Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Página 1 de 3. • Comparte
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Hoy no es un buen día +18 [Misión]
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Sentados en los bancos de la Iglesia del Padre Callahan había siete personas contadas. Las conocía muy bien: Una madre con sus dos hijos que buscaba el consuelo por la muerte de su marido en un Dios que no creía, una joven huérfana de escasos quince años que fue criada por la caridad de numerosos sacerdotes y numerosas religiones (ella tampoco creía en Dios), un vampiro que había estado acudiendo los últimos días a la Iglesia esperando encontrar una ocasión de suerte en la que el Padre Callahan estuviera desarmado y dos anciano que se aburría y quería escuchar historias “para niños”. Donald, en lo alto del altar, los miró a uno a uno y se preguntó qué cojones estaba haciendo allí. Aquel no era su lugar. Nunca lo había sido y nunca lo será.
Giró la vista a su ayudante, El Pequeño Boomer, un hombre alto y fuerte que había conocido durante el Ostara meses atrás. Una vez al mes el grandullón viajaba hasta Sacrestic para ayudar a Callahan. Según tenía entendido, él era de Baslodia. El viaje era largo y pesado; nadie lo recorrería sin una buena razón. ¿Dios era la buena razón de Boomer? Lo examinó de hito en hito y no pudo evitar soltar una muda carcajada.
“Lupe, al final hemos conseguido entrar en el corazón de una persona”.
Lupe fue el amor platónico de Callahan. No hubo ningún contacto entre los dos ni ninguna palabra de más. Entre hombres estaba mal visto y ambos tenían que mantener las formas. Lupe, por su parte, regía un hostal que regalaba la comida que sobraba a los pobres; Callahan, por la suya, por aquel entonces, solo era un jodido alcohólico que se gastaba al último puto aero en bebida y luego no tenía para alimentarse. Gracias a Lupe, al Padre Callahan de hoy en día, un hombre que encontró su fe en otro hombre, no probaba ni una gota de alcohol. Montó una Iglesia (que tiempo después por poco destruyó Huracán y su amiga) y la usó para acoger a todo aquel necesitado que quisiera escuchar la palabra de Dios Padre. ¡Alabado sea Dios!
Cuando terminó la ceremonia, Callahan se acercó a la madre con sus dos hijos. La cogió de las manos, le puso 10 aeros entre ellas y la besó en la mejilla. Ella los necesitaría más que él. Los niños estaban muy delgados. La mujer vivía con tanta tristeza que no se atrevía a tomar ningún trabajo y, con su padre fallecido, la única comida que la familia conseguía ganar era la que ellos mismos cultivaban: pimientos, tomates y cebollas. Luego se dirigió hacia uno de los dos ancianos y le preguntó, con cierta sorna, si le había gustado la historieta de hoy. El hombre le contestó que sí, que había sido muy divertida; sobre todo la parte en la que Loki se enfrentaba contra Thor. “Esa historia es de otro cuento, viejo”. Mientras tanto, la joven de quince años se acercaba al altar a robar el pan y el vino que Callahan había dejado con el propósito que la niña los robase; ella no aceptaba la limosna ni la ayuda de nadie, prefería robarla.
Boomer, en todo momento, se mantenía a la espalda de Callahan como una estatua. Había aprendido que durante la ceremonia, hasta que no se apagaba la última de las antorchas colindantes a los asientos, él no podía decir nada. Era un buen chico. Qué lástima que tuviera una mente tan pobre.
Callahan apagó la última antorcha y se sentó en el mismo incómodo banco de madera que sus peregrinos. Solo quedaban Boomer y él en la Iglesia y, ahora, Boomer podía hablar:
-Boomer creer que hoy ha sido un día bueno. Boomer estar feliz-.
-No sé qué decirte, amigo. La semana pasada éramos once, hoy solo siete-.
-Hombre arrugado decir que gustar la historia-.
-¿lo has visto bien? Se ha pasado todo el sermón roncando para luego blasfemar sobre las religiones paganas-.
-La mujer madre estar agradecida con las monedas-.
-Y ojala tuviera más aeros para darle. Sus niños están muy flacos, no sobrevivirán a este invierno si ella sigue acudiendo a la Iglesia en lugar de buscar un empleo-.
-Chica ladrona…-
-Lo siento, Boomer. Por mucho que lo intentes, no podrás animarme amigo. Hoy no es mi dia-.
Los portones de la Iglesia sonaron con fuerza. No hizo falta que Boomer y Callahan abrieran la puerta, estaba rota; Huracán la había roto con sus hechizos de viento. Al menos diez hombres armados con lanzas y vestidos con uniforme de la Guardia entraron en el edificio. Dijeron algo sobre unos asesinatos; por lo visto, algún justiciero de Dios (en boca de la Guardia sonaba el nombre de Dios como un insulto) estaba armando el caos en la ciudad. Cuatro humanos y tres vampiros habían muerto bajo las mismas circunstancias.
-Acúsame de lo que de verdad soy culpable, ¿quiere? Yo no he matado a ningún humano-.
-Padre ser bueno. Padre solo matar a vampiros malos. Boomer conocer a muchos vampiros que hacer daño a Boomer-.
Uno de los guardias golpeó, con la empuñadura de la lanza, al estómago de Boomer, otro se subió encima de los asientos y golpeó, con una porra, la cabeza del grandullón. Luego, unos grilletes encadenó a Donald Frank Callahan por las manos y por los pies para que no pudiera escapar. ¡Empezaba bien el día! Joder, y tanto que empezaba bien. Boomer desmayado y el Padre preso por unos delitos que no había cometido. Y tanto que empezaba bien el día…
Boomer se despertó encima de uno de los asientos de madera. Boomer no recordaba lo que había pasado. Boomer veía el asiento roto y creyó que hombre malo golpeó a Boomer y Boomer cayó encima y lo rompió con su peso. Boomer era muy grande y fuerte. Boomer podía romper el asiento con su peso.
Boomer se limpió la cabeza de sangre. Boomer tenía un golpe en la cabeza. A Boomer le hacía daño el golpe. Boomer intentaba recordar qué había pasado, pero le hacía daño recordaba. Lo último que Boomer recordaba era al Padre Bueno. Padre Bueno intentaba explicar a hombres de la Guardia que era inocente. Hombres de la Guardia no creyeron a Padre Bueno. Hombres de la Guardia dijeron…. Boomer no recordaba que dijeron los hombres de la Guardia. Boomer se golpeó la cabeza para intentar recordar. A Boomer le hizo mucho daño el golpe que se había dado. Boomer se puso a llorar.
* Bienvenido peregrinos: En este tema participan dos personas. Estáis en Sacrestic Vile, podéis explicar cómo habéis llegado a parar aquí pero, por mi parte, no seré estricta con vuestra cronología. Ambos, escucháis desde fuera de la Iglesia del Padre Callahan los llantos de dolor de Boomer y decidís entrar a ver qué ha pasado.
Ficha del Padre Callahan [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ficha de El Pequeño Boomer [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Giró la vista a su ayudante, El Pequeño Boomer, un hombre alto y fuerte que había conocido durante el Ostara meses atrás. Una vez al mes el grandullón viajaba hasta Sacrestic para ayudar a Callahan. Según tenía entendido, él era de Baslodia. El viaje era largo y pesado; nadie lo recorrería sin una buena razón. ¿Dios era la buena razón de Boomer? Lo examinó de hito en hito y no pudo evitar soltar una muda carcajada.
“Lupe, al final hemos conseguido entrar en el corazón de una persona”.
Lupe fue el amor platónico de Callahan. No hubo ningún contacto entre los dos ni ninguna palabra de más. Entre hombres estaba mal visto y ambos tenían que mantener las formas. Lupe, por su parte, regía un hostal que regalaba la comida que sobraba a los pobres; Callahan, por la suya, por aquel entonces, solo era un jodido alcohólico que se gastaba al último puto aero en bebida y luego no tenía para alimentarse. Gracias a Lupe, al Padre Callahan de hoy en día, un hombre que encontró su fe en otro hombre, no probaba ni una gota de alcohol. Montó una Iglesia (que tiempo después por poco destruyó Huracán y su amiga) y la usó para acoger a todo aquel necesitado que quisiera escuchar la palabra de Dios Padre. ¡Alabado sea Dios!
Cuando terminó la ceremonia, Callahan se acercó a la madre con sus dos hijos. La cogió de las manos, le puso 10 aeros entre ellas y la besó en la mejilla. Ella los necesitaría más que él. Los niños estaban muy delgados. La mujer vivía con tanta tristeza que no se atrevía a tomar ningún trabajo y, con su padre fallecido, la única comida que la familia conseguía ganar era la que ellos mismos cultivaban: pimientos, tomates y cebollas. Luego se dirigió hacia uno de los dos ancianos y le preguntó, con cierta sorna, si le había gustado la historieta de hoy. El hombre le contestó que sí, que había sido muy divertida; sobre todo la parte en la que Loki se enfrentaba contra Thor. “Esa historia es de otro cuento, viejo”. Mientras tanto, la joven de quince años se acercaba al altar a robar el pan y el vino que Callahan había dejado con el propósito que la niña los robase; ella no aceptaba la limosna ni la ayuda de nadie, prefería robarla.
Boomer, en todo momento, se mantenía a la espalda de Callahan como una estatua. Había aprendido que durante la ceremonia, hasta que no se apagaba la última de las antorchas colindantes a los asientos, él no podía decir nada. Era un buen chico. Qué lástima que tuviera una mente tan pobre.
Callahan apagó la última antorcha y se sentó en el mismo incómodo banco de madera que sus peregrinos. Solo quedaban Boomer y él en la Iglesia y, ahora, Boomer podía hablar:
-Boomer creer que hoy ha sido un día bueno. Boomer estar feliz-.
-No sé qué decirte, amigo. La semana pasada éramos once, hoy solo siete-.
-Hombre arrugado decir que gustar la historia-.
-¿lo has visto bien? Se ha pasado todo el sermón roncando para luego blasfemar sobre las religiones paganas-.
-La mujer madre estar agradecida con las monedas-.
-Y ojala tuviera más aeros para darle. Sus niños están muy flacos, no sobrevivirán a este invierno si ella sigue acudiendo a la Iglesia en lugar de buscar un empleo-.
-Chica ladrona…-
-Lo siento, Boomer. Por mucho que lo intentes, no podrás animarme amigo. Hoy no es mi dia-.
Los portones de la Iglesia sonaron con fuerza. No hizo falta que Boomer y Callahan abrieran la puerta, estaba rota; Huracán la había roto con sus hechizos de viento. Al menos diez hombres armados con lanzas y vestidos con uniforme de la Guardia entraron en el edificio. Dijeron algo sobre unos asesinatos; por lo visto, algún justiciero de Dios (en boca de la Guardia sonaba el nombre de Dios como un insulto) estaba armando el caos en la ciudad. Cuatro humanos y tres vampiros habían muerto bajo las mismas circunstancias.
-Acúsame de lo que de verdad soy culpable, ¿quiere? Yo no he matado a ningún humano-.
-Padre ser bueno. Padre solo matar a vampiros malos. Boomer conocer a muchos vampiros que hacer daño a Boomer-.
Uno de los guardias golpeó, con la empuñadura de la lanza, al estómago de Boomer, otro se subió encima de los asientos y golpeó, con una porra, la cabeza del grandullón. Luego, unos grilletes encadenó a Donald Frank Callahan por las manos y por los pies para que no pudiera escapar. ¡Empezaba bien el día! Joder, y tanto que empezaba bien. Boomer desmayado y el Padre preso por unos delitos que no había cometido. Y tanto que empezaba bien el día…
_____________________
Boomer se despertó encima de uno de los asientos de madera. Boomer no recordaba lo que había pasado. Boomer veía el asiento roto y creyó que hombre malo golpeó a Boomer y Boomer cayó encima y lo rompió con su peso. Boomer era muy grande y fuerte. Boomer podía romper el asiento con su peso.
Boomer se limpió la cabeza de sangre. Boomer tenía un golpe en la cabeza. A Boomer le hacía daño el golpe. Boomer intentaba recordar qué había pasado, pero le hacía daño recordaba. Lo último que Boomer recordaba era al Padre Bueno. Padre Bueno intentaba explicar a hombres de la Guardia que era inocente. Hombres de la Guardia no creyeron a Padre Bueno. Hombres de la Guardia dijeron…. Boomer no recordaba que dijeron los hombres de la Guardia. Boomer se golpeó la cabeza para intentar recordar. A Boomer le hizo mucho daño el golpe que se había dado. Boomer se puso a llorar.
_____________________
* Bienvenido peregrinos: En este tema participan dos personas. Estáis en Sacrestic Vile, podéis explicar cómo habéis llegado a parar aquí pero, por mi parte, no seré estricta con vuestra cronología. Ambos, escucháis desde fuera de la Iglesia del Padre Callahan los llantos de dolor de Boomer y decidís entrar a ver qué ha pasado.
Ficha del Padre Callahan [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ficha de El Pequeño Boomer [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Última edición por Sigel el Vie Sep 22 2017, 10:35, editado 1 vez
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
El camino había sido largo. La jornada se había convertido en un dolor de pies y una inevitable falta de provisiones y materiales para continuar poniendo su gastado calzado uno tras de otro. El que provenía de Lunargenta sabía que no debía bajar la guardia. No debía parar en cualquier sitio. En los alrededores algunos lo conocían, otros tantos despreciaban su presencia en esa villa. Era de su saber que debía descansar y, a pesar de sus negados deseos por rentar una pequeña alcoba en ese sitio, había intentado conciliar el sueño entre la lana de uno de los conocidos hostales. La oscuridad menguaba su pequeño cubículo. Entre las pálidas cortinas se escurrían las sombras de Sacrestic mientras hipnóticamente escuchaba el tenue chubasco que acompañaba la noche y refrescaba la brisa.
Amanecía. No había podido dormir bien. Casi instintivamente uno de sus ojos se había mantenido abierto y alerta, vigilando lo que mora entre las sombras. Entre las gotas de llovizna que azotaban contra su ventana había escuchado voces, gritos lejanos, susurros siniestros. Seyren había decidido otorgar el beneficio de la duda ante la posibilidad de que todo se hubiese tratado de un sueño, una alucinación.
Dejó la cama y tomó sus ropas y pocas pertenencias. El hostelero le ofreció los buenos días, o al menos eso interpreto Seyren luego de un sutil movimiento de su cabeza y una torcida mueca entre sus labios. Salió del establecimiento y respiró hondo mientras apreciaba las calles de Sacrestic. Tan vacías y silenciosas. El joven tomó el empedrado hacia el norte de la villa. No quería permanecer un instantes más en las inmediaciones. «Comprar algunas cosas y partir» Ideó mientras apresuraba su paso ante aquel camino estéril.
No había pasado mucho tiempo hasta que el joven noto una edificación no acorde al lugar. El diseño de la fachada le pareció extraño, algo que parecía arrancado de otra región y puesto ahí a propósito, ahí, en aquel tétrico páramo. Seyren se detuvo luego de algunos instantes a mirar más de cerca. Permaneció ahí en medio de la calle intentando explicar por si mismo la naturaleza del edificio que, sin lugar a dudas, se trataba de un tipo de templo.
El viento pareció callar. El tiempo regresó abruptamente luego de escuchar una grave voz que lloraba. Inquieto y curioso, el joven cruzo el destruido portón y abrió con sigilo y cautela la puerta chirriante del lugar. Ignoró por algunos segundos aquel llanto para echar un vistazo hacia arriba, abajo y cada dirección de su interior. Sin dudas era un templo. En medio de tablones y astillas, encontró con su vista un gran hombre. Un gran hombre llorando.
«Es... ¿triste?» Se pregunto al ver el tamaño desproporcionado de aquel sujeto. ¿Cómo es que alguien con ese aspecto puede estar llorando así? Se preguntaba una y otra vez mientras buscaba la razón de su llanto. Seyren puso pie en el interior de la edificación. Se aseguró de avisar su aproximación pues le parecía grosero acercarse sin aviso ante alguien que pasa por un mal momento.
Se detuvo frente al gran hombre que lloraba y aguardo pacientemente y en silencio mientras lo inspeccionaba con la vista. «Es grande, muy grande» Pensó al verlo más de cerca. «Peligroso» Fue la primera impresión que llegó a la mente del extranjero, pero luego de razonar mejor las circunstancias, llegó a la conclusión del valor de ese enorme hombre por exponer de esa forma sus sentimientos. Le pareció que si había algo peor que ver llorar a una criatura inocente era esto. Un fortachón enorme llorando sobre escombros.
—Puedo ayudarle? —Preguntó luego de aclarar su garganta para llamar su atención—. Si esta llorando por ese banco, no debe afligirse. Será fácil arreglarlo.
—Añadió el joven mientras extendía su mano hacia el hombre en lágrimas—. Vamos. Le aseguro que podremos hacer algo.
Amanecía. No había podido dormir bien. Casi instintivamente uno de sus ojos se había mantenido abierto y alerta, vigilando lo que mora entre las sombras. Entre las gotas de llovizna que azotaban contra su ventana había escuchado voces, gritos lejanos, susurros siniestros. Seyren había decidido otorgar el beneficio de la duda ante la posibilidad de que todo se hubiese tratado de un sueño, una alucinación.
Dejó la cama y tomó sus ropas y pocas pertenencias. El hostelero le ofreció los buenos días, o al menos eso interpreto Seyren luego de un sutil movimiento de su cabeza y una torcida mueca entre sus labios. Salió del establecimiento y respiró hondo mientras apreciaba las calles de Sacrestic. Tan vacías y silenciosas. El joven tomó el empedrado hacia el norte de la villa. No quería permanecer un instantes más en las inmediaciones. «Comprar algunas cosas y partir» Ideó mientras apresuraba su paso ante aquel camino estéril.
No había pasado mucho tiempo hasta que el joven noto una edificación no acorde al lugar. El diseño de la fachada le pareció extraño, algo que parecía arrancado de otra región y puesto ahí a propósito, ahí, en aquel tétrico páramo. Seyren se detuvo luego de algunos instantes a mirar más de cerca. Permaneció ahí en medio de la calle intentando explicar por si mismo la naturaleza del edificio que, sin lugar a dudas, se trataba de un tipo de templo.
El viento pareció callar. El tiempo regresó abruptamente luego de escuchar una grave voz que lloraba. Inquieto y curioso, el joven cruzo el destruido portón y abrió con sigilo y cautela la puerta chirriante del lugar. Ignoró por algunos segundos aquel llanto para echar un vistazo hacia arriba, abajo y cada dirección de su interior. Sin dudas era un templo. En medio de tablones y astillas, encontró con su vista un gran hombre. Un gran hombre llorando.
«Es... ¿triste?» Se pregunto al ver el tamaño desproporcionado de aquel sujeto. ¿Cómo es que alguien con ese aspecto puede estar llorando así? Se preguntaba una y otra vez mientras buscaba la razón de su llanto. Seyren puso pie en el interior de la edificación. Se aseguró de avisar su aproximación pues le parecía grosero acercarse sin aviso ante alguien que pasa por un mal momento.
Se detuvo frente al gran hombre que lloraba y aguardo pacientemente y en silencio mientras lo inspeccionaba con la vista. «Es grande, muy grande» Pensó al verlo más de cerca. «Peligroso» Fue la primera impresión que llegó a la mente del extranjero, pero luego de razonar mejor las circunstancias, llegó a la conclusión del valor de ese enorme hombre por exponer de esa forma sus sentimientos. Le pareció que si había algo peor que ver llorar a una criatura inocente era esto. Un fortachón enorme llorando sobre escombros.
—Puedo ayudarle? —Preguntó luego de aclarar su garganta para llamar su atención—. Si esta llorando por ese banco, no debe afligirse. Será fácil arreglarlo.
—Añadió el joven mientras extendía su mano hacia el hombre en lágrimas—. Vamos. Le aseguro que podremos hacer algo.
Johannes
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1456
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Zero tuvo que alejarse un poco de su área predilecta debido a cierto agente sintético, es la primera vez que se le acercan tanto. Por suerte luego de casi un año huyendo la pequeña maquina tiene varias habilidades potenciales, eludir peligros artificiales se ha vuelto su mejor talento involuntario.
Camina la noche entera rumbo al poblado más cercano, cuando llega ya está amaneciendo. Sacrestic tiene muchas entradas en su base de datos, la mayoría negativas. Parece ser un área controlada por elementos nocivos, vampiros para ser exactos. Eso explica el altercado sufrido durante la caminata, un sujeto trato de morderle aunque solo recibió un golpe sobrehumano que lo mando a volar.
La ciudad es un lugar peculiar, sus habitantes parecen muy alterados. Aunque se encuentra en el sitio por las circunstancias Z9-42 no puede dejar pasar la oportunidad de aprender algo más sobre la humanidad, las facetas oscuras también deben ser catalogadas para un mayor entendimiento colectivo.
Pronto escucha la palabra “vampiros” de boca ajena, eso despierta algunos recuerdos fantasmas. Como en todas sus experiencias similares la imagen general se encuentra ausente, todo llega fragmentado. Recuerda a un niño rompiendo algo, luego visualiza a su madre diciendo “pórtate bien o los vampiros vendrán por ti en la noche”.
