas cuando pude ver cómo una putrefacta bota prendida en fuego se dirigía a mi dirección, y sólo gracias a mis reflejos pude evadir aquel asqueroso proyectil inclinándome hacia un lado como un verdadero profesional… En realidad fue mi upelero quien se apartó en el momento exacto, pero los dos éramos un equipo así que debíamos compartir nuestros logros.
Una vez a salvo, respiré profundo para recuperar mi inspiración y luego indicarle a mi upelero que era hora de ganar -Bien, ahor… ¡Pulgas, por favor déjenme tranquilo!- Exclamé mientras volvía a rascarme de forma desquiciada sin lograr conseguir por lo menos un poco de paz, aunque eso fue lo que me motivó a actuar de una vez por todas.
Con una mirada de determinación y con una gran sed de venganza, hice que mi upelero finalmente avanzara a una gran velocidad y lo dirigí hacia uno de los costados de la pista por donde trazaríamos nuestro rumbo; era placentero volver a sentir el viento acariciar mi rostro de esa manera, incluso pude recordar agradables momentos de la carrera anterior, aunque por desgracia eso me era un problemas ya que mis ojos se secaban rápidamente por el viento y me era necesario parpadear más seguido, pero ese detalle sería algo que no me importaría por el momento.
Rápidamente logré colocarme al lado de niniel quien no parecía estar en su mejor momento, pero gracias a las posiciones en la que nos encontrábamos y a su gran barrera de luz, pude utilizarla como un gran escudo para protegerme de los ataques de los demás contrincantes que se encontraban del otro lado de ella -Gracias Niniel- Le dije a la elfa para luego extender mi brazo hacia ella y levantar mi pulgar.
Fue entonces cuando el ambiente se llenó de los gritos de los espectadores quienes no podían contener la emoción de volver a verme correr como un verdadero campeón, pero poco después todos guardaron silencio cuando uno de mis rivales logró colocarse en el primer lugar, pero ahora el gran momento de tensión no se debería a nuestra rivalidad en la última etapa sino a la gran incertidumbre de todos los presentes quienes no sabían quién sería capaz de atravesar el muro de fuego que nos esperaba adelante, ya que el primero que lograra esto… Se convertiría en el vencedor definitivo.
Afortunadamente, la joven elfa que por tanto tiempo había permanecido en el primer lugar comenzaba a perder velocidad y después de un rato ya había desaparecido todo lo que había logrado hasta el momento, tal vez darlo todo desde el inicio de la carrera no resultó ser una buena idea ya que ahora su upelero parecía estar sucumbiendo ante el inevitable agotamiento.
Mientras tanto, Niniel se encontraba protegida dentro de una majestuosa barrera de luz que además de protegerla, gracias a su tamaño también servía para obstaculizar a los demás corredores, sin embargo, por alguna razón la velocidad de su upelero también comenzó a disminuir de forma preocupante, tal vez sus ojos habían visto lo suficiente para pensar que la carrera sólo lo terminaría lastimado a él o a dueña, y por ello pudo tomar la iniciativa de intentar alejarse del peligro que representaban los demás competidores.
Afortunadamente, en ese momento surgió un nuevo problema para impedir el avance del pelirrojo quien terminó perdiendo velocidad al igual que las elfas; ante eso no pude evitar que en mi rostro se dibujara una sonrisa con cierta malicia -(Casi todos han dejado de ser veloces, ésta es mi oportunidad para dejarlos atrás y hacer que todos lloren ante la gloria de mi grandeza)- Pensé para luego presionar mis labios con mi pulgar derecho mientras que mi mirada se paseaba por todos mis oponentes -(Pero no puedo simplemente correr como un demente, debo tomar el mejor camino, uno que me permita pasar sin terminar convirtiéndome en el blanco perfecto de alguna trampa inesperada)- Por unos instantes me hundí dentro de mis pensamientos buscando la mejor forma de asegurar mi victoria, y tras unos instantes lo logré.
En ese momento una hermosa luz adelante me inspiró lo suficiente para idear una estrategia -(Claro, Niniel es la respuesta, ella cumplirá con su papel en esta noche y me ayudará a lograr mi objetivo)- Pensé para finalmente inclinarme hacia adelante y prepararme para realzar mi gran jugada -Vamos compañe…- Mis palabras fueron interrumpidas cuando pude ver cómo una putrefacta bota prendida en fuego se dirigía a mi dirección, y sólo gracias a mis reflejos pude evadir aquel asqueroso proyectil inclinándome hacia un lado como un verdadero profesional… En realidad fue mi upelero quien se apartó en el momento exacto, pero los dos éramos un equipo así que debíamos compartir nuestros logros.
Una vez a salvo, respiré profundo para recuperar mi inspiración y luego indicarle a mi upelero que era hora de ganar -Bien, ahor… ¡Pulgas, por favor déjenme tranquilo!- Exclamé mientras volvía a rascarme de forma desquiciada sin lograr conseguir por lo menos un poco de paz, aunque eso fue lo que me motivó a actuar de una vez por todas.
Con una mirada de determinación y con una gran sed de venganza, hice que mi upelero finalmente avanzara a una gran velocidad y lo dirigí hacia uno de los costados de la pista por donde trazaríamos nuestro rumbo; era placentero volver a sentir el viento acariciar mi rostro de esa manera, incluso pude recordar agradables momentos de la carrera anterior, aunque por desgracia eso me era un problemas ya que mis ojos se secaban rápidamente por el viento y me era necesario parpadear más seguido, pero ese detalle sería algo que no me importaría por el momento.
Rápidamente logré colocarme al lado de niniel quien no parecía estar en su mejor momento, pero gracias a las posiciones en la que nos encontrábamos y a su gran barrera de luz, pude utilizarla como un gran escudo para protegerme de los ataques de los demás contrincantes que se encontraban del otro lado de ella -Gracias Niniel- Le dije a la elfa para luego extender mi brazo hacia ella y levantar mi pulgar.
Fue entonces cuando el ambiente se llenó de los gritos de los espectadores quienes no podían contener la emoción de volver a verme correr como un verdadero campeón, pero poco después todos guardaron silencio cuando uno de mis rivales logró colocarse en el primer lugar, pero ahora el gran momento de tensión no se debería a nuestra rivalidad en la última etapa sino a la gran incertidumbre de todos los presentes quienes no sabían quién sería capaz de atravesar el muro de fuego que nos esperaba adelante, ya que el primero que lograra esto… Se convertiría en el vencedor definitivo.
Rauko
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Tyr
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Todos por un momento quedamos a la par, y los que estaban observando desde las gradas comenzaron a gritar. ¡Qué hermoso día, qué hermosa… cosa! Todos se ven felices, sobre todo los que sostienen papeletas llenas de taches vitoreando a su upelero favorito. Todos felices… menos Pollo. Oh, amigo mío, ojalá pudiera saber qué sucede en tu cabeza emplumada, hacer algo al respecto.
Desde las mesas de apuestas, un elegante hombre bestia comenzó a gritar fuertemente, aturdiendo a aquellos que osaban estar a sus costados en ese momento de ímpetu. Porte firme y pasos pavoneantes, lo eran así también sus crestas y sus barbas, dejando que sus brillantes ojos se dejaran llevar por la emoción.
- ¡Vamos, Deneb, tu madre estaría orgullosa! - exclamaba entusiasmado el hombre gallo.
Iliaki, confundida por aquello, dirigió sus dudas al ave que la llevaba.
