MERCADO de Aerandir
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Re: MERCADO de Aerandir
- ¿Realmente quieres aprender o me estás tomando el pelo?- le preguntó Zana, en el interior de su taller- ¡No me hagas perder el tiempo o terminarás besando al sol!
- Perdona, me distraigo fácilmente. Entonces... ¿se le añade una gota de anís para que se camufle mejor con cualquier bebida, no?
- Sí. Debes tener en cuenta que se trata de un veneno bastante suave. No esperes que quede dormido por horas. Pero es fácil de realizar y es barato. Así que si te ves obligado a usarlo, usa tu puta cabeza.
- ¿Y qué me dices de los otros dos? Son los que me parecen más interesantes.
- Al amarillo lo llaman la Poción de Estoicismo. ¡A saber a quién se le ocurrió ponerle ese nombre! Prácticamente hace que no te duelan las hostias que te den y que te olvides del dolor y de las heridas... Pero sigues sangrando cómo un cerdo...
- Ya. Para eso está el verde, ¿no? Es una poción de salud.
- Sí, esa pócima sana pequeñas heridas. Si te dan una puñalada profunda, más te vale tener a mano algo más bueno... Eso prácticamente es unas hierbecillas para chiquillos... Pero oye, por algo tienes que empezar.
- Pero... si estos artículos no son lo suficientemente buenos, ¿quien paga por ellos?
- Los que no tienen aeros para los realmente buenos... Ve practicando y presta atención con los ingredientes. Debes usarlos en la proporción adecuada si quieres que funcione...
- Perdona, me distraigo fácilmente. Entonces... ¿se le añade una gota de anís para que se camufle mejor con cualquier bebida, no?
- Sí. Debes tener en cuenta que se trata de un veneno bastante suave. No esperes que quede dormido por horas. Pero es fácil de realizar y es barato. Así que si te ves obligado a usarlo, usa tu puta cabeza.
- ¿Y qué me dices de los otros dos? Son los que me parecen más interesantes.
- Al amarillo lo llaman la Poción de Estoicismo. ¡A saber a quién se le ocurrió ponerle ese nombre! Prácticamente hace que no te duelan las hostias que te den y que te olvides del dolor y de las heridas... Pero sigues sangrando cómo un cerdo...
- Ya. Para eso está el verde, ¿no? Es una poción de salud.
- Sí, esa pócima sana pequeñas heridas. Si te dan una puñalada profunda, más te vale tener a mano algo más bueno... Eso prácticamente es unas hierbecillas para chiquillos... Pero oye, por algo tienes que empezar.
- Pero... si estos artículos no son lo suficientemente buenos, ¿quien paga por ellos?
- Los que no tienen aeros para los realmente buenos... Ve practicando y presta atención con los ingredientes. Debes usarlos en la proporción adecuada si quieres que funcione...
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RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Esencia de Dulces Sueños | [Veneno, Limitado, 1 Uso] Líquido transparente con un suave aroma a Anís. 5 minutos luego de beber al menos 100ml, la persona caerá en un profundo sueño. Golpear al afectado lo despertará. | 5 |
Poción de Estoicismo | [Elixir, Limitado, 2 Usos] Otorga inmunidad ante el dolor e ignorar limitaciones derivadas de heridas (mientras sea razonable). Dura 2 rondas. | 5 |
Poción de Salud Diluida | [Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana las heridas leves en pocos segundos. | 5 |
TOTAL | 15 |
Cohen
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Cohen: Recibes 1 px por uso del mercado, 3 pp en Alquimia y se te restan 15 aeros por aprendizaje de recetas.
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Re: MERCADO de Aerandir
- ¿Y qué más me puedes enseñar sobre la alquimia? Sé que aún estás aprendiendo, pero seguro que tienes algunas recetas secretas que mostrarme.
Zana alzó la mirada hacia su aprendiz, realizando un gesto sarcástico.
- Te enseñaré a preparar uno de mis favoritos. Se vende bastante bien entre humanos indecisos e inseguros. Lo llaman Perfume de Freya. Es ese elixir rosa pálido que tienes ante ti. Es capaz de aumentar el atractivo de cualquier persona a ojos de los demás.
- Bueno, eso no es algo que yo necesite para mí- replicó el vampiro.
- Por supuesto. Pero no veas las que vendí en Lunargenta unos años antes de la guerra. Señoritas que buscaban enamorar a un noble para mejorar su status, jovencillos vírgenes que querían desatar los oscuros deseos de alguna damisela con la que experimentar. Ya sabes...- paró de hablar para decir la última palabra con un tono bastante desagradable- humanos.
- ¿Qué me dices del marrón?
- Ese líquido sabe y huele a licántropo de mierda. Pero por un periodo corto de tiempo, te da sus facultades para oler y escuchar con gran precisión. De prepara con una raiz amarga y la preparación es muy pestilente. Le añado un poco de regaliz para intentar que sepa algo mejor. Pero sigue oliendo a lobo sudado.
- ¿Y aquel rojo que usaste para reponerte después de la guerra de los humanos? Cuándo ese salvaje te golpeó...
Zana sonrió, recordando esa desagradable anécdota.
- Sí, ese hijo de puta casi me mata, el muy cabrón. Pero... murió desangrado y su sangre no estaba mal... Es la poción de recuperación. A la receta natural le añado un poco de sangre humana. Ya sabes, por si acaso. Aunque debo enseñarte antes el último veneno que he aprendido. Lo llaman Filo Venenoso y se aplica en armas. Al causar una herida, impide que coagule bien. Las sanaciones curarán algo, pero si la víctima sobrevive, se acordará de ti de por vida...
Zana alzó la mirada hacia su aprendiz, realizando un gesto sarcástico.
- Te enseñaré a preparar uno de mis favoritos. Se vende bastante bien entre humanos indecisos e inseguros. Lo llaman Perfume de Freya. Es ese elixir rosa pálido que tienes ante ti. Es capaz de aumentar el atractivo de cualquier persona a ojos de los demás.
- Bueno, eso no es algo que yo necesite para mí- replicó el vampiro.
- Por supuesto. Pero no veas las que vendí en Lunargenta unos años antes de la guerra. Señoritas que buscaban enamorar a un noble para mejorar su status, jovencillos vírgenes que querían desatar los oscuros deseos de alguna damisela con la que experimentar. Ya sabes...- paró de hablar para decir la última palabra con un tono bastante desagradable- humanos.
- ¿Qué me dices del marrón?
- Ese líquido sabe y huele a licántropo de mierda. Pero por un periodo corto de tiempo, te da sus facultades para oler y escuchar con gran precisión. De prepara con una raiz amarga y la preparación es muy pestilente. Le añado un poco de regaliz para intentar que sepa algo mejor. Pero sigue oliendo a lobo sudado.
- ¿Y aquel rojo que usaste para reponerte después de la guerra de los humanos? Cuándo ese salvaje te golpeó...
Zana sonrió, recordando esa desagradable anécdota.
- Sí, ese hijo de puta casi me mata, el muy cabrón. Pero... murió desangrado y su sangre no estaba mal... Es la poción de recuperación. A la receta natural le añado un poco de sangre humana. Ya sabes, por si acaso. Aunque debo enseñarte antes el último veneno que he aprendido. Lo llaman Filo Venenoso y se aplica en armas. Al causar una herida, impide que coagule bien. Las sanaciones curarán algo, pero si la víctima sobrevive, se acordará de ti de por vida...
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RECETAS A APRENDER | AEROS | |
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Elixir del Sabueso | [Elixir, Limitado, 1 Uso] Líquido de fuerte y desagradable aroma que, tras beberse, duplica la sensibilidad del oído y el olfato por media hora. | 5 |
Filo Venenoso | [Veneno, Limitado, 1 Uso] Envenena un arma o sus proyectiles para que, cuando causen heridas, inhiban la coagulación. Esto disminuye la efectividad de cualquier intento por sanar la herida a la mitad. | 5 |
Perfume de Freya | [Elixir, Limitado, 2 Usos] Líquido en base a amorttentia de agradable aroma que, al ser usado, incrementará considerablemente el atractivo del personaje para los demás. | 5 |
Poción de Recuperación | [Elixir, Consumible] Consumir este objeto inicia un proceso de recuperación que tarda 8 horas, tras los cuales se remueven daños y afecciones de todo tipo. Esto permite sanar daños en que un master solicite un proceso especial de recuperación (ej: consecuencias de roles). Remueve enfermedades, pero no maldiciones. | 5 |
TOTAL | 20 |
Cohen
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Cohen: Recibes 1 px por uso del mercado, 4 pp en Alquimia y se te restan 20 aeros por aprendizaje de recetas.
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Re: MERCADO de Aerandir
Quedaba una hora para el ocaso cuando Zana le enseñó el más pequeño de sus kits alquímicos.
- Te voy a enseñar un par de técnicas que todo alquimista principiante debe saber. Con la primera de ellas, serás capaz de despertar a cualquier persona que esté dormido o inconsciente. Parará sus hemorragias…
- ¿Y para qué quiero parar yo hemorragias?
- Créeme, puede ser muy útil. Sólo debes aplicar este ungüento. Su olor le despertará y al aplicarlo sobre la herida, hará que la sangre deje de brotar, pero no tiene ningún efecto curativo. Para ello, tendrás que recurrir a las demás.
- Entiendo- dijo Cohen, sin estar demasiado convencido- ¿Cuál era la otra de la que me hablaste?
- Pues… se trata de la descomposición de materiales. Puedes estudiar una superficie y aplicar una mezcla que sea capaz de romperla.
- ¿Todo tipo de material?
Al confirmar Zana con la cabeza, una sonrisa diabólica apareció en la sonrisa de Cohen.
- Creo que por ahora, ya has aprendido suficiente. ¿No crees?
- Sí, espero poner en práctica pronto tus conocimientos. Incluso puedo ayudarte a elaborar algunos elixires, antes de que tengas que partir...
- Te voy a enseñar un par de técnicas que todo alquimista principiante debe saber. Con la primera de ellas, serás capaz de despertar a cualquier persona que esté dormido o inconsciente. Parará sus hemorragias…
- ¿Y para qué quiero parar yo hemorragias?
- Créeme, puede ser muy útil. Sólo debes aplicar este ungüento. Su olor le despertará y al aplicarlo sobre la herida, hará que la sangre deje de brotar, pero no tiene ningún efecto curativo. Para ello, tendrás que recurrir a las demás.
- Entiendo- dijo Cohen, sin estar demasiado convencido- ¿Cuál era la otra de la que me hablaste?
- Pues… se trata de la descomposición de materiales. Puedes estudiar una superficie y aplicar una mezcla que sea capaz de romperla.
- ¿Todo tipo de material?
Al confirmar Zana con la cabeza, una sonrisa diabólica apareció en la sonrisa de Cohen.
- Creo que por ahora, ya has aprendido suficiente. ¿No crees?
- Sí, espero poner en práctica pronto tus conocimientos. Incluso puedo ayudarte a elaborar algunos elixires, antes de que tengas que partir...
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RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Kit Alquímico Inferior | [Limitado, Requiere ser Alquimista, 2 Usos] Set de viales con fórmulas secretas diversas que permiten llevar a cabo una Técnica de Alquimia a nivel Aprendiz. | 5 |
Despertar | [Técnica] Improvisas una mezcla capaz de despertar a alguien inconsciente o dormido. Disminuye hemorragias, pero no sana las heridas. | 10 |
Descomponer | [Técnica] Identificas la composición química de un material y elaboras una mezcla apropiada para debilitarlo hasta romperlo. La descomposición tarda según tu nivel de Alquimia (Aprendiz: 4 minutos, Avanzado: 3 minutos, Experto: 2 minutos, Maestro: 1 minuto). | 10 |
TOTAL | 25 |
Cohen
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Re: MERCADO de Aerandir
Leía la lista y sentía cómo le subían los niveles de abrumación. ¿En qué momento se le ocurrió aprender un nuevo oficio? Y para más colmo, uno tan sacrificado como la curtiduría. -Porque es útil y necesito algo en lo que entretenerme- se respondió suspirando. Entró en la tienda que su maestro le había indicado, donde debía comprar algunos pergaminos y materiales esenciales para aprender el oficio.