Cuando vuelve a la realidad otra cosa llama su atención, una estructura de índole religiosa. Ese tema es complicado en cualquier lugar, ya sea la tierra o Aerandir. No es algo que haya investigado demasiado, las tendencias culturales son interesantes pero muy complejas… vale la pena echar un vistazo.
Ingresa con cautela, por alguna razón sabe que se debe mostrar respeto en tales sitios aunque no puede recordar donde lo aprendió. El lugar está bastante deteriorado pero eso no es lo más resaltante, dos personas se encuentran en el lugar, una de ellas ostenta un tamaño desproporcionado y llora abundantemente.
El pequeño robot se acerca, evita emitir palabra ya que no conoce las circunstancias de todo. El sujeto de tamaño normal da una referencia, parece que todo gira en torno a una silla destrozada. Es raro que un elemento de esa índole genere tal respuesta emocional pero los seres vivos pueden ser muy extraños a veces.
¿Un poco de dinero puede ayudar?
Dice mientras extiende su brazo derecho, sostiene varios aeros. Debido a la dinámica comercial muchas cosas pueden solucionarse rápido si se utilizan monedas, otra constante en el universo. De momento Zero tiene una buena cantidad de capital sin objetivo directo, no tiene necesidades humanas y eso reduce sus gastos.
Camina la noche entera rumbo al poblado más cercano, cuando llega ya está amaneciendo. Sacrestic tiene muchas entradas en su base de datos, la mayoría negativas. Parece ser un área controlada por elementos nocivos, vampiros para ser exactos. Eso explica el altercado sufrido durante la caminata, un sujeto trato de morderle aunque solo recibió un golpe sobrehumano que lo mando a volar.
La ciudad es un lugar peculiar, sus habitantes parecen muy alterados. Aunque se encuentra en el sitio por las circunstancias Z9-42 no puede dejar pasar la oportunidad de aprender algo más sobre la humanidad, las facetas oscuras también deben ser catalogadas para un mayor entendimiento colectivo.
Pronto escucha la palabra “vampiros” de boca ajena, eso despierta algunos recuerdos fantasmas. Como en todas sus experiencias similares la imagen general se encuentra ausente, todo llega fragmentado. Recuerda a un niño rompiendo algo, luego visualiza a su madre diciendo “pórtate bien o los vampiros vendrán por ti en la noche”.
Cuando vuelve a la realidad otra cosa llama su atención, una estructura de índole religiosa. Ese tema es complicado en cualquier lugar, ya sea la tierra o Aerandir. No es algo que haya investigado demasiado, las tendencias culturales son interesantes pero muy complejas… vale la pena echar un vistazo.
Ingresa con cautela, por alguna razón sabe que se debe mostrar respeto en tales sitios aunque no puede recordar donde lo aprendió. El lugar está bastante deteriorado pero eso no es lo más resaltante, dos personas se encuentran en el lugar, una de ellas ostenta un tamaño desproporcionado y llora abundantemente.
El pequeño robot se acerca, evita emitir palabra ya que no conoce las circunstancias de todo. El sujeto de tamaño normal da una referencia, parece que todo gira en torno a una silla destrozada. Es raro que un elemento de esa índole genere tal respuesta emocional pero los seres vivos pueden ser muy extraños a veces.
¿Un poco de dinero puede ayudar?
Dice mientras extiende su brazo derecho, sostiene varios aeros. Debido a la dinámica comercial muchas cosas pueden solucionarse rápido si se utilizan monedas, otra constante en el universo. De momento Zero tiene una buena cantidad de capital sin objetivo directo, no tiene necesidades humanas y eso reduce sus gastos.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Boomer estaba triste. Boomer lloraba porque estaba triste. Boomer notaba como el maquillaje de payaso se le corría por la cara y eso le ponía más triste. Shappy enseñó a Boomer a pintarse la cara cuando era niño. Shappy era lista. Boomer era tonto. Shappy había muerto en las llamas del circo. La pintura de payaso le recordaba a Shappy. Perder la pintura de payaso le hizo recordar el día que perdió a Shappy y eso ponía a Boomer más triste.
-Padre Bueno…. Shappy…. Boomer echar de menos a buenos amigos. Boomer no pudo rescatar a buenos amigos. Boomer está triste-.
Boomer notó una mano en su espalda. Boomer se giró lentamente para ver quién le había tocado. Boomer no quería ver a nadie porque estaba triste. Shappy educó bien a Boomer. Shappy enseñó a Boomer que tenía que responder a las personas que le saludaban. Boomer se giró y vio al chico porque era lo correcto y lo que le enseñó Shappy, no porque quisiera hacerlo.
El chico dijo que ayudaría a Boomer a arreglar el banco que había roto. El chico no parecía saber qué ha pasado. Boomer lo miraba de hito a hito. Boomer se preguntó si lo había visto antes. Las nuevas personas no solían ayudar a Boomer. Las personas que había visto antes si querían ayudar a Boomer. Si el chico de pelo blanco sí quería. Boomer creyó que ya conocía al chico de antes pero que no se acordaba de él.
-Boomer no llorar por banco roto- Boomer se limpió la cara de lágrimas y pintura con la camisa. Después, Boomer usó la camisa para mocarse. El estornudo de Boomer hizo eco por toda la Iglesia del Padre Bueno.
Detrás del chico de pelo blanco y ojos rojos había un niño. A Boomer le gustaban los niños buenos, pero Boomer sabía que la mayoría de los niños no eran buenos. Los niños malos tiraban piedras y pisaban los grandes pies de Boomer. A Boomer no le gustaba que se burlasen de él. Boomer comprobó que el niño de detrás del chico de pelo blanco no tuviera piedras. Boomer cogió las manos del chico y las abrió con delicadeza para no hacerle daño. El niño no tenía piedras, pero sus manos eran más duras que las piedras. Boomer se sintió confuso. Las manos del chico parecían estar hechas de metal.
-Boomer no necesitar dinero. Boomer querer que el Padre Bueno regrese. Hombres de Guardia llevar a Padre Bueno…. Hombres de la Guardia…- A Boomer no le salían las palabras- Hombres de la Guardia….- Boomer estornudó de nuevo- Hombres de la Guardia pegar a Boomer y llevarse a Padre Bueno. Boomer creer que Hombres de la Guardia ser buenos. Boomer querer estar solo. Boomer querer llorar solo-.
* Ambos: Ya podéis comprobar que Boomer es un tanto “especial” (como todos mis personajes). En el siguiente turno, deberéis ofrecer vuestros servicios para rescatar al Padre Callahan (Padre Bueno lo llama Boomer) y ganaros la confianza del grandullón. Zero juega con ventaja, ya está acostumbrado a tener amigos mucho más grandes que él.
-Padre Bueno…. Shappy…. Boomer echar de menos a buenos amigos. Boomer no pudo rescatar a buenos amigos. Boomer está triste-.
Boomer notó una mano en su espalda. Boomer se giró lentamente para ver quién le había tocado. Boomer no quería ver a nadie porque estaba triste. Shappy educó bien a Boomer. Shappy enseñó a Boomer que tenía que responder a las personas que le saludaban. Boomer se giró y vio al chico porque era lo correcto y lo que le enseñó Shappy, no porque quisiera hacerlo.
El chico dijo que ayudaría a Boomer a arreglar el banco que había roto. El chico no parecía saber qué ha pasado. Boomer lo miraba de hito a hito. Boomer se preguntó si lo había visto antes. Las nuevas personas no solían ayudar a Boomer. Las personas que había visto antes si querían ayudar a Boomer. Si el chico de pelo blanco sí quería. Boomer creyó que ya conocía al chico de antes pero que no se acordaba de él.
-Boomer no llorar por banco roto- Boomer se limpió la cara de lágrimas y pintura con la camisa. Después, Boomer usó la camisa para mocarse. El estornudo de Boomer hizo eco por toda la Iglesia del Padre Bueno.
Detrás del chico de pelo blanco y ojos rojos había un niño. A Boomer le gustaban los niños buenos, pero Boomer sabía que la mayoría de los niños no eran buenos. Los niños malos tiraban piedras y pisaban los grandes pies de Boomer. A Boomer no le gustaba que se burlasen de él. Boomer comprobó que el niño de detrás del chico de pelo blanco no tuviera piedras. Boomer cogió las manos del chico y las abrió con delicadeza para no hacerle daño. El niño no tenía piedras, pero sus manos eran más duras que las piedras. Boomer se sintió confuso. Las manos del chico parecían estar hechas de metal.
-Boomer no necesitar dinero. Boomer querer que el Padre Bueno regrese. Hombres de Guardia llevar a Padre Bueno…. Hombres de la Guardia…- A Boomer no le salían las palabras- Hombres de la Guardia….- Boomer estornudó de nuevo- Hombres de la Guardia pegar a Boomer y llevarse a Padre Bueno. Boomer creer que Hombres de la Guardia ser buenos. Boomer querer estar solo. Boomer querer llorar solo-.
_____________________
* Ambos: Ya podéis comprobar que Boomer es un tanto “especial” (como todos mis personajes). En el siguiente turno, deberéis ofrecer vuestros servicios para rescatar al Padre Callahan (Padre Bueno lo llama Boomer) y ganaros la confianza del grandullón. Zero juega con ventaja, ya está acostumbrado a tener amigos mucho más grandes que él.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Luego de corregir sus sospechas, Intercambió miradas con el hombre mientras este apartaba de su rostro las lágrimas y un peculiar maquillaje que, para gusto de Seyren, no parecía nada acorde al clima del edificio. Aguardó paciente y dio un paso hacia atrás para salir de la línea de tiro de los labios del sujeto. Por un instante pensó en ofrecer la jerga que rodeaba su cuello, pero luego de pensarlo mejor, decidió que las cosas siguieran su curso sin tener que entrometerse hasta ese punto. «Es como un niño» Pensaba Seyren mientras se llevaba las manos a los bolsillos.
En su distracción, el joven no se percato de una nueva presencia. Prestó atención a la figura que había atravesado el umbral y lo inspecciono en silencio. Seyren busco y busco, pero no pudo encontrar algún acompañante que hubiese escoltado a ese niño hasta aquí.
Luego de una mirada más meticulosa, el peliblanco encontró algo extraño en la mirada del (aparentemente) amable chico que desinteresadamente ofrecía algo de dinero en un intento por consolar al grandullon. El joven sabia que no funcionaria pues como a él mismo se lo habían aclarado, la destrucción del mueble no estaba relacionado con la amarga melancolía que rodeaba a su beneficiario.
Seyren guardo silencio. Se aparto para permitir el paso del gran hombre quien se aproximo al muchacho para tomar sus manos y verlas de cerca. El desconcertado extranjero se limitó a levantar una de sus cejas y contemplar aquel extraño ritual. Al parecer, el gran sujeto se tranquilizo al ver las manos del niño, pero eso no ayudo a alejar su tristeza. En cambio, "Boomer", tal como el mismo se llamaba, ofreció una breve explicación de lo que había sucedido.
Seyren escuchaba con atención las palabras de su peculiar narrador. Dio la espalda a ambos y recorrió lentamente el lugar.
En los muros encontró símbolos. En un estante libros extraños que no respondían a nada que hubiese visto. Sus padres jamás inculcaron en él los valores y doctrinas de un culto, cosa que encontró clara. Ya antes había escuchado hablar de vagos relatos en Lunargenta, un lugar cuya ubicación no podía recordar. «"Perdón, Redención"» Afloraron en su mente tan pronto hizo memoria. Seyren había emprendido ese viaje en busca de ambos. —Perfecto—. Susurró mientras regresaba con el grandullon.
—Mi nombre es Seyren. —Dijo, presentándose ante ambos—. Señor Boomer, deje que le ayude. Llorar no ayudará a ese padre a volver. Si la guardia se lo ha llevado entonces habrán tenido alguna razón, probablemente equivocada. Si ese padre es tan bueno como usted dice ser, entonces será fácil arreglar este mal entendido.
El joven no había intentado ocultar su entusiasmo y firmeza ante su ofrecimiento. Su nuevo yo era feliz ayudando, le proporcionaba la seguridad y empatía que siempre había menguado su ser y si aquel "padre" se tratará de algun tipo de paradigma a un herudito en temas espirituales, quizás podría disipar algunas de sus dudas pero, aun quedaba un detalle
Seyren giró su atención nuevamente al niño y, procurando no ser grosero, intentó buscar la razón del pequeño en ese lugar. —¿No te esperan en casa?— Preguntó Seyren cordialmente mientras se inclinaba para estar a su altura. Él sabia que Sacrestic no era el campeón en seguridad. Casi odiaba el tener que dejarlo marchar solo. Quizás podría hacer dos buenas acciones en ese día y también podría llevar al pequeño castaño de vuelta a su hogar con su madre y hermanos.
En su distracción, el joven no se percato de una nueva presencia. Prestó atención a la figura que había atravesado el umbral y lo inspecciono en silencio. Seyren busco y busco, pero no pudo encontrar algún acompañante que hubiese escoltado a ese niño hasta aquí.
Luego de una mirada más meticulosa, el peliblanco encontró algo extraño en la mirada del (aparentemente) amable chico que desinteresadamente ofrecía algo de dinero en un intento por consolar al grandullon. El joven sabia que no funcionaria pues como a él mismo se lo habían aclarado, la destrucción del mueble no estaba relacionado con la amarga melancolía que rodeaba a su beneficiario.
Seyren guardo silencio. Se aparto para permitir el paso del gran hombre quien se aproximo al muchacho para tomar sus manos y verlas de cerca. El desconcertado extranjero se limitó a levantar una de sus cejas y contemplar aquel extraño ritual. Al parecer, el gran sujeto se tranquilizo al ver las manos del niño, pero eso no ayudo a alejar su tristeza. En cambio, "Boomer", tal como el mismo se llamaba, ofreció una breve explicación de lo que había sucedido.
Seyren escuchaba con atención las palabras de su peculiar narrador. Dio la espalda a ambos y recorrió lentamente el lugar.
En los muros encontró símbolos. En un estante libros extraños que no respondían a nada que hubiese visto. Sus padres jamás inculcaron en él los valores y doctrinas de un culto, cosa que encontró clara. Ya antes había escuchado hablar de vagos relatos en Lunargenta, un lugar cuya ubicación no podía recordar. «"Perdón, Redención"» Afloraron en su mente tan pronto hizo memoria. Seyren había emprendido ese viaje en busca de ambos. —Perfecto—. Susurró mientras regresaba con el grandullon.
—Mi nombre es Seyren. —Dijo, presentándose ante ambos—. Señor Boomer, deje que le ayude. Llorar no ayudará a ese padre a volver. Si la guardia se lo ha llevado entonces habrán tenido alguna razón, probablemente equivocada. Si ese padre es tan bueno como usted dice ser, entonces será fácil arreglar este mal entendido.
El joven no había intentado ocultar su entusiasmo y firmeza ante su ofrecimiento. Su nuevo yo era feliz ayudando, le proporcionaba la seguridad y empatía que siempre había menguado su ser y si aquel "padre" se tratará de algun tipo de paradigma a un herudito en temas espirituales, quizás podría disipar algunas de sus dudas pero, aun quedaba un detalle
Seyren giró su atención nuevamente al niño y, procurando no ser grosero, intentó buscar la razón del pequeño en ese lugar. —¿No te esperan en casa?— Preguntó Seyren cordialmente mientras se inclinaba para estar a su altura. Él sabia que Sacrestic no era el campeón en seguridad. Casi odiaba el tener que dejarlo marchar solo. Quizás podría hacer dos buenas acciones en ese día y también podría llevar al pequeño castaño de vuelta a su hogar con su madre y hermanos.
Johannes
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1456
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Al parecer la tristeza del curioso personaje no se debe al mobiliario roto, eso queda claro con sus propias palabras. Eventualmente dicho gigante se acerca a su opuesto en tamaño, lo toma de las manos y busca algo. Se alegra por alguna razón desconocida, sin duda es un personaje diferente al resto.
Zero recupera sus principales herramientas, en el proceso nota que su identidad real puede estar comprometida. A todas luces es un niño normal, incluso la textura de la piel es correcta. Por desgracia existen elementos que no se pueden camuflar, la dureza del esqueleto óseo es una de ellos.
Eventualmente la naturaleza del problema general es revelada, la guardia puso en custodia a un presunto sujeto inocente. Es una constante en los cuerpos de seguridad, sea Aerandir o La Tierra. Por suerte es algo fácil de solucionar, existen numerosas medidas viables para liberar a un individuo inocente… algunas más radicales que otras.
Yo también ayudare, puedo ser… muy útil.
El autodenominado Seyren se apresura a emitir un juicio de valor racional, básicamente desestima las capacidades del “chico”. Luego de varios meses rondando con seres vivos Z9-42 puede catalogar ese comportamiento como normal, al parecer los niños vivos suelen tener poca participación en eventos demandantes.
Mis padres me dan mucha libertad. Insisto, les ayudare.
Dice para fijar una posición fuerte, mencionar cualquier figura adulta tiende a dar cierta potestad… al menos cuando se tiene el cuerpo pequeño. Sonríe levemente, un intento por calmar las reacciones posteriores del par alto. Al final no importa lo que digan, ayudara a solventar la situación.
¿Qué paso tomamos?
Variables y más variables, existen varias formas de rescatar al “Padre Bueno”. Parlamentar con los guardias es la opción diplomática, incentivar su apoyo con tratos poco honestos suele entrar en la misma categoría. También se puede tomar una acción contundente como atacar la guarnición y liberar al prisionero, algo extremo aunque Zero puede garantizar que no se pierdan vidas en el proceso.
Guarda las monedas cuando nota algo, lleva tiempo con el dinero en su mano derecha. Por suerte replegó el brazo con anterioridad, en caso contrario se hubiera visto muy raro… en estándares normales claro. Suele olvidar realizar acciones cuando otra cosa tiene lugar, pequeño desperfecto en las subrutinas que pretende mejorar ganando más experiencia.
Zero recupera sus principales herramientas, en el proceso nota que su identidad real puede estar comprometida. A todas luces es un niño normal, incluso la textura de la piel es correcta. Por desgracia existen elementos que no se pueden camuflar, la dureza del esqueleto óseo es una de ellos.
Eventualmente la naturaleza del problema general es revelada, la guardia puso en custodia a un presunto sujeto inocente. Es una constante en los cuerpos de seguridad, sea Aerandir o La Tierra. Por suerte es algo fácil de solucionar, existen numerosas medidas viables para liberar a un individuo inocente… algunas más radicales que otras.
Yo también ayudare, puedo ser… muy útil.
El autodenominado Seyren se apresura a emitir un juicio de valor racional, básicamente desestima las capacidades del “chico”. Luego de varios meses rondando con seres vivos Z9-42 puede catalogar ese comportamiento como normal, al parecer los niños vivos suelen tener poca participación en eventos demandantes.
Mis padres me dan mucha libertad. Insisto, les ayudare.
Dice para fijar una posición fuerte, mencionar cualquier figura adulta tiende a dar cierta potestad… al menos cuando se tiene el cuerpo pequeño. Sonríe levemente, un intento por calmar las reacciones posteriores del par alto. Al final no importa lo que digan, ayudara a solventar la situación.
¿Qué paso tomamos?
Variables y más variables, existen varias formas de rescatar al “Padre Bueno”. Parlamentar con los guardias es la opción diplomática, incentivar su apoyo con tratos poco honestos suele entrar en la misma categoría. También se puede tomar una acción contundente como atacar la guarnición y liberar al prisionero, algo extremo aunque Zero puede garantizar que no se pierdan vidas en el proceso.
Guarda las monedas cuando nota algo, lleva tiempo con el dinero en su mano derecha. Por suerte replegó el brazo con anterioridad, en caso contrario se hubiera visto muy raro… en estándares normales claro. Suele olvidar realizar acciones cuando otra cosa tiene lugar, pequeño desperfecto en las subrutinas que pretende mejorar ganando más experiencia.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Boomer cogió con delicadeza las manos de Seyren. Las manos de Seyren eran muy pequeñas en comparación con las de Boomer, pero más grandes que las del niño de metal. Boomer miró a los ojos de Seyren. El maquillaje de Boomer estaba corrido y Boomer tenía la sucia por las lágrimas y las pinturas. Boomer estaba feo. Shappy decía que Boomer era guapo en el interior. “Boomer es el más bueno”. A Boomer no le gustaba sentirse feo por fuera porque Boomer creía que también lo sería en su interior. Boomer se lamentó que Seyren y chico de metal lo vean feo. Boomer se arrodilló delante de Seyren sin soltar sus pequeñas manos.
-Boomer disculpar por ser feo. Gente guapa no ayudar a persona fea. Vosotros ser guapos. Boomer no querer que gente guapa ayude a Boomer feo. Boomer no merecer ayuda de gente guapa. Pero, Padre Bueno ser guapo. Ayudar a Padre Bueno, no a Boomer. Boomer suplicar que Seyren y chico de metal- Los ojos de Boomer giraron de Seyren al chico de metal- ayudar a Padre Bueno-.