- ¿Deneb? - preguntó pasmada - ¿Tú eres Deneb?
Y como si le hubiesen lanzado un choque eléctrico en la cola, el upelero, abriendo sus redondos ojos a lo que más podían dejarle sus párpados, giró su cabeza hacia el lugar de donde se originaban los gritos en su nombre.
- ¡Vamos, hijo, vamos! - continuaba incesante el curioso hombre.
- ¿Hijo? - interrogaba en un sobresalto la elfina al escuchar aquello, provocando que su cuerpo estuviese a punto de caer - Pollo ¿Él te acaba de llamar “hijo”? ¿Acaso eres un upelero real, tan siquiera?
Si hay secretos escondidos, las plumas lo han delatado: Se ha inflado de tal forma que incluso ha provocado que parte de su plumaje se metiera a mi nariz. Sin saber qué hacer, comenzó a correr cada vez más rápido, pero no a la dirección que me gustaría. Y si en verdad es eso lo que tanto lo afecta o no, ahora se dirige a toda velocidad hacia el límite de la pista, ¡Justo al lado contrario del pájaro galante!
En efecto, la velocidad de la enorme ave aumentaba drásticamente, sólo para verse el polvo que dejaba camino a las barreras que delimitaban el área de carrera, cruzando todos los carriles que se encontraban a su izquierda para esquivar a todo el resto de los upeleros que corrían en dirección correcta a la meta.
Un furioso hombre ebrio que no había terminado de ser despejado de la pista fue víctima de la encarrerada del ave, siendo un buen obstáculo de salto que le habría dado los 10 puntos de haber sido una competencia de habilidades de salto, sin embargo, por supuesto que no era así.
Iliaki, aterrorizada, se aferró con uñas y dientes al cuello del recién descubierto Deneb, esperando que con esos ápices de fuerza pudiera salvar su corta vida.
- ¡Pollo! ¡Deneb! ¡Como te llames, detenteeeee! -[/color] gritaba despavorida la ladronzuela, arrepintiéndose en el momento de haber robado una caja entera de mangos en vez de un simple par de sandías.
Sin dar mayores esperanzas, ahí enfrente mío observo la valla que marca la frontera del terreno, acercándose cada vez más con vista a que será un impacto fortuito, digno de un monumento en el sitio en honor al impacto más grande ocasionado por un ave. Señoras y señores, se despide Iliaki ¡Esto ha sido todo, hasta luego!
Cerrando sus ojos, abrazóse más fuerte al cuello del upelero, esperando el inminente impacto.
Desde las mesas de apuestas, un elegante hombre bestia comenzó a gritar fuertemente, aturdiendo a aquellos que osaban estar a sus costados en ese momento de ímpetu. Porte firme y pasos pavoneantes, lo eran así también sus crestas y sus barbas, dejando que sus brillantes ojos se dejaran llevar por la emoción.
- Hombre poollo v:
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- ¡Vamos, Deneb, tu madre estaría orgullosa! - exclamaba entusiasmado el hombre gallo.
Iliaki, confundida por aquello, dirigió sus dudas al ave que la llevaba.
- ¿Deneb? - preguntó pasmada - ¿Tú eres Deneb?
Y como si le hubiesen lanzado un choque eléctrico en la cola, el upelero, abriendo sus redondos ojos a lo que más podían dejarle sus párpados, giró su cabeza hacia el lugar de donde se originaban los gritos en su nombre.
- ¡Vamos, hijo, vamos! - continuaba incesante el curioso hombre.
- ¿Hijo? - interrogaba en un sobresalto la elfina al escuchar aquello, provocando que su cuerpo estuviese a punto de caer - Pollo ¿Él te acaba de llamar “hijo”? ¿Acaso eres un upelero real, tan siquiera?
Si hay secretos escondidos, las plumas lo han delatado: Se ha inflado de tal forma que incluso ha provocado que parte de su plumaje se metiera a mi nariz. Sin saber qué hacer, comenzó a correr cada vez más rápido, pero no a la dirección que me gustaría. Y si en verdad es eso lo que tanto lo afecta o no, ahora se dirige a toda velocidad hacia el límite de la pista, ¡Justo al lado contrario del pájaro galante!
En efecto, la velocidad de la enorme ave aumentaba drásticamente, sólo para verse el polvo que dejaba camino a las barreras que delimitaban el área de carrera, cruzando todos los carriles que se encontraban a su izquierda para esquivar a todo el resto de los upeleros que corrían en dirección correcta a la meta.
Un furioso hombre ebrio que no había terminado de ser despejado de la pista fue víctima de la encarrerada del ave, siendo un buen obstáculo de salto que le habría dado los 10 puntos de haber sido una competencia de habilidades de salto, sin embargo, por supuesto que no era así.
Iliaki, aterrorizada, se aferró con uñas y dientes al cuello del recién descubierto Deneb, esperando que con esos ápices de fuerza pudiera salvar su corta vida.
- ¡Pollo! ¡Deneb! ¡Como te llames, detenteeeee! -[/color] gritaba despavorida la ladronzuela, arrepintiéndose en el momento de haber robado una caja entera de mangos en vez de un simple par de sandías.
Sin dar mayores esperanzas, ahí enfrente mío observo la valla que marca la frontera del terreno, acercándose cada vez más con vista a que será un impacto fortuito, digno de un monumento en el sitio en honor al impacto más grande ocasionado por un ave. Señoras y señores, se despide Iliaki ¡Esto ha sido todo, hasta luego!
Cerrando sus ojos, abrazóse más fuerte al cuello del upelero, esperando el inminente impacto.
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Iliaki
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
La riña por el primer puesto continuaba. Ninguno de los tres quería ceder y, como si ya no fueran demasiados, se sumaban el elfo y el brujo. Un escalofrío recorrió la espalda del joven ladrón. Éste al voltear se encontró con la temible figura de Nerum, quien se encontraba a escasos metros de distancia. En su mirada podía adivinarse las intenciones que se traía, las cuales distaban mucho de un cordial saludo o un fuerte apretón de manos.
-¡Alejate de mi psicópata o te denunciaré con el cuartel de bomberos!- gritó John y maldijo por lo bajo al notar que su morral se encontraba vacío. Nunca le habían agradado los brujos. Parecían personas comunes y corrientes, pero de pronto ¡BUM! lanzaban de la nada una bola incandescente o cosas peores (en especial cuando lo descubrían hurgando en sus bolsillos). Luego de intentar inútilmente ganar distancia, volteó y expresó. -Por cierto... me debes un par de botas nuevas-. Su perseguidor no se despegaba y parecía ganar terreno con cada paso. El pelirrojo volteó nuevamente y agregó. -Y que sean de buena calidad, no como esas apestosas “Naike” o “Adibas”-. Estos comentarios no eran lo más prudente que se le puede decir a un lunático y pirómano cuando va tras de ti. Pero así era su forma de reaccionar ante situaciones de peligro: parlotear una sarta de frases desubicadas y sin importancia, hasta marear a su adversario.
Tanto se distrajo con el brujo, que descuido la fruta-señuelo, quedando esta al alcance de su pollo. Mantecoso, sin perder el tiempo y con un poderoso tarascon, arrebató el alimento, deteniéndose repentinamente para engullir su reciente adquisición, mientras su rostro se tornaba en una mueca de satisfacción. Esta maniobra tomó por sorpresa a todos, en especial al ladrón, quien tuvo que aferrarse con uñas y dientes para no terminar catapultado por el aire. Quizás de esa manera habría alcanzado el primer puesto, pero las reglas eran claras: se consideraba vencedor a la primer pareja Upelero-Jinete que atravesase la meta, no contemplando a solo un jinete o solo un upelero.