El vendedor la miró con una ceja enarcada y paseó los ojos de los pies a la cabeza de Ingela. -¿Segura que eso quiere?- quiso confirmar, observando la lista que le presentaba la muchacha. -Pues sí... si eso dice aquí, entonces lo quiero- respondio algo confundida. ¿Por que le cuestionaba tanto aquel hombre? Pésimo servicio.
De mala gana, el hombre resopló y agarró el papel de Ingela, giró despacio y con una parsimonia que le enervaba, caminó hacia el trasfondo de la tienda. Ingela cerró los ojos y respiró hondo, invocando toda la paciencia que tenía reservada en su cuerpo. Algo le decía que iba a estar allí un rato largo.
El vendedor la miró con una ceja enarcada y paseó los ojos de los pies a la cabeza de Ingela. -¿Segura que eso quiere?- quiso confirmar, observando la lista que le presentaba la muchacha. -Pues sí... si eso dice aquí, entonces lo quiero- respondio algo confundida. ¿Por que le cuestionaba tanto aquel hombre? Pésimo servicio.
De mala gana, el hombre resopló y agarró el papel de Ingela, giró despacio y con una parsimonia que le enervaba, caminó hacia el trasfondo de la tienda. Ingela cerró los ojos y respiró hondo, invocando toda la paciencia que tenía reservada en su cuerpo. Algo le decía que iba a estar allí un rato largo.
RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Kit de Curtiduría Inferior | [Limitado, Requiere ser Curtidor, 2 Usos] Set de cuchillos, agujas, telas y cueros que permiten llevar a cabo una Técnica de Curtiduría a nivel Aprendiz. | 5 |
Reparar | [Técnica] Repara un objeto de Curtiduría de nivel similar o inferior a los que puedes fabricar; o bien repara un objeto mundano que sea coherente (elegir 1 efecto). | 10 |
Alterar Apariencia | [Técnica] Cambia la apariencia de un objeto que tenga sentido modificar con Curtiduría, sin alterar su funcionalidad. Si la modificación es permanente, cuesta 5 aeros y debe hacerse el post en un taller. | 10 |
Bolso del Viajero | [Bolso] Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas. | 5 |
TOTAL | 30 |
Ingela
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Re: MERCADO de Aerandir
No sabía cuánto tiempo llevaba esperando al hombre aquel que atendía tan mal. Bueno, no le extrañó que la tienda a la que la mandara su maestro la llevara un amargado. Seguro se llevaban muy bien ellos dos. Aburrida como estaba, decidió recorrer la tienda, habían objetos allí que despertaban su curiosidad. Las paredes eran las vitrinas donde el tendero mostraba su mercancía, o eso creía la muchacha, que sin cuestionarse si era adecuado o prudente, tomó un látigo que estaba enrollado en un clavo en la pared.
-Yo que tú, dejo eso donde estaba- escuchó que le decía una voz demasiado jovial como para ser del desagradable tendero que aún no regresaba. Ingela dejó el látigo en su lugar y se giró rápidamente para ver a quién le habló. Se encontró de frente con un hombre que claramente no era quien la atendió muchos minutos atrás, más bien una versión joven y rebosante de vida que le regaló una amplia sonrisa de dientes perfectamente acomodados.
-Esteem.. disculpa...- se excusó nerviosa, intimidada por lo guapo que era el joven. -Tranquila, como están colgados sin ninguna advertencia, los clientes asumen que son muestras y los pueden tomar. Algunos sí, otros, como ese látigo, definitivamente deberían tener un cartel de aviso. Está encantado y es bastante desagradable tomarlo sin precauciones- explicó él con una gracia y un carisma que deslumbraban a la chica.
-Yo que tú, dejo eso donde estaba- escuchó que le decía una voz demasiado jovial como para ser del desagradable tendero que aún no regresaba. Ingela dejó el látigo en su lugar y se giró rápidamente para ver a quién le habló. Se encontró de frente con un hombre que claramente no era quien la atendió muchos minutos atrás, más bien una versión joven y rebosante de vida que le regaló una amplia sonrisa de dientes perfectamente acomodados.
-Esteem.. disculpa...- se excusó nerviosa, intimidada por lo guapo que era el joven. -Tranquila, como están colgados sin ninguna advertencia, los clientes asumen que son muestras y los pueden tomar. Algunos sí, otros, como ese látigo, definitivamente deberían tener un cartel de aviso. Está encantado y es bastante desagradable tomarlo sin precauciones- explicó él con una gracia y un carisma que deslumbraban a la chica.
RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Guantes de Ladrón | [Guantes] Elaborados en cuero, poseen pequeñas herramientas ocultas para forzar cerraduras y un dedo de borde afilado, especial para cortar pequeñas correas. | 5 |
Capa Multibolsillos | [Capa] Capa de apariencia sencilla, pero que posee bolsillos ocultos en su lado interno. Discretamente localizados, permiten ocultar objetos pequeños para que pasen desapercibidos. | 5 |
Ropas Arcanas Pobres | [Túnica, Armadura] El diseño puede variar. No puede usarse junto a una Armadura. Posee bolsillos para portar materiales de hechizos. Cuando puedes descansar y rellenar energías (ej: beber) por al menos 30 minutos, recuperas un uso de una habilidad mágica de nivel igual o menor a 2, una vez al día. | 5 |
Ropas Comunes Pobres | No están pensadas para protección en batalla, sino para abrigar y vestir. Al ser de calidad Pobre su estética es deficiente. | 5 |
TOTAL | 20 |
Ingela
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Re: MERCADO de Aerandir
-¿Qué encantamiento tiene?- preguntó con curiosidad y ganas de que él siguiera hablando. Para su fortuna, él salió de detrás del mostrador para acercarse a ella. Era alto, de cabello castaño claro. Sus facciones eran an varoniles que Ingela sintió cómo le flaquearon las rodillas cuando llegó junto a ella. Percibió el aroma a cuero tratado, cálido, especiado, profundo y complejo de describir, pero agradable y embriagador. Él la miró y volió a sonreír -Tiene un encantamiento de electricidad- indicó -Pero quien encantó este látigo no escribió bien la runa, lo que dejó activo el efecto. Si lo tocas en algún lugar fuera del mango con las manos descubiertas, vas a sentir una fuerte descarga- explicó, metiendo las manos en los bolsillos.
Ingela lo miraba embelesada. Era tan obvia que él se dio cuenta y se sonrojó un poco, ¡haciéndolo ver tan adorable! -Soy Renard, mucho gusto- se presentó, inclinando levemente la cabeza. -Yo, Ingela- respondió la rubia quien también se había sonrojado. -¿Trabajas aquí?- le preguntó. -No. Bueno... sí... esta es la tienda de mi padre, soy aprendiz de curtidor y quiero hacerme cargo del taller y esta tienda cuando él ya no pueda- comentó, pasándose una mano por la nuca.
-¡Eh! ¡Chica!- llamó el viejo quien por fin regresó de la bodega. -Aquí está tu pedido, van a ser 70 aeros- señaló, con su agradable anti-carisma-
Ingela lo miraba embelesada. Era tan obvia que él se dio cuenta y se sonrojó un poco, ¡haciéndolo ver tan adorable! -Soy Renard, mucho gusto- se presentó, inclinando levemente la cabeza. -Yo, Ingela- respondió la rubia quien también se había sonrojado. -¿Trabajas aquí?- le preguntó. -No. Bueno... sí... esta es la tienda de mi padre, soy aprendiz de curtidor y quiero hacerme cargo del taller y esta tienda cuando él ya no pueda- comentó, pasándose una mano por la nuca.
-¡Eh! ¡Chica!- llamó el viejo quien por fin regresó de la bodega. -Aquí está tu pedido, van a ser 70 aeros- señaló, con su agradable anti-carisma-
RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Armadura de Fieras Simple | [Armadura Ligera o Media] hecha en base a cuero y posibles refuerzos en malla u otros materiales resistentes (elegir si es medio o ligera al crearla). Se adapta a los cambios de forma, pudiendo seguir en forma de Lobo o Dragón. Es de calidad Pobre. | 5 |
Armadura Media Pobre | [Armadura Media] hecha en base a cuero y refuerzos en malla u otros materiales resistentes, otorga equilibrio entre protección y movilidad. Hace algo de ruido al moverse. De calidad Pobre. | 5 |
Armadura Ligera Pobre | [Armadura Ligera] hecha en base a cuero y tela, otorga una leve protección sin interferir con la movilidad del personaje. | 5 |
Arma Flexible Pobre | [Arma Flexible] hecho de cuero de mala calidad, tales como un látigo o boleadoras, su daño es bajo. | 5 |
TOTAL | 20 |
Ingela
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Re: MERCADO de Aerandir
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Ingela: Recibes 3 px por uso del mercado, 12 pp en Curtiduría y se te restan 70 aeros por aprendizaje de recetas.
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Re: MERCADO de Aerandir
-¡No tengo idea de qué es lo que pasó!- exclamaba la aprendiz de bruja, evidentemente asustada y a punto de llorar. La maestra estiraba la varita con la que canalizaba su éter hacia el objeto, tratando de controlarlo, evitar que siguiera rebotando por toda la sala. Los demás reían, burlándose de la torpeza de la chica. En la clase de Arcanos II aprendían a escribir runas, pero esta chica parecía que no podía trazar una línea recta. A Mina le fastidiaba demasiado su torpeza.
Caminando por el pasillo hacia su siguiente clase, Mina no dejaba de pensar en la tonta de Rhen Loen y su infinita incapacidad de hacer algo bien. ¿Cómo era posible que avanzara todos los años? ¿Cómo lograba sacar las notas suficientes para aprobar? Y lo que más le sorprendía; ¿cómo lograba manenerse viva? No solo le salían mal los hechizos, paracía que tenía como propósito de la vida caerse. Siempre estaba con moretones, raspones, vendajes, cabestrillos y muletas. Pero no era por hacer deportes, para nada. Caminando se tropezaba y se esguinzaba la muñeca. ¡Qué fastidio de persona!
A la hora del almuerzo, la aspirante a ilusionista estaba sentada en la mesa de siempre junto a su grupito de amigas, quienes cotorreaban como siempre. Mina en cambio, estaba callada, observando a Rhen a través de la ventana, sentada bajo un árbol del patio, comiendo sola como de costumbre. -Creo que hay que ayudarla- informó a sus amigas quienes quedaron en completo silencio y la miraron atónitas. -¿A quién?- pregunto Sole. -A Rhen- respondió con seguridad. -¿A la Loen? ¿Pero por qué? Es una perdedora, un desperdicio de éter- comentó Whilla con un tono despectivo.
Mina y Sole la miraron con molestia -¿Qué? No es como si ustedes no pensaran igual. Yo solo lo dije en voz alta- se justificó, cruzando los brazos. Sole resopló con desaprobación y Mina la miró con seriedad -Es que no tolero más tanta ineptitud junta en una sola persona. Al principio fue chistoso, luego molesto, pasó a irritante, también despectivo pero ahora... me preocupa- explicó, mientras se acomodaba un mechón de cabello tras la oreja.
-Mina, no mientas, algo debes querer... no eres de las que se preocupa por la gente- señaló Sole y una mueca burlona se dibujó en su rostro. -Me preocupa que se vuelva peligrosa para los demás, para mísobre todo, comparto casi todas las clases con ella. Hoy su hechizo mal hecho casi me golpea en la cara. No quiero pasar los últimos años en el Hekshold esquivando sus errores- dijo -Ella no me preocupa en lo más mínimo. Si su estupidez solo la afectara a ella, pasaría de largo. Pero no, me afecta. Así que sí, Sole, tienes razón, quiero algo a cambio: sobrevivir los próximos dos años- aclaró. Recogió sus cosas y se levantó, fue directamente a la biblioteca y rentó el libro con los hechizos más básicos de alquimia.