Chico de metal preguntó por qué paso dar. Boomer se puso en pie y caminó de forma exagerada hacia la puerta de la Iglesia. Boomer quería a enseñar a chico de metal cómo se daban los pasos. Boomer creyó que chico de metal preguntó cómo se daba el primer paso de forma literal.
Boomer salió primero de la Iglesia. Boomer se desperezó y bostezó como si acabase de levantarse. Boomer estaba más animado. La luz del día animó a Boomer. Boomer saludó con la mano a los pájaros y al cielo. Boomer se dio la vuelta y levantó la cabeza para saludar a las gárgolas de la Iglesia. Boomer dejó caer el brazo del saludo antes de haberlo extendido por completo. Boomer gritó de horror. Boomer señaló con la mano con que no saludaba a los cadáveres que estaban empalados sobre los picos de la Iglesia.
Boomer afinó la vista y vio algo peor que la gente muerte. Boomer vio una figura más grande que Boomer con alas de murciélago volar sobre la gente muerta. Boomer tenía miedo de las cosas que eran más grandes que Boomer. Boomer gritó de horror y de miedo.
-A Boomer dar susto. Boomer no gustar-
Boomer corrió de nuevo al interior de la Iglesia. Boomer quería hacer sonar las campanas. Boomer creer que con el sonido de las campanadas los monstruos se irían.
Monstruo con alas de murciélago voló lejos fuera de la Iglesia. Boomer siguió corriendo a lo alto del campanario. Boomer creía que las campanas harían que el monstruo no volviera. Además, Boomer tenía que sacar los cadáveres clavados.
* Ambos: Aquí hay tenéis dos caminos a elegir y, sinceramente, no me importa quién de los dos vaya por x camino. Incluso, si lo deseáis, podéis ir los dos por el mismo:
Ir con Boomer a lo alto del campanario.
Seguir al monstruo con alas de murciélago a ver dónde se dirige.
-Boomer disculpar por ser feo. Gente guapa no ayudar a persona fea. Vosotros ser guapos. Boomer no querer que gente guapa ayude a Boomer feo. Boomer no merecer ayuda de gente guapa. Pero, Padre Bueno ser guapo. Ayudar a Padre Bueno, no a Boomer. Boomer suplicar que Seyren y chico de metal- Los ojos de Boomer giraron de Seyren al chico de metal- ayudar a Padre Bueno-.
Chico de metal preguntó por qué paso dar. Boomer se puso en pie y caminó de forma exagerada hacia la puerta de la Iglesia. Boomer quería a enseñar a chico de metal cómo se daban los pasos. Boomer creyó que chico de metal preguntó cómo se daba el primer paso de forma literal.
Boomer salió primero de la Iglesia. Boomer se desperezó y bostezó como si acabase de levantarse. Boomer estaba más animado. La luz del día animó a Boomer. Boomer saludó con la mano a los pájaros y al cielo. Boomer se dio la vuelta y levantó la cabeza para saludar a las gárgolas de la Iglesia. Boomer dejó caer el brazo del saludo antes de haberlo extendido por completo. Boomer gritó de horror. Boomer señaló con la mano con que no saludaba a los cadáveres que estaban empalados sobre los picos de la Iglesia.
Boomer afinó la vista y vio algo peor que la gente muerte. Boomer vio una figura más grande que Boomer con alas de murciélago volar sobre la gente muerta. Boomer tenía miedo de las cosas que eran más grandes que Boomer. Boomer gritó de horror y de miedo.
-A Boomer dar susto. Boomer no gustar-
Boomer corrió de nuevo al interior de la Iglesia. Boomer quería hacer sonar las campanas. Boomer creer que con el sonido de las campanadas los monstruos se irían.
Monstruo con alas de murciélago voló lejos fuera de la Iglesia. Boomer siguió corriendo a lo alto del campanario. Boomer creía que las campanas harían que el monstruo no volviera. Además, Boomer tenía que sacar los cadáveres clavados.
_____________________
* Ambos: Aquí hay tenéis dos caminos a elegir y, sinceramente, no me importa quién de los dos vaya por x camino. Incluso, si lo deseáis, podéis ir los dos por el mismo:
Ir con Boomer a lo alto del campanario.
Seguir al monstruo con alas de murciélago a ver dónde se dirige.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
No del todo convencido por la respuesta del muchacho, Seyren intentó buscar la forma de disuadirlo pero, abducido por la extraña mirada del infante, no tuvo más que aceptar y depositar confianza en él ante la situación. Los extraños ademanes y frases cortas le dictaron que quizás realmente sería de ayuda en lo que tenían en manos. Dejándose guiar por su intuición y buen juicio, regresó su atención hacia Boomer quien se aproximo hasta él y de un momento a otro lo tomo firmemente de las manos.
Confundido, Seyren no pudo evitar el comparar el tamaño de sus manos con las de su nuevo compañero. Estaba perplejo ante lo diminuto que lo hacia sentir eso. Las rodillas del grandullon tocaron el piso, acción que hizo sentir sumamente incomodo a Seyren. —Espera—. Balbuceó este sin apartarse. Sumergido en la desesperación del gran hombre, Seyren no dejó de mirar la profunda preocupación y melancolía reflejados en los ojos de Boomer. —Yo no...—. Pausó ante el peculiar comentario del grandullon sobre el aspecto físico de los presentes. —Hay una gran variedad de especies viviendo sobre nuestra tierra, Boomer. La belleza es algo superfluo, subjetivo. Ayudaremos a ambos—. Añadió intentando consolar al grandullon y ponerlo de una buena vez en pie para ir en busca del cautivo.
El peliblanco siguió de cerca a Boomer a través del edificio. Sonrió brevemente mientras veía la charada del grandullon quien se aproximaba a la salida.
Mientras salían de aquel templo, Seyren puso una de sus manos sobre su frente. Se vio tenuemente deslumbrado por la luz del exterior. Se sintió motivado al ver a Boomer afuera como si se tratará de una persona totalmente distinta a quien hace unos segundos se encontraba sobre un charco de lágrimas y un montón de astillas llorando sin consuelo. «Sin dudas, un niño» Pensó nuevamente para si mismo mientras imitaba los movimientos de su compañero y precipitaba los brazos hacia el cielo para ahuyentar la pereza. Cerró los ojos y se dejo envolver por la brisa matutina mientras estiraba el cuello.
Continuó en silencio y quietud hasta que el fuerte grito de Boomer lo tomó por sorpresa haciéndole exaltarse. Pegó un pequeño brinco hacia atrás y giró rápidamente la mirada hacia el mismo sitio que veía el grandullon. —¿Qué es eso?— Preguntó en suplica por una clara respuesta, aun si no podría ser respondida.
Una oscura y enorme figura alada se abalanzó amenazante sobre el templo luego de dejar tras de si el resto de sangre y muerte. Múltiples preguntas embargaron la cabeza del joven mientras tomaba una postura defensiva. La criatura no parecía estar interesada en ninguno de los presentes, solo estaba ahí, acechando a quienes habían fungido como presas.
Boomer parecía fuera de si. Estaba claro que aquella visión le había afectado demasiado, lo suficiente para hacerlo salir corriendo hacia el templo. —¡Espera, Boomer!—. Gritó antes de emprender la marcha e ir tras él. Antes de continuar, Seyren miró hacia atrás para ver al niño. Sin estar seguro de lo que este planeaba, el peliblanco prestó atención al grandullon y su preocupación por que la bestia lo atacará o se hiciera daño de algún modo. —Mantente a salvo—. Dijo finalmente al niño antes de darle la espalda y seguir las escaleras que había tomado Boomer dentro del edificio. El grandullon lo había llamado “chico de metal”. Si sus sospechas eran acertadas, entonces podría estar seguro de que el pequeño podría arreglárselas por su cuenta.
Le había ofrecido su ayuda y eso pretendía hacer. Boomer pasaba por un mal día y Seyren no dejaría que empeorará.
Confundido, Seyren no pudo evitar el comparar el tamaño de sus manos con las de su nuevo compañero. Estaba perplejo ante lo diminuto que lo hacia sentir eso. Las rodillas del grandullon tocaron el piso, acción que hizo sentir sumamente incomodo a Seyren. —Espera—. Balbuceó este sin apartarse. Sumergido en la desesperación del gran hombre, Seyren no dejó de mirar la profunda preocupación y melancolía reflejados en los ojos de Boomer. —Yo no...—. Pausó ante el peculiar comentario del grandullon sobre el aspecto físico de los presentes. —Hay una gran variedad de especies viviendo sobre nuestra tierra, Boomer. La belleza es algo superfluo, subjetivo. Ayudaremos a ambos—. Añadió intentando consolar al grandullon y ponerlo de una buena vez en pie para ir en busca del cautivo.
El peliblanco siguió de cerca a Boomer a través del edificio. Sonrió brevemente mientras veía la charada del grandullon quien se aproximaba a la salida.
Mientras salían de aquel templo, Seyren puso una de sus manos sobre su frente. Se vio tenuemente deslumbrado por la luz del exterior. Se sintió motivado al ver a Boomer afuera como si se tratará de una persona totalmente distinta a quien hace unos segundos se encontraba sobre un charco de lágrimas y un montón de astillas llorando sin consuelo. «Sin dudas, un niño» Pensó nuevamente para si mismo mientras imitaba los movimientos de su compañero y precipitaba los brazos hacia el cielo para ahuyentar la pereza. Cerró los ojos y se dejo envolver por la brisa matutina mientras estiraba el cuello.
Continuó en silencio y quietud hasta que el fuerte grito de Boomer lo tomó por sorpresa haciéndole exaltarse. Pegó un pequeño brinco hacia atrás y giró rápidamente la mirada hacia el mismo sitio que veía el grandullon. —¿Qué es eso?— Preguntó en suplica por una clara respuesta, aun si no podría ser respondida.
Una oscura y enorme figura alada se abalanzó amenazante sobre el templo luego de dejar tras de si el resto de sangre y muerte. Múltiples preguntas embargaron la cabeza del joven mientras tomaba una postura defensiva. La criatura no parecía estar interesada en ninguno de los presentes, solo estaba ahí, acechando a quienes habían fungido como presas.
Boomer parecía fuera de si. Estaba claro que aquella visión le había afectado demasiado, lo suficiente para hacerlo salir corriendo hacia el templo. —¡Espera, Boomer!—. Gritó antes de emprender la marcha e ir tras él. Antes de continuar, Seyren miró hacia atrás para ver al niño. Sin estar seguro de lo que este planeaba, el peliblanco prestó atención al grandullon y su preocupación por que la bestia lo atacará o se hiciera daño de algún modo. —Mantente a salvo—. Dijo finalmente al niño antes de darle la espalda y seguir las escaleras que había tomado Boomer dentro del edificio. El grandullon lo había llamado “chico de metal”. Si sus sospechas eran acertadas, entonces podría estar seguro de que el pequeño podría arreglárselas por su cuenta.
Le había ofrecido su ayuda y eso pretendía hacer. Boomer pasaba por un mal día y Seyren no dejaría que empeorará.
Johannes
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1456
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Otro argumento extraño es dispensado por el enorme sujeto, algo referente a la apariencia física. Zero no puede comprender muy bien el concepto, le parece algo irracional. Los seres vivos son muy diversos, es imposible fijar una apariencia superior o inferior a las demás…
La pequeña maquina asiente ante el comentario de Seyren, tiene sentido. Por otro lado evita soltar palabras, debe estudiar más el fenómeno antes de dar un juicio de valor aceptable. Las respuestas racionales tranquilizan de alguna forma al gigante, pronto se ve mucho más animado que antes.
Dicho personaje sale del recinto sagrado y realiza un extraño ritual, deben ser cosas religiosas piensa Z9-42. Segundos después los gritos de Boomer inundan el ambiente, algo va mal. El “niño” sale con velocidad, pronto su matriz táctica encuentra el gatillante. Varios cadáveres se encuentran empalados y mutilados, una escena desagradable como mínimo.
Zero busca la fuente, por suerte es una unidad artificial y puede soportar escenas grotescas sin vacilar. El culpable se manifiesta poco después, una criatura alada de tamaño considerable. Se mueve demasiado rápido como para ser enfocada por los escáneres del pequeño sintético, sus predicciones ahora se limitan al “ojo por ciento”.
Los demás sujetos reaccionan, el adulto con maquillaje ingresa a la estructura de nuevo y Seyren lo sigue de cerca. Deberían estar a salvo, la edificación aunque deteriorada se ve maciza. Un pequeño gesto de preocupación por parte del peliblanco despierta recuerdos fantasmas en su colega pequeño, papá y mamá siempre dicen eso pero… ellos no saben divertirse.
El más pequeño del lugar inicia una persecución inteligente, no quiere despegarse del extraño ser volador. Es bastante difícil mantenerse cerca de una cosa que puede desplazarse por los aires pero Z9-42 no es un niño común y corriente, cuando la situación lo amerita puede correr más rápido que cualquier ser vivo.
Usando su sistema de predicción incorporado escala un edificio sin gastar movimientos innecesarios, una vez en la cima puede detallar la monstruosa criatura en todo su esplendor. No le consigue en la base de datos, eso resulta desconcertante. Si bien existen muchos misterios en Aerandir la mayoría tiene referencias interconectadas, los Bios llevan mucho tiempo catalogando cosas.
Una cosa esta clara, es peligrosa y debe ser detenida para evitar más bajas civiles. Un enemigo volador debe perder su ventaja rápido si se quiere ganar el combate, eso estipulan los teoremas militares. Zero toma una lanza de metal como arma, curiosamente se usaba para sostener cierta hilera de ropa mojada. Realiza algunos cálculos mientras se prepara para herir al enemigo en una de sus alas, por desgracia formar una trayectoria con tantas variables toma tiempo. El hostil muestra inteligencia al retirarse por un lateral, en un giro favorable Z9-42 pilla su destino.
Como dicen los humanos… ¿algo es algo?
La pequeña maquina asiente ante el comentario de Seyren, tiene sentido. Por otro lado evita soltar palabras, debe estudiar más el fenómeno antes de dar un juicio de valor aceptable. Las respuestas racionales tranquilizan de alguna forma al gigante, pronto se ve mucho más animado que antes.
Dicho personaje sale del recinto sagrado y realiza un extraño ritual, deben ser cosas religiosas piensa Z9-42. Segundos después los gritos de Boomer inundan el ambiente, algo va mal. El “niño” sale con velocidad, pronto su matriz táctica encuentra el gatillante. Varios cadáveres se encuentran empalados y mutilados, una escena desagradable como mínimo.
Zero busca la fuente, por suerte es una unidad artificial y puede soportar escenas grotescas sin vacilar. El culpable se manifiesta poco después, una criatura alada de tamaño considerable. Se mueve demasiado rápido como para ser enfocada por los escáneres del pequeño sintético, sus predicciones ahora se limitan al “ojo por ciento”.
Los demás sujetos reaccionan, el adulto con maquillaje ingresa a la estructura de nuevo y Seyren lo sigue de cerca. Deberían estar a salvo, la edificación aunque deteriorada se ve maciza. Un pequeño gesto de preocupación por parte del peliblanco despierta recuerdos fantasmas en su colega pequeño, papá y mamá siempre dicen eso pero… ellos no saben divertirse.
El más pequeño del lugar inicia una persecución inteligente, no quiere despegarse del extraño ser volador. Es bastante difícil mantenerse cerca de una cosa que puede desplazarse por los aires pero Z9-42 no es un niño común y corriente, cuando la situación lo amerita puede correr más rápido que cualquier ser vivo.
Usando su sistema de predicción incorporado escala un edificio sin gastar movimientos innecesarios, una vez en la cima puede detallar la monstruosa criatura en todo su esplendor. No le consigue en la base de datos, eso resulta desconcertante. Si bien existen muchos misterios en Aerandir la mayoría tiene referencias interconectadas, los Bios llevan mucho tiempo catalogando cosas.
Una cosa esta clara, es peligrosa y debe ser detenida para evitar más bajas civiles. Un enemigo volador debe perder su ventaja rápido si se quiere ganar el combate, eso estipulan los teoremas militares. Zero toma una lanza de metal como arma, curiosamente se usaba para sostener cierta hilera de ropa mojada. Realiza algunos cálculos mientras se prepara para herir al enemigo en una de sus alas, por desgracia formar una trayectoria con tantas variables toma tiempo. El hostil muestra inteligencia al retirarse por un lateral, en un giro favorable Z9-42 pilla su destino.
Como dicen los humanos… ¿algo es algo?
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Darden Dean era un hombre que ocupaba el espacio de cuatro hombres comunes. El tipo ser grotesco que una panda de amigos señalan entre risas a la vez que le llaman por un sinfín de motes: Tonelete, Barrigón, Grasoso y, el más típico, Gordo. Dean era tan gordo que apenas podía levantarse del suelo. Vivía en el callejón detrás de la posada La Luna; había conseguido reunir un par de cajas de madera y algunos cojines que formaban su cama y trono particular.
Para los dueños de La Luna, Darden Dean era tanto una molestia como un atractivo para el público. Decenas de persona se congregaban entorno al gordo para lanzarle comida (comprada de la misma posada). Además, desde que se asentó Darden, no habían visto más ratas rebuscar en los contenedores de basura. Algunos decían que era porque Darden se comían la basura antes de que llegasen las ratas y otros decían que Darden se comía las ratas; la realidad era una mezcla de ambos rumores. Sacaban un gran beneficio; pero no era para nada rentable. Darden Dean estaba enfermo. Su frente era una colmena de granos que parecían pequeños volcanes apunto de erupción, su cabello pelirrojo tenía más grasa que las sartenes de la posada y el olor que dejaba en la posada era tan asqueroso que pocas personas se aventuraban a comer en La Luna. La única comida que vendían era la que los niños compraban para tirársela a Darden Dean.
Erlend y NicK, dos gemelos que trabajaban en La Luna observaban a Darden desde lejos. Erlend tenía una lanza en sus manos y Nick tenía la espada que un aventurero se dejó en la posada porque no podía soportar la peste (el olor de Darden Dean) que entraba por las ventanas. Ambos se miraron las caras y luego miraron al gordo. ¿De verdad estaban decididos en matarlo? Darden no había hecho daño a nadie; solo a las ratas. El pecado que había cometido el gordo era el de la Gula. ¿Era suficiente para matar a una persona?
Erlend señaló el cubo de basura en llamas que el Gordo tenía a su lado. Dentro del cubo se asomaba la cabeza de un perro pelado que Darden Dean estaba asando para el desayuno. Nick reconoció el animal; pertenecía a la familia Peterson, los señores del Brambo Dorado, un burdel famoso entre los vampiros de Sacrectic. Si los gemelos no mataban al Gordo, los Peterson lo harían para vengarse de lo que habían hecho con su mascota.
-Adelante- dijo vacilante Nick.
-No tenemos opción- contestó Erlend.
Antes de que los gemelos siguieran caminando hacia el gordo, una sombra cayó del cielo. Era tan grande como Darden Dean, pero varios centímetros más alta. Erlend creyó que se trataba de un hombre bestia hecho de piedra y Nick que era uno de esos demonios con los que el viejo predicador Callahan amenazaba a la ciudad.
El demonio usó sus patas traseros para agarrar a Darden Dean por los hombres. Con sus manos acabadas en cuchillas, despellejaba al Gordo. Desde el cielo caían tiras de piel y grasas, vómito de sangre de Darden Dean y una lluvia de piedrecitas que venían desde el pecho de demonio.
Si Nick hubiera llegado con su espada, habría cortado la cabeza de Darden de la forma más rápida e indolora posible. Ninguno de los dos gemelos quería hacer sufrir al gordo, sin embargo, ambos se quedaron bajo las sombra del demonio de piedra a escuchar los gritos de dolor de Darden y a ver la sangre y grasa que caía del cielo. No era una imagen agradable pero, por algún motivo que no entendían, les resultaba placentera.
Boomer llegó al campanario. Boomer cogió la cuerda de las campanas y tiró de ella con fuerza. A Boomer le gustaba hacer sonar las campanas. El ruido asustaba a Boomer. Pero Boomer se sentía fuerte porque sabía que él era quien hacía el sonido que daba miedo. En el Circo de los Horrores todos los payasos daban miedo menos Boomer. Con las campanas, Boomer podía dar tanto miedo como los payasos malos. Boomer quería dar miedo a las gárgolas porque Boomer pensaba que así se irían. Boomer tiró con más fuerza.
-¡DONG, DONG, DONG!- Boomer gritaba a la vez que sonaban las campanas.