-¿Pero qué demonios haces?- gritó enojado. -Debes CORRER, no COMER-. El joven de cabello zanahoria intentó por todos los medios hacerlo avanzar, más fué inútil. El ave no se movía y lo único que podía hacer era ver como el resto de los competidores se esfumaban en la distancia, junto con sus sueños y esperanzas de salir victorioso. Hasta el odioso vampiro, quien había caído hasta el último lugar gracias a una de sus exitosa jugarretas, se dignaba a rebasarlo. -Espero que disfrutes la última fruta que comerás en tu vida, cuando estemos ardiendo en la cacerola de esos mafiosos te recordaré que fue por tu culpa.- Se dirigió resignado a su ave, pero esta parecía no prestarle atención.-¿Me estas oyendo estúpido pollo? ¡nos van a matar!-.
-No todo está perdido, sólo espera un poco más-. Dijo una voz familiar, procedente de las tribunas. Se trataba del hombre del turbante, quien luego agregó.-¡Ya hizo efecto!, yo que tu me aferraría fuerte a su lomo-. De pronto algo cambió en Mantecoso. Una extraña aura manaba de su cuerpo y sus ojos se tornaron completamente rojos. La fruta que había engullido contenía una extraña sustancia, la misma daba una importante resistencia y celeridad a quien la consumiera, por esta razón estaba prohibida en las carreras. El hombre del turbante, en un intento desesperado por salvar su vida, la había inyectado en la fruta. Aunque no había tenido tiempo de explicarle su funcionamiento al pelirrojo. Cuando el ladrón presionó suavemente con sus talones, el upelero salió disparado como una flecha. Nunca antes se había visto algo parecido, los dos compañeros se fundieron en un imponente cometa que avanzaba a gran velocidad, ganando terreno con cada segundo. Los pocos que habían apostado por la inmensa criatura estallaron en gritos de euforia. Si las cosas continuaban así la carrera terminaría en pocos segundos. Pero es sabido que la diosa fortuna es muy caprichosa y, aunque usualmente estaba de su lado, no lo estaría hoy (ya sea por causas naturales o por la intervención de alguien más). En su estado actual, Mantecoso se encontraba muy vulnerable a todo tipo de distracciones. En el momento que atravesaba el campo de fuego, algo lo distrajo y no le permitió notar una piedra, la cual se ocultaba bajo unas llamas, tropezando con ella. El resultado fue algo catastrófico. Había adquirido tanta fuerza con la corrida, que al caer al suelo no pudo detenerse. Por el contrario continuó rodando hacia la meta, formando junto con el ladrón una gigantesca bola. Claro que el terreno tampoco ayudaba, ya que la recta final era en bajada. La colosal masa rodante continuó avanzando con menor velocidad que antes, pero la suficiente para alcanzar a Bio, quien se encontraba corriendo delante...
-¡Alejate de mi psicópata o te denunciaré con el cuartel de bomberos!- gritó John y maldijo por lo bajo al notar que su morral se encontraba vacío. Nunca le habían agradado los brujos. Parecían personas comunes y corrientes, pero de pronto ¡BUM! lanzaban de la nada una bola incandescente o cosas peores (en especial cuando lo descubrían hurgando en sus bolsillos). Luego de intentar inútilmente ganar distancia, volteó y expresó. -Por cierto... me debes un par de botas nuevas-. Su perseguidor no se despegaba y parecía ganar terreno con cada paso. El pelirrojo volteó nuevamente y agregó. -Y que sean de buena calidad, no como esas apestosas “Naike” o “Adibas”-. Estos comentarios no eran lo más prudente que se le puede decir a un lunático y pirómano cuando va tras de ti. Pero así era su forma de reaccionar ante situaciones de peligro: parlotear una sarta de frases desubicadas y sin importancia, hasta marear a su adversario.
Tanto se distrajo con el brujo, que descuido la fruta-señuelo, quedando esta al alcance de su pollo. Mantecoso, sin perder el tiempo y con un poderoso tarascon, arrebató el alimento, deteniéndose repentinamente para engullir su reciente adquisición, mientras su rostro se tornaba en una mueca de satisfacción. Esta maniobra tomó por sorpresa a todos, en especial al ladrón, quien tuvo que aferrarse con uñas y dientes para no terminar catapultado por el aire. Quizás de esa manera habría alcanzado el primer puesto, pero las reglas eran claras: se consideraba vencedor a la primer pareja Upelero-Jinete que atravesase la meta, no contemplando a solo un jinete o solo un upelero.
-¿Pero qué demonios haces?- gritó enojado. -Debes CORRER, no COMER-. El joven de cabello zanahoria intentó por todos los medios hacerlo avanzar, más fué inútil. El ave no se movía y lo único que podía hacer era ver como el resto de los competidores se esfumaban en la distancia, junto con sus sueños y esperanzas de salir victorioso. Hasta el odioso vampiro, quien había caído hasta el último lugar gracias a una de sus exitosa jugarretas, se dignaba a rebasarlo. -Espero que disfrutes la última fruta que comerás en tu vida, cuando estemos ardiendo en la cacerola de esos mafiosos te recordaré que fue por tu culpa.- Se dirigió resignado a su ave, pero esta parecía no prestarle atención.-¿Me estas oyendo estúpido pollo? ¡nos van a matar!-.
-No todo está perdido, sólo espera un poco más-. Dijo una voz familiar, procedente de las tribunas. Se trataba del hombre del turbante, quien luego agregó.-¡Ya hizo efecto!, yo que tu me aferraría fuerte a su lomo-. De pronto algo cambió en Mantecoso. Una extraña aura manaba de su cuerpo y sus ojos se tornaron completamente rojos. La fruta que había engullido contenía una extraña sustancia, la misma daba una importante resistencia y celeridad a quien la consumiera, por esta razón estaba prohibida en las carreras. El hombre del turbante, en un intento desesperado por salvar su vida, la había inyectado en la fruta. Aunque no había tenido tiempo de explicarle su funcionamiento al pelirrojo. Cuando el ladrón presionó suavemente con sus talones, el upelero salió disparado como una flecha. Nunca antes se había visto algo parecido, los dos compañeros se fundieron en un imponente cometa que avanzaba a gran velocidad, ganando terreno con cada segundo. Los pocos que habían apostado por la inmensa criatura estallaron en gritos de euforia. Si las cosas continuaban así la carrera terminaría en pocos segundos. Pero es sabido que la diosa fortuna es muy caprichosa y, aunque usualmente estaba de su lado, no lo estaría hoy (ya sea por causas naturales o por la intervención de alguien más). En su estado actual, Mantecoso se encontraba muy vulnerable a todo tipo de distracciones. En el momento que atravesaba el campo de fuego, algo lo distrajo y no le permitió notar una piedra, la cual se ocultaba bajo unas llamas, tropezando con ella. El resultado fue algo catastrófico. Había adquirido tanta fuerza con la corrida, que al caer al suelo no pudo detenerse. Por el contrario continuó rodando hacia la meta, formando junto con el ladrón una gigantesca bola. Claro que el terreno tampoco ayudaba, ya que la recta final era en bajada. La colosal masa rodante continuó avanzando con menor velocidad que antes, pero la suficiente para alcanzar a Bio, quien se encontraba corriendo delante...