Llegó al árbol donde almorzaba Rhen y le tiró el libro en frente. La chica alzó la mirada lentamente, asustada. -Deja esa zanahoria y abre el libro, vas a aprender a hacer bien los hechizos o ambas moriremos en el intento- anunció, mirándola con desagrado.
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Caminando por el pasillo hacia su siguiente clase, Mina no dejaba de pensar en la tonta de Rhen Loen y su infinita incapacidad de hacer algo bien. ¿Cómo era posible que avanzara todos los años? ¿Cómo lograba sacar las notas suficientes para aprobar? Y lo que más le sorprendía; ¿cómo lograba manenerse viva? No solo le salían mal los hechizos, paracía que tenía como propósito de la vida caerse. Siempre estaba con moretones, raspones, vendajes, cabestrillos y muletas. Pero no era por hacer deportes, para nada. Caminando se tropezaba y se esguinzaba la muñeca. ¡Qué fastidio de persona!
A la hora del almuerzo, la aspirante a ilusionista estaba sentada en la mesa de siempre junto a su grupito de amigas, quienes cotorreaban como siempre. Mina en cambio, estaba callada, observando a Rhen a través de la ventana, sentada bajo un árbol del patio, comiendo sola como de costumbre. -Creo que hay que ayudarla- informó a sus amigas quienes quedaron en completo silencio y la miraron atónitas. -¿A quién?- pregunto Sole. -A Rhen- respondió con seguridad. -¿A la Loen? ¿Pero por qué? Es una perdedora, un desperdicio de éter- comentó Whilla con un tono despectivo.
Mina y Sole la miraron con molestia -¿Qué? No es como si ustedes no pensaran igual. Yo solo lo dije en voz alta- se justificó, cruzando los brazos. Sole resopló con desaprobación y Mina la miró con seriedad -Es que no tolero más tanta ineptitud junta en una sola persona. Al principio fue chistoso, luego molesto, pasó a irritante, también despectivo pero ahora... me preocupa- explicó, mientras se acomodaba un mechón de cabello tras la oreja.
-Mina, no mientas, algo debes querer... no eres de las que se preocupa por la gente- señaló Sole y una mueca burlona se dibujó en su rostro. -Me preocupa que se vuelva peligrosa para los demás, para mísobre todo, comparto casi todas las clases con ella. Hoy su hechizo mal hecho casi me golpea en la cara. No quiero pasar los últimos años en el Hekshold esquivando sus errores- dijo -Ella no me preocupa en lo más mínimo. Si su estupidez solo la afectara a ella, pasaría de largo. Pero no, me afecta. Así que sí, Sole, tienes razón, quiero algo a cambio: sobrevivir los próximos dos años- aclaró. Recogió sus cosas y se levantó, fue directamente a la biblioteca y rentó el libro con los hechizos más básicos de alquimia.
Llegó al árbol donde almorzaba Rhen y le tiró el libro en frente. La chica alzó la mirada lentamente, asustada. -Deja esa zanahoria y abre el libro, vas a aprender a hacer bien los hechizos o ambas moriremos en el intento- anunció, mirándola con desagrado.
RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Elixir del Sabueso | [Elixir, Limitado, 1 Uso] Líquido de fuerte y desagradable aroma que, tras beberse, duplica la sensibilidad del oído y el olfato por media hora. | 5 |
Perfume de Freya | [Elixir, Limitado, 2 Usos] Líquido en base a amorttentia de agradable aroma que, al ser usado, incrementará considerablemente el atractivo del personaje para los demás. | 5 |
Esencia de Dulces Sueños | [Veneno, Limitado, 1 Uso] Líquido transparente con un suave aroma a Anís. 5 minutos luego de beber al menos 100ml, la persona caerá en un profundo sueño. Golpear al afectado lo despertará. | 5 |
Filo Venenoso | [Veneno, Limitado, 1 Uso] Envenena un arma o sus proyectiles para que, cuando causen heridas, inhiban la coagulación. Esto disminuye la efectividad de cualquier intento por sanar la herida a la mitad. | 5 |
Poción de Estoicismo | [Elixir, Limitado, 2 Usos] Otorga inmunidad ante el dolor e ignorar limitaciones derivadas de heridas (mientras sea razonable). Dura 2 rondas. | 5 |
TOTAL | 25 |
Mina Harker
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Re: MERCADO de Aerandir
habían pasado varias semanas desde que Mina había decidido enseñar a Rhen Loen. En ese periodo, repasando el libro básico, había recordado y perfeccionado varios hechizos y técnicas, lo cual estaba genial. Lo malo era que su pupila no avanzaba, al contrario, parecía empeorar.
-Esto es frustrante, Rhen... hace cinco minutos me dijiste la cantidad exacta de amortentia que se necesita para esta pócima, ¿y ahora no lo recuerdas?- se quejó Mina masajeándose las sienes, sintiendo cómo la paciencia se le agotaba. -L-lo si-siento... e-es qu-que... ya lo olvidé- se excusó la la chica, avergonzada y un poquito atemorizada. Una sombra negra crecía al rededor de Mina y era bastante visible. Rhen sabía que Mina era de las estudiantes más hábiles y que su ayuda era invaluable.
Mina se levantó de la silla, necesitaba estirar las piernas. -Rhen, ¿hay algo que puedas hacer bien?- le preguntó, con un dejo de desprecio. La chica bajó la mirada y pensó. -Co-cocinar- respondió con timidez. Mina la miró estrañada y sorprendida. -¿Cocinar? ¿Tú?- preguntó casi retóricamente. -Sí- respondió ella y el rostro se le iluminó -Cocino para mis familiares a menudo y ellos lo disfrutan mucho- añadió y sus ojos brillaban. Mina estaba atónita -¿Y no has envenenado o intoxicado a nadie?- quiso saber.
Más tarde, en la cocina de la casa de Rhen, Mina miraba con desconfianza el plato que tenía en frente. Era un potaje enjundioso que despedía un aroma maravilloso. Si no hubiese visto a Rhen cocinarlo, no creería que lo había hecho ella. Suspiró. Se aseguró de tener una poción de salud a mano, por si acaso. Suspiró de nuevo.
Agarró la cuchara, decidida a comprobar si Rhen tenía un talento, que podía hacer algo bien. Tomó un poco y se lo llevó a la boca. Comió. Sus ojos rasgados se abrieron redondos como platos. -¡Rhen! ¡Esto está bueno! ¡De verdad está bueno!- exclamó contenta la cuasi ilusionista. Asombrada, terminó el plato en un santiamén. Estaba tan bien hecho, que no sintió el leve aroma a anís. Al cabo de unos minutos, sintió mucho sueño, tanto que no pudo evitar quedarse dormida. Lo último que vio, fue a Rhen Loen reír, fuertes y psicopáticas carcajadas.
-Esto es frustrante, Rhen... hace cinco minutos me dijiste la cantidad exacta de amortentia que se necesita para esta pócima, ¿y ahora no lo recuerdas?- se quejó Mina masajeándose las sienes, sintiendo cómo la paciencia se le agotaba. -L-lo si-siento... e-es qu-que... ya lo olvidé- se excusó la la chica, avergonzada y un poquito atemorizada. Una sombra negra crecía al rededor de Mina y era bastante visible. Rhen sabía que Mina era de las estudiantes más hábiles y que su ayuda era invaluable.
Mina se levantó de la silla, necesitaba estirar las piernas. -Rhen, ¿hay algo que puedas hacer bien?- le preguntó, con un dejo de desprecio. La chica bajó la mirada y pensó. -Co-cocinar- respondió con timidez. Mina la miró estrañada y sorprendida. -¿Cocinar? ¿Tú?- preguntó casi retóricamente. -Sí- respondió ella y el rostro se le iluminó -Cocino para mis familiares a menudo y ellos lo disfrutan mucho- añadió y sus ojos brillaban. Mina estaba atónita -¿Y no has envenenado o intoxicado a nadie?- quiso saber.
Más tarde, en la cocina de la casa de Rhen, Mina miraba con desconfianza el plato que tenía en frente. Era un potaje enjundioso que despedía un aroma maravilloso. Si no hubiese visto a Rhen cocinarlo, no creería que lo había hecho ella. Suspiró. Se aseguró de tener una poción de salud a mano, por si acaso. Suspiró de nuevo.
Agarró la cuchara, decidida a comprobar si Rhen tenía un talento, que podía hacer algo bien. Tomó un poco y se lo llevó a la boca. Comió. Sus ojos rasgados se abrieron redondos como platos. -¡Rhen! ¡Esto está bueno! ¡De verdad está bueno!- exclamó contenta la cuasi ilusionista. Asombrada, terminó el plato en un santiamén. Estaba tan bien hecho, que no sintió el leve aroma a anís. Al cabo de unos minutos, sintió mucho sueño, tanto que no pudo evitar quedarse dormida. Lo último que vio, fue a Rhen Loen reír, fuertes y psicopáticas carcajadas.
RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Poción de Salud Diluida | [Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana las heridas leves en pocos segundos. | 5 |
Poción de Recuperación | [Elixir, Consumible] Consumir este objeto inicia un proceso de recuperación que tarda 8 horas, tras los cuales se remueven daños y afecciones de todo tipo. Esto permite sanar daños en que un master solicite un proceso especial de recuperación (ej: consecuencias de roles). Remueve enfermedades, pero no maldiciones. | 5 |
Descomponer | [Técnica] Identificas la composición química de un material y elaboras una mezcla apropiada para debilitarlo hasta romperlo. La descomposición tarda según tu nivel de Alquimia (Aprendiz: 4 minutos, Avanzado: 3 minutos, Experto: 2 minutos, Maestro: 1 minuto). | 10 |
Despertar | [Técnica] Improvisas una mezcla capaz de despertar a alguien inconsciente o dormido. Disminuye hemorragias, pero no sana las heridas. | 10 |
Kit Alquímico Inferior | [Limitado, Requiere ser Alquimista, 2 Usos] Set de viales con fórmulas secretas diversas que permiten llevar a cabo una Técnica de Alquimia a nivel Aprendiz. | 5 |
TOTAL | 35 |
Mina Harker
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Re: MERCADO de Aerandir
Eberus venía planteándose crear un taller de alquimia desde su viaje a Lunargenta. Aún no tenía claro ni si quiera cómo empezar en el mundillo, pero decidió ir al mercado de Beltrexus para encontrar a alguien que le pudiera enseñar a cambio de unos cuantos aeros.
Tras preguntar a varios de los comerciantes allí presentes, le terminaron recomendando un lugar en el que seguro que le atendían bien. Supuestamente siempre estaban dispuestos a ayudar a los novatos. A Eberus no le hacía mucha gracia sentirse el más novato de la plaza, por lo que a medida que aquellos comerciantes le iban tratando de manera condescendiente (o al menos así lo percibía él) su actitud y su expresión arisca se iba acentuando.
En el momento en que llegó a dicho lugar para pedir las recetas, no se mostró demasiado agradable. - Aquí tiene sus recetas, buen señor. ¡Que le mejore el día! - le dijo a Eberus el simpático comerciante que había detectado cierta infelicidad, por así decirlo, en el rostro del brujo. - ¿Que me mejore el día? ¡Mi día está perfecto! Que no se piense que por yo no tener ni idea de alquimia va a ser más listo o más válido que yo, ¡leche! - penso para sí después de darle los correspondientes aeros al inocente comerciante con unos ligeros aires de superioridad y desprecio.
Tras preguntar a varios de los comerciantes allí presentes, le terminaron recomendando un lugar en el que seguro que le atendían bien. Supuestamente siempre estaban dispuestos a ayudar a los novatos. A Eberus no le hacía mucha gracia sentirse el más novato de la plaza, por lo que a medida que aquellos comerciantes le iban tratando de manera condescendiente (o al menos así lo percibía él) su actitud y su expresión arisca se iba acentuando.