Boomer apartó la vista de las ventanas. Los muertos estaban en el tejado. Boomer no quería ver a los hombres gordos sin piel ni grasa. Broadway había matado a los hombres gordos. Boomer conocía a la gárgola. El Padre Bueno le enseñó las gárgolas la primera vez que Boomer subió al campanario. Las gárgolas daban tanto miedo como los payasos o las campanas; pero no se movían. Padre Bueno dijo a Boomer que las gárgolas servían para asustar a los demonios y proteger la Iglesia. Boomer asintió y desde entonces subía al campanario a vigilar que las gárgolas no se moviesen. Goliath, Demona, Hudson… Boomer tenía miedo de ver a las gárgolas moverse porque significaría que los demonios querían entrar en la Iglesia de Padre Bueno. Un día, tiempo atrás, las siete gárgolas desaparecieron. Boomer no le dijo nada a Padre Bueno para no asustarle. Padre Bueno salía todas las noches a matar demonios. Los demonios del Padre Bueno se llamaban vampiros. Boomer no quería preocupar al Padre Bueno con más demonios.
-¡DONG, DONG, DONG!- seguía gritando - ¡¿BROADWAY ESCUCHAR EL DONG?! ¡BOOMER HACER DONG, DONG, DONG!-
* Ambos: En el primer infierno, Johannes y Zero encuentran el primer pecados incontinentes, en particular: Golosos: ellos están inmersos en el fango, bajo una lluvia incesante de granizo y nieve, y sirviendo de alimento al Dios de las Enfermedades.
* Johannes: Debes tranquilizar a Boomer y hacer que te explique por qué hay muertos clavos en las tejas de la Iglesia y quién es Broadway.
* Z9-42: Broadway, la gárgola que estás persiguiendo, ha capturado una nueva víctima y la está torturando en el aire. Deberás realidad tus mejores funciones para salvar a Darden Dean. Puedes usar a los gemelos y al propio gordo como más gustes. Lanza la Voluntad de los Dioses; ellos serán los que decidan el futuro de Darden Dean.
Para los dueños de La Luna, Darden Dean era tanto una molestia como un atractivo para el público. Decenas de persona se congregaban entorno al gordo para lanzarle comida (comprada de la misma posada). Además, desde que se asentó Darden, no habían visto más ratas rebuscar en los contenedores de basura. Algunos decían que era porque Darden se comían la basura antes de que llegasen las ratas y otros decían que Darden se comía las ratas; la realidad era una mezcla de ambos rumores. Sacaban un gran beneficio; pero no era para nada rentable. Darden Dean estaba enfermo. Su frente era una colmena de granos que parecían pequeños volcanes apunto de erupción, su cabello pelirrojo tenía más grasa que las sartenes de la posada y el olor que dejaba en la posada era tan asqueroso que pocas personas se aventuraban a comer en La Luna. La única comida que vendían era la que los niños compraban para tirársela a Darden Dean.
Erlend y NicK, dos gemelos que trabajaban en La Luna observaban a Darden desde lejos. Erlend tenía una lanza en sus manos y Nick tenía la espada que un aventurero se dejó en la posada porque no podía soportar la peste (el olor de Darden Dean) que entraba por las ventanas. Ambos se miraron las caras y luego miraron al gordo. ¿De verdad estaban decididos en matarlo? Darden no había hecho daño a nadie; solo a las ratas. El pecado que había cometido el gordo era el de la Gula. ¿Era suficiente para matar a una persona?
Erlend señaló el cubo de basura en llamas que el Gordo tenía a su lado. Dentro del cubo se asomaba la cabeza de un perro pelado que Darden Dean estaba asando para el desayuno. Nick reconoció el animal; pertenecía a la familia Peterson, los señores del Brambo Dorado, un burdel famoso entre los vampiros de Sacrectic. Si los gemelos no mataban al Gordo, los Peterson lo harían para vengarse de lo que habían hecho con su mascota.
-Adelante- dijo vacilante Nick.
-No tenemos opción- contestó Erlend.
Antes de que los gemelos siguieran caminando hacia el gordo, una sombra cayó del cielo. Era tan grande como Darden Dean, pero varios centímetros más alta. Erlend creyó que se trataba de un hombre bestia hecho de piedra y Nick que era uno de esos demonios con los que el viejo predicador Callahan amenazaba a la ciudad.
El demonio usó sus patas traseros para agarrar a Darden Dean por los hombres. Con sus manos acabadas en cuchillas, despellejaba al Gordo. Desde el cielo caían tiras de piel y grasas, vómito de sangre de Darden Dean y una lluvia de piedrecitas que venían desde el pecho de demonio.
Si Nick hubiera llegado con su espada, habría cortado la cabeza de Darden de la forma más rápida e indolora posible. Ninguno de los dos gemelos quería hacer sufrir al gordo, sin embargo, ambos se quedaron bajo las sombra del demonio de piedra a escuchar los gritos de dolor de Darden y a ver la sangre y grasa que caía del cielo. No era una imagen agradable pero, por algún motivo que no entendían, les resultaba placentera.
- Darden Dean:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- Broadway:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
_____________________
Boomer llegó al campanario. Boomer cogió la cuerda de las campanas y tiró de ella con fuerza. A Boomer le gustaba hacer sonar las campanas. El ruido asustaba a Boomer. Pero Boomer se sentía fuerte porque sabía que él era quien hacía el sonido que daba miedo. En el Circo de los Horrores todos los payasos daban miedo menos Boomer. Con las campanas, Boomer podía dar tanto miedo como los payasos malos. Boomer quería dar miedo a las gárgolas porque Boomer pensaba que así se irían. Boomer tiró con más fuerza.
-¡DONG, DONG, DONG!- Boomer gritaba a la vez que sonaban las campanas.
Boomer apartó la vista de las ventanas. Los muertos estaban en el tejado. Boomer no quería ver a los hombres gordos sin piel ni grasa. Broadway había matado a los hombres gordos. Boomer conocía a la gárgola. El Padre Bueno le enseñó las gárgolas la primera vez que Boomer subió al campanario. Las gárgolas daban tanto miedo como los payasos o las campanas; pero no se movían. Padre Bueno dijo a Boomer que las gárgolas servían para asustar a los demonios y proteger la Iglesia. Boomer asintió y desde entonces subía al campanario a vigilar que las gárgolas no se moviesen. Goliath, Demona, Hudson… Boomer tenía miedo de ver a las gárgolas moverse porque significaría que los demonios querían entrar en la Iglesia de Padre Bueno. Un día, tiempo atrás, las siete gárgolas desaparecieron. Boomer no le dijo nada a Padre Bueno para no asustarle. Padre Bueno salía todas las noches a matar demonios. Los demonios del Padre Bueno se llamaban vampiros. Boomer no quería preocupar al Padre Bueno con más demonios.
-¡DONG, DONG, DONG!- seguía gritando - ¡¿BROADWAY ESCUCHAR EL DONG?! ¡BOOMER HACER DONG, DONG, DONG!-
_____________________
* Ambos: En el primer infierno, Johannes y Zero encuentran el primer pecados incontinentes, en particular: Golosos: ellos están inmersos en el fango, bajo una lluvia incesante de granizo y nieve, y sirviendo de alimento al Dios de las Enfermedades.
* Johannes: Debes tranquilizar a Boomer y hacer que te explique por qué hay muertos clavos en las tejas de la Iglesia y quién es Broadway.
* Z9-42: Broadway, la gárgola que estás persiguiendo, ha capturado una nueva víctima y la está torturando en el aire. Deberás realidad tus mejores funciones para salvar a Darden Dean. Puedes usar a los gemelos y al propio gordo como más gustes. Lanza la Voluntad de los Dioses; ellos serán los que decidan el futuro de Darden Dean.
- Master Troll:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Sorprendido por la condición de Boomer, Seyren se detuvo un par de segundos en uno de los escalones para recuperar el aliento mientras que su antebrazo yacía cargando el peso de su cuerpo. —No estaba preparado para esto—. Menciono en voz baja entre jadeos mientras alzaba la mirada para cerciorarse de la distancia faltante.
Antes de que pudiera continuar, el pasillo se vio inundado por el sonido del campanario. Seyren llevó las manos a sus oídos para bloquear aquel martilleo que provenía del tejado. Acompañada por los gritos de Boomer, la campana rugía en todo su esplendor. El peliblanco alejó su confusión y reanudo la marcha hacia el campanario.
Una vez ahí, el joven busco en la superficie del cielo algún rastro de aquella gran figura alada. Intentó también el modo de encontrar el paradero de aquel niño, pero todo lo que buscaba se escapaba de su percepción y comprensión.
Boomer continuaba fuera de si agitando con furia las campanas que no dejaban de sonar. Dentro de poco, el ruido llego a tocar de sobremanera los nervios del frustrado forastero que no paraba de gritar el nombre de Boomer en vano, solo para que su voz se viera desplazada en el viento por la enorme capacidad pulmonar del grandullon y sus menesteres de hierro que colgaban de la punta del templo. —¡Boomer, por favor!— Continuó insistiendo sin fruto, dándole atención al notable pánico que causaban los cadáveres en el asustado sujeto.
No encontrando otra opción, Seyren se llevo la mano al cinturón, bajo su camisa y desenfundo uno de sus pequeños cuchillos. Levantó la mirada. Entrecerró los ojos mientras ignoraba el estremecer que causaba el martilleo de las campanas dentro de él y lanzó con precisión.
Boomer continuaba jalando de la cuerda, pero la cuerda ya no parecía estar jalando nada. Las campanas cesaron lentamente su rugido mientras Seyren se acercaba lentamente al grandullon y tomaba la cuerda de su mano. —Tranquilízate. Podemos arreglarlo—. Le dijo amablemente mientras se interponía entre Boomer y la cuerda y anudaba esta para hacer una reparación rápida.
Mientras anudaba, el joven intentaba dar aliento y esperanza a su compañero.
—Yo me encargaré de los cadáveres, no tendrás que seguir mirándolos. —Le dijo, sintiendo cierto papel de responsabilidad dentro de su pecho. Hablando con aquel tono que vagamente recordaba usaba su padre para sermonearlo o enseñarle a atar las velas del navío donde trabajaba—. Ahora dime, ¿Quien es Broadway? ¿Hay alguien más aquí?
Seyren terminó de anudar la cuerda. Mientras se cercioraba de que las campanas volvieran a permanecer estáticas y su trabajo fuera bien hecho, esperó por obtener una respuesta.
Antes de que pudiera continuar, el pasillo se vio inundado por el sonido del campanario. Seyren llevó las manos a sus oídos para bloquear aquel martilleo que provenía del tejado. Acompañada por los gritos de Boomer, la campana rugía en todo su esplendor. El peliblanco alejó su confusión y reanudo la marcha hacia el campanario.
Una vez ahí, el joven busco en la superficie del cielo algún rastro de aquella gran figura alada. Intentó también el modo de encontrar el paradero de aquel niño, pero todo lo que buscaba se escapaba de su percepción y comprensión.
Boomer continuaba fuera de si agitando con furia las campanas que no dejaban de sonar. Dentro de poco, el ruido llego a tocar de sobremanera los nervios del frustrado forastero que no paraba de gritar el nombre de Boomer en vano, solo para que su voz se viera desplazada en el viento por la enorme capacidad pulmonar del grandullon y sus menesteres de hierro que colgaban de la punta del templo. —¡Boomer, por favor!— Continuó insistiendo sin fruto, dándole atención al notable pánico que causaban los cadáveres en el asustado sujeto.
No encontrando otra opción, Seyren se llevo la mano al cinturón, bajo su camisa y desenfundo uno de sus pequeños cuchillos. Levantó la mirada. Entrecerró los ojos mientras ignoraba el estremecer que causaba el martilleo de las campanas dentro de él y lanzó con precisión.
Boomer continuaba jalando de la cuerda, pero la cuerda ya no parecía estar jalando nada. Las campanas cesaron lentamente su rugido mientras Seyren se acercaba lentamente al grandullon y tomaba la cuerda de su mano. —Tranquilízate. Podemos arreglarlo—. Le dijo amablemente mientras se interponía entre Boomer y la cuerda y anudaba esta para hacer una reparación rápida.
Mientras anudaba, el joven intentaba dar aliento y esperanza a su compañero.
—Yo me encargaré de los cadáveres, no tendrás que seguir mirándolos. —Le dijo, sintiendo cierto papel de responsabilidad dentro de su pecho. Hablando con aquel tono que vagamente recordaba usaba su padre para sermonearlo o enseñarle a atar las velas del navío donde trabajaba—. Ahora dime, ¿Quien es Broadway? ¿Hay alguien más aquí?
Seyren terminó de anudar la cuerda. Mientras se cercioraba de que las campanas volvieran a permanecer estáticas y su trabajo fuera bien hecho, esperó por obtener una respuesta.
Johannes
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1456
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
La criatura alada avanza a la distancia, poco detrás viene Zero. El niño robótico usa sus habilidades para saltar entre tejados, su velocidad puede llegar a sorprender. Una vez encontró numerosos registros virtuales de un sujeto que podía hacer lo mismo, cierta estrella terrestre llamada Ezio Auditore.
Cuando su objetivo se abalanza en picada la pequeña maquina no puede evitar preocuparse, los depredadores alados solo hacen eso cuando planean atacar una criatura en tierra. Las maquinas rara vez se equivocan, eso queda confirmado con esta predicción. En breve los gritos eliminan toda duda posible, una víctima está siendo atacada.
La escena es bastante grotesca, no es algo bonito de apreciar. Para un personaje sintético especial como la pequeña unidad el dolor ajeno resulta traumático. Nunca ha podido entender esa pequeña discrepancia entre su comportamiento y el del resto, los seres inteligentes parecen disfrutar tales situaciones a un nivel aterrador.
La gárgola lastima a su víctima sin moderación, se puede considerar una mala forma de morir. Zero activa su escáner de signos vitales, la persona atrapada pierde muchos niveles en poco tiempo. Debe hacer algo, es el único capaz de salvar a la enorme persona… o al menos aliviar su dolor.
Para sorpresa de dos testigos el “niño” salta sobre la monstruosidad, por un momento parece que la cabalgara. Lanza dos golpes cargados, hace daño pero no el suficiente. La dermis hostil es muy fuerte, casi parece un elemento geológico. Sin desanimarse la joven unidad cambia de posición, siempre cuidando de no caer por los movimientos erráticos de su enemigo.
Llega a las patas, tienen menos protección que el torso. Intenta hacer palanca y triturar pero no puede con una sola mano… comienza a entender las debilidades de su forma infantil. Sin vacilar idea otra estrategia, utiliza su brazo derecho como una espada sin filo para dar golpe tras golpe en partes vulnerables.
Más abajo ambos gemelos aprecian todo estupefactos, no saben que puede ser más raro. Como si ver una criatura de pesadilla volando no fuera suficiente… ahora también deben tratar de asimilar a un niño "bastante peculiar". Ver los intentos desesperados del “chiquillo” por salvar al desdichado personaje les hace sentir culpables.
Mientras tanto Zero continua luchando aunque su matriz de pensamiento realiza varias tareas al mismo tiempo, es lo bueno de ser una máquina. Si la presa es liberada caerá al suelo desde gran altura, ese es un desenlace poco aceptable. Debe estar preparado para solucionar esa variable también, será un “final de fotografía”.
Cuando su objetivo se abalanza en picada la pequeña maquina no puede evitar preocuparse, los depredadores alados solo hacen eso cuando planean atacar una criatura en tierra. Las maquinas rara vez se equivocan, eso queda confirmado con esta predicción. En breve los gritos eliminan toda duda posible, una víctima está siendo atacada.
La escena es bastante grotesca, no es algo bonito de apreciar. Para un personaje sintético especial como la pequeña unidad el dolor ajeno resulta traumático. Nunca ha podido entender esa pequeña discrepancia entre su comportamiento y el del resto, los seres inteligentes parecen disfrutar tales situaciones a un nivel aterrador.
La gárgola lastima a su víctima sin moderación, se puede considerar una mala forma de morir. Zero activa su escáner de signos vitales, la persona atrapada pierde muchos niveles en poco tiempo. Debe hacer algo, es el único capaz de salvar a la enorme persona… o al menos aliviar su dolor.
Para sorpresa de dos testigos el “niño” salta sobre la monstruosidad, por un momento parece que la cabalgara. Lanza dos golpes cargados, hace daño pero no el suficiente. La dermis hostil es muy fuerte, casi parece un elemento geológico. Sin desanimarse la joven unidad cambia de posición, siempre cuidando de no caer por los movimientos erráticos de su enemigo.
Llega a las patas, tienen menos protección que el torso. Intenta hacer palanca y triturar pero no puede con una sola mano… comienza a entender las debilidades de su forma infantil. Sin vacilar idea otra estrategia, utiliza su brazo derecho como una espada sin filo para dar golpe tras golpe en partes vulnerables.
Más abajo ambos gemelos aprecian todo estupefactos, no saben que puede ser más raro. Como si ver una criatura de pesadilla volando no fuera suficiente… ahora también deben tratar de asimilar a un niño "bastante peculiar". Ver los intentos desesperados del “chiquillo” por salvar al desdichado personaje les hace sentir culpables.
Mientras tanto Zero continua luchando aunque su matriz de pensamiento realiza varias tareas al mismo tiempo, es lo bueno de ser una máquina. Si la presa es liberada caerá al suelo desde gran altura, ese es un desenlace poco aceptable. Debe estar preparado para solucionar esa variable también, será un “final de fotografía”.
Off: Quiero disculparme, juraba que no me tocaba… la próxima avísame por el chat John…
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Olvide la voluntad de los dioses jeje
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
El miembro 'Z9-42' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Boomer se puso en cuclillas y se encogió sobre sí mismo. Boomer estaba en un rincón del campanario. La espalda de Boomer estaba dirigida a las ventanas. Boomer no quería ver los cadáveres de fuera. Boomer se imaginaba que Broadway saldría entre los cadáveres y le atacaría como a los hombres gordos. Boomer miró como el niño que ve al peluche con el que duerme en lo alto de una estantería donde no puede cogerlo. Sin la campana, Boomer se sentía indefenso. Broadway podría regresar. Boomer balanceaba su cabeza hacia delante y hacia atrás. Boomer tenía miedo. Boomer estaba nervioso. Boomer no sabía qué hacer. Seyren rompió el Dong. Broadway no escucharía más Dong’s porque Seyren los había roto.
Boomer quiso girar la cabeza y mirar a Seyren con gesto acusador. ¡Seyren tenía la culpa! Boomer no se podía girar. Si Boomer se daba la vuelta vería la ventana y Broadway entraría por ella.
-Dong, dong- Boomer susurraba entre lágrimas para que Broadway se fuera. - dong, Broadway irse con el dong- el llanto de Boomer se hizo más grande - no haber dong-.
La gárgola dejó a Darden Dean sin el más mísero cuidado. El gordo cayó encima de unos cubos de metal. Los gemelos, Erlend y Nick, se acercaron a ver, por morbosa curiosidad, cómo la gárgola había dejado a Darden. No fue agradable, Erlend sintió arcadas y Nick, que se había comido un bocadillo de atún minutos antes para ahogar los nervios de querer matar a un “inocente”, vomitó a un lado de los cubos de metal. La gárgola había arrancado la grasa de Darden a tiras sin derramar la más mínima gota de sangre. La poca sangre que caía por la sien del gordo provenía de las pústulas de sangre que habían explotado durante la caída.
Ninguno de los gemelos supo decir si era una cuestión de milagros o de maldiciones, pero el gordo todavía respiraba. Su cuerpo parecía un conejo después de haberlo despellejado. ¿A caso alguien podría vivir así? Erlend cogió una rama del suelo y pinchó la barriga del gordo despellejado. Lo que fuera que quedó después de arrancarle la piel y la grasa era igual que transparente como un vidrio recubierto de vaho. Si bien no podía distinguir dónde estaba el bazo o el hígado, podía las figuras de sus órganos.
Nick miró al cielo, cualquier lugar dónde mirar era mejor que ver cómo la gárgola había dejado a Darden Dean. El niño que había saltado encima de la gorda estaba enfrentándose contra ella. Nick se limpió la boca con un pañuelo sin apartar los ojos del niño. Parecía estar cabalgando la gárgola. ¿Era posible? ¿Por qué no? Acababa de ver cómo una gárgola, que se suponía que eran de piedra maciza, torturaba a Darden Dean. ¡Todo era posible!
-Mira eso- Nick dio un codazo a su hermano para llamar su atención y le señaló, con la otra mano, al niño de arriba de la gárgola.
La gárgola se retorció sobre sí misma rodando por los aires. Golpeó su torso contra la cristalera de la posada de forma que el niño recibió los peores golpes con el cristal. Más tarde, dio una cabriola con la que el niño cayó justo encima de Darden Dean dando fin a la vida del gordo.
-¿Estás bien?- Erlend tendió una mano al pequeño. Las arcadas volvieron de nuevo. El ahora cadáver Dean parecía un tonel a punto de explotar. -¿Te has hecho daño?-
-¡Agachaos!- gritó Nick empujando a su hermano contra el suelo.
La gárgola volvió a coger a Darden Dean y se fue volando por donde había venido.
A Boomer le costó tranquilizarse. Boomer estaba muy nervioso y muy asustado. No era culpa de Boomer. Boomer tenía miedo de las gárgolas. Las gárgolas eran feas y daban miedo. Boomer no tenía culpa. ¿Seyren? Seyren rompió el dong pero él no hizo las gárgolas. Seyren no tenía la culpa de que las gárgolas fueran feas y diesen miedo.