Última edición por John Lauper el Vie 27 Ene 2017 - 16:32, editado 1 vez
John Lauper
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
El miembro 'John Lauper' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
“Fin del camino.” Ya todo estaba por terminar, a tan solo escasos metros de la meta tanto Petricor como yo nos encontrábamos sorprendidos por tal velocidad que habíamos tomado de un momento a otro, posicionándonos al frente de la carrera ya nada podía fallar, pues de forma muy sencilla, no importaba cuanto se esforzaran los otros competidores por alcanzar la meta ya no tenían posibilidad de llegar antes que yo, bueno o por lo menos casi nadie.
Corriendo casi a la par de Petricor, el arbusto y el pulgoso campeón parecía ganar velocidad constantemente y con una determinación absurda de su parte, cualquiera de nosotros podía ganar en ese momento si tan solo el otro se descuidara aunque sea un solo segundo. “Qué demonios, acabemos con esto de una buena vez.” Aferrándome firmemente a Pet, termino por pedirle un mayor esfuerzo en aquel momento crítico.
-¡Apresúrate Pet, ya estamos tan cerca, la victoria es nuestra!- Estirando el cuerpo al frente a la vez que extendía la mano, planteaba ser más veloz como si en verdad esa acción hiciera alguna diferencia. Sin embargo Petricor seguía firmemente en aquel tramo final
-¡Tan cerca de ganar!- Y como si en verdad fuese un corredor experto, veía deseoso la llegada de mi montura en un primer puesto ignorando por completo lo demás di mi alrededor y por suerte porque en esos momentos voltear atrás seria ver un festival de los dementes.
Mientras tanto en los puestos más rezagados se disponía acciones desesperadas que exigía la situación de un final tan igualado. Por una parte, el jinete de la bestia azul ya no parecía ser una gran amenaza más que para sí mismo “pobre tipo”, mientras en los siguientes puestos, la pareja de elfinas parecía no tener ningún problema o por lo menos ninguno que fuese de la carrera y no de un hijo perdido de un hombre bestia junto con un ebrio a punto de terminar en el hospital y final mente ahí se encontraba la cereza del pastel, suponiendo que luego el pastel seria aplastado con todo y mesa, Lauper y delicioso se encontraban suficientemente rezagados en aquel momento apunto de rodar como una gran bola de demolición.
Corriendo casi a la par de Petricor, el arbusto y el pulgoso campeón parecía ganar velocidad constantemente y con una determinación absurda de su parte, cualquiera de nosotros podía ganar en ese momento si tan solo el otro se descuidara aunque sea un solo segundo. “Qué demonios, acabemos con esto de una buena vez.” Aferrándome firmemente a Pet, termino por pedirle un mayor esfuerzo en aquel momento crítico.
-¡Apresúrate Pet, ya estamos tan cerca, la victoria es nuestra!- Estirando el cuerpo al frente a la vez que extendía la mano, planteaba ser más veloz como si en verdad esa acción hiciera alguna diferencia. Sin embargo Petricor seguía firmemente en aquel tramo final
-¡Tan cerca de ganar!- Y como si en verdad fuese un corredor experto, veía deseoso la llegada de mi montura en un primer puesto ignorando por completo lo demás di mi alrededor y por suerte porque en esos momentos voltear atrás seria ver un festival de los dementes.
Mientras tanto en los puestos más rezagados se disponía acciones desesperadas que exigía la situación de un final tan igualado. Por una parte, el jinete de la bestia azul ya no parecía ser una gran amenaza más que para sí mismo “pobre tipo”, mientras en los siguientes puestos, la pareja de elfinas parecía no tener ningún problema o por lo menos ninguno que fuese de la carrera y no de un hijo perdido de un hombre bestia junto con un ebrio a punto de terminar en el hospital y final mente ahí se encontraba la cereza del pastel, suponiendo que luego el pastel seria aplastado con todo y mesa, Lauper y delicioso se encontraban suficientemente rezagados en aquel momento apunto de rodar como una gran bola de demolición.
Última edición por Nerum el Mar 31 Ene 2017 - 14:05, editado 2 veces (Razón : empate :v)
Nerum
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
- Soundtrack:
El último tramo de la carrera tenía que ser determinante y decisivo, todos daban lo mejor de sí en aquellos últimos metros; agité las riendas de mi upelero y conseguí adelantar por poco al pelirrojo que se había ido quedando rezagado poco a poco y ahora me decidía a ir por el resto, Niniel sería el próximo objetivo, esperaba al menos no llegar después de ella pero su animal avanzaba a la misma velocidad que el mío y al estar tan ventajosamente adelantada no podía alcanzarla -Corre, corre, corre- Le supliqué a mi upelero para tratar de que aumentara la velocidad aunque tal efecto parecía ser otorgado a los dos rezagados; los mismos que habían iniciado la carrera en el último lugar ahora eran los que se encontraban luchando por obtener la victoria.
El upelero de Rauko avanzaba a una velocidad impresionante, la misma que había tenido en la carrera anterior y que lo había hecho quedarse en el título de campeón; el upelero negro por su parte iba un poco más lento pero tenía a su favor unos cuantos metros de ventaja, metros que se fueron acortando en apenas unos segundo hasta que finalmente se asomaron a la meta; un silencio invadió las tribunas al no saber quién había sido el ganador de la carrera, todo había sido tan cerrado que resultaba difícil anunciar a uno de ellos como ganador absoluto.
Yo por mi parte disfrutaba de mi posición hasta que al mirar atrás contemplé con espanto la masa rodante mezcla de hombre, upelero, tierra y hojas que se venían acercando directo hacia mí -¿Pero qué es eso?- Dije alarmado mientras intentaba girar a mi upelero para evitar ser víctima de aquella cosa; giré bruscamente el upelero a la derecha y mientras el animal corría imparable hasta estrellarse con las tribunas, yo caí al piso rodando varios metros hasta donde se encontraba un misterioso hombre gallo pegando gritos como loco y mirando a la pequeña elfina -¿La niña era en realidad un niño y además hija de un gallo?- Pensé extrañado mientras llevaba mis manos a las costillas adolorido por los golpes recibidos.
La niña del upelero rojo, si es que realmente era un upelero, había retomado su gran velocidad del inicio pero no le bastó para alcanzar a los otros dos que pisaron la meta antes que ella y curiosamente al mismo tiempo; avancé caminando lentamente hasta la meta en donde se anunciaba como ganador a -¿Qué?- Murmuré extrañado -¿Un empate?- Eso no había pasado hasta ahora, ambos habían conseguido pisar la meta al mismo tiempo y por ende habían obtenido la misma primera posición, así que lo justo era que ambos alcanzaran la misma recompensa.
Llegué hasta la meta donde se preparaban las premiaciones y el podio, un podio donde yo no entraba ni empujado; esta vez el organizador apareció con una gran sonrisa y sacó una bolsa de aeros muy parecida a la que yo usaba para guardar los míos; de ella sacó sin remordimiento alguno 1000 aeros para distribuirlos entre los dos chicos que se habían coronado como campeones de la carrera, 500 para cada uno.