En el momento en que llegó a dicho lugar para pedir las recetas, no se mostró demasiado agradable. - Aquí tiene sus recetas, buen señor. ¡Que le mejore el día! - le dijo a Eberus el simpático comerciante que había detectado cierta infelicidad, por así decirlo, en el rostro del brujo. - ¿Que me mejore el día? ¡Mi día está perfecto! Que no se piense que por yo no tener ni idea de alquimia va a ser más listo o más válido que yo, ¡leche! - penso para sí después de darle los correspondientes aeros al inocente comerciante con unos ligeros aires de superioridad y desprecio.
RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Esencia de Dulces Sueños | [Veneno, Limitado, 1 Uso] Líquido transparente con un suave aroma a Anís. 5 minutos luego de beber al menos 100ml, la persona caerá en un profundo sueño. Golpear al afectado lo despertará. | 5 |
Filo Venenoso | [Veneno, Limitado, 1 Uso] Envenena un arma o sus proyectiles para que, cuando causen heridas, inhiban la coagulación. Esto disminuye la efectividad de cualquier intento por sanar la herida a la mitad. | 5 |
TOTAL | 10 |
Eberus
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Re: MERCADO de Aerandir
—Hey, Elian, ¿verdad?
Elian dejó a un lado el escudo en el que estaba trabajando y saludó al muchacho que caminaba hacia él.
—Así es, ¿en qué puedo ayudarte? —le dijo.
El joven tomó la honda que colgaba de su cinturón y se la ofreció. Elian la tomó evaluando el trabajo. Era una pieza funcional, un trabajo bien hecho. El muchacho siguió hablando:
—Me estaba preguntando si sería posible mejorarla para disparar más lejos.
—¿Más lejos?
El chico asintió y Elian se agachó en busca de una piedra adecuada para lanzar. Cuando encontró una que le gustó, preparó el arma, apuntó a un murete en la distancia y disparó. La piedra se desvió un tanto del lugar al que había apuntado, cosa que no le sorprendió, pero voló a una distancia más que aceptable antes de caer al suelo.
—A mí me parece que va bastante bien —dijo Elian.
—Sí, bueno, no es que sea una mala honda —dijo el chico. Luego echó una mirada alrededor y se acercó un poco más al Elfo antes de retomar su explicación en voz más baja—: Verás, en realidad, tengo muy buena puntería, pero, bueno, el caso es que no se me da muy bien eso de caminar en silencio por el bosque, ¿sabes? Y me da muchísima rabia que se me escapen los conejos en el último momento por una maldita ramita seca.
—Ya veo —dijo Elian y sonrió ante el desafío—. Deja que le dé unas cuantas vueltas, quizá sea capaz de hacer algo.
Había estado haciendo pruebas para mejorar la flexibilidad y resistencia del cuero y lo que servía para grandes piezas bien podía valer para tiras estrechas. Le llevó varios intentos pero, finalmente, dio con una fórmula que le hizo enorgullecerse de su trabajo. Se sentía preparado para acometer obras más complejas.
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Elian dejó a un lado el escudo en el que estaba trabajando y saludó al muchacho que caminaba hacia él.
—Así es, ¿en qué puedo ayudarte? —le dijo.
El joven tomó la honda que colgaba de su cinturón y se la ofreció. Elian la tomó evaluando el trabajo. Era una pieza funcional, un trabajo bien hecho. El muchacho siguió hablando:
—Me estaba preguntando si sería posible mejorarla para disparar más lejos.
—¿Más lejos?
El chico asintió y Elian se agachó en busca de una piedra adecuada para lanzar. Cuando encontró una que le gustó, preparó el arma, apuntó a un murete en la distancia y disparó. La piedra se desvió un tanto del lugar al que había apuntado, cosa que no le sorprendió, pero voló a una distancia más que aceptable antes de caer al suelo.
—A mí me parece que va bastante bien —dijo Elian.
—Sí, bueno, no es que sea una mala honda —dijo el chico. Luego echó una mirada alrededor y se acercó un poco más al Elfo antes de retomar su explicación en voz más baja—: Verás, en realidad, tengo muy buena puntería, pero, bueno, el caso es que no se me da muy bien eso de caminar en silencio por el bosque, ¿sabes? Y me da muchísima rabia que se me escapen los conejos en el último momento por una maldita ramita seca.
—Ya veo —dijo Elian y sonrió ante el desafío—. Deja que le dé unas cuantas vueltas, quizá sea capaz de hacer algo.
Había estado haciendo pruebas para mejorar la flexibilidad y resistencia del cuero y lo que servía para grandes piezas bien podía valer para tiras estrechas. Le llevó varios intentos pero, finalmente, dio con una fórmula que le hizo enorgullecerse de su trabajo. Se sentía preparado para acometer obras más complejas.
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RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Arma Flexible Superior | [Arma Flexible] como un látigo o boleadoras. Hecha de extraños cueros de calidad Superior. Posee la propiedad de extender su largo hasta en 2 metros cuando es necesario. | 30 |
TOTAL | 30 |
Elian
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Re: MERCADO de Aerandir
Dundarak. 20 años atrás
La pequeña Merax corría por las gélidas calles cubierta de cabo a rabo con un voluminoso abrigo. Feliz y risueña se dirigía con sus materiales camino hacia donde su mentor la esperaba. Hacía semanas que añoraba ese momento y no veía la hora de poder expandir su conocimiento en basto mundo de la magia arcana. Diaval, era el mejor arcanista de la zona, un dragón anciano en donde el cuál el señor Balerion vio la oportunidad de explotar los dotes de su hija.
- Bienvenida. Tu debes ser la pequeña Balerion. - sonó una voz anciana, cansada por los años pero al mismo tiempo cálida, paternal, serena - nada que ver al modo hosco que solía hablar su padre- , como si el mundo fuese a su ritmo. Era un hombre que seguramente en sus tiempos de juventud fue alto, pues a pesar de estar encorvado fácilmente podía llegar a los dos metros con la espalda bien erguida.
Merax, que para esa entonces se consideraba alta para su edad abrió los ojos con asombro inclinando un poco la cabeza para observar al sujeto que la recibía una vez abrió aquella puerta. Llevaba túnicas abrigadas en tonos oscuros que hacían el contraste perfecto con su blanca y platinada barba, su cabello, igual de liso de que su barba caía largo por detrás camuflado por una piel de pelusa blanca. Llevaba bastón, y con paso lento le indicaba a la pequeña donde sentarse sin borrar la cálida sonrisa de su rostro.
- Es un placer conocerlo, Señor Dragua. - Agregó la niña algo tímida.
- Por favor, dime sólo Diaval, así me llaman mis amigos.- Agregó, viendo como los ojos de la pequeña se iluminaban rompiendo así el hielo y los posibles nervios que ella pudiera tener. - Me ha comentado tu padre que tienes ciertos dones que con mi guía podríamos explorar.
- Así es, señ...Diaval. - Soltó una risilla nerviosa. - Mi padre dice que soy un prodigio y que debo ser la esposa perfecta para preservar el honor de nuestra especie. - Agregó como si tales palabras fueran ensayadas. El anciano bufó algunas carcajadas con su mano sobre su amplia panza.
- Bueno... bueno... eso ya lo veremos. Yo me conformo con saber que podré enseñar a una pequeña tan vivaz como tú. Ven, vamos a esa mesa, allí tengo todos los libros y materiales que usaremos. - Señaló al fondo donde el fuego de la chimenea, una tetera humeante, panecillos, una montaña de libros y algunos materiales más esperaban en la amplia mesa donde se ubicaban dos bancos. - Entonces... tu primera lección será... que se haga la luz...
- Gaisma - Pronunció la chica. Y así fue como tras alrededor de dos semanas, entre libros, ensayo y práctica, y muchos panecillos de jengibre. Merax había logrado encantar su primer objeto. Eso, sólo había sido el principio.
Impresionado, Diaval, tras ver como ya era capaz de dominar aquello. Decidió subir un poco más la dificultad. Una montaña más de libros y esta vez.
- Bueno, sabrás que somos dragones, pero perder la ropa cada que queremos imponernos puede ser tedioso para nuestro bolsillo. Quizás este te sirva. Lo llamamos pudor y te ayudará a conservar la ropa y no venir como nos trajeron al mundo. - Explicaba su mentor. -
- Pero no me importa estar como vine al mundo... todos tenemos las mismas cosas. - Agregó la chica despreocupada con demasiada inocencia en sus palabras logrando que el anciano se palmeara la frente en un sonrojo. -
- Aún así... no querrás romper tu ropa , cierto... como sea para eso sirve. Y si por alguna razón no te funciona tengo algo que te ayudará a localizar cualquier cosa, como ropa, que ocupes. - Agregó tratando de conservar la compostura ante las barbaridades que podía decir su pupila.
Nuevamente, la constancia, guía y entusiasmo de Meraxes lograron que en poco menos de un mes dominara ambos encantamientos de forma bastante decente. Tal vez eso le daría algún futuro económico estable si realmente se dedicaba plenamente a ser una arcana.
Fascinado, Diaval, con su mismo método y sin faltar los panecillos y el té, agregó dos nuevos retos a la chica que esperaba como nunca seguir absorbiendo ese conocimiento.
- Este, espero que nunca debas usarlo, pero aún así como dice un viejo dicho: Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Es un encantamiento bastante común, pero peligroso para aquellos que viven en el mundo de la oscuridad, aunque sí... tal vez te sirva para ocultarte de tus perseguidores siempre que permanezcas silente y en un sitio donde las sombras sean muy densas. - Explicó el maestro con su enigmático tono que no hacía sino incentivar a la chica a conocer el método. - Además, este seguro te servirá, sé muy bien que sueles escabullirte a nadar y hay animales que sin razón alguna pueden ser hostiles por su naturaleza, el norte es salvaje. - Agregó finalmente.
Tras mostrarle cómo hacerlo y lo que requería, lo demás fue sencillo. Meraxes, lo sorprendía, hacía año que no tenía una aprendiz como ella y esperaba que cuando fuese una mujer hecha y derecha supiera aprovechar estas enseñanzas...
- Bienvenida. Tu debes ser la pequeña Balerion. - sonó una voz anciana, cansada por los años pero al mismo tiempo cálida, paternal, serena - nada que ver al modo hosco que solía hablar su padre- , como si el mundo fuese a su ritmo. Era un hombre que seguramente en sus tiempos de juventud fue alto, pues a pesar de estar encorvado fácilmente podía llegar a los dos metros con la espalda bien erguida.
Merax, que para esa entonces se consideraba alta para su edad abrió los ojos con asombro inclinando un poco la cabeza para observar al sujeto que la recibía una vez abrió aquella puerta. Llevaba túnicas abrigadas en tonos oscuros que hacían el contraste perfecto con su blanca y platinada barba, su cabello, igual de liso de que su barba caía largo por detrás camuflado por una piel de pelusa blanca. Llevaba bastón, y con paso lento le indicaba a la pequeña donde sentarse sin borrar la cálida sonrisa de su rostro.
- Es un placer conocerlo, Señor Dragua. - Agregó la niña algo tímida.
- Por favor, dime sólo Diaval, así me llaman mis amigos.- Agregó, viendo como los ojos de la pequeña se iluminaban rompiendo así el hielo y los posibles nervios que ella pudiera tener. - Me ha comentado tu padre que tienes ciertos dones que con mi guía podríamos explorar.
- Así es, señ...Diaval. - Soltó una risilla nerviosa. - Mi padre dice que soy un prodigio y que debo ser la esposa perfecta para preservar el honor de nuestra especie. - Agregó como si tales palabras fueran ensayadas. El anciano bufó algunas carcajadas con su mano sobre su amplia panza.
- Bueno... bueno... eso ya lo veremos. Yo me conformo con saber que podré enseñar a una pequeña tan vivaz como tú. Ven, vamos a esa mesa, allí tengo todos los libros y materiales que usaremos. - Señaló al fondo donde el fuego de la chimenea, una tetera humeante, panecillos, una montaña de libros y algunos materiales más esperaban en la amplia mesa donde se ubicaban dos bancos. - Entonces... tu primera lección será... que se haga la luz...