-Broadway ser gárgola fea. Broadway dar miedo. Broadway matar a gente gorda. Padre Bueno decir que gente gorda tener gula, pero que no ser motivo de matar. Padre Bueno no mataría a persona con gula. Padre Bueno solo matar vampiros malos. Gárgolas matar a personas malas de los siete infiernos. Padre Bueno explicar a Boomer que ser siete infernos, pero Boomer no saber explicar- el llanto de Boomer volvió con un tono más suave - Boomer echar de menos a Padre Bueno-.
* Johannes: Boomer está muy asustado. Sin el padre Callahan se encuentra perdido, es como un niño lejos de sus padres. No sabe explicarte qué son los siete infiernos (aunque deduzco que tú como usuario ya sabes a lo que se refiere). Tendrás que ir a la prisión de la ciudad junto con Boomer a que Callahan te lo explique.
* Z9-42: Malas noticias: No has conseguido salvar a Darden Dean (tampoco quedaba mucho qué salvar). Recibes unas pocas heridas tras el combate, pero tu cuerpo de metal puede resistirlas. Lo mismo sucede con Broadway, su cuerpo de piedra resiste todos tus golpes. Los gemelos necesitan una explicación a lo que ha pasado. Ahora, debes de decidir si quedarte con ellos y explicarles qué ha sucedido o ir tras la gárgola y probar suerte en el próximo ataque.
Boomer quiso girar la cabeza y mirar a Seyren con gesto acusador. ¡Seyren tenía la culpa! Boomer no se podía girar. Si Boomer se daba la vuelta vería la ventana y Broadway entraría por ella.
-Dong, dong- Boomer susurraba entre lágrimas para que Broadway se fuera. - dong, Broadway irse con el dong- el llanto de Boomer se hizo más grande - no haber dong-.
_____________________
La gárgola dejó a Darden Dean sin el más mísero cuidado. El gordo cayó encima de unos cubos de metal. Los gemelos, Erlend y Nick, se acercaron a ver, por morbosa curiosidad, cómo la gárgola había dejado a Darden. No fue agradable, Erlend sintió arcadas y Nick, que se había comido un bocadillo de atún minutos antes para ahogar los nervios de querer matar a un “inocente”, vomitó a un lado de los cubos de metal. La gárgola había arrancado la grasa de Darden a tiras sin derramar la más mínima gota de sangre. La poca sangre que caía por la sien del gordo provenía de las pústulas de sangre que habían explotado durante la caída.
Ninguno de los gemelos supo decir si era una cuestión de milagros o de maldiciones, pero el gordo todavía respiraba. Su cuerpo parecía un conejo después de haberlo despellejado. ¿A caso alguien podría vivir así? Erlend cogió una rama del suelo y pinchó la barriga del gordo despellejado. Lo que fuera que quedó después de arrancarle la piel y la grasa era igual que transparente como un vidrio recubierto de vaho. Si bien no podía distinguir dónde estaba el bazo o el hígado, podía las figuras de sus órganos.
Nick miró al cielo, cualquier lugar dónde mirar era mejor que ver cómo la gárgola había dejado a Darden Dean. El niño que había saltado encima de la gorda estaba enfrentándose contra ella. Nick se limpió la boca con un pañuelo sin apartar los ojos del niño. Parecía estar cabalgando la gárgola. ¿Era posible? ¿Por qué no? Acababa de ver cómo una gárgola, que se suponía que eran de piedra maciza, torturaba a Darden Dean. ¡Todo era posible!
-Mira eso- Nick dio un codazo a su hermano para llamar su atención y le señaló, con la otra mano, al niño de arriba de la gárgola.
La gárgola se retorció sobre sí misma rodando por los aires. Golpeó su torso contra la cristalera de la posada de forma que el niño recibió los peores golpes con el cristal. Más tarde, dio una cabriola con la que el niño cayó justo encima de Darden Dean dando fin a la vida del gordo.
-¿Estás bien?- Erlend tendió una mano al pequeño. Las arcadas volvieron de nuevo. El ahora cadáver Dean parecía un tonel a punto de explotar. -¿Te has hecho daño?-
-¡Agachaos!- gritó Nick empujando a su hermano contra el suelo.
La gárgola volvió a coger a Darden Dean y se fue volando por donde había venido.
_____________________
A Boomer le costó tranquilizarse. Boomer estaba muy nervioso y muy asustado. No era culpa de Boomer. Boomer tenía miedo de las gárgolas. Las gárgolas eran feas y daban miedo. Boomer no tenía culpa. ¿Seyren? Seyren rompió el dong pero él no hizo las gárgolas. Seyren no tenía la culpa de que las gárgolas fueran feas y diesen miedo.
-Broadway ser gárgola fea. Broadway dar miedo. Broadway matar a gente gorda. Padre Bueno decir que gente gorda tener gula, pero que no ser motivo de matar. Padre Bueno no mataría a persona con gula. Padre Bueno solo matar vampiros malos. Gárgolas matar a personas malas de los siete infiernos. Padre Bueno explicar a Boomer que ser siete infernos, pero Boomer no saber explicar- el llanto de Boomer volvió con un tono más suave - Boomer echar de menos a Padre Bueno-.
_____________________
* Johannes: Boomer está muy asustado. Sin el padre Callahan se encuentra perdido, es como un niño lejos de sus padres. No sabe explicarte qué son los siete infiernos (aunque deduzco que tú como usuario ya sabes a lo que se refiere). Tendrás que ir a la prisión de la ciudad junto con Boomer a que Callahan te lo explique.
* Z9-42: Malas noticias: No has conseguido salvar a Darden Dean (tampoco quedaba mucho qué salvar). Recibes unas pocas heridas tras el combate, pero tu cuerpo de metal puede resistirlas. Lo mismo sucede con Broadway, su cuerpo de piedra resiste todos tus golpes. Los gemelos necesitan una explicación a lo que ha pasado. Ahora, debes de decidir si quedarte con ellos y explicarles qué ha sucedido o ir tras la gárgola y probar suerte en el próximo ataque.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
A sus espaldas, el peliblanco solo escuchaba sollozos y sonidos parecidos al sonar de aquella campana que él mismo había silenciado. Giró sobre sus talones y vio la enorme figura agachada como una tortuga oculta dentro de su caparazón. Seyren alterno miradas entre Boomer y la campana, estaba claro que su decisión no había sido del todo correcta.
El temor del grandullon no dejaba de embargar sus acciones. Seyren quería hacer algo pero jamás había tenido que enfrentarse a una situación similar. El joven permaneció en silencio durante algunos minutos. Quieto, mordiendo su labio inferior ante sus reflexiones. Luego de algunos instantes, el peliblanco se acerco a Boomer y puso la mano sobre su hombro. —Tranquilo—. Dijo torpemente dando palmadas en la espalda de Boomer. —Lo has logrado, Boomer. Se ha ido, lo has espantado con la ayuda de la campana—. Añadió en su trémulo intento por calmar al grandote.
Cuando Boomer comenzó a balbucear, Seyren se acerco un poco para escuchar más claramente. —Broadway—. Repitió a modo susurrante mientras recuperaba la postura y miraba por las ventanas del campanario. Si no lo hubiera presenciado, el joven no hubiera encontrado ningún sentido en las palabras de Boomer. Efectivamente, uno de los puestos de las gárgolas se encontraba vació, abandonado, marcado por el desgaste a su alrededor. Por un instante, miró al resto de las gárgolas con cierta sospecha e incertidumbre mientras escuchaba el breve relato del grandullon.
Mientras escuchaba cada palabra, Seyren no podía dejar de sentirse en medio de una telaraña tejida de misterio. El "padre" mata vampiros. Broadway se encarga de aquellos que se desviven por comer y beber. Las gárgolas castigan a las personas malas. En todas encontró un deje de relación excepto la ultima de la cual Seyren jamás había oído hablar. «Los siete infiernos».
Habiendo dejado en claro que Boomer no podría explicar eso último, Seyren decidió que lo más sensato sería continuar con su misión principal: Dirigirse a la comisaría y encontrar al padre bueno para intentar indagar más acerca de todo el asunto. —Lo has hecho bien, Boomer. El padre bueno estaría orgulloso. Vayamos de una buena vez a aclarar los malentendidos y hagámosle volver. Seguro él sabrá como proceder. Añadió mientras intentaba ayudarlo para ponerse de pie y salir del templo sin que el grandullon volviera la mirada a aquello que lo aterraba. Seyren tenia confianza en que una vez que el padre estuviera con Boomer este se calmaría de igual modo. Serian dos pájaros de un tiro.
El temor del grandullon no dejaba de embargar sus acciones. Seyren quería hacer algo pero jamás había tenido que enfrentarse a una situación similar. El joven permaneció en silencio durante algunos minutos. Quieto, mordiendo su labio inferior ante sus reflexiones. Luego de algunos instantes, el peliblanco se acerco a Boomer y puso la mano sobre su hombro. —Tranquilo—. Dijo torpemente dando palmadas en la espalda de Boomer. —Lo has logrado, Boomer. Se ha ido, lo has espantado con la ayuda de la campana—. Añadió en su trémulo intento por calmar al grandote.
Cuando Boomer comenzó a balbucear, Seyren se acerco un poco para escuchar más claramente. —Broadway—. Repitió a modo susurrante mientras recuperaba la postura y miraba por las ventanas del campanario. Si no lo hubiera presenciado, el joven no hubiera encontrado ningún sentido en las palabras de Boomer. Efectivamente, uno de los puestos de las gárgolas se encontraba vació, abandonado, marcado por el desgaste a su alrededor. Por un instante, miró al resto de las gárgolas con cierta sospecha e incertidumbre mientras escuchaba el breve relato del grandullon.
Mientras escuchaba cada palabra, Seyren no podía dejar de sentirse en medio de una telaraña tejida de misterio. El "padre" mata vampiros. Broadway se encarga de aquellos que se desviven por comer y beber. Las gárgolas castigan a las personas malas. En todas encontró un deje de relación excepto la ultima de la cual Seyren jamás había oído hablar. «Los siete infiernos».
Habiendo dejado en claro que Boomer no podría explicar eso último, Seyren decidió que lo más sensato sería continuar con su misión principal: Dirigirse a la comisaría y encontrar al padre bueno para intentar indagar más acerca de todo el asunto. —Lo has hecho bien, Boomer. El padre bueno estaría orgulloso. Vayamos de una buena vez a aclarar los malentendidos y hagámosle volver. Seguro él sabrá como proceder. Añadió mientras intentaba ayudarlo para ponerse de pie y salir del templo sin que el grandullon volviera la mirada a aquello que lo aterraba. Seyren tenia confianza en que una vez que el padre estuviera con Boomer este se calmaría de igual modo. Serian dos pájaros de un tiro.
Johannes
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1456
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
A veces las cosas no salen bien, incluso cuando una maquina está involucrada. La bestia arroja su “carga” al suelo causándole gran daño, si sigue con vida eso no durara. Zero no puede sujetarlo debido a los numerosos intentos que realiza su enemigo por quedar solo de nuevo, una gran saga de malos desenlaces.
Ahora sin un gran peso de encima la criatura alada aumenta sus contramedidas, termina estrellando al “chico” contra ventanas y cristales. La máquina puede sentir dolor aunque tiene la capacidad de disminuirlo, afortunadamente el daño resulta aceptable, puede seguir funcionando sin trabas.
Z9-42 es un humano aumentado, resistente en todo sentido. Cuando recibe ataques fuertes su cuerpo se deteriora en menor grado que un orgánico aunque curiosamente cualquier herida sufrida parece corriente desde el punto de vista biológico, es por eso aunque ahora ostenta cortes sangrantes.
¿Qué es… esto?
Su mente se paraliza momentáneamente, ver su cuerpo lastimado lo impresiona a sobremanera. Desde la transformación nunca había visto daños propios, eso suele pasarle a los orgánicos que acompaña. Logra sujetarse aunque su concentración falla, el animal monstruoso se aprovecha de eso.
Zero puede recordar una mujer, por alguna razón siente calidez cuando visualiza su rostro. Le está vendando un corte, nada demasiado grave aunque se encuentra aterrado. Ella no deja de repetir “no es nada” y “ya paso”. Esa simple imagen lo hace recuperar su compostura, especialmente porque esta vez no la ve como un tercero, lo experimenta directamente.
Cuando el pequeño robot vuelve a la realidad se encuentra cayendo, su brazo cedió y ahora se precipita al suelo. Forma una pose defensiva segundos antes de impactar, sorpresivamente algo amortigua su caída. Se levanta con rapidez, puede resistir caídas de cierta altura. Cuando mira sobre lo que aterrizo se sorprende, da unos paso para atrás en el proceso.
El sujeto obeso le sirvió de almohadilla… por desgracia murió en el proceso. El grotesco estado del cadáver y la propia realidad de lo acontecido generan recuerdos fantasmas, ahora los percibe desde una óptica externa como es habitual. Ve como un niño aplasta hormigas por diversión, no tiene lógica ni sentido pero le parece divertido… incluso aunque pueda ser considerado cruel.
Uno de los gemelos grita y eso le hace despertar, la gárgola toma al destrozado cadáver para luego alejarse volando. Esta se puede contar como una de las primeras derrotas del pequeño sintético... de las importantes al menos. Una experiencia extraña y totalmente desagradable, perder no se siente bien.
Estoy bien, gracias por su preocupación… me temo que no pude salvarlo, lo lamento mucho…
Baja la cabeza por inercia, lo hace porque es una respuesta acertada y… de verdad lo siente. El colosal animal desparece en los edificios, esta vez su perseguidor no logra pillar la trayectoria. Tendrá que reiniciar la búsqueda pero algo parece más pertinente ahora, quizás ayude a prevenir otras víctimas.
Esa criatura esta suelta y es peligrosa, viene del ¿viejo templo? … es recomendable que alerten a los demás.
Ahora sin un gran peso de encima la criatura alada aumenta sus contramedidas, termina estrellando al “chico” contra ventanas y cristales. La máquina puede sentir dolor aunque tiene la capacidad de disminuirlo, afortunadamente el daño resulta aceptable, puede seguir funcionando sin trabas.
Z9-42 es un humano aumentado, resistente en todo sentido. Cuando recibe ataques fuertes su cuerpo se deteriora en menor grado que un orgánico aunque curiosamente cualquier herida sufrida parece corriente desde el punto de vista biológico, es por eso aunque ahora ostenta cortes sangrantes.
¿Qué es… esto?
Su mente se paraliza momentáneamente, ver su cuerpo lastimado lo impresiona a sobremanera. Desde la transformación nunca había visto daños propios, eso suele pasarle a los orgánicos que acompaña. Logra sujetarse aunque su concentración falla, el animal monstruoso se aprovecha de eso.
Zero puede recordar una mujer, por alguna razón siente calidez cuando visualiza su rostro. Le está vendando un corte, nada demasiado grave aunque se encuentra aterrado. Ella no deja de repetir “no es nada” y “ya paso”. Esa simple imagen lo hace recuperar su compostura, especialmente porque esta vez no la ve como un tercero, lo experimenta directamente.
Cuando el pequeño robot vuelve a la realidad se encuentra cayendo, su brazo cedió y ahora se precipita al suelo. Forma una pose defensiva segundos antes de impactar, sorpresivamente algo amortigua su caída. Se levanta con rapidez, puede resistir caídas de cierta altura. Cuando mira sobre lo que aterrizo se sorprende, da unos paso para atrás en el proceso.
El sujeto obeso le sirvió de almohadilla… por desgracia murió en el proceso. El grotesco estado del cadáver y la propia realidad de lo acontecido generan recuerdos fantasmas, ahora los percibe desde una óptica externa como es habitual. Ve como un niño aplasta hormigas por diversión, no tiene lógica ni sentido pero le parece divertido… incluso aunque pueda ser considerado cruel.
Uno de los gemelos grita y eso le hace despertar, la gárgola toma al destrozado cadáver para luego alejarse volando. Esta se puede contar como una de las primeras derrotas del pequeño sintético... de las importantes al menos. Una experiencia extraña y totalmente desagradable, perder no se siente bien.
Estoy bien, gracias por su preocupación… me temo que no pude salvarlo, lo lamento mucho…
Baja la cabeza por inercia, lo hace porque es una respuesta acertada y… de verdad lo siente. El colosal animal desparece en los edificios, esta vez su perseguidor no logra pillar la trayectoria. Tendrá que reiniciar la búsqueda pero algo parece más pertinente ahora, quizás ayude a prevenir otras víctimas.
Esa criatura esta suelta y es peligrosa, viene del ¿viejo templo? … es recomendable que alerten a los demás.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Era un aero de carne, sin huesos ni nervios. Vivía encerrado en la oscuridad del calabozo de la cárcel de Sacrestic Ville no porque un preso más de los muchos de los que allí había, el vampiro fingía que era inocente y paseaba entre las celdas haciendo bailar su porra. Piers Plowman servía como guardia de la ciudad. Su deber, al menos en un suponer, consistía en vigilar los calabozos de la prisión para impedir que los prisioneros escapen. No siempre era así. Piers servía a su propios dioses cinlíndricos y brillantes. Si alguien era capturado y encerrado en la prisión, podía pagar cierta suma de oro al guardia Plowman y éste le abría la puerta del calabozo con una sonrisa de oreja a oreja. Todo el mundo lo sabía y todo el mundo se aprovechaba. “Hay pruebas que demuestran que el acusado es inocente; la sangre de sus copas era de cerdo no de humano. Yo mismo la probé”. Piers Plowman podía ser muy convincente; los humanos fieles a las viejas religiones lo verían como el mismísimo Loki y los que rezaban a la nueva religión del ya famoso predicar de Sacrestic le verían como aquel que llamaban “Satán”. Era un buen nombre Piers Satán Plowman.
El guardia vampiro pensaba con orgullo en alargar su nombre con el apellido “Satán” mientras hacía su ronda mañanera entre los calabozos. Durante el día, la actividad de en Sacrestic era muy reducida. Los otros vampiros hacía rato que se habían ido a dormir y los guardias humanos se encargaban de patrullar la ciudad. Allí abajo, solo quedaba Piers Plowman. Ningún testigo que le pudiera ver realizar sus malas artes.
Se asomó al calabozo de un importante vampiro. No recordaba su nombre, pero sí la promesa que le hizo el día anterior cuando le capturaron. ¿Doscientos aeros a cambio de un sencillo giro de llave y empujón a la puerta oxidada del calabozo para abrirla? Aquello era un trato que Piers Plowman no podía rechazar.
La bolsa de monedas se la entregó un niño humano, que, por lo visto, era sirviente y esclavo de cama del mismo noble, tras la primera hora que el gallo cantase. Piers colocó la bolsa bajo el doble fondo de la mesita de su despacho en la prisión. Cogía la llave de la celda del vampiro y volvió a los calabozos.
Disfrutó del camino hacia la celda. Le encantaba aquel lugar bajo el suelo de la ciudad. La humedad mojaba su calva en pequeñas y frescas gotas de podredumbre concentradas. Los presos odiaban la peste de los calabozos, pero para Piers Plowman tenía cierto encanto. Él creía que tenía el mismo olor que la puta con la que se había enamorado (su segundo amor, después del oro).
Llegó enfrente del calabozo del vampiro cuyo esclavo infantil le había pagado por adelanto. Los ojos de rata de Piers comenzaron a brillar extasiadas; un noble como él podía devolverle con creces el favor que le estaba haciendo.
Puso la llave en la cerradura de la celda y se escuchó el primer crack, a su espalda sonó una risa anciana y entrecortada.
De pronto, antes de que Piers Plowman abriera la puerta, el techo del calabozo comenzó a ceder. Primero fue unas ligaras motas de polvo las que cayeron encima del bendito vampiro, luego, un trozo de techo tan grande como el propio Piers. Si habría una posibilidad que el vampiro hubiera salvado por la enorme trozo de techo que cayó encima suya, ésta se redujo a cero en el momento en el que la luz del sol entre por el agujero.
Rápidamente, el carcelero cerró el calabozo y huyó de la luz del sol. Una estatua con cabeza de perro, alas de murciélago y cuerpo de demonio bajó volando del agujero del techo. Era pequeño, pero eso no significaba que fuera débil. Dio un par de cabezazos a la puerta y la abría. La bestia de piedra gritó como gritaría Loki o Satán después de haber triunfado tras sus engaños. La risa anciana volvió a sonar a su espalda.
El pequeño saltó encima de Piers derribándolo al suelo. El carcelero no era más que un aero de carne, sin huesos ni nervios. El pequeñín se dedicó a verificar tal definición. Empezó mordiéndole el brazo. Sus babas del mismo color y brillo que el oro, hacían cicatrizar las heridas que la bestia le hacía en los mordiscos.