Llegué a la meta cansado y me dejé caer al piso de bruces, no pensaba entrar a otra carrera durante un buen tiempo, de hecho no pensaba hacer nada por un buen tiempo, definitivamente necesitaba tomarme unas merecidas vacaciones, tal vez hibernar como un oso o algo así; aunque tal vez la vida no me permitiría tomarme tal descanso con lo activo que se había vuelto el gremio últimamente...
[1] Finalmente tenemos ganador, o ganadores, aunque Rauko sacó avanzó más, Nerum estaba más cerca de la meta así que para no perjudicar a ninguno he decidido dejarlo como un empate.
[2] Iliaki y Niniel podrán mantener sus velocidades y llegar en las posiciones en que se encuentran, si no es que las aplasta el upelero rodante.
[3] Bio sigue sin poder terminar una carrera, aunque al menos logró salvarse de ser aplastado, aunque eso lo deja en el último lugar incluso detrás del upelero gordo.
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Bio
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Níniel mentiría si dijera que no estaba decepcionada con como estaban acabando las cosas. Se había esforzado por obtener una buena posición contra unos rivales tramposos y en una carrera amañada para que los corredores y sus monturas acabaran heridos o algo peor y, aunque había mantenido sus opciones hasta el final, veía como la victoria se le escapaba a causa del repentino, y demasiado sospechoso, super acelerón de casi todos los corredores en los últimos metros. Parecía que la sacerdotisa aún tenía mucho que aprender para poder enlazar victorias en las carreras.
Fuere como fuese Rauko cruzó la línea de meta el primero junto con el brujo elficida, siendo difícil poder decir a ciencia cierta quién de los dos había ganado. Por supuesto si de ella dependiera proclamaría ganador a su hermano, tanto por ser de su misma raza como por estar segura de que había sido el único junto a ella que había realizado una carrera limpia, sin trampas y sin intentos de asesinato via lanzas de fuego...Pero como era obvio ella solo corría y no formaba parte de la organización de aquel campo de batall...carrera. Viendo la competición seguramente el organizador les arrojara una daga a los pies para que lucharan a muerte entre ellos por el premio.
Tras los dos primeros cruzaría la elfina del tirachinas, aunque apenas con una ligera ventaja sobre la propia Níniel que la cruzaría instantes después. La peliblanca no sabía como sentirse exactamente sobre ella. Por un lado estaba orgullosa de ver a una de las suyas demostrando tanta habilidad a lomos de un upelero; por otro le daría una buena regañina por comportarse como si fuera una rebelde niña orejas redondas.
Tras Níniel llegaría rodando una bola de grasa y plumas con un ligero toque pelirrojo que de hecho seguiría rodando hasta acabar chocando contra las tribunas para diversión de una parte del público que estalló en carcajadas. La parte que no había perdido grandes sumas de dinero apostando, que en esos momentos no estaba para bromas y se dedicaba a insultar y a maldecir a todo y a todos por su mala suerte. Especialmente aquellos que por alguna extraña razón habían apostado por Bio, quién llegó el último a la meta...al cabo de un rato.
-Cuando dije que te esperaba en la meta no imaginaba que fueses a tardar tanto en llegar. Un poco más y te alcanza el amanecer.- Le picó la joven con una sonrisa maliciosa en los labios y secundada por el sonido más perecido a una risa que un upelero podía hacer por parte de Trickster.. Y es que podía estar orgullosa de otra cosa además de haber competido bien, y justamente era de haber quedado por delante del pelinegro y haber podido cumplir de manera literal y satisfactoria lo que le prometió antes de comenzar la carrera. -Si te sirve de consuelo me gustaría intercambiar unas palabras con el organizador referentes a unas mentiras que me contó...Puedes venir conmigo, seguro que eso te anima.-
Fuere como fuese Rauko cruzó la línea de meta el primero junto con el brujo elficida, siendo difícil poder decir a ciencia cierta quién de los dos había ganado. Por supuesto si de ella dependiera proclamaría ganador a su hermano, tanto por ser de su misma raza como por estar segura de que había sido el único junto a ella que había realizado una carrera limpia, sin trampas y sin intentos de asesinato via lanzas de fuego...Pero como era obvio ella solo corría y no formaba parte de la organización de aquel campo de batall...carrera. Viendo la competición seguramente el organizador les arrojara una daga a los pies para que lucharan a muerte entre ellos por el premio.
Tras los dos primeros cruzaría la elfina del tirachinas, aunque apenas con una ligera ventaja sobre la propia Níniel que la cruzaría instantes después. La peliblanca no sabía como sentirse exactamente sobre ella. Por un lado estaba orgullosa de ver a una de las suyas demostrando tanta habilidad a lomos de un upelero; por otro le daría una buena regañina por comportarse como si fuera una rebelde niña orejas redondas.
Tras Níniel llegaría rodando una bola de grasa y plumas con un ligero toque pelirrojo que de hecho seguiría rodando hasta acabar chocando contra las tribunas para diversión de una parte del público que estalló en carcajadas. La parte que no había perdido grandes sumas de dinero apostando, que en esos momentos no estaba para bromas y se dedicaba a insultar y a maldecir a todo y a todos por su mala suerte. Especialmente aquellos que por alguna extraña razón habían apostado por Bio, quién llegó el último a la meta...al cabo de un rato.
-Cuando dije que te esperaba en la meta no imaginaba que fueses a tardar tanto en llegar. Un poco más y te alcanza el amanecer.- Le picó la joven con una sonrisa maliciosa en los labios y secundada por el sonido más perecido a una risa que un upelero podía hacer por parte de Trickster.. Y es que podía estar orgullosa de otra cosa además de haber competido bien, y justamente era de haber quedado por delante del pelinegro y haber podido cumplir de manera literal y satisfactoria lo que le prometió antes de comenzar la carrera. -Si te sirve de consuelo me gustaría intercambiar unas palabras con el organizador referentes a unas mentiras que me contó...Puedes venir conmigo, seguro que eso te anima.-
Níniel Thenidiel
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Después de haber sobrevivido a un incendio al inicio de la carrera, después de ver una extraña lluvia de vacas, después tolerar una incesante comezón por todo mi cuerpo, después de ensuciarme con la porquería de alguien más, finalmente, en ese momento me encontraba en el último trayecto de la pista donde debía darlo todo para poder lograr mi objetivo, donde todo mi sufrimiento y humillaciones serían recompensados, donde podría demostrar una vez más que yo era el mejor en las carreras de upeleros.
Llegar hasta ese lugar tal vez había sido cuestión de destreza, paciencia o simplemente había gozado de buena suerte, pero todas esas cosas ya no importaban, pues por el momento, si quería alcanzar mi victoria primero debía llegar a la meta antes que el jinete del upelero negro, adversario que desde el inicio se había mantenido como mi rival, siempre a mi lado buscando superarme y dejarme atrás, pero aunque a lo largo de la pista hemos logrado obtener ventaja uno sobre el otro, ahora sería el momento en que nuestras habilidades y nuestra suerte decidirían quién se convertiría en el vencedor.
Teniendo todo eso en mente, me sujeté con fuerza a mi upelero y me incliné hacia adelante intentando obtener más velocidad, mientras que mis ojos mostraban determinación y mi boca reflejaba lo emocionado que me encontraba -Vamos, vamos, vamos- Le repetía con entusiasmo a mi montura que avanzaba vehementemente -Podemos lograrlo, no te rindas- Seguí alentándolo como si él realmente pudiera comprender el significado de mis palabras -¡Corre, upelero, corre!- Exclamé para luego concentrarme solamente en superar a mi rival.