- Diaval Dragua:
***
- Gaisma - Pronunció la chica. Y así fue como tras alrededor de dos semanas, entre libros, ensayo y práctica, y muchos panecillos de jengibre. Merax había logrado encantar su primer objeto. Eso, sólo había sido el principio.
Impresionado, Diaval, tras ver como ya era capaz de dominar aquello. Decidió subir un poco más la dificultad. Una montaña más de libros y esta vez.
- Bueno, sabrás que somos dragones, pero perder la ropa cada que queremos imponernos puede ser tedioso para nuestro bolsillo. Quizás este te sirva. Lo llamamos pudor y te ayudará a conservar la ropa y no venir como nos trajeron al mundo. - Explicaba su mentor. -
- Pero no me importa estar como vine al mundo... todos tenemos las mismas cosas. - Agregó la chica despreocupada con demasiada inocencia en sus palabras logrando que el anciano se palmeara la frente en un sonrojo. -
- Aún así... no querrás romper tu ropa , cierto... como sea para eso sirve. Y si por alguna razón no te funciona tengo algo que te ayudará a localizar cualquier cosa, como ropa, que ocupes. - Agregó tratando de conservar la compostura ante las barbaridades que podía decir su pupila.
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Nuevamente, la constancia, guía y entusiasmo de Meraxes lograron que en poco menos de un mes dominara ambos encantamientos de forma bastante decente. Tal vez eso le daría algún futuro económico estable si realmente se dedicaba plenamente a ser una arcana.
Fascinado, Diaval, con su mismo método y sin faltar los panecillos y el té, agregó dos nuevos retos a la chica que esperaba como nunca seguir absorbiendo ese conocimiento.
- Este, espero que nunca debas usarlo, pero aún así como dice un viejo dicho: Un gran poder conlleva una gran responsabilidad. Es un encantamiento bastante común, pero peligroso para aquellos que viven en el mundo de la oscuridad, aunque sí... tal vez te sirva para ocultarte de tus perseguidores siempre que permanezcas silente y en un sitio donde las sombras sean muy densas. - Explicó el maestro con su enigmático tono que no hacía sino incentivar a la chica a conocer el método. - Además, este seguro te servirá, sé muy bien que sueles escabullirte a nadar y hay animales que sin razón alguna pueden ser hostiles por su naturaleza, el norte es salvaje. - Agregó finalmente.
Tras mostrarle cómo hacerlo y lo que requería, lo demás fue sencillo. Meraxes, lo sorprendía, hacía año que no tenía una aprendiz como ella y esperaba que cuando fuese una mujer hecha y derecha supiera aprovechar estas enseñanzas...
Continuará...
RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Fuente de Luz | [Encantamiento] El objeto encantado emitirá luz o dejará de hacerlo según una orden verbal de su portador. Esta luz ilumina un radio de 30 metros. | 5 |
Pudor | [Encantamiento]: Cuando el portador del objeto se transforme, todo su equipamiento lo hará consigo, desapareciendo hasta que vuelva a forma humana. No cuenta para el límite de encantamientos por personaje. | 5 |
Runa de Localización | [Encantamiento]: El dueño del objeto encantado puede concentrarse durante 2 minutos para saber su ubicación. Mientras más distancia, menos precisa es la información. Si el dueño ya posee un objeto con este encantamiento al momento de encantar, el anterior se removerá. No cuenta para el límite de encantamientos. | 5 |
Runa de Sombras | [Encantamiento de Armadura]: Mientras el portador esté en un lugar oscuro, no será posible verle si está a más de 2 metros, ni siquiera con habilidades para ver en la oscuridad. | 5 |
Runa de Armonía Natural | [Encantamiento]: Los animales y criaturas salvajes evitarán atacar al portador, a excepción que éste tome una acción hostil en su contra. | 5 |
TOTAL | 25 |
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Re: MERCADO de Aerandir
Capítulo II: El trabajo duro vence al talento flojo.
Dundarak. 20 años atrás...
Dundarak. 20 años atrás...
Diaval no podía sentirse mas orgulloso de tener a una estudiante como Meraxes, la chica era una especie de esponja capaz de absorber todo el conocimiento que él tenía para ofrecerle. Luego de haber aprendido varias técnicas básicas, se tomo su tiempo en procurar que las perfeccionara antes de pasar a lo que pensaba era la segunda parte de esta primera etapa. Si ella era capaz de superar esto, significaría que estaba más que capacita de aprender formulas más avanzadas.
Fue así como una de esas mañanas frías, tan características de la zona, donde la nieve caía suavemente dejando su capa blanca en el suelo. El mentor le jugaría una pequeña broma a la chica en su llegada. Allí estaba él parado tranquilamente en pantalones cortos y una camiseta, nada que ver con su aspecto habitual cubierto de pieles.
Merax, como todas las mañana desde que había iniciado sus lecciones, llegaba puntual y rozagante a sus clases. Se detuvo en seco, tirando los libros que llevaba consigo en una crisis de pánico al ver a su maestro tan descubierto en un día como ese. Por su cabeza pasaron las mil y un cosas, supuso que estaba enfermo. - ¡Maestro Diaval! ¿Qué hace así afuera? Se va a resfriar, vamos entremos por algo de té. - La chica, ya dispuesta a jalarlo si era necesario se detuvo al escuchar la sonora risa de su mentor cuya mano se posaba en su estomago ante lo intenso de esta.
- Te engañé ¿O no? - La miraba sonriente, y como por arte de magia sus prendas volvieron a ser las mismas. Había engañado por completo la perspectiva de Merax.
- ¿Pero cómo... ? - La chica aún no salía de su letargo, le tomó unos segundos procesar todo antes de su maestro siguiera hablando.
- Esa será la lección de hoy mi querida Mexi. Aprenderás un encantamiento que será capaz de transformar tu armadura en algo que a simple vista será distinto, una ilusión. Ahora, recoge tus libros, vamos adentro, te has ganado porción doble de panecillos por preocuparte por tu anciano maestro. - Sin más que agregar, así empezó la lección...
Así, pasaron algunas semanas, y, tras mucha practica y constancia era el día de probar aquel peculiar encantamiento. Encantó su armadura de cuero, esa que utilizaba para practicar sus lecciones con armas en casa, tras encantarla imaginó algún vestido veraniego que no tardó en mostrarse en frente de su maestro quien aplaudía satisfecho por el logro desbloqueado.
- ¡Maravilloso! ¡Simplemente maravilloso! - Dijo con una sonrisa en el rostro. - Creo que es momento de comenzar a trabajar con algo que me causa mucha emoción. Ven, sígueme, en esto tendremos que ser meticulosos o podríamos destrozar la casa. Por eso iremos afuera... Recoge esos pinceles y toma varios pergaminos. - Explicaba señalando todo lo que necesitarían al tiempo que salían al patio trasero.
Sacando un pergamino de su bolsillo lo llevo al borde más cercano, cuya vista daba hacia un terreno baldío compuesto por una capa sólida de hielo. - Esto de aquí es muy peligroso pequeña Mex. Recuerda que no debe ser usado para beneficio propio a menos que tu vida dependa de ello, como siempre te digo : Un gran poder conlleva...
- ...a una gran responsabilidad, maestro. - Terminó la chica.
- ¡Eso es! - Asintió satisfecho . - Bien, lo siguiente que verás es una fuerza capaz de causar estragos, con un límite claro está. - Desenrolló el pergamino y tras activarse el mismo era como si un sismo se desatara en aquella área, al no haber nada más que hielo sólo acabó formándose una grieta.
- Nuestra magia, si no nos concentramos bien, puede ser inestable al intentar condensar este poder el pergamino. Es por ello que te he traído fuera para aprender esta técnica. Te aconsejo también que si piensas hacerlo en casa hagas lo mismo, no queremos desatar la ira de tu padre. - Bromeó.
- Tiene razón, Maestro. - Respondió entre risas. - Entonces... es hora de usar la tinta y el pincel. - Dijo finalmente con notable entusiasmo. Se notaba a leguas que disfrutaba de esos momentos donde compartía con su mentor, no se cansaba de aprender de él.
Aquella práctica llevó más tiempo de lo esperado, alrededor de un mes y pocos días más. Canalizar la energía en el papel costó más de lo que Meraxes pudo admitir. Sin embargo el trabajo duro fue un factor clave en este reto que se le presentaba. Y tras varios intentos, y por no decir uno que otro pequeño desorden, logró conseguir plasmar lo deseado en aquel amarillento papel.
Allí estaba la grieta, con algo de más práctica tendría mejor potencia, pero la esencia se encontraba. Diaval, satisfecho con el resultado luego de estar horas fuera, la invitó dentro por una taza de té. Era momento de explicarle una serie de técnicas que le serían útiles a ella, o tal vez no, todo lo depararía el futuro después de todo.
- Estás progresando muy bien. Al ritmo que avanzas pronto no tendré nada que enseñarte. Pero, mientras tanto, hoy aprenderás a cerrar puertas abiertas sin necesidad de una llave. Sólo una palabra que seguro saldrá de tu imaginación. - Explicaba el mentor en la medida que servía algo de té de panecillos. - Siempre que no sea destruida o forzada si se trata de una cerradura barata, no podrá abrirse a menos que tu así lo decidas. Sólo necesitaremos pincel y tintas mágicas, y como siempre de tu formidable constancia. - Culminó, listo para una jornada llena de lecciones, libros, té y muchos panecillos.
- Inclusi sesamae. - Fueron las palabras elegidas por la chica luego de un par de semanas de practica, a diferencia del pergamino, cerrar una puerta fue mucho más sencillo ahora que tenía idea de cómo canalizar bien su magia y más precisión con el pincel.
Desde el otro lado, Diaval trataba de abrir la puerta. - Muy bien, muy bien. - Felicitaba un poco más alto para ser escuchado. - Ahora abre la puerta querida Mex. -
No hubo respuesta... tanta práctica la había dejado agotada y aquella ultima demostración sin fuerza, se había quedado dormida. Fueron las tres horas más largas para Diaval en aquella ocasión...
Tras ese desafortunado, o peculiar episodio de su ultima técnica aprendida, para evitar desmayos indeseados. Diaval aprovechó en entrenar a la chica por un tiempo para crearle resistencia mágica, o al menos que aguantara lo suficiente para no caer desparramada en suelo. Tras esto, le mostró una técnica que sencilla, que le serviría como brújula cuando no llevara una consigo, eso le permitiría conocer la ruta de algún lugar que ella deseara visitar. Conforme iba conociendo a la pequeña algo le decía muy en el fondo que esto le sería útil, claro que no se lo dijo con esas palabras. Para efectos prácticos era una técnica más que podría leer en sus libros de texto.
Tal como pensaba, los días pasaron, y gracias a la resistencia previa adquirida. Para probar el efecto de la técnica, el mentor le vendó los ojos llevándola a las afuera de la ciudad. - Bueno, es hora de volver a casa. Probemos si lo has conseguido. - Le indicó con un gesto de manos que podía proceder.
- Muy bien, maestro. - Segura de sí, tras dibujar las runas correspondientes, el efecto tardó un poco, pero pronto la línea que indicaba el camino a casa de Diaval se dibujaba en el suelo. - Entonces... ¿ Lo logré? - Miró a su mentor con cierta duda dado a que la había dejado en suspenso.
- Wow... sí que sí, pequeña Mexi. - Dijo finalmente impresionado.
Había pasado poco más de medio año desde que Merax llegó a su puerta. No podía creer lo rápido que avanzaba. Tenía una lección especial que enseñarle, una bastante ajena al a elemento a fin de la chica por lo que probablemente tendría dificultades. Contaba con que esa determinación férrea que poseía le ayudara con esta ultima lección antes de pasar al siguiente nivel.
- Mexi, como sabrás soy un dragón de fuego, pero a diferencia de ti, tu espíritu es como el agua, confío en que eso, esa capacidad de adaptarte al entorno como el agua lo hace sea la clave para aprender lo siguiente. Con lo que voy a enseñarte serás capaz de generar un calor muy potente sobre cualquier objeto metálico al que lo apliques. Sé que esto es más asociado a mí naturaleza pero estoy seguro que podrás conseguirlo. - Explicó el viejo dragón.