Piers gritaba y lloraba. Si giraba la cabeza, podía ver que el suelo estaba plagado diminutos trozos de huesos que la bestia le había arrancado del brazo. Sin embargo, él no la giraba. Mantenía los ojos fijos en el Dios que alababa. El dios del oro y del dinero. Su brazo, brillaba tanto como los aros que el niño esclavo le había dado. Quemaba como quemaría el abrazo de Satán o el beso de Loki,
Los gemelos se miraron las caras. En cierto modo, el niño les había hecho un favor. Ellos no querían matar a Darden Dean, lo iban a hacer porque el futuro de sus días dependía de ello. Sin embargo, no querían convertirse en asesinos. Si la gárgola nunca hubiera llegado, habrían terminado el trabajo muy rápido. Erlend hubiera cogido por la espalda al gordo y Nick le habría degollado con la espada con la misma rapidez con la que se degüella un conejo. Sería rápido e indoloro. En el fondo, los gemelos tenían buenas intenciones. En la otra vida, tal vez, nadie se burlaría de Darden Dean y pudiera vivir en paz y no rodeado de ratas y basura.
Nick se limpió la camiseta de diminutos trozos de órganos de Darden que salieron desparramados tras la caída del chico y vomitó por segundo vez; no descartaba tener que vomitar una tercera.
Erlend cogió la mano del niño y lo ayudó a bajar de los cubos de basura. Le limpió el pelo y le arregló la ropa. Notó que la piel de chico era frío con el filo de la espada de su hermano. ¿Un cibernético? Eso podría explicar por qué seguía con vida después de haber sufrido una caída como esa.
-¿El viejo templo?- repitió Erlend confuso- ¿Te refieres a la Iglesia del Padre Callahan? No creo que el viejo supiera invocar una bestia como la que hemos visto. He oído rumores que, en ocasiones, el predicador se dedica a matar vampiros. La gente dice que lo hace por vengarse porque un vampiro mató al que fue su amante. Hay que ver lo que se inventa la gente. Si dos chicos son buenos amigos, siempre hay quien dice que deben de ser amantes en secretos-.
Erlend soltó una risa nerviosa. En aquella situación donde había el cadáver de un gordo apestoso y asqueroso con trozos de tripas al aire libre como si fueran las patas de una araña, lo mejor era reír y olvidar.
Nick se puso firme a duras penas. Dio un paso para alejarse del cadáver y se apoyó en la pared de la posada para no caer impulsado por una nueva arcada.
-¿Dónde dices que está ese viejo templo?- dijo Nick a duras penas- No podemos dejar que esa gárgola cabrona vuelva a matar- vino una nueva arcada, pero la pudo frenar- ¡¿Habéis visto lo que ha hecho?! Tenemos que llamar a la guardia, ellos sabrán qué hacer-.
-¿Hablas en serio? No creo que los mismos cabezas cuadradas de la guardia que no consiguieron a echar a Darden de aquí cuando se lo pedimos sepan qué hacer con una estatua de piedra que ha cobrado vida de la nada-.
-¡Algo tenemos qué hacer!-
-Tienes razón, algo tenemos que hacer: Volver a la posada y dejar que las autoridades se ocupen de esto. Nuestro pequeño héroe necesita y un baño, y yo también-.
Nick bajó la cabeza. Quizás esperaba que el cibernético decidiera por él.
* Ambos: En el segundo infierno, Johannes y Zero vieron una nación de almas perdidas. Una de ellas preguntó a la otra: “¿Por qué atesoras?” la segunda le respondió: “¿Por qué derrochas?”
* Johannes: Llegas a la prisión junto con Boomer. Está complemente vacía. Ves un agujero en el suelo que da a los calabozos. Entra por él y te encuentras la escena en la que Lexington está sacando los huesos y los nervios del brazo de Piers Plowman para llenarlo después de oro. Deberás intentar salvar al carcelero. Que sea la Voluntad de los Dioses quienes decidan si consigues salvar al vampiro ávaro.
* Z9-42: Erlend propone una gran idea: “Que se encarguen las autoridades”. Tiene razón, después de lo ocurrido no tardarán en llegar. Puedes tomarte un merecido descanso en la Posada La Luna o puedes hacer caso a Nick e ir de frente a buscar los guardias y solucionar esto por tu propia cuenta.
El guardia vampiro pensaba con orgullo en alargar su nombre con el apellido “Satán” mientras hacía su ronda mañanera entre los calabozos. Durante el día, la actividad de en Sacrestic era muy reducida. Los otros vampiros hacía rato que se habían ido a dormir y los guardias humanos se encargaban de patrullar la ciudad. Allí abajo, solo quedaba Piers Plowman. Ningún testigo que le pudiera ver realizar sus malas artes.
Se asomó al calabozo de un importante vampiro. No recordaba su nombre, pero sí la promesa que le hizo el día anterior cuando le capturaron. ¿Doscientos aeros a cambio de un sencillo giro de llave y empujón a la puerta oxidada del calabozo para abrirla? Aquello era un trato que Piers Plowman no podía rechazar.
La bolsa de monedas se la entregó un niño humano, que, por lo visto, era sirviente y esclavo de cama del mismo noble, tras la primera hora que el gallo cantase. Piers colocó la bolsa bajo el doble fondo de la mesita de su despacho en la prisión. Cogía la llave de la celda del vampiro y volvió a los calabozos.
Disfrutó del camino hacia la celda. Le encantaba aquel lugar bajo el suelo de la ciudad. La humedad mojaba su calva en pequeñas y frescas gotas de podredumbre concentradas. Los presos odiaban la peste de los calabozos, pero para Piers Plowman tenía cierto encanto. Él creía que tenía el mismo olor que la puta con la que se había enamorado (su segundo amor, después del oro).
Llegó enfrente del calabozo del vampiro cuyo esclavo infantil le había pagado por adelanto. Los ojos de rata de Piers comenzaron a brillar extasiadas; un noble como él podía devolverle con creces el favor que le estaba haciendo.
Puso la llave en la cerradura de la celda y se escuchó el primer crack, a su espalda sonó una risa anciana y entrecortada.
De pronto, antes de que Piers Plowman abriera la puerta, el techo del calabozo comenzó a ceder. Primero fue unas ligaras motas de polvo las que cayeron encima del bendito vampiro, luego, un trozo de techo tan grande como el propio Piers. Si habría una posibilidad que el vampiro hubiera salvado por la enorme trozo de techo que cayó encima suya, ésta se redujo a cero en el momento en el que la luz del sol entre por el agujero.
Rápidamente, el carcelero cerró el calabozo y huyó de la luz del sol. Una estatua con cabeza de perro, alas de murciélago y cuerpo de demonio bajó volando del agujero del techo. Era pequeño, pero eso no significaba que fuera débil. Dio un par de cabezazos a la puerta y la abría. La bestia de piedra gritó como gritaría Loki o Satán después de haber triunfado tras sus engaños. La risa anciana volvió a sonar a su espalda.
El pequeño saltó encima de Piers derribándolo al suelo. El carcelero no era más que un aero de carne, sin huesos ni nervios. El pequeñín se dedicó a verificar tal definición. Empezó mordiéndole el brazo. Sus babas del mismo color y brillo que el oro, hacían cicatrizar las heridas que la bestia le hacía en los mordiscos.
Piers gritaba y lloraba. Si giraba la cabeza, podía ver que el suelo estaba plagado diminutos trozos de huesos que la bestia le había arrancado del brazo. Sin embargo, él no la giraba. Mantenía los ojos fijos en el Dios que alababa. El dios del oro y del dinero. Su brazo, brillaba tanto como los aros que el niño esclavo le había dado. Quemaba como quemaría el abrazo de Satán o el beso de Loki,
- Lexington:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
_____________________
Los gemelos se miraron las caras. En cierto modo, el niño les había hecho un favor. Ellos no querían matar a Darden Dean, lo iban a hacer porque el futuro de sus días dependía de ello. Sin embargo, no querían convertirse en asesinos. Si la gárgola nunca hubiera llegado, habrían terminado el trabajo muy rápido. Erlend hubiera cogido por la espalda al gordo y Nick le habría degollado con la espada con la misma rapidez con la que se degüella un conejo. Sería rápido e indoloro. En el fondo, los gemelos tenían buenas intenciones. En la otra vida, tal vez, nadie se burlaría de Darden Dean y pudiera vivir en paz y no rodeado de ratas y basura.
Nick se limpió la camiseta de diminutos trozos de órganos de Darden que salieron desparramados tras la caída del chico y vomitó por segundo vez; no descartaba tener que vomitar una tercera.
Erlend cogió la mano del niño y lo ayudó a bajar de los cubos de basura. Le limpió el pelo y le arregló la ropa. Notó que la piel de chico era frío con el filo de la espada de su hermano. ¿Un cibernético? Eso podría explicar por qué seguía con vida después de haber sufrido una caída como esa.
-¿El viejo templo?- repitió Erlend confuso- ¿Te refieres a la Iglesia del Padre Callahan? No creo que el viejo supiera invocar una bestia como la que hemos visto. He oído rumores que, en ocasiones, el predicador se dedica a matar vampiros. La gente dice que lo hace por vengarse porque un vampiro mató al que fue su amante. Hay que ver lo que se inventa la gente. Si dos chicos son buenos amigos, siempre hay quien dice que deben de ser amantes en secretos-.
Erlend soltó una risa nerviosa. En aquella situación donde había el cadáver de un gordo apestoso y asqueroso con trozos de tripas al aire libre como si fueran las patas de una araña, lo mejor era reír y olvidar.
Nick se puso firme a duras penas. Dio un paso para alejarse del cadáver y se apoyó en la pared de la posada para no caer impulsado por una nueva arcada.
-¿Dónde dices que está ese viejo templo?- dijo Nick a duras penas- No podemos dejar que esa gárgola cabrona vuelva a matar- vino una nueva arcada, pero la pudo frenar- ¡¿Habéis visto lo que ha hecho?! Tenemos que llamar a la guardia, ellos sabrán qué hacer-.
-¿Hablas en serio? No creo que los mismos cabezas cuadradas de la guardia que no consiguieron a echar a Darden de aquí cuando se lo pedimos sepan qué hacer con una estatua de piedra que ha cobrado vida de la nada-.
-¡Algo tenemos qué hacer!-
-Tienes razón, algo tenemos que hacer: Volver a la posada y dejar que las autoridades se ocupen de esto. Nuestro pequeño héroe necesita y un baño, y yo también-.
Nick bajó la cabeza. Quizás esperaba que el cibernético decidiera por él.
_____________________
* Ambos: En el segundo infierno, Johannes y Zero vieron una nación de almas perdidas. Una de ellas preguntó a la otra: “¿Por qué atesoras?” la segunda le respondió: “¿Por qué derrochas?”
* Johannes: Llegas a la prisión junto con Boomer. Está complemente vacía. Ves un agujero en el suelo que da a los calabozos. Entra por él y te encuentras la escena en la que Lexington está sacando los huesos y los nervios del brazo de Piers Plowman para llenarlo después de oro. Deberás intentar salvar al carcelero. Que sea la Voluntad de los Dioses quienes decidan si consigues salvar al vampiro ávaro.
* Z9-42: Erlend propone una gran idea: “Que se encarguen las autoridades”. Tiene razón, después de lo ocurrido no tardarán en llegar. Puedes tomarte un merecido descanso en la Posada La Luna o puedes hacer caso a Nick e ir de frente a buscar los guardias y solucionar esto por tu propia cuenta.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Seyren no podía dejar de sentirse mal por Boomer. El grandote seguía asustado; Sus gestos y movimientos le delataban. Habían tenido que ser muy cuidadosos al bajar por la escalinata y abandonar de momento el templo para ir hacia la comisaría. Seyren había dado un último giro de su cabeza para ver en lo alto de la aguja del templo los cadáveres apilados chorreando sangre y fluidos diversos. Las aves de rapiña, gustosas, volaban en círculo preparadas para el festín.
Seyren tragó saliva y ayudó al grandote a seguir adelante. El peliblanco preguntó un par de veces a su compañero por la locación del recinto de la guardia, pero solo era respondido por balbuceos y palabras que este ya había pronunciado antes. El joven se aproximó a una avejentada dama que caminaba hacia su hogar con paso menguado mientras llevaba sobre su espalda un enorme fardo cuyo contenido era solo conocido por ella. La dama no pudo evitar dar un salto de sorpresa al ver a Boomer. Seyren no podía culparla pero podía persuadirla por no sentirse alertada por su presencia.
Luego de una breve charla, Seyren había conseguido lo que necesitaba. Tomó el brazo de Boomer y le insito a apresurar el paso mientras, en reiteradas ocasiones, elevaba la vista hacia el cielo con semblante paranoico.
¿Quien era el padre bueno?, ¿Que hacían en su templo aquellas estatuas?, ¿Por qué aquel afán por exterminar vampiros? Preguntas que se arremolinaban en los adentros del confundido hombre. Por ahora, solo podía preocuparse por resolver la forma de dejarlo en libertad y encontrar el paradero del temerario muchacho que había ido tras aquella espeluznante criatura.
Entre su nube de pensamientos, el contar de las calles, callezuelas, plazas y edificios, Seyren no se percato de que finalmente habían arribado a la comisaría. El peliblanco sintió una peculiar calma al exterior de ella. Un guardia adormilado, al pie del edificio, les daba una no muy cordial bienvenida. Seyren preguntó por aquellos que encarcelaban. El guardia respondió perezoso e invitó a ambos a entrar.
Hastiado por el poco amable comportamiento del guardia y su falta de tacto ante la presencia de su compañero, Seyren y Boomer entraron. Se aproximaron hacia el recibidor pero no encontraron respuesta. Llamaron nuevamente pero nadie aparecía. Boomer insistió con ímpetu pero aun así el lugar parecía vació.
Luego de algunos instantes, Seyren y Boomer escucharon algunos gritos provenientes de las habitaciones contiguas. —¿Que ha sido eso?— Preguntó Seyren sin animo de alertar a su compañero. El peliblanco se aproximó sigilosamente hasta la puerta seguido de cerca por Boomer quien, a pesar de sus intentos, no podía ser tan sigiloso como lo era el que fue un asesino. Ambos, encontraron un guardia perplejo, pasmado por lo que había sucedido. El joven buscó respuestas pero solo encontró balbuceos nerviosos del asustado guardia. En el techo y en el piso de las celdas yacía un gran agujero. Por el agujero del piso, pudo escuchar alaridos funestos cuya procedencia dudosa estaba decidido averiguar. —Espera aquí, Boomer. Debemos ser valientes—. Dijo, intentando consolar los nervios de Boomer y motivarse a él mismo para saltar por la cavidad en el suelo.
Seyren se apresuro y, una vez sus pies tocaron el piso, levantó la mirada para ver un espectáculo repugnante.
La incertidumbre de Seyren creció al ver que se trataba de una criatura alada de piedra, diferente a la que había visto antes, pero de naturaleza similar a la que este misterio envolvía. Seyren sintió pena por aquel hombre que la criatura torturaba bajo su peso. Se aproximó hasta una silla pesada la cual tomó con firmeza y se abalanzo sobre la criatura para golpear contundentemente su espalda. Sin saber que esperar, Seyren apelo al temor que sentía en el pecho y se preparó para lo peor.
Seyren tragó saliva y ayudó al grandote a seguir adelante. El peliblanco preguntó un par de veces a su compañero por la locación del recinto de la guardia, pero solo era respondido por balbuceos y palabras que este ya había pronunciado antes. El joven se aproximó a una avejentada dama que caminaba hacia su hogar con paso menguado mientras llevaba sobre su espalda un enorme fardo cuyo contenido era solo conocido por ella. La dama no pudo evitar dar un salto de sorpresa al ver a Boomer. Seyren no podía culparla pero podía persuadirla por no sentirse alertada por su presencia.
Luego de una breve charla, Seyren había conseguido lo que necesitaba. Tomó el brazo de Boomer y le insito a apresurar el paso mientras, en reiteradas ocasiones, elevaba la vista hacia el cielo con semblante paranoico.
¿Quien era el padre bueno?, ¿Que hacían en su templo aquellas estatuas?, ¿Por qué aquel afán por exterminar vampiros? Preguntas que se arremolinaban en los adentros del confundido hombre. Por ahora, solo podía preocuparse por resolver la forma de dejarlo en libertad y encontrar el paradero del temerario muchacho que había ido tras aquella espeluznante criatura.
Entre su nube de pensamientos, el contar de las calles, callezuelas, plazas y edificios, Seyren no se percato de que finalmente habían arribado a la comisaría. El peliblanco sintió una peculiar calma al exterior de ella. Un guardia adormilado, al pie del edificio, les daba una no muy cordial bienvenida. Seyren preguntó por aquellos que encarcelaban. El guardia respondió perezoso e invitó a ambos a entrar.
Hastiado por el poco amable comportamiento del guardia y su falta de tacto ante la presencia de su compañero, Seyren y Boomer entraron. Se aproximaron hacia el recibidor pero no encontraron respuesta. Llamaron nuevamente pero nadie aparecía. Boomer insistió con ímpetu pero aun así el lugar parecía vació.
Luego de algunos instantes, Seyren y Boomer escucharon algunos gritos provenientes de las habitaciones contiguas. —¿Que ha sido eso?— Preguntó Seyren sin animo de alertar a su compañero. El peliblanco se aproximó sigilosamente hasta la puerta seguido de cerca por Boomer quien, a pesar de sus intentos, no podía ser tan sigiloso como lo era el que fue un asesino. Ambos, encontraron un guardia perplejo, pasmado por lo que había sucedido. El joven buscó respuestas pero solo encontró balbuceos nerviosos del asustado guardia. En el techo y en el piso de las celdas yacía un gran agujero. Por el agujero del piso, pudo escuchar alaridos funestos cuya procedencia dudosa estaba decidido averiguar. —Espera aquí, Boomer. Debemos ser valientes—. Dijo, intentando consolar los nervios de Boomer y motivarse a él mismo para saltar por la cavidad en el suelo.
Seyren se apresuro y, una vez sus pies tocaron el piso, levantó la mirada para ver un espectáculo repugnante.
La incertidumbre de Seyren creció al ver que se trataba de una criatura alada de piedra, diferente a la que había visto antes, pero de naturaleza similar a la que este misterio envolvía. Seyren sintió pena por aquel hombre que la criatura torturaba bajo su peso. Se aproximó hasta una silla pesada la cual tomó con firmeza y se abalanzo sobre la criatura para golpear contundentemente su espalda. Sin saber que esperar, Seyren apelo al temor que sentía en el pecho y se preparó para lo peor.
Última edición por Johannes el Jue Jul 20 2017, 16:32, editado 1 vez
Johannes
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1456
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
El miembro 'Johannes' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
'Runas' :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Resultados :
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Tyr
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2234
Nivel de PJ : : 0
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Zero nunca ha entendido muy bien porque los seres vivos vomitan, suele pasar en circunstancias diferentes. Sabe las variables pero no comprende el concepto general de algunas situaciones, como mínimo curioso. También resulta extraña la aversión que dicho proceso biológico produce en su propia persona… considerando que posiblemente jamás lo replique.
Uno de los gemelos revela información adicional, Z9-42 capta la mayoría del mensaje. La venganza suele motivar a las razas inteligentes, es un pequeño círculo vicioso. El joven robot recuerda como un niño gasta una broma pesada a su mejor amigo, este último pasa varios días planeando la retribución pero cuando lo consigue se siente mal.
No logra entender el concepto “amante”, nuevamente sabe la teoría pero carece de experiencia. Es algo que nunca ha experimentado, ya sea en su vida anterior o esta. Esa palabra no despierta nada en él y… está casi seguro que debe ser así. Por otro lado el género que endosa la persona oradora parece estar incorrecto, posiblemente un error de lenguaje.
Los personajes idénticos se muestran amables con Zero, es un cambio agradable. Luego del pequeño gesto de apoyo hacen una invitación, básicamente dejar que el peligro pase. No es moralmente aceptable eludir los problemas, especialmente si alguien más puede resultar lastimado en el proceso.
Lo siento pero no puedo quedarme, debo intentar ayudar... gracias y tengan cuidado.
El par tiene razón en una cosa, Zero está sucio o como dicen los humanos “es un asco”. Debe retirar las partículas extrañas, en este caso restos biológicos. Tales materiales suelen asustar a muchos elementos de la sociedad... al menos cuando se encuentran a la vista y fuera de su lugar habitual.
Con pericia la pequeña maquina toma una piedra, luego golpea con ella un contenedor lleno de agua. Cuando ese cacharro de cocina se precipita al suelo toda su agilidad mental se pone a trabajar, en el momento preciso le sujeta y deja que el contenido liquido se vierta sobre su cuerpo, ser una maquina tiene muchas ventajas.
El agua retira todo con asombrosa facilidad por lo que solo quedan algunas cortadas que ya no sangran, una de las cualidades pasivas del pequeño. Su ropa y piel se lavan fácilmente, no preservan residuos como cualquier contraparte normal. La base Bio puso especial énfasis en conseguir tales resultados, afortunadamente para ellos ya existían muchas tecnologías terrestres ideadas con ese propósito.