La distancia era cada vez más corta, cuando faltaban treinta metros hasta la meta el upelero negro me adelantaba diez, cuando faltaban veinte me adelantaba cinco, cuando faltaban diez me adelantaba sólo unos pocos centímetros, y finalmente en el último instante estábamos tan igualados que cualquier impulso bastaría para deshacernos de nuestra inoportuna igualdad, sólo debíamos ganar un poco de ventaja para ganar pero antes de que eso sucediera nuestros upeleros lograron pisar la meta con una diferencia de tiempo tan mínima que fue imposible para todos los espectadores saber quién había sido el ganador.
No sabía qué había sucedido exactamente pero por el momento sólo me encargué de detenerme a los bordes de la pista para evitar que un mal perdedor decidiera estrellarse contra mí -Bien, lo has he… ¿Estás escuchando?- Cuando intenté felicitar a mi upelero noté que éste había vuelto a quedarse dormido parado, al parecer la carrera había sido muy agotadora para él… desde antes que empezara.
Dejando esos detalles de lado, bajé de mi upelero para luego escuchar con atención las palabras de aquel sujeto que se encargó de revelar quién había ganado, y para sorpresa de todos éramos dos -(Entonces… ¿Me pagarán o no?)- Me pregunté temiendo la posibilidad de que me fuese negada mi recompensa, pero por suerte el organizador de la carrera tenía en su posesión unos 1000 aeros, 500 para cada ganador.
Subí al podio para recibir lo que por derecho era mío mientras que entre aplausos y gritos se formaba un ambiente festivo, mi victoria había sido motivo de celebración para muchos, incluso para el dueño de la granja quien estrechó mi mano tras entregarme los aeros -Bien hecho, enano pálido, bien hecho- Me felicitó con orgullo y con una gran sonrisa en su rostro -(No puede ser, él nunca es así conmigo; eso significa que ¡es una trampa!)- Fue lo primero que pude pensar, sin duda alguna debía alejarme antes de que mi vida estuviera en peligro… Sin embargo el ambiente era muy agradable como para no disfrutarlo; es decir, había una enorme mesa repleta de comida y mi estómago estaba hambriento.
Antes de ir a satisfacer mi apetito, me acerqué al segundo ganador para intentar estrechar su mano formalmente, pues había que admitir que gracias a él la carrera había sido emocionante para mí -Has sido un digno rival, y me gustaría competir contigo en la siguiente carrera… Eso es todo, adiós- Dije para luego dirigirme hacia mi siguiente destino sin preocuparme por el resto de los presentes; tal vez mi comportamiento había sido irrespetuoso, pero un atrayente olor me obligaba a ir hacia la suculenta comida y nada podría detenerme -Es hora de disfrutar la vida- Dije con cierta malicia y con una sonrisa de picardía en mi rostro.
Mientras tanto, el regocijo se adueñaba de todo el lugar y un pequeño grupo de músicos comenzaron a tocar alegres melodías que convertirían la granja en una gran fiesta que duraría toda la noche...
Llegar hasta ese lugar tal vez había sido cuestión de destreza, paciencia o simplemente había gozado de buena suerte, pero todas esas cosas ya no importaban, pues por el momento, si quería alcanzar mi victoria primero debía llegar a la meta antes que el jinete del upelero negro, adversario que desde el inicio se había mantenido como mi rival, siempre a mi lado buscando superarme y dejarme atrás, pero aunque a lo largo de la pista hemos logrado obtener ventaja uno sobre el otro, ahora sería el momento en que nuestras habilidades y nuestra suerte decidirían quién se convertiría en el vencedor.
Teniendo todo eso en mente, me sujeté con fuerza a mi upelero y me incliné hacia adelante intentando obtener más velocidad, mientras que mis ojos mostraban determinación y mi boca reflejaba lo emocionado que me encontraba -Vamos, vamos, vamos- Le repetía con entusiasmo a mi montura que avanzaba vehementemente -Podemos lograrlo, no te rindas- Seguí alentándolo como si él realmente pudiera comprender el significado de mis palabras -¡Corre, upelero, corre!- Exclamé para luego concentrarme solamente en superar a mi rival.
La distancia era cada vez más corta, cuando faltaban treinta metros hasta la meta el upelero negro me adelantaba diez, cuando faltaban veinte me adelantaba cinco, cuando faltaban diez me adelantaba sólo unos pocos centímetros, y finalmente en el último instante estábamos tan igualados que cualquier impulso bastaría para deshacernos de nuestra inoportuna igualdad, sólo debíamos ganar un poco de ventaja para ganar pero antes de que eso sucediera nuestros upeleros lograron pisar la meta con una diferencia de tiempo tan mínima que fue imposible para todos los espectadores saber quién había sido el ganador.
No sabía qué había sucedido exactamente pero por el momento sólo me encargué de detenerme a los bordes de la pista para evitar que un mal perdedor decidiera estrellarse contra mí -Bien, lo has he… ¿Estás escuchando?- Cuando intenté felicitar a mi upelero noté que éste había vuelto a quedarse dormido parado, al parecer la carrera había sido muy agotadora para él… desde antes que empezara.
Dejando esos detalles de lado, bajé de mi upelero para luego escuchar con atención las palabras de aquel sujeto que se encargó de revelar quién había ganado, y para sorpresa de todos éramos dos -(Entonces… ¿Me pagarán o no?)- Me pregunté temiendo la posibilidad de que me fuese negada mi recompensa, pero por suerte el organizador de la carrera tenía en su posesión unos 1000 aeros, 500 para cada ganador.
Subí al podio para recibir lo que por derecho era mío mientras que entre aplausos y gritos se formaba un ambiente festivo, mi victoria había sido motivo de celebración para muchos, incluso para el dueño de la granja quien estrechó mi mano tras entregarme los aeros -Bien hecho, enano pálido, bien hecho- Me felicitó con orgullo y con una gran sonrisa en su rostro -(No puede ser, él nunca es así conmigo; eso significa que ¡es una trampa!)- Fue lo primero que pude pensar, sin duda alguna debía alejarme antes de que mi vida estuviera en peligro… Sin embargo el ambiente era muy agradable como para no disfrutarlo; es decir, había una enorme mesa repleta de comida y mi estómago estaba hambriento.
Antes de ir a satisfacer mi apetito, me acerqué al segundo ganador para intentar estrechar su mano formalmente, pues había que admitir que gracias a él la carrera había sido emocionante para mí -Has sido un digno rival, y me gustaría competir contigo en la siguiente carrera… Eso es todo, adiós- Dije para luego dirigirme hacia mi siguiente destino sin preocuparme por el resto de los presentes; tal vez mi comportamiento había sido irrespetuoso, pero un atrayente olor me obligaba a ir hacia la suculenta comida y nada podría detenerme -Es hora de disfrutar la vida- Dije con cierta malicia y con una sonrisa de picardía en mi rostro.
Mientras tanto, el regocijo se adueñaba de todo el lugar y un pequeño grupo de músicos comenzaron a tocar alegres melodías que convertirían la granja en una gran fiesta que duraría toda la noche...
Rauko
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
La creciente desventura se volvía cada vez más evidente cuando el enorme pollo comenzó a dar grandes pasos hacia una saliente. Si Iliaki no creía en dioses, ahora lo hacía, rezando a cuanta divinidad hubiese escuchado en la ciudad.