- Si usted confía en mí para esto , no lo decepcionaré, maestro Diaval. - Asintió con determinación la chica.
Era la respuesta que esperaba, y tras una rigurosa explicación de cómo funcionaba esta técnica así de cómo podría distinguir metales para mejorar la eficacia de la misma, tomó alrededor de dos meses antes de que la chica consiguiera desbloquear este reto. - Vatra. - Con estas palabras el encantamiento estaba listo y el metal elegido ardía con fuerza.
Diaval estaba orgulloso, solo restaba darle un truco más... Ahora podía decir que su pequeña Mexi, que pronto cumpliría sus trece años, era una aprendiz principiante con grandes talentos.
Fue así como una de esas mañanas frías, tan características de la zona, donde la nieve caía suavemente dejando su capa blanca en el suelo. El mentor le jugaría una pequeña broma a la chica en su llegada. Allí estaba él parado tranquilamente en pantalones cortos y una camiseta, nada que ver con su aspecto habitual cubierto de pieles.
Merax, como todas las mañana desde que había iniciado sus lecciones, llegaba puntual y rozagante a sus clases. Se detuvo en seco, tirando los libros que llevaba consigo en una crisis de pánico al ver a su maestro tan descubierto en un día como ese. Por su cabeza pasaron las mil y un cosas, supuso que estaba enfermo. - ¡Maestro Diaval! ¿Qué hace así afuera? Se va a resfriar, vamos entremos por algo de té. - La chica, ya dispuesta a jalarlo si era necesario se detuvo al escuchar la sonora risa de su mentor cuya mano se posaba en su estomago ante lo intenso de esta.
- Te engañé ¿O no? - La miraba sonriente, y como por arte de magia sus prendas volvieron a ser las mismas. Había engañado por completo la perspectiva de Merax.
- ¿Pero cómo... ? - La chica aún no salía de su letargo, le tomó unos segundos procesar todo antes de su maestro siguiera hablando.
- Esa será la lección de hoy mi querida Mexi. Aprenderás un encantamiento que será capaz de transformar tu armadura en algo que a simple vista será distinto, una ilusión. Ahora, recoge tus libros, vamos adentro, te has ganado porción doble de panecillos por preocuparte por tu anciano maestro. - Sin más que agregar, así empezó la lección...
***
Así, pasaron algunas semanas, y, tras mucha practica y constancia era el día de probar aquel peculiar encantamiento. Encantó su armadura de cuero, esa que utilizaba para practicar sus lecciones con armas en casa, tras encantarla imaginó algún vestido veraniego que no tardó en mostrarse en frente de su maestro quien aplaudía satisfecho por el logro desbloqueado.
- ¡Maravilloso! ¡Simplemente maravilloso! - Dijo con una sonrisa en el rostro. - Creo que es momento de comenzar a trabajar con algo que me causa mucha emoción. Ven, sígueme, en esto tendremos que ser meticulosos o podríamos destrozar la casa. Por eso iremos afuera... Recoge esos pinceles y toma varios pergaminos. - Explicaba señalando todo lo que necesitarían al tiempo que salían al patio trasero.
Sacando un pergamino de su bolsillo lo llevo al borde más cercano, cuya vista daba hacia un terreno baldío compuesto por una capa sólida de hielo. - Esto de aquí es muy peligroso pequeña Mex. Recuerda que no debe ser usado para beneficio propio a menos que tu vida dependa de ello, como siempre te digo : Un gran poder conlleva...
- ...a una gran responsabilidad, maestro. - Terminó la chica.
- ¡Eso es! - Asintió satisfecho . - Bien, lo siguiente que verás es una fuerza capaz de causar estragos, con un límite claro está. - Desenrolló el pergamino y tras activarse el mismo era como si un sismo se desatara en aquella área, al no haber nada más que hielo sólo acabó formándose una grieta.
- Nuestra magia, si no nos concentramos bien, puede ser inestable al intentar condensar este poder el pergamino. Es por ello que te he traído fuera para aprender esta técnica. Te aconsejo también que si piensas hacerlo en casa hagas lo mismo, no queremos desatar la ira de tu padre. - Bromeó.
- Tiene razón, Maestro. - Respondió entre risas. - Entonces... es hora de usar la tinta y el pincel. - Dijo finalmente con notable entusiasmo. Se notaba a leguas que disfrutaba de esos momentos donde compartía con su mentor, no se cansaba de aprender de él.
***
Aquella práctica llevó más tiempo de lo esperado, alrededor de un mes y pocos días más. Canalizar la energía en el papel costó más de lo que Meraxes pudo admitir. Sin embargo el trabajo duro fue un factor clave en este reto que se le presentaba. Y tras varios intentos, y por no decir uno que otro pequeño desorden, logró conseguir plasmar lo deseado en aquel amarillento papel.
Allí estaba la grieta, con algo de más práctica tendría mejor potencia, pero la esencia se encontraba. Diaval, satisfecho con el resultado luego de estar horas fuera, la invitó dentro por una taza de té. Era momento de explicarle una serie de técnicas que le serían útiles a ella, o tal vez no, todo lo depararía el futuro después de todo.
- Estás progresando muy bien. Al ritmo que avanzas pronto no tendré nada que enseñarte. Pero, mientras tanto, hoy aprenderás a cerrar puertas abiertas sin necesidad de una llave. Sólo una palabra que seguro saldrá de tu imaginación. - Explicaba el mentor en la medida que servía algo de té de panecillos. - Siempre que no sea destruida o forzada si se trata de una cerradura barata, no podrá abrirse a menos que tu así lo decidas. Sólo necesitaremos pincel y tintas mágicas, y como siempre de tu formidable constancia. - Culminó, listo para una jornada llena de lecciones, libros, té y muchos panecillos.
***
- Inclusi sesamae. - Fueron las palabras elegidas por la chica luego de un par de semanas de practica, a diferencia del pergamino, cerrar una puerta fue mucho más sencillo ahora que tenía idea de cómo canalizar bien su magia y más precisión con el pincel.
Desde el otro lado, Diaval trataba de abrir la puerta. - Muy bien, muy bien. - Felicitaba un poco más alto para ser escuchado. - Ahora abre la puerta querida Mex. -
No hubo respuesta... tanta práctica la había dejado agotada y aquella ultima demostración sin fuerza, se había quedado dormida. Fueron las tres horas más largas para Diaval en aquella ocasión...
***
Tras ese desafortunado, o peculiar episodio de su ultima técnica aprendida, para evitar desmayos indeseados. Diaval aprovechó en entrenar a la chica por un tiempo para crearle resistencia mágica, o al menos que aguantara lo suficiente para no caer desparramada en suelo. Tras esto, le mostró una técnica que sencilla, que le serviría como brújula cuando no llevara una consigo, eso le permitiría conocer la ruta de algún lugar que ella deseara visitar. Conforme iba conociendo a la pequeña algo le decía muy en el fondo que esto le sería útil, claro que no se lo dijo con esas palabras. Para efectos prácticos era una técnica más que podría leer en sus libros de texto.
Tal como pensaba, los días pasaron, y gracias a la resistencia previa adquirida. Para probar el efecto de la técnica, el mentor le vendó los ojos llevándola a las afuera de la ciudad. - Bueno, es hora de volver a casa. Probemos si lo has conseguido. - Le indicó con un gesto de manos que podía proceder.
- Muy bien, maestro. - Segura de sí, tras dibujar las runas correspondientes, el efecto tardó un poco, pero pronto la línea que indicaba el camino a casa de Diaval se dibujaba en el suelo. - Entonces... ¿ Lo logré? - Miró a su mentor con cierta duda dado a que la había dejado en suspenso.
- Wow... sí que sí, pequeña Mexi. - Dijo finalmente impresionado.
***
Había pasado poco más de medio año desde que Merax llegó a su puerta. No podía creer lo rápido que avanzaba. Tenía una lección especial que enseñarle, una bastante ajena al a elemento a fin de la chica por lo que probablemente tendría dificultades. Contaba con que esa determinación férrea que poseía le ayudara con esta ultima lección antes de pasar al siguiente nivel.
- Mexi, como sabrás soy un dragón de fuego, pero a diferencia de ti, tu espíritu es como el agua, confío en que eso, esa capacidad de adaptarte al entorno como el agua lo hace sea la clave para aprender lo siguiente. Con lo que voy a enseñarte serás capaz de generar un calor muy potente sobre cualquier objeto metálico al que lo apliques. Sé que esto es más asociado a mí naturaleza pero estoy seguro que podrás conseguirlo. - Explicó el viejo dragón.
- Si usted confía en mí para esto , no lo decepcionaré, maestro Diaval. - Asintió con determinación la chica.
Era la respuesta que esperaba, y tras una rigurosa explicación de cómo funcionaba esta técnica así de cómo podría distinguir metales para mejorar la eficacia de la misma, tomó alrededor de dos meses antes de que la chica consiguiera desbloquear este reto. - Vatra. - Con estas palabras el encantamiento estaba listo y el metal elegido ardía con fuerza.
Diaval estaba orgulloso, solo restaba darle un truco más... Ahora podía decir que su pequeña Mexi, que pronto cumpliría sus trece años, era una aprendiz principiante con grandes talentos.
Continuará...
RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Armadura Engañosa | [Encantamiento de Armadura]: La armadura encantada generará una ilusión elegida al encantarla que la hará parecer distinta de lo que en verdad es, pudiendo aparentar ser un conjunto de ropa común o lo que desee el creador (siempre vestimenta o armadura). Esta apariencia puede activarse o desactivarse a voluntad del usuario. | 5 |
Glifo de Fisura | [Pergamino, Limitado, 1 Uso]: Al poner este pergamino sobre una superficie sólida se comenzará a formar una grieta que se irá expandiendo de a poco hasta romper la estructura o alcanzar una extensión de 10 metros. | 5 |
Glifo Cerradura | [Técnica] Al aplicarse sobre una puerta o cerradura abiertas, ésta pasará a estar cerrada mágicamente y sólo se abrirá mediante una palabra que tú decidas al momento de cerrar (puede ser destruida normalmente y la cerradura forzada). | 10 |
Glifo Brújula | [Técnica] Al aplicarse sobre una superficie, la runa se girará hasta apuntar el camino a casa o a un lugar del que se conozca su ubicación general (no necesariamente dirección relativa) y en el que se esté pensando. | 10 |
Trasto Encantado | [Técnica] Al aplicarse a un objeto metálico, éste adquirirá la capacidad de generar calor por sí mismo (alrededor de 300º C) durante 7 días. El efecto puede activarse o desactivarse con una palabra que elijas el encantarlo y tarda 1 minuto en alcanzar el calor máximo. | 10 |
TOTAL | 40 |
Meraxes
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Capítulo III: Esto sólo es el comienzo...
Dundarak. 20 años atrás...
Dundarak. 20 años atrás...
Era increíble lo rápido que le tiempo pasaba, Diaval no podía creer que dentro de poco la chica cumpliría un año bajo su enseñanza. Había aprendido todo lo básico, y por el momento él se enfocaría en pulir al máximo lo aprendido antes de sumergirse en un nuevo nivel. Además, aprovecharía esos tiempos de práctica para enseñarle algo básico pero útil.
Le ensañaría a conseguir la madera de sus pinceles, dónde podría hacer su propia tinta, o saber que bestias y plantas podrían proporcionarla, o al menos distinguir, en caso de que tuviera el dinero suficiente estos materiales is deseaba comprarlo en tiendas. Era un dragón sabio, sabía que Merax era un espíritu libre y todo esto que le enseñaba le serviría en su futuro.
Aquella mañana de lección, la mesa estaba preparada, había grimorios, herbolarios, cuchillos, lijas, hilos, entre otras cosas. De igual modo no podía faltar los ricos pastelillos y una buena taza de té.
Para cuando Meraxes llegó, luego de darle la bienvenida como acostumbraban, la invitó a sentarse.