Se despide del par con un gesto, luego escala la primera fachada. Sube con la velocidad de una lagartija, tiene terreno que ganar. La gárgola se fue hace tiempo pero un contingente de la guardia se vislumbra entre los tejados, tal vez sepan algo sobre el paradero de la bestia o un elemento adicional pertinente.
Z9-42 salta en una cuadra cercana, intenta aterrizar con delicadeza sujetándose de algunas cornisas. Tiene especial cuidado en evitar que alguien lo vea, sobre todo algun agente del orden. Los individuos corrientes tienden a asustarse con esas demostraciones, mejor prevenir que lamentar. Un par de minutos después el sintético alcanza su objetivo, parecen estar en alerta.
Una criatura voladora está matando ciudadanos… ¿saben a dónde se fue?
Uno de los gemelos revela información adicional, Z9-42 capta la mayoría del mensaje. La venganza suele motivar a las razas inteligentes, es un pequeño círculo vicioso. El joven robot recuerda como un niño gasta una broma pesada a su mejor amigo, este último pasa varios días planeando la retribución pero cuando lo consigue se siente mal.
No logra entender el concepto “amante”, nuevamente sabe la teoría pero carece de experiencia. Es algo que nunca ha experimentado, ya sea en su vida anterior o esta. Esa palabra no despierta nada en él y… está casi seguro que debe ser así. Por otro lado el género que endosa la persona oradora parece estar incorrecto, posiblemente un error de lenguaje.
Los personajes idénticos se muestran amables con Zero, es un cambio agradable. Luego del pequeño gesto de apoyo hacen una invitación, básicamente dejar que el peligro pase. No es moralmente aceptable eludir los problemas, especialmente si alguien más puede resultar lastimado en el proceso.
Lo siento pero no puedo quedarme, debo intentar ayudar... gracias y tengan cuidado.
El par tiene razón en una cosa, Zero está sucio o como dicen los humanos “es un asco”. Debe retirar las partículas extrañas, en este caso restos biológicos. Tales materiales suelen asustar a muchos elementos de la sociedad... al menos cuando se encuentran a la vista y fuera de su lugar habitual.
Con pericia la pequeña maquina toma una piedra, luego golpea con ella un contenedor lleno de agua. Cuando ese cacharro de cocina se precipita al suelo toda su agilidad mental se pone a trabajar, en el momento preciso le sujeta y deja que el contenido liquido se vierta sobre su cuerpo, ser una maquina tiene muchas ventajas.
El agua retira todo con asombrosa facilidad por lo que solo quedan algunas cortadas que ya no sangran, una de las cualidades pasivas del pequeño. Su ropa y piel se lavan fácilmente, no preservan residuos como cualquier contraparte normal. La base Bio puso especial énfasis en conseguir tales resultados, afortunadamente para ellos ya existían muchas tecnologías terrestres ideadas con ese propósito.
Se despide del par con un gesto, luego escala la primera fachada. Sube con la velocidad de una lagartija, tiene terreno que ganar. La gárgola se fue hace tiempo pero un contingente de la guardia se vislumbra entre los tejados, tal vez sepan algo sobre el paradero de la bestia o un elemento adicional pertinente.
Z9-42 salta en una cuadra cercana, intenta aterrizar con delicadeza sujetándose de algunas cornisas. Tiene especial cuidado en evitar que alguien lo vea, sobre todo algun agente del orden. Los individuos corrientes tienden a asustarse con esas demostraciones, mejor prevenir que lamentar. Un par de minutos después el sintético alcanza su objetivo, parecen estar en alerta.
Una criatura voladora está matando ciudadanos… ¿saben a dónde se fue?
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
La celda que daba la espalda a la pequeña gárgola y al vampiro avaro estaba ocupada por un viejo conocido de todos: era el Padre Callahan. Se encontraba echado en posición celda a un lado de los barrotes. Unas horas atrás, un par de vampiros que conocían de buena mano los asesinatos del predicador habían pagado a Plowman para que este les abriese la celda de Callahan. Los vampiros entraron sonriendo como diablos. Uno llevaba una vara de hierro y el otro estaba armado con un par de toscos guanteletes de acero. El resultado de aquel encuentro fue previsible, Callahan sabía lo que le iba a pasar mucho antes de que la guardia lo llevase al calabozo. Los dos vampiros le dieron una paliza. El de los guanteletes de acero le sujetó del cuello mientras le golpeaba la cara. El de la vara prefería trabajar el estómago y las piernas. Cuando terminaron, uno de los dos (no supo distinguir cuál era, Callahan quedó tan mal herido que apenas podía haber los ojos) le ofreció otra bolsa de monedas y le dijo a Plowman en voz clara y alta:
-Procura mantenerlo con vida si quieres más como éstas. Sería una lástima que acabase ya la diversión, acabamos de empezar.- hubo un momento de silencio en el que Padre Callahan solo alcanzaba a escuchar un pitido en su oído izquierdo; luego, el mismo vampiro añadió: - Mañana vamos a volver-.
Era compresible, perdonable e incluso admirable que Donald Frank Callahan se estuviera riendo ahora que Piers Plowman estaba en sus últimas. Él no había sido quien había dado vida a las gárgolas de su Iglesia. Los vampiros pretendían culparle injustamente de aquellos crímenes. No tenían pruebas, solamente contaba con la vaga intuición de un arrogante guardia tan anciano como el sacerdote. Dijo que las gárgolas asesinan a sus víctimas de acuerdo con la justicia que el Padre Callahan predicaba en sus oraciones y todos los guardias fueron a la Iglesia como si fueran una manada de perros de caza. Se equivocaron. Don era inocente. Sin embargo, agradecía a las gárgolas con una risa de viejo demonio que castigasen a los pecadores como Piers Plowman.
El Padre Callahan realizaba su máximo esfuerzo por mantener los ojos abiertos. La pequeña gárgola (recordaba el nombre que Boomer le puso: Lexington) estaba llenando a Plowman de una baba de oro fundido. Empezó vaciando el brazo derecho de nervios y huesos, los huecos que dejó, los rellenó de la saliva de oro. Plowman gritaba maldiciones de dolor. Callahan se reía pensaba que, en lugar de maldecir, el vampiro debería de estar agradecido; estaba cumpliendo su sueño de convertirse en un ídolo de oro.
Un tercer hombre entró en escena en el momento en el que Lexington quedó a punto de perforar la pierna de Plowman. El extrañó golpeó a la gárgola y ésta giró hacia el él. Hizo un sonido que pareció una rata intentando aullar como un lobo, desplegó las alas y saltó contra el hombre misterioso. Plowman, que todavía seguía vivo, aprovechó la oportunidad para escapar, se arrastró por el suelo y se escondió bajo un escritorio. Callahan se fijó que el vampiro estaba llorando. Se abrazaba al brazo de oro con la mano sana como si estuviera abrazando a un bebe.
-Sufre… sufre por lo que tus amigos me han hecho- la voz de Callahan sonó como si fuera la de una ensoñación. Creyó que era porque su cuerpo mal herido estaba en el calabozo mientras que su voz y su espíritu estaban con Dios Padre.
-¿Una criatura voladora? Chico, te estás equivocando. Hay más de media docena de esas cosas por toda Sacrestic. Te daré un consejo: Ve a tu casa con mamá y papá y no salgáis de allí. La Guardia nos estamos ocupando de esto. Ya hemos tenido al hombre que ha invocado a esas cosas-.
Quien habló se llamaba Marta Trepas. Llegó a Sacrestic unas semanas atrás junto a todo un pelotón de guardias de la mismísima Lunargenta. Tenían una misión, nada importante: realizar el censo de anual, explorar la zona, escoltar a los ricachones de turno a que realizasen sus sucios negocios con los vampiros… Nada del otro mundo. La idea era terminar en un par de días, recoger las caravanas y volver a Lunargenta. Fue entonces cuando aparecieron lo que Hardy llamaba esas cosas. Los soldados de Sacrestic explicaron a los forasteros lo que ocurría: Un sacerdote enloquecido por una nueva fe, había invocado a esas cosas y les había ordenado matar según los pilares de su religión. Los guardias oriundos de Sacrestic no podían hacer frente solos a tan vil enemigo. Marta y los suyos, de buena mano, se prestaron sus servicios. Toda ayuda era poca. ¡Ahí estaban! Tres guardias de Lunargenta y dos de Sacrestic atendiendo a un niño perdido.
Marta Trepas removió el pelo al infante. Le pareció sentir un tacto frío, como si estuviera tocando el filo de una espada con las yemas de los dedos. ¿Era porque el chaval era un vampiro? Miró al cielo y se aseguró que el sol estuviera a la vista. Si el chico era un vampiro, sería el primero que viera bajo la luz del sol.
-Pequeñín, si nos dices dónde vives o dónde están tus padres te podremos llevar hasta allí. No es seguro que vayas solo, ¿sabes? He visto una de esas cosas matar a un hombre solo porque era un poco más grande que los demás-.
-¿Ahora se le llama ser grande?- dijo un guardia de Sacrestic entre risas- El tipo era obeso-.
-Déjalo Konner, entre “grandes” se entienden- dijo Froilán, compañero de Marta desde hace muchos años, dando una palmada a la panza de Hardy Trepas.
-Entonces, nuestra Marta debería tener mucho cuidado. Si es verdad que están matando a los “grandes”, podría ser la siguiente- volvió a hablar Konner.
Marta no estaba especialmente obesa, no como ya el difunto Darden Dean. No estaba en peligro, tanto él como sus compañeros lo sabían. Sin embargo, su barriga alimentada de cervezas, hidromiel y muy buena comida; era motivo de burla para sus compañeros.
-No les hagas caso amiguito, ellos son unos tontos- dijo Marta arrodillándose al nivel del niño, estaba cogiendo cariño al chico - Si una esas cosas vienen a por mí, les daré con mi martillo en toda su cabeza-.
* Johannes: Los Dioses han sido piadosos contigo y han permitido que salves a Piers Plowman. Ahora deberás enfrentarte contra Lexington. Una silla no es suficientemente para detener a la gárgola. ¿Tendrás la misma suerte con las runas la próxima vez?
* Z9-42: Los gemelos se quedarán en la posada. Tienes su favor y si en algún momento te los vuelves a cruzar, te ayudarán en lo que hagas. La guardia con quién has hablado se llama Marta Trepas. Es una mujer muy amable y con un gran corazón. Dice que te acompañará hasta tu casa. Aquí es donde puedes tomar ventaja. Si juegas bien tus cartas, engaña a los guardias de forma que estos te puedan acompañar al lugar donde tú elijas. Si has de detener a las gárgolas, ¿dónde crees que estarán?
Para ayudarte un poco te propongo varios escenarios.
-El tejado de la Iglesia de Callahan
-El Burdel la Rosa Negra
–Los barrios bajos
-El cuartel provisional de los guardias de Lunargenta en Sacrestic
Al final de la misión, debemos conocer a todas las gárgolas. No importa que elijas ahora, porque o bien Johannes o bien tú, vais a conocer todos los escenarios.
-Procura mantenerlo con vida si quieres más como éstas. Sería una lástima que acabase ya la diversión, acabamos de empezar.- hubo un momento de silencio en el que Padre Callahan solo alcanzaba a escuchar un pitido en su oído izquierdo; luego, el mismo vampiro añadió: - Mañana vamos a volver-.
Era compresible, perdonable e incluso admirable que Donald Frank Callahan se estuviera riendo ahora que Piers Plowman estaba en sus últimas. Él no había sido quien había dado vida a las gárgolas de su Iglesia. Los vampiros pretendían culparle injustamente de aquellos crímenes. No tenían pruebas, solamente contaba con la vaga intuición de un arrogante guardia tan anciano como el sacerdote. Dijo que las gárgolas asesinan a sus víctimas de acuerdo con la justicia que el Padre Callahan predicaba en sus oraciones y todos los guardias fueron a la Iglesia como si fueran una manada de perros de caza. Se equivocaron. Don era inocente. Sin embargo, agradecía a las gárgolas con una risa de viejo demonio que castigasen a los pecadores como Piers Plowman.
El Padre Callahan realizaba su máximo esfuerzo por mantener los ojos abiertos. La pequeña gárgola (recordaba el nombre que Boomer le puso: Lexington) estaba llenando a Plowman de una baba de oro fundido. Empezó vaciando el brazo derecho de nervios y huesos, los huecos que dejó, los rellenó de la saliva de oro. Plowman gritaba maldiciones de dolor. Callahan se reía pensaba que, en lugar de maldecir, el vampiro debería de estar agradecido; estaba cumpliendo su sueño de convertirse en un ídolo de oro.
Un tercer hombre entró en escena en el momento en el que Lexington quedó a punto de perforar la pierna de Plowman. El extrañó golpeó a la gárgola y ésta giró hacia el él. Hizo un sonido que pareció una rata intentando aullar como un lobo, desplegó las alas y saltó contra el hombre misterioso. Plowman, que todavía seguía vivo, aprovechó la oportunidad para escapar, se arrastró por el suelo y se escondió bajo un escritorio. Callahan se fijó que el vampiro estaba llorando. Se abrazaba al brazo de oro con la mano sana como si estuviera abrazando a un bebe.
-Sufre… sufre por lo que tus amigos me han hecho- la voz de Callahan sonó como si fuera la de una ensoñación. Creyó que era porque su cuerpo mal herido estaba en el calabozo mientras que su voz y su espíritu estaban con Dios Padre.
_____________________
-¿Una criatura voladora? Chico, te estás equivocando. Hay más de media docena de esas cosas por toda Sacrestic. Te daré un consejo: Ve a tu casa con mamá y papá y no salgáis de allí. La Guardia nos estamos ocupando de esto. Ya hemos tenido al hombre que ha invocado a esas cosas-.
Quien habló se llamaba Marta Trepas. Llegó a Sacrestic unas semanas atrás junto a todo un pelotón de guardias de la mismísima Lunargenta. Tenían una misión, nada importante: realizar el censo de anual, explorar la zona, escoltar a los ricachones de turno a que realizasen sus sucios negocios con los vampiros… Nada del otro mundo. La idea era terminar en un par de días, recoger las caravanas y volver a Lunargenta. Fue entonces cuando aparecieron lo que Hardy llamaba esas cosas. Los soldados de Sacrestic explicaron a los forasteros lo que ocurría: Un sacerdote enloquecido por una nueva fe, había invocado a esas cosas y les había ordenado matar según los pilares de su religión. Los guardias oriundos de Sacrestic no podían hacer frente solos a tan vil enemigo. Marta y los suyos, de buena mano, se prestaron sus servicios. Toda ayuda era poca. ¡Ahí estaban! Tres guardias de Lunargenta y dos de Sacrestic atendiendo a un niño perdido.
Marta Trepas removió el pelo al infante. Le pareció sentir un tacto frío, como si estuviera tocando el filo de una espada con las yemas de los dedos. ¿Era porque el chaval era un vampiro? Miró al cielo y se aseguró que el sol estuviera a la vista. Si el chico era un vampiro, sería el primero que viera bajo la luz del sol.
-Pequeñín, si nos dices dónde vives o dónde están tus padres te podremos llevar hasta allí. No es seguro que vayas solo, ¿sabes? He visto una de esas cosas matar a un hombre solo porque era un poco más grande que los demás-.
-¿Ahora se le llama ser grande?- dijo un guardia de Sacrestic entre risas- El tipo era obeso-.
-Déjalo Konner, entre “grandes” se entienden- dijo Froilán, compañero de Marta desde hace muchos años, dando una palmada a la panza de Hardy Trepas.
-Entonces, nuestra Marta debería tener mucho cuidado. Si es verdad que están matando a los “grandes”, podría ser la siguiente- volvió a hablar Konner.
Marta no estaba especialmente obesa, no como ya el difunto Darden Dean. No estaba en peligro, tanto él como sus compañeros lo sabían. Sin embargo, su barriga alimentada de cervezas, hidromiel y muy buena comida; era motivo de burla para sus compañeros.
-No les hagas caso amiguito, ellos son unos tontos- dijo Marta arrodillándose al nivel del niño, estaba cogiendo cariño al chico - Si una esas cosas vienen a por mí, les daré con mi martillo en toda su cabeza-.
- Marta Trepas:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
_____________________
* Johannes: Los Dioses han sido piadosos contigo y han permitido que salves a Piers Plowman. Ahora deberás enfrentarte contra Lexington. Una silla no es suficientemente para detener a la gárgola. ¿Tendrás la misma suerte con las runas la próxima vez?
* Z9-42: Los gemelos se quedarán en la posada. Tienes su favor y si en algún momento te los vuelves a cruzar, te ayudarán en lo que hagas. La guardia con quién has hablado se llama Marta Trepas. Es una mujer muy amable y con un gran corazón. Dice que te acompañará hasta tu casa. Aquí es donde puedes tomar ventaja. Si juegas bien tus cartas, engaña a los guardias de forma que estos te puedan acompañar al lugar donde tú elijas. Si has de detener a las gárgolas, ¿dónde crees que estarán?
Para ayudarte un poco te propongo varios escenarios.
-El tejado de la Iglesia de Callahan
-El Burdel la Rosa Negra
–Los barrios bajos
-El cuartel provisional de los guardias de Lunargenta en Sacrestic
Al final de la misión, debemos conocer a todas las gárgolas. No importa que elijas ahora, porque o bien Johannes o bien tú, vais a conocer todos los escenarios.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Continua Chimbot
He intentado ponerme en contacto con Johannes por todos los medios de los que dispongo. No lo he conseguido. Decidí darle un voto de confianza... Confianza que ya ha pasado su límite.
He hablando con Master Ger, el cual también tiene un tema parado por la ausencia de Johannes y tanto él como yo hemos decidido continuar los temas como se pueda. En un principio, esta misión era para dos personas. Te puedo dar la opción de hacerla solo,
aunque será más trabajo para mí y reformar todos los esquemas, seguir esperando o que alguien (quien yo elija) se una a la misión. Si te he de ser sincera, yo cogería la primera opción. Sé que prefieres hacer los temas en solitarios sin esperar a nadie que te deje estancado, así que supongo que tomarás esa decisión.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Los guardias se muestran amables con Zero, es una tendencia no muy común entre cuerpos de protección. Lo ameno del trato hace que la pequeña maquina esboce una sonrisa, aunque no es limitativo le gusta sentirse bien durante una interacción… algo que parece ser compartido por la mayoría del espectro vivo.
Pronto otra cosa llama su atención, el número de enemigos es bastante elevado. Si hay más de media docena de esas criaturas sobrevolando Sacrestic el nivel de bajas civiles será alto, más razón para intervenir directamente. Z9-42 mira con discreción a los efectivos mientras elabora un plan, su velocidad mental le permite crear algo rápido.
Vivo cerca del Burdel Rosa Negra.
Dice con inocencia… aun es difícil para el entender los estigmas sociales menores. Su respuesta tiene un objetivo, la gárgola voló en esa dirección. Lo sabe porque tiene un esquema de la ciudad cargado en su matriz digital desde hace una hora, suele hacerlo cuando debe reaccionar rápido en cualquier área urbana.
Decide mantener su identidad en secreto, es algo primordial para él. Si aparece una gárgola tendrá que luchar lógicamente pero en esa situación no tiene por qué tener reparos, la supervivencia es una prioridad para todos. Eventualmente se centra en las reacciones del grupo que tiene enfrente, parecen muy animados por alguna razón.
Basta chicos… no te preocupes pequeñín, te llevaremos a casa.
Luego de alborotar el cabello de Zero por segunda vez la mujer guerrera pone la compañía en marcha, se asegura de tener a su joven integrante muy cerca en caso de problemas. El niño robot por su parte estudia todo sin dar muchas señales externas, el peculiar grupo le agrada y quiere evitar un desenlace “poco agradable” para ellos.
Mientras recorren las calles se notan muchos habitantes curiosos desde ventanas elevadas, intentan en su mejor medida evitar revelarse. La información corre rápido en una ciudad sin importar el nivel tecnológico de esta, es muy probable que una gran parte de Sacrestic barajee la noticia del evento raro… por muy distorsionada que sea.
Los habitantes del lugar saben lo que es tener un toque de queda autoimpuesto, su pericia para despejar calles no tiene parangón. Z9-42 tiene varios apartados de costumbres y hábitos de las regiones, en la ciudad del reino vampiro es tradición no salir mucho… aparece remarcado junto a la acotación “no bebas de una copa burbujeante”.
Para prepararse de mejor forma el pequeño artificial estudia los conceptos del lugar destino pero numerosas entradas inapropiadas aparecen en su enlace, Ve un par antes de cerrar la búsqueda… la abre de nuevo un par de veces por curiosidad pero siempre termina cancelando, al parecer es una “institución de amor”.
Pronto otra cosa llama su atención, el número de enemigos es bastante elevado. Si hay más de media docena de esas criaturas sobrevolando Sacrestic el nivel de bajas civiles será alto, más razón para intervenir directamente. Z9-42 mira con discreción a los efectivos mientras elabora un plan, su velocidad mental le permite crear algo rápido.
Vivo cerca del Burdel Rosa Negra.