Pasando de largo velozmente a todos los espectadores y a la pista en sí, se dirigió a una suerte de risco cuyo fondo era suavemente rasgado por un río, para luego dar a la más preciosa vista del valle que delimitaba a Lunargenta. Grandes rocas evitaban que los más ebrios cometiesen la locura de arrojarse por simples apuestas, sin embargo, esa valla natural no impedía que las ágiles patas del ave pudieran escalarlo sin muchos miramientos.
- Se acabó, ¡este es mi fin! – dijo finalmente Iliaki al ver que Pollo Deneb se acercaba cada vez más peligrosamente a la orilla del risco.
- ¡Detente, Deneb, deja a la niña! – gritaba al fondo el hombre gallo quien dificultosamente seguía a jinete y montura, intentando detenerlos sin mucho éxito.
Agitado, sin aliento y con un evidente gesto de preocupación, miró hacia atrás en busca de ayuda. Uno de los tantos que constituían la pequeña horda de curiosos que seguían el evento entonces se convirtió en blanco de su búsqueda, pues, como caído del cielo, sus ropas lo delataban como un habilidoso ganadero, cuerda, botas y sombrero incluidos.
- ¡Oye, tú, arroja tu cuerda sobre ya chica y hala hacia acá! – ordenó con una voz tan ronca y severa al ganadero que éste no replicó objeción alguna para evitar la ayuda.
¡No puede ser! He soñado con que moriría algún día en algún gran asalto, a manos de un traidor de guerra o por alguna infección estomacal, pero nunca, ¡Nunca! ¡Jamás por haber sido secuestrada por un ovíparo volador no identificado!
Cada vez más resignada a su suerte, se aferró al cuello de Deneb, poniendo su rostro en la espesura de las plumas en espera del siniestro impacto. De pronto, el ave abrió sus alas ante los desconcertados ojos de la elfina, quien por un momento creyó que quizá pudiese volar con él, hasta caer en la cuenta que demasiado peso haría que ella terminara cayendo como un saco de papas.
Un ligero impulso extra, tres pasos para el salto, dos, uno…
- ¡Jamás te había hablado, pero si sobrevivo, no volveré a robar! – juraba mirando al cielo al tiempo que se encontraba en medio del vacío con el ave. Repentinamente, sintió que algo abrazaba su cuerpo como una serpiente, estrujándola cada vez más hasta tirar de ella hacia atrás, justo en el suelo seguro.
Todas las personas que se encontraban en ese perímetro se acercaron para ver si la chica se encontraba bien, con el hombre gallo encabezando la diminuta estampida. Al llegar a donde estaba Iliaki, abrió espacio entre la gente que se arremolinaba a ver para permitir que respirara.
Remolida y magullada a más no poder, la elfina yacía en el suelo con los ojos como platos, sin poder creerse aún de seguir entera.
- No dije nada – dijo suavemente la chica.
- ¿Decir qué? – preguntaba el gallo mientras ayudaba a Iliaki a reincorporarse.
Sin responder nada y aún permaneciendo en shock, miró al hombre que había ordenado su ayuda y que, sin embargo, también era responsable de que su vida estuviera al filo del abismo.
- ¿Tú eres su padre? – cuestionó a secas.
- ¿Qué? – contestó confundido el hombre pollo, reponiéndose en seguida - ¡Oh, no, no! Bueno, podría serlo, su madre fue mi amante, pero el muchacho no es de mi sangre.
- ¿Su madre… QUÉ? – exclamó retrocediendo levemente por la impresión. - ¡¿Deneb tan siquiera es upelero?!
- ¡Oh, claro que lo es, el más inteligente que verás jamás! No habla, pero puede entender todo perfectamente, incluso más que nosotros. Lo heredó de su madre… - Y al decir esto último, cesó, y volviendo su mirada al horizonte, dejó que un halo de nostalgia invadiera su corazón.
Iliaki, notando esto, imitó el gesto del hombre y dirigió su mirada también hacia el valle. Deneb planeaba por los aires con dificultad, aterrizando en un pequeño claro que no era muy nítido de ver en la lejanía para los humanos.
- Bien, creo que perdí – dijo un tanto decepcionada cuando escuchó al fondo los gritos de emoción de los espectadores, haciendo que el pequeño tumulto de gente que había ahí se disolviera para ver el desenlace de la carrera.
- Jo, eso no es todo en la vida, muchacha – le contestó comprensivamente mientras ponía su plumosa mano sobre el hombro de la muchacha – Mira, hace mucho que no veía a Deneb tan animado, y te lo agradezco. Si necesitas algo… - dijo mientras sacaba una pequeña tarjeta plateada del bolsillo interior de su frac – no dudes en avisarme.
Dicho esto, le entregó la tarjeta y se la entregó a Iliaki, alejándose luego apaciblemente de ella con toda la confusión que la embargaba. La ladronzuela, después de unos minutos, suspiró y decidió retirarse al centro del festival de carreras. En su camino, recordó la tarjeta que el hombre le había dado y le dio una ojeada. Su rostro se iluminó por completo, dando entonces un grito ahogado.
- ¡No puede ser! – exclamó para sí con la voz temblando - ¡E-ese, ese tipo era Clemente Jenkins! ¡Caray, nadie en las catacumbas me va a creer esto!
Y emocionada, corrió de nuevo a la pista para ver si entre los ganadores estaba alguno de sus favoritos ¿Quién sería? ¿El del azul boro? ¿El brujo Flamitas? ¿La futura cena de invierno? ¡Vaya día!
Pasando de largo velozmente a todos los espectadores y a la pista en sí, se dirigió a una suerte de risco cuyo fondo era suavemente rasgado por un río, para luego dar a la más preciosa vista del valle que delimitaba a Lunargenta. Grandes rocas evitaban que los más ebrios cometiesen la locura de arrojarse por simples apuestas, sin embargo, esa valla natural no impedía que las ágiles patas del ave pudieran escalarlo sin muchos miramientos.
- Se acabó, ¡este es mi fin! – dijo finalmente Iliaki al ver que Pollo Deneb se acercaba cada vez más peligrosamente a la orilla del risco.
- ¡Detente, Deneb, deja a la niña! – gritaba al fondo el hombre gallo quien dificultosamente seguía a jinete y montura, intentando detenerlos sin mucho éxito.
Agitado, sin aliento y con un evidente gesto de preocupación, miró hacia atrás en busca de ayuda. Uno de los tantos que constituían la pequeña horda de curiosos que seguían el evento entonces se convirtió en blanco de su búsqueda, pues, como caído del cielo, sus ropas lo delataban como un habilidoso ganadero, cuerda, botas y sombrero incluidos.
- ¡Oye, tú, arroja tu cuerda sobre ya chica y hala hacia acá! – ordenó con una voz tan ronca y severa al ganadero que éste no replicó objeción alguna para evitar la ayuda.
¡No puede ser! He soñado con que moriría algún día en algún gran asalto, a manos de un traidor de guerra o por alguna infección estomacal, pero nunca, ¡Nunca! ¡Jamás por haber sido secuestrada por un ovíparo volador no identificado!
Cada vez más resignada a su suerte, se aferró al cuello de Deneb, poniendo su rostro en la espesura de las plumas en espera del siniestro impacto. De pronto, el ave abrió sus alas ante los desconcertados ojos de la elfina, quien por un momento creyó que quizá pudiese volar con él, hasta caer en la cuenta que demasiado peso haría que ella terminara cayendo como un saco de papas.