- Has aprendido muy rápido, Mexi. Cada día que pasa perfeccionas más este don que nuestros ancestros no han brindado. En los próximos días, nos tomaremos algunas horas de practica para hacer algo que seguro te servirá para pensar así como te será de utilidad, pues serás capaz de crear tu propio equipo de tintas, pinceles, pergaminos. - Explicaba con bastante calma.
- ¡Es maravilloso, Maestro Diaval! Admito que que siento apenada cuando por accidente alguno de sus materiales resulta dañado. - Dijo con cierto sonrojo en sus mejillas.
- Ja, ja... Descuida, todo buen maestro sabe que es imposible evitar eso, por eso me distraigo haciendo esto. - Señaló su equipo de trabajo.- Ahora comencemos, iremos paso a paso, luego te llevaré al mercado, allí deberás prestar atención a los materiales que compre. Y, con algo de suerte, en la zona hay ciertos materiales regionales de nuestro frío Dundarak. - Finalizó con cierto misticismo.
Los días pasaron, y luego de mucha información que procesar, yendo de aquí para allá, allí estaba, un kit completo, algo tosco quizás por ser el primero, pero hecho con las propias manos de la pequeña dragona.
- Estoy muy orgulloso de ti, Mexi. - Dijo con una sonrisa llena de jubilo, su pecho se inflaba de orgullo. - A partir de ahora probaremos todo lo aprendido, y lo que está por venir con esto... llegarás muy lejos.
Le ensañaría a conseguir la madera de sus pinceles, dónde podría hacer su propia tinta, o saber que bestias y plantas podrían proporcionarla, o al menos distinguir, en caso de que tuviera el dinero suficiente estos materiales is deseaba comprarlo en tiendas. Era un dragón sabio, sabía que Merax era un espíritu libre y todo esto que le enseñaba le serviría en su futuro.
Aquella mañana de lección, la mesa estaba preparada, había grimorios, herbolarios, cuchillos, lijas, hilos, entre otras cosas. De igual modo no podía faltar los ricos pastelillos y una buena taza de té.
Para cuando Meraxes llegó, luego de darle la bienvenida como acostumbraban, la invitó a sentarse.
- Has aprendido muy rápido, Mexi. Cada día que pasa perfeccionas más este don que nuestros ancestros no han brindado. En los próximos días, nos tomaremos algunas horas de practica para hacer algo que seguro te servirá para pensar así como te será de utilidad, pues serás capaz de crear tu propio equipo de tintas, pinceles, pergaminos. - Explicaba con bastante calma.
- ¡Es maravilloso, Maestro Diaval! Admito que que siento apenada cuando por accidente alguno de sus materiales resulta dañado. - Dijo con cierto sonrojo en sus mejillas.
- Ja, ja... Descuida, todo buen maestro sabe que es imposible evitar eso, por eso me distraigo haciendo esto. - Señaló su equipo de trabajo.- Ahora comencemos, iremos paso a paso, luego te llevaré al mercado, allí deberás prestar atención a los materiales que compre. Y, con algo de suerte, en la zona hay ciertos materiales regionales de nuestro frío Dundarak. - Finalizó con cierto misticismo.
Los días pasaron, y luego de mucha información que procesar, yendo de aquí para allá, allí estaba, un kit completo, algo tosco quizás por ser el primero, pero hecho con las propias manos de la pequeña dragona.
- Estoy muy orgulloso de ti, Mexi. - Dijo con una sonrisa llena de jubilo, su pecho se inflaba de orgullo. - A partir de ahora probaremos todo lo aprendido, y lo que está por venir con esto... llegarás muy lejos.
Continuará...
RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Kit de Arcanos Inferior | [Limitado, 2 Usos] Mediante este kit, compuesto por pinceles y tintas mágicas, puedes usar el efecto de cualquier Técnica de Arcanos de nivel Principiante que conozcas en un rol. Para crear el efecto debes disponer de al menos un minuto sin que nadie te interrumpa. | 5 |
TOTAL | 5 |
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Wolf Works | Carpentry Anthology | Book 1 | Chapter 1
Hace 14 años - Ulmer
Hace poco tiempo que había llegado a Ulmer, no tenía mucho dinero, y por suerte, escuché de algunas personas que un maestro carpintero estaba buscando un trabajador, por lo que no perdí el tiempo y me presenté a dicho lugar. Llegué a dicho lugar, el cual era un taller mucho más austero de lo que me hubiese imaginado. - ¿Qué se te ofrece? - Escuché una voz algo aguda. Me giré y pude observarlo. Era un hombre más o menos como de mi estatura. - Hola, soy Kevius. Escuché que necesitaba a alguien que le ayude en su trabajo. Por lo que me gustaría ofrecerme para dicho trabajo. - Hmm, ¿Y has trabajado antes en esto? - Negué con mi cabeza. - No, pero le prometo que aprendo rápido. - Ya veremos. Soy Thotho Leaffall, y te pondré a prueba.
Quiero que observes atentamente lo que hago. - Aquel hombre se acercó a su mesa de trabajo y comenzó a tallar madera. Me preguntaba lo que haría, pero conforme avanzaba en su trabajo noté que estaba elaborando un arco. Sus manos eran muy diestras, a pesar de lo gruesas que eran, y no tardó mucho en terminarlo y mostrarme que era perfectamente funcional. - Tienes que fabricar un arco como este, ese será tu prueba. - Dicho eso me acerqué a la mesa de trabajo y comencé a tratar de replicar lo que había visto. Debo decir que aquel hombre había realizado aquel trabajo con tal maestría que parecía mucho más fácil de lo que en realidad era. Aquel hombre me miraba atentamente.
Debo admitir que tener la mirada tan concentrada de aquel sujeto me ponía aún más nervioso, pero continuaba trabajando lo mejor que podía. Ese hombre había hecho un arco en cuestión de minutos, y yo llevaba prácticamente hora y media trabajando con esto. Pero luego de un rato más logré terminar lo que se suponía era el primer arco que fabriqué en mi vida. - Listo. - Aquel hombre tomó el arco y comenzó a tensarlo. - Es más resistente de lo que pensé. - Aunque la última vez que lo tensó el arco se rompió. Aquello hizo que me encogiera de hombros. Eso tal vez significaría mi fracaso. - En este taller fabrico al menos 20, o 30 arcos por día de la calidad que hice. No podría vender nunca lo que has hecho. - Agaché la mirada ante aquel comentario. - Pero... - Ese pero hizo que alzara la mirada. - Es el mejor arco que me han hecho en esta semana... Con un poco de práctica lograrás crear arcos simples. Así que estás dentro. - Aquello me hizo sonreír.
Habían pasado ya algunos días que me integré al taller de Thotho. Una vez que conoces a ese hombre de apariencia cascarrabias te das cuenta que es la persona más simpática y amable del mundo. El haberlo conocido me ha ayudado a mitigar la pérdida de Freara y Nifred, así como la traición de mi padre. Una mañana el señor Thotho se acercó a mi con un amplia sonrisa. - Veo que te has vuelto muy bueno fabricando arcos simples. Ya prácticamente fabricas todos los que vendo. Por lo que te vendría bien aprender a hacer otra cosa. - ¿De verdad? Eso suena fantástico. ¿Y ahora que haré? - El hombre se acercó a su mesa de trabajo y me mostró una ballesta. - Si bien un arco es el arma principal de los guerreros a distancia. La ballesta también es un arma importante. - Comprendo.
Thotho me sentó en su silla y comenzó a darme instrucciones, y mientras seguía sus indicaciones comencé a elaborar la que se suponía era mi primera ballesta. Al finalizar. Thotho tomó la ballesta, y luego de mirarla un poco la estrelló con fuerza en uno de los pilares del taller. - ¡Porquería!... - Dicho eso con molestia, de inmediato sonrió. - ¿Por qué hice eso? El fallo con esa ballesta estaba en como montaste los remaches. En el campo de batalla eso hubiese significado que la ballesta se autodestruiría, y que incluso podría herir a su portador. Por favor, se más precavido. - Yo estaba boquiabierto, por lo que asentí levemente aún incrédulo por lo que había visto.
Me puse a fabricar la siguiente ballesta. Siendo más cuidadoso en el ensamble de la misma. Y luego de un rato le mostré la ballesta a Thotho. Este la observó detenidamente y luego de unos segundos de tensión me dedicó una media sonrisa. - Si, de esto estaba hablando. Incluso puedo poner a la venta esta ballesta, aunque a un precio menor al que suelo ponerlas. - Dijo mientras reía, fue al exhibidor y colocó la ballesta.
Llevaba ya dos semanas trabajando allí, y la verdad es que estaba muy contento. Yo era el encargado de crear todos los arcos simples, y también comenzaba a tomar parte en la creación de las ballestas simples. Thotho también estaba complacido, ya que el hecho de tener alguien que creara lo más básico, le permitía a el fabricar objetos de mayor importancia en mucho menos tiempo. Y cuando terminé mi tanda diaria de arcos, cuando me disponía a iniciar las ballestas, Thotho se acercó a mi con una ballesta montada simple. - Hoy aprenderás a hacer esto. - Vi aquello algo sorprendido. - Que arma tan interesante. - ¿Verdad que si?... Esta arma es de mucha ayuda para quienes pelean a distancia, pero que también necesitan ser veloces.
Comencé a fabricar dicha arma siguiendo las instrucciones de mi maestro. Aunque hice algo más en el proceso, lo cual lo hizo molestar. - ¡No pequeño mequetrefe! ¡Así no! - Dijo mientras que rompía un trozo de madera en mi cabeza. Aquello me hizo desmayar, lo cual asustó un poco a Thotho. Cuando desperté, mi maestro me dijo que podía volver a intentarlo mañana. Thotho se ocupó de todos los encargos del resto del día. Aquel golpe que me había dado realmente me dejó muy aturdido.
Al día siguiente volví a intentar crear mi primera ballesta montada. Seguí las instrucciones conforme el maestro me indicaba. Hoy continué sin ningún ataque de Thotho a mi cabeza. Y al terminarla, aquel hombre comenzó a verla. Incluso la probó. - El mecanismo aún necesita afinarse un poco para al menos tener el apelativo de pobre, pero es un primer intento bastante bueno. - Me dedicó una sonrisa y me ofreció algo para beber.
Una semana más adelante llegó un hombre, y le encargó a mi maestro una gran cantidad de lanzas, por lo que Thotho se acercó a mi. Este es un pedido demasiado grande, por lo que necesitaré de tu ayuda, ya que ni siquiera yo podría terminar a tiempo el encargo. Aprenderás bajo al marcha mientras fabrico la primera lanza. - Asentí mientras Thotho preparaba todos los materiales necesarios para la gran cantidad de lanzas que habían solicitado.
Me senté al lado de mi maestro y comenzó a indicarme cómo debía de trabajar al crear las lanzas. - Es cierto. Una lanza es un arma que puede romperse con más facilidad que una espada, por lo que muchos pensarían que es poco práctico usarlas en combate. Pero la lanza te permite mantener una distancia más segura que una espada normal. - Ya veo... Entonces cada arma tiene su propia ventaja sobre las otras, a pesar de que a simple vista parezca que está en desventaja. - Thotho asintió con la cabeza.
Al término de la primera lanza, mi maestro revisó la que yo había hecho. Incluso probó su capacidad de resistencia. - Mejor de lo que yo hubiera imaginado. De verdad es cierto que aprendes conforme la marcha, ¿no es así Kevius - Yo se lo dije. - Sonrió con malicia. - Deja de presumir. Que tenemos cientos de lanzas que hacer. - Dicho eso ambos nos pusimos a trabajar. Obviamente yo trabajaba mucho más lento que mi maestro, pero afortunadamente logramos terminar el enorme pedido. Esa noche celebramos por haber tenido una gran venta.
Tenía un mes trabajando en el taller, por lo que ese día mi maestro se acercó a mi y me impactó un escudo, haciendo que cayera al suelo. - Ahora que lo pienso. No te he enseñado a fabricar escudos ¿verdad? - Pero podía preguntarme sin necesidad de golpearme con uno. - Aquello le hizo gracia. - Necesitas sentir en ocasiones el poder de las creaciones para entenderlas un poco. - Me ayudó a levantarme y luego de eso comenzó a explicarme las bases para crear mi primer escudo.