Dice con inocencia… aun es difícil para el entender los estigmas sociales menores. Su respuesta tiene un objetivo, la gárgola voló en esa dirección. Lo sabe porque tiene un esquema de la ciudad cargado en su matriz digital desde hace una hora, suele hacerlo cuando debe reaccionar rápido en cualquier área urbana.
Decide mantener su identidad en secreto, es algo primordial para él. Si aparece una gárgola tendrá que luchar lógicamente pero en esa situación no tiene por qué tener reparos, la supervivencia es una prioridad para todos. Eventualmente se centra en las reacciones del grupo que tiene enfrente, parecen muy animados por alguna razón.
Basta chicos… no te preocupes pequeñín, te llevaremos a casa.
Luego de alborotar el cabello de Zero por segunda vez la mujer guerrera pone la compañía en marcha, se asegura de tener a su joven integrante muy cerca en caso de problemas. El niño robot por su parte estudia todo sin dar muchas señales externas, el peculiar grupo le agrada y quiere evitar un desenlace “poco agradable” para ellos.
Mientras recorren las calles se notan muchos habitantes curiosos desde ventanas elevadas, intentan en su mejor medida evitar revelarse. La información corre rápido en una ciudad sin importar el nivel tecnológico de esta, es muy probable que una gran parte de Sacrestic barajee la noticia del evento raro… por muy distorsionada que sea.
Los habitantes del lugar saben lo que es tener un toque de queda autoimpuesto, su pericia para despejar calles no tiene parangón. Z9-42 tiene varios apartados de costumbres y hábitos de las regiones, en la ciudad del reino vampiro es tradición no salir mucho… aparece remarcado junto a la acotación “no bebas de una copa burbujeante”.
Para prepararse de mejor forma el pequeño artificial estudia los conceptos del lugar destino pero numerosas entradas inapropiadas aparecen en su enlace, Ve un par antes de cerrar la búsqueda… la abre de nuevo un par de veces por curiosidad pero siempre termina cancelando, al parecer es una “institución de amor”.
- Off:
- Rolear en solitario es genial pero no me gusta generar trabajo agregado para alguien más, esta vez dejare la decisión en tus manos. Si conoces algún personaje que puede contestar sin abandonar lo aceptare, a Zero lo llevo con más calma y le gusta conocer gente jeje.
Z9-42
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 556
Nivel de PJ : : 5
Re: Hoy no es un buen día +18 [Misión]
Manel lloraba desconsoladamente. No sabía qué era peor, lo que le habían hecho o lo que le estaban obligando a hacer. Quizás, fuera lo segundo pues era lo que tenía reciente. El dolor había cesado hacía más de media hora. Continuaba sangrado, pero él apenas lo notaba. Estaba demasiado concentrando en la figura que tenía a su espalda como para pensar en el dolor de sus heridas.
-Déjame, por favor. Te lo suplico. No quiero seguir…- el llanto hacía que entenderle fuera una misión casi imposible. - No se lo diré a nadie. Por favor… Quiero irme-.
La gárgola se levantó de la silla en la que se había sentado a mirar. Aunque no pudiera verla, sabía que caminaba contoneando su cintura como lo hacen las meretrices más caras. Colocó sus manos sobre la espalda, frías como el metal, en la espalda de Manel y empujó embistiéndolo contra el cadáver desnudo de la prostituta. Manel no recordaba su nombre, empezaba por A, era más de lo que había querido saber de ella. Era una mujer bestia, una coneja, el fetiche por excelencia de los vampiros más depravados. La chica era un encanto, era tan sumisa que, si Manel se lo exigía, se dejaba morder. Él no era su único cliente, la coneja tenía decenas de marcas producidas por los colmillos de los vampiros. Sonaría extraño, pero aquello le excitaba todavía más. Saber que era una chica tan requerida y que aquel día iba a ser enterita para él, le producía una sensación que no podía describir con palabras. Se sentía mejor que un Rey; se sentía como un Dios. ¡Exacto! Eso era, un Dios. Tenía todo el poder sobre la coneja. Podría hacerle lo que quisiera, sin que nadie se lo discriminase.
Y, hasta que llegó la gárgola, Manel había hecho todo cuando había soñado hacer a la Chica A. Empezó por lo más inocente, buscar un lugar libre de cicatrices en su piel para beber de su sangre, y terminó con lo más sádico, con una mano estirando de las largas orejas de la oreja mientras con el otro se sujetaba en su trasero para no caerse durante la embestida. Fue entonces cuando llegó ella. Manel recordaba haber oído el rugido del viento a su espalda. Los cristales de la ventana se rompieron en el acto. Un torbellino, con una figura de piedra con alas de murciélago en su interior, entró en la habitación. El viento empujó a Manel y a la Chica A, los azotó contra las paredes, contra los cristales rotos de la venta y contra ellos mismos. Una vez la gárgola se hubo aburrido, les dejó caer en el suelo; más cristales rotos se clavaron en la espalda de Manel, notó cada uno de ellos como notaría el picotazo de una abeja. Cogió a la coneja por el cuello, la levantó sin dificultad, y la ahogó delante de los ojos que Manel que intentaba escaparse gateando (más cortes en las manos y en las rodillas) con los ojos cerrados para no ver lo que estaba sucediendo.
Cuando se quiso dar cuenta, tenía algo blando en las manos. Hasta entonces no había abierto los ojos. En la mano derecha tenía las orejas flácidas de la coneja, la gárgola se la había clavado, usando como estacas las uñas de sus garras de piedra, en las orejas. La mano izquierda de Manel, atrapada de la misma manera, la tenía sobre el vientre de la Chica A. El peor lugar, sin lugar a dudas, era su miembro. De alguna forma que no se quiso imaginar, la gárgola se las había arreglado para clavárselo en la entrepierna de la coneja.
-Por favor… no quiero seguir… por favor…-
Las lágrimas no ablandaron a la gárgola. Empujó la espalda de Manel para que embistiese, por quinta vez, al cadáver de la Chica A. Las tres primeras veces no hizo falta que nadie pusiera las manos en la espalda. Las había hecho con gusto pensando que, tal vez, contentando a la gárgola, ella le dejaría libre. Pero no fue así, quería más, más y más. Le estaba torturando, castigando.
Vomitó sobre el cuerpo desnudo de la Chica A. Le dio nauseas, asco. Lo que antes le excitaba, las marcas de colmillos sobre la piel de la coneja, ahora le repugnaba.
-Déjame… - gritó con todas sus fuerzas- por….- otro grito- No quiero…. ¡NO!-
Era extraño que un chico tan pequeño y tan bien educado como él viviera cerca del Rosa Negra. La de cosas que había visto la pobre criatura, solo él podía saberlas. Marta Trepas sintió una tremenda simpatía por el pequeñín. Sintió que era el hijo que jamás había tenido. Guapo, listo y encantador; todo un principito. No se merecía vivir en el barrio de la Rosa Negra. Mientras le acompañaba a su hogar, pensaba si no sería más adecuado prestarle vivir con ella. Sería feliz y no tenía que ver las cosas horribles que pasaban en Sacrestic Ville. Pronto deshizo la idea. El chico debía tener unos buenos padres que le cuidaban. Era muy posible que fueran unos ricos vendedores de telas; había que admitirlo: el chico estaba hecho un pincel. Marta Trepas no había visto un niño tan bien vestido en su vida. Ni ella misma había vestido nunca tan bien. En conclusión: Debía quedarse con sus padres.
-Eres un chico muy valiente por vivir aquí-. Marta no lo he era tanto. Sus dedos bailaban por el mango de su martillo; estaba alerta por lo que pueda pasar.
Lo que pasó fue un gritó, en una de las habitaciones de la Rosa Negra. Marta pensó en subir, pero acabó rodeando los hombros del chico como si fuera una madre protectora. ¿Está protegiendo al niño o así misma? Un poco de ambas cosas.
El Padre Callahan salió cojeando de la prisión. Lexington había roto los barrotes de la celda y le dejó salir. Era su cuartada perfecta. Donald Frank Callahan era un asesino de vampiros; en sus oraciones eran famosas las comparaciones entre la crueldad de los demonios con la sed de los chupasangres. En Sacrestil Ville, todos le conocían. La mayoría de humanos prefería ignorar sus predicaciones y seguir con sus vidas aparentemente tranquilas en la ciudad. Los vampiros, en cambio, acosaban al sacerdote para que dejase de predicar y matar. Fue [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], centinela del Reino del Oeste, quien crucificó al Padre no sin antes otorgarle el don de la inmortalidad. Pasaron muchos años, tantos que ni recuerdo, atrapado en una cruz. La sangre que derramaba era recogida por los sirvientes de Vladimir, el almuerzo estaba servido. Consiguió escapar, gracias a Dios, Elen Calhoun le rescató de aquel infierno; el don de la inmortalidad desapareció en cuanto salió de la mansión del Inmortal. Vivió amenazado durante un tiempo, una oración y volvieron a torturarle durante toda la eternidad. No sirvió de nada. Durante el día Padre levantaba las manos y rezaba a pleno pulmón: ¡BENDITO SEA EL NOMBRE DE DIOS PADRE! Por las noches, armado con lo primero que tuviera a mano, un cuchillo de carnicero, se dedicaba a dar caza a los demonios chupasangres que mataron a Lupe, su amigo y amante.
Era perfecto. Las gárgolas tenían a alguien como Callahan para evocar todos sus crímenes y funcionaba. Al otro lado de la calle se veía a unos guardias, humanos por supuesto (era de día), correr hacia él. Estaban armados, con picas y espadas. La noticia de la tortura y luego asesinato del carcelero había llegado hasta ellos. ¿Quién se los había contado? ¿Importaba? El Padre Callahan se arrodilló en el suelo, puso las manos sobre la nuca y se dejó caer a los pies de los guardias. Dios Padre le protegería.
Boomer estaba entre los guardias. Su cuerpo, grande como una montaña, resaltaba al lado de los demás. El gigante gritaba nervioso. A pesar de estar a veinte metros de distancia, podía escucharlo a la perfección.
-¡PADRE BUENO, BOOMER ENCONTRAR AL PADRE BUENO!-
Callahan escupió una mezcla de bilis y saliva. Tenía dos costillas rotas y un esguince en el brazo izquierda, le dolía como un demonio. Dio gracias a Dios que Boomer estuviera con los guardias, demostraría que era inocente. Al menos, lo intentaría. ¿A quién quería engañar? Los guardias no escucharían a un gigante que no sabía hablar con naturalidad. Estaba condenado, los vampiros habían ganado. Una risotada, de locura y desesperación, nació del rincón más oscuro de su pecho.
* Z9-42: Estás cerca del burdel Rosa Negra y escuchas los gritos de Manel. Deberás convencer a Marta de subir arriba del burdel y detener a Démona. Si combates contra ella deberás lanzar la voluntad de los Dioses.
* Iredia: ¡Bienvenida a la Divina Comedia! Creo que el chiste no es el más adecuado teniendo en cuenta nuestra situación. Por mp te hice un breve resumen de la misión: Unas gárgolas matan a gente, una por cada pecado capital. Todos creen que Callahan es el culpable. En este, tu primer turno, deberás describir tu entrada a Sacrestic (no seré exigente con tu cronología, así que eres libres de hacerlo como gustes). Te encuentras con el Padre Callahan siendo atrapado, otra vez, por unos guardias. Ya que conoces a Boomer, tu misión será ayudar a gigante a demostrar que el Padre Callahan es inocente.
* Ambos: En el tercer infierno, iredia y Zero vieron un huracán de personas desnudas azotadas por el viento. El contacto se vuelve agresivo. Los que antes se amaron, ahora se repugnan.
-Déjame, por favor. Te lo suplico. No quiero seguir…- el llanto hacía que entenderle fuera una misión casi imposible. - No se lo diré a nadie. Por favor… Quiero irme-.
La gárgola se levantó de la silla en la que se había sentado a mirar. Aunque no pudiera verla, sabía que caminaba contoneando su cintura como lo hacen las meretrices más caras. Colocó sus manos sobre la espalda, frías como el metal, en la espalda de Manel y empujó embistiéndolo contra el cadáver desnudo de la prostituta. Manel no recordaba su nombre, empezaba por A, era más de lo que había querido saber de ella. Era una mujer bestia, una coneja, el fetiche por excelencia de los vampiros más depravados. La chica era un encanto, era tan sumisa que, si Manel se lo exigía, se dejaba morder. Él no era su único cliente, la coneja tenía decenas de marcas producidas por los colmillos de los vampiros. Sonaría extraño, pero aquello le excitaba todavía más. Saber que era una chica tan requerida y que aquel día iba a ser enterita para él, le producía una sensación que no podía describir con palabras. Se sentía mejor que un Rey; se sentía como un Dios. ¡Exacto! Eso era, un Dios. Tenía todo el poder sobre la coneja. Podría hacerle lo que quisiera, sin que nadie se lo discriminase.
Y, hasta que llegó la gárgola, Manel había hecho todo cuando había soñado hacer a la Chica A. Empezó por lo más inocente, buscar un lugar libre de cicatrices en su piel para beber de su sangre, y terminó con lo más sádico, con una mano estirando de las largas orejas de la oreja mientras con el otro se sujetaba en su trasero para no caerse durante la embestida. Fue entonces cuando llegó ella. Manel recordaba haber oído el rugido del viento a su espalda. Los cristales de la ventana se rompieron en el acto. Un torbellino, con una figura de piedra con alas de murciélago en su interior, entró en la habitación. El viento empujó a Manel y a la Chica A, los azotó contra las paredes, contra los cristales rotos de la venta y contra ellos mismos. Una vez la gárgola se hubo aburrido, les dejó caer en el suelo; más cristales rotos se clavaron en la espalda de Manel, notó cada uno de ellos como notaría el picotazo de una abeja. Cogió a la coneja por el cuello, la levantó sin dificultad, y la ahogó delante de los ojos que Manel que intentaba escaparse gateando (más cortes en las manos y en las rodillas) con los ojos cerrados para no ver lo que estaba sucediendo.
Cuando se quiso dar cuenta, tenía algo blando en las manos. Hasta entonces no había abierto los ojos. En la mano derecha tenía las orejas flácidas de la coneja, la gárgola se la había clavado, usando como estacas las uñas de sus garras de piedra, en las orejas. La mano izquierda de Manel, atrapada de la misma manera, la tenía sobre el vientre de la Chica A. El peor lugar, sin lugar a dudas, era su miembro. De alguna forma que no se quiso imaginar, la gárgola se las había arreglado para clavárselo en la entrepierna de la coneja.
-Por favor… no quiero seguir… por favor…-
Las lágrimas no ablandaron a la gárgola. Empujó la espalda de Manel para que embistiese, por quinta vez, al cadáver de la Chica A. Las tres primeras veces no hizo falta que nadie pusiera las manos en la espalda. Las había hecho con gusto pensando que, tal vez, contentando a la gárgola, ella le dejaría libre. Pero no fue así, quería más, más y más. Le estaba torturando, castigando.
Vomitó sobre el cuerpo desnudo de la Chica A. Le dio nauseas, asco. Lo que antes le excitaba, las marcas de colmillos sobre la piel de la coneja, ahora le repugnaba.
-Déjame… - gritó con todas sus fuerzas- por….- otro grito- No quiero…. ¡NO!-
- Démona:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
_____________________
Era extraño que un chico tan pequeño y tan bien educado como él viviera cerca del Rosa Negra. La de cosas que había visto la pobre criatura, solo él podía saberlas. Marta Trepas sintió una tremenda simpatía por el pequeñín. Sintió que era el hijo que jamás había tenido. Guapo, listo y encantador; todo un principito. No se merecía vivir en el barrio de la Rosa Negra. Mientras le acompañaba a su hogar, pensaba si no sería más adecuado prestarle vivir con ella. Sería feliz y no tenía que ver las cosas horribles que pasaban en Sacrestic Ville. Pronto deshizo la idea. El chico debía tener unos buenos padres que le cuidaban. Era muy posible que fueran unos ricos vendedores de telas; había que admitirlo: el chico estaba hecho un pincel. Marta Trepas no había visto un niño tan bien vestido en su vida. Ni ella misma había vestido nunca tan bien. En conclusión: Debía quedarse con sus padres.
-Eres un chico muy valiente por vivir aquí-. Marta no lo he era tanto. Sus dedos bailaban por el mango de su martillo; estaba alerta por lo que pueda pasar.
Lo que pasó fue un gritó, en una de las habitaciones de la Rosa Negra. Marta pensó en subir, pero acabó rodeando los hombros del chico como si fuera una madre protectora. ¿Está protegiendo al niño o así misma? Un poco de ambas cosas.
_____________________
El Padre Callahan salió cojeando de la prisión. Lexington había roto los barrotes de la celda y le dejó salir. Era su cuartada perfecta. Donald Frank Callahan era un asesino de vampiros; en sus oraciones eran famosas las comparaciones entre la crueldad de los demonios con la sed de los chupasangres. En Sacrestil Ville, todos le conocían. La mayoría de humanos prefería ignorar sus predicaciones y seguir con sus vidas aparentemente tranquilas en la ciudad. Los vampiros, en cambio, acosaban al sacerdote para que dejase de predicar y matar. Fue [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], centinela del Reino del Oeste, quien crucificó al Padre no sin antes otorgarle el don de la inmortalidad. Pasaron muchos años, tantos que ni recuerdo, atrapado en una cruz. La sangre que derramaba era recogida por los sirvientes de Vladimir, el almuerzo estaba servido. Consiguió escapar, gracias a Dios, Elen Calhoun le rescató de aquel infierno; el don de la inmortalidad desapareció en cuanto salió de la mansión del Inmortal. Vivió amenazado durante un tiempo, una oración y volvieron a torturarle durante toda la eternidad. No sirvió de nada. Durante el día Padre levantaba las manos y rezaba a pleno pulmón: ¡BENDITO SEA EL NOMBRE DE DIOS PADRE! Por las noches, armado con lo primero que tuviera a mano, un cuchillo de carnicero, se dedicaba a dar caza a los demonios chupasangres que mataron a Lupe, su amigo y amante.
Era perfecto. Las gárgolas tenían a alguien como Callahan para evocar todos sus crímenes y funcionaba. Al otro lado de la calle se veía a unos guardias, humanos por supuesto (era de día), correr hacia él. Estaban armados, con picas y espadas. La noticia de la tortura y luego asesinato del carcelero había llegado hasta ellos. ¿Quién se los había contado? ¿Importaba? El Padre Callahan se arrodilló en el suelo, puso las manos sobre la nuca y se dejó caer a los pies de los guardias. Dios Padre le protegería.
Boomer estaba entre los guardias. Su cuerpo, grande como una montaña, resaltaba al lado de los demás. El gigante gritaba nervioso. A pesar de estar a veinte metros de distancia, podía escucharlo a la perfección.
-¡PADRE BUENO, BOOMER ENCONTRAR AL PADRE BUENO!-
Callahan escupió una mezcla de bilis y saliva. Tenía dos costillas rotas y un esguince en el brazo izquierda, le dolía como un demonio. Dio gracias a Dios que Boomer estuviera con los guardias, demostraría que era inocente. Al menos, lo intentaría. ¿A quién quería engañar? Los guardias no escucharían a un gigante que no sabía hablar con naturalidad. Estaba condenado, los vampiros habían ganado. Una risotada, de locura y desesperación, nació del rincón más oscuro de su pecho.
_____________________
* Z9-42: Estás cerca del burdel Rosa Negra y escuchas los gritos de Manel. Deberás convencer a Marta de subir arriba del burdel y detener a Démona. Si combates contra ella deberás lanzar la voluntad de los Dioses.
* Iredia: ¡Bienvenida a la Divina Comedia! Creo que el chiste no es el más adecuado teniendo en cuenta nuestra situación. Por mp te hice un breve resumen de la misión: Unas gárgolas matan a gente, una por cada pecado capital. Todos creen que Callahan es el culpable. En este, tu primer turno, deberás describir tu entrada a Sacrestic (no seré exigente con tu cronología, así que eres libres de hacerlo como gustes). Te encuentras con el Padre Callahan siendo atrapado, otra vez, por unos guardias. Ya que conoces a Boomer, tu misión será ayudar a gigante a demostrar que el Padre Callahan es inocente.
* Ambos: En el tercer infierno, iredia y Zero vieron un huracán de personas desnudas azotadas por el viento. El contacto se vuelve agresivo. Los que antes se amaron, ahora se repugnan.
Sigel
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2297
Nivel de PJ : : 0
Página 1 de 3. • 1, 2, 3
Temas similares
» Misión Imposible Mac-Eco[Misión de gremio]
» El buen samaritano [quest]
» El amor de un buen padre [Mastereado - Sarez] [+18]
» Misión: La entomóloga
» Misión: detodólogo
» El buen samaritano [quest]
» El amor de un buen padre [Mastereado - Sarez] [+18]
» Misión: La entomóloga
» Misión: detodólogo
Página 1 de 3.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 20:16 por Seraphine Valaryon
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Hoy a las 19:18 por Raven
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Hoy a las 16:30 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 16:18 por Mina Harker
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 05:53 por Lukas
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas
» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
Vie Nov 08 2024, 01:19 por Tyr