Un ligero impulso extra, tres pasos para el salto, dos, uno…
- ¡Jamás te había hablado, pero si sobrevivo, no volveré a robar! – juraba mirando al cielo al tiempo que se encontraba en medio del vacío con el ave. Repentinamente, sintió que algo abrazaba su cuerpo como una serpiente, estrujándola cada vez más hasta tirar de ella hacia atrás, justo en el suelo seguro.
Todas las personas que se encontraban en ese perímetro se acercaron para ver si la chica se encontraba bien, con el hombre gallo encabezando la diminuta estampida. Al llegar a donde estaba Iliaki, abrió espacio entre la gente que se arremolinaba a ver para permitir que respirara.
Remolida y magullada a más no poder, la elfina yacía en el suelo con los ojos como platos, sin poder creerse aún de seguir entera.
- No dije nada – dijo suavemente la chica.
- ¿Decir qué? – preguntaba el gallo mientras ayudaba a Iliaki a reincorporarse.
Sin responder nada y aún permaneciendo en shock, miró al hombre que había ordenado su ayuda y que, sin embargo, también era responsable de que su vida estuviera al filo del abismo.
- ¿Tú eres su padre? – cuestionó a secas.
- ¿Qué? – contestó confundido el hombre pollo, reponiéndose en seguida - ¡Oh, no, no! Bueno, podría serlo, su madre fue mi amante, pero el muchacho no es de mi sangre.
- ¿Su madre… QUÉ? – exclamó retrocediendo levemente por la impresión. - ¡¿Deneb tan siquiera es upelero?!
- ¡Oh, claro que lo es, el más inteligente que verás jamás! No habla, pero puede entender todo perfectamente, incluso más que nosotros. Lo heredó de su madre… - Y al decir esto último, cesó, y volviendo su mirada al horizonte, dejó que un halo de nostalgia invadiera su corazón.
Iliaki, notando esto, imitó el gesto del hombre y dirigió su mirada también hacia el valle. Deneb planeaba por los aires con dificultad, aterrizando en un pequeño claro que no era muy nítido de ver en la lejanía para los humanos.
- Bien, creo que perdí – dijo un tanto decepcionada cuando escuchó al fondo los gritos de emoción de los espectadores, haciendo que el pequeño tumulto de gente que había ahí se disolviera para ver el desenlace de la carrera.
- Jo, eso no es todo en la vida, muchacha – le contestó comprensivamente mientras ponía su plumosa mano sobre el hombro de la muchacha – Mira, hace mucho que no veía a Deneb tan animado, y te lo agradezco. Si necesitas algo… - dijo mientras sacaba una pequeña tarjeta plateada del bolsillo interior de su frac – no dudes en avisarme.
Dicho esto, le entregó la tarjeta y se la entregó a Iliaki, alejándose luego apaciblemente de ella con toda la confusión que la embargaba. La ladronzuela, después de unos minutos, suspiró y decidió retirarse al centro del festival de carreras. En su camino, recordó la tarjeta que el hombre le había dado y le dio una ojeada. Su rostro se iluminó por completo, dando entonces un grito ahogado.
- ¡No puede ser! – exclamó para sí con la voz temblando - ¡E-ese, ese tipo era Clemente Jenkins! ¡Caray, nadie en las catacumbas me va a creer esto!
Y emocionada, corrió de nuevo a la pista para ver si entre los ganadores estaba alguno de sus favoritos ¿Quién sería? ¿El del azul boro? ¿El brujo Flamitas? ¿La futura cena de invierno? ¡Vaya día!
- V:
- Este post fue patrocinado por los productos "Clemente Jacques®"
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Nah, el motivo de este spoiler es comunicar que dejo el post y en unos minutos terminaré de editar para ponerle el color a los diálogos.
Iliaki
Honorable
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Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Finalmente había terminado. Con gran velocidad Petricor y yo cruzamos la línea de meta en aquel momento quedando en el primer puesto con una enorme cantidad de gritos de celebración a la par de unos de fracaso, posiblemente proveniente de las apuestas, sin embargo aquella brillante victoria no fue solo nuestra, a la par que el antiguo campeón ambos aviamos cruzado la meta en lo que parecía ser un empate, “¿¡No, porque el arbusto!?”
-¡Si, lo logramos Pet!- celebrando de la emoción encima de la montura, no podía creer aquella victoria. “pero si hay dos primeros lugar quien se queda con el premio.” Pensando para mis adentros la idea de pelea a muerte por el premio con una pequeña daga recorría mi mente con brevedad.
Esperando a los demás competidores, el evento estaba llegando a su fin en la entrega de los premios, 500 aereos uno y lo mismo para el otro, ninguna sorpresa más. Terminando el evento de los premios ya solo quedaba terminar el evento comiendo lo que se pudiese para luego volver a pasar hambre, en aquella mesa llena de platillos
-Ojala “Delicioso” estuviese aquí.- Mirando los platillos, seguido del enorme upelero, las cosas no eran lo mismo si el manjar seguía con vida.
Finalmente, en camino a la mesa de bocadillos me encuentro con el jinete del arbusto. “Has sido un digno rival…” palabras motivacionales, provenientes de aquel pulgoso que hasta donde sabia era el jinete ganador dos veces seguidas contando esta.
-Je.- Soltando una leve risa me retiro de la plática a la par del elfo, era tiempo de disfrutar, pues parecía que aquel evento había tardado meses en completarse. “hmm… ¿Dónde estará el enano pelirrojo?” dejando atrás las cuentas pendientes, no logre ver por ninguna parte a aquel que hiso una real locura la carrera de upeleros.
OffRol: perdón por la tardanza. P.D. me comentaron que contestara :v
-¡Si, lo logramos Pet!- celebrando de la emoción encima de la montura, no podía creer aquella victoria. “pero si hay dos primeros lugar quien se queda con el premio.” Pensando para mis adentros la idea de pelea a muerte por el premio con una pequeña daga recorría mi mente con brevedad.
Esperando a los demás competidores, el evento estaba llegando a su fin en la entrega de los premios, 500 aereos uno y lo mismo para el otro, ninguna sorpresa más. Terminando el evento de los premios ya solo quedaba terminar el evento comiendo lo que se pudiese para luego volver a pasar hambre, en aquella mesa llena de platillos
-Ojala “Delicioso” estuviese aquí.- Mirando los platillos, seguido del enorme upelero, las cosas no eran lo mismo si el manjar seguía con vida.
Finalmente, en camino a la mesa de bocadillos me encuentro con el jinete del arbusto. “Has sido un digno rival…” palabras motivacionales, provenientes de aquel pulgoso que hasta donde sabia era el jinete ganador dos veces seguidas contando esta.
-Je.- Soltando una leve risa me retiro de la plática a la par del elfo, era tiempo de disfrutar, pues parecía que aquel evento había tardado meses en completarse. “hmm… ¿Dónde estará el enano pelirrojo?” dejando atrás las cuentas pendientes, no logre ver por ninguna parte a aquel que hiso una real locura la carrera de upeleros.
OffRol: perdón por la tardanza. P.D. me comentaron que contestara :v
Nerum
Experto
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Nivel de PJ : : 0
Re: [Cerrado] Tercera Gran Carrera de Upeleros [6/6]
Transferencia de aeros realizada
Se restan 1000 aeros a Bio y se suman 500 a Rauko y 500 a Nerum.
Wyn
Master
Master
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