Me fui a la mesa de trabajo y comencé a elaborar dicho objeto con calma. No quería fallar, después de todo, en ocasiones le da un sentimiento agresivo Thotho por golpearme si algo sale mal. Luego de un rato había terminado el escudo. - ¿Qué tal lo ve? - Se ve bien, pero hay que probarlo. - ¿Probar? - Dicho eso se arrojó hacia mi con una alabarda que tenía dentro del taller. - ¡Ahhhhh! - Logré usar el escudo, y la alabarda no logró golpearme, pero el escudo se rompió de inmediato. - El escudo fue apenas funcional. Debes de cuidar el ensamble, ya que si una arma de la misma calidad destruye tu escudo, quiere decir que el escudo no es tan bueno. Tenlo en mente y crea otro. - Suspiré aliviado. - Si no tengo cuidado, el maestro Thotho me va a matar por accidente.
Mi siguiente intento cumplió con las expectativas de mi maestro, y eso le alegró enormemente. Esto apenas fue el inicio de mis aventuras con el maestro Thotho... Seguro habrás notado que mi maestro me llama por mi nombre verdadero. Eso es porque Thotho no solo fue mi maestro carpintero... Fue quien creo a Gaegel. Pero eso será para después.
Hace poco tiempo que había llegado a Ulmer, no tenía mucho dinero, y por suerte, escuché de algunas personas que un maestro carpintero estaba buscando un trabajador, por lo que no perdí el tiempo y me presenté a dicho lugar. Llegué a dicho lugar, el cual era un taller mucho más austero de lo que me hubiese imaginado. - ¿Qué se te ofrece? - Escuché una voz algo aguda. Me giré y pude observarlo. Era un hombre más o menos como de mi estatura. - Hola, soy Kevius. Escuché que necesitaba a alguien que le ayude en su trabajo. Por lo que me gustaría ofrecerme para dicho trabajo. - Hmm, ¿Y has trabajado antes en esto? - Negué con mi cabeza. - No, pero le prometo que aprendo rápido. - Ya veremos. Soy Thotho Leaffall, y te pondré a prueba.
- Apariencia de Thotho:
Quiero que observes atentamente lo que hago. - Aquel hombre se acercó a su mesa de trabajo y comenzó a tallar madera. Me preguntaba lo que haría, pero conforme avanzaba en su trabajo noté que estaba elaborando un arco. Sus manos eran muy diestras, a pesar de lo gruesas que eran, y no tardó mucho en terminarlo y mostrarme que era perfectamente funcional. - Tienes que fabricar un arco como este, ese será tu prueba. - Dicho eso me acerqué a la mesa de trabajo y comencé a tratar de replicar lo que había visto. Debo decir que aquel hombre había realizado aquel trabajo con tal maestría que parecía mucho más fácil de lo que en realidad era. Aquel hombre me miraba atentamente.
Debo admitir que tener la mirada tan concentrada de aquel sujeto me ponía aún más nervioso, pero continuaba trabajando lo mejor que podía. Ese hombre había hecho un arco en cuestión de minutos, y yo llevaba prácticamente hora y media trabajando con esto. Pero luego de un rato más logré terminar lo que se suponía era el primer arco que fabriqué en mi vida. - Listo. - Aquel hombre tomó el arco y comenzó a tensarlo. - Es más resistente de lo que pensé. - Aunque la última vez que lo tensó el arco se rompió. Aquello hizo que me encogiera de hombros. Eso tal vez significaría mi fracaso. - En este taller fabrico al menos 20, o 30 arcos por día de la calidad que hice. No podría vender nunca lo que has hecho. - Agaché la mirada ante aquel comentario. - Pero... - Ese pero hizo que alzara la mirada. - Es el mejor arco que me han hecho en esta semana... Con un poco de práctica lograrás crear arcos simples. Así que estás dentro. - Aquello me hizo sonreír.
* * *
Habían pasado ya algunos días que me integré al taller de Thotho. Una vez que conoces a ese hombre de apariencia cascarrabias te das cuenta que es la persona más simpática y amable del mundo. El haberlo conocido me ha ayudado a mitigar la pérdida de Freara y Nifred, así como la traición de mi padre. Una mañana el señor Thotho se acercó a mi con un amplia sonrisa. - Veo que te has vuelto muy bueno fabricando arcos simples. Ya prácticamente fabricas todos los que vendo. Por lo que te vendría bien aprender a hacer otra cosa. - ¿De verdad? Eso suena fantástico. ¿Y ahora que haré? - El hombre se acercó a su mesa de trabajo y me mostró una ballesta. - Si bien un arco es el arma principal de los guerreros a distancia. La ballesta también es un arma importante. - Comprendo.
Thotho me sentó en su silla y comenzó a darme instrucciones, y mientras seguía sus indicaciones comencé a elaborar la que se suponía era mi primera ballesta. Al finalizar. Thotho tomó la ballesta, y luego de mirarla un poco la estrelló con fuerza en uno de los pilares del taller. - ¡Porquería!... - Dicho eso con molestia, de inmediato sonrió. - ¿Por qué hice eso? El fallo con esa ballesta estaba en como montaste los remaches. En el campo de batalla eso hubiese significado que la ballesta se autodestruiría, y que incluso podría herir a su portador. Por favor, se más precavido. - Yo estaba boquiabierto, por lo que asentí levemente aún incrédulo por lo que había visto.
Me puse a fabricar la siguiente ballesta. Siendo más cuidadoso en el ensamble de la misma. Y luego de un rato le mostré la ballesta a Thotho. Este la observó detenidamente y luego de unos segundos de tensión me dedicó una media sonrisa. - Si, de esto estaba hablando. Incluso puedo poner a la venta esta ballesta, aunque a un precio menor al que suelo ponerlas. - Dijo mientras reía, fue al exhibidor y colocó la ballesta.
* * *
Llevaba ya dos semanas trabajando allí, y la verdad es que estaba muy contento. Yo era el encargado de crear todos los arcos simples, y también comenzaba a tomar parte en la creación de las ballestas simples. Thotho también estaba complacido, ya que el hecho de tener alguien que creara lo más básico, le permitía a el fabricar objetos de mayor importancia en mucho menos tiempo. Y cuando terminé mi tanda diaria de arcos, cuando me disponía a iniciar las ballestas, Thotho se acercó a mi con una ballesta montada simple. - Hoy aprenderás a hacer esto. - Vi aquello algo sorprendido. - Que arma tan interesante. - ¿Verdad que si?... Esta arma es de mucha ayuda para quienes pelean a distancia, pero que también necesitan ser veloces.
Comencé a fabricar dicha arma siguiendo las instrucciones de mi maestro. Aunque hice algo más en el proceso, lo cual lo hizo molestar. - ¡No pequeño mequetrefe! ¡Así no! - Dijo mientras que rompía un trozo de madera en mi cabeza. Aquello me hizo desmayar, lo cual asustó un poco a Thotho. Cuando desperté, mi maestro me dijo que podía volver a intentarlo mañana. Thotho se ocupó de todos los encargos del resto del día. Aquel golpe que me había dado realmente me dejó muy aturdido.
Al día siguiente volví a intentar crear mi primera ballesta montada. Seguí las instrucciones conforme el maestro me indicaba. Hoy continué sin ningún ataque de Thotho a mi cabeza. Y al terminarla, aquel hombre comenzó a verla. Incluso la probó. - El mecanismo aún necesita afinarse un poco para al menos tener el apelativo de pobre, pero es un primer intento bastante bueno. - Me dedicó una sonrisa y me ofreció algo para beber.
* * *
Una semana más adelante llegó un hombre, y le encargó a mi maestro una gran cantidad de lanzas, por lo que Thotho se acercó a mi. Este es un pedido demasiado grande, por lo que necesitaré de tu ayuda, ya que ni siquiera yo podría terminar a tiempo el encargo. Aprenderás bajo al marcha mientras fabrico la primera lanza. - Asentí mientras Thotho preparaba todos los materiales necesarios para la gran cantidad de lanzas que habían solicitado.
Me senté al lado de mi maestro y comenzó a indicarme cómo debía de trabajar al crear las lanzas. - Es cierto. Una lanza es un arma que puede romperse con más facilidad que una espada, por lo que muchos pensarían que es poco práctico usarlas en combate. Pero la lanza te permite mantener una distancia más segura que una espada normal. - Ya veo... Entonces cada arma tiene su propia ventaja sobre las otras, a pesar de que a simple vista parezca que está en desventaja. - Thotho asintió con la cabeza.
Al término de la primera lanza, mi maestro revisó la que yo había hecho. Incluso probó su capacidad de resistencia. - Mejor de lo que yo hubiera imaginado. De verdad es cierto que aprendes conforme la marcha, ¿no es así Kevius - Yo se lo dije. - Sonrió con malicia. - Deja de presumir. Que tenemos cientos de lanzas que hacer. - Dicho eso ambos nos pusimos a trabajar. Obviamente yo trabajaba mucho más lento que mi maestro, pero afortunadamente logramos terminar el enorme pedido. Esa noche celebramos por haber tenido una gran venta.
* * *
Tenía un mes trabajando en el taller, por lo que ese día mi maestro se acercó a mi y me impactó un escudo, haciendo que cayera al suelo. - Ahora que lo pienso. No te he enseñado a fabricar escudos ¿verdad? - Pero podía preguntarme sin necesidad de golpearme con uno. - Aquello le hizo gracia. - Necesitas sentir en ocasiones el poder de las creaciones para entenderlas un poco. - Me ayudó a levantarme y luego de eso comenzó a explicarme las bases para crear mi primer escudo.
Me fui a la mesa de trabajo y comencé a elaborar dicho objeto con calma. No quería fallar, después de todo, en ocasiones le da un sentimiento agresivo Thotho por golpearme si algo sale mal. Luego de un rato había terminado el escudo. - ¿Qué tal lo ve? - Se ve bien, pero hay que probarlo. - ¿Probar? - Dicho eso se arrojó hacia mi con una alabarda que tenía dentro del taller. - ¡Ahhhhh! - Logré usar el escudo, y la alabarda no logró golpearme, pero el escudo se rompió de inmediato. - El escudo fue apenas funcional. Debes de cuidar el ensamble, ya que si una arma de la misma calidad destruye tu escudo, quiere decir que el escudo no es tan bueno. Tenlo en mente y crea otro. - Suspiré aliviado. - Si no tengo cuidado, el maestro Thotho me va a matar por accidente.
Mi siguiente intento cumplió con las expectativas de mi maestro, y eso le alegró enormemente. Esto apenas fue el inicio de mis aventuras con el maestro Thotho... Seguro habrás notado que mi maestro me llama por mi nombre verdadero. Eso es porque Thotho no solo fue mi maestro carpintero... Fue quien creo a Gaegel. Pero eso será para después.
RECETAS A APRENDER | AEROS | |
---|---|---|
Arco Pobre | [Arma de Proyectil] Arma que permite lanzar flechas. Por su calidad pobre es propenso a fallar. | 5 |
Ballesta Pobre | [Arma de Proyectil] Arma que permite lanzar dardos. Por su calidad pobre es propensa a fallar. | 5 |
Ballesta Montada Pobre | [Guante, Arma de Proyectil] Pequeña arma montada en un guante que permite lanzar dardos a cortas distancias. Por su calidad pobre es propensa a fallar. | 5 |
Arma de Asta Pobre | [Arma de Asta] Arma principalmente elaborada en madera, como una lanza, una alabarda, un bastón, etc. Su baja calidad la hace propensa a dañarse. | 5 |
Escudo Pobre | [Escudo] Eficaz protección contra ataques, pero por su calidad Pobre es propenso a romperse. | 5 |
TOTAL | 25 |
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Re: MERCADO de Aerandir
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Gaegel: Recibes 1 px por uso del mercado, 5 pp en Carpintería y se te restan 25 aeros por aprendizaje de recetas.
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